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Cómo se pinta un mural, David Alfaro Siqueiros

Reseña
Andrea Janet Durán Cruz

Esta reseña trata de los capítulos 1, 2 y 4 de Cómo se pinta un mural escrito por
Siqueiros. La idea principal del primer capítulo explica que la obra mural no puede
ser concebida como una obra aislada, ya que a diferencia de las otras expresiones
artísticas como la pintura de caballete que no está pensada para ser expuesta en un
lugar en específico, los murales desde su creación son pensados para un espacio
determinado: una pared, bóveda o edificio y el tipo de edificio (gubernamental, de
educación, al aire libre,etc.) para qué personas va dirigido y desde qué perspectiva
espacial será visto por el público. Por lo que la obra mural está inmersa en el
espacio y lugar donde se encuentra, no es una obra aislada y se tiene que
comprender a la misma como un conjunto de muchas partes, así como su contexto
completo.

El segundo capítulo es más complejo, ya que hace una serie de críticas al muralismo
mexicano exponiendo a (como Siqueiros llama) el “monopolio de los tres grandes”.
Critica el mexicanismo, nacionalismo y la revolución populista que pinta Diego
Rivera en su obra; al artepurismo y a la teoría política de Clemente Orozco;
finalmente, se critica a él mismo respecto a los temas que trata en sus murales.
También reprueba a la academia y el cómo este modelo educativo limita la expresión
creativa de los jóvenes artistas.

Otro de los temas que se habla en el capítulo 2 es el qué hacer con los edificios
viejos , opina que redecorarlos con los estilos propios de su época de creación es
absurdo, por lo que hay que adaptarlos a la modernidad y así fusionar lo antiguo y lo
moderno para así apropiarse de los espacios y formar parte de ellos, generando un
dinamismo entre la sociedad y los lugares que se habitan. Igualmente habla de no
sólo decorar por lo estético sino hacer murales en el exterior para que sean vistos y
transmitan un mensaje a las personas.

El último capítulo trata de cómo la creación de la pintura mural no es un acto


individualista, sino toda una composición en equipo. Esto es así debido a las
magnitudes de la obra, pero también es un acto ideológico en el que la sociedad se
ve involucrada en la creación de su propio arte, por lo que hay una relación más
cercana y un impacto mayor entre las personas. Me parece que este pensamiento
forma parte de un acto revolucionario pensando en los temas que aborda el
muralismo mexicano y la época en la que se desarrolló este movimiento.

Este texto a pesar de que resultó un poco complejo de comprender me parece


adecuado para tener un primer acercamiento a la ideología de creación de los
murales modernos mexicanos, siendo un texto de una fuente primaria es interesante
saber cómo se percibía este movimiento desde adentro y la teoría que había
respecto a los tres muralistas más conocidos de ese entonces. También este texto
me hace comenzar a entender la grandeza no sólo en cuanto a las dimensiones sino
a cómo los murales influyeron en el inconsciente colectivo de los mexicanos y lo
mucho que intervinieron en la perspectiva que se tiene a hechos históricos tan
importantes cómo la revolución mexicana. Es muy importante mencionar que este
texto ayuda a abrir la mente e invita a no sólo quedarse con la obra únicamente sino
concebirla como parte de un todo y comprender la relación tan estrecha que los
murales tienen con los edificios que habitan así como su contexto de creación.

Bibliografía

Alfaro, D. (1951) Como se pinta un mural. Ediciones Taller Siqueiros, tercera


edición. (pp. 11-34, 39-41).

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