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Kobayashi Issa

Haikus

El gato vagabundo
usa el regazo de Buda
como almohada.

Flores de durazno
en la puerta,
el gato lo aprecia.

Al amanecer
el gato callejero
también llora por amor.

Mosca de invierno,
la dejo volar,
el gato ataca.
Los gatos amantes
bruscamente
toman caminos separados.

Sólo una mirada


a los gorjeos en el techo.
Gato perezoso.

Aun el gato salvaje


busca sexo
espiando desde la puerta.

Cándida imagen
cómo los gatos
hablan en sueños.

El año acabó,
igualmente llegó la primavera,
gatos haciendo el amor.

Gato salvaje,
después de hacer el amor
es la mascota del pueblo.
El perfume del ciruelo
le hace olvidar los juegos.
Gato perezoso.

El gato amante
mira de reojo
el avance de la noche.

Conmovido.
Mi gato se convirtió
en la mascota del vecindario.
Charles Baudelaire

El gato

En mi cerebro se pasea
así como por su casa
un bello gato, fuerte, dulce y encantador.
Cuando maúlla, se lo oye apenas,

tan discreto y tierno es su timbre


que cuando su voz está apaciguada o furiosa,
siempre es ella rica y profunda,
y es éste el encanto y su secreto.

Esta voz que me impregna y que se filtra


en mis fondos más tenebrosos
me colma como un verso numeroso
y regocija como un filtro.

Adormece mis males más crueles


y contiene todos los éxtasis,
y para decirlo con largas frases
no tiene necesidad de palabras.

No existe arco que muerda


sobre mi corazón, perfecto instrumento,
y que de una manera tan regia
haga cantar su más vibrante cuerda,

¡que tu voz, gato misterioso,


gato seráfico, gato extraño,
en quien todo es como en un ángel,
tan sutil como armonioso!
II

De su pelaje rubio y moreno


emana un perfume tan dulce que una tarde
fui impregnado de su fragancia, por haberlo
acariciado sólo una vez.

Es el espíritu familiar del lugar


juzga, preside e inspira
todas las cosas en su imperio.
¿Será acaso un hada o un dios?

Cuando mis ojos, hacia el gato que amo


se atraen como por un imán,
regresan dócilmente
y yo me miro a mí mismo,

veo entonces, con asombro,


el fuego de sus pupilas pálidas,
claros fanales, vivientes ópalos
que me contemplan fijamente.
El gato

Ven, mi bello gato, contra mi corazón amoroso;


retén las garras de tu pata
y deja sumergirme en tus bellos ojos,
mezcla de metal y de ágata.

Cuando mis dedos acarician complacidos


tu cabeza y tu lomo elástico,
mi mano se embriaga de placer,
al palpar tu cuerpo eléctrico,

veo el espíritu de mi amada. Su mirada,


como la tuya, amable bestia,
profunda y fría, corta y rasga como una lanza,

y, de los pies a la cabeza,


un dejo sutil, un peligroso perfume,
flota sobre su cuerpo moreno.
Los gatos

Los enamorados fervientes y los sabios austeros


aman por igual, en su madurez,
a los gatos fuertes y dulces, orgullo de la casa,
que como ellos son friolentos y sedentarios.

Amigos de la ciencia y la voluptuosidad,


buscan el silencio y el horror de las tinieblas;
el Erebo los habría tomado por sus corceles fúnebres
si pudiesen inclinar a servidumbre su fiereza.

Adoptan al soñar las nobles actitudes


de grandes esfinges recostadas en el fondo de las soledades,
y que parecen dormir en un sueño sin fin;

sus lomos fecundos están llenos de mágicas chispas,


y partículas de oro, como la arena fina,
destellan errantes en sus místicas pupilas.
Jorge Luis Borges

A un gato

No son más silenciosos los espejos


ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar desde lejos.

Por obra indescifrable de un decreto


divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.

Tu lomo condesciende a la morosa


caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,

el amor de la mano recelosa.


En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.
Beppo

El gato blanco y célibe se mira


en la lúcida luna del espejo
y no puede saber que esa blancura
y esos ojos de oro que no ha visto
nunca en la casa son su propia imagen.
¿Quién le dirá que el otro que lo observa
es apenas un sueño del espejo?
Me digo que esos gatos armoniosos
el de cristal y el de caliente sangre,
son simulacros que concede el tiempo
un arquetipo eterno. Así lo afirma,
sombra también, Plotino en las Ennéadas.
¿De qué Adán anterior al paraíso,
de qué divinidad indescifrable
somos los hombres un espejo roto?
Guillaume Apollinaire

El gato

Yo deseo en mi hogar:
Una mujer sensata,
Un gato que ande entre los libros,
Y amigos en todo momento.
Sin estos no puedo vivir.
Charles Bukowski

La historia de un duro hijo de puta

una noche llegó a mi puerta mojado, flaco, apaleado y


aterrorizado
era un gato blanco, bizco y rabón
lo dejé entrar, lo alimenté y se quedó
empezó a confiar en mí hasta que un día un amigo estacionando en la
entrada
lo atropelló
llevé lo que quedó a un veterinario que dijo, “no
hay mucho por hacer… dele estas píldoras… su
columna está destrozada, pero fue atropellado
antes y de algún modo
se curó, si vive nunca caminará, mire estos
rayos X, ha sido disparado, mire aquí, los perdigones
están aún ahí… también, una vez tuvo cola, alguien
se la cortó…”

me llevé al gato de vuelta, era un verano caliente, uno de los


más calientes en décadas, lo puse en el piso del
baño, le di agua y píldoras, no comió,
ni siquiera tocó el agua, yo sumergía mi dedo
y mojaba su boca y le hablaba, no me fui a ningún lado,
pasé un montón de tiempo en el baño y hablaba
con él y lo acariciaba suavemente y él me devolvía la mirada
con esos ojos bizcos azul pálido y cuando los días pasaron
hizo su primer movimiento
arrastrándose con sus patas delanteras
(las traseras no funcionaban)
lo hizo hasta llegar a su cama
trepó y se dejó caer,
fue como el canto de una posible victoria
retumbando en ese baño y en la ciudad entera, yo
le conté a ese gato—yo lo había pasado mal, no así
de mal pero bastante mal…

una mañana se levantó, se quedó parado, se cayó y


se me quedó mirando.

“tú puedes hacerlo”, le dije.

siguió intentando, levantándose y cayendo,


finalmente caminó unos pasos, parecía un borracho,
las patas traseras no querían hacerlo y volvió a caer, descansó,
luego se levantó.

ya saben el resto: ahora está mejor que nunca, bizco,


casi sin dientes, pero la elegancia regresó, y esa mirada en
sus ojos nunca se fue…

y ahora a veces soy entrevistado, quieren escuchar acerca


de la vida y de literatura y yo me emborracho y sostengo a mi bizco,
disparado, atropellado y desrabado gato y digo,
“¡miren, miren esto!”
pero ellos no entienden, ellos dicen algo como, “¿usted
dice que ha sido influenciado por Céline?”

“no”, yo sostengo al gato, “¡por lo que pasa, por


cosas como éstas, por esto, por esto!”

sacudo al gato, lo sostengo


bajo la luz borracha y llena de humo, está relajado, él sabe…

es entonces cuando las entrevistas terminan


y a veces me siento orgulloso cuando veo las fotos
más tarde y ahí estoy yo y ahí está el gato y somos fotografiados
juntos.

él también sabe que son pelotudeces pero que de algún modo ayudan.
The history of a tough motherfucker

he came to the door one night wet thin beaten and


terrorized
a white cross-eyed tailless cat
I took him in and fed him and he stayed
grew to trust me until a friend drove up the driveway
and ran him over
I took what was left to a vet who said, “not much
chance… give him these pills… his backbone
is crushed, but it was crushed before and somehow
mended, if he lives he’ll never walk, look at
these x-rays, he’s been shot, look here, the pellets
are still there… also, he once had a tail, somebody
cut it off…”

I took the cat back, it was a hot summer, one of the


hottest in decades, I put him on the bathroom
floor, gave him water and pills, he wouldn’t eat, he
wouldn’t touch the water, I dipped my finger into it
and wet his mouth and I talked to him, I didn’t go anywhere,
put in a lot of bathroom time and talked to
him and gently touched him and he looked back at
me with those pale blue crossed eyes and as the days went
by he made his first move
dragging himself forward by his front legs
(the rear ones wouldn’t work)
he made it to the litter box
crawled over and in,
it was like the trumpet of possible victory
blowing in that bathroom and into the city, I
related to that cat—I’d had it bad, not that
bad but bad enough…

one morning he got up, stood up, fell back down and
just looked at me.

“you can make it”, I said to him.


he kept trying, getting up and falling down, finally
he walked a few steps, he was like a drunk, the
rear legs just didn’t want to do it and he fell again, rested,
then got up.

you know the rest: now he’s better than ever, cross-eyed,
almost toothless, but the grace is back, and that look in
his eyes never left…

and now sometimes I’m interviewed, they want to hear about


life and literature and I get drunk and hold up my cross-eyed,
shot, runover de-tailed cat and I say, “look, look
at this!”
but they don’t understand, they say something like, “you
say you’ve been influenced by Céline?”

“no”, I hold the cat up, “by what happens, by


things like this, by this, by this!”

I shake the cat, hold him up in


the smoky and drunken light, he’s relaxed, he knows…

it’s then that the interviews end


although I am proud sometimes when I see the pictures
later and there I am and there is the cat and we are photographed
together.

he too knows it’s bullshit but that somehow it all helps.


Manx

¿otra vez nos hemos equivocado?


nos reímos cada vez menos,
nos volvemos tristemente más cuerdos.
todo lo que queremos
es la ausencia de los otros.
hasta nuestra música clásica favorita
la hemos escuchado demasiadas veces
y los buenos libros ya han sido
leídos…

hay una puerta corrediza


de vidrio
y afuera
el blanco Manx se sienta
con su ojo bizco
su lengua sobresale
por la esquina de su boca.
me inclino
y empujo la puerta abierta
y viene corriendo
con sus patas delanteras yendo
en una dirección,
y las traseras
en otra.

ronda la
habitación en un ángulo extraño
para llegar hasta donde estoy sentado
se trepa con sus garras por mis piernas
mi pecho
apoya sus patas delanteras
como brazos
sobre mis hombros
apoya su hocico
contra mi nariz
y me mira
lo mejor que puede.
y algo perplejo,
le devuelvo la mirada.

son mejores noches,


viejo amigo,
son mejores tiempos,
se mejoró la cosa
y seguimos juntos
como ahora
aquí.

soy capaz
de volver a sonreír
y de pronto
el Manx
da un salto
y se arrastra
por la alfombra
persiguiendo algo
que ninguno de nosotros
puede ver.

Manx

have we gone wrong again?


we laugh less and less,
become more sadly sane.
all we want is
the absence of others.
even favorite classical music
has been heard too often and
all the good books have been
read…
there is a sliding
glass door
and there outside
white Manx sits
with one crossed eye
his tongue sticks out the
corner of his mouth.
I lean over
and pull the door open
and he comes running in
front legs working
in one direction,
rear legs
in the other.

he circles the
room in a scurvy angle
to where I sit
claws up my legs
my chest
places front legs
like arms
on my shoulders
sticks his snout
against my nose
and looks at me as
best he can.
also befuddled,
I look back.

better night now,


old boy,
better time,
better way now
stuck together
like this
here.

I am able
to smile again
as suddenly
the Manx
leaps away
scattering across the
rug sideways
chasing something now
that none of us
can see.
Mis gatos

ya sé. ya sé.
son limitados, tienen necesidades
y preocupaciones
distintas.

pero los observo y aprendo de ellos.


me gusta lo poco que saben,
que es
tantísimo.

se quejan pero nunca se


preocupan.
caminan con una dignidad sorprendente.
duermen con tanta simpleza que
los seres humanos sencillamente no podemos
comprender.

sus ojos son más


hermosos que los nuestros.
y pueden dormir 20 horas
al día
sin
vacilación ni
remordimiento.

cuando me siento
desanimado
lo único que debo hacer es
observar a mis gatos
y mi
valentía
regresa.

estudio a estas
criaturas.

son mis
maestros.
My cats

I know. I know.
they are limited, have different
needs and
concerns.

but I watch and learn from them.


I like the little they know,
which is so
much.

they complain but never


worry.
they walk with a surprising dignity.
they sleep with a direct simplicity that
humans just can’t
understand.

their eyes are more


beautiful than our eyes.
and they can sleep 20 hours
a day
without
hesitation or
remorse.

when I am feeling
low
all I have to do is
watch my cats
and my
courage
returns.

I study these
creatures.

they are my
teachers.
Una para mi viejo amigo

él era sólo
un gato
bizco,
de un blanco sucio
con ojos azul claro

no los voy a aburrir con su


historia
sólo diré
que tuvo mucha mala suerte
y que fue un buen
compañero
y murió
como muere la gente
como mueren los elefantes
como mueren las ratas
como mueren las flores
como se evapora el agua y
el viento deja de soplar

sus pulmones se rindieron


el lunes pasado.
ahora está en el jardín
en el rosal
y escuché una
emotiva marcha
sonando para él
dentro de mí
por lo que sé
no a muchos
pero sí a algunos de ustedes
les gustaría
saber
esto.

eso es
todo.
One for the old boy

he was just a
cat
cross-eyed,
a dirty white
with pale blue eyes

I won’t bore you with his


history
just to say
he had much bad luck
and was a good old
guy
and he died
like people die
like elephants die
like rats die
like flowers die
like water evaporates and
the wind stops blowing

the lungs gave out


last Monday.
now he’s in the rose
garden
and I’ve heard a
stirring march
playing for him
inside of me
which I know
not many
but some of you
would like to
know
about.

that’s
all.
En otras palabras

los egipcios amaban a los gatos


solían ser enterrados con ellos
en vez de con las mujeres
y nunca con los perros

pero ahora
aquí
la buena gente
con buena mirada
es muy poca

pero sí hay bellos gatos


con gran estilo
que vagabundean
en los callejones
del universo.

sobre
nuestra pelea de esta noche
por lo que sea que
haya sido
y
sin importar
lo infelices
que nos haya hecho
sentir

recuerda que
hay
un gato
en algún lugar
adaptándose
a su propio espacio
con una gracia
encantadora

en otras palabras
la magia persiste
sin nosotros
no importa
lo que tratemos de hacer
para arruinarlo.

In other words

the Egyptians loved the cat


were often entombed with it
instead of with the women
and never with the dog

but now
here
good people with
good eyes
are very few

yet fine cats


with great style
lounge about
in the alleys of
the universe.

about
our argument tonight
whatever it was
about
and
no matter
how unhappy
it made us
feel

remember that
there is a
cat
somewhere
adjusting to the
space of itself
with a delightful
grace

in other words
magic persists
without us
no matter what
we may try to do
to spoil it.
Un poema sobre la naturaleza

tengo dos gatitos que se están haciendo


grandes y
dormimos en la misma cama… el problema es que
madrugan:
me suelen despertar unas garras mientras me corretean por la
cara.

todo lo que hacen es correr, comer, dormir, cagar y


pelearse
pero a veces descansan y me
miran
con unos ojos
mucho más hermosos que los de cualquier
humano.
son buenos tipos.

cuando bebo y escribo por la noche


se quedan cerca
por ejemplo
uno en el respaldo de la silla y el otro allá abajo
mordisqueándome los dedos de los pies.
el interés es mutuo, nos gusta
saber dónde está el otro, dónde está
todo.

entonces
se ponen a
corretear por el suelo
por encima de las páginas
mecanografiadas
y las arrugan y las
perforan.

luego
se meten de un salto en la caja de cartas
que recibo
pero no las responden, están
entrenados.

supongo que me inspirarán varios poemas sobre gatos


y este es el
primero.

–Dios mío –dirán–, ¡Chinaski solo escribe sobre


gatos!

–Dios mío –solían decir–, ¡Chinaski solo escribe sobre


putas!

los quejicas seguirán quejándose y comprando mis


libros: les encanta que los
irrite.

este es el último poema de la


noche, apenas
me queda una copa de vino
y los dos gatitos
se me han dormido encima de los pies.
noto su leve peso
su pelaje
su respiración:
a menudo pasan cosas buenas, recuérdalo
mientras las Bombas caen lentamente con toda su magnífica
insensatez,
los gatitos
a mis pies
saben más,
son más,
y este momento estalla
con más esplendor,
y un pasado afortunado
no puede eliminarse
jamás.
A nature poem for you

I’ve got these two kittens who are rapidly growing into
cats and
we sleep on the same bed at night – the problem being that
they are early risers:
I am often awakened by claws running across my
face.

these.
all they do is run, eat, sleep, shit and
fight
but at moments they are still and they look
at me
with eyes
far more beautiful than any human eyes I have ever
seen.
they are good guys.

late at night when I drink and type


they are about
like say
one on the back of my chair and the other down there
nibbling at my toes.
we have a natural concern for each other, like to know
where we are and where everything
is.

then
they come out
run across the floor
run across the typed sheets there
leaving wrinkles and tiny puncture-holes in the
paper.

then
they leap into the big box of letters I get from
people
but they don’t answer, they are house-
broken.

I expect any number of cat poems from them


of which this is the
first.

¨my god.¨ they will say, ¨all Chinaski writes about


are cats!¨

¨my god.¨ they used to say, ¨all Chinaski writes about are
whores!¨

the complainers will complain and keep buying my


books: they just love the way I irritate
them.

this is the last poem of any number of poems


tonight, there’s
one drink of wine left
and both of those guys
they are asleep across the top of my feet
I can feel the gentle weight of them
the touch of fur
I am aware of their breathing:
good things happen often, remember that
as the Bombs trundle out in their magnificent
dumbness
these
at my feet
know more
are more.
and instants of the moment explode
larger
and a lucky past
can never be
killed.
Un lector

mi gato se cagó en los archivos.


se metió dentro de la caja naranja de
Golden State Sunkist
y se cagó en mis poemas
en los originales
que guardo para los archivos universitarios.

ese crítico negro, rechoncho y de una sola oreja


me dio su veredicto.

A reader

my cat shit in my archives


he climbed into my Golden State Sunkist
orange box
and he shit on my poems
my original poems
saved for the university archives.

that one-eared fat black critic


he signed me off.
Mala solución

el viejo Butch, lo han castrado


las chicas no le interesan
más.

cuando el Viejo Sam se mudó


de la casa trasera
heredé al gran Butch,
70 en edad de gato,
viejo,
castrado,
pero aún tan grande y
maldito como nadie que
se haya visto
antes.

estuvo cerca de comerme


una mano
la mano que lo alimenta
un par de
veces
pero lo he perdonado,
está castrado
y hay algo en
él
que no le
gusta.

por la noche
lo escucho atacando y
corriendo a los otros gatos entre
los arbustos.

Butch, todavía es un magnífico


viejo gato,
peleando
incluso sin tenerlos.
que cabrón habrá sido
cuando los tenía
con 19 o 20
caminando lentamente
por su territorio
y lo miro
ahora
y aún siento su coraje
y su fuerza
en lugar de la pequeñez del hombre
en lugar del saber científico del
hombre
el viejo Butch
se conserva
aguanta
observándome con esos
malignos ojos amarillos
desde esa enorme
invencible
cabeza.

Bad fix

old Butch, they fixed him


the girls don’t look like much
anymore.

when Big Sam moved out


of the back
I inherited big Butch,
70 as cats go,
old,
fixed,
but still as big and
mean a cat as anybody
ever remembered
seeing.

he’s damn near gnawed


off my hand
the hand that feeds him
a couple of
times
but I’ve forgiven him,
he’s fixed
and there’s something in
him
that doesn’t like
it.

at night
I hear him mauling and
running other cats through
the brush.

Butch, he’s still a magnificent


old cat,
fighting
even without it.

what a bastard he must have been


with it
when he was 19 or 20
walking slowly down
his path
and I look at him
now
I still feel the courage
and the strength
in spite of man’s smallness
in spite of man’s scientific
skill
old Butch
retains
endures
peering at me with those
evil yellow eyes
out of that huge
undefeated
head.
Abalanzarse a la vida como fuego

en grave divinidad mi gato


se pasea
da una vuelta y otra
con
su cola eléctrica y
sus ojos como fichas

él está
vivo y
es suave y
firme como un ciruelo

ninguno de los dos entiende


las catedrales o
al hombre ahí afuera
regando su
jardín

si yo fuera todo lo hombre


como es él siendo
gato---
si hubiera hombres
así
el mundo podría
comenzar

él salta al sillón
y atraviesa
los pórticos de mi
admiración.
Startled into life like fire in

in grievous deity my cat


walks around
he walks around and around
with
electric tail and
push-button eyes

he is
alive and
plush and
final as a plum tree

neither of us understands
cathedrals or
the man outside
watering his
lawn

if I were all the man


that he is
cat---
if there were men
like this
the world could
begin

he leaps up on the couch


and walks through
porticoes of my
admiration.
Elizabeth Bishop

Canción de cuna para el gato

Minnow, andá a dormir y a soñar,


cerrá tus magníficos ojos grandes;
lo que Pasa alrededor de tu cama
es para conseguir la sorpresa más linda.

Querido Minnow, sacá esa mala cara,


ayudá un poco,
ni un solo gatito será ahogado
en el Estado Marxista.

Amor y alegría, ambos serán tuyos,


Minnow, no estés enojado.
Los días felices están llegando –
dormí, y dejalos venir...

Lullaby for the cat

Minnow, go to sleep and dream,


close your great big eyes;
round your bed Events prepare
the pleasantest surprise.

Darling Minnow, drop that frown,


just cooperate,
not a kitten shall be drowned
in the Marxist State.
Joy and Love will both be yours,
Minnow, don't be glum.
happy days are coming soon --
sleep, and let them come...
Ewart Milne

Diamante corta Diamante

Dos gatos
Uno sobre un árbol
El otro debajo del árbol
El gato que está sobre el árbol es él
El gato que está debajo del árbol es ella
El árbol, por pura casualidad, es un olmo escocés.
Él no le presta atención a ella, ella no le presta atención a él.
Él observa las pomposas nubes que pasan, ella observa el árbol.
Se ha escrito mucho acerca de los gatos, Old Possum, Yeats y Compañía
Pero ni Alfred de Musset ni Lord Tennyson ni Poe ni nadie
Escribió sobre un gato arriba y uno debajo de un árbol.
Sólo Dios sabe por qué me tocó a mí, excepto
Que me gustan los gatos tal como son
Especialmente un gato arriba
Y un gato debajo
De un olmo
Escocés.
Diamond cut Diamond

Two cats
One up a tree
One under a tree
The cat up a tree is he
The cat under the tree is she
The tree is witch elm, just incidentally.
He takes no notice of she, she takes no notice of he.
He stares at the woolly clouds passing, she stares at the tree.
There’s been a lot written about cats, by Old Possum, Yeats and Company
But not Alfred de Musset or Lord Tennyson or Poe or anybody
Wrote about one cat under, one cat up, a tree
God knows why this should be left to me
Except I like cats as cats be
Especially one cat up
And one cat under
A witch elm
Tree.
Leonor Silvestri

Punk not dead

Alí es anarkista
revolucionario
cubano anticapitalista,
no me deja escribir mis estúpidas
traducciones,
que pagan su comida
y la mía,
para la mierda de las multinacionales.
Claramente

Alí tiene intenciones sexuales hacia mí


calandria peluda estertores eróticos
amoroso canto que intenta convencerme
hacerme ceder a sus escarceos,
y nada lo distrae de su dulce tararear:
ni los perros ladrando
ni la plata tirada al cielo
estallando en año nuevo

excepto
cuando asuntos importantísimos
lo arrancan de mi regazo:
el vuelo de una mosquita
que en minutos estará muerta
una sombra imperceptible
y china en algún rincón de nuestro hogar
Anita

toma sol tras mi ventana


se refresca
bajo los rayos
que entran a nuestro departamento
sin protección

luego se cansa
y me registra
sabe que yo soy yo
quiere que no haga nada
más que mirarla
adorarme
entonces comienza:
ella se sube a mí
y la bajo
y se sube
y la bajo
y se sube
y la dejo
cansada de luchar
contra los molinos
de gata

esa paciente insistencia asiática


ese constante reclamo de afecto
llena los espacios que quedaron
después de vos
Niño encantado

Alí corre hacia mí


se cree Heidi copito de nieve los Alpes suizos Pedro y las cabritas, todo en
uno
corre hacia acá, hacia mí
y bate la cola
como un perro, como un dragón, un helicóptero o un pterodáctilo
como Alí.

Pero quien no ha tenido gatos no puede entendernos, lindo,


cómo me subyuga verte dormir
enrollado como víbora
verte soñar tus sueños
de cuando éramos dos, tres, cuatro,
sueños de gato persa, sueños de Alí.

Gato con alas,


el reino animal la flora y la fauna la clase de biología entera el animal
planet
se sincretizan en tu colmillo de vampiro.

Cuando por las mañanas


te dedicás a tirar los juguetes
desde las nieves eternas de la cómoda
yo me encuentro feliz de despertar
estando vos conmigo, Alí.
Los amores de Blanquita

Blanquita no quiere gatos


no quiere a Alí
a veces me pregunto si me quiere a mí

se quiere ella más que a nadie


quiere también otras gatitas
más flaquitas

¿seré yo acaso su gata?


Blanquita, te quiero

amiga mía
compañera de vida pasada
la cama el sol el balcón francés
cuando llegaste a mí no me di cuenta
me habías adoptado

yo no te quería
lo acepto
-puede una madre decidir qué hijxs ama-
y vos,
compartiste tu guarida de ocelote
para que me resguarde.
tu vehemencia
tu apachorramiento
me fue ganando.

hoy,
si la casa se incendia
no sacaría papeles estampados
escaparía con vos
en mis brazos por la ventana
nadando.
El gato
(Adaptación de El Tigre de Blake)

gato, gato, ardiente claridad


en las noches de la calle,
¿quién forjó tu subyugante simetría?

¿en qué profundidades o alturas?


¿en qué cielos se enciende la llama de tus ojos?
¿sobre qué alas aspirás a la eternidad?
¿Y qué mano se atreve a asir tu fuego?

¿qué hombro o qué arte


podría torcer el vigor de tu espíritu?
¿cuándo tu corazón comienza a palpitar
qué terrible pie te podría domar?

¿qué martillo? ¿qué cadena?


¿qué caldera fraguó tu mente?
¿qué yunque se atreve a trabar
el mortal terror de tus temibles garras?

cuando las estrellas lanzan sus rayos,


y riegan el cielo con sus lágrimas,
sonreís ante tu imagen y la del indefenso pichón.

gato, gato, ardiente claridad


en las noches de la calle,
¿quién forjó tu subyugante simetría?
A los gatos no les gustan los títulos nobiliarios

ni príncipes ni reinas
ni princesas ni reyes
ni lacayos ni súbditos
walt disney se volvió a equivocar
los gatos no son aristogáticos
todos tiene el poder
de seducir, de ser gatos
gatos lumpen
ociosos y vagos
gatos linyeras
los gatos conquistarán el mundo
impondrán su gatocracia
sin consenso
todxs seremos gatos
igualadxs por el deseo
no depilarnos
tener bigotes
mil novixs
mil hijxs
jugar a la guerra
y alcanzar la contemplación
de Buda loto
meditando sobre la heladera
en la cocina.
William B. Yeats

El gato y la luna

El gato iba de aquí para allá


y la luna como un trompo giraba,
y el pariente más cercano de la luna,
el gato sigiloso, levantó su mirada.
El negro Minnaloushe observó la luna,
gimiendo ganas de corretear,
y la pura y helada luz del cielo
inquietó su sangre animal.
Minnaloushe corre por la hierba
levantando sus pies delicados.
¿Bailas, Minnaloushe, bailas?
Al encontrarse dos espíritus hermanos
¿qué mejor que festejar bailando?
Y cansada de esa costumbre amable
quizá la luna pueda aprender
un nuevo paso de baile.
Minnaloushe camina sigiloso por la hierba,
de un charco de luz a otro se pasea,
y la sagrada luna, allá arriba,
ha entrado en una fase nueva.
¿Sabrá Minnaloushe que sus pupilas
cambian de un modo a otro
del redondo al cuarto menguante
y del cuarto creciente al redondo?
Minnaloushe camina sigiloso por la hierba
solo, sabio e importante,
y alza hacia la cambiante luna
sus ojos cambiantes.
The cat and the moon

The cat went here and there


And the moon spun round like a top,
And the nearest kin of the moon,
The creeping cat, looked up.
Black Minnaloushe stared at the moon,
For, wander and wail as he would,
The pure cold light in the sky
Troubled his animal blood.
Minnaloushe runs in the grass
Lifting his delicate feet.
Do you dance, Minnaloushe, do you dance?
When two close kindred meet,
What better than call a dance?
Maybe the moon may learn,
Tired of that courtly fashion,
A new dance turn.
Minnaloushe creeps through the grass
From moonlit place to place,
The sacred moon overhead
Has taken a new phase.
Does Minnaloushe know that his pupils
Will pass from change to change,
And that from round to crescent,
From crescent to round they range?
Minnaloushe creeps through the grass
Alone, important and wise,
And lifts to the changing moon
His changing eyes.
Nicanor Parra

Pussykatten

Este gato se está poniendo viejo

Hace algunos meses


Hasta su propia sombra
Le parecía algo sobrenatural.

Sus mostachos eléctricos


Lo detectaban todo:
Escarabajo,
mosca,
matapiojo,
Todo tenía para él un valor específico.

Ahora se lo pasa
Acurrucado cerca del brasero.

Que el perro lo olfatee


O que las ratas le muerdan la cola
Son hechos que para él no tienen ninguna importancia.

El mundo pasa sin pena ni gloria


A través de sus ojos entornados.

¿Sabiduría?
¿misticismo?
¿nirvana?
Seguramente las tres cosas juntas
Y sobre todo
tiempotranscurrido.

El espinazo blanco de ceniza


Nos indica que él es un gato
Que se sitúa más allá del bien y el mal.
Hugo Padeletti

Sube el gato hasta el techo

y halla gatos. ¡Laurel,


escarmiento de los poetas!
Dejar el gato abajo y escalar
el techo de la noche. Los gatos
no son alpinistas.

¡Oh noche,
pensamiento callado,
oh noche de la noche,
pensamiento
no pensado!

Dice el gato a la noche:


– ¡Oh Pensamiento,
piensa (en mí)
cuando no pienso!
Elsie Vivanco

Cuando la gata – ya vieja – vuelve después de 3 días de coitos


ininterrumpidos, me pide salir de nuevo y no la dejo, duda un instante y
exclama algo así como ¡que alivio! Se acuesta en algún sofá y duerme 48
horas ininterrumpidas.

***

Rayado por la sombra de los bambúes,


el gato se sueña tigre.
Darío Jaramillo Agudelo

Sabiduría del gato:


hacer pereza todo el día sin llegar nunca al tedio.
Materialización del gato:
cuando el gato se convierte en materia, saca las uñas.
Astucia del gato:
fingir que es un animal doméstico.
Silencio del gato:
los gatos guardan los secretos de la noche.
Misterios del gato:
todo en el gato es misterioso.

***

Cuando un gato se mueve


parece que nuca hubiera estado quieto.
Cuando un gato está inmóvil
parece que le fuera negado el movimiento.
Mientras juega, el gato pide música.
Dormido o al acecho, el gato es el silencio mismo.
Eduardo Mileo

Ojos de gata

Tengo la infancia olvidada


por un abuso del crepúsculo.
Cualquier mirlo sagaz
puede ver en mis ojos
la hoguera
donde ardieron las brujas.

Mis ojos
de bolita japonesa.

Persas
fenicios
vándalos
aqueos
adoraron mi estirpe
el noble arte de ocultarme
entre sedas y especias.

Tengo débil la sombra


tensado el iris como un arco.
Acecho el corazón de las palomas.
Y mato enamorada
con un salto

Mis ojos
de bolita japonesa.

Pero no doy consuelo.


No acompaño.
No espero.
Mi destino es errar:
perder el sueño.
Como un perfil egipcio
confundida entre símbolos
caeré como las hojas de mi otoño.
Ana Nuño

Décima de mi gata

No te seduce la danza:
el sueño de una caricia
no perturba la pericia
de tu perfil en balanza.
La palabra no te alcanza
en tu escueto paraíso,
y me niegas el permiso
de robar tinta a tu sombra
y decir lo que te nombra
con vocablo más preciso.
Sonia Scarabelli

II

Atrapado,
sin gravedad,
en la oscura seda del pelaje,
el animal se entrega a la caricia.

Consiente,
desde una trascendencia
libre de espíritu,
el recorrido ciego de la mano
torpemente informada
de su imperio.

Algo único sucede


en la frontera borrada
entre el pelaje y la mano
que, por pudor
de los placeres ínfimos,
no quieren revelarnos
las palabras.
Germán Carrasco

Bombalurina

Una gata
blanca
y una cala

se disputan el brillo de la luna.

II

Ella pontifica acerca de la literatura, dice p. ej.


–parece decir, en realidad no pronuncia palabra alguna–

¨¨Fíjate en el gato que se concentra en su propio


nombre,
algo hay ahí que no entiendes, algo esotérico:
acaso la clave de la felicidad, que es el nombre
estrictamente propio
en que los gatos pensamos durante horas y vidas;
jamás confesaremos ese nombre, nada sacan
con bautizarnos con obsesivas peculiaridades o
chocheces
porque a última hora no acudimos sino al llamado
de las campanadas
de una cuchara contra un recipiente de aluminio.
Con qué cara, además, me despiertas del sueño
en que mi alma
reposa sin sobresalto, consciente
de sus descendientes de oro y fuego
que deslumbraron tanto a Blake como al mismo
Borges,
¿Para ejercer un cariño y sensualidad, cuya carencia
–observo– es más que obvia?
¿Para observar por el hecho de hacerlo, o soñar
con la mujer perfecta?
¿Sabes por lo menos conseguir algún dinero
y darme la cantidad de comida que requieren
los de mi especie?¨¨

sigue mirándome, y sé que piensa todo eso


pero se le acabó el discurso, y en vista del vacío que la embiste,
finge barajar la más alta retórica para lanzármela a la cara.
Claro: como se aburrió del intercambio
(que ella empieza y termina cuando quiere),
Comienza su clase de Tai-Chi o abre sus garras
lamiéndose entre ellas,
indiferente al hecho de que me vaya
o la siga contemplando.
Jules Laforgue

En memoria de una gata enana que yo tenía

¡Oh mi lindo gato friolero, cuando el moroso otoño


hacía chillar más alto en el patio a los críos,
cuántos días de abulia compartimos
soñando cara a cara en mi cuarto cerrado!

Atusando tu pelo de seda con tu lengua áspera y rosa,


ya mayor para volteretas y juegos,
con paso de terciopelo gravemente venías
a tenderte ante mí con tus nobles perfiles.

Y yo pensaba, perdido en tus pupilas de oro


– ¿Acaso no sospecha de este estúpido globo
que lo lleva conmigo a través del vacío,

ni de los astros lejanos, de los dioses, la muerte?


Qué ojos sin fondo... a veces me da miedo
¿Sabrá él la palabra? – No, es la Esfinge aún.
Roni Margulies

El gato de Tom

El gato de Tom tuvo un infarto dos meses atrás.

O al menos esa es la impresión del veterinario.


Probablemente se cayó de un árbol.

Con su pata paralizada parecía estar en un ensueño.


De todos modos era bastante viejo.

Le amputaron la pata para que pudiera moverse con más libertad.


Ahora anda rengueando por ahí, a menudo parece distante, metido en su
propio mundo, pero a veces se lo ve más animado.

Lo vi en el jardín: intentó atrapar un pájaro, casi se cae, pero logró


equilibrarse.

Obviamente se olvidó que le faltaba una pata.


No puedo dejar de pensar:

Con qué rapidez los gatos, como los humanos, se acostumbran a las cosas
perdidas; cosas que estaban y desaparecieron.
Como la juventud o un amigo que murió o una pata.
Está claro que los gatos, como nosotros, son capaces de vivir con menos.
Tom´s cat

Tom´s cat had a heart attack two months ago.

Or rather that is the vet´s view.


Fell off a tree more likely.

His leg paralyzed, he seemed in a daydream.


He was anyway quite old.

The leg was amputed so he could walk freely.


He shuffles around now, often seem far away, in a world of his own, but
can be cheerful at times.

I saw him in the garden: made to run after a bird, nearly fell, then
steadied.

Clearly the missing leg was far from his mind.


I couldn´t help think:

How quickly cats, like humans, get used to things missing; things once
there but now gone.
Like youth or a dead friend or a leg.
Cats clearly are, like us, able to live with lessening.
Angélica Freitas

El gato se fue

ruido en el patio:
¿es el gato que saltó por el muro?
no, es una ciruela
que cayó de madura.
el perro duerme
en algún rincón de la casa.

****

EN TODAS MIS ropas


hay pelos de gato

siempre se frotan en mis piernas


para dejar olor
y después se van contentos
a dormir al armario

lo que dicen de los gatos


es verdadero
nosotros somos de ellos
y no al contrario.
O gato se foi

ruído no pátio:
é o gato, que voltou pelo muro?
não, é uma ciruela
que caiu de madura.
o cachorro dorme
nalgum canto da casa.

****

EM TODAS AS minhas roupas


há pêlos de gato

eles se roçam nas minhas pernas


para deixar cheiro
e depois vão contentes
dormir no armário

o que dizen dos gatos


é verdadeiro
nós somos deles
não o contrário.
Olga Orozco

VII

Aún conservas intacta, memoriosa,


La marca de un antiguo sacramento bajo tu paladar:
tu sello de elegida, tu plenilunio oscuro,
la negra sal del negro escarabajo con el que bautizaron tu linaje sagrado
y que llevas, sin duda, de peregrinación en peregrinación.
¿Para quién la consigna?
¿Qué te dejaste aquí? ¿qué posesiones?
¿O qué error milenario volviste a corregir?
Ahora llegas caminando hacia atrás como aquellos que vieron.
Llegas retrocediendo hacia las puertas que se alejan con alas vagabundas.
Tal vez te asuste la invisible mano con que intentan asirte
o te espante este calco vacío de otra mano que creíste encontrar.
Vuelcas el plato y permaneces muda como aquellos que vuelven,
como aquellos que saben que la vida es ausencia amordazada,
y el silencio,
una boca cosida que simula el olvido.
XIV

JUGABAS a esconderte entre los utensilios de cocina


como un extraño objeto tormentoso entre indecibles faunas,
o a desaparecer en las complicidades del follaje
con un manto de dríada dormida bajo los velos de la tarde,
o eras sustancia yerta debajo de un papel que se levanta y anda.
Henchías los armarios con organismos palpitantes
o poblabas los vestidos vacíos con criaturas decapitadas y fantasmas.
Fuiste pájaro y grillo, musgo ciego y topacios errantes.
Ahora sé que tratabas de despistar a tu perseguidora con
efímeras máscaras.
No era mentira el túnel con orejas de liebre
ni aquella cacería de invisibles mariposas nocturnas.
Te alcanzó tu enemiga poco a poco
y te envolvió en sus telas como un disfraz de lluviosos andrajos.
Saliste victoriosa en el irreversible juego de no estar.
Sin embargo, aún ahora, cierta respiración desliza un vidrio
frío por mi espalda.
Y entonces ese insecto radiante que tiembla entre las flores,
la fuga inexplicable de las pequeñas cosas,
un hocico de sombra pegado noche a noche a mi ventana,
no sé, podría ser,
¿quién me asegura acaso que no juegas a estar, a que te atrapen?
Jacques Prévert

El gato y el pájaro

Apenado escucha un pueblo


el canto de un pájaro herido
es el único pájaro del pueblo
y es el único gato del pueblo
el que se lo comió a medias
y el pájaro deja de cantar
el gato deja de ronronear
y de relamerse el hocico
y el pueblo le hace al pájaro
maravillosos funerales
al gato lo han invitado
y va tras el pequeño ataúd de paja
donde yace el pájaro muerto
lo lleva una niña
que no para de llorar
si hubiera sabido que te daría tanta pena
le dice el gato
me lo habría comido entero
y luego te habría contado
que lo había visto irse volando
volando hasta el fin del mundo
un lugar tan lejos, tan lejos
que nunca se vuelve de él
habrías tenido menos pena,
sólo tristeza y disgusto

nunca hay que hacer las cosas a medias.


Gerardo Deniz

Y llegaron

Los gatos de orejas cónicas,


cucuruchescas, para escuchar sonidos agudísimos.

Como oyeron todo, se han vuelto escépticos y por ello son odiados o
amados, sin términos medios.
Gatos. De casi cualquier color. Casi, pues los hay matizados de azul o lila,
mas verde no, salvo uno que soñé hace mucho. Los multicolores son gatas
siempre. Ellos son bellos, aunque puede ser preciso entender su faz. Ellas
son más transitivas a la hermosura.
El gato circula por la fabulosa lucidez de las cuatro de la madrugada,
cargado con desdén, de refranes infecciosos. Se sienta un rato a respirar
la hora.

Sentado, cada una de sus manos descansa en el suelo como una tau
hebrea.
Convierte en felinina hedionda la vileza del cuerpo y la reboza,
arqueológico, en arena, o bien derrama donde nos escandalice. Más o
menos lo que aspiramos a hacer, en secreto, con vagas literaturas.
Su frente es lisa en ocasiones; otras, luce fronteras entre colores; otras
más, ostenta un ideograma impronunciable. Pero siempre –siempre–
sobre cada ojo el pelo se vuelve algo ralo. Bien sabe el gato para qué,
mientras nosotros sólo creemos sospecharlo.

Al principio de los tiempos (todavía existían gigantes en la tierra) se


reunió una asamblea de gatOs primigenios para decidir cómo
expresarían sus emociones. A fin de engatusar, por supuesto, fueron
prometidos premios a las ideas más originales. De ahí ocurrencias tan
únicas como el bufido, el ronroneo, el amasamiento, etc.
No podrán ir bien las cosas en tanto haya individuos, y hasta numerosos
veterinarios, persuadidos de que el gato tiene veinte uñas. (N.B.: son
dieciocho.)

En cuanto a la voz, Bodeler escribió una aceptable introducción al tema.


Pero en realidad se trata de una clina lingüística, como en las hablas
francoprovenzales por ejemplo. El miau es la koiné, y aun el mau. Sin
embargo, el ñau ya es otro cantar, y ¿qué decir del nga (con nasal velar)
de mi gata Leda? Indudablemente significa ¨yo¨, si bien en tibetano, como
podría esperarse.

Sobre la nariz, con buena luz se ve una cruz de San Andrés con un punto
ideal en medio. Acuartelado en sotuer, el terciopelo miniheráldico se
inclina contrariamente, en dos pares opuestos por el vértice.

¿Delante? Caucho al descubierto, de grano ultrafino, húmedo a menudo,


rosa, naranja rojizo, caprichosamente moteado, negro...

Nadie contemple sin reverencia esos puntos, de los cuales nacen sendos
bigotes –nadie, pues, sin rebasar en geometría el que j´aime à faire
apprendre ce nombre utile aux sages. La cara del gato es una de las cosas
más perfectas. Las quisiera labradas en mi tumba, como Arquímedes
quiso esfera y cilindro; algo había descubierto, y yo también.

Ante la mirada de un gato, la superficie del agua tranquila se hace


cóncava, en grado escaso pero mensurable.

Detrás del antebrazo, dos, tres, cuatro pelos largos –vibrisas– como
breves cejas, dan fe de lo incomprensible.
Fernando Pessoa

Gato que juegas en la calle

Gato que juegas en la calle


como si fuera en la cama,
envidio la suerte que es tuya
porque ni suerte se llama.

Buen siervo de las leyes fatales


que rigen piedras y gentes,
que tienes instintos generales
y sientes sólo lo que sientes.

Eres feliz porque eres así,


todo lo nada que eres es tuyo.
Yo me veo y estoy sin mí,
me conozco y no soy yo.

Gato que brincas na rua

Gato que brincas na rua


Como se fosse na cama,
Invejo a sorte que é tua
Porque nem sorte se chama.

Bom servo das leis fatais


Que regem pedras e gentes,
Que tens instintos gerais
E sentes só o que sentes.

És feliz porque és assim,


Todo o nada que és é teu.
Eu vejo-me e estou sem mim,
Conheço-me e não sou eu.
Jack Kerouac

De ¨Book of Haikus¨

Y el silencioso gato
sentado junto al poste
Percibe la luna

El gato se fue hace 24 horas


Una muestra de sus pelos
Flameando en la puerta.

Día soleado – huellas de pájaro


y huellas de gatos
En la nieve

En la enorme tormenta de nieve


enterrándolo todo
Mi gato está afuera apareándose

En la enorme tormenta de nieve


enterrándolo todo
Mi gato regresó
Mi gato está dormido
pobre angelito,
el peso de la carne!

Después de la cena
sobre sus patas cruzadas,
El gato medita.

Durmiendo sobre mi escritorio


con la cabeza sobre los sutras,
mi gato

From ¨Book of Haikus¨

And the quiet cat


sitting by the post
Perceives the moon

Cat gone 24 hours


A piece of his hair
Waving on the door
Sunny day – bird tracks
& cat tracks
In the snow

In enormous blizzard
burying everything
My cat’s out mating

In enormous blizzard
burying everything -
My cat turned back

My cat’s asleep
poor little angel,
the burden of flesh!

After supper
on crossed paws,
The cat meditates

Sleeping on my desk
head on the sutras,
my cat
Pablo Neruda

Oda al gato

Los animales fueron


imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,


la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos los creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
Federico García Lorca

Canción novísima de los gatos

Mefistófeles casero
está tumbado al sol.
Es un gato elegante con gesto de león,
bien educado y bueno,
si bien algo burlón.
Es muy músico; entiende
a Debussy, mas no
le gusta Beethoven.
Mi gato paseó
de noche en el teclado,
¡Oh, que satisfacción
de su alma! Debussy
fue un gato filarmónico en su vida anterior.
Este genial francés comprendió la belleza
del acorde gatuno sobre el teclado. Son
acordes modernos de agua turbia de sombra
(yo gato lo entiendo).
Irritan al burgués: ¡Admirable misión!
Francia admira a los gatos. Verlaine fue casi un gato
feo y semicatólico, huraño y juguetón,
que mayaba celeste a una luna invisible,
lamido por las moscas y quemado de alcohol.
Francia quiere a los gatos como España al torero.
Como Rusia a la noche, como China al dragón.
El gato es inquietante, no es de este mundo. Tiene
el enorme prestigio de haber sido ya Dios.
¿Habéis notado cuando nos mira soñoliento?
Parece que nos dice: la vida es sucesión
de ritmos sexuales. Sexo tiene la luz,
sexo tiene la estrella, sexo tiene la flor.
Y mira derramando su alma verde en la sombra.
Nosotros vemos todos detrás al gran cabrón.
Su espíritu es andrógino de sexos ya marchitos,
languidez femenina y vibrar de varón,
un espíritu raro de inocencia y lujuria,
vejez y juventud casadas con amor.
Son Felipes segundos dogmáticos y altivos,
odian por fiel al perro, por servil al ratón,
admiten las caricias con gesto distinguido
y nos miran con aire sereno y superior.
Me parecen maestros de alta melancolía,
podrían curar tristezas de civilización.
La energía moderna, el tanque y el biplano
avivan en las almas el antiguo dolor.
La vida a cada paso refina las tristezas,
las almas cristalizan y la verdad voló,
un grano de amargura se entierra y da su espiga.
Saben esto los gatos más bien que el sembrador.
Tienen algo de búhos y de toscas serpientes,
debieron tener alas cuando su creación.
Y hablarán de seguro con aquellos engendros
satánicos que Antonio desde su cueva vio.
Un gato enfurecido es casi Schopenhauer.
Cascarrabias horrible con cara de bribón,
pero siempre los gatos están bien educados
y se dedican graves a tumbarse en el sol.
El hombre es despreciable (dicen ellos), la muerte
llega tarde o temprano ¡Gocemos del calor!

Este gran gato mío arzobispal y bello


se duerme con la nana sepulcral del reloj.
¿Qué le importan los senos del negro Eclesiastés,
ni los sabios consejos del viejo Salomón?
Duerme tú, gato mío, como un dios perezoso,
mientras que yo suspiro por algo que voló.
El bello Pecopian se sonríe en mi espejo,
de calavera tiene su sonrisa expresión.

Duerme tú santamente mientras toco el piano.


Este monstruo con dientes de nieve y carbón.
Y tú gato de rico, cumbre de la pereza,
entérate de que hay gatos vagabundos que son
mártires de los niños que a pedradas los matan
y mueren como Sócrates
dándoles su perdón.

¡Oh gatos estupendos, sed guasones y raros, y tumbaos panza arriba


bañándoos en el sol!
Ernesto Cardenal

Reflexiones de un Ministro

Qué se va a hacer. Soy Ministro de Cultura,


y voy a una recepción a la embajada tal.
¿Cuál? Para qué decir cuál.
Tal o cual, es igual.
Y de pronto junto a la cuneta, entre el monte
un gato.
Las dos luces del carro prenden las dos del gato.
Quisiera quedarme aquí
para observar mejor este gato,
de qué color es,
(de noche dice el dicho todos son del mismo color)
qué iba a hacer después, cómo
su lomo se iba a mover.
Quedarme junto a la cuneta con el gato
mi gato
fuera mejor
aunque sea un imitador de Marianne Moore
—por ejemplo aquel su gato con un ratón en la boca
la cola colgándole como un cordón de zapato—.
Dice Davenport de Marianne Moore:
«Está más interesada en el avestruz
que el ornitologista
que escribió Avestruz
en la Enciclopedia Británica.»

Yo voy pensando en el gato y en Marianne Moore.


No more:
ya he entrado a la embajada iluminada
y saludo al Señor Embajador.
Miguel Casado

ME DEJO llevar por las travesuras


del gato: recostado sobre un libro
de Mestre en la mesa, me azota
con su cola en las manos, cambia
el ritmo de los golpes en caricias,
en golpes. Regresamos de una gresca
de las llamadas del consumo:
servicios de atención al cliente,
jefes vanos y encopetados, y nadie
responsable de nada, incluso
nada ocurre. Para estas batallas
no valen experiencia o paciencia,
tampoco vale ira; es variable
tan sólo el grado de desahogo
que se logra. Hoy no fue
excesivo, le compete el consuelo
al gato, aunque parezca
aplastado también por el bochorno
de la tarde.
Anahí Mallol

-14-

mejor no hablar
una vez más
del cuerpo felino
que se arquea en el placer
brillante el lustre
del pelo lujoso
en una noche
poblada de sonidos
¿hablar de
docilidad aparente
cuando se entrega
a la dulzura de la siesta
todo mimos ronroneos y zalamas
para más tarde
sacar las garras
desgarrar
la carne el cuerpo el alma
del que lo ha amado
rasgarlo rasparlo separarlo
con las uñas, los dientes y la lengua,
el sexo
que al salir
libera extensiones rugosas como espinas
así al final la hembra no sabe
si gime de dolor o de placer
pero sabe
que de nuevo
ahí estará
a la dulzura de la siesta y de la noche
para entregar
otra vez
su pasión
su ternura
a la sensualidad perfecta
bellísima
del macho felino
de pelo brillante y ojos que
ven en la oscuridad
más que lo que una
querría confesar?
mejor no.
ya hay demasiados
poemas sobre gatos
monteses o panteras.
mejor acariciarlos
y dejarlos partir
en esas horas
inciertas
en que reclaman
sin apelación
su inalienable
libertad de seductores.
Poema anónimo irlandés, s. IX

Pangur Bán

Yo y Pangur nos abocamos


al trabajo, concentrados:
él persigue sus roedores,
yo concepto sin errores.

Más que el aplauso del mundo


amo el silencio profundo.
Y Pangur no desespera:
acecha su ratonera.

Aquí estamos muy contentos,


los dos solos, más que atentos,
al deleite y ejercicio
de este sigiloso oficio.

Muchas veces con fruición


Pangur Bán caza un ratón,
otras yo hallo buen uso
a más de un pasaje abtruso.

Su penetrante visión
no se aparta del rincón;
mi ojo pugna por ver
en cada letra el saber.

Cuando aparece una rata


con gusto Pangur la mata.
Y yo soy pura alegría
si sé lo que no sabía.
Vivimos en este plan
yo y mi gato Pangur Bán:
diligentes, siempre al punto,
cada uno en sus asuntos.

Por practicar con tesón


Pangur se ha vuelto un campeón;
y yo, con perseverancia,
pongo luz en mi ignorancia.
William Wordsworth

Amar y gustar

[…]
Ama siempre al ratón inquilino en tu casa
aunque sea de la tribu que es plaga y arrasa:
y que no te disguste la crueldad de la gata,
enemiga mortal del ratón y la rata;
sólo cumple la ley de su naturaleza
y el Instinto no admite ceguera o flaqueza.
Piensa luego en su grácil andar delicado:
ni siquiera podría aplastar un gusano,
y en su sedante canción junto al fuego,
suave acorde final de una lira, en invierno.
[…]

Loving and liking

[…]
Long may you love your pensioner mouse
though one of a tribe that torment the house:
nor dislike for her cruel sport the cat,
deadly foe both of mouse and rat;
remember she follows the law of her kind,
and Instinct is neither wayward nor blind.
Then think of her beautiful gliding form,
her tread that would scarcely crush a worm,
and her soothing song by the winter fire,
soft as the dying throb of the lyre.
[…]
Michael Hamburguer

El último verano de un gato

Silenciosas revolotean todavía las currucas


mientras perfuma el mirto y agosto anuncia el otoño.

Día tras día sentada


en su sitial en el pasto
sus sentidos declinan; sus ojos, hondos pozos, se agrandan
pero no ya para ver;
su fino oído se embota,
y su flacura de Belsen deja traslucir sus costillas.
Nada la asusta; el faisán
se pavonea, cloqueando, reclamando sus dominios,
y ella ni se digna huir
ni se esfuerza por dar el salto, aunque agilidad no le falta
para intentarlo, si tuviera el deseo de intentarlo.

Lo que está olvidando es su vida doméstica,


el afecto que ha sentido
por sus dueños, dispensadores de cuidados, de alimentos,
y a quienes junto al fuego del hogar o a la luz de las lámparas
pidió bienestar, caricias;
compartió su música marcando el tiempo con la cola,
su propio tiempo, y su aspiración a mundos electrónicos
que ahora le son ajenos, cada vez más ajenos
como la casa a la que volverá a entrar unos instantes
apenas, para comer y regresar de inmediato
a su verdadero hogar, la estación perfumada por el mirto
que todavía la retiene, mientras ella muere
como mueren en los árboles las hojas.
A Cat’s last summer

Still the warblers forage, in silence,


in myrtle fragrance as August turns autumnal.

Day after day she sits


on the same patch of grass,
her senses waning, the well-deep eyes enlarged
but not for seeing,
her needle-sharp hearing blunted;
and Belsen-thin, ribs showing through,
so fearless now that when a cock pheasant
struts at her, clucking, claims the terrain,
she neither deigns to flee
nor makes to spring, as she could,
agile enough, did a will impel her.

What she forgets is domesticity


and that affection paid
to nursing landlords, servant caterers
whom by log fire, lamplight she sought out
for comfort, for their fondling,
joined in their music, tail beating time, her time,
bore with in electronic would-be worlds—
lost to her now, receded
like their, her, house that briefly she'll re-enter
only to feed and, running, at once abandon
for her true home, the myrtle-scented season
holding her yet, while she
dies back as leaves do from the living tree.
Marianne Moore

Peter

Fuerte y escurridizo, hecho para la fiesta en el pasto a medianoche donde


cuatro gatos le hacen frente,
pasa el tiempo durmiendo—la zarpa aislada de la pata
delantera que corresponde
al pulgar, con la punta replegada; el pequeño penacho frondoso
o patas de langosta sobre cada ojo que se pueden contar una por una;
las espinas de sábalo regularmente dispuestas en torno de la boca
que caen o se elevan
al unísono como púas de puercoespín—inmóvil. Se deja achatar
por la gravedad, como si fuera un alga que el sol domestica y debilita,
obligado cuando se tiende a yacer
estacionario. Dormir es resultado de su ilusión de que uno debe hacer
lo que es mejor para uno mismo, dormir: el epítome de lo que es
para él y para la persona común, el fin de la vida. Sirve para demostrar
la manera en que la dama inmovilizó a la peligrosa serpiente sureña
con una horqueta
calzada sobre el cuello inofensivo; pero no hay que
provocarlo; su cabeza en forma de ciruela y sus ojos de caimán
no se prestan
a las bromas. Si se alza y sostiene, se lo puede balancear
como una anguila o
acurrucado en el antebrazo como un ratón; sus ojos bisecados
por pupilas del grosor de un alfiler
quedan expuestos en un parpadeo, luego vuelven a cubrirse. ¿se lo
puede? Debería haber dicho
se lo podría; cuando un sueño le exige dar todo
de sí – como en una lucha con la naturaleza o con gatos – nos damos
cuenta. El sueño profundo
no es en su caso una ilusión constante. Saltando con precisión
de rana, soltando protestas entrecortadas si lo alzan, es otra vez
él mismo; sentarse enjaulado entre los travesaños de una silla
doméstica sería
infructuosamente–humano. ¿De qué sirve la hipocresía? Es
lícito que uno pueda elegir su ocupación, abandonar el rascador, los
ovillos y las pelotas cuando hay signos de que ya no dan
placer, marcar esa revista que dejaron con una doble línea de arañazos.
Sabe
hablar pero, insolente, no dice nada. ¿Y qué? Cuando uno es franco,
su sola
presencia es un cumplido. Está claro que sabe
que la naturalidad es una virtud, que no considera que hacerlo
todo público sea una derrota. En cuanto a su invariable
disposición a ofender, un animal con garras quiere tener oportunidad de
usarlas; esa extensión como de anguila con que su tronco se convierte en
cola no es accidental. Para
saltar, para alargarse, para cortar el aire – para hurtar y perseguir.
para decirle a la gallina: vuela sobre la cerca, huye en dirección
equivocada – en tu
perturbación – eso es la vida; hacer menos sólo sería deshonestidad.

Peter

Strong and slippery, built for the midnight grass-party confronted


by four cats,
he sleeps his time away -- the detached first claw on his foreleg
which corresponds
to the thumb, retracted to its tip; the small tuft of fronds
or katydid legs above each eye, still numbering the units in each group;
the shadbones regularly set about his mouth, to droop or rise
in unison like the porcupine's quills -- motionless. He lets himself be flat-
tened out by gravity, as it were a piece of seaweed tamed and
weakened by
exposure to the sun; compelled when extended, to lie
stationary. Sleep is the result of his delusion that one must do as
well as one can for oneself; sleep -- epitome of what is to
him as to the average person, the end of life. Demonstrate on him how
the lady caught the dangerous southern snake, placing a forked
stick on either
side of its innocuous neck; one need not try to stir
him up; his prune shaped head and alligator eyes are not a party to the
joke. Lifted and handled, he may be dangled like an eel or set
up on the forearm like a mouse; his eyes bisected by pupils of a pin's
width, are flickeringly exhibited, then covered up. May be? I should say,
might have been; when he has been got the better of in a
dream – as in a fight with nature or with cats – we all know it. Profound
sleep is
not with him, a fixed illusion. Springing about with froglike ac-
curacy, emitting jerky cries when taken in the hand, he is himself
again; to sit caged by the rungs of a domestic chair would be unprofit-
able -- human. What is the good of hypocrisy? It
is permissible to choose one's employment, to abandon the wire nail, the
roly-poly, when it shows signs of being no longer a pleas-
ure, to score the adjacent magazine with a double line of strokes. He can
talk, but insolently says nothing. What of it? When one is frank, one's very
presence is a compliment. It is clear that he can see
the virtue of naturalness, that he is one of those who do not regard
the published fact as a surrender. As for the disposition
invariably to affront, an animal with claws wants to have to use
them; that eel-like extension of trunk into tail is not an accident. To
leap, to lengthen out, divide the air -- to purloin, to pursue.
to tell the hen: fly over the fence, go in the wrong way -- in your perturba-
tion -- this is life; to do less would be nothing but dishonesty.
Wislawa Szymborska

Un gato en un piso vacío

Morir, eso no se le hace a un gato.


Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.

Se oyen pasos en la escalera,


pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza


a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

Se ha buscado en todos los armarios.


Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.
Alberto Girri

Gatos

Hoy, domingo,
deponen su ferocidad,
su mando
de orejas erguidas,
su arcaica brujería,
y optan por echarse
e inspeccionar nuestro descanso,
la labor de clasificación,
rotulado, encasillamiento,
de nuestras pequeñas construcciones,
y acaso el displicente ronroneo
es un perdón,
un acorde
de la música del instinto.

A media tarde
dejamos de interesarles,
enmudecen,
y con envidiable solidaridad
corren hacia sus iguales,
la abeja que revolotea en el jardín,
la hoja cayendo en espiral
sin sentido aparente,
vellos rojizos
y dorados lustres vegetales
colgando de sus zarpas.

Estirados en el sillón,
mirando esos enigmáticos juegos,
nuestras sensaciones se aclaran,
se hacen más claras
que los dictados del cerebro.
No, no los llamaremos,
la interrupción les disgustaría.
Edwin George Morgan

Gato chino

pmrkgniaou
pmrkgniao
pmrkniao
pmrniao
pmriao
pmiao
maio
mao
José Emilio Pacheco

Gatidad

La gata entra en la sala en donde estamos reunidos.

No es de Angora, no es persa
ni de ninguna raza prestigiosa.
Más bien exhibe en su gastada pelambre
toda clase de cruces y bastardías.

Pero tiene conciencia de ser gata.


Por tanto
pasa revista a los presentes,
nos echa en cara un juicio desdeñoso
y se larga.

No con la cola entre las patas: erguida


como penacho o estandarte de guerra.

Altivez, gatidad,
ni el menor deseo
de congraciarse con nadie.

Duró medio minuto el escrutinio.

Dice la gata a quien entienda su lengua:


nunca dejes que nadie te desprecie.
Milagros Salvador

Piedra semipreciosa

No contempló tus ojos en la noche


el que puso a una piedra ¨ojo de gato¨,
ágata orbicular, inmutable y durísima,
cristal de asbesto hilado,
ni supo ver tu vertical diamante
que duerme en el misterio
y sabe contraerse en las horas del día,
porque no necesita de la luz.
Te leyeron en fábulas antiguas
con las que tantas veces
entendimos el mundo,
pero no se cruzaron con tus soles pequeños,
esa fuerza infinita
cuando extienden sus alas las pupilas
al desplegar su vuelo.
Luz Méndez De La Vega

El gato negro

Ónix y jade.
Lagunas verdes
que fosforecen
en la sombra
del ébano arqueado.
Reposo de terciopelo.
Garra afilada
bajo la nocturna seda.
Elástico resorte
presto para el salto,
desde el perezoso desmayo
de la siesta ronroneante.

Igual que el gato


enroscado
en el sofá de raso
de la alcoba;
en silencio,
ovillado
sobre el tibio cojín
de mi carne,
inesperadamente,
ágil brinca
el deseo,
cuando más dormido parece.
Dylis Laing

Miao

Dejo mi libro ¨El significado del Zen¨


y veo a mi gata sonriendo dentro de su pelaje mientras lo peina
delicadamente con su áspera lengua rosada.
Gata, te prestaría este libro para que lo estudiases, pero al parecer ya lo
has leído.
Ella mira hacia arriba y me da la totalidad de su mirada.
No seas ridícula, ronronea, yo lo escribí.

Miao

I put down my book ¨The Meaning of Zen¨


and see the cat smiling into her fur as she delicately combs it with her
rough pink tongue.
Cat, I would lend you this book to study but it appears you have already
read it.
She looks up and gives me her full gaze.
Don't be ridiculous, she purrs, I wrote it.
Carlos Barral

Gato ecuestre

¿Cuál de los dos, mi tigre, a quién celebran


las aristas de polvo, las lanzas habitadas
que destellan ventanas insurgentes
en la noche solemne de la proclamación?

¿A quién miran los ojos en la hierba peinada?


¿Para quién la sonrisa aduladora
en las sombras secretas del square
o la memoria hambrienta de los niños?

¿Cuál de los dos exhibe, cuál somete?


¿O acaso lo admirable es ser el bicho
extraordinario que muestra a quien lo doma
y esclaviza la zarpa civil que lo sujeta?

Pues por si acaso fuera en tu homenaje


baila.

Yérguete sobre los cuartos poderosos


la dorada testera propón a las estrellas,
enarca la ancha mano
y queda inmóvil.
Emma Posada

Gato negro

Alma de duende en cuerpo de sombra. Enjoyada la cabeza,


el espinazo interrogante, el paso de seda.
Las campanas desbordan sus doce vinos. Luna en los
tejados. Brisa en las ramas deshojantes. La pedrería
de los ojos del gato se abrillanta. Espera…
La bruja de la escoba, andrajosa y hambrienta no ha
de venir ahora; se durmió de cansancio en el campana-
rio del pueblo.
La desesperación en el lomo del gato forma un arco
y lanza la flecha de un maullido. Un signo lúgubre
se alarga en el silencio.
Gato negro, embriagado de luna. Gato negro, bohemio
de los tejados; eco del infierno, silueta de un pe-
cado. Gato negro: seda, sombra y pedrería.
Rafael Alcides Pérez

Solo de gatos

Este gato esta pidiendo amor.


Maullando llega, levanta la cola,
se arquea como un joven guerrero,
se aplana contra el piso, se tiende
boca arriba con la sinceridad
de quien ya ha perdido la verguenza,
da vueltas, no deja de maullar
y se va, por fin se va
sin que le hagan caso.

Yo tambien maulle a lo largo


de mi vida, senor gato. Yo tambien
levante la cola; yo tambien
me contorsione como un acrobata
en su noche de debut; yo tambien
me aplane contra el piso
hasta ser una alfombra
volando en los cielos de Simbad.
Yo tambien
fui payaso, telepata, electricista,
príncipe desterrado que arregla cocinas a domicilio
para olvidar, y al cabo yo tambien
me marche sin que me hicieran caso.

Es el destino de esta ciudad.


Acostumbrese. (Esta escrito).
En overol de herrero
o con fanfarrias de monarca,
por los siglos de los siglos
pasaran los moradores de este lugar
maullando igual que usted.
Eduardo Chirinos

Gato nocturno destruye su leyenda

No se si me gustan los gatos. Tampoco


si me gustan los perros. Jamas he tenido
mascotas en casa (tampoco ninos), pero
un gato me visita siempre por las noches.
“Debes ser el gato de Baudelaire”, le digo.
“Veo tus místicas pupilas, tus ojos de metal
y agata mirarme a traves de la oscuridad”.
Pero el gato no responde. “Entonces eres
Micifuz el extranjero o Marramaquiz el
que arana las bibliotecas del Parnaso”.
Pero el gato estira su lomo sin decirme
nada. “¿Has venido acaso de Cheshire
y no entiendes espanol?, ¿acaso apareces
y desapareces y muestras de noche tu
sonrisa sin gato?” Pero el gato, pardo
como todos los gatos, ni siquiera sonríe.
Pruebo entonces con el gato con botas,
con el gato triste y azul que nunca se
olvida, con el gato filosofo de Natsume
Soseki “que aun no tiene nombre”. Pero
el gato levanta su cola, da media vuelta y
se marcha, indiferente, hacia la noche fría.
Alejandro Aura

Gato en la noche

El gato no se sube a la mesa,


ni menos a las siete de la tarde
cuando en julio comienza a oscurecer.

Ronda por toda la casa, inquieto,


buscando el paso entre el día y la noche,
asuntos diferentes de tratar.

Ha comido, ha bebido, ha dormido


su porción de reposo de las horas de luz
y ahora se prepara para cumplir
su profesión minúscula de gato de la casa.

La sociedad con la que trata


mientras el sol empuja al mundo
dobla su servilleta cotidiana
y ya no pide más para alimentar su fantasía.
Él abre el socavón de su alma.

En algún rincón de la morada


se fabrican las verdades jugosas
y el gato, que lo sabe, sin estorbos morales
se apresta a mordisquear, goloso,
la carne sabrosa de la noche.
T. S. Eliot

Cómo llamar a un gato

Ponerle Nombre a un Gato es harto complicado,


desde luego no es simple como un juego de vacaciones.
Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado
cuando digo que al menos ha de tener TRES NOMBRES DIFERENTES.
El primero es el nombre que le damos a diario;
como Pedro, Augusto, Alonso o Jaime;
como Víctor o Jonatan, Jorge o Bill Bailey.
Todos ellos son nombres razonables para usar a diario.
Los hay más bonitos y que suenan mejor
para las damas y los caballeros,
como Platón, Admetus, Electra, Demeter,
pero todos son nombres razonables para usar a diario.
Pero un gato ha de tener uno más especial,
que sea peculiar, algo más digno.
¿Cómo, si no, va a alzar su cola verticalmente
o atusar sus bigotes y mantenerse orgulloso?
De nombres de este tipo os puedo dar un quórum
como son Munkustrap, Quaxo, o Quoricopat,
también Bombalurina o, si no, Jellylorum,
nombres que jamás compartirán dos gatos.
Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más,
y ése es el que tú nunca podrás adivinar,
el nombre que los hombres jamás descubrirán;
Que SÓLO EL GATO LO SABE y nunca confesará.
Cuando ves a un gato en profunda meditación,
el motivo, te lo digo, es siempre el mismo:
su mente está absorta en un estado de contemplación
sobre la idea, la idea, la idea de su nombre:
su inefable, efable,
efanifable,
profundo, inescrutable y único Nombre.
The naming of cats

The Naming of Cats is a difficult matter,


It isn't just one of your holiday games;
You may think at first I'm as mad as a hatter
When I tell you, a cat must have THREE DIFFERENT NAMES.
First of all, there's the name that the family use daily,
Such as Peter, Augustus, Alonzo or James,
Such as Victor or Jonathan, George or Bill Bailey--
All of them sensible everyday names.
There are fancier names if you think they sound sweeter,
Some for the gentlemen, some for the dames:
Such as Plato, Admetus, Electra, Demeter--
But all of them sensible everyday names.
But I tell you, a cat needs a name that's particular,
A name that's peculiar, and more dignified,
Else how can he keep up his tail perpendicular,
Or spread out his whiskers, or cherish his pride?
Of names of this kind, I can give you a quorum,
Such as Munkustrap, Quaxo, or Coricopat,
Such as Bombalurina, or else Jellylorum-
Names that never belong to more than one cat.
But above and beyond there's still one name left over,
And that is the name that you never will guess;
The name that no human research can discover--
But THE CAT HIMSELF KNOWS, and will never confess.
When you notice a cat in profound meditation,
The reason, I tell you, is always the same:
His mind is engaged in a rapt contemplation
Of the thought, of the thought, of the thought of his name:
His ineffable effable
Effanineffable
Deep and inscrutable singular Name.
Lawrence Ferlinghetti

La gata

La gata
se lame una pata y
se recuesta
en el hueco de la biblioteca
Ella
puede yacer en
posición de la esfinge
sin moverse por tantas
horas y
luego volver su cabeza
hacia mí y
levantarse y estirarse
y darme la espalda y
lamer nuevamente su pata como si
el tiempo real no hubiera pasado
Y no lo ha hecho
y ella es una esfinge
que posee todo el tiempo del mundo
en el desierto de su tiempo
La gata
sabe dónde mueren las moscas
puede ver fantasmas en las partículas del aire
y sombras en los rayos de sol
Ella escucha
la música de las esferas y
los zumbidos en los cables de las casas
y también el zumbido del universo
en el espacio interestelar
pero
prefiere los rincones hogareños
y el zumbido de la estufa
The cat

The cat
licks its paws and
lies down in
the bookshelf nook
She
can lie in a
sphinx position
without moving for so
many hours and
then turn her head
to me and
rise and stretch
and turn
her back to me and
lick her paw again as if
no real time had passed
It hasn’t
and she is the sphinx with
all the time in the world
in the desert of her time
The cat
knows where flies die
sees ghosts in motes of air
and shadows of sunbeams
She hears
the music of the spheres and
the hum in the wires of houses
and the hum of the universe
in interstellar spaces
but
prefers domestic places
and the hum of the heater
Osvaldo Soriano

El día que nací había un gato esperando al otro lado de la puerta. Mi


padre fumaba en Mar del Plata, en el patio. Mi madre dice que fue un
parto difícil, a las cuatro y veinte de la tarde de un día de verano. El sol
rajaba la tierra. Los jóvenes Borges y Bioy Casares paraban cerca de ahí,
en Los Troncos, alucinando las historias de don Isidro Parodi. A Borges lo
seguían los gatos. En una de sus fotos más hermosas está junto a María
Kodama, que tiene uno en brazos; Borges lo acaricia como a un amigo.
A mí un gato me trajo la solución para ¨Triste, solitario y final¨. Un negro
de mirada contundente, muy parecido a Taki, la gata de Chandler. Otro, el
negro Veni, me acompañó en el exilio y murió en Buenos Aires. Hubo uno
llamado Peteco que me sacó de muchos apuros en los días en que escribía
¨A sus plantas rendido un Ieón¨. Viví con una chica alérgica a los gatos y al
poco tiempo nos separamos. En París, mientras trabajaba en ¨El ojo de la
patria¨, en un quinto piso inaccesible, se me apareció un gato equilibrista
caminando por la canaleta del desagüe. Para sentirme más seguro de mí
mismo puse un gato negro al comienzo y uno colorado al final de ¨Una
sombra ya pronto serás¨. Para decirlo mal y pronto: hay gatos en todas
mis novelas. Soy uno de ellos, perezoso y distante. Aunque nunca aprendí
la sutileza de la especie. Ahora mismo, una de mis gatas se lava la mano
acostada sobre el teclado y tengo que apartarla con suavidad para seguir
escribiendo.

Hace cinco meses que no prendemos un cigarrillo. Juntos sufrimos el


vejamen de la abstinencia y la vida limpia. Hace unos meses esta
habitación era un quemadero de fragancias maravillosas. Tabacos de la
Argentina, de Cuba y de Holanda, ya no; resignamos algo de la utilería
que compone a los duros: cigarrillos, sombrero, impermeable, el revólver
de juguete. Los fantásticos vampiros de Matheson, entre los que estaban
Laurel y Hardy, y el realismo romántico de Chandler, sobreviven a las
modas y las vanguardias porque el lector quiere verse ahí en sangre de
papel. Necesita leer sus miedos. Con eso Stephen King escribe ahora una
obra excesiva e inquietante. En uno de sus libros, un personaje acusa de
plagiario al narrador, le mata el gato y se lo deja frente a la puerta. Es un
momento insoportable en la literatura de terror. Algo cercano a los
escalofriantes efectos de H.P. Lovecraft. Todos los escritores con corazón
se han ganado un gato que los sigue y los protege. Tal vez el de Gibbins,
cercado por el fuego, le haya pedido auxilio en nombre de los gatos
inspiradores: el de Dante, el de Baudelaire, el de Lewis Carrol, el de
Borges. Y ahí fue el director de pobres películas, a purificarse en el
incendio y cumplir con el ritual de todos los demonios. Un escritor sin
gato es como un ciego sin lazarillo. No es posible usar al gato para nada
personal, no hay manera de privatizarlos. En ¨La noche americana¨,
François Truffaut aconseja a los realizadores de cine no meterse jamás
con un gato en acción. También me lo dijo Hector Olivera a la hora de
escribir el guion de ¨Una sombra ya pronto serás¨. ¿Cómo hacer para que
dos gatos de cine interpreten disciplinadamente a los que aparecen en la
novela? Yo los puse en el libreto nada más que para aplacar mis miedos.
Con una sonrisa Olivera me dijo que estaba loco: un gato actor, el negro,
tendría que seguir al personaje de Miguel Ángel Solá, lavarse a su lado,
comerse una laucha y echarse a dormir. El otro, un colorado, aparece al
final; poco después que Pepe Soriano, el Coluccini de la película, haya
tenido una charla con Dios. Olivera decidió que no hubiera gatos, pero
creo que estoy a tiempo de convencerlo de que ponga al menos una
silueta. Cuando hablábamos de eso, todavía Gibbins no se había arrojado
al incendio. Yo creía, Dios me perdone, que Matheson se había muerto de
viejo. Pero no: allí estaba, peleando frente al fuego, apartando maderas en
llamas, abriendo un camino para que su gato pudiera escapar con él. En el
revoltijo alcanzó a salvar una carpeta con su último manuscrito. Es que
siempre cuando uno rescata un manuscrito, hay un gato adentro. Cuando
yo era chico mi gato Pulqui era mono, león, pirata y bandolero. Yo lo
acechaba entre las plantas del jardín y me le tiraba encima con el cuchillo
de madera entre los dientes. Ahora mi hijo combate contra la gata Vírgula
que le devuelve los golpes. Son arañazos de mentira, en un revoltijo de
sillas volteadas y malvones floridos. Las suyas, como las mías antes, son
fantasías de selvas y mares, de castillos y mosqueteros. Esos años felices
e irrecuperables en los que uno aprende, si aprende algo, que los gatos
nos traen a domicilio el misterio de la creación. Chandler les atribuía toda
la sabiduría y creía que provocaban la explosión creadora. Un día le
pidieron que hablara de Philip Marlowe y prefirió que fuera Taki la que la
hiciera por él. Pretendía que era la gata quien escribía sus novelas bien
entrada la noche: A mí suele pasarme algo parecido. Richard Matheson
perdió todo: la casa, los muebles y los premios, pero alcanzó a salvar lo
esencial: esa mirada que lo sostiene por las noches, cuando la palabra no
viene y la novela no avanza. Esa mirada que nos atornilla al sillón, ese
ronroneo que precede a la llegada del diablo. Poe, Lovecraft y Matheson
asociaron los gatos al horror; en los dibujos animados William Hanna y
Joe Barbera le dieron a Tom el papel de víctima y al ratón Jerry el de la
picardía. El gato Félix fue un gran héroe yanqui de los años treinta,
puritano y travieso. El Fritz the Cat, de Ralph Baskhi y Robert Crumb,
sintetizó los eróticos y crueles años de mi juventud; apareciendo en 1968,
Fritz es el primer gato de dibujo que vuelve de Vietnam, se droga, callejea
de un prostíbulo a otro, fuma como un escuerzo, duerme con las mejores
chicas, incluida su hermana, y termina asesinado por una gata vieja a la
que había abandonado en tiempos mejores. En cambio, Walt Disney
detestaba a los gatos. Recién en 1970 se decidió a crear un personaje que,
por supuesto, no le dejó éxito ni plata. Disney era uno de esos tipos que
nunca se hacen querer por los gatos. Creo que fue Chandler quien lo dijo.
No sé si en la biografía del detective Marlowe o en la propia. Hace unos
días, una investigadora que prepara un libro de reportajes a escritores
argentinos nos pidió a sus entrevistados que trazáramos cada uno una
breve autobiografía. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo hablar de nosotros si no
sabemos quiénes somos? Le dije que yo no tengo biografía. Me la van a
inventar los gatos que vendrán cuando yo esté, muy orondo, sentado en
el redondel de la luna.
Jorge Amado y Nacib

Jorge Amado
Zélia Gattai, Jorge Amado y Nacib

Margaret Atwood
Syd Barret

Jean-Michel Basquiat
Gioconda Belli

Elizabeth Bishop y Minnow


Elizabeth Bishop y Tobias

Jorge Luis Borges


Jorge Luis Borges y Beppo

Jorge Luis Borges y Odín


Ray Bradbury y Tigger

Ray Bradbury y Hallie


Marlon Brando

Charles Bukowski
Charles Bukowski y Beeker

Charles Bukowski y Manx Charles Bukowski y Ting


William Burroughs

William Burroughs y Ginger


Truman Capote

Raymond Chandler
Kurt Cobain Kurt Cobain y Spina Bifida

Jean Cocteau y Karoun


Jean Cocteau

Colette
Colette

Julio Cortázar
Julio Cortázar y Flanelle

Julio Cortázar y Flanelle


Julio Cortázar y Flanelle

David Crosby

Penélope Cruz
Philip K. Dick

Bob Dylan
T. S. Eliot

T. S. Eliot
Michel Foucault e Insanity

Elena Garro
Allen Ginsberg

Philip Glass
Edward Gorey

Almudena Grandes y Negrín


Almudena Grandes y Negrín

João Guimarães Rosa


Robert Heinlein y Pixel

Ernest Hemingway
Ernest Hemingway Ernest Hemingway y Boise

Ernest Hemingway y Cristóbal


Hermann Hesse Hermann Hesse y Löwe

Patricia Highsmith

Aldous Huxley
James Franco

Alejandro Jodorowsky

Alejandro Jodorowsky
Janis Joplin

Frida Kahlo
Jack Kerouac

Stephen King

Paul Klee, Lily y Bimbo


Gustav Klimt

Alberto Laiseca
Alberto Laiseca

Rita Lee Rita Lee y Saci

Rita Lee
Vladímir Lenin

John Lennon

Yoko Ono, John Lennon y Salt


Doris Lessing

Doris Lessing
Anna Magnani

Freddie Mercury y Delilah


Freddie Mercury, Oscar y Tiffany

Monk
Carlos Monsiváis

Carlos Monsiváis

Keith Moon
Elsa Morante

Elsa Morante y Giuseppe Alberto Moravia y Giuseppe


Morrissey

Haruki Murakami

Olga Orozco
Juan L. Ortiz

Nicanor Parra
Pablo Picasso

Marge Piercy y Sugar Ray


Marge Piercy

Pitty

Pitty y Chaplin Pitty y Nêga


Pitty, Billie, Chaplin y Nêga

Pitty
Elena Poniatowska

Elena Poniatowska y Monsi


Jacques Prévert

Joey Ramone
Jean-Paul Sartre y Nada

Luis Sepúlveda

Leonor Silvestri
Nina Simone

Patti Smith
Patti Smith

Osvaldo Soriano
Wislawa Szymborska

Wislawa Szymborska
Susanna Tamaro

Mark Twain
Mark Twain

Giuseppe Ungaretti

Giuseppe Ungaretti, Jeanne y Bobosse


María Elena Walsh

María Zambrano
Frank Zappa

Frank Zappa
Índice

Kobayashi Issa
02...... Haikus

Charles Baudelaire
05...... El gato
07...... El gato
08...... Los gatos

Jorge Luis Borges


09...... A un gato
10...... Beppo

Guillaume Apollinaire
11...... El gato

Charles Bukowski
12...... La historia de un duro hijo de puta
14...... The history of a tough motherfucker
16...... Manx
17...... Manx
20...... Mis gatos
21...... My cats
22...... Una para mi viejo amigo
23...... One for the old boy
24...... En otras palabras
25...... In other words
27….. Un poema sobre la naturaleza
29….. A nature poem for you
31….. Un lector
31….. A reader
32...... Mala solución
33...... Bad fix
36...... Abalanzarse a la vida como fuego
37...... Startled into life like fire in

Elizabeth Bishop
38...... Canción de cuna para el gato
38...... Lullaby for the cat

Ewart Milne
40...... Diamante corta Diamante
41...... Diamond cut Diamond

Leonor Silvestri
42...... Punk not dead
43...... Claramente
44...... Anita
45...... Niño encantado
46...... Los amores de Blanquita
47...... Blanquita, te quiero
48...... El gato
49...... A los gatos no les gustan los títulos nobiliarios

William B. Yeats
50...... El gato y la luna
51...... The cat and the moon

Nicanor Parra
52...... Pussykatten

Hugo Padeletti
54...... Sube el gato hasta el techo
Elsie Vivanco
55...... Cuando la gata...
55...... Rayado por la sombra…

Darío Jaramillo Agudelo


56...... Sabiduría del gato...
56...... Cuando un gato…

Eduardo Mileo
57...... Ojos de gata

Ana Nuño
59...... Décima de mi gata

Sonia Scarabelli
60...... Atrapado…

Germán Carrasco
61….. Bombalurina

Jules Laforgue
63...... En memoria de una gata enana que yo tenía

Roni Margulies
64...... El gato de Tom
65...... Tom´s cat

Angélica Freitas
66...... El gato se fue
66...... En todas mis…
67...... O gato se foi
67...... Em todas as minhas…

Olga Orozco
68...... VII Aún conservas…
69...... XIV Jugabas a…

Jacques Prévert
70...... El gato y el pájaro

Gerardo Deniz
71...... Y llegaron

Fernando Pessoa
73...... Gato que juegas en la calle
73...... Gato que brincas na rua

Jack Kerouac
75...... De ¨Book of Haikus¨
76...... From ¨Book of Haikus¨

Pablo Neruda
78...... Oda al gato

Federico García Lorca


81...... Canción novísima de los gatos

Ernesto Cardenal
84...... Reflexiones de un Ministro

Miguel Casado
85...... Me dejo llevar…

Anahí Mallol
86...... -14- mejor no hablar…

Poema anónimo irlandés, s. IX


88...... Pangur Bán
William Wordsworth
90...... Amar y gustar
90...... Loving and liking

Michael Hamburguer
91...... El último verano de un gato
92...... A cat’s last summer

Marianne Moore
93...... Peter
94...... Peter

Wislawa Szymborska
96...... Un gato en un piso vacío

Alberto Girri
98...... Gatos

Edwin George Morgan


100...... Gato chino

José Emilio Pacheco


101...... Gatidad

Milagros Salvador
102...... Piedra semipreciosa

Luz Méndez De La Vega


103...... El gato negro

Dylis Laing
104...... Miao
104...... Miao
Carlos Barral
105...... Gato ecuestre

Emma Posada
106...... Gato negro

Rafael Alcides Pérez


107...... Solo de gatos

Eduardo Chirinos
109...... Gato nocturno destruye su leyenda

Alejandro Aura
110...... Gato en la noche

T. S. Eliot
111...... Cómo llamar a un gato
112...... The naming of cats

Lawrence Ferlinghetti
113...... La gata
114...... The cat

Osvaldo Soriano
115...... El día que nací...

119...... Fotos

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