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las relaciones políticas y económicas de fines de siglo, han afectado tanto los
producción y del trabajo, como los ejes a partir de los cuales se ordena el
sistema económico mundial, deben agregarse otros que son específicos del sector
agroalimentario.
alimentos, quedando como casi única vía de crecimiento sectorial el rubro de los
etc.-1. Esto requiere una producción primaria que se transforme en industrial, con
el sector, pero para ello se requiere responder en tiempo y forma a estas demandas
producir para luego comercializar, sino ubicar o crear el mercado para luego
producir.
Esto implica un mercado más competitivo, y por lo tanto, ahora importa tener
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Gómez Oliver, Luis, 1994, La política agrícola en el nuevo estilo de desarrollo latinoamericano,
FAO, Santiago de Chile.
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internacional3.
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Cabe mencionar que en la Unión Europea los productos alimentarios llegan al consumidor con un
70% de su valor producidos en la etapa de transformación y distribución, y en EEUU este supera el
90%. Esto es que sólo un peso de cada diez queda en manos del productor. A ello se agrega que la
producción de procesados está concentrada mayoritariamente en unos pocos países -UE 55%-, y
dentro de ellos en unas pocas grandes firmas internacionales. Cf. Brookins, Carol, 1995, “Tendencias
y cambios estructurales en la agricultura mundial”, en Estefanell, Gonzalo A. (editor), El marco
internacional para la política comercial agropecuaria argentina, IICA., SAGyP., Bs. As., pp.3-27.
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Véase Fondo Monetario Internacional, Informe Anual 1994, pp.30; y el análisis de los valores
publicados por el Banco Mundial realizado por Gerardo Gargiulo, Lineamientos para la formulación de
políticas para la competitividad. Secretaría de Programación Económica, SAGPyA, IICA, Bs.As., 1993,
Documento de trabajo Núm. CAA/12, pp. 19.
4
Véase: AAVV., 1988, Ajuste Macroeconómico y sector agropecuario en América Latina, Bs.As.,
IICA. Barsky, O. , 1992, "Políticas agrícolas y reformas institucionales en la Argentina en el contexto del
'ajuste'". Ruralia, nº:3, julio, pág.:7-34. Obschatko, E., 1994, Efectos de la desregulación sobre la
competitividad de la producción argentina. Bs.As., Fundación Arcor - Grupo Editor Latinoamericano,
Premio Fulvio Salvador Pagani 1993, pág. 11-111.
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luces evidente, que las explotaciones con menor control de recursos productivos y
de viabilidad5.
requisitos que van más allá del esfuerzo y la capacidad individual para adoptar
organización de los mismos, se presentan como una de las pocas opciones para
fortalecer a los sectores más vulnerables del mercado e intentar evitar su exclusión
económica y social.
un hecho destacado de la historia argentina del último siglo. Hacia fines del siglo
la producción.
para entonces6.
producciones regionales.
6
Cf. Comisión Nacional de Granos y Elevadores, Op. cit. 1938.
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mientras que los asociados han crecido en menor proporción ya que sólo se han
importancia por su número las tamberas con un tercio del total, las vitivinícolas y
frutícolas que se han mantenido en el orden del 10%, y las algodoneras que han
3% del total
El 54% de los productores asociados tiene menos de 100 has., mientras que
el 90% tiene menos de 500 has. A ello se agrega que el 70% de la mano de obra
De acuerdo a las cifras del CNA88, las explotaciones cuyos titulares eran socios de
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Coninagro, Indicadores Agropecuarios, n°:26 enero 1994, y n°:57 agosto/setiembre 1996.
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asalariados permanentes.
generaban un valor agregado bruto que supera los 558 millones de dólares anuales.
nacional de esta actividad, ocupaban el 15% del empleo, y se hacían cargo del 18%
base agropecuaria.
Las exportaciones durante 1996 alcanzaron casi los 690 millones de dólares,
lo cual significó un aumento en casi todas las ramas, con un promedio del 20% en
relación a los valores del año inmediato anterior, y de un 36% respecto a las cifras
que entre 1992-1996 aumentaron casi un 70% , pasando de 7.773 a 13.150 millones
de dólares.
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Coninagro, Indicadores Agropecuarios, Abril 1997, Mayo 1997.
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1992.
específicas.
26,9% al 20,4%; en las exportaciones entre 1980 y 1996 del 17,1% del total al 5,7%,
y del 2,05% a sólo el 1,28% del total de las cabezas de ganado faenadas.
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Las cooperativas agrarias de la Unión Europea han reducido su número en un tercio en el plazo de
tres décadas (1950-1990), pero en el mismo lapso duplicaron el volumen de sus negocios, que
crecieron más que el sector agrario, y que les posibilitó a comienzos de los 90 operar el 50% de los
suministros y el 60% de la comercialización y transformación de los productos agrario, (Brea Tejeiro,
José y Monzón Campos, José Luis, 1990, op cit., pp.170).
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factores que las constituyen, y las derivadas de su propia presencia y acción, van
generando tensiones entre los principios doctrinarios y las prácticas cotidianas hasta
primigenias.
originales de las mismas. En este sentido, para el caso de las cooperativas, se pone
de vida-, como por una una racionalidad basada en valores, en este caso los
organización basada en los valores de la doctrina clásica. Los fines, como el logro
términos de Max Weber, acciones racionales con arreglo a fines -la constitución de
Cf. Bateson, Gregory, Naven, ediciones Júcar, 1990, Madrid, pp. 198-200; Watzlawick, Paul et al.,
11
denominadas OIP.
.
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Véase, Eduardo Moyano, Cooperativismo y Representación de intereses en la agricultura,
IESA/Andalucía-CSIC, Córdoba, España.
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busca reducir las diferencias entre las cooperativas y las empresas de capital, con el
objetivo de superar las restricciones que le impedirían responder con mayor eficacia
a los desafíos del nuevo contexto competitivo. Esto requiere la adopción de una
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El término Organización Institucional de Competencia Económica Dinámica adoptado en este
trabajo se inspira en las referencias realizadas a este tipo de organización por Dieter W. Benecke,
Cooperación y Desarrollo, Santiago de Chile, Ediciones Nueva Universidad, Universidad Católica de
Chile, 1973, pp. 188-205.
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compromiso de los asociados, lejos de ser buscado a partir de reforzar los principios
ideológicos, o del sistema de clientela abierta previo, se plantea a través de: una
integración vertical y horizontal que el nivel laxo alcanzado en la etapa anterior. Pero
productores.
Este metadiscurso, que no es otra cosa que los principios cooperativos y sus
en pleno debate entre los actores cooperativos, requiere un análisis que exige un
trabajo específico y una extensión que los límites de estas notas no permiten
abordar.
Desafíos y Conclusiones.
contar con cifras consolidadas, se estima que una tendencia similar han seguido las
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A pesar de las diferencias metodológicas entre los Censos Nacionales Económicos de 1984 y
1995, puede establecerse con claridad que las cooperativas de transformación agroindustrial se
redujeron en número de 385 a 306.
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Entre 1984 y 1996, el número de cooperativas de primer grado que integraban la Federación
Argentina de Cooperativas Agrarias (FACA), se redujo de 200 a 130, algunas en buena situación y
otras en estado crítico, (Ramón Campagno, presidente de FACA, La Capital, 02.06.96). Hoy la
misma FACA se encuentra en una situación financiera muy complicada después de haber intentado
remontar una crisis prácticamente terminal desatada en 1990.
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Por ejemplo el crecimiento económico y diversificación de la Asociación de Cooperativas Argentinas
(ACA) o Agricultores Federados Argentinos (AFA) durante la presente década.
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desarrollar su actividad.
agropecuaria.
Nacional para discutir un marco normativo que posibilite a las cooperativas adoptar
saben que es necesario hacer algo, que se requiere cambiar, pero existe una gran
tarea ineludible en el corto plazo. Ello contribuirá a diseñar las estrategias de acción
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Las iniciativas y proyectos de Coninagro con la FAO, de la Federación Argentina de Cooperativas
Agrarias con el Instituto Nacional de Acción Cooperativa y Mutualidades y el Instituto Provincial de
Acción Cooperativa de Buenos Aires, y de la Federación Agraria Argentina con el Banco
Interamericano de Desarrollo, en la segunda mitad de los noventa, están orientadas en mayor o
menor medida a una reestructuración de las cooperativas agropecuarias con el objetivo de hacerlas
competitivas y otorgar viabilidad a los pequeños y medianos productores en el nuevo escenario
económico-social.