Está en la página 1de 4

Las dos caras del emprendimiento

¿Formal o informal?

El término emprendedor proviene de Francia según la escuela clásica francesa, este


fue aplicado durante la Edad Media para aquellos hombres que construían obras
arquitectónicas como castillos, catedrales, abadías, entre otras. (García, 2016).

De acuerdo a diversos textos de emprendimiento, Cantillon fue el primero en hacer


uso del término “emprendimiento” introduciendo en unos de sus libros un sistema
económico conformado por tres clases de actores, entre los cuales se encontraban los
emprendedores, definiéndolos como aquellos que cuentan con un capital para hacer sus
propios negocios o dirigen su propio trabajo sin capital, siendo estos últimos actores que
viven de la incertidumbre, mientras definía a los empleados como aquellos que perciben
ingresos fijos. (Cantillon, 1931 citando por García, 2016).

Según García (2016 citando a Cantillon 1931):

“Los actores considerados por Cantillon, quienes compraron un bien


a un precio determinado, utilizaron ese bien para producir un producto para
luego venderlo a un precio incierto, podrían considerarse emprendedores. El
riesgo y la incertidumbre juegan un papel central en su teoría del sistema
económico. Los emprendedores exitosos fueron aquellos individuos que
hicieron mejores juicios sobre los cambios en el mercado y que enfrentaron
el riesgo y la incertidumbre mejor que sus contrapartes”. (p.2).

Esta última cita por parte del economista francés Cantillon refleja parte de lo que
hace referencia las teorías modernas, sin embargo, los emprendedores en la actualidad no
son únicamente aquellos que se dedican al trabajo informal, también se encuentran los del
sector formal, que por medio del manejo profesional del emprendimiento logran identificar
oportunidades de negocios, desarrollan nuevas ideas, las cuales deben ser atractivas para
que sean “compradas” por sus compañeros de trabajo y superiores. En este tipo de
emprendimiento predominan los empleos gerenciales los cuales de acuerdo a García (2016)
deben tener la capacidad de motivar y apoyar al talento humano tanto en aspectos técnicos
de negocios como a nivel de emociones, con la finalidad de que sean más arriesgados e
innovadores al momento de llevar a cabo análisis, tareas, funciones, entre otras actividades.
Otorgándole en este sentido herramientas más asertivas a los empresarios al momento de
seleccionar un proyecto y asumir los riesgos del mismo. Según Vairub (2015) la
incertidumbre en el mundo actual es manejada desde unas bases de carácter profesional,
siendo unos pocos los que sin contar con unos procedimientos empíricos, solo con su
capacidad visionaria, son capaces de enfrentarla con éxito el mundo de los negocios.

De acuerdo a Lerma (2007) una oportunidad de negocio se presenta cuando se


encuentran manifiestas necesidades o deseos insatisfechos o no satisfechos por completo.
Según Vairub (2015) las grandes oportunidades de negocio surgen de situaciones o
contextos de incertidumbre, pues la competencia es menor en comparación en economías
donde el mercado está fortalecido, es por ello que la mayoría de las veces el atractivo del
negocio es inversamente proporcional a las oportunidades, pues solo unos pocos son
capaces de transformar las desventajas en ventajas.

Otro elemento fundamental mencionado por Bill Gates es unas de sus frases
célebres (citado por Lema, 2007): “Estar en el lugar y momento propicio te puede hacer
millonario”. Para ello se debe disponer de información, sin embargo, el autor Vairub (2015)
menciona que mientras más complicado sea el proceso de hallar información formal,
mayores van a ser las oportunidades (menos competidores).

Entre las herramientas que permiten evaluar las oportunidades de emprendimiento


se encuentran el estudio o análisis de la perdurabilidad, el cual posee una relación
proporcional con el momento de ejecución, es decir, con el contexto y sus variables
(económico, político, cultural, ecológico, social, entre otras, según sea el caso de
emprendimiento). La otra es el atractivo, la cual se encuentra ligada a su rentabilidad en el
mercado (necesidades de los clientes) a su vez el atractivo de la idea se encuentra
influenciado por los riesgos implicados en el proceso de elaboración y ejecución. Vairub
(2015).

Lerma (2007) indica que para identificar oportunidades de negocio se debe en


primera instancia analizar nuestras competencias desarrolladas y competencias que
debemos de desarrollar, con la finalidad de poder determinar ventajas competitivas como
individuo u organización. Posteriormente se debe de identificar las necesidades mercado, lo
que requiere y si las capacidades e intereses del individuo u organización congenian con los
mismos. Una vez identificadas las necesidades del mercado se deben analizar si se cuenta
con el capital suficiente, para luego determinar con exactitud si lo que se va a desempeñar
genera motivación o más bien sería una acción forzada. Finalmente, se debe de seleccionar
la oportunidad de negocio con la que se trabajará, para ello es indispensable considerar los
pasos anteriores considerando el tiempo, dinero, gustos, comodidad y seguridad.

De acuerdo con Lerma (2007) todo individuo puede llegar a ser emprendedor, pero
para ello depende de la calidad de sus reflexiones, es decir, en primer instancia debe de
conocerse para que pueda ser capaz de comparar sus características con las del perfil del
emprendedor, para luego poder determinar lo que el autor llama “lista de áreas de
desarrollo requeridas”, posteriormente a la identificación se debe proceder a realizar un
plan y acciones que permitan desarrollar dichas capacidades o competencias.

Según Lerma (2007) el perfil del emprendedor se encuentra conformado por tres
verbos: poder, saber y querer. Dentro del poder se encuentran las características físicas en
la cual se refieren al vigor y vitalidad para no desfallecer, especiales en las etapas de
iniciación (dedicación y esfuerzo, los cuales no excluyen las personas con alguna
discapacidad) posteriormente se encuentran las características intelectuales que le añaden al
emprendedor un poder visionario, capacidad de análisis de oportunidades y de planeación.
También, se encuentran las conductas, en este punto menciona que con frecuencia el
emprendedor muestra un cierto patrón conductual, determinado por la búsqueda constante
de vías alternas viables y económicas (inquieto y con iniciativa) también debe ser creativo,
curioso y perseverante.

Por lo tanto, se tiene lo que se conoce en Sociología como un “tipo ideal” sin
embargo, el ser humano no es perfecto, pero sí posee la capacidad de cambiar conductas y
de complementarse con otros individuos, esto es lo que le permitirá al emprendedor a
acercarse más al tipo ideal y por ende a ser exitoso. “El éxito se transpira; implica
constancia, esfuerzo y tiempo; convertirse en un emprendedor de éxito tiene un precio,
pero las cosas que valen cuestan”. (Lerma, pg. 357).
Listado de referencia

García, L. (). Crear equipos de emprendedores y no de perdedores: el nuevo desafío


gerencial. Forja Consultores. Recuperado el: 4 de mayo de 2018 de:
http://www.forja.com/blog/lino-garcia/crear-equipos-de-emprendedores-y-no-de-
perdedores-el-nuevo-desafio-gerencial/

Lerma, A, (2007). Liderazgo Emprendedor. Editorial Cengage Learning. México D.F.

Vainrud, R. (2015). Convertir sueños en realidades. Sexta edición. Editorial IESA.


Caracas.

También podría gustarte