Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Formas de Estado
Introducción
A través de las formas del Estado se señalan los límites en que la soberanía estatal
actúa con la nota exclusividad que le es propia. La extensión territorial determinada
por las distintas formas de Estado es la garantía de que ha de ser posible al Estado
llevar a cabo por completo la realización de sus fines.
Por ello, el estudio de esta unidad es importante debido a que le permitirá entender
el funcionamiento interno del poder político del Estado y su proyección paralela en
el contexto internacional.
Objetivo particular
El alumnado establecerá el concepto de formas de Estado y su clasificación, así
como las tendencias de las nuevas formaciones estaduales.
Georg Jellinek, jurista alemán del siglo XIX y padre de la teoría general del Estado,
conceptualiza al ente estatal como “corporación territorial, dotada de un poder de
mando originario” (2000: 196).
Las concepciones clásicas del Estado, desde que surgió una teoría general del
mismo, se formaron a partir del Estado unitario tipo la polis griega. La polis, ciudad-
Estado griega, es considerada el paradigma del Estado, el cual es un ente
territorialmente cerrado e interiormente autónomo; no se admite poder político
ajeno y el Estado se desenvuelve como una unidad jurídico-política.
En este Estado tipo, toda vida política parte del centro y vuelve a él; las autoridades
son centrales (Estado unitario), y la idea de una organización local, administrativa o
judicial, territorialmente distante (Estado compuesto) era completamente extraña.
A través del paso de los siglos, con la evolución tecnológica y administrativa, las
polis griegas fueron sustituidas por entidades territoriales cada vez mayores y más
complejas en las que el hombre extendía paulatinamente el horizonte de su
conciencia y cobraba, poco a poco, conocimiento sobre su individualidad en primer
lugar, después sobre su posición dentro una comunidad territorial dada y finalmente
su espacio en el concierto de las naciones.
Cuando el ser humano organizó territorialmente el ejercicio del poder político,
surgieron las formas de Estado. El territorio del Estado es la porción de tierra sobre
la que se yergue un Estado, jurídicamente denominada “territorio nacional” y al
referirnos a las Formas de Estado, hablamos del "espacio en que el poder del Estado
puede desarrollar su actividad específica, o sea, la del poder público.” (Jellinek,
2000: 368).
Las formas de Estado son el fundamento espacial para que el Estado pueda
desplegar su autoridad jurídica sobre todos los hombres que viven en él y su
naturaleza política se exterioriza de una doble manera (Jellinek, 2000: 371):
Lo anterior significa que todos los actos realizados dentro del Estado mantienen
necesariamente una relación con una forma de Estado específica, y dentro de un
territorio.
Las formas de Estado implican la relación del espacio geográfico de un país con el
poder estatal; esto es, la distribución territorial del poder, pues "todo acto de mando
solamente puede alcanzar su plenitud dentro del propio territorio” (Jellinek, 2000:
374).
Las formas de Estado sirven de fundamento real del ejercicio del poder político
estatal, por lo que a continuación analizaremos cada una de ellas.
Como hemos visto, las formas de Estado son los diversos modelos que los Estados
adoptarán con base en la relación existente en sus tres elementos constitutivos: territorio,
población y poder; dando entonces lugar al Estado unitario o al Estado federal.
En los primeros Estados modernos, la unidad del poder conlleva la centralización del
mismo, de tal manera que, dichos Estados originarios, se configuran como unitarios
o simples. Es hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX cuando en los
Estados paulatinamente empiezan a configurarse las formas de Estado compuesto o
federal.
Esto es:
El Estado unitario o simple es aquél que agrupa a los diferentes órganos que lo
componen bajo un orden determinado, alrededor de un solo centro de dirección y
decisión de toda la función gubernativa.
Centralización.
Ventajas de la centralización:
1. Elimina la duplicidad de esfuerzos.
2. Reduce los costos de gestión.
Desventajas de la centralización:
Ventajas de la centralización:
Desventajas de la centralización:
Descentralización.
Así, el poder se yergue como el sistema de reglas a través de las cuales la autoridad
es ejercida sobre un cuerpo políticamente organizado mediante una relación
mando-obediencia que por efecto de su organización unificadora, puede imponerse
en forma dominante a todos los gobernados, en ámbitos territoriales alejados del
centro del poder político.
Resulta evidente que la Constitución de 1824, buscó sentar las bases jurídicas para
generar estabilidad política del naciente Estado mexicano; toda vez que en la época
imperaban dos corrientes de pensamiento antagónicos:
Ámbito de validez.
Entidades autónomas
Esas entidades autónomas están representadas por un poder (gobierno) central que las
coordina.
Autonomía constitucional
Cada Estado miembro puede aprobar su propia Constitución, que no requiere intervención
alguna de aprobación de los órganos federales.
El Estado es una sola persona jurídica conformado por un conjunto de órganos integrados
en un solo ente estatal, y sus ordenamientos jurídicos múltiples están dotados de unidad a
partir de la Constitución federal.
El Estado federal debe buscar el mayor grado posible de homogeneidad política entre los
gobiernos estatales, y entre éstos y el federal, por lo que frecuentemente la Constitución
federal impone a los estados federados límites y condiciones para que su funcionalidad se
adopte a la forma de gobierno federal.
La teoría tradicional del Estado concibe al Estado federal como la unión o asociación
de varios Estados miembros de la corporación estatal global, un “Estado de
Estados”. De acuerdo con este criterio, en el Estado federal coexisten dos tipos de
estados que son los Estados miembros y el Estado superior formado de la unión de
aquéllos.
a. La filosofía política del Mundo clásico de la Antigüedad, de donde toman las ideas
sobre la libertad, la ley, el Estado de derecho, la democracia, la responsabilidad
política de los gobernantes, el derecho natural y la federación.
b. La filosofía cristiana, origen de la idea de la igualdad de los hombres y de sus
derechos individuales inalienables.
c. La filosofía de la Ilustración, simiente de la creencia de que por medio de la razón y
su producto –la ciencia– se podía modelar el futuro, sustento de la ‘ciencia del
gobierno’ que pretende embridar el ejercicio del poder político a través de la
Constitución como dispositivo de control del poder” (Barceló, 2016: 7).
Al hablar de los distintos modos de organizarse el Estado debemos tener presente que,
cualquiera que sea la pluralidad posible de sus miembros, el Estado es el exclusivo titular
del poder público.
Existe una distribución de competencias entre los órganos centrales y regionales, así
como la existencia de una forma de representación de las entidades locales en el
gobierno federal y de partición en la formación de la voluntad federal.
En general, las relaciones entre los Estados miembros de una confederación se basan en el
derecho internacional, mientras que los de los estados que forman parte de una federación
se fundamentan en el derecho constitucional.
Traspaso de competencias
La Constitución mexicana abre la posibilidad de ceder parte del ejercicio del poder
político nacional a un órgano territorial menor, dotado de personalidad jurídica
propia. Dicho traspaso de competencias implica los siguientes caracteres:
La teoría del Estado federal sostiene como principio la igualdad jurídica de las
entidades autónomas que lo componen, pero en la práctica es preferible recurrir al
concepto de equiparabilidad, puesto que no existe una igualdad real entre las
diferentes entidades territoriales.
La política es una actividad ejercida de forma colegiada para el bien común, donde
deben intervenir entes territoriales menores.
Las políticas públicas (public policies) forman parte del ámbito de la gobernanza y
constituyen el conjunto de actividades de las instituciones de gobierno que van dirigidas a
influenciar un rubro específico de la vida de los ciudadanos, como respuesta a las exigencias
o iniciativas concretas originalmente planteadas por la propia sociedad, y a través de los
cuales el gobierno proyecta y establece programas y sistemas institucionales cualitativos e
innovadores.
Hay materias en las que el Estado nacional legisla en forma exclusiva, pero puede trasladar
la ejecución gubernativa a distintas autoridades territoriales, las cuales cuentan con
atribuciones específicas, pero también puede haber concurrencia de competencias entre
ambas autoridades.
Al respecto, existen dos visiones que analizan el ejercicio del federalismo y las
dificultades que enfrenta en el ejercicio del poder público.
Escuela holandesa
De tendencia reduccionista, considera que el vacío de legitimidad, la
complejidad de los procesos políticos y la multitud de instituciones
implicadas reducen al gobierno a uno entre muchos actores.
El gobierno dirige a distancia y las políticas se producen en el marco
de las redes, que son ámbitos de interrelación entre actores
caracterizados por la dependencia y la interacción (Cerrillo, 2005:15).
Escuela norteamericana
A pesar de que el federalismo se vincula con las relaciones cambiantes entre Estado y
sociedad, el Estado sigue siendo centro de un considerable poder político (Cerrillo,
2005:15).
Fukuyama ha manifestado que “son los esfuerzos constantes del hombre por
automodificarse culturalmente los que han configurado la historia humana y el
aumento progresivo de la complejidad y sofisticación de las instituciones humanas
con el correr de los tiempos” (2003: 35), es decir, el Estado (creación institucional
humana), está sujeto al cambio permanente. Estas transformaciones han sido más o
menos inveteradas en la Europa de la segunda posguerra en la que sus naciones han
dirigido y sumado desde hace décadas sus esfuerzos y recursos con miras a una
asociación comunitaria supranacional.
Supranacionalismo europeo
Los tratados constitutivos crearon las comunidades europeas y ellas persiguen sus
objetivos utilizando el derecho comunitario, sistema de instrumentos normativos
que permiten adoptar actos jurídicos con efectos vinculantes para los Estados
miembros y sus ciudadanos (Borchardt, 1999: 57); y que tienen las siguientes
características:
Estructura institucional
Garantiza que la formación de la voluntad en la UE también reciba la
influencia del interés general europeo, es decir, los intereses comunitarios
que se recogen en los objetivos europeos.
Transferencia de competencias
A las instituciones comunitarias, que va más allá que en el caso de las demás
organizaciones internacionales y se extiende a ámbitos normalmente
reservados a los Estados.
Las formas de Estado actuales son: Estado unitario o simple, donde el poder radica en el
centro y se difumina a los entes territoriales de forma homogénea y unificada, fundado en
una sola constitución nacional y suprema; y el Estado federal o compuesto, donde el poder
se distribuye (mas no se divide) en diversas entidades territoriales, permitiendo diversos
sistemas jurídicos y políticos, con distintas y propias constituciones locales, pero unificados
en una Constitución suprema.
La importancia de las formas del Estado radica en saber dónde se ubica el poder político y
cómo se ejerce sobre todo el territorio nacional, ámbito de validez de la norma jurídica
estatal.
Fuentes de consulta