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Complejo Agroindustrial Oleaginoso Argentino
Complejo Agroindustrial Oleaginoso Argentino
1880/1970
Introducción
La producción de alimentos tiene una larga tradición en nuestro país y ocupó siempre un
lugar destacado en su economía. A partir de la segunda mitad del siglo XIX la demanda
aprovechando las ventajas que ofrecía su ubicación geográfica. Dentro de este modelo
comercio internacional que acompañaron la crisis de los años ´30 volvieron la mirada
la competencia del producto extranjero. La región pampeana obtuvo del lino el principal
insumo para la elaboración de aceites industriales y del girasol la materia prima para los
opción ante la crisis yerbatera. Así, el análisis del ciclo de cada cultivo nos remite a
1
vez que implica cambios en la estructura social del agro. A fines de la década de 1960 el
años de los ´70 con la introducción de nuevos cultivos (soja) y el mejoramiento de otros
histórica que incluya los cambios productivos y las transformaciones sociales que los
2
condicionamientos constituyen elementos insoslayables para comprender los procesos
2 Criterios metodológicos
productivo. Dentro del complejo se puede distinguir agentes clave o núcleos 2 que
en cada una de las instancias y su interdependencia. Por la misma razón tienen un alto
1
Colman, O.. Enfoques sistémicos en el campo de la problemática agroalimentaria. En Martínez de
Ibarreta, ob. Cit., p.110
2
Pastore, R.E..Subcontratación e integración productiva. Breves referencias a las actividades
agroalimentarias. Realidad Económica 138. 1996
3
Raúl Vigorito identifica los núcleos con las empresas transnacionales. Colman, en cambio, relativiza el
accionar de las E.T. en el caso de la Argentina. Ver Martínez de Ibarreta, ob.cit.
3
de insumos4. El presente trabajo por lo tanto se enmarcará dentro de estos enfoques
interpretativos.
etapas en su evolución histórica. La primera se desarrolla a partir del último cuarto del siglo XIX y se
extiende hasta los años ´30 en el marco del modelo agrario exportador. La estructura económica del país,
abierta al comercio internacional y ligada al ciclo económico de Gran Bretaña, caracteriza esta etapa que
privilegia ciertas producciones agrícolas (cereales y lino) requeridas por los países industrializados
europeos y por los EUA. La política arancelaria por su parte favorecía la exportación de granos y la
el inicio de la segunda etapa que se prolonga hasta fines de la década de 1960. La nueva política
agroindustrial sobre la base del lino para los aceites industriales y subproductos y de otros cultivos para
los aceites comestibles. Los primeros representaron un rubro de importancia en el total de nuestras
exportaciones hasta mediados de la década de 1940 y los segundos se orientaron con exclusividad al
consumo interno. El Estado articuló la producción agrícola con la actividad industrial por medio de
industrial. La última fase se inicia a comienzos de los años ´70 y continúa hasta la actualidad. La
incorporación de nuevos cultivos y los cambios tecnológicos en todas las instancias productivas del
complejo diferencian a esta etapa de expansión de la producción aunque también de reducción del número
de productores agrícolas, de plantas y de empresas industriales así como de puestos de trabajo. En esta
MERCOSUR estimularon las exportaciones de oleaginosas en grano y como aceites y subproductos para
productoras y exportadoras de aceites y harinas y/o granos resulta el hecho más significativo de los
últimos años de esta fase. Dado el grado de avance en nuestro proyecto en las páginas siguientes se
4
La histórica desarticulación que hubo entre la industria de insumos y la agricultura es analizada por
Jacobs, E. en La articulación agricultura-industria: reflexiones para un debate. Centro de Investigaciones
Sociales sobre el Estado y la Administración. Bs.As. , 1986
4
4 Primera etapa. 1880/1930
En esta fase la producción primaria gira en torno del lino que, introducido por
inmigrantes del sur de Europa, comenzó a expandirse a partir de 1880. Ocho años más
tarde alcanzó una superficie sembrada de 121.067 ha, en 1900 llegó a 607.352 y en
Buenos Aires y luego en las de Sta. Fe, Entre Ríos y Córdoba. En 1888 la superficie
cultivada con lino representaba el 5% de la superficie total ocupada con cereales y otras
similares con las del trigo; época de siembra que se prolonga más que la de ese cereal y
de los principales cultivos de invierno por lo que los productores recurrían al lino como
estaba fuera de época para los otros granos. Incluso la rotación lino/maíz era muy
frecuente. Por otra parte, por su precocidad el lino solía quedar a salvo de los perjuicios
fértiles se solía sembrar lino durante tres años consecutivos. A éste le sucedía el trigo
y después el lino si el precio era favorable. Se continuaba con una rotación bienal de
trigo y lino en la cual se intercalaba maíz y a veces avena. Después se dejaba descansar
el suelo con alfalfa durante tres o cuatro años. Desde el comienzo la producción de
lino para semilla se orientó al mercado externo. Gran Bretaña y Alemania fueron hasta
5
la Primera Guerra Mundial los principales importadores de lino argentino. Bélgica,
191.508; Bélgica, 130.725. Los EUA, que aún no se autoabastecían, importaron 4.512
India, Rusia y más tarde Canadá competían con la producción local. Hacia 1900 la
producción argentina era similar a la de esas naciones pero a medida que avanzaba el
lino argentina representó entre el 50 y el 75% del total comercializado en los mercados
_____________
Fuente: Inst. Internacional de Agricultura de Roma. Citado por Girola
éstos alcanzaron a $8,07 oro por 100 kg. En vísperas de la Gran Guerra los precios
6
variaciones en los rendimientos Argentina debió importar semilla entre 1911 y 1915.
preparación del terreno que exige este cultivo que agota rápidamente los nutrientes del
aceite. Durante la Primera Guerra Mundial las exportaciones descendieron por las
consumidor eran los EUA donde se procesaba la semilla para la fabricación de aceite
prov. de Buenos Aires siguiendo una dirección NO/SE coincidiendo así con la zona
cerealera. La introducción del girasol en la Argentina data de fines del siglo XIX cuando
los agricultores de las colonias judías lo sembraban en huertas para consumo familiar y
creó el Departamento de Agricultura que contribuyó con esta tarea como centro de información sobre
técnicas y uso de maquinaria agrícola y de intercambio de semillas. Sin embargo el sistema de colonias
5
Parodi, L.. Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería. ACME. Bs.As. , 1964
7
no tuvo el mismo éxito en todas las provincias. En algunos casos el régimen de tenencia de la tierra
desalentó el establecimiento definitivo del colono. Buenos Aires desarrolló a partir de 1890 el cultivo
extensivo del trigo utilizando la figura jurídica del arrendamiento dado el carácter subordinado que tuvo
aquí la agricultura respecto de la ganadería y la tendencia de los grandes propietarios a retener la tierra
especulando con su posterior valorización. Los dueños de grandes extensiones solían ceder en
arrendamiento o aparcería una fracción para dedicarla a la agricultura. Los contratos se realizaban por un
plazo de tres años con el compromiso de entregarla al propietario con una pastura implantada. Una vez
mejorada y valorizada la tierra, volvía la producción ganadera y el agricultor se veía obligado a dirigirse
gradualmente hacia el oeste para trabajar predios de menor calidad y afrontar mayores costos de
transporte. Esta forma de relación entre arrendatario y terrateniente es la que predominó entre 1880 y
1910 y determinó cierta estructura social: los arrendatarios, inmigrantes dedicados a la agricultura y los
terratenientes, argentinos dedicados a la ganadería. En Sta. Fe, en cambio, el estado provincial logró
controlar la distribución de tierras por lo que las colonias agrícolas prosperaron. Un buen sistema de
del colono. En 1884 las colonias en esa provincia representaban el 84% del área total bajo cultivo. En
todo el país el área sembrada llegaba en 1872 a 380.000 ha; en 1895, 4.892.000 y al finalizar la primera
década del siglo XX, 16.690.000 ha. Entre 1914 y 1920 la superficie sembrada osciló alrededor de
22.000.000 de has y a partir de entonces aumentó en forma lenta hasta llegar al límite de la expansión
agraria en la década de 1930. Con la expansión agrícola creció el número de chacareros, arrendatarios a
la vez pequeños capitalistas rurales que poseían animales de trabajo y algunos implementos como arados,
rastra y carros a los que sumaban su capacidad de trabajo familiar. En 1909/10 los arrendatarios de la
provincia de Bs.As. constituían el 71,09% de los productores; en Santa Fe 64,36; en Córdoba, 71,34;
comunicando las zonas productoras con los puertos. Para agilizar las tareas las
6
Nemirovsky, L.. Estructura económica y orientación política de la agricultura en la Rep. Argentina.
Bs.As. 1933, p. 94
8
compañías dispusieron de elevadores en los puntos de embarque y de sistemas de
inspección y clasificación similares a los que se aplicaban en los EUA. Estas medidas
debía agregar a sus gastos de siembra y cosecha los generados por el traslado al puerto.
En 1896 se dictaron las primeras leyes sobre elevadores. 7 En ellas se autorizaba al PEN
Harineros y Elevadores de Granos S.A. del grupo Bunge & Born. Entre 1929 y 1931 la
zona maicera que en un principio contaron con el apoyo estatal y la promesa de una
de arrendamiento que les dejaba poco margen de ahorro como para considerar otras
7
Sobre los aspectos jurídicos del tema se puede consultar Pérez Llana, E.. Derecho Agrario. Ed. Abad y
Beigbeder. Sta. Fe, 1958
9
inversiones más allá de las indispensables que aseguraran la producción 8. En esta etapa
lino y el crédito. Dreyfus, Bunge y Born, Weil Brothers , Huni & Wormser y Hardy y
Mulenkamp controlaron el sistema desde los puertos y crearon una red de agentes en
cada uno de los distritos cerealeros que incluía molinos, comerciantes locales y
A. Dorfman identifica los primeros fabricantes de aceites vegetales alrededor del año 1876. En los
fabricación de quesos, manteca y margarina. Según el mismo autor las máquinas utilizadas provenían de
talleres nacionales como las que construía la herrería mecánica de Schwartz establecida en 1863. 9 El
aceite de lino presentaba dificultades para su comercialización interna ya que si bien es comestible recién
extraído y en frío, después de cierto tiempo adquiere gusto desagradable por lo cual las mayores
aplicaciones del producto son de tipo industrial. Constituyó insumo indispensable en la fabricación de
8
Malgesini,G.. Pautas de inversión en la pampa cerealera. El problema histórico del almacenamiento de
las cosechas hasta la intervención del Estado. p 245
9
Dorfman, ob.cit. ,pp 121-127
10
tintas para imprimir y para litografía, pinturas, barnices y jabones y para el tratamiento de cueros. Se lo
empleó también como combustible para el alumbrado y para recuperar los desperdicios del caucho. En
1915 las fábricas nacionales no procesaban más de 30.000 tn de semilla y se recurría a menudo a la
importación de aceite de lino. Este provenía generalmente de Inglaterra y, en menor medida, de Francia.
En 1911 se importaron 212.187 kg; al año siguiente, 435.228 y en 1913, 516.752 kilos. C. Girola
menciona la existencia de algunas fábricas que en el año 1915 complementaban su producción con la
elaboración de pinturas, barnices y masilla. Las tortas de lino en cambio eran requeridas para
alimentación del ganado y como fertilizante por países como Alemania, Reino Unido, Holanda y Bélgica.
Con ese destino se exportaron 20.228 tn de tortas de semillas oleaginosas en 1911, en su mayor parte de
lino pero también de maní y de nabo. Alemania, como principal comprador de este producto, redujo la
importación a partir de 1914 a causa de la guerra. No obstante en este año se exportó un total de 17.000 tn
industria. De las 22 fábricas existentes en ese año, 12 estaban instaladas en Cap. Federal y representaban
el 56% del capital invertido. 10 Otros establecimientos se distribuían en las prov. de Buenos Aires (3); Sta.
Fe (3); Entre Ríos (2); Córdoba(1) y Chaco(1). El capital invertido y el número de obreros empleados aún
alrededor de las 5.000 tn anuales. En el quinquenio 1925/29 la producción nacional contribuyó con un
32,7% sobre el total de aceites comestibles comercializado en el país (58.000 tn). A pesar del incremento
en la producción el aceite importado abastecía al 70 % del mercado interno. Por otra parte el uso de la
grasa, ampliamente difundido entre la población por su abundancia y bajo costo, desalentaba la expansión
de la industria. En el transcurso de esta etapa se registraron numerosas solicitudes para modificar la tarifa
aduanera y lograr la exención de los derechos que gravaban el ingreso de las máquinas necesarias para
periódicamente respondiendo a objetivos fiscales antes que a una política de proyección industrial.
Cuando Hermenegildo Pini presidió la UIA (1920/24) ingresó en la institución el gremio de Fabricantes y
producciones y canalizar sus reclamos. Estos se elevaron ante la Cámara de Diputados de la Nación entre
10
Ortiz,R.M.. Historia económica de la Argentina., p 486
11
5 La ISI y el complejo oleaginoso
5.1 Los oleaginosos como alternativa
Hacia fines de la década de 1920 se había llegado a los límites de la frontera agropecuaria. Ya no era
posible considerar el aumento de la producción sobre la base de la ocupación de nuevas tierras por lo que
los saldos exportables pasaron a depender de los cambios tecnológicos y de la mecanización de las
labores, es decir, de los rendimientos por ha. El sistema de tenencia de la tierra conspiraba contra una
precarias donde se sobreexplotaba la tierra, existían grandes propiedades trabajadas en forma deficiente.
En 1930/31 el área sembrada total del país llegaba a 27.295.855 ha; al finalizar la década se registró una
superficie levemente inferior, 27.263.700 ha. 11 El estancamiento afectaba a todos los cultivos
tradicionales. Los cereales y el lino ocupaban el 73,5% del área sembrada en 1930/31; en 1939/40
demanda externa de cereales generó cambios en la estructura de la producción agraria que se modificó
progresivamente. En este proceso los oleaginosos tuvieron un papel destacado y entre ellos el lino en
particular. En la década del ´30 Argentina ocupó una posición de predominio absoluto en el mercado
internacional de esta oleaginosa. En esos años nuestras exportaciones representaron alrededor del 80% del
volumen total de lino que se comercializó en el mundo. Su cultivo se extendió por las prov. de Córdoba,
Entre Ríos, Sta. Fe y norte, centro y sudeste de Buenos Aires. En 1936 se alcanzó el máximo de superficie
sembrada con 3.499.157 ha. El área de cultivo se superpuso a la de la región triguera e incluso se extendió
más al norte ya que es una planta menos exigente en frío y resiste mayores precipitaciones. El lino textil,
en cambio, no alcanzó mayor difusión. 12 Entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial la mitad del
consumo de aceite de lino en los Estados Unidos era abastecido con semilla argentina pero este mercado
se perdió a causa del estímulo que el gobierno norteamericano otorgó a su producción local durante y
después del conflicto. En la campaña 1936/37 la producción de lino en nuestro país llegó a 1.977.862 tn
de las que se exportó 1.487.926.En los años 1946/47 la producción descendió a 1.034.342 tn de las
cuales, ya perdido el mercado norteamericano, se vendieron al exterior sólo 37.500. La evolución de este
cultivo siguió una tendencia decreciente, desapareció de las estadísticas de exportación a partir de los
años 1954/55 y pasó a ser consumido totalmente por la industria local. La producción de girasol, en
11
Comité nacional de Geografía. Anuario... pp 204-210
12
Coscia, A.. El lino en su aspecto económico. INTA Pergamino. Informe técnico n* 130.1975
12
cambio, creció a partir de 1927.En la cosecha de 1936/37 se logró 103.441 tn sobre una superficie
sembrada de 206.762 ha. El incremento de la producción no logró una salida vía exportación y sobrepasó
la capacidad de absorción que en ese momento tenía la industria. Por esta razón la JRG dictó una serie de
medidas orientadas a desalentar el cultivo. Los productores debían reducir en un 30% el área sembrada,
superficie que tampoco podía destinarse a la producción de lino, trigo o maíz. Al iniciarse la década de
1940 la situación se modificó. La superficie sembrada se recuperó de tal manera que en 1948 llegó a
1.806.300 has. A partir de 1947 dejó de exportarse y su producción se destinó a la industria. El cultivo se
extendió a través de la región centro/oeste de la prov. de Buenos Aires, sur de Sta. Fe, centro y sur de
Córdoba y Entre Ríos. La prov. de Buenos Aires fue la principal productora de girasol. Entre 1942 y 1951
concentró el 53,5% de la superficie sembrada. Le siguió Córdoba con 26% y 13% Sta. Fe. Estas tres
provincias lograron obtener en ese período el 95% de la producción total del país. En principio se le
asignaron campos que no ofrecían posibilidades de rendimiento económico con trigo o maíz por
considerarlo más resistente a la falta de humedad. Esto afectó su rendimiento y poco a poco se avanzó
hacia tierras de mejor calidad. En Córdoba se lo solía alternar con el maíz y en Sta. Fe y Entre Ríos llegó
a reemplazar a este cereal por ofrecer mayor seguridad de cosecha y requerir una reducida inversión para
pepita y contenido de aceite. En los años ´50 su producción se redujo a tal punto que en las cosechas de
los años 1952/53 a 1954/55 el área sembrada se retrajo en un 65%. La sequía que afectó al país entonces,
los bajos precios internacionales y el alza en los costos de producción contribuyeron a provocar esa caída.
Por otra parte surgieron enfermedades nuevas para las cuales el productor carecía de medios o de
información para combatirlas. En 1956 se creó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)
que comenzó a trabajar en la investigación de ese tipo de problemas e introdujo de nuevas variedades que
lograron la recuperación del cultivo en la segunda mitad de la década del´60.La producción de nabo, otro
insumo para la elaboración de aceites comestibles, alcanzó una superficie máxima entre 1941 y 1945. Su
aporte a la industria fue por entonces de alrededor de 30.000 tn anuales. Sin embargo los productores lo
abandonaron porque el nabo prácticamente invade los cultivos de lino y cereales de invierno, persiste en
el rastrojo y rebrota con facilidad. La tecnificación de las tareas agrícolas impulsó cierto grado de
especialización por lo que su cultivo fue reemplazado por otros más beneficiosos. Hacia fines de la
década de 1920 se introdujo el tung en las prov. de Corrientes y Misiones. Esta especie necesita un
13
período de implantación relativamente prolongado, técnicas de elaboración avanzadas y la incorporación
de mayores volúmenes de capital. No obstante resultó una opción atractiva para los productores
perjudicados por la crisis yerbatera de la primera mitad de los años ´40 por los altos precios que el
superficies trabajadas por colonos europeos. La extensión reducida de la zona y los hábitos culturales de
los productores facilitaron la creación de cooperativas que lograron afianzar el cultivo y concentrar en
esa provincia el 99% de la producción. En 1970 la Argentina ocupó el tercer lugar en el mundo como
maní se industrializó parcialmente en esta etapa y también se exportó en grano. El algodón, en cambio,
vinculó su evolución con el auge de la industria textil. Entre 1936/40 Argentina registró un promedio de
exportación de granos oleaginosos de 1.328.794 tn, cifra inferior a los volúmenes de principios de siglo.
De ese total, 1.298.104 correspondieron al lino, en tanto el resto comprendía nabo, girasol, maní, algodón
y tártago.13
El descenso de los precios internacionales de los cereales aumentó la demanda de financiación por parte
de los agricultores. El principal banco oficial, el Banco de la Nación Argentina, no resultó, sin embargo,
un instrumento eficaz en los años de crisis que siguieron al crack de 1929. El banco prefería orientar sus
créditos hacia la actividad ganadera y comercial. En esto influyó la mejora de los precios relativos de la
ganadería hasta mediados de los´50. El pasaje de la agricultura a la ganadería se vio reforzado por los
cambios demográficos y la política de tierras que se desarrolló a partir de 1943. La menor rentabilidad de
la actividad agrícola y la demanda de mano de obra en la industria y los servicios urbanos impulsaron la
emigración de trabajadores de la región pampeana. Los grandes propietarios optaron entonces por la
ganadería que requería menor número de asalariados. Las tradicionales firmas de exportación de cereales
como Bunge & Born o de Ridder lograron mantener sus márgenes de ganancias trasladando el descenso
de los precios externos hacia los productores agravando la carga que ya soportaba el sector rural. Medidas
arrendamientos y prorrogar indefinidamente los contratos no resultó favorable para los pequeños y
13
Martínez de Billard, J.E. Granos oleaginosos y sus aceites. Estadísticas de producción, industrialización
y exportación.1936-1970, p 77
14
medianos arrendatarios ni para la expansión de la agricultura. 14 Incluso los grandes propietarios
tendieron a arrendar tierras para dedicarlas a la ganadería extensiva, beneficiándose con el nuevo sistema
legal. Analizando el período que media entre los Censos de 1914 y 1947 se observa un aumento en el
número de explotaciones menores de 500 ha. y mayores de 5.000. Unas y otras se especializaron en cierto
tipo de producción. En las primeras predominaron las actividades agrícolas y en las segundas casi
exclusivamente la ganadería. Entre 1937 y 1947 esta tendencia redujo el porcentaje de unidades
arrendadas en la región pampeana del 58,6% al 49%. La técnica tradicional de rotación granos/alfalfa,
característica del régimen anterior de arrendamiento, se sustituyó por el monocultivo con los perjuicios
que esta modalidad implica para la conservación de los suelos. Los pequeños agricultores vieron
aumentar sus costos de producción en parte debido a los aumentos salariales por lo que trataron de
reemplazar el trabajo asalariado por el del propio grupo familiar. En consecuencia, se redujo la superficie
trabajada. La zona cerealera mostraba índices de trabajo familiar más elevados que otras regiones. En la
prov. de Bs.As. 57% de los trabajadores rurales integraba esa categoría y en Entre Ríos, el 73%. En las
zonas de cultivos industriales los índices eran más bajos: 32% en San Juan, 47% en Mendoza. 15Se puede
afirmar que hacia 1937 culmina la etapa de expansión del arrendamiento. Las medidas posteriores
desalentaron ese régimen de tenencia pero no aseguraron el acceso a la propiedad de la tierra. Entre 1947
y 1960 crecieron otras formas combinadas o mixtas donde al frente de las explotaciones agropecuarias
encontramos propietarios que a la vez son arrendatarios, medieros u ocupantes de tierras. Por otra
parte, ex - arrendatarios que lograron capitalizarse optaron por invertir en maquinarias y prestar servicios
como contratistas. Como se verá esta figura se consolida en el ámbito rural a lo largo de la década de
1960.
En 1931 los precios de los principales granos exportables habían descendido un 40% respecto a 1928.
En el mercado interno los precios agrícolas también bajaron. El proteccionismo aplicado por los países
demanda externa por el mercado interno. Entre las medidas que se aplicaron se dispuso una devaluación
del peso que se temía impulsara a los productores a vender apresuradamente en el mercado externo y
14
Sobre la Ley N* 13246 de arrendamientos y sus consecuencias, Lazzaro, Silvia B. Estado y
arrendamientos rurales en los años ´50. Ciclos N* 12.1997
15
Censo Agropecuario 1937
15
con ello bajar aún más los precios. Para evitarlo se decidió la creación, el 28/11/1933, de la Junta
Reguladora de Granos. La Junta debía comprar cereales y lino a los productores al precio mínimo y
vender a los exportadores al precio de mercado. La diferencia surgida entre las compras y ventas en los
mercados cambiarios serviría para cubrir las posibles pérdidas del sistema. El Banco de la Nación otorgó
ayuda financiera y técnica, parte del personal de la Junta se integró con empleados del Banco y sus
sucursales formaron la base de las subcomisiones de compra a través de todo el país. La misma no
funcionaba como único comprador y tampoco se encargaba de vender al exterior; la entidad adquiría los
granos y los vendía a los exportadores ya existentes al precio del mercado internacional, es decir, era un
nuevo intermediario entre productores y exportadores que aseguraba a los primeros un margen de
rentabilidad. Si los agricultores lograban ubicar su producción a mejor precio, podían hacerlo en el ámbito
privado de tal manera que la Junta no se constituyó como un intermediario obligatorio. Por otra parte, no
funcionaba con un esquema de valorización reteniendo los productos fuera del mercado como ya había
hecho Brasil con el café y Canadá y los Estados Unidos con los cereales. Esto se debía, en parte, a la falta
de un sistema adecuado de almacenaje similar al de los países mencionados que obligaba a la Argentina a
vender sus cosechas dentro del año de su recolección. La acción de la Junta resultó efectiva en 1935
cuando la sequía y la langosta provocaron enormes pérdida de trigo y lino y el organismo intervino
elevando los precios básicos. El paquete de medidas se completó en 1934 con la creación de la
llamadas “industrias naturales” por parte de los gobiernos nacionales, las actividades rurales
“tradicionales”, que comprendían los productos de exportación, crecieron entre 1935/39 sólo un 5%. Las
“nuevas actividades”, entre las que se contaban el arroz, el algodón y los aceites comestibles aumentaron
30%. En 1939 se creó el Tribunal de Fiscalización de Semillas dependiente del Ministerio de Agricultura
oleaginosas y hacer un seguimiento de sus resultados. El objetivo era diversificar los cultivos y proveer
las materias primas necesarias a las nuevas agroindustrias. Con la intención de promover su exportación y
de liberar algunas importaciones se creó la Corporación para la Promoción del Intercambio S.A..
16
Después de 1943 el organismo dejó de ser una entidad autárquica integrada por representantes de
cooperativas agrícolas y asociaciones de productores agrarios y de molineros nombrados por el P.E. con el
acuerdo del Senado, para convertirse en una dependencia del Ministerio de Economía administrada por un
Director y un Consejo Consultivo de cuatro miembros.
16
Representantes de empresas y bancos norteamericanos formaron parte de la CPI junto a figuras
nacionales relacionadas con la actividad agropecuaria como Bemberg, Tornquist, Bunge y Born. La
entidad no logró cumplir con los objetivos en parte por la escasez de transporte durante la Segunda
Guerra Mundial y en parte por la política norteamericana discriminatoria hacia la Argentina. En 1944 se
creó el Banco de Crédito Industrial. Su asistencia financiera estuvo especialmente orientada hacia las
industrias consideradas de interés nacional, es decir, aquellas que emplearan materias primas nacionales y
destinaran su producción al mercado interno. En el mismo año la JRG fue sustituida por la Junta
Farrell (1944/46) se reemplazó a la CPI por un nuevo organismo, el IAPI (Instituto Argentino para la
Promoción del Intercambio) que debía comercializar en el exterior las cosechas. El Instituto absorbió a la
Junta Reguladora y asumió las funciones exportadoras que realizaban compañías privadas. El IAPI se
convirtió en comprador único de cereales y oleaginosos a precios fijados por el Estado, los distribuía en el
mercado interno y exportaba los excedentes o los retenía hasta el momento oportuno. Este mecanismo
tuvo efectos positivos entre 1946 y 1948 pero causó grandes pérdidas en los años siguientes. Después del
derrocamiento de Perón se desmanteló el IAPI y se creó la JNG (1956). El organismo sólo debía
comerciar cuando el PEN lo considerara necesario y únicamente podía hacerlo con cereales y oleaginosos
ubicación y características, conservarlos y eliminar aquellas instalaciones que resultaran innecesarias. 18En
la campaña de 1956/57 la producción agrícola logró cierta recuperación. Sobre un total de 16 millones de
has sembradas con cereales y oleaginosos, se obtuvieron 15 millones de tn de las cuales se exportaron 7
millones. Ese mismo año la Junta adquirió a los precios mínimos vigentes la cosecha de avena, cebada,
centeno y lino que se le ofreció dejando abierta la posibilidad de comerciar libremente esos granos a las
cooperativas, acopiadores, corredores, industriales y exportadores siempre que pagaran por encima de los
precios mínimos. El mismo criterio se siguió para girasol, maní y maíz. En lo sucesivo el Ministerio
17
Sobre los decretos de expropiación, uso y dominio de los elevadores de granos entre 1944 y 1946,
Pérez Llana, ob.cit. , p431
18
Sobre la sucesiva dependencia de la Junta de diversos organismos estatales, Pérez Llana, E., ob.cit. ,pp
399 y sgtes.
17
de Comercio e Industria se encargó de fijar cupos de exportación cuando se corrió el riesgo de
La década de 1930 marca el comienzo del desarrollo de la industria nacional de aceites vegetales
comestibles e industriales. Entre los primeros se incluye el procesamiento de semillas de girasol, maní,
nabo y, en menor proporción, olivo, cartamo, maíz, uva y recientemente soja. El segundo grupo
comprende lino y tung. El Censo de 1935 registró 6l establecimientos que elaboraban y fraccionaban
aceites comestibles y 5 que producían aceites industriales. Los primeros se distribuían así: 24 en Cap.
establecimientos de Capital, seguidos por los de Chaco y provincia de Bs.As. que aportaban 19 y 18%
respectivamente. La misma fuente contabilizó 2.587 personas empleadas. Las fábricas de aceites
industriales se radicaban en Cap. Fed. (3 plantas) y prov. de Buenos Aires. Este grupo empleaba menos de
200 personas. Todavía no se abastecía la totalidad del mercado por lo que la importación alcanzó un
correspondía al aceite de oliva proveniente de Italia, Francia, España y Grecia. La guerra civil española y
la segunda Guerra Mundial redujeron esa oferta que se cubrió con mayor producción nacional. Dentro del
conjunto formado por las industrias de la Alimentación, la fabricación de aceites no ocupaba un lugar
destacado si se compara con otras industrias procesadoras de granos. La industria harinera, por ej.,
contaba en 1935 con 233 plantas y empleaba 5.400 personas y el valor de su producción superaba tres
veces al de la industria oleaginosa. Entre 1936/40 la industria produjo un promedio anual de 91.204 tn.
De este total 84.041 correspondieron a los aceites comestibles y 7.163 a los industriales. El Censo de
1947 contabilizó 90 plantas para el primer rubro y 73 de aceites para uso industrial. Prácticamente la
mitad de los establecimientos se situaba en Capital y prov. de Buenos Aires. En el quinquenio 1946/50 la
industria procesó semillas a un promedio anual de 756.000 toneladas. Siete años después el Ministerio de
Comercio e Industria dictó una resolución por la que prohibió la exportación de semillas de girasol. Este
se convirtió así en el insumo por excelencia de la industria aceitera. A medida que se cubría la demanda
interna, se abrían mercados externos. Las exportaciones argentinas de aceite crudo de girasol
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girasol cubrían el 60%. A pesar de su trascendencia económica (en esa época el girasol cubría el millón
de hectáreas), los rendimientos eran deficientes al igual que la calidad de la semilla que se industrializaba.
A principios de los ´70 peligraban los mercados consumidores de aceite argentino. Alemania, Japón o los
Países Bajos preferían comprar la semilla y transformarla en sus propias plantas. El maní, constituyó otro
insumo de gran importancia durante la década del´30. En 1935 se produjeron cerca de 19 mill. de kg. de
aceite. La harina y las tortas de este grano eran algunos de los principales subproductos industriales pero
industrializa y se exporta como grano. El aceite y las tortas de las semillas de algodón tuvieron
considerable participación. El Censo de 1935 registró una producción de 13.693.243 kg. de aceite y
aproximadamente 30 mill. de kg. de tortas. Las plantas se ubicaban cerca de las desmotadoras. Como
la evolución del cultivo está ligada a la industria textil, la producción de aceite representó en sí misma un
El nabo produjo una cantidad de semilla para la industria cercana a las 30.000 tn anuales entre 1941/45.
El aceite de nabo o colza tiene también usos industriales como lubricante en la manufactura del acero y
como ingrediente de jabones. Sin embargo fue perdiendo superficie cultivada por problemas inherentes a
desarrolló tradicionalmente en las prov. de San Juan, Mendoza y La Rioja. En ellas también se
establecieron las plantas industriales, al menos las que realizaban el primer prensado de la aceituna. En
algunos casos los propietarios de los olivares y los industriales constituían una sola entidad,
especialmente en San Juan y Mendoza, lo que pone de manifiesto cierto grado de integración vertical. En
La Rioja, al menos hasta los años ´70, los empresarios de las plantas elaboradoras compraban la materia
prima a numerosos pequeños productores. El precio elevado del producto en relación con otros aceites
España y otros países mediterráneos. En América, Brasil fue el mercado más importante y hasta 1967 la
totalidad del aceite de oliva que se consumía en ese país era de origen argentino. A partir de esa fecha la
competencia con el aceite proveniente de la Península Ibérica produjo la caída de nuestras ventas. Los
aceites industriales tuvieron en el lino y el tung sus principales insumos. En 1946 se exportó 1.857.674 kg
de aceite de tung. Diez años después la exportación alcanzó alrededor de 16.300.000 tn (INDEC). A partir
de entonces los volúmenes se mantuvieron sin grandes cambios hasta alcanzar el máximo en el año 1967
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con un total exportado de 25.384.124 kg. En 1972 había 7 fábricas en Misiones que exportaban la
producción casi en su totalidad a los Estados Unidos y a Europa, especialmente a los Países Bajos, Reino
Unido y la URSS. Cuando se redujo la exportación de aceite de lino aumentó la de expellers o tortas,
subproductos de la semilla destinado a la alimentación del ganado vacuno y lanar. Como el consumo en el
país era muy bajo se favoreció su exportación. Entre 1941/46 el Estado se hizo cargo de la compra de
aceite y subproductos de lino a los industriales. Esta medida causó el aumento del número de plantas cuyo
producto quedaba fuera de las reglas del mercado. Argentina pasó de ser exportadora de semilla a ocupar
mediados de los ´50, eran la URSS, el Reino Unido y los Países Bajos. Francia era nuestro principal
importador de expellers. A fines de 1956 se liberó la comercialización de los granos. Los exportadores
podían concertar directamente negocios de lino con el exterior respetando los cupos dispuestos por el
Ministerio de Comercio e Industria. De acuerdo con ese criterio, en el año 1959 se dispuso que la semilla
de lino se reservara preferentemente para abastecer a la industria local y el excedente podría ser exportado
siempre que fuera acompañado por un volumen considerable de aceite. Así sucedió al año siguiente con
130.000 tn de semilla y otro tanto de aceite. Este sistema de exportaciones encadenadas se llamó
“convoyage” y se prolongó en los primeros años de la década del´60. Entre 1964/67 se decretaron
gravámenes diferenciales. En 1973 la semilla de lino tenía un derecho a la exportación del 55%; el
aceite crudo, 41% y el expeller, 40%. Argentina fue el exportador más importante en el quinquenio
1966/70 durante el cual participó en el mercado mundial con 3.200.000 tn de semilla y 1.053.800 de
aceite.
El Censo Industrial de 1954 contabilizó 173 fábricas y refinerías de aceites comestibles. El sector
empleaba 8.500 personas. Los aceites industriales se elaboraban en 55 plantas y empleaban 2.100
personas. El número de establecimientos de aceites industriales se había reducido (73 en 1947) en tanto
Conclusiones
En la primera etapa analizada el cultivo oleaginoso más difundido es el lino. La producción se exporta
prácticamente en su totalidad y las pocas fábricas de aceite existentes no logran obtener materia prima
en cantidades adecuadas y no cuentan con otras semillas alternativas. La articulación entre las sucesivas
instancias productivas es dificultosa y las plantas suelen tener capacidad ociosa o se ven en la necesidad
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de importar semilla. Su producción por lo demás no es especializada ya que combinan la elaboración de
aceite con otros productos (barnices, etc.). Si por una parte los actores sociales relacionados con la
producción agraria se ven condicionados a vender el lino en los circuitos establecidos por las grandes
compañías nacionales y extranjeras y sólo en pequeñas cantidades proveen a la industria local, los
para lograr cambios para el sector. Por otra parte la importación de aceite de oliva a bajo precio y el uso
de la grasa limitan el crecimiento del consumo de aceites comestibles mientras que las necesidades de
aceite industrial se cubren mediante la importación. Por todo esto creemos que en esta etapa no se puede
considerar esta producción como integrada en un complejo al modo de otras agroindustrias (azúcar,
vitivinicultura, harina). En la segunda etapa la intervención del Estado articula la producción agrícola e
industrial por el sistema de cuotas e incluso en algunos períodos asume su comercialización formando un
complejo que intenta satisfacer la demanda externa e interna. El aceite de lino se transforma en uno de los
más importantes productos de exportación de la Argentina pero también se introducen otros oleaginosos
para elaborar aceites comestibles e industriales que representan alternativas productivas para regiones
extrapampeanas. Las plantas tienden a especializarse en uno u otro producto y aunque están distribuidas
la etapa el complejo todavía tiene una participación en el producto industrial y en el empleo menor a los
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