Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Estado, según la definición jurídica de Jellinek, es la “corporación formada por un pueblo, dotada de
un poder de mando originario y asentada en un determinado territorio” (Jellinek, 2000: 196).
El territorio es el espacio geográfico, sobre la superficie terrestre, en donde nace, convive y se desarrolla
el pueblo de un Estado. Constituye un elemento esencial del Estado pues en su seno puede desenvolver
su actividad de poder público. Toda la evolución del Estado y de su actividad únicamente puede tener
lugar dentro de un espacio determinado.
A través de las formas del Estado se señalan los límites en que la soberanía estatal actúa con la nota
exclusividad que le es propia. La extensión territorial determinada por las distintas formas de Estado es
la garantía de que ha de ser posible al Estado llevar a cabo por completo la realización de sus fines.
Hemos analizado a lo largo de las unidades precedentes que el Estado es la máxima forma de
organización jurídico-política del ser humano; conformado por tres elementos: territorio, población y
poder. En esta unidad, se estudiará al Estado a partir de las formas que adopta para el ejercicio del poder
político, territorialmente localizado; a eso se refiere el concepto formas de Estado.
Las formas de Estado constituyen una noción vinculada al ámbito territorial de ejercicio del poder
estatal; es decir, a la estructuración del poder en ámbitos territoriales específicos dentro de un país
determinado, a lo largo de la unidad se abordarán diferentes temas referidos a la manifestación
territorial del Estado a partir de las formas que adopta políticamente.
Por ello, el estudio de esta unidad es importante debido a que le permitirá entender el funcionamiento
interno del poder político del Estado y su proyección paralela en el contexto internacional.
Objetivo particular
El alumnado establecerá el concepto de formas de Estado y su clasificación, así como las tendencias de
las nuevas formaciones estaduales.
P á g i n a 1 | 19
Temario
P á g i n a 2 | 19
Concepto y clasificación de las formas de Estado
Georg Jellinek, jurista alemán del siglo XIX y padre de la teoría general del Estado, conceptualiza al ente
estatal como “corporación territorial, dotada de un poder de mando originario” (2000: 196).
A nivel internacional, la Convención de Montevideo sobre Derechos y Deberes de los Estados de 1933
estableció que un Estado, como persona de derecho internacional, debe poseer una población
permanente, un territorio definido, un gobierno y la capacidad para establecer relaciones con otros
Estados (Sorensen, 2000: 262).
Es importante recapitular el concepto y los elementos del Estado para poder distinguir la diferencia que
existe entre forma de Estado y forma de gobierno (tema que se verá más adelante), pues en el análisis
de estos dos conceptos entra en juego el estudio de dos elementos del Estado: territorio y poder.
Al hablar de las formas de Estado y de gobierno nos referimos, respectivamente, al lugar desde donde
territorialmente se ejerce el poder y el modo en que estructuralmente se ejerce el poder.
La forma de Estado implica el modo en que se organiza y distribuye el poder. Responde a la siguiente
pregunta: ¿dónde se localiza el poder? La forma de gobierno implica el modo de estructuración e
instrumentación de la acción pública y el régimen político. Responde a la siguiente pregunta: ¿quién
ejerce el poder?
Las concepciones clásicas del Estado, desde que surgió una teoría general del mismo, se formaron a
partir del Estado unitario tipo la polis griega. La polis, ciudad-Estado griega, es considerada el paradigma
del Estado, el cual es un ente territorialmente cerrado e interiormente autónomo; no se admite poder
político ajeno y el Estado se desenvuelve como una unidad jurídico-política.
En este Estado tipo, toda vida política parte del centro y vuelve a él; las autoridades son centrales (Estado
unitario), y la idea de una organización local, administrativa o judicial, territorialmente distante (Estado
compuesto) era completamente extraña.
A través del paso de los siglos, con la evolución tecnológica y administrativa, las polis griegas fueron
sustituidas por entidades territoriales cada vez mayores y más complejas en las que el hombre extendía
paulatinamente el horizonte de su conciencia y cobraba, poco a poco, conocimiento sobre su
individualidad en primer lugar, después sobre su posición dentro una comunidad territorial dada y
finalmente su espacio en el concierto de las naciones.
Cuando el ser humano organizó territorialmente el ejercicio del poder político, surgieron las formas de
Estado. El territorio del Estado es la porción de tierra sobre la que se yergue un Estado, jurídicamente
denominada “territorio nacional” y al referirnos a las Formas de Estado, hablamos del "espacio en que
el poder del Estado puede desarrollar su actividad específica, o sea, la del poder público.” (Jellinek, 2000:
368).
P á g i n a 3 | 19
Las formas de Estado son el fundamento espacial para que el Estado pueda desplegar su autoridad
jurídica sobre todos los hombres que viven en él y su naturaleza política se exterioriza de una doble
manera (Jellinek, 2000: 371):
1. Negativa. Prohíbe a cualquier otro poder no sometido al del Estado ejercer funciones de
autoridad en el territorio.
2. Positiva. Todas las personas que se hallan en el territorio quedan sometidos al poder del Estado.
Lo anterior significa que todos los actos realizados dentro del Estado mantienen necesariamente una
relación con una forma de Estado específica, y dentro de un territorio.
En este orden de ideas, las formas de Estado se refieren a su organización político-territorial del poder
estatal; de tal manera que el Estado podrá adoptar alguna de las dos formas de estructuración
existentes:
Las formas de Estado implican la relación del espacio geográfico de un país con el poder estatal; esto es,
la distribución territorial del poder, pues "todo acto de mando solamente puede alcanzar su plenitud
dentro del propio territorio” (Jellinek, 2000: 374).
Las formas de Estado sirven de fundamento real del ejercicio del poder político estatal, por lo que a
continuación analizaremos cada una de ellas.
P á g i n a 4 | 19
Como hemos visto, las formas de Estado son los diversos modelos que los Estados adoptarán con base en la
relación existente en sus tres elementos constitutivos: territorio, población y poder; dando entonces lugar al
Estado unitario o al Estado federal.
En los primeros Estados modernos, la unidad del poder conlleva la centralización del mismo, de tal
manera que, dichos Estados originarios, se configuran como unitarios o simples. Es hasta fines del siglo
XIX y principios del siglo XX cuando en los Estados paulatinamente empiezan a configurarse las formas
de Estado compuesto o federal.
El Estado unitario o también llamado simple es aquél con un único aparato gubernativo; es decir, una
sola organización estatal con un sistema jurídico único y unificado que dispone de la totalidad de
competencias sin ninguna distribución territorial existente.
Esto es:
El Estado unitario o simple es aquél que agrupa a los diferentes órganos que lo componen bajo un orden
determinado, alrededor de un solo centro de dirección y decisión de toda la función gubernativa.
P á g i n a 5 | 19
Este tipo de Estado se funda en la metodología llamada centralización, que coordina una estructura
organizacional vertical cuya organización se mantiene fundamentalmente en razón de un vínculo,
denominado jerarquía.
Díaz Revorio establece que “puede entenderse por Estado unitario aquel que posee un solo núcleo de
decisión política, un solo centro de poder. De esta forma, sólo existe un poder Legislativo, un Ejecutivo
y un Judicial" (2018: 167).
El Estado simple o unitario es la forma estatal en la cual existe un solo órgano de producción de normas
generales y un ámbito espacial de aplicación y validez del sistema jurídico nacional.
La centralización implica la potestad para reunir distintas atribuciones en un centro común y ejercerlas
desde dicho punto y hacia la periferia.
Ventajas de la centralización:
P á g i n a 6 | 19
Desventajas de la centralización:
No obstante, al contar con un solo ordenamiento jurídico y un ámbito unitario de validez normativa, el
Estado unitario o simple puede distribuir el poder para su ejercicio; distribuirlo territorialmente, mas no
dividirlo o fragmentarlo políticamente.
Mediante la distribución del poder, surge lo que se conoce como descentralización; tema que
analizaremos a continuación.
Recordemos que el Estado moderno surge en el Renacimiento con la concentración de los instrumentos
de mando administrativo, económico y militar en una unidad de acción jurídico-política, donde el poder
constituye la suprema potestad rectora y coactiva (por virtud del derecho público).
P á g i n a 7 | 19
Ventajas de la centralización:
Desventajas de la centralización:
Así, el poder se yergue como el sistema de reglas a través de las cuales la autoridad es ejercida sobre un
cuerpo políticamente organizado mediante una relación mando-obediencia que por efecto de su
organización unificadora, puede imponerse en forma dominante a todos los gobernados, en ámbitos
territoriales alejados del centro del poder político.
“Art. 4. La nación mexicana adopta para su gobierno la forma de república representativa popular
federal” (CPEUM, 1824).
Resulta evidente que la Constitución de 1824, buscó sentar las bases jurídicas para generar estabilidad
política del naciente Estado mexicano; toda vez que en la época imperaban dos corrientes de
pensamiento antagónicos:
Al respecto, Armenta López refiere: “Nuestro territorio era un Estado fuertemente centralizado que
pretendió afirmarse como unidad nacional del centro a la periferia” (2010: 6), es decir, el Estado federal
o compuesto es aquél en donde existen varios entes de decisión política, con estructura organizativa y
capacidad normativa propias que suelen denominarse “Estados miembros”, junto a un poder central que
se denomina Federación.
P á g i n a 8 | 19
Características del Estado federal
Ámbito de validez: En un solo ámbito espacial de validez, conviven como gobiernos con autonomía
constitucional.
Entidades autónomas: Esas entidades autónomas están representadas por un poder (gobierno) central
que las coordina.
Pluralidad de normas constitucionales: Cada Estado miembro puede aprobar su propia Constitución,
que no requiere intervención alguna de aprobación de los órganos federales.
Estados miembros: Cada uno de sus Estados miembros posee una organización institucional propia: un
Poder Ejecutivo, un Legislativo y un Judicial; distintos a los de la Federación.
El Estado es una sola persona jurídica conformado por un conjunto de órganos integrados en un solo
ente estatal, y sus ordenamientos jurídicos múltiples están dotados de unidad a partir de la Constitución
federal.
El Estado federal se concibe teóricamente como la integración de unidades estatales que tenían vida
propia anterior y se reúnen para transferirle a una instancia central superior atribuciones que
inicialmente les correspondían.
¡Importante!
El Estado federal debe buscar el mayor grado posible de homogeneidad política entre los gobiernos
estatales, y entre éstos y el federal, por lo que frecuentemente la Constitución federal impone a los
estados federados límites y condiciones para que su funcionalidad se adopte a la forma de gobierno
federal.
Diversas teorías sobre la formación del Estado federal“En los primeros Estados modernos, la unidad de poder
conlleva la centralización del mismo, de tal manera que estos Estados se configuran como unitarios. Es en la Edad
Contemporánea cuando empiezan a encontrarse las actuales formas de Estado compuesto” (Díaz, 2018: 165).
P á g i n a 9 | 19
La teoría tradicional del Estado concibe al Estado federal como la unión o asociación de varios Estados miembros
de la corporación estatal global, un “Estado de Estados”. De acuerdo con este criterio, en el Estado federal
coexisten dos tipos de estados que son los Estados miembros y el Estado superior formado de la unión de aquéllos.
En el continente americano, fueron los norteamericanos quienes en 1776 lucharon por su independencia frente a
Inglaterra y con motivo de su revolución formaron los Estados del continente americano. "Las excolonias se
convirtieron cada una por separado en Estados y los súbditos americanos de la Corona
británica que en ellas residían, en ciudadanos. Éstos se otorgaron a sí mismos sus
‘Constituciones’ por escrito, que fueron, por tanto, las primeras Constituciones del
mundo" (Barceló, 2016: 6).
"Los padres fundadores de la República Federal norteamericana, al igual que sus pares de México, habían
bebido de tres fuentes intelectuales:
a. La filosofía política del Mundo clásico de la Antigüedad, de donde toman las ideas sobre la libertad, la ley,
el Estado de derecho, la democracia, la responsabilidad política de los gobernantes, el derecho natural y
la federación.
b. La filosofía cristiana, origen de la idea de la igualdad de los hombres y de sus derechos individuales
inalienables.
c. La filosofía de la Ilustración, simiente de la creencia de que por medio de la razón y su producto –la
ciencia– se podía modelar el futuro, sustento de la ‘ciencia del gobierno’ que pretende embridar el
ejercicio del poder político a través de la Constitución como dispositivo de control del poder” (Barceló,
2016: 7).
La teoría política del federalismo norteamericano hizo eco en México, al compartirse una herencia
cultural entre las élites ilustradas de ambos países.
El Estado federal prevé la división de las funciones estatales entre un Estado superior, que abarca todo
el territorio del Estado, y varios Estados miembros, que comprenden cierta porción del territorio estatal
donde estos miembros ostentan cierta autonomía gubernativa.
P á g i n a 10 | 19
¡Importante!
Al hablar de los distintos modos de organizarse el Estado debemos tener presente que, cualquiera que
sea la pluralidad posible de sus miembros, el Estado es el exclusivo titular del poder público.
El tipo de Estado estudiado por las escuelas doctrinarias clásicas ha sido el centralista, en el cual toda la
actividad pública de Imperium (poder público) parte del centro del Estado y vuelve a él; es decir, todo lo
que cae dentro del derecho público corresponde a órganos cuya competencia, desde el punto de vista
geográfico, parte del centro y se extiende a todo el territorio del Estado.
A esto se opone la nueva teoría el Estado descentralizado, en el cual los asuntos políticos son ejecutados
en mayor o menor escala por órganos de gobierno con competencia limitada a una localidad geográfica
distinta y alejada del centro del poder político.
La descentralización se lleva en toda su proporción si todas las normas tienen solo vigencia local,
debiendo existir al menos una norma que sea válida para todo el territorio y que delegue las órdenes
locales.
Existe una distribución de competencias entre los órganos centrales y regionales, así como la existencia
de una forma de representación de las entidades locales en el gobierno federal y de partición en la
formación de la voluntad federal.
En los Estados compuestos, el reparto del poder exige una distribución de competencias entre el ente
central y los autónomos. Esta distribución se articula a través de una lista de competencias que suele
incluirse en la constitución del ente central. Esta lista puede contener las competencias que se reservan
al ente central, con una cláusula residual a favor de los entes autónomos.
En conclusión, lo que distingue a una confederación de Estados del Estado federal es el hecho de que el
primero representa la unión de Estados en el ámbito internacional sobre la base de un contrato con
arreglo al mismo, y el segundo constituye una subdivisión interna de un Estado.
¡Importante!
En general, las relaciones entre los Estados miembros de una confederación se basan en el derecho
internacional, mientras que los de los estados que forman parte de una federación se fundamentan en
el derecho constitucional.
P á g i n a 11 | 19
La distribución de competencias entre la Federación y las entidades federativas
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo tribunal judicial de nuestro país, formuló una
jurisprudencia que explica la existencia de la distribución de competencias
Interpretación de la Ley
Vaya a la página del Semanario Judicial de la Federación y lea la jurisprudencia constitucional
“Controversia constitucional. Distribución de competencias entre la Federación, las entidades
federativas y los municipios”, con registro: 195029.
Esta jurisprudencia significa que en México se prevé un esquema administrativo del sistema jurídico-
político mediante facultades residuales en la cual, se establece que las materias no concedidas
expresamente a las autoridades centrales corresponderán a la esfera de las entidades federativas o
Estados federados.
Traspaso de competencias
La Constitución mexicana abre la posibilidad de ceder parte del ejercicio del poder político nacional a un
órgano territorial menor, dotado de personalidad jurídica propia. Dicho traspaso de competencias
implica los siguientes caracteres:
La teoría del Estado federal sostiene como principio la igualdad jurídica de las entidades autónomas que
lo componen, pero en la práctica es preferible recurrir al concepto de equiparabilidad, puesto que no
existe una igualdad real entre las diferentes entidades territoriales.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación formuló una jurisprudencia que explica la participación de las
entidades federativas en el poder federal.
P á g i n a 12 | 19
Interpretación de la Ley
Vaya a la página del Semanario Judicial de la Federación y lea la tesis aislada constitucional
administrativa “Entidades federativas”, con registro: 287610.
Nuestra Constitución, en su artículo 124, señala la participación de las entidades federativas en el poder
federal:
En este orden de ideas, dentro de la forma de organización centralizada se establece la posibilidad legal
de que un órgano de superior jerarquía delegue facultades a otro que le esté subordinado, dada la
unidad entre todos los órganos que conforman el sistema.
Teóricamente, el gobierno, por su alta capacidad administrativa, está obligado a fomentar un nivel
aceptable de calidad de vida y a resolver problemas trascendentales para la sociedad mediante la política
(entendida como categoría consustancial al gobierno).
La política es una actividad ejercida de forma colegiada para el bien común, donde deben intervenir
entes territoriales menores.
Esto se acredita con una de las definiciones de política que contempla la Real Academia de la Lengua
Española:
Definamos...
Político (a)
Del lat. politĭcus, y este del gr. πολιτικός.
(...)
7. f. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
P á g i n a 13 | 19
de los entes territoriales para lograr acuerdos comunes apoyados en el consenso público/privado como
un novedoso sistema de gestión de los intereses políticos.
Las políticas públicas (public policies) forman parte del ámbito de la gobernanza y constituyen el conjunto
de actividades de las instituciones de gobierno que van dirigidas a influenciar un rubro específico de la
vida de los ciudadanos, como respuesta a las exigencias o iniciativas concretas originalmente planteadas
por la propia sociedad, y a través de los cuales el gobierno proyecta y establece programas y sistemas
institucionales cualitativos e innovadores.
¡Importante!
Hay materias en las que el Estado nacional legisla en forma exclusiva, pero puede trasladar la ejecución
gubernativa a distintas autoridades territoriales, las cuales cuentan con atribuciones específicas, pero
también puede haber concurrencia de competencias entre ambas autoridades.
El federalismo es una forma de Estado que estructura territorialmente el poder político y combina los
principios de autogobierno y gobierno compartido entre distintos Estados sujetos a una Constitución
suprema, que representa su unión indisoluble en un solo Estado nacional.
La traza del federalismo se aloja en las naturales transformaciones que el Estado va adquiriendo con el
paso del tiempo. Con ella se alude a escenarios político- jurídicos donde las sociedades adoptan y ponen
en práctica las decisiones colectivas relativas a la regulación de los problemas sociales. Esto implica que
ocasionalmente surgirán dificultades para el federalismo respecto de la efectiva solución de problemas
políticos y consecución del bien común.
Al respecto, existen dos visiones que analizan el ejercicio del federalismo y las dificultades que enfrenta
en el ejercicio del poder público.
Escuela holandesa
Escuela norteamericana
P á g i n a 14 | 19
que enfrenta, sin por ello negar el valor de los principios de la descentralización o
desconcentración.
A pesar de que el federalismo se vincula con las relaciones cambiantes entre Estado y sociedad, el Estado
sigue siendo centro de un considerable poder político (Cerrillo, 2005:15).
Fukuyama ha manifestado que “son los esfuerzos constantes del hombre por automodificarse
culturalmente los que han configurado la historia humana y el aumento progresivo de la complejidad y
sofisticación de las instituciones humanas con el correr de los tiempos” (2003: 35), es decir, el Estado
(creación institucional humana), está sujeto al cambio permanente. Estas transformaciones han sido más
o menos inveteradas en la Europa de la segunda posguerra en la que sus naciones han dirigido y sumado
desde hace décadas sus esfuerzos y recursos con miras a una asociación comunitaria supranacional.
Supranacionalismo europeo
Europa estaba arrasada y había perdido su hegemonía económica, militar y política en el mundo (que
había pasado a manos de Estados Unidos y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Derivado
de ello, los países occidentales decidieron avanzar por el camino de la integración (Borchardt, 1999: 5).
Dos estrategias se perfilaban para concretar la misma:
P á g i n a 15 | 19
es consolidar la cooperación federada que cediera parcelas de soberanía a una entidad
supranacional.
En este debate, los aliados establecieron en los Acuerdos de Postdam un sistema distributivo de la
producción de la cuenca del Ruhr, con el fin dual de satisfacer el sistema de reparaciones por daños de
guerra en el marco de la reconstrucción y de limitar y controlar el nivel de la industria alemana. El éxito
obtenido con el sistema de administración internacional del Ruhr dio lugar a la Declaración Schuman,
destinada a la unificación de la industria europea del carbón y del acero, surgió entonces la Comunidad
Económica del Carbón y del Acero (CECA) que contaba con un mando supranacional denominado Alta
Autoridad a la que los Estados ceden parte de su soberanía en materia decisoria y surge un tribunal para
la resolución de controversias cuyas decisiones resultan vinculatorias.
Ante este logro se redoblaron esfuerzos para cristalizar la gestión comunitaria de otros sectores
económicos y del rubro atómico. De esta forma unos años más tarde los mismos países creaban,
mediante los Tratados de Roma del 25 de marzo de 1957, la Comunidad Económica Europea (CEE) y la
Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom), que iniciaron sus actividades con la
entrada en vigor de los Tratados el 1 de enero de 1958.
Posteriormente, con la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea (TUE) en 1993, nace una
confederación de Estados llamada Unión Europea, que conformó una política exterior común y la
cooperación judicial y policial, dotándose así de personalidad jurídica propia como sujeto de derecho
internacional.
La novedad de la UE respecto de las relaciones interestatales tradicionales radica en que los Estados
miembros renuncian a parte de su soberanía en favor de una comunidad jurídico-política situada en su
centro a la que han dotado de competencias propias, independientes de los Estados miembros. En el
ejercicio de sus competencias, la UE está facultada para adoptar actos de soberanía que, por sus efectos,
son equivalentes a los estatales.
Los tratados constitutivos crearon las comunidades europeas y ellas persiguen sus objetivos utilizando
el derecho comunitario, sistema de instrumentos normativos que permiten adoptar actos jurídicos con
efectos vinculantes para los Estados miembros y sus ciudadanos (Borchardt, 1999: 57); y que tienen las
siguientes características:
Estructura institucional
Garantiza que la formación de la voluntad en la UE también reciba la influencia del interés general
europeo, es decir, los intereses comunitarios que se recogen en los objetivos europeos.
P á g i n a 16 | 19
Transferencia de competencias
A las instituciones comunitarias, que va más allá que en el caso de las demás organizaciones
internacionales y se extiende a ámbitos normalmente reservados a los Estados.
De esta manera, el derecho comunitario se integra en los sistemas jurídicos nacionales sin perder su
autonomía; forma parte del derecho que se aplica en cada Estado miembro, pero no se confunde con el
derecho interno ni obedece en su formación ni en sus efectos a las normas del procedimiento normativo
interno.
¡Importante!
El derecho comunitario es autónomo respecto del derecho internacional y no constituye derecho
interno.
El Estado es la máxima forma de organización jurídico-política del ser humano; y éste se organiza en
formas de Estado y formas de gobierno. Las formas de Estado constituyen una noción vinculada al ámbito
territorial de ejercicio del poder estatal; es decir, a la estructuración del poder en ámbitos territoriales
específicos dentro de un país.
Las formas de Estado actuales son: Estado unitario o simple, donde el poder radica en el centro y se
difumina a los entes territoriales de forma homogénea y unificada, fundado en una sola constitución
nacional y suprema; y el Estado federal o compuesto, donde el poder se distribuye (mas no se divide) en
diversas entidades territoriales, permitiendo diversos sistemas jurídicos y políticos, con distintas y
propias constituciones locales, pero unificados en una Constitución suprema.
La importancia de las formas del Estado radica en saber dónde se ubica el poder político y cómo se ejerce
sobre todo el territorio nacional, ámbito de validez de la norma jurídica estatal.
P á g i n a 17 | 19