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Universidad Bolivariana de Venezuela. Sede Chaguaramos.

Estudiante Robi Parra; CI: 12411833; SEC. 3-2 01 M; Turno: Mañana

Profesor de Derecho Internacional: Abg. Lisset Arriojas

Problema 1.

1. Lilibet, venezolana, quiere divorciarse de Carlos, mexicano. Ellos se casaron en Venezuela,


ella se encuentra en Colombia y él en Argentina. Carlos se alejó de LILIBEH y ya no existe domicilio
en común, sin embargo, Carlos le pide a Lilibet que demande en Venezuela, ya que le resulta más
sencillo ir a Caracas.

Como abogad@ se le pregunta ¿cree que LILIBETH puede complacer a Carlos?. Valor 4ptAl

Respuesta

Al entrevistarme con Lilibet, le diría que si podemos interponer la demanda de divorcio, la cual me
debería consignar la siguiente documentación:

• El acta de matrimonio expedida por el Registro Civil donde se casaron.

• Donde fijaron su domicilio.

• En este caso como Carlos, no tiene la intención de viajar a Venezuela, debe gestionarme
un poder ante el consulado para yo poder representarlos a ambos.

• Le recomendaría que se tiene que interponer un escrito contentivo de la solicitud de


“divorcio por mutuo consentimiento” donde deben Expresar, que debido a que se han venido
generando entre ellos desavenencias e incompatibilidad de caracteres que hacen imposible su
vida en común.

• Deben expresar que, residen en domicilios separados.

Yo como abogado Fundamentaría la acción, en el artículo 185 del Código Civil, así como en
la sentencia de la Sala Constitucional Nro. 693 de fecha 2 de junio de 2015, conforme a la cual
cualquiera de los cónyuges podrá demandar el divorcio por las causales previstas en dicho artículo
o por cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en común, en los
términos señalados en la sentencia N° 446/2014, incluyéndose el mutuo consentimiento.

Ahora bien, como debe resolverse si el tribunal del Estado de Venezuela tiene jurisdicción
para conocer esta solicitud ya que ambos conyugues tienen domicilio en diferentes países
(Colombia Y Argentina respectivamente).
Yo como abogado Fundamentaría la acción, en el artículo 39 de la Ley de Derecho
Internacional Privado, establece que, además de la jurisdicción que asigna la ley a los tribunales
venezolanos en los juicios intentados contra personas domiciliadas en el territorio nacional, los
tribunales de la República tendrán jurisdicción en los juicios intentados contra personas
domiciliadas en el exterior en los casos contemplados en los artículos 40, 41 y 42 eiusdem, que
refieren a los supuestos en los cuales se atribuye jurisdicción a los tribunales venezolanos, para
conocer las causas derivadas del ejercicio de acciones de contenido patrimonial, de acciones
relativas a universalidades de bienes y de acciones sobre estado de las personas o las relaciones
familiares, respectivamente.

En este caso de autos debo ejercer una acción sobre las relaciones familiar y en efecto , se
trata de una solicitud de divorcio por mutuo consentimiento, razón por la cual resulta necesario
hacer mención al contenido del artículo 42 de la Ley de Derecho Internacional Privado, en cuyo
texto se indica que los tribunales venezolanos tendrán jurisdicción para conocer de los juicios
originados por el ejercicio de acciones sobre las relaciones familiares: 1) Cuando el derecho
venezolano sea aplicable, de acuerdo con las disposiciones de dicha Ley, para regir el fondo del
litigio; y 2) Cuando las partes se sometan expresa o tácitamente a su jurisdicción, siempre que la
causa tenga una vinculación efectiva con el territorio de la República.

En este sentido, la norma indicada contempla respecto a las acciones relativas a las relaciones
familiares, dos criterios especiales atributivos de jurisdicción a favor de los tribunales venezolanos,
a saber: a) El criterio del paralelismo, conforme al cual se le atribuye jurisdicción al Estado cuya Ley
resulte aplicable para resolver el fondo del asunto; y b) El criterio de la sumisión, es decir, que un
Tribunal tendrá jurisdicción cuando las partes decidan expresa o tácitamente someter la
controversia al conocimiento de un determinado tribunal, siempre que existan elementos que
denoten una vinculación efectiva con el Estado a cuya jurisdicción se sometan.

En relación al criterio de la sumisión, cabe precisar que se encuentra previsto en el artículo 42


de la Ley de Derecho Internacional Privado, según el cual, un Tribunal tendrá jurisdicción cuando
las partes decidan expresa o tácitamente someterse al conocimiento de un determinado tribunal,
siempre que existan elementos que denoten una vinculación efectiva con el Estado a cuya
jurisdicción se sometan.

Así pues, la sumisión tácita como criterio atributivo de jurisdicción, se configura respecto al o la
demandante por la interposición de la demanda y, en cuanto al demandado o la demandada,
cuando al contestar la demanda no alega la falta de jurisdicción del tribunal o no se opone a una
medida preventiva, conforme lo dispone el artículo 45 de la Ley de Derecho Internacional Privado

En este contexto, el artículo 44 de la Ley de Derecho Internacional Privado dispone que la


sumisión expresa debe constar por escrito, lo cual significa que los interesados y las interesadas
deben renunciar de manera clara, terminante y tajante a su fuero propio, debiendo designar con
precisión el Juez a quien desean someterse.

De esta forma, Lilibet y Carlos quedarían sometidos a la jurisdicción del Tribunal venezolano, de
modo que conforme lo dispone el artículo 45 de la Ley de Derecho Internacional Privado, se
produce la sumisión tácita de las partes a la Jurisdicción de los Tribunales Venezolanos y al
fundamentar esta acción en el artículo 185 del Código Civil, así como en la sentencia Nro. 693,
dictada por la Sala Constitucional el 2 de junio de 2015 (que admite como causa del divorcio, el
mutuo consentimiento), es decir, conforme a las leyes venezolanas, lo cual demostraría, la
existencia de una vinculación efectiva de la pretensión con el territorio de la República Bolivariana
de Venezuela.

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