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Ab. Infanto – U2 – Orientaciones y tendencias de la prevención.

UNIDAD 2
A) DEFINICIÓN. CLASIFICACIÓN: PRIMARIA, SECUNDARIA Y TERCIARIA. PREVENCIÓN PRENATAL Y
NEONATAL, EN PRIMERA INFANCIA, EDAD ESCOLAR Y ADOLESCENCIA.

DEFINICIÓN DE PREVENCIÓN.

Prevención: “conjunto de medidas o acciones susceptibles de evitar la aparición de un estado patológico


ulterior o de reducir su intensidad”. (Marcelli- De Ajuriaguerra: “Psicopatología del niño”)

CLASIFICACIÓN: Primaria, secundaria, terciaria.

Primaria: se dirige a la mejora del medio de vida del niño con el fin de evitar la aparición de trastornos. Actúa
sobre el ambiente familiar o social.

Secundaria: consiste en detectar lo más precozmente posible los trastornos a fin de evitar su estructuración
de manera patológica fija.

Terciaria: intenta obviar o atenuar las secuelas o complicaciones de un estado patológico existente, su paso a
la cronicidad y su repercusión en el medio (padres, hermanos).

PREVENCIÓN PRENATAL Y NEONATAL.

Consiste en vigilar la buena evolución de todo embarazo, parto y primeros días de vida del recién nacido.

El diagnóstico precoz de enfermedades graves, las exploraciones complementarias múltiples, (incluso en el


curso del embarazo), el consejo genético, representan medidas que intentan descubrir trastornos, con el fin
de limitar su desarrollo.

Esta prevención médica es la más difícil, pues sus criterios son objetivos, ligados a condiciones fisiológicas.

Pueden incluirse todas las condiciones materiales y psicológicas que permiten a la mujer embarazada, y más
tarde parturienta, estar en las mejores condiciones posibles para recibir al niño.

Van dirigidos en este sentido los actuales esfuerzos para favorecer los primeros contactos entre la madre y el
recién nacido, así como las técnicas de parto sin dolor.

Los medios de esta prevención residen en una formación adecuada de ginecólogos, obstetras y profesionales
afines, así como en una buena organización de las maternidades y servicios de neonatología.

PREVENCIÓN EN LA PRIMERA INFANCIA.

Esta prevención consiste en vigilar el buen desarrollo físico y psicomotor del lactante, con el fin de evitar las
situaciones patógenas mejor conocidas: rupturas del medio familiar, carencia afectiva, entre otras.

Consiste en descubrir lo más precozmente posible los trastornos indicadores de una patología ulterior.

La formación técnica de las diversas categorías socioprofesionales que trabajan en contacto con las madres y
los niños, es fundamental para evitar torpezas o traumatismos inútiles: formación del personal de Direcciones
de Acción Sanitaria y Social, asistentes sociales, personal de guarderías, etc.

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La ley del 15 de julio de 1970 ha establecido los centros de actuación médico social precoz: estos centros
ofrecen un ámbito jurídico que permite integrar en un mismo equipo multidisciplinario el conjunto de acciones
preventivas que dan apoyo a la madre joven, el recién nacido, el niño en edad preescolar y las familias.

PREVENCIÓN EN EDAD ESCOLAR Y ADOLESCENCIA.

En estas edades se trata de una prevención secundaria e incluso únicamente terciaria, basada en el
diagnóstico lo más precoz posible de los trastornos, inadaptaciones o situaciones de fracaso.

B) RIESGO Y RESISTENCIA. MECANISMOS DE PROTECCIÓN. CAMBIO Y CONTINUIDAD.

RIESGO Y RESISTENCIA. (Wicks- Nelson Rita: “Psicopatología del niño y del adolescente”).

Los factores de riesgo son una serie de variables que aumentan la probabilidad de que se produzcan
dificultades o desviaciones en el comportamiento.

La resistencia supone una protección ante los factores de riesgo, o la capacidad de recuperarse prontamente
ante las adversidades de la vida.

RIESGO.

Puede pensarse que algunos factores de riesgo tienen su origen en la disposición individual a responder
desadaptativamente ante las experiencias de la vida.

Dicha disposición puede surgir a través de mecanismo biológicos, a través de experiencias de la vida, o
mediante una combinación de ambos.

El riesgo se basa en adversidades de la vida o acontecimientos que provocan estrés o tensión.

Los factores de estrés pueden ser agudos, pueden surgir de modo imperativo o pueden ser crónicos. Sin
embargo, encierran dentro de sí un potencial de demandas y tensiones crónicas.

FACTORES DE RIESGO

Algunos de los riesgos están ligados a problemas del desarrollo, por ejemplo: anomalías cromosómicas.

Existe una relación entre los factores de riesgos y ciertos trastornos específicos (ej., los factores de riesgo
pueden ser distintos para déficits intelectuales que para problemas de comportamiento).

Es probable que el individuo sea más vulnerable al riesgo en ciertos periodos de su desarrollo (ej., en los
primeros momentos del desarrollo prenatal o durante la adolescencia).

El número de factores de riesgo que estén presentes es importante. Múltiples factores de riego pueden ser
especialmente nocivos, ya que a medida que aumenta el número, aumentan los resultados negativos.

El riesgo puede acumularse a lo largo del tiempo. Es decir, las consecuencias de un factor de riesgo pueden
aumentar la probabilidad de riesgos futuros.

Según OMS - se entiende por factor de riesgo “toda característica o circunstancia determinable, en una
persona o grupo de personas que se sabe que va asociada a un riesgo anormal de existencia o evolución de
un proceso mórbido”.

Indicadores de riesgo Prenatales

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• Deficiencia física y psíquica en la madre


• Embarazos anteriores no supervisados
• Declaración tardía de embarazo
• Menos de 18 años
• Aislamiento social y ruptura con el padre del bebé

Indicadores de riesgo Perinatales

• Alumbramiento prematuro
• Psicosis puerperal
• Prolongada estancia en la maternidad
• Bebé en cuidados intensivos
• Depresión post-parto
• Déficit sensorial del bebé
• Enfermedades somáticas a repetición
• Entradas al hospital de manera continua

“El tema de indicadores de riesgo y vulnerabilidad debe ser tomado y revisado en forma permanente”.

RESISTENCIA.

Al igual que con el riesgo, se considera que la protección reside tanto en el individuo como en el entorno.

A menudo, la resistencia se conceptualiza como algo que surge de la competencia y la adaptabilidad del niño.

Según Garmezy, la competencia se ve determinada por la autoestima, autodisciplina, creencia de que se


pueden controlar los acontecimientos, la regulación del comportamiento impulsivo y la capacidad de tener
pensamiento abstracto y flexible.

Los investigadores han llegado a la conclusión de que la inteligencia y otros atributos personales pueden
reducir al mínimo las consecuencias del riesgo.

Se espera que la investigación sobre el riesgo y la protección puedan contribuir en gran medida a la
prevención y mejora de los trastornos del comportamiento.

MECANISMOS DE PROTECCIÓN.

Rutter plantea cuatro formas en las que el niño o un adolescente pueden estar protegidos. Considera que
estos métodos funcionan en puntos clave de la vida de la gente, cuando el riesgo puede volverse a encauzar.

Estos son:

Reducción de la influencia del riesgo: puede reducirse: proporcionando al niño la práctica necesaria para
enfrentarse a las situaciones, reduciendo los requisitos del riesgo, preparando al niño para la situación,
exponiendo al niño a la situación cuando sea capaz de abordarla cognitivamente, disminuyendo la exposición
al factor de riesgo.

Reducción de las reacciones negativas en cadena: la exposición al riesgo a menudo desata una serie de
reacciones en cadena que perpetúan los efectos del riesgo en el futuro. Cualquier intervención dirigida a
prevenir dichas reacciones en cadena protegerá al niño.

Desarrollo de la autoestima y la autoeficacia: las ideas y sentimientos que tiene el individuo con respecto a
sus distintos entornos sociales, su valía, y su capacidad para enfrentarse a las situaciones difíciles de la vida

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tienen gran importancia. El desarrollo positivo es el resultado de relaciones sociales satisfactorias y éxito en la
realización de tareas.

Apertura de oportunidades: muchos acontecimientos, sobre todo si ocurren en momentos clave de la vida del
individuo, reducen el riesgo al proporcionar oportunidades para el crecimiento adaptativo.

CAMBIO Y CONTINUIDAD.

Se analizarán dos aspectos relacionados con el cambio y la continuidad, que están ligados a los trastornos
del comportamiento: la relación entre los trastornos que se producen en los primeros años de la vida con los
trastornos posteriores, y las trayectorias evolutivas.

Puede anticiparse el cambio y la continuidad, a medida que los individuos viajan a lo largo del curso de sus
vidas. La continuidad y el cambio se aplican al estudio de trastornos del comportamiento. Es importante para
entender la evolución de los problemas de conducta. Los trastornos de conducta son siempre preocupantes,
en el sentido de que crean malestar e infelicidad, y que cierran la puerta a oportunidades de crecimiento y
desarrollo. Cuando éstos persisten de algún modo en la edad adulta, las consecuencias son más graves.

Por el término “continuidad heterotípica” se entiende la permanencia de una conducta en la que la forma
de la misma cambia con el desarrollo o a lo largo del tiempo.

Los investigadores sugieren dos procesos mediante los cuales el comportamiento desadaptativo se mantiene
a lo largo del tiempo.

1. Continuidad acumulativa, que encuentra su origen en que el propio niño frecuenta por sí mismo ambientes
que perpetúan el estilo desadaptativo; un niño con mal carácter puede limitar sus oportunidades
abandonando el colegio y creando situaciones de frustración.
2. Continuidad interactiva, que se origina en la transacción entre persona y entorno; el individuo actúa, los
demás responden en consonancia y el individuo reacciona ante esta respuesta.

Con respecto a las “trayectorias evolutivas”, es difícil predecir el curso evolutivo de un individuo, pero los
investigadores han empezado a describir una serie de trayectorias evolutivas, entre las cuales algunas
indican estabilidad, y otras, cambios.

Es posible hablar de cinco trayectorias que trazan la evolución a lo largo de los años de la adolescencia en
términos de adaptación:

• Adaptación estable: se caracteriza por una autovalía positiva y ausencia de problemas.


• Desadaptación estable: se caracteriza por adversidades crónicas y poca protección.
• Inversión de la desadaptación: se caracteriza por presentar una desadaptación al principio de la
adolescencia que cambia con el tiempo y da un resultado positivo.
• Rechazo de la adaptación: se caracteriza por cambios biológicos o ambientales que producen dificultades.
Comienza en una adaptación que termina en declive.
• Desadaptación temporal: puede reflejar una toma experimental de riesgo transitoria. Indica un declive
transitorio en la adolescencia con una vuelta a la conducta adaptativa.

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C) ORGANIZACIÓN Y APLICACIÓN DE LAS ACCIONES DE PREVENCIÓN: EMBARAZO, ESTANCIA EN


LA MATERNIDAD, REGRESO AL HOGAR, VIGILANCIA DEL ESTADO DE SALUD DEL LACTANTE,
FORAS DE GUARDA Y CUIDADO, FORMACIÓN DEL PERSONAL E INFORMACIÓN DE LA POBLACIÓN.

Biblio: (Stoleru)

Se tiene en cuenta las diferentes acciones preventivas siguiendo un plan cronológico, es decir, planteándonos
estas acciones en función del período del desarrollo en que se aplican.

EMBARAZO:

La vigilancia periódica del estado de salud física de la mujer encinta contribuye a dicha prevención, en la
medida en que tiene a prevenir infecciones que alteran el SNC y los órganos sensoriales del feto. Lo mismo
sucede con el embarazo para prevenir la prematuridad o los trastornos en el parto con el peligro de
accidentes anóxicos en el recién nacido.

También el estado psicológico y el funcionamiento psíquico presentan modificaciones durante el embarazo,


ya que representa una fase de profundas reorganizaciones, tanto biológicas como psicológicas.

Las comadronas y los ginecólogos observan auténticos trastornos psíquicos a lo largo del embarazo, muy
variados según la personalidad de base. Tales trastornos deberían ser objeto de cuidados adecuados; por
una parte, por el valor terapéutico de dichos cuidados para la madre que acoge la propuesta de una ayuda
psicológica; y por otra, a causa de su potencial preventivo ante los trastornos de la interacción madre-hijo y de
las alteraciones del desarrollo psíquico del bebé.

ESTANCIA DE LA MATERNIDAD:

La preparación psicológica para el parto permite a la mujer dominar mejor su angustia antes y durante el
parto, y evitar, al menos en parte, la agudización del dolor por efecto de la angustia.

En esta preparación para el parto, la relación de confianza entre la mujer y la comadrona que la apoya parece
tener un papel muy importante.

La admisión de los padres en las salas de dilatación y de parto ha representado un factor importante que
contribuye al sostén afectivo de la parturienta.

En las maternidades se aplica la práctica del “rooming-in”, que consiste en que los bebés se quedan en la
habitación con su madre en lugar de permanecer agrupados en la sala de neonatos de día y de noche. Esta
práctica favorece de manera significativa la constitución del vínculo padres – recién nacidos o “bonding”.

A pesar de la importancia de la lactancia materna para el desarrollo físico y psíquico del lactante, y que a
veces sea excesivamente desalentada, puede parecer que los profesionales de la salud incitan a las madres
a amamantar. Algunas madres, por su funcionamiento psíquico, prefieren no amamantar al hijo, y se sienten
aliviadas cuando pasan a lactancia artificial. Podría ser importante que profesionales de salud tuvieran actitud
flexible y consideraran la personalidad individual de las madres cuando son consultados sobre lactancia.

La decisión de amamantar o dar el biberón debería caer sobre la propia mujer; lo más que puede hacer el
personal de maternidad es ayudarla ante esta alternativa, pero respetando su libertad, proporcionándole
apoyo afectivo e informaciones objetivas sobre la lactancia al pecho, lo más independiente posible de
opiniones personales de los miembros del equipo de la maternidad.

Suele ser durante los primeros días que siguen al alumbramiento cuando se plantean la cuestión del
abandono del niño. Es importante que el personal médico de maternidad dé sostén afectivo a estas madres y
no agrave sus sentimientos de culpabilidad, ya que cuando estas madres son presionadas para que

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conserven a su hijo, el resultado suele ser que el abandono se produce igualmente, pero de manera diferida y
en peores condiciones para la madre y para el bebé.

REGRESO AL HOGAR:

Primeras semanas que siguen a la salida de la maternidad, fase en la que pueden aparecer dificultades.

El papel de sostén del marido es importante, incluso cuando la madre está casada o vive maritalmente, se
trata de un período en el que es frecuente que la mujer se sienta aislada con el recién nacido cuando el
marido trabaja y no puede apoyarse en el sostén de la presencia de otros miembros de la familia. Es el
momento en el que por primera vez siente su responsabilidad frente al bebé.

Este sentimiento tiende a agravar la ansiedad respecto del bebé, pero favorece en la madre la impresión de
que el bebé es verdaderamente suyo.

Múltiples factores de orden físico o psicológico contribuyen a la elevada incidencia de una vivencia depresiva
durante este período. Algunos bebés, por sus características particulares, aumentan esta vivencia; mientras
que otros bebés permiten el desarrollo en la madre de un sentimiento de confianza junto al de ser
recompensada al cabo de sus esfuerzos.

Entre las intervenciones terapéuticas que se realizan en el período de regreso al hogar, las trabajadoras
familiares pueden aportar una ayuda y un consuelo considerable, sobre todo cuando la depresión materna se
acompaña de un aislamiento social evidente.

VIGILANCIA DEL ESTADO DE SALUD DEL LACTANTE:

Tras la salida de la maternidad los padres pueden asegurarse el seguimiento médico de su bebé por un
médico (generalista o pediatra) o por el equipo de un centro del servicio departamental de la protección
maternelle et infantile (PMI). Los padres disponen del carnet de salud del niño en donde se inscriben
observaciones y eventuales tratamientos. Desde la maternidad, se rellena un certificado de salud que
describe el estado físico del recién nacido y algunas características sociales y demográficas de la familia. Se
envía una carta a las familias para hacerles saber las posibilidades de consulta ofrecidas por el equipo de PMI
que trabaja próximo a su domicilio.

La visita a domicilio es un elemento esencial para un trabajo preventivo. Suele ser importante que el contacto
con la familia se establezca por iniciativa de un profesional, pues de lo contrario existe un gran riesgo de que
el trastorno se instale sin que la familia solicite apoyo alguno.

Algunos servicios de PMI intentan dar desarrollo pleno a la noción de acogida de protección maternoinfantil.
Por lo tanto, el centro no es sólo lugar de consultas pediátricas, sino también se convierte en un lugar al que
la madre y el padre pueden acudir para hablar de distintos temas referidos al bebé o a su vida.

El equipo del centro incluye una psicóloga y en casos se ha establecido una colaboración con servicio
psiquiátrico, abriendo posibilidades de trabajo transdisciplinario y de formación mutua.

FORMAS DE GUARDA Y CUIDADO:

Una de las funciones de los centros de PMI es proporcionar a los padres información sobre los modos de
guarda disponibles en su vecindario y opiniones sobre la mejor orientación posible para su niño.

Las formas de guarda de la jornada están representadas por la colocación de día con una asistente maternal
y por escuelas infantiles. Éste debe ofrecer al niño una continuidad suficiente: las personas que se ocupan de
él y con las cuales establece una relación no deben cambiar frecuentemente, asimismo, su entorno físico
debe mantener una estabilidad suficiente.

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Este sistema presenta ventajas: el niño puede establecer un vínculo de apego con una sola persona, las
enfermedades interrecurrentes comprometen muy poco este tipo de guarda, lo cual no ocurre en las escuelas
infantiles, y se puede organizar con mayor facilidad un horario flexible.

Las escuelas infantiles tienen ciertas ventajas. Sobre dietética y salud del niño, reciben la visita regular de un
pediatra. Dan ocasión al niño de integrarse en un grupo y favorecen el desarrollo precoz de relaciones con
otros niños. Ofrecen al niño un medio cognitivo estimulante, gracias al personal, intercambios con otros niños
y material de juego. Los inconvenientes son el riesgo de contagio infeccioso, la dificultad del para establecer
una relación electiva y profunda con una persona, por la variedad de personal y la carencia afectiva a la que
son sometidos los niños si el establecimiento no dispone de personal suficientemente numeroso y formado.

Actualmente, para hacer más fácil el período en que el niño empieza a asistir por primera vez a la escuela
infantil, suele efectuarse una fase de adaptación. Durante esta fase, la madre es invitada a permanecer en la
escuela varias horas, lo cual favorece la creación de vínculos con otras personas y hace menos difícil la
separación de la madre, pues proporciona al niño un sentimiento de seguridad en este medio nuevo.

Lo que parece carencia afectiva durante los cuidados, se debe a mecanismos de defensa que se ponen en
marcha para evitar una relación demasiado intensa con el niño, con sus dolorosas consecuencias en las
inevitables separaciones, y con el establecimiento de un clima de rivalidad con los padres. Estas dificultades
pueden ser minimizadas si se organizan grupos de discusión, centrados en la observación del niño, en las
actitudes de las diferentes personas que intervienen y en las relaciones del personal con los padres.

FORMACIÓN DEL PERSONAL E INFORMACIÓN DE LA POBLACIÓN:

La prevención está estrechamente ligada a la información y formación de profesionales implicados. Esta


formación e información se refieren al desarrollo de competencias del recién nacido, de relaciones objetales
del bebé y de la interacción padres-bebé. No obstante, debería referirse a los aspectos psicológicos de la
función parental, con el fin de que las acciones de prevención tuvieran en cuenta necesidades de los padres y
respetaran su identidad y su función.

Sería deseable que los programas de formación incluyeran dos aspectos importantes: por una parte, la
aportación de informaciones; por otra parte, una sensibilización personal de los profesionales, por la cual
tengan ocasión de reflexionar sobre una implicación afectiva en su trabajo con los niños.

La información al público sobre el desarrollo del bebé se ha hecho mucho más importante en los últimos
años. Es probable que la información pública tenga un papel favorable, en la medida en que pone en
evidencia la precocidad del desarrollo de la vida afectiva y relacional del bebé. Sólo nos queda desear que
esta información tenga efecto no sólo de evitar diversas patologías, sino el también promover la plena
expansión de las potencialidades de la primera infancia.

D) PROGRAMAS DE PREVENCIÓN EN NIÑEZ Y ADOLESCENCIA.

Los programas de prevención para jóvenes varían en cuanto a objeto de atención y planteamiento.

Hay programas destinados al estudio genético, con el objeto de reducir el número de bebés nacidos con
trastornos hereditarios. Hay estudios de inteligencia y déficits de lectura y atención, y de la adaptación escolar
en niños con discapacidad intelectual. Hay programas destinados a mejorar la competencia del niño que
parten del supuesto de que está estrechamente relacionada con la capacidad de tomas buenas decisiones,
apoyo social y afrontamiento del estrés. Hay otros programas destinados a fomentar estilos de vida positivos,
como el fomento de las actitudes contrarias al consumo de drogas.

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Muchos programas de prevención están destinados a niños y adolescentes afectados por la pobreza. Es
sabido que la pobreza pone al niño en una situación de riesgo con respecto a su alimentación, salud,
embarazo adolescente, contacto con drogas, tensiones familiares, logros escolares y oportunidades laborales.

PROGRAMAS MADRE – BEBÉ:

Tienen como objetivo el desarrollo de bebés nacidos prematuramente o con bajo peso al nacer.

La investigación pudo demostrar que los resultados finales dependen en parte de los cuidados que los bebés
reciban. Los efectos negativos pueden reducirse o superarse mediante atención y cuidados excelentes, los
que están relacionados con actitudes y habilidades de los padres, recursos familiares y apoyo social.

“Mother-infant transactional program” – su propósito era ayudar a madres a adaptarse a cuidados que
requiere un niño nacido con poco peso y favorecer su desarrollo. Cada madre trabajaba 3 meses con apoyo
de una enfermera que había recibido formación especializada, a fin de apreciar mejor las características del
bebé, reconocer su comunicación y responder a ella. En las once sesiones de interacción participaban los
bebés y los padres cuando era posible. Estas madres mostraban mayor confianza en sí mismas y mayor
satisfacción con su papel de madre que las madres de bebés que no habían participado en el tratamiento.

El “infant health and development program” es un estudio pediátrico de seguimiento con una duración de tres
años, que proporcionaba educación y apoyo familiar y guarderías educativas.

Los programas madre-bebé suelen constar de una serie de componentes que se aplican en el hogar familiar,
en centros o en ambos entornos, a menudo a familias sometidas a múltiples estresores.

EL PROGRAMA “HEAD START”:

Programa global de desarrollo para mejorar procesos mentales, crecimiento social y emocional, salud y
relaciones familiares y comunitarias. Parte del supuesto de que los niños y adolescentes pobres se
encuentran en situación de riesgo.

Comprende una serie de elementos importantes:

• Educación: ubicar al niño en una clase en la que la calidad de la relación profesor – alumno sea buena,
con el fin de tratar de satisfacer las necesidades de cada niño. Se tienen en cuenta las características
étnicas de la comunidad a la hora de estructurar la experiencia educativa.
• Salud: hincapié en salud física y mental. Se ofrecen a los padres cursos de nutrición. Los
reconocimientos médicos incluyen revisiones dentales, de vista y de oído. Hay un profesional de la salud
mental para poder evaluar necesidades especiales y proporcionar al personal y a los padres cursos de
formación sobre desarrollo infantil.
• Participación de los padres: toman parte en las decisiones relativas a las actividades diarias, planificación
y gestión del programa. Muchos trabajan como voluntarios, otros participan en talleres relacionados con
el bienestar del niño y de la familia.
• Servicios sociales: el objetivo es reforzar la unidad familiar de modo que pueda funcionar lo mejor posible
a la hora de la crianza del niño y proporcionar apoyo a los miembros adultos de la misma.

Este programa también ha creado varios proyectos especiales para evaluar otras formas de ayudar al niño y
su familia, como el “programa home start”, que tenía como objetivo la formación de madres en el seno del

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hogar, ya que se partía de la premisa de que la relación madre-hijo no debía interrumpirse sacando al niño de
su casa, y que la formación que recibía la madre podía generalizarse a los otros niños de la familia.

ROCHESTER PRIMARY MENTAL HEALTH PROJECT:

Este proyecto tomó el colegio como campo de acción para su programa de prevención, porque no sólo era
donde tenía lugar una gran parte de la socialización y el aprendizaje, sino también porque en ellos los niños
sufrían desadaptación escolar. A estos alumnos no se le prestaba la atención adecuada, el resto de la clase
se alteraba y el entusiasmo del profesor se veía afectado. Estos niños no recibían tratamiento, porque no
había servicios de salud mental disponibles o porque se creía que sus problemas desaparecerían con el
tiempo, lo cual no sucedió. Este proyecto se centra en la prevención secundaria.

Uno de los aspectos innovadores es el reconocimiento masivo de niños antes de que empiecen a ir al colegio.
Estos métodos consisten en entrevistas a los padres, pruebas psicológicas, informes de profesores y
observación directa. Se recopilan distintos datos respecto al desarrollo, historia médica, comportamientos
problemáticos y aptitudes escolares. Los niños que detecta como sujetos que manifiestan desadaptación, o
que tienen probabilidad de sufrirla en el futuro, se convierten en destinatarios de un tratamiento especial por
asistentes no profesionales. Muchos de estos son madres que cuentan con una formación modesta.

El modelo general del PMHP se caracteriza por:

• Centrarse en los niños pequeños.


• Realizar reconocimientos activos y sistemáticos a fin de un diagnóstico precoz de desadaptación escolar.
• Ampliación de los servicios a través del uso de asistentes no profesionales.
• Utilización de profesionales en actividades como la formación, supervisión, asesoramiento y evaluación
de la investigación y del programa.

La investigación ha sido un componente esencial del PMHP, desde su comienzo se diseñó para mejorar el
programa y demostrar los posibles beneficios.

Basándose en el PMHP, se creó el “Rochester Child Resilience Project”, este proyecto está conceptual y
empíricamente arraigado en la comprensión de repercusiones del estrés vital crónico en el niño y la
resistencia de algunos niños que viven en situaciones de una adversidad extrema.

SCHOOL TRANSITIONAL ENVIRONMENT PROJECT:

Está diseñado para evitar problemas futuros que pueden tener alumnos que mantienen un comportamiento
adaptativo en colegios. Se centra en un acontecimiento que ocurre en la vida de modo regular, la transición
de escuela primaria a secundaria. Esta transición puede representar un riesgo para algunos niños relacionada
con reducción de rendimiento escolar, consumo de sustancias tóxicas, delincuencia y abandono escolar.

Una de las características esenciales es la creación de unidades en que a un grupo de alumnos se les asigna
un aula específica y asignaturas escolares. Los profesores de aulas concretas desempeñan nuevas tareas de
asesoramiento y supervisión. La coordinación se estructura mediante reuniones con profesores normales con
quienes se estudia cómo se desenvuelve el alumno en actividades, la necesidad de que determinados
alumnos reciban asistencia psicológica profesional y los problemas que pueden surgir. Estos programas
sirven como estímulo en colegios pequeños, mediante la creación de unidades en que los grupos de
individuos tienen un estrecho contacto y son responsables los unos de los otros.

El programa STEP ha proporcionado sus servicios a niños provenientes de familias de clase trabajadora y
semi-cualificada, tanto en entornos urbanos como rurales.

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E) PREVENCIÓN EN LA ADOLESCENCIA: CONCEPTUALIZACIÓN. PROGRAMAS DE PREVENCIÓN.


OTRAS CUESTIONES. FAMILIAS EN TRANSICIÓN. MALTRATO EN LA JUVENTUD.

PREVENCIÓN EN LA ADOLESCENCIA – CONCEPTUALIZACIÓN. (Wicks- Nelson Rita: “Psicopatología del


niño y del adolescente”).

La prevención es mucho más deseable que la intervención, ya que previniendo se evita el malestar y el
sufrimiento. Es posible describir un continuo formado por el plan de prevención, el cual parte del fomento de
la salud y termina en la rehabilitación.

1. La prevención primaria trata de evitar que aparezcan los trastornos. Ello implica una mejora tanto del
estado general de salud como la prevención de disfunciones específicas.
2. La prevención secundaria suele definirse como el esfuerzo realizado a fin de reducir la duración de los
trastornos existentes mediante visitas preventivas a los especialistas, el diagnóstico y el tratamiento
inmediato. Se trata de una estrategia que pretende cortar los problemas de raíz.
3. La prevención terciaria pretende reducir las secuelas producidas por los trastornos. Puede tratar de
minimizar las repercusiones negativas como consecuencia de haber incluido a un niño dentro de la
categoría de trastornos del aprendizaje, o rehabilitar a una persona que ha sufrido un trastorno mental.

Aunque la prevención primaria, secundaria y terciaria pueden atenuar en algún modo el trastorno y el
sufrimiento, es la prevención primaria la que viene a la mente cuando se emplea el término prevención.

La diferencia entre tratamiento y prevención es que la prevención primaria va dirigida a la población no clínica
en lugar de a la clínica, teniendo como objetivos proteger y promover la salud.

La dificultad de prevenir ciertos trastornos psicológicos con origen multifactorial y/o desconocido complican la
situación. El estudio de factores de riesgo y protección es provechoso, sobre todo, si tiene en cuenta todas las
variables tanto biológicas como psicosociales: factores de estrés precoces, disfunciones familiares, pobreza.

CUESTIONES RELATIVAS A LA PREVENCIÓN.

La oposición y las críticas que se han sucedido en contra de la prevención se basan en una serie de puntos:

1. Durante mucho tiempo, la sociedad se centró en el tratamiento, y este enfoque sigue teniendo fuerza.
2. Es difícil desviar parte de fondos que se utilizan para cubrir necesidades de los que ya tienen problemas.
3. La efectividad de la prevención se ha puesto en tela de juicio, si bien hay que admitir que a partir de las
evaluaciones realizadas esta preocupación ha disminuido, este tema no está resuelto del todo.

Se han suscitado una serie de cuestiones éticas, una de las preocupaciones más importantes es la relación
entre los profesionales y los clientes, y a quién se le va a otorgar la facultad de establecer los objetivos.

Cowen ha analizado lo que él ha denominado “bienestar”, señalando que hay áreas específicas que pueden
ser decisivas para su mejora. El bienestar va más allá de la ausencia de un mal funcionamiento, tratándose
más bien de un sentido de pertenencia, propósito, control y satisfacción con uno mismo y con la propia vida.

Cowen plantea cinco elementos fundamentales para el bienestar:

1. Formación de un apego saludable durante los primeros años de vida.


2. Adquisición de aptitudes propias de la edad que se tenga.
3. Tener experiencias vitales en entornos que favorezcan el desarrollo de la salud.
4. Tener la sensación de controlar el propio destino.

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5. Afrontar de forma positiva el estrés.

Cowen afirma que todas las personas pueden beneficiarse de este tipo de enfoque. La intervención podría
tomar muchas formas: trabajando individualmente, en situaciones artificiales, en poblaciones locales, y
mediante estructuras y políticas sociales que fomentarán el bienestar de la mayoría. Por otro lado, también
exigiría la contribución de profesionales de distintos campos.

OTRAS CUESTIONES.

ADOLESCENCIA EN RIESGO

Todos padecemos situaciones de riesgo, que son momentáneas y no implican una desestructuración psíquica
ni adicciones, ni actuaciones violentas, ni intentos de suicidios.

Hoy, en la adolescencia, existen esos riesgos: adicciones, depresión, psicosis, trastornos de la alimentación.

Los adolescentes que se encuentran en proceso de cambio les viene bien un mundo que les permita
equivocarse para encontrarse de nuevo, pero a veces en vez de salir enriquecidos de la crisis, comienzan
procesos de desestructuración.

Existe un abuso social de esta situación de crisis, ya que, escudados en esta, el adolescente realiza abuso de
bebidas, salidas, drogas, etc., que lo conducen a situaciones límites y de riesgo psíquico.

Pareciera que el riesgo más grande está en la transición desde la pubertad (con la explosión hormonal) hacia
la adolescencia. Esta explosión hormonal lo lleva a: embarazos tempranos, contagios de enfermedades de
transmisión sexual, violencia, patotas, robos, etc.

Hay un riesgo implícito y necesario.

PRINCIPALES FACTORES DE RIESGOS PSICOSOCIALES

Entendiendo como tal “factor de riesgo psicosocial” a aquellas condiciones que el hombre experimenta
estando en contacto con su medio y con la sociedad; se trata de cualquier circunstancia que puede llevar a
una probabilidad de daño físico y mental.

Ejemplo: Inadecuado ambiente familiar (sobre todo si hay maltrato). Pertenencia a grupos anti-sociales. La
promiscuidad. Deserción escolar y abandono laboral.

PROGRAMAS DE PREVENCIÓN. FAMILIAS EN TRANSICIÓN.

Son programas que apuntan a insertar niños y adolescentes por un tiempo en una familia considerada más
estable y más beneficiosa cuando la situación de riesgo es extrema.

Se hará hincapié en tres cuestiones relativas a la familia que no están necesariamente relacionadas con un
trastorno en el niño, más bien ilustran cómo los cambios actuales que están produciéndose en la familia
forman parte de los temas que pueden afectar al niño hoy en día.

Estas 3 cuestiones son:

1. Las madres trabajadoras y el cuidado de los niños.


2. El cuidado del niño cuando los padres están trabajando.
3. Las familias monoparentales.

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1) Las madres trabajadoras y el cuidado de los niños:

La influencia social y económica han tenido como consecuencia que la mayoría de las madres hayan
empezado a trabajar fuera del hogar.

En general, en familias biparentales el hecho de que la madre trabaje o no trabaje no supone grandes
diferencias. Las repercusiones posibles dependen de una serie de factores, entre los que se encuentran la
edad del niño, la cantidad de tiempo que los padres pasan en el trabajo, cómo utiliza la familia el resto del
tiempo, la calidad de las guarderías, jardines de infancia o personas que se ocupan de los niños, las actitudes
de los padres hacia el trabajo y sus distintos papeles, la estructura familiar y otras variables psicológicas,
sociales y económicas.

2) El cuidado del niño cuando los padres están trabajando:

En la mayoría de los casos, suele cuidarlos una persona (miembro o no miembro de la familia), ya sea en la
propia casa del niño o en casa de otra persona. Una proporción importante de niños asisten a algún tipo de
guardería o jardín de infancia.

Los efectos del tipo de cuidado que recibe el niño es algo que preocupa a los padres, ya que buscan
encontrar un sistema adecuado que pueda proporcionarle a su hijo el tipo de cuidado que ellos desean y que
ayuden a conformar el desarrollo del niño de acuerdo a sus valores. Por lo tanto, los efectos de este tipo de
cuidados dependen tanto de la calidad de los mismos como del grado de participación de los padres.

Ha suscitado interés del tipo de cuidados de los niños en edad escolar. Es posible hablar de “niños con llave”,
ya que al volver de la escuela tienen que utilizar su propia llave para entrar al hogar, en el que no hay nadie.
Se utilizan términos como “niños que cuidan de sí mismos” para describir este tipo de situaciones. Los efectos
en el desarrollo del niño van a depender de cada niño, su personalidad, la cantidad de tiempo que pasa solo,
las actitudes de los padres, el nivel de desarrollo del niño, etc influirán en las reacciones del niño.

Una de las cuestiones en las que se centra el estudio de niños que cuidan de sí mismos tiene que ver con los
posibles efectos sobre el funcionamiento cognitivo y escolar, pero estas necesidades quedan satisfechas
cuando los padres vuelven del trabajo, ya que parece que éstos se centran sobre todo en las actividades de
sus hijos, ocupándose en menor medida de otras tareas domésticas. Aunque no es una situación ideal, para
muchos es una alternativa.

Si se decide utilizar este sistema, es preciso asegurarse de que el niño esté suficientemente preparado para
ello. Peterson indica tres áreas principales en las que el niño debe estar preparado: riesgo de accidentes,
problemas emocionales y selección de las actividades.

La preparación tiene varios componentes, entre los que se incluyen conversaciones con el niño y el prever
una persona de contacto a la que el niño pueda recurrir si cree que necesita ayuda. Asimismo, es esencial
que el entorno del niño sea seguro.

3) Familias monoparentales:

La crianza es una tarea difícil, ya que en el caso de estas familias es sólo el padre o la madre quien asume la
responsabilidad de ambos. Estos niños han manifestado problemas a lo largo de su desarrollo preescolar.
Muchas madres solteras viven en la pobreza, siendo probable que esto haya contribuido a los resultados.

El origen de la mayoría de estas familias surge como consecuencia del divorcio. Los efectos del divorcio
modifican la vida del niño. El proceso podría conceptualizarse como un acontecimiento vital permanente, que
provoca grandes cantidades de estrés, y requiere una serie de capacidades y estrategias de afrontamiento.

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Ab. Infanto – U2 – Orientaciones y tendencias de la prevención.

A menudo los niños reaccionan al divorcio con conductas de agresión, antisociales, impulsivas y de
desobediencia. Parece que éste afecta más a niños que a niñas y que depende de la edad. Los niños
pequeños presentan más problemas de exteriorización relacionados con cambios vitales importantes. Niños y
adolescentes (a pesar de sus dificultades para salir adelante en relación al divorcio), una relación de apoyo
con otro adulto parece haberlos ayudado bastante. La calidad de la relación madre-hijo representa un factor
importante en el proceso continuo de adaptación que experimentan los niños que han sufrido un divorcio.

Es posible decir que el divorcio tiene efectos negativos a más largo plazo en los varones, y que un segundo
matrimonio es más perturbador para las niñas. En efecto, para algunos tener que afrontar estas transiciones
en sus vidas puede repercutir positivamente en su desarrollo.

Se han emprendido muchos programas para trabajar con niños víctima de divorcio. Muchos tratan de mejorar
la adaptación, trabajando directamente con el niño. Uno de ellos es el “Children of divorce Project” (proyecto
hijos divorciados). Los niños que han vivido o viven un proceso de divorcio se reúnen en grupos de apoyo en
los que pueden desarrollar habilidades, explorar sentimientos y examinar las percepciones del divorcio.

Con respecto a los efectos que el divorcio provoca el niño indica que también es preciso trabajar con los
padres. Los programas de mediación para el divorcio prevén reuniones de adultos que están en proceso de
divorcio, a fin de estudiar con una parte imparcial la forma de solucionar la disputa. Con respecto a los niños,
se intenta idear una crianza conjunta y en cooperación, y sentar un base para resolución de conflictos futuros.

El programa “program for prevention research” (programa para la investigación de prevención) tiene como
objetivo cinco variables relacionadas con la adaptación: calidad de relación entre el progenitor que tiene la
custodia y el niño; contacto con el que no tiene custodia; acontecimientos negativos derivados del divorcio;
contacto con adultos que no sean los padres y que proporcionan apoyo al niño; estrategias de disciplina.

MALTRATO EN LA INFANCIA Y LA JUVENTUD.

El interés por este tema data de principio de la década de los años 70, donde se despiertan las alarmas en las
clínicas pediátricas de bebés y niños con lesiones no accidentales.

Malos tratos a los niños y adolescentes, supone que se trata no sólo de agresiones físicas y lesiones graves,
sino también incluye los actos de omisión, es decir, no ocuparse ni proteger a los niños.

Además de agresiones físicas y negligencia, hay otros tipos de malos tratos que están siendo objeto de un
mayor estudio: como abusos sexuales y malos tratos psicológicos.

De modo general, por abuso sexual se entienden las experiencias sexuales que se producen entre niños o
adolescentes y personas adultas, como la explotación sexual de niños. El abuso sexual es más frecuente en
las niñas que en los niños.

A menudo, es un niño concreto de la familia quien es objeto de malos tratos. La investigación sugiere que los
niños y adolescentes que se encuentran en situación de riesgo para recibir malos tratos son los que
manifiestan problemas de conducta y físicos, o tienen estilos de interacción que interactúan negativamente
con las características de los padres o el estrés familiar.

En su mayoría, los padres o padres sustitutos son los autores de los malos tratos. Se han observado rasgos
característicos de padres que maltratan a sus hijos, entre los que se encuentran: el aislamiento social tanto de
familia como de amigos; una cantidad mayor de síntomas emocionales y cambios de estado de ánimo;
problemas de salud física; habilidades de crianza insuficientes; conocimientos limitados sobre cómo educar a
un niño; poca tolerancia a comportamientos típicos de los bebés.

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Ab. Infanto – U2 – Orientaciones y tendencias de la prevención.

Con respecto a los efectos que los malos tratos tienen sobre el niño, manifiestan una serie de deficiencias en
todos los campos de las primeras fases del desarrollo, así como en la adaptación posterior en una variedad
de áreas de actividad.

Entre los problemas, se encuentran un aumento de conductas de agresión, malas relaciones entre iguales,
apegos inseguros, deterioro en las habilidades sociocognitivas, ansiedad, depresión, deficiencias en el habla
y el lenguaje, malas notas y puntuaciones bajas en las pruebas de rendimiento.

Las intervenciones que se realizan en el caso de los malos tratos se han centrado en los padres y en las
familias, más que en el niño.

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