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Caso 1

Oscar durante su internado en odontología debe impartir charlas de prevención a escolares de un


colegio secundario. Al preparar sus actividades no considera la etapa del desarrollo evolutivo que
atraviesan los estudiantes (estos son adolescentes) y piensa para sí mismo “creo que será suficiente
la información que les presentaré hoy en estas láminas, total ellos no van a ser odontólogos y no los
veré en otra oportunidad, por lo tanto sólo tomaré en cuenta la información que recibí en las clases
de la universidad.

Al exponer su tema encuentra desinterés en los alumnos, algunos ríen, otros juegan y unos pocos,
preocupados comentan “no entiendo mucho de lo que dice” “¿qué será la placa bacteriana?” “¿Por
qué debo usar el hilo dental para evitar la enfermedad periodontal y qué significa este término?” De
pronto un alumno le pregunta:

“Doctor, ¿qué significa todo lo que nos expuso, no entiendo muchos términos, podría volver a
explicar?”
Estas actitudes disgustan a Oscar quien también responde airadamente: “caramba no entienden
algo tan simple”; enojado y rojo de rabia tira el rotafolio y sale del aula, lo cual sorprende a los
alumnos quienes permanecen en silencio luego del incidente.

Oscar se dirige hacia la dirección del colegio y le cuenta al director su mala experiencia; este le pide
que se calme y responde que en la escuela trabajan algunas habilidades necesarias para la
resolución de conflictos, las que han tenido muy buenos resultados por lo tanto recomienda que se
asista de alguna información que le ayudará en el futuro.

Caso 2

Es un día de mucho trajín en la Facultad de Arquitectura, Gianfranco jefe de departamento está


elaborando un informe que debe presentar al decano en algo menos de una hora y ha tenido una
mañana complicada; la secretaria del área ha faltado y él ha atendido algunas personas y llamadas
en el transcurso del día.

El Gianfranco se encuentra mortificado porque esta situación no le ha permitido terminar el informe


en el tiempo planificado. De pronto, intempestivamente ingresa un alumno a su despacho y
pregunta: “¿cómo puedo obtener mi constancia de haber asistido al seminario de urbanismo?”. El
Gianfranco, muestra una expresión de malestar y piensa “¿por qué no saluda antes de preguntar?
¿Es que acaso no le enseñaron en casa este detalle mínimo?” y su respuesta es: “no es hora de pedir
constancias, además no tienes lo modales mínimos que debe guardar un estudiante universitario,
retírate por favor”.

El alumno sale contrariado y lo manifiesta tirando la puerta, y dice entre dientes “ya está aburrido
debería irse a su casa, que mal carácter tiene”. Una vez fuera de la oficina piensa “y ahora, ¿cómo
hago para adjuntar el certificado a mi curriculum vitae y entregarlo mañana al centro de prácticas?

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