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Fernando y Chepito:
encuentro histórico,
comunión y resurrección
Reflexión
Fernando y Chepito: encuentro histórico,
comunión y resurrección
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pocos dan de manera realmente profunda. Lo vivo en nosotros
aprende a hablar con lo vivo de quien murió, con el tremendo
sentimiento de soledad que puede provocar el sentirse tan cer-
ca de quien ya no se tiene físicamente al lado. Convivir desde
el recuerdo es llevar el luto como palabra aún pronunciada al
fallecido. Por eso duele tanto y tantos dejan de esforzarse. Sin
embargo, posiblemente la única manera de plantearse la vida
como apertura y constancia sea, precisamente, el hacer del luto
una lucha contra la muerte, la apatía y el ensimismamiento. Esto
parece contradictorio, ¿cómo el recuerdo de la muerte puede
ayudarnos a batallar contra las fuerzas históricas de la muerte?
Esta pregunta, lejos de ser una paradoja, es un motor que sólo
se resuelve discerniendo el carácter histórico y el horizonte al
que se apunta. Primero, la muerte y la ausencia no cortan de
tajo las experiencias singulares, sonrientes, de esperanza que
vivimos junto a quien ya no está. La muerte nos separa pero
no nos borra el amor, ni la sonrisa, si concebimos que, en su
recuerdo, late todavía en nosotros. Segundo, las fuerzas históri-
cas de la muerte, en situaciones tan duras como las que hemos
vivido en la contrainsurgencia de 1982 en Guatemala, existen
como hambre, como propiedad privada, como apropiación
de la fuerza de trabajo y adoración del capital. Para quienes
fueron asesinados en la guerra, para quienes fueron violadas y
reprimidos, la muerte del ayer se actualiza en los encarcelados,
en los secuestrados, en los desalojos, en el hambre de quienes
han sido despojados de toda posibilidad para subsistir, ya que
son tirados a la frialdad del mercado laboral, a enfrentarse entre
sí para ocupar los puestos de explotación del capital. Estas son
las fuerzas históricas de la muerte: la desesperación de la madre
frente al hambre de su bebé, el trabajo agobiante en la maquila,
el miedo por el desalojo debido a finqueros, congresistas, poli-
cías y narcotraficantes. Muchos de quienes hace un poco más
de treinta años se levantaron contra el estado de cosas de muer-
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Encuentro y comunión revolucionaria desde las montañas de Guatemala
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Encuentro y comunión revolucionaria desde las montañas de Guatemala
22 Incluso dentro de los Evangelios hay que aprender a leer históricamente los
propósitos de cada uno de los escritores. Concuerdo con la exposición de José
Antonio Pagola (2007), quien muestra el público creyente a quien iba dirigido
cada evangelio y las construcciones de fe que los mismos evangelistas construyeron,
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Fernando Hoyos y Chepito Ixil, 1980-1982
tal como Lucas que pone en labios de Jesús una seguridad y entrega al Padre en
sus últimos momentos. No así Marcos, quien desnuda esta relación y muestra el
abandono de Jesús por todos, incluso Dios.
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Encuentro y comunión revolucionaria desde las montañas de Guatemala
Fotografía No. 10
La cruz de Chepito.
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Encuentro y comunión revolucionaria desde las montañas de Guatemala
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Fernando Hoyos y Chepito Ixil, 1980-1982
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