La información proporcionada en sucesivas entrevistas sobre la vida y las
experiencias de una persona llamada Adolfo Navajas que nació en 1934 en Virasoro, Argentina, y que ha vivido una vida larga y saludable. Ha hecho constar que estuvo involucrado en el negocio familiar de repuestos de automóviles, que comenzó en la década de 1980 y que ahora es administrado por su hijo y nieto. Además, menciona que tuvo una infancia marcada por la separación de sus padres y que vivió en Misiones durante parte de su vida. También menciona su experiencia en la escuela primaria y su interés en convertirse en telegrafista. Proporciona detalles sobre la vida en Virasoro en la década de 1940, incluyendo la construcción de una nueva escuela y la presencia de personajes locales como "don Gauna" y "don Julepe".
Para el año 1948, se llevó a cabo la nacionalización del Ferrocarril, un evento
histórico importante para la región. En ese momento, los trenes llegaban con gran pompa y fervor, ondeando banderas y tocando silbatos, simbolizando la transición hacia la propiedad nacional de los ferrocarriles. Sin embargo, a lo largo de los años, lamentablemente se ha podido mantener y preservar adecuadamente ese legado ferroviario, que en la actualidad sería de gran utilidad para el estado y sus necesidades. Cuando los ingleses entregaron la empresa ferroviaria, dejaron una organización altamente competitiva y eficiente. En aquellos años, para viajar a Buenos Aires desde la región, era necesario tomar un tren hasta una zona en Entre Ríos, donde se abordaba una balsa. Desde allí, se tomaba otra balsa y finalmente se llegaba a Buenos Aires. El horario estipulado para este largo viaje era de 36 horas, aproximadamente un día y medio. En Virasoro, el tren pasaba a la 1:15 am, y hacía una breve parada de dos minutos para permitir el ascenso y descenso de pasajeros. Luego continuó su trayecto, alternando entre viajes hacia Buenos Aires y Posadas. En 1948, se estaba construyendo una escuela en la región, y se adquirieron los ferrocarriles, los cuales, desafortunadamente, no se logro conservar en buen estado. Además, en Virasoro se encontraba el establecimiento principal llamado Villa Corina, propiedad de refugiados políticos brasileños, como los Moglia, Fernández Dos Santos, Márquez y Martos. Estos políticos se establecieron en la zona debido a un cambio en Brasil y trajeron consigo cierta cantidad de capital. Don Moglia incluso llegó a ser Cónsul de Brasil en Santo Tomé, antes de trasladar el consulado a Misiones, donde se desarrolló con su familia. Sin embargo, uno de sus hijos, Don Rulo, se quedó con su padre, Don Sócrates. Por otro lado, la familia de Don Adolfo quedó en Virasoro y se desarrolló en Las Marías. Allí, cultivaron, cosecharon y procesaron la yerba mate, llegando al punto de darse cuenta de la importancia de moler la yerba para no venderla en bruto. El crecimiento de Las Marías fue en gran parte gracias a su estrecha relación con los trabajadores, con quienes compartieron las tareas agrícolas y demás trabajos necesarios. En 1948, se pudieron ver los primeros frutos de este crecimiento, especialmente cuando el coche motor llegaba puntualmente a las 7:50 am (ocho menos diez de la mañana). En ese tren, venían personas de Santo Tomé y, en su mayoría, empleados de Las Marías, incluidos estudiantes que asistían a la Escuela Primaria. Además, algunas personas también viajaban desde otras partes para comprar productos, ya que en la región no había colectivos ni carreteras. En aquel momento, Las Marías tenía pequeñas escuelas dispersas en diferentes lugares, pero destinadas exclusivamente a los niños de la zona. Durante ese período, el conductor del coche motor era un señor llamado Lencina, padre del Doctor Lencina y abuelo del Ingeniero Lencina. Todos los días, puntualmente, llegaba a la estación. También había un empleado del correo conocido como "el estafeta", quien se encargaba de recibir, clasificar y realizar los pedidos de correspondencia. Esto era especialmente importante debido a las carencias existentes en Virasoro, principalmente en cuanto a repuestos y medicamentos. El señor estafeta compró los artículos solicitados y cobraba una comisión, para luego entregar los paquetes. Además, el tren de regreso llegaba a las 5:55 pm (seis menos cinco) y en la estación, aproximadamente la mitad de los boletos vendidos eran para Las Marías, mientras que la otra mitad era para Santo Tomé.
La llegada del ferrocarril.
Don navajas menciona que el ferrocarril llegó a Virasoro debido a la presión ejercida por los ganaderos de la época. Estos ganaderos mediaron para que el ferrocarril llegara a Virasoro, ya que consideraban que era un lugar estratégico debido a su ubicación geográfica. También menciona que Virasoro se encuentra cerca del Bajo Hondo, que conecta con Garaví, y que desde allí se puede acceder a Garruchos a través de la Avenida San Martín y 25 de Mayo. Además, menciona que desde Virasoro se puede llegar al Iberá a través de la Ruta (37) y a Ituzaingó a través de la Ruta 18. También menciona que el camino de Apóstoles se desviaba a la derecha en la curva donde se encuentra la escuela y continuaba hasta un lugar llamado Playadito. Hace una referencia a la colonización que se llevó a cabo en Misiones, mencionando que en ese momento estaba en Azara y que el ferrocarril se acercó bastante a Apóstoles, Curuzú y lo que actualmente es Colonia Liebig. Además, cuenta que en esa área se encontraba la administración central de los ingleses, a cargo de Don Federico Finch, Don Adam y Don Haynes, quienes enviaban uno o dos trenes de ganado directamente a Concordia todos los días.
Destaca la importancia del tren en la región, ya que se utilizaba para
transportar diversos productos, como vino, combustible y mercadería. Se menciona que cuando el tren se detenía en Virasoro, el señor Gauna abría las canillas del vagón del vino y obtenía una pequeña cantidad para consumo personal. Nos dice que muchas personas que actualmente viven en Virasoro fueron trabajadores del ferrocarril en esa época.
Los primeros tiempos de Virasoro.
Los primeros tiempos de Virasoro fueron marcados por la llegada del tren y el coche motor, que brindaron a la comunidad un acceso más fácil a la localidad. Al arribar a Virasoro, los viajeros se encontraron con el correo, ubicado al lado derecho del acceso a la Lavalle, que en ese entonces era un camino de tierra. En frente del correo, se encontró la pensión de todas las estaciones, un lugar donde los viajeros podían comer algo si se encontraban en la localidad durante la noche. Además, se ofrecían catres para dormir a aquellos que lo necesitaran. Había dos pensiones, una perteneciente a Don Báez, que actualmente es la casa del PDP, y otra de Don Rodríguez, que ofrecía fiambres y matambre. La gente que se dirigía a lugares más distantes de Santo Tomé, como las estancias, solían llegar por la mañana y esperar todo el día hasta la medianoche, cuando pasaba el tren. Durante su espera, se sentaban o paseaban por los alrededores. A la derecha del acceso se encontraba el correo, mientras que a la izquierda estaba la pensión de Don Báez. Un poco más adelante, en frente del edificio actual del correo, se ubicaba el antiguo correo, que actualmente es la casa de la cultura. En la zona, también había lugares de interés como el "colgadero" de Ángel Correa, donde se faenaban las vacaciones, y una carnicería ubicada en frente. En la esquina había una casa perteneciente a los Scatolaro, quienes eran administradores en Villa Corina. A partir de allí, se doblaba en la actual plaza, donde en aquel entonces vivía uno de los primeros caudillos peronistas de Virasoro llamado José Mega. Se cree que Mega no era nativo de la zona, ya que se menciona que vino de Corrientes. En esa zona también se encontró el casco de la estancia original de una señora Navajas, y Mega se instaló en esa casa y vivió allí. Con el paso del tiempo, Las Marías compraron ese terreno. En la esquina, a media cuadra de la casa de Subizar, se encontró el surtidor de nafta y el acopio de cuero. Todo lo que uno pudiera imaginar estaba allí, entre Mocito Acuña y Ferré. Frente a la casa de Subizar se encontró la primera farmacia que se conoció en Virasoro, perteneciente a Don Érico Souza. Si uno caminaba cuatro cuadras, por ejemplo, se encontraba con que no había muchas casas en la calle normal. Sin embargo, a la izquierda, se extendía toda una manzana que pertenecía a un estanciero. Cuando este estanciero llegaba con su gente, soltaba los animales en esa manzana. En el frente de esta manzana, se encontraba una talabartería de Vidal Rodríguez, que en aquel entonces era importante porque fabricaban calchas y lazos. Esta área estaba destinada principalmente a aquellos que llegaban con carretas y carros, y liberaba allí a sus animales. En la esquina, se encontraron los Soto, el padre de Rulo. Este señor a veces ejercía como registro civil y otras veces como juez. Cada vez que se le mencionaba, se dirigía a la casa de la persona en cuestión con su escudo.
Comienzo de navajas repuestos
El Sr. Navajas proporcionó información sobre relata su experiencia personal que se desarrolló en un predio en la salida de un pueblo y comenzó a construir su casa en General Acha. Abandonó su trabajo en la pampa y se dedicó a establecer un negocio de repuestos en la zona. A lo largo del relato, se mencionan diferentes momentos históricos y situaciones relacionadas con la explotación de yerbales, la migración, el desarrollo de la comunidad y el crecimiento del negocio de repuestos. Para proporcionar una interpretación histórica del relato, podemos destacar algunos aspectos relevantes: 1. Explotación de yerbales: Menciona que en la zona había yerbales y que el protagonista del relato trabajaba en la empresa yerbatera. Esto nos remite a la importancia histórica de la producción de yerba mate en la región, que ha sido una actividad económica significativa en Misiones y otras áreas de Argentina. En el siglo XIX, el trabajo en los yerbales misioneros estaba regido por el sistema de contratación conocido como "contrato de conchabo", en el cual los obreros eran explotados en condiciones de semiesclavitud. 2. Migración y establecimiento: El protagonista del relato menciona que abandonó su trabajo en la pampa y se inició en General Acha para construir su casa. Esto refleja un fenómeno común en la historia de Argentina, que es la migración interna de personas en busca de oportunidades económicas y mejores condiciones de vida. Durante el siglo XX, muchas personas se trasladaron desde las zonas rurales hacia los centros urbanos o hacia nuevas áreas de desarrollo, como la explotación de recursos naturales. 3. Desarrollo de un negocio de repuestos: El protagonista del relato menciona que decidió establecer un negocio de repuestos en la zona, aprovechando su conocimiento en el área. Esto puede ser interpretado como un ejemplo de emprendimiento y desarrollo económico a nivel local. El negocio fue creciendo con el tiempo y se diversificó, incluyendo la venta de repuestos para motosierras y la representación de marcas en la industria forestal. 4. Crecimiento de la comunidad: Menciona que en la época en la que el se desarrolló en la zona, había alrededor de 4,000 habitantes. Esto indica que la comunidad experimentó un crecimiento significativo a lo largo del tiempo. Además, se menciona que en los años 90, la zona experimentó un aumento en la actividad forestal, lo que contribuyó al desarrollo económico y demográfico de la región.