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MOTIVACIÓN
Existen diversas teorías que explican porqué los trabajadores se motivan con su trabajo,
sin embargo ninguna explica completamente la motivación, aún así cada una es valiosa
pues sugiere formas para incrementar el desempeño de los empleados. Entonces, aún
cuando una teoría no brinda un sustento completo, las sugerencias resultantes conducen
a mejorar el desempeño.
Los psicólogos han postulado que algunos empleados están más predispuestos a estar
motivados que otros, debido a que asisten a la mayoría de los trabajos con una tendencia
a estar motivados, mientras que otros asisten con la tendencia a estar desmotivados. Es
probable que usted recuerde gente que conoce que siempre parece estar motivada y
“recargada”, y tal vez piense en otros a quienes ninguna cantidad de dinero podría
motivar.
• Autoestima
Según los postulados teóricos existen tres tipos de autoestima. La autoestima crónica
es el sentir general de una persona sobre sí misma.
Los tres tipos de autoestima son importantes para el desempeño laboral. Por ejemplo,
un empleado puede tener una autoestima crónica baja, pero tener una autoestima
situacional muy alta. Es decir, un programador de computadoras puede creer que es
una persona terrible a la que nadie quiere (autoestima crónica baja) pero sentir que
puede programar una computadora mejor que nadie (autoestima situacional alta).
Talleres de autoestima
Para aumentar la autoestima, los empleados pueden asistir a talleres para obtener una
mayor comprensión de sus propias fortalezas. Se piensa que esta información eleva
la autoestima al mostrarles que tienen varias fortalezas y que son buenas personas.
Por ejemplo, en un programa de capacitación de autoestima llamado “El Yo
Encantado” (Holstein, 1997), los empleados intentan aumentar su autoestima
aprendiendo cómo pensar de manera positiva, descubriendo sus cualidades positivas
que podrían haber pasado desapercibidas y compartiéndolas con otros.
Con el enfoque de experimentar con éxito, al empleado se le da una tarea tan sencilla
que casi siempre tendrá éxito. Se piensa que este éxito incrementa la autoestima, lo
que a su vez debe mejorar el desempeño, lo que eleva más la autoestima, lo que mejora
más el desempeño, etc. Este método se basa indirectamente en el principio de la
profecía autocumplida que establece que un individuo se desempeñará tan bien o tan
mal como espere hacerlo. En otras palabras, si un individuo cree que es inteligente,
se desempeñará bien en las pruebas. Si piensa que es tonto, lo hará mal. Así que si un
empleado cree que siempre fracasará, la única forma de romper el círculo vicioso será
garantizando que se desempeñe de forma correcta en una tarea. Esta relación entre las
propias expectativas y el desempeño se llama efecto Galatea.
Aunque sabemos que el efecto Pigmalión es real, los esfuerzos por enseñar a los
supervisores a comunicar expectativas positivas no han sido exitosos. Con base en
siete estudios de campo, Eden (1998) concluyó que hubo poco apoyo a la idea de que
enseñar el “estilo de liderazgo Pigmalión” cambiaría la forma en la que los
supervisores trataban a sus empleados y así aumentar la autoestima de estos últimos.
Dado que la teoría de la consistencia está respaldada científicamente, la siguiente
preocupación es la forma en la que se puede utilizar para mejorar el desempeño de los
empleados. Si éstos responden realmente a las expectativas de sus gerentes, entonces
se hace razonable predecir que los gerentes que expresan sentimientos positivos y
optimistas a sus empleados los conducirán a desempeñarse a niveles más elevados.
• Motivación intrínseca
Una teoría que desarrolló McClelland (1961) sugiere que los empleados difieren en
el grado en el que se motivan por las necesidades de logro, afiliación y poder. Los
empleados que tienen una fuerte necesidad de logro se motivan con puestos que
implican un reto y sobre los cuales tienen algún control, mientras que los que tienen
necesidades de logro mínimas se satisfacen más cuando los puestos involucran poco
reto y tienen alta probabilidad de éxito. Por el contrario, quienes tienen una fuerte
necesidad de afiliación se motivan con puestos en los que pueden trabajar con otros y
ayudarles. Finalmente, quienes tienen una fuerte necesidad de poder se encuentran
motivados por el deseo de influir en otros en lugar de simplemente ser exitosos.
Las discrepancias potenciales entre lo que los empleados quieren y lo que el trabajo
les proporciona afectan la motivación y la satisfacción con su trabajo (Knoop, 1994;
Rice, Gentile y McFarlin, 1991). Por ejemplo, imagine que lo que Jane valora más es
el dinero y que lo que más valora Roxana es la flexibilidad. Ambas ocupan puestos
que pagan bien pero tienen horarios establecidos y una rutina estándar. Aunque el
trabajo y la compañía son las mismas, una empleada (Jane) se encontrará más
motivada que la otra (Roxana).
Expectativas laborales
Una discrepancia entre lo que un empleado esperaba que fuera un trabajo y la realidad
del mismo puede afectar la motivación y la satisfacción. Por ejemplo, un reclutador
dice a un solicitante lo bien que la pasan los empleados en una compañía y el
“potencial ilimitado” de progreso. Sin embargo, después de tres meses en el puesto,
el empleado todavía no ha experimentado la diversión y no ha encontrado ningún
signo de las oportunidades de avance. Debido a que estas expectativas no se han
cumplido, es probable que se sienta desmotivado. Los empleados comparan lo que la
organización les prometió que haría por ellos (p. e., dar una computadora, apoyo para
continuar con la educación) con lo que realmente hace. Si la organización hace menos
de lo que prometió, los empleados se sentirán menos motivados para desempeñarse
adecuadamente y responderán haciendo menos de lo que prometieron (Morrison y
Robinson, 1997).
Por ello, es importante brindar a los solicitantes información realista del puesto.
Aunque ser honesto sobre los aspectos negativos de un puesto puede reducir el grupo
de solicitantes, disminuye las oportunidades de contratar una persona que
posteriormente perderá la motivación o que estará insatisfecha.
Un buen ejemplo de esto proviene de una empleada que trabaja para una institución
de salud mental. Antes de aceptar su trabajo actual, había trabajado en el sector
público por 10 años en diversos puestos administrativos. Estaba emocionada con la
nueva oportunidad porque era un puesto de reciente creación que parecía ser una
excelente oportunidad de crecimiento personal. No obstante, después de un año, se
vio que el puesto era de oficina, que no había ninguna oportunidad de progreso y que
la decisión más importante que podía tomar era ordenar pizza o sándwiches para las
reuniones de los ejecutivos. Para empeorar las cosas, se pidió a esta profesional con
aspiraciones que comprara comida para las reuniones y después la sirviera a los
gerentes. Como puede imaginar, ella se encontraba profundamente decepcionada y
enojada por haber sido engañada. Debido a que su papel como madre soltera no le
permitía renunciar a su trabajo, desahogó su insatisfacción comprando donas duras
para las reuniones, dejando que el café se enfriara y “olvidando” poner mayonesa en
el sándwich de su supervisor, conductas por las que no la podían despedir pero que le
permitieron mantener cierta forma de control de su vida laboral de manera pasiva-
agresiva.
Características laborales
Tal vez la teoría más famosa de la motivación la desarrolló Abraham Maslow (1954,
1970). Maslow creía que los empleados se motivarían y se sentirían satisfechos con
sus trabajos en cualquier momento si se cubrían ciertas necesidades. Maslow creía
que existen cinco tipos principales de necesidad y que son jerárquicas, es decir, se
deben satisfacer las necesidades de más bajo nivel antes de que el individuo se
preocupe por cubrir las del siguiente nivel.
Es útil mirar una jerarquía como si fuera una escalera que se sube un paso a la vez
hasta que se alcanza la cima. Lo mismo sucede con la jerarquía de Maslow. Cada nivel
es un paso a la vez y no se puede alcanzar un nivel más alto hasta que se satisface una
necesidad de nivel inferior.
Necesidades sociales. Una vez satisfechos los primeros dos niveles, los empleados
seguirán motivados en su trabajo sólo cuando sus necesidades sociales se satisfagan.
Las necesidades sociales involucran trabajar con otros, desarrollar amistades y
sentirse necesarios. Las organizaciones intentan satisfacer las necesidades sociales de
sus empleados en una variedad de formas. Las cafeterías de la compañía brindan a los
trabajadores un lugar y una oportunidad de socializar y de conocer a otros empleados,
los días de campo de las compañías permiten a las familias conocerse unas a otras y
los programas deportivos como los equipos de boliche y los juegos de fútbol
proporcionan oportunidades para que sus empleados jueguen juntos en un ambiente
neutral.
Por ejemplo, muchas organizaciones utilizan el mobiliario para ayudar a satisfacer las
necesidades de ego. Mientras más elevado sea el puesto del empleado, mejores serán
los muebles de su oficinam “de acuerdo con su estatus”.
Teoría ERG
Herzberg (1966) pensaba que los factores relacionados con el trabajo se podían dividir
en dos categorías (factores de higiene y motivadores) de ahí el nombre de teoría de
dos factores.
Los factores de higiene son aquellos elementos relacionados con el puesto que
resultan del mismo pero que no lo involucran en sí mismo.
Por ejemplo, el pago y los beneficios son consecuencias del trabajo pero no involucran
en sí a éste. De manera similar, hacer nuevas amistades puede ser resultado de asistir
al trabajo, pero tampoco se encuentra directamente asociado con las tareas y los
deberes del puesto.
Los motivadores son elementos laborales que sí se relacionan con las tareas y deberes
del puesto. Ejemplos de motivadores serían el nivel de responsabilidad, la cantidad
de control sobre el trabajo y el interés que éste tiene para el empleado. Herzberg
pensaba que los factores de higiene son necesarios pero no suficientes para lograr
satisfacción y motivación. Es decir, si un factor de higiene no se encuentra presente
en un nivel adecuado (p. e., la paga es poca), el empleado estará insatisfecho y menos
motivado. Sin embargo, si los factores de higiene se encuentran adecuadamente
representados, el nivel de satisfacción y motivación de los empleados sólo será
neutral. Únicamente la presencia de ambos factores, motivadores y de higiene, puede
brindar satisfacción y motivación. Ej. Un empleado al que se le paga bien y tiene
control y responsabilidad probablemente esté motivado.
La teoría de Herzberg es una de aquellas teorías que tienen sentido pero que no han
recibido un fuerte apoyo de investigación.
Las personas asisten a un trabajo con una predisposición hacia la motivación. Es decir,
algunas, como aquellas con alta autoestima, se encuentran por lo general más
motivadas que otras. En esta unidad se presentaron varias teorías de motivación
laboral.
Remarquemos:
Resumen:
- Los empleados que tienen alta autoestima, elevada necesidad de logro y una
motivación intrínseca y de quienes se espera que se desempeñen en forma
adecuada, se encuentran más motivados que sus contrapartes con baja autoestima
y con baja necesidad de logro que están extrínsecamente motivados.
- Las metas son más eficaces si son concretas y específicas, si son de alta dificultad
pero razonable y se establecen con la participación del empleado.
- Proporcionar realimentación sobre el logro de las metas y el nivel de desempeño
incrementará tal desempeño.
- Los principios de condicionamiento operante se pueden utilizar para motivar a los
empleados.
- Es importante tratar a los empleados en forma justa.