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UNIVERSIDAD UTE
POSGRADO DE REHABILITACIÓN ORAL
OBE
SEMINARIO 5
Microabrasión
“La microabrasión es un procedimiento de desgaste mecánico y químico superficial del
esmalte que elimina cerca de 10 micrómetros por aplicación” (Hirata & Higashi, 2012). La
principal indicación para la microabrasión del esmalte es la decoloración intrínseca o la
alteración de la textura debido a hipoplasia del esmalte, amelogénesis imperfecta o
fluorosis. La técnica elimina la capa de esmalte superficial porosa, así como las manchas
atrapadas, frotando un gel que contiene un ácido y un compuesto abrasivo de forma similar
a como se realiza una profilaxis dental con piedra pómez y agua (Bahadir et al., 2022). La
mancha o defecto del esmalte se elimina mediante una combinación de los efectos erosivos
y abrasivos de la mezcla recomendada que contiene bajas concentraciones de ácido y un
agente abrasivo, aplicada mecánicamente utilizando un micromotor de baja rotación.
Debería ser la primera opción para el tratamiento de dientes con manchas intrínsecas
porque elimina las manchas marrones opacas y suaviza las irregularidades de la superficie
proporcionando una superficie más regular y brillante. Como la técnica se considera segura
y mínimamente invasiva, también se puede combinar con blanqueamiento dental cuando
sea necesario (Pini eat al., 2015).
Indicaciones
Para el tratamiento de las manchas, primero se debe tener en consideración su causa o el
grado de oscurecimiento, la coloración de los dientes, la localización y la extensión de las
manchas, el número de dientes afectados, la edad y el grado de colaboración del paciente,
pues además de la remoción de las manchas puede ser necesario hacer el blanqueamiento
de los dientes oscurecidos, o tal vez hasta recubrir con materiales restauradores las áreas
muy oscurecidas (Hirata & Higashi, 2012).
Fluorosis
La fluorosis dental es la indicación más común, que resulta de la desmineralización del
esmalte causada por la ingesta excesiva de flúor. La fluorosis produce áreas blancas opacas
o decoloraciones de color amarillo a marrón oscuro con porosidades en la superficie del
esmalte, según la gravedad. Los cambios en el esmalte inducidos por el fluoruro varían
desde líneas delgadas, blancas y opacas que recorren la superficie del diente, hasta una
superficie completamente blanca como la tiza. Se caracterizan por la presencia de estrías
bilaterales, difusas y horizontales observadas en todos los dientes (Azzahim et al., 2019).
La microabrasión del esmalte generalmente mejora la apariencia estética en casos de
fluorosis leve y moderada, y siempre debe considerarse la primera opción en el tratamiento
de estos casos (Pini eat al., 2015).
“Incluso en situaciones con decoloraciones amarillas o marrones, la microabrasión del
esmalte puede mejorar la apariencia estética de los dientes” (Pini eat al., 2015).
Hipocalcificación, irregularidades del esmalte y machas blancas
Hipoplasia
Contraindicaciones y limitaciones
Los factores más importantes que contribuyen al éxito de la microabrasión del esmalte son
la ubicación y la profundidad de la mancha o defecto del esmalte. La alteración debe
restringirse al tejido del esmalte, sin afectar la dentina (Pini eat al., 2015). Las manchas
opacas más profundas, como las que resultan de la hipoplasia, no se pueden resolver con
microabrasión y requieren un enfoque restaurador. Una unidad de fotopolimerización/LED
colocada en la cara palatina o lingual del diente puede ayudar al médico a examinar la
mancha del esmalte. Esto se puede utilizar para estimar la profundidad de la lesión, ya que
un color más oscuro indica una tinción más profunda (Sundfeld et al., 2014).
En 1986, Croll y Cavanaugh eliminaron con éxito manchas blancas opacas del esmalte
mediante la aplicación de ácido clorhídrico al 18% y piedra pómez por cinco segundos,
usando la presión de una espátula de madera con enjuagues intermitentes de agua entre las
aplicaciones. Sin embargo, el peligro propio de usar un ácido tan fuerte en la boca llevó a
procurar un método más seguro para corregir los defectos producidos por la fluorosis
(Bağlar et al., 2015).
Si bien ambas técnicas están destinadas a mejorar la apariencia de los dientes, sus
modos de acción son diferentes. La microabrasión removerá el esmalte afectado,
mientras que el blanqueamiento comprende la aplicación de agentes oxidantes que
penetran en el esmalte y la dentina, y producen un blanqueamiento dental (Hirata &
Higashi, 2012).
El primer blanqueamiento fue documentado en 1848, con la utilización de un cloruro
aplicado en un diente desvitalizado. En dientes vitales, el blanqueamiento data de 1868, y
en 1910 ya se recomendaban técnicas de blanqueamiento en dientes vitales con peróxido de
hidrógeno asociado con una fuente de calor (Hirata & Higashi, 2012).
Básicamente, existen tres productos para el blanqueamiento dental: el peróxido de
hidrógeno, el peróxido de carbamida y el perborato de sodio, de los cuales el peróxido de
hidrógeno es el agente activo en todas las reacciones (Hirata & Higashi, 2012).
Peróxido de hidrógeno
El peróxido de hidrógeno en contacto con la saliva y la estructura dentaria actúa como un
fuerte agente oxidante y puede formar radicales libres, moléculas de oxígeno reactivas y/o
aniones de peróxido de hidrógeno. Estas moléculas tienen peso molecular bajo y son
capaces de penetrar en el esmalte y la dentina para alcanzar los pigmentos oscuros, también
denominados cromóforos, que son moléculas constituidas por cadenas orgánicas largas, con
muchas uniones no saturadas, anillos aromáticos y alto índice de absorción de luz, que
hacen que se absorba la luz emitida sobre el diente y le confieren un color más oscuro.
Los radicales libres del peróxido son capaces de romper las cadenas largas de los
pigmentos oscuros, disminuyendo el tamaño de los cromóforos que serán liberados
desde el interior de la estructura dentaria por difusión. Una característica del
peróxido de hidrógeno es la activación rápida de la reacción de oxidación, teniendo
su punto máximo cerca de los 30 a 50 minutos (Hirata & Higashi, 2012).
Peróxido de carbamida
El peróxido de carbamida en contacto con el agua se descompone en peróxido de hidrógeno
y urea. Mientras que el peróxido de hidrógeno forma moléculas reactivas, la urea se
disociará en amoníaco y dióxido de carbono. Aunque no se sabe con certeza la cantidad de
amoníaco que se forma durante el blanqueamiento, se sabe que por ser básico posee la
capacidad de aumentar el pH del medio y facilitar el proceso de blanqueamiento. Esto se
explica por el hecho de que, en soluciones básicas, se precisa menor energía de activación
para la formación de radicales libres del peróxido de hidrógeno, como por ejemplo, el
perhidroxilo, que es un radical con alto poder de blanqueamiento. Eso hace que el índice de
reacción sea mayor y los resultados sean mejores en comparación con el ambiente ácido,
que normalmente resulta en la formación de radicales libres débiles, con menor poder de
blanqueamiento. Una característica importante que influye en su indicación clínica es la
reacción lenta de formación de radicales libres, aproximadamente entre 3 y 4 horas (Hirata
& Higashi, 2012).
Perborato de sodio
El perborato de sodio está indicado básicamente para el blanqueamiento de dientes con
tratamiento de endodoncia. Se presenta en forma de polvo y se puede utilizar con agua,
suero fisiológico o junto con otros productos para formar una pasta que se coloca en el
interior de la cámara pulpar en la técnica de blanqueamiento ambu- latoria, que será
descrita. En contacto con el agua, el perborato de sodio se descompone en metaborato de
sodio, peróxido de hidrógeno y oxígeno, donde el peróxido de hidrógeno continúa siendo el
agente activo de la reacción (Hirata & Higashi, 2012).
Los resultados del procedimiento blanqueador dependen mucho de la concentración del
agente blanqueador, de la capacidad del agente en reaccionar con las moléculas cromóforas,
además de la duración y las veces que el agente entra en contacto con las moléculas
cromóforas. Se puede aplicar varias veces dentro de la cámara en la técnica ambulatoria
(Hirata & Higashi, 2012).
Referencias: