REVISTA DE MÚSICA

Año IX - N.°87 - Septiembre 1994 - 650 pts.

DOSIER

3 MÚSICOS BRITÁNICOS
Delius, Elgar y Holst

I ENTREVISTA

CHRISTINEWEIDINGER.
Entre Mozart y el bel canto
L
eos
i
24 horas en el Kirov de
GERGIEV

n-

KARL BÓHM - RICHARD STRAUSS

Un binomio para la historia
PERFECCIÓN MAESTRA

Caoba, roble, nogal,... maderas nobles.

Un acabado excepcional como broche de oro a una combinación de elemenlos
sonoros capaces de ofrecer un nivel de prestaciones desconocido hasia el
momento. En el mínimo espacio.
Una sabia alianza entre la tecnología más avanzada y la perfección heredada
del buen hacer artesano.
Celestion series KM), 300 y SL: perfección maestra.

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© BCHERZO EDITORIAL SA
O Marqués de Mondéjar, I I -2a. D
28028-Madnd
Teiéf (91)356 76 22
Fax (91)726 1864

PíBíídenfe de honor
Gerardo Queipo de Uano

José María Queipa de Llano

Director
Antonio Moral

iof Adjunto
Javier Alfaya

Redactor Jefe
Enrique Martínez Mmra

Edn.ián y maqueta: Año IX - n ° 8 7 - Septiembre 1 9 9 4 - 650 ptas.

Arantza Quintan illa

fotografía:
Raía Martín
OPINIÓN 4
Consejo de Redacaon
Javier Alfaya. Roberto Andrade Malde, Domingo del TRIBUNA UBRE:
Campo Castel, Santiago Martín Bermudez, Antonio
Moral. José Luis Pérez de Arteaga, Arturo Reverter, -Creación y creatividad Jesús Villa Rojo 7
José Luis Télf
INFORME:
Redacción en Barcelona1 Arbert Vilardell. Reóocaón en -Crónica del Vil Festival Mozart 8
Valencia. Blas Cortés Actuahdad. Javier Alfaya. Discos:
José Luis Pérez de Arteaga. Atta Frddrdüd Alfredo ACTUALIDAD 14
Orozco. Jazz1 Ebbe Traberg Música contemporánea-
Leopoldo Hontanar ENTREVISTA:
Colaboran en este númejü -Chnstine Weidinger, entre Mozart y el bel canto,
Jauíer Alfaya, Roberto Andrade Malde, Rafael Banús
Iruíta. Alfredo Brotóns Muñoz. Santiago Sueno Sali- Blas Matamoro, Femando Fraga 29
nas. Ricardo de Cala, Domingo del Campo Castel,
Xoán M Carreira. Blas Cortés, |acobo Cortmes. ACTUALIDAD DISCOGRAFICA 35
Pedro Elias, Femando Fraga, Luis Carlos Gago, Ma-
nuel Gartía Franco. Tomás Gamdo, Leopoldo Hon- ESTUDIOS DISCOGRAFICOS 40
tañón. Kenneth Lovelard. Nadir Madnles, Sanfrago
Martín flermúdez. Joaquín Martín de Sagarmínaga. En- DISCOS 58
rique Martínez Miura, Blas Matamora. Ángel Feman-
do Mayo, Andrea Merli, Luis Morales G>acomán. ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS EN ESTE NUMERO 94
Faustino Nünez Nüñez. Rafael Ortega Basagortí, Héc-
tor Pans Cjsadellá, Enrique Pérez Adnán. José Luis LIBROS 96
Pérez de Arteaga. O n o l Pérez Treviño r francisco
Ramos, Arturo Reverter. Justo Romet>, CaHos Ruiz LA GUIA 98
Sifva, Bruno Sem>ur |effrey C. Smith. Luí? Suñen. Ebbe
Traberg, Albert Vilardetl, Jesús Villa Rojo. DOSIER Tres músicos británicos 99
Coordina e< Dosier de esíe numera -Edward Elgar, un compositor romántico, Xoán M. Candirá 100
Javfer Alfaya
-El honorable colegial. A propósito de Gustav Holst
i-oio de ponaúa.
DeutscJie Grammophon José Luis Pérez de Arteaga 104
-Delius según Beecham, Javier Alfaya 108
y
SCHERZO EDITORIAL S A - Los músicos se escriben, Lu/s Cortos Gago I 10
C M a r q ^ s de Mondéjar, I f-2°. D
Teléf (91)356 76 22 - Saber venderse, Luis Suñén I 14
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Cristóbal Andúfar (Contabilidad). Cnstina García-Ramos

ANIVERSARIO:
Macho (Administración). A"1* Mateo (Suscripciones} - Karl Bohm - Richard Strauss. un binomio para la historia, Arturo Reverter I 19
Dobfe Espacio
MÚSICA CONTEMPORÁNEA:
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ISSN-Ü2I3-4BÜ2
EL BARATILLO, Nadir Madriles 130

m
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Culturales de España. oficial de la revista.
Francia 40 FF. hala I0.0CO L Portugal: 1000 Esc Usa. 10$
CÍE
SCHERZO 3
OPINIÓN
Se anima elReal
U
na revista mensual tiene sus servi-
dumbres. Una de ellas consiste en
que cuando informamos existe el
riesgo de que, al salir a la calle,
nuestra información se haya vuel-
to vieja. Sucede que las necesida-
des de edición nos impiden estar;
como suele decirse, «a la última». Y en este caso
más que en muchos otros nos gustaría tener una
agilidad que nos permitiera seguir de cerca la peri-
pecia ¿última? de ese Teatro Real de Madrid del cual
nos hemos ocupado con tanta frecuencia. Porque
parece que las cosas empiezan a animarse / que,
después de una etapa prolongada de culpables si-
lencios administrativos, empiezan a circular algunas
noticias y sobre todo se filtran rumores.
La ministra de Cultura, la señora Alborch. apare-
ció en escena en un marco idóneo -¡oh manes de
Verdü-, El Escorial y prometió que pronto, muy
pronto, el Teatro Real iba a tener un director gene-
ral. A los pocos días un diario madrileño levantaba
la liebre y adelantaba el nombre de una candidata
de la ministra, que ésta avalaba manifestando que
era persona de gran sensibilidad y que le gustaba
muchísimo (sic) la ópera. La persona en cuestión,
totalmente ajena, hasta ahora al menos, al mundo
de la música, desmentía al día siguiente en otro pe-
riódico que se le hubiera propuesto semejante
tarea. La sensación tras este quid pro quo fue de que
una vez más los enredos y desenredos en torno al
Teatro Real siguen produciéndose a un ritmo toda-
vía pausado y que sin duda se irá acelerando, lento
4 SCHERZO
y seguro, como el pedaleo de Induráin, a medida
que se acerque la fecha venturosa - o infausta, vaya
usted a saber- de la reapertura del flamante teatro
madrileño de la ópera.
Varias veces hemos señalado aquí la impresión
de que lo que rodea al Teatro Real sigue envuelto
en una especie de sombra de misterio. De vez en
cuando un representante cualificado de la Adminis-
tración hace una declaración sobre el asunto, o a lo
peor declara que no va a hacer ninguna declara-
ción. Que no suene a broma: esto ya ha ocurrido.
Mientras tanto el melómano ingenuo e incluso con-
fiado sigue planteándose ciertas preguntas. Por
ejemplo, ¿qué modelo de teatro se va a seguir? ¿Va
a ser simplemente una prolongación de lo que ha
sido hasta ahora el Teatro de la Zarzuela, una hipó-
tesis que algunas noticias y bastantes rumores pare-
cen confirmar? Y si esto es así, la tentadora pregun-
ta que lleva ya dentro la respuesta: ¿para tal viaje
eran necesarias tantas alforjas?
Preguntas ingenuas, desde luego. A las que ha-
bría que añadir otras como las de cuál va a ser la
orquesta residente del teatro, cuál el coro, etc. Pre-
guntas que a lo mejor - o a lo peor, nunca se sabe -
ya han sido contestadas cuando nosotros, con el
involuntario retraso motivado por las razones arri-
ba apuntadas, salgamos a la calle. Y que por una
vez, ojalá sea así, aunque profesional mente nos sin-
tamos un tanto frustrados, porque eso significaría
que las cosas del Teatro Real se mueven de verdad
y a lo mejor hasta se inaugura cuando la señora mi-
nistra ha dicho. Que así sea.

EN MI MENOR
El aparato
de radio
E
n una revista francesa echan de
menos la radio. No la emisora
sino el aparato. Se queja, y con
razón, el firmante, de que ya no se fa-
brican aquellos trastos, una preciosi-
dad, que daban un excelente sonido
mono y que uno se podía llevar al
dormitorio o a la playa. Es verdad que
en el primer caso, en el del dormito-
rio, los auriculares, aun produciendo
sudor, salvan del débito a los afligidos
por los calores, la dura ¡ornada laboral
o la pura desidia -a nadie le agrada re-
tozar con la dama de Elche-, y que en
la playa o la montaña evaden de la cir-
cunstancia infantil o del caso requerido
por una suegra mcom prendí da. Pero
aquellas radios -que hoy en sus mo-
delos más excelsos, las británicas Ro-
berts, por ejemplo, se cotizan por las
nubes- forman parte de nuestra mito-
logía personal hasta tal punto que no
sé si volverlas a ver nos produciría más
quebranto del preciso. II fa'tt Freud, que
diría don Pedro Salinas.
Sustos del parte, olores a cocido y
a colada de las mañanas de los lunes
con las peticiones del oyente -Soy mi-
nero, vino amargo, siempre para los ojos
más bonitos de la Prospe de quien ella
sabe-, y noches de música selecta,
como se decía entonces. A última hora
daba Radio Intercontinental su progra-
ma, y un día sí y otro también ponían
la Quinta de Chaikovski por Constantln
Silvestri, único disco seguramente de
su archivo sonoro en el epígrafe de lo
selecto. Noche tras noche Morfeo ace-
chaba tras las sinuosidades de un An-
dante que ya sabíamos que anticipaba
un Allegro con anima, aunque la nues-
tra estuviera ya más bien ahita de
aquel lamento. Y así una noche y otra.
hasta que al fin. perdida ya en aquella
casa ¡a esperanza, la misma voz anun-
ció con emoción contenida: «A conti-
nuación presentamos nuestro habitual
programa de música selecta. Esta
noche escucharemos dos danzas ale-
manas y cuatro contradanzas de Wolf-
gang Amadeus Mozart en la soberbia
interpretación del Mozart Wiener En-
semble dirigido por Willy Boskowski».
La emoción henchía los espíritus, toda
la familia derramaba lágnmas a la vez
de júbilo y de desamparo. Fueron dos,
tres segundos de éxtasis, hasta que el
locutor, con un tono de casi obscena
sorpresa, exclamó: «¡Toma castaña!».
Luis Suñén
EL DISPARATE MUSICAL
Culpable silencio
E
l papanatismo remante ha produ-
cido una polvareda considerable
en t o m o a la edición - y subsi-
guiente reclamación monetaria- de los
arreglos del gregoriano por parte de
los ex-monjes de Silos, responsables
en su momento de la grabación que
hoy se vende como rosquillas como
consecuencia de un f e n ó m e n o de
mercado, cuyo origen, francamente, se
me escapa. Abramos un paréntesis:
también se me escapó en su día la
razón por la que la Iglesia Católica, an-
taño feudo de tantas creaciones musi-
cales de la mayor altura, y luego vícti-
ma asimismo de un papanatismo mo-
dernista, favoreció la apanción en las
iglesias de grupúsculos guitarreros con-
tinuamente empecinados en terminar
con la pertinaz sequía, sin, sorprenden-
temente, terminar de conseguir su ob-
jetivo, para desgracia de nuestro sumi-
nistro de agua y sufrimiento estéril de
nuestros oídos. Es digno de encomio,
prueba de granítica fe e inacabable pa-
ciencia, que la gente siguiera acudien-
do a misa en condiciones de tan incle-
mente tortura musical. Cerremos el
paréntesis.
Pero en fin, los misterios de las pa-
siones que se desatan entre el gran pú-
blico, desde Górecki a Silos pasando
por Nyman. son casi siempre imposi-
bles de desentrañar. N o obstante, aun
reconociendo la inoportunidad de la re-
clamación, precisamente ahora, de los
tan traídos y llevados derechos de
autor de los ex-monjes, y sin entrar en
si la cosa es justificable o refleja sólo
una cierta ambición por el vil metal, no
se puede evitar un retorcimiento esto-
macal y un acceso de indignación furi-
bunda ante el fariseísmo de esta situa-
ción. Uno confiesa haberse quedado
estupefacto. ¿Cómo puede producirse
esta pública polémica contra los ex-
monjes alegando «imposibilidad de
arreglo» y presuntas expoliaciones del
«patrimonio de la humanidad» mientras
durante años se han tolerado - y los
medios aireado con culpables elogios-
atentados inenarrables, denunciados
con contundencia desde esta columna
y c o n apenas algún eco -gracias a
Dios- en manos de algún ilustre colega
o medio especializado? ¿Es presentable
rasgarse ahora las vestiduras por los
arreglos del gregoriano cuando hace
años asistimos impertérritos a las ventas
millonarias y los pingües beneficios del
supuesto arreglo del Himno a la alegría
en manos de Miguelito R/os y su tocayo
Waldo de los ídem, punto de partida
OPINIÓN
de una de las trayectorias más sobreco-
gedoras de terronsmo musical de la era
moderna, con cínicos -además- propó-
sitos divulgadores (?) a cargo de este úl-
timo? Seamos senos, señores. Lo de tos
Ríos no es que no fuera un arreglo, es
que era capaz de producir desarreglos
intestinales incoercibles, o sea. cagalera
aguda, en personas con la mínima sensi-
bilidad. Pero es que después, queridos,
vino Luisito, que dejó pequeño y peli-
corto a su antecesor. ¿Tenemos que re-
cordarles, sufridos lectores, que este
maestro del empalme, doctor en chin-
pún y verdugo de los clásicos, ha lleva-
do a cabo las más execrables ejecucio-
nes - e n el más pavoroso sentido de la
palabra- del patrimonio musical que se
recuerdan en los años recientes, con
idéntico - y de nuevo asaz cínico- pro-
pósito divulgador, y con beneficios por
lo menos parejos? ¿Hemos de traer a su
memoria que este individuo de leonina
melena fue - n o sé si lo es aún- cabeza
de cierta asociación destinada -siénten-
se, que les va a dar un aire- a la protec-
ción -toma nísperos- de la propiedad
intelectual? ¿Dónde estaban entonces,
aparte las repetidas denuncias dedica-
das desde estas líneas, los editoriales
sobre tamaño dislate? ¿Dónde las noti-
cias sobre desmayos, sales y sofocos?
¿Dónde las epidemias de síncopes blo-
queando los servicios de urgencia por la
defensa de los clásicos? ¿Dónde las pla-
ñideras voces que ahora se levantan, ai-
reando, incluso, el Derecho Canónico?
Francamente, uno empieza a estar
hasta donde el respeto impide nom-
brar de tanta hipocresía. Lo que en
t o d o caso es seguro es que los ex-
monjes habrán arreglado más. y sobre
t o d o , mejor, que los sujetos antes
mencionados, Pongamos las cosas en
su sitio. Si los arreglos del gregoriano
son el resultado de un oportunismo
crematístico, los desarreglos de los su-
jetos antes citados, con Luisito a la ca-
beza, son un problema de salud cultu-
ral, y merecen, por lo menos, que se
tomen todas las medidas destinadas a
evitar el contagio, además de la pública
condena y escarnio. Unos cuantos
compositores estarán a buen seguro
maldiciendo desde el más allá el silen-
cio y la tolerancia muestras ambas, en
este caso, de culpable complicidad. Y
tendrán sobradas razones para hacerlo.
El silencio inhabilita a los mudos para
cualquier crítica postenor. Ahora más
que nunca.
Rafael Ortega Basagoiti
SCHERZO 5
 OPÍNiON
CARTAS
Opiniones diversas
Estimado Sr. Director
Como historiador, arqueólogo, filó-
logo -lo lamento una vez más, las tres
disciplinas coinciden en mí- y encima
melómano, no puedo menos que di-
sentir totalmente de don Luis Suñén en
la página 5 del número 86 de SCHER-
ZO. Lo siento, pero el asunto de los
instrumentos «antiguos» no me parece
un criterio arqueo-lógico, sino sencilla-
mente lógica: Juan Sebastián Bach com-
puso su música con. por y para instru-
mentos de su época, en la que se toca-
ba de una(s) determinada(s) manera(s)
y no de otra(s). Así de simple. Y por
favor, no saquemos a colación la <cfiesta
nacional»: comparar a Savall con Espar-
taco -fíjese que apunto dos ejemplos
bien hispanos- no tiene fundamento.
Lo de disfrutar es otra histona: tam-
bién el hijo de mis vecinos, 16 años, dis-
fruta horrores -literalmente- interpre-
tando a Corelli -sí, sí- con un sintetiza-
dor que «tiene», según él, 12 billones
-con b- de instrumentos. Parece que
los acordes, los melismas -hasta voz
humana le «saca»- y los tonos del apa-
rato ése no se igualan por emisor bioló-
gico alguno. ¿Quién da más?
En cuanto a don Ángel Fernando
Mayo y su temor por los «avisos de pe-
ligro» (p. 15 del mismo número de la
revista), le recuerdo que de momento
es en las portadas de los discos graba-
dos por determinados grupos donde se
«advierte» -uso su vocabulario- que la
música allí contenida está tocada con
instrumentos antiguos. Sin comentarios.
Atentamente, y esperando que
SCHEPZO siga sirviendo de rico foro
de opiniones diversas.
Dr. Juan A. Souto
Madrid
Indefenso
Sr. Director
Cuando retoma el estío los grados ter-
mométricos emprenden su ascenso mien-
tras la chavalería ocupa terrazas, plazas y
calles polución and o el espacio herzíano.
permutando sus músicas y sus silencios.
En otros tiempos el pueblo sin voto
tributaba por el aire que oía y respiraba.
Ahora en el país del cambio parte de la
exacción al pueblo con voto se destina
a actividades pseudomusicales en luga-
res abiertos, donde los bárbaros de la
guitarra eléctrica - C Halffter dixit— in-
vaden el aire canicular con sus concier-
tos (?) para altavoces y sintetizador.
Sr. director soy un ser indefenso
6 SCHERZO
frWAPLAN
La música, en casa
n viejo amigo, a quien acaban de trasplantar el hígado de un
motorista que se dejó los sesos en el camino hacia una discote-
ca, me confiaba lo siguiente: «Para mí se acabaron los conciertos
i y las representaciones de ópera. Ya no soporto los mortecinos gestos
t con que dirige Giulini, próximos a la lipotimia; me produce desazón
; Celibidache, antaño esgrimiendo la batuta como DArtagnan, y hoy en-
f caramado en una silla ortopédica, vencido por la artritis; me saca de si-
i- tuación ver a Maazel emulando a Fred Astaire; abnría fuego graneado
{• sobre Temirkanov, un enloquecido polichinela; siento la tentación de
• marcar el paso de la oca si dirige Fruhbeck... Y qué angustia contení-;
! piar los rostros de los profesores que vacían sus pulmones en los m e j
Í tales, con las venas a punto de estallar y amenazando con anegar de""
i" sangre el estrado. ¿Y cuando se acaba el espectáculo?: entradas, salidas
^ y falsas zalemas para provocar una interminable salva de aplausos que
pvaya a integrarse en el libro de los récords. Con los solistas no mejora
f mucho la situación, siguen interponiéndose entre la música y yo. Por
í ejemplo: aparece Pogorelich y se dinge hacia el piano con la misma y
estudiada morosidad que Henry Fonda empleaba frente a sus enemiJ
gos, momentos antes de que apareciera en sus manos el mortífero^
colt En la ópera es aún peor. Sabemos que el teatro es una conven-
i don, pero de ahí a creerse que Mimi-Caballé (me refiero a la época en
-que tenía voz) padece una tuberculosis, media un abismo. He sufrido
con Aragall, paralizado sobre el escenario ante la duda de si llegará
•.con holgura a los temidos agudos, ataviado como un tenorino de revis-
:
ta y luciendo en el pecho la Cruz de la Constancia de los suboficiales
^españoles, presea con la que el figurinista de tumo pretende hacemos
h creer que nos hallamos ante Maurizio de Sajorna. Y el panorama se erc--
i-sombrece aún más cuando una turba de geniales directores y escenti
t, grafos campa por sus respetos, mayorrtariamente sin respeto algún
I hacia lo que en su día concibió el compositor. Luego, está la moda •
[• los subtítulos. ¿Pero a quién puede conmover o interesar la sarta
j. dislates que conforman la mayon'a de los libretos? Con una smopsii(
í basta y sobra, para después gozar del canto y la música. Porque, Da J
f Ponte, Borto. Hofmannsthal y muy pocos más son la valiosa y exigua
miñona de un género servido ratoneramente. Así pues, me abono al
disco. Ahí mando, elijo y pueblo el invisible escenario con la loca de la
casa, como llamaba Teresa de Avila a la imaginación». Me dije, como el
mozo de estoques de Juan Belmonte, cuando conoció a Ortega y Gas-
Set «Tie que haber gente pa to».
Javier
frente un mundo oficial sin ideas, extra- Nada más, un abrazo a todos los
ño en un reino televisivo sin opciones. amigos que hacen posible la revista de:
un melómano que únicamente pide
4'33" de música callada. Sólo eso. Francisco J. Mora Rivas
Fe de erratas
Sección de cartas En el n° 86 de SCHERZO se produje-
ron las siguientes erratas:
Los textos destinados a esta sección Pg. 103: En el pie de foto donde dice
no deben exceder las 30 líneas Anacreóntico de Prunetti, 1810 debe
mecanografiadas. Es imprescindible decir Texto manuscrito anónimo.
que estén firmados, figure el DNI, Pg. I IQ En la cronología donde dice Don
el domicilio y el teléfono. Govam debe decir DON GIOVANNL
SCHERZO se reserva el derecho Pg. 114: En la nota I al final del texto
de publicar tales colaboraciones, en francés debe aparecer (sic).
así como resumirlas o extractarlas En la nota 3 donde dice i" 45 debe
cuando lo considere oportuno, decir L° 45.
 OPÍNÍON

TRIBUNA U&RE

Creación y creatividad
C
oincidiendo con la Asamblea y el esa posición intermedia que habría podi-
Congreso Iberoamericano celebra- do formar un equilibrio perfecto entre
do en Madrid con responsables pasado y presente. Este presente despro-
ejecutivos de la música de diversos países visto de valor natural pero aceptado (po-
y la participación de algunos composito- siblemente impuesto) en buena parte por
res, Lombardia Europa Música, dentro de la sociedad. La falta de equilibrio y el de-
los planes de la Conferencia Europea de sinterés social por la creación musical ha
la Música, ha convocado a un buen nú- llevado al compositor a un lugar de aisla-
mero de compositores, intérpretes y or- miento de muy difícil salida. Encontrándo-
ganizadores de las más variadas tenden- se solitario en la cabeza de la carrera ar-
cias, alrededor de Creación y creatividad. tística, sin apenas seguidores, no le impor-
en Bresda, entre los días 9 y I I de junio. ta tomar las rutas menos exploradas por-
La multiplicidad conceptual que presi- que el punto de destino le es indiferente.
de los planteamientos artísticos actuales Sabe que el lugar, el día y la hora de llega-
ha encontrado su marco ideal en esta da sólo afecta a sus planes personales.
reunión internacional donde la política Los seguidores ya hace tiempo que los
cultural de la Unión Europea no ha inten- había perdido.
tado aún penetrar. Instituciones con ex-
periencia internacional suficiente para La composición musical debería tener
abordar las características artísticas, cultu- un lugar en la sociedad y el compositor
rales y políticas que pudieran surgir, ela- debe tener un compromiso social, ade-
boraron un plan de trabajo con la finali- más de artístico. Cuando esto no sucede,
dad de empezar a concebir el arte musi- la utopía y la falta de objetivos presiden
cal como algo integrado en la sociedad todos nuestros actos. Es así como vienen
en que vivimos, no como cosa accesoria, sucediendo las cosas desde hace algunos
casi elitista o marginal. Se trata de com- años. La música es acogida como algo or-
pletar la música, o mejor el acto musical, namental pero sin atender a su contenido
con todos los elementos que la forman y o a su estética. Se ha convertido en un
que son en realidad esa suma de compo- objeto decorativo pero que no tiene nin-
nentes de matizados valores lo que la so- guna función específica. Nos encontramos
ciedad (el público) reconocerá en sus va- en un momento en el que la música es
riantes artísticas. La exposición de con- solamente un pretexto.. La Historia de la
ceptos planteados en las diversas culturas Música nos enseña siempre el compromi-
y épocas, ofreció un panorama muy obje- so real del compositor en la objetividad y
tivo en relación a la simultaneidad de ten- en la finalidad de la obra musical. La obra
dencias estéticas practicadas en la actuali- no era algo circunstancial del compositor.
dad. Contemplar también la presencia de La obra tenía unos objetivos y una finali-
la memoria histórica en la creación de las dad muy concreta que tenía que cumplir
artes, tuvo consigo momentos lúcidos en en todos sus detalles. Cuando estos no se
la significativa recuperación de ideas pro- cumplían, la obra era criticada y rechaza-
venientes de otras épocas y de otras cul- da. Es muy probable que esta falta de ob-
turas, permitiendo su relación con el pa- jetivos y de finalidades musicales por
sado que en definitiva sirve de hilo con- parte de la sociedad y del compositor,
ductor entre los períodos y que hemos sea la causa pnndpal del distanciamiento
padecido su ausencia en anos anteriores. que viene produciéndose entre la música
actual y el público. La fatta de objetivos,
pero también de compromisos mutuos,
Asumir ei transculturalismo artístico, ya están creando una barrera que impide el
en principio reconocido al quedar elimi- entendimiento y la comunicación. Él com-
nadas las barreras raciales y políticas que positor, en definitiva, debe proponer a la
dividían a la sociedad: la música no podía sociedad ¡deas musicales que incidan en
quedar al margen. La incorporación de su sensibilidad artística y debe encontrar
elementos provenientes de otras áreas o los espacios que pertenecen a su profe-
de nuevas formas de comunicación, es stonalidad.
obvio que amplían y enriquecen las posi-
bilidades expresivas de la música. La cul- Desde esta panorámica, los plantea-
tura de este final de siglo y de milenio mientos estudiados en Brescia, poseen un
está habituándose a vivir sin su propia contenido que en buena medida pueden
música. De la continua representación de conducir a la creación musical hacia am-
ejemplos históricos, cargados de significa- plios objetivos artísticos y cufturales que
do en su época, se pasa al vacío artístico desde todos los puntos de vista llenarán
y cultural más absoluto con esos tópicos los vanos existentes en la actualidad.
redamos comerciales. El compositor, en
buena medida, no ha sabido situarse en
Jesús Villa Rojo

SCHERZO 7
ACTUALIDAD

INFORME

Crónica del VII Festival Mozart

il Festival Mozart. Este año con que tendría en el podio a su titular, muy profundos. Sin embargo, iba a ser

V un hilo conductor el mito de

Orfeo, uno de los más bellos de
la mitología clásica. Así, en la programa-
ción, tres óperas basadas en él, las de
Edmon Colomer, y un viejo conocido
del público madrileño; el suizo Peter
Maag. Juan Ángel Vela del Campo co-
mentó en £/ País (23-V-94): «Apostar
con Mana joao Pires precisamente con
quien iban a presentarse las primeras
complicaciones,
Monteverdi, Haydn y Gluck. Al princi- por una orquesta joven española sin Dos bajas
pio hubo también el propósito de in- experiencia de foso, entraña riesgos Tres días antes de la fecha prevista
cluir en la serie la Euridice de Peri, pri- pero a la vez supone un fuerte estímu- para el recital de la pianista portuguesa,
mera ópera de la historia de la música lo para la vida musical de esta agrupa- ésta canceló y por causa bien justificada:
occidental. Pero finalmente hubo que ción con die2 años de existencia». Y una otitis en ambos oídos que la obligó
prescindir de ella por razones presu- en la revista en lengua inglesa publica- a cancelar también sus compromisos en
puestarias. da en Madnd, Guidepost, en un repor- Pan's. Bruselas, Amsterdam, Lisboa y el
taje sobre el Festival, se señalaba: Festival de Sintra. Lo cual presentó un
Así, con ese hilo conductor y con «Maag ¡s a conductor who has always
novedades llamativas como un Don Gio- grave problema para la organización.
seen music as more ¡mportant than ¿Cómo sustituir a una figura tan conoci-
vann* en la producción de Glyndebour- showmanship and recordings con-
ne de 1977 y con un brillante reparto da en Madrid, que siempre que ha veni-
tracts». Un cumplido elogio sobre un do a la ciudad ha estado acompañada
internacional, se presentó el Festival. Un gran maestro, de carrera atípica, al que
Festival que desde que se inició, en de un éxito extraordinario? Y además
se ha definido como «músico para mú- con tan poco tiempo por delante. Sur-
1988, se ha convertido en una referen- sicos», intérprete consumado de la
cia ineludible en la vida musical madrile- gió el nombre de Christian Zacharias, el
música de los períodos clásico y ro- espléndido pianista alemán, Pero había
ña. Esa al menos es la opinión de críti- mántico, en especial de Mozart, Haydn
cos como Ruth Zaubner que, al presen- un problema añadido: Zacharias, que es
y Mendelssohn. Maag era una de las un artista menos preocupado por la pu-
tarse el Festival, lo califcó en Lo Van- bazas fuertes del Festival y como tal
guardia (8-V-94) de «...cada día más blicidad que por hacer música, estaba
fue recibido. Los coméntanos señala- en período de descanso. Desde hacía
consolidado y ambicioso», - • de ron también la presencia de conjuntos
Tomás Marco, «Mozart ha quedado tiempo había decidido tomarse una es-
e intérpretes que ya habían figurado en pecie de semestre sabático, alejándose
como lema, pretexto y base de un festi- otras ediciones del Festival; Frans Brüg-
val de calidad que se ha abierto a otras temporalmente de las salas de concier-
gen, Gwendolyne Bradley, Christine tos y de los estudios de grabación. Tras
muchas músicas», Diario 16, 24-V-94-. Weidinger. Monica Groop, la Opera unas horas de incertidumbre, Zacharias,
Y en parecidos términos se expre- de Cámara de Varsovia. Y Mana Joao que tiene también una relación especial
só también el diario madrileño ABC. Pires, la admirada y admirable pianista con nuestra revista, aceptó dejar en
A lo que ha/ que añadir que de nuevo, portuguesa, frecuentadora también del suspenso sus vacaciones y preparar un
el Festival encontraba eco fuera de Es- Festival, con el que le unen vínculos programa. Llegó, actuó, tuvo un éxito
paña: el 15 de mayo el periódico bntá-
nico Sunday
Times publica-
ba una noticia,
informando a
sus lectores de
su próximo ini-
cio, situándolo
junto a otros
importantes
acontecimien-
tos en el pano-
rama musical
europeo. Uno
de los aspec-
tos que más
Ñamó la aten-
ción tras la
presentación a
la prensa fue
que por pri-
mera vez el
Festival iba a
tener una or-
questa resi-
dente y ade-
más una or-
questa españo-
la: la JONDE,
Orfeo de Monte ver di por la Ópera de Cimara de Vanavia.

S SCHERZO
 ACTUALIDAD

extraordinario... y se permitió incluso

el lujo de decirle al público que lamen-
taba no dar más bises pero esa era una
noche especial: se jugaba el partido Es-
paña-Alemania. Todo el mundo lo en-
tendió y los aplausos se redoblaron.
Salvado este problema de última
hora y que obligó a prescindir de una
artista especialmente querida por el
público del Festival Mozart. surgió otro,
todavía más agobiante que el anterior.
Se trataba de la versión de concierto
del Orfeo y Euríáce. una ópera bellísima
y escasamente conocida, que se pre-
sentaba por vez primera en Madrid.
Los cantantes previstos eran Kurt
Streit, Willard White, Gwendolyne
Bradley y Christine Weidinger, acom-
pañados por la JONDE y el Coro de la
Comunidad de Madrid, dirigidos por
Peter Maag. Hay que indicar que para
todos los intérpretes, absolutamente
todos, era la primera vez que se en-
frentaban con la obra,
Iniciados los ensayos Streit enfermó
con una inflamación aguda de la cuerda
vocal derecha que le incapacitaba para
cantar su papel. ¿Cómo sustituirlo con
poco más de cuarenta y ocho horas de
plazo? Después de una busca casi a la
desesperada se encontró, por fin, a un
sustituto, Paul Austin Kelly. Este cantan-
te norteamericano se encontró con la
siguiente situación1 cuarenta y ocho
horas para aprenderse un papel que no
había hecho nunca. Pero lo hizo: llegó
el 30 de mayo a las 7.30 procedente de
Nueva York, se lo aprendió y cantó.
Como reflejo de su éxito he aquí unas
cuantas opiniones críticas:
Para Antonio Femández-Cid en A6C
Kelly, «... hubo de suplir con urgencia
al enfermo Kurt Streit, lo hizo con más
que discreción...» Para Enrique Franco
en El País: «Tuvimos un sorprendente
protagonista en el tenor norteamerica-
no Paul Austin Kelly, que sustituyó con
toda calidad y en muy poco tiempo al
anunciado Kurt Streit».
Así, pues, una situación que podía
haber dañado considerablemente el
normal desarrollo del Festival se venció
de modo inmejorable.

La presencia polaca
El arranque operístico del Festival se
dio con la actuación de un conjunto
que nos ha acompañado desde su pri-
mera edición: la Opera de Cámara de
Varsovia, Esta presentó una novedad, el
Orfeo de Monteverdi, la primera ópera
realmente genial de la historia de la
música. Para Antonio Femández-Cid la
representación de este Orfeo se distin-
guió sobre todo «...por la seriedad, la
disciplina y orden absolutos de compa-
ñía profesional ante todo y sobre
todo», destacando en especial la actua-
ción del conjunto que estuvo en el
Pecer Maag, Trevor Pinnock y Hermann Prey con Michael Endres

SCHERZO 9
ACTUALIDAD

foso, la «Musicae Antiquae Co-

llegium Varsoviense», cuya cali-
dad de sonido y ajuste irrepro-
chable, elogió. También Enrique
Franco calificó de «bello empe-
ño» el trabajo de la Opera de
Cámara de Varsovia en Lo pauta
mágica, una obra que, en cierto
modo, se ha convertido en em-
blemática del Festival.
Frans Brüggen inició la anda-
dura sinfónica, dirigiendo la or-
questa británica The Age of En-
lightenment con dos programas
con obras de Mozart y Haydn. El
éxito fue también grande. Fer-
nández-Cid encontró «resplan-
deciente» la interpretación de la
Serenata Post/tom, aunque califi-
có de un punto aséptico su
Haydn, bien que impecablemen-
te tocado. Para Enrique Franco.
«Brüggen... es un excelente
músico y su labor para limpiar
de escorias y adherencias la mú-
sica pretérita, constituye un capí-
tulo importante en la interpreta-
tiva contemporánea». Y elogió de ma- Tres
nera particular la interpretación de la escenas de
Sinfonía en sol menor de Mozart. Termi- Don Giovanni.
nó su crónica en El País del concierto
del 23 de mayo, con estas palabras:
«Una gran tarde, augurio de las mejores
cosas para el festival». Carlos Gómez
Amat en El Mundo señaló: «Artista fiel
pero también hombre de corazón. el Teatro Al-
Brüggen remonta las dificultades de los béniz era
instrumentos originales o dispuestos a para muchos
la manera de aquel tiempo. Con vivaci- el plato fuer-
dad y alegría se hace firme et sonido, te y no sólo
naturalmente blando y ondulante, de la por el presti-
cuerda a la antigua usanza.» gio y la cali-
dad de los
Otra presencia de las interpretacio- intérpretes
nes históricas en el Festival fue la de anunciados
Trevor Pinnock y el English Concert, sino porque
que presentó un programa dedicado un Festival
sin esta FOTOS: W A MARTIN
plenamente a Mozart, exactamente sus
tres últimas sinfonías. En su crítica Anto- ópera pare-
nio Fernández-Cid mostró sus reticen- ce incompleto. Además se debe tener
en cuenta que la mediocridad de un agradecerse a quienes programan el
cias ante las interpretaciones con instru- Festival Mozart en nuestra primavera.
mentos originales, si bien reconoció la Don Giovanni presentado en el mismo
marco hace unos años había dejado mal Realizarlo con la categoría aplaudida en
calidad de la interpretación de Pinnock la |omada del domingo, lleno el teatro
y su conjunto. sabor de boca tanto entre el público
como entre los organizadores. Se con- Albémz, con esas tan molestas como
taba para este Don Giovonm con vanos inevitables interrupciones de los «impa-
En compañía de Onfeo elementos de primer orden: la produc- cientes» -y. por desgracia, no fueron
Orfeo de Haydn es una ópera poco ción de Glyndeboume, que venía pre- pocas- resulta ejemplar.» Carlos
difundida pero de extraordinaria belle- cedida de notable prestigio, la calidad Gómez Amat en El Mundo: «El Festival
za. La interpretación de Maag al frente de las voces William Shimell, Chnstme se ha apuntado un verdadero triunfo
de los intérpretes más amba menciona- Weidmger, Nancy Gustafson, Alessan- con este Don Juan, estupendo por cien
dos fue, quizá, el primer éxito rotundo dro Corbelli. Keith Lewis, Iñaki Fresan. razones.» Destacó el trabajo de Srumell
del Festival en su séptima edición, Fer- Silvia Tro, Miguel Ángel Zapater-. la que «compone, como es debido, el
nández-Cid, después de señalar el ma- presencia en el foso de la JONDE y de tipo del perfecto sinvergüenza», la be-
gisterio indiscutible de Maag y el buen su titular. Colomer, más el Coro de la lleza de la voz de Keith Lewis, el magní-
tono de los cantantes, elogió de modo Comunidad. La producción utilizada era fico trabajo de Corbelli, la expresividad
especial a la JONDE y al Coro de la de Peter Hall, adaptada por Gustavo y capacidad de convicción de Chnstine
Comunidad. Enrique Franco redobló Támbaselo. El éxito fue importante. Weidinger y Nancy Gustafson, la exce-
también los elogios y habló de la recep- lencia de Silvia Tro, así como el trabajo
ción triunfal del público. de Fresan y Zapater. Enrique Franco,
Antonio Iglesias en ABC «Represen- por su parte, señaló la calidad interpre-
Dan Giovanni, que se representó en tar esta gran página operística ha de

10 SCHERZO
 ACTUALIDAD

tativa, resaltando la adecuación de las

voces y el buen trabajo de Colomer. la
JONDE y el Coro. Tomás Marco tituló
su crítica en Diario I6, «Un Don Gio-
vanni de extraordinaria factura» y ter-
minaba su reseña con estas palabras:
«El clima fue de éxrto y creo que muy
merecido, porque Don Govanni es una
obra maestra que rara vez se oye y ve
en Madnd a este nivel.»
Dos grandes y veteranos artistas,
Alicia de Larrocha y Hermann Prey ac-
tuaron también en el Festival, la primera
como solista del Concierto en la mayor
de Mozart, acompañada por la Orques-
ta Sinfónica de Castilla-León, dirigida
por su titular. Max Bragado Darman. y
el segundo en un recital dedicado a la
memoria de la que fue una gran amiga
del Festival y una artista suprema: Lucia
Popp.
Fernández-Cid encomió el trabajo
solista de Alicia de Larrocha y habló del
«fraseo sin tacha» y de la transparencia
del sonido de la artista. Elogió el buen
trabajo de la orquesta y el director aun-
que puso bastantes peros a la versión
ofrecida de la Sinfonía Pastoral de Beet-
hoven. Gómez Amat encontró sencilla-
mente «maravillosa» la actuación de la
pianista catalana.
Hermann Prey es uno de esos artis-
tas que se ganan con facilidad el cora-
zón del público y su aparición en el es-
cenario del Auditorio Nacional fue salu-
dada con ovaciones casi apoteósicas,
que preludiaban el triunfal cierre de la
actuación. Enrique Franco, después de
calificarlo de «maestro absoluto», habló
de que su interpretación de los lieder
de Schubert fue «cosa de maravilla»,
añadiendo que la segunda parte del re-
cital fue una verdadera lección sobre
Mozart. Tras elogiar la actuación de
Prey. Gómez Amat resaltó la formida-
ble calidad del acompañamiento de Mi-
chael Endres, que actuaba por pnmera
vez ante nuestro público. Menos entu-
siasta se mostró Antonio Iglesias en
ABC, que se hizo eco de la fatiga de la
voz del cantante alemán y encomió a
Endres de manera especial.
No se puede decir que la actuación
de Zacharias fuera una sorpresa porque
el pianista alemán es estimado por el
público español, pero su éxito fue de
los más memorables del Festival.
Gómez Amat empezaba su crónica en
Eí Mundo diciendo que la sustitución
era afortunada y señalando que Zacha-
rias es «no sólo un gran pianista, sino
un artista de profundo interés,» En ese
mismo sentido se expresó Femández-
Cid. que tituló su reseña así: «Christian
s Zachanas, pianista-artista-pleno». Califi-
3 có de «sobresalientes» las interpreta-
P ciones de Schumann y Mozart y reservó
o el mayor elogio a la sonata de Scariatti
que Zachanas tocó como propina:
Tres momentos de Orfeo y Euridice de Gluck.

SCHERZO 11
ACTUALIDAD

«¡qué maravilla!». Enrique Fran-

co tituló su crónica «La perfec-
ción palpitante» y dijo, entre
otras cosas. «Todo lo tiene Za-
charias; una imaginación increí-
ble para crear sonido hasta
hacer suyo el instrumento que
toca; un control de ataques que
le permite la más amplia gama
dinámica; una expresividad can-
tabile que se libera de la tiranía
rítmica sin dañarla...»

El colofón
Si hubo una progresión en
el éxito de público ante la
oferta del Festival, puede de-
cirse que el Orfeo y Eurídice de
Gluck constituyó un más que
digno colofón de esa progre-
sión. La ópera se presentaba
en producción del Gran Tea-
tro de Córdoba y con la pre-
sencia de la finlandesa Monica
Groop y las españolas Ana Ro-
drigo y Manbel Monar, con di-
rección escénica de Francisco
López, más el Coro de la Co-
munidad, la JONDE y la direc- Alicia de Larrocha y Omitían Zachanas FOTO: fíAFA MARTlN
ción de Peter Maag.
Según Enrique Franco «la
interpretación de ahora, recibida con nos y matices sin choques ni tirones especial para el magisterio de Maag.
largos aplausos, logró niveles de alta ca- cruentos. Su rectoría debe considerarse Este es un resumen de cómo vio la
lidad». Femández-Gd habló de «Gran decisiva.» Gómez Amat elogió especial- prensa madrileña este Festival Mozart.
versión de Peter Maag, solistas, coro y mente la voz cálida y juvenil de la Un Festival que, no somos nosotros
orquesta». Para el crítico: «...Peter Groop, la expresividad de Ana Rodri- los que lo decimos, se ha consolidado
Maag, un maestro sobrio, experto, efi- go, el buen trabajo de Maribel Monar y y se ha convertido en un importante
caz, artista en la expresión, sin grandilo- las excelencias del Coro, así como de punto de referencia musical en nuestra
cuencias y el logro de contrastes, pla- una JONDE sin fallos, con un recuerdo Comunidad. De eso se trataba.

VE Festival Mozart de Madrid

Asistencia total de público
Fecha Lugar Concierto/Opera Aforo Asistencia %

2I.V El Escorial O. Comumdad/Groba 360 360 100%

23.V Auditorio The Age/Brijggen 2.293 2.293 100%
24.V Auditorio The Age/Brüggen 2.293 1.694 73,9%
30.V T. Albéniz Orfeo de Monteverdi 980 980 100%
3I.V T. Albéniz Flauta mágica 980 980 100%
01.VI Auditorio Orfeo de Haydn 2.293 1.818 79,2%
07.VI Auditorio English Concert 2.293 2.033 88,6%
09.VI Alcalá O. Comunidad/Groba 413 290 70,1%
12. VI T. Albéniz Don Giovanni 1 980 980 100%
I4.VI T. Albéniz Don Giovanni II 980 980 100%
I6.VI Auditorio Hermán n Prey 2.293 1.993 87,1%
I7.VI Auditorio O. Castilla/Larrocha 2.293 2.293 100%
21.VI Auditorio Ch. Zachanas 2293 2.248 98,1%
26.VI T. Albéniz Orfeo de Gluck 1 980 893 91.2%
28.VI T. Albéniz Orfeo de Gluck II 980 865 88.3%

Asistencia de público en 1994 23.477 20.700 91,8%

Asistencia de público en 1993 22.499 20.157 89,6%

12 SCHERZO
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ACTUALIDAD
ESTADOS UNIDOS
Ainhoa Arteta en Seattle
L
a nueva producción final de la
temporada de la Metropolitan
Opera fue Otello de Elijah Mos-
hmsky. El papel principal fue comparti-
do por Plácido Domingo y Vladimir
Atlantov, ambos experimentados Ote-
llo pero muy diferentes tanto vocal
como teatral mente. En la última repre-
sentación, Liuba Kazarnovskaia cantó
Desdémona. Todos los Yago fueron
cantados por Sergei Leiferkus, así que
en una representación tres rusos can-
taban los papeles principales. Domingo
continuó buscando un caracterización
cada vez más profunda de Otello, y su
voz es heroica. Atlantov, cuyo Otello
durante muchos años fue uno de los
más emotivos retratos en la escena
operística, no ha mejorado el papel.
Aunque su gama vocal sigue siendo
tremenda, la caracterización no se ha
profundizado. La caracterización de
Kazarnovskaia fue conmovedora. No
es que sea comunicativa sino que tiene
un sentido del control que la afirma
frente a la ira del Moro, y su voz cre-
mosa fácilmente abarca toda la gama.
Leiferkus fue un Yago manipulador
cuya amenaza no era menos temible
debido a su sutileza. Valen Gergiev di-
rigió las primeras re-
presentaciones con
claridad y estilo ver-
diano, pero Adam
Fischer no aportó lo
mismo a las repre-
sentaciones rusos.
Los arquitectónica-
mente grandes de-
corados de Michael
Yeargan sirvieron
mejor en las esce-
nas de masas, pero
en algunos de los
momentos íntimos
los intérpretes se
perdieron entre
ellos.
Ainhoa Artera y Vinson Colé en Los pescadores de perlas.
La temporada
terminó el sábado
con dos óperas, Ariadna auf Noxos, y
Aída. La primera escenificada también
por Moshinsky. tuvo un bonito toque
de gracia. Teresa Stratas, con 56 años,
se mostró tan juvenil y entusiasta
como era de desear y su voz aún está
muy bien. Deborah Voight como
Anadne posee un sonido rico, hermo-
so y comunicativo. Wolfgang Schmidt
fue un Baco de tono clara y pleno;
Tracy Dahl se mostró demasiado dulce
corno Zerbinetta. aunque cantó co-
rrectamente y con fluidez: Hermann
14 SCHERZO
Prey fue un magistral Maestro de Músi-
ca. James Levme tuvo a la orquesta en
plena forma.
Aída, escenificada a lo grande, utilizó
muchísimo la maquinaria escénica del
Met. Sharon Sweet demostró que a
pesar de su mediocre representación
en Stiffeho posee el aparato vocal para
Verdi, Ghena Dimrtrova fue una eficaz
Amneris. Lando Bartolini un estentóreo
Radamés...
En Camegie Hall, la Orquesta de la
Opera de Nueva York, de Eve Queler.
tuvo uno de los mayores éxitos de su
historia con í Caputetti e / A/Ion tecc/ii,
con Mariella Devia en una irresistible
Giulietta. de agilidad y bnílo, Jennifer
Larmore fue un Romeo de tono rico y
sombrío, y Raúl Giménez un Tebaldo
de gran finura.
Ainhoa Arteta, de Tolosa, hizo su
debut en la Opera de Seattle como
Leila en la hermosa y pictórica produc-
ción de Roberto Oswald de Los pesca-
dores de per/os, que con su Buda recos-
tado y la atmósfera oriental, casi hizo
creíble su argumento artificiosa y lleno
de coincidencias. Arteta tiene un timbre
inhabitual, agudo y puro, que es pode-
roso, centrado y expresivo, así como
una buena coloratura y actúa bien.
Puede que no fuera reconocible tras su
velo, pero su identidad vocal era indis-
cutible. Vinson Colé da lo mejor de sí
en el repertorio francés, Cantó consis-
tentemente con suave ardor y legato,
aunque cantó su romanza con voz pe-
sada, jason Howard fue un Zurga de
voz fuerte y con autoridad. Hao Jiang
Tian un temible Nourabad. George Ma-
nahan dirigió con vitalidad y calor.
jeffrey C. Smitb
Temporada en
San Francisco
A
pesar de los problemas finan-
cieros, grandes recortes en la
administración y cancelación de
sus festivales de verano, la Opera de
San Francisco tiene proyectado para
1994 (9 de septiembre-11 de diciem-
bre) siete nuevas producciones en su
temporada de nueve óperas. Plácido
Domingo, que cantó ahí por última vez
en 1988 como Vasco de Gama en
L'afncame, cantará las primeras cinco
representaciones de Juan el Bautista.
un papel que asumirá por primera vez,
en la Hemdiade de Massenet. Juan
Pons cantará al tirano Herodes. Dolora
Zajick como Herodías, y Renée Fle-
ming como Salomé. Dirigirá Valeri
Gergiev y el director general de la
SFO, Lofti Mansouri. dirigirá escénica-
mente. El estreno mundial de Los lia-
sons dangereuses de Conrad Susa. ba-
sada en la novela de Choderios de La-
cios, de 1792, que tuvo gran éxito en
teatro y cine, tendrá como protagonis-
ta a Fleming, Frederica von Stade y
Thomas Hampson. El director musical
de la SFO, Donald Runnicles. será el
director y Colín Graham asumirá la di-
rección escénica, La temporada se
inaugurará con Macbeth con James
Morris y Gwyneth Jones, Mansouri, di-
rector escénico y Runnicles, musical:
vestuario de Pier Luigi Pizzi. Cuatro
óperas más son italianas: el Otello de
Rossini tiene un reparto estelar de bel
canto: Chns Merritt, Cecilia Gasdia.
Bruce Ford y la joven mezzo Mika Shi-
ícmatsu. que en 1993 causó sensación
en el estreno mundial en la Lyric
Opera de Boston de la versión de Ñá-
pales de I puntara, escrito por una Elvi-
ra mezzo. II trovotore tiene un doble
reparto, que incluye a Apnle Millo, Julia
Varady, Michael Sylvester, Zajick. Ste-
fan Toczyska y Vladimir Chemov. Mar-
cello Giordant cantará su excelente
Edgardo a la Lucia de Ruth Ann Swen-
son en Lucid di Lommermoor y Sam
Ramey, Millo y Richard Marginson in-
terpretarán M e fisto fe le, Tarmhduser
tiene a Wolfgang Schmidt y Deborah
Voigt, y Galma Gorchakova y Sergei
Leiferkus cantarán los papeles pnncipa-
les en B óngeí de fuego de Prokofiev. B
ángel y Mefistofele son las únicas pro-
ducciones que vienen de fuera. Gerald
Howland diseñará decorados para las
siete nuevas producciones. Todas las
representaciones serán en el W a r Me-
morial Opera House.
J.C.S.

FRANCIA
Bayreuth sobre el Sena
l acontecimiento parisino del
E
año, incluso de los tres últimos
decenios, se desarrolla en estos
momentos en el Théátre du Chatelet.
Consciente de franquear una etapa
decisiva su director. Stéphane Lissner,
ha reducido durante dos meses la ac-
tividad de la sala para garantizar el
montaje y los ensayos del proyecto
más ambicioso emprendido por un
teatro parisino desde 1957: repre-
sentar el ciclo completo de
B anillo del Nibelungo de Ri-
chard Wagner. Con el fin de
ofrecer una calidad óptima
en la empresa, el Chatelet ha
llegado hasta a crear una sala
de ensayos en los arrabales
de París, en la Manufacture
del Deillets. Montar el Anillo
representa tal aventura que
muy pocas instituciones mu-
sicales francesas se han atre-
vido a ello. En cuarenta años
las producciones se cuentan
con los dedos de una mano
-Radio France sólo ha co-
producido dos. Si a ello se
añade que desde I 876 Fran-
cia ha provisto a Bayreuth
con uno de los mayores
contingentes de peregrinos
extranjeros, se comprende
fácilmente que los mejores
sitios estaban reservados
desde hace un año. La espe-
ra de los wagnerianos deso-
cupados no fue en vano, ni
el excedente de subvencio- Jeffrey Tace dirige e! Anillo en París.
nes (7 millones de francos), acordado
por el Ayuntamiento de París. En ese
inmenso navio que es el Anillo es
siempre posible hablar de ciertas de-
bilidades, de decepciones o de disgus-
tos. Hay que reconocer, sin embargo,
que lo que se nos ha permitido ver y
escuchar tiene una alta jerarquía artís-
tica. Habrá que esperar, no obstante,
a las dos últimas veladas, que se darán
en octubre, para dar un ¡uicio global,
aunque no definitivo. Pierre Straosser.
director de escena-decorador alsacia-
no. nos propuso una escenografía mi-
nimalista de la que emergen bellas
imágenes, como ese degradado en
gris sobre el escenario inclinado de
madera desnuda, la esfera luminosa
que simboliza el oro que aumenta du-
rante el desarrollo del prólogo, la col-
gadura lechosa del fondo de la escena
que evoca el Walhalla, el inmenso
velo de seda roja que personifica al
fuego al ftnal de La Walkiria. Si, en
conjunto, esa sobriedad que roza el
ascetismo engendra cierta decepción
en £1 oro del Rhin, suscita momentos
inolvidables en La Walkiria, en espe-
cial en el Acto I!, de una belleza aus-
tera pero de una eficacia dramática
excepcional. La dirección de Jeffrey
Tate. lenta y cristalina, se acuerda
perfectamente con la puesta en esce-
na. A pesar de ciertas debilidades de
los cobres, la Nacional de Francia, que
FOTO CHRJSTMN STEINER I ÍMI
descubre £/ anillo del Nibelungo, se
abandona a la más leve indicación de
su principal director invitado, que
consigue un empaste instrumenta! de
una transparencia extraordinaria. La
visión general se muestra sin choques
ni resplandores, con el riesgo de una
cierta indolencia (himno a la primave-
ra, cabalgada de las walkirias), y per-
mite a los cantantes expresarse sin
forzar la voz.
El reparto es el gran triunfo de
esta producción. Robert Hale es un
Wotan de clase, Nadine Denize, una
Fricka singularmente humana, Karen
Huffstodt una Siegiinde voluntariosa
y sonora, hasta el punto de aplastar a
la pobre Sabrne Haas, cuyo arte
pudo expresarse libremente en la
conmovedora escena de la despedi-
da. La gran revelación del ciclo fue
Peter Straka, verdadero dueño de la
situación en Rhemgold, un Loge de
voz flexible y matizada. Se pueden
ACTUALIDAD
formular pequeñas reservas con res-
pecto a Fasolt (Csaba Ainizer), Mime
(Peter Keller) y al Siegmund encanta-
dor pero falto de heroísmo de Jyn
Niskanen.
Otro momento estelar del mes de
junio tuvo lugar en la Opera-Comi-
que, donde se presentó en los esce-
narios parisinos el tenor pródigo fran-
cés Roberto Alagna, que ya se dispu-
tan los principales teatros del mundo.
Junto a la emotiva Juhette de
Nuccia Focile, Alagna cons-
truye un Romeo todo matiz,
utilizando con un tacto de
seda una voz que es inmen-
sa, dúctil y maleable hasta el
infinito. Con la excepción de
Doris Lamprecht (Stefano).
el resto del reparto fue más
bien pálido. Pero Michel Plas-
son y la Orquesta del Capi-
tole de Toulouse dieron a la
partitura de Gounod una
fuerza evocadora, disminuida
por desgracia debido a la
puesta en escena afectada de
Nicolás Joél. Lo cual, por for-
tuna, no ocurrió en Carmen,
que salvó la temporada del
Grand Théátre de Burdeos,
amputada en dos tercios por
cuestiones de orden presu-
puestario. Rodeada de artis-
tas jóvenes y llevada en el jo-
yero de la orquesta aquitana,
cincelada artísticamente por
su director, Alain Lombard,
la vivaracha Béatrice Uria-
Monzón se impone en un personaje
en el que ya se había distinguido en la
Opéra-Bastille.
El festival de Saint-Denis clausuró
en la célebre basílica de los reyes de
Francia la temporada parisina de
1993-94 con el estreno francés de Lo
Posjdrr según Bacb de Mauricio Kagel,
que fue el narrador, rodeado de un
reparto de lujo colocado bajo la di-
rección de Jacques Mercier, al frente
de la Nacional de la lile de France.
Homenaje al cantor de Leipzig termi-
nado en 1985, este oratorio en dos
partes es una obra sombría y podero-
sa que refleja la fascinación que ejerce
el viejo maestro sobre uno de los
compositores más fascinantes de su
generación. Este último cuenta, con
un gesto a la vez humilde y provoca-
dor, los orígenes, la vida y la muerte
de su ilustre antepasado.
Bruno Serrou
SCHERZO 15
 ACTUALIDAD
INGLATERRA
Los enredos de la jardinera
Cardiff. New Theatre. Welsh National
Opera. Mozart: La finta giordmiera.
E
n Gran Bretaña las opiniones críti-
cas se acercan cada vez más a la
idea de que Lo finio giardimera
será la próxima ópera que se unirá a lo
que vagamente llaman «Las seis famosas
de Mozart», (que comienzan con /dome-
neo y que terminan con D/e Züuberfote
y con la omisión de La demenza di Tito)
para formar un sexteto de duradera po-
pulandad. La reciente producción de Lo
finta giarámera por la Welsh National
Opera confirma esa idea. La música es
brillante, la madurez de inspiración del
compositor de I 8 años deja sin aliento y
el numeroso público disfrutó mucho
con los momentos de humor. Drama
giocoso, realmente. Pero permanece la
duda y uno llega a la conclusión de que
todavía no ha llegado el momento de
que Lo finta giardimera se una a Le nozze
di Fígaro y Don Govanni.
El argumento, en síntesis, trata de
una chica que se cree haber sido asesi-
nada por su amante, pero que en reali-
dad sobrevive a la herida y se pone a
trabajar como jardinera para buscarle y
perdonarle. Al fnal lo consigue, pero
hay muchísimas cuestiones más.
Se estrenó en Munich el viernes 13 de
enero de 1775 y tuvo un éxito inmediato,
con muchos gritos de «Bravo maestro».
Pero no se escuchó más en forma oficial
hasta el Festival de Salzburgo de 1980,
,,RCA .
VÍCTOR
RED
¡EL ÚNICO A PRECIO MEDIO
EN EL MERCADO i
que fue cuando empezó su nueva carrera.
La Welsh National Opera ha abogado
entusiásticamente por ella Los decorados
de Tom Caims, curvas y ángulos agudos
inteligentemente combinados, con el
verde como apropiado color dominante,
formaban un trasfondo atractivo, y la pro-
ducción de Tim Albery, que aceptaba con
agradecimiento las oportunidades de una
comedia ligeramente loca, expresó con
exactitud el espíritu de la música. Una y
otra vez la acción se dividía en inespera-
dos conjuntos, todo fluyó espontánea-
mente, la interpretación fue viva y con-
Joan Rodgers FOTO: CUVE SARDA
OTRAS NOVEDADES: OPERA
WEBER EL CAZADOR FURTIVO
Sweei, Ziesok Seitterl
Schmidt • Rydl
Marek Janowski
Itfl FfiElSfcl
trastada y los recitativos chispeantes.
Vocalmente la representación fue
ejemplar. Joan Rodgers tiene una de las
voces más hermosas de Gran Bretaña
hoy, junto con una profunda musicalidad.
Se combinan con su instintivo dominio
de la escena para hacer que su Sandrina
(la jardinera fingida del título) encuentre
una caracterización conmovedoramente
convincente. Voz y movimiento fueron
siempre artísticamente controlados. Jam-
ce Watson hizo de Arminda, su rival
amorosa, una formidable amazona, muy
divertida. El tenor norteamericano Paul
Groves en Belfiore. el hombre por el
que las dos luchan, cantó con robustez,
con muchos toques cómicos. Ryland Da-
vies volvió afortunadamente con la com-
pañía con la que hizo su presentación
hace 30 años con el Almaviva rossmiano.
Siempre ha sido un mozartiano ideal,
con su voz linca muy bien manejada y su
elegante dominio de la escena, cualida-
des que demostró en su Podesta.
Ann Taylor-Moriey confirmó su cre-
ciente madurez como Don Ramiro. La
soprano norteamericana Cynthia Sieden
fue una Serpetta de reacciones rápidas,
aunque uno hubiera deseado que sus
consonantes fueran más claras. La direc-
ción musical de Ivor Bolton podía haber
sido menos tensa, pero en general la
representación abogó convincentemen-
te por la aceptación de la obra.
Kenneth Loveland
DONIZETTr-TCJrnWSQUALE
Brunion - Mei - Lopardo • Alien
Roberto Abbado
BMGCtmiic!
Avdg. dt lol Madroños. V 23043 Madrid
 símil mi miim i ii i mu mi mu mi i ni i m i mi m muí mi mu i MI iimie

ACTUALIDAD

El otro lado del fútbol

Leeds. Grand Theatre. Opera North. abruptamente cuando es golpeado por
Masort Ptaying away.

nglaterra fue el país que inventó el

lo que parece ser el espectro de su días
de juventud.
La partitura de Masón es brillante, rtirmri
I fútbol, pero ha sufrido la humillación
de su eliminación temprana de la
Copa del Mundo de este año, aunque,
como si fuera una compensación, ha
con una hábil mezcla de estilos. Hay re-
ferencias a blues, pop. Bach, Stravinski y
el jazz entre otros. Hay un vislumbre de
Instan und /soldé cuando un Terry caído
ofrecido la relativa novedad de una se resigna a la vida en una silla de rue-
ópera sobre fútbol. Piaying Awoy fue en- das y los recuerdos de los días dorados.
cargado al talentoso Benedict Masón Estas referencias no son simplemente
por la ciudad de Munich, y la Opera imitaciones de un compositor carente
North, que montó el estreno mundial de ideas. Enfatizan el paródico cinismo
allí el 19 de mayo, la trajo a Leeds,
donde recibió su estreno británico el 3 I
de mayo.
del argumento.
La partitura es, en realidad, muy in-
ventiva y en su estreno británico, Paul
I ARTISTA DEL AÑO!
El libreto de Howard Brenton es un Daniel, que fue el director musical, ex-
cínico comentario sobre el estado ac- puso sus calidoscópicos detalles, al
tual del deporte, y la música lo hace tiempo que mantuvo un exacto equili-
igualmente. A lo mejor ni compositor ni brio con el escenano. apoyado por una
libretista intentaron ser tomados en exuberante pero disciplinada ejecución
serio. Hay una cierta tentación de verla de la Enghsh Northern Philharmoma.
simplemente como un entretenimiento En el escenario hubo algunas inter-
divertido, y desde luego que lo es, con pretaciones virtuosísticas. Philip Shef-
la chisporroteante producción, a menu- field pintó con viveza la auto-destruc-
do atlética, los diseños de Huntley Muir ción de Terry, atrayendo todas nues-
adecuadamente chillones, y la imaginati- tras simpatías en el momento de la
va coreografía de Qumny Sachs, Pero caída. La representación que hizo Ri-
hay que resistirla. Piaying Away está de- chard Stuart de Stan Stock, el genial
masiado cerca de una incómoda ver- pero atemorizado gerente del equipo,
dad. El fútbol,
como tantas ac-
tividades dignas
de hoy. está a la
merced de falsos
valores.
Un equipo
británico viaja al
extranjero para
jugar con el Ba-
yern de Munich,
acompañado por
un grupo de hin-
chas borrachos y
matones. Su es-
trella es Terry
Bond que se in-
sinúa que una
vez hizo un
pacto fáustico Playing away en la Opera North FOTO: LAURIE l£WÍS
con las potencias de las tinieblas, que le
ayudaron a llegar a la cima. Pero no del que sin duda prescindirán pronto,
está preparado para la fama y las tenta-. fue todo un éxito. También lo tuvo la
dones consiguientes. Su mujer es la es- cruda sexualidad de la Cynthia de Pa-
trella de pop La Lola, sugestiva pero en mela Helen Stephen, la amante de
declive. Terry se dedica a la bebida y se Terry, la La Lola de Rebecca Caine,
lía con la hincha Cynthia. Malo para el con su atractivo barato y su cansada
entrenamiento. entrega a la imagen de ídolo pop, fue
trazada artísticamente. Un desenvuelto
En el partido, el gol de Terry es anu- oportunismo estaba implícito en los
lado por el Gran Arbitro, que es para estudios de periodismo amarillo de
Terry lo que es el Canciller Lindorf para Adnn Clark y Margaret McDonald. El
el Hoffmann de Offenbach. El equipo Gran Arbitro de Clive Bayley tuvo un
se vende y hay rumores de que se va a saborcillo de azufre.
romper el matrimonio de Terry, Los ta-
bloides lo acosan y su carrera termina Kenneth Loveland

•nmi 11 ni i ni i ni i iiiiii 11 MI i ni i mi mi i ni i MI i mi ni un 11 ni mu ni miF

ACTUALIDAD
MÍLAN
Un Rigoletto más
T
ras 23 años de ausencia, ha vuelto
al Teatro alia Scala Rigoletto, primer
título de la trilogía romántica de
Verdi, que se completa con Lo traviata e
II trovatore.
La excusa adoptada en su día para
aplazar la reposición de La traíala -la su-
puesta intransigencia de los «viudos de
Callas»— no vale con ftgoietto, pues la pre-
cedente edición scaligera de 1971 ofreció
un reparto de absoluta rutina Ni tampoco
reunir un buen reparto tendn'a que ser di-
fícil para la dirección artística de un teatro
con la solera - y las pretensiones- del de
Milán. Lo que falta quizás, es la voluntad
LELUAWSOTTI
Riccardo Mu ti FOTO: 5.
de programar el repertorio, siendo sospe-
choso el desdén de muchos al pronunciar-
se este vocablo, como si el hecho de que
algunos tftulos pertenezcan al patrimonio
cultural colectivo y sean populares, consti-
tuyera un demento y no, al contrario, si-
nónimo de valor inmarchitable.
De valor auténtico, por indiscutibles
méritos artísticos y por la declarada polé-
mica hacia el loggione de la Scala repro-
chado de voaomama, no falta Riccardo
Muti, director estable del teatro y prota-
gonista absoluto, desde el podio, de este
discutido Rigoletto. Sus afanes filológicos se
han manifestado, una vez más, a lo largo
de una clase magistral de tres horas
-transmitida integralmente por el canal
T e l e + 3 - a los estudiantes de Ciencias
Económicas (con los del conservatorio no
se atrevió a medirse), haciendo alarde de
un arte histriónico casi supenor al musical.
Con su lectura meticulosa de la parti-
tura verdiana, Muti pretende anular cien-
t o cuarenta años de gloriosa tradizione.
18 SCHERZO
pero, si no hay carta de Vendí que auto-
rice todas las variantes (por ejemplo la
cadenza de Masini con el si natural en La
danna e mobite) hasta ahora corrientes
en la normal praxis teatral, tampoco el
autor - e n vida- nunca las condenó. Así,
pues, por mucho que se filosofe, este Ri-
goletto. piense lo que piense Muti, es un
Rrgo/etto más y no «El» Rigoletto,
Un Rigoletlo en el que reluce toda la
parte orquestal, con una tensión y unos
matices que son propios de las lecturas
más inspiradas del maestro. Mas el drama
verdiano se manifiesta sobre todo a tra-
vés del respira de una vocalidad amplia,
que deje al cantante en el es-
cenario la suficiente libertad
interpretativa. En cambio,
cual genial dictador. Muti pa-
rece disfrutar con la mortifi-
cación de las voces. Ya sean
la avejentada, pero todavía
eficaz, de Renato Bruson que
ha superado con mucha
honra el difícil compromiso,
la de la joven y excelente so-
prano Lírica, Andrea Rost,
una Glda de carácter y espe-
sor dramático y la del tenor
Roberto Alagna. que pese a
forzar los agudos -los pocos
consentidos- ha trazado un
Duque creíble. De escaso
nivel el resto del reparto: el
tosco Sparafucile de Dimitn
Kavrakos. la potente pero en
extremo vulgar Maddalena
de Mariana Pentcheva y el
resto de los comprimarios
apenas aceptables. Perfecto el coro y de-
cepcionante, pese al aspecto faraónico, la
producción monumental firmada por Ezio
Fngerio con el deslumbrante vestuano de
Franca Squarciapino. por la regie de Gil-
bert Deflo. ausente en la mayoría de las
escenas y en algunos casos involuntaria-
mente naíf- Por eiemplo, cuando el
Duque y Rigoletto casi chocan cruzándo-
se en La porta che da' al bastione y cuan-
do al pobre jorobado se le hace jugar a la
gallina ciega frente a su misma casa, hasta
a la lluvia de verdad durante la escena final
de la tormenta: un effeitacao de mal
gusto y ruidoso. ¡Qué habrá opinado de
eso Vendí desde su etéreo escaño?
Elektra
La obra maestra de Richard Strauss.
también muy poco representada en el
principal coliseo italiano de la ópera, se ha
cruzado, alternándose las funciones, con el
Rigoletto y el éxito apoteósico, que ha su-
brayado todas las funciones, ha significado
también alguna tensión entre los nuevos
dwos, es decir los directores de orquesta.
Porque también en este caso el auténtico
protagonista, ovacionado al final, ha sido el
maestro veneciano Giuseppe Smopoli. La
bagarre de Elektra, sin embargo, empezó
ya mucho antes de que comenzaran los
ensayos, cuando Claudio Abbado. que
tenia que dmgirla en pnncipio, con sus de-
claraciones contra la actual gestión artística
del Teatro alia Scala desde Berlín, de
hecho renunció al encargo y a la cita, muy
esperada por el público mdanés.
Sinopoli se ha demostrado mucho más
que un soberbio sustituto. Su dirección evi-
dencia las violencias sonoras de la partitura,
haciendo chocar con eficacia los colores
más llamativos de la intnncada armonía
straussiana con las asperezas tonales y ato-
nales, sin olvidar los momentos más líricos
y de abandono poético. Sin embargo, esta
auténtica orgía de sonido, se mantiene
siempre en el forte y esto, a b largo de las
dos horas de duración, comporta cierta
monotonía dinámica, evidente sobre todo
en la línea de canto, siempre desgarrada y
heroica, mientras una mayor matización
hubiera puesto en relieve con mejor enfo-
que las sutilezas del compositor y libretista
Un trío femenino sensacional ha enca-
bezado un reparto prácticamente perfecto.
Gabneie SchnauL la protagonista tiene una
proyección de sonido potente y aterrado-
ra que coincide con un retrato quizás de
una sola dimensión de la angustiada Elek-
tra, pero con una voz que invade toda la
vasta sala. Más lírica, y también más contro-
lada la exquisita Chrysothemis de Sabne
Hass, conmovedora y femenina cuanto
Hanna Schwarz, la perversa Klytaemnestra,
era talante, dominadora con un musical
uso del sprechgesang. Horst Hiestermann
ha sido un Egisto acaso demasiado canca-
turesco, mientras Alan Titus ha dado el
justo relieve al breve rol de Orestes.
La nueva puesta en escena llevaba la
firma de Luca Roncom. por la regie, del
arquitecto Gae Aulenti autora de la es-
cenografía y hasta de Giorgio Armam (!)
que ha diseñado parte del vestuano.
La actualización de la ambientaoón clá-
sica a una indefinida época moderno (puede
que nazi) ya no es novedosa, ni ha llamado
la atención que una escena se situara en un
matadero (con terneras y bueyes colgando
descuartizados y sangrientos del techo) y
otra en una supuesta mina con railes, obre-
ros, capataces, etc. Cabe la duda que la
mayoría del público no experto en ópera y
de ésta en particular, saliera del teatro sin
enterarse de lo que había pasado.
Andrea Meríi
 ACTUALIDAD

VIENA
SAN PETERS&URGO
Vieja Viena El Parsifal ruso
eter Schn eider

P no se distingue
por el calor
emociona] ni por
dejar perenne huella
San Petersburgo. Teatro Kirov. 25-VI-]
1994. Rimski-Kor^akov: La leyenda de la'-
audod invisible de Kitege y de la virgen Fev-§
ron/a, Nicolai Ohotnikov. Galina Gorcha-3
kova, Vladirrnr Galuzín. Yun Marusin. Ni-*
en el o/ente, aun- colai Putilin. Coro y orquesta titulares dd.'
que posea una soli- Teatro Kirov. Dirección musical: Valeri"
dez a prueba de Gergiev. 5
bomba y un saber
operativo que le

Q
uizá algo excesivamente, la fasci-j
permitió poner en nante ópera de Rimski-Korsakov'
pie las casi cinco La leyenda de la dudad mvisibl&¿
horas del Gof- de Kitege y de 'o virgen Fevronta ( d e l
terdommerung con aquí en adelante simplemente /Ctege)3
pulso firme y con- era conocida en la vieja Unión Sovié-j
trolado, haciendo tica como «El Parsifai ruso». Creadaj
lógico hincapié en en 1904 y no estrenada hasta febrero!
los momentos de de 1907 en el mismo Teatro Kirov erw
lucimiento personal: el que ahora se ha representado, la;
Viaje de Sígfned, penúltima ópera de Rimski cierta-
Marcha fúnebre y mente guarda indudables paralelismos
final del d r a m a , con el último prodigio wagneriano;
d o n d e t o d o s los correspondencias que no se circuns-
motivos de la obra criben únicamente al hecho musical;
se f u n d e n en un tanto /Otege como Parsifal están po-s
emotivo abrazo te- blados por una similar mezcla y s
m á t i c o . Sobre las perposición de asuntos mitológicos,
voces no hay que creencias cristianas, ecos de la natura-
insistir mucho, dado leza y reminiscencias patrióticas.
que la cnsis ha con-
v e r t i d o el c a m p o El pasado 25 de junio se escenificó
w a g n e n a n o en un en el Teatro Kirov de San Petersburgo
erial que apenas di- dentro del marco ideal del Festival de
simulan elencos de las Noches Blancas. Lo mejor de esta
lujo: Jerusalem fue representación petersburguesa del «Par-
un Sigfried apretado sfah de Rimski aconteció en el aparta-
y fallón, incapaz de do musical. Por encima del desiguaf
disimular con falaces Raina Kabaivanska elenco vocal, del sobresaliente coro y
engolamientos su lineo origen, Schnaut de la muy espléndida orquesta se impu-
una Brunnhilde gritona y destemplada, so el gobierno de Valeri Gergiev, una
con notas inaudibles en la fran|a cen- della Valle, Sant'Angelo es Sant'Angelo
y, en general, cada lugar es el que co- batuta en imparable alza, director musn
tral-grave de la gama. Salminen-Hagen. cal del Kirov y del propio festival, que
en origen dueño de un material apto rresponde, sin aditamentos ni soslayos.
El Cavaradossi que debiera haber canta- exhibió refinamientos y recursos de
para la brega wagnenana. por abuso considerable factura. Gergiev conoce y
precisamente de este verbo, se ha con- do Pavarottf fue cancelado en el propio
día y en su lugar oímos a un incoloro ama este repertorio en el que tan em-
vertido hoy en cansado jornalero. Fren- peñado anda de la mano de Philips,
te a toda esta alegre pandilla sólo brilló Keith Purdy, aplaudido fundamental-
c o m o W a l t r a u t e Marjana Lipovsek, mente para fastidiar al divo en fuga. En el plano vocal destacó la Fevro-J
quien, tras abrazar a su atribulada her- Shemll Milnes, ventrílocuo de fama, no nia de muchos quilates de la soprano!
mana, dio t o d o un recital de canto logró que su voz perruna abandonara Galina Gorchakova, nueva prima donna",
wagnenano auténtico, con un fraseo en ningún momento la garganta ni acer- del Kirov tras la sonada ruptura d e ,
plástico y controlado, exhibiendo ade- cándole un hueso. Apropiado física- Elena Prokina (soberbia Katia «abano-,'
más autoridad. Interesante el trabajo mente, lo vocal arruinó cualquier inten- vá en C o v e n t Garden el pasado.¡
de Adolf Dresen y bella la resolución ción. Finalmente, un poco huérfanos. marzo). De regular a mal el resto d e l '
del cortejo fúnebre; más flamígera que con el honrado director Oren bastante reparta vocal, con la salvedad del Prín-Í
acuática la aparición de las Hijas del nervioso, quizá por tener al público en cipe Yuri del bajo Nicolai Ohotnikov. ¡
Rhm e insuficiente la exhibición de la contra, ¿qué nos quedaba? Apenas la
presencia de Raina Kabaivanska, quien El justo y gran triunfador de la rocfiej
pira final, con un baño ígneo un poco operística fue Valeri Gergiev. Cuando l '
de pega. no necesita un timbre de excelsa cali-
dad ni un gran volumen para hacerse final de la representación apareció en
oír y emocionar. En Tosco le toca estar histórica escena del Kirov. cantantes, or-,
un poco más en pose que en otros questa y público se fundieron en una
La célebre producción de Tosco de personajes, pero esta diva-antidiva lo unánime y unidireccional salva de aplau-,
Margarita Wallmann es tan vetusta que sabe hacer casi todo. sos dirigida al infatigable artífice del Fes-
hasta rechinan sus goznes. Pero al twal de las Noches Blancas.
menos es h o n r a d a y respetuosa;
Sant'Andrea de I la Valle es Sant'Andrea Joaquín Martín de Sagarminaga Justo fiomeroJ

SCHERZO 19
 ACTUALIDAD

CATALUÑA
SAN PAOLO
Fuera de lugar
Barcelona. Palau Sant Jordi. 28-VI-I994. Donizecti: Lucio di Lam-
mermoor Edita Gruberova, Alfredo Kraus, Joan Pons y Stefano Palat-
chi. Orquesta y Cora del Gran Teatre del Ltceu. Director Richard
Bonynge.

l mundo operístico catalán está movido, por un lado

E las previstas representaciones de Luco, en la sala

anexa del Palau Sant Jordi, escenificadas, fueron

PRIMERA sustituidas por una sola audición en versión de concierto

en la Sala grande del mismo local, marco totalmente
inadecuado para estos menesteres. Por otro lado ha surgido
GRABACIÓN MUNDIAL un movimiento plasmado en un manifiesto firmado por
grandes personalidades, tanto del mundo de la música
como de otras facetas, con el lema «Barcelona vol ópera»,
Barcelona quiere ópera; esta iniciativa que pretende

I demostrar la necesidad que la ópera escenificada tenga

INTEGRAL DE LA MÚSICA SACRA
INÉDITA PARA SOLISTAS,
COROS Y ORQUESTA
Ortjucsla v coros
de la /•'i/iinnánica de Prut-a
Dirección: ¡itlounlo Hri:io
Cora: l'uvcí Ktilin
lvu«;ittü¡ DE u Musitan SAI,KM; IMÜHIL
POLK SOLISTE*, CI«E[1tS & OBCHSSTBF,
<.,,..,,, I
presencia importante en la ciudad condal, estaba motivada
por la falta de noticias sobre el futuro.
El Consorci convocó una rueda de prensa para informar
de los proyectos, pero estaba claro que era una forma
de salir al paso, con pocos documentos firmados.
En estas circunstancias la audición de la ópera de
Donizetti, también fue especial; el público de Liceu que
comprendió que Turandot se hiciera en un local deportivo,
empieza a entender menos que se insista en esta idea,
agravado además por la sonorización, que si estuvo muy
conseguida en la obra de Puccini no lo fue tanto en la de
Donizetti, cuyo estilo belcantista requiere un mayor sentido
del detalle, pero es que los micrófonos resultaban con
diferentes volúmenes, y mientras que el de Joan Cabero
surgía con un sonido excesivo, el de Edita Gruberova
quedaba mitigado, y no digamos la orquesta que en
momentos como los del arpa quedaban diluidos; para
expresar su disconformidad se tiraron unas octavillas
«Exigiendo temporadas de ópera en un teatro, ya».
Por suerte en el escenario había dos divos de los de antes:
Alfredo Kraus y Edita Gruberova: el tenor canario dio
una nueva [ección de belcantismo, de gran musicalidad y
también de brillantez en el registro agudo acabando el
sexteto de forma exultante. Edita Gruberova supo dar ese
aire frágil y enamorado, del primer acto, con las agilidades
nítidas y seguro el registro agudo, a la vez que en el resto
expresó las circunstancias dramáticas al máximo, dentro de
las condiciones intrínsecas de su instrumento. Joan Pons,
que se anunció estaba enfermo, dio muestras de su gran
profesionahdad, con dificultades en el pnmer acto,
que fueron mejor en el segundo, Completaban el reparto
Stefano Palatchi en continua mejora, Laura Polverelli,
musical y expresiva y José Azocar, muy seguro en su corto,
pero difícil papel. Richard Bonynge. muy conocedor

ÍL de la obra donizettiana, consiguió algunos matices

en un lugar poco propenso, con una orquesta y coro que
demostraron profesional ¡dad, pero que tienen
que notar su futuro impreciso.
A l h i w i .V (!) SM 12 2327
Albert Vitardetl
 ACTUALIDAD

ASTREE
¿UVIDIS
Otra visión de la música
Brillante inauguración
Torroella de Montgrí. Iglesia. 8, 9-VII-94. JAMES
1
l Festival Interna- BOWMAN
E cional de Torroella
de Montgrí ha
inaugurado la presente
edición con dos activida- I LYNNE
des que demuestran una
vez más el sentido del
futuro. Primeramente el
concierto inicial estuvo a
DAWSON
cargo de la Jove Or-
questra de Catalunya,
verdadera cantera de los
instrumentistas del futu-
• JEAN-CLAUDE
ro, y que bajo la direc-
ción del infatigable josep
Pons y sus colaborado-
res, inician sus pasos en
** MALGOIRE
el trabajo en equipo con
resultados altamente sa-
tisfactorios. El concierto fue ambicioso, con la obertura
de íl signar Bruschino de Rossini, tocada con gran vivaci-
__ Fascinante!
dad, el Concierto para vtalin y orquesta n" 2 de Mendels-
sohn, que tuvo como solista a la joven promesa Sergi
Alpiste, muy seguro técnicamente, y la Séptima Sinfonía
de Beethoven. donde la reverberación de la iglesia privó CHRISTOmwilUBALD
de una mayor claridad en los contrastes; es una pena
porque si Torroella tiene el capital humano para conver- GLUCK
tirse, en verano, en la capital musical de Catalunya, sólo
falta un lugar adecuado, e( pedido auditorio, para los
conciertos.
ORFEO
*t EDEURIDICE
El segundo acontecimiento fue la primera edición
del Concurso Jaume Aragall, que contó con un jurado
integrado, además del propio Aragall, por cantantes " LYSNE DAWSON
tan conocidos como Franco Corelli, Pedro Lavirgen o CIARON MAC FADDEN
Eduard Giménez. Se presentaron ochenta y dos con-
cursantes y por lo visto en el concierto de clausura de Í'HIEIR DE CHAMBRE DE V W R
un nivel importante, predominando entre los ganado- LA GRANDE ÉCTRtE
res, cosa rara, los tenores. El primer premio masculino
hT LA CHAMBRE DLKÍJY
fue para el tenor coreano Kim Young-Hwan, con una
voz bella y un buena línea de canto, mientras que su
homónimo femenino estuvo compartido por la espa-
ñola Montserrat Obeso, con una voz correcta sin de- JEAN-CLAUDE MALGOIRE
masiada expansión pero con una gran musicalidad, y la
italiana Anna Bonitatibus, poseedora de una voz pene-
trante, pero con un sentido de la expresión que debe NfJVFJMD ASTRkFJALVIDIS A L I Í L M 2 C I ) F. KSÍK
me¡orar. Como premios especiales destacan el contra-
tenor americano Thomas Mark Fallón, con un gran sen-
tido del estilo y una voz perfectamente integrada y re-
donda, y Mireia Pintó que con una voz correcta de-
mostró su inteligencia en las agilidades. Completaron
los premios la mezzosoprano polaca Urszula Kryger, OTRA DISCOGRAFIA
segundo femenino, mientras que el masculino fue com-
partido por el español José Julián Frontal, de buena ANTONIO VIVALDI
línea, y el tenor coreano Kim Sang-Gong, con una voz VÉPRES POUR LA NATIVITE DE LA VIERGE
timbrada y brillante que mejorará en el futuro. Los ter- DAWSON, BOWMAN, ELWES, VARCOE
ceros premios fueron para la soprano Irene Tsirakidis,
el femenino, y compartido por el tenor polaco Pmde- LA MAÍTRISE BOREALE
rak Zbigniew y el también tenor japonés Shighehiro LA GRANDE ECURIE ET LA CHAMBRE DU ROY
Sano, el masculino.
Dirección : JEAN-CLAUDE MALGOIRE
ASTREE/AUVIDIS Álbum 2 CD E 8520
Alben Vilardelt
AUVIDIS IBÉRICA CBERTRAN. 72. 08023 BARCELONA.
TEL. 418 80 80 FAX 211 08 15
ACTUALIDAD

GRANADA

La pureza de Lasso
D
el 29 de junio al 3 de julio el
punto más alto estuvo en el mo-
nográfico que la Capilla Peñaflori-
da dedicó a Orlando de Lasso en el Mo-
nasterio de San Jerónimo. La exquisita
planificación de dinámicas, la suavidad ge-
neral, salvo excepciones, de los ataques,
hicieron justicia a la bondad de las obras
del gran compositor flamenco, entre las
que se incluían tres magníficos Salmos Pe-
nitenciales. La fusión de los timbres voca-
les con los instrumentales resultó ideal en
una acústica del t o d o apropiada. Algo
que falló en el otro concierto del grupo
celebrado en la catedral. Determinados
problemas de afinación, desajustes impi-
dieron que se pudieran escuchar en todo
su esplendor las poco difundidas partitu-
ras de Scariatti, Soler y de Torres.
Una pequeña desilusión supuso el re-
cital del sopramsta (un contratenor con
timbre de soprano) Ans Chnstofellis. que
interpretaba algunas de las arias que el
castrato Fannelli le cantaba a Felipe V. La
desigualdad de registros y la relativa cali-
dad vocal del protagonista, hábil en las
agilidades pero escaso de f ato, nasal y de
afinación no siempre justa, y la pobreza
de los acompañamientos del llamado En-
semble Seicentonovecento, impidieron
que el concierto diera más de sí. Por sor-
presa, se nos obsequió con una obra ina-
cabable y sin ningún interés. Tombeau de
Fannelh, escrita por el chelista del grupo.
El bajo-barítono Ruggero Raimondi no
tuvo su noche -el inmenso calor debió
de intervenir en ello- y aunque dijo fra-
ses lincas de manera m u / convincente.
no logró casi nunca que la voz le respon-
diera: sus principales limitaciones, ubica-
das en el grave, y la relativa falta de con-
trol de una emisión a veces ruda, bten
que con ocasionales morbideces a flor de
labio, se agudizaron. Aplausos, no obstan-
te, para sus Canciones de Don Quijote de
Ibert. Y para la comedida, aunque un
tanto distante, labor del pianista Amaltes.
Lo sinfónico vino de la mano del
siempre competente y sólido Wolfgang
Sawallisch, que. con claro criterio y admi-
rables dotes constructivas, explicó una
excelente Escocesa de Mendelssohn. con
episódicas insuficiencias de los vientos de
la Filarmónica de la Seal a. Bien trazada la
obertura de Manfred de Schumann v re-
gular el aburrido Concierto para viotín n° 2
de Bruch, donde el otras veces impeca-
ble Ange! Jesús García anduvo algo calan-
te y destemplado, aunque dejara oír su
bello sonido, En la sesión de la Sinfónica
de Madrid se estrenaba la nueva versión
de un Concierto para piano de García
Abril de 1965. En una primera audición
se perciben la claridad de líneas, la trans-
Wolfgang Sawallisch FOTO: NEUMBSTEfl
parencia de las combinaciones tímbncas,
la estupenda dosificación de efectos y la
jugosidad de la temática. Quizá en otras
ocasiones, sin embargo, se haya podido
aplaudir en mayor medida el equilibrio y
oble identi
Festival de Granada. 18 y 19-VI-94 Auditorio Nacional de Falla Obras de Beethoven
y Prokofiev. Vladimir Ashkenazi, piano. Palacio Carlos V. Obras de Lalo y Dvorak. Royal
i Philharmonic. Director Vladimir Ashkenazi.
i ara Beethoven no tiene Ashkenazi
' u n sonido especialmente redondo y
ancho, ni menos un aliento podero-
so. Con musicalidad, eso si', lleno de ele-
gantes detalles, tnnos un poco borrosos y
fluyentes staccati. fue desgranando la
compleja Op. 31. n° I beethoveniana de
acuerdo con sus habituales credenciales.
Posee en alto grado el sentido de la curva
melódica y de la plasticidad de la frase; asi' Philharmonic de Londres una pintoresc
pudo recrearse a sus anchas en los tiem-
pos lentos - e l de la Sonata citada está
construido con ropaje de tied-, sostenien-
do bien el canto generado en ambas
manos. En Lo tempestad é diseño obsesi-
vo de cuatro notas que abre eí impresio-
nante Allegretto final fue expuesto sin el
borrascoso martilleo habitual, seguramen-
te más cercano su enfoque al que se su- le dio también cuenta del logro de s»
pone adoptaban los pianistas de la época
de Beethoven, con Bies a la cabeza, que
al de actuales vtsionanos como Richter
| Prokofiev subió enteros, y las dos mi- realzado diseño del bajo y, pese a cierb
niaturas transcritas del ballet Romeo y Ju-
lieta destilaron encanto y sabia com-
prensión. De sus sonatas tuvo el acierto
de escoger la Octava, la más densa, cuyo
monumental tiempo de apertura está
entre lo mejor del músico ruso, Sólo por
la vida que insufló a esta página - c o n -
centración, amplitud visionaria, tensiones
bien dosificadas- sería justo rogarle que
dedicara más tiempo al piano. Además,
proporción de los desarrollos. Aquí, a
veces, el discurso se resiente, pese a la
minuciosidad del trabajo realizado. El
eclecticismo de García Abnl favorece que
retengamos determinados diseños, rit-
mos o evocaciones tímbricas y los ponga-
mos en conexión con Ravet, Rachmani-
nov o Ernesto Halffter. Lo cual, en sí, no
es m bueno ni malo. Tocó, con extraordi-
naria aplicación y adecuada calibración de
intensidades y justa digitación, lo que no
es baladí en una partitura nada fácil, Gui-
llermo González. La orquesta, eficazmen-
te dirigida por el uruguayo Carlos Kalmar,
sonó con brillo y colaboró en la consecu-
ción de bien edificadas e intencionadas
versiones de Tiil de Strauss y Rapsodia es-
pañola y Dafms de Kavel, algo escasas de
sutileza poética. La batuta no supo resol-
ver del todo los problemas acústicos que
siempre tiene el patio del Carlos V.
Arturo Reverter
en el Andante sognando atacó Ashkena
zi con calado dulcísimo, haciendo hono
a la indicación del músico y. con impeca
ble remate, disolvió como por ensalrrx
sombras y enigmas anteriores, entregan
dose al goce que deparan inflexiones ¡
giros rítmicos vertiginosos.
En la primera parte de su desempe
ño orquestal pudo escucharse a la Roy*
y sarasatiana Sinfonía española de Lalo
acompañada con mimo en su plácick
decurso, que sirvió para festejar la des
treza de ¡a violinista Antje Weithaas, m,"
sensible que brava La Séptimo de Ovo
rák tuvo un pnmer tiempo espléndida
que llegó al oyente con toda la sensaciói
de inmediatez que tiene su bello fluir, ;
color orquestal, aplacado un poco por l¡
bóveda celeste el refulgir de metales )
arcos. El Poco Adagio se abrió con uri
falta de profundidad, el movimiento es
tuvo bien oxigenado, con aire entra
plano y piano sonoro. En el final Ashke
nazi tomó a sus fueros, el corral de ti
cuerda volvió a animarse y la sinfonía ter>
minó en clamor de multitudes, salvo al-
guna pequeña ingenuidad o algún regula
dor no perfectamente delineado.
Joaquín Martin de Sagarminagt

22 SCHERZO
 ACTUALIDAD

MADRID

Estreno de dos sonatas de Haydn

Madrid Auditorio Nacional de Músi- dos cosas: que no sonaban a Haydn
ca. 25-VI-94. Obras de Haydn (?) y y que eran bastante malas, de ahí la
Schubert. Paul Badura-Skoda, piano. perplejidad que me produjo la opi-
nión de un experto como Robbins
Landon a quien, a partir de ahora,

E
n el monumental catálogo de
la obra de Haydn realizado por miraré con otros ojos.
A. van Hoboken entre 1957 y Las dos sonatas son sencillas, sin
1971 y dentro de la sección XVI. de- mucha inspiración melódica y de de-
dicada a las sonatas para teclado, un sarrollo un tanto torpe, Desde luego,
grupo de siete sonatas - o divertí- no las fecharía -aun suponiendo que
menti- compuestas hacia 1765. figu- fueran de Haydn o de algún contem-
ran c o m o perdidas. Pues bien, a poráneo- hacia 1765 sino más tarde,
principios de 1993, Paul Badura- a comienzos del XIX. En fin, que de
Skoda recibió un misterioso envío de «el mayor hallazgo musical de nues-
un tal Winfned Mitchel, que contenía tro siglo» (Robbins Landon) nada de
fotocopia de seis de las siete sonatas nada. De cualquier modo, la sesión
perdidas. El manuscrito lo tenía una tuvo su gracia y dadas las escasas fal-
anciana señora de Münster (Alema- sificaciones que hay en la música -si
nia) que quería ocultar su nombre. las comparamos con las de la pintura,
Como contar todas las idas y venidas la cerámica o los muebles- una ex-
de las supuestas sonatas hasta darias periencia interesante. A mi JUICIO, las
a conocer al público sería demasiado sonatas escuchadas -y presumo que
largo, baste decir que el entusiasmo las otras cuatro también- son músi-
se apoderó de Badura-Skoda que las cas espurias en las que Haydn no in-
creyó auténticas y de Robbins Lan- tervino para nada.
don -quien dijo que eran además de
altísima calidad-, El Instituto Haydn, En la segunda parte, Badura-
en cambio, aseveró desde el primer Skoda tocó los cuatro maravillosos
momento que eran una falsificación Paul Badura-Skoda FOTO: JESüS 20100 impromptus op. 90 de Schubert de
hecha por un autor moderno familiariza- manera plausible aunque estas par-
do con la música del XVIII. ¿Quién lleva- guna obra del programa. Eligió dos so- tituras puedan dar mucho más de sí. Es
ba razón? Todo esto, y mucho más, lo natas, bastante breves, las en do mayor un artista correcto, un poco corto de
contó Badura-Skoda al público que asis- y si bemol mayor que, la verdad y dejan- aliento y de virtuosismo algo tasado,
tió al concierto organizado por la Socie- do aparte los problemas del manuscrito pero musical y discreto. El público
dad Filarmónica de Madnd - n o se llenó -se había utilizado una pluma postenor aplaudió satisfecho aunque no entusias-
el auditorio siguiendo su costumbre de a 1830 y algunas indicaciones ortográfi- mado.
dirigirse al respetable para comentar al- cas no eran de la época del compositor
sino más tardías-, a mí me parecieron C.R.S.

A la gloria de Gaos y Pompey

Castillo de Manzanares el Real (Madrid). 9-VII-94, Obras de Mozart, Mendelssohn. Mo- del madrileño Ángel Martín Pompey.
nasterio, Turma. Gaos y Martín Pompey. Camerata del Prado. Director Tomas Gamdo. flagrante constatación de una nueva in-
justicia, hace lamentar que su amplísima,
madura, proteica y camaleónica obra

E
l gran aliciente de este concierto
de Camerata del Prado, la inclu-
sión de varias obras españolas in-
frecuentes, llegó de la mano del otrora
famoso compositor y violinista Jesús de
Monasterio. La interpretación de su An-
dante religioso nos llegó de un solo
trazo, como la composición misma, la
cual desmiente al Monasterio virtuosísti-
co y de salón cuya imagen, aunque in-
frecuente, nos es más cercana. En la Se-
ré nata de Tu riña posterior, obra gemela
según su autor de ía oración del torero,
aunque menos pintoresca, destacó el
canto del violín solista, con apuntes de
afable dulzura.
La segunda parte todavía deparaba
mayores sorpresas. La Impresión noctur-
na de Andrés Gaos posee empastes y
divisiones de las cuerdas que hacen
pensar en una versión hispánica de las
emocionantes confidencias de Dehmel
y Schónberg en Noche transfigurada. Lo
importante para el director es no des-
fondarse ni perder el resuello a medio
camino, pues la obra toda está construi-
da sobre los principios de tensión y re-
poso, aunque los climax vengan dados
más por la intensidad que cobra la me-
lodía que por las exageraciones dinámi-
cas. Garrido, muy concentrado, logró
dar vida a la obra estando muy atento a
los sutiles cambios y evoluciones del
tempo. y logró además que el final fuese
tan natural como contenido, Y después
la bomba, pues no otra cosa cabe lla-
mársele a una notabilísima obra de
autor español vivo. La Su/'ie-Dívert/menio
obtenga tan de tarde en tarde los bene-
ficios del estreno. En la música progra-
mada son muchos los aspectos dignos
de mención: la fiereza del Preludio, a la
par misterioso e inquietante, la trabazón
rítmico-contrapuntística del Mmueto, las
hermosas y obsesivas frases del Scher-
zo-Danza. agujereante, escarbador, la
seriedad centroeuropea del lento y, en
fin. el impecable oficio del Finale, exten-
sible a toda la música. La dirección su-
bordinada a tanta maravilla, mostrando-
la paso a paso. Algún día se dirá que
Pompey es un magnífico compositor,
p e r o yo q u i e r o e m p e z a r a d e c i r l o
ahora.
Joaquín Martín de Sagarmínaga

SCHERZO 23
ACTUALIDAD
La italiana en Madrid
Madrid. Teatro de la Zarzuela. 18-VII-94. Rossini: L'itoliana in A/gen. Raquel Pierotti (Isabe-
lla). Gregory Kuncte (Lindoro), Ruggero Raimondi (Mustafá), Maurizio Picconi (Taddeo), Mana
José Sánchez (Elvira), Itxaro Mentxaka (Zulma), Miguel López Galindo (Haly). Orquesta Sinfó-
nica de Madrid. Coro del teatro de la Zarzuela Director Alberto Zedda. Dirección de esce-
na, escenografía, figurines e iluminación: Pier Luigi Pizzi.
La italiana en Argel en el Teatro de la Zarzuela
P
roducción de la Opera de Monte-
cario de 1990 que se caracteriza
por su eficacia y sencillez. Se com-
pensa la posible monotonía del único
decorado con una iluminación variada y
un hábil movimiento de figurantes, lo-
grando sus mejores y más graciosos
aciertos cuando se les hace seguir el
ritmo impuesto por la música rossinia-
na. El vestuario es en general bonito,
pero es la protagonista femenina quien
viste los atavíos más espectaculares (la
producción se creó en favor de una
diva, la Valentín i-Terra ni), aunque no
todos son bellos. Zedda dirigió atento
al detalle, como de costumbre, y a la
transparencia de la lectura, Pueden ser
discutibles algunos tempi, que se desea-
rían menos lentos en una ópera de
tanta vivacidad, así como, a veces, un
poco excesiva la sonoridad del foso.
IsabeNa es un papel exigidísimo por
todos los ángulos: registro, estilo, colo-
ratura, sensualidad, poderío vocal. Aun-
que en todas estas condiciones, Pierotti
resultó desigual, en conjunto salió airosa
siempre, incluso, por momentos brillan-
te. Le faltó autoridad para algunas frases
y se mantuvo retraída en los concertan-
tes, pero, segura y musical, cantó muy
bien Per luí che adoro, con unas variacio-
nes deliciosas, y resultó de nivel su
Pense alia pama. El Lindoro de Kunde
24 SCHERZO
FOTO: ALCÁNTARA
empezó mal, con Languir per una bella.
de magistral planteamiento, pero con la
voz fría y destemplada (algunas notas
raspadas), que se desquitó en la caba-
letta. se creció en el dúo con Mustafá y
convenció en la página solista del acto
II. La línea es buena, el cantante prepa-
rado, los agudos no siempre bien pro-
yectados, el estilo ejemplar. El Mustafá
de Raimondi es tosco y primitivo, soste-
nido por una voz impresionante (algo
ya baja en agudos), con una coloratura
un poco sucia y una experiencia envi-
diable. Divertido siempre, encontró su
mejor momento vocal en Gia d'insohto
ardore nel pe tío y escénico en el terceto
del Pappatad. Picconi, que se turna en
Taddeo con Carlos Chausson, es un
cantante afecto a este repertorio para
el que tiene las condiciones idóneas.
M o d e r a d a m e n t e gracioso (el papel
ofrece posibilidades de desmadre), la
voz sonó muy bien en el centro y en el
grave. Elvira resultó muy graciosa, gra-
cias a María )osé Sánchez, que empezó
vocalmente a afirmarse bien avanzada la
ópera (dio los agudos del concertante
del final del acto I. que no todas hacen);
Haly quedó suficiente en la voz de Ga-
lindo. igual que la joven Z u l m a de
Mentxaca,
F.F.
Lavueltáde 1
Mana Bayo
Madrid. Teatro de la Zarzuela 27-VÍ-94.
Cantebube: 3 Coroones TOSCOS 7 condones de
Auv&na. Haendel: Anas de Gutto Cesare. Ma-
zarí Aria de Ludo Süla Voi avets un cor /edete.
E
scuché por vez primera a María
Sayo en 1990, cuando hizo una deli-
ciosa creación de la Susanna de La
nozze di Rgara en la Zarzuela. Fue un des-
cubrimiento que se confirmó al año si-
guiente con el Rinakh de Haendel. De su
actuación en ambas óperas hice cumplidos
elogios en las críticas correspondentes. En
el 92, un recital para SCHERZO volvió a
mostrarnos a una cantante en plena carre-
ra ascendente. Desde entonces. María
Bayo ha cosechado triunfos en Europa
con actuaciones en los teatros más impor-
tantes -Bastilla de París, Scala de Milán,
Covent Ganden de Londres- que están
asentando un meneado prestigio.
La voz de Bayo es la de una lírico-ligera
de no mucho volumen y graves débiles
pero muy bonita de timbre, fícil de emisión,
con armónicos, b cual hace que llegue bien
a toda la sala igual de color, regida por un
temperamento cálido y teatral pero nunca
exagerado, de buen gusto, fino y musical.
El reotal de la Zarzuela tuvo un grave
defecto: el programa. Habiendo tal canti-
dad de obras maestras escritas para voz y
piano, ¿por qué elegir unas que necesitan
orquesta? Si Bayo quiere ser una auténtica
liederista no puede hacer un progi-ama así
Además, las canciones de Canteloube, por
ej., son bonitas y alguna como Lo fiolaire
muy adecuadas para propina, pero toda
una parte dedicada a ellas es excesivo. Las
tres canciones vascas son inferiores a otras
de autores españoles que han cultivado el
foldore vasco. Haendel no suena bien con
paño -con un pequeño grupo instrumen-
tal la cosa hubiese sido muy distinta-, Mo-
zart tiene preciosas canciones -la propia
Bayo las ha cantado- y no tenia por qué
haber recurrido a transcripciones.
Por b demás, la soprano mostró sus mu-
chas virtudes a b largo del concierto con un
canto variado, vital y acorde con los textos
con voz siempre fresta y bien emitida -debe
mejorar bs tTios que en Haendel apenas lije-
ron esbozados- y con ese especial atractivo
que emana de la artista y que hace que el pú-
blico se le entregue. Es lástima que cantase
con partitura pues, además de no causar buen
efecto, produce secuelas, por e¡. no ejerolar la
memoria El mal trance que pasó en una pro-
pina, Tus q*3S negros cte Pala cuando, sin parb-
tura. se olvidó de la letra y tuvo que interrum-
pria estoy seguro de que se debió más a eso
que a una latía de preparación.
Alvarez Parejo acompañó con su ha-
bitual seriedad un poco gris.
C.R.S.
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Bach, Beethoven,
i? 401141
Byrd, Couperin,
I I . .fM*m V JWvH H.U.
7 ú Haendel, Haydn,
Lassus, Mozart,
Purcell, Scarlatti,
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ACTUALIDAD

SEVILLA

Final de temporada
Sevilla. Teatro de la Maestranza. 23-VI-94. Ciclo Música de las Naciones. Orquesta Sinfó- ejemplar al respecto me pareció el
nica de Sevilla. Director Yuri Temirkanov. Shostakovich: Sinfonía n" 7. 17 y 18-VI-94. Orquesta ofrecido los días 17 y 18 de junio en el
Sinfónica de Sevilla. Director luán Luis Pérez. Obras de Marín. Lisa, Beethoven. que se estrenó la Fantasía para orquesta
de Luis Ignacio Marín, Premio Turina del
l ciclo Música de las Naciones ha momentos, que también los ha habido, pasado año. y en el que actuaron Da-

E tenido un brillante final con ta ac-

tuación de la Orquesta Sinfónica
de Sevilla, bajo la dirección de Yun Te-
mirkanov. Fue una excelente idea la de
Al glorioso final, en el que parecía que
la música iba a romper los muros del
teatro, sucedió una explosión de entu-
siasmo, alegría y satisfacción por parte
niel del Pino Gil. Ganador del Concurso
permanente de juventudes Musicales de
España (1994), y Juan Luis Pérez, direc-
tor asistente de la Orquesta y Profesor
incluir al conjunto sevillano en el ciclo, de los oyentes y de los propios músicos de Música de Cámara del Conservato-
en competencia con las grandes or- que obligaron al maestro a salir no sé rio de Sevilla.
questas europeas, un verdadero reto cuántas veces, sin duda para que esa La Fantasía de Marín, en la que,
que no podía ser asumido con cual- admiración general le moviese a volver según palabras del compositor, «ha pre-
quier director. Por fortuna se contó con de nuevo por Sevilla al frente de la Or- tendido fundir diversos caracteres del
la extraordinaria presencia del caucasia- questa. alma humana» sorprendió por su retor-
no que había dejado un inolvidable re- no a procedimientos tradicionales. Una
cuerdo durante la Exposición Universal Terminaba así un ciclo que por des-
grana no ha de tener continuidad el valiente actitud, de extraordinarias posi-
al frente de la Orquesta de San Peters- bilidades, ante el espejismo del conti-
burgo. En aquella ocasión fue una sinfo- año próximo. Se argumenta que no ha
sido rentable, que el apoyo de las enti- nuo progreso. Bien dirigida por Juan
nía de Chaikovski, la n" 4, para ésta se Luis Pérez, el joven maestro dio nuevas
eligió al más sólido de los sinfonistas so- dades patrocinadoras ha resultado insu-
ficiente, que en conciertos como el de muestras de su saber como acompa-
viéticos, Shostakovich. con la n° 7, en do ñante en el Concertó para piano n° i de
mayor «Lentngrado»- Riccardo Chailly-Royal Concertgebou-
workest quedaron muchas entradas de Liszt, interpretado con prometedora
patio sin vender... Una lástima. Habrá madurez por Daniel del Pino. Pero fue
El público acudió masivamente tanto
por la oportunidad que significaba
poder oír esa complejísima obra
como por comprobar qué podía
dar de sí la joven formación sevilla-
na en manos de un mago, y el re-
sultado creo que fue para todos
superior a lo esperado. Nada más
empezar, aquella cuerda parecía
transformada. No había la menor
huella de tirantez, como suele ocu-
rrir con más frecuencia de lo debi-
do, sino empaste y flexibilidad, y lo
mismo en las otras secciones. Te-
mirkanov prescindió de la batuta
para servirse de sus brazos y
manos, o bien sólo de sus dedos o
de una simple mirada. Todos los
músicos se veían atentísimos a sus
indicaciones, y no sólo al principio
sino durante los largos 75 minutos
que dura la Sinfonía.
En el Allegretto habría que des-
tacar el pasaje del inmenso cres-
cendo, tan inequívocamente rave-
liano, en el que el director dio una
lección de cómo dosificar ese cau-
dal, casi imperceptible en su co-
mienzo, hasta el apoteósico estalli-
do final discordante y furioso. Yuri Temirkanov en su anterior visita a Sevilla FOTO: FERNANDO AÍDA

Luego la vuelta al nocturno con su

atmósfera lúgubre y las reminiscencias
del tema primero. Un primer movi-
miento expresado con una claridad y
una convicción poco comunes. En los
tres restantes Temirkanov coronó cuan-
to había dicho e insinuado en el prime-
ro, y lo más sorprendente de todo es
que la orquesta respondía con una con-
junción y coherencia como nunca antes
lo había demostrado ni en sus mejores
que replantearse la programación para
las nuevas temporadas, sobre todo
ahora que el Teatro cuenta ya con un
director estable que no puede obviar la
demanda de Linca, Opera, ballet, con-
ciertos sinfónicos por la orquesta propia
y por otras invitadas, grandes solistas..,
Todo puede ser compatible, sin perder
de vista la conveniencia de incluir a jó-
venes compositores e intérpretes. Y
en la Octava de Beethoven donde su
batuta, vigorosa y precisa, alcanzó sus
me|ores cotas. Una lectura de Beetho-
ven muy en la línea del Clasicismo vie-
nes, despojada de romántica retórica,
que le afirma como un nuevo valor a
tener en cuenta en el panorama de la
dirección en España.
Jacobo Cortines

26 SCHERZO

VALENCIA
Impecable Monteverdi
Valencia. Palau de la Música. 2I-VI-94. Montevendi: Madrigal: guemeri el amorost. La Ca-
peía Rejal de Catalunya y Hespénon XX. Director Jordi Savall.
ordi Savall cerró con
J enorme éxito el ciclo
de seis conciertos or-
ganizado por la Universi-
dad Politécnica de Valen-
cia con ocasión de su 25°
aniversario y que alcanzó
gran calidad en sus tres
últimos conciertos: los de
Frank Peter Zimmermann,
Grigorij Sokolov y éste di-
rigido por Savall. E! músi-
co catalán ya se habíí
presentado en Valencia
en 1993, en la Iglesia de L
Compañía, con obras de
Monteverdi y con El cant
de la Slbil.la perteneciente
al cancionero de la corte Jordi Savall
valenciana del Duque de Calabria, En
el concierto del Palau se reunían ma-
drigales del libro VIII y la parte Hrsj e
Clon. Baile concertado con voces e ins-
trumentos a cinco del libro Vil. Desta-
có, por encima de cualquier conside-
ración particular, la conjunción de
todas las voces e instrumentistas, la
delicada modulación y la personalidad
estilística. Para refle|ar bien la interpre-
tación de Savall hay que recordar las
palabras del propio Monteverdi en el
prólogo de su octavo libro madrigales-
co, en donde habla de tres afectos bá-
t I anto la orquesta Collegium Instru-
sicos, la ira, la templanza y la humildad,
recuerda los tres géneros musicales,
«concitato». «molle» y «temperato»,
y confiesa su propósito de componer
en estilo «concitato», del que afirma
no encontrar ejemplo convincente en
la música del pasado. En segundo
lugar, hay que repetir la conocida defi-
nición que del estilo madrigalesco hizo
Athanasius Kircher en 1650: «Estilo
italiano por excelencia, alegre, activo,
lleno de gracia y suavidad, indulgente
con las disminuciones vocales y huidi-
zo, cuando lo requiera el texto, de la
lentitud», para expresar fundamental-
mente el dolor y el amor. Estos textos
nos facilitan la descripción de la ver-
sión de Jordi Savall. La interpretación
del género «molle», de los afectos
amorosos, resultó impecable y rica en
matices; las sinfonías y balh, llenos de
encanto en el timbre y en el ritmo.
Entre las voces solistas destacaron las
de Montserrat Figueras en Tra e Clon
y las del tenor Lambert Climent y el
bajo Daniele Carnovich, todas dueñas
de un magnífico fraseo. En las piezas
..miento de las voces. El trabajo de Díaz
FOTO: RAFA MARTÍN
Modesto y sorprendente
/alenda. Palau de la Música, 2 1 . 24 y 26-VI-94. Mozart: Le nozze á Fígaro. Collegium
nstnjmentale, Voces del Taller de Opera de Valencia. Dirección escénica; Jaume Marto-
II. Dirección musical: Rainer Steubing.
mentale c o m o este Taller de
Opera son creaciones del Palau de
la Música de Valencia. Se ha hablado ya
en estas páginas del trabajo de este taller
con la presentación de jóvenes voces va-
lencianas en un recital dedicado a L'elisir
domare y Carmen. Con la representación
camen'stica de Le nozze di fígaro se de-
muestra la validez del proyecto. Dada la
calidad alcanzada, que en muchos mo-
mentos fue equiparable a las versiones
habituales en teatros de ópera, este pro-
yecto exige apoyo y continuidad. Y tam-
bién su articulación en la esperada tem-
porada de Ópera que necesita Valencia.
Pero ello depende de posibilidades y cir-
cunstancias que exceden la estricta críti-
ca musical. Para la ópera de Mozart se
habilitó un pequeño foso en la sala de
cámara del Palau y una escena estilizada
y eficaz, con una acertada iluminación y
un vestuario excelente realizado por los
estudiantes de la escuela de Artes y Ofi-
cios de Valencia. La preparación de trajes
y elementos escenográficos se recogie-
ron en una exposición. La orquesta, diri-
gida por Steubing, logró mantener el
pulso vivaz y la articulación ágil. En el
transcurso de las tres representaciones
se comgió parcialmente la tendencia al
mezzoforte continuo y el acompaña-
ACTUALIDAD
deudoras del estilo «concitato», el
que debe comunicar la agitación colé-
rica o el ardor guerrero, la inter-
pretación resultó, desde mi
gusto, excesivamente atempera-
da. La línea vocal, cubierta, poco
incisiva, huyendo de la vibración
y el mordente. conviene a los
madrigales amorosos y no a los
guerreros, y vuelve a plantear el
debate sobre la recuperación del
canto antiguo. A la gran musicali-
dad de voces e instrumentistas
hay que añadir la sorprendente
belleza de sonido, el fraseo y el
volumen de la viola de gamba de
jordi Savall. Y de|ó en el público
el deseo de escucharlo en recital
solista o a dúo.
Blas Cortés
Zamora y jaume Martorell, en interpre-
tación escénica, y de Ana Luisa Chova
en lo vocal, fue en general convincente.
Los errores escénicos fueron aislados y
siempre debidos a un exceso de movili-
dad (reactivo al estatismo antes domi-
nante): así en los movimientos de baile
de Susanna que desviaban con imperti-
nencia la atención de lo esencial, el Voi
dte sópete de Cherubino. o los giros de
los personajes al final del pnmer acto,
que desconcertaron a veces el concer-
tante vocal. De entre el nivel medio y
homogéneo de las voces destacan clara-
mente las de Patricia Uoréns (Condesa),
Marina Rodríguez (Cherubino), Carlos
López (Figaro), Josep Miquel Ramón
(Conde) y Antoni Aragón (Basilio).
Menos hechas, pena prometedoras y
con los lógicos altibajos (bien en mante-
ner con regularidad la proyección o la
expresión) las de Elena de la Merced,
Santiago Santana, Gemma Roig, Olga P¡-
tarch y Tomás Puig. En conjunto, una
versión sorprendente y gozosa teniendo
en cuenta su economía de medios y la
muy difícil partitura. Y una importante
propuesta entre otras que se apuntan en
Valencia para solucionar la vergonzosa
carencia de una temporada estable de
ópera.
SCHERZO 27
 LAS C O L E C C I O N E S
D E L I N S T I T U T O D EC R É D I T O O F I C I A L

Colección de PINTURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA, centrada en el brote de

creatividad que se da en España en los años 70 y 80. Alcolea, Barceló, Campano,
Navarro Baldeweg, Mira, Sicilia, Pérez Villalta. Broto. Arroyo. Carlos Franco, Araat,
García Sevilla, Pilar Insertis, Nagel, Albacete, Carmen Alvarez, Lamazares, Alberto
Romero, Urzay. Villalba. Hay cinco anistas que preceden a este grapo: Fraile, Gordülo,
y Rafols Casamada en España, José Guerrero y Esteban Vicente en Nueva Yoá.

ESTEBAN VKENTf
SUvw Grey, 1 9 8 0 .
Oleo/ÜsnjQ
162,5 x 132,1 ans.

Una Colección de ESCULTURA MODERNA ESPAÑOLA

ALBERTO SÁNCHEZ. Ira» mujeres paswndo.
1 9 5 6 / 1 9 5 8 . Temple, I.Chino/papel 63 145 cms.
Hommaj* a las mvjtrM. 1 9 6 0 / 1 9 6 1 . Chapa de hiero óO x 25 x 17 ene.
CON DIBUJO, reúne esculturas de artistas españoles
y dibujos escultóricos de los mismos.Su carácter de colección
con un contenido previamente definido le da una unidad y un
intencionado carácter didáctico.
Julio González, Pablo R. Picasso, Juan Gris, Joan Miró,
Pablo Gargallo, Ángel Ferrant. Alberto Sánchez, Torres García,
Manolo Hugué, Antoni Gaudí, Salvador Dalí, Jorge Oteiza,
Eduardo Chillida, Susana Solano. Palazuelo, Martín Chirino,
Antoni Tapies, Jaume Piensa, Juan Muñoz, Schlosser,Alfaro,
Julio López Hernández, Miquel Navarro, Navarro Baldeweg,
Miquel Barceló, Eduardo Arroyo, Eva Lootz, Víctor Mira.

SUITE VOLLARD DE PICASSO una de las poquísimas colecciones

completas, de la que se considera obra cumbre del grabado
moderno. Realizada entre 1930 y 1937. Cien grabados y
aguafuertes, agrupados en cuatro series: El Taller del Escultor,
El Minotauro, Rembrandt y La Batalla del Amor.

PABLO RUIZ PICASSO

Minotauro acarkianda a ino

Cobre/punlu soco 30 x 37 CITS.

• 1Q0
Instituto de Crédito Oficial
 ENTREVISTA

Christine Weidinger,
entre Mozart y elbel canto

Weidinger en el papel de Doña Ana en el Festival Mozart.

hristine Weidinger ha estado recientemente en Madrid convocada por el Festival Mozart

C para asumir el papel de Doña Ana en Don Giovanni. El público madrileño ya la había
aplaudido en otro rol de Mozart. e¡ de Fiordiligi de Cosí fan tune. En las dos prestaciones,
la cantante norteamericana ha demostrado la solvencia vocal, la solidez técnica y la sutil flexibilidad
interpretativa que exigen ambas partes. En su conversación con SCHERZO, Weidinger explica por
qué caminos ha llegado a dominar la extensión de registros y el tesoro de expresiones que requiere
el compositor saizburgues. De algún modo, la cantante recoge la inquietud y la herencia de otras
sopranos del inmediato pasado (Callas. Scotto, Sutherland, Caballé) que intentaron dominar
distintas tesituras vocales, sin encasillarse en las clásicas categorías de soprano lírica, dramática
o de coloratura. Cabe destacar, como rasgo personal, la instalación de Weidinger
en el campo mozartiano, que apenas fue rozado por las anteriores colegas.
A ello se agrega que cuenta entre sus creaciones las más espinosas criaturas de Mozart,
las antes mencionadas, más Konstanze, Vitellia y Elettra.

SCHERZO 29
ENTREVISTA

CHERZO.—Su catrera empezó con el repertorio ita- modos, no abandonaré ni a Mozart ni el belcantismo.

S
liano, ¿verdad? S.—¿Qué diferencias marcaría entre Mozart y el be/contismo,
CHRISTINE WEIDINGER.—Sí. pero de una mane- desde eí punto de fisto de su cuerdo de soprano?
ra casi fortuita. Cuando estudiaba en la Universidad CW.—Mozart es más instrumental. No es que exija mayor
me presenté a un concurso, organizado por el Me- cuidado ni mejor estilo, según se dice a veces. El canto mozar-
tropolitan de Nueva York, cuyo premio era un tiano es instrumental en el sentido de que forma parte del
contrato. Me comprometieron para algunas partes conjunto; es como un instrumento más de la orquesta. La so-
de mezzosoprano lírica, pero no porque yo tuviera tal tipo de prano belcantista es como un instrumento solista, acompañado
voz, sino porque mi órgano era ya muy flexible y me usaron por la orquesta. Esto demanda una mayor estilización. Mozart
para toda clase de papeles. Cada vez que me proponían una no permite ninguna distracción y, en este orden, es más riguro-
nueva personificación yo decía automáticamente: «Sí, puedo so y, si se quiere, más n'gido. El bel canto permite mayores li-
hacerlo». Así canté la Freía en Dos Rbeingold, bertades. Es un canto más distraído, si se permite
pero también Woglinde (por supuesto, no en la la expresión, quiero decir más expansivo.
misma noche), alguna de las Walkirias, Stephano
S.—Hablemos de sus personajes. ¿Cómo es la
en Romeo et Juíiette de Gounod / Elvira en Lita-
Armida de Haendel?
liana m Algen al lado de Manlyn Home. Elvira es
una parte muy aguda y de coloratura. Canté
El canto CW.—Canté esta parte en el Teatro La Fent-
estos papeles en noches sucesivas, alternando ce de Venecia con dirección escénica de Pier Luigi
con la Frasquita de Carmen. mozartiano Pizzi, objeto de una grabación en vivo. Armida es
una mujer muy airada o muy enamorada, pero en
S.—¿A partir de cuándo estableció su voz como es como un todo caso siempre es muy. PIZZI dio a esta Armida
un carácter demoníaco y barroco. Ustedes lo sa-
netamente de soprano?
C.W.—En realidad, yo siempre fui una sopra- instrumento brán porque esa puesta en escena se conoció en
Madrid.,. (En efecto, con berganza o Onthia Clarey
no. Lo que ocurre es que poseo un generoso re-
gistro grave, que me ha permitido abordar las
mencionadas partes de mezzo lírica. Ahora sólo
más de la y Ulan Watson). La Armida de PIZZI canta su aria
di sortito sobre un carro tirado por dragones, ves-
tida de rojo y con un tocado de plumas también
lo hago muy excepaonalmente como hace tres
años en el Liceo de Barcelona, donde asumí Eli-
orquesta rojas, en medio de efectos de tormenta. En Lisboa
sabetta de Mana Stuarda de Donizetti, parte que coincidimos Berganza que hacía Rinaldo y yo en
suele adjudicarse a una mezzosoprano. Algunas esta ópera y producción.
noches canté también como Mana Estuardo sus- S.—¿Cómo es Serniramide?
tituyendo a Daniela Dessi que estaba enferma. CW.—Es el tipo de personaje que prefiero, personajes
S.—¿Se considera entonces una soprano Land Rover? que decaen trágicamente, que se van alterando a lo largo de la
C W , — E s una graciosa definición, pero prefiero explicar el ópera, porque no son de una sola pieza y, más que personajes,
fenómeno como una evolución vocal. Cuando fui a estudiar a llegan a ser personas. Me gusta representar mujeres así. como
Alemania, rendí algunas pruebas para casas grabadoras que Vitellia o Lucrezia Borgia, que viven diversas experiencias.
me encasillaron como soprano soubrette y me adjudicaron pa- S.—Pero eso es todo to opuesto a Lucia, que es más pasivo..,
peles como Susanna en Las bodas de Fígaro (que yo no consi- CW.—Sí, es una víctima. Como también es el caso de
dero una parte de soubrette sino de una
suerte de joven Condesa). Mi Susanna
gustó mucho, pero la escucharon más bien
c o m o una Susannetta y me siguieron
dando personajes en diminutivo: Zerlina,
Despina, Marzellina, A mí esto no me gus-
taba nada. Cambié de casa grabadora para
pruebas y el siguiente director que me es-
cuchó en las pruebas me dijo; «Usted no
es una soubrette, debe abordar el gran re-
pertorio y orientarse hacia el beí canto ita-
liano». Me sugirió que estudiara Violetta y
Lucia y yo me sentí, al fin. segura sobre
mis pies, porque era exactamente lo que
yo quería. Entonces empecé a cuidar mi
registro, de modo que la voz no se fuera
ni muy arriba ni muy abajo. Estudié las tres
remas de Donizetti (Bolena, Stuarda y Eli—
sabetta). Norma. Gilda y, por supuesto,
Violetta, que es el personaje que más me
gusta. Ahora estoy insistiendo en los gran-
des roles verdianos. Empezaré por Aída.
Luego intentaré la Leonora de II Uovaiore y
la Amelia de Un bailo in mascbera. Me
atraen las heroínas trágicas.
FOTO: RAFA MARTIN
S.—¿Considera que Alda es un papef ne-
tamente dramático? Gilda. No me gusta hacer de víctima.
CW.—Esa es la opinión corriente, pero yo creo que Aída S,—Pero Violetta también es uno víctima...
es una parte lírica que exige, eso sí, una voz de cierta anchura. C W . — N o exactamente, porque Violetta elige. Lucia no
En este caso lo conveniente es que Amnens sea una mezzo puede elegir y se vuelve loca. Me gusta de esta ópera el dúo
muy dramática, para establecer el debido contraste y exaltar con el hermano, porque en él Lucia discute y plantea lo que
el lirismo y la simpatía que debe irradiar Aída. De todos quiere hacer. En ese momento se libera de su carácter victimal.

30 SCHERZO

S.—Sigamos con ios víctimas María Stuarda, Anna dolería...
C.W.—En efecto, son víctimas, pero su carácter de reina y
la grandeza de la música donizettiana les da una dimensión
ma¡ estuosa.
S.—De la trilogía Tudor donizettiana, usted canto también
Elisabetta de Roberto Devereux, en cuya aria final existe una
frase. «La regina d'lnghikerra bo veduto lagrimar», que parece
estar hecha para demostrar su registro vocal.. •
C.W.—Gracias. En esa hermosa frase llego hasta un re so-
breagudo, antes de descender a la nota más grave.
S.—Entre sus interpretaciones mozartionas no figura la Con-
desa, ¿por qué, si usted posee la voz ideal para el papel?
C.W.—He cantado la Susanna pero no la Condesa. No sé la
parte, aunque he estudiado las anas y el duetto de la carta. No
he representado la Condesa ponqué nunca me lo han pedido.
S.—Usted canta dos panes mozartionas muy contrastadas,
Konstanze y Elettra.,.
C.W,—Sí, son muy distintas en lo vocal y en lo psicológico.
CHRISTINE WEIDINGER
Elettra es como Vitellia, muy po-
tente y compleja: una persona.
Elettra añade su naturaleza mági-
ca, sus facultades de maga. Kons-
tanze es una muchacha joven en
mala situación.
S.—En sus íecturas de Elettra,
¿incluye el aria de la locura, que al-
gunas sopranos suprimen?
C.W.—Sí, por supuesto. Sin
ese ana, el personaje queda in-
completo y carece de remate y
brillo. Hay que tener en cuenta
que Elettra. sin ser exactamente
una soprano dramática es una líri-
co spinto con coloratura y tiene
que mostrarlo en los momentos
oportunos. En cambio, Konstanze
es una lírica neta, también con co-
loratura. pues llega hasta un re so-
breagudo. Opino que no debe ser
una soprano ligera, porque enton-
ces el persona|e se desvirtúa y no
contrasta con Blonde. N o hay que
confundir suavidad con ligereza.
S.—Usied es de las pocas so-
pranos que ha cantado las tres mu-
jeres de Don Giovanni, ¿cómo las
caractenzaría?
C.W.—Debo aclarar que sólo
canté Zerlma en mis años de estu-
dio en Stuttgart, cuando era consi-
derada una soubrette por los ale-
manes. Sin embargo, es un papel
que han abordado también mez-
zosopranos lincas como Frederica
von Stade y Rosalind Elias. Zerlina
es un personaje típico: una mu-
chacha de campo que quiere ca-
sarse y el día de su boda se con-
vierte en una virgen exatada por la
cercanía de su marido Masetto. Se
c o l o c a en una mala situación
cuando D o n Juan le p r o p o n e
abandonar a su esposo y casarse
con él. Mientras Zerlma cede ante
Don Juan está pensando en Ma-
setto, a quien sigue queriendo y
deseando. Lo que le atrae de Don
Juan es la posibilidad de convertir-
FOTO: RAM MMTÍH se en una dama. Es un papel muy
difícil de representar porque hay que mostrar al espectador lo
que Zerlma piensa, que es lo contrano de lo que canta, sobre
todo en el duetto con Don Juan.
S.—¿Y doña Elvira?
C.W.—Doña Elvira es el personaje más interesante de los
tres. Ella ama realmente a Don Juan, lo ama como ai compa-
ñero de su vida. Lo quiere como marido, o sea, como hom-
bre que le deba fidelidad, pero también lo quiere como per-
sona. Se puede representar a Doña Elvira como un carácter
también virginal, como una mujer dispuesta a ingresar en un
monasterio, una virgen fogosa que toma iniciativas. Pero puede
representarse de manera contraria. Yo la canté dos meses se-
guidos y llegó a hartarme. Entonces una noche, decidí hacerla
como si estuviera embarazada (ella, no yo), tal como si Don
Juan la hubiese preñado y Doña Elvira reclamase por su honor
públicamente mancillado. Fue mi mejor Doña Elvira.
S.—En Madrid usted canta Doña Ana...
C.W,—Doña Ana es una muchacha a punto de convertir-
SCHERZO 31
ENTREVISTA

se en mujer, pero no es una mujer madura como puede des-

prenderse de ciertos momentos dramáticos de su vocalidad.
Más bien, quien es maduro o tal vez viejo sea Don Ottavio,
un amigo del Comendador, suponemos que de su misma
edad, y que vive en el mismo palacio. Esto se advierte en la
escena ¡nidal cuando Don Juan intenta violentar a Doña Ana.
Ella no sale a la calle a pedir auxilio, sino que acude, supuesta-
mente, a las habitaciones de Don Ottavio. Su afección por el
padre es un tanto anormal. Ha perdido a su madre hace mu-
chos años y esto hace que el padre se haya convertido en lo
más importante de su vida, más importante todavía que el
propio Don Ottavio.
S.—Usted ha subrayado el carácter virginal de las tres muje-
res, ¿es la virginidad lo que fascina a Donjuán?
C.W.—Sí, seguramente. Lo dice Leporello en el aria del
catálogo, «sua passion predominante é la giovm principiante,
la picana é ognor vezzosa». La virgen es un obstáculo al ím-
petu varonil. Don Juan se fascina por el obstáculo.
S.—Haciendo un inciso sobre un tema de gran actualidad,
¿qué piensa usted de fas versiones operísticos con instrumentos
originales?
GW.—No me gustan nada. Nunca canto con tales acom-
pañamientos. La afinación nunca es justa y eso dificulta la altu-
ra del sonido en la voz. Además, como dice mi marido, que
también canta, el zumbido de los instrumentos antiguos dis-
trae al intérprete y al público y no permite una buena audi-
ción. Una nunca sabe si están haciendo la, si o do. En mi opi-
nión, sólo sirven para acompañar a las voces infantiles.
S.—En cuanto a los directores, ¿podría destacar alguno con el
cual haya trabajado?
CW.—Sí, Richard Bonynge, con el cual grabé un compac-
to dedicado a óperas de Donizetti. Tiene el método ideal

Christine Weidinger como Fiordiligi en Cosí tan

para trabajar: preparar cada día, durante un par de semanas,
en la intimidad de la casa, el repertorio, Es una tarea de puli-
do, hecha por un especialista, que conoce profundamente el
estilo del autor y los detalles de cada partitura. A veces, yo le
comentaba las versiones donizettianas de su mujer. Joan Sut-
herland. Él me aconsejaba que olvidase totalmente a Suther-
land y sólo pensara en mi propia voz. Otro director con quien
también me encanta trabajar es Henry Lewis, el antiguo man-
do de Marilyn Home. Era contrabajista y se improvisó director
una noche en que éste cayó enfermo, un poco lo mismo que
le ocurriera a Toscanini.
S,—¿Qué tipo de grabaciones prefiere, las de estudio o las en vivo? bueno y no permite que la voz fluya, la interpretación puede
C.W,—Las en vivo. Grabar en estudio es como editar li-
tune en el Festival Moiart de 1993.
bros para una biblioteca: cada cantante es
un volumen, Pero el canto es siempre
peor que en la realidad de una función. El
protagonista de las grabaciones no es el
cantante, sino el ingeniero de sonido. Si
voy a ser sincera, diré que no me gusta
grabar en estudio. El espado es muy es-
trecho y la falta de público quita a! canto
una dimensión esencial. Por otra parte, las
grabaciones en estudio no muestran una
interpretación sino un montaje hecho con
diversos fragmentos de dicha representa-
ción. Por ejemplo. Zinka Milanov está
mucho mejor en vivo que en las grabacio-
nes de estudio. Me refiero a sus actuacio-
nes por la radio o en el Metropolitan:
FOTOS: PAFA MARIIS Aída. Norma, Gioconda, Maddalena de
Andrea Chemer...
5.—Volviendo al tema del belcantismo, ¿qué pareados o dife-
rencias encuentra entre tos tres moestros del bel canto. fietí/ni,
Rossini y Donizetti?
CW.—Tengo una especial afinidad con Bellini y Donizetti.
Rossini me resulta muy difícil. A pesar de ello, he cantado vanos
roles serios rossinianos. Estoy muy contenta con mi Armida,
menos con mi Semiramide. También he cantado Anna Calbo
de Maometto Secondo, Amenaida de Tancredi. Elena de Lo
donna del fago y Lisinga de Demetno e Polibio. En Rossini el can-
tante depende demasiado del director, Si éste no es muy
malograrse. Las dificultades del canto rossiniano se pueden

32 SCHERZO
 Orquestra
simfónica de
Barcelona
nacional de
Catalunya
Temporada 1994-95
OCTUBRE V>e. 25 Sáb. 26
Franx-Faul Decker, director
Dom. 27 FEBRERO ABRIL
V * 21 Sób. 22 Dom. 23 María Jone Marios, soprano Vie. 3 Sáb. 4 Dom. 5 Vie. 1 Sáb. 2
AnloniRos Marbá, directa' Franz-Paul Decker, director Gunther Herbig. director
Repetición del programa inaugura! de Gerhard: 'Alearías Amlr Katz, piano Juna Clapsld, piano
Pueyoí "Cap al meu silenci (q^uiro tPremio Marín Cunáis I993>
la Orquesta Mmiiciput de Barcelona íiini.L(>nfs par^ vc>? y arquC^UiJ Hlademlth: Moljniorfasís sinfónica
Wagxier; Los nuestros cantores. Korngoldi "Sinfonielia, op S Rachmaiünov] Concierto para piano y sobre un lema de Weber
O lien Lira orqiK'513 núm. 2 Mozart: Ointit-no pam piano y oTq
Hándelí Cuniurio grosso, op. 6/6 5ho«Lakovich: 'SmfimiJ nüm H. op CiS riLiii). 23. ^ **HH
Beethoven? Sinfonía níim. b, op 68 DICIEMBRE nT íintunia núm S
Debussy: l'rélude a 1 apiL-i-midí d un V>e. 2 Sáb. 3 Dom. 4 Vie. 17 Sáb. 18 Dom. 19
Atocander Rahbarl, dirvítor Heinz Wallberg, duvcUir Vie, 7 Sób. 8 Dom. 9
Falla: E¡ sombrero de líes picos Angrl Jesús García, ftutin Gunther Herbig, dinxtor
Los ¡"ecinos Bnickner: "Sinfonía nüm. i Roben Cohen> nolonceta
Beetbovca: L^iinciru nüm 3- Qh^nurj
Danza del molinero GerhanL Cuncirno para vioLín y orq
Straussx Tul Eulenspiegel, op. 28 Vie. 24 Sáb. 25 Dom. 26 Schumana: Contieno para violoncelo >
Slravlosky: TVtruuka 5* 5krawac2ew9lcyh Uirvctttr
David lively, píaiin Bruckner: Sinfonía nútn. 3
Sáb, 29 Dom. 30 V*. 16 Sáb. 17 Dom. 18
Josep Poos, director Bedhdven: Qinolá, op. 62. Ot>enurj V*. 21 Sáb. 22 Dom. 23
Enunanuel Krivine, Um\li>r Banók: Concieno para piano y orquesta
Úrsula Oppen&T piano David Buonloo, ruilomel Dmltrl Kita|ftiko, ditvetar
O incierto en el marta del Festival de núm. 2 Viadimir Kr^injev, piano
Ettint Carter/fosep Soler de la Fundación H. Inmole; 'Tre.s sonjeas del Padre Soler BrahmS; Sinfonía nüm. L op. 68
ChalknvsU: Varíauunvs Jhxtxto, op ü liadav- 'El !ago encamado, op. 62
ia Ceiixa' Brahoui Sirlunb núm. 3. (>p. 9U LLadoví "Baba-Yaga, op. %
'Faníarc de l'Eventail de feanne MARZO Schnltlkt; •CoiKienu p-JrJ pijno y
Cárter: "Concierto para piano y orq Ve. 3 Sáb. 4 Dom. 5 mt-rdj^
Soler: "Dos poemas para orquesta ENERO Alexaader Dmitriev. director Chaikovski: Sinfonía núm, 5, op. 64
Ravel; La VUISL- Sáb. 14 Dom. 15 Tlimón Bario, piano
Arturo Tamayo, director GUnka: Rjsskin y Luümillá. Ob^nurj Vie. 28 Sáb. 29 Dom. 30
Andrea Cappelletll, \ioiin
NOVIEMBRE Chalkov»kis Concierto para piano y
<>n.]U(.'siu riLiiii ]
Vkior Pablo Pera, itinvttir
Leónidas Kavakos, ¡•ioli'1
Vie. 4 Sáb. 5 Dom. 6 i "Concierto gregoriano para Sibellus: .Sinfoníj núm. 2, op. 45 Monlsahalge: "Brik a Brak
Isaac Karabichev»kyt director violin y orquesta
Magdalena Barrera, arpa p . en d rCíiit-rdo Sób.M Dom. 12 iirt|Lmta. "p- ñl
Bal»ach: * Y ¿sumes grolescjs RaveL Daphnis el Chloé GUben Varga, director Shostakóvictu Sinfonía núm. 12. up. H
Ginastera: Contieno para arpa y Christian Piorna, liitínncefa
orquesta, op 25 Vk. 20 Sáb. 21 Dom. 22 Mozari: "Sinfonía núm. 14, K. 114 MAYO
Bartule: Concierto para orquesta Paul Polivnkk, diretft/r BenguereL Concierto para violoncelo y
Antooi Besses. piano orquesta
Sáb. 6 Dom. 7
Dvorak: Sinítinia núm K. op. 8H Franz-Paul Declter, director
Vie. 11 Sáb. 12 Dom. 13 NiiJx: "EspiraIL-S
Chamal Juilleí, iiuiiu
Elio Boncompagnl, director Baitok: Concit'no para piano y orq. núm. 3
Caries Trepat, guitarra uadrc^ de Vw. 17 Sáb. 18 Dom. 19 Bach/SchónbíTg! "Pa'liidio y fuga, en
mi bemot. BWV Í52
ftossini; La g:i7*a ladra Salvador Mas. director Berg; CuntieiTn pan vinlin y tirqnesu
Berio: 'Variaciones para orquesta de Lena Lootens, soprano Schubert; Sinfoniu núm. H
íJnYJTA
Ve. 27 Sáb. 28 Dom. 29 Sfrauss: Quüiro úliimas canciones
Franz-Pral Deckerh d¡nt tur MaUen .Sinfoníj núm 4
Valí*: Contieno para guitarra y Soprano a di-it-riinnar
orquetfa DenuideCle Greevy, mezzo V«. 12 Sáb. 13 Dom. 14
Beethoven: Sinfonía núm 1. op. íó Paul YtVft Ivnor Vie. 24 Sáb. 25 Dom. 26 Franz-Paul Decker, dint'tor
Oskar HDlebrandt, barítono Salvador Mas, director Solislas a dcierminar
Sáb. 19 Don.. 20 Coral Carmina SuJisEUs :i dL'lLTininjr Centenario ttel nacimiento de Edtítirtl
Bernhard Güller, director Coro colaborador de la OBC Orfeó Caula ídir.Jonti Casas) Toidrá
Jordl Camell, punto Centenario del nacirnltntio de Fjttmní
r^ 'Quaini t."ancnínc^ de juvcniud Tnittrú Toldrái El gínivok de maig (Ópera en
Dvorak: Carnaval, op 92. Obertura Hans yGrethe. fantasía de D. Joan versión contieno)
k'nn Nerung, Serenata de DJoan Toldri: Empúries: 'Cumperob: "Sol ixenl
Albénta "Contuerto para piano y orq. Bectbov«fi¡ SinfonLi núm 9, op 12*?
Mahler: 'Das Klagende Liud (completo! - Pnmera uuilitKM /wra i" (Inpuwu " Barran
Sboslakóvlch: Sinfonía nüm. 10, tip- 93

Ger.erdlitat üt- Catalunya \ i ' i i t j i i u c v i i s uhiiiiii?*: hl !,"> \ i i *.JL- ^i | I [ H I H I > J C . i.U-

Departament de Cultura \ LI I . i k ' i . i m 11 ¡ M I ] Muri u l n n . i

\cnt:i anticipada de localidades: A p.trlir tkl d u I
* i i i i i k - * i J k 11 - . 1 - I I 11 \ —_ «I •. 1 L 11 •>. d i ' I 5 ! , ( J l h 1

\Vnüi "Je UKulid;idcs por ulcf

Ajuiitnnieni ^ de Barcrloiia
ENTREVISTA

agravar. Yo he cantado en Okla-

homa la Armida ba)o la dirección
de Richard Bradshaw, que es
para mí el modelo de director
rossimano, y con cinco tenores,
¡Dios mío, menos mal que apa-
recía uno por vezi Recuerdo,
como curiosidad, que el Rinaldo
era un tenor que cantaba su pri-
mera ópera italiana. Hasta ese
momento sólo había cantado
ópera moderna y jazz. Los melis-
mas le salieron perfectos.
«(Cómo haces para tener tan
buena coloratura?». le pregunté,
y me respondió: «Porque es la
misma vocalización que uso can-
tando |azz».
S.—Hasta ahora usted se ha
referido a sus papeles belcantis-
tos y rnozartianos, pero en el
Liceo ha cantado Nedda de Pa-
yasos...
C.W.—Es un papel que
aprendí a cantar en alemán, por-
que, para los alemanes. Nedda es
una soubrette. Pero, en realidad,
se trata de un papel lírico con
momentos bastante dramáticos.
S.—¿Le gusta la opero mo- FOTOíRAf:A MARTIN
derna?
C.W.—Adoro a Puccini. pero la ópera contemporánea no mann. El canto de cámara es más libre y más abierto que la
me gusta nada. En Alemania canté algo de este repertono, por ópera, pero más difícil, porque hay que cantar una sección del
ejemplo La zapatera prodigiosa de Udo Zimmermann basada concierto, salir del escenario por pocos segundos y volver a
en la obra de Federico García Lorca, Después de la función, la entrar. El esfuerzo de concentración es continuo y dura todo
comenté con el autor y le dije que me parecía muy difícil por- el concierto. En cambio, en la ópera, la concentración dura
que la línea de canto es muy abrupta, pero que me gustaba es- quince o veinte minutos y luego uno se va al camarín y des-
pecialmente un determinado pasaje. Luego, cansa. Me gustaría poder cantar música de cámara,
un amigo español, me hizo saber que se
trataba de una canción folklórica.
U pero me resulta muy difícil organizar un programa
con vanas secciones. No me siento capaz de pasar
S.—Entre sus sopranos favoritas, ¿prefiere de un autor a otro en la misma velada.
Las grabaciones
hablar de tos del pasado o de las del presente? S.—¿Qué personaje está preparando actualmente;1
C.W.—Las del inmediato pasado. C.W.—Aida. Si me disculpan no daré más de-
Entre ellas destaco a Montserrat Caballé, en estudio no talles, porque el director del teatro donde voy a
que llegó a ser una diosa para mí, sobre debutar el papel me pidió que retuviera cualquier
todo por la calidad angelical de su voz. muestran una información sobre ello,
Pero mi vocación de cantante la debo más S.—Grabaciones próximas..,
bien a Joan Sutherland. Cuando /o estaba interpretación C.W.—Haré un compacto con anas de Verdi
en el colegio, cantaba en el coro de la igle- en la misma casa que editó el disco de Donizetti,
sia, igual que lo habían hecho mis padres, y sino un montaje No sé quién dirigirá la orquesta, pero sí puedo
tomaba algunas lecciones elementales de adelantar que será el primer compacto hecho con
música, pero sin mayor interés. En cierta
ocasión, el profesor nos pasó los discos de
hecho con una técnica completamente nueva, cuya patente
posee dicha empresa americana.
Sutherland cantando Lucia. Yo me dije:
«Qué interesante, yo quiero cantar así».
diversos S.—Por último, ¿qué recuerdos le dep su actua-
Me compré los discos y los escuchaba in- ción en el Orfeo ed Eundice de Haydn?
cesantemente. Cuando acababa la graba- fragmentos C.W.—Sobre todo, la dirección de Peter
ción, me ponía a cantar sola. Yo no sabía Maag. Yo había cantado hace mucho tiempo el
nada de música ni de canto, pero algunos Segundo Muchacho de La flauta mágica bajo la di-
sonidos eran bellos. En ese momento, en rección de Maag. Es un director como los anti-
mi imaginación, los cantantes de ópera se transformaron com- guos, de los que no abundan hoy, porque trabaja
pletamente. Eran unos señores gordos que daban gritos y la con los cantantes según la voz de cada uno. No dirige igual la
voz de Sutherland los convirtió en los seres más hermosos del orquesta si el mismo personaje es cantado por una soprano o
mundo. Fue el momento preciso de mi juventud, el más bello una mezzo, y esto ayuda al cantante porque le hace aliviar o
de todos, en que comprendí lo que quena hacer. agravar la voz. según los casos. En esa línea también destaca-
ría, entre los directores más jóvenes, a Maurizio Benini. que es
S.—¿Ha hecho alguna vez como de cámara? el asistente de Riccardo Muti.
C.W.—Sí, cuando empecé a estudiar, y, sobre todo, en
Alemania, donde aprendí parte del repertorio romántico, Me Blas Matamoro
gustaba especialmente el ciclo Amor y vida de mujer de Schu- Femando Fraga

34 SCHERZO

OPINIÓN
ohn Le Carré, en voz de su mejor
J criatura literaria. George Smiley
(inolvidable Alee Gumnes en la ver-
sión para televisión de El copo, aquel
Calderero, sastre, soldado, espía,.., ¿se
acuerdan?), solía decir, en referencia a
los miembros del Círculo londinense
-el cenáculo del contraespionaje britá-
nico en tiempos de guerra fría,
telón de acero y antañonas reliquias
del ayer-, una frase característica:
«Son ellos tres y Aleline». Aleline
era Percy Aleline, el flemático emi-
nente gris del grupo de cerebros.
No sé yo muy bien quién sena Ale-
line en tal transvase de personalida-
des, pero ellos, «ellos dos» (y no
tres), serían, tendrían que ser, Ma-
nuel de Falla y Roberto Gerhard.
Aunque de generaciones dife-
rentes -Gerhard, 20 años más
joven que Falla-, la eclosión musical
española de los años 20 y 30 los
unió en más de una ocasión, y la
correspondencia entre ambos per-
mite comprobar la simpatía y el res-
peto mutuo. A Gerhard, lógico que
así fuera, le impresionaba la perso-
nalidad musical toda (y la no musi-
cal también) de Don Manuel y su
herencia inmediata, desde Ravel y
Debussy hasta un Stravinski tratado
de tú por el gaditano; a Falla le lla-
maba la atención la modernidad de
aquel catalán despierto y vivaz que se
había ido a Berlín a estudiar con la otra
familia, la de Schónberg y los vieneses.
«Ellos dos» conforman la pareja de cre-
adores españoles más importantes de
esta centuria, y, que nadie se llame a es-
cándalo, no tiene muy claro el firmante
quién debería encabezar el díptico, si
fuese necesaria la ordenación del pal-
mares.
El destino los volvió a unir en el exi-
lio y la muerte fuera de un país al que
los dos -de nuevo en esto cabalgaban
juntos, como los dos protagonistas de la
película de John Ford- amaban apasio-
nadamente. Falla en Argentina y Ger-
hard en Inglaterra, y por desgracia, en el
caso del de Valls. con pasaporte británi-
co, ya que su nación no mostró interés
alguno, en los treinta años siguientes a
su partida, en el regreso de tal hijo pró-
digo.
Pero, a la vuelta de la esquina, el ca-
lendario los vuelve a unir. En 1996
(«¡Qué largo me lo fiáis!», dirá algún
émulo actual del Burlador) se cumplirán
los 50 años del fallecimiento de Falla en
Alta Gracia, y en ese mismo año cele-
braremos los 100 del nacimiento de
Gerhard en Tarragona. ¿Será entonces
ACTUALÍDAD DISCOGRAFíCA
Dos cabalgan juntos
la hora de abordar, por fin, una edición
nacional discográfica de la obra de
«ellos dos»?
Es fácil imaginar alguna expresión de
asombro. «Pero, ¿queda algo por grabar
de Falla, que lo tocan hasta las orques-
tas extranjeras?» «¿Es que no se están
grabando en Tenerife las Sinfonías y
Roberto Gerhard y Manuel de Falta (caricatura de
Luis Bagaría)
otras obras orquestales de Gerhard?
Pues si hemos de ir pregunta por pre-
gunta, respuesta a la primera: no queda
algo, no, queda mucho por grabar de la
obra de Falla. Sólo un dato: año 1994,
meritoria edición a cargo del Festival de
Canarias del integral de las canciones de
Don Manuel, en traducción de María
Oran y Miguel Zanetti, nunca antes lle-
vadas al disco en su integridad. Quien
se repase la catalogación de obras de
Falla -anteayer en ordenación pionera
de Enrique Franco, ayer de Ronald
Crichton, hoy de Antonio Gallego, cada
una creciente respecto de la previa- se
quedará perplejo ante el número de
piezas, fuera de las arch¡famosas, dima-
nadas de la escena, el coro o el piano
mismo que, no siempre a mano las par-
tituras, escollo muy grave, figuran en
tales recuentos y no existen para el
disco. No exageremos, no es Falla un
desconocido fonográfico, pero nos fal-
tan bastantes trazos para que el retrato
sea cabal,
Dicho lo anterior, casi se responde
la segunda interrogante. Claro que es
admirable lo que están haciendo la Sin-
fónica de Tenerife y Víctor Pablo Pérez,
poniendo al día una discografía incom-
pleta iniciada por ese gran músico que
fuera Antal Dorati y que continuaron, a
trancas y barrancas, David Atherton y
Colin Davís, pero lo que queda bajo la
punta del iceberg es tan considera-
ble que lo realizado sólo es apunte
o caricatura fonográfica del perso-
naje: desde la música de cámara
-mucho más que las Piezas astroló-
gicas, tan espléndidamente traduci-
das para el LP por la London Sinfo-
nietta-, amplísima, hasta las com-
posiciones vocales, las escénicas
-esa Dueña tan fabulosamente res-
catada por Ros Marbá, más los ba-
llets-, y las músicas incidentales, al-
gunas de ellas verdaderas obras
maestras, escritas para la BBC ¿Ni
siquiera un centenario incitará a
nuestras instituciones, las públicas y
las privadas, a apostar por el único
discípulo español de Amold Schón-
berg?
No queda tanto, el cincuente-
nario y el centenario están a la
vuelta de la esquina, a pesar de que
haya quien lo dude, y nuestros dos
jinetes, «ellos dos», corren un ries-
go común: el de seguir cabalgando
en solitario, a lo Quijote -les cua-
dra, uno tiene un Retablo, el otro
un ballet con el cervantino título-,
o a lo peor en plan Mía Cid. pero
en versión Manuel Machado
(«Polvo, sudor y hierro»). Desde la llanura
de los Campos Elíseos seguirán amando
a este país, pero volverán a pensar si
tiene solución.
José Luis Pérez de Arteaga
' SCHERZO 35
ACTUALIDAD DíSCOGRAFICA
Ken Nagano
Japonés de California
C
on ese enunciado parece un jero-
glífico, pero la solución es un nom-
bre propio; Ken Nagano, nacido en
1951 de familia de origen nipón, asentada
en los Estados Unidos desde la genera-
ción del abuelo del músico. El un día asis-
tente de Seiji Ozawa, al que en España
conocimos cuando, octubre de 1986, di-
rigiera en el Teatro Real el estreno entre
nosotros del Son Francisco de Asís de
Messiaen, con el compositor en la sala,
está entrando en la que, parece, definitiva
etapa de reconocimiento internacional a
una de las más inteligentes personalida-
des musicales de los úftimos años.
En Mancbester Nagano se hizo
cargo, desde la temporada 91/92, de la
Orquesta Hallé, la agrupación que un día
comandara el legendario Sir John Barbi-
rolli; tras la errática etapa de James
Loughran y un intento de afianzarse a
través de Stanislaw Skrowacecwski. la
formación parece encaminada a la recu-
peración de su pasado prestigio a través
del director califomiano. A la vez. Naga-
Infatigable Tippett
E
l año 95 será de jubileo para el
gran c o m p o s i t o r británico: 90
años, que Tippett celebrará, según
su costumbre, trabajando. El 19 de fe-
brero, poco después del cumpleaños,
Sir Colín Davis estrenará en Londres la
última partitura orquestal del músico,
The Rose Lake. una amplia composición
encargada por tres orquestas conjunta-
mente, las Sinfónicas de Londres. T o -
ronto y Boston. Será Colin Davis quien
se lleve los honores de la primera gra-
bación. El p r o p i o T i p p e t t . además,
acaba de grabar con la Sinfónica de la
36 SCHERZO
FOTO: AMSEUEM
no conserva la titularidad de la ópera de
Lyon que en 1989 heredara de John
ENot Gardiner. Tras Artecdiino y Turandot
de Busoni, de Lyon provienen las próxi-
mas producciones operísticas del artista,
siempre para Virgin/EMI: la (dada por
perdida) ópera de Debussy Rodrigo y ]i-
mena - t e m a del Cid. ;en manos del
autor de Peíleos!-. la Susonnon de Carlisle
Floyd, más -en terreno popular- Carmen
de Bizet y Werther de Massenet
A la espera de las primeras graba-
ciones en Manchester, Nagano continúa
sus trabajos con la Sinfónica de Lon-
dres, de la que es director asociado: a la
reciente traducción de Eí pájaro de
fuego han de unirse dos obras de Bar-
tók, El Príncipe de madera y el Concierto
para orquesta. Con su compañía de dis-
cos Ken Nagano estudia la posibilidad
de interpretar también los Ec/oirs de
Messiaen, que el músico estrenara en
Inglaterra a finales de 1993. Este japo-
nés-americano sabe lo que quiere, y
además cómo con seguí rio.
BBC sus Sinfonías n" 2 y n" 4, en tanto
que Richard Hickox prosigue su registro
del ciclo completo para Chandos con la
Sinfónica de Boumemouth. -Se editan
en estos días la Sinfonía n° /, el Concier-
to para orquesta y el Triple Concierto,
que se unen a las grabaciones ya exis-
tentes de las Sinfonías n" 3 y n° 4. más el
Preludio para metal, campanas y percu-
sión- y se estudia la publicación en
Laser-Disc (no todo van a ser malas no-
ticias) de la última ópera de Tippett,
The New Year. en la espléndida realiza-
ción para TV efectuada por la BBC.
Golosa
celebración
S
u nombre no aparece en las
enciclopedias, ni en los
diccionarios, ni en cualquier
tipo de guía operística, ni dirigió ninguna
sesión de la RAÍ, pero fue una batuta
bien bregada en los fosos líricos, sobre
todo italianos, aunque su presencia en
el Liceo de Barcelona puede
considerarse de una continuidad y
variedad provechosas. Se llama Ino
Savini, nació cerca de Bolonia y el 28 de
febrero pasado cumplió noventa años.
Lleva retirado desde 1974 y consumó
más de cincuenta años de actividad en
los fosos teatrales, Era un director de
ópera de los de antes, como Tullio
Serafín o Antonino Votto, sin su
categoría, pero con similar concepción
profesional, Batutas conocedoras de las
voces y de aquellos repertorios donde
esos instrumentos humanos se erigen
en principal mensajero de las
intenciones del compositor. Es decir, un
espécimen ya desaparecido como el
heldentenor wagneriano o la soprano
dramática italiana. Por las manos de
Savini han pasado miles de cantantes;
todos tendrán algún consejo que
agradecer, alguna indicación que
recordar, alguna anécdota que festeiar.
Con motivo de aquel cumpleaños, la
f rma miianesa Arkadia publica un álbum
de 32 CDs (¡treinta y dos!) que titula
Colección en vivo de Ino Savini. que
promete aportar numerosas sorpresas.
Efectivamente, según noticias, todo el
matenal está formado por testimonios
vocales inéditos, entre grabaciones
completas y fragmentos de óperas.
Cantantes, entonces jóvenes, hoy en el
Olimpo operístico, desfilan por la
collana, algunos en papeles
representativos, otros en originales
tentativas de búsqueda de repertorio.
Así, va a ser una sorpresa escuchar a la
janaceckiana Soderstrom en Miml de
fiohéme (Estocolmo, 1965), a Mirella
Freni haciéndose la Amina de
Sonnambula (posiblemente del recital
que grabó la soprano con el director
para Eurodisc, tambaleándose entonces
la etiqueta de inéditos) o a la Nilsson
como la etíope Aída. Unos
jovencísimos Bergonzi, Pavarotti,
Kabaivanska, Bartolini, Cappuccilli o
MacNeill aumentan el interés y
alimentan la incontinente ansiedad tan
propia de ios discófilos operísticos.
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zuela, Teatro María Guerrero, Teatro de Lieder. R.Strauss. 4 Lieder Op.27
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Nacional de Música), dentro de los hora-
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comienio a las 20 horas y no se permitirá el acce- (Viaje de Invierno)
22 de Febrero 1995, 20.00 so a la sala una vez comenzado el recital, hasta la
primera pausa que exista. Todos los intérpretes,
BRIGITTE FASSBAENDER programas y fechas de los recitales son suscepti-
Mezzosoprano bles de modificación. En caso de cancelación de
algún recital, se devolverá el importe de la locali-
Wolfram Rieger dad, y a los ABONADOS, 1/9 del precio del IHKA Tfennd 4taAlto befen , la MJKB

abono adquirido. La devolución se hará efectiva 7

Piano
días después de la actuación cancelada, en el lugar
donde fue adquirida la localidad La suspensiúr de
Mahler, Berg, Llszt, Milhaud y un recital sera la única causa admisible para la
Welll devolución del importe de las localidades. Se reco- FUNDACrON
mienda conservar con cuidado las entradas, pues
no será posible su reposición en caso de pérdida, EZSQSSSI3
oetenofo o destrucción. Asimismo no podrá ser
atendida ninguna reclamación una vez retirado d
abono o la localidad en taquilla.
ACTUALIDAD DiSCOGRAFÍCA
O
peras rusas. Un tesoro que salvo
cinco o seis títulos, permanece
prácticamente inédito ante el
gran público occidental, para el que lo
de «ópera rusa» viene a ser algo así
como sinónimo de tostones tan inter-
minables como ininteligibles. Afortuna-
damente, los agudos especialistas de
mercadoteenia de Philips Classics fue-
ron valientes y se lanzaron, hace ya cua-
tro años, a la ingente empresa de regis-
trar y difundir este patrimonio sin fondo
entre los discófilos y melómanos que
son y serán. Al objeto de materializar
musicalmente el laborioso proyecto fo-
nográfico, suscribieron un amplio acuer-
do con el legendario Teatro Kirov de
San Petersburgo y con su director musi-
cal, el moscovita Valeri Gergiev (1953).
devenido hoy estrella absoluta del sello
holandés. Durante el pasado mes de
junio, Philips congregó en la emblemáti-
ca capital rusa a un nutrido grupo de
periodistas musicales de medio mundo
para contarles su proyecto, mostrar al
mundo las entrañas del Kirov y conver-
sar con Gergiev.
El proyecto
Todo se remonta a 1988, año
en que Valeri Gergiev asume la di-
rección artística y musical del Tea-
tro Kirov, reemplazando a Yuri Te-
mirkanov, que. tras la muerte del
gran Mravinski, asume la titularidad
de la entonces Filarmónica de Le-
ningrado. Pronto, los ejecutivos de
Philips Classics entran en contacto
con Gergiev y los máximos res-
ponsables del Kirov para estudiar
las condiciones en las que podría
desarrollarse el proyecto, que re-
presentaba adentrarse en un
mundo prácticamente inédito para
el poderoso mercado occidental.
Existían, sí las muy admirables gra-
baciones de! sello soviético Melo-
día (casi todas ellas procedentes
del Bolshoi), pero poco y mal dis-
tribuidas en el Oeste por firmas de
discos generalmente de poca
monta, incapaces de valorar las
joyas que coman por sus manos.
Las negociaciones entre la multina-
cional holandesa y los gerifaltes del
Kirov fructificaron rápidamente.
Pocas semanas después, el entu- Valeri Gergiev
mecido coliseo comenzaba a convertir-
se en una prohTica máquina musical de pacto con las dos primeras sinfonías de
ritmo desorbitado. Borodm en octubre de 1989 al frente
de la Filarmónica de Rotterdam.
Había que poner a punto la orques-
ta: los equipos de grabación; estudiar este prometedor debú del Kirov en el
detenidamente la acústica del teatro sello neerlandés abrieron el camino
38 SCHERZO
Desde Rusia con amor
24 horas en la vida del Kirov
(sede de las grabaciones); elaborar un para que, pocos meses después (enero
diseño y una imagen; establecer un pro- y febrero de 1991), se produjera, ¡por
grama y un orden de preferencias en fin!, el esperado registro de la primera
cuanto a títulos; preparar producciones ópera del proyecto: Kovanchina de Mu-
(el proyecto comprende también el sorgski, que contó con las voces, enton-
ámbito del video y del disco láser); bus- ces aún no aupadas a la fama interna-
car y difundir un elenco de voces apro- cional pero ya absolutamente sobresa-
piado y de suficiente entidad... En defi- lientes, de la soprano Elena Prokma y la
nitiva: un trabajo de chinos que sólo mezzo Olga Borodina (la pobre casi se
una empresa de semejante magnitud me desternilla de risa por los pasillos
podría justificar. En agosto de 1990 del Kirov cuando bromeando, entre
todo está a punto para la primera gra- vodka y vodka, le pregunté en una re-
bación del proyecto. No se trataba, pa- cepción si era nieta de Borodin). El pro-
radójicamente, de ninguna ópera. Los yecto estaba ya inmerso en un camino
pentagramas del ballet Romeo y Julieta sin retomo. Cada vez eran más los críti-
de Prokofiev invadían los atnles de los cos y especialistas internacionales que
profesores de la orquesta del Kirov y de no regateaban elogios al mismo.
los ingenieros de Philips. Técnicos y
músicos coincidieron en que, antes de En julio de 1991 la experiencia se
adentrarse de lleno en la siempre pelia- repite con Guerra y paz de Prokofiev. A
guda empresa de acometer el primer partir de ese mes la sucesión de títulos
registro lírico del proyecto, se debía operísticos -también sinfónicos- resuHa
romper el fuego con la más asequible vertiginosa: el ballet la bella durmiente
empresa de comenzar con música sin- del bosque (febrero de 1992); la ópera
fónica; algo que, por otra parte, no era Dama de picos, también de Chaikovski
nuevo para Gergiev, que ya había efec- (mayo de 1992); Segundo Sinfonía de
tuado para Philips un temprano com- Rachmaninov y recital de Dmitri Hvo-
rostovski (ambos registros en enero de
1993), o el popurrí de música rusa
que registraron -esta vez en el
Concertgebouw de Amsterdam-
en mayo de 1993. Y el proyecto,
que se antoja infinito, sigue su im-
parable curso. A títulos ya graba-
dos pero que aún no han visto la
luz (como Sadko, o La leyenda de
la audad invisible de Kitege y la vir-
gen Fevroma, ambas óperas de
Rimski-Korsakov) seguirán otros y
otros, entre los que están previs-
tos varios de Prokofiev (El jugador.
Tercera Sinfonía, la ópera El ángel
de fuego); Shostakovich (Octava
Sinfonía: que están grabando estos
días en septiembre); Borodin (E)
príncipe Igor, en una nueva versión
absolutamente inédita, que recu-
pera 25 minutos de música desco-
nocidos hasta la fecha), Yolanta de
Chaikovski y, jcómo podía faltar!,
Boris Godunov.
En las entrañas del Kirov
El Kirov es un teatro en per-
manente gira. Necesrta dólares y
éstos no están precisamente en
FOTO: PETEN MOUNTAIN San Petersburgo. Su calendario de
trabajo produce escalofrío y haría
rechinar la sensibilidad de los muy sindi-
cados y acomodados músicos españo-
les. El salario mensual de cada uno de
Los buenos resultados artísticos de los 175 profesores que integran la abul-
tada plantilla orquestal asciende -el
rublo ya casi ni existe- a ¡ 100 dólares al

mes! Estipendio que se ve incrementa-
do con los diez escuálidos dolaritos dia-
rios que perciben como dieta cuando
se encuentran de gira, es decir: casi
siempre. Sólo en este mes de septiem-
bre, el agotador calendario del Kirov in-
cluye grabaciones, representaciones y
conciertos en el Festival de Flandes {día
5); Scala de Milán (día 6); grabación de
la Octava de Shostakovich los días 9, 10
y I I en Haariem (Holanda); Rotterdam
(días 9 y 10).,. Así casi todos los días,
hasta que el 24, la compañía tomara el
avión rumbo a Estados Unidos para,
como vienen haciendo todos los anos,
recorrer el paraíso capitalista de Este a
Oeste, a razón de 13 actuaciones en 16
días, viajes incluidos... Poderoso caba-
llero es don dinero.
Pero el Kirov es muchos más. Ha
sido el espacio que albergó los estrenos
absolutos de una muy significativa parte
del gran repertorio lírico y sinfónico es-
lavo. Por su podio han pasado todos los
grandes compositores y directores
rusos. También muchos extranjeros.
Berlioz, Wagner, Verdi (Lo (orza se es-
trenó en el Kirov) o Mahler trabajaron
en él. Sus entrañas atesoran múltiples
objetos que dan cuenta de un glorioso
pasado. Conmueve encontrarse con el
suntuoso traje que vistió el inmortal
Chaliapin cuando encamó a Boris Go-
dunov en este mismo teatro, que tam-
bién albergó el estreno absoluto de la
gran obra maestra de Musorgski. En el
desconchado, desvendado y arruinado
San Petersburgo posperestroiko, la muy
suntuosa sala del Kirov adquiere ribetes
casi irreales. Y es que este desentume-
cido teatro, merced a esa riquísima tra-
dición heredada, gracias también al em-
peño, entusiasmo y profesión al idad de
sus músicos y empleados, sigue siendo
hoy punto capital en el abigarrado pa-
norama lírico internacional.
Gergiev habla
«Estoy encantado de conversar con
ustedes respecto a temas artísticos, que
es de lo único que debo y puedo ha-
blar.., En el Kirov tenemos una gran
tradición en el repertorio de Verdi,
Wagner. Berlioz y Strauss... Estamos
preparando una producción de Salomé
con Galina Gorchacova en el papel pro-
tagonista... Si tenemos suerte, quizá
podamos sacar adelante un grandioso
montaje de Los troyonos de Bertioz que
tenemos en mente para dentro de tres
o cuatro años, con Olga Borodina y Ga-
lina Gorchacova... Actualmente el 60%
del repertorio del Kirov es ruso, pero
queremos hacer cada vez más el de
Vendí, Puccini e incluso Rossini... Cuan-
do hace ahora seis años llegué al Kirov
no se cantaba ninguna ópera en italiano;
por supuesto tampoco en alemán o
francés... Es muy importante no perder
ACTUALIDAD DiSCOGRAFICA
las enormes tradiciones de este teatro:
nunca debemos olvidar que el propio
Wagner dirigió aquí o que La [orza del
destino se estrenó en este mismo esce-
nario en el que ahora nos encontra-
mos... Estamos haciendo cosas nuevas,
Olga Borodina FOTO: M. OWEN
recreando nuestro gran pasado y com-
partiéndolo amorosamente con Occi-
dente...»
Estas son sólo algunas de las muchas
sentencias pronunciadas por la nca e hi-
peractiva mente musical de Valen Abissa-
lovich Gergiev en ei curso de la confe-
DISCOGRAFIA DISPONIBLE EN PHI-
LIPS CLASSICS DE VALERI GERGIEV
A. BORODIN: Sinfonías n\ I y 2. O. Fi-
larmónica de Rotterdam. CD 422
996-2.
M. MUSORGSKI: Khovonshchino. Minjel-
kiev, Galusin, Borodina, Okhotni-
kov, etc. Orquesta y Coro del Tea-
tro Kirov de San Petersburgo. 3
CD 432 147-2. (También disponible
en Láser Disc y VHS).
S. PROKOFIEV: Guerra y Paz. Okhotni-
kov, Gergalov, Prokina. Borodina,
Bogacheva, etc. Orquesta y Coro
del Teatro Kirov. 3 CD 434 097-2.
(También disponible en Láser Disc
y VHS).
S. PROKOFIEV: Romeo y Julieta. (Ballet
completo). Orquesta del Teatro
Kirov. 2 CD 432 166-2.
P.l. CHAIKOVSKI: Pique Dame. Gulegina,
Borodina, Gregorian, Chernov. Ark-
hipova, etc. Orquesta y Coro del Te-
atro Kirov. 3 CD 438 141-2. (Tam-
bién disponible en Láser Disc y VHS).
P.l. CHAIKOVSKI: La bella durmiente.
(Ballet completo). Orquesta del Te-
atro Kirov. 3 CD 43-4 922-2.
WELLCOME BACK, ST. PETERSBURG.
Gala en el Covent Garden. Ballet,
Orquesta y Coro del Teatro Kirov.
Orquesta del Teatro Maryinski. Di-
rector: Viktor Fedotov/Valeri Ger-
giev. LD 070 159-1. VHS 070 159-3.
renda de prensa que tuvo lugar el pasa-
do 26 de junio en el mismísimo Kirov.
instantes después de un intenso ensayo
de La forzó del deslino y poco antes de
que por la tarde se estrenara una nueva
producción de Ruslan y Ludmila. igual-
mente dirigida por el incansable maestro.
A tenor de su trepidante actividad, no
sería extraño que la incipiente barba que
desde hace pocos meses adorno el ros-
tro de Valeri Abissalovich tenga su origen
en la falta de tiempo para afeitarse.
A pesar de la apabullante saturación
de trabajo. Gergiev no quiere limitar su
actividad al repertorio lírico ruso. «De-
bemos recuperar la tradición wagneria-
na. Aquí se escuchó por primera vez,
de manos del propio Wagner, el prelu-
dio y Liebestod de Tostón e Isolda (sic).
Creo que podemos y debemos recrear
la tradición y el gran repertorio occi-
dental, incluyendo por supuesto a los
italianos. Tenemos la gente para cantar
todo ese repertorio. Olga Borodina,
por ejemplo, ha cantado o tiene previs-
to cantar la Angelina de Lo cenerentoto
en Londres, en San Francisco, en la
Scala,.. por todo el mundo: ¿por qué
no lo va a hacer aquí, que es su casa? Si
Galina Gorchacova encama Tosca en el
Covent Garden, ¿por qué no en el
Kirov?»
Gergiev pide tiempo para materiali-
zar todos sus casi infinitos proyectos.
«Cada temporada se representan en el
Kirov entre 17 y 20 óperas, de las cua-
les ctnco corresponden a producciones
absolutamente nuevas. Queremos man-
tener este plan, pero resulta muy labo-
rioso». La situación financiera, a pesar
del decidido apoyo de Philips, no es en
absoluto boyante. Alguien, en la confe-
rencia de prensa, preguntó entonces
por las cuentas del coliseo. «Le puedo
dar dos respuestas. La primera: muy
mala; la segunda: muy buena. Nuestro
presupuesto es mucho mucho, mucho
mucho... mucho menos que el del Me-
tropolitan de Nueva York, pero infinita-
mente mejor que el de cualquier otra
institución rusa».
«Para Rusia», concluye Valeri Abis-
salovich, «la situación económica del
Kirov es buenísima; hacemos coproduc-
ciones, vídeos, televisión, festivales, giras
por todo el mundo, atraemos aquí
mucho público extranjero, con lo que
contribuimos a fomentar el número de
visitantes a San Petersburgo... Pero
precisamos medros para financiar tantos
proyectos. Prácticamente no contamos
con patrocinadores y los que tenemos
son más bien modestos. Pero seguire-
mos adelante porque estoy absoluta-
mente persuadido de que nuestro
mejor patrocinador somos nosotros
mismos».
Justo Romero
SCHERZO 39
 ESTUDIO DÍSCOGRAFICO
Clásicos de referencia
L
a casa EMI dispone del
mejor archivo sonoro de,
al menos, la primera mitad
del siglo, Aprovechando las mo-
dernas técnicas de reconversión
sonora han contribuido a que un
amplio número de grabaciones,
principalmente del período
1930-55, se hayan recuperado
en buenas condiciones acústicas.
Como testimonio histónco resul-
tan inapreciables y para los aficio-
nados que sólo han podido co-
nocer de nombre a Casáis, Hei-
fetz o Lipatti. una forma de escu-
char, al menos de modo aproxi-
mado, cómo tocaban.
Este es ei caso de las Sonatas
para chelo de Beethoven de las
que Casáis hace una magnífica in-
terpretación; un sonido amplio,
hermoso, al servicio de una gran
musicalidad, una línea noble que
salva las dificultades con naturali-
dad, un calor interpretativo que no
oculta imperfecciones o excesos.
Escúchese por ejemplo, cómo Ca-
sáis dice el Adagio con molto sen-
timento de la Sonata en re mayor,
¡qué gran artista! Horszowski es
un acompañante fiel y entregado
al maestro pero sin servilismo.
O t t o Schuhof cumple perfecta-
mente en la Sonata en la mayor.
E! sonido resulta muy aceptable
para tomas sonoras de más de
60 años. Un clásico de referencia
y una lección de! gran Casáis.
Furtwángler sigue siendo una
referencia en algunos campos.
Aquí lo tenemos al frente de la
gran Filarmónica de Viena de
postguerra en los tres grandes y
más famosos poemas de Strauss: Don
Juan, Tí// y Muerte y transfiguración en los
que apreciamos la magia de una batuta
más intuitiva que analítica, con ternpi
más pausados que los de sus contem-
poráneos -y que los de los directores
actuales, excepto, claro, Celibidache- y
con una intensidad poco común. Don
Juan y Muerte y transfiguración resultan
más afines con su sensibilidad que Ti)/ al
que encuentro un poco falto de humor,
y de variedad de acentos. El disco se
completa con una adecuada visión del
Moldava de Smetana en el que el tema
central está expuesto de muy hermosa
manera. El sonido no puede compararse
con el de los actuales registros de estas
obras pero, aun así. es muy aceptable.
Rudolf Kempe es un director menos
apreciado de lo que merece. Era un mú-
sico muy completo y yo le recuerdo so-
berbios conciertos en su época londinen-
se, con el mejor Bruckner que yo haya
40 SCHERZO
WILHELM FURTWANGLER
escuchado después del de Ce-
libidache, un Bruckner noble y sentido
muy alejado de las mediocridades habi-
tuales de los Sofá. Berenboim, Mehta o
Masur que tanto éxito tienen hoy. Nunca
alcanzó, en mi experiencia londinense,
triunfos espectaculares y sin embargo sus
conciertos tenían el sello de lo no rutina-
rio, del trabajo sentido. Su Réquiem de
Mozart es uno de los mejores de la dis-
cografía, dentro de una tradición germa-
na que quizá pueda parecer algo pesante
para las nuevas tendencias hgbt hoy a la
moda Tiene hondura, emoción, y senti-
do del texto. Un excelente cuarteto, una
orquesta y un coro magniTicos, respon-
den al gran concepto de Kempe -la pro-
nunciación latina es aparte- de un Ré-
quiem a la vez íntimo y solemne. El disco
se completa con una muy aceptable in-
terpretación del Te Deum de Bruckner
dirigido por el competente ya que no
gran artista Karl Foster.
Jascha Heifetz es uno de los violinis-
tas más famosos del siglo. Los que lo
escucharon en directo siempre han
alabado hasta el extremo su portento-
so dominio técnico. En el disco tam-
bién se nota ese extraordmano virtuo-
sismo. Pero la música es algo más que
técnica. En ésta y en otras grabacio-
nes, lo puramente mecánico prima
sobre lo interpretativo, sobre el alma
de la obra. Esto se advierte en lo ace-
lerado de los lempí, la falta de emoti-
vidad, lo parco de las matizaciones. la
sequedad del discurso musical. Un
Mozart sin encanto, un Mendelssohn
sin romanticismo y a toda prisa -se
despacha el bellísimo Concierto en mi
menor en ¡24 minutos!- un Vieux-
temps meramente virtuosístico -en
menos de ¡ 17 minutos!- dejando un
sabor de música sin alma, sólo apto
para la expresión de la más des-
lumbrante superficialidad.
El Cuarteto Busch se forma en
1919 pero a lo largo de los años
fue cambiando sus miembros, ex-
cepto el primer violín Adolf Busch
-hermano del director Fritz Busch-.
La combinación que recoge el disco
fue la última, se inició en 1949 y
duró hasta la muerte del fundador,
en 1952. La colaboración de Rudotf
Serkin con Busch empezó en los
años 30 y ambos tocaron juntos o
formando tríos, cuartetos y quinte-
tos. Es una forma de hacer música de
cámara que en gran parte se ha per-
dido. La estrecha relación entre artis-
tas que, además, dura años y tienen
un conocimiento completo de sus
formas de tocar. Serkin, que se casó
con la hija de Busch, no abandonaría
nunca la música de cámara que cultivó
de manera paralela a su carrera de so-
lista. Tanto el Cuarteto n" 3 como el Cuar-
teto con piano n° I son excelente mues-
tras de las cualidades técnicas y artísticas
de estos grandes músicos. Tempt adecua-
dos -excepto el Allegro inicial del op. 25,
un poco rápido de más-, equilibrio en la
expresión, lirismo sin exageraciones, den-
sidad cuando es requenda. Un compacto
muy recomendable.
Muerto de leucemia a los 32 años,
Dinu Lipatti fue uno de los pianistas más
dotados de su generación. Fue también
compositor incipiente y pese a su |uven-
tud tuvo una fulgurante carrera que,
entre 1945 y su muerte en 1950, le llevó
a las principales salas y festivales de Euro-
pa y a colaborar en conciertos y graba-
ciones, especialmente con la por enton-
ces recién nacida Orquesta Filarmonía. El
recital que recoge este compacto fue su
último concierto público, el 16 de sep-
tiembre, menos de tres meses antes de
 ESTUDIO DiSCOGRAFICO

su muerte el 2 de diciembre del citado
1950. Este singular recital es a la vez frío
y emotivo, distante y próximo, algo difícil
de definir. De vez en cuando surge una
frase magistral, un toque personalísimo /
casi hiriente. En otras se nota que el pia-
nista lucha contra la muerte y sus dedos
resultan menos ágiles -el Vals n° 2 op.
34, n° / fue omitido por esa razón-. El
Vals en la bemol, n° 9 resulta magnifico
de fraseo, en cambio el famoso n° 7, op,
64. n° 2, está tocado tan rápido y tan se-
camente que casi resulta aséptico. Esta
dualidad aparece en casi todo el recital,
BEETHOVEN: Las sonólos pora cWo y piano.
BRAHMS: Sonora rf 2 op 99. Pau Casáis y
Mieoyshw Horzsowski. 2 C D EMI CHS
65185. A D D . M'04" y 67"58". Grabacio-
nes; Londres, 1930 y 1936: París. 1939.
STRAUSS: Donjuán Till Eulenspiegef Muer-
te y transfiguración, SMETANA: El Mol-
dava. Filarmónica de Viena. Director
Wilhelm Furtwángler. EMI C D H
6551972. ADD. 72'46". Grabaciones:
Viena, 1950-51 y 1954.
MOZART: Réquiem. Grümmer, Hoffgen,
Krebs, Frick. Coro de Sania Eduvigis.
Filarmónica de Berlín, Director: Rudolf
Kempe. BRUCKNER: Te Deum. Giebe!,
Hoffgen, Traxel, Frick. Mismo coro y
orquesta. Director: Karl Foster. EMI
CDH 56520022 ADD. 79'3O". Graba-
ciones: Berlín, 19S5 y 56.
incluidos los dos maravillosos Impromp-
tus de Schubert en sol bemol y mi
bemol. El Bach de la Partita n" I lo he
encontrado un poco seco y al Mozart de
la Sonólo n" 8 no del todo grácil. Pese a
ello, el disco posee un interés especial
como documento.
El registro dedicado a Leonie Rysa-
nek -grabado en 1952 y 1955 cuando la
soprano vienesa contaba 25 y 28 años-
me ha decepcionado un poco, qui;á por
lo mucho que esperaba. La voz es muy
herniosa, pero algo corta, con graves dé-
biles y agudos un poco tasados. Ernpece-
MOZART: Concierto para violin n° 5. MEN-
DELSSOHN: Conaerto paro uoíín op. 64.
VIEUXTEMPS: Concierto para violin n° 5.
Jasha Heiteti Varias orquestas y directo-
res. EMI CDH 56519)2. ADD. 68'55"
Grabaciones: Londres. 1934. 1949 y 1947.
BRAHMS: Cuarteto op. 67 Cuarteto con
piano ap. 25. Rudolf Serkin. Cuarteto
Busch. EMI. CDH 5651902. A D D .
75'07" Grabación: Londres, 1949,
DINU LtPATTI. Ultimo recial. Obras de
Bach, Mozart, Schubert y Chopin. EMI.
CDH 5651662. ADD. 7TS7". Graba-
ción; Besancon, 1950.
LEONIE RTSANEK. Obras de Wagner,
Strauss, D'Albert y Verdi. Varias or-
questas. Director: Wilhelm Schüchter.
EMI CDH 5652012. ADD. 76'14". Gra-
baciones: Londres. 1952; Berlín, 1955.
mos por lo peor las arias de La forza del
destino y A/do convertidas en melodra-
mas germanos, no sólo por estar canta-
das en alemán sino por la falta de estilo.
Además la voz resulta pequeña; en el
aria del Nilo el do agudo, que Verdi se-
ñala pp, está en fortissimo y apretado,
mientras que el la agudo final, está sí en
pianissimo -ppp exige Verdi- pero la afi-
nación es un tanto incierta. Pero repito,
no se trata sólo de alguna nota poco
feliz sino de lo ajeno del estilo. Mucho
mejor está en los fragmentos de Wag-
ner -una Senta interesante pero todavía
inmadura- y Strauss -Arabella y Rosenko-
valier-. Aunque su Maríscala carece del
hechizo de una Schwarzkopf, el Trío es
bellísimo, con Elisabeth Grümmer (Octa-
vian) Erika Kotz (Sophie) y de lo mejor
del disco. En kb weiss nicht de Tiefland
muestra Rysanek lo intenso de su canto.
Con todo, creo que esta época no es la
mejor de la admirable soprano. A partir
de los años 60 la voz adquinó más con-
sistencia conservando la belleza tímbrica.
A los que asistimos a escucharla en su
última Siegliende - e n Madrid, en con-
cierto- siempre nos quedará el recuerdo
de una voz y una artista de singular cate-
goría, hermosa, apasionada y joven ¡y
había pasado ya de los 60!
Carlos Ruiz Silva

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SCHERZO 41
ESTUDIO DISCOGRAFICO

El holandés rico y el holandés pobre

ues señor, hace algunos siglos vi- Nueve meses de cuidados -y de gas- vende en España a cuatrocientos duros

P vieron dos holandeses, nacidos

mismo pueblo, que como muchos de

sus compatriotas sintieron la llamada
tos- para gestar y dar a luz a la opulen-
con un año de diferencia en el ta criatura. Dos directores de Coros,
quizá porque Norbert Balatsch no se
mueve de Bayreuth desde mediados
menos diez pesetas.
Esta croniquilla podría quedar cerra-
da aquí con dos ayudados por bajo y
media estocada; pero el lector, que
de la mar. Uno era neo y fletó su pro- de junio a finales de agosto. Tres pro- quizá haya sabido de elogios interna-
pio barco. Otro era pobre y se enroló ductores. Cuatro ingenieros de sonido. cionales a las dos ediciones, teñidos de
en la nao de su acaudalado vecino. Repetidor. Ayudante de dirección... La asombro en cuanto a la de Naxos, me-
Salvo en la diferencia de peculio, ficha técnica del registro parece -valga rece mayor explicación, Mi sensación
ambos coincidían en casi todo; eran al- la exageración- una de esas larguísimas tras la audición del Holandés rico es
taneros, matachines y vocingleros. Du- de las películas de ahora, que las televi- que lo dilatado de su grabación, el gi-
rante una de sus habituales travesías siones suelen mutilar sin misericordia gantismo de la realización, evidente ya
por la ruta de las especias el barco cuando pasan el filme. Y al frente de la en la obertura, y el exhibicionismo téc-
halló comentes y vientos contrarios, empresa, el marido de Anja Silja, nuevo nico del producto, en el que se oye
que le impidieron repetidamente do- astro bruckneriano y wagneriano de todo, absolutamente todo lo escrito
blar el cabo de Buena Esperanza. Allí se Decca, quien ha optado por la versión -lo que no siempre conviene en Wag-
dio la tripulación a las maldiciones e «definitiva» de 1864 (Munich), si bien ner- con minuciosidad de entomólo-
¡mpropenos comunes a la ruda marine- dividida en tres actos como correspon- gos, desembocan en la nada musical.
ría; pero la voz cantante la llevaron el de a este Creso marítimo. En resumen: Sabemos que El holandés errante es la
armador-capitán y su compadre: «¡No la pieza sale a poco menos de seis mil primera obra importante del joven
desistiremos por toda la eternidad!». pesetas. Wagner. aquélla que le hizo sentirse al
Una balada narra lo que les ocurrió: fin poeta dramático-mu si cal en vez de
«jHui! ¡Y Satanás les oyó! johohe! ¡|o- Por el contrario, Naxos ha creído libretista de óperas; también conoce-
hohe!/ ¡HUÍ! ¡Y les tomó la palabra! ¿o- conveniente dar una oportunidad al ho- mos las deudas musicales contraídas
hohe! ¡Hojohe!/ ¡Hui! ¡Y malditos vagan landés pobre, y ha actuado en conse- aquí con Weber y con Marschner y los
ahora/ por el mar sin descanso, sin cuencia. Viena también, pero con la Or- atisbos y anticipo? del Wagner grande
paz». Mas con eí tiempo ambas figuras, questa de la Radio. Un Coro bueno y de la madurez. Bien, el Holandés de
que ya hemos visto se diferenciaban barato; el de la Radio de Budapest Re- Dohnányi nos llega sin sus referencias
únicamente por la bolsa, perdieron su parto solvente presidido por dos valo- históricas y estilísticas, su nave parece
singularidad y se confundieron en una res sólidos, aunque sin el glamour ni el detenerse suspendida en un punto re-
sola. La leyenda del Holandés errante caché de sus correspondientes de moto, rodeada por el vacío universal,
único recorrió el mundo. Así llegó al Decca: Alfred Muff e Ingrid Haubold. sin compás ni sextante para hallar una
conocimiento de un joven músico ale- Un productor, un ingeniero, un respon- ruta que lleve a buen puerto. Al no
mán que se moría de ham- sable efcaz: Pinchas Steinberg. Los días estar diferenciados los
bre en París. Richard Wag- dos planos vitales de la
ner, quien escribió en 1841 «balada dramática», no
una ópera sobre este asun- OtCCfl hay tampoco conflicto ni
to. Como aquel menestero- caracterización, Ninguno
so vino a ser «el genio del de los cantantes es deci-
siglo», su ópera juvenil didamente rechazable,
acabó haciéndose famosa; la WA.GNÉR
pero casi todos se em-
cantaron grandes cantantes, plean con fastidiosa mo-
la dirigieron maestros de notonía. Hale no se exta-
nombre? enrevesadísimos y sía ni se desespera y por
la frecuentaron los sellos tanto no conmueve. Rydl
discográficos más encopeta- BEHftENS - H A L E
no trafica, no vende, no
dos o los más bucaneros. alcahuetea. Protschka es
También pusieron sobre sólo el desvaído Enk de
ella las manos pecadoras los tumo, que no lucha con-
registas y escenógrafos más PROTSCHKA • RTOL - HEILMANN tra fuerzas espirituales su-
atrevidos; pero esta parte periores a las suyas, sólo
de la historia no interesa terrenales. Iris Vermillion
ahora. pasa inadvertida y Uwe
KONZERTVEREINIGUNG WIENfR Heilmann más parece
grumete que timonel.
5TAATSOPERNCHOR
Curiosamente, también Sólo Hildegard Behrens
WIENER PHILHARMONIKER se debate por crear un
con un año de diferencia
dos firmas han descubierto DOHMANTI
personaje, aunque sus
últimamente que, en el orí- condiciones vocales de antaño y hoga-
gen, hubo un holandés rico ño no son idóneas para Senta; por des-
y un holandés pobre. Por el rico, claro, gracia equivoca el registro expresivo:
estrictamente necesarios para registrar inocencia calculada, puerilidad artificio-
se ha interesado la poderosa Decca. la obra con atención a la unidad de
Así lo avala la movilización de fuerzas. sa. Poco hay que añadir sobre el traba-
tiempo, y asimismo la versión «definiti- jo de Dohnányi. ¿Falla la sensibilidad?
Viena y su ilustre Filarmónica. Los va», pero en un solo acto de tres cua-
Coros de la no menos ¡lustre Opera. ¿Falla la técnica? Hay un momento par-
dros como corresponde a este marine-
La famosa Hildegard Behrens y el barí- ro que se contrata por la paga, exigua, y
tono-bajo del momento, Robert Hale. la manutención. En resumen; la pieza se

42 SCHERZO

ticularmente triste: cuando en el dúo
Senta canta la sublime melodía compa-
siva -Ante mi' está él con sus ardientes
rasgos- acompañada por los violonche-
los, Dohnányi quiere portomentar como
los grandes y así lo demanda a los mag-
níficos instrumentistas de la Filarmónica
I B OPERA CLASSICS «Ha
B. WAGMEH
DER FLIFGENDE HOLLANDER
The RylnR Dutchnian • I,e Valssrsu Fanlfiínr
Alfrrd MiiíT- InRrid HmihoW - Erkh Knodl • Prter SHRrrt
J*CT HrrlnE - Mure* >rhlml
Badapeu Hkdlo 1 'hora
OBF SjHphnn? Qrrhnln. > l M l
Pfadw Stclnbcm
de Viena: pero las frases no alcanzan a
ser más emotivas, más cálidas, sino sólo
más amplias aparentemente,
El Holandés pobre es otra cosa.
Desde los primeros compases de la
obertura se aprecia el impulso dramáti-
co, el color weberiano, el sabor a sal y a
yodo. Exteriores e interiores -galana la
atmósfera de las hilanderas- quedan
claramente diferenciados. Los persona-
jes están bien caracterizados vocalmen-
te (el de peor estado vocal es Knodt.
aunque queda arropado por la realiza-
ción general). A MufT se le pueden re-
prochar algunos agudos abiertos y pre-
parados; a Ingrid Haubold, la falta de
cuerpo en el registro grave; mas ambos
son valientes, cantan, expresan, dialo-
gan, y en estos momentos del canto
wagneriano no encontrarán, en particu-
lar la soprano, quienes realmente les su-
peren en estos papeles. Seiffert. no en
su mejor forma, dota a Erik de cierta
melancolía, lo que no es poco. Marga
Schiml, la Magdalena de Wolfgang
Wagner desde 1961 a 1968, presta a
Mary los preocupados acentos de la
nodriza, no los de una enfadosa carabi-
na. El Timonel de Hering se hace sim-
pático por su juvenil lirismo. Por su-
puesto, a Pinchas Steinberg no se le
puede pedir que se eleve a lo sublime;
para él no hay problemas de portamen-
to, puesto que los soslaya. Pero el con-
cepto es claro, los tempi. en general
más livianos que con Dohnányi. están
bien diferenciados, la construcción
posee dramatismo, y así se llega a un
desenlace convincente, en el que Erik
ESTUDIO DtSCOGRAFICO
alcanza inusitado protagonismo. Musical,
experto y de fresco timbre el Coro de
la Radio de Budapest, que pronuncia el
texto con ejemplar limpieza. Si la esce-
na de los espectros es, en términos téc-
nicos, lo mejor del registro de Decca
(en mis notas de audición consta: «la
escena espectral más clara
en la historia del disco gra-
cias a la ingeniería»), la que
ofrece Naxos no queda
técnicamente muy a la
zaga y es más realista gra-
cias a la feliz pronunciación
de ambos grupos corales.
Todo ello da como resul-
tado este Holandés pobre
que no aspira a codearse
con los grandes hitos dis-
cográficos de la obra, sino
a ocupar un lugar digno en
cualquier discoteca y a ser-
vir de iniciación a quienes
hoy comienzan a interesar-
se por el drama del maldi-
to de los mares. Por estas
virtudes hallará redención
en la tierra mientras con-
templa cómo el buque del
Holandés rico continuará
colgado allá arriba, en el vacío, vagando
solo «sin descanso, sin paz, por toda la
eternidad».
Ángel Fernando Mayo
El mejor fondo de catálogo
WAGNER: El holandés errante. Roben del mundo.
Hale (Holandés), Hildegard Beh-
rens (Senta), Kurt Rydl (Oaland),
Josef Protschka (Erik), Iris Vermt-
llion (Mary). Uwe Heilmann (Ti-
monel), Orquesta Filarmónica de
Viena. Coro de la Opera del Esta-
do. Directores del coro: Norbert
Balatsch, Helmuth Froschauer. Di-
rector: Christoph von Dohnányi. 2
CD DECCA 436 418-2. D D D ,
14507". Grabación: Viena, 111-
X I / I 9 9 I . Productores: Michael
Haas, Morten Windings, Christop-
her Pope. Ingenieros: James Lock,
Jonathan Stokes, Colin Moorfoot,
Simón Eadon. Libreto en alemán,
francés e inglés. Notas y sinopsis,
también en italiano.
WAGNER: El holandés errante. Alfred
Muff (Holandés), Ingrid Haubold
(Senta). E r k h Knodt (Daland).
Peter Seiffert (Erik). Marga Schiml
{Mary), Jórg Hering (Timonel), Or-
questa Sinfónica de Radio Austria,
Coros de la Radio de Budapest.
Director del coro: Peter Erdei. Di-
rector: Pinchas Steinberg. 2 CD
NAXOS 8.6600 25-26. D D D .
I37'53", Grabación; Viena,
IX/1992. Productor: Malgorzata
Kragora. Ingeniero: Josef Schütz.
Libreto en alemán. Notas y sinop-
sis en alemán, inglés y francés. Dis-
tribu ¡don Ferysa.
SCHERZO 43
ESTUDIO DISCOGRAFfCO
Confirmación deuna serie excelente
C
on unos pnncipios un tanto vaci-
lantes (al menos en España), la
serie de precio medio Studio Plus
de EMI parece que va a lanzar al merca-
do grabaciones de sus enormes fondos
de catálogo en una continuación de lo
que la multinacional británica inició en los
primeros tiempos del C D con su serie
Studio. De las pocas grabaciones apareci-
das hasta la fecha en esta colección, hay
que destacar el Tnpk de Beethoven aco-
plado con el Doble de Brahms (Oístrakh-
Rostropovitch-Ricriter. con Karajan en un
caso y Szell en el o t r o ) ; un hermoso
disco Falla, con Giulini; otro de Franck,
con Karajan-Weissenberg-Muti; varios Po-
emas de Liszt dingidos por Masur, el Con-
cierto de viohh de Beethoven, con Me-
nú nin-Klemperer, el de Brahms con Ois-
trakh/Klemperer, el Peer Gynt de Grieg
por Beecham. la Quinta de Mahler por
Barbirolli, más un corto etcétera que, la-
mentablemente, pasó prácticamente
inadvertido. Ahora, EMI nos hace llegar
once nuevos títulos en un intento de for-
talecer la colección dentro del amplio
abanico de las series de precio medio: las
grabaciones son de calidad, la presenta-
ción y textos notable, y en las in-
terpretaciones encontramos de
todo, aunque siempre dentro del
nivel exigido en una serie de estas
características.
Vayamos en primer lugar con
los Conciertos para teclado de
Bach, sene que nos es presenta-
da en esta ocasión con un piano
moderno tocado (fuera de estilo,
naturalmente) por Andreí Gavri-
lov, muy brillante, impetuoso,
con evidente sentido rítmico y
gran claridad expositiva, siempre
con corrección de fraseo y juste-
za de ataque. Las pegas, no obs-
tante, no vienen de sus interpre-
taciones (todo lo sujetas a discu-
sión que se quiera), sino del
acompañamiento de Marriner,
que trata de ser más fiel a los
modos barrocos interpretando
con sus acostumbradas ligereza e
¡ncisividad, además de incluir un
clave para el continuo, de tal
forrna que las intervenciones de
los músicos de la St. Martin in the Fields
parecen de otra película distinta a la de
Gavnlov, a pesar de que su precisión y
exactitud sean encomiables. Como cu-
riosidad, o para los incondicionales del
pianista ruso, pueden valer para los que
busquen más autenticidad, las versiones
con clave de Leonhardt (Teldec). o las
de Pinnock (Archiv), merecen infinita-
mente más atención que estos registros.
Eugene Ormandy, siempre seguro,
correcto y efectivo profesional de la ba-
44 SCHERZO
tuta, está representado en esta colección
por dos de sus más conseguidos regis-
tros, pertenecientes ambos al período
contractual entre EMI y la Orquesta de
Filadelfia con su entonces director titular.
Su versión de las Cuatro Leyendas deí Ko-
tevala es una de las cotas más altas en su
amplia discografía, intensamente expresi-
va, coherente y con una convicción real-
mente extraña en los registros de este
director: por otra parte, el conjunto de
Filadelfia da una lección tímbnca y de
precisión a la altura de las mejores or-
questas del orbe. Una gran versión, en
fin, superior a las de Gibson (Chandos) y
járvi (BIS), pero sin llegar a la más sensi-
ble e idiomática de Okko Kamu (DG.
sólo en LP). El disco se completa con
una buena lectura de Tapióla dirigida por
Paavo Berglund, a la que quizá le falte un
poco más de amplitud de fraseo, aban-
dono poético y desolación (escuchar a
Beecham - E M I - , Maazel -Decca-, Colín
Davis -Philips- o Karajan -Deutsche
Grammophon y EMI-). De cualquier
forma, un espléndido disco Sibelius cuya
recomendabilidad es obvia. En cuanto al
registro Bartók-Hindemith, también fir-
mado por Ormandy, los resultados no
alcanzan los sobresalientes del anterior,
aunque siempre haya constancia de una
soberbia agrupación sinfónica y de firmes
y seguras traducciones musicales. En la
Músico para cuerdas, percusión y ce/esto,
por ejemplo, hay claridad de exposición,
todo está en su sitio, la dinámica es per-
fecta y los tempi adecuados, pero falta
profundidad expresiva (Fricsay en DG),
variedad tímbnca (Reiner en RCA) o las
descargas eléctricas y rítmicas a que tan
proclive es esta partitura (Solti I en
Decca), A la surte del Mandarín milagroso
le pasa otro tanto, y la versión, correcta,
pulida y algo aséptica, queda por debajo
de la alquimia sonora de un Boulez o del
dramatismo e incisividad de un Abbado
(Sony y D G respectivamente). Bien las
hindemithianas Metamorfosis pero, otra
vez, podemos encontrar versiones más
convincentes y adecuadas (Blomstedt en
Decca) o más vitalistas, luminosas y hu-
morísticas (Bemstein en DG).
La Novena de Bruckner por Giulini y
la Sinfónica de Chicago fue una espléndi-
da versión merecedora de toda clase de
parabienes cuando salió al mercado en
1978. ganando ese año el Gran Premio
Mundial del disco en Montreux. Como
es sabido, doce años más tarde el propio
maestro ialiano volvió a grabar esta com-
pleja partitura al frente de la Filarmónica
de Viena para Deutsche Grammophon
(comentada en SCHERZO 39 por Ro-
berto Andrade), superando entonces el
sobresaliente trabajo que ahora comen-
tamos. N o obstante, el disco es merece-
dor de la mayor de las atenciones por su
firmeza y transparencia, por su dinámica
de gran variedad, p o r sus
efectos sonoros realmente
apabullantes, por su carnosa
efusividad romántica, por su
intensidad y cuidada planifica-
ción. La orquesta responde
como un solo hombre con
un rendimiento realmente
milagroso, y la grabación ha
ganado en claridad, descu-
briéndose cosas nuevas que
en soporte LP quedaban ve-
ladas (debido, sin duda, a los
lamentables prensados espa-
ñoles de entonces). Una ver-
sión excelente, en suma,
quizá más ligera y espontánea
que su citada última interpre-
tación para DG, más sólida,
compacta, amplia y espiritual.
De todas formas, su atractivo
precio medio y sus innegables
virtudes hacen de este regis-
tro uno de los más sugeren-
tes y recomendables en
cuanto a la Noveno de Bruck-
ner se refiere.
El disco de Barenboim dirigiendo di-
versas surtes de Bizet es sobresaliente
por su espontaneidad, romanticismo y
fuego expresivo, aunque a veces sea
algo retórico y pesante (Preludios de
Carmen y ía artesiana), y le falte el
color, variedad y elocuencia de otros
maestros más afortunados en estos
pentagramas (desde Munch y Monteux
a Cluytens y Martmon pasando por A n -
sermet y Désormiére), Cualquiera de

Rafael Kubellk
los citados es preferible a Barenboim.
aunque si no se encuentra en el merca-
do del disco (que creemos no es el
caso) pueden optar por el músico ar-
gentino, pero sólo quienes quieran co-
nocer estas obras por primera vez.
André Previn, representado en esta
tirada con cuatro discos, fue una de las
estrellas más cotizadas de EMI (sobre
todo en su época de titular de la Sinfóni-
ca de Londres), siendo ahora uno de los
directores más importantes, aunque se
prodigue poco en nuestras salas de con-
ciertos y sus grabaciones hoy no pasen
de las imprescindibles (si la memoria no
me falla, dirigió dos impresionantes con-
ciertos en el Teatro Real, uno con la Sin-
fónica de Londres -Sibelius, Shostako-
vich- y otro con la Filarmónica de Los
Angeles -Ravel, Elgar-, poniendo de ma-
nifiesto sus admirables seriedad, imagina-
ción y musicalidad). En los cuatro discos
que se comentan encontramos tres es-
pléndidas versiones de las sinfonías Sor-
preso, Milagro y Londres de Haydn, con
una claridad de texturas y unas constan-
tes precisión y lucidez que las hacen muy
atractivas dentro del actual panorama
discográfico dedicado a Haydn. La ver-
sión de la Cuarta de Mahler es magnifica,
de nuevo con unas encomiables claridad,
precisión y exactitud; posiblemente no
encontremos hoy tal disección tímbrica.
con el tono, el acento y el idioma justos.
Falta, sin duda, ese más allá que hallamos
en los grandes mahlenanos de ayer
(Walter, Klemperer, Maazel). De cual-
quier forma una versión de altura, deli-
cada, concisa y clarísima, favorecida ade-
más por la siempre
efectiva y poética in-
tervención de Elly
Amelmg, que cierra
el disco con modéli-
cas interpretaciones
de tres Heder de
Schubert (mención
especial al célebre
Postor en ¡a roed). En
SCHERZO 72 co-
mentamos un bello
disco de Previn t o -
cando y dirigiendo
dos conciertos de
Mozart, concreta-
mente los K, 453 y
K. 491, al frente en
aquella ocasión de la
Filarmónica de Viena
(Philips Láser Line);
ahora, con la Sinfó-
nica de Londres.
Previn toca y dirige
el K. 466, y toca el
segundo piano y di-
rige el K. 365 para
dos pianos (con
Radu Lupu). Las ver-
siones son correctas,
FOTO: NEUME1STER
bien planificadas y estupendamente toca-
das y dirigidas, con atención escrupulosa
a cada detalle orquestal sin perder de
vista en ningún momento la importante
intervención pianística; hay algunos mo-
mentos, además, como el segundo mo-
vimiento del K. 466, de una sentida ex-
presividad y de una intimidad que hacen
que la versión sea de muchos quilates.
Finalmente, el disco Prokofiev nos en-
frenta a un virtuoso, sensible e inteligen-
te director que se encuentra especial-
mente a gusto en estos pentagramas; sus
versiones son de sobria expresividad, de
encomiable claridad (como siempre en
este director) y de superlativo esmero
constructivo; posiblemente haya otros
directores más afines e idiomáticos
(Rozhdestvenski, sólo en LP), o mas bri-
llantes y espectaculares (Bemstein. Jarvi),
pero los dos trabajos de Previn, sobrios,
concisos, claros y convincentes, merecen
absoluta atención por parte de los inte-
resados en el mundo de Prokofiev.
Cerramos el comentario a esta edi-
ción con una magnífica versión de la
Quinto de Nielsen, tomada en concierto
público en 1983, es decir, poco antes de
la retirada definitiva de Rafael Kubelik de
la dirección de orquesta. La tensa expo-
sición, el dramatismo, el atractivo y varia-
do colorido, un lirismo de la mejor ley y
una perfecta planificación son las pnnei-
pales características de esta interpreta-
ción de altura, llena de detalles de mag-
nifico músico. Una versión espontánea y
lírica que. si bien no alcanza la intensa in-
cisividad de la de un Horenstein (Uni-
com), es una de las principales a tener
ESTUDIO OISCOGRAFICO
en cuenta. Los atractivos rellenos Sibelius
a cargo de Antal Dorati que completan
el disco lo hacen uno de los más atracti-
vos de esta interesantísima colección.
En nuestra opinión, Bruckner-Giulini,
Niel sen-Kubelik y los cuatro discos de
André Previn, son las principales bazas a
tener en cuenta en esta nueva tirada de
la Colección EMI Studio Plus, siempre
teniendo en cuenta las notables aporta-
ciones artísticas y técnicas del resto de
las referencias comentadas.
Enrique Pérez Adrián
BACH; Conciertos para piano 6VVV / 052 a
I058. Surte francesa n° 5. Andrei Gavri-
lov. piano. Academia de St- Martin ¡n
the Fields. Director Sir Neville Marri-
ner. 2CD EMI 5 65173/4 2. ADD.
Grabaciones: 1984-1986.
BARTOK: Música para cuerdos, percusión
y celesta Suite del Mandarín milagroso.
HINDEMITH: Metamorfosis
sinfónicas. Orquesta de Filadelfia. Di-
rector: Eugene Ormandy. EMI 5
65175 2. ADD. Grabaciones: 1978.
BIZET: Suites de Carmen. La artesiana. Jue-
gos de niños y La bonita muchacha de
Perth. Orquesta de París. Director:
Daniel Barenboim. EMI Rus 7 64869
2. ADD. Grabaciones: 1972-1975.
BRUCKNER: Sinfonía n° 9 en re mayor.
Orquesta Sinfónica de Chicago. Di-
rector: Cario Maria Giulini. EMI 5
65177 2. ADD. Grabación: 1976.
HAYDN: Sinfonías n°% 94, 96 y 104. Or-
questa Sinfónica de Pittsburgh. Or-
questa Sinfónica de Londres. Direc-
tor: André Previn. EMI 5 65I7B 2.
ADD. Grabaciones; 1975-1978.
MAHLER: Sinfonía n° 4. SCHUBERT: üe-
der. Elly Ameling. Orquesta Sinfónica
de Pittsburgh. Director: André Pre-
vin. EMI 5 65179 2. ADD. Grabacio-
nes: 1978 (Mahler) y 1971.
MOZART: Concierto n° 20, fC 466. Con-
cierto poro dos piónos. K. 365. André
Previn y Radu Lupu, pianos. Orques-
ta Sinfónica de Londres. Director:
André Previn. EMI 5 65180 2. ADD.
Grabaciones: 1975-1976.
NIELSEN: Sinfonía n° 5. Orquesta Sinfó-
nica de la Radio de Dinamarca. Di-
rector: Rafael Kubelik. SIBELIUS:
Luonnotor. Cabalgata nocturna y ama-
necer. Las Oceántdes. Gwyneth Jones,
soprano. Orquesta Sinfónica de
Londres. Director: Antal Dorati.
EMI 5 6SIB2 2. ADD. Grabaciones:
1983 (Nielsen) y 1969.
PROKOFIEV: Smfoníos n°s 5 y 7. Or-
questa Sinfónica de Londres. Direc-
tor: André Previn. EMI 5 65181 2.
ADD. Grabaciones: 1974-1977.
SIBELIUS: Cuatio Leyendas <deí kolevala. 7o-
piota. Orquesta de Fibdelfia. Director
Eugene Ormandy, Orquesta Filarmóni-
ca de Helsinki. Director Paavo Ber-
glund. EMI 5 65176 2. ADD/DDD.
Grabaciones: 1978-1987.
En todos los casos: Serie Studio Plus. Pre-
cio medio.
SCHERZO 45
ESTUDIO DISCOGRAFÍCO
Cuando el tedio aguarda.
o resulta precisa-
N mente apasionante
la lectura que Ash-
kenazi ofrece del Sueño de
uno noche de verano. Tosca,
espesa en la textura or-
questal, su versión está di-
bujada con grueso trazo, y
las buenas intenciones se
quedan en eso, en inten-
ciones. Faltan retín amiento,
lirismo y fantasía, así como
depuración en la realización
orquestal, aparente desde
la nula diferenciación p/pp
en la madera (primeros
compases de la obertura) y
en la a menudo poco ágil
articulación de la cuerda
(en la obertura y en núme-
ros posteriores. Los últimos
compases (desde la letra K
a! final) de ésta son de una
sosería abrumadora. El
Scherzo trae pocas nove-
dades, porque aunque el
tempo tiene la vivacidad
adecuada, la cuerda parece
pesar un tanto, los acentos tienen es-
casa convicción, con lo que el movi-
miento pierde buena parte de su gra-
cia. Tanto Dawson como Schaechter
se muestran irreprochables en sus res-
pectivos cometidos. El resto transcurre
en coordenadas similares de tedio (el
Nocturno aburridillo. la Marcha nupcial
escasamente wvoce y con nula vitali-
dad, o sea «Case su ropa con Persil»,
etc.). En una palabra, una versión olvi-
dable, que nos hace añorar la todavía
ausente de Maag (para Decca-Ace of
Diamonds) y seguir recomendando la
vuelta a Klemperer (EMI) y Kubelik
(DG) como opciones muy superiores.
Entre las más recientes, Harnoncourt
(aunque sólo ofrece una selección) es
abiertamente preferible. Sin comenta-
rios respecto a la versión orquestal del
Octeto, que completa el disco. Aparte
de que el original resulte preferible, la
cuerda le pesa a Ashkenazi demasiado
como para sacar el mínimo partido de
esta hermosa música. Un disco desa-
fortunado, en suma, al que la notable
toma de sonido no consigue sacar del
marasmo.
Tampoco acabamos de salir
mucho de éste en la otra versión del
Sueño que nos llega simultáneamente
con la de Ashkenazi. debida a Claus
Peter Flor, autor de incursiones hasta
ahora de escaso interés en las sinfoní-
as de este mismo autor. La realización
es considerablemente más cuidada
-mejor la obertura, por ejemplo, aun-
que el tempo es más c ó m o d o - y
46 SCHERZO
menos tosca, pero la cuerda parece
apagada y débil, sobre todo, el Men-
delssohn del Flor sigue carente de
vida y convicción (escúchese el inter-
mezzo, tan correctamente ejecutado
como rutinario y escasamente próxi-
mo al Allegro appassionato -funda-
mentalmente al calificativo- que
marca la partitura), El Scherzo queda
pulcramente ejecutado, pero da la
sensación de un tanto fatigoso y poco
vital. También en este disco Popp y
üpovsek ofrecen sendas prestaciones
irreprochables, trayendo los únicos
momentos de cierta luminosidad a la
interpretación. Se me escapa la razón
por la que Flor añade un breve re-
cuerdo -no incluido en la partitura-
MENDELSSOHN: El sueño de una noche
de verano. Op. 2I/6L Octeto para cuer-
do (versión orquestal) Op. 20. Lynne
Dawson, soprano; Dalia Schaechter,
meizo-soprano. Coro femenino de la
Radia de Berlín. Orquesta Sinfónica
Alemana de Berlín. Director: Vladimir
Ashkenazi. DECCA 440 296-2. DDD,
78'33" Grabación: Berlín, IX-X/1992.
Productor: And re w Cornall. Ingenie-
ro: Stanley Goodall.
MENDELSSOHN: £1 sueño de una noche de MENDELSSOHN: Sinfonía n° 2 en si bemol
verano. Op 211b1 Lucía Popp, soprano; mayor Op. 52 «Canto de Alabanza».
Marjana Lipovsek, mezzo-soprano.
Coro y Orquesta Sinfónica de Bamberg. nos; Fieder Lang, tenor, Chorus Musí-
Director: Claus Peter Flor, RCA 7863 cus de Colonia, Das Neue Orchester.
57764 2. DDD. 47"I8". Grabación:
Bamberg. 1987. Productor: Wilhelm
Meister. Ingeniero; Peter Zelnhófer. ción: Wuppertal, V/1993. Productora:
MENDELSSOHN: Oberturas: Las, bodas de
de! Nocturno antes del
final, omitiendo en cam-
bio los 29 compases del
n" 12 (Allegro vivace),
omisión que por cierto
también hace Ashkenazi.
Teniendo en cuenta la
rácana duración del
disco (apenas 47 minu-
tos) y el nulo interés de
la versión, cabe reiterar
las recomendaciones an-
teriores.
Del mismo Flor nos
llega también un disco
dedicado a oberturas del
propio Mendelssohn, que
incluye la ya mencionada
-procedente, de hecho,
del mismo registro- del
Sueno de una noche de ve-
rano. Aunque el alemán
consigue infundir algo
más de calor a sus inter-
pretaciones, uno sigue
echando en falta buenas
dosis de efusividad en
Mar en caima y viaje feliz,
y en la hermosa Los Hébridas vuelve
por donde solía, con unas dosis nulas
de refinamiento y misterio y sobradas
de aburrimiento. Uno vuelve a Karajan,
Abbado (ambos DG), Maag (IMP) o
Bemstein (Sony), con verdadero alivio.
Se incluyen algunas oberturas menos
habituales, como Las bodas de Camo-
cho -obras que, la verdad, se encuen-
tran lejos del mejor Mendelssohn. pero
que podrían haber resultado bastante
más convincentes en otras manos- y
Athaha. El resto está disponible en lec-
turas con bastante más frescura y vitali-
dad que la que nos ofrece el director
de Leipzig, como la de Abbado (DG),
que incluye todas menos estas dos. a
cambio de La bella Melusma y la Ober-
Camocho Op. 10. El sueño de una noche
de verano. Op. 21. Mar en calma y viaje
feliz, Ruy Blas Op. 95. Athatia. Op. 74.
Los bébndos. Op 26. Orquesta Sinfóni-
ca de Bamberg. Director: Claus Peter
Flor. RCA 7863 57905 2. D D D .
59'12". Grabaciones: Bamberg,
VI/1988 y Vil/1987 (Op. 21). Produc-
tores: Michael Kempff. Wilhelm Meis-
ter. Ingenieros: Herben Frühbauer,
Peier Zelnhófer.
So líe Isokoski. Meehthild Bach, sopra-
Director: Christopher Spering. Opus
111 OPS 30-98. DDD- M'48". Graba-
Yolanta Skura. Ingeniero: Daniel Zaley.

tura de fas trompetas.
El último disco de este lote men-
delssohniano se debe a Christoph Spe-
ring, que ha efectuado algunos regis-
tros anteriores para esta misma casa
discográfica. Spenng, nuevo para quien
esto firma, se adentra en la Sinfonía n"
2 con un con|unto de instrumentos
originales. Das Neue Orchester. ¿Que
cómo funciona el asunto? Pues bien,
aunque a medias. La flexibilidad de un
conjunto relativamente más reducido
-ojo. sólo relativamente, con una cuer-
da 10/9/7/6/5- y la menor potencia
sonora de los instrumentos permiten
una transparencia notable y una rara
nitidez de articulación, especialmente
notable por cuanto los tempí de Spe-
ring resultan francamente vivos -ya
desde el mismo Allegro maestoso e vi-
vace inicial-. Por otra parte, el conjun-
to parece responder de forma irrepro-
chable en cuanto a calidad y belleza
tímbrica -aunque la cuerda de otros
conjuntos de este tipo, léase Concen-
tus musicus, probablemente sonaría
bastante más con este contingente-.
Con todos estos ingredientes, y un
coro que suena también empastado y
seguro, hace Spering una versión fresca
y jubilosa, lo que, en principio, va muy
bien con el carácter triunfal de la parti-
tura. En el otro lado de la balanza, sin
embargo, cabe echar de menos la
grandeza de las versiones clásicas {ha-
blamos de los Karajan, Abbado, Sawa-
llisch o Masur), más solemnes pero no
por ello menos triunfales, no sólo por
una cuestión de tempí sino incluso por
la mayor suntuosidad sonora -la cuer-
da de Das Neue Orchester no es, evi-
dentemente, la de la Filarmónica de
Berlín- y la mayor profundidad expre-
siva. El dilema, en una palabra, es el de
siempre. Los puristas probablemente
defenderán que la de Spenng es la vía
correcta, considerando las de los di-
rectores antes mencionados excesiva-
mente wagnerizantes y por
consiguiente distorsionadas. Los aman-
tes de la gran tradición germánica de
directores de orquesta encontrarán
que la lectura de Spering. pese a sus
apuntadas virtudes, queda pobre en
comparación con aquéllas. El firmante
debe confesar sentirse más cerca de
Karajan o Abbado (DG ambos), pero
hay que reconocer que la versión de
Spenng resulta disfrutable. Toma so-
nora y prestaciones solistas impeca-
bles. Aun no estando muy convencido
de la asociación Mendelssohn/instru-
mentos originales, si por la vía tradi-
cional aguarda el bostezo con Ashke-
nazi o Flor, deberían plantearse pocas
dudas a la hora de preferir algo como
lo de Spering.
Rafael Ortega BasagoHi
Organa viventia: nueva serie de Sony
L
a productora Solí Deo Ventos, diri-
gida por Jean-Yves Labat de Rossi,
ha lanzado una nueva serie a tra-
vés de la distribución de Sony Francia,
dedicada al órgano de todos los tiem-
pos, pero en grabaciones actuales.
La entrega que nos ha llegado con-
tiene de todo, desde lo simplemente
correcto hasta lo excelente.
El mejor disco de los presentes es el
grabado en Notre-Dame de París, con
notable diferencia a su favor. El ingenie-
ro de sonido se ha esforzado en seno
para captar la inmensa y difícil sonori-
dad de la catedral de París, en favor de
una causa notable, y el resultado ha
sido bastante bueno. Olivier Latry de-
muestra ser un organista excelente en
el repertorio romántico, que convence
a los más reacios en este tipo de músi-
ca. Latry rezuma buen gusto en la regis-
tración (huye de la. banalidad en que
puede caer el romanticismo francés tar-
dío), y hace sumamente atractiva la
Suite gótica de Léon Boéllmann, por
ejemplo. Por todo ello este disco en
particular merece una atención especial:
C.P.E. BACH: Sonatas Wq 70. Francoís
Espinasse, Órgano de la iglesia
Sainte-Macre de Fére-en-Tarde-
nois.SONYSK.M08l.
J.S. BACH: Obra para afgano. Vals. 1-2.
Luc Antontni, Gran Órgano de la
Abadía de Sant-Benoít-sur-Loire y
Gran Órgano de la iglesia-mu seo
de los Agustinos de Toulouse.
SONY SK 57487/64080.
F. COUPERIN: Misa para las
Parroquias. Schola Meridionalis. Di-
rector: Josep Cabré. Michel Bou-
vard, Órgano Histórico de Saint-
Maximin La Sainte Baume. SONY
SK 64082.
DURUFLE: Música completa para órga-
no. Jean-Pierre Lecaudey, Gran
Órgano Pascal Quoirin de Saint-
Rémy-de-Provence. SONY SK
57488.
GUILAIN: P/étes d'orgue pour le Magní-
ficat. MARCHAND: P'téces drais/es
pour í'ofgue de feu, Livre premier.
Franíois Espínasse, Órgano de la
Abadía de Ottobeuren. SONY SK
57489.
VIERNE: Sinfonías n\ I y 2. Yves Cas-
cagnec Gran Órgano Cavaillé-Coll
de la Abacial de Saint-Ouen de
Rouen. SONY SK 64084.
RECITAL DE OLIVIER LATRY. Obras
de Franck. Ropartz. Gigout, Boéll-
mann, Guilmant, Saint-Saéns, Pier-
né, Widor, Vierne. Gran Órgano
de Notre Dame de París. SONY
SK 64083.
SONY Masterworks Organa vrventia.
DDD. Productor: Jean-Yves y
Jean-Maya Labat de Rossi. Ingenie-
ro: Jean-Pierre Bouquet.
ESTUDIO DÍSCOGRAFICO
muy recomendable.
El resto de la serie ofrece un poco
de todo: una interesante Misa paro ios
parroquias de Francois Coupenn, en la
que el canto llano se ha confiado al
conjunto catalán Schola Meridionalis, y
se ha utilizado uno de los pocos instru-
mentos históricos de la colección; o la
grabación que contiene la obra comple-
ta para órgano de Duruflé (1902-1986),
del que no recordamos un registro
completo similar.
Espinasse, con las ó Sonólas de
C.P.E. Bach, registra con mayor gusto,
pero exagera el compás en un estilo
excesivamente picado, sin lograr una
mejor inteligibilidad, Su interpretación
del Bach de Hamburgo es buena, en
obras poco frecuentes en disco, como
también son poco frecuentes las del
disco dedicado a Guilain y Marchand
(aunque menos interesantes),
Entre lo prescindible, por último, los
dos discos de J.S. Bach por Luc Antoni-
ni, organista nacido en 1961, a quien se
le confía la obra del máximo composi-
tor para órgano: ejecuta correctamen-
te, pero demuestra poco gusto y varie-
dad en los registros escogidos (a me-
nudo exceso de trompetería); de ex-
posición tirando a lenta y parsimoniosa
en las Toccatas y Preludios (saliendo así
perjudicado ef fraseo de obras tan
complejas); en cambio, mejora en los
Cora/es, más apropiados a su estilo. Por
otra parte, el instrumento de la abadía
de Sant-Benoft aparece notablemente
desafinado en algún registro, como si
no le hubieran dado un buen repaso
antes de la grabación. Demasiada com-
petencia existe en las grabaciones de la
obra para órgano de Bach para que se
inicie lo que parece ha de ser otra inte-
gral: senes como la presente, con nue-
vos intérpretes, tienen mayor sentido
por lo que puedan aportar de nuevo,
que por volver a un repertorio ya muy
conocido.
La presentación de la serie es insu-
perable: no falta detalle en todos los as-
pectos; el diseño es elegantísimo y muy
agradable: los comentarios incluyen
notas sobre la obra, el intérprete y cada
instrumento utilizado (junto con la des-
cripción completa de sus registros), y
en el disco de Couperin incluso los tex-
tos latinos de la Miso con su traducción.
No nos extrañaría que más de un com-
prador se convierta en co/eccíonisto de
toda la serie, ya que su concepción la
hace de las más atractivas en el mo-
mento actual. Las tomas de sonido son,
en general, muy aceptables.
Santiago Bueno Salinas y
Héctor París Casadella
SCHERZO 41
ESTUDIO DISCOGRAFICO
E
ste p e q u e ñ o g r u p o de
discos brinda la ocasión
de aproximarse a vanos M Ú S I C A Franz Berwald
momentos bien definidos de la £ /"
histona de la música sueca.
Viene a completarse nuestra
imagen del llamado «padre de
la música sueca», algunas de
cuyas sinfonías ya habían sido
editadas dentro de esta misma
colección, con el disco dedica-
do a las cantatas.
La grabación demuestra que
el lenguaje de Román en este
terreno era mucho más madu-
ro que en el orquestal, y no
deja de ser una lástima que la
obra acaso más interesante, la
Música fuñera/ pora Federico I,
se recoja de modo fragmenta-
rio. Ericson no va más allá de
una monumentalidad hueca en
el comienzo del Jubílate o un
revestimiento haendeliano ma-
sivo - n o lejos de la tradición
d e c i m o n ó n i c a - en el final de dicha
obra, peligrando así la definición estética
del compositor intetpretado. Más incisi-
va la lectura de la Música de esponsales,
con una destacada intervención de
Rydén, que, sin embargo, queda algo tí-
mida con respecto al acompañamiento
en su primera ana.
De perfil aristocrático el recitativo a
cargo de Mattei. La conclusión desolada
de la Música funeral nos hace atisbar
parte de la grandeza de esta música.
La tragedia Electro de Haeffner - u n
alemán afincado en Estocolmo-. estrena-
da precisamente en Drottningholm en
1787. se alza como tal vez el título más
representativo de la ópera gustaviana. de
cuyos frutos nos dio una panorámica la
antología contenida en otro disco de la
colección. La obra resuelve a medias el
problema de una dramaturgia musical en
lengua sueca, pero lo hace sobre todo
por el camino del recitativo acompañado,
con escasas incursiones en el campo del
ana. La interpretación, muy vibrante en
ocasiones, no puede ocultar que la ópera
no mantiene el mismo tono trágico en
todo su discurrir. Sobresale la caracteriza-
ción del papel principal cumplida por
Martinpelto con un vanado espectro dra-
mático. A un nivel más bajo la Qitemnes-
tra de Helle Hinz y eficaz el Orestes de
Peter Mattei. La tensa ejecución de los re-
citativos acompañados es el hilo conduc-
tor de la versión que realiza Schubadc Un
pasaje muy interesante se encuentra en
su tormentosa lectura de la escena de las
furias - e n esta vanante del mito, Orestes
no es perdonado- y los acordes finales
de la ópera que parecen suspenderse,
con su no resolución, sobre el vacío.
48 SCHERZO
Instantes nórdicos
A Septet in B-flat major
Stríng Quartet in C mí ñor
Hikan Ehrén. Sólve Kingstedf. Jens-Christnph Lemke, Ivar Olsen
The Lywll Quartet
El Septeto de Berwald acusa una in-
fluencia muy clara del modelo del Septi-
mrno de Beethoven. No saca, empero,
el compositor sueco demasiado partido
a la combinación instrumental: la inter-
pretación, desde luego, equilibra vientos
y cuerdas, no renegando del cariz salo-
nero de ciertos pasajes -Prestissimo del
segundo t i e m p o - o su deslizamiento
hacia la pura diversión. Es muy notable
el poderoso tañido del trampa. Por lo
que respecta al Cuarteto, se trata de una
composición mucho más importante,
aun cuando no estén aquí resueltos
todos los problemas de escritura para
los cuatro instrumentos. Cierta marciali-
ROMÁN: Jubílate Músico de esponsales
Mús/co funeral pora Federico I (Selec-
ción). Te Deum. Rydén, Hógman.
Lindskog. Malte i. Coro de Cámara
Erlc Ericson. Conjunto Barroco de
Drottningholm. Director: Eric Eric- BERWALD: Estrella de Soria (Selección).
son, MÚSICA SUECLÍ MSCD 413.
DDD. 79'30". Grabación: Estocolmo.
V/1992. Productor: Helmut Muhle. In-
geniero: Christian Feldgen.
H/EFFNER: Electro. Martinpelto, Mattei,
Hinz. Samuelson. Coro de la Radio
Sueca. Conjunto Barroco de Drott-
ningholm. Director: Thomas Schu-
back. 2CD CAPRICCIO CAP
22030:1-2. DDD. 8TMT. Grabación: LARSSON: Dios escondido Op. 24. Suite
Estocolmo, XII/1992. Productores:
Tom Sandberg y Jan Lennart Hóglund.
Ingeniero: Ruñe Sundvall.
BERWALD: Septeto en SÍ bemol mayor.
Cuarteto en sol menor. Sólve Kingstedt,
clarinete: Jens-Cristoph Lemke, fagot;
Ivar Olsen, trompa; Bernt Lysell, vio-
lín: Thomas Sundkvist. viola; Mikael
Sjógren. chelo; Hákan Ehrén. contra-
dad en el primer Allegro y una
fuerza de indudable raíz beet-
hoveniana -a costa a veces de
la pulcritud de ejecución- ca-
racterizan la visión del Lysell.
La salida al mercado de tan
sólo una selección de la ópera
Estrella de Soria de Berwald es
casi una confesión de impoten-
cia. Hay que reconocer que el
entramado teatral de este títu-
lo es bastante endeble, pera
su lado de virtuosismo vocal,
adaptación sueca del belcanto
no muy lograda, naufraga aquí
estrepitosamente por las in-
fluencias de un r e p a r t o de
voces destempladas. En con-
creto, los dos personajes pro-
tagonistas, Salvaterra y Estrella,
están a merced de la debilidad
del tenor Stephen Smith y las
dificultades para conservar la
afinación en el registro agudo
de la soprano Lena Nordin.
Como ejemplo del siglo X X musical
sueco, las obras de Larsson reflejan una
imagen más bien convencional. La narra-
ción y la extrema ligereza trivialidad in-
cluso, de las partes corales perjudican la
construcción de Dios escondido. Pese a lo
convencional de la estética, más valor
tiene la Suite pastoral por la fresca lectura
de Salonen, que crea un paisaje sonoro.
Finalmente, la obra de mayor peso es el
Concierto para violín -aquejado, no obs-
tante, de zonas dañadas por la imperso-
nalidad-, tocado tanto con delicadeza
como con calor por Tellefsen.
Enrique Martínez Miura
bajo. Cuarteto L/sell. MÚSICA SUE-
CI/€ MSCD 520. DDD. 53"48". Gra-
bación: Estotolrno, VI/1991 y V/1992.
Productora: Gunilla Sauleseo. Ingenie-
ro: Lars Hedh.
Nordin. Dala/man. Smrth, Lorentson,
Andersson. Mirtenson, Skold. Coro
de Cámara de Malmo. Sinfónica de
Helsingborg. Director: Stig Wester-
berg. MÚSICA SUECI* MSCD S23.
DDD. 7 I ' 5 I " . Grabación: Helsing-
borg. V/1993. Productora: Ann-Char-
lotte Hell. Ingeniero: Christian Feld-
gen.
pastoral Op. 19 Concierto pora violin
Op 42. Martinpelto, HagegSrd, )o-
sephson, Arve Tellefsen, violín. Coro
y Orquesta de la Radio Sueca. Direc-
tor: Esa-Pekka Salonen. SONY SK
64140. DDD. 7O'I4". Grabación: Es-
tocolmo, VI y VIII/1993. Productor:
Jan Lennart Hóglund. Ingeniero: Ruñe
Sundvall.

l considerable cuerpo discográfi-
E co creado entre ios años 1954 y
1970. aproximadamente, sigue
sirviendo de base para la mayoría de
las ediciones discográficas dedicadas a
zarzuela, cuando a partir del primer
año mencionado se comienzan en Es-
paña a realizar ya registros en discos
microsurco, debido a la casa Columbia,
establecida en San Sebastián, en cuyo
sello Alhambra realizó la ingente labor
de salvar para la posteridad un inmen-
so corpus de zarzuelas, todo ello gra-
cias a la dedicación especial que un di-
rector como Ataúlfo Argenta puso en
ello y pudo así ganarse la confianza de
la casa discográfica para la que hizo un
labor indescriptible, si tenemos en
cuenta que desde 1954 a 1958, con
los paréntesis debidos a otras activida-
des y a su precario estado de salud,
montó nada menos que medio cente-
nar de zarzuelas con todos los requisi-
tos vocales y orquestales que las han
hecho modélicas.
Después de veinte años parece que
alguna entidad y personas con respon-
sabilidad cultural han emprendido o se
han planteado la necesidad de trabajar
en nuestro repertorio lírico. ¡Enhora-
buena! Hemos tardado un poco en ca-
emos del guindo, pero como dice el re-
frán: «nunca es tarde si la dicha es
buena». Augurios ha/ de que Auvidis
Valois en coproducción con la Funda-
ción Caja Madrid, quiera efectuar el re-
levo de la notable labor que hiciera en
su momento Columbia. Hasta ahora
dos títulos en el mercado y otros gra-
bándose y preparados para salir. Ya son
una promesa.
Bohemios, como el anterior título
editado, Dono FrancisquKa, ambas de
Amadeu Vives, han sido obras bien
tratadas por el disco, al menos en
cuanto al número de veces que han
sido registradas. En el caso de Bohe-
mios conocemos seis versiones com-
pletas, desde la más antigua de Marcos
Redondo y Victoria Racionero, bajo la
batuta de Antonio Capdevila (1941),
seguida por las más modernas (?):
Tony Rosado (de amplios medios y
sensibilidad), Manuel Ausensi. Ataúlfo
Argenta (Columbia). Ana Higueras,
Pedro Lavirgen, Pablo Sorozábal (His-
pavox). Josefina Cubeiro. Cario del
Monte, Moreno Torraba (EMI). Pura
María Martínez, Francisco Ortiz, Rafael
Frühbeck (Columbia). Luisa de Córdo-
ba, Alfredo Kraus, Enrique García
Asensio (Carillón). A ellas añadimos la
que ocupa nuestro comentario.
La carrera de Vives se desarrolló
fundamentalmente en el siglo XX, y
tuvo una decisiva influencia en los cam-
ESTUDIO DISCOGRAFÍCO
Elegancia clásica
FUNDACION
Amadeo Vives
BOHEMIOS
MARÍA BAYO
LUIS LIMA
SANTIAGOS. IERICO
CARIOS ALVAREZ
ORQUESTA SINFÓNICA
DE TENERIFE
DIRECTION
ANTONIROSMARBA
bios que sufrió la zarzuela en el nuevo
siglo. Uno de los hechos a tener en
cuenta fue el auge de la opereta que
hace de Bohemios, estrenada en la pri-
mavera de 1904. una zarzuela cercana a
ese género con un argumento alegre y
desenfadado, ambientado en la narra-
ción de Henri Murger. de la pareja Gui-
llermo Perrin y Miguel de Palacios, apo-
dados como los «hermanos siameses
del género chico». La música es fluida,
fresca, alada, y su titulo muy en conso-
nancia con su autor si echamos un vis-
tazo al anecdotarto de su vida. Por
ejemplo, para escribir su primera obra
tuvo que, a falta de papel y tinta, recu-
rrir a papel de estraza y a vino mezcla-
do con hollín.
Meritoria versión la que nos ofrece
VIVES: Bohemios, Zarzuela en un
acto con librero de Perrin y Palacios,
María Bayo (Cossette), Luis Lima (Ro-
berto). Santiago S. Jericó (Víctor).
Carlos Atvarez (Bohemio), Rosa María
Ysas (Pelagia), María José Marios
(Juana), Isabel Monar (Cecilia), Alfon-
so Echeverría (Girard), Emilio Sánchez
(Marcelo). Coro Polifónico de la Uni-
versidad de La Laguna. Orquesta Sin-
fónica de Tenerife. Director: Antoni
Ros Marbá. AUVIDIS VALOIS V-4711.
DDD. 42'49 M . Grabación: IX/1993.
Productor: Antoni Parera. Ingeniera:
Steve Taylor.
VMOIS
Antoni Ros Marbá al frente de la Sinfó-
nica de Tenerife con un elenco vocal
sólido y que responde a las necesidades
de la obra interpretada. Instrumentistas
y voces cuidadosamente acopladas en
el cuarteto y dúo del segundo cuadro y
un coro de bohemios empastados a la
perfección. Mana Bayo, bien timbrada y
de dulce voz. Luis Lima suficiente y
buen acompañante de su partenaire.
Santiago S. Jericó es un Víctor idóneo, y
así el resto de los vocalistas que resuel-
ven su papel con limpieza. Es este regis-
tro una visión de la obra con cierto aire
de ensoñación. Se busca el equilibrio, la
elegancia. Hay menos aspavientos,
menos jocosidad que en alguna de las
versiones existentes, pero responde en
todo al ambiente de opereta que pare-
ce hacemos soñar. No hay en ella el ve-
rismo tan acentuado de Argenta. Tam-
poco cede Ros en e! final de la obra al
tono operístico de la versión de Soro-
zábal, dejando a Ana Higueras suelta
para su lucimiento. Una excelente
nueva versión ésta que acaba de apare-
cer con un buen cuadro de cantantes y
una matizada orquestación. Siempre
como alternativa estará la de Ataúlfo
Argenta y la de Pablo Sorozábal, obliga-
toriamente esta última con más irregu-
laridad en las voces, pero su concep-
ción no deja de ser interesante, espe-
cialmente vitalista.
Manuel Carda Franco
SCHERZO 49
ESTUDIO DISCOGRAFICO
Un todoterreno genial
CA acaba de lanzar en todo
R el mundo un álbum de 15
CDs. dedicado a un excep-
cional director no del todo cono-
cido por nuestros aficionados,
Pierre Monteux (1875-1964), a
pesar de que fue uno de los ma-
estros más célebres y queridos
del mundo de la música (dirigió
nuestra Orquesta Nacional en al-
guna que otra ocasión durante la
década de los cincuenta, concre-
tamente en noviembre de 1958
en dos conciertos que incluían
obras de Weber, Beethoven,
Hindemith, Debussy, Berlioz y
Ravel). En pocas oportunidades
hemos hablado de el desde estas
páginas de crítica discográfica, ya
que sus discos van saliendo con
cuentagotas, sobre todo las gra-
baciones que hizo en Decca afor-
tunadamente reprocesadas en CD
(Séptimo de Beethoven y Dvorak,
algunas Sinfonías de Beethoven con
la Filarmónica de Viena, Sinfonías
n°s. 94 y ¡01 de Haydn y el Primera
de Brahms con Katchen) además
de otras no menos importantes re-
gistradas en empresas periféricas,
pero cuyos resultados artísticos fue-
ron realmente espléndidos (recor-
demos unas sabias, )uveniles y bri-
llantes Sinfonías n°s 35 y 39 de Mo-
zart, hechas al frente de la Sinfónica
de la NDR de Hamburgo cuando el
director parisino contaba 89 años (¡),
cuatro meses antes de su falleci-
miento). Antes de pasar a comentar
algunos datos biográficos de este
Maestro, una de las batutas más sig-
nificativas e importantes de toda la
historia de la música. Nacido y edu-
cado en París, adquirió renombre
como director de la compañía de
los Ballets rusos de Diaghilev; entre
1911 y 1914 dirigió los estrenos
mundiales de partituras tan céle-
bres como Petrushka y Lo consagra-
ción de la primavera de Stravinski.
Dafhis y C/oe de Ravel y Juegos de
Debussy. Sus comienzos en los Es-
tados Unidos se iniciaron con dos
temporadas al frente del Metropo-
litan (1917-19) y de cinco años
como titular de la Orquesta Sinfónica
de Boston (1919-24). Después de doce
años de actividad en Europa, volvió a
América para tomar la titularidad de la
Sinfónica de San Francisco, orquesta
con la que permaneció 16 años, elevan-
do su nivel artístico y técnico a cimas
insospechadas con anterioridad (el bi-
nomio San Francisco-Monteux es per-
50 SCHERZO
Edición Pierre Monteux
BEETHOVEN
Symphonies Nos. i & 8
SANFHANC5C05YMÍHONT
fectamente comparable a otros más
conocidos por el aficionado europeo,
como Filadelfia-Stokowski, Chicago-Rei-
ner, Cleveland-Szell, o Nueva York-
Bemstein). Dimitió en 1952 para con-
sagrarse a la dirección de orquesta en
calidad de maestro invitado. No obs-
tante, en 1961 ya los 86 años de edad,
aceptó la titulandad de la Sinfónica de
Londres, puesto que ocupó hasta su
desaparición, ocurrida como ya
hemos dicho en 1964.
Como es sabido, los composito-
res preferidos de Monteux eran Be-
ethoven y Brahms (recordemos que
cuando Stravinski le designó para el
estreno de La consagración, tocándole
(martilleándole) la partitura al piano
en una primera aproximación, Mon-
teux se mostró horronzado, tratando
de huir de aquel ruso demente y di-
ciendo que no comprendía una sola
nota de aquel endiablado galimatías
(posteriormente haría de esta obra
una de sus afinidades electivas). El caso
es que Monteux tuvo que luchar de-
nodadamente durante toda su vida
para tratar de dirigir más cosas que las
incluidas en el repertono francés o en
los ballets rusos. En el pnmer caso él
mismo decía: «Desgraciadamente, me
llamo Pierre Monteux y he nacido en
París, y no Klaus Schmidt nacido en
Colonia: y el espíntu humano está tan
determinado por la idea de nacionali-
dad, que se me ha hecho interpretar
durante buena parte de mi existencia
a Berlioz, César Franck, Debussy,
Ravel y el repertorio ruso de los ba-
llets de Stravmsb. Y no es que no
ame las obras de estos brillantes
compositores, pero lamento de veras
haber estado tan limitado en mi pro-
fesión». Curiosamente, este enorme
director de las Sinfonías de Beetho-
ven y Brahms, tampoco tuvo suerte
con la ópera alemana, ya que pidió
en varias ocasiones a Rudolf Bing diri-
gir en el Metropolitan alguna ópera
de este repertorio, a lo que el direc-
tor del Met le respondió repetida-
mente que era imposible (sólo estaría
dispuesto a ceder en los casos de
óperas como Fausto, Los cuentos de
Hoffmann, Pe/leas y Meíisonde, Carmen
u otras de compositores franceses) de
resultas de lo cual Monteux jamás vol-
vió a dirigir en el coliseo neoyorquino.
Evidentemente, al oyente de hoy que
escuche las versiones de Beethoven,
Brahms, Sibelius. Dvorak, Chaikovski o
Richard Strauss del director parisino,
tendrá que lamentar con nosotros la
relativa pérdida artística para el disco
de este insigne maestro, si bien sus mi-
nuciosas, detallistas y deslumbrantes
aportaciones en las obras de composi-
tores franceses compensarán más que
de sobra la ausencia de registros de au-
tores germanos.
La técnica de batuta de Monteux,
era una de las más claras de todos los

directores de orquesta, y siempre
aprovechaba su maestría por razones
estrictamente musicales, combinándola
con sus ideas interpretativas y sus
enormes conocimientos teóricos. Su fi-
losofía se puede definir según el título
de su biografía firmada por Doris Mon-
teux (/c's ali m che Music), es decir, que
todo lo que un director de orquesta
debe saber para ejecutar una obra se
encuentra en la partitura, aunque,
según nos explica John Canarina (discí-
pulo de Monteux) en un interesante
artículo que acompaña a estos discos,
el director francés adoptaba ciertas tra-
diciones interpretativas no del todo de
acuerdo con la ortodoxia de las obras
en cuestión (por ejemplo, en la Sinfonía
de César Franck, la reexposición de los
temas del primer movimiento en el
final de la obra deberá ser siempre to-
cada con los tempi originales, a pesar
de que ello no esté indicado en la par-
titura: o la sección de desarrollo de una
sinfonía de Beethoven deberá ser toca-
da un poco más lentamente que el
resto del movimiento: o el trío de una
obra clásica deberá ser tocado un poco
más lento que el Mínueto o el Scher-
zo). En suma, su escrupulosidad en el
tratamiento de las partituras, su abne-
gación y humildad al servicio del com-
positor permitían a la música desarro-
llarse de una manera que parecía inevi-
table. Como ya se ha visto, Monteux
simpatizaba con todo tipo de reperto-
rio y sus elecciones a la hora de inter-
pretar una obra no conocían límites:
clásico, romántico, contemporáneo,
alemán, francés, ruso, americano...
Todo lo que se pueda imaginar forma-
ba parte del repertorio de Monteux
(dos grandes compositores que no fi-
guraban en sus programas, Bruckner y
Mahler. son las únicas lagunas que po-
demos encontrar en el vastísimo catá-
logo interpretativo de este todoterreno
genial, a pesar de que en su día grabase
unos curiosos Kindertotenlieder con Ma-
nan Anderson).
En cuanto a la colección de 15 CDs,
digamos en primer lugar que son gra-
baciones originales hechas a lo largo de
dos décadas, 1941-1961, estando más
conseguidas en todos los aspectos las
hechas en Boston y Chicago (en esté-
reo) que las de San Francisco (en
mono), aunque haya que apuntar que
todas hacen gala de extraordinaria pre-
sencia y claridad dinámica (evidente-
mente se grababa mucho mejor en
esas fechas en Estados Unidos que en
Europa). Los reprocesados son modéli-
cos y todos los CDs tienen la suficiente
calidad como para apreciar sin trabas el
arte de este músico excepcional. Mag-
níficas las dos sinfonías de Beethoven,
Cuarta y Octava, con una transparencia
de texturas, energía y precisión que re-
cuerdan al sin par Carlos Kleiber. For-
midable también su versión de la Fan-
tástica, dramática, inquieta, incisiva, su-
perior en nuestra opinión a las que el
propio Monteux grabase posterior-
mente en Viena y Hamburgo. aunque
según el común acuerdo de la crítica, la
mejor de sus grabaciones es la que hi-
ciese con la Sinfónica de París en la dé-
cada de los treinta. Reseñemos tam-
bién la pnmera grabación del preludio
del acto segundo de Los tróvanos, más
una obertura de ñenvenuto Cellmi y una
Marcha húngara que cortarán el aliento
a todos cuantos las escuchen. La Segun-
do de Brahms es espléndida, con una
vibración y unidad sobresalientes, más
intensa y apasionada que la que graba-
se años después para Decca con la Fi-
larmónica de Viena; este disco se com-
pleta con Scfiicksalslied (regular el coro
de la Universidad de Stanford que, ade-
más, canta en inglés) y unos ya citados
Kjndertotení/eder, tocados con una mi-
nuciosidad y un puntillismo inigualables,
aunque Marian Anderson carezca del
estilo adecuado (en ocasiones parece
estar cantando Summerüme) y su conti-
EDICION PIERRE MONTEUX
Vot. I. Bach (orq. Respighi): Passa-
caglio y fuga en do menor. Beethoven:
Sinfonías n°s. 4 y 5 Obertura Los ruinas
de Átenos. V o l . 2. B e r l i o r Sinfonía fan-
tástico. Oberturas de Benvenuto Cellim y
del acto 2° de tas ¡royanos. Marcha fiá-
káczy. Vol. 3. Brahms: Sinfonía n° 2
Cúneo del Destino. Mahler: Canciones a
la muene de los niños (con Marian A n -
derson). Vol. 4. Chausson: Sinfonía, Op.
20. Posma del amo' y del mar (con
Gladys Swarthoui). Chábrier: Fiesta po-
laca. Vol. 5. Debussy: Imágenes pora or-
questa Nocturnos. Vol. 6. Lisie Los pre-
ludios. Scriabin: £/ poema del éxtasis.
Saint-Saens: Habanera ( c o n L e o n i d
Kogan). Debussy: B mar. V o l . 7. Deli-
bes: Sudes de Copelia y Silvio Gounod:
Fausto, música de ballet Vol. 8. Franck:
Sinfonía en re menor. D'lndy: Istar. V o l .
9. D'lndy: Sinfonía sobre un contó francés
de montaña (con Maxim Schapiro). Pre-
ludio de Fervaaí. Sinfonía n° 2. Vol. 10.
Ravel: Dafnis y Ooe, suite n° I. Valses no-
bles y sentimen toles. Atoorado del gracio-
so. Lo valse. Lalo: B rey de Ys, obertura.
Ibert Escalos. Vol. 11. Rimski-Korsa-
kov: Scheherwade. Suato. Sinfonía n° 2,
«Antam. Vol. 12. Strauss: Una vído de
héroe. Muerte y transfiguración. Vol. 13.
Stravinski: Petrus/itco Lo consagración de
la primavera. Vol. 14 y 15. Chaikovski:
Sinfonías n"s. 4, 5 y 6. Orquestas Sinfó-
nica de San Francisco. Sinfónica de la
RCA, Sinfónica de Chicago y Sinfónica
de Boston. Director Pierre Monteux.
15 CD RCA-BMG 09026 61893 2.
ADD. Mono/Stereo. Grabaciones: San
Francisco. Chicago. Nueva York y Bos-
ton. 1941-1961. Productores: Richard
Mohr y John Pfeiffer. Precio medio.
ESTUDiO DISCOGRAFICO
nuo vibrato afee la mayoría de estas
canciones. En el repertorio francés,
Chausson y d'lndy no han encontrado
mejor intérprete, ya que Monteux co-
nocía perfectamente la estructura y el
resorte interno de estas partituras, de
tal forma que, por ejemplo, el intelec-
tual Ansermet (en la Sinfonía de Chaus-
son) parece un alumno aventajado si lo
comparamos con el protagonista de
estos discos. Los Debussy, Ravel y Stra-
vinski son extraordinarios, con un esti-
lo, una lógica y una perfección de
forma realmente apabullantes. El legen-
dario registro de la Sinfonía de Franck
fue hecho en Chicago cuando Mon-
teux tenía ochenta y seis años (!); cual-
quiera que escuche el disco se dará
cuenta de que tanto su cabeza como
su corazón estaban intactos, y la enton-
ces orquesta de Frrtz Reiner le respon-
de como un instrumento inigualable. Es
difícil poder hablar de una versión de
referencia, pero ¿cómo dudar aquí? El
disco Delibes-Gounod nos presenta al
inigualable director de ballet (no olvi-
demos que Monteux empezó su carre-
ra, como Ansermet, Dorati o Efrem
Kurtz, como director de ballet), con un
sentido de la danza, una ligereza, una
tensión y una flexibilidad que eran
marca de la casa (hasta determinados
números de ballet de Faust tienen en
sus manos un encanto especial). El
disco Rimski-Korsakov posee también
un colorido y un relieve sonoro espe-
ciales (no nos olvidemos del director
de los Ballets rusos), hasta tal punto
que algunos críticos franceses (por
ejemplo, Rémy Louis en Diapasón) han
visto en estas versiones un paralelismo
evidente con Mravinski o Svetlanov. Es-
pléndidos también los dos poemas sin-
fónicos de Strauss. sobre todo el sun-
tuoso, vibrante y wagneriano Muerte y
transfiguración. Las tres últimas Sinfonías
de Chaikovski son sobrias e intensas, al
estilo Klemperer pero bastante más
animadas en cuanto a los tempi.
En suma, una colección extraordina-
ria que, además, tiene el atractivo del
precio medio. Para los que no quieran
hacerse con todo el álbum avisamos
que los discos se podrán adquirir en
breve por separado. Y para los seguido-
res incondicionales de este Maestro in-
formamos que. en un futuro cercano y
según nos indica RCA-BMG. esta Edi-
ción Monteux tendrá continuación con
más volúmenes de grabaciones sinfóni-
cas y de ópera hechas por Monteux y
que todavía no han sido reprocesadas a
compacto. Finalmente, y para los que
duden, digamos que es la reedición de
música sinfónica más importante del
año. Bajo ningún concepto se puede
dejar escapar.
Enrique Pérez Adrián
SCHEBZO 51
ESTUDIO DÍSCOGHAFÍCO

El Bruckner nuestro de cada día.,

N
o cesa, carente no pocas veces daria es la Octava re-
de justificación musical o docu- gistrada en Hambur-
mental, el incremento de la ofer- go en 1948, nunca
ta dlscográfica bruckneriana. Afortuna- reeditada en micro- WOLFGANG SAWALLISCH
damente, las ediciones reunidas aquí surco ni en soporte
para su comentario sí tienen interés por compacto; pero de THE PHILADELPHIA ORCHESTRA
distintas razones, como se irá viendo. estas dos precurso-
Por eso el enunciado del título de esta ras se había perdido
reseña lleva implícito su consecuente
«...dánosle boy».
la memoria, y eso
que el de la Sinfonía
en mi mayor es uno
BRUGKNER
El Quintero para cuerda (dos violas) SYMPHONIE N O . * ROMANTISCHE
no es obra instalada en el repertorio de de los escasísimos
cámara básico. La necesidad de añadir documentos dejados
al cuarteto la segunda viola, la soledad por el director báva-
de la obra, su extensión, la dificultad de ro con la Filarmónica
su forma, la necesidad de conocer bien de Viena (Jean-Char-
el mundo sonoro de Bruckner y de les Hoffelé, quien
acertar a situar el Quinteto en el mo- firma las muy intere-
mento de su composición, que se ex- santes notas, se
tiende desde diciembre de 1877 a julio equivoca al conside-
de 1879, esto es. entre las Sinfonías rarlo único), Otro
Quinta y Sexta, período dedicado por el atractivo es el em-
compositor a revisar obras antenores... pleo de las austeras
Todo ello contribuye a que el Quinteto partituras criticas de
se toque poco -mal estudiado para salir mano de Siegmund
del compromiso, como sucedió recien- von Hausegger, anteriores a la edición
temente en Madrid- y a que se grabe Haas, perdidas, se dice, en el pavoroso de gran interés, por tanto, para quienes
de Pascuas a Ramos. Pero lo decisivo es ataque aéreo de los aliados a Dresde no se hayan tragado la trola de que el
su (mala) fama de «sinfonía disfrazada o con bombas incendiarias. Aun así, el Bruckner de Jochum está «superado».
encubierta»; el característico dispositivo Adagio de la Séptimo culmina con el re- Los registros de la Tercera y la Oc-
tritemático del primer movimiento, fuerzo de platillos, triángulo y timbales tava realizados por George Szell y su
mientras que el Finale es bitemático; la mude m Nikisch-Schalk. mientras que en magnífica Orquesta de Cleveland con-
existencia de un Scherzo y Trío, pero e! Finale de la Romántica no hay los pla- tribuyeron a la divulgación de estas
situado como segundo movimiento por tillos que después volvería a utilizar el obras en una época en que sólo exis-
delante del Adagio (¡el procedimiento Jochum maduro. El sonido es razona- tía, como ciclo completo, el llamado
empleado por Bruckner en las Sinfonías blemente bueno para la época y permi- Jochum I (Deutsche Grammophon),
Octava y Noveno!); la escritura contra- te apreciar la comunión -creencia, orí- acompañado de escasas ediciones
puntística, tan próxima a la de la macro- genes, paisaje- que siempre hubo entre sueltas procedentes de aquí y de allá.
sinfonía precedente. Pues bien, la gran Bruckner y su discípulo espiritual. Edición Aunque, en general, Szell alcanzó a ser
virtud del Cuarteto Sonare, fundado en reconocido más como autoridad mah-
Francfort en 1980. consiste en haber ¡eriana que como bruckneriana. la ree-
estudiado a conciencia la obra dentro dición no es ociosa. En primer lugar,
del contexto sinfónico que la rodea, de todo lo grabado por el binomio Cleve-
manera que quien esté familiarizado BRUCKNER; Quíntelo en fa mayor. Inter- land-Szell alcanzó afto rango- Después,
con las Sinfonías en si bemol mayor y en mezzo en la menor Cuarteto Sonare. este Bruckner tan claro y exacto, tan
la mayor ubicará al punto el Quinteto y CLAVES CD 50-9006. DDD. « ' 5 1 " controlado y limpio, tan bien concebi-
y T46". Grabación: Darmstadt, 1990. do y realizado dentro de! estilo sin re-
disfrutará con sus inconfundibles con- Ingeniero: Reimund Grimm.
frontaciones de bloques, progresiones y tóricas de Szell se oye con suma facili-
BRUCKNER: Sinfonía n' A «Romántico». dad. Por último, la levedad de los
ritmo, así como con la belleza del Ada- Orquesta Filarmónica de Hambur-
gio. Y como a esta virtud teologal se tempí ha permitido reunir ambas Sinfo-
go. Sinfonía n° 7 Orquesta Filarmó-
añaden las cardinales de la inclusión del nica de Viena. Director Eugen Jo- nías en dos compactos que cuestan lo
intermezzo, que sustituyó algún tiempo chum. 2 CD LYS 00718. A D D . que uno de serie normal, aumentando
al Scherzo del Quinteto a instancias de 63* IS" y 63'54". Grabaciones: 1934 así su competitividad, Oportunidad
Josef Hellmesberger (¡ni esta obra ca- y 1935. Distribuidor. Diverdi. ideal, pues, para quienes, no gustando
merística escapó a las presiones de con- BRUCKNER: Sinfonía n° 3 (Revisión de del moroso Bruckner hodierno, no
sejeros!), y de la claridad y limpieza de 1889, edición Nowak). Sinfonía n° 8 pueden o no quieren gastar alegre-
ejecución, no cabe ya más que dar la (Revisión de 1890. edición Nowak). mente su dinero.
bienvenida a este disco ejemplar y re- Orquesta de Cleveland, Director:
comendarlo a la brucknerofilia. George Siell. SONY SB2K 53 519. Wolfgang Sawallisch ha grabado la
ADD. 58'48" y 7I"53". Grabaciones:
Cleveland, 1966 y 1969. Producto- Romántica pocos meses antes de asu-
res: Paul Myers y Andrew Koidin. mir la rectoría de la Orquesta de Fila-
Dante Productions ha empezado a delfia. Entre 1981 y 1987. había regis-
BRUCKNER: Sinfonía n° 4 «Romántico»
lanzar con el sello Lys (la flor de lis) vie- (Revisión de 1880. edición Nowak). trado, para Orfeo y con su Orquesta
jos registros históricos, algunos de ellos Orquesta de Filadelfia. Director: de la Opera del Estado de Baviera, cua-
totalmente olvidados. ¡Pues quién tenía WoHgang Sawallisch. EMI 5 55119 2. tro admirables muestras -Pnmera, Quin-
noticia de que Eugen Jochum había gra- DDD. 66*31". Grabación: Filadeffia, ta, Sexto y Novena- de su Bruckner, or-
bado ya la Romántico y la Séptimo en 1993. Productor: John Fraser. Inge- denado, claro, luminoso: un afloramien-
1934 y 1935, respectivamente? Legen- niero: John Kurlander. to de la fresca vena de la tradición aus-

52 SCHERZO

triaco-schubertiana. Pocos más legiti-
mados, pues, que este kapellmeister
fino para completar el ciclo, aunque
quedara (re)partido entre dos firmas y
dos orquestas. Desde luego, la primacía
con la magnífica formación amencana
no puede ser más prometedora. Las
virtudes del expertísimo maestro se
aplican a un instrumento prodigioso,
brillantísimo. El primer movimiento re-
fulge poco a poco desde las brumas
iniciales (extraordinario después el co-
En la antecámara del rey
A
tención al título (Defensa...).
Bajo el lema tal se incluyen tres
discos sueltos; los unifica una ca-
jita. La cajita presenta un cuadro de
Paul Joseph Delcloche, Concierto en la
corte del Príncipe Obispo de Lieja en el
Castillo de Seraing. que en cada disco se
divide en tres detalles (uno por cada
instrumento invocado). Hay un tercer
elemento de unidad, que es el que de
veras le da sentido al álbum: estos dis-
cos constituyen una ilustración musical
a partir de cierto libro publicado en
1740, en Amsterdam, por Monsieur
Hubert Le Blanc, cuyo título era Défen-
se de la bosse de viole contre les entre-
prises du violón et les prétentions du vio-
loncet. El buho de Atenea emprende el
vuelo al anochecer, de manera que Le
Blanc escribe su apasionada obra cuan-
do ya ha pasado la gran época de los
violistas franceses. Le Blanc destacaba
las figuras de Marin Marais y Antoine
Forqueray y describía una polémica
entre estilos, géneros e instrumentos
que tenía que ser jugosa. Le Blanc es
arbitrario, sus razones a favor de la
viola y en contra de los demás instru-
mentos no deja de ser caprichosa, ina-
decuada, carente de argumentos si-
quiera ingeniosos; es un arrebato, es un
libelo dictado por la indignación, inspi-
rado por el tiempo perdido. El álbum
recoge una selección del repertorio
francés contemporáneo del libro de Le
Blanc; es decir, el último clasicismo
francés, eso que en otras escuelas na-
cionales se llama Barroco tardío.
La belleza de estos tres discos se re-
alza con la originalidad y el ingenio de
su pretexto. La belleza: un sonido inten-
so, íntimo, camerístico, de un color pro-
pio, que acaricia, agridulce, la sensibili-
dad más espesa. Esto vale para los tres
discos, que son un resumen de belleza
históricamente considerada secundaria;
seamos humildes como época creativa.
ya que no podemos serio en otro senti-
do. Intérpretes del siglo XX (el Ricer-
car) recuperan la gran creatividad de
mienzo de la reexposición) con las
trompas de Filadelfia, verdaderamente
solares. En el Andante, concentrado y
sereno, el bellísimo fraseo de las cuer-
das trae el recuerdo de la música reli-
giosa de Bruckner. Luego, el Scherzo
posee excepcional precisión en el
juego de toques, llamadas, respuestas,
ecos; el Trío es un delicioso landler de
claro sabor haydniano; y el Finale, mag-
nífico de tempo y de pulso, desemboca
en la coda más diáfana que imaginarse
una época irrepetible, el contexto (es
decir, el pretexto): la viola va desapare-
ciendo en un mundo en transformación
que, al dar en el siglo de las luces, pro-
picia el gusto por el concierto público,
DEFENSA DEL BAJO DE VIOLA
CONTRA LAS MANIOBRAS DEL
VIOÜN Y LAS PRETENSIONES DEL
VIOLONCHELO.
CD I. Défense de la basse de viole.
Anónimo: Sonólo sesia. Morel: II
Suríe. Chaconne. Cappus: La Pierret-
le. R. Marais: II Surte, Caix d'Herve-
lois: III Suite. Dolle: Fugo. M. Marais:
Cbches ou canllons.
CD 2. Les entreprises du violón. Dor-
nel: Sonaras La Fo/tory y La Coupnn.
Duval: Sonóte IJ. Rebel: Sonóles IV y
VI. Leclair Sonares X y III.
CD 3. Les pretentions du violoncelle.
Corrette: Concelo Le Phémx. Bois-
mortier: Sonata ííí. Masse: Soneto III.
Barriere: Sonata IV. Canavas: Sonata
IV. Anónimo: Les oirs gentils.
Ricercar Consort. Con Philippe Pier-
lot, Sophie Watillon y Rainer Zipper-
ling, bajo de viola; Daniel Etienne. flau-
ta travesera; Robert Kohnen. Pierre
Hantaí, Guy Penson. clave; Francois
Fernández, violin; Hidemi Suzuki, Rai-
ner Zipperling, O res te de Tomasa,
Emmanuel Balssa, violonchelo. 3 CD
RICERCAR RIC 93005- DDD. Graba-
ciones: Stavelot, 1/1993: Bolland.
VI/1993. Productor e ingeniero: (eró-
me Lejeune. Distribuidor: Diverdi.
ESTUDIO DÍSCOGRAFICO
puede, donde la cuerda sostiene el tré-
molo con sutiles variaciones rítmicas
que enriquecen el tejido con hilos de
plata, en una culminación abismalmente
distinta del célebre y desgarrado ostina-
to celibidachiano. Posiblemente, ésta es
la primera Romántica (revisión de
1880) de la era del disco compacto
como la de Bóhm de 1973 lo fue de la
del microsurco estereofónico.
Ángel Fernando Mayo
numeroso, lo más ajeno que pueda
imaginarse a la sensibilidad de interior
del bajo de viola. «Los ataques del vio-
lín y del violochelo -escribe JéYóme Le-
jeune- fueron violentos. La Señora
Viola tuvo que aceptar que su época
estaba muy revuelta. Y poco a poco,
cayó en el olvido».
El primer volumen, dedicado al bajo
de viola, ese equivalente francés de la
viola da gamba, se cierra con una obra
breve de Marin Marais; en su centro se
halla una suite de Louis de Caix d'Her-
velois, quien pudo ser su discípulo. Sí lo
son su hijo Roland o Jacques Morel: es-
cuchamos una suite de cada uno. El se-
gundo está dedicado al violin, el instru-
mento victorioso (algo que indigna a
Le Blanc); lo ilustran Dornel, Duval,
Rebel, Ledair, casi todos también exce-
lentes en música escénica. El tercero lo
protagoniza el violonchelo, lacayo del
violin, según Le Blanc; y lo hace en un
estilo que es también el final de una
época, con obras de Corrette, de
Bodin de Boismortier, de Masse y
otros. Los tres discos han recorrido del
final del Clasicismo francés, esa época
descrita en los libritos de J.-F. Paillard y
de Marcelle Benoit (Les musickns du mi
de France, 1661-1733). El aficionado a
este repertorio no debería dudarlo; un
sonido sin tacha que realza el cameris-
mo de las obras hasta introducirlo en
nuestro corazón propicia una atmósfe-
ra acaso no real, pero no por eso
menos bella y seductora, registro, al fin
y al cabo, de una manera de hacer el
Barroco que se ha impuesto en los últi-
mos tiempos por lo exigente de sus
pautas historicistas e interpretativas. En
resumen: un álbum excelente, con su
lado de recital de singular belleza sono-
ra y su sentido pedagógico, como el de
aquel otro álbum sobre instrumentos,
también del Ricercar Consort, que co-
mentábamos en estas páginas hace un
par de números.
Santiago Martin Bermúdez
SCHER2O 53
 ESTUDIO DISCOGHÁFICO
Inaprehensible Bellini
E
n dos de los registros que hoy se
someten a nuestro juicio se en-
cuentra, por fortuna, Alfredo
Kraus, probablemente el único tenor
que durante al menos veinte años se ha
enfrentado con éxito a las demandas de
la escritura poniendo en práctica, desde
una muy personal y moderna manera
de hacer, una vocalidad de buena ley,
perfectamente apta para evocar los
pretéritos fulgores de un Rubini y para
hacer justicia a unos pentagramas fre-
cuentemente maltratados. Regulación
dinámica, acentuación precisa, cincelado
fraseo, impecable messo di voce, legato
perfecto, medido y fantasioso porta-
mento, medias voces, agudos y sobrea-
gudos de insolente firmeza son algunas
de las cualidades que adornan el siem-
pre elegante canto del español, que,
además, sabe extraer de su lírico instru-
mento acentos de inusitado dramatis-
mo en momentos clave como el de su
enfrentamlento con Riccardo en la es-
cena 10 del primer acto, dando así al
pálido lord ideado por Pepoli una insóli-
ta presencia humana y teatral. El can-
tante mantiene a lo largo del tiempo in-
cólumes las características de su inter-
pretación, tal y como nos demuestra la
escucha de estas dos versiones, separa-
das por unos meses, seguidoras a su
vez de los mismos presupuestos de las
dos de 1966 con Sutheriand y Bonynge
(también en vivo) y de los manejados
en 1979 en la versión con Caballé y
Mirti (en estudio), donde el tenor había
perdido algo de esmalte y de facilidad,
El sonido de estas grabaciones de
Catania y de Buenos Aires es deficiente;
la primera goza además de una molesta
resonancia que confunde los timbres; la
segunda, algo más clara, deja las voces
en segundo plano, De las dos Elviras,
mejor, por estilo, espontaneidad de
canto y fraseo. Maliponte. perjudicada
por evidentes limitaciones en la zona
aguda y un ostensible vibrato; más fácil
arriba -con vibraciones más eléctricas-
y más aseada en la coloratura -aunque
con feos juegos de glotis- Deutekom.
de canto menos interesante. Las voces
graves son más o menos parejas. Cap-
pucdlli, bien de medios y aun de línea,
es demasiado enfático. Mastromei, más
tosco y corto por abajo, encuentra, a
veces, efectos expresivos más sinceros,
Raimondi, rudo de emisión, pero vigo-
roso y en ocasiones hasta mórbido de
sonoridad, es preferible al más sólido
pero estulto Giaiotti. Los secundarios
son todos bastante flojrtos. Las batutas
son más bien vulgares y ajenas al estilo:
quizá haya más emoción en Gavazzeni.
Orquesta y coros, muy provincianos.
Gruberova ha logrado hacerse un
54 SCHERZO
hueco importante en heroínas románticas
de Donizetti y Bellini, a las que sirve con
fervor empleando dotes naturales nada
comunes: extensión muy amplia, homo-
geneidad de sonido (tendente a lo gutu-
ral), facilidad para el canto florido y para la
regulación de intensidades. Penetra bien
en la psicología - u n tanto simplona- de
Elvira, a la que confiere evidente entidad y
la provee de bien estudiados efectos, al-
gunos de dudoso gusto. Los portamentos
resurtan casi siempre exagerados y mu-
chos agudos y sobreagudos, descamados.
De todas formas, a su lado, los demás pa-
recen enanitos: Lavender no existe ni
como intérprete ni como cantante: voz
pequeña, estridente, en la gola, afinación
deficiente, inexistentes sobreagudos - e l
falsete no vale empleado así. no confurv
BELLINI: I puntan. Adriana Maliponte, Al-
fredo Kraus, ñero Cappucdlli, Rugge-
ro Raimondi. Coro y Orquesta del Te-
atro Bellini de Catania. Director Gia-
nandrea Gavazzeni. 2CD OR.NAMEN-
Tl FE IO7-{2). ADD. 70'16". 77'16".
Grabación: Catania, 11/1972. Ingenieros:
Bob del Mome y Marty Reynolds.
Cristine Deutekom, Alfreda Kraus. Giarv
piero Mastromei, Bonaldo Giaiotti.
Coro y Orquesta del Teatro Colón
de Buenos Aires. Director Michelan-
gelo Veltri- 2CD ARKADIA CDMP
47S.2. ADD, 69'32", 68'I3". Graba-
ción: VIII/1972. Productor Nikos Ve-
lissiotis. Ingeniero: Antonio Scavuzzo.
Katia Ricciarelli, Chris Merritt,Juan
Luque, Roberto Scandiuizi. Coro
Teatro Petruzzelli. Orquesta Sinfóni-
ca Siciliana. Director Gabriele Ferro,
3CD FONIT-CETRA Musica/Aperta
CDC 20. A D D . 54 1 47", 42 1 S3",
60'13". Grabación: Bari, IV/1986.
Productor: Francesco Miracle, Inge-
niero: Giancarlo Jametti.
Edita Gruberova, Justin Lavender, Ettore
Kim, Francesco Ellero D'Artegna.
Coro de la Radiodifusión de Baviera.
Orquesta de la Radio de Munich. Di-
rector Fabio Luisi. 3CD NIGHTIN-
GALE NCO 70562-2. DDD. 77"57",
48'08", 3B'5O". Grabación: Munich.
X/1993. Productor Wilhelm Meister.
Ingeniero: WoHpng Karreth.
damos-; Kim, bien de intenciones, está
muy perjudicado por un molesto trémolo
y una emisión nada canónica; D'Artegna
es un mal imitador de Raimondi: sonidos
fijos, mal apoyados, entonación discutible.
Lo mejor en esta grabación, técnicamente
irreprochable y que ofrece la partitura en
su integridad, es la prestación de la or-
questa y del coro, bien dmgidos, con clari-
dad e impulso, aunque con escasa inspira-
ción belliniana, por Luisi.
Lo más interesante de la interpreta-
ción del Teatro Petruzzelli de Bari es que
supone la creación mundial de la versión
que Bellini destinaba al Teatro San Cario
de Ñapóles y que iba dedicada a María
de Malibrán. La cantante moriría en
1836, antes de que pudiese llevar a cabo
el proyecto. Bellini practicó determina-
dos cortes en la partitura inicial {el famo-
so dúo de barítono y bajo Suom b trom-
ba, por ejemplo), recuperó algunos de
los números desechados (como el duet-
to Do que/ di ch'io ti mirai. un vals de ins-
piración chopiniana, del acto III) y modifi-
có armonías. Bajó un tono y medio o
más la parte de Elvira para adaptarse a
las cualidades de Malibrán, más dramáti-
ca que Grisi. Reescribió la parte de Ric-
cardo para un tenor. Este interés musi-
cológico no se ve suficientemente refle-
jado en lo artístco. Merritt, cuando con-
sigue frasear con naturalidad, ligar bien y
emitir canónicamente, dejando respirar y
fluir espontáneamente a su canto, ofrece
excelentes momentos. Entonces nos
sentimos envueltos en su voz oscura e
intensa. Lástima que no mantenga una
mayor regularidad. Ricciarelli, ya en decli-
ve, ha perdido esmafte, fiato y extensión.
Aunque consigue un plausible patetismo
en la escena de la locura, lo hace en fre-
cuentes y molestos sollozos y frecuentes
respiraciones. Por otra parte, ¡a línea
vocal, así concebida, es en exceso grave
para ella. El español Luque es un tenor
muy ligero y de pobre espectro armóni-
co; aunque canta con propiedad da
poco realce a Riccardo, personaje que
evidentemente pide un barítono. Plausi-
ble Scandiuzzi. Los conjuntos son medio-
cres y Ferro los dinge con soltura no
exenta de ocasional buen gusto.
De entre las numerosas versiones
de esta ópera, cabe recomendar, aparte
ésta de Bari por aquello del interés mu-
sicológico, la de Sutheriand y Pavarotti
(la mejor voz y no siempre el mejor es-
tilo) con Bonynge (Decca) y !a citada
de Caballé y Kraus con Muti (EMI), que
ofrece la más completa y fantasiosa di-
rección orquestal. Aunque Kraus está
muy bien, como se ha dicho, en las dos
comentadas en este artículo.
Arturo Reverter

Burbujeante Schwarzkopf
a carrera escénica de
L Elisabeth Schwarzkopf
fue limitada. Habiendo
empezado como soprano li-
gera, no temió a los sobrea-
gudos que exigían los pape- c todos los registros, sin brillar
les de Blondlna, Constanza toas Land des ládgi
(ambos en el mozartiano
Rapto en el serrallo) o la Zer-
binetta de Ariadna en Naxos
de Strauss. Esto ocurría a
mediados de los cuarenta y
alguna grabación de entonces
así lo atestigua. Luego, su re-
pertorio se fijó en tomo a la
tesitura de soprano lírica, En
los escenarios, sus papeles se
redujeron al ámbito de Mo-
zart (doña Elvira, Fiordiligi, la
condesa de Almaviva), de
Strauss (la Maríscala, la con-
desa de Capricho) y la Alice
en el verdiano Falstaff. Lo
demás es cosa de la alta fideli-
dad, debido, sobre todo, a su
microscópica manera de en-
frentar las partituras y la pa-
ciente labor de su marido
Walter Legge, productor mu-
sical de los discos EMI.
Algunos detalles de esta
carrera son realmente curio-
sos y prueban la omnipoten-
cia de los equipos de graba-
ción, Puso agudos en ciertos
registros wagnerianos de la
madura Kirsten Flagstad y
hasta circuló una interpreta-
ción suya bajo el nombre de
la conocida Maria Cebotan,
Otros roles de ópera wag-
nenana, italiana y francesa
fueron dejados de lado, tras
alguna aislada incursión escénica o una
sesión de repeticiones privadas (Vio-
letta. Mélisande, Marguerite en el
Faust de Gounod).
El centro de la tarea interpretati-
va de Schwarzkopf fue el concierto,
con orquesta o piano. Música reli-
giosa, canciones sinfónicas y Lieder
mantuvieron su refinada presencia
en las plataformas hasta la década
de 1970.
La Incursiones de Schwarzkopf en
el mundo de la opereta tuvieron lugar,
en vivo, en algún concierto con or-
questa y en algunas propinas de sus
programas carnerístieos (¿quién olvida-
rá el susurrante y exquisito Im chambre
séparée. tras un arduo recorrido por la
música alemana, desde Bach hasta
Wolfí)
Las grabaciones de operetas ínte-
gras que ahora se reúnen bajo la ad-
vocación del champán, «rey de los
KHAK
I-*1 Barón T
SCHWARZKOPF
vinos» según se lo corona en El mur-
ciélago, datan del quinquenio
1953/1958. cuando su voz estaba
plena y fresca, y merecía, por los bue-
nos oficios de Legge, ser arropada por
los más dotados compañeros de pro-
fesión y los más competentes directo-
J. STRAUSS II: £1 murciélago. El
barón gitano. Sangre vienesa. L£HAR: Lo
viuda alegre. El país de las sonrisos. Elisa-
beth Schwarzkopf, soprano; Nicolai
Gedda. tenor; Erich Kunz, barítono;
Rita Streich. soprano; Hermann Prey,
barítono. Orquesta Priilharmonia. Di-
rectores: Herbert von Karajan, Otto
Ackermann. 9 CD EMI. 7695202,
7695232, 7695262, 7695292, 7695302
y 769S312. ADD. Productor; Walter
Legge. Ingeniero: Douglas Larter.
ESTUDIO DiSCOGRAFíCO
res de orquesta.
El órgano de Schwarz-
kopf, si no exuberante, era
suficiente, y mantenía un
timbre personalísimo en
en ninguno, pero encantan-
do en todos, dada su criba-
da musicalidad y su calibra-
dísima intención en el decir,
propia de una artista inteli-
gente y una comedianta as-
tutísima. En el campo de la
opereta, podemos pensar
en especialistas de un ca-
rácter más decidido y me-
dios más limitados (Fritzy
Massary) o en sopranos
contemporáneas, que no
temieron poner una pizca
de sabrosa vulgaridad, ade-
cuada al género (Hilde
Gueden).
Schwarzkopf participó
en un movimiento disco-
gráfico de dignificación de
la opereta vienesa, que su-
girió a Walter Legge una
serie de representaciones
de El murciélago, dirigidas
en Londres y en 1930 por
Bruno Walter, con Lotte
Lehmann, Elisabeth Schu-
mann, Maria Olczewska y
Gerhard Hüsch. Un cuarto
de siglo más tarde, el micro-
surco colmaba su programa
con este ramillete de Lehár
y Strauss, donde su mujer
hace una elegante y zafada
Rosalinde, se disfraza de una
picante vendedora de pesca-
do en Una noche en Venena,
intenta las gitanerías de Saffi,
entona los valses de johann II
en Sangre vienesa, se arriesga a la sen-
timentalidad y la picardía de Lehár en
su viuda y en la Lisa que conoce el
amor en la China poblada con los fa-
rolillos de la Sezession austrohúngara.
Schwarzkopf fue y será siempre una
intérprete refinada e imaginativa, capaz
de medirse con músicas tan alejadas
entre sí como una misa bachiana o
unas czardas de opereta. En todas sus
intervenciones, el sello Schwarzkopf se
impone por excelencia y por capaci-
dad de estudio. Grave o melancólica,
apasionada o siniestra, la música se
corponzó en ella y, en estas operetas
de la jocunda Viena imperial, es digna
del dorado y burbujeante champán
que la anuncia: oro de alquimia y chis-
pa de orgía.
Blas Matamoro
SCHEBZO 55
ESTUDIO DISCOGRAFICO
MÚSICAS TRADICIONALES
Solistas y orquestas de Asia
D
urante los veinte
últimos anos, los
discos de música
india se centraran en reci-
tales solistas. Los discos
se vendieron bien y las
salas de concierto se lle-
naban. Este fenómeno se
correspondía con el auge
o la democratización y di-
INDE
vulgación del pensamiento LES CHEMINS
oriental en Occidente. DURACA
Hoy, el público empieza a
desertar de estos concier- Vol.2
tos interminables, empie-
za, hay que decirlo, a abu-
rrirse. Musicólogos e ¡n-
dianistas encuentran una
explicación científica: los
solistas de hoy pertenecí-
an ayer a formaciones or-
questales y camerísticas y Le sitar de
lo que ganamos en acer- PRAMOD KUMAR
camiento (pero, ¡cuanta
dilatación, a veces!), lo
perdemos en fusión tím-
brica. en intercambios de
ideas musicales durante
una misma obra, en ri-
queza orquestal. Nadie duda del in-
menso talento de Hauriprasad Chausa-
ria (flauta) o Ram Nrayam (sarangui) o
Ahmed Ali Khan (sarod)..., pero escu-
chemos el CD de Pramod Krumar se
trata de uno de los mejores discos de
sitar (grabados en Occidente). El solis-
ta es absolutamente original: bailarín y
percusionista de formación, ha impreg-
nado su toque de una base rítmica sin
par (ha inventado un compás de cinco
tiempos y un cuarto); ha vuelto a en-
contrar el sonido primero del sitar, eli-
minando los agudos efectistas, para
privilegiar el registro medio y grave (un
poco como los violinistas alia barroca);
no dudaba en producirse con otro ma-
estro como, en este caso, el flautista
Prakash Wadera.
La música de cámara - o de inter-
cambios- parece seguir existiendo en
Rajastan tal como lo podemos apreciar
en las grabaciones que hizo Geneviéve
Dournon en 1971. hoy reeditadas y
completadas con otras realizadas en
1978 y 1993. El CD ofrece un abanico
muy abierto de varias comunidades: los
manghaniyar intervienen en las bodas
como poetas épicos, cantantes e intér-
pretes virtuosos de kartal. unas casta-
ñuelas sin cuerdas y con una riqueza
tímbrica mayor, y la kamayacha, viela
con arco versión popular del sarangui
pero con un toque aún más complejo
(las cuerdas armónicas pueden ser fro-
56 SCHERZO
tadas). Los langa alternan, desde el siglo
XVII, el pastoreo con la profesión de
músicos y su repertorio comprende
cantos para las ceremonias religiosas (el
canto pequeño) y las baladas de .amor
(canto grande) basados aquellos en los
raga. Los Dholi están especializados en
cantos devocionales que acompañan
con percusión y armonium portátil. El
CD, completísimo, ofrece también
ejemplos del murali, clarinete doble
que encontramos también en Cerdeña,
y de la flauta doble satara.
Talip Ozkan es un virtuoso del tan-
bur (laúd turco de mango larguísimo);
interpreta una serie de makamat y de
INDIA. Cominos de' rogo. Va! 2. Pramod
Kumar, sitar. ARION ARN 64277.
Grabaciones: 1973-76. 64'.
INDIA. Rqjasiarr Músicos profesiona-
les populares. OCORA C 580044.
66'.
TURQUÍA. El críe del tanbur Talip
Ozkan. OCORA C 560042.
KASHMIR. Raga jog. Shivkumar Shar-
ma, santur. AUVIDIS B 6766.
1991. 71'.
IRÁN. El orre del tombak. Madjid Kha-
ladj. BUDA Records ADES 92594-
2 ADE 670. 60'.
CAMBOYA. Músicas del Palacio Real.
OCORA C 560034. 73'.
BALI. Música del Oeste. ARION ARN
64271.75'.
cantos populares. El disco
es magnífico, y variado
por la elección de dos
instrumentos [uno, mate;
el otro brillante) pero re-
comendaría preferente-
mente el CD Arte del
tanbur otomano (VDE)
grabado en Turquía y que
incluye el yayli. tanbur con
arco,
El santur (salterio o
timpanon) de Kashmir
solía acompañar el canto
místico Sufiana Kalam.
Shikumar Sbarma ha de-
cidido hacer de él un ins-
trumento solista de alto
virtuosismo, Ha introdu-
cido técnicas nuevas
(ataques más sutiles, piz-
zicato, frotar de baque-
tas) y el resultado es
apabullante.
Mismo proceder para
Madjid Khaladj que pre-
senta un recital solista de
tombak o zarb, el tambor
de la música erudita
persa. El intérprete domina los siete
ataques principales (mano, dedo, glis-
sando...). La demostración es brillan-
te, pero para un acercamiento a la
música clásica iraní, recomendaría los
CD de Reza Shadjarian y Mohammad
Karimí (Ocora). mientras esperamos la
reedición de la colección Barenreiter-
Musicaphon.
No existen aún discos solistas de
platillos chhing, pero los podemos oír
mezclados en las grandes orquestas
pinpeat o mohon de Camboya, juntos
con los vientos, ios gongs circulares, los
vibráfonos, xilófonos... acompañados
por el coro ritual sakrava como convie-
ne para la música del Palacio Real, que
ha de conmover el alma del público,
Una música que arranca tal vez en el
Siglo XI (templos de Angkor) y que ha
permanecido hasta los años sesenta,
fecha de la grabación del CD.
La discografía balmesa es extensa
(varios CD comentados en SCHER-
ZO) y en general excelente. Sin em-
bargo, este nuevo CD es original ya
que ofrece varias orquestas cuyos ins-
trumentos no son de metal (gamelan
clásico) sino de bambú. Tiene una so-
noridad mas cálida, casi vocal ya que las
resonancias de los bambúes enmasca-
ran los ataques percutidos. Gamelanes
debussystAS.
Pedro EJías

D
urante una mesa redonda en la
galería Cruce y que reunía a los
compositores Llorenc Barber,
Francisco Guerrero, Alvaro Guibert...,
moderados por Leopoldo Hontañón,
se hizo una pregunta: ¿por qué los
compositores -llamados- contempo-
ráneos no escriben una música para
que la baile el público? La pregunta es
por lo menos compleja; ¿existe -im-
porta- el público para el compositor
contemporáneo?; y en caso afirmativo,
¡cómo provocar su danza
-su interés-? He aquí,
para la reflexión, una pe-
queña colección de mag-
níficas músicas -tradicio-
nales- que mantienen di-
versas relaciones con el
baile, y con su público.
¿Cómo imaginar músi-
ca más pura y abstracta
que la de los Jnaishiya
(encantadores de ser-
pientes) de Marrakesh,
empeñados desde hace
siglos en hacer bailar a
criaturas insensibles a la
música, ya que las ser-
pientes son sordas? y, a
pesar de todo, bailan. El
disco es excelente en
cuanto a música ambien-
tal de la gran plaza Dje-
maa El-Fna. Más intere-
santes musicalmente son
los ejemplos siguientes
(en el mismo CD) de la
música de la cofradía
gnaua (de color negro y
no de raza negra como
indica el libreto, ya que las razas no
existen) y de los Sussi del Anti Atlas.
Para quienes gusten de CD más mo-
nográficos; uno de la casa Sub Rosa
sobre los gnauas (y aún no distribui-
do en España) y una reedición dedi-
cada a la música de Alto Atlas y del
Anti Atlas, que grabó Miriam Olsen
en los setenta y ios noventa. Música
asociada a los ritos agrícolas, a las es-
taciones, para las grandes fiestas po-
pulares que duran noches enteras: las
garras poéticas suscitan la melodía
cantada a la cual se asocia la percu-
sión que provoca el gesto y la danza.
Varios ejemplos de una música refina-
da, de un espectáculo total. Dobles
coros femeninos—masculinos privile-
gian el texto y el canto (ambos ano-
tados en el riguroso libreto), mientras
que el laumt (unos veinte bailarines
con sonajas) acompañados por flau-
tas y percusión nos hace partícipe del
baile nocturno.
Para bailar
¿Por qué gusta la música? Sólo Sa-
tanás lo sabe, dicen los tuareg del
Hoggar. La música es peligrosa ya que
provoca el baile Tazengharaht. Y tal
vez por ello, era antaño privilegio de
los esclavos negros. Poco a poco
hombres y mujeres tuareg han desa-
rrollado un estilo propio: sobre los
tambores tindé se elaboran las voces
solistas acompañadas por palmas,
hasta el trance.
Más perplejo puede dejar el CD Ir-
HOOOAR
MUSIQUEDESTOUAREG
MUSIC OF THE TUAREG
MARRUECOS
MARRAKESH. Plaza Djema El-Fna. LE
CHANT DU MONDE LDX 274
973- 72'.
ALTO ATLAS Y ANTI ATLAS. Música
beréber. LE CHANT DU MONDE
LDX 274991. 67'.
HOGGAR. Música Tuareg LE CHANT
DU MONDE LDX 274 974.701.
IRLANDA
Franckie Gavin. Violin, flauta; Arty
McGlynn, guitarra; Aidan Coffey,
bandoneón. CD O C O R A C
560021,64'.
MOLDAVIA. El arte del bratsch. (viola).
Anatol Stefanec. BUDA Records.
ADES. 92596-2 ADE 670. 30' (>).
BULGARIA. Antología de la músico bul-
gara. Vol. 2. Rhodope y Dobroud-
ja. LE CHANT DU MONDE LDX
274 975. 65'.
ARGENTINA. Chámame. Música del Pa-
raná, Rudy Flores, guitarra; Nini
Flores, bandoneón; Oswaldo Can-
teros, voz. OCORA C 560052. 56'.
ESTUDIO DISCOGRAFÍCO
landa: una colección de bailes red, jig
y hompipe que los intérpretes defor-
man para -dicen- ganar un público
más amplio. Ocora tiene en sus archi-
vos un disco grabado sobre el terreno
(músicos ambulantes) mucho más ve-
rídico e interesante.
Inmediatez del ritmo, en la música
moldava, para crear el baile: la sirba,
baile solar la batuta, guerrero; la hora
que podemos escuchar a dos tiempos
vivos para los jóvenes o a seis pulsa-
ciones lentas para los ma-
yores. El maestro de cere-
monia es el viola Anatol
Stefanet, excepcional vir-
tuoso no solamente en los
pasajes desenfrenados
sino también en los mo-
mentos más líricos de la
doina.
El primer volumen de
la Antología de la músico
búlgara (comentado hace
poco en SCHERZO) es-
taba dedicado a la polifo-
nía a dos voces del país
shope. El segundo volu-
men, grabado por el ex-
celente musicólogo Her-
mán Vuylsteke, está cen-
trado sobre los bailes
aksak (o cojos; ritmo a
siete tiempos de la ra-
chenitza, por ejemplo) y
los bailes circulares per-
tenecientes a antiguos
cultos solares. Podemos
apreciar plenamente la
belleza de estas músicas
(vocales e instrumentales
ya que las escuchamos en la versión
austera del sur (Rhodope) y más ale-
gremente sensual del norte (Do-
broudja).
En Argentina, la tradición popular
divide el país en varias regiones musi-
cales. A Corrientes y Misiones, les co-
rresponde el chámame, bella palabra
guaraní que significa desorden o des-
concierto: en su origen una improvisa-
ción fusionando músicas hispanas, ne-
gras y amerindias, el chámame tiene,
como el tango, su historia y sus com-
positores. Los intérpretes son jóvenes
pero han tocado ya en todas las bai-
/onlas del campo de Comentes: la gui-
tarra y el bandoneón, con intervencio-
nes nostálgicas de la voz de Oswaldo
Canteros, traducen bien el clima, lán-
guido y rítmico a la vez, que necesitan
las parejas enlazadas. Un disco para el
placer.
Pedro Elias
SCHERZO 5 7
DISCOS
DISCOS
BACH: Seis Surtes poro violonchelo sote,
BVW 1007-1012. Mischa Maiski, violonche-
lo. 2CD DEUTSCHE GRAMMOPHON
445 373-2. D D D . I S 7 ' 5 I " . Grabación:
1985. Productores: Mischa Maiski y Hanno
Rinke. Ingeniero: Heinz Wildhagen.
Preguntado en cierta ocasión
por el disco que se llevaría a
una isla desierta, Gabriel García
Márquez se inclinó por las seis Surtes paro
violonchelo soto de Bach. En cuanto a versio-
nes, su favorito era Pau Casáis (finales de los
años treinta), aunque, en atención a la cali-
dad técnica de la grabación, confesaba que,
llegada la hora de la verdad, la que metería
en la maleta sería la de Maurice Gendron
(mediados de los años sesenta). No fue fácil
estar en desacuerdo con el Premio Nobel
colombiano hasta que en los primeros años
ochenta apareció la primera grabación de
Anner Bylsma. sólo superada por la que el
mismo violonchelista holandés, siempre con
He aquí, por ellos mismos, un
fundador de la música de
nuestro siglo y unos cuantos
de sus cimentadores. El fundador es Bartók
no faltaba más. Un Bartók aquí apegado a
las raíces de lo popular transfigurado por la
reelaboración culta, el más simple quizá
pero no el menos profundo, siempre él.
Como además servía a su propia música
con inteligencia -léanse atentamente las
notas al programa de Zoltán Kocsis- el tes-
timonio que nos legan estos discos no se
puede pagar con dinero. Añádase a ello
presencias como las de Josef Szigeti y la ma-
ravillosa Mana Basilides -cinco minutos de
emoción- y tendremos un pedazo de este
tiempo nuestro lleno de contradicciones. A
su lado Dohnányi no es ni un epígono, sólo
un pianista chapado a la antigua que defen-
día con pasión en 1931 la que hoy es una
de sus pocas obras recordadas.
La selección dedicada a Paul Hindemrth
abarca veintisiete años de trabajo creador
de un compositor a quien s¡ la capacidad ar-
tesanal no se le niega sí que se olvida su ver- tagiosa, y su Pastoral de estío -qué hermo- poro meta/es y cuerdas, Op 50. Paul Hinde-
dadero talento. Escuchadle después, por
ejemplo, de haber leído las flores que le
echa Glenn Gould en sus Escritos críticos. Es es música frágil, vaporosa, grácil, petulante
el orden, y por eso no es posible volver a
esta música con frecuencia, pues sin ser
adusta agobia un poco, sin ser demasiado
profunda se come el aire de la habitación. Y
el caso es que todo surge de una honradísi-
ma raigambre comunicadora en la que late
un pulso poderoso y bien articulado. En
todo caso, este par de discos no tienen des-
perdicio, pues, además, nos encontramos
con el Hindemrth gran viola que, en el Scher- una sorpresa de economía expresiva, por lo
zo y el Trio, se une nada menos que a Feuer- mucho que dice con la escasez de sus me-
mann y Goldberg. Como director Hinde-
mith no alcanza en su propia obra la compe-
tencia y la decisión de Bemstein, Kletzki o
Celibidache, pero sí se comprende a sí
mismo con la suficiente lucidez como para
58 SCHEBZO
instrumento de época, grabara hace un par
de años. De todos modos, éste será un
trono eternamente vacante mientras Ros-
tropovich no se decida a entrar en un estu-
dio de grabación con estas sublimes partitu-
ras bajo el brazo.
¿Y Maiski? Pocos intérpretes gozarán
como él de un trato tan favorable por parte
de su casa discográfica. Si hubiese habido
que seleccionar una reedición poco urgente,
ésta se habría llevado una buena porción de
nominaciones. Ya en su momento se colocó,
no sólo a gran distancia de los grandes solis-
tas mencionados, sino en las últimas posicio-
nes de un pelotón en el que aún encontra-
remos versiones dignísimas de Starker. Four-
nier, Cohén, Schiff, Baumann {ésta creo que
no disponible en CD) o Tortelier. por sólo
citar integrales, Ahí sigue. A partir de un en-
foque diametral mente opuesto, resurta tan
mortalmente aburrido como Hamoncourt.
En Maiski molesta especialmente la sensa-
ción de que las decisiones expresivas y de
fraseo se han subordinado a las soluciones
técnicas adoptadas para cada pasaje. A la
consiguiente falta de espontaneidad hay que
Un pedazo de siglo
hacer de este par de discos, que son como
un espejo, un documento imprescindible.
Honegger y Poulenc nos ofrecen un
disco delicioso. El primero resulta que se
enfrenta a la orquesta con una frescura con- Concierto para trompa. Músico de concierto
sura de música- corresponde a su título
con precisión. El Concierto para violonchelo chelo; Louis Cahuzac, clarinete: Szymon
que dicen los franceses, y Maréchal y el
autor la interpretan con un compañerismo
sano y cómplice. Poulenc, por su parte, era
un pianista de enormes cualidades, cuñosa-
mente buen conocedor de su propia facili-
dad como compositor. No cabe un acerca-
miento más sutil a una música cuya luz
nunca puede ocultar las zonas de sombra
de una personalidad que las tenía. El Trio es Arthur Honegger. POULENC: Tres movi-
dios. Y Aubade, en versión de extrema gra-
vedad, muestra aquí que realmente fue
compuesta «en la melancolía y la angustia».
Todas las grabaciones, que abarcan de
1928 a 1956, poseen un excelente sonido, y
añadir la aspereza de no pocos ritmos, la
grosería de muchos ataques y. sobre todo,
unas fluctuaciones de tempo y dinámica tan
constantes como musicalmente arbitranas,
de las cuales derivan, por ejemplo, absurdas
contradicciones entre dos minuetos conti-
guos. Toma exageradamente enamisto.
A.&M.
BACH: Chrisí log m Todes Baflden 6WV 4.
Oratorio de Pascua ñWV 249. Emily van
Evera, soprano; Caroline Trevor, contralto;
Charles Daniels, tenor; Peter Kooy, baríto-
no; David Thomas, bajo. Tavemer Consort
and Players. Director: Andrew Parrott.
VIRGIN Veritas 5 4501 I 2. DDD. 59'13".
Grabación: Londres, IV/1993. Productor:
Simón Woods. Ingeniero: Mike Hatch.
Aciertos y debilidades compar-
ten casi cada tramo de esta irre-
gular grabación bachiana; así. el
efecto de desnudez total -logrado en gran
parte por las dimensiones reducidas del
como siempre en la serie Composers ¡n Per-
son la presentación, acompañada de unos
preciosos documentos gráficos, es admirable.
LS.
BARTÓK: Dos Bógatelos. Dos piezas fá-
ciles. Burlesca. Allegro bárbaro. Sude, Op. 14.
Dos piezas de Miktokosmos. Canciones popu-
lares húngaras. Danzas mmanas. Bel a Bar-
tók, piano; Vilma Medgyaszay, soprano;
María Basilldes, contralto; Fe rene Székely-
hidy, tenor; Josef Szigeti, violín. DOH-
NANYI: Variaciones sobre uno condón infan-
til. Op. 25. Ernó Dohnínyi, piano. Orquesta
Sinfónica de Londres. Director: Lawrence
Collinwood. EMI Composers ín Person 5
55031 2. ADD. Mono. 75'30". Grabacio-
nes: 1928-1937,
HINDEMITH: Sonólo poro viola solo. Op.
25, n° I. Scherzo para viola y violonchelo. No-
biKssima visione (Suite). Sinfonía Serena. Trío
para cuerda n° 2. Concieno paro clarinete.
mith, viola; Emanuel Feuermann, violon-
Goidberg, violin; Dennis Brain. trompa.
Orquesta Philharmonla. Director: Paul
Hindemith. 2 CD EMI Composers in Per-
son 5 55032 2. ADD. Stereo/Mono. 157'.
Grabaciones: 1934-1956.
HONEGGER: Postorai de eslío. Concier-
to puro violonchelo Maurice Maréchal, vio-
lonchelo. Orquesta de la Sociedad de
Conciertos del Conservatorio. Director:
mientos perpetuos. Trío poro piano, oboe y
fagot Dos novefetos. Nocturnos Improvisacio-
nes. Aubade. Francls Poulenc. piano. Or-
questa de Conciertos Walther Straram.
Director: Walter Straram. EMI Compo-
sers in Person 5 55036 2. ADD. Mono.
75"54". Grabaciones: 1928-1943.
 DISCOS

coro- en la cantata Cfirist lag ¡n Todes Bon- En los primeros años setenta el a Donohoe. desde Brendel (Philips) hasta
den debe arrastrar la contribución, muy en- piano de Michel Béroff (Epinal, Barenboim (EMI en la Sonata. Erato en la
deble, del tenor Charles Daniels. El tono es 1950) deslumbre a todos. En Op. 120).
muy otro en el comienzo del oratorio, exte- España, estudiantes de conservatorios y me-
nor y brillante, dada la presencia de trompe- lómanos nos hacíamos la boca agua comen- R.O.B.
tas y timbales. Por otro lado, es notoria la tando aquellas tempranas grabaciones (casi
cercanía de los micrófonos, puesto que son ninguna de ellas públicas en el. por entonces,
perceptibles las respiraciones; la fidelidad ge- insignificante mercado fonográfico español)
neral de las tomas hace que sean entonces de los conciertos para piano de Prokofiev, BEETHOVEN: Los 10 Sonoros pora vsoSn y
achacables a la propia flautista (Rachel de los Estudios y Preludios de Debussy, de la piano. Joseph Szigeti, violin; Claudio Arrau.
Brown) las leves impurezas del sonido de su schumanniana KreisJenono, de la Segunda So- piano. 4CD VANGUARD 08 8063 74. ADD.
instrumento en el obbligato del aria Seefe. nato de Kabalevski o de páginas de Milhaud. ST3\". 39'0r, 70'20" y 64'0r. Grabación:
deine Spezereien. donde la soprano Emily Messiaen o Stravinski, siempre traídas por (en vivo) Biblioteca del Congreso, Washing-
van Evera sortea en el límite de lo justo los algún amigo que se aventuraba a traspasar ton D.C., 1944. Distribuidor: Diverdi.
apuros de entonación y emisión con que se los Pirineos.
encuentra. Daniels, nuevamente, brinda una
muy pálida interpretación del aria San/te solí Hoy, el pianismo y las interpretaciones Aunque se han omitido los
mein Todeskummer. de aquel apuesto, inteligente y juvenil pianis- aplausos, las toses son testigo
ta galo de larga cabellera y suéter de cuello del registro en vivo que la Bi-
de cisne siguen manteniendo intacto su blioteca del Congreso norteamencano llevó
LM.M. vigor, calidad e interés. Hoy como entonces, a cabo de estos tres recitales en los que Szi-
desafortunadamente, la Sonata de Kabalevski geti y Arrau ofrecieron el ciclo íntegro de las
permanece tan exótica en las salas de con- sonatas beethovenianas, en plena guerra
cierto como £1 baile martintqués de Milhaud mundial. Lamentablemente la grabación no
BARTOK: Música para violín y piano, vol o incluso el Cuarteto pora e( fin de Jos tiem- es gran cosa, y se ha hecho poco -nada, más
2: Rapsoda n" 2. Canciones populares húnga- pos. El cofre con dos compactos incluyendo bien- por eliminar distorsiones -abundan-
ras, Sonatina. Temas populares húngaros. Sona- obras de Bartók fue registrado entre los tes- y ruidos variados de fritura, que persis-
ta n° I. Susanne Stanzeleit, violín; Gustáv años 1976 y 1978. Un sonido cristalino, un ten como si estuviéramos escuchando un
Fenvo. piano. ASV DCA 883. DDD. 6B"-41". envidiable sentido del ritmo, una extensa viejo 78 r.p.m.
Grabación; Horsham, Sussex, 1993. Produc- gama de intensidades sonoras, una pulsación
capaz de obtener del piano tanto puro ter- Al margen de ello, la interpretación tiene
tor: Lindsay Pell. Ingeniero; Philip Hobbs, interés desde el punto de vista histórico,
ciopelo como auténticos mortillozos son vir-
tudes que la mente, siempre musical, siem- pero raramente volveríamos a ella con fre-
Nos llega esta segunda entrega pre aguda, de Béroff pone a disposición de cuencia hoy en día. Szigeti. como era por
de la obra para violín y piano de páginas bartókianas tan atractivas como las otra parte habitual, tiende a lo que hoy con-
Bartók sin que conozcamos la célebres Oonzos populares rumanas, las Dan- sideraríamos un excesivo uso del portamento
primera por los mismos intérpretes. Pero zas búlgaras del sexto volumen del Mikrokos- y un víbralo de inusitada amplitud. Con ello,
este recital es más que suficiente para adver- mos (resurta curioso comprobar el acusado la versión, por lo demás de la altura que
tir que nos encontramos ante unos intérpre- paralelismo, estético y pianístico, del inicio cabe esperar de dos grandes intérpretes
tes excepcionales de la obra bartótóana, un de la primera de ellas con £1 Puerto de la al- como éstos, se torna demasiado melosa y
par de virtuosos (la alemana Stanzelert y el beniciana Suiíe Iberia), la Sonata, de 1926, o dulzona, y por el contrario se echa de
húngaro Fenyó) que comprenden y desgra- los dos cuadernos de Poro los niños, colec- menos cierto grado de ímpetu y energía.
nan el singular mundo sonoro del composi- ción que. abarcando íntegramente el segun- En fin, que este álbum parece sobre
tor húngaro. Destacan, por la importancia do compacto, recoge las 20 miniaturas que todo destinado a los muy interesados en el
de las obras, la Segundo Rapsodia y la Primero compuso Bartók a partir de temas populares devenir histónco de las interpretaciones vio-
Sonólo, ésta de amplio aliento, un discurso húngaros y eslovacos. linísticas, dispuestos a conocerlas a través de
musical profundo, coherente, equilibrado, un sonido en más de una ocasión irritante y
una obra maestra. Completan el CD tres con un acaramelamiento que hoy termina
transcripciones de piezas basadas en moti-
vos populares, una de la primera madurez, la J.R. por cansar. Las referencias más recientes
para este ciclo siguen siendo Menuhin/
breve Sonatina (1915. esto es, poco poste- Kempff (DG, precio medio), Oistrakh/Obo-
rior a El principe efe modera), y dos de ellas rin (Philips) y Perlman/Ashkenazi (Decca).
de la primera época de recopilación de can-
tos campesinos. Sólo una de esas transcrip- BEETHOVEN: Sonata para paño n° 28
ciones es parcialmente de Bartók. la de las en la mayor Op. 101. 33 variaciones sobre un R.O.B.
Conaones. Los otros autores son Tivadar vals de Diabelli, Op. 120 . Peter Donohoe,
Országh (Conciertes), André Gertler (Sonati- piano. EMI CDC 7 54792 2. DDD. 64'12".
na) y Jozsef Szigeti. músicos bartókianos de Grabación; Warwick, Vil/1992. Productor:
plena garantía. Este disco se presenta rriás o Andrew Keener. Ingeniero: Mike Hatch. BEETHOVEN; Tríos pora piano, violín y
menos como una visión resumida de la ma- violonchelo en si bemol mayor, Op. 97 «Archi-
nera de hacer de Bartók hasta un momento La verdad, después de quedar duque» y en re mayor, Op 70, n° I «De ios
ya avanzado de su carrera, los años veinte, abrumado por el Beethoven de espíritus)!. Eugene Istomin, piano: Isaac
década de plena creatividad del músico; ade- Richter, este plato beethoven ia- Stern, violín: Leonard Rose, violonchelo.
más, la Rapsodia fue revisada por el propio no de Donohoe resurta insípido. El británico SONY Essential Classics SBK 53514- ADD.
Bartók al final de su vida. En resumen, un demuestra un mecanismo notable, pero 66'30". Grabaciones: Winterthur, 1965;
disco muy bello y de gran interés. poco más. Su Beethoven resurta superficial, Nueva York. 1969. Productor: Andrew
rutinario y distante. En las Diabelli da la sen- Kazdin.
sación de estar tocando ejercicios uno de-
S.M.B. trás del otro, eso sí, muy bien realizados. En Reaparece, ahora en serie
una palabra, uno no diría, a |uzgar por estas media, un clásico de la fonogra-
interpretaciones, que estamos escuchando al fía, vertiente música de cámara,
último Beethoven. que en manos de los que todo aficionado sólo un poco mayor
grandes resulta de una densidad y compleji- conoce sin duda. Istomin, Stem y Rose en su
BARTOK: Danzas populares rumanas. dad asombrosas. La toma sonora es impeca-
Cornos populares húngaros. Danzas búlgaras ble, pero, salvo para los amantes del DDD y mejor momento, a mediados de los años se-
(Mikrokosmos. Vot. VI). A pleno ore. Sonata. So-de los muchos dedos, hay poco, muy poco senta, con la lección bien aprendida de los
natina 10 piezas fáciles. Paratosniños. Michel interés. maestros Casáis, Engel o Horszowski y Végh.
Béroff, piano. 2 CD EMI CZS 5 68101 2. Su versión de los dos tríos más conocidos
ADD. 69'46". Grabaciones: París, 1976- En fin, Fíichter (Praga. Phitips) es la pri- de entre los que escribiera Beethoven -por
1978. Productor Eric Macleod. Ingeniero: mera referencia para ambas obras. Pero lo demás tan poco conocidos- está llena de
Paul Vavasseur. también hay otros que superan con mucho energía y de virtuosismo, y se hace escuchar

SCHERZO 59
DISCOS
con un ánimo cada vez más dispuesto a ver
en estas páginas algo del Beethoven más pa-
recido a sí mismo. Tanto en el Archiduque
como en el Trío «De tos espíritus», la versión
de estos caballeros se centra en un control,
en una expresión medida en la que tiene
mucho que ver el piano de Istomin. la voz
más lírica de las tres y quien lleva el peso de
la interpretación. Rose reivindica ese lugar
en el sol de los violonchelistas que de ordi-
nario se le niega y Stem es el mejor Stem
posible, el más modesto, el más entregado al
trabajo común. Los grandes son los grandes,
ya se ha dicho, pero, después de ellos, esta
opción se recomienda sola.
LS.
BEETHOVEN: Cuarteto con plano Op.
16. SCHUMANN; Cuarteto con piano Op.
47, Emanuel Ax, plano; Isaac Stem, violln;
Jaime Laredo. viola; Yo Yo Ma, chelo.
SONY SK 53 339. DDD. 53'24'\ Graba-
ción: Nueva York, 1992. Productor: S. Eps-
tein. Ingeniero: B. Graham.
£1 Cuarteto con piona op. 16 de
Beehoven es una adaptación del
Quinteto para piano y viento que
lleva el mismo número de opus. partitura
ésta mucho más grabada y difundida. La
obra para piano y cuerda es agradable pero
no es. ni mucho menos, del mejor Beetho-
ven. En su versión original suena bastante
mejor. La creación de Schumann. de más
inspiración y hondura, es un clásico de la
música de cámara del Romanticismo.
El que cuatro solistas se reúnan para
tocar música de cámara no es, afortunada-
mente, nuevo ni infrecuente. El hoy viejo
Stem tuvo ocasión de tocar en numerosas
veladas con Casáis y otros grandes instru-
mentistas. Sin embargo, en esta ocasión y
pese a la bondad de la realización técnica, el
resultado no es óptimo. Muy aceptable en
Beethoven, a Schumann lo he encontrado
falto de vuelo poético y de intimismo. El
Allegro inicial es rapidísimo (pese a estar se-
ñalado ma non tropo) y el Finale, un Vivace,
parece una carrera a ver cuál de los cuatro
llega antes. El Andante cantabile sale mejor
pero aun así resulta de un lirismo un poco
rácano. En suma, que Ax. Stem. Laredo y Ma
parecen aquí, más técnicos que artistas. Buen
sonido. El disco es demasiado breve pan un
compacto, Hay que aprovecharlos mejor.
CAS.
BEETHOVEN; Missa Sofemms en re
moyor, Op. 123. Martina Arroyo, soprano;
Maureen Forrester, contralto; Richard
Lewis, tenor; Cesare Siepi, bajo. Singing
City Choirs. Orquesta de Filadelfia. Direc-
tor: Eugene Ormandy. SONY Essential
Classics SBK 53517. ADD. 76' 15". Graba-
ción: Filadelfia, 111/1967.
El pobre Ormandy está en el
purgatorio desde que 5e muñó y
aunque se hacen intentos por
rescatarle -sus Rachmaninov, Sibelius o Bar-
60 SCHERZO
tók, por ejemplo-, el caso es que no acaba de
conseguirse del todo. Beethoven no era su re-
pertorio sino en la medida en que puede
serio para el titular de una orquesta durante
cuarenta años, necesidades de programación
obligan. Imaginarle en alguna de las sinfonías
del de Bonn, pase, pero en la Misso SoJemn/s
resulta cuando menos pintoresco. Su lectura
llega sólo a digna, ni especialmente ungida por
el recogimiento ni tocada por la grandeza, y
tampoco se adivina una excesiva voluntad por
construir concienzudamente un edificio que
requiere muy buenos cimientos y un maestro
de obras algo más que solvente. Los solistas
-curiosamente hombres a la izquierda del
oyente y mujeres a la derecha-, de renombre
poderoso, ganan por el lado femenino, y el
coro se defiende como puede. La vendad es
que estando Hamoncourt (Teldec), Gandiner
(Archiv), Bóhm (DG), Klemperer (EMI), Kara-
jan (DG) o Jochum (Philips) -y en serie media
o barata los cuatro últimos- el bueno de Or-
mandy no teñe nada que hacer.
LS.
BIZET: Melodías. Yvi Janicke, mezzo;
Thomas Hans, piano. ORFEO 309931 A.
DDD. 77"22". Grabación: 1992. Productor
Chriscian Schultz. Ingeniero: Harald Unkel-
bach. Distribuidor: Diverdt.
A lo largo de su relativamente
breve carrera. Bizet compuso
melodías para voz y piano (unas
cuantas entre 1854 y 1873). No tienen ca-
rácter de canciones, sino de pequeñas esce-
nas o romanzas de salón, destinadas, nor-
malmente, a grandes cantantes de ópera
(Christine Nilsson, entre ellas) que exigían
este repertorio más para cumplir con algún
encargo social que para alimentar un con-
cierto de cámara. En todas se advierte la te-
situra de Carmen, a medias mezzo y a me-
dias soprano. También, el regusto de Bízet
por el exotismo español y moresco. a me-
nudo dos por el mismo precio.
Suelen frecuentarse las páginas de mayor
virtuosismo (Guitore y Adieux de i'hÚtesse
árabe) pero hay obras como Poste' en que
parece anunciarse a Gabriel Fauré. Las apo-
yaturas literarias son variadas. Junto a nom-
bres ilustres (Hugo. Musset, Gautjer, Lamarti-
ne), hay firmas de comediógrafos engullidos
por el tiempo y hasta un poeta anónimo.
Janicke tiene una voz cálida y timbrada,
de modesto registro, pero manejada con co-
rrección. Canta con aplicación escolar y me-
rece un aprobado. No menos probo es
Hans, su acompañante.
B.M
BIZET: Sinfonía en do mayor Sudes n°s. I
y 2 de «La artesiana». Academy crf Si Mar-
tin-in-the-Fields. Director; Neville Marri-
ner. EMI CDC 5 551 18 2. DDD. 66'23".
Grabación; Londres, XI/1992. Productor:
David Groves. Ingeniero: Mark Vigars.
Cuando algunos decimos que la
auténtica obra maestra de Bizet
es La artesiana, naturalmente
nos referimos a la música de escena para el
drama homónimo de Alphonse Daudet de
cuya prístina genialidad las suites no reciben
más que un pálido reflejo. La segunda ni si-
quiera es debida a la mano del compositor,
fallecido cuatro años antes de que su amigo
Emest Guiraud decidiera prolongar por su
cuenta el éxito de la primera. Ahora bien, si
el lector quisiese, pese a todo, disponer de
una buena versión de las suites. ésta le
puede valer pero que muy bien. Para dar
con el punto justo de equilibrio que requie-
ren entre alegría y lirismo, viveza y ensoña-
ción, nadie como Marriner. De todos
modos, llegados ahí, lo me|or del disco ya
queda atrás. De la deliciosa Sinfonía en do a
este director le tengo escuchada en vivo
(Orquesta de Cadaqués; Valencia, 23-1-
1994) una versión más incisiva, pero casi
prefiero ganar un punto de reposo si conlle-
va otro de claridad expositiva. La orquesta
toca todo con una facilidad insultante, pero
por encima del conjunto, para mí aún desta-
can algunos solistas de viento, como las
trompas y el primer oboe en la Sinfonía (de-
sarrollo del pnmer movimiento y Adagio,
respectivamente) y la flauta en el Minuete
de la Segundo surte. Para quien no abomine
de las Suites de La artesiana, comprar este
disco no será un error.
A8.M
BORODIN: Cuarteto n° f en lo mayor.
Cuarteto n" 2 en re mayor. Cuarteto Shosta-
kovích. OLYMPIA O C D 538. A D D .
M'38". Grabaciones; Moscú, 1977-1978.
Ingeniero: Alek Yunk.
No son frecuentes las grabacio-
nes que reúnen los dos cuarte-
tos de Borodtn, y de ellas sólo la
del Cuarteto Borodin (EMI) aparece regular-
mente por las tiendas de discos. Esta del
Cuarteto Shostakovich no es demasiado se-
ductora. Es verdad que el Cuarteto en la
mayor es en sí mismo pieza un poco dema-
siado larga y de no muy alta inspiración,
pero tampoco se trata aquí de sacarla de
esa condición ligeramente plúmbea. El Se-
gundo Cuarteto son palabras mayores, pero
al Shostakovich -veintisiete años de carrera
ya- le falta finura en conjunto, y en el mara-
villoso Nocturno le sobra prosa, reduciendo
la página a una conversación educada pero
de rutina, algo así como hablar del tiempo.
LS.
BRAHMS: Variaciones y fuga sobre un
temo de Haendel, Op. 24. Variaciones sobre
un lema de Paganini, Op. 35, libres I y II Dos
Rapsodias Op. 79. Gerhard Oppitz, piano.
RCA Víctor Red Seal 09026.6181 1.2.
DDD. 68'32". Grabación: Reitstadel, Neu-
markt. 1989. Productor: Heinz WiIdhagen.
En el número 42 de SCHERZO
(marzo 1990) comenté un reci-
tal de Gerhard Oppitz (Fraue-
nau. 1953) para Ibermúsica que incluyó la
Primera Sonoia, las Modas Op. 10 y la Op.
 Se astóblecen dos modalidades de abono con ocho conciertos cada
ENSLMBLJ: LA ROMANESCA uno | siete en la Sala de Cámara Y uno en la Sala Sinfónica del w CUARTETO MELOS V
DIRECTOR JOSÉ MICUEL MORENO Auditorio Nacional de Musical. CUARTETO SINE N O M I N E
Dcbussy (MAos) Cuarteta en Sol menor op Í
Abona A (I eoncieflm) Abono B (I esneítmn) Ravcl (Si'w Nomine) Cuarteta fu Fu Mayor
1 Ensemble "La Romanesca' 2. Ensemble "Villa Música'
íohn- (kitla r*i Mi h Mayor, op 3
(15-X) 129-X)
3. Cuarteto Isaye |3—XI} 4. Cuarteto Isaye II15—XI]
m ENSEMBLE VILLA MÚSICA
5. Trio LArchibudelli (23-XII 6. Cuarteto Lmdsay (16—XIII
Mozart: Cuartítom Fa Mayor paraObor
7 | ' I A Dumay.M J ñres 7.('|A Dumay.M J.Piras
Prokofiev: QianUtoop JS MELVIN T H A N
Beethoveti: Sfprinjno oí Mi b Mayor, of. 10
112-H 112-H w
B. Música Anliqua Kflln |1 B-l] 11 CuartetodsTnkvoU24-lll]
Mozart:
9 C.Melos.C SineNomine 13. Gustav Leonhardt [5-IVI
3 • 1 JOÉVÍS 3 ( í í 30 Hh T S4SHUU. b 119-30 • f 2 Variaciones sobrt «Je MU Lndor» fKj5<J
125-11] 14 The New London Consort
CE «IGl'IFMBItE DE H 1 1 Sonata (KiiQ, Kiai. K J 3 3 , K.494)
10 Mei™ Trian 115-IIII IZB-IV)
9 Variaciones sobrt «Usan darmait» (K2&4)
U Cuarteto de T^kyc li (25-(ll) 15.Chr.Coin,P.Cohen|13-V)
CUARTETO ISAYE
{Ai integral dr los Cuartetos dt MendeissohnfJJ Praciode ZonaA:18000ptas. U VltüNEi ^4 t iABÜBi, ib DL [,1-RZÜ
Precio de Zoo* B: 15 fXD ptas.
IB] Integral dt ¡os Cuartrioí ¡Ir Mendelssohrt ¡J/J
l'l ble conciBU «cSstraaan t) Sala Sinfonía del Autora Natural
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w T R I O L'ARCHIBUDELU M Cuarteto op. u / i , o[>. is/i, olí. 59/3.
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[*• i oí De mfnen- y ir i tn F J Mayor)
torio Nacional de Música. Teatro Úrico Nacional La Zarzuela. Sala
Beethoven: Tríoí Jt cumJa. o(i. 9
Olimpia. Teatro María Guerrero y Teatro de La Comedia}, deniro de
{n° Í ro SoJ Afoyor y«° itnDo menor) i; MIEBCOltS b CE ABKIL Db I S35 l ü H
los horarios habituales de cada teatro
Ib GE DlUJtMEFlt DL I'J94 IS 3C !• CUSTAV LEONHARDT
LOCALIDADES SUELTAS I') (claor)
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Zona 0- 2.500 ptas Zana B.2.500 ptas J. S. Bach: Fantaíía en Do menor
Haydli: Cu-jríffti ta Zona C. 1.500 ptas. [BWVAwk. 205} Saitt m Mi menot
t: (píntelo para Zona D I 000 ptas

Brahms: Quinteto para clarinete y cuerda ('] En 0 oso <to Que no » haya BQOBdo Bl atoro p v * a « ™ 0t a t a n )E A B R I L nE ISS5 la !S H

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del mismo en las taquillas de los Teatros de la Red íieanc t! nF HAYO nr mi
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Schumann. Sánala w i rn La mmar, op fO5 Cámara de la Fundación Caía de Madrid son suscaptibles de modi- fwoJoMcWo}.
Grleg: Sonata <f i m Fa Mayor, ofi. B ficación. En caso de cancelación de alguno de los conciertos pro- PATRICK C O H É N
Beethoven: Sonata n" 7 fu Do maior, op. 30 r" 2 gramados, se devolverá a los abonados la 1/B parte del abona (piano)
adquirido y al público en general el importe de la localidad La Beífhovííi: Sonata pam violonchelo y piamif 3
devolución se efectuara diej días después de la cancelación del Mcndelssohn: Sonata para ütolüncbdo
concierto en las taquillas da los Teatros de la Red. La suspensión y piano ÍI* 2
MI MÚSICA ANTICUA KOLN de un concierto sera la única causa admitida para el reembolsa del Chopin: Sonata para üioloKcbelo y piano
DIRECTOR RE1NHARD COEBEL precio de la localidad
J.S.
Cmcitrto m Rt Mayor (BWV (OSO o)
-Li OfroiJa Musical- (BWV1079J

FUNDACIÓN
CAJA DE /YXADRID
 DISCOS
24. En esta última obrn, recuerdo la tensión
creciente del pianista ante las tremendas va-
riaciones finales y la fuga. Aunque ello no se
acusa en el disco, las cimas alcanzadas por
Arrau, Fleisher. Katchen y Serkin le resultan
inaccesibles; también Josep María Colom se
desenvuelve mejor (SCHERZO, 70). Oppitz
es un pianista sobrio, equilibrado, buen
constructor y aceptable guia para una prime-
ra aproximación a la obra pianística de
Brahms -completada para Eurodisc a finales
de los ochenta y que ahora reedita RCA-
que, no obstante, es mucho más rica y su-
gestiva de lo que él muestra. El sonido que
obtiene de su Bósendorfer. muy bien graba-
do, es atractivo pero poco denso y parco en
colores, y el discurso carece de la necesaria
fluidez. En concreto, la tensión acumulada
por Katchen en las tres últimas vanaciones y
en la fuga, fruto de su apabullante dominio
técnico y de su especialísima sensibilidad
para la música de Brahms, no se percibe
aquí ni por asomo.
En las Variaciones Paganini, varios macos
del sonido (Gilels, Benedetti. Arrau. Kat-
chen) han convertido lo que nació como
simple exploración de las posibilidades técni-
cas del piano en una obra fantástica, de neo
colon do, lo que no logra Oppitz. Y en las
Rapsodias, demasiado contenidas, falta inten-
sidad y el ruboto suena poco espontáneo.
Decca acaba de reeditar la versión de Kat-
chen de las Voriooones Op. 24 y 35. acopla-
das con los dos Conciertos de piano, -el Pn-
mero, inolvidable, dirigido por Monteux- en
un doble CD de precio análogo al ahora co-
mentado, por lo que la conclusión es obvia.
Recordemos también, además del integral
de la música para piano solo de Brahms por
Katchen (6 CD Decca). el álbum de 3 CD
grabado por Arrau para Philips, que también
contiene ambas Variaciones.
RAM.
BRAHMS: Sonata para vtolln y piano n° I,
en sol mayor, op. 78. Sonata para violin y piano
n° 2, en to mayor, op. 100. Sonata para violin y
piano n° 3, en re menor, op. 108. Marie-An-
nick Nkolas, violin: Andrea Bonatta, piano.
AUVIDIS VALOfS V .4709. DDD. 68'34 ".
Grabación: Poissy, X/1993. Ingenieros:
Marc Laisné (Amati) y Francote Brillet.
BRAHMS; Sonoro poro violo y prono n° i.
en {a menor, op. 120, n" I. Sonata para viola y
piano n° 2. en mi bemol mayor, op, 120, n° 2
Dos Canciones para contralto con viola y
piano, op. 91. Marilyn Home, mezzo-sopra-
no; Pinchas Zukerman, viola; Marc Nei-
krug, piano. Martin Katz, piano. RCA
09026 61272 2. DDD. S6'32". Grabación:
Nueva York. X y XII/I99I. Productores:
Jay David Saks y Philip Traugott. Ingeniero:
James Nichols.
BRAHMS: Cuarteto para cuerdas n° I, en
do menor, op, 51, n° I. Cuarteto para cuerdas
n° 2, en to menor, op. 5 1 , n° 2. Cuarteto para
cuerdas n" 3. en si bemol mayor, op. 6 7 .
Cuarteto Sine Nomine. 2 CD CLAVES CD
50-9404/5. DDD. 98'54". Grabación: Lau-
sana, 1/1993. Ingeniero: Teije van Geest.
Todas las interpretaciones reu-
nidas en estos cuatro discos han
de soportar una competencia
62 SCHERZO
cuantitativa y cualitativamente enorme. En
las sonatas el nombre de Zukerman, siem-
pre con Barenboim, es un clásico. Las de
violín conocen, no obstante, alternativas tan
potentes como Pertman-Barenboim y Peri-
man-Ashkenazi. Recientemente, Dumay-
Pires han dado bastante que hablar, pero
prefiero a Amoyal-Rogé. que además inclu-
yen el Scherzo en do mayor. De no ser preci-
samente por la omisión de este oportunísi-
mo plus. Nicolás-Bonatta serían mi primera
opción tras los grandes nombres antes men-
cionados. Como conviene a la madurez pa-
sional de este Brahms, Nicolás toca su
Guamerius con un calor sólo ocasionalmen-
te (climax del Andante del Op. 100) tórrido.
En las Sanólos poro viola y piano, Zuker-
man ha por desgracia de competir consigo
mismo veinte años más joven, en versiones
reeditadas en compacto hace poco más de
un año y completadas con el Scherzo violinís-
tico al que más arriba aludía. Ni mucho
menos quiere decirse que éstas con Neiknjg
sean desechables: entre las triple D, sólo
Bashmet está a su altura. Pero los milagros
no suelen ser repetibles.
Lo que sí hace urgente la compra del
disco RCA son las Dos conaones, op. 9/, Sin
perder de vista a Ferrier en el lejano final de
ios años cuarenta y reconociendo lo fuerte
que ahora aprietan una von Otter y una
Fassbaender, la verdad es que la Home es
siempre mucha Home. Aquí consigue una
emoción intensa y de muy buena ley. Y la
labor pedagógica de introducción al liederis-
mo brahmsiano que cumple semejante com-
plemento de un disco instrumental resulta
impagable.
En cuanto a los Cuartetos, la elección
más reñida, creo que acabaría decantándose
por el Tatócs. Sine Nomine son técnicamen-
te excelentes, marcan una pulsación rítmica
de gran tensión y sus segundas voces están
impecablemente captadas. Para mi gusto, sin
embargo, se exceden de extrovertidos, al
punto de hacer incompatibles vigor y hon-
dura expresiva- Esto, en Brahms. es pecado
capital,
A.B.M.
BRAHMS: Los eres Cuortetos con piono
Op. 25 en sol menor, Op. 26 en to mayor y
Op. 60 en do menor. Tamil Vasáry, piano;
Thomas Brandis, violin; Wolfram Christ,
viola; Ottomar Borwitzky, chelo. 2 CD
DEUTSCHE GRAMMOPHON 439.856-2.
DDD. 38'47", 49'59" y 32'38". Grabación:
Berlín, 1/1982. Productores: Hanno Rinke y
Cord Garben. Ingeniero: Klaui Scheibe.
En la historia de la música de cá-
mara, la combinación de cuarte-
to con piano es mucho menos
frecuente que la del cuarteto de cuerda y
que los tríos o dúos con piano, por lo que
las formaciones del primer tipo rara vez son
estables y, en consecuencia, su compenetra-
ción y último grado de calidad, suelen resul-
tar menores. Demos, por tanto, la bienveni-
da a éstas, muy bien grabadas y tocadas, es-
pecialmente la espléndida opus 26.
Para conmemorar en 1983 el sesquicen-
tenario del nacimiento de Brahms, DG
grabó su obra completa. Tamas Vásáry, que
entonces contribuyó con Zimerman y
Kempff a la integral pianística, es un artista
fino cuya fama y reconocimiento discográfi-
co son menores de lo debido. Aquí coordi-
na de modo admirable con tres excelentes
solistas de la Filarmónica de Berlín y resuftan
unas versiones clásicas, bien proporcionadas
en tempí y sonoridades, en las que no faltan
tensión ni calor, con impecable sentido de la
estructura (cosa no fácil en obras más bien
prolijas) y de fraseo ortodoxo e imaginativo,
Los cuatro artistas, de estilo homogéneo,
dialogan equilibradamente y transmiten su
placer a quien escucha. Los frecuentes to-
ques húngaros (movimientos 1 y 4 en la Op.
26; final de la Op. 25) encuentran en Vásáry
y sus colegas a unos traductores idóneos. En
suma, a precio medio, un álbum recomenda-
ble. En el número 45 de SCHERZO (mayo
1990) comenté la versión del Trío Borodin
con Rivka Golani (Chandos). que me parece
infenor a ésta, al igual que la del Bellas Artes
con Trampler (Philips). También prefiero la
actual a la de Serkin con los Busch. que no
grabaron la Op 60; desconozco la integral
del equipo Ax-Stem-Laredo-Ma (Sony), Indi-
vidualmente, las opciones más recomenda-
bles son la excepcional Op. 26 de Richter
con el Cuarteto Borodin (Philips), la de Gi-
lels con el Amadeus (DG. aún no en CD)
para la Op. 25 y las de Rubinstein con el
Guarnen {Op. 25 y 60. RCA).
RAM
BRAHMS: Concertó en re mayor Op. 17
para violín y orquesto. DoWe Concierto en la
menor Op 102 para violín, chelo y orquesta.
Vladimir Spivakov, violin; Alexander Knia-
zev, chelo. Real Orquesta Filarmónica. Di-
rector: Yuri Temirkanov. RCA Victor Red
Seal 09026.61696.2. DDD. 40106" y 36"2I".
Grabaciones: Watford, Inglaterra. 11/1992
(Op. 102) y VI/1992 (Op, 77). Productores:
Andrew Keener (Op.77) y Jay David Saks.
Ingeniero: Tony Faulkner.
El acoplamiento de estos dos
conciertos es tan atractivo
como poco frecuente, pero la
plúmbea y artificiosa dirección de Temirka-
nov en el Allegro inicial de la Op, 102 impi-
de recomendarte máxime cuando los solis-
tas despliegan en él una expresividad recar-
gada y fuera de lugar. Las cosas mejoran en
los otros dos movimientos, pero la combina-
ción de impulso, humor y frescura de Bruno
Walter en el final, admirablemente secunda-
do por Francescatti y Foumier (Sony) brillan
aquí por su ausencia. Cabe recordar también
otras versiones excelentes: Oistraj, Rostro-
povich/Szell; Perlman. Rostropovich/Hartmk
(EMI ambas): Mutter, Meneses/Karajan (DG)
y Suk. Navarra/Ancerl (Supraphon). Todo
ello no impide reconocer que Kniazev tiene
un bello sonido y que en otra compañía las
cosas pudieron haber ido mejor. El mismo
Temirkanov está más animado en el Concier-
to de violín, en el que se puede gozar del so-
nido límpido y del lirismo sosegado (a veces
dulzón o blando) de Spivakov, en buena
forma. Pero la competencia es durísima: Ois-
traj, Kogan, Milstem, Stem y Heifetz entre los
coterráneos; Perlman, Mutter, Szeryng y Me-
nuhin, entre los que no lo son. Comparado

con ellos. Spivakov pasa a segundo plano. El
sonido es aceptable a secas.
RAM. «obras principales del arte acústico nacidas
BRUCH: Sinfonía n" I, en mí bemol
mayor, op. 28. Sinfonía n° 2. en fa menor, op. por tanto, hijo natural del siglo XX. acoge
3b. Sinfonía n° 3, en mi mayor, op. 51. Gíirze- toda una serie de múStiples facetas (la poesía
nich-Orchester Kólner Philarmoniker. Di-
rector: James Conlon. 2CD EMI CDS 5
55046 2. DDD. IO2'45". Grabación: Colo-
nia, IX/1992 (op. 28), 111/1993 (op. 36).
VII/1993 (op. 51). Productor; Gerd Berg.
Ingeniero: Hartwig Paulsen.
De Max Bruch se recuerda prin-
cipalmente su Pnmer Concierto
paro wolíh. op 26. Sinceramente,
no creo que la situación cambie en mucho
tiempo. La integral sinfónica de Masur y la
Gewandhaus, aparecida hace aproximada-
mente un lustro, me dejó con una duda de
la que ahora viene a sacarme esta de Con-
lon al frente de la orquesta en que reciente-
mente ha sucedido a Günter Wand: las tres
sinfonías de Bruch no tienen remedio, al
menos consideradas en y por sí mismas.
Otra cosa es que anime al oyente un interés
musicológico por conocer el valle que sepa-
ra las cumbres de Mendelssohn y Brahms.
por un lado, y Bruckner. por otro. Sobre
todo huellas de los dos primeros, pero tam-
bién premoniciones del último, encontrará
aquí a mansalva, claro que en un nivel de re-
alización tan precario que, repito, acaso sólo
los estudiosos del tema sean capaces de to-
lerar. En cuanto a interpretaciones, Conlon
me gusta más que Masur: es más flexible, se
cree más - o disimula mejor que se cree- lo
que hace, subraya con trazo más grueso los
acentos dinámicos y los giros agógicos. y en
definitiva, sin contar con un sonido tan es-
plendoroso como el de la Gewandhaus,
sirve mejor esta música de aspiraciones tan
nobles como pobres logros, Ahora bien, si la
cantidad importa, Masur añadía las Danzas
suecos a un segundo disco (Sinfonía n° 3)
que aquí queda muy corto.
A.B.M.
CAGE: Roúratono. Realización electróni- como son el flautista Peter-Lukas Graf y el gui-
ca: John Cage, John Fullemann. WERGO 286
303-2. ADD. 74'33". Producción: WDR,
SDR. Asistencia técnica: IRCAM, 1979. Dis-
tribuidor Drverdi.
La segunda entrega del extraordi-
nario cicío discográfico Ar; Acústi- terpretación que ofrecen los músicos citados.
co es un acontecimiento. Recoge
nada menos que el montaje sonoro que John
Cage efectuara en 1979 sobre el finnegon's
Woíce de James Joyce. Aunque ya primorosa-
mente edrtado con antenoridad por la casa
americana Mode, Wergo no desaprovecha la
oportunidad de devolver al mercado fonográfi-
co esta auténtica perla del catálogo cageano,
una de las más ambiciosas y fascinantes crea-
ciones que nos haya legado el arte acústico.
Klaus Schóning, el coordinador de la sene
y, por cierto, colaborador del mismo Cage
en la elaboración de Roaratono. defiende en
el libreto que acompaña a este disco las in-
tenciones que mueven a la WDR y a Wergo
a un proyecto que. con el nombre de Ars
acústico, pretende acoger todas aquellas
en los últimos decenios y grabadas en parti-
cular por la emisora WDR de Colonia», El
arte acústico, sin duda género musical indele-
ble a los procedimientos electroacústicos y.
sonora, la música concreta, los ruidos de la
naturaleza y de la civilización moderna).
Fundada en los principios del Budismo
Zen, Roorotorio es una expenencia totalizado-
ra en la que la música y la poesía, la recitación
oral y el montaje electroacústico conforman
una cosmología atravesada por voces huma-
nas, sonidos naturales, ruidos del entorno
rural y urbano, cantos populares y citas musi-
cales. Cage elabora Roaratono a base de «me-
sostics» (acrósticos del nombre de James
Joyce) a partir de fragmentos del Finnegon's.
El resultado es un compendio de todos los
sonidos pertenecientes a los lugares citados o
imaginados en su libro por Joyce. El monu-
mental ensamblaje sonoro opera en la escu-
cha como un universo sin principio ni fin, Al
igual que Rnnegan's, la pieza musical Roarato-
no Se concibe como un ciclo, un continuo y, a
la vez que el libro, la música no posee unidi-
reccionalidad alguna, Cada palabra contiene
en sí misma múltiples palabras. Cada sonido,
multitud de sonidos. Cage deja que el libro
nos enseñe su música -la del canto popular
iriandés, la de las campanas, el agua, el fuego
y los pájaros-. La voz dulce y melodiosa de
Cage nos hace participar del misterio de la
palabra, palabra y sonido múltiple, del gran
circo que es Finnegon's Wafce.
F.R.
CARULU: Seis Sonoros poro flauta y gui-
tarra. Op. 109- Peter-Lukas Graf, flauta;
Konrad Ragossing, guitarra. CLAVES CD
50-8304. 44'54".
Interesante música la de Ferdi-
nando Carulli, que junto a
Mauro Giuliam constituye una
de las columnas básicas y fundamentales del
clasicismo para guitarra-
Dos intérpretes realmente interesantes
tarrista Konrad Ragossing nos ofrecen Seis Sono-
ras, Op. 109 para flauta y guitarra de dicho Giu-
liani, páginas llenas de tranquilidad, reposo sin
aparente turbulencia ni dramatismo que conlle-
van, asimismo, la creación de una esfera de paz.
Dichas caracten'sticas naturales en la crea-
ción musical de Carulli se refuerzan por la in-
Coordinación, equilibrio, ajuste musical conlle-
van un sonido ágil y fresco que se a|usta. per-
fectamente, a la naturaleza musical de Carulli.
Disco recomendable para los guitarristas
incondicionales y también para los amantes
del tardío clasicismo del siglo XX.
O.P.T.
CHAIKOVSKI: Los estaciones, Op. 37b.
Sonata para piano en sol mayor Op. 37. An-
DISCOS
gela Brownbridge, piano. UNITED 88008.
DDD. 70'40". Productor: Mark Brown. In-
geniero: Antany Howell.
Brownbridge interpreta con
cierta rutina las miniaturas de
Los estaciones, y su versión re-
sulta más ligera y superficial que la de Arty-
miw (Chandos). y se encuentra lejos, muy
lejos, de la poética expresividad de Richter
(Olympia, lamentablemente sólo una selec-
ción), que se recrea en cada nota. Basta es-
cuchar Mayo en unas y otras manos para
apreciar la diferencia entre lo simplemente
correcto y lo notable (Artymiw) o excepcio-
nal (Richter). Algo parecido ocurre en junio,
donde Brownbridge. más vivo el lempo
-como en las demás piezas- ofrece una ver-
sión mucho menos depurada y lírica, a años
luz de la exquisita recreación de Rjchter, de
una belleza inalcanzable.
La Sonoro del compositor ruso no se ha
asentado en el repertono, y ello no puede
extrañar. La obra se antoja pretenciosa,
grandilocuente y desmelenada -especial-
mente en un primer tiempo asaz perverso-,
y Brownbridge no hace demasiado por con-
vertimos a la causa de una partitura tan es-
pectacular y efectista como escasamente
convincente.
La toma sonora mantiene el mismo tono
de gris corrección que la parte musical. Un
disco, en fin, que no pasará a la historia.
R.O.B.
CHAIKOVSKI: Evgení Onegin. [Cantada
en inglés]. Kiri Te Kanawa (Tatiana). Tho-
mas Hampson (Onegin), Neil Rosenshein
(Lenski), Patricia Bardon (Olga), John Con-
nell (Gremin). Coro y Orquesta de la
Welsh National Opera. Director: Sir Char-
les Mackerras. 2 CD EMI CDS 5 55004 2.
DDD, 141'17". Grabación: Swansea, VI-
VII/1992. Productor: John Fraser. Ingenie-
ro: Mark Vigars.
Escuchar este Onegin ai mismo
tiempo que nos llega el del Bols-
hoi de 1936 es el colmo, La
edulcoración, el ablandamiento de esta par-
titura en los últimos tiempos se nos ha ido
haciendo evidente al revisar registros como
el de Jaikin de 1956 (también Bolshoi), que
era todo lo contrario en su delicado lirismo.
Una lectura como la de Bichkov nos parecía
adecuada sólo después de lo perpetrado
por Levin. Y no teníamos más remedio que
considerarnos afortunados con Rostropo-
vich, Al tiempo que le agradecíamos a Solti
los servicios prestados en años de vacío.
Pero ya es hora de poner las cosas en su
sitio, y este grave error de Maclcerras nos
parece un exceso. El gran director australia-
no está tan brillante como siempre, pero
más superficial que nunca. Su amor por el
repertorio eslavo ha tocado en hueso en
esta ocasión. No se reconoce en ningún
momento al aristado recreador de janácek y
de Martinu. Su versión es más propia de My
fair bdy que de una de las óperas más bellas
del repertorio ruso. Y creo que ello no se
debe sólo a que esté cantada en inglés, aun-
que eso lo empeora todo
En cuanto a los cantantes, mejor seria no
SCHERZO 63
 DISCOS
referirse a ellos, pero no hay más remedio.
Es patético escucharle a Rosenshein el ano-
so del dúo del primer acto o el aria de la es-
cena del duelo: incapacidad vocal, ausencia
de lirismo, trucos venstas... Parece ereerse
el Hermann de Lo doma de picas, pero se
queda en Broadway. Algo parecido le suce-
de a Connell con su Gremin. uno de los pa-
peles más nobles de las óperas de Chaikovs-
ki. Gedda, que fue tardío Lenski con Chaka-
rov. sale con arte del cometido, insignificante
para un cantante de su trayectoria, del famo-
so monsieur Triquet
El idioma molesta a la Tatiana de Kiri.
que hace lo que puede, pero que se queda
en la ya educada y refinada protagonista de
aquella opereta, que ha grabado hace años,
y muy bien, más que en el complejo perso-
naje de Pushkin y Chaikovski: Kiri era dema-
siado para la pobre música de la opereta, y
resulta insuficiente para dar una Tatiana bn-
toh, y eso se demuestra, cómo no, en la es-
cena de la carta, en que Km está a mitad de
camino entre la picardía de Marenka en Lo
nwia vendida y la buena voluntad de Minnie
en Siete novios para siete hermanos. No obs-
tante, Kin y Hampson. en Onegin. salen
mejor parados del naufragio, siquiera relati-
vamente Hampson le echa un discreto y
viril rapapolvo a su cursi oponente, pero sin
acabar de creérselo demasiado. Y se mues-
tra inmotivadamente desesperado en la es-
cenita final. Más auténtica nos parece la Olga
de Patricia Bandon.
En cualquier caso. Onegin no se mantie-
ne nunca con un director que en esos mo-
mentos dinja opereta y con unos cantantes
en este plan, todos fuera de estilo, en espe-
cial ese desdichado Lenski: papel que. con
Tatiana, es el auténtico protagonista de la
obra, como todo el mundo sabe.
S.M.B.
CHOPIN: Aneante spionato y gran polo-
nesa en mi bemol mayor Op. 22. 2 Polonesas
Op. 26. 2 Po/onesas Op. 40. Polonesas en fa
sostenido menor Op. 44, la bemol mayor Op.
53, y la bemol mayor Op. 61 «Polonesa-Fanta-
sía». 3 Polonesas Op. 71 (n° 3 en dos versio-
nes, manuscrito original y Fontana). Polonesas
en sol menor si bemol mayor, la bemol mayor, plan «usted tiene ojos de mujer fatal» y
sol sostenido menor, si bemol menor y sol
bemol mayor. Op. post Marcho ftinebre en do
menor Op. 72, n° 2 (versiones de Efcier. Fonta- contiene una correcta versión de la Sonólo
na y Conche) Carien Katsaris, piano. 2 CD
SONY S2K 53 967. DDD. 7T32" y 6^39".
Grabación: Hamburgo, 111/1993. Productor
Sid McLauchlan. Ingeniero: Pauline Heister.
Este volumen del presunto inte-
gral que Katsans está llevando a queza
cabo de la obra de Chopin, pri-
mero que llega a las manos de quien esto
firma, no augura, la verdad, cosas demasiado
prometedoras. Katsaris se produce con no-
table técnica y cristalina articulación, con un que no es de las que engancha al oyente.
mecanismo más que notable y una capaci-
dad de matización aceptable, aunque lejos
de lo deslumbrante, Sin embargo, su Cho-
pin, al menos éste de las Polonesas, se ve en
buena medida malogrado por una aproxi-
mación que contiene buenas dosis de extra-
vagancia. No es que Katsaris emplee con
más o menos generosidad el ruboto, sino
64 SCHERZO
que éste carece de la fluidez y naturalidad
necesanas. El fraseo es, en demasiadas oca-
siones, trompicado, como a empujones. Los
orones y frenazos en el lempo son excesiva-
mente abruptos y exagerados, por lo que
tienden a romper la unidad del discurso y a
distraer la atención del oyente. Ello, a la
larga termina por resultar irritante en extre-
mo, Por otra parte, uno echa de menos el
refinamiento sonoro de un Zimerman (su
Andonte spionoto y gran polonesa brillóme,
elegante y grandioso, está a años luz del que
se nos ofrece en el disco objeto de este co-
mentario, efectista y muy poco convincente)
o la personalidad —todo lo peculiar que se
quiera, pero que al menos dota de una co-
herencia interna a su exposición de la que
parece carecer Katsans- de Pogorelich, por
no hablar del imponente poderío y solidez
constructiva de Pollini o de la magistral lumi-
nosidad de Rubinstein. Para las Polonesas
más conocidas (que en el presente volumen
están incluidas en el pnmer disco), en suma,
no lo dude: Pollini (DG) entre los más mo-
dernos, y Rubinstein (RCA) entre los clási-
cos. Los muy interesados en el compositor
polaco pueden tener especial interés en las
obras menos interpretadas -lo que por otra
parte no es de extrañar, porque distan de la
madurez de las otras- que ocupan aquí el
segundo disco del álbum. En caso de desear
una integral, Ashkenazi (Oecca) ofrece sin
lugar a dudas una interpretación más cohe-
rente, fluida e idiomática que la de Katsaris.
Toma de sonido limpia y con presencia, aun-
que algunos ruidos mecánicos resultan un
tanto molestos más de una vez. y deberían
haber sido eliminados.
R.O.B.
CHOPiN: Sonata para violonchelo y piano jugo expresivo, por ejemplo, a los primeros
en sol menor Op. 65. FRANCK: Sonólo para
chelo y piano en la menor Ofra Harnoy,
chelo; Cyprien Katsaris, piano. RCA 9026
61818 2. DDD. S6'27". Grabación: Toron-
to, 111/1992. Productor: Jacob Harnoy.
La chelista israelí Ofra Hamoy
gusta, al parecer, de portadas
perversas para sus discos, en
todas esas cosas. No es éste la excepción.
Pero aparte la repelente portada, el disco
de Chopin, que sin embargo se encuentra
lejos de la intensidad que consiguen Rostro-
povich y Argerich (DG), cuya grabación,
pese a ser mucho más antigua, tiene una re-
lación entre los instrumentos más equilibra-
da, Harnoy no posee ni el sonido, ni la n- Cleves); Mario Leonardi, tenor (Conté di
expresiva, ni la gracia en el fraseo -es- San Malgrino). Coro Cilea. Orquesta Filar-
cúchese el Scherzo- de Rostropovich. Katsa- mónica Italiana. Director: Massimo de Ber-
ris, además de quedar en segundo plano, co- nart, 2 CD B O N G I O V A N N I 2117/8.
labora con tanta corrección como asepsia. DDD. 72'33" y 56'24". Grabación: (en
En fin, una versión que no está mal. pero
El firmante de estas líneas no se encuen-
tra entre los entusiastas de la transcripción
que Jules Delsart efectuara en 1906 para
chelo de la Sonólo poro violin y piano de
César Franck. declarándose ferviente parti-
dario del original. Dicho esto, hay que apun-
tar parámetros similares a los expresados
con ocasión de la obra de Chopin: buena
técnica de ambos, conecta matización -es-
pecialmente afortunado el Recitativo-Fanta-
sía- pero escasa convicción y grandeur en el
Allegro poco mosso final, que queda un
tanto alicaído.
En fin, portadas vampirescas aparte, no
pasará a la historia.
R.O.B.
CHOPIN: Concierto pora plono y orques-
to n° I. en mi menor op. 11. Concierto para
piano y orquesta n° 2, en fa menor, op. 21.
liare Laforét, piano. Orquesta Philharmo-
nia. Director: Rudolf Barshai. EMI CDC 5
55072 2. DDD. 76'47". Grabación: Lon.
dres. Vil/1991. Productor: Motohiko Naka-
da. Ingeniero: Michael Sheady.
El nombre de Marx Laforét me
era absolutamente desconocido
hasta la fecha en que oí este
disco. Ahora estoy seguro de que no lo olvi-
daré jamás, Los conciertos de Chopin deben
de constituir una de las áreas del repertorio
más próximas a la saturación de versiones
de altísima calidad objetiva, que el gusto sub-
jetivo de cada cual podrá ordenar de múlti-
ples y variadas maneras según sus preferen-
cias: de Gilels a Arrau. de Rubinstein a Pires,
o de Francois a Richter, pasando por Pollini,
Perahia, Bolet, Ashkena2¡. Zimerman, Kissin y
un larguísimo etcétera. Pues bien, Laforét ha
venido, si no a revolucionar de momento el
escalafón, sí a dar un toque de aviso de que
en un futuro no muy lejano puede ocupar
una de las primeras plazas. Para acabar de
redondear su Chopin, carece principalmente
de la experiencia y la profundidad artísticas
y. dada su juventud (juzgo por la fotografía
que ¡lustra la portada), me atrevería a decir
que incluso humanas para sacarle todo el
movimientos, tan ambivalentes y ambiguos
como son en Chopin, Su fogosidad resurta,
en cambio, ideal en los movimientos lentos,
en cuya univocidad sentimental se sumerge
de cabeza y con él a sus oyentes. Todo
desde una mecánica poderosa, con un lego-
vsstmo de increíble clandad, un sonido trans-
parente y un apoyo orquestal muy eficaz.
AB.M.
COCCIA: Corenno di Guiso. Stefeno An-
tonuccí, barítono (Enríeo di Guisa); Car-
mella Apolonio, soprano (Caterina di Cle-
ves); Nicoletta Cuento, mezzo (Arturo di
vivo) Savona, 1990. Distribuye: Diverdi.
La carrera de Coccia, napolitano
(1782-1873) se vio ensombreci-
da por las figuras mayores del
Ochocientos. Tras ser alentado por su ma-
estro Paisiello, su obra juvenil se inclinó al
género bufo, que tenía en Rossini a un pala-
dín difícil de superar. Volcado en su madurez
al género serio e histórico, se encontró en la

fatal compañía de Beltini y Donizetti. No le
faltaron años para presenciar la parábola ini-
gualable de Verdi. Tal vez ello explique la
ausencia de Catenna di Guiso (estrenada en
1833 y rehecha un par de veces) de cual-
quier escenario, desde 1842 hasta esta ex-
humación que la infatigable casa boloñesa
Bongiovanni resgistró en el teatro Chiabnera
de Savona.
Coccia se muestra como un convencio-
nal pero habilidoso urdidor de escenas, arias
y cabálelas que hacen al tópico y la brillosa
gloria del operismo italiano de su tiempo. Si
no le sobra genio, le basta artesanía sólida.
Recuperarlo nos permite ampliar ja visión
que tenemos del romanticismo musical ita-
liano, en el que no faltó un Werther coceiano
destinado, cómo no, a ser ocultado por la
partitura de Massenet
Los intérpretes, sin brillar excesivamente,
cumplen con honor. El maestro Bemart se
aplica con ciencia y cariño a esta resurrección.
B.M.
COPLAND: Obras paro piano, vol. II:
Fantosío poro piano. Dos piezas pora piano.
The Young Ptoneers. Sunday Aftemoon Mustc Chamber Orchestra de Seactle. Director:
Sentimental Melody. Dovn a Country Lañe
Night Thoughts. ín Evenmg Air. Possocaglia.
Nina Tichman, piano, WERGO WER 6212-
2. DDD. 64'45". Grabación: Munich, IV-
V/1992. Distribuidor Diverdi.
Hace unos meses comentába-
mos el primer volumen de los
dedicados por la gran pianista
Nina Tichman a la obra de Copland. Ambos
discos fueron grabados al mismo tiempo y
cada uno de ellos incluye una obra que re-
sulta especialmente significativa, que destaca su profesor como el Sésomo ábrete de la
sobre las demás por su supenor importancia
en el conjunto En este caso se trata de la
amplia Fantosío para piano de 1957, obra de
lan¿o aliento que ocupa la mitad de la dura-
ción del CD y cuya importancia es difícil de
exagerar tanto en la obra como de Copland
como en la historia de la música de los Esta- ción, de 192-4 (aunque esta versión para or-
dos Unidos en nuestro siglo. Diversas piezas
breves conviven con obras de superior pre-
tensión, como la más reciente Nigbt
Thoughts (1972), o piezas lejanas, juveniles, permite el acercamiento a los tres periodos
como la Passacaglia (1922) que demuestra compositivos de Cowell: el inicial de ruptura
el magisterio y la inspiración tempranas de
este gran compositor americano de la gene-
ración de Roy Harris, George Gershwin y
Virgil Thomson.
S.M.B.
C O P L A N D : El poní rojo. Nuestra dudad.
Sute de «Lo heredera». Música para películas.
Prame ¡otoñal (Música para la radio). Orquesta
Sinfónica de San Luís. Director Leonard Sbt-
kin. RCA 09026 61699 2. DDD. 6709". Gra-
baciones: San Luis, 1991 -1992. Productor Jay
David Saks. Ingeniero: William Hoekstra.
Así corno hay un Copland per-
fectamente recuperable, a quien
conviene considerar, fuera de
los tópicos nacionales, como un compositor
de primera -recordemos, entre otras, sus
DISCOS
canciones o piezas como Primavera apala- bibles, quiero decir, al menos con facilidad,
che. Rodeo, Quiet City o el Concierto pora cla- en una escuela o en una estética determina-
rinete- hay otro decididamente convencio- das. Tal ocurre con George Crumb (1929)
nal, atado a su sujeto con hilo más férreo, -autor de ancho predicamento por la déca-
dispensador de sus ¡deas con arreglo a plan- da de los setenta, y tres de cuyas pnmeras
teamiento; expresivos más funcionales. La obras se inspiran, por cierto, en poemas de
música para el cine - o para la radio- que es nuestro García Lorca-, al que, reconocién-
lo que este disco recoge posee esa particu- dosele una personalidad creadora original y
laridad, y aquí no llega Copland a su altura separada de cualquier vanguardia, también
de otras veces, ni siquiera uno dina que a la se le ha quendo ver influencias de carácter
altura de los grandes especialistas, léase surrealista.
Heirmann por poner un ejemplo de com- Para advertir lo muy relativo de tal ads-
positor a cuya recuperación asistimos entre cripción basta escuchar los Mofcrokosmos / y
sorprendidos y satisfechos, Aquí hay, desde II (sendas docenas de piezas de fantasía
luego, buenos momentos, sobre todo, como sobre los signos del Zodiaco), suites tan há-
siempre en el autor, en la brillantez de cier- bilmente buscadoras del efectismo directo,
tas descripciones y. aún más. en ese espíritu como apartadas de cualquier fondo estético
melancólico que a veces responde a la pro- de fuste. Sin desconocer, sea dicho esto, el
vocación del paisaje. El disco puede interesar meritorio trabajo de Groslot al piano y con
a los amantes de la música de Copland, del los efectos especiales (papel, vasos, silbidos,
cine -por Lo heredera sobre todo-, de la
voces, micrófono, etc) y por lograda que
música americana y de las curiosidades. esté técnicamente la grabación, que lo está.
Bueno, pues no está mal.
LH
LS.
CRUSELL Concierto pora dorinete n° I
COWELL: Adusíc for srrings. Nothwest en mi bemol mayor, Op. I. Gran Concierto n°
2 en fa menor, Op. 5. Concierto n" 3 en si
Alun Francis. CPO 999 222-2. D D D . bemol mayor Op. I I. Thea King, clarinete.
68'50". Grabación: Washington, 1/1993. London Symphony Orchestra. Director:
Productor Walter Gray, Ingeniero: Albert Alun Francis. HYPERION CDA 66708,
G. Swanson. Distribuidor Diverdi. D D D . 72'23". Grabación: Londres,
XI/I98I-I/I982. Ingeniero: Kenneth Wil-
Aunque sólo sea por haber kinson.
propiciado las ocurrencias esté-
ticas del John Cage más consis- Romanticismo y Clasicismo, dos
tente, ya debe darse por justificada y bien términos que la historiografía
empleada la de Henry Dixon Cowell (1897- musical suele mostrar como an-
1965). Como nos recuerda Eileen Swanson. tagónicos y radicalmente distintos, si bien
Cage había saludado las ¡deas creadoras de conciertos como los del finlandés Bemhard
Henrik Crusell (1775-1838) pueden ilustrar-
nueva música americana. Y a fe que las ma- nos nuevos planteamientos respecto de di-
nejó con aprovechamiento, comenzando -y chos términos.
no pretendo juego alguno de palabras- por En efecto, estos conciertos son paradig-
la luego multiempleada música abierta. mas de la inmensa mayoría de la música de
El presente CD se ciñe a títulos de cuer- las tres primeras décadas del siglo XIX. No
da; uno. el Ensemble que encabeza la graba- se trata aquí de ilustrar dicho periodo con
las propuestas beethovenianas o schubertia-
questa de cuerda, dulcificadora, sea de nas sino de ilustrario a través de composito-
1956) y los demás de fechas que van desde res que la misma musicología sitúa en un se-
1944 a 1960. Amplio tranco temporal, que gundo plano.
Crusell sintetiza su herencia haydniana y
mozartiana a la vez que incorpora la profun-
y experimentación: el de la influencia del fol- didad e intensidad heredada de los verdade-
klore musical, y el que combina ambos sen-
ros románticos franceses (Gosssec y Ber-
deros. Harto desilusionantes segundo y ter- ton).
cer periodos, por cierto. Solistas, conjuntos y A dicho interés histórico musical se le
director de garantía, por un lado, y técnicos suma la siempre agradable e interesante in-
de sonido de solvencia, por otro, añaden en
cualquier caso atractivo material indudable al
terpretación de Thea King (radiante, cálida y
exuberante en el sonido) acompañada de la
interés informativo del disco. London Symphony Orchestra bajo una aten-
ta y meticulosa dirección de Alun Francis.
LH.
O.P.T.
CRUMB: Makmkosmos I y II. Roben Gros-
lot, piano. VANGUARD 08 9103 71. ADD. DAUVERGNE: Les trouqueurs. opera
58'17". Productor: Rene Gailly. Ingeniero: Bou/fon. Caneen de simphonies o IV portes, op.
Gilbert Steubart. Distribuidor Diverdi. 3, n° 2 en fa mayor. Mary Saint-Palais, Sop-
hie Marin-Degor, Nicolás Rivenq, Jean-
No es desconocido para nadie Marc Salzmann. Cappella Coloniensis. Di-
que abundan en la música nor- rector: William Christie. HARMONÍA
teamericana de este siglo los MUNDI HMC 901454. DDD. Coproduc-
compositores independientes; los no ¡nscn- ción con la WDR. 7 2 ' 3 I " . Grabación:
SCHERZO 6 5
DISCOS
IX/1992. Productor: Otto Nielen. Ingenie-
ros: Werener Strasser y Gótz Biirki.
Esta operita bufa, escrita en
1753 por Antoine Dauvergne
(1713-1797) sobre libreto de
Vade, hoy poco conocida, poseyó en su
tiempo una gran importancia ya que fue el
primer intento serio de la ópera gala de
hacer frente a la ópera italiana con sus mis-
mas armas: utilizando el lenguaje desenfada-
do, simplista, lineal y llanamente melódico
del Intermezzo. Fue un episodio importante
de lo que dio en llamarse ia Querella de los
Bufones, asunto de trascendencia tanto mu-
sical como política, que había empezado jus-
tamente en aquel año, cuando se estrenó en
París Lo serva padrona de Pergolesi, que es-
tableció la rápida constitución de dos ban-
dos; el partidario del lenguaje encorsetado,
fiel a las reglas rigurosas de la tragedia lírica
francesa, y el del lenguaje libre representado
por la comedia bufa italiana, que tenía en
Rousseau a uno de sus valedores. Dauverg-
ne caled literalmente en este intermedio el
estilo y aun la propia letra de Pergolesi; algo
que se aprecia nada más escuchar unos
cuantos compases de esta farsa, en la que se
cuenta muy simplemente el deseo de dos
amigos de cambiar de novia; se han cansado
de las habituales compañeras. En la obra on-
ginal de La Fontaine el intercambio se hacía
con las esposas, pero la decencia teatral im-
ponía sus normas, El relativo embrollo da
lugar a ciertas situaciones graciosas tratadas
animadamente por la sencilla y ef caz música.
A este respecto es muy divertida el aria de
Lubm So nonchalance, en la que se encuentra
ya el germen del realismo descriptivo de la
posterior ópera cómica.
Las cuatro voces que intervienen en la
grabación de esta rareza no tienen especial
brillo, pero son adecuadas al estilo, a la inten-
ción y a la dicción. Cumplen perfectamente,
Y están atendidas desde el imaginario foso
por un sabio y conocedor William Christie,
que obtiene de los instrumentos de época
de la estupenda Cappella Coloniensis un ex-
celente partido. Gracia, claridad, estimulante
tímbrica envuelven toda la interpretación.
Cualidades que aparecen asimismo en la ver-
sión deslumbrante de ese característico Con-
cierto de sinfonías op, 3, n° 2, en ocho partes
o movimientos, una mezcla de concertó gros-
so haertdeliano y de sinfonía a lo Mannheim.
AR.
DELIBES: latiné. Ruth Weliing, soprano
(Lakmé); Alfredo Kraus, tenor (Gérald); Paul Pfch-
ka. bajo (Nilakantha); David Fiollcnvay. barítono
(Frédéric); Joyce Gerber, mazosoprano (l-btka);
Carolyne James, meaosoprano (Mas Bencon);
Hará Spacagna. soprano (Bten); Usa Karsson, so-
prano (Rose); Barry Craft, tenor (Hat|i). Coro y
Orquesta de la Dalas Ove Opera. Director Ni-
cob Resdgna 2 CD ORNAMENTI FE 106 - (1).
ADD. 135'. Grabación: (en vivo) Dalas, XI/1980.
Dótrixidor Divertí
Esta grabación en vivo enrique-
ce muy sustancial mente la dis-
cografía de esa hermosa ópera
que es Lakmé. que últimamente se progra-
ma bastante poco, después de haber gozado
66 5CHERZO
durante muchos años de la predilección del
público y de haber proporcionado a las so-
pranos ligeras grandes oportunidades de
éxito con el aria de las campanillas. Captada
en la Dallas Civic Opera hace poco más de
una década, es importante ante todo por la
presencia en el papel de Gérald dei tenor
Alfredo Kraus en la que puede considerarse
una de sus máximas creaciones. El tenor ca-
nano vuelve a demostrar su afinidad con la
ópera francesa por sentido estilístico, vocali-
dad y perfecta dicción, aspecto este último
tantas veces obviado por muchos cantantes
y que constituye un auténtico placer para el
oyente cuando se cuida hasta este grado de
auténtica exquisitez El aria del primer acto
(Preñare íe dessin) o los dúos con la protago-
nista podrían incluirse en una antología de
los mejores fragmentos de ópera francesa
en disco, y es una lástima que Alfredo Kraus
no haya encamado más a menudo este per-
sona|e, y que no haya podido imponerlo
más en los teatros. La soprano norteameri-
cana Ruth Wettmg, que en aquel momento
gozaba de su mayor salud vocal, hace una
Lakmé en la línea de las más puras sopranos
ligeras, con una voz ágil y fácil en el agudo y
la coloratura, que resulta tal ve; excesiva-
mente aniñada para la hija del brahmán. Co-
msetos comprimarios, con mención especial
para el autoritario Nilakantha de Paul Pliska,
que sabe distinguir entre su odio al extran|e-
ro invasor y el amor paternal, y destacar la
presencia de la soprano Mana Spacagna, que
más tarde probaría su sensibilidad en partes
más comprometidas. Nicola Rescigno dirige
con oficio y experiencia una excelente vela-
da preservada, una vez más. gracias a la pira-
tería. El sonido es aceptable y la presenta-
ción, por su parte, un tanto artesanal, aun-
que incluye el libreto en francés e inglés.
R.B.1.
DONIZETTI: Anna Bolena Renata Scot-
to, soprano (Anna); Samuel Ramey, bajo
(Enrico VIII); Susanne Marcee, meuosopra-
no (Giovanna); Stanley Molk. tenor (Percy);
Katherine Cleslnski, mezzosoprano (Sme-
ton). Opera de Filadelfia. Director Julius
Rudel. 2 C D LEGATO 175-2. A D D ,
75'40", 73"45". Grabación: Filadelfia, 1975.
Productor. Ed Rosen. Ingeniero: Vicent Ti-
tone. Distribuidor: Diverdi.
Es la segunda versión que nos
llega de la ópera donizettiana
cantada por Scotto La otra del
mismo año es. supuestamente, de Dallas y la
acompañan Troyanos, Gnlh y Fragello. La
edición, aunque aparecen cortes, es bastante
completa con respecto a las partituras que
en los cincuenta cantaron Callas y Gencer.
Esta edición está dominada por la presencia
de Scotto y de Ramey. La soprano sigue a
Callas al pie de la letra; sin alcanzar la estatu-
ra dramática de la griega, la italiana sobresale
en los momentos de mayor abandono lineo:
Come innocente giovane, In quelli sguordi o Al
dolce guidami, aunque es preciso achacarle
que, a veces, fuerza demasiado un instru-
mento naturalmente lírico. Ramey ya era en-
tonces un cantante de hermosísima voz y de
un estilo impecable (muy alta para bajo, muy
grave para barítono). Mezzo y tenor no
están a la altura. La Marsee aprovecha los
momentos líricos, en los dramáticos llori-
quea y exagera (dúo con Bolena); Kolk teñe
gusto (Fin aoll'eta piii teñera) y un timbre te-
noril agradable, pero le faltan medios (y no
canta, como tantos otros, su dificilísima aria
VNI tu). Rudel está en un territorio operístico
que conoce y sabe resolver bien, aunque no
tenga muchos vuelos la batuta.
F.F.
DONIZETTI: L'e/isrr d'anmre Rosanna
Carteri, soprano (Adina); Luigi Alva, tenor
(Nemorino); Rolando Panera!, barítono
(Belcore); Giuseppe Taddei, barítono (Dul-
camara). Coro y Orquesta del Teatro alia
Scala de Milán. Director: Tullio Serafín. 2
CD EMI 68003. A D D . 65'36" y 45'33".
Grabación; 1958. Edición en CD: 1993.
Todos los cantantes de esta ver-
sión responden a las exigencias
italianas de sus respectivos pa-
peles, comenzando por la Adina encantado-
ra de Rosanna Carteri. controlada en la co-
micidad y radiante en el canto. Este control
de la comicidad es un mensaje que viene del
foso, un Serafín, como se esperaba, a la altu-
ra de la situación, y atañe especialmente al
certero pero sobrio Dulcamara de Taddei,
uno de los mejores que el disco puede pre-
sentar. Pan era i compensa la incomodidad
que la parte de Belcore le produce (algo pe-
sada la voz en el canto de agilidad) con una
caracterización precisa, donde destaca como
es debido la petulancia y bravuconería del
personaje. Un poco se reduce el entusiasmo
al considerar la labor de Luigí Alva. Su Ne-
monno está muy bien cantado y. tomando
como base la archifrecuentada Furtiva lagri-
ma, pocos intérpretes (contemporáneos y
actuales) la han entendido mejor. Pero, en
general, aparte de que resulta un tanto ama-
nerado, su voz de renore di grazia no se ade-
cúa (o. por lo menos, no es lo que estamos
acostumbrados a oír) a las necesidades tím-
bncas que demanda el papel; un lineo puro,
en cuerpo y alma.
F.F.
DONIZETTI: Lucio oV Lammermoor. Mer-
cedes Caps ir, soprano (Lucia); Enzo de
Muro Lomanto, tenor (Edgardo); Eorico Mo-
linari. barítono (Enrico); SaKatore Baccaloni,
bajo (Raimondo). Orquesta y Coro del Tea-
tro alia Scala de Milán. Director: Lorenzo
Molaioli. 2 CD MYTO 2MCD 942.99. Gra-
bación: Milán, i 993. Distribuidor Diverdi.
Aplaudimos sin reservas la inicia-
tiva de Myto que nos hace llegar
en magnífico estado sonoro la
excelente Lucio del presente comentario.
La primera sorpresa es que en la época
de la grabación, propensa a efusiones vens-
tas, aquí fuera de lugar, nos encontramos
con una versión romántica y apasionada ca-
rente de cualquier efectismo y modelo de
sobriedad interpretativa.
Aparte de poder escuchar a Baccaloni
en el único papel dramático que le recuer-
 DISCOS

do, el tesoro de esta Lucia se encuentra en /ügimus». Coro de cámara de Viena. Música Cazauran. contrabajo; Bernard Balet, per-
las tres voces pnncipales del elenco, tanto Antiqua de Viena, Director: Rene Clemen- cusión. 2 CD ERATO 4509-91721-2.
por su calidad como por su escasa asistencia cic. VANGUARD The Bach Guild 08 2033 DDD. 88'. Grabaciones: 1988-93. Direc-
a los estudios de grabación. Molinan era un 71. ADD. 55*16". Distribuidor Diverdi. ción artística: Henri Dutilleux. Ingenieros:
barítono de una pieza, con una técnica de J. Dolí, J. Chatauret, G. Pezerat.
fonación de pnmer orden y una voz sonora, Más de treinta años han pasado
rotunda y de fácil agudo que le permite re- desde esta grabación de sendas Dutilleux. uno de los grandes
solver con auténtica brillantez los difíciles es- misas de Dufay y Obrecht, y, en compositores del tiempo, ha su-
collos que plantea su subvalorado papel. cierto modo, se nota. Aunque los intérpre- fndo una imagen demasiado clá-
Hasta la Callas, no se exigía de las sopra- tes se producen con notable estilo, la ver- sica; su Sonoro pora piano, contemporánea
nos coloratura el volumen que hoy se les sión da la sensación de espesura en las tex- de la Pnmera Sonata de Boulez. de obras
pide, y la Capsir no lo tiene, lo que sí tiene turas tanto vocales como instrumentales, lo para piano preparado de Cage. contiene sin
es una precisión pasmosa y una facilidad que no contribuye a la necesaria transparen- embargo las semillas de sus obras maestras,
para el registro superior hasta el mi bemol cia. El resultado es un tejido polifónico cuya ya sean orquestales o, como es el caso en
apabullante. La gran soprano catalana nos nitidez se encuentra, pese a los buenos ha- este doble CD. camerísticas: notas y armoní-
ofrece también la gloria de un timbre de ceres de Gillesberger y Clemencic. bastante as gozne, puntos de atracción ni tonales ni
mujer y no aquellos otros aniñados de un mermada, y que llega al oyente con cierta atonales, y que permiten la creación de un
atractivo considerablemente infenor. pesantez, lo que no es deseable. tiempo circular, de un tiempo proustiano; un
De Mura Lomanto quedó eclipsado por la tiempo perdido, un fluir peculiar de la materia
En definitiva un disco que debe quedar sonora extraordinariamente tratado en la
relativa brevedad de su carrera y sobre todo para los muy interesados en el devenir histó-
por ser, durante unos años, el marido de la gran estructura del Cuarteto con sus movimientos
rico de la interpretación de la música del re- separados por paréntesis sonoros, los ritmos
Totí dal Monte, pero ahora que estos datos nacimiento, Este disco es un testimonio in-
sólo ofrecen un valor anecdótico, en su Edgardo irraciono'es que encontramos en el Cuarteto
dudable de lo mucho que en este sentido ha o en las Figuras de resononcios en las cuales
y en ¡a extensa e interesante selección de arias pasado desde que se registró.
que completan este imprescindible álbum, en- los motivos son sometidos a deformaciones,
contramos un tenor lírico de voz bella, atercio- volviéndose puras irisaciones.
R.O.B.
pelada, extensa, fácil, bien enmascarada y co- Las Estrofós son un prodigio de inven-
rrectamente emitida, con una amplia variedad ción musical: un acorde gozne, creado a par-
dinámica que s bien no tiene la personalidad de tir del nombre de Paul Sacher (en su equiva-
otras, posee cualidades de sobra para merecer lencia sonora), toma una amplitud polifónica
mucha mejor fama de la que tiene. DUPARC: Lénore. Mélodies. Danse lente.
Aux étoiíes Francoise Pollet, mezio. Or- para acabar en una cita de la Música.
questa de Nancy. Director Jérome Kalten- Para la mayon'a de las obras, las interpre-
RdeC. bach. ACCORD 202832. DDD. 60'49". taciones pueden ser consideradas de refe-
Grabación: 1993. Productor e ingeniero: rencia; Genevieve Joy creó la Sonata y las
Georges Kisselhoff. Resonancias, los Sonetos y las ürociones son
una primicia discografica. David Geringas al-
DOWLAND: Lachrima? or Seoven Teares. La producción de Duparc se canza el nivel de Ivan Monighetti (CDM) en
Fretwofk Christopher Wilson, laúd. VIRGIN centra en sus melodías, que las Estro/os, en un registro menos violante,
Ventas 5 45005 2. DDp. 60'03". Grabacio- van y vienen por los programas más sognonle. Ainsí la nui! es ya un cuarteto
nes: Suffolk. XII/1987, IV/1989. Productor; de concierto. Del resto, apenas conocemos de repertorio y ha sido grabado por el Ar-
Midiólas Parker. Ingeniero: Tim Handley. nada, que no sea la extraña neurastenia que ditti y el Juilliand: el Sine Nomine tal vez no
lo mantuvo hasta la extrema vejez, pero en supere al Juilliard (CBS) en los episodios rít-
Las Lachnmm constituyen cierta- total inactividad, y la fama del proustiano micos (L/tomes, por e|emplo) o al Ardrtti en
mente la obra maestra de personaje de Vinteuil, diz que un poco pare- los gJissandi y pizzicato de UConies 2 o en los
Dowland y de todo el reperto- cido a él. efectos duster de Porenthése 4, pero sí en el
rio para conjunto de violas, La versión de clima general de tiempo congelado.
Aquí tenemos al Duparc vocal, en trans-
Fnetwork presenta una opción digna de ser cnpción para orquesta, lo cual viene bien a Un solo pero: la corta duración del
considerada al lado de la de Hespérion XX la voz de Pollet, ancha y caudalosa, neta- álbum que se hubiera podido remediar con
y Savall, sobre todo por cuanto éste inter- mente operística, que da a las páginas una la Sonatina para (lauta y piano, obra impor-
preta la obra en un orden que no es el intención dramática y que perderían concen- tante y únicamente disponible en Estados
acostumbrado. En términos de estricta reali- tración apoyadas en un mero piano. Unidos.
zación sonora, la lectura del director catalán Pero, sobre todo, es interesante el res-
cuenta con una tímbnca más punzante. El cate del poema sinfónico Lénore, de claro RE.
papel muy especial que juega aquí el laúd sesgo wagnenano, muy en la línea de la mú-
está igualmente mejor conseguido en la gra- sica francesa de obediencia germánica
bación de Hespénon XX, con un José Mi- (Franck y la Schaío Cantorum). Como propi-
guel Moreno siempre presente y de sonori- nas, dos obras breves y circunstanciales nos
dad muy rica. Fretwork sí que obtiene una DVORAK: Quinteto con piono op. S I .
demuestran que Duparc no fue sólo un MARTINU: Quinteto con piano n° 2. Peter
elocuente recreación del dolorido rnundo compositor de poemas cantados. Los con-
dowlandiano -aunque no deje Savall a este Franckl. piano. Cuarteto Lindsay. ASV
juntos de Nancy y su director, encomiable- DCA 889- DDD. 69'5I". Grabación: Bris-
respecto de ser todavía más introspectivo-, mente correctos.
pues hasta las danzas más animadas, del tipo tol, 1993. Productor: Alexander Waugh.
de The King o[ Denmarks Galiard o M. Tha- Ingeniero: Andrew Halifax.
mas Collier ftis Galiard with íwo trebles pare- BM
cen aquejadas del virus de la melancolía, Po- Es el sexto CD dedicado por el
demos entender que Fretwork ha trasladado cuarteto ündsay a músicos che-
ese sentido de la confesión íntima de Dow- cos en la serie The Boftemians. Y
land a términos musicales, en concreto por DUTILLEUX: Músico de cámara. Sonata en él aparece por fin ese enorme composi-
medio del cuidado de la dinámica y la acen-
para piano. Figuras de resonancias para dos tor que fue Bohuslav Martinu, Su Segundo
tuación ondulada. piónos. Tres Preludios para piano. Estrofas Quinteto, obra poco conocida, pero extraor-
sobre el nombre de Sacher para chelo sote. dinaria, está acoplada con el bellísimo y muy
Cuarteto paro cuerdas. Dos Sonetos de ¡eon popular Quinteto op. 81 de Dvorak. Parece
LM.M. Cossou. Las ütaciones pora oboe, úave, con- increíble que aún pueda decirse algo nuevo
trabajo y percusión. Genevieve Joy y Henri de esta obra, que ha sido grabada por mag-
Duttlíeux, pianos; David Geringas. violon- níficas formaciones, algunas ya históricas.
chelo. Cuarteto Sine Nomine. Gilíes Ca- Pero el Lindsay, con ese gran pianista -exce-
chemaille. barítono: Maurice Bourgue, lente bartókiano, por eiemplo- que es Peter
DUFAY: Aliso «Se la face ay paie». Frankl, Pera si la recreación de la obra de
OBRECHT: Miso <¡Sub tuum praesiéum con- oboe; Huguette Dreyfus, clave; Bernard

SCHERZO 67
DISCOS
Dvorak nos sorprende gratamente, la lectura
del Quinteto de Martinu nos trae una inter-
pretación llena de vida, de lirismo y de
drama contenido. Decididamente, la sene
The Bofiemions, en la que el ündsay cuenta a
menudo con el concurro de otros artistas
valiosísimos, se configura como una tunosa,
inesperada y muy bella aportación a la causa
de la música de cámara checa
S.M.B.
DVORAK: Sexteto para cuerda en la
mayor, opus 48. Quintero para cuerda en mi
bemol mayor, opus 97. Sexteto de cuerda de
Viena. EMI CDC 7 54S43 2, DDD. 66'58".
Grabación: Colegiata de Ossiach (Austria).
IV/I99I. Productor: Gerd Berg. Ingeniera:
Hartwig Paulsen.
Dos obras fuera de serie en n>
bustas versiones. El Sexteto de
cuerda de Viena, constituido en
1981, se ha adentrado en el último de los
tres Quintetos -el «Amencano»- escritos por
Dvorak y en el único Sexteto (el opus 48) del
gran camerista bohemio con cnterios muy só-
lidamente regidos. Acaso esta circunstancia
sea el origen de cierta rigidez y dureza que
perturba y desfiexibiliza el aliento lírico y fol-
clónco (desde el zíngaro hasta el eslovaco;
desde el checo hasta el indio de los Estados
Unidos) del que tan imbuidas se encuentran
estas dos páginas. La interpretación, sin em-
bargo, resulta casi irreprochable: el cuidado
de los planos, el equilibrio entre las diferentes
voces, la homogeneidad y belleza del sonido
de todos y cada uno de los instrumentistas
confieren entidad al compacto, poblado por
momentos tan bellos como el muy amencano
inicio del Quinteto (tan absolutamente próxi-
mo al ambiente de la Sinfonía del Nuevo
Mundo, creada el mismo año de 1893), el ele-
giaco y perturbador segundo movimiento del
Sexteto (Dumka) o los depurados mosaicos
constituidos por las senes de breves variacio-
nes que Dvorak incluyó en ambas obras.
j.R.
ELGAR: Concierto pora vlolin y orquesta
en si menor: Op. óf. Dmitri Sitkovetskí, vlo-
lín. Real Orquesta Filarmónica. Director:
Yehudi Menuhin. VIRGIN S 54506S 2.
DDD. 47'29". Grabación: Londres. X/1990.
Productor: Andrew Keener. Ingeniero:
Simón Rhodes.
Quien firma esta nota debe
confesar que cuanto más escu-
cha el Concierto de Elgar más le
gusta. Es una obra redonda, expresiva, emo-
cionante, con un poderío dinámico irresisti-
ble, con un grado de virtuosismo que no
agobia. Y así nada puede extrañar que las
versiones se sucedan en manos de violinistas
de distinta hornada, en los últimos meses Ac-
cando, <ang. Zuketman, Tazekawa -lástima
que siga faltando Midori- y ahora Sitkovetski.
Un intérprete éste que nunca me ha acaba-
do de convencer del todo, con un sonido
bello pero no poderoso, un punto frío, irre-
prochable en lo técnico pero corto en lo aní-
68 SCHERZO
Un nuevo Fausto
Con motivo del centenario de
la muerte de Charles Gounod,
ocurrido el pasado año, se ha
producido un renovado interés por la mú-
sica del compositor francés. Recientemen-
te apareció en el mercado discográfico una
versión de Fausto registrada por Michel
Plasson en Toulouse en 1991, con Cheryl
Studer, Richard Leech. José van Dam y
Thomas Hampson, que fue muy positiva-
mente comentada en el especial de
SCHEBZO sobre las mejores óperas en
disco compacto. Como aquélla, esta nueva
veiíión incluye también, a modo de apén-
dice, las páginas que fueron suprimidas por
el autor anteriormente al estreno de la
ópera. Después de su reciente grabación
de fiígo'etto, Cario RIZZI ha vuelto a poner-
se al frente de sus huestes de la Opera
Nacional del País de Gales, de la cual es
máximo responsable musical, y vuelve a
poner de manifestó el buen momento de
estos conjuntos titulares de uno de los tea-
tros más animados del Reino Unido. Su di-
rección posee buen espíritu teatral, con
acertada progresión del ritmo dramático.
Sin embargo, advertimos frente a la men-
cionada lectura de Plasson que no existe el
mismo entusiasmo que en aquélla. Puede
decirse que el joven maestro italiano no
cree en la obra tanto como su colega fran-
cés. En cuanto a los cantantes, debo reco-
nocer que me he llevado sorpresas muy
positivas. En primer lugar quiero destacar a
la soprano Cecilia Gasdia. en un compren-
sible propósito de cambiar las agotadoras
heroínas rossinianas por un repertono en
el que su presencia puede sorprender a al-
gunos (aunque hay que recordar que ella
fue la Juliette del propio Gounod junto a
Alfredo Kraus en el Met, y ha cantado Mi-
caela en Carmen en el Maggio Musicale
Fiorentino y Salomé en la Hérodiade de
Massenet en la Opera de Zunch). Con un
francés muy encomiable. una Margue rite
con un encanto juvenil y una frescura que
no encontrábamos desde la legendana gra-
bación de Victoria de los Angeles. Muy
gratamente me ha sorprendido también el
tenor americano Jerry Hadley. quien hace
un Faust mucho más matizado que su
mico. Pero hete aquí que al fn un disco de
este ruso acaba por convencemos, en buena
medida porque este Concierto es cosa de
dos, y la otra parte es esta vez un Menuhm
impecable -recordemos su magniTica Primera
del propio Elgar para hacemos una idea de
cómo entiende este universo-, lanzado
desde el primer compás, sabedor de que
aquí el Nobilmente de otras veces encierra,
corno se dice en la partitura, el alma de al-
guien. Su modo de negociar el Allegro inicial
es de las que cortan el aliento. Y la Royal
Philharmonic, un poco en baja forma en sus
últimas grabaciones y no digamos en los con-
ciertos en que nos ha sido dado escucharla.
se mantiene a una excelente altura. No al-
canza esta versión el fuego de la de Tazeka-
wa-Davis (RCA). que es la que uno reco-
mendaría junto a la de Zukerman-Barenboim
compatriota Richard Leech. y que ha de-
purado enormemente su fraseo y su senti-
do estilístico. Era de esperar, en cambio,
por parte de Samuel Ramey. un Mefistófe-
les de excepción, un papel que le va como
anillo al dedo y que, tarde o temprano,
había de llevar al disco en su totalidad (no
sólo sus fragmentos principales, incluidos
en su recital de arias francesas para Phi-
lips). Sin embargo, el personaje no deja de
resultar un tanto lineal, lejos de la picardía
que sabe impnmirie en la citada grabación
|osé van Dam, La Dame Marthe de Brigitte
Fassbaender es un absoluto lujo, asi como
el Siebel de Susanne Mentzer. o el Valentín
de Alexandru Agache, este último sobre
todo por la calidad de la voz. Espléndida
grabación y preciosa portada de Mariano
Fortuny.
R.B.Í.
GOUNOD: Fousí Jerry Hadley, tenor
(Faust); Cecilia Gasdia. soprano (Margue-
rite); Samuel Ramey, bajo (Méph i stop he-
les); Alexandru Agache, barítono (Valen-
tín); Susanne Mentzer, meizosoprano
{Siebel); Brigitte Fassbaender, mezzoso-
prano (Marthe): Philippe Fourcade. barí-
tono (Wagner). Coro y Orquesta de la
Welsh National Opera. Director: Cario
Rizzi. 3 CD TELDEC 4509-90B72-2.
DDD. 21 I '40". Grabación: Swansea.
Vil/1993. Productor: James Mallison. Inge-
niero: Mike Hatch.
(Sony), pero posee espíritu, exaltación.
LS.
GALUPPI: Confitebor tibí. Domine. Ampe
ofpestri aó valtem Gérard Lesne, contrate-
nor; Véronique Gens, soprano: Peter Har-
vey, bajo. II Seminario Musicale. VIRGIN
Ventas 5 45030 2- DDD. S4"28". Graba-
ción: Abadía de Saint-Amand-de-Coly,
VII/1992. Productor: Michel Bernard. Inge-
niero: Michel Pierre.
Gérard Lesne se afianza paso a
paso como uno de los grandes
contratenores de nuestra época;
además, su carrera fonográfica ahema las in-

terprelaciones de piezas fundamentales del
repertorio -Le(ons de Couperin- con los
acercamientos a compositores más o menos
olvidados, caso claro de Gatuppi. El canto de
Lesne se muestra aquí muy refinado / expre-
sivo, llamando especialmente la atención su
capacidad para las graduaciones dinámicas. Su
colaboración con la soprano Véronique Gens
en el motete Conftiebor tibí. Domine resulta
muy efectiva, de lo que es buena muestra la
conjunción intencional de ambos sobre la pa-
Secuelas de un aniversario
Sigue la racha de novedades
discográficas con música de
Grieg, cuyos 150 años cele-
brábamos el pasado. Nuevos discos, que
no música nueva, pues esta se repite con
frecuencia en la oferta, aunque síes verdad
que a través de propuestas, en algún caso,
de un interés evidente. Es lo que ocurre,
por ejemplo, con las Sonoros para violín y
piano a cargo deKcoreano Dong-Suk Kang
-firmante en Naxos de un par de excelen-
tes versiones de los conciertos para violín
y orquesta de Sibelius y Elgar- y el sueco
Roland Póntinen, Los dos se suben a la
cima de la discografía moderna al lado de
Dumay y Pires (DG) con unas versiones
virtuosístícas, suficientemente contenidas
que desmiente, a la vez, la aparente debili-
dad formal de la obras. El Stradrvanus de
Kang recorre estas piezas con inteligencia y
pasión / Póntinen asume su parte con efi-
cacia y sobrado de recursos técnicos. Oli-
vier Charlier y Brigitte Engerer no llegan a
tanto. Les falta un concepto global, una
comprensión de conjunto, lo que hace que
por momentos o no lleguen o se les vaya
un poco la mano descuidando ese lado
traidor que puede hacer de esta una músi-
ca falsamente superficial. La Tercero Soncia
es lo mejor de su disco.
Del lado de las grabaciones históricas
tres ejemplos de altura. Lo más interesante
el compacto dedicado a la música de cáma-
ra, con una versión de antología del Cuarte-
to Op. 27 a cargo del Cuarteto de Buda-
pest en una grabación de 1937. Sobran las
palabras. Qué ardor, qué empaste, qué ínti-
ma comunicación con la música y entre
ellos la de estos músicos de leyenda. La
misma en la que están Fritz Kreisler y Sergei
Rachmaninov, intensos, calurosos y vehe-
mentes. Las muestras a cargo de Mischa
Elman -una Hoja de álbum dicha con mue-
lle regodeo y Kusevitzki -Lo último primave-
ra- redondean un disco que en buena me-
dida era ya historia de la fonografía.
El dedicado a Rubinstem es un registro tí-
pico del pianista polaco, libre en su plantea-
miento, a quien no espantan los problemas
técnicos cuando la musicalidad lo salva casi
todo El casi es lo que falta justamente de
compromiso estilístico y, por qué no. de
energía. En ese sentido grabaciones moder-
nas como las de Richter (CDM). Kovacevich
(Philips) o Arrau (Philips) resultan preferi-
bles. Arto el nivel en las Rezas lincas aunque
un algo de monotonía pese mínimamente
en el conjunto. En cuanto a las voces, qué
decir. Toda una plétora de intérpretes míti-
cos y menos, presos de su época o vence-
labra «exquisita» en la sección Magna opera
Domni. A la impresión global del logro contri-
buyen destacadamente las aéreas sononda-
des del Seminario. También la labor de Peter
Harvey. un bajo de timbre algo claro, es nota-
ble, en especial por su ágil dicción en Re-
cfempüonem mis/I del Conjkebor. El otro mote-
te grabado, Ampe olpestrr ad vallem. para voz
sola, es reproducido por Lesne como una
gran escena dramática La parte central, reci-
tativo AM Quo fugio, quo vado? y ana Serení af-
dores del tiempo y con sonidos que van de
lo impresentable a lo correcto. Los mejores,
a mi modo de ver, Flagstad. Melchior y Bjo-
erling. Lo curioso, que se ofrecen cinco ver-
siones diferentes de ¡eg elsker dig. Quien
quiera acercarse a este repertono y no sea
un fanático de las voces de época debe re-
currir mejor al precioso disco de Anne Sop-
hie von Otter (DG).
LS.
GRIEG: Sonoros poro violín y piano.
Dong-Suk Kang, violln; Roland Póntinen,
piano. BIS CD-647. DDD. 69'04". Graba-
ción: Estocolmo, IX/1993. Productor Ro-
bert von Bahr. Distribuidor Diverdi.
Sonatas poro woífri y piano. Olivier Criar-
lier, violin; Brigitte Engerer, piano. HAR-
MONÍA MUNDl HMC 90 1492. («41".
Grabación: IX/1993. Productor: Jacques
Dnilón. Ingeniero: Michel Pierre.
Sonólo para violín y piano n° 3. Fritz
Kreisler, violín; Sergei Rachmanínov,
piano. Hoja de álbum. Op. 28, n° 3. Mischa
Elman, violín. Cuoneio, Op. 27. Cuarteto
de Budapest La última primavera Orques-
a Sinfónica de Boston. Director: Sergei
Kusevitzki. RCA 09026 61826 2. ADD.
Mono. 64106". Grabaciones: 1928-1950.
Concierto pora piano y orquesta. Baiada.
Op 24. Once piezas 'meas Ho¡a de álbum.
Op 28, n° 4. Artur Rubinstein, piano. Or-
questa de Filaderfia. Director Eugene Or-
mandy. RCA 09026 61883 2. A D D .
Mono. 66'42". Grabaciones: 1942-1953.
Condones. Marsh, Galli-Curci, Krog,
Schumann-Heink, Kline, Farrar, Frijsh,
Flagstad, Melchior, Bjoerling, Crooks,
Traubel, Nilsson. RCA 09026 61827 2.
ADD. 71 '42". Stereo-Mono. Grabacio-
nes: 1913-19*1.
DiSCOS
fectus mei, encuentra en el contratenor una
planificación casi operística.
EM.M.
GIORDANO: Andrea Chénier. Richard
Tucker, tenor (Andrea Chénier); Zinka Mila-
nov, soprano (Maddalena); Leonard Warren,
barítono (Gérard); Rosalind Elias, mezzo
(Bercy); Fernando Corena. bajo (Mathieu);
Alessio de Paolis, tenor (L'lncroyable); Belén
Amparan, mezio (Madelon). Coro y Or-
questa del Metropolitan. Director: Fausto
Cleva. Grabación: {en vivo) 4-1-1958. HA-
LEVY: La ¡udia (Fragmentos). Richard Tucker
(Eleazar) y Matsuko Hayashi, soprano (Ra-
chel). Coro y Orquesta. Director: Antón
Guadagno. Grabación: (en vivo) Londres,
1973. 2 CD ARKADIA 476.2. ADD. 7452"
y 70'40". Distribuidor: Oiverdi.
A veces, los compromisos co-
merciales impidieron reunir en
un estudio a elencos tap como
el presente. En aquellos años, tal vez sólo
Tebaldi y Taddei. junto a Tucker. podrían al-
canzar este nivel, sin olvidarse de Stella y
Bastianini, por ejemplo. Tucker. tras el ejem-
plo olímpico e ¡ncanjeable de Gigli. fue el
gran Chénier moderno, y hoy sería inútil
buscarle un sustituto. Corelli lo aventajaba
en nobleza de timbre, pero su canto era de
una sonoridad más monótona y un lirismo
menos trabajado. Del Monaco, desafiante y
macizo, se llevaba mal con el arte sonoro.
Tucker hace un Chénier arrobado, sol-
vente, enérgico o acanciante según los casos.
Su canto es franco e imperial: su dicción,
aunque aprendida, es límpida; su sentimenta-
lismo, convincente. La improvisación del pri-
mer acto, el dúo del segundo y todo el cua-
dro final resultan antológicos.
Milanov, ya un tanto madura (el agudo de
la romanza se queda corto, pero en el dúo
postrero se recupera con gallardía) luce su
suntuosidad vocal, su señorío, sus medias
voces y filados, su elegante proclividad a la
elegía Warren pone su órgano privilegiado al
servicio de una parte que resuefve con noble-
za y matices, más que con desgarro verista.
Por si fuera poco, al festejo auditivo que
significan tres voces tan calificadas, se añaden
(como es indispensable en esta ópera) destaca-
dos solistas en partes menores, de la que cabe
destacar la imponente viñeta de Amparan en la
vieja ciega y una gbna del compnmansmo clási-
co, De Paolis. Qeva da una lección de estilo,
equilibrio, contrastes de clima y bella sonoridad
El público, arrebatado y torero, pone el resto,
en unas tomas de ¡mpredecible eficacia.
El rescate se completa con el Eleazar de
Tucker. al final de su carrera, poco artes de
su abrupto final. La voz se ha oscurecido y
sirve de maravillas a ese papel de tenor senil
que exige la partitura de Halévy. Buen fran-
cés y quejumbres hebraicas oportunamente
distribuidas enaltecen esta despedida del
gran tenor norteamericano.
GORECKI: Smfbnío n° 2, Op. 31 «Coper-
nicana». Beato Vir, Op. 38. Emese Soós, so-
SCHERZO 69
DISCOS
prano; Tamas Altorjay, barítono. Coro
Bartók. Sinfónica Friciay. Director: Tamas
Pil. STRADIVARIUS STR 33324. DDD.
52'39". Grabación: Széged, VI/1993. Pro-
ductor: Andrés Székely. Ingeniero: Lajos
Pétervári. Distribuidor Diverdi.
GORECKI: Sonóla para dos vio/ines. Géne-
sis I. Cuartetos n's I y 2. Cuarteto de Silesia.
OLYMP1A OCD 375. DDD. 74'19". Graba-
ciones: Varsovia. Vil/1993 y 1/1994. Produc-
tores: Lech Dudzik, Gabriela Blicharz.
POLSKA! Górecki: ToCus íuus. Szyma-
nowski: Seis cornos kurpionos. Bacewici:
Cuarteto n° 3 Szamotul: Seis himnos poíocos.
Penderecki: Agnus Der Helen Miles, sopra-
no; Vernon Kirk, tenor. BBC Singers. Di-
rector: Bo Holton. Cuarteto Penderecki.
UNITED 88021. DDD. 61 "37". Grabacio-
nes: Londres. XI/1993 (en vivo) y 1/1994.
Productor: Michael Emery. Ingenieros: Alan
Driedger, James. Hamiiton.
Si la facilidad de planteamientos
de la Tercera puede suscitar
dudas sobre la capacidad como
sinfonista de Henryk Mikolaj Górecki. la de-
nominada Sinfonía «Copermcana» da al
menos testimonio del músico como dueño
de un amplio espectro de las posibilidades
orquestales. La Segunda tampoco afronta
grandes problemas formales, pero las sono-
ridades cósmicas del primer movimiento
-llevadas a una agresividad extrema en la in-
terpretación- crean una elocuente oposición
con el estatismo del segundo, en lo que es la
marcha ascensional del caos al panteísmo.
Aún más inmaterial el Beotus Wr, obra que
tal vez podría verse como la respuesta cató-
lica al misticismo sufí de la Sinfonía n° 3
«Canción de la noche» de Szymanowski. La
escritura límite para las voces causa graves
problemas de aliento al barítono sobre las
palabras «Ex audi...»
El disco Olympia recoge lo más impor-
tante que el autor ha dedicado hasta la fecha
a la música de cámara. Sus procedimientos
son aquí muy vanados, desde el movimiento
perpetuo de la Sonoto, o los ecos lejanos de
Bartók en el Cuarteto n° I, pasando por los
gfissondi xenakianos -Génesis f- o tas trata-
mientos de los instrumentos de cuerda que
remiten unas veces a Penderecki y otras a las
vanguardias occidentales, ahora yi históricas,
en su traspaso de los límites de la produc-
ción del sonido para abarcar el ruido. La es-
critura repetitiva -Deciso del Cuarteto n° 2-
enlaza con el Górecki de la Tercero.
Menos coherente el disco United, que
coloca juntos a músicos polacos vivos y uno
del siglo XVI, Szamotul. que ciertamente los
intérpretes hacen sonar como si fuera del
XX. Desde luego. Totus futís es obra sencilla
no exenta de esa expresividad que se en-
cuentra también en el Agnus Dei de Pende-
recki. Los Conros fcurpíanos muestran una
labor foklorista menor de Szymanowski y el
Cuarteto de Bacewicz un interesante ensayo
neoexpresionisU.
E.M.M.
HAENDEL: Anas Lorraine Hunt, sopra-
no y mezzo so prano. Philharmonia Baroque
Orchestra. Director: Nicholas McGegan.
HARMONÍA MUNDI HMU 907149. DDD.
70 SCHERZO
77'34". Grabaciones: U. C. Berkeley. 1989-
91. Productora: Robina G. Young. Ingenie-
ros: Hugh B. Davies, Tony Faulkner, Peter
McGrath, Brad Michel.
Recopilación de arias de Haen-
del. algunas de ellas pertene-
cientes a las grabaciones com-
pletas de Clon, Trieodoro, Susonna Eí Mesías
y otras recogidas en el disco titulado Arios
pora Ourastanti (Ottone, Ananno. Rodamisto,
Agnppina), en la voz de la cantante nortea-
mericana Lorraine Hunt, que se enfrenta a
un repertorio tanto de soprano como de
mezzo (aunque las divisiones en tesituras
aún no están tan establecidas en el barroco).
Impecable técnica, capacidad para las agilida-
des, segundad y afinación son las pnncipales
cualidades de la escuela anglosajona para la
música de este período, que es servida con
una absoluta garantía. Intachable también la
labor de la Philharmcmia Baroque Orchestra,
dirigida por ese excelente músico que es el
inglés Nicholas McGegan, y estupendas gra-
baciones. Un recital muy recomendable para
quien quiera ampliar su conocimiento de las
inagotables bellezas contenidas en la música
vocal de Haendel.
R.B.I. trumental que dirige Alessandro de Marchi.
HAENDEL: Cantatas romanos. Maria-
Cristina Kiehr, soprano. Conjunto II Tea-
t r o Armónico. Director: Alessandro de
Marchi. ACCORD 202712, D D D . 63".
Grabaciones: Poggio Mirtete, VI y X/1993.
Ingeniero: Roberto Meo.
Para Haendel, artista europeo
por excelencia, no existen ba-
rreras lingüísticas y así lo atesti- y por la coherencia con que se respeta la
gua su extensa producción en italiano, inglés,
alemán y latín. En francés, idioma que escri-
bía correctamente como revelan algunas
cartas que se han conservado, compuso la
cantata Sons y penser HVW 155. Por si ello
fuese poco, este disco recoge la cunosidad
de una obra en castellano. No se enmenderó
jomds HVW 140, «cantata spagnuola a voce
sola e chttarra» cuyo texto es de autor des-
conocido. Escrita antes del 22 de septiem-
bre de 1707 para Marghenta Durastanti y
con destino a las veladas o conversazioni del
marqués Rúspoli, se articula en dos arias da
capo separadas por un recitativo. La parte
de guitarra no ofrece particulares dificulta-
des, de modo que cabe suponer fuese desti-
nada a un diletante. Las restantes cantatas
que comprende esta grabación son en italia-
no y entre ellas se incluyen las célebres Aimi-
áa abbandonata («Dietro forme fugxi») HVW
105 y Pensieñ nottijmi di Filli («Nei daice
delí'oWio») HVW 134.
Se ha discutido mucho a propósito de
estas cantatas del supuesto italianismo de
Haendel, seguramente más aparente que
real. Cuando llegó a la península mediterrá-
nea contaba ya con un considerable bagaje
musical y dramático fruto de su formación
germánica. Allí adquinó sobre todo el refina-
miento melódico que precisaba su ideal líri-
co. Incluso se sometió con el paso del tiem-
po a un proceso de acomodación a los gus-
tos más convencionales y conformistas de la
Academia de la Arcadia. Pero en una prime-
ra etapa, vale decir hasta mediados de 1707,
su escritura es compleja y expenmental con
armonías bizarras y ritmos irregurales. Armi-
aa abbandonata. una obra de la que existe
una copia manuscrita de Bach y que se inicia
con una extensa tirada declamatoria a cargo
de una línea vocal soportada sobre dos violi-
nes arpeggiando. es una buena maestra de la
capacidad de Haendel para rehuir estereoti-
pos y fórmulas.
Entre los múltiples atractivos de estas
cantatas no es el menor el constituir un au-
téntico vivero de ideas musicales para obras
futuras. Así el ana Venir femóte de Armido
abbandonata será reutilizada en uno de los
Charutos Anlhems, The Lord ís my íight HVW
255 y en Israel en Egipto (Huí trie waters
overwbelmed). El aria Combotti e poi rfromo
de la cantata /Vientre il turto e'in furaré HVW
130 reaparece más o menos modifi cada en
iilla y en Átono (Ma quondo tornerai). Lo
mismo ocurre con los diversos números de
la cantata Tu fedef, tu costante? H V W I7[.
Una sola de sus anas, Se Imori FUS ed io, inspi-
ra sendos fragmentos de Rodrigo, Agnppino, íf
pastor fido y Tamerlano.
La versión de la soprano Maria-Cristina
Kiehr, de recursos muy limitados y parca en
iniciativas ornamentales, y del conjunto ins-
es muy íntima y camerística, lo que resulta
legítimo dado el destino para el que nacie-
ron estas obras. De todos modos, una lectu-
ra tan estilizada y hasta árida a fuerza de so-
briedad no tiene en cuenta que esas canta-
tas, al margen de fines y motivos sociales,
contienen el embrión y no sólo musical de
verdaderas escenas de ópera. Haendel pide
siempre más calor y vitalidad y un mayor
contraste dramático como demostró por
ejemplo Janet Baker en su grabación de Ar-
mida dirigida por Leppard (EMI). En resu-
men, un disco interesante por su contenido
opción elegida. Y con el aliciente de la «can-
tata spagnuola».
D.C.C.
HAENDEü Scipione. Derek Lee Ragin,
Sandrine Piau. Doris Lamprecht. Ollvier
Lallouette. Vanda Tabery. Guy Flechter.
Les Talens Lyriques. Director: Christophe
Rousset 3 CD FNAC 592245. DDD. 174'.
Grabación: París. VN/1993. Productor: Mi-
chel Bernard. Ingeniera: Madeleine Sola.
La presente es una grabación de
estudio postenor a la Interpreta-
ción, en versión de concierto,
de esta ópera haendeliana semiolvidada en
el importante Festival de música antigua de
Beaune del pasado año. La lectura es en ge-
neral de sumo interés, aunque cuente con
algunos desequilibrios vocales; tal vez lo más
significativo es su comprensión del único
sentido dramático ahora posible de una
ópera sena de semejantes características. De
este modo, los recitativos son tensos, con
intercambios apasionados entre los cantan-
tes -cuando son vanos los intervinientes- y
arias que disparan toda esa acumulación. El
par que mejor ejemplifica esto es el recitati-
vo a tres de la escena 6* del primer acto y el
aria subsiguiente de Berenice (Piau), Ragin

tiene algunas limitaciones como protagonis-
ta, con cambios de color que estropean la
homogeneidad de la voz, pero finalmente
salva la parte y se muestra especialmente
eficaz en los recitativos. La Berenice de Piau
está muy bien incorporada, contando con
momentos de gran expresividad, sobre todo
su ana doliente Un coro amante. Algo desco-
lorido el timbre de Flechter como Lelio. pa-
deciendo también dificultades de pronuncia-
ción. No le falta entendimiento del concep-
to en el ana Tullo feo la vita ¡imana -la idea
barroca del honor- al Emando de Lallouet-
te, aunque su voz esté algo corta de empa-
que y solidez. Rousset sigue con plasticidad
los necesarios cambios de significación en
sus acompañamientos, de la urgencia trágica
a la melancolía, otorgando a su orquesta un
sonido pastoso en algunos momentos, des-
tacando en otros a los violines sobre el con-
trapeso de la cuerda baja y el continuo.
LM.M.
HAYDN: Seis Cuartetos Prusianos Op. 50. ge, el de St. John's) tienen características co-
Cuarteto Salomón. 2 CD HYPERION
CDA 66821 /22. DDD. 75118", 63'20". Gra-
bación: Londres, V-VI/1990. Productor:
Arthur Johnson. Ingeniero: Keith Warren.
HAYDN: Seis Cuartetos con flauta Op 5.
Cuatro Trios Londres. Barthold Kuijken, flauta; contado con excelentes solistas instrumenta-
Marc Hantaí, flauta (Trios), Sigiswald Kuij-
ken, violín; Francois Fernandez, viola; Wie-
land Kuijken, violonchelo. 2 CD ACCENT
ACC 9283/84D. DDD. 67*46", 68'20". Gra-
bación: Haarlem, I y MI/1992. Productores e
ingenieras: Adelheid y Andreas Gkatt
El cuarteto de cuerda es un
medio sonoro inclemente, en el
que cualquier pequeña deficien-
cia se vuelve de inmediato perceptible; ocu-
rre asi con las pérdidas de segundad de la
entonación del primer violín en el Adagio
del Cuarteto en do mayor. Sin embargo, es
mucho más importante la falta de relieve del
conjunto, que no deja de poseer un cálido
timbre global. Si su Haydn no discurre por
caminos lúdicos -enfoque apreciable, por
ejemplo, en la moderación de tempo de los
finales-, ésa es una opción estética, que ade-
más defienden los músicos sacándole prove-
cho en varios momentos de los dos discos.
Especialmente atractivos resultan el carácter
otoñal del Mmueto del Cuarteto Op. 50. n° 2
y las sonoridades veladas del Allegro del
Cuarteto en re mayor, una pieza que hace de-
seable que todas las lecturas de los registros
estuvieran a esta altura.
Los discos Accent ofrecen la vertiente
menor del compositor Tanto por idioma
como por la brevedad general de los movi-
mientos, estos Cuartetos Op. 5 pertenecen al
mundo del divertimento. La flauta toma aquí
y allá un papel casi concertante -Adagio del
Cuarteto n° )-, aunque tal cosa sea a costa de
acompañamientos meramente esbozados
-Adagio del Cuarteto n" 5-; pero incluso así el
equilibno está asegurado en estas interpreta-
ciones extremadamente finas. La relación de
fuerzas cambia en los Trios, donde dos flautas
dialogan sobre un violonchelo que parece re-
miniscente del bajo continuo barroco.
LM.M.
M. HAYDN: Vísperas paro la fiesta de los
Sontos (nocentes (1793). Misa subtitulo St Le-
opoldi ¡n festo innocentium (1805). Misso
Soncü Aloysu (1777). Solistas Instrumentaos.
Coro del Trinity College, Cambridge. Di-
rector: Richard Marlow. CONIFER 75605
51220 2. DDD. 75*59". Grabación: Capilla
del Trinity College. Cambridge, Vil/1993.
Productor: Morten Winding. Ingeniero:
Andrew Hallrfax.
Pocas oportunidades hay de cn-
ticar grabaciones de Michael
Haydn. eclipsado por su herma-
no Joseph ¡y a la vez seguramente recorda-
do gracias al mismo). Ésta, dedicada a la fies-
ta de los Inocentes con diversas obras de
música religiosa, se escucha con mucho
gusto: se trata de obras sencillas, de melodí-
as muy agradables, cercanas en finalidad y
ambiente a las misas salzburguesas de Mo-
zart. Las voces blancas del coro del Trinity
les van estupendamente, pues el director ha
optado por conjuntos no demasiado gran-
des, y los solistas son miembros del conjun-
to. Los mejores coros de la Universidad de
Cambndge (el presente, el del King's Colle-
munes: perfecta entonación, clandad en el
fraseo, pronunciación clara. La dirección de
Marlow ha optado por la mejor vía: ofrecer
un fraseo alegre, ligero... y también respe-
tuoso con la inspiración litúrgica. Para ello ha
les (como Simón Standage al violín). El soni-
do está bien equilibrado: presencia adecua-
da, mitiga un tanto la reverberación de la ca-
pilla del College. y se escuchan todas las
voces a la perfección.
S.&.S.
HENRY: Lo ville. Die Stodt. Realización
electrónica: Pierre Henry. WERGO 286
301-2. D D D . 65'48". Productor: WDR.
Versión: Studio SON/RE, París, 1991. Inge-
niero: Bemadette Mangin.
Coincide en el mercado fono-
gráfico la edición de dos discos
que toman el ambiente genera-
do por la gran ciudad como material sonoro
de partida para la elaboración de sendas
obras musicales. Una es la espectacular Sha-
dow de Heiner Goebbels (ECM) y la otra es
esta primera muestra del interesantísimo
proyecto que inicia el sello Wergo con el
nombre de Ars Acústica: La vilJe. Die Stodt de
Pierre Henry. Si Boston era la ciudad que
Goebbels elegía como referencia para su
mosaico fonético-electroacústico. Henry
toma la que, según sus mismas palabras, es
la ciudad por excelencia; París. Henry no
trata su obra como si de una documenta-
ción acústica se tratara sino, antes al contra-
rio, y ahí reside su enorme logro, intenta re-
crear y reconstruir todos los ruidos que con-
forman nuestro entornó. Henry no reprodu-
ce, sino que aporta una visión absolutamen-
te musical a cada uno de los motivos sono-
ros elegidos. La ciudad, en sus manos, se
convierte en un enorme puzzle y. a la mane-
ra de una gran partitura viva, dispone técni-
cas y desarrollos musicales a unas fuentes
sonoras que no por conocidas y triviales re-
DISCOS
surtan menos fascinantes en la escucha: Eveil
(extraordmano empleo de una pared sonoro
como fondo a los ruidos de la vida cotidia-
na). Trofic (ingeniosísimo uso de superposi-
ciones de los sonidos vomitados por el tráfi-
co de la gran ciudad), Penduíes (juego pre-
ciosista que combina el tempo de los relojes
con el llanto de unos niños). Hay en esta
profunda y detenida escucha del entorno ur-
bano y familiar por parte de Henry una pos-
tura evidente de ironía, de juego con el que
nos invita a tomar conciencia de la simplici-
dad, del maqumismo y las reglas que domi-
nan nuestros actos más cotidianos. El fragor
de la ciudad percibido desde una gran dis-
tancia en el temrta de cierre de este ciclo,
Lointain, donde los sonidos aparecen tamiza-
dos, lejanas, es un espléndido broche a una
obra tan particular como estimulante.
F.R.
HERRMANN: Weífes roises Kone. B dia-
blo y Daniel Webster. Obsession. Orquesta Fi-
larmónica de Londres. Orquesta Filarmóni-
ca Nacional. Director: Bernard Herrmann.
UNIKORN KANCHANA UKCD 206S.
ADD. 76'16" Grabaciones: Londres, 1967-
1975. Productor: Christopher Palmer. In-
geniero: Bob Auger.
Sexto disco de la serie que la
firma inglesa Unikom Kanchana
está dedicando a la obra de Ber-
nard Herrmann. Y nueva muestra del talento
de este magnifico músico de películas que
no se conformaba con el servicio directo a
unas imágenes que le servían de pretexto.
Su música para el cine muestra una seguri-
dad plena en el efecto oportuno, una certe-
ra comprensión del clima no ya al que sirve
sino que crea, y un dominio absoluto de la
forma orquestal. Aquí todo ello se com-
prueba en su divertimento Welles raises
Kane, que toma temas de Ciudadano Kane y
de Eí esplendor de tos Amberson. en la surte
extraída de B dioblo y Daniel Websier -todo
un estudio de climas diversos, de lo omino-
so a lo grotesco- y en Obsesión, una de sus
obras maestras, cuya conclusión llegó real-
mente a obsesionar al compositor en este
que habría de ser su penúltimo trabajo. Las
interpretaciones son en los tres casos sober-
bias, y el disco plenamente recomendable
no sólo a los amantes de la música de pelí-
culas, pues aquí Herrmann, como tantas
veces, sabe hacer pedazos los límites.
LS.
HOWELLS: Canciones. Lynne Dawson,
soprano; Catherine Pierard, soprano; John
Mark Ainsley, tenor; Benjamín Luxon, barí-
tono; Julius Drake, piano. 2 CD CHAN-
DOS CHAN 9185/6. DDD. \5TW. Gra-
bación: Londres, IX/1992. Productor: Tim
H and ley. Ingeniero: Ben Connellan.
El británico Herbert Howells
(1892-1983) fue ante todo un
compositor de música vocal, La
mayor parte de su producción está formada
SCHERZO 71
 DISCOS
por canciones, tanto para solistas como para
conjunto, aunque prácticamente la mitad de
la misma permaneció médrta. Esto se debe al
hecho de que escribía sus canciones para su
satisfacción personal Tal es el caso de la co-
lección más amplia que incluye este álbum, A
Garland for de la More (Una guirnalda para
de la Mare), sobre textos de su amigo, el
poeta Walter de la Mare, de origen celta,
que supone sin duda uno de los ciclos más
importantes de la música vocal inglesa del
siglo XX. como queda manifiesto en el pre-
sente registro. Howells escribió canciones a
lo largo de toda su vida, y aunque en sus pn-
meras obras no encontramos elementos es-
pecialmente innovadores sí puede apreciarse
una evidente pertenencia a la mejor tradi-
ción linca de su pai's. junto a un entrañable
recurso a ía canción infantil. Sucesivamente
su lenguaje iría adquiriendo una mayor iden-
tidad expresiva y armónica, con rasgos de un
enorme poder de sugestión. La firma Chan-
dos ha realizado un importante trabajo con
ía edición completa de sus canciones, y lo ha
hecho poniendo un enorme cuidado al con-
fiar la interpretación a cuatro de los cantan-
tes ingleses más cualificados para este reper-
torio. Tanto las sopranos Lynne Dawson
(ésta con un especial encanto, que recuerda
algo a Fredenca von Stade) y Catherine Píe-
rard como el tenor John Mark Ainsley
ponen sumo cuidado en servir estas páginas
sin que su magia algo irreal se pierda, y el
barítono Benjamin Luxon es un veterano de
estas lides, como ya ha tenido muchas oca-
siones de demostrar, y que tiene momentos
de mucha carga irónica. Con la ayuda del
impecable pianista Julíus Drake (y de una
magnífica grabación), los cuatro nos sumer-
gen en un atractivo mundo a descubrir.
RB.Í.
JOPLIN: Piezas para dave. Elisabcth
Chojnacka, clave. AUVIDIS V 4704. DDD.
S4'I3". Grabación: Poissy. IX/1993. Inge-
nieros: Jean-Marc Laisné (Amati) y Francois
Brillet
Franck Mallet cuenta en la car-
petilla que la davecinista france-
sa de origen polaco Elisabeth
Chojnacka (Varsovia, 1939) oyó por vez pri-
mera rogtimes de Scott Joplin al clave tocado
por un pastor religioso en un vie|o disco traí-
do de los Estados Unidos y titulado Rogtime
on Harpslchord. Para la inmensa mayoría, el
disco que ahora comentamos será a buen
seguro su primera oportunidad de oír música
de joplin al clave. La idea puede parecer des-
cabellada, y cuando suenan las primeras
notas, uno puede perfectamente imaginarse
la estupefacción de los espectadores cuando
en 1979 Chojnacka se decidió por fin a tocar
en público una de estas piezas como insos-
pechado encoré de uno de sus programas
convencionales, pero el expenmento funcio-
na Únicamente a quien no sienta interés ni
por el rogtime ni por el clave, es posible que
este disco le sobre. Los demás se lo pasarán
en grande con él: los unos por la sorpren-
dente ampliación de repertorio y perspecti-
vas que le abre al instrumento; los otros por
lo cómoda que esta música escrita para el
piano se siente en el clave. Como también
72 SCHEBZO
dice Franck Mallet quizá aquí encuentre jo-
plin su instrumento soñado de ritmo y per-
cusión. Choinacka. sobrada de medios técni-
cos, evita la sensación de pianola mecánica
mediante constantes variaciones en fraseos y
registros. Entretenimiento garantizado.
A.5.M.
KODALY: Cuortetos de cuerda n°s I y 2
Gamtte pora (res vioJines y violonchelo. Cuar-
teto Kontra. BIS 564. DDD. 64'31" Graba-
ción: Dinamarca, 1992. Productor e inge-
niero; Roben Suff.
El Cuarteto Kontra está formado
por un húngaro (que da el nom-
bre a la formación) y tres dane-
ses. Su amplio repertorio va desde lo tradicio-
nal hasta la música contemporánea, con fre-
cuentes incursiones en obras poco conocidas.
Los dos Cuartetos del húngaro Zoftán Kodály
son mucho menos interpretados que la serie
de seis compuesta por su amigo Béla Bartók.
Sea bienvenida esta interpretación que. escu-
chada varias veces, nos parece de plena ga-
rantía. El Cuarteto Kontra respeta los elemen-
tos autóctonos, de sabor popular, incluidos
por Kodály en estas dos oirás suyas de 1909
y 1918. pero los intérpretes han sabido darle
una dimensión universal, nada reñida con
tales características. La intensidad del discurso
del amplio Pnmer Cuarteto tiene su corres-
pondencia en la grácil traducción del pnmer
movimiento, Allegro, del Segundo Cuarteto,
seguida por el trascendente discurso del se-
gundo y último de esta importante obra de
cámara. Como propina, la Gavota, para tres
violines y violonchelo, una obra recuperada
de entre los papeles postumos del composi-
tor, un pequeño y hermoso rescate, Se trata
de un disco que tiene esos dos elementos
principales que pemiiten considerarlo excep-
cional: obras de gran altura poco grabadas e
interpretación virtuosa y de profunda lectura.
S.A1.8.
LALO: Namouna. GOUNOD: Mon, e<
vita (fragmento ¡udex). Filarmónica Real de
Londres. Director: Yondani Butt. ASV 878.
DDD. 5r08". Grabación: 1993. Productor
e ingeniero: Brian Culverhouse.
A pedido de la Opera parisién.
Lalo hubo de hacer Namoona en
pocos meses, en 1874, con la
ayuda de Gounod como instrumentador, a
quien dedicó la partitura. Luego extrajo dos
surtes para ser tocadas en concierto {las aquí
presentes). Olvidado en 1935, el ballet vol-
vió a los escenarios treinta años después,
gracias, sobre todo, a Serge Ufar y su Suite
en bíonc.
La historia orientalizante sirve al gusto de
Lalo por un comedido exotismo y a su reco-
nocible tendencia a colorear con bnllo su
orquesta. El trabajo de ritmos variados y al-
gunas secuencias dramáticas enriquecen lo
bonito de estas páginas. El fragmento de
oratorio gounodiano completa un acertado
cuadro de época.
Butt chino de Macao, es especialista en
esta música tardíamente romántica, consabi-
da y agradable. Su tarea de concertador es
de una alta eficacia sobre todo en equilibrio
de grupos, coloraciones timoneas y mareajes
de formas rítmicas. Después de todo, esta-
mos ante un baile y de bailar se trata. Por
contraste, su ¡udex es majestuoso y grave,
según corresponde a la aparición de Dios
como juez universal en la aparatosa evoca-
ción de Gounod.
B.M.
LAWES: Goe, lovely rose (Condones de un
caballero inglés). Nífel Rogers, tenor; Paul
O'Dette. laúd, tiorba; Francés Kelly, arpa.
VIRGIN Veritas VC 5 45004 2. DDD.
63'40". Grabación: East Woodhay, 1/1991.
Productor: John H. West. Ingenieros: Mike
Hatch, Mike Clements.
Este disco nos trae una generosa
(28) selección de canciones del
compositor británico Henry
Lawes (1596-1662). Lawes brilló muy espe-
cialmente como compositor vocal, totalizando
más de cuatrocientas las canciones salidas de
su pluma. Más próximas a la declamación mu-
sical que al ana. su música es austera pero
profundamente expresiva. La hay de todo tipo
y carácter, desde la alegre Why should only
man be oed? hasta la amarga A despoiring lover.
La voz es totai protagonista, con el acompaña-
miento de arpa laúd, tiorba o guitarra barroca
en un discretísimo segundo plano. La sencilla
belleza de esta música marca un importante
escalón en la larga tradición de la canción in-
glesa, desde Dowland a Purcell (que muy bien
podría haber firmado Cupid scorned), y que in-
cluso entra en el menos transitado y conocido
mundo de los músicos dei XVIII, por no hablar
de tas numerosísimos -y con frecuencia her-
mosísimos- anónimos.
Pocos intérpretes más adecuados para
esta bella música que Nigel Rogers, conoce-
dor como pocos del estilo y la técnica ade-
cuados, Rogers no posee -nunca lo tuvo-
un instrumento vocal de gran belleza -un
lanío nasal su timbre- ni especial amplitud
en la tesitura. Pero articula con una clandad
eictraordinaria -escúchense Loath lo depart o
A beautiful mistress-, frasea con un gusto ex-
quisito, matiza de manera extraordinaria -An
echo- y dice con irreprochable corrección
tanto en su idioma como en italiano y en es-
pañol -Lograrías que no pudieron-. La música
raramente le demanda mucho más de lo
que puede vocalmente dar. aunque cuando
lo hace parece un poco forzado -inicio de A
Divine Aterress, un poco justo el agudo, con
un paso demasiado apacenté-. Poco impor-
ta. Se puede cantar con más o mejor voz.
pero difícilmente con más gusto e idiomatis-
mo que el que Rogers demuestra aquí.
Una toma sonora impecable redondea
un disco delicioso que sin duda agradará a
los amantes de la música antigua inglesa. A
todas luces, muy recomendable,
R.O.S.
LECLAIR: Conciertos para violin Op. 7. n°
2yn° 5; Op. 10, n° I y n° 5. Collegium Mu-

sicum 90. Director y solista: Simón Standa-
ge. C H A N D O S C H A N OSSI. D D D .
62*09". Grabación; Londres. 11/1993. Inge-
niero: Richard Lee.
Muchísimas sorpresas nos
aguardan y esperan en el cons-
tante redescubran lento del Ba-
rroco francés. Ya no sólo por el encuentro
de nombres y obras que pueden sorpren-
demos por su atrevimiento o inventiva sino
también por la demostrada asunción de gé-
neros no franceses que, difícilmente, hubié-
ramos relacionado con alguna de las produc-
ciones de compositores de dicho país,
Los 4 Conciertos para wo'ín, cuerdos y bap
continuo de Jean-fiarie Leclair son un ejem-
plo, sin lugar a dudas, sorprendente. Sorpren-
dente matizable en tanto que no podemos
olvidar que Leclaír viajó por Italia y así su
producción, básicamente, instrumental respi-
ra una fuerte huella italianizante con ideas,
motivos de su propia cosecha e invención.
Dichos conceptos, aquí, perfectamente
interpretados por el Collegium 90 con
Simón Standage a su frente, muestran la
concepción musical de Leclair de esta forma
musical que sumándole la feliz interpretación
de los historicistas ingleses convierten este
CD en más que recomendable.
O.RT.
USZT: Fontcsios. paráfrasis y transcripcio-
nes de canciones e himnos nacionales. Leslie
Howard, piano. HYPERION CDA66787.
D D D . 72*47". Grabación: Londres,
IV/1993. Productor e ingeniero; Tryggvi
Trygvason.
El infatigable pianista inglés Les-
lie Howard prosigue con su gra-
bación de la integral de la músi-
ca para piano de Franz Liszt y llega aquí a los
himnos nacionales, presentándonos los pri-
meros registros discograficos de Lo Mofselle-
so o la Martha Rácókzi. Si entendemos el vir-
tuosismo algo (bastante) hueco de estas pá-
ginas situándolas en el contexto de! píanis-
mo decimonónico a la mayor gloria y luci-
miento del intérprete, no podemos menos
que rendimos ante el despliegue de toda
clase de fuegos artificiales y alardes técnicos
sobre el teclado. Al f n y al cabo, el pianista y
compositor húngaro fue un hombre que
puso en toda su música la misma pasión que
en su propia vida, y los ecos de las canciones
de su país le hacían vibrar con verdadero
entusiasmo. Ahora, Leslie Howard no trata
de disimular ese carácter grandilocuente y
altisonante, lo cual sería completamente
erróneo. Además, hay que tocar todas las
notas y él lo hace. La grabación es lo sufi-
cientemente brillante como la ocasión lo re-
quiere. Un disco curioso.
R.B.Í.
LISZT: fiopsodías húngaras. Los años de
peregrinaje Gyorgy Cziffra, piano. 4 CD.
EMI CMS 7 64882 2. ADD. 61'51", WW,
75'57", 72'22". Grabaciones; Londres,
1965 (Sonata Dante); París. 1972 a 1976.
DISCOS
Productores: Eric Macleod y N o r b e r t a finales de los 70 habían publicado con mú-
Gamsohn (Sonata Dante). Ingenieros: Paul sica de Lutoslawski. La respuesta fue rotun-
Vavasseur. Serge Rémy y Gerhardt Lehner. da: «No. La música contemporánea no inte-
resa, no vende». El tiempo, afortunadamen-
Chopin-Rubinstem; Albéniz-Ali- te, va cambiando la situación de las cosas, y
cia: Beethoven-Schnabel: Mo- si la música de la segunda mitad del Siglo
«•muño zart-Pires... No son pocos los X X no vende ahora, desgraciadamente,
binomios y clichés establecidos entre deter- como el Gregoriano o la música ligera, den-
minados intérpretes y compositores. Hubo tro de poco será ya la música del siglo pasa-
un tiempo en que uno de estos binomios do, y algún compositor quedara e interesará
era el de Liszt-Cziffra. Ahora, quizá incenti- como los de otras épocas. Los ejecutivos de
vada por su reciente muerte, EMI repesca en EMI han creado, por tanto, la colección Ma-
compacto las grabaciones que allá por los tnx pensada, según sus palabras, «para abrir
años setenta efectuara el pianista húngaro nuevos horizontes al aficionado deseoso de
de las Rapsodias húngaras y de Los años de aventurarse más allá del repertorio clásico
peregrinaje de su adorado compatriota. Son habitual».
registros que en su día marcaron época,
pero que esa cruel apisonadora que es el Es así que las obras que vienen en este
CD pertenecen a aquel cofre mítico del cual
tiempo ha ido mermando hasta reducidos a
la condición de una simple versión más. el lector encontrara referencia en el n° 3 de
SCHER2O dentro del Dosier que se le de-
Quizá injustamente, porque si bien es cierto
que después han aparecido versiones de dicó al gran músico polaco a raíz de conce-
dérsele el premio Reina Sofía La selección
muy superior reinamiento pianístico (Cziffra
era un intérprete de técnica ruda y poco de- es un poco ambigua: por un lado es excesi-
purada) no lo es menos que en estas obras, vo incluir dos obras, y no las mejores, de su
grabadas además en el mejor momento de primera época aún tradicional; las Vanaciones
su azarosa y dramática vida -conoció cárcel, sinfónicas es el resultado de sus estudios con
exilio, hambre, la muerte de su único hijo en W. Maliszewski. alumno de Rimski-Korsakov.
muy oscuras circunstancias; al final estaba y la Pnmera Sinfonía, siendo una obra muy
absolutamente alcoholizado- Cziffra respira digna que para sí quisieran muchos, la man-
y casi transpira Uszt Son visiones incandes- tenía el autor como recuerdo a su prohibi-
centes / llenas de lirismo, a veces decimo- ción por el gobierno polaco en los años 40;
pero, por otro lado, esta disposición crono-
nónico, en las que el maestro húngaro, afin-
lógica muestra de forma increíble cómo
cado desde 1956 en París y nacionalizado
francés, derrocha magia expresiva, convic- evoluciona un gerao desde posturas tradicio-
ción estética y aliento poético. Cualidades nales hasta una de las propuestas más avan-
especialmente gratificantes en un tiempo zadas de su época como fue la monumental
Smfónrb n° 2. pasando por una obra emble-
como el actual, tan re-
pleto de virtuosas pia-
nolas. A destacar una
arrebatadora Sonata
Dante, el álbum suple-
mentario Venezia e Na-
2n Concurs de Música de Cambra
poh, y, en general, los
dos compactos con la MONTSERRAT AUVEDRA
integral de las Ropso-
oVos húngaras.
J.R.
LUTOSLAWSKI:
Variaciones sinfónicas.
Sinfonía rf I Música fú-
nebre. Sinfonía n° 2.
Orquesta Sinfónica
Nacional de la Radio
Polaca. Director: W i -
told Lutoílawski. EMI
Matrix 3. C D M 5
65076 2. ADD.
70*40". Grabaciones:
Katowice. 1976-77.
Productor: D. Mot-
tley. Ingeniero: N . Inscripcions: Abans del 25 de setembre de 1994
Boyling.
Ornean: del 3 a] 6 de novembre de 1994
Orgarilza
Hace algu- Andes de les Arts i Joven luis Musicals
nos años QJ del Teaire, 2 • 08221 TERRASSA falles Occidental)
le pregun-
taba a un a(to ejecutivo U (93) 73] 22 32/785 92 31 • Fai; (93) 7316043
de la EMI España sí te-
nían la intención de Premi
publicar en CD el ma-
ravilloso álbum mono-
gráfico de 6 discos que
C A K A L7ESTALVIS DE TERRASS*
SCHER2O 73
DISCOS

mática como la Música fúnebre a la memoria ción completa (magistralmente orquestada oyorfdno, ya desde Lily Pons, y su Olympía es
de Béla Bartók. con dos fagotes y dos clarinetes), más vein- vivamente aclamada. La bellísima Risé Ste-
La interpretación, sobre todo de la Músi- tiún compases para oboe solo». Asegurando, vens hace una Giulietta sensual y con gran-
co fúnebre y de la Segundo Sinfonb. es de las por tanto, el interés de oboístas y estudiosos des dotes de seducción, muy en la línea de
mejores que se pueden encontrar en CD. La profesionales, para el resto puede ser ade- su Carmen o su Dalila, papeles en los cuales
toma de sonido y su impresión, excelentes. más un buen disco atendidas las virtudes in- destacó. Y Mildred Miller (la excelente mah-
terpretativas de un solista ágil y conocedor leriana de los ciclos de lieder con Bruno
T.G. de las medias tintas en que tan bien se de- Walter) saca un enorme partido al personaje
senvuelve su instrumento, y de la comedida travestido de Nicklausse. Opulentos y partici-
orquesta que le acompaña. Toma algo seca. pativos cora y orquesta intervienen muy
adecuadamente en estos vigorosos y teatra-
les Cuentos. En cualquier caso estamos ante
MENDELSSOHN: Líeder. Dietrich Fis- AB.A1. otra de las grandes versiones de la obra,
cher-Dieskau, barítono: Hartmut Holl,
piano. CLAVES CO 50-9009. DDD. 54'57".
Grabaciones: Berlin, VI/1989 y 111/1991. In- R.B.Í.
geniero: Teije van Geest. OFFENBACH: Les contes d7-toffrnann. Ri-
chard Tucker, tenor (Hoffmann); Roberta
Hasta el momento la última gra- Peters, soprano (Olympia); ftisé Stevens,
bación del ban'tono berlinés mezzosoprano (Giulietta); Lucine Amara, so- PENDERECKI: Concierto para violín y or-
Dietrich Fischer-Dieskau, des- prano (Antonia); Mildred Miller, mezzoso- questa. Concierto pora violonchelo y orquesta
pués del volumen dedicado a Cari Mana von prano (Nicklausse); Martial Singher, barítono n° 2. Christiane Edinger, violín; Boris Perga-
Weber. Aunque realizada hace unos años, (Lindorf, Coppélius, Dapertutto, Miracle); menschikov, violonchelo. Orquesta Sinfóni-
todavía nos presenta al insigne artista en Alessio de Paolis. tenor (Andrés, Cochenille, ca de Bamberg. Director: Krzysztof Pende-
unas condiciones muy suficientes, dedicado Pitichiracdo, Frantz). Coro y Orquesta del recki, ORFEO C 285 931 A. DDD. 74'OS".
a un autor al que ya había consagrado un Metropolitan Opera House, Director Pierre
álbum de tres discos para la firma EMI. Los Monteux. 2 CD DATUM DAT 12302. Independientemente de sus
heder de Mendelssohn contienen auténticos ADD. !40'29". Grabación: (en vivo) Nueva cambios, de sus idas y venidas
tesoros, propios de un compositor con una York, 3-X1I-I9SS. Distribuidor Diverdi. estilísticas, de sus posturas ideo-
facilidad melódica única y una especial predi- lógicas -un músico es un ciudadano libre- y
lección por el mundo de las pequeñas for- En el nD 84 de SCHERZO, co- de su posición privilegiada en el marketing
mas. Por fortuna, el cantante no repite pro- rrespondiente a mayo de 1994, musical -suerte que tiene y que comparte
grama (creo que sólo una de las veintitrés hacíamos referencia a estos con colegas de otras cuerdas-, no se le
piezas ha vuelto a ser registrada), descu- Cuentos de Hoffmann con motivo del comen- puede negar a Penderecki inteligencia, capa-
briéndonos verdaderas joyas en miniatura, tario a otra versión anterior, asimismo graba- cidad constructiva y ese envidiado secreto
desde el inicio mismo del disco, con una da en el Metropolitan de Nueva York, y ya para dar con un lenguaje que. no renuncian-
canción sobrecogedora. En cuanto a la inter- entonces hablábamos de la calidad de la que do a su inequívoco aspecto contemporáneo,
pretación, es inútil insistir una vez más en ahora se critica Si en la versión de Beecham es capaz de hacerse entender por un públi-
que, aun fatigado, no tiene posible compe- elogiábamos ante todo el excelente trabajo co amplio. Y cuando se habla de comunica-
tencia- La labor de Hartmut Holl al piano es de equipo y la magnífica labor del director in- bilidad no comparemos, por Dios, con otros
la de un fiel y sensible acompañante, y la glés, vrtalista y animada, en la presente pode- casos más bien patéticos como los que salen
grabación es excelente. No tenemos más mos disfrutar de todo el lujo de las me|Ores de la ubérrima madre minimalista variante ci-
remedio que recomendarlo: por música, producciones del Met. Es, si cabe, una ver- nematográfica, ortodoxa rusa o estonia o de
versión y sonido. sión menos idiomÓQco. pero más brillante y la línea mpo-neo-ímpresionista. Aquí hay
espectacular. (Lo de «menos idiomática» música de verdad, bien hecha, con sentido
debe tomare con cierta relatividad, puesto de la forma y con conocimiento de una tra-
R.B.I. que Pierre Monteux fue. asimismo, un gran- dición en la que se sustenta y a la que pre-
dísimo director de ópera francesa. No tene- tende servir. Y hay también algo importante:
mos más que recordar su grabación de ambición, deseo de que la obra dure.
Manon con Victoria de los Angeles), Su vi-
MOZART: Concierto para oboe y orques- sión es de una enorme teatralidad, aunque Las dos piezas que nos presenta este
ta en do mayor, K 3l4/285d Concierto para echamos en falta cierto sabor a vodevil tam- disco nos ofrecen una imagen bien definida
oboe y orquesta en fa mayor, K. 3 ¡31285c. bién presente en la obra, así como el inefable del Penderecki capaz de aliar las posibilida-
Andante en do mayor, K 3151285c. Concierto sentido del humor del maestro británico. des de la forma y del medio con un anhelo
paro oboe y orquesta en fa mayor, K. Pero la mayor diferencia recae en los cantan- de expresividad bien evidente. Ambos con-
293/416f (fragmento completado por Robert tes. Richard Tucker nunca fue un paradigma ciertos -en un solo, amplio, cambiante y
D. Levm) Ingo Gorttzki, oboe. Orquesta Fi- de refinamiento, pero sí uno de los tenores bien seguible movimiento- poseen un dra-
larmónica de Cámara Polaca. Director más expresivos, con un canto de una prodi- matismo muy personal sustentado en un dis-
Wojciech Rajski. CLAVES CD 50-9302. giosa común¡catividad, y bnnda un Hoffmann curso muy libre cuyo aparente carácter errá-
DDD. 62"49". Grabación: Gdansk. IV/1993. irresistible. Martial Singher. en esta ocasión ti- tico se va centrando a cada sucesiva audi-
Ingenieros: Malgorzata Polanska y Lech tular de tas cuatro villanos (en la anterior ver- ción. El Concierto pora violín es de 1977 y el
Tolwinski. sión los compartía con Ezio Pinza y Mack Ha- Segundo pora violonchelo de 1983, y los dos
rrel), nos ofrece un retrato más acabado de se basan en el fondo en los grandes desarro-
los mismos, y podernos apreciar la talla de llos románticos -sin olvidar lo que se les
Las tres primeras composiciones pide a los solistas-, aun a pesar de la apa-
que se oyen en este disco son este magnifico artista y educador de jóvenes
cantantes como creador de personajes. Tam- riencia de suma de elementos, Excelente
compañeras frecuentes de viaje música en ambos casos, servida, además, por
discográfico, aunque sólo la primera, e! Con- bién Alessio de Paolis se encarga ahora en
solitario de los cuatro cnados. Sin embargo, unos intérpretes de primera clase, que se
cierto K. 314, fue originalmente escrita para sienten a gusto en este universo un poco
oboe y luego adaptada para flauta, mientras es claramente el elenco femenino el que
puede inclinar la balanza a su favor (a excep- opresivo en el que les toca de vez en cuan-
que las otras dos, K. 313 y K. 285 recorrie- do abnr la ventana Un disco plenamente re-
ron el camino inverso. Como novedad se ción de la Antonia de Lucine Amara, correc-
ta pero sin el encanto de la recientemente comendable, sobre todo si no se poseen las
añade la versión completada por Robert versiones polacas, publicadas hace años por
Levm (con gran verosimilitud, por cierto) del fallecida Jarmila Novotna. a la que Femando
Fraga dedicaba un emotivo homenaje en el la firma Polskie-Nagrama en el seno de una
comienzo de un Concierto para oboe en ¡a integral dedicada al compositor y que se ve
mayor. En la carpetilla se nos informa de que n° 85 de SCHERZO). Roberta Peters. aun-
que personalmente nunca me entusiasmó, es por España de vez en cuando. En ella nos
el manuscrito original, sobre el que los ex- encontramos con la versión de Konstanty
pertos aún no se han puesto de acuerdo ni una buena representante de un tipo de colo-
ratura ligera que siempre gustó al público ne- Kulka y el autor en el Concierto paro violín,
en cuanto a fecha de composición ni en prefenble a esta de Edinger. Sin embargo la
cuanto a destino, sólo contiene «una exposi-

74 SCHERZO

presente de Pergamenschikov del Concierto
poro violonchelo n° 2 parece superior a la
que allí aparecía a cargo de Ivan Monighetti
y Antoni Wrt
LS. fectos están en el libreto, pensado para una
PENDERECKI: AnoWosis. Trenos por fas
victimas de Hiroshima Fonogrammt. De natura nos dúos y el cuarteto, existen otros monó-
sonoris n° I, Copncao. Canticum canvcorum tonos: se quiere refleiar a veces el mundo
Satomorin. De natura sonoris n" 2. B sueño de vienes y en otros las típicas heroínas pucci-
Jacob Orquesta Sinfónica Nacional de la
Radio Polaca. Director: Krzysztof Pende-
recki. EMI Matrix S. CDM 5 65077 2. ADD.
7575". Grabaciones; Katowke. 1972. 1975;
Londres, 1973. Productor: D. Mottley. In-
genieros: W. Gülich y N. Boyling.
Krzysztof Penderecki es un
compositor bastante conocido
en nuestro país. Doctor Hono-
ns Causa por la Universidad Autónoma de
Madrid, su música se programa con cierta
regularidad, Lo púsitín se ha interpretado va- de estas características necesita algo más
nas veces, y en los 70 se representó en la
Zarzuela su primera ópera Los demonios de
Loudun. Dirige regularmente orquestas na-
cionales y foráneas no sólo con su música
sino también con la del repertorio tradicio-
nal. Compositor polémico por sus vaivenes
estéticos, hombre comprometido con los
procesos políticos y religiosos de su país, in-
teligente, sabe estar siempre en el ojo del
huracán. Irrumpió en la escena internacional
a finales de los 50 con una música distinta y
personal, ecléctica en los procedimientos
pero muy comunicativa, lo que le granjeó
fuertes críticas sobre todo de los senolistas
Más tande en los cenáculos vanguardistas se
ha vapuleado ferozmente su evolución crea-
tiva, desde unos orígenes rabiosamente ex-
perimentales hasta un falso romanticismo
expresionista, justo la inversa del otro gran
compositor polaco, Lutoslawski. De su ya
largo, vanado y ¿contradictorio? proceso cre-
ativo, este disco que presenta EMI en la
nueva colección Matnx, contiene algunas de
las mejores y más famosas obras de la que. a
mi entender, es la mejor época creativa del
compositor polaco. Obras como AnoWosis.
Trenos. De natura sonons n° I, o El sueño de
Jacob, permanecerán en la histona de la mú-
sica contra viento y marea por méritos pro-
pios. Un gran disco muy recomendable al
que quiera conocer la música de este com-
positor, cuyas obras están maravillosamente
interpretadas por una orquesta conocedora
de la estética, y con una perfecta toma de
sonido.
T.G. tiene
PUCCINI: Lo rendirte. Cecilia Gasttia.
Adelina Scarabelli, Alberto Cupido, Max
Rene Cosotti y Alberto Rinatdi. Orquesta
Sinfónica y Coro de la RAÍ de Milán. Di-
rector: Gianluigi Gemetti. 2 CD FONIT
CETRA ITALIA CDC 77. AAD, Graba-
ción: I3-XI-I98I. Distribuidor; Diverdi.
Después del estreno de Manon
Lescaut la única obra de Puccini
que no ha gozado mayoritana-
mente del favor del público es Lorondíne;el
propio compositor, consciente de los resul-
tados conseguidos, seguramente la hubiera
revisado, de no haber acaecido su muerte
siete años más tarde. Una parte de los de-
opereta vienesa. que fue evolucionando
hasta una ópera-com¡qu£ la obra es bastan-
te irregular, junto a momentos de indudable
belleza, como el aria de la protagonista, algu-
nianas. lo que da una ambivalencia que impi-
de profundizar en los personajes. Cecilia
Gasdia es una cantante muy musical, con
una bella voz y dotada de una buena técnica,
pero no acaba de identificarse con el perso-
naje, que queda falto de comunicabilidad.
Adelina Scarabelli da picardía a Lisette con
una voz algo estndente. mientras que Alber-
to Cupido, que tiene una correcta línea de
canto, es algo inexpresivo y hace poco creí-
ble el personaje. Completan el reparto Al-
berto Rinaldi, con elegancia y Max Rene Co-
sotti con sentido de la intención. Una obra
que un director de oficio, para conseguir
pasar de la ligereza a la profundidad, mante-
niendo el equilibrio entre los elementos có-
micos y los dramáticos; no lo consigue Gian-
luigi Gelmetti con una versión cohesionada,
pero anodina.
AV.
PUCCINI: Fosco. Grace Moore. sopra-
no (Tosca): Jan Peerce, tenor (Cavarados-
si); La wr en ce Tibbett, barítono (Scarpía);
Sal valore Baccaloni. bajo (Sacristán). Or-
questa y Coro del Metropolitan Opera
House. Director: Cesare Sodero. Graba-
ción: (en vivo) 9-11-1946. Bonus: Lawrence
Tibbett en fragmentos de Ote I lo y Simón
Boccanegra. 2 CD MYTO 2MCD 942.98.
fosco es una obra magnífica-
mente tratada por el disco, y
tanto de tomas en estudio
como en vivo poseemos un sinfín de graba-
ciones de gran interés por su globalidad o
por alguno de los elementos. En este caso el
mayor interés se concentra en el Scarpia de
Tibbett pero sin dejar de reconocer los va-
lores artísticos del gran barítono americano
tenemos que señalar dos aspectos: en pn-
mer lugar, el sádico barón jefe de la policía
romana es un personaje que se construye y
hace grande a base de cargar de intenciona-
lidad y expresividad la infinidad de frases que
para ello; y segundo, para poder hacer
esto es imprescindible dominar el estilo de
conversación propio de Puccini en el que la
facilidad idiomática es piedra angular. Estos
aspectos quedan un poco mermados en la
interpretación del gran barítono, que por
otra parte en la fecha de la toma ya iniciaba
un cierto y lógico declive vocal.
Grace Moore ofrece una melodramática
y personal visión de Tosca acompañada por
un cálido Peerce que cumple de sobra, aun-
que se encuentra mucho más cómodo con
Verdi que con Puccini,
Lo mismo le sucede a Tibbett y de ello
se deduce que lo mejor de estos compactos
DISCOS
son los conocidísimos fragmentos de Otetío y
Simón de las integrales junto a Martinelli cuya
amplia difusión nos excusa aquí del comen-
tario reiterativo.
HdeC
PURCELL: Suite orquestal de «Diode-
sian». HAENDEL Concertó Grosso, Op. 6, n°
6 en sol menor. Cántalo «ti duello amoroso»,
HWV 82. Nancy Argenta, soprano; Michael
Chance, contratenor. Freiburger Baroc-
korchester. Director: Gottfried von der
Goltz. DEUTSCHE HARMONÍA MUNDI
05472 77295 2. DDD. 68'48".
Las orquestas históricas alemanas
aparecen en un contexto histori-
cista dominado, principalmente,
por conjuntos británicos y holandeses.
Nuevas perspectivas nos muestran estas
agrupaciones alemanas. Por una parte, hay
toda la incisividad. fuerza e, incluso, agresividad
heredada del mítico berlinés Nikolaus Har-
noncourt siendo quizás Reinhard Goebel el
hombre que más sintetiza estos epítetos. Por
otra parte, sin embargo, hay toda la riqueza
camerística. de interpretación de conjunto que
la tradición alemana tan bien conoce.
Estos dos conceptos son tas que resu-
men esta Orquesta Barroca de Friburgo que
llena de color, facilidad y fuerza estas obras
de Haendel y Purcell.
Con ellos, curiosamente, la canadiense
Nancy Argenta y el británico Michael Chan-
ce que aportan todo el sentido de declama-
ción y sentido del texto en esta primera gra-
bación de música vocal por el sello de
Deutsche Harmonía Mundi.
Buen gusto, transparencia y, sobre todo,
humanidad y personalidad son las propues-
tas de la Orquesta Barroca de Friburgo que
se muestra, así, como un importante conjun-
to historicista.
O.P.T.
PURCELL; Condones y anos. Nancy Ar-
genta, soprano; Nigel North, archilaúd, gui-
tarra barroca: Richard Boothby. viola da
gamba; Paul Nicholson, clave y órgano de
cámara. VIRGIN Ventas 5 59324 2. DDD.
74'24". Grabación: Londres, X/1992. Pro-
ductor: David R. Murray. Ingeniero: Simón
Rhodes.
Argenta sabe sacar partido a su
voz pequeña y delicada, de
modo que construye con inteli-
gencia las interpretaciones que le son posi-
bles. Así, la primera versión de O soíitude,
que inicia el programa, es la expresión de un
mundo íntimo, cuyo efecto es aumentado
por el cuidadoso punteo del laúd; la segun-
da, que cierra el disco, acompañada ahora la
cantante por una viola da gamba, marca la
distancia de la variedad expresiva de la intér-
prete. Se mueve ésta dentro de márgenes
delimitados por sus recursos, no muy exten-
sos, pero lo hace adornando aquí, dando
otra ligera pincelada allá, con lo que sus ver-
siones cobran vida. Algunas de las interpre-
taciones más conseguidas son aquéllas en
SCHERZO 75
DISCOS

que se cumple un proceso de interioriza-

ción, que afecta incluso a las piezas en prin-
cipio más exteriores. Medida ensoñación
LMM Desde su aparición hace vein-
te años esta integral ha mere-
cido diversos premios y varias
reediciones. Es ésta la segunda ocasión en
RACHMANINOV: Concierto etegwco poro la que aparece en formato CD: hace cinco
piano y orquesta en re menor, Op. %. (arr. Ko- años se editó en la sene media Maestro,
gosowski). donaciones sobre un remo de Core- de CBS. Esta reedición económica nos
\k Op. 42 (arr. Dumbraveanu). Vocaíise. Op. permite revisar una integral que se sitúa en
34 n° 14. Alan Kogosowski, piano. Orquesta la tradición de los grandes ravelianos (Per-
Sinfónica de Detroit. Director Neeme Járvi. lemuter. Francois, Meyer, Casadesus. Gie-
CHANDOS CHAN 9261. DDD. 68'44". seking) más que en la objetividad de los úl-
Grabación: Detroit, X/1993. Productores: timos tiempos. Se advierte en la propuesta
Ralph Couzens y Charles Greenwell. Inge- de Entremont un apego por el salón tar-
nieros; Dan Dene y Roben Shafer. dorromántico. Es una visión legítima, siem-
pre que no se exagere, y el sentido de la
medida de este pianista francés consiguió
Ni para los muy curiosos puede por aquel entonces una síntesis muv per-
recomendarse este disco que sonal. Está más cerca, tan vez. de quienes tegral que es la contrafigura de ésta, por su
nos ofrece arreglos orquestales interpretaban Ravel en tiempos de Ravel. fnaldad deliberada, la del pianista de origen
de obras de Rachmaninov pensadas para aunque es posible que muchos pianistas coreano (y educación occidental) Kun
otros destinos. Ponqué más que de arreglos actuales estén más cerca de ciertos soni- Woo Paik (sin las obras a cuatro manos).
se trata de verdaderos desarreglos por no dos que pretendió el compositor. Lo cual Comparar ambas puede ser muy instructi-
decir, en el caso de las Vonooones sobre un no quiere decir que los nombres arriba ci- vo. Pero habría mucho que comparar, hay
temo de Corelli, de auténticos desatinos. El tados, más Argerich, Crossley o Février, mucho buen pianismo raveliano grabado.
Trío elegiaco está, qué duda cabe, mucho entre otros muchos, hayan sido superados La integral de Entremont que ahora nos
mejor como estaba que no bajo el aspecto en calidad por la nueva homada. toca en suerte es sugestiva, bella y muy
que le otorga el señor Kogosowski, quien ha propia de cierta sensibilidad histórica.
encontrado, según se nos dice en la nota que
acompaña al disco «un campeón inmediato En Entremont hay cierto ensueño que
en el maestro Járvi», quien por ello demues- se da, sobre todo, en Gaspard, Sonatina y S.M.&.
tra un mal gusto que no se merece el com- Miroirs (y. desde luego, en Pavana y en
positor. El «arreglo» consiste en convertir el Chobner). El pianista le da una pátina ro- RAVEL: Obra completo pora piano Phi-
Trío en un Concierto para piano y orquesta en mántica al clasicismo de Le íombeau de lippe Entremont, piano. Con Denis Lee
el que el piano acompaña a la orquesta y Coupenn. pero no infla, no confunde, no en las obras a cuatro manos (Ma mere
ésta se limita a un inacabable brujuleo sacan- mixtifica. Se muestra mesuradamente arre- l'Oye y Habanera). 2 CD SONY Essential
do la cabeza aquí y allá. En las Vonociones. el bolado en los Valses nobles y senümento'es Classics SB2K S3528. D D D . I44 P 28".
director de orquesta Comeliu Dumbraveanu y, con Lee, consigue una preciosa sute de Grabación: Londres, VI/1974. Productor
se encarga de eliminar todo lo que de inten- Ma mere l'Oye. Acaba de aparecer una in- huí Mayen.
so tiene la obra onginal para piano y hacerlo
caer en las melosidades que sus detractores
achacan al compositor, trufadas aquí y allá de
vulgaridades diversas en un ejercicio de trivia-mencionado demasiado en estas páginas). nia. Director: Loris Tfetnavorian. ASV CD
lización a ultranza. Sólo la archisobada Vocali-Pero tocar el Gaspard o Valses nobles y senti- DCA 771. DDD. 7S'S2". Grabación: Yere-
se se salva del desastre. Al fin y al cabo el mentales como si fuesen piezas de bravura, van (Armenia). 1991. Productor e Ingenie-
arreglo es del propio Rachmaninov. liszteanas tal vez, o acaso emparentadas con ro: Brian Culver+iouse.
los conciertos de Chaikovski o Rachmaninov, RIMSKI-KORSAKOV: Obras orquestales.
eso nos parece demasiado. Ahí está, cree- Orquesta Filarmonía. Varios directores. 2
LS. mos, el error de concepto. El capncho viene CD EMI CZS 5680982. ADD. 75' y 73128".
dado por la especial rítmica del pianista, que Grabaciones: Londres, 1956-1963.
resulta gratuita o contraproducente, ajena, en
cualquier caso, a la sutileza de estas obras e No cesan los cuentos de ios mil
RAVEL Gaspord de la nuil Pavone pour incluso a lo que está escnto. Por eso Asbke- y una noches. El armenio Loris
une infante défunte. Valses nobles et sentimen- nazi resulta mucho más interesante en las pie- Tjeknavorian -compositor con
tales, DEBUSSY: Liste pyeuse. SCRIABIN: zas de Scnabin (recondemos su estupenda in- medio centenar de obras, entre ellas cinco
Quatre morceaux op. 56. Deux danses op. 73. tegral de las Sonatas, también en Decca), de sinfonías y dos óperas- nos ofrece una Sdie-
Óeux poémes op. 32. Quatre morceaux op. cuyo temperamento se encuentra más cerca, herazade algo más original que de costum-
51. Vladimir Ashkenazi, piano. DECCA 425 y cuyo sentido parece comprender mucho bre, más primitiva, con cierta sequedad en la
081-2. AOD y DDD. 70'56". Grabaciones: mejor. Ashkenazi es demaaado buen pianista percusión y unos contomos alejados del refi-
1965 (Debussy), 1977 (Scriabin opp. 56. 73 para que su Ravel se quede en esto. Le espe- namiento y la paleta orientalista occidental. A
y 32). 1982 (Gaspard). 1983 (Pavane. Val- ramos en otras entregas, aunque éstas no son ello contribuye la Filarmónica Armenia, con-
ses). Productor Paul Rollo. nuevas, si no desdeña el piano por una carre- junto más potente que virtuosista. Los tempí,
ra como director que no parece demasiado aceptables en los tres primeros cuadros pero
bnllante. Pero es que el mundo musical está desbocado el último. Lo más interesante del
El Ravel de Ashkenazi resulta así: hay muchos pianistas buenos, buenísimos. disco son los complementos: Skazfco op. 29 y
chocante, extraño, incluso absur- excelsos; y muy pocas batutas. En cualquier Sadko op 5. dos partituras no geniales pero sí
do. ¿Será que se enfrenta a nues- caso, este excelente bartókiano, este gran in- atractivas. Un arreglo del director de la Can-
tras manías, a una supuesta (o real) rutina de térprete de Scnabin puede, y acaso debe, aón tndra de la ópera Sodto (no de la op. 5)
ravelianos empedernidos? Diversas escuchas rectificarse a sí mismo. completa el programa.
nos llevan a creer que se trata de un error
del pianista, error que parte no de la torpeza, El álbum EMI recoge las obras más fa-
sino de la equivocación de concepto y. tam- S.M.B. mosas de Rimski en el campo orquestal:
bién, del capricho. Estamos acostumbrados a Scheherazode y Lo gran pascua rusa por
diversas interpretaciones del Ravel pianístico, Matacic -un maestro que tuvo grandes
desde el brumoso de Jos antiguos hasta la de- éxitos con nuestra orquesta Nacional diri-
cidida percutividad de los modernos, pasando giendo sinfonías de Bruckner en los sesen-
por diversos matices ¡sus nombres los hemos RIMSKI-KORSAKOV: Scheherozode.
Skazka. Sadko Orquesta Filarmónica Arme- ta-, £J vuelo del moscardón y el Capncho

76 SCHERZO

español por Cluytens, la surte de El zar Sal-
tan por Kletzki, las surtes de El gallo de oro
y La doncella de nieve por Kurtz y la ober-
tura de Lo nocfie de moyo por Silvestri. Lo
que unifica estas interpretas iones es, ade-
más del autor, la Filarmonía, orquesta
magnífica en el período de grabación
1956-63. Recuerdo que en una amplia
serie de programas que para Radio 2 reali-
cé hace unos años sobre la Orquesta Filar-
monía, me llamó la atención la calidad so-
nora de la agrupación y la excelente clase
de los registros en aquellos años. No me
es posible especificar una a una las distin-
tas obras recogidas en este álbum pero la
media es muy estimable, con una Scfiehe-
razade rutilante aunque más maciza que
poética, una Pascua rusa solemne y ritual.
un Capricho español con colorido y folclo-
rismo refinado y unas surtes de óperas de
sabor eslavo pero sin exageraciones. Un
álbum recomendable. Y una música magní-
fica. Y una gran orquesta.
CUS.
Se pretenden biensonantes
El espléndido trío Beaux Arts
nos ofrece en esta velada una
selección de tres encargos
suyos a otros tantos compositores nortea-
mericanos. Pero si las interpretaciones son
de un nivel insuperable, la música es de un
convencionalismo enfadoso, al menos en
líneas generales y con la excepción de
Rochberg, según comentamos después.
La descarada voluntad comercial o po-
pulista de las obras de Rorem y Baker tie-
nen mucho que ver con ese apuntarse al
carro de la biensonancia después de años
y años en los que se martirizó al público
con ingeniosas propuestas sin sentido esté-
tico, después de años y años en los que
quienes desconocían la solfa y la armonía
podían ejercer de compositores so capa
de vanguardia: si las reglas no existen, todo
está permitido. (Todavía pervive la maiso-
nancia, no crean, y en nuestro país, siem-
pre retrasado, manda mucho; pero ya han
levantado cabeza los otros, a menudo los
mismos, y se han puesto a hacer ejercicios
de primero de composición como si fuera
lo mds de ÍD último).
Ese apuntarse al carro carece en obras
como las dos primeras aquí reseñadas de
un planteamiento estético con raíces. Se
buscan, eso sí, falsas raíces folclóricas, que
en piezas como la de Baker (llamada preci-
samente así. Raíces, por si no nos damos
cuenta de su pretensión: ah, excusatio...!)
hacen enro|ecer. No sabemos si es cando-
roso o codicioso ese acercamiento de la
música culta a lo peor de la sensibilidad
krtsch, pero resulta deprimente escuchar a
unos maestros como este trio, ahora reno-
vado, pero siempre con el sensacional
Pressler, haciendo como si esta música
fuese realmente música.
Como ya adelantábamos, hay que
hacer una excepción en la tríada: Roch-
berg, epígono o lo que queramos, sí es un
compositor, y su Summer. 1990 es verda-
RODRIGO: l o obra completa paro guita-
rra. Marc jean-Bernard, guitarra. 2 CD
DANTE LYS D 005/6. D D D . 76*01".
79'40". Productores: jean-Louis Percot /
Bruno Saínt-Germain. Distribuidor: Diverdi,
Las integrales, hoy tan en boga,
siempre necesarias y que cum-
plen bien con el cometido his-
tórico-mu sicológico de dejar expresado el
legado completo de un compositor, tienen
también a veces un punto de dificultad cuan-
do se abordan obras que. en conjunto, difí-
cilmente pueden defenderse con propiedad,
A juicio nuestro, la obra para guitarra del
celebrado |oaquín Rodngo no alcanza cotas
importantes que consoliden al instrumento
por un lado, y al arte y la estética por otro.
Son partituras a la sazón repetitivas, de esca-
so desarrollo, poca inventiva y un folklons-
mo que se va tornando indigerible. Sus
obras, instaladas en una medianía que pode-
mos denominar rutina, semejan un muro in-
franqueable cuya opacidad salta más a las
vista, o a los oídos, cuando se pretende con-
trastarlas entre sí.
Spring Music
Works Dy Bakíf • Rochbrr^ • Rentrn
Beaux Arts Trio
dera música, aunque no sea realmente
aportadora. Es creativa, interesante, a ratos
conmovedora, tensa, inquietante, y puede
resultar bella sin necesidad de caer en las
concesiones y el convencionalismo de sus
(¿azarosos?) compañeros.
Hay un tópico terrible que es una terri-
ble verdad: no hay música de vanguardia o
música conservadora ( a estas alturas,
¡quién conserva, quién se pone en van-
guardia de qué?), sino música buena o
mala, de alto o bajo nivel, creativa o sin
creatividad, etc. etc. Hay que desenmasca-
rar trampas como las de Rorem y Baker,
que se pretenden biensonantes y sólo son
pobremente convencionales, Pero al
mismo tiempo habría que recordar que to-
davía andan por ahí muchos emigrados de
la vanguardia, que no son sus epígonos,
sino su5 rentistas.
SM.B.
ROREM: Spnng Music BAKER: Roots II.
ROCHBERG: Summer. 1990. Beaux Arts
Trio. PHILIPS 438 866-2. DDD. Graba-
ción: Suiza, VI/1993. Productor: Hein
Dekker. Ingeniero: Ko Witteveen,
DISCOS
De valor irregular, esta integral deambula
entre la apatía y el sentido demasiado
común, dejando, en conjunto, una sensación
de intrascendencia. El intérprete pone de sí
bastante pero la empresa no termina de
cuajar aun a pesar del notable entusiasmo
desplegado. La toma de sonido tampoco es
un dechado de virtudes y recuerda demasia-
do a «acabemos pronto y vamonos».
Aunque sea esta integral un documento
valorable. pensamos que aporta poco al
oyente y puede, fácilmente, saturarle a los
pocos minutos,
LM.G.
ROSSINI: Sonora paro cuerdas n° 2, enla
mayor. Sinfonía asaitta al Conventillo". Sonata
para cuerdas n° 4, en si bemol mayor. Sinfonía «d
Botogno» Sonata para cuefdas n° 5. en mi bemol
mayor. GrardQverturu Obbligata a Con!iob5assa
en ie mayor. Los Filarmónicos del Teatro Mu-
nicipal de Bolonia. Director: Ricardo Chailly.
DECCA 436 832-2. DDD. 6TW. Grabación:
Botono. VI/1991 Productor Andrew Cornall.
Ingeniero: Stanley Goodall.
Éste segundo volumen de Sono-
tos pora cuentos de Rossini llega
con un ligero retraso a las cele-
braciones por el bicentenano del nacimiento
de su autor, pero es igualmente bienvenido,
Rossini compuso las seis obras que integran
la colección a sus doce años, una edad a la
que Mozart aún no había producido nada de
tanta calidad. Que con el tiempo Rossini lle-
gase a considerarlas «horribles», diciendo
que las había compuesto en tres días para
ejecutantes mediocres -lo cual le incluía a sí
mismo-, en absoluto desmiente el encanto
de tan curiosa como bienhumorada música.
Especialmente divertida resulta la ubicación
que, por corrimiento de tesituras debido a la
ausencia de violas, acaban adoptando los
contrabajos. Las otras tres composiciones
para orquesta completa que en este disco
alternan con las Sonotas son posteriores a
éstas aproximadamente en un lustro, pero el
optimismo es el mismo. Empeñarse en sacar
más de lo que hay en estas partíuras sería
fatal para sus intérpretes. Ante unos músicos
que hablan el lenguaje rossiniano con deje
nativo. Chailly evita el peligro manteniendo a
todo trance una pulsación firme, pero vivaz
y saltarina en los movimientos rápidos, con-
trastada con un tono de evocación levemen-
te nostálgica en los lentos. A no perder
nunca la sonrisa le ayuda mucho una toma
de sonido sumamente clara y espaciosa.
AB.M
SCHACHT: Conciertos para clarinetes.
Dieter Klócker, Oliver Link y Waldemar
Wandel, clarinetes. Sinfónica de Bamberg.
Director Hans Stadlmair. ORFEO 290931
A. DDD. 78'43". Grabación: 1992. Produc-
tor: Wolfgang Schreiner. Ingeniero: Her-
bert Frühbauer. Distribuidor: Diverdi.
La figura del barón von Schacht
(1748-1823) permanece a la
sombra de Mozart Ilustre som-
SCHERZO 77
 DISCOS
bra, pero no por ello menos umbría. Poco
sabemos hoy de sus obras, muchas debidas
a encargos (nada menos que misas para Na-
poleón, partituras de teatro, cosillas para el
archiduque Rodolfo de Austria). Y quince
conciertos para clarinete, lo cual constituye
toda una especialidad.
De ellos, cuatro van incluidos en este
compacto; dos para un solista, uno para dos y
uno para tres. Las combinaciones de clarinetes
múltiples son muy excepcionales en la época
y exceden la mera rareza para exhibir una lím-
pida inspiración, una esentura polifónica hábil y
un tratamiento destrísimo del instrumento.
La sombra de Mozart sigue allí, pero
ahora como protección, Cabe destacar la
tarea de aplicación estilística del director y.
sobre todo, la bnllante faena de los danne-
tistas, de un sonido puro, una limpidez vir-
tuosística brillante y una afinación infalible,
B.M.
SCHILLINGS: Symphonic Prologue, Opus
M. Em Zwtegesprach, Opus 8. Tanz der Btumen.
Dos Hexenfed Opus 15. Elisabeth Glass. vio-
lín; Alban Gerhart, chelo; Marcha Mórfl, reci-
tadora. Kólner Rundfunkorchester. Director
Jan Stulen. CPO 999 233-2. DDD. 5 8 ' i r .
Grabación: Colonia. XI/I99I y V/1992. Pro-
ductor Dirk Schortemeier. Ingeniero: Her-
mán n Kaldenhoff. Distribuidor Diverdi.
Max von Schillings ( D u r e n ,
1868-Berlín, 1933), compositor
por consejo de Richard Strauss
y director de orquesta que llegó a contar
con Furtwángler entre sus discípulos, se de-
dicó con alguna mayor aplicación a las crea-
ciones con protagonismo vocal, bien canta-
do, bien recitado, que a las estrictamente
instrumentales. Dentro de aquéllas, y dentro
del relativo interés de su epigonismo roman-
ticista. destaca por el bien logrado clima inci-
dental el melodrama para recitador y or-
questa Das HexenJied (La canáón del hechice-
ro), que llena la segunda mitad de este CD.
Este amplio cántico, compuesto en 1904
y número 15 de opus, viene precedido aquí
por tres ejemplos orquestales que. aunque
puedan parecer un si es no es de relleno,
sirven para dar idea de los supuestos crea-
dores del primero y último Schillings: el Pró-
logo sinfónico para el Edipo Rey de Sófocles,
acabado al principio de 1900 y opus 11, y
Un diálogo, poema con violín y chelo solistas,
de 1897 y opus 8, por una parte; la tardía y
no numerada Danza de tas flores, para pe-
queña orquesta, de 1930, por otra. Tardía, y
de más suelta caligrafía, pero no menos pa-
ramendelssohniana que lo anterior. Solistas,
director y orquesta hacen con todo ello lo
que pueden; que es bastante, porque aquí la
insistencia en la misma intencionalidad ex-
presiva, sin apenas claroscuros, no es sino el
cumplimiento de lo que se debe. Como los
técnicos de grabación, que no hacen sino
cumplir de manera recta su cometido.
LK
SCHMITT: Salommbó. Op. 76. Coro del
Ejército Francés y Orquesta Nacional de
78 SCHERZO
Satie y Ciccoliní, juntos de nuevo
Hace dos o tres años comen-
tábamos en estas páginas la
reedición de parte de la inte-
gral pianística de Satie grabada por Gccoli-
ni en (os años sesenta y setenta Pues bien,
cuando apenas habían pasado siete años
del último cte estos registro, Ciccoliní se
ponía de nuevo a grabar rodo la obra pia-
nística del bueno de Erik El resultado eran
estos cinco discos repletos de una música
original, deliciosa y muy inspirada. Ciccolini
es uno de los pocos que se ha acercado a
lodo la obra pianística de Satie y el único
que, a continuación, ha repetido.
Esta segunda incursión de Ciccolini
permite recorrer la evolución estética de
un compositor muy especial, muy discuti-
ble, muy francés (la Francia de Chabrier y
hasta la de Ravel. pero no la de d'lndy o
Debussy), bastante fascinante e inclasifica-
ble. Es esa evolución que va desde piezas
de Montmartre (por ejemplo, las inolvida-
bles Gnosiennes) hasta suites como Sports
el divemssemenes. obra de madurez donde
la apariencia banal y el despojamiento más
inmisencorde marcan una estética más exi-
gente, más despegada aún de las pautas
de la grande musique. Satie se convierte, si
no lo era ya en su origen, en antigermano
(musicalmente hablando, claro), en humo-
rista, en espiritualista, en bufón, en diato-
nista intransigente, en defensor de lo diáfa-
no de aimonías y temas; en una palabra,
en amigo de Jean Cocteau.
Al referimos a los dos discos del Satie-
Ckcolini de los 60-70 decíamos: «Satie
siempre es distinto según las manos que lo
toquen. Quienes sólo conozcan los tres dis-
cos de Reinbert de Leew para Philips cree-
rán que Satie es lempo lento, mucho pedal,
sonoridades sostenidas. Ciccolini es el mo-
delo contrario, que quizá sea menos suges-
tivo en la obra juvenil, pero que supone una
fidelidad mayor a la auténtica memona de
Sate». Pues bien, el pianista italiano sigue
encarándose igual con este compositor, in-
cluso con mayor radicalismo: temp de con-
He de France. Director: Jacques Mercier.
ADES 203S92, A D D . 56"20" Grabación:
Courbevoire, I X / I 9 9 I . Ingeniero: Philippe
Pelissier.
Exotismo y orientalismo han
sido en Francia, al fin y al cabo
una potencia colonial, algo más
que una moda pasajera, con manifestaciones
que pueden rastrearse hasta las Cortas per-
sos de Montesquieu y las chinoisenes del
siglo XVIII, las Onenta'es de Víctor Hugo,
Delacroix... En el terreno musical ya en el
XIX y también en el XX cuando el fenóme-
no ha alcanzado su máxima intensidad: Le
oesert y Lollo Roukh de Féliden David, Los
pescadores de perlas y Djamileh de Bizet Lo
africana de Meyerbeer. Hérodrade de Mas-
senet Sonson de Saint-Saéns, Padmávati de
Roussel. Los mismos Debussy, Ravel y Mes-
siaen no fueron ajenos a la corriente.
SalammbÓ, que apenas publicada tuvo un
eco inmediato en un proyecto frustrado de
Aldo Cfceollni FOTOiBlASEJt
siderable alegría, ninguna concesión al en-
sueño, humor y aparente ligereza, y bastan-
te espnl. ¿Hay algo mejor que un intérprete
que estar en el mismo tono, en el mismo
clima y a la misma altura que la música ele-
gida pa/a reproducirla en sonidos? Ciccolini
sabe rellenar con gracia y arte ese amplio
terreno que se sitúa, más o menos, entre las
Gymnopedies y Avantdemiéres penséis o los
Nocturnos, y que pocos animan, recrean y
hacen degustar como él. En las obras a cua-
tro manos (3 morceaux en forme de poire,
Apercus desogréables, etc.), cuenta Ciccolini
con un especialista, Gabriel Tacchino. En re-
sumen: una integral espléndida, quién sabe
si el verdadero Satie,
SM.B.
SATIE La obro para piano Aldo Cic-
colini, piano. Con Gabriel Tacchino en las
obras a cuatro manos. 5 CD EMI CDS S
55076 2. DDD. Grabaciones: París, 1983-
1986. Productor: Eric Macleod. Ingenie-
ros: Roger Ducourtieux. Daniel Michel.
Musorgski (1863-66), sirvió más adelante de
soporte literario a una ópera de Reyer en
1890. Florent Schmitt que ya había dado
muestras de su famitiandad con un tipo de
orientalismo entre violento y voluptuoso en
el Salmo XLVIt (1904) y La tragedia de Salo-
mé (1907) páginas bíblicas de gran aliento, la
segunda con hallazgos rítmicos que fueron
aprovechados por Stravinski en La consagra-
cien de la primavera, compuso SalammbÓ
como música para el film mudo del mismo
título del realizador Pierre Marodon. La par-
titura de una duración de dos horas fue es-
crita en el verano de 1925 y de ella extrajo
poco después tres suites para orquesta, la
tercera con intervención de coro. En el títu-
lo de su edición figuraba la aclaración «Ilus-
tración de algunas páginas de Gustave Flau-
bert», como queriéndose distanciar del film
que había estado lejos de satisfacerle. La
música tiene el primitivismo bárbaro de un
oriente tópico y su eficacia ilustrativa y ges-
tual va más allá del simple acompañamiento
 DISCOS

mecánico de una imágenes, como revela una dable apreciar la maestría del compositor. Es magnífico unas veces, menos bueno otras.
escucha atenta, y ello a pesar de una direc-difícil resistirse a ver los compases conclusi- En aquellos comienzos quizá fuera demasia-
ción orquestal que no pasa de la mera co- vos en piano como una agonía, con una do para él un repertorio así. Sobre todo
rrección. larga nota tenida de la viola sobre acordes porque no hay la suficiente consciencia esti-
del clave que vuelven a sonar siniestros, lística, el necesario concepto aprehendido, la
D.C.C. poco menos que óseos. A lo largo de la eje- puesta en sintonía de la música con la histo-
cución. Zimmermann recorre todas las posi- ria. Bien a secas en Schoenberg, pero esta
bilidades técnicas y expresivas de su instru- música requiere una pasión atemperada por
mento al servicio de una lectura incandes- el conocimiento de que ciena un camino, de
SCHNITTKE: Concierto para violo y or- cente y trágica. Tan pesimista como el mag- que su anécdota -Dehmel- puede emocio-
questa Monólogo pora viola y cuerdas. nifico Concierto es el Monólogo, que reitera la narnos, pero el futuro nos despierta del
KOPYTMAN: Conlus V pora violo y orquesta. predilección de Schnrttke por el timbre pas- sueño. En Bartók falta fuerza, decisión, estilo,
Tabea Zimmermann, viola. Sinfónica de Je- toso de la viola. Menos entidad tiene Cantus idioma. Y los dos mundos quedan aquí de-
rusalén. Director: David Shallon. EMI 5 de Kopytman, una composición de clara rai- masiado próximos. La piececrta de Hinde-
55107 2. DDD. 66"46". Grabación: Jerusa- gambre en el foldore judío que la violista mith es bella y se dice bien, pero es media-
len, II-IV/I993. Productor e ingeniero: Mi- entona con nostalgia inmensa. na. Para Schoenberg ahí están Boulez
chael Popper. (Sony), Karajan (OG), Végh (Capriccio). En
Bartók, claro, Fncsay (DG).
LMM.
Como muchas de las obras de
Schnittke, el Concierto para viola LS.
es la narración de una derrota
posiblemente la de su autor y acaso la de SCHOENBERG: Noche transfigurado,
todos nosotros. Las explosiones orquestales Op. 4. BARTOK; Dirertimento. HINDE-
amenazan con sepultar la voz casi ahogada MITH: Trauermusik. Orquesta de Cámara SCHUBERT; Sonara poro piano en lo
de la viola en el Largo inicial, pero también Inglesa. Director: Daniel Barenboim. EMI mayor D. 959. Momento música) en fa menor
el conjunto cambia a sonoridades al borde Matrix CDM 5 65079 2. A D D . 6 6 W . D. 780, n" 3. impromptus en mi bemol mayor
del silencio. El Allegro molto central podría Grabaciones: Londres, IV y V/1967 y D. 899, n° 2 y en la bemol mayor D. 935. n°
ser una afirmación vital por su dinamismo, IH/1969. Productor: Suvi Raj Grubb. Inge- 2. Alexander Lonquich, piano. EMI CDC
pero esta suerte de movimiento perpetuo niero: Christopher Parker. 7243 5 55038 2 4. DDD. 57-SO" Graba-
se transforma en un rictus casi macabro, y a ción: Lugano, VIH/1993. Productor; Ales-
ello contnbuye decisivamente el tratamiento sandro Orillo, Ingeniero: Jochen Gotschall,
del clave que Schnittke prescribe en su ins- Hace veintisiete años -Dios
trumentación. Ciertas alusiones al estilo ca- mío, qué vie|Os somos- Daniel
baretero son de una mordacidad extrema. Barenboim grababa Noche trans- Alguna vez hemos comentado
Se consuma el plan de la obra en el Largo figurada de Schoenberg y el Divertimento de desde estas líneas la preocupan-
final, donde vuelven a hacer acto de presen- Bartók. Andaba por los veinticinco de su te escasez de pianistas notables
cia bloques sonoros imponentes, combina- edad y era ya. recordémoslo, un pianista que en la actualidad graban para EMI. Idos
ciones en cuya personalidad tfmbnca es mucho más que prometedor. Luego sería, los Barenboim, Richter. etc. a otros lares, y
además, un irregular director de orquesta, fichados los más recientes talentos actuales
por otras firmas, la compañía británica se
mueve -casi con la sola excepción del mag-
nifico Christian Zachanas- en el terreno de
una relativa grisura pianística, con los Kova-
Reconstrucción de una schubertiada cevich, Watts, etc., estando la mayor parte
de sus ejemplares pianísticos de interés en
Para celebrar el vigésimo vo- las reediciones de más florecientes tiempos
lumen de la Edición Schubert. pasados. El joven alemán Lonquich (Trier,
de cuyos excelentes plantea- 1960) es otro de los fichajes de la casa, en
miento y realización ya hemos dado cuen- sus hasta ahora no demasiado exitosos in-
ta en repetidas ocasiones, la firma inglesa tentos por frenar lo que constituye una si-
Hypenon ha querido recrear la atmósfera tuación de evidente inferioridad, Y hay que
de las célebres veladas en las que se reuní- decir muy rápidamente que EMI podría, a la
an el compositor y sus amigos para repre- luz del disco que ahora se comenta, haber
sentar en un ambiente familiar sus últimas encontrado lo que parece haber buscado
composiciones. Ese tono, entre profesional con ahínco.
y de afcionados, se rnantiene en el disco, El discípulo de Badura-Skoda parece
para los que se ha recurrido a una variada tener especial afinidad por SchuOert. y ello
sene de cantantes, algunos de ellos ya con- se aprecia de forma evidente, en la Sonata
sagrados y otros en el inicio de su carrera, D. 959. En efecto, ésta obtiene una lectura
en canciones a solo o para conjunto vocal, no sólo notablemente ejecutada, sino ade-
con el común denominador de haber sido más profundamente sentida, exquisitamente
escritas todas elias en 1815. Con el seguro matizada e irreprochablemente construida,
acompañamiento del factótum de la sene, con escrupuloso respeto a la partitura pero
el pianista Graham Johnson (que aquí totalmente alejado de la frialdad. La densi-
adopta un estilo un tanto hstsmasta muy aire jovial y despreocupado de la música.
Un disco muy agradable, atractivo comple- dad y comple|idad del último Schubert. esa
apropiado a la amigable reunión), cantan- extraña me2da de amargura con momentos
tes habituales de los medios musicales bri- mento para todos los adictos a esta estu-
de inefable poesía, que esta música destila,
tánicos que ya han demostrado su sensibi- penda edición. está aquí admirablemente captada y traduci-
lidad y buen hacer como la soprano Patri- da, como es bien aparente en los dos prime-
cia Rozano, la mezzo Catherine Denley. el R.B.I. ros movimientos de la Sonato. Lonquich
tenor John Mark Ainsley o el bajo Michael ofrece el mejor cantabile. cuando Schubert
George dan la alternativa al jovencísimo UNA SCHUBERTIADA DE 1815. Pa- lo demanda, pero al tiempo posee la con-
tan Bostridge. de tesitura cercana a la de tricia Rozario, soprano; John Mark Ains- tundencia necesaria en los /f(el tormentoso
contratenor, al barítono Simón Keenlysyde ley, tenor; lan Bostridge, tenor; Michael pasaje entre los compases 101 y 120 del
y al tenor Jarme McDougall. Los miembros George, bajo; Graham Johnson, piano. Andantino admirablemente captado, aunque
del Coro Schubert de Londres (segura- The Schubert Chórale. HYPERION quizá aquí abuse algo del pedal) y el mejor
mente formado expresamente para esta CDJ3302O. D D D . 70'IS". Grabación: refinamiento en los pp. como en el precioso
ocasión) aportan en su breve cometido el Londres. IX, X y XI/1993. Productor: final del Allegro inicial. El Scherzo, a un
Mark Brown, Ingeniero: Antony Howell.

SCHÉRZO" 79
DISCOS
tempo confortable, tiene todo el sabor dan-
zable -con un mbato sabiamente utilizado-
que uno espera, pero las sorpresas de Schu-
bert (la brutal escala descendente en los
compases 34-35, que rompen por momen-
tos con la amable atmósfera vienesa, asimis-
mo traducida formidablemente) resultan
desgarradoras en manos de este joven y
sorprendentemente maduro intérprete. El
Rondó final se mueve en estas mismas coor-
denadas de sabiamente expuesta van edad
expresiva.
El resto del disco confirma hasta qué
punto Lonquich se encuentra en su salsa con
Schubert Cuidada y sensible la versión del
Momento musical D. 780, n° 3. ágil, nítida -en-
vidiable articulación- y exquisitamente mati-
zada la del Impromptu D 899, n° 2. cuya coda
es arrolladora. y profundamente expresiva,
serena y contenida, la del oscuro D. 935, n° 2
(aunque en éste Richter es casi inalcanzable).
La toma sonora es buena, aunque en algunos
momentos los graves resultan un poco reso-
nantes. Así las cosas, sólo cabe lamentar que
no se hayan aprovechado algo más las posibi-
lidades de duración del compacto. Menos de
una hora resulta a estas alturas rácano. Pero
sin duda estamos ante un notable disco schu-
bertiano. lo que no es. ni mucho menos,
plato de todos los días.
R.O.B.
SCHUBERT: Quinteto en do mayor D.
95ó. Cuarteto Metas. WoHgang Boettdier,
segundo violonchelo. HARMONÍA MUNDI
HMC 901494. 57W 1 . Grabación: X/1993.
Productor e Ingeniero: Heinz Wildhagen.
Segunda grabación del Cuarteto
Me I os -recordemos que la pn-
mera. para DG. fue con Rostro-
povich en 1977- de una de las obras maes-
tras de la historia de la música. Y acerca-
miento abierto, ligero -sólo aparece la veta
dramática de la obra en la segunda parte del
Adagio-, despojado de cualquier ganga pero
no seco, simple en el mejor sentido de la
palabra pero no austero. A la primera vez
da la sensación de que los valores expresi-
vos del Melos se han quedado un poco re-
traídos, que se nos dan las cosas como para
que las acabemos nosotros. Pero luego lo
cierto es que la versión va imponiendo su li-
bertad en el propio oyente. Es curioso que
tras años y años de hacer música, y divina-
mente, el Melos acabe por damos este Quin-
teto tan desprovisto de cualquier efecto, sin
ceder a ninguna tentación de sobrelectura.
Ello redunda en algún momento en una ca-
rencia de carácter en relación a otras versio-
nes más vehementes en lo expresivo, más
densas. Esta se afirma tras una cuantas escu-
chas, pero la que hoy por hoy uno prefiere,
y recomienda, es la de Franlt-Gallimir-Te-
nenbom-Wiley y üchten grabada en el Festi-
val de Marlboro de I9S6 (Sony).
LS.
SCHUBERT: Octeto en fa mayor. D. 803
Conjunto de cámara de Viena. DEUTSCHE
G R A M M O P H O N Gallería 437.318-2.
80 SCHERZO
DDD. 5S'58". Grabación: Viena. II-NI/I980.
Productor: Werner Mayer. Ingeniero:
He ¡ni Wildhagen. Precio medio.
Esta obra espléndida, escrita por
un músico de apenas veintisiete
años, ha conocido una discogra-
fa no amplia pero de calidad. Recordemos
las grabaciones del conjunto Melos de Lon-
dres y del Octeto de Viena en su formación
de los años 60. antecesor del grupo respon-
sable de esta excelente versión. Sus compo-
nentes prodigan unas sonoridades dulces,
delicadas, matizadísimas, que se funden o
contrastan armoniosamente, gracias a una
impecable afinación y a un sentido, que se
diría innato, de lo que siempre debe ser la
música de cámara: diálogo equilibrado y es-
pontáneo. Todo ello a precio medio, con
sonido estupendo y traducción española de
los coméntanos de carpeta: no se puede
pedir más. Quien desconozca este Octeto
puede tantear las variaciones (cuarto movi-
miento), especialmente la penúltima: ¿cabe
algo más hermoso que esta música extática,
de sonondades casi ultraterrenas?
RAM
SCHUBERT: Octeto en fa mayor. D. 803.
The Nash Ensemble of London. VIRGIN VC
5 45017 X DDD. 6O'I5". Grabación: Kilbum,
XII/I9B7. Productores: Andrew Keener y
Martin Compton. Ingeniero: Mlke Hatdh.
De siempre he sospechado que
si el Octeto de Schubert tardaba
tanto en acceder a la glona que
para mi a todas luces merecía, ello era debi-
do, además de a su poco común dotación
(otro caso similar los sextetos de Brahms), a
la dificultad para encajarlo en los discos de
vinilo. Su modelo, el Septim/no de Beetho-
ven, dura alrededor de un cuarto de hora
menos y cuenta con la ventaja de haber sido
un best seíter desde el mismo momento de
su estreno en 1800. Sea de esto lo que
fuere, estas dos deliciosas obras, lo mismo
que algunas serenatas de Mozart de vez en
cuando gusta oírlas en lecturas que, como
esta del Nasti Ensemble, sin descuidar los
muchos pasajes de inexcusable distensión,
sepan también rendir justicia a los momen-
tos de mtimismo meditativo cuya ausencia
bastaría para desmentir categóricamente la
autoría schubertiana En los movimientos rá-
pidos, quizá se exagera la contención; asi en
el Allegro vivace, y no tanto por la elección
de un rempo demasiado moroso, que cierta-
mente lo es. como por la sensación de des-
gana que produce la suave forma en que se
atacan los chispeantes diseños. A cambio, los
Adagios transmiten una muy conmovedora
hondura y en los movimientos más alternan-
tes (variaciones del Andante y Finale) se lo-
gran contrastes suficientemente elocuentes.
No sin coherencia el sonido también tira a
blando. Pero no es un mal disco.
AB.M
SOR: Obras para guitarra. Patrick Gaudi,
guitarra. ACCORD 220782. AAD. 54'29".
Grabación: Seon, 1979. Ingeniero: Daniel
BossharL
Este compacto, dedicado a obras
de Sor en su integridad, presenta
un buen criterio de selección.
Muchas de estas páginas son de lo más puro
y refinado dentro del copioso legado guita-
m'stico del compositor catalán, Son páginas
de evidente sentido mozartiano, portadoras
de equilibrio formal y virtuosismo, esquema
clásico e inspiración de gran finura.
El intérprete, si bien es solvente, a juicio
nuestro no da la talla superior para bordar el
estilo y extraer la jugosa savia que contiene.
En algunos casos su interpretación es antes
angulosa que sinuosa y en la generalidad se
presenta parco en ideas, rígido en exceso allí
donde la frase debe tomar vuelo, y repetiti-
vo y discreto en sus exposiciones, La picar-
día es urgente en este estilo; el juego de
contrastes; la inventiva y el buen humor. La
movilidad dentro del lempo, ese dominio de
proporciones que está muy lejos de signifi-
car un mero respeto metronómico. es im-
prescindible, como lo es también la articula-
ción que exige el estilo hasta extremos de
verdadero virtuosismo. Todo ello está pre-
sente aquí en dosis menores y uno se man-
tiene dentro de la sensación de «parece que
llega pero, en definitiva, se queda».
Resumiendo; un registro de buena y va-
riada selección de obras de Sor, que se deja
oír aunque nos quedarnos con sabor a poco.
LALGL
STANFORD: Sinfonías n\ 1-7. Orques-
ta del Ulster. Director: Vernon Handley.
4CD CHANDOS CHAN 9279-82. DDD.
4S156". 77"14". 72128". 79" 15". Grabacio-
nes: Belfast. 1986-88; 1990-91. Producto-
res: Brian y Ralph Couzens. Tim Oldham.
Ingenieros: Richard Lee, Ralph Couzens.
El ciclo de Stanforcl supone po-
siblemente el punto más bajo
del sinfonismo británico de
entre siglos. Los convencionalismos más
ramplones invaden estas siete piezas que se
aproximan lo mismo a Chaikovski que a
Brahms. Escuchamos una sucesión de proce-
dimientos constructivos, pero es difícil topar-
se con auténticas ideas musicales. La Pnmera
-muy vitalmente interpretada, desde luego-
es ya toda una declaración de intenciones
de cara a los siguientes ejemplares de la
serie, con su lento empalagoso y su Finale
vacuo. Que lo que falla es la invención
queda claro por el tono ligero, intranscen-
dente, aunque la obra sea supuestamente
«Elegiaca», en la Sinfonío n° 2, o la manera
de desperdiciar el clima creado por arpa y
clarinete en el Andante de la Tercera. Aquí,
el segundo tema debe ser resuelto recu-
rriendo al motivo de marcha del tiempo
lento de la Cuarto de Brahms, en coinciden-
cia asombrosa (o plagio encubierto). Las ex-
pectativas -Allegro de la Quinto- son mu-
chas veces defraudadas, cayendo simple-
mente en la trivialidad o adoptando un efec-
tismo de la peor ley (entrada del órgano en
esta misma obra). La impotencia puede al-
canzar límites sonrojantes; Finale de la Cuar-
ta. Hacer música con estos materiales de

partida es toda una paradoja, que. sin em-
bargo, consiguen realizar los intérpretes es-
porádicamente.
E.M.M.
STOCKHAUSEN: Zytím. Refrain. Kon-
takte. Florent Jodelet, percusión; Gérard
Frémy, piano y percusión: Jean-Efflam Ba-
Gaudeamus igitur
Han tenido que pasar más de
treinta años para que Decca
decidiera reeditar, reunidos
en álbum, los dos gloriosos discos con
Knappertsbusch y la Filarmónica de Viena
dedicados al compás de 3/4. ampiándolos
ahora con la mitad del bello disco de
Brahms de 1960, que nunca fue distribuido
en España. Por el camino se han perdido la
Obertura trágica (afortunadamente Orfeo
ofrece ahora mismo la obtenida en Salz-
bungo en 1955) y la Rapsodia para contraf-
to, con Lucretia West Pero, cuestiones de
mercad ote en ¡a aparte, que presentan el
producto como «Radetzky Marth-Orches-
tral Favourites» cuando el atractivo mayor
proviene de la rúbrica, hay que recibir con
alegría la reaparición de tal joya musical y
técnica y más aún a precio medio.
Los documentos fonográficos existen-
tes atestiguan que tres directores compar-
ten el titulo de chambelanes del vals en el
reino, claro, de la Filarmónica de Viena:
Clemens Krauss, la más exquisita represen-
tación de lo vienes aristocrático: Carlos
Kleiber, alquimista de la pura belleza de
estas músicas: Hans Knappertsbusch, narra-
dor del goce de vivir en los paseos, en tos
cafés y en los salones de baile. Kno tenía
en repertorio un buen número de piezas
favoritas ligeras, que programaba en con-
ciertos especiales. Tales piezas eran ideales
para sus condiciones innatas, pues el apa-
rentemente hierático y distante Kna debía
de llevar en los genes el sentido del ntmo.
la capacidad para el rubato y hasta las afi-
ciones -las cartas, la buena mesa y la
mejor bodega- necesarios para hallarle al
vals la chispa. Así, si en el primero de los
dos compactos las polcas restallan, los val-
ses giran y se deslizan: el movimiento pro-
gresivo de Aceleraciones, el «érase una vez
que se era... y colorín colorado» de Cuen-
tos de los bosques de Viena, y sobre todo el
baile ogarrao a la austríaca de Muchachas
de Badén, de Komzák la propina favorita
del Kna para su público y para sí mismo.
Mas no acaban aquí las maravillas. La
elegancia de la Invitación al vais, la facundia
explosiva de Las alegres comadres, la para-
da de soldaditos de plomo de la Marcha
militar de Schubert en el arreglo de We-
ninger (curiosamente Kno utilizaba en Mu-
nich otro más belicoso) no conocen me|or
realización en la historia del disco. De la
Surte de Cascanueces cabía esperar la páti-
na nostálgica -«hojas del árbol ca/das/ju-
guetes del viento son»- del Vals de las flo-
res; ¿pero podía sospecharse a priori el
sensacional ntmo acumulativo de Trepak,
con los contrabajos más robustos y a la
vouzet. celesta y percusión. ACCORD
202742 MU 750. DDD. 6413S". Grabación:
Radio Francia, XI1/1992. Ingenieros:
Francoise Cordey y Alain Joubert. Director
de sonido: Pascal Besnard.
Se acierta a reunir en este CD
tres títulos que Kariheiní Stock-
hausen (Módrath. 1928) com-
puso en el bienio 1959-60, tan fecundo para
su catálogo. Y hay acierto por el hecho de
vez más ágiles que imaginarse puede, antes
de una Danza árabe sensual y misteriosa,
sí, mas tocada a íempo sin las habituales
languideces?
Por último, los dos ejemplos brahmsia-
nos -tan dispares en el espíritu y el estilo-
sorprenderán a muchos. Las Variaciones
equilibran la elegancia formal del tema de
Haydn. presentado en sociedad con la
mayor cortesía, y la inventiva semántica de
las variaciones. La Obertura recupera el es-
píritu de la vie|a Owersrtos. hoy definitiva-
mente perdido: un bullicio burlón a costa
de novatos, la somnolencia de los bedeles,
la tiesa entrada en el aula del catedrático
seguido de la legión de ayudantes, el estu-
diante maduro que no aguanta el rollo, se
levanta, recoge sus cosas, espeta al moestra
«¡enseñar deleitando!», y se marcha dando
un portazo... Y luego la unión de todos,
más emotiva que real, al cantar ta canción
universitaria por antonomasia: Gaudeamus
rgítur. que también entonaría el Kno durante
sus años estudiantiles en Colonia
A.F.M.
J. STRAUSS I: Marcha Radetzki. J.
STRAUSS II: Polca de Ana. Aceleraciones.
Polca Tritsch-Traach Polca «to sangre ale-
gre». Cuentos de los bosques de Viena.
KOMZAK: Muchachos de Badén. ZIEH-
RER: tos vieneses. WEBER/BERLIOZ: invi-
tación a ía danza. NICOLAI: Las aiegres
comadres de Windsor. obertura. SCHU-
BERT: Marcho militar op. 51, n° I. CHAI-
KOVSKI: Cascanueces, suite op. 71 a.
BRAHMS: Variaciones sobre un tema de
Haydn op. 56 a. Obertura del Festival Acadé-
mico op 80, Orquesta Filarmónica de
Viena. Director: Hans Knappertsbusch.
2CD DECCA 440624-2. 132'17". ADD.
Grabaciones: Viena, 1957 y 1960.
DISCOS
haber reunido Zytíus y Refrain con Kontafcte,
porque aquellas dos páginas -pioneras del
período grófleo del músico- nacieron preci-
samente por razón de la problemática de
grafiar con precisión las creaciones electróni-
cas, problemática que aquél había abordado,
fiero no resuelto, en la composición crono-
lógicamente paralela, aunque iniciada antes,
de Kontokte.
Pero no sólo se ha acertado en este
disco en la selección de títulos. Se ha dado
también en la diana a la hora de elegir los in-
térpretes; ejecutantes de calidad sobrada-
mente probada en polivalentes direcciones,
sí, pero también -sobre todo en el caso de
Frémy y de Bavouzet- muy específica e ínti-
mamente compenetrados con la música del
compositor germano. Y es particularmente
destacable asimismo la enorme atención que
se ha prestado en los trabajos técnicos de
grabación a la más sutil discriminación de las
timbncas percutoras.
LH
STRAUSS: heder. Gósta Winbergh.
tenor: Friedrich Haider, piano. NIGHTIN-
GALE NC 070760-2. DDD. 47'03". Graba-
ción: Estocolmo, 1/1993. Productor: Tom
Sandberg. Ingeniero: Ove Bergvall.
Desde los inicios de su carrera
internacional, a comienzos de los
años ochenta, el sueco Gósta
Winbergh se ha afirmado como uno de los
mejores tenores líricos de los últimos años. Al
principio reputado sobre todo como cantan-
te mozartiano (Belmonte, Tamino. Don Otta-
vio), poco a poco ha ¡do adoptando papeles
de mayor peso vocal (Rodolfo en Lo bohéme,
Lohengrin, Stolzing, etc). La voz. sin embanco,
continúa manteniendo su color lírico en ori-
gen, un timbre de una luminosa belleza que a
veces hace pensar en un Fntz Wunderlich.
Sin llegar a la exquisitez de éste, en el presen-
te recital se nos muestra como un liedensta
muy estimable, sin estentóreas exhibiciones
de tantos representantes de su cuerda, den-
tro de una óptica que podriarnos calificar de
tenor juvenil ligeramente heroico. La selec-
ción de los dieciocho títulos es bellísima -no
falta casi ninguno de los mejores-, y la labor
del director de orquesta y aquí pianista (ade-
más de mando de Edita Gruberova) Fnedrich
Haider es sensible y acompaña en muy buena
armonía al cantante. Sonido excelente.
R.B.I.
STRAVINSKI: La consagración de lo pri-
mavera. PeUushka. Orquesta Sinfónica de la
Radio de Praga. Director: Viadimlr Válek.
PRAGA PR 250 049. D D D . 3 T 4 0 " y
29 1 20". Grabaciones: Praga, XI/1992,
V/1993. Distribuidor: Harmonía Mundi.
Enésimas lecturas de ambos ba-
llets, de las que existen ya nu-
merosas lecturas de muy eleva-
do nivel. Una Pecrushko viva, impetuosa y
alegre, algo cortada (se corresponde con la
habitual versión de concierto, sin el decres-
cendo sinfónico del ballet ver duraciones), y
SCHERZO 81
DISCOS
una nerviosa, agitada, algo apresurada Consa-
gración, pero de expresión contenida y muy
sinfónica, constituyen este interesante disco.
El eslovaco Vladimír Válek es un muy buen
maestro, de espléndida escuela, riguroso,
preciso y de considerable inspiración. No es
un Ancerl, no es un Talich, pero es que en
lo que antes se llamaba Checoslovaquia ya
no hay ese tipo de directores. A cambio, hay
un envidiable nivel medio de maestros que
son capaces de hacemos estos Stravinski.
conseguidos y vivos, con una orquesta tam-
bién media (y también envidiable). En fin. un
bello disco, tan prescindible como agradable
de escuchar.
S.M.8.
STRAVINSKI: & pojare de fuego. Sinfoní-
as de instrumentos de viento. Orquesta Filar-
mónica de Londres. Director; Franz Wel-
ser-Móst. EMI CDC 5 5SO30 2. D D D .
55'30". Grabación: 1994.
Con este disco demuestra Franz
Welser-Móst ser un auténtico
stravinskiano, acaso más que en
su lectura de Oedipus ftex. Su Pájaro, obra
muy distinta a esta ópera-oratorio, de belle-
za más asequible y de menores pretensiones
a pesar de las apariencias, se sitúa entre los
más importantes de los últimos tiempos por
su musicalidad y su sentido teatral, que el di-
rector prefiere a una concepción sinfónica.
La difícil secuencia de movimientos lentos
(las súplicas del pájaro, el jorovod de la prin-
cesa) hasta el estallido casi fna! de la danza
de Kachei requiere una tensión que Welser-
Móst consigue con un nervio y una conten-
ción impecables, un sentido de la tensión y
un auténtico juego de sugerencias líricas y
dramáticas. Cuenta con una orquesta es-
pléndida que se conoce de memona esta
obra. A modo de propina, nada menos que
las Sinfonías de instrumentos de viento, cuya
estética se encuentra no tanto en las antípo-
das como al otro lodo de la evolución del
compositor. La lectura de esta obra de ca-
rácter fúnebre, moderadamente religioso, de
un camerismo dasicista onginalísimo aún hoy
día. también merece figurar entre las más
destacadas, acaso con mayor razón porque
es una obra mucho menos grabada. En resu-
men, un disco de considerable interés.
S.M.B.
VERDI: Un bailo m maschera. Zinka Mih-
nov. soprano (Amelia); Jan Peeree, tenor (Ri-
cardo); Manan Anderson, mezzo (Ulrica); Ro-
bert Merrill, barítono (Renato); Roberta Pe-
ters. soprano (Osear). Orquesta y Coro del
Metropolitan Opera House. Director Dimitri
Mitropoulos, 2CD M I T O 2MCD 942.100.
Grabación: (en vivo) Nueva York, 1955.
Magnífica versión de la espléndi-
da obra verdtana en la que
todos sus elementos rinden de
forma excelente en el medio teatral y que
cuenta además con un soporte sonoro equi-
librado y perfectamente disfrutable.
La Anderson figura en la portada del
82 SCHERZO
Sed mística
«Ha llegado el tiempo de Szy-
manowski». Así de rotundo se
expresaba Simón Rattle el pa-
sado mes de mayo en Varsovia, durante la
presentación de este disco szymanovvskia-
no, primero de la larga serie que el em-
prendedor maestro inglés va a dedicar al
creador polaco. Probablemente Rattle y su
casa discográfica (EMI) una vez más no se
equivocan. La honda espiritualidad de la
música de Szymanowski (1882-1937) cala
hondo en el tecnificado, mercantilizado,
estandarizado, deshumanizado y tantos
otros odos que definen al mundo contem-
poráneo, tan seco de estas celestiales mú-
sicas y verdadero caldo de cultivo para la
irrupción de fenómenos tan curiosos
como los éxitos del gregoriano de Silos o
de los místicos cantos melchitas de la
mon|a Mane Keyrouz.
El compacto es una joya de principio a
fin. Por contenido y por interpretación.
Desde la honda y etérea belleza -por mo-
mentos raveliana- del maravilloso Stabat
Mater (1926), hasta la onerrtaltzada Tercera
Sinfonía, «el canto de la noche», una especie
de exótica y esotérica cantata para tenor,
coro y orquesta, estéticamente vecina de
Scriabin, compuesta entre 1914 y 1916 a
partir de un texto original del poeta místi-
co persa del siglo XIII Djalal-al-Din Rumi.
Entre una y otra pieza Rattle y sus músicos
de Birmingham se adentran en la angelical
y conmovedora Letanía o la Virgen Moría,
concluida en 1933 y en opinión del propio
Szymanowski. posiblemente «mi obra más
profunda y concentrada».
El flamante Sir Simón Rattle ha confe-
sado públicamente (ver SCHERZO 85, pá-
ginas 5-4 y 55) sentirse «profundamente
enamorado de estos pentagramas». Desde
este feliz y envidiable estado, acaso el
único posible ante tanta belleza y que pa-
rece compartir con Krystian Zimerman
-quien acaba de concluir el registro de un
compacto íntegramente dedicado al piano
de su compatriota Szymanowski-. Rattle
desgrana con mimo de alquimista y oficio
de gran maestro emociones y colores, ar-
monías y diseños fraseológicos. Derrocha
sinceridad y convicción, fe inquebrantable
en la música que tiene entre manos. Esta
honestidad impregna a sus músicos y. por
álbum no por su protagonismo sino porque
esta producción marcó su debut en el Me-
tropolitan, salvo error, y por el indudable
valor documental de su prestación. Esta es
interesante y teatral pero no podemos dejar
de advertir una cierta desubicación en el re-
pertorio, y aquí la voz se nos revela menos
apabullante que en otros mundos más afines
como por ejemplo su Rapsodia para contral-
to. Peeree tiene una voz fea y un acento de-
plorable, pero entiende a Verdi y posee una
cuidada y sobria línea de canto, tempera-
mento, pasión y mucha personalidad. Memll
al contrario es menos expresivo, pero ¡qué
voz!: redonda, oscura y con una pasta bellísi-
ma. ¡Qué más podemos decir de la Milanov?
Técnica perfecta y voz togada, expansiva, de
supuesto, también al auditor.
La colaboración de las voces solistas es
absolutamente excepcional. Tanto la so-
prano polaca Elzbieta Szmytka {Stabat
Moter y Letanío). como la mezzo estadou-
nidense Florence Quivar (Stobot Moter) se
muestran servidoras convencidas y adecua-
das. Seducidas y seductoras. La belleza de
color y la riqueza tímbnca de sus voces
complementan la gran creación artística.
Deslumbrante el coro de la Sinfónica de
Birmingham (en polaco), así como las sóli-
das voces solistas masculinas: el bajo John
Connell en el Stabai Mater y el tenor )on
Garrison en la Sinfonía. Las excelencias de
este compacto absolutamente recomenda-
ble se completan con la cuidada labor de
los técnicos de sonido, que han sabido re-
coger la espacial acústica de la Symphony
Hall de Birmmgham. considerada por
todos como la mejor sala sinfónica del
Reino Unido,
J.R.
SZYMANOWSKl: Stabat Mater. Lera-
nía a la Virgen María. Tercera Sinfonía. Eb>
bieca Simytka. soprano; Florence Quivar,
mezzo; Jon Garrison, tenor; John Con-
nell, bajo. Coro y Orquesta Sinfónica de
la Ciudad de Birmingham. Director:
Simón Rattle. EMI S 55121 2. D D D .
56'04". Grabaciones: Birmingham, IV y
X/1993. Productor: David R. Murray. In-
geniero; Mike Hatch.
auténtica soprano spmto, dotadísima para el
canto spianato nos ofrece una inolvidable
versión de su gran ana del segundo arto.
A lo antenor hay que añadir unos secún-
danos, por los papeles, no por los cantantes,
de auténtico lujo encabezados por Roberta
Peters y Giorgio Tozzi. Mitropoulos es una
pena que no hiciera más Vendí porque es de
los pocos que han sabido conjugar la incisivi-
dad y el brío con la efusividad y el estatismo
tan característicos del músico.
Se completan estos interesantes com-
pactos con una selección de otro Boile de
1947 en el que un deslumbrante y joven Le-
onard Warren es la estrella.
R.deC.

VERDI: Don Carta, ópera en cinco actos.
Gré Brouwestijn, soprano; Federa Barbieri,
mezzo; Jon Vickers. tenor Tito Gobbi. barí-
tono; Boris Christoff y Michaei Langdon.
bajos. Coro y Orquesta del Covent Garden,
Londres. Director Cario María Giulini. Gra-
bación: Londres, 12-V-I958. Bailo m masche-
ra: selección. Rita O rían di Malaspina y Da-
niela Mazzucato, sopranos; Adriana Lazzari-
ni, mezzo; Cario Bergonzi, tenor Lorenzo
Saccomani. barítono. Coro y Orquesta del
Teatro La Fenice de Venecia. 3CD MYTO 3
MCD 941.97. ADD. 216". Grabación: Vene-
cia, 3 I - I - I 9 7 I , Precio medio. Libreto de
Don Cario en italiano. Distribuidor: Diverdi.
El CD no puede restituir las ex-
celencias de la regio de Visconti
en este célebre Don Cario del
Covent Garden ni la dimensión escénica de
los grandes actores que fueron Chnstoff,
Gobbl o Vickers. ¿Se justifica, entonces, la re-
cuperación de aquel acto? Para escuchar a
Chnstoff en Felipe II existen otras dos opcio-
nes, ambas de estudio y con sonido supenor.
que lo recogen en excelente forma vocal: la
de EMI (1953, 4 actos) y la grabada por DG
en 1961, también en cinco actos como la
que aquí se comenta, y también cortada. Al
menos una de las tres es indispensable para
conocer el mejor Felipe II recogido por el
disco: por ejemplo. Ghiaurov aportó voz más
bella pero como intérprete fue inferior. Vic-
kers y Brouwestijn forman una pareja atípica,
poquísimo italiana en el timbre, en la dicción
y, más importante aún. en el acento. Los en-
tusiastas del tenor canadiense podrán gozar
de la plenitud de una voz bien emitida -pero
que no acababa de correr- y que en 1958 so-
naba fresca y atractiva. Vickers canta con
línea excelente, con buen gusto y compone
un Infante noble y apasionado. Brouwestijn
poseía una voz linca con cuerpo, bella y sin-
gular, con similares limitaciones a las de Vic-
kers, y una dicción aún más torpe, lo que no
impide que su acto quinto sea muy bueno. El
resto del reparto baja varios enteros: fuera
de lugar la Barbieri. enfática en el grave pero
limitadísima arriba (omite casi todos los agu-
dos en Don faxoíe, que de ningún modo son
optativos) y torpe en la canción del velo,
Gobbi. como de costumbre, alterna frases
bellas, especialmente en su escena final, con
otras en que la deficiencia técnica de emisión
desluce su innegable talento de intérprete.
Discreto Langdon como Inquisidor y muy
mal J. Sinclair y J. Rouleau como Tebaido y el
Fraile, respectivamente. Soberbia dirección
de Giulini, aún más enérgica y vibrante que
en su postenor registro para EMI. Pero la
toma sonora permite disfrutarla sólo a me-
dias; las voces salen bastante mejor paradas.
En conclusión1 un complemento intere-
sante de las versiones de Solti (Decca) y Giu-
lini (EMI), a las que no desplaza del lugar pre-
ferente en la discografía de esta ópera. Como
plus, cincuenta minutos de Baile de móscaros
con Bergonzi: su perfección vocal, canora y
estilística, son bien familiares a quienes conoz-
can sus registros con Softi (Decca) o Leins-
dorf (RCA). Esta selección, que contiene lo
esencial de la parte de Riccardo. posee buen
sonido y una notable dirección de Sanzogno.
Se incrementa así el atractivo de estos tres
generosos CD de precio medio.
RAM.
VERDI: II trovatore. Plácido Domingo
(Manrico); Aphlle Millo (Leonora); Vladimir
Chernov (Conde Luna); Dolora Zajick
(Azucena); James Morris (Ferrando). Coro y
Orquesta del Metropolitan de Nueva York.
Director James Levine. 2CD SONY S2K 48
070. 68'34", 60'3O". D D D . Grabación:
Nueva York, V / I 9 9 I . Productor: Michel
Glotz. Ingeniero: Chrisúan Constantinov.
Decía Toscanini que II twatore
precisa «de los cuatro mejores
cantantes del mundo para ha-
cerle justicia». De ser así -nada hace supo-
ner lo contrario- resulta obvio que la ver-
sión que acaba de aparecer protagonizada
por un Plácido Domingo en horas patética-
mente bajas hace poco honor a este título
verdiano. El que fuera excelentísimo Trova-
dor con Zubin Mehta (en 1969), ya tirante y
esforzado con Giulini en los años ochenta,
es hoy, de la mano de un Levine meticuloso
y definitivamente gran verdiano. un Trova-
dor de andar por casa.
Los momentos de verdadera envergadu-
ra expresiva que protagoniza el polifacético
tenor madrileño (como, por ejemplo, el dra-
matismo que imprime a la expresión «Non
ferir» en el largo diálogo con Azucena del
segundo acto) no alcanzan a suplir el agota-
miento y engolamiento de la voz. Tampoco
el cuidado trabajo de los habilidosos técni-
cos de Sony. La emisión se quiebra en mu-
chos momentos: «Giunta la sera» (segundo
acto, lectura de la carta de Ruiz); «Intrépida»
(aria Ari si, ben mío)... mientras que apoya y
crea portamentos para facilitar el acceso a
los esforzados agudos. Di quella piro, cuya
repetición ha sido imperdonablemente muti-
lada, es entendida por Levine a velocidad de
vértigo (¿acaso para facilitar el trabajo a Do-
mingo y disimular así la fatta de fiaioT) Los
agudos, por otra parte, aparecen tirantes y
estridentes. Artificialmente insertados. Esta-
mos ante un pálido reflejo del gran trovador
de Mehta o. claro, de los de Bergonzi. Co-
relli. Lauri-Volpi y tantos otros tenores que
han marcado el personaje.
Expresiva y cargada de honestidad vocal
la distinguida Leonora de Aprille Millo, aun
cuando carezca de la soltura y agilidad que
precisa un aria tan próxima al Osear del
Sollo como es la cabaletta Di to/e amor de la
segunda escena del primer acto. Los filados,
la belleza de la línea melódica y la sensuali-
dad del timbre cautivan tanto en lacea la
norte como en la maravillosa D'omor suH'aíi
rosee del último acto. Bien el firme Conde
de vladimir Chemov y excesivamente refi-
nada la Azucena de Dolora Zajick, Entre
Wotan y Wotan, James Morris consigue
apartar a Wagner para construir un Ferran-
do bien implicado en la trama y en el sentir
verdianos Excelente prestación de la Or-
questa y Coro del Metropolitan, felizmente
enfrascados en estas verdianas lides.
j.R.
VERDI: Un bailo m maschera. Montse-
rrat Caballé, Lily Chookaslan, Trinidad Pa-
rí ¡agua, Plácido Domingo. Corrí el McNeil.
Orquesta y Coros del Gran Teatro del
Liceo. Director: Giuseppe Patané. 2CD
ORNAMENT1 FE 103-4. Grabación: 1972.
DISCOS
Representación típica de la
época de Pamies en el Gran Te-
atro del Liceo es este Un bollo in
maschera. El gran diletante empresario, por
cuestiones crematísticas y dadas las circuns-
tancias, que llevó a grandes veladas vocales
en el hoy destruido y esperemos que próxi-
mamente reconstruido coliseo de las ramblas.
La pareja protagonista, muy habitual del tea-
tro en aquellas fechas era Montserrat Caballé
y Plácido Domingo; la soprano catalana esta-
ba en la gran época de gracia vocal y su Ame-
lia tiene segundad, musicalidad y una línea de
canto impecable y de gran belleza, con un só-
lido registro agudo; su punto débil es la con-
cepción del personaie, demasiado spinlo para
su voz y sus características interpretativas,
pero de seguros efectos vocales. Plácido Do-
mingo mantiene el fraseo elegante, con la voz
en plena forma y sin cansancio, con ese canto
valiente y extrovertido, pero de gran línea, y
alguna pequeña limitación en la zona aguda
Comel McNeil, después de un inicio con la
voz algo oscilante, que le lleva a perder cali-
dad, impone su fraseo expansivo y brillante
que encuentra su mejor momento en el ana
del último acto. Correcto tanto el Osear de
Trinidad Paniagua como la Unca de üly Cho-
okasian. y se ha de resaltar la intervención del
entonces bajo Juan Pons. como Tom. Giusep-
pe Patané muestra sus conocimientos vendía-
nos con una orquesta y coro con limitaciones,
y en una grabación que teñe una cierta re-
verberación.
A.V.
VERDI: Simón Bocconegra. Antonietta
Stella, Cario Bergonzi, Paolo Si I veri, Mario
Petri y Warter Monachesi. Orquesta Sinfó-
nica y Coro de la RAÍ de Roma. Director
Francesco Molinari Pradelli. 2CD FONIT
CETRA 23. ADD. Distribuidor Diverdi.
Algún día habrá que hacer jus-
ticia a la labor realizada por la
frrma Cetra en la grabación de
obras, en aquella época, prácticamente
desconocidas. Este es el caso de este
Simón Bocconegra, primer registro de la
obra en 1951, aunque el paso del tiempo
ha hecho decrecer el interés. Lo más im-
portante es el Gabriele Adorno de Cario
Bergonzi, que debutaba en el mundo del
disco, una gran fuerza y una depurada línea
de canto de exquisita musicalidad. A su
lado el resto de los intérpretes queda en
un segundo término: Paolo Silveri es un
barítono de elegante fraseo, pero su voz
queda limitada en la expansión, lo cual
conlleva falta de intensidad en los momen-
tos más dramáticos. Antónierta 5tella. que
en aquellas fechas iniciaba una interesante
carrera, muestra una buena técnica, y un
seguro registro agudo, pero a su Amelia le
falta mayor maduración y una mejor capa-
cidad de fraseo. Mario Petn es un discreto
Fiesco y Walter Monachesi un correcto
Paolo, La dirección de Francesco Molinari
Pradelli, al frente de las masas estables de
la RAÍ de Roma, no consigue penetrar en
la densidad dramática de la obra, resultan-
do una versión discreta.
AV;
SCHERZO 83
 DISCOS
VOLANS: Cuartetos de cuerdo n"s. 2
«Hunting: Gathering» y 3 «The Songlines».
Cuarteto Balanescu. ARGO 440 687-2.
DDD. S7"I9". Grabación: Amsterdam,
IV/1993. Productor: Andrew Comall. Inge-
niero; John Dunkerley.
Son vanas las razones que
hacen de este disco un acerca-
miento muy interesante a la
música del compositor sudafricano Kevm
Volans. La propia música del autor es el mo-
tivo principal, puesto que se trata de un
compositor que introduce en la tradición
occidental por antonomasia del cuarteto de
cuerda diversos procedimientos tomados de
algunas culturas musicales africanas. El resul-
tado es por completo original y desde luego
muy apartado de lo que las vanguardias nos
han dado hasta la fecha. La mezcla de Vo-
lans, que en ocasiones parece aproximarse
al arte mínimo -partes muy amplias se aden-
tran en lo repetitivo: Stnding Dance, movi-
miento que abre el Cuarteto n° 3- y otras a
un tratamiento de un material foldórico leja-
namente relacionado con Bartók, se vuelve
muy expresiva y novedosa por sus disonan-
cias y sonondades fantasmales. La dinámica
presenta diferencias enormes, contraste que
por lo demás es potenciado por la fascinan-
te interpretación del Balanescu, de modo
que sobre staccav casi imperceptibles se im-
ponen de tanto en tanto unos a modo de
recitativos en forte, que los ejecutantes
tocan con un sentido poco menos que dra-
mático. Desde luego, aquí la formación del
cuarteto de cuerda no es empleada en su
aplicación habitual de profundidad de las lí-
neas e independencia de éstas, sino de una
manera totalmente anticonvencional. For-
malmente, la música se organiza por una su-
cesión de episodios, fragmentariedad que el
Balanescu dispone con una orientación dia-
léctica que hace progresar el discurso.
E.M.M.
VOLKMANN: Obertura tordo III. Sinfo-
nía n° I en re menor Op 44, Sinfonía n° 2 en
si bemol mayor Op. 53. Concierto pora violon-
chelo en la menor Op. 33. Obertura postuma
en do mayor. Johannes Wohlmacher. vio-
lonchelo. Nordwestdeutsche Philharmonie.
Director: Werner Andreas Albert. 2CD
CPO 999 151-2. DDD. 50 p 2l". 50'19".
Grabaciones: Herford. 1/1991. 11/1993. Pro-
ducción: WDR, Colonia. Ingenieros: Die-
trich WoMfromm. Stefan Hackspiel, Hans
Vieren. Distribuidor: Diverdi.
VOLKMANN; Tríos paro piano en fo
mayor Op. 3 y si bemol mayor Op. 5. Trio
Beethoven de Ravensburg. CPO 999 I2B-
2. DDO. 53"28". Grabaciones: 11/1992. Co-
producción: CPO/Radio Bremen. Ingenie-
ro: Frauke Schulz, Distribuidor: Diverdi.
Volkmann se perfila en estos
dos registros como un autor de
tercera fila, fiel a las estructuras
clásicas pero vagamente emparentado por
lenguaje con la linea üszt-Wagner. El álbum
que contiene sus obras orquestales revela su
escasa capacidad plástica en Ricardo III; desde
luego, el nivel de su invención temática es
más bien bajo en el Allegro patético de la Pn-
84 SCHERZO
Wolf, Schwarzkopf, Furtwángler:
una velada para el recuerdo.
Para conmemorar el L aniver-
sario de la muerte de Hugo
W o l f y a instancias de
Furtwángler, el Festival de Salzburgo ofre-
ció una extraordinaria sesión monográfica,
una liederabend dedicada al extraño y ge-
nial compositor austríaco, muerto a los 42
años en un manicomio, con Elisabeth Sch-
warzkopf y el propio gran director al
piano. El acto, recogido y difundido en dis-
cos pirata -no hace mucho circulaba un
comparto Virtuoso por las tiendas de dis-
cos a 400 pesetas-, nos muestra a una de
las grandes sopranos alemanas en su me|or
momento vocal. Schwarzkopf tenía ya en
su haber un amplia experiencia en el terre-
no del lied en general y de Wolf en parti-
cular debido, en buena parte, a la devoción
que su marido. WaKer Legge. le profesaba.
De hecho Legge llevó al disco como pro- Ellsabeth Schwarzkopf
ductor más de un centenar de sus cancio-
nes con artistas como Elena GerhanJt Tina Wolf. de la ironía a la desesperación, del
Lemmtz. Helge Roswánge. John McCor- humor a la melancolía, de la ingenuidad a
mack. Friedrich Schorr y Gerhard Húsch. la visión de la muerte, del dolor a la sonri-
Por ejemplo, la Schwarzkopf cantó un se- sa, están espléndidamente captados por
lecto grupo de canciones de Wolf en su los dos artistas. Schwarzkopf. que no siem-
presentación en Londres como liedensta pre cantaba con naturalidad o frescor, está
en 1947 y el propio Legge señala como aquí más suelta y espontánea que de ordi-
«uno de los días más felices de mi vida» nario, y Furtwángler, aunque no un virtuo-
cuando en el Festival Hall se puso el cartel so, acompaña con absoluta convicción y
de «Sold out» para un recital de Schwarz- solvencia. Algunos pequeños desajustes, sin
kopf y Fischer-Dieskau con el Italienisches más importancia, nos recuerdan que esta-
Uederbucb completo. Sawallisch realizó su mos ante un recital en la sala de concier-
debut en Londres no como director, sino tos. El sonido es muy aceptable. Un disco,
como pianista en un recital enteramente pues, absolutamente recomendable para
dedicado a Wolf con la Schwarzkopf y todos los amantes de la canción.
también Karajan la acompañó en 1951 en
otro recital que incluía un amplio número Una critica a Fonit-Cetra. ¡Cómo es
posible que en la carátula del disco el
de lieder de Wolf
nombre de Elisabeth Schwarzkopf figure
en letras pequeñitas y el de Wilhelm
En Salzburgo. la experiencia de ser Furtwangler en caracteres muchísimo ma-
acompañada por un director-pianista no yores? Es un despropósito. El piano es im-
era. pues, nueva, pero sí, posiblemente, portante, pero la voz lo es más en una gra-
esta ocasión fuese la más emocionante. bación de canciones.
Son 22 las canciones recogidas, agrupadas
en cinco apartados: Mónke-I'ieder, Goethe- C.R.S.
Heder. Libro iialiano. Libro español y otro con
canciones variadas. El recital es magnífico. WOLF: üeder. Ellsabeth Schwarzkopf,
Hay estilo, hondura expresiva, sentimiento soprano; Wilhelm Furtwangler, piano.
y emoción tanto por parte de la soprano FONIT CETRA CDC 21. AAD. 69-49".
como del pianista. La variedad de estados Grabación: (en vivo) Salzburgo, 18-VIII-
anímicos que laten en las canciones de 1953. Distribuidor Diverdi.
mero y a la melodía, sin duda atractiva, del parte preeminente- ejerce una función can-
Andante se le saca poco partido en el desen- table, contribuye al clima de intimidad gene-
volvimiento de este tiempo. Por cierto, la in- ral mucho más que alzarse con un papel con-
terpretación parece inclinada a marcar un certante. Sin embargo, en el Op. 5 -acaso la
hito protobrucknenano en el Allegro, sobre obra mis lograda de Volkmann- llegan a im-
todo por la insistencia en los trémolos y los ponerse sombras desesperanzadas en su
efectos proximidad/lejanía, si bien el Scherzo conclusión. Los instrumentistas de cuerda,
es visto desde una óptica más rústica y dvo- sobre todo el violinista, (laquean un tanto en
rákiana. No puede negarse un interés supe- sus prestaciones frente a las del pianista.
rior a la Segundo, en especial por la fresca
lectura de Albert En el caso del Concierto, se
cuenta con una participación muy lírica del E.MJA.
solista, pero vuelve a ser difícil encubrir el
paupérrimo acompañamiento orquestal. Los
dos Tríos oscilan en mundos diferentes: el
Trío Beethoven aplica una amabilidad schu- WILBRANDT: Mono Iones (I2 studies in
silence). Thomas Wilbrandt y Charles Er-
bertiana al Op. 3. donde el piano -con una
nest. pianos. DECCA 440 228-2. 64'S4".

Grabación: Berlín, 111/1992. Productor:
Charles ErnesL
Partiendo de dos citas -la pri-
mera perteneciente a Rilke y
la segunda un proverbio
i n d i o - , ensaya Thomas Wilbrandt en
estos Doce estudios la representación mu-
sical del silencio. Si ya resulta ardua por
demás la empresa de representar musical-
mente cualquier acontecimiento que pro-
duzca y conlleve algún tipo de manifesta-
ción sonora, excusado es decir cuánta di-
ficultad habrá para traducir a sonidos lo
no-sonoro.
Se me antoja que no es suficiente para
lograr el objetivo señalado -a no ser que
se identifique silencio con monotonía,
cuando, a poca imaginación que se tenga,
es exactamente lo contrario-, el artificio al
que acude Wilbrandt de utilizar el piano,
instrumento esencialmente polifónico, y
utilizarlo por duplicado en cinco de los Es-
tudios, de una forma monofónica. Pero
tampoco cabe negar ni la solvencia ejecu-
tora de los dos intérpretes -aunque no so-
metida, ciertamente, a complicada prue-
ba-, ni todavía menos la gran calidad sono-
ra de la grabación.
LH.
WOLF-FERRARI: I quatro rusteghi.
Antonio Abete, Alessandra Palomba,
Donatella Lombardi, Mattia Nicolini,
Gianluca Sorrentino, Grazlella Merrino.
Orquesta I Pomerlggi Musicale di Milano.
Director: Daniele Callegan. 2CD ARKA-
DIA CDAK 139.2. DDD. 65'ÍM'1 y
75'5S". Grabación: (en vivo) Brescia, 13-
XI-1993. Distribuidor: Diverdi.
Estrenada en Munich en 1906,
I quairo rusteghi es junto a ((
segreto di Susonno la ópera
más conocida de Ermano Wolf-Ferrari,
autor de catorce títulos -el penúltimo de
ellos, Lo doma bobo (1939) basada en la
famosa comedia de Lope de Vega -pero
considerado un operista menor incluso
en Italia, i quatro rusteghi es una ópera
cómica inspirada en Goldoni, I rusteghi
(1760), que ya había dado lugar a varias
operas, entre ellas Olivo e Poscuate
(1826) de Donizetti, I rusieghi (1875) de
Vincenzo Moscuzza y otra del mismo tí-
tulo de Adolfo Gallori. estrenada en
1891. La de Wolf-Ferrari es una agrada-
ble comedia sobre el viejo tema de la im-
posición matrimonial de los padres sobre
los hijos, sin consultar a éstos su opinión.
La música es amable, ligera, con especial
atractivo en el empleo de los instrumen-
tos de viento, y una vocaltdad muy a pro-
pósito con el libreto. A las partes mera-
mente bufas se unen otras de mayor liris-
mo que culminan en el feliz final de la
ópera con el triunfo del amor.
La grabación se efectuó durante una
representación en el Teatro Grande de
Brescia y tiene buen sonido. Reúne un re-
parto joven, muy cohesionado y viviendo
la comedia con entrega. No hay grandes
voces, de modo que los aficionados que
busquen alardes vocales o voces de espe-
cia! belleza, se verán decepcionados. Buena
impresión me ha causado el director Da-
niele Callegan que lleva la obra con exce-
lente pulso y subraya bien el importante
papel de la orquesta, siendo capaz también
de otorgar poesía y calma cuando es re-
querido. La orquesta I Pomenggi Musicali
di Milano no es maravillosa pero toca con
mucha atención y entusiasmo. El resultado
global es superior al de las partes. Es posi-
ble, incluso, que un divo o diva rompiese el
equilibrio del conjunto. Voto de censura
para Arkadia, pues siendo discos caros
ofrece una presentación más bien pobre.
El libreto sólo en italiano, un resumen del
argumento en italiano e inglés y ni una sola
palabra sobre la obra, ni tampoco sobre el
autor. Un álbum para los amantes de la
ópera que no sean muy exigentes con las
voces.
C.R.S.
ZANDONAI: Francesco do Rimini. María
Caniglia. O me lia Rovero, Giacinto Prande-
lli. Cario Tagliabue y Mario Carlín. Orques-
ta y Coro de la RAÍ de Roma. Director:
Antonio Guarnieri. 2CD FONIT CETRA
COC 22. AAD. Distribuidor Diverdi.
Obra que también la firma
Cetra dio a conocer a los afi-
cionados, diecisiete años
antes de la siguiente grabación comercial,
Francesco da Rimtni, es la ópera más co-
nocida, del hoy bastante olvidado Riccar-
do Zandonai. En la fecha de su estreno
se consideró que representaba una reno-
vación de la ópera italiana, después de las
experiencias veristas. teniendo presente
la historia vocal-musical italiana y las in-
fluencias de las corrientes imperantes en
la época. La obra que tiene momentos
de gran inspiración no acaba de comple-
tarse y decae en ocasiones; sólo las gran-
des cantantes artistas pueden atreverse
con un personaje tan versátil. Maria Cani-
glia grabó esta obra en 1952, después de
más de veinte años de carrera, en un re-
pertorio de soprano dramática lleno de
dificultades; por ello no es de extrañar
que la voz esté algo cansada y presente
en ocasiones algo de pérdida de color,
pero su descripción del personaje puede
considerarse antológica; sabe pasar de la
discreción a la fuerza, del amor contenido
a la pasión, manteniendo un fraseo explí-
cito y detallista con una gama de matices
que da a cada frase un significado dife-
rente. A su lado Giacinto Prandelli es un
tenor de buena línea, con un canto meti-
culoso y cuidado, acorde en los momen-
tos más dúctiles y líricos, pero falto de
una mayor brillantez en los momentos de
tensión dramática, tanto por proyección
como por extensión. Algo parecido le
ocurre a Cario Tagliabue. con un depura-
do fraseo, pero falto de una mayor pene-
tración. La versión de Antonio Guarnieri
es correcta, manteniendo el carácter am-
bivalente de la partitura, con sutileza en
los dúos de amor y vitalidad en los de
fuerza.
A.V.
DISCOS
RECITALES
ARIAS DE BEL CANTO. Obras de
Rossini, Bel I i ni y Donizerti. Dmitri Hvoros-
tovski, barítono. Philharmonia Orchestra.
Director: Ion Marin. PHILIPS 434 912-2.
D D D . 52'08". Grabación: Londres.
Vil/1992. Productora: Anna Barry. Ingenie-
ro: Chris Ludwinsky.
Las casas de discos siguen lan-
zando impunemente a sus artis-
tas a recitales bel cantistas, que,
según criterios desgraciadamente bastante
extendidos, debe parecerles un estilo tan
fácil de cantar como cualquier Otro, y ade-
más de gran aceptación (eso, por no hablar
de las delimitaciones del mismo, ya que
muchas veces es un cajón de sastre donde
cabe de todo). No de otro modo pueden
explicarse fiascos como los de Cheryl Stu-
der o el más reciente de Kathleen Battle. al
que ahora viene a sumarse el del joven ba-
rítono Dmitri Hvorostovski, doblemente
doloroso cuando el cantante ruso ha dado
pruebas de más que buen hacer en sus gra-
baciones de ópera rusa. Pero el bel canto
italiano es otra cosa, y requiere de auténti-
cos especialistas en la materia, claro está,
mantiene su belleza, aunque aparece más
apagada que en otros repertorios, hay un
control insuficiente del (¡ato y las sutilezas
del fraseo brillan por su ausencia. Así, el ca-
tálogo al que se somete al oyente es bas-
tante penoso, desde un Largo al factótum
vociferado hasta un Cruda, funesta manía
salvado por derroche vocal, pasando por
páginas tan hermosas como lo favorita, II
duco d'Alba o Don Sebastiano, Guillermo Tell,
II pirata e I puntara con mucha más pena
que gloria, sin aprovechar tampoco los mo-
mentos cómicos en Elisir o Don Pasouole.
Es decir, un recital pensado como para Re-
nato Bruson, pero con el intérprete erró-
neo. Ion Marin tampoco parece ayudarle
mucho en su cometido, a pesar del lujo de
la Orquesta Philharmonia. En fin, que de
momento Dmitri Hvorostovski y el bel
canto deberían divorciarse por incompatibi-
lidad de caracteres,
A.B.Í.
OLIVIER BENSA. Guitarra. Richard Sie-
gel, clave. Boccherini: Introducción y Fandan-
go. Johnjon: The fian Povin. Gallarde. Beet-
hoven: Adagio en mi bemol. Sonatina en do
mayor. Variaciones en re mayor. Ponce: Sonó-
la pora guiíarro y dave. Vivaldi: Sonólo paro
guitarra y bajo continuo en la mayor. Dodg-
ion: Dúo Concertante. MÁNDALA MAN
4817. DDD. 6S'IO". Grabación: 1987. Inge-
niero: Roben Prudon.
LUCIO NUÑEZ. Guitarra. Lasala: Tres
preludios americanos. n° I «Pampeano», n° 3
«Norteño». n° 5 «Serrano». Ponce: Sonota n°
3. Moreno-Torroba: Nocturno Serenata bur-
lesca. Madroños. Barrios: Medallón ontiguo. ES
(¡tomo canta Churo da saudade. Danzo para-
guayo. Oración. Gieca. Fleurv: Gfra. De sobre-
paso. Pico blanco. Demare: Mañana zarpa un
barco. MÁNDALA MAN 4815. DDD. 63".
Grabaciones: Ginebra, 1991; Paris, 1993.
SCHERZO 85
 DISCOS
La propuesta de un registro en
el que confluyen el clave y la
guitarra es siempre atractiva. El
sonido del clave, de timbre árido y faho de
la cualidad del matiz, se viste con la calidez
sonora y la riqueza dinámica de la guitarra.
Se establece, así, un rico contraste que da a
la combinación grandes posibilidades expre-
sivas. Los intérpretes saben aprovechar muy
bien estas características: e guitarrista Bensa
presenta un sonido bien conformado que
mueve en un amplio espectro dinámico. Sie-
gel presta en todo momento un adecuado
servicio con una técnica clavecinística en la
que destacan la pulcritud así como la solven-
cia para abordar los diferentes estilos aquí
presentes. Es así que este registra no decae
en ningún momento, siendo particularmente
logradas las versiones de la Sonara de Ponce
y el Dúo concertante de Dodgson, donde
está muy asumido el concepto de dúo. Las
individualidades de ambos intérpretes, con
perfiles ya maduros, lucen irreprochables y
con la debida independencia.
En cuanto al recital del guitarrista argen-
tino Lucio Núñez. nos provoca sentimientos
encontrados. Si bien es cierto que se perci-
be un espíritu de musicalidad madura y un
dulce sentimiento intimista. sujeto todo esto
a un carácter muy personal con sentido ar-
tesanal de la obra de arte, desde el punto de
vista del rigor musical el desempeño de
Núñez es ampliamente discutible. Desfallece
su planteamiento dejando paso a un dibujo
estructural borroso y desenfocado. No pa-
rece equilibrada su propuesta musical en la
que el sentimiento desdibuja constantemen-
te el esqueleto formal de la concepción es-
tético-musical, cuyo respeto creemos insos-
layable, y del que depende el estilo que ha
de regir una partitura.
No obstante, el carisma indiscutible del
intérprete suple de alguna manera lo anota-
do, permitiendo que podamos calificar a este
recital como de razonablemente aceptable.
LM.G. tuoso, convive con un Ritoma vinátar de las
MARÍA CALLAS. La divina 2. Artas de
Aícesíe, Carmen, Emaní, Manon Lescaut, Aída,(con el sobreagudo y las agilidades a punto)
Orphée ef Eurydtce, I vespn siofioni, Louise. La contrasta profundamente con el aria de Loui-
bofiéme, Mignon, La traviata, La sonámbulo.
Samson el Dalila. Don Corlo, Adriana Lecouv- pero que apenas le iba y menos cuando la
reur, Lucio di íammermoor. Varias orquestal
y directores. EMI 55016. A D D . 75'57".
Grabaciones: 1954-1964.
MARÍA CALLAS. Lo mommo morto y
dos títulos más de la película Philadelphia.
Orquestas Filarmonía y del Teatro alia
Scala. Director: Tullio Serafín. EMI 81299.
ADD. I2'l I". Grabaciones: 1954-55.
Segundo volumen de las nuevas
reediciones de la Callas, agrupa-
das bajo el apodo de Lo divino y
hecha la selección con criterios más bien de-
bidos ai azar o al capricho que a la simple ló- tonrano de La Wally. Tanto Maddalena de
gica. Aparecen ejemplos de los pnmeros y
magnflicos recitales de la soprano al lado de
otros de ía época francesa, donde la voz ya
acusa el prematuro deterioro. En estos diez
años la voz de la Callas cambió de tal mane-
ra que sólo la intérprete, siempre genial y co- una sola ocasión (6 funciones en la Scala,
municativa, da unidad a estos registros re-
vueltos. El íntimo /n que/le trine morbide,
86 SCHERZO
Afectos barrocos
Estos dos discos de la curiosa
serie El o'rcu/o de Orfeo. que
dirige el músico Anthony Ro-
oley y cuyos intérpretes, según reza la ca-
rátula, «aman el momento creativo de la
interpretación» y «se complacen en vivir
peligrosamente», nos traen dos variantes
de las canciones de amor en la música an-
tigua. Las respectivas fotografías de porta-
da hacen hincapié, con bastante sentido
del humor (especialmente el segundo de
ellos, con la cantante al borde del ataque
de nervios sujetanclo un corazón en lla-
mas), en el espíritu de la interpretación,
que lleva hasta sus máximas consecuencias
la barroca doctrina de los afectos. Así, la
angelical Emma Kirkby, auténtica diva de
estos repertorios, recrea con su habitual
candor y pureza de timbre las arias italia-
nas de Caccini, Saracini o Canssimi, y las
confronta con otras páginas inspiradas en
ellas o relacionadas temáticamente con las
mismas, de autores principalmente británi-
cos, y donde en algunos casos la ornamen-
tación llega literalmente al límite {caso de
la recreación de la célebre Amarilli cacci-
niana porjohann Nauwach). Más lejos aún
va Evelyn Tubb en su galena de amantes
que, de un modo u otro, han sufrido los
embates del corazón hasta que su mente
ha quedado irremisiblemente marcada, un
motivo éste de la locura de amor muy
presente en la música inglesa de la época
isabelina. Apoyada en la singular sonondad
del arpa triple, la soprano realiza auténticas
dramatizaciones de estos lamentos tan do-
lientemente hermosos. Son dos discos, en
donde transmite una agobiante laxitud con
un grafiquísimo mensaje en la palabra mlut-
postrimerías, cuya publicación prohibió la
cantante y que, se cuenta, realizó de un tirón,
después de escuchar la misma página por
Regine Crespm. El bolero de I vespn sidiráni
se de Chaipentier, página cara a la intérprete
grabó. Su Dalí la del ana de presentación es
seguida por el ana de entrada de Amina de
la contralto francesa a la soprano ligera italia-
na. Así encuentra finalmente explicación el
criteno selectivo del disco: la amplitud de
miras y registro de la intérprete.
Aprovechando la popularidad de la pelí-
cula Pkihdéphta de Tom Hanks y Denzel
Washington sobre el tema del sida, se publi-
ca este single, donde la Callas, además de la
página de Giordano, canta otro fragmento
operístico que se hizo popular gracias al cine
(el pretencioso film Divo): Ebben? Ne andró
Coigny como Wally fueron personajes de la
oferta de Tebaldi, La segunda sólo la cantó
Callas en recital, en una preciosa lectura,
tensa y concentrada, de un patetismo fusti-
gante. La soprano interpretó Maddalena en
enero de I95S), porque del Monaco prefirió
cambiar II trovaron» previsto por la ópera de
cierto modo, compleméntanos, impecable-
mente interpretados, magníficamente gra-
bados y muy sugestivos,
R.B.Í.
ARIE ANTICHE- Emma Kirkby, so-
prano; Anthony Rooley, laúd. MÚSICA
OSCURA The Orpheus Circle 070988.
DDD. 63'32". Grabación: Dorset. 1/1992.
Productor: Anthony Rooley. Ingeniero:
Anrony Howell. Distribuidor: Diverdi.
THE MAD LOVER. Evelyn Tubb. so-
prano; Francés Kelly, arpa triple. MÚSI-
CA OSCURA The Orpheus Circle
070987. DDD. 66'58". Grabación: Dor-
set, 1/1992. Productor: Anthony Rooley.
Ingeniero: Antón/ Howell. Distribuidor:
Diverdi.
Giordano que le era más cómoda. Callas fue
protestada; pocos entendieron el mensaje
dramático y la evolución psicológica que
otorgó al personaje. El aria es un prodigio de
traducción del texto en un crescendo ex-
presivo (que culmina en la nota aguda), que
nos remite a otra interpretación célebre, la
de Claudia Muzio. Por último, el ana Nume
tutelar de La vesrole de Spontini es la menos
exigida de las tres de Giulia y la que menos
se presta a destacar la personalidad de la in-
térprete.
EF.
CANCIONES ESPAÑOLAS, pella
Jones, mezzosoprano; Malcolm Martineau,
piano. CHANDOS CHAN 9277. DDD,
78'35". Grabación: Snape Maltings,
VII/1993. Productor: Mike George. Ingenie-
ro: Richard Lee.
Las canciones españolas han
ejercido siempre una fuerte
atracción sobre artistas extran-
jeros, por esa visión exótica que habitual-
mente se asocia a nuestro país. Muchos de
ellos se han atrevido a adentrarse en un te-
rritorio que plantea grandes exigencias en
cuanto a idioma, intención y gracia, además
de unas características vocales muy deter-

minadas. Los resultados han tenido, a su
vez, diferente fortuna. En el caso de la mez-
zosoprano británica Della |ones. muy cono-
cida sobre todo en el repertorio de la mú-
sica barroca, puede decirse que no lo ha
logrado plenamente. No hay nada realmen-
te censurable. La voz suena amplia sana y
generosa. La dicción está cuidada con bas-
tante rigor (aunque aparecen aquí y allá fa-
llos inevitables). Pero expresivamente es
bastante plana, sin diferenciación por escasa
comprensión. Realmente, ya existen otras
versiones de referencia de Los mojos doloro-
sos, ES majo discreto y El tta-la-ta y el punte-
ado de Granados, las Seis condones castella-
nas de Guridi, et Posma en forma de condo-
Aquel milagro roto
Jacqueline Du Pré (1945-
1987) pasó por la música con
la fuerza de una tormenta be-
néfica. Frágil y fuerte a la vez enamoró a
sus compañeros de oficio, a sus oyentes, a
los micrófonos de los estudios de graba-
ción y a las cornucopias de las salas de
conciertos. Du Pré era sobre todo la pa-
sión, el fuego interior, el espíritu siempre
despierto, la vehemencia de un sentimien-
to que jamás se ocuftaba. Tal vez por eso
halló su complemento ideal para la música
de cámara en dos acompañantes de pare-
cido carácter Daniel Barenboim, que luego
sería su mando, y un Stephen Bishop -des-
pués Kovacevich- con los que compartía
ese amor por la libertad del genio que
desborda en estos seis discos que EMI nos
presenta con el equívoco título de Los
¡nencontrables de Jacqueline Du Pré. La ver-
dad es que casi todo lo que aquí se nos
ofrece ha sido o es encontrable, y eso
planteará a muchos compradores el eter-
no problema de la duplicidad de inversión
para hacerse con todo el material disponi-
ble. Pero para quien no posea ninguna de
estas grabaciones y de verdad sienta que
ama la música, y además adore el violon-
chelo, y crea que realmente el arte es algo
que nos engrandece y nos consuela y nos
deshace un poco por dentro, aquí va a en-
contrar buenas razones para seguir vivien-
do. El Elgar, insuperado por no decir insu-
perable, con un Barbirolli decidido a sacar
hasta la última gota sonora de un edificio
que comprende a la perfección y en el que
cree tanto como una solista de sólo veinte
años que parece llevarte en volandas. De-
lius -otra referencia- despierta de su siesta
sonora en estas manos y Saint-Saéns se
hace menos trivial con tanto ardor. Los
conciertos de Dvorak y Schumann se
suben otra vez a la cima de la discografía
-con Rostropovich y Tortelier y Gendron
y los verdaderamente grandes-, entre
otras cosas ponqué, además, Barenboim se
sumerge también en ese clima casi mila-
groso. Y lo mismo cabe decir de un Haydn
elegante y cantabile. Con la música de cá-
mara el clima es el mismo, y aunque las
cosas bajan en Bach y Haendel -no podía
ser menos en el primero, con una solista
de diecisiete años, prometedora pero que
quizá no hace pensar aún en el milagro el-
ganano de sóJo tres más tarde- nadie nos
nes de Turina, las preciosas canciones de
Obradors y, sobre todo, las Siele canciones
populares españolas de Falla y las Onco con-
dones negras de Montsalvatge: un amplio
abanico que va desde Victoria de los Ange-
les / Teresa Serganza hasta el reciente
disco de María Bayo. Buen trabajo de
acompañamiento de Malcolm Martineau -al
que. sm embargo, puede aplicársele el
mismo criterio que a la cantante- y exce-
lentes notas de ese gran conocedor del
mundo de la canción que es el pianista
Graham Johnson. La grabación es de gran
claridad.
R.B.I.
les introuvables
quita la emoción de pensar que aquí están
sus dos últimas grabaciones: la Sonato de
Chopin y la transcripción de la escrita para
violín y piano por César franck. Una joya
en suma, una muestra de amor a la vida,
de pasión por la música, de generosidad
sin límites, Y un ejemplo de cuan in|usto es
a veces un destino capaz de romper aquel
milagro, de llevarse a un ser humano como
este cuando menos podía pensar en la
muerte. Una esclerosis múltiple intemjmpi-
ria en 1972 la carrera de Jacqueline Du
Pré. Quedan testigos: los discos, los cada
día un poco más viejos aficionados que la
vieron un día y. cómo no, ese Stradivarius,
el Davidw que, hoy en manos de Yo-Yo
Ma, recuerda seguramente el aliento de la
que fije su dueña
LS.
LOS INENCONTRABLES DE JAC-
QUELINE DU PRE. Conciertos para vio-
lonchelo y orquesta de Elgar, Delius,
Saint-Saéns, Dvorik, Schumann, Monn y
Haydn. Chopin: Sonata en sol menor.
Franck: Sonata en la mayor. Fauré: Elegía.
Bruch: Kol Ni&ei. Bach: Su/tes n°s I y 2.
Haendel: Sonólo en sol menor. Beethoven:
Sonoros n°s 3 y 5. Variaciones. Orquesta
Sinfónica de Londres. Real Orquesta Fi-
larmónica. New Philharmonia. Orquesta '
Sinfónica de Chicago. Orquesta de Cima- ,
ra inglesa. Directores: Sir John Barbirolli,
Sir Malcolm Sargent y Daniel Barenboim.
Daniel Barenboim, Gerald Moaré. Emest
Lusch / Stephen Bishop, piano. 6 CD EMI
5 68132 2, ADD. 437'27". Grabaciones:
1961-1971.
DISCOS
EUGENIO FERNANDI. Tenor. Arias
de Donizetti, Flotow, Verdi, Gounod, Me-
yerbeer, Boito, Bizet, Ponchielli, Mascagni,
Puccini, León ca val lo y G i ardan o. Diversas
orquestas. Directores: Rescigno, Anovazzi,
La Rosa Parodi, Karajan, eco BONGIO-
VANNI GBI286-2. 7675". Grabaciones:
1957-1966. Edición al cuidado de Franco
Battaglía. Distribuidor Diverdi.
Eugenio Fernandi. tenor de ca-
rrera internacional durante los
años cincuenta-sesenta, produce
a menudo la impresión de alguien que canta
como quien oye llover. Poseía una voz lírica,
de tamaño mediano, timbre adocenado e in-
flexiones gangosas, proyección escasa y nulo
metal. Cabe reconocerle, eso si. una cierta
corrección en la búsqueda de la línea, y un
afán de superación detectable en produccio-
nes concretas como el Don Cortos de Salz-
burgo. con Karajan, del que. sin embargo,
este CD recoge lo menos afortunado de la
noche: el aria de salida, También hay ataques
dulces, un poco más acariciantes, como el
inicial de Testa adórala de La bofoéme de Le-
oncavallo -el único fragmento no manido
que recoge esta selección-, pero resultaría
ofensivo contraponerlo al modélico de Ca-
ruso. En Amor ti vieta no transita ni la vía de
Anselmi (con quien podría tener un lejanísi-
mo parecido, dada la neutralidad del tim-
bre), ni la de Corelli o Bjórling: se queda en
un discreto canto burocrático. Lo demás, en
fn. no es fácilmente rescatable. El Tu che o
Dio de su celebrada Lucra, con alguna frase
fina diseminada a lo largo del fragmento,
está bajado de tono, y, en general, un simple
la natural representa para Femandi la asun-
ción de uno de los doce trabajos de Hércu-
les, ya que sus agudos son siempre planos,
forzados, sin relieve,
J.M.S.
EMANUEL FEUERMANN. Obras de
D v o r i k , Brueh, Haydn. Popper, Saint-
Saéns, Sarasate, Granados. Giordani y Va-
lensin. PEARL 9097. ADD. 76146". Graba-
ciones: 1921-30.
El gran violonchelista polaco de
origen judío Emanuel Feuer-
mann (1902-19-H) falleció poco
antes de cumplir los cuarenta años, cuando
estaba comenzando la plenitud de su arte.
Niño y joven prodigio (la grabación de los
dos movimientos de Haydn la hizo a los 19
años) tuvo una carrera en Europa -Polonia.
Viena, Colonia, Berlín. Zunch- hasta 1938,
año en el que huyó a los Estados Unidos
poniendo el Atlántico entre él y los nazis. Su
temprana muerte en Nueva York nos pnvó.
sin duda, de un artista de extraordinaria cali-
dad técnica, poseedor de un sonido lleno y
hermoso -parece ser que, al natural, el volu-
men no era grande- y unas realizaciones
que, lógicamente, habrían madurado con el
tiempo. No puedo dejar de comentar el ar-
tículo de Charles Haynes en el disco. Para
engrandecer a un artista como Feuermann
no es necesario tratar de nebajar a otro. Ca-
sáis: decir que el pnmero no fue suficiente-
mente reconocido por la sombra del segun-
do o que en 1937 Casáis estaba ya en deca-
SCHERZO 87
 DISCOS
dencia no sólo es injusto sino malintenciona-
do. Eso y otras cosas.
En este compacto se recogen varias gra-
baciones hechas por Feuermann entre 1921
y 1930. El Condeno de Dvorak está tocado
con excesiva rapidez, como rápidos son, en
general, los fempr adoptados en todas las
obras. Esto llega a dar una cierta sensación
mecanicista -algo semejante le ocurre a Hei-
fetz- que tiñe incluso a páginas eminente-
mente lincas, como la danza española Anda-
luza de Granados o Caro mío ben de Giorda-
ni. Es una lástima porque el virtuosismo de
Feuermann es asombroso y en ocasiones al-
canza una gran expresividad -momentos de
Kol Nidreí de Bruch, Allegro Apfwssionoto de
Saint-Saéns- además de una intensidad poco
común.
Las grabaciones son lógicamente imper-
fectas, con ruido de fondo. El acompaña-
miento orquestal -de la Opera de Berlín- es
un mero soporte con Michel Taube y Frieder
Weissmann en el podio. El propio Taube
-polaco y judío también- acompaña a Feuer-
mann en el piano. Un compacto interesante
como documento, sobre todo para los
amantes del violonchelo, y como constata-
ción de la calidad de un malogrado artista.
C.R.S.
EMILIO DE GOGORZA. Barítono. Pági-
nas de Giordani, Haendel, Moiart, Rossini,
Verdi, Flotow. Berlioz. Gounod. Thomas.
Bizet, Massenet, Messager, Schuberc Sulli-
van, Elgar, Yradler, Rodney, Parker, Wilson.
PEARL 9089. Productores: Haynes, Attwell
y Marshall. Grabaciones: 1907-1924.
Este contemporáneo de Canj-
5O, habitual compañero en el
Metropolitan y en alguna graba-
ción del tenor napolitano, neoyorkino de as-
cendencia española, de educación hispano-
francesa, casado (en fugaz matrimonio) con
la famosísima Emma Eames, era un auténtico
gentleman. admirado por su elegancia y acti-
tudes. Algo de ello se transmite en su canto,
pulidísimo, de coherente claroscuro, con
unas regulaciones modélicas, facilitadas por
un instrumento maleable de timbre claro y
atenorado, como demuestra en la serenata
de Don Giovonni o en el dúo de Papageno y
Pamina {la Eames, precisamente), a pesar de
que, quizás premonitoriamente, barítono y
soprano no logran avenirse, aunque aquí el
desfase sea sólo en el plano profesional, In-
teresantes son su Fígaro rossiniano, ágil y so-
berano (a pesar de que rehuye los agudos
tradicionales), o el Hamlet del Brindis que
Titta Roffo tanto privilegiaba, además de su
presencia como Valentin en el terceto de
Foust junto a van Hoose y el imponente
Joumet. Algo menos importantes son su Ri-
goletto (Pon siomo bien concebido, pero
pobre de aliento y sonoridad) o el En tu del
Bailo (en el disco erróneamente figura
Emanf) por parecidas razones. Con la inter-
pretación de la paloma de Yradier. además
de rendir pleitesía a sus orígenes, de Gogor-
za manifiesta disposición innata para la can-
ción popular, como poco antes hizo lo
mismo con la culta: un respetable Abschied
schubertiano, aunque lo cante en inglés.
Cantante destacado por la sólida personali-
88 SCHERZO
dad interpretativa, se comprende que haya
hecho una respetable can-era en momentos
en que su cuerda bantonal contaba con co-
legas de mayor poderío vocal.
DMITRI HVOROSTOVSKI, Barítono.
Canciones y Danzas de lo Muerte de Mu-
sorgski (orquestación de Shosukovich);
arias de óperas de Rimski-Korsakov (Sádico.
Kashei el Inmortal, Lo doncella de nieve. Lo Vicat, autor además de las notas biográficas
novia del zar), Borodin (£i Príncipe tgor). Ru- de la carpetilla. A pesar de algunas lagunas
binstein (El demonio. Nerón), Rachmaninov
(/Veto). Orquesta del Teatro Kirov de San
Petersburgo. Director: Valeri Gergiev.
PHILIPS 438 872-2. DDD. 62'04". Graba-
ción: San Petersburgo, 1/1993, Productora:
Anna Barry. Ingenieros: Erwln de Ceuster,
Jean-Marie Geijsen, Jaap de Jong.
En cada nuevo disco de los que
van jalonando una carrera mete-
órica el joven barítono lírico
Dmitn Hvorostovski va asentando su impor-
tante calidad y organización vocales. El ins-
trumento, sonoro, denso, oscuro, compacto,
sólido, algo gutural, muestra una envidiable
flexibilidad y una soltura y potencia excep-
cionales. Quedan aún -será difícil que pue-
dan eliminarse pues forman parte de su es-
tructura fonadora- ciertas resonancias non
sonetos, de nariz, ciertos sonidos espurios en
los que se confunde muchas veces la fonéti-
ca propia del idioma ruso con apoyos poco
ortodoxos que pueden incluso dotar a la
emisión de una no deseada dureza, Pero el
timbre es mórbido, carnoso, atractivo. Y el
artista va ganando en registros expresivos.
Algo que se aprecia sobre todo en su reper-
tono, el nacido en el interior de las fronteras lución posterior del intérprete.
de su vasto país (la antigua Rusia) y que se
evidencia en este nuevo CD, que contiene
fragmentos de algunas importantes y signifi-
cativas óperas, en las que el cantante se
muestra sobrado de facultades, fácil en el
matiz, resuelto en el agudo y convincente;
aunque no sea el suyo un canto colorista y
que juegue demasiado con la variedad de las
intensidades. Mejor, en todo caso, en las
arias que en los alucinados Cantos de Mu-
sorgski. en los que todavía ha de evolucionar
para otorgar la expresión más adecuada y
cambiante a cada uno de los cuatro núme-
ros de este ciclo para voz y piano -que se
escucha aquí en el conocido arreglo de
Shostakovich- y acercarse así a las cimas
emocionadas y trágicas de un Bons Christov.
La colaboración de Gergiev y de la Orques-
ta de Kirov es correcta, sin más.
A.R. su carrera. Sólo falta una muestra de algún
JOSÉ ITURBI. Rano. Obras de Mozart,
D. Scarlatti, Paradles, Beethoven, Albeniz.
Granados. Lazar y Navarro, PEARL GEMM
CD 9103. 73'. Grabaciones: 1933-1941.
Productor: Charles Haynes.
Antes de que el dólar le llamara
a Hollywood, en el período de
entre guerras el pianista valen-
ciano José Iturbi (1895-1980) desarrolló una
muy considerable carrera internacional
como concertista. En la contraportada de
este compacto se advierte de que todas las
grabaciones en él contenidas pertenecen a
esa primera época La única que no data de
la década de los treinta es la del Condeno
para dos piónos en mi temo/ mayor, K. 365
de Mozart, donde comparte protagonismo
con su hermana menor, Amparo, y él mismo
ejerce la dirección de la Orquesta Filarmóni-
ca de Rochester. El material de partida lo
constituyen discos de 78 revoluciones perte-
necientes a la colección privada de Alan
en blanco y a que por momentos el oyente
puede llegar a dudar de si se ha dejado algu-
na fritura al fuego, la precana condición ge-
neral del sonido no impide apreciar las ca-
racterísticas fundamentales del piantsmo de
Iturbí, que se pueden resumir citando una
digitación sorprendentemente clara y la
combinación de un impetuoso sentido del
ritmo con una muy delicada sutileza para los
acentos y los reguladores dinámicos. Desta-
ca en este sentido el primer movimiento de
la Sonora en fa mayor, K. 332, tantas veces
objeto de atropellamientes y cnspaciones en
los antípodas del estilo mozartiano. Albéniz
(Córdoba y Sevtfíano), Granados (Lo mojo).
Julio Navarro (Pequeño) y, por asimilación.
Domenico Scarlatti (Sonalinos L 449 y L
104) nos lo muestran además como lo que
podría haber sido un importante intérprete
de música española, dotado de duende, pero
sin incumr en empalagos casticistas. Com-
pletan programa la Toccato en Jo mayor de
Pietro Domenico Paradies (o Paradisi)
(1707-1791). una regular versión del Andan-
te favan de Beethoven y la Marcha fúnebre
del para mí desconocido Filip Lazar (1894-
1936). Este disco deja un sabor agndulce al
comparar lo que en él se apunta con la evo-
AB.M.
GEORGE LONDON. Barítono. Páginas
de Lo domnotyon de Fousi Foust, Mefistoféle.
Das Rheingold Die Walkúre. El príncipe Igor,
El demonio, Don Quichotte, Paine, R/go'etto,
Otetío, Folstaff, Candan de la pulga. Varias
orquestas y directores. MYTO 942.101.
ADD. 7 5 W . Grabaciones: 1952 y 1955.
Distribuidor Diverdi.
Una buena muestra de la versa-
tilidad del barítono-bajo cana-
diense se recoge en este disco
que, además, encuentra al cantante en un
momento óptimo, vocalmente hablando, de
Mozart o del Bons de Musorgski para que el
retrato fuera completo, pero en defecto de
este último, compensa la lectura, tan sobria
como coloreada, que hace de la histnónica
Canción de la pulga. Los tres Mefistófeles,
los dos franceses y el italiano, son acertados,
a pesar de que se mueve mal en el idioma
de Racine, Si su Wotan, el juvenil del Rhetn-
gold o el paternal de Walküre (dos papeles
ideales para su tesitura), es de ya conocida
referencia asombrosa resulta su interpreta-
ción de la muerte del Don Quijote de Mas-
senet, dicha con una emoción y una con-

centración magnificas. En los fragmentos ita-
lianos, después de un Credo de Yago bien
intencionado, su Rigoletto del Pan siomo es
simplemente correcto y el aria de Ford de
Fofcroff" algo incómoda para sus medios. De
cualquier manera, en todos los cortes apa-
rece en su esplendor una voz rica e intensa,
servida por un actor que, más allá de su
adecuación concreta, convence siempre por
la seriedad del concepto y la abundancia de
medios.
MISCHA MAISKI. Cellissimo. Mischa
Maiski. violonchelo; Daría Hovora. piano.
DEUTSCHE GRAMMOPHON. D D D .
Hay artistas amantes del disco.
Otros lo son menos. Algunos
lo detestan. Frente al hacedor
disquero que aprovecha la enorme difusión
del sonido grabado para alcanzar más fama
y mucho más dinero -esto último es esen-
cial pues la mayoría de los divos de la batu-
ta, el teclado, el arco o la voz son unos pe-
seteros- ciertos músicos ponen muy en se-
gundo lugar o incluso desprecian esa fama y
ese dinero procedente del mercado de las
multinacionales y de un público no siempre
—alguno diría que casi nunca- entendido.
Sin llegar a los extremos de Celibidache,
el gran pianista italiano Arturo Benedetti Mi-
chelangeli ha hecho siempre bastantes ascos
a los discos. La mayoría de sus grabaciones
son de origen pirata, tal como lo son las
que ahora ofrece Fonit Cetra, grabaciones
que yi aparecieron bao diferentes marcas a
lo largo de los últimos años. Pero, gracias a
ellas, podemos seguir la carrera de uno de
los más extraordinarios pianistas de este
siglo. El loque Michelangeli es único, inde-
pendientemente de que se esté o no total-
mente de acuerdo con sus presupuestos es-
téticos. Una técnica asombrosa, una nqueza
de matices que sólo una sensibilidad táctil
muy fuera de lo normal puede explicar y un
concepto seno -a veces un punto frío- ob-
jetivo y algo distante son características que
Michelangelt ha conservado maderables a lo
largo de su dilatada carrera. Ha habido, sin
embargo, una evolución. Esto es percepti-
ble, sobre todo, en los tempi. que se han
ido reposando con el paso de los años, en
un paralelismo con su gran amigo Celibida-
che con el que ha tocado, probablemente,
más que con ningún otro director.
Podemos comprobar todo esto en los
registros de ios conciertos de Mozart reali-
zados a comienzos de los años cincuenta y
los de las mismas obras hechas en 1989 y
1990 -D.G. grabados en conciertos públi-
cos-. En los compactos que comentamos
-Conciertos n°s 13. 15, 20 y 23- la Orquesta
de la RAÍ de Roma -sólo discreta- está diri-
gida por Giulini, excepto el n° 20 que lo es
por Mario Rossi. con la RAÍ de Turín. El
Mozart de Michelangeli tiene una gran
transparencia y belleza sonora pero un algo
más de calor, de emotividad le hubiesen ve-
66'36". Grabación: Castillo de Rappersvil,
IV/1993. Productor; Christian Gansch. In-
geniero: Jürgen Bulgrin.
Tras Adagio y Meótaoon, el so-
brevalorado violonchelista Mis-
cha Maiski ataca de nuevo con
otra cascada de transcnpciones para violon-
chelo y piano, de las que en este disco sólo
el Adagio y Allegro, op. 70 de Schumann y el
Allegro appassionato de Saint-Saéns constitu-
yen excepción. El propósito declarado es la
ampliación del repertorio para violonchelo,
La intención mercantilista del asunto me pa-
rece, sin embargo, manifiesta, Desde un
punto de vista estrictamente estético, creo
que instrumento, compositores, composi-
ciones / público podíamos pasarnos perfec-
tamente sin estos discos. Intérprete y casa
El toque Michelangelí
Arturo Benedetti Michelangeli FOTO; D.G
nido muy bien. Giulini acompaña con dedi-
cación y es fino y elegante pero, todo hay
que decirlo, el que de verdad lleva la batuta
es el pianista. Rossi parece más suelto,
En el Emperador beethoveniano, Miche-
langeli hace una creación pero el acompa-
ñamiento de Freccia no alcanza el nivel de-
seado aunque sea digno. En esta obra, el
dúo Michelangeli-Celibidache es, sin duda, la
primera opción, En el Concierto n" / de
Liszt, se escuchan cosas sorprendentes ¡qué
trinos! pero encuentro el lempo en exceso
rapido. Algo semejante ocurre con el Con-
cierto de Schumann. espléndido de realiza-
ción pero con vuelo lírico y poético un
poco corto. Años más tarde ciaría Michelan-
gelí unas interpretaciones de más hondura
romántica.
De los dos discos para piano solo, el de
Chopin tiene cosas soberbias, pero es un
punto frío, con la emoción sentimental algo
tasada. Hay un abundante empleo del rutxj-
to pero sin pender nunca el sentido rítmico
como puede observarse muy bien en los
tres valses incluidos o en las tres mazurcas.
Impresionante el Schefzo op. 31. El Debussy
es por completo deslumbrante aunque en
grabaciones posteriores, con rempí más re-
mansados, menos agresivos, estas ímógenes
resultan todavía más impresionantes. En
Children's Córner el pianista italiano hace
cosas preciosas.
DISCOS
discográfica seguramente no opinan lo
mismo.
A.B.M.
MARCELLE MEYER. Los inencontra-
bles. Val. 2. Obras de Rameau, F. Coupe-
rin. D. Scarlacti y Rossini. Marcelle Meyer,
piano. 4CD EMI CZS 5 68092 2. ADD.
74'03". 7r40", 69TJ8" y 60 - l7". Grabacio-
nes: París, XI/1946. X/1953 y XI/I9SS. Pro-
ductor: Henri Screpel. Ingeniero: André
Charlin.
Ante estos discos el oyente
tiene de inmediato la sensación
de retrotraerse a una época en
Los discos Fonit-Cetra tienen un sonido
de aceptable nivel, pero ninguno de ellos
pasa de los 60 minutos, grave inconvenien-
te para un compacto. De todos modos,
estos seis discos resultan por completo re-
comendables, dada la personalidad única y
la categoría del pianista. Por cierto, ¡cómo
es que ningún empresario se atreve a traer-
lo a España? Por muchos inconvenientes
que ponga Michelangelí -entre ellos traer
su propio piano- no encuentro justificación
a esta ausencia. ¿No hay nadie con un par
de bemoles que corra el riesgo? jjTiene ya
74 años!!
CUS.
MOZART: Conciertos I A 13 y 20. Artu-
ro Benedetti Michelangeli. piano. Orquesta
de la RAÍ de Roma. Director: Cario María
Giulini. FONIT CETRA CDAR 2001.
ADD. S6'28". Grabación: Roma. 1951.
MOZART: Conciertos n"s 23 y 15 Artu-
ro Benedetti Michelangeli, piano. Orquesta
de ¡a RAl de Roma (n° 23) y Turín (n° IS).
Directores: Cario María Giulini (n° 23) y
Mario Rossi (n° 15). FONIT CETRA
CDAR 2004. ADD. 49'09'\ Grabaciones:
Roma, 1951 y Turín, 1955.
SCHUMANN: Concierto en la menor
USZT: Concierto n° I. Arturo Benedetti Mi-
chelangeli, piano. Orquesta de la RAl de
Roma y Turín. Directores: Gianandrea Ga-
vazzeni y Rafael Kubelik. FONIT CETRA
CDAR 2003. ADD. 48'07". Grabaciones:
Roma, l%2yTurín, 1961.
BEETHOVEN: Concierto n° 5 HAYDN:
Concierto en re mayor. Arturo Benedetti Mi-
chelangeli, piano. Orquesta de la RAl de
Roma y TuHn. Directores: Massimo Frec-
cia y Mario Rossi. FONIT CETRA CDAR
2006. ADD. 56'16". Grabaciones: Roma.
1960 y Turín, 1959.
CHOPIN: Scherzo op. 31. Balada op. 23.
Fantasía op. 49 Tres vafees. Tres mazurcas.
A r t u r o Benedetti Michelangeli, piano.
FONIT CETRA CDAR 2002. A D D .
59'I7". Grabación: Turin. 1963.
DEBUSSY: Images Oiifcfrens Comer Dos
preludios. Arturo Benedetti Michelangeli.
piano. FONIT CETRA CDAR 2005. ADD.
Grabación: Turin, 1963. Distribuidor Diverdi.
SCHERZO 89
DISCOS
la que los instrumentistas -ya no los instru-
mentos- todavía se fabricaban de uno en
uno. Marcelle Meyer (1897-1958), aiumna
de Marguerite Long y Alfred Cortot presen-
ta al piano piezas para clave de Rameau.
Francois Couperin, Domenico Scarlatti y
Rossmi. en versiones de tolerables condicio-
nes técnicas que a cada paso nos dan testi-
monio de una maduración autónoma y una
profundización sincera de estas músicas. In-
terpretación debe de querer decir precisa-
mente eso, y la autenticidad con que el em-
peño es aquí llevado a cabo hace obsoleta
cualquier polémica sobre la originalidad de
los instrumentos, que si clave o piano. ¿Qué
importa esta cuestión cuando se trata y se
consigue salvar el espíritu de la música? Por
otro lado, he aquí una valiosísima ilustración
sobre la forma en que muchos de los más
importantes compositores franceses del
cambio de siglo y primeros años del XX co-
nocieron sonoramente a los clásicos del
siglo XVIII a los que tan a menudo volvieron
la vista en sus propias obras. Meyer. musa de
los Seis -no otra sino ella los acompaña,
ocupando además el centro, en el célebre
cuadro del grupo pintado por Jacques-Emile
Sanche-, ofrece un Rameau (integral de sus
piezas para clave solo) y un Scarlatti (veinte
sonatas) uniformemente gentiles y gráciles
sin febrilidad, de una expresividad funda-
mentalmente basada, como debe ser. en la
agógica del fraseo v no en el armamento su-
plementano que respecto al clave incorpora
el piano. Su Couperin se caracteriza asimis-
mo por un gran equilibrio estilístico y formal,
dentro de la mayor variedad que lógicamen-
te impone el carácter programático de las
piezas seleccionadas. Menos interesantes
por lo que al autor se refiere, pero mucho
en relación con la intérprete y su contexto,
las cuatro piezas de Rossini que completan
el álbum, en cualquier caso servidas con
imaginación viva y gran sentido de los sutilísi-
mos humores rossinianos.
A.BM
ANNE SOFIE VON OTTER. Mezioso-
prano. Bengt Forsberg, piano. Obras de
Strauss. Berg, Korngold. DEUTSCHE
GRAMMOPHON 437 515-2. DDD. 64'.
Grabaciones: Berlín. XII/I99I y X/1993. Pro-
ductores: Ulric Vette, Karl-August Naegler.
Ingenieros: Kbus Benrens, Stephan Flock.
En cada nuevo registro liederís-
tico. Anne Sofie von Otter se
nos muestra corno una de las
mejores artistas dentro del difícil género.
Después de su participación en la integral de
Zemlinsky. sus posten o res grabaciones de
Mahler/Wolf, Brahms y. recientemente, su
maravilloso disco Grieg. nos la han presenta-
do con una madurez interpretativa que va
afianzándose a pasos agigantados, mientras
la voz continúa manteniendo esa belleza
prácticamente única entre las jóvenes repre-
sentantes de su cuerda (a la que ahora ha-
bría que añadir a la recién llegada Olga Bo-
rodina y. en otro repertorio, a Cecilia Barto-
lí). La cantante sueca es. además, una artista
muy inteligente, y en este registro ha escogi-
do las páginas straussianas más afines a sus
características de mezzosoprano lírica, sin
90 SCHERZO
querer oponerse a colegas y& más avezadas
en piezas más dramáticas y, por así decirlo,
operísticas. Así, ofrece unos líricos y juveniles
Dos Rosenbande, Ich trage meine Minne o
Meinem Kinde. lo que no le impide interpre-
tar también un arrebatado Befreit. Los Siete
Heder de juventud de Alban Berg, que pare-
cen estar últimamente un tanto de moda,
tienen asimismo una magnífica versión, de
nuevo resaltando el lado más lineo de la
obra frente al desgarro expresionista (otra
opción también muy válida). Por último, y
continuando con el interés que actualmente
despiertan los compositores centroeurope-
os de fin de siglo, nueve canciones de Erich
Wolfgang Komgold con el Imsmo propio del
autor de Lo ciudad muerto, como el hermo-
so Soneto para Viena que cierra el recital.
Bengt Forsberg es un acompañante de alto
nivel, y la grabación es deslumbrante.
R.8.Í
ERNESTO PALACIO. Tenor. Reyes y
héroes de Metostosro. Salieri Chamber Or-
chestra. Director: Tamís Pal. ARKADIA
CDAK 137.1. DDD. S7'f9". Grabación:
Szeged (Hungría). XI/1993.
MOZART: Anos paro tenor. Salieri
Chamber Orchestra. Director Tamas Pal.
ARKADIA 138.1. DDD. 58*32". Grabación:
Szeged (Hungría). XI/1993. Productor:
Nikos Velissiotis. Ingeniero: Lajos Pétervá-
ri. Distribuidor: Díverdi.
El peruano Ernesto Palacio lleva
más de veinte años gozando de
una buena reputación entre los
tenores belcarrtistas. Él fue uno de los pione-
ros en restituir la vocalidad rossiniana, gra-
cias a una segura técnica y un adecuado
concepto estilístico antes que a una voz es-
pecialmente bella. Posteriormente se produ-
jo la espectacular eclosión de los norteame-
ricanos (Rockwell BlaJce, Chris Merritt. Bruce
Ford) e italianos (William Matteuzzi, Giusep-
pe Mortno), y Ernesto Palacio fue un tanto
relegado ante las pirotecnias vocales de
éstos, después de haber compartido regular-
mente cartel con especialistas como Marityn
Home, Cecilia Gasdia. Lucia Valentini Terra-
ni, Samuel Ramey. etc. en óperas de la difi-
cultad de Sem/ramide o Tancredi y también
en el repertorio bufo, llegando a participar
en las grabaciones de II turco <i Italia con Ric-
cardo Chailly o la célebre (totano in Aígen de
Claudio Scimone. Hace unos años, esta
misma firma italiana. Arkadia, le ofrecía un
bello programa con el titulo de Arie medite,
dirigido en Bratislava por el joven maestro
italiano Cario RIZZI. hoy en plena alza, que
incluía arias y cantatas poco conocidas de
Rossini. todas ellas de considerable dificultad
(como el ana alternativa de Tancredi en revi-
sión de Philipp Gossett o el aria de la canta-
ta Le nozze di Teti e di Peleo), que Ernesto
Palacio resolvía con valentía y buen conoci-
miento de las reglas canoras. Ahora le en-
contramos en dos discos grabados el pasado
año en Hungría, con un repertono asimismo
de altas exigencias. En primer lugar, la ópera
seria y heroica sobre libreto de Pietro Me-
tastasio. quien marcó teatralmente toda una
época con sus esquemas arquetípicos. que
se extenderían hasta el mismo Mozart, re-
presentada aquí por autores muy caracterís-
ticos del género: Leonardo Vina (Corone ¡n
Utico; Siroe, fe di Persia: L'olimpiade). Nicoló
Jommelli (Temistode), Pergolesi (L'olirtfpiadé),
Johann A. Hasse (Ruggiero, La dememo á
Tito) e incluso Vivaldi (Siroe). El segundo
compacto está dedicado a Mozart, con anas
de concierto y de ópera (Cosí. Don Oovanni.
Tito, II re postore, ídomeneo. La finta giordmie-
ra), donde la dificultad vocal se convierte en
elemento expresivo. En ambos recitales, Er-
nesto Palacio hace gala de sus me|ores virtu-
des, como son la claridad de la línea, la cui-
dada técnica, buen gusto y musicalidad. La
balanza se inclina más favorablemente para
el primero de los registros. En el segundo, la
concurrencia es más amplia y requiere tam-
bién un instrumento más cálido y preferible-
mente más bello (la voz empieza, lógica-
mente, a acusar cierto desgaste). La Orques-
ta de Cámara Salieri, a las órdenes del direc-
tor Tamas Pal, brinda un adecuado acompa-
ñamiento, y el sonido es bueno.
R.B.I.
VARIOS
CANCIONES SOBRE POEMAS DE RON-
SARD. Ensemble Clément Janequin. Director
Dominique Visse. HARMONÍA MUNDI
901491. S9'2I". Grabación: 1993. Productor
MicheJ Bemard. Ingeniero: ftíchel Pierre.
| <WKI Los poemas de Pierre de Ron-
'' . ¡'_' . • sard gozaron de excepcional
0 1 0
-ü " *? - favor entre los compositores de
la segunda mitad del XVI. Libros enteros de
canciones se valen de los versos ronsardia-
nos. tan líricos de por sí y tan abundantes de
quejas comedidas del amante por la indife-
rencia de la amada, de celebraciones prima-
verales y de complicidad con los pajanllos
cantores. Por una vez, la época hizo justicia a
uno de sus grandes poetas.
Las soluciones son vanadas: canciones al
estilo francés, polifonía de inspiración fla-
menca, madrigales de contrapunto italiani-
zante. Los autores escogidos son Francois
Regnard, Guillaume Bom, Jean de Castro,
Philippe de Monte y Albert de Rippe.
Acompañados por sutiles intervenciones
de laúd, órgano y viola, los cantantes del En-
semble janequin alcanzan una altísima exce-
lencia. Lo depurado y recogido del sonido
es parejo con la dicción e intención del reci-
tado y con la pastosidad del conjunto. Una
pequeña lección de canto coral renacentista.
B.M.
CANTO GREGORIANO Y POLIFO-
NÍA. Coral Polifónica Turolense. Director
Padre Jesús María Munueta. 2CD OBOI
CDL-8001 (CDD). 96'32". Grabación: Igle-
sia de Santa Teresa de las H. H. Carmelitas
de Clausura de Teruel, 1/1994.
Pocas cosas tan estomagantes
como la repentina ascensión del
canto gregoriano. Me cuentan

de primera mano que en los Estados Unidos
el canto gregoriano ha sucedido al Botero de
Ravel como música preferida para acompa-
ñar los momentos más íntimos de las parejas
(o tríos, o cuartetos, o lo que se tercie}. En
los funerales, en cambio. Nessun dormo sigue
arrasando sin competencia a la vista. En fin.
barbaridad va. barbaridad viene, el caso es
que los imitadores de los monjes de Silos
empiezan a florecer como las amapolas. A
los de la Coral Polifónica Turolense se les
podrá acusar de cualquier cosa menos de
lentos: su disco llega a mis manos apenas
tres meses después de registrado. Franca-
mente, tanta prisa sobraba La impresión de
misa dominical televisada es patente. Ahora
Música catalana del siglo XX
Cuando me dispongo a re-
dactar este comentario, están
a punto de ser presentados
en Barcelona los dos primeros volúmenes
de la nueva colección de CD que aborda
la Fundació Música Contemporania «con
música de nuestro tiempo, interpretada
por instrumentistas de renombrado presti-
gio». Quizas se advierta demasiada mezco-
lanza de autores en cada uno de los discos
anunciados pero tiempo habrá de comen-
lar el, en todo caso, prometedor empeño.
De lo que se trata ahora es de hacerlo
conjuntamente, aunque sea con algún re-
traso, sobre cuatro compactos en cuya
producción y publicación ha intervenido la
Fundació. Los cuatro centrados en compo-
sitores catalanes -tres de ellos de carácter
monográfico-, y de indudable interés.
Los dos primeros -Etnos, 09-A-52 y
53. sene monográfica- son reproducción
exacta de los editados en su día por la As-
sociació Catalana de Composrtors, dedica-
dos, respectivamente, a Josn Guinjoan y
Josep Soler. Cada uno de ellos recoge tres
títulos altamente significativos de uno y
otro autor, centrados en los años ochenta
los de Guinjoan, y espaciados entre 1969 y
1989 los de Soler. La solvencia absoluta
tanto de los distintos intérpretes de ambos
discos como de las diversas registraciones
sonoras, justifican por completo la reinci-
dencia de la Fundació.
Lo está también, sin duda, la produc-
ción -al alimón entre la repetida Fundació
y el Conservaton Professional de Badalo-
na- de los otros dos compactos que
reúno aquí. Sobre todo el B-1 -2. ejemplar,
en el que la pianista Eulalia Solé desentraña
de manera soberbia tres títulos del propio
Soler, encabezados por la Pollito I, perte-
neciente a una de las obras más queridas
por su autor Harmonices Mundi. de 1977.
Y no, claro es, porque me haya caído en
Suerte un ejemplar que se engancha en el
minuto I '53" de la pieza 7 (£/ correr de Su-
bwtis), sino porque, sin dejar de resultar
convincente en el B-2-2 el trabajo del tam-
bién pianista Emíli Brugalla. sí me parece
que el campo de sus registros expresivos
-no los dinámicos- ofrece alguna menor
variedad y sutileza
LH.
bien, lo que sí que no tiene nombre es la
tropelía cometida por los técnicos de sonido
(?). No recuerdo un compacto con más
soplo de fondo y aun ruidos, más espeso de
texturas y con un empalme de tomas más
cantarín. Otra cosa son las notas del Padre
|esús Mana Munueta: aunque el orden de las
pistas y de los comentarios no siempre coin-
cide, la escueta pero erudita documentación
que aporta es mu/ de agradecer. Genuino o
no. si de veras tiene interés el lector por el
canto gregoriano, este disco, en conciencia,
no se le puede recomendar.
A6.M.
GUINJOAN: Músico per a violonceí i
orquestra (revisión de 1980). Tno per arda.
Hommage a Carmen Amaya. Ltuis Claret.
chelo. Orquesta Sinfónica de GottwaJdov.
Director Joan Guinjoan. Trio de cuerda
de París, Percusionistas de Barcelona, Di-
rector: Xavier Joaquín. ETNOS CD-09-
A-S2. Fundació Música Contemporania
(serie monográfica). 60'20". Grabaciones:
Praga, XI/I98I (I) y Barcelona, 11/1990 y
VI/1990 (2 y 3).
SOLER: Réquiem per a peravssió, cor i
orquestra. Trío n° 2 per a cardes. Concen per
• doveci' i cinc Instruments. Director James
Lockhart. Trío de cuerda de París. Lon-
don Sinfonietta. Director: David Ather-
ton. ETNOS CD-99-A-53. Fundació Mú-
sica Contemporania (serie monográfica).
55*10"- Grabaciones: Kassel, IX/1977 (I).
Barcelona, 11/1990 (2) y Londres, Vil/1971
(3).
SOLER: Portíta í. Variaciones y fuga
sobre un coral de Alban Berg. Seis piezas so-
gradas. Eulalia Solé, piano. B-l-2. DDD.
71*46". Grabación: Barcelona, 11/1991.
Producción: Conservaron de Bada lona y
Fundació Música Conté mporinia. Ingenie-
ro: Enríe Catali.
MÚSICA CATALANA 1909-1989:
Obras de Taltabull, Roger, Mompou,
Soler y Guinjoan. Emilí Brugalla, piano. B-
2-2. DDD. 61'08". Grabación: Barcelona,
1/1991, Producción: Conservatori de Ba-
dalona y Fundació Música Contempora-
nia. Ingeniero: Pere Casulleras.
DISCOS
EL CLARINETE ACTUAL. Vol. I.
Obras de Messiaen, Gentilucci, Berio y
Villa-Rojo. Jesús Villa-Rojo, clarinete: Pedro
Este van, percusión; Gabriel Brncic. elabo-
ración e'ectroacústica. LIM S2O/CD0OI.
4 9 ' 2 I " . Grabaciones: Eurosonic, 1984
(obras I. 3 y 5). y Musigrama, 1993 (obras
2, 4 y 6), Ingenieros: Juan Vinader y Pepe
Loeches.
La inquietud que no cesa del
polifacético músico alcarreño
jesús Villa-Ro|O (Bnhuega 1940,
le ha empujado a extender las actividades
del Laboratorio de Investigación Musical que
él mismo fundó pronto va a hacer veinte
años, a la de la grabación discográfica. Fruto
reciente de tal extensión es este CO. prime-
ro de los que LIM Records se propone dedi-
car a composiciones actuales que tengan al
clannete de vehículo protagonista.
Es variada y sumamente atractiva la se-
lección que se ofrece en esta primera entre-
ga. Al hermosísimo AKme des oíseoux de
Olivier Messiaen (1908-1992) -fragmento
para clarinete solo del celebérrimo Quatuor
por la fin du temps-, y a sendos interesantes
ejemplos de los italianos Armando Gentiluc-
ci (1939) y Luciano Berio (1925) -Gesíi e ri-
sonorice y üed- se añaden tres títulos muy
significativos del quehacer creador de Villa-
Rojo, uno para clannete solo (Tucano) y los
otros dos con cinta magnética y con percu-
sión, respectivamente, acompañando a aquél
{Tonalidad dominante y Acordar).
Muy alto el nivel interpretativo a lo largo
de todo el disco -incluida la espléndida
doble aportación del percusionista Pedro Es-
tevan-, sin que pueda afirmarse que sea
menor el entendimiento ni menos perfecta la
ejecución que Jesús Villa-Flojo alcanza en las
obras ajenas que en las propias. Francamente
buenos también los resultados de la ingenie-
ría sonora, se completa así muy bien el obje-
tivo primordial de ir introduciendo al gran
púbJico en el lenguaje clarinetístico de hoy.
LH.
CONCIERTOS ITALIANOS PARA
FLAUTA Y ORQUESTA, Pergolesi: Con-
cierto paro flauta en soí mayor. Piccinni: Coi-
cierto para (lauta en re mayar. Boccherinl:
Concierto para flauta en re mayor. Mercadan-
te; Concierto pora flauta en mi menor. Peter-
Lukas Graf, flauta. Orchestra da Camera di
Padova e del Véneto. Director Bruno GíLi-
ra n na. CLAVES CD 50-9103. D D D .
68"05". Grabación: Padua. XI1990.
Cuatro ejemplos de conciertos
para flauta de distintos composi-
tores italianos son la propuesta
que realizan el flautista Peter-Lukas Graf y el
director Bruno Giuranna. Cuatro composito-
res que si bien todos participan y comparten
el siglo XVIII, cada uno de ellos muestra su
particularidad compositiva y personalidad ar-
tística
Más allá de lo que conlleva cada uno de los
conciertos, lo interesante es la interpretación
ofrecida. Aun siendo una interpretación no
histórica no por eso se deja llevar por una
convencionafidad interpretativa
Lukas-Graf muestra dotes excepcionales en
SCHER20 91
DISCOS
su sonoridad dulce, flexible y maleable con el
resto del conjunto instrumental al que, a nues-
tro parecer, le falta mayor equilibrio y solidez
La unión, sin embargo, de los dos miem-
bros (solista y orquesta) da un feliz resultado
que convierte esta grabación en 68 minutos
de música agradable, fresca y, muy bien pu-
diera ser que desconocida...
O.P.T.
ENCHANTING HARMONIST. Una ve-
lada con los Linley de Batíi. Obras de Tho-
mas Linley el viejo, William Jackson, Henry
Harington, William Benson Earle, Thomas
Linley el joven y William Herschel. Invoca-
don (Julia Gooding, Ana María Rincón, so-
pranos; Charles Daniels, Rufus Müller, ceno-
res; Chrístopher Purves, bajo; Florian Deu-
ter, violín; Mark Caudle, chelo; Francés
Kelly, arpa galesa). Director: Timothy Ro-
bero, clave. HYPERION CDA 66698. DDD.
7S'IO". Grabación: X/1993. Productor Mark
Brown. Ingeniero: Antón/ Howell.
Hyperion, en la serie The english
Orpheus, dedicada a la música
menos conocida de los siglos
XVII / XVIII en Inglaterra (o sea. primordial-
mente lo que no es Han del o Purcell), nos
ofrece el vigésimo volumen, de generosa du-
ración y modélica presentación. El disco está
centrado -aunque no en exclusiva- en la
música de los dos Thomas Linley, el viejo
(1733-1795) y et pven (1756-1778). este
último buen amigo de Mozart. Ambos son
autores de una música vocal que no tiene
ambiciosas pretensiones pero que sí resulta
agradable en extremo. Música vocal e instru-
mental -en estas mismas coordenadas- de
otros autores ingleses contemporáneos que
de una u otra forma tuvieron relación con
los Linley y con la ciudad británica de Bath,
completa el registro que ahora se comenta,
con algunas piezas de gracia típicamente in-
glesa, como la deliciosa Where the bee sudes
de William jackson (1710-1778).
La interpretación del grupo inglés Invo-
cation, sabiamente dirigido desde el clave
por Timothy Roberts. es irreprochable
desde el punto de vista de la musicalidad, el
respeto al estilo y el idiomatismo. Toma so-
nora impecable,
En fin, uno no deja de mirar con admira-
ción no exenta de envidia el celo con que los
británicos cuidan y recuperan su patrimonio
musical. El disco puede no contener obras de
pnmera magnitud, pero resulta francamente
entretenido, y a buen seguro hará las delicias
de los interesados en este repertorio.
R.O.B.
ESPIRITUALES Y MÚSICA GOSPEL
TRADICIONAL. Chaniicleer. TELDEC
4509-90878.2. DDD. 57'29". Grabación:
Primera Iglesia Presbiteriana de San Ansel-
mo, 11/1987. Productor: Steve Barnett In-
geniero: Don Ososke.
Chanticleer es un grupo de
doce voces masculinas radicado
en San Francisco. Que yo sepa.
92 SCHERZO
no son especialistas en el tipo de música que
cantan en este disco: sólo les conozco otro
dedicado al compositor barroco inglés Wi-
lliam Byrd. En la carpetilla su líder, el contra-
tenor Joseph jennings viene a confirmar esta
bisoñez estilística al expla/arse sobre el duro
proceso de adaptación técnica que sus
miembros han tenido que arrostrar. En mi
humilde opinión, el resultado sería muy
bueno si estuviésemos hablando de un gé-
nero en el que la impresión de espontanei-
dad no fuera tan importante como lo es en
éste. Todo suena tan perfecto, tan académi-
co y minuciosamente estudiado, que creér-
selo cuesta mucho. No se podrá decir que
no intenten despojarse de la técnica apren-
dida: óiganse, por ejemplo, el final de la se-
cuencia When ihe Sun Will Never Co Down y
el de Twelve Gates lo the City, ésta la única
pieza que incorpora acompañamiento de
piano. Me temo, sin embargo, que gustarán
sobre todo a los que no gustan del Gospe/
con «instrumentos originales»; dicho de otro
modo; a los que prefieren el circo al zoo. y
éste a la selva. Magnifica toma sonora, a un
tiempo densa y nítida.
A.B.M
FESTIVAL RUSO. Obras de Glinka. Ka-
chaturian, Borodin, Chaikovski y Liadov.
Coro y Orquesta del Teatro Kirov. Direc-
tor: Valeri Gergiev. PHILIPS 442011-2.
DDD. 60'. Grabación: Haarlem, 1993. Pro-
ductora: Anna Barry. Ingenieros; Roger de
Schot y Jaap de Jong.
Se incluyen en este compacto di-
versas páginas de las más conoci-
das del repertono ruso en versio-
nes vibrantes, coloristas, con sonido lleno y
pletdnco de decibelios. Valen Gergiev, con la
excelente Orquesta y Coro del Kirov, da toda
la brillantez para que el disco sea. casi siempre,
una sucesión de momentos culminantes, co-
menzando con una destacada obertura de
Rusfam y bj&nila y terminando con una efec-
tista 1812 de Chaikovski. En medra las Danzas
de El príncipe ígor -lo mejor- el Adagio de
Sportocus, la Danzo del sable de Gayaneh y dos
piezas breves y bonitas de Üadov, Bobo-Vago y
Kihmoro. Si al empu|e y al derroche de exube-
rancia orquestales, Gergiev hubiese añadido un
mayor cuidado en el fraseo, el detalle, el equili-
brio de planos y el refriamiento instrumental
todo habría sido mejor. Así estamos ante un
disco meramente comercial, bien hecho y gra-
bado. Es bastante. Podría haber sido más.
C.R.S.
EL MOLDAVA. Obras de Smetana,
Dvorak, Fibich y Nedbal. Royal Liverpool
Philharmonic Orchestra. Director; Libor
Pesek. VIRGIN 0777 7 59285 2 5. DDD.
75'56". Grabaciones: Liverpool, V/1989
(Moldava). XII/1990 (resto). Productor:
John H. West. Ingeniero: Mike Clements.
Distribuidor: Harmonía Mundt.
Con el subtítulo «obras popula-
res de Bohemia para orquesta»,
el director checo Ltbor Pesek
nos ofrece, con la orquesta de que es titular,
un bonito recital para principiantes. Destaca,
lógicamente, el Moldava de Smetana, por en-
cima de otras piezas del mismo autor (Ober-
tura y tres danzas de La novia vendida), pero
también son bellas y asequibles las obras de
Dvordk, la Romanza sacada del Cuorielo op. 9
y Bosques silenciosos, para chelo y orquesta;
mayor envergadura posee la Obertura husita.
El agradable Vais tnsle de Oskar Nedbal, discí-
pulo de Dvorak, escrito en forma de scherzo
(ABA, donde B sería el trío), tiene sin embar-
go su pequeño carácter de ensoñación, que
contrasta con las animadas piezas descriptivas
de Julius Furik, discípulo de Smetana (Los ole-
gres fogoneros, B viejo cascarrabias, Entrada de
los gladiadores) que se muestra aquí seguidor
(menor) de la familia Strauss, una especie de
John Philip Sousa checo. En fin. un disco
menor y amable, muy bien tocado, compues-
to por encones checos.
S.M.&.
MONTEVERDI: II bailo delle ¡ngrate. La-
mento d'Ananna. The Deller Consort Di-
rector: Alfred Deller. VANGUARD 08
2030 71. A D D . 6T07". Edición en LP:
1956. Edición en CD: 1993. Productor:
Seymour Solomon.
COR MIÓ, DEH N O N LANGUIRÉ.
Obras sobre textos de Guarini de Luzzas-
chi, Savioli, Capilupi, Pallavíc¡no, Rossi, Cac-
an i, Leoni, Priuli, D'lndia, Ghizzolo, Grabbe,
Nantermi, Scialla, Ward, Radesco di Foggia,
Palazzotto, Saracini. Banchieri, Pasta, Natali
y A. Scarlatti. The Consort of Musicke. Di-
rector Anthony Rooley. COLUMNS WDR
Música Oscura 0709B9. 71'26". Grabacio-
nes: Dorset. X/1984. V y IX/1986. 111/1990.
111/1991; Detmold, VI/1985, Productor:
Klaus L. Neumann. Ingenieros: Paul Dery.
Thomas Gallia, Klaus-Dieter Harbusch,
Georg Litzinger. Karin Massen, Barbara Va-
lentín y Dietrich Wohlfromm,
GERUSALEMME LIBERATA. Obras
sobre textos de Tasso de Monteverdi. Ro-
vetta, Maremio. D'lndia, Benedetti, Wert y
Veccht. The Consort of Musicke, Director;
Anthony Rooley. COLUMNS WDR Muiica
Oscura 070990. 60'22". Grabación: Dor-
set, X/1985. Productor Klaus L. Neumann.
Ingenieros: Thomas Gallia y Paul Dery,
Las incursiones de Alfred Deller
en la música de Monteverdi apa-
recen ahora como valiosas ten-
tativas estilísticas pioneras que. sin embargo,
hay que situar a enorme distancia de los cá-
nones interpretativos vigentes en nuestros
días. Semeíante hecho queda bien patente
en estos registros, el primero dedicado a
Monteverdi en su mtegndad, mientras que
los dos del Consort of Musicke prosiguen la
exploración emprendida por este grupo del
círculo del compositor. Desde luego, el arte
del canto de Deller es todavía hoy un valor
estético plenamente rescatable, aun cuando
sus versiones en tanto que director del bailo
y el Lamento resulten planas, ausentes de
unos contrastes efectivos procedentes de la
expenencia del madrigal o la ópera tempra-
na tal como tienden a verse estos géneros
en el presente. Los instrumentos suenan
plomizos, pastosos, dadas la escasa articula-

ción y la antigüedad de las tomas.
Por el contrario, sí que encontramos enfo-
ques basados en los cambios dinámicos y ex-
presivos en los dos registros de Rooley, quien
esta vez acomete su trabajo desde la literatu-
ra, efectuando antologías de musicalizaciones
6e textos de Guarim y Tasso. Lecturas dota-
das de luz. con una notable variedad anímica,
en especial en el programa dedicado a Tasso,
y una perspectiva en profundidad que garanti-
zan los dos polos tímbncos representados por
las sopranos Emma Kirkby y Evelyn Tubb y los
bajos Alan Ewing y Richard Wistreich.
E.MM
THE MISTRESS. Poemas de Abraham
Cowley puestos en música por Blow, Pur-
cell, Reggio, King, Hall, Turner y Pigott.
Emma Kirkby, soprano; Evelyn Tubb, so-
prano; Joseph Cornwell, cenor; Andrew
King, tenor; Simón Grant, bajo. The Con-
sort of Musicke. Director: Anthony Roo-
ley. COLUMNS Música Oscura. D D D .
77" 19". Serie The Purcell Circle. Graba-
ción: Dorset, 1/1993. Productor: Anthony
Rooley. Ingeniero: Antony Howell.
PURCELL Dido y Eneas. Maty Thomas.
soprano (Dido); Honor Sheppard, soprano
(Belinda, I* bruja, I* sirvienta), Mauríce
Bevan, barítono (Eneas); Helen Watts, con-
tralto (la maga); Roben Tear, tenor (elfo,
marinero); Elen Dales, soprano (2* bruja, 2*
sirvienta); Harold Lescer. clave. Coro y Or-
questa Orlana Concert. Director: Alfred
Deller- VANGUARD 08 2032 71, ADD,
54'06". Grabación: 1964. Productora: Sey-
mour Solomon. Distribuidor Diverdí.
Estos dos discos ofrecen un con-
traste muy Instructivo sobre las
peculiaridades de la música vocal
inglesa durante el siglo XVII. Debido a las res-
tricciones financieras impuestas a! país tras la
Restauración, al eficaz cabildeo de los muy In-
fluyentes autores de teatro hablado y al inci-
piente carácter democrático-burgués que. a
diferencia del resto de Europa, Iba adoptando
la sociedad inglesa, la ópera, entonces sólo
concebible como ópera heroica, devino en
Inglaterra un género poco menos que imposi-
ble, del que apenas sobreviven dos miniatu-
ras, una modelo de la otra Venus y Adonis de
Blow (1681), y Dido y Éneos de Purcell
(1689). La excepcional belleza de ésta ha de
resultar tanto más admirable considerando su
modestia de medios y ambiciones: para el en-
tretenimiento en una escuela femenina.
Frente a una ópera tan breve, en el otro
disco, más de un cincuenta por ciento supe-
rior en duración, apenas caben veintitrés de
las sesenta composiciones que se conservan
sobre The Misíress. Esta es una colección de
ochenta poemas de amor, que Abraham
Cowley publicó por vez primera en 1647 y
que en sesenta años conoció más de veinte
reediciones. La clave de tamaño éxito hay
que buscarla en la accesibilidad de los tex-
tos, que hablan de un amor cotidiano y en
un lenguaje perfectamente comprensible
para una clase media que ya empieza a
adoptar los inconfundibles rasgos de ese
monstruo informe que la modernidad cono-
cerá como «el público». Los compositores
ingleses de la época podían pasarse muy
DISCOS
bien sin las aristocráticas óperas, pero con- hovenianas (no reseñadas antes en SCHER-
trajeron una deuda incalculable con los sen- ZO) nos remite a los orígenes de muchas de
cillos versos de Cowley. las interpretaciones románticas de Norrington.
Hoy no tiene sentido optar entre uno u Inmersos como estamos en la polémica sobre
otro tipo de música. Sí entre una u otra el valor artístico de estas versiones es quizá
forma de interpretación. La de Deller es típica demasiado pronto para emitir un juicio, mas lo
de un tiempo hoy superado, pero conserva el cierto es que lo más probable es que muchas
intemporal atractivo de lo hecho con calidad soluciones aquí presentes se acaben incorpo-
y calidez. Lástima que en el paso a CD no se rando a la tradición beethoveniana (con o sin
haya cuidado más una toma que se adivina instrumentos históricos). No todo está resuel-
excelente, 5obre la que firma Rooley, sencilla- to a igual altura desde luego: así, en el debe, la
mente no sabria qué objetar voces bellísimas, forma de empezar la Quinto, algo que podría
acompañamientos sin tacha e ingeniería efi- entenderse como un manierismo, y sobre
caz. ¿Qué más se puede pedir? todo los problemas y contradicciones de la
Novena. La lectura de esta obra es radical, ca-
taclísmica en su primer tiempo, pero el Finale.
A.B.M. con un coro magro, amenaza caerse, en espe-
cial por la incoherencia flagrante con todo lo
anterior. Los mejores momentos del ciclo
están en las vitalísimas Segundo y Octava
ROGER NORRINGTON. Sinfonías ro- -donde es difícil reprocharle a Norrington
mánticas. Schuberc Sinfonías n°s. 4. 5. 6, 8, y que siga todos los sf prescritos por Beetho-
9. Mendelssohn: Sinfonías n" 3 «Escocesa» y ven-, la exultante Sexto, con un Andante de
n° A «Italiano». Schumann: Stnjbníos n" 3 «Re- fraseo muy cuidado, la transparente Tercera y
nona» y n" 4. Brahms: Sinfonía n" í. Variacio- la Séptimo, de rítmica incansable.
nes sobre un tema de Hoydn. Berlioi: Sinfonía
fantástica. Rossini; Oberturas. The London
Classical Players. Director: Roger Norring- LM.M.
ton. 8CD EMI CZS 5 68064 2. Grabacio-
nes: Londres, 1988-1990. Productor: David
R, Murray. ingeniero: Mike Clements. Edi-
ción limitada a precio reducido. LA SÁTIRA MUSICAL RUSA. Sergei Ya-
BEETHOVEN; Los nueve Sintonías. Ober- kovenko, barítono. Coro de la Cappella Sin-
turas Conolano, Egmont y Prometeo. Kenny. fónica del Estado. Director: Valer! Polianski.
Walker, Power, Salomaa. Coro Schütz de Elena Cheglakova, piano. LE CHANT DU
Londres. The London Classical Players. Di- MONDE LCD 288 075. DDD. 69'56". Gra-
rector: Roger Norrington. 6 CD EMI S baciones; Moscú, 1/1992 y IV/1993. Ingenie-
1 1
65184 2. D D D . 66 06". 58'40", 48 43". ro: Edward Shakhnazaryan.
(A'36", 52'50". 6273". Grabaciones: Lon-
dres, 1986-1988. Productor: David R. Mu- La música como vehículo de burla,
rray. Ingeniero: Mike Clements. irrisión y ludibrio es una tradición
rusa a la que fueron muy aficiona-
El álbum trtulado Sinfonías román- dos los miembros de la escuela nacionalista con
ticas agrupa ocho compactos frutos de la importancia de B goto de OÍD o Lo
con trabajos de Roger Norring- fena de Sotodnntst, La sátira podía revestir carác-
ton ya publicados con anterioridad, siendo la ter político, social, de costumbres o venir moti-
principal novedad de esta edición limitada su vada por querellas estéticas de escuela. De todo
precio muy bajo. En vanos números de ello hay un poco en este disco de contenido un
SCHERZO (cf. n° 35. p. 53: n° 46, p, 55 y p. tanto heterogéneo fíoyok y E! dosico son un ale-
65; n" 57. pp. 62-65; n" 61, p. 83) apuntó un gato nacionalista de Musorgski contra el italianis-
posible debate sobre las interpretaciones del mo y otras formas de arte foráneo. Especial-
director británico de la música romántica, dis- mente cáustico en su crítica social es O gusono
cusión, en suma, sobre los límites de los acer- de Dargomyzhski quien dibuia en poco más de
camientos con instrumentos y criterios histó- dos minutos la misena de un personaje que pa-
ricos, Esta reedición es una oportunidad ex- rece extraído de una novela rusa de la época
celente para reencontrarse con el clasicismo, Del cunoso género de las cartas musicales se in-
basado en una limpieza a fondo de las fuen- cluyen varias obras de Kalinnikov, Rachmaninov
tes, con que el británico entiende a Schubert y Prokofiev; un entretenimiento inofensivo sin
o con el humor, la espadalidad y las gradua- apenas malicia y humor en el que no falta la típi-
ciones dinámicas de sus oberturas rossiniaras. ca fíbula misógina que a estas alturas tiene poca
Cierto que su pionera Sinfonía Fantástica tiene gracia. Tampoco la tiene en exceso Royo*: de
en la rriás febril de Gardiner una alternativa ShostatovKÍi de un tono plano y solemne, que
muy clara, pero en la Pnmera de Brahms se presenta con el añadido de un nue/o final y
-más lograda que la Segunda, no presente donde es driicil reconocer al ácido y dislocado
aquí- se obtiene una textura orquestal más autor de Lo ñora o Lo edad de oto. A nada con-
nítida que la aportada por la tradición. La Ter- duce, por ejemplo, poner en el punto de mira a
cera de Mendelssohn desmiente toda supues- Glinka. Rimski o Chaikovski con música que
ta falta de apasionamiento en una versión que nada haría pensar en ellos en vez de cualesquie-
parece inspirada por el referente del man la ra otros si el texto no los citase por su nombre.
Cuarta del mismo autor, basculando sobre sus No hay escarnio eficaz sin algún tipo de relación
extremos, no alcanza la vibración límite de la mimética con el objeto parodiado. B barítono
versión de Brüggen. Finalmente. Schumann, Serguei Yakovenko, de voz monótona, acusa
con una Terrero dotada de misterio -imagen falta de fantasía y sensibilidad ante las sugeren-
sonora de la catedral de Colonia- y cantabili- cias de unos textos que requieren un juego re-
dad y una Cuarto de afiebrado primer movi- presentativo y teatral y d acompañamiento no
miento y una extraotrlinana transición del ter- pasa de discreto y funcional.
cer al cuarto tiempo.
La otra reedición, la de las Sinfonías beet- D.C.C.
SCHERZO 93
 ÍNDICE

Ariai d i b d ana HwrosMMki'Mariii. RCA— &5 l . 96, 10*. Prevm E M I _ _ 4 4 Vanguard 93

WiJipí
Aríeintiche KirUjy/Rootey. Música oscura 86
Bach: Cantata 4 Oratorio de Poscuo. Ews.
Trcvor, Daruds/rVrntt virgín
— Conoenos pora (Mino BVW JO52-I05&
GavnIoWMainner. EMI
— ios Surtes poro cheJo solo. Matsta. DG-..58
— Obro paro árgano. v"ors / y 2
Arrtoruni. Sony _. .47
Bach. CP.É: Sonólos Wq 70 Espinase.
Sony—.
Barróle í Bogotelos. Burlesco, Alegro
Barbero y oras Bartók. EMI
— Danzas /uñonas. Cornos húngaro y ooos
Beroff.EMI .—_
— Música poro cuerda, percusión y cefesta. Y
oíros. Ormancty. EMI
— Músico poní m * i y p o n vW Z
StarBelert/FenyO. ASV
d Cuentero con piono Op- I ó
Schumann1 Cuartera con fueme. A x
Stem, Larecio. Ma. Sony ._____60
Las Shunte Nomngton EMI
Los snxm pan &*b y para.
Casals/Horcsowsli EMI
Los Sonólos pora mtth y piano.
SngwiJAiran VargiaH , , ,w
Afleo soJerms Arroyij, Forrester.
L I W B , SierVOrmandy. Sony
Sonora 23. Vonacones Doberk
Donohoe. EMI __.
Tros Opp 97 y 7tln a f.lstomin.
Stem. Rose. Sony_ ________
J / punían. Deutekom, Kraus/Vettn.
Altada..
— / purríanir Gnjbeiüvi LawartderfljjBi.
Nightmgaie — — - . _._
— Jpuncav. Malponte, r^r_u5/Gavazzenir
Omamenti - _ _ 54
— I fununr. Bmare*, r^eutn/Feno
Forwi Cetra- - - — _._._
BciwctetD MidnlingeB. Arturo. Ramsta.
Obras de Mojan. Schumann,
Oiopin y otros. Forw Cetra-.^
Bensa. CWvier Guitamsta. Obras *
Bocchennt y otros. Mandala___
Bsrwild Eitreta de Sonó (Stlecoón) Nordin,
SmflrVvVesiert'er^. Musía Sueciae-. 48
— Septeto Cuarteto en sol menor
LyieHI >• otrmi. Musita Sueciae
B t u t AWr>*K. Jinicke/Hajii Orfeo
— Snfanfa Suites de tía crríesioncei
Mamner. EMI „
— Sirtes de ttCarmetvi y " l a aríe_onaif
yomra Barenboim. EMI
Borodht Cuooetos I. 2. SSosQkovkh
Orympa,._.._... _ _ - _
B n l m Condena paro «íiin Coooerro
para muí y Cheto Spivakov.
Knónevfremirtjnov. RCA.._
— Cuarteta Op 67. Cuarteto con picno
Op. 25. SertorVBusdi EMI
— Los Sonatas paro viola y p e r » 2
Canana. Hcure/ZulánTanf
NB*rug RCA.
— las Sonólos pero vw-i y poro.
Nicolas/Bonatta. Auuvjrs.. „
— Los Cuortems con pran VaStry.
Brandis, Oinst. _erwrt_cy. DG
— Los Cuamros de cuerrja. Sine
Nomine. Caves . 62
— Vonooones Hoendef y Pogonn. 2
Ropsodus. OpprQ. D G . __._____60
Bnx*n«r Quinte» ImerrrieEio Sonare
Claves; . 51
— Sn/bnto 4. SawalliKtL EMI
— Svfynta 9. Gnim EMI
— Snfbntoi X B SzdL Sony _________52
— Slnfbnte* 7 lochum Lys__
Bruch Smíoníos I-J. Conton. EMI
Cage Roorarono. Etedróntco. Wergo
Callas, María. Soprarto Anas de GlucK
Baeí. Venl y otros. EMI
CanclonB «parlotai lonesíMamneau
Chandos
Canciones sobre poemu da Ronsvd-
Obras de Regnard. Boni y oíros.
Vrsse. H Mundi. _.____. . _. 90
Cinto p s f o r i u i o y poWbnli Munueta.
Oboi _ ,90
Carull' 6 Sonoros pora flauta y autoría
GraCRagossing C l í w s . .
Cocda. Cafenna di Guisa Amonuca,
Apolonio, GtentcVBemart
Bongiovanni.. _..
Ccndw-toi ita-VK» par* ñu/a.
Obras de Pergofea. Merndinte
y otros U*as GrafíGiuran™
Copland: Múxo para pefatos y otros. Slatkri
85 — Otros poro pona va 2 "Hetmán.
Wergo
Cor mío, deh non langulre Obras ubre
__58 textos de Guanni Rooley Columns_ _92
Cwjperin Mrw pera (os pcrrnxiiiics.
44 Cabre/BoiMrd Sony
Cowelt MIEK_I paro cuerda. Francis. CPO_65
Crumtx Mafcrofcosmos / y N. GrosIoL
Vanguard -——65
Cruse*- Gonoertos poro dómele I - 1
47 Kinfr/Francrs. Hypenon—
Chalkovili tugen Oraepun. Kanawra.
58 Hampsort Ftosenshein/Mackerras. EMI63
— Las esaoones. Sonata
59 Brovtfibndge. Unrted
Chopln: Conciertos para pono I y 2,
44 LaferttrBanhai EMI — _ .
— Potonesos. Katsans. Sony
55 — Sonoío poro chelo y p O B Funde
Sonóte? portr tfieto y piano.
Hamoy/Katsans. RCA.__ _ _.._64
Dauvfrjn*. Les [fDuaueuis. Patais.
93 Rivsio/Chnstie. H. M J X J I
Deferí» d d tafo de vio»» Obras de
40 Morel. fiarais y otros. Ricertar
Dellbes iakmé Weítng, Krauss,
Plishka/Rescigno Omamenti
Donbetá Arma Boiena Sccrtto,
60 Ramey/Rudd Legato . «66
— £1 etair de amar. Carten, A t o .
59 Parera^Serafin. EMI
— Lucio dt Lommermoor. Capsjr, Muro.
59 Molman/Maíajoli. Myto- ._ — - 6 6
Dowtand: Lctrvrmoe Fretwork. Virgn _.._._ .67
54 Du Pré, fo^quatina Violoncneksti Obras
deElgar, D H I U Í r_Vorik y otros. EMI-87
54 Dufíf Misa «Se ía face". Obrecht Moa
«5ub iuum» Oernenct Vangjar_.__67
DifBrc: Lénore. Mékxíei Dame fenw. AJ?I
éintei PolleWKatlenbatíi. AcoonJ
54 Dunjflé: Otxa paro áigüno. Lecandey Sony 47
DuBSemc W S Í O de ccVnqro. S^e Nonurte,
[>jtilleLKyotn)$.Erato__
89 Dwjrik. Q_in(elo Op.SI. Mamnu-
Qunteto n° 2. FranW/Lindsay. ASV _ _ 6 7
£5 — íe>!ero Op. Í S Qi*n[era op 97.
Sp«relo de Viera. EMI
El clarinete actual Obras de Mesiaen,
Bino y otros. ViHa-Rojo. LJM
,48 B Moldivj- Obras de Smetana. Dvoiiliy
60 otros. Pesek. W B n _ — . _
B ^ i r Concertó pata viotti
.60 Srtkoveiski/Merniiin. Wrgn
Enchandn| Harmonttt Obras de los ünley
44 yorros Invootton. Hypenon______92
Espirtanln Crantideer. Teldec
_ 60 Femandi, Eufenko. Tenor. Anas de Dontzett.
Fiotow. Verdi y otros. Bonsovanni-—87
Feídntrujo. Obras de GlirtaBoradm
_..6Í y otros. Gergiev. Philips _ _..._._
Fauw-nunn. Enanud. Violonchelista Obras
.*} de O^ráfc &DC^ y otros. Peart.__._a7
Gafcjppi: Cün.ircPor uta Ampe cJpesr/i
Lesne/Semniano Wrpn__ __.._68
62 Ginml«mm_ I t K n t ) . Obras sobre
textos de TKSO, Rcoíey Coíumns—...9Í
62 Gtonfcno Andreo Oiírner. Tudur,
Milanov, Warreri/ae«. Arkadia_—,69
62 Gogona, Emilio de Barítono Obras de
Gmnbni. H_er>dd y otro_ Peari__._...80
Go™cki dañeros I y 2 potros.
Cuarteto de Sdesia _„
— Sn|ín*i 2 Beotuj Vr. Pái SBadNanus._69
— Totus Tisc y otros otras de curares
potaos Bcrton. United
52 Gounod; fousro Hadey, Gasdia,
44 r_jx_y/r__i. Teldec
Grite ílonciones. Flagstad, Melchior y otrtJL
52 RCA „-_
63 — Contieno Boro >ono y otros
63 RubmsierL'OnTiandy RCA.___
— ^onatn j Kreister/fticnmamnov.
B6 Oiortelo. Budopesl Y otros, RCA
— Sonoras pora «olfn y puna 1-3.
_..86 KanaTOntinen. B6
Gu9ain/T-tardund Peras para árgana.
Espmasse Sony
GuEnfoán Musca paro nobnóvta y orquesto
y otras. OareVGu«i|oan. Etnos
H i e f t w r EJKOO MarUipelta
Mattei/Schuback. Capnccio
.63 Hwndeh Amis Hunt/McGegan. H. Mundi-.70
— Anas romanos Kierir/Marcht. Accoro—70
— Scflwne. R¿gn, P—u. Lampretí-if
64 Rojsset f N A C
H i y d n dónelas con fiaura Op, 5.4 Tris
de Londres B. S y W . Kiijien.
91 Femándei Arcent
— Cuaftems Op. 50. Salomón. Hypenon_71
M. htaydn: Wspe-os 2 Afctu Martow. — Sale de aDoóeoanoi, H m i d d
65 Ccmifer 71 Qnoerto ¡fosso 0 p 6. n' 6. Gote
Henry La ufe f>e Stodt Rearajcion Deutsche H Mundi 75
electrónica. Wergo, 71 R-chmaninov- r_ono_no Op 9b.
Hvrmann: WeMes rases Kone B óatk y Vano_ones C&eti Voídee.
47 Danel Websrer Obsesión HerrrnanrL Kogosowski^árvi-Chandos—— ——76
Umltom . _ . _ . . 71 RraL Gospord. Paraná. Y otas,
h-idvnfth: Sonoro pam víala. Sdierzo, Ashkenazi D e c C i - - . — 76
Tifo y otras Hmdemrlh EMI 58 — LO otro poro pono Entremont Sony_76
H o r a m r Posiorol Conaerto poro oieíj FUimla-Korjikcrf. Sdieft_ra_3de.
___65 Yotros. MarecralWoneiser EMI . ,,58 Tjetnawmm. ASV .76
howdls: CotDones. Dawson, Pierard. — Obras orquestaleí Vanos. EMI __ .76
AinsJey, Luxon/Dralíe. Chandos . 71 Rodrigo: la <¿xv paro gutorru.
Kvorosto^ki, Dmk&í Barflono. Obras de Bemard. Dante— _____ 77
63 Musorpki. Borodin y otros. Philips 88 Román. Curamos Rydén Manei/Ericson
hurtii,loit pHnrsta. Obras de Mcaart MusKa_ue_a_ -48
64 Scarlatti yotros. Pesrt 88 R o n m SpmgMusic. BakerRoMsII.
64 JopMn. Pre_os pora Ooie. Chanada. Rochbenj Summer. / 990.
AIMOB , , „ 72 Beaux ArtL Philips..—_._._——.77
Knappembusch, Hans- Diector. VaJse_ Routnl: Sonoros poro cuerda Chaíry.
pollas y otras Detca SI Decca 77
Kodily CMonelos 1. 2 Gavota. Kontra. BI5,72 Ryanek, León» Soprano Obras de
—.-65 L» sátira musical rusa. Yakovenko. Wagner. Stiauss y otros. EMI.-..— —40
Cham du Monde - . 93 Sarie La ocm ponj p«no. Gcco*tm. EMI 7S
53 Lalo; Nomo™. Butt ASV — 72 Schachc Conciertos poro Oonnetes. Idocker.
Lamon: Dios escondrdo Sinte postoroí U n t Wandel/Stadlmaír Oríeo 77
66 Conderto poro vwih TellefecW Schíllngs' ía concidn del hechicero
Satonen. Sony -48 y oíros. Suileo. C P O — 7B
lairy, OIMsr. Organista. Obras de Schmltt: SofammM. Meroer. Adés 7S
Franck, Ropartzy otros. Sony______ _47 SchrJoke Concierto poro violo. Yotros.
66 Lawei Concwies de un cocotero inglés. ZmmermanrVSraion. EMI._.._._ -79
Rcgets'O'D.na'Kelry. Virgin 72 Scboenoery Noche transfeuiido.
Lachir Conciertos pora vio&n Op 7, 2. 5: T otros. Barenbom. EMI—————79
Op 10, 1,5 Sraryíage Chandos 72 Schuberc Leder. Roiano, Ainsley,
Upattí. Dlnu PiaresU. Obras de Bach Georgeiohnson Hypenon__ 79
Mozart y olios. EM! 40 — ücte—i Con|unto de cándara
U B C fontasns y Ircnscripcrones. Howard de Viera. DG 80
Hypenon —73 — Octeto. The Nash Ensembte. V ¡ r g ü _ 8 0
— Hopscutas r-inpiríK Los oños oe — Quinteto D. 956. Mebs,
67 peregraicf. Czrlfra. EMI 73 Boettcher. H. Mund 8G
Lnndon, Gaorgt. flaríono. Obras de — Sonata D 95'<-ofms. Lonquiah. EMI-79
Bertloz, Gounod y otros. Myto 8S Sfcdius: 4 Leyendas del Katevolo
67 Lutosbwskl: Sínftinios /. 2. Vanooones. y otrai Ormand/ EMI_ __-_.44
Wúsico (üneore Liítostowsku EMI 73 Soler Porto, Vcncranes y otras.
MihUr.Smíno4. Schubercüeder. Solé-FM Contemporánea 91
Amel¡ngrtJrevirv EMI 44 — (tequien y otros. LoíWiarl Etnos—_91
68 MaisW. Mlscna. Violonchelista. Sor Ofycrs paro gutarrrj. Gaudi. Accord—-80
Transfnpnones OG -_ 89 Sonton) Smfcmós I-T Handley.Chandos..80
SI Mendebsohn íjeder. Fischer-Dieskau/ Slocklauí-T; ZyiÁn. Refrán Kontokte.
HolL Claves „ 74 todetet/Ffényífiavíjuzek Accord.—-81
92 — Oberturos. ñor. R C A . — — _ _ _ _ 4 6 Strauss Don^on Til: Muerte y
— Sinfonia 2 Isoltoskk Lan^Sperir» m*ns/ígiiríic_n. Furtwangter EMI ____40
-68 Opus 111 46 — (jeder Wirtier^Haider. Nightmgale..£l
— Suaiü de im noche de verano. Dawson, S t n u - . J.: El muméíwo y oaos Schwankop(
SchaeditertAshíanaii. Decca _„,__—46 Gedda/Kar_(an, Ackermann. EMI—__SS
91 — Sueño de uno noche de wyono. Popp, Straviralü1 Coroogrcrc-in de io prmjwra.
Üpousek/Flar. RCA___ 46 PsJrusWffl Vilefc Plaga 81
Mryer, MarcellB. Pianista. Obras de — Pájaro de fuego. Sin/bmos para viento.
ft_m«_u Coupenn y otros EMI . 89 Welser-Mósl EMI —82
,9_ MonteuK, Fierre Director. Ofc*as de Sz/manov4ki: Stabaí Moter Lemnld infanta
Beethcwen. Berkiu y otros. (ÍCA 50 3 Snnytki Quivar. Gamsoa
Montevonli: Bollo Lameíito. Deíer. Connél/fütUe. EMI B2
Vangnartt 92 TruMad Lovw. TubWKeily. Musita oscuraBé
Mcoaft Concierto pora vwlk¡ n" 5. The Mltcre» Obras sobre textos de
n m M t w h n : Cbnoenn pora n * Cowley. Rooley. Columns_— .93
y OODI Heifeo. EMI . „ _ _ .40 Tndkioml, minie». Indm lirqiía
— Ccnoenos para pana K 46b, K 365. y otros. Anón Ocora 56
Prevn, IjjpuiPrewi. EMI 44 — Marruecos y otros. Chant du Monde.
— Comerlos poro otoe. Ocora.... S7
GonCrlo/Raislo. Claves 74 V e r * Don Caña. Brouwestin. V K t o i
— fleouem. Mofleen Krebs. CrmstoW&uimi Myio _ — . . . - - B3
69 FnctfKotve. EMI _ 40 — 1 trovoto/e Domraa, Mito.
M_jkaoW-nal90»-l989. Obras de Chemo___vme. Sony. Si
TiltabuH Roger y otros Brugalii F M — Siman Boccanepu. SWIa, Bcrgonn,
69 Contemporánea 91 Silven/Molnan Pradelí- Fonit Cetrs __ 83
NlelMn. Sinftmóí. Kubetii, Yotros. EML_44 — Un boda m masdiero. CabaUd Dommeo.
68 Norrington, Regir Director SmtonÍK McNeiUPatane Orramenti _ _ _ _ 8 3
románticas 0^1 93 — Un boto >i moscherD. Milanov. Peeree,
-69 NÚIVBL Ludo Gutamsta. Obras de Lasala, AjidtnoriíMrtropoukis. Myto 82
Pones y otros. Mwidala ___BS VirnntL Sinfonías I, Í.Canagnet S o n y - ^ 4 7
69 O f c n b K f t Los cuentos de Hoffrnom Tucks, VrMt BcAemcs Bayo, LmamiK Marb-
Peters, Sterens/Montemi. Datum 74 Aiwdis —„——.-...—. 49
69 Otter, Anr» Sophk yon Meno. Obras Vohnr tjjonetos 2. 3 Balanescu Argo ...A4
de Strauss. Berg y Komgold. DG 90 VoBcmjnn Obras orquestales. Aben. CPO M
69 F^larJo. Ernesto. Tenor. Personales de — Trús roí par» Opp 3 y 5.
r1e_s__io. Anas de Mc-arl Arkada_90 Tno Beetrcveri, CPO 84
_47 Penderedd: Antíiass frenos. V otras. W j p w r £1 takndés errante. Hale.
PendeiKki EMI_.._ _ ..75 Behrens. RyoVDonnányi Decta 42
91 — Concierto pora twfrt Concierto poro — 0 hoUndes errante. Muff.
che» 2. Edinger, PergamenschiltcM' Hanboid KiiodrJSleinberij. N M O S — . 4 2
48 Penderedu. Orfco 74 WUbrandt Wono tone Wibrandt
rVotodw SmftmiE 5. 7 Prevm. EMI .44 Emea Decca , _ .84
PuedrÉ Lo ronfne. Gasdia, Scarabelli Wolf heder. Sctr~ar_íop'i1Furtwar^er.
CupKtalGelmetti. Fonpt Cetia 75 Fonrt C e t r a . — - _ „ ,64
70 — Tosco, Moore Peeree, Tibbett/Sadero. Wolf-Ferrari: (ouotro rustegh.. Abete.
Myto _ . „ 75 Pobmba/CJIlegan. Arladia 65
Purcdl Conoones y Anos A^enta/North. Zandonaá: ^rancesca do rbmmr. Camgl—,
71 V»gn 75 Rewero. PrandeUiíGuamieri
— O«Jo y Eneas. Thomas, BerarvDeller. Fonrt Ceba —85

94 SCHÉRZO
ASOCIACIÓN BILBAÍNA DE AMIGOS DE LA OPERA
Entidad de "UTILIDAD PUBLICA" D. 247/89 GOBIERNO VASCO

XLIII TEMPORADA DE OPERA 1994-95

TEATRO COLISEO ALBIA
1994
LA T R A V I A T A (G.Vtrdi)
DÍAS: 1 3 - 1 6 - 19 de Setiembre
Giusy Devinu, Salvatore Fisichella,
Paolo Coni, Nelibel Martínez, ecc...
Director: Gíuliano Carella
Regía: Giampaolo Zennaro
(Nueva Producción)
ORQUESTA SINFÓNICA DE EUSKADI
MACBETH (G. Verdi)
DÍAS: 21 - 24 - 27 de Octubre
Paolo Gavanelli, Mará. Zampíeri,
Sergio Larfn, Riccardo Ferrari,
Nelíbel Martínez, etc...
Director: Antoneilo Allemandi
Regía: Giampaolo Zennaro
(Nueva Producción)
ORQUESTA SINFÓNICA DE EUSKADI
ORFEO Y EURIDICE (C. W. Cluck)
DÍAS: 11 - 14 - 17 de Noviembre
Bernadette Manca di Nissa,
Éter i Lamoris, Tatiana David ova
Director: Antoneilo Aliemandi
Regía: Dieter Kaegi
BALLET DE EUSKADI
(Nueva Producción)
ORQUESTA SINFÓNICA DE BILBAO
1995
DON PASQUALE (G. Donizttti)
DÍAS: 27 - 30 de Enero y 2 de Febrero
Carlos Chausson, Sumí-Jo,
José Bros, Manuel Lanza, etc...
Director: Thco Alcántara
Regía: Horacio Martínez Aragón
(Nueva Producción)
ORQUESTA SINFÓNICA DE BILBAO
T U R A N D O T (G.Pucciiii)
DÍAS: 4 - 7 - 10 de Marzo
Kristian Johannsson, Gabrielle Schnaut,
Lucia Mazzaria, Stefano Pala te hi,
J. Javier Nicolás, Antonio Comas,
Fernando Belaza, Pablo Pascual,
J. Luis Anasagasti.
Director: Giuliano Carella
Regía: Patricia Patrick
(Producción de Besanc,on)
ORQUESTA SINFÓNICA DE BILBAO
ANNA BOLENA (G. Donizetti)
DÍAS: 1 - 4 - 7 de Abril
Denia Gavazzeni Mazzola, José Bros,
Luciana D'Intino, Cario Colombara,
Nelibel Martínez, Pablo Pascual, etc...
(Nueva Producción)
ORQUESTA SINFÓNICA DE EUSKADI

Coro de la Opera de Bilbao - Director: Boris Dujín

Patrocinadores: Gobierno Vasco I Ministerio de Cultura I Diputación de Bizkaia
Ayuntamiento de Bilbao I Banco Bilbao Vizcaya I Iberdrola I Bilbao Bizkaia Kutxa I Petronor
Reserva de localidades: A.B.A.O. Rodríguez Arias, 3 - Io - 48008 BILBAO
Teléfonos:(94)415 5490-4156655-Fax:{94)4152200

FUNCIONES a las 20 horas.

Lmos
LIBROS
LA DISCOTECA IDEAL DE
MÚSICA CLÁSICA. Traducción de
Montserrat Gurguí. Prólogo y adap-
tación de Arturo Reverter. Editorial
Planeta. Barcelona, 1993.
Versión española -excelentemente
adaptada, con los correspondientes
añadidos acerca de nuestra música por
Arturo Reverter- de la británica A Lis-
íener's Guide (o Oassical Music que
aparece en un momento en el que pa-
rece desarrollarse en el país un interés
por la música que va más allá de los
avatares de la moda temporal. En este
caso la selección de títulos no se hace
a partir de los discos que existen en el
mercado sino de los compositores, en
una selección tan discutible como
cualquiera de las que se hacen en el
campo de las artes. Cada compositor
que aparece en el libro viene acompa-
ñado de un breve texto introductorio,
seguido de una descripción de las
obras más conocidas y de la corres-
pondiente discografia, valorada según
los habituales sistemas que se utilizan
en este tipo de cosas, es decir, en
orden decreciente con asteriscos -de
uno a tres- y la letra «E» reservada
para ciertas excelencias.
La edición original inglesa se queda,
como de costumbre, corta de nom-
bres españoles, lo cual demuestra una
vez más lo poco que cuenta España
en el mundo musical internacional. El
trabajo de Reverter ha consistido en
añadir al original unos cuantos nom-
bres ilustres de nuestra historia, desde
Tomás Luis de Victoria -incomprensi-
blemente ausente- hasta Gerhard o
Montsalvatge. En cierto modo su labor
ha consistido, además de cuidar la ver-
sión española, en escribir una pequeña
historia de nuestra música. Un libro,
pues, útil, en especial para quienes se
inician en un campo plagado de títulos
-en Gran Bretaña actualmente salen
unos trescientos discos al mes- y que,
lógicamente, se sienten confusos.
JA
ÁNGEL ALVAREZ CABALLERO:
El conté flamenco. Alianza Editorial.
Segunda edición, revisada y ampliada,
de este libro que podemos considerar
clásico dentro de la literatura flamen-
cológica. La primera entrega del año
1981, editada en formato de bolsillo y
titulada en aquella ocasión Historia del
96 SCHERZO
conté flamenco (AB 836), ha sido uno
de los volúmenes más difundidos en
España sobre el cante flamenco, tema
éste no obstante poco estudiado en
profundidad y ¡¡olvidado por la musi-
cología!!
El nuevo volumen, modificado en
su diseño (formato e ilustraciones), ha
sido parcialmente ampliado en sus
contenidos, debido, como afirma el
autor, a los trece años que separan las
dos ediciones y lo mucho que ha ocu-
rrido en el panorama flamenco hasta
hoy. El fenómeno Camarón, o la pro-
yección del granadino Ennque Moren-
te como auténtico creador del cante
¡ondo actual, son algunos de los añadi-
dos importantes. El autor ha creído
conveniente corregir algunos datos y
ofrecer nuevos planteamientos sobre
algunos temas específicos, así como
realizar una revisión de los contenidos
enriqueciéndolos sustancial mente,
Las cuatro primeras partes del libro
conservan casi intacta su estructura ini-
cial, sin embargo la cuarta ha sido des-
glosada para esta nueva edición en
dos: La dictadura de! opeñsmo y El re-
nacimiento. A partir de esta quinta
parte podemos considerar que el libro
ha sido profundamente revisado, aña-
diendo el autor personajes primordia-
les en la historia del flamenco del siglo
XX, a quienes dedica parágrafos apar-
te. Si la primera versión concluía con
el apartado «...Y Antonio Mairena»,
en esta nueva edición el maestro can-
taor merece un capítulo especial
como cumbre de «El renacimiento».
Nueva totalmente es la sexta parte
del libro dedicada a Los contemporáne-
os, en la que presenta a todos los can-
taores que siguen vivos. Esta última
parte se encuentra dividida en cuatro
apartados dedicados respectivamente
a: La vieja escuela, jerez: sigue la fiesta,
Cinco esquinas del cante y Camarón,
Morente y el futuro, donde el autor
realiza una revisión de lo que han sido
las tres últimas décadas del cante, de-
jando abierta la puerta a las nuevas ge-
neraciones (esta última comienza
cómo no con una referencia al falleci-
miento del Camarón de la Isla, el 2 de
julio de 1992.
El libro se completa con una bi-
bliografía, discografia y hemerograffa,
en la que el lector encontrará material
para ampliar sus conocimientos con
respecto a diversos temas relaciona-
dos con el flamenco, Importante, ya
en la pnmera edición, es el índice de
cantaores y estilos, muy útil para el
manejo y consulta del libro. Merece
mención también la enriquecida parte
gráfica, importante para el profano en
la materia que desee obtener una
idea más clara sobre los diferentes fe-
nómenos expresivos del flamenco.
Es este libro de Alvarez Caballero
una revisión, más o menos exhaustiva,
de la historia del cante flamenco, con
sus tópicos ideológicos y algunas pers-
pectivas algo añejas. Visiones que se
conservan en el mundo del flamenco
como reliquias, y que sólo una investi-
gación profunda puede llegar a desen-
trañar. Siendo el flamenco como es la
re interpretación artística de la tradi-
ción musical andaluza. Echamos de
menos en et libro más referencias en
t o m o a las nuevas perspectivas que
han surgido, fruto de importantes in-
vestigaciones (Ortiz Nuevo, Blas Vega,
Romualdo Molina, Miguel Espín). El
autor ha tenido la oportunidad de am-
pliar el contenido del libro, sin embar-
go prefirió, como en la primera edi-
ción, reducirlo al ámbito del cante.
Dentro del mundo de los flamen-
cos el autor, en su calidad de corres-
ponsal del diario El País en todos los
actos a lo largo y ancho de la geogra-
fía española, es persona respetada.
No obstante, algunos sectores le re-
criminan el no haber estudiado en
profundidad el arte flamenco y que
sus teorías son más bien una recopila-
ción de lo que ya se ha dicho y escri-
to, tarea ésta no obstante mu/ enco-
miable. Diremos en su favor el tre-
mendo empeño que ha tenido en las
últimas décadas en promocionar el
cante, y no en vano su libro es el
único que podemos encontrar en
todas las librerías de España y en mu-
chas del extranjero, y su cronológica
exposición del fenómeno flamenco
ofrece al lector un panorama amplio y
detallado a la vez, de lo que ha sido y
es la historia del cante flamenco,
como fenómeno singular y único den-
tro del patrimonio musical español.
Libro recomendable para iniciarse en
el conocimiento del cante flamenco,
siendo conscientes de que entramos
así en el polémico mundo que envuel-
ve a las distintas teorías que existen
en tomo a todos los temas relaciona-
dos con este precioso y poco precia-
do arte musical.
Quisiera concluir esta crítica vera-
niega con una pregunta al autor con
respecto a su opinión sobre Enrique
Morente. Me refiero a la página 364,
donde el autor se sorprende de que
Morente componga música, añadiendo
«él, que no conoce música». Espero
que el autor me explique algún día qué
es para él eso de «conocer música».
F.N.N.
 LA GUIA

9 Quinteto Fodor Ma^a Bon, I6J8-IX: Haíald Vogel, órgano. Moss. Goebbeb. Surrogote üoes. - Basel Sinfonietta. Ariuro Tama-
CONCIERTOS piano Poulenc. Milhaud. {Igíesias de bs mirtires y Patnar- (T.CE). yo. Suter. Huber, KElterborn,
- Aüred Brande!, piano. Beetho- c¿J. - jortfi Sauail y sus amigos. La Bartók, 0" P).
BARCELONA ven. 20h2l Michel Dalbeno, piano sUavaganza en ta música latina.
10: Nieuw Énsemble. Ed Spanja- Schubert (Gran Audrtono de la (Teatro del Ateneo). OVIEDO
fl-IX; Josep M. Balanyá, piano ard. ügeti, Kurtág. Caja General de Depósitos).
(Fundación Joan Miró), 25: Antoine Sibertin-Blanc, cVga- XLVIr Festival de ópera
15: Dieter Moebius. teclados y BOSTON no. {Iglesia de Pena).
electrónica: Hans Joachim Roe- 25.28. Filarmónica de Strasbur- FESTIVALES LA FILLE DU REGJMENT (Do-
delius, piano y teclados. (F.JrM). Sinfónica de Boston go Coros Gulbenkian y del Tea- nizetli)r Sinfonía del Principado
3-X: SjntcVxa de la NHK de To- tro Sao Carlos Theodor Guschl- de Asturias. Coro de la A.O.
quio. Eliahu InbaL Bruno Leonar- 29-IX Seiji Ozawa. luhak Perl- bauer Una Monzón. Gáfyez Va- ALICANTE Parry Sapi Mei, Cortez, Santa-
do Gelber. piano Beethoven, Jlep, Cachemailte, Sarrazin. Ber- manna, Kunde, Alvarez, García
Cha*Qvskjr tlbercamera. Palay). man. violín Copland, Barber, Jioz. La condenación de Fauno.
Wiíhams, Bemstem. X Festh^l Intemacionit Santana. I4J6-IX
5: Kathleen Batí le, soprano; de Música Contemporánea ORFEO ED EURJDICE (Gutk).
Roger Vignoles, piano Purcell, 30- \-X: Seiji Ozawa, Úrsula )
Oppens. piano. Pendereda, Mo- 2 6 ^ 7 : Jean-Yves Thibaudet, Orquesta de la Opera de Bmo.
Schubert. Strauss* Gounod,
(Palau 100). art, Brahrns. pano. Ravel. ( G . A C G D), IB-fX. Sinfónica de Madnd. Cns- Coro de la Fundación Principe
6,7*8: Sei|i Ozawa. Dubravka 30 Edita Gruberova. soprano: tdbal HaHfter. Ricardo Odoozo- de Asturias. Maag. López Gotié-
Tomsic, piano. Strauss, Beetho- Fnedench Hajdeer, piano. (Tea- la, violín Rodrigo, Coral, C. rrei r Valentín» Terrani. RodngoH
FUSKADI tna Sao Carios)r Halffter (Teatro Principal) Garcfe. 33. 25-tX-
ven.
f -X Siníónica de la NHK de To- 19: Dañas. Hatea, producción ra- NABUCCO fVerdi). Sinfónica
Sinfónica de Euskadi FRANCFORT quio. Eltahu Inbal. Mahter, Nove- diofónica RNE-CDMC (Aula de dd Principado de Asturias. Coro
na (Colseu). Cultura de la Caja de Ahorros de la A.O. Herrera. Guiscafré.
del Mediterráneo). Con i, Roark-StF^mmer. Burchu-
3,4-X: Arturo Tamayo. Douglas Sinfónica de la Radio 2 |oáo Pedro Oírveira, órgano ladze. Mirat^. Ordóñez. Echeve-
McCIure. trompeta. O l v i d e , de Francfort Ogiesia de Nuestra Señora de - Coral Polifónica de la universi- ma, García. 3. S-X.
Arutunian, Manler (San Sebas- Fátima), dad de León, Samuel Rubio Du-
tián). (5: Bilbao; 6 Pamplona; 7: B-IX: Eiianu Inbaf. David Genn- 7. Shura Cherkasski. p-ano (Au- ruflá, Brttten. Copland. Stanford,
Vitona) gas, chdo. Bkxh, Schoenberg. drtono de la Fundación Gulben- Pildám, Muneta, Pneto, FalccVi,
I5.J61 Oimitn Krtaienko. Frank- kian). Castillo. C Halffter (Iglesia de
MADRID Peter Zimmermann, violín. l(h Andreí Gavrilov. paño Schu- San Nicolás de Ban)
Brahms. Shostakovich. berl Ravel, Prokofiev. (A. F. G). - Orquesta de Cámara Reina
22-1X: Coro y Orquesta de la JO: Lucas Vi 5. Francoise Pollet, Solía. Peter Schmelzer. Humber- BERUH
Comunidad de Madrid Miguel soprano, Thaddeus Wat&on, MUNICH to Quagliata, piano; Wolfgang
Groba. Home naje a Barbien. lauta. Cohén, Wafter. Fe^d^r^an Weigel. guitarra Barber. Coló XLIV Berttner Featwochen
(Auditorio Nacional}. Filarmonía de Munich me, Kucera, Schikfc ( Í . C C A .
7-XL Cono de la Comunidad de LA HAYA M.). 11-ÍX: fifarmómca de Ber|ínr
Madnd. Reiner Steubing. Rhem- IO.I2.I3J5-IX Sergiu Celibida- 20: Villasol, Antígona cautiva, pm> Claudio Abbado. Bach. Hmae-
berger, Brahms, Fanny Mendete- Orquesta de ia Residencia che. Bruckner. Séptima. ducciún radiofónica RNE- mith.
sohn. Reger. (A. N.) 23,2S,26,2fi. SergFü CeNbidache. CDMC ( A C C A M . ) . - Orauesta de Cámara Cari Phi-
I6.I74X: Evguem Svetfanov. Ed- Ravel, Debussy. - Aras Camera. Legido. Pneto. L lipp Emanuel Bach Madn^Jistas
TARRAGONA vard Grach. violín. Wagner, Sve- L Tunna, Dd Puerto, Lauzurika de Halle. Hartmut Haenchen.
tlanov, Chaikovski. PARÍS (Audrtono C A. M.). SchaTer, Elster, BLochwiti, Tre-
Real Monasterio de Santes 24,25: L&f Segerrtam. Amaldo - Sinfónica del Principado de As- keL C.P.E. Bach, &e Letden des
Cohea piano Gneg, Sibd>ui HIS-IX: Orquesta de Pans. Se- tunas. José Luis Temes. Luis Váz-
29,30: Günther Herbig. John mton Bichkov. Radu Lupu. piano. quez del Fresno, piano, López - Deutsches Symphoriie de Ber-
3-IX; Orquesta de Cámara Me Harding, violín- Gregor Horsch, Mozart Biuckner. (Sala Reyeí). de Guereña, Vázquei Del Fres- lín. Vladimir Ashkenazi. Hans
diterránea. Guerassim Voronkov. chelo Hindemith, Brahms. 20: Filarmónica de Radio Francia no. Rueda, Bariók f j . P). Ma*leb viofín. Bach-Webern.
Coros Ciudad de Tarragona, 2-X: Günther Herbig. Martijn Olivier Grangean. Mstsiav Ros- 21: Comer, Piezas de leal'áad Gotdschmidt Mahler
joven Coro de Tarragona y Rui- van den Hoek. piano. Hinde- tropoveh, chelo. Dulcas, Daniel- rnus-co/, producción radiofónica | 1 Radu Lupu, piano. Síhubert
señores de Tarragona. Mozart, míth, Weber, Brahms. L«ur. Boccherim. RousseL (Casa RNE-CDMC (A C C. A. M ). 13: Cuarteto Haitog Quinteto
Haydn, Bntten 7.8: Güntr^r Herbig. Schubert, de la Radio). - Laboratorio de ínfomiitica y de Viento de Berlín. Sevimbike
1
ID Coral Artiga Orquesta Solis- Shoítakovich
22: Matt HaimoviQ, chdo. Bnt- Electrónica Musical del CDMC Ehbay, piano. Hmdemith. Kouna-
tas de Barcelona. Albert Afeudo. ten, Heme, ügeti^ Hmdemith. Flores Cnaviano. guitarra; Jane dis, Bunan, Beethoven
Honegger. B rey DcMd, LEIPZIG (Museo dd Louvre). RigJer, flauta y voz; Rafael LifUn, - Smfonie de Berlín. Michael
I-Xr Filan-nónica de Rado Fran- voz yjurtarra Otero. Liñán, Bur- Schenwandt. Coro Emst Senff.
Gewandhaus cia. Zoítin Peskd. Phvllis Bryn- ean. Guerrero. (Auditono C. A. Qleg Maisenberg. piano. We-
Julson. Xenakis, Vivier, Janácek. bem, Schubert-Liszt, Beriioi
8,9-lX: Orquesta de la Gewand- (CR.).
R). - Oin5ta Ludwig, mezzo: Charles
- Sinfónica del Pnncipado de A t
haus. Kurt Masur. Frank-Peter 2: Patnck Gallois, HauEa; Jean- tunas |osé Luis Temes. Patnzia Spencer piano. Despedida del
AMSTERDAM Zimmermann, violfn. Dukas, Mo- Marc Ljisadi piano Beethoven, Biccire. soprano; Aberto Garxá público de Berlín.
za/t, Brahms. Prokofiev. (Teatro de kK Cam- DemestreE, recitador. García 14,15: Filarmónica de Berlín.
Concertgabouw I5 h l6 Orquesta de la Gewand- pos Elíseos). Román, Gartfa Defnestres, Stra- Coro de [a Radio de Beriín. Fte-
haus. Kurt Masur. Cecile Ousset 3 Laurent Catasw, piano: Hagai yinski. (T- P)- rre Boulez. Webem, Debussy.
4-IX: Orquesta del Siglo XV|I|. piano. DebusS/, Saint-Saéns, Saham, vidín; Sonia Wieder-At- 22: Santiago de la Riua, violín, 16 Ensemble Modem. London
Gustav Leonhardt Cyndia S<e- Franck herton, chelo. Beethover. (ChS- Ángel Gago, piano Yagúe. We- Voices. Phihppe Racine, flauta-
den, soprano. Haydn, MozarL 17: Mana Venutti, soprano; telet) ben, Flores, Messiaen, Montsa^ He mz HoHiger. Holiíger. Scanh-
- Orquesta de la Residencia de Charles Spencer, piano. Schu- 4: Filarmónica de Londres. Franz uatge. (Auditono C A M.). tÍZkl
y
La Ha/a Vasdi Stnaiskk Verdi. ben. 5choenberg, Poulenc, Welser-Müst Gil Shaham. violín - Ensemble Musique Nouvelle. 17: Sinfónica SWF de Baden-
Liszt. Brarims. Chaikovski Schumann, Strauss, Schubert Beethoven. (T.CE). Michel Fuste-Lambezat Gonzá- Baden. Conj de la Radio de Ber-
6: Filarmónica de Los Angeles 18" Concentus musicus lipsiensis. - Ensernble Ord>estral de Parts. lez Arroyo, Camarero, Havel, lín. Mjchael Gielen Orsamc, Ka-
Esa-Pekka Satonen. Emanuel Ax, Música inglesa para consorL Anssi Mattila James Bowman. Fusté-Lambezat (A C C A. M. llisch, Winslade, Brocheler, Schir,
piano. PurteH-Stucky. Mozart Si- - Pedro wjrmester, piano Schu- contratenor Bach. (Iglesia St. )•
Schwab, ZímmenTLann, Beetho-
bdius. mann. 6achr Ravel. Germain-des-Pres). 23- Roñan de Saram. violonche- ven.
U . Combattimento Cansort 2S: Quinteto de viento de la 5. Anne-Soph,e Mutler. viofín; lo. Stefano Scodanibbio. contra- - Thomas Zehetmaír, vioJín^
Jan-Willem de Vnend Bernarda Gewandhaus Haydn, Vrlla- Lambert Orkis, piano. Schu- ba|o. Scdsi, Scodambbio, Estra- Thcwrias Demenga, chdo: Tho-
Fint contralto. Rameau, Bach, Lobosr Beethoven. Francaix. mann, Beethoven, Stravinslti. da, Schnittlte. Soteb (Audrtono mas Larctier. piano. Holhger.
Telemann. 27: Orquesta Barroca de Fnbur- CTCE) C A. M.). IB: Anatof Ugorski, piano Me-
IB: Filarmonía de Rotterdam. go. Thomas Hengelbroct Ze- - Cuarteto Carmina. Bartúk, - Ensemble Musique Nouvelle. saen, Catob&je c/aseomf.
Vaten Gerg>ev Manler. Sexta. lenka, Písendel. Telemann. Bach. Webem, Schubert (M.L) Michel Fusté-Lambezat Guin|0- - Hemz HoJJiger, oboe; Tabea
19, 22: Coro y Orquesta de la 2Í.3IJ Orquesta de ti Gewand- 5,6; Orquesta de Pans. Semion an. Orts, Lauba, Eloy. (A. C C Zhmmcrmann, vrola: Thomas
Opera Kirov. Valen Gergiev. Mu- haus Paauo Berglund V ^ m i r Bichkov. Héléne Gnmaud, piano. AM( Demenga, chelo; Gaucha Ba-
sorgski, KoYorxhtno (versión de Sprvakov, violín Haydn. Sibehifi, Ravel, Mahler. (S.P.). 24" Ensemble Vox Nova. Nicho- rainski, soprano; Úrsula HoJliger,
concierto). / Ghnka. Prokofiev, Shostako^nch. 7. Lamben Wilson, recitador: las Isherwood Gesualdo-Stra- arpa: Hofger GrmcKopp. clave.
Shostakovich. 2-X: Trío de cuerda Nuevo Patnce Fontanarosa. v»olín: Jean- vinski, Francesconi. De Pablo, Holliger.
25: Filarmónica de la Radio. Foco. Bach. Philippe Collard, piano. Franck. Beno. (Auditorio C A H l I9t Maunzio Pollini, piaña Beet-
Coro Omroe, ]can Foumel- Ivo 4: Luigi Ferdmando Tagliaviri, úr- Faure, Lekeu (TCE). - Basel Smfonretta. Arturo Tama- hovenr
janssen, piano. Píeme, Pijper, gano Storace, Pasquini, Albino- S: Cnstoph Pnágardien, tenor yo. Silvie Sullé, soprano. Stupp- • Chnstoph Poppen r violfn:
Roussd. ni-Walther. A. y D. ^cartatth. Andreas Staier, fortepiano Schu- ner. Delás, Hidalgo, Beño (T Tabea Zimmermann, vida; Tho-
30* Filarmónica de Ea Radia Edo Bach, Respighi mann. {Conservatorio de Arte P.j. mas Demenga. chdo- Elmar Sd>
de WaarL Brahms. 9; Cuarteto de la Gewandhaus. Dramático). 25- Anna RICCJ, meflO; Xavier mid, clarinete: Marco PosnngheL
2-X: Orquesta de Cámara de la Roff-Oeter Arens, piano Mahler, 9. Bruno Leonardo Gelber. Joaquín, percusión. Barber. Stefan Schw&gerL Klaus Thune-
Radio. Frans Brüggen. Thomas 5cí>nrttke. Schumann. piano Beethoven. (T.CE). Barce. Gumjoan. Mestres-Qua- mann, fagotes, Holger Gros-
Zehelmair. violín. Schumann, 10: Junge Dei/tsche Ftiilharrrio- dreny, Nuix, Russm/oJ, 5ardá. chopp, clave Webem. Berg, De-
Brahms. USBOA me. Peter Rundel. Gilmore. (Castillo de Sama Bárbara). menga. Boulez Holliger, Sdioen-

SCHERZO 91
 LA GUIA\

berg. Bórlz. Beethoven. 19: Taller Filarmónico Suiío. Ma- berger, Homung, Kíihne. I5.IB- IX. 1.4,6-X
20 Thomas Zehetmair, vtolin: 14,1S: Filarmónica de Estocol- dngalistas de Basilea. Mano Ven- IX
Th ornas Larcher. piano: David mo. Gennadi Rozhdestvenski zago. Peter Schweiger, recitador. UN BALLO IN MASCHERA MILÁN
James, contrátenos Bmar Sch- Hákan Hardenberger, trompeta. Mozart, Schumann, wagner. fVerdi). Frülibeck Fnednch Shi-
mid, clarinete; Theodore Anze- Debussy. M. Haydn, Tamberg, 10 Con|unto de violas Orlando coff, Chemov, Zampien. Kelly. Teatro allí Scab
llotti, armónica: Johannes Nied, Chaikovski Gibbons. Gérard Lesne, contra- 17.21-IX.
contrabap. Heinz Holliger, HoNi- 21: }ohann Strauss Ensembte. Jo- tenor. Byrd. lenkins, Locke. Pur- MADAMA BUTTERFLY (Pucci- LA BOHEME (Puccmi). Gavaz-
ger. hannes Wildner. J. StrauB, Lehár. cdl ni). Soltesz. Samaritani. Cnder. zeni. ZePirelh. Alagna, Antomoz-
2 1 Filarmónica Oe Berlín. Klaus Eysler. 21: Nathalie Stutzmann. contral- Murgu. Carison, Fortune. 204X zi. Antonucci. Bayo, Freni, Ghiau-
Tennstedt Mahler. Séptimo. 22,14: Filarmónica de Estocol- to: Inger Sddergren. piano. Schu- DER FLIEGENDE HOLLÁN- rov, Mazzucato, Quilico.
2 1 Cuarteto Emerson Webern, mo. Joseph Swenseri. Frank- mann, Fauré, Poulenc DER (Wagner) Hollreiser. Sell- 17,20.21,2Z23.27-IX
Stravinski, Debussy. Peter Zimmermarin. violín: Alf 22: Shlomo Mintz, violín. Bach, ner. Halem, Rundgren. Daner, CARILLÓN (Clementi). Peska
23. Orquesta de Cámara de Eu- Nilson. oboe d'amore. Román. PnDkofiev. SeifTert 22J5-IX. Corsetti. 4,5,6,7,8-X.
ropa. Gennad* Rozhdestvenski. Mozart Brahms. 23 Orquesta de la Opera de ANDREA CHENIER (Giorda-
Viktona Fostknikova. piano: Nh 23: Cuarteto Sergell. Inger San- Lyon Kent Nagano. Martha Ar- no). Frühbeck. Dew. Margison. PARÍS
cholas Thompson, trompeta. din, soprano Dvorak Haydn. gench, piano; Sérgei Nakar^akov. Agache. Gasteen, Boms. 2B^X.
Bntten. Shosttkovicri. Dvorak. 24: Cuarteto Lysell. Beethoven. irornpeta. Shostakovich. Schnitt- UBudMe
- Roben Aitken. flauta. Várese. 25: Sinfónica de Estocolmo ke. Beethoven Musorgski-Ravel DER ROSENKAVALIER
Cárter. KoecWin. C.P.E. Bach. Wilte 1Sundling. Weber, Dvorak (Strauss). Kout Fnednch. Arms- SIMÓN BOCCANEGRA
Scelsi, Boule2, Holliger 2B.29 Filarmónica de Estocol- STRESA tronE. Rydi. Liang. CaHson. 2,9- (Verdi). Chung. Breger. Cher-
24: Patricia von Blumríider. mo. Niklaí W i l l í n ÓrtendaN, X
Rydén, BeJImí, Degerfddl. ATVK)- nov, Scandiuzzi. Espenan. Farini
piano. Bartók. Boulez, Messiaen. XXXIII Scmanu mu FIDELIO (Beethouen). Foster. Gerello. H.2Z24J0-IK 5,7.10-
Debuay. son, Wedm Hatndel. tinxl en Ponnelle. Hagen, Molsberger,
Egiplo. X.
- Claudia Barainski. Dilek Gecer, II4X: Orquesta de Cimara de Feldhoff, Serffert 3-X. MADAMA BUTTERFLY (Pucci-
sopranos. Stella Doufexis. Úrsula Wúrttemberg. Jórg Faerber. DIE ZAUBERFLOTE (Mozart) ni). Chung. Wilson. Gauci. Bn>-
Hesse, mezzos; Aglaia Bátzner, UNZ Martha Argerich. piano; Guy Viotti. Jíramer. Hagen. Seiffert net. Aragall. Michaels-Moore.
Axel Gauni. Ctinstoph Israel, Co- Touvron. trompeta. Haydn, Peacock, Lukas. S*X Colé 19-!X. 1,4,6-X.
nnna Soller. pianos. Webem Feítivil Bruckner Shoslakovich. MACBETH (Verdi). García Na-
25: Coro de Cámara RÍAS. Con- 13. <atia Ricciarelli, soprano. Vin- varro. Ronconi. Morns. Kalimna, VIENA
certó Palatino. Thomas Hengel- 11-XI. Filarmónica de Viena. Ric- cent Scalera. piano. Sartí, Cheru- Rundgnen, Hom. 7-X.
brock Wessel. Dürrmüller. cardo Muu. Bruckner, Sépwno. bini, Bononcmi, Paisieflo, Rossini. Volksoper
Kooy. Schütz. Bach, Brahms. 14: Cuarteto Hagen. Paul Gulda, Fauré. Toso. Scaauoper
- Sinfonie de Berlín. Jonathan piano. Haydn, Schumann, Mo- \S: Giorgio Carmnf. órgano. DIE LUSTIGE WTTWE (Lehár).
N o t t Elena Bashkirova. Bngitte. zart Bach. LOPERA SERIA (Gassmann).
Engerer, pianos. Ravel-Boulez, 16.17: Orquesta Philharmonia. 16: Deutsches Symphorue Berlín. Concertó KSIn, Jacobs. Marti- Bauer-Theussl. Fontana, Stem-
Sctiubert-Webem, Boulez, We- Giuseppe Sinopoli Edrta Gmbe- Vladimir Ashkenazi Brahms. noty. Capecchi. Háger, Gambill. berger. Nemeth, Schreibmayer.
bem. Mozart (anácek. rova, soprano. Mahler, Cuarta > Francis, Aikjn 11,13.16,18-IX. 14-IX. I-X.
Strauss, Bnjckner, Tertera. DER FREISCHÚTZ (Weber). DER ZIGEUNERBARON (J
26: Ensemble Oriol. Keufen, Strauss). Maychofer. Vento,
Kussmiul. Zehelmaír, Moser 20 Harmoniceí Mundi Josef Sa- Kurz Berghaus Trckel. Gustafs-
Georgian Stephan, Bach, Gubai- baim. Bach, Berg, Sulzer, Mozart OPERA son, Rbschmann. Vogel. 14,30- Boschikowa, Gonzaga Lehmann.
15-IX.
dulhna. 22. Cuarteto Bruckner. AI oís IX.7-X.
Branddofer. clannete. Mozart DAS LAND DES LACHELNS
27. Eníemble InterContempo- TANCREDl (Rossini). Luisi. (Lehár). Eschwé. Dussmann,
rain BBC Singers. Pierre Boulez. 23: Orquesta de París. Sermón BILBAO Berndt Gambill. Kowalski,
Oelze, Pollet Bofíard. Aimard. Bidikou. Bnjckner. Novena. Hemm, Dawson, Ejsing. 25.28- Dorak. Gonzaga. Luftensteiner.
Webem. Soulez. Ligeti 25 Sinfónica de la O R Í Coro Teairo IX. 1.4^.9-X 17-tX
28,29: Filarmónica de Berlín. Amo Id Schoenberg. Marek Ja- DIE FLEDERMAUS (J. Strauss).
BBC Smgers. Coro de la Radio nowskj. SeifTerL Johansson, Con- FALSTAFF (Verd¡|. Sinfónica de LAUSANA BiW. Kales. Steinsky. Araya. Mt-
de Berlín. Pierre Boulez. Oelze. nell. Hillebrandt Sal minen, Lo- Bilbao. Alcántara. Iturn. 27.29-
Finley Webem, Stravmski. renz. Wagner, Lofiengnn («rsión nich, Glashof 23-IX. 7-X
de concieno). IX. I-X. ELIGEN ONIEGUIN (Chaikovi-
S-X: Jessye Norman, soprano: ki). Orquesta de Cámara de
Phillip Molí, piano Programa por ZURICH
27: Chnstian Zachanas, piano. CÓRDOBA Lausana Langrée Cauner. Lei-
determinar Beethoven. Bruckner, Schubert ser. Shamir. Popescu. Quilico. Opemhaui
28 Orquesta Bruckner de Linz. Gran Teatro Haddock.B.II.I4.l6.IB-IX
ESTOCOLMO Martin áegnart Sdiubert Bruck- RUSALKA (Dvorak). Welser-
ner, Cuarta. MARJNA (Ameta). Orquesta de LISBOA
Córdoba, SagL I6.I8-IX. MósL Piplrts. Winbergh. Benac-
4.1I-IX: Sinldnretta de Estocol- 29 Simón Estes, ba|O; Verónica kovi-Cáp, Lechner. KallEdi, Holl
mo. Tommy Andersson. Scullj, piano. Brahms. Wolf, TíatroSío Cifioi 7.10,4.16-IX
Ékstróm Mahler, Schuben. TOSCA (Puccmi), Sartti. Zam-
6. Bengt Forsberg, piano. 30: Ensemble Pro Brass. Maun- SALOME (StraussV Filarmónica pieri, ShFeoff. Zancanaro.
Rangstróm, Chopm. Bach. cío Kagel,''•ecuador. Kagel, de Strasburgo. Ha¡der. Dorn. B.II.2I-X
- Cuartetos Fresk y Zetterquist Hauer, Musorgski. Mackns, Tear, Scheidegger, van LAMICO FRITZ (Mascagni|
Stenhammar. Hallin, Mendels- I.I-K Filarmónica de Londres. AMSTEHDAM derWalt.23.16.»-IX Honeck. Asagaroff. Dessi, La
sohn. Franz Welser-Nóst Messiaen, Scola, Kaluza, Davídson. Amo-
7: Filarmónica de Estoco I rno. Brudtner. Sexia. / Benjamín, Mo- LONDRES nattL9,l9-IX
Gennadi Roihdestvenski. Per ¡art Beelhoven, OIE ZAUBERFLOTE (Mozart).
Myrberg. recitador Auhn. Boro. LADY MACBETH VON CoyentGaníen Weikert Ponndte-Peter Mosuc
Rangstrorn. MONTREUX VEVEY MZENSK (Shostakovich). Haen- Chalker, Salmmen. Widmer.
S: Cuarteto Yggdrasil. Bach, Be- chen, Pountney Bundschuh, Ga- TURANDOT (Puccmi). Gatti. I3.I5.1S-IX1-X
ethov*n, Reger. Haydn. XLIX F«Ovil de Mmlca lusin, Sc+ioon, Aken, Berg. Serban SweeL Howarth. Giaco- LA CENERENTOLA (Rossini).
91 Frednk Ullén. piano, Matts 3,t, 10,13,16.19.21,25,1BJO-IX mink. Giuseppini. 12-IX Fischer. üevi. Bartoli, Mosuc. Nh
Amberg. Lena kuusmiemí, violi- 13-IX Ensemble G>lles &nchois. LE NOZZE DI FÍGARO (Mo- LE CENEfiENTOLA (Rossim). chiteanu, Saccá, Chausson.
nes: MÍael Siógren. viola: Mag- Dommigue Vellard Música del zart). Jenktns, Flimm. Rey, Peter- Campanella. Hampe. Hovíarth. I7.20.29.IX. 7-X.
nus Lanntngf-Ekenborn. chelo: París del siglo XIII. son. Érhard. ScaKriti, Rodgers Botes, Borodma. Le ROUÍ. Gi- KATIA KABANOVA (Janicek).
Mats Encson, contrabafo. Nor- 16: Coro de muchachos de 1.4,6,9-X. ménez 26-IX. Weikert. Berghaus. Benacková-
man Totí. Gerhard Schmidt-Gaden. BERUN Cáp, Killiseh, Straka, Hermann.
- Smfonetta de Estocolmo Petri Lasso, Schumann. Schubert Orff Englijh Nadonal Op*rj Vogel. B-X
Sakan. Sibelius. 17: Gérard Poulet violín. Regís DeuDche Oper LA BELLE HELENE (Oflenbach).
10: Filarmónica de Estacolmo. Paspuier. violín y viola Léclair. THE MIKADO (Sullivan). Ed- Hamoncourt Lohner Nichitea-
Gennadi Rozhdestvenski. Per Spohr. Mozart Prokofiev, Wie- DAS SCHLOSS (Reimann). warús Miller. Stuart. Collins, Ga- nu. van der Walt Vogel. Wid-
Myrberg, recitador. Vladigerov, k Boder. Decker. Schóne. Mols- rretL Bottone. Caddv. 2 U J J 9 - mer. Chausson. 9-X

CONVOCATORIAS VIII CONCURSO INTERNACIONAL DE XXXII CONCURSO DE PIANO

XXXI CONCURSO INTERNACIONAL
DE CANTO ERKEL-KODALY
Budapest 10/26-IX-1995. Para cantantes de
cualquier nacionalidad naados a partir del I -I-
1963. Categorías: ópera y concierto Premios:
I o , 5.000 $; 2o, 3,000 $: 3o, 2.000 $ en cada
categoría. Fecha límite de inscripción: I -V-
1995. Información: Tfho.yfax 361 1179910.
DIRECCIÓN DE ORQUESTA
«In memoriam János Ferencsik». 7/21-V-
1995. Convoca: Televisión húngara. Para
directores de cualquier nacionalidad naci-
dos a partir del I-I-1960. Fecha límite de
inscripción: I-XII-I994. Información: Inte-
rart Festiva I ce nter. H-1366, Budapest, P.
O. Box 80.
FERENC LISZT
Budapest, 9/24-IX-1996. Para pianistas de
cualquier nacionalidad nacidos a partir del
I-M963. Premios: I o , 10.000 $; 2o, 6.000
$; 3o, 4.000 $: 4o. 3.000 $. Fecha límite de
inscripción; I-V-1996. Información: Tfno. y
fax 361 I 179910.

98 SCHERZO
 DOSIER

Tres
músicos
británicos
1
934 fue un mal año para la música británica. En el transcurso de unos meses tres de sus más
importantes compositores fallecieron, uno tras otro: Edward Elgar (n. en 1857), el decano de los
músicos creadores del país y el más conocido dentro y fuera de él, Gustav Holst (n. en 1874),
y Frederick Delius (n. en 1864). Por aquellos años Europa entraba en uno de los periodos más
turbulentos de su ajetreada historia -ascenso del nazismo, insurrección popular en Austria contra el
gobierno ultracatólico de Dollfuss, Revolución de Asturias, etc.- y Gran Bretaña se protegía contras las
tormentas continentales con aquello que se llamaba aún «el espléndido aislamiento». Un aislamiento que,
por cierto, tuvo malos efectos para su música, desconocida o menospreciada, con muy raras excepciones,
en el resto del mundo occidental. Aquello de «país sin música» parecía cuadrarle a un país que se había
mantenido al margen de los grandes movimientos de las vanguardias musicales europeas -no hay que
olvidar que fueron dos extranjeros exiliados, discípulos ambos de Amold Schoenberg, el austríaco Egon
Wellesz y nuestro paisano Roberto Gerhard. quienes introdujeron, en los años inmediatamente
posteriores a la II Guerra Mundial, el serialismo en el Reino Unido-, que había sufrido un mediocre siglo
XVIII y un menos que mediocre siglo XIX. después de un glorioso Renacimiento y un importante Barroco.
El renacer musical del siglo XX tardó en imponerse como una realidad y sólo años muy recientes han
visto surgir un interés relativamente importante y sostenido por la música británica. Un aparato cultural
de primer orden, que en este caso quiere decir intérpretes -orquestas, solistas, directores de orquesta-
de arta calidad, una poderosa industria fonográfica -varios de los sellos discográficos más importantes
del mundo están radicados en Inglaterra- ha ayudado decisivamente a dar a conocer la música
británica más allá del Canal de la Mancha.
Hemos aprovechado el aniversario de ese Annus hombths de la música del Reino Unido
para proponerles un breve recorrido por la vida y la obra de esos tres compositores que junto
con Ralph Vaughan Williams forman el núcleo generacional más importante de la música británica
en nuestro siglo. Luego vendrían Brítten. Tippett, Walton, etc. Pero ahora vamos a hablarles
de estos tres compositores, tan diferentes y a la vez tan unidos por una tradición que va más allá
de las formas inmediatas de un estilo determinado.

JA

SCHERZO 99
DOSIER

Edward Elgar,
un compositor romántico
a gran figura del Renacimiento Musical Inglés fue un editorial y competían en la obtención de obras para estrenar,

L personaje totalmente atípico pues toda su formación

fue extraacadémica y para más engorro decidió ser
compositor profesional: Edward William Elgar (Bro-
adheath, Worcester. 2-VI-I857; Worcester. 23-11-
1934). Elgar es un epítome de la conquista de la gloria en la
misma profesión del padre por parte de un muchacho de ex-
tracción social tan modesta que, desde la infancia, ha de reali-
lo cual era importante fuente de ingresos para los composito-
res ingleses: como lo fue desde 1876 para Elgar. formado
como violinista, director y orquestador en sus constantes co-
laboraciones con las agrupaciones locales lo que le permitió
una dedicación profesional a la música desde 1873, primero
como violinista, muy pronto como concertador y director, la-
bores ampliadas a las de arreglista desde 1878. año de sus pn-
zar todo tipo de tareas musicales retribuidas. Estuvo poseído meras composiciones orquestales que comenzarán a ser in-
por el fuego romántico de un genio musical que moduló con terpretadas con creciente frecuencia desde el estreno de la
su sentido del orden tradicional y su talento constructivo y su Sevillano ap. 7 por la Worcester Philharmonic Society (I-V-
ascenso social estuvo vinculado a una mujer-guía con la que 1884), interpretada en Londres once días después con tal
tiene una relación pasional caracterizadamente romántica. Y éxito que se publicó ese mismo año. Pero su primer gran
fue víctima de una situación paradó|ica: en el contexto político éxito sería el estreno de Salut d'amour op. 12 en el Palacio de
su eminencia musical era reco-
nocida como imprescindible Cristal de Londres (I I-XI-
por parte de una nacionalismo 1888), la versión orquestal on-
que busca en la expansión im- ginal se publicó al año siguien-
perialista la solución a la crisis te por Schott y fue seguida
económica; logró la plena pro- por la versión para violín y
fesionalizaaón como composi- piano y otros arreglos diversos
tor y se le permitió el acceso que la convirtieron en una de
-que no la integración- a los las piezas más tocadas y graba-
recintos de poder cultural, eco- das del repertorio de salón;
nómico y social y se le aclamó repertorio vigente hasta des-
como el compositor patno. pués de la II Guerra Mundial al
cual Elgar contnbuyó regular y
Su padre poseía una tienda exitosamente a lo largo de
de música en Worcester en la toda su carrera, de hecho su
que, como era habitual en la último trabajo compositivo fue
época, entró a trabajar Edward M\na, una deliciosa obra para
apenas se lo permitió su desa- orquesta de cuerdas que
rrollo físico; en la tienda con- tomó su título del nombre del
versaba con los clientes, leía las perrito del compositor. Alguna
partituras y los libros puestos a de estas composiciones meno-
la venta, y se las apañó para res han logrado sobrevivir en
aprender a tocar el piano y el el repertorio como es el caso
violín. Los domingos ayudaba a de la magnífica Serenode for
su padre, organista de la iglesia stringsop. 20(1892).
católica de St. George. puesto
en el que lo sucedería más ade- El 8-V-I889, Elgar se casó
lante. La vida musical de Wor- con Caroline Ahce Roberts,
cester -como la de las demás hija del general Henry Gee
ciudades periféricas británicas, Roberts; Alice, autora de una
incluyendo las del Imperio Co- novela, con facilidad para la
lonial- era más rica que vanada, poesía, hablaba correctamen-
basada en las actuaciones regí. te el alemán y era una perfec-
lares de los coros, orquestas y ta ama de casa; cantora en
solistas locales (con una calidad uno de los coros de Elgar es-
media bastante elevada) y con tudió piano con él y se ena-
la referencia anual del Three moraron. Según los códigos
Choirs Festival, de celebración morales Victorianos un matn-
ininterrumpida desde 1724 momo entre hija de un gene-
hasta hoy, en el que los coros ral de división y un músico
de las tres catedrales -anglica- ¡católico1 de modestísima ex-
na. católica y protestante pre- tracción social era mviable
sentan, con solistas y orquestas por lo que contó con la indi-
invitados, programas sinfónico- simulada oposición del entor-
corales de gran calidad. Los no familiar y social de los Ro-
coros de aficionados generaban berts Elgar consideró siem-
un importantísimo mercado pre su matrimonio como el
Personaje adpico, Elgar se ha convertido en un compositor cada vez hecho más decisivo de su
más estimado.

100 SCHERZO

vida, lo que no ha sido discutido jamás por ningún biógrafo
del compositor. Macdonald plantea una interpretación muy
atractiva de la función catalizadora de Ahce en la creación
del mito Elgar como protagonista musical del período eduar-
diano: «Alice se entregó en cuerpo y alma a Edward y fue
fuente inagotable de estímulo y ayuda. Por su parte. Ed-
ward, cuando llegó el momento, aceptó con gratitud
aquellos honores y distinciones nacionales que halagaban
a Alice v, sobre todo, a la familia de ésta. A menudo se
piensa en Elgar como arquetipo de caballero inglés de
aquel período, pero no lo era. Los numerosos honores
que recibió, el carácter patriótico de gran parte de su mú-
sica, su porte militar al final de su vida, su amor por los
perros y el campo inglés, el círculo de amigos de su espo-
sa, todo contribuyó a crear esta ilusión. Pero él no fue
más que un músico que sólo fue aceptado por la aristo-
cracia después de haber triunfado. Además, era católico,
religión minoritaria en Inglaterra y que incluso en nuestros
días se contempla con cierta desconfianza. No era rico ni
llegó a serlo nunca, y si amaba el campo era sólo como
refugio de lo artificial de la vida en la ciudad, nunca como
marco para los tradicionales
deportes de la aristocracia.
Todo esto fue aceptado por
Alice sin pestañear...».
En los años siguientes, el
matrimonio se estableció en
Londres varias veces pero las
dificultades económicas les
obligaron a regresar al campo.
en Malvern, muy cerca de
Worcester donde Elgar volvió
a dar clases y tocar como vio-
linista de orquesta. El estreno
de la obertura Froissart op. I 9
en el Three Choirs Festival
(9-IX-1 890) le hizo compren-
der que si pretendía profesio-
nalizarse como compositor, la
provisión de obras para los
festivales corales sería la más
segura de las fuentes de in- FOTO: LAELIA GOEHR
gresos. Froissart se publicó en
Novello, al igual que toda la producción futura de Elgar. gra-
cias a las gestiones del asesor editorial August Jaeger quien
tenía una fe absoluta en la calidad de la música de Elgar y
siempre supo aconsejar al compositor lo más adecuado
para la promoción de su música. Si la ya citada Serenade op.
20 proporcionó prestigio a Elgar, su cantata The Black
Kmghí op. 25 para el Tree Choirs Festival (I 8-IV-1893). se
repitió en Londres con enorme éxito, permitió a Jaeger la
contratación de Elgar como autor exclusivo de Novello y lo
animó a producir más obras de este tipo. La conmemora-
ción de los sesenta años del reinado de Victoria (1897) le
dio ocasión de experimentar con un género en el que será
consumado maestro: la música protocolaria, si bien la obra
que realmente satisfará a la reina es una cantata dedicada a
ella: Coraciocus op. 35 (Londres, 5-X-I898). Desde enton-
ces y hasta su muerte, Elgar no cesó de producir en los tres
géneros de música que le producían ingresos regulares y
que conforman el grueso de su catálogo: la coral, la ligera y
la protocolaria, logrando en esta última auténticos éxitos
populares como la Primera Marcha de fasto y ceremonia op. ese año estrena una ambiciosa obertura, In the South, que
39 que cantada con el texto de Land of Hope and Gbry se
convertiría en un segundo himno nacional; por cierto, la
versión de concierto más habitual de Goó save trie King es
un arreglo de Elgar.
Desde su debut (1877) en el Festival Wagner del Albert
Hall, Hans Richter se convirtió en un director habitual de las
TRES MÚSICOS BRITÁNICOS
orquestas inglesas al grado de haberse creado el Festival
Richter (I 379-1 897) y ser nombrado director musical del
Festival Musical de Birmingham (1885-1909) y de la Or-
questa Hallé de Manchester (1897-191 1). A él se debe la
fortuna inglesa de Brahms, Bruckner. Dvorak y Wagner por
más que su fobia hacia
la música francesa perju-
dicase la circulación del
repertorio orquestal
galo. Cuando le mostra-
ron la partitura de las
Variatiorts on an Original
Theme (Enigma) op. 36,
desconocía la existencia
de Elgar pero no dudó
ni un instante de la cali-
dad de la obra y no sólo
la estrenó en Londres
(I9-VI-I899) sino que
programó el estreno del
oratorio The Dreom of
Gerontius op. 38 como
obra estelar del inme-
diato Festival de Bir-
mmgham (3-X-I900);
todo en este concierto
Sir Adrián Boult, un maes- pareció salir mal a pesar
tro sobrio y refinado, gran de lo cual la obra obtu-
intérprete de Elgar.
vo críticas encomiásticas.
La interpretación de las Variaciones y de Gerontius
en Viena fue un éxito absoluto y Richard Strauss no
escatimó elogios para Elgar.
Según narraba Elgar. la recompensa recibida por
GeronDus consistió en «doce meses sin leña en casa»,
sin añadir que las expectativas despertadas por los
estrenos de Enigma y Gerontius indujeron a Elgar a
mudarse a una casa más amplia sin tener asegurados
nuevos ingresos y sin contar con las consecuencias
que para su endeble economía estaba teniendo la
crisis económica, agravada con la muerte de la rema
Victoria (22-1-1 901); de todos modos ese año
marcó el inicio de una nueva época para Elgar: el
éxito del estreno (20-VI-I90I) de la obertura Coc-
kaigne «In London Town» op. 40 favoreció que se le encargase
la Oda para la Coronación que lo transformó en compositor
oficial eduardiano. Previamente la Universidad de Cambridge
lo había nombrado doctor honons, causo en música (22-XI-
1900). lo que Elgar pensó en renunciar por no tener dinero
para comprar la ropa precisa para el acto académico, Los re-
sultados obtenidos con Gerontius le hicieron concebir una
ambiciosa trilogía sobre los orígenes de la Iglesia con destino
al Festival de Birmingham- The Apostfes op. 49 (14-X-1903) y
T"he Kingtjom op. 5 I (3-X-1906) obtuvieron grandes éxitos
bajo su dirección pero Elgar nunca llegó a escribir The Last
Judgement por más que siempre mantuvo estas obras en su
repertorio como director, incluso en sus giras por USA.
En 1904 Elgar recibe el nombramiento de sir, realiza una
nueva mudanza, esta vez a una mansión señonal, y un po-
tentado dota una cátedra de música en la Universidad de
Birmingham condicionada a que fuese ocupada por Elgar. La
Universidad aceptó con la condición de liberar a Elgar de
todo tipo de obligación académica o lectiva. En marzo de
inaugura un nuevo capítulo de su obra: el interés por la mú-
sica puramente orquestal, en los diez años siguientes escri-
birá Elgar las que se consideran sus obras maestras: Introduc-
¡ion and Allegro for String Quartet and Stnng Orcbestra (Lon-
dres, 8-III-I905); Sinfonios n° I op. 55 (Manchester, 3-XII-
1908) y n" 2 op. 63 (Londres, 24-V-I9I I), el Concierto para
SCHERZO 101
 DOSIER

vtotin y orquesta op. 61 (Fritz Kreisler. Londres, I0-XI-I9I0) la sociedad europea del siglo XIX es ilusoria. Queda, en
y el estudio sinfónico Falstoffop. 69 (Londres, I5-VIII-I9I 3). todo caso, por explicar el enterramiento de las condecora-
Para muchos europeos, el rey Eduardo era la personifica- ciones junto con el cadáver de Alice y el ulterior abandono
ción de los ideales Victorianos por su confianza en los bue- de los medios londinenses, las cáusticas consideraciones de
nos sentimientos y en los valores del progreso social que. Elgar sobre sus títulos y la lúcida crítica sobre la sociedad
junto a su talante personal, le sirvieron para aliviar las enor- musical británica que realizó con ocasión de su ciclo de con-
mes tensiones sociales y políticas del momento que le tocó ferencias en la Universidad de Birmingham. Lo que parece
vivir por ese motivo, su muerte (1910) fue sentida como evidente al observador imparcial es que ha existido una in-
una desgracia en muchos lugares de Europa. A pesar de su tención política del personaje Elgar tal y como plantean
mítificación literaria, es improbable que hubiera podido evi- Stradling y Hughes, lo que quizás nunca sepamos es el pre-
tar la Gran Guerra si bien es posible que hubiese colabora- cio que Elgar tuvo que pagar por su pacto de amor con
do a amainar la sensación de pesadilla que millones de per- Alice; todo parece hacernos creer que Elgar pagó gustoso
sonas, entre ellas Elgar, sintieron ante el estallido bélico. Pe- ese precio que le permitió ser feliz en su matrimonio. La
sadilla originada por el de-
rrumbamiento del sistema de
valores subsiguiente al fin del
imperialismo. En el transcurso
de la Guerra. Elgar dividió su
tiempo entre los servicios
como policía de barrio y la
composición de música pa-
triótica, de enorme calidad en
al menos el caso de The Sptnt
of England op. 80 (Birming-
ham, 4-X-I9I7). A finales de
la Guerra sufrió un grave tras-
torno de salud que contribu-
yó a su confusión ante la
nueva época que se abría
ante él; retirado en su casa de
campo compuso la Sonoro
pora violín y piano op. 82, el
Cuarteto de cuerda op. 83 y el
Quinteto con piano op. 84, es-
pléndidas obras de madurez
plena que, sin embargo, que-
dan empalidecidas ante una
obra deslumbrante: el Con- El prestigio internacional de Barbirolli ayudó a la difusión de la música elgariana.
cierto para violonchelo op. 85 (Félix Salmond. Londres, 27-X-
1919). La muerte de Alice (7-IV-I920) acabó de desmoro-
nar el mundo de Elgar quien simbólicamente colocó en el existencia de tan encontradas interpretaciones va unida a la
féretro de su esposa todas las condecoraciones que él había proliferación del espacio tipográfico que se le dedica en las
recibido. Se retiró a vivir al campo y abandonada definitiva- obras de referencia. Gracias a los excelentes estudios de las
mente la composición de obras mayores, centró su atención fuentes realizados por Kent y Moore, las investigaciones
en una nueva actividad; las grabaciones fonográficas, sobre Elgar han podido adentrarse en la interpretación del
personaie, su entorno y, subsiguientemente su obra y posibi-
litar que Elgar sea en estos momentos uno de los composi-
A. Lanza ha conseguido sintetizar satisfactoriamente tores mejor investigados de nuestro siglo.
aquellos aspectos de la obra de Elgar que suscitan unanimi- La común creencia supersticiosa acerca de que la labor
dad: «La novedad de Elgar es su condición de compositor creativa es el aspecto más importante de la actividad musical,
profesional completamente profesional, no obligado a com- ha llevado a interpretar el abandono de la composición por
partir vanas actividades. Ello significó no sólo un bagaje de Elgar como una renuncia a la música. Lo cierto es que los últi-
técnicas y experiencias raro en la Inglaterra de la época, mos catorce años de su vida fueran de gran actividad en el
sino también, a partir de un determinado momento (y co- área musical más importante de nuestro siglo: la fonografía.
herentemente con su idealismo de fondo), una concepción Como dice Kennedy:
más comprometida de la música como lenguaje completo, «Strauss, Stravinski, Britten, Copland, Walton, y muchos
al que hay que traducir íntegramente el propio pensamien- otros compositores han grabado sus interpretaciones de su
to, así como una coherencia rigurosa en la elección de los propia música proveyendo documentación histónca a la pos-
medios expresivos que ya no es dictada por puras conside- teridad. Pero Elgar fue el pionero en este campo y resulta una
raciones de género o de función, sino por una más comple- especie de pequeño milagro que haya dirigido para el disco
ja exigencia comunicativa. De todo ello surgió también un casi todas sus obras importantes y una buena selección de sus
ensanchamiento de los horizontes estilísticos, añadiéndose a obras menores, en bastantes casos más de una vez. Los resul-
los modelos del romanticismo clasicista de Mendelssohn y tados interpretativos son en todos los casos instructivos y a
Brahms los de Liszt, Wagner y. sucesivamente, de Richard menudo, incomparables.»
Strauss.»
Aun a riesgo de incurrir en tautologías, creo preciso in-
Menos unanimidad concita su papel social. Las perspecti- sistir en la validez de ¡a última frase de Kennedy: las inter-
vas varían desde la visión convencional de un Elgar victoria- pretaciones de Elgar de sus propias obras son al menos ins-
no hasta la visión dallhausiana de Bandfield para quien es tructivas y es altamente probable que sean referencia nece-
con la aceptación de los conflictos inherentes a la relación saria para los intérpretes actuales. Es el caso que la Elgar
entre compositor y sociedad como se puede encontrar la Edition ha sido recibida por la crítica fonográfica española
autoexpresión, nunca a través de una reconciliación que en como una especie de curiosidad zoológica cuando no con

102 SCHERZO

valoraciones despectivas hacia la concepción interpretativa
de Elgar, calificada de «victoriana» (entendiendo este califi-
cativo como sinónimo de pomposo y pesante). Me ha re-
sultado especialmente llamativo que esta valoración proce-
de, en más de una ocasión, de críticos conocidos por su de-
fensa a ultranza de los criterios histoncistas en la interpreta-
ción de la música pre-ilustrada, ilustrada y primo-romántica;
pero que repudian la aplicación de dichos métodos a la mú-
sica de nuestro siglo.
Recordemos que Elgar se formó como violinista de or-
questa lo que le permitía comprender al músico orquestal
Bibliografía
a mejor referencia en castellano es Macdonald. Mal-
colm: «Edward Elgar» en Los grandes compositores.
1
V. Barcelona: Salvat, 1983: un afectuoso esbozo bio-
gráfico seguido de lúcidos comentarios sobre la obra de
Elgar. En inglés existen abundantes estudios biográficos,
de los que mantiene su vigencia el elegante clásico de
Kennedy, Michael: Fortran of Elgar. Oxford: Clarendon
Press, 1968, 3a ed. 1993. Más con vene ionalmente acadé-
mico es Young, Percy M.: Elgar A study ofa Musiaan. Lon-
dres: Greenwood Publishing, 1973. El mejor estudio do-
cumental es el de Moore, jerrold Northrop: Edward Elgar.
a Creative Life. Oxford: Oxford University Press, 1984
continuado por el exhaustivo estudio hemerográfico de
Kent, Christopher. Edward Elgar. A guide to Research.
Nueva York, Garland, 1992. Por lo que se refiere a los
manuales la mejor opción es Anderson. Robert: Elgar.
Londres: J. M. Dent, 1993.
La importancia de Elgar en el panorama musical del s.
XX es reivindicada en la imprescindible monografía de
Morgan, Robert P.: Twentieth-Century Music. A Hiszory of
Musical Süle m Modem Europe and America. W.W. Nor-
ton: Londres: 1991, cuya traducción española ya ha sido
anunciada. La mejor monografía sobre el romanticismo
musical inglés es femperley, Nicholas (ed): Tíie Romantk
Age 1800-1914, en lan Spink (ed); The ñhckwell Hístory of
Music in Britam. V. Oxford, Basil Blackwell, 1988. En ella,
atienden especialmente a Elgar Banfield, Stephen: «The
Artist and Society» p. 1 1-28. Burton, Nigel: «Oratorios
and Cantatas» p. 214-41 y Percy M. Young: «Orchestral
Music» p. 358-80. Por su radical planteamiento decons-
tructivo ha despertado violenta polémica el magnífico
• libro de Stradling, Robert & Hughes, Meinon: The English
Musical Renaissance 1860-1940. Londres, Routledge,
1993.
THE ELGAR EDITION
La totalidad de las grabaciones de Elgar han sido com-
piladas a iniciativa de la Elgar Society en los 14 CDs de la
E/gor Ed/tion, publicada a partir de 1992; T?ie acoustical re-
cordings, 1914-1925. Peari GEMM CDS 9951-5 (5 CDs}.
Tíie eléctrica! recordíngs, 1926-33. EMI (Tres cajas de tres
CDs): Vol. I CDS 7 54560-2; Vol II CDS 7 54564-2; Vol III
CDS 7 54568-2. Esta edición fue posible gracias a la abru-
rnadora investigación documental de Moore, Jerrold
Northrop: £ígor ort Record: the Composer and t/ie Gramop-
hone. London: EMI Records, Ltd, 1974. Elgar como direc-
tor de orquesta es el protagonista de la portada de una
provocativa monografía: Philip. Robert: Early recordings
and musical Sty/e. Cnonging tostes m instrumento/ perfor-
manee, 1900-1950. Cambridge, Cambridge University
Press, 1992.
TRES MÚSICOS BRITÁNICOS
y facilitó sus excelentísimas relaciones con las orquestas in-
glesas de su época. Una audición desprejuiciada de sus gra-
baciones muestra un músico dotado de un sentido innato
de la frase y del color. Que Elgar haya grabado varias veces
las mismas obras, con años de distancia, nos permite ob-
servar la evolución de su concepción de la frase y de la ca-
lidad de sonido. Una obra idónea -por su brevedad, rique-
za tímbrica y rigidez métrica- para probar mi aseveración
es la Primero Marcha de fasto y ceremonia que ha sido gra-
bada por Elgar 4 veces; 26-VI-I9I4. 27-IV-I926. I2-XI-
1931 y 7-X-I932. Se observa una creciente relajación de la
frase, una perfilación de los timbres orquestales y una ra-
lentización del tempo; la grabación de 1932 es sin duda el
modelo seguido en la interpretación actualmente normali-
zada, seguramente a partir de la tradición instaurada por
Barbirolli. Dado que es en la música ligera donde mejor se
aprecia el maravilloso fraseo elgariano. propongo al lector
que haga una comparación entre las dos grabaciones de
Salut d'amour. 26-VI-I9I4 y 8-XM929: la comparación de
ambas con alguna de las docenas de grabaciones realizadas
por los grandes violinistas del momento ayuda a compren-
der la evolución interpretativa de Elgar, autor escasamente
maniático del ngor textual; en sus grabaciones de Cockaig-
ne (28-11-1917, 27-IV-1926 y I I -IV-1933) se verá cómo las
series de tresillos que al principio son interpretados nervio-
samente y siempre ligados (tal como pide la partitura) en
1933 tienden a la interpretación laxa y no ligada, tal como
es convencional actualmente. Esta tendencia histórica a la
relajación se puede observar comparando las grabaciones
Enigma de Elgar (28-IV-I926) y de Barbirolli (1947); repá-
rese que la tensión lograda por Elgar en la Variación 7 es
debida a la notoria lentitud y al empleo de una rítmica no
rigurosa.
Por ser actualmente la obra más popular de Elgar y haber
sido grabada por la práctica totalidad de los grandes solistas, el
Concierto de violonchelo es idóneo para el estudio de la evolu-
ción de los criterios interpretativos. A fin de que el lector lo-
calice sin dificultad en sus fonogramas los pasajes que cito, me
limitaré al ¡nido de los cortes de grabación. Véase por ejem-
plo el uso de los portamentos en Beatriz Harnson (23-111-
1928) y Pablo Casáis (I4-X-I945); en los veinticinco primeros
compases del segundo tiempo. Casáis emplea 10 portamen-
tos y Harrison 16, los cuales coinciden en 5 lugares claves y
haciendo cosas muy semejantes lo que es interesante si tene-
mos en cuenta que ambos utilizan los más variados tipos de
portamento. Así en un tresillo el portamento puede servir
para diluir la nota intermedia o para enfatizaria. Sugiero repa-
rar en el climax que logra el portamento que ambos hacen al
final del compás 19; climax que resuelven luego de manera
muy distinta.
Finalmente, comparemos el solo inicial del primer movi-
miento en las grabaciones de Beatriz Hamson y las dos de
jacquelme Du Pré (1965 y 1970). En su primera grabación
Du Pré articula la larguísima frase de manera muy semejante
a Harrison. lo que apoyado por Barbirolli que, finalmente,
imita con la orquesta la exposición de la solista antes de con-
ducir a ambos al primer climax. En la segunda grabación Du
Pré subdivide la frase inicial con lo que la orquesta toma el
protagonismo desde el primer momento y hace perder inte-
rés a la segunda frase del chelo, todo se desvae y la atención
se disgrega: la incapacidad de Barenboim para lograr un fra-
seo flexible, le lleva a suplir el climax expresivo por la crispa-
ción dinámica. El Concieno se convierte en una obra blanda e
informe de la que sobresalen esporádicamente momentos
mágicos a cargo de Du Pré que rápidamente son ocultados
por una orquesta carente de los perfiles tímbricos requeridos
por la partitura.
Xoán M. Carreira
SCHERZO 103
DOSIER

El honorable colegial
A propósito de Gustav Holst
al había comenzado aquel año 1934, que sería res» sus obras anteriores a 1900, calificación autocrítica -muy

M aciago para la música inglesa: el 23 de febrero

fallecía Sir Edward Elgar, y aunque Gustav Holst
siempre había mantenido hacia el Dean de los
creadores ingleses una actitud de distante res-

a escribir un obituario. Su propio estado de salud no era ópti-

mo, y en mayo tenía que someterse a una operación, tenden-
propia del músico por cierto- excesiva. Obras como el Quin-
teto en la menor, Op. 3, de 1896. para la singular combinación
de piano y viento (oboe, clarinete, trompa y fagot), la Suite de
ballet en mi bemol. Op. 10, de 1899, A Wmter kfytl para or-
peto, la muerte del autor de las Variaciones «Enigma» le movió questa, de 1897, o la Obertura Woít Whitmon, Op, 7, de!
mismo 1899, nos muestran a un músico cuya seriedad profe-
sional no puede pasarse por alto.
te a corregir la afección gastrointestinal, con una severa hemo- La primera obra significativa de Holst, todavía en un punto
rragia interna, que había padecido el año anterior poco podía en el que su lenguaje buscaba una definición personal, fue The
imaginar que el 25 de mayo, dos días después de la interven- Mystic Trumpeter, su Op. 18. una «escena» para soprano y
ción quirúrgica, seguiría el mismo itinerano de Eigar. Sólo dos gran orquesta basada en un poema de Walt Whitman, From
semanas después, el 10 de junio, moría Fredenck Delius, otro Noon to Slcny Nighr (Desde el mediodía hasta la noche de es-
de los puntales del renacimiento musical inglés en el cambio trellas), contenido en Hojas de hierbo. Un cierto wagnenanis-
de siglo. Tampoco había cultivado Holst. bien distante en lo mo. bien asimilado, permeabiliza una partitura de evocador
espintual, la amistad de Delius, aunque apreciaba su música. paisaje sonoro, interesante ejercicio de autodisciplina cons-
pues bien conocida era su preocupación por estar al día y co- tructiva del novel artista.
nocer el quehacer de sus colegas.
Gustavus Theodore von Holst
había nacido en 1874 en Chelten-
ham. Su complejo ascendiente fami-
liar incluía ancestros alemanes, rusos
y escandinavos. Su padre supervisó
sus estudios de piano. En 1892. sin
haber cumplido los 18 años, sus na-
turales aptitudes para la música le
llevaron al puesto de organista y di-
rector de coros en Wyck Rissington,
una pequeña comunidad de Glou-
cester. Después de que una tem-
prana composición, la opereta Lans-
downe Costíe, se representara con
éxito en Cheltenham, su padre de-
cidió enviarlo a perfeccionar sus es-
tudios a Londres, al prestigioso
Royal College of Music; allí recibiría
las enseñanzas de Stanford en la
composición y de Hoyte en la orga-
nística. Además, en el Royal College
of Music trabó conocimiento con
Ralph Vaughan Williams, cuya amis-
tad sería duradera: durante décadas,
los dos ilustres colegiales intercam-
biarían sus creaciones en una salu-
dable corriente de crítica y estímulo.
Problemas en el brazo, debidos a
una incipiente enfermedad que le
acompañaría de por vida, la neuntis.
le instaron a aprender la práctica de
otro instrumento, y Holst tomó la
peculiar decisión de pasar al apren-
dizaje del trombón De hecho sería
solista de este instrumento en vanas
instituciones, tales como la White
Vienese Band, la Cari Rosa Opera y,
sobre todo, la Orquesta de Escocia,
en donde trabajaría como primer
atril desde 1898 a 1903.

Holst no tenía empacho alguno

en calificar de «tempranos horro- Holst, ascético, vivió siempre al margen de los triunfos mundanos.

104 SCHERZO
 TRES MÚSICOS BRITÁNICOS

Por la época del estreno de esta obra, 1905, se inicia el menudo -casi día a día- ha sido machacada esta partitura en
proceso de fascinación de Holst por el hmduismo y la cultura plúnmos arreglos (que van desde el órgano al slntetizador, o
oriental, aunque siempre centrada en la India. A veces se cita desde la banda popular al ritmo discoteqi/ero al son de la ba-
este tema, Inglaterra incluida, con cierta frivolidad, como ei tería), acompañamientos enfermizos (¿qué contienda bélica
hobhy o la ocurrencia dominguera del personaje: no puede to- de nuestro tiempo no ha tenido a Mane de fondo para el no-
marse a la ligera que Holst dedicara diez años de su vida a do- ticiario de televisión?) o sintonía de anuncios (de coches de-
minar el sánscrito, que. como el propio músico indicaba con portivos a conjuntos de lencería: hay para todos los gustos y
humildad, no llegó a ser una lengua que pudiera hablar con edades), que resulta difícil oír esta música con oídos despro-
fluidez, pe^o que, sin embargo, leía de corrido y traducía sin vistos de prejuicios: cuando así se hace, empresa ciertamente
problemas. Las diversas ardua, es casi imposible
referencias, citas o trans- no sentir admiración
cripciones de textos hacia el trabajo denso, y
como el Ramayana, la sin embargo conciso, de
Mahabharata o los libros un fabuloso maestro del
sagrados de los Vedas. ritmo -acaso la caracte-
que surcan, desde 1906-7 rística más germinal de
la obra de Holst, siempre la obra toda-, un or-
se presentan en las pro- questador privilegiado y
pias traducciones del mú- un melodista inespera-
sico, y la profundización damente hábil.
del compositor de la ma-
teria llegó a sertan honda La nombradía que
que no creo exagerado Los planetas proporcio-
indicar que es difícil el ac- naron a Holst llegó a ser
ceso a determinadas lamentada sinceramente
obras del autor si no se por el artista: convertido
poseen unos mínimos co- en el compositor de
nocimientos de las fuen- moda, situación de po-
tes culturales -indias, pularidad que persistió
concretamente- en que hasta mediados de los
están basadas. Aún más, años 20, Holst llegó a
determinados aspectos escribir que hacía suyo
de la personalidad de el viejo proverbio: «;Ay
Holst en los años poste- de ti cuando seas alaba-
riores, tales como su do por todos los hom-
aversión al éxito inmere- bres!» La resoco de Los
cido, el rechazo de (casi) pioneras permitió, al
todo tipo de honores o menos, que una de las
distinciones, y su repug- más bellas y austeras
nancia radical a la auto- obras de Holst, The
promoción -lo que hoy Hymn of jesús, fuera es-
llamaríamos un buen sen- trenada y atendida en
tido del «marketmg»-. circunstancias especial-
sólo se explican satisfac- mente favorables. El arte
toriamente en función de Holst estuvo unido a Vaughan Wlltiams por una saludable corriente de crítica y combinatorio de Holst,
estímulo. como capacidad para

su adopción de postulados de la filosofía y hasta de la ética
hmduísta.
Como compositor, sus obligaciones laborales -intensas y
diversas, en vanguardista cultivo del pluriempleo, obligado a
ello durante lustros por las adversas circunstancias financieras-
impedían a Holst la actividad creativa diana, y sólo podía en-
tregarse a su vocación natural durante los fines de semana o
los veranos (tal cual Mahler. que se denominaba a sí mismo
«Sommerkomponist»). La enseñanza, a la que. por otra parte,
se entregó con sentido casi sacerdotal, ocupaba la mayor
parte de su tiempo: Holst era, por ende, un maestro com-
prensivo y paciente, que jamás despreciaba a un alumno, por
medianas o nulas que fueran sus condiciones, y ofrendaba
horas y horas de su tiempo al adiestramiento de los niños en
el solfeo y la rítmica -a la que, aquí sí de forma avanzada o
vanguardista, concedía importancia esencial . o la docencia de
la historia de las artes. «En agosto -relata Imogen Holst- se
encerraba feliz en su cuarto de música de la Escuela Femenina
St Paul y escribía ininterrumpidamente. Esta doble vida termi-
nó siendo agotadora: tenía que preservar sus ideas creadoras
hasta el fin de semana, por eso le llevó dos años, de 1914 a
19 16. escribir una obra como Los pfaneíos».
Una sola obra, la citada surte para gran orquesta The Pía-
nets, Op. 32, bastó para catapultar a Holst a la fama. Tan a
concordar lo discordante, llega aquí a una de sus cumbres:
con toda razón Arthur Hutchings se mostraba admirado por
el encadenamiento inicial del Vexiila Regís con el Tantum Ergo.
en un fluido de extraña maestría.
Pero poco después una ópera de 1918, The Perfect Fooí,
con libreto del compositor, se estrelló, en su intento de iróni-
ca comedia salpicada con los ribetes fantásticos usuales en el
artista, con la incomprensión de público y crítica: a falta de
una grabación completa, el único fragmento de la obra que
subsiste en las salas de concierto y en el disco, la música de
ballet, hace gala de una imaginación extraordinaria; si toda la
ópera responde al baremo de calidad que esta música sugiere
estamos ante un caso de obra malograda por suerte adversa.
Holst redactó en sus últimos diez años de vida algunas
obras admirables, que. paradójicamente, apenas provocaron el
interés de sus contemporáneos, carencia de refrendo y éxito
que el músico entendió siempre como un positivo acicate. Tal
fue el caso de la Chorol Symphony. de 1923-24, basada en tex-
tos de Keats (como la Oda a una urna gtego), cuyos dos tiem-
pos centrales. Adagio y Scherzo. son frutos de una mente ar-
tística de primera categoría (Holst solía citar una frase a este
respecto: «No hay lugar en la música para la segunda divi-
sión»). Del mismo modo, su tratamiento orquestal de Egdon
Heoíh (1927), el inquietante páramo de Dorset descrito por

SCHERZO 105
DOSIER

Thomas Hardy, es una obra nuncia a ellos: sólo quiere

maestra del poema sinfóni- acudir donde esté Sat-
co contemporáneo. yaván. Yama, finalmente,
Una caída desde el po- se rinde ante la fidelidad
dium. en 1923, obligó a de la joven y permite que
Holst a reducir sus compro- la pareja regrese al mundo
misos y actividades: la gra- de los vivos.
vedad de la dolencia se agu- Holst hace aquí gala
dizó hasta el punto de que de una economía de me-
los médicos obligaron al ar- dios pasmosa: sólo tres in-
tista a marchar al campo y a térpretes vocales (Sávitri,
vivir en semi-aislamiento du- soprano; Satyavan, tenor
rante todo un año. Por pe- La Muerte, barítono), un
culiar que pueda parecer, coro de cámara que canta
Holst consideró aquel año fuera de la escena y un
sabático, de reclusión en la con|unto orquestal míni-
campiña, «la mejor época» mo (dos flautas, corno in-
de su vida: por vez primera glés y cuerdas) le bastan
en toda su existencia podía para construir una magis-
consagrarse de pleno a la tral mini-ópera.
composición, durante toda
la jornada. Quizá la mejor síntesis
de la técnico compositiva.
Aunque Holst se recu- grosso modo, de Holst, se
peró del accidente, su salud deba a su hija Imogen:
fue sufriendo diversos en- «Sus contemporáneos
contronazos durante los consideraron el diestro
años posteriores, hasta lle- contrapunto de sus últi-
gar a la definitiva crisis del mas obras demasiado
34, Los últimos años de su «cerebral», y también se
existencia trajeron un nuevo sintieron desconcertados
motivo de desasosiego para por la austendad de su ar-
el músico: la preocupación monía bitonal. pero sobre
creciente por la espontanei- todo por la economía de
dad artística, que creía iba su escritura: durante el
perdiendo de manera paula- primer cuarto del siglo
tina; no se consideraba ni XX la mayoría de los
un intelectual ni un snob, compositores ingleses to-
pero no vacilaba a la hora davía necesitaban un «pa-
de predicar que «la estupi- saje puente» para pasar
dez es el mayor de los crí- de una ¡dea a otra, y aún
menes». preparaban el camino
para una cadencia final.
Sin pretender dar por Holst iba directamente de
ello la razón a Holst, puede una idea a otra, y una vez
que el punto de máxima in- dicho lo que pretendía
flexión en la creatividad del paraba en seco. Es esta
músico de Cheltenham se economía de la escritura
halle en su breve ópera en de Holst lo que más ha
un acto Savizn, de 1908, re- podido influir en composi-
dactada cuando el artista tores ingleses posterio-
contaba 34 años de edad. res».
Holst vuelve, una vez más.
la mirada a la India, y toma Ya se ha dicho que
la idea argumental de su li- Holst manifestó de por
breto -que él mismo redac- vida una aversión singular
ta- del Mahabbarata. Sávitn a honores y condecora-
-no confundir, el propio Holst lo explicaba, con Savitri. sin los ciones, que rechazó sistemáticamente; entre aquéllos, su des-
acentos circunflejos, que es en el hinduísmo uno de los nom- precio por lo mundano llegó al punto de renunciar a la ads-
bres atribuidos a Surya, el dios del sol en los Vedas- tiene una cnpción a las Ordenes del Imperio Bntánico. lo que le hubiera
doble encarnación: en el ancestral Rigvedo, el verso santo (Ga- conferido un rango de nobleza que él rehusó compartir. Sólo
yatn) del libro III hace de Sávitri la esposa de Brahma (la pri- dos manifestaciones alteraron la firmeza de las convicciones
mera persona de la trinidad hindú, que completan Siva y Vish- de Holst, la concesión en 1930 de la medalla de oro de la
nu), en tanto que el Mahabharata cita a otra Sávitri mortal, la Royal Philharmonic Society, cuya tradición histórica era dema-
hija del rey Ashvapati, prometida primero, esposa después de siado señera para ser ignorada, y el ofrecimiento del doctora-
Satyavan. Un Rishi (profeta) advierte a la joven que su esposo do por la Universidad amencana de Yale; con motivo de este
morirá pasado un año. Llegado el día fatal, Sávitn acompaña a último acto, Holst hizo una de las manifestaciones más propias
su marido, al que la Muerte (Yama) sale al encuentro. A pesar de su temperamento: «El mayor honor que el mundo puede
de todas las admoniciones de Yama, la muchacha sigue a Sat- dar a una persona es la compañía de hombres honorables».
yaván: el dios de los muertos, impresionado, le ofrece tres de-
seos, excluido el retomo a la vida del esposo, pero Sávitn re-
José Luis Pérez de Arteaga

106 SCHERZO
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DOSIER

Delius según Beecham

F
rederick Delius nació en Bradford. West Yorkshire, rathustra de Fnednch Nietzsche. Los últimos años de su vida
en el seno de una nca familia de comerciantes de as- los pasó Delius en una especie de prolongada agonía, aqueja-
cendencia germánica. De formación parcialmente do por grandes dolores físicos y una completa ceguera, que
autodidacta, en su juventud viajó por los países nór- sobrellevó al parecer con admirable integridad. En esos anos
dicos, especialmente por Noruega, país con el que vivió en compañía de su esposa, Jelka, y de su discípulo y ama-
tuvo una relación especial y donde conoció a uno de los com- nuense. Enk Fenby, a cuya sensibilidad y paciencia se debe el
positores más famosos de su tiempo. Edvard Gneg. que ha- que las últimas obras del compositor, imposibilitado físicamen-
bría de influir notablemente en su obra y con el cual trabó te pero con la mente sana, llegaran a nosotros. Antes de
una amistad que no terminaría sino con la muerte. Pasó luego morir dispuso que sus restos fueran enterrados en el |ardín de
una larga temporada en Florida, donde trabajó en un negocio su finca de Grez-sur-Loing, pero complicaciones burocráticas
familiar -la relación de Delius con los negocios de su familia lo impidieron y su cadáver fue enterrado definitivamente en
fue irregular y problemática, careció, para desesperación de su su país de origen.
padre, de cualquier espíritu empresarial- y entró en contacto
Sería curioso saber qué hubiera quedado de la música de
con un mundo folclórico, el de los descendientes de los escla-
Delius si en 1907 no hubiera conocido a un brillantísimo di-
vos negros llegados a América del Norte en la época de la in-
rector de orquesta, Thomas Beecham (1879-1961), descen-
fame trata, que dejó honda huella en su labor creativa. Allí
diente también de una familia acaudalada, que se iba a con-
también, según todos los indicios, se contagió de una enfer-
vertir en el mayor difusor de su música. Beecham, que ya de-
medad frecuente en la época y que produciría devastadores
sarrollaba entonces una importante actividad como animador
efectos sobre su salud: la sífilis, a la cual debió la ceguera de
de la vida musical de su país, se enamoró inmediatamente de
sus últimos años. Luego vino su estancia en Leipzig, donde es-
la música de Delius y se convirtió en su mayor difusor. Y no
tudió, entre otros, con Cari Remecke. La relación de Delius
sólo eso: Beecham fue también su biógrafo y su libro Fredenck
con Alemania fue especialmente intensa. En ese país fue
Delius, publicado en 1959, muy poco antes de la muerte del
donde más se difundió durante una época -los primeros de-
ilustre director de orquesta, sigue siendo una obra indispensa-
cenios del siglo- su obra y encontró una estimación a la cual
ble para quien quiera acercarse a la personalidad de Delius.
sus paisanos se mostraron
al principio poco procli- El libro de Beecham
ves. Pero fue en Francia, no pretende ser una bio-
primero en París, luego grafía exhaustiva de De-
en un pueblo cercano, en lius. Con un sentido del
Grez-sur-Loing, donde se humor que le hizo tan fa-
instaló en 1697 y donde moso como su arte d¡-
había de monr, el país de rectorial, Beecham nos
su elección. Aunque sintió advierte acerca de la im-
escaso aprecio por la mú- posibilidad de saberlo
sica francesa, a pesar de t o d o de la vida de un
su evidente parentesco hombre que no se distin-
con Claude Debussy, De- guió por su proclividad a
lius vivió en el brillante hablar de su pasado. Sin
París de fin de siglo, en la embargo, los datos que
entonces llamada «Ville nos da son suficientes
lumiére», donde t r a t ó para trazar un perfil bas-
con músicos como Ravel, tante completo del com-
Florent Schmrtt. escritores positor. Así nos entera-
como Arthur Strmdberg. mos que Delius era un
o pintores como Paul hombre apuesto, muy afi-
Gauguin. algunas de cuyas cionado a las mujeres y
obras decoraron su casa que despertaba al pare-
de Grez-sur-Lomg. cer en éstas parecido in-
terés. Que por su sensi-
bilidad y cultura pertene-
Con el paréntesis de ce plenamente a esa pe-
la I Guerra Mundial, que culiar atmósfera fin de
le afectó profundamente. siglo en la que se entrela-
Delius VIVIÓ en Francia, zan modernismo, simbo-
convertido ya en un com- lismo. Art Nouveau y un
positor famoso merced a individualismo exacerba-
obras como la ópera A Vi- do, alimentado por la lec-
tlage Romeo and juliet tura de pensadores y es-
( I 9 O O - I 9 O I ) , Seo Dr/ft critores como los citados
(1904) o A Mass of Ufe Nietzsche y Stnndberg,
(1905), especie de orato- además de Ibsen y Knut
rio pagano, basado en Hamsun, entre otros. Al
fragmentos de una de sus
obras filosófico-I iterarías
parecer Delius fue cual-
preferidas, Also sprach Za- La música de Delius encontró en Alemania un público mas entusiasta quier COSa menos un

108 SCHERZO
 TRES MÚSICOS BRITÁNICOS

hombre que creyera en la democracia, a la que atribuía -posi- Hoy nos parece sorprendente encontrar en Beecham la
blemente igual que Beecham- la vulgaridad y gnsura de la vida siguiente afirmación; que Delius fue, antes y después de la I
de un tiempo en comparación con el sórdido presente, lleno Guerra Mundial, un compositor que alcanzó en Alemania
de brillo y de refinamiento. una fama y una estimación similares a las de Richard
La devoción de Beecham por Delius, sin embargo, no Strauss. Y más sorprendente quizá, la admiración que dos
ofuscó del todo su JUICIO estético y hay momentos en su grandes maestros de la música de nuestro siglo, Béla Bar-
libro en que la frase aristoté- tók y Zoltán Kodály, le testi-
lica pasada por el latín -Ami- moniaron, hasta el punto de
cus floto sed magis amicus ve- que el primero le hizo llegar
ntotis- podría servirle de vanas de sus obras solicitan-
lema. Así cuando habla del do su juicio.
desafortunado Réquiem que Porque la fama de Delius
el compositor escribió para ha vuelto a recluirse en los
llorar a las víctimas de la I límites de las islas y a pesar
Guerra Mundial o como de la entusiasta dedicación
cuando hace ciertas observa- de Beecham su música ha
ciones acerca de las deficien- permanecido relativamente
cias de orquestación de va- ignorada y es. incluso, menos
rias de sus piezas, incluidas apreciada en su país de ori-
algunas de sus famosas minia- gen de lo que quisieran sus
turas, tal vez la únicas obras admiradores. Beecham da
de su catálogo que se man- por sentado que el futuro
tienen todavía en el reperto- pondrá las cosas en su sitio y
rio. Pero Beecham creyó que que Delius será considerado
se encontraba, sin duda, ante por la posteridad como un
uno de los mayores músicos genio indiscutible. No ha
del siglo y tanto en las salas sido así. ni dentro ni fuera
de conciertos como en las de su país. Es raro encontrar
de grabación dio sobrada sus obras programadas por
muestra de su admiración una orquesta británica y to-
por él. No deja de impresio- davía más raro en las del
nar el importante catálogo resto de Europa o en Amé-
de obras grabadas por Bee- rica. La grabación reciente
cham que aparecen al final de algunas de sus obras,
de su libro y que se unen a como la citada ópera A Villa-
otras realizadas por eminen- ge Romeo andjuliet. realizada
tes directores británicos bien por Mackerras, su pre-
como Sirjohn Barbirolli o Sir sencia constante en cual-
Adrián Boult. Estos, |unto a quiera de esas selecciones
Sir Henry W o o d , Sir Mal- Beecham creyó siempre en la música de Delius y la difundió incansable- discográficas de música bri-
colm Sargent y más moder- mente. tánica que aparecen regular-
namente Norman del Mar, Anthony Collms o Charles Mac- mente en el mercado, no parece haber impuesto su nom-
kerras en Gran Bretaña o Félix Motil, Oskar Fned y Fntz bre fuera de un ámbito muy reducido.
Cassireren Alemania contribuyeron a que la obra de Delius
tuviera a lo largo de un período, que se cerró parcialmente
tras la II Guerra Mundial, una notable difusión. ¿Se equivocó Beecham, movido por la amistad? En nuestro
tiempo hemos visto tales bandazos en los cambios de gusto y
estética que es difícil arriesgar una opinión. Las innovaciones
El mundo espiritual de Delius, tal y como aparece en las que Beecham afirma que se encuentran en Dehus han resulta-
páginas de Beecham y en su propia obra, lleva la impronta, do menos originales de lo que aquél sostenía. Y la compara-
para bien y para mal, de una época en que el esteticismo, ción de algunos entusiastas entre su obra y la de Debussy re-
el llamado «arte por el arte», parecían constituir el objetivo sulta aventurada e inexacta. Delius no parece haber poseído
más tentador para un creador, ya fuera en el campo de la el genio universal, profundamente renovador del gran músico
música, en la literatura o en la pintura y escultura. Los dio- francés. La ambición que alienta tras algunas de sus obras de
ses lares de la época llevaban los nombres indicados más mayores dimensiones, las óperas, A Moss ofüfe. la surte Florida
arriba -Ibsen. Nietzsche-, pero también había divinidades se quedan por debajo de los logros obtenidos. Beecham diría
menores como el danés Peter Jacobsen, a muchos de que todavía no hemos educado nuestro oído lo suficiente
cuyos poemas puso música Delius, un poeta y narrador para captar las bellezas armónicas y melódicas que se encuen-
que ejerció un hondo influjo sobre Rilke y que inspiró una tran en la música de Delius.
obra maestra de la música moderna como son los Gurrelie- Es posible. Pero tal y como están las cosas su obra ocupa
der de Amold Schoenberg, Osear Wilde -Delius coqueteó un lugar secundario en el desarrollo de la música europea
con la idea de poner música al drama de Osear Wilde Salo- moderna. En sus mejores momentos tiene un encanto, una li-
mé-, o Walt Whrtman. cuyo espíritu populista y tumultuo- gereza y una capacidad de sugerencia nada desdeñables y que
samente democrático parece encontrarse en los antípodas acaso podrían emparejarle con las que, en un campo bien dis-
del músico de Yorkshire. Otros escritores de los cuales se tinto, consiguió otro paisano suyo, el ilustrador y esentor Au-
sintió lo suficientemente cercano como para ponerle músi- brey Vincent Beardsley (1872-98), cuyo talento perverso y
ca a sus versos fueron Paul Verlame y el británico Alfred decadente puso una nota de refinada y equívoca sensualidad
Tennyson, poeta laureado, verdadero - e inspirado- vate en la Inglaterra que empezaba a dejar de ser victoriana. Una
de la Inglaterra victonana, así como figuras menores, muy similitud que acaso no le hubiera parecido mal a Delius.
de época, como los también británicos Ernst Dowson o
Arthur Symons.
Javier Alfaya

SCHER2O 109
DOSIER

Los músicos se escriben

han Williams considera que Richard Strauss es el compositor

L
os británicos han sido siempre muy amigos de las re-
laciones epistolares, más aún en los tiempos que nos más «beethoven i ano» desde Beethoven). Y cuando Edward )•
ocupan en estas páginas, en los que ni el fax ni el co- Dent se atrevió a escribir en 1930 que «para los oídos ingle-
rreo electrónico se habían encargado de desnaturali- ses la música de Elgar es demasiado emocional y no exenta
zar el sano placer de la esentura. de vulgaridad», Shaw (aunque no Delius o Holst) firmó un
Los tres protagonistas de este Dosier fueron manifiesto y participó ardientemente en una campaña para
practicantes asiduos del arte epistolar, por lo que la selección atacar tamaña infamia concluyendo que Dent «no debería
aquí recogida queda muy lejos de poder ofrecer un panorama haber despreciado a este país al despreciar al único gran com-
siquiera aproximado de la inmensa información que su corres- positor inglés que no parece diminuto al lado de los gigantes
pondencia alberga sobre ellos mismos y sobre su música. Las alemanes.»
cartas de Elgar a su editor Novello: la apasionante colección Como se ve. el asunto podría dar mucho de sí, especial-
que escribió Holst a Vaughan Williams desde Alemania en mente si se examinan con cuidado las relaciones existentes a
1903, o a su hija Imogen {una relevante pedagoga y una de las comienzos de siglo entre los músicos británicos en general
grandes animadoras de la vida musical inglesa en los 50 y los (con su visión de cuanto sucedía en el continente) y entre los
60) a lo largo de toda su vida: o el ir y venir de corresponden- tres que nos ocupan en particular. Delius. en la visita que le
cia en Grez-sur-Lomg, el retira francés de Delius: cada una de hizo Elgar a Grez en 1933 (el último viaje al extranjero del
ellas un corpus unitario que merece por sí tratamiento y estu- autor de los apóstoles y el primero que realizaba en avión), le
dio individualizados. Algo, por supuesto, que han hecho ya los dijo que era una pena que hubiese gastado tantas energías en
británicos con primor, maestros consumados a la hora de va- escribir «esos ampulosos oratorios». Elgar. por su parte, al
lorar, conocer y difundir cuanto nace o se cría en su suelo. contarle a Delius sus sensaciones en el avión mientras atrave-
saba las nubes, comparó la experiencia con la propia música
En esta selección encontramos varias cartas dirigidas a pe-
de Delius, «un poco intangible». Holst, en fin. en una de sus
riódicos, otra práctica que en la tierra de Albión goza de ex-
cartas a Vaughan Williams desde Alemania, le propone ir a
celente salud e ilustre raigambre. Aunque a pequeña escala,
castigar juntos a Elgar, al incluirlo en la lista de los músicos lon-
en todas ellas encuentra acomodo parte de la psicología de
dinenses «que son propensos y que tienen tiempo para ser
sus personajes, las permanentes preocupaciones monetarias
molestados».
de Elgar; el ansia de ser mejor conocido de Delius: y el carác-
ter reflexivo, profesoral y bonachón de Holst fruto inevitable
de su larguísima estancia en Luis Cortos Gago
la St. Pauís School de Ham-
mersmith (también existe
una jugosa correspondencia
dmgida a sus alumnas duran- Craeg Lea
te sus via|es al extranjero). Malvem
Una alternativa a este 7 de junio: 02
conciso epistolario fue, en Mi querido Kilbum1.
un primer momento, una se- No llegamos a casa
lección de las páginas que hasta ayer por la noche
George Bemard Shaw dedi- después de nuestras largas
ca a la música inglesa de su excursiones alemanas: des-
tiempo, y muy especialmen- cansamos mucho y no en-
te a Elgar, al que admiraba viamos una sola carta - Me
profundamente y con el que temo que has debido pen-
le unió una buena amistad. sar cosas terribles de mí
En un artículo publicado en (no lo hagas) debido a mi
Harper's ñozar en 1920, silencio. «High Tide» es
Shaw escribía; «Para el hom- ahora imposible, ya que
bre del norte que al enterar- estoy, cuando me lo permi-
se de la muerte de Words- ten, ocupado con cosas
worth dijo: "Supongo que su más importantes. Me hu-
hijo se hará cargo del nego- biera encantado ayudarte
cio", estaría hoy claro que es en tu festival de Middlesbo-
Elgar quien se está haciendo rough, pero no me puedo
cargo del negocio de Beet- permitir una nueva obra.
hoven. Los nombres se en-
cuentran en la fachada de la Pasamos un tiempo ma-
t i e n d a y t o d o el m u n d o ravilloso en Dusseldorf [sic]
puede leerlos: "Elgar, el di- - el discurso de Strauss ha
funto Beethoven & Co.. Al- sido malentendido (¿delibe-
macenistas Clásicos Italianos radamente?) en Inglaterra
y Alemanes. Sinfonías, Ober- por los que encajan dentro
turas. Música de cámara. del tipo de organistas de
Oratorios, Bagatelas"». pueblo!.
(Holst, en cambio, en una de Gracias por todo lo que
D e l i u s e n la é
las referidas cartas a Vaug- Poca en
<*"*se afincó
me dices.
en Grei-sur-Loing. Mi mujer está agotada y

110 SCHERZO

está descansando en la cama, pero se une a mí en los abrazos
para todos vosotros.
Siempre tuyo
Edward Elgar
Sir Henry J. Wood. director de orquesta y fundador de los Proms.
Strauss es absolutamente grande -maravilloso y aterrador.
pero algo cínico- su música, quiero decir, Es un buen hombre
y es realmente inteligente.
Napleton Grange
Kempsey
Worcester
25 de julio de 1927
Mi querida Leslie3
Gracias por tu cheque en pago de la producción de la pelí-
cula lañó ofHope 4 ; había olvidado por completo la propuesta
y me alegra saber que todo va por buen camino,
Será un placer considerar la propuesta de Mr. Smith de di-
rigir bien la obertura o, posiblemente, toda la primera parte.
Esto sería cuestión de las condiciones que deberían ser pro-
puestas me|or por Mr. Smith. Sera un placer revisar el arreglo
de la música. Me inclino a pensar que iodo la música debería
ser mía, ya que me parece que Land of Hope no debería utili-
zarse para hacer publicidad de otros compositores; Cockaigne,
por ejemplo, podría proporcionar muchos temas y si me deja-
ran opinar [...] me encantaría sugerir su utilización y llegaría in-
cluso a escribir alguna música onginal si esto sirviera para lla-
mar la atención sobre la película. Estoy deseando de que se le
proponga a Bnstol Films toda la música posible.
Cordiales saludos
Su Edward Elgar
TRES MÚSICOS BRITÁNICOS
PS. Podría preparar un extraño pastiche con las cuatro
marchas, la Oda de la Coronación, Cockaigne y. si fuera necesa-
rio, las canciones para escenas tranquilas.
Brook's
St. James's Square
SW
Señor5
Se ha propuesto el golpe más seno asestado
jamás al desgraciado arte de la música inglesa y
ha de ser discutido por las mismísimas personas
a los que los artistas creadores podrían haber
acudido razonablemente en busca de solidari-
dad y de ayuda.
Una situación como la que se está creando
no habría surgido en ninguna otra comunidad
artísticamente civilizada.
N o entro en detalles en este momento en
relación con las propuestas monstruosas conte-
nidas en el proyecto de ley6; únicamente dejaré
constancia de mi fuerte protesta en contra del
mismo, añadiendo que la aprobación de una
medida así podría significar la extinción del arte
musical creativo en este país y la ruma de la ma-
yoría de los compositores patrios.
Edward Elgar
***
Al Director de The Times7
Señor,
Le rogamos que dé publicidad al hecho de
que, los abajo firmantes, hemos formado una
nueva sociedad musical, que se ha bautizado con
el nombre de la Liga Musical [Musical League],
Los objetivos de la liga pueden ser resumidos
como sigue:
(a) Organizar un festival anual de la mayor perfección posible
en una ciudad en ta que las condiciones sean favorables.
(b) Dedicar los programas de estos festivales a composiciones
nuevas o desconocidas, tanto inglesas como extranjeras.
(c) Hacer uso, hasta donde sea posible, de las organizaciones
musicales ya existentes en cada región, y de los servidos
de los músicos locales.
(d) Establecer un cauce mediante el cual puedan intercambiar
ideas compositores, intérpretes y músicos aficionados.
Aunque somos muy conscientes de cuánto bueno se ha
hecho en esta dirección, sentimos que aún hay lugar para un
organismo que haga de estas interpretaciones su objetivo
principal, y que la Liga Musical puede llevar esto a cabo sin
prejuzgar de ningún modo las instituciones ya existentes en
este país.
Confiamos en que el apoyo de las autoridades musicales
para cumplir los objetivos de la liga esté garantizado.
La convicción de que esta liga ejercerá una influencia be-
néfica en el progreso de la música en este país se basa en el
conocimiento de la labor realizada por la Tonkünstler-Verein,
que ha hecho tanto para promover el interés en el arte en
toda Alemania elevando el nivel de la cultura musical en las
ciudades de provincia gracias al apoyo de las empresas locales,
proporcionando a los músicos oportunidades invaluables para
entablar relaciones sociales.
La Liga Musical puede sólo establecerse sobre una amplia
base mediante la estrecha cooperación de todos aquellos que
estén interesados en el arte; ya sean compositores, intérpre-
SCHERZO 111
DOSIER

tes, profesores o aficionados: y a todos ellos nos dirigimos da por F.E.C Uuckart, Leipzig.
ahora. 2) Uno Arabesca (]. P. Jacobsen) Barítono solista, Coro y Or-
Podemos anunciar que el Dr. Hans Richter ha prestado su questa: publicada por Universal Edition de Viena.
amable consentimiento para dirigir el primer festival de la liga Sería magnífico si algunas de estas obras pudieran hacerse
que, coníamos, pueda tener lugar en Manchester en otoño mientras estoy en América. Tu energía y entusiasmo son tan
de este año. maravillosos y suponen un contraste tan grande con mis com-
La suscripción para los socios será de una guinea por año patriotas embotados. ¡Oh! ¡Qué sordo e insensible es este
Aquellos que simpaticen con los objetivos de la Liga Musical país! Estoy suspirando por un poco de la viveza y la energía
pueden obtener más detalles del non. secretario, a quien deben americanas. También quiero visitar California y echar un vista-
dirigirse las instancias para ser admitidos como miembros. zo al Océano Pacífico. Los dos estamos suspirando por un
Muy atentamente, cambio de clima, de paisaje y de ambiente.
Me olvidé de una nueva obra -muy corta-
Edward Elgar (Presidente). Fredenck Delius (Vicepresiden- 8) Song befare Sunnse para pequeña orquesta
te), Alexander C Mackenzie, Adolph Brodsky, W. J. Mc- y mi Sonata pora violin aún no se ha tocado en Aménca.
Naught Henry J. Wood, Granville Bantock, Philip L Agnew. También están mis 4 Canciones Isabelinas: publicadas por
Percy Pitt, Norman O'Neill, Harry Evans. C. Copely Hardmg Wmthrop Rogers y 2 coros a cappella
(Hon. Secretario, I I Waterioo-street. Birmmgham). J, D. Para ser cantados en una noche de verano sobre el agua.
Johnston (Hon. Tesorero, 14 Chape I-street, Liverpool) Mi esposa está escribiendo a tu querida madre y contán-
dole todas las nuevas. Me muero de ganas de estar en Améri-
ca contigo. Qué bien lo pasaremos. Yo dingiré el concierto y
tú lo tocas, iiHurra!!
44. Belsize Park Gar- Tu querido amigo por
dens NW, 3 siempre
I 6 de enero de 1919
Tu carta, querido y viejo Frederick Delius
camarada9. ha llegado aquí
como un destello de sol y ***
no puedo decirte cuánto
placer me ha proporciona- [Sept. 1915]9
do. Me encantó saber que Los tiempos que co-
Ufes Dance fue tan bien in- rren están lejos de ser
terpretada por Stransky y los ideales para debatir
su Orquesta y que fue tan este tema, aunque es
bien recibida. Wood ofre- muy importante. Algu-
ció el estreno de mi nueva nas cuestiones son im-
Balada Orquestal - Eyentyr portantes porque re-
(érase una vez), basada en quieren una solución in-
Asb)0rnsen. Su interpreta- mediata, como sucede
ción fue colosal y no tuvo con la lucha en que se
ningún problema. En medio ve ahora mismo inmersa
había que dar un grito tre- Europa: pero la impor-
mendo (20 hombres de- tancia del tema de la
trás) que resultó estupen- música nacional no radi-
do. Llevaré todas mis obras ca en encontrar una so-
nuevas a América cuando lución, sino más bien en
vaya por allá, Tu carta me la actitud mental con la
ha dado muchos ánimos que se afronta. Resulta
para estrenar en la nueva inútil planteársela si no
temporada 1919-20 - diga- es con una total caren-
mos en octubre o noviem- cia de prejuicios y un
bre. Mis nuevas obras ma- barniz delicado de valo-
nuscritas son; res artísticos. Durante
los últimos once meses
1) Réquiem (en memoria se nos ha venido dicien-
de los artistas ¡óvenes do por un lado que
caídos en la guerra. - No Bach y Beethoven no
religioso) para barítono y son alemanes, y por
soprano solistas, coro G.B. Shaw decía que Elgar se habla encargado del negocio de Beethoven otro que Shakespeare y
mixto y orquesta Dante sí lo son. Si este
2) Concierto para vialin, vio- fuera el destino de nombres asentados desde hace siglos, ¿qué
lonchelo y orquesto esperanza nos queda a la hora de discutir las obras de los cre-
3) Concierto pora violírt adores vivos?
4) Eventyr (Erase una vez) (basada en Asbjarnsen)
5) Sonólo para violonchelo Los críticos escnben con poca sinceridad sobre los compo-
6) Rapsodia de danzo n" 2 sitores bntánicos que se inspiran con demasiada frecuencia en
7) Poem of Life & Love Orquesta temas extranjeros, y dan a entender que cuando actúan así son
Todas en manuscrito menos bntánicos, olvidando que «En el arte todo tiene impor-
Aparte hay vanas obras publicadas, pero aguardando su tancia menos el tema». Wagner es Wagner ya escriba de
estreno: Comwail o de Nuremberg. Elgar es Elgar ya escriba de Polonia
1) Song ofthe high hills Orquesta y coro (pequeños); publica- o del Sevem Valley. Gounod mostró su nacionalidad con total

112 SCHERZO

claridad en un terna alemán, y Bizet en uno español. Nos senti-
mos tentados de decir que la gran característica de los artistas
ingleses es su incapacidad para «cerrarse a la contemplación de
sus preocupaciones locales», si no fuera porque encontramos
idéntica característica dondequiera que vayamos.
Además, resulta interesante señalar que cuando esta am-
plitud de miras es más evidente en la historia inglesa - como
sucede en el siglo X V I - es precisamente cuando florece la
música inglesa.
Y es que el carácter nacional es algo en cambio permanen-
te. Compárese a un brillante lingüista, poeta y músico isabeli-
no, con el inglés del siglo XVIII. Con razón es tanta la diferen-
cia entre un madrigal y un glee,
Por último, el problema es suficientemente esquivo incluso
cuando se circunscribe a un período concreto. Se está de acuer-
do en que la Francia moderna posee en su música un lenguaje
nacional. Debe incluir entonces a Saint-Saéns y Debussy. Trazar
las sutiles conexiones entre dos compositores como estos resul-
ta fácil sólo para el ignorante, mientras que para aquéllos que
saben y sienten, estos problemas resultan hoy día impertinentes.
Gustav Holst
St. Paul's Giris' School
Brook Green, Hammersmith, W.6
3 de octubre [1930]
Quendo Adrián' 0
Eres un hombre demasiado ocupado para que se te mo-
leste a menos que el asunto sea urgente. El asunto en cues-
TRES MÚSICOS BRITÁNICOS
tión es mi perplejidad a la hora de dar forma a mi nueva
obra ahora que ya he terminado de abocetarla. Quiero re-
cabar opiniones de directores y el domingo voy a casa de
HJW".
No es exactamente urgente, porque debería decidirlo
por mí mismo. Pero me sentiría mucho mejor si pudiera
discutido contigo. Me temo que esto se traduce en un
poco menos o algo más de una hora. Y me sentiría fatal si
tuvieras que renunciar a esa hora en la que te gusta estar
desocupado - cuando, por ejemplo, deberías estar pasean-
do por un parque en Hampshire.
¿Serías tan amable de entregar la solicitud de entradas
adjunta?
Buena suerte para el concierto,
Siempre tuyo
Gfustav Holst]
¿Sigues adelante con los conciertos de música de cáma-
ra moderna de los lunes? Si es así, ¿puedo ir?
***
St. Paul's Giris1 School,
Brook Green, Hammersmith, W . 6.
2 N o v . 1931
Quendo Adnan,
Esperaba haberte mandado Emma'1, pero debido a
una errata en algunas de las partes me temo que no
puedo mandártela antes de mañana por la tarde o el miér-
coles por la mañana. Confío en que el retraso no te cause
molestias. Me han dicho que mande el paquete al Archive-
ro Musical de la BBC. He prometido mandar una de las
copias para dos pianos para que las utilicen en el control.
La copia estará en otra tonalidad y hay vanas diferencias,
con compases añadidos o suprimidos, ya que la parte de
piano concuerda con la partitura para banda militar. Te
mandaré la parte de piano el viernes por la tarde. Espero
asistir a todos los ensayos.
En relación con el tempo, el Preludio debe hacerse tranqui-
lo y muy despacio para que no resulte avasallador y el Scher-
zo debería ser tan rápido como sea posible, pero debe sonar
sencillo y bienhumorado y no brillante, duro o rotundo. En
suma, debe sonar a Londres y no a París.
Siempre tuyo.
Gustav
NOTAS
1. Nicholas Kilburn (1843-1923), director de coro que estrenó la
ma^ría de las obras corales de Elgar.
2. El sueño de Gemncio se interpretó con gran éxrto en Dusseldorf
en diciembre de 1901 y mayo de 1902. Después de este segun-
do concierto, Richard Strauss. realizó un bnndis a Elgar corno «el
pnmer inglés progresista».
3. Leslie Boosey {1887-1979), editora de música. Su editorial Boo-
sey & Co. se asoció con Hawkes & Co. en 1930.
•4. ...que nunca llegó a realizarse
5. Carta dirigida al director del penódico The Evening Standard y
publicada el 17 de diciembre de 1929.
6. Se trataba de una propuesta para reducir los ingresos de los
compositores en concepto de derechos de autor.
7. Publicado en The íimes el 23 de marzo de 1908.
8. Percy Grapnger (1882-1961), pianista y compositor australiano.
9. Carta dingida a The Musical Heroíd.
10. Sir Adrián Bourt (1889-1983), director de orquesta y ardiente
defensor de la música de sus compatriotas. Dingió el estreno de
tos planetas de Holst
I I. Sir Henry J. Wood (1869-1944). director de orquesta y funda-
dor de los Proms.
12. Sobrenombre de su obra Hammersmith.
SCHERZO 113
DOSIER

DiSCOGRAFÍA
Saber venderse
a importancia de la industria fonográfica británica de quena orquesta. Orquesta Sinfónica de la BBC. Director: An-

L codo lo vida -Decca, EMI-, el ascenso de algunos se-

llos de mediano tonelaje -Chandos. Virgin y la vitali-
dad de otros más pequeños- Hyperion, Unicom
Kanchana-, unidos a un mercado cada vez más glo-
bal y a un interés cierto y admirable por e! patrimonio musical
de un país que sabe vender su cultura han conseguido, en efi-
caz combinación, que los aficionados de medio mundo -Espa-
drew Davis. TELDEC 4509-90945-2.
Música de cámara
Sonata para violonchelo y piano. Raphael y Peter Wallfisch.
CHANDOS 8499 (+ BAX: Botado rapsódica. BRIDGE: Sonoro.
WALTON: Possocoglio).
Cuarteto de cuerdo, Cuarteto Brodsky. ASV 526. (+
ELGAR: Cuorteto).
ña incluida- dispongan de una Música vocal
buena discografía de las obras A Mass of Life. Canciones
de Dehus, Holst y Elgar. Las
versiones corren a cargo, gene-
ralmente, de músicos ingleses,
DELIUS Sea Drift
Songs o\ Farewell
del atardecer. Arabesca. Har-
per, Watts, Tear, Luxon,
Baker. Shirley-Quirk. Coros
desde los nombres señeros Songs o[ Sunsct y Orquesta Filarmónica de
-Beecham. Boult. Barbirolli- a Londres y Filarmónica de
los especialistas de circulación Liverpool. Director: Sir
interna - D e l Mar, Handley. Charles Graves. 2CD EMI
Fenby- pasando por algún aspi- 642182».
rante a heredero de la llama sa-
grada como Richard Hickox. En Seo Drift. Canciones de
algún caso se ofrecen registros despedida. Canciones del
dirigidos por los propios autores, atardecer. Burgess, Terfel.
de un interés generalmente más Waynflete Smgers. Sout-
histórico que artístico. Ceñimos hern Voices. Coro y Or-
esta discografía a una selección questa Sinfónica de Bour-
de las grabaciones disponibles en nemouth. Director: Ri-
España. Se indica con un asterisco chard Hickox. C H A N -
aquellas aparecidas en sene media DOS 9214.
o barata. Canciones inglesas,
francesas y escandinavas.
MITU Lott, Walker, Rol fe John-
FREDERICK DELIUS RICI1ARD I IICKOX son, Ene Fenby, piano.
Música Orquestal UNICORN KANCHA-
Dos acuarelas. Intermedio de NA 2041 (+ Tres prelu-
«Fenntmore y Gerda». Intermedio y dios para piano, Polka-
serenata de «Hassan». Preludio de Zum Carnival, con Ene
«trmelin». Lote Swaltows. Escu- Partan, piano).
chando el primer cuco de la pri- Opera
mavera. Una canción antes deí La fuente mágica.
amanecer. Noche de verano en ei Margo t la Rouge. Pnng.
rió. Boumemouth Sinfonietta. Di- Mitchinson, Welsby, Mc-
rector: Norman del Mar. Donall, Woollam. Don-
CHANDOS 6502. nelly. BBC Singers. Or-
Brigg Fair. Nortb Country Sket- questa de Conciertos de
ches. En un jaren de verano. Ca- la BBC. Director: Nor-
mino al jardín del paraíso. Or- man del Mar. 2CD ARA-
questa de la Opera Nacional de BESQUE Z-6546.
Gales. Director: Sir Charles Koongo. Holmes,
Mackerras. ARGO 430 202-2. Lindsey. Candem Festival
Concierto para piano y or- Chorus, Orquesta Sinfó-
questa. Jean-Rodolphe Kars, nica de Londres. Direc-
piano. Orquesta Sinfónica de tor: Sir Charles Graves.
Londres, Director Sir Alexan- 2CD INTAGLIO INCD
der Gibson. DECCA 433 633- 7442.
2. (+ ELGAR: Concierto para Romeo y Julieta de
violonchelo y orquesta)*. aldea. Fie Id. Davies,
Concierto para violin y orquesta. Sir Yehudí Menuhm, Royal Hampson, Mora, Dean. Coro Amold Schoenberg. Orquesta
Philharmonic Orchestra. Director: Meredith Davies, EMI 647 Sinfónica de la Radio de Austria. Director. Sir Charles Macke-
25 2. (+ ELGAR: Concierto para violin y orquesta)". rras. 2CD ARGO 430 275-2.
Concierto para violin, violonchelo y orquesta. Concierto poro violinMiscelánea
y orquesta. París: la canción de una gran ciudad. Tasmm Little, vio- Canciones de despedida. Idilio. Danza fantásüca. Canción de
lín; Raphael Wallfisch, violonchelo. Real Orquesta Filarmónica de verano. Cynara. Preludio de «Irmelin». A Late Lark. La calinda. Ca
Liverpool. Director Sir Charles Mackerras. EMI 64175 2*. pricho y elegía Dos acuarelas. Intermedio de «Fennimore y
París: la canción de una gran ciudad. En un jardín de verano. Gerda», Lott, Rolfe Jonson, Alien, LIoyd-Webber. Ambrosian
Brigg Fair. El camino al jardín d$l paraíso. Dos piezas para pe- Smgers. Real Orquesta Filarmónica. Director: Eric Fenby, 2CD

114 SCHERZO
 TRES MÚSICOS bRITANiCOS

UNICORN KANCHANA 9008/9.

Sobre ios coimas y más allá. Escuchando e/ primer cuco de la
primavera Br/gg Foir. Florida Suite. Dance Rhopsody n° 2. Noche
de verano en el río. Una canción antes del amanecer. Tarde de
verano. Canciones del atardecer. Sleigh Ride. Marcha capricho. El Láser Disc
Preludio de «Irmelin». Intermedio de «Fennimare y Gerda». Fo-
irester, Cameron. The Beecham Choral Society. Real Orques-
ta Filarmónica. Director: Sir Thomas Beecham. 2CD EMI convierte tu
47509 8.

EDWARD HOLST
hogar en la
Música orquestal
Los pioneros Royal Opera House
Ambrosian Singers. Orquesta Sinfónica de Londres. Direc-
tor: André Prevm. EMI 471 60 2*.
Coro G. Mitchell. Orquesta Filarmónica de Londres. Direc-
tor Sir Adrián Boult. EMI 64748 2 (+ ELGAR; Variaciones
Enigma)".
Orquesta Sinfónica de Londres, Director Gustav Holst.
PEARL 941 7 Mono. (+ St Paul's Suite. Beni Mora. Dos Cancio-
nes sin palabras).
Coro de la Ópera del Estado de Viena. Orquesta Filarmónica
de Viena. Director Herbert von Karajan. DECCA 417 109-2*.
Música de cámara
Quinteto en ¡o menor, Op. 3. Quinteto en ío bemol mayor,
Op. 14. Quinteto de viento Elysian. CHANDOS (+ JACOB:
Sexteto en si bemol Op. ó).
Música vocal
Himnos corales del Rig Veda. Dos imágenes de Oriente.
Himno a Diortisos. Ellis, arpa. Coro del Royaf College of Music.
Real Orquesta Filarmónica. Director: Sir David Willcocks. Mltridate, re q\ Ponto
UNICORN KANCHANA 9046. Mozarf
aí Ocwa
The Evening Watch. Seis Coros. Nunc Dimiws. Siete cancio-
nes. Dos Salmos. Holst Smgers. Director: Hilary Davan Wet-
ton. HYPERION 66329.
Fantasía Coral, Op. 51. Primera Sinfonía Coral, Op. 41. L y n n e
Daw5on. soprano. Guildford Choral Society. Real Orquesta Fi-
larmónica. Director Hilary Davan Wetton. HYPERION 66660.
Opera
Savitn. Dream city. Langridge, Varcoe, Palmer, Kwella. Hic-
kox Smgers. City of London Sinfonía. Director Richard Hic-
kox. HYPERION 66099.
Miscelánea
brook Green. suite para orquesta de cuerda. A Fugal Concer-
tó, Op. 40, n° 2. Movimiento lírico para viola y orquesta de cuer-
da. Soirrt's Paul Suite. Op. 29, n° 2. Moms Dances Tunes. Or-
questa de Cámara de Nueva Zelanda. Director Nicholas
Braithwaite. KOCH 3-7058-2.
Con el Láser Disc podrá disfrutar de muchas riocnes
EDWARD ELGAR en la Royal Opea House.
Música orquestal
Concierto para violín y orquesta en si menor, Op. 61.
Pinchas Zukerman, violín. Orquesta Sinfónica de San Luis. El acceso inmediato al capitulo deseado, la calidad de imagen supenor y el
Director: Leonard Slatkin. RCA 09026 61672 2. (+ Soiut
sonido CD digital que nunca se deterioran convierten al Láser Disc en lo
d'Amow).
Kyoko Takezawa. violín. Orquesta Sinfónica de la Radio de último en tecnología audiovisual.
Baviera. Director Sir Colín Davis. RCA 09026 61612 2. (+ In-
Voducaón y Allegro).
El reproductor Láser CLD 900 está a la venta por 79.500 otas
Yehudí Menuhin, violín. Orquesta Sinfónica de Londres.
Director Edward Elgar. EMI 69786-2 Mono {+ Concierto para (Iva incluido). También puede escuchar sus compact discs.
violonchelo)".
Dong-Suk Kang, violín. Orquesta Sinfónica de la Radio Po-
laca de Katowice, Director Adnan Laeper. NAXOS 8.550489 Para mayor información sobre ópera y oallet en Láser Disc dingitse
(+ Cockaigne}*, a: ; 3 ^ » T e l t ; I91) 559.10.85/559.92.06 o bien al fax: (91) 559.01.78.
Concierto para violonchelo y orquesta en mi menor, Op. 85.
Yo-Yo Ma, chelo. Orquesta Sinfónica de Londres. Direc-
tor André Prevm. SONY MK 39541. (+ WALTON: Concierto
para violonchelo y orquesta).
jacquelme Du Pré, chelo. Orquesta Sinfónica de Londres.

SCHERZO 115
 DOSIER
Director Sirjohn Barbiroili. EMI 47329-1 ( + Seo Pictures).
Jacqueüne Du Pré, chelo. Orquesta Filarmónica de Lon-
dres. Director Daniel Barenboim. SONY MK 76529. {+ Coc-
kaigne y Variaciones Enigma)*.
André Navarra, chelo. Orquesta Hallé. Director: S¡r John
Barbirolh. EMI Phoenixa 63955 2. (+ introducción y allegro para
cuerdas. Serenata para cuerdas)*.
Introducción y allegro pora cuerdas,
Op. 47. Serenata para cuerdas. Op. 20.
Orquesta de Cámara de Londres. Di-
rector Chnstopher Warren-Green. VIR-
GIN 90819-2. (+ V A U G H A N W I -
LLIAMS: Fantasía sobre un tema de Tbo-
mas Tofos),
Introducción y allegro para cuerdas, Op.
47. Serenata paro cuerdas, Op. 20. Elegía.
Op. 58, Sospiri. Op. 70. Sinfonía O f Lon-
don. Director: Sir John Barbirolli. EMI
47537-2. (+ V A U G H A N WILLIAMS: Vo-
naaones sobre un temo de Thomas Tofos)*.
Variaciones «Enigma».
Orquesta Sinfónica de la BBC. Direc-
tor: Leonard Bernstein. DEUTSCHE
G R A M M O P H O N 413 490-2. (+ Marchas
de Pompa y Circunstancia n°s. I y 2. Suite de
«La corona de la India». Marcha de tos em-
peradores mogoles)".
Orquesta Sinfónica de la BBC. Director
Arturo Toscanmi. EMI 69734-2 Mono. (+
DEBUSSY: £/ mar)".
Orquesta Philharmoma. Director: Sir
John Barbirolli. EMI 69 185-2. (+ Falstaff)*.
Orquesta Filarmónica de Londres. Di-
rector; N o r m a n Del Mar. DEUTSCHE
G R A M M O P H O N 429 71 3-2. (+ Marcfras
de Pompa y Circunstancia)*.
Orquesta Sinfónica de Londres. Direc-
t o r Sir Adrián Boult. EMI 64015-2. (+
Marchas de pompa y circunstancio)*.
Sinfonía n° I
Real Orquesta Filarmónica. Director Sir Yehudi Menuhin.
VIRGIN V C 7 90773-2.
Orquesta Philharmoma. Director Sir john Barbirolli. EMI
645 I I 2. ( + Cockaigne)*.
Orquesta Hallé. Director James Judd, PICKWICK 956".
Orquesta Filarmónica de Londres, Director Sir Adrián
Boult EMI 64013 2. (+ Serenóla para cuerdas. Canción de la
mañana. Canción de la noche)*.
Orquesta Filarmónica de Londres. Director Vemon Hand-
ley. CLASSICS FOR PLEASURE 901 8*.
Sinfonía n° 2.
Orquesta Hallé. Director Sir John Barbirolli. EMI 64724 2.
(+ Sospm. Eíegi'o)*.
Orquesta Filarmónica de Londres. Director Sir Adrián
Boult. EMI 64014 2. (+ Cockaigne)*.
Orquesta Filarmónica de Londres. Director Vemon Hand-
\ey. CLASSICS FOR PLEASURE 4544*.
Sinfonía n"s. i y 2
Orquesta Sinfónica de Londres y Orquesta del Royal Al-
bert Hall. Director: Sir Edward Elgar. 3CD EMI 54560-2.
Mono. (+ Falstaff. Fragmentos de El sueño de Geronao y The
Music Makers. Fanfarria cívica e Himno nacional).
Falstaff.
Orquesta Sinfónica de Londres. Director jeffrey Tate. EMI
54415 2. (+ in trie South. Froissart).
Orquesta Filarmónica de Londres. Director: Sir Adrián
Boult. EMI 63133-2, (+ The Sangume Fon, Op. 81. BACH:
(arn): Fantasía y fuga en do menor BWV 537, Op. 86)".
Marchas de pompa y circunstancia.
116 SCHERZO
Orquesta Philharmonia. Orquesta New Philharmonia. Direc-
t o r Sir John Barbirolli. EMI 69563-2. (+ Froissart Cockaigne)*.
Orquesta Filarmónica de Londres. Director Sir Georg Sottk
D E C C A 4 I 7 7I9-2. {+ Variaciones «Enigma». Cockaigne)*.
Música de cámara
Cuarteto en mi menor, Op. 43. Cuarte-
to Britten. COLLINS 1280-2. ( + W A L -
T O N : Cuarteto).
Sonata para violín y piano en mi menor.
Op. 82. Canto popolare. Canción de la ma-
ñana, Op. 15. n" 2. Canción de la noche,
Op. 15, n" I. A t a d'amour. Op. 13, n" I.
Sospm. Op. 70. Seis piezas. Nigel Kennedy,
violín; Peter Pettmger, piano. C H A N -
DOS 8380.
Quinteto con piano en la menor, Op.
84. The Nash Ensemble. HYPERION
66645. ( + Sonata para violín en mi
menor, Op. 82).
(Música paro conjunto de viento. Athe-
na Ensemble. CHANDOS 6553-4*.
Música pora piano. Peter Pettinger,
piano. C H A N D O S 8438.
Música vocal
Caractocus, Op. 35. Howarth, Da-
vies. Wilson-johnson. Coro y Orques-
ta Sinfónica de Londres. Director Ri-
CELLO CONCERTÓ
JAL-QUELINE DU PRÉ chard Hickox. C H A N D O S 9156/7. (+
Sevem Surte).
El sueño de Geronao
Pears. Minton, Shirley-Quirk Coro y
Orquesta Sinfónica de Londres. Direc-
t o r Benjamín Bntten. 2CD DECCA 421
381 -2. (+ HOLST: Himno de jesús)*.
Palmer. Davies, Howell, Coro y Or-
questa Sinfónica de Londres. Director
Richard H i c k o x . 2 C D C H A N D O S
SEA PICTURES 8641 -2, (+ PARRY: Himnos)*.
DOME JANET BAKtH El Reino
Kenny. Hodgson. Gillet. Luxon. Coro
y Orquesta Filarmónica de Londres. Director Leonard Slatkm.
2CD RCA 87862. ( + raniasío y fugo en do menor, Op. 8b.
HAENDEL (arr. Elgar): Obertura en re menor).
Marshall. Palmer, Davies. Wilson-johnson. Coro y Orquesta
Sinfónica de Londres. Director Richard Hickox. 2CD CHANDOS
8788-9. (+ Sursum Corda. Sospiri).
Los aposto íes
Hargan. Hodgson. Rendall. Roberts. Terfel. Uoyd. Coro y
Orquesta Sinfónica de Londres. Director: Richard Hickox.
2CD C H A N D O S 8875-6.
Armstrong. Watts. Tear. Luxon. Grant. Carol Case. Coro y
Orquesta Filarmónica de Londres. Director Sir Adrián Boult.
2CD EMI 64206-2*.
Canciones. The Finzi Singers. Director Paul Spicer. C H A N -
DOS C H A N 9269,
Canciones, Ben|am¡n Luxon, barítono; David Wíllinson,
piano, C H A N D O S 8539.
Canciones poro coro. The Finzi Singers. Director Paul Spi-
cer. C H A N D O S 9269.
Seo Pictures. Baker. Orquesta Sinfónica de Londres. Director
Sir John Barbirolli, EMI 47329-2. {+ Concierto pora violonchelo).
The iight of Ufe. Howarth. Fmnie. Davies. Shirley-Quirk.
Coro y Orquesta Sinfónica de Londres. Director Richard Hic-
kox. C H A N D O S 9208.
Escenas de la Saga del Rey Olaf. Cahill. Langridge. Rayner
Cook. Coro y Orquesta Filarmónica de Londres. Director
Vemon Handley. 2CD EMI 47659 8.
Luis Suñén
 r a d a de la O S V \9
tfftp o 9 4/
w CONCIERTO 1 M Sinfonía núm. 5 en Mi m, op.64 P. Chaikovski
O
u Jordi Mora, director - Joaquín Achúcarro, piano O £ Dos movimientos con comentario
•e Domingo 2 de octubre 1994 sesión matinal. Auditorio de la OSV
Obertura "Der Freischüiz" C.M. v. Weber "5 (Sabadell)
1 Concierto para piano y orquesta en Sol M
Sinfonía niim. 5 en Mi m. op.64
M. Ravel
P. Chaikovski oo
o.
Suile núm. I y 2 de L'Arlésienne
u O. Dos movimientos con comentario
G. Bizel
7 de octubre 1994, Teatro La Farándula (Sabadell) Domingo 29 de enero 1995 sesión matinal. Auditorio de la OSV
O 28 de octubre 1994, Teatro Municipal (Cirona) o (Sabadell)
•e .2
"0 •Ou
.£
"0 Sinfonía núm.l en Si bemol M op. 31 Primavera" R.Schumann
E
CONCIERTO 2 O ^ Dos movimientos con comentario
O Alexander Myrat, director •j-
W
Domingo 26 de marzo 1995 sesión matinal, Auditorio de la OSV
Jóvenes solistas: Alvaro P. Fernández, violoncelo * (Sabadell)
u Sinfonía núm.36 en Do M, "Linz" W.A. Mozart Sinfonía núm.9 en Do M "La Grande" F. Schubert
2. Variaciones sobre un lema Roccoco. Dos movimientos con comentano
op.33 para cello y orquesta P. Chaikovski Domingo 28 de mayo 1995 sesión matinal, Auditorio de la OSV
u Sinfonía núm.7 en La M. op.92 L.v. Beethoven (Sabadell)
18 de noviembre 1994. Teatro La Farándula (Sabadell)
" Becado por la Asociación "Sofía Puche"

CONCIERTO DE NAVIDAD
CONCIERTO 3
Jordi Mora, director - Coral Cantiga, director Josep Prats
Jordi Mora, director Solistas: M* Lluísa Muntada, soprano • Mireia Pintó, contralto
Empiirics E. Toldra Josep Benet. tenor - Jordi Rican, bajo
Poema sinfónico "En saga" J. Sibelius Oratorio de Navidad, cantatas nüms. 1,2 y 3 J.S. Bach
Suile núm.l y 2 de L'Arlésienne G. Bizel
30 de noviembre 1994, Palau de la Música Catalana (Barcelona!
3 de febrero 1995. Teatro La Farándula (Sabadell) 1 de diciembre 1994, Iglesia de San Félix (Sabadell)
M
O
CONCIERTO 4 FESTIVAL DE VALSES Y DANZAS
•C
Josep Pons, director .£ Jordi Mora, director
'G
Sinfonía núm.l en D o M , op.2l L.v. Beeihoven e 6 Danzas alemanas KV 509 W.A. Mozart
Serenata núm.l en Re M, op.l I J. Brahms o Dos danzas húngaras J. Brahms
u Saudades do Bra/il D. Milhaud
10 de marzo 1995, Teatro La Farándula (Sabadell)
21 de abril 1995, Pavelló Uuís Bachs (Girona) Valses y polcas J. Slrauss
11 de diciembre 1994. Palau déla Música Catalana (Barcelona)
16 y 18 de diciembre 1994, Teatro La Farándula (Sabadelt)
CONCIERTO 5 U 17 de diciembre 1994. Teatro Monumental (Mataió)
Jordi Mora, director - Chríslían Ostertag, violín 26 de diciembre 1994. Centro Cultural (Terrassa)
28 de diciembre 1994. Centro Cultural (San Cugat)
Préluile a l'apres-midi d'un faune C. Debussy 29 de diciembre 1994. Teatro La Sala (RubO
Concierlo para violín y orquesta núm. I op. po B. Bartok 30 de diciembre 1994. Teatro Municipal (Girona)
Sinfonía núm. I en Si bemol M op. 31 "Primavera" R.Schumann 1 de enero 1995. Auditorio Nacional de Andorra (Andorra)
8 de enero 1995, "Can Cuma" (Mollet del Valles)
30 de marzo 1995. Pavelló LLuíí Baths ICirona) 8 de enero 1995. Auditono Municipal (Castellar del Valles)
31 de mano 1995, Teatro La Farándula (Sabadell) 22 de enero 1995, Casal Cultural (Castellbisbal)

CONCIERTO 6 CONCIERTO DE PASCUA

Jordi Mora, director - Joan Enric Lluna, clarinete Jordi Mora, director - Coros de Sabadell
Obra de encargo para la OSV P. Cases (Sabadell) Solistas : Carmen Buslamantc. soprano - Ángel Odena,
barítono
Concierto para clarinete y orquesta núm. I en Fa m C..M.V.Weber
Sinfonía núm.9 en Do M "La Grande" F. Schubert "Nánie" op.82 J. Brahms
1 de junio 1995. Pavelló Lluís Bachs (Cirona) "Réquiem" op.48 G. Fauré
2 de junio 1995, Teatro La Farándula (Sabadell) 6 de abril 1995. Iglesia de San Félix (Sabadell)

Con el patiocinio de: y la colaboración de:

NarciS Giralt. 40.

08202 Sabadell.
Tel.(93)727 03 00.
Fax(93)727 22 28
KARL B0HM • OPERAS DE STRAUSS
EDICIÓN CONMEMORATIVA DEL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE KARL BOHN

JOUSJU-i

ICÍtMI&í

i, DOCUMENTOS SONOROS DEl FISIIVAL DE SAllgURGO EDITADOS AHORA OEKIAtHENTE EN (t POR PRINÍRA VII:
m m Y NAXOS ( l í M ) U DUIER SILENCIOSA m i ) El CABALLERO DE LA ROSA ( M 9 ) ARABELLA O H »
TODAS US OPERAS PISPONIILES A UN PRECIO ESPECIAL

Karl Bóhm-Richard Strauss
Un binomio para la historia
ue en 1934, en Dresde. Karl
F
Bóhm acababa de llegar a la ciu-
dad para hacerse cargo de la
Opera, sustituyendo a Fritz Bu sen, des-
pedido por su ascendencia semita. El
joven ario, nacido en Graz en 1894,
había cumplido a satisfacción sus funcio-
nes de Kopeiimeister en ciudades como
Darmstadt y Hamburgo. Y habría de
desempeñarse asimismo con éxrto, con
total probidad y esfuerzo, en la capital
sajona, donde, hasta 1943, llegó a reali-
zar no menos de cien funciones por
año. Richard Strauss era ya un septua-
genario todavía enérgico y lleno de vida.
Los dos hombres se entendieron muy
bien y desarrollaron una estrecha cola-
boración e intercambio de ideas excep-
cionalmente fructífero, sobre todo para
el más joven, que, desde sus primeros
pasos en el teatro de Graz, había senti-
do especial devoción por la persona y
por la música del más viejo: una de sus
primeras experiencias en el teatro
-cuando aún compaginaba los estudios
de música con los de leyes- había sido
un Der Rasenkavalier escuchado y entre-
visto desde el foso de la Opera local, al
lado de su maestro Franz Weiss, que
tocaba la segunda arpa. No mucho más
tarde intervino como repetidor, concer-
tador y pianista en los ensayos de Ariad-
ne aufNaxos, ópera por la que siempre
sentina una especial debilidad y de la
que llegó a aprenderse todos los pape-
les. Cuando su destino estaba ya decidi-
do en favor de la música, a través de la
dirección precisamente. Bóhm había ini-
ciado, pues, una relación platónica con
la obra del bávaro a quien, tras una ju-
venil interpretación en Graz de la Sinfo-
nía Alpina, envió una temerosa carta
dándose a conocer, mostran-
do su admiración y acompa-
ñando las elogiosas criticas lo-
cales. Strauss se limitó a acusar
educado recibo.
Sin embargo, Bóhm tardó
aún varios años en adquirir
plena responsabilidad en la in-
terpretación de las óperas del
alemán. En sus años como ter-
I KAfil RBHÜTI
ANIVERSARIO
cer o cuarto K.apellmeister en Munich,
de la mano de Bruno Walter, accedió al
podio para hacerse cargo de las pro-
ducciones que otros habían ensayado y
dirigido, No fue hasta su llegada a la
Opera de Darmstadt cuando comenzó
a adentrarse de verdad en el proceloso
mundo lírico straussiano. Allí realizó Sa-
lomé (1927) e intermezzo (1929) por
primera vez. al tiempo que se hacía en
cierto modo una especie de campeón
de la nueva música de entonces y pro-
gramaba obras de Hindemrth y de Berg:
su acercamiento a Wozzecfc en 1928,
poco después de su estreno mundial en
Berlín a cargo de Kleiber tres años
^__ antes, fue muy importante. En
su siguiente etapa en Ham-
burgo tomó contacto con
Elektra (1932) y Arabellc
(1933). Estaba ya muy rodado
por tanto cuando aterrizó en
Dresde. Conocía perfecta-
mente el estilo y la técnica
compositiva del músico muni-
u con
°i "' quien mantenía
SCHERZO 119
ANIVERSARIO
hacía algunos años una interesante co-
rrespondencia. Ese contacto epistolar
fue muy provechoso para Bóhm, un ar-
tista hormiguita siempre al tanto de lo
que podía aprender de los que él consi-
deraba maestros. Strauss le reveló no
ya importantes aspectos de su oficio
como creador de pentagramas para la
historia, sitio muchos secretos del arte
de dirigir, en el que era ducho y dentro
del cual se había hecho famoso. Ilustró
rápidamente al discípulo. De la amistad
que entre ellos surgió -que incluía reu-
niones familiares, paseos y me-
riendas- es prueba el hecho de
que el compositor bautizara a
Bóhm (bohemio en castellano)
con el diminutivo de Bófimerí
(pequeño bohemio) y que le
gastara frecuentes bromas:
«Verdaderamente, ¿por qué
trato con usted? ¡Pero si no
sabe jugar al skatí» (Es sabida la
enorme afición del músico por
ese juego de cartas alemán pa-
recido al tresillo).
Lluvia de estrenos
Las circunstancias de la his-
t o r i a quisieron que Dresde
fuera la ciudad straussiana por
excelencia: por delante de Mu-
nich o de Viena. De las quince
óperas del músico, nueve vie-
ron la luz en la urbe sajona:
Feuersnot (1901), So/orné
(1905). Elektra (1909), Der Ro-
senkavaher (191 I), intermezzo
(1924), Die aegyptiscbe Helena
(1928), Arobelio (1933), Die
schweigsame Frau (1935) y
Dopbne ¡1938). Y justamente
cupo en suerte a Karl Bóhm di-
rigir por vez primera las dos úl-
timas. El mismo era dedicatario
de la que cerraba la serie por el
momento (Strauss aún escribi-
ría Die Liebe der Danae y Ca- Karl Búhm y Richard Strauss en 1944.
pncao). La relación entre ambos artistas
no se desarrolló sin incidencias. La quis-
quillosidad y nivel de exigencias del
compositor -heredadas en parte por el
director- produjeron más de un pro-
blema. Nos cuenta Bóhm en su breve
autobiografía Ich eiñnnere mich ganz
genau, de 1974 (Recuerdo con todo de-
talle. traducida al castellano por Ángel F.
Mayo, pero aún no publicada en Espa-
ña) la naturaleza de algunos de estos
roces: «En los ensayos de los
estrenos Richard Strauss era la
persona más minuciosa (por
no emplear una palabra más
dura) que uno puede imagi-
narse. Insistía en cada acorde,
en cada dinámica, así que en
algunos de los ensayos de La
mujer silenciosa hube de ense-
ñar los dientes. '¡Pero Bóhm!',
I KARLB8HH I
120 SCHERZO
me decía, '¡Usted sabe que ha de oírse
a los cantantes!' El libreto era de Stefan
Zweig, y Strauss lo apreciaba aún más
que a algunos de Hofmannsthal. Yo le
decía: '¡Doctor, mire la partitura! ¡Cómo
puede hacerse audible aquí la Cebota-
ri?' Entonces él murmuraba, pero cogía
decidido la partitura, se iba al Hotel Be-
llevue enfrente de la Opera -que por
desgracia quedó destruido durante los
ataques aéreos-, empuñaba el lápiz
rojo, tachaba duplicaciones, hacía de un
mezzoforte un piano..., y finalmente las
voces podían oírse con claridad.»
Esta anécdota, además de poner de
manifiesto la minuciosidad de Strauss,
nos informa de la estrecha relación pro-
fesional y del grado de colaboración
que existía entre los dos hombres;
aparte de evidenciar hasta qué punto el
compositor era capaz de reconocer un
error y de cambiar ío ya escrito ante
una observación pertinente. Y nos reve-
la también su alto grado de probidad
profesional, extensible a la de-
fensa de sus libretistas. Preci-
samente por mantener en pri-
mer plano el nombre del
judío Zweig, que había sido
eliminado del cartel anuncia-
dor del estreno por las auton-
dades nazis, montó una buena
pelotera que determinó que
la n o se
^^ representara en
aquella ocasión más de cuatro veces,
Con todas estas cosas no es raro que
Bohm fuera profundizando cada vez
más en el conocimiento de la personali-
dad de Strauss y de que fuera com-
prendiendo todas sus claves estructura-
les; y de que, en definitiva, acabara por
asumir toda su sustancia musical. De
mucho le serviría en el futuro al direc-
tor austríaco, cada vez más integrado
con unas composiciones que en sus
roanos adquirían especial luminosidad y
vigor.
Un arte transparente
Karl Bóhm es probable-
mente, en ciertos aspectos,
un director sobrevalorado.
Quizá no en la medida que
estima Zurletti, que opina que
«no era un maestro y sí más
bien un director modesto y
muy aburrido». Puede que
fuera a veces un tanto sosaina
y en exceso prudente y que
algunas de sus interpretacio-
nes más afamadas dejen ver
hoy limitaciones antes aparen-
temente inexistentes -sus
acercamientos a Mozart cons-
tituyen el ejemplo más evi-
dente- y que. en su momen-
to, se viera favorecido por ser
el más visible representante
de una generación que había
de tomar poco a poco el re-
levo de los desaparecidos
Furtwángler (1954), Toscanini
(1957) o Knappertsbusch
(1965). También es obligado
reconocer que fue -después
de Karajan sin duda- uno de
los más ayudados por los
media y una de las batutas
más proyectadas en los cin-
cuenta, sesenta y setenta por
los estudios de grabación.
Pero ello no quiere decir que
se le deba negar el pan y la sal. Su senti-
do del trabajo, su conocimiento de la
orquesta, su probidad, su meticulosidad
y exigencia para desentrañar la letra de
los pentagramas le conferían méritos
singulares y autoridad suficientes para
colocarse ante cualquier buen conjunto
sinfónico o ante cualquier buen grupo
de solistas vocales y conseguir unos re-
sultados profesionales de indudable
nivel en los que brillaban frecuentemen-
te su arte para la planificación polifónica
y para obtener un correcto grado de
respiración, transparencia y solidez, Esto
es fundamentalmente reconocible y
apreciable en sus aproximaciones a sus
músicos favoritos1 Mozart -con reservas
claras-, Beethoven, Schubert. Bruckner
y, sobre todo, Richard Strauss, con
cuyos pentagramas -en parte se han
apuntado algunas de las razones- se
 ANIVERSARIO

dencia que podían «Es más difícil dirigir una ópera que
atenazar la batuta de un concierto en la medida en que de-
Bóhm en otros re- manda más experiencia (...) En una
pertorios desaparecí- ópera es preciso estar constantemente
an como por ensal- presente por los casos
mo y todo resultaba en los que los cantan-
vivificante, nítido, pre- tes tienen dificultades.
ciso, fluido, comunica- Hay ciertos tipos de
tivo, cargado de sen- voces que son particu-
tido y dotado incluso larmente grandiosas en
de una tensión des- el arte de salirse de
conocida, cualidades tiempo (descuadrarse);
que de seguro el mú- es necesario, pues,
sico obtenía de sus estar a la que salta y
conjuntos de Dresde únicamente la expe-
y que, en parte, se riencia puede ayudar.
habían ido perdiendo Sólo ella permite reparar el desfase
tras la contienda existente entre foso y escena, de tomar
mundial y después de una decisión en el espacio de un segun-
sus regañinas con la do: ¿debo retener al cantante que se
Opera de Viena. de la me quiere escapar o debo correr tras él
que se desligó a partir con el peligro de que todo se hunda?
de mediados de los (...) La regla pnncipal de un director de
cincuenta; aunque si- orquesta -sobre todo de un director
guiera dirigiendo en de ópera- es la de mantener la cohe-
ella, ya sin responsa- sión de la orquesta.»
bilidades exclusivas, y
aunque continuara El viejo Strauss conectó fácilmente
unido a la Filarmónica con Bóhm, en quien veía a un hombre
y al Festival de Salz- bien intencionado y dócil, capaz de
burgo, con el que aprehender toda su ciencia musical y
aplicarla al servicio de sus obras, que él
mismo se encargaba, en
su faceta de director
-heredada de Bülow y
Nikisch-, de difundir,
pero que necesitaban de
otras batutas y perspecti-
Bóhm saludando
tras la representa- vas sonoras. Varios eran
ción de La mujer sin o habían sido los defen-
sombra en Viena, sores de sus partituras
1977. operísticas (o sinfónicas)
desde el podio, predece-
identificaba al má- sores en cierto modo de
ximo. Y es algo Bóhm. Algunos de nota-
que de ninguna ble importancia. Recor-
forma puede dis- demos a Franz Wüllner
cutirse. La mejor (1832-1902). que en
prueba de ello la Munich, y ya a partir de
tenemos en estas 1885, había estrenado di-
nueve óperas que versas composiciones del
ahora, con moti- bávaro; a Ernst von
vo del centenario Schuch (1846-1914), an-
de su nacimiento, tecesor en Dresde, a
lanza Deutsche donde había llegado en
Grammophon en 1872 y a cuyo cargo ha-
el rnercado inter- bían corrido las presen-
nacional. Todas y taciones mundiales de
cada una de ellas Bóhm de gira con Birgit Nilsson y Leonie Rysanek
Feueísnoí. Salomé, Elektra y El caballero
-con independencia de los logros obte- de la rosa y a quien el compositor admi-
nidos por otros directores o por él siempre tuvo relación y durante el cual
muñó en 1981. Pero el Bohm senecto, raba («el consciente Schuch») pero con
mismo en ese o en distintos sellos- re- el que tuvo más de una agarrada; a
velan el dominio del lenguaje straussia- plano, más bien acomodaticio de los úl-
timos años no es el que se nos ofrece Franz Schalk (1863-1931), elegante y
no que tenía el de Graz, que se sabía refinado, asentado en Viena, que dirigió
hasta el más mínimo compás de estas en estos magníficos discos DG, que nos
lo traen revitalizado, fresco como una la premiére de La mujer sin sombra; y. en
óperas y que era capaz de desentrañar fin, a Clemens Krauss (1893-1954). de
sus contenidos de manera ejemplar, lechuga, convincente y hasta, episódica-
mente, apasionado. Desenvolviéndose vigorosa y espontánea musicalidad, sólo
como ha de reconocer incluso el citado un año mayor que Bóhm, amigo perso-
crítico italiano. En estas complejas parti- en un género, la ópera, que fue su
medio natural y al que amaba por enci- nal y estrecho colaborador de Strauss,
turas la severidad, la frecuente seque- responsable de los estrenos de Arabella,
dad, la monotonía, la pesantez, la pru- ma de todo, pese a que reconocía su
implícita dificultad:

SCHERZO 121
ANIVERSARIO
Friedenstog, Capricao (de la que había
escrito el libreto) y El amor de Danae
(en 1952, ya fallecido el autor).
La claridad de ideas de Bóhm, su es-
ponjosidad, la relativa falta de artificio
de su estilo directoral agradaban al
compositor, que le instruyó adecuada-
mente desde su experiencia. No le fue
difícil porque el de Graz tenía en esa
época un dócil temperamento y su
mente era como una tabula rasa. El
sello straussiano no tuvo problemas en
dejar huella en él. Realmente no había
llegado nunca a estudiar para director
de orquesta. Parecía haber seguido
aquel chusco consejo que Hans Richter
le había dado, un tanto humorística-
mente, a SJ padre en aquellos primeros
años en los que el joven aún dudaba
entre la música y las pandectas: «Se
sube uno al estrado; o bien se sabe o
no se sabrá jamás.» Y el propio Bóhm
remachaba esa idea en su autobiografía:
«Es cierto: se puede, se tiene incluso la
necesidad de adquirir la experiencia,
pero tengo grandes dudas en cuanto a
la posibilidad de aprender la dirección
de orquesta.»
No hay duda de que esa experien-
cia tomada directamente de la fuente
de Richard Strauss fue importantísima
para él y para su evolución en el podio.
De hecho, el propio Bóhm reconocía
122 SCHERZO
que ningún otro músico le había ense-
ñado tanto a entender a los grandes
maestros (Mozart en pnmer lugar). Evi-
dentemente el austríaco seguía también
a su mentor en la disposición y uso de
una técnica gestual a la hora de dirigir:
como él, era de una notable economía
mímica, marcaba lo preciso, lo impres-
cindible, siempre con la mano derecha,
en la que la batuta, por lo general de
pequeñas dimensiones, trazaba breves y
concisos movimientos, más nerviosos a
medida que su carrera avanzaba. La ac-
titud de Bóhm, atenta, a vnor, como si
se agazapara en busca de una presa, su
minuciosidad en servir la letra de lo es-
cnto como vía para encontrar el espíri-
tu -algo discutible así planteado- eran
bien conocidas de los músicos a los que
habitualmente dirigía.
En la traducción de las óperas del
muniqués se podná criticar a Bóhm de
cualquier cosa menos de falta de auten-
ticidad: cada detalle, cada com-
pás, cada acento estaban me-
didos tras su histórico y per-
manente contacto con el
autor. Habría que darle la
razón a la batuta, según esto, si
en un momento determinado
se detecta una desviación de
lo consignado en el pentagra-
ma: probablemente ese oca-
FOTO: MUTEJWASSER/Q.GG.
sional ritardando no prescrito, ese cir-
cunstancial cambio de tempo tengan
toda la autenticidad que supone que
vengan sugeridos desde la propia fuente.
Las grabaciones
Habría que predicar lo dicho de las
nueve interpretaciones contenidas en
esta edición del centenario. En ellas
Bóhm resume y sintetiza toda una tradi-
ción y demuestra conocimiento, amor
y, en este caso, también entusiasmo
desde sus muchos años de contacto
con estas partituras Hay desigualdades,
irregulandades, defectos y limitaciones
vanas en estas versiones que, en algún
caso y de todas formas, pueden llegar a
ser de referencia: pero no importa de-
masiado porque en ellas se respira una
verdad musical incontrovertible. El arte
un tanto primitivo del director de Graz,
la bien estructurada fisonomía de sus
planos sonoros, la redondez de sus for-
tísimos. el entendimiento de
las texturas, la manera en la
que éstas se desentrañan para
que el discurso aparezca claro
y casi siempre diáfano, la sen-
sualidad con la que se recrean
los timbres. Hay un evidente
conocimiento del lenguaje:
una estimulante veracidad.
La mayoría de estas mter-

pretaciones habían sido
ya distribuidas, por dis-
tintos conductos, en so-
porte de vinilo. Son de
destacar, en pnmer tér-
mino, dos de ellas, que
habían aparecido en re-
gistros piratas Melodram
hace algún tiempo: Ara-
bella, el más antiguo, en
versión salzburguesa de
1947. que nos trae una
pareja femenina de extra-
ordinario nivel. Reining-
Della Casa, y un Mandrika
ejemplar. Hotter, y Anad-
na en Naxos, con un re-
parto de lujo en el que
brilla el exquisito composi-
tor de Seefried y Della
Casa nos ofrece una prota-
gonista tan excepcional como la d<_'
Schwarzkopf que por los mismos
años {1954) grababa para la modélica
versión de Karajan. A éstas habría
que añadir Lo mujer silenciosa, con un
cuarteto protagonista de excepción y
el mismo aire fresco del Festspiel-
haus.
Die Frau ohne Schatten no hacía
mucho que se había comercializado
en CD. Una interpretación de altura,
aunque inferior -aparte de que tiene
más cortes- a la sensacional que el
propio Bóhm había grabado para
Decca en 1955. Daphne, como se ha
dicho dedicada por el compositor a
Bóhm. encuentra aquí una calidad ar-
tística mayor que la proporcionada
por la me]or registrada del competente
Haitmk para EMI (con Lucia Popp) y
Capncóo se mantiene como opción pri-
mera junto a la estupenda recreación
Die Frau ohne Schatten. Birgit Nilsson,
Leonie Rysanek, Ruth Hesse. James
King, Waíter Berry. Coro y Orques-
ta de la Opera del Estado de Viena.
3 C D DEUTSCHE GRAMMOP-
H O N 445 32S-2. A D D . Grabación:
(en vivo). Viena, 1977.
Arabella. María Reining, Lisa Della Casa,
Hans Hotter. Horst Taubmann. Coro
de la Opera de Viena. Filarmónica de
Viena, 3 C D DEUTSCHE G R A M -
M O P H O N 445 342-2. A D D . Mono.
Grabación: (en vivo), Salzburgo, 1947.
Die schweigsame Frau. Hilde Güden, Fritz
Wunderlich, Hermann Prey, Hans
Hotter. Coro de la Opera de Viena.
Filarmónica de Viena. 2 C D DEUTS-
CHE G R A M M O P H O N 445 335-2.
ADD. Mono. Grabación: (en vivo).
Salzburgo, 1959.
Dopfine. Hilde Güden, Fritz Wunderlich,
de Sawallisch para la misma marca in-
glesa con Schwarzkopf. En ella aparece
también Fischer-Dieskau (aunque en
este caso en el papel de Olivier).
Discografía
James King, Paul Schóffler. Coro de
la Opera de Viena. Sinfónica de
Viena. 2 C D DEUTSCHE GRAMOP-
H O N D H 445 322-2. A D D . Graba-
ción: Viena, 1964.
Capncao. Gundula Janowitz, Tatiana
Troyanos, Peter Schreier, Dietrich
Fischer-Dieskau, Karl Ridderbusch,
Hermann Prey. Orquesta de la Radio
de Baviera. 2 C D D E U T S C H E
GRAMMOPHON 445 347-2. A D D .
Grabación: Munich, 1971.
Sofome. Gwyneth Jones, Dietrich Fischer-
Dieskau, Mignon Dunn, Richard Cas-
silly. Wieslaw Ochman. Orquesta de
la Opera del Estado de Hamburgo. 2
C D DEUTSCHE G R A M M O P H O N
445 319-2. A D D . Grabación: (en
vivo) Hamburgo. 1970.
Eiektra. Inge Borkh. Marianne Schech, Jean
Madeira, Dietrich Fischer-Dieskau.
ANIVERSARIO
Solóme, ya comercializada en España
hace tiempo en disco negro, nos mues-
tra a un Bohm especialmente enérgico
y elocuente y a una jones de espléndi-
dos medios e intenciones. Una inter-
pretación no inferior a la más antigua
muniquesa de Keilberth ni a la más
contundente de Sohti o a la más elabo-
rada de Karajan. y por encima de las
que luego han firmado Lemsdorf, Smo-
poh o Menta. Elektra no alcanza la
misma altura. La anterior del propio
Bóhm de la Opera de Viena de 1965
(Standmg Room) es bastante mejor,
sobre todo por el terceto femenino:
Nilsson. Rysanek y Resnik. En todo
caso, admira de qué forma el director
consigue delinear, aquí y en la ópera
anterior, los pasajes atona-
les y las más intrincadas
texturas contrapumísticas
straussianas.
Finalmente, Der fiasen-
kavalier se nos ofrece en
una versión asimismo pro-
cedente de los archivos de
la radio austríaca. En con-
junto y pese al flojo y limi-
tado Óchs de Adam. es su-
perior a la de Dresde del
mismo director para idénti-
co sello -que es la que se
distribuyó aquí en tiempos-
que protagonizaban
Schech. Seefried, Fischer-
Dieskau y Bóhme. Ludwig y
Troyanos, sobre todo, que
luego volverían a grabar la
ópera, están magnificas, y la
batuta consigue hasta emocionamos en
determinados instantes.
Arturo Reverter
Coro de la Staatskapelle de Dresde.
Staatskapelle de Dresde. 2 C D DEUTS-
CHE G R A M M O P H O N 445 329-2.
ADD. Grabación: Dresde, 1960.
Der Rosenkavaíier. Christa Ludwig, Tatiana
Troyanos, Edit Mathis, Theo Adam,
Otto Wiener. Coro de la Opera del
Estado de Viena. Filarmónica de
Viena. 3 C D DEUTSCHE G R A M -
M O P H O N 445 339-2. A D D . Graba-
ción: (en vivo) Salzburgo, 1969.
Ariadne auf Naxos. Lisa Della Casa, Hilde
Güden, Irmgard Seefried, Ruddph Schock,
Paul Schóffler. Orquesta Filarmónica de
Viena. 2 CD DEUTSCHE GRAMMOP-
H O N 445 332-2. ADD. Mono. Graba-
ción: (en vivo) Salzburgo, 1954.
Se relacionan únicamente los cantantes
principales.
Deutsche Grammophon ha editado un
álbum que contiene las nueve óperas.
SCHERZO 123
MÚSICA CONTEMPORÁNEA
Alicante, décima edición
arece que fue ayer cuando se
P inauguraba el Primer Festival In-
ternacional de Música Contem-
poránea de Alicante y ya nos encontra-
mos a las mismísimas puertas de su dé-
cima edición. Arribada que si merece
aplausos por el solo hecho de produ-
cirse, debe todavía celebrarse con
mucho mayor entusiasmo si se repasa
la contribución, enorme, que ha su-
puesto ¡a existencia de la prueba para
la mayor expansión y el me|or conoci-
miento de la música de nuestro tiem-
po. Y no sólo, aunque si' especialmente,
de la española.
No se queda atrás al respecto esta
edición que se avecina. Bien es cierto
que en ella se quiebran por dificultades
de última hora la intención que había
nacido hace dos años -y que se piensa
mantener en el futuro- de atender al
menos con un título por año el género
operístico y la costumbre de presentar
un espectáculo plástico-sonoro, pero lo
que se ofrece mantiene muy, muy altos
el interés, la novedad y la garantía de
disfrutar interpretaciones solventes.
Por de pronto, no sólo se mantiene
el número de los estrenos absolutos
correspondientes a encargos específi-
Fin de curso con electroacústica
o sé bien si por simple o mera
N
casualidad o porque al declinar
las temporadas musicales se
hacen más y más huecos en ellas, pero
lo cierto es que la etapa final de la 93-
94 estuvo prácticamente copada en
Madrid por manifestación tan especiali-
zada y minontana como la música elec-
trónica, pura o en convergencia con ac-
tuaciones en vivo. Por respetar el orden
cronológico, aludiré en primer lugar a la
presentación en Madrid, ¡a sus ochenta
y dos años!, del personalísimo y desco-
nocidísimo compositor estadounidense-
mexicano Conlon Nancarrow. La efe-
ménde ha de ser agradecida al ciclo Pa-
ralelo Madrid, coordinado y dingido por
Llorenc Barber, que en su clausura (28-
VI) estrenó entre nosotros sus Ocho es-
tudios para pianola -ahora ofrecidos en
el vorseízer preparado por el norteame-
ricano Trimpin-; si parva muestra a
estas alturas, suficiente para calibrar esa
pokemporahdad, esa «avalancha de muy
diversas velocidades persiguiéndose, en-
contrándose, rozándose y/o superpo-
niéndose» que, en palabras del propio
124 SCHERZO
cos para el Festival, sino que han sido
aumentados en dos unidades en rela-
ción con los del año pasado. Son
cinco, en efecto - y en 1993 cuatro-,
los compositores que van a estrenar
encargos de la Fundación Caja de Ma-
drid: Cristóbal Halffter. Manuel Casti-
llo, Delfín Colomé, Luis de Pablo y
José Luis de Delás. Y diez -nueve el
año último- los que lo van a hacer de
encomiendas del propio Centro para
la Difusión de la Música Contemporá-
nea organizador: Lauzurika, Rueda,
Liñán, Burgan. García Demestres, Flo-
res. González Arroyo. Sotelo. Guinjoan
y Barben Por otra parte, son nueve,
como en la edición precedente, las
demás primicias absolutas -firmadas
por Coral (Premio Osear Esplá 1993),
Darías. Kucera. José Luis Turina, Váz-
quez del Fresno, García Román, Cama-
rero (Premio Ciudad de Alcoy), Havel
y Luba-, y aunque los estrenos en Es-
paña pasan de catorce a ocho, aumen-
tan paralelamente las no menos nece-
sarias reposiciones.
Por lo demás, vuelven a ser tres las
producciones radiofónicas RNE-CDMC
que se ofrecen: se mantiene la sesión
confiada al Laboratorio de Informática
Barber, es la música de Nancarrow.
No desaprovecharon tampoco la
presencia de éste en Madrid las Jorna-
das de Informática y Electrónica Musi-
cal que el Laboratorio especializado
(LIEM) que dirige Adolfo Núñez den-
tro del CDMC desarrolló en el Museo
Nacional Reina Sofía entre el 29 de
junio y el 6 de julio. F_n ellas se estre-
nó en España (4-VII), asimismo por
Trimpin. su Study 48 a, trasladado
esta vez el rollo de pianola a un piano
Disklavier controlado por ordenador
vía MIDI. Jornadas prietas y repletas,
además, de otras llamadas de interés,
estuvieron especialmente representa-
dos en ellas el quehacer electroacústi-
co sueco, en evidente auge, y los últi-
mos traba|os del LIEM y de los gabi-
netes homónimos de Cuenca. Florida
y Buenos Aires, con nada menos que
cinco estrenos absolutos y catorce en
España, aparte el de Nancarrow. Un
curso sobre Composición algorítmica
en tiempo real impartido por Claren-
ce Bariow y una conferencia sobre la
electrónica en Suecia completaron el
y Electrónica Musical (LIEM-CDMC) y
se celebra el tradicional curso de com-
posición, dirigido este año por Claudio
Prieto. En cuanto a los conjuntos pre-
vistos, se encuentran las Orquestas Sin-
fónicas de Madrid y del Principado de
Asturias, la de Cámara Reina Sofía,
Arsis Camera, los ensembles Musique
Nouvelle y Vox Nova, la Basel Sinfo-
nietta y la Coral universitaria de León,
además del ya citado LIEM. Cristóbal
Halffter, Peter Schmelzer. José Luis
Temes, Mi che I Fuste- La mbezat, Nicho-
las Isherwood, Arturo Tamayo y Sa-
muel Rubio serán los directores, en
tanto que Ricardo Odriozola, Humber-
to Quagliata, Wolfgang Weigel. Luis
Vázquez del Fresno, Flores Chaviano,
Jane Rigler, Rafael Liñán, Patrizia Biccie-
re, Alberto García Demestres y Silvie
Sullé asumirán cometidos solistas.
El Festival se celebrará entre los do-
mingos I 8 y 25 de septiembre, ambos
inclusive, y tendrá como escenarios los
habituales: Teatro Principal, Auditorio y
Aula de la Caja de Ahorros del Medite-
rráneo, Iglesia de San Nicolás de Bari y
Castillo de Santa Bárbara.
LH.
muy sugestivo y completo empeño.
Aunque no todo fue electrónica en
el fin de curso madrileño. En la Resi-
dencia de Estudiantes, que no deja
mes sin convocatoria musical de inte-
rés, tuvieron lugar, respectivamente el
29 de junio y el 4 de julio, dos atracti-
vas y formativas conferencias-concier-
to, protagonizadas por sendas figuras
destacadas de las compositivas inglesa
y mexicana, ejemplificados, cada una,
de formas diversas de entender y de-
sarrollar lo expresivo: Bnan Ferney-
hough y Marcela Rodríguez. Pudo es-
cucharse, del primero, Cassondra's
dream song, interpretada por la flautis-
ta Jane Riger, y de la segunda el estre-
no absoluto de su Cuarteto de cuerda
n" 2, terminado en mayo y desarrollo
lúcido de esa interacción de líneas cro-
máticas en que se halla interesada la
autora. Fueron felices traductores de la
primicia los violinistas David Marco y
Ángel Ruiz, el viola Carlos Seco y el
chehsta Pablo Borrego.
Leopoldo Hontañón
 MÚSICA CONTEMPORÁNEA

Opera e infancia
Madrid. Teatro Monumental. 24-VI-94. (Concierto-grabación dedicado a los empleados cribe para Solimán está formada por
de RTVE). Solimán y la Reino detospequeños, ópera infantil de Francisco Cano y Santiago Mar- vientos y percusión y pensada para
tín Bermúdez y selección de Manna de Emilio Ameta. Solistas. Narrador. Escolanía de San Lo- ser asumida por profesionales aveza-
renzo de El Escorial. Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE. Director Odón Alonso. dos, como es preciso que lo sea el di-
rector musical. El coro, en cambio,
debe estar formado por niños, como

N
o es cosa de enumeradas ahora, el Taibo, encargado de narrar, en esta
pero lo cierto es que son nu- versión de concierto, la segunda). Y los solistas vocales, excepto el Gigan-
merosas las páginas musicales deseadamente infantiles también, con te, asimismo han de ser o niños o
que han sido concebidas con el propó- ondulaciones expresivas mínimas y las adolescentes. Todos los elegidos
sito de acercar o de posibilitar a la in- vanantes rítmicas también mínimas, cumplieron como buenos. Ya he ha-
fancia, vía audición, el disfrute o, al son las partes cantadas, incluidas las blado de la gran labor del narrador,
menos, el mejor entendimiento del solistas. Sólo en la organización de los Taibo. De lo demás, fue de notoria
lenguaje de los sonidos. Son muchas pasajes instrumentales que acompa- importancia la contribución del grupo
menos, en cambio abs- de viento de la Sinfónica
tracción hecha, claro, de de RTVE y resultaron más
las estrictamente pedagó- que meritorias las aporta-
gicas-, las que se propo- ^ ciones solistas de Juan Luis
nen aquel acercamiento Fernández (Solimán), Fáti-
por doble camino: el de la ma Mínguez (Reina) y Raúl
mera escucha, sí, p e r o F. Muñoz-Cobacho (Gigan-
también por el de la parti- te) y la prestación coral de
c i p a c i ó n d i r e c t a . Pues la Escolanía del Real Mo-
bien, Francisco Cano (Ma- nasterio de San Lorenzo
d r i d , 1939) y Santiago de El Escorial que dirige
Martín Bermúdez (Madrid, José de Felipe. La muy re-
1947), autores respectivos levante, decisiva para el
de la música y el texto de buen fin del empeño, de
Solimán y la Reina de tos Odón Alonso viene a su-
pequeños, se han enfrenta- marse a su ya repleta lista
do precisamente a seme- de servicios ininterrumpi-
jante reto con esta ópera dos a la música y a ios mú-
infantil en un acto y dos es- sicos españoles.
cenas que se estrenó en el
jubiloso mayo sevillano del En resumen, una muy
92 y que ha cerrado en aseada, suelta y natural
versión de concierto el versión de un divertimenio
curso 93-94. del Monu- músico-teatral válido en si'
mental madrileño. mismo como verdadera y
acabada obra de arte
Se trata, en realidad, - t o d o lo menor que se
de un auténtico cuento quiera, pero obra de
infantil, escenificado y a r t e - , y con el añadido
puesto en música sin nada adjetivo de la posibi-
otras pretensiones por lidad participativa que
parte de sus autores que ofrece a la gente menuda.
situar su fruto a la altura La convocatoria se
de sus destinatarios. Lo completó, en la segunda
que logran de pleno, apo- parte, con una amplia, bien
yándose, muy inteligente- conducida y. en general
mente, en la secuencia- bien ejecutada selección
ción de la ingenua acción de la ópera Marina de
dramática -un niño, Soli- Emilio Arneta, asimismo
mán, consigue ser admiti- en versión de concierto.
do en el maravilloso país En ella fueron muy aplau-
Frandsco Cano didos -como antes lo ha-
de los pequeños tras va-
liente peripecia en la que vence al Gi- bían sido los autores e intérpretes de
gante y se gana a la Reina... que ñan o comentan la acción se propone Solimán- la soprano Milagros Pobla-
luego resultan ser su padre y su her- Cano la creación de una estructura dor, el tenor Juan María Lomba y el
mana- en números bien delimitados. armónica de mayor complicación y de barítono Vicente Sardinero, como so-
Infantiles en el mejor sentido del tér- unos climas dramáticos subrayadores listas, y los conjuntos sinfónico y coral
mino son, pues, la trama y el texto. más trabajados; todo ello con imagi- de RTVE. el segundo preparado por
( C o n t o d o , al menos el p r i m e r o nación y sutileza tímbrica grandes y Alberto Blancafort y todos a las órde-
debió ser reproducido en el programa una muy acertada jerarquización nes de Odón Alonso,
de mano, ya que no se contaba para -según estén reservadas o no a los
él con la gran profesionalidad de Rafa- niños- de las dificultades traductoras.
La plantilla orquestal que se pres- Leopoldo Hontañón

SCHERZO 125
ENCUENTROS

André Isoir: «Se precisa una gran

fortaleza para adentrarse en Bach»,

André Isoir FOTO: DE ¡AMADRID

«Messlaen, que ha escrito obras para órgano de un valor francamente dudoso, de esta ingente labor, a la que he dedi-
era un mediocre organista». Quien esto dice es André Isoir (1935), uno de los cado vanos años, no obedece exclusi-
más reputados organistas actuales. También uno de los pocos mortales que vamente a aspectos de índole técnico,
sino también intelectuales e incluso aní-
puede jactarse de haber interpretado y registrado discográficamente la magna micos. Es preciso tener una gran forta-
obra integral para órgano de Bach. Lejos de la imagen tópica del organista, leza para acometer semejante empresa.
casado, padre de tres hijos, profesor y concertista, Isoir, que se inscribe en la Por otra parte, había que resolver el
brillante tradición organística francófona, asegura en esta conversación grave problema de las versiones y edi-
ciones, elegir una y desechar otras, por-
que «después de grabar toda la obra de Bach, se precisa respirar otros aires que de muchas de las obras de Bach
durante un tiempo». En el concierto que ofreció en Sevilla el pasado mes tenemos versiones y ediciones muy di-
de enero y que propició esta conversación, no figuraba ninguna ferentes. Esto supone un problema
obra del creador de La pasión según Son Mateo, añadido casi tan enorme como el del
puramente instrumental.

S,—Su condición de músico francés,

S
CHERZO.—Usted es uno de los ANDRE ISOIR,—Sí, ciertamente. Ha orraigado a la cultura católica, ¿no entur-
escasos intérpretes que ha grabado sido un trabajo verdaderamente exor- bia o distorsiona, desde el punió de vista
la obra integral para órgano de bitante. Se trata de un auténtico tour de estético, su visión de la músico del muy
Bach, una empresa verdaderamente des- forcé para cualquier intérprete, aunque, luterano Bacb?
comunal para cualquier artista, que com- evidentemente, nunca lo entendí así,
prende cosí dieciocho horas de música Registré la obra integral de Bach por su A.I.—No, claro que no. Usted conoce
tan compleja como apasionante y que inmenso interés y también por la gran la gran tradición organística francesa,
ha completado hoce ton sólo unos posibilidad que me brindaba como ar- en la que figuran nombres como
meses,.. tista y como ejecutante. La complejidad Franck, Widor, Schweitzer, Alam, Cha-

126 SCHEBZO
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 ENCUENTROS
pelet. Souberbielle, Messiaen y tantas
otras personalidades ilustres. Yo. evi-
dentemente, pertenezco a esta tradi-
ción, me he educado y desenvuelto en
ella, pero considero que esta circuns-
tancia en absoluto me impide u obsta-
culiza el adentramiento en el mundo
bachiano, al que puedo acceder con la
misma solvencia que un intérprete
educado en la más genuina tradición
alemana. Incluso le diría más: quizá in-
cluso con mayor credibilidad, ya que
no se puede olvidar la importante pre-
sencia de músicas y formas francesas e
italianas en la obra de Bach. del que
nunca debemos olvidar que admiraba
profundamente estas escuelas. Por
otra parte, Bach y su obra han trascen-
dido fronteras y culturas concretas
para convertirse en patrimonio univer-
sal. No creo que un intérprete, por el
hecho de ser francés o español, pueda
abordar con mayor solvencia la obra
de Ravel o de Falla.
S,—Usted es un organista seglar, con
una vida civil absolutamente normal:
padre de familia, profesor de conserva-
torio... ¿Considera que la secular vincu-
lación del órgano a la ¡glesio ha resulta-
do positiva, o que, por el contrario, ha
perjudicado su implantación en la socie-
dad?
A.l.—Según se mire. No creo que
nada sea absolutamente positivo o de-
finitivamente negativo. En el haber hay
que señalar que el hecho de que los
templos se hayan convertido en su ha-
bitat, ha permitido que
disfrute de unas condi-
ciones acústicas y am-
bientales imposibles de
a artistas en general, proce-
localizar en otros espa-
cios, mientras que en el ¿Sabe que
aspecto negativo resulta
incuestionable que su a Messiaen
vinculación eclesiástica
ha impedido la expan- no le
sión a otros espacios
musicales y también cul- interesaba
turales. En cualquier
caso, lo que resulta indu-
dable es que esta cir-
Bach?
cunstancia, a la que se
añade la inamovilidad del instrumento,
ha marcado su desarrollo y su entorno
muy significativamente. En todos los
aspectos: desde el repertorio, hasta
sus intérpretes y el público.
S.—-¿Considero que se siguen escribiendo
en la actualidad obras para órgano tan
valiosas como las creadas en sig'os ante-
riores?
A.l.—Sí, sin duda. Lo que ocurre es
que vivimos un tiempo de crisis gene-
ralizada, y esto afecta también al
128 SCHERZO
JEAN-SÉBASTIEN BACH
I/CEUVRE POUR ORGUE INTÉGRALE
Vol.3
ANDRÉ ISOIR
mundo del órgano. No conozco bien
la realidad española, le hablo funda-
mentalmente de lo que ocurre en
Francia. Piense en lo que era París en
los años treinta de este siglo. Allí había
montones de músicos y
dentes de todo el mundo,
muchos de ellos españo-
les. Hoy, lamentablemen-
te, no ocurre esto. Y no
se trata de un plantea-
miento conservador y
nostálgico, sino de la veri-
ficación objetiva de un
hecho real. No creo que
la razón estribe en un po-
sible decaimiento de París
como centro internacional
de cuttura, sino más bien a
una crisis generalizada,
que se palpa de similar modo en Lon-
dres, Nueva York o, me imagino que
también, en Madnd y Barcelona,
S,—¿Reconoce a su compatriota Oliver
Messioen como el más señalado compo-
sitor para órgano de este sigto.7
A.l.—Messiaen ha escrito composicio-
nes verdaderamente extraordinarias
para órgano. Pero también ha com-
puesto otras piezas de un valor franca-
mente dudoso. Por otra parte, como
intérprete, sólo era un organista regu-
LIO
CAL 9705
LES ANNEES
ÜEJEUNESSE
PASTORALE
2 PART1TAS
6 CHURA LS
PKÉLL'DE ET FUGUE
EN SOL MAJfcUR
ISTACCATO)
lar, incluso mediocre. El reconocimien-
to de su enorme dimensión como
compositor no debe hacemos olvidar
estos aspectos ¿Sabe que a Messiaen
no le interesaba Bach? Durante un
tiempo estuve muy próximo a él, le co-
nocí muy. muy bien y por ello tengo
razones bien sólidas para decir lo que
estoy diciendo.
S,—¿Se ha adentrado en el repertorio es-
poro/ para órgano?
A.l.—Hay. por supuesto, cosas muy
interesantes. Cabanilles, Cabezón, el
sevillano Correa de Arauxo... Tam-
bién los contemporáneos, como Luis
de Pablo, del que he interpretado al-
guna composición. Lo que ocurre es
que la producción organística españo-
la debe ser abordada en instrumentos
autóctonos y en las condiciones am-
bientales apropiadas, dentro siempre
de su entorno. Por otra parte, el pa-
trimonio organístico español, que tan
a fondo ha estudiado mi compatriota
y amigo Francis Chapelet, es de una
riqueza enorme. Todo ello exige una
especialización y dedicación enorme,
que. francamente, me aparta, al
menos por ahora, de ese repertorio,
que admiro y aprecio con verdadera
convicción.
Justo Romero
 JAZZ

Episodios
C
uántas cavilaciones nos ha cau- blanca y azul sobre Band. El teniente Vin-
sado la producción de discos en fondo rojo, y otra, cent organizó con-
Estados Unidos durante la Se- con etiqueta blanca ciertos y emisiones
gunda Guerra Mundial! En la obra de y roja sobre de radio suma-
casi todos los músicos importantes de fondo azul y mente interesan-
aquella época existen misteriosas lagu- blanco, La últi- tes reuniendo a
nas que a menudo coinciden con la ma estaba des- grandes figuras
mejor fase de sus respectivas carreras. tinada exclusi- ¿UUUCAlf FHH38 « K D I U UCOUHffl que en cir-
Los años 1942-44 quedaron práctica- vamente al cunstancias
mente en blanco para las grandes Figu- personal de la normales tal
ras del jazz debido a la huelga convo- flota estaciona- vez nunca se
cada por la Federación Americana de da en Oriente hubieran cono-
Músicos, en el intento de resolver una y los discos cido, Arms-
larga contienda con los empresarios apenas llegaron a trong y Ellington
discográficos. Este tremendo record Europa. Ca difu- acudieron a estas
ban duró hasta 1948 y terminó con la sión total se calcula sesiones con sus
victoria del sindicato, pero para los afi- en unos ocho millo- orquestas, y otros
cionados resultó un auténtico desastre nes de ejemplares. Los asiduos fueron Count
privándonos de muchas obras maes- primeros V-discs procedían Basie. Benny Goodman,
tras en una fase transitoria de gran in- de matrices comerciales cedidas Woody Hermán, Roy Eldndge,
terés. Nuestro conocimiento de un gratuitamente por las casas comercia- Coleman Hawkins, Art Tatum, Gene
Louis Armstrong y un Duke Ellington les tratándose de un asunto patriótico. Krupa, Lionel Hampton. Nat Colé, Earl
en aquel período se limita a unos Pero pronto empezaron a aparecer Hiñes, Teddy Wilson. Pee Wee Russell,
pocos conciertos o programas radio- grabaciones realizadas especialmente Jack Teagarden y un largo etcétera.
fónicos, en general bastante mal gra- para la serie que ofrecía música ligera,
bados. Menos mal que algunos sellos clásica, sinfónica, folklórica y. sobre Como la grabación, publicación y
-Decca, Savoy y otros más modestos todo, jazz, El vibrafomsta Red Norvo distribución eran gratuitas y los discos
como Apollo y Keynote- hicieron causó cierto impacto con tres temas destinados a un sector no comercial.
pronto caso omiso al conflicto y nos realizados con su Overseas Spotlight todas las matrices fueron destruidas
procuraron ciertas muestras en 1949, y desde entonces los V-discs
de la música que se tocaba alcanzaron precios absolu-
entonces. Pero no pudieron tamente prohibitivos en el
llenar unas páginas centrales mercado de segunda
en la historia del jazz que han mano. Luego llegó el LP, y
quedado vacías. los coleccionistas parecían
olvidarse de aquellos te-
soros. A principios de los
Afortunadamente hubo ochenta apareció en Italia
los V-discs, auténtico milagro parte de los V-discs en
y a buen seguro lo único po- una sene de LPs que tam-
sitivo que debemos a las poco ha sido fácil de en-
Fuerzas Armadas de EE.UU. contrar. Muchas obras se
Se trataba de una produc- deben considerar perdi-
ción especial de discos vinilo das para siempre. En
de 78 revoluciones, con un Francia algunas de las que
diámetro de 30 centímetros se sainaron han sido edi-
para posibilitar una duración tadas en tres compactos
superior a los seis minutos, en la llamada Collection
editados por el Departamen- Hugues Panassié (CTPL
to de Guerra en Washington 001-003). La revista jazz
que. en 1942, ordenó al Magazine ofrece con su
mayor Howard C. Bronson, último número (439,
jefe de la sección musical, la julio/agosto de 1994) un
publicación de una serie de CD con una docena de
discos que se enviarían a las obras cuidadosamente se-
tropas destinadas en Europa leccionadas entre un ma-
y en Oriente. Este, a su vez. terial que seguimos sin
encargó la realización del conocer en su totalidad.
proyecto al teniente e inge- Esperemos que esta ini-
niero de sonido Robert Vin- ciativa de la revista fran-
cent. y es de creer que la fa- cesa sea el primer paso
mosa V se debe tanto a su hacia una edición lo más
apellido como a la victoria completa posible de aquel
deseada. maravilloso archivo.
Se llegó a editar más de
un millar de discos entre una
sene standard, con etiqueta El pianista Eari Hiñes FOTO: WILUAM GOTTUEB Ebbe Traberg

SCHERZO 129
EL BARATILLO
Últimos coletazos de la lucha de clases
Q
ué mosca les habrá picado? ¿O
tal vez habrán comprobado que
los huevos de la gallina ya no son
de oro? El caso es que este año las re-
bajas han sido en los discos -quizá
sean todavía en este mes de septiem-
bre en el que volvemos exhaustos de
unas vacaciones, como siempre, carísi-
mas e mutiles- como un regalo de la
naturaleza. Los anaqueles de los gran-
des almacenes se han visto colmados
de rarezas y menos, de obviedades, de
exquisiteces, de cursiladas, de todo.
Desde Knappertsbusch -sus discos de
la casa Memories- hasta Klemperer
-un par de sinfonías beethovenianas,
Qwnia y Séptima si mal no recuerdo,
primitivas en EMI- pasando por cositas
de Nimbus. de Hyperion, de muchas
casas. En general todo eso que se es-
pera que el comprador compulsivo no
se pierda en su día. pero que como
más convulsiones produce el hambre y
más miedo el ojo inquisidor de la pa-
rienta, pues ahí se quedan hasta que
lleguen tiempos mejores. Álbumes tri-
LA GANGA DEL MES
A
un servidor, por forma-
ción primero y por vicio
después, le gusta mucho la
música francesa, a pesar del nom-
bre que me puso mi padre que
en gloria esté. Me gusta porque
es elegante, equilibrada, dócil-
mente apasionada. Tal vez lo que
hubiera sido yo si llego a respon-
der mejor a la llamada de la san-
gre. Pero a lo hecho pecho y a
llevar con dignidad lo que me
queda de esta insensatez hispana
de la que me honra ante mis an-
tiguos compatriotas. El caso es
que -y perdón por la digresión
de viejo—, buscando en el mismo
lugar que la verdulera más amba
crtada, me encontré con un disco
de atrayente repertorio galo. Su
precio -395 pesetas- invitaba
desde la etiqueta a probar con un
riesgo mínimo y el único apuro de pre-
ferir ante la cajera eso a las piraterías
del Pavarotti juvenil, a quién se le ocu-
rre. En el silencio de la noche canicular
puse el compacto y, óiganme ustedes,
desde la primera nota me dije que
aquello estaba muy bien. Y vaya si lo es-
taba. El repertorio, precioso, qué duda
130 SCHERZO
ples de Erna Berger -esa especie de
ruiseñor- con Raucheisen -había más
cosas de Acanta con Wunderhch, un
precioso recital de Lucia Popp con
canciones de Brahms y Mahler- Rous-
sel por Roussel en Philips... A un
hombre de mi edad que llevaba una
guayabera ya un poco amarillenta tu-
vieron que administrarle los santos
óleos en la mismísima caja cuando,
sorprendido por lo que le devolvían de
su billete de dos mil pesetas, le faltó el
aire. Otro, más joven, babeaba, y una
pareja de recién casados hubo de ser
amonestada por el jefe de planta pues
tras comprarse un compacto llamado
«música para enamorados» por tres-
cientas pesetas se fueron a probarlo a
donde ofertaban un colchón de agua.
Mientras, un provecto ciudadano, mira-
ba aquello con desprecio supino y
hacía acopio de material a su precio
con un ridículo 10%. Increpado por
una señora que se llevaba las nueve de
Beethoven por Alberto Lizzio y que
amenazó con denunciarle por delito
Dulce Francia, sí
cabe, pero los intérpretes, que deben
ser israelitas -pura intuición sacada de
alguno de sus nombres, pues el com-
pacto es de su padre y de su madre y
no hay razón alguna ni de manufactura
ni de procedencia- están a la altura de
las circunstancias no ya con dignidad
sino con aplicación sobresaliente. Qué
social si seguía haciendo acopio de ma-
teriales de lujo, le respondió que adon-
de iba ella con esa mierda, que en
cada sinfonía faltaban dos compases y
no se daban las repeticiones, y que le
fueran dando. La señora llamó al mari-
do y si no le para el guardia jurado
aquel potentado se come los compac-
tos en riguroso orden cronológico. El
caso es que acabamos todos en la co-
misaría -es la segunda vez que me
pasa por parecida razón, riesgos de
este oficio de jubilado que con gusto
ejerzo para todos ustedes- y que un
día de estos me llamarán a declarar.
pues la señora -verdulera en el mer-
cao de la ceba a (a sazón- adujo lo
que ella estimaba la razón más pode-
rosa para demostrar su verdad: «Que
lo diga este señor». Lo malo fue que
tuve que darle a mi señora -que volvía
feliz con un par de faldas de su talla
para ella y unos calzoncillos para mí-
las pertinentes explicaciones.
Nadir Madriles
preciosidad. Además, y como di-
ñan mis admirados compañeros
de las páginas amarillas, no hay
otro acoplamiento como éste. Y
un dato erudito para degustado-
res: éste es el mismo disco que
figura en el catálogo amencano
Schwann-Opus con la referencia
PWK Classics I 141. Pero a ése
échenle un galgo y cómprense
este otro que seguro que es
mucho más barato. No hay
como saber buscar. Llaneza, Ma-
driles, no te encumbres. Perdón.
N.M.
FRENCH IMPRESSIONS.
Ravel: Introducción y Allegro
para arpa, flauta, clarinete y
cuarteto de cuerdas. Debussy:
Sonata para flauta, viola y arpa.
Roussel: Trío. Op. 58. Caplet: La más-
cara de h muerte roja. A. Glies, arpa;
E. Talmi, flauta; A. Arnheim, clarine-
te; R. Kaminkovsky, violín; R. Mozes,
violín; Y. Kaminkovsky, viola; G. Le-
verton, viola; Y. Alperin, piano. FINE
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