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La segunda sección de la guía se dedica a los accidentes in itinere. Tras un primer capítulo,
donde los define y se exponen algunas reflexiones acerca de sus características, un segundo
apartado desarrolla las acciones principales que una empresa puede hacer para gestionar este
tipo de accidente (Plan de gestión del accidente in itinere).
El tercer y último capítulo asociado a los accidentes in itinere, trata de aclarar las actuaciones a
seguir por parte de la empresa en caso de que ocurra un accidente de este tipo.
1.1 Definición
El accidente in itinere es aquel que sufre el trabajador al ir o volver del trabajo, requiriendo los
siguientes elementos para que el accidente tenga tal consideración[10]:
- Que dicho traslado sea motivado exclusivamente por el trabajo, es decir, al ir o volver del
mismo.
En el caso de los trabajadores, el artículo 19.1 de la citada ley indica que cada trabajador debe
velar por su propia seguridad y salud en el trabajo y por la de otras personas a las que pueda
afectar su actividad profesional.
Política de empresa
En términos de gestión de la calidad, una empresa puede tener interés en adquirir ciertos
compromisos para con sus empleados de manera voluntaria, tales como un Plan de transporte.
Suelen tener efectos positivos en la satisfacción de los empleados y como imagen de empresa,
además de contribuir a la prevención de riesgos como medidas preventivas.
Casi todos los trabajadores necesitan desplazarse para ir desde su lugar de residencia al
trabajo y para volver, y se enfrentan, por tanto, a los riesgos que derivan de esta movilidad. La
posibilidad de que dichos riesgos terminen en un accidente depende del modo de
desplazamiento utilizado y de las medidas de prevención del accidente tomadas por el
trabajador y por la empresa.
El porcentaje que representan los accidentes in itinere respecto del total de accidentes de
trabajo ha aumentado en los últimos diez años. Una de las razones de este incremento puede
ser el aumento de la duración de los desplazamientos de ida y vuelta al trabajo debido a las
siguientes causas:
• La deslocalización de las empresas desde los núcleos urbanos hacia el exterior de las
poblaciones.
Además, en la construcción se añade una situación propia del sector, como es la dispersión de
los centros de trabajo, que son las obras donde cada día se desplazan muchos trabajadores.
Las causas antes citadas, según el estudio “El transporte, al trabajo. Planes de movilidad
sostenible en empresa”, publicado en noviembre 2005 por el Instituto Sindical de Trabajo,
Ambiente y Salud”, dan lugar a las siguientes consecuencias para los trabajadores, las
empresas y en general para la sociedad:
• Incremento de los costes al asumir, parcial o totalmente, el coste del transporte para ir
y volver del centro de trabajo.
Para la sociedad:
Hay trabajadores que, dependiendo de las características del trabajo, es decir, disponer de
tiempo suficiente para comer en su domicilio, por ejemplo, les es preciso realizar uno, dos o
varios viajes en un día: la ida y vuelta al trabajo general, desplazamiento para comer, rutas,
etc.
d) Condiciones ambientales
Se puede considerar que las condiciones climatológicas adversas suponen un factor negativo
para la conducción e incrementan el número de accidentes.
A este respecto, un dato significativo es que, de acuerdo con la Dirección General de Tráfico, el
10% de los heridos y muertos por accidente de tráfico se dan en condiciones de clima
adversos[12].
Además del tipo de vía por el que tiene que circular el trabajador en la ida y vuelta de su hogar
al trabajo, se ha de tener en cuenta la accesibilidad a los centros de trabajo o los planes de
urbanismo de los alrededores de la obra. En este caso, los trabajadores podrían recibir
información sobre las posibilidades de rutas y recorridos alternativos disponibles para
desplazarse a su centro de trabajo.
Uno de los objetivos principales del mencionado Plan es contribuir de forma eficaz a cumplir
los requisitos legales de la prevención de este tipo de accidente.
Se trata de una acción de carácter voluntario recomendable para empresas que, desde su
política, afronta la prevención del accidente in itinere.
El objetivo de esta segunda sección es analizar las actividades del Plan de seguridad vial
destinadas a la gestión de los riesgos derivados del traslado del lugar de residencia al del
centro de trabajo. Todo ello, con el fin de reducir el número de accidentes in itinere, reflejados
en los índices de frecuencia y gravedad, así como mejorar los beneficios de la empresa por
medio de la reducción de los costes asociados a este tipo de accidentes.
Los aspectos básicos que el Plan de gestión de accidentes in itinere debe recoger son:
• Evaluación de riesgos.
Para poder actuar sobre el riesgo de accidente in itinere, lo primero que se ha de hacer es
evaluarlo. Esto implica, en primer lugar, conocer cómo se desplazan los trabajadores desde su
lugar de residencia al centro de trabajo así como sus hábitos de movilidad. Con esta
información se podrá llevar a cabo un plan de prevención realista y aplicable.
La ubicación de los centros de trabajo también es importante. Los aspectos a tener en cuenta
no son los mismos, por ejemplo, en un centro de trabajo localizado en el centro de una gran
ciudad que otro situado en un polígono industrial de una pequeña población.
Las acciones para llevar a cabo esta evaluación son las siguientes y se desarrollará cada una de
ellas por fases:
Puesto que la totalidad de la plantilla de trabajo está expuesta al riesgo de accidente in itinere,
es recomendable que el equipo de trabajo que participe en el diseño, elaboración y análisis de
la evaluación de riesgos pertenezca a varios departamentos. Si, por su tamaño, la empresa no
estuviera organizada en departamentos diferenciados, dicho equipo podría formarse por uno o
dos trabajadores.
La evaluación puede ser liderada por el mismo coordinador del Plan de seguridad vial (pag. 49).
Para llevar a cabo este análisis, la herramienta más sencilla es una encuesta que permita
conocer los siguientes aspectos sobre los hábitos de movilidad de los trabajadores:
Debe ser breve, preguntando sólo lo esencial. Un tamaño adecuado es de unas 40 preguntas,
en su mayoría cerradas, de modo que no se tarde más de 15 minutos en completarse. Para
facilitar su realización, se puede hacer a pie de obra o enviar, cuando sea posible, por correo
electrónico.
Para que los resultados sean fiables, es conveniente que, al menos, un 70% de los trabajadores
cumplimenten dicho cuestionario[13]. En cualquier caso, el equipo de trabajo debe garantizar
siempre la confidencialidad de los trabajadores encuestados.
La información obtenida será de utilidad para proponer medidas de movilidad acordes con los
resultados así como para diseñar las sesiones de formación e información. Asimismo, es
información básica para continuar con la evaluación de riesgos.
De los datos recogidos en la fase anterior se puede identificar cómo los trabajadores se
desplazan desde su hogar al centro de trabajo. El siguiente paso consiste en analizar, además
de los resultados de la encuesta, la información pertinente proporcionada por:
• La revisión anual de los riesgos y los cambios relativos a la movilidad que se hubieran
podido producir.
• Las causas más comunes de accidentes de cada tipo de movilidad, tanto a nivel general
como de la empresa.
• Las razones por las que los trabajadores eligen este tipo de movilidad.
Cansancio
Velocidad excesiva
Condiciones climatológicas
Tabla 14
Este cuadro adaptado a las circunstancias de cada empresa o de cada centro de trabajo es una
de las claves para establecer las medidas preventivas que la empresa adopte. Además,
contribuye de forma eficaz a cumplir los requisitos legales de la prevención de este tipo de
accidente.
Una vez se conoce cómo los trabajadores acuden al lugar de trabajo, hay que analizar los
itinerarios más frecuentados por los trabajadores y más próximos a las instalaciones de la
empresa, definiendo radios de actuación en función del alcance deseado. Conocer las
características de los accesos a los centros de trabajo es una importante ayuda para diseñar
la formación e información de los trabajadores adecuada a sus riesgos.
• Proponer acciones de mejora viables para conseguir una conducción más segura.
b) En caso de que hubiera tenido lugar algún accidente in itinere en la empresa, analizar los
datos registrados (fecha, lugar, hora, gravedad, localización, etc.).
c) Identificación de las rutas principales y secundarias utilizadas por los empleados, así como el
radio de acción.
• Entorno: zona residencial, zona industrial, zona de colegios, zona de ocio, etc.
• Itinerarios alternativos.
Se pueden grabar en video las rutas definidas como más utilizadas y utilizar posteriormente,
para formaciones internas de los trabajadores.
e) Con el fin de obtener más información, se puede realizar una entrevista a alguno de los
conductores, encuesta, que recoja la percepción del riesgo de los empleados.
• Temporalidad.
• La entrada y salida a la obra no siempre está bajo control de todas las empresas que
participan en la misma.
• En ocasiones, las obras están muy distantes de los centros de residencia habitual de
los trabajadores.
Con el resultado de la evaluación del riesgo in itinere, el equipo de trabajo propondrá las
medidas preventivas oportunas, que presentará al empresario. Éste adoptará las que crea
conveniente en función de sus necesidades.
Dichas medidas tendrán el objeto de, prevenir o reducir los accidentes in itinere. Dichas
medidas pueden estar orientadas a cumplir con lo establecido en la normativa en relación con
la formación y sensibilización de trabajadores, e investigación y análisis de accidentes
En los dos siguientes puntos se analizan las medidas preventivas relacionadas con la formación
e investigación de accidentes.
Por ejemplo: una empresa en la que la mayor parte de sus empleados se desplazan en coche
recorriendo 50 kilómetros diarios porque el centro de trabajo está en una zona alejada de los
grandes núcleos urbanos, deberá realizar una formación en conducción similar a la de las
personas que tienen identificado el riesgo en misión. Sin embargo, una que esté situada en el
centro de un núcleo urbano, deberá centrarse más en la formación de riesgos de viandantes y
sensibilizar sobre los riesgos de la conducción.
a) Detección de necesidades.
a) Detección de necesidades
NOTA: El resultado de este análisis puede integrarse, si existe, en el Plan general de formación
de la empresa.
El programa formativo debe incluir la regularidad con la que el trabajador debe recibir la
formación y el tipo de formación adecuado para cada trabajador, en función de sus riesgos,
experiencia y antigüedad en la empresa.
• Periodicidad:
Las acciones de formación y sensibilización para la prevención del accidente in itinere deben
constituirse como un objetivo planificado con continuidad en el tiempo.
• Tipos de formación:
De igual modo que en los accidentes en misión[15], se describen cuatro tipos de formación
sobre prevención del riesgo in itinere dependiendo del momento y de la modalidad de
impartición:
También busca sensibilizar al trabajador sobre el riesgo in itinere en base a los resultados de la
evaluación de riesgos e informarle sobre las medidas preventivas que la empresa pone a su
disposición.
Es la formación que los trabajadores reciben sobre los riesgos identificados en la evaluación de
riesgos de su puesto de trabajo. La solución ideal es reunir a los trabajadores en grupos según
su modo y hábitos de movilidad y elaborar una formación específica para cada grupo.
Tabla 15
Formación genérica
Se puede realizar una formación general para todos los empleados que recoja todos los
aspectos antes citados, pero su eficacia será mucho menor. Este tipo de formación está
indicado para empresas pequeñas en las que no es posible identificar colectivos.
Se deben considerar aspectos genéricos que pueden afectar a la mayoría de trabajadores (así
como en el uso privado de sus vehículos), tales como los sistemas de retención infantil, riesgos
en la conducción de personas mayores, rutas escolares, etc. que, si bien no afecta
directamente al accidente in itinere, puede aumentar la predisposición del trabajador a la
formación.
Las reuniones de grupo que se mantienen en la empresa por motivos del negocio o de
organización del trabajo son un excelente momento para poner en común temas de seguridad
vial para la prevención de accidentes in itinere. Se puede establecer, dentro del Plan de
seguridad vial, un calendario de temas a tratar según la época del año y el colectivo que asiste
a la reunión.
Como herramienta de sensibilización son muy recomendables los eventos de seguridad vial,
tales como concursos, talleres de vehículos itinerantes, actividades para hijos de empleados,
etc. Son acciones que se pueden realizar de forma sencilla en la empresa y que recuerdan al
trabajador la importancia de una actitud preventiva en los desplazamientos de ida y vuelta al
trabajo.
Este punto es común con la investigación de los accidentes en misión, por lo que sólo hacemos
un breve resumen de los aspectos que debe recoger[16].
a) Objetivo:
b) Qué investigar:
d) Características de la investigación
La investigación debe:
• Estar orientada a la identificación de las causas y los fallos del sistema, nunca hacia la
identificación de culpables.
• El informe final debe incluir sólo hechos probados, en ningún caso las presuposiciones
que puedan inculpar a un trabajador e incurrir en responsabilidad legal para la
compañía.
• Identificar las acciones de mejora para cada fallo, esto incluye un responsable para
cada acción y el plazo en el que debe aplicarse (todo ello incluido en la planificación de
la prevención de la empresa).
• El accidente, sus causas y acciones de mejora deben ser comunicadas a todos los
empleados afectados por ellas.
3.1.1. Beneficios
Los PTT suponen importantes ventajas de índole económica y social para la empresa:
• Mejora del espacio público y mayor atractivo de las ciudades como centros de
negocios, servicios, comercio y turismo.
Los planes de movilidad también se encuentran con obstáculos que pueden influir en el
desarrollo de los mismos. Estas barreras no deben suponer una excusa para no iniciar un PTT,
sino que, en muchos casos, habrá que tener en cuenta las limitaciones o dificultades
generadas por aquellos, para el diseño de las medidas o acciones más adecuadas que lleven a
la consecución de los objetivos del PTT. Entre las barreras más comunes están las siguientes:
• Falta de alternativas al uso del automóvil. Esto ocurre, por ejemplo, en las empresas
localizadas en un área con una reducida oferta de transporte público o cuya
accesibilidad es complicada.
• Deficiencias del transporte público. Falta de información sobre los servicios ofertados,
frecuencias escasas, mala adecuación de las paradas, etc.
Actualmente, no existe un marco legislativo de ámbito nacional que obligue a las empresas y
demás centros de actividad a realizar planes de transporte al trabajo de sus trabajadores.
Aunque la ley 2/2011 del proyecto de ley Movilidad Sostenible en su artículo 103 de la
sección tercera determina:
Todo ello hace presagiar que en un futuro cercano se producirán desarrollos legislativos que
implicarán normas de obligado cumplimiento en la realización de actuaciones favorables a la
gestión de la movilidad al trabajo.
Cuanto menor sea el número de trabajadores, más sencillo e intuitivo será el proceso. Los
hábitos de movilidad de los trabajadores serán fácilmente conocidos y la comunicación, la
información e implantación de medidas de movilidad estarán más acotadas.
Especial mención tienen los polígonos industriales, formados por un conjunto amplio de
diversos tipos de empresas, en los que se justifica una implementación de medidas de manera
conjunta en lugar de superar la realidad que constituye cada empresa vista de forma
individual.
Las características funcionales de estos espacios (por ejemplo, las plazas de aparcamientos
insuficientes) así como su propia localización, contribuyen a una alta dependencia del vehículo
privado para aquellos que necesitan desplazarse diariamente a su puesto de trabajo.
En los polígonos industriales se pueden llevar a cabo actuaciones y estudios integrales para
todas las empresas y empleados que trabajan allí y, de esta manera, aunar esfuerzos. Para ello,
se necesita la implicación de otras organizaciones como, por ejemplo, asociaciones de
empresarios, organismos responsables de gestión del transporte público así como los
departamentos competentes de la administración autonómica y local.
Por ejemplo, en obras de gran envergadura, se pueden aplicar los mismos criterios que lo
indicado anteriormente para las empresas que conforman un polígono industrial.
Por el contrario, en el caso de obras pequeñas, las medidas a implantar serán necesariamente
medidas más sencillas.
Existen momentos en los cuales la situación puede ser idónea para la creación de un PTT en la
empresa: cuando se va a producir un cambio de localización de la empresa, en
reestructuraciones y reorganizaciones internas, ante una nueva oferta de transporte público
(línea de metro, autobús, etc), cambios normativos sobre las condiciones de aparcamiento,
etc.
Además de encontrar una situación favorable, existen dos condiciones clave para iniciar un
PTT:
• Comunicación y participación
• Sensibilizar a los empleados para que cambien sus hábitos hacia una movilidad más
segura y sostenible y una accesibilidad a los bienes y servicios disponibles.
El PTT se desarrolla a través de unas fases donde la participación en cada una de ellas, de los
actores o protagonistas mencionados, se indica en el siguiente cuadro:
Para obtener un diagnóstico definitivo, será necesario conocer los hábitos de movilidad de los
empleados mediante los siguientes métodos:
Se recuerda que esta encuesta, ya descrita en el Plan de gestión del accidente in itinere[20], se
puede cumplimentar por correo electrónico o a la llegada de los trabajadores al centro de
trabajo.
Entrevistas en profundidad
En algunas ocasiones puede ser necesario recoger información cualitativa que complemente
la encuesta, para lo que se realizan este tipo de entrevistas con los trabajadores que se
presten voluntarios.
Una vez conocida la situación de partida y con los datos obtenidos del estudio de hábitos de
movilidad, es posible comenzar una planificación. Ésta debe incluir lo siguiente:
Objetivos generales del plan que indiquen los fines globales que se pretenden alcanzar. Por
ejemplo, cambiar los hábitos de movilidad de los trabajadores, reducir los accidentes laborales
de tráfico, etc.
Objetivos específicos, más concretos y orientados a dar una solución a los problemas
detectados en la fase de diagnóstico. Estos objetivos pueden ser de índole económica
(racionalización del uso de medios de transporte), medioambiental (reducción de la
contaminación), energéticos (reducción consumos de combustible), de transporte (reducción
del uso del vehículo privado), etc.
Cuadro de mando de indicadores, los cuales servirán para medir el grado de consecución de
los objetivos acordados. Algunos ejemplos de indicadores son: el número de accidentes in
itinere, número de trabajadores que usan el transporte público, o que trabajan desde casa,
consumo de energía y emisiones CO2, número de plazas de parking ocupadas, etc.
Finalizada la planificación, se debe informar a los trabajadores con el fin de indicarles sobre las
medidas preventivas que la empresa ha tenido en cuenta para la prevención de los
accidentes in itinere.
Para ello, es recomendable usar mensajes sencillos y directos mediante los canales que la
empresa, usualmente, utiliza para sus diversas comunicaciones: boletines, revistas, reuniones
de grupo, sesiones formativas, eventos, e-mails, carteles, etc.
Tras la elección de las medidas a adoptar que servirán para alcanzar los objetivos marcados,
éstas deben ser puestas en funcionamiento.
La comunicación, siempre presente, se puede llevar a cabo en esta fase haciendo llegar
información sobre el Plan a clientes, proveedores, socios, medios de comunicación,
autoridades, organizaciones empresariales, ONGs, etc. para adquirir una mejor imagen en
términos de Responsabilidad Social Corporativa.
Efectuar un seguimiento del Plan es tan importante como la elaboración del mismo, ya que
permite:
• Conocer su eficacia.
Según el modelo que se ha planteado en esta guía, el control se debe llevar a cabo a través de
la revisión del cuadro de mando de indicadores determinados en la fase de planificación.