Los cambios organizacionales son llevados a cabo con la finalidad de fortalecer aspectos a mejorar
de la organización con el principal objetivo de incrementar el desempeño, partiendo su éxito del balance de expectativas entre el empleador y el talento humano.
En este sentido, las variables transaccionales se complementan e interactúan durante el proceso
de cambio. El poder ejercería una función esencial para mitigar confrontaciones de intereses, la actitud general hacia los cambios en un sentido positivo lograría una función de apoyo en las nuevas ideas para que estas sean transformadas en proyectos y posteriormente en programas, el liderazgo por su parte permitiría el involucramiento entre los actores y por ende menor resistencia al cambio. Dichas variables sin una previa planificación (madurez para la gestión de los cambios) perderían valor, por ende, para que la gestión del cambio sea abordada desde un enfoque estratégico es indispensable definir el problema a analizar, partiendo de la observación directa e indirecta del contexto organizacional, posteriormente del diagnóstico y formulación del plan de acción (estandarización) para que finalmente sea medido en función de los objetivos planteados desde el inicio y sea retroalimentado por las variables anteriormente descritas, las cuales deben partir o estar influenciadas por los factores transformacionales, dichas variables (procesos, cultura, estructura, estrategia y recursos) presentan una estrecha vinculación, sin embargo, la estrategia cumple un rol “sumiso” con respecto a las demás variables; la creencia de lo contrario genera incoherencia entre la razón de ser de la organización y los intereses particulares de los actores. Otro inconveniente que se puede generar por no considerar la relevancia entre las variables (procesos, cultura, estructura y recursos) es la resistencia al cambio en las organizaciones, pues le atribuyen un poder a la cultura que desplaza a una cultura fuerte a una cultura inflexible excluida de la innovación, es por ello, que se debe considerar a las demás variables como propulsoras de posibles cambios.