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Unidad Nº 2

GLÁNDULA MAMARIA
Prof. Dr. Alberto Abriata. Prof. Dr. Julio C. Jozami Barreiro. Dr. Fernando Demeglio.
Anatomía Normal. Facultad de Ciencias Médicas, UNR.

Introducción
El bebé humano, la cría de los animales mamíferos, depende de la secreción
láctea de las glándulas mamarias (mamas o senos), para su alimentación,
sobre todo durante los primeros meses de vida. A su vez, estas glándulas, di-
ferencian en el torso de las hembras y del varón en la especie humana; por
ello se constituyen en un órgano sexual secundario.
Así, puede decirse que las mamas cumplen una función básica, la nutrición,
pero también desempeñan un papel importante en la sexualidad y el erotismo.
La lactancia materna disminuye la mortalidad infantil y mejora el crecimiento.
Además, ayuda a reducir las infecciones y a fortalecer el vínculo madre e hijo.
La glándula mamaria es un cuerpo par ubicado entre abundante grasa y 105
tejido conectivo, en la región anterior del tórax. En la mujer, la glándula se
desarrolla totalmente en la pubertad (telarca) y junto con el embarazo y el
nacimiento; en cambio, en el hombre es muy pequeña durante toda la vida.

Características morfofuncionales de la glándula mamaria


Las glándulas mamarias son glándulas cutáneas modificadas, y su desarrollo se asemeja mucho al de las
glándulas sudoríparas.
En la cuarta semana de vida intrauterina aparecen dos engrosamientos lineales en el ectodermo cutáneo o de
revestimiento, denominados líneas mamarias o crestas mamarias, que se extienden desde el hueco axilar hasta la
región inguinal, a cada lado de la cara ventral del embrión. En el ser humano, las líneas vuelven a desaparecer,
a excepción de la zona correspondiente a la región pectoral, donde luego de la sexta semana a cada lado cre-
cen en profundidad un botón o brote epitelial epidérmico. Está rodeado por un engrosamiento del mesénquima
subyacente y se mantiene sin modificaciones hasta el quinto mes de vida fetal, cuando las células epiteliales sobre
la cara profunda del brote proliferan formando 15-25 brotes secundarios, que siguen creciendo en profundidad
formando cordones epiteliales.
Éstos se canalizan y se transforman así en conductos que, antes del nacimiento, se ramifican varias veces.
Cada uno de estos 15-25 conductos representa el primordio de un lóbulo mamario, que dará origen a la glán-
dula mamaria adulta. Se forman lóbulos separados por trabéculas de tejido conectivo denso interlobular y tejido
adiposo. Cada lóbulo contiene una glándula independiente, cuyo conducto excretor (conducto galactóforo) tiene
su propia desembocadura en el pezón. Previa a esta, el conducto se ensancha formando el seno lactífero o
galactóforo.
Rodeando los conductos galactóforos y los lobulillos mamarios, entre el epitelio glandular y la membrana ba-
sal, se encuentran las células mioepiteliales, encargadas de la secreción láctea, que se produce al contraerse
estas células. En el momento del nacimiento, las mamas de ambos sexos son generalmente de mayor tamaño
que en la infancia, y a menudo puede aparecer secreción por el pezón denominada “leche de brujas”, debido
a la estimulación de la mama por las grandes cantidades de estrógeno producidas en la placenta, que alcanza
al feto por el torrente circulatorio.
Luego del nacimiento involuciona y permanece así hasta la pubertad.
En las niñas, comienzan a crecer como consecuencia de la estimulación por parte de los estrógenos (estimula
el crecimiento de los conductos) y la progesterona (estimula el desarrollo de los alvéolos) secretados por el
ovario. El desarrollo lóbulo-alveolar pleno de la mama se produce durante el embarazo en el cual, por la acción
de las hormonas hipofisiarias como la prolactina y otras secretadas por la placenta (lactógeno placentario),
hacen que la mama aumente 2 o 3 veces su volumen y acumule leche en los alvéolos y conductos excretores.

Ubicación de la polimastia a lo
largo de la línea o cresta mamaria.
A: según Williams; B: según Merkel

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GLÁNDULA MAMARIA (Perfil)


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A partir del tercer mes de embarazo, comienza a segregar un líquido opaco denominado calostro, para luego del
parto aparecer la secreción de leche (lactogénesis) y el mantenimiento de la lactancia (galactopoyesis), debido
al reflejo neurohormonal, cuyo desencadenante es la succión del pezón por el recién nacido. Esto produce un
estímulo captado por receptores sensoriales del pezón y transmitido hacia la médula espinal, desde allí hacia
el hipotálamo ubicado en el cerebro, que reduce el efecto inhibidor de éste sobre la secreción de prolactina
hipofisiaria.
La eyección de leche se debe también a un reflejo que estimula la secreción por el hipotálamo de otra hormona,
la oxitocina. Esta produce la contracción de las células mioepiteliales con la consiguiente salida de leche, luego
se vacía mecánicamente, puesto que los labios del bebé comprimen en las porciones periféricas de los senos
galactóforos. La leche humana es una suspensión de proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales, vitaminas
y anticuerpos, todos ellos en solución acuosa.

Glándula mamaria (Anterior) NETTER. Atlas.

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Recordemos que en el varón no se produce desarrollo posterior al nacimiento del tejido glandular durante el
resto de la vida, y que su aumento de tamaño se denomina ginecomastia.
Desde el punto de vista de su morfología macroscópica, la mama se encuentra situada en la parte anterior
y superior del tórax, a cada lado del esternón, delante del pectoral mayor y comprendida entre la tercera y la
séptima costilla. Normalmente son dos, pero puede haber más mamas supernumerarias, que se encuentran en
el trayecto de la línea mamaria.
Su forma exterior tiene aspecto de semiesfera, descansando en el tórax por su cara plana. Presenta en el
centro una eminencia, el pezón y rodeando a éste, la areola.
El pezón es una papila gruesa que se levanta en el centro de la areola, de aspecto cilíndrico, en cuyo vértice se
observan los orificios de desembocadura de los conductos galactóforos. La aereola presenta aspecto rugoso,
dado por unas glándulas sebáceas que levantan la piel. En su centro siempre se encuentra un pelo. Tanto la
aereola, como el pezón presentan en su constitución un músculo cutáneo que permite la contracción de ambos
bajo la influencia de diversos estímulos (frío, emoción, simple contacto, etc.).
Por debajo de la piel, y entre ésta y el plano profundo de la aponeurosis del músculo pectoral mayor, se en-
cuentra la glándula mamaria, separada de ambos por tejido adiposo que, por debajo de la piel, se denomina
capa célulo-adiposa premamaria, y capa célulo-adiposa retromamaria por delante del aponeurosis del pectoral
mayor.
La capa célulo adiposa premamaria está tabicada por trabéculas de tejido conjuntivo, denominado li-
gamento de Cooper, que se extiende desde la cara profunda de la piel, atravesando el tejido graso para ir a
insertarse en unas eminencias que presenta la glándula, denominada crestas glandulares de Duret.
Irrigación glandular

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Esto es muy importante desde el punto de vista clínico porque, ante la presencia de un tumor maligno de la
mama, las mismas arrastran la piel y la hunden, proporcionando al médico un importante signo para detectar
la enfermedad.
La capa adiposa retromamaria facilita el desplazamiento de la glándula por delante del aponeurosis del mús-
culo pectoral mayor. Esta movilidad desaparece cuando un tumor maligno invade al músculo pectoral mayor
o a su aponeurosis.

Irrigación arterial y venosa


La irrigación de la glándula mamaria proviene de la arteria mamaria externa (rama de la arteria axilar), de
la arteria mamaria interna (rama de la arteria subclavia) y de las arterias intercostales (ramas de la arteria
aorta torácica descendente). Su drenaje venoso se realiza por un sistema de venas profundas que siguen el
recorrido de las arterias homónimas y se agrupan pues, en 3 corrientes: las venas mamarias externas, que
llevan su sangre hacia la vena axilar; las venas perforantes de las intercostales, que se reúnen con las venas
intercostales y drenan su sangre en el sistema ácigo; y por último, las venas mamarias internas, que vuelcan
su sangre en el tronco venoso braquiocefálico. Las venas superficiales forman una red de mallas irregulares
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que se continúa con la red de la pared abdominal y con la pared posterior del tórax, y comunica en numerosos
puntos con las venas profundas. Establece así grandes anastomosis entre el sistema venoso de la vena cava
superior y el sistema venoso de la vena cava inferior.

Linfáticos
En la glándula mamaria, así como en el resto de los órganos de la economía, es importante el conocimiento
de los linfáticos, dado que a través de ellos se produce la diseminación de enfermedades muy importantes
como el cáncer (metástasis), adquiriendo un carácter relevante, ya que es uno de los tumores malignos más
frecuentes en la mujer.

Redes de origen: Tienen un doble origen: cutáneo y glandular. Los conductos que drenan la linfa de la piel
convergen hacia la cara profunda de la piel de la areola, formando un plexo sub, peri y circunareolar. Los vasos
linfáticos glandulares se originan en la periferia de cada lóbulo y tienen una dirección perpendicular a la masa
general de la glándula, es decir yendo desde el pezón a la cara profunda o inversamente; ellos van a drenar
en el plexo subareolar superficial mencionado anteriormente, o en un plexo retromamario, ambos ampliamente
anastomosados entre sí. De estas redes parten troncos colectores, y estos van hacia los ganglios, que por tal
motivo se llaman ganglios regionales.

Vía principal o de la axila homolateral: Esta vía drena el 90% del total linfático de la mama. Comprende
aproximadamente 60 ganglios dispuestos alrededor de dos venas importantes: la vena mamaria externa y la
vena escapular inferior, esta última de menor importancia. Ambas drenan en otro grupo importante que se en-
cuentra en el hueco de la axila, denominado grupo central de la axila, que a su vez recibe la linfa del miembro
superior (grupo de ganglios humerales), y la linfa de la mama contralateral.
Desde este grupo central de la axila salen vasos aferentes hacia el grupo ganglionar subclavicular, que se
ubica en el vértice de la axila, donde encontramos el ganglio centinela de Hallsted.
Observamos además otra vía que se origina en colectores profundos, la vía transpectoral de Grossman, que
atraviesa el músculo pectoral mayor y, luego de hacer escala en el ganglio interpectoral de Rotter, llega al grupo
subclavicular.
Esta clasificación anatómica de los linfáticos de la mama es perfectamente válida, pero desde el punto de
vista oncológico los podríamos agrupar en:
Nivel I: por fuera del músculo pectoral menor. Incluye los grupos mamarios externos y escapular inferior.
Nivel II: por detrás del músculo pectoral menor, incluye al grupo central de la axila.
Nivel III: por dentro de dicho músculo. Corresponde al grupo subclavicular. 109

Vía de la mamaria interna: Esta vía drena el 5% aproximadamente del total de la linfa de la mama. Va a los
ganglios ubicados alrededor de la arteria mamaria interna, en los espacios intercostales 2º, 3º, 4º y 5º, a uno o
dos cm del borde del esternón.

Vía intercostal posterior: Esta vía se vierte independientemente de las demás en la circulación general. En
consecuencia, es muy frecuente encontrar metástasis en pulmón, y siguen a las venas intercostales.

Vía de la axila contralateral: Los colectores de esta vía que recogen parte de la linfa de la porción interna de
la mama cruzan la línea media y se dirigen, como su nombre lo indica, a los linfáticos del grupo central de la
axila contralateral.

Vía abdominal o paramamaria de Gerota: Estos colectores recogen la linfa de la parte inferior de la glándula
mamaria, atraviesan el diafragma y se dirigen a ganglios suprahepáticos.

Vía supraclavicular de Monard: Los colectores de esta vía se vierten directamente en los ganglios supracla-
viculares.

Todas estas vías, excepto la vía intercostal posterior, van al conducto torácico (lado izquierdo) o a la gran
vena linfática (lado derecho), y de allí al confluente yúgulo-sulclavio, donde se vierten en la circulación venosa
general.
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Limfáticos glandulares
Inervación
La inervación de la glándula mamaria está representada por ramas superficiales provenientes del plexos cervi-
cal superficial; ramas del plexo braquial (como los nervios del pectoral mayor, del pectoral menor y el nervio del
músculo serrato mayor); por último, las ramas de los nervios intercostales, llamadas ramas perforantes laterales
y ramas perforantes anteriores. Desde el punto de vista radicular, la inervación cutánea de la región asume una
disposición metamérica.

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URIBURU J.V.: “La Mama: Estructura. Patología. Diagnóstico y Tratamiento”.

Referencias Bibliográficas
BOUCHET, CUILLERET J.: “Anatomía descriptiva, topográfica y funcional”. Ed. Médica Panamericana, Madrid,
1984.
LINDNER H.H.: “Anatomía Clínica”. Ed. Manual Moderno, México, 1990.
MOORE K.L.: “Anatomía con orientación clínica” 3ª edición. Ed. Médica Panamericana, Madrid, 1993.
ROMANES G.J.: “Cunningham-Tratado de Anatomía” 12ª edición. Ed. Interamericana McGraw-Hill, Madrid,
1987.
ROUVIÈRE H., DELMAS A.: “Anatomía Humana, descriptiva, topográfica y funcional” 10ª edición. Editorial
Masson, 1999.
URIBURU J.V.: “La Mama: Estructura, Patología. Diagnóstico y Tratamiento”. Ed. Científica Argentina, Buenos
Aires, 1967.
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