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El Informe GEM 2023 ofrece un marco de referencia de cuatro puntos que los responsables
políticos pueden utilizar para garantizar (crear estrategias) que la tecnología se use bajo
sus propios términos en materia de educación.
- ¿Resulta este uso de la tecnología educativa apropiado para el contexto nacional y
local?
- ¿Excluye a los estudiantes este uso de la tecnología educativa?
- ¿Es escalable este uso de la tecnología educativa?
- ¿Fomenta este uso de la tecnología un futuro sostenible para la educación?
Con el fin de crear o reforzar las competencias digitales en los alumnos de educación
superior, lo cual va de la mano con el Fomento de la innovación y la investigación: La
colaboración entre el gobierno, las empresas y las instituciones académicas permite la
creación de ecosistemas de innovación robustos. Las universidades actúan como centros
de investigación y desarrollo, generando conocimientos y tecnologías que pueden ser
aplicados por las empresas para mejorar sus productos y procesos. El gobierno, a su vez,
puede facilitar la inversión en investigación a través de políticas públicas y financiamiento
adecuado, promoviendo así la transferencia de tecnología y el desarrollo de soluciones
innovadoras que impulsen la competitividad nacional e internacional.
Formación de capital humano calificado: La colaboración entre el sector educativo y las
empresas permite una mejor alineación entre la oferta educativa y las demandas del
mercado laboral. Las instituciones de educación superior pueden diseñar programas
académicos que respondan a las necesidades específicas de la industria, incorporando
prácticas profesionales, proyectos colaborativos y currículos actualizados. Asimismo, las
empresas pueden participar activamente en la formación de estudiantes a través de
programas de pasantías, mentorías y colaboraciones en investigación, asegurando así la
empleabilidad de los graduados y la mejora continua de sus competencias.
Promoción del emprendimiento y la creación de empleo: La colaboración entre el gobierno,
las empresas y las instituciones educativas también puede fomentar el espíritu
emprendedor y la creación de nuevas empresas. El gobierno puede implementar políticas
de apoyo al emprendimiento, facilitando el acceso a financiamiento, brindando incentivos
fiscales y promoviendo la creación de redes de apoyo. Las universidades, por su parte,
pueden impulsar la cultura emprendedora a través de programas de incubación,
asesoramiento técnico y acceso a recursos de investigación y desarrollo. Las empresas
pueden contribuir al ecosistema emprendedor compartiendo su experiencia, invirtiendo en
startups y colaborando en proyectos de innovación abierta.
Fuentes:
Resumen del informe de seguimiento de la educación en el mundo, 2023: tecnología en la educación:
¿una herramienta en los términos de quién? UNESCO.