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: :"" �· / y amigo de Pablo (3,15), anunciador de su próxima

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muerte (1,14), tal como se lo manifestó el Señor según
\ ÚN m,í.s incierto aparece el destinatario de consta en el evangelio de Juan (21,18). la verdad es que
', nuestra carta. Si se tiene en cuenta la indica- canco empeño en subrayar la identidad Jel amor se nos
\ ción de 3,1 ("Ésta es, queridos, la segúnda antoja un poco sospechoso. Da la impresión de querer
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·entre ambas cartas. Hoy, la mayoría de los autores que gozan de competencia son p;rtidarios de la "pseudoni­mia". Se trata
carca que os escribo"), habría que señalar que convencer al lector de la autenticidad perrina de la
de la atribución de un escrico a un perso­naje ideal, cuyo nombre posee para la comunidad una fama y una estima fuera de
el autor
tQda duda. Así, el se nuevo
dirigees­crico
a los mismos lectores
recobra el asignados
prestigio eny puedecarta,
del autor sin dejarle
ser aceptado margen
y leído condereverencia
réplica alguna.
por la comunidad
1 Pe 1,2: ''Cristianos del Ponto, Galacia, Capadocia,
destinataria. Este recurso de la "pseudonimia" o ·"pseudoepigrafía" es muv utilizado en el mundo judío de la antigüedad, en .
. Asia y Bitinia". Por otra parte, la mención del apóscol Pero un análisis más ponderado de los aspeccos lingüís­
especialPablo
en lasen obras
3,15apocalípticas (Asunción
("la paciencia de Moisés,
de nuestro 2 libro de Baruc.
Señor juzgadla .. ). yEldeejemplo
ticos másteológico
contenido elocuentenos
lo consti­tuye, dentro
revela otras perspec­
de la Iglesia cristiana, el libro -del Apocalipsis,
como salvación, como os lo escribió también Pablo, en donde el autor-vidente pregona sin
tivas. '"El estilo es el hombre", confesaba con fecunda
nuestro querido hermano") hace suponer que las cartas sabiduría M. Buchó. Y el estilo literario de 2 Pe es del
paulinas eran conocidas ya en estas comunidades. Tales todo diferente a 1 Pe. Existen 599 vocablos diversos
decalles nos llevan a pensar que la carta se dirigía a la entre ambos escricos. Además, estas palabras, no bala­
región de Asia Menor, lugar en donde numerosas comu­ díes, se refieren a los concepcos fundamentales, a su
nidades cristianas nacieron y enconcraron un progreso contenido doctrinal. la visión de la presentación de
noc able, como sabemos _por l a comunidades del la escacología es, también, diferente. Valga ahora una
Apocalipsis (Ap 2-3). Puede inferirse algún dato sobre somera indicación. 1 Pe desarrolla una escacología gue ...._ ·-1�...:- .-.
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esca indeterminación, al parecer deliberada. Tal vez la sigue esencialmente las líneas paulinas, en donde la
carca busca un destino no particular, sino un horizonte resurrección de Cristo fundamenta la esperanza del
amplio, universal. Así se insinúa en algunas cartas cristiano; en cambio, 2 Pe se interesa en el fin de los
coetáneas con .2 Pe, escritas a caballo entre el final del tiempos como fenómeno cósmico. la cristología de 1 Pe
primer siglo y comienzos de! segundo: 1 Juan, presenta a Cristo como ejemplo para los creyences, con
Santiago, a los Etesios, las carras a las siete Iglesias (que una referencia constante y concreta; en 2 Pe, la figura
no son sólo iglesias locales, sino ante todo la Iglesia de Cristo aparece lejana. Escas diferencias de envergadura
universal) del Apocalipsis. nos llevan a desistir de una autoría petrina compartida

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..,¿)}-pocos escricos del N nevo Testamento ofrecen rias y teológic;
de manera abrumadora tantas pruebas feha- evangelio sea e
�-[ cientes de su paternidad-, se infiere que el·
aucor es Simón Pedro. Recojamos sus huellas esparci­ Pero 2 Pe no f
das. Aparece consignado su nombr� al inicio (1,1), es acéfalo, un aer
testigo ocular de la transfiguración del Señor (1,14), despliega una
autor de una carta anteriormente escrita (3,1), hermano reclamo no es

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