1. Mejora de la credibilidad y la imagen de la organización
La certificación adquiere mayor relevancia cuando se compite en el sector privado. Las áreas donde el mercado está dominado por organizaciones ya certificadas, la certificación propiamente dicha en ISO 9001 se convierte en una poderosa herramienta de marketing.
2. Mejora de la satisfacción del cliente
Uno de los principios de la gestión de la calidad que resulta fundamental en ISO 9001 es la mejora de la satisfacción del cliente. Al mejorar esta, la retención y fidelización de clientes será mayor. La satisfacción del cliente es la clave para mantener su fidelidad y lealtad. Y son esos clientes los que atraen otros nuevos y, por supuesto, ingresos adicionales.
3. Mejora de la integración de los procesos
Los beneficios fundamentales al implementar ISO 9001 lo encontramos al evaluar las interacciones globales de los procesos. Allí, hallamos con facilidad la mejora de la eficiencia y el ahorro de costos. Esto ocurre gracias a la eliminación de las deficiencias de los procesos. El mejor flujo de los procesos conduce al aumento de la eficiencia, la disminución de errores derivada de la automatización, y por supuesto, menos operaciones de trabajo y correcciones.
4. Mejora de la toma de decisiones, basada en la evidencia
Al encaminar las decisiones sobre la base de evidencias, el foco se orienta hacia la aplicación de recursos en las áreas necesitadas de mejora y hacia la reducción de costos. A través del monitoreo de los procesos, la organización logra comprobar las mejoras obtenidas.
5. Crea una cultura de mejora continua
Al adoptar esta cultura para mejorar los procesos de la organización, en particular procesos en los que se presentan problemas sistemáticos, la organización reduce el impacto de los mismos. Además, aumenta la capacidad de respuesta, y promueve la eficiencia.
6. Promueve la participación de la alta dirección y empleados
Los empleados que se involucran y comprometen con los objetivos de calidad son empleados más comprometidos sintiéndose parte de algo. ¿Quién mejor que las personas que trabajan a diario con los procesos para identificar las áreas que necesitan ser mejoradas? Este fenómeno de compromiso y productividad no solo afecta a los empleados. También la alta dirección se contagia por la cultura de la calidad y, tal como se lo exige la norma, asume el liderazgo que le corresponde por naturaleza.