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Neuralgia del trigémino

Introducción

La neuralgia del trigémino o tic douloureux es un dolor facial paroxístico, lancinante, que se
describe como una descarga eléctrica, de segundos de duración que raramente llega al
minuto, a menudo desencadenado por un estímulo sensorial en zonas de la cara
específicas llamadas zonas trigger o gatillo y distribuido por el territorio de inervación de una
o más ramas del nervio trigémino. Así, el dolor aparece al comer, al lavarse los dientes, al
tocarse la cara, con el aire frío. Característicamente, la descarga dolorosa no
es nocturna ya que durante el sueño no se estimulan estas zonas gatillo.

Datos epidemiológicos

La neuralgia del trigémino es una condición relativamente rara, pero debilitante, que afecta
a un número significativo de personas en todo el mundo. A continuación se presentan
algunos datos epidemiológicos relevantes sobre la neuralgia del trigémino:

1. Incidencia: La incidencia anual de la neuralgia del trigémino se estima en alrededor de 4


por cada 100,000 habitantes. Aunque es una condición poco frecuente, el impacto del dolor
facial intenso en la calidad de vida de los pacientes es significativo.

2. Edad de inicio: La neuralgia del trigémino suele manifestarse en personas mayores, con
una edad promedio de inicio alrededor de los 63 años. Sin embargo, también puede afectar
a personas más jóvenes, aunque menos .

3. Género: Existen discrepancias en la literatura en cuanto a la prevalencia de la neuralgia


del trigémino según el género. Algunos estudios sugieren que es más común en hombres,
con una proporción de 1,2 a 1 en comparación con las mujeres [T5]. Otros estudios indican
que la condición puede ser más prevalente en mujeres [T5].

La neuralgia del trigémino puede clasificarse en dos categorías principales: primaria


(idiopática o esencial) y secundaria (sintomática).

Neuralgia primaria (idiopática o esencial):

- Definición: Se refiere a la neuralgia del trigémino en la que no se identifica una causa


subyacente específica que explique los síntomas de dolor facial.
- Características: Suele ser la forma más común de neuralgia del trigémino y afecta
principalmente a personas mayores de 50 años.

Síntomas
Los pacientes con neuralgia del trigémino primaria experimentan síntomas característicos
que incluyen episodios de dolor facial paroxístico. Estos episodios de dolor se describen
comúnmente como una sensación de descarga eléctrica o lancinante que puede ser intensa
y debilitante. El dolor es de corta duración, generalmente de segundos, aunque en algunos
casos puede extenderse hasta un minuto.

Uno de los aspectos distintivos de la neuralgia del trigémino es que el dolor suele
desencadenarse por actividades cotidianas simples, como hablar, masticar, cepillarse los
dientes, tocarse la cara o incluso sentir una brisa de aire frío. Estas actividades pueden
estimular las zonas específicas de la cara conocidas como "zonas gatillo" o "trigger points",
desencadenando los episodios de dolor facial agudo.

Es importante destacar que el dolor facial en la neuralgia del trigémino tiende a ser
unilateral y se distribuye a lo largo del territorio de una o más ramas del nervio trigémino.
Los pacientes pueden experimentar períodos de dolor intermitente seguidos de períodos
libres de dolor, lo que es característico de esta condición.

La ausencia de estos intervalos sin dolor puede plantear dudas sobre el diagnóstico de
neuralgia del trigémino.

Neuralgia secundaria (sintomática):

- Definición: Se refiere a la neuralgia del trigémino en la que se identifica una causa


subyacente específica que desencadena los síntomas de dolor facial.
- Características: Puede estar asociada a condiciones médicas como tumores cerebrales,
esclerosis múltiple, lesiones del ángulo pontocerebeloso, patología del cavum de Meckel,
entre otras.

Síntomas

En el caso de la neuralgia del trigémino secundaria, los pacientes pueden experimentar una
gama más amplia de síntomas además del dolor facial característico. Estos síntomas
adicionales pueden incluir parestesias, que se refieren a sensaciones anormales como
hormigueo, entumecimiento o sensación de ardor en la piel. Las disestesias, por otro lado,
son sensaciones anormales desagradables que pueden manifestarse como sensibilidad
excesiva al tacto o dolor al contacto leve.

Además de las parestesias y disestesias, los pacientes con neuralgia del trigémino
secundaria pueden presentar signos neurológicos deficitarios durante la exploración física.
Estos signos pueden incluir pérdida de sensibilidad en áreas específicas de la cara,
debilidad muscular, alteraciones en los reflejos faciales o cualquier otro hallazgo neurológico
anormal que sugiere una disfunción del nervio trigémino o estructuras relacionadas.

Es importante destacar que, en los casos de neuralgia del trigémino secundaria, la


presencia de estos síntomas adicionales y signos neurológicos deficitarios puede ser un
indicio de una causa subyacente que está contribuyendo a la condición dolorosa. Identificar
y tratar la causa subyacente es crucial para abordar de manera efectiva la neuralgia del
trigémino secundaria y mejorar el pronóstico del paciente.
Causas

La neuralgia del trigémino puede tener diversas causas, siendo la forma clásica o idiopática
la más común. Algunas de las posibles causas de la neuralgia del trigémino incluyen:

1. Compresión vascular: Se cree que la compresión del nervio trigémino por vasos
sanguíneos cercanos, como la arteria cerebelosa superior, puede desencadenar los
episodios de dolor característicos de la neuralgia del trigémino.

2. Esclerosis múltiple: Aproximadamente el 2% de los pacientes con esclerosis múltiple


pueden presentar neuralgia del trigémino, lo que sugiere una relación entre estas dos
condiciones.

3. Tumores cerebrales: Los tumores de la fosa posterior, así como otras lesiones
intracraneales, pueden comprimir el nervio trigémino y causar síntomas de neuralgia del
trigémino .

4. Otras causas estructurales: Además de los tumores cerebrales, otras condiciones como
malformaciones arteriovenosas, quistes aracnoideos, aneurismas, esclerosis vascular y
lesiones traumáticas pueden desencadenar neuralgia del trigémino.

Es importante tener en cuenta que, si bien la forma clásica de la neuralgia del trigémino es
idiopática en la mayoría de los casos, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva
para descartar posibles causas secundarias que requieran un manejo específico.

Diagnóstico

El diagnóstico de la neuralgia del trigémino se basa en la historia clínica del paciente, los
síntomas característicos y, en algunos casos, pruebas complementarias para descartar
otras causas subyacentes de dolor facial. A continuación se describen los aspectos clave
del diagnóstico de la neuralgia del trigémino:

1. Historia clínica: El médico recopiló información detallada sobre los síntomas del paciente,
incluyendo la naturaleza del dolor facial (paroxístico, tipo descarga eléctrica), los
desencadenantes de los episodios de dolor y la distribución del dolor a lo largo de las ramas
del nervio trigémino.

2. Examen físico: Durante el examen físico, el médico puede evaluar la sensibilidad facial, la
función de los músculos faciales, los reflejos faciales y cualquier signo neurológico
deficitario que pueda estar presente. Esto ayuda a diferenciar entre neuralgia del trigémino
primaria y secundaria.

3. Pruebas de imagen: En casos donde se sospecha una causa estructural subyacente,


como un tumor cerebral o esclerosis múltiple, se pueden realizar pruebas de imagen como
resonancia magnética (RM) craneal para visualizar posibles anomalías en el cerebro y el
nervio trigémino [T1].

4. Diagnóstico diferencial: Es importante descartar otras condiciones que puedan presentar


síntomas similares a la neuralgia del trigémino, como el herpes zóster, trastornos dentales,
sinusitis, cefaleas primarias u otras neuralgias faciales.

5. Evaluación por especialistas: En algunos casos, se puede derivar al paciente a un


neurólogo o a un especialista en dolor para una evaluación más detallada y para considerar
opciones de tratamiento más avanzadas, como la neurocirugía.

Tratamiento

El tratamiento de la neuralgia del trigémino puede implicar una variedad de enfoques


terapéuticos que van desde opciones conservadoras hasta intervenciones más invasivas,
dependiendo de la gravedad de los síntomas y la respuesta del paciente a las terapias
iniciales. A continuación se describen algunas opciones de tratamiento para la neuralgia del
trigémino:

Medicamentos:

Anticonvulsivantes: Medicamentos como la carbamazepina, oxcarbazepina, gabapentina o


pregabalina pueden ser recetados para controlar el dolor neuropático asociado con la
neuralgia del trigémino .
Analgésicos: En algunos casos, se pueden utilizar analgésicos como el paracetamol o
antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor facial.
Relajantes musculares: En pacientes con espasmos musculares asociados con la neuralgia
del trigémino, los relajantes musculares pueden ser beneficiosos.

Procedimientos no invasivos:

Bloqueo del nervio trigémino: Se puede realizar un bloqueo del nervio trigémino con
anestésicos locales para proporcionar alivio temporal del dolor .
Estimulación magnética transcraneal: Esta técnica no invasiva puede ayudar a modular la
actividad neuronal y reducir la percepción del dolor en algunos pacientes.

Procedimientos quirúrgicos:

Microdescompresión vascular: En casos de neuralgia del trigémino causada por compresión


vascular, la microdescompresión vascular puede ser una opción quirúrgica para aliviar la
presión sobre el nervio trigémino .
Rizotomía trigeminal: Consiste en la destrucción selectiva de parte del nervio trigémino para
interrumpir la transmisión del dolor.
Radiocirugía estereotáctica: La radiocirugía puede ser considerada como una opción
terapéutica en casos refractarios de neuralgia del trigémino .

Terapias complementarias:
Acupuntura: Algunos pacientes encuentran alivio del dolor facial a través de la acupuntura.
Terapia física: Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a reducir la
tensión muscular y mejorar la movilidad facial.
Consejos y recomendaciones

Para los pacientes que sufren de neuralgia del trigémino, es importante seguir algunas
recomendaciones y consejos que pueden ayudar a manejar los síntomas y mejorar la
calidad de vida. A continuación, se presentan algunos consejos y recomendaciones para
pacientes con neuralgia del trigémino:

1. Educación sobre la enfermedad: Es fundamental que los pacientes comprendan su


condición, incluyendo los posibles desencadenantes del dolor, los tratamientos disponibles y
las estrategias de manejo del dolor.

2. Mantener un diario del dolor: Registrar los episodios de dolor, los desencadenantes, la
intensidad del dolor y la eficacia de los tratamientos puede ayudar a identificar patrones y
ajustar el plan de tratamiento.

3. Evitar los desencadenantes conocidos: Identificar y evitar los factores


desencadenantes del dolor facial, como el frío, el viento, el contacto con la cara, ciertos
alimentos o actividades que puedan desencadenar los episodios de dolor.

4. Mantener una buena higiene bucal: Cuidar la salud bucal y dental puede ayudar a
prevenir irritaciones que puedan desencadenar el dolor facial en pacientes con neuralgia del
trigémino.

5. Aplicar compresas frías o calientes: En algunos casos, la aplicación de compresas frías o


calientes en la zona afectada puede proporcionar alivio temporal del dolor.

6. Practicar técnicas de relajación: La meditación, la respiración profunda, el yoga u otras


técnicas de relajación pueden ayudar a reducir el estrés y la tensión muscular, lo que puede
contribuir a disminuir la intensidad del dolor.

7. Mantener una dieta equilibrada: Seguir una alimentación saludable y equilibrada puede
contribuir al bienestar general y a la salud neurológica.

8. Buscar apoyo emocional: La neuralgia del trigémino puede tener un impacto


significativo en la calidad de vida y el bienestar emocional. Buscar apoyo de familiares,
amigos o grupos de apoyo puede ser beneficioso.

9. Seguir las indicaciones médicas: Es importante seguir las recomendaciones y el plan


de tratamiento prescrito por el médico especialista para controlar los síntomas y prevenir
complicaciones.

10. Comunicación con el equipo médico: Mantener una comunicación abierta y constante
con el equipo médico tratante para informar sobre la evolución de los síntomas, los efectos
secundarios de los tratamientos y cualquier preocupación que pueda surgir.

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