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Masaje de Diafragma incluyendo el vientre

Abriendo espacios entre el marco óseo y las partes blanditas del estómago y
vientre, buscando fluidez, tomando consciencia de la fascia envolviendo todo,
entrando en los huecos de la barriga, etc... Trayendo consciencia al músculo
diafragmático.

En pareja, un receptor y un dador.


Una colchoneta, un cojín alargado o dos cojines para poner debajo de las rodillas del
receptor y cojines para comodidad del activo.

1)
El receptor se tumba relajadamente y el dador se sienta a su lado: Antes de hacer
ser!
Dando espacio ahora para aterrizar en el cuerpo en este momento presente, para
sentir como la respiración se relaja, como el cuerpo se entrega a la gravedad, el
gusto de destensar y sentir el apoyo de la tierra...
El receptor lleva la atención a percibir dónde nace el movimiento para la respiración
dentro de su cuerpo, si la respiración se expande fácilmente en su abdomen, en su
centro y luego se expande hacia el pecho y el resto del cuerpo...
El dador igualmente se enraíza en el centro, relaja las nalgas contra el suelo, se
relaja en su postura, y permite el fluir de la energía vital desde el centro, hasta el
corazón y hacia sus manos.
Cuando siente presencia y calor en sus manos y en todo su cuerpo, puede incluir la
mirada abriendo suavemente los ojos y manteniendo una mirada expandida y
suave, periférica, ve a su compañero, percibe su movimiento respiratorio, el tono de
su piel, la relajación o tensión muscular en los segmentos del cuerpo.
Como dador acercas tus manos al vientre durante la inhalación invitando a que se
expanda un poco más al tomar aire. Al acercar tus manos, haces contacto sobre la
piel como si tefundieras con ella y te dejas llevar por el movimiento de su
respiración, acompasándola. Relaja tus manos, siéntelas fundirse con su vientre y
acompaña sus olas respiratorias.
Cuando sientas que tu mano hace un contacto gustoso, que el cuerpo de tu
compañero te acoge y se genera calor y relajación en el contacto, su cuerpo está
confiando cada vez más, el sistema nervioso bajando sus defensas y aceptando
cada finalmente la presencia de tus manos. El cuerpo confía y se abre!

2)
Ahora puedes comenzar a dar el masaje. Tus manos abiertas con los dedos
firmemente relajados, con un tacto suave, seguro y presente, tocan el vientre,
sintiendo su redondez, su suavidad, explorando los espacios que te deja entrar, las
partes blandas, los órganos, la fluidez de los tejidos. Si esta tenso o fluido, o fofo,
sin fuerza en la partes exteriores y tenso en lo más profundo, o al revés.
Puedes ponerte un poco de aceite o crema para poder deslizarte más fluidamente
por la piel, caliéntalo antes con las manos.

3)
Mueve las manos haciendo círculos de derecha a izquierda aprovechando el marco
que te propone la forma del cuerpo entre las costillas, las crestas de las caderas y
el hueso púbico. Los círculos son concéntricos, de fuera hacia dentro y reduciendo
cada vez más el tamaño hasta llegar al centro. Se puede hacer tanto con las dos
manos al unísono, las dos hacen el movimiento a la vez; como una detrás de la otra,
alternando derecha e izquierda. Cuando una mano esta terminando el círculo la otra
lo comienza. Desde el centro deshaz los círculos hacia el sentido contrario. Ahora
los círculos van de menor a mayor hasta llegar de nuevo a las zona periféricas
marcadas por los huesos.
Desde la periferia estira la piel y la fascia en dirección a cada uno de los puntos
cardinales, como en la estrella de los vientos (norte/sur, noreste/sureste).
Recuerda: abre el estómago en la inhalación y permite al cuerpo volver al punto de
partida, sin hacer nada, tan solo acompañándolo en la exhalación. Sin manipular ni
forzar, invitando a que se abra un poco más en la inhalación, ahí estira la piel y la
fascia y después permite que tus manos acompañen al movimiento del cuerpo al
expulsar el aire.

4)
Pon de nuevo tus manos extendidas sobre el estómago y quédate un ratito
acompañando a la respiración y a los movimientos internos que se han ido
produciendo durante el masaje. Respira, siente y escucha con las manos. Quédate
hasta que la barriga esté relajada y suelta. Pide al receptor que doble las rodillas
plantando los pies sobre la tierra para destensar la zona abdominal y profundiza en
los espacios entre las costillas y el estomago, músculo diafragmático. Aquí os
adjunto un video que describe muy bien este paso y además os enseña como
masajearos a vosotros mismos para ir tomando consciencia de esta zona y
relajarla.
VER VIDEO Auto-masaje y relajación para el músculo diafragmático y los rebordes
costales. https://youtu.be/3sRTD161pG0

5)
Vuelve al vientre. Siéntate al costado del cuerpo a la altura del ombligo. Pon tus
manos sobre toda la barriguita. Acompasa la respiración de tu compañero. Llena
tus manos de carne a medida que el cuerpo te lo va permitiendo y mueve el
estómago de lado a lado ayudándote alternativamente entre la palma de la mano
para empujar y los dedos para retroceder. dale la sensación de fluidez.
Recuérdale al cuerpo su cualidad fluida y acuosa. Incluye vísceras y entrañas tanto
física (en la medida que sea posible) como energéticamente (tu presencia e
intención). Movimientos seguros y a la velocidad que vayas notando que el cuerpo
te va dejando. En la cintura, entre cadera y costillas, no hay hueso y puedes
aprovechar ese espacio para ir un poquito más profundo.
Para terminar pon una mano relajada sobre el plexo, a la altura de la boca del
estómago o justo encima del ombligo dónde sientas más tensión con la intención
de acompañar, calentar, cuidar y reconfortar, traer presencia y dar espacio.
Invita a la persona a respirar profundo, relajando el diafragma en la exhalación.

NOTA: Pasa por toda la barriga en cada uno de los pases sin dejar ningún espacio
por tocar. Todos los movimientos los puedes realizar tantas veces creas necesario
y a la velocidad que vaya marcando el cuerpo.

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