Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Celulosa Arauco se creó tras la fusión de Industrias Arauco y Celulosa Constitución en el año
1979. El gobierno chileno había constituido ambas sociedades unos veinte años antes con el fin
de desarrollar nuevos recursos forestales, mejorar la calidad del suelo de plantaciones y
fomentar la creación de puestos de trabajo. A finales de los años setenta, el gobierno de Chile
puso en marcha un amplio programa de privatizaciones en todo el país, que tuvo como resultado
la venta de Industrias Arauco en el año 1977 a Compañía de Petróleos de Chile (COPEC), un
gran grupo industrial dedicado a actividades relacionadas con el petróleo y el gas, la pesca, la
explotación forestal y la celulosa. Dos años después, en 1979, COPEC compró la sociedad
Celulosa Constitución y fusionó ambas entidades, dando así origen al nacimiento de Celulosa
Arauco (normalmente sólo denominada Arauco).
Arauco dio comienzo su plan de expansión durante los años ochenta, en los cuales
se dedicó a la compra de terrenos y de plantaciones, así como a la instalación de
nuevos equipos técnicos destinados a aumentar su eficiencia interna y poder
competir eficazmente en el campo de la celulosa de mercado de todo el mundo. El
plan de expansión dio buenos resultados a la empresa, de manera que su patrimonio
ii iii
total en hectáreas pasó de 170.000 en 1980 a 1.200.000 hectáreas en el año 2003 .
A lo largo de los años noventa, la compañía aumentó su capacidad mediante la
construcción de una nueva línea de producción en la fábrica de Arauco, instalando
nuevos sistemas de blanqueado, poniendo en marcha nuevas líneas de productos y
ampliando la generación de energía en sus plantas. En el año 1996, Arauco se
introdujo en Argentina a través de la compra de la sociedad Alto Paraná, ampliando
así la oferta global de productos, las propiedades de terrenos y la capacidad de
fabricación de la compañía.
Poco después del año 2000, Arauco amplió de nuevo espectacularmente su capacidad
de explotación mediante la compra de su tercera fábrica en Chile, el aumento de la
producción en Argentina y su introducción en los mercados de molduras MDF
(medium density fibreboard o cartón madera de densidad media) y HB (hardboard o
cartón madera de densidad superior) a través de la compra de participaciones en
plantas de aserraderos como Cholguán y Trupán. A finales del año 2001, la
compañía puso en marcha un proyecto de inversión de tres años de duración
mediante el que pretendía construir su nueva fábrica, la denominada Planta Valdivia,
a un coste estimado de 600 millones de dólares estadounidenses. La planta de
Valdivia inició por fin sus operaciones en el mes de enero de 2004, y su coste total
de construcción fue finalmente de 1.200 millones de dólares, novecientos de los
cuales se dedicaron a la compra de los activos de la fábrica (una planta de
producción de celulosa y otros activos diversos) y los otros trescientos millones se
dedicaron al establecimiento de una plantación forestal de 100.000 hectáreas de
iv
superficie . La planta se convirtió así en la quinta mayor del mundo de fabricación
de celulosa kraft blanqueada y en la primera de Chile.
En el año 2004, Arauco era una de las más importantes empresas forestales del
mundo en cuanto a superficie de plantaciones y a resultados. Asimismo, la empresa
se dedicaba a la producción de celulosa de madera kraft de mercado, de madera
aserrada y de paneles de madera, y contaba con plantaciones forestales distribuidas
por todo Chile, Argentina y Uruguay. Por otro lado, poseía oficinas comerciales en
Argentina, Brasil, México, Holanda, Japón y Estados Unidos, así como concesiones
de distribución en Perú, Colombia, Venezuela, Corea, Taiwán, Tailandia, Malasia y
la India. En el Anexo 1 se muestra la estructura corporativa de Arauco. COPEC era
el accionista mayoritario de Arauco, con una participación del 99,98 por ciento en su
capital social.
COPEC La sociedad COPEC se constituyó justo después del hundimiento de la Bolsa
v
del año 1929 con objeto de garantizar los suministros de combustibles a Chile .
Durante los años cuarenta con el fin de competir contra la presencia cada vez mayor de
compañías petroleras multinacionales extranjeras, COPEC puso en marcha un programa
de diversificación de actividades, destinado a introducirse en nuevas áreas de negocio
vi
como, por ejemplo, neumáticos, accesorios, maquinaria, equipamientos y vehículos .
Durante los años cincuenta constituyó una empresa conjunta con el gigante multinacional
Mobil con el objeto de crear una planta de lubricantes, y en los años sesenta se lanzó al
negocio de gas licuado presurizado y al suministro de combustible para aviación. En el
momento en que empezaron a reducirse las restricciones fijadas por el gobierno, Chile
empezó a exportar cada vez con mayor intensidad. COPEC aprovechó entonces esa
oportunidad para adquirir las sociedades Celulosa Constitución y Celulosa Arauco y
fusionarlas en una sola con el fin de crear una gran empresa exportadora de celulosa de
mercado. Más tarde, COPEC compró muchas otras empresas pertenecientes a sectores de
lo más diversos como, por ejemplo, de tecnología informática, turismo, distribución y
pesca.
La propiedad de COPEC estaba en manos del grupo Angelini, perteneciendo la mayoría
de las acciones del grupo a Anacleto Angelini, hombre considerado como uno de los diez
vii
más ricos de América Latina según la revista Forbes . Al término del año 2003, la
capitalización bursátil de COPEC era de alrededor de 9.300 millones de dólares
estadounidenses, lo cual representaba el doce por ciento de la capitalización bursátil
de todas las empresas cotizadas en Bolsa de Chile. Las ventas consolidadas de COPEC se
situaban en torno a los 2.700 millones de dólares y los resultados de explotación
ascendían 375 millones de dólares. A pesar de que el 35 por ciento de las ventas de
viii
COPEC procedía de actividades forestales, los beneficios del grupo estaban
estrechamente vinculados a los precios de la celulosa, ya que el 78 por ciento del
EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos y amortizaciones totales) se originaba
ix
directamente en Arauco . Otras ventas importantes del grupo procedían de los
combustibles (60,4 por ciento), de la pesca (1,4 por ciento) y de otras inversiones
diversas (3,2 por ciento).
La estrategia de Arauco
Arauco hablaba así de su estrategia básica en la carta a los accionistas publicada en su
Memoria Anual:
La idea principal en la que se basa nuestra estrategia mundial es fortalecer nuestra
posición como una de las empresas forestales más importantes de América Latina,
aprovechando el tamaño [de la compañía] para conseguir las economías de escala
necesarias para nuestro posicionamiento como empresa que ofrece una rentabilidad
razonable a sus accionistas, a la vez que cumple adecuadamente sus responsabilidades
con respecto a sus empleados, al país y a las colectividades en las que desarrolla sus
actividades. En el ámbito de los productos forestales, la estrategia de Arauco es
aumentar el valor de sus recursos forestales, formados por pinos radiata y taeda y por
eucaliptos, a través de nuevas compras, pero sobre todo de la realización de un uso
intensivo de las tecnologías más avanzadas en materia de mejoras genéticas, de
x
administración forestal y de protección contra plagas, malas hierbas e incendios .
La compañía consideraba que podía hacer realidad dicha estrategia mediante la
aplicación de un programa de inversiones destinado a aumentar la capacidad, la
eficiencia y la productividad en los productos derivados de la celulosa y de la madera.
A pesar de que la fortaleza principal de la empresa en ese momento estaba en la
madera de coníferas conseguida a través de sus plantaciones de pinos radiata y taeda,
Arauco deseaba aumentar su producción de celulosa de madera dura de árboles
caducifolios mediante la plantación adicional de eucaliptos. A través de la
utilización de métodos forestales avanzados, la empresa esperaba mejorar la calidad
de sus productos y aumentar los márgenes de explotación.
Un analista del sector explicaba así las ventajas de costes de Arauco con respecto a
las empresas competidoras del hemisferio Norte:
Arauco cuenta con una posición comercial privilegiada en el volátil sector de
celulosa de mercado debido a sus capacidades de producción de bajo coste. Así, al
contrario de los fabricantes de celulosa comercial blanqueada procedente de
madera de coníferas existentes en el hemisferio Norte, que necesitan gastar
alrededor de 300 dólares para producir una tonelada métrica de celulosa, Arauco
fabrica celulosa kraft blanqueada de madera de coníferas a un coste inferior a los 200
dólares por tonelada. Como consecuencia de ello, Arauco ha sido capaz de generar
flujos de caja positivos en las fases de recesión del ciclo económico de la celulosa de
mercado. Sin embargo, como todos los fabricantes de celulosa de mercado, Arauco
no es capaz de evitar completamente el impacto de las fluctuaciones de los precios en
sus resultados financieros. Ello se pone de relieve en las medidas de protección
crediticia de la empresa, que han mejorado durante los últimos dos años a medida
que los precios se incrementaban
El presidente de Arauco, Alejandro Pérez, expresaba así su opinión sobre los
resultados de la empresa con respecto a su propia estrategia, a la vista de la difícil
situación económica en Chile:
Durante varios años, la compañía se ha dedicado sobre todo al negocio de la celulosa
debido a que contábamos con bosques jóvenes. Sin embargo, a medida que éstos
iban madurando, hemos desarrollado otros negocios importantes, como los centrados
en la madera y los paneles, que han dado un poco más de estabilidad a los
resultados. Por otro lado, las inversiones que hemos hecho para mejorar nuestro
patrimonio, nuestra fortaleza operativa y las condiciones económicas (como el tipo
de cambio favorable a las industrias dedicadas a la exportación) han ayudado
conjuntamente a reducir los costes de explotación. Además, existe una tercera razón
que explica por qué somos diferentes de otras grandes empresas chilenas también
presentes en Argentina, que radica en que nosotros estamos orientados hacia la
exportación. La crisis económica en Argentina nos ha afectado negativamente como
a otras empresas, pero nuestro enfoque nos ha permitido conseguir acceso a otros
xii
mercados y así capear el temporal .
Un observador del sector afirmaba lo siguiente acerca de la dependencia cada vez
menor de Arauco con respecto a la celulosa: “La empresa … ha diversificado sus
áreas de negocio con el fin de minimizar los efectos negativos de la volatilidad de los
precios de la celulosa, ya que ésta es una de sus fuentes principales de ingresos. Ese
intento de ampliar los horizontes de la compañía ya ha tenido algunas repercusiones
en su propia imagen; así, tradicionalmente se la denominaba Celulosa Arauco y
Constitución (Celarauco) o Celco, pero ahora se conoce a la sociedad cada vez más
frecuentemente por el nombre de Arauco
Segmentos de productos
Arauco contaba con los tres segmentos principales de productos: productos de
celulosa, como celulosa kraft blanqueada y sin blanquear; productos forestales, como
madera para pasta y rollizos aserrados; y productos derivados de la madera, en los que se
incluían paneles, madera aserrada y productos madereros remanufacturados. En los
Anexos 2 y 3 se muestra un resumen de los principales indicadores financieros de
Arauco, así como información sobre sus empleados y sobre las ventas por segmentos de
productos.
Celulosa
La celulosa se empleaba principalmente para la fabricación de papel y de productos de
cartón, a pesar de que esta materia también se utilizaba para la fabricación de otros
xiv
productos como rayón, películas fotográficas, celofán y explosivos . El noventa por
ciento de la celulosa mundial procede de la madera y el diez por ciento restante se extrae
de materias alternativas como el algodón, la caña de bambú, el bagazo de la caña de
xv
azúcar, el kenaf, el lino y el cáñamo .
Procesos y clases. Existían dos procesos principales para la fabricación de pasta virgen:
celulosa mecánica y celulosa química. La celulosa mecánica se fabricaba directamente a
partir de rollizos troceados o de trozos más pequeños de madera y se utilizaba
principalmente en papeles de pasta mecánica, en papel de prensa y en tejidos. La celulosa
química se subdividía en los dos grupos siguientes: celulosas al sulfito y celulosas kraft
(o al sulfato). La celulosa al sulfito exigía un proceso químico de cocción o desfibrado en
el cual los trozos de madera se cocían en un líquido que contenía dióxido de azufre y
calcio, magnesio, sodio o sulfito amónico. La celulosa al sulfito fue la más utilizada
hasta los años treinta del siglo pasado, pero en el año 2003 su fabricación era muy
escasa y se calcula en sólo alrededor del cinco por ciento el total de celulosa producida
por este método en aquel momento. A pesar de que el proceso de sulfito permitía fabricar
una celulosa más brillante y con un rendimiento superior al de la celulosa kraft, sin
embargo no era tan versátil como el procedimiento de sulfato o kraft. Por otro lado, era
más difícil recuperar los componentes químicos derivados del proceso de sulfito.
En el año 2004, el proceso kraft o al sulfato era el método de desfibrado químico
predominante en el mundo y Arauco lo había elegido como el único para la producción
de toda su celulosa. La palabra kraft procede del alemán, idioma en el que significa
“fuerte”. La celulosa kraft se fabricaba a partir de trozos de madera que se cocían en
una solución alcalina durante varias horas. Los componentes químicos disolvían la
lignina, que se retiraba después, dejando sólo las fibras. La celulosa kraft era de color
marrón, por lo cual debía blanquearse para la mayor parte de las aplicaciones. Así por
ejemplo, las bolsas de papel marrón se fabricaban a partir de papel kraft sin blanquear.
Para fabricar papel blanco, la celulosa se blanqueaba al final del proceso de desfibrado.
La celulosa virgen procedente de madera dura de árboles caducifolios producía un papel
más suave, mientras que la celulosa procedente de madera de coníferas (como, por
ejemplo, de pino radiata) producía un papel más fuerte. Las fibras vírgenes se
procesaban por lo general a partir de rollizos o de trozos más pequeños de madera para
pasta y de otros residuos de aserradero.
Había diversos tipos de celulosa kraft que se comerciaban en el mercado mundial. La
celulosa podía estar blanqueada o sin blanquear y proceder de madera dura de árboles
caducifolios o de madera de coníferas. De esa manera, se le asignaban nombres distintos
con el fin de indicar una clase particular de celulosa: celulosa kraft blanqueada (BKP,
según sus siglas en inglés), celulosa kraft blanqueada de madera de coníferas (BSKP,
según sus siglas en inglés), celulosa kraft blanqueada de madera dura de árboles
caducifolios (BHKP, según sus siglas en inglés) y celulosa kraft sin blanquear (UKP,
según sus siglas en inglés). Dentro del grupo de celulosa blanqueada kraft de madera de
coníferas (BSKP) existían otros tipos de categorías como, por ejemplo, la celulosa kraft
blanqueada de madera de coníferas del hemisferio Norte, que se fabricaba
principalmente en Canadá, Estados Unidos, Rusia y los países escandinavos. En lo que
respecta a la celulosa kraft blanqueada de madera dura de árboles caducifolios, sus
categorías más comunes eran las correspondientes a la celulosa kraft blanqueada de
eucalipto (BEKP, según sus siglas en inglés), que se producía sobre todo en América
Latina, y la celulosa kraft mixta de madera dura de árboles caducifolios
septentrionales (NMHW, según sus siglas en inglés), que se producía en el hemisferio
Norte.
La producción de celulosa de Arauco. Más del cincuenta por ciento de los ingresos
de Arauco procedía de las ventas de celulosa. A principios del año 2004, Arauco
contaba con las siguientes cinco fábricas de celulosa en Chile: Arauco I, Arauco II,
Constitución, Licancel y la recientemente construida Planta Valdivia. La compañía
también poseía otra fábrica de celulosa, que formaba parte de la sociedad argentina
Alto Paraná, propiedad total de Arauco. En el Anexo 4 se ofrece información de cada
una de esas fábricas.
Las fábricas Arauco (la I y la II) se encontraban situadas a 600 kilómetros al sur de la
xvi
capital de Chile, Santiago, en la que se conocía como región octava del país. La
capacidad productiva anual de Arauco I era de 290.000 toneladas métricas de
celulosa kraft de eucalipto ó 200.000 toneladas métricas de celulosa kraft
blanqueada. Arauco II fabricaba sólo celulosa de pino radiata blanqueada y su
capacidad de fabricación anual era de unas 500.000 toneladas. Ambas fábricas
estaban dotadas de la capacidad necesaria para producir celulosa elemental sin cloro
(un tipo de celulosa que evitaba la utilización de gases de cloro perjudiciales para el
medio ambiente). La fábrica Constitución se encontraba situada a 360 kilómetros al
sudoeste de Santiago, en la región séptima de Chile, y poseía una capacidad
productiva de 355.000 toneladas métricas. La fábrica Licancel producía pasta de
madera elemental kraft de pino radiata blanqueada sin cloro, que se utilizaba
fundamentalmente para la fabricación de papeles para impresión, escritura,
higiénicos e industriales. Su producción era de alrededor de 120.000 toneladas al
año. Por último, la fábrica de Alto Paraná, ubicada en Misiones (Argentina),
producía aproximadamente 350.000 toneladas al año de pasta blanqueada de madera
kraft de coníferas procedente de pinos taeda, suministrada por sus propias
plantaciones y por otros proveedores independientes.
La compañía era la mayor productora mundial de celulosa kraft no blanqueada de
madera de coníferas, controlando el 15,8 por ciento del mercado global. Arauco se
dedicaba principalmente a exportar a todas las regiones del mundo, siendo Asia el
continente al que se dirigía la mayoría de sus exportaciones. Las ventas de celulosa
generaron 709,8 millones de dólares estadounidenses (o, lo que es igual, el 48,7 por
ciento del total de ventas) a Arauco en el año 2003. En el Anexo 5 se muestran las
cifras de exportación de celulosa de la sociedad.
La venta de celulosa de mercado. Arauco comercializaba toda la celulosa
blanqueada con la denominación de “Arauco” y la celulosa sin blanquear con el
nombre de “Celco”. La celulosa era un producto que se comercializaba
principalmente en precio y servicio, desde los fabricantes de celulosa a los
fabricantes no integrados de papel. Arauco tenía como objetivo el establecimiento de
relaciones comerciales a largo plazo con fabricantes no integrados de papel a través
del suministro de celulosa de alta calidad y de precios competitivos. El coste de
producción de Arauco por tonelada de celulosa se detalla en el Anexo 6. Aparte de
esos costes directos, se encontraban los gastos administrativos y comerciales cuyo
valor medio suponía aproximadamente el nueve por ciento de los ingresos anuales.
El coeficiente beta de activos de producción y venta de celulosa era del 0,9.
Por otra parte, Arauco controlaba muy estrechamente sus inventarios con el fin de
vender su celulosa blanqueada y sin blanquear a los precios de mercado más
favorables. En el Anexo 7 se ofrecen los precios CIF (coste, seguro y flete) de la
celulosa chilena blanqueada y sin blanquear de madera de pino por tonelada métrica.
Actividad forestal
Los productos forestales de Arauco se clasificaban en rollizos aserrados y madera para
pasta. La compañía era la mayor propietaria de pinos radiata de Chile, donde poseía el
33 por ciento de las plantaciones totales del país. El pino radiata era una conífera de
rápido crecimiento que tenía fama de poseer una madera de alta calidad. Las condiciones
climatológicas de Chile eran perfectas para el desarrollo de los pinos radiata y, por lo
general, se consideraba a ese país como el poseedor de los recursos naturales más
valiosos en cuanto a pinos radiata de todo el mundo. Las utilizaciones más frecuentes
del pino radiata eran: el enchapado decorativo, los trabajos de modelado, la construcción
pesada y ligera, la carpintería de obra, los paneles, los productos de celulosa y de papel,
los revestimientos de paneles de madera, los recipientes de embalaje, las cajas, los
cajones, la construcción de edificios y la fabricación de materiales.
A causa de la calidad del terreno, los pinos radiata de Chile ofrecían una rentabilidad
muy elevada por hectárea, lo que hacía posible plantar gran número de pinos por
hectárea. Los primeros siete a doce metros de un pino radiata se consideraban los de
mejor calidad del árbol y se utilizaban en aserraderos y fábricas de madera
contrachapada o bien se exportaban como rollizos aserrados. Los siguientes ocho a trece
metros del árbol se destinaban a aserraderos o a fábricas de celulosa dependiendo del
diámetro y de la densidad de distribución de los nudos. La sección superior del árbol se
empleaba para la fabricación de celulosa y de cartón madera de densidad media (MDF,
según sus siglas en inglés). En el Anexo 8 se ofrece un diagrama del árbol y de sus usos
múltiples. En Chile, la recogida de troncos para celulosa podía realizarse de dieciséis a
dieciocho años después de la plantación de los árboles, y la de troncos de alta calidad
para aserradero podía hacerse a los veinticinco años de su plantación. Por el contrario,
los troncos para celulosa que se cultivaban en el hemisferio Norte podían recogerse sólo
de dieciocho a cuarenta y cinco años después de la plantación de los árboles y los troncos
para aserradero requerían de cincuenta a ciento cincuenta años.
Administración forestal. El patrimonio forestal de Arauco se encontraba geográfica-
mente distribuido en tierras de labranza. Con el fin de controlar los incendios forestales,
la compañía contaba con una organización especializada en la identificación y la
eliminación continuas de todos los peligros potenciales. En el Anexo 9 se presenta un
resumen de las propiedades forestales y de terrenos de Arauco en Chile a finales del año
2003. Por otro lado, la compañía poseía 200.000 hectáreas adicionales en Argentina y en
Uruguay.
A través de los avances técnicos logrados en el campo de la genética y de la lucha contra
las plagas, Arauco estaba siempre intentando mejorar la calidad de sus plantaciones. La
división de investigación y desarrollo (I+D) de Arauco, denominada Bioforest, había
conseguido logros muy importantes entre los que destacaban la reproducción genética de
pinos radiata y de eucaliptos de alta calidad. Asimismo, la compañía estudiaba la
fertilidad de los terrenos y los insectos, con el propósito de elaborar estrategias para el
control de las plagas. Entre otros métodos para exterminar los parásitos, la empresa
utilizaba especies naturales depredadoras concebidas biológicamente y reproducidas en
sus propios laboratorios.
Productos derivados de la madera
A partir de sus plantaciones, la compañía proporcionaba rollizos de madera a
aserraderos, a fábricas de celulosa y a fábricas de elaboración de paneles (madera
contrachapada). Forestal Arauco también vendía troncos de árboles y gran variedad de
madera troceada en el mercado abierto. Arauco complementaba su producción de
rollizos para celulosa con compras realizadas en el mercado chileno. Las plantaciones
propiedad de Arauco cubrían aproximadamente las dos terceras partes de la materia
prima necesaria para su producción. El tercio restante lo compraba a otros
proveedores y propietarios forestales.
La empresa empleaba a contratistas independientes para realizar la mayor parte de
sus actividades (plantación, mantenimiento, raleo, podado, recogida, transporte y
construcción de caminos de acceso). En el año 2003, la compañía empleaba a más de
diez mil trabajadores a través de más de trescientos acuerdos de subcontratación, y
muchos de sus contratistas mantenían relaciones comerciales con Arauco desde hacía
muchos años. Una de las actividades más importantes realizadas por los contratistas
independientes era el transporte desde las plantaciones forestales y entre las fábricas
y los puertos. Quince años antes, Arauco era propietaria de un parque completo de
camiones de transporte, pero en el año 2003 la compañía había subcontratado la
mayor parte de sus necesidades de transporte. En algunos casos, Arauco ofrecía
financiación a los propietarios de camiones con el ánimo de expandir y mejorar sus
servicios. Arauco hacía todo lo posible por establecer relaciones estables a largo
plazo y formalizaba contratos renovables de hasta tres años de duración con
propietarios y gestores de parques de camiones.
Aserraderos. Estos centros se dedicaban a limpiar, secar, cortar y trocear los troncos
de los árboles hasta convertirlos en madera aserrada. Los aserraderos de Arauco
variaban en cuanto a capacidad y competencias, ya que algunos de ellos estaban
ideados para producir madera aserrada verde (esto es, madera no secada en horno)
mientras que otros estaban pensados para trabajar con madera secada en hornos y
con productos de madera remanufacturados. Arauco había construido sus
aserraderos de manera estratégica muy próximos a sus plantaciones con el fin de
reducir los costes de transporte y el tiempo. La compañía poseía once aserraderos en
Chile y otros dos en Argentina que repartían su producción entre madera aserrada
(verde o secada en horno) y productos de madera remanufacturados, con una
capacidad de producción anual de 2,5 millones de metros cúbicos de madera.
Asimismo, era propietaria de cinco instalaciones de remanufacturado que fabricaban
productos de madera remanufacturados derivados de madera aserrada reprocesada.
Al igual que hacía en sus operaciones forestales, Arauco empleaba contratistas
independientes para realizar los trabajos de todos sus aserraderos e instalaciones de
remanufacturado.
Las ventas de Arauco de productos procedentes de los aserraderos ascendían a
401,6 millones de dólares estadounidenses en el año 2003, lo que representaban un
27,5 por ciento de las ventas totales de la empresa. Las fábricas poseían una
capacidad productiva total de 5,4 millones de metros cúbicos de rollizos aserrados y
de 2,65 millones de metros cúbicos de madera. El aserradero denominado Horcones
II en Chile y el llamado Misiones en Argentina se construyeron durante el primer
trimestre del año 2000 con el propósito de incrementar la capacidad de producción
en 520.000 metros cúbicos de madera aserrada al año. El coste de la inversión hecha
por Arauco fue de unos 52 millones de dólares. Al mismo tiempo, Arauco adquirió la
empresa Forestal Cholguán, gracias a lo cual se hizo con la propiedad del aserradero
Cholguán, por lo que así consiguió aumentar su capacidad productiva en 300.000
metros cúbicos adicionales de madera al año.
Paneles. Arauco fabricaba madera contrachapada y paneles de fibra, lo cual representaba
el 20,4 por ciento de las ventas totales de la compañía en el año 2003. La empresa había
incrementado su capacidad productiva, en primer lugar, construyendo una planta de
fabricación de madera contrachapada en 1997 al coste de 44 millones de dólares y que
aumentó su capacidad en 230.000 metros cúbicos. En el año 2000, construyó una
segunda planta al coste de 30 millones de dólares y la producción total de la instalación
alcanzó la cifra de 340.000 metros cúbicos. La sociedad Maderas Prensadas Cholguán, S.
A. también pasó a formar parte de Arauco cuando ésta compró Cholguán en el año 2000,
aumentando así su capacidad de fabricación en alrededor de 300.000 metros cúbicos.
Durante el año 2002, se construyeron dos nuevas fábricas, una en Chile y otra en
Argentina, al coste de 135 millones de dólares, lo que añadió una capacidad de
producción conjunta de 500.000 metros cúbicos. Gracias a todas esas inversiones, la
capacidad productiva de Arauco en aquel momento era superior al millón de metros
cúbicos al año, lo que la convertía en uno de los fabricantes más grandes de paneles de
América del Sur.
Alto Paraná
Arauco compró la sociedad Alto Paraná en el año 1996, con el objetivo principal de
emprender negocios rentables en Argentina. La adquisición incluía una fábrica de
celulosa y diversas plantaciones. Alto Paraná se encontraba situada a 1.300 kilómetros al
noroeste de Buenos Aires, en la provincia argentina de Misiones. La planta de Alto
Paraná era la fabricante principal del mercado de celulosa de Argentina, con una
capacidad de producción de 350.000 toneladas al año de celulosa kraft blanqueada
procedente de madera de coníferas.
Arauco obtenía materias primas de las plantaciones de Alto Paraná. A pesar de que las
plantaciones se extendían en una superficie de 173.000 hectáreas, sólo 86.000
estaban plantadas. Como esas plantaciones no eran suficientes para la capacidad de
la fábrica de celulosa de Alto Paraná, aproximadamente la mitad procedía de terceros.
Alto Paraná realizaba frecuentemente negociaciones con terceros en base a los precios, la
calidad, la disponibilidad y los plazos de entrega. Algunas veces, las negociaciones
acerca de los precios implicaban al gobierno local, ya que la industria forestal era una de
las principales fuentes de riqueza de la provincia de Misiones. La proximidad de los
recursos procedentes de terceros era otra de las preocupaciones de más importancia para
la empresa, ya que los costes de transporte reducían enormemente los márgenes de
explotación.
La fábrica de Alto Paraná se encontraba muy alejada de los principales puertos de
Argentina. Por esa causa, no era razonable ni rentable transportar materia prima
procedente de otros países. Las principales zonas forestales de Argentina se hallaban
situadas en las provincias de Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Chaco y Patagonia.
Aparte de Misiones, provincia en la que estaba ubicada Alto Paraná, Corrientes era la
provincia más cercana, a 300 kilómetros de distancia de las instalaciones de la empresa.
En el año 2003, la provincia de Corrientes poseía plantaciones de pinos y de eucaliptos
esparcidas en superficies de 117.000 y 71.000 hectáreas respectivamente.
En el Anexo 10 se muestran los costes aproximados de transporte dentro de Argentina.
Por otro lado, existían los costes de carga y descarga asociados al traslado de la materia
prima desde las plantaciones forestales hasta las plantas. Los propietarios de las
plantaciones argentinas podían elegir entre exportar la madera a otros países o venderla a
empresas situadas en el propio país. Se calculaba que las empresas que se citan a
continuación necesitarían aproximadamente 50.000 toneladas de celulosa de mercado
cada una de ellas. Las principales sociedades argentinas que necesitaban madera como
materia prima eran las siguientes:
Celulosa Argentina S. A., compañía especializada en la producción de celulosa
blanqueada, con sede en Santa Fe, a 900 kilómetros de Paraná, con una capacidad
productiva de 95.000 toneladas al año.
Flapac S. A., empresa fabricante de madera contrachapada y paneles, con sede en la
provincia de Buenos Aires, a unos 1.000 kilómetros de Alto Paraná, y con una capacidad
productiva de 50.000 toneladas al año.
Ledesma S. A., empresa fabricante de cuadernos y papel comercial, con una planta
de producción en San Luís, a 1.400 kilómetros de Alto Paraná. Ledesma produce
alrededor de 85.000 toneladas de papel al año, aunque la mayor parte de la materia
prima que necesita para elaborar la celulosa procede de caña de azúcar.
Massuh S. A., empresa fabricante de celulosa y de papel, con una producción de
120.000 toneladas al año. Su planta de celulosa y de papel se encuentra situada en
Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, a más de 1.300 kilómetros de Alto Paraná.
Papelera Jujuy, empresa fabricante de papel, con sede en Jujuy, a 1.100 kilómetros de
Alto Paraná, con una capacidad productiva de 50.000 toneladas al año.
Papelera Tucumán, compañía fabricante de papel, con sede en Tucumán, a unos
1.000 kilómetros de Alto Paraná y con una capacidad de producción de 50.000
toneladas anuales.