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INTERESES DE LA MORA PROCESAL

1. LOS INTERESES DE LA MORA PROCESAL:


FUNCIÓN Y NATURALEZA
El art. 576 LEC se ocupa de los denominados
"intereses procesales" --o de la mora procesal, en la
propia terminología de la LEC-- en términos que,
esencialmente, no se apartan mucho de la norma que
puede considerarse antecedente de la actual (cfr. art.
921, párrafos 4º y 5º, LEC/1881).
La función o finalidad de los intereses procesales es
cuestión que ha sido harto explicada e interpretada,
tanto por la doctrina como por la jurisprudencia
(incluida la constitucional), razón por la que
únicamente pasamos a resumir los tres caracteres
con los que se han venido identificando los mismos:
a) Indemnizatorios, a semejanza de lo dispuesto en
los arts. 1101 y 1108 CC, en la medida que con ellos
se viene a indemnizar la demora en el cumplimiento
de una obligación consistente en la entrega de una
cantidad de dinero (STS de 18 de febrero de 1998; y
SSTC 76/1990, de 26 de abril; 206/1993, de 22 de
junio; o 69/1996, de 18 de abril; b) Punitivos o
sancionatorios, por cuanto que con su
establecimiento se vienen a sancionar las conductas
dilatorias en la utilización de los recursos (SSTS, Sala
1ª, de 10 de abril y 19 de junio de 1990, 12 de marzo
de 1991, 18 de marzo de 1993 o 20 de noviembre de
1998); y c) Compulsivos y disuasorios, en atención a
que el incremento en dos puntos en el tipo de interés
legal del dinero, más que efectivamente sancionar, lo
que pretende es dotar de una mayor intensidad a la
fuerza compulsiva del pronunciamiento de la
sentencia, fomentando así --por la vía negativa-- su
pronto cumplimiento, a la par que disuade de la
interposición mecánica de los recursos a los solos
efectos de dilatar el proceso (SSTC 206/1993 y
69/1996, supra citadas).
Por lo que respecta a su naturaleza jurídica, no puede
ser otra que la de obligación "ex lege", distinta por
tanto de los intereses moratorios de los arts. 1108 y
1109 del Código Civil --que deben ser expresamente
solicitados y recogidos en sentencia--, naturaleza
legal de la que se infiere la no necesidad de su
solicitud para que exista condena expresa a su abono,
hasta el punto de que ni incurre en incongruencia la
sentencia que los silencia, ni tampoco la que condena
a su pago, no habiéndose solicitado (SSTS de 7 de
octubre de 1991; 10 de abril de 1992; 28 de abril y 6
de mayo de 1997, entre otras).
2. EL ARTÍCULO 576.1 LEC: SIGNIFICADO Y
ALCANCE; FECHAS INICIAL Y FINAL DEL DEVENGO,
CAPITAL Y TIPO DE INTERÉS
Señala el art. 576.1 LEC que desde que fuere dictada
en primera instancia, toda sentencia o resolución que
condene al pago de una cantidad de dinero líquida
determinará, a favor del acreedor, el devengo de un
interés anual igual al del interés legal del dinero
incrementado en dos puntos o el que corresponda por
pacto de las partes (que incluso podría excluirlos) o
por disposición especial de la ley (v.g., art. 20 de la
Ley de Contrato de Seguro).
La concordancia de esta norma con el párrafo 4º del
art. 921 LEC/1881 resulta más que evidente, no
obstante alguna matización, como la de que el título
ejecutivo que determina el devengo de estos intereses
será la sentencia o resolución (judicial) que condena
al pago de una cantidad de dinero líquida (el art. 921,
párrafo 4º,LEC/1881 únicamente aludía a
"resolución", pero no por ello existía confusión sobre
el particular, dada la alusión directa a la sentencia en
los párrafos precedentes del mismo precepto, así
como por los efectos extensivos del párrafo 5º,
similares a los contemplados en el apartado núm. 3
del art. 576 LEC), o la relativa a la omisión del
supuesto de revocación total de la sentencia.
Nada se dice acerca de su aplicación a los laudos
arbitrales, pese a la existencia de alguna sentencia
que resolvió esta cuestión en sentido positivo (véase,
la STS de 12 de mayo de 1992, en el apartado de
jurisprudencia).
En cuanto a la fecha inicial del devengo, el art. 576.1
se pronuncia en términos idénticos a los de su
antecesor: "desde que fuere dictada en primera
instancia"(SSTS de 22 de abril de 1982, 19 de julio de
1989, 5 de abril, 25 de junio y 17 de octubre de 1993,
o 5 de abril de 1994, entre otras).
Sin embargo, se silencia toda referencia a la fecha de
finalización o "dies ad quem" ("hasta que sea
totalmente ejecutada", rezaba el art. 921,
4º LEC/1881), por más que esta circunstancia que no
sea obstáculo para entender que el día final para el
cómputo de los intereses procesales coincidirá con
aquel en que se entienda finalizada la ejecución de
que se trate, en el bien entendido que será la
casuística concreta la que nos indique dicho hito
procesal (desde la fecha de consignación de la
cantidad debida en la Cuenta de Consignaciones y
Depósitos, hasta la de consignación del resto del
precio del remate de subasta judicial, pasando por
cualquier otra vicisitud que pueda influir tanto en el
período del devengo como en la cantidad que ha de
servir como referente para su cómputo (pagos
parciales, retenciones, etc.).
Por lo que respecta a la posible capitalización de estos
intereses procesales, nada ha variado en la norma
objeto de comentario, art. 576 LEC, respecto de su
antecesora, art. 921, 4º LEC/1881, de lo que se sigue
la imposibilidad de esta hipótesis de capitalización,
no sólo por la ausencia de cobertura jurídica, sino en
atención al principio general del "favor debitoris",
como señalara la STS, Sala 1ª, de 27 de febrero de
1999.
Ni decir tiene que si la sentencia dictada en primera
instancia fuese absolutoria, y resultase revocada por
la dictada con ocasión de resolver recurso devolutivo
contra la misma, de forma que fuera esta última la
que recogiese por primera vez una condena al pago de
cantidad líquida, será desde la fecha de ésta desde la
que cabrá comenzar el cómputo para el cálculo de los
intereses (STS de 18 de marzo de 1993).
El tipo de interés anual se mantiene en el legal del
dinero incrementado en dos puntos a no ser que
exista pacto de las partes o disposición especial de la
ley (véase el anexo final con la relación de los tipos de
interés legal del dinero desde el año 1984 hasta el
2002).
El capital (principal) a efectos del cómputo lo
constituye la cantidad de dinero líquida a cuya
satisfacción se condenó al obligado al pago,
precisamente desde la fecha de la condena, no
obstante sea requisito para que nazca esta obligación
la firmeza de la misma. En todo caso, deberán tenerse
en cuenta las distintas entregas y pagos parciales.
En fin, dispone el art. 816.2 LEC que desde que se
dicte el auto despachado ejecución de la deuda por
incomparecencia del deudor requerido en el proceso
monitorio, ésta devengará el interés a que se refiere
el art. 576 LEC.
3. INTERESES PROCESALES EN SUPUESTOS DE
REVOCACIÓN PARCIAL (ART. 576.2 LEC)
El hecho de que se interponga un recurso contra la
resolución que habilita el devengo de los intereses de
mora procesal no es obstáculo para que éste se
mantenga hasta que definitivamente sea resuelto,
pudiendo o no verse afectado en función del signo del
recurso. De confirmarse totalmente la resolución,
nada alterara la previsión contenida en el art.
576.1 LEC, y justo lo contrario cabría decir si la
resolución que pone fin al recurso revoca totalmente
la dictada en la instancia.
El problema estriba en los supuestos de revocación
parcial; y si en este punto el precepto de la LEC/1881
era relativamente ambiguo, todavía lo es más el art.
576.2LEC. Una comparación apresurada entre ambos
preceptos podría concluir con la práctica identidad de
los mismos, pero una consideración tal no tendría en
cuenta que el art. 921, 4º utilizaba el término
"Tribunal" strictu sensu, esto es, para referirse al
órgano colegiado que conocía del recurso devolutivo,
mientras que, ahora, el término "tribunal" es
ambivalente, como constata el propio legislador en la
exposición de motivos de la LEC1.
Se quiera o no, el tribunal que deberá resolver sobre
los intereses de demora procesal, en los casos de
revocación parcial, conforme a su prudente arbitrio,
razonándolo al efecto, no es otro que el tribunal "ad
quem", pues si éste es el que resuelve el recurso, él
debe ser el que decida sobre el alcance de su
revocación en la materia que nos ocupa (otra cosa no
tendría sentido), decisión que puede afectar a los tres
parámetros que inciden en la decisión: capital, tipo de
interés y período de devengo, siempre que se razone
al efecto. En todo caso, la parte podrá instar
aclaración de la resolución que se trate, cuando no
recurrirla (de ser posible), de entender que el tribunal
"ad quem" no ha cumplido con la obligación derivada
del art. 576.2 LEC.
El problema será cuando no se determine el alcance
de la revocación por lo que respecta a los intereses,
no obstante deducirse su exigibilidad. En este punto,
dos son las posibilidades que hay que contemplar:
a) Que la sentencia revocatoria parcial incremente la
cantidad de dinero determinada por la de primera
instancia. En esta circunstancia los intereses se
calcularán distinguiendo dos tramos: el primero,
desde que la sentencia fuera dictada en primera
instancia hasta la fecha de la revocatoria parcial,
conforme al interés legal del dinero incrementado en
dos puntos calculado sobre la cantidad recogida en la
sentencia de primera instancia; el segundo, desde la
fecha de la sentencia revocatoria parcial y hasta que
resulte totalmente ejecutada, conforme a idéntico tipo
de interés, pero calculado sobre la cantidad recogida
por la sentencia revocatoria (SSTS de 23 de marzo de
1992 y 5 de abril de 1993).
b) Que la sentencia revocatoria parcial reduzca la
cantidad inicialmente fijada en la primera instancia.
El período de devengo comprenderá desde la fecha de
la sentencia de primera instancia y hasta que fuese
totalmente ejecutada conforme al fallo revocatoria
parcial de la segunda, según el tipo de interés legal
del dinero incrementado en dos puntos, pero
calculado sobre la cantidad fijada en la sentencia de
segunda instancia (STS de 30 de diciembre de 1991).
4. APLICACIÓN EXTENSIVA A TODOS LOS
ÓRDENES JURISDICCIONALES (ART. 576.3 LEC)
De forma análoga a lo que ya se recogiera por el
párrafo 5º del art. 921 LEC/1881, el art.
576.3 LEC insiste en la aplicación de las previsiones
contenidas en los dos apartados anteriores del
artículo que nos ocupa "a todo tipo de resoluciones
judiciales de cualquier orden jurisdiccional que
contengan condena al pago de cantidad líquida",
precepto coherente con el carácter supletorio de
la LEC respecto del resto de Cuerpos Procesales (art.
4), amén de la aspiración que se explicita en la
exposición de motivos, de constituir el "cuerpo
procesal común". Quedan a salvo de esta previsión
las especialidades de las Haciendas Públicas a las que
nos referimos a continuación.
5. ESPECIALIDADES O PRIVILEGIOS DE LAS
HACIENDAS PÚBLICAS
Como se ha señalado, aunque el art.
576.3 LEC declara el efecto extensivo de las
previsiones contenidas en los dos apartados
anteriores "a todo tipo de resoluciones judiciales de
cualquier orden jurisdiccional que contengan
condena al pago de cantidad líquida", salva
expresamente a "las especialidades legalmente
previstas para las Haciendas Públicas", en términos
análogos a lo que ya señalara el art. 921, párrafo
5º, LEC/1881.
Siguiendo a Olarte Madero2, dos son las cuestiones
que cabe resolver. La primera, al alcance objetivo de
la previsión o, lo que es lo mismo, qué Entes públicos
van a tener la consideración de Hacienda Pública a
los efectos del artículo que nos ocupa. La segunda, en
qué términos se concretan las especialidades
(privilegios) que establece la Ley General
Presupuestaria respecto del devengo de intereses
procesales a cargo de la Hacienda Pública.
1ª) Dentro de la expresión Hacienda pública cabe
entender incluidas tanto al Estado como a sus
Organismos autónomos (art. 2 LGP), así como a las
Entidades Gestoras de la Seguridad Social (con apoyo
en los arts. 80 y 85 del Texto Refundido de la Ley
General de la Seguridad Social, y art. 13.7 de la Ley
33/1987, de 23 de diciembre (de Presupuestos
Generales del Estado para 1998), así como en las
SSTS, 1ª, de 18 de febrero de 1987, 9 de octubre de
1989, 14 de mayo de 1993, y 20 de junio de 1994;
STSS, 4ª, de 27 y 29 de abril, 14 de julio y 27 de
octubre de 1993, 9 de febrero de 1994, o 6 de febrero
de 1996, entre otras), y las Comunidades Autónomas
(a pesar de que las SSTS, Sala de lo Social, de 6 de
noviembre de 1993 y 31 de mayo de 1996, negaron
tal condición, pero no las posteriores de 5 y 6 de
noviembre de 1996). Empero, no tendrán esta
consideración las Haciendas locales (STS, Sala de lo
Social, de 6 de noviembre de 1993).
2ª) En cuanto al ámbito objetivo de las especialidades
de las Haciendas públicas, éstas se concretan en los
siguientes privilegios:
a) El tipo de interés será el legal del dinero, pero sin el
incremento de los dos puntos a que se refiere el art.
576.1 LEC (así se deduce del art. 45 LGP que remite
al art. 36.2 del expresado cuerpo legal). Este
tratamiento legal diferencial para la Hacienda pública
respecto del resto de deudores fue validado
constitucionalmente por la SSTC 206/1993, de 22 de
junio.
b) En cuanto a la constitución en mora de la
Administración del Estado, dispone el art.
45 LGP que, si la Administración no pagara al
acreedor de la Hacienda Pública dentro de los tres
meses siguientes al día de notificación de la
resolución judicial o del reconocimiento de la
obligación, habrá de abonarle el interés legal del
dinero (art. 36.2 LGP), sobre la cantidad debida,
desde que el acreedor reclame por escrito el
cumplimiento de la obligación.
Sin embargo, la STC 69/1996, de 18 de abril, no
declaró la inconstitucionalidad del art. 45 LGP,
siempre y cuando se coloque este precepto en el
conjunto de normas que constituyen tanto el
expresado artículo, como el 36 del mismo cuerpo
legal, y el art. 921 LEC/1881 (hoy, art. 576 LEC), ello
en atención que contemplan un mismo supuesto de
hecho abstracto, con una misma finalidad y por ello
bajo una misma ratio o criterio regulador,
interpretación desde la que cabe sostener que los
intereses comenzarán a correr desde que la sentencia
fuera dictada en primera instancia, siempre sin
perjuicio del período de carencia de tres meses.
6. PROCEDIMIENTO DE LIQUIDACIÓN
Como su antecesora, la nueva Ley Procesal Civil deja
sin resolver la cuestión relativa al procedimiento para
la liquidación de los intereses que nos ocupan, a
diferencia de lo que acontece en otros ordenes
procesales en los que sí se regula específicamente
tanto el órgano competente como el trámite que debe
seguirse con tal fin. Este es el caso del art. 267 LPL,
precepto que disipa cualquier duda en torno al órgano
que la práctica --el Secretario Judicial--, la forma
mediante la que debe exteriorizarse --"diligencia de
liquidación de los intereses devengados", ex art. 267.1
LPL--, el momento procesal más idóneo para practicar
esta diligencia --podrá formularse al tiempo que se
realice la tasación de costas y en la propia diligencia
(art. 267.2 LPL), pero también por separado y en otro
momento--, así como su eventual impugnación --
hasta el punto que, de haberse formulado e
impugnado de forma simultánea la tasación de costas
y la liquidación de intereses, su tramitación podrá
acumularse.
Pues bien, en claro contraste con la normativa antes
anotada, la LEC se despreocupa de esta cuestión no
sólo en el art. 576 LEC, dedicado a los intereses de la
mora procesal, sino también en el momento de
regular la tasación de costas (art. 241 y ss. LEC),
desaprovechando así una magnifica situación para
unificar practicas desiguales3 en una materia
relativamente sencilla; hasta el punto de que, dejando
al margen el órgano jurisdiccional y ámbito procesal
en que la misma tiene lugar: esto es, el tribunal que
conoció del asunto en primera instancia, o que
homologó o aprobó la transacción o acuerdo, siempre
dentro del proceso de ejecución (art. 545.1 LEC),
únicamente el art. 670.2 LEC refiere al Secretario
Judicial como órgano competente para la práctica de
la liquidación de intereses (junto a la del principal y
costas), pero en sede de subasta judicial de bienes
inmuebles, y, además, sólo para el supuesto de que
sea el ejecutante quien hiciese la mejor postura igual
o superior al 70 por 100 del valor por el que hubieren
salido a subasta los bienes en cuestión. En todo caso,
nada se indica sobre la forma en que el Secretario
Judicial deberá proceder a su práctica y
documentación, ni tampoco la participación que las
partes puedan o deban tener, incluida la eventual
impugnación de la liquidación practicada.
De la previsión contenida en el art.
545.4.II LEC cabría sostener que el órgano
competente para su práctica es el Secretario Judicial,
que documentaría esta actuación mediante una
diligencia de ordenación (una vez descartadas las
formas de auto y providencia, a tenor de lo que se
establece en el artículo citado), conclusión que a su
vez mediatiza los medios de impugnación de
conformidad con lo que establecen los arts. 224 y 451
y ss. LEC (revisión de oficio y recurso de reposición),
a la vez que impide una tramitación simultánea con
la tasación de costas (con regímenes distintos), y
también por lo que hace a su impugnación.
Nada impide, por otro lado --manteniendo cierto
paralelismo con el antiguo art. 928 y ss. LEC/1881--,
reportar el mismo tratamiento que contempla
la LEC para la liquidación de daños y perjuicios,
frutos y rentas, dada la ambigüedad con la que se
pronuncia el art. 712 LEC a la hora de establecer el
ámbito de aplicación del procedimiento de liquidación
que encabeza, toda vez que si bien es cierto que en su
tenor no contiene la voz "intereses", también lo es que
se refiere a "frutos, rentas, utilidades o productos de
cualquier clase".
Sin embargo, el problema estriba en determinar cuál
de los dos cauces procedimentales que se contienen
en el Capítulo IV, Título V, Libro III LEC, es el que
debe seguirse para cumplimentar la liquidación de los
intereses procesales, ya que, dejando al margen el art.
717 --que se ocupa de la determinación del
equivalente dinerario de una prestación no
dineraria--, y el art. 720 --que hace lo propio respecto
de la rendición de cuentas de una administración--,
dos son los cauces que podrían seguirse: el de la
liquidación de daños y perjuicios (arts. 713 a 716), o
el de la liquidación de frutos y rentas (arts. 718 y
719). La diferencia básica entre uno y otro se concreta
en la parte que toma la iniciativa a la hora de
formular la propuesta de liquidación: el acreedor para
la liquidación de daños y perjuicios (art. 713.1), y el
deudor para la de frutos y rentas (art. 719.1).
Frente a esta disyuntiva, la práctica de nuestros
Juzgados viene decantándose por seguir el
procedimiento liquidatorio de los arts. 713 y ss., en
lugar del propio de frutos y rentas (arts. 718 y
719 LEC), a buen seguro que por la mayor seguridad
que implica el disponer, desde el principio, de una
relación detallada de los intereses que se reclaman,
presentada precisamente por quien ha obtenido a su
favor dicho pronunciamiento, que de todas formas
habría de presentarla de seguirse el trámite del art.
718 LEC, en todos aquellos casos en que el deudor no
presentare la liquidación a que viene obligado por
dicho precepto (art. 719.2), lo que, como mínimo,
sucederá en la práctica generalidad de los procesos
en los que el demandado se encuentre en rebeldía.
Esta es la propuesta que nos parece más razonable.
ANEXO
Relación de tipos de interés legal del dinero desde el
año 1984
Con una finalidad eminentemente práctica,
relacionamos a continuación los tipos del interés legal
del dinero desde el año de 1984, que habrá de verse
incrementado en dos puntos para cumplir con el
mandato tanto del actual art. 576.1 LEC, como del
anterior art. 921, 4º LEC/1881.
Año Tipo legal Norma de cobertura
1984 Hasta el 04-07: 4% Código Civil (art. 1108,
según redacción dada por Ley de 7 de octubre
de 1939)
Desde el 05-07: 8% Ley 24/1984, de 29 de Junio (tipo
básico del Banco de España)
1985 11% Ley 50/1984, de 30 de diciembre (D.A. 9ª)
1986 10,50% Ley 46/1985, de 27 de diciembre (D.A.
12ª)
1987 9,50% Ley 21/1986, de 23 de diciembre (D.A.
19ª)
1988 9% Ley 33/1987, de 23 de diciembre (D.A. 4ª)
1989 9% Ley 37/1988, de 28 de diciembre (D.A. 3ª)
1990 9% Real Decreto-Ley 7/1989, de 29 de
diciembre (D.A. 1ª)
1991 10% Ley 31/1990, de 27 de diciembre (D.A. 2ª)
1992 10% Ley 31/1991, de 31 de diciembre (D.A. 7ª)
1993 10% Ley 39/1992, de 31 de diciembre (D.A. 9ª)
1994 9% Ley 21/1993, de 29 de diciembre (D.A. 19ª)
1995 9% Ley 41/1994, de 30 de diciembre (D.A. 12ª)
1996 9% Real Decreto-Ley 12/1995, de 28 de
diciembre
1997 7,50% Ley 12/1996, de 30 de diciembre (D.A.
11ª)
1998 5,50% Ley 65/1997, de 30 de diciembre (D.A.
6ª)
1999 4,25% Ley 49/1998, de 30 de diciembre (D.A.
5ª)
2000 4,25% Ley 54/1999, de 29 de diciembre (D.A.
5ª)
2001 5,50% Ley 13/2000, de 28 de diciembre (D.A.
6ª)
2002 4,25 Ley 23/2001, de 27 de diciembre (D.A. 7ª)

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