Está en la página 1de 3

Una negociación colaborativa la podemos reconocer cuando llegamos a los intereses

de ambas partes, y en una actuación colaborativa conjunta.

En este caso de desalojo, Andrea era una mujer viuda y sin carga familiar en la actualidad, que
vivía de sus rentas y que tenía un problema con Esther, mujer divorciada, que criaba al hijo de
su ex esposo Juancito de 4 añitos. Simplemente, Esther no quería salir de su departamento.
Acabó el contrato de alquiler, no terminó de cancelar el último mes, y los últimos dos años, no
pagó absolutamente nada. La situación era tensa, hasta que Andrea se reunió con Esther para
explorar más allá de su negativa.

Andrea le comenzó a decir que el dinero que le debía, le importaba, pero que había otras
cosas. Que lo que necesitaba desesperadamente era tranquilidad, ya que inclusive había
tenido que empezar una terapia. No soportaba más los gritos de Juancito, cuando lo corregía.
No quería más escándalos en la calle cada vez que le intentaba cobrar algo de la renta a Esther.
Era la comidilla del barrio cuando esto ocurría, ya que lloraba y la acusaba de ser una mujer
inhumana, que no tenía compasión.

Esther por su parte le comentó que no soportaba la situación. Que su marido la abandonó
económicamente, además de a su propio hijo. Estaba desesperada. Jamás le habían cobrado
de esa manera, y no estaba acostumbrada a no cumplir, ya que su situación económica de
joven, con sus padres (fallecidos) y su primer marido fueron óptimas. Y eran 15 años que
habían vivido en su departamento hasta que el marido se olvidó de ella cuando se fue.

Le dijo que ella también quería tranquilidad, pero no sabía cómo irse y no pagarle, quedando
como una ladrona. Tenía la esperanza de que su marido le enviara el dinero.

Luego de descubrir cada una lo que quería, resolvieron pensar juntas que era lo mejor para
ambas. Esther decidió retirarse a los quince días, entregándole las llaves, y Andrea condonar la
deuda de los alquileres atrasados a la fecha.

Ambas, solas, encontraron esta fórmula que les dio tranquilidad, el departamento quedó en el
mismo estado en que se lo entregó y Andrea lo alquiló a su sobrina que se casó a las tres
semanas, y Esther no se sintió como ladrona al salir del departamento.

Estaba tranquila porque ya no vendrían a reclamarle los pagos que no podía cumplir, y terminó
viviendo con una prima, en un cuarto que le proporcionaron, hasta que pudiera enviar a
Juancito con su padre, a fin de comenzar una nueva vida sola.

EL MODELO DE NEGOCIACION EN BASE A INTERESES (Modelo Harvard).

Este método fue desarrollado por el Proyecto de Negociación de la Universidad de Harvard


como alternativa a la negociación posicional.

Esta negociación busca la colaboración entre las partes para llegar a soluciones conjuntas que
satisfagan los intereses de ambas. Esta negociación llamada principista, se funda en los
siguientes principios básicos:

1. Separar a las personas del problema.

Solemos considerar a la persona y al problema como un todo indivisible. Sin embargo, no es la


persona la que causa dificultades sino el conflicto que se suscita de la relación entre las partes.
Por lo tanto, las soluciones deben concentrarse en tratar de resolver el conflicto ya que
muchos conflictos se dan en situaciones que van más allá de las personas.
En un conflicto el problema que debemos atacar no es la persona, sino el conflicto en sí
mismo, que exige una adecuada gestión y una resolución que solo será posible mediante la
cooperación de ambas partes, se debe ser amable con las personas, pero duros con el
problema (atacar el problema para solucionarlo).

Las personas involucradas en un conflicto tienen emociones, temores, dudas, insatisfacciones y


posiciones e intereses percibidos como contrapuestos, y para orientarse en el laberinto de las
personas, es útil pensar en términos de tres categorías centrales: percepción, emoción y
comunicación.

Percepción: Está referido a cómo pensamos y percibimos las partes el conflicto. Para
comprender las percepciones de la otra parte resulta útil ejecutar la empatía, es decir
"ponerse en el lugar del otro" e intentar apreciar la situación, tal como lo apreciaría la otra
parte. Esta empatía no implica aceptar ni reconocer como legítimo el punto de vista del otro,
sino entenderlo a fin de descubrir puntos comunes.

a. Emociones: Es conveniente que reconozcamos y comprendamos las emociones propias, las


de la otra parte, y permitirnos ventilarlas, a fin de que se canalicen productivamente; de no ser
así se producirá una escalada del conflicto derivando en su agravamiento hacia una
confrontación cada vez más hostil.

b. Comunicación: Es un punto clave para la Negociación. La comunicación tiene un sentido y un


propósito, si no hay nada para decir o no existe un objetivo claro sobre lo que se aspira a
lograr, es preferible el silencio. Además, la comunicación no debe estar dirigida a convencer al
otro a imponer argumentos o puntos de visto, sino que la otra parte entienda su punto de
vista, y a destacar que ambos tienen un problema común. En otras palabras, no dirigida a
convencer sino a persuadir.

2. Concentrarse en intereses y no en posiciones.

Este principio sostiene que las partes tienen intereses detrás de sus posiciones

iniciales. Los intereses son los motivadores de las personas, son el trasfondo o el

fundamento de la posición (Caivano, 1998). Por lo tanto, debe negociarse por

intereses para poder llegar a la real solución del conflicto.

3. Generar una variedad de opciones mutuamente satisfactorias.

Las opciones ponen en evidencia diferentes formas de solucionar el problema. Para

definir opciones deben tomarse en cuenta los principios anteriores, por un lado,

deben ser opciones de solución concentradas en intereses y por otro lado deben

concentrarse en el problema y no en la persona.

Además, las opciones deben incluir los intereses de las dos partes, lo que pone en

evidencia la interdependencia de las partes. Este principio permite que las partes se

percaten que ellos son los dueños de las soluciones, y que la solución final

dependerá de lo que hagan en conjunto.


4. Insistir en usar criterios objetivos.

Es necesario negociar sobre asuntos que pueden ser percibidos de la misma

manera por las dos partes.

Resulta aconsejable negociar sobre la base de alguna pauta o criterio que sea

independiente de la voluntad de las partes, que sea legítimo y práctico, y aplicable

a ambas partes.

Adicionalmente, la utilización de criterios objetivos permitirá evitar los costos ceder

ante una exigencia arbitraria, por lo que contribuirá a no ceder ante la presión.

En el caso anterior de Andrea y Esther tenemos el desarrollo del método de

negociación en base a intereses:

Las percepciones iniciales eran: Andrea percibía a Esther como una mujer que se

aprovechaba de la situación, que la enfrentaba para que le tuviera miedo, y que la

ponía en ridículo delante de los vecinos para no pagarle. Ella pensaba que jamás

se libraría de Esther.

Por su parte Esther sentía que Andrea era una bruja, que no le interesaba más que

el dinero, y que quería ponerla en ridículo delante de la gente cobrándole de esa

manera tan prepotente.

Ellas lograron separar la persona del problema. Ventilaron sus emociones, lo que

sentían y se comunicaron, conociendo realmente lo que cada una de ellas quería.

Se centraron en lo que necesitaban como redefinición de su situación y lograron

encontrar opciones que satisfacían sus necesidades e intereses, y se

comprometieron en ello.

Analizaron también que pasaría legalmente, y cada una estaba consciente de lo

que perdían y ganaban. El tiempo y el dinero fueron factores que ambas tuvieron

que analizar para fijar las fechas de salida de Esther y la condonación de los

alquileres por parte de Andrea.

También podría gustarte