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Cuadernillo de

Historia
Segundo Año
Profesor Nicolás Aronna
1° Cuatrimestre

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1. Los orígenes del cristianismo. 3
2. Las migraciones “bárbaras” y el derrumbe del poder imperial. 7
3. Los reinos romano germánicos. 9
4. El feudalismo. 14
5. De reyes y papas .18
6. De nobles y campesinos. 23
7. El arte medieval. 27
8. Una nueva fe: el islam. 32
9. La edad de oro del islam. 36

10.Las grandes invasiones: vikingos y mongoles. 41


11.Las transformaciones de la Baja Edad Media. 48
12. La crisis del siglo XIV y el inicio de la modernidad europea. 52
13.Renacimiento y humanismo. 57
14.El Renacimiento y el Humanismo. 34

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Antes de comenzar nuestro recorrido por la Edad Media y el espacio mediterráneo, es necesario que
conozcamos el origen y desarrollo de dos religiones que tuvieron una enorme importancia en ese momento
histórico. Es necesario conocerlas y entenderlas ya que, como veremos más adelante, mucho de la historia de
la Edad Media (y también de épocas posteriores) estuvo guiado y orientado por alguna de estas grandes
religiones. Estamos hablando del cristianismo y el islam.
Este es un tema en el que el pasado se mezcla con el presente. Estas dos religiones no solo siguen
existiendo en la actualidad, sino que, por mucho, son las más grandes del mundo, teniendo el mayor número
de creyentes. En nuestro país, de hecho, la mayor parte de la población que tiene una religión sigue alguna rama
del cristianismo. Sin embargo, esta clase no va a girar alrededor de la fe o las creencias de cada une, sino de
conocer la historia detrás de estas religiones y su importancia en la época que vamos a estudiar.

Como vimos, el Imperio Romano, al igual que la mayoría de las civilizaciones de la antigüedad, tenía una religión
politeísta, es decir, creían en muchos dioses. Sin embargo, en su expansión, los romanos se encontraron con
muchos pueblos y culturas con distintas creencias que influirían en las suyas.
En el año 63 A.C., antes de que Roma fuera un imperio, sus ejércitos conquistaron Siria, y con ella, una región
que daba al Mediterráneo llamada Judea. Este lugar estaba habitado, en su mayoría, por personas de religión
judía. A diferencia de la mayor parte de las religiones del mundo, el judaísmo era monoteísta, es decir,
planteaba que solo existía un dios, al que llamaban Yahveh.
En los primeros años del siglo I D.C., un judío llamado Jesús se convirtió en un líder religioso, y formó un
importante movimiento. Desde la historia, sabemos muy poco de esta figura, y aunque hay registros de que
existió, la mayor parte de lo que se dice de ella son textos cristianos escritos después de su muerte. Lo cierto es
que Jesús y su mensaje se volvieron peligrosos para las autoridades romanas, y la mayor parte de los sacerdotes
judíos, llamados rabinos, rechazaron sus enseñanzas. Jesús fue condenado por los romanos como un rebelde, y
murió crucificado, un método de tortura comúnmente empleado en el Imperio.
Y es entonces cuando comenzó el cristianismo. Un grupo de seguidores de Jesús empezó a predicar en Judea,
afirmando que este había resucitado y que su mensaje seguía vivo. Este movimiento creció y creció y, con el
tiempo, se separaron de los judíos. Llamaban a Jesús Cristo, que hace referencia a la idea de rey, que era como
ellos lo veían: un rey enviado por el único dios para salvar a la humanidad. Los cristianos, como comenzaron a
ser llamados, eran cada vez más, y pronto su religión se extendió por todo el Imperio Romano y se volvió cada
vez más y más popular. Pablo, el principal de los seguidores de Jesús, fundó una iglesia de la que se volvió líder,
y comenzó a predicar lo que, según él, eran las enseñanzas de aquel hombre, conformando las bases del
cristianismo. Finalmente, en el 380 D.C. y presionado por la enorme cantidad de gente que la seguía, el Imperio
Romano se convirtió al cristianismo y la iglesia cristiana pasó a tener su sede central en Roma.
El cristianismo antiguo era una religión poco definida. Tenía influencias judías, griegas y romanas. En
sus primeros tiempos, la Biblia todavía no había sido creada (recordemos que la Biblia es un compilado de
textos religiosos judíos y cristianos de varias épocas, y recién tomo la forma que tiene hoy en el 382 D.C.) y los
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cristianos eran duramente perseguidos por el gobierno romano, por lo que la mayoría de sus iglesias estaban
ocultas y tenían poca comunicación entre ellas. Eso hacía que el cristianismo tuviera versiones muy distintas.
Sin embargo, todas tenían en común que reconocían a Jesús como el Mesías, la figura que iba a salvar a la
humanidad. También todas creían en un único dios, y que aquellos que más sufrían en la tierra, como los
pobres y los esclavos, eran quienes iban a ganarse el paraíso en la otra vida. Para terminar, y a diferencia de
muchas religiones, los cristianos creían que su mensaje era para toda la humanidad y era el único verdadero:
todos tenían que aceptar el cristianismo y seguir las enseñanzas de Jesús. Eso los llevaría a enfrentarse con
muchas religiones a lo largo de la historia, y con todo lo que desafiara sus creencias.

La enorme capacidad que tenía para convencer a las personas y acercarlas a su fe hizo que, con los
siglos, el cristianismo pasara de ser una religión perseguida a la más común en el espacio mediterráneo. Aun
después de que cayera el Imperio Romano, los pueblos germánicos se fueron haciendo cristianos. Todo esto
hizo que la iglesia de Roma se volviera muy poderosa y rica, y ahora los reyes tenían que prestarle atención.
Los grandes sacerdotes de la iglesia, llamados obispos, se reunieron en varios concilios, asambleas religiosas
en las que fueron marcando las bases de lo que era y no era el cristianismo (según ellos, claro). Casi todo lo
que hoy conocemos como las bases de esta religión viene de estos concilios y lo que decidieron. La iglesia
empezó a perseguir y prohibir a todas las formas de cristianismo que no encajaban con lo que ella decía. De a
poco, la religión empezó a dejar de ser solo de los pobres y esclavos para estar cerca, también, de los más
poderosos. Los papas, o jefes de la iglesia cristiana, empezaron a tener un poder igual (a veces mayores) que
el de los reyes. Esto fue haciendo, a su vez, que el discurso de la iglesia empezara a girar cada vez más
alrededor de la idea de que los cristianos debían obedecer a los reyes y gobernantes, trabajar duro y ser
sumisos frente al poder.

1) ¿Cómo y dónde surgió el cristianismo? ¿Qué lo diferenciaba de la mayoría de las religiones


politeístas? Ejemplificalo con lo que plantea la fuente 2.
2) ¿Por qué el cristianismo se volvió tan popular dentro del Imperio romano?
3) ¿Cuál fue la postura que el Estado romano tenían sobre el cristianismo inicialmente? Tené en
cuenta lo relatado en la fuente 1.
4) ¿Por qué el Imperio romano termina adoptando el cristianismo? ¿Qué postura pasó a tomar, según
la fuente 3, con respecto a las demás religiones del Imperio? ¿Qué opinás de esto?

FUENTE 1. Plinio, un gobernador romano, escribe al emperador Trajano sobre los cristianos. 112-113 D.C.
“Señor, me hago una obligación de exponerte todas mis dudas. En efecto, quién mejor que tú podrá disipar mis
dudas y aclarar mi ignorancia. Yo no había jamás asistido a la instrucción o a un juicio contra los cristianos, por
tanto, no sé en qué consiste la información que se debe hacer en contra de ellos, ni sobre qué base condenarlos,
como tampoco sé de las diversas penas a las cuales se les debe someter. Mi indecisión parte de una serie de
puntos que no sé cómo resolver. ¿Debo tener en cuenta la diferencia de edades entre ellos o, sin distinguir entre
jóvenes y viejos, los debo castigar a todos con la misma pena? ¿Debo conceder el perdón a aquellos que se
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arrepienten? Y, en aquellos que fueron cristianos, ¿subsiste el crimen una vez que dejaron de serlo? ¿Es el mismo
nombre de cristianos, independiente de todo otro crimen, lo que debe ser castigado, o los crímenes relacionados
con ese nombre? Te expongo la actitud que he tenido frente a los cristianos presentados ante mi tribunal. En el
interrogatorio les he preguntado si son cristianos, luego durante el interrogatorio, a los que han dicho que sí, les
he repetido la pregunta una segunda y tercera vez, y los he amenazado con el suplicio: si hay quienes persisten
en su afirmación yo los hago matar. En mi criterio consideré necesario castigar a los que no abjuraron en forma
obstinada. A los que entre estos eran ciudadanos romanos, los puse aparte para enviarlos frente al pretor de
Roma. A medida que ha avanzado la investigación se han ido presentando casos diferentes. Me llegó una
acusación anónima que contenía una larga lista de personas acusadas de ser cristianos. Unas me lo negaron
formalmente diciendo que no lo eran más y otras me dijeron que no lo habían sido nunca. Por orden mía delante
del tribunal ellos han invocado a los dioses, quemado los inciensos, ofrecido las libaciones delante de sus estatuas
y delante de la tuya que yo había hecho traer, finalmente ellos han maldecido al Cristo, todas cosas que jamás
un verdadero cristiano aceptaría hacer.
Otros, después de haberse declarado cristianos, aceptaron retractarse diciendo que lo habían sido
precedentemente pero que habían dejado de serlo; algunos de éstos habían sido cristianos hasta hace tres años,
otros lo habían dejado hace un período más largo, y otros hasta hace más de veinticinco años. Todos estos,
igualmente, han adorado tu estatua y maldecido al Cristo. Han declarado que todo su error o su falta ha
consistido en reunirse algunos días fijos antes de la salida del sol para cantar en comunidad los himnos en honor
a Cristo que ellos reverencian como a un Dios. Ellos se unen por un sacramento y no por acción criminal alguna,
sino que al contrario para no cometer fraudes, adulterios, para no faltar jamás a su palabra. Luego de esta
primera ceremonia ellos se separan y se vuelven a unir para un ágape en común, el cual, verdaderamente, nada
tiene de malo. Los que ante mí pasaron han insistido que ellos han abandonado todas esas prácticas. Luego de
mi edicto que, según tus órdenes, prohibía las asambleas secretas, he creído necesario llevar adelante mis
investigaciones y he hecho torturar dos esclavas, que ellos llaman "siervos", para arrancarles la verdad. Lo único
que he podido constatar es que tienen una superstición excesiva y miserable. Así, suspendiendo todo
interrogatorio, recurro a tu sabiduría. La situación me ha parecido digna de un examen profundo, máxime
teniendo en cuenta los nombres de los inculpados. Son una multitud de personas de todas las edades, de todos
los sexos, de todas las condiciones. Esta superstición no ha infectado sólo las ciudades, sino que también los
pueblos y los campos. Yo creo que será posible frenarla y reprimirla. Ya hay un hecho que es claro, y este es que
la muchedumbre comienza a volver a nuestros templos que antes estaban casi desiertos; los sacrificios solemnes,
por largo tiempo interrumpidos, han retomado su curso. Creo que dentro de poco será fácil enmendar a la
multitud.”
FUENTE 2. Fragmentos de la Biblia Cristiana
"Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo
ni libre, hombre ni mujer: todos sois uno en Jesucristo" (Gal 3, 27-28; Col. 3, 11)
“Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”. (Mateo 22:21.)
“Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.)
FUENTE 3. Fragmentos del edicto de Tesalónica. 380 D.C.
“(…) esto es que, de acuerdo con la disciplina apostólica y la doctrina evangélica debemos creer en la divinidad
una del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo con igual majestad y bajo /la noción/ de la Santa Trinidad.
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Ordenamos que aquellas personas que siguen esta norma tomen el nombre de cristianos católicos. Sin embargo,
el resto, que consideramos dementes e insensatos, asumirán la infamia de los dogmas heréticos, sus lugares de
reunión no obtendrán el nombre de iglesias y serán castigados primeramente por la divina venganza, y, después,
también /por justo castigo/ de nuestra propia iniciativa, que tomaremos en consonancia con el juicio divino.
Dado en el tercer día de las Calendas de Marzo (28 de Feb.), en Tesalónica, en el año quinto del consulado de
Graciano y del primer consulado de Teodosio Augustos.”

FUENTE 4. Representación de Jesús en las


catacumbas romanas. 250-330 D.C.

FUENTE 6. Representación de Jesús como un


guerrero llevando una lanza. Siglo VII, actual
Alemania.

FUENTE 5. Representación de Jesús en las


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catacumbas romanas. 300-350 D.C.
Ubiquémonos en el tiempo. Estamos en un siglo III D.C, y el Imperio romano se haya envuelto en una
gran crisis. En el siglo anterior, el Emperador Diocleciano había dividido al Imperio en dos mitades, Occidente
y Oriente, como una forma de tratar de resolver estos problemas, pero las cosas seguían empeorando. Las
ciudades romanas perdían poder y riqueza y, las rebeliones y ataques de pueblos en las fronteras eran tan
numerosas que el Imperio tenía que cobrar altísimos impuestos para mantener a sus ejércitos. Esto, claro,
aumentaba todavía más las rebeliones y debilitaba al poder del Emperador. En ese contexto de crisis, una serie
de pueblos comenzaron a entrar cada vez con mayor frecuencia dentro del Imperio aprovechándose de la
debilidad de sus fronteras, volviéndose sumamente importantes en su historia.

Los llamados pueblos “barbaros” que migraban al Imperio pertenecían, principalmente a dos grupos: los
germanos, del norte de Europa, y un conjunto de pueblos asiáticos que venían desde oriente. El contacto entre
los romanos y estos pueblos siempre fue muy complejo. A veces, toda una población bárbara entraba en el
Imperio y solicitaba tierras para asentarse y vivir, generalmente debido a que huían del ataque de algún otro
pueblo. Incapaces de evitarlo debido a la debilidad de sus tropas, los emperadores romanos firmaban un Foedus,
o alianza, que les permitía vivir dentro del Imperio, a cambio de que los barbaros sirvieran al mismo,
generalmente como soldados o campesinos. Este fue el caso, por ejemplo, de los godos, uno de los primeros
pueblos germánicos que entro en el Imperio en el año 376. Otros, por el contrario, lanzaron verdaderas
invasiones u operaciones de saqueo contra el Imperio, poniéndolo en graves problemas, como en el caso de
los Hunos, un pueblo asiático, que estuvo a punto de tomar Roma en el año 452.
A medida que los años pasaban, los bárbaros se fueron mezclando con la población del Imperio de
Occidente, y muchos de ellos alcanzaron puestos importantes en el ejército o el gobierno de provincias romanas.
Comenzó a darse un interesante proceso que, en Ciencias Sociales, denominamos sincretismo: la cultura, y
costumbres de los germanos se mezcló con la de los romanos, conformando, lentamente, una nueva sociedad.

Durante el siglo V, esta situación llegó a un punto de quiebre. El poder del Emperador de Roma era tan
débil que muchas de las provincias se habían vuelto autónomas, e incluso eran controladas por los jefes de
pueblos germánicos, que las habían convertido en sus reinos, como el de los visigodos en Hispania, en 418 D.C.
Finalmente, en el año 476 D.C., pocos años después de evitar la dura invasión de los hunos, Odoacro, un jefe de
un pueblo bárbaro emparentado con estos, obligó al Emperador Rómulo Augústulo a renunciar. El Imperio
Romano de Occidente había desaparecido del todo.

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1) ¿Qué buscaban los germanos del Imperio?
2) ¿Cómo veían los romanos a los germanos y demás pueblos que llegaban al Imperio? Tené en cuenta las
fuentes 1 y 2.
3) Explicá de que maneras se relacionaban y entraban en contacto los romanos y los germanos.
4) La llegada de los Germanos, entonces ¿fueron invasiones o migraciones pacificas? Justificá.
5) ¿Se te ocurren ejemplos de sincretismo en la actualidad?

FUENTE 1. Fragmento de una carta de San Jerónimo (340-420 D.C.), uno de los principales teóricos del
cristianismo en el bajo Imperio romano
“Pasare revista a unas pocas de las calamidades presentes. Que seamos pocos los que vivamos en paz hasta
ahora no es mérito nuestro sino de la misericordia del Señor. Innúmeros y salvajísimos pueblos ocuparon todas
las Galias (territorio romano luego de las conquistas de Julio Cesar que se corresponde en la actualidad a las
zonas comprendidas por los países de Francia, Bélgica, y partes de Suiza, Holanda y Alemania, al oeste del rio
Rin). Cuanto hay entre los Alpes y el Pirineo, las tierras comprendidas entre el océano y el Rin, lo devastaron el
cuado, el vándalo, el sármata, los alanos, los gépidos, los hérulos, los sajones, los burgundios, los alamanes y ¡oh
desdichada Republica! (…) Maguncia, antaño noble ciudad, ha sido tomada y destruida, y en su iglesia
masacrados muchos miles de hombres. Los vangiones muertos tras largo asedio. La muy poderosa ciudad de los
remos, los ambianos los atrabataem (…) el tornaco, los nemetas, el argentorato, han sido trasladados a
Germania. Las ciudades y provincias de Aquitania, de los Nueve Pueblos, de la Lugdunense y de la Narbonense,
todas, salvo unas pocas, han sido devastadas. Y a estas mismas las asola el hambre por fuera y la guerra por
dentro. No puedo sino recordar con lágrimas a Toulouse, que reconoce no haber sucumbido hasta ahora gracias
a los meritos de su santo obispo Exuperio. Y las mismas provincias de Hispania, que a punto estan de ser
destruidas, se estremecen a diario con el recuerdo de la irrupción de los cimbríos, y todo cuanto otros han
padecido, lo padecen ellas siempre con temor.”
FUENTE 2. Amiano Marcelino, historiador romano del siglo IV.

“En este tiempo, como si las trompetas cantasen sones de guerra por todo el mundo romano, los más salvajes
pueblos, en furiosa excitación, desbordaban las fronteras que les eran próximas. Los alamanes devastaban a un
tiempo las Galias y Raetia; los sármatas y los cuados las Panonias; pictos, sajones, escotos y atacotos no cesaban
de torturar a los britanos; los austorianos y otros pueblos mauros realizaban razias más fieramente de lo
acostumbrado; tropas de bandidos godos saqueaban las Tracias y Panonias.”

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En las historias más tradicionales, la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V era vista como un
momento terrible, una época de caos y violencia. Sin embargo, las miradas más actuales nos cuentan otra
historia. La desaparición del poder del emperador de occidente no significo que todo se descontrolará: por el
contrario, nuevos poderes trataron de remplazar al emperador. Durante casi 400 años toda la zona del
mediterráneo se vio envuelta en una lucha por el poder entre distintos pueblos y organizaciones que buscaban
tomar el lugar del Emperador de Occidente. A la vez, estos siglos fueron un momento de enormes
transformaciones culturales, donde de la mezcla de lo romano y lo germánico comenzó a surgir una nueva forma
de pensar, gobernar y organizar la sociedad. Recorramos este periodo de la historia.

Como vimos, un líder germánico llamado Odoacro tomó la ciudad de roma en el año 476 A.C., obligó al
emperador Rómulo Augústulo a renunciar y se proclamó rey de Italia. El poder del emperador de Occidente
había desaparecido. Las distintas provincias que formaban el imperio fueron separándose y convirtiéndose en
reinos aparte, cada uno de ellos gobernado y controlado por algún pueblo germánico. Sin embargo, estos jefes

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germanos muchas veces estaban casados con romanas y estaban rodeados de funcionarios romanos, o eran
ellos mismos ciudadanos romanos. Además, después de tantos años viviendo en el Imperio, las costumbres de
los romanos y los germanos estaban mezcladas. Por eso, decimos que esos reinos eran romanos germánicos:
aunque eran nuevos reinos, mucho del Imperio romano vivía en ellos. Estos reinos pasaron décadas peleando
entre sí (y con la mitad que quedaba del Imperio, el Bizantino) para ver quien controlaba el espacio
mediterráneo.

Desde la caída del Emperador de Occidente, como dijimos, comenzó una durísima lucha por el poder en toda la
región entre los distintos reinos romano germánicos de la región. No solo van a enfrentarse para expandir sus
fronteras, sino que, más importante todavía, van a hacerlo para ver quien ocupa Roma y, por lo tanto, puede
decir que es el “heredero” del poder del Imperio, algo que permitiría que los demás reinos tuvieran que
escucharte y respetarte mucho más. Durante estos casi 400 años, diferentes reinos romano germánicos irián
teniendo un mayor poder, y nuevos pueblos llegarán a la región, formando a su vez nuevos reinos.
Sin embargo, otro actor se sumó a estas luchas: los bizantinos. El Imperio Romano de Oriente no se iba a quedar
de brazos cruzados mientras su otra mitad desaparecía. Durante el reinado de uno de sus más famosos
emperadores, Justiniano I (482-565), los bizantinos lanzaron una serie de campañas militares en las que
recuperaron gran parte del antiguo imperio de occidente, derrotando a los reyes germánicos. Aunque los reyes
germánicos recuperarían muchos de estos territorios en los próximos siglos, los bizantinos seguirían intentando
influir en la región.

En medio de estos conflictos, una organización vio la oportunidad de ganar muchísimo poder e influencia: la
iglesia cristiana. La iglesia, con sede en Roma, se había mantenido a pesar de la caída del poder imperial y había
jugado sus cartas para tratar de ganarse a los nuevos reinos romano germánicos. Durante décadas, misioneros
romanos o bizantinos fueron enviados a los reinos a difundir la fe cristiana, y convencer a reyes y pobladores de
que se convirtieran a esa religión. Lentamente, comenzaron a tener éxito. Para los reyes, sobre todo, era una
forma de legitimarse: el emperador romano había sido cristiano, y muchos de sus súbditos lo eran, así que si
ellos se convertían ganarían apoyo y prestigio. La iglesia, además, empezó a mostrarse como la guardiana de la
tradición y de la cultura romana, algo así como la verdadera heredera del Imperio, lo que le dio todavía más
poder y reconocimiento.
Durante la guerra entre lombardos y bizantinos, en 754 D.C., el papa Esteban II se las ingenió para convencer al
rey franco Pipino el Breve de que los territorios de la iglesia en Roma le habían sido regalados al papado por el
emperador Constantino. Esto era mentira, pero gracias a este engaño, la iglesia pasó a tener un territorio
independiente de cualquier otro poder y gobernado por ella: los Estados Pontificios.
Además de ganar poder e influencia, la iglesia cristiana tomaba forma. Durante estos años se celebraron muchos
concilios, o reuniones entre los obispos o jefes de la iglesia, que fueron decidiendo que era lo correcto en la
religión cristiana. En estos concilios, por ejemplo, empezó a condenarse abiertamente a las muchísimas formas
de entender el cristianismo que estaban dando vueltas, muchas de ellas muy diferentes a las de la iglesia. El

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Papa, con la ayuda de los reyes, ordeno que estas “herejías”, como empezó a llamárselas, fueran perseguidas y
eliminadas: solo lo que la iglesia de roma decía era la voz autorizada del cristianismo.

Para finales del siglo VIII, el espacio mediterráneo había cambiado muchísimo. En la zona europea, los reinos
romano germánicos se habían consolidado, y ya eran poderosos estados, mientras que, en oriente, el imperio
bizantino se mantenía firme. En el sur, en el norte de África, una nueva religión avanzaba imparable, aunque los
europeos poco sabían de ella todavía: el islam.
Durante esos años, el reino más poderoso era el de los francos. Ubicado mayormente en lo que hoy es la actual
Francia, este reino tenía un poderoso ejército y controlaba tierras fértiles y pobladas. Además, contaba con un
fuerte apoyo de la iglesia cristiana, ya que hacía pocos años sus ejércitos habían frenado en la batalla de Poitiers,
en 732, a los ejércitos de esta nueva religión, el islam, que habían invadido la península ibérica y avanzaba contra
los demás reinos.
Es por eso que cuando Carlos se convirtió en rey de los francos, en el 768, se encontró con su reino en el mejor
momento. Carlomagno, como sería conocido, tenía un objetivo: recuperar para su reino la herencia del imperio
romano, y convertirse el mismo en emperador. Los ejércitos francos marcharon a la guerra, dispuestos a seguir
ese sueño.
Nadie podía detener a las fuerzas de Carlomagno, y los reinos europeos fueron cayendo uno tras otro ante sus
ejércitos. Luego de una dura campaña, conquisto Italia, e hizo que el Papa lo coronara emperador de los
romanos en el año 800. Con este título, Carlomagno se volvía oficialmente el restaurador del Imperio Romano
de Occidente. Sus ejércitos también marcharon hacia el norte de Europa, donde había numerosos pueblos
germánicos como los sajones, derrotándolos y sumando sus territorios al Imperio Franco. Para el 810, gran parte
de lo que hoy conocemos como Europa estaba en manos del Emperador, y parecía que el Imperio Romano había
renacido. Sin embargo, no pudo avanzar mucho en la península ibérica, que se mantuvo, mayormente, bajo
control de los musulmanes.

Sin embargo, más que sus conquistas imperiales, lo que define a esta época es como comienzan a formarse las
bases de lo que vamos a conocer como la Edad Media Europea y el feudalismo. Carlomagno trató de organizar
un nuevo Imperio Romano de Occidente, y, para eso, tomo una serie de importantes medidas. En todos los
reinos europeos (el franco incluido) se habían ido formando poderosas familias romano-germánicas que
controlaba grandes extensiones de tierras, tenían soldados que les obedecían y poseían mucho prestigio.
Carlomagno, al igual que los demás reyes romano germánicos, no tenían el poder que antes habían tenido los
emperadores romanos, y necesitaban el apoyo de estas familias poderosas. Para convertirlas en sus aliadas,
Carlomagno hizo un trato con ellas. A cambio de su lealtad, les daría un título real que les daba un rango superior
al de las demás personas y ponía a su cargo una parte del reino, llamada feudo. Así nació un nuevo grupo social,
la nobleza. Estos títulos, junto con los feudos asociados a los mismos, eran hereditarios y se convertían en
propiedad de la familia.
Además, la sociedad y la economía también venían transformándose mucho. La esclavitud fue perdiendo
importancia en reinos que no tenían una gran actividad comercial, y la forma de trabajo cambio: los campesinos
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pasaron a trabajar para los nobles a cambio de que estos los dejaran quedarse en sus tierras y los protegieran
con sus soldados. Con la caída del Imperio Romano de Occidente las ciudades, el corazón del Imperio, dejaron
de ser importantes. La vida en el campo se volvió clave, y miles de personas abandonar la ciudad para llevar una
vida rural, a la vez que el comercio de larga distancia se debilitaba mucho.
A la muerte de Carlomagno, su hijo Luis el Piadoso y sus nietos no pudieron mantener el imperio unido, Este se
dividió, formando nuevos reinos más débiles, y los nobles más poderosos (los condes) terminaron siendo más
importantes que los propios reyes. Había comenzado una nueva época: la Alta Edad Media europea.

1) ¿Qué diferencias encontrás entre cómo funcionaban los reinos romano germánicos y el Imperio Romano
de Occidente?
2) ¿Cómo se construyó el papado y la iglesia cristiana medieval?
3) ¿Cómo sería una entrevista a Carlomagno? Pensá las preguntas y las respuestas que este daría, y
escribilas… ¡O plasmalas de la manera creativa que se te ocurra!
4) ¿Cómo buscó legitimar su poder Carlomagno? ¿Por qué lo hizo de esa forma?

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FUENTE 1. Coronación de
Carlomnagno
Luego del derrumbe del Imperio Carolingio, Europa paso a quedar completamente fragmentada en tres
espacios claramente diferenciados. Por un lado, nos encontramos con una serie de reinos cristianos herederos
de los reinos romano germánicos, que seguían con las tradiciones de estos y, en general, la organización que
había tenido el Imperio Carolingio. Por el otro, debemos ubicas al Imperio Bizantino y sus dominios, una zona
de gran prosperidad y poder que contaba, además, con el prestigio de la antigua Roma. Finalmente, como ya
mencionamos, nos encontramos con los reinos fundados por las conquistas de los árabes musulmanes, zonas,
como veremos, de enorme desarrollo cultural y económico.

Europa en el siglo X

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Cada uno de los reinos cristianos europeos tuvieron su propia historia, costumbres y particularidades. Sin
embargo, todos compartían una misma forma de organizarse: el feudalismo, un sistema que, como vimos, se
había instalado durante el Imperio Carolingio. Veamos en qué consistía.
Llamamos feudalismo o sistema feudal a una forma de organización social, política y económica que fue
dominante durante la Edad Media Europa. En vez de encontrarnos con un Estado centralizado que se ocupa de
todas las funciones, lo que vemos en el feudalismo es un poder totalmente fragmentado: familias nobles
controlaban grandes territorios dentro de los reinos, llegando incluso a tener más poder que los propios reyes.
Estas familias nobles manejaban sus propios ejércitos, recaudaban impuestos y gobernaban las tierras que les
pertenecían en forma hereditaria, sus feudos. Incluso la iglesia tenía enormes feudos, lo que debilitaba aún más
el poder de los reyes. Otra característica clave del feudalismo es que todos estos poderes locales se unían entre
sí a través de pactos, alianzas y acuerdos, generando una complejísima red de relaciones entre familias y
lealtades.
¿Cómo funcionaba, en detalle, el feudalismo? Cómo vimos, la estructura del sistema había sido
consolidada durante el Imperio Carolingio. Cada reino europeo estaba dividido en multitud de feudos, o partes
del reino a cargo de un poder local. Estos feudos estaban repartidos entre las distintas familias nobles, y el noble
a cargo de cada feudo (uno de los miembros de esta familia) era conocido como señor feudal. El señor feudal
se encargaba de administrar el feudo, aplicar la ley, recaudar impuestos y organizar la defensa de sus tierras.
Las familias nobles, o casas, podían llegar a acumular muchos feudos, ya que, a través del matrimonio,
la heredad (o la cantidad de títulos o feudos que tu familia poseía) podía aumentar mucho. Esto hacía que las
familias nobles tuvieran distinto grado de poder y de prestigio, y compitieran constantemente entre sí, incluso
llegando a la guerra abierta. En el feudalismo, la forma más común de vincularse entre los nobles era el pacto
de vasallaje. En él, un noble de una casa muy poderosa (o señor) recibía como su vasallo a otro de una casa
menor. En una ceremonia conocida como homenaje, el vasallo debía jurar lealtad a su señor y comprometerse
a apoyarlo económica y militarmente, mientras que el señor tenía que garantizar que protegería al vasallo y lo
ayudaría en tiempos de necesidad. El pacto de vasallaje era la manera de mantener unidos a los reinos
medievales: el rey, que solía ser miembro de la casa noble más poderosa, tenía como vasallos a la mayoría de
las demás casas nobles del reino, que, por lo tanto, le eran leales. Sin embargo, si este acuerdo se rompía, todo
el poder del rey se podía venir abajo, y una nueva casa noble, luego de largos y sangrientos conflictos, podía
hacerse con el trono.

1) ¿En qué tres zonas se dividía el espacio mediterráneo durante la Edad Media?
2) ¿Qué era el feudalismo? Explícalo con tus palabras.
3) Según la fuente 3 y lo trabajado, ¿Qué era un feudo? ¿Y qué era un señor feudal?
4) ¿Qué era el pacto de vasallaje y cómo se realizaba? Tené en cuenta lo que plantean las fuentes 1 y
2.
5) Inventá tu propia casa noble, eligiendo un reino, feudo, escudo de armas y lema.
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6) Analiza el mapa de la Europa altomedieval del siglo IX y respondé.
a) ¿Reconoces algunos reinos o lugares que están en zonas donde hoy se ubican países? ¿Cuáles?
b) ¿Cuál pensás que son los territorios más poderosos y por qué?
c) ¿Qué es lo que más te llamo la atención del mapa?

FUENTE 1. Juramento entre Carlos II de Francia y sus vasallos, 858


“Juramento de los fieles (o vasallos): En la medida en que sepa y pueda hacerlo con el socorro del Señor, sin
ninguna malicia y encono, os serviré fielmente, para el consejo (concilium) y la ayuda (auxilium), según mi
función y mi persona, con el fin de qué el poder que Dios os ha otorgado podaís mantenerlo y ejercerlo según
vuestra voluntad, así como para vuestra salvaguarda y la de vuestros fieles.
Juramento del rey: Yo también, en la medida en que sepa y pueda hacerlo razonablemente con la ayuda del
Señor, honraré a cada uno de vosotros según su condición y su persona. Velaré por su honor y por su salvación.
Respetaré su ley y su derecho. En la medida en que le sea necesario y lo pida razonablemente, usaré con él una
misericordia conforma a la razón, tal como un rey fiel está obligado por derecho a honrar y salvaguardar a sus
fieles.”

FUENTE 2. Descripción de como Guillermo de Normandía, conde de Flandes, recibe como vasallos a los
vasallos del anterior conde, 1127
“El jueves 7 de abril, cumpliéndose con las formas determinadas para prestar fe y fidelidad, se rindieron los
homenajes al conde en el orden siguiente.
Primeramente, hicieron el homenaje. El conde preguntó al futuro vasallo si quería ser su hombre
completamente, y este respondió “lo quiero”; luego, con las manos estrechadas en las del conde se unieron con
un beso. En segundo lugar, aquel que había cumplido el homenaje expresó su lealtad ante el conde, en estas
palabras: “prometo por mi fe ser en el futuro fiel al conde Guillermo y respetar completamente y contra todos
mi homenaje, con buena fe y sin malicia”. Y, en tercer lugar, tomó juramento sobre las reliquias de los santos.
Luego, con la vara que tenía en la mano, el conde dio la investidura a todos aquellos que habían cumplido el
homenaje prometiendo fidelidad y ofreciéndoles su juramento.”
FUENTE 3. Fragmento de las Siete Partidas, código legal redactado durante el reinado de Alfonso X (1252-
1284), rey de Castilla.
“Feudo es beneficio que da el señor a algún hombre porque se torna su vasallo, y le hace homenaje de serle
leal, y tomó este nombre de la fe que debe siempre guardar el vasallo al señor. Y hay dos maneras de feudo: la
una es otorgado sobre villa o castillo u otra cosa que sea de raíz, y este feudo tal no puede ser tomado al
vasallo, a no ser que no cumpliese los acuerdos que hizo con el señor; o si le hiciese algún yerro tal porque lo
debiese perder; la otra manera es la que dicen feudo de cámara (tipo de feudo constituido por una renta anual
de dinero sobre la hacienda del señor, inmueble o raíz) y este se hace cuando el rey entrega maravedís (moneda

16
española usada entre los siglos XI y XVI) a algún vasallo cada año de su cámara, y este feudo tal puede el rey
quitar siempre que quisiere.”

FUENTE 4. Ceremonia de
homenaje, pintura medieval.

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Aunque la idea de una monarquía (es decir, el gobierno de un rey) no era algo nuevo, no es menos cierto que
las características de los reyes durante la época medieval poco tuvieron que ver con lo que había sucedido en
etapas anteriores. La monarquía medieval, entonces, era una nueva forma de poder político que fue
formándose y cambiando entre los siglos VI y XIV. Tuvo muchas influencias: desde la antigua Roma, hasta las
tradiciones de los pueblos germánicos, de Bizancio y el mundo helenístico y del cercano oriente. Cómo vamos
a ver, además, la influencia del cristianismo y la iglesia católica fue clave.
La monarquía medieval se basaba, como la mayor parte de las monarquías, en la idea de que el gobierno se
heredaba de generación en generación en una familia, llamada dinastía. Estos reyes buscaron durante toda la
edad media ser considerados el único y máximo representante del poder dentro de sus reinos, aunque, como
vimos al explicar el feudalismo, esto no funcionaba del todo así. Los reyes medievales, además, eran reyes
cristianos: el monarca era la imagen de Dios en la Tierra, y su reino terrenal era, en cierta forma, un reflejo del
de Dios en el Cielo. Este planteo servía para legitimar (es decir, hacer pasar como legítimo, sujeto a las leyes,
correcto) la autoridad y el poder de los reyes ante la población, que en su inmensa mayoría era católica. Sin
embargo, era un arma de doble filo: como veremos, obligaba a los reyes a siempre seguir lo establecido por la
Iglesia Católica y reconocer su autoridad.
Aunque gobernaban sobre todo el pueblo, los reyes
eran, ante todo, hombres nobles que provenían de
“buenas familias”. Por eso, ante todo tenían que
defender y respetar los privilegios de los nobles.
Sin embargo, y a pesar del poder que pudieran
acumular nobles y señores feudales, solo el rey
mantenía el carácter sagrado que lo distinguía del
resto de la nobleza.

Cómo ya vimos, la Iglesia católica romana se


convirtió en un enorme poder durante la Alta Edad
Media. Su jefe, el papa, era el líder religioso de
todo el mundo cristiano medieval. A su vez, para la
sociedad medieval la religión no era algo sin
importancia. Tanto entre la nobleza como entre los
campesinos más humildes estaba muy extendida
una visión cristiana del mundo, que entendía que
todo lo establecido por la Biblia era real y que el mundo religioso era tan importante (o más) que el terrenal.
Gracias a todo esto, la Iglesia Católica fue una de las organizaciones más poderosas, ricas e influyentes (sino la
más) durante gran parte de la Edad Media.
La Iglesia Católica medieval contaba con una muy organizada estructura de sacerdotes ordenados en
diferentes categóricas, con cada uno de ellos cumpliendo determinadas funciones. Mientras algunos estaban a
18
cargo de las iglesias de las ciudades y las aldeas, otros ocupaban importantes cargos en las cortes de los
reinos. Muchos otros, además, vivían en los denominados monasterios: una especie de conventos en el que
los religiosos de una orden vivían juntos en una suerte de retiro espiritual, siguiendo estrictos códigos de
conducta. Tanto las iglesias como los monasterios tenían tierras a su disposición, muchas veces en forma de
feudos, lo que hacía que la Iglesia Católica acumulara muchas riquezas (sumado al diezmo, un impuesto que
recaudaba sobre toda la sociedad)
El poder de la Iglesia Católica podía verse en muchos aspectos del funcionamiento de la sociedad medieval.
Era la que establecía los comportamientos incorrectos y correctos y fijaba las pautas morales que tenía que
seguir toda la población, y sus sacerdotes amenazaban con el infierno o la excomunión a quienes no la
cumplieran. Un ejemplo de esto fue la llamada Paz de Dios, una serie de normas sobre la forma de hacer la
guerra entre la nobleza de los distintos reinos europeos establecida por la Iglesia a fines de la Alta Edad Media.
A su vez, la Iglesia Católica tenía un enorme poder cultural: en sus iglesias y monasterios se acumulaban la
mayor parte de los escritos de la Edad Media, y solían ser uno de los pocos grupos que sabían leer y escribir.
Además, como vimos, durante la mayor parte de la Edad Media los reyes tuvieron que respetar a la Iglesia
Católica y, muchas veces, someterse a esta. Hubo casos en que esta situación llevó a enfrentamientos entre
los monarcas y el papa: el más famosos es la llamada “Querella de las Investiduras” entre los años 1075 a
1122, en que los emperadores del Sacro-Imperio Romano Germánico lucharon contra el papado para resolver
quien controlaba a la Iglesia del Imperio.

1) ¿Qué características tenía un rey medieval?


2) ¿Por qué decimos que los reyes medievales tenían una profunda relación con la iglesia católica? Tené
en cuenta lo señalado en la fuente 2.
3) ¿Cómo funcionaba la iglesia católica medieval? ¿Cómo controlaba y regulaba los comportamientos de
los distintos sectores sociales? Usá como ejemplo lo que muestra la fuente 4 sobre la Paz de Dios.
4) Teniendo en cuenta la fuente 1. ¿El papá tenía más poder que los reyes? Justificá.
5) Escribí una breve crónica donde cuentes como sería tu visita a un convento medieval tomando lo
señalado por la fuente 5.

FUENTE 1. Dictatus Papae del papa Gregorio VII, 1075.


1) Que la iglesia romana fue fundada solo por el Señor.
2) Que solo el obispo de Roma (es decir, el papa) puede llamarse “universal” por derecho.
3) Que solamente él puede deponer y reinstalar obispos.
4) Que su legado, aún si es humilde, tiene precedencia en un concilio sobre todos los obispos y puede
pronunciar contra ello la sentencia de deposición.
5) Que el papa puede deponer a los ausentes. (…)
7) Que solo a él le está permitido promulgar nuevas leyes de acuerdo a las necesidades de los tiempos, reunir
nuevas congregaciones, convertir en abadía una iglesia canonical y viceversa, dividir una diócesis rica o unir las
pobres.
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8) Que solamente él puede usar las insignias imperiales
9) Que todos los príncipes deben besar los pies solamente al papa. (…)
11) Que su título es único en el mundo.
12) Que a él es lícito destituir emperadores. (…)
14) Que tiene el poder de ordenar un clérigo de cualquier iglesia, para el lugar que él quiera. (…)
16)Que ningún sínodo (reunión de obispos) puede ser llamado general si no es guiado por él. (…)
18) Que nadie puede revocar su palabra, y solamente él puede hacerlo.
19) Que nadie lo puede juzgar. (…)
21) Que las causas de mayor importancia, de cualquier iglesia, deben ser sometidas a su juicio.
22) Que la iglesia romana no ha errado y no errará jamás, y esto, de acuerdo al testimonio de las santas
escrituras. (…)
25) Que puede deponer y restablecer a los obispos, aunque fuera de una reunión sinodal
26) Que no debe ser considerado católico quien no esté de acuerdo con la Iglesia romana.
27) Que el Pontífice puede absolver a los súbditos del juramente de fidelidad respecto a los inicuos (personas
injustas)

FUENTE 2. Coronación del rey Ricardo II de Inglaterra, 1337.


“(…) Después fue tomado un juramento corporal por el arzobispo citado por el rey:
1) De conceder y conservar, con la confirmación de su juramente, las leyes y costumbres concedidas por los
reyes antiguos, justos y devotos de Inglaterra, predecesores del rey actual, al pueblo de Inglaterra y
especialmente a las leyes, las costumbres y las libertades concedidas por el mas glorioso y santo rey
Eduardo para el clero y el pueblo de mencionado reino.
2) De servir a dios, y el mantenimiento de la paz y la concordia de la Santa Iglesia de Dios, y para el clero y el
pueblo, de acuerdo a su fuerza.
3) Acerca de hacer lo necesario, en todos sus juicios, de acuerdo a la igualdad, la justicia y las decisiones de
forma misericordiosa y verdadera.
4) También de sostener y mantener las leyes justas y las costumbres de la Iglesia, y reforzar lo que el pueblo
de manera justa y razonable ha elegido y que el rey debe proteger y fortalecer por el honor de Dios, según
su fuerza.
El arzobispo mencionado, (…) expuso y narró a todo el pueblo como el rey había hecho el juramento, y preguntó
al pueblo si deseaban tenerlo y obedecerle como rey y señor feudal, y ellos por unanimidad dieron su
consentimiento (…)
Cuando estas cosas se habían hecho, el arzobispo comenzó con una gran voz a cantar el himno “Ven espíritu
creador” y cuando hubo terminado y el arzobispo dijo ciertas devotas oraciones para con el rey, (…) el rey fue

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ungido con santos aceites en varias partes del cuerpo, según la costumbre, por las manos del arzobispo (…), y
finalmente fue coronado.”

FUENTE 3. Algunos capítulos de la Regla de San Benito, escrita en 516 por San Benito de Murcia, que fundo
la Orden de los Benedictinos, una de las primeras ordenes monásticas de Europa Occidental.
“XV. Cómo se celebrarán los oficios divinos durante el día
Como dice el profeta: “siete veces al día te alabo”. Cumpliéremos este sagrado número de siete si realizamos
las obligaciones de nuestro servicio a las horas de laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas (…)
Y, refiriéndose a las vigilias nocturnas, dijo el mismo profeta: “A media noche me levanto para darte gracias”.
Por tanto, tributaremos las alabanzas a nuestro Creador en estas horas “por sus juicios llenos de justicia”, o
sea, a laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas, y levantémonos a la noche para alabarle (…)
XXII. Cómo han de dormir los monjes.
Cada monje tendrá su propio lecho para dormir. Según el criterio de su abad, recibirán todo lo necesario para
la cama de consonancia con su género de vida. En la medida de lo posible, dormirán todos juntos en un mismo
lugar; pero si de ser muchos resulta imposible, dormirán en grupos de diez o veinte, con ancianos que velen
solícitos sobre ellos. Hasta el amanecer deberá arder una lámpara continuamente en cada habitación.
Duerman vestidos y ceñidos con cintos o cuerdas, de manera que mientras descansan no tengan consigo los
cuchillos, para que no se hieran entre sueños. Y también con el fin de que los monjes estén siempre listos para
levantarse; así, para cuando se dé la señal, se pondrán de pie sin tardanza y de prisa para acudir a la obra de
dios, adelantándose unos a otros, pero con mucha gravedad y modestia. (…)
XLVIII. El trabajo manual de cada día.
La vagancia es enemiga del alma; por eso han de ocuparse los hermanos, a unas horas, en el trabajo manual,
y a otras, en la lectura divina.
En consecuencia, pensamos que estas dos ocupaciones pueden ordenarse de la siguiente manera: desde Pascua
hasta las calendas de octubre, al salir del oficio de prima trabajarán por la mañana en lo que sea necesario
hasta la hora cuarta. Desde la hora cuarta hasta el oficio de la sexta se dedicarán a la lectura. Después de la
sexta, al levantarse de la mesa, descansarán en sus lechos con un silencio absoluto, o, si alguien desea leer
particularmente, hágalo para sí solo, de manera que no moleste. (…) Si las circunstancias del lugar o la pobreza
exigen que ellos mismos tengan que trabajar con la recolección, que no se disgusten, por qué precisamente así
son verdaderos monjes, cuando viven del trabajo de sus propias manos, como nuestros Padres y los apóstoles.
FUENTE 4. Resoluciones del Sínodo de Charroux contadas por Golombardo, arzobispo de Burdeos, 989
“Siguiendo el ejemplo de mis predecesores, yo, Gombaldo, arzobispo de Burdeos, convoqué a una reunión de
los obispos de mi diócesis en el sínodo de Charroux (…) y nosotros, reunidos allí en el nombre de Dios, hicimos
los siguientes decretos:
1) Anatema (termino de origen griego usado por el cristianismo que significaba que algo o alguien estaba
maldito o fuera de la Iglesia) contra aquellos que irrumpen en las iglesias. Si alguien irrumpe en o roba a una
iglesia, debe ser anatemizado a menos que realice la correspondiente reparación.

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2) Anatema contra aquellos que roban a los pobres. Si alguien roba a un campesino o a cualquier otra persona
pobre una oveja, un buey, un burro, una vaca, una cabra o un cerdo, debe ser anatemizado a menos que realice
la correspondiente reparación.
3) Anatema contra aquellos que lastiman a los hombres del clero. Si alguien ataca, amenaza, o golpea a un
sacerdote, a un diácono o a cualquier otro hombre del clero que no lleva armas (escudo, espada, cota de malla
o casco) y que circula pacíficamente o se encuentra en su casa, el sacrílego debe ser excomulgado y expulsado
de la Iglesia, a menos que realice la correspondiente satisfacción o a menos que el obispo descubra que el
hombre del clero provocó con sus acciones al agresor.”

FUENTE 5. En el siguiente documento, veamos cómo se justificaba la división de la sociedad altomedieval para
un miembro de la iglesia, el obispó de Laon. Esta idea, llamada el esquema de los Tres Órdenes, era muy
difundida en la Europa medieval, y era como se legitimaba el orden social.
“El orden eclesiástico no compone sino un solo cuerpo. En cambio, la sociedad está dividida en tres órdenes.
Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo que no se rigen por la misma ley.
Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo
que a los pequeños, y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los siervos. Esta raza
de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministrados a todos por ellos, pues
los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad de Dios que es tenida como una, en realidad
es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres órdenes viven juntos y no sufrirán una separación.
Los servicios de cada uno de estos ordenes permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez presta
apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el mundo ha estado en paz.”

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Por debajo de los grandes poderes de la Iglesia Católica y los reyes cristianos, la sociedad altomedieval estaba
dividida, fundamentalmente, en dos grupos: los campesinos y los nobles. La sociedad altomedieval era,
fundamentalmente, rural: la mayor parte de la vida se desarrollaba en el campo, principalmente en los
distintos feudos rurales en los que se dividían los reinos. En ellos se daban las complejas relaciones entre
estos dos grupos sociales con modos de vida y formas de pensar y actuar totalmente diferentes.

Eran grupos de familias


muy poderosas, que se
habían ganado el
apoyo del rey. En algún
momento, los reyes les
habían dado un Título,
una especie de cargo,
generalmente
asociado a un feudo o
parte del reino, que los
convertía
automáticamente en
superiores al resto de
las personas, que les
tenían que tener mucho respeto y obedecerlos. Algunos títulos, por ejemplo, eran los de duques, condes y
marqueses, y se pasaban de padres a hijos. Solían tener muchos soldados y personas a su servicio, y se
juraban lealtad entre ellos y con el rey a cambio de poder, tierras o riquezas, en el llamado pacto de vasallaje.
Los nobles vivían en sus castillos, ubicados en los feudos que controlaban, servidos por numerosas personas.
Estaba mal visto que un noble trabajara de cualquier forma, y, por eso, su principal ocupación, aparte de
gobernar, era hacer la guerra. Eran los famosos caballeros, y, en la Alta Edad Media, un buen noble tenía
que ser también un gran guerrero. En cuanto a las mujeres nobles, su rol era muy importante. Solían estar a
cargo de los feudos con mayor frecuencia que sus esposos, y eran claves para las relaciones entre familias
nobles, arreglando matrimonios, reuniones y acuerdos. Los nobles se relacionaban entre ellos mediante
banquetes, reuniones y, sobre todo, justas, torneos de caballeros que combatían para demostrar su habilidad
como guerreros.

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Eran la gigantesca mayoría de la población medieval. Trabajadores del campo, su vida era extremadamente
dura. Comían poco (la dieta era sobre todo pan, y la carne era prácticamente un lujo), trabajaban muchísimas
horas y morían extremadamente jóvenes. Sus casas eran muy precarias, y en una podían vivir varias familias
juntas. Aunque había campesinos libres, la mayoría eran siervos de algún señor: esto significaba que se
tenían que quedar trabajando de por vida en el feudo, atados a la tierra, y darles la mayor parte de lo que
cosechaban del campo a cambio de protección (esto se llamaba pacto de servidumbre). También estaban
sometidos a cientos de abusos y violaciones por parte de los nobles, y solían ser olvidados por las leyes.
Tenían muy pocas posesiones, aunque algunos campesinos libres podían acumular algunas riquezas, como
una vaca, instrumentos de trabajo o tierras. Las familias campesinas de un feudo solían construir grandes
lazos de solidaridad entre sí: trabajaban juntas, y compartían lo que obtenían de la tierra o los bosques.

Esta terrible situación llevo a que, durante toda la Edad media, por toda Europa hubiera muchísimas revueltas
de campesinos contra los poderosos.

1) Analiza la fuente 1 y 3 y respondé:


A) ¿Por qué tanto reyes como nobles donaban esas tierras a la Iglesia?
B) ¿La mayoría de los habitantes de las tierras donadas eran siervos? Justificá.
2) ¿Cómo era la vida de los campesinos medievales según la fuente 2?

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3) Imagina que estamos jugando un RPG (un videojuego de rol) ambientado en la Alta Edad Media, y tenés
que crear tu personaje para ese juego. Elegí uno de los 2 grupos sociales que vimos en esta clase, y armá
las características de ese personaje siguiendo el siguiente modelo. A su vez, escribí un breve relato que
expliqué como sería un día en la vida de ese personaje dentro del juego.

FUENTE 1. Donación de un lugar de pesca en el rio Weser (noroeste de Alemania) a la abadía benedictina de
Corvey por parte del rey franco Luis “el Piadoso”, 832.
“En el nombre de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Luis, por la gracia de Dios, emperador Augusto. Si, por
nuestra propia caridad, hemos provisto iglesias en lugares dedicados a la adoración divina y en los mismos
lugares hemos construido refugios para los sirvientes de Dios, no solamente lo hemos hecho por adherir a la
honorable costumbre de la generosidad real, sino que también esperábamos recibir la recompensa de la vida
eterna a través de la distribución de regalos temporales.
Que sea sabido para todos, en el presente y en el futuro, que hemos otorgado, por el amor de Dios y la salvación
del alma, un caladero construido en honor a San Esteban, el primer mártir, y a la cabeza del cual se encuentra
nuestro fuel primo warin, su primer abad. (…) Pero viendo que el caladero no sería de mucha utilidad sin siervos,
hemos donado también a treinta y dos siervos para que estén total y enteramente al servicio del monasterio
(…)”

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FUENTE 2. Fragmentos de un cuento del siglo XIII.
“Ante dios me quejo a San Miguel, mensajero del rey del cielo, en nombre de los villanos (habitantes de una
villa, generalmente campesinos) de Verson. El primer servicio del año deben cumplirlo en San Juan, deben
cortar el heno, medirlo, aparejarlo y amontonarlo en medio de los prados; Cuando lo han reunido, deben
llevarlo al castillo del señor en el momento que se les ordena, (…) Si sus tierras pagan el champart (derecho que
el señor feudal tiene de percibir un porcentaje fijo de la producción de cereales de sus campesinos) su trigo
queda en otro lado. Está expuesto al viento y a la lluvia; Su trigo, yaciendo en el campo, donde el prejuicio es
tan grande, molesta mucho al villano. (…). Luego viene la feria del Prado y la de Nuestra Señora en septiembre,
donde se han de entregar los cerdos; Si el villano tiene ocho porcinos tomará para sí los dos más hermosos, y
el tercero es para el señor, quien no tomará el peor. El villano también ha de pagarle un dinero por los cerdos
restantes. Y luego viene Saint-Denis, cuando los campesinos se van acobardados, pues deben pagar sus censos
(pago que todos los años debían hacer los campesinos al señor del que dependían) que harán conmover a los
villanos, (…). Si no pueden pagar en el momento, están a merced de su señor. Luego deben la serna; (otro tipo
de pago del campesino al señor que consistía en trabajar las tierras del señor por un número determinado de
jornadas). Una vez que han labrado la tierra, van a buscar el trigo al granero, deben sembrarlo y rastrillar un
acre cada uno en su parte. Despues de esto, deben la oublie (ofrenda de los campesinos para su señor en
navidad, con el tiempo se volvió obligatoria) y para San Andrés la “ahumada” (para San Andrés se mataba al
lechón y se hacia el tocino ahumado que el campesino debe entregar a su señor). Después deben las brésages
(derechos que los campesinos debían pagar a su señor por la cebada molida para hacer cerveza), cada uno de
los dos sextarios de la cebada y tres cuartos de queso. (…) Luego, deben el horno (los campesinos estaban
obligados a llevar su harina al horno del señor para fabricar el pan, y debían pagar por el uso del mismo) (…)
¡O Señor! Sabed que no conozco gente más agobiada bajo el firmamento que los villanos de Verson; Nosotros,
por cierto, lo sabemos.”

FUENTE 3. Documento del siglo XI describe la donación de tierras que hace un señor al monasterio de Cluny,
en Francia.
“Yo, Josseran, caballero (…) con mi mujer Odile, ambos queremos que todos sepan que hacemos donación a Dios
y a sus santos apóstoles Pedro y Pablo, así como a los monjes de Cluny, a quienes dirige el venerable abad Hugo,
para nuestras almas y las de nuestros antepasados, de unas tierras que dependen de nosotros. Llamadas
Chaselle, y situadas en el territorio de Mácon, a saber: la iglesia y el cementerio, las viñas y los prados, los
bosques, los molinos y las aguas, el curso de las aguas (…) desde la iglesia de Ameuyny hasta el bosque de Bray
y hasta los prados de Taizé, y hasta el bosque de Chissé, y toda la tierra, cultivada o no, en el interior de esos
límites (…). Concedemos igualmente estos siervos: el molinero Guy y sus hijos; Humberto y su esposa e hijos; y
los hijos de Joussauud el boyero; igualmente el otro Joussaud y sus hijos; Humberto, hijo de Roberto, y su madre,
y los hijos de Mainberto, también el hijo de Giraud, los hijos de Alerico; Juan y la mitad de sus hijos; el molinero
Vicente y la mitad de sus hijos, Engeaume y la mitad de sus hijos. Por lo que respecta a las esposas de estos tres
últimos, solo retendremos ocho dineros como censo de cada una de ellas mientras vivamos (…) Hecho en el año
de la encarnación del señor, 1089, bajo el reinado de Felipe, rey de Francia.”

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Lejos de ser una época oscura y sin cultura, la Edad Media Europea estuvo llena de representaciones
artísticas. Música, danza, teatro, narraciones: todo un universo de distintas artes recorría las aldeas y
castillos, entreteniendo y conmoviendo tanto a nobles como campesinos. Sin embargo, vamos a detenernos
a analizar en detalle dos de esas representaciones artísticas, ya que nos dicen mucho de cómo veían el mundo
las personas de la Edad Media europea: las iluminaciones y la pintura.

Mientras que la pintura nos resulta conocida, queda saber que eran las iluminaciones. Llamamos de esta
forma a un tipo de ilustraciones que solían acompañar los códices (el formato más común de libros en la
Edad Media) y pergaminos medievales. Estos eran escritos y copiados a mano, generalmente por monjes y
sacerdotes, y realizarlos era todo un arte. Con el tiempo, fue desarrollándose la costumbre de embellecer
estos escritos con ilustraciones (ubicadas generalmente en los márgenes) que mostraran (“iluminaran”)
gráficamente las ideas que había en el texto. Vamos a analizar una selección de pinturas e ilustraciones alto
y bajomedievales para ver que nos dicen de este mundo.

1) Analizando la selección de arte medieval, respondé:


a) ¿Cuáles son los temas representados en las obras?
b) ¿La presencia de esas temáticas tiene que ver con cómo era y pensaba la sociedad medieval? Justificá
con cada una de las temáticas que señalaste.
c) ¿A partir de que siglo aparecen representados demonios?
2) Elaborá tu propia obra de arte medieval inspirándote en las que observaste. ¡La idea es que represente
una escena o temática de la edad media…pero en la que vos seas la o el protagonista! Puede ser una
ilustración, una iluminación…o si te animás, ¡La página entera de un códice medieval!

27
28
FUENTE 1. Códice medieval, siglo IX.
FUENTE 2.
Iluminación, Suiza, FUENTE 2.
siglo XIV Iluminación, Suiza,
siglo XIV

FUENTE 4. ilustración,
Francia, siglo XV

FUENTE 3.
Iluminación,
Inglaterra, siglo XIII

29
FUENTE 5. ilustración,
Alemania, siglo XII

FUENTE 6.
iluminación,
Inglaterra, siglo XIII

30
FUENTE 7. pintura, FUENTE 8. iluminación,
Francia, 1480. Francia, siglo XIII

FUENTE 9. iluminación,
Francia, siglo XV

31
En el año 610, un comerciante de una región bastante marginal del mundo, Arabia, volvió a su ciudad, La
Meca, con la noticia de que había tenido una revelación divina. El verdadero dios, Alá, le había hablado a
través del Arcángel Gabriel, ordenándole que predicará la verdadera fe. Ese comerciante era Mohamed,
o Mahoma, y esa nueva fe era el islam.

La predica de Mahoma rápidamente le ganó muchísimos seguidores, y su religión se volvió inmensamente


popular, aunque también le ganó enemigos. El y los suyos escaparon a la ciudad de Medina en el año 622,
en un hecho conocido como la Hégira y que marca el inicio del calendario para los musulmanes, el nombre
que recibieron los seguidores de esta nueva fe. Desde Medina, Mahoma comenzó a asentar las bases de
su nueva religión, y sus enseñanzas y doctrina fueron escritas por muchos de sus seguidores en los llamados
hadits y sunas, que, más tarde, darían origen al libro sagrado de los musulmanes, el Corán.
Si bien era una nueva religión, el islam tomaba mucho del judaísmo y del cristianismo. Cómo ellas, sostenía
que había un único dios, Alá, y que su fe era la única verdadera. Los musulmanes, o seguidores del islam,
debían seguir una serie de cinco preceptos para ser buenos musulmanes: el testimonio (declarar al islam
como única religión y a Mahoma como único profeta), la oración (realizada cinco veces al día y en dirección
a la meca), el azaque (o limosna, donar una parte de los ingresos) el ayuno y la peregrinación a la Meca.
Los buenos creyentes eran recompensados. Otra particularidad del islam es que, desde Mahoma, los
líderes de la religión eran los líderes políticos de un pueblo: es por esto que, en su doctrina, Mahoma fue
más allá de lo religioso y dejo claro cómo debían regularse muchísimos aspectos de la sociedad, la
economía o la política. Estos líderes recibirán el nombre de califas.

Mahoma murió en el año 632 habiendo conquistado toda Arabia y construido una poderosa religión con
miles de seguidores. Sus sucesores, los llamados califas ortodoxos, eran miembros de la familia de
Mahoma. Bajo su liderazgo, los árabes se lanzaron a la conquista para expandir sus dominios y su fe más
allá de la península arábiga. En el año 638 conquistaron Siria tras derrotar a los bizantinos, en el 641
conquistaron Egipto y en el 651 conquistaron al imperio persa. En el 661, el naciente imperio musulmán
fue sacudido por la primera (pero no la última) fitna, o guerra civil religiosa, entre dos ramas del islam que
se enfrentarían por los siguientes siglos: los sunitas y los chiitas. De este enfrentamiento surgiría un nuevo
califato, el Omeya, con un nuevo criterio para elegir al califa: ya no sería un miembro de la familia del
profeta sino el “mejor de los creyentes” (es decir, quien sea que pudiera hacerse con el poder).
El califato omeya, de origen sunita, continuó con su expansión hasta el 750, cuando fue derrocado por una
revuelta popular. Había nacido un nuevo califato, el abasí, que gobernó la mayor parte del mundo islámico
desde el 754 hasta el siglo XIV. Sin embargo, con los abasíes, el mundo islámico comenzaría un largo
proceso de fragmentación: distintas partes del imperio irán separándose y formando sus propios reinos
musulmanes, llegando algunos a proclamar su propio califato, como el de Córdoba en el 929, ubicado en
la península ibérica

32
1) ¿Cómo surgió el islam? ¿Qué tenía en común con el cristianismo?
2) ¿Por qué decimos que el islam es una religión que dice mucho sobre cómo organizar una sociedad?
Usá como ejemplo lo que sostiene la fuente 1.
3) ¿Quiénes eran los Califas? ¿Qué imagen del califa da la fuente 2?
4) Según la fuente 3, ¿Cómo fueron recibidos los árabes musulmanes entre la población de muchos
territorios conquistados?

Fuente 1. Fragmentos de la Sura 2 y 4


“(…) No será perjudicada una madre por su hijo ni un padre por su hijo.
1. Y lo mismo se aplica al heredero.
2. Y si ambos, de mutuo acuerdo y consultándose, desean destetar al hijo antes de tiempo, no cometen falta. Y
si deseáis que otra persona amamante a vuestros hijos
3., no cometéis falta mientras lo paguéis conforme a lo que es justo
4. Y aquellos de vosotros que mueran dejando esposas deben testar para sus esposas la manutención de un año
sin echarlas. Pero si ellas se marchan, entonces no cometéis falta por lo que ellas hagan con sus personas
buenamente.
5. Dios es poderoso, sabio
“(…) ¡Oh, los que creéis! Cuando contraigáis una deuda por un plazo determinado, escribidlo.
1. Que alguien de entre vosotros lo escriba honestamente y que no se niegue a hacerlo, tal como Dios le ha
enseñado. Así pues, que escriba y que el deudor le dicte y que tema desagradar a Dios, su Señor, y no omita
nada. Y si el deudor fuese necio o débil mental o incapaz de dictar, que su representante legal dicte con
honestidad. Y que dos hombres de entre vosotros sean testigos. Y si no hubiese dos hombres, que sean un hombre
y dos mujeres que os satisfagan como testigos, de manera que, si alguna de ellas se equivoca, una le haga
recordar a la otra.
2 Los testigos no deberán negarse, cuando sean requeridos. Y no consideréis fatigoso el escribirlo, sea la suma
pequeña o grande, consignando su plazo de vencimiento. Esto es más equitativo para vosotros ante Dios, hace
más seguro el testimonio y da menos lugar a dudas. Excepto si la transacción entre vosotros se realiza al contado,
sin intermediarios, pues en ese caso, no hay inconveniente si no la escribís.”
12. A vosotros os corresponde la mitad de lo que dejen vuestras esposas si no tienen hijos. Si tienen, os
corresponde un cuarto. Esto, luego de satisfacer sus legados o deudas. Si no tenéis hijos, a ellas les corresponde
un cuarto de lo que dejéis. Si tenéis, un octavo de lo que dejéis. Esto, luego de satisfacer vuestros legados o
deudas. Si los herederos de un hombre o de una mujer son parientes colaterales y le sobrevive un hermano o una
hermana, entonces, les corresponde, a cada uno de los dos, un sexto. Si son más, participarán del tercio de la

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herencia, luego de satisfacer los legados o deudas, sin dañar a nadie. Ésta es disposición de Alá. Alá es
omnisciente, benigno.
13. Éstas son las leyes de Alá. A quien obedezca a Alá y a Su Enviado, Él le introducirá en jardines por cuyos bajos
fluyen arroyos, en los que estarán eternamente. ¡Éste es el éxito grandioso!
(…)34. Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más
que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos,
de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el
lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande.

FUENTE 2. Abul Hasan Ali Al-Masu'di, el Libro de las Planicies Doradas, 940 dc
“Al Mansur, el tercer califa de la casa de Abbas, sucedió a su hermano Es-Saffah ("el derramador de sangre").
Fue un príncipe de gran prudencia, integridad y discreción; pero estas buenas cualidades fueron mancilladas por
su extraordinaria codicia y crueldad ocasional. Patrocinó a poetas y hombres eruditos, y estaba dotado de una
memoria notable. Se dice que podía recordar un poema después de haberlo escuchado una sola vez. También
tenía una esclava que podía memorizar todo lo que había oído dos veces, y una esclava que podía hacer lo mismo
con lo que había oído tres veces.
Un día se le acercó un poeta trayendo una oda de felicitación, y Al Mansur le dijo: "Si parece que alguien se la
sabe de memoria, o que alguien la compuso, es decir, que la trajeron aquí". por otra persona antes que tú, no te
daremos recompensa por ello; pero si nadie lo supiera, te daremos el peso en dinero de aquello sobre lo cual
está escrito".
Así repitió el poeta su poema, y el califa lo memorizó enseguida, aunque contenía mil versos. Luego le dijo al
poeta: "Escúchalo de mí", y lo recitó perfectamente. Luego añadió: "Y este esclavo también se lo sabe de
memoria". Este era el caso, como lo había oído dos veces, una del poeta y otra del califa. Entonces el Califa dijo:
"Y esta esclava, que está oculta por la cortina, ella también lo recuerda". Así que repitió cada letra de ella, y el
poeta se fue sin recompensa.”

FUENTE 3. Relato del historiador árabe al-Baladhuri sobre la postura de los judíos y cristianos de siria ante la
conquista bizantina, 892.
“Cuando Heraclio (el emperador bizantino) reunió sus tropas contra los musulmanes y los musulmanes oyeron
que venían a su encuentro en al-Yarmuk, los musulmanes regresaron a los habitantes de hims el karaj[tributo]
que les habían quitado diciendo: "Estamos demasiado ocupados para apoyarlos y protegerlos. Cuídense". Pero
el pueblo de Hims respondió: "Nos gusta mucho más tu gobierno y tu justicia que el estado de opresión y tiranía
en el que nos encontrábamos. El ejército de Heraclio ciertamente, con la ayuda de tu 'amil', repeleremos de la
ciudad". Los judíos se levantaron y dijeron: "¡Juramos por la Torá que ningún gobernador de Heraclio entrará en
la ciudad de Él a menos que primero estemos vencidos y exhaustos!" Salvando esto, cerraron las puertas de la
ciudad y las guardaron. Los habitantes de las otras ciudades -cristianos y judíos- que habían capitulado ante los
musulmanes, hicieron lo mismo, diciendo: "Si Heraclio y sus seguidores ganan a los musulmanes volveremos a
nuestra condición anterior.”

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FUENTE 4. Corán Medieval.
Cómo vimos, la expansión del islam unificó, a partir de una nueva religión, muchas culturas y civilizaciones
diferentes. Se había armado un nuevo espacio, el mundo islámico o musulmán, que, aunque a los pocos siglos
dejaría de estar unido políticamente, compartiría unas series de características culturales, sociales y económicas
que veremos a continuación. Durante los siglos VIII y XV fue el mundo musulmán, y no la Europa cristiana, la
mayor potencia mundial en cuanto a desarrollo científico, cultural, económico y urbano, en lo que se llamó “La
Edad de Oro del islam”. Vamos, entonces, a conocer esta apasionante civilización.

La expansión del islam puso bajo el poder de los califas, los grandes gobernantes del mundo musulmán, algunas
de las zonas más ricas y claves del mundo, como el Imperio Persa o Egipto. A su vez, esta cultura tenía una
posición geográfica clave: los dominios musulmanes unían el occidente cristiano, África central y el lejano
oriente. Gracias a todo esto, el mundo islámico construyo un gran aparato comercial y productivo. Su base eran
las ciudades o medinas, el centro de la civilización islámica. Estas enormes urbes como Bagdad o El Cairo,
superaban por mucho a las ciudades europeas de la época, con sus grandes murallas, sus ricos bazares (o
mercados), sus imponentes grandes mezquitas (los templos musulmanes) y sus majestuosos palacios para los
gobernadores. Allí había grandes talleres donde se producían multitud de productos elaborados a partir de
materias primas venidos de los tres continentes. Caravanas de comerciantes se movían por tierra y mar para
llevar estos productos e intercambiarlos por otros de tierras lejanas, enriqueciendo aún más a las ciudades. Este
desarrolladísimo comercio (que era alentado por el islam, que afirmaba que dios veía bien enriquecerse) se valía
de técnicas muy avanzadas para la época, como actividades bancarias, letras de cambio y asociaciones
mercantiles.
En las afueras de las ciudades se extendían cultivos de regadío que usaban técnicas antiguas modernizadas por
los musulmanes. Allí se plantaba trigo y cebada, así como arroz, legumbres y árboles frutales: la base de la
alimentación del califato o los reinos islámicos.

El califato abasí en el 820

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Como ya dijimos, el mundo islámico tenía la particularidad de que su libro sagrado, el Corán, estaba lleno de
recomendaciones sobre cómo tenían que funcionar todos los aspectos de una sociedad. Es por eso que la base
de toda la organización social, económica y política del mundo musulmán era la sharia, o la ley islámica, que se
elaboraba a partir de interpretar el Corán y los hadits, las enseñanzas de Mahoma. Los ulemas, un grupo de
servidores del Estado que eran una mezcla de científicos, juristas (es decir, personas que hacen leyes) y hombres
religiosos eran los encargados de estudiar el Corán y elaborar la sharia.
Según la sharia, todos los musulmanes eran iguales en la fe, por lo que, en teoría, en el mundo islámico no había
diferencias sociales como las de la Europa cristiana (nobleza y siervos, por ejemplo). Aunque obviamente había
ricos y pobres y familias poderosas de comerciantes, terratenientes o funcionarios, todos debían tener los
mismos derechos y obligaciones, incluso el califa. Esta comunidad de todos los musulmanes era conocida como
la Umma.
Aunque estaban fuera de la Umma, pueblos de otras religiones eran bienvenidos en el mundo islámico: los
cristianos, judíos y zoroastrianos (la religión dominante en el Imperio Persa) podían vivir en el mundo musulmán
sin problemas mientras pagaran un impuesto (la yiza) y no ocuparan puestos religiosos o militares (lo que no
impidió que se desempeñaran muy bien en otros roles, como administración o comercio).Esto es clave ya que,
como vimos, lo que unía al mundo musulmán era la fe: lo conformaban decenas de pueblos y culturas
diferentes.
Los únicos excluidos de estos beneficios eran los esclavizados, que, debido a que no podían ser musulmanes,
eran generalmente prisioneros de guerra capturados en África central, las estepas turcas de Asia o la Europa
eslava. Generalmente eran domésticos o militares y tenían algunos derechos que debían ser respetados.
La situación de la mujer, como en la mayoría de las sociedades de la época, tampoco era la mejor. Era
considerada una menor de edad siempre a cargo de los hombres de la familia. Entre la elite del mundo islámico,
era costumbre que los varones tuvieran varias esposas y mantuvieran semiencerradas a sus mujeres, como un
tesoro a proteger. Entre las grandes mayorías trabajadoras y campesinas, sin embargo, estas dos cosas no eran
comunes, y las mujeres solían trabajar junto a los hombres en el campo o los talleres.

El islam establecía que la búsqueda del saber y el conocimiento eran una misión que agradaba a Alá, por lo
que durante la Edad de Oro de esta cultura la producción científica y artística de los musulmanes fue
insuperable. A esto ayudaron algunos otros factores: el gran crecimiento y desarrollo de las ciudades, el
constante movimiento de personas (con sus conocimientos) en viajes comerciales o la peregrinación a La Meca,
la recuperación de los saberes de culturas milenarias como la hindú, la persa o la griega y el financiamiento a
las ciencias y artes por parte de los califas. Algo no menor, también, era el uso del papel: un invento chino que
llegó al mundo musulmán en el 751, después de la batalla de Talas entre los árabes y este pueblo.
En casi todas las ciudades musulmanas había escuelas, bibliotecas y madrazas (centros religiosos que eran
también lugares de investigación), mientras que fue en el mundo islámico donde se crearon las primeras
universidades del mundo. La mayor parte de estos sabios eran ulemas, que mezclaban estudios religiosos con
arte, ciencia y pensamiento. Los musulmanes fueron grandes filósofos que se hicieron preguntas sobre la
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existencia, el ser, y muchas otras cuestiones. Su filosofía, la falsafá, retomaba a los grandes pensadores de la
antigua Grecia, y, sin ella, mucho de lo que estos escribieron no hubiera llegado a nosotros. También eran
grandes amantes de la poesía, con autores famosos como Sayí al-Dawla o Ibn al Muqqafa, que escribió una épica
saga que reunía toda la historia de los soberanos persas, el Libro de los Reyes.
En las ciencias, los aportes del mundo musulmán fueron increíbles. Desarrollaron grandes avances en la Historia
(con Ibn Jaldún siendo uno de los primeros en reflexionar sobre como interpretamos el pasado y hacemos esta
ciencia social) o la Geografía y la Cartografía. En matemáticas, los sabios musulmanes eran expertos,
desarrollando el álgebra como hoy la conocemos o haciendo llegar a occidente los números que hoy usamos y
el cero (todos inventos hindúes). Fueron extraordinarios astrónomos y químicos, y destacaron en la medicina,
donde uno de sus más importantes sabios, Ibn Sina (un hombre extraordinario que estudio multitud de
disciplinas y ciencias) creó las bases de los conocimientos médicos que se usaron por siglos en gran parte de
Europa y Asia.

1) Elaborá un cuadro que resuma las principales características del mundo islámico medieval de la Edad
de Oro.
2) ¿El comercio y la religión fueron importantes para el desarrollo tecnológico y cultural del islam
medieval? Justificá.
3) ¿Qué diferencias encontrás entre cómo se organizaba la sociedad en el islam medieval y en los reinos
cristianos feudales?
4) A partir de lo que aprendimos y del relato y las imágenes de Bagdad de la fuente 1 y las imágenes 1 y
2, escribí un relato o elaborá un comic en el que reconstruyas como sería un día de visita en esa ciudad
en el que vivas alguna aventura. ¡Tienen que aparecer la mayor cantidad de características de la edad
de oro del islam que sean posibles!
5) Según la fuente 2 ¿Qué idea tenía Ibn Sina sobre qué hay que hacer para conocer algo? ¿Te suena
parecido a lo que hoy hace la ciencia? Justificá.

FUENTE 1. Descripción de Bagdad en la Enciclopedia Geografica de Yakut, siglo X


“La ciudad de Bagdad formaba dos vastos semicírculos en las márgenes derecha e izquierda del Tigris, de doce
millas de diámetro. Los numerosos suburbios, cubiertos de parques, jardines, villas y hermosos paseos, y
abundantemente provistos de ricos bazares y mezquitas y baños finamente construidos, se extendían a lo largo
de una distancia considerable a ambos lados del río. ¡En los días de su prosperidad, la población de Bagdad y sus
suburbios ascendía a más de dos millones! El palacio del califa se alzaba en medio de un vasto parque de varias
horas de circunferencia que, junto a una casa de fieras y un aviario, formaba un recinto para animales salvajes
reservado para la caza. Los terrenos del palacio estaban dispuestos con jardines y adornados con exquisito gusto
con plantas, flores y árboles, aljibes y fuentes, rodeados de figuras esculpidas. En este lado del río estaban los

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palacios de los grandes nobles. Inmensas calles, de nada menos que cuarenta codos de ancho, atravesaban la
ciudad de un extremo a otro, dividiéndola en manzanas o barrios, cada uno bajo el control de un capataz o
capataz, que velaba por la limpieza, la salubridad y la comodidad de los habitantes.
Las salidas de agua, tanto al norte como al sur, eran como las puertas de la ciudad, custodiadas día y noche por
relevos de soldados apostados en las torres de vigilancia a ambos lados del río. Todos los hogares estaban
abundantemente abastecidos de agua en todas las estaciones por los numerosos acueductos que cruzaban la
ciudad; y las calles, jardines y parques se barrían y regaban con regularidad, y no se permitía que quedara basura
dentro de los muros. Una inmensa plaza frente al palacio imperial se utilizaba para revisiones, inspecciones
militares, torneos y carreras; por la noche la plaza y las calles se iluminaban con farolas.
Existía también un amplio espacio abierto por donde desfilaban diariamente las tropas cuyo cuartel se
encontraba en la margen izquierda del río. Los estrados largos y anchos en las diferentes puertas de la ciudad
fueron utilizados por los ciudadanos para el chisme y la recreación o para observar el flujo de viajeros y gente
del campo hacia la capital. Las diferentes nacionalidades en la capital tenían cada una un oficial principal para
representar sus intereses ante el gobierno, ya quien el extranjero podía acudir en busca de consejo o ayuda.
Bagdad era una verdadera Ciudad de Palacios, no de estuco y argamasa, sino de mármol. Los edificios eran por
lo general de varios pisos. Los palacios y mansiones estaban lujosamente dorados y decorados, y colgaban
hermosos tapices y colgaduras de brocado o seda. Las habitaciones estaban amuebladas de forma ligera y con
buen gusto con lujosos divanes, mesas costosas, jarrones chinos únicos y adornos de oro y plata.
Ambos lados del río estaban bordeados por millas por los palacios, quioscos, jardines y parques de los grandes y
nobles, los escalones de mármol conducían hasta la orilla del agua, y la escena en el río estaba animada por
miles de góndolas, adornadas con banderitas. , bailando como rayos de sol sobre el agua,

y llevar a los ciudadanos de Bagdad en busca de placer de una parte de la ciudad a la otra. A lo largo de los
amplios muelles yacían ancladas flotas enteras, embarcaciones marítimas y fluviales de todo tipo, desde el junco
chino hasta la vieja balsa asiria que descansaba sobre pieles infladas.
Las mezquitas de la ciudad eran a la vez de gran tamaño y extraordinariamente hermosas. Había también en
Bagdad numerosos colegios de enseñanza, hospitales, enfermerías para ambos sexos y asilos para lunáticos.

FUENTE 2. Ibn Sina, Sobre la Medicina, 1020 D.C.


“La medicina considera el cuerpo humano como el medio por el cual se cura y por el cual se le aleja de la salud.
El conocimiento de algo, puesto que todas las cosas tienen causas, no se adquiere ni se completa a menos que
se conozca por sus causas. Por lo tanto, en medicina debemos conocer las causas de la enfermedad y la salud.
Y debido a que la salud y la enfermedad y sus causas a veces son manifiestas, ya veces ocultas y no pueden ser
comprendidas excepto por el estudio de los síntomas, también debemos estudiar los síntomas de la salud y la
enfermedad. Ahora bien, está establecido en las ciencias que ningún conocimiento se adquiere sino por el
estudio de sus causas y principios, si ha tenido causas y principios; ni completado excepto por el conocimiento
de sus accidentes y elementos esenciales que lo acompañan.”

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IMAGENES 1 Y 2.
Reconstrucciones del
aspecto de la ciudad
de Bagdad
Durante la Alta y la Baja Edad media Europa y Asia fueron convulsionadas por dos culturas qué, en distintos
momentos históricos, lanzaron grandes campañas militares contra los reinos e imperios de los dos continentes.
Más allá de las destrucciones y los saqueos, los dos pueblos transformaron para siempre la Historia de estas
partes del mundo al mezclarse con las culturas de las civilizaciones conquistadas y generar otras nuevas.
Hablamos de los vikingos y los mongoles.

En el año 793, un grupo de asaltantes llegaron en barco al noroeste de Inglaterra y saquearon el monasterio de
Lindisfarne. Este ataque fue la primera noticia importante que los cristianos europeos tenían de un pueblo
guerrero del lejano norte: los vikingos. Sin embargo, estaba lejos de ser el último.

Los vikingos eran una cultura de pastores y aldeanos que vivían en la península de Escandinavia, en el gélido
norte de Europa. Se repartían en pequeñas aldeas, y estaban divididos en multitud de reinos gobernados por
clanes familiares. Las tierras eran trabajadas por la comunidad, y eran muy buenos artesanos, comerciantes y,
sobre todo, navegantes. Eran, además, politeístas, con una rica y compleja religión de muchos dioses, entre los
que destacaban Thor, Odín y Freya. Amantes de las historias, los vikingos contaban las gestas y hazañas de sus
antepasados en las llamadas sagas, donde lo real se mezclaba con lo mitológico.

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Las contantes disputas entre estos pequeños reinos habían convertido a los vikingos en grandes y temibles
guerreros, expertos en lanzar asaltos para capturar esclavos y robar riquezas, por lo que, cuando sus navegantes
lograron llegar a las fértiles y ricas tierras del sur de Europa, no dudaron en lanzarse al mar para saquearlas.
También lanzaron incursiones contra las tierras eslavas de los Rus (actual Rusia) y comerciaron activamente con
los mercaderes musulmanes.
Los asaltos de los vikingos fueron el terror de los reinos cristianos medievales durante siglos. Los señores
feudales y reyes no podían detener a estos guerreros que lanzaban ataques relámpago desde el mar, saqueaban
y se iban antes de que pudieran ser derrotados. Con el tiempo, muchos reyes vikingos empezaron a cambiar
de estrategia: ya no buscaban saquear, sino conquistar y asentarse en las fértiles tierras del sur. Esto, sumado
a que varios reyes decidieron conceder feudos a los señores vikingos para evitar sus ataques y tenerlos como
aliados, llevo a que estos, lentamente, se fueran integrando en la Europa medieval y adoptando el cristianismo.
El caso más famoso es el de los normandos, un pueblo vikingo que termino gobernando grandes reinos y feudos
europeos, como Sicilia, Normandía e Inglaterra.

En el año 1206, un líder de un clan mongol (un pueblo trashumante de jinetes


y pastores de las estepas de Asía), Temudjín, se proclamó Genghis Khan (o
señor de los khanes, jefes de los mongoles) luego de unir a todas las tribus de
este pueblo bajo su mando. Ese mismo año, lanzó a su pueblo a una campaña
de conquista que tenía el objetivo de conquistar todo el mundo. Aunque
parezca descabellado, los mongoles estuvieron muy cerca de conseguirlo
durante los próximos cien años.
El ejército mongol era imparable. Formado por miles y miles de soldados, los
jinetes mongoles eran unos de los mejores jinetes del mundo. Eran expertos
en ataques y retiradas, emboscadas, y en arte de disparar montado a caballo,
en lo que sobresalían sus mejores guerreros, los Mangudai. La horda de
Genghis Khan (como se llamaba a los ejércitos mongoles bajo el mando de un
líder) conquistó casi la totalidad del imperio chino y parte de Asía central. A su muerte, sus generales se
lanzaron a continuar su misión de la conquista mundial: los mongoles cayeron sobre el mundo musulmán
arrasando con el califato abasí (destruyeron Bagdad en el 1258) y solo pudiendo ser detenidos en Egipto,
aunque conquistaron Irán, Irak, Siria y parte de Turquía y Japón. El continente europeo tampoco se salvó de
las hordas mongolas. Los rus fueron sometidos a los mongoles, qué, desde allí, invadieron Polonia, Hungría y
Bulgaria destruyendo sus principales ciudades.
Sin embargo, a pesar de su superioridad militar, la principal arma de los mongoles era el terror. Destruían
totalmente casi todas las ciudades que se negaban a rendirse ante sus hordas, masacrando a miles y miles de
prisioneros. Para la mayoría de las civilizaciones de Europa y Asia, que iban, de a poco, conociendo las historias
sobre la horda mongola, su llegada era motivo de pánico. Millones de personas, muchas veces pueblos y culturas

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enteras, migraron atravesando continentes para escapar de los khanes y sus ejércitos. Las invasiones mongolas
son consideradas, por muchos historiadores, uno de los conflictos más letales de la historia humana.

Mapa del Imperio mongol durante su


máxima extensión

De todas formas, los mongoles no dejaron solo destrucción. Construyeron un poderoso y extensísimo imperio
que, si bien se fragmento al poco tiempo, dejó dinastías mongolas gobernando muchos Estados tan lejanos y
diferentes como China y la India. Desde los tiempos de Genghis Khan, los mongoles estuvieron dispuestos a
aprender sobre la cultura de los pueblos a los que conquistaban. Tomaron muchísimo de la cultura china (como
el uso de la pólvora) y se terminaron convirtiendo al islam, la religión del mundo musulmán. Los reinos que
sucedieron a la conquista mongola fueron ricos, poderosos y prósperos Estados donde las tradiciones de estos
pastores guerreros jinetes de caballos se mezclaron con las de civilizaciones milenarias.

1) ¿Qué transformaciones generaron las grandes invasiones en la Europa cristiana y en el mundo


musulmán?
2) ¿Qué elementos similares y diferentes podés ver entre las invasiones vikingas y las mongolas?
3) ¿Cómo describen las fuentes 7, 8 y 9 a los invasores vikingos y mongoles? Da ejemplos.
4) Elaborá uno de los siguientes ambientado en las invasiones vikingas o mongolas:
a) Un relato corto
b) Un comic
c) Un juego de mesa
d) Un dibujo o ilustración

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FUENTE 1. Caballeros y arqueros normandos, Tapiz de Bayeux, 1082-1096

FUENTE 2. Genghis Khan entrando en Pekín, grabado persa.

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FUENTE 3. Mangudais mongoles, grabado persa.

FUENTE 4. Jinetes mongoles contra jinetes chinos, grabado persa. 45


FUENTE 5. Milicia de Guérande frente a los vikingos, manuscrito
de la abadía de Angers, siglo XI

FUENTE 6. Reconstrucción de un drakar o barco vikingo.

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FUENTE 7. Reporte del saqueo vikingo a Lindisfarne, Crónica Anglosajona, 793 D.C.
“Aquí se produjeron terribles presagios sobre la tierra de Northumbria, y miserablemente asustaron a la gente:
estos eran inmensos destellos de relámpagos, y se vieron dragones de fuego volando en el aire. Una gran
hambruna siguió inmediatamente a estos signos; y poco después de eso en el El 8 de junio del mismo año, la
incursión de hombres paganos devastó miserablemente la iglesia de Dios en la isla de Lindisfarne mediante
saqueos y matanzas”
FUENTE 8. Reconstrucción de Simehón de Durham sobre el saqueo a Lindisfarne, siglo XII
“En el mismo año [793 d. C.] los paganos de las regiones del norte llegaron con una fuerza naval a Gran Bretaña
como avispas y se extendieron por todos lados como lobos temerosos, robaron, desgarraron y mataron no solo
bestias de carga, ovejas y bueyes, sino incluso sacerdotes y diáconos, y grupos de monjes y monjas.Y llegaron a
la iglesia de Lindisfarne, arrasaron todo con dolorosos saqueos, pisotearon los lugares santos con gradas
contaminadas, desenterraron los altares y se apoderaron de todos los tesoros de la santa iglesia. Mataron a
algunos de los hermanos, a algunos se los llevaron encadenados, a muchos los expulsaron desnudos y cargados
de insultos, a algunos los ahogaron en el mar.”
FUENTE 9. Ibn al-Athir, Sobre los Tartaros, 1220-1221
“Incluso el Anticristo perdonará a los que le sigan, aunque destruirá a los que se le oponen, pero estos tártaros
no perdonaron a nadie, matando a mujeres, hombres y niños, desgarrando a las mujeres embarazadas y
matando a los niños no nacidos. Verdaderamente de Dios pertenecemos, y a Él volvemos, y no hay fuerza ni
poder sino en Dios, el Altísimo, el Todopoderoso, ante esta catástrofe, cuyas chispas volaron a lo largo y ancho,
y el dolor fue universal; y que pasaban sobre las tierras como nubes impulsadas por el viento. Porque estos eran
un pueblo que surgió de los confines de China y atacó las ciudades de Turkestán, como Kashghar y Balasaghun
(…)
Además, no necesitan comisariado ni transporte de provisiones, porque tienen consigo ovejas, vacas, caballos y
cuadrúpedos similares, cuya carne comen, nada más. En cuanto a las bestias que montan, éstas cavan la tierra
con sus pezuñas y comen las raíces de las plantas, sin saber nada de la cebada. Y así, cuando descienden en
cualquier parte, no tienen necesidad de nada exterior. En cuanto a su religión, adoran al sol cuando sale, y no
consideran nada ilegal, porque comen todas las bestias, incluso perros, cerdos y similares; ni reconocen el vínculo
matrimonial, porque varios hombres están en relaciones matrimoniales con una mujer, y si nace un niño, no sabe
quién es su padre.
Ahora es el momento de que describamos cómo irrumpieron por primera vez en las tierras. Me han contado
historias, que el oyente apenas puede creer, en cuanto al terror de los tártaros, que Dios Todopoderoso puso en
los corazones de los hombres; de modo que se dice que uno solo de ellos entraba en una aldea o barrio donde
había mucha gente, y los seguía matando uno tras otro, sin que ninguno se atreviera a extender su mano contra
este jinete. Y he oído que uno de ellos tomó cautivo a un hombre, pero no tenía consigo ningún arma con que
matarlo; y le dijo a su prisionero: "Apoya tu cabeza en el suelo y no te muevas", y así lo hizo, y el tártaro fue y
tomó su espada y lo mató con ella.”

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Ya conocimos como era la vida de las sociedades europeas cristianas durante la Alta Edad Media (siglos
V al X). Recorrimos aquella Europa divida en reinos e imperios, y gobernada por una nobleza que tenía grandes
extensiones de tierra llamadas feudos y que heredaba su poder, en forma de títulos de nobleza, pasándolo de
padres a hijos. Mientras la enorme población de campesinos trabajaba las tierras de los feudos como siervos
de algún noble a cargo de ellas, llamado señor feudal, la vida seguía con pocos cambios a lo largo de las décadas.
Todo eso comenzó a transformarse en la Baja Edad media, la última etapa de este periodo histórico.
La Baja Edad Media es un momento fascinante, porque de allí surgieron muchísimas de las cosas que
hoy nos acompañan en nuestras sociedades. Una vez más, por las limitaciones que nos ponen estas clases
virtuales, vamos a detenernos solamente en la Baja Edad Media de la Europa cristiana. El mundo musulmán,
con sus adelantos y sus desarrollos asombrosos, quedará para otro momento. Sobre todo, tenemos que tener
presente una cosa: la Baja Edad Media fue una época de inmensas transformaciones.

La Alta Edad Media estuvo dominada por la vida agrícola. El campo, y todo lo que se sacaba de él, era lo
más importante, y a lo que se dedicaba la mayor parte de la gente. Los reinos estaban divididos, las rutas y
caminos que habían construido los romanos estaban abandonados y el mar mediterráneo era dominado por los
musulmanes, así que comerciar era algo muy difícil. Eso comenzó a cambiar a fines del siglo XI (1000-1100 D.C.)
Los reinos cristianos europeos, después de siglos difíciles, comenzaban a prosperar y crecer de nuevo.
La población aumentaba, y se talaban bosques y secaban pantanos para ganar nuevas tierras donde vivir y
cultivar. La producción aumento, y los reinos tenían bienes y productos de sobra para poder intercambiarlos
por cosas que necesitaran. En ese contexto, estallaron una serie de guerras contra el mundo musulmán,
llamadas las Cruzadas. Aunque estas guerras fueron por motivos religiosos (se combatía por controlar Jerusalén,
una ciudad sagrada para la religión cristiana y para el islam) también había causas económicas y sociales. Los
reinos cristianos europeos buscaban nuevas tierras y recursos para su población en crecimiento, y los
consiguieron en Palestina, Siria y el norte de África. Aunque finalmente, y luego de muchas Cruzadas, fueron
expulsados de allí, el cambio ya había ocurrido. Muchísimas riquezas habían llegado desde los lugares
conquistados a Europa y, de nuevo, el mar mediterráneo estaba disponible para que lo navegaran los reinos
cristianos. Además, las Cruzadas no solo tuvieron un costado de enfrentamiento. La Europa cristiana aprendió
mucho del contacto con los musulmanes, una civilización con enormes conocimientos tecnológicos y culturales,
y en las épocas de paz, se intercambiaban productos con ellos.
A partir de estos cambios, el comercio volvió a crecer entre los reinos cristianos europeos y con otras
regiones lejanas, como el mundo musulmán o el lejano oriente. Este comercio era muy distinto a lo que hoy
podemos imaginar. Comerciar en la Edad Media era algo extremadamente difícil. Había que viajar por caminos
y rutas peligrosas durante semanas, constantemente amenazados por el ataque de bandidos o piratas. Por eso,

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los primeros comerciantes fueron aventureros, hombres y mujeres campesines que escapaban de los feudos,
cansados del maltrato de sus señores feudales y dispuestes a buscar buena suerte en los caminos.
El centro de todas estas actividades comerciales eran los puertos que daban al Mediterráneo y estos
puertos estaban en las ciudades. El comercio volvió a darle importancia a la vida en la ciudad, que se llenaron
de estos comerciantes aventureros dispuestos a ganar unas buenas monedas en sus calles. Estas ciudades se
llamaban burgos, y, sus habitantes recibieron el nombre de burgueses. Los burgueses serán un nuevo grupo
social del mundo medieval, uno que cambiará totalmente el funcionamiento de estas sociedades.

Las Transformaciones de la
Baja Edad Media (Siglos XI a
XV)

Las Cruzadas Contacto con el


Nuevas tierras hicieron que los mundo Se reactiva el
Crecimiento para cultivar, reinos cristianos musulmán, los comercio.
aumenta la europeos reinos cristianos Aparecen los
de produccion de volvieran a europeos burgueses y
Población alimentos y moverse por el aprenden reviven las
Mar tecnologias y
productos ciudades
Mediterraneo. conocimientos.

Los burgos (o ciudades medievales) eran grandes centros comerciales. Muchas eran ciudades antiguas que
habían sido creadas por los romanos, pero otras eran nuevas, fundadas durante el crecimiento de la Baja Edad
Media. A diferencia de los feudos, que eran zonas rurales (es decir, de campos), los burgos eran el dominio de
la vida urbana (es decir, de ciudad). No producían alimentos, así que todo el tiempo necesitaban de la comida
que venia del campo para no pasar hambre. En cambio, los burgos estaban llenos de talleres de artesanos que
fabricaban muchos productos diferentes, la mayoría destinados a ser vendidos afuera de la ciudad. Los burgos
más importantes solían ser ciudades con puertos que daban a ríos o al Mediterráneo ya que recordemos que la
mayor parte del comercio se hacía por agua.
En cuanto a los burgueses, los había de todos los tipos y riquezas. Estaban los grandes comerciantes, dueños
de verdaderas empresas de comercio que habían reunido inmensas fortunas. Luego estaban los artesanos que
trabajan en los talleres de la ciudad. Estos artesanos se organizaban en gremios, una especie de asociación de
personas que realizaban el mismo trabajo y se juntaban para ayudarse entre sí, defenderse como grupo y
mantener los conocimientos de su profesión en secreto. Algunos gremios, por ejemplo, podían ser el de
carpinteros o el de albañiles. Las ciudades también estaban llenas de burgueses más pobres, hombres y mujeres

49
que trabajaban como empleados a cambio de un sueldo en monedas o incluso vagabundeaban pidiendo en las
calles
La enorme riqueza que muchos burgueses habían acumulado comenzó a partir del siglo XIV (1300-1400)
a tener consecuencias. Aunque en un principio todos los burgos estaban dentro de los dominios de algún noble,
las ciudades más ricas empezaron a pagarles a los reyes para que les permitiera ser totalmente independientes
de la nobleza. Así, se volvían Ciudades Libres, lugares donde ningún señor feudal gobernaba. En cambio, la
mayoría de las veces el burgo era controlado por un consejo, un grupo de personas integrada, generalmente,
por los burgueses más ricos. Sus cargos se votaban y cambiaban cada tanto, aunque eran elecciones donde
participaban solo los más poderosos.

1) Decimos que la Baja Edad Media fue una época de crecimiento para los reinos cristianos europeos.
¿Por qué? ¿Cómo se originó ese crecimiento?
2) ¿Qué cambios ves entre la Alta Edad Media y la Baja Edad Media Europeas? ¿Qué continuidades
observás?
3) ¿Qué era un burgo medieval y qué características tenían? ¿Qué diferencias y similitudes notas con las
ciudades actuales? Da ejemplos a partir de la fuente 1 y la imagen 1.
4) ¿Quiénes eran los burgueses? ¿Se parecen a los grupos sociales que venían de la Alta Edad Media
(nobles, monjes, campesinos) o son diferentes? Justificá, y usá en la comparación la forma en que son
representados los burgueses en la fuente 5.
5) Según la fuente 2 ¿Qué beneficios obtenían los burgos de los reyes?
6) ¿Cómo funcionaba un gremio medieval según la fuente 4? ¿Por qué creés que tenían esas reglas?

FUENTE 1. Descripción de la ciudad de Praga, siglo X


“La ciudad de Praga, construida con piedra y cal, es la mayor plaza comercial de aquella tierra. De la ciudad de
Cracovia vienen a ellas con sus mercancías los Rus y los eslavos, y de la tierra de los turcos vienen a ella, también
con mercancías y moneda, mahometanos, hebreos y turcos, que reciben a cambio esclavos, estaño y pieles (…)
Por un denario (moneda para uso comercial) se vende allí tanto grano que basta para sustentar a un hombre
durante un mes, y también por un denario se obtiene la cebada suficiente para alimentar una cabalgadura
durante cuarenta noches (…). En la ciudad de Praga se fabrican sillas, bridas y escudos utilizados en toda su
tierra. Además, en la región bohemia se fabrican unos paños finos de tejido ancho, semejantes a redes, que no
tienen ningún uso práctico, que tienen entre ellos un valor constante: 10 paños por un denario. Con tales paños
comercian, dándoselos en pago unos a otros (…), representan su capital y adquieren con ellos los artículos más
preciosos; cereales, caballos, esclavos, oro, plata, y demás cosas.”

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FUENTE 2. Carta para los ciudadanos de Cambridge de parte del rey de Inglaterra, 1207.
“Juan, rey de Inglaterra por la gracia de Dios (…). Sépase que hemos otorgado y confirmado con esta carta, a
nuestros burgueses de Cambridge, la ciudad de Cambridge junto con todas las cosas que le pertenecen, para que
las tengan y mantengan a perpetuidad de nosotros y nuestros herederos (…).
Deseamos e instruimos que los burgueses anteriormente mencionados y sus herederos tengan y mantengan la
ciudad anteriormente mencionada junto con todas las cosas que le pertenecen, libremente y en paz, y junto con
todas sus libertades y costumbres libres. Nosotros les hemos otorgado también el derecho a que tengan un
administrador, quienquiera que ellos elijan y cuando ellos quieran tenerlo (…)”

FUENTE 3. Descripción de los bienes capturados por el rey Ricardo I de Inglaterra en las Cruzadas, 1192.
“Por esta derrota, el orgullo de los turcos se vio derrumbado por completo, y su audacia eficazmente reprimida,
mientras la caravana, con todas sus riquezas, se convirtió en botín de los vencedores. Sus guardias se rindieron
ante nuestros soldados, sus animales de carga y sus caballos; y extendiendo sus manos en actitud de súplica, me
imploraron misericordia, con la única condición de que sus vidas fueran salvadas. Llevaron los caballos y camellos
agarrados de las riendas, y se los ofrecieron a nuestros hombres, y trajeron mulas cargadas con especias de
varios tipos, y de gran valor; oro y plata, mantos de seda, vestidos púrpura y escarlata, y de diversas prendas de
vestir adornadas, además de armas de diversas formas; cotas de malla (…) almohadones costosos, (…) carpas,
galletas, pan, cebada de grano, harina, y una gran cantidad de conservas y medicinas, (…) tableros de ajedrez;
vajillas de plata y candelabros, pimienta, canela, azúcar y cera; y otros objetos de valor de distinto tipo; una
inmensa suma de dinero, y una cantidad incalculable de bienes, como nunca antes 8como hemos dicho) han
tomado en uno y el mismo tiempo, en una batalla anterior.”
FUENTE 4. Fragmentos de las regulaciones establecidas por el gremio de tejedores en la ciudad alemana de
Stendal, 1233.
“Los cónsules de Stendal (…) desean que se sepa que hemos seguido los consejos de los principales ciudadanos
y oficiales, y hemos aprobado el siguiente decreto:
1) Si algunos de nuestros burgueses desean practicar el arte de tejer, den tener un huso (instrumento
manual, generalmente de madera y forma redondeada, que servía para hilar) o hasta dos, y deberán
tenerlo en su casa, y por cada huso deberán pagar tres solidi (el solidus era una moneda de origen
romano que seguía usándose en la Europa medieval) al gremio
2) Quien no es del gremio tiene totalmente prohibido dedicarse al tejido.
3) Pero si un hermano quisiera tejer en contra de la institución, y de sus decretos, que debería según el
consejo de los cónsules de cumplir, deberá presentar a los cónsules, como forma de enmendarse, un
talento por cada delito o perderá su oficio durante un año.
4) Pero si alguno es capturado haciendo prendas falsas, sus tejidos serán quemados públicamente y en
verdad el autor del crimen será corregido de acuerdo con la justicia.
5) Los extranjeros que deseen practicar este arte primero deberán adquirir la ciudadanía, y después
deberán entrar en el gremio con los hermanos con veintitrés solidi.
6) Pero si el heredero de cualquier artesano dejara de desempeñar el arte de su padre, pagará tres solidi.
(…)”

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FUENTE 5. Cambista, Quentin Massis, 1515

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IMAGEN 1. Reconstrucción de un burgo medieval
La Baja Edad Media europea venía siendo, como vimos, una época de crecimiento y desarrollo para los reinos
cristianos europeos. Sin embargo, todo eso dio un terrible vuelco en el siglo XIV, donde una serie de grandes
catástrofes generaron una enorme crisis en la Europa bajomedieval, una que tendría grandes repercusiones en
el período posterior.

El 1300 no comenzó bien para los reinos cristianos europeos. Una serie de grandes cambios climáticos llevaron
a un bajo rendimiento de las cosechas, lo que, sumado a el aumento de la población que se venía dando en la
Baja Edad Media llevó a enormes hambrunas. A su vez, las constantes guerras entre los distintos reinos y
señores feudales de Europa habían debilitado a la nobleza y llevado la destrucción a los pueblos y el aumento
del bandidaje.
Por si esto fuera poco, una terrible enfermedad que había azotado Asia, la Peste Bubónica, había llegado a
Europa a partir de las invasiones mongolas y los contactos comerciales. Para 1348, la epidemia de esta peste
llegó a su punto más alto, matando a casi un tercio de toda la población del continente que estaba vulnerable
debido a la pobreza y el hambre. Frente a un panorama tan desolador, la sociedad estalló. Por un lado,
explotaron revueltas campesinas por toda Europa, que fueron salvajemente reprimidas por los señores
feudales. Por el otro, aumentó muchísimo la religiosidad popular: creyendo que el fin del mundo estaba cerca,
las mayorías campesinas y trabajadoras se volvieron cada vez más fanáticas y devotas, aunque se distanciaron
de la Iglesia Católica, a la que veían como corrupta y despreocupada por lo que le pasaba a la población.

A fines del siglo, los reinos cristianos europeos habían sobrevivido a las catástrofes. Sin embargo, ya no serían
los mismos. El nivel de vida de los campesinos mejoró mucho: debido a la poca mano de obra después de la
caída de la población, comenzaron a ser mejor tratados y se les empezó a pagar a cambio de su trabajo con
más frecuencia, empezando a desaparecer los siervos y creciendo los campesinos libres. A su vez, creció
muchísimo la importancia de los burgos medievales, que habían sido un refugio contra las catástrofes, y, con
ello, de la riqueza de los burgueses. La nobleza, por el contrario, empezó a debilitarse: no solo habían
perdido poder político y económico, sino que nuevas armas (como el arco largo o la pica) hacían que su gran
fortaleza, la caballería, ya no fuera importante en las batallas. Esto aumentó mucho el poder de los reyes, que
empezaron a ganarse el apoyo de los burgueses más ricos y los gremios a cambio de darles derechos o
beneficios, para así estar por encima de los señores feudales.
Lentamente, en los burgos medievales de después de la crisis del siglo XIV, una nueva forma de hacer las cosas,
distinta al feudalismo, estaba tomando forma. El salario, es decir, el pago en moneda (generalmente de oro o
plata) por el trabajo realizado, que ya era muy común en los burgos, se hizo mucho más frecuente en los campos.
El comercio, que se había frenado durante la crisis, se reactivó con mucha más fuerza, con burgueses

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enriquecidos de las ciudades como protagonistas. A partir del contacto con el mundo musulmán, los burgueses
comerciantes (especialmente los de las ciudades italianas) empezaron a imitar sus técnicas mercantiles. Los
banqueros eran burgueses que se encargaban de controlar que las monedas fueran de buena calidad, es decir,
que no sean falsas. Con el tiempo, también empezaron a guardar esas monedas y a realizar préstamos a quien
lo pidiera, convirtiendo sus locales en lugares muy parecidos a los bancos de hoy. Todas estas formas de hacer
negocios y de comerciar se empezaron a hacer cada vez más populares. El objetivo de los burgueses era siempre
el mismo: ganar dinero para invertirlo y hacer más y más dinero (a diferencia de lo que acostumbraban los
nobles en el feudalismo, cuya principal riqueza era la tierra y no invertían los tesoros que juntaban, sino que los
almacenaban). Llamamos a esta riqueza que se usa para generar más riqueza capital. Por eso, los historiadores
e historiadoras señalan que, con estos burgueses comerciantes con una nueva mentalidad y forma de hacer
negocios y organizar el trabajo estaba naciendo un nuevo sistema, el capitalismo.

1) ¿Cuáles fueron las causas de la crisis del siglo XVI en Europa?


2) ¿Cómo describe la peste la fuente 1? ¿Fue una epidemia con causas sociales o naturales? Justificá.
3) ¿Cuáles fueron las consecuencias de la crisis? ¿Por qué podemos decir que a muchos sectores la crisis
les fue beneficiosa?
4) ¿Qué era el capitalismo? ¿Cómo surgió y cómo funcionaba?
5) ¿Qué creés que significan las escenas de las fuentes 2 y 3?

FUENTE 1. Este fragmento de la introducción del Decamerón, del escritor italiano Bocaccio (1313-1375) hace
referencia a la Peste Negra.
“Digo, pues, que los años de la fructífera Encarnación del Hijo de Dios habían llegado al número 1348, cuando
en la egregia ciudad de Florencia, nobilísima entre todas las de Italia, apareció la mortífera peste, nacida años
antes en los países orientales, que, fuera por la influencia de los cuerpos celestes o porque nuestras iniquidades
nos acarreaban la justa ira de Dios para enmienda nuestra, se extendió de un lugar a otro y llegó en poco tiempo
a Europa. De nada valieron las humanas previsiones y los esfuerzos en la limpieza de la ciudad por los encargados
de ello, ni tampoco que se prohibiera la entrada a los enfermos que llegaban de fuera ni los buenos consejos
para el cuidado de la salud, como ineficaces fueron las humildes rogativas, las procesiones y otras prácticas
devotas. Casi al principio de la primavera del citado año, la mortífera peste hizo su aparición de una forma que
yo llamaría prodigiosa, y no como lo hiciera en Oriente, donde una simple hemorragia en la nariz era indicio de
muerte inevitable. Al iniciarse la enfermedad, lo mismo al varón que a la hembra, formábaseles hinchazones en
la ingle o en los sobacos, alcanzando algunas el tamaño de una manzana o de un huevo. Poco después, los
temibles bubones se manifestaban también en otras partes del cuerpo, al mismo tiempo que aparecían manchas
negras o lívidas en brazos, muslos y aún en otros lugares del cuerpo, en unos grandes y escasas y en otros
abundantes y pequeñas. Y lo mismo que el bubón había sido y era indicio de muerte, lo eran también estas
manchas.
Ni consejo de médico, ni virtud de medicina era eficaces para curar la enfermedad; de modo que, o por no
permitirlo la índole de mal o por la ignorancia de los curanderos --de los cuales, sin contar los médicos
inteligentes, había considerable número, tanto en hombres como mujeres sin noción alguna de medicina-- , no
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conocieran de qué se trataba y, por consiguiente, no lo estudiaron debidamente, no sólo eran pocos los que
sanaban sino que casi todos, al tercer día de aparecer la nefastas manchas, fallecían, a veces sin fiebre ni otros
síntomas. Y fue mayor la intensidad de esta peste, por cuanto se contagiaba con rapidez, de enfermos a sanos,
cual se extiende el fuego a las casas inmediatas a él. Más adelante aún, no sólo el frecuentar a los enfermos
trasmitía a los sanos la enfermedad u ocasión de común muerte, sino que incluso el tocar las ropas u otros
objetos que aquellos hubiesen tocado, o de que se hubiesen servido, era motivo de contagio.
(...)
Ante el considerable número de cadáveres, no bastando la tierra sacra para enterrarlos, y mayormente
queriendo dar a cada uno lugar propio, según en la antigüedad era costumbre, como los cementerios de las
iglesias estaban llenos, abrían grandes fosas donde se enterraban a centenares los que iban trayendo, y los
ponían en ellas a la manera que se colocan las mercancías en las naves, en hileras; después echaban tierra por
encima hasta llenar la fosa.”

FUENTE 2 y 3. Grabados del siglo XIV.

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Termina nuestro recorrido por la Europa medieval, y lo hacemos a lo grande. Es momento hablar de un
nuevo tipo de cambio que ocurrió a fines de la Baja Edad Media. Recordemos: en esa etapa histórica los
burgos, o ciudades medievales, fueron el centro de transformaciones sociales y económicas que sacudieron
todo el mundo medieval. El comercio generó nuevas maneras de hacer negocios (bancos, prestamos,
circulación de monedas, empresas con socios) y nuevas formas de trabajar (a cambio, por ejemplo, de un
salario). Aunque estas formas de hacer las cosas ya existían en otras partes del mundo, en Europa empezaron
a cobrar mucha fuerza. Además de lo económico, hubo un enorme cambio social. Los burgueses, ese grupo de
habitantes de las ciudades, empezaron a volverse ricos y poderosos. A diferencia de los otros grupos de la
sociedad feudal, su poder venía solo de la riqueza. No provenía de títulos, fama o nacimiento, por lo que eran
un grupo que no terminaba de encajar y estaba generando muchos conflictos, sobre todo con los nobles.
Estaba naciendo un nuevo sistema: el Capitalismo.
Época de cambios, la Baja Edad Media. Pero, sin embargo, todavía nos falta conocer un cambió más.
Uno tan importante como los anteriores, pero de otro tipo. Llego el momento de hablar del renacimiento y el
humanismo.

Viajemos con la imaginación a las grandes ciudades italianas del siglo XV, ciudades como Roma, Venecia,
Genova, o Milán. Estas ciudades, repletas de habitantes, se habían vuelto poderosos centros de comercio por
todo el mar mediterráneo, e, incluso, con tierras lejanas como China o el Mundo Musulmán. Las familias de
burgueses más ricas, todas comerciantes, controlaban las ciudades como si fueran países independientes, sin
rendir cuentas a nobles o reyes. Tenían sus propios ejércitos, sus flotas de barcos, y el único respeto que
mostraban era hacia el Papa y la Iglesia Católica.
A estas ciudades, desde tierras lejanas, empezaron a llegar otras cosas además de mercancías. Desde el Mundo
Musulmán llegaron libros y más libros, tomos de sabios y científicos árabes que habían estudiado a otros sabios
más antiguos, los griegos y los romanos. También, incluso, llegaron traducciones de los árabes de las obras de
esos pensadores. De China y el lejano oriente llegaban inventos increíbles, como la pólvora, la brújula o el papel,
que fascinaban a la gente que recorría los puertos y tiendas de las ciudades.
Tantos nuevos libros y tantos nuevos inventos, con el tiempo, empezaron a generar cambios. Los inventos
trajeron nuevas tecnologías que revolucionaron Europa: La pólvora empezó a usarse para construir cañones y
armas de fuego. La brújula, junto con otros nuevos instrumentos para navegar, hicieron que los barcos de los
europeos viajaran mucho más lejos y mejor. El papel hizo a los libros más baratos y fáciles de fabricar. Por si
fuera poco, a mediados del siglo XV se inventó la imprenta, una máquina que permitía realizar libros a
velocidades increíbles (cada libro, hasta ese momento, tenía que escribirse y copiarse a mano).
Pero la tecnología no fue lo único que cambió. Era una época de novedades, y esas ganas de cambio llegaron
al arte. Los artistas comenzaron a realizar obras según nuevos estilos y, claro, con nuevos temas. Ya no solo se
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pintaban reyes: ahora los cuadros, además de motivos religiosos, también estaban dedicados a burgueses
que pagaban por ellos. Algunas de las obras de arte más bellas del mundo aparecieron en este periodo. Esta
transformación del arte no se quedó allí, sino que, también, llego a la arquitectura y a la escritura.
Los europeos de los siglos próximos llamarían a esta época Renacimiento, ya que, según ellos, Europa volvía
a nacer después de los años duros de la Edad Media, y, sobre todo, volvía a las ideas y formas de los griegos
y los romanos, que, siempre según ellos, habían sido las mejores.

Los cambios no se quedaron, claro, solo en el arte. La gente de las ciudades italianas estaba inquieta y con
ganas de descubrir y conocer, y eso fue llegando a cada vez más lugares. Siguiendo los pasos de los brillantes
científicos árabes, muchos sabios europeos (sobre todo, como dijimos, italianos) empezaron a intentar
entender el mundo de nuevas maneras. En la Europa de aquellos años, recordemos, la voz dominante era la
de la Iglesia Católica. Esta Iglesia había impuesto su visión del mundo, una en la que, por ejemplo, la Tierra era
el centro del universo y las grandes explicaciones estaban relacionadas a la fe y la religión.
Pero estos nuevos científicos quisieron ir mas allá. Como los actuales, se dedicaron a estudiar, discutir, realizar
experimentos, observar. Tomaron notas, y aprendieron de árabes, griegos, romanos. Estudiaron el cuerpo
humano y desarrollaron grandes avances en medicina. Estudiaron las estrellas y el cielo, y revelaron que no,
que no era cierto, que la tierra no era el centro del universo. Estudiaron las plantas, los animales, las
matemáticas, los químicos, las maquinas, en fin, casi todo. Este movimiento de tantos hombres y mujeres fue
una de las bases de la ciencia como hoy la conocemos, y se llamó Revolución Científica. Muchas de las ideas
sobre nuestro mundo que hoy nos resultan básicas, como que la Tierra gira alrededor del sol, aparecieron en
ese momento. Fue un movimiento, eso sí, duramente perseguido, ya que la Iglesia Católica consideraba que
estos descubrimientos amenazaban su poder. Muchos de estos científicos y científicas terminaron en prisión
o fueron quemados en la hoguera, perseguidos por una organización creada por la iglesia para detener
cualquier voz en su contra, la Inquisición.

Cambiaba el arte, la ciencia, la tecnología…pero todavía faltaba más. Faltaba, claro, que cambien algunas
ideas.
Sigamos en nuestras visitas a esas ruidosas y activas ciudades italianas, repletas de productos, inventos y
conocimientos de distintos lugares del mundo. La vida parecía que estaba cambiando para mejor, y para
muches de aquelles burgueses el discurso que había dominado casi toda la Edad Media les resultaba extraño.
¿Qué decía ese discurso tradicional? Básicamente seguía las ideas dominantes en la Iglesia Católica, y señalaba
que el centro de la vida y el universo eran dios. Lo único realmente importante en el mundo era ganarse el
cielo, así que toda la vida tenía que ir, en definitiva, en esa dirección: seguir los mandatos de la biblia y, por
extensión, de la Iglesia.
Pero a estos burgueses (e inclusive, a muchos sacerdotes) del siglo XV esto ya no les cerraba. La vida ya no era
como la de la Alta Edad Media, tan dura, terrible, y llena de sufrimiento. Ahora se progresaba cada vez más, y
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todo parecía avanzar a un futuro mejor. Esa situación, sumado al contacto con las formas de ver los mundos
diferentes que tenían otras culturas, como la de los antiguos griegos, llevó a que un nuevo movimiento
apareciera en Europa: El Humanismo.
El humanismo era una ideología, es decir, una manera de ver el mundo, defendida por muchos sabios de la
Europa de aquellos años. Sostenía que el ser humano, y no dios, tenía que ser el centro de la vida en la tierra.
Las leyes, la política, los trabajos, todo tenía que girar alrededor de hacer feliz a los humanos y asegurarles el
bienestar, y no, como se sostenía antes, en servir a dios. Es por esto, además, que los humanistas empezarán
a preocuparse por las injusticas que ocurrían en la Europa de aquel entonces, como la extrema pobreza o los
malos gobiernos, y propondrán soluciones y proyectos, para, según ellas y ellos, construir un mundo mejor.
Como te imaginarás, la relación entre los humanistas y la Iglesia fue muy difícil. Aunque muchas y muchos
humanistas tuvieron buen trato con la iglesia o, incluso, estaba dentro de ella, otres, quienes tenían las ideas
más radicales y proponían cambios más revolucionarios, empezaron a ser duramente perseguidos por la
Inquisición.

1) Con tus Palabras, explicá brevemente qué fue el Renacimiento, la Revolución Científica y el
Humanismo.
2) ¿Cuáles fueron los grandes cambios tecnológicos del Renacimiento en Europa?
3) ¿Cómo se conectaban estos tres procesos?
4) ¿Qué opinas de los cambios de este periodo? ¿Fueron importantes? Justificá
5) ¿Qué ideas humanistas aparecen en las fuentes 1, 2 y 3?
6) Observá la fuente 4. ¿Qué representa el cuadro? ¿Es un cuadro con ideas humanistas? ¿Por qué?
7) Observá la fuente 5. ¿Qué representa el cuadro? ¿Qué diferencias ves entre esa pintura y el arte
medieval?
8) Observá la fuente 6 ¿Qué representa el cuadro? ¿Qué idea del renacimiento aparece en él y por qué?
9) Observá el dibujo de la fuente 7 ¿Qué representa? ¿Quién era Vitruvio? ¿Tiene algo que ver con la
Revolución Científica y el Humanismo? Justificá

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FUENTE 1. Erasmo de Roterdam, Elogio a la Locura, 1511
“(Habla “Locura”) Pregunto: ¿Puede amar a alguien quien se odie a sí mismo? ¿Puede estar de acuerdo con
otro quien no lo está consigo mismo? ¿Puede ser agradable para los demás quien para sí mismo sea
insoportable y molesto? Creo que nadie responderá afirmativamente (…) Tan necesario es que cada cual se
lisonjee a sí mismo y se procure la propia estimación antes de que pueda ser estimado por los demás”

FUENTE 2. Thomas More (1478-1535), Utopía, fragmentos.


“El simple robo no es delito tan grande que deba ser castigado con la muerte, y ninguna pena será
suficientemente dura para impedir que roben los que no tienen otro medio para subsistir. (…) Preferible sería
asegurar a cada uno la subsistencia sin que nadie se viese obligado por necesidad, primero a robar y en
consecuencia a ser ahorcado después.”
“Por eso estoy persuadido que es cosa equitativa y justa distribuir los bienes y que no se asegura la felicidad
humana sin la abolición de la propiedad. Mientras subsista, la mayoría de los mortales, y entre ellos los
mejores, conocerán la necesidad y las ansias de la miseria con sus inevitables cargas (…)”

FUENTE 3. Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494) fue un importante humanista y pensador italiano. En
uno de sus textos describe la idea que el humanismo tiene del ser humano, simulando que es Dios quien le
habla al mismo y le cuenta su lugar en el mundo.
“(…) La naturaleza limitada de los otros se halla determinada por las leyes que yo he dictado. La tuya, tú mismo
la determinaras sin estar limitado por barrera alguna, por tu propia voluntad, en cuyas manos te he confiado.
Te puse en el centro del mundo con el fin de que pudieras observar desde allí todo lo que existe en el mundo.
No te hice ni celestial ni terrenal, ni mortal ni inmortal, con el fin de que (…) te plasmaras y te esculpieras en la
forma que hubieras elegido.”

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FUENTE 4. Creación de Adán, de Miguel Angel, 1511
FUENTE 5. La Gioconda, de Leonardo da Vinci, 1503

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FUENTE 6. La Escuela de Atenas, de Rafael, 1509-
1511
FUENTE 7. El Hombre de Vitruvio, de Leonardo da
Vinci, 1492

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