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Diplomado Universitario de

Capacitación Docente en Neurociencias

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Redefiniendo la atención

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Redefiniendo la atención I

Dr. Roberto Rosler


Imagina el siguiente escenario: caminando por una calle de Buenos Aires,
mientras tomas un café, ves a un extraño confundido que mira un pedazo de
papel. Él te pregunta cómo llegar hasta Plaza Francia. Mientras comienzas a
pensar en la respuesta, dos personas (transportando extrañamente una pieza
grande de papel) pasan entre ti y la persona que te consultaba como llegar al
lugar que necesitaba.
Durante esta momentánea interrupción, mirando tu celular, descubres el mejor
camino para orientar al individuo. Luego de señalizarle los puntos de referencia
esenciales, la persona te agradece y sigue su rumbo. Por tu parte, continúas
caminando, sintiéndose bien por su gesto de amabilidad.
Sin embargo, hay una parte sorprendente de esta historia. El individuo al cual
orientaste, no era en realidad el hombre que inicialmente te hizo la pregunta.
Mientras la visión estuvo bloqueada el extranjero original cambió su lugar con
una de las personas que transportaba la madera y ni siquiera te diste cuenta.
Cuando uno se enfrenta a esta realidad, no deja de sorprenderse.
Si eres escéptico acerca de que este tipo de cosas, puedes ir a Internet y ver el
episodio de Inside Nova acerca de la ceguera al cambio (http://bit.ly/2t0xgvb).
Verá que muchas personas no ven el cambio y alegremente le ofrecen direcciones
a alguien a quien nunca antes le han hablado. Tanto en este video como en otras
investigaciones sobre este tema el 50% de la gente no se da cuenta de
modificaciones obvias que suceden justo frente a sus propios ojos
(http://bit.ly/2t13JSb).
Este escenario de la hoja de madera es extrañamente familiar para los docentes.
Algunos días podemos desaparecer detrás de una pared de madera y
transformarnos en un misterioso extraño. Nuestros alumnos apenas lo notarían.
Explicando las distracciones: problemas y soluciones
En todas las salas de profesores uno escucha este repetido lamento: “¿Por qué
mis alumnos no me prestan atención?”.
Esta pregunta proviene directamente del corazón y del alma de los docentes. Uno
ha pasado semanas durante el verano preparando un programa e incorporando
las últimas estrategias didácticas. Se ha dedicado todo un sábado a generar una
clase que inspire a sus alumnos. Incluso ha dado la clase de hoy con un ímpetu
y un brío que sería la envidia de un entrenador de Los Pumas, la Selección de
rugby de Argentina. Todo lo que uno mendiga es que nuestros estudiantes nos
presten atención y ni siquiera ellos lo hacen. ¿Qué otra cosa podemos hacer?
Mientras recuerda esta profunda frustración, tan común en la experiencia de
muchísimos docentes, haga este ejercicio de dos pasos:
Primero imagine que les hace a sus alumnos esta pregunta: ¿por qué es tan difícil
prestar atención en clase?

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¿Qué piensa que le contestarían? Tómese un momento para anotar sus probables
respuestas (volveremos más adelante a esta lista así que manténgala a mano).
Las respuestas de sus alumnos se diferenciarán dependiendo de sus
circunstancias específicas: el grado y la materia que enseña; la escuela en la que
trabaja y la persona que usted trae al aula. Pero sin importar las circunstancias
probablemente acertará muchas respuestas con facilidad.
Una lista representativa sería algo parecido a esto:

• Hace calor en esta aula.


• Todo pasa tan rápido.
• Tengo hambre.
• Él me está molestando.
• El ruido en el corredor dificulta mi concentración.
• No entiendo.
• Estoy cansado.
• Y la respuesta más temida: ¡es tan aburriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiido!

Paso dos de este ejercicio: pregúntese a usted mismo y a sus colegas cómo
contestarían esta misma pregunta. Mientras observa la vida de sus alumnos, ¿qué
es lo que les dificulta prestar atención? Nuevamente tómese unos minutos para
agregar esta información a su lista.
Cuando se les hace esta pregunta, los docentes típicamente identifican varios
problemas:

• No duermen lo suficiente.
• La tecnología actual acostumbra a los alumnos a cambiar su foco
atencional demasiado a menudo.
• No es normal ni saludable para los alumnos estar sentados inmóviles
durante tantas horas.

Encabezado # 1: Tanto los alumnos como los docentes pueden rápidamente


identificar varios problemas potenciales con la atención.
Encabezado # 2: Debido a que conocemos cuáles son los problemas buscamos
nuevas soluciones para ellos.
Pero una vez que los docentes comienzan a comprender los conceptos de la
neurosicoeducación nos damos cuenta de que tenemos estos encabezados más
o menos al revés. En realidad, fundamentalmente, malinterpretamos los
problemas que tienen nuestros alumnos con la atención. Y una vez que
los comprendemos, resulta que ya tenemos muchas soluciones efectivas al
alcance de la mano.
Nuestros alumnos no tienen problemas de atención. En realidad, cuando uno no
se da cuenta del cambio detrás de la hoja de madera tampoco uno tiene un
problema con la atención. Ayuda a comprender esta sorprendente afirmación
imaginarse un sitio en construcción.

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En frente de su escuela alguien compró un terreno para construir una casa.
Cada día aparecen hombres y mujeres con cascos, llevando intimidantes
herramientas y hacen todo tipo de ruidos. A medida que las semanas pasan la
estructura va creciendo y uno no puede dejar de admirar la casa y a la gente que
la construye.
Desde el punto de vista del observador, tiene sentido hablar de la gente que
construye la casa. Desde la óptica de los participantes, sin embargo, nadie
construye una casa. Viene un grupo de especialistas y coloca los cimientos. Luego
viene otro grupo y construye la estructura. Luego vienen más especialistas:
plomeros, electricistas, pintores y techadores.
Aunque fue construida una casa, nadie en realidad lo hizo. En lugar de esto cada
uno de los especialistas creó partes específicas y estas partes se unieron para
crear una totalidad más grande.
Los que estudian la neurosicoeducación piensan acerca de la atención de la
misma forma. La atención es la casa creada por los subprocesos cognitivos, pero
ninguno de estos subprocesos crea la atención. Cada uno contribuye con un
elemento esencial y estos elementos se unen para crear una totalidad más
grande: la atención.
Por esta razón, los docentes necesitan repensar sus propios esfuerzos para
ayudar a que los alumnos presten atención. Hemos estado pensando en la
atención como una única cosa y hemos estado insistiendo en que nuestros
alumnos nos la presten.
Si comprendemos la atención en esta nueva forma, nos damos cuenta de que
debemos focalizarnos en estos subprocesos cognitivos. Si ayudamos a nuestros
alumnos a que logren realizar estas subtareas, el resultado será su atención. Pero
no necesitamos enfatizar en la atención, debemos acentuar en qué partes deben
unirse para generar una hermosa totalidad atenta.
Bibliografía:

• Petersen SE, Posner MI. The attention system of the human brain: 20
years after. Annu Rev Neurosci. 2012;35:73-89. doi: 10.1146/annurev-
neuro-062111-150525. Epub 2012 Apr 12.
<https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3413263/>

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