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- AÑO XLVII - Nº 521

PSICOLOGICA
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Irene Meler - Marcelo R. Ceberio - Susana Matus, Sara Moscona, Susana Sternbach -
Lila Grandal, Gabriel Paiva - Alejandra P. Frías - Javier Fernández Mouján
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La paternidad: Desamparo: el otro Nombre del Padre generizadas en los relatos teóricos, hoy empiezan a
ejercerse por los progenitores de modo conjunto e

L
a condición humana es frágil e in- indistinto, según la ocasión lo requiera.
cierta, y comienza en un estado de En consecuencia, un abordaje conveniente para
prematuridad que nos hace depen- este tema, consiste en abandonar la referencia a mo-

algunas dientes del auxilio materno para


sobrevivir. A eso se suman los múl-
tiples avatares de la existencia, cuyo registro im-
delos hoy cuestionables, y partir de la descripción
psicosocial de algunas figuras paternales para ensa-
yar una comprensión psicodinámica de los vínculos
pregna de angustia el imaginario infantil. Dado que que se establecen entre padres e hijos.

figuras post- todas las sociedades conocidas se caracterizan por


la dominación masculina, se tiende a transferir
hacia el padre el apego infantil generado en rela-
Padres intermitentes

ción con la madre, lo que ha dado sustento a la ilu- El matrimonio como institución atraviesa hoy
sión de protección instituida por las religiones por una profunda crisis, que tal vez sea terminal.
modernas patriarcales.
Esas imágenes idealizadas, que expresan y con-
Una vez admitida la opción del divorcio vincular,
se extendió la percepción de que las uniones de pa-
densan las múltiples experiencias de asimetría en reja dependen de la reafirmación cotidiana de la
las relaciones de poder, alternan entre un aspecto decisión personal de los cónyuges, más que de un
benéfico y protector, organizador del psiquismo, y compromiso contraído ante terceros, ya sea legal o
Irene Meler la figura amenazadora, destructiva, y eventualmente sacralizado. En consecuencia, los sectores poblacio-
aniquilante, del padre terrible (Meler, 2000). nales medios, antes afectos a las ceremonias sim-
No podemos reducir ese imaginario a una cre- bólicas y a los festejos, fueron dejando de casarse.
ación de la mente de los niños, porque la primera Las uniones por consenso tienden a predominar en
intervención del padre del Mundo Antiguo, con- la actualidad, porque la precariedad y la transito-
sistió en la potestad de aceptar la nueva vida o re- riedad de los vínculos han sido asumidas, y van en
chazarla hacia la muerte, exponiendo fuera del aumento.
hogar a los niños no admitidos. Esa capacidad ex- En las primeras generaciones de divorciados, la
pulsiva se prolongó durante el Medioevo y el Re- figura del padre ausente fue frecuente. Una función
nacimiento, mediante la imposición de la norma reducida a sus aspectos proveedores, simbólicos y
del amamantamiento mercenario (Badinter, disciplinarios, reveló su fragilidad al carecer del re-
1981), que al alejar a tantos niños neonatos del fuerzo de lo cotidiano, y al no contar con el apoyo
hogar de nacimiento, promovió una elevada mor- en el ejercicio de la maternidad, y en el disfrute de
talidad infantil. la sexualidad con la mujer que era madre de los
Solo cuando ingresamos en la Modernidad, al hijos. Pero al poco tiempo, la figura del padre “bo-
disminuir el poder absoluto de los padres sobre sus rrado” se hizo más infrecuente, y se fue desple-
mujeres e hijos, a lo que se sumó la percepción cre- gando una modalidad intermitente de ejercicio
ciente acerca de la conveniencia económica y polí- paternal. Evelyne Sullerot (1993) ha sido elocuente
tica de cuidar la salud de las poblaciones (Foucault, al describir las dificultades que enfrentaron y aún
1980), la paternidad fue adquiriendo las caracterís- enfrentan aquellos varones que ven a sus hijos de
ticas de protección y enseñanza que alimentaron la modo intermitente, sobre todo si no tienen un
teorización psicoanalítica sobre el padre de la ley. hogar donde recibirlos y armar una interacción co-
La producción teórica de las ciencias sociales y tidiana. Los vínculos necesitan tiempo y presencia,
humanas se desarrolla en el marco de la episteme y eso ha sido escaso en las relaciones paterno-filia-
dominante en cada época y lugar, y lleva, de modo les durante las “visitas” de fin de semana o de algún
inevitable su impronta. Es por eso que mientras al- día intermedio.
gunos aspectos de las teorías psicoanalíticas han Esa situación estructural, se potenció debido a
mantenido su vigencia como herramientas produc- la socio-subjetivación masculina tradicional, que ha
tivas para la comprensión de las subjetividades y los cultivado la dedicación a los logros, a expensas del
vínculos, otros caducan, al ponerse de manifiesto el desarrollo de aptitudes vinculares, más frecuente
modo en que se limitan a hacer eco del sentido entre las mujeres, debido a su asignación social a los
común de un sector social, en un espacio y un cuidados de niños, ancianos y enfermos. Esos varo-
tiempo determinado. nes, poco hábiles para relacionarse con los niños pe-
Es así como se ha elaborado la saga acerca de la queños sin la intermediación materna, soportaron
índole saludable y necesaria de la intervención pa- la tensión generada por las dificultades en la comu-
terna, mientras se relegaba a la díada materno-filial nicación, agravada por el efecto del conflicto matri-
a un limbo pre-cultural supuestamente fusional, monial, que está lejos de saldarse con la disolución
cuyas potencialidades psicotizantes o pervertidoras de la relación de pareja. Díaz Usandivaras (1986) ha
debían ser desactivadas mediante una intervención propuesto un ideal organizador para las interaccio-
paterna, a la que se atribuyó un carácter de estímulo nes familiares posteriores al divorcio, que consiste
hacia el crecimiento, disminución de la omnipoten- en elaborar la finalización de la pareja conyugal,
cia, y adquisición de un sentido de realidad por mientras se sostiene la continuidad de la pareja pa-
parte del infante. rental. Como todos los ideales, no parece ser posible
A esa idealización de la paternidad que atraviesa en este mundo, ya que la experiencia clínica nos
el discurso freudiano y lacaniano, se opone hoy la pone en contacto con conflictos vinculares persis-
nueva figura social del padre cuidador, ya que las tentes y malignos, respecto de los cuales los niños y
generaciones jóvenes tienden a una creciente parti- adolescentes no suelen quedar al margen. Esa situa-
cipación paterna en los cuidados primarios de los ción afecta de modo negativo la relación con ambos
hijos. En esos ámbitos familiares, las denominadas padres, como he expuesto en una publicación an-
como funciones paterna y materna, indebidamente terior (Meler, 2013), pero cuando se convive con la
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madre durante la infancia, como todavía ocurre en los hijos el abandono padecido durante la propia padre dejó a la criatura a su cuidado, y se mudó a
la mayor parte de los casos, ese vínculo, aunque am- infancia, ya que la deserción paterna atraviesa las otra ciudad cercana para formar allí una nueva fa-
bivalente, es más fuerte. La relación con el padre al generaciones. Faltos de un modelo identificatorio milia. Mantuvo con ese primer hijo un lazo distante,
que se ve de forma intermitente, sometida al asedio de protección paterna, y resentidos por la carencia aunque no lo abandonó económicamente. El hijo
de la “mala prensa” que transmiten muchas madres, a la que fueron condenados, ellos reproducen la ca- nacido y criado en esas circunstancias, se casó, fue
y fragilizada por su propia inhabilidad vincular, se dena de desamparo, cuyas consecuencias son palia- padre de tres niños, pero al divorciarse se desenten-
deteriora. das por las madres y sus familias, pero que dejan dió por completo de sus obligaciones económicas,
Sin embargo, más que el deseo, la necesidad de lesiones a veces incurables en la estima de sí de los y los vio de modo cada vez más esporádico. Su hijo
contar con la protección de un padre, promueve hijos expuestos al desvalimiento. varón, es padre de dos niños, producto de distintas
que los niños se aferren a él, y en los casos favora- En algunos casos he podido rastrear un linaje uniones conyugales, ambas disueltas, y claudica se-
bles, ha estimulado el desarrollo de nuevas habili- transgeneracional de abandonos paternos. Sinteti- riamente en su capacidad de sostenerlos. Estamos
dades vinculares entre aquellos padres que se zaré uno de ellos: entonces ante un linaje abandonante, una cadena
sienten motivados para ejercer su rol. Una mujer, a comienzos del Siglo XX, se casó de deserciones paternas, totales o parciales, que se
por poder con un paisano de Castilla, para huir de reiteran a lo largo de las generaciones al estilo de la
Padres desertores la pobreza extrema migrando a la Argentina. Pero compulsión repetitiva (Freud, 1920).
luego del nacimiento de varios hijos, él, como ella En otros casos el abandono de los hijos no es
No siempre es así, y la Modernidad tardía es el expresó cándidamente en una historia médica: “se atribuible a la repetición de traumas familiares, sino
contexto para que aparezcan nuevas modalidades mandó a mudar”. Su hija menor se casó y dio a luz al creciente individualismo, característico de la
de deserción paterna. Son novedosas si se las com- un niño, pero falleció a los pocos días del parto. El Postmodernidad. Mientras que el proceso de indi-
para con la ausencia paterna de otros tiempos, por-
que tienen lugar en un contexto cultural que
valoriza la importancia de los vínculos y comparte
el conocimiento adquirido acerca de su función es-
tructurante de las subjetividades. De modo que los
padres que desertan total o parcialmente de la rela-
ción con sus hijos, no pueden alegar ignorancia
acerca de la profunda herida psíquica que esa deci-
sión ocasiona.
Para comprender esos desenlaces se requiere
captar que hoy, la paternidad no es un imperativo
sino una opción, y cuando ingresamos en el terreno
de las elecciones individuales, estamos en el territo-
rio del deseo. Y el deseo, ya se sabe, es errático, mi-
grante y frágil, cuando no se sostiene en el
desarrollo de una aptitud intersubjetiva que per-
mita comprender el desamparo infantil. El deseo de
ser padre hoy escasea en el mercado, y de esa ten-
dencia dan testimonio las mujeres que buscan ser
madres en solitario, denominadas en los estudios
sociales como “madres solas por elección” (Jociles
et al, 2010; Meler, 2013 y 2018), aunque sería más
adecuado llamarlas “madres solas por resignación”.
En un estudio cualitativo sobre ese tema, he hallado
muy pocas situaciones donde la crianza en solitario
pudiera considerarse como una preferencia perso-
nal de las mujeres. La mayor parte de las entrevis-
tadas hubiera deseado y aún esperaba, poder
compartir la crianza con un hombre. Pero asistimos
a un repliegue masculino ante el compromiso emo-
cional (Meler, 2021), relacionado con la incerti-
dumbre reinante en el tardo capitalismo, que nos
somete a crisis económicas periódicas. Se agrega la
apertura simultánea de nuevas oportunidades de
disfrute para los sectores medios altos, habilitadas
por la desregulación de las prácticas sexuales, la am-
pliación infinita de los contactos a través de las pá-
ginas web, y la posibilidad de desplazarse por el
mundo, que aunque hoy esté limitada por la pan-
demia y el cambio climático, resulta accesible de un
modo antes desconocido.
De modo que algunos varones no logran soste-
ner su deseo inicial de ser padres, y ellos son quienes
transitan los tribunales porque han incurrido en
actos de violencia económica, al desertar de sus
obligaciones de contribuir a la subsistencia de sus
hijos. La instalación de ese imperativo es dispar
entre los diversos países y regiones, y el nivel de
transgresión respecto de la legislación vigente re-
sulta exponencial. En algunos casos, se repite con
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viduación constituye un logro histórico con res- Padres violentos y abusivos un adecuado desarrollo infantil. Como se ve, la vio-
pecto de la compulsión tradicional de los usos y lencia física contra los niños no fue exclusivo patri-
costumbres grupales que presionaban hacia una es- Cuando se reciben relatos de las violencias y monio de los sectores pobres e iletrados.
tricta conformidad, el individualismo constituye abusos que algunos padres cometen contra sus
una patología intersubjetiva propia de las culturas hijos, quien observa o asiste a las víctimas tiende a Hoy nos encontramos con una situación inversa
neoliberales. El postulado de la igualdad de opor- considerar que tal vez sería mejor que ese padre es- a la tradicional aceptación de los ataques violentos
tunidades traza la metáfora de una carrera donde tuviera excluido del hogar. Pero con frecuencia, esa contra la infancia. Existe una Convención Interna-
triunfan los corredores más rápidos. En ese modelo, no es la opinión de la madre y de los hijos implica- cional que consagra los derechos del niño y el ejer-
las determinaciones ambientales y las tendencias dos en relaciones abusivas: si permanecen en esos cicio de la violencia al interior de las familias está
grupales quedan desestimadas, y se evalúa a los su- vínculos, es porque consideran que aún un padre deslegitimado, lo que no impide su ocurrencia, pero
jetos por el nivel de resiliencia que hayan logrado, a violento es mejor que no contar con una figura pa- al menos limita su racionalización educativa.
pesar de las adversidades padecidas. Existen, efecti- terna, en un ámbito social hostil e insolidario. Para
vamente, diferencias interpersonales respecto de las estos casos, es más útil recurrir al concepto bour- La violencia contra los niños varones ha for-
capacidades y aptitudes desarrolladas, así como de diano de evaluación inconsciente (Bourdieu, 1991), mado parte de los rituales de iniciación estudiados
la habilidad para sobreponerse a dificultades, obs- que a complejas teorías psicoanalíticas sobre el ma- en muchas tribus “primitivas”. Asustarlos, practicar-
táculos y frustraciones. Pero un enfoque que capta soquismo, que fueron contestadas en su momento les incisiones, arrancarles algún diente, y obligarlos
la importancia de lo colectivo, pone énfasis en la ne- (Meler, 2005). Efectivamente, la violencia paterna a prácticas homosexuales (Godelier, 1986), han sido
cesidad de habilitar una mayor equidad en el acceso alterna habitualmente con la protección y con las recursos instituidos para construir subjetividades
de oportunidades de desarrollo para diversos sec- demostraciones de afecto, y aun cuando los padres aptas para el rol de guerreros. Los malos tratos esti-
tores sociales, al interior de los que se destacarán, violentos no son protectores, al menos dan soporte mulan la agresividad, y esos afectos hostiles han sido
seguramente, algunos individuos más dotados. a la ilusión de amparo que muchas personas nece- cultivados para su uso al servicio de los intereses del
sitan para enfrentar los desafíos de la existencia. grupo de pertenencia, ya se trate de acciones de ata-
La deserción paterna de algunos varones se en- que o de defensa. Muchos padres violentos aplican,
marca en esa carencia del sentido de comunidad es- Los relatos religiosos exponen ese proceso de aún sin saberlo, esa pedagogía de la masculinidad
timulada por el sistema, una falla en la constitución alienación psíquica: el sacrificio de Isaac, un hijo na- dominante. Ese recurso formativo tiene sus riesgos:
subjetiva de la capacidad de empatía con el seme- cido después de anhelarlo largo tiempo, es el ejem- mientras que algunos niños se fortalecen para el de-
jante. El establecimiento de límites firmes para el plo más gráfico de una obediencia ciega que no se sempeño de las exigencias que soportarán siendo
self se extrema en esos casos hasta el punto de con- agota ni ante las órdenes más insensatas y siniestras. varones, otros se quiebran, quedan amedrentados y
siderar como extraños a los propios descendientes. Ese afán de someter, atribuido al dios de Israel, ima- recurren al sometimiento homosexual en busca de
El sí mismo, en lugar de expandirse para albergar ginariamente poseído por el deseo de anular la al- protección.
un sentimiento de comunidad, se ha contraído, al teridad de su pueblo elegido, constituye la
estilo de un agujero negro. Estos procesos no trans- representación idealizada y mitológica del deseo cri- Cuando una hija mujer es golpeada, en algunos
curren sin lesionar a quienes se ven involucrados minoso que habita a algunos padres, cuando buscan casos se advierte que ha sido ubicada imaginaria-
en ese tipo de vinculaciones: los niños pueden ex- abolir la singularidad de sus descendientes. mente por el padre en un rol masculino. La prefe-
perimentar desamparo y desvalorización, conside- El feminismo ha dedicado un amplio esfuerzo rencia por los hijos varones fue hasta hace poco una
rándose como seres indignos de ser amados, las de reflexión para tratar de comprender y combatir tendencia familiar muy extendida, que se basaba en
madres afrontan una sobrecarga de obligaciones la violencia masculina contra las mujeres, pero, aun- su supuesta mayor aptitud para enfrentar los desa-
que no todas pueden asumir con éxito (Meler, que ellas son gravemente afectadas por los actos fíos de la vida, y en su capacidad de reproducir el li-
2013), y los mismos padres desertores, padecen en violentos del compañero, la cuestión que estamos naje a través de la transmisión del apellido. El
algunos casos los autorreproches del Superyo. Esa abordando se refiere a la violencia contra los hijos. nacimiento de una hija mujer, sobre todo si era rei-
última situación es de las más benignas, porque sa- Y respecto de esa situación, corresponde establecer terado, constituyó en muchos casos una decepción
bemos que los afectos sofocados, asociados con la tendencias diferenciales según el género de los niños para su padre. Golpearla implica, en esos casos, un
auto inculpación, se relacionan con frecuencia con y jóvenes victimizados. deseo paterno de masculinizarla, hacer de ella un
accidentes o enfermedades médicas. La exclusión varón capaz de servir de ayuda para sobrevivir, y
de los hijos de la esfera del sí mismo, evidencia una La agresión franca, con castigos físicos, suele di- para brindar la ilusión de la prolongación del pro-
extrema fragilidad del Yo, que claudica ante el im- rigirse hacia los hijos varones, cuando son percibi- pio ser en una cadena generacional infinita.
perativo de heteropreservar a los descendientes dos como rivales potenciales, tanto en lo que
(Dio Bleichmar, 2002). respecta al amor de la madre, como al ejercicio del La agresión contra las hijas mujeres percibidas
Los relatos psicoanalíticos, elaborados en el poder al interior de la unidad doméstica. La imago como femeninas, adopta diversas graduaciones que
contexto de una cultura crecientemente individua- terrorífica del padre de la horda, que Freud pintara oscilan entre la seducción franca y el abuso sexual.
lista, pusieron énfasis en la necesidad de evitar la en Tótem y Tabú (Freud, 1913), y su heredero, el Las niñas son objeto de abusos sexuales intrafami-
fusión narcisista entre la madre y el hijo, que im- hommoinzin lacaniano (Lacan, 1970, Roudinesco y liares con una frecuencia que hasta la década de los
plicaría la captura del infante en el deseo materno Plon, 1998), no se limita a representar un imagina- ’80 resultaba insospechada. La sexualización del
(Lacan, 1956/57). He planteado que esa tendencia rio infantil, sino que en algunas familias expone re- vínculo paterno filial constituye una manifestación
vincular debe ser ubicada en su contexto histórico- alidades muy palpables. Hace algunas décadas, la destructiva, acerca de la cual nos esclareció Stoller
social, ya que la madre absorbente es la consorte violencia paterna estaba instituida y se revestía de (1986) cuando definió a la perversión como la ex-
del padre moderno, al interior de una pareja orga- un ropaje pedagógico, ya que se consideraba que el presión erótica del odio.
nizada sobre la base de la división sexual del tra- castigo físico de los niños era un recurso adecuado La comprensión del odio hacia los propios des-
bajo (Meler, 1991). Una vez logrado un mayor para su formación. Esa violencia, es necesario po- cendientes, tan contraria al sentido común, puede
acceso de las mujeres a la individuación y a la ex- nerlo de manifiesto, fue en muchos casos un vehí- esclarecerse si se recurre a una conceptualización
pansión del Yo, a través de su entrada a la educa- culo de la violencia materna, que delegaba en el que nos ha aportado Jessica Benjamin (2004). Esa
ción superior y su incorporación en el mercado padre la ejecución de los castigos físicos, mediante autora considera que las representaciones vigentes
laboral, el riesgo de captura del niño en el deseo la amenaza consabida de “¡Ya vas a ver cuando sobre la feminidad y la masculinidad, han sido cre-
materno disminuye de modo estructural. En la venga papá!”. Como módico testimonio personal, adas a partir de un proceso de escisión que suele
Modernidad tardía es más necesario crear relatos debo recordar que un destacado psicoanalista con producirse en la mente del niño varón edípico. La
que permitan conceptualizar la deserción paterna, quien he estudiado en mi juventud, manifestó en vulnerabilidad, el temor y la dependencia, son escin-
frecuente hoy en día, y poco atendida por las teo- un grupo de estudio, que a los chicos hay que pe- didos de la auto representación del self, para habili-
rías que han glorificado el aspecto apolíneo y or- garles, porque son muy destructivos, afirmando que tar la construcción de una defensa caracterológica
denador de la figura del padre. consideraba ese acto violento como necesario para compatible con la aspiración de encarnar el ideal de
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la masculinidad valiente y poderosa. Los afectos que del sexo (Benjamin, 2004) la autora cita a Stephen rreros o de su versión actual, los empresarios exito-
fragilizan al sí mismo son depositados proyectiva- Mitchell (1993): sos, es poco compatible con la conexión con las in-
mente en la imagen de la hija, o sea, en una imagen “Cuando mi hija mayor tuvo alrededor de dos fancias inmaduras. Pero los padres de hoy no
femenina vulnerable y dependiente que contiene las años, recuerdo mi excitación ante la perspectiva de esperan a que pasen los primeros años del desarro-
representaciones incompatibles con la autoestima hacer paseos con ella, dadas sus nuevas habilidades llo infantil para tomar contacto con sus hijos. La in-
viril. El anhelo masculino de reunificación con esos ambulatorias y su intenso interés por estar afuera. clusión de las mujeres en los trabajos remunerados
aspectos propios, disociados y depositados en la hija, Sin embargo, pronto encontré esos paseos de una en el mercado, propia de la tendencia actual hacia
puede promover lo que Benjamin califica como la lentitud agónica. Mi idea de un paseo implicaba un la constitución de hogares con dos proveedores,
figura, cada vez más frecuente, del abuso. movimiento vivaz a lo largo de un camino o sen- promueve la participación paterna desde el co-
dero. Su idea era muy distinta. Las implicaciones de mienzo de la vida de los hijos.
Son estas virtualidades negativas, propias de la esa diferencia se me hicieron evidentes un día en La provisión de cuidados parentales brindados
masculinidad hegemónica (Connell, 1996), las que que encontramos un árbol caído al costado del ca- por los padres, reclama una modificación de los re-
han promovido una tendencia cultural contempo- mino… el resto de la “caminata” se dedicó a explo- latos clásicos sobre la psicología del desarrollo tem-
ránea, que consiste en un creciente descrédito del rar la vida de hongos e insectos que existía sobre el prano. El padre no es más esa figura que ingresa de
heroísmo viril, antes idealizado. Los costos de la tronco, por debajo y a su alrededor. Recuerdo mi modo tardío en la vida y en la mente del niño, sino
protección asignada a los varones resultan dema- comprensión súbita de que esos paseos podrían no que constituye otro objeto primario de importancia
siado elevados, tanto para los hijos y las hijas, ser divertidos para mí, sino meramente un deber semejante a la madre en la constitución del psi-
cuando la agresión masculina orientada supuesta- paternal, si me ajustaba a mi idea previa acerca de quismo de los hijos. Diversas autoras han destacado
mente hacia el exterior, extravía su rumbo, como lo que es un paseo. Si yo era capaz de renunciar a la importancia de la figura paterna como un se-
para los mismos varones, que también sufren la per- ella y rendirme al ritmo y enfoque de mi hija, se gundo objeto, percibido antes de que se establezca
versión de su paternidad. abría un tipo diferente de experiencia… Si yo me una representación psíquica de las diferencias se-
hubiera restringido a cumplir con un deber, hubiera xuadas (Chasseguet Smirgel, 1977; Chodorow,
Padres protectores y cuidadores experimentado la caminata como una concesión. 1984; Benjamin, 1995). Durante el desarrollo tem-
Pero fui capaz de transformarme en la versión que prano, el padre oferta al bebé afligido por las angus-
A esta altura del relato, llega la hora de arrojar tenía mi hija de un buen compañero, y encontrar tias arcaicas, un vínculo de relevo con respecto de
luz sobre los aspectos positivos de la paternidad, que otro camino que adquirió un gran sentido personal la relación madre-hijo. La dinámica edípica de
sin duda existen, y que han experimentado en la ac- para mí” (p.147) (la traducción es mía). amor, odio y rivalidad está lejos de dar cuenta com-
tualidad una ocasión inédita para su despliegue. Jes- Tal como lo ilustra el relato de Mitchell, la pa- pleta de la influencia paterna en la mente infantil.
sica Benjamin nos ha ofrecido una reconstrucción ternidad puede ser una ocasión para el desarrollo El concepto creado por Jessica Benjamin (1995), de
ilustrativa del modo en el cual la experiencia pater- personal positivo, en especial para aquellos varones “amor identificatorio”, alude al amor al Modelo, una
nal puede estimular en algunos varones el desarro- que han sido traumatizados por una crianza exi- clase de amor que no aspira a la posesión erótica de
llo de su capacidad empática, un crecimiento de su gente, que promovía los ideales de la virilidad. El su objeto, sino a la construcción de la estima de sí a
aptitud intersubjetiva. En su trabajo sobre el enigma cultivo del coraje heroico, propio de los héroes gue- través de la identificación con una imagen paterna
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estimada como valiosa. Benjamin ha destacado la de guarda compartida, en aquellos casos en que la : (2004) “Revisiting the riddle of sex: an intersubjective view
importancia de contar con una actitud paterna do- madre desarrolla una carrera laboral que demanda of masculinity and femininity”, en Dialogues on Sexuality, Gen-
nadora, no solo para los varones, sino también para dedicación intensa. der and Psychoanalysis, Irene Mathis (editora), Londres, Karnac
las niñas, quienes desarrollan de modo más eficaz Sabemos que, en términos vinculares, lo que im- Books.
sus capacidades de agencia y autoría cuando son ha- porta no son las estructuras formales sino la cuali- Bourdieu, Pierre: (1991) El sentido práctico, Madrid, Taurus.
bilitadas para asemejarse a un padre valorizado. dad inconsciente de los vínculo primarios, pero una Chasseguet-Smirgel, Jeannine: (1977) “La culpabilidad feme-
La división sexual del trabajo propia de la Mo- mayor difusión de arreglos de crianza que favorez- nina” en La sexualidad femenina, de j. Ch. Smirgel (comp), Bar-
dernidad ha entrado en su ocaso, y como todo cam- can el contacto entre padres e hijos, puede proveer celona, Laia.
bio progresivo, también genera nuevas fuentes de al menos, el contexto para que los varones adquie- Chodorow, Nancy: (1984) El ejercicio de la maternidad, Barce-
malestar cultural, derivadas de las dificultades per- ran las capacidades de cuidado de las infancias hasta lona, Gedisa.
sistentes para conciliar trabajo y familia. Esos nue- hace poco exclusivas de las mujeres, y por lo tanto, Connell, Robert: (1996) Masculinities, Cambridge, Polity Press.
vos desafíos, son derivados del hecho de que la objeto de un tratamiento cultural ambivalente que Díaz Usandivaras, Carlos María: (1986) “El ciclo del divorcio en
organización del mercado laboral se sigue inspi- combina la idealización con la desvalorización. la vida familiar”, en Terapia familiar X, 15, “Divorcio y nuevas
rando en un modelo androcéntrico, lo que obliga a Producir sujetos es tan importante como pro- organizaciones familiares”, Editor invitado C. M. Díaz Usandi-
que las trabajadoras deban desempeñarse como si ducir objetos y servicios. La participación mascu- varas, Ediciones ACE, Buenos Aires, Argentina
fueran varones casados que cuentan con el concurso lina puede aportar su prestigio simbólico ancestral, Dio Bleichmar, Emilce: (1985) El feminismo espontáneo de la his-
de una esposa. Pero aún los hombres, aparente- para valorizar el delicado trabajo psíquico de cons- teria, Madrid, ADOTRAF.
mente protagónicos en la organización social del truir subjetividades a través de los vínculos. : (2002) “Sexualidad y Género. Nuevas perspectivas en el psi-
trabajo, padecen jornadas prolongadas que limitan coanálisis contemporáneo”, en Aperturas Psicoanalíticas, Revista
severamente el tiempo necesario para que su apti- Doctora en Psicología. Coordina el Foro de Psicoanálisis y Gé- de Psicoanálisis, Julio 2002 - No.11
tud paternal se desarrolle. nero de la Asociación de Psicólogos y Psicólogas de Buenos Aires Freud, Sigmund: (1913) Tótem y tabú, en OC, Buenos Aires,
Aunque las actuales tendencias reaccionarias (APBA). Dirige el Curso de Actualización en Psicoanálisis y Gé- Amorrortu, 1979.
que se observan en Occidente hacen temer por la nero (APBA y UK), Codirige la Maestría en Estudios de Género de : (1920) Más allá del principio del placer, en OC, Buenos Aires,
estabilidad de los logros obtenidos en busca de la la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) Amorrortu, 1979.
paridad entre varones y mujeres, es esperable que : Foucault, Michel: (1980) Historia de la sexualidad, Tomo I:
las sociedades avanzadas progresen hacia un mo- Bibliografía La voluntad de saber, Madrid, Siglo XXI.
delo familiar de dos trabajadores y hacia la crianza Godelier, Maurice: (1986) La construcción de Grandes Hombres.
compartida entre los progenitores, aun cuando la Badinter, Elisabeth: (1981) ¿Existe el amor maternal?, Barcelona, Poder y dominación entre los baruya de Papúa Nueva Guinea,
pareja conyugal se haya disuelto. En ese sentido, he Paidós. Madrid, Akal.
observado un aumento de los arreglos post divorcio Benjamin, Jessica: (1995) Los lazos de amor, Bs Aires, Paidós. Jociles, M.I; Rivas, A.M.; Moncó, B.; Villaamil, F.: (2010) “Ma-
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Lacan, Jacques: (1956-57) El seminario. Libro IV, La relación de
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Actualidad Psicológica Septiembre 2022 • Página 7
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Función La coreografía de los sistemas mia tal, que hace que la vida sea descripta como ac-
tiva, fluida y en contante movimiento. Este equili-

A
pesar de la metamorfosis adap- brio exige para su permanencia, el respeto de las
tativa con que va mutando las pautas que lo rigen y que pueden ser modificadas
estructuras familiares, de una u cuando el sistema fluctúa y se amplía, hasta el punto
paterna: entre otra forma, la familia puede ser
considerada como la célula nu-
de llevarlo a reorganizase en un nivel diferente. En
este sentido, nunca se retorna al status quo inicial:
clear de la sociedad. Como sistema en ella se reúne cada vez que se produce una crisis, esa desviación
una serie de componentes de su código: Pautas so- del equilibrio lleva a que se ingrese información

mutaciones cioculturales, reglas familiares, códigos comuni-


cacionales de convivencia, sistema de creencias y
significados, funciones, escala de valores, figuras
nueva que rectifique la energía desviada del obje-
tivo. Toda información nueva genera una diferencia
(la información que faltaba para acertar al obje-
identificatorias, tipos de relaciones y vínculos, his- tivo), y en esa diferencia radica el proceso de apren-

familiares y toria, son los condimentos que se desarrollan en


el caldero familiar y que, a posteriori del proceso
de individuación, se reproducen -por opuesto o
dizaje (Bateson 1976). Todos los sistemas humanos,
por ejemplo, funcionan bajo el mismo proceso en
una coreografía que del cambio a la estabilidad al
similitud- en otros grupos o constituciones de cambio de manera continua.
otras familias.

sociales Hace más de 30 años que se manifiestan diversos


cambios en las estructuras familiares. Cambios que
son paralelos a los cambios sociales y sociocultura-
Familia, crisis y funciones

La familia como matriz de intercambio, se cons-


les, ya que la familia reproduce en su micro-con- tituye en uno de los pilares principales de la vida
texto los avances o retrocesos del macro-contexto al psíquica de las personas. Es la base de la constitu-
Marcelo R. Ceberio cual pertenece (Ceberio, 2010). El pasaje del ser in- ción de un modelo relacional que permite crear
dividuo a la condición de persona, muestra la natu- otras relaciones, desde las laborales, de amistad, pa-
raleza social del hombre. Este índice de sociabilidad reja, hasta la construcción de una nueva familia.
puede deberse a la necesidad de integrarse a grupos Pautas, normas, funciones, mandatos, se encarnan
aparece desde sus primeros momentos de vida, por en cada uno de sus miembros que, por oposición o
ejemplo, fruto de la necesidad de alimentación y similitud, se identifican con su grupo familiar.
protección con metas a sobrevivir, hasta las más
complejas relaciones que establece con el ambiente Pero los nuevos paradigmas de conocimiento,
en el mundo adulto. De esta manera, se conforman no permiten analizarla como una suma de compo-
las redes sociales que, unidas, organizarán la estruc- nentes individuales sino como un todo organizado,
tura total de la sociedad. un sistema reglado en el cual todas las partes tienen
su importancia en el funcionamiento. Las funciones
La introducción de pautas y reglas, permiten tal que desarrollan cada uno de sus miembros, produ-
organización y aseguran la estabilidad del sistema. cen un acople estructural del que deviene la funcio-
Levi Strauss (1985), considera que la ausencia de re- nalidad o disfuncionalidad del sistema. Desde esta
glas, traza la diferencia entre lo que denomina un óptica, numerosas conductas sintomáticas es posi-
proceso natural y el proceso cultural. El ritmo de ble reinterpretarlas a la luz del sistema y no hacer
constante transformación de los sistemas (cualquier foco en la persona en sus componentes intrapsíqui-
grupo social, por ejemplo), somete a la sociedad a cos individuales. Por supuesto, que esta definición
permanentes cambios, por evolución o revolución, gira copernicanamente las ópticas tradicionales que
productos de la tecnología, ecología, política y eco- centralizan la conducta anormal en una persona ne-
nomía, que amenazan con desorganizar la estabili- gando al resto del grupo, para observar el todo, del
dad de su estructura. La epistemología sistémica, cual una parte es la emergente, es la evidencia de la
interpreta estos cambios como crisis a las que debe disfunción. La familia, como microsistema dentro
someterse cualquier sistema que pretende evolucio- del sistema social, ha sufrido los cambios de la so-
nar. Si por crisis se define a un momento de máxima ciedad en forma paralela; como señala Minuchin
inestabilidad en el sistema, es esta misma crisis la (1982) acerca de que las funciones de la familia po-
que posibilita hacer una ruptura de estado de equi- seen dos metas diferentes: por un lado, la protec-
librio para generar un cambio. Las crisis sociales, ción psicosocial de sus miembros, y por el otro, la
entonces, promueven desacomodaciones del sis- acomodación a una cultura y a su transmisión.
tema, que fomentan la reformulación de reglas,
cambios en los estamentos comportamentales, re- Además, la familia provee a cada uno de sus in-
visionismo de antiguas estructuras, etc., llevando en tegrantes un sentimiento de identidad indepen-
un proceso paulatino, a una nueva acomodación de diente que se encuentra mediatizado, en cierta
dicho sistema a esas nuevas formas, en vías de re- medida, por el sentido de pertenencia. Es en el pro-
tornar la seguridad de la estabilidad social. ceso de individuación, donde cada uno de los hijos
Un sistema social, como todos los sistemas, se va de una familia comienza a ser alguien, más allá de
estructurando en función de permanentes intersec- su clan. Es de remarcar, entonces, que no es nece-
ciones diacrónicas y sincrónicas. Situaciones pre- sario reproducir de manera fiel las bases y caracte-
sentes que se consolidan en pasadas (inmediatas o rísticas de familia de origen, es decir, no es una
mediatas, de acuerdo al tiempo transcurrido desde relación directamente proporcional, puede ser in-
su inicio) y convergen con las futuras con cierto versa. Aunque, es indefectible que la familia de ori-
grado de predictibilidad (Ceberio, 2011). Esta amal- gen se constituya en el paradigma para la adhesión
gama de los tres tiempos, es acompañada por un o el disenso de sus reglas y demás rasgos, que se ex-
orden de sucesión y recursión de hechos, con carac- presa en las características y estilo de personalidad
terísticas dinámicas que generan una homeodina- de cada uno de sus integrantes. Pero tales identifi-
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caciones no solo implican a constructos personales código a través del tiempo, en función de las su- que se desea obtener: la lógica racional y el pensa-
y cognitivos, o sea, no solamente demarcan fronte- cesivas interacciones con otros grupos sociales miento convencional, deja atrapado a los miem-
ras de estilos de personalidad, sino que también se (Selvini Palazzoli, 1989). El sistema discrimina bros en un proceso de razonamiento sistematizado
tienden a reproducir pautas de interacción, juegos acerca de lo que está permitido o no, en la inte- que continúa repitiendo una y otra vez, aunque sea
relacionales y formas de emocionar y manifestar racción entre sus miembros y entre ellos y otras inefectivo.
afectos. relaciones externas al sistema familiar.
En un proceso de socialización, la familia mol- En el crecimiento del sistema, las crisis son en- Roles y funciones
dea la conducta de un hijo y le otorga un sentido de tendidas como una situación de cambio. Son un es-
identidad, y si bien constituye la matriz del desarro- tado de máxima tensión que ocasionado a través de Como hemos desarrollado anteriormente,
llo psicosocial de sus miembros, también debe aco- cambios intra o intersistémicos. parte de la arquitectura de los sistemas está com-
modarse a la sociedad, garantizando de alguna La flexibilidad o rigidez de un sistema no son puesta por los roles que se hayan instituido en cada
manera, la continuidad de la cultura. En un sentido características intrínsecas a su estructura, aparecen estructura en particular. En el caso de la familia
evolutivo, la familia cambiará en la medida en que ligadas a un dinamismo y a las variaciones de estado nuclear, los roles adjudicados son el de padre,
la sociedad cambie. O sea, los cambios siempre se en un espacio y en un tiempo definidos, pudiendo madre hijos, hermanos, de lo que se desprenden
orientan desde la sociedad hacia la familia, nunca ser determinados en base a la capacidad de tolerar estilos relacionales. Pero se deben distinguir el
desde una unidad más pequeña a una mayor. Aun- una desorganización temporánea en vista de una concepto de rol con el de función, aunque a me-
que no se observa con mucha frecuencia, la familia nueva estabilidad. No obstante, no podemos afir- nudo se los confunde. La definición de la RAE
normal puede describirse como un sistema abierto, mar que un sistema sea definidamente rígido o ine- acerca de rol es un papel que un individuo o cosa
con flexibilidad de pautas, en constante transforma- vitablemente flexible. Un sistema que fue flexible determinada juega en un contexto puntual.
ción y que permanentemente interactúa con otros puede terminar constituyéndose en rígido y así su- Por ejemplo, una persona puede asumir el rol de
grupos de la sociedad y se acomoda a sus demandas cesivamente. padre dentro del ámbito de una familia y a su vez
y propuestas. El requisito de sistema abierto y adap- El desarrollo de estas conceptualizaciones im- asumir el rol de delantero en un equipo de fútbol.
tativo en constante transformación, sería una base plica concienciar que, al integrar sistemas, se es El rol es el papel o función que alguien o algo re-
importante para una familia considerada funcional. partícipe en mayor o menor grado de los trastor- presenta o desempeña, por voluntad propia o por
Definimos, entonces, a la familia como un sis- nos, síntomas o problemas que puedan encarnarse imposición. La palabra, como tal, proviene del in-
tema relacional constituido por varias unidades en un hijo. Es decir, poseemos un nivel de paren- glés role, que significa papel de un actor.
en relación en interacción dinámica, que supera y talidad responsabilidad (no de culpabilidad) En Teoría de sistemas humanos se realiza la di-
articula entre sí los diversos componentes indivi- cuando aparece un problema en el sistema. Cuáles ferencia entre rol y función. Mientras que rol es una
duales. Es un sistema autocorrectivo, autogober- son las acciones e interacciones que se desarrollan estructura fija, las funciones son fluctuantes. Una
nado por reglas que se desarrollan, evolucionan y para colaborar en la producción sintomática, in- función es definida por la forma en que se ejercita
se instauran a través del tiempo por medio de en- tencionadamente o no. Inclusive hasta cuando se el rol, puesto que los roles no se desarrollan prag-
sayos y errores. Estas reglas son inherentes a cada trata de resolver el problema y se insiste aplicando máticamente de la misma manera (Andolfi, 1982).
familia en sí misma. Reglas que se constituyen en la misma fórmula que da el resultado contrario al De los roles se espera (se estipula tácita o explícita-

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mente) una serie de funciones a cumplir. Estas fun- la función paterna, las modificaciones de lo que se periférico en las tareas de crianza a ser un padre más
ciones están demarcadas por los paradigmas im- espera del rol de la mujer. En las antiguas familias, comprometido, conlleva a reducir la distancia rela-
puestos de acuerdo a las sociedades, países, épocas, se observa el rol femenino familiar destinado a ser cional entre padres e hijos y a incrementar la expre-
etc. Pero, a su vez, cada persona ejecuta su papel de ama de casa, con lo cual su feudo era cuidar la lim- sividad afectiva paterna que, en las antiguas
acuerdo a su personalidad y su estilo relacional en pieza, el cocinar y fundamentalmente ser la encar- estructuras familiares era limitada, quizá por miedo
complementariedad con las otras funciones que de- gada de la crianza de los hijos. La función del a perder autoridad, o por estereotipo varonil, etc.
sarrollan otros miembros en sus roles. Pichón Ri- hombre radicaba en ser el proveedor económico En las antiguas familias, inclusive de comien-
viere (1985) señala que la familia es un mediante su trabajo y no atendía a las tareas do- zos de siglo XX, el trato de usted era bastante
estructurando: una familia funcional permanente- mésticas. El padre era una persona importante, el común entre el padre y los hijos. Era mucho más
mente debe revisar sus esquemas cognitivos, emo- pater-familia, la autoridad del hogar y con su tra- común, desde el dar la mano o una caricia en la
cionales y pragmáticos, cuestión de evolucionar bajo provee a la familia, ejerce su heterosexualidad cabeza, que un abrazo profundo y sentido, o sen-
como sistema en general y, de manera particular, a través de los hijos que procrea y demuestra su cillamente el beso en las nuevas estructuras. Es
cada uno de sus integrantes. poder siendo fecundo (Munoz, C. 2004). Adquirir decir, hoy existe una expresividad afectiva efusiva,
Por tales razones, la concepción de lo que se es- la paternidad implica 6 momentos: Biológico (lo mediante el cuerpo y la palabra, por supuesto con
peraba en la función del rol de padre en la década primario, lo fundacional): Soy el padre; Vinculares- todas las variables particulares y subjetivas de
del `50, no es la misma que se concibe en la actuali- subjetivas (la habilitación de la madre): Ella dice cada grupo familiar.
dad, puesto que las fluctuaciones y cambios de las que soy yo. Continuidad y presencia en la gestación Estos factores evidencian una rigidez en las fun-
estructuras familiares suceden por que la sociedad y parto: Este es mi hijo. Comunitario: El barrio lo ciones de los roles desarrollados en las antiguas fa-
es cambiante y nos hallamos en una transición casi sabe. El sello juridico: Lleva mi apellido. El ejercicio milias, con mantenimiento de preceptos, normas,
permanente de paradigmas de estructuras familia- consagratorio: Hago de padre, Soy el padre en los he- mandatos y mitos que hacían que las familias colo-
res. Para explorar algunos de estos cambios en la chos (Guida, 2007). Como se verá no es solo la di- carán mayor peso en la historia y las tradiciones. En
función paterna recurrimos a una investigación que mensión biológica para ser padre y ejercer la la actualidad, hay mayor flexibilidad en las funcio-
realizamos con el Laboratorio de investigación de función no es condición suficiente para la adquisi- nes y en las acciones consecuentes. La familia ob-
Neurociencias y ciencias sociales (LINCS), con 100 ción de la paternidad, así como tampoco la habili- serva más el presente y el futuro, desrigidizando
familias de clase media, donde se delimitó lo que tación de la madre, sin embargo, la continuidad y mandatos y normas. Quiere decir que, si bien toda-
hemos denominado Antiguas y nuevas estructuras presencia pasa a ser una de las condiciones funda- vía se hallan los vestigios de que la función paterna
familiares (Ceberio, 2011, 2013). mentales para la construcción de subjetividad pa- se impone como ley, la mujer cada vez más se halla
terna (Irureta, 2016). empoderada y esto hace que las autoridades sean
Viejas y nuevas funciones paternas compartidas y, a la vista de los hijos, se espera que
Eso es un punto de cambio muy importante en ambos puedan acentuar la jerarquía parental. Ya no
Las que se denominan Antiguas familias, son la columna de las nuevas estructuras familiares: la hace falta que la madre se refugie en la autoridad de
aquellas estructuras familiares que competen a las mujer comenzó a trabajar fuera de casa, estudiar y la función paterna sintetizada en la famosa frase Vas
concepciones de generaciones de comienzos del profesionalizarse, pero lo notable es que el cambio a ver cuando venga papá.
siglo XX hasta la década del ’60. Es decir, abarcan no se ha no ha producido una inversión de 180º de
hasta los padres nacidos en la década del ’50, que se funciones. Es decir, un hombre amo de casa y una Incondicionalidad amorosa
hallan compenetrados en los preceptos y mandatos mujer empresaria o profesional o simplemente
de sus propios padres, nacidos a su vez entre los empleada trabajando fuera y manejando el sus- El amor parental, el amor que refiere a la rela-
años 1920 y 1930. Mientras que las nuevas estruc- tento económico de la casa. La mujer en estos mo- ción de padres hacia hijos: el amor parental. Es un
turas, responden más precisamente a los padres de mentos se ocupa de ambas funciones, tanto de amor biológico, propio de la descendencia de la es-
la generación del ’60 y ’70 que, a pesar de ser hijos trabajar fuera de casa como dentro de casa y toda- pecie. Es el amor oxitocínico cuidador. Es el amor
de padres de la primera columna, tienden a ser más vía se escucha que el hombre dice yo colaboro en protector del apego, el amor natural que se desarro-
flexibles y adaptados a los cambios que suponen las las tareas domésticas y colaboración no significa lla desde el nacimiento entre las madres y padres
estructuras modernas de familia, la actitud de los hacerse cargo. con el hijo. No es lo mismo el amor relacional desde
adolescentes, la forma de interacción de pareja, etc. Es notable estos vestigios de machismo, también los progenitores hacia los hijos, que desde los hijos
Por tal razón, las dos estructuras se interceptan, hay sostenido por las mujeres, en donde todavía se ve en hacia los padres. La profunda incondicionalidad
nuevos padres y madres, revisionistas, flexibles y los consultorios en terapia de pareja, cuando hay amorosa se muestra desde la parentalidad. Es el
modernos, pero hay padres y madres que sucumben una mujer que es la proveedora económica princi- padre y la madre que se ofrecen como protectores
a las premisas de las antiguas estructuras de familia. pal, y se le pregunta de que se ocupa el hombre, apa- incondicionales de los hijos y no a la inversa (aun-
Somos una generación de tránsito. recen respuestas escuetas y poco claras. Y no es que siempre existen excepciones a la regla).
Lo que deja entrever este análisis y, por tanto, solamente el hombre que responde de esta manera,
debe entenderse que nos hallamos en un período de sino también la mujer sale al ruedo justificando las La creencia social recarga sobre la madre el ha-
transición, es que resulta imposible ubicarnos en al- tareas desenvueltas por el hombre. Todavía hay una cerse cargo de los hijos en protección, atención y
guna de las dos columnas: ni nos embanderamos y concepción en donde si el hombre es el amo de casa afecto. Relegando la función paterna por no atri-
desarrollamos las pautas de las antiguas estructuras es algo así como el vividor de una mujer que es la buirle el mismo grado de responsabilidad parental.
familiares, ni llegamos a consolidarnos en los códi- que trabaja. No hemos hecho una transición com- Guida (2007) señala que la responsabilidad paterna
gos de las nuevas. En las pautas de distinciones de pleta: vamos en una dirección en donde ambos se posee diversas significaciones que varían de acuerdo
ambas categorías familiares, se diferencian por responsabilicen en mayor o menor medida de la or- a la sociedad, la clase social, los cuadros familiares,
mandatos, normas, preceptos, hábitos y funciones ganización de la casa y el ingreso económico. las etnias, etc. Hay algunos escritos, que no son
de cada uno de los miembros y del sistema general. pocos, que describen a los varones como natural-
Se observaron cambios en el subsistema pareja con- Este es uno de los factores que ha llevado a un mente irresponsables en relación a las obligaciones
yugal, pareja parental, funciones de la fratría, carac- cambio en la función paterna, o sea se pasa del familiares, entre ellas la paternidad. (Guida, 2007).
terísticas y principalmente funciones de cada uno Hombre en un rol de padre no activo en la atención En pos de desmitificar esta descripción, se rea-
de los miembros. Recortamos de esa investigación del hijo en actividades como dar la mamadera, cam- lizó una investigación para diferenciar el amor con-
algunos detalles de relevancia que marcan el cambio bio de pañales, baño, etc. Lo que implica una rela- yugal y el amor parental. Mostraremos aquí los
de la función paterna. ción más compartida y más complementaria, por lo resultados en función del tema que nos compete. La
que desestructura la asimetría por arriba a favor del prueba se realizó presentándole al padre o la madre
Rol de la mujer hombre en esa polaridad hombre autoritario / el siguiente dilema: Estás en la sala de espera de un
mujer sumisa, que se veía en la toma de decisiones quirófano en el que se encuentra tu hijo/a en cirugía,
Consideramos uno de los puntos de cambio de y las acciones. Este cambio de pasar de un hombre que en ese momento tiene 18 años. El médico cirujano
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sale del quirófano y te dice: Si a tu hijo inmediata- estudiantes crónicos con poco avance en sus estu- manera. Mientras que el prototipo masculino ob-
mente no le trasplantamos un corazón no va a sobre- dios y no trabajaban, otros ni siquiera estudiaban. servará un padre expresivo afectivamente, cercano
vivir, ¿le donas tu corazón, SI o NO?. Y la segunda La crítica estaba referida a que con esta actitud no a sus hijos, atento a la escolaridad, protector activo
opción consiste en repetir la misma consigna, pero tendrían futuro en la vida y expresaban gran preo- en la atención doméstica en el sentido de ser orga-
en el quirófano se encuentra tu esposa/o. El médico cupación. Estas familias eran de clase media alta y nizador del hogar, etc.
cirujano sale del quirófano y te dice: Si a tu esposo/a clase alta y explorando su estructura e historia, ob-
no le trasplantamos un corazón, no va a sobrevivir, ¿le serva que estos padres eran hijos o nietos de inmi- Lleve las modificaciones que fueren, es necesaria
donas tu corazón, SI o NO? grantes (españoles, judíos polacos, rusos y en toda familia tradicional o ensamblada, la presen-
Con respecto a los resultados, en casi el 93% sefaradíes, italianos), cuyos antecesores habían lle- cia de los padres y madres, funcionando en un blo-
donarían el corazón, con porcentajes que no gado a Buenos Aires, pobres y con muchas ganas de que equilibrado de trabajo en equipo. Esto implica
muestran disparidad de género en la muestra trabajar –de hacer la América-. Estos padres, en su la flexibilidad de funciones, reglas claras en el fun-
(92.2% hombres, 92.8% mujeres), lo que ratifica infancia y adolescencia habían vivido la vida de sa- cionamiento, expresión afectiva, puesta de límites
nuestro supuesto acerca de la incondicionalidad de crificio y trabajo de sus propios padres, de restric- mano a mano, entendiendo que, aunque el ideal no
amor y también desmitifica la creencia de que la ciones y limitaciones, no de pobreza, pero sí de poca existe, lo mejor para los hijos/as es la presencia tanto
maternidad es más altruista que la paternidad: la holgura económica, cuyos padres les impusieron la del padre como de la madre y esto requiere que
investigación mostró que tanto padres como ma- profesión y el trabajo Ahora estas parejas de padres, ambos progenitores hagan un movimiento de fle-
dres son los que dan su vida por los hijos. La ne- eran en general, ambos profesionales que habían xibilidad mutua para dejar espacio al otro en los
gativa del 7% restante tuvo que ver con padres y ejercido prósperamente la profesión y no deseaban nuevos roles parentales y sociales.
madres de más de tres hijos, que de donar el cora- que sus hijos pasen por las mismas restricciones que
zón dejaban huérfanos al resto, pero, cabe aclarar ellos habían vivido. Referencias
que la mayoría sintió entregar su propia vida. Los
padres y madres adoptivos y de guarda legal reac- En la mayoría de los casos, a estos adolescentes Andolfi, M. y Otros. (1982). La famiglia rigida. Feltrinelli. Milán.
cionaron con la misma inmediatez que el resto de tardíos se les pasaban una especie de sueldo de hijos Bateson, Gregory (1976) Pasos hacia una ecología de la mente.
los padres biológicos. semanal o mensual, algunos tenían automóvil que Carlos Lolhé.
no era mantenido por ellos sino que sus padres les Ceberio Marcelo R. (2011) “Nuevas estructuras de familia, nue-
La nueva vejez y los cambios en pagaban el seguro, patente y combustible, también vos desafíos terapéuticos. Viejas y nuevas familias”. En Ceberio
los ciclos evolutivos había llegado a inventar puestos de trabajo en em- M.R y Serebrinsky (2013) “Dentro y fuera de la caja Negra”. Bue-
presas de amigos que eran pagados por ellos su- nos Aires: Psicolibro
Otro factor de la modificación de la función pa- brepticiamente, en algunos casos, estos hijos vivían Ceberio Marcelo R. (2013) “El cielo puede esperar. La cuarta
terna, es la longevidad puesto que las expectativas solos en casas alquiladas por los padres, o vivían con edad, ser anciano en el siglo XXI”. Capítulo “Nuevas y viejas es-
de vida se han prolongado en cantidad de años. Hoy los padres usufructuando de todas las comodidades tructuras familiares”. Madrid: Morata
las personas mayores han sobrepasado holgada- del hogar y sin colaborar ni en gastos, ni limpieza y Ceberio, Marcelo R. (2010). La nave de los locos. Teseo
mente los 75 años, cuyas estadísticas demarcan que, menos cocinar. Con este doble juego para resolver Guida, C.; Martinez, I.; Salles, G.; Scarlatta, L. (2007). De pater-
en algunos países como Japón o Suiza, la edad de el crecimiento de los hijos se les reclamaba indepen- nidades y exclusiones: El lugar de los varones en sectores de pobreza
deceso está en los 83 años. Lejos se han quedado los dizarse, pero también retenerlos mediante todas extrema. Trilce.
sexagenarios que esperaban la jubilación y las 5 de atenciones hacia ellos. Ninguno y hasta es lógico, Irureta, Karen (2016) Función paterna. Tesis de la Universidad
la tarde para jugar a las bochas en la plaza o reunirse iba a levantarse temprano y revisar las ofertas labo- de la Republica del Uruguay.
con otros jubilados. En la actualidad, a las personas rales en el diario o Internet, sino no sentían real- Levi-Strauss, Claude (1985) Estructuras elementales del parentes-
de 60 años se los titula en sexalescentes: tienen pro- mente la necesidad. Este complejo conlleva la falta co. Vol. I y II. Ed. Planeta.
yectos, la viudez y los divorcios permiten tener nue- de límites en el dar y a que se sientan culpables si Minuchin, Salvador. (1982). Familias y terapia familiar. Gedisa.
vas parejas, el sildenafil ha activado la sexualidad a intentan colocarlos. Es una actitud que entrampa a Munoz, C. (2004). ¿De tal palo tal astilla? La crisis de la paterni-
una altura de la vida en la que se la archivaba, se los hijos, pero también a los mismos progenitores. dad. Revista de Psicoterapia psicoanalitica, 4 (6), 43-61. Recupe-
continúa con el trabajo, la seducción, las salidas. rado en: http://www.bvspsi.org.uy/local/TextosCompletos/audepp
Estos cambios tan profundos en la vejez han modi- Función paterna: hacia donde vamos /025583272004060404.pdf
ficado el resto de ciclos evolutivos. Fundamental- Pichon Rivière, Enrique. (1985) Teoría del Vínculo. Nueva Vi-
mente en la clase media, la longevidad ha llevado a Con un patriarcado en vías de extinción, la sa- sión. Buenos
que se conformen parejas más tardíamente, como lida de casa de la mujer (la incorporación de la Selvini Palazzoli, Mara. (1989). Paradosso e Contraparadosso.
también la venida de los hijos se posterga. Hoy las mujer al mundo laboral) y la entrada del varón (con Feltrinelli. Milán. 1ª Edición 1975.
parejas viven más la conyugalidad y la posibilidad la implicancia en la crianza de hijos y actividad en
de tener hijos se secundariza. tareas domésticas), se ha generado una relación de
pareja conyugal de mayor simetría. No obstante, se
Tampoco proliferan las familias numerosas con encuentran los vestigios de una época que hacen
5 o más hijos: hoy hay una especie de austeridad en que todavía estemos en una transición: la mujer no
la progenie en donde se tienen uno o dos hijos. Esto solo trabaja fuera de casa, sino que todavía co- ASOCIACIÓN ARGENTINA
también lleva no solamente modificaciones en el manda las tareas domésticas y crianza de los niños; DE PSICODIAGNÓSTICO
mundo adulto, sino también en el mundo adoles- y el varón sigue recibiendo la presión social de ser DE RORSCHACH

cente. Prácticamente el tiempo de pubertad se ha exitoso y de seguir el hogar como pater-familia el 17 DE SETIEMBRE: JORNADA POST CONGRESO
reducido y las fronteras de la culminación de la ado- hogar. INTERNACIONAL DE RORSCHACH 2022
• SEMINARIOS:
lescencia se han expandido hasta llegar a adolescen- Nos dirigimos a una familia cuyas funciones se Z Test. Aplicación en las áreas clínica, laboral y forense - Wartegg - El
tes tardíos de entre 23, 24 años que aún viven con modificarán en estas direcciones propuestas y de se- Psicodiagnóstico pericial y el uso del Rorschach en los distintos fueros -
Abuso Sexual Intrafamiliar - Evaluación Psicológica Para Portación De
los padres, usufrutuando de todas las ventajas. Esto guro seguirán mutando de acuerdo a los devaneos Arma De Fuego - Test de la Persona Bajo la Lluvia - Cuestionario
Desiderativo - Orientación Vocacional - Psicología Laboral - Pensemos
conlleva que la función parental se haya perpetuado de las sociedades. Vamos hacia un modelo femenino juntos Psicosomática (taller)
más allá de lo esperado, generando además nume- sostén económico y como cabezas de familia, tanto PARA EGRESADOS DE AAPRO
• GRUPOS DE SUPERVISIÓN.
rosos conflictos con respecto al tema de la manu- en familias tradicionales, ensambladas, homosexua- • GRUPOS DE ESTUDIO EN NIÑOS Y GRUPO DEESTUDIO EN
tención de los hijos más allá de los 21 años. les, monoparentales, biparentales, adoptivas, re- PSICOANALISIS
• PSICODIAGNÓSTICOS INSTITUCIONALES. SUPERVISIONES
Estos Padres y madres súperdadores han apare- compuestas, homosexuales y heterosexuales, Aclaración: Por no ser esta Asociación una institución universitaria habilitada para dictar cursos de especialización, maestría
ni doctorado, de acuerdo con la Ley de Educación Superior Nº 24.521 y normas reglamentarias, los certificados que extiende acre-
cido en consulta reclamando un cambio en uno de casadas o en tipo de unión consensuada, y en cada ditan la realización de cada programa de estudios en particular.
Dada la situación sanitaria por la pandemia de Covid 19 se continúa, por el momento, con la modalidad virtual en cursos y seminarios

sus hijos cuya edad oscila entre los 21 y 28 años, una de ellas existe una multiplicidad de roles, tareas Horarios de Secretaría: 10 a 19 hs. Teléfonos 4777-0351/492 Celular 15-2778-3059
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Página 12 • Septiembre 2022 Actualidad Psicológica

“Entre el des- Sobre el prójimo aprende el ser humano


a discernir.
S. Freud
la castración? La función atribuida al padre real
ha sido entendida a menudo como la instaura-
ción del límite en el vínculo incestuoso prima-
El yo humano se implanta en la fraternidad rio, adjudicado a la dupla madre-niño. La figura
E. Levinas materna como ámbito de lo fusional, la paterna
fallecimiento Introducción
ubicada como función de corte, acorde al mo-
delo familiar predominante hasta mediados del
siglo XX. Esto ha atravesado también la clínica

L
a clínica psicoanalítica desde Freud, psicoanalítica promoviendo, en sus extremos,

y la Lacan y otros autores posfreudia-


nos, se centró en el eje de la terceri-
dad ubicada en la función del
posiciones estereotipadas en cuanto a cuáles
eran los roles preestablecidos en relación a los
géneros. Debemos a Piera Aulagnier (1975) una
padre, para pensar la construcción complejización de estas postulaciones, a me-

construcción de la subjetividad. Terceridad que habilita, en rela-


ción a lo edípico y su eje narcisismo-castración, el
acceso a lo simbólico, tanto para el sujeto como para
nudo naturalizadas por los psicoanalistas,
cuando introdujo el deseo del padre como
apertura a los movimientos tercerizadores.
el lazo social. Pero, sobre todo, debemos a las profundas
Por otra parte, el trabajo clínico mostró para mu- transformaciones sociohistóricas y, en particu-

de alianzas chos psicoanalistas la necesidad de incluir una pers-


pectiva vincular dentro del psicoanálisis para pensar
la función del padre en lo familiar, constituyéndose
lar, las referidas a los cambios familiares, el sur-
gimiento de fuertes interrogantes referidos a
esta temática.
como una herramienta que permitió resignificar el ¿La función paterna corresponde efectiva-

entre pares” valor situacional que los modelos teóricos aportan.


El frecuente desfallecimiento del lugar paterno
en la actualidad deja al descubierto nuevas cuestio-
mente al padre real, o se trata de la “novela so-
cial” respecto de la configuración familiar
propia de una época, configuración que hoy
nes para pensar el lugar de la terceridad. A la vez, el día se ha diversificado hacia una multiplicidad
trabajo clínico con los grupos de hermanos, los gru- de otras modalidades? Y, en este sentido: ¿la
Susana Matus, pos de pares y los colectivos abiertos, nos ha venido caída del padre en lo actual será la caída de su
brindando herramientas para ampliar los abordajes función bajo las coordenadas del patriarcado,
de las conflictivas familiares, y nos ha proporcio- o será, en cambio, el desfallecimiento de la fun-
nado nuevos recursos para realizar intervenciones ción tercerizante? Distinción ésta de la mayor
Sara Moscona, en lo social*. La multiplicación de los dispositivos importancia, y que se extiende al lazo colectivo,
clínicos es simultáneamente la complejización de dado que la operatoria de la castración es pen-
los instrumentos de lectura y de las capacidades sable más allá del micromundo familiar, y se
para interpretar. La variación de los mismos da ac- juega en las instituciones y la sociedad en su
ceso al conocimiento de zonas opacas o mudas, im- conjunto, como simbolización de una falta que
Susana Sternbach
perceptibles desde la óptica de otro dispositivo. nos atraviesa en tanto humanos.
Una perspectiva que amplía la operatoria de
¿Desfallecimiento del lugar paterno? la castración al lazo social nos permite abordar
esta temática desde su doble dimensión: la acep-
¿Desfallecimiento del padre, de los padres en ge- tación de la castración propia y la de la castración
neral, de la función paterna? ¿Se trata del Pater Fa- del Otro, de más difícil aceptación según Lacan.
milias, caído hoy como figura de autoridad, o dicha La castración del Otro, al situar un punto de ca-
figura se ha diluido también en lo social? Y esto, rencia irreductible a cualquier intento de sutura,
¿daría lugar a lazos horizontales y democráticos, logra abolir la ilusión de un garante cuya palabra
tanto en las configuraciones familiares como en las posea fuerza de ley. A la vez, la imposibilidad de
institucionales y macrosociales? Preguntas comple- esa garantía ubica a todo humano en relación de
jas que nos introducen de lleno en el entramado paridad con el otro, abriendo a la diversidad y a
entre subjetividad, vínculos familiares y lazo social. la singularidad propia y del semejante.
No abundaremos aquí en las enormes y vertigi-
El psicoanálisis entiende como instalación nosas transformaciones acaecidas en el mundo en
de la ley el ejercicio de una función que inter- las últimas décadas. Baste enumerar algunas, ati-
viene en la relación fusional primaria, instau- nentes a los cambios de paradigma respecto al
rando la prohibición sobre un fondo de amor, la sexualidad, los géneros, y por supuesto a la
imposibilidad. Esta función se halla entrelazada noción de familia y las características múltiples que
con la simbolización de la castración, posible a la misma adopta hoy día, incluyendo las funciones
partir de una operatoria basada en la terceri- parentales: familias ensambladas, monoparentales,
dad. Clásicamente adscripto a la escena edípica, matrimonios igualitarios, subrogación de vientres,
el corte ha sido descripto como función paterna. entre otros, dan cuenta del estallido de un concepto
Sin embargo, tal como señaló en su momento de familia naturalizado, que ha sido la escenifica-
Lewcovicz, (2000) en el trabajo clínico con cierta ción imaginaria de una época. De la tradicional fa-
frecuencia se han superpuesto función paterna, milia patriarcal a las configuraciones actuales hay
padre real y ley. Planteo interesante, por cierto, un verdadero salto cualitativo, acorde a otros para-
que ilustra el riesgo del desconocimiento de los digmas a nivel macrosocial, como por ejemplo el
atravesamientos socio-históricos de las propias pasaje a una sociedad digitalizada con efectos con-
categorías psicoanalíticas. tundentes en los modos de vida. En este contexto,
¿De qué corte se trata, por qué se lo deno- las familias funcionan hoy bajo coordenadas diver-
mina función paterna, y cómo se efectiviza para sas, llegando a menudo a configurar modalidades al
que un niño -Edipo mediante- pueda atravesar estilo de un clan fraterno, con atenuación de las
Actualidad Psicológica Septiembre 2022 • Página 13

funciones y las diferencias generacionales. Las “clá- tora, el devenir edípico del niño es indisociable del miento de la complejidad (Morin, 1986), nos per-
sicas” funciones materna y paterna, sedimentadas de los padres: se teje dentro de una red que compro- mitieron pensar condiciones de producción de sub-
durante largo tiempo a punto de haber sido consi- mete a todos los participantes. El Edipo es una trama jetividad ampliadas, donde el Complejo de Edipo
deradas universales, se ejercen por ende hoy de relacional: de lo que trata es del interjuego entre tres resulta una traza más dentro de un conjunto de tra-
modos disímiles y novedosos. Las mujeres tienen deseos, que activa y conmueve el andamiaje pulsio- zas que operan con la lógica de lo suplementario.
acceso a múltiples modos de realización personal nal, narcisista y edípico del mundo adulto. Dicha Así, Edipo y vínculos entre pares se resignifican mu-
que no se limitan a la maternidad. Los hombres tie- trama se extiende hacia las generaciones anteriores, tuamente y son dimensiones que se producen en si-
nen permitidos vínculos de mayor paridad con la dado que con cada recién nacido toda la red inter- multaneidad. A partir de esto, consideramos que el
pareja e hijos, incluidas modalidades hasta hace no subjetiva deberá resituarse, alterando la homeostasis Complejo de Edipo sería un eje entre otros, acerca
mucho consideradas “femeninas”. Los hijos adquie- previa de funciones y ocupantes. (Sternbach, 2015). de las regulaciones entre generaciones que estruc-
ren un protagonismo activo del que carecían Considerar al psiquismo como abierto y en autoor- turan la subjetividad, un relato instituido y natura-
cuando los mandatos eran más férreos y los padres ganización a lo largo de la vida, implica también una lizado como único por muchas postulaciones
ejercían sus funciones con la solidez de sus creen- lectura teórica que pueda dar cuenta del entretejido psicoanalíticas a partir del desarrollo freudiano. Ob-
cias. En la actual sociedad “líquida”, en que los pa- entre la función del padre, la tramitación edípica de servamos que la instauración de la legalidad edípica
dres se interrogan acerca de los fundamentos los hijos y, tal como veremos, el vínculo entre her- suele asociarse al mandato paterno. Pero, tal como
anteriores y los jóvenes encarnan un ideal a lograr, manos, tanto en relación a los progenitores como en plantea G. Bianchi (2018) “¿Estamos seguros de que
los lugares y los roles, al igual que el líquido cuando cuanto a algo que excede esta dimensión y refiere a es sólo a partir de la intervención del padre, función
cambia de recipiente, adquieren otras formas. la hermandad más allá de lo filial. de corte, que podrá producirse esa separación ab-
Nuevas configuraciones, nuevas complejidades. Diversos interrogantes nos han conducido a solutamente necesaria, de la madre, para el acceso a
Mayores libertades en ciertos aspectos, y también pensar la relación entre la función paterna y la filia- lo simbólico? ¿Es el patriarcado la única forma de
otras formas de malestar, de ese malestar en la cul- ción, en sus distintas variantes de repetición y/o organización simbólica/social?”
tura que es propio de la condición humana y que va transformación. Al mismo tiempo, en nuestra clí-
encontrando figuraciones diferentes según las épo- nica el trabajo con los vínculos y especialmente con El debilitamiento del patriarcado puede, por
cas y los lugares. Pero sobre todo…nuevas pregun- el vínculo fraterno, fue motorizando nuevas con- ende, traer consigo una posibilidad de transforma-
tas, nuevas invitaciones a poner a trabajar las teorías ceptualizaciones acerca de la relación entre el com- ción. Como diría Rita Segato: “un proyecto cen-
psicoanalíticas desde un pensamiento complejo y plejo paterno y el complejo fraterno. trado en los vínculos y no en las cosas”.
abierto a las transformaciones sociohistóricas. Vea- En el libro Entre Hermanos, sentido y efectos del El descentramiento del Complejo de Edipo ha-
mos algunas conceptualizaciones, en particular en vínculo fraterno, (2022) (cap. 1, Matus) propusimos bilita la posibilidad de pensar los vínculos frater-
lo que hace a la función del padre: tres tiempos para el vínculo fraterno, siguiendo el nos/pares como otro eje en la construcción de
recorrido del Edipo en Lacan, como modo de com- subjetividad. También permite redefinir la noción
Acerca de la función paterna plejizar la relación paterno-filial. Un vínculo que se de ley articulándola con la idea de múltiples regu-
y la filiación va construyendo a la par del trabajo edípico con las laciones heterárquicas, es decir, no jerárquicas, en
figuras parentales. los vínculos. Así, ser hermanos en tanto hijos de los
En El complejo de Telémaco: padres e hijos en el Un primer tiempo de “supresión”, marcado por mismos padres, se sustenta en el acto de filiación;
ocaso del progenitor, Recalcati (2013) sostiene que el el fratricidio, en tanto se trata de la existencia de un movimiento que en su recorrido hace padres/ hijos-
papel del padre no es redoblar los cuidados de la único lugar para construir la relación narcisista pri- hermanos simultáneamente, esto es, una dimensión
madre, sino la transmisión del Nombre, puesto que maria, donde el hermano aparece como un rival fraterna-filial. Pero lo fraterno supone también una
introduce la inscripción en la cadena de las genera- irreductible, imposible de simbolizar. Un segundo legalidad construida por el propio grupo de herma-
ciones y en un deseo que no sea anónimo. Sostiene tiempo de “conjunción”, ligado a la aparición de un nos o de pares, una dimensión fraterna-fraterna.
que Edipo es incapaz de ser hijo y la misma suerte lugar para el padre terrible/ idealizado, que ordena Se hace necesario diferenciar el hermanarse, en
aguarda a Narciso. Estas dos figuras de la mitología la unión de los hermanos. Tiempo que cuando se tanto ser nombrados como tales por los padres, de
clásica fueron elevadas por Freud y el psicoanálisis coagula podría dar lugar a una complicidad/ indi- la fraternización: proceso de constitución y sostén del
a personajes paradigmáticos, pero ninguno de los ferenciación fraterna, producto de la dificultad de vínculo entre hermanos. Un fraternizarse por deseo,
dos llega a acceder a la dimensión generativa del he- transgredir el mandato paterno. Y un tercer tiempo elegirse como hermanos, aludiendo a una operatoria
redero que el ser hijo conlleva. El padre como ideal de “diferenciación” que habilita la posibilidad de instituyente que hace hermanos, más allá de la her-
y el padre como rival constituyen los dos polos de una alianza fraterna para ir “más allá del padre”, que mandad instituida por el proceso de filiación.
la oscilación típica de lo que Freud denomina Com- supone la posibilidad de una terceridad, donde el También a nivel de la cultura, lo fraterno se re-
plejo de Edipo. lugar paterno constituye una función vacante en laciona con la autoorganización de los grupos de
Para Recalcati, ni Edipo ni Narciso harían posi- tanto representante de la ley, situación ésta, que per- pares. En nuestra sociedad, la figura patriarcal pro-
ble el movimiento singular del heredar, sin el cual mite la salida exogámica y la singularización de cada pia de la modernidad se ha desdibujado y la dimen-
se viene abajo toda filiación simbólica. En conse- uno de los hermanos. sión fraterna ha surgido como un emergente
cuencia, la transmisión del deseo de una generación Tiempos que, cabe aclarar, no son cronológicos diverso para construir lazo social. Observamos que
a otra, ya no estaría garantizada. Heredar no es solo sino dimensiones entramadas, movimientos que se frente a cierto desfallecimiento de las instituciones
recibir un sentido del mundo sino también la posi- presentan con distintas predominancias en las si- que proveían sostén, en nuestro imaginario social
bilidad de abrir nuevos sentidos. A la vez, un padre tuaciones vinculares. aparece una mirada nueva sobre el lazo fraterno. La
puede inscribirse como tal solo si asume sobre sí Pensamos que, en algunos grupos de hermanos, hermandad no sólo se organiza en prácticas fami-
mismo el evento del límite, de lo imposible, mos- se trataría de semantizar el pasaje del segundo liares sino también en discursos y prácticas sociales.
trándose él mismo sujeto a la ley. Un padre no es el tiempo de “conjunción” al tercer tiempo de “diferen- Se configura como una trama horizontal entre pares
que ostenta la última palabra sino aquel capaz de ciación”, para armar una alianza que posibilite un ir que aparece como alternativa, tanto frente al encie-
llevar la palabra y de perder el poder de ostentarla. “más allá del padre” (terrible/ idealizado). Sin em- rro narcisista, como al vacío de referentes. Esto pone
Un padre como acto que puede articular el sentido bargo, en otras situaciones, aparece fuertemente la en jaque la pretensión de una legalidad única, en-
y la existencia. Un padre radicalmente humanizado, necesidad de habilitar el tiempo de “conjunción” que tramando diversas configuraciones por fuera de lo
vulnerable, incapaz de decir cuál es el sentido úl- promueva la unión fraterna, para deconstruir una familiar, y posibilitando la apertura a vínculos di-
timo de la vida, aunque capaz de mostrar a través relación predominantemente “fratricida”, donde el versos, a las relaciones con pares, a la gestación y
del testimonio de su propia vida, que la vida puede lugar parental remite al “dividir para reinar”. construcción de redes y colectivos sociales.
tener sentido. En el libro Alianzas entre pares, Fraternidades,
Aulagnier (1975) reubicó la temática del Edipo Acerca de los vínculos entre pares Colectivos abiertos, Tramas sociales (Matus, Mos-
en términos del entramado intersubjetivo familiar, cona, 2020), concebimos las alianzas entre pares
atravesado a su vez por lo sociocultural. Para esta au- Otros paradigmas, tales como el del pensa- como vínculos situacionales e inmanentes que pue-
Página 14 • Septiembre 2022 Actualidad Psicológica

den promover movimientos potenciadores, y al desde lo social. La atenuación del poder-saber Proponemos denominar función tercerizante a
mismo tiempo, favorecer otros, despotenciadores, parental podría estar ligada, desde esta pers- la operatoria familiar y social que instaura la simbo-
siempre en tensión. Será necesario precisar cuál es pectiva, al fortalecimiento de otros regímenes lización de la castración propia y del Otro, función
su predominancia en cada caso singular. de poder, vehiculizados a través de ciertos líderes, que también puede ser ejercida por los hermanos/se-
Tensiones de las alianzas entre pares, pensadas de las redes sociales o los Big Data, tanto o más mejantes a través de las alianzas potenciadoras.
como posibilidad de mantener distinciones que no férreos en su indeterminación y anonimato. Finalmente podemos decir que, en el imaginario
deriven en una oposición, sino que den cuenta de Así es que, ciertas configuraciones del lazo so- actual, lo fraterno en su vertiente autoorganizada
una suplementación. Se trata de una relación para- cial actual, pueden promover una paridad desti- suele resistirse a ser visualizado como motor de
dojal productora de multiplicidades. nada a sostener la ilusión de un protopadre no constitución subjetiva. No obstante, la clínica vin-
Estas alianzas entre pares en su dimensión po- atravesado por la castración. La reciente y sor- cular nos ha ido mostrando que el trabajo psíquico
tenciadora construyen pertenencias, dan lugar a lo presiva irrupción de la pandemia ha tenido sin requerido por la pertenencia a los diversos grupos
novedoso, abren a la noción del “nosotros”. Pero en duda efectos múltiples que atañen a esta temá- de paridad, con frecuencia habilita nuevas marcas
su vertiente despotenciadora, pueden conducir a la tica. Con el Covid 19, la ilusión de un Padre To- en la construcción subjetiva, vincular y social
alienación, al desanudamiento subjetivo, y a rivali- dopoderoso que nos pudiera proteger, según abriendo camino, sobre todo, al reconocimiento del
dades tanáticas, armando bandos donde “los otros” escribió Freud en “El porvenir de una ilusión” se otro como prójimo.
son transformados en enemigos. desmoronó de un plumazo. Sin embargo, la necesi-
dad de buscar garantías en algún líder que encar-
Función del padre, tramas nara a ese Padre Todopoderoso, ha impulsado a * Algunos conceptos que vamos a desarrollar en este escrito, se
horizontales y terceridad miles y miles de habitantes de diferentes países, a hallan trabajados en profundidad en la Edición Actualizada de
encolumnarse detrás de ciertos gobernantes que nuestro libro Entre Hermanos, Sentido y Efectos del Vínculo Fra-
Proponemos diferenciar dos modalidades en pretendieron encarnar a ese personaje omnipotente terno. Ed Conjunto, Bs As, 2022.
tensión: la de aquellas dinámicas familiares y socia- y omnisapiente, inmune a los efectos letales de este
les en que la caída del poder del Padre está al servi- virus…al menos en sus dichos y apariciones públi-
cio de la terceridad y la relación entre pares cas. En una suerte de pacto colectivo de desmentida Bibliografía
(hermanos en lo familiar o prójimos en lo social) e incluso a veces de repudio, se ha sostenido la in-
incluye la aceptación de la semejanza en la diversi- vulnerabilidad frente al riesgo de muerte -es decir, Aulagnier, P. (1977) La violencia de la interpretación. Del picto-
dad. Esta modalidad confluye con la noción de frente a la castración-. Obra de Tánatos, estas con- grama al enunciado. Ed. Amorrortu. Bs. As
alianzas potenciadoras, en tensión con aquellas ductas han impulsado a suicidios/homicidios, reve- Aulagnier, P. (1979) Los destinos del Placer. Alienación, amor, pa-
otras, las alianzas despotenciadoras, en las que el li- lando aspectos sustanciales del lazo fraterno en lo sión. Ed. Paidós. Barcelona, 1994.
gamen fraterno está al servicio de la desmentida de colectivo. Sin embargo, las posiciones solidarias y Berlfein E, Gaspari R, Gomel S, Matus S, Moscona. S, Sternbach,
la castración y de la función tercera. de cuidado por parte de otros tantos sujetos/herma- S: (2022) Entre hermanos, Sentido y efectos del vínculo fraterno,
Es que no siempre la horizontalidad garantiza nos, dan cuenta de la posibilidad potenciadora del Edición actualizada, Ed Conjunto, Bs As.
un ligamen fraterno basado en la aceptación y lazo entre semejantes, abierta a la terceridad, es Bianchi, G.: (2019) “El porvenir consiste en lo vincular”. Jornada
sostenimiento de las múltiples singularidades. decir, de lo que se ha dado en llamar función del AAPPG. 65 aniversario. Vulnerabilidad y alteridad, Bs. As.
Tampoco la devaluación del poder del padre, a padre. De modo que, cuando imprevistamente un Freud, S. (1988) Obras completas, Ed. Amorrortu, Bs As.
nivel familiar, significa necesariamente la libe- virus inasible expandió su amenaza de muerte por Lerner, H.: y Sternbach, S. Compiladores. (2007) Organizaciones
ración de la sujeción a todo poder: derrocar al todo el planeta, Eros y Tánatos redoblaron, una vez fronterizas, fronteras del psicoanálisis. Ed. Lugar, Bs As.
padre no implica aun el pasaje por la castración más, su eterna batalla en el campo social, encarnán- Levinas, E. (2000) Ética e infinito, Ed La balsa de la Medusa, Ma-
simbólica y la consiguiente elaboración del lazo dose en posiciones de alienación a un Padre no su- drid.
fraterno: los hermanos pueden unirse para de- jeto a la castración, o de simbolización de la Matus, S, Moscona, S. Compiladoras (2020) Alianzas entre pares.
rrotar a un padre e instalar a otro en ese mismo castración, configurando alianzas potenciadoras o Fraternidades, colectivos abiertos, tramas sociales, de Belmes, D. y
lugar. despotenciadoras entre los sujetos. (Sternbach, otros, Ed Conjunto, Bs As.
En cuanto al lazo social, hemos visto cómo 2022, cap.6) Morin, E. (1990) Introducción al pensamiento complejo. Ge-
cierto debilitamiento del poder patriarcal puede im- disa Ed. Barcelona, 2007,
pulsar a sostenerse en las tramas entre pares. Se trata Abriendo interrogantes para pensar la Recalcati, M. (2013) El complejo de Telémaco, Ed. Anagrama,
de una experiencia donde junto con otros, se pue- función paterna… Barcelona,
dan generar experiencias vitales que suponen el cui- Segato R. (2018) Contrapedagogía de la crueldad, Ed Prometeo
dado propio y del otro, así como la posibilidad de Proponemos, pues, considerar que el lazo Bs.As.
minimizar situaciones de apropiación y dominio social horizontal en sus diferentes manifestacio- Sternbach, S.: (2015) Tramas, teoría, clínica y ficciones para un
del semejante. nes puede remitir a modalidades distintas y aun psicoanálisis contemporáneo, Letra Viva, Bs. As.
Sin embargo, tal como también hemos visto, a antagónicas de conformación, en tensión entre
menudo los lazos horizontales pueden revestir for- las alianzas potenciadoras y las despotenciadoras. Susana Matus. Psicóloga. Psicoanalista vincular, Miembro Ti-
mas solapadas de alienación y constituirse en alian- Uno de los ejes sugeridos para una mirada que tular y ex presidente del Centro Oro. Miembro Titular de la Aso-
zas despotenciadoras al servicio del odio a un no se agote en la descripción de dicha confor- ciación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupos
semejante no reconocido en su carácter de tal. En mación, es el atinente a la simbolización de la (AAPPG). Docente de posgrado. Coordinadora del grupo de inves-
sus extremos, esto puede desembocar en situaciones castración y de la terceridad, que convierte a tigación “Entre Pares”. smatus50@gmail.com
de violencia, en las que la pulsión de muerte pro- todo semejante en un hermano en su condi-
voca la aniquilación del otro, ya sea por la vía de la ción de finito e incompleto, habitado por una Sara I. Moscona. Psicoanalista especializada en Vínculos. Miem-
autoinmolación o por el asesinato del prójimo. falta estructural. Entonces, las condiciones para bro Titular y ex vice presidente de la Asociación Argentina de Psi-
Puede también tratarse de una mutación en la la instalación de un lazo fraterno horizontal cología y Psicoterapia de Grupo. Miembro Titular en Función
atribución de poder. Así, en el actual período histó- subjetivante se encuentran posibilitadas, al ser- Didáctica de APdeBA.Docente de posgrado de ambas.
rico, en el cual el mundo digital ha desplazado vicio de la pulsión vital. mosconasa@yhahoo.com.ar
fuertemente a la familia y también a la escuela Desde esta perspectiva diremos que la alianza
en la producción de subjetividad, a menudo fraterna se fundamenta, por un lado, en la puesta Susana Sternbach. Psicóloga y Socióloga, Psicoanalista de
hoy día padres e hijos resultan receptáculo de en juego de una ley representada por el padre adultos, adolescentes y parejas. Ex presidente de la Asociación Ar-
entramados simbólico-imaginarios, que ingre- muerto y el tótem; y por el otro, es inherente a un gentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo (AAPPG). Miembro
san por vía extrafamiliar y que hermanan a los vínculo horizontal -entre pares-, que permite abrir titular y docente de la Sociedad Psicoanalítica del Sur (SPS). Do-
miembros de las distintas generaciones en la a la construcción del otro en tanto semejante, dife- cente de posgrado, dicta cursos sobre la obra de Piera Aulagnier y
homogeneización ideológica vehiculizada rente y ajeno. de André Green. susanasternbach@gmail.com
Actualidad Psicológica Septiembre 2022 • Página 15

El principio de Virilidad feminizante como mandato


de poder violatorio.
los otros hombres. Será hombre (viril) si en esas
pruebas demuestra que puede extraer un tributo a
través de la acción de feminizar al otro. El tributo

V
irilidad, proviene del latín virilis es el resultado del acto cruel de imposición violato-
y a su vez de vir, varón, del indo- ria. Feminizar implica someter ya se trate de una

ternura como europeo wirus, hombre. Algunos


de sus sinónimos: macho, mas-
culino, varonil, guerrero. En cas-
mujer, otro hombre, niños, animales, lo viviente.

Retomamos en éste punto los desarrollos de


tellano ejerció influencia sobre la formación del Cragnolini (2012): “La soberanía es ese modo in-

dimensión vocablo varón. Entre los siglos XIII y XVI se escribió


también barón, derivada del latín medieval baronem
“guerrero”, pero que por la influencia de viril pasó
condicional de erección del yo soberano sobre todo
lo otro, y supone una voracidad carnívora. Existe un
nexo estrecho entre el ipse y el poder. Benveniste,
a escribirse con la grafía actual (Sosa, R. 2016). mostró de qué manera en ese ipse están el potere,
En su artículo “Virilidad carnívora: el ejercicio possum, potest, que patentizan que el ipse es la erec-
ética para las de la autoridad sojuzgante frente a lo viviente”, Mó-
nica Cragnolini (2012), nos plantea que la virilidad
ción de un quién que coloca al otro en el lugar de la
disponibilidad. La autoridad se erige sobre ese mo-
carnívora, patentiza el dominio del ipse1, (ipseidad, delo de ipse (…) La autoridad y la autonomía (…)
del lat. medieval ipseitas, -atis, y éste del lat. Ipse ‘el son (…) más bien concedidas al hombre (homo y

crianzas. mismo’ e iitas ‘idad. 1. F. Fil. Mismidad. R.A.E.),


como autarquía del sujeto que siempre se considera
masculino, y que por esa virilidad se arroga el dere-
vir) que, a la mujer, y más bien a la mujer que al ani-
mal. Y, bien entendido, más bien al adulto que al
niño. La fuerza viril del varón adulto, padre, marido
cho de sojuzgamiento de lo no humano (el animal, o hermano (…) corresponde al esquema que do-
sobre todo), lo no masculino (mujeres), lo no au- mina el concepto de sujeto (…) erigir un quién
Pensar el tárquico (los niños, los dementes, los infradotados),
esto porque “la mejor razón, es la razón del más
masculino y carnívoro como modo de ser sujeto,
“quién” que transforma todo lo otro en “que” a ser
fuerte”, como señala la fábula de La Fontaine “El devorado.” El modelo hegemónico de autoridad
lobo y el cordero”. Esta autora nos hace notar que la hecho cuerpo en una masculinidad viril ejecutora

padre del razón del más fuerte es lo que caracteriza el ejercicio


de la virilidad y nos recuerda que en la fábula un
lobo se acerca a un cordero que bebe en una co-
obediente del mandato de soberanía sobre todo lo
otro, nos plantea la imposibilidad de paternidades
otras, que las que quedan determinadas por esa
rriente y lo increpa por atreverse a molestarlo. El erectibilidad sometedora. Cragnolini nos hace
cordero le señala que se irá a una fuente más abajo notar, citando a Derrida, el vínculo sacrificial con la
Capitalismo pero el lobo asegura que lo molestará de todos
modos y que además ya sabía que desde el año an-
vida en relación con la autoridad masculina: el so-
berano, el ipse es el dueño que puede devorar al
terior el cordero hablaba mal de él. A esto el cordero otro. Derrida (2010), hace referencia al modo en
replica que no había nacido aún para poder hablar que se ha constituido la ética y la política, sobre

extractivista, mal del lobo y éste señala que sería su hermano;


cuando el cordero indica que no tiene hermanos el
lobo asegura que da lo mismo que habrá sido algún
todo desde la época moderna en torno a la figura
del soberano.

otro porque todos los corderos, sus pastores y sus Segato hace una descripción de la figura del
perros lo odian, y sin más explicaciones, devora al criollo, criollización o patriarcalización y racializa-
la colonialidad cordero. La fuerza no atiende a la argumentación y
si la argumentación está unida a la fuerza, funciona
ción de las relaciones sociales, que resuena con esa
figura del soberano, “...criollo, sujeto de la patria,
mejor. La fuerza se ejerce sobre lo menos fuerte, de fundador de los estados republicanos (...) Criollo es
allí el valor del vir que puede sojuzgar lo más débil. sinónimo de racista, misógino, homofóbico, trans-

y el El rasgo viril, propuesto como esencia de la mascu-


linidad, nos relata la historia de un cuerpo para la
guerra, armado para violentar, someter, conquistar,
fóbico y especista. En su papel blanqueado de pa-
triarca, el criollo irá a castigar todo aquello que
percibe en desacato con su ley patriarcal, por eso
violar y colonizar, compuesto a predominio de la debemos entender los crímenes misóginos, homo-

patriarcado. imposición por la fuerza, de creencias, ideas, apeti-


tos, pero ante todo por el acatamiento de lo que Se-
gato (2019) nombra como “Mandato de
fóbicos y transfóbicos como el mismo tipo de vio-
lencia que es la violencia del patriarca hacia todo lo
que desacata. Racismo y especismo se constelan
Masculinidad”. Ella plantea en su investigación rea- como parte de la misma embestida punitiva contra
lizada por años, junto a equipos de estudiantes, todo aquello que ese sujeto maldito sacrifica para
Lila Grandal sobre las escuchas realizadas a presos sentenciados entronizarse”. La colonialidad crea sus propias figu-
con prontuario y condena cerrada por violación, en ras: el soberano patriarcal criollo, el patrón, el
la penitenciaría de Brasilia, (Segato, 2010), que la dueño, acompañado de un desdén clasista como
violación no remite exclusivamente a la relación del modo más autóctono de nuestros racismos. La vi-
violador con su víctima, sino que lo hace principal- rilidad como patrón de autoridad sojuzgante, atra-
Gabriel Paiva
mente, a la relación del agresor con sus pares: los viesa la historia, habitando la anatomía del pater
otros hombres. Estos como interlocutores privile- familia. Esta se erige en el poder potestad, el poder
giados en el circuito de interacciones que resultan dominio donde los poderes paternos llamados pa-
del acto de violación: la cofradía masculina de quie- tria potestas, también auctoritas, implican entre
nes emana el mandato de masculinidad. Este man- otras la vitae necisque potestas (poder de vida o
dato exige al hombre probarse hombre (en tanto muerte) sobre sus hijos, esposa y esclavos que esta-
vir), todo el tiempo, porque la masculinidad, a di- ban sub manu (bajo su mano); poder potestad ab-
ferencia de la femineidad, es un status, una jerarquía soluto sobre la economía y la vida o muerte de
que se adquiere como un título y debe renovarse y quienes pertenecían a la familia dónde se incluía
probarse en su vigencia permanentemente frente a mujeres, hijos y esclavos.
Página 16 • Septiembre 2022 Actualidad Psicológica

Ya a fines del siglo XIX, Engels (1983) señala nables condiciones de trabajo esclavo y denigrador, Ternuras siembran el campo para producir otras
que: “El derrocamiento del derecho materno fue la en el tráfico de personas y en las ilimitadas voraci- masculinidades, otras paternidades afectas a la dul-
gran derrota histórica del sexo femenino en todo el dades sobre la vida en todas sus formas, seres vi- zura. Anne Dufourmantelle (2021) nos dice: “...dul-
mundo. El hombre empuñó también las riendas de vientes, animales, vegetales y minerales propias del zura emparentada con ternura”. Se entreveran y
la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la extractivismo. forman un movimiento, una fuerza de resistencia a
servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en Se impone pensar otras políticas, otras sexuali- una presión mayor, política, psíquica.
un simple instrumento de reproducción. Esta baja dades, otros cuerpos, otras crianzas, donde hacer Cabe destacar, que Fernando Ulloa (1995) co-
condición de la mujer, que se manifiesta sobre todo padre, madre, hacer familia, impliquen otras rela- mienza su recorrido sobre el concepto de ternura
entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún ciones de poder; relaciones de poder-cuidar como pensando en los crímenes de lesa humanidad ocu-
en los de los tiempos clásicos, ha sido gradualmente principio ético; un poder hacer con y entre quienes rridos durante la dictadura argentina. De aquí, la
retocada, disimulada y en ciertos sitios, hasta reves- se decidan a cuidar la vida para destituir el poder propuesta de que ternuras, emparentadas con dul-
tida de formas más suaves, pero no, ni mucho potestad que a través de los siglos resiste en su per- zuras y suavidades, sean revestidas como conceptos
menos, abolida. manencia. y modos de hacer profundamente políticos. Formas
de nombrar un devenir, vincularidades otras,
El primer efecto del poder exclusivo de los hom- Masculinidades desvirilizadas, modos de estar; disponibilidad y amabilidad se en-
bres, desde el punto y hora en que se fundó, lo ob- masculinidades otras. Otras treveran suavemente; paternidades otras y crianzas
servamos en la forma intermedia de la familia paternidades otras maternidades frágiles y delicadas que contienen gérmenes de vida
patriarcal, que surgió en aquel momento. (...) Los otras crianzas: otros entre otros. para otros territorios existenciales posibles.
rasgos esenciales son la incorporación de los escla- Suavidades suponen experiencias táctiles, sensi-
vos y la potestad paterna; por eso, la familia romana Marcelo Percia (2020), propone bregar por un bles, abiertas al otro, en un entre de delicadezas.
es el tipo perfecto de esa forma de familia. (...) Fa- derecho a la ternura y al miramiento. Lo presenta Guattari y Rolnik (2005) sugieren que “la nueva
mulus quiere decir esclavo doméstico, y familia es el como parte de una lucha contra las servidumbres suavidad forma parte de esa cuestión que estamos
conjunto de los esclavos pertenecientes a un mismo del capital, del colonialismo, del patriarcado y de las discutiendo todo el tiempo, que es la invención de
hombre. En tiempos de Gayo la familia, id est patri- normalizaciones. Percia rememora el legado de Fer- otra relación –con el cuerpo, por ejemplo-, presente
monial (es decir herencia), se transmitía aún por nando Ulloa (1995), quien trabajó el concepto de en los devenires-animales […]. Otras formas de
testamento. Esta expresión la inventaron los roma- ternura desde su costado más político. El maestro subjetividad, también pueden afirmarse en su vo-
nos para designar un nuevo organismo social, cuyo sugería que en tiempos de ferocidades y de barba- cación de administrar la sociedad, de inventar un
jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a rización la ternura debía ser la base ética del sujeto. nuevo orden social, sin que para eso tengan que
cierto número de esclavos, con la patria potestad ro- Ternuras2 implican un ser-estar delicado, suave, guiarse por esos valores falocráticos, competitivos,
mana y el derecho de vida y muerte sobre todos cariñoso, cuidadoso, protector. Ternuras se incli- brutales. Pueden expresarse por medio de sus pro-
ellos (...) Y añade Marx: la familia moderna con- nan frente a lo delicado, frágil, necesitado de am- pios devenires del deseo.”
tiene en germen no sólo la esclavitud (servitus), sino paro y tutela.
también la servidumbre, y desde el comienzo Ulloa señala la vital importancia de las ternuras; La dimensión micropolítica
mismo guarda relación con las cargas en la agricul- su condición vincular, fundante, su no apodera- de la ternura.
tura. Encierra, in miniature, todos los antagonismos miento del sujeto infantil, del infante, del hijo; su
que se desarrollan más adelante en la sociedad y en fundamental coartación del fin de descarga de la ¿De qué hablamos cuando hablamos de micro-
su Estado. Esta forma de familia señala el tránsito pulsión, su límite a la descarga. política? Paul Preciado (2019) traza líneas para pen-
del matrimonio sindiásmico a la monogamia. Para Ternuras garantizan el suministro adecuado de sar lo micropolítico desde un texto de Suely Rolnik.
asegurar la fidelidad de la mujer y, por consiguiente, calor, alimento, palabras. Ternuras miran con amo- Sugiere tratar la micropolítica activa en términos de
la paternidad de los hijos, aquella es entregada sin roso interés al sujeto ajeno y distinto de uno mismo. resistencia, de ruptura, diferencia y cambio. Poder
reservas al poder del hombre: cuando éste la mata, Ternuras practican el buen trato. imaginarnos con la intención de modificar los dis-
no hace más que ejercer su derecho.” Las crianzas que experimentan ternuras son ca- positivos micropolíticos de producción de subjeti-
Engels y Marx nos facilitan ubicar la construc- paces de desplegar confianzas y amabilidades, faci- vidad, que nos mueva a pensar estrategias colectivas
ción de las improntas de voracidad carnívora vin- litando un registro de diferencias entre lo que cuida de fuga y transfiguración. Es decir, producir accio-
culadas a la modernidad patriarcal, colonialista en y lo que daña, tanto a otros como a sí mismo; posi- nes y pensamientos micropolíticos que apelen a “la
la figura hegemónica del pater familia, dueño, pa- bilita y habilita el cuidado como experiencia. A esto, transformación de la sensibilidad y de la represen-
trón soberano viril que cuando somete, extrae, nin- Ulloa lo llama imposición de justicia, una co-pro- tación, inventando en cada caso los protocolos ne-
gunea, viola, inferioriza o mata, está ejerciendo su ducción que sienta las bases constitutivas de la Ética. cesarios que permiten renombrar, sentir y percibir
derecho. El pater familia, es la figura protagónica Crueldades3 se aprovechan del fracaso de las ter- el mundo” (Rolnik, 2019). Guattari nombró “Mi-
de la maquinaria de la modernidad capitalista, nuras. Emergen como violencias, apropiaciones, cropolítica” a “aquellos ámbitos que por conside-
donde se enhebran el poder propiedad, la imposi- descargas, usurpaciones. En esta línea, desvirilizar rarse relativos a la “vida privada” habían quedado
ción por la fuerza y el poder sometedor superiori- supone una operación de “imposición de justicia” excluidos de la acción reflexiva y militante en las po-
zante que organiza el dispositivo que da estructura (Ulloa,1995). Un ejercicio clínico-político del des; líticas de izquierda tradicional: la sexualidad, la fa-
a la familia nuclear en la religión capitalista. Recor- des-virilizar, des-feminizar, des-prender, des-cen- milia, los afectos, el cuidado, el cuerpo, lo íntimo”.
demos la mención de Walter Benjamin (2014), del trar, deconstruir. Actos para generar condiciones ¿Qué forma sísmica sería necesaria para co-
“Capitalismo como religión”. Es justamente el ele- de posibilidad para masculinidades otras, conmo- rrerse de los modelos impuestos, “asignados” a las
mento sagrado e intocable de la autoridad paterna vidas por la ternura como instancia de desprendi- formas cotidianas de crianza? ¿qué otros modos de
como Ley, de un poder potestad de la mano de la miento del mandato de masculinidad viril ir criando-creando se podrían componer en el
matriz binaria heteronormativa que habita la se- feminizante, de una masculinidad potestad, viola- “entre”4?
xualidad y le impone unas relaciones hombre toria, entronizada en la ipseidad, de la posesión, la
mujer sobrecodificadas con el signo o de debilidad dueñitud, el empuje a someter, superiorizar y ex- Productivismo y extractivismo de la
o de la servidumbre o de la inferioridad o de limi- traccionar. Desvirilizar padre, desfeminizar madre, vida en todas sus formas y
tación por estructura. Impregnaciones que siguen desvirilizar y desfeminizar cuerpos erógenos, sen- manifestaciones.
tremendamente actuales, en simultáneo con las lu- sibilidades, estados de registro, resonando con la El padre capitalista, colonial y
chas micropolíticas y macropolíticas que se están imposición de justicia, nos plantean conmover el patriarcal. Dispositivos de
llevando a cabo desde el cercano siglo XX. Estas no universo simbólico que produce cuerpos y afecta- desubjetivación.
se agotan en las cuestiones de género, se extienden ciones en una matriz binaria hetrosexual regulada
a todos los cafisheos y devoraciones de la vitalidad, por el mandato de masculinidad y feminización Quizá pensar cómo pensamos padre es seguir pen-
a la sobreexplotación de los cuerpos en las abomi- (sometimiento inferiorizante violatorio). sando cómo pensamos- hacemos poder.
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Los modelos de familia, pareja y crianza, los de territorios que eran arraigo comunal, paisajes plica analizarlo, intervenirlo dentro de los trata-
procesos de subjetivación están atravesados por las convertidos en objetos de explotación extracti- mientos, para su visibilización y desnaturalización
condiciones de existencia, el poder y las relaciones vista en minas y agronegocios, depredación de generando condiciones para desujetar la vitalidad
de poder. bosques, cuencas y napas de agua, humedales, capturada y hechas cuerpo mortificado.
Foucault (2021), se refiere a relaciones de poder acuíferos; también la cosificación y alienación,
como juegos estratégicos que dan lugar a que algu- robo del tiempo vital: todas a saber acciones fe- Deleuze y Guattari (1973), presentan como
nas personas traten de determinar las conductas de minizantes. Segato nos habla de “Pedagogías de la crítica familiarista o codificación familiarista a un
otras, distinguiéndose de lo que llama estados de Crueldad” refiriéndose a todo lo que nos opera conjunto de procedimientos por los que se hace
dominación, siendo estos lo que habitualmente lla- para habituarnos a la precariedad de la vida, con intervenir un referente familiar (combinación his-
mamos poder potestad. Entendemos relaciones de infinitas formas de desprotección, obedeciendo tórica de roles y valores de constelaciones menta-
poder como juego vincular de poder hacer con y esto al principio de crueldad que depende de que les y derivas supuestamente típicas) en el registro
entre otros, en diferencia a estados de dominación, nos acostumbremos al espectáculo de la crueldad, de los comportamientos individuales y colectivos,
como abuso o exceso de poder. naturalizando la expropiación de la vida. Expro- en la manera de categorizarlos y explicarlos. Ellos
La dimensión política pensada como proceso de piar la vida, la energía vital pasa a ser un consumo ven este código como un instrumento privilegiado
construir y tomar decisiones que se aplican a todos más. La sensibilidad por el uso y el abuso del otro, de control social. La institución familiar con la
los miembros de una comunidad, la encontramos se transforma en insensibilidad necesaria y fun- institución psiquiátrica y la institución judicial y
diseminada en casi todos los ámbitos de la vida hu- cional donde lo violatorio queda normalizado policial, operan un sólido engranaje-máquina de
mana e implícita al ejercicio y construcción de las como modo de relacionamiento. Bauman (2015), enajenación. En su crítica promueven transforma-
relaciones de poder y el poder. desarrolla la categoría de “ceguera ética “, refirién- ciones en el psicoanálisis para crear nuevas cone-
dose a la insensibilidad y deterioro progresivo xiones fuera del mismo, para que el campo
Hablamos permanentemente de políticas edu- ético y moral que él observa como propio de analítico de los procesos inconscientes de deseo,
cativas, sanitarias, laborales, de género, que operan nuestro tiempo. Crea el término “adiáfora” para dislocación mediante, conecte con la historia y las
sobre la sexualidad, el deseo, el matrimonio, la pa- nombrar hechos concurrentes de situar ciertos condiciones de existencia. Plantean cuerpos, má-
reja, la crianza, la muerte. actos o categorías de los seres humanos fuera del quinas deseantes, no escindidos de los flujos más
Foucault (2021), nos habla de que el poder es la universo de las evaluaciones y obligaciones mora- potentes que los producen: campo social, activi-
resultante de una multiplicidad de engranajes y de les. Lo menciona como una sociedad embotada, dad analítica y deseo del inconsciente donde es
núcleos que se sitúan a un nivel completamente di- con pérdida de la sensibilidad ética. Rolnik preciso ubicar relaciones de poder que producen
verso y constituyen una microfísica del poder; nos (2019), “nos alerta frente al extractivismo colonial prácticas que tienden a la enajenación o a produ-
plantea, que el poder carece de homogeneidad, que y neoliberal de los recursos del inconsciente y de cir líneas de fuga, o sea, otros posibles.
no es una propiedad que se posee, sino unas ma- la subjetividad, la pulsión de vida, el lenguaje del El psicoanálisis se inserta en el dispositivo fami-
niobras, tácticas, técnicas; unos funcionamientos deseo, la imaginación, el afecto. Inspirada por las liar, médico, judicial y el complejo de Edipo da un
que se ejercen. políticas del trabajo sexual, Rolnik denomina “ca- lugar central para la codificación de la sexualidad,
La dimensión micropolítica, pone en su lugar la fisheo” este dispositivo de extracción del saber- la subjetivación, sus conflictos inconscientes, la
vida llamada “ privada” para devolverle la potencia del-cuerpo que opera en el capitalismo colonial, etiología de las neurosis y cómo salir de ellas. Esta
política sustraída. La familia, las crianzas, la sexua- capturando lo que ella, siguiendo a Freud, deno- intervención crítica del antiedipo realiza un exa-
lidad, la educación, la salud, de la mano de la crítica mina ‘pulsión vital’”. men del lugar que ocupa el Complejo de Edipo y
familiarista que realizan Deleuze-Guattari (1973), de los presupuestos que produce; pretensiones in-
visibilizan la sujeción del mundo doméstico y las La función paterna dentro de la terpretativas que se inoculan en mitos, textos lite-
tareas de cuidado, que habían quedado por fuera captura estructuralista. La crítica rarios, relaciones sociales en las que las
del escenario político, como juego de poder inexis- familiarista. subjetividades quedarían edípicamente inscritos,
tente. Si lo macropolítico hace referencia a las po- sujetados. Las instituciones familiares marchan
líticas que se producen en y desde los parlamentos, Pensar el inconsciente colonial capitalista im- todas en clave edípica. Una situación social, laboral,
los gobiernos, los tribunales, los medios; lo micro-
político se produce en una serie de contextos que
teóricamente hasta los años 60 habían sido exclui-
dos por su supuesta pertenencia a la esfera de la
vida privada.

Pensar cómo pensamos padre, madre, crianzas,


familia, sexualidades, implica desnaturalizar los
modelos que las pedagogías de la crueldad, como
plantea Segato, nos han impuesto y reproducimos
en forma autómata. Ella sostiene la idea de femini- Escuela del pensamiento y autoconocimiento
zación en ese sentido: objeto de conquista, de do-
minación. Ella nos dice, “...se puede feminizar al ABIERTA LA INSCRIPCION
indio, la pobreza…”. Feminizar por todos los me-
dios, feminizar como acción de sometimiento, de • Curso de Tarot Junguiano
sojuzgamiento, de imposición extractiva, recu-
rriendo a la violencia sexual, psicológica, a la vio- Teórico/Vivencial ‐ Niveles I, II y III
lencia estructural del orden social y económico: ON LINE / PRESENCIAL
feminización de la pobreza, produciendo a los na-
• Se realizan prácticas grupales a lo largo del curso y al finalizarlo.
dies, a los desexistentes.
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Página 18 • Septiembre 2022 Actualidad Psicológica

institucional, económico política a la hora de la in- pecho, cuidar y calmar no requiere de una división fenómeno intersubjetivo, sino una entidad otra a la que nomi-
terpretación sería siempre un subrogado de ese for- de tareas que se establezca desde una acción de ex- nan Dos con mayúscula.
mato fijo, pura matriz de mundo interno, pulsión de la ternura por medio de la viril inferio- 2
Claves de lectura: este escrito tiene pasajes en los que figuras
premoldeado, que termina produciendo lo que rización feminizante y extractiva, característica del como ternuras y crianzas intentan cobrar vida, ponerse en mo-
prohíbe. Por supuesto a beneficio de una disocia- guerrero, del patrón y del dueño, sobre la capacidad vimiento o sugerir prácticas, modos de hacer. Lo mismo sucede
ción y empobrecimiento de lo múltiple, lo híbrido, reproductiva ya sea de mujeres, animales, tierras, con la figura de crueldades que emerge como su par antitético.
lo mestizo, lo polifónico, la producción de resonan- acuíferos o bosques, pueblos, etc. 3
Marcelo Percia sugiere que, en ciertas palabras, laten acciones.
cias, fugas de sentido y creación de otros modos de 4
Tortorelli aclara que “la mayor dificultad que este pensar desde
ir haciendo, sintiendo con y entre otros con lo que Cuidar en términos vinculares es cuidar lo vin- lo vincular trae —y he allí el desafío—es el hecho de no poder
se presenta, que exceden el mundo interno de lo re- cular. Cuidar las condiciones del proceso, en el sen- pensarse representacionalmente. Lo vincular, lo “entre”, no
presentado y la fijeza de los preceptos del dogma tido de como sucede con los gestos de Hospitalidad puede ser pensado desde el orden de la representación (...)
psicoanalítico. Eso debe formar parte de los mate- tal como lo trabaja Derrida. “Entre”, apenas una preposición, busca evitar la nominación
riales a poner a trabajar en los tratamientos e in- sustantiva o subjetiva para dar paso a un espacio de producción
tervenciones, si cuestionamos un psicoanálisis No se trata de quiénes cuidan y quiénes son cui- que, como tal, no admite ni sujeto ni objeto”.
funcional a un aparato de adaptación enajenante, dados. El cuidado o “el cuidando”, sería lo arribante, 5
ver artículo http://www.afrol.com/articles/16592.
consumista, extractivista, sometedor, feminizante lo porvenir, siempre en un tiempo de inmanencia,
de toda fuerza vital. Función paterna, atravesada un suspenso que se inaugura en cada instante, entre
por la crítica familiarista implica deconstruir “fun- quienes se trate, quizá produzcan las condiciones de Bibliografía
ción “, estamento fijo, determinante de sentidos im- un “ común cuidando”, donde el entre en flujo per-
puestos, sobrecodificadores y operadores de una manente de sensibilidades y afectaciones, para que Bauman, S. (2017) Ceguera Moral. Bs. As. Paidós.
estructura de jerarquización feminizante; como tenga lugar, no puede tener lugar de antemano. “El Benjamin, W. (2014) El Capitalismo como religión. Madrid. La
parte de la necesaria dislocación del pensamiento cuidando”, no es una causa que traerá el efecto es- Llama.
estructuralista que organiza dentro del psicoanáli- perado. “El cuidando”, como posibilidad, no es “ni” Cragnolini, M. (2012) Virilidad carnívora: ejercicio de la auto-
sis un brazo reproductor del poder patriarcal. “El de uno “ni” de otro. ridad sojuzgante frente a lo viviente. Revista científica de UCES.
problema es des-programar (...) para introducir un Vol. nro. 1. Buenos Aires.
nivel de complejidad”, sugiere Guattari (2015). (in)conclusiones Derrida, J. (2010) Seminario la bestia y el soberano. Buenos
Aires. Manantial.
Jorge Rodríguez (2019) en “soñar con los dedos”, Las estructuras de parentesco son portadoras de Dufourmantelle, A. (2021) Potencia de la dulzura. Bs.As. Noc-
trabaja con retazos winnicoteanos; desliza que po- la virilidad patriarcal feminizante siendo padre, turna editora y Archivida.
sición es un lugar en el cual cualquiera puede ser madre, hijo, términos de esa ecuación. Estructura Deleuze, G. (2021) El poder. Curso sobre Foucault. Buenos
creativo. Y agrega una nota al pie: “posición: un fundamental para el sostenimiento de la religión ca- Aires. Cactus.
lugar donde alguien o algo es (...) al mismo tiempo pitalista, cultura de la entrega sacrificial, el martirio Deleuze y Guattari (2004) Mil mesetas. ¿Cómo hacerse un
es un intento de presentar la forma de un lugar que y el temor. cuerpo sin órganos? Valencia. Pre-textos.
puede cambiar de lugar. Un lugar donde alguien es- El principio de ternura planteado por Ulloa, Deleuze y Guattari (1973) El Antiedipo. Capitalismo y Esquizo-
táes/esestá”. como dimensión ética para la inscripción de la ca- frenia. Barcelona. Barral Editores. cap.II Psicoanálisis y Familia-
Crianzas nos llevan a pasear por posiciones, lu- pacidad de diferenciar el buen trato de la vida y lo rismo. La Sagrada Familia.
gares, estancias. Hacen desplegar confianzas; condi- vivo de lo que la ataca, posibilita el corrimiento de Engels, F. (1983) El origen de la familia, propiedad privada y el
ciones ambientales para poder estar/ser. Urgen lo que como crianza y cuidado entre quienes en eso estado. Cap. 2. La familia. Madrid. Sarpe.
lugares desde donde empezar. Allí se enhebran hilos se impliquen funden familia y familiaridad, cerca- Guattari, F. (2015) “¿Qué es la ecosofía? Textos presentados y
posibles para el despliegue del confiar en, del poder nías, nido, hogar, amorosidades, dulzuras, suavida- agenciados por Stéphane Nadaud -1 ed- Caba. Editorial Cactus.
encontrar una posibilidad de salud. des por fuera del estigma de la autoridad sojuzgante Guattari, F. y Rolnik, S.(2005) Micropolítica: cartografías del
y el poder voraz. deseo. -1 ed- Buenos Aires: Tinta Limón, Traficantes de sueños.
Crear, criar, cuidar. Un cuidar entre; Grandal,L. (2017) “Neurosis, Cuerpos y Derivas. Construcción
ternura y presencia. Masculinidad en El padre actual entonces, como horizonte, como de otros posibles”. Actualidad Psicológica nro. 462. Buenos Aires.
perspectiva de ternura. sistema patriarcal destituyéndose, como conciencia (2014) “Las violencias de la desresponsabilidad y la moral téc-
“La vida no es de nadie, todos somos la vida”. creciente y expansiva de decolonialidad, como mi- nica”. Entreveros y Afinidades 2. Buenos Aires. Altobelli y Gran-
(Octavio Paz, 2008) cropolíticas activas frente a todo cafisheo de la vi- dal ediciones.
talidad; lo pensamos como un sistema de poder Percia, M. (2020) Sensibilidades en tiempos de hablas del capi-
Crianzas necesitan de cuidados, suministros y capaz de destituirse de toda potestad para dar lugar tal. -1 ed.- Adrogué: Ediciones La Cebra.
manutenciones. En el origen y evolución de esta pa- a un cuidado de la vida sin funciones ni sobrecodi- Rodríguez, J. (2019) Soñar con los dedos. -1 ed.- Caba. Letra
labra se entreveran criar y crear, engendrar, produ- ficaciones previamente establecidas como religión Viva.
cir. Se hace necesario pensar lo común y el entre de capitalista inoculada; lo pensamos en obra perma- Rolnik, S. (2019) Esferas de la insurrección. -1 ed.- Caba. Tinta
éstas prácticas. nente, como esperanza política, para un mundo Limón.
Una investigación realizada en diversas culturas sensible y delicado. Segato, R. (2010) Estructuras elementales de la violencia. Cap.
del mundo, dio a conocer ciertas particularidades I. Buenos Aires. Prometeo Libros. (2018) Contrapedagogías de
de la tribu de pigmeos Aka, situada en el centro de la Crueldad. Buenos Aires. Prometeo Libros.
África5. Este pueblo de cazadores-recolectores ejer- Notas Soca, R. (2016) El origen de las palabras. Diccionario de etimo-
cen un común cuidado de sus hijos. El estudio dio logía. Colombia. Rey Naranjo editores.
cuenta de una forma de crianza en la cual los varo- 1
La lógica del Uno (Berenstein, 2008) implica el sujeto pensado Tortorelli, A. “Entre”. Disponible en http://derivasdelasubjetivi-
nes tienen una “paternidad activa”; suelen ofrecer desde el solus ipse, se centra en el mundo interno, en la referen- dad.blogspot.com/2009/07/entre-ma-alejandra-tortorelli.html
su pezón a los bebés cuando estos lo requieren, su- cia a lo previo, los antecedentes, al pasado, la vida pulsional, el Ulloa, F. (1995) Novela clínica psicoanalítica. Historial de una
mado a que sostienen o están al alcance de ellos en narcisismo, la égida identificatoria, las premisas del Complejo práctica. Buenos Aires. Paidós.
una gran parte del tiempo. Presencia y cercanía for- de Edipo, al juego sujeto-objeto, donde el objeto es siempre ob-
man parte fundamentales de este modo de crianza, jeto del mundo interno y el sujeto siempre queda sujetado a la
“dar el pecho” en un “entre” supone una construc- fantasmagoría y a la condena de no producirse en un entre otros
ción performática que hacen que “el seno materno”, y con lo que allí se presenta. La lógica del Dos, lógica de la pers-
en sus prácticas de holding, se desprenda de los mo- pectiva vincular, nos descentra de tal hegemonía del mundo in-
delos de “ser hombre” que nos habitan y expulsan terno con todos sus engranajes, abre con Puget y Berenstein, una
cualquier indicio de ternura. De esta manera, dar el categoría del vínculo que no es la suma de uno más uno, ni un
Actualidad Psicológica Septiembre 2022 • Página 19

Una cuestión “Un golpe de dados jamás abolirá el azar”


S. Mallarmé
Para Freud, el concepto de paternidad está di-
rectamente vinculado al complejo de Edipo. Sus
primeras teorizaciones al respecto datan de 1897.

N
os preguntamos qué es un Freud se vale de un mito que conmueve tanto a
padre, que función cumple en los hombres modernos como lo hizo con los con-

de destino la vida de un ser, cuál fue su in-


tervención en la crianza de sus
hijos, cuales sus consecuencias
temporáneos de Sófocles, la única explicación es
que el efecto de la tragedia griega no reside entre el
destino y la voluntad de los hombres, sino en la par-
a lo largo de la historia hasta la actualidad. ticular forma en que es mostrada esta oposición.
Desde el Renacimiento a la edad moderna, el Algo hace resonar en nosotros, una voz dis-
Alejandra P. Frías padre tuvo autoridad total sobre la mujer y los hijos. puesta a reconocer el imperio fatal del destino de
A partir del siglo XIX el estado tutela a mujeres y Edipo, su destino nos conmueve porque podría
niños protegiendo sus derechos. El hijo empieza a haber sido el nuestro, porque el oráculo lanzó el
tener derecho y el padre, obligaciones hacia él. mismo anatema sobre nosotros que sobre él antes
Con el devenir de la historia el rol de la mujer de nuestro nacimiento.
gano terreno en el mundo laboral y el hombre se in- Con el psicoanálisis, Edipo dejó de ser solamente
volucró más activamente en la crianza y cuidados un héroe de la mitología, pasó a nombrar el com-
de sus hijos. Esta mención ajustada y breve de la plejo nuclear del ser hablante. Con él se afirma la
evolución de los tiempos pertenecen al campo de la universalidad del Edipo, tesis que ulteriormente se
sociología, desde donde encontramos respuestas irá reforzando.
acerca de los roles, de lo que hace un padre, lo que
se espera de él en el ámbito familiar. Pero no es una Para Lacan, el problema del Edipo no puede ni
respuesta en tanto psicoanalista. siquiera encararse si no se tienen en cuenta los con-
En relación al tema que hoy nos convoca desde ceptos de falo, castración y nombre del padre.
la clínica psicoanalítica podemos sostener que la Tenemos elementos que no se abandonaran
función paterna es una operatoria, una metáfora. jamás, la función que cumple el padre, es sustraer,
Un ordenador psíquico fundante que no cambia arrebatar un goce, que marca también una manera
con el paso del tiempo y marcan destinos en tanto de relacionarse con la realidad. Que ese goce sea o
definen estructuras. no arrebatado marcará un destino psicopatológico.
El padre del que hablamos en la vida diaria no Ese es el papel del complejo de Edipo
es “el padre” del que habla el psicoanálisis. El niño nace y allí se reduplican sus trabajos. En
Cambian las modas, las épocas evolucionan, los su caída al mundo, desvalido, debe adaptarse a una
individuos ganan conquistas y derechos. Se amplían forma de vida que le plantea exigencias. Se las arre-
los espectros del imaginario social, pero los concep- gla como puede para hacerse entender y decodificar
tos que pulsan la clínica psicoanalítica son siempre su nuevo entorno. En el mejor de los casos hay al
los mismos. lado suyo, dos seres que lo asisten en sus necesida-
des. Es arropado, alimentado, sostenido, alojado.
Para poder hablar de función paterna, es nece- Se pone a amar y ser amado por esos personajes
sario abordar previamente otros conceptos que se de los que depende. Puede amarlos, pero con res-
anudarán simbólicamente para que la estructura- tricciones. Si pasa de ciertas reglas y ciertas formas,
ción de un sujeto se produzca. Es imprescindible entonces adviene la amenaza. Somos seres simbóli-
hablar del complejo de Edipo, y eso conlleva atra- cos e imaginarios y es saludable comprender que
vesar por los conceptos de falo, castración y Nom- todo el drama de Edipo no debiera ser tal si se cum-
bre del padre. Conceptualizaciones que inicia Freud plieran ciertos pasos.
y retoma Lacan acuñando nuevos elementos a lo El complejo de Edipo, tiene también una fun-
largo de la historia del psicoanálisis. ción normativizante. Son reglas, son leyes que per-
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miten un ordenamiento en el plano de la cultura. ¿Qué padre? El padre que no es simplemente un ¿Qué castración?, la castración materna, que pre-
Esa norma viene a decir ¡No! ¡Esto no! Es necesaria generador, sino es quien posee el derecho a la cede a la castración paterna y es un sustituto suyo.
una ley fundamental que prohíbe el incesto para in- madre. Su función es central en la realización del No por nada, como lo devela Freud, es la voz de la
gresar a la cultura. El complejo tiene esta estructura Edipo, y condiciona el acceso del hijo al tipo de vi- mujer la que enuncia y amenaza. Luego llega y ad-
de mito, precisamente porque es producto de la cul- rilidad y agregamos y de la hija al tipo de feminei- viene el padre: aquel que tiene la palabra, aquel que
tura y no de la naturaleza. dad. El padre está ahí dentro de ese triángulo, está puede hablar y que abre para el sujeto una dimen-
en el anillo que permite que todo se mantenga sión entre lo real y lo simbólico. Y el padre toma allí
Freud toma el término complejo de Jung. Y nos unido. el relevo de otro, Otro sede de la palabra y del len-
proporciona su primer modelo luego de encon- Lacan dirá que lo esencial del complejo de Edipo guaje. De él tomará la palabra del padre relevo. La
trarse con situaciones inconscientes estructuradas son los tres tiempos lógicos del mismo. Afirmará a madre es una especie de fauces abierta que quiere
de una manera muy particular, se vale del mito de la vez que “Freud introdujo la castración de forma más y más; el padre es aquel que regula la voracidad
Edipo para conceptualizar. El desarrollo del psico- totalmente coordinada con la noción de ley primor- convirtiéndola en apetito, apetito regulado de un
análisis consistió en la valorización de cada una de dial, lo que es la prohibición del incesto y la estruc- deseo, pantalla que protege del goce. La castración
las tensiones implicadas en el sistema triangular. tura de Edipo tiene de ley fundamental.”*(2) está inscripta absolutamente en el registro simbólico.
Abriendo paso en ese bloque masivo y clásico que La castración se instala en la categoría de la
se resumía en la atracción sexual hacia la madre, y deuda simbólica. La amenaza, la culpa, seguirán vi- El Edipo posee un carácter fundamentalmente
la rivalidad con el padre. El complejo de Edipo ha gentes durante toda la vida del sujeto. El orden de mítico, y puede ser tomado con la característica,
pasado a ser el punto de partida y el punto de lle- la ley afirma que el Super yo es heredero del Com- precisamente, de mito original en la doctrina freu-
gada. Será aquello que del registro de la ley reper- plejo de Edipo. diana. “es un mito de los orígenes…”dirá Lacan. Es
cuta en la vida individual, como lo vemos en las un mito que da cuenta de la ley.
neurosis. Lacan construyo toda su teoría en función de los Lacan aclarará algo relevante “…es necesario
Desde la elección Freudiana de la saga edípica cuaternarios, la tríada imaginaria madre-niño-falo, que procure el mismo bajo esa forma mítica, el ori-
hasta el hecho de que todo recaiga en la triangula- será el preludio de la puesta en juego de la relación gen de la ley para que haya algo que haga que la ley
ridad, que en realidad es un cuaternario, como lo simbólica, que solo se produce con la cuarta función, este fundada en el padre. Es preciso que haya asesi-
veremos-padre, madre-hijo/hija-falo-todo es con- la del padre, introducida por la dimensión del Edipo. nado al padre.”*(3) Cuando Lacan habla de asesi-
tingente en tanto contendido, y necesario en rela- Freud aclara que la niña entra en el complejo de nato del padre, se está refiriendo a Tótem y Tabú
ción a la estructura. Porque allí, en la exigencia de Edipo por medio de lo que él llama la idea de cas- como lo reconocerá más tarde, y aclara que “…el
la estructura, está la médula: la anécdota, la narra- tración: que ella no tiene el falo, pero no lo tiene padre muerto es el símbolo del padre…y el padre
ción, son fundamentales los lugares no tanto los simbólicamente, de manera que puede tenerlo. El muerto es el nombre del padre”. Estamos hablando
personajes. niño, así como sale, lo tiene, también simbólica- que el símbolo tomo el relevo del padre de lo real.
mente, por lo cual, puede perderlo, mero juego de No se trata del padre real, se trata del padre entera-
La ley no es otra cosa que simbólica en tanto que presencias y ausencias imaginarizado. La castración mente simbólico el que sostiene el peso de la ley, que
es producto humano, la ley está ahí ab origine…la es del registro simbólico, pero alcanza un objeto es, a su vez simbólica y el tenor de la amenaza de
ley está ahí justamente desde el inicio, desde siem- imaginario y esa imaginarización recae sobre cual- castración que no es otra cosa que simbólica. Como
pre-y la sexualidad humana debe realizarse a través quier objeto, o sobre cualquier parte del cuerpo. humanos que somos, estamos en un universo de
de ella. Esta ley fundamental es sencillamente una Lacan avanzará sobre los tres aspectos de la fun- símbolos. Y el símbolo implica, la ausencia de la
ley de simbolización. Esto quiere decir el Edipo. ción paterna: el padre va a incidir en el conflicto en cosa, el asesinato de la cosa. De allí el llamado ase-
La intervención de un tercero que sea la imagen tanto padre simbólico, padre imaginario y padre real. sinato del padre. El padre puede no estar en presen-
de algo logrado, es necesaria para que humano Y ¿por qué tanta importancia a la cuestión del cia, pero sí su palabra. Esa palabra, a eso que se
pueda establecer una relación más natural. No al- padre? Porque diríamos que es una cuestión de des- desprende de su palabra Lacan llama El Nombre
canza con decir, hace falta una ley, una cadena, un tino, no alcanza con que el sujeto, alcance la hetero- del padre.
orden simbólico, es imprescindible la palabra del sexualidad tras el Edipo, sino que el niño o niña, ha
padre. Esa posibilidad se funda en la existencia de de alcanzarla de forma que se sitúe correctamente Un símbolo es una palabra que está en el lugar
ese nombre del padre. No del padre natural, no del con respecto a la función del padre. Este es el centro de la cosa. Matar al padre no quiere decir otra cosa
genitor, sino de Lo que se llama padre, o sea, un de toda la problemática del Edipo. que hacer de él un símbolo y ese símbolo, esa pala-
orden que impide la colisión y el estallido de la si- En tanto que la mujer dependerá de lo que el bra lo designará y estará en el lugar de padre de la
tuación en su conjunto. padre le dé o no, el padre y sus sustitutos. Para el realidad. Bastará su palabra o la representación de
Esa ley legisla y sanciona recayendo con el peso hombre, la función del Edipo parece mucho más ella, para que el padre, a través de su decir, esté allí.
de su interdicción, sobre la sexualidad humana. claramente destinada a permitir la identificación del Ya Hegel lo enfatizo “el hombre-el concepto-es
sujeto con su propio sexo, el del padre, y allí se pro- el tiempo de la cosa “y Lacan lo retoma.
La castración es una función del padre, quien por- duce, en suma la relación ideal, imaginaria con este. Ese símbolo se llama significante: es significante
tando el falo castra al niño sustrayéndole su más Pero la verdadera meta del Edipo, es la situación del padre, del nombre del padre. Si ese significante
preciado objeto. El falo es un símbolo al que lo adecuada del sujeto con respecto a la función del falta-ley del Edipo, complejo de Edipo o ley de in-
único que se le opondría es la ausencia de falo o sea: padre, es decir, que el mismo acceda un día a esa po- terdicción de la madre-los destinos de ese sujeto
nada. Esta disimetría de significantes determina las sición tan problemática y paradójica de ser un serán aciagos y complicados.
vías por donde pasará el Complejo de Edipo. Ambas padre.
vías llevan por el mismo sendero: el sendero de la Para el hombre el Edipo parece establecerse en No hay Edipo si no hay padre, inversamente ha-
castración términos del ser. Para la mujer en términos del blar de Edipo, es introducir la función del padre.
tener. Y aquí toma otro relieve el decir de Freud en
Es esencial que el ser humano pueda acceder a El fin del complejo de Edipo es correlativo de la tanto cita “Pater incertus est”. El padre siempre es in-
una estructura humanizada de lo real. Para que el instauración de la ley como reprimida en el incons- cierto, mientras la madre siempre es verdadera. La
acceso a la realidad sea suficiente, para que el senti- ciente, pero permanente. El Super yo es el heredero incertidumbre radica que hasta que existió el análi-
miento de realidad sea una justa guía, para que la del complejo de Edipo es decir que de eso queda un sis de ADN no había forma de comprobarse si a
realidad no sea lo que es en las psicosis, es necesario núcleo que es de lo real, y bajo una forma de real es quien se decía genitor, realmente lo era. Era la pala-
que el Complejo de Edipo haya sido vivido. Esto equi- que se inscribe la “conciencia moral”. bra de la madre quien designaba al genitor, y sigue
vale a afirmar que No existe neurosis sin Edipo. Además, en el Edipo cuentan como los llama siéndolo hoy, la que otorga al padre su nombre afir-
En las psicosis algo no funciono, no se completó Lacan, tres capítulos: El Edipo en relación al Super yo, mando ante el hijo “este es tu padre, tu eres su hijo”.
en el Edipo. Hubo una falla a nivel significante. Algo en relación a la realidad y en relación al ideal del yo. Pero la incertidumbre no termina allí, porque tam-
fallo en el significante del Nombre del Padre. La castración es el signo del drama del Edipo. bién recae en la forma en que el genitor podrá llevar,
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o no, adelante su función paterna. Y es incierto a mucho sostenemos que todo duelo es reanudación más patente, está hecho el mito de Edipo. “ seria que
priori, los resultados, neurosis u otra patología me- de un duelo primordial: y este duelo primero sería existe al menos uno para quien eso no funciona, ese
diante, se verán a posteriori. el duelo por el falo y por, haber nacido tal. asunto de la castración. Y es por eso que se lo ha in-
Por otro lado afirmamos que un Edipo se Los restos rechazados del Edipo van a resurgir, ventado: se llama padre”.* (9)
puede constituir incluso cuando el padre no esté en la pubertad, bajo las formas se síntomas neuró- No consideramos el hecho de la interdicción del
allí. Por ello no tiene que ver la presencia o ausencia ticos, como resultados de una cicatriz precisamente, incesto como histórico. Si, no es histórico, es estruc-
del padre en lo cotidiano. Solo basta la palabra la del complejo de Edipo. tural porque está en lo simbólico. “Es preciso lo
enunciada, mediada por la madre para que fun- De lo que se trata en definitiva es que haciendo simbólico para que aparezca individualizado en el
cione la interdicción del incesto. Es fundamental la el recorrido teórico, no hemos estado hablando nudo ese algo que yo no llamo tanto complejo de
existencia de otro eslabón, el reconocimiento dese- todo este tiempo sino de otra cosa que del deseo. El Edipo…yo lo llamo a eso Nombre del padre, lo que
ante de esa mujer hacia ese hombre en tanto padre. deseo que está estructurado por ese nudo interno no quiere decir nada más que el Padre como nom-
En tanto interdictor el padre aparecerá en el dis- que se llama Edipo. Es una relación entre una de- bre, no solamente, el padre como nombre, sino el
curso materno. manda que toma un valor tan privilegiado que de- padre como nombrante”. *(10)
viene mandato absoluto y se enuncia en términos En 1975 Lacan afirma que “el complejo de Edipo
El padre no prohíbe tanto a la madre como a su de “no desearas a aquella que ha sido mi deseo” *(5). como tal es un síntoma. En tanto que El Nombre del
mujer, pero para eso es fundamental que esa mujer La ley, y un deseo que es el deseo del Otro, del Otro Padre es también el padre del nombre, que todo se sos-
lo reconozca como su hombre llevando adelante eso del que se trata en el Edipo. tiene…”* (11)
que se llama uno de los pactos fundamentales: Tú Ese deseo incontrovertible proviene del Otro, del Para concluir, hemos revisado y fundamentado
eres mi hombre, yo soy tu mujer y viceversa. Otro del lenguaje, del Otro de la palabra, del otro los conceptos que hacen posible existencia de la fun-
El padre puede aparecer como un padre terrible que nos pre existe. Ese deseo proviene de una ins- ción paterna. El padre metáfora, castrado y porta-
por lo que connota la agresividad de la prohibición tancia y de una exigencia estructural. dor de la ley y la madre no reintegrando su
en el pequeño hombre y en la pequeña mujer, por- Lacan dirá; “El mito de Edipo no quiere decir producto.
que avanzar en todos los planos sobre esos seres del sino esto: el deseo del padre y la ley no son más que la No es posible definirla ya que la función paterna
primer amor, sería connatural y la pulsión es lo más misma cosa, y la relación con el deseo es tan estrecha es un concepto a construir, como lo hacemos en un
natural del humano. Pero luego adviene la cultura que solo la función de la ley traza el camino del deseo; análisis. Acompañamos, caminamos junto a ese su-
y con ellas las prohibiciones y las interdicciones. Y deseo, en tanto que deseo de la madre, para la jeto, entendiendo, tramando, bordando, para que
la renuncia. madre, es idéntico a la función de la ley”. *(6) logre encontrase con su deseo en los derroteros de
“el complejo de Edipo no es únicamente una ca- Esto es fundamental porque de aquí y aquí se su vida. Para que nada más sea héroe de su propio
tástrofe, puesto que, como se dice, es el fundamento y asienta aquello que la ley enuncia lo mismo que deseo y más feliz por vivir. Eso lo logrará si atravesó,
la base de nuestra elección con la cultura”. prohíbe. En la medida en que la prohíbe, la ley im- no sin angustia o dificultad, los operadores que
La Metáfora paterna, es un significante que pone desearla, dirá Lacan, porque después de todo, hemos trabajado.
viene en lugar de otro significante y “la función del la madre no es en si el objeto más deseable. Si todos No hay resolución posible de un análisis…sin
padre en el complejo de Edipo es ser un significante se organiza alrededor del deseo de la madre, si a que al final no llegue a anudarse en esa coordenada
que sustituye al significante introducido en la simbo- partir de allí se plantea que la mujer a la que ha de legal, legalizante, llamada, complejo de Edipo.
lización que es el significante maternal” *(4) Es por preferirse-pues de eso se trata-debe ser otra que la Como dijo Julio César, Alea Iacta Est’.
eso que el padre viene al lugar de la madre. madre, esto quiere decir que en la propia estructura
Pero este significante de la madre S ya está ligado del deseo se impone, se introduce una orden y se Psicoanalista
a algo, una x, que es el significado de lo que significa desea porque esta ordenado. El deseo es, entonces, la
la relación del niño a la madre. Y allí, del lado de la ley. Bibliografía
madre no hay otra aceptación para la x que decir Lo que normativiza el deseo mismo, lo que lo
que x es igual a falo. El falo es el objeto de deseo de sitúa como deseo, es la llamada “ley del prohibición 1- “Un golpe de dados jamás abolirá el azar” S. Mallarmé
la madre. del incesto”. 2- Jaques Lacan. Seminario IV “La relación de objeto”.
Entonces ¿De qué priva ese hombre a esa mujer? “El padre, el nombre del padre-nombre en tanto 3- Jaques Lacan Seminario V “Las Formaciones del incons-
priva a esa mujer, en tanto madre de ese objeto fá- no existe lo que no se nomina, es el principio del ciente”
lico, del objeto de su deseo. Pero en realidad, ¿la símbolo-sostiene la estructura del deseo con la es- 4- Jaques Lacan. Seminario V “Las Formaciones del incons-
priva de algo? No. Es un absurdo lógico: porque si tructura de la ley” *(7) ciente”
privase la privaría de algo que no tiene y en tanto Lacan en el seminario 7 enuncia que la única 5- Jaques Lacan. Seminario IX “La identificación”
no tiene que el falo es algo que surge de la existencia función del padre, en nuestra articulación, es ser un 6- Jaques Lacan. Seminario X “La angustia”
en tanto símbolo. El padre no castra a la madre de mito, siempre y únicamente el Nombre del padre, 7- Jaques Lacan. Seminario XI los cuatro principios fundamen-
algo que no tiene, pero sí que se imaginariza en el es decir, nada más que el padre muerto, como Freud tales del psicoanálisis”
hijo. Por eso Lacan dará existencia a un falo imagi- nos explica en Tótem y Tabú y como ocurre con el 8- Jaques Lacan Seminario XIX O peor
nario (-phy) y a un falo simbólico (phy mayúscula) drama de Edipo, por otra parte. 9- Jaques Lacan, seminario XIX O peor
Pero el padre aun tiene otra función que cumplir: Si el Edipo es el sueño de Freud, como todo 10- Jaques Lacan Seminarios RSI, seminario 22, 1975
si él no es el falo de nadie, si lo promete en tanto de- sueño necesita ser interpretado, descifrado. “…el 11- Jaques Lacan 1975, en “El síntoma”
tentarlo, tenerlo, porque si el porta la ley, algo tiene mito de Edipo es necesario para designar lo real… 12- Dra. Ana María Gomez. Seminario del complejo de Edipo.
y si algo tiene es que puede darlo, o rehusarlo. Pero ” *(8) Clase Edipo-falo-Castración. El nombre del padre 2003, Grupos
si tiene el falo debe dar prueba de ello. ¿Y cuál es la Para Lacan el mito de Edipo, sueño o no de Clínicos de Buenos Aires
prueba? Que si no lo tuviera la mujer no lo seguiría Freud, ha servido para nada más y nada menos que
deseando. El padre priva, pero, el padre también da para introducir conceptos fundamentales de su
u otorga. Y si él lo tiene, se corresponde con la inau- obra y lo reconoce cuando, se refiere finalmente al Atención
guración en el hijo de los ideales del Yo. Nombre del padre. Es precisamente en el año 1972,
psicológica
Entonces adviene la salida de Edipo. El hombre en O peor. El saber del psicoanalista que reconocerá
se identifica con quien lo tiene. Porque si quiere al menos uno! Este uno solo que se determina por online y presencial
tomar el lugar del padre será castrado y si toma de el efecto de “decir que no “ a la función fálica, es
la madre, el perderá también el falo, ergo, castración. muy precisamente el punto bajo el cual debemos Psicólogos UBA
Buenos Aires - Argentina
La mujer, reconoce a aquel que lo posee para que ubicar todo lo que se dijo hasta el presente del
alguna vez se lo de. Edipo para que el Edipo sea otra cosa que un mito”
Whatsapp:
El sujeto tiene que hacer su duelo por el falo, y que se pueda hablar de “todo hombre” como es-
el Edipo entra en su declinación. Desde hace ya tando sujeto a la castración, es para lo que de modo +54 9 11 3049 1305
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Función del “(…) el psicoanálisis realmente había nacido de


los interrogantes suscitados por la decadencia del pa-
triarcado, pero estaba interesado en darle respuesta
dicho: Sé que no lo está. Los lectores y las lectoras
pueden completarla, si así lo desean.

a través de una nueva concepción de la familia, De funciones y preguntas


donde el lugar del padre fuera redefinido.”

padre Aclaración de forma


(Elisabeth Roudinesco) Repasando y repensando las funciones: Función
de corte, que nos posibilita salir de la endogamia (o
del incesto) y abrirnos a lo social (a la cultura); y
función nominal, que profundiza la entrada a lo so-

(y de la
P
or cuestiones formales, voy a expli- cial y a la cultura, al dar un “nombre”, un “linaje”,
car el camino que elegí para escri- hasta una “identidad” a ese cachorro humano que
bir sobre este tema que nos se gestó en el útero de una madre y para quien ese
convoca: Sin citas -la excepción “padre” colaborará en crear una matriz psicológica
que hace a la regla es la del epí- o útero psicológico. ¿Para qué? Para hacer más ami-

madre) hoy grafe-, sin apelar a palabras de otrxs -aunque por


supuesto, a conciencia de que muchos conceptos o
gable, más amoroso, el pasaje de la vida intrauterina
a la vida “aérea”. Ese primer corte que es el corte de
ideas las tengo presentes y tal vez en mayor o menor cordón, pionero de sucesivos cortes de cordón que,
medida incorporadas por diversas lecturas-, pero se espera, irán sucediéndose en la vida.
partiendo de la experiencia: de la experiencia de Desde la primera vez que di una clase sobre el
Javier Fernández Mouján vida -inevitable y fundamental, fundante podemos primer año de vida, con una flecha en la que se in-
decir-, de la experiencia clínica -en diversos ámbi- sertaban diferentes hechos y conceptos, desde el
tos, pero sobre todo en consultorio (con niñxs, ado- “Edipo de partida” y la dependencia absoluta hasta
lescentes, adultxs, familias y parejas) y en escuelas- la independencia relativa, pasando por simbiosis,
y de la docencia -ideas que germinaron en diferen- apego, confianza básica, “madre suficientemente
tes momentos de mis clases, principal pero no ex- buena”, matriz psicológica, ilusión-desilusión, frus-
clusivamente, de Psicología del Desarrollo I y II-. traciones, destete, objetos, fenómenos y espacios
Tuve un profesor, hace años, cuando estudiaba transicionales...
en la Universidad de Buenos Aires, que hablaba con
cierto menosprecio de los ejemplos “concretos”, lla- Desde aquella primera vez, decía -y tal vez por
mándoles “el cuentito”. Lejos de ese criterio -del que el clima de confianza que invitaba a la reflexión y a
sólo aprendí a rebelarme-, me parece que esos cuen- la creatividad, más que a la repetición- empecé a es-
titos reflejan la vida misma, inasible, apenas repre- cuchar cuestionamientos e interpelaciones a ambas
sentable, como es. Por eso no evadiré los ejemplos funciones: paterna y materna. Parecía que desde el
del lado de la experiencia, de la vivencia, o del “lado lado del cuentito era imposible no verlas o no sentir
cuentito”, pero invirtiendo su sentido y su valor. algún tipo de crujido intelectual o cognitivo:
- ¿Y qué pasa si se trata de una madre soltera?
Función del padre, hoy - ¿Y si la madre no puede ocuparse?
- ¿Las funciones pueden ser encarnadas o cum-
Pensar la “función del padre” y “hoy” nos su- plidas por otras personas?
giere: Que hay una función del padre o una función - ¿Puede la madre cumplir la función paterna?
paterna y que hoy ésta tiene alguna/s particulari- - ¿Puede el padre cumplir la función materna?
dad/es. Menciono estas obviedades, en principio - ¿No hay acaso en el contribuir a la ilusión, a
porque dudo de lo obvio -ya que a menudo nos im- través de la construcción de ese útero psicológico,
pide el ir más allá, la comprensión y hasta el diá- una función del padre que lo acerca más a la fun-
logo-, y en segundo lugar porque creo que se enlaza ción materna que a la función paterna?
con la breve cita de E. Roudinesco que abre estas re-
flexiones. Más allá de las respuestas a mano
Dicho de otro modo: Existe algo a lo que llama-
mos por ese nombre (función del padre, función La respuesta siempre a mano, pero que nunca
paterna) y en nuestra época ese “algo” presenta par- intentaba cerrar la cuestión sino en todo caso echar
ticularidades que pueden llevar a su reconceptuali- más leña al fuego, era: Tengamos en cuenta que las
zación o tal vez a cuestionamientos. En paralelo a funciones no designan a las personas. Función pa-
esto, no podemos soslayar que el patriarcado ya es- terna no es la función que cumple o debe cumplir
taba en decadencia en los comienzos del psicoaná- el padre propiamente dicho; función materna no es
lisis, intentando redefinir el lugar del padre. la función que cumple o debe cumplir la madre ne-
cesariamente. Son funciones que deben estar para
Ejemplos del lado “cuentito” de la cuestión: que nuestro desarrollo como personas sea posible,
Padres que redefinen su posición ante la pater- pero quién las asuma o las encarne no está prefijado
nidad. -o al menos no tanto-… ¿tal vez ni siquiera sea “al-
Madres que deben ocuparse solas de la crianza guien”?
de sus hijes. Y, con un poco de tranquilidad la combustión
Parejas de dos papás o de dos mamás que tienen hacía su efecto y el cuestionamiento ya no era a la
hijes. aparente fijeza de los roles, que hacía ruido a las ex-
Una sociedad/cultura muy (hiper) mediatizada periencias de madres solteras, de parejas homose-
por las pantallas y los medios, al punto de que haya xuales, de huérfanos de padre o madre -¡o ambos!-,
que hacer un trabajo para desprenderse de éstas, de divorcios con cierto grado de conflicto, de padres
casi como un destete, casi como un corte que habi- que sentían que cumplían “función materna” al fa-
lite la salida más allá de esa “simbiosis”. vorecer el útero psicológico, al acunar y arrullar a
Dudo mucho que esta lista esté agotada. Mejor sus hijxs, etcétera, etcétera.
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Hoy, y desde hace rato y cada vez más, está claro parse de sus propias necesidades para que empiecen ficiente. ¿Es el nombre de un hombre, es el de una
que estas funciones, están siendo cuestionadas. a haber pequeños atisbos de frustraciones, como mujer, es el de un/a trans…? Es un nombre. Eso es
Por un lado en su fijeza: El corte no es tan corte, cortecitos de “cordón psicológico”… lo primero.
o no es tan tajante, o no es tan contundente, ¿o falla? Y la nominal, ¿será que lo que importa no es Ayer, hoy y mañana -eso intuyo-.
Y si falla, ¿es por la función paterna, ejercida por quién, sino que sea alguien? Que haya un nombre.
quien sea, o es por una sociedad a la que es difícil Un linaje. Una historia. Un anclaje en la especie - Las palabras y sus significados
“salir”? ineludible- y en la cultura, a través de la palabra.
Y si es difícil salir, ¿lo es porque no es receptiva Es una hipótesis válida. En este cuestionamiento o deconstrucción de la
o lo es porque está tan metida en nuestras vidas ín- función paterna -o de las funciones paterna y ma-
timas, es tan invasiva, que no está tan claro el afuera ¡Qué difícil ser persona! terna- se llegaba habitualmente, en aquellas clases
y el adentro? con tanto debate, a un punto crucial: La utilización
Pero, llegados a este punto, surgían los cuestio- de las palabras padre y madre -o la alusión a éstas
La función nominal, desde el lado cuentito, no namientos de los que buscaban su identidad bioló- en los conceptos de función paterna y materna- que
sólo es cuestionada, sino que es en muchos casos di- gica, como si debieran estar “tranquilos” porque ya se confunden obviamente -con una obviedad difícil
rectamente ignorada… No hay nombre del padre, tienen su nombre y apellido, que les dieron sus pa- de soslayar- con las personas padre y madre. O, in-
sólo el de la madre. ¿Y el padre?, ¿Y por qué va a fi- dres o madres o padre y madre adoptantes… cluso, con los roles masculino y femenino.
gurar si no existe o si se borró o si es mejor mante- Y deberíamos pensar que, tal vez, la función no- - ¿Por qué llamarlas paterna o materna si no son
nerlo lejos porque es un violento? minal necesita de esa verdad de lo corporal, de lo necesariamente encarnadas por la mamá y el papá,
Pensándolo en términos de la sociedad y sus biológico, como un polo que le dé sentido. Nuestra o por la mujer y el hombre?
movimientos actuales -para nada ajenos a lo que ve- compleja identidad en donde coexisten y se entra- - ¿Si realmente son funciones que describen
nimos diciendo, por otra parte-, ¿La lucha antipa- man cultura y naturaleza ciertas “cosas” (en un sentido muy amplio) que lxs
triarcal pone en jaque o pone de relieve otra forma “¡Qué difícil ser persona!”, dice una amiga. Y bebés, en primera instancia, pero más adelante lxs
de que esta función se dé? Tal vez las dos cosas, de- puede que tenga razón. niñxs o adolescentes, necesitan?
pendiendo de las situaciones. Tan difícil y a la vez tan fácil, porque de alguna - ¿Por qué no ponerles otro nombre que no re-
Habrá que redefinir la función nominal sin alu- manera, estas funciones logran -en la mayoría de las mita a ningún sexo, a ningún género, a ninguna per-
dir a las personas “madre” y “padre”, tarea que era personas- cumplirse, sin demasiada conciencia ni sona “concreta”, aunque deban existir personas
mucho más fácil -pese a lo cual seguimos asociando tanta exigencia. concretas para encarnar tales funciones?
funciones con personas- con la función de corte. O Siempre pensé que Winnicott, al hablar de la O sea, liberémonos de la herencia biologicista o
tal vez deba escribirlo así: ¿Habrá que redefinir la madre suficientemente buena, estaba un poco seña- heterónoma o binaria o ¿patriarcal? de estas deno-
función nominal sin aludir a las personas “madre” lando esto… Quiero decir, no habla de la “madre minaciones. Pero en serio. Porque las primeras res-
y “padre”, tarea que era mucho más fácil -pese a lo necesaria”, de la “madre perfecta”, de la “buena puestas eran del tipo “bueno, ya se llaman así, basta
cual seguimos asociando funciones con personas- madre”; dice la “madre suficientemente buena”, hay con entender que no se refieren al sexo ni a la per-
con la función de corte? algo que es suficiente. sona papá o mamá ni al género”… Pero eran res-
La función de corte la ejerce una mamá fácil- Pienso en un “nombre del padre suficientemente puestas demasiado tibias, o vagas -en un doble
mente, incluso si está sola; basta con que deba ocu- bueno”. Hay algo, hay un dar un nombre, que es su- sentido de la palabra: de vaguedad y de vagancia-.

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Página 24 • Septiembre 2022 Actualidad Psicológica

Sumario I 521 ¿Por qué no animarse y conceptualizar de nuevo, en


vez de hacer tantas aclaraciones?

El ejemplo de la cohesión y
al resto del mundo a través de internet- estamos tan
metidos en esta “Matrix”, que nada tiene de “matriz
psicológica” ni de “útero”, que se hace difícil hasta
pensarlo. Hacerlo, encarnar esa función paterna (en
la diferenciación su denominación antigua) o esa función de diferen-
ciación, lo es más aún. No por ello es menos nece-
En nuestro afán dialéctico, en nuestro ida y saria, sino tal vez más.
vuelta de ideas y “cuentitos” de la realidad cotidiana,
en nuestro caldo de cultivo que eran las clases de Posdata: La “endogamia narcisista”
psicología del desarrollo -y en paralelo, en conver-
saciones con padres y madres (sobre todo éstas) Antes de terminar, se me ocurre dejar planteado
sobre la crianza y el desarrollo de sus hijos e hijas- otro tema de “hoy” -o muy típico de los tiempos
aparecían menciones alternativas para quitar el gé- que corren-: El hijo/la hija como objeto de comple-
nero y el enlace asociativo a una persona de las fun- tud narcisista, tal vez es un gran ¡ojo! que hay que
ciones paterna y materna. tener en la actualidad, más allá de que siempre haya
- Si no es necesariamente del padre (o de la existido; el imperativo de felicidad, seguridad, sa-
madre), pongámosle otro nombre. tisfacción personal (individual) de hoy, llevando el
- ¿Para qué sostener, religiosamente, una deno- narcisismo a un lugar casi de ideal, dificulta inmen-
minación con semejante sesgo? samente los vínculos… sobre todo los vínculos
Y así llegaban propuestas inventadas -también amorosos que deben superar barreras de tiempo y
risas por lo extremadamente aclaratorio de algunos frustraciones, y asentarse en una confianza básica.
nombres, como “función antes imaginada para el En términos de la antigua “función paterna”
Septiembre 2022 padre y por eso denominada equívocamente pa- estos hijos e hijas deberían desarrollar un potencial
terna”-, búsquedas y asociaciones diversas. muy fuerte de capacidad de diferenciación, por sí
Ilustración de tapa:
Rodolfo López Martino Como ejemplo, uno que nos venía bastante mismos -por supuesto con ayuda de otros/as- para
Distribución en Interior: D.I.S.A bien, dentro de este modelo “ying-yang” de las fun- no quedar atrapados en esta suerte de endogamia
Imprenta: Mundo Gráfico S.R.L.
ciones complementarias y necesarias, era Maurizio narcisista en la que su ser, su identidad está en fun-
Andolfi con su dos necesidades y a la vez funciones ción de la completud paterna o materna (y aquí ya
Los artículos firmados son de exclusiva básicas de la familia -para su desarrollo-: cohesión no son funciones, sino simplemente mamá y papá).
responsabilidad de sus autores,
y no reflejan necesariamente la opinión
y diferenciación. Cohesión y diferenciación, fusión y límites, in-
de la dirección. La primera, asegurando pertenencia al grupo, timidad y comunicación, eros y tánatos, son todavía
resulta fácilmente equiparable a la función materna. conceptos -o “hechos”, vivencias- que nos sirven
Es como un abrazo, genera situaciones de “familia para pensar y orientar los devenires de nuestras hu-
unida”, alimenta, protege, envuelve… Se evidencia manas vidas, con nuestras humanas voces.
en su máxima expresión en toda situación “uterina” Sin olvidar el grito ni la palabra.
2 La paternidad: algunas figuras
-desde el embarazo al útero psicológico-, de má-
postmodernas.
xima simbiosis. El amamantamiento, el arrullo se-
Irene Meler
rían ejemplos de esta función/necesidad en lo Bibliografía de referencia, más

8 Función paterna: entre mutaciones fenoménico. o menos sugerida:

familiares y sociales. Pero requiere, claro está, de la segunda, para la


Marcelo R. Cebeiro salida al mundo social, para no quedar atrapados/as Aguirre, E., Burkart Nöe, M., Fernández, A., Gaspari, A. y Haftel,
en la endogamia. De esta manera, la función pa- C. (2008). La Sexualidad y los Niños. Buenos Aires: Lugar.
12 “Entre el desfallecimiento y la terna de corte estaría representada o muy emparen- Andolfi, M. (1985). Detrás de la máscara familiar. Buenos Aires:
construcción de alianzas entre pares”. tada con esta necesidad/función de diferenciación, Amorrortu.
Susana Matus, Sara Moscona, Susana que es toda apertura hacia el exterior de la familia. Dolto, C. (2005). Haptonomía pre y post-natal, por una ética de
Sternbach la seguridad afectiva. Buenos Aires: Creavida.
¿De qué habría que diferenciarse Fernández Mouján, J. (2013). Comentario no tan marginal:
15 El principio de ternura como “hoy”? Consumación o consumo. En: Fernández Mouján, J., Hacer fi-
dimensión ética para las crianzas. Pensar losofía con filósofos en edad escolar. Buenos Aires: Ediciones del
el padre del Capitalismo extractivista, la Si tomamos la función de corte, la función ha- Banquete.
colonialidad y el patriarcado. bilitadora de la salida hacia “el afuera” (nuestro Fernández Mouján, J. (2020). Riesgo, sobre riesgo, sobre riesgo…
Lila Grandal, Gabriel Paiva
mundo social), como diferenciación, cabe pregun- , en Clínica con adolescentes. Problemáticas contemporáneas. Sil-
tarnos -no en recién nacidos/as, pero sí en adoles- vina Ferreira dos Santos (Comp.), Buenos Aires: Editorial En-
19 Una cuestión de destino.
centes, por ejemplo-, ¿diferenciarse de qué? treideas.
Alejandra P. Frías
Porque en esta vida tan invadida por los medios, Fernández Mouján, J. (2014). Sobre los límites en los bebés. Ac-
22 Función del padre (y la madre) hoy. tan llena de pantallas que se nos meten en la inti- tualidad Psicológica, Año XXXIX -Nº 428.
Javier Fernández Mouján midad y que ganan tiempo y espacio en nuestra co- Mahler, M., Pine, F., y Bergman, A. (1984) El nacimiento psico-
tidianidad y en nuestras subjetividades… ¿No hay lógico del infante humano. Simbiosis e individuación. Buenos
una suerte de “endogamia” entre sujeto y pantalla?, Aires: Marymar.
¿No habría una función de corte más necesaria Nachmanovitch, S. (2004). Free Play. La improvisación en la vida
entre cultura mediática/pantallas y persona en de- y en el arte. Buenos Aires: Paidós.
sarrollo que entre ésta y su familia? Parecería que la Roudinesco, E. (2012). Lacan, Frente y contra todo. Fondo de
familia fuera una suerte de exogamia en relación a Cultura Económica, Buenos Aires.
las pantallas, ¿tal vez deba haber dos salidas, una de Winnicott, D. (1980). La Familia y el Desarrollo del Individuo.
la endogamia familiar y otra de la enajenación me- Buenos Aires: Hormé.
diática?
Desde hace ya bastantes años y mucho más des-
Próximo número: Octubre 2022 pués del 2020 -año de la pandemia, con la “cuaren-
Discapacidad en la familia tena” que nos obligó a estar encerrados conectados

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