Historia y Política del sistema educativo mexicano
Dr. Edgar Castañeda Crisolis
Grupo E1.
Ensayo. "El Papel de la Mujer en la Educación del México Antiguo"
Elaborado por: Monserrat Ojeda Pérez.
Martes 2 de Abril del 2024
"El Papel de la Mujer en la Educación del México Antiguo"
"Educar a una mujer es educar a toda una generación." - Brigham Young
Durante el período colonial en México, las órdenes religiosas desempeñaron un papel
fundamental en la educación de las mujeres. Estas órdenes, principalmente las órdenes religiosas católicas como los franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas y carmelitas, establecieron numerosos conventos, escuelas y hospitales que atendían a mujeres de diferentes estatus sociales y étnicos. Lo que nos lleva a plantearnos la pregunta ¿Qué papel desempeñaban las órdenes religiosas en la educación de las mujeres durante el período colonial en México? Control sobre el sistema educativo: La Iglesia tenía un papel central en el establecimiento y la administración del sistema educativo colonial. Fundó y mantuvo numerosas escuelas, colegios y universidades, y tenía la autoridad para establecer los planes de estudio y nombrar a los profesores y administradores. La educación impartida por la Iglesia estaba estrechamente vinculada a la enseñanza de la doctrina católica, tenía el poder de definir qué se enseñaba en las escuelas y cómo se enseñaba, asegurando que la fe católica fuera parte integral del plan de estudios y que los estudiantes recibieran una formación religiosa adecuada. Las escuelas y colegios dirigidos por la Iglesia priorizaban a los hijos de familias nobles o acomodadas, así como a aquellos que mostraban una fuerte devoción religiosa. Esto perpetuaba las estructuras de poder existentes en la sociedad colonial. A través de la educación, la Iglesia tenía el poder de inculcar normas y valores que apoyaban su autoridad y legitimidad. Esto incluía promover la obediencia a la autoridad eclesiástica y civil, así como enseñar virtudes como la caridad, la humildad y la piedad, que eran consideradas importantes para una vida cristiana.
Las órdenes religiosas fundaron numerosos conventos y monasterios en todo el territorio
colonial mexicano. Estos conventos no solo servían como centros de vida religiosa y espiritual, sino también como lugares de educación para las mujeres. Las jóvenes que ingresaban a estos conventos recibían una educación integral que incluía enseñanzas sobre la fe católica, lectura, escritura, música, costura y otras habilidades domésticas. En estas instituciones se les instruía a las hijas de familias nobles como a las mujeres de clases más humildes, e incluso algunas mujeres indígenas, podían recibir educación en estos lugares. Esto ayudó a democratizar el acceso a la educación en cierta medida, aunque aún estaban presentes ciertas restricciones y barreras sociales pues aunque la educación era para todos, se les asignaba dicha instrucción de acuerdo a su estatus económico y social. La educación proporcionada en los conventos y monasterios estaba estrechamente vinculada a la formación religiosa. Las mujeres aprendían sobre la doctrina católica, la vida de los santos y las prácticas devocionales. Esta formación religiosa tenía como objetivos principales proporcionar a las mujeres una sólida formación espiritual basada en los principios y enseñanzas de la doctrina católica, fomentar un compromiso activo con la práctica religiosa y la participación en los sacramentos, promover una vida de virtud y servicio cristiano, inculcar valores morales y éticos en las mujeres, basados en los principios de la fe católica. Así como también buscaba desarrollar virtudes como la caridad, la humildad, la obediencia y la compasión, así como promover una vida de rectitud moral y responsabilidad social. No existía una un sistema de instrucción, sin embargo el plan de estudios en los monasterios y conventos estaba diseñado para proporcionar a las mujeres una educación integral que combinara la formación religiosa, la enseñanza académica y la capacitación en habilidades prácticas. Dicha educación integral debía de darse en tres ámbitos: Ámbito religioso, académico y en habilidades prácticas Ámbito religioso: Se estableció la enseñanza de la lectura y estudio de pasajes bíblicos seleccionados, especialmente aquellos relacionados con la vida de Jesucristo, los profetas y los apóstoles, la enseñanza de los principios fundamentales de la fe católica, incluyendo la creencia en la Santísima Trinidad, la encarnación, la redención y los sacramentos, aprendizaje sobre la liturgia de la Iglesia Católica, incluyendo la celebración de la Misa y otras ceremonias religiosas, así como la práctica de la oración personal y comunitaria. Ámbito académico: Se estableció la enseñanza de la lectura y la escritura en español y, en algunos casos, en lenguas indígenas. Las mujeres aprendían a leer y escribir cartas, documentos religiosos y otros textos. Introducción a conceptos básicos de aritmética, como operaciones de suma, resta, multiplicación y división, así como el manejo de medidas y cálculos simples. Historia y Geografía para la exploración de la historia y la geografía de México, así como de la historia sagrada y la geografía de Tierra Santa y otros lugares importantes para la fe católica. Habilidades practicas: Costura y Bordado: Entrenamiento en técnicas de costura y bordado para la confección de vestimentas religiosas, ornamentos litúrgicos y otros objetos litúrgicos. Música Sacra: Clases de canto y música sacra para participar en coros religiosos y en la interpretación de himnos y cánticos litúrgicos durante las celebraciones religiosas. Administración del Hogar: Instrucción en habilidades domésticas como la cocina, la limpieza, el cuidado de enfermos y la administración del hogar, en preparación para una vida religiosa o matrimonial. Puesto que se tenía un plan de estudios y se les enseñaba a todas las mujeres existían ciertas restricciones impuestas por las órdenes religiosas de dichos conventos y monasterios, las cuales afectaba en su mayoría a las mujeres y jóvenes que se educaban en esas instituciones Estas restricciones implicaban el acceso limitado a ciertos grupos de la sociedad. En muchos casos, solo las mujeres de familias nobles o acomodadas tenían la oportunidad de recibir una educación formal en estos lugares, mientras que las mujeres de clases sociales más bajas tenían menos oportunidades educativas, estaban sujetas a un control estricto de su vida diaria por parte de las autoridades religiosas y el personal del convento. Se imponían horarios estrictos para las actividades diarias, incluida la educación, la oración, el trabajo manual y el descanso. Se les desalentaba o prohibía tener contacto con personas fuera del convento, especialmente con hombres, como medida para preservar su pureza y devoción religiosa.
De igual modo se imponían normas estrictas de vestimenta y apariencia a las mujeres en
monasterios y conventos, con el objetivo de reflejar modestia y recato. Se esperaba que vistieran hábitos religiosos y que mantuvieran un aspecto limpio y ordenado en todo momento. En conclusión la iglesia desde tiempos antiguos ha establecido un vasto control ante la sociedad, se encarga de deliberar todo aquello que se permite hacer o no hacer. El poder de la Iglesia en la educación durante el período colonial en México era omnipresente y se manifestaba en su capacidad para controlar el sistema educativo, enseñar la doctrina religiosa, influir en el acceso a la educación, imponer normas y valores, y promover la moralidad y la disciplina entre los estudiantes. Esto le otorgaba un control significativo sobre la formación de las mentes y los corazones de las generaciones futuras y le permitía mantener su influencia sobre la sociedad colonial. Bibliografía https://virtual.cuautitlan.unam.mx/rudics/wp-content/uploads/2014/11/ARTI5.pdf Rodríguez Piñero, L. (1992). Historia de la educación en la época colonial. Universidad Nacional Autónoma de México. García, M. C. (2007). "La educación en la época colonial". En Historia general de México. El Colegio de México.