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STAFF
Moderadora
Auris & Jadasa

Traductoras
amaría.viana Gesi Nickie
Anna Karol Ivana Renatte
Auris Jadasa Sahara
Bells767 Julie Sofía Belikov
4 Clara Markov Lau’s Boice Tolola
evanescita Miry Vane

Correctoras
Anna Karol Jadasa
Danita Julie
Elizabeth.d13 Pame .R.

Lectura final
Jadasa

Diseño
Vane’
ÍNDICE
Sinopsis
Capítulo 01: Solo un gran montón de mierda
Capítulo 02: Leñador caliente
Capítulo 03: Esto significa guerra
Capítulo 04: Soy la número uno
Capítulo 05: Incitar a la perturbadora Alicia
Capítulo 06: Tan gracioso
Capítulo 07: ¿De qué casa eres?
Capítulo 08: Debería haber sido mi victoria
Capítulo 09: No es la venganza que esperaba
Capítulo 10: Hora del pavo
5 Capítulo 11: Este no era el juego, que yo estaba jugando
Capítulo 12: El revelador viaje a casa
Capítulo 13: Invasión de Dick y Bobby
Capítulo 14: Coordinación de la Nación
Capítulo 15: Señorita Muérdago
Capítulo 16: Festejando el Año Nuevo
Capítulo 17: Tras los orgasmos
Capítulo 18: Ajuste de cartera
Capítulo 19: El premio para El Mejor Bar es para...
Capítulo 20: No me dejes esperando
Capítulo 21: Bueno, eso lo explica
Epílogo: Te amo más que a los pastelitos
Sobre la autora
SINOPSIS
Blaire Calloway ha planeado cada momento, digno de Instagram,
del lanzamiento de su tienda de pastelitos y cócteles hasta el más mínimo
detalle. ¿Qué no planeó? Que Ronan Knight y su bar deportivo de la vieja
escuela de al lado abrieran el mismo día. Puede que sea estupendamente
atractivo, pero Blaire no ha pasado años obsesionada con la crema de
mantequilla y el bourbon para que arruine su oportunidad de alcanzar el
éxito.
Desde el lanzamiento de hacha (en el lugar de él) hasta los
concursos de glaseado (en el de ella), Blaire y Ronan están
constantemente compitiendo en una batalla para ganar nuevos clientes.
Pero con cada enfrentamiento, también hay una química innegable.
Cuando una amenaza aún mayor para sus negocios llega a la ciudad, se
ven obligados a hacer una tregua en su propia guerra y trabajar juntos.
Y cuanto más tiempo pasa Blaire conociendo al verdadero Ronan, más se
pregunta si es posible tener su pastelito y comérselo también.
6 Forever Romance Standalones #3
1
Solo un gran montón de
mierda
Traducido por Vane Black & Gesi
Corregido por Elizabeth.d13

—¡Tengo una idea fantástica para tu pequeña tienda de pastelitos,


Care Blaire!
7
Me estremezco ante el apodo, lo ridículamente ruidoso que es mi
padre y la referencia a mi primer intento empresarial en solitario como
mi “pequeña tienda de pastelitos”. No pretende que suene
condescendiente, aunque es así.
Mi primera inclinación es responder sarcásticamente, pero soy
consciente que está tratando de ayudar a su equivocada manera, y la
conversación terminará mucho antes si sigo el juego. —¿Cuál es esta
fantástica idea que te tiene tan emocionado?
—El café que está justo al lado de Decadence cerrará a fin de año.
Me encantaría adquirir el contrato de arrendamiento de ese edificio ¡y
podrías abrir una tienda justo al lado de nosotros! ¿No sería maravilloso?
Y mucho más práctico que lo que estás haciendo ahora.
Sostengo el teléfono lejos de mi oído, respiro y exhalo contando
hasta cuatro para no gritarle. —Mi contrato de arrendamiento actual es
de un año, papá.
—¿No puedes anularlo?
—No sin penalización, no.
—Hmm. Bueno, podría cubrir eso por ti. No creo que duela que lo
intentes por tu cuenta durante unos meses, pero luego puedes volver a
casa y ser parte del negocio familiar. Y, obviamente, te proporcionaría el
capital financiero si decidieras hacer la transición.
Y ahí está el incentivo cocinándose a fuego lento que esperaba que
ofreciera. —¿Puedo pensar en ello? —No hay absolutamente ninguna
posibilidad de que acepte su oferta. No es que no quiera la ayuda
financiera. Son todas las ataduras que lo acompañan con las que no estoy
interesada en lidiar.
—Por supuesto, por supuesto. Es una gran oportunidad y no
quiero que la pierdas. ¿Por qué no hablamos en estos días de la semana?
—Por supuesto. Suena bien.
—¡Te amo, Care Blaire!
—También te amo, papá. —Termino la llamada con un suspiro de
frustración y luego casi me caigo de cara al concreto tratando de esquivar
una pila de caca de perro. También estoy peligrosamente cerca de dejar
caer mi recipiente Tupperware lleno de delicias cubiertas con crema de
mantequilla. El popo de perro está decorando la acera justo enfrente de
mi “pequeña tienda de pastelitos”. Agito mi puño mentalmente al
desconsiderado dueño del perro que lo dejó allí como una sorpresa
especial.
Será mejor que esto no sea una señal.
Miro a mi alrededor, buscando algo para… eliminar la ofensa visual
y olfativa, pero la acera está libre de basura. Normalmente me alegraría
la falta de periódicos viejos o envoltorios de comida para llevar dejados
8 en la calle, pero hoy es bastante inconveniente. Lo último que quiero es
un apestoso desastre colocado al frente y centrado fuera de mi escaparate
aún no abierto. Como advertencia útil para los demás transeúntes,
arranco una flor amarilla de uno de los maceteros que iluminan la
entrada de mi nueva cafetería/pastelería, acertadamente llamado
Buttercream and Booze, programado para abrir en solo una semana, y
clavó el tallo en la pila fresca. Volveré y me desharé de eso para que nadie
más sufra el mismo casi destino.
Incluso con el casi horrible accidente y la conversación con mi
padre no ensombrece mi buen humor por mucho tiempo. Hurgo en mi
bolso en busca de mis llaves; siempre se deslizan al fondo de mi bolso.
Finalmente, las agarró, deslizó la llave en la cerradura y empujó la puerta
para abrirla. Tintinea alegremente, un acompañamiento auditivo del
interior vibrante y limpio.
Quería algo simple, fresco y elegante, sin ser demasiado adorable
como el color de una goma de mascar. Así que elimine cualquier rosa de
la decoración que no incluya glaseado de pastelitos. En su lugar, opté por
pisos de madera clara, sencillas mesas blancas y lujosas sillas tapizadas
en piel sintética de color gris pálido fácil de limpiar. Toques de amarillos
vibrantes, azul pálido y plateado acentúan la pieza central de cada mesa.
Las ventanas son brillantes y sin manchas, el letrero en el frente es
limpio, simple y elegante en un gris llamativo con un brillo metálico.
Inhalo profundamente cuando entró, el leve aroma a pintura fresca
y lejía eclipsados casi por completo por el aceite de limón que se esparce
en la esquina y el olor persistente de las velas de vainilla de ayer.
Me olvido por completo de limpiar el obsequio de caca y grito
cuando noto la caja que está sobre la barra. Dejo mi bolso y Tupperware
en la mesa más cercana y mi café en la barra. A pesar de mi emoción, me
tomo un momento para lavarme las manos antes de agarrar un par de
tijeras. Pasó con cuidado la punta a lo largo de la unión para cortar la
cinta.
—Pensé que te escuché haciendo ruidos sexuales aquí. —Mi mejor
amiga, Daphne, aparece al final del pasillo, provocándome un infarto.
Las tijeras se deslizan y corta mi dedo. —¡Ay! ¡Mierda! —Una gota
de sangre brota del corte y me chupo la punta del pulgar, el sabor
metálico me marea un poco. Soy un poco infantil cuando se trata de ver
sangre.
—Lo siento mucho. —Daphne se apresura a cruzar el café, los
tacones repiqueteando contra la madera. Agarra el pequeño botiquín de
primeros auxilios detrás de la barra, lo abre y consigue un vendaje.
—Está bien. Algo torpe esta mañana y nerviosa.
—¿Todo bien? —Su expresión cambia a preocupación mientras
rápidamente cubre la herida con un curita.
9 —Oh sí, ya sabes cómo es. Me desperté a las tres porque necesitaba
ir al baño y mi cerebro no se apagaba. Luego se me ocurrió otra idea para
los pastelitos del día de la inauguración, así que pensé que haría un lote
de prueba en tanto bebía una taza entera de café.
Mira el adorable reloj en forma de pastelito en la pared. —¿Así que
has estado despierta desde las tres?
—Ajá. Y, por supuesto, mi padre llamó esta mañana con otra de
sus increíbles ideas.
Hace una mueca. —Oh, no.
—Oh, sí.
—¿Qué maravillosas sugerencias tuvo esta vez? —Daphne es
consciente de la constante presión de mis padres para que me una al
negocio familiar. Los amo y han trabajado duro para llegar a donde están,
pero sus sueños y los míos no encajan. Les encanta saltear, criticar y
codearse con los ricos y famosos. Me encanta la mantequilla, el azúcar y
la vainilla y no codearme.
Le doy la versión abreviada.
—¿Y cómo terminó la conversación?
—Todo lo que dije fue que lo pensaría.
—¡No lo hiciste!
Levantó una mano.
—Honestamente, no voy a pensar en eso, Daph, pero tampoco tenía
ganas de escuchar una conferencia de una hora sobre por qué ser parte
del negocio familiar sería lo mejor para mí. Sé exactamente lo que pasará
si vuelvo a trabajar con mi familia. No voy a tener voz en nada. Se harán
cargo de todo y lo cambiarán de mi tema de cócteles y pastelitos a algo
ridículo y pretencioso. Me despojarán de todo poder de toma de
decisiones, ignorarán todas mis ideas y podré ver cómo mi sueño arde en
llamas. —Suena dramático, pero no lo es. Mi familia es bien intencionada
pero prepotente—. No trabajé tan duro solo para volver a las papas fritas
con trufas de grasa de pato y carne de Kobe.
Tampoco es que haya nada malo en ello. Disfruto comer ambos,
pero no prepararlos como lo hace mi familia.
—Bueno. Eso está bien. Por un segundo me preocupé. —Daphne
se quita su fina chaqueta de punto y salta ágilmente sobre el mostrador.
Finalmente noto su atuendo; está vestida con un pantalón vaquero color
amarillo pálido y una camiseta gris claro con Buttercream and Booze en
letras plateadas y azules en su pecho.
—¡Oh Dios mío! ¡Las camisetas llegaron! —Mi volumen es
demasiado alto para una hora temprana, pero no puedo contener mi
emoción—. Necesito tomar una foto. —Palmeo mis caderas, pero mi
teléfono está en mi bolso, que está sobre la mesa donde lo dejé. Levanto
un solo dedo—. ¡Espera! Necesito mi teléfono. O tal vez debería conseguir
10 una buena cámara. Y necesitamos un pastelito. En realidad, deberíamos
hacer un montón de fotos.
—Blaire. —Daphne agarra mi muñeca—. Toma un respiro o seis y
relájate.
—Pero necesitamos una foto. Una para nuestro Instagram. ¡Oh!
¡Deberíamos organizar el sorteo de una camiseta!
—Hecho y hecho. La publiqué hace media hora, ya está en nuestras
historias, en nuestra página de Facebook y publicado en el sitio web.
Gestión de redes sociales realizada. —Dice la última parte con acento
británico, imitando “travesura realizada” de Harry Potter. Ambas somos
grandes admiradoras. A veces tenemos maratones de películas de fin de
semana a pesar de haberlas visto literalmente cientos de veces. No
juzgues. Hay peores adicciones.
Daphne es fotógrafa y tiene su propio local a un par de cuadras.
Abrió su estudio el año pasado y estuve a su lado ayudándola en todo lo
que pude. A diferencia de B&B, su lugar no requería demasiado trabajo,
pero estuve allí con una brocha y apoyo moral. Incluso llevé el camión de
¡Pastelitos para llevar! el día de la inauguración para ayudar a atraer
nuevos clientes con delicias azucaradas.
Ella es quién me habló de este lugar. También tuvo la amabilidad
de ayudarme a poner en funcionamientos todas mis redes sociales.
Actualmente le pago con pastelitos, ya que no puedo permitirme mucho
más en concepto de compensación. Me ha asegurado que esta es una
gran adición a su portfolio y que definitivamente se beneficiará si
Buttercream and Booze próspera. Le aprieto la mano. —Eres increíble.
—Lo sé. Es una de las muchas razones por las que soy tu mejor
amiga. —Guiña un ojo—. Ahora abre la maldita caja para que podamos
emocionarnos por algo más y puedas enloquecer por más potenciales
publicaciones en Instagram.
—¡Correcto! ¡Sí! —Tomó una de esas respiraciones profundas que
sugirió, porque estoy hablando como si hubiera inhalado cocaína
después de beber diecisiete Red Bulls y todo lo que digo está marcado con
un signo de exclamación—. Me estoy calmando antes de emocionarme
más —murmuró cuando abro las solapas. La calma dura alrededor de un
cuarto de segundo, y entonces vuelvo a enloquecer.
—¡Son tan divertidos! —Saco suavemente una de las copas para
Martini de unicornio de la caja—. ¿No son las cosas más adorables que
has visto?
—Absolutamente sí. —Se muerde el labio, obviamente luchando
contra la risa.
—Bueno, yo creo que son perfectas.
Ya puedo imaginar el Martini especial y los pastelitos que haré para
acompañarlo. Las copas fueron un poco caras y ligeramente fuera de mi
presupuesto, pero son muy divertidas y se verán increíbles en las fotos
11 para las publicaciones de las redes sociales.
—Estoy completamente de acuerdo. Deberías exhibir algunas aquí.
—Hace un gesto hacia el estante adyacente a la barra que exhibe una
hilera de vasos de Martini inspirados en dulces.
—¡Ohhh! ¡Gran idea! —Cuidadosamente sacó dos copas más de
unicornio de la caja y rodeó el mostrador.
Daphne se baja del mostrador. —Ya regreso.
Hago un sonido en reconocimiento, estoy demasiado consumida
reorganizando el estante como para preocuparme a dónde va.
Regresa cuando termino de acomodar la cristalería. Está sonriendo
y tiene las manos detrás de la espalda. —Cierra los ojos.
Lo hago rápidamente. —Están cerrados.
—Brazos arriba.
Los levantó sobre la cabeza y se ríe. —Un poco a los lados, como si
estuviera a punto de hacer un salto al costado.
Los bajo para que queden en una T. —Oh Dios mío. ¿Qué tienes?
¿Qué sigue?
—Deja de saltar y lo descubrirás.
Ni siquiera me había dado cuenta que estaba dando saltitos de
emoción. Me quedo quieta y espero al pasar algo sobre mi cabeza. Cuando
lo ata a mi cintura detrás de mi espalda, empiezo a saltar otra vez. —Es
mi delantal, ¿verdad?
—Deja de moverte y no te atrevas a mirar. —Me golpea el trasero.
—¡Auch!
—Fue un golpecito, bebé llorona.
—Fue inesperado. —Y más acción de la que he tenido en mucho
tiempo. Inaugurar un negocio significa tener muy poco tiempo para
cualquier cosa que no sea trabajar, más trabajo y sueño limitado.
—Ojos cerrados hasta que te lo diga. —Me toma por los hombros y
me empuja hacia adelante—. De acuerdo. Puedes abrirlos.
Abro un párpado y luego el otro. Me ha llevado al centro del café,
donde un espejo masivo con la calcomanía de Buttercream and Booze
cuelga de la pared. Estoy un poco a la derecha, por lo que puedo ver mi
nuevo delantal sin obstrucción de letras opacas que lo atraviesan.
Mis manos comienzan a aletear sin mi permiso, así que las hago
puño y las escondo detrás de mi espalda por un momento mientras busco
algo de calma. —Es tan perfecto, ¿no lo crees? —Estoy a medio camino
de llorar, estoy tan eufórica.
Pero eso es a lo que me reduce este lugar: lágrimas y emoción. Me
he esforzado mucho para llegar aquí.
12 —Lo es. —Siendo la asombrosa amiga que es, me entrega un
pañuelo antes que tenga que pedírselo—. Has recorrido un largo camino
desde los mercados de fin de semana y el camión de pastelitos.
Inspeccionó el producto de todo mi arduo trabajo. —Ha sido un
viaje, ¿verdad?
—En realidad, una batalla cuesta arriba hasta la cima de la
montaña de los pastelitos —coincide.
—Preferiría tomar el camino difícil antes que comprometer mi
sueño. —Pasó las yemas de los dedos por las letras que deletrean
Buttercream and Booze. Mi teléfono suena desde el interior de mi bolso
indicando una llamada. El tono de llamada, que es el tema principal de
Los Locos Addams, indica que es mi madre.
Ambas miramos mi bolso y luego a la otra. —Dejaré que vaya a
buzón de voz. Estoy cien por ciento segura que está llamando para tratar
de defender el caso de mi papá.
Suspira. —Realmente no lo entienden, ¿eh?
—Nop.
—¿Les has dicho cuándo es tu gran inauguración?
—Absolutamente no.
No necesito que aparezcan dándome consejos el día de la apertura.
Y honestamente no les sería tan difícil encontrar la información por sí
mismos si tuvieran los medios para consultar las redes sociales, pero he
sido extremadamente vaga sobre todo el asunto.
—Es una lástima que no puedan simplemente apoyarte sin hacerse
cargo de todo.
—Tienen las mejores intenciones y una total falta de relajación. —
Dos rasgos con los que no soy desconocida.
—Nunca se han dicho palabras más ciertas. —Suspira—. Sería
agradable si te dejaran acceder a tu fondo sin forzar sus opiniones sobre
ti.
—Realmente aman el concepto de independencia condicional.
Mi familia es propietaria de algunos de los establecimientos de alta
cocina más prestigiosos y exclusivos del noroeste del Pacífico. La
expectativa siempre fue que también me convierta en chef y continuará
el legado familiar.
Le da golpecitos al borde del mostrador. —Simplemente es
frustrante saber que tienes el dinero, pero que hay todo tipo de estúpidas
estipulaciones que lo acompañan si lo usas. Como que frustra todo el
propósito de tener un fondo en primer lugar, ¿no lo crees?
Su familia también es acomodada. Fuimos a la misma escuela y
hemos sido amigas desde que éramos niñas. La principal diferencia es
13 que su familia ha respaldado todos y cada uno de los sueños que ha
querido perseguir, mientras que la mía sigue intentando clavar la clavija
cuadrada que soy en un agujero redondo de su diseño.
—He ahí la razón por la que el dinero se queda dónde está hasta
que este lugar esté establecido y haya demostrado que puedo hacerlo
funcionar.
Crucemos los dedos para que eso suceda. Durante los últimos años
he estado ahorrando dinero y viviendo en un apartamento de mierda
porque estoy decidida a hacerlo por mis propios méritos. De manera que
investigué, encontré un escaparate que me podía permitir en una zona
donde pensé que podría tener éxito, elaboré mi plan de negocios, aseguré
el financiamiento y ahora aquí estoy, abriendo mi local sin el aporte de
mi familia, muy para su disgusto.
Daphne hace un gesto a la tienda. —¿Cuántas pruebas más
necesitan?
—Tener un camión de pastelitos exitoso no es lo mismo que tener
una tienda. —Pasó los dedos por el borde de la copa de Martini.
Golpea la encimera.
—De hecho, creo que el camión de pastelitos probablemente es lo
más difícil de los dos. La mierda con la que tuviste que lidiar con
regularidad fue una locura. Al menos ya no tienes que preocuparte por
neumáticos pinchados.
—Gracias a Dios por eso. —El negocio de los camiones de comida
no es un chiste. Es tremendamente competitivo, territorial y
excepcionalmente feroz. Fue ridícula la cantidad de veces que tuve que
reemplazar mis neumáticos porque un competidor celoso quiso derribar
¡Pastelitos para llevar!
Mi familia siempre estuvo preocupada por mi seguridad. A pesar
que fue mi primer intento de ser propietaria de un negocio independiente.
Ahora aquí estoy, con mi propio escaparate y sin la intención de volver a
trabajar para mi familia si puedo evitarlo.
Cuando era más joven y todavía trataba de apaciguar a mis padres,
fui a la escuela culinaria y aprendiz del reconocido chef Raphael Du
Beouf. Él era talentoso, guapo y suave. Yo era ingenua, impresionable y
enamoradiza. Me enamoré de su sexy acento, sus manos ridículamente
capaces y sus líneas. Por lo que, por supuesto que como muchas
veinteañeras estúpidas, absorbía la atención y los elogios que me prodigó,
y eventualmente comenzamos a tener relaciones. Pensé que estaba
enamorada, mientras que él pensó que no me enteraría que dormía con
otras tres aspirantes a chef.
Con el corazón roto y totalmente desencantada, dejé que mis
padres —que se sentían parcialmente responsables por haber sido los
que nos unieron en primer lugar después de que él comenzó a trabajar
en uno de sus restaurantes— me financiaran un año en Paris. Superé a
14 Raphael y me enamoré de todo lo que tenía que ver con la pastelería y
repostería. Regresé con un nuevo plan que —para gran sorpresa de mi
familia— no incluía ocupar mi lugar en su negocio.
Así que hice mis propias conexiones y comencé desde cero. Renté
un puesto en el mercado callejero local y vendía pastelitos cada fin de
semana mientras trabajaba en la parte trasera de una panadería de alta
gama. Allí es donde conocí a mi amigo y eventualmente socio comercial,
Paul. También trabajaba en el circuito del mercado callejero y
eventualmente unimos nuestros recursos, compramos un camión de
comida y lanzamos nuestra tienda móvil de pastelitos, ¡Pastelitos para
llevar! Los fines de semana íbamos a los mercados locales, pero durante
la semana hacíamos nuestras rondas y entregábamos nuestros deliciosos
y decadentes productos.
Por mucho que lamente mi relación con Raphael, su vida de
mujeriego me puso en este camino. Sin arrepentimiento.
Me sacudo mi viaje por el camino de los recuerdos y hago un gesto
hacia mi delantal. —¿Deberíamos tomar algunas fotos dignas de
Instagram?
—¡Sí! —Se pone de pie de un salto y toma su cámara, que es
prácticamente una extensión de su cuerpo.
Me hace posar en varios lugares de la tienda sosteniendo todo tipo
de accesorios, incluidos los pastelitos que hornee antes de llegar. —Te
ves como la amada hija de Betty Crocker y Ward Cleaver —murmura a
medida que se mueve a mi alrededor, tomando foto tras foto.
Soy una gran admiradora de los vestidos estilo años cincuenta con
faldas amplias y los recogidos que recuerdan a la misma época. No está
destinado a ser un truco, simplemente es mi estilo. Tomo una de las
copas de Martini decorativas del mostrador y estoy a punto de tomar un
sorbo falso cuando un gran golpe sacude toda la tienda, haciendo que las
ventanas tintineen y las botellas de la barra se sacudan. Casi dejo caer
la copa. Es de plástico, por lo que no habría sido una tragedia si lo
hubiera hecho; pero, aun así.
—¿Qué demonios fue eso? —Dejó la copa sobre la mesa más
cercana y me apresuro hacia la ventana que da a la calle. No sé qué
espero encontrar. ¿Un tanque? ¿Una bola de demolición?
—No lo sé, pero se sintió como un terremoto.
Me doy vuelta para enfrentarla. —¿Cuándo fue la última vez que
Seattle sufrió uno?
Ni siquiera vacila. —2001, creo.
—¿Por qué sabrías eso?
Se encoge de hombros y luego se cubre la cabeza con las manos
cuando otro violento golpe hace tintinear las copas de Martini —las
verdaderas— tan fuerte que una de las nuevas de unicornio se cae del
estante y se hace añicos en el suelo.
15 —¡Oh, no! —Se tapa la boca con la mano.
Contemplamos el charco brillante con horror compartido, el cuerno
dorado apuntando hacia arriba, los ojos mirándonos con extrañeza desde
la carnicería.
—¡Salva los unicornios! —grito.
Nos apresuramos hacia el estante y cuidadosamente agarramos el
resto de las copas antes que corran el mismo triste destino. Las acuno
contra mi pecho, recogiendo tantas como puedo.
La siguiente explosión no es tan inesperada, pero aun así
discordante. Salto y casi pierdo el agarre de un unicornio. Como está,
tengo un cuerno pinchándome la teta. Al menos las copas ya no están en
riesgo de caerse del estante.
—Creo que podría provenir de al lado. —Daphne coloca
cuidadosamente su brazo lleno de copas sobre el mostrador.
—¿Qué demonios hay allí? ¿Un portal a otra dimensión? —Apoyo
mi puño sobre mi cadera y miró fulminantemente la pared, como si mi
rostro enojado fuera a detener los golpes al otro lado.
—¿Un bar viejo, creo? —Ambas nos encogemos con el siguiente
golpe—. Para ser honesta nunca le presté demasiada atención.
—¡Parece que están atravesando la maldita pared! Iré allí para ver
qué está pasando.
Tomó la caja vacía y con cuidado colocó dentro los trozos de la copa
rota. Quien sea que esté allí necesita ver lo que ha hecho.
—Ya regreso. —Me apresuro a salir y me las arreglo para volver a
esquivar popo de perrito mientras acecho hacia el destartalado bar de al
lado. Levantó la mirada hacia el descolorido y descascarado letrero sobre
el escaparate: THE KNIGHT CAP. Admito a regañadientes en mi cabeza
que es un juego de palabras inteligente.
Las ventanas y la puerta están cubiertas con papel marrón, pero
otro gran golpe proviene desde adentro. Golpeo vigorosamente y grito
hola, pero estoy segura que nadie puede oírme por encima del ridículo
ruido que viene desde el interior. También percibo un leve golpeteo de un
bajo.
Decido que mi mejor apuesta es asomar la cabeza y ver qué diablos
está sucediendo. Tiro la puerta y se abre un centímetro, entonces vuelve
a cerrarse de un golpe, como si al otro lado hubiera un duende
manteniéndola cerrada. Vuelvo a intentarlo, luchando con la puerta, que
no debería ser tan pesada. Hay una especie de vórtice de viento tratando
de succionarla para volver a cerrarla, pero finalmente logró abrirla y me
deslizo a través del espacio sin soltar la caja con la copa rota. Mi vestido
casi queda enganchado, pero lo liberó de un tirón antes de quedar
atrapado en la puerta.
Toso un par de veces, inhalando aserrín. El lugar está
16 absolutamente sucio y en ruinas. Es engañosamente grande y toda la
parte trasera del pub está cubierta de madera contrachapada. Ahora que
estoy dentro, puedo distinguir más de la canción retumbando a través
del sistema de sonido y causando que el piso vibre. Es una melodía de
rock con riffs de guitarra pesados y mucha batería.
—¡Hola! —grito y avanzó cautelosamente por el polvoriento piso de
madera. Grito una segunda vez cuando nadie responde.
Una figura grande y algo corpulenta aparece en la puerta entre el
viejo y polvoriento bar y el nuevo recinto de madera contrachapada. Las
luces chillonas detrás de él eclipsan su rostro en sombras hasta que da
otro paso hacia adelante, poniéndolo a la vista.
De pie a unos seis metros de distancia hay un hombre robusto que
lleva un par de vaqueros salpicados con pintura, botas de trabajo
desgastadas y una camisa a cuadros roja y negra. Las mangas están
arremangadas hasta los codos, mostrando tatuajes de colores vibrantes
que cubren ambos antebrazos y desaparecen bajo la tela. Su cabello es
corto y está peinado con algún tipo de producto para que quede
perfectamente liso sin un mechón fuera de lugar. Un intencional y
organizado desorden. Y sostiene un hacha.
¿Por qué está sosteniendo un hacha?
Doy un inseguro paso hacia la puerta porque, como decía, está
sosteniendo una jodida hacha.
Apoyo mi puño sobre mi cadera y levanto la barbilla mientras la
mirada del hombre con el hacha me recorre. Juzgando. Evaluando. Su
ceja izquierda se arquea. Tiene ojos del color del bourbon, pómulos altos,
labios carnosos y una mandíbula cuadrada con un hermoso rastrojo, a
pesar de que apenas son las ocho de la mañana.
—¿Qué diablos está sucediendo aquí? —Hago un gesto hacia el
desastre del bar.
Esa ceja arqueada se eleva más. —¿Perdona?
—¿Qué es esto? —digo bruscamente.
Los labios carnosos del hombre con el hecha se levantan en una
sonrisa. —Se llama bar, y a juzgar por tu apariencia, creo que has caído
por la madriguera equivocada, Alicia. El País de las Maravillas no es aquí.

17
2
Leñador caliente
Traducido por Sahara
Corregido por Elizabeth.d13

—Mi nombre es Blaire, no Alicia, muchas gracias. —Quiero


golpearme por esa terrible y poco impresionante respuesta. Culpo mi
incapacidad para pensar en algo, cualquier cosa mejor por creer que
estábamos en medio de un terremoto, la pérdida de una de mis preciosas
copas de Martini de unicornio que, sinceramente, no puedo permitirme
18 reemplazar, y este hípster que sostiene un hacha. Oh, ¿olvidé mencionar
que más allá del hecho de que está sucio y vestido como una especie de
leñador GQ, también es increíblemente guapo?
—Bueno, Blaire, estás parada en medio de una zona en
construcción, y estoy bastante seguro que esos zapatos no cumplen con
el código requerido, así que puedes sacarlos por la puerta. —Utiliza el
mango del hacha para señalar mis tacones, que son adorables y
sorprendentemente cómodos.
Doy un paso atrás. —Señalar es de mala educación. —¿A dónde
diablos se fue mi rápido ingenio?
—También lo es la invasión.
—Toqué la puerta, más de una vez, pero con todo el alboroto aquí
no es realmente una sorpresa que nadie escuché, ¿verdad? —Estoy
irritada y cobrando fuerza, gracias a mi vergüenza, mi miedo residual y
mi frustración por los problemas que este tipo me está causando. No
puedo permitirme contratiempos, hay demasiado en juego. Además, este
tipo ha insultado mi atuendo. Es cierto, puede que lo esté juzgando en
silencio por sus propias elecciones de vestuario, pero ciertamente no voy
a expresarlas. Aún—. Soy dueña de la cafetería de al lado y todos los
golpes aquí me hacen la vida imposible.
—¿Te refieres a la tienda de pastelitos? —Una vez más, usa el
mango del hacha para señalar en dirección a mi café. Hace que su
antebrazo tatuado se flexione tentadoramente. Ni siquiera me gustan los
tatuajes. Bueno, eso no es del todo cierto. No es que no me gusten.
Simplemente no entiendo cómo alguien puede sentarse durante horas y
ser apuñalado con agujas por el hecho de usar arte que podría colgarse
fácilmente en una pared, sin dolor.
—No es una tienda de pastelitos. Es una cafetería de cócteles y
pastelitos. —Maldita sea ingenio, ¡te necesito!
—Correcto. Mi error. Una cafetería de cócteles y pastelitos no es lo
mismo que una tienda de pastelitos. —El sarcasmo se refleja en su seco
tono como de un bollo de un día.
Ignoro la burla, porque no tiene sentido intentar explicarle la
diferencia a un hípster que usa franela. Claramente, es lo opuesto a mi
objetivo de mercado.
—¿Qué está pasando ahí atrás? —Hago un gesto hacia la sala de
madera contrachapada detrás de él—. ¿Es eso incluso legal?
—Se llama recinto para arrojar hachas, y sí, es legal. —Saca un
trozo de papel del bolsillo trasero y lo sacude para que se despliegue,
luego lo sostiene frente a mi cara. Cuando trato de quitárselo, él me lo
arrebata—. Sin tocar, solo mirar.
Lo inmovilizo con una mirada indiferente, sin saber si eso es lo que
hace que tense su mejilla, y levante las manos en señal de rendición. —
No quisiera ensuciar su precioso papel con mis dedos glaseados.
19 Baja el papel para que pueda ver que es un permiso para un recinto
de lanzamiento de hachas.
—Mira, Alicia, totalmente legal.
Lo miro. —Es Blaire, y necesitas mover este recinto porque todo ese
ruido está haciendo que mi cristalería se caiga de los estantes.
Las cejas del hombre hacha se levantan. —Uh, sí, eso no va a
suceder.
Muevo una mano hacia el desorden de madera contrachapada. —
Una de mis nuevas copas de Martini unicornio se rompió por culpa suya
y son caras.
—Unicornio, ¿qué?
—Copas de Martini. Es una copa de Martini con una cara de
unicornio y un cuerno. Son adorables y no son baratas y todos los golpes
hicieron que una se cayera del estante y se rompiera. —Le extiendo la
caja para que pueda ver el daño del que es responsable.
Se asoma al interior, pero no hace ningún movimiento para tomar
la caja. —¿No puedes simplemente mover tus copas? —Su actitud
completamente indiferente y despreocupada me está volviendo loca.
Dejó la caja sobre la barra de forma bastante agresiva, haciendo
que el vaso en el interior tintinee. —Tendré que mover un estante
completo. Quizás más de uno. —Sigo agitando mis brazos por todo el
lugar. Estoy segura que parezco a un pulpo con algún tipo de estimulante
alucinógeno. Toda la cafeína que consumí fue obviamente una terrible
idea porque me pone nerviosa y alterada.
—Bien. —Se mete el pulgar en el bolsillo, obviamente sin
comprender la dificultad que su sala de lanzamiento de hachas va a ser
para mí y para mi negocio. Es completamente egocéntrico y
condescendiente. Ya lo odio. Para siempre. Como en el jardín de niños.
—No está nada bien. Mover un estante arruinará todo el diseño de
la pared. No puedes simplemente bajar un estante sin que haya
consecuencias de diseño —le digo—. Altera la continuidad e interrumpe
el flujo. ¡Toda la vibra se perderá!
Y ahora me mira como si estuviera loca. —Bueno, lamento que
derribar un estante vaya a estropear el ambiente de las magdalenas, o lo
que sea, Blaire, pero a menos que quieras pagar la factura para
desinstalar y reinstalar todo esto. —Señala con un pulgar por encima del
hombro—. Creo que mover un estante es probablemente tu mejor opción
si no quieres más sueños de unicornio destrozados.
Resopló con irritación, porque, aunque tiene razón, la única
persona con inconvenientes soy yo. Y todo este ruido hará que hoy sea
imposible concentrarse. Evitó responder, porque no quiero ceder y estar
de acuerdo con él. —¿Cuánto tiempo va a durar esto?
—Podemos dejar de discutir sobre el hecho de mover un estante
20 cuando quieras.
Ya he puesto a este tipo bajo el título de “Idiotas que quiero
golpear”. Espero que alguien ponga Veet 1 en su champú y todo ese cabello
lujoso y grueso se caiga. La sola idea de eso me hace sentir mejor. —Me
refiero al ruido, sabelotodo.
Las comisuras de su boca se levantan lentamente hasta que sonríe
por completo. Maldita sea. Por supuesto que tiene una gran dentadura y
una hermosa sonrisa que combina con su estúpidamente hermoso
rostro. Probablemente todo lo que tiene que hacer es mostrar esa sonrisa
y la gente mueve los estantes por él sin pensarlo dos veces.
Probablemente muevan paredes enteras. Y también dejan caer sus
malditas bragas.
Levanta un hombro en un encogimiento de hombros.
—Supongo que depende de cuánto tiempo quieras estar aquí,
discutiendo conmigo. Podría hacer esto todo el día, pero eso significa que
no estoy trabajando, y si no estoy trabajando, el gabinete no se está
construyendo. Así que depende completamente de ti cuánto tiempo lleve.
—Su sonrisa se ensancha, probablemente ante mi expresión de horror—
. Puedo ofrecerte un par de botas de seguridad para que puedas seguir
intentándolo, pero no estoy tan interesado en poner una sierra o una

1 Marca de crema depilatoria.


pistola de clavos en tus manos. Tengo la sensación de que podría ser a
mí a quien intentarías clavar en la pared.
Le muestro una sonrisa menos que amistosa. —Me refiero a cuánto
tiempo espera que tomen estas renovaciones. —No quiero que interfieran
con mi gran inauguración la semana que viene.
—No sé. Diría que al menos un par de semanas, pero todo depende
de la frecuencia con la que decida venir y darme mierda.
—Así que ahora eres tú el que tiene inconvenientes, ¿no es así?
Todo lo que hace es quedarse allí con los brazos cruzados y con
una sonrisa reveladora.
—Bueno, muchas gracias por hacerme trabajar más. No es que no
tenga suficiente que hacer ahora mismo. ¡Y espero sinceramente que
estés aislando esa pared porque no quiero que un hacha la atraviese
como una especie de película de terror con clasificación B!
Giro sobre mis talones e intentó abrir la puerta de un tirón con un
estilo dramático, pero por supuesto debido a la estúpida succión del
viento significa que tengo que usar ambas manos, lo que arruina por
completo el impacto.
Una vez que se rompe el sello de succión, la puerta se abre y me
tambaleo hacia atrás, casi aterrizando en el sucio suelo. No miro hacia
21 atrás mientras recupero la compostura, enderezó la columna y salgo de
su bar de mierda.
—Fue un placer conocerte, Blaire —grita detrás de mí, la voz
goteando sarcasmo—. Soy Ronan Knight, por cierto, ¡gracias por
preguntar y por ser tan comprensiva con las renovaciones!
Bueno, ahora el nombre del bar tiene sentido. Por supuesto que
tiene un nombre súper hípster, pero también muy masculino que es tan
sexy como él. Imbécil.
Golpea la caja con los cristales rotos. —¡Oye! ¡Olvidaste tus sueños
de unicornio!
Considero mostrarle el dedo de en medio, pero eso significaría
rebajarme a su nivel y no estoy dispuesta a jugar su juego. —¡Besa mi
pastelito! —grito por encima del hombro, deseando que mi ingenio se
hubiera disparado antes. Regreso furiosa por la acera y casi pierdo el
equilibrio por lo que parece ser la centésima vez esta mañana cuando
pisó algo resbaladizo. Miro hacia abajo y siento náuseas, luego levantó la
vista hacia el cielo—. ¿En serio?
Por supuesto que pise el popo.
Porque hoy no ha sido arruinando lo suficiente por mi nuevo vecino
idiota.
Me quito el zapato ofensivo (la flor amarilla está pegada al fondo) y
trato de no respirar el olor nocivo. Daphne levanta la mirada del
mostrador donde está actualmente en su teléfono publicando fotos
cuando regresó cojeando a mi tienda, mi zapato sucio colgando de mi
dedo.
La expresión de Daphne está en algún lugar entre incrédula e
interrogante mientras me da una rápida mirada. —¿Quién eres y qué has
hecho con mi amiga Blaire?
—¿Qué?
—¿Desde cuándo te enfrentas a completos desconocidos?
Tiene razón. —Ya que no tengo suficiente dinero para reemplazar
esa estúpida copa. Todo lo que tengo está atado aquí. —Agito mi zapato
oloroso alrededor—. Necesito que este lugar funcione bien, Daph. Quiero
demostrar que puedo tener éxito por mi cuenta, con tu ayuda,
obviamente, y la de Paul, pero esto debe funcionar. No puedo pedir ayuda
a mi familia. Ellos son demasiados...
—¿Locos? ¿Entrometidos? ¿Imposibles de tratar? —sugiere
Daphne.
—Exactamente.
—Bueno, debo decir que esta nueva y más atrevida tú es algo a lo
que definitivamente puedo acostumbrarme. Finalmente te están
creciendo tus bolas de dama. —Sonríe y asiente hacia el zapato que aún
cuelga de mi dedo—. ¿Qué pasó?
22 —Pise mierda. Literalmente.
—¿Al lado?
—No. Allí afuera. —Me dirijo a la acera y me abro paso cojeando
entre las mesas hasta la puerta trasera. La abro con rabia y debato si
debería tirar el zapato. Lo dejó afuera, bastante segura de que nadie lo
tocará.
Me lavo las manos antes de regresar descalza y todavía muy
molesta. Especialmente cuando los golpes comienzan de nuevo, y parece
que incluso con más entusiasmo que antes.
—Entonces, ¿qué está pasando allá?
—El leñador de al lado está instalando un recinto para arrojar
hachas.
Los ojos de Daphne brillan. —¿Leñador?
—Llevaba una camisa de franela a cuadros, deambulando con un
hacha. Y escucha esto: su nombre es Ronan, totalmente hípster,
¿verdad? Probablemente lo cambió de algo mucho más corriente, como
Robert o Bill. Su cabello parece peinado con pomada. Todo lo que le
faltaba era la barba de leñador y las gafas de montura negra.
Daphne levanta una mano.
—Espera. ¿Franela en agosto? —pregunta. Me alegra que parezca
apropiadamente horrorizada por esa parodia de la moda.
—O tal vez era a cuadros y estoy inventando la parte de franela.
Independientemente de eso, llevaba una camisa a cuadros de manga
larga con otra camisa debajo. En agosto. Totalmente ridículo. ¡Y es un
idiota completamente condescendiente! ¿Puedes creer que tuvo el
descaro de decirme que debería mover mi estante porque está colocando
un recinto para arrojar hachas? ¿A quién le gusta lanzar hachas que no
sean bárbaros?
—Eh, el lanzamiento de hachas es bastante popular en estos días.
Le doy una mirada que dice cuánto desprecio su opinión sobre esto.
O el hecho de que ciertamente tiene razón. —Ese no es el punto. ¡El caso
es que me está molestando al usar nuestra pared contigua para lanzar
su maldita hacha! ¿Por qué debería tener que mover mi cristalería por él?
Mover ese estante significa que tendré que ajustar todo el diseño. Qué
bastardo egoísta.
—¿O te refieres a un bastardo de estante2? —Daphne sonríe y yo
lucho contra una propia.
—Eso fue ridículamente tonto.
—Y, sin embargo, sigue siendo divertido.
Pongo los ojos en blanco. —Necesito cambiar el estante.
—Deja el estante donde está.
23 —¿Por qué? Ni siquiera podemos ponerle nada. O colgar cosas en
esa maldita pared si Leñador va a lanzarle hachas. ¡Y todavía hay un bar
allí! ¿Cómo pueden servir alcohol y empuñar hachas? Eso parece
tremendamente inseguro.
—Hay un protocolo. E inspecciones.
Toco mi labio, considerando mis opciones. —¿Inspecciones?
Daphne niega con la cabeza y levanta una mano. —No empieces
una guerra antes de haber siquiera inaugurado, Blaire.
—No lo conociste. Es un gran imbécil de primera. —Aunque tiene
razón—. Guardaré esa información en mi bolsillo en caso de que la
necesite.
Más tarde, cuando me dirijo a casa al final del día, encuentro un
volante debajo de mis limpiaparabrisas, lo cual es extraño, ya que estoy
estacionada en el callejón detrás de todas las tiendas, donde solo los
propietarios y empleados están autorizados. Levantó el limpiaparabrisas
y le doy vuelta, curiosa y con la esperanza de no tener que luchar contra
una multa de estacionamiento que no puedo pagar. Definitivamente no
es una multa, pero está anocheciendo y hay sombras aquí atrás, así que
subo a mi SUV y lo arrojó en el asiento del copiloto.

2Juego de palabras, originalmente en inglés dice shelf-ish bastard. Egoísta es selfish y


estante es shelf.
No es hasta que llego a casa y se enciende la luz interior que
finalmente me doy cuenta de lo que hay en el volante. Es un anuncio de
terapia para el manejo de la ira. En la parte superior, en garabatos semi
legibles hay una nota:

Te invitaría a venir a tirar un hacha para sacar algo de tu agresión


latente, pero no estoy seguro que sea una buena idea. Quizás esto ayude
a tu vibra.
~El amable vecino dueño del bar

—¡Qué imbécil! —Lo hago una bola y lo tiro a la basura. No tengo


que preguntarme cómo supo que era mi todoterreno, ya que tengo una
calcomanía magnética de Buttercream and Booze pegada en el panel
lateral.

24
3
Esto significa guerra
Traducido por Gesi & Lau's Boice
Corregido por Elizabeth.d13

Dos días después llegó a la tienda pasadas las nueve de la mañana.


Me encontraré con Paul, mi amigo y socio comercial del camión de
pastelitos. Mi objetivo siempre fue montar una tienda mientras que él
disfrutaba mucho estando en movimiento y estableciendo contactos en
nuevas áreas. Él quería viajar, yo deseaba una base de operaciones.
25 Hicimos un trato para que se quedara con el camión y los derechos
del negocio. En lugar de comprar mi parte por completo, aceptó seguir
horneando los pastelitos y que yo los decorara para ambos mientras
establezco Buttercream and Booze. De esa forma no tiene que encontrar
a alguien con quien asociarse y ninguno tiene que contratar ayuda.
Conocí a Paul después de mi regreso de Paris, cuando vendía
postres en un puesto del mercado callejero local. Al igual que yo, tenía
su propio puesto de pastelitos y pasteles, y éramos competencia. Al
darnos cuenta que nos beneficiaría trabajar juntos —y ahorraríamos
costo de alquiler— terminamos uniendo nuestros recursos y creatividad.
Después de haber estado en el circuito del negocio callejero durante unos
años, me tomó bajo su ala y me mostró las riendas. Él horneaba y yo
decoraba. Éramos un gran equipo en la cocina. En un año ahorramos
suficiente como para comprar un camión de comida, y nació ¡Pastelitos
para llevar! Al principio fue genial y amaba tener un socio. Pero
comenzamos a tener problemas porque ambos queríamos el control
comercial, y ahí me di cuenta que era el momento de seguir adelante.
Siempre fue una empresa temporal, pero fue una gran experiencia de
aprendizaje.
Esta mañana vendrá para probar mi nueva creación y para que
podamos decidir si es necesario hacer algún ajuste en el sabor o la
textura. El camión de ¡Pastelitos para llevar! está estacionado al frente
cuando paso. La puerta trasera de la tienda ya está abierta, lo cual es
considerado. Significa que no tengo que buscar las llaves en mi bolso.
Estoy ocupada haciendo malabares con los pastelitos, mi bolso y
mi taza transportable, por lo que casi piso otra pila de caca justo frente
a la puerta. —¿Qué demonios? —refunfuño, mirando alrededor.
¿Quién pasearía a su perro en el callejón trasero donde hay
cualquier tipo de basura? ¿Y quién no levantaría la caca de su jodido
perro? Quizás quien sea tiene algún tipo de problema con el dueño
anterior. O tal vez tiene algo en contra del glaseado de crema de
mantequilla y el alcohol.
Me pone nerviosa la posibilidad de que ya haya hecho enemigos y
ni siquiera haya abierto al público. Sacudo la cabeza. Estoy siendo
paranoica. Esto no es el negocio de los camiones de comida. Nadie me
cortará los neumáticos.
Esquivo la caca y dejó los pastelitos dentro, fuera del peligro. Esta
vez buscó de inmediato una bolsa de plástico vieja para no olvidarlo y que
alguien la pise por accidente. Hago una mueca cuando me agacho para
recogerla, esperando que los nocivos olores me golpeen, pero
curiosamente todo lo que obtengo es un leve hedor a basura. También
espero que sea blanda y asquerosa, pero es inusualmente firme.
Completamente sólida, de hecho.
Una vez que está asegurada dentro de la bolsa trató de tirarla
dentro del contenedor, pero mi puntería apesta y golpea el costado con
un ruido sordo.
26
Frunzo el ceño porque la caca de perro no debería hacer ese tipo
de sonido cuando golpea el metal. No sé qué me pasa, aparte de la
curiosidad, pero abro la bolsa y hecho un vistazo dentro. Es entonces
cuando me doy cuenta de que no es caca real. Es plástica.
Miro hacia The Knight Cap y estrecho los ojos. Debe haberme visto
pisar la caca el otro día y esta es su idea de ser gracioso. —Qué idiota.
Paul asoma la cabeza por la puerta trasera. —Pensé que había oído
a alguien aquí atrás. ¿Qué está pasando?
Saco la caca falsa de la bolsa. —Mi vecino es un imbécil, eso es lo
que está pasando.
Hace una mueca. —Eso es…
—Es falsa. —Me acerco a la entrada de servicio de The Knight Cap.
La puerta está abierta con un tope de madera. El sonido de una sierra
circular y los fuertes acordes de música rock llegan desde el interior.
Reemplazo la cuña con la caca falsa y, como una ocurrencia tardía, me
llevo la cuña, al carajo con él.
—¿Qué fue todo eso? —pregunta Paul en tanto recojo la caja de
pastelitos y me sigue por el pasillo.
—Aparentemente mi nuevo vecino tiene la madurez de un niño de
doce años y se cree comediante.
—Ya estás haciendo amigos, ¿eh? —Se ríe.
—Jaja. Como claramente puedes oír, no es el vecino más tranquilo
y concienzudo. —Dejo el Tupper sobre el mostrador y me lavo las manos
antes de abrirlo para mostrar mis esfuerzos nocturnos.
—¡Oh, guau! —Pasa una mano por el recipiente, inhalando
profundamente—. ¿Eso es arce? ¿Y bourbon? ¿Y tocino?
—Lo es. Prueba uno y dime qué piensas. No estoy segura de sí el
sabor a arce es demasiado abrumador en el glaseado. —Tamborileo los
dedos en el mostrador, tratando de ser paciente mientras quita el
envoltorio y le da un gran mordisco al pastelito.
Cierra los ojos y mastica, asintiendo levemente. —La crema de
bourbon en el centro equilibra perfectamente el arce. No cambiaría nada.
—¿De verdad?
—Son decadentes, Blaire. La gente se enamorará de ellos. ¿Puedes
enviarme la receta por correo y mañana haré un lote de prueba para estar
seguro que es el correcto? —Mira el interior del recipiente y golpea la tapa
de dos recipientes pequeños etiquetados como glaseado y relleno que
están ubicados entre los pastelitos—. Estás tan al tanto de las cosas.
Seguiremos haciendo los de limón, ¿verdad?
—Sí, definitivamente. Además de los sabores habituales y los de la
gloria matutina. Tengo todo lo que necesito para el glaseado.
27 —De acuerdo, genial. Entonces creo que estamos listos. Estás
haciendo un trabajo fabuloso, Blaire. —Me sonríe amablemente.
—Gracias, realmente aprecio tu ayuda.
—Bueno, es mutuamente beneficioso, ¿no? Honestamente has
reunido las combinaciones de sabores más increíbles.
Rechazó el cumplido con un gesto de mi mano, emocionándome
por toda la situación. Si bien no extrañaré los espacios reducidos del
camión, hemos trabajado juntos durante mucho tiempo y ha sido un
buen amigo y socio.
Me da un abrazo de costado, toma el recipiente y se va. Lo veré al
amanecer de la mañana de la inauguración para poder decorar los
pastelitos y asegurarme de que todo esté perfecto.
Unas horas después, Leñador Idiota pasa saludando jovialmente
por mi ventana delantera.
Qué imbécil.

A medida que la semana avanza, decido que mi desdén por Ronan


está completamente justificado. Es un idiota. Un gigante y estúpidamente
atractivo idiota que siempre usa camisas a cuadros mangas largas —sí,
totalmente inventé la parte de la franela— arremangadas hasta los codos
con otra camiseta debajo. Y vaqueros. Y botas de trabajo. Cada maldito
día.
¿Cómo lo sé?
Porque cada día pasa por mi tienda y hace un gran espectáculo
saludando exuberantemente mientras grita hola.
Y ayer llevaba puesto unas gafas negras de montura gruesa. Todo
es demasiado. Y molesto.
Especialmente porque parece que le encanta molestarme.
Cada día encuentro un volante para algún tipo de clase o sesión
para ayudar a “calmar el alma inquieta” metido en una de mis macetas.
Uno tiene un cupón para tres sesiones de yoga gratuitas, el cual estaría
tentada a usar si tuviera tiempo. Al día siguiente me deja un folleto que
advierte sobre los efectos de demasiada azúcar y cafeína. Incluso está
acompañada por un aceite de lavanda.
Pero lo que realmente se lleva el premio mayor son los contenidos
de una caja de cartón que encuentro frente a mi puerta por la mañana.
Vaciló entre abrirla o no, asumiendo que algo me saltará. Me alivia no
encontrar nada vivo, o muerto, dentro. Sin embargo, mi alivio dura poco,
porque dentro está mi copa de Martini de unicornio. Excepto que está
armada al revés, literalmente. Ahora tiene acentos a cuadros y un
pequeño logotipo de un tipo con una armadura y una de esas viejas
28 gorras donde solían estar sus ojos. Además, el cuerno sobresale de su
trasero.
Una parte de mí está molesta, la otra impresionada que se haya
tomado el tiempo de hacerlo para molestarme. Otra vez. Es una obra de
arte espantosa pero asombrosa. No es que alguna vez vaya a admitírselo.
En el lado positivo, el constante martilleo parece haberse detenido.
El papel aún está en las ventanas, por lo que asumo que pasará un
tiempo antes que abra. Aunque ayer se colocó un nuevo cartel con el
nombre de THE KNIGHT CAP en letras doradas masculinas. Casi me
sorprende que no haya algún tipo de tela escocesa en la señalización.
Estoy segura que habrá un montón de cosas de ella para hacer que el
interior sea más llamativo.
Pero hoy no podría importarme menos el Leñador Idiota, porque es
mi gran apertura y será asombroso. Mis seguidores de Instagram ya
superan los mil, mi página de Facebook tiene el doble. Se han descargado
más de doscientos cincuenta cupones.
He estado desde las cuatro de la madrugada poniendo glaseado y
decorando pastelitos. Tenemos cientos listos para salir y Paul tiene un
plan de contingencia en caso que mis esperanzas sean demasiado altas
para la inauguración. La vitrina está perfectamente organizada y
preparada, el tablero de especiales es una obra de arte.
Me aseguro que los pastelitos y las bebidas presentadas para el día
estén al frente y centro de la vitrina: un pastelito de limón relleno de
cuajada de limón y una crema de mantequilla de limón picante junto a
un delicioso Martini agrio de limón. Su contraparte es un pastelito de
tocino y bourbon con crema de mantequilla de arce combinado con un
bourbon ahumado a la antigua cubierto con una tira de tocino dulce de
arce. Sí, ya los he publicado en Instagram.
El menú de emparedados es simple, pero la variedad es lo
suficientemente agradable para todos los paladares además de la
variedad de bollos dulces y salados y las opciones de café y té hacen que
este sea el único lugar con pastelitos y alcohol en su tipo.
Salgo al exterior y coloco mi letrero con marco en forma de A que
contiene las ofertas especiales de la jornada y mi cita del día:
“CUANDO LA VIDA TE DA LIMONES, ¡HAZ MARTINIS DE GOTA
DE LIMÓN!”
Verificó dos y tres veces que la barra esté surtida, el café listo para
ser servido, el agua caliente preparada para el té y que Callie se sienta
cómoda con sus tareas en el mostrador. Es mi única empleada, porque
una sola persona es todo lo que razonablemente me puedo permitir
pagar. Espero que podamos manejar lo que sea que se nos arroje. Se ve
adorable con su camiseta de Buttercream and Booze, y sus zapatos
tienen un estampado de limón que es más que perfecto. Afortunadamente
Daphne aceptó ayudar esta mañana y no tomar fotos. Soy tan
malditamente afortunada de tenerla de amiga.
29 Aplaudo con entusiasmo, me pasó las manos por el delantal y
ajusto el dobladillo de mi vestido. Llevo puesto uno blanco con un enorme
estampado de rodajas de limón. Me agregué un tatuaje temporal de una
rodaja de limón junto a una pequeña joya amarilla a la mejilla.
Le doy a Callie un breve resumen de los especiales. Si bien espero
que la mayoría de mi negocio se concentre en el almuerzo, la tarde y la
hora del coctel, parece que los cafés con alcohol podrían ser un éxito esta
mañana, considerando la fila de gente que espera a que las puertas se
abran oficialmente.
Estamos a solo unas cuadras de la universidad y hay varios
edificios de apartamentos llenos de estudiantes cerca, así como muchas
empresas locales.
La primera hora es un caos del tipo más delicioso. No importa que
ni siquiera sea el mediodía, casi todos parecen querer pastelitos con café
o té. La multitud universitaria y los compradores de los sábados llenan
el lugar a primera hora de la tarde, los cupones del dos por uno se están
acumulando y me mantengo ocupada preparando Martini y bourbon a la
antigua en tanto Callie se encarga de la registradora. Daphne se queda
ya que estamos mucho más ocupadas de lo que esperaba, lo cual no es
un mal problema.
Alrededor de las tres de la tarde la puerta tintinea y Leñador Idiota
se abre paso entre las mesas, haciendo que cada mujer en el lugar,
estudiantes universitarias, madres, abuelas, y un buen porcentaje de
hombres miren dos veces.
Daphne silba por lo bajo. —Santa mierda, creo que mis bragas
acaban de prenderse fuego.
Le lanzó una mirada. —No es tan sexy.
Me da su cara de ¿hablas en serio? pero no tiene oportunidad de
responder porque él ya está parado frente a nosotras. Esbozo una sonrisa
forzada. —Creo que estás en el lugar equivocado. El lanzamiento de
hachas es a lado.
—Blaire. —Daphne me da un codazo.
Él responde con una sonrisa, muy ancha. Como si supiera
exactamente qué efecto está teniendo en mí y cada jodida mujer del lugar.
—Pensé que pasaría por aquí y probar uno de esos pastelitos por los que
todo el mundo parece estar enloqueciendo. —Saca un cupón de dos por
uno del bolsillo trasero. Donde ha estado curvado alrededor de su
tonificado trasero.
No es que durante la última semana haya notado lo tonificado que
es. De acuerdo. Totalmente lo noté. Cada vez que pasó por la ventana
delantera.
Me entrega el cupón y se lo arrebato con más agresividad de la
necesaria, lo que provoca que esa sonrisa suya se ensanche aún más.
Maldito sea él, sus dientes perfectos y las sexys arrugas alrededor de sus
ojos. Hago un gesto hacia la vitrina de pastelitos, cada bandeja etiquetada
30 según el sabor con una descripción de la combinación del bizcocho y el
glaseado. —¿Qué te hace cosquillas? —Me estremezco internamente ante
mi terrible elección de palabras.
Ronan inclina la cabeza y su lengua se asoma por la comisura de
su boca. Quiero volvérsela a meter dentro, con una cuchara mezcladora.
Se encoge de hombros. —¿Qué me recomiendas?
—¿Qué hay de Muerte por Chocolate?
Se ríe. —Realmente no soy fanático del pastelito de chocolate, o de
la muerte.
—¿No eres fanático? Obviamente has estado comiendo el pastelito
equivocado. —La voz de Daphne es sensual y baja, como si estuviera
pensando en comerse uno de esos pastelitos de Muerte por Chocolate de
su pecho desnudo mientras lo monta.
—Tal vez. —Avanza arrastrando los pies unos pasos y se inclina,
mirando las opciones. Toca la parte delantera de la vitrina, dejando una
huella dactilar—. ¿Pastelito de bourbon y tocino con crema de
mantequilla de arce? Eso suena bien. Probaré uno de esos.
—¿Lo quieres para llevar?
Sí, estoy tratando de sacarlo de mi tienda lo antes posible ya que
su mera presencia es una nube gris que se cierne sobre lo que se supone
que es un día soleado.
Levanta la mirada con la sonrisa irónica firmemente en su lugar.
—Nah, probaré los productos aquí mismo, pero gracias.
Deslizo mi mano en un guante sin látex de color rosa pálido y saco
uno de los pastelitos de la vitrina, luego espero a que decida el segundo.
—El pastelito de limón es un especial destacado del día si quieres
probarlo.
—Hmm. ¿Es agrio? —El como tú está claramente insinuado,
aunque tácitamente.
—Tiene cierto poder de provocar un fruncimiento, si eso es a lo que
te refieres. Es un buen equilibrio entre dulce y agrio.
—Entonces, ¿es exactamente como su creadora?
Daphne se ahoga con una tos y se voltea así puede atender al
siguiente cliente mientras termino con Ronan. Él se dobla y vacila por
otro minuto antes de finalmente decidirse por el pastelito de limón.
—¿Te gustaría una bebida para acompañar? —Pongo el plato
encima del mostrador de cristal.
—Nah, solo el pastelito, gracias. —Me pasa un billete de cinco
dólares.
Pone su antebrazo sobre el cristal, a pesar del hecho que hay una
31 encantadora y pequeña señal que dice NO TOCAR EL CRISTAL. Quitando
la envoltura amarilla del pastelito de limón, se mete la mitad de eso en
su boca en un solo mordisco, haciendo un pequeño sonido de sorpresa,
como resultado usual de la dulce combinación de sabores. Migajas de
pastel llenan la barra de cristal y ahora hay una pequeña fila de clientes
esperando.
En vez de moverse, continúa devorando el pastelito en todo menos
de una forma elegante, en tanto está recargado en el mostrador para
atender, haciendo imposible que cualquiera vea lo que está disponible.
No es como si cualquiera de los clientes estuviera particularmente
molesto sobre eso, considerando la forma en que muchos lo están
mirando, probablemente deseando ser ese bendito pastelito que está
comiendo.
Se come el primero en tres mordidas y lame el glaseado de sus
dedos antes de empezar con el de tocino y miel de maple. Su ceja se
arquea con el primer mordisco, y un gran fruncido de ceño lo acompaña.
Mastica rápidamente, su manzana de Adán moviéndose a medida que
traga. —Santa mierda, esto es asombroso. Es como dulce, ¿pero no?
Salado, pero ¿decadente? —Se mete el resto a la boca, dejando más
migajas sobre el mostrador de cristal y haciendo un desastre general.
También gruñe mientras tiene la boca llena. —Guau. Fue increíble.
Ambos lo son, pero el de tocino es el ganador para mí. ¿Puedo comprar
una media docena de esos?
—¡Claro que puedes! —Callie aparece de la nada—. Puedo ayudar,
Blaire, y tú puedes encárgate de los nuevos clientes. —Me da una
pequeña sonrisa maniaca y brillante.
—Eso sería genial. Gracias.
Ronan mira a lo que ahora se ha convertido en una fila significante.
—Oh mierda, estoy deteniendo las cosas, ¿no es así? —Les lanza un guiño
a los clientes esperando, que son mayormente mujeres—. Lo siento,
señoritas.
Hay un murmullo colectivo de “está bien” y “no hay problema” y
estoy casi segura que alguien dijo “cásate conmigo”.
Dejo que Callie tome su orden ya que ya está preparando una caja
para él.
Al salir, se detiene en un par de mesas para hablar con algunos
clientes. Le doy una mirada de sospecha, pero no tengo tiempo de
contemplarlo por mucho ya que hay una larga fila.
—Te olvidaste de decir que el Leñador Idiota es además muy sexy
—murmura Daphne, empujándome por la cadera así puede tomar los
pastelitos.
—Eso es porque su personalidad arruina todo lo bonito —contestó.
Pero no es completamente verdad, porque a pesar de su idiotez, aún
32 puedo definitivamente apreciar lo guapo que es, desafortunadamente.
—No lo sé. ¿Es realmente tan malo? Vino a apoyarte, y ahora todo
el mundo está ordenando desde media docena, así es que no es como si
fuera malo para nuestro negocio.
Gruño en vez de contestar, porque puede que tenga razón, pero
admitirlo es ir en contra de mis actuales estándares morales.
Se nos acaban los pastelitos con whisky así que tengo que correr
atrás para poner más en exhibición mientras Callie y Daphne se encargan
de atender.
Son casi las cuatro y media antes de que las cosas se calmen y
finalmente pueda tomar un descanso. Me muevo entre las mesas,
revisando a los clientes. Pauso para limpiar algunos platos amontonados
con un par de mujeres en la mitad de sus veintes y noto un par de papeles
debajo de una taza de café. En una inspección más cercana, me doy
cuenta de que es un cupón. Por la mitad de precio en alitas y cervezas en
The Knight Cap. Y es para ellos.
Y como una pista, el sonido grave de un bajo viniendo de al lado
hace que el piso tiemble debajo de mis pies.
Pongo lo que espero sea una sonrisa placentera y le doy un toque
al cupón. —¿Te molesta decirme donde conseguiste estos?
—Ese súper caliente chico quien hizo gemidos orgásmicos cuando
comía sus pastelitos en el mostrador los dejo en nuestra mesa cuando se
iba —ofreció.
—Estoy llena, pero podría totalmente pretender que bebo una
cerveza para verlo por un momento —su amiga se da golpecitos en su
estómago.
Ambas ríen y me les uno, aunque suene como un juguete
descompuesto, o como si me hubiera tragado a la bruja encantada del
oeste. —¿Te molesta si tomo uno de ellos?
—¡Tómalos! Digo que deberías de relajarte después de cerrar en la
noche y disfrutar una buena vista. —Empuja uno de sus cupones hacía
mí.
—Quizá haga eso. —Le doy un guiño y deslizó el cupón en el bolsillo
de mi delantal, recojo los platos y tazas vacías.
Tras ponerlos en el lavabo, me deslizo donde Daphne y pongo el
cupón sobre el mostrador. —Parece que nuestro vecino no estaba
ofreciendo apoyo.
Daphne escanea el cupón. —¿De dónde sacaste esto?
—Se lo dio a nuestros clientes al salir. Invitándolos a su gran
inauguración. Tan amable y detallista, ¿eh?
—Pero dijiste que ese lugar era un sitio en construcción la semana
pasada. ¿Cómo es que está listo para abrir tan rápido?
—¿Quién demonios sabe? —Miro las mesas y noto que la mayoría
33 de las mujeres están sosteniendo el mismo maldito cupón. Ese
escurridizo bastardo—. Pero iré ahí para confrontarlo. Protege el fuerte.
—Tomo el cupón, doy la vuelta a la barra y me dirijo a la puerta, mi ira
ganando fuerza en cada paso, afuera notó la gigante lona de GRAN
INAUGURACIÓN puesta en la entrada y la señal que luce casi
exactamente como la mía, pero dice ¿HARTO DEL TÉ Y LOS PASTELES?
¿NECESITAS UN DESCANSO DEL PAÍS DE LAS MARAVILLAS?
¡CERVEZA A MITAD DE PRECIO AQUÍ!
—¡Maldito desgraciado! —murmuro y hago mi camino a las
escaleras de frente. Me paro en la puerta, esperando la misma aspiradora
que la última vez. Al parecer el problema debió de arreglarse la semana
pasada porque sorpresivamente se abre con facilidad, casi haciéndome
caer de espaldas, otra vez, pero por la razón opuesta.
Me recupero antes de terminar en la acera y entro en el bar. Es
exactamente lo opuesto de mi brillante y fresca cafetería. Aunque, puedo
fácilmente ver al menos seis mesas con caras familiares, porque eran
clientes recientes míos antes de venir aquí.
Debo de admitir que en la semana desde que pise este lugar, se ha
puesto bastante agradable. A pesar de las luces bajas, puedo ver que las
mesas están pintadas de un color pálido, y la decoración, aunque carece
de sofisticación es cómoda y agradable. Y, como predije, hay un tema
plano rojo y negro.
Perfectamente como a un bar. Es un gran lugar para sentarse,
beber cervezas, comer alitas y salir con otros hípsters mientras lanzas
tus hachas. Qué es exactamente lo que está pasando al fondo del bar.
Incluso es manejado por un gran y siniestro bravucón que no deja
que nadie pase por la puerta sin antes firmar una renuncia y pasar un
examen de sobriedad.
Quito mi atención de los que arrojan las hachas y busco en el bar
al traidor dueño de este lugar. Lo encuentro atrás de la barra, una toalla
negra sobre su hombro, a juego con sus lentes del mismo color.
Cruzó el piso de madera, notando que está recientemente
barnizado, y me subo a la barra cuando Ronan le da una cerveza a una
de sus clientes con un guiño. También resulta ser una de mis clientes
recientes.
Sonríe cuando me ve y acomoda sus gruesos y gloriosamente
tatuados antebrazos en la barra. ¿Gloriosamente tatuados? ¿Qué está mal
conmigo? —¿Tomándote un descanso del país de las maravillas para
unirte a la locura, Alicia?
—Me gustaría hablar contigo.
—Estoy un poco ocupado. —Hace un movimiento señalando el ya
lleno bar—. Pero puedes traer un banco y decirme todas tus quejas con
una cerveza. —Me lanza un guiño.
34 Quiero clavarle en el ojo.
Ignoro su conducta semi coqueta, consciente que probablemente
sean las líneas que usa en cada una de las mujeres que baten sus
pestañas en su dirección, lo que yo no hago. En vez de eso, le tiro el cupón
en la barra. —¿Te importaría explicarme esto?
—Es un cupón por mitad de precio de cerveza y alitas. No estoy
seguro que seas de comer alitas ya que significaría que ensucies tus
dedos. —Y ahí está esa sonrisa de nuevo. Tan condescendiente.
—Sé que es un cupón y sé para qué es, gracias. Soy totalmente
capaz de leer. Lo que quisiera saber es en qué demonios pensabas al venir
a mi cafetería con la apariencia de que me estás apoyando, cuando en
realidad, planeabas robar mis clientes.
Su sonrisa cae. —No intentaba robártelos.
—Oh. ¿En serio? —Sacudo el cupón en su cara. Mi voz subiendo
de tono con el resonante bajo—. Entonces, ¿solo paso que te detuviste y
tiraste un montón de cupones en las mesas de mis clientes invitándolos
a dejar mi lugar e ir a tu gran inauguración, la cual también resultó ser
el mismo día que la mía?
Muerde su labio inferior, mirando a la mujer sentada en la barra a
su derecha, quien también recientemente venía de mi cafetería. —
¿Podemos hablar por aquí? —Apunta con su cabeza el fondo del bar.
Lo sigo y lo encuentro al fondo. Usa su cadera para abrir la puerta
que separa la barra del resto del bar y me muestra un pequeño pasillo.
Viejas fotografías enmarcadas se alinean en la pared, algunas de ellas un
poco ladeadas, como si alguien las hubiera movido con el hombro cuando
pasaba e intentara acomodarlas, pero solo termino de desacomodarlas
más. Por alguna razón es inspirador y molesto. Me lleva a una oficina, la
cual claramente no paso por la remodelación basado en lo viejo del
escritorio y la silla giratoria que parece como si fuera de los setentas.
Deja la puerta un poco abierta. En este espacio confinado noto que
tan grande es comparado conmigo. Con uno setenta y siete no tengo un
gran tamaño, y mis zapatillas me ayudan a alcanzar el uno ochenta, pero
Ronan es mucho más alto que uno ochenta.
No es que vaya a permitir que su altura me intimide.
Lanzo el cupón en su escritorio, está desarreglado y hay una pila
de ellos revueltos sobre este, cruzó mis brazos. —Un movimiento bastante
idiota, secuestrando mi gran inauguración, Ronan. Dijiste que tu lugar
no estaría listo en unas semanas. ¿De alguna forma milagrosa lo abres
en una?
Sus cejas caen. —No es como si estuviéramos apuntando a un
mismo tipo de clientes. Tú sirves bebidas frutales y pastelitos, y yo sirvo
cerveza y comida de bar.
35 —Eso hubiera sido un argumento decente si no hubieras venido
pretendiendo ser el señor agradable, haciendo un gran show para mis
clientes, teniendo un orgasmo con la comida en frente de ellos,
juntándolos y robándotelos justo en mis narices con esto. —Apunto al
cupón.
Medio rueda los ojos. —No me los robe.
—¡Con un demonio si no lo hiciste! —Levanto mis manos al aire,
agitándolas, casi pegándole en la cara ya que no hay mucho espacio para
esto aquí—, más de la mitad de las mujeres que están haciendo fila en tu
bar estaban en mi cafetería antes que las saquearas.
—Está bien, saquear implica algo más siniestro que dar un cupón
e invitarlos a pasar cuando terminaran en tu lugar.
—Quizá se pudieron quedar por más tiempo, tomar otra bebida,
ordenar algunos pastelitos para llevar si no hubieras parado y dado tu
linda sonrisa y dándoles ofertas especiales. —Toco sus lentes, lo cual
admito que cruzó la línea invisible de no tocar, llevando a un territorio de
acoso, pero estoy enojada y estamos a menos de un metro de distancia
así que es casi imposible no tocarlo—. ¿Estos tan siquiera son reales o
son un disfraz? ¿Qué hay de tus tatuajes? No estaría sorprendida que
ordenaras esas falsas mangas en internet para verte más hípster de lo
que eres. —No sé qué hay en este chico, pero saca un lado de mí que ni
siquiera sabía que existía. Claro que puedo hacer que las cosas
funcionen, pero no usualmente a este grado.
—Así puedo… ¿qué? —Sacude su cabeza y levanta las manos,
quizá para prevenir que lo toque de nuevo—. He trabajado veinticuatro
horas la semana pasada, y si me pongo mis lentes de contacto siento
como si tuviera arena debajo de ellos. Los lentes son reales, y también
los tatuajes.
—Así que eres un verdadero ladrón hípster. Es bueno saberlo.
Frunce sus labios. —No intento robarme tu negocio.
—¿Y se supone que te crea después que vinieras y coquetearas con
todas mis clientes y les dejaras un cupón?
—No coqueteé con ellas.
—¡Oh por Dios! Ciertamente sí lo hacías con las sonrisas, bromas
y esos malditos guiños.
—Yo no guiño.
—Oh, sí lo haces.
—No lo hago.
Levanto una mano, sin ganas de discutir sobre esto. —El guiño no
es el punto. El punto es que mentiste, bastardo conspirativo y estoy
vigilándote.
Intento alcanzar el picaporte al mismo tiempo que él lo hace, por lo
36 que sus dedos tocan mi piel de la mano. Me sobresalto por el contacto,
porque honestamente se sintió como si me estuvieran electrocutando. No
en una forma me voy a morir, pero más como sorpresivamente
estimulante. De hecho, no sé qué es peor.
Alza ambas manos al aire y adopta una expresión arrepentida. —
Mi intención no era robarme tus clientes, Alicia.
—¡Es Blaire, no Alicia! —Claro que aún se está burlando de mí—.
Cómo si fuera a creerte después que dejaras popo falso en frente de mi
puerta trasera y todo el asunto del manejo de la ira, con tus propios
anuncios. ¡Sin mencionar lo que le hiciste a mis pobres vasos de Martini
de unicornio!
Pone los ojos en blanco. —Oh, vamos, solo bromeaba y tienes que
admitir que el vaso de unicornio luce mucho más genial ahora.
—¡Es una abominación! ¡Y claro que es divertido ya que tú estás
haciendo la broma!
Su expresión cambia. —Mira, es demasiado malo que lo hayas
tomado de la forma incorrecta, pero tú viniste el primer día lanzando
balas y supuse que necesitabas relajarte. Obviamente me equivoqué
sobre eso. Y por lo de la gran inauguración, pensé que sería mejor para
los dos si abríamos el mismo día, más como un dos por uno, ¿si me
entiendes?
—Dices que pensaste que sería mejor para ti ya que yo ya había
hecho el trabajo de traer gente al área. Si realmente hubieras pensado
que sería lo mejor para ambos, te hubieras acercado a mí, pero no lo
hiciste.
Cruza sus manos. —Bueno quizá lo hubiera hecho si te vieras más
amable.
Pongo un puño en cadera. —Y tú crees que jugándome bromas
lograrías eso.
—Bien. Debí decirte mi plan.
Lo interrumpí, triunfante de que finalmente admitiera que estaba
mal. —Claro que admitirás tu error ahora, cuando el daño ya está hecho.
Sus ojos se abren, como si intentara lucir inocente. —Puedo ver
cómo esto luce para ti, pero realmente no intentaba robar tus clientes.
Además, no es como si las personas puedan sobrevivir de pastelitos y
alcohol indefinidamente…
No dijo eso. —No intentes justificar tus acciones conmigo —apunto
a su cara—, puedo ver a través de ti. Solo recuerda, Ronan, tú lanzaste
la primera hacha.
—¿Qué? No tiré nada.
—Es una expresión. —Pongo los ojos en blanco—. Estoy siendo
descarada. Tiraste la primera piedra, tomaste el primer tiro. Ha empezado
—y con eso abro la puerta—, puede que tú hayas empezado la guerra,
37 pero yo seré quien te venza, una dulce amenaza primero. —Guiño y
atravieso el bar, deslizando mi mano en mi delantal. Sacó un montón de
mis propios cupones y los pongo en las mesas, invitando a los clientes a
pasar antes de irse a casa así pueden llevar a sus amados algo delicioso
en donde puedan clavar sus dientes.
4
Soy la número uno
Traducido por Bells767
Corregido por Elizabeth.d13

Las cosas se acaloran con mi vecino luego de la gran apertura. Es


una pequeña competición no tan amistosa, por así decirlo. Cosas como,
cuando Ronan tiene un especial, intento hacer el mío aún mejor. El
viernes por la noche entrego cupones de dos por uno en cócteles para
combatir su cerveza de barril y vino de la casa a mitad de precio. Todos
38 saben que el vino de la casa es cualquier basura, una mierda barata.
¿Y qué si los Martinis dos por uno no los hago con un vodka
premium? También están llenos de cosas como crema de cacao y algún
otro alcohol dulce, mentolado, chocolatoso o frutal y jugo, entonces se
cubre el sabor y funciona.
A los chicos de veintitantos años puede que no les importe la
cerveza barata, pero la mayoría de las mujeres en sus veintimuchos
preferirían un Martini antes que una copa de vino barato cualquier día.
¿Cómo lo sé? Encuesté a mis seguidoras, por supuesto.
Y no crean que Ronan es inocente. Sus bromas siguen. Esta
semana pisé lo que creí que era caca, otra vez, pero resultó ser solo un
poco de plastilina con forma de caca. También tenía brillo, lo cual se pegó
a mis manos y se quedó en todas mis cosas por los siguientes tres días.
Además de la caca brillante falsa, Ronan ha empezado a dejarme
un cupón diario, solo que está actualizado a lo que sea que le esté
sirviendo a sus clientes ese día. Siempre incluye algún comentario irónico
sobre a lo que se refiere como mi personalidad nada amable. Soy amable,
solo que no con él. El cupón de hoy era para un pescado con sal y vinagre
con papas fritas y una cerveza con miel a medio precio, lo cual debo
admitir que suena medio rico. Escribió una nota en la parte de atrás
sobre atraer más moscas con una gota de miel que con vinagre.
Después de dos semanas las cosas van bien en lo que respecta al
negocio. Mejor que bien, de hecho. Estamos ocupados durante el día,
todo el tiempo tenemos pedidos para llevar, los pastelitos se van volando
del escaparate y la gente ama nuestras temáticas diarias de cócteles de
pastelito. Mis inicios en redes sociales están llenos de etiquetas y fotos
perfectas de B&B, de grupos de amigos juntos en la cafetería y de
sonrisas encantadas y buenas reseñas.
Incluso así, apenas gano lo suficiente. En el lado bueno, estoy cerca
de poder cubrir mis gastos sin explotar mucho mi línea de crédito. ¿Estoy
comiendo muchísimas sobras de pastelitos y sándwiches a punto de
expirar que de otra forma se irían a la basura? Definitivamente. Pero
sabía que las finanzas serían complejas al inicio.
Puede tomar hasta tres años para que a un negocio le crezcan las
piernas y por cómo se ven las cosas, hay una opción de que llegue a ganar
dinero dentro de los próximos años. A pesar de que un vecino molesto se
lleve parte de mi negocio.
—Es increíble. ¡Debes estar en la cima del mundo! —Daphne toma
un sorbo de su Martini de caramelo salado mientras baja por su inicio de
Instagram.
El último cliente se fue hace unos veinte minutos, probablemente
hacia el negocio de al lado para lo que sea que Leñador Idiota haya
planeado esta noche. Cerré la tienda, nos hice un trago y ahora nos
39 relajamos en la parte trasera de la cafetería, a gusto en las cómodas sillas
y sofás.
Daphne me saca una foto relajándome en el sofá y Paul vuelve del
baño a tiempo para verla por sobre su hombro. —Súbela, definitivamente.
—¿Cierto? Va a tener muchos me gusta. —Daphne está de acuerdo.
Paul viene a primera hora para dejar los pastelitos para el día, lo
que me da suficiente tiempo de decorarlos antes de abrir. Pero mañana
tiene un evento fuera de la ciudad, entonces trajo todo esta tarde, y lo
convencí para que se quedara a beber algo. No habría logrado hacer esto
sin su ayuda y estoy eternamente agradecida por su amistad estos
últimos años.
Espero a que Daphne me pase su cámara. —¿Puedo al menos verla
antes que la subas? ¿Qué pasa si me veo como una arpía?
—Como si fuera a subir una foto en la que salgas mal. —Está
justamente ofendida. Hemos pasado una cantidad ridícula de tiempo
perfeccionando fotos posadas estas últimas semanas.
Levanto mis manos en súplica. —Lo sé. Solo es una reacción
condicionada. Recibí un mensaje de mi hermana esta semana en el que
me decía que cree que mi lado derecho se ve mejor.
Daphne curva sus labios con desprecio. —Espero que la hayas
mandado a la mierda.
—Es su forma de intentar ayudar.
—Es su forma de ser una perra —responde Daphne.
Me encojo de hombros. Maddy casi siempre es una perra. He
pasado toda mi vida lidiando con ella, sus comentarios no son nada en
comparación con otros de sus actos.
—Como sea, la única vez que te he visto con cualidades similares
a las de una arpía fue cuando terminaste con Raphael —continúa
Daphne.
La miro. —No hablamos de Raphael.
—¿Raphael? ¿Cómo es que nunca he escuchado de él? —pregunta
Paul.
—Lo has hecho. Se le conoce más como El Imbécil.
—Oh. ¿Se refieren al tipo que se acostaba contigo y con tres otras
chefs al mismo tiempo? —Paul se sienta en la silla que está a mi lado.
—Él mismo. ¿Y podemos no hablar de él, por favor? Fue hace años,
antes que llegaras e hicieras que me diera cuenta de que hay más en esta
vida que buey de Kobe y aceite de trufa. A diferencia de ti, a él le
40 interesaba más mostrarme su salchicha que enseñarme cualquier cosa
de valor. —Le di golpecitos a Paul en el hombro. Una de las cosas que
más aprecio de él es el hecho de que nuestra relación siempre ha sido
estrictamente profesional y platónica. Cosa que necesitaba luego de la
pesadilla de Raphael.
—Cuando todavía intentabas hacer felices a mami y papi. —Toma
un sorbo de su Manhattan.
—Esos días se acabaron hace mucho. —Tomo otro sorbo más
grande de mi Martini. Casi demasiado. Amo a mi familia, pero son
ridículamente snobs en cuando a la comida. También están locos.
No tenía ningún deseo de servirle a gente que creía que era
razonable gastarse dos mil dólares en una hamburguesa. No me importa
si el mismo Dios bendijo la maldita vaca y luego la espolvoreó en oro
comestible.
—¿Ya han visto este lugar? —pregunta Paul.
—Eh, no. No lo han visto. —Y si puedo evitarlo, espero que ni
siquiera logren hacer el viaje hasta acá, a mi “pequeña tienda de
pastelitos”. Eligieron su bando el día en que se hizo claro que les
preocupaba más el éxito de su negocio y mantener contento al jefe
estrella, Raphael, que mi propio corazón. Al menos había salido de eso
con mi viaje a Francia.
Mientras estoy perdida en mi cabeza, pensando en mi familia,
Daphne y Paul están hablando. Paul se acerca y pellizca mi brazo, casi
haciendo que derrame mi Martini en mi vestido. —¡Auch! ¿Qué diablos?
—¿Escuchaste algo de lo que dijo Daphne? —Me mira.
—Lo siento, estaba pensando. ¿De qué me perdí?
—¿Conoces a Tori Taylor, la youtuber famosa? —pregunta Daphne.
—Sí. ¿Qué pasa con ella? —Conozco lo más mínimo de Tori. Tiene
un número absurdo de seguidores y ha hecho su carrera con videos de
“Lo mejor de”. Solo el año pasado dio a conocer al menos diez negocios
pequeños. El segundo en que promueve algo, miles de personas están,
comprando lo que sea, o yendo a cualquier lugar que ella declare popular.
Tiene una influencia increíble.
—Mira esto. —Me pasa su teléfono para que pueda ver el video. Tori
aparece en la pantalla, con un maquillaje perfecto, viéndose increíble,
como siempre, nombrando las marcas que está usando, diciendo el
código de descuento que se puede usar para comprar su mismo
look/bolso/polera/zapatos antes de hacerse a un lado para mostrar el
interior genial de su bar local favorito en Los Ángeles.
—Vengo aquí desde que tengo la edad legal para beber. —Guiña un
ojo—. Cada vez que vengo a casa, este es el lugar al que vengo con mis
amigos. Tiene el ambiente perfecto. Es peculiar, genial y tiene los mejores
41 tragos. —Sigue hablando del cóctel especial que está tomando y de su
amor por las margaritas con jalapeño—. Entonces, me hizo pensar en que
pronto voy a hacer un viaje por carretera y necesito saber dónde están
los mejores bares en la costa noreste del Pacífico. ¿Cuáles son los lugares
más funk, con mejores menús de tragos, con la vibra más genial, con
mejor comida entre San Francisco y Seattle? Quiero los bares que lo
tienen todo. ¡Dejen sus nominaciones en los comentarios y asegúrense
de dejar sus redes sociales, así los puedo revisar! ¡Y no se olviden de usar
el hashtag “toritaylorelmejorbar”! ¡Tal vez su bar favorito será una parada
de mi viaje! Y lo mejor de todo, el ganador no solo estará en mi canal,
¡sino que también hice un trato con la cadena Food and Drink para
mostrar al mejor bar! ¡Vean mi página para más detalles! —Hace un
corazón con sus manos, lanza un beso a la pantalla, guiña un ojo y
termina el video.
—¡Tienes que entrar! —declara Daphne—. ¡Necesitamos que todos
los que conocemos nominen como mejor bar a Buttercream and Booze!
¿Te imaginas cuán genial sería para el negocio si salieras en el canal de
Tori, y más en Food and Drink?
—Podría hacer tu carrera. —Paul comienza a bajar por los
comentarios—. Este video recién lo subieron hace una hora y ya hay miles
de nominaciones. ¿Cómo se llama el bar de al lado?
—The Knight Cap —decimos Daphne y yo al mismo tiempo.
—Ya está aquí varias veces. —Paul me muestra su teléfono.
—Por supuesto que sí. —Pongo los ojos en blanco—. Estoy segura
que Leñador Idiota amenazó a todos con un hacha hasta que le hicieron
una buena reseña.
Daphne acerca más su silla, abre el perfil de The Knight Cap y
empieza a comparar nuestros posts, porque esa es su especialidad. Estoy
mejorando en hacer fotos, pero como Daphne sigue armando su
portafolio, con gusto me da consejos cada vez que lo necesito.
—Tienes el doble de seguidores que The Knight Cap. Y tus posts
son mucho más lindos. Aunque, tengo que admitirlo, Leñador Idiota no
es feo.
Paul hace una mueca. —Hombre, este tipo usa muchas camisas de
cuadros.
Lanzo mis brazos al aire. —¡Sí! ¡Exacto! ¡Todos los putos días es
camisas de cuadros, camisas de cuadros, camisas de cuadros y más
camisas de cuadros!
—Bueno, ese es el uniforme allá, ¿no? —dice Daphne.
—No defiendas al camisas de cuadros.

42 Se encoge de hombros. —Como que le queda bien, eso sí.


—¡Se supone que estés de mi lado!
—Estoy de tu lado, pero también puedo apreciar a alguien guapo y
este tipo es muy atractivo, con o sin las camisas de cuadros. Tengo que
decir, eso sí, que está claro que no tiene a un profesional ayudándolo con
esto. Todas estas fotos son espontáneas y, basándome en la cantidad de
selfies que hay del bartender, voy a suponer que él es quien sube la
mayoría de los posts. —Me muestra una imagen de un chico más joven,
sonriéndole a la cámara mientras Ronan sirve una cerveza en el fondo.
—Esperemos que no contraten a nadie, entonces, porque me
gustaría llevar la ventaja en redes sociales. Y sea atractivo o no, tenemos
que hacerlo mejor que el tiro con hacha que tiene por allá.
—Mm, es un beneficio doble, ¿no? Chicos atractivos y lanzamiento
de hacha en una ciudad universitaria está por encima en la escala de sí,
por favor.
Como si pudieran escucharnos hablar a través de la pared —cosa
que no pueden, la madera es gruesa y la música está tan alta que el bajo
hace que vibre el suelo— un golpe, seguido por gritos de aprobación y
algunos canturreos apagados nos hacen saltar a todos. —Alguien le dio
al blanco. —Y basándome en el canturreo, fue Leñador Idiota.
Daphne se da golpecitos en el labio con su uña arreglada. —¿Sabes
lo que tenemos que hacer?
—¿Robar todas las hachas y romperles el mango? —sugiere Paul.
—Las hachas se pueden reemplazar y robar no es una buena forma
de sacar ventaja. Necesitamos combatir hachas con pastelitos —Daphne
hace una cara y aleja el comentario con su mano—. Lo que quiero decir
es que deberíamos meter la temática de tragos y pastelitos en eventos.
—¿Quieres que tengamos un evento de caramelo salado? —
pregunto.
—No. Bueno, sí. Más o menos. Como, que se nos ocurran diferentes
noches temáticas para atraer a nuevos clientes, de la misma forma que
tenemos pastelitos y tragos temáticos cada día. Necesitamos algo
alcohólico que nos ayude a tener más nominaciones.
—De acuerdo. Entonces, ¿qué podemos hacer que sea mejor que
lanzamiento de hachas? Y no quiero hacer algo súper peligroso. —Lo
último que quiero es que alguien se corte alguna parte vital del cuerpo.
Apenas puedo manejar un corte con papel sin marearme.
—Podemos hacer un concurso de decorar pastelitos. ¿El ganador
se lleva una gift card de cincuenta dólares?
—¡Ooooh! Me gusta. Eso podría ser súper divertido.
43 —¡Exacto! —concuerda Daphne—. No sé si tengamos que intentar
competir con The Knight Cap. Tu clientela viene durante el día y por la
tarde, mientras que Leñador Idiota se centra en la tarde y la noche.
Entonces creo que debemos intentar concentrarnos en lo que atrae a la
gente aquí y lo que podemos hacer para mantenerlos entretenidos el
mayor tiempo posible.
—De acuerdo, entonces necesitamos encuestar a nuestros clientes
y descubrir qué otros eventos podrían interesarles. El karaoke siempre
gana y las noches de trivia son muy entretenidas. Siempre disfruté una
noche de buena competencia poética en la universidad.
Paul resopla.
Cruzo mis brazos. —¿Qué? Las competencias de poesía son
entretenidas.
Arquea una ceja. —Estoy seguro que para ti lo son.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Te ves como una mezcla entre una bibliotecaria y una chica pin
up de los cincuenta. El hecho de que las competencias de poesía te gusten
no es una sorpresa.
—Como sea. Solo espera. Mis noches de competencia poética van a
hacer que el tiro con hacha parezca una perorata.
—¿Ya estás sacando tu rima? —Sonríe Daphne.
—Tiene que ser la bebida.
Se ríen y gimen.
—Pero en serio, cuando se trata de competencias de poesía, nunca
pierdo.

44
5
Incitar a la perturbadora
Alicia
Traducido por Julie & Gesi
Corregido por Elizabeth.d13

—Los libros se ven bien hasta ahora. —Mi abuelo se sube las gafas
por la nariz, sus cejas blancas y tupidas fruncidas, los hombros
45 encorvados al inclinarse y hojear los informes impresos. Tener ochenta
años significa que todo se pierde en la traducción cuando mira una
pantalla de ordenador con los mismos números exactos, así que le
imprimo cosas, aunque haga llorar a los bosques.
Rueda sus hombros, sentándose más recto mientras mira
alrededor del bar. Sus ojos se arrugan en las esquinas, las líneas de su
cara se profundizan con su sonrisa melancólica. —Las renovaciones
también se ven bien.
Me apoyo en la barra, el orgullo me ahoga, así que mi respuesta es
un poco brusca. —Gracias, abuelo. —Fue difícil para él cuando empecé
a cambiar las cosas, así que no había venido durante un tiempo, pero ha
vuelto aparecerse casi todos los días.
Me da palmaditas en el brazo con sus dedos grandes y nudosos. El
abuelo y yo somos casi de la misma altura, aunque ha perdido un par de
centímetros con la edad. Su cabello blanco está bien peinado, y como de
costumbre lleva una camisa blanca de botones y un par de pantalones
de vestir negros. —En mi época, los únicos que se adornaban la piel eran
quienes estaban en la Marina o pasaban algún tiempo entre rejas. —Me
dice esto casi siempre que me ve, lo cual es frecuente, sobre todo ahora
que estoy ayudando a dirigir su bar. La mayoría de las veces es una
broma. Aunque la primera vez que me vio las mangas me preguntó por
qué no podía colgar mi arte en las paredes como la gente normal.
—Puedo concertarte una cita, hacer que te marques con tu propio
arte si estás celoso del mío. Podríamos conseguir unos a juego.
El abuelo se ríe a carcajadas. —Ni siquiera me gusta cuando una
bonita enfermera me saca sangre. No voy a permitir que un tipo que se
me acerque con un montón de agujas zumbantes.
Golpeó la barra y lo señaló con el dedo. —Recuerda que cuando le
dices a una enfermera que es guapa hoy en día se llama acoso sexual.
—Es realmente un mundo de mujeres, ¿no? No puedo decir que no
nos lo merecíamos o que Dottie no me dijo que pasaría. Que Dios la tenga
en su gloria. —Hace la señal de la cruz, y hago lo mismo.
La abuela falleció hace poco más de un año, y durante un tiempo
me preocupaba que el abuelo siguiera sus pasos. Llevaban juntos más
de sesenta años y habían trabajado codo a codo todos los días desde que
se conocieron. En todo el tiempo que llevaban casados, nunca pasaron
una noche separados. Claro, el abuelo salía con sus amigos y jugaba al
póquer, y la abuela tenía noches de “tejer” con sus amigas, que eran
realmente reuniones sociales de gin Martini con unas cuantas bolas de
lana y juegos de agujas de tejer para decorar, pero no hubo una sola
noche en más de sesenta años en la que no durmieran uno al lado del
otro.
No estoy seguro de si consideraría eso romántico, pegajoso o un
caso extremo de codependencia. A pesar de todo, se amaban y discutían
ferozmente. De manera que cuando el abuelo se despertó una mañana y
descubrió que ella murió mientras dormía, no sabía con certeza si él sería
46 capaz de manejar el mundo sin ella. Y más egoístamente, me preocupé
por cómo lo manejaría yo si el abuelo no podía lidiar con la pérdida.
Mi padre, su hijo mayor, y mi madre murieron en un accidente de
coche cuando tenía veinte años. Tenía la edad suficiente para sobrevivir
por mi cuenta, pero aun así sacudió los cimientos de mi vida. Siempre
estuve cerca de mis abuelos, por lo que adquirieron el papel de padres
sustitutos. Así es como terminé de vuelta aquí, dirigiendo el espectáculo
en lugar de solo atender mesas y bares, aunque todavía hago esas cosas.
Había estado trabajando en las finanzas, porque ahí es donde está
el dinero, pero no era mi pasión. Ni siquiera cerca. Era un trabajo de
nueve a cinco que me llenaba los bolsillos, pero que no me daba ninguna
satisfacción laboral.
Durante los últimos años he querido abrir mi propia cervecería,
pero para ello necesito dinero. Así que fui a pedirle un préstamo al abuelo,
con la esperanza de evitar los altos intereses del banco.
Habiendo inmigrado de Escocia a América de niño, y creciendo en
una familia de clase media que a veces se esforzaba por llegar a fin de
mes cuando recién llegaron, él es un gran fanático de trabajar por lo que
se obtiene. Lo cual significa que no entregó el dinero como si nada. No
fue una gran sorpresa.
Sin embargo, me ofreció una oportunidad. The Knight Cap ha
estado en nuestra familia por tres generaciones, y ya no puede manejar
la responsabilidad de administrar el lugar por su cuenta. Además,
necesitaba seriamente una revisión. Él financiaría las renovaciones y si
podía devolverle la vida al pub, me prestaría el dinero inicial para la
cervecería, sin intereses. Me daría la experiencia que necesitaba para
llevar un negocio y con suerte evitaría que su orgullo y su alegría se
fueran a pique.
Hasta ahora, estoy cumpliendo mi parte del trato.
—Tengo que admitir que no me gustaba mucho el negocio del
lanzamiento de hachas, pero parece que una vez que las renovaciones
den sus frutos, obtendrás un beneficio verdadero, siempre y cuando
nadie se corte un brazo. —Guiña el ojo—. Es un buen comienzo, hijo.
—Gracias. Y hay algunas reglas muy estrictas sobre el lanzamiento
de hachas, así que los miembros de todos deben permanecer seguros en
sus cuerpos.
—Generalmente es ahí donde los quieres, ¿eh? —Tamborilea sus
dedos en la barra, con una sonrisa irónica—. Y aprecio que mantuvieras
el muro de fotografías. Significa mucho para este viejo.
—Bueno, puede que no haya estado ahí para todas ellas, pero
también significan mucho para mí. —Sé que ha sido duro para el abuelo
tener que dejar de dirigir el bar. Ha sido su segundo hogar durante la
mayor parte de su vida, y todos sus recuerdos contienen a la abuela.
Mi teléfono se ilumina con las nuevas alertas de las redes sociales.
47 Ambos miramos la pantalla.
—¿De qué se trata? ¿Has buscado una nueva novia? ¿Empezaste a
salir con una de las chicas que contrataste? —Su expresión se ilumina y
me río.
—Una vez más, invitar a mis empleados a salir está en la lista de
los “no-no” en estos días. Demasiadas complicaciones potenciales.
El abuelo levanta las manos. —Dottie y yo no nos habríamos
casado si nos preocuparan las complicaciones, ¿verdad?
—Esto es verdad. Sin embargo, mis empleados son estudiantes
universitarios.
—Ah, bueno, seguro que al final conocerás a una chica, sobre todo
si trabajas aquí.
Decido desviar el tema de mi vida amorosa, ya que no es muy
emocionante en estos días. Además, si le dejo seguir adelante, al final me
convencerá que me establezca antes que sea demasiado viejo.
No es que no quiera una pareja, pero por lo que he visto, no puedes
estar casado con tu trabajo y con otra persona a menos que seas como
mis abuelos, quienes trabajaron juntos. De lo contrario, la carrera o la
pareja terminan descuidadas.
Y ahora mismo, mi carrera es primordial. Tengo una obligación con
el abuelo, y la cervecería está a mi alcance. Además, no he podido conocer
a nadie puesto que siempre estoy en The Knight Cap.
Al menos esta es la justificación que doy a cualquiera que pregunte
sobre mi estado sentimental. Honestamente, perder a mis padres a los
veinte años fue duro, y ese fue un tipo de dolor que quisiera evitar. No
ayudó el hecho de que tuviera una novia cuando fallecieron, y esa
relación sufrió una gran turbulencia, que finalmente se estrelló y se
quemó porque no pude soportar la pérdida y ella no supo cómo ayudarme
en el duelo. No fue su culpa, éramos universitarios, pero sí tuvo un
impacto.
Las relaciones hacen que una persona sea vulnerable al dolor, y
perder a mis padres y el final de esa relación fue más angustioso de lo
que pude soportar. Ver al abuelo deteriorarse rápidamente después que
la abuela falleciera fue otra razón para evitar ponerme serio con alguien.
—Por ahora me centraré en el pub, lo que me recuerda que no te
he contado la oportunidad de oro que podría ponernos en el mapa y hacer
que llueva.
Su boca se gira hacia abajo. —¿Es una jerga de jóvenes que no
entiendo?
—Eh, sí. Hacer que llueva significa ganar mucho dinero. Hay una
enorme youtuber...
—¿Youtuber? —Frunce aún más el ceño.
—Sí, es una mujer que hace videos...
48 —¿Vídeos? —Los ojos del abuelo se abren mucho, y me da una
mirada de desaprobación—. No del tipo sucio. No usarás mi bar de Dottie
para hacer esas películas traviesas.
Me ahogo con un sorbo de café y toso en mi codo. —No, abuelo.
Solo videos, no de sexo. ¿Por qué crees que haría algo así?
Sus ojos se desvían y se encoge de hombros, luego toma un gran
trago de su cerveza. —Buscaba algo en el ordenador esta mañana y ya
sabes cómo le gusta rellenar palabras por ti a veces. Bueno, me llevó a
un sitio con todo tipo de cosas que nadie debería estar mirando a las
nueve de la mañana. Sentí que tenía que confesarme después de eso.
—No es la mejor manera de empezar el día, ¿eh?
Sacude la cabeza. —Esas imágenes se quedan atascadas en el
cerebro, en serio. De todos modos, ¿decías algo sobre esta Youtuber?
—Claro, sí. —Golpeo la barra, feliz de alejar el tema de mi abuelo
accidentalmente tropezando con un sitio porno—. Tiene un canal.
—¿Es decir un canal de televisión?
—Sí, algo así. Quiero decir, incluso tienen anuncios que tienes que
ver...
—¿No puedes grabar y avanzar rápidamente esa basura?
Le presenté el DVR al abuelo cuando vivía con él y con la abuela
luego de que mis padres murieron, y es probablemente su cosa favorita
en el mundo. Aparte de este bar y el recuerdo de la abuela. —En YouTube
no. De todos modos, esta mujer, Tori Taylor...
—Suena como una de esas sucias estrellas de cine.
—Te prometo que no es una sucia estrella de cine. En fin, tiene un
canal con más de diez millones de suscriptores.
—Caray, eso es mucha gente. ¿Ella hace trucos ingeniosos o algo
así? ¿Es bailarina?
—No, abuelo. No es bailarina. Solo déjame terminar. —Espero a ver
si va a interrumpir de nuevo, pero se queda en silencio, por ahora—. De
todos modos, tiene un programa de “Lo mejor de” en su canal. Los
mejores productos, los mejores lugares para visitar, ese tipo de cosas.
Dirige un concurso de “El Mejor Bar del noroeste del Pacífico” y participa
The Knight Cap. —Pongo el vídeo en mi teléfono y lo reproduzco para el
abuelo, luego le muestro las nominaciones a The Knight Cap antes de
pasar a Instagram donde puede ver todos los otros bares que han sido
nominados, también.
Hace una pausa en el desplazamiento de algunas fotos. —¿No es
ese el lugar de al lado? ¿Buttercream and Booze?
—Sí. Claro que sí. —Por supuesto que ha sido nominada,
seguramente por todos los seres humanos que conoce. Y a pesar de su
actitud súper irritante, parece que tiene muchos amigos porque está
49 obstruyendo la transmisión con todas las malditas nominaciones.
El abuelo toma mi teléfono y empieza a desplazarse. Luego le da al
enlace de su perfil y sigue hojeando las fotos. Suelta un silbido bajo y
sostiene el teléfono a unos centímetros de mi cara. —¿La conoces?
—Claro que sí.
—Es muy guapa —murmura el abuelo.
—Supongo que si te gusta todo el estilo de June Cleaver.
El abuelo arquea una ceja. —No importa lo que lleve puesto. Podría
ser un saco de arpillera y todavía tendría la cara de un ángel.
El abuelo no se equivoca. Ella es impresionante de una manera
muy clásica y saludable. Tengo que admitir que, por poco convencional
que sea su elección de ropa, también la hace atractiva. Es una masa de
contradicciones. Su aspecto es dulce y retro, pero tiene una personalidad
explosiva y liberal. Y tengo que admitir que me gusta lo fácil que es
meterse bajo su piel. Es adictivo, en realidad.
Los folletos estaban destinados a ser una broma y también lo era
la caca falsa. La había visto pisarla el día anterior y pensé que la mejor
manera de limpiar el aire sería tomarlo a broma. Al parecer Alicia y yo
tenemos ideas muy diferentes sobre qué es o no gracioso. No pareció
apreciar el excremento falso. O el folleto de control de la ira, o el aceite
de lavanda... ¿a quién no le gusta el olor de eso? Y no recibí ni un
agradecimiento ni una risa por la copa de Martini de unicornio
reconfigurada. A la cual le dediqué mucho tiempo y esfuerzo para mi
propia satisfacción personal.
Pensé que se reiría y se suavizaría, pero eso no es para nada lo que
ha pasado. Por otra parte, ¿qué esperaría de alguien que prefiere mezclar
bebidas con catorce malditos ingredientes en lugar de servir una buena
cerveza amarga?
—¿Es la dueña del lugar de al lado, o solo trabaja allí? —pregunta
el abuelo.
—¿Creo que es suyo? Ella lo dirige, eso lo sé.
—Bueno, ha estado vacío durante mucho tiempo. Todos los
negocios que surgen allí terminan hundiéndose en el año. Esperemos que
ella tenga mejor suerte que el resto. Supongo que consiguió un buen
acuerdo sobre el alquiler con todo el mal rollo de ese lugar.
No soy un gran creyente en cosas como el “mal rollo” o la suerte.
Los lugares fracasan o tienen éxito por muchas razones, no porque los
negocios que ocupaban el mismo lugar antes se hundieran. De todas
formas, el hecho que probablemente consiguiera un buen trato en el
alquiler me dice algo sobre la gruñona Alicia en el País de las Maravillas.
Es claramente una luchadora y astuta. Tengo un buen trabajo por
delante si quiero ganarle como el mejor bar del noroeste del Pacífico.
¿Fue la manera más inteligente de manejar las cosas al infiltrarme
50 en su gran inauguración? Probablemente no, y no la copié
intencionadamente, pero sin duda terminó funcionando a mi favor.
Menos mal que me gusta la competencia amistosa.

—Las bandas de música en vivo, siempre son populares. —Lars, mi


camarero de tiempo completo, pule un vaso mientras comprueba su
reflejo en el espejo—. Estaría feliz de ser la primera actuación en directo
si consigues que Lana sea camarera.
Es bueno en su trabajo, y las mujeres lo aman, por eso soporto su
inflado ego. También es mi primo de veintitrés años que aún espera su
gran oportunidad de alcanzar el estrellato, de ahí el trabajo de camarero.
—¿Para que puedas darle una serenata con canciones que has escrito
profesando tu amor eterno?
—Las mujeres consumen esa mierda.
—Lástima que no puedas salir con ella ya que es tu compañera de
trabajo. —Es más un recordatorio que nada.
—¿Por qué eres siempre tan aguafiestas? Esto es un bar, no una
oficina.
—¿Por qué eres siempre tan fuckboy3?
Sonríe. —Me sorprende que sepas lo que eso significa, viejo.
—Tengo treinta años, no estoy cobrando mi pensión.
—Lo que sea. Estoy en mi mejor momento sexual y planeo
capitalizar eso tanto tiempo como mi pene lo permita.
—Pero no con ninguna de las mujeres que trabajan aquí y
preferiblemente tampoco con las clientes.
Pone los ojos en blanco. —¿Qué sentido tiene ser camarero si no
puedo usarlo para follar?
Es mi turno de darle una mirada. —Está bien, antes que nada,
piensa en lo que estás diciendo, Lars. ¿En serio quieres atraer a mujeres
borrachas y no totalmente coherentes a tu cama? Considera las
potenciales ramificaciones de eso. Con cuidado.
Toda su cara se arruga. —Cuando lo pones de esa manera...
—El consentimiento se busca mejor cuando se está sobrio. —Soy
consciente que, de hecho, estoy siendo un gran aguafiestas, pero por una
buena razón. Servir alcohol es una gran responsabilidad, sobre todo en
un establecimiento que ha estado en mi familia por años. Estoy a favor
de divertirme... dentro de lo razonable. Y los veinteañeros no son
conocidos por sus habilidades de pensamiento de alto nivel cuando están
51 bajo la influencia del alcohol.
Si Lars y Lana terminan saliendo, no hay mucho que pueda hacer
al respecto, pero al decirles que existe una política de no salir con
compañeros de trabajo y clientes, me imagino que al menos les estoy
metiendo el miedo al desempleo. Aunque, diré que por más mujeriego que
sea Lars, no le gusta decepcionar a la gente. Así que cuento con eso para
mantenerlo a raya.
Doy golpecitos a la parte superior de la barra. —En fin, volviendo a
las bandas en vivo. ¿No necesitaremos equipo de sonido para eso?
—Sí, pero tengo dos sets en casa, así que puedo traer uno si
quieres. La mayoría de las bandas tienen su propio equipo, pero no todas
son creadas igual. —Sonríe—. Además, podemos organizar una noche de
karaoke. Todo el mundo se cree cantante cuando está borracho.
—Diablos, sí, es cierto —coincido. Y me imagino a Alicia en el País
de las Maravillas con un ataque épico.
—Mira lo emocionado que estás. —Lars refleja lo que asumo es mi
amplia sonrisa—. Ganas esto y más te vale que me des crédito con
algunas de las ideas, hombre.

3 Se refiere a un chico que juega con los sentimientos de las chicas y diría cualquier
cosa que una ella quiera escuchar para tener sexo o para conseguir algo de ellas.
—Es una posibilidad remota. Literalmente cientos de bares han
sido nominados.
—Sí, pero este tiene historia y una grande. Voto por que
empecemos a publicar sobre nuestros abuelos. Tori Taylor casi siempre
apoya todas las parejas famosas que hay por ahí.
Frunzo el ceño, sintiendo que me estoy perdiendo algo. —¿Apoya
cómo?
—Siempre está posteando sobre las parejas ideales. De todas
formas, es algo más sobre lo que podemos publicar si necesitamos, ya
sabes, atraer a las señoritas.
—Claro, sí. —No quiero tener que preocuparme por cosas como las
parejas ideales y el romance. Solo quiero tranquilidad. Un ambiente
relajado donde la gente venga, beba cerveza y disfrute de la conversación
o los deportes o lo que sea, en contraposición a mi tensa vecina y sus
perfectas magdalenas prismáticas y bebidas afrutadas—. Haré algunos
gráficos para que podamos empezar a promocionar las bandas en vivo.
¿Crees que este sábado quedará bien?
—Sí, amigo, puedo reunir a los chicos para el sábado.
—¿Y estarán listos para actuar?
Suena la campana sobre la puerta y entra un grupo de mujeres que
52 parecen tener poco más de veinte años.
—Nací listo. —Guiña un ojo y se gira hacia el grupo—. Buenas
tardes, señoritas. Se ven sedientas.
Sacudo la cabeza y lo dejó con sus coqueteos. Son más de las siete
y aún tengo que hacer una parada al lado para tomar mi dosis diaria de
agridulce. Puede que mi vecina sea un dolor en el culo, pero esos
pastelitos son adictivos. Me estoy comenzando a preguntar si tienen algo.
Paso todas las noches antes del cierre, que es alrededor de las
nueve, pero permanece abierto hasta más tarde los viernes y sábados.
Eso tiene que hacer que sus días sean increíblemente largos. Pero no es
mi problema. Además de que también hago jornadas largas.
Recojo un cupón de detrás de la barra. —Regreso en un segundo
—grito cuando paso a Lars charlando con el grupo de mujeres que ahora
se encuentran en los cuatro taburetes frente a los grifos.
Me hace un gesto con la cabeza y regresa a comprobar las
identificaciones cuando empujo la puerta y salgo a la luz del atardecer.
Aún está cálido y agradable para ser a principios de septiembre. Extraño
las noches en que solía tener tiempo para sentarme afuera en mi balcón
y disfrutar viendo la puesta de sol. Ahora siempre estoy aquí, en el bar,
viendo cómo la luz se desvanece a través de las ventanas.
Sin embargo, algún día lo recuperaré. Por ahora me recuerdo que
hay un plan más grande y que algunas puestas de sol perdidas no son el
fin del mundo si soy capaz de perseguir mi sueño.
Cuando era joven, en mi adolescencia y mucho antes de tener la
edad legal para beber, mi papá solía incursionar con la elaboración de
cerveza casera. Aprendí a muy temprana edad a apreciar la ciencia detrás
de crear cervezas artesanales superiores. Siempre fue un pasatiempo
para mi papá y en algún momento se convirtió en una pasión para mí.
Ahora, aparte de mi abuelo, es la única conexión que tengo con mi papá,
lo único a lo que no quiero renunciar, especialmente a medida que los
recuerdos de él continúan desvaneciéndose.
Durante un tiempo el dinero me importó más que los sueños, pero
la muerte de la abuela cambió mi perspectiva. Necesitaba que los
recuerdos se mantuvieran frescos y tener tiempo con el abuelo, así que
aquí estoy.
Levanto la mirada al letrero que pedí especialmente; costoso, pero
valió la pena. Tu escaparate es tu principal fuente de publicidad para los
transeúntes y cuanto más atractivo sea, más probabilidades hay que
entren las personas. Me río al pasar junto al letrero en la acera de Alicia
en el país de las maravillas. Hoy dice: NO SEAS AMARGO. ¡REGÁLATE
ALGO DULCE!
Abro la puerta y examino la tienda. A pesar de ser martes, está
lleno y casi todas las mesas están ocupadas por mujeres bebiendo café
con leche y Martini. En las esquinas se apiñan parejas jóvenes con sus
libros de textos abiertos, pero ignorados mientras sus dueños comen
53 pastelitos con los pies entrelazados debajo de las mesas mientras
coquetean.
Alicia/Blaire está detrás del mostrador con las manos en la cintura
y el labio inferior atrapado entre los dientes. Su vestido es rosa pálido con
una enorme estampa de una piruleta de arcoíris. La falda es ancha,
obviamente hay algún tipo de material debajo que la hace ser tan…
espumosa. Acentúa su exuberante y curvilínea figura. Su cabello está
recogido en una especie de intrincado peinado, haciéndola parecer como
si hubiera salido directamente del set de una comedia de los años
cincuenta. Seguro que es una mujer interesante.
Su cabeza se gira y su sonrisa de bienvenida se vuelve socarrona.
—Bueno, si no es mi vecino favorito. —Bate las pestañas—. Te esperaba.
Mi sonrisa se ensancha con felicidad genuina. Por razones que no
entiendo del todo, una parte de mí realmente disfruta de la dosis diaria
de sarcasmo que recibo de ella.
—¿Entonces me extrañas? —Me apoyo sobre la vitrina de vidrio. Sí,
soy muy consciente de que no debería. También sé que en el segundo en
que me vaya sacará un limpiacristales ecológico con olor a limón para
quitar la mancha que dejó mi antebrazo.
Hace un sonido gutural, pone los ojos en blanco y murmura algo
por lo bajo. No llego a entenderlo del todo, pero juro que suena sexual.
Probablemente necesite un revolcón.
—¿Qué fue eso?
—Nada. —Mantiene la sonrisa plasmada en el rostro, pero sus
mejillas se sonrojan—. ¿Qué puedo ofrecerte hoy, Ronan?
—No lo sé, ¿qué recomendarías?
—Volvería a recomendar Muerte por Chocolate, pero tenemos pocos
y siempre pareces oponerte. —Se golpea los labios pintados de rosado y
hace un sonido con la boca. Son carnosos. Un poco en puchero.
Probablemente perfectos para besar.
Sip, definitivamente necesito un revolcón.
—¡Oh! De hecho, hoy tengo algo especial para ti.
—¿Especial?
—Ajá. —Arquea una ceja y se gira, su falda se ensancha
impresionantemente. Hay un moño en el centro de su espalda. Incluso
su delantal está atado perfectamente, lo que parece imposible ya que no
puede ver la parte trasera. A menos que tenga a alguien que lo haga por
ella.
Está en medio de sacar algo, no de la vitrina de pastelitos, cuando
un tipo larguirucho con una camiseta que dice ¡PASTELITOS PARA
LLEVAR! sobre el pectoral izquierdo aparece desde la parte trasera del
lugar.
—Todo listo para mañana por la mañana. ¿Necesitas algo más
54 antes que me vaya? —Se pasa una mano por su escaso cabello.
Abandona la caja, que asumo que es para mí, y da unos pasos en
su dirección. —Muchas gracias por encargarte de todo esto esta noche
en vez de mañana por la mañana, Paul. Sé que será un día ajetreado para
ti.
—Bueno, no te iba a dejar abandonada. —Sus hombros se mueven
hacia atrás y su sonrisa rezuma orgullo y satisfacción.
—Eres un regalo del cielo. —Coloca una mano cuidada en su
antebrazo—. Habría estado aquí toda la noche si hubiera tratado de
hacerlo por mi cuenta.
Su sonrisa se ensancha aún más y baja la barbilla cuando ella
levanta la suya. —No puedo permitir que te me conviertas en zombi.
—Aprecio tu preocupación por mi bienestar y mi condición de no
zombi. —Le da a su brazo un apretón y retrocede—. Ahora deberías irte
porque se está haciendo tarde y no quiero que seas zombi por quedarte
aquí hasta tan tarde.
Se aparta de él y su mirada la sigue. Cruza hasta el fregadero, abre
el grifo y se enjabona las manos. Tararea una canción por lo bajo
mientras se frota las manos. También hace un movimiento de cadera.
Me mira cuando retrocede un paso y su expresión cambia a
hostilidad. Eh. Eso es interesante.
Golpea el carro de transporte, lo que llama la atención de Blaire.
—¡Oh! Muchas gracias por llevar eso a la parte trasera, Paul. Callie
ha estado corriendo todo el día y definitivamente apreciamos la ayuda.
—Oh, claro, sí, por supuesto. Que tengas una buena noche, Blaire.
—Tú también.
Retrocede por el pasillo, lanzándome una última mirada antes de
desaparecer. Me pregunto si le habló de mí, y si es así, supongo que lo
que le dijo no fue tan agradable. Blaire se pasea por el pequeño espacio
sosteniendo un plato con un solo pastelito. Lo coloca sobre el mostrador
y lo empuja en mi dirección. —Aquí tienes. Hice este especialmente para
ti. —Guiña un ojo.
Miro el pastel. Hay una pequeña decoración con forma de galleta
en la parte superior con la frase CÓMEME en mayúsculas.
La miro. —¿Lo hiciste para mí?
Parpadea una vez, esa misma casi inquietantemente plácida
sonrisa plasmada en su hermoso rostro. Espera. ¿Hermoso? ¿Desde
cuándo encuentro atractiva a ella y a su extraño sentido de la moda?
—Lo hice —responde.
Vuelvo a mirar el pastelito, evaluando los detalles con más cuidado.
La pequeña galleta parece hecha de caramelo y las letras han sido
pintadas con una mano increíblemente firme. Toco el borde, suavemente
55 y con cuidado. —¿Qué hay de esto? ¿Hiciste esto?
—Sip. No está mezclado con arsénico ni nada. Puedes comerlo sin
preocuparte por tu salud.
—No me preocupaba hasta que lo mencionaste.
—No arriesgaría el bienestar de todo mi negocio por ti. —Aún está
sonriendo, pero hay un borde afilado en su tono, como el corte de una
hoja de afeitar.
Me río un poco. —Me estás matando con tu amabilidad, Blaire.
—¿Lo comerás o qué? —Se inclina sobre el borde del mostrador.
Obviamente he llegado al límite de su paciencia, que es
exactamente lo que he estado esperando. Me encanta cuando se pone
amarga conmigo. Como uno de sus pastelitos rellenos de cuajada de
limón.
—¿Me lo meterás en la boca si no lo hago?
—Tal vez. —Sus labios se contraen.
—¿No quieres que disfrute la experiencia? —Arranco la pequeña
galleta de caramelo de la parte superior—. No dice devórame, dice
CÓMEME. Lento o rápido es la pregunta. Sin embargo, la lentitud suele
ser mejor, ¿no te parece? —¿Qué diablos estoy haciendo? ¿Estoy usando
insinuaciones sexuales?
El diseño del pastelito es claramente una referencia a Alicia en el
País de las Maravillas, no una verdadera invitación a comerla. ¿Y por qué
de repente estoy pensando en cómo sería eso? ¿Es callada o ruidosa?
Apuesto a que es demandante. Probablemente mandona. Y no hay nada
más sexy que una mujer que te dice exactamente lo que quiere.
Me meto el pequeño caramelo en la boca, asegurándome que
ninguno de los pensamientos que flotan en mi cabeza termine saliendo
por mi boca y también para terminar con esto. Porque necesito salir de
aquí en lugar de continuar esta conversación. Es mi competencia en el
desafío de El Mejor Bar, no una futura cita.
Aparentemente rápido será.
Excepto que ese pequeño caramelo se disuelve en mi boca,
burbujeando inesperadamente. Y el sabor es familiar.
Blaire sonríe y junta las manos detrás de ella, balanceándose sobre
sus talones.
Quito el envoltorio del pastelito y lo dejo en el plato. Me lo llevo a la
nariz y lo huelo. —¿Eso es… café?
—Solo dale un mordisco —dice con brusquedad.
Sin embargo, su tono no coincide con su expresión, la cual me doy
cuenta que está tratando de mantener neutral, pero está fallando
bastante dolorosamente. Su mirada está fija en mi rostro, ansiosa,
expectante. Rebota un par de veces y observo el reflejo en la barra
56 espejada detrás de ella llena de botellas de licores. Retuerce las manos
entrelazadas en la espalda, pero trata de mantenerlas ocultas.
Doy un mordisco, no tan grande como originalmente pretendía
porque probablemente es lo que esperaba y quiero prolongar la agonía de
su anticipación tanto como humanamente sea posible. Tengo la intención
de decirle que simplemente está bien, pero gimo en el momento en que
los sabores me golpean la lengua. Ruidosamente. —Oh Dios mío —
murmuro, las migas caen de mi boca y se esparcen por todo el mostrador.
Lo cual me doy cuenta que es repugnante.
Pero a Blaire no parece importarle. Sonríe ampliamente, la
satisfacción y el triunfo hacen que su rostro sea aún más impresionante.
Considero preguntarle qué es, pero decido que no me importa tanto como
para dejar de comerlo. Hay café en el glaseado, pero no es demasiado
dulce, es ligero, mantecoso y deliciosamente cremoso. El bizcocho
prácticamente se derrite en mi boca, destellos de… whisky, cacao y
vainilla, y el siguiente bocado obtengo un toque de crema pastelera con
un suave dejo de… avellana.
Blaire no parece notar el desastre que estoy haciendo. En absoluto.
Se está chupando el labio inferior y rebotando en las puntas de los pies.
Su labio se libera con marcas de dientes aún evidentes. —Lo estás
disfrutando. —No es una pregunta, más bien una acusación.
Quiero devorar el resto en vez de contestar, pero levanto la mano
para cubrirme la boca para poder hacer una pregunta en lugar de afirmar
lo que claramente ya sabe. —¿Qué es?
Una lenta sonrisa se extiende por sus labios.
No dice nada de inmediato, así que me meto el resto en la boca. La
mitad de mí quiere rogarle por más, pero sé que si lo hago entonces de
alguna forma me las arreglaré para darle la ventaja. Lo cual es ridículo.
Es solo un pastelito e independientemente de lo que piense, no estamos
realmente compitiendo contra el otro. Para YouTube sí, claro, pero no veo
cómo puede ganarme a mí y a mi genial bar con lanzamiento de hachas.
Y ahora toda la idea de bandas en vivo y karaoke.
El tema de pastelitos y cocteles es tierno. Pero eso es todo.
Esta vez trato de suprimir mi gemido, pero un sonido de
satisfacción se me escapa.
—¿Entonces te gustan mis gritos orgásmicos? —pregunta.
Es entonces cuando comienzo a toser. También trato de inhalar
con comida en la boca y me ahogo. Y toso un poco más. Blaire retrocede
un paso ya que estoy rociando el mostrador con pastelito a medio
masticar. Es una burla porque lo quiero todo en mi vientre y no sobre el
mostrador.
—¿Estás bien? —pregunta cuando sigo tosiendo durante otros
quince segundos.
—Sí. —Tos—. Yo solo… —tos—, no esperaba eso.
57 —Es el nombre del pastelito —me informa.
—Lo supuse ya que no gritaste ni una sola vez.
—No soy gritona. —Sus ojos arden, como si no hubiera querido que
se le escapara.
Ahora es mi turno de sonreír. —¿Eso es verdad?
Se da vuelta, pero puedo verle el rostro en la pared espejada frente
a ella. Sus orejas se han puesto rojas y murmura algo para sí misma
mientras toma la caja de la barra detrás de ella. Ensancha los hombros
y vuelve a enfrentarme. Sus mejillas son del mismo color que sus orejas.
Deja la caja sin ceremonias sobre el mostrador. —Pensé que querrías más
de uno.
—Sí. Definitivamente. —Asiento.
—Los múltiples son realmente los mejores. —Sus mejillas se mueve
leventemente con un tic y las puntas de sus orejas parecen a punto de
prenderse fuego y tomar todo su cabello. Me pregunto cuánto producto
usa para que se vea tan perfecto y si es suave al tacto o no.
—Me encantan los múltiples. —Tanto darlos como recibirlos. Dejo
esa parte fuera porque preferiría comer los pastelitos, no usarlos, y siento
que de repente estamos pisando una línea muy fina. Eso o ya la hemos
salteado. Sacudo la cabeza para aclararla—. Uh, ¿qué te debo?
—Estos van por la casa. Disfruta tu noche.
Generalmente felizmente me cobra todo el precio por mi adicción a
los pastelitos. Aunque tiende a arrojar uno extra por si acaso. Estoy
tentado a preguntarle si terminaré amarrado en el maletero de un auto
si como el resto, pero me imagino que eso podría ser demasiado. —No
puedo imaginar que alguien alguna vez haya dicho que no a gritos
orgásmicos múltiples gratis.
Me mira condescendientemente. —De acuerdo, Ronan, la broma se
ha terminado. Vete. —Me corre—. Tengo clientes que atender y quieren
lo que tuviste.
Salgo de la tienda de pastelitos con la sensación de haber perdido
la ronda. Incluso me olvidé de darle el cupón para cerveza y pepinillos
fritos gratis.
Lars ha pasado de coquetear con el grupo de mujeres para atender
a otros clientes. Rodeo la barra y abro la caja con la intensión de comerme
otro. Sacudo la cabeza cuando veo al resto. Cada uno tiene un mensaje
escrito en pequeñas galletas azucaradas: CÓMEME, MUÉRDEME,
CHÚPALO y hay uno de Muerte por Chocolate con una calavera y huesos
cruzados.
Eh, parece que después de todo Alicia sí tiene sentido del humor.

58
6
Tan gracioso
Traducido por Clara Markov & Gesi
Corregido por Elizabeth.d13

La encuesta de mis clientes me muestra que los duelos poéticos no


son tan populares como pensé. De manera que mi plan de comenzar
nuestros eventos con uno es vetado por Daphne y Paul que están a favor
de las Noches de Comedia.
59 Se necesitó de dos días, algunas publicaciones en las redes sociales
y dos horas de audiciones para asegurar nuestra noche de
entretenimiento, diré que hay un montón de gente ahí afuera que piensa
que es graciosa, pero no es así. Vamos a pagar nuestro entretenimiento
con pastelitos y alcohol, e incluso con la entrada gratis, de la cual
originalmente me sentía indecisa, la cafetería se encuentra llena.
Tenemos una selección fabulosa de bebidas, pasteles y bocadillos
salados. Y Daphne se ofreció a hacer algunos videos de las presentaciones
para publicar en línea, lo cual es increíble ya que estaré demasiado
ocupada mezclando cócteles para lidiar con algo así.
Creo plenamente que nada puede arruinar esta noche. Esa
creencia es ingenua y probablemente miope.
Sin embargo, desde el incidente del pastelito “Cómeme”, hubo un
cambio con Ronan. Uno que no sé cómo tomar. Sí, sigo pensando que es
un idiota. Sí, todavía desconfío. Sí, aún nos quedamos afuera los viernes
por la tarde y les lanzamos cupones a los clientes, intentando que gasten
su dinero en nuestros productos. Pero es adicto a mis pastelitos. Viene
aquí todas las noches para recibir una probada de mis pastelitos
especiales, y ni siquiera puede ocultar su emoción o su placer.
Normalmente le cobró, pero esa noche me sentí muy generosa
porque inadvertidamente despertó mi creatividad en los pastelitos. Sabía
que tenía un ganador en mis manos, y que su reacción inspiraría a los
clientes a comprar lo que le gustaba a él.
Cada vez que él hace una actuación, generalmente vendo lo que
queda en pastelitos especiales, por lo que el desembolso inicial valía la
pena. ¿Es molesto que constantemente me dejara cupones para alitas y
me preguntara si estoy lista para una “bebida de niña grande”? Claro,
pero jugar con él es tan divertido como verlo comerse mis pastelitos
mientras gime de mala gana.
Aún no ha hecho su parada diaria, aunque generalmente llega más
tarde, un par de horas después del cierre y luego de su hora concurrida
de la cena. Sacudo mi cabeza, porque fijarme en cuando Ronan se detiene
por pastelitos no es de ayuda cuando debería concentrarme en mi evento.
Veinte minutos después, el acto de apertura llega a nuestro
pequeño escenario improvisado. Las sillas y mesas se han reorganizado
para que todos tengan una gran vista. Al principio me siento preocupada,
porque el tipo está claramente nervioso, pero a medida que los chistes
comienzan a fluir y el público comienza a reír entre dientes y luego a
carcajadas, gana confianza. Termina con una gran ronda de aplausos, y
el bar se inunda de órdenes entre los actos. Hay tres comediantes
programados para esta noche, lo cual es perfecto. Significa que las rondas
de bebidas, aperitivos, bocadillos y postres vienen en oleadas, para las
cuales nos encontramos preparadas.
Todo va tan suave como el glaseado de crema de mantequilla hasta
que el último comediante se prepara. Son casi las nueve y el sonido de
60 los bajos y la retroalimentación se filtra a través del muro que comparto
con el bar de Ronan, haciendo vibrar el suelo.
Cuando comienza el último acto, ella bruscamente es interrumpida
por el repentino y muy fuerte golpe de… ¿batería? Le siguen riffs de
guitarra igualmente fuertes y una voz gruñona que canta a todo volumen
las letras, lo cual eclipsa por completo a la comediante por unos
segundos.
Se detiene tan abruptamente como comienza y la artista hace un
chiste, provocando una ronda de risas nerviosas. Desafortunadamente,
ni treinta segundos después vuelve a suceder. —Maldita sea. —Dejo caer
una pila de platos en el contenedor. El estrépito sería fuerte si el ruido
proveniente de al lado no lo ahogara, junto con Karen, la comediante.
Trata de hablar más alto, pero no ayuda—. Voy a ir allí.
Daphne, que ha estado filmando y tomando fotos, hace una mueca.
—Tal vez debería ir yo.
Le doy una mirada de desaprobación. —¿Así puedes babear sobre
Ronan y olvidarte de pedirle que baje el volumen?
Arquea una ceja. Como sea. Es la verdad, incluso si le llamo la
atención de una manera menos agradable, probablemente no se
justifique. Pero es mi primer evento, y lo está arruinando con lo que sea
que suceda ahí. La gente siempre recuerda mejor lo que ocurrió al
principio o al final de un evento. Así que mis clientes van a recordar el
comienzo divertido de su velada y cómo se arruinó porque una banda
ruidosa ahogó el último acto.
Me apuro hacia el bar de Ronan a tiempo para que empiece la
música a todo volumen. El bajo, la batería y los riffs de la guitarra
excesivamente agresivos resuenan a través del sistema de sonido. El
lugar se halla llenísimo, los cuerpos se abarrotan hacia el pequeño
escenario colocado a la derecha. No es de extrañar que haya tanto ruido
en mi cafetería, la banda está tocando contra nuestra pared contigua. Me
doy cuenta que es el cantinero joven quien está en el escenario. Creo que
su nombre es Larry o algo así. Empieza a cantar a gritos. Es bastante
desagradable, no es que piense que cantar a gritos sea realmente tan
atractivo.
Observo la barra tenuemente iluminada, buscando a Ronan en un
mar de veinteañeros usando gafas con marco negro. Finalmente lo veo,
en todo su esplendor de cuadros, detrás de la barra, sirviendo cervezas.
Me toma una eternidad abrirme paso entre la multitud, pero cuando llego
a la barra, hay tres filas. Intento abrirme paso entre los clientes que
esperan, pero resulta imposible.
Molesta y frustrada, y francamente, asqueada por la cantidad de
cuerpos sudorosos que me presionan, hago un escaneo superficial de la
barra y noto una apertura por el suelo. Pongo mis manos sobre las
caderas de un chico, tratando de esquivarlo. Desafortunadamente, lo
toma como una señal de que quiero bailar, o besuquearme.
Se gira, con los ojos encendidos mientras me mira. Me alegro de
61 llevar puestos tacones porque no soy particularmente alta y él
ciertamente lo es. Una lenta sonrisa se extiende por su rostro. Sus
mejillas son suaves como un bebé, lo cual indica que probablemente
apenas tiene la edad suficiente para estar aquí legalmente.
—Lo siento, discúlpame. Solo necesito llegar a la barra. Necesito
hablar con el barman.
—Puedes hablar conmigo mientras esperas, si quieres —grita por
encima del ruido.
No sé con seguridad cómo eso sería posible porque es tan fuerte
que ni siquiera puedo escuchar mis pensamientos, y mucho menos tener
cualquier tipo de conversación significativa. Toco mi oreja indicando que
no puedo escucharlo.
—No tenemos que hablar. —Enrolla un brazo alrededor de mi
cintura, tomándome con la guardia baja al acercarse—. Me gustan las
asaltacunas.
—¿Asaltacunas? —Presiono mis palmas contra su pecho, que es
ridículamente huesudo, y giró la cabeza cuando se inclina.
—Sí, estás cerca de los treinta, ¿verdad? Eso es sexy.
En serio voy a estrangular a Ronan. Puede que no sea su culpa que
este idiota despistado me ataque de repente, pero lo culpo porque él es la
razón por la que tuve que venir aquí. Doy un paso deliberadamente sobre
su pie con mi puntiagudo tacón.
Me deja ir con un grito. Qué bebé. Me abro paso a codazos entre la
multitud, he terminado con los con permisos y perdones. Decido que la
única forma de llegar a Ronan es yendo detrás de la barra, lo cual
significa empujarme hasta el final de la fila de clientes agitados y
esperando. Finalmente me libero de la ola de cuerpos, podría salir por la
puerta trasera y desafiar el hedor de la basura para regresar a la cafetería
en lugar de tener que luchar contra la multitud por segunda vez, y trato
de hacerle una señal a Ronan al final de la barra.
Mira en mi dirección, levanta la barbilla y vuelve a servir cervezas.
Bastardo. No hay manera que deje que Ronan me ignore. Abro la puerta
que me llega a la altura de la cintura y me deslizó detrás de la barra.
Camino con cuidado por el tapete honeycomb4, esperando al tiempo que
Ronan desliza dos cervezas sobre la barra y pasa el dinero por la caja
antes de tirar de su manga.
Me siento como una niña que busca la atención de alguien que
definitivamente no quiere dármela.
Ronan se sobresalta por el contacto y frunce el ceño cuando se da
cuenta que soy yo y no uno de sus empleados. —¿Qué diablos, Blaire?
No puedes estar aquí atrás.
—¡Necesito hablar contigo! —digo, justo cuando comienza otro solo
de batería particularmente fuerte y agresivo.
62 Hace un gesto hacia su oreja, indicando que no puede oírme.
Lo inmovilizo con una mirada indiferente y él pone los ojos en
blanco. Lo tomó del brazo, clavo mis uñas y trato de tirar de él para poder
gritarle directamente en el oído.
Me mira como si estuviera loca. —Estoy un poco ocupado aquí. —
Señala el mar de cuerpos.
—¡Estás arruinando mi Noche de Comedia con esto! —Señaló a la
dirección de la banda.
Resopla y niega con la cabeza mientras trata de liberar su brazo de
mi mano. Tropiezo hacia atrás, el tacón atrapado en el tapete para evitar
que los camareros resbalen sobre la cerveza derramada. —Te vas a
lastimar aquí atrás. Te tienes que ir. —Señala el final de la barra.
—No hasta que hablemos.
—Joder, Blaire. No tengo tiempo para esta mierda esta noche. —
Rodea mi cintura con un brazo y me empuja contra él.
Jadeo y me sacudo, obligada a abrazar su cuello a medida que
acecha a lo largo de la barra. No quiero notar lo firme que es, o lo bien
que huele cuando se encuentra tan cerca. —¿Qué demonios haces?
¡Bájame! ¡No puedes maltratarme así!

4 Tapete de hule o silicone con hoyos.


—Puedo hacerlo cuando estás detrás de mi barra, usando jodidos
tacones, y arriesgándote a torcerte un tobillo —grita, su aliento
mentolado recorre mi mejilla, sus labios rozan el lóbulo de mi oreja.
—Estás arruinando mi noche.
—Tal vez tus comediantes apestan. ¿Alguna vez pensaste en eso?
En lugar de abrir la puerta de la altura de la cintura, me levanta,
atrapándome como un bombero debajo de las rodillas, su fría palma se
envuelve alrededor de mi muslo por un momento cuando me levanta y
luego me deja bruscamente de pie al otro lado.
—¡Mis comediantes no apestan! Tu banda de gritos es el problema.
—Sigo sacudiéndome, lo cual es frustrante porque me hace parecer como
una lunática.
—Necesito trabajar. —Se da la vuelta y comienza a alejarse.
—¡No he terminado contigo! —le grito.
Se señala la oreja.
Agg. Lo odio. Le muestro el dedo del medio. —¿Qué tal eso? ¿Puedes
oírlo? —grito.
Tiene la audacia de saludarme, me da la espalda y se apoya en la
barra, girando la cabeza para que alguna universitaria escasamente
63 vestida pueda gritar su orden de cerveza en su oído. Realmente es un
idiota.
Para el momento que vuelvo a B&B el último comediante se rindió
por el ruido y la multitud empieza a desaparecer. Probablemente se
dirijan al lado para disfrutar de la estúpida banda. Le pido perdón a
Karen, y aunque es comprensiva, no creo que haya muchas posibilidades
de que regrese pronto, si es que alguna vez lo hace.
Empiezo a limpiar con la ayuda de Daphne, que todavía no me ha
preguntado lo que sucedió, probablemente porque estoy tan enojada que
es una maravilla que no me salga humo por las orejas. Solo quedan unos
pocos clientes fervientes en el lugar y estoy bastante segura que la única
razón por la que andan dando vueltas es por la posibilidad de pastelitos
a mitad de precio.
Se los ofrezco, limpian lo que queda de sus Martini, escogen media
docena cada uno y se van, murmurando sobre detenerse en su auto antes
de dirigirse a The Knight Cap para ver a la banda, dejando mi lugar
totalmente vacío. Había planeado permanecer abierta hasta las diez de la
noche, pero parece que ya no tengo que hacerlo.
Le muestro el dedo del medio a la pared entre nuestros dos bares
cuando comienza otra canción con el bajo, y luego guardo los pocos
pastelitos restantes.
Daphne tira lo que queda de la jarra de café por el desagüe. —
Supongo que la conversación con Ronan no salió tan bien, ¿eh?
—Es un idiota.
—¿Qué dijo?
—Fingió que no podía oírme y luego me levantó.
Baja la jarra. —¿Qué hizo qué?
—¡Él estaba detrás de la barra, ignorándome, así que fui ahí para
confrontarlo y él me levantó y me sacó! —Me arden las mejillas al recordar
exactamente lo enérgico que era, y lo fuerte, y también lo fácil que fue
para él cargarme. No soy particularmente pequeña.
Las cejas de Daphne se elevan. —No puedo decir que me molestaría
si fuera a mí a quien cargará.
—¡Arruinó la noche!
—Bueno, para ser justas, solo arruinó el último acto: Ella era la
más débil de los tres, así que tal vez fue una bendición disfrazada.
Además, normalmente cierras a las nueve, así que, ¿quizá no se dio
cuenta que seguías abierta?
—Ella estaba distraída, y no lo defiendas. Es desconsiderado por
su parte programar una banda en vivo la misma noche que nuestro
primer evento. No podría no haberlo sabido. Teníamos carteles y volantes
toda la semana. ¡Debería haberme consultado!
Daphne se cruza de brazos.

64 —Porque ustedes dos son claramente mejores amigos.


—¡Es buena educación!
—Lo que significaría algo si ustedes dos estuvieran en algún tipo
de término amistoso, pero todo lo que hacen es molestar al otro.
Honestamente, me sorprendería si no se matan o terminan follando como
locos.
Me burlo. —Ni en un millón de años.
Daphne sonríe. —¿Quieres apostar algo de dinero en eso?
—Sabes que no apuesto.
—Ajá. Como quieras jugar, Blaire. Pero veo los pastelitos que
separas para él todos los días, y ese es un gran esfuerzo para alguien a
quien supuestamente odias.
Miro la caja que sigue en el mostrador con los pastelitos que decoré
y dejé específicamente a un lado para Ronan. —Lo hago porque es
satisfactorio verlo devorarlos sin poder hacer nada.
—Bueno.
—Es verdad.
—Ajá.
Tiro la caja a la basura para probar mi punto, pero se siente como
si yo hubiera probado el suyo.
A la mañana siguiente, una vez que termina la fiebre del desayuno
tardío, endurezco mi determinación y me dirijo a The Knight Cap para
hablar con Ronan sobre lo de anoche antes que abra. Puedo verlo a través
de la ventana, inclinado sobre la barra, vistiendo una de sus camisas a
cuadros con los gruesos antebrazos expuestos.
Apuesto a que es con el propósito de poder lucir los tatuajes.
Respiro hondo, determinada a mantener la compostura, e intento abrir
la puerta, pero aún está trabada. Golpeó la ventana y mira en mi
dirección, subiéndose las gafas de montura negra por la nariz.
Estúpidas gafas sexy de hípster.
Muevo el pomo para demostrar que no puedo entrar.
Levanta el brazo izquierdo y le da unos golpecitos a su reloj. Es un
gesto muy de la vieja escuela, algo que me gustaría no encontrar
atractivo, y generalmente no lo hago, especialmente porque no hace
ningún movimiento para salir de detrás de la barra y dejarme entrar.
Así que sigo golpeando. Y golpeando. Y golpeando un poco más. De
hecho, comienzo a tocar el ritmo de una canción. Sacude la cabeza, lanza
el bolígrafo sobre la barra y se arrastra lentamente hasta el final del
mostrador. Se detiene tres veces de camino a la puerta para acomodar
taburetes y una más para arreglar un cuadro que está colgado torcido en
la pared. Me está dando la espalda y frotándose la barbilla, entonces
65 inclina la cabeza hacia la derecha antes de reacomodar el cuadro en la
dirección opuesta. Aprovecho la oportunidad para mirarle el trasero, el
cual me gustaría abofetear y también patear con mi tacón puntiagudo.
No estoy segura de qué será más satisfactorio, aunque sé qué sería más
vergonzoso. Para mí.
Finalmente se acerca a la puerta y golpea el letrero con los horarios
de apertura. —No abrimos hasta dentro de otros quince minutos.
Contengo mi réplica maliciosa porque, como ha señalado, no atraes
moscas con vinagre. —¿Podemos hablar, por favor?
Se mete un pulgar en el bolsillo y gira sobre sus talones. —Anoche
parecías comunicarte bien con solo señas de manos.
Me llevo las manos a la espalda y le disparo el dedo medio desde
allí, mientras esbozo una sonrisa. ¿Inmadura? Sí. ¿Me hace sentir mejor?
Ligeramente. —Me maltrataste.
—No deberías haber estado detrás de mi barra con tacones. Eras
una distracción y una carga. —Su mirada me recorre en un movimiento
lento. No es desagradecido.
—¿Podemos hacer esto sin una puerta en medio, por favor? —Es
degradante estar aquí afuera en la calle, hablando fuerte para ser oída a
través de un panel de cristal.
—¿Volverás a intentar mutilarme con tus garras?
—¿Mutilarte? —¿De qué demonios está hablando?
Destraba la cerradura y retrocede un paso, sin molestarse con la
caballerosidad. Abro la puerta y me deslizo dentro del frío mientras se
desabotona la camisa y hace el cuello a un lado.
—¿Qué estás haciendo?
—Mostrarte la evidencia.
—¿De qué?
Se inclina, bajando el hombro a nivel. Hay marcas de uñas en
forma de media lunas en su piel definida por hematomas.
—Yo no hice eso.
—Seguro que sí lo hiciste.
—Estoy segura que eso es de cualquier universitaria con la que
tuviste un rapidito en tu oficina cuando te tomaste un descanso de cinco
minutos anoche, no de mí.
Parpadea un par de veces, sus antebrazos llenos de tinta se
flexionan cuando se cruza de brazos. El derecho está cubierto de flores
hermosas y el izquierdo es una especie de paisaje. No puedo ver suficiente
como para descubrir con certeza qué es. Uno de esos brazos anoche
estuvo contra mi muslo desnudo cuando me levantó. —En primer lugar,
no tengo interés en chicas universitarias.

66 Resoplo e imito su pose. —Podrías haberme engañado con la forma


en que las mirabas anoche.
—Atendía el bar. Mi trabajo es ser amigable cuando estoy sirviendo
alcohol. En segundo lugar, no follo donde trabajo, y tercero, la palabra
rapidito no está en mi vocabulario. Soy un tipo de todo o nada.
Luchó para contener mi sonrisa. —¿Entonces estás diciendo que te
gusta saborear en vez de devorar?
—Eso es exactamente lo que estoy diciendo.
Tengo que reclinar la cabeza para encontrarme con su mirada. Sus
ojos color caramelo están calientes, ardiendo como un trago de whisky.
—Tratas al sexo de forma opuesta a como tratas a los pastelitos.
Se lame los labios y traga con dificultad, como si ahora mismo
estuviera probando el recuerdo de uno. —Devoro el primero y saboreo el
resto cuando estoy solo.
—Oye, Ronan, lamento llegar un poco ta… —Su camarero habitual,
y el gritón de anoche, está al final de la barra con las manos en el aire
mientras da pasos deliberados en retroceso y señala con el pulgar sobre
su hombro—. Oh, lo siento, hombre, yo no, eh… iré a buscar un par de
cajas de cerveza o algo. —Desaparece por la esquina.
No entiendo qué fue todo eso hasta que la atención de Ronan
regresa a mí. Estamos literalmente a centímetros de distancia y sus
brazos ya no están cruzados. Retrocede un paso y lo imito, chocando
contra la puerta.
Me aclaro la garganta. —Tenemos que establecer un horario para
nuestros eventos. Arruinaste mi último acto de comedia de la noche con
tu banda en vivo.
—Estoy seguro que no estuvo tan mal.
—Lo estuvo. —En muchos niveles—. Mira, estás abierto hasta las
dos y yo solo hasta la nueve la mayoría de las noches, diez cuando tengo
entretenimiento los fines de semana. Puedes retrasar tu banda hasta las
nueve y media, ¿verdad? ¿Cuánto podría dañar eso a tu negocio?
—¿Por qué tendría que ser yo quien haga concesiones?
—Ya moví todas mis copas y tuve que ajustar mi pared interior que
linda con tu barra. Lo menos que puedes hacer es darme media hora
extra.
—¿Qué harás por mí?
—Puedo comenzar mis noches de comedia a las siete en lugar de a
las siete y media. Es solo media hora y ambos podemos beneficiarnos.
Mis clientes pueden moverse a tu lugar y puedo cerrar cuando tengas
bandas en vivo. —No quiero doblegarme, pero me doy cuenta que el
compromiso es la única forma de ganar esto. Necesito que esté dispuesto
a cooperar conmigo para no seguir perdiendo—. ¿A menos que uno
cambie de día?
67 —Las bandas en vivo son mejores los sábados por la noche. —Y ha
regresado a cruzarse de brazos.
—Y los comediantes generalmente tienen trabajos de nueve a cinco.
—O están reservados en algún lugar mejor que una cafetería en el centro
de Seattle.
—A menos que sean realmente buenos. —Es como si estuviera
viviendo en mi maldita cabeza.
—Son buenos. —Estoy extremadamente a defensiva, lo cual es
frustrante, especialmente porque lo hace sonreír—. Y el último hubiera
estado mucho mejor si no fuera por el ruido de aquí.
Nos miramos durante unos largos segundos que poco a poco se
vuelven pesados e incómodos. Finalmente suspira y se pasa una mano
por la cara. —No te irás a menos que esté de acuerdo con esto, ¿verdad?
—Correcto.
—De acuerdo. Puedo retrasar las bandas hasta las nueve y media,
pero asegúrate de terminar las bromas a las nueve para que el próximo
domingo no estés quejándote por otra cosa.
—¿Tienes planeado algo más para esta semana?
—¿Tú? —dispara de regreso.
Pongo los ojos en blanco. —Estoy tratando de ser proactiva.
—Si así es como quieres llamarlo. Quizás estás tratando de
robarme las ideas.
—Hasta ahora has sido tú a cuestas de mí, no al revés.
Se inclina y baja la voz. —Excepto anoche cuando te aferrabas a
mí como si te estuviera llevando por una cuerda floja en vez de a través
del bar, uno en el que se suponía que no debías estar en primer lugar.
Abro la boca y la cierro de golpe. Me está provocando. A propósito.
Me quito un rizo rebelde de la frente con el dedo medio y me giro, abriendo
la puerta de un tirón.
Su risa me sigue todo el camino de regreso hasta mi café.

68
7
¿De qué casa eres?
Traducido por Miry & Anna Karol
Corregido por Elizabeth.d13

Ronan se mantiene fiel a nuestro acuerdo y su banda no empieza


hasta las nueve y media del sábado siguiente, dándole tiempo a mi último
comediante para terminar su actuación. Funciona bien y es genial para
los negocios; más para Ronan, ya que significa que una buena parte de
mis clientes terminan migrando ahí cuando cierro.
69 Incluso entro para ver a la banda, principalmente por curiosidad.
No porque trate de apoyarlo o mirarlo, ni nada.
Después de encuestar a mis clientes habituales y configurar una
encuesta en línea, nace Harry Potter, Noche de Trivia. El ganador recibe
una docena de pastelitos inspirados en HP y una ronda de bebidas para
ellos y tres amigos.
Soy una gran fanática de Harry Potter. Leí todos los libros, escuché
la serie completa en audio más de una vez y soy dueña de todas las
películas. También vi todas en el cine la noche del estreno. Se queda corto
lo de “gran fanática”. Me siento bastante orgullosa del hecho de que no
necesité entrar a Internet para investigar preguntas difíciles, ya que estoy
muy bien versada.
He hecho todo lo posible. Cada bebida y pastelito tiene el tema de
HP. Mis publicaciones obtienen una cantidad récord de me gustas y
tenemos veinte personas inscritas en el concurso. Va a ser fabuloso.
Me encuentro ataviada con mi vestido de Gryffindor, empuñando
mi varita de Hermione y usando mi capa de Hogwarts. Es casi como una
fiesta previa a Halloween. Si este evento recibe la misma atención que las
noches de comedia, la noche de trivia se convertirá en otro elemento
básico mensual en B&B. Creo que Stranger Things también merece su
propio evento.
A las siete, el café comienza a llenarse de participantes y sus
amigos. Callie se mantiene ocupada detrás del mostrador, Daphne ayuda
con las bebidas, y los fanáticos incondicionales de HP están vestidos con
sus atuendos caseros, devorando pastelitos y bebidas con temática
casera.
Grito los nombres de los competidores y estoy completamente
sorprendida cuando Ronan entra al café vestido con una sudadera con
capucha de Slytherin. La parte de Slytherin no es una gran sorpresa:
definitivamente encaja en el perfil con su cabello oscuro, tácticas
comerciales poco claras y formas bromistas, pero es inesperado el hecho
de que sea fanático de HP. A menos que le haya pedido prestada la
sudadera a uno de sus empleados. No lo dejaría pasar por usarlo como
una oportunidad para aprovechar otra de mis ideas.
—¿Eres fanático de Harry Potter? —le pregunto cuando se acerca
al mostrador para registrarse.
—Sí, demonios.
—¿Las películas o los libros? —exijo.
Se burla y hace una mueca como si no pudiera creer que le
preguntaría algo así. —Los libros, por supuesto. Soy dueño de todas las
tapas duras de la primera edición y también las blandas. Además, Jim
Dale es genial con el audio.
—¡Dios mío, me encanta su voz! —Los audiolibros son increíbles y
los escucho todo el tiempo cuando estoy en casa, probando recetas de
70 pastelitos.
Nos sonreímos el uno al otro, y durante medio segundo me
desagrada un poco menos. Lo inscribo para jugar y toma una copa antes
de tomar asiento en la mesa del frente, donde todos sus compañeros
competidores de HP ya esperan.
Hay una multitud considerable de no participantes que se alinean
en el borde de la cafetería a medida que nos preparamos para que
comience el concurso.
Dato importante: los fanáticos de HP son ultracompetitivos. Las
primeras tres rondas de trivia eliminaron a los participantes de Vi la
película, pero nunca me molesté en leer los libros. Hacia las ocho hemos
reducido a los seis mejores concursantes. Ronan logra mantenerse entre
los tres primeros.
Supera la ronda de preguntas rápidas y lo coloca en la final. Su
adversaria es Shanna, una estudiante de literatura de veintidós años en
la universidad local que escribe su trabajo de tesis sobre la historia de
Harry Potter, por lo que él tiene mucho trabajo por delante.
Saco la pregunta final, la cual ha sido seleccionada al azar, y silbo
en el micrófono. ―Vaya, esta es fantástica. Para el título de Campeón de
la Trivia de Harry Potter, una docena de mis mágicamente deliciosos
pastelitos y bebidas para ti y tres amigos, nombra cada ingrediente que
contiene la Poción Multijugos.
Ronan y Shanna dan una palmada en el timbre al mismo tiempo,
pero Shanna llega una fracción de segundo antes, la luz roja baña su
rostro con un brillo siniestro.
—Shanna, ¿cuál es tu respuesta para la victoria?
Se inclina hacia el micrófono y cierra los ojos; así es como ha
respondido a cada pregunta. —Moscas crisopas, sanguijuelas, hierba
nudosa, hierba flux… —Su ceño se frunce y vacila por un segundo antes
de continuar―. Piel triturada de Boomslang y un poco de la persona en
la que quieres convertirte. ―Sus ojos se abren de golpe y sonríe
triunfante.
—¿Es esa tu respuesta final? ―le pregunto.
—Si. Esa es mi respuesta final.
Lo admito, me decepciona cuando tengo que decir: ―Lo siento, pero
es incorrecta. —La cara de Shannon cae como una pila de ladrillos
desmoronados.
—Ronan, ¿te gustaría responder e intentar robar o te gustaría una
nueva pregunta?
—Intentaré robar, gracias. —Carraspea, su mirada fija en la mía
cuando se inclina, los labios casi tocando el micrófono. Su voz es un
retumbar bajo y confiado—. Los ingredientes de la poción multijugos son
71 crisopas, sanguijuelas, hierba nudosa, hierba flux, piel de Boomslang
triturada, un poco de la persona en la que quieres convertirte y... —hace
una pausa para lograr un efecto dramático—, cuerno bicornio en polvo.
Tengo que morderme el interior de la mejilla para no sonreír. —¿Es
esa tu última respuesta?
Una sonrisa arrogante se extiende perezosamente por su rostro. —
Sí, Blaire, es mi respuesta final.
—¿Estás seguro? —Arqueo una ceja.
Su sonrisa no vacila. ―Absolutamente.
—Estás en lo correcto. ¡Tenemos un ganador!
—¡Sí, demonios! —Ronan se pone de pie de un salto y levanta
ambos puños en el aire como si hubiera ganado un asalto en el ring de
boxeo. Se vuelve hacia mí y en lo que solo puedo asumir es una
demostración impulsiva de victoria, envuelve sus brazos alrededor de mi
cintura, me levanta del piso y me hace girar en círculos.
Cuando me baja, doy un paso atrás, mareada. Mantiene sus manos
en mi cintura para evitar que me caiga del escenario improvisado. —
Tengo que regresar al bar, pero más tarde me haré de tiempo para venir
por las bebidas. —Guiña un ojo, salta del escenario y va con los puños al
aire hasta la puerta principal.
Los breves momentos cálidos y difusos desaparecen la noche
siguiente cuando Ronan organiza un Torneo de Beer Pong. El torneo de
beer pong más ruidoso en la historia del universo, aparentemente, porque
cada treinta segundos hay un “ooooooh” o “siiiiii” colectivo proveniente
de su lugar.
Se necesita todo en mí para no ir y comprobar después de cerrar.
E incluso entonces miro por la ventana, solo para ver. Parece
ridículamente divertido. Pero sé que, si entro ahí, Ronan encontrará la
manera de hacerme participar, y tengo una puntería terrible. Tengo la
garantía de perder, lo que también significaría beber cerveza. Tengo que
levantarme temprano, así que retrocedo lentamente y me dirijo a casa,
donde es mayormente tranquilo y no hay jóvenes de veintiún años
jugando al beer pong en el apartamento de al lado.

Durante las próximas semanas, mi competencia con Ronan se


calienta, ambos intentamos superarnos con nuevos eventos,
especialmente desde que ambos hemos logrado llegar a los cien mejores
bares de los más de quinientos que inicialmente fueron nominados para
el Concurso de El Mejor Bar de Tori Taylor. La próxima ronda nos llevará
al top cincuenta, y nuestros dos bares actualmente rondan entre los
treinta gracias a los votos de las redes sociales. Después de eso, la
competencia se intensificará con los cuartos de final, llevándonos a los
72 primeros veinticinco bares. Sin embargo, no quiero ser arrogante o
complaciente, ya que todavía tenemos un largo camino por recorrer hasta
el número uno.
Organizó una noche de poesía y, a pesar de la falta de entusiasmo
inicial, resulta ser un evento totalmente popular, especialmente entre los
estudiantes de teatro de la universidad.
Desafortunadamente, Ronan planea otro de sus eventos ruidosos,
todos lo son, en la misma noche, por lo que nos vemos obligados a
terminar temprano. Realmente debería saberlo bien ahora.
Por el lado positivo, cada evento nuevo y divertido que organizo es
mejor que el anterior. Realizamos un concurso de decoración de galletas
de Halloween y vendemos una cantidad ridícula de pastelitos sangrientos
y bebidas divertidas y horribles. Los pedidos de pastelitos para las
empresas locales continúan llegando, lo cual significa que estoy
infinitamente ocupada y aun me las arreglo para no profundizar
demasiado en mi línea de crédito. También significa que tengo pocas
horas de sueño, pero puedo lidiar con el cansancio siempre que B&B se
mantenga a flote.
Esta noche tengo una despedida de soltera con pastelitos y una
fiesta de decoración de galletas. En realidad, es uno de los clientes de la
sesión de fotos de compromiso de Daphne que regresó para asegurarla
para otras fechas, incluida la boda. Cuando Daphne sugirió la despedida
de soltera, acepté absolutamente, con su aportación, por supuesto. Le da
otra oportunidad de tomar algunas fotos divertidas y sinceras para
agregar a sus álbumes de compromiso y boda y yo tengo la oportunidad
de hacer algo nuevo y diferente.
Daphne llegó antes para tomar algunas fotos de la preparación, y
luego volvió antes que la novia y sus invitadas llegaran.
La hermana de la novia organizó el evento y alquiló toda la
cafetería. Los clientes aún pueden entrar y comprar pastelitos para llevar,
pero hay una advertencia en la puerta y todo el lugar está lleno de
mujeres decorando postres.
Decidimos que los pastelitos son divertidos, pero no se pueden
hacer formas interesantes como se hace con una galleta. Comenzamos
con un tutorial de decoración de pastelitos, Daphne captura esa parte,
pero rápidamente se convierte en transformar pastelitos en vaginas. Y las
galletas... bueno, esas son igual de entretenidas. Una vez que comienza
la decoración libertina, Daphne vuelve a su estudio, medio disculpándose
por no poder quedarse. La despido con la mano; honestamente, esto es
lo más divertido que he estado en una clase de decoración.
A las ocho, Ronan pasa, sigue deteniéndose diariamente para
comer un pastelito, y echa un vistazo a las galletas de pene en las que
trabajan las mujeres.
Todas las chicas se detienen para verlo cruzar la cafetería.
—¡Ooooh! ¡Hola, cariño, puedes venir a sentarte conmigo! —La
73 hermana de la novia, Stephanie, está tomando su tercer Martini y perdió
el filtro hace una hora. Las bebidas ni siquiera son tan fuertes. Cada vez
que decora una galleta, termina tomando una foto de ella mordiéndola y
luego obliga a sus amigas a enviarle la foto. Luego la publica de inmediato
en todas sus cuentas de redes sociales. También ha etiquetado la
cafetería en cada publicación. Probablemente debería mencionar que las
galletas que más le gusta publicar son las de pene.
Considero quitar la etiqueta de la cafetería, pero decido que, en
función de la cantidad de me gusta que reciben las publicaciones, no está
de más dejarlo pasar. Quién sabe, podría convertirse en otra nueva fuente
de ingresos.
—¿Qué hacen, señoritas? —Lanza una sonrisa y guiña un ojo en
mi dirección (el guiño probablemente sea inconsciente) y gira hacia las
mujeres.
—Estamos decorando galletas. ¡Mira! —Stephanie sostiene su obra
de arte más reciente. Un pene muy anaranjado, completó la decoración
con vello púbico. Parece que fue decorado por un niño de seis años. O
una mujer borracha, la última de las cuales es exacta.
Los ojos de Ronan se agrandan y tose en su puño. —Eso es muy
convincente.
—¡Incluso le puse vello púbico! Están hechos de regaliz.
—Yo hice el mío —declara una de las otras damas de honor y
sostiene su galleta calva, menos anaranjada, mucho más estéticamente
atractiva.
La mirada de Stephanie recorre a Ronan, deteniéndose en su
entrepierna. —¿Eres hombre?
—Ehhh…
—Señoritas, él es Ronan, dueño del bar de al lado. Cuando hayan
terminado aquí, deberían pasarse. Debes tener algún tipo de promoción
especial en bebidas que puedas ofrecer a estas encantadoras damas,
¿verdad, Ronan? ¿Y no tienes algún tipo de evento? ¿Es una banda en
vivo? —Sé que no es así porque acecho su perfil de IG. No lo sigo, porque
no quiero que sepa que lo veo, pero después que comenzó el fuerte
entretenimiento en vivo, necesitaba saber de antemano a qué me
enfrentaba cada semana.
Su mirada se mueve de la galleta de pene a cinco centímetros de
su cara hacia mí. Parece que trama mi asesinato. Puedo entender
completamente por qué. Estas mujeres ya están a medio camino de una
gran borrachera. Todas están en una ridícula dieta Keto antes de la boda,
que tuvo una muerte triste y necesaria una vez que les dije que las
calorías de las galletas no cuentan esta noche, y han bebido Martinis
durante las últimas dos horas. Encajarán perfectamente en la puerta de
al lado.
74
—¡Ooooh! ¿Eres dueño de The Knight Cap? —Stephanie pone la
mano en su antebrazo, dejando manchas de glaseado en su piel tatuada.
Definitivamente está al acecho por la forma en que mira la entrepierna
de Ronan de la misma manera que él mira mis pastelitos.
Ronan opta por ignorarla o quizás se encuentra demasiado
ocupado fulminándome con la mirada y se perdió su pregunta sonriente.
Ella le acaricia el antebrazo, frotando el glaseado. Estoy segura que se le
pega al vello del brazo.
—Lo es, ¿no es así, Ronan?
—En realidad, no soy el dueño, solo lo administro. Es de mi
abuelo...
—Oh, guau ¿no es eso dulce? ¿Trabajas con tu abuelo? Amo a los
chicos cercanos a sus familias. También soy cercana a mi familia. —
Stephanie sigue acariciándole el brazo. Y sostiene su galleta de pene en
el aire, como si esperara que Ronan elogiara sus esfuerzos.
El resto de mujeres observan el intercambio unilateral con algo
entre fascinación y mortificación. Sin embargo, sobre todo es fascinación.
La mujer a la derecha de Stephanie resopla. —No has hablado con
tu mamá en tres años.
—Sin embargo, soy cercana al resto de mi familia —dice
bruscamente, enviando una mirada de rabia a la otra mujer. Creo que su
nombre podría ser Laura o Laurie. Stephanie regresa su atención a
Ronan—. Soy cercana a todos los demás. Incluso a mi madrastra.
—Bueno, eso es… lindo. —Da un paso atrás deliberadamente,
alejándose de sus caricias y de la galleta fálica—. Damas, disfruten de la
decoración de galletas. —Hace un movimiento hacia la puerta.
—¿No olvidas algo? —gritó.
—¿Eh? —Su mirada se desplaza hacia mí.
Sostengo la pequeña caja que le dejé a un lado. Contiene dos
pastelitos. Tienen el tema de la despedida de soltera de esta noche.
Aunque los decoré especialmente para Ronan, como siempre lo hago.
—Oh, cierto.
Se apresura e intenta agarrar la caja de mis manos, pero mantengo
mi agarre protector sobre ella, sonriendo serenamente. —¿No quieres
saber de qué tipo son?
—Estoy seguro que los amaré.
—Yo también, pero deberías probar uno, ¿no crees? —Pestañeo y
sonrío más ampliamente—. Estas mujeres aún tienen que probar los
pastelitos. Estoy segura que quieren tu sello de aprobación, ¿no es así?
Un coro de—: ¡Sí! —proviene de la mesa, seguido de algunos gritos
75 y burlas adicionales. Pensarías que estábamos en un club de
desnudistas, no en una maldita tienda de pastelitos.
Ronan entrecierra los ojos.
—Las escuchaste. No querrás decepcionar a la futura esposa. —
Abro la tapa y sus ojos se encienden y se encuentran con los míos.
Por primera vez, Ronan está menos del cien por ciento en control.
De hecho, sus mejillas se han vuelto de un hermoso tono rosa. —Tienes
que estar jodiéndome. —Se frota la nuca.
—Se ven reales, ¿no?
—¡Ooooh! ¿Qué son? ¿Podemos ver? —Stephanie aplaude
emocionada. Probablemente debería hidratar a este grupo antes de
enviarlas al lado.
—¿Por qué no les enseñas, Ronan? —Mantengo la sonrisa.
—De ninguna manera.
Voy por el pastelito de la izquierda.
—Diablos no. —Ronan golpea el dorso de mi mano y sus ojos se
dirigen a las mujeres—. No me lo voy a comer delante de ellas.
Ese pequeño golpe parece reverberar por todo mi cuerpo,
repiqueteando como una canica en lugares que no han recibido atención
en mucho tiempo. Irónico considerando el diseño del pastelito que estoy
a punto de hacerle comer frente a estas mujeres. —¿Entonces este? —Lo
levanto de la caja y lo giro para que quede en la dirección correcta para
él.
—Pagarás por esto. —Su tono es bajo y oscuro, amenaza y promesa
en partes iguales.
—Vale la pena. —Asiento hacia el pastelito que se encuentra en mi
palma abierta.
Lo toma de mala gana.
Las mujeres han abandonado la mesa y sus galletas para reunirse
en torno al espectáculo en el que se ha convertido Ronan. Porque sostiene
un pastelito con forma de vagina. La otra opción es, por supuesto, la
anatomía masculina. Ambos son convincentes por su autenticidad.
—¡Cómetelo, Ronan! —grita Stephanie. El resto de las chicas de la
despedida de soltera se unen y corean su nombre.
Sus orejas están rojas, su mirada me dice que está muy enojado,
pero también sabe que estas damas van a ir a su bar y van a tirar
cantidades estúpidas de dinero en tragos y bebidas de chicas tan pronto
como terminen aquí. Los clientes valen más que su orgullo en este
momento. Además, Ronan ha demostrado que no es el tipo de hombre
que se echa atrás en un desafío, y por alguna razón lo odio un poco menos
por ello. Por ahora.
76 Meto la mano en el bolsillo, buscando mi teléfono mientras él quita
el envoltorio de la futura novia del pastel. Afortunadamente, Ronan está
lo suficientemente distraído por Stephanie, que le ha rodeado el brazo
por la cintura y grita su nombre como si fuera ella la que estuviera a
punto de ser comida.
Me las arreglo para abrir la aplicación de la cámara, cambiarla a
modo de vídeo y pulsar grabar antes de que abra completamente el pastel.
Él sostiene mi mirada mientras se lo lleva a la boca, abriéndola bien.
Levantó el teléfono, asegurándome de que capto el momento cuando da
un mordisco vigoroso y bastante sensual.
Y todo el tiempo sus ojos me dicen que quiere aplastar el pastelito
en mi cara. Pero no lo hace. En lugar de eso, da un espectáculo. Estoy
haciendo una etiqueta de este pastelito porno. Porque eso es cien por
ciento lo que es, literal y figuradamente. Incluso el ángulo de la mordida
es a propósito, y también su gemido cuando los sabores llegan a su
lengua. La dulzura de la tarta de vainilla, el toque de cacao en la fina
capa de glaseado antes que se registre el ligero betún y luego está el
centro de natilla de vainilla, porque vamos, no soy nada si no detallista.
Obviamente no espera el relleno, que por supuesto es el punto. El
flan gotea por su barbilla, pero está tan ocupado mirándome en tanto
registro este momento épico que no se da cuenta.
No puedo resistirme a la oportunidad. Me muerdo el labio,
luchando contra mi propia sonrisa. —¡Oh! Estás haciendo un desastre,
Ronan. Aquí, déjame ayudar. —Me aseguro que el vídeo siga rodando y
cojo el relleno antes que gotee por su barbilla.
Antes de que pueda apartar mi mano, me envuelve los dedos
alrededor de la muñeca. Ha habido muy pocos casos en los que Ronan
ha hecho contacto físico intencional y prolongadamente conmigo. El
mayor contacto cuerpo a cuerpo que hemos tenido hasta la fecha fue
cuando me cargó y me sacó de detrás de su barra. Después del hecho,
puedo admitir que él tenía razón en esa situación y yo no. ¿Realmente
necesitaba que los bomberos me sacaran de detrás de la barra?
Probablemente no. ¿He pensado en todo ese contacto físico innumerables
veces desde entonces? No, en absoluto. Bueno, tal vez unas cuantas. Cien
veces.
Así que cuando me tira hacia adelante por mi muñeca, tropiezo y
mis caderas se encuentran con el mostrador. Tengo que recordar
mantener el teléfono enfocado en su cara cuando me muerde el dedo en
el primer nudillo. Y tengo que tragarme el aliento cuando su lengua se
arremolina alrededor de mi dedo, limpiando el flan.
Me suelta el dedo con un húmedo pop, deja caer mi muñeca y se
mete el resto del pastelito en la boca. Todo a la vez. Corto el video porque
ha matado lo sexy, pero sé que puedo editarlo en algo útil.
Mastica rápidamente y traga, golpeando su boca con el dorso de su
mano. —Publica eso y te arrepentirás.
—¿Me arrepentiré o lo harás tú? Eso fue oro de la pornografía de
pastelitos, ¿no es así, señoras?
77
Las mujeres le aclaman y él se remueve, como si de repente se diera
cuenta de que hay otras personas aquí además de nosotros.
Toma la caja, a medio camino de aplastarla. —Solo recuerda que
sacaste el alfiler, Alicia.
Y con eso se da la vuelta, se excusa y se va del café.
—De acuerdo. —La futura novia levanta las dos manos como si
tratara de detener el tráfico—. Por favor, dime que te estás acostando con
él. Tienes que estar durmiendo con él. Estoy bastante segura que me he
corrido por ti.
—Lo siento. —Chisporroteo y aliso mi delantal, un movimiento
totalmente nervioso—. No sé de qué estás hablando. Es mi rival, no mi...
novio.
Stephanie me agarra del brazo, con los ojos bien abiertos y
alarmada. —¿Amigo con derechos? Por favor, dime que te lo estás
tirando.
—Ehhh…
—Lo estarás haciendo pronto si no es que ya —dice la futura novia.
—Ni siquiera me gusta —me burlo.
Sonríe. —No es necesario que te guste para montarlo; solo tienes
que querer usarlo para aliviar el estrés. Así es como Tristán y yo
comenzamos y ahora nos vamos a casar. ¡Veo campanas de boda en tu
futuro!
Lo que veo un montón de retribución y a Ronan haciendo todo lo
que pueda para vengarse de mí, probablemente haciendo una tonelada
de ruido, pero no me molesto en decírselo a estas damas. Son el final de
mi noche, y cualquier problema que tengan después no va a ser mío. Será
de Ronan y estoy más que feliz de dejar que le causen estragos.

Cuarenta y cinco minutos después, la despedida de soltera se ha


trasladado al lado y he terminado de limpiar. Considero detenerme en
The Knight Cap para ver cómo van las cosas por allí.
El canto desafinado se filtra a través de la barrera de la pared que
separa nuestros lugares. Decido que puedo pasar por cinco minutos para
ver cómo están las chicas.
Me vuelvo a aplicar el lápiz labial, reviso mi cabello y agarro mi
bolso. Casi salgo por la puerta cuando me doy cuenta que todavía llevo
el delantal. Me lo quito, teniendo cuidado de no ensuciarme el cabello, y
lo tiro a la lavadora, sabiendo que puedo pasarlo a la secadora al
78 amanecer cuando venga a decorar los pastelitos para mañana. Luego
cierro y me paso al negocio de al lado.
El lugar está lleno de gente, y veo a las chicas en el escenario, una
de ellas cantando un Wrecking Ball de Miley Cyrus. Todo el mundo está
animando, probablemente por las bailarinas que se mueven por el
escenario. Las damas están significativamente más intoxicadas de lo que
estaban cuando dejaron mi negocio. La canción finalmente llega a su fin,
lo cual es un alivio porque el horrible canto empeora cuanto más tiempo
pasa.
Ronan se acerca y le quita el micrófono a la futura novia antes de
que pueda empezar otra canción. —¡Eso fue fantástico! Un aplauso para
Amanda. ¡Definitivamente te has superado a ti misma con esa! —La
multitud estalla en aplausos y risas. Afortunadamente la novia está
demasiado intoxicada para saber que sonaba como un ganso moribundo
por las metanfetaminas.
Me doy la vuelta para irme, satisfecha de haber logrado lo que me
propuse: hacer la vida de Ronan un poco más difícil, pero la gente se ha
acumulado detrás de mí, así que no puedo llegar a la puerta.
—¡Blaire! —La profunda voz de Ronan hace eco a través de los
altavoces y me congelo—. Te veo ahí. ¡Sube! La reina de los pastelitos de
la puerta de al lado nos ha agraciado con su preciosa presencia. ¿Quién
quiere oírla cantar?
La multitud estalla en una ovación.
—Ya los has oído, Blaire. Quieren que cantes para ellos. No seas
tímida. —De repente, un foco de atención se centra en mí, el resplandor
es cegador—. Vamos, señoritas, vayan a buscar a Blaire y tráiganla aquí
arriba por mí.
Por supuesto que le pide a las solteras borrachas que ayuden.
No me mezclo muy bien con mi vestido de estilo de los años
cincuenta; esta noche es rosa y tiene un cinturón de diamantes, lo cual
significa que cada persona me está mirando.
El grupo de solteras me toma de los brazos y me lleva hacia el
escenario. Ronan sonríe como el gato que se comió al canario. Prometió
que se vengaría por lo del pastelito de la vagina. Y publiqué el vídeo en
mis historias tan pronto como se fue. Imagino que es una gran publicidad
para futuras despedidas de soltera.
No me molesto en pelear. Si Ronan piensa que arrastrarme al
escenario frente a un montón de universitarios borrachos va a
avergonzarme, tiene otra cosa en mente.
Cuando llego al escenario, me tiende la mano con una falsa
caballerosidad. Pongo mi palma en la suya, y el calor atraviesa mi cuerpo
al contacto. Subo las escaleras y me estira a su lado, sonriéndome, con
los ojos parpadeando de alegría maliciosa. —Me alegra que te detuvieras
para ver lo que sucedía aquí esta noche, Blaire.
79 Envuelvo mis dedos alrededor de su muñeca y pongo el micrófono
en ángulo hacia abajo. —¡No podía dejar de escuchar a mis chicas cantar!
Su sonrisa se amplía. —Ciertamente fueron una delicia, ¿no es así?
—Se dirige a la multitud, y todos aplauden y silban.
Ronan es ridículamente carismático. No importa que la novia y su
fiesta de bodas apeste más que una aspiradora en el escenario; lo aman
y a su vez aman la terrible actuación de las damas.
—Bueno, ahora que te tengo aquí arriba, ¿qué debería hacer
contigo? —La lengua de Ronan se asoma y el lado derecho de su boca se
estira con una media sonrisa. Inclina el micrófono hacia mí.
—¿Qué quieres hacer conmigo? —Me gustaría decir que mi voz es
intencionadamente baja y sensual, pero honestamente, la pregunta y la
forma en que me mira parece casi lasciva.
—Hmmm. —Se muerde el labio—. No estoy seguro que deba
responder honestamente.
Eso recibe un fuerte aplauso de la multitud.
Les echa una mirada a todos y pongo los ojos en blanco. —¿No
estoy aquí para cantar?
—Por supuesto. Sí. ¿Cuál es tu estilo? ¿Qué tal Let's Get It On?
Me burlo y le quito el micrófono. —Mmm, creo que podemos llegar
a algo mejor que eso. —Me doy un golpecito en el labio—. ¿Has estado
aquí arriba ya, Ronan?
—Dirijo el espectáculo, no estoy en él. —Se ríe, pero sus ojos brillan
con una mirada de advertencia.
—¿Por qué no puedes hacer ambas cosas? ¿Quién quiere oír cantar
a Ronan? ¿Qué dicen, deberíamos hacer un dúo?
La ovación es tan fuerte que hace que me zumben los oídos.
—Ya los escuchaste, quieren que lo hagamos juntos.
—Solo hay un micrófono.
Levanto un hombro en un ligero encogimiento de hombros. —
Podemos compartir, ¿no? —Dejo caer el micrófono y susurro—: No te vas
a librar de esto.
Sacude un poco la cabeza, pero su sonrisa me dice que sabe que
se ha jodido a sí mismo con esto. —¿Qué vamos a cantar?
—Hmm. —Finjo pensar en ello durante unos segundos—. ¿Qué tal
You're the One that I Want?
Ronan se ríe. —Debería haber sabido que serías un fan de Grease.
—Hace una señal al DJ—. Muy bien, ya has oído a la dama. Hagámoslo.
Lo que Ronan no sabe es que probablemente he visto la película
mil veces. Y he visto la obra al menos veinte veces. También tengo la
banda sonora y la escucho en mi coche todo el tiempo. Ni siquiera
80 necesito ver la letra. Mi amor por Grease es una buena parte de la razón
por la que llevo los vestidos que uso.
Cuando adopto una obsesión, no lo hago a medias; me comprometo
totalmente. Igual que mi obsesión con Harry Potter y los pastelitos.
Cuando era adolescente, me encantaban las clases de teatro. Incluso en
la universidad me unía a los grupos de teatro por diversión. Nunca quise
que fuera un trabajo. Una vez fui la suplente para el papel de Sandy, así
que me sé toda la canción de memoria, coreografía incluida.
Aliso mis manos sobre mi falda y le devuelvo el micrófono. Me
encanta que tenga que empezar él.
Tengo que concedérselo a Ronan. Realmente trata de llegar a las
notas y no hace un trabajo tan malo, pero tiene que seguir mirando la
pantalla. Su mirada sigue yendo de un lado a otro. Es mucho más
satisfactorio cuando le cubro la mano con la mía, inclinó el micrófono y
le canto, diciéndole que es él a quien quiero.
Es obvio que está sorprendido, posiblemente porque no necesito la
puntualidad de la letra, también porque no soy una cantante mediocre.
Casi pierde la señal para unirse a mí, pero le doy un codazo y asiento
hacia la pantalla, obligándole a apartar sus ojos de los míos.
Intenta seguirme el ritmo. Es bastante encomiable, y diré que lo
que le falta en rango vocal lo compensa con movimientos de cadera.
Cuando la canción termina, la multitud estalla en aplausos
incontrolables y grita por una más. Meto mi mano en la de Ronan,
notando su húmeda palma, y hacemos una reverencia.
Le devuelvo el micrófono y le tiro del cuello de la camisa, tirando
de él hacia abajo. Mis labios rozan el lóbulo de su oreja y su piel se pone
chinita cuando digo—: No es exactamente como pensabas que sería, ¿eh?

81
8
Debería haber sido mi victoria
Traducido por IsCris
Corregido por Elizabeth.d13

A la mañana siguiente, todavía estoy flotando en la victoria de


anoche. Debo decir que me siento jodidamente increíble en este
momento. Sigo montando esa misma ola fabulosa hasta el trabajo. Todo
es asombroso. Nada puede arruinar mi fantástico estado de ánimo, ni
siquiera el hecho de que no he dormido mucho.
82 Encuentro una caja en el escalón de entrada y la llevo adentro. No
reconozco el nombre de la empresa, pero tal vez Daphne pidió algo
sorpresa para nuestro próximo evento.
Saco un par de tijeras del frasco junto a la caja registradora y las
deslizó con cuidado a lo largo de la costura.
Antes que tenga la oportunidad de abrirla, las puertas traseras se
abren y Paul arrastra un carro de cajas por el pasillo. —¡Oye! ¡Llegas
temprano! —Está sonriendo, pero parece cansado.
Las tijeras golpean el suelo, por poco cayendo sobre mis pies. —
¡Jesús! Me diste un susto de muerte. Esperaba que ya te hubieras ido.
—Tuve que cambiar algunas entregas debido al día festivo. —Paul
ha tenido que hacer eso mucho recientemente. Ya sea dejándome
pastelitos por la noche o llegando más temprano para poder preparar
algunos especiales para mí. Unas cuantas veces ha sido a último
momento.
Paul accedió a ayudarme durante el Día de Acción de Gracias, pero
después de eso habrá terminado de pagarme por el camión y tendré que
contratar a otro repostero o hacer el trabajo por mi cuenta. Teniendo en
cuenta las finanzas, parece que probablemente seré yo quien asumirá la
carga de trabajo adicional, por lo que mi sueño ya limitado se verá
afectado aún más.
Maniobra el carrito de pastelitos detrás de la caja registradora para
que pueda verlos. Abro la caja de arriba. Huelen delicioso, como especias
para pastel de calabaza, y serán aún más asombrosos una vez que
agregue el relleno de queso crema y el glaseado de crema de vainilla,
cubierto con un adorable dulce de calabaza. —Estos huelen como el cielo.
—Bueno, es tu receta, así que puedes atribuirte el mérito. —
Todavía está sonriendo—. ¿Te sientes como una estrella de rock esta
mañana?
—Eh, no precisamente. —Me apoyo en la encimera, con las piernas
aún temblorosas por el susto.
Su sonrisa se desvanece y su rostro se arruga. —¿Supongo que no
lo has oído?
—¿Oír qué? —Alejo mi atención de los pastelitos, imaginando lo
perfectos que se verán cuando termine con ellos.
—Hay un video tuyo.
—¿Qué clase de video? —Un poco de pánico me golpea. No estoy
segura de por qué. No es como si alguna vez hubiera hecho esa clase de
videos. Y honestamente, hay muchos videos míos publicados en YouTube
ya que tengo un canal y los subo allí todo el tiempo.
Arquea una ceja. —Vaya, por tu cara en este momento me da ganas
83 de hacerte muchas preguntas, muchas de las cuales no creo
necesariamente querer una respuesta.
Ignoro el comentario. —Deja de ser dramático y críptico y dime qué
está pasando.
—Alguien publicó tu actuación de anoche. —Él inclina su barbilla
hacia la pared que nos conecta con The Knight Cap.
—Oh eso. No fue gran cosa. —Saco una bandeja de pastelitos del
carrito y comienzo a colocarlos con cuidado en la vitrina.
—Bueno, tal vez no para ti, pero seguro que está recibiendo mucha
atención.
—¿Qué tipo de atención?
Paul saca su teléfono del bolsillo y abre YouTube. Parece que el
video fue subido por el camarero de Ronan, Lars, aparentemente su
nombre no es Larry. Paul me entrega el dispositivo.
—Esto no puede ser verdad. ¿Ha sido visto más de un millón de
veces?
—Él etiquetó a esa YouTuber Tori en el video y ella lo compartió. —
Toca la pantalla justo debajo del video, donde Lars lo ha titulado “Desafío
del Mejor Bar en el Noroeste Pacífico” #lomejordetoritaylor
#TheKnightCap #MejorBarNP y alrededor de setecientos etiquetas más.
El video tiene toneladas de me gustas.
—¡Maldición! —Me quejo, desplazándome a través de los
comentarios—. No puedo creer esto.
—Suenas genial. Quiero decir, siempre supe que podías cantar,
pero realmente hiciste perfecto esa presentación.
—Sé que puedo cantar.
Las cejas de Paul se elevan. —¡Qué humilde!
Le doy una mirada. —No es el ego hablando. Siempre estuve en
teatro. Puedo cantar. Es un hecho, y ahora Ronan está recibiendo los
elogios por ello. —Presiono reproducir en el video para torturarme más.
Ronan y yo aparecimos en la pantalla, aunque solo la mitad de mí
porque el foco está en Ronan, al menos al principio ya que él está
cantando y es el centro de atención. No tiene una voz terrible y es muy
agradable de ver. La cámara realmente lo ama y todos sus ángulos de
hombre guapo.
Cuando es mi turno, le quito el micrófono y empiezo a cantar. —
¡Maldición! —Lars gira la cámara y hay un primer plano de su rostro y
ojos muy abiertos. Como Ronan, también es agradable de ver—. Escucha
esa voz. —Vuelve a girar la cámara, la pone de lado y vuelve a enfocarme.
—¿Cómo diablos voy a vencerlo ahora? —Le devuelvo el teléfono a
Paul antes de hacer algo como tirarlo contra la pared. No tengo los fondos
84 para reemplazarlo—. ¡Ni siquiera me etiquetó a mí o B&B en los
comentarios! Que idiota.
—Si Tori termina viniendo a Seattle, tendrás la oportunidad de
demostrar que tienes el mejor bar. —Paul me da un apretón en el hombro.
Odio que su expresión también contenga culpa—. Puedo intentar ayudar
un poco más si me necesitas.
Rechazó la oferta. —Ambos sabemos que eso no funcionará.
Especialmente no contigo mudándote a una hora de distancia. Puedo
encargarme de esto. —Hago un gesto hacia los pastelitos sin decorar.
Definitivamente puedo hacer el horneado, pero me preocupa cómo
afectará todo lo demás. Dirigir un negocio es mucho trabajo.
Especialmente con todo el papeleo y el seguimiento de inventario e
ingredientes. Ha sido agradable contar con su ayuda mientras duró—. De
todos modos, veamos esto. —La caja es inusualmente liviana, por lo que
tal vez sean servilletas de muestra o algo así. La empresa a la que le
compramos las nuestras a veces lo hace.
Doblo las solapas y un globo con la palabra ¡BUM! flota hacia el
techo. Paul y yo nos miramos con curiosidad mientras un segundo globo
sale de la caja. Ambos estallan al mismo tiempo y de repente me
encuentro cubierta por una lluvia de brillantina rosa.
—¡Oh Dios mío! ¡Los pastelitos! —grito y trato de empujar a Paul
fuera del camino para poder salvar la caja abierta de la bomba de brillo,
pero es demasiado tarde. Los pasteles ya están brillando. Grito un
montón de blasfemias sin sentido, porque el arduo trabajo de Paul y dos
docenas de mis fuentes de ingresos ahora son basura.
—¿Qué diablos es esto? —Paul levanta la mano, a punto de pasarse
los dedos por el cabello.
—¡Eso fue una bomba de brillantina! ¡No puedes hacer eso aquí!
¡Lo empeorarás! —Lo guío hasta la puerta trasera, esperando minimizar
el daño.
—¿Una bomba de brillantina? —pregunta Paul mientras lo ayudo
a quitarse el brillo del cabello y sus hombros.
Sacudo mi propia cabeza. Mis palmas brillan. —La brillantina es el
herpes de las manualidades. ¡Estará en todas partes durante semanas!
Nunca me libraré de ella.
—¿Quién te enviaría uno de esos?
—¿Cómo diablos... —Me detengo a mitad de la frase y miro a la
puerta de al lado. Ese hijo de perra. Primero se roba toda la maldita
atención de anoche, ¿y ahora esto? Solo puedo pensar en una persona
que haría algo como esto. Maldito Ronan.
Paso el resto del día tratando de limpiar la brillantina entre cada
cliente, pero está literalmente en todas partes y cualquiera que entra a la
tienda es una víctima inmediata de un ataque de brillantina.
Afortunadamente, tengo un par de descansos cortos entre el almuerzo y
la prisa de la tarde, así que tengo tiempo para quitarle el brillo a mi
cafetería. Aparte de un especial de calabaza destrozados y cubiertos de
85 brillo que no estaban a la venta, me las arreglo para vender pastelitos.
Estará cerrado el jueves por Acción de Gracias y tendré el personal
reducido el día anterior y durante el fin de semana para que Callie pueda
pasar las vacaciones con su familia. Trataría de librarme de mis propias
obligaciones familiares, pero no he visitado a mis padres desde que abrí
Buttercream and Booze, y mi papá se decepcionaría si no voy a cenar.
Por mucho que no me gusten sus maneras de interferir, o su actitud
mandona y locura, los amo.
Ronan hace una parada mientras estoy cerrando por el día,
sonriendo como un tonto. —¡Oye, súper estrella! ¿Recibiste mi
maravilloso regalo esta mañana?
No devuelvo la sonrisa. —Ciertamente lo hice. —Me doy la vuelta y
agarro la caja de pastelitos arruinados del estante detrás de mí y la coloco
en el mostrador frente a él.
Inclina la cabeza hacia un lado y levanta la mano como si estuviera
a punto de tocarme la cara. Me echo hacia atrás. —¿Qué estás haciendo?
—Tienes un poco de brillo en la mejilla.
Lanzo mis manos al aire. —Tengo brillantina literalmente en todas
partes. ¡Incluso está en mi maldita ropa interior!
La sonrisa de Ronan se convierte en una mueca por mi innecesario
comentario, y su rostro cae aún más cuando abro la caja de pastelitos.
—Oh, mierda.
—Oh mierda es correcto. Muchas gracias por tu amable y atento
regalo.
—Supuse que lo abrirías en tu oficina.
—Bueno, supongo que te equivocaste.
Muerde la esquina de su suave labio inferior. —Lo siento mucho,
Blaire. Pensé que sería divertido.
Me cruzo de brazos. —¿Tienes idea de lo imposible que es limpiar
brillantina? Voy a encontrar basura brillante donde el sol no brilla
durante semanas.
Saca su billetera del bolsillo trasero y mira el tablero del menú
donde está publicada la lista de precios. Agarra cuatro billetes de veinte.
—¿Qué estás haciendo?
—Bueno, no pudiste vender esos hoy, ¿verdad?
—No cubiertos de brillantina.
—Así que los estoy pagando porque, aunque están bañados en
brillantina, huelen fantástico y apuesto a que los habrías vendido si no
86 se hubieran arruinado.
—Realmente no tienes que hacer eso. —Pero ahora mismo me
vendrían bien los ochenta dólares, lo cual es un poco deprimente.
Obviamente, se siente mal si está dispuesto a pagar el dinero que perdí
como resultado de su broma.
—Sí. Honestamente, no quise arruinar tu día ni costarte posibles
ingresos. —Empuja el dinero hacia mí y toma uno de los pasteles
cubiertos de brillantina. Procede a sacudirlo y luego trata de sacudir el
resto del brillo, lo que significa que termina llenándose las manos de
brillo.
—No vas a comer eso, ¿verdad?
Me lanza una mirada. —¿Y dejar que se desperdicie?
—Ni siquiera está decorado. —Vaya, realmente debe sentirse mal.
—Claro que lo está, con brillantina.
—La brillantina no es realmente digerible, o particularmente
segura para comer. Podría ser aconsejable dejar la parte superior y darle
la vuelta.
A regañadientes, quita la tapa, luego da un gran mordisco y
mastica exageradamente. Su expresión no tiene precio y hace muchos
ruidos, algunos de deleite y otros de sorpresa. —Es un poco...
—¿Arenoso?
Asiente y levanta la mano frente a su boca. —Pero sigue siendo
delicioso.
Es difícil no reír. —Me sobró uno que está destrozado, pero no
cubierto de brillantina.
—¿De verdad?
—Puedes tenerlo con una condición.
—Seguro. Cualquier cosa.
—Me ayudas a quitar el brillo del mostrador. —Está claro que
realmente no quiso causarme problemas hoy, pero no significa que no
voy a hacerle sufrir al menos un poco por eso.
Le entrego un paño húmedo y se pone a trabajar limpiando todas
las superficies que aún tienen rastros de brillantina. La mejor parte es
que no importa lo cuidadoso que trate de ser, la brillantina se le pega a
la cara. Garantizo que estará brillando toda la noche como una bola de
discoteca.
El miércoles por la mañana cuando llego a B&B, Ronan sale por la
puerta trasera. Se ve desganado y exhausto. Su cabello también es un
desastre inusual. Para ser honesta, se ve bastante sexy. Como si rodó
fuera de la cama y vino directamente aquí. Su ropa está incluso arrugada.
—Oye. Hola. Me alegra que estés aquí.
87 Este es un nuevo saludo. —Um, ¿es bueno verte también?
—¿Puedo pedirte un gran favor? ¿Por favor?
—Ahhh. Ahora la amabilidad tiene más sentido. ¿Qué necesitas?
—Se supone que voy a recibir un montón de suministros de Acción
de Gracias esta mañana, pero el tipo está retrasado y tengo que llevar a
mi abuelo a casa de mi hermano. Se supone que debía irme —mira su
reloj—, hace diez minutos. Y el abuelo odia llegar tarde a los sitios y tengo
que conducir cuatro horas de ida y vuelta. Traté de llamar a Lars, pero
dudo que reciba el mensaje hasta que sea demasiado tarde.
Levantó una mano. —Puedo firmar el pedido.
—Todo tiene que ir al refrigerador.
—Puedo asegurarme de que eso suceda.
—¿De verdad?
—De verdad.
Deja caer una llave de The Knight Cap en mi mano y me acerca
para un abrazo sorprendentemente fuerte. —Muchas gracias, Blaire.
Realmente te debo mucho. Siempre disfruto verte, incluso cuando me
estás haciendo pedazos. Tengo que correr. Gracias. Un millón de veces
más. —Y se va.
—De nada —murmuro y me dirijo a B&B para comenzar con el
glaseado de los pastelitos de hoy.
Cuarenta y cinco minutos después aparece el camión de reparto.
Estoy en medio de un relleno de caramelo particularmente complicado y
Paul está de salida, así que acepta la entrega —la cual le pido que firme—
y se asegura que esté a salvo en el refrigerador antes de irse.

88
9
No es la venganza que
esperaba
Traducido por Vane’
Corregido por Elizabeth.d13

Aunque B&B no está abierto el día de Acción de Gracias, todavía


voy a la tienda a primera hora de la mañana. Necesito decorar los
89 pastelitos para la cena con mi familia y todos mis suministros están ahí.
Además, quiero dejar los productos que no se vendieron ayer en el
comedor de beneficencia local, junto con otros dulces que no estarán
frescos para mañana. Por lo general, uno de sus empleados viene a
recogerlos, pero ayer no pudieron y pensé que sería más fácil para mí
dejarlos al salir de la ciudad.
Me sorprende ver a Ronan en el callejón trasero fuera de The Knight
Cap. Por lo general, no llega hasta pasadas las diez y apenas son las ocho
y media. Camina de un lado a otro mientras habla por teléfono, su tono
entrecortado y molesto. Tampoco lleva su uniforme habitual de camisa a
cuadros y vaqueros. Hoy lleva un par de pantalones deportivos grises y
una sudadera con capucha, su cabello es un desastre nuevamente, y
tiene una seria barba desvelado. Lleva sus gafas, como si se hubiera
levantado de la cama y venido directamente aquí. Sorprendentemente,
todavía se las arregla para lucir delicioso.
—Bueno, ¿qué diablos se supone que debo hacer ahora? —Gira y
camina enojado hacia The Knight Cap.
Parece que es su turno de ponerse de mal humor.
Estoy a punto de volver adentro, pero un Lars de aspecto cansado
sale y se desploma contra la pared, encogiéndose cuando la voz fuerte y
enojada de Ronan se filtra a través del hueco de la puerta.
—¿Qué está pasando?
Se sobresalta y se lleva el dedo a los labios. —Me estoy
escondiendo.
—¿Por qué estás aquí tan temprano?
—Porque se suponía que tenía que ayudar con la preparación de la
comida y recibir el doble de pago hoy, pero parece que eso no sucederá.
Ronan sale de nuevo al callejón y la puerta casi golpea a Lars en la
cara, pero su tiempo de reacción es al menos decente, porque se las
arregla para salir del camino antes que el acero conecte con su nariz.
—¿Qué diablos voy a hacer? —Ronan agarra su cabello y patea el
gigante bote de basura de metal.
Nunca he visto a Ronan nada más que tranquilo. —¿Estás bien? —
pregunto, aunque es muy obvio que definitivamente no está bien.
—¡No! —Lanza las manos al aire—. ¡No estoy jodidamente bien!
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?
—A menos que puedas descongelar mágicamente veinticinco
malditas gallinas de Cornualles en las próximas tres horas, entonces no.
Me golpea una sensación de hundimiento. Dejé que Paul firmara el
pedido ayer y luego me puse a trabajar con los clientes. No paré en todo
el día. —Oh, Dios mío. ¿Es culpa mía? ¿Fueron al congelador en lugar de
90 al refrigerador?
El ceño de Ronan se arruga. —¿Qué? No. La maldita compañía a la
que ordené lo arruinó. Pedí gallinas de Cornualles frescas y me trajeron
unas congeladas y un montón de latas de relleno de maldito pastel en
lugar de pastel.
—¡Oh no! Espero que te devuelvan tu dinero. —Ni siquiera puedo
imaginar lo que eso le haría a mi cuenta bancaria si me pasara algo así.
—Sí, pero eso no me va a ayudar esta noche. Ahora todo lo que
tengo para servir en el Día de Acción de Gracias son papas, relleno y
malditas verduras.
Camina por el callejón, con las manos todavía en el cabello. Trato
de no comerme con los ojos sus tatuajes, o la forma en que sus
pantalones deportivos hacen un gran trabajo al abrazar su trasero, pero
es un desafío.
—¿Y si los ponemos en un baño de agua fría? —sugiero.
—Están sólidos como una roca. Nos llevará al menos seis horas y
luego todavía tendremos que prepararlos y cocinarlos. Ayer pasé once
malditas horas en un coche para poder abrir el bar el día de Acción de
Gracias y esto es lo que obtengo. Debería haberlo comprobado anoche.
—Se frota la cara con ambas manos—. Lars, también podrías irte a casa.
Disfruta el día libre.
—Podríamos hacer alas o algo —ofrece.
—Es Acción de Gracias. La gente no quiere alas. Quieren una cena
adecuada y nosotros no la tenemos. Ni siquiera tenemos postre para
servir. Realmente no tiene sentido.
—Lo siento, Ronan. Sé que tenías grandes planes para hoy.
Hace un ademán de despedida. —Está bien. No es tu culpa.
—¿Supongo que te veré mañana? —Lars da un paso hacia la
puerta.
—Si. Gracias por venir temprano. Sé que preferirías estar
durmiendo.
Lars se va y Ronan mete las manos en los bolsillos y deja caer la
cabeza con un suspiro.
Me siento muy mal por él. El Día de Acción de Gracias puede ser
una buena oportunidad para ganar dinero, si tienes comida para servir.
—¿Necesitas ayuda con algo?
Se frota la nuca. —Nah. Supongo que hoy me sentaré en el sofá y
veré fútbol.
—¿Por qué no vienes y te preparo un café con alcohol? —Inclino mi
cabeza hacia B&B. Realmente es lo mínimo que puedo hacer.
Exhala un suspiro. —Sí, claro. ¿Por qué no? No es como si tuviera
91 algo mejor que hacer.
Me ofendería, pero no creo que sea un ataque personal, más bien
está molesto por el repentino e inesperado giro de mierda que tomó su
día.
Nos preparo a ambos cafés con leche especiales, el suyo con
alcohol, el mío no ya que tengo que hornear. —Necesito decorar algunos
pastelitos. Si estás interesado en pasar el tiempo, puedes ser mi catador.
—Eh, claro, sí. Podría hacer eso.
Lo llevo a la cocina y lo coloco en un taburete. Saco los pastelitos
desnudos de la nevera para que tengan tiempo de calentarse, me pongo
una redecilla, higiene antes que vanidad, me lavo las manos y me quito
los tacones y me pongo un par de zapatos planos antes de sacar el resto
de los ingredientes.
—¿Necesitas alguna ayuda?
—Nop. Solo pasa el rato y toma un café. Lamento la entrega. Ayer
tuvimos un día ajetreado y dejé que Paul lo aceptara. Ni siquiera
comprobé qué era.
—No hubiera importado. No te dije lo que se suponía que debían
entregar y debería haber revisado todo anoche, pero ese viaje fue un
infierno. Hubo un accidente en el camino de regreso y tomó siete horas
en lugar de cuatro, que ya es suficientemente largo, ¿sabes? Simplemente
no planeé esto tan bien como debería. Error de novato, supongo.
—Siempre puedes hacer una cena posterior al Día de Acción de
Gracias este fin de semana, ¿no? ¿Quizás el sábado puedas hacer un
especial de gallina de Cornualles? —Me ató el delantal y preparo la
batidora industrial para poder trabajar en la crema de mantequilla.
—Eso es lo que tendré que hacer. Ya han estado en la nevera
durante la noche. Espero que para mañana por la tarde estén
descongelados y luego el personal de cocina pueda prepararlos y
cocinarlos.
—Por lo menos podrás descongelar lo que falta en un baño de agua,
¿no es así?
—Mmm. Si. —Me observa medir los ingredientes, encender la
batidora y programar el temporizador antes que me mueva a una más
pequeña para preparar la crema de mantequilla de chocolate para los
pastelitos de chocolate triple. Mi papá hizo una solicitud especial por
esos. Presentó varias solicitudes especiales. A veces es difícil entender
por qué simplemente no me deja vivir mi sueño cuando está tan claro que
sé lo que estoy haciendo.
—No puedo creer que estés usando un vestido y trabajando con
chocolate.
—Hago todo con un vestido.
Arquea una de sus cejas.
92 —Casi todo —corrijo. No sé por qué mi mente va inmediatamente
al sexo debido a que arqueó una ceja. ¿Posiblemente porque el cabello de
Ronan sobresale por todos lados como si acabara de ser follado? O porque
parece mitad nerd de libros y mitad rudo con los anteojos, la sudadera y
los brazos llenos de tatuajes. O porque no lo he hecho en mucho tiempo.
Me iré por lo último.
Meto la cabeza en el refrigerador y me tomo más tiempo del
necesario para agarrar la leche para que él no pueda ver mi vergüenza.
—¿Alguna vez usas pantalones?
—No a menudo.
—¿Qué pasa cuando estás en casa?
—Todavía prefiero los vestidos la mayor parte del tiempo. Quiero
decir, por supuesto que tengo cosas como mallas para cuando hace frío,
pero así es como me siento más cómoda. —Me pongo de puntillas para
intentar alcanzar el recipiente de azúcar glas. No sé por qué Paul insiste
en ponerlo tan alto todo el tiempo. Probablemente porque se ríe entre
dientes por ello.
—¿Por qué?
Miro por encima del hombro. —¿Por qué cubriste tus brazos con
tatuajes?
—Porque quiero llevar mis recuerdos, verlos todos los días y
recordar. —Parece una oración inconclusa. Salta de su taburete, saca el
bote del estante y me lo entrega—. Aún no has respondido a mi pregunta.
¿Por qué te sientes más cómoda con vestidos que con pantalones? Tienes
pantorrillas asesinas y de la cintura para arriba es agradable a la vista.
Tengo que imaginar que lo que escondes debajo de esas faldas coincide
con el resto de ti.
Le doy una mirada de reojo. —¿Eso es un cumplido?
—Es una observación, y si deseas tomarlo como un cumplido, no
dudes en hacerlo.
Me río. —Este es mi estilo. —En realidad, hay mucho más en ello
que solo ser mi estilo, pero en realidad no es algo que tiendo a compartir
con la gente, y mucho menos con el dueño de un bar rival que apenas me
tolera y probablemente me está siguiendo la corriente—. Al igual que las
camisas a cuadros, los anteojos con montura negra y los tatuajes en los
brazos es lo tuyo.
—Voy a decir algo y no quiero que te ofendas.
—¿Eso significa que va a ser ofensivo?
Ronan se ríe. —Creo que podría malinterpretarse como un insulto
cuando no es así como lo pretendo.
93 —Adelante, entonces. —Reviso el glaseado y comienzo a medir los
ingredientes para la crema de mantequilla de chocolate.
—Emites esta vibra elegante de chica pin up junto con un ama de
casa de los cincuenta, pero eres una emprendedora. Es una especie de
contradicción, ¿no? Y aquí estás, toda elegante a las nueve de la mañana,
haciéndome café y batiendo glaseado de crema de mantequilla.
—Te hice café porque parecía que necesitabas un descanso y un
trago. ¿Y quieres decir que no luzco como que deberían tomarme en serio
porque no llevo un traje sastre?
—Eso no es lo que dije.
—A veces es bueno ser subestimado, ¿no crees? —Pongo otro
temporizador de siete minutos mientras dejo que la mantequilla se creme.
—No creo que se trate de subestimarte. Quiero decir, claramente
tienes visión y habilidad para los negocios, pero no luces... amenazante,
supongo.
—En cierto modo va de la mano con ser subestimado. —Sumerjo
una cuchara en el ganache de chocolate y se la doy, antes de hacer lo
mismo para mí. Mi muestra es mucho más pequeña que la suya. Espero
hasta que haya terminado de gemir a través de la cucharada antes de
hacerle otra pregunta—. Háblame de The Knight Cap. ¿Tu abuelo es el
propietario y decidiste venir a trabajar con él? ¿O a encargarte?
—Perdió a mi abuela hace poco más de un año; trabajaron juntos
aquí desde que eran adolescentes, así que hacerlo sin ella fue… difícil.
De eso se tratan todas las fotos de pareja enmarcadas en la pared opuesta
a las cabinas. Es la historia de su vida juntos, que pasó en su mayor
parte en el bar.
Presiono mi mano contra mi pecho. —¿Se conocieron allí?
—Lo hicieron. —Asiente, sus ojos repentinamente lejos—. El bar ha
pertenecido a nuestra familia durante tres generaciones. El abuelo era
cantinero y la abuela era camarera. Se enamoraron perdidamente el uno
del otro. Causó un gran alboroto ya que ella era unos años más joven que
él y sus padres esperaban que se casara con alguien de clase social más
alta, pero nada ni nadie podía mantenerlos separados. —Sonríe
suavemente; está lleno de cariño y tristeza—. Incluso salieron en secreto
por un tiempo. Estoy seguro que hubo muchas historias de trastienda y
del armario. No es que el abuelo alguna vez le faltaría el respeto a la
abuela contándolas.
Me río y luego suspiro. —¿Se enfermó?
—Ah no, estuvo sana hasta el final, afortunadamente. Tuvo un
infarto y falleció mientras dormía. —Mueve la cuchara distraídamente
entre los dedos.
El temporizador para la crema de vainilla suena y reduzco la
velocidad para poder agregar el azúcar y la vainilla. —Tu pobre abuelo.
¿Estaba con ella?
94 —Si. Fue duro por un tiempo y dirigir este lugar por su cuenta era
demasiado, así que las cosas decayeron. Yo trabajaba en finanzas y lo
odiaba, así que el abuelo me dio una oportunidad que no pude rechazar.
—¿Qué era devolver la vida a este lugar? —ofrezco.
—Sí. Dijo que, si podía dirigirlo con éxito durante un año, me
prestaría el dinero para poner en marcha mi propia fábrica de cerveza,
que es algo que siempre he querido hacer, pero los bancos no están tan
emocionados con darte dinero para ese tipo de cosas cuando no tienes
experiencia empresarial detrás de ti.
—Como si no lo supiera. Me tomó tres años antes que el banco me
diera un maldito préstamo para este lugar.
—¿Qué hiciste antes de abrir el negocio aquí?
—Tenía un camión de pastelitos.
—¿En serio? —Parece que quiere reír.
—No hables sin conocer. Comencé con carpas en festivales
gastronómicos y luego en puestos de mercado los fines de semana hasta
que finalmente tuve un grupo de seguidores bastante decente. Cuando
ahorré lo suficiente, invertí en un camión.
—¿Y lo hiciste por tu cuenta?
—Paul ayudó, en realidad.
—¿Qué pasa con ustedes dos? —Me lanza una mirada curiosa.
—Es un amigo y me ayudó a empezar. Trabajamos juntos durante
casi cinco años.
—¿Y eso es todo lo que han sido? ¿Amigos?
—Sip. Éramos buenos para hacer negocios juntos, e incluso eso
tenía sus limitaciones. Pero aprendí mucho de él y fue un gran mentor.
—¿Nunca intentó más? —presiona Ronan.
—Nop. Vender pastelitos en un camión te pone en un espacio
reducido con otra persona. Ha visto todos mis lados, lo bueno, lo malo y
lo aterrador. Además, meterse en la cama con un compañero de trabajo
o colega es una receta para el desastre. Juego de palabras completamente
intencionado.
Se ríe y niega con la cabeza. —Sí, no puedo imaginar que sea una
gran idea por muchas razones, aunque mi abuelo probablemente no esté
de acuerdo.
—Eran tiempos diferentes, ¿no?
—Menos complicado en muchos sentidos, y aún más al mismo
tiempo. —Ronan asiente.
Veinte minutos después, tengo lotes de glaseado, listos para
decorar.

95 Ronan está prácticamente babeando mientras me ve ponerlo en


mangas pasteleras, así que saco un montón de cucharas y tazones y le
dejo probar un poco de cada uno en tanto decoró los pastelitos para la
cena.
—Pensé que no ibas a abrir hoy.
—No lo haré. —Pongo crema de mantequilla de moca chocolate en
el pastelito de triple chocolate—. Estos son para mi cena familiar. —
Aunque, la mitad de mi familia probablemente les hará la señal de la
cruz. Mi madre y mis hermanas son grandes fanáticas de la dieta keto.
La conversación fácil cambia a ese limbo un poco incómodo de ahora
qué—. ¿Sueles pasar el Día de Acción de Gracias con tu abuelo?
—Por lo general siempre estaba aquí para el Día de Acción de
Gracias. A la abuela le encantaban las festividades y siempre quiso
asegurarse que las personas que no tenían familia con quien celebrar
pudieran ir a algún lugar y tener una buena cena, por eso pedí todas las
gallinas de Cornualles. Sin embargo, ha sido difícil para el abuelo estar
aquí sin ella, así que le dije que hoy me ocuparía de las cosas. Fue a casa
de mi hermano. Se quedará allí unos días y no volverá hasta el domingo.
¿Vas a pasar el día con tus padres?
—Sip. No los he visto desde que abrí este lugar, así que debo hacer
una visita. —Antes que realmente pueda considerar lo que estoy diciendo,
espeto—: Deberías venir conmigo.
Las cejas de Ronan se elevan. —¿Al Día de Acción de Gracias de tu
familia?
—Si. Si. —Asiento un poco más vigorosamente de lo necesario—.
No puedes pasar solo. Mis padres siempre hacen un gran espectáculo de
ello. Necesitas atiborrarte de pavo y cerveza. ¡Será divertido! —No estoy
segura de que diversión sea realmente la mejor descripción para mis
eventos familiares, pero ya es demasiado tarde para dar marcha atrás.
—No lo sé. Probablemente debería hacer planes para el resto del fin
de semana —dice Ronan lentamente.
—Ya tienes un plan, una cena posterior al Día de Acción de
Gracias. Ven conmigo. Nadie debería estar solo durante las festividades.
Sonríe. —¿Estás segura?
—Absolutamente segura.
—¿Puedo probar los pastelitos antes de irnos?
—Por supuesto. —El giro de ojos y el bah están implícitos en mi
tono.
—Bueno. Estoy dentro.
—¡Fabuloso!
¿En qué diablos me acabo de meter?

96
10
Hora del pavo
Traducido por Auris, Jadasa & evanescita
Corregido por Elizabeth.d13

No estoy seguro de cómo leer la reacción de Blaire cuando acepté.


Si soy completamente honesto, los pastelitos son el factor decisivo.
Son peligrosamente adictivos. Como nicotina, o heroína, o cocaína, nada
que haya sido una adicción mía. He ahí la razón por la que accedí
97 apresuradamente a pasar todo un día con Blaire y su familia cuando sé
muy poco sobre ella.
Por lo menos, este debería ser un día entretenido. Blaire tiene…
mucha personalidad. Y no lo digo de mala manera. Aun trato de
descifrarla y supongo que ahora tendré la oportunidad de hacer eso.
Pongo una nota en la puerta delantera de The Knight Cap
disculpándome por cerrar hoy, e indicando que abriremos de nuevo
mañana, cuando noto un letrero en el edificio vacío al otro lado de la
calle. —¿Eso es nuevo? —le pregunto a Blaire. Quien se encuentra
inspeccionando todas las fotos enmarcadas de mis abuelos que se hallan
alineadas en la pared opuesta a las cabinas. Estoy seguro que tienen un
nuevo significado para ella ahora que sabe la historia detrás de las fotos.
—¿Mmm? —Aparta la mirada de una foto a blanco y negro del
abuelo y la abuela cuando eran jóvenes, más de lo que soy yo ahora.
Señaló al otro lado de la calle. —Parece que finalmente alguien
alquiló el lugar. Me pregunto que abrirán.
Blaire cruza hasta donde me encuentro parado. —Es un edificio
grande. ¿Antes no era un despacho de abogados o algo así?
—Eso creo, ¿no? —Ha cambiado de manos unas cuantas veces a
través de los años.
—Así que probablemente sea algo similar, lo cual puede ser bueno
para ambos. —Levanta la barbilla y me mira—. Más profesionales a los
que atender.
—Esperemos que sea eso, entonces. —Más clientes significa que
The Knight Cap tiene, incluso, más potencial de crecer.
—¿Debería seguirte de regreso a tu casa para que puedas
cambiarte y luego podamos dirigirnos a casa de mis padres?
Bajo la mirada a mi vieja camiseta blanca y mis pantalones
deportivos. —Probablemente es una buena idea. No estoy seguro que los
pantalones deportivos sean apropiados para algo más que el gimnasio y
días de descanso en casa.
Blaire apunta mi dirección para poder seguirme a mi casa. No está
lejos del bar. Hacerla esperar en el carro es maleducado, así que la invitó
a subir a mi departamento.
Se siente raro tenerla en mi espacio personal. Aunque,
honestamente, lo único que hago aquí últimamente es dormir.
—Guau. No creo que pueda haber algo que pueda ser una cueva
de hombre más que esto —dice Blaire cuando entra. No es grande, pero
es cómodo.
—Solo soy yo. —No estoy seguro si debería estar a la defensiva
sobre su evaluación o no.
—Puedo ver eso. —Pasa la punta de los dedos a lo largo del borde
de la mesa de madera desgastada que rara vez uso. No me encuentro aquí
98 lo suficiente para recibir visitas, y cenar solo en la mesa hecha para seis
es un poco depresivo. La mayoría de las veces como en el bar, o en raras
ocasiones, cuando no me encuentro apurado, frente a la televisión.
—Déjame adivinar: ¿Tu casa luce como si un unicornio hubiera
vomitado un arcoíris de felicidad sobre ella? —Solo me estoy burlando de
ella.
Se ríe. —Estarías suponiendo erróneamente.
—¿Así que no tienes once millones de cojines con frases
inspiradoras? —Me quito los zapatos con los pies y los tiro por la puerta.
—Ahh, solo diez millones, más o menos, y solo un par tienen lindos
unicornios tirándose gases con frases inspiracionales. —La manera en
que rueda los hombros hacia atrás y su mirada de ojos entrecerrados me
dicen todo lo que necesito saber.
He tocado un nervio. No sé porqué disfruto molestarla tanto. Tal
vez porque es propensa a reaccionar. —Apuesto que tu casa se encuentra
decorada para las fiestas. Todo tipo de lindas cosas de calabazas por
todas partes, un pavo de papel maché que hiciste en algún taller como
centro de mesa de tu mesa del comedor.
Sus mejillas se sonrojan. —No tengo mesa de comedor.
—¿Pero tienes un pavo de papel maché?
—Tenía varios de cartulina cuando era niña. Probablemente me
hubiera quedado con ellos para toda la eternidad si mis padres no
hubiesen tirado mi caja de manualidades caseras cuando era
adolescente, en nombre del orden.
Archivo esa pequeña pieza de información, sintiendo que me ha
dicho un secreto que no pretendía decir. —¿Calabazas, entonces? —
presiono.
Puedo decir que la irrita que pueda leerla tan fácilmente, pero todo
lo que alguien necesita hacer es poner un pie dentro de Buttercream and
Booze para ver cuando ama las festividades. —De cerámica, no de papel
maché.
—¿Y la pintaste tú misma?
—Quizás. —Me golpea el hombro—. Suficiente de todas las
preguntas. Es una hora y media de viaje, tendrás un montón de tiempo
atrapado en un vehículo para burlarte de mí.
—Correcto. Sí. —No estoy seguro de cómo será un largo viaje juntos
y encerrados en un espacio limitado—. Me cambiaré realmente rápido.
¿Puedo servirte algo de tomar mientras esperas?
—Estoy bien, gracias.
La dejo vagar por mi departamento mientras me cambio. No parece
del tipo fisgona, pero uno nunca sabe. Considerando que Blaire lleva uno
de sus vestidos con estampado festivo, decido que un par de pantalones
99 casuales negros, camisa de vestir y corbata de tela escocesa son
apropiados. No me molesto con los lentes de contacto, ya que mis ojos ya
se sienten cansados por la falta de sueño.
La encuentro en la sala de estar, mirando un collage de fotos
familiares. —¿Lista para irnos?
Gira la cabeza lentamente, su expresión es suave. —Lo siento
mucho. —Levanta la mano y ajusta una foto de cuadro de madera y, de
repente, su disculpa tiene sentido. Esa fue la última foto familiar que
tomamos, y la frase “en amor a la memoria” se halla grabada en mate con
letras plateadas.
Nunca está nivelada, siempre se inclina a la derecha porque el
marco se encuentra desbalanceado. Sin embargo, me reúso a cambiarlo,
porque fue uno de mis primeros proyectos en carpintería, y mi papá y yo
trabajamos juntos en él. Es viejo, está roto y es muy feo, pero es un
recuerdo que no puedo dejar ir. Asiento y trago alrededor del nudo en mi
garganta. —Oh, eh, gracias. Fue hace mucho. —Pero en días como este,
se siente como si hubiese sido ayer, no hace una década, que ellos
murieron.
—¿Cuántos años tenías cuando los perdiste? —Presiona las manos
en su pecho—. No tienes que responder eso si no es algo de lo que quieras
hablar.
—Está bien. —Meto las manos en los bolsillos y me aclaro la
garganta otra vez mientras me paro a su lado—. Tenía veinte.
Suelta un lento y trémulo suspiro, su sonrisa es triste. —Eso debe
haber sido muy difícil. Parece que eran cercanos.
—Éramos una familia unida. Mis hermanos, ambos son mayores,
estaban más establecidos, con carreras y parejas. Nos afectó a todos
bastante. Terminé viviendo con mis abuelos por un par de años después
que murieron.
Asiente, juntando las piezas del rompecabezas, como porqué me
hice cargo de The Knight Cap y porqué guardaba todas las fotos de él y
de la abuela.
—Lamento que no estés con tu familia hoy.
—Estoy acostumbrado a celebrar después del hecho. —Si la casa
de mi hermano no estuviera tan lejos, podría haber hecho el esfuerzo de
manejar hasta allá otra vez hoy. Pero después de pasar todo el día de ayer
llevando hasta allá al abuelo y volviendo, simplemente no tengo la
energía. Y algunas veces las cosas familiares son más duras en días como
hoy, especialmente ya que mis hermanos se encuentran en relaciones
comprometidas, y todos me molestan por estar solo. Fuerzo una sonrisa
y cambio de tema. —Deberíamos salir a la carretera, ¿eh?
Le da a su cabeza una pequeña sacudida, como si hubiese estado
perdida en sus propios pensamientos. —Oh, sí. Definitivamente. —Me
aprieta el antebrazo levemente—. Comida interminable nos espera.
100 Blaire no mentía sobre su amor por la película Grease. La banda
sonora está guardada en una lista de reproducción. Aparentemente es
una gran fanática de bandas sonoras de películas y musicales.
—Siéntete libre de cambiar a cualquier cosa que te guste. Sé que
no es del gusto de todos. —Señala hacia el sistema de sonido.
Blaire conduce una camioneta de tamaño mediano que tiene un
bastante prominente traqueto en el motor. También tiene un letrero
magnético de Buttercream and Booze en ambos lados de las puertas del
conductor y pasajero. El ruido del motor hace que me pregunte de qué
tipo de restaurante proviene y cuanto ha luchado su familia para ganarse
la vida con eso.
—Dijiste que tu familia está en la industria de los restaurantes,
¿cierto? —pregunto, estableciendo una pequeña charla.
—Sí, lo están. —Blaire toquetea el volante, como si estuviera
tocando la batería al ritmo de la canción.
—¿Entonces por qué no trabajas con ellos? ¿Por qué ir por tu
cuenta? —Claramente, por lo menos, son algo cercanos si se encuentra
dispuesta a conducir una hora y media para cenar.
—Son más del tipo de bistec y langosta, y ahí no es donde radica
mi pasión —responde—. A ellos les gusta codearse con gente, y a mí me
gusta… no hacerlo.
Claramente hay más en esa historia, pero no sé si debería presionar
demasiado; ya que, a pesar de todas nuestras interacciones, que han sido
principalmente Blaire enojada conmigo por algo, no estoy seguro que
estemos en una posición en donde se sienta cómoda compartiendo
demasiada información personal. Aunque vaya a estar presente en la
cena de Acción de Gracias con su familia, en parte porque era mejor que
estar solo y también porque siento curiosidad por Blaire. Es una
situación un poco extraña en todos los sentidos. —¿Quieres ampliar eso?
Agarra y suelta el volante, suspirando. —Mi familia es un poco...
rara.
Teniendo en cuenta que Blaire se viste como si fuera la digna
hermana de June Cleaver, no puedo decir que esté tan sorprendido. —
¿No lo son todas las familias?
—La mía más que la mayoría, creo. Todos son muy elegantes, y se
preocupan por el dinero y en ser los mejores. Y, por supuesto, también
quiero ser la mejor, pero por méritos propios y no de ellos. Podría haber
escalado en uno de sus restaurantes, pero me encanta hornear, y eso
nunca iba a funcionar con ellos, de manera que decidí hacerlo por mi
cuenta. —Pone la direccional a la derecha y toma la siguiente salida de
la autopista—. También están un poco locos, y pasé los primeros
veinticinco años de mi vida lidiando con eso diariamente. Pensé que
merecía distanciarme de eso.
—Eso es justo. Amo a mis hermanos, pero me vuelven loco en un
buen día. Trabajamos para la misma empresa durante un tiempo, pero
101 terminaron saliendo para hacerlo por su cuenta y no sé si realmente
podría trabajar para ellos. —Lo cual fue, en parte, la razón por la que fui
en una dirección diferente. Querían que los tres hiciéramos negocios
juntos y ya no me encantaba el trabajo.
—Mmm. Las empresas familiares pueden ser difíciles. Sería mucho
más fácil económicamente si fuera en la dirección que ellos querían. Les
encantaría tenerme como su chef de repostería, diseñando creaciones
intrincadas y elaboradas sobre las cuales escribirían todos los blogueros
culinarios. Pero ese no es mi estilo. Prefiero luchar para llegar a fin de
mes por un tiempo que renunciar a mi propio sueño.
—No puedo imaginar lo intenso que debe ser hacerlo todo por tu
cuenta. —Me hace estar aún más agradecido por el apoyo del abuelo.
—Los primeros años siempre son difíciles, pero espero que al final
valga la pena. Algún día seré capaz de dormir más de cinco horas por
noche y mi dieta no consistirá principalmente en sobras de pastelitos y
sándwiches casi vencidos.
—¿Por qué no tienes tiempo para cocinar?
Levanta un hombro. —Todo lo que tengo lo invertí en Buttercream
and Booze, por lo que, si el dinero ya se gastó en esa comida, entonces
mejor me lo comeré en vez de comprar comestibles que se van a echar a
perder en mi refrigerador porque nunca estoy en casa.
—¿Recuerdas la última vez que tuviste un sábado para descansar?
—pregunto.
—Nop. —Blaire levanta su dedo—. Espera. Tuve gripe hace dos
años, y tuve que tomarme un sábado libre debido a eso.
—No creo que eso cuente como un día de descanso. —Esta
conversación me hace muy consciente de lo mucho que tiene que trabajar
Blaire para llegar a donde está. Explica el por qué fue tan hostil la primera
vez que la conocí.
Blaire dobla por un camino rural y la distancia entre las casas
aumenta. Cuanto más nos alejamos de la autopista, más ansiosa se pone
Blaire. Deja de hacer preguntas y sus respuestas son más cortas, en voz
más baja. Comienza a mordisquear su labio inferior, de vez en cuando
me mira.
—¿Ya con remordimientos? —Estoy bromeando un poco, o no. No
nos conocemos tan bien y, aunque me siento extrañamente atraído por
ella, no estoy seguro de si es completamente unilateral o no. Creo que la
invitación fue más que ella sintiéndose mal por mi situación, pero
también hubo más de una interacción en que hubo insinuaciones apenas
veladas y lo que parece ser un coqueteo.
—No. Realmente no. Quiero decir… —Se encoge de hombros—.
Probablemente debería advertirte; mi familia es un poco... inusual.
—¿Cómo de inusual? —Quizás sean propietarios de un circo.
Blaire reduce la velocidad y gira a la derecha con cuidado. Se
102 detiene ante la puerta de entrada. Por primera vez noto la valla de hierro
forjado de dos metros y medio que se extiende a ambos lados en la
distancia. Está rodeado de bosque. Tal vez sean parte de una comuna. O
un culto. Sinceramente espero salir vivo de esto.
Blaire teclea un código y el portón se abre lentamente. Agarra el
volante hasta que sus nudillos se ponen blancos a medida que
recorremos el camino estrecho bordeado de árboles.
—Mierda —murmuró cuando la casa aparece a la vista. Porque no
es una casa. Es un maldito palacio. Uno realmente excéntrico, llamativo
como el infierno, gótico y espeluznante. De acuerdo, eso es un poco
exagerado, pero basado en el vehículo que conduce Blaire, sabiendo que
tenía un camión de pastelitos y el alquiler barato que debe pagar por
Buttercream and Booze, estoy un poco sorprendido. Esto realmente no
encaja—. ¿Tu familia vive aquí? —Quizás sean parte de la servidumbre y
comeremos en los cuartos de servicio. O tendremos que servir la cena
antes de comerla.
—Sip. —Blaire asiente con rigidez.
No menos de tres Bentley están estacionados en el camino de
entrada. También hay un Ferrari negro y un oscuro automóvil deportivo
europeo que no puedo identificar. Eso es casi tres millones de dólares en
autos estacionados en el frente.
—¿Estoy mal vestido? —Siento que un esmoquin hubiera sido más
apropiado.
Agita una mano nerviosamente y sonríe casi maniáticamente. —Oh
no. Estas perfecto. Realmente todo vale.
Estaciona su camioneta de mierda, dejando mucho espacio entre
ella y uno de los autos de seis cifras, y prácticamente se lanza fuera del
vehículo. Abre el maletero y la ayudó a llevar las cajas de pastelitos por
la enorme escalera; estoy casi sin aliento cuando llegamos a la cima.
Cambia su agarre en las cajas, lo que me pone nervioso ya que de
repente parece temblorosa y más nerviosa de lo normal. No quiero ningún
problema de pastelitos. Aunque si se estropean no se pueden servir y
podría llevarlos a casa y comerlos todos.
Teclea un código y las puertas se abren solas. Yyyyy... solo se pone
más extraño. Dos estatuas ocupan el espacio a cada lado de la enorme
entrada. Son mayordomos desnudos y sus bandejas de mayordomo no
están sostenidas por sus manos. Más estatuas desnudas funcionan como
pasamanos en la escalera de caracol con una incrustación de oro
estrafalario. Es como un museo de mitología griega, un caballero
medieval y mala pornografía chocando entre sí, y el resultado es esta
mezcla extraña. Blaire coloca las cajas de pastelitos sobre una de las
bandejas de los mayordomos desnudos. Reclina la cabeza hacia el techo
y murmura algo que no entiendo, luego respira hondo. Sonríe con rigidez
y me da un apretón en el brazo. No estoy seguro de si está destinado a
ser tranquilizador para ella o para mí. O ambos.
103 —¡Hola! ¡Estoy aquí! ¡Y traje a un amigo conmigo! —grita Blaire, su
voz resuena en el techo del cavernoso vestíbulo abierto. Un mayordomo,
un maldito mayordomo de verdad, vestido con uno de esos trajes de largas
colas, aparece de la nada.
—Señorita Blaire, es maravilloso tenerla en casa hoy.
—Buster, es un placer verte.
Buster, el mayordomo. Clásico. Me pregunto si es su nombre real
o si lo cambiaron por la aliteración.
Levanta la tapa y se asoma en una de las cajas que está sobre la
bandeja de la estatua del mayordomo desnudo. —¡Oh! Todos mis
favoritos, señorita Blaire. Se ha superado.
—Una de esas cajas es para ti y los empleados. Es posible que
desees ocultarlo para que los pastelitos no desaparezcan antes de la cena.
—Toma la caja más pequeña que todavía tengo en la mano—. Y estos son
para que te los lleves a casa.
—Es demasiado buena conmigo. —Su sonrisa es cariñosa y cálida.
Le guiña un ojo. —No lo suficiente, considerando lo que aguantas
de forma regular.
Se ríe. —Es como vivir en el set de una de las telenovelas de
Margaret. —Me saluda con la cabeza—. Bienvenido a la casa de los
Calloway, señor...
—Oh, este es mi amigo, Ronan. Todos sus pavos estaban
congelados, así que lo traje a cenar. —Acaricia mi brazo.
La frase extraña no parece perturbar a Buster. —Bueno, vigílalo en
esta casa. —Guiña un ojo y se aleja.
Estoy a punto de preguntarle qué significa eso y por qué diablos
conduce una vieja camioneta cuando parece que su familia tiene dinero
suficiente para comprar un país de tamaño mediano, pero respira hondo
y cuadra los hombros. —Debo mencionar que mis padres están
divorciados, pero aún se tratan amistosamente.
—¿Entonces ambos estarán aquí? —Comienzo a preguntarme en
qué me he metido.
—Sí, y ambos se han vuelto a casar...
—¡Care Blaire! ¡Finalmente llegaste! ¡La hora del cóctel comenzó al
mediodía! —Una mujer cruza el amplio vestíbulo de mármol. Según sus
rasgos, definitivamente es la madre de Blaire. Aunque Blaire es más
suave en los bordes con curvas de Marilyn Monroe, y su madre se parece
más a una Twiggy envejecida. También lleva un vestido corto, ajustado y
brillante más apropiado para un club nocturno—. ¡Oh! ¡No sabía que ibas
a traer una cita! ¡Lawrence, Blaire trajo una cita! —grita por encima del
hombro.
—Lamento que estés atrapado aquí conmigo ahora. Te prometo que
104 el alcohol y la comida harán que valga la pena —murmura Blaire antes
que su madre la atraiga hacia uno de esos abrazos falsos y flojos, y
besando el aire en ambas mejillas.
Su madre la agarra por los hombros. —Te ves cansada. Creo que
probablemente estés trabajando demasiado. ¿Has subido de peso? Tengo
un gran desintoxicante de jugos que eliminará algo de esa grasa de bebé
como… —Chasquea los dedos junto a la oreja de Blaire, haciéndola
saltar.
—Mamá, tengo casi treinta años. La grasa de bebé llegó para
quedarse.
—Son todos los carbohidratos, cariño.
—Me gustan más los carbohidratos que la privación de alimentos.
De todos modos, mamá, este es Ronan. —Hace un gesto hacia mí—.
Ronan, esta es mi madre...
—Glinda. Como la bruja buena de El mago de Oz. —Extiende
rápidamente su mano—. Encantada, estoy segura. Y lamento mis
terribles modales, pero no hemos visto a nuestra Care Blaire desde el
verano. ¡Hay mucho para ponerse al día! ¿Cuánto tiempo han estado
saliendo?
—Es un amigo, mamá. No estamos saliendo.
—¿Aún? —pregunta, esperanzada—. ¿Cuándo fue la última vez que
tuviste novio, cariño?
—No desde que Maddy robó el último —responde Blaire.
—Encajaban mejor. —Glinda le lanza una mirada condescendiente
antes de volver a prestarme atención y mirarme como si fuera un
accesorio del que no está segura—. ¿Dónde conociste a mi Care Blaire?
—Soy dueño del bar que está al lado de Buttercream and Booze.
—¿Al lado de qué? —Glinda parece confundida.
—Mi cafetería —murmura Blaire.
—¡Oh! —Glinda aplaude con sus huesudas manos—. ¡Entonces
eres la competencia! Qué divertido que estés aquí.
Miro a Blaire, cuyos labios están fruncidos. —Gracias por eso,
mamá.
—No sé si nos llamaría rivales. Sirvo cerveza y alitas, y Blaire sirve
los pastelitos más deliciosos del universo. —No estoy tratando de adular
a su madre, pero de alguna manera sí a Blaire. Sobre todo, porque tengo
la sensación de que la relación con su familia es complicada. Su madre
básicamente la ha llamado gorda y la ha reprendido por sus hábitos de
citas. Enfrente de mí.
Me pregunto si Blaire me invitó, así soy algún tipo de distracción.
O un escudo.

105 —Hmm, es muy hábil con la crema de mantequilla y una espátula.


—Pellizca el costado de Blaire—. Como lo demuestran todas las pruebas
de sabor que debemos estar haciendo.
Un hombre que se parece a Hugh Hefner de hace dos décadas
aparece en el vestíbulo. Lleva una chaqueta de esmoquin de terciopelo,
pantalones de seda burdeos y pantuflas negras. También sostiene un
cigarro sin encender. —¡Blaire! Nos preguntábamos cuándo ibas a llegar.
—Hola, tío Lawrence.
Se desliza por la habitación y hace lo mismo que hizo su madre,
dar besos al aire, antes de estrechar mi mano.
—No nos dimos cuenta que Blaire traía una cita.
—Es un amigo, no una cita —corrige Blaire.
—Bueno, lo vas a presentar a la familia, así que eso debe significar
que estás interesada en convertirlo en tu cita. —Se da la vuelta hacia
Glinda—. ¿No es así, cariño?
—Estoy de acuerdo, pero tal vez Care Blaire preferiría guardar ese
pequeño detalle para sí misma en caso de que Skylar planee robárselo.
—Supongo que eso significa que mi prima regresó de San Francisco
para cenar esta noche. —Blaire sonríe tensamente.
—Sabes cómo odia perderse eventos familiares —dice Lawrence.
No puedo decir si están bromeando. O qué está pasando, porque la
mamá de Blaire ahora acaricia el brazo de Lawrence de una manera que
parece demasiado amigable para alguien que se supone es su hermano o
su cuñado. Todo esto es muy confuso y revelador.
—¡Creí haber escuchado tu voz! ¿Cómo está mi niña? —Un hombre
calvo y barrigón que lleva un traje de lino blanco entra en la habitación.
Parece más listo para irse a la cama que para una cena de Acción de
Gracias.
—¡Hola papá! —Una enorme sonrisa cruza por su rostro y abre los
brazos, envolviéndolos alrededor de su amplia barriga.
Besa la cima de su cabeza y su mirada se desplaza hacia mí. —
¿Trajiste una cita?
—Le está diciendo a todos que solo es un amigo —informa Glinda.
—Porque no quiere que Skylar intente robarlo —agrega Lawrence.
—No tiene nada que ver con Skylar. —Blaire intenta defenderse,
pero es interrumpida por otra mujer.
—¡Care Blaire! ¡Dime que trajiste tus pastelitos! ¡La abuela ha
estado preguntando por ellos toda la tarde!
—Hola, tía Nora. Ciertamente lo hice. —Y pasamos por otra ronda
de presentaciones.
Una vez más me siento confundido cuando la tía de Blaire se acerca
106 a su padre y le acaricia el vientre. Puedo ver el parecido físico entre Nora
y Glinda, lo que supongo significa que son hermanas. Eso o son
asombrosamente similares.
Nos encaminan a través de una enorme sala de estar y a la cocina,
donde todos se ponen un delantal y regresan a los puestos en los que
estaban antes que llegáramos. Huele increíble y la cocina es una locura.
Parece la cocina de un restaurante de muy alta gama fusionada con el
brillo y glamour más llamativos. Ahora necesito saber qué restaurantes
poseen realmente, porque pienso que deben tener bastante éxito si esta
es su casa.
El sonido de mezclar, revolver y picar va acompañado de órdenes
que se dan y, en medio de todo esto, también están tratando de mantener
una conversación real. Es imposible de seguir.
Blaire abre una puerta y busca entre los delantales que cuelgan de
un gancho hasta que encuentra el que busca. Lo abraza contra su pecho
antes de pasárselo por la cabeza y estirar la mano para atarlo.
—Puedo ayudar con eso. —Me acercó y apartó sus manos del
camino.
Salta al contacto. —Oh gracias. —Toma un delantal negro y me lo
entrega, devolviéndome el favor. Desliza su brazo a través del mío y tira
de él para que me doble hasta que sus labios están en mi oído—. Quería
decírtelo antes que los conocieras, pero mi mamá está casada con mi tío
y mi tía está casada con mi papá.
Giró la cabeza para ver si está bromeando, porque eso es una
mierda de un nivel más jodido, sin embargo, no tomo en cuenta lo cerca
que están nuestros rostros, así que la punta de mi nariz roza la de ella.
—¡Ajá! —Alguien grita, sobresaltándonos—. ¡Lo sabía! ¡Se estaban
besando! Ronan es tu cita.
Blaire deja caer mi brazo y da un paso excesivamente grande lejos
de mí. —No nos estábamos besando. Lo ponía al día sobre la dinámica
familiar.
La tía Nora aplaude alegremente. —Lo vi con mis propios ojos.
—Entonces necesitas lentes nuevos —refunfuña Blaire.
El roce accidental de nuestras narices provoca una serie de
preguntas ridículas, comenzando por cuánto tiempo hemos estado
saliendo en secreto, cómo nos conocimos y si alguna vez estuve en
prisión. En el poco tiempo que he estado aquí, llegué a la conclusión de
que la familia de Blaire es entretenida, pero definitivamente es una bolsa
llena de: ¿Qué carajos?, con partes de: Esto me recuerda a un mal reality
show.
Otra mujer que parece un par de años más joven que Blaire entra
en la habitación, un hombre bien vestido viene detrás de ella. Todo el
mundo parece estar listo para asistir a algún tipo de evento formal, aparte
de su tío con su atuendo de Hugh Hefner y su padre con su pijama.
107 —¡Care Blaire! ¡Sí! —Agita los brazos en el aire como un muñeco
de globo inflable a medida que corre arrastrando los pies por la habitación
con sus tacones extra altos y lanza sus brazos alrededor de Blaire. Es al
menos diez centímetros más alta y parece que su última buena comida
fue probablemente hace cinco años. No entiendo cómo las personas que
cocinan alimentos con un olor tan delicioso pueden ser tan delgadas.
Hace lo mismo que hizo la madre de Blaire y la sostiene con los brazos
extendidos—. ¡Este vestido es tan lindo! ¿Has subido de peso?
—Como unos trece kilos —dice Blaire inexpresivamente—.
Madeline, este es mi amigo Ronan. Ronan, esta es mi hermana menor,
más atractiva y delgada, Madeline.
—Puedes llamarme Maddy. —Se ríe, me da una mirada sonriente,
mueve sus pestañas y extiende su mano.
Lo sacudo, porque es de mala educación no hacerlo, y me muerdo
la lengua, porque todo lo que quiero hacer es defender a Blaire y gritarle
por no hacerlo ella misma cuando sé a ciencia cierta que tiene las bolas
más grandes que la mayoría de los hombres que conozco.
Un tipo alto y delgado pasa el brazo por encima del hombro de
Maddy y extiende su mano libre. —Soy Matthew, el marido de Maddy.
—Ronan.
Todavía me da la mano, pero no me mira. Sus ojos están sobre
Blaire y la forma en que la mira parece realmente inapropiada. —
Movimiento valiente, al traer una cita con Skylar en periodo de búsqueda
de un rebote.
Pone los ojos en blanco. —Skylar siempre está en periodo de
búsqueda de un rebote.
Maddy se ríe y junta las manos. —¡Esto va a ser muy divertido!
Como si fuera una señal, otra mujer muy delgada entra en la
cocina, con un minivestido apropiado para un club y sosteniendo una
copa de Martini medio vacía. Su mirada se concentra en Blaire y una
sonrisa levemente malvada asoma por la comisura de su boca.
—¡Care Blaire! —Su voz es aguda, como clavos arañando una
pizarra. Se acerca, el balanceo de sus caderas es exagerado mientras
cruza la habitación. En lugar de tomar la ruta más corta hacia Blaire,
que sería rodear a Maddy, desliza su pecho a lo largo de los bíceps de
Matthew, me da una mirada muy descarada y luego besa en el aire las
mejillas de Blaire—. ¡Tú vestido es tan lindo! ¡Hace que tu cintura se vea
tan estrecha!
Dulce niño Jesús montando una patineta por una autopista sin
casco, la familia de Blaire son un montón de idiotas.
—Y tu vestido te hace ver como si pertenecieras al barrio rojo —
dice Blaire con los dientes apretados y una escasa sonrisa.
108 —¡Ahí es exactamente donde lo conseguí! —Se gira hacia mí—. ¿Y
quién es tu delicioso amigo?
Blaire me presenta con indiferencia a Skylar, la prima en periodo
de búsqueda de un rebote que todos parecen pensar que va a intentar
robarme. Basándome en la forma en que presiona todo su cuerpo contra
el mío y me besa en ambas mejillas, me inclino a pensar que no era una
broma.
La última persona que me presentan es a la abuela de Blaire. Me
siento aliviado cuando todo lo que hace es estrechar mi mano y decirle a
Blaire que está tan feliz de poder cenar y que necesitan programar una
cita adecuada para el almuerzo para que pueda patearle el trasero a
Blaire en gin rummy5; esas son sus palabras exactas.
Me ofrecen un trago y Blaire murmura que definitivamente debería
tomarlo, a pesar que rechaza el alcohol, diciendo que tendrá que conducir
a casa más tarde.
—Ustedes dos siempre pueden quedarse a pasar la noche. —Skylar
se pone un delantal, me agarra del brazo, me lleva a la isla de la cocina y
me empuja hacia uno de los taburetes de respaldo alto—. ¡Vamos a
conocernos bien! —Toma un cuchillo y empieza a cortar zanahorias en
discos delgados sin siquiera mirar lo que está haciendo.

5 Aplicación de juego de cartas.


—¿Cómo está tu pequeña pastelería, Blaire? —pregunta su tío a
medida que mezcla una especie de salsa. Blaire está bebiendo ginger ale
y batiendo algo en un tazón; al menos dos personas le sugirieron agua
con gas o una variedad de refrescos dietéticos. Quiero golpear a todos en
la habitación, excepto a la abuela, que no ha dicho nada malo. Todavía.
—Mi pequeña pastelería está bien, gracias por preguntar.
La miró, está de pie a mi derecha, vigilando a Skylar, cuyo brazo
sigue chocando con el mío, está tan jodidamente cerca.
—Realmente lo está haciendo increíble —interrumpo.
Estiro mi brazo sobre el respaldo del taburete e inclino mi cuerpo
hacia Blaire y lejos de Skylar. Cualquiera que sea la razón por la que
estoy aquí, ya sea como una distracción para su loca familia o porque,
honestamente, se sintió mal porque había dado por terminado mi día y
pasaría el Día de Acción de Gracias solo, decido que voy a interpretar el
papel de novio. Todo el mundo piensa que lo soy esta noche, aunque solo
sea por evitar que Skylar me folle la pierna mientras su familia observa.
—Awww, ¿no es agradable escucharlo? —El tono de su madre es,
en el mejor de los casos, condescendiente—. Bueno, sabes que siempre
habrá un lugar aquí para ti si te cansas de las horas agotadoras. Debe
ser difícil ganarse la vida con pastelitos de cinco dólares.
—La gente los compra por docenas. Habrán estado todos allí para
109 verlo, ¿no es así? —pregunto, por lo que me da un codazo rápido en las
costillas.
—Oh no, Blaire hizo que pareciera que era un viaje que no
necesitaríamos hacer con nuestra apretada agenda. —Su madre sonríe,
pero no puedo leer la emoción detrás de eso. ¿Tolerancia? ¿Aflicción?
¿Acusación?
—¿En serio, Blaire? —No me atrevo a agregar el Care por delante.
Es el peor apodo de mierda en la historia del universo. Es
condescendiente y no le queda para nada. Alicia, que es terrible por
derecho propio considerando las implicaciones, sigue siendo un millón
de veces mejor—. No puedo creer que no hayas invitado a tu familia a
disfrutar de la experiencia completa de Buttercream and Booze.
—Están ocupados —dice con los dientes apretados.
Probablemente debería dar marcha atrás, pero estoy bastante
molesto por la poca consideración que su familia parece tenerle y lo que
ha logrado, aparentemente por su cuenta. Tampoco me gusta que la
mujer fuerte, agresiva, exigente y combativa que disfruto mucho irritar
esté simplemente... aceptando su mierda.
Extiendo la mano y acerco a Blaire a mi costado, luego hago una
demostración de presionar mis labios contra su sien. Ninguno de los dos
se espera la estática que acompaña a lo que debería ser una muestra de
afecto muy inocente: si realmente estuviéramos saliendo. Agarra mi
muslo y susurro—: Lo siento —contra su oído.
Aunque no lo hago. Y eso se vuelve aún más obvio cuando digo—:
Pero no demasiado ocupados para celebrar los logros de su hija.
—Por supuesto que no —interviene su padre, lanzándome una
mirada severa—. No queríamos presionar a Blaire. Tiene su propia forma
de hacer las cosas y no queremos forzarla.
La abuela Calloway, que me recuerda a una Betty White más joven
durante la era de las Golden Girls y es claramente senil, se lanza a la
conversación para preguntar de cuánto es la deuda de Blaire. Decido que
necesito un descanso de la locura antes de regañar a alguien en nombre
de Blaire.
—Cariño, ¿puedes mostrarme dónde está el baño?
—¡Puedo mostrarte! —El cuchillo de Skylar hace ruido en el
mostrador y agarra mi brazo libre.
Ni siquiera miro en dirección a Skylar cuando respondo—: Gracias,
pero Blaire puede encargarse de mí. —Sí, quiero que suene cien por
ciento sugerente.
Me levanto y extiendo mi mano. Blaire no tiene más remedio que
aceptarla, a menos que quiera hacer una escena más. Me lleva fuera de
la cocina, por un pasillo, pasando tres puertas antes que finalmente se
detenga. Abro la puerta y aprovecho la oportunidad para empujarla hacia
adentro y encerrarla conmigo.
110 Sin embargo, la luz no está encendida, así que estamos sumergidos
en la oscuridad.
—¿Qué estás haciendo? —dice en una voz aguda.
—¿Tú qué estás haciendo? —Tanteo la pared, tratando de
encontrar el interruptor.
Medio segundo después, ambos estamos cegados por la luz. —
Mostrándote dónde está el baño. —Su mirada rebota por toda la
habitación.
Como la mía, pero por motivos muy diferentes. —¿Qué diablos es
esto? —Todo es oro. El papel tapiz, el tocador, el lavabo, incluso el
inodoro. El suelo, sin embargo, es de mármol negro y reflectante.
—Mi familia es ecléctica —responde ella, no a la defensiva, sino con
total naturalidad.
—¿Esto es oro real? En realidad, no respondas eso, no quiero
saber. —Hago un gesto hacia la puerta—. ¿Por qué me trajiste aquí?
—Te invité porque, lo que en retrospectiva puede no haber sido la
mejor idea, al menos no sin cierta preparación. Estoy acostumbrada a mi
familia, así que olvido lo locos que están en realidad. —Nunca había visto
a Blaire tan inquieta.
Le doy una mirada que dice que pienso que eso es una completa
mierda.
Lanza sus manos al aire. —Está bien, no olvidé que estaban locos,
pero me sentí mal porque no tenías planes para el Día de Acción de
Gracias y nadie debería estar solo en las festividades, así que fue una
especie de reacción instintiva invitarte. No fue hasta que estábamos de
camino aquí que realmente consideré cómo sería para ti y para mí,
francamente.
—Bien, está bien. Entonces, ¿cuál es la situación con Skylar?
—Es inofensiva.
—Es toda una demanda por acoso sexual esperando que suceda.
—En realidad es una profesional en el trabajo. Le gusta meterse
debajo de mi piel y montar un espectáculo.
La señalo con un dedo. —Tu trabajo esta noche es mantenerla
alejada de mí.
—Puedo intentarlo, pero es persistente.
—¿Y qué diablos pasa contigo al dejar que tu familia te trate como
basura?
—No me tratan como basura.
Y ahí está la actitud defensiva que esperaba. —¿Tu pequeña
pastelería? ¿Cuándo te canses de las largas horas agotadoras, puedes
111 trabajar para la familia? Y ni siquiera han ido a ver tu lugar. —No sé por
qué estoy tan molesto por esto. ¿Quizás porque sé lo duro que trabaja?
Siempre estoy luchando por mantener el ritmo. Tengo suerte de que los
universitarios estén dispuestos a pagar dinero por cosas como lanzar
hachas.
—Es mejor que no interfieran. De lo contrario, tendré que empezar
a servir pastelitos de carne de Kobe6 de cien dólares.
Hago una mueca porque suena repugnante. Aunque hizo un
pastelito de Guinness y tocino que casi me mata, estaba tan bueno y
realmente esperaba odiarlo. —¿Desde cuándo dejas que otras personas
dicten tus acciones?
—No lo hago; ese es el punto.
—Pero deberían ver lo duro que trabajas.
Blaire suspira. —Mira, Ronan, tu enojo por mí es entrañable, pero
no sabes lo que estás diciendo. Has pasado menos de media hora con
ellos y ya estamos encerrados en un baño juntos y tienes un millón de
preguntas. Las que responderé. Luego. De camino a casa. Pero por ahora
necesito que confíes en mí cuando digo que no quiero que mi familia visite
B&B porque inevitablemente significará que intentarán hacerse cargo.
Tienen buenas intenciones, pero están locos.

6 Carne de Buey japonés muy cara por ser de baja producción y considerada un manjar.
La miro durante varios segundos, digiriendo, aceptando. —Vas a
soltar la sopa de camino a casa.
—Probablemente no habrá mucho que soltar cuando nos vayamos,
pero seguro. —Se encoge de hombros y se vuelve para abrir la puerta.
La detengo para que no se vaya presionando mi mano contra la
puerta. —Hay algo más.
Suspira y sus hombros se encorvan. —¿No puede esperar?
—¿Qué es lo que pasa con Matthew?
No se da vuelta, pero su cabeza cae y parece desinflarse aún más.
—Solíamos salir.
—¿Perdón?
—Salimos. No funcionó. Se casó con mi hermana. Ah, y creo que
Skylar también se acostó con él antes que comenzaran a salir, pero lo ha
hecho un par de veces con diferentes novios, por lo que a veces es difícil
seguir la pista.
—Espera. ¿Qué? ¿Skylar se acostó con tu exnovio antes de que tu
hermana te lo robara? Siento que mi cabeza va a explotar con esta
información.
—Si. ¿Puedo irme ahora, por favor, antes de que nos acusen de
112 tener un rapidito antes de la cena en el baño?
Aparto mi mano de la puerta y sale sin decir una palabra más.
La simple mención de Blaire de un rapidito es aparentemente una
idea atractiva para mis partes masculinas, por lo que me toma un minuto
calmarme antes de poder hacer mis necesidades.
Mientras espero, decido dos cosas: no beberé más alcohol esta
noche y voy a jugar a ser el novio de Blaire por el resto de nuestro tiempo
aquí. No es que su familia vaya a volver a verme. También podría dejarles
una impresión duradera.
11
Este no era el juego, que yo
estaba jugando
Traducido por amaria.viana
Corregido por Anna Karol

La retrospectiva. Es una mierda. Debería haber advertido a Ronan


sobre mi familia y lo locos que están. Pero al mismo tiempo, se ha metido
113 conmigo desde el primer día, y un poco de venganza nunca le hace daño
a nadie.
No obstante, no me entusiasma la posibilidad de que Skylar lo
manosee toda la noche, como le gusta hacer con las parejas de otras
personas. Entre ella y Maddy, he perdido al menos cuatro pretendientes.
Me doy cuenta que eso no dice gran cosa de los chicos con los que
he salido, pero Skylar se follará a quien sea si está lo suficientemente
desesperada. En cuanto a Maddy y Matthew, son el uno para el otro.
Ambos son vanidosos, superficiales y están demasiado ocupados en
hacerse fotos con famosos y disfrutar de las ventajas de la riqueza
familiar.
A pesar de todo esto, mi familia generalmente tiene buenas
intenciones. Lo que pasa es que su implementación es bastante
deficiente. Además, el hecho de que mi madre y su hermana hayan
intercambiado maridos es de lo más extraño.
Así que sí. La cena de Acción de Gracias está resultando ser un
desastre. La comida debe servirse en breve y podremos irnos
inmediatamente después del postre. Todavía estoy de pie en el pasillo
fuera del baño. No sé si Ronan y yo deberíamos regresar juntos a la
cocina, pero no estoy segura de que pueda encontrar el camino de regreso
por su cuenta. También hay una gran posibilidad de que Skylar se
esconda a la vuelta de la esquina, lista para abalanzarse sobre él, así que
espero.
Por suerte, la cena está lista para ser servida cuando volvemos y
hay demasiado alboroto y paso de platos como para que alguien comente
nuestra breve desaparición.
Ronan permanece pegado a mi lado, con la palma de la mano
apoyada en la parte baja de mi espalda, mientras nos dirigimos al
comedor. Es evidente que Skylar ha estado aquí, modificando la
distribución de los asientos, porque al principio Ronan ni siquiera se
sentaba a mi lado, pero él cambia las tarjetas con los nombres y me retira
la silla.
Maddy hace una broma sobre tener cuidado, ya que en esta familia
nos gusta jugar a las sillas musicales. Quiero hundirme en el suelo y
desaparecer. Y luego se preguntan por qué nunca llevo citas para conocer
a la familia. La cena es un asunto decadente, como siempre. Es de estilo
familiar en lugar del emplatado normal, pero cada plato parece una obra
de arte. El pavo es una obra maestra frita.
Mi madre, mi tía, mi prima y mi hermana están metidas en alguna
mierda keto, por lo que rechazan todos los carbohidratos o cualquier cosa
que pueda contener azúcar, pero se cargan con coles de Bruselas fritas y
cualquier otra cosa keto, compatible que hayan preparado. Incluso hay
“puré de patatas” de coliflor cargado de crema y mantequilla y Dios sabe
qué más. Skylar continúa diciendo que todo lo que tomó hoy fue su té
desintoxicante para poder disfrutar de su cena.
114 Mi papá, sin embargo, lo prueba todo, diseccionando la delicadeza
de los sabores. Y a mi lado, Ronan gime en silencio su gusto por la
comida. —Esto es increíble —murmura con la boca llena de pavo.
—No olvides dejar espacio para el postre. —Es una especie de
ironía, ya que la mitad de las personas en la mesa se resisten al postre.
O habrá algún tipo de opción sin carbohidratos e insípido con sabor a
tristeza y cartón.
Cada miembro de mi familia tiene su teléfono junto a su plato, y
revisan los mensajes entre bocado y bocado. —El gerente de Decadence
en Los Ángeles quiere hablar sobre el menú de Año Nuevo. Maddy y yo
volaremos por la mañana para encargarnos del de San Diego. ¿Quieres
que me detenga allí también? —le pregunta Matthew a mi papá.
—Eso sería genial. Si tienen tiempo, es posible que desee hacer el
viaje a Las Vegas mientras están fuera. Nora y yo nos dirigimos a Nueva
York, y Glinda y Lawrence, ustedes se encargarán del Medio Oeste, ¿es
correcto?
—¿Qué hay de mí? —pregunta Skylar.
—Te necesitamos aquí para vigilar las cosas.
—O podría ir a Las Vegas con Matthew y Maddy. ¿Por qué van a
todos los lugares divertidos y yo tengo que pasar el rato aquí?
—Podemos discutirlo después de la cena, cariño —dice Lawrence
con una sonrisa practicada.
Mis padres cambian la conversación a qué grandes estrellas los
están contratando para el catering durante las festividades (es siempre
un tiempo particularmente ocupado para ellos), y es como la sede de los
nombres.
—¿Conoces a Daxton Hughes? ¿Ese actor adolescente que se
convirtió en abogado de entretenimiento? —Ronan se frota la boca antes
de continuar—. Mi ex en la escuela secundaria solía estar enamorada de
él.
—Estoy enamorada de él ahora —responde mi madre con una
sonrisa.
—Coqueteó conmigo —agrega Skylar.
—No, cariño, tú le coqueteaste. Era conmigo con quien ligaba. —
La abuela Calloway me guiña un ojo.
El resto de la cena se pasa escuchando a la abuela contar historias
sobre todas las personas famosas que ha conocido durante su vida.
Buster trae los pastelitos que hice en una fuente especial y, por
supuesto, mi mamá, mi tía, mi prima y mi hermana tienen su postre
especial keto. Parece una especie de chocolate servido con tres bayas y
115 una hoja de menta, con la cantidad aprobada de carbohidratos, supongo.
—¿No comerán de los pastelitos de Blaire? —Ronan parece
estupefacto. Me gustaría decir que es una pregunta inocente, pero según
su expresión y su tono, no lo es.
No sé por qué está tan molesto por mí, pero no puedo decir que no
lo aprecio.
—Demasiados carbohidratos y azúcar. El azúcar es más adictivo
que la cocaína, ya sabes —dice Skylar con altivez.
—Tú lo sabrías —murmuro.
—Bueno, al menos no puedo acabar con un tabique desviado o una
psicosis a causa de mi consumo de azúcar —responde Ronan y luego le
pide a Buster uno de cada sabor.
Procede a inhalarlos todos mientras hace ruidos que se parecen
mucho a los que oiría si estuviera desnudo y yo lo montara. Y ahora esa
imagen está en mi mente.
Empiezo a preguntarme si tal vez la tinta en sus brazos se extiende
por su espalda, y posiblemente también por su pecho. En mi mente,
decoro el resto de su brazo derecho con más flores bonitas y el lado
izquierdo en un paisaje expansivo.
Su exuberancia parece obligar a mi madre a doblegarse. Quita el
envoltorio, se limpia las manos en la servilleta y con delicadeza usa el
tenedor para dar un mordisco. Sus ojos se agrandan y parpadea varias
veces. —Oh, esto es celestial. Lawrence, ¿probaste este? Realmente debes
hacerlo.
Mi tía también se rinde y se ofrece a compartir un pastelito con mi
papá, que ya ha terminado tres, según la pila de envoltorios desechados.
Skylar está viendo a Ronan devorar pastelitos como si fuera porno.
Y honestamente, yo también.
Cuando ha terminado el último, se chupa el glaseado de los dedos
(ruidosamente), y me mira. Sus ojos están abiertos ampliamente, lo que
hace que parezca que ha tenido un orgasmo recientemente. Los efectos
de una fiebre del azúcar, el colapso que pronto seguirá.
Levanta las cejas. —¿Todo bien?
Ni siquiera puedo imaginar cuál debe ser mi expresión. —¿Te
gustaron?
Sonríe. —Inmensamente. El único pastelito que disfruté más fue el
que me hiciste comer frente a esas mujeres en la despedida de soltera.
Puedo sentir el calor subiendo a mis mejillas y su sonrisa se
ensancha. Nunca olvidaré cómo se veía mordiendo el pastel de la vagina.
116 O la forma en que el centro de las natillas goteaba por su barbilla. Todavía
nos miramos el uno al otro, posiblemente ambos perdidos en ese
recuerdo.
La mirada perdida termina cuando mi madre pregunta qué tipo de
pastelitos son y, por supuesto, ella y mi padre deciden adivinar los
ingredientes, discutiendo sobre los méritos de la crema de mantequilla
cocida frente a la cruda.
Mientras esto ocurre, Skylar sigue acercándose más a Ronan, lo
que significa que sigue acercándose a mí. En este punto, su brazo está
sobre el respaldo de mi silla y está a medio camino en mi regazo. Es un
poco gracioso y también una gran distracción porque de vez en cuando
sus dedos rozan mi nuca y tengo que luchar contra un escalofrío.
Todavía estoy mordisqueando mi propio pastelito, saboreando en
lugar de devorar. A pesar de que Maddy y Skylar se negaron a probarlos,
no queda ninguno. Creo que mi padre se comió media docena.
—Si no te apresuras y terminas eso, te lo robaré —susurra Ronan,
y un cálido aliento me recorre la mejilla.
—Inténtalo y te apuñalaré con mi tenedor. —Deslizo otro pequeño
bocado entre mis labios y mmm mi deleite.
Puedo sentir sus ojos en mí. Está tan cerca que, si giro la cabeza,
es muy probable que nuestras narices se rocen, de nuevo. —Tienes
glaseado en los labios.
Los lamo tímidamente y me inclino para poder girar la cabeza y
hacer contacto visual, del tipo que debería indicarle que retroceda. —¿Ya?
—Nop. Todavía tienes.
Levanto la servilleta con la intención de limpiarme la cara, porque
no hay nada más vergonzoso que tener glaseado en el rostro, pero me
cubre la mano con la suya. —Yo te lo quito.
—Puedo hacerlo yo misma, en serio. —Ahora estoy avergonzada
porque toda mi familia está mirando y Ronan parece ajeno a toda la
atención. O tal vez esto sea a propósito.
—De verdad, me encargo. —Está justo en mi espacio personal, su
sonrisa llena de alegría malvada. Lo que finalmente concibo cuando lame
la comisura de mi boca.
Una sensación de calor baja por mi columna y se instala entre mis
piernas. Se congela, sus ojos se agrandan, probablemente con el mismo
shock que estoy experimentando porque Ronan simplemente lamió mi
cara. No entiendo por qué se ve tan horrorizado ya que fue él quien me
lamió y no al revés.
117 —¿Qué diablos, Ronan? —Golpeo su pecho y limpio su saliva de la
comisura de mi boca.
Recobra la compostura y vuelve a tener la misma expresión de
alegría y astucia. —Espera. No lo quité todo. —Se inclina otra vez y yo
pongo las manos en su pecho, tratando de mantenerlo a raya. La verdad
es que no tengo ni idea de cuál es su plan, ni de por qué está siendo tan
condenadamente coqueto.
Retrocede tan rápido como trató de atacarme, su sonrisa
ridículamente amplia al tiempo que devora lo que queda de mi pastelito.
—¡Idiota!
—Oh, Dios mío, ustedes dos son tan jodidamente lindos. ¿No son
los más lindos? —Maddy aplaude con entusiasmo, recordándome que no
estamos solos. De hecho, toda mi familia mira esta exhibición con gran
interés.
Excepto Skylar. Sus brazos están cruzados sobre su pecho, y hace
pucheros. —Tal vez deberían conseguir una habitación —dice.
—O necesitan otro rapidito en el baño. —Maddy está sonriendo.
Por supuesto, esperaba la oportunidad de llamar la atención sobre
nuestra desaparición justo antes de la cena.
Skylar parece escandalizada. —¡Iug! No lo hicieron.
Ronan se limpia la boca con la servilleta y se traga el resto de mi
pastelito. —Prefiero tomarme mi tiempo y saborear la experiencia cuando
se trata de cualquier cosa que tenga que ver con Blaire, aparte de sus
pastelitos. —Toma mi mano.
Trato de liberarme, pero aprieta su agarre y la lleva a sus labios,
mordiendo mi nudillo con otra de sus sonrisas traviesas.
—Bueno, creo que es genial que estos tortolitos no puedan
mantener las manos o la lengua para sí mismos, ni siquiera en la mesa.
Ese es el tipo de pasión que toda pareja debería tener. —La abuela golpea
la mesa—. Necesito una copa de brandy. Retirémonos a la sala de estar.
Aprovecho esa ruta de salida. —De hecho, deberíamos ponernos en
marcha de vuelta a casa. —Esta vez Ronan me permite sacar mi mano de
su agarre. Empujo mi silla hacia atrás, buscando algo de espacio entre
nosotros.
—¿No se quedarán a pasar la noche? —La decepción de mi padre
es obvia.
—Tenemos que levantarnos temprano para trabajar mañana. —No
es mentira. Además, la farsa con Ronan ha durado bastante. No voy a
dormir en la misma habitación que él para mantener falsas pretensiones.
Además, no confío en que Skylar no abra la cerradura e intente que follen
en medio de la noche.
118 —Qué mal. La próxima vez tendrás que planear quedarte —dice mi
mamá.
Dudo que pueda hacer eso pronto, pero no me molesto en discutir.
Pasamos otros diez minutos debatiendo si realmente necesitamos irnos.
Ronan bosteza. No sé si es real o forzado, pero lo uso para nuestro
beneficio.
—Parece que alguien se está quedando sin fuerzas por todo ese
glaseado.
Toda la familia nos acompaña hasta la puerta. Luego es una ronda
de abrazos incómodos y mucha gente susurrándome al oído sobre cómo
esperan que lo traiga de vuelta en Navidad. Ronan me usa como escudo
para evitar un abrazo de Skylar. Literalmente. Se mueve para pararse
detrás de mí, su antebrazo descansa contra mis clavículas, sus dedos se
enroscan alrededor de mi hombro. Todo el frente de su cuerpo está
presionado contra la espalda del mío. Me encuentro derritiéndome en él
mientras Skylar hace una especie de extraño movimiento de baile como
si tratara de encontrar un camino entre nosotros.
Apoya su barbilla en mi hombro opuesto y extiende su mano. —
Fue un placer conocerte, Skylawn.
—Skylar. —Le da un apretón a lo loco, haciendo pucheros todo el
tiempo.
—Es cierto, mi error. —Roza el lóbulo de mi oreja con la punta de
su nariz—. Hora de irse a casa, Care Blaire. La segunda ronda de postres
me está llamando.

119
12
El revelador viaje a casa
Traducido por Anna Karol
Corregido por Danita

Bien, así que toda la insinuación sexual del comentario de la


“segunda ronda de postres” fue un poco exagerado, pero me pareció
totalmente justificado considerando que la prima de Blaire necesita un
chequeo de su ego.
120 No es hasta que estamos en su todoterreno y hemos pasado las
puertas que hablo⎯: Eso fue interesante.
Blaire me mira antes de girar hacia la entrada. Sus mejillas están
teñidas de rosa, quizás por el embarazoso final de nuestra visita en la
que insinué, delante de toda su familia, que iba a llevarla a casa y
devorarla como a uno de sus pastelitos. ⎯Siento no haberte preparado
de forma adecuada para la experiencia.
⎯Creo que nada podría haberme preparado para eso.
⎯Tienen buenas intenciones, pero están locos. ⎯Se mete unos
cuantos mechones de cabellos rebeldes detrás de la oreja.
⎯Puedes decirlo otra vez. ¿Cómo diablos terminaron tus padres
intercambiando parejas? ⎯Me pregunto a cuánta gente ha tenido que
explicarle esto y si alguna vez se hace más fácil.
Blaire se queda sin aliento. ⎯No sé qué lo precipitó, pero toda mi
familia siempre ha estado muy unida, viajando junta para poner en
marcha nuevos restaurantes. Skylar, Maddy y yo fuimos criadas como
hermanas, y nos cuidaba quien no estuviera en la carretera. Los roles
parentales eran básicamente intercambiables.
Agarra el volante con fuerza. ⎯Cuando estaba en segundo año de
secundaria, mamá, papá, tía Nora y tío Lawrence nos sentaron y nos
explicaron que las cosas iban a cambiar. ⎯Sacude la cabeza, tal vez
recordando cómo todo se vino abajo⎯. Fue la conversación más extraña
en la que he estado involucrada. Al menos hasta que Maddy y Matthew
me dijeron que habían empezado a salir.
Toda la situación de Maddy y Matthew es una pesadilla, estoy
seguro. Aunque tendría que volver a eso. ⎯¿Estabas en la secundaria
cuando ocurrió?
Asiente una vez. ⎯Sí.
⎯Eso debió ser duro.
⎯Eh, bueno, las cosas no cambiaron tanto, la verdad. Quiero decir,
hubo ciertos cambios muy obvios, como que mi mamá y mi papá dejaron
de dormir en el mismo dormitorio, pero la dinámica familiar real se
mantuvo más o menos igual. Sin embargo, fuera de la casa era una
historia muy diferente.
⎯¿Puedo preguntar cómo, o no quieres hablar de ello? Porque
honestamente, entenderé si no quieres, pero no puedo mentir y decirte
que no tengo curiosidad.
⎯Es como un mal episodio de un programa de entrevistas.
No puedo decir si está avergonzada o qué, así que le doy una salida.
⎯Podemos cambiar de tema.
⎯Está bien. Fue hace mucho tiempo. Ya lo he superado. Estoy
121 bastante alejada de la situación en este momento. Amo a mi familia, pero
el escenario es raro y un poco chirriante, ¿sabes? ⎯Hace una mueca⎯.
En realidad, lo más seguro es que no lo sepas, lo cual es muy bueno. De
todos modos, mis padres pensaron que el mejor plan sería que todos se
mudaran a la misma casa, menos complicaciones para nosotros, los
niños; y, de todos modos, mis tíos siempre se encontraban alrededor. Así
que unieron sus recursos y construyeron esa monstruosidad de mal
gusto y todos nos mudamos allí. Mi mamá y mi tío tomaron un ala, y mi
papá y mi tía tomaron la otra, y se suponía que nosotros los chicos solo
lidiaríamos con eso.
⎯¿Así es cómo funcionó? ⎯Tener dos familias unidas como un
grupo incestuoso de Brady no parece algo con lo que los adolescentes
puedan lidiar.
Levanta un hombro en lo que supongo que es un encogimiento de
hombros descuidado. ⎯Sí y no. ¿Fue incómodo? Por supuesto. Fuimos a
una escuela privada muy exclusiva y cara donde todos eran súper
chismosos, y mis padres son dueños de algunos restaurantes bastante
famosos en todo el mundo, así que…
⎯No pasó desapercibido. ⎯No puedo imaginar lo horrible que sería
que el drama de tu familia se hiciera público.
⎯No. Los adolescentes no son muy indulgentes cuando tus padres
y tus tíos intercambian de pareja. Creo que su falta de convencionalismo
me hizo ansiar la normalidad. Me obsesioné con los espectáculos
familiares, especialmente Leave It to Beaver. Me encantaba todo lo
relacionado con programas de unidades familiares llenas de estereotipos
que eran sólidamente promedio.
⎯Puedo ver cómo eso sería atractivo. ⎯Me gusta su apariencia,
desde el cabello y el maquillaje perfectos hasta el vestido de falda amplia
y los tacones bonitos⎯. Supongo que eso también inspiró tu sentido de
la moda.
⎯Algo así, sí. Todo el asunto surgió alrededor de Halloween y yo ya
me encontraba en mi fase de Leave It to Beaver, y en la obra de Vaselina,
así que empecé a usar los vestidos y nunca dejé de hacerlo. Era más fácil
que la gente murmurara sobre mis extrañas elecciones de moda a que
hablara de mis padres intercambiando parejas.
⎯¿La gente te dijo eso?
⎯Hubo especulaciones, y de verdad, no me sorprendería saber que
era cierto; sin embargo, estoy feliz de seguir ignorante en ese frente por
el resto de mi maldita vida.
Todo lo que he aprendido sobre Blaire esta noche cambia mi
percepción de ella. Es más fuerte de lo que pensaba, no tomando el
camino fácil donde todo se le podría haber entregado en bandeja de plata.
Ella suspira. ⎯De todos modos, los amo, de verdad, pero hay
demasiadas locuras. Sé que mi padre habría intentado encontrar una
122 manera de dejarme seguir con mi pasión por la repostería si lo hubiera
presionado, pero necesitaba la separación y no quería tener que
comprometerme. Además, Maddy y Matthew están hasta los codos en el
negocio familiar, y me gustaría alejarme de toda esa situación. Sin
mencionar a Skylar.
Abrió la puerta al tema, así que me siento feliz de atravesarla.
Además, tiene razón, es como un horrible episodio de Jerry Springer.
⎯¿Mencionaste que tú y Matthew salieron antes?
Agarra el volante con fuerza y asiente una vez.
⎯Era una especie de rebote. Sabía que no era el adecuado, pero
parecía un intermediario decente. Supongo que eso suena mal. Había
terminado con una relación particularmente tóxica y Matthew apareció.
Era seguro y… muy soso.
⎯Suena aburrido.
Se ríe, lo cual es bueno porque esta conversación ha sido muy
pesada. ⎯Era aburrido hasta las lágrimas. Es, no en tiempo pasado.
Nunca he conocido un ser humano más monocromático en mi vida,
aparte de Maddy, de todos modos. Son perfectos el uno para el otro. Todo
lo que quieren hacer es trabajar para la familia por todas las ventajas,
sus probabilidades de tomarse fotos con famosos y viajar por toda
América, mientras se privan de los carbohidratos para poder ser Insta-
bonitos.
⎯No suena para nada como tu tipo. ⎯No sé cuál es su tipo, pero
aburrido e insípido suena como lo opuesto a lo que ella buscaría.
⎯No lo era. Como dije, era un rebote. Sin complicaciones y yo
parecía gustarle. Salí de la ciudad para una convención y para cuando
volví, bueno, él y Maddy estaban juntos.
⎯¿Cuánto tiempo duró la convención?
Me da una mirada de reojo. ⎯Cinco días.
⎯¿Te robó el novio en cinco días? ⎯Su familia está formada por
un montón de idiotas.
⎯Robar suena duro. Matthew y yo no estábamos destinados a
cercas blancas, dos niños y medio, y un caniche de pura raza. Además,
solo salimos por un par de meses.
⎯Sigue siendo una mierda.
⎯Lo que fue una mierda fue cuando me emboscaron al llegar a
casa y me sentaron para pedirme mi bendición para estar juntos.
⎯Y obviamente la diste. ⎯Quiero sentirme enfadado porque se
retirará así de fácil, pero es evidente que Matthew es un imbécil y Maddy
también, así que es mejor que terminen juntos. O al menos esa es mi
suposición.
123 ⎯Parecía inútil no hacerlo cuando era obvio que planeaban salir a
pesar de todo. También conseguí ser dama de honor en su boda. El lado
positivo, es que soy consciente que Matthew es bastante promedio en
todos los sentidos. ⎯Señala hacia su entrepierna, como si necesitara más
explicaciones.
No quiero pensar en Blaire con ese imbécil. No quiero pensar en
ella con nadie, lo que me doy cuenta que debería levantar algunas serias
banderas rojas. Sin embargo, me inclino a ignorarlas en este momento.
Decido dejar esa información en paz. Por ahora es suficiente saber
que es apenas adecuado e insípido. ⎯¿Y qué pasa con Skylar?
⎯Siempre ha sido un desastre. Era joven cuando se produjo el
intercambio, así que en verdad creo que la ha fastidiado más que al resto
de nosotros. No tiene ningún tipo de brújula moral, ni dirección, ni
pensamientos independientes. De hecho, a veces me pregunto si es mi
hermanastra y no solo mi prima.
⎯Eso es mentalmente jodido, justo ahí.
⎯Toda mi familia lo es. Y como dije, los amo y sé que me aman,
aunque apesten en demostrarlo. Pero yo solo quiero una vida normal en
la que pueda hacer lo que amo sin que mi familia intente condenarme y
tomar todas las decisiones por mí.
⎯Eres increíble. Lo sabes, ¿verdad?
⎯Mi familia no lo cree así.
⎯No te ofendas, pero tu familia está jodida.
Se ríe. ⎯Es muy cierto. Sabía que me quedaría corta si intentaba
trabajar con ellos.
⎯¿Corta cómo? Tienes un talento increíble.
Se mastica el labio inferior por un momento. ⎯No comparto los
mismos valores que ellos. Son todo sobre las apariencias y las personas
que conocen, y eso nunca me ha importado. Nuestros objetivos no se
alinean. Quiero hacer lo que amo, no necesariamente lo que me hará
ganar más dinero. Y tal vez sea ingenuo, o miope o lo que sea, pero es lo
que siento. Así que evité la potencial decepción yendo en una dirección
diferente; y ahora aquí estoy, ganándome la vida, pero haciéndolo por mi
cuenta.
⎯¿No te ayudarán?
⎯Mi padre ha intentado prestarme dinero media docena de veces.
Todo el tiempo me ofrece transferir fondos a mi cuenta, pero si acepto su
dinero, también tengo que seguir su consejo, y eso no es algo que yo
quiera. Como cuando quise comprar el camión de los pastelitos, mi padre
estaba allí con un gran cheque añejo, pero venía con todo tipo de
estipulaciones, de manera que le di las gracias y le dije que quería hacerlo
por mi cuenta y eso es lo que hice... bueno, con la ayuda de Paul, de
todos modos.
124 Eso explica por qué Blaire hace las cosas a su manera. ⎯¿Se dan
cuenta de lo duro que estás trabajando?
Se encoge de hombros. ⎯¿Quizás? No estoy buscando su
aprobación, o una palmadita en la espalda, eso es seguro. Dejé de hacerlo
hace mucho tiempo cuando me di cuenta que su visión del éxito y la mía
son muy diferentes.
⎯Mis hermanos son muy parecidos. Siempre se ha tratado de
cuánto dinero pueden ganar y lo rápido que pueden hacerlo. Durante un
tiempo pensé igual que ellos, pero me hacía sentir miserable. No
importaba lo duro que trabajara, mi corazón no estaba en ello, así que
cuando quisieron ir por su cuenta, tuve que reevaluar mis propias metas.
⎯Eso tiene sentido. ⎯Sonríe y me mira antes de centrarse en el
camino de nuevo⎯. Parece que en realidad amas el bar.
⎯Lo amo. No me hará rico, pero me hace mucho más feliz de lo que
nunca lo hizo el trabajo en las finanzas. Y con el tiempo, quiero abrir una
pequeña cervecería, así que este es un gran paso. ⎯En definitiva es algo
que tenemos en común, amar lo que hacemos.
⎯¿Una cervecería? ¿En serio?
⎯Sí. Es un sueño, pero llevará tiempo hacerlo realidad.
⎯Hmm, ¿qué hay de tus hermanos? ¿Aman lo que hacen o aman
el dinero?
⎯Ambas cosas, creo, y son buenos en eso. Las finanzas son una
opción natural para ellos, pero nunca lo fueron para mí.
⎯¿Así que eres una especie de oveja negra como yo?
⎯No eres una oveja negra. Eres atípica, Blaire. Mis padres siempre
nos motivaron a hacer lo que nos hiciera felices, siempre y cuando no nos
pudriera el cerebro con la basura de la televisión y horas de videojuegos.
Pero supongo que de alguna manera yo soy la oveja negra. Mis dos
hermanos están establecidos sentimentalmente y tienen carreras
lucrativas. Encajan en el estereotipo convencional del éxito: casa grande,
coches bonitos, esposa o novia preciosa, y mi hermano mayor, Daniel, va
a ser padre este año, así que van de camino al escenario de los dos hijos
y el perro.
⎯Así que vas a ser tío. ¡Eso es emocionante! No estoy segura de si
Maddy y Matthew tendrán hijos o no, ya que a ella le aterrorizan las
estrías.
Me río, pero me doy cuenta que lo dice en serio. ⎯Eso es algo…
⎯¿Triste y egocéntrico? ⎯agrega Blaire⎯. En realidad, no creo que
Maddy esté tan involucrada en la crianza de sus hijos. Es más bien la
clase de persona que les tomaría fotos bonitas para Instagram y haría
parecer que su familia es perfecta y luego se los entregaría a la niñera
para que se ocupe de la alimentación y los pañales sucios mientras se
125 hace un facial. ⎯Hace una mueca⎯. Dios, la estoy haciendo sonar
horrible. En realidad, no lo es. Tuvimos una educación atípica, y nuestros
padres tomaron algunas decisiones menos que perfectas cuando se
trataba de suavizar las consecuencias del intercambio de parejas, como
mimarnos en exceso.
⎯No eres mimada.
⎯Sin embargo, soy una persona diferente a ella.
Tengo que estar de acuerdo con eso.
Agita una mano en el aire. ⎯De todos modos, basta de eso.
Cuéntame más sobre ti y tu abuelo. Parece que son muy unidos.
⎯Mmm, sí, siempre lo hemos sido, incluso antes que mis padres
fallecieran. Mi primer trabajo fue atender mesas en The Knight Cap
cuando era adolescente, y luego me convertí en un barman allí. Además,
terminé viviendo con él y la abuela durante mis dos últimos años de
universidad después que mis padres murieron, y eso nos unió más. Nos
parecemos mucho. Los mismos valores fundamentales, la misma ética de
trabajo.
⎯Parece un buen tipo. ⎯Su voz tiene ese borde suave, en algún
lugar entre la empatía y la envidia.
⎯Lo es. Piensa que eres muy guapa. ⎯Me avergüenzo, deseando
haberme guardado ese detalle para mí.
Pero le saca otra risa, lo cual me gusta. Hablamos de nuestra
infancia, de todo el tiempo que pasamos en los restaurantes familiares.
Parece que sus experiencias fueron muy diferentes a las mías y me
encanta la forma en que su cara se ilumina y sus ojos se vuelven
soñadores cuando habla de las pastelerías en Francia y cómo
solidificaron su amor por todo lo dulce.
El resto del camino pasa con rapidez, y pronto se detiene frente a
mi edificio. Considero invitarla a tomar una copa. Enviaría un mensaje al
que no me opongo del todo, pero podría añadir más complicación. Sobre
todo, porque trabajamos codo a codo y hoy es la primera vez que pasamos
más de cinco minutos en presencia del otro sin discutir. Así que decido
no hacerlo, y digo⎯: Gracias por la entretenida velada. Me he divertido.
Me honra con una de sus hermosas sonrisas. ⎯Yo también.
Gracias por venir, y por no actuar todo raro por mi loca familia.
⎯Hicieron de este el Día de Acción de Gracias más emocionante de
la historia. Nada lo superará.
Abre los ojos y susurra⎯: Deberías ver cómo es la Navidad con
ellos. ⎯Su mirada se dirige a mi boca, pero mira hacia otro lado igual de
rápido⎯. De todos modos, hasta mañana.
⎯Hasta mañana. ⎯Salgo del auto⎯. Conduce con cuidado, Blaire.

126 ⎯Lo haré. ⎯Espera a que entre en mi edificio antes de arrancar,


con su todoterreno acelerando en la calle.
Bajo esas capas de tela bonita, faldas amplias y cabello peinado a
la perfección es una mujer muy dinámica. Sí, tal vez fue una buena idea
no invitarla a subir. De lo contrario, podría haber querido hacer válido el
comentario que hice sobre una segunda porción de postre en forma de
pastelito de Blaire.
13
Invasión de Dick y Bobby
Traducido por Gesi
Corregido por Jadasa

A pesar de lo poco que dormí, estoy sorprendentemente de buen


humor esta mañana. Tal vez porque por una vez en mi vida me divertí en
un evento familiar, y aunque Skylar estaba en modo coqueto, Ronan no
le prestó atención. Fue un cambio refrescante a los eventos pasados en
los que llevé una cita y básicamente trató de montarlos delante de mí. A
127 pesar de su actitud roba novios y lo inapropiada que es, la amo. Pasamos
por muchas cosas juntas de adolescentes, así que por mucho que no
pueda tolerar la mierda que hace, soy consciente de que está mucho más
jodida que el resto de nosotros.
Mentiría si dijera que no me gustó toda la atención que él me
brindó. Aunque estoy segura que lo hizo para actuar como mi cita falsa.
Es un hombre apuesto que huele bien. ¿Quién no querría a un hombre
caliente lamiéndole el glaseado de la boca frente a su hermana roba
novios y sus primos?
Compruebo mi reflejo en el espejo retrovisor antes de salir de mi
camioneta y cruzar el estacionamiento. The Knight Cap aún está cerrado,
pero apenas son las ocho de la mañana, y generalmente no hay nadie
antes de las nueve y media. Aunque estoy segura que llegarán pronto
porque tiene que lidiar con la situación de los congelados.
Daphne está visitando a sus padres y Paul con su familia, y
después de la próxima semana estoy por mi cuenta con los pastelitos.
Callie se ofreció a venir más tarde, así que estaré sola por la mañana.
Recorté el menú de los especiales para celebrar las festividades.
Mis fanáticos que tienen que trabajar como yo vienen por café, bollos, el
festivo de pavo, brie y las envolturas de arándonos y pastelitos. La
mayoría de las ordenes ya se han enviado, exceptos por algunos
rezagados, por lo que es un día tranquilo.
Ronan asoma la cabeza para saludar justo antes de las once, pero
estoy con un cliente, así que no se queda. A las seis es un pueblo
fantasma, como era de esperar, y cierro temprano.
Empaco las sobras del día y preparo una caja de pastelitos para
Ronan. Mi estómago da un vuelco y salta cuando compruebo mi reflejo
en el espejo. Me veo cansada, pero presentable, así que me dirijo a The
Knight Cap para entregarlos. Quizás esta noche me quede a tomar una
copa.
Miro el edificio de en frente, el que ha estado vacío desde que ambos
abrimos nuestros locales. El papel marrón aún cubre las ventanas, pero
hay un letrero nuevo que ayer no se hallaba allí. En enormes letras rojas
chillonas está el muy familiar logotipo de Dick & Bobby, una cadena de
restaurantes que cuenta con una gran propaganda televisiva y publicidad
en todos los eventos deportivos importantes que existen, incluso en ese
deporte irreal en el que la gente monta esas cosas parecidas a caballos.
Además, televisan todas las peleas de MMA. Y tienen mesas de billar y
todo tipo de juegos. Es la versión para adultos de Chuck E. Queso con
alcohol, comida horrible y grasosa, y deportes. Me gustaría creer que no
será un problema, ya que B&B está dirigido a un público un poco más
sofisticado, pero realmente no necesitamos una nueva competencia.
Abro la puerta de The Knight Cap. Está bastante tranquilo con solo
un par de mesas ocupadas. Hay algunos hombres mayores sentados en
128 la barra bebiendo cervezas y viendo el partido de fútbol.
Ronan mira de reojo la puerta cuando suena señalando mi llegada.
Una sensación de aleteo en mi estómago hace que me detenga en tanto
imágenes y sensaciones de anoche destellan por mi mente: la forma en
que me atrajo a su costado, cómo parecía encajar muy bien debajo de su
brazo, cómo se sintió tener sus dedos acariciando mi nuca cuando
estábamos sentados en la mesa. Un cálido estremecimiento recorre mi
columna vertebral cuando recuerdo la conmoción por su lamida cerca de
la comisura de mi boca.
Es tan tonto. Solo actuaba como mi cita, principalmente porque no
podía creer que mi prima estuviera lanzándosele frente a toda la familia.
De todas formas, está sonriendo, y eso es muy diferente a su habitual
ceño de “oh, tú otra vez”.
Se limpia las manos en una toalla. —Oye, Alicia, ¿cómo está el país
de las maravillas? —Sin embargo, me guiña un ojo, por lo que sé que está
bromeando.
—El país de las maravillas estaba vacío y aburrido, así que pensé
en pasar por aquí. —Dejo la caja sobre la barra—. ¿Has visto lo que está
sucediendo en frente?
Limpia un vaso de cerveza antes de guardarlo, sus antebrazos
tatuados se flexionan tentadoramente. Arrastro mis ojos hasta su cara,
que también es agradable a la vista. Hoy lleva puestas las gafas y he
decidido que son sexys. Parece un leñador intelectual. Uno rudo.
Definitivamente le estoy tomando cariño al escocés y también al hombre
que lo usa.
—¿Tierra a Blaire? ¿Estás segura que no sigues en el país de las
maravillas?
—¿Eh?
—Dijiste que ocurría algo al otro lado de la calle. —Arquea una
ceja—. ¿Has estado probando Martinis esta tarde?
—¡Oh! ¡Bien! No. No lo hice. —Lo señalo con un dedo—. Ven
conmigo, quiero mostrarte algo.
Mira fijamente a sus clientes y pongo los ojos en blanco.
—Solo tomará un minuto y es mejor si te lo muestro en lugar de
contártelo. Además, Lars puede cuidar la barra, ¿verdad?
Lars me guiña un ojo. —Cualquier cosa por ti.
—Gracias. —Le regreso el guiño y vuelvo a mirar a Ronan—. ¿Por
qué no puedes ser tan complaciente?
—Puedo serlo. Cuando la situación lo amerita, y no alientes a este.
Su ego ya es lo suficientemente grande. No necesita que coquetees con él
para inflarlo aún más.
Le azota la parte posterior del brazo con la toalla mientras rodea la
129 barra y se me acerca, aparentemente sin prisa.
Tan pronto como está lo suficientemente cerca, entrelazo nuestros
brazos, notando lo agradable y firme que es su bíceps. Siento la necesidad
de trazar el contorno de las delicadas y coloridas flores que decoran su
antebrazo. Noto, por primera vez, el rostro de mujer en medio de ellas.
Me doy cuenta que es la misma de la foto en la pared de su sala de estar:
su madre. Y ahora entiendo a qué se refería con querer tener presente
sus recuerdos y recordar.
Lo llevo hacia la puerta, la abro y salgo a la acera. Hace frío y está
solitario, de manera que me acerco más, usándolo como barrera contra
el viento y la lluvia. —Mira. —Señalo el feo cartel al otro lado de la calle.
—Oh, mierda —murmura y me mira con los ojos muy abiertos—.
¿Es una broma? Tiene que serlo. Ese lugar era un maldito estudio de
abogados hace tres meses. —Aún tengo mi brazo entrelazado con el suyo,
por lo que me lleva con él cuando se mueve hacia el borde de la acerca.
Comprueba el tráfico antes de arrastrarme por la calle. Para ser
justa, podría soltarlo, pero realmente no quiero hacerlo. Huele bien, como
a cerveza, colonia y detergente para la ropa. Es una buena combinación.
Me acurruco más cerca, tratando de reclamar algo de su calor
corporal en tanto leo el aviso pegado en el interior de la ventana junto al
letrero de Dick & Bobby’s.
—Maldita sea, se supone que abrirán en un mes. ¿Cómo es siquiera
posible? Tienen que destripar todo el lugar.
—Sin embargo, es una cadena, ¿verdad? Tienen toneladas de
dinero. No les costará mucho permitirse una renovación.
—¿Por qué no estás molesta por esto? —dice bruscamente.
Me encojo de hombros, tratando de entender por qué está tan
asustado. —Es un lugar enorme e impersonal. Ruidoso, horrible y la
comida es terrible.
—Noticias de última hora, Blaire, los universitarios no tienen
paladares exigentes. Esto es como un parque de juego para los adultos,
con comida, cerveza y neveras frías que solo los universitarios pueden
tolerar.
—¿Y debería estar molesta de que vayan a servir neveras
repugnantes, cerveza horrible y mala comida? —Me empiezan a
castañear los dientes por el frío e a pesar de que llevo puesta una
chaqueta, mis piernas están desnudas y una brisa sube por mi falda.
—Todo es barato. Barato y de mierda, pero aun así barato, ¿y sabes
qué aman los universitarios? —No me da responsabilidad de responder—
. La mierda barata, Blaire. Aman la mierda barata. ¿Cuándo estamos más
llenos? Cuando tenemos algún tipo de evento con promoción. Las
cervezas de cinco dólares atraen a los universitarios, la basura de tres
dólares matará mi negocio.
—Creo que estás reaccionando por nada, pero estoy dispuesta a
130 escuchar siempre y cuando podamos hablar de cómo su horrible cerveza
arruinará tu negocio dentro de tu local antes que mis piernas se
conviertan en paletas de helado.
Su mirada se mueve a mis piernas desnudas, todo el camino de
regreso a mi rostro y más específicamente a mi boca. Mis dientes chocan
entre sí, lo cual explica por qué ahí es donde está su enfoque. —Sí. Por
supuesto. Te debes estás congelando.
Levanto dos dedos, separándolos una fracción. —Solo un poco.
Nos apresuramos a cruzar la calle. —Toma asiento y te traeré algo
para calentarte.
—Claro. De acuerdo. —Me subo a uno de los taburetes cerca de los
grifos. Me froto los brazos y soplo aire caliente en mis manos. Realmente
se está empezando a sentir el invierno que está en camino. Debería
haberme puesto mallas, pero tenía prisa por haber dormido hasta más
tarde de lo usual.
Ronan me trae una taza humeante con el logo de THE KNIGHT
CAP. Tiene una cubierta de crema batida y chocolate en polvo. Sonrío y
levanto la tapa de la caja de golosinas que traje. Los pastelitos aún tienen
el tema de Acción de Gracias, pero estos los hice especialmente. Son de
pavo y dicen ¡CÓMEME!
Sonríe y saca uno. —Estos no tienen ningún relleno de chocolate,
¿verdad?
—Supongo que tendrás que comerlos para saber.
Se encoge de hombros y le quita la envoltura, dándole un gran
mordisco. —Tan malditamente deliciosos —gime. Una vez que ha
devorado el pastelito, se apoya en la barra—. Entonces D & B será un
problema para ambos.
Bebo mi chocolate caliente. —Explica por qué piensas eso.
Buttercream and Booze tiene un ambiente divertido, servimos bebidas
especiales y pastelitos gourmet. Tú sirves cerveza artesanal y excelentes
platos de pub. Claro que tienes los alimentos básicos como las papas
fritas y las alitas, pero también tienes una gran variedad de otras
opciones con las que atraer clientes más exclusivos. También ambos
tenemos buen entretenimiento, lo que a la gente de alrededor le encanta.
—Estoy de acuerdo con todas esas cosas, pero ¿sabes qué tiene D
& B que nosotros no?
—¿Mal ambiente y un nombre de mal gusto?
—Sí y sí, pero también dinero para marketing. A montones.
Espera a que lo asimile. No me lleva mucho tiempo. Saco mi
teléfono de mi bolso y abro su red social. Tienen un gran número de
seguidores y acaban de anunciar que su nueva ubicación abrirá pronto
con su perfil. Le doy clic y por supuesto que ya tienen el doble de
seguidores que yo. Ninguno de los dos tiene la cantidad de dinero que
gastan en anuncios televisivos y valla publicitarias. —Y sin importar lo
131 basura que sean como bar, ese dinero equivale a una visibilidad que no
tenemos, además de un nombre reconocible.
—Exacto. —Ronan golpea la barra con los nudillos.
—¿Realmente crees que serán una amenaza? —Me asalta una pizca
de preocupación por primera vez desde que vi ese horrible letrero.
—Honestamente no veo cómo no pueden serlo. Las cadenas de
restaurantes son conocidas por acabar con las pequeñas empresas. Son
una competencia gigante. No sé tú, pero yo todavía tengo costos de
renovación que necesito recuperar, y perder clientes por esa pesadilla
hará que sea mucho más difícil.
Me muerdo el labio inferior. —Apenas estoy sobreviviendo —
admito.
Parece sorprendido por esa revelación. —¿Es tan malo? Tu lugar
siempre está lleno.
—Conseguí una muy buena oferta con el alquiler, que es
básicamente la única razón por la que puedo permitirme el local, y Paul
me pagó el camión con pastelitos. Y al final de la semana estaré sola con
la producción. Honestamente cualquier pérdida será mala para mis
resultados. —Y mi cuenta bancaria.
Se golpea el labio inferior con el dedo índice. —¿Sabes qué tenemos
que hacer?
—¿Encontrar un nuevo local que no esté frente a Dick and
Bobby’s? —No es que pudiera esperar poder pagarlo. Además de que esta
ubicación es excelente, que es obviamente algo de lo que se dieron cuenta
los propietarios de D & B.
—Verdaderamente es un nombre horrible para un restaurante. —
Sacude la cabeza—. De todos modos, necesitamos obtener tanto clientes
leales como sea posible antes que abra ese lugar.
—De acuerdo.
—Deberíamos organizar eventos combinados para conseguir que
venga aún más gente. Tener grandes promociones en simultaneo.
Lo miro por encima del borde de mi delicioso café con alcohol.
—Tienes que admitir que es una buena idea. —Saca otro pastelito
de la caja.
—¿Qué hay de la competencia por El Mejor Bar?
—Aún podemos competir entre nosotros por lo del mejor bar, pero
esta es una amenaza mucho más grande e importante, porque tiene el
potencial de tirar nuestros dos negocios por el inodoro. —Muerde el
pastelito de chocolate.
—¿Entonces quieres que trabajemos juntos?
Asiente. —Sí, ¿qué dices?
—De acuerdo. Podemos hacerlo, pero se dividen en partes iguales
132 los eventos y las promociones. Y tenemos que promocionarnos
mutuamente y en la misma cantidad en nuestras redes sociales.
—Esa es una buena idea. —Se limpia la mano en los pantalones y
la extiende—. ¿Trato?
Deslizo la mía en la suya. —Trato.
Hay muchas peores personas con las que podría meterme a la
cama… hablando proverbialmente, por supuesto.
14
Coordinación de la Nación
Traducido por Anna Karol & Clara Markov
Corregido por Jadasa

Durante los próximos días, con Ronan elaboraremos un calendario


de eventos para las festividades de Navidad. Soy una persona visual, así
que coloreo todo y se lo envío por correo electrónico, pero también
imprimo una copia y la hago ampliar en color para que podamos
publicarla en nuestras respectivas tiendas. Además de eso, tengo
133 preparados mensajes diarios en las redes sociales.
Es jueves y esta noche tengo noche de preguntas y respuestas,
seguido del karaoke de Ronan. El momento es genial, ya que los cuartos
de final de El Mejor Bar se anunciarán la próxima semana, reduciéndolo
a los veinticinco mejores bares. Estoy muy emocionada por ello, porque
ahora que estamos trabajando juntos, no tengo que preocuparme de que
comience antes y me robe clientes, aunque dejó de hacerlo hace tiempo.
Además, ambos tenemos ofertas especiales, y si se mueven de un bar a
otro obtienen un cupón adicional para utilizarlo en un futuro evento, lo
cual significa un mayor incentivo para seguir volviendo.
Tengo un plan, pero para orquestarlo necesito adquirir alguna
información pertinente sobre Ronan y liberar un par de horas esta tarde.
Podría conseguir la información preguntándole, pero quiero que sea una
sorpresa divertida. Son las nueve de la mañana, y no suele llegar hasta
las diez, por lo que salgo al callejón trasero. Como esperaba, la puerta
trasera de The Knight Cap está abierta solo una brecha.
Echo un vistazo dentro pero no hago notar mi presencia. En
cambio, me escabullo por el pasillo. Es una hazaña, teniendo en cuenta
que llevo tacones y tengo que andar de puntitas para que no se deslicen
por el suelo.
Paso el bar para llegar a la oficina de Ronan. Reviso el área, viendo
a Lars y a una de las camareras hablar muy cerca entre sí. Están
demasiado concentrados como para notarme, de manera que paso sin ser
detectada y me dirijo a la oficina de Ronan. Aún no ha sido renovada
como el resto del lugar, pero huele a su colonia. La misma silla vieja y
destartalada, con una ranura en el trasero y apoyabrazos de diseño, yace
frente al antiguo escritorio.
Originalmente, encontraba esta oficina bastante desagradable,
pero ahora, sabiendo lo que sé respecto a este lugar, es dulce que Ronan
no haya cambiado nada.
En la esquina hay un perchero. Sonrío cuando veo lo que busco:
dos camisas a cuadros colgando de los ganchos. Agarro una y compruebo
la talla. Es un extragrande, como sospechaba, considerando sus anchos
hombros, sin mencionar lo gruesos que son sus bíceps. Me llevo la camisa
a la nariz e inhalo. Contiene el débil olor del detergente, su colonia, y el
olor penetrante de la comida frita que viene de trabajar en un bar.
Siempre huelo a vainilla, mantequilla, azúcar glass, y a veces a café.
Decido que es buena idea llevar la camisa conmigo, porque el tamaño
puede variar dependiendo de la tienda, así que será bueno llevarla para
poder comparar.
Me doy la vuelta, todavía sosteniendo la camisa hasta la nariz,
tarareando contenta. Y choco con un pecho, que resulta que está
envuelto en una camisa de cuadros igual a la que estoy inhalando.
—¡Oh! —Mi jadeo es amortiguado por la tela.
Levanto la cabeza y me encuentro con la curiosa y divertida mirada
134 de Ronan. —¿Estás olfateando mi camisa?
—Comprobaba si estaba limpia. —Es solo una especie de mentira.
Bueno, es una completa mentira y puedo sentir mi cara poniéndose roja.
—Bien. De acuerdo. —Asiente una vez, con los ojos entrecerrados—
. ¿Y a dónde vas exactamente con mi camisa?
—Yo… necesito que me la prestes.
Cruza los brazos sobre su pecho. —¿Para qué?
—Se supone que es para una sorpresa, que ahora estás
arruinando. —Y me apresuro a seguir con mi vergüenza.
Sonríe, los ojos se mueven sobre mi cara lentamente, persistiendo
en mi labio, que actualmente estoy mordiendo. —¿Voy a recuperar mi
camisa?
—Sí.
—¿En una sola pieza?
—Por supuesto.
—De acuerdo. —Se hace a un lado—. Puedes pedirla prestada,
entonces.
Sonrío brillantemente, tratando de enmascarar mi mortificación
cuando lo rozo. —Muy bien.
—Blaire.
—¿Hmm? —Hago una pausa y miro por encima del hombro. Está
justo detrás de mí.
Se inclina, su nariz roza el lóbulo de mi oreja. Hace un sonido bajo
en la parte de atrás de su garganta, un ronroneo, y murmura—: También
me gusta la forma en que hueles.
—Es bueno saberlo. —Me voy sintiéndome un poco menos
avergonzada y muy excitada.

Dos horas más tarde regreso de mi viaje de compras. Llevo años


comprando mis vestidos en la misma tienda. Siempre me dan sus
muestras y rebajas, incluso antes de tener que escatimar y ahorrar cada
centavo, así que consigo mis vestidos por unos cuarenta dólares cada
uno, a menudo el veinticinco por ciento del precio total. Significa que
tengo un armario lleno de vestidos que he acumulado durante la última
década y media, y como están muy de moda después de los años
cincuenta, nunca pasan de moda.
La prisa por el almuerzo está en pleno apogeo, así que dejo mis
compras en mi oficina y me sumerjo de nuevo en el trabajo. No es hasta
135 después de las dos que finalmente tenemos una pausa en el flujo
constante de clientes. No es que me vaya a quejar.
Vuelvo a The Knight Cap para devolver la camisa prestada de
Ronan de mala gana. Resisto el impulso de oler un par de veces más
porque pronto podré oler la verdadera fuente de ese aroma.
Lo encuentro sentado en el último asiento al final de la barra con
su portátil abierta, revisando hojas de cálculo. Como mi lugar, el suyo es
más tranquilo a esta hora del día, entre la comida y la cena. Varias mesas
están ocupadas por grupos de estudiantes universitarios estudiando
bebiendo una cerveza de la tarde y gente de negocios locales comiendo
algo a medida que trabajan.
—¡Oye! ¿Tienes un minuto? —Tengo que luchar con mi cuerpo para
no ponerme nerviosa porque estoy emocionada.
Ronan levanta la vista del portátil, con una sonrisa irónica en la
comisura de su boca. —Claro. ¿Qué pasa?
—¿Podemos ir a tu oficina? Tengo algo que mostrarte. —Estoy
sosteniendo una enorme bolsa a mis espaldas, la mayoría de la cual está
escondida por mi falda.
—¿Por qué no puedes mostrarme aquí? —Trata de espiar detrás de
mí, donde mis manos están a mi espalda.
—¡No mires! —Me encojo de hombros, tratando de permanecer
indiferente—. Y porque no quiero que nadie más lo vea todavía.
Cierra su portátil, lo mete bajo el brazo y se desliza del taburete. Se
mueve hacia el pasillo que lleva a su oficina. —Las damas primero.
Prácticamente salto por el pasillo, mareada por la emoción. Cuelgo
su camisa del estante, coloco la bolsa en su silla ejecutiva y giro para
enfrentarlo. Está de pie en la puerta, apoyándose contra ella, con los
brazos cruzados sobre el pecho, con una expresión a medio camino entre
curiosidad y diversión.
Lo meto dentro y cierro la puerta, atrapándonos en la pequeña y
abarrotada habitación que huele a él, a papel, y más débilmente a
comida.
Saco la bolsa de la ropa del empaque de compra y la pongo sobre
el respaldo de la silla. —Así que tuve esta idea. —Me aparto de él, abro la
bolsa de ropa y saco el vestido que elegí para el evento de esta noche.
—¿Y necesitas mi opinión sobre un vestido? —Parece confundido.
Le doy una mirada. —No, tonto. No necesito tu opinión. Aunque
eres bienvenido a darla si quieres. —Saco la camisa a cuadros que hace
juego con el color del vestido azul con entonaciones amarillas de neón,
también en rebaja; doy vueltas para enfrentarlo y sostengo ambos—.
¡Taran!
Los ojos de Ronan se mueven de un lado a otro entre la camisa de
su talla y el vestido. —No lo entiendo.
136 Pongo los ojos en blanco. —Eres un chico. Mira los colores.
—¿Qué pasa con ellos?
—Hacen juego.
Parpadea.
Obviamente requiere más de una explicación aparte de lo visual, lo
cual pensé que lo dejaba bastante claro. —Es para cuando hacemos
eventos combinados, para que combinemos. —Hago un movimiento entre
nosotros.
—¿Así combinamos? —repite.
Esperaba que estuviera más entusiasmado con esto, lo que tal vez
sea ingenuo de mi parte. Es un tipo que vive en vaqueros y con el mismo
tipo de camisa a cuadros todos los días de la semana. Es posible que sea
su uniforme de siempre y que incluso lo use cuando está en casa. O
sudaderas, que solo lo he visto usar un par de veces. Pierdo un poco de
mi entusiasmo por su falta de reacción. —O quizás no. ¿Son demasiado
los colores? Era solo una idea. Puedo devolver las camisas.
—¿Me conseguiste más de una? —Se mueve en mi espacio personal
y se asoma dentro de la bolsa de ropa. Está lleno de mis vestidos y de las
camisas que probablemente tenga que devolver.
—No es gran cosa. Pensé que podría ser divertido, pero está bien si
no es algo que te interesa. Debería haber hablado contigo sobre ello
primero. —Intento apartar su mano para poder meter la camisa y volver
a tomar la bolsa. Siendo sincera, en este momento, me siento muy
avergonzada y desanimada.
Me cubre la mano con la suya. —Creo que es una gran idea, Blaire.
—Solo lo dices por amabilidad —murmuro.
—No, no es así. Honestamente creo que es una buena idea. Una
increíble. No lo entendí al principio, pero tiene mucho sentido que
combinemos cuando hacemos los eventos compartidos y fue muy
considerado de tu parte salir y conseguir todas estas cosas como una
sorpresa.
—¿Estás seguro de que crees que es una buena idea? —No puedo
decir si está tratando de salvar mi ego herido o qué.
—Lo juro, creo que es fantástico. —Me da el saludo del Boy Scout—
. Seguro que no es nada que se me hubiera ocurrido.
—¿En serio?
—De verdad. —Asiente.
—¡Genial! —Me acerco a él y me pierdo en su sonrisa. Nuestros ojos
se quedan fijos y se mantienen así durante varios segundos, el calor
floreciendo en mi estómago e irradiando a través de mis miembros.
Sacudo la cabeza—. Déjame mostrarte el resto, y puedes probártelos y
asegurarte que te quedan bien. Utilicé la camisa que me prestaste como
137 referencia de talla porque a veces no todas encajan igual. Hay una gran
tienda a unas pocas cuadras y tienen una loca selección de camisas a
cuadros. Me tropecé con ella en Internet y pensé que funcionaría muy
bien. —Estoy emocionada ahora, pero con Ronan a bordo puedo ver en
mi mente lo bien que funcionará, y a Daphne le va a encantar—. Si
quieres, podemos tomar algunas fotos divertidas para publicarlas en las
redes sociales, combinando. Creo que se verá genial y ayudará a unificar
el evento de colaboración.
—Me gusta cómo suena todo.
—¿En serio?
—Sí. Creo que es muy inteligente.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Claro. —Ronan empieza a desabrocharse la camisa.
—¿Por qué siempre llevas cuadros escoceses?
—La misma razón por la que siempre llevas vestidos, supongo.
—¿Estás obsesionado con los programas al estilo de Leave It to
Beaver?
Se ríe, pero su expresión se desvanece rápidamente y se centra en
la tarea de desabrochar los botones. —Después de que mis padres
murieron, tuve que pasar por la casa y limpiarla. Mi papá tenía todas
estas camisas a cuadros. Era lo suyo, supongo. No podía concebir
deshacerme de ellas, así que empecé a usarlas y nunca dejé ponérmelas.
—Entonces también se convirtió en lo tuyo. —Otra forma de
mantenerse conectado con una persona que amaba y que perdió.
—Exactamente. —Me da una sonrisa torcida mientras se encoge de
hombros al soltar el último botón. Lleva una camiseta blanca debajo de
sus habituales cuadros rojos y negros. La tela es delgada y se estira bien,
ajustándose a los contornos y planos de sus músculos—. No pasó mucho
tiempo después de eso cundo empecé con el arte corporal.
Dejo que mi mirada se sumerja en los diseños que decoran sus
brazos expuestos. Basándome en la calidad ligeramente escarpada de la
camisa, descubro que el arte de Ronan se extiende a su pecho. Los colores
apagados se filtran y me pregunto si alguna vez tendré la oportunidad de
verlo todo. —¿Cuántos tatuajes tienes? —Finalmente me las arreglo para
arrastrar mis ojos de vuelta a su cara… no es una penuria.
—Bastantes.
Tal vez cuántos es la pregunta equivocada. —¿Son solo de la
cintura para arriba?
Aparece una ligera sonrisa. —La mayoría de ellos, sí.
Me rodea y agarra la primera camisa con el estampado a cuadros
azul marino y amarillo neón y se encoge de hombros. Le queda perfecta.
—Puedo lavarla ahora mismo para que esté lista para el evento de
138 esta noche.
—No necesitas hacer eso. Puedo usarla así.
—No me importa, y se sentirá mejor si se ha lavado y no está tan
rígida. Añadiré qué camisa usar y cuándo en el calendario para hacértelo
más fácil.
—No quiero dejártelo todo. Podríamos hacerlo juntos.
—Claro. De acuerdo. Podemos revisar los calendarios más tarde y
averiguar qué es lo que mejor funciona.
—Eso sería genial.
—Oye, Ronan, un par de chicas necesitan que firmes para poder
cobrar. —Lars asoma la cabeza a la oficina—. Hola, Blaire, no me di
cuenta que estabas aquí. —Me hace una revisión—. Estás guapa, pero
bueno, siempre lo estás.
—Guarda el coqueteo para alguien con quien realmente tengas una
oportunidad, Lars —dice Ronan sin ton ni son.
Me río. —Debería irme. Los veré a los dos más tarde esta noche.
—Lo espero con ansias, Blaire —me dice Lars mientras camino por
el pasillo hacia la salida trasera llevando la bolsa de vestidos y camisas.
Los saludo a ambos sobre mi hombro y vuelvo al B&B de un humor
optimista.
Mi plan de ir combinados resulta ser uno genial. Nos vemos
adorables en nuestros trajes, y son fantásticos para las publicaciones en
las redes sociales. Los primeros eventos de colaboración van muy bien.
Nuestros negocios ven un aumento en los ingresos, y cuanto más
trabajemos juntos, más ocupados estamos. Mientras tanto, seguimos
participando del concurso de El Mejor Bar, aunque Ronan está unos
cuantos puestos por encima de mí.
Cada uno de nosotros termina teniendo que contratar a otro
barman para poder estar al día con las nuevas demandas en nuestras
noches de promoción. Al acercarse las fiestas, sugiero que organicemos
en un evento de Año Nuevo, y Ronan está de acuerdo.
Es mucho más complicado y significa que las sesiones de
planificación se realizan fuera de las horas de trabajo, no en nuestros
respectivos bares donde abundan las interrupciones. Así es como termino
en el apartamento de Ronan un domingo por la noche fuera de horario.
Bueno, mis horas, no las suyas. Se fue del trabajo temprano para que yo
no terminara con los ojos totalmente cansados por la mañana.
—¿Te importa si me cambio muy rápido para no oler a cerveza
rancia y salsa de alitas? —pregunta Ronan una vez que estamos en su
apartamento.
—No, en absoluto.
139 —Estupendo. Ponte cómoda. Volveré en un minuto. —Se dirige a
la sala de estar con los grandes muebles de cuero oscuro. Todo el lugar
es rústico con tonos cálidos, como una cabaña de concepto abierto
trasplantada a un edificio de apartamentos en la ciudad. Los pisos son
de madera oscura y rústica, y aunque llevo mallas, tiemblo cuando el frío
golpea las plantas de mis pies y sube por mi columna.
Miro a los cuadros colgados en las paredes, los veo con nuevos ojos
ahora que sé más sobre la historia del bar y la relación de Ronan con su
abuelo. Me entristece que haya perdido a sus padres a una edad tan
temprana.
Aunque mi familia esté seriamente jodida, tengo suerte de tenerlos.
Me quieren a su manera. Hay unas cuantas fotos más de un Ronan
mayor con su abuelo y su abuela. No sé si soy solo yo, pero su sonrisa
no parece tan brillante. Quizás fueron tomadas no mucho después de
que perdiera a sus padres.
Ronan regresa un minuto después con un par de pantalones de
correr sueltos y una camiseta. Ha pasado de las lentillas a las gafas. Su
cabello no luce tan perfecto, como si se hubiera apresurado al cambiarse.
La camiseta le queda ajustada y le abraza los bíceps. No puedo quejarme
de la vista.
Sostiene un par de calcetines de lana, de los que tienen una banda
roja y crema en la parte superior. —El suelo está un poco frío aquí. Pensé
que querrías estos.
Se encuentra conmigo a mitad de la sala de estar para dármelos.
Sin mis tacones es un poco más alto que yo, por lo que tengo que reclinar
la cabeza para mirarlo. —Gracias, mis pies están perpetuamente fríos.
Estoy en zapatillas entre octubre y abril.
—O tacones. —Inclina la cabeza hacia la cocina—. Ven a sentarte,
nos prepararé un trago antes de que vayamos al grano.
Me subo a un taburete y me pongo los calcetines de lana calientes.
Son tan grandes que casi me llegan a las rodillas. Ronan va al refrigerador
y regresa con cuatro botellas, las cuales pone en fila delante de mí. —¿Te
gusta la cerveza artesanal?
—Depende de la cerveza, pero siempre estoy dispuesta a probar
algo nuevo. —Sostengo la que está más cerca de mí y leo la etiqueta
escrita a mano—. ¿Rubarb ale?
—Tengo unos cuantos sabores nuevos que he estado probando y
necesito un conejillo de indias. ¿Puedo servirnos a cada uno un trago y
puedes probar algunos?
—Suena bien. ¿Puedo ayudar en algo?
—No. Lo tengo cubierto.
En tanto Ronan nos sirve cervezas, aprovecho para inspeccionar el
arte de su cuerpo más de cerca. Desde mi posición ventajosa, tengo una
140 vista grandiosa del retrato de una mujer rodeada de rosas que están
floreciendo. Me acerco y trazo el contorno de su rostro.
Ronan se encuentra en medio de servir una cerveza, y lo sobresaltó
con el contacto inesperado, así que se salpica un poco sobre la isla.
—¡Oh! Lo siento. Es mi culpa; déjame limpiarlo. —Me bajo del
taburete y agarro el trapo más cercano.
—Está bien, lo tengo. —Sus dedos se envuelven alrededor de mi
muñeca y esa sensación cálida y mantecosa pasa sin esfuerzo a través de
mis venas. Sé con seguridad que mi rostro está rojo. Pensarías con la
cantidad de tiempo que pasamos juntos que habría superado mi
fascinación por su arte y la manera que su toque parece afectarme, pero
en todo caso, ha empeorado, no mejorado. ¿O quizás intensificado, es
una mejor forma de explicarlo? No lo sé, pero definitivamente me siento
atraída hacia él.
Hacer algo sobre eso no sería una buena idea. Demasiado
complicado. ¿Qué pasa si es malo en la cama y de todos modos tenemos
que ser anfitriones en todos estos eventos? O peor, ¿qué pasa si él piensa
que soy mala en la cama? ¿Y por qué de repente estoy pensando sobre
acostarme con él solo porque hace un contacto físico inofensivo?
—Blaire, lo tengo. No es para tanto —repite, y me doy cuenta que
me quedé mirando fijamente su mano envuelta alrededor de mi muñeca,
perdida en mi propia cabeza. Espero que no haya sido por mucho tiempo.
—En serio, te sobresalté. Puedo limpiarlo.
—Blaire. —En esta ocasión su tono me hace levantar la mirada.
—Solo déjame ayudar —presiono.
—No estás agarrando un trapo. —Como que sonríe con suficiencia,
pero sus mejillas se ven rosadas.
—¿Qué? —Vuelvo a mirar a la tela en mi mano.
—Solo dámelo, por favor. —Trata de separarlo de mis dedos, pero
su repentina desesperación por tomarlo me hace que quiera sostenerlo
con más fuerza.
—Suéltalo —le digo.
—No. Tú suéltalo.
¿Realmente tenemos una pelea como niños pequeños por esto? Me
gira para que mi espalda se posicione contra su pecho y me rodea con el
brazo libre, pero me muevo y por una vez es él quien parece avergonzado.
Y de repente me doy cuenta de por qué.
En vez de un paño de cocina, sostengo un par de calzoncillos tipo
bóxer con una caricatura de Santa sosteniendo una cerveza. —¡Oh, Dios
mío! ¿Por qué diablos tienes un bóxer sobre la isla? ¿Están sucios?
Ronan me suelta y levanta ambas manos en el aire. —Acaban de
salir de la lavandería, lo juro. Se cayeron de mi canasta de ropa y los
141 encontré en el piso y los lancé sobre la isla esta mañana, de camino a la
puerta. Sé que vivo solo y soy un tipo, pero normalmente no tengo mi
ropa interior en la isla.
Esta vez es el rostro de Ronan el que está rojo y no al revés. Decido
que voy a saborear la experiencia ya que no tengo idea cuándo volverá a
suceder. Los sostengo en alto y frunzo el ceño ante la forma del estuche
de pipí sostiene su forma. —¿Qué ocurre aquí? —Toco la bolsa.
Hace un ruido que suena mitad como si estuviera ahogando y la
otra como un gemido. —No hagas eso.
—¿Por qué no? Dijiste que están limpios. ¿Mentiste?
—No estoy mintiendo —croa.
Sé que dice la verdad porque el olor fresco de su detergente para
ropa prevalece mientras agito su ropa interior festiva. Esto es más
divertido de lo que debería ser. Miro adentro. Estos no se parecen en nada
a la ropa interior normal. —¿Son para hacer deporte o algo? ¿Cómo si
tuvieran un suspensorio incorporado?
Intenta arrebatármelo, pero me giro fuera de su alcance, poniendo
la isla entre nosotros como una barrera. Se toca la mejilla con la lengua.
—Ofrecen apoyo. —Usa su mano para demostrar cómo, pero en el aire,
no ahuecando sus verdaderas bolas.
—¿Como un sostén para tus bolas? —Hago el mismo movimiento
de ahuecar frente a mi pecho. Su ropa interior cuelga de mi meñique.
—Sí, una especie de sostén para mis bolas.
—Entonces, ¿te levanta y separa?
—El mismo principio básico. —Cierra los ojos durante unos
segundos y exhala un largo suspiro antes de volver a abrirlos—. ¿Ahora
podemos dejar de hablar sobre esto?
—Eres tú quien deja la ropa interior en el mostrador. No creo que
sea irrazonable que sienta curiosidad sobre eso.
Traga saliva. —¿Tu curiosidad está satisfecha?
—Parcialmente. Podría tener más preguntas más tarde. ¿Por qué?
¿Esta conversación te hace sentir incómodo?
Parpadea un par de veces antes de fruncir el ceño. —Estamos
hablando de mis bolas y tus tetas, Blaire.
—¿Y? —Me hago la tonta, porque toda esta conversación me hace
pensar en ahuecar sus bolas, así que asumo que hace que él piense en
lo mismo y posiblemente en él actuando como un sostén humano con
mis pechos.
—Bueno, Blaire, estás acariciando mi ropa interior, hablamos de
ahuecar bolas, llamas la atención hacia tu pecho y los hombres son
criaturas visuales. Entonces, mientras hablas, me imagino cada una de
esas cosas. Y traigo puestos pantalones de chándal grises sin ropa
interior.
142 —¿De verdad? —Me pongo de puntillas y trato de echar un vistazo
a su entrepierna, lo cual es una tontería ya que no es como si pudiera ver
si está sin ropa interior a través de sus pantalones.
Me señala con el dedo. —Quédate en donde estás.
—¿Por qué?
—¿Realmente necesitas preguntar?
Me encojo de hombros y le doy una mirada que le dice que, de
hecho, necesito preguntar.
Coloca los puños sobre la isla y se ríe. Mantiene la cabeza
inclinada, pero levanta la mirada. —Esta conversación es estimulante.
—Oh. —Miro de abajo arriba un par de veces—. ¡Oh! ¿Estás
excitado?
Todo lo que hace es fulminarme con la mirada.
—Ya veo. —Asiento con delicadeza y dejo su bóxer sobre la isla. Lo
aliso con cuidado, me muerdo el labio y los empujo en su dirección—. Ya
sabes. —Arrugo la nariz—. Creo que me voy a excusar para ir al baño por
un minuto. Está al final del pasillo, ¿no? —Hago un gesto en la dirección
en la que se fue cuando se puso una sudadera gris.
—Primera puerta a la izquierda —dice en voz baja.
—Entonces, te daré un minuto para… calmarte —susurro. Sí, es
sensual y a propósito.
—Muy apreciado, Blaire.
Espero hasta llegar a la mitad del pasillo antes de permitirme
sonreír. Es bueno saber que no soy la única afectada.
Cuando regreso del baño —me tomo un tiempo extra y desearía
haber pensado en traer mi bolso para arreglarme el maquillaje— la ropa
interior ya no se halla sobre la isla y Ronan se ha movido al sofá.
Además de los tragos de cerveza, ha dispuesto cuencos de papas
fritas, nueces y palomitas de maíz. Agarro mi portátil y el portapapeles y
me uno a él.
Dejo un cojín de espacio entre nosotros y ajusto mi vestido para
poder meter las piernas debajo de toda la tela. Si hubiera estado
pensando, me habría quitado la crinolina. Hace que la falda sea más
esponjosa y oculta mis muslos y trasero, los cuales Maddy y Skylar tenían
el hábito de golpear cada vez que usaba pantalones vaqueros porque, a
diferencia de ellas, yo en realidad tengo un trasero. Las crinolinas,
aunque son excelentes para mantener el trasero en secreto, no son
necesariamente lo más cómodo para sentarse.
Lucho para bajar la tela y uso un cojín decorativo, solo hay uno y
parece que alguna abuela pudo haberlo bordado a mano, para evitar que
se hinche nuevamente.
—Te ofrecería un par de pantalones para correr, pero creo que
143 nadarías en los míos.
—Está bien. Estoy acostumbrada.
—No te ves nada cómoda.
Me dedica una ceja arqueada y lo miro por unos segundos más
antes de finalmente rendirme; me pongo de pie, bajo la crinolina y me
salgo de ella. Mantiene su forma durante unos segundos, asemejándose
a un bonito volcán de tela antes de hundirse en un charco en el suelo.
—¿Ahora estás feliz? —Vuelvo a sentarme y meto las piernas debajo
de la falda.
—Mientras estés feliz y cómoda, yo también lo estoy. ¿Usas esa
cosa todos los días?
—Es cómoda, en su mayor parte.
—Creeré en tu palabra. —Hace un gesto hacia el banquete—.
Sírvete tú misma, pero déjame darte un resumen de las cervezas y cuál
va mejor con cada bocadillo.
Describe cada bebida artesanal: calabaza, naranja, ruibarbo y una
cerveza de mango con lúpulo y me dice con qué bocadillos debo
acompañarlas. Tomo un sorbo después de cada descripción, después
continúo con un bocado que la acompaña para poder experimentar la
forma en que los sabores se complementan entre sí.
—¿De dónde vienen estas cervezas? Todas son deliciosas. —Vuelvo
a la cerveza de ruibarbo, porque prefiero el toque de dulzura y el sabor
agrio y suave que sigue al amargor inicial del lúpulo.
—Yo las hago.
—¿Qué? ¿Cuándo tendrías tiempo para hacerlas?
—Mi abuelo me dejó instalar un lugar para preparar cerveza en su
cochera. Son solo lotes pequeños, pero creo que será suficiente para tener
algunas opciones decentes para Año Nuevo. ¿Qué piensas?
Dejo mi cerveza y aplaudo entusiasmada, y luego tomo las suyas.
—¡Oh, Dios mío! ¿Qué tal un tema de cerveza artesanal y champán?
Podemos tener pastelitos especiales basados en los sabores de la cerveza
y el champán. Puedes organizar la cena y yo me encargaré del postre.
¿Crees que podemos solicitar tener un espacio al aire libre cerrado para
que la gente pueda ir y venir entre nuestros locales siempre y cuando
haya seguridad? ¿O es demasiado? Tal vez es demasiado.
—Creo que es una gran idea, y es exactamente lo que pensaba.
—Cerraré B&B a las diez y trasladaré la fiesta a The Knight Cap.
Podemos tener una mesa de pastelitos y toda la deliciosa cerveza
artesanal. Esto va a ser fantástico.
Pasamos la siguiente hora bebiendo cervezas, comiendo bocadillos
144 y planeando nuestra celebración de Año Nuevo. Empiezo a cansarme, la
cerveza se me sube más rápido que el vodka por alguna razón, y cuando
Ronan se excusa para ir al baño, me estiro y cierro los ojos por unos
segundos.
Parpadeo e intento incorporarme, pero mi rostro golpea… ¿una
pared? No, espera. Las paredes no son suaves, y no están hechas de…
¿piel? Parpadeo un par de veces, pero cierro los ojos enseguida porque el
sol de la mañana ondula entre las ventanas, cegándome. Es el tiempo
suficiente para que llegue a la conclusión de que no estoy en mi propio
apartamento.
El pánico toma el control por unos segundos confundidos hasta
que registro el olor familiar de la colonia de Ronan. Vuelvo a parpadear,
todavía tratando de ajustarme a la luz detrás de mis parpados.
No puedo creer que me quedara dormida. Bueno, eso no es verdad;
he estado perdiendo muchas horas de sueño, trabajando largas horas,
básicamente siete días a la semana, desde el comienzo del verano. No es
sorprendente que me quedara dormida en el sofá de Ronan. Sí que no me
haya despertado y mandado a casa.
O tal vez lo intentó y falló. Eso sería vergonzoso y no completamente
imposible dados los hechos anteriores.
Noto la suave almohada metida debajo de mi cabeza, no el cojín
decorativo bordado que abrazaba anoche. También estoy tapada con una
manta que huele a Ronan. En la mesita a mi lado hay un vaso de agua.
La comida y las bebidas de anoche han sido limpiadas y se
encuentran sobre la isla, al otro lado de la habitación. Debo de haberme
quedado profundamente dormida. Veo la hora. Apenas pasan de las siete,
pero tengo que detenerme en la casa para cambiarme como mínimo y
manejar la situación del maquillaje, así que no hay forma de que llegue
antes de las ocho y media. Me alegra haber tenido la previsión de preparar
anoche la mayoría de los pastelitos de hoy, de lo contrario, esta mañana
estaríamos cortas de suministros.
Quito las mantas, considero dejarlas amontonadas, pero decido
que es muy descortés, así que doblo todo, medio doblado, pero, aun así,
y busco mi crinolina en el suelo.
Veo todas mis cosas —bolso, portátil, portapapeles y crinolina— en
el sillón frente al sofá. Puedo apreciar sinceramente la pulcritud de
Ronan.
Una vez que arreglo mi lío, busco un trozo de papel, garabateo una
disculpa y un agradecimiento, y recojo mis cosas, metiendo la crinolina
en mi bolso porque cargarla es raro.
Por supuesto que mi intento de hacer una salida sigilosa se frustra
cuando mi bolso golpea la escultura de madera de un castor y cae al
suelo. Teniendo cuidado la vuelvo a poner en su lugar, contenta de que
no fuera de vidrio, y me acerco de puntillas hacia la puerta,
asegurándome de no golpear nada más. Me doy cuenta que todavía llevo
145 puestos los calcetines de Ronan, así que tengo que quitármelos antes de
que pueda poner los pies en mis zapatos. Esto también requiere que deje
todas las cosas que llevo porque los calcetines se adhieren a mis piernas.
—Buenos días. —La voz grave hace que me detenga.
—Perdón por haberme quedado dormida frente a ti. —Me giro para
darle una sonrisa de disculpa para acompañar a la verbal, pero estoy
bastante segura que todo lo que soy capaz de hacer es babear—. Oh. —
Jadeo excesivamente cuando murmuro—: Buenos días a mí.
Ronan se encuentra de pie a unos tres metros de distancia,
vistiendo los mismos pantalones grises de anoche. Excepto que se halla
gloriosamente sin camiseta, todas sus obras de arte y sus hermosos y
definidos músculos a la vista. Hay mucho de ambos para apreciar.
Me gustaría decir que intento ocultar mi asombro, pero no lo hago.
Estudio su torso, asimilando la tinta que cubre el lado izquierdo de su
pecho y se funde con la tinta que corre por su brazo. También admiro la
deliciosa V de músculo que desaparece bajo la cintura de sus pantalones.
Eventualmente logro llegar a su rostro. Incluso la sonrisa de
suficiencia que muestra es adorablemente deliciosa. Un pequeño rastrojo
le cubre la mandíbula y las arrugar del sueño atraviesan su rostro. Su
cabello se levanta por todos lados. Este es un espectáculo con el cual no
me importaría despertarme más a menudo.
—¿Blaire? —Su ceja derecha se arquea.
Maldita sea, me hizo una pregunta y he estado demasiado ocupada
pensando en lo malo que es que no duerma completamente desnudo
como para molestarme en poner atención. —Perdón si te desperté. Tiré
un castor. —Señalo sobre mi hombro—. Pero no lo rompí ni nada. Y
lamento haberme quedado dormida frente a ti. Sé que soy imposible de
despertar.
Se pasa una mano por el cabello, haciendo que se le ericen más las
puntas. —Te hubiera movido a la habitación de invitados, pero estabas
apagada como una luz y pensé que probablemente necesitarías el
descanso. Espero que hayas dormido bien.
—En realidad, como los muertos. Aunque debería irme. —Dios,
esto es incómodo.
Ronan me da una sonrisa torcida. —¿No quieres quedarte y
prepararme el desayuno?
Es mi turno para fruncir el ceño. —Necesito ducharme y
cambiarme antes del trabajo. —Además, Daphne dijo que iba a pasar esta
mañana con algunas cosas que pensó que podrían ser útiles para la
celebración de Año Nuevo y parecía particularmente emocionada. No
importa cuántas veces le diga que puedo arreglármelas, siempre está
disponible en las noches con los eventos especiales.
—Solo son las siete, y bromeo sobre que me prepares el desayuno,
146 Blaire. Pero yo podría prepararte el desayuno.
—Oh, no tienes que hacer eso. Ya me he quedado más de lo
necesario.
—Si eso fuera cierto, me habría quedado en la cama y dejado que
te fueras. Puedes dejar que Callie abra, ¿no es así? No te haré llegar tarde.
Puedo preparar un delicioso sándwich de desayuno. —Su tono es ligero
y juguetón, pero su expresión es seria.
El calor corre por mis venas y se acumula en mi estómago. —
Supongo que podría quedarme a desayunar. Sin embargo, necesito
llamar a Callie.
—Genial. Te prepararé una taza de café en lo que haces eso. —Las
cálidas yemas de sus dedos rozan el dorso de mi mano cuando pasa. No
creo que sea un accidente.
Después de llamar a Callie, quien está feliz de abrir por mí, le envío
un mensaje a Daphne para que llegue un poco más tarde esta mañana.
Su respuesta es inmediata.
¿Estás enferma?
No. Larga noche planeando con Ronan. Te lo explicaré cuando
te vea.
Por favor, dime que tiene una gran berenjena y tú la montaste
toda la noche.
Ignoro su mensaje.
Te veo en un par de horas.
—¿Todo bien? ¿Todavía puedes quedarte a desayunar? —pregunta
Ronan.
—Síp. Todo listo. ¿Qué puedo hacer para ayudar?
Me entrega una taza. —Puedes preparar esto para llenarlo con café.
Voy a ponerme una camisa y luego comenzaré el desayuno.
—Bien. —No recuerdo la última vez que un chico me preparó el
desayuno. Especialmente no luego de una pijamada accidental, que no
incluía sexo. Creo que me gusta.
Atraviesa la sala de estar y miro su espalda, también cubierta de
arte. Es un lienzo vivo que respira. Uno que me encantaría explorar en
cada centímetro. Y no solo con mis ojos.

147
15
Señorita Muérdago
Traducido por Jadasa & Auris
Corregido por Pame .R.

—¡Mira la atracción que está obteniendo esta publicación! —


Daphne empuja su teléfono contra mi cara y lo agita, haciendo imposible
enfocar la imagen.
Se lo quito para poder ver por qué está tan emocionada. Frunzo el
148 ceño, no porque sea malo, sino porque no tengo idea de quién la tomó o
por qué tiene tantos comentarios o me gusta. Es una foto de Ronan y yo,
su brazo está colgando sobre mi hombro y el mío envuelto alrededor de
su cintura. Nos estamos sonriendo el uno al otro, y aunque está en su
perfil, fue tomado en mi tienda. Teniendo en cuenta lo que está
sucediendo en el fondo y mi atuendo, fue tomado hace un par de días
cuando tuvimos un evento colaborativo después de Navidad, pre-
celebración de Año Nuevo, que en este momento son la mayoría de
nuestros eventos.
Y resultó ser increíblemente positivo respecto a la competencia de
El Mejor Bar. Ambos llegamos a los cuartos de final, aunque The Knight
Cap logró asegurar el puesto número doce, en tanto B&B se ubicó en el
puesto quince. Creo que tiene mucho que ver con nuestros dúos durante
las noches de karaoke, no es algo que diré en voz alta.
Leo la leyenda. Soy consciente que Ronan deja esas cosas a cargo
de Lars y a uno de sus camareros, quienes a veces nos consultan a mí o
a Daphne para que aprobemos qué publicar y cuándo. Claramente, esta
no es una publicación aprobada previamente, pero a la gente parece
gustarle. Porque nos han apodado The Knight Cakes y nos han dado un
hashtag.
—¿Quién aprobó este hashtag? Es terrible.
—¿De verdad? Pienso que es lindo. —Mi amiga me mira con
expresión inocente, la cual no lo es en absoluto.
—Blonan no es un hashtag lindo. Casi suena a mamada 7. ¿Esta
fue tu idea? ¿Quién tomó esta foto?
—No tuve nada que ver con el hashtag. A tus seguidores se les
ocurrió y les encanta. Todos apoyan la relación de ustedes dos.
Pongo los ojos en blanco. —No estamos saliendo, estamos
colaborando.
—Todavía. Aún no están saliendo.
Hemos tenido esta conversación varias veces durante las últimas
tres semanas, desde la noche en que me quedé dormida en el sofá de
Ronan. —¿Me siendo atraída hacia él? Sí. ¿Es una buena idea
involucrarse con él? No.
—¿Lo dice quién?
—Lo dice cualquiera que sabe lo que es salir con alguien con quien
estás trabajando. Es una receta para el desastre. Consulta con Raphael
para obtener más detalles. —No puede discutir con esa lógica,
considerando la forma en que toda la situación estalló en mi cara.
Aunque, si eso no hubiera sucedido puede que no estuviera aquí,
trabajando por mi cuenta. Puede que apenas esté llegando a fin de mes,
149 como también puede que necesite mucho una siesta que dure un mes,
pero al menos estoy haciendo lo que amo.
—Raphael era un imbécil, y no es la misma situación en absoluto.
No eras su igual, eras su alumna y él se aprovechó de una posición de
poder. Y luego te jodió a más no poder porque le gusta meter la polla en
todo lo que se mueve. Incluyendo la tortilla sorpresa.
Me estremezco ante esa imagen. —Sigue sin ser aconsejable.
Estamos compitiendo entre nosotros por El Mejor Bar y estamos
trabajando juntos para mantener nuestros negocios a flote para que esos
cabrones no nos echen. —Señalo al otro lado de la calle hacia la enorme
sala de juegos y bar aún por abrir.
Su gran inauguración es la víspera de Año Nuevo, por supuesto.
Es la razón por la que con Ronan hemos pasado una cantidad excesiva
de tiempo juntos planeando nuestra propia fiesta de Año Nuevo.
Hemos repasado todos los pequeños detalles incansablemente. Sin
embargo, no he vuelto a su casa desde la noche en que me quedé dormida
en su sofá. ¿Ha habido alguna sugerencia de que podríamos querer
trabajar en su casa? Quizás, pero dado que B&B cierra antes que The
Knight Cap, tiene sentido que planifiquemos en mi tienda. Al menos ese
ha sido mi razonamiento, y él realmente no ha presionado.

7 Se refiere a que blowjob (mamada) y blonan suenan casi similares


Sin mencionar que esa mañana, cuando llegué tarde al trabajo,
una de las personas de Tori Taylor, quien resulta ser de la localidad, se
detuvo antes que yo llegara. Perdí la oportunidad de causar una buena
impresión, o cualquier impresión, en realidad.
Y, por supuesto, esa misma persona terminó en lo de Ronan,
porque él también está en la competencia, solo que Ronan llegó al bar a
tiempo. Puede que lo encuentre atractivo, pero no quiero perder otras
oportunidades, en caso de que surjan.
No significa que no estemos coqueteando, o que no me encuentre
mirando fijamente su boca, preguntándome cómo se sentirían sus labios
sobre los míos.
Simplemente, he estado eludiendo la posibilidad de más
complicaciones y distracciones excesivas. Hasta que esta competencia de
El Mejor Bar no termine y veamos cuál es el impacto de toda la gran
inauguración de Dick and Bobby’s en nuestros respectivos resultados
finales, no creo que sea una gran idea saltar a su cama. O saltar sobre él
en general.
Pienso en ello con frecuencia cuando estoy en la ducha y en mi
propia cama. Y en todas partes, en realidad.
—Tierra a Blaire. —Daphne chasquea los dedos en mi cara. Al
mismo tiempo, su cámara se dispara.
150 Me echo hacia atrás. —¿Qué?
—Estabas pensando totalmente en follar a Ronan hace un
momento, ¿no es así?
—¡No lo hacía!
—Definitivamente sí. ¡Mira la expresión de tu rostro! —Levanta su
teléfono para que pueda ver la foto que tomó.
Me estoy mordiendo el labio y tocándome la garganta, perdida en
un sueño. Sobre montar a Ronan. Alejo su teléfono. —Lo que sea.
Pensarlo y hacerlo no es lo mismo.
Mueve las cejas. —Te doy un máximo de dos semanas antes de que
te rindas.
Afortunadamente, Callie llega para su turno y termina esa
conversación.

Durante el período previo a la víspera de Año Nuevo, duermo unas


cuatro horas por noche en promedio, y seguro que no es el tipo de
descanso. Por el lado positivo, los eventos organizados conjuntamente
con Ronan me han impedido profundizar más en mi línea de crédito. Es
un poco menos aterrador pagar las facturas cuando sé que no estoy
convirtiendo mi sobregiro en un agujero negro cada vez o aumentando mi
deuda.
La planificación para Año Nuevo implica muchos gastos, pero la
venta de entradas para el evento ha sido increíble y se agotaron por
completo la semana pasada, lo cual ayuda a compensar todos los costos.
En la víspera de Año Nuevo, me levanto antes de las seis de la
mañana, aunque me fui a la cama a las dos. Con Ronan nos sentamos
en su bar y repasamos el plan para esta noche, comprobando dos y tres
veces que tenemos todo lo que necesitamos. Nuestra fiesta de Año Nuevo
como coanfitriones ha estado recibiendo mucha atención y se rumorea
que Tori Taylor está planeando venir pronto cuando se acerque la ronda
semifinal.
En el momento que llego a B&B, me doy cuenta que la camioneta
de Ronan ya está allí, lo cual parece muy temprano para él. Imagina mi
sorpresa cuando entro en mi tienda y lo encuentro detrás del mostrador,
preparando capuchinos. —¿Qué estás haciendo aquí?
Me mira fijamente, sus ojos se mueven sobre mí de esa manera
familiar que hace que un escalofrío recorra mi columna y una piscina de
calor al sur del ombligo. —Buenos días para ti también.
—Lo lamento. Es una sorpresa verte aquí a esta hora. —No suele
llegar hasta las nueve y media o las diez—. Oh Dios, ¿no pasó nada al
151 lado? Nada de entregas equivocadas, ¿verdad?
Se limpia las manos en el delantal (lleva uno con el logotipo de
B&B; en realidad, es mío porque tiene la tortita con la decoración de la
corona) y envuelve sus manos alrededor de mis brazos. —Respira hondo,
Blaire. Parece que estás al borde del pánico y no hay absolutamente nada
de qué preocuparse.
Durante las últimas semanas me he acostumbrado al toque de
Ronan. La forma en que casualmente coloca su brazo sobre mi hombro.
Las frecuentes ocasiones en las que me levanta y aparta del camino
cuando estoy despotricando sobre algo y él quiere realizar múltiples
tareas. Y aunque me acostumbré, definitivamente no soy inmune.
Carraspeo antes de hablar; de lo contrario, es probable que suene
jadeante. —Son apenas las ocho de la mañana. ¿Cómo estás aquí, incluso
dormiste anoche? —Sus manos se deslizan por mis brazos y lucho contra
un escalofrío.
Se encoge de hombros, avergonzado. —Dormí unas horas. Planeo
dormir todo el día mañana. Pedí prestada la llave de Daphne. Supuse que
necesitarías ayuda esta mañana, ya que probablemente te acostaste a la
misma hora que yo.
—Oh, bueno, eso es increíblemente dulce de tu parte. Mañana
también voy a dormir todo el día. Va a ser mágico. —Lucho contra un
bostezo.
Sus ojos se amplían cómicamente. —¡Oh, no! ¡No hagas eso! Son
contagiosos. —Ambos nos tapamos la boca con las manos y bostezamos
al mismo tiempo. Se me humedecen los ojos. Señor, mañana estaré
exhausta.
Un fuerte ruido metálico y un siseo provienen detrás de él y ambos
nos sobresaltamos.
—¿Qué demonios? —Me agarro de su brazo y me escondo detrás
de él cuando gira.
Miro por encima de su hombro y vislumbro la cafetera de
capuchino, que actualmente está humeando en lugares donde no
debería.
—Oh, mierda, eso no se ve bien. —Su expresión refleja su horror.
—Eso es porque no lo está. —Me muevo a su alrededor, tirando del
enchufe antes que explote.
Ronan me ayuda a limpiar el desastre. Resulta que una de las
juntas se ha roto, por lo que tenemos una jodida máquina de capuchino
menos. Llamo frenéticamente, buscando si alguien puede venir y
arreglarla hoy. Si bien normalmente podemos arreglárnoslas con una
máquina, esta noche será ocupada.
Me las arreglo para encontrar a alguien que puede venir esta tarde,
152 pero, por supuesto, me va a costar un maldito brazo y una pierna. Ronan
se disculpa profusamente, obviamente sintiéndose mal por ello. Le
aseguro que no fue culpa suya, y que es solo un mal momento.
La mañana pasa volando; las personas que trabajan medio día se
detienen para comer un aperitivo rápido, se recogen los pedidos para los
eventos y para cuando llegan las dos ya casi hemos vendido todo, lo cual
es genial porque significa menos en el camino de la limpieza antes de
instalarnos para esta noche.
Afortunadamente, la máquina de capuchino es arreglada antes de
las tres de la tarde, y una prueba indica que ha vuelto a funcionar.
A las tres y media, B&B se encuentra listo para la noche, las mesas
están dispuestas para mostrar hileras de pastelitos de postre,
decoraciones brillantes por todas partes, un complemento perfecto para
el tema de la cerveza y el champán. Todo es dorado, negro, brillante y
hermoso.
Me paro en medio de la tienda con las manos en las caderas. —
Creo que se ve perfecto. ¿Qué piensas?
—Definitivamente perfecto. —Ronan todavía lleva un delantal de
Buttercream and Booze, pero no se encuentra concentrado en las
decoraciones.
—Ni siquiera estás mirando. —Hago un gesto hacia la tienda.
—No es necesario. Ayudé a colocarlos, así que ya sé cómo se ven.
—Pero todo se encuentra terminado. Eso es lo que lo hace perfecto.
—Y tú eres la cereza del pastel. O tal vez deberías ser uno de esos
pequeños caramelos que dicen “Cómeme”. Son deliciosos. ¿Tienes alguno
por ahí?
—Te das cuenta que eso no tiene ningún sentido, ¿verdad?
—Claro que sí lo tiene. Este lugar se ve perfecto y no solo porque
las decoraciones están en su punto, sino porque estás en medio, luciendo
radiante y orgullosa como el infierno, como deberías estar. ¿Dónde se
encuentran esos caramelos?
—No hay caramelos “Cómeme”.
—Bueno, eso es una decepción. Supongo que tendré que
conformarme con un pastelito sobrante. —Saca uno de una caja (eso es
todo lo que queda) despega el envoltorio y lo devora en dos bocados,
gimiendo de placer.
Cuando termina, nos dirigimos a The Knight Cap y solicitamos la
ayuda de su personal para decorar. Para consternación de Ronan, cuelgo
muérdagos sobre la barra y las mesas.
—¿No llegamos un poco tarde para esto?

153 —Nunca es demasiado tarde para el muérdago.


—Como si la gente no tuviera una excusa para besarse en Año
Nuevo; ¿ahora agregas esto? —Señala la bonita ramita atada con una
cinta a cuadros roja, dorada y negra que cuelga de una de las lámparas
sobre la barra, sobre la que estoy parada, mientras uso un par de botas
con punta de acero reservadas para los lanzadores de hachas.
Debido a las festividades de esta noche y a la muy alta probabilidad
de que muchos, si no la mayoría, de los clientes estén “súper acabados”,
como dijo Lars, todas las hachas han sido guardadas. Se han colocado
mesas altas y los taburetes se alinean en las paredes para que haya más
espacio para mezclarse y bailar.
—Oh, vamos, no seas un amargado. ¡Deberían haber estado
puestos todo el mes!
—Solo digo que Lars no necesita una excusa para besarse con las
clientas.
—Tal vez alguna pobre chica tímida que nunca en un millón de
años tendría las agallas para besar al chico que le interesa, se encontrará
bajo este muérdago y terminará siendo besada por su propio príncipe
azul.
—Lo más probable es que sea un chico borracho, cachondo y con
los ojos lánguidos, pero entiendo que esta noche te quites la vibra del
país de las maravillas y prefieras vivir en una tierra de cuentos de hadas
y fantasías donde los universitarios no son un montón de idiotas.
—¿Eres un idiota? —pregunto. Ronan es coqueto, pero no de una
manera babosa.
—No, no como regla general.
Me muevo por la barra hasta la siguiente lámpara colgante para
poder envolver la guirnalda brillante a su alrededor, colocando otra
ramita de muérdago. —Eso significa que de vez en cuando eras un idiota.
—Es más una afirmación que una pregunta.
—No soy perfecto, y una vez fui un veinteañero borracho y
cachondo. Trata de no juzgarme con demasiada dureza.
Paso a la siguiente lámpara. —¿Qué edad tenías cuando empezaste
con el arte corporal?
Me entrega otro juego de cintas. —Cuando tenía dieciocho, pero no
fue hasta después de que perdí a mis padres que empecé con las mangas.
¿Por qué?
—Apuesto a que las universitarias te amaban, todo tatuado y rudo.
—Me toco el labio—. Y estoy segura que eso no ha cambiado en absoluto.
Lanza una carcajada. —Lars es más la carnada de las chicas
universitarias.
Miro a Lars y me encojo de hombros. —Quiero decir, es un chico
lindo, y estoy segura que hay muchas chicas universitarias que se
154 caerían sobre sí mismas para llamar su atención, pero él tiene la gracia
de un elefante intentando ser una bailarina de Ballet cuando coquetea
con mujeres. Es decir, me dijo que le encantaría dar un paseo en el
“Asaltacunas Express”.
La mandíbula de Ronan cae. —¿Dijo qué?
—Fue una broma. —Al menos voy a fingir que lo fue.
—Como el infierno que lo fue. ¿Cuándo dijo eso? ¿Fue
recientemente? Es mejor que no haya sido recientemente. —Si las
miradas mataran, Lars sería los restos en cenizas de un cadáver
incinerado.
Apoyo un puño en mi cadera. —Creo que en realidad fue un
cumplido que salió mal.
—Trataba de meterse en tus pantalones, como trata de hacerlo con
todas las mujeres que encuentra y con las que no se halla relacionado. O
debajo de tu falda, ya que nunca te he visto con un par de pantalones.
Jamás. —Su mirada se mueve sobre mis piernas. Llevo un par de
pantimedias brillantes.
—Entonces, ¿hablas en serio cuando dices que follaría cualquier
cosa con pulso, sin importar cómo se vea?
—No es muy exigente.
—Bueno, gracias. —Ese es un golpe que mi ego ciertamente no
necesita del chico por quien tengo un flechazo—. Sé que no soy una reina
de belleza a la moda con cuerpo de modelo, ¡pero tampoco soy un ogro!
—No quise decir que no seas atractiva...
—No, solo que Lars se tiraría a cualquiera con una vagina, así que
no me sienta halagada de que me coqueteara. Lo entiendo. —He llegado
al final de la barra y me agacho para que el salto no sea tan largo. Lo
último que necesito esta noche es doblarme un tobillo. Estoy muy
cansada y estresada por el evento de esta noche, y por alguna razón todo
el asunto de Lars me molesta.
—Déjame ayudarte a bajar. —Ronan extiende una mano.
Lo aparto. —No necesito ayuda.
—¿Hablas en serio? ¿Por qué de repente estás toda enojada?
—No estoy enojada —digo bastante enojadamente.
—¿De verdad?
—Apártate para que pueda bajar. —Ahora estoy siendo
groseramente brusca. Y debido a que estoy muy cansada, y quizás un
poco demasiado animada con la cafeína, también estoy muy cerca de las
lágrimas irracionales. Será mejor que no tenga mi período encima de todo
lo demás.
155 —O podrías dejarme ayudarte.
—Te lo dije, estoy bien. —Pongo una mano en el borde de la barra
para poder saltar el metro que hay hasta el piso.
Pero antes que pueda hacer un movimiento, Ronan se acerca y
envuelve las manos alrededor de mi cintura. No espero que me levante de
la barra, así que me inclino. Agarrando su hombro, me deslizo por la
parte delantera de su cuerpo. Su cuerpo muy firme, duro y musculoso.
Tiene muchas crestas, planos y ángulos. Pero a medida que mis
caderas se deslizan por sus abdominales, de repente me doy cuenta de
un bulto muy importante y prominente cuando viajo más allá de su
bragueta.
Todavía se aferra a mi cintura, y yo de sus hombros. Intento dar
un paso atrás, pero su agarre se aprieta. Levanto la barbilla y parpadeo.
Su expresión es casi plana al tiempo que baja la cabeza hasta que
su boca se encuentra en mi oído. —Te agradecería que no me
reprendieras en este momento, Blaire, pero como estoy seguro que
puedes sentir, la cabeza debajo del cinturón, que responde a los mensajes
de mi cerebro, no te encuentra poco atractiva. De hecho, basándome en
mi incapacidad para controlar dicha cabeza, diría que es una prueba de
que te encontramos bastante atractiva y que ambos preferiríamos que
Lars mantuviera sus comentarios para sí mismo y sus malditos ojos
alejados de ti.
Retrocede lo suficiente como para enfocar su rostro. Su expresión
se encuentra lejos de ser remota ahora; se halla llena de calor. El mismo
tipo de calor acumulándose en mi vientre. Me gustaría decir algo
descarado sobre el hecho de que se refiere a su pene como si fuera un
pensador independiente, pero mi boca se ha secado.
Me las arreglo para susurrar—: Lo he notado.
—Excelente. Me tomaré un minuto encargarme de las cosas. —
Hace una mueca—. No de manera real. Solo voy a pensar en cosas poco
atractivas. Vuelvo enseguida.
Me suelta y dejo caer los brazos. Lo veo alejarse, rígido.
Lars aparece a mi lado. —¿A dónde va Ronan?
—Se va a tomar un minuto para recuperarse. —No pretendía
expresarme con una honestidad tan descarada.
Lars sonríe y levanta la barbilla. —Apuesto a que sí. El tipo ha
estado mirando tus piernas durante la última media hora como si
estuviera viendo un maldito striptease. Ustedes dos solo necesitan follar
y terminar con eso de una vez. La tensión sexual me pone nervioso y esa
mierda. —Se echa la toalla al hombro y regresa a la barra donde ensarta
frutas para cócteles.
Miro el muérdago que cuelga de las luces y considero cómo podría
156 ser útil más tarde.
A las cuatro y media de la tarde estamos completamente listos, la
comida preparada, las mesas decoradas y los menús colocados. Ahora es
solo cuestión de cambiarme, refrescar mi maquillaje y preparar unos
quince litros de café.

La tarde no pasa sin problemas, hay fallas, B&B se queda sin vodka
de primera calidad, pero Ronan se encuentra allí para salvar el día con
su propia reserva. Afortunadamente, hemos acordado dividir los costos y
los ingresos, por lo que no es un gran problema. Uno de los meseros se
desliza sobre una papa frita y pierde una bandeja completa de pastelitos,
pero en general es un éxito increíble. Y aunque hay una fila fuera de la
celebración de la gran inauguración de Dick and Bobby’s, estamos al
máximo de nuestra capacidad y terminamos teniendo que rechazar a la
gente, lo cual es desafortunado, pero también algo bueno.
La adrenalina corriendo por mis venas significa que probablemente
estaré totalmente agotada cuando el bar finalmente cierre, pero por el
momento estoy disfrutando del éxito del evento.
Cuando se acerca la medianoche, me encuentro detrás de la barra
con Ronan, mezclando bebidas. Su corbata con diseño de fuegos
artificiales se halla sobre su hombro para que no absorba nada
derramado sobre la barra. A pesar del personal adicional, parece que no
pueden seguir el ritmo de las demandas y la fila para llegar a la barra es
tres veces más larga en tanto la gente pide cócteles de champán para
brindar por el Año Nuevo.
Me quité mis tacones hace horas a cambio de las botas con puntera
de acero que se requieren detrás de la barra, lo que significa que también
he perdido ocho centímetros de altura y tengo que estirarme para
alcanzar las botellas en los estantes altos.
Ronan se acerca a mí y agarra la botella que necesito, luego se
inclina para que su boca esté en mi oído, gritando por encima de la
música para que pueda escucharlo—: Dime lo que necesitas y te lo
conseguiré. —Sus labios rozan el lóbulo cuando habla, enviando un
cálido escalofrío por mi espalda.
Asiento porque he estado gritando la mayor parte de la noche y
prácticamente ya no tengo voz. La parte delantera de mi vestido de fuegos
artificiales y copas de champán está húmeda por inclinarme sobre la
barra, y huelo a champán y cerveza, pero no podría estar más feliz.
Trabajamos juntos, pasando botellas y acompañamientos sin tener
que hablar porque cada uno parece saber lo que el otro necesita. Extiende
157 la mano detrás de mí, nuestros cuerpos se tocan constantemente al
tiempo que vertemos y servimos, vertemos y servimos.
Luego comienza la cuenta regresiva, y hay una pequeña pausa en
el caos detrás de la barra cuando la multitud levanta sus bebidas en el
aire, gritando y riendo de camino hacia el Año Nuevo.
—Aquí, ten esto. —Ronan envuelve mi mano alrededor de un vaso
de chupito y golpea el suyo contra él.
—¿Qué es?
—Solo bébetelo —grita.
Nos llevamos los vasos a los labios y tomo el chupito de golpe.
Gritos de “¡Feliz Año Nuevo!” suben a niveles casi insoportables mientras
quema cuando baja por mi garganta
—¡Feliz Año Nuevo! —grita Lars y nos da un doble abrazo y luego
señala la lámpara sobre nosotros—. Miren para arriba. —Y luego se va
por la barra, gritando—: ¡Feliz Año Nuevo! —a todo pulmón.
Ronan y yo miramos hacia arriba al mismo tiempo y nos damos
cuenta que estamos parados directamente debajo de una de las ramitas
de muérdago. Nuestras miradas se encuentran y puedo ver la resolución
en sus ojos. Estoy segura que los pocos tragos que hemos tomado detrás
de la barra esta noche son totalmente responsables de lo que ocurra a
continuación.
Desliza una mano alrededor de mi cintura y me acerca a él. Inclina
levemente la cabeza hacia un lado: una pregunta silenciosa. Respondo
deslizando mis manos sobre su pecho para entrelazarlas detrás de su
cuello, tirando suavemente en tanto levanto la barbilla.
Su otra mano se curva alrededor de mi nuca en tanto se sumerge
y su aliento cálido y mentolado se mezcla con el mío. —Feliz Año Nuevo,
Blaire.
—Feliz Año Nuevo, Ronan.
Una descarga de energía me ilumina como un letrero de neón,
zumbando por mis venas cuando nuestros labios se encuentran por
primera vez. Es un hormigueo en todo el cuerpo, que comienza en mi
cuero cabelludo y desciende por mi cuerpo. El calor se canaliza
directamente entre mis muslos y los dedos de mis pies se curvan.
Inclinamos la cabeza en direcciones opuestas, los labios se separan
y las lenguas se deslizan una contra la otra. Él gime y yo también a
medida que nos abrimos más, las lenguas acariciando más
profundamente. Agarro la parte de atrás de su cuello y la mano en mi
cintura se desliza más abajo. Tomando mi nalga izquierda, Ronan me
aprieta más contra su cuerpo. Lo siento duro contra mi estómago y
presiono más cerca las caderas.
Estoy bastante segura que el beso habría durado para siempre, o
158 hasta que nos desnudáramos, excepto que los repentinos gritos, chillidos
y silbidos agudos nos recuerdan que no estamos ni remotamente solos.
Nos separamos y me preocupa por un segundo que tal vez esta no
sea la mejor idea. Siendo realistas, no es un buen plan involucrarme con
mi competencia/vecino, pero fue un beso increíble.
Ronan parpadea un par de veces y deja escapar un suspiro. —Creo
que ya no estamos en el País de las Maravillas, Alicia.
Me río, me alegro de que haya roto la tensión.
—Irás a mi casa después que cerremos esta noche, ¿verdad?
Arqueo una ceja.
—O podemos ir a la tuya si eso es mejor. O más cerca —añade.
—¿Dices que quieres más de esto? —Hago un gesto hacia mis
labios.
La música ha comenzado de nuevo y hay clientes pidiendo bebidas
a gritos, pero Ronan levanta un dedo en su dirección y se acerca para
que sus labios estén en mi oído de nuevo. —Quiero todo esto.
Repetidamente. Y aunque mi oficina tiene una puerta con cerradura, no
estoy seguro de que daré mi mejor desempeño allí.
—Mmm. Buen punto. Entonces tu casa es.

159
16
Festejando el Año Nuevo
Traducido por Nickie
Corregido por Anna Karol

Son más de las tres de la mañana cuando pedimos un Uber para


volver a mi casa. Ayudo a Blaire a entrar, cierro la puerta y me doy la
vuelta.
Está de pie en medio de mi pasillo principal, todavía con las botas
160 con punta de acero que la obligué a llevar porque no había forma de que
me arriesgara a que se torciera un tobillo detrás de la barra, que era
donde la quería. Justo a mi lado toda la noche. No en la pista, donde
sería abordada sin cesar por imbéciles borrachos.
Puede sonar caballeroso. No lo es, mis motivos eran puramente
egoístas.
Junta las manos frente a ella, luciendo recatada y sexy con su
vestido de fuegos artificiales con detalles negros y cuadrillé. Nuestra ropa
hace juego, por supuesto. Muerde su labio inferior. Le quité el lápiz labial
hace horas cuando nos besamos, y no se molestó en volver a aplicarlo,
sobre todo porque no había tiempo.
—¿Quieres beber algo? —Mi voz suena ronca como papel de lija.
Frunce el ceño por un momento, como si la pregunta le resultara
confusa. —¿Tú quieres?
Camino unos pasos hacia donde se encuentra. —No, en realidad,
no, pero pensé que debería ser hospitalario y preguntarte en vez de solo
atacarte con mi boca y manos. —Y partes por debajo de la cintura.
—Mmm. —Se da un golpecito en el labio, con una sonrisa
juguetona en esos deliciosos labios suyos—. Beber agua para hidratarse
puede ser una buena idea, pero puede esperar hasta que me ataques con
la boca y las manos. —Mira mi pecho en un lento y caliente escaneo—. Y
con otras partes, con suerte.
Estamos tan en la misma página. Y luego nos abalanzamos el uno
sobre el otro.
Se aferra a mis hombros y une sus manos detrás de mi cuello,
empujando mi boca a la suya. Agarro su cintura y la llevo de espaldas
por el corto pasillo, teniendo cuidado de no chocar con el recibidor de la
derecha. El dormitorio parece estar demasiado lejos, así que paso la mano
a ciegas por la isla de la cocina, apartando algunas cosas antes de
levantarla y ponerla encima.
El beso se ralentiza durante dos segundos, y luego volvemos a ello
con todas las ganas, los dientes chocando, las lenguas luchando,
gimiendo en la boca del otro. Me saca la camisa de los pantalones y luego
comienza a desabrochar los botones mientras busco la cremallera en la
parte trasera de su vestido. Todo lo que encuentro es tela lisa.
Rompe el beso el tiempo suficiente para decir—: Cierre oculto.
Me aparto, porque eso no tiene sentido. —¿Qué?
—Está escondido —Deja mi camisa y me empuja por el pecho,
obligándome a retroceder. Estoy a punto de protestar, pero mete la mano
debajo de su falda y se quita una cosa suave que va debajo, tirándola al
suelo. Luego agarra el frente de mi camisa y me atrae de nuevo entre sus
piernas.
Empiezo a tantear de arriba a abajo su columna vertebral, en busca
161 de esa cremallera oculta. Por fin encuentro una, pero es diminuta y se
me escapa el agarre.
—¿Cómo se baja? —murmuro contra su lengua.
—No te preocupes, es fácil acceder a todas las partes importantes.
—Se sube la falda de su vestido, tratando de apartar la tela.
Me retiro para poder verla con la poca luz de la cocina. La luz de la
lámpara al otro lado de la sala de estar es suave, y el interruptor que
regula la iluminación del pasillo que conduce a mi dormitorio está en
modo tenue.
—Me gustaría tener la experiencia completa, no solo acceso a lo
que hay entre tus muslos. —Hago un gesto hacia su entrepierna—.
Quiero decir, definitivamente quiero eso, pero planeo explorar hasta el
último centímetro de ti en el proceso.
Tengo toda la intención de devorarla, pero me gustaría hacerlo
saboreando también la experiencia. Me tomo mi tiempo para bajar la
cremallera del vestido; lo cierto es que la diminuta aleta de la cremallera
me supone un dolor de cabeza, así que la mitad de la ralentización es
forzada porque me cuesta y estoy decidido a ser yo quien la desnude, por
mi cuenta, sin su ayuda.
Finalmente, me las arreglo con el asunto del cierre, pero también
hay un maldito gancho, lo que significa más problemas para mí.
Se ríe contra mis labios, chupando el inferior. Por fin lo desabrocho,
pero en lugar de quitarle el vestido, retraso mi propia gratificación y la de
ella. Es como desenvolver el mejor y tardío regalo de cumpleaños.
Le bajo la parte de arriba, liberando sus brazos y dejando al
descubierto su sujetador. Suelto un silbido ronco y apreciativo. Debajo
del vestido a cuadros dorados y negros lleva un sujetador negro con
toques cuadrados rojos y dorados. Apostaría a que las bragas hacen
juego, porque estamos hablando de Blaire y su vestuario siempre está
meticulosamente planificado. Levanto la falda para poder echar un
vistazo. Sí, hacen juego, lo que me lleva a la pregunta—: ¿Planeabas
seducirme esta noche?
Frunce el ceño. —¿Qué? No, claro que no. ¿Por qué piensas eso?
—Porque… —Acaricio sus muslos, cálidos y suaves, levantando la
falda y exponiendo más piel mientras lo hago. Saboreo cómo se siente
bajo mis manos, la forma en que contiene el aliento cuando rozo el borde
de sus bragas con las yemas de mis dedos—. Porque parece que este
conjunto fue elegido pensando en mí.
—Quería que hiciera juego con mi vestido.
—El que compraste para que combináramos. —Para su desagrado,
saco las manos de debajo de la falda para poder tocar sus pechos con las
palmas y pasar los pulgares por sus pezones a través de la tela.
162 Se arquea y toma aire. —Me gustan las cosas que combinan.
—Eso significa que las compraste por mí sin darte cuenta.
—Si necesitas alimentar tu propio ego con mi elección de sujetador
y bragas, hazlo.
—¿Tienes conjuntos a juego para todos tus vestidos? —Deslizo mi
meñique debajo del satén.
—Para algunos, no todos.
—Mmm. —Y ahora se ha convertido en mi misión desenvolverla
como un regalo todas las veces que me lo permita para poder ver qué tipo
de lencería lleva debajo. Para que eso ocurra, tengo que garantizar que
quiera repetir lo de esta noche. Lo que significa llevar a cabo mi mejor
desempeño.
Volvemos a besarnos, ella a medio vestir, yo todavía completamente
vestido. Aflojo mi corbata con una mano en tanto ella desabrocha los
restantes botones de mi camisa. Se juntan con la otra ropa en el suelo e
interrumpo el beso el tiempo suficiente para quitarme la camiseta.
Estoy listo para volver al asunto, pero las palmas de Blaire se
conectan con mi pecho, evitando que nuestros labios se unan. Arrastra
sus uñas desde mis pectorales hasta mis abdominales. —Tan sexy —
murmura con un suave suspiro. Levanta la mirada—. Sabes, antes de ti,
nunca pensé que los tatuajes eran atractivos, pero ahora… —Traza el
contorno del árbol que decora mi costado y desaparece en la cintura de
mis pantalones—. Mmm.
Me río y luego gimo cuando baja la mano y me ahueca a través de
la tela.
—Me decepcionó mucho cuando te pusiste una camisa la mañana
después de que accidentalmente me quedé dormida en tu sofá.
—Me decepcionó un poco que te durmieras y no terminaras en la
cama conmigo.
—¿De verdad? —Desliza mi cinturón por las presillas del pantalón
y comienza a quitármelo.
—Fui al baño para cepillarme los dientes y refrescarme. Pensé en
hacer un movimiento, pero cuando volví estabas profundamente
dormida.
—No tenía ni idea. —Suelta el botón.
—He estado coqueteando contigo desde el primer día.
—Me hallaba demasiado ocupada estando molesta porque eras mi
competencia, y eres tan sexy y sereno, y yo siempre me sentía muy
nerviosa como para notar que coqueteabas. Además, es tu trabajo
coquetear. —Baja la cremallera lentamente.
—Soy amigable con los clientes, pero nada más coqueteo contigo.
Hay una diferencia.

163 —Mmm. Tendrás que explicar la diferencia más tarde, así estoy al
tanto. —Desliza su dedo índice debajo de la cintura de mis calzoncillos y
la aparta de mi piel, mirando adentro. Dudo que pueda ver mucho ya que
las luces están bajas y está oscuro dentro de mi ropa interior.
—¿Qué haces?
—Quiero ver con qué estoy lidiando.
—Puedes tocarlo, no muerde.
—¿Él? —Levanta la vista, divertida—. ¿Tiene nombre?
Me burlo. —Por supuesto que no. —Aunque, mentalmente, lo llamo
La Espada del Destino.
—No te creo. —Mete la mano y roza la longitud.
Gimo y apoyo un puño en la isla, el otro todavía ahueca su pecho.
Tengo planes de quitar ese sostén eventualmente, pero estoy algo
enamorado de él y también me distrae el hecho de que su mano está en
mis pantalones.
Envuelve sus dedos alrededor de mí, dándome un apretón tentativo
antes de liberarme de mi bóxer. Se muerde el labio inferior y baja la
mirada, suelta lo que suena como un suspiro de alivio junto con las
palabras—: Gracias a Dios.
—Gracias a Dios, ¿por qué?
Me mira y tengo la sensación de que no quiso decir eso en voz alta.
Puede que sus mejillas se estén poniendo rosadas, pero la iluminación
hace que sea difícil saberlo.
—No tenía la certeza de dónde estaban y terminaban los tatuajes.
Suelto una carcajada. —Esa es una zona prohibida para mí. No hay
mucho debajo de la cintura.
Arquea una ceja y aprieta mi erección. —Permíteme diferir.
—Me refiero a los tatuajes.
—Ah, sí, bueno, supongo que podré confirmarlo muy pronto.
Dirige mi boca hacia la suya y continúo acariciando su pezón en
tanto me acaricia. Probablemente sea un ángulo incómodo para su mano,
considerando que estoy parado entre sus muslos, pero no estoy tan
interesado en detenerla y a ella no parece importarle.
Cuando la sensación se vuelve demasiado para mí, es decir, cuando
me preocupa correrme en su mano, empiezo a dejar un camino de besos
por su cuello.
Extiendo la mano en su espalda y desabrocho su sostén. Se desliza
por sus brazos y aterriza sobre la isla, luego cae al suelo con el resto de
nuestra ropa. Beso su clavícula y hacia abajo sobre la hinchazón hasta
que puedo cubrir un pezón con mi boca.
164 Gime y suelta mi erección. No es algo malo, considerando que ya
estoy cerca de un límite en el que no quiero estar cuando apenas hemos
comenzado con los juegos previos.
Sus dedos se deslizan por mi cabello y la otra mano se mueve para
agarrarme el hombro. Aprovecho su distracción y vuelvo a guardarme en
el pantalón para concentrarme en hacerla sentir bien. Si consigo que se
corra antes del sexo (si es que llegamos a eso, no hago suposiciones, pero
tengo la esperanza de que así sea), eso me quitará algo de presión.
Paso la palma de la mano por su muslo, moviéndola hacia dentro.
Sus piernas están separadas para acogerme, así que cuando llego al
vértice le rozo con los nudillos el satén.
—Oh, sí, por favor. —Abre más las piernas.
Esto es lo que quiero, que desaparezca toda esa estirada perfección
de Instagram. La quiero desinhibida y despreocupada por nada que no
sea cómo se siente. Sigo moviendo mis nudillos de un lado a otro, apenas
rozando la tela húmeda. —¿Te gusta eso, Blaire?
—Mmm, se siente delicioso. —Cotonea su trasero.
Deslizo un dedo debajo del elástico y me encuentro con piel caliente
y húmeda.
—Oh, eso es mucho mejor. —Sus ojos revolotean cerrados a medida
que acaricio su centro, deslizando un dedo en su canal resbaladizo.
Se apoya en sus brazos y se muerde el labio, gimiendo bajito
cuando agrego un segundo dedo. Su cabeza cae sobre sus hombros y sus
párpados se abren, su mirada va hacia donde mi antebrazo desaparece
debajo de su falda. —Dios, eso es tan caliente —gime, y sus dedos rozan
mi brazo tatuado.
—Lo es, ¿verdad? —concuerdo—. Luces como una buena chica que
fue atrapada con un chico malo. —Parece salida directo de los años
cincuenta, con su cabello perfecto y sus vestidos retro, lo que hace que
su posición actual, con el vestido colgando de su cintura y mi mano
debajo de la falda apretujada, sea mucho más ilícita. Y esas botas con
punta de acero combinadas con sus medias hasta los muslos son la
guinda del sexy pastelito.
Se sube la falda más arriba, exponiendo mi antebrazo y muñeca
ocultos, hasta donde sus bragas están apartadas hacia un lado y estoy
enterrado en su interior.
Enrollo los dedos de mi mano libre en la parte posterior de su
cuello, acariciando con el pulgar el borde de su mandíbula. —¿Te gusta
ver lo que te hago, Blaire?
Estruja la tela y vuelve a gemir. —Sí.
—¿Serás una buena chica y te correrás en mi mano? —Bombeo mis
dedos más rápido, por la forma en que se queda sin aliento.
165 —Oh, Dios —gime y trata de cerrar las piernas, pero sus rodillas
chocan con mis caderas. Y luego llega su orgasmo, se contrae alrededor
de mis dedos, rotando las caderas en tanto monta mi palma.
—Eres tan sexy —susurro.
Antes que el orgasmo decaiga, retiro mis dedos. Hace un sonido
suplicante, probablemente poco impresionada por el hecho de que me
haya detenido a mitad del orgasmo, pero pienso compensarla. Le bajo las
bragas de un tirón. Se le enganchan en las botas, pero consigo
quitárselas sin destrozarlas. La sostengo por la cadera y la arrastro hasta
el borde de la isla para arrodillarme.
—¿Qué…?
El resto de la pregunta se disuelve en un jadeo cuando lamo su
centro.
Se deja caer sobre un codo, la otra mano se desliza por mi cabello
y me agarra con fuerza.
—Mmm, como uno de esos pastelitos rellenos de crema que me
hiciste comer en esa despedida de soltera. —Cubro su núcleo con mi
boca—. Pero sabe aún mejor.
Eso le hace soltar un gemido, un poco avergonzada, pero también
totalmente excitada por la forma en que gira sus caderas y monta mi
lengua hasta otro orgasmo.
Tan pronto como me levanto, me agarra de la nuca con una mano
y me besa. Balbucea algo completamente ininteligible, sobre todo porque
me está chupando la lengua. Busca frenéticamente la cintura de mi ropa
interior con la otra y mete la mano por el frente, liberándome del bóxer.
Interrumpe el beso. —¿Tienes condones, ¿verdad?
Saco la cartera del bolsillo trasero, la abro de un tirón y la pongo
sobre la encimera para poder sacar el condón que ha estado ahí desde
antes de agosto.
Tan pronto como lo tengo en mi mano, lo agarra y mira la fecha con
los ojos entrecerrados antes de abrirlo. Su lengua se asoma mientras lo
enrolla a lo largo de mi longitud y usa su pie (las botas todavía están
puestas y todavía estoy usando mis pantalones) para acercarme más.
—Espera. Levanta los brazos.
Frunce el ceño, pero obedece, tal vez porque los orgasmos la han
hecho discutir menos, o quizá está tan lista como yo para el sexo, incluso
después de dos orgasmos. Agarro la parte inferior de su vestido y se lo
paso por la cabeza. Desordena un poco su cabello perfecto, pero todo lo
que hace es hacerla lucir más sexy.
Y totalmente desnuda.
—Eres toda una visión, Blaire. —La anticipación hace que mi
166 erección se agite en mi puño, pero me obligo a frenar un poco. Arrastro
la cabeza de mi pene envuelto en el condón a lo largo de su sexo—. ¿Estás
lista para mí?
—Tan condenadamente lista. —Se muerde el labio.
—¿Lo quieres lento y suave o rápido y duro? —Me alineo y me
encuentro con su mirada ardiente y necesitada.
Me sonríe con descaro. —Sorpréndeme.
Me río. —Qué buena chica mala. —La agarro de las caderas para
estabilizarla y la penetro profundamente.
Se apresura a rodearme el cuello con los brazos. Cuando estoy
seguro que se ha agarrado bien y fuerte, retrocedo, casi hasta el final
antes de empujar de nuevo. Su mandíbula se afloja y sus ojos se enrollan
con un profundo gemido.
—¿Estás bien? —pregunto antes de volver a hacerlo.
—Sí. Por favor, no te detengas.
La muevo para que esté justo en el borde del mostrador y la embisto
repetidamente, guiándome por sus gemidos y sus súplicas para que no
pare. Resulta que es fanática de lo duro y rápido.
No pasa mucho tiempo antes de que le advierta que estoy a punto
de correrme. Siempre puedo mejorar la resistencia en la segunda ronda.
Quita una mano de mi cuello y mete los dedos entre sus muslos. —
Espera, estoy tan cerca.
Estoy en el borde, apenas aguantando. —Mírate, queriendo más
cuando ya te has corrido dos veces.
—Lo sé, lo sé, pero se siente tan bien. Por favor, Ronan.
—Mejor trabaja rápido —le advierto.
Trato de pensar en algo, cualquier cosa para detener lo inevitable,
pero el labio de Blaire está atrapado entre sus dientes, presionando con
fuerza, y sus dedos se mueven a un ritmo furioso entre sus piernas, como
si estuviera tratando de encender puto fuego.
Embisto una última vez antes de que el orgasmo me baje por la
columna y explote. Esa sensación se magnifica mil veces cuando ella se
contrae a mi alrededor.
Mis piernas amenazan con ceder, así que me apoyo en la encimera,
dejando que tome algo de mi peso en tanto recupero la capacidad de
funcionar. Pasa sus dedos por mi cabello.
Al final, levanto la cabeza y hago un camino de besos desde su
hombro hasta su boca.
—Hola.
—Hola. —Mordisquea mi labio inferior—. Entonces, eso fue
divertido.

167 Me río, lo que la hace jadear y apretar los dientes, y mi risa se


convierte en un gemido al retirarme despacio. Me quito el condón, lo ato
y lo tiro a la basura junto al fregadero. —Te quedas a pasar la noche,
¿no?
Deja escapar un suspiro. —Bueno, es decir, quizá sea una buena
idea ya que he sido bastante codiciosa y creo que tal vez haya que igualar
los totales de orgasmos y así no ganarte por un margen tan amplio.
17
Tras los orgasmos
Traducido por Tolola & Gesi
Corregido por Anna Karol

Me despierto con Ronan envuelto a mi alrededor, aunque es el


sonido de un teléfono sonando lo que me saca de la deliciosa neblina del
sueño. Basándome en el tono, no es mío.
—¿Ronan?
168 Gruñe y mueve las caderas.
No estoy totalmente convencida de que esté despierto.
Su brazo tatuado está a mí alrededor, su antebrazo a través de mi
pecho, su mano metida debajo de mi hombro, los dedos enroscados en la
espalda. Creo que hemos estado haciendo cucharita toda la noche.
Aunque puedo creer que lo de anoche ocurriera porque la atracción
es fuerte, lo que no esperaba, y quizás debería haber esperado, era
exactamente qué clase de amante sería Ronan. Exigente, intenso,
generoso y locamente atento.
Llegamos a su cama a las cuatro de la mañana, y yo me habría ido
a dormir con esas botas de punta de acero si él no hubiera estado tan
lúcido como para quitármelas. No tuve la oportunidad de cumplir mi
promesa de igualar nuestros orgasmos porque caímos rendidos de
inmediato.
Levanto mi cuello para comprobar el reloj de la mesita de noche.
Ya es la una de la tarde. No es una gran sorpresa, dada la ridícula hora
en que nos acostamos o el hecho de que ambos hemos tenido un gran
déficit de sueño.
De todas formas, dormir todo el día parece un desperdicio, ya que
tengo muy pocos libres. Me contoneo para salir de debajo del brazo de
Ronan y murmura algo sobre ser impaciente y codiciosa y me acaricia el
cuello.
Su teléfono suena otra vez; y nuevamente, un minuto después.
Alguien está claramente tratando de comunicarse con él.
—Ronan, tu teléfono no para de sonar.
—No estoy despierto. —Su voz ronca y dormida hace cosquillas en
mi cuerpo, específicamente en el área entre mis muslos.
—Entonces, ¿cómo es que me estás hablando?
—No lo hago. Estás soñando.
Me río, y él se frota contra mí.
—Puedo ir a buscarte el teléfono para que no tengas que salir de
esta cama —le ofrezco.
—No.
Intento otra táctica. —Necesito usar el baño, y cuando vuelva
puedo ayudar a igualar los orgasmos desproporcionados de anoche.
Me libera de su sujeción, se pone de espaldas y aleja las sábanas,
dándome una gran visión de lo emocionado que está con esa posibilidad.
—Estaremos aquí esperándote.
Me duelen músculos que ni siquiera sabía que existían. Y me duele
el coxis, probablemente por el sexo sobre la isla. Primero uso el baño,
luego voy en busca de su teléfono. Lo encuentro en el borde de la isla de
169 la cocina; parece como si casi lo hubiéramos tirado al suelo anoche.
Empieza a sonar de nuevo cuando vuelvo al dormitorio.
—Seis llamadas perdidas en los últimos veinte minutos. Creo que
deberías contestar antes que nos desviemos con las extracurriculares. —
Arrojo el teléfono en la cama a su lado.
Lo mira como si fuera una araña venenosa. Es ridículamente
atractivo, acostado en la cama, con el cabello despeinado, con las líneas
de la almohada en la mejilla, con el arte corporal en exhibición. Quiero
pasar un tiempo explorando todos los diseños y aprendiendo lo que cada
uno significa. Después del sexo matutino. O por la tarde, por así decirlo.
Me subo a la cama y me acurruco contra su cálido cuerpo. Mete su brazo
debajo de mí y me acerca. Sus labios encuentran mi sien mientras mira
su teléfono.
—Oh, mierda, ¿ya pasa de la una? —Ronan se lleva el móvil a su
oreja—. Hola, hermano, sé que voy tarde. Lo siento. Fue una noche muy
ocupada y me quedé dormido. —Se queda en silencio unos segundos—.
Acabo de despertar. Dame una hora y empieza sin mí sí lo necesitas, pero
guárdame algo de las pasas con canela, por favor. No, vete a la mierda. Y
llevaré a alguien. —Termina la llamada y tira su teléfono en la mesa de
noche.
—¿Qué está pasando?
—Tenemos que ir a casa del abuelo en un rato.
—¿Tenemos?
—Sí, tú vienes. Es una tradición familiar que nos reunamos el día
de Año Nuevo. Se suponía que debía estar allí al mediodía, pero olvidé
poner la alarma. No te perderé de vista durante el resto del día. Pero,
primero, orgasmos.
Media hora más tarde nos duchamos muy rápido ya que nuestras
payasadas nos han retrasado aún más. Me veo obligada a volver a
ponerme el vestido de anoche. No es lo ideal, pero no esperaba celebrar
el Año Nuevo en cama de Ronan.
Tenemos que ir al bar por su camioneta antes de que podamos
hacer otra cosa.
—Pararemos en tu casa en el camino para que no tengas que volver
a ponerte el vestido de anoche.
—Eso sería genial. —Me siento en el asiento del pasajero.
Como ya estamos retrasados, más que antes, me apresuro y decido
renunciar a los vestidos por hoy, y me pongo un pantalón vaquero y un
suéter. No suelo llevar vaqueros, pero tengo unos cuantos pares muy
bonitos. También me recojo el cabello en una cola de caballo. No uso
maquillaje, pero le coloco a mis pestañas una rápida capa con la máscara
y me pongo brillo labial. Rápidamente me pongo mi abrigo de invierno y
vuelvo corriendo a Ronan, que está ocupado con su teléfono.
Me vuelvo a meter en el asiento del copiloto y me abrocho el
170 cinturón. Sus ojos recorren mis piernas y suben por mis muslos. De
medio muslo para arriba, están cubiertos por mi abrigo. —¿Está bien así?
No necesito ser más formal, ¿verdad?
—No. Estás muy bien. Los vaqueros son perfectos. —Pone la
camioneta en marcha—. Nunca te había visto con un par antes.
Su mirada se queda en mis piernas antes de cambiar su atención
a la carretera.
—Entonces, ¿quién estará ahí?
—Mis hermanos, sus seres queridos, y Lars puede o no venir.
Depende de lo que haya hecho después que el bar cerrara. —Lars tuvo
mucha atención anoche. Y estoy bastante segura que tres chicas se
aprovecharon del muérdago que colgaba sobre la barra, y eso fue solo lo
que vi cuando no estaba muy ocupada sirviendo bebidas—. Daniel es el
mayor. Tiene treinta y siete años, y es un gran asesor financiero. Su
esposa, Celia, es profesora.
—¿Es la embarazada?
Ronan asiente. —Sí. Y está en esa extraña etapa intermedia en la
que parece que ha engordado, pero no hay suficiente bulto para estar
seguro de que está embarazada, así que se ha puesto camisas que
anuncian el hecho de que no ha comido demasiadas galletas de Navidad,
y mi hermano es ridículo al respecto. Tan jodidamente orgulloso que su
esperma lograra dar en el blanco.
Me río de eso. —Ay, pero eso es algo lindo, ¿no?
—Algo así, supongo. La mayoría de las veces me dan ganas de
vomitar. Ya verás a qué me refiero.
—Literalmente no puedo imaginar a Maddy o Skylar teniendo hijos.
Dios no permita que no duerman toda la noche o que tengan que cambiar
un pañal sucio. —Le preguntaría a Ronan qué opina de los niños, pero
no creo que sea una gran conversación después de dormir juntos por
primera vez—. Bueno, así que Daniel es el mayor y está casado con Celia,
que es profesora y está embarazada. Y tú otro hermano, ¿también está
casado?
—Comprometido, en realidad. Aiden y Leslie llevan ocho años de
relación, y viviendo juntos seis, así que la boda es una formalidad. Iban
a fugarse a Las Vegas, pero ella es hija única y su madre se habría
quedado desolada si no tuviera una ceremonia real, así que decidieron
que una boda con un viaje de luna de miel era la mejor opción.
—Oh, eso es divertido.
—Ya veremos. También está en finanzas, como la mitad de su
familia, así que la mayoría de las conversaciones de la cena giran en torno
al estado del mercado de valores cuando están todos juntos.
—Eso suena...
—¿Aburrido?
171 —¿Normal? —ofrezco.
—Aburridamente normal. De todas formas, con Celia allí
tendremos al menos algo de equilibrio y estoy seguro que te harán todo
tipo de preguntas e intentarán que les dejes gestionar tu cartera
financiera.
—No tengo mucho portafolio financiero del que hablar, así que no
estoy segura que valga la pena administrarlo.
—Pero Buttercream and Booze lo está haciendo increíblemente
bien.
—Oh, sí, en efecto. Pero estoy poniendo casi todo lo que tengo en
ello ahora mismo, así que no hay mucho extra con lo que jugar. Por
ahora, de todos modos. —Tengo la esperanza de que las cosas sigan como
hasta ahora, pero con Dick & Bobby's al otro lado de la calle estamos
obligados a ver un descenso, al menos mientras sea novedoso y
prometedor. Esperemos que todo se equilibre una vez pasada la emoción
inicial.
Ronan golpea el volante. —Realmente creo que es encomiable que
lo estés haciendo todo por tu cuenta.
—Hace que la recompensa del éxito sea mucho mayor, ¿sabes?
—Sí. Puedo ver eso, en especial para alguien como tú. —Pasamos
por la autopista, alejándonos de Pioneer Square y del centro de la ciudad
hacia los barrios más residenciales.
—¿Alguien como yo?
—Vienes de una familia que podría fácilmente financiarte, pero te
las arreglaste para mantenerte firme y demostrarles que puedes dejar tu
propia marca. Y ellos ni siquiera lo saben de verdad. —Ronan gira a la
derecha en una tranquila calle residencial con casas antiguas bien
mantenidas.
—Su versión del éxito y la mía no son las mismas. No quiero
estatuas espeluznantes con erecciones por toda mi casa. O tanto espacio
que podría perderme de camino a mi dormitorio y no encontrar nunca el
camino de vuelta. Solo quiero hacer lo que me gusta y estar rodeada de
la gente que me importa.
—Me siento exactamente de la misma manera. —Me da un apretón
de manos, y luego se mete en la entrada de una pintoresca casa de ladrillo
de dos pisos.
Cuando llegamos a la puerta principal, tengo un momento de
pánico. —¡Oh no! Vengo con las manos vacías. ¿Quizás deberíamos parar
en algún sitio y comprar una botella de vino? Tiene que haber una tienda
abierta en algún lugar que venda vino, ¿verdad?
—No te preocupes, Blaire. Habrá más comida y bebida de la que
puede consumir un ejército. Y aunque encontremos una tienda abierta,
todo lo que van a tener es vino barato con sabor a jaqueca matutina.
Créeme cuando digo que está bien que vengamos con las manos vacías.
Además, hace unos días dejé las cosas para esta ocasión, y mi cobertizo
172 para la cerveza está en el patio trasero, de manera que estamos
preparados.
No llama a la puerta, solo entra y me lleva delante de él. Me recibe
la más deliciosa combinación de aromas. Respiro canela y clavo junto con
toques de cítricos y arándanos. Pero más picante es el aroma de algo frito
y dulce. —Oh, guau, ¿qué es ese olor?
—Galletas de Año Nuevo, pero son más como donas y son la cura
perfecta para la resaca de la víspera de Año Nuevo.
—Pero no tengo resaca.
—Bueno, estamos a punto de empezar a beber de nuevo, así que
esto debería ayudar a prevenir una. —Me ayuda a quitarme el abrigo y
gime—: Ah, demonios, Blaire.
—¿Qué? ¿Está todo bien? —Estoy a punto de darme la vuelta para
ver qué pasa, pero me agarra por las caderas.
Me empuja hacia sí, dejando caer su cabeza para que sus labios
estén contra mi oreja.
—Estos vaqueros me van a matar. Ahora tengo una visión perfecta
de todas esas curvas que escondes bajo esas faldas. Va a ser una tarde
larga e incómoda para mí.
Sonrío. A diferencia de Maddy y Skylar, yo tengo curvas. Aprendí
muy pronto a abrazar esas curvas y a amarlas.
Un día de Halloween, cuando ocurrió el intercambio de padres, me
vestí como June Cleaver8. Y sorprendentemente, me sentí más cómoda
en mi piel. Tal vez porque mi unidad familiar convencional había sido
destruida. Quizás porque me gustaba la idea de una vida sin
complicaciones. De asados, cenas familiares y padres que trabajaban en
trabajos normales.
Si bien no encajaba en todo el molde de June Cleaver, considerando
que tengo mi propio negocio; es el estilo que adopté para poder aferrarme
a esa idea reconfortante de los valores y la moral familiar. Además, me
encantan los vestidos, pero no me importa meterme en un par de
vaqueros de vez en cuando, posiblemente más a menudo, si este es el tipo
de reacción que obtengo.
—Me pareció oír la puerta. ¡Oh, señorita Pastelito! Cuando Ronan
dijo que traería a alguien no me di cuenta de que serías tú. —El abuelo
de Ronan se dirige lentamente hacia nosotros—. Qué agradable sorpresa.
—Sonríe y sus ojos casi desaparecen bajo sus pobladas cejas. Supongo
que tiene unos ochenta años. Es unos centímetros más bajo que Ronan,
aunque estoy segura que en sus años de juventud medía más o menos lo
mismo, antes que se le encorvaran los hombros.
—Hola, señor Knight. Espero que no sea una imposición. —Me he
encontrado con el abuelo de Ronan un par de veces de pasada, y hemos
intercambiado saludos y una presentación, pero siempre he estado
173 ocupada durante el día y nunca ha estado por ahí al final de la noche.
—En absoluto, querida. Y puedes llamarme Henry; no hace falta
que me llames señor, o abuelo si te sientes a gusto con eso. —Guiña el
ojo y me sujeta la mano entre sus nudosos dedos—. Me preguntaba
cuándo mi nieto encontraría por fin sus pelotas y te pediría una cita.
—¿En serio, abuelo? —Prácticamente puedo sentir la vergüenza de
Ronan.
—¿Qué? Ella ha sido lo único de lo que puedes hablar desde hace
meses, te irrita y te hace sonreír. Estaba destinado a suceder cuando
sacaras la cabeza de tu culo.
—Bien, abuelo, estás matando mi atractivo.
—¿Es ese Ronan? —Otro hombre aparece en una puerta
adyacente. Basado en sus rasgos faciales, es definitivamente uno de sus
hermanos. Es más bajo que Ronan, pero igual de ancho y atlético, con el
mismo color de cabello y ojos, excepto que tiene unas pocas canas
coqueteando en las sienes—. ¡Ya era hora de que llegaras! —Abraza a su
hermano y se dan palmaditas en la espalda. Baja la voz, manteniendo a
Ronan cerca—. Celia todavía tiene náuseas matutinas, así que no puede
ayudar con nada. Y Leslie cree que todas las galletas deben ser iguales,
así que apenas tenemos una maldita hornada. Todo lo que quiero hacer
es beber whisky y comer galletas. Ayuda a tu hermano.

8 Personaje principal en la comedia de televisión estadounidense Leave It to Beaver.


—Estoy en ello, no te preocupes. —Ronan me lleva a su lado—. Y
he traído refuerzos. Daniel, esta es Blaire, y puede dejar a todas las
personas aquí en ridículo con sus postres.
—Hola, Blaire. —Extiende la mano. Sus palmas son suaves, como
si lo que más esfuerzo le costara fuera mover un palo de golf—. Ronan no
mencionó tener novia en Navidad.
—Oh, no soy su novia. —Miro a Ronan.
Su mirada se encuentra con la mía y se encoge de hombros con
una expresión interrogante. —Bueno, quiero decir...
—¿Soy tu novia? —Es una pregunta real, porque montar su
metafórico pony de mortadela no significa necesariamente que seamos
una cosa.
—Te he traído a una reunión familiar, así que eso significa que no
tendría problema en presentarte como mi novia.
Daniel resopla y la sonrisa del abuelo se amplía.
—Te invité a una reunión familiar cuando apenas nos tratábamos
civilizadamente. —No sé por qué siento la necesidad de sacar esto a
colación, porque lo único que hace es que esta situación incómoda sea
aún más incómoda, ya que Daniel y el abuelo se codean entre sí,
observando esto con algo parecido a la diversión.
174 —Sí, pero tuvimos una conexión desde el principio. Y me invitaste
porque te sentías culpable, así que no fue una cita real. Y, ahora que lo
pienso, fui un escudo más que nada. —Sonríe, como si también
encontrara todo esto entretenido.
Mis mejillas se calientan ante su referencia de conexión
instantánea, ya que tiene razón, aunque estaba decidida a no encontrarlo
sexy, al menos cuando se mostraba inflexible y rompía mis copas de
unicornio. —No fuiste un escudo. Fue una invitación espontanea, y sí,
me sentí un poco culpable, pero ese no fue el único motivo por el que te
pedí que me acompañaras. Quiero decir, mírate. —Gesticulo hacia su
atuendo informal que consiste en una remera de mangas largas dobladas
para exponer la mitad de sus antebrazos, y sus vaqueros oscuros—. No
eres exactamente difícil de mirar. Y aunque ciertamente fuiste una
conveniente distracción de la locura familiar, no fue la motivación
principal.
Arquea una ceja. —Veo cómo es. Solo querías cosificarme.
Me encojo de hombros. —No hacía daño tener a alguien agradable
a quien mirar mientras se producía la locura.
Daniel le da una palmada en la espalda. —Finalmente has conocido
a tu igual. Esto es tan genial. Simplemente no te amarres antes que Aiden
y Leslie, o ella nunca lo dejará vivir y seremos el resto los que sufriremos.
Ronan le da una mirada de qué demonios. —Gracias por hacer que
esta presentación no fuera para nada incómoda, Dan.
—Estoy aquí para ti, hermano. Ahora, por favor, mete tu trasero en
la cocina para que pueda comer unas malditas donas.
—Cuida tu lenguaje frente a Blaire —advierte el abuelo. Ha estado
parado en silencio a un costado, con las manos juntas frente a él y
balanceándose sobre sus talones. Hasta la blasfemia, de todos modos.
Ahora su expresión es adorablemente severa.
—Está bien, Henry. —Coloco una mano reconfortante sobre su
brazo y guiño un ojo—. Soy una chica grande, he escuchado todas las
malas palabras.
Me da una palmadita en la mano. —Oh, estoy seguro que lo has
hecho. Y no son donas, son galletas de Año Nuevo. Dottie no podía tolerar
que los chicos las llamaran donas. La volvía loca. Que en paz descanse
su alma. —Hace una señal de la cruz y parpadea un par de veces, sus
ojos se ensombrecen durante un momento antes de aclararse—. Ven,
querida, consigámoste una copa.
Hay una barra, y opto por las cervezas de Ronan porque son
deliciosas y si bebo lentamente no tendré que preocuparme por
emborracharme demasiado rápido.
En la cocina nos encontramos con Leslie y Aiden. Esta vez me
presenta como su novia, y no discuto. Aiden lo abraza. —Gracias a Dios
que estás aquí, hombre. Sálvame, por favor.
175 Leslie se ve agotada y como si prefiriera estar haciendo cualquier
otra cosa que estar de pie frente a una olla de aceite hirviendo.
La cocina probablemente no haya sido renovada desde algún
momento en la década de los noventa, si tuviera que adivinar basándome
en los gabinetes. Sin embargo, hay una nueva hornilla de acero
inoxidable, un refrigerador y un lavavajillas. Supongo que Ronan o sus
hermanos fueron los responsables de las actualizaciones para traer a su
abuelo al siglo XXI, al menos desde el punto de vista de los
electrodomésticos.
Miro el mostrador donde están el tazón gigante de masa, una
variedad de complementos en forma de canela y trozos de manzana
recubiertos de azúcar, frutas secas picadas y pasas de uva. —¡Oh! ¡Son
bolas de aceite!
—¿Eh? —Todos se giran para mirarme.
—Bolas de aceite. Galletas menonitas de Año Nuevo. Son lo mismo.
¡Las amaba de niña! —Señalo la preparación.
—¿Sabes qué son? —pregunta Leslie. Suena entre esperanzada y
desesperada.
—No las he comido desde que era adolescente, pero
definitivamente. Mi abuela era menonita9.
—¿De verdad? —La sorpresa de Ronan es razonable.
—No practicante. Murió cuando yo tenía catorce, pero hasta
entonces comíamos bolas de aceite cada Año Nuevo. Me traen tantos
buenos recuerdos. —Antes de que mi familia dejara que todos los locos
pasaran el rato. Me doy cuenta que me estoy poniendo melancólica, algo
vergonzoso para hacer frente a un grupo de personas que acabo de
conocer y que están emparentadas con mi novio.
Por suerte Leslie parece no notarlo. —¿Sabes cómo hacerlas?
—Blaire dirige Buttercream and Booze, el lugar que está al lado de
The Knight Cap.
—¿Esta es Alicia en el País de las Maravillas? —Los ojos de Aiden
se mueven entre nosotros—. Quiero decir. Maldición.
—¿Me has mencionado antes? —Arqueo una ceja, deseando ver
cómo tratará de salirse de esto.
—¿Te mencionó antes? El tipo estuvo obsesionado hacia el final del
verano, prácticamente cada vez que hablaba por teléfono con él gemía
sobre lo buenos que eran tus pastelitos.
—Aiden —dice bruscamente Ronan.
176 —¿Qué?
—Eres un imbécil.
—Sí. Lo sé. No tengo habilidades sociales, solo pregúntale a Leslie.
—Señala por encima de su hombro con el pulgar a su prometida.
—Tiene razón —interviene ella—. Pero su cerebro es grande y está
lleno de números, y eso me parece increíblemente sexy, así que decidí
conservarlo. —Me pasa un delantal—. Por favor, ayúdanos. Todo lo que
quiero hacer es comer donas. Me he estado reservando para estas, por lo
que lo único que comí durante el día fue un yogur de arándanos, y las
que he hecho hasta ahora no son tan buenas. —Señala las bolas sobre
cocinadas.
—¡Se ven geniales para ser tu primera vez! —miento—. Dame veinte
minutos y tendré un lote nuevo para ti.
—No tienes que hacerlo. Estoy completamente preparado para
hacer galletas —interviene Ronan.
—O podríamos hacerlas juntos. —Me coloco el delantal por la
cabeza.
Sonríe. —De acuerdo. Claro.

9 Los menonitas son un grupo religioso y étnico que tuvo su origen en 1525 en Zúrich
(Suiza). Son seguidores de las creencias de Menno Simons, un líder pacifista del
movimiento anabaptista durante la Reforma Protestante.
—Joder, siento que estoy viendo los juegos previos. Vamos, nena.
Dejémoslos solos. —Le da una palmada a Ronan en el hombro—.
Asegúrate de lavarte las manos si pones los dedos en lugares en que no
se supone que lo hagas.
—¡Aiden! ¡Suficiente, o nunca regresará! —Leslie le da un golpe en
el trasero con un trapo de cocina.
—Saca la cabeza de la cuneta. Me refería a lugares como su nariz.
Todas las feromonas te deben estar afectando. ¿Deberíamos subir unos
minutos y comprobar esa bombilla que hay que cambiar?
—¿Qué…? —Su confusión se transforma en un giro de ojos—. Celia
está durmiendo la siesta arriba, pero buen intento.
La hace salir de la cocina y nos deja a los dos solos. Divido la masa
en varios cuencos para poder añadir a algunos las manzanas con canela,
la mezcla de frutos secos y las pasas. Mientras trabajo en los añadidos,
Ronan se pone un delantal de los años setenta y empieza a echar bolas
de masa en la olla de aceite hirviendo.
—Lamento el desvarío de mis hermanos. Y la designación como
novia. Probablemente deberíamos haberlo conversado antes de que
abriera mi gran boca.
Me encojo de hombros, no queriendo hacerle pasar un mal rato por
ello. —Es lindo.
177 Se estremece. —¿Lindo?
—De acuerdo, tal vez lindo no sea la palabra adecuada,
considerando que te has puesto de un color verde realmente horrible.
¿Qué hay de dulce? Creo que es dulce que me hayas presentado como tu
novia. Me gustas, Ronan, mucho. Y como tu novia, puedo decir que
definitivamente estoy interesada en repetir los eventos de anoche de
manera muy regular.
Me atrae hacia sí. —Ciertamente puedo satisfacer esa solicitud.
Una vez que hayamos terminado de atorarnos con donas. —Me da un
beso rápido, y entonces regresamos a trabajar.
Media hora después, tenemos tres tazones llenos de bolas de aceite.
Tenemos miel, azúcar, azúcar impalpable, azúcar con canela y un
delicioso dulce de arce en el que sumergir.
Celia baja de su siesta cuando nos estamos acomodando en la
mesa del comedor. Ronan me presenta y ella rápidamente estalla en
lágrimas, llorisqueando sobre cuánto la alegra que finalmente se haya
establecido y cómo siempre quisieron que encontrara a alguien.
Una vez que ya no está sollozando sobre la camisa de Daniel, este
la arrima a la mesa y revolotea de un lado a otro, asegurándose de que
esté cómoda. Luego le pone un plato, teniendo cuidado de que los
bañados en arce no toquen el azúcar de canela.
—Lamento eso —murmura Ronan en tanto llenamos nuestros
platos.
—Creo que es dulce que tu familia se preocupe tanto por ti. Es
agradable de ver. —Mucho más agradable que mi hermana roba novios y
mi prima que intenta robar parejas.
Nadie habla sobre con qué famoso se cruzaron la semana pasada,
la dieta keto más nueva o qué cirujano plástico estropeó alguna cirugía.
Como era predecible, el mercado de valores es traído a colación un par
de veces, pero Ronan se apresura a interrumpir la discusión sobre ventas
difíciles que Daniel me lanza.
Me obsequian historias sobre él y sus experimentos científicos de
adolescente. Aparentemente el deseo de elaborar cerveza comenzó a edad
temprana. Antes que siquiera tuviera la edad legal para beber. A los
dieciséis ya había hecho su primer lote de aguardiente casero.
Se encoge de hombros. —El alcohol era caro y difícil de conseguir.
Encontré una forma de obtenerlo.
Después de comer hasta el agotamiento, pasamos a la sala de estar.
Al igual que el resto de la casa es un salto en el tiempo a los noventa. La
alfombra es de un horrible color rosa, los muebles son cuadrados y están
gastados, y las cortinas lucen un estampado floral retro y llamativo. Es
horrible, hogareño y asombroso.
—Solo tengo que ayudar a Daniel con algo. ¿Estarás bien por unos
minutos? —pregunta Ronan.
178 —Por supuesto, ve.
Me besa en la mejilla y me acerco a la chimenea para ver las fotos
de la repisa. Una foto del sexagésimo aniversario de bodas está situada
en el centro, Henry y la difunta Dottie vestidos como si estuvieran listos
para festejar. Al observar el fondo, me doy cuenta de que están en The
Knight Cap.
—Esa era mi Dottie. —Henry recoge la foto enmarcada, su sonrisa
es afectuosa pero también triste.
—Parecen hechos el uno para el otro.
—Sí. Lo éramos. Nos conocimos jóvenes. Yo tenía dieciocho y era
un tonto. Me sonrió y estuve perdido.
—Así como así, ¿eh?
—A veces simplemente lo sabes. —Su pulgar se desliza a lo largo
del marco.
—Lo creo. Me encanta la pared de fotos en The Knight Cap. Es como
ver el progreso de su amor a través de fotografías.
—Cada año me aseguraba de poner una en esa pared para que
pudiéramos caminar junto a ella y ver nuestros buenos momentos juntos.
Sé que hoy en día la gente ya no tiene álbumes de fotos, pero nosotros
siempre tuvimos.
—¿Me mostrarías?
Su rostro se ilumina. —Me encantaría. —Se acerca a una estantería
repleta de álbumes de fotos. Tiene cinco estantes, y debe haber al menos
diez álbumes en cada una. Se golpea el labio—. Por dónde empezar. ¡Ah,
ya! —Toma uno de la estantería y me hace un gesto para que me siente
en el sofá.
Colocando el álbum entre nosotros, pasa la primera página.
Imágenes viejas, amarillentas y en blanco y negro con leyendas y fechas
se alinean en cada hoja.
La primera imagen es de una mujer joven, una adolescente,
basándome en la suavidad de sus facciones y la inocencia de su sonrisa.
—Esta es la primera foto que tomé de Dottie. —Toca la imagen—.
Nuestros padres se oponían a que saliéramos. Yo tenía unos años más y
ella servía mesas en ese momento, pero el amor no necesita aprobación.
Lo mantuvimos en secreto.
—Sin embargo, eventualmente debieron darse cuenta que fueron
hechos el uno para el otro.
—Sí. Nos casamos en ese bar el día que cumplió dieciocho, y
entonces nadie puedo hacer nada para separarnos. —Guiña un ojo—. Y
los nietos tienen una forma de hacer que la gente entre en razón.
Hacíamos todo juntos. Ella fue mi mundo entero durante más de sesenta
años.
179 —Puedo verlo. —Paso a la siguiente página y encuentro más fotos
de una Dottie adolescente en varias etapas de risa.
Se aclara la garganta. —Tenía una enfermedad cardíaca. Nació así,
y no había nada que pudiéramos hacer para solucionarla. A pesar de eso
amaba condenadamente duro, y no podías evitar que hiciera las cosas
que quería, porque siempre decía que la vida era demasiado corta para
tener miedo del final.
—Suena como una mujer inteligente.
—Era muy inteligente. Hubiera sido una trabajadora de Wall Street
de haber nacido décadas después. Fue la que mantuvo a The Knight Cap
en marcha todos estos años. Me hizo prometer que, si algo le sucedía, me
quedaría alrededor para asegurarme que nuestro chico Ronan se
asentaba.
—Ahí está ese gran corazón del que hablabas.
—Sí. Amaba a ese chico como si fuera suyo, especialmente después
del accidente de Jim y Cindy. A todos nos rompió el corazón, pero creo
que a Ronan más. Se parece mucho a mí, necesita una compañera
incluso si ha hecho todo lo posible por evitarlo desde que perdimos a sus
padres. —Sacude la cabeza, como si se estuviera apartando de un triste
hechizo—. De todos modos, en el momento en que oí que le habías dado
un infierno, pensé: ahí está ella, la razón por la que él ha regresado
conmigo. Es la mujer que calmará su alma inquieta.
—¿Alma inquieta? Parece bastante asentado aquí.
—Ahora lo está. Pero cuando era más joven le costaba mucho
quedarse en un solo lugar. Siempre estaba en movimiento. Incluso
cuando iba a la universidad, asumía un millón de cosas. Excepto cuando
tenía novia.
—¿Tuvo muchas novias?
Me mira con picardía. —¿Que yo conociera? No. Pero será mejor
creer que va en serio cuando trae a una dama a un evento familiar como
este.
—¿Entonces has conocido a algunas novias? —Ronan ni siquiera
ha mencionado a una ex, aunque estoy segura de que debe haber habido
algunas a lo largo del camino.
—Solo una, además de ti.
—¿Qué sucedió? —Alejo la pregunta con un gesto de mi mano—.
No tienes que responder eso. Es personal y solo soy curiosa.
—Está bien. —Me da una palmadita en la mano—. Ronan no es
propenso a hablar al respecto, pero podría ayudarte a entenderlo mejor.
Después que sus padres murieron, se trasladó de universidad entre su
segundo y tercer año. Creo que su corazón ya se encontraba demasiado
roto y no quiso arriesgarse a que se destrozara más todavía, por lo que
encontró una forma de terminar las cosas sin causarle demasiado dolor
a ninguno de los dos.
180 —Eso no pudo haber sido fácil para ninguno.
—No lo fue, pero puso toda su energía en la universidad y en el
trabajo del bar. Tuvo citas, pero nunca nada serio, lo que fue difícil de
ver, porque Ronan tiene un gran corazón y necesita a alguien que lo
cuide. —Guiña y me aprieta la mano—. Alguien como tú.

No nos vamos de la casa de su abuelo hasta bien entrada la tarde.


—Eso fue muy divertido. —Me abrocho el cinturón—. Tu familia es
tan… normal.
—No sé si exactamente nos llamaría “normal”, pero me alegra que
lo hayas pasado bien.
—Lo pasé fantástico. Tus hermanos son geniales, y puedo ver por
qué Henry y tú son tan cercanos. Realmente te ama, sabes.
Asiente. —Sí. Tengo mucha suerte de tenerlo.
—El bar es tan especial para él. Tiene tantos recuerdos fantásticos
atrapados en ese lugar, es una maravilla que te haya dejado renovarlo.
—Bueno, ayuda que hiciera algunas sugerencias hace algunos
años y la abuela haya estado de acuerdo. Él tuvo más dificultades con
los posibles cambios debido a lo mucho que su corazón está atado al
lugar.
—Puedo ver lo difícil que habrá sido. ¿Qué crees que sucederá con
The Knight Cap cuando inicies tu cervecería? —Es desgarrador pensar
que ese legado llegará a su fin.
—No lo sé. Tengo la esperanza de que Lars se interese más por el
lado de la gestión, pero aún es joven, así que veremos. —Da golpecitos en
el volante, es difícil leer su expresión, pero se suaviza rápidamente—.
Deberíamos detenernos y buscar tu camioneta, ¿no?
—¡Oh, sí! Buena idea, entonces no tendré que preocuparme por
cómo llegaré al trabajo por la mañana.
Entra en el aparcamiento detrás del edificio y estaciona junto a mi
todoterreno, dando golpecitos al volante con inquietud. —Aún es
temprano, ¿quieres ir a mi casa?
—¿O podrías ir a la mía? —Mi apartamento no es tan agradable
como el suyo, pero es lindo, hogareño y está unos minutos más cerca,
por lo que levantarse y salir por la mañana no será un gran desafío.
—Definitivamente podría hacerlo. —Su mirada me recorre
lentamente—. Hoy aún no he tenido mi dosis completa de ti.
181 —Me siento exactamente igual. —Me inclino y le beso la mejilla—.
Nos vemos en mi casa, entonces.
18
Ajuste de cartera
Traducido por amaria.viana & Ivana
Corregido por Anna Karol

—Guau, estás de buen humor —observa Daphne a la mañana


siguiente—. Es casi como si tuvieras el resplandor posterior a una follada.
Dejo de escribir el especial del día en la pizarra para mirarla.
Sus ojos se agrandan. —¡Santo infierno! ¡Te follaron!
182 Le doy una palmada en el brazo. —¡No creo que la gente de afuera
te haya escuchado!
Corre hacia la puerta principal. No estoy segura de sí está
bromeando o de veras planea gritar por la calle, pero la persigo y deslizo
mi cuerpo frente a la puerta antes que pueda abrirla y gritar mi
información privada al mundo.
Pone los ojos en blanco. —Realmente no iba a decírselo a todo el
vecindario, tonta. ¿Qué diablos pasó? —Me agarra por los hombros—.
Oh, Dios mío, te acostaste con Ronan, ¿no es así?
A juzgar por su expresión, no necesito responder con palabras.
—¡Lo hiciste! ¿Cómo sucedió eso?
—Bueno, Daphne, cuando un hombre y una mujer se desnudan…
Agita su mano en el aire para detenerme. —No seas sarcástica.
Quiero decir, supongo que iba a suceder porque ustedes dos han
convertido las discusiones en juegos previos, pero ¿qué pasó para que
finalmente sucediera?
—Muérdago.
—¿Muérdago?
—Me besó bajo el muérdago a la medianoche del Año Nuevo.
Su rostro cae. —Eso es, de hecho, romántico.
—¿Por qué te ves tan decepcionada?
—Porque asumí que discutirían y terminarían follándose de odio el
uno al otro o algo así. Pero eso suena dulce.
—Si te hace sentir mejor, le gusta hablar sucio.
Su expresión es una mezcla de sorpresa y alegría. —¡No lo es!
—Oh, sí, mucho.
—¿Entonces el sexo fue estelar? ¿Lo sabe hacer? —Hace un gesto
hacia su entrepierna.
—Oh, sí, lo sabe todo, y el sexo fue alucinante. De hecho, se quedó
anoche. —Puedo sentir mi cara calentándose, en parte por los recuerdos
de lo que pasó entre las sábanas, encima de ellas y en la ducha.
—Guau, espera, ¿así que esto no es algo de una sola vez?
No estoy segura de qué hacer con su sorpresa. —Eh, no, no es cosa
de una vez.
Apoya su cadera contra el mostrador, la preocupación frunciéndole
el ceño. —¿Es realmente una buena idea? Quiero decir, claro, rascarte la
picazón está bien, pero ¿ahora son qué? ¿Dormir con el enemigo con
regularidad?
—No es el enemigo.
—¿No fuiste tú quien dijo que es tu competencia? Ambos están en
183 las semifinales de El Mejor Bar, y tiene una ventaja sobre ti. —Hace un
movimiento con la mano por debajo de la cintura—. No debes dejar que
el «P» te distraiga cuando estás en la recta final.
Tiene un buen punto, uno que no estoy tan interesada en admitir,
si voy a ser perfectamente honesta conmigo misma. Ha pasado mucho,
mucho tiempo desde que tuve un sexo genial, y aunque tiene razón en
no perder de vista mis objetivos, siento que puedo equilibrar en tener mi
pastelito y también comerlo.
Hago un gesto al otro lado de la calle hacia el llamativo y feo letrero
brillante de D&B. —Ahora tenemos una competencia más grande de la
que preocuparnos.
Daphne levanta una mano. —Lo sé. Es solo que no quiero que te
lleven a dar un paseo. —Pone los ojos en blanco cuando arqueo una
ceja—. Sabes a lo que me refiero. No quiero que se aprovechen de ti. Es
un dulce hijo de p…, y malditamente bonito, y tú eres hermosa y
definitivamente apta para la cama. Quiero asegurarme de que no te esté
usando para obtener lo que quiere además de los orgasmos. Hubo
orgasmos, ¿verdad?
—Varios. —Sonrío—. No creo que me esté utilizando. Quiero decir,
ayer me presentó a su familia.
—¿En serio?
—Sip. Fuimos a comer galletas de Año Nuevo a la casa de su abuelo
y conocí a sus hermanos y sus parejas. Los chicos no suelen hacer la
introducción familiar cuando eres su plan de rebote.
—Eso es verdad. —Daphne se apoya en el mostrador—. ¿Entonces
esto es algo real?
Me encojo de hombros. —Creo que sí. Me presentó como su novia.
—Oh, guau. Debes haber sido increíble en la cama. —Rodea la
vitrina de pastelitos—. Tienes que contármelo todo mientras tomas un
café. Necesito detalles.

Espero que el negocio baje un poco el ritmo después de Año Nuevo,


especialmente con la apertura de Dick & Bobby al otro lado de la calle.
Enero puede ser un mes lento para las empresas, ya que todos ajustan
sus bolsillos gracias a las grandes facturas de tarjetas de crédito que
gastan después de las vacaciones.
Lo que no espero es que B&B sea prácticamente una ciudad
fantasma, excepto cuando Ronan y yo tenemos nuestros eventos
184 conjuntos. Antes apenas sobrevivía, y ahora me estoy adentrando en un
terreno peligroso, recurriendo cada vez más al depósito abierto para llegar
a fin de mes.
Incluso la atención que logramos atraer en la fiesta de Año Nuevo
en las redes sociales no amortigua el impacto de la apertura de D&B al
otro lado de la calle. La gran prensa de Tori Taylor y el hecho de que tanto
The Knight Cap como B&B hayan llegado a los diez mejores bares no
parecen ayudarme a mantener la cabeza fuera del agua.
Estoy aterrorizada porque Tori Taylor está planeando su viaje a
Seattle este mes, y ahora más que nunca necesito que el negocio mejore.
Para combatirlo, Ronan y yo coordinamos más eventos conjuntos
con ofertas y promociones para ayudar a atraer a los estudiantes
universitarios. Intento ocultar mi desesperación o que Ronan no se dé
cuenta de lo mal que se están poniendo las cosas. Sé que también está
sintiendo el apuro, pero no creo que sea tan grave para él como para mí,
ya que The Knight Cap tiene una larga trayectoria y solo tiene que
recuperar los costos de renovación.
Es jueves por la mañana y hoy tengo una noche de preguntas y
respuestas, seguida de un karaoke en el bar de Ronan. Nuestros dúos se
han convertido en algo habitual en los últimos meses, y hemos empezado
a permitir que los clientes pidan canciones. Creo que es un evento
inteligente con la llegada de Tori a la ciudad porque siempre genera
toneladas de mensajes y mucha interacción en las redes sociales antes y
después.
Son solo las nueve de la mañana cuando llega Ronan, mucho antes
de lo habitual para él, incluso en una noche de eventos. —Oye, ¿tienes
un minuto? Necesito mostrarte algo al lado.
—Seguro, ¿todo bien?
—Oh, sí, solo quiero que compruebes algo.
Dejo a Callie a cargo y sigo a Ronan al The Knight Cap.
Me acompaña por el pasillo hasta su oficina. —Aquí.
Entro, esperando que haya algún tipo de sorpresa, pero parece la
misma oficina vieja que necesita una renovación. —Bueno. ¿Qué necesito
comprobar?
Me doy la vuelta y él me toma la cara entre las manos, me echa la
cabeza hacia atrás y acerca su boca a la mía. Jadeo de sorpresa, pero me
sumerjo en el beso.
Su mano se desliza por mi costado y se curva alrededor de mi
trasero, sobre mi vestido, y me acerca más, oprimiendo su erección
contra mi estómago.
Lucho contra un gemido, no queriendo que nadie sepa que hay
cosas no relacionadas con los negocios detrás de la puerta de la oficina
de Ronan. Su otra mano deja mi mejilla y su vieja y muy chirriante silla
rodante golpea la pared. Unos segundos después me recoge y me deposita
185 sobre el escritorio.
—¿Qué estás haciendo?
—Recreando la fantasía que he tenido desde Año Nuevo. —Su mano
izquierda acaricia por debajo de mi vestido, hasta mi muslo.
Tengo que juntar mis rodillas para que no se separen
automáticamente para él. —Alguien oirá.
—No lo harán.
—No puedo estar tan callada y tú no puedes evitar decir cosas
sucias. —Me gustaría decir que puedo morderme la lengua, o su camisa,
o algo, pero sea cual sea su plan, no hay forma de que pueda mantener
la boca cerrada, y yo tampoco.
Me da una sonrisa de satisfacción y complicidad. —Estamos solos.
No hay nadie más aquí.
—¿Nadie?
—Nadie. Llegué temprano a propósito. —Desliza la otra mano por
debajo de mi falda y sube por mi muslo.
—¿Así que planeaste esto?
—Solo después de despertar por séptimo día consecutivo del mismo
maldito sueño.
—¿De qué fue? —Levanto mi trasero, permitiéndole bajar mis
bragas. Ayudo quitando mi crinolina.
—Una repetición del Año Nuevo, pero en mi escritorio. —Arroja mis
bragas y crinolina en su silla y cae de rodillas, cumpliendo esa repetición
de la actuación de principio a fin.

Cuando abro la puerta de su oficina, estoy un poco sudorosa y


definitivamente sonrojada, pero oh, tan saciada. Accidentalmente pateo
algo en el suelo.
—¿Qué es eso? —Ronan me agarra por las caderas para evitar
golpearme, ya que choca conmigo por detrás cuando me inclino para
recuperarlo.
Lo sostengo para que lo vea. —¿Ambientador?
—Qué raro. No recuerdo haber dejado eso en el pasillo, pero
claramente ando despistado. Oooh, y es de aroma navideño. —Suelta una
rociada en su oficina. Huele a rollitos de canela. Quizás sea una buena
idea ya que ayuda a cubrir el látex y el sexo.
Me acompaña por el pasillo y me detengo abruptamente cuando
veo a Lars detrás de la barra, cortando rodajas de limón. Ronan me choca
186 por detrás. —¡Oh, hola! —Mi voz tiene ese tono alto asociado con la
sorpresa y la vergüenza.
Hace una pausa en su corte para inclinar su barbilla en nuestra
dirección. —Hola.
—¿Lars? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —Ronan suena más molesto
que avergonzado.
—Lo suficiente. —Una amplia sonrisa se extiende por su rostro.
—Oh, Dios mío —murmuro en tanto Ronan me acompaña por el
pasillo hacia la entrada trasera.
Una vez que estamos fuera del alcance auditivo, me doy la vuelta.
—Me escuchó.
—Nos. Nos escuchó. —Se frota la mandíbula.
Lanzo mis manos al aire. —Creí que dijiste que estábamos solos.
—Así era. —Mira el reloj en su muñeca—. Parece que nos dejamos
llevar por los juegos previos.
Giro su brazo para poder ver la hora. —¡Son las diez! ¡Estuvimos
allí una hora!
Se encoge de hombros. —Tenía hambre y tú no parecías tener
prisa.
Golpeo su pecho. —¡No es gracioso! ¿Y si hubiera sido el abuelo y
no Lars?
—Estos días, el abuelo no sale de casa antes de las once.
—No es el maldito punto, y lo sabes.
—Nena, relájate. A Lars no le importa; y no fue el abuelo, así que
estamos bien.
—¡Pero probablemente me escuchó venirme y decir... cosas!
—Estoy seguro de que no apretó la oreja contra la puerta. A lo
mucho pasó, escuchó algo de ruido, se puso descarado con el aerosol y
se mantuvo alejado.
—No puedes saber eso.
—Bueno, más vale que eso sea lo que hizo. Mira, lo siento. La
próxima vez esperaremos hasta después del cierre antes de ponernos
raros en mi oficina.
—¿Qué te hace pensar que habrá una próxima vez?
Arquea una ceja y sonríe. —Porque te encantó eso tanto como a mí.
No respondo a eso, porque tiene razón; Me encantó. —Tengo que
volver. Callie de seguro se está preguntando dónde estoy. —Me doy la
vuelta para alejarme, pero Ronan me agarra del brazo.
—Oye. No te vayas enojada. —Me atrae para un abrazo y presiona
sus labios contra mi sien.
187 —Estoy avergonzada, no enojada —murmuro contra su pecho.
—Me encanta el sonido de tus orgasmos —murmura en mi oído—.
Me encanta cómo gimes mi nombre. Amo que no te quedes callada sobre
lo que te hace sentir bien. Es sexy como el infierno.
—Y ahora realmente me voy. Podemos hablar más tarde de eso.
Cuando no estemos en el trabajo y tengamos que trabajar el resto del día.
Me aprieta la cadera y me suelta. Me quedo afuera en la fría
mañana de enero durante un par de minutos para permitir que el sudor
se seque y el calor en mi cara se calme antes de regresar y disculparme
por tomarme tanto tiempo. No es que me arrepienta tanto.

A medida que enero avanza, hago todo lo que puedo para atraer a
más clientes (pastelitos nuevos y divertidos, despedidas de soltera, clases
de decoración de pastelitos por las tardes), pero todavía lucho por
competir contra los precios súper baratos de D&B y su inagotable dinero
de marketing. Me las arreglo para encontrar una gran pastelera a tiempo
parcial que me ayude a aliviar parte de la presión sobre mi tiempo y mis
exigencias. Desde el punto de vista económico, será un poco difícil
durante un tiempo, pero no puedo gestionar un negocio sin dormir.
Por el lado negativo, contratar a una nueva pastelera significa que
tengo que encontrar una manera de reducir otros gastos. Termino
reduciendo el horario de Callie. Es el comienzo de un nuevo semestre y
la carga de trabajo es pesada, así que no está desconsolada por eso, pero
sigue sin estar del todo bien.
La nueva pastelera a tiempo parcial es estupenda para ayudar a
abrir la tienda, pero la reducción de las horas de Callie significa que estoy
trabajando tanto como antes. Ha habido algunas ocasiones en las que he
podido disfrutar durmiendo más allá de las cinco de la mañana,
normalmente con Ronan, pero si el negocio no repunta pronto, voy a tener
que poner fin a eso.
La única gracia salvadora parecen ser nuestros eventos
organizados en conjunto. Estoy agradecida de que Tori planee su visita
alrededor de uno de esos eventos, porque tienden a ser las noches más
concurridas. Siempre hace que su aparición sea una sorpresa, pero
basándonos en sus visitas anteriores durante la semana pasada, Ronan
y yo predijimos que vendría esta semana, y teníamos razón.
Ella se detiene durante una de mis noches de comedia y las bandas
en vivo de Ronan. Por supuesto, esa mañana recibo una llamada del
mejor de los tres comediantes diciendo que tiene gripe y que no hay forma
que pueda subir al escenario sin un balde y un inodoro. Estaba
preparada para presentar solo los dos comediantes, pero Lars dijo que
188 tenía un amigo que era gracioso y al que le encantaría la oportunidad.
Su amigo era atractivo, lo cual era una ventaja, y tenía muchos
seguidores en las redes sociales, así que me arriesgué, barajando los
actos para que él pudiera ir último. Resultó que su cara bonita fue lo
único agradable de su actuación. Era más un humor de chico de
fraternidad que algo que mi clientela pudiera encontrar divertido, así que
se encontró con algunas risas vergonzosamente penosas y no mucho
más.
Para empeorar las cosas, Tori tiene el placer de presenciarlo de
primera mano. Si hubiera aparecido al principio, cuando todos lloraban
de risa, hubiera hecho que el acto final pareciera un poco menos horrible,
pero como se perdió la mejor parte, le quitó el brillo a la noche. Tori se
queda a tomar una copa y prueba los pastelitos, expresando cuánto ama
la decoración y el concepto.
Por supuesto, ha hecho sus deberes, preguntando por mi familia y
por qué elegí salir por mi cuenta con un ambiente local discreto en lugar
de atender a celebridades. Le explico que mi corazón está en hornear y
que quería tener la oportunidad de demostrar mi valía, lo que parece
apreciar.
Se dirige a The Knight Cap mientras yo cierro. Me siento
desanimada. Sé que B&B es un gran lugar con un ambiente increíble y,
por lo general, mi entretenimiento es de primera categoría. Esta noche
estábamos llenos, no había asiento vacío en la casa, pero si soy honesta
conmigo misma, The Knight Cap tiene algo especial, más allá del
lanzamiento del hacha, que odio admitir que es muy divertido.
Una noche, cuando me quedé para ayudarlo detrás de la barra
durante un evento organizado en conjunto, Ronan me convenció que me
pusiera las botas con punta de acero y lo intentara.
Ver a Ronan demostrando cómo lanzar y luego meterse en mi
espacio personal para corregir lo que hacía se convirtió en su propio tipo
de juego previo. Cada vez que daba en el blanco, me elogiaba, y si fallaba,
intervenía y me daba consejos que consistían principalmente en ajustar
mi postura. Al cabo de un tiempo, empecé a fallar a propósito, y al final
se dio cuenta. Aquella noche terminé apoyada contra la pared, con las
piernas rodeando su cintura, mientras él gemía sobre lo sexy que me veía
blandiendo un hacha. Obviamente, ahora estoy un poco enamorada de
todo esto.
Es difícil competir con el increíble carisma de Ronan, sin
mencionar la historia y el romance relacionados con The Knight Cap.
Y Tori ciertamente no es inmune, teniendo en cuenta la mirada
soñadora que apareció en su rostro cuando mencionó a Ronan. Me siento
totalmente identificada, porque es la misma que llevo todo el tiempo a su
alrededor. Termino de limpiar, envío a mis ayudantes a casa y me aseguro
que todo esté preparado para la mañana. En el silencio que sigue, echo
un vistazo rápido a los libros. No estoy del todo segura de cuál es el
189 objetivo, puesto que ya sé que estoy haciendo equilibrios en una línea
muy fina estos días.
Aún más desanimada, cierro y me dirijo a The Knight Cap para ver
cómo va la noche de Ronan. Por supuesto, la banda está en su mejor
momento y la multitud se está volviendo loca. Veo a Tori junto a la barra,
charlando con Ronan. De vez en cuando, echa la cabeza hacia atrás y se
ríe de algo que él dice.
Tori es una mujer perfecta y deslumbrante. Está lista para la
cámara y es una emprendedora exitosa que viaja por el mundo. Es
inteligente, experta y hermosa. Sí, tiene un novio deportista de alto perfil,
pero últimamente circulaban algunos rumores sobre problemas en el
paraíso, y Ronan es un galán profesional. Puede que sea inofensivo, pero
estoy un poco sensible después de cómo ha transcurrido mi noche.
Lars aparece a mi lado de la nada y me da un chupito. —Tienes
que dejar de intentar matarla con tu mirada de rayo láser.
—¿Eh?
—Tori. Parece que quieres destruirla. No está coqueteando. Él solo
está charlando y realmente es indiferente. —Lars sonríe.
—Sé que no coquetea. —Dejo el trago en la mesa.
—Sin embargo, tu tranquilidad es nula. Quiero decir, sé que
ustedes dos lo tienen mal el uno por el otro, pero no me di cuenta de que
era hasta este punto.
—No sé de qué estás hablando. —Me estoy preparando
mentalmente para ir y saludar sin también decir o hacer algo estúpido.
Quiero decirle a Lars que su amigo el comediante es una mierda, pero me
imagino que no tengo el ánimo para no ser una idiota total al respecto,
así que decido dejar eso para más tarde.
Lars resopla y me entrega un cóctel. No sé dónde guarda los
cócteles o los tragos, pero no voy a rechazarlos. —Lo que digas, Blaire.
Dale unos minutos más antes de ir allí y hacer tu reclamo. Sé que están
juntos y esas cosas, pero no los sabotearía, así que deberías extender la
misma cortesía.
—¡No sabotearía a Ronan! —digo, indignada.
—No intencionalmente, pero tienes esa mirada en tus ojos, como si
quisieras pelear con ella. Y creo que es parte de la naturaleza humana
proteger lo que es tuyo.
—Eso es bastante perspicaz. Aunque, en realidad nunca he estado
en una pelea, y no quiero entrar en una con la persona que tiene el
potencial de ayudar a poner mi negocio o el de Ronan en el mapa.
—No quiero decir que realmente pelearías con ella. Creo que es más
probable que hagas o digas algo que pueda arruinar tus posibilidades
cuando te sientes tan territorial, así que es mejor que te quedes conmigo
hasta que ella se vaya. —Pone su brazo sobre mi hombro y lo aprieta—.
190 Él va a casa contigo, y eso es lo único que debería importar.
Tori no parece tener apuro en irse, y yo estoy cansada y
malhumorada, así que decido que irme a casa es una mejor opción que
contagiar mi mal humor a Ronan cuando está claro que esta noche está
en las nubes.
—Me voy.
—¿Quieres que le dé un mensaje a Ronan?
—Está bien. Le enviaré un texto diciéndole que lo veré mañana.
—¿Estás bien para conducir?
—Solo tomé ese trago, y como tres sorbos de este. —Le paso mi
cóctel casi completo.
—¿Estás segura de que quieres irte?
—Necesita que su enfoque esté donde está, y no quiero ser la novia
pegajosa.
Salgo por la puerta principal en lugar de atravesar el bar y usar la
entrada de servicio, principalmente para que Ronan no me vea. Entiendo
lo que decía Daphne cuando empecé a acostarme con mi competencia y
cómo complicaría las cosas. No se equivocaba. No quiero que pierda, pero
también quiero ganar. Es un lugar extraño para estar, y en este momento
realmente podría usar la prensa positiva para ayudar a impulsar el
negocio.
Cuando llego a casa le envío un mensaje, diciéndole que me he
pasado por allí, pero que él y Tori estaban hablando y no quería
interrumpir, así que lo veré mañana. Le pongo un par de emojis con cara
de beso para que parezca alegre y no una novia celosa, o deprimida,
cuando en realidad soy ambas cosas.
Me pongo una cómoda camisa de dormir, preparo mi vestido para
mañana y decido que ya he tenido suficiente por hoy. Me lavo los dientes,
tomo un vaso de agua y me meto en la cama. Acabo de apagar la luz
cuando suena mi teléfono, no con un mensaje, sino con una llamada, de
Ronan.
Me planteo dejar que salte al buzón de voz, pero decido que eso
sería una patraña. No es su culpa que mi última actuación no fuera
buena y su banda sí. O que sea ridículamente atractivo y encantador y
las mujeres se vuelvan locas por él. Incluyéndome.
Acepto la llamada. —Hola.
—Hola, tú. Te marchaste sin despedirte. Pensé que volvería a tu
casa. —No hay acusación en su voz, solo una pizca de decepción.
—Estabas ocupado con Tori, y no quería interrumpir.
Se queda en silencio por un momento. —¿Todo bien?
—Sí, solo cansada después de un largo día. —Es más una omisión
191 que una mentira.
—¿Me niegas la invitación esta noche? —Y ahora el dolor acompaña
a la decepción.
Debería darme la noche, especialmente con mi estado de ánimo,
pero me siento egoísta y necesitada. —Por supuesto que no, siempre me
encanta tenerte en mi cama. Dejaré la puerta abierta para que puedas
entrar.
—Estaré allí en quince.
Todavía estoy mirando al techo, ya no estoy tan exhausta como
cuando me deslicé entre las sábanas. Sé que mañana estaré cansada
como resultado, pero mi cerebro está demasiado ocupado para calmarse.
Cuando la puerta de mi habitación cruje al abrirse, enciendo la
lámpara junto a mi cama y susurro—: Hola.
—Hola, tú. —Observo cómo Ronan se quita los calzoncillos, el calor
se extiende por mis extremidades a medida que el cansancio residual se
desvanece, reemplazado por el deseo. Tan pronto como se une a mí en la
cama, acerco su boca a la mía y me pierdo en él.
Media hora más tarde estoy acurrucada en su costado, mi cabeza
descansando en su hombro, las yemas de mis dedos trazan las ramas de
los árboles que trepan por su hombro y se transforman en pájaros que
emprenden el vuelo. Es un tatuaje precioso e intrincado.
—La banda estuvo genial esta noche —digo en voz baja.
—Estuvieron fantásticos. Quedé impresionado. ¿Cómo estuvo el
resto de la noche de comedia? —Se detuvo durante el primer acto, cuando
todos se reían a carcajadas.
—Comenzó muy bien, se apagó al final.
—Oh no, lo siento, nena. —Presiona sus labios contra mi frente y
levanta mi barbilla—. ¿Qué pasó?
—El último acto fue un fracaso. Debería haberlo cortado en el
segundo cuando Betty canceló, pero pensé que no estaría de más darle
una oportunidad a alguien nuevo. Creo que el hecho de que Tori estuviera
allí puso nervioso al chico y simplemente lo arruinó.
—Quizás no sea tan malo como crees.
—Lo es. O fue. Está bien. Aunque me alegro que tu noche estuviera
bien.
—Yo también, pero no me gusta que la tuya no lo haya hecho. —
Su sinceridad me hace sentir en conflicto. Quiero que tenga éxito, pero
también quiero mi propio éxito.
—Hubiera sido bueno causar una mejor impresión en Tori.
Realmente me vendría bien algo de prensa positiva y más clientes.
—Tu lugar estaba lleno esta noche.

192 —Sí, pero sabes lo silencioso que ha estado cuando no organizamos


eventos. No quiero reducir más las horas de Callie, pero si las cosas
siguen así, es posible que tenga que hacerlo.
Frunce el ceño. —¿Es tan malo?
Retrocedo, sin querer arruinar su estado de ánimo con mi nube
oscura. —Estoy siendo precavida. No puedo permitirme entrar en
números rojos, así que tengo que recortar gastos donde pueda. —Sin
mencionar que he estado haciendo todo lo posible antes de Tori, y eso
significa gastar más de lo que probablemente debería haber hecho.
Permanece en silencio por unos momentos. —Tengo una idea.
—Estoy totalmente a favor de una de tus ideas, porque no se me
ocurre nada.
—¿Por qué no hacemos un evento en la calle?
Ajusto mi posición para poder ver mejor su rostro. —¿A qué te
refieres?
—Bueno, cuando organizamos eventos, nuestros negocios obtienen
mayores ingresos, ¿verdad?
—Definitivamente.
—¿Y si aplicamos el mismo principio a todos los restaurantes y
tiendas de la calle? Podríamos involucrar a todos y tener un gran evento
de fin de semana con un enfoque en las pequeñas empresas. Podríamos
planearlo para San Valentín.
Me animo con la idea. —¿Como un evento de Love Is in the Air10?
—Exacto. Podría ser bueno para todos, y un buen dedo medio para
Dick & Bobby por arruinarlo para el resto.
—¡Me encanta esto! ¡Y San Valentín es mi favorito!
—¿Por qué no estoy sorprendido? —Ronan me coloca el cabello
detrás de la oreja, sonriendo con ironía—. Podemos empezar a hacer
encuestas mañana y ver qué tipo de interés tenemos. Estoy seguro de
que no somos los únicos que hemos sido afectados por D&B, y no hay
manera de que deje que roben tu sueño.
Mi corazón late con fuerza y mis preocupaciones pasan a un
segundo plano, al menos por esta noche, porque sé que estamos juntos
en esto. O al menos eso espero.

193

10 El amor está en el aire, en español.


19
El premio para El Mejor Bar
es para.. .

Traducido por Anna Karol


Corregido por Julie

Resulta que todos los pequeños negocios de la calle se encuentran


interesados en ser parte del evento. Los bares y restaurantes sienten los
194 efectos del D&B y todos están de acuerdo en que la promoción cruzada
no puede hacer daño.
Ronan organiza una reunión en The Knight Cap, donde ideamos
un evento temático de un fin de semana que tendrá lugar a mediados de
febrero, aprovechando las celebraciones de San Valentín. Agradezco que
Renata, mi nueva panadera, se haya adaptado a su papel sin problemas.
Claro que ha habido algunos contratiempos, pero tiene una gran visión y
es una maestra pastelera, así que puedo estar segura de que será capaz
de manejar las demandas que se nos presenten.
A Daphne se le ocurrió la idea de montar una cabina de fotos en el
exterior de Buttercream and Booze para mostrar el evento. Desde la
despedida de soltera ha estado recibiendo un montón de reservas para
bodas, fiestas de compromiso y cumpleaños. Como el día de San Valentín
prospera en el romance y en las parejas, es una gran manera para que
obtenga más visibilidad y conozca nuevos clientes potenciales.
Sin dudas, no hace daño que los periódicos locales y las estaciones
de televisión hayan acogido el evento, lo que nos ayuda a correr la voz. El
negocio ha vuelto a crecer, no como antes de que llegara D&B, pero al
menos no me preocupa tanto tener que recortar más horas de Callie. Al
menos, por ahora.
Unos días antes del evento “El amor está en el aire”, mi teléfono
suena con una alerta sobre un nuevo video del canal de Tori en YouTube.
En las últimas semanas, ha hecho un recorrido por los diez mejores
bares, reduciéndolos a cinco. Vi el que puso el día después de visitar B&B
y The Knight Cap. Tuvo la amabilidad de editar su vídeo para destacar
los pocos momentos divertidos del comediante final (no hubo muchos) y
se centró en el ambiente divertido y fresco, las bebidas y los pastelitos
temáticos, y mi sentido ecléctico del estilo que se reflejaba en el ambiente
del bar.
Considero llamar a Ronan antes de ver el vídeo, pero Daphne está
aquí, montando la cabina de fotos y sacando bonitas fotos para el
próximo espectáculo del día de San Valentín, así que nos agolpamos
alrededor de mi teléfono cuando lo reproduzco.
—¿Lista? —pregunta Daphne.
Asiento y ambas cruzamos los dedos mientras lo reproduzco. Claro
que Tori se toma su tiempo hablando de todos los bares increíbles que
visitó en tanto estaba de gira por el noroeste del Pacífico. —Admito que
fue una competencia dura y que hay algunos bares increíbles por ahí.
Voy a publicar un top diez en mi sitio porque reducirlo fue un gran
desafío, ¡pero hay un bar que se destacó entre los demás! —Hace una
pausa para el efecto—. No es solo la comida o el ambiente lo que hace
que un bar se destaque, es todo el paquete, y mi ganador lo tiene todo.
Un ambiente encantador y hogareño, la más asombrosa selección de
cervezas artesanales, comida deliciosa, entretenimiento fabuloso y un
dueño muy carismático y sexy. —Se abanica teatralmente.
—Él ganó —murmuro y Daphne me aprieta la mano.
195
—The Knight Cap lo tiene todo y más, por lo que se lleva el sello de
aprobación de Tori Taylor y el título de “El mejor bar del Noroeste del
Pacífico”. ¡No puedo esperar a celebrar esta victoria con Ronan Knight!
El vídeo muestra algunos aspectos destacados de su visita a The
Knight Cap. Ronan fue totalmente cautivador, y Tori estuvo encantada
de hablar poéticamente sobre el bar, el ambiente y el magnífico dueño.
—Lo siento mucho, Blaire. Sé lo mucho que querías esto. —Daphne
me pasa el brazo por encima del hombro y me aprieta.
—Gracias. ¿Supongo que al menos si tenía que perder, él es la
única persona con la que no me importa perder? —Es más una pregunta
que otra cosa, porque, aunque estoy feliz por Ronan, estoy decepcionada
por mí.
—Aunque todavía se te permite estar triste. Eres una gran parte de
la razón por la que sus eventos fueron tan exitosos, sobre todo el karaoke,
y tus clientes siempre estaban en su bar después, no al revés.
Tiene razón. Aunque ambos nos beneficiamos, Ronan fue quien
sacó más provecho de nuestro trato, y ahora se beneficia de toda la
promoción extra. —Sin embargo, The Knight Cap tiene una historia y un
legado con el que no puedo competir.
—Y a pesar de eso, lo hiciste increíble. —Graba los comentarios en
los que Tori ha publicado un enlace a sus diez bares favoritos del noroeste
del Pacífico. Buttercream and Booze ha tomado el segundo lugar, justo
debajo de The Knight Cap.
Es una promoción positiva, pero aun así me doy un minuto para
estar decepcionada, especialmente porque estuvimos tan cerca al final, y
si mi último comediante no hubiera apestado, podría haber tenido una
oportunidad. Me recuerdo que no es culpa de Ronan que mi acto original
fuera un fiasco, o que su primo ofreciera un pobre reemplazo. Pero sigue
siendo una mierda.
—Probablemente debería ir a felicitarle.
—Tal vez, pero si necesitas comer un kilo de helado más tarde y
estar triste por ello, soy tu chica, ¿sí?
—Gracias. —Me abraza y me arregla el cabello antes de dejarme ir
a The Knight Cap.
Apenas son las diez y media de la mañana, pero encuentro a Ronan
detrás de la barra, tomando chupitos con Lars.
Su enorme sonrisa se amplía en cuanto me ve, y se dirige a la
televisión encima de la barra con el vlog de Tori en la pantalla. —¡Nena!
¿Lo has visto?
—Sí. Felicitaciones por la victoria. —Me deslizo detrás de la barra
y él me levanta, dándome vueltas.
Cuando me deja en el suelo, le agarro los brazos para evitar caerme.
Su amplia sonrisa vacila. —Lamento que no hayas sido tú.
196 Curvo la palma de mi mano alrededor de su nuca, decidida a no
estropear su victoria. —No te disculpes. Si iba a perder con alguien, me
alegra que seas tú.
Deja caer su cabeza, sus labios encuentran los míos. Sabe a
tequila. —No habría ganado si no fuera por ti. Sin los eventos cohesivos,
no habría tenido ninguna oportunidad. Ojalá hubiera dos ganadores.
—Bueno, eso abarataría el premio. —Aliso mis palmas sobre su
pecho—. ¿Ya lo sabe el abuelo? —Me he acostumbrado a llamar a Henry
así todo el tiempo. Pasa por la cafetería con bastante regularidad para
saludar, y también por pastelitos. Me hace prometer que no le diré a
Ronan sobre su pequeña adicción.
—No. ¿Debería llamarlo? ¿O quizás debería decírselo en persona?
Probablemente en persona, ¿verdad?
—Definitivamente en persona. —Sonrío ante su emoción.
—Sí. Buena decisión. ¿Me vas a acompañar? Quiero que vengas
conmigo. ¿Puedes dejar a Callie a cargo por una hora? —Me besa de
nuevo, haciendo imposible que le responda.
Cuando finalmente se retira, le aseguro que puedo acompañarlo si
es lo que quiere. Vuelvo al B&B para que Callie sepa que está a cargo por
un tiempo.
Ronan se reúne conmigo en la parte trasera y me da sus llaves.
—Estoy demasiado acelerado para conducir.
Me río y me pongo al volante, maravillada por lo suave que es el
viaje comparado con mi todoterreno. Lleva veinte minutos llegar a la casa
del abuelo, y Ronan habla a un kilómetro por minuto, su excitación es
contagiosa y adorable. —Deberíamos hacer una fiesta para celebrarlo,
¿no? ¿Crees que esta noche es demasiado pronto? ¿Podemos sacar algo
en las redes sociales tan rápido, o debería ser mañana? ¿Es demasiado
cerca del evento en la calle? —Golpea el reposabrazos, haciendo una
pausa solo lo suficiente para respirar—. Tal vez debería ser una cosa del
personal, ya sabes, ¿para mostrar mi agradecimiento por todo su duro
trabajo para ayudar a que esto suceda? ¡Oh! Debería llamar a la banda y
decírselo. ¡Si no están ocupados, podrían tocar esta noche!
—Creo que podemos hacer una fiesta juntos esta noche, siempre y
cuando no busques un catering, y podemos mantenerla durante el fin de
semana como una celebración de la victoria.
—¿Crees que Daphne estaría interesada en sacar fotos? —me
pregunta—. Estaría encantado de pagarle.
—Tan pronto como lleguemos a la casa del abuelo le enviaré un
mensaje y veré si está disponible. Y creo que puedes hacer una fiesta
aparte para reconocer lo mucho que los aprecias después del evento de
este fin de semana. Podrías incluso cerrar el bar al público una noche y
tener todo el catering. Y sí, definitivamente llama a la banda y mira si
están disponibles.
197 —No sé cómo habría hecho todo esto sin ti. —Me aprieta la mano y
se lleva el teléfono a la oreja.
Cuando llegamos a casa del abuelo, Ronan ya ha contratado a la
banda para esta noche. No es una locura, ya que los contrataron para
todo el evento del fin de semana. Le envío un mensaje a Daphne y, antes
que lleguemos a la puerta, ya ha accedido a hacer fotos, pero insiste en
que no necesita que le paguen. No estoy segura que Ronan la deje salirse
con la suya, pero Daphne siempre ha sido excesivamente generosa, así
que quizá tenga que encontrar otra forma de compensarla, como cerveza
y comida gratis. Llama a la puerta antes de entrar con la llave. El zumbido
de la televisión se filtra hasta el vestíbulo.
—¿Abuelo?
—¿Ronan? ¿Qué haces aquí a esta hora de la mañana?
—Tengo noticias emocionantes —dice.
—¡Estoy en el salón viendo The Price Is Right!
Ronan levanta un dedo y deja caer su voz. —Dame un segundo. A
veces le gusta holgazanear en calzoncillos y no es una vista bonita.
—Esperaré.
Se asoma por la esquina y me da un pulgar hacia arriba, así que lo
sigo a la sala de estar.
La mirada del abuelo rebota de Ronan a mí y de vuelta. —¡Oh,
alabado sea el Señor! —Hace la señal de la cruz—. Ya escuchaste mis
plegarias, Dottie. Por fin está pasando. —Una enorme sonrisa se dibuja
en su cara—. ¡Te vas a casar!
—Eh. —Ronan y yo intercambiamos miradas interrogantes—. No,
abuelo, no vamos a casarnos.
La expresión del abuelo se desploma. —¿No?
—Solo hemos estado saliendo por un par de meses.
—Cuando lo sabes, lo sabes. —Los ojos del abuelo se redondean de
nuevo y luego se estrechan—. Será mejor que no hayas embarazado a
Blaire o te daré una paliza, chico.
—Bueno, primero de todo, no le patearás el culo a nadie, y mucho
menos el mío, y segundo, no, no he dejado embarazada a Blaire.
—Oh. —Se desploma de nuevo en su silla—. Bueno, sea cual sea
la noticia, no puede ser tan genial, ¿verdad?
—¿Hace dos segundos estabas listo para darme una paliza por
haber dejado embarazada a Blaire y ahora estás decepcionado de que no
lo haya hecho? —Ronan suena divertido.
—Me imagino que, si la dejaste embarazada, entonces tendrías que
hacer lo más noble y casarte con ella.
—Bueno, podría si no fuera el siglo XXI. Todo el tiempo la gente
198 tiene hijos sin casarse. —Se vuelve hacia mí—. No es que no quiera
casarme o tener hijos. Es solo que no esperaría que de repente quisieras
casarte si te dejara embarazada accidentalmente.
—Eso es razonable.
—¿Quieres casarte y tener hijos?
—¿Ahora? No. Pero en el futuro no me opondría, cuando el
momento sea oportuno. Aunque podemos hablar de esto más tarde.
Dentro de unos meses, por ejemplo. —Pongo una mano en su brazo e
inclino mi cabeza hacia Henry, que sonríe alegremente.
—Oh, claro, sí. —Ronan se aclara la garganta—. ¿Recuerdas la
YouTuber de la que te hablé?
—¿La señora de las pestañas muy largas que hace todos los vídeos
que no son del tipo sucio?
Lucho contra una risa.
—La misma —confirma Ronan—. Bueno, vino a Seattle hace un par
de semanas.
—Así es, lo recuerdo.
—Y pasó por The Knight Cap.
—No va a usar mi bar para hacer videos sucios.
—Abuelo, ya aclaramos que no hace videos sucios. Ella nombró a
The Knight Cap como El Mejor Bar del Noroeste del Pacífico. Va a
aparecer en su canal de YouTube, y se ha asociado con Food and Drink
y The Seattle Morning Show, así que también nos presentarán. ¡Lo
hicimos, abuelo! Hemos vuelto a poner en pie al bar, y esto lo mantendrá
en pie.
Henry dobla el reposapiés de su La-Z-Boy y lentamente se pone de
pie. Cojea y jala a Ronan a un abrazo. —Estoy tan orgulloso de ti. —Le
golpea en la espalda un par de veces antes de agarrarlo por los brazos,
con los ojos llorosos, la sonrisa vacilante—. Dottie también lo estaría si
estuviera aquí. Sé que te está mirando desde el cielo con una gran sonrisa
en su cara. Siempre creyó en ti.
—Lo sé.
Le da una palmadita en el pecho a Ronan y se vuelve hacia mí,
acercándome para que le dé un abrazo. —Eres quien lo impulso, de
manera que espero que te haya dicho lo mucho que te aprecia.
Le devuelvo el abrazo, ahogada con todo el asunto, especialmente
porque conozco la historia de Ronan y la de Henry, y lo mucho que este
bar significa para él y esta familia.
Ronan le dice a Henry que planea hacer una fiesta esta noche, y le
encantaría poder tenerlo en el bar para cenar al menos, para celebrarlo.
—¿Estás bromeando? Voy ahora mismo. Esperen unos minutos
mientras me preparo. —Sus zapatillas hacen un sonido silbante a medida
que se arrastra por el pasillo.
199 —No puedo creer que pensara que te embaracé.
No puedo creer que pensara que Ronan me pidió que me casara
con él. —Me gusta que se haya puesto en plan honrado con eso.
—Sí, bueno, creo que el cincuenta por ciento de la razón por la que
no podía esperar a casarse con mi abuela era para poder meterse en sus
pantalones, porque en los sesenta las cosas eran así.
Pongo los ojos en blanco. —Así es como crees que fueron las cosas.
No fue diferente de lo que es ahora. Los adolescentes tenían sexo antes
igual que ahora, solo que ahora es más fácil conseguir anticonceptivos y
los chicos saben que correrse después del sexo no previene el embarazo.
—De acuerdo, tenemos que dejar de hablar de sexo, adolescentes
y embarazo, porque está enviando mensajes contradictorios por debajo
de la cintura y estoy teniendo algún conflicto por eso.
Le miro la entrepierna. —¿Estás excitado?
—No del todo. —Está divertidamente a la defensiva.
Le pincho la parte delantera de los pantalones. —¿Tienes una
semierección?
—Dijiste “sexo” dos veces y “anticonceptivos”, y algunas partes de
mí no se dan cuenta de que no significa ahora mismo.
—Eres ridículo.
—Estoy excitado, por un montón de cosas, una de las cuales es que
mi novia pase la noche conmigo. Dime que puedes conseguir que Callie
abra por ti mañana. Quiero que celebres esta victoria conmigo porque
nunca habría pasado sin ti.
—Hablaré con ella tan pronto como volvamos a The Knight Cap.
—Esta es tanto tu victoria como la mía.
—Esto es tuyo, Ronan. No te sientas mal por estar emocionado.
—Sé lo mucho que esto significaba para ti.
—Y significa mucho para ti, también, y para el abuelo. —Por mucho
que quisiera que la victoria fuera mía, no puedo envidiarle esto a Ronan.
Hay tanto amor aquí. Historia, conexión y familia. Es imposible competir
con esa clase de hermosa historia de fondo—. No se me ocurre una mejor
manera de honrar la memoria de tu abuela.
Henry aparece en el pasillo. —¿Qué les parece? No es demasiado
elegante para la ocasión, ¿verdad? —Tira del dobladillo de su chaqueta
de traje y yo quiero estallar en lágrimas. Como todo lo demás en esta
casa, es un retroceso a los noventa, y es evidente que ha perdido algo de
peso desde que se la puso la última vez.
—Te ves perfecto, abuelo. Vas a dejarlos a todos anonadados —dice
Ronan, con la voz quebrada.
200 Henry me mira y guiña el ojo. —Blaire, necesito la opinión de una
mujer, no de este hípster idiota.
Un sonido mitad risa mitad sollozo burbujea, pero me las arreglo
para tragármelo de nuevo. —Te ves absolutamente apuesto.
—Hace tiempo que no uso este traje, pero pensé que, si alguna vez
había una razón para usar el tartán de la familia, era ésta. —Su sonrisa
es enorme, y mi corazón se derrite por el hombre que intervino y devolvió
la vida al bar de su abuelo.
20
No me dejes esperando
Traducido por Renatte
Corregido por Julie

La celebración de The Knight Cap es fantástica.


Ronan se queda en mi casa después y me mantiene despierta hasta
la madrugada. Reprimo mi resentimiento por su figura pacífica y dormida
tendida sobre mi colchón, perdido para el mundo, yo en cambio camino
201 de puntillas por mi habitación y trato de no tropezarme con nuestra ropa
tirada mientras me preparo para el trabajo.
Solo nos quedan tres días para prepararnos para el evento en la
calle, lo cual significa que tengo muchas cosas de las que ocuparme. Dejo
a Ronan en mi cama, arruinando mi falta de sueño, pero consciente que
es mi maldita culpa quedarme despierta hasta las dos de la mañana y
luego dejar que me persuadiera para tener un maratón de sexo
ligeramente borrachos hasta las cuatro. Mi breve sueño parece
lamentablemente inadecuado en este momento.
Estoy un poco atrasada, así que tengo que apurarme para decorar
los pastelitos de hoy antes de que abra B&B. Agradezco que Callie esté
cerca para ayudar, porque todavía estoy decorándolos cuando se abren
las puertas. La tienda parece llena de clientes matutinos y personas que
recogen pedidos. Ayudo a Callie a controlar las cosas, pero es trágico que
mi cuerpo no tenga cafeína para mantenerme alerta. Sin embargo, no
puedo decir que me decepcione la cantidad de clientes que tenemos.
Últimamente, hay más concurrencia que nunca, posiblemente debido al
anuncio del ganador de El mejor bar y de la lista de los diez mejores que
Tori publicó después.
Una vez que pasamos el ajetreo inicial, se calma hasta el almuerzo,
lo que significa que puedo comenzar a abordar la preparación del evento
y las once millones de preguntas que vienen con ella. Espero que Ronan
pase a saludar, consiga su dosis de pastelitos y repase las cosas de último
minuto que tenemos que poner en orden para el sábado. Excepto que eso
no sucede.
Me acerco a The Knight Cap después de que la fiebre del almuerzo
se acaba, con la esperanza de encontrar a Ronan, pero no está allí. Lars
llegará hasta el turno de la noche y Lana, una de los otros camareros, no
parece saber dónde está Ronan o cuándo llegará.
Le envío un mensaje en donde le pregunto a qué hora vendrá y
cuándo tendremos tiempo de repasar cualquier emergencia de último
momento. Dos horas y otra ola de clientes más tarde, aún no ha
respondido, así que empiezo a responder preguntas por mi cuenta.
Son casi las cuatro de la tarde cuando llega, parece lucir mucho
más alegre y descansado de lo que yo me siento. —Hola, cariño. —Se
inclina sobre el mostrador y me besa en la mejilla. Pasa un pulgar por el
hueco debajo de mi ojo—. Siento no haberte dejado dormir temprano. ¿Te
encuentras bien?
Lucho contra esa sensación de derretirme que siempre tengo
cuando me toca y me recuerdo a mí misma que estoy un poco molesta de
que el día ya casi haya terminado y él haya estado desaparecido. —Estoy
bien. ¿Dónde has estado?
—Oh, ya sabes, corriendo, recogiendo cosas para el fin de semana.
—¿Viste mi mensaje?
—¿Eh?
202 —Te envié un mensaje hace horas. —Puedo sentir que mi irritación
aumenta por su expresión menos que arrepentida.
—¿De verdad? Creo que no me llegó. ¿Qué pasa? ¿Qué necesitas?
Parpadeo hacia él, tratando de averiguar por qué de repente está
tan... apagado. ¿Preocupado? No sé qué es, pero lo encuentro frustrante.
—Tenemos un evento en dos días. Me vendría bien un poco de ayuda
para responder preguntas de todas las demás empresas locales y
coordinar con ellas, pero no te encontraba por ninguna parte.
Parece darse cuenta que estoy molesta. —Lo lamento. No era mi
intención dejarte esperando. Me ocupaba de las cosas de último
momento. ¿Quién necesita respuestas a sus preguntas?
—Nadie más, por ahora.
—Fantástico. Siempre eres tan organizada. Esto irá viento en popa
hasta el sábado. —Se palmea el bolsillo cuando su teléfono comienza a
sonar. Comprueba la pantalla—. Tengo que atender esto. Pasaré por aquí
más tarde. —Me besa en la mejilla de nuevo, agarra el pastelito que le
preparé, como la tonta que soy, y desaparece por la puerta principal con
el teléfono en la oreja.
Sin embargo, no viene más tarde. Y cuando vuelvo a pasar por The
Knight Cap para ver si está cerca para repasar los detalles, descubro que
se fue hace un par de horas para encargarse de algunas cosas, según
Lars.
—¿Sabes cuándo volverá? —Ya son más de las nueve y he estado
fuera todo el día. Apenas funciono con el sueño limitado que tuve anoche.
Lars se encoge de hombros. —No sé. Se fue con bastante prisa y
dijo que intentaría regresar antes de cerrar.
—¿Lo intentaría? —repito—. ¿Qué diablos podría estar haciendo a
esta hora de la noche?
Lars me lanza una mirada de disculpa. —Sinceramente, no lo sé.
Ha estado encerrado en su oficina la mayor parte del día y, cuando sale,
se queda unos minutos antes de tener que atender otra llamada.
¿Quieres que le diga que pasaste por aquí?
Le hago un ademán con la mano, sintiéndome patética y muy
molesta. —No. No te molestes. Solo hablaré con él mañana. Estoy agotada
y necesito dormir esta noche.
—Las celebraciones se prolongaron hasta altas horas de la
madrugada, ¿eh? —Levanta la barbilla y asiente con complicidad.
No me molesto en responder. Estoy segura que mi expresión lo dice
todo.
—¿No eres una fiera? Toda dulce, bonita, educada y remilgada en
la superficie, pero ¿dejas algunas marcas cuando realmente te sueltas?
—Él arquea una ceja en cuestión.
203 Lo miro mientras mi cara se vuelve del mismo color que el rojo de
su camisa a cuadros. Hubo algunas marcas de rasguños en la espalda
de Ronan anoche y la marca de mi mano en su trasero al golpearlo,
diciéndole que fuera más fuerte. La marca de la mano probablemente
desapareció por la mañana, pero estoy segura de que los rasguños aún
los tiene. —¿Qué diablos te ha estado diciendo?
La sonrisa de Lars se ensancha. —Absolutamente nada. Ronan no
podría ser más reservado si lo intentara. Fue solo una suposición de mi
parte, y obviamente tenía razón. Ronan es un idiota afortunado.
Me río sin saber cómo se las arregló para convertir eso en un
cumplido. —Te veré mañana.
Considero enviarle un mensaje de texto a Ronan cuando llegue a
casa, pero me imagino que es su turno de comunicarse. Me pongo ropa
cómoda, pero ni siquiera logro lavarme la cara o quitarme el maquillaje
antes de desmayarme. Encima de mis mantas.

A la mañana siguiente estoy un poco más descansada y me siento


menos como basura y más medio humana. Recibo un mensaje de Ronan
en el que me dice que lamenta haberme dejado anoche, pero que me
compensará. Viene seguido de muchos emojis, incluyendo berenjenas, la
cosa de la lengua jadeante y un montón de símbolos de manos que
indican lo que puede estar planeando hacer con ellos.
Normalmente creo que es lindo. Pero esta mañana no. Decido no
responder enseguida porque me inclino a decir algo sarcástico y poco
amigable en mi actual estado de mal humor. Claramente, el sueño no fue
suficiente.
Resulta que no me encuentro con Ronan.
Porque no está en The Knight Cap. Su vehículo no se encuentra en
el estacionamiento y no ha estado allí en todo el día. Puedo o no haber
mirado afuera cada hora para comprobarlo.
—De acuerdo, ¿cuál es el problema? —pregunta Daphne cuando
regreso al pasillo después de revisar por séptima millonésima vez si
Ronan está aquí—. No sé qué pasa, pero tal vez necesites un pastelito y
algo de Diazepam para relajarte.
—Estoy totalmente relajada —digo bruscamente.
Me agarra del codo y me conduce hacia la oficina.
—¿Qué haces?
—Evito una escena. Entra. —Me empuja dentro y cierra la puerta
detrás de ella, dejándome encerrada.
204 Lanzo mis brazos al aire. —¡No tengo tiempo para esto! ¡Hay
demasiadas cosas que hacer!
—Respira, Blaire. Estamos noventa y cinco por ciento listos para
mañana. Son solo cositas de las que hay que ocuparse. Las redes sociales
son virales y la gente está emocionada. Pero asustas a la pobre Callie por
la forma en que le gritas cada vez que te hace una pregunta.
—¡No la asusto! —Cierro los ojos y me froto la sien—. Lo siento.
Estoy simplemente... abrumada y pensé que recibiría ayuda de Ronan,
pero no está por ningún lado y dejó que hiciera todo yo.
—¿No ha estado aquí?
—No. No ha estado en todo el día y no estuvo ayer.
El tono de Daphne se suaviza. —¿Pero sabes dónde está?
—Haciendo recados, al parecer. La última vez que lo vi por más de
cinco segundos fue hace dos noches cuando se quedó en mi casa después
de enterarse de que ganó el premio al mejor bar. —Paseo por mi pequeña
oficina. Sin embargo, no es tan grande para un ritmo eficaz y enojado,
así que me veo obligada a dar la vuelta después de dos pasos y luego
choco con Daphne.
—¿Qué pasa si me está utilizando como un medio para un fin? ¿Y
si fue conveniente follar con la chica que es súper organizada y le encanta
tomar el control de los eventos? ¿Qué pasaría si él estuviera matando dos
pájaros de un tiro y disfrutándolo?
—Estoy bastante segura que él ha estado matando dos pájaros de
un tiro y disfrutándolo también —murmura Daphne.
—Esto no es una broma. ¡Ha estado quién sabe dónde los últimos
dos días y he tenido que manejar todo! Con tu ayuda, obviamente, y la
de Callie y el personal de Ronan, pero se supone que él debe estar aquí e
involucrarse, pero no es así.
—¿Has intentado preguntarle dónde ha estado y qué hace?
—Bueno, tendría que responder a sus malditos mensajes para que
pudiera confirmarlo. Y ahora que ganó la competencia y el bar de su
abuelo está triunfando, probablemente seguirá adelante y abrirá esa
fábrica de cerveza, y ese será nuestro fin.
Daphne arquea una ceja. —Tienes un humor bastante fatalista.
—Soy realista. Piénsalo. Primero todas las bromas, el secuestro de
mi gran inauguración, la maldita bomba de brillantina. Y luego tenemos
una tregua cuando D&B abre y comenzamos a organizar todos estos
eventos juntos. Le benefician más que a mí. Y estuvo esa vez que una de
las personas de Tori vino a analizar las cosas. Fue la misma mañana que
Ronan me convenció de quedarme en su casa para desayunar.
—Eso parece una coincidencia bastante desafortunada —comenta
Daphne.
205 —Excepto que llegó al trabajo a tiempo para reunirse con la gente
de Tori y conquistarlos con su encanto y carisma. —Lanzo mis manos al
aire—. ¡Qué hay de la vez que lo encontré haciendo capuchinos, solo que
la puta máquina dejó de funcionar mientras él estaba allí! Si no hubiera
tenido a alguien que la arreglara, habría estado en un gran aprieto en
una noche muy ajetreada.
—No sabía nada de eso. —Daphne se muerde el labio inferior.
—La arreglaron, pero fue caro, luego todo estuvo bien y me olvidé
de eso. Pero luego Lars me da el nombre de un comediante de mierda la
misma noche en que aparece Tori. ¿Qué pasa si Ronan me ha distraído
con sus excepcionales habilidades en el dormitorio y todo el tiempo me
ha estado saboteando? ¿Recuerdas la locura que solía ser el negocio de
los camiones de comida? La gente acuchillaba neumáticos todo el tiempo,
peleaba por qué área se les permitía estacionar. Era desagradable. Quizás
solo se ha acostado conmigo para poder ganar esta maldita cosa y
conseguir lo que quiere, ¡que es su fábrica de cerveza!
—Eso sería algo bastante calculado, algo sociópata, ¿no crees? —
Daphne suena menos como la voz de la razón y más como si estuviera
tan preocupada como yo.
—Bueno, ganó toda la competencia y el abuelo le va a dar el dinero
para la apertura de su cervecería, que es para lo que siempre había
trabajado. Y ahora aquí estoy, sin victoria y con un novio ausente que
probablemente me va a dejar. —Agito mis manos frente a mi cara como
si eso fuera a detener las lágrimas—. ¡Maldición! ¡No puedo permitirme
un colapso ahora mismo!
—Respira hondo, Blaire. Entiendo que estás molesta, y todas estas
cosas individuales juntas pueden parecer malas, pero hasta que no hayas
tenido una conversación con él, no puedes estar segura, ¿verdad? Y, para
ser sincera, esto no se parece en nada al negocio de los camiones de
comida, que es literalmente una locura.
—¿No parece una gran coincidencia que de repente sea imposible
contactar con él justo después de que gane el premio y tengamos este
gran evento que estamos tratando de llevar a cabo para que nuestros
negocios no terminen en la mierda?
—Sí, estoy de acuerdo en que lo parece, pero tampoco quiero que
hagas algo precipitado y estropees esta relación sin tener toda la historia.
Ella tiene razón. —Simplemente no quiero que mi local falle. No
puedo permitirme que falle porque si eso sucede, significa que mi sueño
morirá.
—No busques problemas. Tienes planeado un fin de semana
maravilloso y hemos hecho todo lo posible para promoverlo. Ten algo de
fe en ti y en tu capacidad para hacer de esto un éxito, sin importar que
Ronan saliera adelante por ti.
—Se supone que debo tener un socio en esto. —Y tal vez ese sea el
mayor problema conmigo. Porque eso es lo que se siente, una asociación.
Una real en todos los niveles. Así que duele más de lo que me gustaría
206 que el hombre que pensé que estaba conmigo en todo esto solo estuviera
aquí mientras yo fuera útil y necesaria, algo así como Raphael me usó
para acercarse a mi familia. Al final, mis padres se preocuparon más por
sus habilidades que por mi corazón roto. Pensé que esta vez fui más
inteligente. Más consciente.
—Soy tu socia. No necesitas a Ronan para que esto sea un éxito.
Él es genial para presumir y estoy segura que es una estrella de rock en
la cama, pero no es esencial para lograrlo. Has sido tú quien organizó
todos los eventos que realizaron juntos. Lo convertiste en un éxito.
—Bueno, no tuvieron el éxito suficiente.
—¿Y qué si tuviste un mal acto de comedia? ¿Y qué si no ganaste
el título de El Mejor Bar? Deja eso a un lado y céntrate en el aquí y el
ahora. Tienes el respeto de tus compañeros. Han acudido a ti con cada
pregunta, así que recuérdalo cuando te deprimas o pienses que no eres
suficiente. Y, sinceramente, si Ronan solo te ha utilizado para tener una
ventaja, estaré encantada de darle una patada en las pelotas por ti.
—Con botas con punta de acero.
—Sí. O tacos. Entonces él podría salir bastante lastimado si así lo
quieres.
—Esa no es una imagen agradable.
Alguien toca la puerta tímidamente y Daphne la abre. —¿Qué pasa,
Callie?
—Um, lamento mucho interrumpir. —Se retuerce las manos con
nerviosismo—. Pero los McClelland están aquí y tienen un pedido para
recoger, pero no puedo encontrarlo en el estante.
—Me encargaré. No lo puse al frente porque tiene un relleno de
natilla y necesita ser refrigerado. Diles que saldré enseguida —digo,
mucho más gentilmente que en todo el día.
Empujo la ausencia de Ronan al fondo de mi mente. No puedo
permitirme obsesionarme, y Daphne tiene razón, estoy asustando a Callie
cuando debería generar entusiasmo para el fin de semana.
Recupero la orden McClelland y cambio mi actitud. Ayuda a que
todos los demás se sientan cómodos y todos estamos de un humor mucho
más positivo al final del día.
Envío a Callie a casa una hora antes y coloco un letrero diciendo
que nuestro horario se modificará durante el fin de semana para que
podamos quedarnos para todas las festividades.
Los especiales ya se agregaron al tablero, los pastelitos de mañana
están decorados y ya se encuentran en el refrigerador; estamos bien
abastecidos con bebidas y todo lo que podamos necesitar para que “El
amor está en el aire” sea un éxito.
Abro mi cuenta de Instagram para comprobar la interacción, y lo
primero que me aparece es una publicación de Tori Taylor, lo que no es
207 del todo sorprendente. Pero el hecho de que sea una foto de ella y Ronan
sentados en un bar de aspecto acogedor que no es The Knight Cap seguro
no es lo que espero ver. Y fue publicado hace media hora. Con que hacía
recados y ayudaba a preparar el evento. Me siento tentada a comentar la
publicación, pero decido que no me conviene ser cruel en lo que respecta
a Tori.
Me acerco a The Knight Cap antes de ir a casa, no porque esté
buscando a Ronan a estas alturas, ya que claramente está demasiado
ocupado haciendo planes con Tori para molestarse con el evento, sino
porque quiero ponerme en contacto con el personal del bar, y asegurarme
que no tengan preguntas.
Lars atiende el bar junto con Corbin, que fue contratado la semana
pasada y parece ser una gran incorporación a su equipo. Tiene toda la
apariencia de surfista, cabello largo y rubio, bronceado y siempre les dice
a todos “hermano” y “cariño”. Las mujeres se lo devoran con la mirada.
Lars se encoge cuando me ve acercarme. Levanto una mano,
sintiéndome aún peor por su respuesta a mi presencia. —No busco a
Ronan. Solo quiero asegurarme que estén listos para mañana.
Parpadea un par de veces, pero no dice nada.
—¿Necesitas alguna aclaración sobre algo? —pregunto.
—Ehhhh... no lo creo. Se supone que debo estar aquí a las nueve y
media para ayudar a preparar el bar y las puertas se abren a las once.
Estaré sirviendo bebidas todo el día y gestionaré todo lo que sea necesario
para que todo salga bien.
—¿Qué pasa con el resto de tu tripulación?
—Creo que todos estamos bien. Tenemos tu lista de cosas por
hacer, y Lana es grandiosa para decorar. —Señala la guirnalda de
corazones colgada por toda la barra intercalada con cupidos y flores
hawaianas. Los corazones son de cuadros rojos y negros, a juego con el
resto de la decoración—. Así que creo que estamos bien a menos que
suceda algo importante mañana.
—Bien, excelente. Envíame un mensaje de texto si necesitas algo o
si hay algo de lo que no estás seguro.
—Lo haré. —Un par de universitarias se acercan al bar.
—Dejaré que vuelvas a lo tuyo.
Cuando me doy la vuelta para irme, Lars grita—: Blaire.
Hago una pausa y le doy una sonrisa interrogativa.
—Trata de no pensar lo peor.
Asiento y él se vuelve hacia las chicas.
Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Me rindo y le envío
un mensaje a Ronan antes de irme a la cama. No espero dormir bien, o
208 mucho, pero creo que vale la pena intentarlo. Es más de medianoche
antes que caiga en un sueño inquieto e irregular. Y todavía no hay nada
de Ronan.
21
Bueno, eso lo explica
Traducido por Sofía Belikov & Gesi
Corregido por Julie

Lo primero que hago cuando suena la alarma es gemir mi


descontento ante lo rápido que llega la mañana. Entonces recuerdo que
el evento de “El amor está en el aire” es hoy, y que tengo cuatro billones
de cosas que hacer antes de que B&B abra.
209 También reviso si Ronan respondió anoche. Lo hizo. A las cuatro
de la madrugada. El mensaje es raro.
Siento que sea tan tarde; mañana será un día genial; te veo
temprano.
Sin emoticones de besos, corazones ni berenjenas. Dejo el mensaje
sin responder. Mi reacción es un poco pasiva/agresiva, pero prefiero decir
nada que decir algo desagradable. No necesito comenzar el día con una
discusión.
Enciendo la cafetera, me ducho y alisto para lo que espero será un
día fantástico. Se supone que el periódico de Seattle vendrá y pondrá el
foco en todos los negocios locales participantes del tour de bares de “El
amor está en el aire”. Confío que una prensa positiva nos ayudará a todos
y sacará a relucir el impacto dañino que las grandes cadenas tienen
cuando lleguen y vendan a precios más bajos.
Mi vestido presume un estilo de corazones adorables y cupidos con
flechas. Es uno viejo que adorné con una cinta grande, con un patrón de
pastelillos, cócteles y cervezas atado a la cintura. También llevo un
delantal especial para hoy.
Trago con pesadez cuando asimilo mi reflejo. Había esperado pasar
la noche con Ronan, que él estaría aquí para verme alistarme para el
evento por el que hemos trabajado con tanto esfuerzo.
Aparto los pensamientos negativos, consciente que no me hacen
bien. Salgo por la puerta a las siete y media. No abriremos hasta más
tarde, pero quiero llegar temprano a B&B, de esa manera me aseguro de
que todo está listo y de paso ayudo a calmar los nervios de todos.
Aparco la camioneta detrás de la tienda, sorprendida de ver la
camioneta de Ronan. En el momento en que entro a B&B, soy asaltada
por Daphne. Me toma por los hombros. —Tienes que ir al lado. Ahora
mismo.
Pongo la cartera sobre la encimera. No estoy apresurada por ver a
Ronan esta mañana. —¿Por qué llegaste tan temprano?
—Porque no podía dormir y por… otros motivos. —Intenta darme
vuelta, pero me rehúso a ceder—. Vamos, tienes que ver esto.
—¿Qué cosa?
—No puedo decírtelo. Tengo que mostrártelo.
—Bueno, hazlo más tarde. Tengo un montón de cosas que hacer.
—Veo por la ventana y noto que ya hay una multitud reunida, incluso
aunque se supone que no abriremos hasta en varias horas. Entrecierro
los ojos—. ¿Es un equipo de cámara? ¿Qué sucede allí afuera?
Me dirijo hacia la puerta, pero me volteo abruptamente. Daphne
me está siguiendo tan de cerca que choca contra mí y casi bota una mesa.
—¿Necesito volver a aplicarme el labial?
—No. Estás perfecta. Pero deberías quitarte el abrigo.
210 —Hace un montón de frío afuera.
—Sobrevivirás. Lo prometo. —Me quita la parca por los brazos
como si fuera una niña que necesita ayuda. Cuando ya no tengo el abrigo,
abro la puerta y salgo. La calle ha sido bloqueada, por lo que la gente es
capaz de caminar por el asfalto y el tráfico no interfiere con el evento.
Tuvimos que pedírselo a los concejales de la ciudad.
En medio de la calle está Ronan, luciendo tan apuesto con una
camisa y una chaqueta deportiva negra. También lleva puesto un par de
pantalones negros y sus botas de trabajo usuales. Y está rodeado por la
prensa. Hay varios equipos nuevos, gente del The Seattle Morning Show,
y Tori.
—¿Qué diablos sucede? —murmuro.
—Tu novio es increíble, eso es lo que sucede. —Daphne me aprieta
el brazo.
Es como si Ronan pudiera sentir mi presencia al momento en que
salgo por la puerta delantera hacia la calle. Su mirada se desliza desde
Tori, que luce ridículamente perfecta para ser tan temprano, y aterriza
sobre mí. Su sonrisa se amplía y me extiende una mano. —Y aquí está,
la razón detrás de todo esto.
—¡Está hablando de ti! Ve. —Daphne me da un codazo en el
costado.
Da un paso hacia delante, apartándose del grupo, y me guiña un
ojo. —Vamos, hermosa, no seas tímida.
Le doy una mirada, sintiendo mis mejillas en llamas. Me dijo las
mismas palabras hace menos de una semana, cuando quiso tener sexo
en la barra de The Knight Cap. Después de horas, por supuesto. Incluso
sin luces y con la mayoría de las señaléticas cubriendo la ventana
delantera, me puse ansiosa. Sin embargo, eventualmente cedí. Y luego lo
hice limpiar la barra mientras lo veía, y le dije que era una mala influencia
y que, para la próxima, tal vez deberíamos considerar hacerlo en la isla
de su apartamento. Se preguntó por qué no lo pensó él mismo.
—¿Qué es todo esto? —le pregunto cuando lo alcanzo.
Al principio no responde. Acuna mi rostro entre sus manos frías,
porque hace demasiado frío, se inclina y presiona los labios suavemente
contra los míos. —Luces lo suficientemente bien como para comerte.
—¿Puedes dejar de decir cosas que me hagan sonrojar?
—Tus mejillas harán juego con los corazones de tu vestido. —
Sonríe contra mis labios y luego retrocede así puedo verle el rostro—.
Siento no haber estado contigo el último par de días, pero ahora sabes el
motivo.
—No entiendo lo que está sucediendo. ¿Ese es Thom Thomas del
canal cinco?
211 —Sí.
—¿Y Claudia Carmichael de Food and Drink?
—Ajá. Vamos, déjame presentarte. —Ronan entrelaza los dedos con
los míos.
—¿Me veo bien? —Paso una mano por la parte delantera del
vestido.
—Luces lo suficientemente bien como para comerte, ¿recuerdas?
—Tira de mi mano y me acerca al grupo de profesionales. Gente que he
visto en televisión desde hace años, y están aquí por Ronan—. Esta es
Blaire Calloway. La razón de que todo esto esté sucediendo.
Quiero discutirle, porque fue él quien sugirió el evento en la calle,
pero de repente estoy dándole la mano a todas esas personas influyentes.
Tori me extiende la suya. —Es un placer verte de nuevo, Blaire. Creo que
lo que estás haciendo es genial. Soy toda una defensora de los dueños de
negocios pequeños.
—Tus padres comenzaron Organically Yours —menciono.
—Así es, cuando era solo una niña. Sé lo mucho que se esforzaron
por promover su negocio, y seguir a la moda e igual de relevantes; por
eso estoy aquí.
—Has hecho cosas increíbles por tantos negocios independientes
—digo. Porque es verdad. Siempre está centrada en productos nuevos o
empresas emergentes, dándoles prioridad a las compañías pequeñas que
intentan encontrar una estabilidad. Una recomendación de alguien como
Tori crea furor y consciencia. Es una herramienta fuerte de marketing.
—Igual que tú. —Tori sonríe como si tuviera un secreto.
—Lo siento, no creo entender. —Miro entre ella y Ronan.
—Todo esto… —Tori hace un gesto a las empresas alistándose para
el día y las decoraciones que alinean la calle.
—Fuiste tú quien hizo que todo esto pasara, Blaire —dice Ronan.
—Fue tu idea.
—Solo hice una sugerencia. Fuiste tú quien me siguió la corriente
y lo hizo realidad. Solo fui un testigo recibiendo órdenes de la reina de los
pastelillos. —Me sonríe, su expresión reflejando tantas emociones. La
predominante es el orgullo y mi corazón se llena.
—Solo quería que tuviéramos una oportunidad de luchar, y la
mejor forma era agruparnos —explico.
—Y tuviste razón. Quería asegurarme que las personas adecuadas
pudieran estar aquí para verlo, así que le hablé a Tori.
Estoy segura que la confusión es evidente en mi rostro.
—Ronan creyó que sería buena idea exhibir no solo a The Knight
Cap, sino a toda la comunidad, considerando que se encuentran bastante
212 relacionados —dice Tori—. Es genial ver tantos negocios apoyándose en
vez de competir entre sí. Pensé que era una idea fantástica, así que hice
unas cuantas llamadas y expliqué lo que sucedía, y por supuesto necesité
de la ayuda de Ronan para hacerlo.
—Motivo por el que has estado desaparecido últimamente —le
susurro. Me siento horrible por asumir lo peor; aunque para ser justa, ya
he sido bastante traicionada.
—Sé que no te conté nada, pero quería asegurarme de que pudiera
llevarlo a cabo. De que pudiéramos lograrlo. —Hace un gesto entre él y
Tori.
Ronan renunció a ser el centro de atención así todos podríamos
beneficiarnos, y ahí voy yo, pensando que me engañaba. Muevo una
mano frente a mi rostro, tratando de controlar las emociones que al
parecer quieren escaparse por mis ojos en forma de lágrimas.
Me acerca a él e inclina la cabeza así sus labios se encuentran
contra mi oído. —¿Son lágrimas felices?
—Muy felices —murmuro contra su pecho. Mi novio es el mejor.
Hay filas todo el día, algo fantástico. Casi me desmayo de la
sorpresa cuando mi familia llega por la tarde. Mis padres, tía, tío, Maddy
y Skylar como que absorben el aire del lugar con su presencia. Están
vestidos como si estuvieran en un restaurante nivel diamante; pero
bueno, a mi familia le encanta llamar la atención. Y supongo que soy
igual, por la forma en que visto.
—¿Qué hacen aquí? —Me quito los guantes de látex y los echo en
la basura. Limpiándome las manos en el delantal, rodeo la vitrina así
puedo saludarlos con un beso al aire.
—Tu novio nos llamó y nos dijo que patrocinarías un evento, y que
sería increíble que pudiéramos venir y ver lo que has logrado —dice mi
madre.
—¡Este lugar es tan lindo! —dice Maddy.
—Sí que lo es —concuerda Skylar, reluctante.
Mi padre me estira en un abrazo. —Esto es increíble, Blaire. Has
hecho cosas increíbles, y por tu cuenta.
—No lo hice todo por mi cuenta. Ronan fue de mucha ayuda en
este evento. —Menos el último par de días, pero claramente ha sido
perdonado por todo eso.
—Hablo de este sitio. —Mi padre hace un gesto hacia la fila de
personas esperando pastelitos y cócteles; o cócteles sin alcohol, dado que
hay un montón de familias en el evento. Es una habitación para estar de
pie, con clientes ordenando pastelitos así pueden ir a comer pruebas de
otros vendedores—. Seguiste tu sueño, y lo hiciste por tu cuenta. Estoy
orgulloso de ti, cariño.
Se me llenan los ojos de lágrimas debido al cumplido y el
213 reconocimiento de que este logro es mío.
Mi mandíbula casi choca contra el suelo cuando todos prueban un
pastelito y un cóctel. Incluso Maddy y Skylar; aunque ambas hablan de
las maratones de dos horas y la desintoxicación que tendrán que superar
por el único pastelito que comieron.
Mi padre se mezcla con el resto, feliz de decirles que es mi padre y
que heredé mi excelente sentido de negocios y habilidades de cocina de
él.
Para la hora que cerramos, lo único que queda son un par de
solitarios pastelitos de Muerte por Chocolate.
Los llevo a The Knight Cap, donde la banda ya ha comenzado a
tocar. Ronan y yo vamos a estar muertos para la hora que cierre el bar,
pero vamos a tomarnos un día libre después de todo esto, así que
deberíamos ser capaces de dormir algo y pasar un tiempo a solas.
Veo al abuelo sentado al final de la barra, bebiendo un vasito de
cerveza. Cuando me ve, una sonrisa enorme ilumina su rostro. Le doy un
abrazo de costado y grito por encima del bullicio—: ¿Te diviertes?
—Claro que sí. Es lo más ocupado que he visto este lugar en un
buen tiempo. Dottie estaría orgullosa de ambos. —Hace un gesto hacia la
banda—. Pero debo ser honesto: suena como ruido. Me terminaré este
vaso y me iré a casa.
—¿Quieres un postre con eso? —Abro la tapa de la caja.
—No tienes que preguntármelo dos veces. —Me guiña y toma uno.
Lo dejo con el vaso y me deslizo junto a Ronan detrás de la barra.
—El abuelo la está pasando bien.
Me mira los pies, pero no hace comentario alguno ante mi falta de
zapatos apropiados. —Me impresiona que todavía esté aquí. Creí que se
iría, así no se perdería la repetición de Jeopardy.
—Gracias a Dios por la grabadora. ¿Solía verlo con Dottie?
—Cada noche a las siete y media. Competían para ver quién podía
responder la mayoría de las preguntas correctamente.
—¿Tenían un puntaje?
—Claro.
—Debe extrañarla un montón.
Ronan asiente. —Sí. Ambos la extrañamos. Pero creo que preferiría
tener alguien a quien extrañar, que nunca tener la oportunidad de
presenciar ese tipo de devoción. Eran todo para el otro.
—Hace que sea difícil conformarse con menos. —Alzo la barbilla,
agobiada por la emoción repentina. No sé lo que es ver un amor así. Mis
padres son las personas más poco convencionales que conozco, y la idea
de encontrar mi alma gemela parecía elusiva.
Lars nos interrumpe; su sincronización apesta; para pedirle ayuda
214 a Ronan detrás de la barra, porque están llenos y lo estoy monopolizando.
Me cambio a un par de botas y mezclo unos cuantos tragos.
Cuando la banda termina, la multitud comienza a disiparse
lentamente.
—No puedo creer lo bien que ha salido. —Pongo los utensilios en la
lavadora y seco los limpios antes de apilarlos—. O que hayas logrado traer
a Thom Thomas del canal cinco, o que compartas tu momento con Tori
para que todos pudiéramos estar en él.
Ronan pone las jarras de cerveza en el congelador. —Para ser justo,
fue Tori quién movió todos los hilos, ya que tiene las conexiones. Solo le
propuse la idea y ella siguió adelante. Lamento haberte abandonado estos
últimos días, pero quería lograrlo y darte a ti y a Buttercream and Booze
la atención que merecen.
—Me siento mal por haber estado molesta contigo. —Y por dudar
de su sinceridad y lealtad. Aunque estaba bajo mucho estrés y medio
como que huyó inmediatamente después de ganar el premio a El Mejor
Bar de la Ciudad, por lo que había un poco de margen para la duda y la
preocupación.
Se ríe. —Lars dijo que no parecías tan impresionada el par de veces
que pasaste por aquí. Le dije que trataba de hacer que sucedieran unas
cosas, pero no le dije exactamente qué porque no podía estar seguro de
que mantuviera la boca cerrada. Y sabía que si te veía querría contarte lo
que planeaba, pero en la remota posibilidad de que fallara, tampoco
quería decepcionarte. Fue un verdadero dilema.
—Lamento mucho no haber sido tan dulce contigo los últimos días.
—Si hubiera sabido que planeaba algo, entonces tal vez me hubiera
calmado y no hubiera sido tan pasiva/agresiva. Es un buen recordatorio
de que no puedo basar mis opiniones o suposiciones en experiencias
pasadas y que Ronan no es como Raphael.
—No es tu dulzura lo que me hace volver, Blaire. —Guiña un ojo.
Estoy a punto de responderle con descaro, pero aparece Tori.
—¿Tienes unos minutos para una entrevista? Me encantaría
conocer tu opinión sobre cómo ha sido el día de hoy para ti y el resto de
los negocios familiares en la calle.
Hago un movimiento para moverme al costado. —Solo te daré unos
minutos.
Ronan me agarra de la cintura antes de que llegue demasiado lejos.
—Creo que Tori quiere entrevistarte, Blaire, ya que eres quien organizó
todo esto.
Miro entre ambos. —Pero es tu momento.
—De hecho, me encantaría si pudieran hacerlo juntos. Ronan ya
me ha respondido la mayoría de estas preguntas durante los últimos dos
días mientras hemos estado organizando todo, pero me encantaría
grabarlas y también oír tu lado de las cosas, Blaire. ¿Estás de acuerdo
215 con que vayamos en vivo? Es más orgánico de esta forma, ¿sabes? Se
siente mucho menos guionado.
Ronan me posterga. —¿Estás de acuerdo?
—Claro, por supuesto. Podemos ir en vivo. —Como si fuera a dejar
pasar la oportunidad.
—Genial. —Le indica a su equipo que preparen todo y tres mujeres
se abalanzan con brochas de maquillaje—. ¿Podemos retocarte, Blaire?
—Em, ¿sí? —Una revolotea a lo largo de la barra y se me acerca
con brochas y maquillaje.
Tori se golpea el labio. —Creo que ustedes dos deberían quedarse
detrás de la barra. Me gusta la iluminación y el fondo es fantástico. ¿Esos
son tus abuelos? —Señala a la foto detrás de él.
—Esos son ellos.
Mira de la foto enmarcada a nosotros y viceversa. —Es como si la
historia se repitiera. —Se bambolea—. Esto es más que perfecto.
Dos minutos después estoy arreglada, y cuando la chica se le
acerca a Ronan, este levanta las manos en el aire. —¿Está bien si no usas
esas cosas conmigo?
Tori la despide con la mano y se sienta frente a la barra. Le preparo
un cóctel bonito y servimos un pastelito Muerte por Chocolate. Se
entretiene colocando los productos, asegurándose que el apoya vaso con
el logo de The Knight Cap esté de manera que los espectadores puedan
leerlo fácilmente y que la caja de pastelitos con la etiqueta de B&B tenga
la misma visibilidad y prominencia.
—Ustedes dos, cerca y agradables, por favor. —Hace gestos con las
manos hasta que nuestros hombros se están tocando—. Puedes poner tu
brazo alrededor de Blaire, Ronan.
Lo desliza sobre mi hombro y envuelvo el mío en su cintura.
Levanto la barbilla cuando baja la mirada y ambos sonreímos y reímos.
Se inclina para besarme la sien.
—Oh, Dios mío, exceso de ternura —suspira Tori.
—¿Listos? —pregunta el camarógrafo.
Le da un pulgar para arriba. —De acuerdo, vamos en vivo en, tres,
dos, uno. —El camarógrafo la enfoca y cuadra los hombros—. Aquí Tori
Taylor, y esta noche estamos celebrando “El amor está en el aire” con el
ganador de El Mejor Bar, The Knight Cap, pero Ronan Knight, nuestro
ganador seleccionado, quiso compartir la atención con el resto de las
empresas familiares del área, por lo que crearon este increíble evento “El
amor está en el aire”, ¡y ha sido excepcional! ¡Nunca me he divertido tanto
en toda mi vida! Ronan, dime qué te inspiró a organizar un día tan
increíble.
—Alicia en el País de las Maravillas —dice bruscamente.
216 Para su crédito, Tori apenas pierde el ritmo. —¿La adaptación de
Tim Burton?
—Así es como me llamó la primera vez que nos vimos —agrego.
—¿Oh? Esta definitivamente es una historia. ¡Cuéntenme!
Ronan y yo nos miramos. —Adelante. Me interesa oír tu versión de
los hechos. —Le doy un codazo juguetonamente.
Su sonrisa se ensancha. —¿Estás segura de que quieres que
comparta la historia?
—Solo recuerda de quién es la cama en la que dormirás esta noche.
—Le pestañeo un par de veces.
Se muerde el labio, probablemente para evitar que su sonrisa se
ensanche. Me levanta la barbilla y me besa con suavidad. No creo que
sea consciente de que está siendo grabado, porque no mira a la cámara.
—Nunca olvidaré el momento en que te conocí. Dios, estabas tan
enojada, hermosa y justiciera. Y nunca lo habría admitido en aquel
entonces, pero ahora puedo decir que fue una jugada totalmente idiota
comenzar con las renovaciones sin presentarme primero.
—Cuéntanos más sobre eso. —Tori aleja su atención de mí.
Ronan parpadea un par de veces y se da cuenta que no solo me
está hablando a mí, sino que a más de un millón de suscriptores. —Eh.
Acababa de aceptar ayudar a mi abuelo con The Knight Cap. Perdimos a
mi abuela hace un tiempo y ellos eran el epítome de las almas gemelas.
Hacían todo juntos, incluida la gestión de este lugar. Después de que
murió, fue duro para él manejarlo por su cuenta.
Tori asiente, su expresión es simpática. —Eres muy cercano a tu
abuelo.
—Sí. —Continúa explicando el trato que hizo con él para obtener
su capital cervecero.
—Sin embargo, trabajaste aquí antes, ¿verdad? Fue tu primer
trabajo —agrega ella, alejándose del tema más pesado sobre la pérdida
de su abuela.
—Lavé platos, recogí mesas, serví, y apesté en esa parte, antes de
finalmente llegar a atender la barra. Todo es muy diferente a administrar
el lugar.
—Y agregaste algunas cosas nuevas.
—Sí, y no fueron particularmente convenientes para mi vecina. —
Me sonríe—. Entró aquí, completamente furiosa por los problemas que le
estaba causando.
—No fue muy receptivo al principio —agrego.
—Oh, fui más que receptivo, y ese fue el problema.
Inclino la cabeza. Esta es la primera vez que escucho al respecto.
217 —No necesitaba una distracción. Necesitaba llevar este bar de rojo
a negro para poder seguir adelante. Ese era mi plan, y entonces sucedió
Blaire. Nunca conocí a alguien tan decidida a triunfar. Viene de una
familia de propietarios de restaurantes y es pastelera. Puede que pienses
que es lo mismo, pero no es así. No deberíamos haber sido competencia
para el otro, pero lo éramos. Blaire es una fuerza; es inteligente, hermosa,
motivada y única. Y creo que me tomó dos semanas enamorarme de ella,
pero, hombre, me esforcé mucho por no hacerlo.
—¿Te enamoraste de tu rival? —Ella se presiona la mano contra el
corazón y miro a Ronan, tratando de averiguar qué demonios sucede.
Su expresión se vuelve asustada, como si de repente se diera
cuenta de lo que dijo y dónde. No se dirige a Tori, sino a mí. —Estoy tan
enamorado de ti —dice suavemente con convicción.
—Y estoy tan enamorada de ti —le respondo en un susurro. Si no
hubiera tomado la decisión de ir por mi cuenta, nunca lo hubiera
conocido o habría tenido la oportunidad de enamorarme de él.
Su sonrisa es hermosa. Se inclina y presiona sus labios contra los
míos. —No puedo esperar a llevarte a casa y mostrarte lo mucho que te
amo —murmura.
Estoy totalmente a favor de eso, pero no estoy segura que los
suscriptores de Tori necesiten saberlo. —Hay cámaras grabando —digo
contra sus labios, haciendo mi mejor esfuerzo por evitar que su lengua
se deslice entre los míos.
Su mirada se dirige a Tori y al camarógrafo. —Maldición. Correcto.
Sigo olvidándome que es en vivo.
Todos nos echamos a reír y Tori se gira para enfrentar a la cámara.
—Creo que todos sabemos que tiene un final feliz. Así que asegúrense de
visitar The Knight Cap y Buttercream and Booze, y quizá ustedes también
encuentren su propio felices para siempre.

218
Epílogo
Te amo más que a los
pastelitos
Traducido por Tolola
Corregido por Danita

Tres meses después


219
El abuelo se sube a uno de los taburetes, saca una botella de mi
cerveza del bolsillo interior de su abrigo y la pone sobre la barra.
⎯Destapa eso por mí, Ronan.
Sacudo la cabeza, pero hago lo que me pide, y luego saco un vaso.
⎯No, no. Lo quiero de la botella.
⎯No puedes beber esto de la botella, abuelo.
⎯Puedo hacer lo que quiera. Es mi maldito bar.
⎯¿Este tipo te está haciendo pasar un mal rato? ⎯Blaire se pone
a mi lado.
⎯No me deja beber mi cerveza de la botella. ⎯El abuelo me mira
mal⎯. No voy a empezar una pelea de bar con él.
Me río y sacudo la cabeza. ⎯Sé que no lo harás. El problema es
que no tenemos esto en el pub, y si la gente la ve podría querer saber lo
que es y tú estarás bebiendo la única porque trajiste tu propia cerveza al
bar.
⎯Bueno, empieza a servirla y no tendré que traer la mía.
Me encojo de hombros. ⎯No tengo suficiente espacio para hacerla
en grandes cantidades todavía.
⎯Ya dije que te daría el dinero ⎯se queja.
Apoyo un brazo en la barra. ⎯¿Cuándo dijiste eso?
Agita una mano en el aire. ⎯Soy viejo, ¿cómo se supone que vaya
a recordar cuándo? Después de que ganaste el premio al mejor bar, dije
que te daría un cheque por el costo inicial.
⎯¿Estás seguro que lo dijiste en voz alta?
El abuelo me mira y se gira hacia Blaire. ⎯¿Estás escuchando?
Dándole un mal rato a este viejo, haciéndome cuestionar mi memoria.
¡Es discriminación por edad, eso es lo que es!
⎯Tal vez ya le disté el cheque y se está metiendo contigo para
hacerte creer que no lo hiciste ⎯bromea Blaire.
Me apoyo en la barra y contengo una sonrisa. ⎯¿De qué lado estás?
Me sonríe. ⎯No estoy tomando partido en esto.
⎯Suena como si estuviera de mi lado. ⎯El abuelo le hace un guiño
y le da una sonrisa afectuosa⎯. ¿Cuándo pondrás un anillo en el dedo
de Blaire? Todo el mundo lo espera, ya sabes.

220 ⎯Sí, abuelo, lo sé. Todos necesitan calmarse un poco sobre eso,
también. ⎯Beso a Blaire en la sien. Solo hemos estado juntos unos pocos
meses, pero no puedo ver mi vida sin ella⎯. Y últimamente he estado
pensando en la situación de la cervecería.
⎯Echaré de menos conducir al trabajo contigo. ⎯Blaire me da un
apretón de manos.
⎯Bueno, esa es la cosa... Lars es un buen chico, pero no está ni
cerca de estar listo para hacerse cargo de este lugar, y me gusta lo que
tenemos aquí. ⎯Pongo mi brazo alrededor de su hombro y la acerco⎯. A
la gente le encanta lo que hacemos, y creo que puedo poner la cervecería
en espera hasta que podamos establecer un lugar.
⎯Pero eso es por lo que has estado trabajando ⎯dice ella.
El abuelo asiente y bebe su cerveza, una pizca de sonrisa, como si
supiera que esto iba a pasar. ⎯Los McCurdys de al lado han estado
pensando en vender. Al menos eso es lo que Bertie dice cada vez que voy
a comprar unos fiambres.
⎯Si deciden vender, podríamos ver lo que necesitaría para
convertirlo. No llevaría mucho hacer una puerta para conectar los dos
⎯digo yo.
⎯Cosas en las que pensar. ⎯El abuelo dirige su atención a
Blaire⎯. Podría ser un buen momento para mencionar esa cosa en la que
tú estabas pensando. Estoy bastante seguro de que podrían estar en la
misma página.
Blaire le da una mirada significativa. ⎯No sé si ahora sea el
momento.
Miro entre ellos, desconcertado porque el abuelo y Blaire tengan
conversaciones sobre algo, aparentemente a mis espaldas. ⎯¿Ahora no
es el momento para qué?
El abuelo lleva una expresión que se parece mucho a una sonrisa
y luego se da la vuelta cuando un par de sus amigos entran por la puerta
principal ⎯se toman la molestia de venir al menos una vez a la semana
para tomar cervezas y alitas⎯ y se baja del taburete.
⎯Los dejo tortolitos para que hablen.
⎯¿Vas a explicar de qué se trata? ⎯Hago un movimiento entre el
abuelo y ella cuando se acerca a uno de los cuatro.
Ha estado de mejor humor en estos días. Tan feliz con cómo va el
bar, contento de verlo lleno de vida y gente otra vez. Y, honestamente, yo
también.
Blaire entrelaza su brazo con el mío. ⎯Vamos, hablemos en tu
oficina.
⎯¿Vas a intentar distraerme con sexo?
Se ríe. ⎯Podría, pero no lo haré. En especial mientras el abuelo
221 está aquí.
Entro a la oficina primero para poder barajar algunos papeles en el
escritorio, escondiendo los que no estoy seguro de estar listo para dejar
que Blaire mire todavía. Cierro la puerta y me siento al borde del
escritorio, dándole la nueva silla ejecutiva. Por mucho que al abuelo le
encantara la vieja, se caía a pedazos. Literalmente. Uno de los brazos se
cayó hace dos semanas y fue todo el estímulo que necesitó para comprar
algo cómodo.
⎯¿De qué han estado hablando tú y el abuelo a mis espaldas?
⎯Intento un tono ligero, pero no estoy seguro de que salga así.
Blaire se levanta y toma una de mis manos con la suya, ojeando el
diseño de mi muñeca. ⎯Fue algo que mencioné hace unas semanas, más
como una broma que otra cosa.
⎯Bien. ⎯Espero que se explique, pero después de unos segundos
de silencio, presiono⎯. ¿Blaire? ¿Vas a decírmelo?
⎯Solo comenté que sería mucho más fácil dirigir todos nuestros
eventos conjuntos si pusiéramos una puerta entre el B&B y The Knight
Cap. ⎯Se ríe, pero parece tensa y nerviosa.
Tengo que reconocérselo al abuelo; él realmente sabe cómo forzar
una conversación que no sabía si estaba listo para tener. Entrelazo los
dedos con los suyos. ⎯Ah, ¿sí? ¿Y qué dijo el abuelo sobre eso?
Agita su mano libre. ⎯Oh, ya lo conoces.
⎯Entonces, ¿solo bromeabas sobre eso? ¿Sobre una puerta entre
nuestros locales?
Su expresión está entre la vergüenza y el nerviosismo. ⎯Ya me voy
a mudar contigo. No es como si me quisieras delante de tu cara todo el
día, todos los días. Además, el abuelo ha tenido que lidiar con suficientes
cambios con todas las renovaciones de este año.
El mes pasado le sugerí que se mudara conmigo. Mi lugar está a
cinco minutos de los bares, además es el doble de grande que el suyo y
más bonito, y mi cama es más grande. Y ella vive en una especie de
agujero de mierda, aunque no lo diré en voz alta. Pero no es genial. Así
que ha estado trayendo cosas con el auto.
⎯Estaría más que feliz de tenerte delante todo el día, todos los días
y todas las noches. ⎯Levanto nuestros dedos unidos y beso el dorso de
su mano⎯. Pero lo entiendo si es demasiado de mí para ti.
⎯Nunca me canso de ti, Ronan. Ya lo sabes. De todos modos, fue
una idea tonta que deseché, porque hacía frío y llovía y no llevaba un
paraguas conmigo.
⎯¿Y si dijera que no creo que sea una idea tan tonta?
Parpadea hacia mí. ⎯¿Qué quieres decir?
222 ⎯Quiero decir, ¿y si unimos fuerzas de forma permanente? Te amo
y amo este lugar, y creo que trabajamos muy bien juntos.
⎯Yo igual, y también te amo. ⎯Me da una sonrisa suave e
inquisitiva.
⎯Sé lo importante que es para ti hacer esto por tu cuenta, y no
quiero quitarte eso, pero mis noches favoritas son las de eventos
conjuntos. Y lo que más espero cada día son los momentos en los que
puedo verte.
Los dedos de Blaire van a sus labios. ⎯¿Hablas en serio?
⎯Creo que hacemos un gran equipo.
⎯Yo también. ⎯Sonríe, y entonces su expresión se vuelve seria⎯.
Tendríamos que abrir una pared.
⎯La pared contigua no tiene nada más que electricidad por lo que
preocuparnos, y eso es fácil de cambiar.
Inclina la cabeza, considerando. ⎯¿Qué pasa con las cabinas y la
pared de fotos?
⎯Solo tendríamos que perder una cabina para poner la puerta, y
podríamos tener un puesto de anfitrión entre las dos.
⎯Parece que ya tienes un diseño para esto. ⎯Se ríe.
⎯Podría haber hecho un boceto y averiguado algunas cosas.
⎯Espera. ¿También pensaste en esto? ⎯Una pequeña sonrisa
irónica se asoma por la comisura de su boca⎯. Así que eso es lo que el
abuelo quiso decir con que estamos en la misma página.
⎯No quiero presionarte con esto de ninguna manera, Blaire. Sé lo
importante que es tu independencia, y lo duro que has trabajado para no
comprometer tu sueño. Solo quiero que sepas que, si alguna vez te
interesa, me encantaría hacer esto contigo, pero está bien si no te gusta...
Se levanta de la silla de un salto y me rodea con sus brazos. ⎯Me
interesa. Sé que siempre he hablado de no comprometer mi sueño, pero
me di cuenta que me encanta tener un compañero. Tener uno adecuado.
Quería hacerlo por mi cuenta porque nadie pensó que podría, y ahora sé
que puedo. Mi lugar favorito está junto a ti. Quiero que hagamos esto
juntos. ⎯Lleva las manos a mi pecho⎯. ¿Pero qué pasa con la cervecería?
⎯No quiero dejar esto, el bar, la conexión que tengo contigo y este
lugar es demasiado importante. Me metí en esto pensando que lo haría
funcionar y luego seguiría adelante, pero saqué mucho más de ello. Te
tengo a ti.
⎯Y los pastelitos. No te olvides de ellos.
Me río y me agacho para besarla. ⎯Y los pastelitos. ¿Así que
223 estamos juntos en esto?
⎯No hay nadie más con quien prefiera hacer esto que contigo.
⎯Vamos a decirle al abuelo las buenas noticias. Me ha estado
acosando para que te pregunte.
⎯¿Cuánto tiempo has pensado en esto?
⎯Un tiempo. ⎯Lo he pensado desde que gané el premio al mejor
bar. Pero empecé a enamorarme de ella mucho antes de eso.
La tomo de la mano y le doy a Lars un pulgar encubierto cuando
voy a la mesa donde el abuelo está sentado. Lars me dedica una rápida
inclinación de cabeza y saca su teléfono del bolsillo trasero, escribiendo
un mensaje a toda velocidad.
Observo las cabinas cercanas a la mesa del abuelo, contento de que
todo parezca haber encajado en su lugar hoy. Como si el destino hubiera
intervenido una vez más y hubiera puesto algo innegable en mi camino,
obligándome a detenerme y ver lo que tengo delante. O, en este caso,
agarrándome del brazo y prácticamente saltando hacia el abuelo.
Su mirada se encuentra con la mía, y la anticipación se agita en
mis entrañas. Él y yo nos sentamos incontables veces en los últimos
meses, discutiendo esto, yo preguntándome si me movía demasiado
rápido, él diciéndome que me movía muy lento. Me preocupaba hacer
más cambios en The Knight Cap, pero me aseguró que la abuela estaría
de acuerdo. La abuela siempre decía que no se trataba de arreglar cosas
rotas, sino de elevarlas para que se sintieran nuevas.
Y eso es justo lo que vamos a hacer.
El abuelo se levanta de su silla, un poco inestable, como yo. ⎯¿Y?
¿Te gusta la idea?
Blaire se ríe y me suelta el brazo para poder abrazarlo. ⎯Me
encanta. Creo que es perfecto.
Él le devuelve el abrazo y me guiña el ojo por encima del hombro.
⎯Lo sabía.
Cuando la suelta, me acerco y le doy un abrazo. ⎯Gracias por creer
en mí.
⎯Siempre, hijo, siempre. ⎯Su voz se quiebra, y siento que la
emoción aumenta, la tristeza por nuestra pérdida mutua... primero su
hijo, mi padre y mi madre, luego la abuela. Pero me da una palmadita en
la espalda, luego toma mi mano en la suya, dándome la última pieza del
rompecabezas⎯. Ahora deja de perder el tiempo.
Asiento una vez y me giro para mirar a Blaire, que parece estar al
borde de las lágrimas, aunque felices, y me pongo de rodillas.
Sus ojos brillan con sorpresa, pero se quedan fijos en los míos
cuando la comprensión aparece. He tomado muchos riesgos hoy y estoy
a punto de tomar el más grande de todos.
224 Paso mi pulgar sobre la caja de terciopelo desgastada, encontrando
fuerza en ella. No es un anillo nuevo, pero es especial y tiene significado,
porque era de mi abuela. Abro la tapa, el diamante refleja la luz, y arco
iris bailan en el dorso de mi mano y en el vestido de Blaire.
⎯Oh, Ronan ⎯susurra. Dedos temblorosos tocan sus labios y
sonríe detrás de ellos, aun cuando una lágrima se desliza lentamente por
su mejilla.
⎯Blaire, durante mucho tiempo no quise enamorarme, porque la
realidad de perder a alguien que amas es muy dura, en especial cuando
no lo esperas. Pero esto, estar aquí ⎯señalo el bar, y toda la gente en él,
viéndome correr un gran riesgo con la mujer que amo⎯, y conocerte lo
cambió todo. Llegaste de golpe a través de esa puerta e hiciste imposible
no enamorarme de ti y de tu determinación y tu hermosa y creativa
mente. ⎯Le aprieto la mano y ella me devuelve el apretón⎯. Te quiero a
mi lado todos los días. Quiero tus días buenos y malos. Tus problemas y
tu calor y tu alegría iluminando mi mundo. Te quiero para siempre.
Cásate conmigo, por favor.
⎯Por supuesto que me casaré contigo.
Le pongo el anillo en el dedo y me levanto. ⎯¡Dijo que sí!
Todos estallan en vítores estridentes cuando le rodeo la cintura con
los brazos. La beso, probablemente más tiempo del que es apropiado con
la cantidad de gente mirando. Pero no me importa, y tampoco a ella, al
parecer. Hemos encontrado la eternidad en el otro, y ahora nunca tendré
que dejarla ir.
Seis meses después

⎯Hoy hace un año que pisé un montón de caca de perro.


Mi estilista, Frangelica, sí, como el licor; me mira brevemente en el
espejo y sonríe. ⎯¿Oh?
Daphne resopla y toma otra foto.
El camarógrafo se pone a la derecha, presumo que para poder ver
mi cara.
⎯¿Es la historia de cuando se conocieron? ⎯pregunta Tori.
Apareció tan pronto como me maquillé para tener unos minutos
conmigo mientras Fran terminaba de peinarme. Es el día de mi boda y
me siento bastante nerviosa ya que va a ser transmitido en vivo por el
canal de Tori en YouTube.
⎯Así es. ⎯Estoy a punto de asentir, pero recuerdo que Fran está
trabajando en mi cabello.
225 ⎯¡Oh! ¡Solo he escuchado la versión de Ronan! ¡Quiero oír la tuya!
⎯Tori aplaude con entusiasmo.
Así que le cuento mi versión, incluyendo todos los pequeños
detalles, el golpe que pensamos que fue un terremoto, el cristal de
unicornio roto, la forma en que perdí mi capacidad de hablar y de
encadenar frases lógicas porque era tan guapo que me desarmaba y se
veía compuesto al borde de lo ridículo. Recuerdo lo molesta y nerviosa
que estaba, tanto que pisé la caca de perro que marqué con una flor y de
la que me olvidé. Contar la historia ayuda a calmar mis nervios.
Han pasado muchas cosas en este año, pero los últimos seis meses
han sido un increíble torbellino. Lars grabó la declaración de Ronan y la
compartió en redes sociales después de que yo aceptara. A partir de ahí
las cosas se volvieron un poco locas, en especial con las incesantes
peticiones de la gente que quería vernos atar el nudo en directo.
Así que acordamos dejar que Tori hiciera los honores, en parte por
su papel en reunirnos. Sí, había otras variables y factores en juego, pero
si no hubiéramos competido entre nosotros, y luego unido para superar
a D&B, puede que no nos hubiéramos enamorado. Las cañerías de mala
calidad cerraron D&B después del evento “El amor está en el aire”, y
terminaron mudándose al otro lado de la ciudad. El edificio de enfrente
se ha convertido en una empresa de software con cincuenta nuevos
empleados, lo que significa más negocio para nosotros.
Lo que quiere decir que The Knight Cap & La tienda de pastelitos
está prosperando.
Cuando abrimos el muro entre el B&B y The Knight Cap
necesitábamos encontrar la manera de mezclar dos temas tan distintos.
En lugar de una remodelación completa, encontramos una forma de
meter la tela escocesa en mi lado y el capricho de los pastelitos en el suyo
sin fastidiarlo por completo.
Mi familia aparece cuando termino la historia. Hay un montón de
abrazos y manos agitadas delante de las caras para evitar las lágrimas.
Mis padres realmente han ayudado el año pasado, ofreciendo apoyo y
elogios sin tratar de tomar el control. Aunque a Ronan se le da bastante
bien mantenerse firme y decirles con suavidad que se retiren. Hasta yo
he mejorado en eso.
Al final echamos a todo el mundo de la trastienda ⎯no está hecha
para más de dos o tres personas⎯ para que Daphne pueda ayudarme a
ponerme el vestido.
No es el típico vestido de novia. Es mucho más representativo de
Ronan y de mí, y de donde nos conocimos, que es aquí. Es de color
champan y toda la parte superior del corpiño es de cuadros rojos y
226 negros. Hace juego con el esmoquin de Ronan, con su chaleco rojo y su
corbata a cuadros.
⎯Ronan va a perder la cabeza cuando te vea con este vestido
⎯murmura Daphne⎯. Esperemos que pueda pasar por la recepción en
lugar de arrastrarte a la oficina.
Resoplo sin delicadeza, como si la idea fuera completamente
ridícula. ⎯Improbable... ⎯Siento que mi cara se pone roja, en especial
porque mi madre también está en la habitación con nosotros.
⎯No según Lars ⎯murmura.
⎯¿Qué acabas de decir?
Me da una sonrisa serena. ⎯¿Hmm?
Le doy un codazo en el hombro. ⎯¿Desde cuándo cotillean tú y
Lars sobre lo que Ronan y yo hacemos a puerta cerrada?
Su sonrisa se vuelve más amplia. ⎯Te refieres a las puertas
cerradas de la oficina, que por casualidad están justo en frente del
almacén.
No puedo interrogarla sobre eso porque llaman a la puerta, pero
hago una nota mental para regañar a Lars por contarle a Daphne el
incidente de la oficina. Se suponía que se lo llevaría a la tumba.
Daphne le abre la puerta a mi padre. ⎯Care Blaire, te ves preciosa.
⎯Me da un gran abrazo y por una vez no odio ese apodo. Me sostiene a
cierta distancia, con los ojos llorosos y una triste sonrisa en su rostro⎯.
¿Estás lista para esto?
⎯Nunca he estado más preparada para nada en mi vida. ⎯Y es
verdad. No puedo esperar a casarme con Ronan, porque entonces
podremos empezar oficialmente nuestro para siempre. Entrelazo mi brazo
con el suyo⎯. ¿Estás listo para llevarme al altar y entregarme?
⎯Nunca, pero puedo ver cuánto se aman, así que estoy dispuesto
a dejar de lado mis propios sentimientos en esto. ⎯Me guiña el ojo y me
da un apretón de manos⎯. No siento que tenga palabras sabias que
impartirte en lo que respecta al matrimonio, considerándolo todo.
Apoyo mi cabeza sobre su hombro. ⎯Me enseñaste que el amor no
siempre cabe en una pequeña caja, y soy mejor persona por ello. Además,
las familias normales son aburridas.
Se ríe y se inclina para besarme la mejilla. ⎯Me alegro de que te
ame lo suficiente como para lidiar con el resto de nosotros.
⎯Somos una especie de dos por uno, ¿no? Ahora salgamos para
que pueda casarme con el hombre que amo.
La marcha nupcial comienza, con las gaitas, por supuesto; y
227 caminamos por el corto pasillo, giramos a la izquierda al final de la barra
y ahí está Ronan.
Su mano va a su pecho y levanta la barbilla; sus ojos se cierran un
breve momento y murmura algo que hace que el abuelo le apriete el
brazo. Por supuesto que es el padrino de Ronan.
Mientras voy por el pasillo, pasando a nuestra familia, amigos, a
Tori y al equipo de cámaras, siento que caigo en el tiempo, como Alicia
viajando al País de las Maravillas, al momento en que Henry y Dottie
encontraron su para siempre exactamente en el mismo lugar, justo el
mismo día, hace sesenta y tres años. La historia a veces se repite de las
maneras más mágicas.
Cuando por fin llego a él, mi padre me besa la mejilla y yo tomo la
mano de Ronan. Se ve magnífico, feliz y un poco nervioso, y como si
estuviera al borde de las lágrimas. Y yo también.
⎯Dios, eres hermosa. ⎯Me aprieta ambas manos⎯. Pareces hecha
para mí.
Yo lo aprieto también. ⎯Eso es porque lo soy.
Y sé sin duda alguna que Ronan es mío. Que estaremos juntos en
los buenos y malos momentos, que discutiremos y lloraremos y reiremos
y amaremos.
Él es la guinda de mi pastelito. Mi “felices para siempre”.

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Sobre la autora
Helena Hunting, autora de best-sellers del
New York Times y del USA Today, vive en las
afueras de Toronto con su increíble familia y sus
dos asombrosos gatos, que creen que el mejor lugar
para dormir es su teclado. Escribe todo tipo de
novelas románticas: contemporáneas, comedias de
romance, deportes y angustiosos New Adult.
A Helena le encanta hornear pastelitos, se
sabe que escucha una canción en repetición 1.512
veces mientras escribe un libro, y si tiene que estar
lejos de su familia, prefiere hacerlo en un clima
cálido con sus amigas.

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