Está en la página 1de 98

TRATAMIENTO PSICOLÓGICO:

APLICACIONES (PRÁCTICAS)

Módulo: Habilidades del Terapeuta

Profas. M. Pilar Martínez y Elena Miró

1
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO: APLICACIONES (PRÁCTICAS)
Módulo: Habilidades del Terapeuta

Profas M. Pilar Martínez y Elena Miró

El objetivo del presente taller es proporcionar al alumno/a los conocimientos


básicos necesarios acerca de las destrezas/habilidades del terapeuta que pueden facilitar
o interferir el establecimiento de una relación terapéutica efectiva. El taller sigue las
recomendaciones para el entrenamiento y la práctica clínica de las habilidades del
terapeuta recogidas en el Task Force on Evidence-based Therapy Relationships
(Norcross y Lambert, 2011, 2019). Los contenidos se desarrollan en un total de cinco
sesiones. Cada sesión consta de una primera parte en la que se exponen las principales
características y pautas de actuación relativas a una habilidad clínica dada, seguida de
una segunda parte en la que se supervisa el trabajo práctico (p. ej., role-play, análisis de
escenarios clínicos, ejercicios de lápiz y papel) desarrollado por los/las estudiantes en
relación a esa habilidad. Al final de estas sesiones será necesaria la entrega (mediante
grabación en video) de un último role-play de la práctica en el que se integren todas las
destrezas aprendidas (sexta sesión). Se dedicarán varias tutorías a la visualización y
comentario en grupo de estos role-play finales realizados por los/las alumnos/as. Los
principales ejercicios recogidos en este cuaderno están basados/tomados de los textos de
Rojí (1990), Ruiz y Villalobos (1994), Cormier y Cormier (2000), Fernández-Liria y
Rodríguez-Vega (2008), y Rojí y Cabestrero (2013). En el apartado de bibliografía se
presenta un listado detallado de referencias de interés.

1ª Sesión: Pre-requisitos de las intervenciones terapéuticas y condiciones relacionales


nucleares de toda relación clínica.
2ª Sesión: Empatía.
3ª Sesión: Respuestas de escucha (clarificación, paráfrasis, reflejo y resumen).
4ª Sesión: Respuestas de acción (sondeo, afirmación de la capacidad, confrontación,
interpretación, instrucciones, encuadre e información).
5ª Sesión: Autorrevelación e inmediatez.
6ª Sesión: Integración de las habilidades terapéuticas.

------
Nota: Este material es de uso interno de las Profesoras M. Pilar Martínez y Elena Miró,
responsables de la asignatura «Tratamiento Psicológico: Aplicaciones» en los grupos
T1-T2 y M1, respectivamente.

2
PRIMERA SESIÓN: PRE-REQUISITOS DE LAS
INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS

1. ¿QUÉ SON LAS HABILIDADES DEL TERAPEUTA?

En la actualidad se acepta ampliamente, por parte de personas de diferentes


orientaciones teóricas, que la relación terapéutica es un elemento muy importante
dentro del proceso de evaluación y terapia. Las variables asociadas al terapeuta son
variables “contaminadoras” del proceso terapéutico, junto a las del paciente, las del
contexto clínico, físico, y social, en el sentido de que median de forma positiva o
negativa los resultados de la evaluación y del tratamiento. No siempre estas habilidades
y destrezas han recibido la atención que merecen, lo que ha llevado en muchas
ocasiones a considerar al psicólogo como un técnico interesado únicamente en el
cambio conductual. A partir de los años 60 diversos estudios, como los realizados por
Lazarus, Goldstein y Sweet, han demostrado la importancia de las variables de relación
entre terapeuta y paciente.

Más recientemente desde el movimiento de la Práctica Basada en la Evidencia


impulsado por la División 12 (Psicología Clínica) de la Asociación Americana de
Psicología (APA), se reconoce expresamente que las técnicas actúan en coalición con la
relación clínica y las características del paciente para producir el cambio terapéutico
(Goodheart, Kazdin, y Sternberg, 2006). Desde esta perspectiva la División 29
(Psicoterapia) de la APA propuso un Task Force on Evidence-based Therapy
Relationships (Norcross y Lambert, 2011) con el fin de identificar los elementos clave
de las relaciones terapéuticas efectivas, y desarrollar métodos útiles para adaptar la
terapia a las características del paciente. El equipo revisó las evidencias disponibles y
ofreció un listado de habilidades/competencias terapéuticas ordenadas en función de si
tenían una efectividad demostrada, una efectividad probable, o insuficiente evidencia.
Además, se recogieron una serie de recomendaciones para el entrenamiento de estas
habilidades y para la práctica clínica. El compendio de estas cuestiones sobre la relación
terapéutica se recoge en el libro Therapeutic Relationships That Work (Norcross y
Lambert, 2019).

Las habilidades y destrezas que debe tener un terapeuta se pueden agrupar en dos
grandes apartados. Por un lado, aquellas que tienen relación directa con la técnica, el

3
procedimiento, el método y el conocimiento científico y técnico en sí mismo, son las
llamadas habilidades terapéuticas, que a su vez están relacionadas con el modelo
teórico con que se identifica el terapeuta. Por otro lado, están las asociadas con la
habilidad del profesional, que tienen que ver con la forma, características y modos de
ejercicio así como con las condiciones, habilidades y destrezas personales, son las
denominadas habilidades del terapeuta. Las habilidades del terapeuta no son suficientes
pero si necesarias para lograr el cambio. Aunque las técnicas cognitivo-conductuales se
han probado y validado extensamente, no puede afirmarse que los métodos en sí
mismos garanticen el éxito. Es necesario tanto un conocimiento profundo de las técnicas
como su aplicación habilidosa. De lo contrario, los procedimientos específicos pueden
ser técnicamente correctos pero terapéuticamente poco útiles. Estas habilidades se
pueden aprender con una práctica adecuada.

La relación terapéutica alude a los sentimientos y actitudes que los participantes


en la terapia tienen entre sí y la forma en que los comunican. Implica una forma de
vínculo interpersonal terapeuta-paciente en el que nuestras actuaciones durante la sesión
determinarán el proceso terapéutico en gran medida. Se busca establecer con el paciente
lo que algunos autores han denominado “alianza terapéutica” o “rapport”. Es decir,
“sentimientos de inclinación, respeto y confianza mutuos” (Goldstein, 1987). Cuanto
mejor sea esta relación, más abierto se mostrará el paciente, más inclinado a explorar
sus sentimientos, prestará más atención, seguirá en mayor medida las recomendaciones
del terapeuta y, en definitiva, será más susceptible al cambio (Goldstein, 1987).

Es importante tener en cuenta que las relaciones de ayuda se diferencian de las


relaciones informales que establecemos con familiares, amigos, etc., en que son
unilaterales (una persona es definida como la que ayuda y la otra como la que recibe
dicha ayuda, es decir, todas las actuaciones se dirigen a la resolución de los problemas
del paciente); son sistemáticas (los participantes acuerdan una serie de propósitos y
objetivos); son formales (ocurren en un tiempo y lugar específicos); y por último, son de
tiempo limitado (finalizan cuando se alcanzan los objetivos fijados) (Kanfer y
Goldstein, 1987).

Es difícil señalar todas las habilidades que ha de mostrar el terapeuta en cada


situación particular y ante cada persona que acude a tratamiento. A lo largo del taller se
van a presentar las principales habilidades que según la investigación parecen útiles para
conducir con éxito el proceso terapéutico. También se incluirán a modo de ejemplo
algunas situaciones en las que un terapeuta particular muestra alguna habilidad que le
permite resolver una situación específica. En ningún caso han de tomarse como
indicaciones concretas para llevar a cabo siempre, puesto que las habilidades específicas

4
que se habrán de mostrar en cada caso dependerán de un amplio número de factores (p.
ej., características idiosincráticas del terapeuta y del paciente, problema concreto que se
está abordando, fase del proceso terapéutico en que se esté). Cada vez más se insiste en
que la utilización óptima de una técnica exige que se tengan en cuenta conjuntamente
las características del paciente, del terapeuta y de la técnica en cuestión. Se busca un
emparejamiento óptimo paciente x terapeuta x tratamiento. Por ejemplo, tal vez en
algunas poblaciones como delincuentes juveniles el estilo de interacción deba ser más
impersonal y objetivo, ya que puede abrumarse al paciente con el tipo de relación cálida
que vamos a exponer.

2. VARIABLES ASOCIADAS AL TERAPEUTA QUE INFLUYEN EN LA


RELACIÓN CLÍNICA

Antes de empezar a exponer las habilidades del terapeuta o destrezas en el


quehacer clínico que median las intervenciones terapéuticas, vamos a ver una serie de
variables más o menos estables asociadas al terapeuta que influyen favoreciendo o no la
relación. Según diversos autores (Goldstein, 1986; Egan, 1990; Cormier y Cormier,
2000) las principales características del terapeuta que favorecen la relación clínica son
las tres siguientes:

- Habilidad o pericia: El ejercicio de la psicología clínica requiere de un conocimiento


adecuado de diversas áreas (competencia intelectual). Un aspecto de gran relevancia es
que el paciente tenga la percepción de que el terapeuta le será útil para resolver sus
problemas. Los pacientes desarrollan esta percepción a través del nivel de competencia
aparente del terapeuta, la presencia de certificados y literatura especializada, su estatus
(p. ej., lista de espera), entorno en el que trabaja, historial de éxitos en la resolución de
problemas ajenos, reputación, porte, etc. Estas claves externas son significativas en los
primeros contactos, aunque para mantener una terapia en las fases siguientes el
terapeuta debe dar muestras evidentes de su pericia a través de su conducta. Las
demostraciones conductuales de competencia son especialmente cruciales para el
establecimiento de objetivos clínicos y para la intervención, ya que estos estadios del
proceso requieren de gran destreza técnica.

- Atractivo: Los pacientes infieren atracción a través de la aparente amabilidad,


simpatía y similitud del terapeuta con el paciente. Los efectos positivos de la atracción
son mayores si ésta es mutua, es decir, si al terapeuta también le agrada trabajar con ese
paciente particular. La atracción incluye la dimensión física e interpersonal. El atractivo
físico, al igual que los signos externos vistos anteriormente descriptivos de
competencia, puede tener alguna importancia en la fase inicial de la terapia cuando los

5
pacientes basan sus impresiones en señales aparentes y accesibles. Las destrezas, la
pericia, etc., superan los efectos de este atractivo inicial en las sesiones siguientes de
terapia. Además de los aspectos físicos, contribuyen al atractivo las conductas no
verbales de cercanía, calidez, etc., e incluso, por ejemplo, las manifestaciones verbales
relacionadas con una estructuración correcta del proceso (p. ej., dar adecuada
información de las citas, precio, forma de trabajo) que reduce la ambigüedad de la
situación, la ansiedad del paciente, y aumenta la probabilidad de que ambos enfoquen el
proceso con percepciones similares.

- Fiabilidad y confianza: La actuación clínica debe ser honesta y basada en unos


principios éticos firmes. Una guía para estas actuaciones es el propio código
deontológico del psicólogo. El paciente tiene que desarrollar la percepción y opinión de
que el terapeuta no le engañará o perjudicará de algún modo. Los pacientes perciben la
fiabilidad a través de aspectos como el rol del terapeuta, su reputación de honestidad, su
sinceridad o claridad demostradas y la carencia de otros motivos. La confianza inicial
basada en factores externos como, por ejemplo, su reputación debe solidificarse con
acciones y conductas apropiadas en las interacciones sucesivas. La confianza puede ser
difícil de establecer a veces (p. ej., con personas de grupos minoritarios) pero muy fácil
de perder. La incongruencia, las reacciones valorativas y la pasividad destruyen
fácilmente la confianza inicial. Contribuyen a la confianza la consistencia entre la
conducta verbal y no verbal, la aceptación incondicional de las revelaciones del paciente
y la responsividad y dinamismo (p. ej., mediante empatía). A veces los pacientes
efectúan “test de confianza” a sus terapeutas, es decir, ponen en marcha maniobras para
obtener datos de la fiabilidad del terapeuta (p. ej., infravalorándose en extremo mediante
afirmaciones o conductas destinadas a sorprender al terapeuta seguidas de una
observación cuidadosa de cómo reacciona, molestando de algún modo al terapeuta para
ver si dispone de límites firmes, etc.). Los terapeutas pueden ser insensibles a tales test
y no percatarse de que el problema real es la falta de confianza en él, lo que mermaría la
relación clínica.

Estas tres características están interconectadas de manera que, por ejemplo, los
terapeutas que son percibidos como competentes también tienden a ser percibidos como
atractivos y fiables. De las tres variables, la investigación muestra que la pericia o
competencia parece ser la más importante.

3. PRE-REQUISITOS DE LAS INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS

3.1. Atender

6
Es una disposición hacia el paciente que puede concretarse en una serie de
manifestaciones no verbales como tener el cuerpo orientado hacia él, mostrar una
postura abierta y relajada, una inclinación ligera, un buen contacto ocular, y una
comunicación verbal mínima. Atender adecuadamente es la mejor disposición para
poder escuchar e indica al paciente a través de claves fundamentalmente no verbales
“me interesa lo que dices y piensas, continúa”, “tengo tiempo para ti”, “estoy aquí para
ayudarte”, etc. Es una habilidad pre-requisita sobre la que se construyen habilidades del
terapeuta más complejas y una condición imprescindible para establecer una buena
relación de trabajo.

Los componentes no verbales más importantes para mostrar una adecuada


conducta de atención son los siguientes:

- Mirada: Se recomienda mirar a la otra persona a los ojos o entre los ojos, o de forma
más general mirar a la mitad superior de la cara. Un buen contacto ocular resulta
agradable y denota atención hacia la otra persona. Miramos más al escuchar (p. ej., 75%
del tiempo) que cuando hablamos (p. ej., 40%). Cuanto mayor sea el número de miradas
compartidas entre dos personas mayor es el nivel de vinculación emocional y de
comodidad entre ellas. Hay que evitar una forma extrema de mirada que resulte hostil
y/o dominante. Igualmente, la falta de contacto ocular o eludir la mirada puede ser signo
de retracción, vergüenza o incomodidad.

- Conducta corporal (postura, gestos, movimientos corporales): La posición del


cuerpo y de los miembros, la forma en que nos sentamos, etc., reflejan aspectos de las
actitudes y sentimientos hacia nosotros mismos y hacia los otros. Las posiciones que
reducen la distancia y aumentan la apertura hacia el otro son cálidas y amigables, esto
incluye inclinarse ligeramente hacia delante (p. ej., unos 20º), con los brazos y piernas
abiertos, las manos extendidas hacia el otro, etc. La orientación del cuerpo indica el
grado de intimidad/formalidad de la relación. Cuanto más cara a cara es la orientación,
más íntima es la relación. Lo mismo sucede con la distancia física o proxemia. El
terapeuta se situará cercano al paciente (p. ej., 90-120 cm), con una postura abierta,
enfrente de él, pero cuidando de no invadir su “espacio vital” para que no se sienta
incómodo. En relación al contacto físico respetar siempre las peculiaridades culturales
al respecto. Los gestos (cualquier acción que envía un estímulo visual a un observador)
que sean apropiados a la comunicación verbal en curso añadirán al mensaje énfasis,
franqueza y calor. Es importante que sean desinhibidos y espontáneos, no nerviosos o
erráticos.

7
- Expresiones faciales (sonrisa, movimientos de las cejas, de los labios, etc.): El rostro
es el principal sistema de señales con el que mostramos emociones. El terapeuta debe
mostrar expresiones adecuadas con el proceso terapéutico. Es necesaria una expresión
facial acorde con el mensaje verbal que estamos transmitiendo (p. ej., no hay
congruencia si le mostramos una expresión facial de disgusto y verbalmente le decimos
que nos interesa lo que dice). En ciertos momentos, una sonrisa franca, abierta y sincera
puede resultar muy cálida y amigable. Todas las conductas no verbales que denoten
apoyo como sonreír, dar la mano al paciente, asentir con la cabeza, etc., pueden ser
adecuadas.

- Aspectos paralingüísticos (volumen, entonación, fluidez): El volumen de voz debe


ser adecuado, ni alto ni bajo, con las variaciones pertinentes para enfatizar el mensaje
hablado. Hay que buscar y optimizar el volumen de voz propio de cada persona. La
entonación comunica también sentimientos y emociones. Las mismas palabras pueden
expresar esperanza, afecto, ironía, etc., según su entonación (p. ej., una entonación
monocorde, sin inflexiones, y un volumen bajo denotan tristeza, aburrimiento o
somnolencia). Es importante no cometer muchos errores de fluidez (p. ej., vacilaciones,
falsos comienzos, repeticiones, tartamudeo, excesivo empleo de palabras de relleno,
silencios muy prolongados) que indicarían inseguridad, incompetencia, ansiedad,
enfado o poco interés.

- Respuestas psicofisiológicas: La aparición de respuestas psicofisiológicas indicativas


de ansiedad (p. ej., ruborización, sudoración, temblores) supondría un claro obstáculo
para el establecimiento de una buena relación clínica. Además, la conducta no verbal
del terapeuta tiene un gran impacto en el paciente.

Todos estos aspectos no verbales también es relevante observarlos en el paciente.


Los terapeutas pueden aprender mucho de los pacientes si se sensibilizan a las señales
no verbales que emiten éstos, por ejemplo, si cuando se va a explorar un determinado
aspecto cambia su gesto, su tono de voz, etc. Pensemos que el 65% o más del
significado de un mensaje viene determinado por las conductas no verbales. Las
palabras pueden ser seleccionadas o manipuladas antes de ser emitidas pero las
conductas no verbales, por el contrario, son más difíciles de controlar.

Por otra parte, la coincidencia o sincronía en las conductas no verbales entre el


terapeuta y el paciente favorece el rapport y la empatía (Cormier y Cormier, 2000). La
sincronía no implica que el terapeuta reproduzca los movimientos, sonidos, etc. del
paciente, lo que implica es que la apariencia global no verbal del terapeuta es cercana a
la del paciente. La falta de sintonía es evidente, por ejemplo, cuando un paciente

8
muestra una expresión muy triste y el terapeuta sonríe, o cuando el paciente habla en
voz muy baja y suave y el terapeuta responde con volumen fuerte y poderoso.

3.2. Escuchar

La habilidad de escuchar se refiere a la capacidad de discriminar lo que el


paciente nos presenta en su contenido verbal. Las quejas clínicas suelen ser vagas y
ambiguas (p. ej., me siento fatal, nada tiene sentido, no tengo libertad). Los pacientes
frecuentemente manifiestan una representación incompleta de su experiencia. Es
necesario “traducir” estos contenidos imprecisos a términos conductuales operativos
determinando si las manifestaciones verbales presentadas se refieren fundamentalmente
a cogniciones, emociones (y respuestas fisiológicas) o conductas. Igualmente, debemos
tener claro si el contenido del mensaje alude a una situación interna o privada del propio
paciente, o si es una descripción de una situación externa a él. Como señala Lankton
(1980) “Convertir sin más las palabras del cliente en su propia experiencia subjetiva
(del terapeuta), en el mejor de los casos, implica la pérdida de tiempo válido y atención
de la terapia. En el peor de los casos, el significado obtenido de la experiencia del
cliente es completamente erróneo”. Al igual que ocurría con la habilidad de atención,
saber escuchar adecuadamente es un pre-requisito de habilidades posteriores (p. ej.,
necesario para poder dar una adecuada empatía, efectuar una pregunta oportuna).

Se incluyen a continuación ejemplos de expresiones clínicas de algunos pacientes:

“Lo veo todo gris” (cognición).


“No me siento con fuerzas para continuar” (sentimiento).
“Últimamente no puedo dormir (conducta) y todos los días me levanto más tarde
de la hora a la que suena el despertador (conducta)”.
“Siempre que acudo a una cita (conducta), me dan ganas de gritar (sentimiento)”.
“Me siento desesperado (sentimiento), creo que debería acabar con mi vida
(cognición)”.
“Mi marido llega bebido y se comporta muy violentamente con los niños
(descripción de situación externa)”.
“Esta mañana he contado 18 colillas (conducta), estoy cansada de intentarlo
(sentimiento)”.
“Me siento enloquecer (emoción) y voy a tener un ataque de miedo (cognición)”.

3.3. Los discursos no explícitos

9
Es importante considerar no solo lo que el paciente dice de manera explícita y
directa, sino también lo que omite o calla (intencionalmente o no) y lo que está
implícito en lo que dice. Los discursos no explícitos pueden adoptar las siguientes
formas (Fernández-Liria y Rodríguez-Vega, 2008):

- Discurso incompleto: En la interacción conversacional el paciente prescinde de


ciertos contenidos o los da por sobreentendidos. El terapeuta ha de indagar los
fragmentos informativos omitidos y los motivos por los que se ha procedido así.
Ejemplo: Sonia, una paciente de 19 años en tratamiento por bulimia: “Tengo justo el
cuerpo que no le puede gustar a ningún tío”. No sabemos cómo es el cuerpo que piensa
que puede gustarle a los hombres ni qué aspectos del suyo difieren de ese cuerpo ideal.

- Contenido implícito (latente): En el discurso del paciente puede haber contenidos


latentes, parcelas informativas distorsionadas por las defensas, o significados no
explicitados pero que pueden deducirse de lo dicho. Los significados pueden ser más o
menos conscientes y la exclusión del discurso explícito más o menos deliberada.
Ejemplo: Vicente, un varón de 34 años en tratamiento por un trastorno depresivo está
contando su reacción ante el incendio en el que perdió su casa: “Soy un hombre, no iba
a ponerme a llorar. Tuve que resolver la burocracia toda la noche. Por la mañana me
fui directamente al trabajo”. Parece que para él comportarse “como un hombre” es algo
importante, e implica evitar la expresión de emociones y no sentirse afectado por los
acontecimientos.

- Discurso evasivo: En la narrativa del paciente parecen evitarse selectivamente


determinados temas. Puede ser crucial indagar en la entrevista esos contenidos eludidos.
Ejemplo:
Terapeuta: ¿Ha sucedido algo últimamente entre su mujer y usted?
Paciente: Las mujeres, ya se sabe… Si uno necesita confiar en alguien, lo mejor es un
amigo de verdad… A mí, Arturo nunca me ha fallado…
Terapeuta: Quizás en otro momento podamos discutir eso que dice sobre las mujeres.
Me preguntaba si ha sucedido últimamente algo entre usted y Gloria que pueda…
Paciente: Gloria y yo llevamos casi ocho años juntos… En un matrimonio siempre hay
de todo… Ayer leí un artículo que hablaba de la convivencia en pareja. Por lo que se ve
se han hecho muchos estudios sobre esto en Estados Unidos. A los americanos les gusta
medirlo todo. Mis nuevos jefes son americanos y ahora en la empresa quieren medir
hasta…

- Omisiones: El paciente en su conversación relata con detalle aspectos de una parcela


de su vida, pero no menciona personas o hechos que pudieron ser relevantes.

10
Ejemplo: Un paciente relata una biografía muy condicionada por el hecho de haber
pasado catorce meses en prisión, lo que le supuso perder el trabajo y dificultades para
encontrar uno nuevo. No menciona el motivo por el que fue condenado.

- Discurso recurrente: En el relato del paciente aparecen temas de forma reiterada bajo
la forma de diversos escenarios. Algunas temáticas frecuentes son: haberse sentido
despreciado, haber fracasado, no haber sido recompensado como merecía, haber sido
incapaz de algo, etc.

4. CONDICIONES RELACIONALES NUCLEARES DE LA INTERACCIÓN


TERAPÉUTICA

El Task Force de la APA sobre relaciones terapéuticas basadas en la evidencia


(Norcross y Lambert, 2011, 2019) enfatiza la necesidad de trabajar sobre los elementos
demostrables y probablemente efectivos de la relación terapéutica. Tres de estos
elementos son la empatía (clasificado como demostrablemente efectivo), consideración
positiva (demostrablemente efectivo) y autenticidad (probablemente efectivo). Estas
habilidades son las más investigadas porque representan un prerrequisito o, al menos un
buen punto de partida, para desarrollar otras destrezas. Diversos meta-análisis (Elliott,
Bohart, Watson, y Murphy, 2018; Farber, Suzuki, y Lynch, 2018; Kolden, Wang,
Austin, Chang, y Klein, 2018) han informado de la relación entre la empatía, la
consideración positiva y la autenticidad, y los resultados obtenidos en la terapia.

Por lo tanto, las condiciones relaciones básicas que ha de establecer el terapeuta


para construir un vínculo de calidad son las siguientes:

- Empatía (comprensión precisa): se describe en detalle en la siguiente sesión.

- Calidez (consideración positiva): Es la capacidad de valorar al paciente como persona


merecedora de dignidad, de respetarlo profundamente. La transmisión de aceptación
positiva cumple diversas funciones importantes como, por ejemplo, transmitir al
paciente el interés y deseo de trabajar con él. Según Egan (1990) la calidez se concreta
en los siguientes aspectos: 1) Actitud de compromiso. El compromiso se refleja en
conductas como, por ejemplo, ser puntual en las citas, hacer un uso adecuado de las
habilidades clínicas, reservar tiempo para uso exclusivo del paciente, etc. 2) Actitud de
esfuerzo por entender. El paciente se sentirá respetado cuando note que el terapeuta
trata de entenderlo. El terapeuta puede mostrar estos esfuerzos principalmente siendo
empático. 3) Actitud no valorativa que consiste en la capacidad del terapeuta de
eliminar la valoración de las acciones o motivos del paciente y evitar la condena o

11
crítica de sus pensamientos, conductas, etc. Esta aceptación sin reservas no quiere decir
que el terapeuta apoye lo que pueda decir o hacer el paciente. 4) Actitud de protección y
cercanía, manifestada a través de señales no verbales como la sonrisa, la inclinación, el
tono de voz suave, etc., o verbalmente mediante, por ejemplo, frases de elogio siempre
que sean sinceras, merecidas y precisas (p. ej., “te expresas realmente bien”). La
cordialidad suele suscitar una cordialidad recíproca en el paciente. “Es raro que el ser
humano no responda al calor con calor, y a la hostilidad con hostilidad”.

Ejemplo de consideración positiva (Farber, Brink, y Raskin, 2001):

Terapeuta: Sientes “No fui una madre perfecta”.


Jill: Cometí muchos errores. (Suspira).
Terapeuta: Y no te puedes perdonar y no te has perdonado por cometer esos errores.
Jill: No, no. No lo he hecho. Soy muy dura conmigo misma.
Terapeuta: Te lo estás haciendo pasar mal a ti misma.
Jill: Mhm. Sí, realmente lo hago, me hiero a mí misma, especialmente a mi cuerpo.
Terapeuta: Se me ocurre que probablemente no pensarías en tratar a tu hija tan mal
como te tratas a ti misma.
Jill: Probablemente. Me paro a mí misma cuando empiezo a tratarla tan mal como lo
hago conmigo.
Terapeuta: (Pausa). ¿Puedes decir lo que está pasando dentro de ti?
Jill: (Entre lágrimas). Bueno, cuando me miras tan afectuosamente, me siento
realmente escuchada y eso hace que me sienta muy triste, al ver que alguien realmente
me oye, realmente me escucha.
Terapeuta: ¿Y eso es triste porque es muy inusual?
Jill: Sí. (Llora).
Terapeuta: Sientes que no te han escuchado muy a menudo.
Jill: (Llora). (Pausa). (Solloza).
Terapeuta: Y eso hace que se te salten las lágrimas.
Jill: (Solloza). Bueno, mi hija realmente también me escucha.
Terapeuta: ¿Ella realmente también te escucha?
Jill: Ella realmente también me escucha. (Llora).
Terapeuta: Entonces eso… Mhm. Entonces eso es lo que hace que la relación sea tan
valiosa; ella te escucha.

- Genuinidad (autenticidad): La genuinidad implica ser uno mismo. Aunque un


terapeuta esté entrenado como “profesional” puede transmitir genuinidad siendo
humano y colaborando con el paciente. La genuinidad contribuye a establecer una
relación terapéutica efectiva reduciendo la distancia emocional entre terapeuta-paciente

12
y ayudando al paciente a identificarse con el terapeuta. La genuinidad se transmite
mediante aspectos como los siguientes: 1) El empleo adecuado de conductas no
verbales que ejecute el terapeuta (p. ej., contacto ocular, sonrisa). 2) La congruencia o
consistencia entre las palabras, las acciones y las manifestaciones no verbales (p. ej., si
un terapeuta está sintiéndose incómodo por los ataques verbales constantes de su
paciente no intenta enmascararlo o mostrar comodidad cuando no existe). 3) La
espontaneidad o capacidad de expresarse con naturalidad y sin conductas artificiales.
También es importante tener tacto, ser espontáneos no implica que el terapeuta pueda
verbalizar cualquier pensamiento o sentimiento al paciente.

Ejemplo de autenticidad (Farber et al., 2001):

Jim es un paciente con diagnóstico de esquizofrenia.


Terapeuta: No sé por qué, pero me hace sentir a gusto el que hoy no tengas la mano en
la cara porque así puedo verte mejor. Me estaba preguntando por qué…, es como si
estuvieras más presente que en las otras ocasiones, y me he dado cuenta de que es
porque… bueno, no tengo la impresión de que te estés escondiendo detrás de la mano o
algo por el estilo.
(…)
Terapeuta: ¿Quieres que nos veamos el próximo martes a las once?
Jim: No lo sé.
Terapeuta: “Sencillamente, no lo sé”. (Silencio de 34 segundos).
Terapeuta: Bueno, en este momento no sabes si decir “sí” o “no”, ¿Mhm? Me imagino
que te sientes tan hundido y tan mal que no puedes pensar tan a largo plazo. ¿Mhm?
(Silencio de 1 minuto y 15 segundos).
Terapeuta: Voy a reservarte hora a las once, porque yo con toda seguridad querré
verte. (Apunta la cita). (Silencio de 50 segundos).
Terapeuta: Otra cosa que quiero decirte es que si las cosas continúan siendo tan duras
para ti, no dudes en hacer que me avisen. Y si decides largarte, te agradecería que se lo
dijeras al personal del hospital para que ellos me avisen y así pueda verte antes de que
te vayas. No intentaría convencerte de lo contrario; simplemente me gustaría verte.
Jim: Quizás me vaya hoy. No sé adónde, pero no me importa.
Terapeuta: Sientes que te has decidido y que te vas a ir. No vas a ningún sitio en
concreto, simplemente te vas. ¿Mhm? (Silencio de 53 segundos).
Jim: (murmura en tono desesperado). Por eso me voy, porque no me importa nada lo
que pueda suceder.
Terapeuta: ¿Mhm?
Jim: Por eso me voy, porque no me importa lo que pueda suceder.

13
Terapeuta: Mhm, mhm, mhm. Por eso te vas, porque te da igual lo que pase contigo. No
te importa nada lo que pueda suceder. Me gustaría decirte que a mí sí me preocupas y
sí me importa lo que te pueda suceder. (Silencio de 30 segundos). (Jim rompe a llorar y
solloza algo ininteligible).
Terapeuta: (Tiernamente). De alguna manera, justo eso hace que todos los sentimientos
salgan hacia fuera como una avalancha. (Silencio de 35 segundos). Y lloras sin parar y
te sientes tan mal. (Jim continúa sollozando). Me imagino lo mal que te sientes ahora
mismo. No puedes parar de llorar. Supongo que los sentimientos reprimidos que has
tenido en los últimos días salen ahora de golpe.

Para finalizar con los contenidos de esta sesión recogemos, a modo de ejemplo, un
fragmento de un estudio de Schmidt y Strong acerca de las características que
distinguen al terapeuta experto del inexperto (tomado de Goldstein, 1987):

“El experto da la mano al paciente, se acerca a él y le saluda llamándole por su


nombre. Parece interesado y tranquilo. Tiene una apariencia cuidada, pero no resulta
cursi... Habla al nivel del paciente y no se muestra pedante con él. Se sienta
cómodamente, pero solícito. Centra su atención en el paciente y le escucha
cuidadosamente. Tiene una expresión cordial y hace gestos con las manos. Habla con
fluidez, con confianza y seguridad... Pregunta directamente y va al centro de la
cuestión. Sus preguntas hacen pensar y siguen una progresión lógica. Parece
espontáneo y sociable. Quiere ayudar a decidir al paciente si sus opiniones son
correctas, pero no intenta hacerle cambiar de idea apelando a cualquier medio.
Permite que el paciente lleve la conversación y no le interrumpe...”.

“El inexperto es torpe, tenso e intranquilo. Parece como si tuviera miedo del
paciente. No le saluda por su nombre... No está bastante seguro de sí mismo o de
alguna de sus observaciones. Se muestra demasiado frío, estricto, dominante, y muy
formal en sus actitudes y acciones. Sus gestos son rígidos y estereotipados... Su voz es
lisa sin inflexiones... Formula preguntas vagas, triviales e irrelevantes que no tienen
nada que ver unas con otras... con transiciones pobres entre una y otra. Pregunta
demasiado como en un interrogatorio en el que estuviera sometido al paciente al tercer
grado... Es lento en llegar al punto crucial y confuso cuando discute aquello que
debería hacer el paciente... No va al centro del problema... Da la impresión de que no
tiene un objetivo”.

5. TAREAS CORRESPONDIENTES A LA PRIMERA SESIÓN

14
Ejercicio 1. Formar grupos de tres personas para realizar role-playing (paciente-
terapeuta-observador) simulando una sesión de primera entrevista en la que el paciente
expresa el motivo de consulta. El observador proporciona feedback (ver pautas del
feedback efectivo) de la conducta de atender del terapeuta. También el paciente puede
dar feedback de los aspectos de comunicación no verbal del terapeuta. Los alumnos/as
se intercambiarán los papeles hasta que todos hayan actuado como terapeutas. Rellenar
en cada caso el Autorregistro 1 indicando las señales de atención que se emplean de
forma adecuada y aquellas que necesitan mejorar. Como ejemplo de todos los aspectos
no verbales que pueden ser relevantes en una interacción clínica ver el Cuestionario de
Conductas no Verbales.

Componentes del feedback efectivo:


1) Feedback positivo: identificación de conductas, verbales y no verbales, adecuadas y
refuerzo (decírselo a la otra persona) (p. ej., me agradó que le llamaras por su nombre,
me gustó el modo en que le mirabas a los ojos).
2) Feedback constructivo: identificación de conductas que pueden mejorar,
identificando los sentimientos que desencadena dicha conducta (p. ej., cuando miras al
suelo siento como si no te interesara lo que digo).
3) Sugerencias para mejorar: identificar y especificar un cambio concreto que la otra
persona pueda hacer para mejorar (p. ej., se te entendería mejor si hablaras más
despacio).
4) Comprobar o contrastar con la otra persona: comprobar si la persona que recibe el
feedback está de acuerdo con él y si ha comprendido lo que se le comunica (p. ej., ¿qué
te parece?, ¿tú que opinas?, ¿estás de acuerdo?, etc.).

Ejercicio 2. Estar atentos durante la semana a expresiones vagas o ambiguas que os


llamen la atención de compañeros, familiares, conocidos, etc., y practicar con ellas la
habilidad de escuchar “traduciéndolas” a sentimientos, cogniciones, conductas o
descripciones de situaciones externas. Emplear para ello el formato de Autorregistro 2.

Ejercicio 3. Los siguientes ejercicios están destinados a identificar los contenidos no


explícitos del discurso del paciente.

3.1. Lee las siguientes situaciones y señala los datos informativos omitidos y las líneas
de indagación (qué dirías, qué preguntarías, etc.) a seguir para identificarlos.

1. La terapeuta le ha preguntado a Carmen por los problemas en la relación con su


marido. La paciente contesta: “No siempre es así…”.

15
2. Un paciente le dice a su terapeuta: “Bueno… en general... todo va bien…”

3. Sara le dice a su terapeuta: “Siento que tendría que haberme comportado de otra
forma en mi vida”.

4. Al entrar en el despacho, Laura se desploma en la silla y le dice a su terapeuta: “Era


lógico. Ocurrió lo de siempre”.

5. Un paciente: “Cuando me pongo triste es cuando evito las cosas que me disgustan y
me quedo tranquilo en casa atontado viendo la tele…”

6. Un paciente: “Cuando salía con Juan mi madre estaba muy contenta. Creía que
llegaríamos a casarnos”.

7. Un paciente: “Es mi trabajo lo que no puedo soportar. Cuando me acerco a la


oficina noto que me sube una ansiedad insoportable. Voy a abandonar el trabajo y
pienso irme a otra ciudad y empezar de nuevo”.

3.2. Lee las siguientes situaciones y señala posibles contenidos implícitos en el discurso
del paciente. Puede tratarse de estereotipos, ideas preconcebidas, actitudes prejuiciosas,
etc.

1. “Una empresaria con una huelga en marcha en su sector”: “Que me hagan esto a mí,
con lo que me he esforzado por ellos. Ya sabe usted, les das la mano y…”.

2. El terapeuta le pregunta a su paciente por el robo que había sufrido éste en un


autobús: “Se sentó a mi lado un tipo, no me fijé que era un gitano y me descuidé”.

3. Una madre que acude con su hijo de cinco años por problemas de conducta de éste
(enormes rabietas), le dice a la terapeuta: “No se me ocurrió más que pasar por delante
de su tienda de juguetes preferida y, ya sabe cómo se ponen los niños cuando les dices
que no a un juguete”.

4. Ricardo intenta explicar lo sucedido el día que le pegó a su pareja: “Entiéndalo… ella
no hacía más que llevarme la contraria en público y yo me sentía un calzonazos”.

3.3. Lee las siguientes situaciones y señala cuál es el tema evitado y cuáles pueden ser
los motivos para que el paciente actúe así.

16
1. Un padre y sus tres hijas acuden a una sesión de terapia de familia convocada en
relación con el trastorno de alimentación de la segunda hija, desde hace tres años:
PADRE: Nos hace la vida imposible. Yo creo que a veces disfruta cuando nos ve sufrir
así… Con su madre no se hubiera atrevido a tener este comportamiento…
TERAPEUTA: Sé que su mujer ha fallecido, ¿cómo fue?
PADRE: Bueno, fue ya hace tiempo y la verdad es que lo hemos llevado muy bien…
TERAPEUTA: Cuénteme… cómo fue la muerte de su mujer, de vuestra madre…
(Nadie contesta…)
PADRE: Ella era una mujer extraordinaria. Su ejemplo nos dio fuerzas para salir
adelante con tanta energía como lo hemos hecho. Pero Nuria, no acaba de entender
que su comportamiento no trae más que problemas a casa…

2. Un paciente que sufre una grave enfermedad oncológica le dice a su terapeuta:


PACIENTE: No soporto estar inactivo, tengo que tener siempre algo para hacer y,
últimamente esto se está convirtiendo en obsesivo y me pongo muy nervioso…
TERAPEUTA: ¿Qué ocurre cuando se para?
PACIENTE: (Riendo…). La verdad es que no ocurre nunca. Yo siempre he sido muy
activo. Me encanta el deporte, hacer bricolaje en casa… Mi mujer siempre me dice que
soy…
TERAPEUTA: Así es que siempre ha sido usted muy activo. Pero últimamente esta
actividad es distinta, porque le está causando malestar. Es como si quisiera evitar algo
que le viene cuando se para.
PACIENTE: (Riendo…). Igual es sólo que me aburro y le estamos dando demasiada
importancia… o podría tomar algún relajante suave… Por cierto, el próximo martes no
podré venir a esta hora doctora…

3. Una mujer, cuya hija sufrió una violación, le dice a su terapeuta:


PACIENTE: Cuando mi hija me dijo lo que le había pasado, yo creí que me moría.
Pero inmediatamente le dije que había que sobreponerse, que eso no era todo en la
vida…
TERAPEUTA: ¿Cómo se sintió exactamente al escuchar a su hija contar lo que le
había sucedido?
PACIENTE: Pues… cómo quiere que me sienta… Yo le había dicho que era peligroso
que volviera sola… Ella nunca hace caso de nada… Los jóvenes son así… Se creen muy
listos. Luego cuando ocurren las cosas es cuando los demás hemos de intervenir. Darle
ánimos. Eso es lo que hice y lo que sigo haciendo.

4. En un grupo de chicas con trastornos bulímicos, Neli interviene:

17
NELI: Tienes que enfrentarte a tu madre y decirle de una vez por todas que estás
saliendo con Javier.
SUSANA: Tú lo ves fácil porque eres una persona muy segura de ti misma.
NELI: Tú también lo puedes hacer. Mira es fácil. No te va a comer…
SUSANA: La que come sin parar soy yo.
NELI: Quizá si consiguieras decir en alto lo que deseas no te darías esos atracones…
TERAPEUTA: Eso también te lo estás diciendo a ti, Neli.
NELI: Claro, claro, pero es que Susana se deja atropellar por los demás…

18
AUTORREGISTRO 1

Señales de atención
Adecuadas Inadecuadas

19
CUESTIONARIO DE CONDUCTAS NO VERBALES
(Cormier y Cormier, 2000)

Instrucciones.- Para una grabación de vídeo o para una entrevista en directo, utilice las siguientes
categorías al observar la conducta no verbal. El cuestionario de observación puede emplearse para
observar al terapeuta, al cliente o a ambos. La columna de la izquierda incluye las conductas que deben
observarse. La columna de la derecha tiene espacios para marcar con un (X) si se observa la conducta y
para incluir algún comentario descriptivo sobre ello. Por ejemplo, «Parpadeo - Excesivo».

(X) Comentarios
I. Kinestesias

1. Ojos

Cejas elevadas, bajas o juntas......................................... ........ ....................................................


Calidad de la mirada constante....................................... ........ ....................................................
Parpadeo (excesivo, moderado o leve)........................... ........ ....................................................
Humedad, lágrimas......................................................... ........ ....................................................
Dilatación pupilar............................................................ ........ ....................................................

2. Cara, boca, cabeza

Continuidad o cambios en las expresiones faciales........ ........ ....................................................


Sonrisa apropiada o inapropiada.................................... ........ ....................................................
Labios temblorosos, tensos............................................. ........ ....................................................
Cambios en el color de la piel........................................ ........ ....................................................
Enrojecimiento o manchas en cara y cuello................... ........ ....................................................
Aparecen gotas de sudor................................................. ........ ....................................................

3. Movimientos corporales, postura y gestos

Postura corporal, relajada o rígida.................................. ........ ....................................................


Continuidad o cambios en la postura del cuerpo............ ........ ....................................................
Frecuencia de los movimientos corporales (excesiva, ....................................................
moderada o leve)............................................................ ........ ....................................................
Gestos: abiertos o cerrados............................................. ........ ....................................................
Frecuencia de uso de adaptadores no verbales
(manierismos molestos) (excesiva, moderada o leve).... ........ ....................................................
Orientación del cuerpo: directa (de cara al terapeuta)
o lateral.......................................................................... ........ ...................................................
Respiración: superficial o profunda, rápida o lenta........ ........ ....................................................
Continuidad o cambio en el ritmo respiratorio............... ........ ....................................................
Cruzado de brazos o piernas........................................... ........ ....................................................

II. Aspectos paralingüísticos

Continuidad o cambios en el nivel y tono de voz y


ritmo del discurso............................................................ ........ ....................................................
Subrayado verbal: énfasis en la voz para algunas
palabras o frases.............................................................. ........ ....................................................
Susurros, voz baja........................................................... ........ ....................................................
Dirección o falta de dirección en el discurso................. ........ ....................................................
Errores verbales (excesivos, moderados o leves)............ ........ ....................................................
Pausas iniciadas por el terapeuta..................................... ........ ....................................................
Pausas iniciadas por el cliente......................................... ........ ....................................................

20
(X) Comentarios
III. Proxemias

Continuidad o cambio en la distancia (más cerca o más


lejos)............................................................................... ........ ....................................................
Uso del contacto físico (apretón de manos, palmada en
el hombro...).................................................................... ........ ....................................................
Posición en el despacho................................................... ........ ....................................................

IV. Medio

Activación (alta o baja) asociada a: Distribución del


mobiliario........................................................................ ........ ....................................................
Colores............................................................................. ........ ....................................................
Luz.................................................................................. ........ ....................................................
Voz................................................................................. ........ ....................................................
Espacio global................................................................. ........ ....................................................

V. Tiempo

Inicio puntual o con retrasa de la sesión.......................... ........ ....................................................


Rapidez o retardo en dar respuestas al otro..................... ........ ....................................................
Cantidad de tiempo dedicado a problemas primarios y
secundarios (excesiva, moderada o escasa).................... ........ ....................................................
Continuidad o cambios en la temporalización de la
sesión.............................................................................. ........ ....................................................
Finalización puntual o retrasada de la sesión.................. ........ ....................................................

VI. Sincronía y ritmo

Sincronía o falta de sincronía entre las conductas no


verbales y los mensajes verbales................................... ........ ....................................................
Ritmo semejante o arritmia entre las conductas no
verbales del cliente y del terapeuta................................ ........ ....................................................

VII. Congruencia

Congruencia o incongruencia no verbal entre las


diferentes partes del cuerpo........................................... ........ ....................................................
No verbal/verbal, entre las conductas no verbales y
las palabras................................................................... ........ ....................................................

VIII. Resumen

Teniendo en cuenta las observaciones realizadas y las variables culturales/contextuales de la interacción,


¿qué conclusiones referentes al terapeuta puede deducir?, ¿sobre el cliente?, ¿sobre la relación terapéutica?.
Considere aspectos como emociones, nivel de comodidad, deseo de más intercambios y atracción/gusto.

21
AUTORREGISTRO 2

Día Situación concreta (dónde estás, Expresiones vagas o ambiguas de tu Habilidad de escucha: ¿Qué te
con quién, qué hacéis,…) interlocutor (qué te dice verbalmente) comunica tu interlocutor? (cognición,
emoción,…)

22
SEGUNDA SESIÓN: EMPATÍA

1. DEFINICIÓN DE LA HABILIDAD

La empatía es una de las habilidades clínicas más importantes, determina en gran


medida la relación que se establece con el paciente y, por tanto, el grado de cambio del
mismo. Como Carkuff (1969) expresaba: “La empatía es el elemento clave de la
terapia. Su comunicación explícita, especialmente durante las primeras fases, es de una
importancia vital. Sin una comprensión empática del mundo del cliente y de sus
dificultades tal y como él las ve no hay base para la ayuda” (pág. 173) (Kanfer y
Goldstein, 1987).

La empatía podría definirse como la capacidad de comprender a las personas


desde su propio marco de referencia en vez del correspondiente al terapeuta (Cormier y
Cormier, 2000). Responder empáticamente es un intento de pensar con el paciente más
que para o sobre el paciente. A veces se ha destacado la base cognitiva de este
habilidad, sin embargo, la clase peculiar de comprensión que conlleva la empatía
compromete por igual aspectos perceptuales, valorativos y emocionales. La empatía del
terapeuta se manifiesta por tanto en su forma de escuchar, de sentir, de percibir y de
responder al paciente (Rojí, 1990). Para emitir una respuesta empática hemos de
contemplar el mundo desde el prisma del paciente y reflejarle o devolverle a la persona
lo que nos ha transmitido sobre cómo se está sintiendo, lo que piensa, lo que le está
ocurriendo, etc. Por ejemplo, un paciente expresa: He intentado tratar con mi padre,
pero no funciona. Es demasiado duro conmigo. El terapeuta responde: Te sientes
desanimado por tus intentos fallidos de arreglarte con tu padre. Este terapeuta da
empatía. Si en cambio dijéramos algo como “deberías intentarlo con más ganas”
estaríamos respondiendo desde nuestro propio marco de referencia y no desde el del
paciente. Es importante también que el terapeuta separe su capacidad empática de su
simpatía. Esta última implicaría hacer propios los sentimientos y pensamientos del otro,
lo que sería incompatible con un cierto distanciamiento emocional que debe existir.

2. NIVELES DE LA RESPUESTA EMPÁTICA

Carkhuff y Pierce (1975) elaboraron un Inventario de Discriminación de la


Empatía que distinguía cinco niveles o grados de comunicación empática, que vienen

23
asumiéndose desde entonces. Como veremos a continuación, estos grados de empatía
van desde un nivel muy bajo o nulo de empatía (Nivel 1) a uno muy alto (Nivel 5).

Nivel 1. Las expresiones verbales y conductuales del terapeuta ni apoyan ni contradicen


las expresiones del paciente, de tal forma que comunica significativamente menos que
aquello que el paciente ha expresado por si mismo. Es decir, el terapeuta ni siquiera está
siendo consciente de lo más obvio, de esos sentimientos superficiales o primeros
expresados por el paciente. El terapeuta puede estar aburrido, desinteresado, u operar
desde un marco de referencia preconcebido que excluye totalmente al paciente. El Nivel
1 es un nivel de no comprensión y no dirección. Suele estar constituido por preguntas,
aseveraciones, negaciones o consejos. Ejemplo:

Paciente: He intentado llevarme bien con mi padre, pero no funciona. Él es demasiado


duro conmigo.
Terapeuta (respuestas inadecuadas):
Estoy seguro de que con el tiempo lo lograrás (aseveración y negación).
Deberías intentarlo con más ánimo para entender su punto de vista (consejo).
¿Por qué no os entendéis? (pregunta).

Nivel 2. El terapeuta responde a los sentimientos que expresa el paciente, pero su


comunicación no conlleva afecto e, incluso, tergiversa el nivel de significado. Por
ejemplo, puede comunicar sus propias ideas acerca de lo que está pasando, pero éstas no
son congruentes con las expresiones del paciente. En suma, el terapeuta tiende a
responder a otra cosa diferente de la que el paciente trata de expresar. El Nivel 2 es una
respuesta sólo para el contenido o porción cognitiva del mensaje, se ignoran los
sentimientos. Ejemplo:

Paciente: He intentado llevarme bien con mi padre, pero no funciona. Él es demasiado


duro conmigo.
Terapeuta: Estás sufriendo un momento difícil tratando de llevarte bien con tu padre.

Nivel 3. Las expresiones del terapeuta en respuesta a las expresiones del paciente son
intercambiables en esencia puesto que expresan básicamente el mismo afecto y
significado. La comprensión del terapeuta de los sentimientos del paciente es precisa,
aunque aún puede no responder o malinterpretar los sentimientos más profundos. Este
nivel constituye el grado mínimo de aceptabilidad de la respuesta de empatía. En
ocasiones se ha denominado empatía primaria (Egan, 1990). El Nivel 3 implica
comprensión, pero no dirección, es un reflejo del sentimiento y del significado basado

24
en el mensaje explícito del paciente. Una respuesta del Nivel 3 refleja el sentimiento y
la situación. Ejemplo:

Paciente: He intentado llevarme bien con mi padre, pero no funciona. Él es demasiado


duro conmigo.
Terapeuta: Te sientes desanimado porque tus esfuerzos para llevarte bien con tu padre
no han tenido éxito.

Nivel 4. Las respuestas del terapeuta se adhieren sensiblemente a las expresiones del
paciente, de forma que expresan sentimientos a un nivel más profundo del que el propio
paciente es capaz de expresar. El terapeuta comunica que comprende las expresiones del
paciente a un nivel más profundo del que han sido expresadas por éste, así permite al
paciente que experimente y/o exprese sentimientos que antes no era capaz de expresar.
Es decir, las respuestas del terapeuta añaden sentimientos y significados más profundos
a las expresiones del paciente. En algunas ocasiones se ha denominado empatía
avanzada (Egan, 1990). El Nivel 4 implica comprensión y algo de dirección. El nivel 4
incluye todo el nivel 3 más una identificación de los déficits implícitos en el paciente.
El déficit del paciente se enuncia de forma personalizada, significando esto que el
paciente posee o acepta la responsabilidad de ese déficit. Ejemplo:

Paciente: He intentado llevarme bien con mi padre, pero no funciona. Él es demasiado


duro conmigo.
Terapeuta: Te sientes desanimado porque te parece que no llegas a tu padre (déficit:
“no soy capaz de arreglarlo”). Quieres que te dé una tregua.

Nivel 5. Las respuestas del terapeuta se suman al sentimiento y significados expresados


por el paciente de tal modo que van más allá de lo que el propio paciente fue capaz de
expresar o facilitan, sobre la marcha, que el paciente explore otras áreas. El terapeuta
está “sintonizando” en la onda del paciente. Ambos pueden avanzar juntos para explorar
áreas que antes no habían sido examinadas. En suma, el terapeuta responde con
seguridad sabiendo totalmente quién es la otra persona y comprendiendo global y
puntualmente sus sentimientos más profundos. Una respuesta del Nivel 5 incluye todo
el nivel 4 y una pauta de acción que la persona puede adoptar para superar el déficit y
alcanzar su objetivo. Ejemplo:

Paciente: He intentado llevarme bien con mi padre, pero no funciona. Él es demasiado


duro conmigo.

25
Terapeuta: Te sientes desanimado porque te parece que no llegas a tu padre. Tu quieres
que te de una tregua. Una forma de empezar podría consistir en expresar tus
sentimientos sobre este particular a tu padre.

3. ¿CÓMO DAR UNA RESPUESTA EMPÁTICA?

Las intervenciones de un terapeuta reflejan empatía fundamentalmente a través de


un estilo comunicativo e interactivo flexibles, activos y expresivos. Según algunas
investigaciones, los pacientes identifican la ausencia de empatía con el silencio
excesivo, los tiempos de reacción lentos y las interrupciones innecesarias del discurso
(Rojí, 1990). La empatía se transmite mediante la conducta no verbal (la disposición
comentada de atención y escucha), mediante mensajes verbales reflexivos y aditivos, y
mediante el empleo de palabras o predicados seleccionados que inciden sobre los
sistemas sensoriales del paciente.

Algunas pautas para dar respuestas empáticas eficaces son las siguientes (Kanfer y
Goldstein, 1987):

- ¿Qué me comunica esta persona? (sentimientos, pensamientos, conductas,...). La


respuesta empática tiene que fundamentarse en una comprensión precisa de las
expresiones, verbales y no verbales, del paciente.
- Emitir respuestas frecuentes, cortas y precisas (al menos del nivel 3). Una
posible fórmula verbal aplicable en muchos casos es Te sientes...cuando....
- Presentación flexible (atendiendo a señales verbales y no verbales que confirmen
o nieguen tus percepciones). Utilizar la conducta del paciente como la mejor
pauta para evaluar la eficacia de nuestras respuestas.
- Centrada en temas de interés.
- Movimiento gradual a temas más difíciles. Cuando se ha establecido una base de
comunicación intercambiable (nivel 3) el terapeuta puede intentar dirigirse a
expandir y clarificar las experiencias del paciente a niveles más altos (nivel 4 y
5).
- Ser espontáneos.
- Formular las expresiones en un lenguaje apropiado para el paciente.

Ejemplos de respuestas empáticas (Kanfer y Goldstein, 1987):

Paciente: No me gusta hablar con el psicólogo. Está bien pero ya me ha preguntado


todas las cosas muchas veces.
Terapeuta: Ya está cansado de tener que pasar siempre por el mismo proceso.

26
Paciente: No puedo soportarla más. No para de hablar, habla, habla, y habla. Habla
más que cualquier otro paciente de los que están aquí. No quiero sentarme cerca de
ella ni estar a su lado.
Terapeuta: Es muy molesta para usted. Le gustaría perderla de vista.

Paciente: Mi padre y mi madre se peleaban mucho. Todo empezaba cuando él volvía a


casa. Yo tenía que ponerme la almohada sobre la cabeza para no oír las voces.
Terapeuta: Parece algo muy desagradable, en especial para un niño.

Paciente: ¡Todo cuanto hago es cuidar de los niños 24 horas al día!. ¡Es demasiado
para una madre!
Terapeuta: Parece como si quisiera tener más tiempo para usted o contar con alguien
que le ayudara. Es demasiado para una persona y usted está enfadada por ello.

Ejemplo de interacción empática (Farber et al., 2001):

Mary: Sí, yo, yo he pensado mucho sobre el vivir en este mundo, y, bueno, y resistirlo,
porque es un mundo tan extraño. (Terapeuta: Mhm, mhm, mhm). Mhm, la sociedad es
tan extraña y, mhm, bueno, ahora me resulta difícil hablar de ello, porque estoy
llegando a todos los niveles de incertidumbre con respecto a cuál, cuál es mi verdad y
lo que hay a mi alrededor. (Terapeuta: Mhm). Es como si todo se mezclara.
Terapeuta: Mhm, y no estás segura de querer estar en este mundo tan loco.
Mary: Bueno, he llegado al punto de aceptarlo. Siento que he llegado a un punto en el
que quiero, mhm, expresarme y ser yo misma y ser útil (Terapeuta: Mhm). Y, y, para
hacerlo, tengo que encontrar mi, cuál es mi verdad, mi, cualquiera que sea, lo que
podría ser mi utilidad.
Terapeuta: Así que, “¿Cuál es la manera en la que quiero ser de utilidad a este mundo,
tan extraño y tan raro como es?”
Mary: Bueno, creo que eso implica estar en contacto con mi propio ser, mi…
Terapeuta: Mhm.
Mary: (Suspiros). Mhm, no sé si quiero decir con mi ser más elevado, no sé si esto es…
Terapeuta: Quieres estar en contacto con tu verdad interior, sea lo que sea.
Mary: Sí, sí. Y, mhm (suspiros), no sé, siempre ha sido como, mhm, creo que de eso se
trata mi vida, de descubrir cómo hacerlo. Sólo sé que me resulta muy difícil
(Terapeuta: Mhm, mhm, mhm). Siempre he sentido mucho miedo acerca de esto, y estoy

27
tratando de superarlo, pero todavía tengo la sensación de, mhm, de ser vulnerable y
mhm (Terapeuta: Mhm), de dejarme oprimir fácilmente.
Terapeuta: Mhm, mhm. O sea que el salir al mundo es un proceso muy peligroso porque
eres vulnerable y podrían aplastarte; da miedo.
Mary: (Suspiros). Y también, creo que también es el hecho de no ser valorada por las
cosas que yo valoro tanto de mí misma, sacarlo al exterior y, mhm, pero ocultarlo ante
los demás porque ellos no ven el valor en ello, no logran conectar con ello, mhm.
Terapeuta: Mhm, mhm. Me da la sensación de que te sientes algo sola, no te sientes
segura de que nadie más pueda valorar eso, eso que considerarías el modo en que
quieres ser.
Mary: (Pausa). Sí, de eso se trata, de eso se trata. He sido una persona muy solitaria.
(Terapeuta: Mhm, mhm). Y muy independiente, porque no he querido ser dependiente
de ese tipo de aprobación por parte del mundo. (Terapeuta: Mhm, mhm, mhm). Pero,
por otro lado, todavía creo que lo soy.
Terapeuta: Pero, supongo que la cuestión fundamental es: “¿Hay un sitio para mí en
este mundo, para alguien tan solitario y diferente como yo?”
Mary: (Pausa). Justo, justo. (…).

4. PROBLEMAS EN LA COMUNICACIÓN DE LA RESPUESTA EMPÁTICA

Hay una serie de problemas comunes en la manifestación de empatía que el


terapeuta debe evitar cometer. Algunos de los más frecuentes se exponen a
continuación.

- No dar respuesta cuando es apropiado emitir empatía. Ejemplo:

Paciente: (hablando con voz desconsolada). Pensé que él respondería a mi carta. Pensé,
no creí que no fuera a contestarme, pensé que lo habría hecho.
Terapeuta: Ehm...
Paciente: ..y, y visitarme, sólo hay 15 kilómetros, no ha venido a visitarme aún. Sólo
hay, ehm, unos 15 ó 20 km desde aquí.
Terapeuta: Ehm...
Paciente: Le estuve esperando todo el sábado pasado, pero no vino...
Terapeuta: Ehm...estuviste esperándole...

- No ser selectivos (efectuar comentarios innecesarios o responder a todo). Ejemplo:

28
Paciente: Creo que soy la persona más mala, fea, débil y despreciable del mundo.
Terapeuta (inadecuado): Eso es una tontería. Yo creo que tiene una apariencia
agradable y que es una persona maravillosa en muchos aspectos.
Terapeuta (adecuado): ¿Cómo se siente cuando piensa eso de sí mismo?.

- Dar respuestas inexactas o fingir que se entiende.

- Contestar con frases hechas (interpretaciones, consejos, etc.). Ejemplo:

Paciente: Todo el divorcio fue muy doloroso, parecía que nunca iba a sentirme
bien,...ahora sigo algo deprimido aunque estoy empezando a conocerme más a mi
mismo...
Terapeuta: No hay mal que por bien no venga.

- Mostrar exclamaciones de sorpresa o excesiva preocupación (p. ej., “Dios mío”,


“qué barbaridad”). Ejemplo:

Paciente: Frecuentemente me siento como si me fuera a morir.


Terapeuta (inadecuado): ¡Pobrecillo!
Terapeuta (adecuado): ¿Qué es lo que hace que ese sentimiento aparezca?

Paciente: Siempre que acudo a una cita me dan ganas de gritar.


Terapeuta (inadecuado): Eso es terrible, tendremos que hacer algo enseguida.
Terapeuta (adecuado): Me pregunto por qué.

- Efectuar juicios moralistas, políticos, críticas o amenazas, culpar, avergonzar,


agobiar, etc. Ejemplo:

Paciente: ... y no sé, no sé que tipo de trabajo se me podría ofrecer, pero, ehm...
Terapeuta: Hombre no va a ser el mejor del mundo.

Paciente: Cuando me lo propongo, lo consigo casi todo.


Terapeuta (inadecuado): Se estima usted mucho ¿no?
Terapeuta (adecuado): Se exige mucho a sí mismo.

Paciente: Siento un impulso que me lleva a robar y que no puedo controlar.


Terapeuta (inadecuado): Robar está muy mal. Vas a tener que poner freno a esto.
Terapeuta (adecuado): ¿Desde cuándo le sucede eso?

29
Paciente: Creo que usted no me está ayudando en nada.
Terapeuta (inadecuado): Eso es porque no cooperas.
Terapeuta (adecuado): Hablemos de ello ¿qué cree usted que está pasando?

Paciente: Me parece que no voy a poder venir a las dos próximas sesiones, porque en
esos días tengo que ir a un concierto.
Terapeuta (inadecuado): No parece que se tome la terapia muy en serio.
Terapeuta (adecuado): Me gustaría saber porqué el concierto es más importante que
venir aquí.

Paciente: Hoy parece cansado.


Terapeuta (inadecuado): Sí, tengo muchos problemas porque tengo un enfermo en mi
familia. Anoche me acosté muy tarde.
Terapeuta (adecuado): No me extraña porque anoche me acosté algo tarde, pero esto no
va a afectar a nuestra sesión.

- Efectuar falsas promesas. Ejemplo:

Paciente: ¿Cree que algún día seré normal?


Terapeuta (inadecuado): Claro, sin duda. En un plazo breve va a ver la diferencia.
Terapeuta (adecuado): ¿Qué entiende usted por “normal”?

- Empujar a la acción o mostrar impaciencia (advertir, aconsejar, etc.). Ejemplo:

Paciente: Me siento desesperanzado y creo que debería acabar con esto.


Terapeuta (inadecuado): Esa no es una buena actitud, debes animarte un poco y pensar
de modo más positivo.
Terapeuta (adecuado): ¿Qué te hace sentirte así?

- Repetir el mismo contenido como un loro.

- Realizar interpretaciones profundas apresuradas. Ejemplo:

Paciente: Me siento mal en presencia de las mujeres.


Terapeuta (inadecuado): Eso es porque las temes.
Terapeuta (adecuado): ¿Por qué cree que le pasa?

- Abordar material “traumático” si existe alta resistencia. Ejemplo:

30
Paciente: No quiero hablar de sexo.
Terapeuta (inadecuado): ¿Qué tal su vida sexual?
Terapeuta (adecuado): Debe costarle mucho hablar de sexo.

5. TAREAS CORRESPONDIENTES A LA SEGUNDA SESIÓN

Ejercicio 1. Preparar role-playing en el grupo de tres personas (paciente-terapeuta-


observador) para representar en la próxima clase, simulando una sesión clínica de
evaluación (primera entrevista u otra) en la que se practiquen todas las habilidades del
terapeuta presentadas hasta ahora: atender, escuchar y dar empatía. El observador
proporciona feedback de todas esas destrezas y, en especial, de las respuestas de
empatía del terapeuta. Los alumnos/as se intercambiarán los papeles hasta que todos
hayan actuado como terapeutas.

Ejercicio 2. Cierra los ojos durante un par de minutos e imagina que eres un paciente en
tratamiento psicológico. Has de imaginar y visualizar cómo te gustaría sentirte con tu
terapeuta, qué vínculo te gustaría tener, qué necesitarías para sentirte comprendido,
cómodo en sesión, etc. Después, abre los ojos y escribe tus principales impresiones
(pensamientos, emociones,…). A continuación lee los ítems del Inventario de Alianza
de Trabajo (WAIS-Paciente) y reflexiona en grupo en torno a las siguientes cuestiones:
¿qué ítems me parecen esenciales para una buena relación terapéutica?, ¿cómo puedo
saber qué aspectos de la relación terapéutica necesitan ser mejorados/reforzados?,
¿puede ser útil administrar un cuestionario sobre la relación terapéutica?, ¿en qué
momentos podría ser oportuno hacerlo?, etc.

Ejercicio 3. Indica en qué nivel de empatía se situarían los siguientes mensajes verbales
del terapeuta.

1. P.: Estoy harto de la tienda. He pensado en dejarla pero usted sabe que es difícil
encontrar un buen trabajo hoy en día.

T.: Su trabajo ya no le resulta satisfactorio.

2. P.: Siempre quise ser médico pero ahora estoy desanimado.

T.: Oh, estoy seguro de que esto es algo que usted podría conseguir si lo desea de
verdad.

3. P.: He tenido un semestre tan duro que no sé dónde estoy. No estoy seguro de adónde
voy.

31
T.: Te sientes molesto por los resultados del semestre y confundido por ello.

4. P.: El profesor siempre me llama la atención a mí.

T.: ¿Por qué supones que tu profesor te llama la atención a ti?.

5. P.: Me aburre mi trabajo. Es siempre la misma historia. ¿Pero qué más se puede
hacer?.

T.: Te sientes insatisfecho con tu trabajo a consecuencia de la rutina. No puedes


encontrar en él nada que te guste. Quieres encontrar algo que te atraiga más. Un paso
podría ser hacer un listado de los aspectos que consideras necesarios en un trabajo y
tratar de identificar en qué medida se hallan cubiertos tales aspectos en determinados
empleos.

6. P.: No entiendo por qué he tenido este accidente. Mi vida siempre ha sido agradable y
ahora esto.

T.: Está resentido porque no puede explicar cómo le ha podido suceder una cosa así, tan
de repente. Usted necesita encontrar al menos una explicación que lo haga más justo.

7. P.: Mis padres están a punto de divorciarse. Yo deseo que no lo hagan.

T.: Estás preocupado porque tus padres están a punto de divorciarse.

8. P.: Los años pasan sin que seamos capaces de tener un hijo.

T.: Está desanimada porque no se queda embarazada. Usted desea mucho tener un hijo.

9. P.: Estoy atrapada, no soy capaz de mudarme a una casa alquilada a menos que mi
marido me deje. Pero también deseo que él continúe viviendo conmigo.

T.: Mudarse a una casa de alquiler parece un obstáculo para que ustedes continúen su
relación.

10. P.: Me resulta muy difícil adaptarme desde que me jubilé. Los días parecen tan
vacíos.

T.: Usted se siente inútil porque ahora tiene todo el tiempo en sus manos. No encuentra
la forma de llenar sus días y desea encontrar cosas significativas que hacer. Un paso
podría ser continuar con sus intereses laborales, incluso aunque oficialmente no trabaje.

Ejercicio 4. Elabora tres respuestas de empatía (niveles 3, 4 y 5) para cada una de las
situaciones que se presentan.

1. Jaime y su hijo Miguel, de 16 años, acuden a una sesión familiar enmarcada dentro
del tratamiento psicoterapéutico de Miguel tras un fracaso escolar:
JAIME: Si tú me hubieras dicho que estabas tan deprimido, yo lo hubiera entendido…

32
MIGUEL: Si, si yo…
JAIME: Parece mentira que no hayas tenido confianza en mí. Sabes que a mí me lo
puedes contar todo.
MIGUEL: Yo quería... yo sé que a ti te puedo contar todo…
JAIME: Si hubiera sido otro tipo de padre…de los que se enfadan…o de los que no
entienden lo que les pasa a los jóvenes… pero le aseguro doctor que el primer
sorprendido de la crisis de Miguel he sido yo… Estoy francamente confundido.
MIGUEL: No, no… papá. Si es que yo… no… podía... a lo mejor… si hubiera…
JAIME: Tú me dirás qué te ha faltado, Miguel… tú me dirás. ¿Es que acaso no podías
haberme dicho?... ¿qué le parece doctor?

2. En una 5º sesión, el paciente anterior, Miguel, le dice a su terapeuta que no soporta


que su padre le pregunte todos los días por su estado de ánimo a la vuelta del instituto,
pero teme que si se lo dice, su padre se sienta herido o crea que ya no le quiere:
MIGUEL: Soy un desgraciado… sé que mi pobre padre sólo quiere ayudarme, que está
preocupado por mi… pero no puedo soportar oírle preguntarme ¿qué tal te fue hoy?,
¿más animado?, cada vez que vuelvo del instituto. Sé que no merezco el padre que
tengo, lo sé…

3. En una 2º sesión, María dice que cree que en su casa su madre sólo ha tenido ojos
para su hermano Jorge: “Una y otra vez le pido que venga a mi casa, el otro día le
insistí para que se quedara el fin de semana. Sé que insisto demasiado. Le digo que
estoy triste, que me eche una mano con los niños…, ella se cansa, no dice nada,.. pero
cada vez tarda más en volver…”

4. Margarita le dice a su terapeuta: Estoy asustada… ¡yo que he sido uña y carne con mi
madre!… Ahora no puedo ni verla…Fíjate que, cuando me despido de ella, no soy
capaz de darle un beso. Me lo propongo pero no puedo…
(La terapeuta es una mujer de mediana edad que ha dedicado parte de su vida a cuidar a
sus padres).
TERAPEUTA: ¿Desde cuándo te ocurre esto?
MARGARITA: Desde hace unos meses…
TERAPEUTA: ¿Ocurrió algo hace algunos meses a lo que tú atribuyas este
sentimiento?...
MARGARITA: Realmente no…
TERAPEUTA:¿Recuerdas cómo fue la primera vez que te sentiste bloqueada al ir a
darle un beso a tu madre?

33
MARGARITA: Sí, creo que fue… los primeros días después de la muerte de Antonio. Yo
estaba muy hundida... ella seguía con sus cosas. Que fuera a la farmacia a buscar sus
medicinas, que si le había pedido cita en el cardiólogo…

Ejercicio 5. Para cada uno de los siguientes escenarios clínicos: a) identifica los
posibles errores que ha cometido el terapeuta, b) señala cómo podrían repercutir
negativamente esos errores en el proceso psicoterapéutico, y c) elabora una respuesta
alternativa del terapeuta.

1. Juana es una mujer de 35 años madre de dos niños de 5 y 3, que es derivada a nuestra
consulta con diagnóstico de trastorno ansioso-depresivo, por el servicio de oncología en
el que le está siendo aplicada quimioterapia postmastectomía por un cáncer de mama.
Juana: No soporto la idea de que esto pueda salir mal…
Terapeuta: ¡No piense en eso mujer!. Está usted en manos de los mejores oncólogos,
verá cómo todo sale bien.
Juana: No puedo evitarlo. Tengo mucho miedo.
Terapeuta: Con eso no gana nada, tiene que ser optimista, hacer lo que le digan los
médicos y olvidarse.
Juana: Lo intento, pero no me lo puedo quitar de la cabeza…
Terapeuta: Tiene que hacer por distraerse. Antes me ha dicho que le gusta el cine.
Hágase de un buen videoclub y aproveche para ver todas las películas que no pudo ver
en su momento.

2. Francisca es una mujer de 31 años que consulta por un cuadro depresivo tres meses
después de haber tenido su primera hija:
Francisca: A veces no me importa nada, ¡Nada!. Ni siquiera la niña. El viernes vi el
reloj… Y sabía que le tocaba una toma, pero como no lloraba, me la salté.
Terapeuta: Pero Francisca. Eso no puede ser. No puede usted dejar a una niña de tres
meses sin comer.
Francisca: Ya le dije que no valgo como madre. ¡En realidad no valgo para nada!.

3. Marta es una popular presentadora de televisión que es traída a Urgencias por haber
realizado una tentativa de suicidio tras una ruptura sentimental.
Marta:¡Qué vergüenza ahora todo el mundo se enterará!
Terapeuta:¡Esperemos que, al menos, no salga en su propio programa de televisión!
Marta: Me lo tengo merecido. Por imbécil. Creo que si me hubiera querido suicidar de
verdad, lo hubiera conseguido. Se ve que sólo pretendía llamar la atención de Jesús.
Terapeuta:¿De Jesús Ramírez? ¿El famoso corredor de Fórmula 1?
Marta: Sí, sí… ¿Cómo lo sabe?

34
Terapeuta: Leí un rumor en una revista hace unos meses. Yo soy un gran aficionado a
las carreras de coches. Incluso yo mismo corro, como aficionado claro…
Marta: Pues hace unos meses aún no salíamos…
Terapeuta:¿Ah, no? ¿Cúando empezó la relación entre ustedes?
Marta: Hace un mes, más o menos.
Terapeuta: ¿Le acompañó entonces en la final de Sydney?
Marta: Sí. Allí estuvimos juntos…

4. En una habitación del hospital, María habla con su terapeuta sobre su miedo a ser
intervenida quirúrgicamente al día siguiente. Teme no despertar de la anestesia. Es la
primera vez que terapeuta y paciente se encuentran:
María: Doctor, estoy aterrorizada…
Terapeuta: Venga, mujer, si es una operación muy sencilla. Yo te aseguro que no te va a
pasar nada.
María: ¿De verdad?. ¿Está seguro?. Me tranquiliza que me diga eso…
Terapeuta: ¿Qué es lo que te da miedo?
María: No sé, ¿Y si no me despierto de la anestesia?
Terapeuta: ¿Tienes miedo a la muerte?
María: Mucho…
Terapeuta: ¿Y si aceptaras que eres, como yo, una persona mortal, qué crees que
cambiaría…?
María: No sé, no sé, pero no puedo pensar en eso ahora…

35
INVENTARIO DE ALIANZA DE TRABAJO (WAI)
(Horvath, 1981; Horvath y Greenberg, 1986, 1989; adaptación española de Andrade-
González y Fernández-Liria, 2015)

WAI-Paciente
A continuación aparecen algunas afirmaciones acerca de la terapia y la relación con su
terapeuta. Por favor, marque con una X la puntuación que mejor refleje el grado de
acuerdo con esas afirmaciones, siendo:

1 Completamente en desacuerdo
2 Bastante en desacuerdo
3 Algo en desacuerdo
4 Ni de acuerdo ni en desacuerdo
5 Algo de acuerdo
6 Bastante de acuerdo
7 Completamente de acuerdo

1 2 3 4 5 6 7
1. Me siento incómodo con mi terapeuta.

2. Mi terapeuta y yo estamos de acuerdo sobre lo que tengo 1 2 3 4 5 6 7


que hacer en la terapia para mejorar mi situación.

3. Tengo dudas sobre el resultado de estas sesiones. 1 2 3 4 5 6 7

4. Lo que estoy haciendo en la terapia me proporciona 1 2 3 4 5 6 7


nuevos puntos de vista sobre mi problema.

5. Mi terapeuta y yo nos entendemos mutuamente. 1 2 3 4 5 6 7

6. Mi terapeuta tiene claros cuáles son mis objetivos. 1 2 3 4 5 6 7

7. No tengo claro qué es lo que estoy haciendo en terapia. 1 2 3 4 5 6 7

8. Creo que a mi terapeuta le caigo bien. 1 2 3 4 5 6 7

9. Tengo que aclarar con mi terapeuta el objetivo de 1 2 3 4 5 6 7


nuestras sesiones.

10. No estoy de acuerdo con mi terapeuta acerca de lo que 1 2 3 4 5 6 7


tengo que conseguir en la terapia.

11. Creo que mi terapeuta y yo no aprovechamos de una 1 2 3 4 5 6 7


manera efectiva el tiempo que pasamos juntos.

36
12. Mi terapeuta no entiende lo que estoy intentando 1 2 3 4 5 6 7
conseguir en terapia.

13. Tengo claro cuáles son mis responsabilidades en la 1 2 3 4 5 6 7


terapia.
14. Los objetivos de estas sesiones son importantes para mí. 1 2 3 4 5 6 7

15. Creo que lo que mi terapeuta y yo estamos haciendo en 1 2 3 4 5 6 7


la terapia no tiene que ver con mis preocupaciones.

16. Creo que lo que hago en la terapia me va a ayudar a 1 2 3 4 5 6 7


conseguir los cambios que quiero.

17. Creo que a mi terapeuta realmente le importa mi 1 2 3 4 5 6 7


bienestar.
18. Tengo claro lo que mi terapeuta quiere que haga en 1 2 3 4 5 6 7
estas sesiones.

19. Mi terapeuta y yo nos respetamos mutuamente. 1 2 3 4 5 6 7

20. Creo que mi terapeuta es totalmente sincero acerca de 1 2 3 4 5 6 7


lo que siente hacia mí.

21. Confío en la capacidad de mi terapeuta para ayudarme. 1 2 3 4 5 6 7

22. Mi terapeuta y yo estamos trabajando para conseguir los 1 2 3 4 5 6 7


objetivos que hemos acordado.

23. Creo que mi terapeuta me aprecia. 1 2 3 4 5 6 7

24. Estamos de acuerdo sobre lo que es importante que yo 1 2 3 4 5 6 7


trabaje.

25. Gracias a estas sesiones tengo más claro cómo puedo 1 2 3 4 5 6 7


cambiar.

26. Mi terapeuta y yo confiamos el uno en el otro. 1 2 3 4 5 6 7

27. Mi terapeuta y yo tenemos distintas ideas sobre cuáles 1 2 3 4 5 6 7


son mis verdaderos problemas.

28. La relación que tengo con mi terapeuta es muy 1 2 3 4 5 6 7


importante para mí.

29. Siento que si digo o hago algo equivocado, mi terapeuta 1 2 3 4 5 6 7


dejará de trabajar conmigo.

37
30. Mi terapeuta y yo hemos colaborado para establecer los 1 2 3 4 5 6 7
objetivos de mi terapia.

31. Me frustran las cosas que hago en terapia. 1 2 3 4 5 6 7

32. Mi terapeuta y yo entendemos qué tipo de cambios me 1 2 3 4 5 6 7


vendrían bien.

33. Las cosas que mi terapeuta me pide que haga en la 1 2 3 4 5 6 7


terapia no tienen sentido.

34. No sé qué esperar de mi terapia. 1 2 3 4 5 6 7

35. Creo que estamos trabajando mis problemas de forma 1 2 3 4 5 6 7


adecuada.

36. Creo que a mi terapeuta le importo incluso cuando hago 1 2 3 4 5 6 7


cosas que no le parecen bien.

38
TERCERA SESIÓN: TÉCNICAS NO DIRECTIVAS (O DE
ESCUCHA)

1. ASPECTOS CONCEPTUALES

Las técnicas no directivas son intervenciones verbales que se caracterizan por


denotar que el terapeuta escucha con cuidado el discurso del paciente y que presta la
debida atención al proceso de interacción que está manteniendo con él. Por esta razón
los enunciados correspondientes a estas técnicas se construyen en función del sistema de
referencia del paciente.

Las técnicas no directivas que se utilizan con más frecuencia son las siguientes
(Cormier y Cormier, 2000; Perpiñá, 2012; Rojí, 1990; Rojí y Cabestrero, 2013):
clarificación, paráfrasis, reflejo y resumen. A continuación se presentan los aspectos
claves de estas habilidades siguiendo la exposición de Cormier y Cormier (2000).

• CLARIFICACIÓN

En muchas ocasiones los pacientes se expresan de manera vaga o ambigua. Los


mensajes que pueden resultar confusos suelen contener términos inclusivos (p. ej.,
ellos), frases indeterminadas (p. ej., ya sabes) y palabras con doble significado (p. ej.,
petrificado). El terapeuta puede hacer uso de la clarificación cuando se encuentre ante
mensajes del paciente que requieran ser precisados para su adecuada comprensión.

La solicitud de clarificación se expresa en forma de pregunta que comienza con


expresiones como “¿estás diciendo que...?”, “¿podrías describir qué...?” o “¿puedes
aclarar qué...?”, seguidas de una parte o la totalidad del mensaje emitido por el paciente.

Objetivos

1. Favorecer la elaboración del mensaje por parte del paciente.


2. Comprobar la precisión de lo que el terapeuta ha entendido.
3. Clarificar los mensajes vagos o confusos emitidos por el paciente.

39
Fases

1. ¿Qué me ha dicho este paciente?. Identificar el contenido de los mensajes verbales y


no verbales del paciente.
2. ¿Hay apartados ambiguos o faltan aspectos para completar el mensaje que debo
comprobar?. Si es así, ¿qué falta?. Identificar si hay alguna parte vaga o confusa en el
mensaje que haya que comprobar o elaborar.
3. ¿Cómo puedo iniciar esta respuesta?. Decidir la forma adecuada de comenzar
(modelo de frase). Utilizar un tono de voz correspondiente a una pregunta.
4. ¿Cómo puedo saber si mi clarificación ha sido útil?. Observar y escuchar al paciente.
Si la clarificación ha sido efectiva el paciente profundizará en su respuesta y añadirá los
datos que faltaban en su mensaje, en caso contrario se callará, ignorará la solicitud de
clarificación y continuará con mensajes indeterminados.

Ejemplo

 Incorrecto vs. correcto

A veces el terapeuta puede aventurarse a establecer conclusiones sobre el paciente


que están distorsionadas o son prematuras, sin haber verificado previamente lo que
pretendía transmitirle.

Paciente: A veces sólo quiero librarme de todo ello.


Terapeuta (incorrecto): Suena como si quisieras alejarte y establecerte por tu propia
cuenta.
Paciente: No, no es eso. No quiero estar solo. Lo que pasa es que me gustaría poder
superar todo este trabajo que tengo que hacer.

El terapeuta ha de utilizar la pertinente respuesta de clarificación para determinar


la precisión del mensaje antes de establecer inferencias o guiarse por suposiciones no
confirmadas.

Paciente: A veces sólo quiero librarme de todo ello.


Terapeuta (correcto): ¿Podrías describirme qué quieres decir con “librarte de todo
ello”?
Paciente: Bueno, tengo tanto trabajo que hacer que siempre me siento sobrecargado y
retrasado. Me gustaría superar esta desagradable sensación.

40
• PARÁFRASIS

Además de clarificar la precisión de los mensajes del paciente, el terapeuta ha de


captar la información que revelan tales mensajes sobre los acontecimientos
significativos para el paciente y sus sentimientos al respecto. El contenido o apartado
cognitivo del mensaje es la parte que expresa información o describe situaciones,
sucesos, personas, objetos o ideas. El apartado afectivo del mensaje alude a cómo se
siente el paciente respecto al contenido, a las expresiones de sentimientos o al tono
emocional.

Cuando el terapeuta utiliza la paráfrasis repite las principales palabras


comunicadas por el paciente atendiendo selectivamente a la parte cognitiva del mensaje,
traduciendo tales ideas claves a sus propias palabras.

Objetivos

1. Hacer ver al paciente que hemos comprendido su mensaje.


2. Animar al paciente a profundizar en una idea clave.
3. Ayudar al paciente a centrarse en una situación, idea o conducta concreta.
4. Facilitar que el paciente tome una decisión (al clarificar la esencia del problema).

Fases

1. ¿Qué me ha dicho el paciente?. Atender y recordar el mensaje repitiéndolo de manera


encubierta para uno mismo.
2. ¿Cuál es el contenido de este mensaje?. Identificar la parte del contenido del mensaje
preguntándose a uno mismo: ¿a qué persona, objeto, idea o situación se refiere el
paciente?.
3. ¿Cuál puede ser una forma adecuada de iniciar la respuesta?. Seleccionar un inicio
apropiado, preferiblemente utilizando expresiones equivalentes a los términos
sensoriales del paciente (visuales, auditivos, kinestésicos) (ver tabla 5.2.).
4. ¿Cómo puedo convertir el contenido clave del mensaje del paciente en mis propias
palabras?. Traducir los contenidos principales a nuestras propias palabras y
verbalizarlas en una paráfrasis. Utilizar un tono de voz que implique afirmación.
5. ¿Cómo compruebo que la respuesta es útil?. Escuchar y observar la reacción del
paciente. Si la paráfrasis ha sido correcta el paciente de manera verbal o no verbal la
confirmará.

41
Ejemplo

Paciente: (Mujer de 40 años): ¿Cómo puedo decir a mi marido que deseo divorciarme?.
Pensará que estoy loca. Creo que simplemente tengo miedo a decírselo.
Terapeuta: Lo que me dices suena como si no hubieras encontrado la forma de decir a
tu marido que deseas finalizar vuestra relación a consecuencia de su posible reacción.
¿Es así?.
Paciente: Sí. Lo he decidido, incluso he consultado a un abogado, pero no sé cómo
plantearle el tema. Él piensa que entre nosotros todo marcha muy bien.

• REFLEJO

El reflejo se utiliza para subrayar la parte afectiva o tono afectivo del mensaje del
paciente.

Objetivos

1. Ayudar al paciente a que se sienta comprendido.


2. Animar al paciente a expresar sus sentimientos (positivos y negativos).
3. Facilitar que el paciente sea más consciente de los sentimientos que experimenta.
4. Ayudar al paciente a discriminar entre sus diferentes sentimientos con mayor
precisión.

Fases

1. ¿Qué palabras relativas a sentimientos ha empleado el paciente?. Identificar en el


mensaje del paciente las palabras que se refieren a afectos. Los sentimientos positivos,
negativos o ambivalentes se comunican normalmente mediante palabras que se incluyen
en las categorías de enfado, temor, incertidumbre, tristeza, felicidad, fuerza y debilidad
(ver tabla 5.3.).
2. ¿Qué sentimientos están implícitos en la conducta no verbal?. La localización de los
estados emocionales del paciente también se realiza a través de la observación de su
conducta no verbal (p. ej., postura, expresión facial, calidad de la voz). Es importante
atender a este último aspecto al resultar un indicio mucho más fiable que las palabras ya
que el paciente puede ejercer menor control sobre el mismo. Además, cuando el
paciente no comunica abiertamente sus emociones los mensajes no verbales resultan la
única vía de acceso a su estado emocional.
3. ¿Qué palabras relativas al afecto describen con cierta exactitud los sentimientos del
paciente?. Seleccionar términos afectivos que coincidan en intensidad con los emitidos

42
por el paciente, ya que de lo contrario el terapeuta puede subestimar sus sentimientos y
provocarle una sensación de ridiculez, o bien magnificarlos de tal modo que le intimide.
La intensidad del afecto expresado puede controlarse utilizando los grados débil,
moderado y fuerte (ver tabla 5.3.), así como la clase de adverbio que precede a los
términos afectivos algo (débil), bastante (moderado) o muy (fuerte).
4. ¿Cuál puede ser una forma adecuada de iniciar la respuesta?. Comenzar la frase con
palabras que coincidan con los términos sensoriales empleados por el paciente (ver tabla
5.2.).
5. ¿Cuál es el contexto o situación que rodea a los sentimientos?. Incluir algún dato
sobre la situación a la que se refieren las emociones a modo de paráfrasis breve.
6. ¿Cómo compruebo que la respuesta es útil?. Escuchar y observar la reacción del
paciente. Si el reflejo recoge con exactitud los sentimientos del paciente, éste lo
verificará con expresiones como “sí, así es”, “en efecto, así es como me siento”, etc. El
reflejo no debe utilizarse con frecuencia en la primera fase de la terapia ya que el
paciente se puede sentir incómodo y rechace sus emociones en lugar de reconocerlas.

Ejemplo

Paciente: (Un hombre de mediana edad): No te puedes imaginar lo que sucedió cuando
descubrí que mi mujer me estaba engañando. “Me vine abajo”. ¿Qué puedo hacer?.
¿Seguir?. ¿Dejarla?. No estoy seguro. (En tono alto, casi chillando, con los puños
apretados).
Terapeuta:
- Parece que ahora estás bastante enfadado porque tu mujer no ha sido sincera contigo.
- Al parecer estás furioso con la actuación de tu mujer.
- A primera vista ahora estás enfadado y con ganas de vengarte porque has descubierto
que tu mujer ha estado saliendo con otros hombres.

• RESUMEN

Durante el intercambio comunicacional que se produce en la sesión clínica, el


paciente suele expresar muchos mensajes que sugieren ciertos aspectos o patrones
consistentes a los que se denominan temas. La identificación de los temas se puede
realizar atendiendo a las verbalizaciones del paciente que repite de manera insistente y
con mucha intensidad. El terapeuta puede responder a los temas utilizando el resumen
(o síntesis).

El resumen consiste en la suma de dos o más paráfrasis o reflejos que contiene los
mensajes del paciente o de la sesión. Con esta respuesta el terapeuta entresaca los

43
elementos nucleares de las afirmaciones del paciente y las condensa de la manera más
precisa posible.

Objetivos

1. Enlazar diferentes elementos que surgen en los mensajes del paciente.


2. Identificar un tema común de los mensajes del paciente.
3. Interrumpir la divagación del paciente.
4. Regular el ritmo de una sesión que avanza demasiado deprisa, proporcionando
intervalos de descanso psicológico.
5. Comprobar el progreso de la sesión.

Fases

1. ¿Qué me está diciendo este paciente?. Es decir, ¿cuáles son el contenido y el afecto
claves?. Atender y recordar los mensajes mediante la repetición encubierta de los
mismos, lo que requiere ser consciente de los aspectos verbales y no verbales que emite
el paciente.
2. ¿Qué ha estado repitiendo una y otra vez el paciente?. Es decir, ¿cuál es el tema?.
Identificar el patrón, tema o elementos del mensaje preguntándose: ¿qué aspectos ha
repetido insistentemente el paciente?, ¿cuáles son las diferentes piezas del
rompecabezas?.
3. ¿Qué modelo de inicio puede ser útil?. Comenzar la frase con palabras que coincidan
con los términos sensoriales empleados por el paciente (ver tabla 5.2.). Utilizando el
inicio escogido, recopilar las palabras que describen el tema o reúnen los múltiples
elementos y verbalizarlas en forma de síntesis. El tono de voz ha de corresponderse con
una afirmación.
4. ¿Cómo puedo saber si mi resumen ha sido efectivo?. Atender y observar si el
paciente confirma o rechaza el tema señalado.

Ejemplos

El paciente es un hombre de mediana edad que trata de superar su problema de


alcoholismo. Durante las últimas tres sesiones ha reconocido que la bebida está
arruinando su vida familiar pero que no puedo dejarlo porque le ayuda a sentirse
mejor y a superar el estrés laboral.

Paciente: Ya sé que a la larga el alcohol no me beneficia y, evidentemente no ayuda en


nada a mi familia. Mi mujer me amenaza con abandonarme. Cuando tomo un trago me

44
siento aliviado. (En tono de voz bajo, suave, mirando al suelo y con los hombros
encogidos).
Terapeuta: Me parece advertir que sientes que merece la pena sufrir todos los
problemas familiares a cambio de los sentimientos de calma y bienestar que te produce
el alcohol.

 Resumir para enlazar diferentes elementos

Paciente (estudiante): De verdad que lo he intentado varias veces. Me esfuerzo por


concentrarme todo lo que puedo, pero nada, no me entero de lo que leo. Empiezo a
removerme en la silla, me levanto, pongo la radio o me voy a charlar con alguien. Y si
me quedo delante de los folios es peor. Si me empeño en estudiar me pongo muy
“depre”, es como un peso y pienso que no merece la pena que me esfuerce pues no voy
a aprobar. Entonces lo dejo y me tumbo en la cama completamente harto de mí mismo.
Terapeuta: O sea, que la inquietud y la falta de confianza en ti mismo te impiden
concentrarte.

 Resumir para regular el ritmo de la sesión y centrarla

Paciente (una mujer joven): ¡Qué semana más horrible he tenido!. Se estropeó el
calentador del agua, se me perdió el perro, me robaron el monedero y el coche me dejó
tirada en mitad de la carretera. Todo me pasa a mí.
Terapeuta: Hagamos una pausa de un minuto antes de seguir. Al parecer durante esta
semana te has enfrentado a un sin fin de sucesos desagradables.

 Resumir para comprobar el progreso

Terapeuta: Andrea, en estos últimos minutos de la sesión me gustaría que repasáramos


lo que hemos trabajado hoy. La mayor parte del tiempo la hemos dedicado a analizar
las estrategias que utilizas para sabotearte a ti misma y no hacer las cosas que te
propones. Me gustaría que durante esta semana trabajaras en las siguientes tareas....

2. TAREAS CORRESPONDIENTES A LA TERCERA SESIÓN

Ejercicio 1. Realizar un ensayo conductual como mínimo de 10 minutos que simule una
entrevista con un paciente. En ella el terapeuta ha de emplear como mínimo dos
ejemplos de cada una de las técnicas no directivas. Un observador clasificará las
respuestas y valorará su efectividad. Como guía para ello puede emplearse, por ejemplo,
el Cuestionario de Escucha.

45
Ejercicio 2. Identifica si la respuesta del terapeuta es una clarificación, una paráfrasis,
un reflejo o un resumen.

1. P.: A veces tengo la impresión de que me van a expulsar.

T.: a) Pareces muy preocupado por eso.


b) ¿Quieres decir que tienes evidencias que te producen esa impresión?.

2. P.: Creo que no podré venir a la próxima sesión.

T.: a) ¿No piensas venir la próxima semana?.


b) ¿Quieres decir que en tu opinión no necesitas venir la próxima semana?.

3. P.: No quiero que nadie más sepa esto.

T.: a) Te preocupa que alguien más pueda llegar a saberlo.


b) Preferirías guardártelo para ti.

4. P.: Creo que a los hombres, a todos los hombres lo único que les importa es dominar.

T.: a) ¿Estás diciéndome que has tenido algunas experiencias desagradables con
los hombres?.
b) Desde tu punto de vista los hombres están hambrientos de poder.

5. P.: No quiero que mi marido me pida esas cosas. Quiero tomar mis propias
decisiones.

T.: a) Sientes que no hay razones para que tu marido te lo pida. Te gustaría
llegar a ser más independiente de sus demandas.
b) En lo que respecta a tu marido, preferirías que te dejara tomar tus
propias decisiones.

6. P.: Creo que usted no tiene suficiente experiencia profesional para poder ayudarme.

T.: a) Dudas acerca de mi capacidad para ayudarte.


b) Crees que mi falta de experiencia puede ser un obstáculo a la hora de ayudarte.

46
7. P.: Me siento muy nervioso cada vez que tengo que dar un discurso ante mucha
gente.

T.: a) Sientes ansiedad cuando tienes que hablar ante un grupo de personas.
b) Tú preferirías no tener la obligación de hablar ante la gente.

8. P.: Siempre que estoy estresado me tomo un trago.

T.: a) ¿Me estás diciendo que utilizas el alcohol para relajarte?.


b) Crees que el alcohol para ti tiene un efecto calmante.

9. P.: No sé si he experimentado el orgasmo alguna vez. Sin embargo, mi marido cree


que sí.

T.: a) ¿Estás tratando de decirme que has simulado el orgasmo ante tu marido?.
b) No sabes con certeza si alguna vez has sentido un orgasmo aunque a tu
marido le parece que sí.

10. P.: No he salido de casa durante muchos años, incluso me da miedo tender la ropa.

T.: a) Te sientes atemorizada e incómoda cuando abandonas la seguridad de tu casa.


b) Debido a este temor has permanecido dentro de tu casa durante mucho
tiempo.

Ejercicio 3. Para cada una de las situaciones siguientes elabora una respuesta de
clarificación paráfrasis, y reflejo.

1. P.: (Una persona mayor). La empresa está a punto de jubilarme, incluso aunque yo
no quiero. ¿Qué voy a hacer?. Me sorprendo a mí mismo, pensando en los buenos
momentos del pasado, no quiero hacer frente al futuro de ninguna manera. A veces
pensar en la jubilación me pone tan nervioso que no puedo comer ni dormir. Mi familia
me ha sugerido que hable con usted de este tema.

2. P.: (Un hombre de 50 años). Odio levantarme para ir a trabajar. Estoy cansado de la
misma rutina. Es una farsa. Nada de lo que hago merece la pena, pero es el negocio de
mi suegro y habría una escena familiar si lo dejo. Él ahora es demasiado mayor para
llevar el negocio por sí mismo.

47
3. P.: (Una mujer de 28 años). Mi vida es un caos. He perdido mi trabajo, mis amigos ya
no me llaman. Llevo así varios meses pero al parecer no puedo solucionarlo. No lo veo
claro, parece que no tiene solución.

4. P.: (Un chico joven). Parece que no puedo arreglar la relación con mis padres.
Siempre me están fastidiando, diciéndome lo que tengo que hacer. A veces me enfado
tanto que me gustaría pegarles pero no lo hago porque sólo serviría para empeorar la
situación.

5. P.: (Un hombre de 54 años). Desde que murió mi esposa hace cuatro años, no me
interesa nada. No quiero comer ni dormir. Estoy perdiendo peso. A veces me digo a mí
mismo que sería mejor si yo también me hubiese ido, si me hubiera muerto.

48
Cormier y Cormier (2000)

49
Cormier y Cormier (2000)
50
CUESTIONARIO DE ESCUCHA
(Cormier y Cormier, 2000)

Nombre del terapeuta ________________________________________________________

Nombre del observador ______________________________________________________

Instrucciones: en la primera columna de la izquierda “Respuesta del terapeuta”, resuma unas pocas palabras clave de cada intervención del
terapeuta, seguida de una breve anotación de la respuesta verbal y no verbal del cliente en la siguiente columna, “Respuesta del Cliente”.
Después clasifique el mensaje como clarificación, paráfrasis, reflejo, resumen u otros bajo su correspondiente columna. Puntúe la efectividad de
cada respuesta del terapeuta en la primera columna de la derecha, “Efectividad de la Respuesta” según la siguiente escala de 1 a 3:
1 = no efectiva. El cliente ignoró el mensaje del terapeuta o indicó que el mensaje era poco preciso o improcedente.
2 = algo efectiva. El cliente dio alguna señal verbal o no verbal de que el mensaje del terapeuta era en parte correcto, preciso o procedente.
3 = muy efectiva. La conducta verbal y no verbal del cliente confirma que la respuesta del terapeuta fue muy precisa, conveniente o correcta.

Recuerde observar y escuchar la reacción del cliente a la respuesta del terapeuta para puntuar la efectividad.

Respuesta del terapeuta Respuesta del cliente Tipo de respuesta del terapeuta Efectividad de
(claves) (claves) Clarificación Paráfrasis Reflejo Resumen Otros la respuesta
1.

2.

3.

4.

5.

6.

51
Respuesta del terapeuta Respuesta del cliente Tipo de respuesta del terapeuta Efectividad de
(claves) (claves) Clarificación Paráfrasis Reflejo Resumen Otros la respuesta
7.

8.

9.

10.

11.

12.

13.

14.

15.

16.

17.

18.

19.

20.

52
Comentarios y observaciones generales del observador:

53
CUARTA SESIÓN: TÉCNICAS DIRECTIVAS (O DE ACCIÓN)

1. ASPECTOS CONCEPTUALES

Las técnicas directivas son aquellas intervenciones verbales en las que el mensaje
está organizado en función del sistema de referencia del terapeuta. El contenido y la
forma de estas intervenciones toma en consideración las hipótesis que el entrevistador
ha elaborado sobre los problemas del paciente y sobre sus percepciones y valoraciones
de la conducta de éste.

Las técnicas directivas que se utilizan con mayor asiduidad son las siguientes
(Cormier y Cormier, 2000; Perpiñá, 2012; Rojí, 1990; Rojí y Cabestrero, 2013): sondeo
(preguntas), afirmación de la capacidad, confrontación, interpretación, instrucciones,
encuadre e información. A continuación se presentan los aspectos claves de estas
habilidades siguiendo la exposición de Cormier y Cormier (2000), Rojí (1990) y Rojí y
Cabestrero (2013).

• SONDEO (formulación de preguntas)

Las preguntas son una parte indispensable del proceso de evaluación. Los
terapeutas inexpertos suelen cometer el error de asumir que una entrevista terapéutica
consiste en una secuencia de preguntas y respuestas. Este modo de proceder puede
generar en el paciente la sensación de estar siendo sometido a un interrogatorio, lo que
contribuye poco a que se sienta comprendido. El principal criterio que ha de guiar a un
entrevistador es el de formular preguntas que tengan un propósito claro, en lugar de
hacerlo porque se haya producido un silencio o el terapeuta tenga dificultad para
encontrar las palabras adecuadas para proseguir la entrevista.

La mayoría de las preguntas que resultan más efectivas son aquellas que se
formulan de manera abierta empezando con términos como qué, cómo, por qué, cuándo,
dónde o quién. Las preguntas que comienzan con “qué” tienden a explorar hechos e
información; con “cómo” se asocian secuencias, procesos y emociones; con “por qué”
se obtienen razones y explicaciones; con “cuándo” y “dónde” se solicitan datos sobre el
tiempo y el lugar; y con “quién” se busca información sobre las personas.

54
Las preguntas cerradas están interesadas en hechos particulares y cuestiones
específicas. Estas preguntas empiezan con palabras como estás, has, puedes...? y cabe
responder a ellas con un sí o un no o unas pocas palabras.

Objetivos

 Preguntas abiertas
1. Iniciar la entrevista (p. ej., ¿sobre qué te gustaría hablar hoy?).
2. Animar al paciente a aportar más información (p. ej., qué más podrías decirme sobre
esto?).
3. Obtener ejemplos específicos de conductas, sentimientos o pensamientos del paciente
(p. ej., ¿cómo te sientes respecto a esto?).
4. Motivar la comunicación con el paciente.

 Preguntas cerradas
1. Limitar el tema que se comenta (p. ej., ¿hay algún caso de depresión en tu familia?).
2. Obtener información específica (p. ej., ¿vive tu hija aún en casa?).
3. Identificar parámetros de problemas (p. ej., ¿has notado si algo hace que te sientas
más deprimida?).
4. Centrar a un paciente excesivamente hablador que divaga (p. ej., ¿podrías centrarte
ahora en el tema de la situación familiar que has mencionado antes?).

Consejos prácticos

1. Hacer preguntas centradas en los problemas del paciente. Las preguntas más
pertinentes se construyen a partir de lo que el paciente ha dicho, más que de la
curiosidad del terapeuta.
2. Después de una pregunta, dejar una pausa. Puesto que el paciente puede carecer de
una respuesta inmediata, hay que dejar un tiempo para que la elabore.
3. Formular sólo una pregunta cada vez. Si planteamos varias preguntas seguidas sin
dar tiempo para responder secuencialmente a cada una de ellas, lo más probable es que
el paciente acabe contestando sólo a la última o a la menos importante de todas ellas.
4. Evitar las preguntas acusadoras. Para no producir recelos en el paciente conviene
cuidar el tono de voz al plantear las preguntas y eludir la fórmula ¿por qué? que puede
ser sustituida por “qué”.
5. No abusar de las preguntas durante la entrevista. Emplear en exceso las preguntas
puede ser percibido por el paciente como una ofensa o un gesto de intrusismo, o puede
generar una imagen prepotente del terapeuta, lo que reduce la implicación del paciente
en el proceso.

55
Fases

1. ¿Cuál es el propósito de mi pregunta?. ¿Es terapéuticamente útil?. ¿Puedo anticipar


la respuesta del paciente?. Antes de verbalizar la pregunta al paciente conviene
hacérnosla a nosotros mismos y ver si la podemos responder. Si es así, lo más probable
es que sea innecesaria, por lo que elegir otra pregunta sería más productivo. Las
preguntas que son efectivas son las que producen nuevos insights y generan nueva
información.
2. Conociendo el propósito, ¿cómo puedo formular mi pregunta para que sea más
efectiva?. Determinar si es preferible una pregunta abierta o cerrada atendiendo a los
propósitos que nos planteamos. La pregunta ha de centrarse en las preocupaciones del
paciente y no en aspectos de interés exclusivo del terapeuta.
3. ¿Cómo puedo saber si mi pregunta es útil?. Examinar cómo responde el paciente y
qué explicación ofrece.

Ejemplo

Paciente: No sé cómo empezar. Mi matrimonio está roto. Mi madre ha muerto


recientemente y tengo problemas laborales.
Terapeuta: ....De los tres problemas que acabas de mencionar, ¿cuál es el que más te
preocupa en este momento?.
Paciente: Mi matrimonio. Quiero salvarlo, pero no creo que sea eso lo que quiere mi
marido (acompañado de contacto ocular; la postura corporal que ha sido tensa,
empieza a relajarse).

• AFIRMACIÓN DE LA CAPACIDAD

Esta técnica consiste en que el terapeuta ponga de manifiesto a través de un


enunciado verbal, la capacidad habitual del paciente para realizar una actividad
concreta.

Objetivos

1. Animar al paciente a hacer algo cuando carece de confianza.


2. Conseguir que el paciente adquiera conciencia de su capacidad.
3. Presentar una acción potencialmente beneficiosa para el paciente.

56
Restricciones

1. Sólo debe utilizarse si el paciente ha manifestado expresamente su deseo y decisión


de pasar a la acción.
2. Sólo debe utilizarse si el terapeuta ha observado hechos de los que pueda inferir que
el paciente tiene las capacidades atribuidas.
3. Está contraindicada en pacientes que tienen una imagen extremadamente negativa de
sí mismos ya que tienden a rechazar la retroalimentación positiva que se les ofrece.

Ejemplo

Paciente: Había pensado en apuntarme a un cursillo de tenis. Tendría que hacerlo ya,
porque el plazo acaba la semana que viene. Pero cuando me imagino en la pista...no
sé...
Terapeuta: Tú siempre has destacado en los deportes. Podrías aprender pronto. Con la
fuerza y agilidad que tienes podrías hacerlo muy bien.

• CONFRONTACIÓN

Mediante la confrontación el terapeuta describe las posibles discrepancias,


conflictos, y mensajes mixtos que emite el paciente.

Objetivos

1. Contribuir a que el paciente explore otras formas de percibir una situación o a sí


mismo.
2. Ayudar al paciente a ser más consciente de las discrepancias en los pensamientos,
sentimientos y conductas.

Consejos prácticos

1. Describir y no juzgar las conductas del paciente. Este procedimiento no ha de tener


un carácter punitivo, ni ha de estar cargado emocionalmente. La confrontación no
pretende atacar al paciente, ni representa una estrategia para que el terapeuta pueda
ventilar la frustración que experimenta en relación con el paciente. Con ella no se
pretende culpabilizar ni criticar al paciente sino darle un feedback constructivo.
2. No formular inferencias vagas sino señalar conductas concretas. La confrontación ha
de incluir un ejemplo específico de la conducta en lugar de limitarse a una inferencia
genérica.

57
3. Elegir cuidadosamente el momento de la utilización de la confrontación. Antes de
emitir una respuesta de confrontación el terapeuta ha de asegurarse de haber establecido
una adecuada alianza terapéutica. Cuanto más consolidada esté la relación más
receptivo se mostrará el paciente hacia la confrontación. La emisión de esta técnica
verbal debe realizarse en aquellos momentos en que se prevea que puede facilitar el
autoconocimiento del paciente. Además, conviene considerar también el nivel de
atención, el grado de ansiedad, el deseo de cambio, y la capacidad de escucha que
presenta la persona. Tras la confrontación, el terapeuta ha de conceder al paciente un
tiempo para que pueda reaccionar y comentar los efectos que tal intervención le ha
producido. Por ello no es aconsejable utilizar este procedimiento al final de la sesión
clínica.
4. No sobrecargar al paciente con confrontaciones que planteen demandas difíciles en
un espacio breve de tiempo. Conviene utilizar la estrategia de las “aproximaciones
sucesivas”, esto es, introducir las confrontaciones de forma gradual y dosificada.
Plantear dos confrontaciones seguidas puede resultar excesivo.

Reacciones del paciente

Algunos terapeutas evitan utilizar la confrontación pues temen no saber manejar


adecuadamente las reacciones del paciente. Las clases de respuestas que pueden
suscitarse son: la negación, la confusión, la falsa aceptación y la aceptación genuina.

1. Negación. El paciente no quiere reconocer el mensaje del terapeuta pues no está


preparado para ello, o su actitud no es lo suficientemente tolerante para aceptar las
discrepancias identificadas. El paciente puede mostrar su negación de la confrontación
de diversas formas: desacreditando al terapeuta, persuadiéndole de que su punto de vista
es erróneo, restando importancia al tema, buscando el apoyo de personas del entorno, y
aceptando las discrepancias pero sin actuar para resolverla.
2. Confusión. El paciente puede mostrarse desconcertado respecto al contenido de la
confrontación. Esta reacción puede ser consecuencia de una elaboración poco precisa
del enunciado por parte del terapeuta. La falta de compresión del mensaje puede ser
utilizada por el paciente para no tener que responder a la confrontación.
3. Aceptación. La aceptación se considera genuina si el paciente responde con el deseo
sincero de examinar su conducta. Hay que estar alerta ante la posible falsa aceptación,
ya que el paciente puede reconocer verbalmente la confrontación sólo con el propósito
de que el terapeuta no insista.

Fases

58
1. ¿Qué discrepancia o mensaje mixto observo, escucho o capto en la comunicación
con el paciente?. Prestar atención a los mensajes verbales y a los no verbales para
detectar la falta de coherencia.
2. ¿Cómo puedo resumir los diversos elementos de dicha discrepancia?. Sintetizar los
elementos de la discrepancia empleando una formulación que conecte las diversas
partes del conflicto en lugar de discutirlas. Una síntesis apropiada puede utilizar la
expresión “por una parte tu _____, y por otra _____”.
3. ¿Qué términos puedo incluir en la respuesta?. Utilizar términos que coincidan con
los elementos sensoriales empleados por el paciente (ver tabla 5.2.).
4. ¿Cómo puedo evaluar la confrontación?. La confrontación es efectiva cuando el
paciente realiza un reconocimiento auténtico de la existencia de incongruencias.

Ejemplos

 Mensaje verbal y no verbal

El paciente dice “me siento cómodo” (mensaje verbal) y al mismo tiempo se está
retorciendo los dedos (mensaje no verbal).
Terapeuta: Dices que te sientes cómodo pero al mismo tiempo tienes las manos tensas.

 Mensaje verbal y conducta

El paciente dice “la terapia es muy importante para mí” (mensaje verbal) pero no
acude a las dos próximas sesiones (conducta).
Terapeuta: Hace algunas semanas me dijiste lo importante que era para ti la terapia;
ahora me he dado cuenta de que has faltado a las dos últimas sesiones.

 Mensajes verbales

El paciente dice “mi marido se acuesta con otras mujeres; no me preocupa” (mensaje
verbal 1) y “creo que nuestra relación debería significar algo más para él” (mensaje
verbal 2).
Terapeuta: Primero dices que no te molesta su conducta; ahora lamentas que vuestra
relación no sea para él tan importante como para ti.

• INTERPRETACIÓN

La interpretación supone entender y comunicar el significado de los mensajes del


paciente ofreciendo una perspectiva diferente de sí mismo, formulando hipótesis sobre

59
las relaciones causales entre sus actitudes/conductas, o presentando explicaciones de
éstas. La interpretación maneja tanto la parte explícita de los mensajes del paciente
como la implícita, esto es, aquella que no verbaliza directamente.

Las interpretaciones que realiza el terapeuta dependen de la orientación teórica a


la que se adscriba. Así, un terapeuta psicodinámico puede interpretar conflictos no
resueltos; un terapeuta adleriano puede subrayar la lógica errónea del paciente; un
terapeuta que tenga como referencia el análisis transaccional puede centrarse en los
juegos del paciente; un terapeuta cognitivo puede enfatizar los pensamientos
irracionales; y un terapeuta conductual puede ocuparse de los patrones
comportamentales desajustados.

Objetivos

1. Contribuir al desarrollo de una relación terapéutica positiva reforzando la


autoapertura del paciente, y potenciando la credibilidad del terapeuta.
2. Identificar y mostrar las relaciones que existen entre los mensajes implícitos y
explícitos del paciente.
3. Ayudar al paciente a que examine su conducta desde un marco de referencia diferente
para que comprenda mejor su problema.
4. Animar al paciente a sustituir las conductas problemáticas por otras más funcionales.

Contenido y formulación

Los factores que influyen en la elaboración de las interpretaciones efectivas son: la


profundidad, el centro de atención y la connotación.

1. Profundidad. Es el grado de discrepancia entre el punto de vista expresado por el


terapeuta y las opiniones del paciente. Las interpretaciones muy profundas tienden a ser
rechazadas, pues resultan inaceptables, prepotentes o suscitan resistencias. Las
interpretaciones poco/moderadamente profundas son las más apropiadas para producir
el cambio pues resultan comprensibles y asumibles.
2. Centro de atención. Alude a la dirección de la interpretación. Las interpretaciones
que se centran en las causas controlables de las conductas/actitudes del paciente son
más útiles que aquellas que enfatizan los factores no modificables.
3. Connotación. Se refiere a si el terapeuta enfatiza un modelo positivo o negativo de la
conducta del paciente. Las interpretaciones que reflejan una connotación positiva
promueven cambios más sólidos.

60
Reacciones del paciente

Las reacciones de los pacientes ante las interpretaciones pueden ser muy variables,
oscilando desde la aceptación completa al más violento rechazo. Para manejar las
reacciones negativas puede ser útil tener en cuenta las siguientes sugerencias:

1. Si la interpretación se encuentra con una conducta defensiva u hostil, conviene


abandonarla temporalmente y retomarla más adelante.
2. Si el paciente muestra ciertas reticencias a aceptar la interpretación se puede emplear
un reflejo y reiterar a continuación la interpretación. No obstante, antes de proceder a la
repetición hay que reexaminar su formulación y la validez de los datos en los que se
apoya.
3. Para evitar posibles resistencias puede resultar de ayuda utilizar una metáfora, una
parábola, historia o mito que sirva como espejo sobre el cual el paciente pueda
proyectar su propia situación vital.

Reglas básicas

1. Elegir un momento en el que el paciente muestre cierta disposición a autoexaminarse.


Las interpretaciones no se han de formular en las sesiones iniciales ya que el terapeuta
necesita recabar información como base del mensaje que va a elaborar, y el paciente
requiere cierto tiempo (sesiones) hasta que se acostumbra al tipo de material que se
discute en la terapia. La interpretación es más efectiva en las fases iniciales o medias de
la sesión de modo que se disponga de tiempo suficiente para trabajar las reacciones del
paciente.
2. Basarse en los mensajes emitidos por el paciente y no en los propios sesgos del
terapeuta proyectados sobre el paciente.
3. Utilizar un enunciado que adopte la forma de posibilidad. Las fórmulas más
apropiadas son “me pregunto si”, “quizás”, “es posible que” o “parece como si”. Hacer
uso de una formulación sugerente en vez de absoluta evita una imagen prepotente del
terapeuta y suaviza las posibles actitudes defensivas del paciente.

Fases

1. Escuchar e identificar el significado implícito de los mensajes del paciente.


2. Formular una interpretación que proporcione al paciente una forma levemente
diferente de contemplar el problema.
3. Asegurarse de que la nueva perspectiva sobre el problema enfatiza más los aspectos
positivos que los negativos, y aquellos que puede ser modificados.

61
4. Elegir los términos que coincidan con las claves sensoriales empleadas por el
paciente.
5. Examinar la efectividad de la interpretación evaluando la reacción del paciente.

Ejemplo

Paciente: A veces pienso en volver con ella pues dejarla sólo me ha traído
complicaciones. Si lo hiciera todo volvería a ser como antes, pero no creo que ésa sea
la solución.
Terapeuta: Tal vez, al menos parte de tu confusión se deba a que te sientes culpable por
haberla dejado.

• INSTRUCCIONES

Las instrucciones son enunciados a través de los cuales el terapeuta pretende


instruir, dirigir o indicar al paciente cómo debe hacer algo.

Objetivos

1. Ayudar al paciente a que se comporte de una manera determinada.


2. Proporcionar al paciente la información necesaria para que le sea posible adquirir,
mantener o eliminar una conducta concreta.

Estructura

1. Especificar el objetivo a alcanzar.


2. Exponer los pasos a seguir para alcanzar dicho objetivo.
3. Indicar lo que se debe hacer y lo que se debe evitar durante la ejecución.

Consejos prácticos

1. Requerir explícitamente la atención del paciente.


2. Reforzar positivamente al paciente mientras le damos las instrucciones.
3. Presentar las instrucciones como sugerencias y no como órdenes.
4. Comprobar que el paciente ha comprendido la instrucción.

Ejemplo

62
Terapeuta: Ahora voy a decirle algo que me gustaría que hiciera. Preste mucha
atención a las pautas que le voy a dar, para que así pueda usted repetirlo
posteriormente sin ninguna dificultad. Con el fin de registrar los pensamientos
negativos que le causan ansiedad le voy a proporcionar unas hojas en las que usted ha
de escribir dichos pensamientos siempre que se presenten. Es una tarea sencilla...

• ENCUADRE

El encuadre consiste en que el entrevistador predisponga al paciente para que


considere una situación o un suceso desde una perspectiva determinada. Por lo general
se emplea para contenidos que tienen que ver con la noción de terapia, el papel del
paciente en ella, las etapas del proceso terapéutico, las posibilidades concretas de
cambio y el modo de lograrlo, etc.

Objetivos

1. Motivar al paciente para que permanezca en la situación de entrevista o para que se


someta a un tratamiento concreto.
2. Ayudar al paciente a que comprenda los objetivos del tratamiento.

Consejos prácticos

1. Emplear un tono optimista.


2. Utilizar el encuadre en las fases iniciales.
3. Comprobar si el paciente ha entendido la explicación.

Ejemplo

Terapeuta: En primer lugar, me gustaría que me explicara qué es lo que le ha hecho


acudir a mi consulta. Una vez hayamos determinado cuál es el problema estaremos en
condiciones de decidir cuál es el tipo de tratamiento que más le puede ayudar a usted
personalmente. En todo momento le voy a pedir su estrecha colaboración porque el
éxito de la intervención será mayor si trabajamos conjuntamente en la consecución de
las metas que se marquen.

• INFORMACIÓN

Informar consiste en transmitir verbalmente datos o hechos sobre experiencias,


sucesos, alternativas o personas. Durante la entrevista terapéutica en ocasiones se

63
comprueba que las dificultades del paciente para resolver sus problemas cotidianos
provienen de la carencia de información. Esto es especialmente importante en ciertas
poblaciones (p. ej., personas que han sufrido recientemente una limitación física grave;
mujeres que han sufrido abuso sexual por parte de sus parejas).

Objetivos

1. Ayudar al paciente a identificar posibles alternativas.


2. Ayudar al paciente a evaluar las diferentes opciones y posibles acciones ante una
determinada situación.
3. Contribuir a corregir los datos poco fiables o erróneos que tiene el paciente.
4. Motivar al paciente a examinar aspectos problemáticos de su vida que ha estado
evitando.

Reglas básicas

Recurrir a esta técnica resulta apropiado cuando la necesidad de información está


directamente relacionada con los problemas o metas del paciente y cuando la
presentación de los datos sirve para favorecer el logro de dichos objetivos. Para
introducir la información el terapeuta ha de contemplar tres reglas fundamentales:

1. Cuándo informar. Supone reconocer la necesidad de información del paciente. Para


ello hay que identificar la información de la que dispone en el momento actual. A
continuación se requiere evaluar la naturaleza de tal información: ¿es válida?, ¿está
basada en hechos?, ¿es suficiente?. Finalmente hay que atender a las señales de
receptividad a la información por parte del paciente ante de facilitarla, ya que éste puede
ignorar los datos si se introducen con demasiada precipitación.
2. Qué información dar. Implica determinar el tipo de información relevante. La que
resulta útil es aquella que incluye contenidos que el paciente probablemente no puede
encontrar por su propia cuenta y cuando éste cuenta con medios para actuar en base a la
información obtenida. Conviene decidir qué secuencia puede facilitar la transmisión de
la información. Por lo general, presentar la más significativa en primer lugar puede ser
una buena norma ya que se recordará mejor. El terapeuta debe abstenerse de imponer
información al paciente o de transmitir sus propios valores a través de ella.
3. Cómo proporcionar la información. Alude al modo en que se facilita la información
durante la sesión. Los datos deben ser comentados de tal modo que puedan ser
manejados por el paciente, y deben ser presentados con la debida objetividad no
ignorando aquellos que no sean de nuestro agrado. Conviene evitar términos técnicos
que el paciente puede no entender o malinterpretar. Tampoco hay que sobrecargarle con

64
demasiada información, ya que podemos sobrepasar su capacidad para asimilarla.
Resulta útil presentar la información a través de diagramas, dibujos o esquemas que
ilustren las ideas claves. Es recomendable comprobar el impacto emocional que han
tenido los datos en el paciente. Para comprobar la información procesada por el paciente
es útil solicitar que haga un breve resumen de las cuestiones abordadas. Hay que
determinar durante cuánto tiempo hay que informar ya que hacerlo de manera
prolongada puede reforzar la tendencia del paciente a evitar la acción.

Fases

1. ¿De qué información, relativa al problema, carece el paciente?.


2. ¿Cuáles son los aspectos más importantes de esta información que debo incluir?.
3. ¿Cómo puedo secuenciar la información?.
4. ¿Cómo puedo presentar la información para que el paciente la entienda?.
5. ¿Qué impacto emocional puede producir esta información sobre el paciente?.
6. ¿Cómo determinar si la información proporcionada al paciente ha sido efectiva?.

Ejemplo

 Aconsejar vs. informar

Al dar un consejo una persona recomienda o prescribe una solución o curso de


acción particular para que siga el receptor. Por el contrario al informar se proporcionan
datos relevantes sobre el problema, pero la decisión sobre el curso de acción final la
adopta el receptor.

Paciente (una madre joven): Cuando mi hija me pide algo, me resulta muy difícil
negarme. Esto me pasa incluso cuando considero que sus peticiones son poco
razonables o peligrosas.
Terapeuta (consejo): Podrías empezar respondiendo “no” una vez al día a las
peticiones que te resulten fáciles de rechazar y observando lo que pasa.
Terapeuta (información): Me parece que podemos comentar dos aspectos que pueden
afectar a la forma en que estás manejando esta situación. En primer lugar podríamos
hablar sobre lo que piensas que ocurriría si respondes “no” a las peticiones de tu
hija.... En segundo lugar podríamos analizar cómo se manejaban las peticiones en tu
propia familia cuando eras una niña. Con frecuencia los padres repiten con sus hijos
los esquemas que utilizaron con ellos sus propios padres y, lo hacen de forma tan
automática que ni siquiera se dan cuenta de ello...

65
¿Qué peligros potenciales conlleva dar consejos en terapia?.

2. TAREAS CORRESPONDIENTES A LA CUARTA SESIÓN

Ejercicio 1. Realizar un ensayo conductual que simule una entrevista con un paciente.
En ella el terapeuta ha de emplear respuestas de acción apropiadas. Un observador
clasificará las conductas del paciente y valorará las respuestas del terapeuta utilizando
para ello, por ejemplo, el Listado de Observación del Cliente y la Conducta Verbal del
Terapeuta.

Ejercicio 2. Para cada uno de los ejemplos que siguen, elige la opción que consideres la
confrontación más adecuada.

1. P.: (Afirma ser capaz de hacer amigos con facilidad entre gente muy diversa). Tengo
que cambiarme otra vez, es la tercera vez en lo que va de año. Siempre voy a dar con un
compañero de habitación que es un bicho raro.

T.: a) Antes has dicho que haces amigos con facilidad, pero parece que tienes
dificultades para vivir con alguien durante mucho tiempo.
b) Me extraña mucho que seas capaz de hacer amigos con facilidad y tengas
tantos problemas para vivir con alguien.
c) Antes dijiste que haces amigos con facilidad. Ahora es la tercera vez que te
tienes que cambiar en un año por problemas con tu compañero de habitación.

2. P.: (Un hombre de mediana edad que siempre llega tarde a las sesiones de terapia).
Estoy muy interesado en estas entrevistas con usted, saco mucho provecho de ellas.

T.: a) Dices que te interesan nuestras entrevistas, pero siempre llegas tarde. No parece
que esto tenga mucho sentido.
b) Me cuesta entender qué quieres decir con sacar provecho de nuestras
entrevistas; siempre llegas tarde.
c) Si nuestras entrevistas te son tan provechosas, me pregunto porqué siempre
llegas tarde.

3. P.: (Un chico de 14 años que ha tenido varias peleas con los compañeros de su clase).
Yo me llevo bien con esos tíos. Soy bastante sociable. Pero si alguno se mete conmigo o
me dice lo que tengo que hacer, es mejor que tenga cuidado. No consiento que nadie me
fastidie.

66
T.: a) No me puedo imaginar que te lleves tan bien con tus compañeros si tienen
que estar con tanto cuidado. De hecho, tengo entendido que últimamente
has tenido varias peleas.
b) Dices que te llevas bien con ellos, pero, al mismo tiempo dices que es mejor
que se anden con cuidado contigo.
c) Si la gente tiene que andar con tanto cuidado contigo pueden comenzar las
peleas con facilidad. No puedo comprender porqué piensas que eres sociable.

4. P.: (Un hombre joven que ha pospuesto la fecha de su boda en dos ocasiones). Yo la
quiero mucho.... creo que es la mejor chica del mundo. Tenemos tantos planes para el
futuro. Pero he tenido que retrasar la fecha de la boda.

T.: a) Has retrasado la boda dos veces pero dices que la quieres. Quizá me
equivoque, pero creo que no estás completamente seguro de querer adquirir ese
tipo de compromiso con ella.
b) Es difícil comprender como has podido retrasar la fecha dos veces si la quieres
tanto como dices.
c) Parece como si tuvieras miedo a casarte. Me pregunto hasta qué punto la
quieres y deseas compartir tu vida con ella.

5. P.: (Una persona con escasas habilidades sociales). Puedo arreglármelas yo sola en
situaciones de este tipo.

T.: a) Tu te percibes a ti misma como una persona asertiva, pero yo no he


visto esa asertividad. ¿Podrías ayudarme a comprender esta discrepancia?.
b) Si eres una persona asertiva, ¿puedes explicarme cómo es que te encuentras
en esa situación?.
c) Puedo equivocarme, pero no me pareces una persona asertiva.

Ejercicio 3. Selecciona la respuesta de encuadre que te parezca más adecuada en los


casos que siguen.

1. P.: (Se le ha pedido que resuma sus problemas). Bueno, hemos hablado de más cosas
de las que esperaba. Hemos empezado hablando de mis sentimientos de soledad y
depresión. Luego le he contado cómo me desagrada mi trabajo y los problemas que
como padre tengo con mis hijos. Yo no tenía conciencia de que todas esas cosas me
preocuparan hasta que hemos empezado a hablar de ellas.

67
T.: a) Hemos identificado algunas clases de problemas. Parece que a usted le
preocupa más su soledad que los problemas con sus hijos. ¿Desea que tratemos
primero este asunto?.
b) Hemos detectado tres áreas de problemas que parecen preocuparle. ¿Qué
interés tiene en cambiar esos aspectos de su vida?.
c) Hemos identificado al menos tres áreas problemáticas. ¿Tiene usted otros
motivos de preocupación?. Si es así, hablemos de eso ahora.

2. P.: (Las tres cuestiones problemáticas del ejercicio anterior han sido definidas en
forma concreta).

T.: a) Ahora que tenemos sus problemas claramente definidos, necesitamos


decidir el orden en que vamos a tratarlos. Por lo que ha contado de su trabajo,
considero que este tema debería ser el primero. ¿Está usted de acuerdo?.
b) Ahora que hemos definido claramente sus problemas tenemos que decidir
con qué orden los vamos a tratar. Por lo que ha contado de sus sentimientos de
soledad y depresión sugiero que empecemos por ahí, ya que pueden ser los
asuntos más difíciles de abordar. ¿Está de acuerdo?.
c) Ahora que sus problemas están claramente definidos hemos de decidir por
dónde empezamos. Por lo que usted ha dicho de su trabajo, puede ser
útil que empecemos por ahí. ¿Cómo lo ve?.

3. P.: (El paciente ha propuesto comenzar a tratar el tema de sus relaciones con los
hijos).

T.: a) Ya hemos aclarado en qué consisten sus dificultades con sus hijos. Ahora
necesitamos establecer una meta a alcanzar en ese área. ¿Qué le parece algo
relacionado con sus discusiones con ellos?.
b) Antes hemos elaborado una definición de sus dificultades. Ahora
necesitamos transformar esa definición en una meta que usted desee
alcanzar. ¿Podría sugerirme alguna?.
c) Antes hemos definido sus problemas de relación con sus hijos. Ahora
necesitamos trazarnos un objetivo. ¿Puede decirme algo más de la forma en
que sus familiares se relacionan entre sí?.

4. P.: (Se han establecido una serie de objetivos que el paciente desea alcanzar en la
relación con sus hijos. Uno de ellos consiste en permitir a uno de sus hijos que realice
ciertas tareas de la manera en que considere conveniente).

68
T.: a) ¿Por qué no intenta hacer algo diferente de lo que acostumbra la próxima vez
que se presente una de esas situaciones?.
b) Una posible situación sería construir con su hijo alguna cosa, un avión de
aereomodelismo, por ejemplo.
c) ¿Cómo formularía usted esas situaciones para alcanzar la meta propuesta?.

5. P.: (Ha decidido ayudar a su hijo a quitar la mesa después de la cena. Permite que lo
haga, pero le cuesta aceptar la forma en que el niño lo hace).

T.: a) Parece que usted permite que el niño la ayude aunque incluso eso le cuesta.
¿Qué podría hacer usted la próxima vez para ser más tolerante ante las
alternativas que él propone para hacer las cosas de una manera diferente a como
usted acostumbra?.
b) Parece como si a usted le costase mucho ser tolerante con la conducta de sus
hijos.
c) Parece que las cosas están razonablemente bien. ¿Qué problemas trataremos
ahora?.

Ejercicio 4. Identifica la clase de respuesta ofrecida por el terapeuta (sondeo,


afirmación de la capacidad, confrontación, interpretación, instrucción, encuadre e
información).

1. P.: A veces tengo la impresión de que me van a expulsar.


T.: a) ¿En qué momentos sientes eso?.
b) Tienes capacidad suficiente para sacar buenas notas si decides estudiar.

2. P.: Creo que no podré venir a la próxima sesión porque tengo que ir de compras.

T.: a) ¿Quieres decir que para ti es importante ir de compras la próxima semana,


pero también ves la terapia como algo importante para ti?.
b) ¿En qué sentido crees que ir de compras te va a beneficiar más que la
sesión de psicoterapia?.

3. P.: Creo que a los hombres lo único que les interesa es dominar a los demás.

69
T.: a) Da la impresión de que hablas de todos los hombres en base a la experiencia
que has tenido con unos pocos. Me pregunto si de tus experiencias has
sacado la conclusión de que todos los hombres son como los que tú has
conocido.
b) ¿Qué ha sucedido para que pienses así?.

4. P.: No quiero que mi marido decida por mí. Quiero ser yo quien tome mis propias
decisiones.

T.: a) Tienes capacidad suficiente para tomar tus propias decisiones, tanto si tu
marido te presiona como si no.
b) Me pregunto si en caso de que tu marido no te presionase te gustaría tanto
ser independiente.

5. P.: La presión de mi trabajo está empezando a superarme. Estoy siempre ajetreado,


intentando darme prisa y tratando de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Nunca tengo
suficiente tiempo.

T.: a) En relación a tu trabajo, ¿qué es lo que hace que te sientas estresado?.


b) Es importante que seas consciente de esto. La ansiedad y el estrés
continuados pueden producir problemas de salud cuando no se les pone freno.

6. P.: Estoy cansado de quedarme solo en casa, pero me siento muy incómodo cada vez
que le pido una cita a una chica.

T.: a) Parece que estás diciendo que te sientes solo y también que no deseas
arriesgarte a pedir a una chica que salga contigo.
b) ¿Qué hace que te sientas nervioso cuando hablas con las chicas?.

7. P.: No sé por qué soporto sus malos tratos. En realidad no le quiero.

T.: a) Por una parte dices que no le quieres, y por otra sigues viviendo en casa y
permitiéndole que te pegue. ¿Cómo se pueden combinar estas dos cosas?.
b) Puedes estar atrapada en un círculo vicioso donde tus sentimientos hacia él,
aunque no sean de amor, superan la precaución sobre tu integridad física.

8. P.: En primer lugar, no sé ni por qué nos casamos.

70
T.: a) ¿Qué cualidades de uno y otro hizo que os sintieseis atraídos inicialmente?.
b) Estáis pasando ahora un momento difícil y esto ha hecho que os cuestionéis
vuestro matrimonio. Me pregunto si reaccionaríais así si el problema actual no
os estuviese ocasionando tanto dolor.

Ejercicio 5. En cada uno de los casos que siguen elabora una respuesta directiva de
sondeo, afirmación de la capacidad, confrontación, interpretación e información.

1. P.: (Un hombre de mediana edad). Estoy muy desanimado por esta incapacidad física.
No puedo hacer nada como antes. No sólo ha afectado a mi trabajo, también en casa.
Siento que no tengo nada que ofrecer a los demás, nada que merezca la pena.

2. P.: (Un padre frustrado). Mi casa es un auténtico desastre. Parece que no consigo
hacer nada con los niños siempre a mi alrededor. Temo perder los estribos y empezar a
pegarles un día de estos.

3. P.: (Un estudiante). Me siento abrumado. Tengo que leer libros, redactas trabajos, etc.
Me estoy quedando sin dinero y no tengo trabajo. Además, mi compañero de habitación
está pensando en mudarse.

4. P.: (Una viuda de 35 años, madre de dos hijos pequeños). Toda mi vida se fue a pique
cuando murió mi marido. Sigo sintiéndome muy insegura de mi capacidad para salir
adelante y para mantener a mis hijos. Mi marido tomaba siempre todas las decisiones
por mí. Llevo mucho tiempo sin dormir bien, cada vez bebo más y ya ni siquiera puedo
pensar. Además, he engordado 7 kilos. Tengo el aspecto de una “cualquiera”. ¿Quién
puede querer darme trabajo en el estado en el que me encuentro?.

5. (El paciente es un hombre de mediana edad que está tratando de superar su


alcoholismo. Ha reconocido durante las últimas sesiones que la bebida está arruinando
su vida familiar pero no puede dejarlo porque le ayuda a sentirse mejor y a superar el
estrés laborar).
P.: Ya sé que a la larga el alcohol no me beneficia, y evidentemente no ayuda en nada a
mi familia. Mi mujer me amenaza constantemente con abandonarme. Ya lo sé, pero me
resulta tan difícil escapar de todo ello. Tomando un trago me siento aliviado (en tono de
voz bajo, suave, mirando al suelo y con los hombros encogidos).

Ejercicio 6. Indica para las siguientes situaciones: a) los aspectos a confrontar; y b) una
posible respuesta de confrontación.

71
1. Lucía es una joven de 23 años con un trastorno de la conducta alimentaria que había
solicitado para hoy (de acuerdo con el procedimiento acordado en su contrato de
psicoterapia) una cita extra porque se encontraba muy mal. Llegó veinte minutos tarde
y comenzó a comentar el resultado de las elecciones municipales.

2. Laura es una mujer de 40 años que acude a consulta por presentar un cuadro
depresivo. La siguiente interacción se refiere a una sesión de las fases intermedias de su
terapia, cuando su marido volvió de un largo viaje de trabajo.
Terapeuta: ¿Volvió por fin su marido?
Laura: Si, el viernes.
Terapeuta: Y ¿qué tal el reencuentro?
Laura: Bien, muy bien (el terapeuta observa cómo la expresión de Laura se entristece y
aparece un brillo de lágrimas en sus ojos). Me trajo un regalo.

3. Felisa es una mujer de 30 años que sufre una anorexia restrictiva crónica. Durante las
vacaciones ha perdido 3 kg., lo que la sitúa en un índice de masa corporal de 17.
Terapeuta: Entonces, has perdido tres kilos este verano…
Felisa: Pero tres kilos es muy poco.
Terapeuta: ¿Cuánto pesabas?
Felisa: Treinta y nueve.
Terapeuta: ¿Cómo te sentirías si pesaras cuarenta y cinco?
Felisa: ¡Qué horror!
Terapeuta: ¿Te parece mucho?
Felisa: ¡Una barbaridad!

4. Un hombre de 31años, casado, que consulta por problemas con el alcohol:


Paciente: Al volver de aquella discusión hubiera necesitado que mi mujer estuviera
conmigo, que habláramos, que me mimara… Pero ella me dio un beso de rutina y
siguió con sus cosas en la cocina.
Terapeuta: ¿Le dijo lo que le pasaba?
Paciente: No me lo preguntó.

Ejercicio 7. Indica para las siguientes situaciones: a) los aspectos de significado no


explicitados que podrían identificarse; y b) una posible respuesta de interpretación.

1. Una mujer de 63 años acude, derivada por el servicio de oncología donde está en
tratamiento quimioterapéutico por un cáncer de mama, por un cuadro depresivo. Nos
cuenta que quedó huérfana a los 10 años y tuvo que dejar la escuela para trabajar en el
campo para sacar adelante a sus hermanos. Se casó con un hombre jugador y bebedor

72
que la abandonó, dejándole deudas y la casa embargada cundo su segunda hija tenía
meses a pesar de lo cual ella había ido a dar la cara por él en varios juicios. Había
ayudado a su hija mayor a dejar la heroína y había cuidado a la segunda y al hijo que
tuvo de soltera hasta que se casó 5 años después. Siempre ha ayudado a sus hijas en lo
que han necesitado. En este momento ve que ella no puede valerse por sí misma, pero
no ha pedido ayuda a sus hijas.

2. Rogelio es un chico de 22 años. Sin haber llegado a la adolescencia ya requerían de él


los demás niños para pelearse: “siempre ganaba yo”, “me tenían miedo”. Desde hace 4
años sale con una chica con la que últimamente discute con mucha frecuencia. En su
trabajo como camarero se siente permanentemente a punto de comportarse con
violencia. A veces él provoca situaciones propicias para pelearse con conocidos del
barrio. Comprende lo inadecuado de estas reacciones. Hace un año falleció su hermana
en accidente de tráfico. Se presenta un fragmento de una interacción entre el terapeuta y
el paciente correspondiente a una sesión en la que estaba previsto hablar de la hermana
fallecida.
Terapeuta: ¿Qué tal?
Paciente: Estoy fatal. Mi chica ha vuelto del pueblo y ha dicho que quería dejarlo. Me
dejó hecho polvo, he perdido cuatro kilos. Ponía el doble de pesas en el gimnasio
porque no las notaba y se me ha abierto la muñeca.
Terapeuta: ¿No era tu chica la que te acompañaba?
Paciente: Sí…
Terapeuta: …
Paciente: Seguimos juntos, pero está rara, pensaba que eran los exámenes pero ya los
ha terminado y sigue igual.
Terapeuta: ¿Qué quieres decir con “rara”?
Paciente: A veces está bien conmigo a veces no. No sé de qué va. Me dice cosas como
que si ella está en una discoteca y nota que le gusta a uno le entra, y le vuelve a entrar,
pues ella se enrolla con el tío.
Terapeuta: ¿Crees que quiere provocarte celos?
Paciente: Yo creo que me pone los cuernos cada vez que va a su pueblo, alguna vez me
lo ha contado (apretando las mandíbulas).¡A mí no me va a dar celos!. ¡Si me quiere
joder no lo va a conseguir!
Terapeuta: ¿Le has pegado alguna vez?
Paciente: No, no lo haría nunca.
Terapeuta: ¿Has deseado hacerlo?
Paciente: No, yo hago como que no me afecta, hago como si nada. Es como cuando era
pequeño. Mi hermana me decía que no llorara cuando me castigaba mi madre y que así
dejaría de castigarme porque si me veía llorar demostraba que podía conmigo. Y eso

73
hacía. No lloraba si me castigaba por algo, cuanto más me castigaba más lo volvía a
hacer.
Terapeuta: Aprendiste de tu hermana que no hay que dejar que se den cuenta de que te
pueden hacer daño.
Paciente: Sí …
Terapeuta: La querías mucho.
Paciente: Era la única persona de mi familia que hacía cualquier cosa por mí. Una vez
me ingresaron porque mi hermano mayor me tiró una sopera a la cara. No quería estar
allí. Ella vivía en Talavera la llamé, vino a buscarme y me sacó de allí.
Terapeuta: ¿La veías con frecuencia?
Paciente: Alguna vez venía, yo no quería que se fuera y lloraba. Ella me decía que no
llorase. Que si no dejaba de llorar no volvería. Así es que no lloraba.
Terapeuta: Me dijiste que cuando murió no lloraste…
Paciente: No. Se lo había prometido. Lo hice por ella, era como cuando se iba a
Talavera.

3. Fernando acude a consulta por fracaso escolar. Fernando ha sido siempre un chico
ejemplar. Buen estudiante y respetuoso con las necesidades de los demás. Su hermano
gemelo siempre fue considerado el brillante, per vago de la familia. Hace dos meses su
hermano volvió a casa, después de haberse escapado y estar desaparecido durante tres
días. Fernando esperaba que le hubieran castigado, en vez de eso, le mandaron a él a
comprar comida para celebrar una cena de bienvenida.
Fernando: Mi hermano no da más que disgustos. Se va de casa, tiene angustiada a toda
la familia durante tres días y cuando aparece, nadie se enfada con él. Al contrario,
todos le agradecen que haya tenido el detalle de volver. Tiene gracia…

4. Javier acude a su sesión de psicoterapia irritado con la terapeuta:


Javier: Nunca más le voy a consentir que me trate como lo hizo el último día.
Terapeuta: No sé qué quiere decir, Javier.
Javier: Yo le estaba contando algo importante y usted acabó la entrevista porque la
llamaron.
Terapeuta: Siento que hubiera sido en ese momento, pero me llamaron por una
urgencia.
Javier: Me he pasado la vida menospreciándome y desde hace meses, después de mi
enfermedad, decidí que ya estaba bien, que no iba a seguir permitiendo que nadie me
pisara. De pequeño, le consentía lo que fuera a mi madre con tal de que ella me
siguiera queriendo, pero esto se acabó…

74
LISTADO DE OBSERVACIÓN DEL CLIENTE
(adaptado de Cormier y Cormier, 2000)

Nombre del terapeuta:____________________________________________________

Nombre del observador: __________________________________________________

Instrucciones: Dadas las cinco categorías de la conducta del cliente (columna


izquierda), utilice la columna de la derecha para registrar la presencia separada de
conductas que pertenezcan a estas categorías según vayan sucediendo a lo largo de la
entrevista terapéutica.

Categoría observada Palabras y conductas claves del cliente


1. _______________________________________
1. Aspectos y mensajes que 2. _______________________________________
necesiten mayor elaboración, 3. _______________________________________
información o ejemplos 4. _______________________________________

1. _______________________________________
2. _______________________________________
2. Discrepancias e incongruencias 3. _______________________________________
4. _______________________________________

1. _______________________________________
2. _______________________________________
3. Mensajes y temas implícitos 3. _______________________________________
4. _______________________________________

1. _______________________________________
2. _______________________________________
4. Percepciones e ideas 3. _______________________________________
distorsionadas 4. _______________________________________

1. _______________________________________
2. _______________________________________
5. Mitos o información incorrecta 3. _______________________________________
4. _______________________________________

Impresiones y comentarios del observador ______________________________________


_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

75
CONDUCTA VERBAL DEL TERAPEUTA

Categoría observada Palabras y conductas claves del terapeuta


1. __________________________________________
2. __________________________________________
1. Preguntas (abiertas y cerradas) 3. __________________________________________
4. __________________________________________

1. __________________________________________
2. __________________________________________
2. Confrontación 3. __________________________________________
4. __________________________________________

1. __________________________________________
2. __________________________________________
3. Interpretación 3. __________________________________________
4. __________________________________________

1. __________________________________________
2. __________________________________________
4. Información 3. __________________________________________
4. __________________________________________

Impresiones y comentarios del observador ______________________________________


_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

76
QUINTA SESIÓN: AUTORREVELACIÓN E INMEDIATEZ

1. AUTORREVELACIÓN

1.1. Definición de la habilidad

La autorrevelación o autoapertura es una destreza compleja, poco empleada, y en


cierto modo debatida. La autorrevelación se puede definir como cualquier información
que el terapeuta transmite sobre sí mismo (Cormier y Cormier, 2000). Una parte de la
genuinidad del terapeuta implica la capacidad de ser abierto, de compartir con otros, de
autorrevelarse. Evidentemente la autorrevelación no se limita a la conducta verbal,
puesto que también damos información sobre nosotros mismos a través de los canales
no verbales y de nuestras acciones incluso cuando no es nuestra intención. La habilidad
se refiere al empleo consciente de la autoapertura.

El tipo de información que uno revela de sí mismo puede ser muy diversa. El
contenido de la información que transmitimos se puede clasificar en dos grandes
categorías según sea demográfico o personal. Además, la autorrevelación de un
terapeuta puede ser positiva o negativa en función de su valencia.

- Autorrevelación demográfica: El terapeuta da información o hace referencia a


sucesos no íntimos. Por ejemplo, “Yo también viví unos años en Barcelona”, “Al
principio yo también creía que no quería niños, después cambié de opinión y en la
actualidad ya tenemos”.

- Autorrevelación personal o afirmaciones de auto-implicación: El terapeuta revela


sucesos personales más privados y se refiere a un sentimiento/s que cree que serán
paralelos a los del paciente. Por ejemplo, “Bueno, no siempre siento que quiero tanto a
mis hijos. Algunas veces me enfado bastante con ellos y lo único que deseo es paz y
tranquilidad”. “Me parece que es muy normal tener sentimientos de cariño fuertes
hacia los amigos cercanos. Hay veces que yo también me he sentido un poco asustado
por tener sentimientos tan fuertes hacia mis amigos”.

- Autorrevelación positiva: El terapeuta revela experiencias positivas, puntos fuertes y


experiencias similares a las del paciente. Ejemplos de autorrevelación positiva: “Soy

77
bastante honesto con las personas. Si tengo algo que decir, intento decirlo con tacto”.
“Vivir con mi esposa durante 20 años ha sido una experiencia fantástica.
Evidentemente hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero en general hemos
mantenido una buena relación, y la estabilidad me hace sentir muy bien”.

- Autorrevelación negativa: El terapeuta proporciona información sobre las


limitaciones propias, sobre comportamientos y situaciones propias donde se fracasó y
experiencias diferentes a las del paciente. Ejemplos de autorrevelaciones negativas: “Yo
también estoy divorciado. Mi matrimonio fue muy conflictivo y no funcionó”. “Yo
también perdí a un amigo en un accidente de coche y durante mucho tiempo me culpé
por haber sido yo el que sobrevivió”.

La autorrevelación del terapeuta puede generar una atmósfera abierta y


facilitadora. Puede potenciar el nivel de apertura de los pacientes y favorecer la
expresión de sentimientos. En algunos momentos el terapeuta revelador puede ser
percibido como más cálido y sensible que el que no lo hace, y contribuye a reducir la
distancia producida por el rol entre terapeuta y paciente (Egan, 1990). No obstante, el
empleo de esta habilidad es delicado porque si el paciente confía en nosotros, nos
percibe como su “figura de fuerza”, etc., el impacto de determinadas autorrevelaciones
puede ser contraproducente para la relación clínica. Por ello, es muy importante
considerar una serie de recomendaciones básicas sobre esta habilidad.

1.2. Reglas básicas de la expresión de autorrevelación

Existen diversas reglas que pueden ayudar al terapeuta a decidir qué, cuándo y
cuánto revelar. La cuestión es bastante más compleja que el mero hecho de revelar o
no.
- Extensión: Una de las reglas se refiere a la extensión, es decir, la cantidad de
información revelada. La mayoría de las experiencias indican que una cantidad de
revelación moderada tiene efectos más positivos que los niveles altos o bajos. Los
terapeutas que revelan poco o nada pueden añadir distancia a su rol entre ellos y sus
pacientes. El terapeuta que revela demasiado puede ser percibido como poco merecedor
de confianza, indiscreto, muy preocupado por sí mismo o con necesidad de ayuda. Un
peligro real del exceso de autorrevelación es el riesgo de ser percibido como alguien que
necesita de terapia. Esto minaría la confianza del paciente en la capacidad del terapeuta
para ayudarle.

- Duración: Otra regla básica se refiere a la duración de la autorrevelación, la cantidad


de tiempo utilizado para dar información. Los períodos prolongados de autorrevelación

78
del terapeuta consumen un tiempo que debería destinarse a la revelación del paciente.
Por tanto, se recomienda ser concisos y breves. Otra consideración con respecto a la
duración implica la capacidad del paciente para beneficiarse de la información
compartida. Los terapeutas deberían evitar la autorrevelación si el paciente está ya
saturado.

- Intimidad o profundidad de la información revelada: Debe intentarse que las


afirmaciones sean similares en contenido y forma a los mensajes del paciente. Que haya
similitud o paralelismo entre las manifestaciones de ambos. Si un paciente revela un
contenido no íntimo, es más idónea una revelación demográfica que una revelación
personal. Si el paciente se refiere a una experiencia negativa, entonces una revelación
negativa similar del terapeuta será más adecuada que una positiva. De hecho, en una
situación así una revelación positiva inhibiría la comunicación del paciente más que
expandirla. Por ejemplo, si el terapeuta revelará “Hoy me siento feliz, me considero una
persona muy optimista” justo después de que el paciente haya revelado su desánimo y
tristeza. Otro ejemplo de autorrevelación se expone a continuación.

Paciente: Me siento tan deprimida. Mi marido es muy crítico conmigo y a menudo


pienso que tiene razón. No puedo hacer casi nada bien.
Terapeuta (paralelo): En ocasiones yo también me he sentido deprimida y puedo
apreciar su desánimo. Algunas veces, también, la crítica de un hombre me ha hecho
sentir mal, aunque estoy aprendiendo a valorarme sin tener en cuenta las críticas de
mi marido o de mis amigos.

La profundidad de las autorrevelaciones también está influida por el momento del


proceso de evaluación e intervención en que nos encontremos. La revelación
demográfica puede ser útil en las fases iniciales porque muestra al paciente que la
revelación es parte del proceso de tratamiento. Empezar con revelaciones no íntimas es
menos amenazante y más tarde el paciente no se sorprende con revelaciones más
personales si fueran pertinentes. Las autorrevelaciones íntimas son más efectivas para
obtener el afecto del paciente y potenciar sus auto-referencias.

Es muy importante si decide emplearse autorrevelación que el terapeuta sea


consciente de los efectos que produce sobre la entrevista, así como que sea consciente
de su motivación para emplear ese tipo de respuestas (p. ej., ¿Soy yo el que necesita
expresar esto para sentirse mejor?, ¿Estoy pensando en lo que necesita mi paciente?,
etc.). Un terapeuta podría no ser consciente de su propia vulnerabilidad y sesgos y
autorrevelarse, por ejemplo, sólo porque se identifica con el paciente. La

79
autorrevelación nunca es un fin en sí misma y se emplea sólo si resulta beneficiosa para
que el paciente se abra más a nosotros y avance en su proceso de cambio.

2. INMEDIATEZ

2.1. Definición de la habilidad

La inmediatez es una característica de la respuesta verbal del terapeuta que describe


algo según sucede en el transcurso de la sesión (Cormier y Cormier, 2000). La
inmediatez implica autorrevelación de los sentimientos, impresiones, etc. que suceden
en el momento presente de la relación o durante la sesión. Al utilizar la inmediatez el
terapeuta manifiesta alguno de los siguientes aspectos: 1) Lo que piensa, siente o cómo
se comporta el terapeuta (p. ej., “Me alegro de verte”, “Perdona que no lo haya
entendido. Vamos a repetir esto otra vez”, etc.); 2) Lo que piensa, siente o cómo se
comporta el paciente (p. ej., “En este momento pareces disgustado e incómodo”); o 3)
Algún aspecto de la relación (p. ej., “Me alegro de que seas capaz de compartir eso
conmigo”, “Me hace sentir bien que estemos llegando a este punto”). La inmediatez de
la relación puede incluir referencias a transacciones específicas de “aquí y ahora” o en
general al desarrollo de la relación (Egan, 1990). Un ejemplo de inmediatez sobre el
desarrollo de la relación es: “Esta sesión me hace sentir bien. Recuerdo la primera vez
que empezamos hace algunos meses cuando ambos nos tratábamos con tanta cautela y
dificultad para expresar lo que transcurría por nuestras mentes. Hoy soy consciente de
que no medimos nuestras palabras con demasiada precaución. Parece que nos sentimos
más cómodos el uno con el otro”.

El terapeuta es ante todo una persona y como tal se emociona, se alegra, se enfada,
etc., tanto en su vida privada como en el ejercicio de la terapia. La identificación de
estas emociones puede determinar diversos aspectos que pueden estar influyendo en el
proceso terapéutico, por lo que ignorarlos puede resultar perjudicial en la relación
clínica. Cuando se evita la inmediatez a lo largo de una relación y se establecen
distancias desaparece la cercanía que pudiera existir anteriormente.

Como ocurría con la autoapertura, la inmediatez nunca es un fin en sí mismo, sino


un medio que facilita el trabajo entre terapeuta-paciente. La inmediatez persigue
fundamentalmente tres objetivos: 1) Exponer abiertamente algo que sientes dentro de
ti, en el paciente o en la relación, y que no ha sido expresado directamente. Los
sentimientos referidos a la relación y que han sido encubiertos o no expresados pueden
dificultar el desarrollo de la misma si el terapeuta no los reconoce y no responde a ellos,
especialmente si se trata de sentimientos negativos. 2) Generar feedback sobre algunos

80
aspectos de la relación o de las interacciones según van sucediendo. No se utiliza para
describir cada uno de los sentimientos sobre el paciente que va teniendo el terapeuta,
sino para tratar los sucesos que influyen sobre el proceso terapéutico. 3) La inmediatez
puede ser útil para facilitar la autoexploración del paciente y mantener el centro de
atención sobre el paciente o sobre la relación pero no sobre el terapeuta.

2.2. Reglas básicas para emplear la habilidad de inmediatez

La inmediatez se compone de un conjunto de destrezas complejas


(fundamentalmente autoapertura, empatía avanzada y confrontación). Hemos de
empezar 1) reconociendo exactamente qué esta sucediendo en nosotros, en el paciente o
en la relación clínica. Para ello es muy importante no cometer errores de
descodificación o proyectar nuestros propios sesgos o puntos flacos sobre la interacción.
Tras éste reconocimiento de lo que sucede, el siguiente paso 2) es formular una
respuesta verbal que de algún modo transmita nuestras sensaciones al paciente. La
forma final de la respuesta puede variar e incluir algunas de las respuestas vistas de
escucha y atención. Independientemente de su forma, la característica crítica de la
inmediatez es su énfasis en el “aquí y ahora”, el presente.

Algunas fórmulas útiles para iniciar la expresión de inmediatez son las siguientes
(Turock, 1980):

- “En este momento estoy sintiendo que... (referido al terapeuta)”.


- “Precisamente ahora estás sintiendo que... (referido al paciente) porque...”.
- “Cuando veo (oigo, considero) que tu... (conductas o sentimientos del paciente), yo...
(conductas o sentimientos del terapeuta)”.

El terapeuta debería describir lo que “ve” según está sucediendo. Si espera hasta
más adelante de la sesión o hasta otro día el impacto se pierde. Además, los
sentimientos sobre la relación que se ignoran pueden ir amontonándose y expresarse en
un determinado momento de forma más intensa o distorsionada. Para expresar la
experiencia del aquí y ahora, la inmediatez debe formularse en presente. Por ejemplo,
“Ahora me siento incómodo”. Por otra parte, al referirse a sentimientos y percepciones
propias conviene apresarlos mediante el empleo del pronombre personal yo. Por
ejemplo, “Ahora, yo estoy preocupado por ti” en vez de “Haces cosas preocupantes”.
Finalmente, el terapeuta debe tener en cuenta el ritmo, al igual que comentamos para la
autorrevelación. Emplear un exceso de inmediatez en las primeras sesiones puede ser
aplastante para algunos pacientes y generar ansiedad. Es recomendable que primero
exista una relación construida. Si un terapeuta efectúa afirmaciones de inmediatez y

81
nota que eso asusta al paciente, debe considerar que no está aun preparado para manejar
esos aspectos. Generalmente, la inmediatez se reserva para el inicio de la exploración de
los sentimientos y aspectos más significativos o influyentes. Evidentemente, un
terapeuta que nunca se expresa con inmediatez puede estar evitando aspectos que
influirán significativamente en la relación clínica. Los terapeutas que no se sienten a
gusto con su propia imagen o tienen problemas con aspectos íntimos de sus vidas es
probable que tengan dificultades al emplear esta destreza y la eviten.
Desafortunadamente, esto puede provocar que la relación se estanque o no sea sana.

2.3. Algunos problemas frecuentes de la interacción clínica que pueden requerir


de inmediatez

La inmediatez es también la habilidad que nos permite aclarar situaciones


conflictivas que pueden generarse en la relación clínica terapeuta-paciente (p. ej.,
cuando no se avanza, el paciente desconfía, hay una relación de dependencia, atracción
física). Las personas con problemas psicológicos no es extraño que tengan dificultades
al relacionarse con los demás, esto puede llevar a que manifiesten disgusto, suspicacia,
ambivalencia, etc., hacia el terapeuta. Además de los problemas de resistencia que
pueden aparecer en cualquier momento de la relación, existen una serie de situaciones
especiales que requieren ser tratadas cuidadosamente para que no se conviertan en un
serio obstáculo del proceso de evaluación o intervención. Esta serie de situaciones
requiere de un especial abordaje por parte del terapeuta. Los terapeutas principiantes
cuando se enfrentan con este tipo de problemas es difícil que logren alcanzar objetivos
sin un adecuado empleo de la inmediatez.

Algunos ejemplos de situaciones donde la inmediatez puede ser facilitadora son


los siguientes (Kanfer y Schefft, 1988; Ruiz y Villalobos, 1994):

2.3.1. Problemas de resistencia en la relación

Hablamos de resistencia cuando la actitud del paciente supone una clara


interferencia en el progreso. La resistencia puede adoptar formas muy diversas, por
ejemplo, callarse, encogerse de hombros, proporcionar datos irrelevantes fingiendo que
se recorre el proceso, etc. A veces, se tiende a proyectar la resistencia del paciente sobre
uno mismo y a sentirse rechazados. Esto nace de la incapacidad del terapeuta para
aceptar al paciente tal y como es, así como de la existencia de sesgos personales.

Cuando los pacientes se muestran muy reacios, normalmente es por alguna de las
siguientes razones: 1) Es un paciente que acude de forma involuntaria; 2) Tiene miedo

82
al cambio; 3) Hay una pérdida de ganancias secundarias; 4) Déficit de habilidades o
recursos del paciente; 5) Insuficiente estructuración del proceso de terapia que no lleva
al paciente a entender los pasos que se le proponen; y 6) Existencia de una red de apoyo
contraterapéutica (p. ej., no colaboran, no comparten el cambio).

No debemos albergar la esperanza de que la resistencia desaparezca sola, sino que


hay que abordar directamente los sentimientos negativos y la fuente de la resistencia (p.
ej., ¿Qué reforzamiento recibe esta persona por comportarse así?, ¿Es una conducta
típica en él?). Abordar la conducta reacia en lugar de ignorarla (p. ej., por miedo a que
abandone la terapia, a que se enfade), indica al paciente que sus sentimientos se
perciben y se reconocen, y que el terapeuta es lo bastante fuerte para abordar la
resistencia. Las interpretaciones válidas de formas de resistencia como el silencio, la
sumisión excesiva, la hostilidad, etc., ayudan al paciente a conocerse mejor y
demuestran la competencia del terapeuta. Hay que evitar actitudes moralistas y
comunicar al paciente que es libre de comportarse como quiera aun cuando sea
antisocial e ineficaz. La resistencia se suele ver amenazada si, por ejemplo,
manifestamos algo como: “¿Estas dispuesto a que hagamos unas cuantas cosas entre
los dos para que puedas ser más feliz en tu vida actual?”, “¿Qué te parece si nos
damos la oportunidad de trabajar juntos durante tres sesiones?, Si después de ese
tiempo sigues pensando que no puedo ayudarte en nada, eres libre de hacer lo que
quieras”.

2.3.2. Problemas para conseguir la colaboración de un familiar o allegado

Con determinados pacientes puede ser conveniente o necesario contar con la


colaboración de un familiar o allegado. Esto será especialmente relevante en los
problemas infantiles y adolescentes, así como en los trastornos adictivos y en los
conflictos de pareja. Si el paciente es un adulto, debemos pedirle permiso para contar
con dicha colaboración. Para ello es conveniente que el terapeuta explique la
contribución beneficiosa que tal colaboración tendrá y le garantice al paciente la
confidencialidad absoluta en aspectos que no desee revelar al familiar. Cuando el
paciente no consienta la colaboración, el terapeuta tendrá que evaluar si hay otras
alternativas disponibles (p. ej., ayuda de algún estudiante o coterapeuta) o valorar la
viabilidad del tratamiento (p. ej., plantearse la posibilidad de no llevarlo a cabo).

Si son los propios allegados los que no desean colaborar (p. ej., por miedo a que se
les culpabilice) y no acuden a consulta a pesar de que ya se ha solicitado su presencia a
través del paciente, se les puede llamar por teléfono o escribir una nota explicando
porque es necesaria su colaboración y reduciendo sus temores. Este tipo de estrategia

83
suele ser suficiente, pero si no aceptaran habrá que evaluar la posibilidad de conseguir
objetivos parciales o de plantearse otros nuevos.

2.3.3. El paciente llora durante la sesión

Se trata de una conducta que ocurre con gran frecuencia en el contexto clínico. El
llanto no siempre conlleva la misma valoración y significado para todos los pacientes,
por lo que nuestra respuesta no debe ser única. Hay personas que rompen a llorar
cuando intentan contar algo emocionalmente difícil. En este caso, el silencio y la actitud
empática le harán sentirse respetado y apoyado. Y a medida que disminuye la intensidad
del llanto le podemos pedir que intente expresar lo que quería contarnos. Otros
pacientes contienen el llanto y piden disculpas, llegando a callarse largos ratos o a
cambiar de tema, en este caso tal vez podríamos manifestar que puede serle de utilidad
desahogarse y llorar. Por otra parte, hay ocasiones en las que el llanto no responde a un
gran malestar emocional. Llorar es para algunas personas una respuesta ante la
frustración o una manera de reaccionar ante situaciones incómodas. A veces el llanto es
operante y está reforzado por sus consecuencias. En este caso, podríamos explorar la
frecuencia de este tipo de conducta en su entorno, así como sus antecedentes y sus
consecuentes, para posteriormente ir enseñando otras estrategias de resolución de
problemas o habilidades para afrontar situaciones conflictivas. Si un paciente de este
tipo llora durante la sesión es importante no consolarlo mostrando consuelo, atención o
simpatía excesivos. Incluso existen personas que con frecuencia lloran ante una amplia
gama de situaciones (p. ej., cuando están enfadados, tristes, emocionados) pero a las que
les produce un tremendo malestar su gran frecuencia y puede que precisamente uno de
los objetivos terapéuticos deba ser reducir la frecuencia del llanto (p. ej., solucionándolo
con técnicas de respiración, distanciamiento emocional, intención paradójica).

2.3.4. El paciente reserva información muy relevante para los últimos minutos de
la sesión

Algunos pacientes reservan información importante para el final de la sesión en un


intento de alargar la sesión, otros porque no se han atrevido a hacerlo anteriormente y
consideran importante decirlo antes de irse, etc. Dependiendo del contenido de la
información suministrada y de las consecuencias que para el paciente, otras personas o
el proceso terapéutico tenga, así como de la valoración de las razones que llevan al
paciente a presentarla en el último momento, la actuación será distinta (p. ej., comunica
intenciones suicidas, por fin nos cuenta algo que llevamos varias sesiones intentando
explorar). Como norma general, lo dejamos para la siguiente sesión, explicándole que
puesto que el asunto es de gran interés necesitaremos tratarlo con profundidad y no en

84
pocos minutos. Si en varias ocasiones reserva información importante para los últimos
minutos es aconsejable que en sesiones posteriores se comenten con él las razones para
mostrar este comportamiento, incluida la posibilidad de que se le reserva durante las
sesiones poco tiempo para que comente los asuntos que le preocupan por dedicar más
tiempo a otros aspectos (p. ej., revisar tareas o planificar objetivos).

2.3.5. El paciente habla demasiado o interrumpe constantemente

Las actuaciones a desarrollar dependerán del tipo de paciente y de las razones que
le lleven a mostrar este comportamiento. Algunas personas desean mostrar al terapeuta
todos y cada uno de los detalles, otras acuden a consulta para desahogarse, etc. La pauta
general de actuación será cortarlo amablemente y redirigir la entrevista hacia lo
relevante con cordialidad y transmitiendo la importancia que para su progreso tiene que
la discusión sea interactiva y dirigida hacia las metas de tratamiento.

2.3.6. Manifiesta agresividad verbal o física

Esta agresividad puede ir dirigida hacia el terapeuta, él mismo, objetos u otras


personas presentes. En algunos pacientes esto ocurre de forma ocasional, en otros de
manera más habitual si tienen serios problemas de control de la ira o porque la agresión
forma parte de su repertorio conductual. Debemos dejar claro los límites permitidos de
expresión de frustración o ira, que en ningún caso permiten la amenaza o agresión al
terapeuta o sus pertenencias, explicitando además las consecuencias que tendrá el
comportamiento agresivo. Evidentemente si se trabaja con personas que se sospecha son
peligrosas debemos adoptar las medidas de seguridad oportunas (p. ej., trabajar con
algún compañero, avisar a alguien para que permanezca en una sala cercana). Si el
paciente tiene problemas de control de impulsos se incluirá entre los objetivos
terapéuticos un entrenamiento en autocontrol (p. ej., que verbalice cuando empieza a
sentir que le va a ocurrir para que juntos pongan en marcha las estrategias oportunas
como respiración, contar hasta 10).

Si el comportamiento agresivo se desencadena (p. ej., tira cosas al suelo, golpea la


mesa) es recomendable mantener la calma, permanecer en silencio o emplear el tiempo
fuera saliendo del despacho hasta que haya terminado la agitación emocional, sin
mostrarse asustados o intranquilos en ningún momento. Posteriormente, cuando se haya
calmado se analizarán las razones que le han llevado a comportarse así, y se recordarán
las reglas de la relación clínica, buscando conductas alternativas que puede emplear en
el futuro.

85
A continuación se recogen algunos ejemplos de situaciones conflictivas como las
comentadas donde el terapeuta utiliza la habilidad de inmediatez (Ruiz y Villalobos,
1994):

Ejemplo 1. La paciente es una mujer de 28 años que en la primera entrevista manifiesta


que está mal y ha acudido al psicólogo para ver qué es eso.

Terapeuta: ¿Podría usted contarme con sus palabras qué es lo que le pasa?
Paciente: No sé si tú me vas a ayudar, no pareces muy simpático.
Terapeuta: ¿Me podría decir qué es lo que le hace pensar que está usted mal?
Paciente: Tu aspecto es serio y a mí me gusta la gente simpática.

El terapeuta observa que mueve constantemente las piernas, hace como que quita
las motas de polvo de la mesa con los dedos, su respiración es agitada y tiene cierta
ruborización.

Terapeuta: Bien. En este momento, ¿cómo se encuentra?, ¿está nerviosa o preocupada


por algo especial?
Paciente: A mí la primera impresión me cuenta mucho y tú no pareces ser muy
cariñoso.
Terapeuta (sin mostrar impaciencia): Estoy aquí para ayudarla y para ello es preciso
que usted me diga lo que le pasa. Es necesario que me explique lo que le ocurre para
poder ofrecerle un tratamiento psicológico que le pueda ayudar. Quizás debe tomarse
más tiempo para pensar si de verdad desea solicitar ayuda. Siempre es difícil tomar esa
decisión. Un terapeuta no está para agradar, sino para ayudarle. Creo que debe de
pensarlo y, si decide volver, llame a la secretaria para concertar una nueva cita. Estoy
a su disposición.

A la semana siguiente pidió una nueva cita y comenzó a hablar de sus problemas.

Comentario: El terapeuta muestra una actitud de tranquilidad y cordialidad, sin entrar en


confrontación con las expresiones defensivas y ansiosas de la paciente por pensar que
esto hubiera sido poco eficaz para ayudarla a acudir a tratamiento. Efectúa una
explicación de las condiciones necesarias para realizar un tratamiento psicológico
situando a la paciente en los términos adecuados que requiere la relación terapéutica. Da
a la paciente la oportunidad de rectificar su actitud.

Ejemplo 2. El tratamiento de una paciente agorafóbica se va desarrollando según los


objetivos marcados con buenos resultados. En un momento determinado del proceso

86
verbaliza que cree que está estancada, que ya no mejora más y que no sabe si debe
abandonar el tratamiento porque, además de ser caro, no sabe ya si realmente le
compensa.

Terapeuta: ¿Por qué piensas eso?


Paciente: No sé, es lo que noto.
Terapeuta: Habrá alguna razón, puesto que hasta ahora te mostrabas contenta con tus
progresos y no te estaba resultando demasiado difícil realizar las tareas
programadas.
Paciente: Es verdad, pero no sé por qué ahora siento que no me compensa.
Terapeuta: ¿Ha ocurrido algo durante esta semana que te haya alterado o preocupado?
Paciente: No. Bueno, sí. Tuve una discusión con mi marido porque dice que estoy
cambiando demasiado y a peor, porque salgo mucho y eso le molesta.
Terapeuta: Ya, tienes miedo de tener problemas con tu marido.
Paciente: Si.
Terapeuta: ¿Podríamos hablar de ello?
Paciente: Me da miedo.
Terapeuta: Es natural, pero ya has resuelto otros miedo con éxito. Este parece un tema
importante.
Paciente: Sí, sí, lo es.

Comentario: El terapeuta indaga adecuadamente a qué se debe la pérdida de motivación


para el tratamiento y reconduce la situación que ha ocasionado esta pérdida para
abordarla como objetivo terapéutico.

Ejemplo 3. Paciente que sigue con motivación su tratamiento y va logrando mejoría, en


una sesión en la que está trabajando sobre la corrección de sus creencias irracionales, se
levanta de la silla muy enfadado y comienza a tirar al suelo objetos de la mesa del
terapeuta. Este sale inmediatamente, pero tranquilo, de la sala de consulta y espera cinco
minutos para volver a entrar. Cuando regresa P. ya está calmado.

Terapeuta (con calma): ¿Por qué hiciste eso?


Paciente: Me estaba dando rabia esta sesión.
Terapeuta: ¿Te molestaba lo que estábamos trabajando por alguna razón concreta?
Paciente: Sí, me parecía que tú pensabas que soy tonto.
Terapeuta: ¿Percibías en mi actitud algo que te hiciera creer que yo pensaba eso de ti?
Paciente: No, era lo que discutíamos, me veía a mi mismo como un estúpido.
Terapeuta: ¿Sueles creer que cuando alguien matiza tus ideas o las discute es que
piensa que eres tonto?

87
Paciente: Sí, creo que sí.

Incorporando esta nueva creencia irracional al trabajo que se estaba llevando a


cabo, continuó la sesión.

Comentario: Actitud tranquila del terapeuta ante la situación de descontrol del paciente,
extinguiendo dicha conducta por medio de la retirada de atención (tiempo fuera),
indagando después la causa y trabajándolo en la sesión.

3. TAREAS CORRESPONDIENTES A LA QUINTA SESIÓN

Ejercicio 1. Representar a través del grupo de role-playing alguna situación que


requiera del empleo de la habilidad de autoapertura y de inmediatez. Por ejemplo, el
terapeuta da por finalizada la sesión pero el paciente continúa hablando sin intención de
levantarse, el paciente no realiza las tareas que le pone el terapeuta, el terapeuta no ha
dado su número de teléfono particular pero el paciente lo ha encontrado en la guía y le
llama continuamente, etc. Seguir además practicando todas las habilidades aprendidas
con anterioridad.

Ejercicio 2. Selecciona la opción que te parezca la autorrevelación más correcta, en


cada una de las siguientes situaciones.

1. P.: Con frecuencia tengo problemas para tomar decisiones sobre las cosas más
simples. Creo que soy un imbécil cuando me encuentro con que no puedo apartar de mi
mente cosas sin importancia.

T.: a) ¿Sabe?, a veces a mí también me ocurre y eso hace que me sienta frustrado.
b) ¿En qué clase de situaciones experimenta usted esa indecisión?.
c) Esa clase de cosas le suceden a mi marido y yo puedo comprobar lo frustrado
que se siente.

2. P.: Me enfado mucho con mi marido cuando no es puntual. A veces he tenido que
esperarle hasta una hora. Él siempre tiene una excusa. Me gustaría saber si otras
personas también se enfadan por esa clase de cosas.

T.: a) Yo no sé cómo se siente todo el mundo, pero a veces yo me enfado con mi


marido cuando tengo que esperarle.
b) Yo también me enfado con mi marido por eso. Cuando me hace esperar más
de la cuenta, me marcho sin él.

88
c) Mi marido también suele hacerme esas cosas. ¿Cómo reacciona el suyo cuando
usted le dice lo enfadada que está?.

3. P.: Mi mejor amigo acabe decirme que tiene leucemia y yo no sé cómo comportarme
con él. No sé si debo hablarle del asunto o esperar a que él saque el tema. Me gustaría
poder demostrarle lo mucho que me preocupo por él.

T.: a) Me hago una idea de lo difícil que le resulta esa situación. Siempre, bajo
cualquier circunstancia, es difícil decirle a alguien lo mucho que nos preocupa.
b) Es una situación triste. Cuando una prima mía se estaba muriendo de cáncer,
tuve dificultades para expresarle mi preocupación.
c) Es difícil hacerle saber a alguien que nos preocupa. ¿Qué ha pensado hacer
para expresarle su preocupación?.

4. P.: La gente piensa que es divertido, pero yo no soy capaz de subirme a un avión.

T.: a) Yo no tengo problemas con los aviones, pero cuando viajo en barco me pongo
muy nervioso.
b) A mí también me da miedo subir a un avión. Habitualmente viajo en tren o
por carretera.
c) Me hago una idea de como se siente. Yo me pongo muy nervioso cuando vuelo
en un aparato pequeño. Lo que siento es casi pánico.

5. P.: Estoy muy contento de que mi hijo se haya decidido por una escuela profesional
y no por la universidad. Yo estoy convencido de que la universidad no es lugar para él.

T.: a) Yo he comprobado que cuando se deja a los chicos elegir por sí mismos,
generalmente toman decisiones correctas.
b) Mi hijo se encuentra en una situación parecida. Espero que él también sepa
hacer la mejor elección.
c) Me preocupa que mi hijo tenga que tomar una decisión como esa, aunque
todavía le queda mucho.

6. P.: Mi mujer murió hace unos meses..., me siento tan perdido sin ella y lo mismo les
pasa a los chicos. No consigo hacer que nuestras vidas vuelvan a funcionar de nuevo...
Creo que no hay nadie más inútil que yo.

T.: a) Si yo estuviera en su situación probablemente también me sentiría solo y


perdido.

89
b) ¿Quiere decir que usted no está seguro de saber desenvolverse sin su mujer?.
c) Usted tiene que afrontar un momento difícil.

Ejercicio 3. Elabora una respuesta de autorrevelación para cada una de las siguientes
situaciones. Trata de que tu respuesta sea similar en contenido y profundidad a los
mensajes del paciente y las situaciones propuestas.

1. El paciente se siente fracasado porque “nada parece irle bien”.

2. El paciente presenta indicios de querer hablar de su conducta sexual, pero da la


impresión de que no sabe cómo sacar el tema.

3. Por primera vez, el paciente comienza a ser consciente de sus sentimientos agresivos
y se pregunta si tales sentimientos son legítimos o no.

Ejercicio 4. Elige la opción que consideres más apropiada para responder con una
intervención de inmediatez en cada una de las situaciones siguientes.

1. P.: ¡Menos mal!. ¿Se acuerda de todos esos análisis de sangre que tuvieron que
hacerle a mi hijo?. Todos han dado negativo. Pobre muchacho, al fin nos hemos
quedado tranquilos.

T.: a) Estupendo. Me alegro por usted.


b) Me alegra mucho oír eso, yo también me quedo tranquilo.
c) Esa es una noticia agradable. Se debe sentir muy feliz de que las cosas hayan
salido así.

2. P.: Cuando me pongo a pensar de que manera me tratan mis padres me siento tan
furioso que no hago nada por acercarme a ellos. Una vez, incluso les quité unas entradas
que tenían para una función de teatro y no pudieron ir.

T.: a) Parece que ahora estás sintiendo buena parte de esa rabia.
b) Entonces, te enfadas tanto con ellos que incluso has hecho cosas de ese tipo.
c) Pareces enfadado con ellos incluso ahora.

3. P.: Ya le he contado unas cuantas cosas que me preocupan, pero todavía hay otras de
las que me gustaría hablar. Cosas que me da miedo contarle a alguien. Me da miedo que
piense que estoy loco.

90
T.: a) Me has contado muchas cosas sobre ti mismo, pero no sabes como me
tomaría yo esto.
b) Una cosa que puedes hacer es contármelo y ver que pasa.
c) Hay cosas que te gustaría contarme, pero tienes miedo de que yo no sea
capaz de aceptarte y comprenderte.

4. P.: (Mirando hacia abajo y apretándose las manos). Este fin de semana ha sido el peor
de mi vida... nunca me había sentido tan deprimido (empieza a llorar). Por primera vez
en mi vida pensé en el suicidio y eso me alarmó.

T.: a) Tengo la impresión de que ahora te encuentras tan deprimido como


durante el fin de semana.
b) ¿Puedes contarme que es lo que sientes sobre el suicidio?.
c) Verdaderamente ahora estás muy deprimido. ¿Aún sigues pensando que el
suicidio es una forma de salir del paso?.

5. P.: (La primera entrevista con una terapeuta). Hay algunas cosas que han estado
preocupándome durante algún tiempo... Y también me han preocupado últimamente. Es
algo que incluso ha afectado a mi trabajo, pero no sé si puedo hablar de ello con una
mujer.

T.: a) Parece que te sorprende que una mujer sea terapeuta y que te resulta
difícil contarme tus cosas.
b) Parece que te sientes incómodo hablando conmigo de tus preocupaciones
porque soy una mujer.
c) Tengo la impresión de que esperabas que yo fuera un hombre.

Ejercicio 5. Elabora una respuesta de inmediatez para cada una de las siguientes
situaciones.

1. El paciente está intentando que tú adivines sus sentimientos. Afirma albergar algunos
pero no acaba de explicitar cuáles son. Tú eres consciente de haber entrado en el juego
de querer adivinar sus sentimientos y decides comunicarle los tuyos.

2. Estás trabajando con un paciente que pide sugerencias. Le has hecho alguna y él
siempre responde sí, pero... Cuando esta situación se presenta de nuevo decides hacerle
saber lo que estás observando.

91
3. Percibes tensión y distanciamiento entre el paciente y tú; parece que ambos os tratáis
con excesiva cautela; notas síntomas físicos de tensión en tu cuerpo y también los
aprecias al mirar al paciente.

4. El paciente afirma sentirse comprendido y cómodo en la situación de entrevista, sin


embargo, sólo contesta con monosílabos a tus preguntas y observas una gran resistencia
en sus verbalizaciones.

5. El paciente ha llegado tarde por tercera vez y tú crees que debes tratar ese asunto.

6. Las lágrimas comienzan a empañar los ojos del paciente, mientras cuenta la pérdida
de un amigo íntimo.

7. El paciente deja de hablar cuando tú mencionas el tema de las calificaciones


académicas.

8. El paciente te ha hecho varias preguntas referentes a tu cualificación profesional.

Ejercicio 6. A continuación se presentan diversas situaciones problemáticas que pueden


darse durante la fase de evaluación o de intervención y que pueden afectar al proceso
terapéutico. Indica qué estrategias y habilidades utilizarías para resolverlas/encauzarlas
adecuadamente. Te resultará de ayuda consultar Ruiz y Villalobos (1994), y Bados y
García-Grau (2011).

Fase de evaluación

Situación 1. El paciente no tiene iniciativa para hablar y, en sus respuestas, únicamente


utiliza monosílabos. Esta situación ocurre en la primera sesión, por lo que el terapeuta
no tiene información que le oriente sobre el comportamiento habitual del paciente.
Desconoce si se debe al contexto en sí mismo (p. ej., inhibición ante una situación
desconocida) o si por el contrario el paciente suele funcionar de esa manera
normalmente.

Situación 2. Después de una exploración inicial no parece identificarse ningún


problema, pero el paciente insiste en que no se encuentra bien, pero no sabe porqué.

Situación 3. El paciente contesta la preguntas formuladas por el terapeuta con excesivo


detalle y pasando de un tema a otro constantemente. La situación es debida a que la
persona quiere dar mucha información y no sabe otra forma de hacerlo, a que se

92
encuentra nerviosa ante una situación nueva para ella, o a que se expresa de ese modo
habitualmente.

Situación 4. El paciente no ha acudido a consulta voluntariamente sino ante el


hostigamiento de otras personas (p. ej., familiares). Por ello, el interés por el tratamiento
es escaso o nulo y las expectativas de solución de su problema son negativas. Los
motivos de esta situación pueden ser diferentes (p. ej., considera que no hay nada que
tratar o que ya ha intentado otras terapias sin éxito).

Situación 5. El paciente introduce temas durante la sesión que considera muy


importantes e insiste en comentarlos en ese momento aduciendo que se le pueden
olvidar. Sin embargo, el terapeuta considera oportuno centrarse en otros puntos
concretos.

Fase de intervención

Situación 6. Durante el tratamiento surgen problemas nuevos que no existían en el


inicio (p. ej., muerte de un ser querido, problemas económicos, problemas escolares de
los hijos).

Situación 7. El terapeuta solicita información de una persona cercana al paciente (p. ej.,
pareja). Éste, en la sesión siguiente, pregunta con insistencia al terapeuta: “¿qué le ha
dicho sobre…?, ¿le ha preguntado usted por…?, etc. El terapeuta considera oportuno no
dar información confidencial.

Situación 8. El paciente no realiza las tareas que le pone el terapeuta. Sea cual sea el
contenido de la tarea, siempre alega algún motivo que justifica su no realización (p. ej.,
ha estado muy ocupado durante la semana, no entendió bien en qué consistía).

Situación 9. El paciente da a entender que si el terapeuta no ha pasado nunca por su


misma situación problemática no será capaz de comprenderlo y no podrá tratarlo de
forma efectiva.

Situación 10. El paciente pregunta al terapeuta por su vida privada (p. ej., si está casado,
si tiene hijos) o le pide su opinión sobre temas de información ajenos a la terapia (p. ej.,
su opinión sobre acontecimientos políticos, tema polémicos como el abordo). El
terapeuta no considera oportuno dar tal información.

93
SEXTA SESIÓN: INTEGRACIÓN DE LAS HABILIDADES
TERAPÉUTICAS

La actividad final que se propone consiste en desarrollar una sesión de ensayo


conductual de 20 minutos de duración (o varias de duración menor) en la que el
terapeuta ejercite de manera integrada diversas habilidades terapéuticas. Las
intervenciones que se lleven a cabo deben ser elegidas en función del plan de entrevista
que se haya trazado previamente. También se tendrá en cuenta la coordinación de la
conducta verbal y no verbal del terapeuta, la calidad y el nivel de empatía que define la
relación paciente-terapeuta, y el grado de implicación y espontaneidad del entrevistador.
El terapeuta procurará desarrollar un estilo de comunicación e interacción acorde con
sus preferencias personales.

El ejercicio se realizará en grupo. Cada grupo estará formado por 4-5 personas.
Una de ellas asumirá el papel de terapeuta, otra de paciente y las dos/tres restantes
actuarán como observadoras. Si se opta por varios ensayos los roles podrían rotar en
cada uno de ellos. El ejercicio incluirá tres secciones: 1) una breve descripción previa
(perfil del caso clínico, momento del proceso terapéutico, etc.); 2) el ensayo conductual
de interacción terapeuta-paciente; y 3) un feedback posterior acerca de la ejecución del
terapeuta (se utilizarán las pautas de observación de Martorell, 1997). El ensayo
conductual (así como la descripción previa y el feedback posterior) se filmará en vídeo y
se entregará una copia de este material a la profesora. Los ejercicios realizados se
discutirán y analizarán posteriormente en tutorías con cada grupo.

El ejercicio puede realizarse tomando como punto de referencia alguna de las


siguientes situaciones de entrevista:

1. Primera entrevista con un paciente del que no se conoce ningún dato personal,
excepto el nombre y la edad. La hora de consulta fue reservada por teléfono.

2. Primera entrevista con un paciente que ha sido remitido por algún profesional de la
psicología, la medicina o alguna institución. El entrevistador ha tenido oportunidad de
consultar antes de su encuentro con el paciente un informe sobre su problemática y su
situación actual.

94
3. Fase intermedia de la entrevista en la que se plantean una o varias hipótesis acerca del
problema del paciente.

4. Fase intermedia de la entrevista en la que se proponen metas terapéuticas específicas


y los medios que se emplearán para su consecución.

5. Fase final de una entrevista inicial en la que se prevé que el paciente y el terapeuta
van a seguir trabajando juntos.

6. Fase final de una entrevista inicial que no tendrá continuación.

Para la realización del ejercicio puede considerarse alguno de los casos clínicos que
se describen a continuación:

1. La paciente es una mujer joven que tiene problemas económicos. Ella sola mantiene
a tres hijos pequeños con el dinero que obtiene trabajando como prostituta y traficando
con drogas. Dice estar muy preocupada por su situación económica, ya que no logra
obtener ayuda de los servicios sociales, ni un trabajo cualificado que le permita sacar
adelante a su familia.

2. El paciente es un hombre de unos sesenta años de edad que está a punto de jubilarse.
La mayor parte de su vida la ha pasado trabajando como vendedor de muebles. Se
siente muy afectado por la posibilidad de dejar de ser útil a los demás y de tener
demasiado tiempo libre. Padece de insomnio, falta de apetito, apatía generalizada y
problemas de atención. Tiene el Bachiller Superior, pero no ha asistido a una clase
desde los dieciocho años. Ahora desea volver a estudiar y obtener un título
universitario.

3. La paciente es una mujer de mediana edad que dice sentirse muy deprimida. Está
excesivamente gorda y su condición física es deficiente. Ella se siente muy a disgusto
con su imagen, pero dice que no sabe qué hacer para solucionar su problema. Durante la
entrevista fuma continuamente.

También se podrán plantear otros escenarios recogidos en los ejemplos del


cuaderno así como otros casos clínicos con temática afín a la asignatura.

95
PAUTAS DE OBSERVACIÓN PARA EVALUARSE UNO MISMO DESPUÉS
DE REALIZAR UNA ENTREVISTA
(Martorell, 1997)

1) RECEPCIÓN: • Saludo
• Incidencias

2) PREGUNTAS INICIALES: • Abiertas


• Cerradas
• Adecuación de la opción elegida
• Nivel del rapport alcanzado

3) TIPO DE PREGUNTAS UTILIZADAS, ASÍ COMO SU GRADO DE


ADECUACIÓN: • Abiertas/cerradas
• Directas
• Clarificación
• Parafraseo
• Reflexivas
• Síntesis
• Otras

* Nivel de adecuación del tipo de preguntas utilizadas al objetivo de la entrevista.


* ¿Ha mantenido el rapport?.

4) ESTRATEGIAS NO VERBALES UTILIZADAS: • Silencios • Gestos


• Sonrisas • Tono de voz
• mm-hmm • Contacto visual
• Cabeceos • Expresión facial
• Otros

* Adecuación de las estrategias utilizadas al objetivo de la entrevista.


* ¿Le han ayudado a mantener el rapport?.

5) CONSECUCIÓN DEL OBJETIVO: • Completo


• Medio
• Ninguno

6) ¿HA DISTRIBUIDO BIEN SU TIEMPO?.

7) REPASE TODA LA INFORMACIÓN E INDIQUE CUÁLES HAN SIDO


SUS PUNTOS DÉBILES.

8) REPASE TODA LA INFORMACIÓN E INDIQUE CUÁLES HAN SIDO


SUS PUNTOS FUERTES.

9) ENUMERE QUÉ DEBE CAMBIAR Y CÓMO DEBE HACERLO.

96
BIBLIOGRAFÍA

Se recogen a continuación diversas referencias bibliográficas de interés.

Andrade-González, N., y Fernández-Liria, A. (2015). Spanish Adaptation of the


Working Alliance Inventory (WAI). Psychometric properties of the patient and
therapist forms (WAI-P and WAI-T). Anales de Psicología/Annals of Psychology,
31, 524-533.

Araya-Véliz, C., y Porter-Jalife, B. (2017). Habilidades del terapeuta y mindfulness.


Revista Argentina de Clínica Psicológica, 26, 232-240.

Bados, A., y García-Grau, E. (2011). Habilidades terapéuticas [Monografía].


Universidad de Barcelona. Disponible en: http://hdl.handle.net/2445/18382

Barraca, J. (2009). Habilidades clínicas en la terapia conductual de tercera generación.


Clínica y Salud, 20, 109-117.

Buela-Casal, G., Sierra, J. C., López. M. B., y Rodríguez, I. (2009). Habilidades


terapéuticas y del terapeuta. En G. Buela-Casal y J. C. Sierra (Eds.), Manual de
evaluación y tratamientos psicológicos (pp. 25-40). Madrid: Biblioteca Nueva.

Cormier, W. H., y Cormier, L. S. (2000). Estrategias de entrevista para terapeutas.


Bilbao: Desclée de Brouwer.

Elliott, R., Bohart, A. C., Watson, J. C., y Murphy, D. (2018). Therapist empathy and
client outcome: An updated meta-analysis. Psychotherapy, 55, 399-410.

Farber, B., Brink, D. C., y Raskin, P. M. (2001). La psicoterapia de Carl Rogers. Casos
y comentarios. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Farber, B. A., Suzuki, J. Y., y Lynch, D. A. (2018). Positive regard and psychotherapy
outcome: A meta-analytic review. Psychotherapy, 55, 411-423

Fernández-Liria, A., y Rodríguez-Vega, B. (2008). Habilidades de entrevista para


psicoterapeutas. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Gavino, A. (2009). Guía de ayuda al terapeuta cognitivo-conductual. Madrid:


Ediciones Pirámide.

Gavino, A. (2005). Habilidades del terapeuta. En J. P. Espada, J. Olivares y F. X.


Méndez (Coords.), Terapia psicológica: casos prácticos (pp. 23-46). Madrid:
Ediciones Pirámide.

Gavino, A., Otamendi-Herrera, A., y Colmenero-Navarrete, L. (2023). Habilidades del


terapeuta. En J. P. Espada, M. Orgilés, y F. X. Méndez (Coords.), Tratamiento
paso a paso de los problemas psicológicos en adultos (pp. 27-56). Madrid:
Ediciones Pirámide.

Goldstein, A. P. (1987). Métodos para mejorar la relación. En F. H. Kanfer y A. P.


Goldstein (Dirs.), Cómo ayudar al cambio en psicoterapia. Bilbao: Desclée de
Brouwer.

97
Kolden, G. G., Wang, C. C., Austin, S. B., Chang, Y., y Klein, M. H. (2018).
Congruence/genuineness: A meta-analysis. Psychotherapy, 55, 424-433.

Martorell M. C., y González, R. (1997). Entrevista y consejo psicológico. Madrid:


Síntesis Psicología.

Norcross, J. C., y Lambert, M. J. (2011). Psychotherapy relationships that work II.


Psychotherapy, 48, 4-8.

Norcross, J. C., y Lambert, M. J. (Eds.) (2019). Psychotherapy relationships that work:


Volume 1: Evidence-based therapist contributions. Nueva York: Oxford
University Press.

Othmer E., y Othmer, S. C. (2003). DSM-IV-TR. La entrevista clínica. Tomo I y II.


Fundamentos. Barcelona: Masson.

Perpiñá, C. (Coord.) (2012). Manual de la entrevista psicológica: saber escuchar, saber


preguntar. Madrid: Ediciones Pirámide.

Rojí, M. B. (1990). La entrevista terapéutica: comunicación e interacción en


psicoterapia. Madrid: Cuadernos de la UNED.

Rojí, B., y Cabestrero, R. (2013). Entrevista y sugestiones indirectas: entrenamiento


comunicativo para jóvenes psicoterapeutas. Madrid: UNED.

Ruiz, M. A., y Villalobos, A. (1994). Habilidades terapéuticas. Madrid: Fundación


Universidad-Empresa.

Saldaña, C. (2008). Habilidades y competencias terapéuticas. En F. J. Labrador (Ed.),


Técnicas de modificación de conducta (pp. 642-658). Madrid: Pirámide.

Sánchez, I. (2020). Programa de entrenamiento en habilidades de la relación


terapéutica: empatía, consideración positiva y autenticidad. Trabajo Fin de
Máster. Máster en Psicología General Sanitaria. Universidad de Granada.

98

También podría gustarte