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VENIDA D E L MESIAS

GLORIA Y MAGESTAD.

OBSERVACIONES
DE

JUAN JOSAFAT BEN-EZRA,


HEBREO-CRIBTIANO :

D I R I G I D A S AL S A C E R D O T E C X I S T ~ F I L O .

SE DEDICAN

AL MESIAS JESUCRISTO,
HIJO DE DIOS, HlJO DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA, HlJO DE DAVID,

' HlJO DE ABRAHAN.

E N T R E S TOMOS.

TOMO 1.

LONDRES :
LO PUBLICA R. ACKERMANN, STRAND,
Y E N S V ESTABLECIMIENTO E N MEQICO:

ABIMIIMO

EN COLOMBIA, EN BUENOS AYRES, CHILE, PERU, Y QUATEMALA.

1826.
LONDRES :
:SO POR CARLOS WOOD.
)pin%Coiirt, Fleet Street.
Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testirqonio
de Dios.
(S. JUAN, ep. r. v, 9).

Sitertimonium hominum accipimur, tertimonium Dei mqjur ert.


DE EPIBT.I, B. JOANNIB APOST.CAP. v.

Si 4 Dioa no creemos 2 4 quien creerémos I


(S. AMBBOBIO 1. i ~ C., 6).
SOBRE Y. LUCAB,

Si Dee non credimur, mi credimw ?


DIV. A M B R O ~LIB.
I ~ , iv, IN LUCIUI,CAP. v.

Lo que podemos interpretar propiamente, interpretarlo por figura,


ea propio de los incrkdulos, 6 de los que procuran apartarse
de la fe.
~ O S. MATEO,v%, 12).
( M A L D O N BOBRE

Quod proptie interpretan' p a t m u r , id per jguram inteqwetari pro-


prium est iucredulomm, autjidei dberticula qutzrentium.
T UMATH.
M A ~ D O N A IN ~ CAP. viii, VER. 12.
ADVERTENCIA

ESTA EDICION.

EN los anales de la Bibliografia no se halla e p m -


plo de una suerte semejante 4 la que ha tenido la
obra' presente. Pocos escritos de materias religiosas
han escitado tanto la curiosidad, y la admiracion de
los inteligentes, y sin embargo no conocemos una
sola produccion del espiritu humano que haya sido
tan mutilada, tan estropeada, tan corrompida por
las copias, y las impresiones, Aun las que se han
hecho lejos de los paises sometidos al yugo de la
intolerancia religiosa estan llenas de defectos capi-
tales: de modo que hasta ahora el público no ha
podido formarse una idea cabal del magnifico mo-
numento elevado por Lacunza á las ciencias ecle-
siásticas.
El obgeto de esta edicion es llenar un vacio de
que con tanta razon se han quejado los aficionados
á los buenos libros: mas no ha sido facil conse-
guirlo, y una ligera enumeracion de los trabajos que
vi ADVERTENCIA S O B R K YSTA E D I ü I O N .

se han empleado, bastará para dar á conocer los


obstáculos que ha tenido que'vencer el Editor.
Se han comparado todas las copias manuscritas,
y todas las ediciones que se han podido haber á
las manos; confrontando las variantes, escogiendo
el sentido que ha parecido mas análogo ti las
miras del Autor, y supliendo con el ausilio de tantas
copias diferentes, las faltas que en todas ellas se
notaban.
'
Con la edicion de Megico de 1825 se ha evitado
el enlace de los testos Latinos con los Castellanos,
y las alteraciones y yerros con que el orginal habia
sido desfigurado.
La edicion de Londres. y algunas copias manus-
critas, han servido para reemplazar los numerosos
pasages suprimidos en la ya citada de Megico,
y estas adiciones esenciales forman mas de 20 pá-
ginas.
Ha sido preciso traducir los testos latinos de las
cartas y discursos que forman la filtima parte de la
obra : operacion que ha presentado algunas dificul-
tades, por que, como en obsequio de la uniformidad
pareció conveniente seguir la version del P. Scio
en los lugares de la Sagrada Escritura, y como en
las ediciones anteriores muchas de estas citas estan
A D V E R T E N C I A SOBRE ESTA EDICLON. v ii

equivocadas, ha sido necesario examinar libros


enteros de la Biblia, para descubrir el yerro y
corregirlo.
Se ha confiado á un buril diestro la copia del
retrato del Autor, y se ha hermoseado la edicion
con tres estampas, análogas á otros tantos pasages
del Apocalipsis, que mereceran sin duda la aproba-
cion de los inteligentes.
La rectificacion de la ortogwfia, y de la puntua-
cion, y la correccion de las pruebas han corrido a
cargo de dos literatos Españoles, acostumbrados B
esta clase de tareas.
El Editor cree haber satisfecho sus miras, y se
lisongea con la esperanza de que los Americanos sa- -
bran apreciar este nuevo testimonio del celo con que
habaja en su obsequio.
lNDICE RAZONADO
DEL

TOMO 1.

PARTE 1.
P W =
Dictamen qse pura la impresion de esta obra, di6 el M. R. P.
h.Pablo de la Concepcion ...............:. ........................ xvif
Analisis de esta Obra .................................................. xxvii
Dedicatoria RI Mesias .................................................x-
Prólogo en que se reprueba por el autor el escrito que corria
con el título de Compendio .......................................xxxvii
Se responde al primer reparo que se presenta contra la obra gor
razon de su novedad ...................................... .
. ...... xxxix
Se eoplica la diversidad que hay de cveencias, y se man9esta no
re* esta obra opuesta 6 la creencia 6 f e de la Iglesia ............ xliii

Se hace ver la dferencia que hay entre esta obra y ka de Enodio


Papfa ....................................................................xlvii
Discurso preliminar, en que el autor, bqio el nombre de Juan
J w a t Ben-Ezra, hebreo cristiano, hace varias observaciones
ai sacerdote CristoJilo ...................................................liii
Ceguedad de los Judios cawada por los sacerdotes y doctores de
la ley .........................................................................
lv
E l temor que muchos int6rpretes han inepirado en la inteligencia
literal de la Escritura hn ocasionado el abandono y olvido de
preci&imo libro ......................................................
h
Respeto con que,el autor promete tratar 6 los inthpretes y goc-

Pirrafo Página
1. Sobre In letra de la santa Esm'tura .............................. 1
2. Admiralle armonia de toda la santa Escritura en el asunto
de esta Obru ......................................................
2
X IN DICE RAZONADO.
Plrrnio PBgíur
5. Examen y confrontacion de los intkzpretes con la misma le-
tra de la Escritura .....................
.........................
3
6. El resultado de este examen es conocer, que no hay peligro
alguno en entender 6 la letra lo que leemos en la Escri-
tura, sin que nos espante el argumento de atribuir 6 Dios
en este caso manos, pies, y otros miembros .............
4
7. El peligro donde verdaderamente debe temerse y encontrarse
es en los intérpretes, cuando estos se aparten del sentido
propio y obvio que presenta la letra aegun todo 8u contesto 5
10. Se demuestra, que jamus se ha &@nado error 6 herejía al-
guna de esta literal inteligencia ..............................
7
12. E l sentido literal es la arma mas poderosa que ha usado y
debe usar la Iglesia y santos doctores conira loa h e r e
......................................... . . . .
todos 8
21. Odgenes para desgracia suya no sigui6 el sentido propio y
literal segun su contesto ;sino el grosero y gramatical,
en que no habld el Espfrihc Santo .............................
16
22. Se esplica la eapresion de S. Pablo que dice : que la letra
mata, y el espíritu viviñca ..................................
16
28. Dase rason, por quk muchas cosns segun este eentido literal
... . .. .. ... . .... ...
gu&n sin poder entenderse. .. .. . .. . ... . ... 19
31. De la autoridad estrínseca sobre la letra de k eagroda E8m'-
tura, y cual deba ser el funágmento de esta autoridad 22...
34. Sobre la autoridad de loa santos padres, y á qué limitaciones
deba sugetqrse en algunos casos ......... .....................
24
39. Doctrina del Sr. Bowet sobre este asusto ........................
26
41. Sistema sobre la segunda venida del Señor ......................
28
47. Medio de ercaminar la rectitud de estos sistemas .... ..........
.. 31
53. Comienza el autor 6 proponer su sistema ........................
36
56. Se allanan algclnaa d;&ultadea, que desde luego se presentan
contra su sistema. ..... . ......................................
. .:. 37
59. Disertacion sobre los Milenarios, sus diversas doctriwe y
..........:. ... .... ................. ....... . ...... ... . .
clases . . . , , 39
64. E l punto de los Mlenarios, aunque ha sido tocado por mu-
chos, ninguno ha tratado de él plenamente y 6 fo ndo... 41
67. En ningunü de 108 cuatro concilios m a n o s se halla d e 3 6
cion ulguna de la Iglesia contra los Milenarios ............
43
70. Tampoco en el florentino, Lnteranente /Y, y T'dcntino.. 46 ..
INDICY RAZONADO. Xi

I'irrdo PBgtoa
71. Sin fundamento se o6jetnn loe pdabraa que el concilio Cons-
tantinopolitanoañadio al símbolo Niceno ................... 46
74. La falta de kc distinnnnon
debida en km diueraaa c h e u y doc-
trinaa de Milenarioa, es el origen de mirarse reprobada
la doctrina de tantos uantoa doctores Milenarios... ......... 49
78. IrR primera clase que merece conocerse y reprobarae eu la
de los Milmrioa herejes ....................................... 51
80. La segunda es la de loe Judioa ó Rubinos, y loa Judairantea
como Nepae, y Apolindr ........................................ 53
82. La tercera claee la forman varonea muy catdlicoa, y dignos
de nuestro respeto por la pureza de m vida y aanidad de
au doctrina.............................. ,......................... 55
87. Supueata la d k c i o n debida, no hay fundamento sino iqjuria
en comprender bqjo una misma sentencia de condenacion
6 loa Milenario8 inicuoa, y á loa piadoaos y santos ......... 67
90. Proceden con manijesta alvcinacion loa que objetan la auto-
ridad de los suntocl padres contra el sistema milena+o
que propone el autor.. ........................................... 69
91. Doctrina de S. Dionisio Algandrjno ............................ 60
94. Doctrina de S. Epganio ............................................. 62
96. Doctrina de S. Jer6nimo.. ............................................64
98. Doctrina de S. Aguatin .............................................. 65
100. Doctrina de S. Basilio.. .................................
......... 67
102. El sistema de los Judaizantes comenzó 6 turbar la intelijen-
cia de la Eecritura sobre la vesida del Me& ............. 68
103. h doctores catdlicoa no hicieron un ercamen formal y cir-
cunntanciado del Milenariumo, por estar jurtamente ocu-
pa& en mayor aaunto, cual era el error de loa Arrianos 69
107. Se hace ver, que el reino milenario cual lo p r w i e r o n loa
primeros padres no es fabuloso, sino muy findado ...... 7 1
11 1. Esplicacion que se pretende dar ordinariamente al cap. xx
del Apourlipsia ...................................................74
113. E l cap. xix del mismo libro (intimamente conerco con el x x )
se opone á la esplicacion comun ............................. 75
116. Se tratan tres principales aucesoa contenidoe en el citado
cap. xx .............................................................78
123. La W o n del demonio en nuestro tiempo es infundada,. ..... 82
127. Esplicacion de [as sillas y de loa que ertaban sentadoa en ellua 85
xii INDICE RAZONADO.

PPrnfo PUm
128. Resurreccion de los mártires de JesuMisto vista por S. Juan -
como anteriw ó la de los demas hombres.. ...................
86
133. La resurreccion de los mártires supone la venida de la bestia 88
143. E8aminase si será una sola y 6 un mismo tiempo la resurrec-
don de la carne.. .................................................96
146. .Los tdstos que alegan los tedlogos que creen aimultánea la
resurreccion solo prueban que todos hemos de resucitar,
pero no dicen que á un miamo tiempo ........................ 96
162. Es indubitable que algunos santoa ya han resucitado .......... 100
163. Po* testim~nioaautdnticos del Apocalipeis consta, que la re-
surreccion & algunos ha de preceder á la resurreccion
gewal.. ................. .
. ..................................101 -
158. Segundo instrumento sobre lo mhmo, tomado de lo carta que
escribid S. Pablo 6 los Tesalonicenses........................106 ,
161. Tercer instrumento tomado del evangelio de S . Mateo.. ....... 107
162. Esplicaciofi que algunos quieren dar á estoa testimonios.. ..... 108
186. Cuarto instrumento tomado del cap. xv de la carta que el
apostol escribió ó los Corintioa.. ..............................124
188. Contradiccionesconsiguientes 6 la inteligencia que ordinaria-
mente dan á estos testos. .....................................126
200. Se conjrma con otros testimonios que la resurreccion no ha
de ser simultdnea ...............................................150
206. Disertacion sobre el simbolo de S. Atanasio, en la que se
trata del juicio de vivos.. .....................................136
215. Segun la comun inteligencia no pueden conciliarse algunas
espresiones de ,dicho simbolo .................................. 140
217. ~ i v e r s a sinteligencias de los doctores de la palabra vivos del
simbolo apostólico. ..............................................142
223. Con no admitir la palabra vivos en su sentido literal se abre
lu pumta d los incrddulos, para que interpreten á su
arbitrio los demas articulas del simbolo ......................146
226. Es de grande importancia j j a r el verdadero sentido de la
pnlabra en cuestion .............................................. 148
228. Se desata una dijeultad tomada del evangelio de S. Mateo. .. 160
235. Se ofrece otra solucion al miamo testo ........................... 166
24 1. Se esplica un paaqje de la carta segundu del apostol S. Pedro 160
246. El fuego que preceder6 al Señor en su segundo venida es
muy diverso del que hobrá en el juicio universal .......... 163
INDICE RAZONADO .

PARTE 11.
~atnfo pgglna
1. L a estfhta de Daniel ................................................ 167
5. Division que hacen ordinariamente los intdqwetes de loe rei-
nos jgurados en los metales de la estátua ..................171
9. Imperio de los Babilonios y Caldeos.............................. 173
10. E l segundo imperio pretenden sea el de los Persus ........... 174.
11. El imperio tercero los Griegos .................................... 175
12. E l cuarto loe Romanos............................................. 176
.
13 Se propone otra diviaion de estos cuatro reinos ............ 177
14. E l reinoprime*ojigurado en la cabeza de oro de la estótua
es el de los Babilonios ó Caldeos ................................
178
.
17 E l segundoJigurado por el pecho y brazos de plata el de los
Griegos ...........................................................
181
.
20 E l tercero el Romano ......................... .. ....................
183
.
24 El cuarto la cwliaion 6 conjunto de imperiw todos inde-
pendientes cual vemos hoy ....................................
186
.
36 Caido de la piedra eobre los pies de la estíha ..................
192
.
36 Eeplicacion ordinaria de la mido de esta piedra, y reparos
contra eatn esplicacion.......................................... 193
.
49 N o puede acomodarse á ln Iglesia lo que se dice del quinto
reino ................................................................
202
52. Rejiem'ones utilfeimas sobre este quinto reino.................. 204
54 . Nado tienen que temer los verdaderos Jieles del estableci-
miento de este nuevo reino....................................... 206
58. Las cuatro .bestias de Daniel ..................................... 210
.
63 Esplicacion ordinaria de dichas cuatro bestias..................213
.
74 S e propone otra esplicacion nueua .................................
221
78. E ~ á m e nde las bestiaa por lo reepectivo d la religion .........
224
81. L a bestia primera representa la iddotría ........................
226
82. La predhcion apostdlica cwta el vuele d la iddatría ......... e26
.
84 Lo segunda bertia e8 el mahomcripmo .......................... m
90. La tercera es elfalso d t i a n h o .................................
331
99. L a cuaria es el deismo .............................................
237
106. Muerte de h cuarta bestia .............................. ............
244
116. El A n h ' d t o ..........................................................
260
I l 7. Zdeaa que los doctores non dan del Antimhto ..................
261
xiv L N U I C U R A Z O N A DO .
P Ardo PAgini
119. El auponer u1 Anticiisfo como unu persona singulur. es el
orígen de las infund<rdas noticias que de él tenemos...... 252
126. Patria (5 origen que asignan al Antierkto ........................ 257
136. Su reinado en Babüonia ............................................. 264
138. ~aalacionde su &te 6 J m a l é n ..............................267
149. Monarqufa univerml del A~ticriuto........................... 273
155. Se propone otro sistema del A n t i h t o ...........................277
169. E l A n t i d t o no es una per80Aa singular sino un cuerpo moral. 279
.
.
161. Definicion del Anticristo ............... ........................281
167. Zdeaa que la santa Escritura non da del AntiCri8t0............ 284
177. E l comun sistema de los doctorea no se u c o d con lo que
dice el capftula xiii del A p a l i p i a ........................
290
185. Suponiendo al Anticriuto como un cuerpo moral. se entiende
con facilidad lo que no8 dicen las Eacrituraa ...............297
191. Uddcimo cuerno de la cuarta bestia ..............................301
194. Henenria y repentina curacion de una de las aiete cabeza de la
bestia................................................................
303
197. Terrible golpe que esperamos descargue el brazo de Dios .
aobre la bestia.....................................................305
193. S s p r m r a n esplicar las espresionea enigmática del c ~ ~ f r u l o.
vii del Apocalipsis.............................................. 306
203. W t e s coneecuenciaa que deben temerae de las ordinarias
ideas que se forman del Anticristo ...........................309
210. La bestia de dos cuernos que fabamente se cree ser una
peraona singular ...................................................313
216. E n la bestia bicwne (que deberá ser un cuerpo moral) está
signt@ado nuestro sacerdocio.................................317
.
228 Cardeter. nombre y nrimero del nombre de la beatia ............327
351. No es el camino para interpretar el nombre de la bestia el
que hun emprendido muchos intdrpretes .....................329
238. Se propone con maa fundamento otro camino.....................333
250. De la inteligencia ordinaria del Apocal+sll nacen coneecuen-
cias d@les de eoplicarse .......................................341
988. La muger sobre la destia ..........................................
347
262. Algunos quieren que la mugerproatituta sea la antigua Roma . 350
264. Diicultades que presenta esta primera opinion................350
271. Segunda opinion aobre el miamo m n t o ...........................356
.
276. Se rechasa esta segundu opiniorp como infundada ............... 358
PPrnlo Phgin.
...
282. E l crimen de la prostituta no es lo idolatria........... ...... 364
288. El abuso que 108 herejes han hecho de las espresiones del Apo-
calipsis contra la iglesia romana no tu motivo para no
indagar la ve~dod ........................................... 369
293. Responde el autor á la hnica d@ultad que ae le presenta m-
bre la opinion que abraza del Antictiato ..................373
..
296. Se toca el primer punto de la dijcultad.. .............. .. ..... 376
303. Se examina y discute el segundo punto de la misma dijcultad. 382
308. S e esplica el sentido en que habló S. Pablo del templo de Dios. 386
313. Economía jnjnitamente sábia de Dio8 en dejarnos muchaa co-
sas oscura8 hasta que llegue ei tiempo de su inteligen-
cia, y presentarnos otraa con la mayor sencillez y claridad. 390
317. Anotacion primera sobre unas pdakaa tomadas de la epktola
de S. Juan ..................... .................................. 394
318. &8puesta d esta nota ............................................... 394
319. Segunda anotacion sobre unaa palabras tomada del Apoca-
lipais..............
........................... ............... 395
320. Respuesta 6 esta nota... ... ..... .................. .................395
321. R n delAnticristo ................................. ................. 397
327. Por medio de una parábola se rechaza la infundada aplicacion
que re hace del capitulo xix del Apocalipsis al arcangel
. . . . .. . ..
S. Miguel.. .. .. .. ...... ... .......... .. ....,....,. . ..... 401
344. Por consentimiento unánime de todos loa doctores, ae concede
L un espacio de tiempo deapues del Anticrkto para la ge-
cucion de algunas cosaa de que habla la Escritura .........413
345. Primer atceso, la conversion de los Judioa ............... .. 414
346. Segundo, descubrimiento del arca, el tabernáculo y el dtur
.. . .... . . . . ...
del incieneo..... . ............. .. ... ........... .. . .. 416
348. Reparticion de la tierra prometida 6 los tribua de laradl ...... 4 1;
. . . . . .. .. .. . . . ..
349. Destruccion de Gog.. ... . .. .... . . ... .. ... . ......... . 418
362. La destrerccion del Antictiato no puede separarse de la venida
de Jesucristo ........................ ..................
..... ... .. 421
363. E l tiempo que se concede despues del Antictiato, debe forzo-
samente concederse despues de la venida de J e m d t o . 422
356. Eadmen del mpitulo xxiv de S. Mateo. .. ... .. ..... ...........423
361. S e l j n del A n t i h t o se separa de la veni& del Señor, se
siguen muchos inconvenrenrentes ................................ 428
366. Ex, el cwto eap& que conceden despues del /En del Anti-
xvi I N D I C E RAZONADO.

PLd0 PIgina
cristo no se erplican bien el desengaño de loa muchoa que
lo aigujeron, la vuelta & los obispos dbperm, %c. %c. 430
379. Tampoco pueden entenderse loa efectos del golpe que la pie-
dra ha de &r 6 lw pies de la estátua... ....................
438
385. haumen de todo lo dicho .......................................
441
390. Apdndice que conjrma la doctrina y sistema del autor .........
444
DICTAMEN
QUE PBM LA IMPRESION DE EBTA OBRA, DI^ EN CADIZ

EL ANO DE 1812,

EL M. R. P. FR. PABLO DE LA CONCEPCION,

CARMELITA DESCALZO D E DICHA CIUDAD.

SEÑOR PROVISOR Y VICARIO ;


POCAS cosas se han encomendado 4 mi
cuidado que hayan puesto mi ánimo en tanta perplejidad
y angnstia como la censura que V. S. me manda dar sobre
la obra intitulada : " La Venida del Mesías en Gloria y Ma-
gestad ;" compuesta segun aparece por Juan Josafat Ben-
Ezra, que se supone Judio convertido h nuestra religion
cristiana, católica, apostólica, romana. La causa de mi
angustia, sefior, es la misma grandeza de la obra, y el co-
nocerme, como en realidad me reconozco, iucapaz de dar
sobre ella un dictamen &me y seguro, que deje tranquila
mi conciencia, y la descargue de la responsabilidad que se
teme, ora la condene, ora la apruebe.
Habrá ya como veinte aiíos que leí por la primera vez
dicha obra manuscrita con todo el interes y atencion de
que soy capaz. Desde eiitónces se escitó en mi un vivo
deseo de adquirirla á cualquiera costa, para leerla muchas
veces, estudiarla, y meditarla con todo el empefio qne ella
T O M O 1. b
xviii JUICIO ACERCA D E E S T A O B R A .

se merece y que yo pudiese aplicar. Logré mi deseo en


efecto, y ya hay algunos afios que tengo á mi uso una co-
pia, que he releido cuantas veces me lo han permitido las
demas ocupaciones anexas al santo ministerio sacerdotal, y
á los deberes de mi profesion. Todas las veces que la he
leido, se ha redoblado mi admiraciou al ver el profundo es-
tudio que tenia su autor de las santas Escrituras, elmétodo,
brden, exactitud que adornan su obra, y sobre todo la luz
quo arroja sobre los mas ascuros misterios y pasajes de los
Libros santos.
La verdad, la abundancia, 1tr naturalidad de los pasajes
que alega de la santa Escritura, asi del antiguo como del
nuevo Testamento, de tal manera inclinan el entendimiento
al asensp de su sistema, que me atrevo á decir: que si lo
que él dice es falso, jamas se ha presentado la mentira tan
ataviada con el sencillo y hermoso ropaje de la verdad, co-
mo la ha vestido este autor ; porque el tono de ingenuidad
y de candor, la misma sencillez del estilo, el copvite que
siompre hace á que se lea todo el capitulo, y capítulos de
donde toma, y que preceden 6 siguen á los pasajes que
alega, la correspondencia exacta no solo de las citas sino
tambien del sentido que á primera vista ofrecen los sagra-
dos testos ; todo esto, digo yo, da tan fuertes indicios de
verdad, que parece imposible reusarle el asenso, á uo estar
ostinadamente preocupado en favor del sistema contrario.
Sin embargo, cuando considero los muchos siglos que
han pasado en la Iglesia, sin que en todos ellos se haya
hablado de este sistema sino como de una opinion fabulosa ;
J U I C I O A C E R C A D E ESTA OBRA. xix

cuando advierto que uuos padres y doctores tales como


Jerbnimo, Agustino y Gregorio, y todos los teblogos que
los han seguido, la miran con avenion, y algunos la tratnn
de error ; no puedo dejar de estremecerme y temblar, pa-
reciéndome meuos arriesgado errar con tan sabios y sautí-
simos maestros, que acertar por aventura, siguiendo iní
propia inclinacion y dictámen.
Verdad es, y esto me tranqiiiliza alguu tanto, que la ma-
teria que se controvierte deja en salvo la fe de la santa Igle-
sia, y que sea cual fuere el estremo que se abraze, por am-
bas partes hay una sola fe, y un solo Sefior Jesucristo, á
quien los dos partidos creen y adoran por su Dios. Todos
creemos, y lo cantámos en el símbolo, que este rey-sobera-
no ha de venir á juzgar á los vivos y á los muertos: este
es el artículo de nuestra fe, del cual jamas se ha desquiciado
ni desquiciará la Iglesia catblica, ni ninguno de sus fieles
hijos : la controversia, pues, solo se versa sobre el modo y
circunstaucias de esta venida que todos creemos. Es de-
cir, que la opinion comun de nuestros tiempos ciiie la venida
de Jesucristo á solo el acto terrible y solemnísimo de juzgar
definitivamente á todo el linaje de los hombres, y dar pú-
blicamente á cada uno por toda la eternidad el premio 6
castigo que merezcan sus obras ; y nuestro autor, siu escluir
ni dudar de la verdad de este juicio, la estiende á que de
antemano á este último testimonio de la soberanía y diviui-
dad de nuestro Seiior Jesucristo asiente por un tiempo su
trono y tabernáculo entre los hombres, todavia viadores, ha-
bita con ellos, que estos sean todo su pueblo, y el Seiíor
b 2
XX J U I C I O A O B R Q A D E ESTA OBRA.

sea su Dios conocido y adorado por ellos. Sabemos que


esía opinion no es nueva, y que los padres de los cuatro
primeros siglos de la Iglesia, entre los cuales se cuentan
discipulos de los mismos apbstoles, pensaron de este modo,
sin que tampoco condenasen á los que opinaban de otro,
segun se colije de las espresiones de S. Justino Mártir en
su diálogo con el judio Trifon.
S i se abandonb la opinion b sentencia de estos primeros
padres, y desde el siglo quinto en adelante ha prevalecido
hasta nuestros dias la contraria con tanta firmeza y seguri-
dad, es á mi entender, lo uno por los groseros errores que
los herejes del siglo I I I y IV mezclaron á la: sana doctrina
de aquellos santos, y lo otro porque la inmensa erudicion y
venerable autoridad del máximo doctor S. Jerónimo, que
se declaró abiertamente contra los Milenarios, sin distiu-
guir entre los católicos y herejes, pudo hacer que se envol-
viesen todos en la condenacion general de su doctrina. lk
que parece cierto es, que la opinion de los Milenarios sin
la mezcla de los errores que introdujeron en ella los here-
jes era tan comun y tan seguida de los católicos, que el
mismo S. Jerónimo lo da claramente á entender en la in-
troduccion del libro XVIII de los comentarios sobre Isaías;
pues habiendo dicho, que una grandísima multitud de los
nuestros seguian en este único punto la sentencia de Nepos
y de Apolinar, afiade estas notables palabras : Bien prevéo
cuantos se levantarán contra mi*. Que es manifestar
* Ut prmaga mente jam cernam, q u a n t o m in me rabies conci-
tanda sit. - Sanct. Hieron.
J U I C I O ACERCA D E ESTA O B R A . xxi

claramente lo estendida que estaba la opiniou contraria


4 la del santo doctor. Y es de advertir, que los
comentarios sobre Isaias, cuyo último libro es el 28,
los concluyb el santo entrado ya el siglo V, 4cia el
afio de 409. Prueba convincente de que en aquella
época era muy comun en la Iglesia la idea del reino
de Jesucristo en la tierra, que es el fondo de la sen-
tencia de los Milenarios. Mas como la inmensa doctrina,
autoridad, y merecido nombre de S. Jerónimo se habia de-
clarado contra aquel pensamiento, en lo que tambien lo
siguió el grande doctor S. Agustin, fué perdiendo terreno,
y por Gltimo se abandonb como asuuto que no interesa-
ba tí la pureza de la fe, que se miraba todwia muy re-
moto, y al que de otra parte se habieo mezclado errores
groseros justisimamente condenados por los doctores ecle-
siásticos y por la Iglesia misma.
Mas esta infalible y prudentísima maestra de la ver-
dad, al paso que ha condenado los errores de Cerinto y
demas herejes que mancharon con sus groserías el puro sis-
tema de los Milenarios, nada ha decidido contra estos, co-
mo reflexionan bien los autores que han escrito los cat4-
logos de los herejes y herejias, y singularmente Alfonso de
Castro, minorita, en su apreciable obra Adversus hereses.
Por manera que esta sentencia no tiene contra si, sino la au-
toridad de los padres y teólogos desde los fines del quin-
to siglo en adelante. Grande y muy digna de nuestra ve-
neracion es la autoridad de tantos, tan sabios y santos docto-
res ; mas con tpdo eso no basta para colocar su sentir eu-
xxii J U I G I O A C E R C A D E ESTA O B R A .

tre las verdades de fe, no habiéndose sancionado por la


infalible autoridad de la Iglesia santa. Todo lo cual persua-
de y declara bien el autor en el discurso de su obra.
E n virtud de estas reflexiones se tranquiliza por es-
ta parte mi espíritu, y solo tieue que luchar con el profun-
do respeto, que le merecen unos doctores 4 todas luces
tan venerables. Pero habiendo aprendido de ellos mismos,
y entre otros de S. Augustin, qne solo 4 los divinos libros
y 4 la deaision de la santa Iglesia se debe dar un menso
ilimitado, rendido y absolnto ; bien se podrh sin temeridad
examinar el sistema del autor, aunqse contrario aí estos sá-
bios doctores, y ver si el aparato de las pruebas y de los
testimonios que alega e s favor de su sentencia, merece nues-
tra aprobacion b nuestra censura, y esto es lo que voy
ejecutar en cumplimiento del mandado de V. S.
Dos puntos capitales, entre muchos otros de menor
consideracion, son el fondo y la clave del sistema de BBN-
EZRA. El primero es, que Jesucristo ha devenir á nuestro
globo con todo el aparato de magestad y gloria que nos
describen los libros divinos, no solo para dar en él la sen-
tencia definitiva sobre todo8 los hijos de Adan, sino tam-
bien para reinar en este mundo antes que llegue el tiem-
po de esta sentencia, para ser conocido á una de todas
las naciones de la tierra, y para que haya una época feliz en
nuestro globo en que todos sus habitantes, capaces de ra-
zon, conozcan y adoren 4 Jesucristo por Hijo de Dios vi-
vo, y de consiguiente á su Padre que nos le envi6 para
nuestra salud, con todos los demas misterios que ensefis
JUICIO ACERCA D E ESTA OBRA. xxiii

nuestra sagkda rehjion. E l segundo, que en el' principio de


aquel dichoso tiempo, los Judios que con tan admirable
providencia #e conservan dispersos y abatidos entre las na-
ciones, han de convertirse 4 Jesucristo, lo han de recono-
cer por SU Mesias, y hah de voiv'er 4 ser el pueblo ama-
do de Dios, á quien adorarán en verdad y en espíritu, con
provecho universal del*mrmdoentero.
Estos do$ puntos que, como dije ya, son los esen-
ciales en el sentencia del autor, me parecen demostradbs teo-
Iójicamente con la multitdd de autoridades de la santa Es-
critura +e alega en $u abono, y con la claridad con que
ellas los espresan ; y si estos puntos, que son los princi-
pales en que se oponeu los dos sistemas, los juzgámos teo-
Iójicamente demostrados, se sahra la sustancia de la obra y
el primer objeto de su autor. Todos los demas artículos que
en ella de tocan, van ordenados á estos dos grandes acon-
tecimientos, y á dechrar en lo posible el modo con que
han de verificarse; y aunque muchos de ellos son en sí
mismos de la mayor consideracim, mas respectivamente al
sistema vendria 4 ser indiikrente que sucediesen de la ma-
nera que el Josafat dice, apoyado siempre en la Escritura,
6 qoe kucediesen de oiio modo. Asi que, aunque se llega-
ra A probar que alguno 6 muchos de estos puntos no se-
nan conforme los esplica el autor, no por eso se desqui-
cia& y caena lo esencial de su sistema.
N o dejo de conocer sin embargo, que la obra ofre-
ce algunas dificultades de peso, que si hubiera vivido el
autor, ya se las habria yo espiiesto para qiie me las espli-
xxiv J U I C I O ACERCA D E R ~ T AO B R A .

case y resolviese; y aora con mas razon lo haria, y las


esforzaria en esta censura ; pero con todo, ellas no me pa-
rece pueden oscurecer le copia de luces con que nos per-
suade la sustancia de su sistema. Por lo cual, y por las pro-
fundas y largas reflexiones que sobre todo él tengo hechas,
mi dictamen es, que en dicha obra no se contiene cosa al-
guna contra nuestra santa fe, antes bien puede servir pa-
ra conocer y declarar muchas verdades, cuyo conocimiento
no era de absoluta necesidad en los primeros siglos de la
iglesia ; pero que en nuestros tiempos es indispensable co-
nocerlas. Y por lo respectivo á las costumbres, no solo no
contiene cosa alguna contra ellas, sino que por el contra-
rio puede contribuir mucho á su reforma, como se verá por
los motivos que lijeramente voy á apuntar.
Primeramente da una idea m w c a llena de glo-
ria y magestad de nuestro Seííor Jesucristo y de su inmen-
so poderio, con lo cual estimula á temerlo y amarlo, que
es la fuente de toda justicia. Infunde ademas un profundo
respeto á la veracidad de las santas Escrituras, y empefia á
su lectura á todos los fieles, y muy particularmente á los
sacerdotes, á los cuales pertenece mas que á otros su exacta
intelijencia y su esplicacion. A los verdaderos Cristianos lle-
na de temor y temblor, al mostrarlos por el desenfreno
de las costumbres amenazados de la funestisima calamidad
\
que aoraestán sufriendo los Judios de ser arrojados del sa-
lon de las bodas, que es la Iglesia, á las tinieblas esterio-
res de la incredulidad, en las que perdido Jesucristo nues-
tro Salvador, se pierden eternamente ellos. A los incrédulos
J U I C I O A C E R C A D E E S T A OHRA. XXV

6 impíos que han renunciado la fe que profesaban, les po-


ne presente con energia y verdad, la horrenda suerte á que
están reservados si no detestan sus blasfemias y errores, y
si no cesan de pelear contra el Sefior y contra su Cristo.
A todas las clases de los hombres puede ser provechosa,
porque los hace entrar en si mismos, considerar su eterno
destino, y evitar asl su propia ruina y la desolacion de
toda la tierra, pues ya nos dijo Dios por un profeta : en-
teramente ha sido desolada toda la tierra :porque no hay
ninguno, que considere en su corazon*.
Por todo lo cual juzgo que se puede, y aun debe
permitir su impresion. Mas debo advertir por lo per-
teneciente al ejemplar que V. S. me ha enviado, que es-
tá lleno de yerros de imprenta, así en el testo como en
las citas. Algunos están correjidos, pero aun faltan muchos
que enmendar, lo cual es indispensable con toda prolijidad
por manuscritos exactos, antes que ee db á la imprenta,, si
V. S. permite que se db, pues en materia de tanta mon-
ta cualquier yerro puede dafiar mucho.
Este es mi dictámen, salvo meliori. Dado en este
convento de Carmelitas descalzos de la ciudad de Cádiz á
17 de Diciembre de 1812.
FR. PABLO DE LA CONCEPCION.

Desolatione desolata est omnis tema : quitr nullua est qui reco-
gitet corde. -Jerern. xii, 11.
OBSERVACIONES
SOBRE

LA SEGUNDA VENIDA D E JESUCRISTO,


6
ANALISIS DE LA OBRA DE LACUNZA
(JBSUITA)

SOBRE ESTA IMPORTANTE MATERIA.

CUANDOal contemplar d estado presente de la Iglesia


no se perciben por todas partes sino n ~ t i v o sde dolor, el
espiritn se trasporta naturalmente 4 las promesas que se le
han hecho en los libroe eantos : promesas magnfficac, cuyo
cnmpli~iento cerrará todas sns llagas, y será para ella,
segun la espresioa del apostol, regreso de la muerte á
la vida. El anhlisis que anunciamos de ,la grande 6 impor-
tante obra de L a c w a , es muy propio para fomentar esta
esperawa, y para satisfacerla.
El objeto del P. Manuel Lcrcunza es probar, que la
segunda venida, ds Jelnicristo, que nosotros esperamos, y
que es uno de los artículos de nuestra fe, no sucederá como
se cree comunmente el dia Gltirno b l mundo, sino mucho
tiempo antes ; que ella ser4 seguida de la conversion de
de todos los pueblos de la tierra, y de una larga paz, que
el Apocalipsis esplica por el número d e t e r m i d o de mil
afios; que despues de esto, Satanás, 4 quien Dios aflo-
jará el freno, comenzando de nuevo sus seducciones, llega-
rá al fin á corromper aun otra vez h todas las naciones, menos
una; y que entónces Jesucristo, que uo habrá dejado la
tierra, subiendo sobre su trono, jiizgará Atodos los hombres.
xxviii A N A L I S I S DE Esrrh O B R A .

La obra está dividida en tres partes : la primera está


dedicada á eeparar de sí la nota de Milenario, que se pone
á todos los que interpretando la Escritura en su sentido
natural, creen que despues do la segunda venida de Jesu-
cristo habrá verdaderamente sobre la tierra una paz de mi1
aiios. Lacunza hace ver, que es necesario distinguir
muchas especies de milenarismos. Unos condenados por
los padres, y otro que ha quedado siempre intacto, y que
aun formaba el comun sentir de los fieles en los primeros
siglos de la Iglesia: y que su sistema, conforme á este
milenarismo, se diferencia enteramente de los otros. En
la segunda parte detalla sas pruebas, toisadas principal-
mente de dos célebres profecias de Daniel, que son la
estatua de los cuatro metales, y las cuatro bestias ; de lo
que se dice en el Apocalipsis del Anticristo y su fin ; y en
Amós, como en otros muchos lugares de la Escritura, del
restablecimiento de la casa de David. Observa, que á sus
pruebas podría afiadir otras muchas, pues los libros santos
las presentan por todas partes en gran número ;pero que se
limita á estas, que le parecen suficientes, y por no ser in-
terminable. Sorprende la superioridad con que él discute
estos testos; y su esplicacion de las dos profecías de
Daniel es con particularidad su obra maestra. En la
tercera parte esplica Lacunza, cuales serán las consecuen-
cias de la segunda venida de Jesucristo ; y esta Gltirna par-
te, llena de luces sobre una multitud de puntos muy inte-
resantes, no es menos instructiva que la anterior. Admira
sobre todo, lo que concierne al nuevo templo anunciado
por Eaequiel, y su destruccion. Lacunza encuentra allí
cosas que se habian escapado á casi todos los comentado-
res, y bace inteligibles nueve capitulos enteros de este pro-
feta, en los que generalmente se convenia no entenderse
nada.
Este análisis, cuyo autor deja para otra vea reparar las
ANALISIS D E RSTA O B R A . xxix

equivocaciones que cree hallar en la obra de Lacunza,


está terminado con una noticia biográfica, por la que sabt+
mos que Lacunza, nacido en Chile* el a60 de 1731, entrb
en l a compaííia de Jesus en 1747, y profes6.t. en 1766.
Ai siguiente afio, espatriado como todos los Jesuitas de los
dominios espaííoles, vino con muchos de sus cohermanos
americanos á fijarse á Italia en Imola en la Romania, en
donde pasó muchos anos en cierta clase de ociosidad, 6
que lo condenaban la ignorancia de la lengua del país, la
escasez de libros, y la encíclica del papa Gangonelli, que
proibia á todos los Jesuitas las funciones del ministerio
eclesíástico.
" Despues de cinco aííos de mansion en Imola, contintía

la noticia, Lacunza separado voluntariamente de toda


sociedad, se alojó algun tiempo en un arrabal, y despues en
el recinto y cerca de la muralla de la ciudad : dos habita-
ciones del piso bajo le dieron un retiro aun mas solitario,
en donde ha vivido por espacio de mas de veinte a6os
como un verdadero anacoreta.
" Para no distraerse de su plan de vida, se servía á ai
mismo, y,á nadie franqueaba la entrada á su habitacion.
Tenía la costumbre muy singular de acostarse al desiuntar
el dia, 6 poco antes, segun las estaciones. Acaso arreba-
tado por el gusto de la astronomía que habia tenido desde
su juventud, le era grato estar en vela mientras estaban
visibles los astros en el cielo, ó quizá apreciaba este tiempo
de recojimiento y de silencio como el mas favorable al
estudio. S e levantaba á las diez, decía misa, y despues
iba á comprar sus comestibles ; los traia, se encerraba, y
los preparaba por sí mismo. Por la tarde daba siempre
solo un paseo en el campo. Despues de la cena iba como
* En la ciudad de Santiago. Vease la biblioteca de los escritores
de lacempañia de Jesus del Ramon Diosdado.
t De cuarto voto. Vease la misma biblioteca. '
XXX ANAL1816 D E ESTA OPRA.

á escondidas á pasar un rato con un amigo ; y vuelto 4 su


casa, estudiaba, meditaba, ó escribia hasta la aurora. Tal
faé su réjimen invariabte hasta 17 de Junio de 18b1, época
de su muerte. Su caddver fué haHado la mafiana de este
dia en un foso de poca agua cerca (le la ribera del rio que
bafia los muroe de la 'ciudad : se presumió que él habia
caido allí la víspera, al hacer au paseo ordinario.
" H e dudado por algun tiempo, dice el redactor, si
hablada de esta cirounstancia, por la propeosion general
quo hay á juzgar mal de los que tienen semejante ñn:
mas es necesario renunciar alguna vez de esta preocupa-
cion tan injusta, como temeraria, que llegaria hasta hacer-
nos dudar de la salvacibn de muchas personas, cuyo nom-
bre es de bendioion eil' la Iglesia, y de muchos con quienes
hemos vivido, á quienes honramos, y cuya memoria nos es
muy cara. E a mejor preparacion para la muerte es la de
todos los dias, no la del momento, muchas veces sospe-
ohosa, y aasi siempre insuficiente. i Ah i ¿cual es,
pues, el motivo de temer? O mas bien jcuantas no
son las razones de esperar respecto de un sacerdote
que, por el testimonio de los que lo han conoc;do, tuvo
siempre una conducta irreprensible ; qne retirado casi ente-
ramente del hundo, no tenia paite en su corrupcion ; cuyo
tiempo estaba dividido entre la oracion y el estudio ; y que
en este estado, celebrando todos los dias los santos miste-
rios, era fortalecido todos los dias con el sagrado viático,
destinado para sostenernos en los últimos instantes? Lo
esencial es estar siempre dispuesto, y tener la lámpara
siempre encendida. Con tales disposiciones la muerte
puede ser prohta, puede ser repentina; pero ella no es
imprevidta : j y no es esta la tínica temible ? "
La obm de Lacunza compuesta en espaííol, ha sido
impresa en Londres en 1816 en cuatro voltímenes en
octavo mayor. Hay una tradnccion latina hecha á la vista
ANAI,ISIS D E ESTA OHRA. xxxi
del autor, solo conocida en Italia, en donde circula en ma-
nuscrito, y parece haber tenido una honrosa acojida entre
los literatos. " Muchos sin embargo, se escribe de aquel
pais, vituperan el sistema de Lacunza. Los unos no han
leído mas que copias desfiguradas : los otros que lo censu-
ran sin haberlo leido, son movidos por un sentimiento de
piedad laudable en su principio, pareciéndoles peligrosa
toda novedad en materia de dogma. Y o pienso lo mismo,
dice el redactor del análisis ; pero sin dejarse llevar á todo
viento de doctrina, i no se debe homenaje á las verdades
nuevas que es posible descubrir ? La Escritura es un vasto
campo abierto á nuestras investigaciones. Ciertas verda-
des están alli depositadas, esplicadas en términos claros, y
ensenadas uniformemente por la tradicion : ellas sirven de
fundamento á nuestra fe. Otras mas oscuras, sobre las
cuales no hay tradicion, sino solamente juicios diversos y
opiniones inciertas, se encuentran allí igualmente. Estas
son propiamente el objeto del trabajo de los comentadores ;
y cuando á fuerza de meditaciones han llegado á recono-
cerlas, y desprenderlas de lo que las ofiiscaba, y ponerlas
en la evidencia sin lastimar-en alguna manera á las prime-
ras, les debemos sin duda el testimonio del reconocimiento,
muy lejos de disgustarnos por sus afanes; asf como se debe
á la verdad, luego que se presenta, la sumision y el
asenso."
No podemos menos que recomendar á nuestros lectores
la adquisicion de este compendio de la obra de Lacunza,
que es verdaderamente, como dice el autor del análisis, un
tratado exelente, lleno de luce's, y el mas completo y pro-
fundo que tenemos sobre la materia de los últimos tiempos.
El sábio, á quien debemos este análisis, ha probado hace
tiempo por otros escritos el fervor de su celo ilustrado, y la
estension de sus conocimientos en materias religiosas*.
Cronica religiosa. Paria 1819, tom. r, pag. 177 y siguientes.
MESIAS JESUCRISTO,
HLJO DE DIOS, HIJO DE LA SANTISIMA VIRJEN MARIA,
HIJO DE DAVID, HIJO DE ABRAHAN.

El fi7) que me he propuesto etr esta


obra (lo sabe bien V. M.) es dar á c m c e r un poco
n~as la grandeza y escelencia de vuestra adorable per-
sona, y los grandes y adorables misterios, los nuevos
y los añejos *, relativos al Hombre Dios, de que.dan
tan claros testimonios las santas Escrituras. En b
constitucion presente de la Iglesia y del rnÜnab, he
juzgado convenkntísimo proponer algunas ideas, no
nuevas sino de un modo nuevot, que por una parte
m parecen espresas en la Escritura de la verdad; y
por otra parte se mejguran de una suma importirncia,
principalmente para tres clases de personas.
Deseo y pretendo en primer lugar, despertar por
este medio, y aun obligar & los sacerdotes h sacudir el

* Nova, et veters.- Can. vii, 13.


t. Non nms, sed nov8.

TOMO 1. C
xxxiv DEDICATORIA.

polvo de las Biblias, convidándolos á un nuevo estudio,


4 un exámen nuevo, y á nueva y mas atenta comide-
racion de este libro divino, el cual siendo libro propio
del sacerdocio, como lo son respecto de cwalquier arti-'
Jice los instrumentos de su facultad, en estos tiempos,
respecto de no pocos, parece ya el mas inútil de todos
los libros. Qué bienes no debieramos esperar de este
nuevo estudio, si fuese posible restablecerlo @re i i ~
qqcerdqtes hábiles, y constituidos en la Iglesia por
~ t ~y doctores
o s del pue& Cristiano !
Deseo y pretendo lo segundo, detener á muchos, y
si fue* ppsible, h todos los que veo con sumo dolor y
qmpasion correr recipitadamente por la puerta
ancha y espacioso camino' ácia el abismo horrible
& & ieredplidad; lo cual no tiene ciertamente otro
,\%igen,sino &falta, @ conocimier#o de vilestra divina
m4on.a :y esto por verdadera ignorancia de las Es-
.vituras sagr@qs, que son las que dan testimonio
de V . N.t
Deseo y retend do, ,) tercero, &r alguna mayor
&, 6 algug o@ renqiio m q pronto y eficaz h mk
prq$os hemnanog ~QS&dios, cuyos padres son los

Per latam portam, et spatioiam viun.- Vide Mac. vii, 13.


f Que tastimonium perhiknt de te. -kan. v, 39.
mismos de quienes desciende Cristo segun la carne.
,j Qué remedo pah tener e ~ t w
miserabks h m h ,
sino el conm'rniento de SU uercfadercl. Mesfas.á quien
amwz,y por q u h sewpiran noche y dia siva conocer&?
Y como lo han de comer, si no se les abre ed m-
tido ? 6 Y como se les puede abrir sujicientemcnte este
s e n t a en el eseado de ignsrmcia y ceguedad en que
actuu2mte se hallan, conforme á las Escritumt, si
sob se &S muestra la mitad M M¿&s, e n n t b r i b
dida y aun nugtíndolas a h & m n t e la obm d a d ?
6 Si s o b se lea predica (quiero &r) 20 qtre hay en
Escriturm perteneciente b v&m ppplmera~veni$a en*
c m p m i b l e , como mdtntor, c m maesdro, osmgen.
plar, como s u m sacrndote, &.; y se les &gu sin
mzon a b n a lo p e h s creta y ~~.lwran, segun km
mismas I i r s d ~ ( t r r saun
, con idtus pocoju&os y aun
g r m w s , perteneciente Iá, bi sbguda P
iO Seiíor mio Jesucristo, bondad y s - ~ h iza-
mensa I Todo esto que petemio por medio de este
escrito, si algo se consigue por vuestra gracia, debe
r d u h necesariamente en vuestra mayor gloria,
pua esta la habeis puesto en el bien de los hombres.
Quorum Patres, et ex quibns est Christus secundbm carnem.
- Paul. ud Rom. ix, 5.
t Secnindhm scripairas. - Jacobi ii, 8.
c2
xxxvi DEDICATORIA.

Por tanto &bo esperar de la benipidad de vuedro


dulcísimo corazon, que no &echar& este peque&
obsequio que os ofrece mi profundo respeto, mi agru-
decimiento, mi amor, mi deseo intenso de algun ser-
vicio á mi buen Seíior, como quien me ha alcanzado
misericordia para serle fiel*.
Si como yo lo deseo, y me atrevo á esperarlo, se
siguiese de aquí algun verdadero bien, todo él lo ofrezco
humildemente á vuestra gloria, y lo pongojunto con-
migo á,vuestros pies :y en este caso pido, Seiim,. con
la mayor instancia, vuestra soberana protecciora ;de
la cual tengo tanta mayor necesidad, cuanto temo, no
sin fundamento, grandes contradiciones, y cuanto soy
un hombre oscuro k incógnito, sin gracia nifavor, hu-
mano ;antes cmfundido con el polvo, y en cierto d o
contado con los malvados t. Me reconozco, no. os-
tante, y me confieso por vuestro siervo, aunque ila-
digno é inútzl, $c.
JUAN JOSAFAT BEN-EZRA.

-f Tmnquam miserimrdiam cousequtus B Domino, ut eim tidelis.


- 1 rid Cor. di, 25.
t Reputatus inter iniquos. - Vide Iaai. liii, 12.
PROLOGO.

Nobmeatreviera A espner. este escrito á la crítica


de toda suerte de lectores, si no me hallase suficien-
temente asegurado : si no lo hubiese hecho pesar
una y muchas veces en las mejores y mas fieles ba-
lankas*que me han sido accesibles: si no hubiese,
digo, consultado á muchos sábios de primera clase,
y sido por ellos asegurado (despues de un prolijo y
riguroso eximen) de no contener error alguno, ni
tampoco alguna cosa de sustancia digna de justa
reprension.
Mas como este exámen privado (que por mis
grandes temores, bien fundado en el claro conoci-
miento: de mi nada, lo empezé á pedir tal vez antes
de tiempo) no pudo hacerse con tanto secreto que de
algun modo no se trasluciese : entraron con esto en
gran curiosidad algunos otros sábios de clase inferior,
en quienes por entónces no se pensaba, y fué nece-
sario, so pena de no leves inconvenientes, condescen-
der con sus instancias. Esta condescendencia ino-
cente y justa ha producido, no ostante, algunos efec-
tos poco agradables, y aun positivamente perjudi-
ciales : ya porque el escrito todavia informe se di-
vulgó antes de tiempo y sazon; ya porque en este
estado todavia informe se sacaron de él algunas
xxxviii PROLOGO.

copias contra mi voluntad, y sin serme posible el


impedirlo ; ya tambien y principalmente, porque
algunas de estas copias han v d d o mas lejos de lo
que es razon, y una de ellas, segun se asegura, ha
volado hasta la otra parte del océano, en donde
dicen ha causado no pequeño alboroto, y no lo
estaño, por tres razones : primera, porque esa .copia
que vol6 -tan lejos, ceba incompkh, siendo sola-
men$e ,una peque& $partede la abra : segunda, por-
que estaba hfor~ue,ou siendo obra cosa ,que los pri-
meros borrones, las primeras paoduceiones que se
arrojan de la mente al ,papel, m á n i m de
~ mrrejirlas,
ordenaqlas y perfeecionadae .á .au tiempo : tercem,
~porqmáesta aopia en slí mima i n h m e , ee le habiaa
añadido y quitado no jpocss meas al anbitrio y dis-
crecion del mismo que la hizo volar; el cual aun
lleno d e h n ( s k 0 s intenciones, no godia -nos
(segun su mbiiral cmáctw bien oonocido de cuantos
le ,conoceo) que cometer aa esto algunas faltas bien
eonderables. ;Yo ,debo par a t o ,espemr todrs
aquellas persapas cuwdas á cuyas 8iasns hubissdi
llegado esta copia iokliz, ó tuviesen de &a alguna
noticia, que se tharáo aargo de ,toda eatw c i r c w t w -
cias ; no hando de una o b por +unos pocoe Ae
papeles sueltos, rnarwsoribs, 6 í s h w s , que contra
la voluntad de su autor se a r r o j w ~ a01 aire h p w -
dentemente, cuando debian mas aQtw mojarse al
fuego. Esto Último pido yo, PQ aolo por pis,
eino tarnbiw por jwtieia, á cualquiera qae 19s
tiwiaae.
Hecha esta primera advertencia que me ha pare-
cido inevitable, debo aora prevenir alguna leve aatie-
faccion 4 dos ó tres reparos generales y obvios, que
ya se han hecho por personas nada vulgares; y por
consiguiente se pueden hacer.

PRIMER REPARO.
El primero y mas ruidoso de todos ea la novedad.
Esta (dicen como temblando, y sin duda con óptimtr
intencion) en puntos que pertenecen de algun modo
á la religion, como es la inteligencia y esplicacion d e
la Escritura santa, siempre se ha mirado, y siempre
debe mirarse con recelo y desecharse como peligro ;
mucho mas en este siglo en que hay tantas nove-
dades, y en que apenas se gusta de otra cosa que de
k novedad, &c.
RESPUESTA.

La primera parte de esta proposicion ciertamente,


es justa y prudentísima, asl como la segunda parte
parece imprudentásima, injustísima, y por eso infini-
tamente pejudicial. La novedad en cualquier asunto
que sea, mucho mas en la inteligencia y esposicion
de la Escritura santa, debe mirarse siempre con re&
celo, y no admitirse ni tolerarse con lijereza : mas de
aqut no. se sigae que deba luego al punto desecharse
como peligro, ni reprobarse lijeramente por solo el
titulo de novedad. Esto sería cerrar del todo la
puerta á la verdad, y renunciar para siempre á la
esperanza de entender la Escritura divina. Todos
xl PHOLOGO.

los intérpretes, asi antiguos como no antiguos, con-


fiesan ingenuamente (y lo confiesan muchas veces ya
espresa ya tácitamente sin poder evitar esta confe-
sion) que en h misma Escritura hay todavia infinitas
cosas oscuras y dificiles que no se entienden, espe-
cialmente lo que es profecla. Y aunque todos han
procurado con el mayor empeño posible dar á estas
infinitas cosas algun sentido ó alguna esplicacion,
saben bien los que tienen en esto alguna práctica,
que este sentido y esplicacion realmente no satisface;
pues las mas veces no son otra cosa que una pura
acomodacion gratuiki y arbitraria, cuya impropiedad
y violencia salta luego á los ojos.
Aora digo yo : estm cosas que hasta aora no se
entienden en la Escritura santa, deben entenderse
alguna vez, ó á lo menos proponerse su verdadera
inteligencia ; pues no es creible, antes repugna á la
infinita santidad de Dios, que las mandase escribir
inutilmente por sus siervos f& pofetas*. Si alguna
vez se han de entender, ó se ha de proponer su ver-
dadera inteligencia, será preciso esperar este tiempo,
que hasta aora ciertamente no ha llegado : por con-
siguiente será preciso esperar sobre esto en algun
tiempo alguna novedad. Mas si esta novedad halla
siempre en todos tiempos cerradas absolutamente to-
das las puertas : si siempre se ha de recibir y mirar
como peligro : si siempre se ha de reprobar por solo
el titulo de novedad : iqué esperanza puede quedar-
nos? El preciso título de novedad, aun en estos
t Per servos suos prophetas.
PROLOGO. xli
asuntos sa,ai.ados, lejos de espantar á los verdaderos
aábios, por pios y relijiosos que sean, debe por el
contrario incitarlos mas, y aun obligarlos á entrar en
un exámen formal, atento, prolijo, circunstanciado,
imparcial de esta que se dice novedad, para ver y
conocer á fondo, lo primero : si realmente es nove-
dad ó no : si es alguna idea del todo nueva, de que
jamas se ha hablado ni pensado en la iglesia católica
desde los apóstoles hasta el dia de hoy; ó es sola-
mente una idea seguida, propuesta, esplicada y pro-
bada con novedad. En lo cual no pueden ignorar
los sábios católicos, relijiosos y pios, que hay una
suma diferencia y una distancia casi infinita. Lo
segundo : si esta novedad ó esta idea solo propuesta,
seguida, esplicada y probada con novedad, es falsa
ó no : es decir, si se opone Ó no se opone á alguna
verdad de fe divina, cierta, segura, é indisputable :
si es contraria ó no contraria, sino antes conforme á
aquellas tres reglas, únicas B infalibles de nuestra
creencia, 'que son : primera, la Escritura divina en-
tendula en sentido p r q i o y l i t m l : segunda, la tradi-
cion, no humana, sino divina : la tradicion, digo, no
de cipinion sino de fe divina, cierta, inmemorial, uni-
versal y uniforme (condiciones esenciales de la ver-
dadera tradicion divina) : tercera, la definicion es-
presa y clara de la Iglesia congregada en el Esplritu
Santo.
Lejos de temer un exámen formal por esta parte,
ó por las tres reglas únicas é infalibles, arriba dichas,
es precisamente el que deseo y pido con toda la ins-
xlii PROLOGO.

tancia posible ; ni temo otra cosa sino la falta de


este exámen, exacto y fiel. Si las cosas que voy B
proponer (llámense nuevas, ó solo propuestas y tra-
tadas con novedad) se hallaren opuestas, ó no con-
formes con estas tres reglas infalibles, y si esto se
prueba de un modo claro y perceptible, con esto solo
yo me dar6 al punto por vencido, y confeuaré mi
ignorancia sin dificultad. Mas si á ninguna de estas
tres reglas se opone nuestra novedad, antes las res-
peta y se conforma con ellas escrupulosamente : si la
primera regla que es la Escritura santa no solo no ae
opone, sino que favorece y ayuda, positivamente,
claramente, universalmente: si por otra parte lae
dos reglas infalibles nada proiben, nada condenm,
nada impiden, porque nada hablan, &c. : en este
caso ninguno puede condenar ni reprender justa y
razonablemente esta novedad, por solo el titulo de
novedad, ó porque no se conforma con el comua
modo de pensar. Esto seria canonizar solemne-
mente como puntos de fe divina, las infinitas inteli-
gencias y esplicaciones puramente acomodaticiaa
con que hasta aora se han contentado los intérpretes
de la Escritura, prescindiendo absolutamente de la
inteligencia verdadera, como saben, lloran y se la-
mentan los eruditos de esta sagrada facultad, espe-
cialmente sobre las pmfecfas.

S E G U N D O REPARO.

El aietema ó las ideas que yo llamo ordinarim


sobre la segunda venida del Señor, se dice, y par
PBOLOQO. xliii
consiguiente se puede decir, son la fe y creencia de
toda la Iglesia católica, propuesta y esplicada por
sus doctores, los cuales en esta inteligencia y espli-
cacion no pueden errar, cuando todos ó los mas con-
curren á ella unánimemente. Es verdad (se añade
eon poca ó ninguna reflexion) que en los tres ó cua-
tio primeros siglos de la Iglesia se espone de otro
modo por algunos, y se dirla mejor por muchos y
aun por muchfsimos de sus doctores, como veremos
ii SU Cempo ; pero vale mas, prosiguen diciendo, ca-
torce siglos que cuatro, y catorce siglos mas ilustra-
do~,que cuatro oscuros, &c.

RESPUESTA.

En toda esta declamacion tan breve como despó-


tica, yo no hallo otra cosa que un equívoco consti-
tuido. Primeramente se confunde demasiado lo que
es de fe y creencia divina de toda la Iglesia católica,
con lo que es de fe y creencia puramente humana, ó
mera opinian : 10 qoe creemos y confesamos todos
b a cdlieoa como puntos indubitables de fe divina,
con las cosas particulares y accidentales que se han
opinado, y pueden opinarse sobre estos mismos pun-
t~ indubitables de fe divina, Esta palabra fe 6
cremcia, puede tener y realmente tiene dos sentidos
diversos entre si, y tan distante el uno del otro,
cuma dista Dios de los hombres. Aun ea cosas
pvtenecientes á Dios y á la revelacion, no solamente
p v d s haber y hay entre lo8 fieles dentro de la lglesia
católica una fe y creencia toda divina, sino tambien
xliv PROLOGO.

una fe y creencia puramente humana : aquella i n f e


lihle, esta falible ; aquella obligatoria, esta libre.
Esta Última, en cosas accidentales al dogma, y
que no lo niegan, antes lo suponen, se llama con
propiedad, opinion, dictamen, conciencia, bueiia fe,
&c. En este sentido toma S. Pablo la palabra&,
cuando dice : Y a l que es paco en la f e , sobrelle-
vadlo, no en contestacwneu de opzopznZones : cada uno
, abunde en su sentido*. Una opinion por comun y
universal que sea, puede muy bien ser en la Iglesia
una buena fe, sin dejar por eso de ser.una fe pura-
mente humana, y sin salir del grado de opinion : mas
esta buena fe, ó esta fe y creencia por buena é ino-
cente que sea, no merece con propiedad el nombre
sagrado de fe y creencia de la Iglesia católica, si no
es en caso que la misma Iglesia católica, congregada
en el Espiritu Santo, haya adoptado como cierta
aquella cosa particular de que se trata, declarando
formalmente que no es de fe humana sino divina, ó
porque consta clara y espresamente en la Escritura
santa, ó porque asi la recibió y asi la ha conservado
fielmente desde sus principios.
De aqui se sigue legftimamente que aquellas pala-
bras, cuya sustancia se halla en toda clase de escri-
tores eclesiásticos de dos ó tres siglos á esta parte :
esto se pensó en los cuatro primeros siglos de la igle-
sia ; pero valen mas catorce siglos en que se ha pen-
+ Infiimum autem in fide assumite, non in disceptationibus

...
cogitationum unusquisque in suo sensu abuodet. - Ad h.
xiv, 1, 5.
lJROLOGO. X ~ V

sado lo.contrario,$c. son palabras de poca sustancia,


y se adelanta poquísimo con ellas. Cuatro siglos
de.una opinion, y catorce de la otra contraria opi-
nion, si no se produce otro fundamento ú otra razon
intrínseca, valen lo mismo que cuatro autores de uca
opinion, y catorce de la opinion contraria en un
asunto. todo de futuro, que no es del resorte de la
pura razon humana. Aunque aquellos cuatro siglos
Ó aquellos cuatro autores se multipliquen por 400, y
aquellos catorce siglos se multipliquen por 4,000 Ó
por 40,000, jamas podrán hacer un dogma de fe
divina, precisamente por haberse multiplicado por
número mayor : ni por esta sola razon podrán cau-
tivar un entendimiento libre, que en estas cosas de
futuro se funda solamente en la autoridad divina ; y
de ella sola, manifestada claramente, Ó por la Escri-
tura santa ó por la decision de la Iglesia, se deja
plenamente cautivar. Por consiguiente, los cuatro,
y los catorce asl autores como siglos, si no se pro-
duce otra verdadera y sólida razon, deberán quedar
eternamente en el estado de mera opinioii ó fe pura-
mente humana, y nada mas.
Aora, estando las cosas de que habl*dmosen este
estado de opiniones ó de oscuridad, sin saberse de
cierto donde está la verdad, i quien nos proibe ni
nos puede proibir en una causa tan interesante,
buscar dilijentemente esta verdad? Buscarla, digo,
asi en los catorce como en los cuatro. Y si en nin-
guno de ellos se halla clara y limpia; pues al fin
han sido opiniones y no han salido de esta esfera,
xlvi PROLOGO.

i quien nos puede proibir biaacail esta verdad en su


propia fuente, que es la divina Escritura? No se
trata aqul de buscar en las Escrituras la sustancia
del dogma: este ya se conoce, y se supone cono-
cido, creido y confesado espresa y públicamente en
toda la Iglesia católica. Se trata solamente de lsusi
car en las Escrituras algunas cosas accidkntalea,
cuya noticia cierta y segura, aunque no es absolu-
tamente necesaria para la salud, puede ser de sumal
importancia, no solamente respecto de los católicos,
sino respecto de todos los Cristianos ep general, y
tambien quizá mucho mas respecto de los míseros
Judios. Aunque en estas cosas de que hablo acci-
de~ta,llesal dogma, hay ó puede haber en la Iglesia
Jguna buena fe, M) siempre puede reputarse ra-.
c h a l y cristianamente por fe de la Iglesia, ó por
fe divina que es k i mismo. Si este falso principio
se admitiese ó tolema alguna vez, i qué conacuenr
cias tan perjudiciales no debiera temerse?

TERCER P9PABQ.
Pocos años há salió á luz en italiano una o h
intitulada : sgwnda 4paaa de la &le& cuyo airtor
se llama & n d i a P q i á Como en la obra preamtq
cuyo titulo es: Lq, yenida del Mesias en gloria~y
mgestad: se leen oosw muy semejantea á las,que se
leen en aquella (aunque propuestas y seguidas, de
otro modo diverso), es muy de temm, que ambas
tgfigqn una misma suerte; esto es, que esta Última
a- pues@ luego como lo fu6 aquella en el lndice
PROLOQO. xlvii
m. Por seria 10 mas acertado obviar
cop tiempo 6 este inconveniente, oprimiéndola en la
cuna, y haciéirdoh pasar desde el vientre al sepul-
m* sin discrecion ni misericordia.

RESPUESTA.

&os que asl discurren ó p.ueden discurrir, me pa-


wce, salvo el respecto que se les debe 7, que ó no han
leido la prisiera obra de que hablamos, ó no han
leido la segunda; ó lo que parece mas probable, no
han leido ni la una ni la otra, sino que hablan al
aire, y se qeten á juzgar sin el debido exdmen, y
sin conocimiento alguno de causa La razon que
tengo para esta sospecha, es la misma variedad de
sentencias que han llegado á mis oidos sobre este
asunto casi por los 32 rumbos; porque ya me acu-
san de plagiario, como que he tomado mis ideas de
Enodio Papiá: ya que sigo en la sustancia el
mismo sistema : ya que me conformo con él en los
principios y en los fines, diferenciándome solamente
eq los medios: ya en suma, por abreviar, que aun-
que disconvengo de este autor en casi todo; pero á
lo menos convengo con él en el modo audaz de pre-
tender desatar el nudo sagrado é indisoluble del
cap. xx del Apocalipsis ; como si no fuesen reos de
este mismo delito todos cuantos han intentado espli-
car el mismo Apocalipsis.
Aora para satisfacer en breve á tantas y tan di-
* De utero... ad tumulum. -Job. x, 19.
t Y g l v ~honoriñcentia, que ipsis debetur.
xlviii PROLOGO.
versas acusaciones, me parece que puede bastar una
respuesta general. Primeramente, yo protest; con
verdad ante Didp y los hombres, que de esta obra de
que hablamos, ni he tomado ni he podido tornar la
mas mlnima especie. La razon es Única; pero de-
cisiva: á saber, porque no he leido tal obra, ni la
he visto aun por de fuera, ni tampoco he oido jamas
hablar de ella á persona que la haya leido. Lo
único que he leido de este mismo autor, es la espo-
sicion del Apocalipsis, en la cual se remite algunas
veces á otra segunda obra que promete, esto es, á
la segunda época de la Iglesia. Mas esta esposi-
cion del Apocalipsis, lejos de contentarme, me desa-
gradó tanto, y aun mas, que cuanto he leido de
diversos autores: porque aunque apunta algunas
cosas buenas en si mismas, no las funda sólida-
mente, sino que las presenta informe,, y aun disfor-
mes sin esplicacion ni prueba: algunas otras pare-
cen duras é indijeribles : otras estravagantes : otras
no poco groseras y aun ridfculas: por ejemplo, todo
lo que dice sobre la batalla de S. Miguel1con el
dragon del cap. xii, &c., á lo que se añade aquel
error (que por tal lo tengo) de poner tres venidas de
Cristo, cuando todas las Escrituras del antiguo y
nuevo Testamento, y el slmbolo apostólico, no nos
hablan sino de dos solas: iina que ya sucedió en
carne pasible, otra que debe suceder en gloria y
magestad, que los apóstoles S. Pedro y S. Pablo
llaman frecuentemente la revelacion ó manifestacion
de Jesucristo. De estos y otros defectos que he
PKOLOGO. xlix

hallado en la evposicion del Apocalipsis de este


autor, infiero bien que podrá haber otros, ó iguales
ó mayores en su segunda obra, á que algunas veces
se remite.
Aunque esta segunda obra ciertamente no la he
leido, como protesté poco ha, mas por un breve es-
tracto de ella que me acaba de enviar un amigo
cuatro dias ha, comprendo bastante bien, que así el
sistema general de este autor, como su modo de dis-
currir, distan tanto del mio, cuanto dista el oriente
del ocaso. Esceptuando tal cual estravagancia, su
sistema general, me parece el mismo que propuso
el siglo pasado el sábio jesuita Antonio Vieira en
una obra que intituló Del reino de Dios establecido
en la tierra. Asl como este sistema, me parece el
mismo en sustancia que el de muchos santos padres
y otros doctores que cita, y tambien de otros que
han escrito despues. Todos los cuales suponen
como cierto, que algun dia todo el mundo, y todos
los pueblos y naciones, y aun todos sus individuos
se han de convertir á Cristo y entrar en la Iglesia, y
cuando esto sucediere, añaden, entónces entraran
tambien los Judios para que se verifique aquello de
S. Pablo : que la ceguedud ha venido en parte á
Israél, hasta que haya entrado la plenitud de las
gentes. Y que asi todo Israél se salve, como estb
escrito': y aquello del evangelio, y serh hecho un
* Quia caecitas ex parte contigit in IsraEl, donec plenitud0
gentium intraret, et sic omnis IsrGl salvus fieret, sicut scriptum
est. - Ad Ronr. xi, 25, 26.
T O M O 1. d
solb aphco, y un pastor*. Por congiguiente supo-
nen que ha de haber otro estado de la Iglesia
mucho mas perfecto que el presente, en que todos
los habitadores de la tierra han de ser verdaderos
fieles, y en que ha de haber en la Iglesia una
.grande paz y justicia, y observancia de las divinas
leyes, &c.
La diferencia que hay entre el sentimiento de los
doctores sobre este punto, no es otra en mi juicio,
%iaoque unos ponen este estado feliz mucho antes
del Anticristo ; pues dicen que el Anticristo vendrá
á perturbar esta paz. Otros, y creo que los mas, lo
ponen depues del Anticristo, por guardar del modo
posible ciertas consecuencias de que hablarern~sá
sn tiempo. Asl admiten, sin poder evitarlo, algus
espacio de tiempo entre el fin y el Anticristo, y la
v.esida gloriosa de Cristo, Enodio parece que
sigue este último rumbo: y no habia por qué re-
prenderlo de novedad, si no pusiese al empezar esta
época, otra venida media de Cristo á destruir la ini-
quidad, ordenar en otra mejor forma la Iglesia y el
mundo; haciépdolo venir otra vez al fin del mundo
d juzgar d los vivos y h los mz6ertost: sobre le
cual parece que debia haberse esplicado mas,
Yo que no. admito, antes repruebo todas estas
ideas, por parecerme opuestas al evangelio y á to-
das las Escrituras, i como podré seguir el mismo
sistema? Pues i qué sistema sigo? Ninguno, sino
+ -
Et fiet unum ovile, et unua pastor. Joan. x, 16.
t. -
Judicare, vivos, et mortuos. Er Sinlb. COnrtantinopolZt.
PROLOGO. 1i
solarriente el dogma de fe divina que dice: y dcsdd
al& laca de vmir &juzgar á Qos vivw y d los nruertos*.
Y sobre ede dogma de fe divina sigo el hilo de
tadas lrrs Escriturae sin intermpcion, sin violeacia y
sin discaraost artiíkiales, cama podrP ver pot m
ojos cudquiem que las tuviese barnos.
P u d e ser rrd ostante que yo c m e a g a corr Ena-
dio Papiá, como puedo cunvenit con o t m ~autor*,
en algenas casa^ 6 generales 6 pinrticulara: y
p k ? i Luego pot esta sola podiá mfondirw atta
obra cort otta? i Eñ quid ~i'bunalse puede dh.t d
@te scntenula? t a o b h db Enodio, como de au-
tor ~atblicay religiosa, &S de crdw que contiesre
muchisimas cosas buenas, inocentes, piae, vetdadmas
y probables; y tambien es de creer, que en estas se
hallen algunas otras couocidamente falsas, duras,
indijestas, sin esplicacion ni pruebas, &c. ; pues por
algo ha sido reprendida. De este antecedente justo
y racional, lo que se sigue únicamente es, que cual-
quiera que convenga con este autor en aquellas
mismas cosas que son reprensibles, merecerá sin
duda la misma reprension : la cual no merecerá, ni
se le podrá dar sin injusticia, si solo conviene en
cosas indiferentes ó buenas, ó verdaderas, ó proba-
bles. ¿ No lo dicta asl invenciblemente la pura
razon natural ?
En suma, la conclusion sea, que la obra de Eno-
dio y la mia, siendo dos obras diversisimas, y de
diversos autores, deben examinarse separadamente,
* lnde venturus eet judichre vivos, et mortuos. -Id. ib.
(t 2
lii PROLOGO.

y dar á cada una lo que le toca, segun su mérito 6


demérito particular. Ni aquella se puede exami-
nar ni juzgar por esta, ni esta por aquella. Esta
especie de juicio repugna esencialmente á todas las
leyes naturales, divinas y humanas. Fuera de. que
yo nada afirmo de positivo, sino que propongo sola-
mente á la consideracion de los inteligentes; propo-
niéndoles al mismo tiempo con la mayor claridad,
de que soy capaz, las razones en que me fundo; y
sujetándolo todo de buena fe al juicio de la fgksia
<L quien tocujuzgur deloe~dade~o sentido de las Escri-
turasx. Al juicio de los doctores particulares tarn-
bien estoy pronto á sujetarme, despues que haya
oido sus razones.
* Cujus est judicáre de ver0 sensu Scriptur4mm Sancthmm.
DISCURSO PRELIMINAR.

VENCIDOya de vuestras instancias, amigo y sefior mio


Cristóíiio, y determinado aunque con suma repugnancia á
poner por escrito algunas de las coRas que os he comuni-
cado, me puse ayer 4 pensar i qÜé cosas en particular habia
de escribir, y qué orden g método me podria ser mas útil,
así para facilitar el trabajo, como para esplicarme con liber-
tad? Despues de una larga meditacion en que vi presen-
tarse confusamente muchísimas ideas, y en que nada pude
ver con distincion y claridad, conociendo que perdia el
tiempo y me fatigaba inútilmente, procuré por entónces
mudar de pensamientos. Para esto abrí luego la Biblia,
que fué el libro que hallé mas 4 la mano, y aplicando los
ojos h lo primero que se poso delante, leí estas palabras
con que empieza el capitulo ix de la epistola los Romanos.
Verdad digo en Cristo, no miento : dándome testimonio
ri conciencia en el Espiritu Santo ;que tengo muy grande
tristeza y continuo dolor en mi corazon. Porque deseaba
yo mismo ser anatema por Cristo, por amor de mis her-
manos, que sora mis deudos segun la carne, que son los
Israelitas, de los cuales es la adopcion de los htjos, y la
gloria, y Za alknza, y la legislacion, y el culto, y laspro-
mesas : cuyos padres son los mismos, de quienes desciende
liv DISCURSO P R E L I M I N A R .

tambien Cristo segun la carne, &c.* Con la consideracion


de estas palabras, no tardaron mucho en escitarse en mí
aquellos s e ~ t p n i e v kl
t ~ ~$post01 ; q p k yieada qnq el cora-
con se me oprimia avivándose con nueva fuerza aquel dolor,
que casi siempre me acompafia, cerr6 tambien el libro, y
me sali á desahogar al campo. Allí, pasado aquel primer
tUsidto, g iaitigado un PQGO a q d abogo, o m e w é á dar

R D P O ~ Iel~ &no
~yyo Dios ep conocido de ú&w bs si&$
pwteriores, dlci~qdo: p poy el B h cTe ábralArHp, d

crecido con la fq y e s p q w dgl &&S:UI pueble plaz


parado 4e O i ~ para
s el Vesírwr, cop ~ r o v i d e ~ i ayspraqi-

Veritatem dico iu Chrísto ; non meptior : testimouinm mihi


perhibente conscienti8 me4 in Spintu Sancto ; quoniam tristitia mihi
magna est, et cmtmuus doiw cordi meo. Opkahn erim ego ipac
anathema esue h Christo pro fratribw meis, qui sunt cognati mei s e
cundhm carnem, qui sunt IsraElitae, qubnim adoptio est filiórum, e t
gloria, et testamentum, et leffslatio, et obseqriimn, et promissa : qnb-
mp&m, et e~ e b u s es) CPrietua secandusi w n e m - Ad
ix, 1, 2, 3, 4, 5.
t Ego eum ... Deus Abraham, Deus IYaac, et Deus Jacob ... hoc
nomen mihi est ia Eternum, et Poe memoride me- ii g s n e m t i ~ c m ,
et generationem. -Es. iii, 14, 15.
DISOURSO P R E L I M I N A R . IV

gios inauditos par eepaoio de dos mii &os: qae ente pe-
blode &os, este pueblo santo tuviese en medio de si h eete
d o Mesías por quien tantos sigloe babia sospirado : que
lo viese por sus propios ojos con todo el espkndor de sus
virtudes : que oyese su vóz y sus palabras de vida, siempw
admirado, suspenso y como encantado, de las palabrcrs &
gracia que salian de su bocar: qne admuaee sus obras
prodigioeas, diciendo y confesando que: bien lo ha Aecho
tedo : á los sordos loa ha hecho oir, y á los mudos l
b
Mar? : que recibiese de su bondad toda suerte de ben&
cios, y de bendcios continuos así espirituales como corpo-
da,h.; y que con todo eilo no lo recibiese : con todo
eso lo desconociese : con todo eso lo persiguieae con el ma-
p r furor : con todo eso lo m i m e como M seductor, como
un inlcuo, y como tania anunciado Isaías, lo hubiese con
los d v a d m contado$: con todo eso, en ñn, lo pidiese 4 -
podes m s ptira el,suplicio de h cm%? Cierto que han
aaoedido en esta nueiitra tierra cosas verdaderamente in-
ueibw al paso que ciertas y de la suprema evidencia.
Mas de este sumo mal, infinitamente funesto y lamenta-
ble (prosepia yo discurriendo) ¿ qui6n seria la verdade=.
causa ? i Serian acaso los publicanos, los peoadores, lae
meretrices, por no poder sufrir la santidad de su vida, ni
la pureza y perfeccion de su doctrinal Parece que m :
pues e1 evangelio mismo nos asegura que : se acercdan á

In verbis grafie, qu* procedebsnt de ore ipauis.-h. iv, M.


t Benb omnia fecit : et surdos fecit audire, et muta loqui.
Mrao. Vii, 37.
-
f Cum aceleratia reputatus eet. -lea¡. liii, 12
Ivi DISCURSO P R E L I M I N A R .

dl los publicanos y pecadores para oirle* : y esto era 10


que murmuraban los Escribas y Fariseos : y los Fariseos
y los Escribas murmuraban diciendo : este recibe pecado-
res y come con ellos+ : y en otra parte : si este hombre fue-
ra profeta, bien sabria quien, y cual es la muger que le
toca ;porque pecadora esJ. i Seria acaso la gente ordi-
naria, 6 la ínfima plebe siempre ruda, grosera y desatenta?
Tampoco : porque autes esta plebe no podia hallarse sin 61 ;
esta lo buscaba, y lo s k u i a hasta en los montes y desiertos
mas solitarios; esta 19 aclamaba Q gritos por hijo de David
y rey de Isiaél ; esta lo defendia y daba testimonio de su
justicia, y por temor de esta plebe no lo condenaron antes
de tiempo : mas temian a l pueblo§. '
No nos quedan, pues. otros sino los sacerdotes, los sábios
J doctores de la ley, en quienes estaba el conocimiento y
el juicio de todo lo que tocaba á la religion. Y en efecto,
estos fueron la causa y tuvieron toda la culpa. Mas en es-
to mismo estaba mi mayor admiracion : cierto que es esta
cosa maravillosa, les decia aquel ciego de nacimiento : que
vosotros no sabeis de donde es, y abrió mis ojos 11. Estos
sacerdotes, estos doctores, ;no sabian lo que creían ? i No
sabian lo que esperaba11? i No leían las Escrituras de que
Erant autem appropinquantes ei publicani, et peccatores, ut au-
-
dirent iiium. Luc. xu, 1.
Et murmurabant pharisei, et scribz dicentes : Quia hic pecca-
tores recipit, et manducat cum illis. -Luc. xv, 2.
f Hic si eliset propheta, sciret utique, quz, et quaiis est mulier,
q u z tangit eum : quia peccatrix est.-Luc. vii, 39.
5 Timebmt verb plebem. - h e . xxii, 2.
11 In hoc eni& mirabile est, quia vos nescitis unde sit, et aperuit
meos oculos. -.lonn. ix, ,y.
DISCURSO PRBLIMINAR. lvii

eran depositarios? i Ignoraban, 6 era bien que ignorasen


que aquellos eran los tiempos en que debia manifestarse el
Mesías, segun las mismas Escrituras* ? i No eran testigos
oculares de la santidad de su vida, de la escelencia de su
doctrina, de la novedad, multitud y grandeza de sus mila-
gros ? Si : todo esto es rerdad ; mas ga el mal era incu-
rable, porque era antiguo : no comenzaba entónces, sino
que venia de mas lejos : ya tenia raíces profundas.
En suma el mal estaba eu aquellas ideas tan estrafias y
tan ajenas de toda la Escritura, que se habian formado del
Mesías : las cuales ideas habian bebido, y bebian frecuen-
temente en los intérpretes de la misma Escritura. Estos
intérpretes, á quienes honraban con el título de Rabinos, ó
Maestros por escelencia, 6 de Seáores, tenian ya mas auto-
ridad entre ellos que la Escritura misma. Y esto es lo que
reprendió el mismo Mesias, citándoles las palabras del cap.
xxix d e Isaías. Hipócritas, bien profetizó Isaias de vo-
.
sotros.. diciendo : Este pueblo con los Iábios me honra,
mas su corazon está lejos de mi. Y en vano me honran,
enseñando doctrinas y mandamientos de honhbres :porque
dejando el mandamief to de Dios, os asís de la tradicion
de los hombres: Bellamente h e i s vano el manda-
miento de Dios, por guardar vuestra tradicion t.

* Gen. xiii, 10; Dan. ix, 25.


t Hypocritz, benb prophetavit Isafas de vobis, dicena : populus
hit labiis me honorat, cor autem eorum longh est B me. In vanum
autem me colunt, docentes doctrinas, et pracepta hominum. Re-
linquentes enim mandatum Dei, tenetis traditionem hominum ...
Benb irritum facitis przceptum Dei, u t traditionem vestram serve-
tis. - Vide Marc. vii, 6, 7, 8, 9.
iviii DISCURSO PRELIMINAR.

Pues estos son, conclaia yo, estos son ciertamente los


que nos cegaron y los que nos perdieron. E s t a son
aquellos doctores y legisperítos, que habiendo recibido, y
teniendo en sus manos la llave de la ciencia, ni ellos'entra-
ron, ni dejaron entrar B otros. i Ay de vosotros, doctores
de la ley, que os alzasteis con la llave de la ciencia ! vo-
sotros no entrasteis, y hubeis proibido á los qua eratrdan*.
E n las Escrituras están bien claras las señales de la venida
del Mesias, y del Mesías mismo: su vida, su predicaeion,
su doctrina, su justicia, su santidad, su bondad, su manse-
dumbre, sus obras prodigiosas, sus tormentos, m c m , se
sepultura, &c. Mas como al mismo tiempo se leen en las
&as Escrituras, y esto 4 cada paso, otras cosas i&ta
mente grandes y magníficas de la misma persona del Me-
das, toma? nuestros dodores con suma indismecbn,
estas solas, wmponi6ndolas B su modo, y se 01riCaaron d e
las otras, y las despreciaron absolutamente como cosas poco
agradables. i Y qu6 sucedib ? Vino el Mesías, se oy6 su
vm, se vi6 su justicia, se admiró so doctrina, sus milagros,
&c. él mismo las remitia á ¡as Escrituras, ea las c d e a
como en ao espejo fidellsimo lo podiae ver retratado con
..
suma perfeccion : Escudriñad €asEscrituras. y ellas son
las que dan testimonio de dt:pero todo en vano : como
ya no habia mas Escritura que los Rabinos, ni mas ideas
del Meslas, que las que nos daban nuestros doctores ; ni

i Vae voQis l@@tia, qub tolietie ciavem &cien& ! ipi n q ~


-
introistis, et eoe, qui mtroibant, prohibuietia Lwc. D,52.
...
t Serut~pliniSenpturas et U m guat, qam ttstimoniwa pes&
bent de me. -Juar. v, 39.
D160URS0 P R E L I M I N A R . 1~

1- mismos Escribas y Fariseo8 y lejispeiiton oanooivn otro


Mesh que el que hallaban en los libros y en las tradicie
nes de los hombres, fub aomo una consecuencia necesaria
que todo se errase, y que el pueblo ciego, conducido por
otro ciego, que era el sacerdocio, cayese junto con él en el
pmipio. 2 Acaso podrá un ciego guiar á otro ciego?
,j No caerán ambas en el hoyo * ?
Aom aun& mio : dejando aparte y procurando olvidar
del todo mas coaas tan funestas y tan melancólioas, que
m nos es posible p m e d w , vdvámos todo el discurso 4aia
otra parte. SH yo me atreviese B dscir, que los Criotianos
en el estado presente, estamos tan lejas aomo se piensa
IKI

L enb peligm, ni tan seguros de oaer en otro precipicio


semejante, p e n s a h sin duda que yo burlaba, 6 que acaso
qneria tentaros enigmas, como la mina Sabti tí Salo-
cail

maa Mas si vieras que hablaba aériarnente sin equivoco


ni enigma, y que me tenia en lo dicho, préceaae que al
purito firatárcla eontra nrl la sentencia d e muerte, clamando
6 gr;tades v w eeo apedreada : y tirándome vos mismo,
m, oeiante nneatra amiatad, la primera piedra Pues
eeáar, aunque lluevan piedras por tadas partes, lo diehe
&Bo : la p m p o ~ k b nla tengo pm cierta, y el fondameate
aa pmce el mismo sin Mepnoia alguna s u s t a ~:l oíd
aora aop bondad, g no os asusteis tan al principio.
,Así soma es cierto y de, fe divina, que el Mesías prome-
tida en laa iaatas M t u m v k y a al: ~llimdo;así d d
mima 40ae cierta g de Ee d i v h , que Babihndose ido
¿ Nupiq~idpotoai emcw cacum clweere ? r n w b ambo ie fore-
ain cadunt ? -Luc. vi, 39.
IX DISCURSO P R E L I M I N A R .

al cielo despnes de su muerte y resurreccion, otra vez ha


de venir al mismo mundo de un modo infinitamente diverso.
Segun esto creemos los Cristianos dos venides, como dos
puntos esenciales y fundamentales de nuestra relijion : una
que ya sucedió, y cuyos efectos admirables vemos y goza-
mos hasta el dia de hoy : otra que sucederá infaliblemente,
no sabemos cuando. De esta pues os pregunto yo : j si
estas ideas son tan ciertas, tan seguras y tan justas, que no
haya cosa alguna que temer ni que dudar? Naturalmente
me diieis que si: creyendo buenamente que todas las ideas
que tenemoa de esta segunda venida del Mesias son toma-
das fielmente de las santas Escrituras, de donde solamente
se pueden tomar. Amen, mí lo haga el S& : despierte

el S& Zas palabras que tú profetizaste"


No ostante yo os pregunto á vos mismo, con quien ha-
blo en particular: j si con vuestros propios estudios, traba-
jos y diligencia habeis sacado estas ideas de las santas Es-
crituras ? Así parece que lo debemos suponer : pues sien-
do sacerdote, y teniendb como tal, 6 debiendo tener la
llave de la ciencia, apenas podreis tener alguna escusa en
iros á buscar otras cisternas no tan seguras, pudiendo abrir
la puerta y beber el agua pura en su propia fuente. Mas el
trabajo es, que no podemos suponerlo asi: porque sabemos
todo lo contrario por vuestra propia confesion. j Qué ne-
cesidad hay, decís confiadamente, de que cada uno en par-
ticular se tome el grande y molestisimo trabajo de sacar
en limpio lo que hay. encerrado en las santas Escrituras,
Amen, sic faciat Dominus : suscitet Dominns verba tua, que
yrophetasti.-Jmm. uviii, 6.
DISCURSO PRELIMINAR. ' lxi

cuando este trabajo nos lo han aorrado tantos doctores que


trabajaron en esto toda su vida ? Y si yo os vuelvo Q pre-
gnntar, si estais cierto y seguro como lo pide un negocio
tan grave, que son ciertas y justas todas las ideas que ha-
llais en los doctores sobre la segunda venida del Mesias,
temo mucho que no os digneis de responderme, tratáindome
de impertinente o
de necio. Mas yo, por eso miamo os
muestro al punto como con la mano aquel mismo peligro
de que hablamos, y aquel precipicio mismo en que caye-
ron mis Judios.
Uno de los grandes males que hay aora en la Iglesia,
por no decir el mayor de todos, paréceme que es la negli-
jencia, el descuido, y aun el olvido casi total en que se ve
el sacerdocio del estudio de la sagrada Escritura. Del
estudio, digo, formal, no de una leccion superficial. Vos
mismo podeis ser buen testigo de esta verdad: pues siendo
<
sáhio, y como tal aplicado ái la bella literatura, habeis tra-
tado y tratais con toda suerte de literatos: entre todos es-
tos, i cuantos escriturarios habeis hallado ? i Cuantos que
siquiera alguna vez abran este libro divino? i Cuantos que
le hagan el peque60 honor de darle lugar entre loa otrm
libros? Acuérdome Q propósito de lo que en cierta ocaaion
oí decir á un sáibio de estos; esto es: que la Escritura di-
vina, aunque digna de toda veneracion, no era ya para es-
tudio formal, especialmente en nuestro siglo en que se cul-
tivan tantas ciencias admirables llenas de amenidad y utili-
dad. Que basta leer lo que cada dia ocurre en el oficio, y
caso que se.ofreciese dificultad sobre algun punto particu-
1XÜ DISCURSO P R H L I M f N A R .

lar, se deKi recutrir no 4 la Escritura misma, sieo B


algnno de tantos intérpretes como hay. En fin, concluyó
este sabio diciendo y defendiendo, que el estudio formal
de la Escritura le parecia tan inhtil como seco 6 insulso.
Palabras que me hicieron temblar, porque me dieron á
conocer, 6 me afirmaron en el conocimiento que ya tenia
del estado miserable en que están, generalmente hablando,
nuestros swerdotea; y por consiguiente los qae depende-
mos de ellos. 9i la sal pierde su virtud, ¿ qué casa darb
sabor á las viandas*.
Mas volviendo 4 nuestro asundo, me atrevo, mfior, á
deciros, y hmbien 4 probaros eo toda forma, que las ideaa
de la segunda venida del Mesías, que nos dan los inter-
pretes, manto al ntodo, dntacion y circunstancias, y que
tenemos por taa ciertas y Can segaras, no lo son tanto qm
no necesitan de exáimm: y este exámen no p a m e qiie
puede Baceree d e otm modo, sino m n p a m d o &has id-
con la, &eritura miama, de donde las tanaroa 6 las d e b e
ron tomar. $i esta (ijlijen<;ia hubieran practicado nuestros
Eacribaa y Fariseos, cuando el Seííor mismo los wmitia
4 lea Eecrituras, ciertamente hubieran hallado otras i d b d
Snitrrmc+nte diversas de las qos hallaban en los Rebiaas, y
ea bien creible que no hubieran errado tan mostni<#iameñte.
i Qu6 quieres amigo que te diga? Por grsnde que
sea mi veneracicm y raspeto tí los idérpretes de la Esjri-
tdra, hombres verdaderamente grandes, sapientiaimes, eni-
ditíaiiiios y llenos de piedad, no puedo dejar de decir lo
* ;Si sal irrfatuattm M,m +o sdetur ?- &bg. i#d &t. v, B.
DlSOURSO PRELIMINAR. lxiii

que en el aeunto particular de que tratamos, veo y obmr-


vo en ellos coa grande admiraoiou. Los veo, digo, ocupa-
dos enteramente en el empefio de aoomodar toda la Escrita-
ra santa, en especial lo que es profecía, á la primera ve-
nida d d Mesias, y á los efectos ciertamente grandes y ad-
mirables de esta venida, sin dejar b nada, Ó oasi nada pai
ra la segunda, como si solo se tretase de dar materia pa-
ra discursos predicables, G de ordenar algun oficio para tiem-
po de adviento. Y esto con tanto celo y fervor, que no
reparan tal vez, ni en la impropiedad, ni en la violenoia,
ai en la frialdad de las acomodwiones, ni en las reglas
mismas que han establecido desde el principio, ni tampo-
co (lo que parece mas eetrafio), tampoco reparan en omi-
tir algunas cosas, olvidando ya uno, ya muohos versículos
I

enteros, como, que son de poca importancia; y muchaa ve-


oea son tan importantes, que destruyen visiblomente la e s
posiciou que se iba dando.
Por otra parte los veo asentar principios, y dar re-
gias 6 aánoaes para mejor inteligencia de la Escritura; mas
por poao que se mire, se conoce al punto que alguoae
de e&is ~eglas,y no pocas, son puestas á diirecion, sin
eetribaren otro fundamento que en la esposicion miema,
6 inteligencia que ya han dado, 6 pretenden dar á muchos
lugares de la Bcritura bien notables, Y si esta espooicim,
esta inteligencia es poco justa, 6 muy ajena de la verdad
(como sucede con bastante frecuencia) ya tenemos regla
propishas para no entender jamas lo que leemos en la
=ara. De aquí han nacido aquellos sentidos diversos de
lxiv DISCURSO P R E L I M I N A R .

que muchos abusan para refujio seguro en las ocasiones :


pues por claro que parezca el tosto, si se opone. á las
ideas ordinarias, tienen siempre á la mano su sentido ale-
gbrico : y si este no basta, viene luego á ayudarlo el ana-
gógico 4 los cuales se d a d e el tropolbgico, místico, aco-
modaticio, h.,haciendo un uso frecuentisimo, ya de uno,
ya de otro, ya de muchos á un' mismo tiempo : subiendo
de la tierra al cielo con gran& facilidad, y con la misma
bajando del cielo á la tierra al instante siguiente : tomando
en una misma individua profecía, en un mismo pasaje, y
tal vez en un mismo versículo,, una parte literal, otra ale-
qbrica, otra anaqóqicamente, y eomponiendo de varios re-
tazos diversísimos, una cosa, ó un todo que al fin no se
sabe lo que es : y entre tanto la divina Escritura, el libro
verdadero, el mas venerable, el mas sagrado, queda espues-
to al fuego, ó agudeza de los ingenios, á quien acomoda
mejor, como si fuese libro de enigmas.
N o por eso penseis, señor, que yo repruebo abso-
lutamente el sentido alegórico 6 figurado (lo mismo di-
go 4 proporcion de los otros sentidos). E l sentido alegó-
rico en especial, es muchas veces un sentido bueno y ver-
dadero, al cual se debe atender en la misma letra, aun-
que sin dejarla. Sabemos por testimonio del apostol S. Pa-
blo, que muchas cosas que se hallan escritas en los libros
de Moisés, eran figura de otras muchas, que despuos se
verificaron en Cristo : y el mismo apostol en la epístola
á los Gálatas capitulo cuarto, habla de dos testamentos figu..
rados en las dos mujeres de Abraham, y en sus dos hijos 1s-
DISCURSO P R E L I M I N A R . ~ X V

mael é Isaac, y afiade, &u-les cosas fueron d i c h por


alegoráu*: mas como sabemos por otra parte que las epis-
tolaa de S. Pablo son tan canónicas como el Génesis y
Exodo, quedamos ciertos y seguros, no menos de la bis-
toria, que de su aplicacion : ni por esta esplimcion, 6 ale-
garla, 6 figura, dejamos de creer, que las dos mujeres de
Abraham, Agar y Sara, eran dos mnjeres verdaderas : ni que '

las cusas que fiieron figuradas, dejasen de ser 6 suceder asi


á la letra, como se lee en los libros de Moisés. No eon
así los sentidos figniados, que hemos, no solamente en
Orígenes (á quien por esto llama S. Jerónimo siempre in-
térprete aleybrico : y en otras.partes, nuestro aleyórico) :
sino en toda suerte de esoritores eclesiásticos, esi antiguos
como modernos : los cuales sentido0 muchlsimas veces no
dejan lugar alguno, antes parece que destruyen enteramen-
te el sentido historial, esto se, el obvio literal. Y aunque
regularmente dicen verdades, se ve no ostante con los ojos
que no son verdades contenidas en aquel lugar de la Es-
critura sobre que hablan, sino tomadas de otros lugares de
la misma Escritura, entendida en su sentido propio, obvio,
y natural literal ; y ellos mismos confiesan, como una ver-
dad fundamental, que solo este sentido es el que puede
establecer un dogma, y ensefiar utm verdad.
Con todo esto, dice un autor moderno, la Escritura
divina no se ha esplicadb hasta aora de otro modo, de como
se esplicb en el cuarto y quinto siglo : esto es, de un modo
mas concionatorio, que propio y literal: 6 por un respeto

+ Quae sunt per allegoriam dicta. -Paul. ad Cal. ir, 24.


T O M O 1. e
lxvi DISCURSO P R E L I M I N A R .

no muy bien entendido á la antigüedad, 4 tambien por ser


un modo mas fácil y cómodo : pues no hay testo alguno,
por oscuro que parezca, que no pueda admitir algun sen-
tido, y esto basta. Esta libertad de esplicar la Escritura
divina en otros mil sentidos, dejando el literal, ha llegado
oon el tiempo á tal exeso, que podemos decir sin exa-
jeracion, que los escritores mismos la han hecho inaccesible,
y en cierto modo despreciable. Son estas espresionea n9
mias, sino del sábio poco há citado*. Inaccesible á aque-
llas personas religiosas y pias, que tienen hambre y sed de
las verdades que contienen los libros sagrados, por el miedo
de caer en grandes errores, que los doctores mismos les
ponderan, si se atreven á leer estos libros sagrados sin luz
y socorro de sus comentarios, tantos y tan diversos : y
como en estos mismos comentarios lo que mas falta y se
echa menos, es la Escritora misma, que no pocas veces se
ve sacada de su propio lugar, y puesta otra cosa diferente,
parece preciso que á lo menos una gran parte de la Escri-
tura, en especial una parte tan principal como es la pro-
fecía, quede escondida y como inawesible á loa que con
buena fe y óptima intencion desean estudiarla : vosotros
ao entrasteis y habeis proibido á los que entrabant. Lo ,

que si bien es falso hablando en general, 4 lo menos en el


punto prewnte me parece cierto por mi propia esperiencia.
. Los comentadores, hablando en generai, no e n t r a r o ~
ciertamente en muchos misterios bien sustanciales y bien
Fleuri, discurso 5 sobre la historia eclesiastica.
t Ipai non introistia, et eoa, qui introibuit, prohibuistis. -Luc.
si, 52 ~.
DISCURSO PRELIMINAR. h~ii

claro^, que se leen y repiten de mil maneras en los li-


bros sagrados. Esto es mal, y no pequeíío: mas el mayor
mal está en quo proiban la entrada y cierren la puerta á
otros muchos que pudieran entrar: dáindoles á entender, y
tal vez persuadiéndoles con sumo empefio, que aquellos
misterios de que hablo, son peligro, son error, son suefios,
son delirios, &c., que aunque en las Escrituras parezcan
espresos ,y claros, no se pueden entender así, sino de otro
modo, ó de otros cien modos diversos, segun diversas opi-
niones; menos de aquel modo, y en aquella forma en que
los dictó el Espíritu Santo. Y si 4 personas religiosas y
pias la Escritura divina se ha hecho en gran parte inac-
cesible por los comentadores mismos, á otras menos religio-
sas y menos pias, en especial en cl siglo quo llamamos de
las luces, se ha hecho tambien nada menos que desprecia-
Me: pues se les ha dado ocasion mas que suficiente para
pensar, y tal vez lo dicen con suma libertad, que la Escri-
tara divina es, cuando menos, un libro inútil ; pues nada
significa por si mismo, ni s e ha de entender como se lee,
sino de otro modo diverso que efi necesario adivinar. E n
fin, que cada uno es libre para darle el sentido que le pa-
rece. Asi el temor respetuoso de los unos, y el desprecio
implo d e los otros, han producido por buena consecuencia'
un mismo efecto natural : esto es, renunciar enteramente
al estudio de la Escritura, lo que en nuestros dias parece
que ha llegado á lo sumo.
Todo esto que acabo de apuntar, aunque en general y
en confuso, me persuado que os parecerá duro é insufrible,
lxviii DISCURSO PRBLIMINAR.

mucho mas en la boca 6 pluma de un mísero Judio.


Vuestro enfado deberá crecer al paso que fueremos dee-
cendiendo al examen de aquellas cosas particulares, tam-
poco examinadas, aunque generalmente recibidas ; pnes e n
estas cosas particulares de que voy á tratar, pienso, sefíor,
apartarme del coman sentir, 6 de la inteligencia comun d e
los espositores, y en tal cual cosa tambien de los teólogos.
Esta declnracion precisa y formal que os hago desde aora,
y que en adelante habeis de ver cumplida con toda ~ l &
nitud, me hace naturalmente temer el primer ímpetu d e
vuestra indignacion, y me obliga B buscar alguu reparo
contra la tempestad : digo contra la censura fuerte y dura,
que ya me parece oigo antes de tiempo.
Parhceme una cosa naturalísima, y por eso muy escn-
sable, que aun antes de haberme oido suficientemente, aun
antes de poder tener pleno conocimiento de causa, y
aun sin querer examinar el proceso, me condeneis B lo
menos por un temerario y por un audaa ; pues me atrevo
yo solo, hombrecillo de nada, á contradecir á tantos sábios,
que habiendo mirado bien las cosas, las establecieron asl
de comun acuerdo. Lejos sea de mi, si acaso no lo es&
el pensar que soy algo, respecto de tantos tan graudes
hombrea. Los venero y me humillo 4 ellos, como creo que
es no solo razon, sino justicia. Mas esta veneracion, este
respeto, esta deferencia, no ignorais, sefior, que tienen sue
limites justos y precisos, á los cuales es laudable llegar,
mas no el pasar muy adelante. Los doctores mismos no
nos piden, ni pueden pedirnos que se propasen estos límites
DISCURSO PRBLIMINAR. IX~X

con pejuicio de la verdad : antes noa eneefian conpalabra


y obra, todo lo contrario : pues apenas se hallará alguno
entre mil, que no se aparte en algo del sentimiento de loa
otros. Digo en algo, porque apartarse en todo, 6 enlama-
gor parte, seria cuando menos una estravagancia intolerable.
Yo solo trato un punto particular, que es, L A vsnIDa
DEL NBSI AS, que todos esperamos : y si en las cosas, que
pertenecen 41 este punto particular, hallo en loa doctoiss al-
ganos defectos, 6 algunas ideas poco justas, que me pare-
cen de gran consecuencia, ¿ que pensais, amigo, que de-
beré hacer? ¿ Será delito haliar estos defectos, advertirlos,
y tenerlos por tales ? i Será temeridad y audacia el pro-
ponerlo tí la consideracion de los inteligentes ? ¿ Sertí fai-
tar al respeto debido tí estos sapientisimos doctores, el
decii que, 6 no los advirtieron por estar repartida su aten-
ciw en millares de coaas diferentes, 6 no les fui3 posible
remediarlas en el sistema que segnian? Pues esto es sola-
mente lo que yo digo, ó pretendo decir. Si á esto quereia
llamar temeridad y audaoia, buscad, sefior, otraa palabras
mas propias que les cuadren mejor. i Qué maravilla es
que una hormiga que anda entre el polvo de la tierra, des-
cubra y se aproveche de algunos granos pequefios, si, pero
preciosos, que se esoapan facilmente á la vista de una
águila? i Qué maravilla es, ni qu4 temeridad, ni qu4 an-
dacia, que un hombre ordinario, aunque sea de la ínfima
plebe, descubra en un grande edificio dirijido por los mas
sabios arquitectos, descubra, digo, y avise tí los interesados
qae el edificio flaquea y amenaza ruina por alguna parte
IXX DISCURSO P R R L I M I N A R .

determinada ! No ciertamente porque el edificio en general


no esté bien trabajado segun las reglas, sino porque el
fundamento sobre que estriba una parte del mismo edificio,
no es igualmente sólido y firme como debia ser.
i Se podrá muy bien tratar á este hombre de igno-
rante y grosero ? j se podrá reprender de audaz y teme-
rario? jse le podrá decir con imsion que piensa saber
mas que los arquitectos mismos, pues estos teniendo buenos
ojos edificaron sobre aquel fundamento? j y no es vero-
simil que mirasen primero lo que hacian, &o 1 Mas si por
desgracia los arquitectos en realidad no examinaron el fun-
damento por aquella parte, ó no lo examinaron con aten-
cion ? si se fiaron de la pericia de otros mas antiguos, y
estos de otros ; si en esta buena fe ediñcaron sin recelo, no
mirando otra cosa que á poner una piedra sobre otra ; en
este caso nada imposible, i será maravilla que el hombre gro-
sero é ignorante descubra el defecto, y diga en esto la pnra
verdad? Con este ejemplo obvio y sencillo debereis compren-
, der cuanto yo tengo que alegar en mi defensa. Todo se pnede
reducir 4 esto solo, ni me parece necesaria otra apologia.
Debo solamente advertiros, que como en todo este es-
crito, que os voy á presentar, he de hablar necesariamente,
y esto 4 cada paso, de los intérpretes de la Escritura; 6
por hablar con mas propiedad, de la interpretacion que dan
4 todos aquellos lugares de la Escritura pertenecientes 4
mi asunto párticular ; temo mucho que me sea como inevi-
table el propasarme tal vez en algunas espresiones 6 pala-
bras, que puedan parecer poco respetuosas, y aun poco
DISCURSO P R R I . I M I N A R . Ixxi

civiles. Las que halláreis en esta forma, yo os suplico,


seiior, que tengais la bondad de corregirlas, 6 sustituyendo
otras mejores, 6 si esto no se puede, quitándolas absoluta-
mente. Mi intencion no puede ser otra, que decir clara y
sencillamente lo que me parece verdad. Si para decir
esta verdad no uso muchas veces de aquella amable dis-
crecion, ni de aquella propiedad de palabras que pide la
modestia y la equidad, esta falta se deberá atribuir mas t5
pobreza de palabras que á desprecio 6 poca estimacion de
los doctores, 6 á cualquiera otro efecto menos ordenado.
Tan lejos estoy de querer ofender en lo mas mínimo la
memoria venerable de nuestros doctores y maestros, que
antes la miio con particular estimacion, como que no ignoro
lo que han trabajado en el inmenso campo de las Escritu-
ras, ni tampoco dudo de la bondad y rectitud de sus in-
tenciones. Así mis espresiones y palabras, sean las que
faeren, no miran de modo alguno á las personas de los
doctores, ni t5 su injenio, &c. miran Gnicamente al sistema
qae han abrazado. Este sistema es el que pretendo com-
batir, mostrando con los hechos mismos, y con argumen-
tos los mas sencillos y perceptibles, que es insuficiente, por
samamente débil, para poder sostener sobre si un edificio
tan vasto, cual es el misterio de Dios qne encierran las san-
tas Escrituras; y proponiendo otro sistema, que me parece
solo capaz de sostenerlo todo. De este modo han procedido
mas de un siglo nuestros fisicos en el estudio de la natura-
leza, y no ignorais lo que por este medio han adelantado.
Esta obra, ó esta carta familiar, que tengo el honor de
presentaros, paréceme bien (buscando alguna especie de
lxxii DISCURSO T R E L I M I N A R .

órden) qiie vaga dividida en aquellas tres partes principales


B que se reduce el trabajo de un labrador: esto es, pre-
parar, sembrar, y recoger. Por tanto : nuestra primera
parte comprenderá solamente los preparativos necesarios,
y tambien los mas conducentes: como son allanar el
terreno, ararlo, quitar embarazos, remover dificultades, &c.
La segunda comprenderá las observaciones, las cuales se
pueden llamar con cierta semejanza el grano que se siem-
bra, y que debe naturalmente producir prinaeramente yer-
ba, despues espiga, y p o r últinro, grano en la espiga*.
x
En la tercera, en fin, procurarémos recojer todo el fruto
que pudieremos de nuestro trabajo.
Yo bieu quisiera presentaros todas estas cosas en aquel
órden admirable, y con aquel estilo conciso y claro, que
solo es digno del buen gusto de nuestro siglo; mas no
ignorais que ese talento no es concedido á todos. Entre
la multitud innumerable de escritores que produce cada
dia el siglo iluminado, no deja de distinguirse facilmente
la nobleza de la plebe : es decir, los pocos entre los mu-
chos. Qué órden ni qué estilo podeis esperar de un
hombre ordinario de plebe, de los pobres, á quien vos mis-
mo obligais 4 escribir? ;No bastará entender lo que dice,
y penetrar al punto cuanto quiere decir? Pues esto es lo
único que yo pretendo, y 4 cuanto puede estenderse mi
deseo. Si esto solo consigo, ni á mi me queda otra cosa
á que aspirar, ni á vos otra cosa que pedir.

Primdm herbam, deinde spicam, deinde plenum frumantum in


epica. -
Marc. iv, 28.
V E N I D A DEL MESIAS

GLORIA Y MAGESTAD.

PARTE PRIMERA :
QUE CONTIENE ALGUNOS PREPARATIVOS NECESARIOS
PARA UNA JUSTA OBSERVACION.

CAPITULO 1.
DE LA LETRA DE LA SANTA ESCfllTURA.

1.TODOlo que tengo que deciros, venerado amigo Cristó-


610, se reduce al examen serio y formal de un solo punto,
que en la oonstitucion 6 sistema presente de la Iglesia y
del rauodo; Iide parece de un sumo interés. Es A saber :
si l a ideas que Lnemos de la segunda venida del Mesias,
articulo eeencial y fundamental de nuestra religion, son
ideas.verdaderas y justas, sacadas fielmente de la Divina
~Revelaoion,ó no.
2 Yo'aomprendo en esta segunda venida del Mesias,
no solamente sn manifestacion, ó su revelacion, como la
llaman frecuentemente S. Pedro y S. Pablo, sino tambien
todas las cosas que á ella se ordenan inmediatamente, 6
tienen con ella relacion inmediata, asi las que deben pre-
cederla, como las que deben aoompafiarla, c o m tambiea
TOMO 1. B
2 LA VENIDA DEI, MESIAS

todas sus consecuencias. Si no me engafian mis ojos, me


parece 4 mí que veo todas estas cosas con la mayor distin-
cion y claridad en la santa Escritura, y en toda 1s Escri-
tura. Me parece que las veo todas grandes y magníñcas,
dignas de la grandeza de Dios, y de la persona admirable
del hombre Diocr, Lejos de hdlm di6cultad en componer
y &cordar las unas con las otras, me parece que todas
las veo coherentes y conformes, como que todas son dicta-
das por un mismo espíritu de verdad, que no puede opo-
nerse 4 si mismo. Es verdad, que muchas de estas cosas
no las entiendo; quiero decir, no puedo formar una idea
precisa y clara del modo con que-deben todas suceder;
mas esto i qub importa? La sabiduría de Dios, que es
ante todas cosas, quien la rartreb*? ¿SOYyo acaso
capaz de comprender el modo admirable con que está
Cristo en la eucaristía? Con todo eso lo creo, sin enten-
derlo; y esta creencia fiel y sencilla, es la que me vale
para hallar en este sacramento el sustento y la \?da del
alma
3. Esta &xion, que sin duda ea el mayor y el mas
sólido consuelo, la estiendo sin temor alguno á todas cuan-
tas cosas leo en las santas Escrituras: y lleno de conñanza
y seguridad, me propongo 4 mi mismo este simple discurso.
Dios es en todo iaaoib, y yo soy en todo pequt3fío: Di-
puede hacer eon duma facilidad inñnito nias de lo que ye
roy mpae de mn~ebir:luego será un despropósitb ia6nit.o
qae yo piense poder medirlo por la pequefies de mie idess :
luego c d o 61 habla, y yo a s 9 aieFto de que habla, d e
Beré cautivar mi entedniiento y mi m r en obreqnio de
lafe: luego deberé al punta euanto me diae, y eeto
no del modo con que 4 mi se me figura, &o prechtmemte
de aquel modo, y con todas aqaeli~eimno~tanciasque é l
m ha d i d a de revelarme, pueda 6 no pueda y6 com-
pmdedao; porque mi fe ea la que se me pide, no mi iP

J Sapiendam Dei pnecedentem omhh quis inveatigavit?-


M.i, 3.
R N GLORIA Y YAOBSTAD. 8
teíigeneia. Oon ente discurso, no menos óptima q d
d o , yo siento, amigo, que se me dilata el mmzon, mi fe
se &va, mi mperanza se fortiíica, y siento en suma otros
d s b s wnocidamente buenos, que no hay para qae deoir-
los aqui,
4. Mas B O ~ Od deseo de entender es natoralis'io al
hombre, y muchas veaea landabillsimo, si se oontiene en sus
justos l í m i í ~ ~busco
, la inteligencia de aqueliaa cosas que
ya creo, J, de que sola kablo : esto es, las pertenecimtm 4
ta q t m d a venida del Mesías, que en lo demas no memeto :
busco, digo, la iateligencia de estas en los intérpretes de la
Escritura Y i qo6 sucede? Os p m r 4 increible, y
mmo el mas solemne despropósito, lo que voy Q decir : os
digo delante de Dioe, que no engaño*, A poco qdie he
registrado los autores sobre los puntos de que hablo, sien-
to desaparecer casi del todo, cuanto habia leido, y creído
en les Esoníuras, quedando mi entendimiento tan oscureci-
do, mi coraeoa tan fno, y toda el ahna tan disgustada, que
ha menester mucho tiempo y muchos esfuerzos para volver
en 6i.
5. Como a t o me sucedia muahas veces, 6 por decirla
c#>nmas propiedad jl vetdad, siempre que leia los intér-
pretes sobre les puntos arriba dichos ; cansado aa dia de
tanto diapto, comencé 4 pensar entre mi, que sin duda
me podria ser un trabajo Gtil el aplicarme todo á un exa-
men atehto y prolijo de la8 espiicaciones 6 inteliieneias que
hnllaba m las intérpretes, confrontándolas nda pot una ton
tr Esoriws misma,diga, con el testo esplicado, y con todo
ati contesto, ain espantarme mas de la que es justo y debido
del argumento, por autoridd. Esta que lea con mis ojd,
dedia yo, teniendo en las manos la Biblia sagrada, es eierto
y de fB divina. Dios mismo es el que aquí habla, es impe-
di&qore Dios fdte?: Lo que Ieo ea atrm Iibros, sean
h qne &, ni ea de fe, ni lo puede ser; ya porque en

Ecce coram Deo, qaia non mentior. -Ad Galat. i, 20.


t ImpoeiWe ebt m& Deum.-Ad Heér: ri, 18.
B 2
d LA V E R I D A DEL M B U I A I

ellos @la el hombre, y no Dios, ya porque unos me diueu


m a cosa, y otros otra, unos esplican de una manera,
y otros de otra: ya en fin porque me dicen cosas muy
distantes, muy ajenas, y tal vez muy contrarias á las
que me dice clara y espresamente la Biblia sagrada. Ha-
llando, pues, entre Dios y el hombre, entre Dios que habla,
g el hombre que interpreta, una &de diferencia y aun
contrariedad ; i á quien de los dos deberé creer ! i Al
hombre dejando 4 Dios, ó á Dios dejando al hombre?
Direis sin duda lo que dicen y predican frecuentemeote
los mismos intérpretes: esto es, que debo creer al uno y
d .otro : á Dios que habla, y al b o ~ b r eque interpreta:
es decir, B Dios que habla, mas no en aquel sentido literal,
senoifto y claro que nluestra la letra, y en que parece que
habla ; sino en otro sentido recbndito y sublime que el in-
térprete descubre, y en que esplica lo que Dios ha hablado.
Y esto so pena de inminente peligro, so pena de caer e n
grandes errores, como ha sucedido, dicen, á tantos herejes,
y á tantos otros que no eran herejes, sino católicos y pios.
6. Poco 6 poco, amigo, parémos aqui un momento:
i os parece, hablando formalmente, que puede haber algun
peligro real en creer con sen~illezy fidelidad lo que se ,lee
taa claro en la divina Escritura? Pienso que no os atre-
vierais 4 decir tanto de los escritos de's, Jerónimo, 6 de
algun otro célebre doctor. i Peligro en la divina Escritura ?
i peligro en entenderla, y creerla como se entiende y cree
4 cualquier escritor? i peligro en creer á Dios infinita-
niente veras, santo y fiel, en todas sus palabra*, sin
pedir primero licencia al hombre escaso y limitado ? ,.No
ignoro el ejemplar tan comun y decantado con que se pre-
tende probar este peligro: es á saber: que la Escritura
divipa habla frecuentisimamente de Dios, como si real-
mepte tuviese ojos, oidos, boca, manos y pies, diestra y
siniesira, &c.; todo lo oual dicen no puede entenderse ijb-
ralmentb, 6 segun la letra : pues siendo Dios M espíritu

In omnibus verbia sub.-P~uim. cxliv, 13.


B'N G L O R I A Y M A G E I T A D . a
puro, nada de esto le puede competer. Ha, j por qd,
ao le debe competer? i por qn6 no puede entenderse todo
esto propisimarnente segun la letra ? i Qub error hay en
creer y afirmar, que Dios tiene realmente ojos, oidoe, boca,
manos, &c ? Cualquiera que lee la Escritura, sabe fmil-
mente por ella miema, si es que no lo sabia de antemano,
como lo deben saber todos los Cristianos, que el verdadero
Dios 8 quien adora, es un espiritu puro y oimpl lsimo, siil
mezcla alguna de cuerpo 6 de materia. Si esto sabe, esto
solo le basta, aunqne sea de tenuísimo ingeaio, para con-
cluir al punto y comprender con evidencia. que los ojos,
oidos, boca y manos que la Escritura divina atribve 4
Dios, no pueden ser de modo alguno corporales, sino pura-
mente espirituales, del modo que solo pueden competer &
un paro espíritu. i Y si esto entiende, si esto cree, n~
entenderá y creerá una cosa infinitamente verdadera?
¿Como nos ha de hablar Dios para que le entednmoa,
sino con nuestro lenguaje y con nuestras pal&ros ?- ~3)oit
de wtá, pues, en este ejemplar el peligro del sentido li-
teral ?
7. El peligro, amigo, no digo solo remoto y aparente,
sin;> próximo y real, está por el contrario en creer d '
hombre que interpreta, cuando este se aparta de a q u d
sentido propio, obvio y literal, que muestra la letra con
todo su contesto : cuando quita, b disimula 6 afiade algu-
aa cosa que Se oponga, ó se aleje, b no se conYDrme en-
terame& con el sentido literal. Y s h , decidme : j por
qué no admiten, antes condenan como peligrosa, 6 4 ht
menos como dura é indijesta, aquella célebre proposicion
del doctisimo Teodoreto ? Este en la cuestion 39 esplican-
do el Génesis, sobre aquellas palabras : hizo tambien el&-
íaor Dios á Adan y á bu rnsier unas túnicas de pieles,
y v*iolos#, para negar, como lo hace, que Dios diese
á Acian y á Eva tal vestido de pieles, dice asi : no conviene
seguir el sentido literal desnudo de la Escritura santa,
Fecit quoque Dominus Deus Adae, et uxori ejus tunicae peili-
ceas, et induit eos.- Ges. iii, 21.
6 LA VENIDA DBL MESIAS
ampo v o i h c a r la mutancia que en él se m-
~ r ;sino
oierra :porque Za mbma letra, d g u w veces dice uacr
fdedad*. O eata proposicion no es falsa, ni dura, ni re-
prensible, 6 lo son, junto con ella, todas las amenazas que
nos bacen, y los miedos que noe meten de peligro y pre-
cipicio en el sentido literal de la Escritura.
8. Observad aquí de paso uua cosa bien importante,
pues la hanareis practicada con bastante frecuencia : este di-
bio obispo de S p , creyó verosímilmente que era buena,
cierta y segura aquella opinion, tan comun en au tiempo
oamo en el nuestro, y tan sin fundaqiento aora a m o e ~ -
tónoes : ento es, que la transgresiw de nuestros primeros
padres sucedió en el mismo dia de su creacion ; alganos les
hacen k gracia hasta el dia siguiente, y otroa se eutienden
hasta el octavo, cuando mas. En esta suposicion, le pan+
ci6 increible que tan presto haliase Dios pieles rerdade-
rae con qse vestirlos: lo cual solo podia suceder en una d e
das maneras; 6 criando de nada dichas pieles, ó quitán-
d o l a 4 algunos animaies: lo primero, no ;porque ya habia
concluido su obra+: lo segundo tampoco; porque los
h a l e a acabados de criar no habian tenido tiempo para
mnltiplicarse, ni es creible que pereciese aquella especie 4
quien le quitó la piel: luego el vestido que di6 Dio P
loe deIincuentes, no pudo ser de verderaderas pieles, sino d e
algana otra aosa que no se sabe.
a. Este discurso le pareció 4 este sábio bueno y cora-
oluyente, como les parece B otros que lo siguen. Siew
do el discurso bueno y cancluyente, que está muy lejos d e
d o , como que estriba en una cosa falsa, 6 no cierta sn-
posiaion, se sigue forzosamente esta diuntiva: luego 6 1s
divina Escritura dice una cosa falsa, 6 la tranagresion de
medros padres no sucedió tan presto como se supom : ep
to Gltimo no sepuede decir, porque es eontra la opinion
Non oportet adhzrere nudae iitterze Scliphirae emctae, tam-
quam vera ; sed thesaurum in littera latentem quaerere, eo quod
ipsa iittera divinre Scriptum interdum fahum dicat. Teouóret. y. 39.
+ Cessaverat enim Deue ab omni opere.- V i Gen. ii, 2.
EN GLORIA Y M A O R R T A D . 7
coman de loe dodores, y esta opMioo oomun es una oosa
mas sagrada que la b r i t u r a misma 1 luego que lo p a p
la b r i t u r a : luego la Escritura divina diue y afirma una
ru#ui falsa. Por tanto, pana no oponerae 4 la opitllon co-
man, estableaoase resueltamente esta regla general : ro c o k
viene seguir el sentido literal desnudo de la Esoritura
santa, como verdadero ; sino busoar & sustancia que en
él se encierra :porque la misma letra, alguñaa veoss dice
una falsedad*. Tengo por cierto que esta regla general,
segun se presenta, la mirareis, no solo como falsa, no m10
como dora, no sob como pooo reverente, sino tambien oonia
peligrosa y perjudicial. No obstante, no dejo de temer
con gran fundamento, que el uso de esta misma regla ge-
neral os parezoa tal vez conveniente, 6ti1, y aun eeaesario
en las ocarrenoias.

PARRAFO 11.
10. i Pues eo han errado tantos, os oigo replicar, no
han mido en el peligro y perecido ea 61, por haber enten-
dido la Esoritura así oomo suena segun la letra? i No ha
sido para muchos de gravisimo ewhndalo el sentido literal
de la Escritura? Os digo, amigo, resueltamente que no y
otra remr y otras cien veees os digo que no. Los errores
que ban adoptado tanto, asi herejes, como no herejes, no
han n@o jamás del sentido literal de la Bscritura, antes
han nacido evidentemente de todo lo contrario: esto es,
de haberse apartado de este sentido, de haber entendido
6 pretendido entender &a oosa diversa de lo que muestra
la letila, de haber creido 6 pensado que hay 6 puede haber
algun error en la letra, y con este pensamiento haber -
quitado 6 afiadido alguna cosa, ya oontraria, ya ajena y
distante de la misma letra. Leed aon ateneion la historia
de las herejías, por cualquier autor de los muohos que han
escrito sobre este asunto, y os vereis precisado 6 con-
fesar, que no ha habido una sola originada del sentido
obvio y literal de la Escritura, hablo del origen wr-

Vide fol. prac.


8 LA V E N I D A DEL MESIAS

dadero y real, no pretestado m a l i c i o ~ n t e . Teoge


presente el catálogo de las herejías, qiie trae S. Agus-
tin hasta su tiempo, en que se comprenden todas, 6 laa
mas de las que habia impugnado S. Irineo, y despues de
61 S. Epifanio : y he reflexionado no poco sobre las que
han nacido despues ; lejos de hallar su origen en la letra
de la Escritura, lo hallo siempre en todo lo contrario: en
no haber querido conformarse con esta letra, 6 con este
sentido literal
11. Esta es la nizon, como testifica S. Agustin en el
libro segundo de doctrina Cristiana, porque la santa Igle-
sia, congregada en el Espíritu santo, cuando ha hablado
y condenado alguno de estos errores, no ha hecho otra
cosa que mirar la letra de la Escritura sobre aquel asun-
to: esto es, el testo, y el contesto tomado bdo 4 la letra,
segun aquel sentido, que ocurre.obvia, clara y naturalmen-
te. Ni jamás la Iglesia ha definido verdad alpna, afiado
que.ni lo ha podido, ni lo puede hacer, sacando el testo
de su sentido obvio y literal, y pasando su inteligencia 4 otro
sentido diverso, que se aparte de la letra, y mucho menos
que se oponga la letra : i que mas hubieran querido los
herejes ? Hubieran triunfado iriemediablemente.
12. No solamente la Iglesii santa, congregada en el
Espíritu santo, sino tambien todos los antiguos padres, y
todos cuantos doctores han escrito despnes contra los h e r e
jes, han observado siempre, 6 casi siempre la misma con-
ducta. Digo casi siempre, porque es innegable que tal
vez con el fervor de la disputa, salieron muy fiera de esta
regla, y muy fuera de este límite justo y precdso, qpe no
puede vadearse*. Mas eutónces es puntualmente, cvando
nada concluyeron y nada hicieron. Esto es visible y claro
Q cualquiera persona capaz de refiexion, que lea estas dis-
putas ó controversias, así antiguas como nuevas : y la m o n
misma muestra que así debia entbnces, y, siempre debe
suceder: porque si lo que se impugna es ciertamente
error, ó es error contra alguna de aquellas infinitas verda-

+ Qui non potest transvadsri. -Eaeq. xlvii, 6.


EN GLORIA Y MAOBSTAD. 9
des de que la Eecrikria divina da testimonio slaro y ma&
kto, 6 no. S i no, toda la divina Escritura de nada puede
servir para impugnar y destruir aquel error, aunque 8 0
amontonen testos 6 d h s : porque i como se podrá cono-
cer esta verdad contraria B aquel error, sino precisamente por
la letra, 6 por el sentido literal de la &critura? El decir:
esto se puede, esto significa 6 ee debe entender, no s a t b
faee: y por consiguiente no basta, cuando no se pmebe
por otras razones hasta k evidencia : y esta prueba real y
formal, no es razon que se tome solamente de este 6 de
aquel otro autor, que así lo pensó, sino de la Escritura
misma, 6 en este lugar, si la letra lo dice claramente, 6 en
otros lugares en que se esplica mas. Debe, pues, d e c h e
eon verdad: esto dice aquí la divina Escritura : de otra
mate nada se concluye.
13, Los herejes mas corrompidos, y mas desviados de la
verdad, pretendieron siempre confirmar sus errores con la
-ha, como si fuese esta alguna fuente universal de que
M& pueden beber 4 su satisfaccion, 6 como aquel maná
de quien dice el SBbio, acomodándose á la voluntad ds
eada uno, se volvia en lo que cada uno queria*. Preten-
dian, &@;o, hacer creer, que en la Escritara estaban, y que
de ella los habian sacado ; mas en la realidad los llevaban
de antemano, independiente de toda Escritura; y lo mas
ordinario, los llevaban mas en el coramn que en el entendi-
miento: y habiéndoles adoptado, y tal vez sin adoptarlos ni
creerlos, iban á la Escritura divina á buscar en eUa alguna
~ M o 6 alguna n defensa, solo'por espíritu do malig-
nidad, d e emulacion, de odio, de independencia y de cis-
ma: i y qué sucedia? Sucedia, y es bien facil que suceda
así, que 6 hallaban en la Escritura algun testo, &n tal cual
viso favorable, 6 ellos mismos le hacian fuerza abierta para
qne se pusiese de eu parte, ya quitando, ya añadiendo, ya
kparando el testo de todo SU contesto, para que dijese por
fuerza lo que realmente no decia. Los Maniquéos, por
ejemplo, defendian sus dos principios, 6 dos dioses, uno
* Deaerviens uniuscujusque volunteti, ad quod quisque volebat,
convertebatur.-Sap. xvi, 21.
10 LA VBNIDA DEI, MB8IAS
beno y otPa malo; uno causa de todo d bien que hay en
el mundo 4 otm causa de todos loa malea adüsieos como mora-
les, que aflijen y perturban 4 los miseros hijos de Adan. Hs
biendo regietrado para esto con sumo cuidado y diligencia
toda Ea divina Escritura, hallaron finalmente aqueliaa p&
bras de Cristo : todo arbol bueno lleva bueno8 frutos; y el
l ~ a adol
l lleva iiuclos frutos. No pusde el arbol busao
1Icvwmalosfrutos: ni el urbol malo llevar buenosfrutos*.
El goco de UQ hallazgo tan importante, debió se^ ten p d e
para e s t a shbios, apenas racionales, que no les di6 lngar
para leer otra línea mas, que inmediatgmeate se sigue en
grande dahonor de su segundo prinaipio : todo arbsl qw
(M lleva buen fruto, será cartado y meticlo en el fuego.+.

Este segundo principio, qne podian haber discurrido, siem


pre hace males, y nunca bienes: luego alguna vez rerá
'
cortado y metido en el fuego : luego no puede aer ni lla-
marse Dios, ni principio oon propiedad alguna : luego no
puede haber mas que un solo y verdade~oDi-, priucipb
y fin de todas las cosae, infinitamente bueno, ben6fic0, sá-
bio y eanto : luego ;o p d e haber otro pmneipio, fí otro
origen del mal que el mismo hopbre, con el mal ueo de su
libre alvedrio ; da* inestimable qqe le di6 el Uriador, para
que pudiese merecer su eterna felicidad ; pueo no era cosa
digna de Dios, llevar por fuerza 4 su reyno piedras frias,
duras, inertea, s h movimiento y sin vida. Todo esto po-
drian haber coucluido aquellos doctores del mismo testo que
alegaban, si lo hubieran leido todo con buenos ojos: mas
como estos ojos estaban tan viciados, era consecuencia ne-
cesaria que todo se viciase. Si tu ojo fuere sencillo, todo
tu cuerpo será resplaadeciente :mas si fuere malo, tam-
bien tu cuerpo será tenebroso$.
Omnis arbor bona fructue bonos facit : mala autem arbor malo6
fructua facit. Non poteat arbor bona malos fructus &e~e: neque
srbor mala bonos fructue f4cere.- Mat. vii, 17 et 18.
7 Omnis arbor, quae non facit fructum honum, excidetur, et in
ignem mittetur.-Mat. vii, 19.
$ Si oculus tuus fuerit simplex, totum corpus tuum lucid-
erit : si mtem nequam fuerit, etiam corpua tuum tenebroenm erit.
Luc. xi, 34.
EN G L O R I A Y M A G B R T A D . U
14. -414se cimpli6 entiínces d la letra ea O D herejes,
~
y se ha cumplido, se cumple y cumplirá uempre lo que diw
la misma Escritura : quien busca la ley, lleno será & e& ;
y e2 que obra con hipocrrrb, tropezará con ella*. Le-
yendo la Escritura con tan malos ojos, 6 oon inteaoionea
tan torcidas, i qu6 maravilla es que en lugar de la verdad
que no buscan, hallen el error y el escándalo que busoaa ?
i Qhé maravilla es que hallado 10 que buscan p a r a ruina
de sí m k r - t , en ello se obstinen, como en un hal+
de wma importancia, para poder defender de algun modo,
y llevar adelanta sus errores ? Be les mostraba entónoes,
y se les muestra hasta aora su mala fe, en eaaar el testo de
su contesto, y en dakle otro sentido diversísirno y agenleimo
del obvio y literal ; pero todo en vano. Su respuesta na
foé entbnces, ni hasta aora ha sido otra, que avanaar otro
y otms errores, mezolados siempre con calumnias y oon in-
jurias. i Podremos con todo esto d&, que estos y o-
errores semejantes han tenido su origen en la letra de le
Eecritura ?
15. Demos un paso mas adelete: avana6 Calvino, y
algunos otros, que le precedieron y le siguieron, que
Jesucristo no está real y verdaderamente pmsente en el
atoramento de la Encariatía. Y como si eato fuese olam y es-
preso en la Escritura, desafiaban 6 Cualquiera que fuese 4 b
disputa, con tal que no llevase, ni usase de otras armas qos
de la misma Escritura ;á quien protestaban un sumo respeta
y veneracion, con hipocresía lraBlando mentira$. Vos 6
yo v. g. que soy catblico, y tengo suficiente conocimiento
de causa, admito de buena gana el desafio, y entro 6 la
disputa con la Biblia en la mano ; mas antes de abrirla, lea
pido de gracia, que muestren aquel lugar 6 lugares de la
Escritura, de donde han sacado esta novedad. La presen-
cia real de Cristo en la E u b t i a , aiíado, cuenta ya tantos
* Qui qmrit legem, replebitur ab ea : et qui insidiose agit, ecan-
aaiizabitnr ia ea.-Eccii. lurxii, 19.
-
+ Ad euam iporum perditionem. 2 Pet. Ep. üi, 16.
-
f In hppocrisi loquentium mendacium. Paul. Ird TNn. iv, 2.
U LA V E N I D A DUL MMYIAE

afioe de poemion, cuantos tiene la Iglesia del mismo Cristo,


la cual como consta de la tradicioo constante y universal, p
tambien de todas las historias eclesiásticas, siempre lo ha
creido, lo ha ensefiado, y lo ha practicado : así lo recibió. de
los Apostoles, y asi lo halla espreso en las mismas Escntu-
ras. Y o pues, como todos los cathlicos, estamos en pose-
,

sion legitima de esta presencia real ; y una ,posesion legi-


tima inmemorial, basta y sobra para fundar un dereoho
cierto.
16. No basta, me responden tumultuosamente : cuando
se halla, y se produce en juicio algun instrumento 6 escri-
ra autéiitica que pruoba lo contrario, va por tierra la poso-
sion inmemorial. Bien : muéstrese, pues, digo yo, este
instrumento, esta escritura para ver lo que dice, g en qu6
términos habla. Por mas esfuerzos que hacen, y por mas
que vuelven y revuelven toda la Biblia, nada producen en
realidad, nada muestran, ni pueden mostrar, que destruya,
que contradiga, que repugne de algun modo á mi posesion
y 6 mi derecho. i Donde está, pues, este lugar de la Es-
critura santa? ¿ D e donde, por tomarlo literalmente, be-
bieron este error ? Por el contrario, yo les muestro, no
uno, sino muchos lugares de la misma Escritura, que eetán
claramente h mi favor. Les muestro en primer lugar, los
cuatro Evangelistas*, que lo dicen con toda claridad, cuaa-
do hablan d e la Gltirna cena. S. Juan, aunque nada dice
en esta ocasion, ocupado enteramente en otros misterios
admirables que los otros Evangelistas habian omitido; pero
ya lo dejaba dicho g repetido en el capítulo seis de su evaa-
gelio ; mi carne verdaderamente es comida : y mi sangre
verdaderamente es bebida. El que come mi carne, y bebe
mi sangre, &c. E2 p a n que yo daré 8s mi carne por la vida
del mundot. Les muestro en fin la instruccion que sobre
Mnt. xxvi, 27,28. Marc. xiv, 22, 23, et 24. Luc. xxii, a l 7
usque ad 20.
1. Caro enim mea verb eet cil~ua: et san& meus ver&eet potus.
Qui mandueat meam carnem, et bibit meum sanguinem, &c. Panis
-
quein ego dabo, raro rnea eat pro mundi vita. Joan. vi, 66, 67,
et 51.
EN G L O R I A Y MACESTAD. 18
este ponto da el Apostol S. Pablo á la Iglesia de Cminto
y eii ella Q todas Ins demas, diciendo, que lo que aquí .les
enseiía, lo ha recibido inmediatamente del Sefior : porque
yo recibi del Señor, &c. * ; y amenazando con el juicio de
Dios á los que reciben indignamente este sacramento, no
haciendo la debida distincion entre el p8n ordinario y el
cuerpo del Sefior : porque el que come y bebe Mdigaa-
mente, &c.?
17. Mostrados todos estos lugares de la Escritura, cIa-
ros 6 innegables, solo les pido, ó por gracia 6 por justicia,
que no les quiten su propio y natural sentido, que es aquel
obvio y literal que muestran las palabras ; pues esto no es
lícito hacer, ni aun con los escritos del mismo Calvino. Si
no atreviéndose á negar una peticion tan justa, me come-
den el seutido obvio y literal, para los testos de que habk-
mos, con esto solo, sin otra diligencia, tenemos disipado el
erior : no hay necesidad de pasar á otros argumentos : está
conch;lida la disputa. Mas si mi peticion no halla lugar:
si se ostinan en negar que la Escritura divina dice lo .que
ven nuestros ojos : si pretenden que diciendo una cosa, 2
se entienda otra &c., el error irá siempre adelante, y ten-
drbmos dispnta para muchos siglos.
18. Lo que digo de este error en particular, digo gene-
ralmente de todos cuantos errores y herejías han perturba-
do, atligido y escandalizado la Iglesia. Y o ninguno haUo
en la historia y en la serie de diez y siete siglos, que no
haya tenido el mismo principio. Una vez depravado el
corazon, es bien fácil que tras 4 1 se deprave el entendi-
miento, y facilísimo tambien depravar todas aquellas escri-
tnnUi auténticas que ~ p e d e nhacer oposicion. Esta depra-
.vacion de las Escrituras, que tan comun ha sido en todos
tiempos, empezb ya desde el tiempo de los Apóstoles, como
apunta 6. Pedm en @u segunda epístola al capitulo iii, y
dice : las que adulteran los indoctos é inconstantes, para
Ego enim accepi 3i Domino, &c.- 1 ad Cm. xi, 23.
t Qai enim manducat, et bibit indigni?, &c.-1 ad &. xi,
29. . < .
14 LA V E N I D A D E L MBSIAS

rdna de d miurihos*. Y desdd ehtóncek baata abra, siem-


pre se ha notado en estos hombres inestables una de dos
coaaa: eso es, que, b han alterado y corrompido el testo,
hadiendo 6 quitahdo alguna palabra, 6 si edto no han po-
dido, 4 lo menos impunemente se han ostinado no obstaate
en negar.qae el testo dice lo mismo qne dice, y lo que lee
al pnato el qiie sabe leer. i Y por qu6 todos estos esfuer-
zos, sino por miedo de la letra? ¿Por qué tahto miedo 4
la letra, sino porque debe caer y desraneceraeinfaliblemen-
te su opinion, si se cree y admite lo que dice la letra?
Luego no es la letra la que los ha hecho errar.
i9, No hablo aora de aqdellos otros inestables que han
mmbatido otraa verdaderi, las cuales aunque no constan cla-
ramente de la Escritura, no por eso dejan de serlo ; y este
es todo su argumento. No constan claramente de la Es-
critura : luego no son verdades : luego se pueden negar y
despreciar sin escrúpulo alguno. i Pésima conseouencia !
Se les responde : porque fuera de aquellas infinitas verda-
da, que oonstan claramente de la Escritura, segun la btre,
hay todavia algunas otras que recibib la Iglesia por la viva
vos de sus primeros maestros, los cuales las recibieron del
mismo modo por la viva voz del hijo de Dios ya resucitado,
apareoiéndose por cuarenta dias, y huólaadoles del reino
Be Dios+, y tambien por inspiracion del Es- santo que
eti ellos habitaba ; las cuales verdades ha conservado siem-
pre fiel y constantemente desde sus principios : siempre las
ba creido, las ha ensefíade, las ha practicado ptíblica y u&
verselmehte en todas partes, y en todos tiempos, sin i n t e ~
rupoion ni novedad sustancial, como son estas cinco princi-
pales ; primera, el símbolo de su fe : segunda, los siete sa-
cmnentos : tercera, la gerarqula : coarta, la perpetaa vir-
ginidad de la santísima Madre del Mesias : quinta, la Ea-
critura misma, como aora la tenemois, sin mas variedad que
Quz indocti, et instabiles depravent, .... ad suam ipsorum per-
ditionem. -2 Pef. Ep. iii, 16.
9 Per &a quuh&(t apparens &, e& loquens de regre Dei.
-Act. i, 3.
EN G L O R I A Y M A G B S T A D . 16
la que cis indispensable m lae versiones de una lengua
4 otra.
90. Algunas otras verdades sefíalan los doctores, las cua-
lee ó no son tan seguras, 6 no son tan interesantes, 6 ee
puedeti reducir 6 estas cinco, 4 quienea RO se lea halla otro
pridpio que los Apóstoles. Así decimos confiadamente
eon S. Ambrosio : dssprécieme los argumentos cuando se
'
trata de buscor la fe, y calle la dialéctica :porque entón-
ar ae cree ó la Iglesia y no á los jilósofos*. Importa,
puea, poquísibno que no se hallen estoe verdades en las E+
Gtatas: bata qtie no se halle lo contrario clara y esprere-
asente; que en este o m , cualquiera tradicion dejará de
serlo, 6 por mejor deoir quedar4 convencida de falaa tradi-
cion : y basta que la Iglesia las haya siempre crbido, siem-
pre enaefiado, y siempre practicado. Los que 6 todo esto
PO m rindieren, darán una prueba mas que suficiente para
pensar que todo el mal está en el oorazon: por oonsipien-
te, no queda para ello^ otro remedio, si acam este nombre
le puede wmpetir, que aquel terrible y duiísiino que ya
esPB registrado en el evangelio: y si no oyere & la I g l e k ,
te& GOW un gentil, y un publicanot.

PARRAFO 111.
21. Cuanto 6 los católicos y píos, que alguna vea erra-
ron, 6 mnoho 6 poco, decimos casi lo mismo que de loa he-
rejes ; mas con esta grande y notable diferencia, que hace
toda su apología ; que si en algo erraron alguna ves, su er-
ror w> fu6 de oorazon, sino de entendimiento, y cuando iie-
gamn B conocerlo, lo retractaron al punto con verdad y aim-
pkidad. Mas ei buscamos con mediana atenoion el verda-
dero origen de estos errores, lejos de hallarlo en la letra 6
sentido literal de la Escritura, 4b hallamos siempre 6 casi
simtpre en todo lo oontrario, Todw los errores que ee
, dialectica taceat : pk.
Aufer argumenta, ubi fidea q u ~ r i t u rjam
artoribue creditur, tiun dialecticim. -;.Amb.
) ili autem Bdeetrm Itoir su&rit, t$t tibi aimt ethnicw, et bu-
blicanae. -M&. xviü, 17.
16 LA VENIDA D R L MESIAS

atribuyen á Orígenes, hombre por otra parte grande y c&


lebre por su sabiduría y santidad de vida, parece cierto que
no tuvieron otro principia, Siendo jóven tuvo la desgracia
de entender y practicar en sí mismo un-testo del evangelio ;
no digo ya segun su sentido obvio y literal, que esto es falsisi-
mo; sino en un sentido grosero, ridiculo, ajeno del espiritu
- del evangelio, y de la letra misma, que no dice ni acoiisqa tal
cosa. Como esta mala inteligencia le costó cara, em@ó des-
de luego á mirar con otros ojos la Escritura; inclinando eiem-
pre su inteligencia, no ya á lo que decia, sino á alguna cosa
muy distante, que no decia. Cmi cada palabra debia tener
otro sentido oculto, que era preciso buscar 6 adivinar : y la
Escritura en sus manos no era ya otra cosa mas que un
libro de enigmas.
22. Alegaba para esto el testo de S. Pablo : porque la
letra m a t a ; y el espiritu vivijica* : el cual entendia
del mismo modo, y con la misma grosería como habia en-
tendido aquel otro : hay castrados que á si mismos se cas-
traron por amor del reino de los cielos-1.. Fundado e n
m principio tan falso, como era la inteligencia de l a letra
mata ; i qué maravilla que errase? Maravilla hubiera sido
10 contrario ; como lo es que sus errores no fuesen mas y
mayores de los que se hallan en sus escritos: si acaso son
suyos y no prestados, por los infinitos enemigos que tuvo,
todos los errores que corren en su nombre, que esto no está
todavia bien decidido.
23. Este ejemplar que pongo de Origenes, lo podeir
aplicar sin temor á todos cuantos han errado en la eepoisi-
cion de la Escritura, 6 contra alguna verdad de la Escri-
tura, que estos son los errores de que aqui hablamos, sean
estos antiguos ó modernos, sean de santos ó no lo sean.. Si
erraron contra alguna verdad de la Escritura, este e m r pa-
rece que no podia nacer sino de 3 s principios : o porque
dejaron el sentido literal de aquel lugar, en cuya inteligen-
* Littera enim occfdit, spiritus autemvivi6cat.-2 ad Cw.iii, 6.
+ Sunt enim eunuchi..... qui seipeoe castraverunt propter regnum
ccelorum. -Mat. zix, 12. .-
EN G L O R I A Y MAGBYTAD. 17
cia erraron ; ó porque lo'siguieron fielmente, y se acomo-
daron 4 él. Si.10 primero : luego en esto está el peligro y
el precipicio. Si lo segundo : luego no es falsa, sino buena
y segura la regla de Teodoreto : la misma letra algunas
vecss dice una fdsedadr. Luego no es verdadera, sino
faba y peligrosa, aquella regla primaria y fundamental, que
asientan todos los doctores con S. Agustin. E s 6 saber:
que la Esorituni divina se debe entender eu su propio y
natnral sentido, segun la letra, 6 segun la historia, cuan-
do en ello no se hallase alguna contradiccion clara y mani-
fiesta, lo cual esta muy lejos dc suceder.

PARRAFO IV.
24. Pues j no ea verdadera aquella sentencia del Após-
tol y doctor de las gentes, la letra mata, y el espfritu vi-
aijicat? ;,No es verdad, segun esta sentencia, que In
Escritura divina, entendida 4 la letra, mata al pobre simple
que la entieude asi; mas vivifica al sabio y espiritual
que la entiende espiritualmente? Os respondo, sefior, con
toda cortesía, que lo que dice S. Pablo, es una verdad, y
una verdad de grande importancia : mas no lo es, sino una
falsedad grosera y aun ridfcula, la interpretacion que aca-
bais de darle.
25. L a letra de que habla el Apóstol, como puede ver
cualquiera que tuviese ojos, no es otra que la ley graba-
da con letras sobre piedras$, que Dios di6 á su pue-
blo por medio de Moisés. Esta letra, 6 esta ley escrita,
comparada con la ley de gracia, dice el santo, que mata.
;Por qué? No solamente porque mandaba con rigor y
con amenazas tembles, ya de muerte, ya de otros castigos
y calamidades: no aolamente porque aquella ley descu-
bribmuchas cosas que de suyo eran pecado, las cuales,
aunque habian hasta entónces reinado en el mundo, no
todas se habian imputado, no habiendo ley espresa que

Vide fol. p r ~ c . .t. Vide fol. prec.


$ Litterie deformata in 1apidibua.- Paul. ad Cor. ep. 2, c.iii, v . 7.
T O M O 1. C
18 L A VENIDA DEL MESIAS
las prohibiese como dice los Romanos: nas na era
invutado el pecado, cuando no habia ley*. Mataba pues
aquella ley, ó no vivificaba como lo hace la ley de gracia por-
que no dió, ni daba espíritu : es decir, que cuando se pro-
mtilgó en el monte Sioai, no se di6 junto con ella el espí-
ritu vivihnte. No era todavia su tiempo. Lo reservaba
-Dios para otro tiempo mas oportuno, en que el Mesías
mismo, concluida la mision de su eterno Padre sobre la
redenciop del mundo, resucitase y fuese glorificado : porque
aun no h a b k *ido dado el espíritu, p o r cuanto Jesus no
habia sido aun glorijicado t.
26. Por el coutrario : la ley de gracia en el dia de sil
promulgacion no se escribió otra vez en tablas de piedra,
sino en las tablas del corazon S : iio con letras formadas
y materiales, sino con el esplritu vivificante de Dios vi-
vo, que ea aquel dia se difundió a b u n d a n t e ~ n t por
e Jesu-
cristo en los corazones simples y puros de los creyen-
tes, dejándolos iluminados, enseñados y fortalecidos para
abrazar aquella ley y cumplirla con toda perfeccion, no ya
por temor como esclavos, sino por amor como hijos de
Dios, de que el mismo espíritu les daba testimonio y prenda
segura. Porque el mbrno Espiritu da testirnonio á nues-
tro espíritu, &c .S
27. Pues COmb este espíritu que entówes se di6, no
fué una cosa pasajera, limitada á aquel solo die, sino per-
manente y estable, que se debia dar en todos tiempos, y
á todos los creyentes que quisiesen datle lugar : por eso di-
ce el Apbstol que el espíritu de la ley de gracia vivifica;
y no vivifica, antes mata la ley escrita, porque no habia

Peccatum autem non imputabatur, cúm lex non es8et.-Paul.


ad Rom.v, 13.
.t. Nondum enim erat Spiritus datus, quia Jesus nondum era$glo-
rificatus.-Ad Rom. vii, 39.
f Non in tabulis lapideis, sed in tabulis cordis.-Ad Cor.ep.2,
c. iii, v. 3.
5 Ipse enim Spiritus teetimonium reddit epiritui noatro, &c.-Ad
Rom. viii, 16.
U N G L O R I A Y MAGES'PAD. 19
en ella tal espíritu, Esto es lo que so10 dice S. Pablo,
y esta es en sustancia la esplicacion que dan 4 este testo
los autores juiciosos, cuando llegan á él : digo, cuando
llegan á él, pprqve no siempre que lo citan proceden con
el mismo juicio : mnchas veces se ve, que 4 la inteligencia
literal de un testo claro de la Escritura, le dan el nombre
de inteligencia, segyn la letra que mata, aludiendo sin
duda al la letra mata de S . Pablo, me9 10 e~tiendenen
aquel sestido que ni tiene, iii puede tener. Leed el libgo
sobre el espirítu y la letra de S . Agustih y d i hallar&
desde e l principio la censura que. mereceo los que pre-
tenden defenderse con este testo para dejar el sentido pro-
pio de la Escntvra, y pasarse 4 la pura alegoría. La ale-
goda es buena, cuando se usa con moderacion, y sin per-
juicio alguno de la letra ; la c.ua1 se debe salvar en primer
lagar. Asegurada esta, alegorizad cuanto quisiereis, sa.
cad figuras, moralidades, conceptos predicables, h., quo
puedan ser de ediñcncion á los que leyeren, con tal que no
se opongan á algun otro lugar de la Escritura, segun $u
propio y natural sentido.
PARRAFO V.
28. N o se puede negar que muchas cosas se leeu en la
Escritura, que tomadas, segun la letra, y aun estudian-
do prolijaqente todo su contestp, no ee entienden. Pero
i que mucho que no se entiendan? ;Os pareoe preciso y
de absoluta necesidad, que todo se entienda y en todos
tiempos ? Si bien lo mirais, esta ignorancia, 6 esta falta
de inteligepcia en muchas cqsas de la Escritura, maxima-
mente en lo que es profecla, sucede por una de dos causas :
6 porque todavia.no ba llegado su tiempo, b porque no se
acomodan bien, antes se oponen manifiestamente B aquel
sistema, 6 á aquellas ideas que ya habiamoa adoptado como
buenas. S i para muchas no ha llegado el tiempo de en-
tenderse, ni ser Gtil la inteligencia, ¿ como laa pensamos en-
tender? ¿ Como hemos de entender aquello de la sabi-
duría infinita que Dios quiso dejarnos revelado, si, pero
c 2
20 LA VENIDA D E L MESIAS

ocultísimo debajo do oscuras metáforas, para que no se


entendiese fuera de su tiempo ? La inteligencia
- de estas
cosas, no depende,sefior mio, de nuestro ingenio, de nues-
tro estudio, ni de la santidad de nuestra vida: depende
solamente de que Dios quiera darnos la llave, de qae quie-
ra darnos el esplritu de inte!igencia : porque si el gran
Señor quisiere, le llenará de espíritu de inteligencia* :y
Dios no acostumbra dar sino á su tiempo : mucho menos
aquellas cosas que fuera de su tiempo pudieran hacer mas
da50 que provecho. Los antiguos es innegable, que no en-
tendieron muchaa cosas que aora entendemos nosotros, y los
venideros entenderán muchas otras, que nos parecen aora
ininteligibles ; porque al fin no se escribieron sino para al-
gun 6x1 determinado, y este fin no pudiera conseguirse,
si siempre quedasen ocultas. Ocultas estaban, y lo hu-
bieran estado toda la eternidad sin escribirse, ni habria
para que usar esta diligencia inutil é indigna de Dios.
29. De un modo semejante discurrimos sobre la segunda
canea de nuestra falta de inteligencia. Si algunas cosas, y no
pocas, de las qiie leemos en las Escrituras no se acomodan
con aquel sistema, 6 con aquellas ideas que hemos adoptado,
antes se les oponen manifestamente, i como ser4 posible e n
este caso que las podamos entender? Al paso que el siete-
ma nos parezca único, y nuestras ideas evidentes, á ese
mismo paso deberá crecer la oscuridad de aquellas Escri-
turas, que son visiblemente contrarias, y algunas veces con-
tradictorias. Se harán en todos tiempos esfuerzos p-
dísimes por los mayores ingenios para conciliar estos dos
enemigos ; mas serán inutiles necessariamente : ¿por
qué razon? Por la misma que acabamos de apuntar.
forque nuestro sistema nos parece bnico, y nuestras
ideas evidentes. Y siendo así todos los esfuerzos que
se hicieren, no se encaminadn h otro ñn que hacer
ceder á las Escrituras, para que se acomoden a1 sistema,

Si enim Dominns magnus voluerit, apiritu intelligentize reple


-
Bit Uum. Ecch'. xxxix, 8.
qedando este victorioso sin haber perdido un punto de
su pnesto. Mas como la verdad de Dios es esencialmente
inmutable y eterna, incapaz de ceder á todos los esfuerzos
de las criaturas; esta misma firmeza inalterable veudrá
bser por una consecuencia natural, toda la causa de su
oscuridad : como si dijeramos, este lugar de la Escritura y
otros semejantes, no se pueden acomodar 4 nuestro sistema
eon todos los esfuerzos que se han hecho : luego son luga-
res oscuros : luego se deben entender en otro sentido ;
luego ser4 preciso buscar otro sentido, el mas 4 propósito
para que se acomoden, á lo menos para que no se opongan
al sistema.
30. Este modo de argumentar, os parecerá sin duda
poco justo ; y no obstante, es increible el uso que tiene.
Y iq&n sabe, amigo (guardad por aora este secreto
hasta que lo veais por vuestros ojos en toda In segunda
parte), quien sabe si aquellas amenazas que nos hacen, de
error y peligro en el sentido literal de la Escritura, miran
solamente 4 estas cosas inacornodables al sistema que han
adoptado? Estas amenazas no se estienden ciertamente 4
toda la Escritura ; pues ellos mismos buscan, y admiten
en cuanto les es posible este sentido literal. Con
que solo deben limitarse 4 algunas cosas particulares.
¿Cuales son estas? Son aquellas puntualmente, y 4 mi
parecer bnicamente, cuya obsewacion y exámen es e)
asunto primario de este escrito, pertenecientes todas 6
la segunda venida del SeÍíor.
CAPITULO 11.

DE LA AUTORIDAD ESTRINSECA SOBRE LA LETRA DE LA


S\: XTA ESCRITURA.

PARRAFO 1.
31. En la inteligencia y esplicaciou de muchisimos In-
gares de los Profetas, y casi únicamente en aqaellos que
de algun modo pertenecen áadiiestto asunto principal, es
facilísimo notar, que los intérpretes de la Escritora, ha-
biendo buscado y seguido por un uiamento el sentido lite-
ral, ó el que llaman can este nombre ; no ~iéndolesposible
llevar muy adelante dicho sentido, se acojen dn breve á la
pura alegoría, pretendiendo que este es 'el sentido á que
se dirije especialmente el Espíritu santo. Si les pr6gun-
tamos con qué razon, y sobre qu6 fdndamenb nos asegu-
ran que aquel es el sentido literal, a o obstante que B los
dos 6 tres pasos se ven precisados B dejado ; y que aquel
otro degbrico 6 fignrado es el que intenta eapodalmente
el Espíritu santo, &c., nos remiten por teda respuesta áI la
autoridad puramente estrínseca : esto es, que otras aatignos
doctores los entendieron y esplicaron así. Este argumento
tomado de la autoridad, que en otros asuntos de dogma
y de moral puede y debe mirarse como bueno y lejítimo,
en el asunto de que hablamos no parece tan justo. Así
como sin agraviar á los doctores mas modernos, les pode-
mos pedir riuon de su inteligencia, cuando esta no se con-
forma con la letra del testo ; así del mismo modo podemos
pedirla á los antiguos : porque al fin la autoridad de estos,
por grande y respetable que sea, no puede fundarse sobre
si misma. Este es un privilegio muy grande, que úuica-
mente pertenece á Dios. Debe pues fundarse esta auto-
ridad, ó en la Escritura misma, si esta lo dice claramente,
L A V E N I D A DBL MESIAS. 23
ó en la tradicion universal, inmemorial, cierta, constante,
6 en alguna decisiou de la Igleeia congregada en el Espi-
ritu santo, 6 finalmente en alguna buena y sólida razori.
32. Todo esto s n sustancia es lo que decia S. Agustin
4 S. Jerónimo en aquella celebre disputa epistolar que tu-
vieron estos dos grandes doctores sobre la verdadera inte-
iigencia del capítulo segundo de la epístola de S. Pablo á los
Ghlatas. Las razones que producia S. Agustin, g con
que impugnaba el sentimiento d e S. Jeróairno, parecian
cidsimas y eñcacísimas : tanto que el mismo S. Jerbnimo,
no hallando modo de eludir su fuerza, antes confesindofa
tácitamente, se acojió POE Gltimo recurso B la autoridad
estrínseca, alegando en su favor la autoridad de S. Juan
Crisóstomo, de Orige$es, y de algunos otros padres griegos
que habian sido de su misma opinion : 6 lo cual respoude
S. Angustin con estas palabras, diguas de toda considera-
cion. Te conjieso, que el estimay infalible 6 u n escritor
ea un honor, que aprendi á tributarlo solamente á los
libros llamados canónicos ; pero si en otros escritos hallo
algo que me parezca contrario á la verdad, sin embarazo
digo, 6 que el c6digo está errado, 6 que el intérprete no
p m t r b e l sentido, 6 que yo no he podido entenderlo. Sea
cual fuere la santidad y doctrina de los autores, siempre
los leo bajo el concepto, & no creer que sea verdadero lo
gm dicen, porque ellos así lo juzgan ;sino porque me lo
persuaden ó con la autoridad de algun testo canónico, ó
con alguna razon de peso*.

* Ego enim fateor chrritati tu= solis eis scripturarum lil~ris,qui


jam canonici nppellantur, didici hunc timorem, honoremque deferre,
nt n n h m eorum auctorem scribendo aliquid errasse firmissimb cre-
dam. At si aliquid in eis ofender0 litteris, quod videatur contra-
rium veritati, nihil aliud quam ve1 meudacem esse codicem, ve1 in-
terpretem non assecutum esse quod dictum est, ve1 me minimb in-
tellexísse, non ambigam. Alios autem (auctores) ita lego, ut quan-
táiibet eanctitate, doctrinaque perpolleant, non ideb verum putem,
quia ipsi ita eenserunt ; sed quia mihi, ve1 per iilos auctores cano-
nicoa, ve1 probabili ratione quod A verb non abhorreat, persuadere
potuemnt.-Aug. ep. lxaxii #d. Hier. num. 3.
24 LA VENlDA DEL M B S I A S

33. E l mismo santo doctor, para no negarse 4 si mismo,


protesta en otro lugar, que él no quiere que se haga otra
cosa con sus escritos, sino lo que él mismo hace con los
escritos d e otros doctores : esto es, tomar lo que le parece
conforme 4 la verdad, y dejar 6 impugnar lo que l e parece
contrario 6 ageno de la misma verdad. P o r q u e las disp-
t a s de los hombres, p o r católicos y respetables que sean,
no merecen la misma fe que los escritos canóniuos : de
manera, que no podúmos, salvo el honor que les es debido,
apartarnos 6 impugnar s u s sentencias, siempre que vié-
remos en ellas algo que contradiga á la uerdad, que con
el auxilio divino nosotros ú otro8 hubiéremos alcanzado.
f i t a es mi conducta con los escritos agenos, y esta es la
. que quiero se observe con los mios*.
34. Pues como en las cosas particulares que vamos á
tratar, la autoridad estrinseca es el único enemigo que te-
nemos que temer, y el que casi á cada paso nos ha d e ha-
cer la mas terrible oposicion; parece conveniente, y a u n
necesario, decir alguna palabra sobre esta autoridad, dejan-
do desde aora presupuesto y asentado lo que hay cierto y
seguro eri el asiinto. La autoridad de los antiguos padres
de la Iglesia, es sin duda d e sumo peso, y debemos no solo
respetarla, sino rendirnos á ella 'enteramente ; no á ciegas,
ni en todos los cosos posibles, sino en ciertos casos, y con
ciertas precauciones y limitaciones que enscñan los teólo-
gos, y que practican ellos mismos frecuentemente. ' Ved
aqui una proposicion general en que todos convienen.
Cuando todos, 6 casi todos lbs padres d e la Iglesia, con-
curren unánimemerite eu la esplicacion ó iiiteligencia de
algun lugar d e la Escritura, este consentimiento unánime

Neque enim quorumlibet diiputationes quamvís catholicorum,


et laudabiiiúm hominum, velut scriptnras canonicashabere debemus,
ut nobis non liceat, salva honorificentia, quze ipsis debetur, aliquid
scriptis improbare, atque respuere, si fortb invenerimus, quod alitkr
senserint. quam veritas habeot : divino adjutorio, ve1 ab aliis in-
tellecta, ve1 4 nobid. Talis. sum ego in scriptis aliorum : tales ego
-
vol0 btellectores meorum. Div. Augwtinus.
EN G L O R I A Y M A G E B T A D . 25
hace un argumento teológico, 1 algunas veces de fe, de
que aquella y no otra es la verdadera inteligencia de aquel
lugar d e la Escritura."
35. Esta proposicion general, cierta y segura, admite
no obstante algunas limitaciones, no menos ciertas y segu-
ras, en que del mismo modo convienen ,los doctores. La
primera es : que el lugar de la Escritura de que se,hahla,
pertenezca inmediatame~te4 la sustancia de la religion, 6
á los dogmas universales de la Iglesia, como tambien 4 la
moral. Esta limitacion se lee espresa en el decreto del
concilio de Trento, sesion cuarta, en que manda que nin-
guno se atreva á interpretar la santa Escritura, hacién-
dole violencia para traerla á su propia opinion: en cosas
pertenecientes á la fe, y á las costumbres que miran á
la propagacion de la doctrina cristiana, violentando la
sagrada Escritura para apoyar sus dictámenes contra
el sentido que le h a dado y da la santa madre Iglesia, á
la que privativamente toca determinar el verdadero sen-
tido é interpretacion de las sagradas letras; ni tampoco
contra e l unánime consentimiento de los santos padres*.
36. Segunda limitacion : que aquella esplicacion 6 inte-
ligencia que dan al lugar de la Escritura, la den todos 6
los mas unánimemente, no como una mera sospecha ó con-
jetura, sino como una verdad de fe. Tercera limitacion :
que aquel punto de que se habla, lo hayan tratado todos ó
los mas de los padres, no de paso, y solo p o r incidencia
en algun sermon ú homilía, sino de propósito determinado ;
probando, afirmando y resolviendo que aquello que, dicen
es una verdad, y lo contrario un error. Algunas otras li-
mitaciones ponen los doctores, que no hay para qué apun-
tarlas aquí. Para nuestro propósito bastan estas tres que
son las principales?.
In rebus fidei, et morum ad edificationem doctrin~pertirien-
tium contra eum sensum quem tenuit, et tenet sancta Mater Ecclesia,
cujus est judicare de verb sensu Scripturarum sanctarum, aut etiam
contra unanimem consensum Patrum.- Conc. Trit. sec. iv.
+ Podeis ver sobre este punto á Melchor Cano, de'Loci8. lib. vii
tí Petavio, Prolegom. nd Theolog : y á Possevino, Apparato Sacro : etc.
26 L A V E N I D A D E L MESIAS

37. No temais, amigo, que yo no respete la autoridad


de los antiguos padres, ni que quiera paear los límites jus-
tos y precisos de esta autoridad. Los puntos que voy h
tratar : lo primero, no pertenecen inmediatamente al dog-
ma ni á la moral. Lo segundo, los antiguos padres no los
trataron de propósito ; ayen& los trataron de paso, y esto
alguuos pocos, no todos ni las mas. Lo tercero, los pocos
que tocaron estos puntos, no convinieron en un mismo sen-
timiento ; sino que unos d m a r o n , y otros negaron. Esta
circunstancia es de sumo interés. Cuarto, en ñu : ni los
padres que afirmaron, ni los que negaron, si se esceptha S.
Epifanio, de quien imblarémos B su tiempo, trataron de er-
r o d a la sentencia contraria. Esta censura es muy moder-
na y por jueces muy poco competentes. S. Jeronimo, que
era uno de los que negaban, dice espresamente, que no por
eso condena, ni puede condenar 4 los que a6rmaban : úr
que aunque no siga-, porque muchos varorus ecleaiáa-
ticos y mártires la llevan..... reservarios al juicio del
Señor*.
38. Por todo lo cuai parece claro, que quedamos en per-
fecta libertad para seguir 5 unos, y dejar B otros : para se-
guir, digo, aquella opinion, que miradas todas ras razones,
y pesadas en fiel balan= nos pareciere mas conforme me-
jor diré, unicamente conforme B la autoridad iotrfaseea,
ó B todas las santas Escrituras del viejo y nuevo Testa-
iiiento.
39. Concluyamos este punto para mayor m n h a c i o n
con las pdabras del gran Bosuet. Este sábio y juicioso es-
critor en su prefacio á lo esposicion del Apocalipsis, para alla-
nar el paso al nuevo rumbo que va B seguir, se propone pri-
mero algunas dificultades : entre otras, la primera es la au-
toridad de los antiguos padres, y el comnn sentir de los
intérpretes, los cuales han entendido en el A p d p s i s , no
QUElicet non sequamur, quip mdti ecclesiasticorum Nornm,
... -
et martyres, ita d i x e m t judicio Domini reservpmus. H i m a . im
c. xiu Jwem.
B N CLORI.4 Y MAGBS'PAD. 9
las primeras persecuciones do los tres primeros siglos de la
Iglesia, sino las Gltimas que deben preceder B la venida
del SeBor : á esta dificultad responde de este modo, nb-
mero trece.
40. " Pero los mas novicios en la teología saben la rero-
locion de esta primera dificultad. Si fuese necesario para
esplicar el Apocalipsis reservarlo todo para el fin del mun-
do, y tiempos del Amticristo, i se hubiera pmitido B tan-
tos skbios del siglo pasado entender on la bestia del Apo-
calipsis, ya al Anticristo en Mahoma, ya otra cosa, que
b h y Ellas en los dos testigos del capítulo once? El ...
stíbio et-jesuita Luis del Alcazar, que eseribib un grao co-
mentario sobre el Apocalipsis, de donde Grocio to& mu-
chas de sus ideas, lo haae ver perfectameate cm83plidohaeta
el capítulo veinte, y se ven los dos testigos sin hablar una
palabra de Elias, ni de Enoah. Cuando le o p o m la auto-
ridad,de ion padtea, y de alganos doctores, los cealeri con
demasiada .licencia quieren hacer tradiciones y cutfculos de
fé de las conjeturas de +nos padres ;responde, que otroe
doctores U n sentido de,otro modo diverso, y qnd los pa-
dres taenbiea variaron sobre estos asuntos, 6 d r e lo mayor
parte de ellas a par consiguiente que no hay ni puede ha-
ber en ellos izadicion constante y irniforme; así como en
otros mmchos puntos, dende los doctores, aun catblicos, han
pretendido hallarla.. En suma, que este es un asunto no de
dopa, ni de'autoridad, siao de pura monjehita. Y todo
esto se funda bien en la regla <del cowilio de Trento, el
-1 no e a t a k k e ni la tradicion constante, ni la inrioiable
autoridad de los santos padres en la linteligenciP,de la Es-
critura, sino en su unhnime consentimiento, y , esto sola-
mente en,matcria ¿e fe y costilmbres." Todo esto que dice
Mr. Bo-, necibidlo, amigo, como si yo mismo os. lo di-
jese aii r e s p ~ t B
a la-única dificultad que tengo contrami.
%ntremos en materia.
CAPITULO 111.

SE PROPONE EL SISTEMA ORDINARIO SOBRE LA SEGUNDA


VENIDA DEL MESIAS, Y EL MODO D E EXAMINARLO.

41. TODAla Escritura divina tiene tanta y tan estrecha


conexion con la persona adorable del Meslas, que podemos
con verdad decir, que toda habla de él, 6 en figura, 6 en
profecía, 6 en historia: toda se encamina 4 él, y todase
termina en él, como en su verdadero y último fiu. Nues-
tros Rabinos no dejaron de conocer muy bien esta grande
6 importante verdad: mas como entre tantas cosas grandes
y magnfficas que se leen casi 4 cada paso del Mesias en loe
profetas, y en los salmos, encontraban algunas poco agra-
dables, á su parecer indignas de aquella grandeza y ma-
gestad : como no. quisieron creer fiel y sencillamente lo que
leían, y esto porque no podian componer en una misma
persona la grandeza de las unas con la pequefiez de las
otras: como en fin, no quisieron distinguir, ni admitir e n
esta misma persona, aquellos dos estados y dos tiempos iu-
finitamente diversos, que tan claros,están en las Escrituras,
tomaron finalmente un partido, que fué el principio de
iiuestra ruina, y la raiz de todos nuestros males. Rssol-
bieron, digo, declararse por las primeras, y olvidar entera-
mente las segundas.
42. E n consecuencia de esta imprudente resolnoion for-
maron, casi sin advertirlo, un sistema general que poco 6
poco todos fueron abrazando, diciendo los unos lo que ha-
bian dicho los otros : y sin mas nizon que porque los otros
lo habian dicho, se aplicaron con graude empefio á acomo-
dar á este sistema, que ya parecia único, todas las profe-
cias, y todas cuantas cosas se dicen en ellas, resueltos h no
L A V E N I D A DEL MESIAS. 29
dar cuartel á alguna, fuese la que fuese, si no se dejaba
acomodar. Quiero decir, que aqiiellas que se hallasen ab-
solutamente inacomodables al sistema, 6 debian omitirse
como inútiles, 6 lo que parecia mas seguro, debia negarse
obstinadamente que hablasen del Mesias : pues habia otros
profetas y justos. á quienes de grado 6 por fuerza se podian
acomodar. Sistema verdaderamente infeliz, y funestisimo,
que redujo al fin á todo el pueblo de Dios al estado mise-
rable en que hasta aora lo vemos i que es la mayor ponde-
racion ! Mas dejando estae cosas como ya irremediables,
y volviendo 4 nuestro propósito, entremos desde luego ,á
proponer, y tambien 4 examinar atentamente las ideas que
nos dan los doctores cristianos de la venida del mismo Me-
sías, que todos estamos esperando. Dicen, ó suponen
como una cosa cierta, qur estas ideas son tomadas de las
santas Escrituras : j, pero será cierto esto? Y a que sea
cierto en lo general, ;s e d tambien cierto que son fielmente
tomadas, sin quitar ni afíadir, ni disimular cosa alguna ; y
poniendo cada pieza en su propio lugar? Asi me parece
que lo debemos suponer, cautivando nuestros juicios en ob-
sequio de tantos sáhios que han edificado sobre este funda-
mento, suponiéndolo bueno, sólido y firme. Y o tambien
por la presente lo quiero suponer así, sin meterme á negar
ó dispiitar antes de tiempo. No obstante ; como el asunto
se me figura de sumo interés, y por otra parte nadie me lo
prohibe, quiero tener el consuelo de beber el agua en su
propia fuente: de ver, digo, tocar p esperimentar por mi
mismo, la conformidad que tienen, Ó pueden tener estas
ideas con la Escritura misma, de donde se tomaron : pues
es cosa clara que causará mucho mayor placer el ver á
Roma, por ejemplo, con sus propios ojos, que verla en re-
lacion 6 en pintura.

43. Todas las cosas generales y particulares que sobre


este asunto hallamos en los libros, reducidas á pocas pala-
bras, forman un sistema, cuya sustancia se puede proponer
30 LA VENIDA D E L M E S I A S
en estos términos ; Jesucristo volver4 del cielo á la tierra
en gloria y magestad, no antes, sino prqcisamente al fin del
mundo, habiendo precedido á su venida todas aquellas se-
fíales que se leep ea los evangelios, en los profetas y eri e l
Apocalipsiq. Entre estas seriales; será una terribilisima la
pérsecucir>ndel Anticristo, por espacio de tres anos y me-
dio. Los autores no convienen enteramente en todo lo que
pertenece á esta persecncicn. Unos la ponen inmediata-
mente antes de la venida del Sefior : otros, y creo que son
los mas, advirtiendo en esto un gravisimo inconveniente,
que puede arruinar todo el sistema, se toman la licencia d e
poner este gran suceso algun tiempo antes, de modo, que
dejan iin espacio de tiempo, grande 6 pequeño, determina-
do 6 indeterminado, entre el fin del Anticristo y la venida
de Cristo. En su lugar verémos las razones que para
esto tiene11*.
44. Poco antes de la venida del Sefior, y al salir ya del
cielo, sucederá en la tierra un diluvio universal de fuego,
que matará á todos los vivientes, sin dejar uno solo: lo
cual concluido, y apagado el fuego, resilcitará en un mo-
mento todo el linaje humano, de modo que cuando el Se-
fíor llegue 5 la tierra, hallará todos los hijos de Adan, cuan-
tos han sido, son y serán, no solamente resucitados, sino
tambien congregados en el valle de Josafat, que está in-
mediato á Jerusalen. En este valle, dicen, se debe hacer
el juicio universal. i Por qué? Porque así lo asegura el
profeta Joel en el capítulo. iii. Y aunque el profeta Joel
no habla del juicio universal, como parece claro de todo su
contesto ; pero asi entendieron este lugar algunos antiguos,
y asi ha corrido hasta aora sin especial contradiccion. No
obstan las medidas exactas que han tomado á este valle al-
gunos curiosos, para ver como podrán acomodarse en milla
y media de largo con cien pasos de ancho aquellos poqui-
tos de hombres, que han de concyrrir de todas las partes
del mundo, y de todos los siglas, porque al fin se acornoda-
EN G L O R I A Y MAGBRTAD. 31
nín como pudieren, y la gente caida é infeliz, dice un sábio,
cabe bien en cualqnier lugar por estrecbo que sea.
45. Llegado pues el Sefior al valle de Josafat, y sen-
tado en un trono de grande mligestad, no en tierra, sino en
el aire, pero muy cerca de la tierra, y colocados tambien
en el aire todos los justos, segun su grado, en forma de
anfiteatro ; se abrirán los libros de las conciencias, y hecbo
phblico todo lo bueno y lo malo de cada uno, justificada
en esto la causa de Dios, dar4 el juez la sentencia final, á
unos de vida, 4 otros de muerte eterna. Se ejecutará al
ponto la sentencia, mojando al infierno á todos los malos
junto con los demonios, y Jesucristo se volverá otra vez, al
cielo, Jlevándose coosigo 4 todos los buenos.
46. Esto es en suma todo lo que hallamos en los libros ;
mas si miramos con alguna mediana atencion lo que nos
dicen y predican todas las Escrituras, es facii conocer que
aquí faltan muchas cosas bien sustanciales, y que las que
hay, aunque verdaderas en parte, están muy fuera de su
legítimo lugar. Si esto es así, 6 no,? parece imposible po-
dedo aclarar, y decidir en poco tiempo: porque no solo se
&ben producir las pruebas, sino desenredar muchos enre-'
dos, y desatar 6 romper muchos nudos.

47. Todos saben con solos los primeros principios de la


luz natural, que el modo mas facil y rieguro, dirémos me-
jor, el modo Gnico de conocer la bondad y vtvdad de tip
sistema, en cualquier asunto que sea, es ver y esperimen-
tar, si se esplican en él bien todas lss cosas particuhuqs
que le perteaecen : si se eeplican, digo, de uu tnodo na-
tural, claro, seguido, verosímil, y si ee esplicao todas, sin
que queden algunas que se opongan claramente, y no pae-
dan reducirse sio violencia al.mismo sistema. Pong41~ws
un ejemplo. .
48. Y o quiero saber de cierto, si es bueno 6 no, el sis-
tema celeste antiguo, que vulgarmente se llama de Tdo-
meo. No tengo que hacer otra cosa, sino ver si se wpli-
3 2 . LA V E N I D A DEL M B G I A S

can bien, de un modo fisico, natural, facil y perceptible,


todos los movimientos y fenómenos, que yo observo clara y
distintamente en los cuerpos celestes. Y o observo clara y
constantemente, sin mudanza ni variacion alguna, que u n
planeta, v. g. Marte, aparece á mis ojos sin comparacion
mayor, cuando está en oposicion con el sol, que cuando
está en sus cuadraturas; observo en este mismo planeta,
que no siempre sigue su carrera natural, sino que algunas
veces, en determinado tiempo vuelve atras caminando u n
espacio bien considerable en sentido contrario, otras veces
tambien en determinado tiempo se queda muchos dias in-
móvil, y como clavado en un mismo lugar del cielo : ob-
servo con la misma claridad al planeta Venus, unas veces
encima del sol, otras debajo entre el sol y la tierra: obser-
vo á Jbpiter rodeado de otros cuatro planetas, que lo tie-
nen por centro ; y por consiguiente ya están mas altos, ya
mas bajos, ya en un lado, ya en otro, &c. A este modo
'
observo otras cien cosas, bien fbciles de observar, las cua-
les, aunque ignoro como seMn, no por eso puedo dudar
que son.
49. Quiero, pues, esplicar estas y otras cosas semejantes
en el sistema antiguo de Tolomeo. Pido esta esplicacion
á los filósofos y astrónomos mas celebrados : á los Egipcios,
Griegos, Arabes y Latinos. Veo los esfuerzos iníitiles
que hacen para darles alguna esplicacion : oigo las suposi-
ciones que procuran establecer, todas arbitrarias, inverosi-
miles 6 increibles. Contemplo con admiracion los escén-
tricos y los epiciclos, á donde se acojen por bltirno refugio.
Despues.de todo, certificado en h,de que en realidad
nada esplican, de que todo es una confusion inaclarable,
y una algarabia ininteligible, con esto solo quedo en verda-
dero derecho para pronunciar mi sentencia definitiva, l a
mas justa que en todos asuntos de pura física se ha dado
jamas, diciendo, que el sistema no puede subsistir: que
es conocidamente falso, que se debe proscribir, y desterrar
para siempre de la compatíia de los sábios : tenga, pues,
los defensores 6 patronos que tuviere, sean tantos, cuantos
EN G L O R I A Y MAGRSTAD. 38.
dbios han florecido en dos 6 tres mil años: citense autori-
dades á millares de todas las librenas del mundo ; yo estoy
e&derecho de mantener mi conclusion, cierto y seguro de
que el sistema es falso, que nada esplica, y los mismos fe-
nbmenos lo destruyen.
50. Si en lugar de esta sistema sale otro, el cual des-
pues de bien examinado, y confrontado con los fenómenos
celestes, se ve que los esplica bien de un modo claro y na-
tural, que satisface á todas las dificultades, y esto sin vio-
lencia, sin confusion, sin suposiciones arbitrarias, &,c., aun-
que este nuevo sistema no tenga mas patron que su pro-
pio autor, ni mas autoridades que las pruebas que trae
consigo, esta sola autoridad pesará mas en ano balanza
fiel, que todos los volúmenes, por gruesos que sean, y que
todos los ~hbiosque los escribieron: y cualquier hombre
ens sato que llegue 4 tener suficiente conocimiento de causa,
los abandonará a1 punto á todos con el honor y cortesia que
por otros títulos se merecen : admitiendo de buena fe la
escusa justa y racional de que al fin en su tiempo no habia
otro sistema; y así trabajaron sobre él, en la suposicion de
su bondad. N o olvideis, amigo, esta especie de parhbola.

PARRAFO IV.
51. Sin apartarnos mucho de aquella propiedad, que
pide una semejanza, podemos considerar á toda la Biblia
sagrada como un cielo grande y hermosísimo, adornado
por el espíritu de Dios con tanta variedad y magnificencia,
que parece imposible abrir los ojos, sin que quede orreba-
tada la atencion. Esta vista primera, así en general y en
confuso, escita naturalmente la curiosidad ó el deseo de
saber, i qué cosas son aquellas, qué significan, cómo se en-
tienden, qué conexion 6 enlace tienen las unas con las
otras, y á qué fin determinado se encaminan todas? Esci-
tada esa curiosidad, lo primero que se ofrece naturalmente
es ir á buscar en los libros lo que han pensado y ensefiado
los doctores : cómo han esplicado aquellas cosas : y qué Iiices
nos han dejado para su verdadera y plena inteligencia.
T O M O 1. D
34 LA VENIDA DEL. M E S I A S

52. Si despues de muchos afios de estn&o formal t?n


esta especie dé libros : si despuee de haberles pedido una
espkacibn tiatnral y clara de algunos fenómenos partica-
lares que nos parecen de suma importancia : si despues de
confrontadas estas esplicaciones con los fenómenos mismos,
h r v a d o s con toda exactitnd, no hallámos otra oosa que
suposiciones, y acomodaciones arbitrarias ; y estas las mas
reces violentas, confusas, iuconexas y visibIemente fuera
del caso : i qué quieren que hagámos, si60 buscar otra gen-
da mas recta, aunque no sea tan trillada? Buscar, digo,
otro sistema en que las cosas vayan mejor ; esto es lo que
voy luego á proponer* á vuestra consideracion. Acaso

Uno de loa mayores sábioa (el P. ANTONIO PIEIBA) del aiglopa-


aade, cuyo ingenio erudicion y piedad es bien conocido por m admira-
bles aermones, intentó hacer lo mismo que yo, aunque p w otro rumbo
diverafaimo. Deapuea de treinta uñoa de meditacion y de estudio e n
toda auerte de escritores ecleaiásticoa, dice miamo, que le aucediú
puntualmente lo que 6 la paloma de Noé la cual no habiendo hallado
donde poner su pie, se volvió al arca ......* no hallando en loa intir-
pretea, en puntos de profecías, cosa alguna en que poder aaentar el
pie con sepridud, pues ado han eqlicado la Eacritoira, pzbst;que di-
ciendo, en aentidoa morales,jpradoa, acomodaticioa, etc. : re vió pre-
ciaado á volver 6 la miama Eem'hrra, para buscar en d a el sentido
propio y citeral en que descansar. Asf loprocurú Lcer en una obra,
que no eoncluyú, y quepw eso, y tal vez por otraa razones, no ha aa-
lido á luz. Yo no he leido de esta insigne obra, sino un breve eatracto,
por el cual ea facil comprender aai el siatema, como aua fundamentos.
El siatema tiene algunoa v h de nuevo, maa en la 8U8t~nda,me pa-
rece el miamo que el antiguo, con tal cual novedad 6 mi parecer im-
probable. Aai se ve precisado á 8uponer coaaa, que debia probar, 6
recurrir á otros aéntidoa bien distantes del literal ;y tambien 6 citar
algunos testos sin hacer mucho caso de au conteato. Su siatema es, que
la Iglesia preaente 6 quien llama regnum Christi in terris, se eaten-
derá en loa tiempoa futuros por toda la tierra, abarcando dentro de ai
6 todoe los individuos del linBje humano, sin que quede uno d o fiera
de ella. E n este tiempofeliz, que aupone muy anterior al Anticristo,

Que cbm non invenisset, ubi requiesceret pes ejus, reversa est
ad eum arcam.-.Gen. viii, 9.
EN GLORIA Y MAOEBTAD. 36
me direis, que para proponer otro nuevo sistema, habia de
haber impugnado el antiguo en toda forma, y demostrado
sn insuficiencia. Yo tambien lo habia pensado así; mas
despnes me ha pareoido mejor tomar otro camiuo mas corto,
y sin comparacion menos molesto. Quiero decir: pro-
puestos los dos sistemas, y quitados algunos embarazos al se-
gundo, entrar desde luego 4 la obaervacion de algunos fe-
nómenos particulares, pidiendo al uno y al otro uoa obser-
v&on justa y clara. Asi se. ahomuá miicho trabajo, y al
mismo tiempo se podrá ver de una sola ojeada, cual de lds
dds sistemas es el mejor, 6 cual debe ser el único ; porque
es e<wa clara, que aquel sistema será el mejor, que esplique
mejor los fenbmenos ; aquel deberá mirarse como úako, ed
M e únicamente se pudiesen Bien esplicar.

Uagarií t& la Iglesia con todos sur individues 6 un estado tan gra&
de rantidad y perfeccion, que en dla re podrán ventear plenamente
te las profecías, que hablan del reino del M e s h . Por lo cual in-
titula su obra de repo Christi in t e m a consummato, que otros llaman
Ciapie Prophetmm. A'l sMtema queda plenamente destruido consola
&@&&olade la cizaña, la bual re vb en el euangelio riempre m&-
&a con el trigo, y haciando kiempre daño, hasta la siega*. A q a e
re p h m reguir este &tema, ni en mucho ni e s poco, me ha parecido
citárlo a p f , rolamentepara que re vea lo que sintid un sábio como erre
sobre la inteligencia de las profecfas que se halla en los intdrpreter
de la Escritura. E n este sentido me conformo con kl.
C A P I T U L O IV.

SE PROPONE OTRO NUEVO SISTEMA.

53. ANTES de proponer este sistema, Cristófilo amigo,


deseo en vuestro ánimo un poco de quietud, uo sea que os
ocasione algun susto repentino, y sin hacer la debida refle-
xion, deis voces contra un enemigo imaginario, haciendo
tocar una falsa alarma. E l sistema, aunque propuesto, y
seguido con novedad, no es tan nuevo, corno-sin duda pen-
sareis; antes os aseguro formalmente, que en la sustancia
es mucho mas antiguo que el ordinario: de modo, que
cuando este se empezó á hacer comun, que fué ácia los
fines del siglo cuarto de la Iglesia, y principios del quinto,
ya el otro contaba mas de trescientos aíios de antigüedad.
No obstante, atendiendo á vuestra flaqueza ó á vuestra
preocupacion, no lo propongo de un modo asertivo, sino
como una mera hipótesis ó suposicion. Si esta es arbitra-
ria, 6 no, lo iremos viendo mas adelante, que por sora ee
imposible decirlo. Mas sea como fuere, esto es permitido
sin dificultad, aun en sistemas á primera vista los mas dis-
paratados ; porque en esta permision se arriesga poco, y se
puede avanzar macho en el descubrimiento de la verdad.

SISTEMA GENERAL.
M. Jesucristo volverá del cielo á la tierra, cuaudo llegue
su tiempo, cuando lleguen aquellos tiempoa y momentos,
que puso el P a d r e en su propio poder*. Vendrá acom-
pdado, no solamente de sus ángeles, sino tambien de sus
santos ya resucitados : de aquellos digo, que serán juzga-
dos dignos de aquel siglo, y de la resurreccion de los

* Quae Pater posuit in sua poteatate.-Act. i, f .


L A VBNIDA DEL MESIAS. 31
muertos*. He aqui, vino el S& entre millares de sw
santost. Vendrá no tan de prisa, sino mas despaoio de b
que se pieusa. Vendrá 4 juzgar no solamente 4 los muer-
tos, sino tambien y en primer lugar 4 los vivos. Por c o a
siguiente este juicio de vivos y muertos, no puede ser uno
selo, sino dos juicios diversisimoa, no solamente en la sus-
íancia y en el modo, sino tambien en el tiempo. D e do^
de se concluye (y esto es lo principal l ique debe atenderse)
que debe haber un espacio de tiempo bien considerable m-
tre la venida del Se6or que esperamos, y el juicio de los
mwrtos, 6 resurreccion universal.
d.Este es el sistema. Os parecerá muy general, y no
obstante yo no quisiera otra cosa, sino que se me cowe-
diese el espacio de tiempo de que acabo de hablar : coa
esto solo yo tenia entendidas, y esplicadas facilmeute todas
ha profedas. Mas, jvrá posible conceder este e s p -
oio de tiempo en el sistema de los intérpretes? i Y será
posible negarlo en el sistema de la Escritura? Esto es lo
que principalmente hemos de exahainar y disputar ea
todo este escrito. Vos mismo sereis el juez, y debe-
reis dar la sentencia diñnitiva, despues de vistos y exami-
nados todos'los procesos ; que antes de esta vista y exa-
men, seria injusticia manifiesta contra el' derecho segrado
de las gentes.
M. Y en primer lugar, yo me hago cargo de algunas
p v e s dificultades que hay para admitir 6 dar algun lugar
b este sistema : las cuales luego quisierais proponerme.
Todo se andará con el favor de Dios, si quereis oirme con
bondad, y no condenarme antes de tiempo. Un astronomo
que quiere observar el cielo, entre otros muchos preparati-
VOS, debe esperar con paciencia una noche serena: pues
cualquiera nube ó niebla, que enturbie la atnibsfera, por
poco que sea, impide absolutamente una observacion exacta
y fiel. A este modo, pues, para que nosotros podamos ha-
* Qui digni habebuntur szeculo,illo, et resurrectione ex mortuis.
- h e . xx, 35.
+ Ecce venit Dominue in Sanctis millibua sub.-Ep. Jud.Ap. v. 14.
86 LA VEMIDA DEL MESIAB.

mi.quieta y exactamente nuestras sbaaervaüones, deberti-


mos esperar con paciencia, no digo ya que se aclare el aire
por ai mismo, porque esto seria un esgewr eterno : sino es-
perar que se &e con nuestro trabajo y diligencia, proou-
rando en onanto está de nuestra parte, disipe algunes no-
bes, que pneden, no solo meomedar, sino impadirlo todo.
Yo no baga mudo amo de aquellas nnbsciilas sin agas,
qns desaparecen J +er soplo; pero me es preeiao mirar
con atencim algiinas otras, que muestran un semblante ter-
nide con gnmde Bpanenoia de solidez.
57. La primera es : que el sistema que acabo de p r o p
ner tiene gran semejanza, si acaso no es identidad, con el
error, 6 snefio, 6 fbbnla de los ehkiistas, que otros llarpan
ctuliastas 6 Milenarios: y eieado así no merece ses wcu-
ehado, ni aun por diveraion.
58. La segunda3 que yo pongo la venida del Sefior en
lona J magestad, mucho tiempo antes de la resnrrecciw
amversal: y por otra partb digo y &no, que vendrá coq
ws milkes de santos ya rewioitadoe. De aquí ae sigue
evidentemente, que debo admitir dos resurrecciones : una,
de los santos que vienen con Cristo : otra, mucho despues,
de todo el resto de los hombres. Lo cual es contra el co-
mun sentir de todos los teblogos, que tienen por upg oosg
ciertisima, y por una verdad sin disputa, que la resurreccioq
de la carne debe ser una y s i ~ u l f á n e:a esto es, va sola
vez, y en todos los 5 0 s de Adán, sin distinciop en un
mo tiempo y momentg. Las otras diñcultedea im ve*
en su lugar.
CAPITULO V.

PRIMERA DIFICULTAD. LOS MILENARIOS. DISERTACION.


58. Yo no puedo negar, ni me avergüeqw, de confesarlo,
qne en otros tiempos fué esta una nube tan densa, y tan
pavorosa para mi pdquefíez, qwe rnuohas veces me hizo de-
jar pcrr un tiempo el estudio de la Escritura sauta, y algepas
veces resulvi dejarlo del todo. Como en la leccion de los io-
t é r p t e s , en especial sobre los Profetas y los Salmos, encon-
traba firecuedemente en tono decisivo estas b semejantes es-
presiones : .irate lugar no se p w d e entender segu* la Ltra,
porque fué e€ W o r de los Milenarios : asta fué t , Rerejáa
de Cerinto,, esta Zajíbula de los Rabiaos, &c. : pensaba yo
buenhmentp qde e d e punto ebtaba decidido, y ,que todo
cnanta tuviese alguna relacion, grande bf@epuefia,c ~ Mi- n
l e n d , fuesen esbs 6 no lo fuesen, debia m i r v e G Q ~ Q
an peligro cierto de error 6 de herejía.
60.' Con este miedo y pavor anduve machos afios casi
sin atreverme 4 abrir la Biblia, á la que por una parte isi-
raba con respeto' é inclinacion ; y por otra parte me vefa
lw~taílofuertemente á mirarla como un libro inbtil, 6 insul-
so, g demás de ~ t peligroso,
o que era lo peor. iAh qué
trabajos y angustias tuve que sufiir en estos tiempos ! E!
....
Dior y padre d e nuestro s&r Jeworisto me atrevo á
decir con S. Pablo, sabe que no miento*. Este,sl que em ,

el verdadero error y el verdadero peligro, pensar que Dios


mismo, cryas plabrae tienen p o r principio la verdad, y
cuya naturaleza es la bondad+, podia alguna vez esconder
el veneno dentko del pan que daba ii sus hijos : y que bus-

* Deus, et Pater Domini nostR Jesuchristi... scit qubd qon men-


tior. - Ad Cm.ep. 2, xi, 31.
-
.t. Cujus principium verborum veritas, et cujus netura bonitas.
Pa. cxviii, 60.
40 LA V E N I D A D E L M E S I A S
cando estos con simplicidad el pan 6 sustento del alma, q u e
es la verdad, buscando esta verdad en su propia fuente q u e
es la divina Escritura, podian hallar en lugar de pan una
piedra, en lugar de pez una serpiente, y en lugar de huevo
un escorpion*.
61. Esta reflexion, que algunas veces se me afrecia con
gran viveza, me hizo al fin cobrar un poco de ánimo, y
aunque no del todo asegurado, comenzé un dia á pensar
que en todo caso seria menos mal culpar al hombre, que
culpar á Dios ; pues como dice S. Pablo : Dios es verdad:
y todo hombre falaz, como está escrito+. Con esto se
empezó á renovar en mi cierta sospecha, que siempre ha-
bia desechado , como poco fundada, mas que por entbnces
me pareció justa. Esta era que los intérpretes de las Es-
crituras, lo mismo digo á proporcion de los .teólogos y d e -
mas escritores eclesiásticos, teniendo la mente repartida e n
una infinidad de cosas diferentes, no podian tratarlas todas
y cada una, con aquella madurez y formalidad que tal vez
pide alguna de ellas. Por consiguiente podia muy bien
suceder, que en el grave y vastisirno asunto de Milenarios
no fuese error ni fábula todo lo que se honra con este nom-
bre, sino que estuviesen mezcladas muchas verdades d e
suma importancia con errores claros y groseros. Y en este
caso, seria mas conforme á razon separar la verdad de l a
mentira, y lo precioso de lo vil, que confundirlo todo en
una misma pasta, y arrojarla fuera, y echarla á los per-
ros$ por miedo del error.
62. Con este pensamiento empezé desde luego á estu-
diar sériamente este punto particular, rejistrando para esto
con toda la atencion y reflexion de que soy capaz, cuantos
autores antiguos y modernos me han sido accesibles, y en
que he pensado hallar alguna Iuz ; mas confrontándolos siem-
pre con la Escritura misma, como creo debemos hacerlo,
* Luc. xi, 11 et 12.
t Est autem Deus verax: omnis autem homo menda, sicut
-
scriptum est. Ad Rorn. iii, 4.
-
f Et mittere canibua. Mat. xv, 26.
EN G L O R I A Y MLGBSTAD. 41
esto es, con los Profetas, con los Salmos, con los Evangelios,
con S, Pablo, y con el Apocalipsis. Despues de todas las
diligencias que me ha sido posible practicar, yo os aseguro,
amigo, que hasta aora no he podido hallar otra cosa cierta,
sino una grande admiracion, y junto con ella un verdadero
desengafio.
63. Para que podamos proceder con algun órden y cla-
ridad en un asunto tan grave, y al mismo tiempo tan deli-
cado, vamoe por partes. Tres puntos principales tenemos
que observar aquí ; y esta observacion la debemos hacer
c m tanta exactitud y prolijidad, que quedémos perfecta-
mente enterados en el conocimiento de esta causa ; y por
consiguiente en estado de dar una sentencia justa. Lo prime-
ro pues, debemos examinar si la Iglesia ha decidido algo,
6.ha hablada alguna palabra sobre el asunto. Este conoci-
miento nos es necesario, antes de todo, para poder pasar
adelante : pues la mas mínima duda que sobre esto quede
se, era un impedimento gravisimo, que nos debia detaier el
paso. Lo segundo, debemos conocer perfectamente las di-
ferentes clases que ha habido de Milenarios ; lo que sobre
todos ellos dicen los doctores ; su modo de pensar en im-
pugnarlos ; y las razones en que se fundan para condenar-
los á todos. Lo tercero en fin, debemos proponer fielmente
lo q u e nos dicen los mismos doctores, y el modo con que
procuran desembarazarse de aquella grande y terrible difi-
cultad, que fié la que di6 ocasion, como tambien dicen, al
error de los Milenarios : esto es, la esplicacion que dan, 6
pretenden dar al capitulo veinte del Apocalipsis. Al exh-
men de estos tres puntos se reduce esta disertacion.
- 64. Pero antes de llegar á lo mas inmediato, permitidme,
amigo, qua os pregunte una cosa, que ciertamente ignoro :
es.8 saber: i si e n t r ~tantos doctores antiguos y modernos,
qne han escrito contra los Milenarios, teneis noticia de
alguno que haya tratado este punto plenamente y á fondo?
Verosímilmente me citareis entre los antiguos, á S. Dio-
nisio Alejandrino, á S. Epifanio, á S. Jerónimo, i5 S.
Agustin ; y entre los modernos á Suarez, Belarmino, Cano,
42 L A VENIDA DEL M E S I A S

Natal Alejandro, Goti, l b . Mas a t o sena no reparar, ni


hacer mucho oaso de aquellas paiabras de que ngd: p k -
Prurnte y á fondo: por las cuales nada menas entiedo,
qae una discadon formal y rigorosa de todo el punto, y de
tado cuanto el punto comprende : es decir: no s d a m d
de las circunstancias puramente accidentales, que con el
tiBmpo se han ido agregando B este punto, y qixe binto
lo han desfigurado ; sino de la sustancia de él mismo; sút
btras relaciones, íqciéndose cargo, digo, de todo lo que
h q sobre d o en las Eimitnras ; espiieando &S l q p e p
v e r d a d m e n t e iqnumerables de mi modo propio, n a t d
y perceptibia ; y satisfaciendo del mismo modo 6 lar
*.s -1r, 1

65. Sdu esto, me pqrece, que puede llamanre con pno-


piedad, iratar an ponto como este, plenamente y 4 6bndn :
y de este modo digo, que ignoro, m io ha tratado a l m o .
De otro modo diverso, sé qne lo han tratado mucbs : no
Baio los que acabais de citarme, sino oídos innumerabler
dhtores dq toda$ a$ees, Lo trsZan; 6 por e o r decir,. 40
tocan +as veces los espositores : lo bopan muchLnmab
teólogos, loa maa, de paso, -nos pooos con d p i a
difusion : lo tocan las que han e e c h sobre las herejh : 3
en ñu todos los historiadores eclesiásticos. Con todo esto,
me atrevo B decir, qne tiingano plenamente y 4 f d o ,
se- d sentido propio de estas palabras. Todas 6 caaj
todos convienen en qne es una ffibda, un delirio, un sneíío,
un error formal : y esto no solo en cuanto B los accidenb,
é relaciones y circaqstancias accidentales (que en esto c o ~ ~ .
vengo yo), sino M e n en cuanto 4 fa sustancia. MM
ninguno nos dice con diatiaoion y claridad, en qué conaie-
te esta error: ningnno nos muestra, como d e b i hacerh,
alguna verdad clara, cierta y segura, que se opmga y a o a
iradiga 4 la s~litanciadel reino milenario, ]Idas de es@
hablarémos de propósito, despues que hayamos conclnido el
primer punto de nuestra controversia.
EN G L O R I A Y M A G B S T A D .

ARTICULO 1.
f i á ~ n e ndel primer punto.
66. i Iar Iglesia ha decidido ya este pudo ? i H a con.
denado 4 los Milenarios ? i Ha hablado sobre este asunto
alguna palabra? Esta noticia, que no hallamos en auüwea
grava y de primera clase, por ejemplo, en los citados pom
4 la hallamos no obstante en otros de clase inferior: los
enaips por el mismo caso que eon de clase inferior, ya por
m precio intrínawo, ya por su pooo volben, andan eh
manos de todos, y pueden ocasionar un verdadero esoáu-
dalo. Entre estos autores, unos eitan nn concilio, y otros
otro. Los mas nos remitan al concilio romano, celebrado
en tiempo de S. Dámaso. E m p d m o s aquí.
67. S. Dámeeo celebró ea Roma, no uno solo, sino
caatro aoncilios. i En ooal de ellos se decidi6 el punto de
que hablamos? Lae mtaa de atas concilios, en espedicil de
los ires primeros, las tenemos hasta aora, y se puedea vhr
en Labbé, en Dumesnil, en Fleuri, &c. El primer con-
40 de S. Dámaso fné el &o de 370, y en él se condenó
ii Ursacio, y 8 Valente, ostinados y peligrosísimoa Arrianos.
ZQ segundo fué el efio de 372, y en él Sné depuesto Ad*
-ncio de Milán, antecesor de S. Ambrosio, y se decidi6
k consnetanciaiidad del Espfritu santo. El W e r o fiié el
&o ds 375, y en él se condenó 8 Apdinár y Timoteo, do
&@pub, no por Milen-, qw de esto no 9e &la m a
sola palabra, sino porqae ensetiaban, q w Jesucristo tro ha&
h08 tenido entendimiento humano, 6 alma racrional humana ;
&o que la divinidad habia suplido la Wta del alma. %tan:
godpe-eneefiaban, qse J a u e p de Cristo d a del Cielm;
y por oonsipiente de natrireleaa diversa de ianne&-a:~que
deepnea de la resurreecion este cuerpo se habii digipado,
qre&aiido Jesucnato h b r e en aparienoia, no en realidd.
6uart.o concilio fué el afio de 3813, de ougm aotaa no
coruta .abroltctamerte, como dice Dnmesd, y lo mismo
44 LA VENIDA DEL M E S I A S

Fieuri. Parece que el asunto principal de este concilio


faé decidir, quien era el verdadero obispo de Antioqnia, si
Flaviano, ó Paulino, y así se ve que el Concilio dirigió s u
letra sinodal á Paulino, á cuya defensa, parece verosímil
que viniese á Roma S. Jerónimo, que era presbitero suyo,
como ciértamenta vino con S. Epifanio, y se hospedaron
ambos en casa de StA. Paula
68. Supuedas estas noticias que se haliaa en la historia
eelesiáatica, preguntad aora á aquelloe autores de que em-
v a m o s Q hablar, i de donde sacaron que en el con&
m a n o de S. Diimaso se decidió el punto general de los
Milenarios? Y vereis como no os responden otra cosa, sino
que asi lo hallaron en oíros autores, y estos en oíros, I w
males tal vez lo sacaron finalmente de los anales del car-
denal Barónio Úcia el a50 375. Mas este sabio cardenal,
i de donde lo sacó? Si lo sacó de algon archivo fidedigno,
;por qué no lo dice claramente ? i Por qué no lo asegura
de cierto, smo solo como quien sospecha 6 supone que asl
seria? Este modo de hablar es cuando menos muy sospe-
choso.
69. La verdad .es, que la noticia es evidentemente faba
por todos sus aspectos. Lo primero porque no hay instm-
mento alguno que la compruebe: y una cosa de hecho, y
de tanta gravedad, uo puede fundarse de modo algnmo
sobre una sospecha arbitraria, 6 sobre un puede ser. Lo
segundo, porque tenemos un fundamento positivo, y en
- el asunto presente de sumo peso para afirmar todo lo
contrario; esto es, que S. Jerónimo, anti-mihario, que
muchos años despues de S. Dámaso escribió sus comen-
tarios sobre Isaías, y Jeremías, y como a6rma el erudito
Muratari en su libro del Paraiso, no pudieron ser menos
de veinte, dice espresamente en el prólqgo del libro 18 de
Isaia, que en esta tiempo, esto es, á los principios del
siglo quinto, una gran muchedumbre de doctores católicos
seguia el partido de los Milenarios: (y hablando d e
Apolinar, hereje y Mileneo, cuyos errores pertenecientes
la persoua de Jesucristo, acabamos de ver condenados en
EN GLORIA Y MAGESTAU. 45
el tercer coticilio de S. Dámaso año de 375) dice: á quien -
no solo los de su secta, sino tambien un considerabilísimo
numero de los nuestros sigue solamente en esta parte *. Y
sobre el capítulo 19 de Jeremias, hablando de estas mismas
cosas, dice : opinion que aunque no sigamos, con todo no
podemos reprobar, porque muchos varones eclesiásticos y
mártires la llevan, y cada uno abunde en su sentido, y
todas estas cosa* reservamos al juicio del Señort.
Pensais que S. Jerónimo despues de una condenacion
espresa de la Iglesia, que acababa de suceder, era capaz
de hablar con esta cortesía é indiferencia, de aquella gran
muchedumbre, ?/ considerabilísimo número de doctores
católicos, de los nuestros, que no se habian sujetado á sus
decisiones ? Esta reflexion es del mismo Muratori, y no es
pequeña prueba en contrario, pues es confesion de parte.
70. Otros autores tal vez advirtiendo lo que acabarnos
de notar, recurren con la misma oscuridad al concilio flo-
rentino, celebrado en tiempo de Eugenio IV, afio 1439.
Mas en este concilio no se halla otra cosa, sino que en él
se definió, como punto de fe, que las almas de los judas
que salen de este mundo sin reato de culpa, ó que se han
purificado en el purgatorio, van derechas al cielo, á gozar
de la vision de Dios, y son verdaderamente felices antes de
la resuneccion. La opinion contraria á esta verdad habia
sido de muchos doctores católicos, y de muchos de los
antiguos padres, que se pueden ver en Sisto Senense, y en
el Muratorit. Aora entre los autores de esta sentencia
erronea habia habido algunos Milenarios : y esta puede
ser la razm porque nos remiten al concilio florentino ; como
si el ser Milenario fuese inseparable de aquel error. i Quá
Quem non solum su= secta hominee, sed et nostronun in hac
parte dumtaxat plurima sequitur miiltitudo. -Hier. pref. in lib. 18,
r
u p Iaai.
t Qua licet non sequamur, tamen damnare non possumus, quia
muititudo ecclesiasticorum virorum, et martyres ita diierunt, et
unuquieque in su0 sensu abundet, et cuncta judicio Domini reser-
wntur. -Hier. in c. 19. Jerem.
f Bibl. Sanct. lib. 6. aun. 345, et Mur. lib. de Par.
46 LA VENIDA DEL MESIA8

aonexion tieIie lo trno con lo otro? El conciiio lateranenae


I V es otro de los citados; y no falta quien se atreva d
citar tambien al tridentino : y todo ello sin decir en qn6
eesion, ni en qué cánon, ni cosa alguna detedinada.
¿ Por qué os paree0 será esta omision? Si la Iglesia en
algun ooncilio hubiese hablado alguna palabra en el asunto.
¿ dejarian de copia-la con toda puntualidad ? Y en eate
caso, i lo ignoráran aquellos autores graves y eruditos que
han esciito contra los Milenarios ? Y no iguorándolo, i pu-
dieran disimularlo ? Esta sola retlexion nos basta, y sobra
para quedar enteramente persuadidos de la falsedad de la
noticia menos injuriosa, respecto de los Milenarios que
respecto de la Iglesia misma. i O cuan lejos está el
Espiritu santo, que habla por boca de la Iglesia, de conde-
nar al m- Espíritu santo, que habló p o r sus Profetas !*
Loa autoles pdculares podrán muy bien unirse entre si,
y fulminar anatemas contra alguna cosa clara, y espresa en
las Escrituras, que no se acomode con sus ideas; mas
la Iglesia, congregada en el Espíritu santo, no hani tal, ni
lo ha hecho jamas, ni es posible que lo haga: porque no es
poaible que el Espíritu santo deje de asistirla.
Yi. Nos queida todayia otro concilio que examinar', el
cual segun pretenden, condenó espresamente el reino mile-
d a h; solo en cuanto Q los accidentes, sino tarnbien en
eaanto B la sustancia : por consigdeiite á todos los Mile-
nario~ s h diitincion. Este es el primero de C o b
tinopla, y segando ecuménico en el que se afküeton estas
palabra8 al súnbolo Nimno : r e i no ~ t d r á jfnt.
Lo que supuesto, argumentan asf : la Iglesia ba de0nido
que cuando el SMiot vbnga del cielo 4 juzgar 4 los v i v k 3
& loa n~tertoa,eri reino no tendrá fin : y segunda van vm-
drá 4 juzgar tí los vivad y 6 los muertos : cuyo mino m
tendt.á#n $. Es así que los Milenarios le ponen b,p-
-
* Qui locutds eat per prophetaa. Ea Sim. Cotbtuutinopelit.
t Cujus regni non arit h i s . - VidG C m . Conatan~nopditatmm.
f Et iterum venturus est judicare vivos, et mortuoa, eujus fegni
non erit finie. -Id. ibid.
EN G L O R I A T MAOBSTkD. 47
dieen que dnra)á mil afios, sea este un tiempo deterimPaido
6 indeterminado : luego la Iglesia ha definido, que es falsa
y erronea la opinion de los Milenarios, y por consigukte
su remo milenario.
72. Sin recurrir al conoilio de ConsCantiaopla, que m
habla palabra de los Milenarios, y que*solo &adió aquellas
palabras, 4 tin de aclarar mas una verdad, que no estaba
apresa' en el símbolo Nioeno, pudieran formar el mismo
argumento con solo abrir \a Biblia sagrada: pnes esta es
una de aquellas verdades de qae da testimonio claro, asi el
nuevo como el antiguo Testamento ; y que w ha ignorado
el mas rudo de los Milenarios. Mas los que proponen
este argumento en tono tan decisivo, con esto solo dan
4 entender, que han mirado este punto muy de prisa,
y por la superficie solamente. Si algun Milenario hubiese
dicho que concluidos los mil afios se acabaría con ellos el
reino del Mesias, en este caso el argumento seria terrible é
indisoluble ; mas si ninguno lo ha dicho ni sofiado, i á quién
convencerá? Se convencerá 4 si mismo, á lo menos de
iraporkm, como quien da goZpes al aire *. No obstante,
para qmtar al argnmanto toda su apariencia, y el equivmd
en que se fnnd?, se responde en breve, qhe el reino dsl
Yeaías, considerado en si mismo, sin otra relacion eatFfn-
aecg ,no p u d e tener ñn : es tan eterno como el rey miamo :
mas oonsiderado solamente camo reino mlllsaario, ea decir
cano remo sobre los vivos y viadores, que toda* no han
@o por la huerte, en este solo aspedo es preciso que
tenga fin. i Por qué ? Porqge esos vivos y d o r e s sokre
quienea ha de reinar, y á quienes como rey ha de jatgar,
han de morir todos dguna vez, sin quedar uno solo que no
haya pasado por la muerte. Llegado el caso de que todos
mueran, como infaliblemente debe llegar, e s olaro que ya
mo podrsr haber reino sobre los viqos y via¿urts, porque ya
m los hay : luego el reino eu este, aspeotb sob h r o h,
m$s no por eso se podrá decir qae el a m o tuvo ñn y se
acab6 ; pnes siguiéndose inmediatamente la resurrecciorl
+ -
Quaei serem verberans. 1 ad Cvr. S, 26.
48 LA V E N I D A DEL M E S I A S

nniveillal, el reino deberá seguir sobre todos los muertos


ya resucitados, y esto eternamente y sin fin. Esto es en sus-
tancia lo que dijeron los Milenarios, y lo que dicen las Es-
crituras, como iremos observando. Si alguno, 6 los mas
de estos se propasaron en los accidentes, si, aííadieron 91-
p n a s circunstancias, que no constan en la Escritura, ó
que de algun modo se le oponen, yo soy el primero en re-
probar esta conducta. Mas para dar una sentencia justa,
para saber qué cosas han dicho dignas de reprension, y
que cosas realmente no lo son, es necesario entrar en
un exámen prolijo de toda esta causa.

ARTICULO Ir.
Diversas clases de Milenarios, y Ea conducta de sus
impugnadores.

73. Una cosa me parece muy mal, generalmente ha-


blando, en los que impugnan á los Milenarios: es ti
saber, que habiendo impugnado á algunos de estos, y
convencido de error en las cosas particulares que aíiadie-
ron de suyo, 6 ajenas de la Escritura, 6 claramente contra
la Escritura, queden con solo esto como duefíos del campo,
y pretendan luego, 6 directa, 6 indirectamente, com-
batir y destruir enteramente la sustancia del reino mile-
nario, que está tan claro y espreso en la Escritura misma.
La pretension es ciertamente singular. No obstante, se
les puede hacer esta pregunta. j Estas cosas particulares,
que con tanta razon impugiian, y convencen de fábula y
error, las dijeron acaso todos los Milenarios ? Y aun per-
mitido por un momento que todos las dijesen, j son aoasa
inseparables de la sustancia del reino de que habla la Es-
critura? Este exámen sério y formal, me parece que de-
bia preceder á la impugnacion, para poder seguramente
arrancar la zizafia sin perjuico del trigo; mas las im-
EN G L O R b i Y YAGESTAD. 49
pugnaciones mismas, aun las mas difusas, muestran clara-
mente todo lo contrario.
74. Parece cierto é innegable, que los autores que tra-
tan este punto, confunden demasiado (si no en la propo-
sicion, á lo menos en la impugnacion) confunden, digo,
demasiado los errores de los antiguos herejes, las ideas
groseras de los judios, y las fábulas de los judaizantes, con
lo que pensaron y dijeron muchos doctores católicos y pios,
entre ellos algunos santos padres de primera clase: y tam-
bien, lo que es mas estraiio, con lo que clara y distinta-
mente dicen las Escrituras. Así confundido todo, y redu-
cido por fuerza 4 una misma causa, es ya facilísima la
impugnacion : eatónces se descarga seguramente la censura
sobre todo el conjunto: entónces se alegan testos claroa
del evangelio, y de S. Pablo, que contradicen y condenan
espresamente todo aquel conjunto, que, aunque com-
puesto de materias tan diversas, ya no parece sino un
solo supuesto : entónces, en fin, se alza la voz, y se toca
a1 arma contra aquellos errores. Pero ¿qué errores?
jLos que ensenaron los herejes, ó algunos de ellos los
mas ignorantes y carnales ? Sí. i Los que enseñaron los
Rabinos judios, y despues de ellos algunos judaizantes?
Tambien. Y si los católicos pios, llamados Milenarioq
no enseñaron ni admitieron tales errores, antes los con-
denaron y abombaron, ¿ deberán no obstante quedar com-
prendidos en el mismo anatema? Y si la Escritura divina
cuando habla del reino del Mesías aqui en la t i e p (como
ciertamente habla, y con suma frecuencia) no mezcla tales
despropósitos : i deberá con todo esto violentarse, y sacarse
por fuerza de su propio y natural sentido? Dura cosa
parece, mas en la practica así és. Esta es una cosa
de hecho, que no ha menester ni discurso, ni ingenio;
.basta leer y reparar.
75. E n efecto. hallamos votados en las impugnaciones
á S. Justino y á S. Irinéo, mártires, padres y columnas
del segundo siglo de la Iglesia, como caidos miserable- ,

mente, no obstante su doctrina y santidad de vida, en el


TOMO l . R
60 LA VENIDA DBL MESIAS

error de los Milenarios. Hailámos á S. Papíaa mártir,


obispo de Hierápolis, en Frigia, no solo ñotado como
Milenario, sino como el patriarca y fundador de este error :
de qmen dicen, sin razon alguna, que lo tomaron los otros,
y 61 lo tomó de su maestro S. Juan apóstol, 6 quien co-
noei6, y con quien trató y habló; por haber entendido
mal, prosiguen diciendo, 6 por haber entendido A i a -
do literalmente* sus palabras. Hailámos notados 4 S.
Victorino Pictaviense mártir, á Severo Sulpicio, Tertu-
liano, Lactancio, Quinto Julio Hilarion, segun rejere Swr-
rez. Y pudiera notar en general á muchos Griegos y Lati-
nos, cuyos escritos no nos quedan : pues como testifica S.
Jerónimo : esta opinion muchos varones eclesiásticos y
mártires la llevan: 4 quienes llama en otra parte CM--
derabilbimo número. Y como dice Lactancio : esto es, +
hasta los fines del cuarto siglo, la opinion comm de los
cristianos : esta doctrina de los santos, de los padrea, de
los profetas, es h la que seguimos los cristianos.
76. Para saber lo que pensaban estos muchos aaroncs
eclesiásticos -y mártires sobre el reino del Mesias, no te-
nemos gran necesidad de leer sus escritos, aunque no de-
j h de aprovecharnos, si hubiesen llegado á nuestras ma-
aos. Los pocos qne nos han quedado, es B saber: de S.
Justino, S. Irinéo, Lactancio, y un corto pasaje de Ter-
d i a n o $: pues el libro sobre la esperanza de Zor jeler,
en que trataba el asunto de propósito, se ha perdido : estos
pocos, vuelvo 4 decir, nos bastan para hacer juicio de los
otros : pero si eran católicos y pios : si eran hombres e s
pirituales y no carnales, como debemos suponer, parea
suficiente que hablasen en el asunto como hablaron estos
matro, y que estuviesen tan lejos como ellos de los
errores y despropósitos en que los quieren comprender.
Esta es la inadvertencia de tantos autores de todas clases,
quienes, sin querer examinar la causa que ya suponen exa-
minada por otros, dan la sentencia general contra todo el
Nimis literalitbr. t Lact. lib. vii, div. imt. c. 26
$ Tert.lib. iii, adv. Marcion. c. 24.
BN BILORIA Y MAGBBTAD. 51
conjunto, con peligro de envolver á los inocentes con los
culpados, y ds inatar alj w t o y al impio.
TI. S. Justino, nrilenario, impugna con tanta veemen-
cia los errores de los Milenarios, que no duda decir Q los
judios, con quienes habla, que no piensen son cristianos
los que creen y ensefian aquellas fhbulas, ni ellos los ten-
gan por cristianos, aunque los vean cubiertos con este nom-
bre, que tanto deshonran: pues, fiera de sus malas co,
iumbres, enserían cosas indigna de Dios, ajenas de la Escri-
tura, que ellos mismos han inventado, y aun opuestas 4 la
misma Escritura : y los trata, con razon, de hombres mun-
danos y carnales, que solo gustan de las cosm de. la car-
ne*. Casi en el mismo tono habla S. Irinéo: y es fh-
oil ver en todo su libro quinto, contra las Rerglas, donde
toca este punto, euaa lejos eataba de admitir en el reino
de Cristo casa alguna que oliese 4 carne 6 sangre ; pues
todo este libro parece puro espíritu bebido en las episto-
las de S. Pablo, y en el evangelio. S. Victorino, mi&
nario, se esplica del mismo modo contra los Mlenarios, por
estas palabras que trae Sisto Senense : luego no deb-
dar 0id4 á 108que confordndos, con el h r g e Cerinto eu-
tablecen d reino milenario en cosas terrenast. Pues
i qué Milenarios son estos que pelean unos con otros, y so-
bfe qué es este pleito? A esta pregunta, que es muy jui-
ciosa, voy A responder con brevedad.

PARRAFO 11.
78. Trea clase8 de Milenarios debemos distinguir, dando
B cada uno lo que es propio suyo, sin lo cual parece impo-
sible, no digo entender la Escritura divina, pero ni aun
mirarla: porque estas tres clases, juntas y mezcladas entre
si, como se hallan comunmente en las impugnaciones, for-

Qui solurn ea, quae aunt carnis, sapiunt. -S. Just in Dial. cont.
Triph. v. jn.
t Ergo audiendi non sunt, qui mille annorum regnum terrennm
eaee confirmant, qui cum Cerintho , haeretico sentiunt.-A*. S-.
lib. vi. Bibl. Sta. una. ed not. 347.
E 2
m L A VENIDA DEL MBSIAS

man aquel velo denso y oscuro que la tiene cubierta 6 íu-


accessible. En la primera clase' entran los herejes, y solo
ellos deben entrar enteramente, separados de los otros.
No digo por esto que deben entrar en esta clase todos los
herejes que fueron Milenanos : esto fuera hacer Q muchos
una grave injuria, y levantarles un falso testimonio ; pues
nos consta que hablaran en el asunto con la misma decen-
cia que hablaron los catblicos mas santos, y mas ospuitna-
les : buen testigo de esto puede ser aquel célebre Apoli-
nár, que respondió en dos volúmenes al libro de S. Dioni-
sio AlejandrinÓ contra Nepos, y como confiesa S. Jeró-
nimo, fub aprobado y seguido en este punto solo, de una
gran muohedumbre de catblicos, que por otra parte lo re-
coaocieron por herege, y detestaban sus errores: 4 q u k
(esto es á S. Dtonkio) responde en dos volúmenes Apo-
Iinár, que no solamente sus discipulos, sino otros muchos
de los nuestros lo siguen en esta parte *.
Es de creer,
que los catblicos que siguieron á Apolinár como Milenario,
no lo siguiesen ciegamente en todas las cosas que decia,
pues entre ellas hay algunas falsas y erróneas, como des-
pues verémos; sino que lo siguiesen precisamente en la
sustancia, sin aquellos errores. Mas sea de esto lo que
fuese, esta es una prueba bien sensible de que ni Apolinár,
ni los de su secta eran tan ignorantes y carnales, que se
acomodasen bien con las ideas groseras é indeoentes de
otros herejes mas antiguos ; de estos, pues, deberémos ha-
blar separadamente.
79. Eusebio y S. Epifaniot nombran á Cerinto como
al inventor de estas groserías. Como este heresiarca era
. d d o á la gula y á los placeres, ponia en estas cosas toda
la bienaventuranza del hombre. Así ensefiaba á sus dis-
cípulos, dignos sin duda de un tal maestro, que despues de
la resurreccion, antes de subir al cielo, habria mil afios de
Cui (Sancto Dionisio) duobus voluminibuci respondet Appoli-
aaris, non solum su= sectae homineii ; ved et nostrorum in hac parte
dumtaxat plurima sequitur mii1titudo.-S. Hieron.
f- Euseb. lib. 3. hist. et L. Epiph. hsresi 28. .
EN G L O R I A Y M A Q E H T A V . 58
descanso, en los cuales se daria 4 los que lo hubiesen me:
&do aquel ciento por uno del evangelio. En este tiem-
po, pues, tendrian todos licencia sin límite alguno, para
todas las cosas pertenecientes á los sentidos. Por lo cual
todo seria holg& y regocijo continuo entre los santoe:
todo convites magtiificos, todo fiestas, músicas, festines,
teatros, &c. Y lo que parecia mas importante, oada uno
seria duefio de un serrallo entero como un sultan : y él
m i m o era arrastrado por el &seo vehemente de eetas
cosas, y siguiendo los incentivos de la carne, soñaba que
en ellor coruistia la bienaventuranza*. i Qué os parece,
amigo, de estas ideas ? ;Os parece verosímil, ni posible,
que los santos que se llaman Milenarios, ni los otros doo-
tores católicos y pios, siguiesen de modo algutio este par-
tido? ¿ Que adoptasen unas groserías tan indignas y tan
1

contrarias al evangelio ? Leed por vuestros ojos los Mile-


nario~que nos quedan, y no hallareis rastro, ni sombra de
tales estulticias: con que 4 lo menos, esta clase de Mile-
nario~debe quedarse á un lado y no traerse í~ consideracion,
cuando se trata del reino del Mesias.
80. En la segunda clase entran, en primer lugar, los
doctores judios 6 Rabinos, con todas aquellas ideas misera-
bles, y funestas para toda la nacion, que han tenido y tie-
nen todavia de su Mesfas, á quien miran y esperan como
un gran conquistador, como otro Alejandro, sujetando 4
m dominacion con las armas en las manos, todos los pue-
blos y naciones del orbe, y obligando á todos sus individuos
h la observancia de la ley de Moisés, y primeramente á la
circmcision, &c. Dije que en esta segunda clase entran
los Rabinos en primer lugar, para denotar que fuera de
eUos hay todavia otros que han entrado, siguiendo sus pisa-
d s, 6 adoptando algunas de sus ideas. Estos son los que
se llaman con propiedad Milenarios judaizantes, cuyas ca-

Et quarum remm cupiditate ipae ducebatur, Quippe qui invita-


mentis corporis, et carnis cnin primis obsequeretur illecebris, in
ebdem beatam vitam fore 8omniabat.-S. Dionir. Alexand.:lib. v i i
&t. cap. 20.
54 L A VENIDA DEL M B S l A P
bezas principales fueron Nepos, obispo africano, contra
quien escribió S. Dionisio Alejandrino sus dos libros sobre
las promesas, y Apolinár, contra quien escribió S. Epifa-
nio en la herejia 77. Estos Milenarios conocieron bien en
las Escrituras la sustancia del reino del Mesias : conocie-
ron que su venida del cielo Q la tierra, +e esperamos todos
en gloria y magestad, no habia de ser tan de prisa, como
suponen comunmente : conocieron que no tan luego ,.se
habian de acabar todos los vivos y viadores, ni tan h e g o
habia de suceder la resumcion universal de todo el linaje
bumano : conocieron que Cristo habia de reinar aquí en la
tierra, acompafiado de mucbisimos korregnantes, esto ea,
de mucbisimos santos y resucitados : conocieron, en fin, que
habia de reinar en toda la tierra, sobre hombres vivos y
viadores, que lo habian de creer y reconocer por su legi-
timo Sefior, y se habian de sujetar enteramente Q sus leyes,
en justicia, en paz, en caridad, en verdad;como parece
claro y espreso en las mismas Escrituras. Todo esto cono-
cieron estos doctores : Q lo menos lo divisaron como de
lejos, oscuro y confuso. Si con esto solo se hubieran con-
tentado i ob cuan dificil cosa hubiera sido el impugnarlos !
Todas las Escrituras se hubieran puesto de su parte, y los
hubieran rodeado como un muro inespugnable.
81. La desgracia fué que no quisieron contenerse e n
aquellos limites justos que dicta la razon, y prescribe le
revelacion. Aiiadieron de suyo, 6 por ignorancia, 6 por in-
advertencia, ó por capricho, algunas otras cosas particula-
res, que no constan de la revelacion: antes se le oponen
manifiestamente; diciendo y defendiendo ostinadamente,
que en aquellos tiempos de que se habla, todos los hombres
serian obligados á la ley de la circuncision, como tambien
á la observancia de la antigua ley y del antiguo culto : mi-
rando todas estas cosas, que fueron, como dice el apóstol,
el ayo que nos condujo á Cristo*, como iiecesarias para
la salud. Estas ideas ridiculas, mas dignas de risa que de

* Wedagops ...in Christo.-Paul. ep. ad Culur. iii, 24.


BW GLORIA Y MAGBBTAD. 56
hpngnacion, fueron no obstante abrazadas por innumera-
bles secuaces de Nepos y de Apohar, y ocasionaron, aun
dentro de la iglesia grandes disputas y altercaciones, entre
las cuales parece que quedó confundido, y olvidado del
todo el asunto principal.
82. Nos queda la tercera clase de Milenarios, en que
entran los católicos y pios, y entre estos, aquellos santos
que quedan citados, y otros muchos de quienes apenas nom
ha quedado noticia en general : pues muchos varones ecle-
siásticos y miirtires son del nrismo sentirq. Por los que
nos quedan de esta clase, parece ciertísimo, que ni admi-
tian los errores indecentes de Cerinto ; antea espresamente
los detestaban y abominaban, ni tampoco las fábulas de
Nepos y Apolinhr : pues nada de esto se halla en sus es-
critos. Y o he leido á S. Justino, S. Irinéo y Lactanoio,
y no hallo vestigio de tales despropósitos. Pues, ;qué es
lo que dijeron, y por qué los notan de error? Lo que dije-
ron fué lo mismo en sustancia que lo que se lee espreao
en los Profetas, en los Salmos, y generalmente en toda la
Escritura, á quien abrieron con sn llave propia y natural.
Si me pregunta. aora i qué llave era esta? Os respondo
al punto resueltamente, que es el Apocalipsis de S. Juan,
en especial los cuatro capítulos tiltimos, que corren por los
mas oscuros de todos, y no hay duda que lo son, respecto
del sistema ordinario, Entre estos está el capitulo 20 que
ba sido con cierta semejanza, piedra de tropiezo, y piedra
& escandalo t.
83. Esta llave preciosa é inestimable tuvo la desgracia
d e caer casi desde el principio en las manos inmundas de
tantos herejes, y aun no herejes, pero ignorantes y carnales :
y esta parece la verdadera causa de haber caido con el
tiempo en el mayot desprecio y olvido el reino de Jesu-
cristo en su segunda venida, glorioso y duradero, quedando
como margarita preciosa confundido con el polvo, y es-
condida en él.
* Multi ecclesiasticorum viromm, et martyres ita dixerunt.-
Videfol. 2ú.
+ Lapis offensionis, et petrs scandali.-Div. Pet. q.1, c. ii, v. 8.
84. E s verdad que no por eso ha estado del todo invbsi-
ble : lo han visto y observado bien, aunque algo de lejos
por no contaminarse, los que debian abrir ciertas puertas,
hasta aora absolutamente cerradas en la Escritura : mas n o
atreviéndose á tomarlas en las manos, han porfiado, y por-
fiarán siempre en vano, pensando abrir aquellas puertas con
violencia ó con mafia, 6 con otras llaves estrafias, que no
s e hicieron para ellas. Los padres y doctores milenarios
de que hablamos, no tuvieron esas delicadezas ; tomaron la
llave con fe sencilla y con valor intrépido : la limpiaron de
aquel lodo é inmundicia, que tanto la desfiguraba ; y con
esta sola diligencia abrieron las puertas con gran facilidad.
Esta es toda la culpa. '
85. No obstante, es preciso confesar (pues aquí no pre-
tendemos hacer la apologia de estos doctores, ni defender
todo lo que dijeron, ni pensamos fundarnos de modo algu-
no en su autoridad) es innegable, digo, que á lo menos no
se esplicaron bien, y habiendo abierto las puertas, no abrie-
ron las ventanas : quiero decir, no se detuvieron á mir*
despacio, y examinar con atencion todas las cosas particu-
lares que habia dentro. Pasaron la vista, sobre tado muy
de prisa, y muy superficialmente, porque tenian otras mu-
chas cosas para aquellos primeros tiempos de mayor impor-
tancia que les llamaban toda la atencion. Esto mismo ob-
servamos en los doctores mas graves del cuarto y quinto
siglo, que aunque sapientisimos y elocuentisimos no siempre
se esplicaron en algunos puntos particulares cuanto aora
deseamos, y habiamos menester. Tambien es innegable,
que muchos Milenarios, aun de los católicos y pios, mas
poco espiritddes, abusaron no poco del capitulo xx del
Apocalipsis, aiíadiendo de su propia fantasía cosnei que no
dice la Escritura, y pasando á escribir tratados y Iibros
que mas parecen novelas, solo buenas para divertir ociosos.
86. Mas al fin esas novelas, esas fábulas, esos errores
groseros é indecentes, ó de herejes, ó de judios, ó de judai-
zantes, ó de católicos ignorantes y carnales, por cuanto se
quieran abultar y ponderar, no son del caso. i Por qué ?
Porque ninguna de estas cosas se leen en la Escritura.
EN GLORIA Y bIAGI(W'TAD. 59
Nada de esto se lee en los Profetas, ni en los Salmos, ni en
el Apocalipsis, de donde se dice que sacaron aquellas no-
vedades. Nada de'esto, en fin, dijeron, ni pensaron decir
aquellos santos doctores, que vemos notados y confundidos
entre los otros con el nombre equívoco de Milenarios. Pues
i por qué los notan de error ? i Por qu6 aseguran eu ge-
neral que cayeron en el error 6 fábula de los Milenarios?
El por qué lo irémos viendo en adelante, y poco á poco
pues verlo tan presto y de una vez patece imposible.

$7. N o penseis, sefior, por lo que acabo de decir, que


yo tambien quiero confundir entre la muchedumbre de es-
critores, aquellos graves y eruditos, que han escrito de
propósito sobre el asunto. Sé que hay muchos de ellos,
que hacen una especie de justicia, distinguiendo bien la
sentencia de los padres, y varones eclesiústicos, de la sen-
tencia de los herejes y judaizantes. Dije que hacen una
especie de justicia, porque la que hacen me parece una jus-
ticia nueva y diversa en especie, de todo lo que puede me-
recer este nombre. Por uria parte veo, que los separaron
con gran razon de toda la otra turba de Milenarios, que les
dan por esto el nombre de inocuos, 6 iriocenles ; mas por
otra parte, cuando llegan á la censura y á la sentencia de-
Iinitiva, entónces ya no se ven separados de los otros, sino
unidos estrechamente para recibir junto con ellos el mismo
golpe. La sentencia general comprendida en estas cuatro
palabras error, sueíío, delirio. fábula, cae sobre todos sin
distincion ni misericordia. Ved aquí un ejemplo, y des-
pues de él no dejareis de ver otros semejantes.
88. Sisto Senense, que es autor erudito y juicioso, toca
el punto de los Milenarios : y despues de haber hablado
indiferentemente, dice estas palabras : hay sin embargo al-
gunos que opinan, que una y otra sentencia dista muchí-
simo entre si*. Para probar esto, es á saber : que la seri-

Sunt tamen qui arbitrentur, utramque sententiam lougi~imbin-


- Sist. Sen. Bibliot. ranct. lib. iii, annot., 233
kr ae diatare.
60 L A VENIDA D E L M B S I A S

tencia, 6 doctrina de los Milenarios buenos y santos era di-


versisima de la sentencia de los herejes, 6 tal vez para pro-
bar todo lo contrario, traslada un pasaje entero y bien lar-
go de Lactancio Firmiano, el cual cancluido, confiesa inge-
nuamente, que aquella doctrina es muy dil'erente de la d e
Cerinto y sus secuaces, que todo lo reprueba. Y jcon
qué razones ? No lo creyera, si no lo viera por mis ojos.
Con las mismas y únicas razone8 con que se impugnan los
herejes., Sería1 manifiesta de que no hay otras armas. Ved
aqui sus palabras : hasta aqui la sentencia de Lactancio
y otros, la que aunque diversa del dogma de Cerinto,
contiene con todo error ageno de la doctrina evangklica
que enseñu : que despues de la resurreccion no ha de hu-
ber coito alguno de marido y muger : ningun uso de man-
j a r y bebida, y$nalmente ningun deleite de vida camal.
Pues dice al Señor : En la resurreccion, ni se casarán, ni
serán dados en casamiento. Y segun la sentencia & S.
Pablo, el reino de Dios no es comida ni bebida*. No
hay mas impugnacion que estn de la doctrina de Lac-
tancio, ni de algun otro de aquellos que ya hemos mesa-
+
cionado ? NO, amigo ; no hay mas, porque aqui se con-
cluye el punto.
89. Sin duda os parecerá cosa increible que un autor d e
juicio, acabando no solo de leer, sino de copiar un testo
entero, en que se contiene la doctrina, no solo de Lactan-
cio, sino tambien de otros que mencionarkmos, no halle
otra cosa que oponer 4 esta doctrina, sino 10s dos testos d e
S. Pablo, y del evangelio, como si esto destruyese aquella
doctrina, 6 hablasen contra ella, Una de dos : 6 Lactancio
dice, que entre los santos resucitados habrá estos casamien-

* Hactenus Lactantii, et aliorum sententia, q u z licet B Cerinthi


dogmate sit diversa, errorem tamen continet alienum ab evengelica
doctrina, q u z docet, nullum post resurrectionem forb maris, ac fa+
minz coitum ; nullum cibi, pohieque usum, nullum denique carnalis
vitz oblectamentum, dicente Domino : in retuwectione, n e p e nubent,
n e p e nubentur, et juxia Padi vocem, regnum Domini non ett cibuc,
# potua.- &¡'a-. Sen.
.t. Et aliorum qnos commemoravimua.
U N G L O R I A Y MAGESTAD. 50
t o s y b q u h s , y deleite de la vida carnal (y en este
caso m sentencia no ser4 diversa de la de Cerinto, sino una
misma), 6 si no lo dice, toda la impugnacion y los testos del
evangelio, y de S. Pablo, en que solo se funda, serán fuera
del caso, serán un cantar fueradel coro, ser4n un puro em-
brollar, y no querer hacerse cargo de lo principal del asun-
to que se trata. Aora pues: es cierto que Lactancio,
ni indirecta ni directamente dice tal despropósito, ni en el
l u g a ~citado, ni en algun otro, ni Lactancio era dgun igno-
rante, ó algun impío, que no supiese, 6 no creyese una de-
cision tan clara del Evangelio : es cierto del mismo modo,
que ni S. Justino, ni S. Irenéo, ni Tertnliano, ni alguno
otro de aquello$ á quienes mencionó este autor, han avan-
d o tal error, ni les ha pasado por el pemamiento...r.
Luego debian buscarse otros argumentos, 6 debia guardarse
en el asunto un profnndo silencio. La consecuencia parece
buena : mas no hay lugar.
90. Lo que acabo de decir aqni de este, lo podeis esten-
der sin temor alguno h todos cuantos han escrito c o n h los
Milenarios. Y o 4 lo menos, ninguno halb que no siga, 6
en todo, b en gran parte esta misma conducta Todos se
proponen el fin general de impugnar, destruir, y aniquilar
nn error ; mas antes de descargar el gran golpe, distinpen
unos Milenarios de otros : los herejes torpes, de losjudaizan-
tes : estos y aquellos, de los inocuos. i Para qué ? i Para con-
denar 4 los unos y absolver 4 los otros? Parece que no,
porque al fin el gran golpe cae sobre todos. Todos deben
quedar oprimidos bajo la sentencia general : y la cualidad
de bzocuos solo puede servirles para tener el triste consuela
de morir inocentes. Para justificar de algun modo esta
cruel sentencia, citan la autoridad de cuatro santos padres
muy respetables : esto es, S. Dionisio Alejandrino, S. Epi-
fanio, S. Jerónimo, y S. Agustin; como si estos hubieran
dado el ejemplo de una conducta tan sin ejemplar. Mas
d e s p q s de vistos y examinados estos cuatro padres (en
quieaes se funda toda la autoridad estríuseca, con que nos
piensan eepantar)~nosquedamos con el deseo d e saber, para
qué fin nos remiten 4 ellos : si para que condenémos los er-
60 LA VENIDA DBL MESIAS

rores de Cerinto, ó los de Nepos, ó los de Apolinhr, pueb


de estos solos hablan dichos santos, y 4 estos solos son los
que los impugnaron con muy buenas y sólidas razones.
Aunque nos detengámos algo mas de lo que quisieramos,
se hace preciso aclarar este punto, viendo lo que dijeron
estos padres, y tambien lo que no dijeron.

PARRAFO IV.
91. El mas antiguo de estos es S. Dionisio Alejandkino,
que escribió hcia la mitad del tercer siglo. Este santo
doctor escribió una obra dividida en dos libros, que intitnló
de las promesas. E n ella impupb, así los errores groseA
ros de Cerinto, como pricipalmente un libro, que andaba
entónces en manos de todos, cuyo autor era un obispo d e
Africa llamado Nepos. Mas en esta impugnacion, j cual
fu6 su asunto principal, ó Gnico ? i Qué es lo que realmente
impugnó y convenció de falso ? Aunque no nos ha quedado
ni el libro de Nepos, ni e l de S. Dionisio, mas por tal cual
fragmento de este bltimo, que nos conservó Eusebio en el
libro séptimo de su historia, capítulo veinte, se ve eviden-
temente. que S. Dionisio no tuvo en mira otra cosa, que
los escesos ridículos de Nepos, y sus pretensiones particu-
lares sobre la circuncision, y la observancia de la ley de
Moisés ; á que se afíadian otros errores muy parecidos B
los de Cerinto. Sus palabras son las siguientes. M-
habidndose presentado una obra, segun algunos, elocuen-
tbima, cuya doctrina, como tengo dicho, aseguran se^
muy recóndita, y que- encierra grandes misterios; y ha-
biendo despreciado sus doctores la Ley y los Profetas, de-
pravado los escritos de los Ap6stoles, sin querer obedecer
al evangelio ; y no dejando que nuestros hernranos t a l vez
los mas sencillos d ignorantes discurran sobre la admira-
ble y verdaderanaente divina venida del Señor, de nuestra
resurreccion, de nuestra union y compañia que hardmos ¿í
Dios, y de nuestra semejanza con su naturaleza inmortal ;
sino que han procurado persuadirles, que el reino de
. Dios nos ofrece unos premios terrenos, cuales solemos
q e r a r de los hombres en esta vida; hemos creido de la
EN GLORIA Y MAQBSTAD. 61
mayor necesidad apurar todo nuestro esfuerzo contra este
hombre llamado Nepos, como si estuviera presente *.
92. Y a conoceis por estas palabras, que es lo que decia
Nepos, y lo que S. Dionisio se propone para impugnar.
Si quereis aora ver con mas claridad toda la sustancia de
esta impugnacion, y por consiguiente la sustancia del libro
de Nepos, leed á S. Jerónimo sobre Isaias, que hablando
de S. Dionisio dice asi : contra el cual el varon elocuen-
tísirno Dionisio, 0bi3po de la iglesia de Alejandria, es-
cribió u n elegante libro burlándose de la fábula de los
mil afios: de la Jerusaldn de oro guarnecida de piedras
preciosas en la tierra : de la reparacion del templo : de
los srscrijtcios sangrientos: de la observancia del sábado :
de le. afrentosa circumision : casamientos : partos :
educacion de los hijos : delicias de los banqurtes : servi-
dumbre de todas las naciones : nuevas guerras, ejkrcitos
y triunfos : la matanza de los vencidos, y de la muerte de
centenares de pecadores : &c. .t.
Verum cum opus scriptum nobis objectum sit, illudque, ut qui-
busdam placet, ad persuadendum vaientissimum, cumque doctores
ejns sectz legem, et prophetas pro nihilo putent, evangelica sequi
nqligant, Apostolorum epistolas depravent, hujus tamen operis
d~trinam,u t dixi, tamquam inagnum aliquod, et ahstrusum mys-
terium asseverant complectentem. Cumque fratres nostros
aliquando simpliciores, et magis imperitos de suhlimi, et admirando
opere, ve1 giorioai, verbque divini Domini nostri adventus, ve1
nos- A mortuiv resurrectionis, cum Domino conjunctionis, eonso-
eiationisque, et ad ejus immortalem naturam assimilationis, non
diqoando cogitare sinant : sed illis persuadere conentur in regno
Dei objecta, et mortalia przmia, quaies ab hominibus in hac vita
spectare solemiis, tandem futura; nobis certe necessum arbitror
adversus istum, quem dico Nepotem, perinde ac si przstb adesse
wuta ratíone disceptare. -Dionis.
t Adversuri quem vir eloquentissimus Dionisius Alexandrinz Ec-
clesb Poatifex, elegantem scripsit librum, irridens miiie annorum
fabulam, et auream, atque gemmatam in terris Jerusalem, inutaurs-
tionem templi, hostiarum sanguinem, otium sabbati, circuncisionis
injuriam, nuptiau, partus, liberorum educationem, epularum delicias
et cunctarum gentium servitutem, rursusque bella, exercitus, et
thmpbos, et superatorum neces, mortemque centenarii peccatoris,
&c. -Hier. in Isai. ad Pref. lib. 18.
&2 LA VENIDA DEL MESIAS

93. S i el libro de S. Dionisio no contenia otra coea que


la inision é impugnacion de todo esto que acabamoa d e
leer, cierto que no hablaba de modo alguno con los Mile-
n a r i o ~inocuos, sino con los judios 6 judaizantes : es verdad
que aquellas primeras palabras contra el cual, no caen e n
el testo de S. Jerónimo sobre Nepos, pues ni aun siquiera
lo nombra, sino sobre S. Irinéo, de quien va hablando ;
mas este es un equivoco claro y manifiesto, no de S. Jeró-
nimo, sino de alguno de sus antiguos copistas ; pues nadie
ignora, como que es una cosa de hecho, contra quien escri-
bi6 S. Dionisio : y el mismo santo dice, que escribe contra
a t e hermano á iuidn llamo Nepos. %eis acaso, q u e
lo mismo es escribir contra Nepos, que contra S. Irinéo,
paes ambos fueron Milenarioe ; mas esto seria bueno, si pri-
mero se probase que S. Irinéo habia eusefiado y sostenido
los mismos despropósitos de Nepos, que son espresamente
los qne S. Dionisio impugna en su libro. Con un equívoco
semejante es bien facii llevar h la horca á un inocente.
94. El segundo santo padre que se cita, es S. Epifanio,
que escribió cien &os despuea de S. Dionisio Alejandrino.
Este santo doctor en su libro, contra las herejiae, es cierto
que habla dos veces de los Miienarios, y contra elloa. La
1 primera en la herejia 28, solamente habla de Cerinto, y
habiendo propuesto sus particulares errores, los conhta fá-
cilmente con el evangelio, y con S. Pablo. La segunda
en la herqjia 77, habla de Apolinhr y sus secuaces. Y
i qué ea lo que aquí impugna ? Vedlo claro en sus propias
palabras. Porque si de nuevo resucitamos para circun-
cidamos, i p o r qué no anticipamos la circuncision ? Y
i qu4 inteligencia podrá tener la doctrina del Apóstol que
dice : si os circuncidais, Cristo no os aprovechará nada ?
Tambien los que os justiíicais por la ley habeis caido d e la
gracia. Igualmente aquella sentencia del Salvador : eq
la resurreccion ni se casarán, ni serán dados en casamiento ;
sino que serán como ángeles *. Todo lo que sigue va en
Nsm ei denub, ut circumcidamnr resurgimus, i cur non c h u m -
e i e ' w antevertimus ! J Quomum @tur ab Apostolo diitum eat :
a' circumcidamini Chriatur vobb nihil proderit ? Item, qui in lege jurti-
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 63
d e tono, y no contiene otra cosa. Con que toda la
inipngoacion va á los judaizantes.
95. Es verdad, y no se puede disimular, que antes d e
coaeluir este punto, el santo dti la sentencia general contra
todos los Milenarios sin distincion, y todo sin distincion lo
condena por herejías : lo cual nota con gran cuidado el pa-
dre Suarez, como si fuera alguna decision espresa de la
Iglesia*. Mas ¿quién ignora, dice el padre Colmet, sobre
el capítulo 20 del Apocalipsis, que S. Epifanio llama here-
jía muchas cosas, que en realidad no lo son, solo por que
no eran de so propia opinion? Esto mismo notan en S.
Epifanio otros muchos sábios, que no hay para que nom-
brar aquí, siendo esto una cosa tan corriente. Fuera de
que si S. Epifanio condena por herejia la opinion de los
Milenarios, aun de los inocuos y santos, S. Irinéo hace lo
mismo respecto de los que signen la opinion contraria,
llaniándolos ignorantes y herejes : de lo cual se queja con
Natal Alejandro * : segun esto tenemos dos santos
padres, uno del siglo segundo y otro del cuarto, los cua-
les condenan por herejía dos cosas contradictorias. i A
m a l de estos debemos creer ? Direis que en este punto 4
ninguno, y yo suscribo de bnena'fe ti vuestra sentencia,
conformándome en esto con la condocta de S. Justíno, el
anal aunque buen Milenario, no se mete á condenar ti
los que no lo eran ; antes le dice ti Trifón estas palabras,
llenas de equidad y claridad: No roy tan miserable, 6
IFtyon, que a j m e lo contrario de lo que siento : te k
dicho que así piensan muchos que ms siguen ;pero tarn-
&a te he signi$cado, que otros Cristianos muy piadosos
son ds diverso parecer t.
&umMi, b gmtia excidirtis. Tum etiam illud Salmtoris dictum : in
rcwwectiose neque nubent, neque nubentur, red erunt sicut Angeli.
t.Epiphn.
P. Fuar. part ii, de Incar. disp. 6, sea. 8.
f Natai. Alexand. hiet. ecol. sea. i, disp. 27.
f Non sum eo miseria redactua, 6 Trifon, ut aliter q u h eentio,
loquer : confeasus sum tihi, me, et plures mecum sentienteri, id ita
fnturum arbitrari ; multo8 verb etiam, qui purz, piaaque sunt sen-
-
tentise christianomm, hoc non agnoecere, tibi significavi. Just.
64 . LA V E N I D A D E L MBSIAS
96. E l tercer santo padre que se cita contra todos los
Milenarios sin distincion, es S. Jerónimo. Mas yo no &
por qué citan para esto á S. Jerónimo. Este santo'doctor,
lo primero, jamas habló d e propósito sobre el asunto, sino
que apenas lo tocó de paso, y como por incidencia, ya en
este, ya en aquel lugar, y siempre de un modo mas hi-
torial que discursivo. L o segundo, jamas esplica determi-
nadamente de qué Milenarios habla. Parece tal vez á
primera vista que habla de todos sin distincion ; mas por su
mismo contesto, se conoce evidentemente, que solo habla
de los secuaces de Cerinto : por ejemplo : cuando dice so-
bre el prefacio de Isaias; á quienes no entidio, si son t a n
amantes á lo terreno, que aun en el reino de Dios lo soli-
citen, y busquen despues de la abundancia de manjares
y de toda clase de escesos en la comida y bebida, los de-
leites consiguientes á la gulaK. l A quién sino ii Cerinto
le puede esto competir? E n otra parte dice asi: con ocasion
de esta sentencia algunos introducen mil años despues
de la resurreccion, &c.-/- S i esta palabra despues de la
resurreccion, significa la general resurreccion, solo B
Cerinto y sus partidarios puede convenir, pues solo B
estos se atribuye este despropósito particular. Todos
los otros ponen la resureccion general, no Antes, sino
despues di: los mil aííos. Fuera de que en el mismo
lugar esplica el santo, d e qué Milenarios habla, cuando
dice: no advirtiendo que si en las demas cosas es muy
justa la recompensa; es muy torpe quererla aplicar
á las esposas, de manera que se provetan ciento, por
una que huyan renunciado t. Buscad algun Milenario
fuera de Cerinto, que haya avanzado esta brutalidad, y
* Quibus non invideo, si tantúm amant terram, ut in regno
Christi terrena desiderent, et post ciborum abundantiam, gulaque
-
ventris ingiuviem, ea quae sub ventre sunt, quarant. Hier. lib. iii,
in Zsai. c. 13.
t Ex occasione hujus sententiae quidam introducunt miile annoe
post resurrectionem, &c.
Non intelligentes, quod si in cateris digna sit repromisnio, in
nxoribus appareat tiirpitudo, ut qui unam pro Domino dimisserit,
centuni recipiat in futuro.
ytamente no lo hdlareis. Luego es claro qiw S. J a
nimo habla aquí solamente de Cerinto.
97. Finalmente, para que veais que este sonto doctor
ningun modo favorece C\ los que 4 todos los Milenarioe
I general quieren sujetarlos á una misma sentencia, traed

la memoria lo que notamos en el artículo; esto es, lo


e dice sobre el capítulo xix de Jeremias: las nurles
sus, aunque no las sigamos, colz todo nopodémoa repro-
'rlns; porque muchos varones ecl~s1~ásticor y mártir&
s sigzcen". Si el santo hablára aquí de la opiaioa de Ce-
ririto, ó de las cosas particulares en que erraron tanto, así
?
.

epos. como Apolinbr, parece claro, que no solamente po-


a, sino que debia condenar todas estas cosas, porque así
dijeron y lo hicieron S. Dionisio y S. Epifanio. Con
yiie diciendo, no podemos condenar estas cosas, porque
aii lo dijeron muchos doctores catblicos, y entre elloa mu-
cho., mhrtires, con esto solo compre~démosbien, que por
aqtí,nces no tenia en mira otros Mileaarios, sino los cató-
os y santos: por consiguiente, que estos no merecian
r comprendidos en la sentencia general. Luego para
te punto, qiie es de lo que hablamos, la autoridad de
Jerhnimo nada prueba, y si algo prueba, es todo lo con-
irio de lo que intentan los que la citan.
98. El cuarto santo Padre, en fin, es S. Agustin, el
al en el libro xx de l a Ciudad de Dios capitulo séptimo
bla de los lfilenarios, y no los deja del todo hasta el ca-
ti110 diez. Con todo eso podemos decir de S. Agustin
mismo á proporcion que hemos dicho de los otros santos
idres; esto es, que en todo lo que dice no aparece otra
sa, ni hay de donde inferirla, que los. errores indecentes
1Cerinto, y de los que le habiati segui&o. En el capítulo
I refiere estos errores y propone el lugar del Apocalipsis,

ie pudo baberles dado alguna ocasion, y luego atíade


tas palabras : l a cual opinion seria de aZgun modo tole-
lble, si se creyera que en aquel reinado solamente goza-
* Qure licet non sequamur, tamen damnrue non possumue
quia miilti ecclesiásticonim virorum, et martyres ita dixemnt. ;
T O M O 1. F
66 LA VENIDA D E L M B Y i A S

rábz los santos delicias espirituales p o r la p r m b


, Señor, pues yo tambien pensé en otro tiampo Ea ncisrno;
pero aJirmar que los que r e m i t e n se entregarán á esce-
h a s viandas carnales, y que es mayor de Zo qru
puede creerse la abundancia y el modo de las bebidai.
y margjares, á esto no pueden da7 arenso sino los
mismos hombres carnales, á quienes los espirituales lla-
maso'oisia4isba.s (o ckiliastas) rumsba que trasladada di-
kralmente l l griego, signijca mileuarios*. Esto es tado
auanto se halla en S. Agustin sobre el punto de Milerm-
rios : pues lo que se sigue en este capítulo vii, como en los
dos siguientes, s e reduce ii la esplicacion que el santo pro-
cura dar al capítulo xx del Apocalipsis. L o examinaré-
mos mas adelante.
99. Aora pues : i que conexion tiene todo esto, con lo
que dijeron los doctores milenarios, católicos, y santos ? Es-
tos tambien reprobaron, y con mucha mayor acrimonia, lo
que reprueba S. Agustin. Este santo doctor dice, que la
opinion de los Milenarios en general
- fuera tolerable, si se
admitiesen 6 creyesen en los santos algunas delicias espiri-
tuales en la presencia del Sefior. Con que si los Milenarios
buenos de que hablamos, admitieron y creyeron en los saa-
tos ya resucitados, y aun en los viadores, estas delicias .e+
ipirituales, su opinion será 4 lo menos tolerable, y no dig-
na de condenacim ni repreneioo. Y ;podreis, amigo, du-
dar de esto si leis con vuestros ojos esos pocos Milenarios
'que nos han quedado? N o os cito aora 4 S. Irinéo, ni
5 S. Justino, porque esto sena cosa muy larga, os cito un
Q u z opinio esdet utcumque tolerabilis, si aliquz delitiae spiri-
tiiales in iiio sabbato a f i t u r z sanctis per Domini przsentiam crecie-
rentur : nam etiam nos opinati sumus aliquando ; sed cum eos, qui
*tunc resurrexerint, dicant immoderatiss imiir carndbus epulis vaca-
tnros, in quibus cibus sit tantus, ac potus, ut non solum nullam
mokstiarn teneant. sed modus quoque ipdius omnem credulitatem
excedat, nullo modo ita possiint nisi B carnalihua credi : hi autem,
qui spiritualev suut, istos iata credentes Chialistas (sive Chiliantas)
.Irseant, graeco vocal>ulo, quod verbnm, 6 verbo exprimentes, nos
pbauelus milknanos nuacripare.-Arg. de Civ. Dei. c. vii.
EN G L Q R I A Y MAGBSTAD. 67
lugar breve de Tertuliano, en el cual se hallan espresa
esas delicias de S. Agustin. Porque tambien confes,~-
m s , dice, que en la tierra se nos ha prowetido un reino,
anterior al celestial, aunque en otro estado, como que es
para mil aiios despues de la resurreccion en la Jeru-
salén que milagrosamente bajará del cielo, á la cual llama
e2 Apostol nuestra celestial madre, nuestra herencia :
esto es decir, que somos habitadores del cielo, y desbina-
dos para esa ciudad celestial. Esta fuk conocida por
Ezequiel, la vió S. Juan, y el libro de so Apocalipsi~,
que creemos ser una nueva profecía, da testimonio de ella,
predicando ser la imájen de la ciudad santa que se le ha
de revelar. E n esta decimos, que se han de recibir los
santos en la resurreccion, y se han de enriquecer con
toda clase de bienes; bienes á la verdad espirituales
- abun-
dantísirnos, como recompensa preparada por Dios, por
todo lo que renunciamos en el mundo :pues es cosa muy
justa y muy digna de su Majestad, que se gocelb sus sier-
vos allí mismo, donde fueron a$Gidos por su nombre*.
100. Fuera de estos cuatro santos padres que acabamos
de ver citados con los Milenarios en general, hallámos toda-
via otro en la disertacion de Natal Alejandro-!., esto es, á
S. Basilio. ¿, Y qué dice S . Basilio? Se queja de los des-
* Nam et confitemur in terra r e p u m nobis repromissum, sed an-
te ccelum, sed alio statu,utpote post resurrectionem in mille annos,
in civitate divini operis Jerusalem cceio delata, quam et Apostolus
matrem nostram sunum designat, et polyteuma nostrum, id est,
munieipatum in ccelis esse pronuntians, alioqui utique cceleati civi-
tati eum deputat. Hanc et Ezequiel novit, et Apostolus Josnnes
vidit, et qui apud fidem nostram est novze prophetiz, seu ~ ~ o c a i i ~ -
si8 sermo teatatur, ut etiam effigies civitatis ante reprasentationem
.ejw conspectui futuram predicari. Hanc dicimus excipiendis re-
surredione Sanctis, et refovendis omnium bonornm, utique spiritu-
Plium copia, in compensationem eorum, quze in szeculo, ve1 des-
peximus, B Deo grospectam. Sic quidem est justum, et Deo dignum
iiinc quoque exultare famulos ejus, ubi siint et affiicti in numine
ejw.-Tertul. lib. iii, in M a ~ c i o n .c. 24.
Nat. +4le,x. in ep. iv, S. Barr. ad Episc. orient.
F 2
68 LA V E N I D A D B I , MESIAS

propósitos de Apolinár, y nada mas ; sus palabras son estas i


y escribió de resurreccion ciertas cosas fabulosas mas bien
diré judaicamente, en las que dice que nosotros p o r se-
gunda vez hemos de volver al culto que manda la ley, de
modo que de nuevo nos circuncidémos, guardémos el sá-
bado, nos abslengámor de los manjares pr6hibidos en la
ley, ofrezcámos sacri$cios á Dios, lo adorémos en el tem-
plo de Jerusalén, y enteramente nos convirtámos de GAS-
tianos en judios. Qué cosa rnas ridícula podrá decirse,
ni que mas se oponga al dogma evangelico * ?
101. Esta queja de S. Basilio es bien fundada y justa.
Mas no solamente S. Basilio, sino tambien S. Justino,
S. Innéo, S. Victorino, S. Sulpicio Severo, Tertuliano,
Lactancia, y otra grao muchedumbre de doctores católicos ,

y santos que fueron Milenarios, podian quejarse, y con mu-


cha razon, por lo que tocaba á ellos mismos de Apolinár,
de Nepos, y de todos sus secuaces: pues los despropósitos
que ellos afiadieron, fueron la ocasion ó la causa, mucho
mas que las groserías de Cerinto, de que al fin todo se con-
fundiese, y que por castigar y aniquilar á los culpados, no
se reparase en tantos inocentes, que con ellos comunicabah
únicamente en el asunto general
- ; como á veces ha suce-
dido, que pbr impugnar con demasiado ardor un estremo,
han caido algunos en el otro, siendo así que la verdad es-
taba en el medio.
102. En efecto : estas dos lejiones de Milenarios judai-
zantes, partidarios de Nepos y de Apolinár, y los libros
que salieron contra ellos así de S. Dionisio, como de
S. Epifanio, &c:, parece que forman la época precisa de la
mudanza entera y total de ideas sobre la venida del Sefior
* Scripsit et de renurrectione qtedam fabulose, imo judaich com-
gosita, in quihus dicit, nos iterum ad cultum in lege prtescriptum
reversuros, ita ut iterum et circumcidamur, et sabbatum obsememus,
et cibin in lege prohibitis abstineamus, sacrificiaque Domino offera-
'mus, et in templo Jerusalem adorernus, atque pronus ex christianis
judtei reddamur, quibus quidnam poterit ridiculum magia, imo aiie-
num ab Evangelico dogmate dici ?-Sanet. Bae. in ep. cit.
BN G L O R I A Y MAQBSTAD. @
en gloria y magestad t. Hasta enthnces se habia entendido
la Escritura divina como suena, segun en sentido propio,
obvio y literal: por consiguiente se habian creido fiel y
sencillamente todas las cosas que sobre esta venida del Se-
úor nos dice y anuncia la misma Escritura divina. Y si
habia habido algunas
- disputas, estas no tanto habian sido
sobre las cosas mismas. sino sobre el modo indecente y
mundano con quo hablaban de ellas los herejes y los judios.
Mas habiendo llegado despues de estos las lejiooes de los
jndaizantes, que tomaban mucho de los unos y de los otros,
y que eran mucho mas doctos, 6 mas disputadores que ellos,
todo se empezb luego á desordenar, 4 oscurecer, y confun-
dir la verdad con el error, y las Escnturas mudaron entón-
ces de semblante. Las cosas claras y limpias, que antes
se leían en ellas con placer, y que se entendian sin diñcul-
tad, aora ya no se entendian, ni se conocian con la debida
claridad, porque se veían mezcladas ingeniosamente con
otras que habian venido de nuevo, que con ramn parecian
insofribles.
103. E n estos tiempos de oscuridad, se hallaban los doc-
tores catblicos ocupados enteramente en resistir y confutar
a los Arrianos, infinitamente mas peligrosos que todos los
Mienarios, pues tocaban inmediatamente ti la persona del
Mesías, y 4 la snstancia de la religion. Por tanto, no les
era posible aplicarse de propósito al examen formal y cir-
cunstanciado de este punto, ni tomar sobre si un trabajo
tan grande, como era separar, segun las Escrituras, lo pre-
cioso de lo vil, que en los Milenarios judaizantea estaba
tan mezclado.
104. N o obstante, deseando alejarse, y alejar 4 los fieles
así del jodaismo, como de las ideas indecentes de los
herejes (pues ambas cosas parece que acceptaban en grao
parte los judaizantes) les pareció por entónces lo mas acer-
tado no consentir con ellos en cosa algima, sino cortar el
nudo con la espada de Alejandro, negándolo todo sin dis-
tincion ni misericordia, 6 por mejor decir, dejando Ins cosas

Hablo del modo, d w i o n , y circunetanciw.


70 L A V E N I D A DEL MBSIAS

en el estado en que las hallaban : no siendo necesario


insistir en un punto que no se cohtrovertía.
105. Esto fhicil cosa era : quedaba, no obstante la difi-
cultad, grande á la verdad para los que saben de cierto
que los hombres santos de Dios hablaron siendo inspira-
dos del Espíritu santo *: y que el mismo Espiritu santo
es aquel, que habló por sus Profetas -f.: quedaba, digo, '
la gran dificultad de componer y concordar á los mismos
Profetas, y á todas las Escrituras del antiguo y nuevo Testa-
mento, con la sentencia corriente, ó con una tan violenta
resolucion. Mas esta dificultad no parecib por entónces
tan insuperable, que no quedase alguna esperanza. Y a en
este tiempo estaba abierta, y suficientemente trillada aquella
senda que habia descubierto Orígenes, el-cual aunque por
esto habia sido murmurado de muchos, y lo era actualmente
de no pocos, no por eso dejaba de ser imitado en las ocur-
rencias : y en el asunto presente parecia inevitable, porque
no habia otro recurso. Era necesario ó volver atrás, y
darse por vencido á lo menos en lo general y sustancial del
punto, 6 entrar y caminar por aquella senda áspera y
tan poco segura, como es la pura alegoria. Efectivamente
asi sucedió. Desde luego se empezó á pasar la inteli-
geucia de aquellas cosas que se leen en los Profetas, en los
Salmos, &c., á sentidos por la mayor parte espirituales,
alegbricos, acomodaticios, tirando 4 acomodar con grande
empeiío, y con no menos violencia, unas cosas á la primera
venida del Sefior, otras á la primitiva Iglesia, otras á
la Iglesia en tiempo de sus persecuciones, otras á la misma
en tiempo de paz ; y cuando ya no se podia mas, como
debia suceder frecuentemente, quedaba el último r&gio
bien fácil y llano, esto es, dar un vuelo mental hasta el cielo,
para acomodar allá lo que por acá es imposible. Asi
se empezb á hacer en el cuarto siglo, se prosiguió en el
quinto, y se ha continuado hasta nuestros tiempos vulgar-
mente: sentado que siempre la Iglesia daba de beber á
Spiritu sancto inspirati, loquuti sunt Sancti Dei homines. -
Ep. 2 B. Pet. i, 21.
.t. Qui loquutus est per prophetlrs. -Ea Cmil. Cubbtnntinopolil.
EN GLORIA Y MAGESTAD. 71
todos las aguas puras en las fuentes 'de las Eauritum
auténticas, nunca corrompidas.

PARRAFO V.
106. Vengámos ya 4 lo mas inmediato. Concédase en
buena Bora, os oigo decir, que los antiguos padres Mileea-
rios, y los otros doctores catblicos y pios, no adoptaron los
errores groseros de Cerinto, ni las ideas insufribles de los
j u d b y judaizantes. A lo menos es innegable, por sus
mismos escritos, que creyeron y ensefiaron y sostuvieron
-
esta proposicion :
Despues de la venida del Señor, que esperarnos en gloria
y majestad, habrá todavia un grande espacio de tiempo,
uto es, mil años, ó indeterminados, 6 determinados, hasta
la resurreccion y juicio universal.
107. Y esto i quién no ve, volveis 4 decir, que es no
solo una fábiila, sino un error positivo y manifiesto? A lo
cual yo confieso que no tengo que responder sino estas dos
palabras : j como y de donde podrémos saber, que esto es
no solo una fábula, sino un error positivo y manifiesto ? La
proposicion añrma ciertamente una cosa no pasada ni pre-
sente, sino futura : y todos sabemos de cierto, que aunque
lo ya pasado y lo presente puede llegar naturalmente á la
noticia y ciencia del hombre ; mas no lo futuro, porque
esto pertenece únicamente 4 la ciencia de Dios. Conque
si Dios mismo, que habló p o r sus Profetas *, y que es el
\
que solo puede saber lo futuro, me dice clara y espresa-
mente en la Escritura que me presenta la Iglesia, lo mismo
que aíirma dicha proposicion, en este caso, i no har6 muy
mal en no creerlo ? i No haré muy mal en ponerlo en duda ?
i No haré muy mal en esperar para creerlo, que primero
me lo permitan los que nada pueden saber de lo futuro ?
No har6 muy mal en añrmar, aunque lo &en otros, que
lo que contiene la proposicion es una fhbula, y es un error ?
i Con qué razon, y sobre qu6 fundamento podré afirmarlo ?
Porque así les parece algunos dias ha á los intérpretes y b
los teólogos, en el sistema que han abrazado. Débil fun-
.t. Vide fol. prcsc.
m L A VBNIDA DEL M B S l A 8
damento es este mirado en sí mismo sin otro aditamento,
Sabemos bien que no son infalibles, sino mando se fundan
sólidamente sobre prme piedra *. La teología no tiene
otro fondaneto, ni lo puede tener, que la Escritura divina.
&clarada auténtica por la Iglesia, quc es columna y apoyo
de la verdad+: faera de algnnas pocas cosas, que muque
no constan espresamente de ella, están sblidamente fanaa-
daa sobre una tradicion cierta, constante y universal, como
ya queda dicho. Esto pues es lo que hace al caso, w la
autoridad puramente humana. No se habla aqui de le
autoridad infalible de la Iglesia, congregada en el Espíritn
santo, que cuando esta habla, ya se sabe que todos los par- .
ticulares debemos callar.
108. Muéstrese, pnes, algun lugar de la Escritura, al-
guna tradicion cierta, constante y universal, alguna decision
de la Iglesia que condene por errónea 6 fabulosa nuestra
proposicion, y al punto la condenarémos tambien nosotros,
reduciendo á cautiverio el entendimiento, en obsequio
de la fe $. Mas mostrar por toda prueba la autoridad de
algunos doctores particulares, y esta sumamente equívoca;
pnes los doctores que se citan, como acabamos de ver, no
se atrevieron tí condenar lo que dicha proposicion dice y
afirma, sino los abusos que se le aÍiadieron : atreverse des-
pnes de esto á dar la sentencia general contra todo el con-
junto, como si ya quedase todo convencido de error, fábula,
delirio, suefio, &.c., parece que esta conducta no pmeba
otra cosa, sino que no quieren examinar de propósito, ni
aun siquiera.oir can paciencia una proposicion que pone en
gran riesgo, 6 por mejor decir, destruye enteramente todo
su sistema. i Pensais que si hnbiese alguna palabra defi-
nitiva 6 de la Escritura, ó de la Iglesia, se la babian de tener
oculta sin producirla ? i Pensais que hab'i6ndose atrevido
alganos aiitores, sin duda por inadvertencia, no por malicia,

Supra 6rmam petnm.


t Quae mt ...columna et h a m e n t u m ventatis.- 1 ud. fimot.
iii, 15.
f Captivantes inteiiectum in obquium fidei. - Yide ep. 2, ed
Cer. x, 5.
EN GLORIA Y MAQBITAD. 73
á prodncir instrumentos evidentemente falsos, no ptodu-
jemn los verdaderos si los hubiese ? Yo busco pnes, eu los
mismos autores, bueco en la misma Escritora divina, busco
en los concilios algun instrumento auténtico, 6 alguna
buena mzon en que pueda haberse fundado una opinioo
tan universal, como es la contradictoria de nuestra proposi-
cion; y os aseguro formalmente, que nada hallo que me
satisfaga. ni aun siquiera que me haga entrar en alguna
sospecha. Los instrnmentos y razones que se producen,
eri claro que concluyen, y concluyen bien contra los
herejes, contra los Rabinos, contra los judaizantes, contra
aquellos en fin que inventan algo de sns cabezas, y lo afia-
dieron atrevidamente á la proposicion general sin salir d e
ella, b lo que es lo mismo, contra lo que clara y esprem
mente dice la Escritura.
109. Aora pues, yo veo claramente cosa de no poder
dudar, que la Escritura divina, y casi toda ella en lo que es
profecía, me habla de esta intervalo que debe haber entre
lavenida del Sefior en gloria y magestad, y el juicio y resnr-
reccion universal: veo que 4 esto se enoamina, y 4 esto va
á parar casi toda la Escritura: veo que me dice y anuncia
cosas particdares, cosas grandes, cosas estupendas, cosas
del todo nuevas é inauditas, que deben suceder despues de
la venida gloriosa del Sefior : veo por otra parte que S. Juan
en su Apocalipsis me repite muchísimas de estas cosas,
casi con las mismas espresiones con que las dicen los Pro-
fetas, y tal vez con las mismas palabras : veo que hace fie~
cuentes alusiones y reclamos á muchos lugares de los
Profetas y de los Salmos, &c., convidándome á que los note
con cuidado : veo en suma que llegando al capítulo xix, me
presenta primeramente con la mayor viveza y magnificencia
posible la venida del Sefior del cielo 4 la tierra, y el des-
trozo y ruina entera de toda la impiedad. Y pasando
al capitulo xx, me abre enteramente todas las puertas y
todas las ventanas, me descifra grandes misterios, me habla
con la mayor claridad y preoision que poede hablar un
hombre séno, me dioe e0 fin espresamente, que aquel
74 LA VENIDA DbZ M f S I A S
espacio de tiempo que debe w p i r s e despues de la vemda
del Sefior, el cual los Profetas no sefialaron en particular,
aquel que llamaron dia del Sefior, y con mas frecuencia
en aquel dia, en aquel tiempo, &c., será un dia, y un tiempo
que durará mil afios, repitiendo esta palabra mil años nada
menos que seis veces en este capitulo.
110. Todo esto, y mucho mas que observarémos á s u
tiempo, vemos claramente en la divina Escritura, y en esto
se fundaron los que admitieron como cierta aquella propo-
sicion. Mas los que la reprueban, y condenan como falsa
y erronea, i qué es lo qiie producen en contra? S e supone
que ya no hablamos de los absurdos conocidamente tales
que se le afiadieron por Cerinto, por Nepos, por Apolinár,
&c., sino de la proposicion considerada en si misma, 6 pri-
mera vista, sin otro aditamento. Coutra esta, pues, iqu6
es lo que producen? i Con qué fundamento se condena
de falsa, fabulosa, y errónea ? Buscad, sefior, este funda-
mento por todas partes, y me parece que os cansareis en
vano. Yo á lo menos no hallo otro que la palabra vaga y
arbitraria de que la Escritura divina no debe entenderse
mi : mucho menos el capitulo xx del Apocalipsis. i Como
pues se debe entender? Esto es lo que nos queda que
examinar en el artículo siguiente.

A R T I C U L O 111.
La erplicacion qur (se pretende dar al capítulo xr da1
Apocalipris.

PARRAM) 1.
111. Como la proposicion amba dicha se lee espresa en
téminos formales en este capitulo del Apocalipsis, pareoe
claro, que quien niega aquella groposicion, quien la conde
na de fábiila y error, deberá baeer 10 mismo con ei testo de
este capitnlo, 6 si esto no, d e b d á lo menos esplicar d e
otro modo el testo sagrado ; maa coa una esplicacioo tan
,
natutal, tan genuina, tan seguida, tan clata, que nos deje
plenamente satisfechos y aonrencidas de que es otra casa
muy diversa la que afirma el testo sagrado, de la que &-
ma la proposicioii. Esta es pues la gran dificultad, en cu-
ya resolucion no ignorais lo que han trabajado en todos
tiempos grandes ingenios. Si el fruto ha correspondido al
trabajo, lo podreis solamente saber despues que hayais viste
y examinado la esplicacion, confrontándola fielmente con el
testo, y con todo su contesto, que es lo que ya vamoe
B hacer.
112. Los intérpretes del Apocalipsis (lo mismo digo de
todos los que han impugnado á los Milenarios) para facili-
tar de algun modo la esplicacion de una empresa tan Ardua,
se preparan prudentemente con dos diligencias, sin las
cuales todo estaba perdido. La primera es negar resuelba-
mente que en el chpítulo xix se habla de la venida del Sefior
en gloria y magestad, que esperamos todos los cristianos.
Esta diligencia, aunque bien importante, como despues ve-
rémos, no basta por sí sola: así es menester pasar á la se-
gunda, que es la principal, para poder fundar sobre ella
toda la esplicacion. Esta segunda diligencia consiste en
separar prácticamente el capítulo xx, no solo del capitulo
xix, sino de todos los demás, considertindolo como una pieza
aparte, 6 como una isla, que aunque vecina A otrae tierras,
nada comunica con ellas. S i estas dos suposiciones (qae
así lo parecen pues no se prueban) se admiten como ciertas,
ó se dejasen pasar como tolerables, no hay duda que la di-
hultad no seria tan grave, ni tan a c i l alguna solmion.
Mas si se lee el testo sagrado seguidamente con todo su
contesto, jserá posible admitir ni aun sufrir semqiantes
suposiciohes?

PARRAFO 11.
113. Ya sabeis, sefior, el gran suceso contenido en ,el
capitulo xix del Apociilipsis desde el versículo 11 hasta el
h. Es 4 saber, la venida del cielo á la tierra de un per-
sonage singular, terrible y admirable por todos sus aspectos.
76 L A VENIDA DEL ME81A8
Viene 4 la frente de todos los ejércitos que hay en el cieb,
y se representa como sentado en un caballo blanco, con una
espada, no en la mano, ni en la cintura, sino en la boca :
con muchas ooronas sobre sn cabeza: con vestido, 6 manto
*
real rociado, 6 manchado con sangre : en el cual se leen
por varias partes estas palabras : Rey de reyes, y Sehr
de seiiores?. En suma: el nombre de este personage es
este : Verbo de Dios S. Otras muchas cosas particulares se
dicen aquí, que vos mismo podeis leer y considerar. E n
conseaiiencia pues de la venida del cielo á la tierra de este
gran personage, se sigue inmediatamente no tanto la bata-
lla con la bestia, 6 Anticristo, y con todos los reyes de la
tierra, congregadospara pelear con el que estaba sentado
en el caballo S, cuanto el destrozo y ruina entera y total
de todos ellos, y de todo su misterio de iniquidad: y asi se
concluye todo el capitulo con estas palabras : estos dos
fueron lanzados vivos en un estanque de fuego ardiendo
y de azufre. Y los otros murieron con la espada, que
sale de la boca del que estaba sentado en el caballo:
y se hartaron todas las aves de las carnes de ellosll.
114. Nuestros doctores llegando á este lugar del Apoca-
lipsis no pueden disimular del todo el grande embarazo en
que se hallan. Si el ersonage de que se habla es Jesu- .
?
cristo mismo, como lo parece por todas sus sefias. no solo
viene directamente contra el Anticristo, sino tambien aun-
que indirectamente contra el sistema que habian abrazado.
i Por qué ? Porque despues de destruido el Anticristo se
sigue el capitulo xx, y en él muchas y grandes cosas, todas

Veste aspersa sanguine.- Apoc. xix, 13.


t Rex regum, et Dominus dominantium. -Idid.xix, 16.
f Et vocatur nomen ejua Verbum Dei. -Id.xix, 13.
5 Congregatos ad faciandum pmlium cum i h , qui sedebat in
equo. -Id. xix, 19.
11 Vivi misei sunt hi duo in stagnum igds ardentis sulphure : Et
ceteri occisi sunt in gladio sedentis super equum, qui procedit de ore
ipsius : et omnes aves saturata sunt carnibus eorum. -Apoc. +ix,
20 et 21.
EN GLORIA Y M A G E S T A ~ . 77
opuesta# 6 inconcordables con el sistema. Por tanto no
aparece medio entre estos do$ estremos: 6 renunciar al
sistema, 6 no reconocer á Cristo en el personage que aqui
se representa. Esto último, pues, es lo que les ha parecido
menos duro. Así mostrando no creer á sus propios ojos, y
como tomando en las manos un buen telescopio, para obser-
vru bien aquel gran fenómeno; no es Jesucristo esclaman
ya confiadamente, no es Jesucristo : no hay necesidad de
que el Sefíor se mueva de su cielo para venir á destmir al
Anticristo, y 4 todas las potestades de la tierra, á quienes
con sola una señal puede reducir á polvo, y aniquilar *.
No importa que venga con tanto aparato y magestad. No
importa que se vean sobre su cabeza muchas coronas f.
No importa que se lean en su muslo y en varias partes de
su manto real aquellas palabras : Rey de reyes y Señor de
seiiores $. No importa que su nombre sea el Verbo de
Dios 5 : nada de esto importa ; no es Jesucristo.
115. Pues i, quién es? Es, dicen volviendo á mirar por
el telescopio, es el príncipe de los ángeles, S. Miguel, p-
tron y protector de la Iglesia, que viene con todos los
egércitos del cielo 4 defenderla de la persecucion del An-
ticristo, y matar áesteinicuo, y á destruir todo suimperio uni-
venal. S e le dan, es verdad, á S. Miguel, nombres, seiías y
contrasefias, que no le competen 4 él, sino á Jesucristo ; mas
esto es porque viene en su nombre, y con todas sus veces
y autoridad, &c. No nos detengámos por aora, ni nos
metamos á examinar antes de tiempo las razones que . -pue-
dan tener los doctores para añrmar, que la persona admira-
ble d e que hablamos es S. Miguel y no Cristo. Estas ra-
zones seria necesario adivinarlas, porque uo se producen.
¿Y quién sabe, (sea esto una mera sospecha, 6 sea un jui-
cio temerario, 8 sea cosa clara y manifiesta, se deja á vues-
tra consideracion) quién sabe, digo, si todas las razones se
podrán ñnalmente reducir á una sola, esto es, al miedo y
-
Quos potext solo nutu conterere, et annihilare. Comel. Alap.
t Diademata multa. -Apoc. xix, 12.
-
1 Rex regum, et Dominus dominantium. Id. ib. xix, 16.
5 Verbum Dei - Id. xix, 13.
pavpr del capítulo siguiente ? i Quién sabe si esta mi&
y W Y O ~.es el que los obliga 4 prepararse Q toda costa con-
un enemigo tan formidable? Dejemos, no obstante, el
pleito indeciso hasta otra ocasion, que será, queriendo Nos,
cuando tratémos de propósito del Anticristo : mas M, por
eso dejémos de recibir lo que nos conceden; esto es,
que en este capítulo se habla ya del Anticristo, y por con-
' siguiente de los últimos tiempos. Con esto solo nos basta
por aora: y así aunque digan y porfia, que este capitulo
xix no tiene conexion alguna con el siguiente, nos harérnos
desentendidos y lo tendremos muy presente por lo que
pueda suceder.
PARRAFO 111.
116. Pues concluida enteramente la ruina del Anticristo,
con todo cuanto se comprende bajo este nambre, y quedan-
'
do el R e y de los reyes duefio del campo, sigue in~ediaQ-
mente S. Juan en el capítulo xx que empieza así : " y vi
descender del cielo un ángel que tenia la llave del abismo,
y una grande cadena en su mano, y prendió al dragon,
la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás: y le ató
por mil años. Y lo metió en el abismo, y lo encerró, y
puso sello sobre El, para que no engañe mas á las gentes,
hasta que sean cumplidos los mil años ; y despues de esto
conviene, que sea desatado por un poco de tiempo. Y v i
sillas, y se sentaron sobre ellas, y les fuk dado juicio : y
las almas de los degollados por el testimonio & Jesw, y
por la palabra de Dios, y los que no adoraron la bestia,
ni á su imágen, ni recibieron su marca en sus fren-
.tes, ó en sus manos, y vivieron, y reinaron con Cristo
mil años. Bienaventurado y santo el que tiene parte en
1s primera resurreccion : en estos no tiene poder la se-
gunda muerte: antes serán sacerdotes de Dias, y de
Cristo, y reinarán con kl mil a h s . Y cuando ftcerep
acabados los mil años será desatado Satanás*.
* Et vidi Angelum deecendentem de celo, habentem clavem
abyssi, et q t e w magnam in manu sua. Et apprehendit dracouem,
serpentem antiquiim, qui est diabolus et Satanas, et ligavit eum per
U7. Este es, aefior mio, aquel lugar odebémho &l
Apocalipsis, de donde, como nos dicen, se originb el e m r
de los Milenarios. Pedidles aora, a n t . de pasar á otra
cosa, que oe digan determiaadamente i cual error se originó
de aquí, pues la paiabra error de los Milenarios, es dema-
siado general ? No conouemos otro error de los bZilenarioe,
que aquel que los mismos doctores han impugnado, y oan-
vencido con buenas razones en Cerinto, Nepos, Apolinhr,
y en todos SUS partidarios. Mas el error de estos, 6 lo que
en estos se convenció de error, j se originó de este lugar
del Apocalipsis ? Volved á leerlo con mas atenoion : es*
&nadlo á toda luz*, h ver si hallhis alguna palabra que
favorezca de algun modo las ideas indecentes .de Cerinto,
ó las de Nepos, ó las de Apolinár ; y no hallando vestigio
ni sombra de tales despropósitos, preguntad 4 todos los Mi-
lenario~,6 herejes, ó judaizantes, 6 novelistas, j como se
atrevieron á efiadir al testo sagrado unas novedades tan
ajenas del mismo testo ? i Como no advirtieron 6 no te-
mieron aquella terrible amenaza, que se lee en el capitulo
iiltimo del mismo Apocalipsis : si alguno aíiadiere á ellw
alguna cosa, ~ o n d r áDios sobre él las plagas qye están
asmitus en este libro-t.? En ñn, pelead con estos hombres
airevidos, y dejad en paz á los que nada afiaden al testo

rnaoa mille. Et minit enm in abyasum, et clausit, et signavit super-


~ u m iit
, non seducat amplibs gentes, donec consummentur mille
anni ;et post haec oportet illam solvi modico tempore. Et vidi sedes
et sedemnt super eas, et judicium datum est illis : et animas deco-
Hatorum propter testimonium Jesu, et propter verbum Dei, et qui
non adoraverunt bestiam neque imaginem ejus, nec aceeprunt cha-
mtemm ejus in frontibus, aut inimanibus iuis, et vixerunt, et reg-
aaverunt cum Christo miiie annis ... Beatua, et sanctus, qui h a h t
.psrtem in reaurrectione prima : in his secunda mors non habet po-
tentatem : sed erunt sacerdotes Dei, et Christi, et regnabunt ciim illo
mille annis ... et cum consummati fuerint mille anni solvetur Sata-
nas.-Apoc. xx, 1, 2, 3, 4, 6. et 7.
*,Scrn%a~e i l h m in lucernk.
t Si quis apposuerit ad hsc, apponet Deus super illum plaga8
-
seriptae in libro isto. A p . xxii, 18.
'80 LA VENIDA DEL M E S I A S

sagrado, ni dicen otra cosa diversa de lo que el testo


dice.
118. E n eso mismo está el error, replican los doctores:
'pues aunque nada afiden al testo sagrado, lo entienden, h
lo menos los literales, pensando buenamente 6 inocente-
mente, que en él se dice lo que suena, cuando bajo el so-
nido de las palabras se ocultan otros misterios diversísimos,
y sin comparacion mas altos, por mas espirituales. i Cuales
~ o estos?
n Vedlos aqui. -
119. Tres son las cosas principales 6 Gnicas que se leen
-en este lugar del Apocalipsis. Primera: la prision del
diablo 6 de Satanás por mil afios, y su soltura por poco
tiempo pasados los mil a8os. Segunda : las sillas y juicio,
6 potestad que se da á los que se sieutan en ellas. Tercera :
todo lo que toca fi la primera resnrrecion de los quo viven
y reinan con Cristo mil afios.
120. Cuanto á lo primero nos áseg-uran con toda forma-
lidad, que la prision de Satanás, de que aqui se habla, no
es un suceso futuro, sino muy pasado : no una profecía, sino
una historia: y aun cuando S. Juan tuvo esta vision, que
fBé en su destierro de Patmos, la cosa ya habia sucedido.;
segun unos, mas de cincuenta afios antes : segun otros, mas
d e noventa, esto es, antes del nacimiento del mismo S. J u w .
Estos Gltimos nos ensefian, que el ángel qne bajó del cielo
con la llave del abismo en una mano, y con la gran cadena
en la otra, para aprisionar al diablo, no fué un angel verda-
dero, sino el mismo Mesías Jesucristo, que tambien se lla-
ma angel en las Escrituras,el cual en el dia, y eu el instante
mismo de su encamacion lo ató, lo condenó y lo encarceló
en el abismo, por mil a h : esto ea, por todo el tiempo que
durase la Iglesia cristiana en el mundo: y las palabras,
para que no engafie mas á las entes*, quieren decir: pa-
ra que no engafie en adelante á los escogidos así de los Ju-
dios como de las gentes, &c. Notad aquí do paso, que
los mismos doctores, que en el capitulo antecedente acaban

Ut non seducat amplius gentes. -Apoc. xx, 3.


EN GLORIA Y MAOPITAD. 81
de convertir en el angel S. Miguel al mismo Jesucristo, al
mismo Verbo de Dios, al mismo Rey de los reyes, aquí con-
vierten al angel en Cristo con la misma faciiidad.
121. Otros doctores son de parecer (esta parece la sen-
tencia mas comiin) que el angel de que aquí se habla e4 un
verdadero angel, que tiene la superintendencia del infierno.
Este angel, dicen, bajó del cielo con su llave y cadena, el
viernes santo á la hora de nona en el mismo instante en
que el Sefior espiró en la cruz, y ejecutó por órden suya
aquella justicia con el diablo, dejándolo desde entónces eu-
cadenado, y enaerrado en el infierno, hasta que se cumplan
mil aiíos, no determinada, sino indeterminadamente, hasta
los tiempos del Anticristo, que entónces se le dará soltura
por poco tiempo (y aunque esto sucedió el dia de la
muerte del Sefior, mas el amado discípulo, que se hallaba
presente, no lo vi6 entbnces, sino allá en Patmos, seteata
aúoa despues).
l22. Cnanto 4 lo segundo, esto es, cuanto á las sillas, y
el juicio que se dió á los que me sentaron en ellas, hallamos
en los intérpretes dos diversas opiniones, ó modos de pea-
sar. Unos dicen, que son las sillas episcopales, 6 los pas-
tores que se sientan en ellas, en los cuales está el juicio de
laa cosas pertenecientes á la religion. Otros afirman, que
por las sillas, y juicio no debe entenderse otra cosa, sino
los puestos de honor, y dignidad que las almas de los san-
bs ocupan en el cielo, donde viven y reinan con Cristo, h.
Cuanto á lo tercero nos aseguran como una verdad, segun
dicen, mas clara que la luz, que S. Juan no habla aquí de
verdadera resurreccion ; sino de la vida nueva 4 que entran
los mártires y demas justos, cuando salen de este mundo y
van al cielo. Esta vida nueva y felicísima es, diceu, la
que llama el amado discípulo primera resurreccion*, la
cual debe durar mil aiíos, esto es, no ya hasta el Anticristo,
como la prision del diablo, sino algo mas, tomado indeter-
minadamente hasta la resurreccion universal, que entónces

Hzc est resurrectio prima. - Apoc. xx, 5.


'FOplO l . G
8a LA VENIDA DEL MESIAS

tomando sus cuerpos, empezarán 6 gozar de la segunda


resurrecoioa : esto es, en suma, todo lo que hallámos e n
lbs doctores sobre el capitulo xx del Apocalipsis. Yo
du&o mucho que la esplicacion os haya contentado, como
tatnbien me atrevo á dhdar que haya podido contentar á
sus propios autores. Mas era preciso decir algo, y pro-
curar salvar su sistema de 'algiin modo posible. Y pues
hadie nos obliga 6 recibir ciegamente dicha esplicacion, ni
los doctores mismos pueden pedimos un sacrificio tan
grande de nuestra fe, debido solamente á la autoridad
divha, no tendr4n 6 mal que la mirémoe atentamente, dan-
do a l p u lugar 6 la redexion.

PARRAFO IV.
1% Primeramente: si los mil afios de que habla S.
Juan en este lugar, y lo fepite seis veces, no significan
otra cosa que todo el tiempo que duráre la iglesia, 6 desde
el dia de la encarnacion del hijo de Dios, 6 desde el dia
de su muerte hasta el Anticristo, uosotros nos hallámos
actualmente en este tiempo feliz. Aora bien : i y vos
creis, amigo Cristbfilo, que en este nuestro siglo, lo mismo
digo de los pasados, esta el dragon, serpiente antigua, que
es el diablo y Satanást, atado con una gran cadena, en-
cerrado 6 encarcelado en el abismo, cerrada y sellada la
puerta de su carcel, pata que no engaAe mas 6 las gentes?
Si lo creis así, porque así 19 hall6is escrito en graesos
volúmenes, permitidme que os diga con llaneza, que seis b
muy tímido, ó deinasiado bueno. Si creis con los autores
de la primera sentencia que esta prision del diablo con todas
las circunstancias que se espreean en el testo sagrado, su-
cedió el dia de la encarnacion del hijo de Dios, teneis
contra vos nada menos que toda la historia del evangelio
en donde lo hallareis tan suelto, tan libre, tan dnefio de
sus acciones, que entre otras muchas cosas, pudo buscar
y hallar 6 Cristo en el desierto: pudo llevarlo al piná-

Serpens antiquus qui vocaturdiabolue ub Satanaa.-Apoc. xii,. 9.


EN GLORIA Y MAOBSTAD. 8%
d o , 6 8 lo maa alto del templo : pudo deapues de esto
subirlo A un monte alto, mostrándole desde alll toda
la gloria del mundo, y pedirle que lo adorne como Q
Dios: jcomo se compone toda dsta libertad con aqnella
prision ?
124. Si esta socedib en la muerte de Cristo, oomo
afirman los autores de la segunda sentencia, teneis en con-
tra B S. Pedro y S. Pablo, que no podian ignorar un suceso
tan interesante : uno nos exorta 4 todos los cristianos que
seamos sóbrios, y vinimos en vigilada y en cautela, porque
el diablo, vuastro udversario (dice), anda como leon ru-
jiendo a l rededor di vosotros, bwmrcdo tí quien tragar *.
j Para qué cautela y vigilancia contra un enemigo encade-
nado y sepultado en el abismo? El otro se queja amatga-
mente del angel de Satanhs que lo molestaba 6 colafisaba :
y en otra parte dice, que le habia impedido una cosa que
pensaba hacer ; mas Satanás nos lo estorbó-t. Teneia en
contra, á mas de esto, á toda la Iglefiia, la mal en sus pre-
ces públicas, pide que nos libre Dios de las asechanzas
del diablo : y usa de exorcismos, 'p del agua bendita para
auyentar los demonios..
125. Vuelvo á deciros, amigo, que no seais tan bua-
uo. El diablo está aora tan suelto y tan libre como an-
tes. La única novedad, aunque bien notable, que ha ha-
bido, y hay aora respecto del diablo despues de la muer-
te del Mesias, es esta: que ni Dios le concede tanta li-
cencia como él quisiera, ni los que creen en Cristo están
tan desarmados, que no puedan resistirle y hacerle huir :
pues por los méritos del mismo Cristo y por la virtud de
sn oruz se nos conceden aora, y se nos ponen en la ma-
no escelentes armas, no solo defensivas, sino tambien ofen-
sivas, para que podámos resistir á sus asaltos, y aun para
traerlo debajo de los pies. h í se ve, y ea fácil obser-
varlo, q w los que quieren aprovecharse de estas armas,
Quia adversariue veater diabolus tamquam leo rugiene circuit
quaerene quem devoret.-Pet. ep. 1, v, 8.
+ Sed impedivit nos Satanas.-l. ud Thea. ii, 18.
G 2
84 LA V E N ~ D AD R L M E S I A B

es 4 saber, sobriedad, vigilancia, cautela, retiro de ocasío-


nes, fe, oracion, &c., vencen fácilmente B este enemigo for-
midable, y aun llegan A mirarlo con desprecio. Por el con-
trario, los que no qnieren aprovecharse de estas armas,
al primer encuentro quedan miserablemente vencidos. Por
esto, el enemigo astuto y traidor, procura en primer lu-
gar persuadir á todos con toda suerte de artificios, que
arrojen de sí aquellas armas, como que son un enorme pe-
so, no menos inútil, que insufrible á las fuerzaa humanas.
S i el hallar aora ~ a & btanta resistencia en algunos, por
la bondad de sus armas, y por la gracia y virtud de Cris-
to, quieren que se llame estár eucadenado, encerrado en el
abismo, con la puerta de su carcel cerrada y sellada, pa-
ra que no engafie mas 4 las gentes, h.,se podrh decir lo
mismo, y con la misma propiedad de un ladron, que yen-
do de noche 4 robar una casa, halla la gente prevenida, y
armada, de modo que le resiste, lo auyenta, y libra su
tesoro de las manos del injustd agresor : lo cual sena cier-
tamente un modo de hablar bien estravagante, y bien dig-
no del título de barbarismo, 6 idiotismo. Mas como d e
esas veces se hace hablar á la Escritura santa con lengua-
jes inauditos, para que hable segun el deseo de quien la
hace hablar : bien facil cosa es hacerla decir lo que se quie-
re con solo afiadir el esto es.
126. Negando, pues, con tanta razon, que la prision del
diablo, de que se habla con tanta claridad, y con circunstaa-
ciar,individuales en el capitulo xx del Apocalipsis, haya suce-
dido hasta aora, parece necesario decu y confew, que snce-
derá 8 su tiempo. i Cuando ? Cuando venga el Sefíor en glo-
ria y magestad, que para entónces la pone clarísima la Escri-
tura: y A ninguno se ha dado, ni se ha podido dar la liber-.
tad de mudar los tiempos, y sacar las cosas de aquel lugar,
, y de aquel tiempo determinado, en que Dios las ha puesto.
Leed el capitulo veinte y cuatro do Isaías, que todo él tiene
una grandisima semejanza con el capitulo diez y nueve del
Apocalipsis y principio del veinte. Allí hallareis ácia el
fin del versículo veinte y uno el mismo misterio de la
EN G L O R I A Y MAOBSTAd. 86
prision del diablo con todos sus ángeles g con todas las
potestades de la tierra. E n aquel dia visitará el Sefior,
sohe la milicia del cielo en lo alto ; y sobre los reyes &
la tierra, que están sobn la tierra. Y seran recqidos y
...
atados en un solo haz para el lago y serán encerrados
m carcel*. Si quereis ver un rastro bastante claro de la
soltura del diablo, y de suu Bngeles despnes de mucho
tiempo, como lo dice S. Juan despues de mil afios, reparad
en los palabras que siguen inmediatamente, y aun deqtcrs
de muchos dias serán visitados-t. El mismo Isaías
hablando del dia del Sefior, dice así : en aquel
- dia visitará
elseñor con su espada dura, y grande, y fuerte, sobre Le-
viathán serpiente rolliza, y sobre Leviathán serpiente
.
tortuosa.. $. Y por Zacarias dice el Sefior : y estermi-
naré de la tierra losfakosprofetas, y el espíritu impuro S:
lo mismo que dice S. Juan al fin del capitulo diez y nueve
y principio del veinte. Por donde se ve, que el amado
discipulo alude aquí B estos y B otros lugares semejantes,
de que hablarémos B su tiempo, dando la llave para la
inteligencia.
i27. Despues de la prision del diablo, dice S. Juan, que
vib sillas en las cuales se sentaron algunos que no nombra,
h quienes se di6 el juicio, 6 la potestad de juzgar y vi sillas
y se sentaron sobre ellas, y lesfué dado juicio 1. La espli-
eacion ó inteligencia qve pretenden dar 6 estas sillas, y Q los
jueces que se sientan en ellas, diciendo unos, que son los
In die iila visitabit Dominus super militiam coeli in excelso : et
super reges tema?, qui sunt super terram. Et congregabuntur in
congregatione unina fascis in lacum, et claudentur ibi in carcere.
laai. xxiv, 21, 22.
t Et post multos dies visitabuntur. -Irni. xxiv, 22.
f In die illa visitabit Dominus in gladio suo duro, et grandi, et
forti, super Leviathan, serpentem vectem, et super Leviathan serpen- a
tem tortuosum, &c. -Iaai. xxvii, 1.
5 Et pseudo-prophetas, et spiritum immundum auferam de tema.
-2achar. xiii, 2.
II Et vidi sedes, et sedenuit auper eas, et judicium datum est Wi.
- A p . xr, 4.
86 LA V E N I D A D E L MESIAB

obispos, y otros que son las almas de los bienaventurados


en el cielo, parece olaro que en los tiempos de que se habla
no viene al caso, ni es creible que estas dos cosas ó alguna
de ellas m le revelasen á S. Juan como dos cosas nuevas,
y de un modo tan oscuro en un tiempo que ya el mundo
mitaba lleno de obispos, y el cielo poblado de almas justas y
santas. Esta sola reflexion basta y sobra para no admitir
dicha inteligencia. Acaso pregnntareis, i por qué no s e
colocan en estas sillas los doce apbstoles, segun la promesa
que les hizo el Sefior : os a t a r e i s v o s o t ~ o ssobre doce
sillas,-para j w g a r á Ias doce tribus de Israel? Mas l a
respuesta era facil, si se dijese que una misma razon sirve
para todo. Por esta razon, el Rey de los reyes, el Verbo
de Dios, no es Jesucristo, sino S. Miguel. Por esta r a m n
la prision del diablo, por mil años, no es suceso futuro,
sino pasado, y en el mismo Satanás se han veriíkado, y s e
esthn verificando, dos cosas contradictorias: C<MQ son
estar atado, y suelto ; estar encarcelado en el abismo, y
cerrada y sellada la puerta de su carcel, y a1 mismo tiempo
andar por el mundo, como leon rugiendo ... buscando á
quien tragar t; y esta misma razon debe servir para
lo que vamos B ver.

PARRAFO V.
128. Sigue inmediatamente el testo sagrado diciendo:
y las almas de los degollados por el testimonio de Jesus,
y por lu palabra de Dios, y los que no adoraron la
bestia. .. y uivieron, y reinaron con Cristo mil años. Loe
otros muertos no entraron en vida hasta que se cumplie-
son los mil años. Esta es la primeru resurreccion s.
Sedebitis et vos super sedes duodecim, juJic8ntea duodecim tri-
b w Israel. -Mat. xix, 28.
.t Temquam leorugiens...quaxens quem devoret.-Pet'gp. 1, v, 8.
f animad decoiiatomm propter testimonium Jeau, et propter
verbum Dei, et qui non adoraverunt Bestiam... et vixemnt, et regna-
verunt cum Christo mille annis. Ceteri mortuorum non uSerant,
donec consummentur mille ami. Haec est rwurrectio ptimw
-A'. xx, 4,s.
BN GLORIA Y MAGBBTADI 87
129. La espüaaoion que hallemos en loa intérpretes, la
hallamos ordinariamente acompaúada de una ciraunstancia
bien singular, que no a6 que se le haya afíadido jamas B la
esplicacion de ningun otro Iugnr de la Escritura. Quiero
decir: que se halla rcompafiada de la aprobacion, y elogio
de ser mas clara que la luz. Mas este elogio no parece
tan claro, ni tan nnivoco, que no pueda admitir dos senti-
dos bien diferentes. E! primer sentido puede ser este: las
cosas que se dicen sobre este testo, son verdades mas cla-
ras que la luz, El segundo sentido es este : las verdades
que se dicen sobre este testo, son las mismas de que el
testo habla, y esta es una verdad mas clara que la luz.
E n el primer sentido creo firmemente, que el elogio es jus-
tísirno, así como creo (por ejemplo) que todas 6 las mas
de las oosas, que dice S. Gregorio en sus esposiciones so-
bre Ezequiel, sobre Job, &c. son unas verdades mas cla-
ras que la luz ; mas en el segundo sentido, que es el que
hace al caso, y el que solo hemos menester, el elogio no
puede ser mas impropio, ni mas impertinente.
I 130. Esplicome : yo creo firmemente con todos los fie-
les cristianos, que las almas resucitan (si se quiere hablar
así por una locuoion metafórica) que resucitan, digo, 6 por
el bautismo, 6 por la penitencia de la muerte del pecado B
la vida de la gracia. Creo que las almas de los martirea,
y de todos los demas santos aunque no hayau padecido
1
martirio, están con Criato en el cielo, allí gozan de la
vision beatífica. Creo gue todos los fieles que mueren en
gracia de Dios, van B gozar de la misma felicidad, segun el
l mérito de cada uno, despues de haber pagado en el purga-
tono todas las deudas que de aquí llevaron. Item, creo,
que todas las almas que han ido 6 han de ir al cielo,
volverán á su tiempo á tomar sus propios cuerpos, resuci-
tando, no ya metafóricametite, sino real y verdaderamente
para una vida eternamente feliz. Creo en fin, que las
almas de los malos no van al cielo despues de la muerte,
sino al infierno, ni resucitarhn para la vida, sino para la
muerte eterna, que la Escritura llama muerte segunda.
Todo esto es certísimo, y mas claro que la luz.
.88 LA VBNIDA DEL MRSIAS
JS1. i Y que ? i Luego estaa son las verdades que q u f
i e revelau al discipulo amado por una vision tan estraordi-
naria ? i Luego son estos los misterios ocultos que aquí se
nos descubren en tono de profeeia? Cuando S. Juan tuvo
esta viaion cincuenta 6 sesenta afios despues de la mnerte
de cristo, y venida del Espiritu santo, j ignorsba acam
estas verdades ? i Se ignoraban en la Iglesia d e Cristo ?
i No las sabian, y creían todos los fieles ? i Era alguno ad-
-mitido al bautismo, 6 á la commion de los fieles, sin la m-
ticia y fe de estas verdades ? Pues si tuda la Iglesia estaba
en esto : todo la Iglesia dilatada ya en aquel tiempo por
.casi toda la tierra, vivia, se sustentaba y crecia con la fe
de estas verdades : si estas verdades er& todo su consuela
y esperanza, i qué cosa mas impropia so puede imaginar,
que una revelacion nueva do las mismas verdades, y una
no tan clara, sino oscurísima, en términos equivocas, y de-
bajo de metáforas, símbolos y figuras, quo es necesario adi-
vinar ? Cierto que no es este el modo con que ha hablado
el Espíritu Santo en cosas pertenecientes á la fe y á las
costumbres, que miran á la propagacion de la doctrina
cristiana*, ni se hallará algun ejemplar en toda la Escritura.
132. No es esto lo mas. Si el capítulo xx del Apoca-
lipsis no contiene otras cosas que aquellas verdades y mis-
terios que quieren los doctores, debia S. Juan haber omi-
tido una eircnnstancia gravísima, que en este caso parece,
ya no solo superflua, sino del todo impertinente. Tal vez
por esta razon se toman la libertad de omitirla, 6 mnarla
sin atencioo los que nos dan la esplicacion mas clara que la
luz. Ved aqui la circunstancia gravísima de que he10 ;
y las almas de los degollados por el testimonio de J e s w
y por la palabra de Dios, y los que no udoraron la bestia,
ni u su imújen, ni recibieron su marca en sus frentes..,
y vivierot~y reinaron con Cristo mil a5os.t..
133. De manera, que los resuaitados y reinantes con
* In rebuv fidei, et morum ad zedificationem doctriiiae christianz
pertinentibus.-Conc. l'kid. aec. 4.
.t. Et animas decollatoruin propter testimonium.Jesu, et propter
verbum Dei, et qui non adoraverunt bestiarn neque baginem ejnb
EN GLORIA Y MAOSBTAD. al
Cristo de que aquí se habla, no son solamente los degolla-
dos 6 los mhrtires ; sino tambien espresamente los que no
adoraron á la bestia ni á su imagen, ni tomaron su carácter
en la frente, ni en lae manos, de todo lo cual se habla en
el capítulo xiii del Apocalipsis. De aquí se sigue eviden-
temente que el misterio de la primera resurreccion, de que
vamos hablando, debe suceder no antes, sino despues de
Ir bestia. Luego es un misterio no pasado, ni presente,
sino muy futuro : pues la bestia, que por confesion de los
mismos intérpretes es el Anticristo, e s 6 todavia por venir.
Luego realmente no se habla en este lugar de aquellas
verdades que se quisieran sustituir: esto es, de lo resur-
reccion metafbrica 4 la vida de la gracia, y de la gloria de
las almas que salen de pecado, 6 que salen de este mundo
sin pecado, pues pasan por alto una circunstancia agravan-
tísima, que destruye infaiiblemente toda su esplicacion.
S. Juan sedala claramente el tiempo preciso de esta pri-
mera resurreccion, 6 la supone evidentemente, diciendo :
los degollados por Cristo, y los que no adoraron 6 la bestia,
estos vivieron y reinaron con Cristo mil ados : los demas
muertos no vivieron entbncea ; pero vivirán pasados los mil
a6os ;los otros muertos (son SUS palabras) no entraron en
d a , has& que se cumplieron mil &S*. Con que supone
el amado discípulo, que cuando se verifique la primera re-
surreccion, ya la bestia ha venido al mundo, y tambien ha
salido del mundo: supone que ya ha sucedido la batalla, y
tambien el triunfo de los que por amor de Cristo no quisie-
ron adorarla Ú obedecerla.
134. Asi como cuando se dice en Daniel que b s tres
jóvenes hebreos que reusaron adorar la estatua de oro de
sesenta codos de a l t u r a t , como mandaba 4 todos el' rey
Nabucodonosór, fueron arrojados á un horno de fuego;
mas salieron sin lesion alguna, h.:si esta proposicion es
nec aceeperunt characterem ejus, in frontibus suis, et vixerunt, et
\ regnaverunt cum Christo miiie annis.-Apoc. xx, 4.
Ceteri mortuorum non vixerunt donec consummentur mille
annis.-Apoc. xx, 5.
f Altitudime cubitomm sexaginta.-Dun. iii, 1.
90 L A V E N I D A D E L MBSIAB

verdadera, como lo es, supone evidentemente que cuando


estos jbvenes salieron del horno con un milagro que espab
t6 al rey, y B toda su córte, ya Nabuco habia venido al
mundo : ya habia conquistado á su dominacion todo el
oriente : ya habia erijido públicamente una estatua de oro,
6 suya, 6 de alguno de sus falsos dioses : ya habia manda-
do, so pena de fuego, que todos la adorasen : ya en fin,
tres jbvenes hebreos fieles á su Dios, habian resistido cons-
tantemente aquel mandato sacrílego : pues de este mismo
modo sin diferencia alguna sopone S. Juan el tiempo pre-
ciso de la primera resurreccion, diciendo: los que no ado-
raron 4 la bestia, vivieron y reinaron con Cristo mil afios ;
los demas muertos no vivieron hasta que pasen los mil afios.
Esta es la primera resurreccion*. Quien quieiere, pues,
esplicar esta misterio de algun modo razonable, 6 siquiera
pasable, debe hacerse cargo, antes de todo, de esta gravf-
sima circunstancia.
135. D e todo lo que hasta aquí hemos reflexionado, la
conclusion sea: que mientras no nos dieren otra esplica-
cion, que del todo se conforme en todas sus partes con e l
testo, y con todo su contesto, debemos atenernos al testo
mismo, segnn su sentido propio y natural. Los que dijeren
que esto es error, 6 fábula, 6 peligro, deberáp probarlo
hasta la evidencia con aquella especie de demostracion de
que es capaz el asunto, no respondiendo por la misma
euestion. Esto í~ltimoes bien f4cil hacer ; lo primero, ni se
ha hecho, ni hay esperanza de que pueda hacerse jamas.
Hasta aora no hemos visto otra cosa que la impngnaoion
buena, 4 la verdad, de muchos absurdos groseros, que mez-
claron los hereges, los judios, los judaizantes, y si quereis,
tambien algunos catblicos ignorantes y carnales : y la asr-
dad del Señor permanece eternamente+. Entre todas
estas fábulas, entre todos estos errores, entre todos estos
absurdos indecentes que rodean y tiran 6 confundir, y a u n
4 oprimir la verdad de Dios, ella está y estar4 para siempre
intacta: por consiguiente clara y patente, para los que la
Haec eat resumctio prima.-Apoc. xx, 6.
4- Et veritss Domini manet in aeternnm.-Paalm. cxvi, 2.
B N GLORIA Y NAGEHTAD. 91
boecaren sin preocupacion, y ninguno pueda alegar alguna
escasa razonable para no conocerla. Digo escusa razonable
porque si bien se mira todo el fundamento que hay en con-
tra, se reduce á la pura autoridad estnoseca, y esta no
c h , I n o bien equivoca : y ya sabemos cuanto peso puede
tener esta autoridad sea como fuere, comparada con la au-
toridad intrínseca que es la de Dios mismo : porque Dios
es veraz, y todo.hombre falaz, como está escrito :para
que su- ,reconocido%el en tus palabras, y venzas cuando
seas juzgado*. Este testo del Apóstol me ha sacado mu-
obaa veces de grandes dudas y temores. Dios se justifi-
cará, dice S. Pablo en sus sermones, que no son otros que
sus Escrituras, en que él mismo habla p o r sus Profetas+,
y nos vencerá cuando pensáremos juzgarlo : porque es inne-
gable que muchas vecee, aun deepues de conocida la verdad,
aun despues de convencidos nuestros entendimientos, sin te-
ner nada que oponer, .todavia nos contiene la autoridad es-
trlgseca, y temémos mas contradecir al hombre, que á Dios.
138. Os dirán, amigo, que es necesario romper la wr-
teza dura de la almendra, para poder comer el fruto bue-
n o que está dentro encerrado. Quieren decir, que es ne-
cesario romper la letra de la santa Escritura, y hacerla
mil pedazos, para bailar el tesoro escondido en ella. Mas
si haceis alguna ligera reflexion, conocereis al punto el equi-
voco y el sofisma. i Qub tesoro pensamos hallar dentro de
la letra de la .Escritura? j E s acaso algun tesoro en gene-
ral, 6 algun pedazo de materia prima? j Ea acaso algun
teaoro, 4 discrecion y segun el deseo 6 interes de quien
l o basca? No bastará hallar aquel tesoro particular, que
muestra claramente la letra misma, sea el que fuere, y
contentarse con bl? Cualquiera ni60 de pocos años no
deja\de saber, que el fruto de una almendra que desea co-
wer, no es la corteza dura que se presenta la primera á su
vista, sino lo que ésta encierra dentro de si : mas tambien
Est autem Deua vemx : omnis autem horno mendax, sicut
scriptum est : Ut justificeria in etrmenibus
tuia: et riacas, chm
jndicarie.-Ad Rum. iii, 4.
t Per sernos )suosprophetas
92 LA VENIDA DEL MPSIAS

sabe, que la fruta especifica que debe esperar, rompiendo


la corteza, no es la que á él le parece mejor, sino aquella
precisamente que se llama almendra. ;Y de donde lo sabe?
Lo sabe por la corteza misma que tiene delante, y por esta
superficie esterior distingue facilmente con toda certidum-
bre la fruta que esta dentro de todas las otras frutas. Quien
pensáre, pues, hallar dentro de la letra de la divina Escri-
tura otro tesoro diverso de aquel que muestra la letra mis-
ma, será muy semejante á quien piensa hallar un diamante
dentro de una almendra.
137. Por último, observan los doctores, y hacen fnerza en
esto, como si fuese la principal dificultad, que la palabra mil
años, en frase de laescritura, no quiere decir precisa y deter-
minadamente mil aóos, sino mucho tiempo, 6 muchos afios :
como cuando se dice: mil años, como un dia*: hasta mil
generaciones+ : el menor valdrá p o r mil$ : caerán mil á tu
lado§: hirió S a u l á mili(. Todo esto está bien, y yo soy del
mismo dictámen. Siempre me ha parecido, que laespresion m i l
ahs, de que usa S. Juan seis veces en este lugar, no signiñ-
ca otra cosa que un grande espacio de tiempo, tal vez igual, 6
mayor, que el que ha pasado hasta hoy dia desde el principio
del mundo, comprendido todo en el número redondo y per-
fecto de mil. E n este punto, pues, yo concedo sin dificultad
cuanto se quiere ; no queriendo meterme en una disputa
que me parece del todo iniitil. Mas con esta concesion
i qué se adelanta ? Nada, amigo, y otra vez nada. Los
mil aiios de que hablamos, sean en hora buena un tiempo
indeterminado ; sean veinte mil 6 cien mil, mas 6 menos,
como os pareciere mejor. Lo que yo pretendo Gnicamente
es, que estos mil &os, 6 este tiempo indeterminado, no está
en nuestra mano, ni se ha dejado á nuestra libre disposi-
cion. Por tanto, ningun hombre privado, ni todos juntos,
pueden poner este tiempo donde les pareciere mas c&uOdo,
Mille ami, eicut diea unus. -2 Pet. iii, 8.
In mille generationes.-Deut. vii, 9.
f M i u s erit in mille. -1%. ix, 22.
5 Cadent S latere tuo milli. -Pa. xc, f .
11 Percussit Saül milie. - 1 Reg. xviii, 7, et id. xxi, 11.
E N G L O R I A Y MAGESTAD. 93
sino precisamente donde lo pone la Escritura divina; esto
es, despues del Anticristo, y venida de Cristo que esperh-
mos. Y si esto no podeis componerlo de modo alguno con
vuestro sistema, 6 con vuestras ideas, yo me compadezw
de vuestro trabajo, y propongo 4 vuestra elecciori una de
estas dos consecuencias : Primera : luego debeis negar
vuestras ideas, si quereis creer á la divina Escritura : Se-
gunda: luego debeis negar 4 la divina Escritura 4 vista d e
ojos, como dicen, si quereis seguir vuestras ideas.
138. Hágome cargo que todavia no es tiempo de sacar,
n i aun siquiera de proponer, unas consecuencias tan duras :
porque todavia tenemos mucho que andar :hay muchas
premisa que proponer y que probar. Y o me contento
pues, por aora, con otra consecnencia mas justa y menos
dura, y este es todo el fruto inmediato que pretendo de
esta disertacion. Luego el sistema propuesto se puede oir
sin espanto, recibir sin peligro, y dejar correr sin dificultad.
Luego no será un delito, ni grave ni levisimo, ni tampoco
una estravagancia, el proponer este sistema como una llave
verdadera y propia de toda la Escritnra divina : y en esta
suposicion ver y examinar si es así, 6 no. Este examen
e s facilisimo: no ha menester mas ingenio, ni mas artificio,
q u e tomar la llave, y probar si abre 6 no las puertas ; las
puertas, digo, que no obstante la supuesta bondad del otro
sistema, tenemos aora tan cerradas.
139. Esto es todo. lo que por aora pretbndemos. Si
despues de las pruebas que irémos haciendo, hallámos,
como yo lo espero, que este sistema, 6 esta llave abre las
puertas mas cerradas, y que parecen invencibles ; que las
abre todas ó casi todas ; que las abre con facilidad, sin fuer-
z a ni violencia alguna ; que la otra llave tenida por bnica,
e n lugar d e abrir las puertas, las deja mas cerradas, &c. ;
entónces discurrirémos de propósito sobre las consecuencias
q u e se deben sacar. Mas esto no será posible hasta que
háyamos avanzado mucho en la observacion de los fenóme-
nos particulares, 4 quienes llamo, yo no sé si con toda pro-
piedad, las puertas cerradas de la santa Escritura ; lo cual
prociirarémos,hacer en la segunda parte.
94 LA V E N I D A D E L M E S I A S .

140. No me pidais, sefior, que me esplique mas sobre


este punto del reino milenario, pues todavia no es su tiem-
po Lo que he pretendido por medio de esta disertacion,
m ha sido tratar este punto gravísimo plenamente y 4 fon-
do ; pues para esto ee necesaria, y 4 esto se endereza toda
la obra : he pretendido pues únicamente abrir camino, qui-
tando un embaram grande que me impedia el paso aun
antes de empegar 4 moverme, 6 disipar una nube oscurísi-
ma, que no me permitia observar el cielo.
141. Todos, 6 casi todos Ion antiguos Milenarios, segun
laslnotioias que nos quedan, 6 se esplicaron poco en el
asun6e, 6 se esplimmn antes d e tiempo. No asentaron ba-
ses flrmes en que fundarse sblidamente. Afiadieroii demas
de esto con demasiada lkncia muciiae ideas particulares,
onas infoilmes, otrae.indikentes, otias disformes, segun el
biento, inclinacion, y gusto de cada uno. Así todos 6 casi
todos abrazaron muy buenos despropósitos. Estas faltas,
p~la mayor parte incscusables, son al mismo tiempo una
buena h c i o n , que nos ensefia á proceder con mas econo-
mia, oon mayor cautela. Por tanto yo estoy determinado
t i no esplicarme a t e s de tiempo : quiero decir, á no afiadir

cosa alguna 4 la proposicion general, hasta haber asentado


can la mayor ñrmeza posible todas las bases que me pare-
cen necesarias. Del mismo modo estoy determinado B no
afiadir otras ideas, sino~aquellasque hallare claras y espre-
sas en la divina Escritura, y que pudiere probar sólida-
mente con esta autoridad infalible.
142. Estas ideas, 6 este modo de ser, de la proposicion
general, es veristmil que quisierais verlo luego, 6 por mera
curiosidad, 6 tal vez por espiritu de oposiciun; mas esto
seria querer ver el techo de nna casa gntnde, cuando ape-
nas se empieza B poner los cimientos. Esto seria querer
ir de Paris B Roma, sin pasar por los lugares intermedios ;
lo cual disputan hasta aora ciertos filósofos, si es posible ó
no. Tened paciencia, amigo mio, que queriéndolo Dios
no dejareis de ver algo en la segunda parte, y todo
en la tercera.
C A P I T U L O VI.

SEGUNDA DIFICULTAD.
LA RESURRECCION D E LA CdRNE, SIMULTANEA Y UNICA.
DISERTACION.

PARRAFO 1.
143. EN fin, Cristófilo, hemos salido con vida de entre
aquella nube densa y tenebrosa, cuyo aspecto era horrible,
donde tuvimos el valor 6 la temeridad de entrar, y donde
nos hemos detenido tal vez mucho mas de lo que era me-
nester. Hemos examinado de cerca las materias diversas
de que se componia. Hemos separado con gran trabajo
las unas d e las otras, certificados de que en esta mezcla y
nnion consistia únicamente su oscuridad, y su semblante
temble. No hay para que temerla aora. Ella se irá des-
vaneciendo, tanto mas presto, cuanto mas de cerca la fub-
remos mírando, y cuanto la mirhremos con nienos miedo.
144. Nos quedan aora que practicar las mismas-diligen-
cias con otra nube semejante, que tiene con esta una gran-
disima relacion : comunica con ella por varias partes, le aya-
da, la sostiene, y es recíprocamente sostenida y ayudada :
acrecentándose notablemente con esta union la oscuridad y
el terror. Esta es la resumeccion de la carne simultanea
y tinica. Porque si es cierto y averiguado que la resur-
reccion de la carne, que creemos y esperamos todos los
cristianos como un artículo esencial y fundamental de nues-
tra santa religion, ha de suceder en todos los individuos del
linaje humano, simultaneamente y una sola vez, es decir
una sola vez, y en un mismo instante y momento : con esto
solo quedan convencidos de error formal todos los antiguos
Wilenarios, sin distincion alguna : todos sin distincion se
96 L A V E N I D A DEL M E S I A S
pueden y deben condenar, y á ninguno de ellos se puede
dar en conciencia el nombre de inocuo. Con esto solo
debe mirarse con gran recelo, como una pieza engafiosa y
peligrosísima, el capítulo xx del Apocalipsis. Y con esto
solo, nuestro sistema cae al punto á tierra, á lo menos por
una de sus partes: y abierta esta brecha, es ya facilisimo
saquearlo, y arruinarlo del todo. Pero i será esto cierto ?
i Será tan cierto, tan seguro, tan indubitable, que un hom-
bre católico, timorato y pío, capaz de hacer algunas re-
flexiones, no pueda prudentemente dudarlo, ni aun siquiera
examinarlo á la luz de las escrituras? Esto es lo que voy
'ya á proponer 4 vuestra consideracion.
146. Sé que los teólogos que tocan este punto (que no
son todos ni creo que muchos) están por la parte aíir-
mativa : mas tarnbieo sé con la misma certidumbre, que
no lo prueban : á lo menos se esplican poqufsimo, y esto
muy de prisa, sobre el punto particular de ser simultanea-
mente y una sola vez. Algunos dicen, 6 suponen sin pro-
barlo, que esta asercion es una consecuencia de fe. Otros
mas animosos aiiaden resultamente, qne es un artículo de
fe. Si les pregnntamos en qué se fundan para sacar s61i-
damente una consecuencia de fe 6 para hacer uu nuevo
articulo de fe, que no hallámos en nuestro símbolo ; nos
responden con una gran muchedumbre de lugares de
la Escritura santa, de los cuales las dos partes prueban
claramente que ha de haber resurreccion de la carne,
y nada mas, y la otra tercera parte prueba contra su
propia asercion. Si os pareciere que viento, 6 que pon-
dero, bien fácil cosa os será salir de la duda, registrando
los teblogos que os pareciere. E n cualquiera biblioteca ha-
llareis con que satisfacer vuestra curiosidad. Los principa-
les lugares de la Escritura que se alegan á fdvor, son los
siguientes. Asi el hombre cuando durmiere, no resucitará,
hasta que el cielo sea consumido: en el último dia he de
resucitar de la tierra* : vívirán tus muertos, mis muertos
* Horno cúm dormient, non resurget, donec atteratur Coelum. ...
in novisnimo die de terra eurrecturus sum.-Job xiv, 12. et xix, 25.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 97
+erucitarh: d s s p e r h y dad alabauza los que morais
en el polvo * : de lu resurreccion de los muertos i no ha-
+
beis leido las palabras que Dios os dice ? E n verdad,
en verdad os digo : que viene la hora, y aora es cuando
Ios muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la
oyeren vivirún: todos los que están en los sepulcros,
oirán la voz del Hijo de Dios. Y los que hicieron bien
irán á resurreccion de vida : mas los que hicieron m 1
á resurreccion de juicio. Resucitará t u hermano, dijo
el Señor. Murta le dice: bien sé que resucitará en la
resurreccion en el último diaf. T o d a la vision de los
huesos del capítulo x x x v i i d e &eyuiel. L o s muertos q u e
resucitaron E l í a s y Eliseo, los malvados d e quienes s e
dice : por eso no se levantarán los impios en el juicio§.
Los muertos q u e resucitó el Sefior. El mismo Sefior q u e
resucitó como primicia de los que dzcermenll, (de quien
dijo David), ni permitirás que t u santo vea Ea corrup-
c i o n q : y lo q u e afirma S. P a b l o : en un momento, an ,un
abrir de ojos, en la $nal trompeta: pues la trompeta
sonará, y los muertos resucitarún incorruptibles**.
146. E s t e Gltimo lugar tiene alguna apariencia: B su
tiempo verémos q u e es solo apariencia, examinando todo
el contesto.
mveat mortui tui, interfecti mei resurpnt : expergiscimini, et
laudate qui habitafis in pulvere.-hni. xxvi, 19.
t De resurrectione autem mortuoruln non legistis quod dictum
eet B Deo dicente vobis ?-Mat. xxii, 31.
f Amen, amen dico vobis : quia venit hora, et nunc est, quando
mortui aiidient vocem Filii Dei : et qui audi~rint,vivent ... Ornnes,
qui in monurnentis sunt, audiente voceui Filii Dei : et procedent qui
bona fecerunt, in reaurrectionem vitz : qui verb mala egerunt, in
resurrectionern judicii ...Resurget frater tuus. Dicit ei Martha :
Scio quia resurget in resurrectione in novissimo die -Jwn.v. 25,
28, 29, et xi, 23, 24.
Ide6 non resurgent impii in judicio.-Pa. i, 5.
11 Primitie dormientium.-Cor. i, 15, et 20.
T Nec dabis sanctum tuum videre corruptionem. -Pa. xv, 10.
** In momento, in ictu oculi, in novisima tuba : canet enim tuba,
et rnortui resurgent incorrupti.-Ep. 1 ad Cm.xv, 52.
T O M O 1. H
98 L A V E N I D A D E L MESIAS

147. D e estos liigares de la Escritura se pudieran citar


sin gran trabajo cuando menos un par de centenares : lo
bueno y admirable es, que habiendo citado estos y otros
lngares semejantes, concluyen con gran satisfaccion, que la
resurreccion de la carne, simultaneamente y una sola vez,
6 es un artículo de fe, 6 á lo menos, una consecuencia d e
fe. Cuando qoisiereis imitar este modo de discurrir,
podreis probar fhcilmente esta proposicion, 6 como conse-
cuencia de fe, 6 tambien como artlculo de fe.
Todos los Romóres que actualmente viven, han de morir
simultaneamente, y una sola vea, en un instante y mo-
mento.
148. Para probar esto, no teneis que hacer otra diligen-
cia sino abrir las concordancias de la bihlia: buscar la
palabra mws : juntar treinta 6 cuarenta testos, que hablen
de esto : v. g. : morirá de muerte *: está establecido á los
. M r e s que mueran una sola vez t. Todos morirkmos, y
nos deslizamos como el agua 3. i Quikn hay entre los
vivientes que no esté sujeto (i lo dura necesidad de haber
de morir S? Hecho esto, saeaís al ponto vuestra conse-
cuencia de fe, 6 estableceis Invenciblemente vuestro artí-
lo de fe : luego todos los hombres que actualmente viven,
han de morir simultaneamente, y una sola vez, en un
mismo instante y momento. No hay para que detenemos
en la aplicacion de esta seniejanza : ni tampoco pensamos
detenernos en desenredar lo que hallámos tan enredado y
confundido en los lugares de la Escritura ya citados, porque
esto sería un trabajo igualmente inútil que molesto.

149. Para que podámos, pues, entendernos en breve,


sin el tumulto interminable de las disputas escolásticas,

* Morte morieris. - Gen. xx, 7.


Statutum est hominibus semel mori. -Ad. Hebr. ix, 27.
f Omnes moriemur, et quasi aquce dilabimur. -2 Reg. xiv, 14.
-
Q Quis est homo qui Gvet, e t non videbit mortem, &c. Pa.
~xxxviii,49.
BN GLORIA Y MAGBSTAD. 98
paréoeme bien que lievémos este nuestro pleito por otra
via mas suave, y lo tratémos entre los dos amigablemente,
con puro deseo de conocer la verdad, y de abrazarla. Mas
antes de entrar en materia, seria muy conducente que
entrásemos mhtuamente asegurados, no solo de la sincen-
dad de nuestro corazon, s i ~ otambien de la pureza de
nuestra fe, en lo que toca á la resumeccion de la carne. Asf
como yo estoy perfectamente asegurado de la vuestra, mi
quisiera del mismo modo aseguraros de la mia ; pues no
dejo de temer que, mirándome como judio, deis algun lugar
á la sospecha 6 imaginticion, de que tal vez puedo ser en
el fondo del corazon de la secta de los Saduceos, 6 pensar
alguna cosa contraria ó ajena de la fe, y ensefianza de l a
Iglesia. Por tanto, recibid, amigo, con bondad, y pasad
los ojos por esta breve y sincéra confesion de mi fe.
150. Primeramente : yo creo con verdad y sin hipocre-
sía, lo que dicen en su propio y natural sentido los lugares
de la santa Escritura que citan los doctores, y otros rnm9.w
mas que pudieran citar. Todos ellos se encaminan direc-
tamente, y van á parar B aquel artículo de fe, que tenemos
espreso en nuestro simhlo npostblico e n estas dos palabras :
rauvreccion de la carne. Descendiendo á lo particular,
creo que todos los individuos del linage humano, hombres
y mngeres, cuantos han vivido, cuantos viven, y cuantos
vivirhn en adelante, así como todos han de morir, menopi
los que han muerto ya ; asi todos han de 'resucitar, rnenoa
los que han resucitada ya. Item : creo, que ha de llegar
a l p n dia, que el Señor sabe, en que suceda esta general
resurreccion, y en que el mar p la tierra, el limbo y el '
infierno. den sus maertbs, sin ocultar aigilrio por minimo
que sea*. Creo, que asi como Jesucristo resu&th.en s a
pmpia carne, 6 en el cuerpo mismo que tenia antes de
morir, así ni nrae ni nienus resucitará cada uno de los
hembes, por mas deshecho que esté el cuerpo, y confun-
ctido con la tierra: y esto por la virtnd y omnipotencia de
Dios vivo, que pudo hacer de nada todo el universo con un
* Joan. v, 25; Apoc. xx, 13.
H 2
&me, 6 con nn acto de su voluntad. No 56 que podak
pretender de mí otra cosa sustancial, 'en lo que toca á la
msnrreccion, pues esto es todo lo que creen los fieles
cristianos. Si con esto estais satisfecho de la pureza de mi
fe, pasémos adelante.
151. N o hay que pasar adelante (me parece que os oigo
decir) creyendo buenamente que ya quedo convencido por
mi propia confesion, pues concedo con todos los fieles, que
ha de llegar un dia, y una hora, que solo Dios sabe, en que
se verifique esta resurreccion general de todos cuantos han
vivida, viven y-vivirán, sin que quede uno solo que no
resucite. Si, amigo, si : me tengo en lo dicho y confieso
otra vez, y otras veces, que todo esto es cierto, y de fe
divina. Mas i qué consecuencia pretendeis sacar de mi
confesion ? Sin duda no habeis reparado bien en aquella
palabra que dejé caer como casual, diciendo espresa-
mente. Asi como todos han de morir, menos los que han
muerto ya ; así todos han de resucitar, menos los que han
resucitado ya. Conque es cierto, .y de fe divina, que en
aquel dia y hora, resucitarán todos los que hasta entónces
hubieren muerto, y no hubieren resucitado : mas no por
esto se sigue que tambien haya11 de resucitar entbnces los
que hayan resucitado de antemano. Me persuado, no sin
gran fundamento, que esta escepcion que acabo de hacer,
os causará un verdadero disgusto, y aun enfado. Y o
siento el disgustaros; pero j como puedo eu conciencia
hawr otra cosa ? Demas de ser esencial al asunto que aora
tratamos, parece cierta y evidente, como fundada sblida-
mente sobre buenos principios.
152. i Bueno fuera que entre los resucitados de aquel
dia y hora conthsemos tambien á la santísima virgen María
nuestra sefiora, de quien ha creido y cree toda la Iglesia,
que resucitó aun antes que su santo cuerpo pudiese ver la
corrupcion, y que la hiciésemos volver á morir para poder
resucitar en aquel dia ! í Bueno fuera que enLre los resuci-
s aquel dia y hora, contásemos tambien á aquelloe
t a d ~ en
muchos santos, de quienes nos dice el evangelio : y muchos
cuerpos de santos que habian muerto resucitaron *! ER
verdad que no han faltado doctores, y no pocos, que nos
aseguran con razones fundadas sobre el aire, que estos
sautos que resucitaron con Cristo, volvieron luego 4 morir,
pues solo resucitaron (afiaden en la cátedra) para dar tes-
timonio de la resurreccion de Cristo, y tambien de la resur-
reccion de la carne ; mas esto i de donde lo supieron ?
Porque ,j quidn conoció el espíritu del Señor, 6 quidn ftd
su consejero ?. ..El evnngelio dice claramente, que remci-
taron, no cierto en apariencia, sino en realidad ; que por
eso usa la espresion muchos cuerpos, y no dice que volvie-
ron 4 morir: ;por qué, pues, se asegura que volvieron 4
morir? i Será sin duda porque habiendo roto la corteza de
la almendra, hallaron dentro de ella el tesoro escondido ?
i Bueno fuera que entre los resucitados de aquel dia y hora,
contfisemos tambien aquellos dos profetas 6 testigos, de cuya
muerte, resurreccion y subida á los cielos, se habla clarísimri-
mente en el capitulo once del Apocalipsis, y esto mucho
antes de aquel dia y hora, por confesion precisa de todos
los iutérpretes !
153. Verosimilmente respondereis, que todos esos re-
sucitado~,de quienes acabamos de hablar, no resucitarán
en aquel dia y hora ; pues nos consta y tenémos por cosa
certísima, que ya resucitaron, y los dos Gltimos resucitarán
á su tiempo antes de la general resurreccion : i y de donde
sabemos esto, pregunto yo? Lo sabemos, decis, de nuestra
seíiora la madre de Dios ; porque es una tradicion antiqui-
sima y universal : lo ha creido y lo cree toda la Iglesia, sin
contradiccion alguna razonable : lo sabemos de muchos
santos que resucitaron con Cristo, porque así lo dice clara
y espresamente el evangelio : y lo sabemos de los dos
últimos profetas, porque así lo anuncia el npóstol S. Juan
en su Apocalipsis, que es tan cauónico y tan de fe divina
* Midta corpora sanctorum qui dormierant, surrexerunt.-Mat.
xxvii, 52.
+ i Quiv enim cognovit sensum Domini, aut quis concilliarius ejus
fuit ? -.4d Rosz. xi, 34.
' ,102 L A V E N I D A DRL MESIAS

como el evangelio. Todo esto me parece un modo de


. hablar religioso y justo, en que va acorde la revelacion con
la razon. Mas yo quisiera aora saber, jcónio s e puede
componer todo esto con aquella multitud de lugares de la
Escritura santa, que se citan para probar la resurreccion
simultaneamente y una sola vez, de todos los individuos
del linage humano, sin distincion alguna? i Como se com-
pone todo esto con aquellas palabras de Job : el h d r e
cuando durmiere, no rewcifará, hasta que el cielo sen
.
consumido.. * 6 con las palabras del evangelio : todos los
que estcín en los seplcros, oiráth la voz del Hijo de Dios :
ó con las palabras de Marta : sé que resucitar6 - en el úl-
timo dia S: ó coa las palabras de S. Pablo: en un mo-
mento, en un abrir de ojo, en l a j n a l trompeta :pues la
trompeta sonará, y los muertos resucitarán incorrupti-
.
bles.. S?
154. Conque sin perjuicio de la general resurreccion,
que debe concluirse en aquel dia y hora de que hablhmos,
pudo Dios. resucitar muchos siglos antes 4 la santísima
Virgen María : pudo resucitar á muchos santos, para que
acompaiíasen resucitados á Cristo resuditado, si es que no
los hacen morir otra vez : y á otros dos santos mucho tiem-
po antes de la general resurreccion : luego sin pejuicio
de aquella ley general, que debe concluirse en aquel dia
y hora, podrá Dios conceder muy bien esta misma gracia
á muchos santos, segun su libre y santa voluntad. Y i quién
sabe si ya la ha concedido á muchos, sin pedirnos nuestro
consentimiento, ni darnos parte de su resolucion? Yo sb
que algunos autores clásicos son de parecer, quo el Apbs-
tol S. Juan puede y debe entrar en el número de los re-
sucitados. Fúndanse para creer la resurreccion de este
Homo chm dormierit, non resurget, donec atteratur ccelum.-
J o b xiv, 12.
-1- Ornnes, qui in monumentis, sunt audient vocem Fiii Dei.
- Joan. v, 28.
f
'

Scio quia resurget in noviasirno die. -16. xi, 24.


In momento, in ictu oculi, in novissima tuba : canet enim tuba,
et mortni resiirgent incorrupti, &c.- 1 ad Cor. xv, 54.
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 108
Apóstol, en que no se sabe de su cuerpo, ni se ha sabido
jamas, como se ha sabido y se sabe de los cuerpos de los
otros Apóstoles ; pues aunque algunos antiguos hablaron
de su sepulcro trescientos aiíos despues, mas tambien han
hablado del sepulcro de Cristo, y del de nuestra Sefiora;
y S. Pedro habló en su primer sermon del sepulcro de Da-
vid, diciendo : su sepulcro está entre nosotros*: y no es
lo mismo el sepulcro que el cuerpo sepultado en él. To-
do esto discurren estos autores. Si con razon 6 sin ella,
no es de este lugar; ni yo tomo partido, ni en pro ni en
contra : porque aunque mi sentir es diversisimo, tampoco
es de este lugar. Lo que Gnicamente ea de este lugar, es
esto : que segun estos autores, podrémos contar lícitamente
con otro santo mas entre los resucitados, antes de la ge-
neral resurreccion, y esto sin perjuicio alguno de aquella
ley universal.
155. Esto supuesto, yo paso un poco mas adelante, y
pregunto: si aquel mismo Dios, de quien está escrito:
jiel es el Señor en todas sus palabras -t., que ya ha resuci-
tado ii nuestra Sefiora, y á otros muchos santos, hubiera
prometido resucitar á muchos mas, para cierto tiempo antes
de la general resurreccion, en este caso i no harémos muy
mal en no creerlo ? i Será bastante razon para dudarlo, la
ley general de la resurreccion del último dia? i Será de-
cente alegar contra esta promesa de Dios el testo de Job,
6 las palabras de Marta, 6 todos los otros lugares de la
Escritura que habla de la resurreccion general de la carne ?
Tengo por cierto que me direis que no, en caso que haya
tal promesa de Dios, pues estos mismos lugares de la
Escritura se pudieran alegar con la misma razon, para no
creer la resurreccion de la madre de Cristo, y mucho
menos la de otros santos que nos dice el evangelio yiel
Apocalipsis. Mas esta promesa de Dios i de donde constn ?
Teneis gran razon de preguntarlo. Consta, seiíor mio, de
la misma Escritura divina, entendida del mismo modo que
Sepulcrum ejus est apud nos. -Act. ii, 29.
t Fidelis in omnibus verbis suis. - Ps. cxliv, 13.
104 LA V E N I D A D E L h 1 E I I A S

se entiende ciialquiera escritiira humana, que contiene


obligacion 6 promesa: esto es, en su sentido propio, obvio
y literal, pues uo hay otro modo de averiguar la verdad.
Conque toda nuestra controversia está ya reducida 4 esto
solo : es 4 saber, . á que yo os muestre los instrumentos
- autenticos y claros que tengo de la promesa de Dios, y
habiéndoles visto entre los dos, y examinbndolos atenta-
mente juzguémoe con recto juicio*.

PARRAFO 111.
156. Primer instrumento. E n primer lugar, debemos
traer á la memoria, y considerar de nuevo con mayor
- atencion, todo lo que queda ya observado en la disertacion
precedente, artículo iii, sobre el testo celebérrimo del
capitulo xx del Apocalipsis : á lo cual nada tenémos que
afiadir, ni que quitar, por mas que clamen y porfien los
doctores, de que allí no se habla'de verdadera y propia
resurreccion de los cuerpos, sino de una resurreccion es-
piritual de las almas á la gracia, y á la gloria, h. P o r
mas que tligan confusamente que lo contrario es un error,
un siiefio, un peligro, una fábula de los Milenarios: por
mas que pretendan, que la esplicacion que dan al testo
sagrado (y que ya observámos con asombro) es mas clara
que la luz : por mas que quieran persuadirnos, que la prision
del diablo ya sucedió, y que el Rey de los reyes no es
Jesucristo sino S. Miguel &c. si no nos traen otra novedad,
si no producen otras razoues, nos tenémos á lo dicho;
ciertos y seguros de que el testo sagrado mirado por todos
sus aspectos con todas sus circunstancias que preceden,
que acompafian, y que siguen hasta el fin del capitulo y
aun hasta el fin de toda la ~rofecía,es un instrumento
auténtico y fiel, en q;e consta clarísimamente de la pro-
mesa de Dios, con que se obliga á resucitar otros muchos
santos antes de la general resurreccion. Por consiguiente
es este un instrumento precioso que no podemos, ni debe-
mos disimular.
* Rectuiii judicium judicemus.
EN G L O R I A Y M A G R S T A D . 105
157. Si os parece aora que el repetir y volver 4 hacer
mencion de este lugar de la Escritura, es por falta 6 esca-
sez de otros instrumentos, os digo amigablemente, que
no pensais bien. Este lugar de la Escritura es nu instru-
mento claro y auténtico, que no podemos ni queremos disi-
mular. Fuera de él hay algunos otros igualmente autén-
ticos y claros, que vamos aora á producir : y todos ellos
forman, á mi parecer, como una prueba evidente, 6 una
certidumbre mas que moral de la promesa divina.

PARlUFO IV.
158. Segundo instrumento. E l apbstol S. Pablo escri-
biendo á los Tesalonicenses, les dice: Tampoco queremos,
hermanos, que ignoreis, acerca de los que duermen, para
que no os entristezcais como los otros, que no tienen
esperanza. Porque si creemos que Jesus murió y resu-
citó ; así tambien Dios traerá con Jesus á aquellor'qzcs
durmieron por él. Esto pues os decimos en palabra del
Señor (sigue la promesa de Dios), que nosotros que vivi-
mos, que hemos quedado aquí para la venida del S&r,
no nos adelantarémos a los que durmieron. Porque el
mismo Señor con mandato, y con voz de arcánjal, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo : y los que murie-
ron .en Cristo, resucitarán los primeros. Despues,
nosotros, los que vivimos, los que quedamos aquí, serémos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes á recibir á
Cristo en los aires ; y así estarkmos para siempre con-el
Señor. Por tanto consolaos los unos con los otros con
estas palabras *.
* Nolumus autem vos ignorare, fratreu, de dormientibus, ut non
contristemini sicut et czteri, qiii spem non liabeiit. Si eoim rredi-
mus qubd Jesus. mortuus est, et resurrexit: itaet Deus eos, qui
dormierunt per Jesum adducet cum eo. Hoc enim vobis diciinus in
verbo Domini, quia nos qui vivimus, qui re~iduisuiniis in adventum
Domini, non p r ~ r e n i e m u s eou qui dormierunt. Quoniam ipse
Dominus in jussu, et in voce Archangeli, et in tuba Dei, descendet
de C e l o : et ~nortiii,q ~ i in
i Christo sunt, resurgent priiiii. Deinde
iitjs, qui vivimtia, qoi rcliiiquimui, sirnul rapiernur cum illis iii niibi-
106 LA VENIDA DEL MBSIAS

,159.De,estas palabras del Apóstol, que 61 mismo nos


advierte, no sin gran acuerdo, que las dice en palabra del
Señor, sacamos dos verdades de suma importancia. Pri-
mera; que cuando el Safior vuelva del cielo á la tierra,
como sabemos que ha de volver despues de haber recibi-
do el reino *, al salir del cielo, y mucho antes de llegar á
la tierra dará sus órdenes, y mandará como Rey, y Dios
omnipotente, que todo esto si@can aquellas palabras con
mandato, y con voz de arcángel, y con trompeta de Dios*.
A esta voz del Hijo de Dios resucitarán al punto los que la
oyeren, como dice el evangelista S. Juan, los que la oye-
ren vivirán$. Mas i quiénes serán estos ? i Serán acaso
todos los muertos, buenos y malos sin distincion ? i Serán
todos los individuos del linage humano sin quedar uno solo?
Parece cierto, y evidente que no ; pues en este caso no nos
ensefiára S. Pablo en palabra del Señor la grande nove-
dad de dos cosas, tan absolutamente incomprensibles, como
contradictorias : es á saber : resucitar todos los individuos
del linage humano, buenos y malos, lo cual no puede ser
sin haber muerto todos, y despues de esta resurreccion,
despues quedar todavia algunos vivos y residuos para la
venida del Señor.
160. Fuera de que se debe reparar, que el Apóstol solo
habla en este lugar de la resurreccion de los muertos, "qtre
murieron en Cristo, 6 de aquellos, que durmieron p o r kl:
y ni una sola palabra de la otra infinita muchedumbre ; sin
duda porque todavia no ha llegado su tiempo. D e este
mismo modo habla el Sefior en el evangelio : reparadlo.
Y verán al H g o del Hombre que vendrá en las nubes del
cielo con grande poder y magestad. Y enviará sus án-

bna obvihm Christo in aera: et sic semper cum Domino erimus.


Itaque consolamini invicem in verbis istis. -Ep. 1 ad Thes. iv,
12 ad 17.
* Accepto regno. -Luc. xix, 16.
+ In jussu, et in voce Archangeli, et in tuba Dei. - 1 ad Tires.
iv, 15.
-
f Et qui audierint, vivent. Joan. v, 26.
EN G L O R I A Y hIAGESTAD. 107
geks con trompetas, y con grande voz : y allegarán sus
escojidos de los cuatro vientos *.
161. Si comparai~este testo con el de S. Pablo, no ha-
llaréis otra diferencia, sino que el Apóstol llama á los que
han de resucitar en la venida del Sefior los que murieron
en Cristo, que durmieron por él-t.: y el SeKor los llama
sus escojidos y allegarán sus esccojidos de los cuatro vien-
tos$: mas en ambos lugares se habla únicamente de la re-
snrreccion de estos solos, y ni una sola palabra de los otros.
Y es bien, amigo, que observeis aqui una circunstancia
bien notable, esto es que cuando el Seiior dijo estas pala-
bras no hablaba con el vulgo, ni con las turbas, ni con los
escribas y fariseos, con quienes solía hablar por parábolas ;
hablaba inmediatamente con sus Apóstoles ; y esto á solas,
en el retiro, y soledad del monte Olivete. Hablaba no par
incidencia, sino de propósito de su venida en gloria y ma-
gestad, y de las circunstancias principales de esta venida :
hablaba, preguntado de los mismos Apóstoles, que desea-
ban saber mas en particular lo que decia á todos pública-
mente mas en general y por parábolas : hablaba en fin, con
aquellos mismos á quienes habia dicho en otra ocasion : á
vosotros es dado saher el misterio del reino de Dios ; mas
á los otros por parábolas§. Esta observacion seria muy
importante para aquellos mismos doctores, los cuales ha-
ciendo tan poco caso del lugar del evangelio de que habla-
mos, quiero decir, de la circunstancia particular de la re-
surreccion de solos los electos en la venida del Sefíor, pon-
deran mucho lo que en otros lugares del evangelio se dice

* Et videbiint Filium Horninis venientem in nubibus caeli cum vir-


tute multa, et majestate; Et mittet Augelos suos cum tuba, et voce
magna; et congregabunt electos ejus 4 quatuor ventis. -Mat. xxiv,
30 et 31.
t Mortui, qui in Christo sunt, ... qui dormierunt per Jesum.-
1 Ep. ad 17ree. iv, 15 et 16.
f Et congregabunt electos ejiis B quatuor ventis.-Mat. xxiv, 31.
6 Vobis datum'est nosse mysterium regni Dei, czeteris autem in
parabolis. - Luc. viii, 10.
108 LA V E N I D A D E L M E S I A S

en general, y p o r parábolas, como si aquello poco que allí


s e toca, siempre enderezado á dar alguna doctrina moral,
fuese todo lo que hay que hacer en la venida del Sefior.
Por ejemplo : en la parábola de las diez vírgenes, cinco
prudentes, y ciaco fátuas* : en la parábola de los talen-
tos : y sobre todo en la parábola que empieza, y cuando
viniere el Hijo- del Hombre-/-del capitiilo xxv-de S. Mateo,
de la cual hablarémos mas adelante, como que es uno de
los grandes fundamentos, y tal vez el único del sistema
ordinario.
162. La segunda verdad que sacamos del testo de San
Pablo, á donde volvemos, es esta : que despues de resuci-
bdos aquellos muertos que murieron en Cristo, que dur-
nrieron por él$, todos los vivos que en aquel dia fueren
tambien de Cristo, los cuales, segun olras noticias que ha-
llámos en los evangelios, no pueden ser muchos, sino bien
pocos, como verénios en su lugar, todos estos asi vivos se
juntarán con los muertos de Cristo ya resucitados, se le-
iantarán de la tierra, y subirán en ias nubes á recibir á
...
Cristo: despues nosotros los que vivimos (6 los que ui-
ven de nosotros) las que andamos aqui, serémos arreba-
tados juntamente con ellos á recibir á Cristo en los aires§.
Por mas esfuerzos que han hecho hasta aora los intérpretes
y teólogos, para eludir 6 suavizar la fuerza de este testo,
es claro que nada nos dicen, que sea pasable, ni aun si-
quiera tolerable. Dicen unos, que los santos resucitarán
primero, como enseíia el Apóstol'; mas esto no Será con
prioridad de tiempo, sino solamente de dignidad 11 : quie-
ren decir, que todos los hombres buenos y malos, santos é
inicuos, resucitarán en un mismo tiempo y momento ; pero
Quinque prudentes, et quinque fatua?. - Vide Mat. xxv.
t Cum autem venerit Filiuv hominis. -Id. ib. 31.
-
1 Qui in Cliristo sunt, qui dormierunt per Jesum. 1 Ep. ad
Thes. iv, 15. Id. 13.
Q Deinde nos, qui vivimus, seu ex nobis qui vivent, qui reliqui-
-
mur, simul rapiemur cum illis. .. obviam Christo in aera. 1 Ep. ad
Thes. iv, 16.
11 Non priotitate temporis, sed dignitatie.
EN G L O R I A .Y MAGESTAD. 109
los santos tendrán m la resureccion el primer lugar - : esto
es : serán mas dignos, ó mas honorables que los malos : y
pudieran afiadir, que serán los tínicos dignos de honor, &-
lante & Dios y de sus áriqeles*. Mas j es esta la gran
novedad que nos anuncia S. Pablo, en palabra del Señor
que los santos serán mas dignos de honor que los malos ?
,; Los Apóstoles mas honorables que Judas el traidor ? j Y
el mismo S. Pablo mas que el verdugo que le cortó la ca-
beza? i Y para decimos esta verdad, no ha116 el apóstol
otras palabras que estas : y los que murieron en Cristo re-
sucitarán los primeros. Despues nosotros-/-. Leed, amigo,
el testo sagrado, y haced mas honor al apóstÓl, y á vuestra
propia razon.
163. Otros autores menos ríjidos, oonceden francamente
(J esta es la sentencia mas comun) que el Apóstol habla sin
duda de prioridad de tiempo : mas como si este tiempo fue-
se propio suyo, como si fuese dinero en manos de un aváro,
así lo escatiman : así lo escasean, asi aprietan la mano al
quererlo dar, que es imposible que baste ni aun para la
centésima parte del gasto necesario. Conceden, pues, para
veriñcar de algun modo las palabras claras y espresas, re-
suctiarán los primeros, que los santos realmente resucita-
rán primero; pero aiiaden luego con una estrema econo-
mía, que bastarán para esto algunos minutos : por ejemplo,
cinco 6 seis, que en aquel tiempo tumultuoso será cosa in-
sensible, que nadie podrá reparar. Esto parece todavia
mayor milagro que saciar á cinco mil personas con cinco
panes. Véamos no obstante, la facilidad admirable con
que todo se hace.
164. Viene ya Cristo del cielo á la tierra, e?&la gloria
de su P a d r e con sus ángeles$: á su primera voz resucita-
rán al punto los que la oyen, esto es, todos sus santos : y
*-Coram Deo, et angelis ejus. -Vide Apoc. iii, 5 .
) Mortui qui in Christo sunt, resurgent primi, deinde nos qui
vivimus. - 1 ad Thee. iv, 15 et 16.
-
1 Iu gloria Pstris sui cum Angelia suie. Mat. xvi, 27.
118 L A VENIDA DEL M E S I A S

los que murieron en Cristo resucitarán los primeros*.


Resucitados estos, luego inmediatamente se levantan por
el aire á recibir al Sefior, y gozar de su visla corporal :
juntos con ellos se levantan tambion, 6 son arrebatados 10,s
santas vivos que hubiere entónces en la tierra. Estos vi-
vos que todavia 'no han pasado por la muerte, mueren mo-
mentáneamente allá en el aire antes de llegar á la presen-
cia del Sefior. Sus cuerpos, 6 se disuelven en un momen-
to, 6 no se disuelven ; porque no hay necesidad indispen-
sable de tal disolucion. Si llevan algunas culpas leves que
purgar, 6 las purgan allí mismo en un instante, 6 van dos
6 tres instan& al purgatorio, quedando entre tanto sus
cuerpos muertos suspensos en el aire; ó lo que parece
mucho mas fácil, que todo se halla en diferentes autores,
ni los cuerpos se disuelven, ni las almas llevan reato alguno
de culpa ;y así mueren en el aire en un instante, y resucitan
d instante siguiente, si es que no han muerto, y resucitado
a n t a de levantarse, que así lo sienten otros muchos autores.
Vamos adelante, y no perdámos tiempo, que todavia lo be-
mos menester para lo mucho que queda que hacer.
165. Mientras los resucitados santos van subiendo por
el aire, y entre tanto que sucede la muerte y resurreccion
de los vivos que le acompafian, estando ya todos muy lejos
de la tierra, sucede en esta el grande y universal diluvio de
fuego, que mata B todos los vivientes, desde el hombre
hasta la bestia: y desde las aves del cielo hasta los peces
del mar*, no obstante que en Ezequiel y en el Apocalipsis,
se ven convidadas las aves en el dia de la venida del Se-
íior, á la gran cena de Dios$, para que coman y se harten
de las carnes de toda suerte de gentes, que el mismo Sefior
ha de sacficar á su indignacion: venid, y congregaos á
la cena de Dios, p a r a comer carnes de reyes, y carnes de
-
3 Mortui qui in Christo sunt, resurgent primi. Vide supra.
+ Ab Iiomine usque ad pecus, et volaiilibus coeli, usque ad pis-
-
ea m aria. Vide Gen. vii, 23.
-
1 Ad cznam magnam Dei. Apoc. xix, 17.
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 111
..
t d u n o s , y carnes de poderosos. y se hartaron todas &m
aves de las carnes de ellos *. Pero de esto en-otra parte.
Muertos todos los vivientes con el diluvio de fuego, se apa-
ga en el momento siguiente todo aquel incendio, resucitan
al otro momento los muertos en toda la redondee de la
tierra : se ponen en camino luego al punto, y son llevados
en un momento de tiempo por los ángeles ácia Jerusalén.
En suma : cuando el Sefior llega á la tierra con toda su co-
mitiva, halla ya resucitado todo el linage humano, y con-
gregado todo en el grande y peque60 valle de Josafat.
Esto es en sustancia todo cuanto nos dicen los espoeitoreri
y teólogos sobre el testo de S. Pablo, de que vamos h a
blando ; y por mas librerías que visiteis, estad cierto, ami-
go, que no hallareis otra cosa diversa de lo que awbais
de oir.

166. R e . x i o n . Habiendo visto lo que sobre el testo


de S. Pablo nos dicen los doctores : habiendo considerado,
con no sé que disgustillo interno su suma escasez, y eoono-
mía en la reparticion de instantes y momentos : decidme,
amigo : ,j para qué podh servir tanta economía ? j Para
qué fin tantos apuros, y tantas prisas? i Nos sigue acaso
alguno con la espada desnuda? Si es para poder salvar de
a i p modo el sistema : si es pwd poder mantener y llevar
adelante la idea de uha sola resurreccion, y esta simultá-
nea, única y momentáneat, así como esta idea quedará
convencida de falsa, con mil afios de diferencia entre
la primera resurreccion de los muertos, qns murieron
en Cristo, y la resurreccion del resto de los hombres ; asi
queda convencida de falsa con algunas horas ó minutos de
diferencia: pues una vez que se admita algun tiempo m-
termedio, como es necesario admitirlo, ya la resurreccion del
Venite, congregamini ad canam magnam Dei, ut manducetis
Cmie8 regum, et carnes tribunomm, et carnes fortium, &C ..... Et
omnes aves saturata sunt carnibus eorum.-Apoc. xix, 17, 18,21.
/ -
t Simul et semel, in momento, in ictu oeuli. 1 id CW. xv, 62.
112 LA VENIDA D B L M B S i A S .
lmage humauo, ni podrá ser juntamente. ni podrá ser u n a
sola vez, ni mucho menos en un momento, en un a b r i r
de ojo.
167. Fuera de esto sería bueno saber i con qué razon, ó
con qué autoridad, se hace esta reparticion tan escasa d e
instantes y momentos ? i Con qué razon, por ejemplo, nos
aseguran, que los justos vivos despues de la resurreccion
de los santos se juntan con ellos, y suben tambien en las
nubes á recibir á Cristo en los aires*, y que deben mo-
rir, y resucitar allá en el aire antes de llegar á la presencia
del Seííor? No me digais, ni alegueis para esto la pura
autoridad estrinseca, porque esto sena caer en aquel gran
defecto que llaman los lógicos responder con lo mismo que
se disputa. Sabemos que así lo han pensado muchos doc-
tores ; mas no sabemos por qué razon, ni sobre que buen
fundamento lo han pensado así, ni de donde pudieron tomar
esta noticia. S. Pablo nos asegura en palabra del Seiior,
que los justos que se hallaren vivos cuando venga el Sefior,
subirán por el aire á recibirlo en compafiia de los santos ya
resucitados. Esta particularidad era bien escusada, si para
parecer en la presencia de Cristo fuese necesario que pri-
mero muriesen y resucitasen, 6 allá en el aire, ó acá en la
tiqrra antes de levantarse de ella : pues con solo decir,' los
muertos de Cristo resucitarán, y subirhn á recibirlo. estaba
dicho todo ; mas decimos espresamente, y esto en palabra
del Señor, que no solo los santos resucitados, siuo tambien
los santos vivos, se levantarán de la tierra, y subirán juntos
con ellos+ á recibir á Cristo, sin hacer mencion la mas mí-
nima de muerte, ni de resurreccion de estos últimos, pare-
ce una prueba clara y manifiesta, para quien no tuviere ai-
gun empeíío manifiesto, de que no hay tal muerte, ni tal
resurreccion instantánea : que esta idea tan agena del testo
sagrado solo la pudo haber producido la necesidad de s d -
var de algun modo el sistema, á lo menos por aquella
parte, ya que por otra quedaba insalvable ; pues ha-
* In nubibus obviam Christo iii aera. - 1 Ep. ad mes. iv, 16.
Simul.. .'cum i1lii.- 1 Ep; nd Ther. iv, 16.
biendo resncitado los muertos de Cristo en todas las
partes del mundo, habiéndose levantado de la tierra, ha-
tiendo subido juntamente con ellos muchos vivos, .habiendo
estos muerto, habiendo resncitado, todavia no se ha verifi-
cado la resureccion, ni aun siquiera la muerte de todo el
resb de los hombres.
168. A todo esto podemos afíadir esta otra reflexion : el
rapto de loa vivos de que hablamos, es ciertamente una
cosa futura : por consiguiente no pudieramos saberla, sin
revelacion espresa de Dios, á quien solo pertenece la cien-
cia de lo futuro. Del mismo modo : siendo tambien una
cosa futura, 6 solo posible, la circunstancia que se pretende
en estos vivos, de morir y resucitar instantáneamente antes
de llegar B la presencia de Cristo, tampoco podrá saberse
ata circunstancia sin revelacion espresa del que todo lo
sabe. D e aquí se sigue, que cualquiera hombre que nos
afiada esta circunstancia, aunque sea debajo de la antori-
dad de otros mil, deberá junto con ellos mostramos alguna
revelacion divina, cierta, clara y espresa, en donde conste
de esta circunstancia. Y si esta tal revelacion, ni la mues-
tran, ni la pueden mostrar porquc no la hay, deberán con-
tentarse, y tener por escusados á los que no creyeren su
noticia por no querer apartarse un punto de lo que dice la
revelacion.
169. S e ve muy bien, amigo mio, lo que hace 4 los doc.
tures darse tanta prisa en el asunto de que tratámos: es 4
saber, la idea que se han formado (por las razones que
irémos viendo en adelante) de que el Sefior ha de volver
del cielo á la tierra con la misma prisa: por consiguiente,
que cuando llegue á la tierra ya ha de hallar muerto y re-
sucitado á todo el l i a g e humano, y congregado en cierto
lugar para el juicio universal. Esta idea, tomada como
pretenden, de la parábola mando viniere e i Hijo del hom-
bre, del capitulo xxv de S. Mateo, sin querer hacerse car-
go, que aquello es una mera parábola, cuyo ' fin único es
una doctrina moral (como observarémos á su tiempo):
esta idea, digo, contraria 4 toda la Escritura, que casi. á
TOMO 1. 1
111 LA V E N I D A DEL MESIAS

d a paso clama contra ella, ha sido, y es haata aora un


verdadero velo, que la ha cubierto y dejado poco menoa
que invisible 4 quien está preocupado de contrarias idem.
Mae de esto tenémos tiempo de hablar, y no pueden fal-
tarnos en adelante algunaa ocasiones mas oportunas.
170. Nos basta, pues, por aora sacar de todo lo dicho
esta importante consecuencia. No obstante 10s esfuerzos
que han hecho los mas sábios y mas ingeniosos doctores
para aplicar el testo de S. Pablo de algun modo suave 6
mas compatible'con su sistema; no obstante, sus miedos,
sua apuros, sus prisas, su solicitud ; no obstante su grande
y aun estrema economia en la reparticion de instantes y
minutos, al fin se ven precisados á concedernos algo, como
mabais de ver. Nos conceden primeramente, que los muer-
tos que son con Cristo, y los que murieron en Cristo,
6 aquellos que murieron p o r él* (los cuales parecen los
mismos idénticos que se leen en el capitulo veinte del
Apooalipsis, y las almas de los degollados p o r el testimo-
nio de Jesus, y p o r la palabra de Dios, y los que no ado-
raron la bestia.. .y vivieron y reinaron con Cristo mil
años. Los otrosmuertos no entraron en vida, hasta que
se cumplieron los mil años. Esta es la prímera resur-
recciont. Comparad, sefior, un testo con otro, y oid lo
que os dice vuestro corazon). Nos conceden, que estos
muertos resucitarán primero que los demás. Nos conce-
den 10 ~egundo,que despues de resucitados estos, morirán
los santos, que acaso se hallaren vivos, 6 en la tierra, 6
al14 en el aire, los cuales tambien resucitadn en segundo
lagar. Nos conceden lo tercero, que despues de estos
morirán, 6 serán muedbs con un diluvio de fuego, todos

Mortm, qui in Chrinto aunt...seu qui dormierunt per Jeaum.-


Ep. 1 ad 17ieu. iv, 16, 13.
f Et animas decoiiatopn propter teetimonium Jesu, et propter
verbum Dei, et qui non adoraverunt bestiam...Et vixerunt, et reg-
,
naverunt cum Chriato miiie annis. Ceteri mortuorum non vixerunt,
donec consummentur miiie anni. Haec eet resurrectio prima.-
+. xr, 4,s.
casntos vivientes hubiem entónoee sobre la tierra. Nos
conceden finalmente, que despues de todo esto, despues
de quemados todos los vivientes con todo cuanto se hallare
sobre la tierra : despues de apagado b disipado todo aquel
mar inmenso de fwgo (lo que ha menester, segun parece,
algonos minutos) resucitarán por Gltimo todos los muertos
que restaren, que sin duda serán los mas.
17i. Contentémonos aora con esto poco que nos dan,
(que á su tiempo les pedirémos algo mas) y saqnémos ya
nuestra importante y legítima consecuencia : luego la re-
snrreccion de la carne, simultanearnente y m a sola vez,
la resurreccion de todos los individuos del linaje humano,
en un momento, ea un abrir de ojo, lejos de ser un artículo,
6 una consecuencia de fe, es por el contrario, y debe mi-
rarse como una asercion falsa, y absolutamente indefensible,
y esto por confesion de los mismos que la propugnan. Por
consiguiente queda quitado con esto solo aquel e m b m
que nos impedia el paso, y disipada aquella grande nube
que nos cnbria el cielo. Fuera de este instrumento aoa
quedan otros que no podemos disimular.

172. ~ t ~ t o El miamo Ap6sto1, y ma-


r tercero.
estro de las geates, habla de propbsito y difusamente, y
llegando al versículo 23 dice así: mas cada wu> en su
&den :las primicias Cristo ;despues los que ron de Cris-
to,que creyeron en su advenimiento. Luego será e l j n ,
cuando hubiere entregado el re& b Dios y al Padre,
c u d Aubiere destruido todo principado, y potestad, y
mrtud. Porque ea necerario que él reine, h t a que pon-
ga á todo8 sus enemigos debajo de sur p k . Y la enemi-
ga muerte será destruida la postrera. Porque todar lar
wsas sujetó debajo de los pies de él*.
Unusquieque autem in suo ordine : primitice Christus : deinde
ii, qui sunt Chriati, qui in adventu ejus credidemt. Deinde finia :
chm tradident regnum Deo, et Patri, c b evacuaverit omnem prin-
cipatnm, et poteatatem, et virtutem. Oportet autem illum r-sre,
12
116 L A V E N I D A DEL MESIAS
173. Sigámos el órden de estas palabras. E l p h e r
resucitado es Cristo mismo : estas son las primicia de la
resurreccion : las primicias Crkto. Ningun hijo de Adán
tuviera que esperar resurreccion, si no hubieran precedido
estas primicias. Síguense despues de Cristo, afiade S.
Pablo, los que son suyos, los que creyeron en él (se en-
tiende bien que aquí no se habla de cualquiera fe, sino de
aquella que obra por la caridad, como él mismo lo dice en
otra parte, pues esta sola puede hacer á un hombre digno
de Cristo) : despues los que son de Cristo : comparad d e
paso estas palabras con aquellas otras : y los que murie-
ron en Cristo, 6 aquellos que durmieron por él: y. vereis
como todo va bien, en una perfecta conformidad. Des-
pues de la resurreccion de los que son de Cristo, se-
+irá el fin*.
.
174. Parémos aqui un momento mientras hac6mos dos.
brevísimas observaciones. Primera : ;donde está aquí la
resurreccion del resto de los hombres ? i Acaso estos no
han de resucitar alguna vez ? Si como se piensa h n de
resucitar juntamente con los que son de Cristo, i por q u é
S. Pablo no habla de ellos ni una -sola palabra? RRsuci-
tados los muertos que son de Cristo, se sigue el ñnt : y los
otros muertos, que son los mas, todavia no han resucitado,
i Como podrémos componer esto con el simultaneameate.
y una sola vez, 6 con el artículo y consecuencia de fé ?
Segunda observacion : este íin de que habla el Apóstol i de-
be seguirse luego inmediatamente á la resurreccion de los
santos ? Direis necesariamente que si, porque es preciso
llevar adelante la economía, y no perder un momento de
tiempo. Mas S. Pablo, que sin duda lo sabia mejor, nos
da h entender claramente que le sobra el tiempo, pues en:
-
tre la resurreccion de los santos y el ñn, pone todavia gran:

donec ponat omnes inimicos sub pedibus ejus. Noviaaima autem


inimica destruetur mors : Ouinia enim eubjecit 131113 pedibus ejus. -.
1 Ep. ad Cor. xv, 23,24,25, et 26.
Deinde finis. - 1 ad Cor xv, 24.
f Vide supra.
U N GLORIA Y MAGBSTAD. 117
des sucesos que piden tiempo, y no poco, para poderse ve-
rificar. Reparad en sus palabras, y en su modo de hablar :
las primicias Cristo.... despues los que son de Cristo. ...
Despues será eljn*.
175. Suponen comunmente los doctores, á lo menos en
la práctica, que aqui se termina, 6 hace sentido el testo del
Apóstol, y lo que resta de él sucederá despues del íin:
parte ha sucedido ya, y se está verificando desde que el
defior subió á los cielos : considerad lo que resta del testo :
Luego será eljin ; cuando hubiere entregado el reino á
Dio8 y al Padre, cuando hubiere destruido todo princi-
pado, y potestad, y virtud, Porque es necesario que éI
reins hasta que ponga á todos sus enemigos debajo de sus
pies. Y la enemiga muerte será destruida la postrera?.
Este testo pues, así cortado y dividido en estas dos partes,
lo que quiere decir, Regun esplican, es esto solo: el primer
resucitado es Cristo$: despues, cuando él venga del cielo,
los que son suyos§: luego al instante sigoiente sucede el
fin con el diluvio universal de fuego (1 : al otro instante re-
sucita el resto de los muertos, aunque S. Pablo no los toma
en boca : Wtirnamente sucede la evacnacion de tod-o princi- a
pado, potestad y virtud. i Qué quiere decir esto? Quie-
re decir, que se destruye enteramente todo el imperio de
Satanás, y de sus ángeles ; los cuales, aííaden con mucha
satisfaccion, conservan siempre el nombre de aquel coro á
que pertenecian antes de su pecado, y de su caida. Opti-
mamente. ¿ Y no hubo ángeles infieles de los otros coros,
sino solamente de estos tres ? i Y no hay aqui en la tier-
...
-t Primitis
xv,
1 ad Cor.
Deinde finis
Christue : deinde ii, qui sunt Christi,
23 et 24.
: chm tradiderit regnum Deo et Patri, chm eva-
Deinde finis.

enaverit omnem principatum, et poteststem, et virtutem. Oportet


-
antem iiium repare donec ponat omnes iniiicos sub pedibus ejus.
Novissima autem inimica destruetur mora. 1 ad Cw. XV, 24, 25,
et 26.
1 Primitize.Chriatus. -Id. 23,
-
5 Deinde ii, qui sunt Christi. Id. ib.
11 Deinde finis. -Id. 24.
ra otros prinoipados, potestades y virtudes sino los ángeIes
maids ? i NO está aora, y ha estado, y estará siempre en
mano de muchos hombres el ptincipado, tespecto de los
otros, la potestad emanada de Dios, y la virtud, eato es, la
milicia 6 la fuerza, para hacerse obedecer ? i Por qué,
pues, se recurre á los ángeles malos 6 4 los demonios, y á
unas ideas cuando menos indiertas, dudosas y oscurísimas,
como son los coros ii que pertenecian?
176. Siguese en el testo del Apóstol la entrega del rei-
no, que M Cristo ii Dios su Padre*. i Cuando será esta?
se&, dicen, cuahdo despues de concluido el juicio anivet-
sal, Be vaelra el Sefior al cielo coa todos los suyos. Con-
que segdn esto, la entrega del reino (aun eii suposicion q u e
sea justa la iden de ir al cielo Cristo con todos eus santos,
lo cual examitiarémos á su tiempo) deberá ser el Gltimo
suceso en todo el inisteno de Dios : y ño obstante S. Pablo
pone todavia tres grandes sucesos despues de este, y en
último lugar pone la destmcion de la muerte, qhe no es
otra cosa, que la resurreccion universal: y la enerpiiqa
muerta será destruidu*. Y aquel gran suceso que pone
el Apbstol en medio del testo, esto es : porque es -esa-
rio que kl reine, hasta que ponga á todos rus ettemígoa
debajo de sus pies$, i donde se coloca con alguna propie-
dad y decencia? Este gran suceso es necesario ponerlo
aparte, 6 volver muy atrás para poderle dar algun luger:
pues esto no podrá suceder en aquel tiempo, deepues de la
resurreccion de los santos, que son de Cristo, aunque el
Apóstol lo ponga para entónces, (y esto so pena de error, y
de peligro) sino que empezó á verificarse desde que el Se-
fior subió 4 los cielos, y hasta aora se está verificando.
177. Yo observo aqui, y me parece que cualquiera ob-
servadi lo mismo, una especie de desóaden, de o e a e r 3 W
tte confusion, y de lan tresbrno d e ideas tan estrafias, qae
* Cum tradiderit regnum Deo et Patri. -Id. lb.
t -
Novissima autem inimica destruetur more. Yidefol.pm.-
f Oportet autem illum repare, donec powt omnes inirnicos sub
-
pedibus ejw. 1 aé Cor. xv, 25.
BN GLORIA Y MAQBSTAD. 119
me es preciso leer y releer el testo muchos veo-, tsmiendo
entrar en la misma confusion de ideas ; y aun esta diligen.
cia creo que no baste. No me direis, amigo, lo primero :
razon ha? para poner el fin luego inmediatamente,
despoes en el instante siguiente tÍ la resurreccion de los
santos ? i Acaeo porque sin mediar otra palabra se dice :
Luego será e l j n ? Lo mismo se dice de la resurreccion ,
de los santos respecto de la de Cristo, y ya sabeis cuantos
siilos han pasado, y q u i d pasarán entre una y otra resur-
reccion, las primicias de Cristo : despues los que son de
Cristo. No me direis lo segundo, i qué razon hay para
no querer unir las palabras Despues será e l j n , con las que
i i e n inmediatamente, cuando en el testo sagrado se leen
unidas, ni se les puede dar sentido alguno, ni aun gramati-
cal, si no se unen? Luego será el j¿n ; cuando hubiere
entregado el reino á Dios y al Padre, cuando hubiere des-
truido todo principado, y potestad, y virtud*. Resucita-
dos los que son de Cristo, dice S. Pablo, sucederá el fin.
Mas j cuando ? Cuando el Sefior entregare, 6 hubiere en-
tregado, cuando evacuare, 6 hubiere evacuado, cuando.,. ..
Conque es claro, qne el fin no sucederá sino cuando suce-
dan todas estas cosas, que se leen espresas en el testo
sagrado.
1%.Del mismo modo parece claro, que siendo Jesu-
cristo cabeza del linage humano, y habiéndose encargado
de su remedio, no puede hacer 6 m Padre la oblacion 6
la entrega del reino de que está constituido heredero, sino
despues de haberb evacuado de toda dominaoion estrange-
ra:-despues de haber destruido enteramenteprincipado, y
potestad, y virtud. (Por lo cual se va directamente con-
tra la bestia, contra los reyes de la tierra, y contra sus
egbrcitos-).) Despoes de haber sujetado todo el orbe, no
Deinde finis : chm tradiderit repum Deo et Pahi, cbm evacuave-
rit omnem principatum, et pqtestatem, et virtutem.-1 ad Cor. xv, 24.
t Et vidi bestiam, et reges terra, et exercitus eorum congregatos

-
pata ciendum praali~uncum illo, qui sedebat in equo, et cum exer-
citu ejw. Apc. xix, 19.
m LA VENIDA D E L MPSIAP
solamente 4 la fe estéril y sin vida, sino 4 las obras propias
d e la fe, que es la piedad y la caridad : en suma, despues
de haber convertido en reino propio de Dios, y digno d e
este nombre, todos los diversos reinos de los hombres : pa-
ra esto, prosigue el Apóstol, es necesario que el mismo hijo
reine efectivamente hasta sujetar todos los enemigos, y po-
ner* todos debajo de sus pies* : cuando todas las cosas
estuvieren ya sujetas 6 este verdadero y legitimo rey,
entónces podr4 ofrecer el reino 4 su Padre de un modo
digno de Diost.
279. Porque no se piense aora, como se quiete dar 4 en-
tender, que todo esto se ha hecho, y se puede pleoamente
concluir por la predicacion del evangelio que empezaron
los Apóstoles, se deben notar y reparar bien dos cosas prin-
cipales. Primera : que aquí no se habla de la conversion
4 la fe de los principados y potestades de la tierra, antes
por el contrario se habla claramente de la evacuacion de
todo principado y de toda potestad$ : y es cierto y sabido
de todos los cristianos, que la predicacion del evangelio
está tan lejos de tirar, ni aun indiiectamente 4 esta evacua-
cion, que antes es uno de sus puntos capitales el sujetar-
nos mas 4 todo principado y potestad, y el asegurar mas á
los mismos principados y potestades con nuestra obediencia
y fidelidad. A esto no solo nos exorta, sino que nos obliga
indispeiisablemente (por estas palabras) : pagad al Cesar
lo que es del Cesar: y á Dios lo que es de Dios§. Toda
alma estk sometida á las potestades superiores. Porque
no hay potestad sino de Dios :y las que son, de Dios

* Oportet autem iiium regnare, donec ponat ornnes inimicos sub


-
pedibue ejus. 1 ad Cw.xv, 25.
.1. Chm autem subjecta fuerint sibi omnia: tunc et ipse Fiua
subjectus erit ei, qui subjecit sibi omnia, ut eit Deus omnia in omni- .

bue. - 1 ad Cor. xv, 28.


f Chm evacuaverit omnem,principatum, et potestatem, et .&U-
-
tem. 1 ud Cor. xv, 24.
9 Reddite ergo quae sunt Cmaris, Czesari : et quze aunt Dei, Deo.
-Mal. xxii, 21.
UN G L O R I A Y MAQBBTAU. 121'
m ordenadas*. Someteos, pues, á toda humana &tu-
TU, y esto p o r Dios : y a sea al rey, como soberano que
..
u :ya á los gobernadores. temed á Dios : dad honra
al rey &C. .t.
180. La segunda cosa que se debe reparar, es, que en
esta evacuacion de todo principado, potestad y virtud, con
todo lo demás que se ve en el testo, junto y unido, debe
suceder no antes, sino despues de la resurreccion de los
santos, que son de Cristo : por consiguiente despues de la
venida del rniemo Cristo que esperamos en gloria y mages-
tad. Leed el testo cien veces, y- volved á leerlo otras mil,
y no hallareis otra cosa, si no quereis de propósito negaros
B vos mismo. Hecho pues todo esto, con el brden que lo
pone S. Pablo, concluye él mismo todo el misterio diciendo :
y la enemiga muerte será destruida la postrera $: y ved
qui el fin de todo con la resurreccion universal, en la
que debe quedar vencida y destruida enteramente la
muerte, de modo, que entbnces, y solo entbnces, se cum-
plirá la palabra que está eswitu : i donde esta, ó muerte,
tu victoria ? ,j donde esta, Ó muerte, tu aguijon S?

PARRAFO VII.
181. Todo lo que acabamos de observar en el testo de
S. Pablo, lo hallarnos de la misma manera y con e l mismo
órden, aunque con alguna mayor estension y claridad, en
el capitulo xx del Apocalipsis. Hagámos brevemente el
confronto de todo, 6 paralelo de ambos testos, que puede
sernos de grande importancia para aclarar un poco' mas
nuestras ideas. Primeramente S. Pablo habla en este
Omnia anima potestatibus sublimioribua subdita sit : Non eet
enim poteatss nisi B Deo : quae autem sunt, B Deo ordinata sunt.-
Ad Ron>. xiii, l.
) Subjecti igitur estote omni humana creatura propter Deum :
aive regi, quasi praxellenti : sive ducibus.... Deum timete : regem
-
honoriiicate &c. 1 Ep. Pet. ii, 13, 14, et 17.
$ NoMeima autem &mica destruetur mors.- 1 ad Cor.XV, 26. .
Fiet sermo, qui scriptus est.:. .. 2 Ubi eet mora victoria tua?
-
iubi eat mom stimulus tuue ? 1 ad Cor. xv, 64, e# 65.
122 LA VENIDA- DBL MESIAS

lugar no solamente de la resurreccion, sino eepresamente


del órden con que enta debe hacerse: rnas cada uno en su
&den * : diciendo, que el primero de todos es Cristo .f.,
que despues de la resnrreccion de Cristo, se seguirá la de
sus santos 3 : y aunque en este lugar no señala el tiempo
preciso de esta resurreccion de los santos, mas la señala en
otra parte, como ya observamos esto es, en la epístola tí
loa Tedonicemes, capitulo ir, diciendo, que sucederá
cuando el mismo Sefior vuelva del cielo á la tierra ; &-
cenderá del cielo : y las que murieron por Cristo, resu-
citarán los primeras§. Pues esto mismo dice S. Juan
con alguna mayor estension y con noticias mas individua-
les : es á saber: que los degollados por el testimonio de
Jem, por la palabra de Dios, y los que no adoraron tí la
bestia, &s. estos vivirán, 6 resucitarán en la venida del
Sefior : que ésta krá la primera resutreccion : que serán
beatos y santos. los que tuvieron parte en la primera ream-
recccion : que los demas muertos no resucitarán e n t ó m ,
sino despues de mucho tiempo significado por el número de
mil afios : que pasado este tiempo, sucederá el fm, y antes
de este fin sucederá la destnicciün de Gog, y caerá
fuego sobre Magog, &c. Yo supongo, que teneis presente
todo el capítulo xr del Apocalipsis, y que actuaimente lo
considerais con mas atencion. En él debeis reparar, entre
otras coaas, esta bien notable que naturalmente salta tí los
ojos.. Quiero decir: que los degollados por el testimonio
de lesus, y por la palabra de Dios, y los que no adoraron
la bestia, &c((. no solo resucitarán en la venida de Crists,
sino que reinarán con él mil aiios: Y vivieron y reinaros
con Cristo mil años Q. Lo que supone evidentemente,
-
Unasquieqne autem in suo ordine. 1 ad Cw.xv, 23.
t Primiti-a Christns.-Id. id.
1Dehde ii, qui suni Cbnsti-Id. ib.
Q Decendet de Caelo : et mortui, qui in Christo m t , nwrgent
-
primi. 1 ad Ther. iv, 16.
11 Propter testimonium Jain, et propter verbum Dei, et qui non
-
adorave.runt bestiam, &c. A ' . ut, 4.
-
n 3t vixenint, et ngnavarint cum Christo miile aun%. Id. ib.
que el mismo Cristo reinarh todo este espacio de tiempo, y
para este tiempo' son visiblemente las sillas y los que se
aientan en ellas con el oficio y dignidad de joeces : Y vi
d a s , y se sentaron sobre ellas, y les fui dado juicio *.
182. Segun las claras y frecuentísimas alusiones del
Apocalipsis ií toda la Escritura, como irémoa notando en
adelante, pareae que este lugar alude al capitulo iii de la
. Sabiduría, y juntamente al Salmo cxlix : el primero dice :
Rcsplandecerhn los justos, y como centdlas en el cañave-
ral discurrirán. Juzgarán las naciones, y sefbreartín
á los pueblos, y reinará el Seiior de ellos t.
183. E l segundo, mas individual y circunstanciado, dice:
se regocijarán los santos en la gloria : se alegrarán en
nrs moradas. Los ensalzamientos de Dios en BU boca, y
espada de dos 310s en seca manos: para hacer venganza
en las nuciones : reprensiones en los pueblos. Para
aprisionar los reyes de ellos con grillos, y sus nobles con -
~dposasde hierro. Para hacer sobre ellos eljuicio decre-
tado : esta gloria es para todos sus santos $:
184. Decidme, amigo, con sinceridad y verdad: i ha-
beis reparado alguna vez, 6 hecho algun caso de estas pro-
fecías? Decidme mas : ¿ hnbeis considerado atentamente lo
que sobre ellas dicen los mas sábios intérpretes, 6 por
hablar con mas propiedad lo que no dicen, que en realidad
nada dicen ? Esto poco 6 nada, que dicen sobre estas profe-
das, i podrá satisfaaer vuestra ramo, y dejar quieta vues-
tra curiosidad ? i No veis la prisa con que corren, como si
Et vidi sed% et sederunt super eas, et judicium drtum eat illis.
-Id. id. ib.
t Fulgebunt justi, et tamquam scintillae in arundineto discurrent.
Judicabunt nationes, et dominabuntur populis, et regnabit Domina
-
illorum, &c. Sep. iii, 7, et 8.
f Emdtabnnt sancti in gloria: lcetabuntar in cubibus mis.
Exaltationee Dei in gutture eorum : et gladii ancipitea in manibus
emam: Ad faciendam viadiaam in nationibns : increpationes in
popuiii. Ad eiiigandoi rep;ea eorum in compedibne: et nohilee
eornm in mrnicia ferreia. Ut faciant in eis juáicnim canscriptum r
gloria hax est omnibua sanctie ejns:- PJ. c a l i r , 5, 6, 7,8, el 9.
124 LA V E N I D A DEL MESIAS

se vieran obligados á caminar sobre las b-? ;,No veis


como tiran c o i toda presteza 4 sacar sus ideas libres é. in-
demnes de aquel incendio, ciertos y seguros, de que todaa
quedaran consumidas, y reducidas 4 ceniza, si se detuvie-
ran un momento mas? ¿ N o veis, decidme aora, por el
contrario, de qub sucesos 6 de qué tiempos se puede hablar
aqui sino se habla de los tiempos y de los sucesos admira-
bles que aora consideramos? Reflexionad10 con vuestro
juicio y atencion, que yo esperaré pacientemente vuestra
reepnesta.
185. En suma, S. Pablo pone despues de todo y en
último lugar, la destruccion de la muerte, que no es otra
cosa, como hemos dicho, que la resurrecion universal : y
la enemiga muerte será destruida la postrera*. S . Juan
hace lo mismo despues de su reino milenario, y despues
del fuego que cae sobre Gog, y Magog, en que se com-
prende el oriente y el occidente, y los vivientes de todo el
orbe, diciendo : y- di6 la mar los~muertosque estaban en
ella ... y fuk hecho juicio de cada uno de ellos segun sus
obras, y el injerno y la muerte fueron arrojados en el
estanque de fuego t. Espresiones todas propisimas para
esplicar la destruccion entera de la muerte, con la resur-
reccion universal. Y la muerte será destruida. ,

PARRAFO VIII.
186. Cuarto instrumento. El cuarto instrumento que
presentamos en la promesa de Dios, de que vamos hablan-
do, se halla rejistrado en el mismo capitulo xv 4cia el h'
del versículo 51, donde el Apóstol nos pide toda nuestra
atencioo, como que va á revelarnos ún misterio oculto, y
de sumo interés para los que quieran aprovecharse de la
noticia.
Hk aqui, os digo, un misterio : todos ciertamente re-
-
* Noviesima autem inimica destruetur mora. 1 ad Cw.xv, 26.
9 Et dedit mare mortuoa, qui in eo erant : ... et judicatum est de
-
singulis secundhm open ipsorum. Et infernus, et mor8 missi sunt
in stagnum ignis. Apoc. xx, 13, 14.
m'tarémos, mas no todos serdmos mudador en un momen-
to, en un abrir de ojo, en l a j i n a l trompeta :pues la
trompeta sonará, y los muertos resucitaránincorruptibles :
y nosotros serémos mudados*.
187. O s causará grande admiracion que yo cite este
testo 4 mi favor, cuando parece tan claro contra mí. La
misma admimcion tengo yo de ver que los doctores citen
este mismo testo á su favor, despues de haber concedido,
aunque con tan gran economía, que los santos realmente
rekwitarán primero que el resto de los hombres. La in-
telijeiicia que dan á este Gltimo lugar de S. Pablo, es bien
dificil componerla con aquella concesion. N o obsfante con-
vienen todos, como es necesario, en su sistema, que el
Apbstol habla aqui de la resureccion universal. Mas jse-
rá cierto esto? i El Apóstol habla aquí de la resurreccion
nniversal ? i Con qué razon se puede esto asegurar, cuando
todo el contesto clama y da gritos contra esta inteligeu-
cia? Os atrevereis 4 decir, i que S. Pablo, el Apóstol y
maestro de las gentes, 6 el Espiritu Santo que hablaba
por su boca, se contradice B sí mismo? Pues no hay re-
medio, si quereis que hable aquí de la resiirreccion nniver-
sal, debereis conoeder, que cae irremisiblemente en dos-
b tres contradicciones manifiestas. Vedlas aqui.

P R I M E R A CONTRADICCION.
188. Si S. Pablo habla aquí de la resurreccion nniver-
sal, todos los hombres sin diitincion, buenos y malos,
&les é infieles, &,c., deben resucitar en un mismo momen-
to, en un abrir y cerrar de ojos?: luego es falso lo
que dice á los Tesalonicenses : y los que murieron en CrZs-
to resucitarán los primeros$: y si no, componedme es-
tas doa proposiciones.
&e mysterium vobis dico : Omnes quidem reeurgemua, sed non
omnes immntabimnr. In momento, in ictu oculi, in noviseima tuba :
canet enim tuba, et mortui resurgent incorrupti: et nos immuta-
Vimur.-l ad Cw.xv, 61, et 62.
+ In momento, in ictu oculi. -Vide fol. prac.
1 Mortui, qui iri Christo aunt, resurgent primi.-1 nd !Z!hes. iv, 16.
1% .LA VBNIDA DEL YESIAS

189. Primera : Todos los hombres sin distincion, bue-


nos y malos, resucitarán en un mismo instante y momen-
to *.
190. Segunda: Los muertos que son de Cristo resu-
citarán primero?.

SEGUNDA OONTRADICCION.
191. S i S. Pablo habla aquí de la resnrreccion uni-
versal, todos los hombres sin distincion deben resucitar en
un momento, en un abrir de ojo$: luego antes de este mo-
mento, todos sin distincion deben estar muertos; pues solo
los muertos pueden resucitar : luego no hay, ni puede haber
talos vivos, que se levanten en las nubes d recibir d Cristo
en campafiia de los santos ya resucitados, juntamente con
ellos. Y si no, componedme estas dos proposiciones.
102, Primera : Todos los hombres sin distincion, de-
ben resuciiar en un mismo punto y momento: por una
consecuencia necesaria. todos sin distincion deben estar
realmente muertos, antes que suceda esta resurreccioa
instanthnea.
193. Segunda : Despues de la resurreceion de los san-
tos, algunos hombres, no muertos sino vivos, que todavia
no han pasado por la muerte, se juntarán con dichos san-
tos ya resucitados, y junto con ellos subirán en las nubes
á recibir h Cristo.

TERCERA CONTBADICCION.
. 194. Si S. Pablo habla aquí de la resurreocion uni-
vemal, todos los hombres, sin distincion de buenos y ma-
los, de espiritualea y carnales, puros é impuros,. &o., de-
berán resucitar incorruptos ea un mniento, en utr - abrir
de ojo, en la p n a l trompeta : pues la trompeta sonar&,
y los muertos resucitarán incorruptibles i luego todos :
luego todos sin distincion poseerán desde aquel momento
la incorrupcion 6 la incorruptela : luego es falso lo'que dice

'
* Vide snpra. + Vide aupra. 1 Vide s u p .
5 In momento, in ictn ocnli, in novissima tuba: canet enim tuba,
et mwhii resnrgent incomxyti. -1 ad Cor. m,51.
BN GLORIA Y MAOESTAD. En
el mismo Apbstol en el versiculo~precedente: Mas digo es-
to, hernuinos: que la carne y la sangre no pueden poseer
el reina de Dios : ni la corrupcion poseerá la incorrupti-
Zilidad*. Direis, no obstante, que tambien los malos, por
ioicuos y perversos que sean, han de resucitar incorruptos,
participar de la incorruptela ;pues una vez sus cuerpos re-
socitados, sus cuerpos no han de volver 6 resolverse, ni
B convertirse en polvo, sino que han de perseverar ente-
ros, unidos siempre con sus tristes y miserables almas.
Bien, i y esto quereis llamar iucorrupcion 6 incormptela?
Cierto que no es este el sentir del Apbstol, cuando nos
asegura formalmente, y aun nos amenaza de que la car-
rrs y sangre no pueden poseer el reino d. Dios :ni la cor-
nig>ciotr poseerá E a inwmuptibilidad. Pues i qué quiere
decir esta espresion tan singular? Lo que quiere decir ma-
nifiestamente es, que una persona, cualquiera que sea sin
eeoepcion alguna, qae tuviese el coraeon 6 las costumbres
corrompidas, y perseverare en esta cormpcion hasta la
muerte, no tiene que esperar en la resurreccion un cuerpo
puro, sntíl, ágil, é impasible. &sucitará si ; mas no para
la vida, sino para lo que llama S. Juan muerte segunda :
no para el gozo propio de la incarruptela, sino par el d+
lor y miserias, propios de la corrupcion. Así, aquel cuer-
po no se consumirá jamas, y al mismo tiempo jamas ten-
drá parte alguna en los efectos de la incorrupcion ; antes
sentirá eternamente lor efectos propisirnos de la corrupcion,
que son la pesadez, fealdad, la inmundicia, la fetidez, y so-
bre todo, el dolor. Esto supuesto, componedme aora ek
h a dos proposiciones.
196. Primra : Todos los hombres .sin distincion re-
mcitarán incorruptos, pues la trompeta sonará, y los muer-
tos resucitarán incowuptiblest.
Hoc autem dico fratres, quia caro et sanguis regnum Dei pos-
sidere non possnnt : neqne cormptio incormptelam poseidehit. -
1bd Cor. m,60.
) Canet enim tuba, et mortui reaurgent incorrupti.- 1 ad Co*.
xv, 62.
m LA V E N I D A D E L MBSIAB

196. Segunda .: N o todos los hombres, sino solamente


una pequefia parte, respecto de la otra muchedumbre,
poseerá la incorrupcion 6 la incorruptela: ni la corrupcion
poseerá la incorruptibilidad".
197. Cuando todas estas cosa, que t i nuestra peqne-
fiez aparecen inacordables, se acuerden y compongan d e
un modo natural, claro y perceptible, entbnces verémos lo
que hemos de decir. Entretanto decimos resueltamente,
qoe S. Pablo no habla aquí, ni puede hablar de la resur-
reccion universal. E l contesto mismo de todo el capitulo,
aunque no hubiera otro inconveniente, prueba hasta la evi-
dencia todo lo contrario. Observadlo todo con atencion es-
pecialmente desde el versículo 41: una es la claridad
del sol, o t r a la claridad de la luna, y o t r a la claridad
de las estrellas: y aun hay dyerencia de estrella á es-
trella en la claridad. Así tambien la resurreccion de los
muertos. Se siembra en corrupcion, resucitará en incor-
rupcion :es sembrado en vileza, resucitará en gloria: ea
sembrado en JEaqueza, resucitará en vigor : es sembrado
cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual &c.+ ...
198. Ved aora como podeis acomodar todo esto á la
resurreccion de todos los hombres, sin distincion d e san-
tos é inicuos. P a e g~de qué resurreccion habla aqui el
Apóstol? Habla, amigo, innegablemente, por masque lo que-
rais confundir, de aquella misma resurreccion de los santos
de que habla á los Tesalonicenses. E n uno y otro lugar
habla con los nuevos cristianos, exortándolos á la pureza
y santidad de vida, junto con la fe, y proponiéndoles la re-
compensa plena en la resurreccion. En uno y otro lugar
habla Gnicamente de la resureccion de santos, cuando venga

Neque oorruptio in~or&~telam possidebit.-vide foI.prec.


.t. Alia claritas solis, alia claritaa luna?, et alia claritaa atellarum.
Stelia enim B stelia differt in claritate : Sic et resurrectio mortuorum.
Seminatur in comptione, surget in incorruptione : Seminatiir in
ignobilitate, swget in gloria : Seminatur in infirmitate, siuget in
virtute : Seminatur corpus animale, eurget corpus spiritale, &c..
- 1 ad Cor. xv, 41,42,43, 44.
.
el Sefior. En uno y otro liigar ,habla de. otros 'san-
toa no muertos, ni resucitados, sino qoe todayia se
bllarán vivos en aquel dia: y por eso afíade aqui aque-
llas palabras : los muertos resucitarán incorruptibles, y
aorotros serémos mudados*: las cuales correspoudeq visi-
blemente á aquellas otras: nosotros, los qw vivimos, los
que quedamos aqui, serémo~arrebatados juntamente con
ellos en las nubes, á recibir á Cristo en los aires*:
porque estos vivos que suben por el aire á recibir al Sefior
es preciso que antes de aquel rapto padezcan u- grande
inmulacion.
199. Los intérpretes y demás doctores que tocan este
punto, no reconocen otro misterio en las palabras del
Apostol, sino solo este : los muertos resucitarán incorrup-
tibles, y nosotros serémos mudados$: esto es :'todos los
muertos, sin distiiicion de buenos y malos, resucitarán in-
corrupto~, y esto en un momento, en un' abrir de ojos:
mas no todos se inmutarán, ni todos serán gloriñcados,
i i o solamente los buenos. Cierto, amigo, que si el Apos-
tol no intentb otra cosa que revelarnos este secreto, bien
podria haber omitido ó reservado para otra ocasion mas
oportuna, aquella grande salva que nos hace antes, de re-
velarlo : Hé aqui, os digo un misterioll. Del mismo mo-
do podia haber advertido y remediado con tiempo las in-
consecuencias 6 las contradicciones, en que caía. Si estae
no son absolutamente imposibles, respecto de otros doc-
tores, yo pienso que lo sop, respecto del doctor y maestro
de las gentes. Todo lo cual me persuade eficazmente, y
aun me obliga á creer, que S. Pablo no habla aqui de la
resurreccion universal, sino solo y Gnicamente de la resur-

Mortui resurgent incorrupti : et nos immutabimur.-1 ad Cor.


xv, 62.
t Nos, qui vivimus, qui relinquimur, simul qapiemur cum illis in
nubibus obviam Christo in ara.- 1 ad mes. iv, 16.
f Vide supra.

-
5 In momento,-in ictu oculi,- 1 ad Cor. XV, 62.
11 Ecce myatefium vobis dico. 1 rd Cpr. sv, 61.
TOMO 1. K
?a .LA VRNlDA D E L MESIAS

ami& de 10%santoe, que debe suceder en la venida d e i


Sefior, como se lee en el capituIo xx del Apocalipsis. De
donde se concluye,
- que
- la resurreceion á un miamo tiempo,
y una vez, la resurreccion en un momento, en un cibrii de
ojo*, de todos los individuos del linage humano, no tiene
otro verdadero fundamento que el que tuvo antiguamente
el sistema celeste de Tolomeo.

PARRAFO IX.
200. Me quedabzói todavia a l p o s otros instrumentos
que presentar ; mas veo que me alargo demasiado. N o
obstante los muestro, como con el dedo, sefialando los lu-
gares, donde pueden hallarse, y pidiendo una juiciosa re-
flexion. Primeramente. en el salmo primero leo estas pa-
labras : P o r eso no se levantarán los implos en eljuicio :
ni los pecadores en el concilio de los justos*. Este testo
10 hallo citado b favor de la resurreccion, á un mismo
fiempo y una vez :mas ignoro con que razon: esto prueba,
dicen, que no hay mas que un solo juicio, y por consiguien-
te una sola resurreccion. Lo contrario parece que s e
infiere mánifiestamente: porque si los impios y pecadores
no han de resucitar en el juicio y coucilio de los justos ;
luego, 6 no han de resucitar jamaa (lo que es contra la
fe), 6 ha de haber otro juicio en que resuciten:
por consiguiente otra resurreccion. Segundo, en el capi-
tulo xx del evangelio d e S. Lucas, versiculos 35 y 36 leo
estas palabras del Sefior: Mad los que serán juzgados
dignos de aquel siglo, y de la resurreccion de los muertos,
ni se casarán, ni serán dados en caeamiento :porque no
podrán y a mas morir :p o r cuanto son iguales á los án-
jeles, 4 heos son de Dios, cuundo son hijos de la resur-
reccionz. Si en toda la Escritura divina no hubiera otro
8

$id,et aemel. In momento, in ictu ocu1i.-1 ad Cw. xv, 52.


+ Ideo non resurgeht impii in judicio :neque peccatorea in con-
-
cilio juatorum. Pa.i, 6.
2 Illi ver6, qui digni hsbebuntur saecuio illo, et resurrectlone ex
mortuie, neque nubent, neque ducent uxoree: neque enim ultrsi
EN GLORIA Y MAQEGTAD. , 181
l

testo que este solo, p codeso que RV me a b r i e r a Qi-


tarlo á mi favor; mas este testo coabinado oon los otros,
me.parece que tiene alguna fuerza mas. De 61, pues, in-
fiero, que en Ia venida del Sefior, con la cual ha de comen-
xrir ciertamente aquel otro siglo, habrá algunos que so ha-
llarán dignos de este siglo, y de la resurreccioa: y habrá
otros mas, que no se hallarán dignos de este siglo, ni tam-
poco de la resurreccion : luego habrá algunos que entonces
resucitarán, y otros quo no resucitarán hasta otro tiempa,
que ea lo que dice S. Jaan : Los otros mwrtos m entra-
ron en vida,. hasta que 8e cumplieron los mil añus. Esta
ss la primera resurreccion *.
201. Tercero: S. Mateo dice, que cuando el Sefior
vuelva del cielo en gloria y magestad, enviará szce á92jelec
con trompetas, y con grande voz : y allegwán sus esco-
jidoe de loo cuatro vientos?. Estos eleotos, parece d a ~ ~
que no serán otros, sino los santos que han de regucitan
Mas si quereis ver en este mismo lugar los vivos que han
de subir en las nubes 4 recibir á Cristo, observad lo que
luego se dice en el versictilo 40 : entónces a t a r á n do8 en
d campo: e l uao será tomado, y el otro será dejados
h dos Gltimas palabras ;qué significan ? i qué sentido
paedeu tener? Si no quereis usar d e suma violencia, debe-
mis confesar que aquí se habla manifiestamente de pereoc
nas vivas y viadoras, dos en campo, dos en molino :de las
cuaies, cuando venga el Sefior, unas serán asuntas, 6 subli-
madas y honradas, y otras no : la una será totnaida, y la
ofra será dejadas, porque unas serán dignas de esta asun-

mori poterunt : aequales, enim Angelis sunt, et filii sunt Dei, c h


sint Ni reeurrectionis.-Luc. xx, 36, st 36.
Ceteri mortuorum non vixerunt, donec consummentur mille
mi. H z c est resurrectio prima. -Apoc. xx, 5.
.f Mittet Angelos suos cum tuba, et voce magna: et congrega-
bunt electos ejw 6 quatuor ventis.-Mat. xxiv, 31.
Tunc duo erunt in agro : unua arriumetl et unus relinquetur.
-Mat. xxiv, 4.
5 Dne...in mola. Una aasumetur, et una re1inquetur.-Mit.
uiv, 41.
K 2
132 LA VENIDA DEL MESIAS

&n, y otras no lo aerán, y por 'esoserán dejadas. La iand


tomada, y la otra será dejada. Diieis que el sen-
tido de estas palabras es, que de un mismo oficio, estado
con&cion, anos hombres serán salvos, y otros no: unos
asuntos y snblimados B la gloriá, y otros serán deja-
dos por su indignidad. Bien, habeis dicho en esto una
verdad ; mas una verdad tan general, que no viene al caso.
Yo pregunto : esta verdad general, i cuando tendrá su en-
tero cumplimiento en vuestro sistema? ¿ No d a i s que
solo despnes de la resurreccion universal ? Pues, amigo,
esto me basta para conclair, que las palabras del Sefior no
pueden hablar de esa verdad general que pretendeis, ni
pueden admitir ese sentido. ¿ Por qué ? Porque hablan
visiblemente de personas, no resucitadas, ni muertas, sino
vivas y viadoras ;hablan de personas que cn aquel dia de
su venida se haliarán descuidadas, trabajando en el campo,
en el molino, h. Esta es la verdad particdar, ii que se
debe atender en particular. Confrontad aora esta verdad
con aquella otra : descenderá del cielo :y los que murieron
en Cristo, resucitarán loe primeros. Despues nosotros,
que vivimos, &c.*, y me parece que hallareis una misma
verdad particular en S. Pablo, y el evangelio: enviará
sus h j e ~ & . . . allegaran
~ sw escojidos de los cuatro vien-
tos* ;los cuales electos, parece que no pueden ser o a ,
sino los mismos que murieron en Cristo, que durmieron
por kit. Lo cual ejecutado, sucederá luego entre- los
vivos, lo que afíade el Sefior: el uno aerá t d o , y el
otro será dejado :y lo que afiade el Apostol: despues
nosotros, los que vivimos. &c.
202. Cuarto : leed estas palabras de Isaías : vivirán t w
muertos, mis muertos resucitat.án : despertaos, y dad
Descendet de caelo : et mortuj, qui in Christo snnt, resnrgent
primi. Deinde nos, qui vivimus, &c.-1 ad Ther. iv, 16, et 16. ,
...
t Mittet Angelos suos et congregabunt electos ejw -4quatsor
ventis. -Mat. xxiv, 31.
...
~1 Qni in Chrieto sunt qui dormiemnt per Jeaum.-1 d Zñea.'
W, 16, et 13.
alabanza los que morais en el polvo: porque tu rodo es
rocio de luz, y ii la tierra de los gigantes (6 de los im-
pios, como se leo en los 70) la reducirás á ruina Por-
que hk aqui que el Señor saldrá de su lugar, para visitar
la maldad del morador de la tierra contra él; y descu-
brirá la tierra su sangre, y no cubrirá de aquí adelante
sus muertos *. Dioen, que este lugar habla de la resur-
reccion universal, y lo mas admirable es, que este mismo
h p r sea uno de los citados para probar la resurreccion d e
la cariie, á un mismo tiempo y una vez. Mas despues d e
leido y releido todo este lugar, despues de observadas
atentamente todas sus aprexiones y palabras, no hallámos
una sola que pueda convenir 4 la resurrecaion universal ;
antes b a l l h o s que todas regugnan. Por el contrario,
todas convienen perfectamente 4 la resurreccion de a q u e
Ilos solos 4 quienes se enderezan inmediatamente, que son
los santos, los electos, los muertos de Cristo, los que dur-
mieron por Jesus los degollados por el testimonio de Jesus,
ypor la palabra de Dios, h..de que tanto hemos hablado.
Observad lo primero, que no se habla aqui de cualesquiera
muertos, sino Gnicamente de los que han padecido muerte
violenta, 6 sea con efusion de sangre 6 sin ella. Observad
lo segundo, qae tampoco se habla en general da todos los
que han padecido muerte violenta, sino de aquellos solo
que han padecido por Dios: que por eso el mismo Sefior
los llama mis muertos. Observad lo tercero, que la re--
reccion de estos, de quienes Gnicamente se habla, deberá
suceder cuando el Seííor venga de su lugar para visitar
la maldad del morador de la tierra contra é l t : y entón-
ces, dice el profeta, revelará la tierra su sangre, y no
Vivent mortui tui, interfecti mei resurgent : expergiscimini, et
laudate qui habitatia in pulvere : quin roa lucis roa tuns, et terram
gigantnm (nive impiorum, a m o leen 1m 70) detrahea in Rwiam.
Ecce enim Dominh egredietur de loco suo, ut visitet iniquitatem
hsbitatoris te= contra eum : et revelabit t e m sanguinem euum,
et non openet ultrh interfecto8 auoe. -1aaf. xxvi, 19, et 21.
t De loco &, ut viaitet iniquitatem habitatoris tema contra
-
eum. Isaf. xxvi, 21.
su ,LA VENIDA DEL ME8IA.S

cubrirá mas á SUS inteifbctos, que son los que llama el


Sefiar mis muertos. Observad por úitimo, que Q estos
muertos, de quienes se habla en este lugar, se les dicen
aquellas palabras, ciertamente inacomodables Q todos los
muertos : despertaos, los que nrorab en el polvo ;porque
tn rocfo es rocio ds luz, y á la tierra de los gigantes (ó de
los impfos) la reducirás á poluo * : lo cual concuerda con
el testo del Apocalipsis : y las almas de los dsgolkados ...
vivieron y reinaron c m Cristo mil años t: y mucho mas
claramente con aquel otro testo del mismo Apocalipsis:
al que venc&e, y guardure mis obras hasta el Jin, yo Ic
h é poteotad sobre lat gentes. Y lao rejirá con vara &
hierro, y serán quebrantadas como vaso de ollero, y arí
t d i e n yo la recibi ds mi Padre : y le dar&
la estrella de la masiana $. En esta estrella matutina,
piensen otros como quieran, yo no entiendo otra cosa
que la primera resmccion con el principio del dia del
SeÚor.
203. Ultimamente, en d capítulo vi del evangelio d e S.
Juan leo esta promesa del Seííor cuatro veces repetida : y
yo le resucitaré en elúltimo dias. Promesa bien singular,
que hace Jesucristo, no cierto á todos los hombres sin
diatincion, ni tampoco á todos los cristianos, sino espresa-
mente á aquellos solos que se aprovecharen de su doctrina,
de sus ejemplos, de sus consejos, de m muerte, y en espe-
cial del sacramento de su cuerpo y sangre. Aora ,pues : si
todos los hombres sin distincion han de resucitar, tí un
...
Erpergiacimiii qui habitatis in pulvere : quia ros lncis roa
tuus, et terram gigantum (sive impiorum) detrahes in ruinam. -
Iaai. xwi, 19.
...
t Et anima3 decollatonun et vixenint, et regnaverunt cum
Chriato mille annia. -Apoc. xx, 4.
1 Qui vicerit, et custodierit usque in finem opera mea, dabo illi
potestatem super gentes. Et reget eas in v i r e ferrae, et tamquam
va8 6guli eonfringentm. Sicut et ego accepi B Patre m& : et dabo
Ui steilam matutinam. -A'. ii, 26, 27, et 28.
-
Q ES ego resnrrcitabo eum in novissimo die. Jwn. vi, 39, 409
44, e# 55.
EN GLORIA ',Y MAGBSTAD. 135
m i m o tiempo y una vez, en un momento, en un abrir dc
ojo*, gracia particular se les promete 6 estos con
quienes se habla? ¿ N O es el mismo Seííor el que ha de
resucitar á todos los hombres? Si solo se les promete en
particular h resurreccion á la vida, tampoco esta gracia
será tnn particular para ellos solos, que no la hayan de
participar otros muchisimos, con quienes ciertamente no se
habla, como son los innumerables que mueren despnes del
bautismo, antes de la 1 w de la razon; y fuera de estos,
todos aquellos que B la hora de la muerte hallan espaoio
de penitencia, habiendo antes vivido muy lejos de Cristo y
agedsimos de su doctrina. Si todos estos tambien han de
resucitar para la vida eterna, ¿qué gracia particdar se
promete tí aquellos ?
204 L o a instrumentos que hemos presentado en esta di-
sertacion, si se consideran sériamente y se combinan los unos
con los otros, nos parecen mas que suficientei para probar
nuestra conclusion. E s á saber : que Dios tiene prome-
tidq en sus Escrituras resucitar á otros muchos santoe,
fuera de los ya resucitados antes de la general resurrec-
cion: por consiguiente la idea de la resurreccion de la car-
ne, á un mismo tiempo y una vez, en un momento, en wo
abrir de ojo?, es una idea tan poco justa, que parece im-
posible sostenerla. Esto es todo lo que por aora pretende-
mos : y con esto queda quitado el segundo embarazo que
nos impedia el paso, y resuelta la segunda dificultad.

) hui et wmel. In momento, in ictu oculi. --1adad


S i m d et semel. Jn momento, in ictu oculi.
1
Cor. xv, 52.
Cw. xv, 6%
CAPITULO VII.

TERCERA DIFICULTAD.

UN TESTO DEL SIMBOLO DE S. ATANASIO' TRATASE DEL


JUICIO DE VIVOS. DISERTACION.

205. Me acuerdo bien, venerado amigo Criritóflo, que


en otros tiempos (cuando yo tenia el honor de comunicaros
mis primeras ideas, y de consultaros sobre ellas) me pro-
pusisteis esta dificultad, como una cosa tan decisiva en ei
asunto, que debia hacerme mudar de pensamientos. Dd
mismo modo me acuerdo, que como vuestra dificultad me
ha116 desprevenido, pues hasta entónces no me habia ocur-
rido al pensamiento, me hallé no poco embarazado en la
respuesta : aora que he tenido tiempo de pensarlo, voy A
responderos con toda brevedad. Como la dificultad es
obvia, en especial respecto de los sacerdotes, qde muchas
veces al afio dicen este símbolo, me es necesario no disi-
mularla.
208. Fúndase, pues, en aquellis palabras, ?el símbolo
que llaman de S. Atanasio : y de allí ha de venir ájuzgar
á los vivos y á las muertos. A cuya venida todos los
hombres han de resucitar con sus mismos cuerpos, y han
de dar cuenta de sus acciones *. b t a s palabras, me de-
ciais, deben entenderse, como suenan, en su sentido propio,
obvio y literal ; ni hay razon para sacarlas de este sentido,
cuando todas las cosas que se dicen en este símbolo, son
verdaderas, en este mismo sentido obvio y literal. Antes
Inde v e n t m est judicare vivos, et mortuos, ad cujue adventum
omnes homines resurgere habent cum corporibus euis, et reddituri
-
sunt de factis propiis rationem, &c. Vide Cm.Coartant.
de responder de propósito 4 esta dilcultad, os advierto una'
cosa no despreciable, que puede sernos de alguna
utilidad. Ea á saber, que aunque todas las cosas que con-
tiene este símbolo son verdaderas y de fe divina, como que
son tomadas, parte del símbolo apostólico, parte de algunos
concilios generale$que así las esplicamn ; con todo esto al-
gunos teólogos que tocaron este punto, no admiten, ni reco-
nocen por legitima y justa aquella espresion, de que se
usa en el mismo simbolo : Porque así como la almu racio-
nal y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre ee
un solo Criato*. Este así como, 6 esta rrimilitud, di-
cen, que no puede admitirse sin gran impropiedad-t. La
razon es esta: porque el alma racional, y la carne de tal
suerte son, y componen al hombre, que la una sin la otra
no pueden naturalmente subsistir, snbsistiendo el hombre.
La carne se hizo para el alma, y el alma para la car-
ne. La carne nada puede obrar sin el alma, y el alma (en
cnandb es sensitiva y animal, como lo es esenciatmente)
en este sentido nada puede obrar sin la carne. La carne
sin el alma se deshace y convierte en polvo, y el alma
sin la carne queda en un estado de violencia natural, co-
mo privada de la facultad sensitiva, 6 del uso de esta facul-
tad, que no le es menos propia y natural que la intelectual.
207. Por el contrario: Dios de tal manera es hombre,
y el hombre de tal manera es Dios, que sin violencia
algoma natural pudo muy bien subsistir Dios, eternamente
sin hacerse hombre, y del mismo modo 'pudo subsistir el
hombre sin la union hipostática con Dios en la persona
de Cristo. Luego aquella espresion 6 similitud, porque

Nam sicut anima rationaiis et caro unm este horno, ita Deus,
et horno iinus este Ch&tus.-Id. ib.
+ Nota. -La paridad solamente se llama impropia, por cuanto
no es perfectamente cabal la semejanza : pues los estremos carne y
alma jamas pueden concebirse separados; y no así los estrernos Dior
y hombre : pues, no suponiendose la encarnacion, muy bien puede
atar el uno sin el otro.
158 LA V E N I D A DEL MESIAB

asf como la alma raciozial y la carrrs ee un e o b hombre,


mi Dios y Hombre er un solo Cristo, se debe mirar como
muy impropia, y por consiguiente no se debe admitir sin
restriccion. Si yo dijese aora lo mismo de aquella otra es-
presion: á cuya venida: si dijese que no es tan nata-
ral y tan justa, ni tan conforme á las Escrituras, que no
se pudiera sustituir otra mejor, i dijera en esto alguna co-
sa falsa? Lo cierto es, que ni aquella ni esta, son espre-
siones tomadas de aquellos concilios generales de donde se
tomó la sustancia de la doctrina, sino que son puestas por
elegancia, y segun la diirecion particular del qw, 6 de
los que ordenaron este símbolo en la forma que aora lo
tenemos: entre los cuales no entra segun varios crítica
S. Atanasio, sino cuando mas, como defensor &mimo de
estas verdades, contra los Berejes de su tiempo. Con esta
respuesta bastantemente justa, quedaba concluida nuestra
disputa.
208. No obstante, si quereis y poAais, que las pala-
bras, á cuya venida, se entiendan como suenen, y con ts
do el rigor imaginable, yo os lo concedo, amigo, sin gran di-
ficultad. Soy enemigo de disputas inhtiles, que las mas
veces confunden la verdad, en lugar de aclararla. No por
,eso penseis, que no pudiera negar vuestra demanda, y nt+
g l l a justamente, siendo tan visible la inconsecnencia, y
aun la ridiculez de errta pretension, que pide el sentido ob-
vio y literal. para la eepresion del simbolo, cualquiera gua,
sin conceder este sentido á las espresiones mas claras,
p a s vivas, mas circunstanciadas, mas repetidas de la divina
Escrikira ; con todo eao vuelvo á decir, que c~noedooip
gran dificultad el sentido literal y obvio, para la espreeion
,de que ,vamos hablando, mae coa eata aondiaion, no
menos justa que fácil, y por eso del todo iodiepen-
aable: esto es, que se m e conceda la misma gracia
del sentido literal y obvio, para cuatro palabras que pre-
ceden inmediatamente á la misma espresion. i Cuales son
estas? y de allí h a de venir á juzgar á los vivos y á
BN GLORIA Y MAGBSTAD. 139
losruerioe*. Estas cuatro palabras no solo son del sim-
bolo de S. Atanasio, sino tambien, sin faltarles una silabo,
del símbolo de loa Apbstoles, y de otros lugares de la
Escritura: por tanto merecen un pooo de mas equidad.

209. Admitida, pues, esta condicion, y concedida esta


gracia 6 esta justicia, yo pregunto aora : i qu6 sentido
quereis darle 4 la espresion, á cuya venida ? Direis, que
lo que suenan las palabras obvia y literalmente : lo que
entiende luego al punto cualquiera que las lee: que al
venir el Sefior del cielo, al llegar ya 4 la tierra, instante
ante 6 despues, sucederá la resurreccion uoáversal de
todos los hijos de A dan, sin quedar .uno s d o ; L CUYO
@enida lo& los hombres hun de rssuoitar. Y $ a.quellas
&as cuatro palabras que preoeden inmediatamm d
fa)@ : y de allí ha de venir & juzgar & los vivos y á Zoe

m w t 0 4 , i qué sentido les dareis, l.qciendo la misma gracia.?


Direb del miémo modo, que el que suena, y nada mne :
esto es, que el mismo Sefi~rha de venir e s persona,
cuando sea su tiempo, á jusgar 4 los vivos y 4 los muertos.
Optimamente : conque segun esto, teamos estas dos pro-
poeiqionee ambas verdaderas, en su sentido obvio y literal.
210. Primera. Jesuclristo ha de veak del oklo ti la
ti- 6 juzgar á los vivos y a los muertos.
fW. Segmdq. Al vePir Jesucristo del cielo á la tierra
sucederá en esta la resurreccion ,universal de t d o s log
hijos de Adan. .
212. ~asbcerne,'sefior mio, que todos .los di&&oe
juntos, despves de haber unido toda la fuerza de sus inge-
aios, no son -paces de conciliar atas dos proposiciones de
modo que no peleen entre si, g que no se destraym
mutuamente. Vedlo claro.
213. Jesucristo ha de venir del cielo B la tierra, 4 juzgar
6 10s vivos y á los muertos. Esta es la primera ~roposi-
cion, y esta la verdad que contiene claramente. De aqui
inde venfurue est judicare vivos et mortuos. - Icide CORC.Comt.
140 L A V E N I D A DEL MESIAS
se sigue esta consecuencia forzosa y evidente : laego des-
pnes que Jesucristo venga á la tierra, no solo ha de venir
á juzgar á los muertos, sino tambien á los vivos, pues 4
esto viene : luego despues que venga a la tierra, no solo ha
de hallar muertos, sino tambien vivos á quienes juzgar.
Si halla vivos á quienes juzgar, y en efecto los juzga des-
pnes de su venida, pues viene á juzgarlos, pues estos
vivos no pudieron resucitar h su venida, pues se suponen
-vivos, y no muertos, y solo los muertos pueden resucitar,
si ,no resucitaron ni pudieron resucitar á su venida ; luego
es evidentemente falsa la segunda proposicion, pues afirma :
que todos los hijos de Adan, sin escepcion, han de resucitar
a5 la venida del Sefior : á cuya venida todos los Aombres
han de resucitar*.
214. Y si quereis que esta sea la verdadera, luego es
evideutemente falsa la segunda proposicion : pues añrma,
que el mismo Sefior ha de venir á la tierra 4 juzgar 4 los
viros y á los muertos .t.: lo que no puede ser, por haber
resucitado todos á su venida : y por consiguiente por haber
muerto todos, sin quedar uno ~ o l ovivo antes de su venida.
215. No pudiendo, pnes, conciliarse entre sí estas dos
proposiciones enemigas : no pudiendo ser ambas verdaderas
en su sentido obvio y literal, es necesario é inevitáble, que
alguna ceda el puesto. Y en este caso, i cual de las dos
deberá ceder? i Os parece decente, os parece tolerable,
que por defender la espresion, á cuya venida, que ni la
pusieron los Apóstoles, ni tampoco la ha puesto algun con-
cilio general, se haga ceder el puesto á un artículo de fe,
claro y espreso en el 'símbolo apostólico, símbolo que la
Iglesia cristiana recibió inmediatamente de sus primeros
maestros, que desde entónces hasta hoy dia ha conservado
siempre puro, y que pone en las manos á sus hijos, luego
que tienen uso de razon ? Pues, i qué sentido razonable,
que no sea violento, sino propio, obvio y literal, le daré-
* Ad cujus adventum omnea homines resurgere habent.- Yide
Conc. Conathnt.
-
.t Inde venturus est judicarevivos et mortuoe. Yide Conc. Cm/.
EN GLORIA Y MAGBSTAD. 341
m&? Amigo, aquel sentido de que ea capaz y que solo
puede admitir, aquel que aola se conforma con su propio
contesto: y de allí ha de venir á juzgar á los vivos, y á
los muertos. A cuya venidu todos los hombres han de re-
sucitar con sus mimos cuerpos. Jesucristo ha de venir
del cielo á la tierra, á juzgar á los vivos y 4 los muertos :
4 'cuya venida, 6 con ocasion de su venida (como ,una
condicion sin la cual no), resucitaran todos los hombres :
unos luego al punto en un nwmento, en un abrir de ojo,
que son todos aquellos santos, de quienes hemos hablado
en la disertacion precedente, y los demas á su tiempo,
cuando tambien oyeren la voz del hijo de Dios. Si este
sentido no os contentare mucho, como es facil de creerlo,
pensad otro que os sea mas obvio y literal, con tal que sea
compatible, 6 no de~truyala verdad de la primera proposi-
cion, la que en todo caso, y á toda costa, se debe salvar
aunque sea con la propia vida.

216. N o ignoro, sefior, lo que á esto me podeis respon-


der, y vuestros pensamientos en este punto particular, no
son tan ocultos que no puedan adivinarse. Paréceme, pues,
que os veo actualmente con algun poco de inquietud, pen-
sativo algunos instantes, y otros muy afanado en revolver
teólogos y registrar catecismos, para saber lo que dicen so-
bre el juicio de vivos y muertos. No hay duda que esta
diligencia es buena y laudable, y deberémos esperar, que
halleis por este medio alguna honesta composicion entre
aquellas dos proposiciones enpmigas. Si quereis no obs-
tante ahorrar algun trabajo, y serviros del que yo he prac-
ticado, veis aquí en breve lo que se halla sobre el asunto
en los mejores teblogos, y lo que de elios han tomado los
catecismos. La dificultad debe ser muy grande, pues para
resolverla se han dividido en cuatro opiniones 6 modos de
pensar ; todas cuatro diversas entre sí, pero que convienen
y se remen perfectamente en un solo punto : esto es, en
negar á nuestro artículo de fe (por lo que dice de vivas),
142 LA VENIDA DEL MESIAS'

su sehtido obvio, propio y literal : en h e r l e la mayor vi&


lencia para que ceda el puesto 4 su sistema : y si me es ií-
cito hablar mi, en no admitir dicho articulo de fe, si no ce-
de, si no se inclina, si no se deja acomodar al 'mismo gis-
tema. Os parecerá esto algun hipérbole, y no ohtante
lo vais 4 ver.
217. La primera sentencia, y la mas plausible por su in-
genioso inventor, aunque no por esto lo han seguido mu-
chos, dice : que por vivos se entiendan todos los que ac-
tualmente vivian en el mondo cuando los Apóstoles o r d e
naron el símbolo de fe; y por muertos los que ya lo eran
desde Abél hasta aquel tiempo. Y como este símbolo s e
habia de decir en la Iglesia en todos los siglos, afios y dias
que durase el mundo, siempre se ha dicho, y siempre se
dirá con verdad, que Jesucristo ha de venir 4 juzgar 4 los
que han vivido, viven y vivirán, y 6 los que antes de estos
hubiesen muerto; por consiguiente 4 los vivos y 4 los
muertos. Me parece que esta sentencia, mirada atenta-
mente, lo que quiere decir en buenos términos, es esto solo :
que la palabra vivos que pusieron los Apóstoles, llenos del
Espíritu Santo, es una palabra del todo inátil, que pudiera
haberse omitido sin que hiciese falta: que bastaba haber
puesto la palabra muertos, pues con ella sola estaba dicho
todo, y con mucha mayor claridad y brevedad. Sopongá-
mos por un momento, que los Apóstoles hubiesen omitido la
palabra vivos, y puesto solamente la palabra muertos : en es-
te caso, segun el discurso de a t e doctor, nos quedaba entero
y perfecto nuestro artíciilo de fe, del mismo modo que aora
lo tenemos, solo con este simple discurso. Jesucristo ha
de venir del cielo á la tierra á juzgar solamente Q los muer-
tos. Estos muertos fueron en algun tiempo vivos, pues sin
esto no pudieran ser, ni llamarse muertos : luego Jesucris-
to ha de venir del cielo á la tierra 4 juzgar 6 los vivos y 6
los muertos *.
218. La segunda sentencia dice: que por vivos se en-
BN GLORIA Y MAQBSTAD. 143
tienden, 6 como diae el cadena1 Belarmino en su catecismo
grande, se pueden tambien entender todos aquellos que aci
tnalmente se hallaren vivos, cuando venga el Sefior, los
cuales morirsin luego consumidos con el diluvio de fuego,
que debe preceder 4 su venida. Optimamente : i y este
es el juicio de vivos que nos ensetían los Apóstoles ? Si,
sefior, en esta sentencia este es el juicio de vivos, y no hay
aquí otro misterio que esperar : y de al16 ha de venir. á
juzgar á los vivos. Vendrá del cielo á la tierra á juzgar
los vivos, nos dicen los Apóstoles ; y esta sentencia nos po-
ne y nos supone muertos todos los hombres, y hechos
polvo y ceniza antes que el Sefior llegue á la tierra. Si
euando llega á la tierra los halla muertos á todos, luego no
hdla vivos: luego uo viene á juzgar á los vivos, pues ya
mPag tales vivos que puedan ser juzgados : luego la pala-
bra vivos es una palabra no solo inútil, sino incómoda g
pejudicial : y los Apóstoles hubieran hecho un gran servi-
cio al sistema de los doctores, omitiendo esta palabrita, que
no es sino una verdadera espina, y bien aguda. La terce-
ra sentencia, indigna 6 mi parecer de ser recibida de otro
modo, que 6 con risa, 6 con indignacion, dice : que por vi-
vos se eatienden las almas, y por muertos los cuerpos: asi
J~svcristoha de venir del cielo á la tierra ájuzgar á los
vivos y 6 loa muertos, no quiere decir otra cosa, sino que
ha de venir á juzgar 4 las almas y á los cuerpos. Y como
mmclo venga ya halla resucitados á todos los hornbtes, y
por consecuencia, midas todas las almas con sus cuerpos
propios en una misma persona, le será necesario dividir
otra vez esta persona, y por consiguiente matarla otra vez
pata pedir cuenta primero al alma, y despues al cuerpo, co-
mo a el cuerpohese algo sin el alma. i O ñiosofia verdade-
rameate admirable ! i O, 4 lo que obliga nna mala causa !
23.9. Resta, pues, la cuarta sentencia comunísima, y casi
uoiveraal en los teólogos y catecismos : es 4 saber ;que por
vivoa y muertos se entienden buenos y malos, justos y pe-
eadoree. No me pregunteis, amigo, sobre qu6 fundamento
144 LA VENIDA DEL MBSLAS

estriba esta sentencia tan comun, porque yo no puedo sw


berlo ; pues no lo hallo en sus mismos autores. Como este
punto lo tocaron tan de prisa, como si tocáran un hierro
sacado de la fragua, no era posible que se detuviesen mu-
cho tiempo en examinarlo con toda la atencion y prolijidad,
que habiamos menester. Yo no hallo otra cosa, sino que
se cita por este modo de pensar la autoridad de S. Agustin,
y este es el fundamento en que pretenden dejarla sblida-
mente asegurada. Aunque S. Agustin lo hubiese así pen-
sado, aunque lo hubiese realmente asegurado y ensefiado,
ya veis cuan poca fuerza nos debia hacer su parecer sin
otro fundamento, contra la verdad clara y espresa de: un
articulo de fe. Mas j será "cierto' esto ? i Ser& cierto y
seguro que este maximo doctor de la Iglesia creyese y en-
sefiase determinadamente, que el juicio de vivos y mue~toe
en la venida del Mesias, no quiere decir otra cosa, que jui-
cio de buenos y malos, de jostoa y pecadores?
220. Yo lo habia creido así sobre la buena fe de los que
lo citan; mas habiendo leido á S. Agustin en el mismo
S. Agustin, habiendo leido los lugares de este santo á que
nos remiten, y tal que otro, donde toca el mismo punto, es-
toy enteramente asegurado, de que S. Agustin no ensefíó
tal cosa, ni la tuvo por cierta, ni de sus palabras se puede
inferir esto. A dos lugares de S. Agustin nos remiten los
doctores de esta sentencia : el primero es el libro sobre k
fe y el sánrbolo, capitulo v i . El segundo es el enchiridion
6 manual, capitulo Iv. En estos dos lugares es cierto que
el santo doctor toca el punto brevisimamente ; mas tambien
es cierto, que nada determina ni toma partido. En el pri-
mero dice : Creemos, que de allí ha de venir, en t i g r p o
oportunbimo, y que ha dejuzgar á los vivos y á los muer-
tos ; ya se signijjuen con estos nombres los justos y . pe-
cadores, ó ya los que ha de encontrar en el mundo antes
de la muerte, que se I l a m n vivos. (Dice en el segundo lu-
gar) H j u z g a r á los vivos y á los muertos puede inter-
pretarse de dos maneras : ó entendiendo por vivos.los qus
BN G L O R I A Y M A G B Y T A D . 145
qai cluu no Kan muerto, y que hullará en rrr venida toda-
aia viviendo en esta nuestra carne, 6 p o r vivos á lor jus-
tos, y p o r muertos á los pecadores *.
221. Por estos dos lugares de S. A p t i n , 4 que nos
remiten los autores de esta ouarta sentencia, se ve clara-
mente, que el santo doctor nada determina, sino que dice
muy de paso y sin tomar partido, 6 lo uno 6 lo otro: 6
vivos, tomada esta palabra como suena, y como la toman
todos, esto es, los que viven con vidu corporal corno la
nuestra: 6 tomada solamente p o r semejanza, y aplicada
B la vida de la gracia con que viven los justos en cuanta
justos. Mas estos doctores nada de eato nos dicen, sino
que S. Agustin entendió por vivos 4 los justos, y por
muertos 4 los pecadores. Conque este fundamento Gnico
con que se pretende asegurar esta sentencia, cae de suyo
ó desaparece del todo, par confesion del mismo S. Agustin
en los mismos lugares citados.
222. Aquí se debe repetir, que este santo doctor no
tomó partido cierto en estos dos lugares, en donde dice+,
que por vivos no deben entenderse solamente los justos,
como pensb Diodoro, sino los hombres vivos que el Sefior
ba d e hallar en su venida, los cuales deberán tambien mo-
N4 su tiempo como todos los otros: creemos (son sus pa-
labras) que lo que decimos en el s i d o l o : que en la venida
del S&r han de ser juzgados los vivos y los muertos, no
solo signijica los justos y pecadores, como piensa Dio-
doro, sino tambien se entienden por vivos aquellos que se
han de hallar en carne, y que aun se reputan p o r mor-

* Credimus inde ventwum conrenientiseirno tempore, et judica-


twum vivos et mortuos ; sive istis nominibus jueti, et pecatoree sig-
niñeentur, sive quos tunc ante mortem nostram in terris, inventunis
est, appeiiati sunt vivi. Duobus modi accipi potest [dice en el se-
gundo lugar] quod vivos, et mortuos judicabit, sive ut vivos inteiii-
p m u s , quos hic nondum mortuos, sed adliuc in ista carne viventes
inventarus est ejus adventus, sive vivos justos, mortuos autem injue-
@s. -Div. Aug.
7 D. August. lib. de Eccl. dog. r. viii.
T O M O 1. 1.
146 LA V E N I D A D E L MESIAS

talso*. Yo creo firmemente lo que aqui se dice (sea este


libro de S. Agustin, 6 no) no tanto por lo que dice este ó-
el otro doctor ; sino porque sola esto 0s conforme á lo que
me dice el símbolo de mi fe. Las otras sentencias, tengan
las patronos 6 defensores que tuvieren, las tengo por im-
probables y por falsas, porque no son conformes, sino mny
repughantes y sontrarias al mismo articulo de fe.

2.28. Verdaderamente que es cosa bien estraña y para


mí incomprensible, la gran facilidad y satisfaccion con que
loa doctoren mas sábios y religiosos han repugnado, y aun
eohado en olvido este artículo de duestro simbolo, habién-
ddo sacado coa fuerta abierta de aqnella base fundamen-
tal en que lo pusieton los Apbstoles. i Qué otra cosa es
negarle su sentido literal, y pasarlo ya á este, ya al otro
sentido, segun la voluntad 6 el ingenia de cada uno, sino
quitarle la base b e en que solo pueda mktenetse, para
que caigtl en tierra? Hágase lo mismo con los otros artf-
odos del símbolo, y no es menester otra máquina para ar-
ruinar todo el edificio del cristianismo. i Por qué, pues,
ee hace con este solo, lo que nb se hace ni se puede hacer
oon ninguno de les o t r a artículm de fe ? Los mismos
logos convienen, y con s d a razon, en que los artlculw
oonteiiidoa en el símbolo se deben entender 4 la letra, esí
a& suenan, porque solo asi y no de otra suerte son atií-
m b s de fe. Quién, pues, les ba dado faouitad para e&
eeptuar e& solo de eeQ regla general ?
224. Dicen, que no es necesaria para la salud la fe, y
confe~ionq l í o i t a de este artíoulo (lel slmbolo, en cuaato
á la pdsbra viwüa r que ninguno tiene oMigacion de saber
de cbrta 10 que sighíflca t?a€ti palaha: qut, basta cte& ea
gen8ra1, gtie todos los hombres sin escepcibn hah de ser
* Quod autem dichua in simbolo in adenttt Domini vivoe, e$
motthos judidhdoe, non aolum justos et .peccataies signibcent,
sicut Diodorus putat, sed et vivos eos qui in carne inveniendi sunt,
credimus, qui adhuc montuti tredilntur..-Dv. A g .
EN GLORIA Y MAGESTAD. 147
pagados por Jesucristo, cuando vuelva del cielo. Pregian-
Wes ama, si podrémos baeer lo mimo con los otros ar-
ticulo~del símbolo, y no sé que pbedan responder, guar-
dando consecuencia Si no hay obligacion de saber lo que
si@ca en el símbolo la palabra vivos, que parece tan
eiara, tampoco habrá obligacion de saber lo que eigmíica
la palabra muertos, ni lo que significa la palabra la resur-
reccion de la carne*, ai la que significa nació de santa
Ha& virgen-t, ni lo que significafrzkcrucijeado, muerto
y sepzrltudo$ ; 6 deberá dame k dispariaad.
225. Yo bien considero sin &ulttd, que el saber el
verdadelo signifioado &e la palabra vivos, 6 tener ideas
tlm del jnieio de vivos, de que tanto nos hablan laa Es-
crituras, no es obligauon necesaria reapccto del comnn de
los fieles. ¿Como lo han de saber estos si no lo oyen?
'
;Y c m oirán sirc pedimdor § ? Me yarece cosa durí-
sima estender tambien esta indalgmia B todas aquellas
personas que tienen la llave de la ciencia, pites tratan las
Escrituras. Y ya que se les conceda la misma indalgen-
cia que al comun de la plebe, del3iaa 4 lo menos dejar
quieto el articulo de scivos : debian no tocarlo, ni mucho
menos haaerle tanta fuerza para i n c l i i l o á otros sentidos :
debian e d a r á los fieles que lo crean aunque no lo en-
tiendan : debian abstenerse de darnos á entender, como lo
, hacen en buenos términos, que la palabm vivos nada sig-
nifica, que es inátil, y pudiéramos pasar muy bien sin ella.
No d i , que lo ensefíen aeí espresamente : mas i qué
otra cosa ea buscarle $ esta palabra otro y otros sentidos
aoomodaticios, impropios, ,violentoa y aun ridlculos, sin
reparar en nada, y negarle solamente su propio y natural
sentido? i Os parece, amigo, que esta breve palabra se
paao en el aimbolo sin inepiracion, sin ensefianza, sin man-
Carnie re8urrectionem.- Vide Conc. Cowt.
.t. Natus ex Maria Virgine.-Id. i6.
-
f Cruciflxue, mortuus, et sepultus. Id. ib.
5 ;Quomodo autem aadient sin6 przdicante?-Ad Rom. x, 14.
,
L 2
I
148 LA V E N I D A DEL M B S I A S

dato espreso del Espíritu santo ? i Os parece, que d en;


tenderla, 6 no entenderla, es cosa de poca 6 ninguna con-
secuencia ?
PARRAFO v.
226. Parece cierto, que los doctores lo piensan así,
pues nos escusau de la obligacion de saber y creer lo que
significa en particular la palabra vivos. Mas yo no pue-
do pensarlo así, porque veo en los mismos doctores las es-
traíías y terribles consecuencias, que se han seguido nece-
sariamente, de solo no admitir en su propio sentido esta
palabnta que parece nada : sí, parece nada, y tiene una
grande y estrecha relacion con casi toda la Escritura en
órdea á la segunda
- venida del Sefior. Parece nada, y es
una luz clarísima que alumbra en los pasos mas oscuros y
diiciles de la misma Escritura. Parece nada, y e~ una
llave maestra que abre centenares de puertas. Esta es la
verdadera razon, si bien se considera, porque se ven pre-
cisados los intérpretes, aun los mas literaleg, á usar d e
toda aquella fuerza y violencia tan notoria en la esposicion
de la divina Escritura valiéndose de todo en ingenio, d e
su erudicion, de su elocuencia, para inclinarla donde ella
repugna el inclinar&. Este parece el verdadero origen
de todos aquellos sentidos, tantos y tan diversos, de que
tanto se usa 6 se abusa en la esposicion de la Escritura.
Esta parece la verdadera razon de la mayor parte d e
aquellas reglas, 6 chnones innumerables que se han estable-
cido como ciertos y como necesarios, segun dicen, para la
intelígencia de la santa Escritura, y quizá dijeran mejor,
para no entenderla jamás. Todo 6 casi todo, á mi parecer,
ha dependido de aqui: de no haber hecho el aprecio y el
honor tan debido á la palabra vivos: de no haber querido
entender esta palabra. como la entienden todos :esto es,
los que viven : de no haber querido separar los muertos
de los vivos, de no haber querido creer segun las escrituras,
que ha de haber un juicio de vivos (6 lo que es lo mismo,
un reino de Cristo sobre los vivos) diferentísimo del juicio
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 149
de los muertos, ó del reino del mismo Cristo sobre los
muertos, tanto como difieren los muertos de los vivos.
227. N o es menester gran talento. ni gran penetracion,
sino un poco de estudio con retlexion y sin preocupacion
para conocer, sin poder dudarlo, que una gran parte de la
Escritura santa en lo que es profecía, habla claramente
del juicio de vivos, y del reino de Cristo sobre los vivos.
A este juicio, 6 á este reino se enderezan casi todas- las
profecías, y en él se terminan como en un objeto principal ;
pues del juicio de muertos solo se habla con claridad en el
nuevo Testamento. Mas como el juicio de vivos se halla
en los doctores tan mezclado ó confundido con el juicio de
muertos, que parece uno solo, es una consecuencia nece-
saria, que se halle en los mismos doctores confundida é
impenetrable una gran parte de la misma Escritura. Quien
tuviere alguna práctica en la leccion y estudio de los espo-
.sitores, entenderá luego al punto lo que acabo de decir :
quien no la tuviere, pensará que deliro Ó que suefio ; mas
de esto filtimo, ¿qué caso deberémos hacer? Dadme,
.amigo mio, quien crea fiel y sencillamente, como nos lo
ensefia la religion cristiana, que despues de la venida del
-Sefíor, y R e y Jesucristo, ha de haber en esta nuestra tierra
nn juicio de vivos : dadme quien no confunda este juicio
de vivos con el de los muertos: dadme quien al uno
y al otro juicio les conceda de buena fe lo que 4 cada
-ano le es propio y peculiar: y con esto solo, sin otra dili-
gencia, tiene entendida la mayor parte de la Escritura sa-
grada. Con esto solo entiende muchísimos lugares de los
Profetas, que parecen la misma oscuridad. ~ ó esto n solo
entiende muchos 6 los mas de los Salmos, que parecen
enigmas impenetrables. Con esto solo entiende muchos
lugares diiciles de S. Pedro y S. Pablo, del Apocalipsis y
aun de los evangelistas, los cuales lugares, segun nos ase-
guran los mismos doctores, no se pueden entender, sino en
sentido alegórico ó anagógico ; que es lo mismo que deeír,
que no se pueden, ni se podrhn jarnfis entender, 6 que solo
se entenderán allá en el cielo.
CUARTA DIFICULTAD. UN TESTO DEL EVANGELIO.

!E&. EN el evriogdib de S. &tea se b e n attws palabres


del S&r : Y cuando v&e d Hijo &Z Hombre ea su
ittoyestmd, y dedos Zor ángeles con 41, se sentará entóncos
sobre d trono clc su magestad. Y mnÉn do& lar genter
q u ~ a d a ante
s Il, y apmhwá loa unos de lor otros, e o n ~
e l p w t o r aparta las & los cabriteo : Y p d á
2ae wqas & su &recÁa, y los &tos a kr izpPMada.
Entbmces dira el Rey á Zoe que estan tí su & * B c ~&c.*,
223. Este hgar del evangelio er uno de bs g r d m
findamentos, sj. acaiso m eti el único, en qmt estriba, y pie-
tende haaerae fuerte ei sistema ordkrio. Porqme b +-
mero, &en, a+ se U a oonocidamm4e dal j d u o uníver-
sal, y awi se descoibe el modo y cinciin-cius c m que re
Larh. Lo segundo, en e%te lugar s e dice espirsapieate,

tadt : modo de Wlar que junta, -


que d juicio universal de que ae habla, se hará entónca,
ésto es-: cuan& v i d e r e &-Elijo del Hmnbrb ea r& maga-
y &a 4~stxechPmente
un s u m o con otro, y por otbusiguiente no da lugar, sntes
destruye entermmte todo espacio c m i k r t M e de k p o

* Cum autern venerit Filius Hominis in majeatate sua, et oppxs


angcili cum eo, tunc sedebit auper aedem majestatis IWF : Et con-
gregabuntur ante eum omnes gentes, et separabit eos al, invicem,
sicut pastor segregat oves ab hcedia : Et statuet oves quidem A dex-
tris mis, hoedos autem B einistris. Tunc dicet rex his, qui A d e x ~ h ,
&c. -Mat. xav, 31, 32, 33, et 34.
+ Chm autem venerit Fiius Howinis in m+e&ate aup.
rupru.
- Yge
L A V E N I D A DPL M B S I A 8 . 151
entre la venida del Sefior, y el juicio y resunecoion ani-
versal.
230. De manera que segun la propiedad del testo sa-
grado, ó segun la preteusion de los doctores, cuando el Se-
6or venga Q la tierra*, entóncest se sentará en el trono de
su mageatad : entbnceaS, esto es, luego inmediatamente se
cwgegaráa en su presencia tpdaa las gentes ya resucita-
das: entónces se hará la separacion entre buenos y malos,
poniendo aquellos Q la diestra y e ~ t o sá la siniestra; ent6n-
ces se dará la sentencia en favor de los unos, porque hicie-
ron obras de caridad, y en contra de los otros, porque no
las hicieron : entónces finalmente se ejecutará la sentencia,
yendo unos al cielo, y otros al infierno : y todo ello sa hará
en este misnao dia en que el Sefior llegare§.
231. Para resolver esta gran diñcultad, y hacer ver la
debilidad suma de este Gen fundamento, casi no nos era
mesaria otra diligenciq qae repgtir aquí lo que acabamos
de decir sobre el testo del símbolo de S. Atanasio. Sien-
do la diñcultad la misma en sustancia de ambos lugares, la
solucion de la una se puede facilmente acomodar á la otra.
La única diferencia que acaso podrá notarse entre uno y
otro lugar, es esta: que la espresion á cuya venida, es
oiertamente puesta por manos de hombres ; mas esta otra
del evangelio, y cuando viniere, es de la boca del mismo
Hijo de Dios, que es la suma verdad- Pero esta diferen-
cia, grande á la verdad, se recompensa sobradamente con
solo advertir dos cosas bien fáciles de notar. La primera,
que todo este lugar del evangelio (y todo entero del capí-
tulo xxv de S. Mateo) no puede admitir otro verdadero
aentido, que el que es propio de una parábola : pues en
realidad lo es tanto, como las dos que la preceden inmedia-
tamente en el mismo capitulo. La se&da advertencia
no menos necesaria, ni menos fácil se esta : que aun conce-
diendo que el lugar del evangelio, de que hablamos, no sea
parábola, sino una verdadera profecía, y una descrip-
C h autem venerit. + Tunc. 1 Tunc.
6 Ghm autem venerit tunc, &c. - Vide suprn.
152 L A VENIDA DEL MESIAB

cion del juicio universal, no por eso se podrá concluir le&


timamente, que todo aquello que alli se anuncia para des-
pues de la venida de Cristo, deba suceder luego inmedia-
tamente, sin que quede lugar y tiempo suíiciente pars
otras muchísimas cosas, no menos grandes y notables, que
están anunciadas en las Escrituras, para el mismo tiempo
que debe seguirse, despues que venga e1 mismo Cristo e n
gloria y magestad. Estos dos puntos debemos considerar
aora brevemente, mas con atencion y seriedad.

232. Todo el testo del evangelio que empieza : Y' crsan-


do viniere el Hijo del Hombre, hasta el fin del capitulo de
S. Mateo, decimos en primer lugar, que es una verdadera
parábola, no menos que las dos que la preceden inmediata-
mente. Por consiguiente, asi esta como aquellas, no pue-
den admitir otro sentido, que el que es propio de una pará-
bola, es 4 saber, no la semejanza misma de que se usa, si-
no aquel objeto 6 aquel fin particular y determinado 4 que
se endereza. Este objeto 6 fin particular es evidentemente
el mismo en estas tres parábolas: y tal vez por esto las
pone el evangelista seguidas, y unidas en un mismo capitalo,
sin decirnos una sola palabra que indique alguna diferencia,
como que todas tres se encaminan al mismo h,y contie-
nen en sustancia la misma doctrina : esto es exortar 4 to-
dos los creyentes, en especial á los pastores, 4 las obras d e
caridad, 4 la vigiiancia, al fervor, á Ia práctica constante d e
las máximas, de los preceptos y de los consejos evangbli-
cos, proponiendo para esto en general y brevísimamente,
así las recompensas, como 10s castigos, que cuando vueha
a la tierra ha de dar 4 cada uno, segun sus obras.
233. Así, aunque en estas tres parábolas y en algunas
otras, habla el Sefior de su venida : aunque habla, y par-
que habla en algunas del juicio universal, mas no es este
su objeto directo é inmediato: no pretende .directamente
referir su venida, iii las circunstancias de ella, ni el modo
con que se ha de hacer el juicio universal, &c. : estas cosas
EN GLORIA Y MAGEBTAD. 153
las toca de paso, y solo indirectamente, en cuanto conducen
á la doctrina, que es su fin principal. De lo dernas que
segun las Escrituras ha de acompaíiar y seguir su venida,
presoinde el Sefior en este lugar, asi como prescinde en
todas las otras parábolas, diciendo solamente lo que basta
p el ñn que directamente pretende, que es la doctrina.
En todas 16s parábolas donde indirectamente habla de su
venida en gloria y magestad, es fácil reparar, que no siem-
pre habla del mismo modo ; unas veces concluye el diecur-
so de un modo, otras de otro : unas veces usa de una simi-
litud, otras de otra: unas veces, aunque pocas, parece que
solo habla del juicio universal, como si iio tuviese otra cosa
que hacer despues de su venida: otras, y son'lua mas 6
casi todas, parece que habla de personas no muertas, sino
vivas : ni resncitadas, sino viadoras, que hallará cuando ven-
ga, especialmente aquellas á quienes dejó encomendada su
familia 6 grey. Reparad entre otras pariibolas, en la de
Lis diez vírgenes, la de los talentos, la de loa siervos que
deben veIm para abrir la puerta prontamente la puerta 4
en Señor, 4 cualqniera hora que llegare, pues no saben á
que bora llegará. Todas estas parabolas y otras semejan-
tes se concluyen sin dejarnos idea alguna espresa y clara
del juicio universal.
234. E n el evangelio de S. Lucas se lee una parábola
enderezada 4 aquellos que pensaban que llegando el Señor
B Jernsalen, á donde actualmente iba á padecer, luego al
punto se manifestaría el reino de Dios : con ocasion (dice)
de estar cerca de Jerusalen : y porque pensaban que luego
se manqestaria el reino de Dios*. A estos, pues, les
dijo el Sefior : Un hombre noble fué á una tierra distante
para recibir alli un reino, y despnes volverse. Y habien-
do llamado á diez de sus sieruos, les di6 diez miracrs, y
18s dijo : tra.cad entretanto que vengo. Mas los de su
ciudad le aborrecian : y enviando en pos de él una emba-
Eo qnód esaet pro$ Jerusalem: et quia existimarent qubd
confeatim regnum Dei uianifestaretur. -Luc. xix, 11.
164 L A VENIDA D E L MBflIAB
jada, le dijeron : No queremos que reine este sobre mw-
tros. Y cuando volvió despues de haber recibido el reino,
&c.* Ved aora lo que- hace este rey cuando vuelva,
recibido el reino, y no hallareis idea alguna del juicio uni-
versal. Lo primero que hace, es premiar 4 los siervos que
negociaron con el talento dando á uno el gobierno de diez
ciudades, y 4 otro de cinco: caetigar 4 uno de ellos que lo
tuvo ocioso, aunque n6 lo perdió quitándoselo : y despues
de esto, mandar traer y matar en su presenoia á aquellos
enemigos suyos, que no lo habian querido por rey. Y en
cuanto á aquellos mis enemigos, q2se no quisieron que yo
reinase sobre, ellos, traedmeloo acá,y matadlos delante de
mit. Halláis eo todo esto alguna idea de resmeccion
de muertos, 6 d e juicio universal? i N o hallais por el
contrario otra idea infinitamente diversa ? j, Como ha de
dar 4 sus siervos el gobierno de cinco 6 de-diez eiitdades
en el juicio universal, cuando todas las ciudades del mundo
están ya reducidas 4 ceniza ? i Como ha de matar á ens
enemigos, quo no lo quisieron por rey, cuando estos ene-
migos, como todos loe demas hijos de Adan han maerto, han
resucitado, y ya se hallan en estado de inmortalidad? Direis
sin duda, que todo esto es hablar en parábolas 6 seme-
janzas, las cuales, para que lo sean, no es necesario que
eorran ea todo, sino s d o ea aquel punto partienlar B que
se enderezan. Y yo, confesando que teneis razon, os pido
k misma advertencia para el lagar del evangelio d e que
baMe~i~oeeCuando uiniere el Hijo del hombre, e n t k
aes, &o$.
Homo quidam nobilis abiit in regionem longinquam accipere
sibi regnum, et reverti. Vocatis autem decem servia suia, dedit eia
decem minas, et ait ad iiloe : eqotiamini, dum venio. Cives aiitem
ejus d e - eum, Bt miaeruat legationem post i l h , diaentea:
R O ~ Y I P ~ Bb w r e p w e evper nos. Et faetum est, ut rediret regno,
&e, - h e . xix, 12, 13, 14, pt 15.
Verumtamen inimicoe meos illos, qui noluerunt me r e p a r e su-
-
per se, adducite huc, interficite ante m i Id. 27.
... -
3 Chm autem veaerit Fiiw hominis tune, &c. Mur. xxv, 31.
&N G L O R I A Y MAGUSTAD. 136

PARRAFO 111.
235. Si quereisno obstante que este lngnr del evangelio
no sea una verdadera parábola : si qnereis que sea una
profecia, una noticia, una descripcion, a 4 de la venida del
&ihr, como del joicio universal: yo estoy muy lejos
da emyeharme mucho, por la parte contraria ; eeto seria
enúar en una disputa embarazosa y de poquísima 6 ninguna
utÍüdad. Si yo la llamo partíbola, es porque la hallo puesta
entre otras parhbolas, y porque leido el testo con todo
su contesto, me parece todo dicho por semejanza, no por
propiedad: ni parme verosimil, que el juicio universai se
haya de reducir á aquello poco que aquí dice el Seiior, ni
que todos 1- buenos por una parte, y todos los malos por
otw, hayan de ser juzgados y sentenciados sdo por la
razon que aU se apunta: ni tampoco que los unos y los
otros hayan de deeir en realidad aquellas palabras : ;Seiior,
mndo te vimos hambriento, 6 sediento &a. * ? y que el
M o r les haya de responder : en cuanto lo hicisteis á uno
¿a cstos mís pequeñitos, á mi me lo hicisteis, y en cuanto
no lo hicisteis, tai á mí lo hicisteis t.
236. Con todo eso, yo estoy pronto ti concederos sobre
este punto particular todo cuanto quisiereis. No sea esto
una parábola, sino una prokcia que anuncia directamente
la renida rtel Sefior, y el juicio universal. Aun con esta
emcesion cuita y liberal,- i qu6 cosa se puede adelantar?
Jesucristo dice, que mando venga entóncess so senterá
m el troao de masestad: eutónces se congregarán delante
de él Ins gentes: entbnces separarti los buenos de 10s
malos, p o n i d o aquellos á SS diestra, y estos á su sinies-
Domine, quando te vidimus esurientem, aut sitientem,' &c. -
Mat. xxv, 44.
t Quanciiu fecistis uni ex his fratribus meis minimis, mihi fecistis.
Qumndih non fe&&, uni de minorisus hia, nec mihi fecietie.-
&t. XXV, 40, et 45.
f Chm autem venerit.
-
5 tunc, &c. Videfol.prcec
1
s LA VENIDA DEL MESIAS
tra : entbnces alabará 4 los unos, y los llamará 4 la vida
eterna, y reprenderá h los otros, condenándolos al fuego
eterno. Bien: todo esto es cierto, y todo se concede sin
dificultad ;mas, j, qué consecuencia pensais sacar de aqui ?
i Luego cuando venga Jesucristo en gloria y magestad, su-
cederán luego al punto todas estas cosas ? ¿ Luego en aquel
dia (que los profetas, y S. Pedro y S. Pablo, llaman el dia
del Sefior, y que segun vuestra estrafia inteligencia debera
ser un dia ordinario de diez 6 doce horas) luego en .este dia
no habrh que hacer otras cosas, sino solo estas ? i Y las q u e
anuncian para ose mismo dia casi todos los Profetas, y las
que anuncian, muchos, y tal vez los mas de los Salmos : y
las que anuncia el Apocalipsis en los tres Gltimos capitu!os,
estas no podran tener lugar en aquel dia, estas deberhn ser
escluidas por la palabra entonces ? Cierto que es esta una
consecuencia 6 un modo de discurrir bien singuiar.
237. Como si dijeramos: mil lugares de la Escritura
anuncian clara y espresamente mil cosas grandes y admi-
rables, que deben suceder en el dia del Sefior, despues q u e
venga á la tierra en gloria y magestad. Aora, entre estos
lugares hay uno que hablando de la venida del SeSor, pone
luego el juicio universal, sin hacer mencion de otra cosa
intermedia ; pues dice, cuando viniere, &c. :luego despws
que venga el Sefior no hay otra cosa que hacer, sino d
juicio universal : luego esas mil cosas que anuncian esos
mil lugares de la Escritura, por claras y espresas que pa-
rezcan, deberán echarse á otros sentidos, por impropios y
violentos que sean ; pues no hay tiempo para que sucedan
despues de la venida del Sefior. Por consiguiente la pala-
bra entbnces, deber4 esplicar mil lugares claros de la Es-
critura, y no ser esplicada por ellos. Consecuencia durí-
sima y despbtica, contra la que claman y dan gritos todas
las leyes de la justicia.
238. Pues i qub sentido propio, verdadero y conforme ti
las Escrituras, le podrémos dar h la palabra enthces, y 4
todo el testo del evangelio? Para responder en breve 4
esta pregunta, no me ocurre otro modo mas ffhcil que el
uso de alguna semejanza 6 ejemplo, que suele valer mucho
mas que un prolijo discurso. Leed el capitulo nueve del
Génesis y hallareis allí (versiculo veinte) que cuando Noé
salio del arca despues del diluvio, comenzó á labrar la
tierra y plantb una viña, y bebiendo el vino se embriagó +.
Oid aora mi bella inteligencia de estos palabras. No6
salió del arca al amanecer del dia 27 de Abril, y junto con
él todos sus prisioneros, y habiendo en primer lugar adora-
do á Dios ofreciéndole su sacrificio, se puso luego á labrar
la tierra por no estar ocioso : aquella misma mafíana,
ayudado de sus tres hijos, plantó una viíia, 4 la tarde hizo
su vendimia, y antes de anochecer ya estaba borracho.
i Qué os parece, amigo, de mi inteligencia ? i Hallais que
reprender en ella guardando consecuencia ? Consideradlo
bien.
239. Y o no negar6 que es bien reprensible, por idmita-
mente grosera. Cualquiera que Iee seguidamente este
lugar del Génesis, conoce al punto que el historiador sa-
grado va 4 referir directamente y de propósito lo que su-
cedió por ocasion de la embriaguez de Noé : esto es, las
bendiciones y maldiciones (Ó por hablar con mas propiedad)
las predicciones y profecias que pronunció, ya en pro, ya
en contra de su posteridad, á favor de sus dos hijos, Sen,
Japhet, y en contra de Can, y mucho mas de su nieto
Caanán. Para referir todo esto de un modo claro y cir-
ouastanciado, como buen historiador, era necesario decir,
primero, en breve, que el justo Noé en cierta ocasion
ae propasó inocentemente en la bebida, y realmente se em-
briagó: segando, que ya en aquel tiempo habia vino en el
mundo : tercero, que tambien habia vifia : cuarto, que esta
viíia no era de las antidilnvianas, sino que el mismo Noé la
habii plantado por sus manos. D e todo esto era necesario
hacer mencion como en un bnvismo compendio, para
* Ccepit No6 vir agricola exercbre terram, et plantavit vineam.
-
Bibensque vinum inebriaus est. Gen. ix, 20, et 21.
158 LA VENIDA DEL M B S I A S
referir lo que el mismo No6 habló en profecía, luego que
despertó de su sueño. Apliquémos aora la eeaiejanza:
Jesucristo en esta especie de partibola va directamente á
dar una doctrina : va á exortar 4 los hombres á las obras
de misericordia con sus prbjimos : este es su asunto prin-
cipal. Para que esta exortacion tmga mejor efecto, lea
da una idea general del juicio universal, proponiéndoles con
suma viveza y naturalidad, así el premio como el castigo
que deben esperar los que hacen 6 no hacen obras de
misericordia. Mas para dar esta idea general del
juicio universal para contraer esta idea general 4 suin-
tento partictilar, le era necesaria alguna preparacion :
le era necesario decir en breve, y como de paro, que él
mismo habia de venir otra vez á la tierra en gloria y
magestad, que cuando viniese, entbnces se habia de sentar
en el sólio de su magestad, que habia de congregar todae
las gentes en su presencia, h. M=' todo esto que aquí
apunta el Sefíor brevemente, i sucederá luego al punto que
llegue á la tierra? ¿,Todo se ejecutará en el espacio
de doce 6 de veinte y cuatro horas ? Pues j c6mo se
cumplirán lae Eecritzsraa* ? i Cómo se podrán verificar
tantris otras cosas que hay en la Escritura, reservadas vi-
siblemente para aquel mismo dia 6 tiempo, que debe co-
menzar en la venida del Sefior ? i Estas tambien no son
dictadas por el mismo Espirita de verdad ?
240. En suma: todas las espresiones y palabras del
testo del evangelio, de que hablamos, son verdaderas, son
propias, son naturales y perfectamente acomodadas B su
...
fin. Cuando viniere se sentará ent6nces-1- ; y entóncu
serán todae lar gentes uyzsntadasS, y apartorá los una
de los otros5 : entónces dirá, &c. 11 Del miamo modo son
Quomodo ergo implebuntur 8cripturae.-Mat. xxvi, 54.
...
C m autem venerit tunc sedebit.-Mal. xxv, 31.
-
1Tunc congregabuntur. Id. ib. 32.
5 Tunc separabit.-Id. ib.
11 Tunc dicet, &c.-Id. 34.
EN'GLORIA Y MAG E S T A D . 159
verdaderos, y deben verificarse en aquel mismo,dia todos
los anuncios de los Profetas, y todas cuantas cosas hay en
el antiguo y nuevo Testamento, claramente reservadas para
este dia. Para concordar a o q unas cosas con otras, para
entenderlas todas con gran fachidad, y para darles á todas,
y 4 cada una de ellas, el lugar que les pertenece, solo falta
una cosa, segun parece, del todo necesaria : es á saber, que
no estrechémos tanto el dia de1 Sefior, como lo hace el
iitema ordinario, sino que le démos, sin temor alguno,
toda aquella grandeza y estension que le es tan debida,
segun lm Escriturae*. Con esto solo tendrémos tiempo
para todo.
* IJecundum scriptum.
CAPITULO IX.

ULTIMA DIFICULTAD.

241. El Apostol S. Pedro, hablando del dia del Se-


fior, dice, que vendrá este dia repentinameute, cuando me-
nos se peusare: y afiade que en él habrá un diluvio de
fuego tan grande y tan voraz, que los elementos mismos
se disolverán, y la tierra y todas las obras que hay en
su superficie, se abrasarán y consnmirán: Vendrá, pues,
como ladron el dia del Sefior, en el cualpasarán los cie-
los con grande ímpetu y los elementos con el calor se-
rán deshechos, y la tierra y todas las obras que hay en
ella serán abrasadas*. S i ésto es verdad, no tenémos
que esperar en el dia del Sefior, ni el cumplimiento de
lo que parece que anuncian para entónces las profecias,
ni tampoco el juicio de vivos, entendida esta palabra co-
mo suena ; pues no es posible que quede algun viviente,
despues de un incendio tan universal que ha de abrasar
toda la superficie de la tierra. Por consiguiente, así el
juicio de vivos, como todas las otras profecías, no pueden
entenderse segun la Escritura, sino en otros sentidos
muy diversos del que parece obvio y literal.
242. Para resolver esta gran dificultad, que se ha mi-
rado como decisiva en el asunto, no tenemos que hacer
otra diligencia, que leer con mas atencion el testo mismo
de S. Pedro sin salirde él. S e pregunta : i S. Pedro di-
ce aquí que en la venida del Seííor, 6 al venir el Sefior
del cielo á la tierra, suceder4 este incendio universal ? * ~ i
* Adveniet autem dies Domini ut fur : -inquo coeli magno impetu
traneient, elementa verb calore eolventur, terra autem, et quae in ipsa
eunt opera, exurentur. - Pel. ii, 3, 10.
ha LA V E N I D A DEL MBSIAS
verso de todo8 loa que hasta entónea habrán pasado;
- el cual tiempo se llama frecuentemente en los Profetás, el
dia del S h r * , aquel d i a t , aquel tiempo$, el gglo
venidero§. Por tanto, en ese dia, en ese tiempo, en
ese siglo venkvo habrá sin duda algnn tiempo sobrado,
para que se verifique plenamente todo cuanto está
'escrito, y todo como estb escriton: habrá tiempo para
el juicio de vivos de qne nos habla, y nos manda creer
el simbolo de nuestra fe : habrá tiempo para todos los
anuncios d e los Profetas de Dios : y habrá tiempo para
que se verifique plenamente lo que dice S. Pedro, y todo
dentro del mismo dia sin sah de él. S. Agústin dice :
No se saben IOd diae que durará este juicio ;pero ningu-
no que haya leido lae escrituras, por poco que se haya
verrado en e k , dejará de raber, que al tiempo llama la
escritura diaq.
244. Volved nn poco los ojos al capitulo xx del Apo-
calipisis, y allí hallareis, (veniiculo 9) que S. Juan habla
tambien del fuego que ha de llover del cielo, enviado de
Dios : mas este suceso lo pone al fin de su dia, de mil
aiios : ewrndo fueren acabados los mil a h : en los cua-
les mil afios (sea ntimero determinado 6 indeterminado)
ha habido tiempo mas que suficiente para las muchas y
grandes cosas que nos anuncian clarísiiamente las Ek
trituras. Esta es toda la solncion de esta dificultad : ni
hay para que detenernos mas en este punto. Otras d3-
cnltades iguales 6 mayores que puedan oponerse, esperamos
resolverlas á su tiempo conforme fueren ocnmendo.

. Diee Domini. - Soph. i, 14.


+ Dies illa. -Em Off. Definet.
Tempus iilud- Em mult. a+t. los.
f
-
Seculnm ventunim, &c. Yide Paul. ad Heb. vi, b.
II Sicut scriptum est.
iiPer quot dies hoc judicium tendatur, incertum eet : sed scriptn-
ram diem ponere solere pro tempore, nemo qui Usa litteras q m v i
negiigenter legerit, ignoiat.- D. Awg. lib. C M . Dei. s. i.
EN G L O R I A Y M A G E B T A D . 168

ADICION.
243. Por lo que acabamos de decir no pretendemos ne-
gar que haya de haber fuego del cielo en la venida miama
del Sefior ; pues así lo ballámos espreso an algunos lugares
de la Escritura, especialmente en el aalmo xcvi. Fuego
irá delante de kl, y abrasará al rededor á sus enenrigos-
Alumbran sus r e l á q a g o s la redondez de la tierra : vi&
los la tierra, y fué c o n m i d a . Los montes como cera se
derritieron 6 la vista del Señor: á la vista del S&
toda la tierra*. Este testo, en especial las Gltimas pala-
bras, parece que suenan 4 un diluvio universal de fuego,
que debe preceder inmediatamente á la venida del Sefior ;
mas es bien advertir lo primero, que estas Gltimas palabras
á la wMta del S&r t o d a la tkrra, que son las que tienen
mas apariencia, no se leen asi en las otras versiones, sino
de toda la tierra: y así tienen otro sentido diverso: no es
teda la tierra la que fluye como cera, & Ia vista y
presencia del Sefior ; sino los moutes son los que fluyen en
presenoia del Seííor de toda la tierra?: dice la parafiasis
caldea. De la presencia del scrmblante del Señor toda la
tierra$ : dice la antiquísima version arábiga. Fuera de
que esta es conocidamente una espresion figurada como la
del aalmo siguiente : Los rios aplaudirán con palmadas :
juntamente los mondes se alegrarán á la vista del Sefíor :
prqw vino á juzgar la tierras : y la del salmo cxiii : O
montes, saltasteis de gozo como carneros ; y vosotros, co-
llados, como corderos de ovejas((.
I p i s ante ipsum precedet, et inflamabit in circuitu inimicos
ejns. Iiiuxerunt fulgura ejns orbi terrae; et commota est terra.
Montes sicut cera fluxetunt B facie Domini : B facie Domini omnis
tema, &c. -Ps.xcvi, 3, 4, et 5.
.f. A presentia Domini dominatoris omnis terre. -Id.
f A conepectu faciei Domini terrz totius.- lb.
Flumina plaudent manu, simul montes exultabunt. A conspec-
tu Domini : quoniam venit judicare tenam.- Pu.xcvii, 5, et 9.
11 Montes exultastis sicut arietes, et colles sicut agni oviutn.-
A. cxiii, 6.
M 2 \
164 LA V E N I D A DEL MESIAS

246. Lo segundo principal que se debe advertir es, que


asi el testo citado, como todo el contesto de este salmo, nos
da-una idea muy agepa de fuego universal. Desde las
primeras palabras empieza, convidando 4 la tierra y 4 ma-
c h islas de ella, 4 que se alegren y regocijen m la noti-
cia del reino proximo del Sefior : El Señor reinó, rego-
, cijese la tierra : alégrense Zus mucha islae +. Esta ale-
. gría es claro que no compete 4 la tierra, ni 4 las islas in-
sensibles, sino solo 4 los vivientes que en ellas habitan;
mas aunque la tierra y las islas fuesen capaces de alegria,
i c6mo podrán alegrarse, esperando por momentos un dilu-
vio de fiiego que les debe hacer fluir como cera? En el
salmo antecedeute acaba de decir, hablando de la venida
del Sefior : Alégrense los cielos, y regocijese la tierra ;
conmuéuase el mar, y su plenitud; se gozarán los campos,
y todas las cosas que ea ellos hay. Entónces se regocija-
rán todos los árboles de l a redvas. A la vista del Señor,
porque vhbo ;porque vino á juzgar la iierra. Juzgará
la redonda de la tierra c m equidad, y los pueblos con 8%
verdadt. Como se compone esta exaltacion de campos
y árboles, solo por la noticia de que van á ser devorados
por el fuego? Todas es,tas reflexiones nos obligan 6 creer,
que no puede ser universal el fuego, de que se habla en
este salmo, que debe preceder á la venida del Sefiort. si-
no que es un fuego particular, enderezado solamente 4 los
enemigos, como sigue inmediatamente diciendo : Fuego irá
delante de él, y abrasará al rededor á sus enemigos§.
247. Esta misma idea se nos da en el libro de k Sabi-
duría, donde hablando de la terribilidad del dia del Sefior
Dominus regnavit, exultet terra : lzetentur insulze multe.
Ps. xcvi, 1,
-
f Lzetentur cceli, et exultet terra, commoveatur mare, et plenitn-
do ejus : Gaudebunt campi, et omnia, quae in eis sunt. Tunc exui-
tabunt omnia ligna sylvarum a facie Domini, quia venit : Quoniam
venit judicare terram. Judicabit orbem terrze in aquitate, et popu-
los in veritate sua. - Ps. xcv, 11, 12, et 13.
$ Ipis ante ipsum pracedet. - Videfol.pr&c.
-
5 lnflammahit in circuitu inimicos ejus. %. xcvi, 3.
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 165
contra los impíos, dice entre otraa c o s a : Y aguzará su
icurorable íra c o m á lanza, y pelear& con 61 todo el uni-
verso contra los insensatos. I r á n derechamente óos tiros
& losrayos, y como de un arco bien enterado de las nu-
&userán arrojados, y resurtirán á lugar cierto'. ;Que
necesidad habiia de esta d h c i o n d e rayos 4 lugar cierto, y
determinadas personas, si el fuego hubiese d e ser comm un
diluvio universal ? E n el salmo xvii se habla de la misma
manera contra los enemigos do Cristo, en el dia de su veni-
da. I c l i n ó los cielos, y descendió ; (y apareció s u glo-
ria) y oscuridad debajo de sw pies. Y subió sobre que-
rubines, y voló ; w l ó sobre álae de viento. Y se ocultó
en las tinieblas, como en un pavellon suyo. Este taber-
&do me parece que no es otra cosa sino sus santos que
vienen con él ; á s u contorno agua tenebrosa en laa nubes
&i aire. P o r el resplandor de su presencia, se dedicie-
ron las rubes en pedrisco, y carbones de fuego ...
Y envió
ars Metas, y los desbarató ; multiplicó relhmpagos, y los
atm6, &c.? Es claro, qae todo este aparato es oontra los
enemigos y nada mas.
248. i Cbmo es posible que sea un diluvio universal de
fuego el que viene con Cristo, b le precede, caando al ve-
niel Sefior en gloria y magostad, se convidan todas las
aves á una grande cena, que Dios les prepara con los cadá-
v e m de todos aquellos enemigos suyos, que murieron oon
la q&, que sale de la boca del que estaba sentado so-
* Acuet autem dursm imm in lanceam, et pugnabit aun illo or-
bu terrarum contra insensatos. Ibunt directb emissiones fulpwm,
ei tmquam h benb curvato arcu nnbium exterminabuntur,et ad cer-
tnm locum i d i e n t . -Lib. Sap. v, 21, et 22.
) Inciinavit celos, et descendit : -(et apparuit gloria ejus) [Pa-
mph. CaM.] et caligo sub pedibus ejus. Et ascendit super cheru-
bu, et volavit : vdavit super pennas ventonun. Et possuit tenebm
MMnm suum, in circuitu ejus tabernaculum qjue : tenebrosa aqua
in nnbibua aens. Prae fulgore in conspectu ejus nubea transierunt
...
grando, et carbones ignis Et misait sagittaa suas, et diseipavit
-
toa : folgura multiplicavit, et conturvaf$ eos. Ps. xvii, 10, 11
12,13, et 15.
166 L A V E N I D A DEL MESIAS.
b r e el caballo*? i Cómo es posible que las aves se rega-
len en efecto con estos cadáveres : Y re h a r t a r o n to&
Eas a v e s de lao carnes de enos-1-; ni que haya quedado ave
alguna en el muodo, d e s p u ~d e un diluvio universal de
fuego? i Cómo es posible que sea este un fuego universal,
cuando par Ezeqaiel se hace el mismo convite, do d o B ha
aves, sino 6 tadaa las bestias @rbceepara la misma cena, que
Dios les prepata ? P u e s tu, kiio del hombre, e s t o dice el
Señor Dios ; dí á todo volátil, y á todas las aves, y á t e
das las 6estias de2 c a m p o ; venid juntos, a p r e s e r á o s y
....,
c o r r e d d e * t b b p u r t e s4 m i vietinwc que yo o s ofrezco
C m r e i s lús c a r n e s de l o s ficertes, y bebereis la sangre
.
de lor prlncipea de la tierra $.. . i Cómo es posible (por
abreviar) que sea este un fnego universal, cirando por
Isaias se dice, que aun despues de aquel terrible pie que
d a d a todavia en la tiemi algunos hombres vivos, aunque
eo muchos§? y mas abajo dice, qae serán tan pocos c m
si algunas pocas aceitunas que q u e h m n , se r d i e -
r o n &,la oliva; y algunos rebuscas, despues de aca-
b a d a la vendimia. Estos l e v a n t a r á n su voz, y d a r á n
a l a b a n z a ; c u a n d o f u e r e e l S e ñ o r glwijcado, alza* la
g r i t e r í a desde e l mar[. Pudiera aquf citar otros lagmes
de la Escritura ,jmas para qué cuando estos han de ir sa-)
liendo en adelante á e e n t e n k y anu B millares ?

Qui occ5i sunt in gladio eedentia super equum, qui procedit de


-
ore ipliius. Ap. xix, 21.
Et omnee aves eaturatm aunt carnibne e o m . lil. ib.
f Tu ergo, fiii hominis, h s c dicit Dominus Dehs : Dio omni v a
lucri, et universis evibua, cunctisque beetiis agri : Convenite, p r o p
rate, concurrite undique ad victimam meam, quaai ego immolo ro-
bi8 ... Carnee fortiom comeditis, et eanguinem principum tem
bibeti8.- Ezeq. xxxix, 17, et 18.
-
Q Et relinquentw homines pauci. Iud. x d ~ 6.,
11 Quomodb si paucae olivae, q u e remanserunt, e%íxtfantur
olea: et racemi, chm fuerit finita vindemia. H i l m b n n t vacsni
suam, atqde laudabunt : &m ~lorificetusfuerit Dominas, himk~t
de mar¡.- Zsai. xxiv, 16, et 14.
PARTE SEGUNDA:

LA OBSERVACION DE ALGUNOS FENOMENOS PARTICULARES

SOBRE LA
-
PROFECIA DE DANIEL, Y VENIPlA DEL ANTICRISTO.

1. HECHOS los preparativos que nos han parecido neee-'


arios, quitados los principales embarazos, y con esto aola-
rado el aire a-ente, parece ya tiempo de em-
5 obse~11umuchos fenámsnos grandes y admirables ; que,
6 se ocriltaban del toda entre las nubes, 6 solo se divisaban
coafneamenb, se empiezan ya B descubrir con claridad, y
se dejan ver con todo esplendor. Solo faltan ojos atentos
6 imparciales, que poniendo aparte toda preocnpacion,
quieran mirarlos y remirarlos con la debida formalidad :
qno quieran detenerse algunos instantes en el examen de
cada uno en particular, en la combinacion de los unos con
los otros, y en la contemplacion de todo el conjunto : esto
es lo que aora deseamos hacer.
2. Para facilitar en gran parte este trabajo, y asegurar-
nos mas un buen suceso, nos ha parecido conveniente, no
solo llevar muy presente nuestro sistema propuesto en el
capitulo cuarto de la primera parte, sino tambien, y en
168 L A VENIDA DEL MESIAS.
primer lugar el sistoma ordinario de los doctores : procu-
rando sacar de él todo el fiuto que e s capaz de dar, y ha-
cerlo servir, aunque sea mal do su grado, al conocimiento
de la verdad. Dos manos nos ha dado Dios : como dos
ojos y dos oidos : es decir, que podemos sin gran trabajo
tomar en ambas manos, ambos sistemas, y hecha la obser-
vacion exacta y fiel de algun fenómeno particular, ver y
oír la esplicacion que da, 6 puede dar el uno de los dos
sistemas, reservando, como es razon y justicia, el otro ojo
y el otro oido para el otro sistema: si despues de vista,
oida y examinada seriamente la esplicacion que da 4 la
cosa propuesta el uno de los sistemas, no se hallare tan
propia, tan clara, tan natural, como la que da el otro sis-
tema; antes por el contrario se halltire violenta, oscura,
embarazosa y tal vez manifiestamente fuera del caso, &c.,
entónces tocará á los jueces justos dar la sentencia defini-
ti&. Este método, como el mas simple de todos, parece
tambien el mas á propósito para el fin Gnico que nos hemos
propuesto, que es el descubrir la verdad y el fruto de la
misma verdad, que 4 todos debe igualmente aprovechar.
No perdamoe mas tiempo, y ompecémos nuestra observa-
ciones.
d
FENOMENO 1.

LA ESTATUA DE CUATRO METALES DEL CAPITULO SEGUNDO


DE DANIEL. PHEPARACION.

PARRAFO 1.
3. Propongo este punto, en primer lugar, por ser una
de las mas ilustres profecías que se hallan en toda la di-
vina Escritura, cuyo perfecto cumplimiento, esceptuando
la última circunstancia, vemos ya con nuestros propios ojos, .
y debieramos mirar con una religiosa admiracion. RRpre-
séntase aquí el Profeta de Dios, debajo de la figura de una
estátna grande y de aspecto terrible, compuesta de cuatro
diferentes metales, cuatro reinos 6 imperios grandes y. cé-
lebres, quo en diversos tiempos habian de aflijir al mhndo
y dominarlo. A cada uuo de ellos se le pone su distintivo
propio g peculiar, para que por él pueda conocerse con
toda certidumbre. Represéntase del mismo modo el fin y
término de todos estos reinos, el cual debe suceder con la
caida de cierta piedra, qne por si misma, sin que nadie la
tire, se ha de desprender de un monte, y volar directa-
tnente Bcia los pies do la estátua ; á cuyo golpe terrible é
imprÓnso, se quebrantan al punto, y se desmenuzan, no
solamente los pies, sobre quiones cae, sino junto con ellos.
todas las otras partes do la estátua, reduciéndose toda elia
B una leve ceniza que desaparece con el viento. En con-
iiecriencia de este gran suceso, la piedra misma que hiri6
la estátua, crece y se hace un monte tan grande, que ocupa
y cubre toda la tierra.
Iü, 6 Rey, v e h , y te pareció como una grande ertá-
tua: aquella erdbtua grande, y de mucha altura estaba
170 LA V E N I D A DEL MESIAS

derecha enfrente de ti, y su vista e r a espantosa. L a ca-


beza de esta estátua e r a ds oro muy puro, mas el p e c h
y los hrazos de plata, y el vientre y los muslos de cobre :
las piernas de hierro, y la una p a r t e de los pies e r a de
hierro, y la o t r a de barro. As6 la veias tG, cuando sin
mano alguna se desgajó del monte una piedra :k hirió &. x
estátua en sus pies de hierro, y de barro, y los desmenuzó.
Entónces fueron asfmismo desmenuzados el hierro, el
barro, el cobre, la plata, y el oro, y reducidos como á
tamo de una e r a de verano, lo que arrebató el viento ; y
no parecieron ~raas;pero la piedra que habia herido la
estátua se hizo un grande monte k hinchió toda Ea
tierra*.
4. La esplicacion que da el Profeta mismo á toda esta
vision, se reduce 6 esto: que los cuatro metales de que la
, estátua se compone, significan cuatro imperios b reinos,
que unos tras de otros han de ir apareciendo en el mundo,
y haciendo en ,151 un gran mido y una gran f i p a . El
~rimero,simbolizado por la cabeza d e oro, lo seíiala con su
propio nombre, diciendo que es aquel mismo que acababa
de fiindar Nabacodonosór con sus prodigiosas y rápidas
conquistas, y de que el mismo Nabnco era actualmente la
cabeza. Los otros tres no los nombra: solo dice, que
el segundo reino será de plata, y por consiguiente menor
que el primero, el tercero de bronce, que mandará sobre
la tierra, y el cuarto de hierro mezclado con greda, &,c.
Tu rex videbae, et ecce quasi statua una grandis : statua
magna, et statura sublimii stabat contra te, et intuitw ejus e&
terribilis. Hujus statuae caput ex auro optimo erat, pectus autem
et brachia de argento, porr6 venter et femora ex aere : Tibiz autem
fe- : pedum quaedam pars erat ferrea, qutedam autem fictili&
Videbas ita, donec absciasua e ~ lapb
t de monte side ifianibne : et
percussit statuam in pedibus ejus ferreis et fictilibas, et c4mminuit
eos. Tunc contrita sunt pariter fermm, teste, m, ar-, et
a m m , et redacte quasi in favillam testivae, quae rapta sunt vento :
nuuusque locua inventus est eis: lapis autem qui percusserat ota-
tuam, factus est mons magnus, et implevit universam terram. Et
re1iqua.- Dan. ii, 31, 32, 33, 34, et 35.
Tú pues eres la cabeza de oro. Y despues de t í se levan-
tar& otro reino menor que t6, de plata: y otro tercet.
reino de cobre, el cual mandará toda Ea tierna. Y el
cuarto reino será como el hierro, &c.# En su lugar irémos
copiando lo que resta del testo de esta gran profeda, con-
forme fuere necesario.
6. En ella tenemos que examinar dos puntos que cree-
mos de una suma importancia. Así nuestro examen debe
ser atento y prolijo, sin dejar pasar por alto la mas
mínima circunstancia. El primero es, la reparticion que
hasta aora se ha hecho de estos cuatro reinos : si ea justa
y conforme al testo y B la historia, 6 no ; si debernos pasar
por ella 6 repugnarla. En suma, debemos conocer estos
reinos célebres, y sefialarlos por sus propios distintivos
sin salir un punto del testo sagrado. Este conocimiento
claro 6 individual nos es absolutamente necesario para
poder observar el segundo punto, y etitenderlo bien. Es
á saber : i qa6 piedra es esta que ha de caer B su tiempo
sobre los pies de la estátua, y convertirla toda en polvo y
ceniza? i Si esta piedra ha caido ya del monte, ó debemoq
todavia esperarla? Por consiguiente, i si ya ba sucedido
en el mundo lo que debe seguirse, despues de que caiga
segun la profecía : esto es, la fundacion de otro reino sobre
toda la tierra incorruptible y eterno ?

SE PROPONE Y EXAMINA LA REPARTICION QUE HASTA AORA


HA CORRIDO DE ESTOS CUATRO REINOS.

PARRAFO 11.
6. La admiracion que siempre me ha caiisado esta repar-
ticion, en que veo que todos convienen, 6 lo menos cuanto
B la sustancia, me ha hecho tambien pensar muchísimas
veces cual puede haber sido la verdadera causa que ha
Tu es ergo caput aureum. Et post te consurget regnum aiiud
minna te argenteum : et regnum tertiurn aliud aereum, quod impe-
rabit uníveraz teme. Et regnum quartum erit velut fernun, &c.-
Dan.ii, 38, 39, et 40.
obligado 4 los doctores 4 unirse en este parecer, no obrt-
tante que lo repugna tanto, no solo la Escritura divina,
sino tambien la historia y la espenencia misma. Os diré,
amigo, simplemente lo que se me ofrece : tal vez lo toma..
rás á mal, mas i quikn podrá detener la palabra una vez
concebida * ? La causa en sustancia, y guardada toda
aquella proporoion que se debe guardar en la semejanza,
me parece la misma que tuvo Herodes para degollar 4 los
inocentes : quiero decir, el miedo y pavor del reino d e
Cristo. Este reino con todas las circunstancias tan claras
y tan individuales, que sefiala esta profecía, y que se halla
en millares de otras, como irémos observando, este reino,
digo, no lo pueden suliir en su sistema: los turba, los
asusta, y tal vez los hace entrar en cierta especie de furor,
el cual, aunque religioso y santo, no por eso deja de oca-
sionar la muerte 4 muchos inocentes: esto es, 4 tantos
lugares de la escritura, á quienes se quita con tan mani-
fiesta violencia su sentido propio y literal, con que solo
pueden vivir.
- 7. Este reino, vuelvo ti decir, repugna temblemeate 4
todas sus ideas. No es posible admitirlo sino en sentido
metafórico, 6 piiramente espiritual. Aun mi es necesario
llegar 4 algunos malos pasos, y ver el modo ó de pasarlos,
6 de evitarlos ; lo cual tambien repugna á las mismas ideas,
tómese el partido que se tomare. Por ejemplo: el tiempo
en que debe comenzar el último reino, que segun espresa
la profecía, debe ser cuando la estatua caiga al golpe de
la piedra, y se reduzca toda 4 polvo y ceniza : y esto tam-
poco se puede componer, ni aun en sentido espiritual, con
las ideas ordinarias. i Qué se hará pues, para poder salir de
un embarazo tan temble? No se ha hallado otro espedi-
ente, por mas que se ha buscado por los mayores ingenios,
que invertir un poco el órden de los cuatro reinos figurados
en la estatua, repartirlos de modo que no hagan mucho
dafío: olvidar del todo, como si no se viesen, algunas cir-
* Forsitan molest6 accipies, j sed conceptum aermonem tenere
-
quis potent ? Job. iv, 2.
cunstancias bien notables, y con esto u preparando insensi-
blemente el camino para colocar el quinto reino, donde
pareciere menos inc6mod0, y para espiritualizarlo del todo.
Pienso. que apenas ehtendereis lo que acabo de decir;
mas m tardaré. mucho en esplicarme.
8. Otra cosa quisiera deciros en el asunto, muy seme-
jante á un enigma. Paréceme, que nuestros doctores han
contado los cuatro reinos que figura la estátua, en esta for-
ma : pnmero, cuarto, tercero, segundo. Esplicome : en el
primer reino no hay dificultad ni tampoco interes de con-
sideracion : claramente lo sefiala el Profeta, y es el Gnico
que señala por su propio nombre, diciendo, que es aquel
reino celeberrimo fundado por Nabucodonosor, y de
quien 61 mismo era actualmente la cabeza : t ú pues eres la
cabeza de oro. Conocido este primer reino, antes de cono-
cer perfectamente los do3 siguientes, parece que les arre-
batb toda la atencion lo que se dice del cuarto, figurándose
que era, sin duda aIguna, el imperio romano, así por tal
cual seña equivoca que pudieron acomodarle, como por la
persnacion en que estaban (falsa á la verdad) de que el im-
peno romano habia de durar hasta el fin del mundo. Cre-
yendo pues buenamente que ya tienen conocidos dos reinos,
esto es, el pnmero y el cuarto, faltaba conocer los dos in-
termedios ; mas como entre el imperio romano, y el que
fundó Nabuco, no se hallaba otro claro y cierto que el
de los Griegos, pareció un bueu espediente dividir e1 pri-
mero por dos partes bien desiguales, llamando la parte me-
nor del reino de los Babilonios 6 Caldeos, y 4 la otra mayor
el reino de los Persas. Así se empezó á hacer en el siglo
de Teodosio el grande, cuando el imperio romano estaba en
tanta grandeza y esplendor, que parecia incorruptible y
eterno, y así ha corrido hasta nuestros tiempos por las razo-
nes que luego verémos: con lo cual sale bien la cuenta
enigmática : uno, cuatro, tres, dos.
9. Considerémos aora brevemente el órden de estos -
cuatro reinos como se halla en los doctores, mas sin perder
de vista el testo de la profecia. El primer reino, dicen, e s
174 L A V E N I D A D E L MESIAS
el de los Babilonios 6 Caldeos, cuyo fundador fué Nabuco
á quien succedilb su hijo Evilmerodac, y 4 este Baitasar,
en quien el reino tuvo h. Lo mas comun es confundir 4
Evilmerodac con Baltasar, haciendo de los dos una sola
persona, y en caso que esto sea verdad, que parece muy
lejos de serlo, solo hubo dos reyes, padre é híjo en el
primer reino. i Que reino tan corto ! i Parece que debia
durar mucho mas siendo de oro, y oro óptimo ! La cabeza
(dice el testo) era de oro muy puro. A m pregunto yo :
2 este primer reino 4 quien llaman de los Babilonios 6 Cal-
deos se limitó solamente 4 la Caldea? Es evidente que no ;
en la Caldea estaba la córte del reino, que era la gran
ciudad de Babilonia; mas su dominacion se estendia á
todos cuantos reinos particulares, principados y seííoríos
Babia entónces en d Asia, entrando en este número todo el
Egipto. Sin recurrir 4 la historia profana, la misma
Escritura divina nos lo dice claramente en profecía, y en
historia. Todos los pueblos de la Síria, Mesopotamia,
Palestina, Tiro, Egipto, las Arabias, h.,eran conquistados
por Nabuco ; la Media y la Persia, aunque tuviesen sus
príncipes particulares é inmediatos, mas todas reconocian
al gran rey de Babilonia por príncipe supremo, y como B
tal le obedecian y tributaban vasallaje. Los cautivos que
sacó este principe de Jerusalen y Judea, no solo fueron
conducidos á Babilonia y 4 otras ciudades de Caldea, sino
tambien 4 la Media y 4 la Persia, como 4 provincias del
imperio. De los que fueron á la Media nos habla todo el
libro de Estér (si acaso es cierto que Asuero era rey de
Media). De los que fueron h Persia nos dice dos palabras
el libro segundo de los Macabeos : Cuando nuestros%pa-
dres (son sus palabras) fueron llevados á la Persia
Todas estas noticias nos servirán bien presto. Pasémos
adelante.
10. El segundo reino, figurado en el pecho y brazos de
plata de la estátua, dicen que fuh el de los Persas, los
cuales unidos con los Medos, bajo las dos cabezas de Dario
Medo y Ciro Persa, conquistaron á Babilonia, y hechos
EN G L O R I A Y MAOESTAD. 175
duefios del imperio se coronaron uno despues de otro en la
miama ciudad de Babilonia. No se detienen mucho en
una gran dificultad que luego salta 4 los ojos, es 4 saber,
que este nuevo reino (que llaman de los Persas, para distin-
guirlo del de los Caldeos) 6 crecib y se hizo mucho mayor
por ta agregacion de los Bíedos y Persas, 6 á 10 menoa
q d 6 trrn grande como estaba, si esta agregacion ,no se
hizo entónces, sino que ya estaba hecha en tiempo de
Naboco ; y no obstante la profecla dice, que el segundo
reino será menor que el primero : y ckspues de ti se levan-
tará otro ... menor que tu, de plata. A esta gran di6-
culfad responden en breve diciendo : que el .verdadero
sentido de estas palabras es, que el segundo reino será
menor, no en estension, ni en geóte, sino en valor y gloria
militar. Y como si esto mismo, aun prescindiendo de la
suma violencia de este sentido, no se pudiese revocar en
duda, y convencer de falso; pasan adelante con gran satia-
faccion: tanto, que un intérprete de los mas clásicos se
pone de propósito tí probar con grande aparato de erudicion,
que la Persia fué antiguamente muy rica en minas de
plata, y por eso es aquí simbolizada por este metal. Y la
Caldea que no tenia minas de oro, ¿por qué se simboliza
por el oro ?
11. E l tercer reino, figurado en el vientre y muslos de
bronce de la estátua, quieren que sea el de los Griegos,
fundado por Alejandro. i Mas como? i Al remo de los
Griegos conocidamente el menor de todos, le competa el
distintivo particular que sefiala el Profeta al tercer
reino, esto es, que mandará sobre toda la tierra * ? Direb
necesariamente que si, haciendome observar por todo fun-
damento aquellas palabras de la Escritura que hablando de
Alejandro dice : ea116 la tierra delante de kl; mas lo
primero : estas palabras hablan de Alejandro, no del reino
de los Griegos ; ni de Alejandro se puede decir con pro-
piedad que fundó el reino de los Griegos, sino que destru-
pb el de los Persas. Lo segundo : estas palabras de la
Quod imperabit universse terrse ? -Dan. ii, 39.
176 L A VENIDA DEL MESIAS

Escritura no dicen que Alejandro imperó sobre toda la


tierra, sino que la tierra cal16 en su presencia: espresion
vivísima para esplicar el terror y espanto que causó Ale-
jandro en toda la tierra comprendida en el imperio d e los
Persas, por donde anduvo como un rayo, arruinándolo todo,
sin que nadie le resistiese. En adelante examinarémos
mas de propósito el distintivo particular del tercer reino d e
bronce, y se lo darémoe á quien alegare mejor derecho.
3.2. Finalmente, el cuarto reino de hierro mezdado con
greda, dicen, que no puede ser otro que el imperio roma-
no : del cual se verifica propiamente lo que dice la profe-
cía del reino cuarto : Y el cuarto reino será como el hier-
ro. A l modo que el hierro desmenuza, y doma todaa las
cosas, asi desmenuzará, y quebrantará á todos estos*.
Hasta aqui no habia dificultad : la semejanza se podia muy
bien acomodar al imperio romano, si el testo de ln profecía
se acabase aquí : si no diese otras seiíales y distintivos pro-
pios del cuarto reino, que no pueden competer al imperio
romano. Lo que se sigue del testo sagrado, es el gran tra-
b8jo ; y esta es sin duda la verdadera causa de variar tan-
to los doctores en la esplicacion, 6 acomodacion de es-
cosas al imperio romano, como que la dificultad es grande,
y necesita de discurso é ingenio. Ved aquí el testo todo
entero, pues luego hemos de volver á él.
Y el cuarto reino será como el hierro. A l modo que - eZ
hierro desmenuza, y doma todas las cosas, asi desmenu-
zará, y quebrantará á todos estos. Y lo que viste de los
pies y de los dedos u?ha p a r t e de barro de alfarero, y o t r a
parte de hierro : el reino será dividido, el cual no obstan-
te tendrá origen de vena de hierro, segun lo que has visto
de hierro mezclado con tiesto de barro. Y los dedos d e
los pies en parte de hierro, y en p a r t e de barro cocido :
en parte el reino será firme, y en parte quebradizo. Y e l
haber visto el hierro mezclado con el tiesto de barro, se
* Et regnum quartum erit velut ferrum. Quomodb ferrum com-
-
minuit, ,et domat omnia, sic comminuet, et conteret omnia hzec.
Dan. ii, 40.
EN G L O R I A Y M A G E S T A D . 177
mezclarán por medio de parentelas, mas no se unirán el
uno con el otro, asá como,el hierro LO se p e d e ligar con
el tiesto. Mas en los dias de aquellos reinos el Dios del
cielo levantará un reino, que no será jamáp destruido, y
este reino no paaará á otro pueblo ; sino que quebranta-
rá y acabará todos estos rekos ;y dl mismo subsistirá
para siempre. Segun lo que viste, que del monte se des-
gBjó sin mano una piedra, y desmenuzó el tiesto, y el
hierro, y el cobre, y la plata, y el oro, el grande Dios
nostró al rey as cosas que han de venir despues. Y el
d i o es verdadero, y su interpretacion$el*.

SE PROPONE OTRO ORDEN Y OTRA ESPLICACION DE ESTOS


CUATRO REINOS. I

PARRAW 111.
13. A u n q u e el órden que voy á proponer, y la esplicacion
que voy a dar, m e parece justa en todas sus partes, como
enteramente conforme con la profecia, y con la historia, to-
davia, p o r q u e n o tengo razon alguna p a r a fiarme d e mi
dictámen, l o sujeto de b u e n a fe á cualquier exámen, p o r
rígido q u e sea, con tal q u e n o p a s e de aquellos I í t e s jus-
tos que prescribe la verdadera crítica. E s t o mismo protes-

Et regnum quartum erit velut ferrum. Quomodb ferrum com-


minuit, et domat omnia, sic couiminuet, et conteret omnia hec.
Por16 quia viditi pediim et digitomm partem test= figuli, et partem
ferream : regnum divisum erit, quod tomen de plantario ferri orie-
tar, secundhm quod vidisti ferrum mistum test= ex luto. Et di&
toe pedum ex parte ferreos, et ex parte fictiles : ex parte regnum
erit solidum, et ex parte contritum. Quod autem vidisti ferrum
misturn test= ex luto, commiscebuntur quidem humano semine, sed
non adhzrehunt sibi, sicut ferrum misceri non potert testa. In die-
bus autem regnomm iiiorum suscitabit Deus cceli regnum, quod in
zteraum non dissipabitur, et regnum ejus alteri populo non trade-
tni : comrni-et autem, et eonsumet universa regna h z c : et ipsum
atabit in Etemum Secundum quod vidisti, quod de monte abciesy
est lapis sine manibua, et comminuit testam, et ferniui, et.ee, et ar-
gentum, et aurum. Deus m a p i i a ostendit regi quze ventura sunt
postra. Et verum est somnium, et fidelis interpretatio ejue.- Dan.
i, h 40 uaque ad 45.
TOMO 1. N
178 L A V B N I D A D E L MKSIAS

h~ y d'ew qwe ae tenga por dicho, respecto de todos, y de


W a ano: de lee puntos qne .he tratado y pienso tratar eii
toda esta obra. Lo cual snpuerrto y no olvidado, entr6-
ibbos %k materia.

> * t PRIMER REIñO.


14. El primer reiho figurado por la cabeza de oro de lir
dtstua, fue sin controversia el-de los Caldeos, 6 Babilonhs,
de quien Nabuco que lo habia fbndado con sus prodigíosab
y rápida conquistas, era actualmente la cabeza 6 el rey. Eg
evidente, no solo por la Escritu,ra $anta, sino tambien póir la
bistoria profana, que el rey Nabuco no habia conquistado ni
fundado el reino particular de Babilonia, 6 Caldea: este
reino particular lo habia heredado de sus padres, y contaba
tantos años ó siglos de antigüedad, cuantos habian pasado
hasta entónces desde Nemrót, que fué su fundador, y su
primer soberano, como se dice en el capitulo x verso 1Ó del
G6nesis ; no fué este, pues, el reino de que habla laprofe-
oia, no es el figurado por la cabeza de oro de la estátua, ni
le pueden competer á este reino particular las cosas q&
aquí se diwn del primero. i Cual es, pues, este reino pri-
meks? E s el que fundó con sus armas siempre v i c b
riosas el mismo Nabuco, sujetando en poco tiempo t i su d+
minacion todos cuantos reinos y sefiorios particulares se co-
nbcian en aquel tiempo en todo el oriente. Por esta r m n
lo llama 61 mismo Profeta rey de reyesx. Lo cual con-
cuerda perfectamente con lo que dice el Sefior por Jere-
mlas : que todas las gentes, pueblos y naciones (se entien-
de del oriente, pues estas acaba de nombrar) se las h a k
dado él mismo ii Nabucodonosór. Yo he puesto ... toda
estas tierras en mano de Nabucodonosór, rey de Babilo-
nia nbi siervo : además le he dado tanbbien las bestias del
campo, p a r a que le sirvan. Y Ls servirán todas lar n*
&nes á kl, y á su hijo, y al heo d6 nc hijo :hasta que v a -
ga'el t @ n p de su tierra y de Qlmismo ;y le servirán m%-
naciones, y reyes grandes. Mas la gente y el reino que
.. ,

Tu rex regum es.- Dan. ii, 37.


EN GLORIA Y MAGRSTAD. 299
$

si9.lliet-e 6 Nabucodonos6r rey de hbidonia, y cualquid-


raqke M) encorvare SU cuello bajo e l yaigo del rey de M -
h i e : visitar6 aqael pmbto, &e el Saíior, con cuoMZo,
g & i h d m , 9 can peste :hasta que yo las conrurrra #ir
sa M&*. %te S& b a r de la Escritura pareoe que
h t a , sin recurrir d la historia, para ver daramente d pri-
mer mino <le oro eon toda sn es-hsion.
1i6. Dei mismo modo p m e evidente pss LB Escritum'y
por la historia, que este reino 6 imperio, f d a d o por N+
bnoo, ni se destruyó, ni se mudb, ni se alteró en cosa al-
guna sustancial, cuando Dario M& y Ciro Persa s a c e
dieron el yugo de Baltasar, hijo 6 nieto del mismo N h o o ,
y se apoderaron de la capital del imperio. L a única wve-
dad que hubo entónoes fue mudar el mismo imperio de ca-
besa 6 d e rey, sentándose en aquel trono Dario Medo en
lugar de Baltasar Caldeo. Espresamente lo dice así Da-
niel, testigo ocular, al h del capítulo v. Aquelh &m
noche mataron á Baltasar rey caldeo. Y Dario, qua
eru Medo, Is sucedió en el reino? : que es lo mismo que
ai dij6ramosJ murib Carloa 11, rey de Eepaña, da la saca
de Austria j y Felipe V francés, de la casa de Borbm, ie
w c d á km n ieireine: i En gu6 reino ? N o eu atro siac~~en
dmiisnno rejrio d e Espeúa: ded~sato,que ad oama fCe+
sentándose aa el trono de Espafia no h n d 6 &o seinb
OUOVO, sino que imperó sebreiel mismo de su antecssor, .d
%o Mado, mntendose e n el reino de Babilonia no hieo
etraeoaa que imperersdne el reino, s o b ~ eel.cualkperaba
' f l ,
Ego dedi omnes terras istas in manu Nabuchodonosor regis Ba-
bylonie servi mei : insuper et bestias agri dedi ei, uf serviant illi.
Et aervient ei omnen gentes, et 81io ejus, et filio fili ejus : dohiic-
reniat tempus tema, ejus, et ipsius : et sedent ei gen- miiltae; bt
ngei magni. Gene autem et regnom, quod non swierit Nibpcbo.
donoeor regi Babylonis, et quicumquenon curvaverit cuiium suum
oob jugo regis Babyloniii : in gladio, et in fame, et in peate ditsbo
anper gentem iliam, ait Domiaun, donw consumam eoe 21 maari
-
6 ~ Jm. . xxyii, 6, 7, et 8.
t W e m nocte interfectua est Baltasaar rex Wdmus. Et BE-
rba Medus succwxiit in regnum. - Dan. v, 30, et 3 1.
N 2
Ira :LA V E N I D A DEL MESIAY

Baltaaar. E1 naisms Daniel lo vuelve á decir en eatos


precisos términos al principio del capitulo ix : En el año
primero de Dario, hvo de Asuero, de la estirpe de los
Medos, qw tuvo el mando en el reino da los Caldeos*.
Y oemo Ciro Persa y todos sus sucesores hasta Dario.
Comano, no imperaron sobre otro reino que sobre 'el que
les dejó Dario Medo, sucesor inmediato de Baltasar, se
sigue lejitimamente que hasta Dario Comano, vencido
por Alejandro, dur6 el primer reino de oro que M 6
Nabaoo : llámese este reino de Caldeos, 6 de Medos,
6 dePereae, importa poquísimo 6 nada, pues los nombrea
no mudan las cosas.
16. Demás de esto es cosa cierta que ni Dario, ni
Ciro su nieto, ni algun otro de sus sucesores destruyeron
B Babilonia, antes en ella misma se sentaron como en la
capital del imperio, y Babilonia fa6 por mucho tiem-
po la córte de muchos reyes descendientes de Ciro, los
anales se llamaban indiferentementereyes de Media y Per-
sia, y támbien reyea de Babilonia. El &o 82 de Arta-
jejes, cerca de cien afios despuea de Ciro, el sacerdote
Neemias que era en cepero y favorito, no lo llama sino
oon el nombre de rey de Babilonia. Bsi dice: Mpld & to-
dar a t a s cosas yo no nre halid en Jerusalén, porque el año
treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, fui ápre-
m t a r m e al reyt. Andando el tiempo, parece que la
&te se pasó á otras partes, segun la voluntad de sus re-
yes ; mas el reino 6 imperio quedó siempre el mismo, sin
novedad alguna, hasta Alejandro. Ni en el gobierno, ni
en las leyes, ni en las costumbres, ni en la religion, nos
consta que hubiese mudanza de consíderacion. Dario
dejó la Medía, y se paaó á Babilonia. Sigui6 allí mismb
Ciro, Cambises, Artajerjea, &e. Despues de algunos
In anno primo Dani íiiii Aaeueri de eemine Medorum, qui im-
penvit super regnum -
Chaldaeonim. Dan. ix, l.
t In omnibua autem hie non fui in Jemdem, quia anno trigc-
eimo secundo Artaxerxis regia Babylonb veni ad regem &c. -
2 Eadr. xiii, 6.
EN G L O R I A Y MAGBBTAD. 181
permaneció el nombre de Persia 6 imperio de los PeiSae,
porque la c6rt.e se habia pasado mas de asiento 4 la
provincia particular que se llamaba Persia, la cual
en aquel tiempo era mucho menor del que despues
se ha 'llamado con este nombre. No tenemos, puea,
razon alguna para dividir el reino de los P e r m del d e
los Caldeos 6 Babiionios, porque es evidentemente el
mismo reino de oro, fundado por Nabuco, que con el
tiempo mudó de nombre, y nada mas. Sobre todo (y
esta es una circunstancia que no debemos disimular) el
reino de los Persas que quieren que empiece desde Ciro,
jamas fue menor, sino igual 6 mayor que el de los Caldeo6
fundado por Nabuco, luego no puede ser el segundo reH
no figurado en la esthtua, pnes espresamente dice la pm-
fecia, que será menor que el primero, y q u i d taoto menor;
cunnto lo es la plata respecto del oro. Y d e s p w de tí re
leoantará otro reino menor que tú, de plata*.

SEGUNDO REINO.

PARRAFO IV.
17. El segundo reino figurado el pecho y b m o s d e
plata de la estátua decimos que no puede ser otro, que el
de los Griegos: así por el distintivo particular que
pone el Profeta al segundo reino, de ser menor que el pri-
mero, como por su misma constitucion: es decir, por com-
ponerse todo de pecho y brazos. En el pecho podemoe
considerar el reino principal de los Griegos, que despues m
Uam6 de Siria, y en los brazos las dos ramas que se esten-
dieron de los mismos Griegos, una hasta la Macedonia en
Zuropa, y otra hasta Egipto en Africa, donde fundaron dos
reinos particdarea del todo independientes. Este reino,
pnes, 6 este imperio oélebfe de los Griegos no lo podemoe
mirar como ya formado en los dias de Alejjlndro: este no
hizo otra cosa que destruir, no edificar. Apenas podemos
Et post te consurget regnum alind minw te srgenteum.-
Dan. u, 39.
181 L A VENIDA DEL M E S I A S
decir con alguna propiedad, que abrib las zanjas, y pnm
una fi otra p i e h para que sobre ella se levantase de+
pues el ediüaio. 1

18. En esto trabajó diez 6 doce afíos andando por el


A& como un rayo, 6 mejor dirémoa como un loco fnrio-
so, matando gen& por todas parte8 : robando y deetmyem-
do ciudades, que ea nada le haGan ofendido, casi sin ais-
tema 6 deaignio f m a d o : tanto9 que al morir dividib b-
das aiis conquistas en tsptas partes, cnantos eran sus capi-
tanea mes favaritoa, los males despnea de eu muerte in-
tentaron todos llamarse reyea y se coronaron como tales :
y.rsparti6 entre ello8 ru reino. cuando estaba aun en vi-
da. Y cortedanos ocuparon el reino, cada cual m
su lugar: y Lapues de su mwrte se cifisron la corona*.
Es verdad que eata division 6 testamento de Alejandro no
tuvo efeoto, ni era posible que lo tuviese en aquellas cir-
cunstancias. A pocos dias comenzó IQ discordia, y la guer-
ra viva entre los nuevos reyes ; y habiendose quebrado las
cabezas junto con las coronas, se redujo todo á solos cna-
tro pretendientes que fueron Antígono, Seleuco, Ptolomeo,
y Casandro. Este Gltimo vino 4 Macedonia, donde ape-
nas hizo una triste figura. Ptolomeo se hizo fuerta e n
Egipto donde Alejandro lo habia dejado de gobernador.
Antígono y Seleuco vinieron B las manos y disputaron
largo tiempo sobre el pecho de la estátna, hasta que S 4
buco por muerte de su competidor quedó d u d o absoluto de
la principal parte del reino ó imperio que acababa de des-
knir: digo de la parte principal, y no del todo, porque es
eertísimo que no todo lo que comprendia el imperio de los
Persas quedb sujeto Q la dominacion de Seleuco. Muchas
ciudades así de Persia, como de Media, no lo reconociemn
por ~oberano. En el Asia menor se levantaron otros reyes
que al fin se hicieron independientes, y todo el Egipto qaedó
enteramente libre debajo de otra cabeza particular. De
Et divisit illis regnum suum, cum adhuc viveret. Et obtinue-
runt pueri ejw regnum, unusquisque in loco uuo : Et imposironuit
-
omnee sibi diademata. Mach. i, 7, 9, et 10.
este suerte m verfficb plenamente el diatiqtivq q\ie @&al@
d Profeta al eegundo reipo, diciendo, qye wrla penar que
el p & m , a m o lo es la plaQ r e s m t o del oro : s p o r
qaid ttí, d4 plata.
19. Este reipo O iwperio que erqperb 9~ $elwcq, es
propianiante el reino dg los G~iegos,abeolutaqiegte diver-
so del pr&ro en estension, ea gente, en riquew, ep le-
ya,en costumbres, en dioses, y ano en 14 I ~ n g ~miep38
h
que en toda el 46% como el Egipt~, se. ~mwq4h,gp 4
hacer canun la de los nuevos dominaptes,

TERCBR REINO.

PARRAFO V,
20. El teroer reino 6 imperio célebre, figurado en e l
vientre y muslos de bronce de la estátua, es evidentemente
el romano. La circunstancia 6 distmtivo particuiar
el cual mandará á toda la tierra, no solo es notablemea&%
agravante, sino que lo hace mudar de especie, y casi lo s e
fiala por su propio nombre. i De qué otro imperio se puede
decir con verdad que dominó sobre toda la tierra conocida,
aino del romano? Considerad este imperio en tiempo de
Augusto, 6 de Trajano, 6 d e Constantino, 6 de Teodosio :
lo vereis tan p d e , y de una tan vasta capacidad, que en-
cierra dentro de su vientre todos cuantos reinos, principa-
do8 y potgstades se conocian entbnces en el mundo viejo,
esto es en Asia, Africa y Europa, sin quedar libres aun
bis islas del mar. Considerad el metal mismo que lo figu-
ra, que es el bronce, no solo duro y fortisimo, sino tam-
bim sonoro : porque no solo sujetb tantos y tan diversos
pueblos con la dureza y fuerza de sus armas, sino tam-
bien qnizh mucho mas con el sonido y éco de su nom-
bre. El Profeta dice del tercer reino, que será de bronce
haata los musl~s: el vientre y los muslos de cobre : otro
distintivo claro del imperio romano que tantos tiempos es-
tuvo dividido en imper'io de oriente y occidente.
21. Llegando aquí, seíior, paréceme que os veo sou
184 L A V E N I D A DEL MESIAS I

prendido no poco con esta novedad. Siendo esto ad, m e


replicais i donde está el cuarto reino de la profecía ? Si
el imperio romano es el reahpente figurado en el vientre y
muslos de bronce de la esthtua, j cuU p d r 4 ser el reino
ó imperio de hierro, figurado en las piemae, pies y dedos
de la misma estátua? A esta pregunta, yo w respondo en
primer lugar con otra pregunta, que tal vez os c a d
mayor admiracion. Deci'dme, sefior, con formalidad :
i cu4l es vuestro sentimiento en 6rden al imperio romano?
Mas claro : j el imperio romano donde está ? i S e ha sp-
bido acaso 4 la luna, 6 4 los espacio^ imaginarios? Lo que
aora se llama b lo que es en realidad un imperio en Ale-
mania, este es propiamente el imperio romano. Este, de-
cis, es una reliquia del imperio romano, la cual despues de
destruido todo, se ha conservado, ya en Constantinopla, ya

-
en Francia, ya en Alemania, hasta nuestros tiempos.
Bien : j y 4 una reliquia, y reliquia tan pequefia, le que-
reis dar el nombre tan grande y tan sonoro, como de ver-
dadero imperio romano ? Esta reliquia ¿ quereie que
todavia uno de los cuatro reinos célebres de que habla la
profeoía? Mirad, amigo, no os equivoqueis.
22. De este modo debereis decir, que todavia dura y
persevera hasta nuestros dias el imperio célebre de los Ba-
bilonios y Persas, sefialando como con la mano aquella
gran reliquia en que domina el Sofi, y que se llama reino
de Persia. De este modo debereis decir, que persevera
hasta nuestros dias el imperio célebre de los Griegos, se-
ííalando otra reliquia mucho mayor en que d o h a el gran
Sefíor de,Constantiuopla ; mas estas reliquias no son, amigo
mio, los reinos 6 imperios célebres de que habla la pro-
fecía. Estos imperios celebres se acabaron ya; si queda
alguna reliquia, esa reliquia no es imperio, ni merece con
alguna propiedad este nombre. Si quereis, no obstante,
dar el nombre de imperio romano 4 esa reliquia que queda
en Alemania, yo no contradigo, antes me conformo con el
uso comun ; mas no por eso dejo de conocer que para el
asunto de que hablamos, es este un uombre ó titulo in-
formarse desde el quipto siglo de la =a erlstiaaei, c o n b
*ttp9i~q qup rlaman de los bárbaros, loa oualea c p m ,m
tprrep* iypetuwo y' universal, inwHlr\rm, g tumbrwon
t&as las provincias del imperio romado: 6, tig&md~,la
eeairijpqq dp que usa la profecia, aai Gamo 4 hiem,dmu
y q4raak hdas 1- o o w por duras que san, asi esta
mqwtud iqnupoerable de gentes unas por el nr;en@, ataso
el wcidente, oasi nada dejaron que no quekrsntaq
domasep, y desplsnuwsn : Y el cuarto reino earb amo
el hierro. Al qus e8 hierro d ~ s m m w ay dZQicr
tabas las cioaao, w fd e r m w r l i , y qWa.ni&rá Q tm-4~
aetqe*. &te w el primer dietktiva. Es e a a m d
weei de este destrozo ccaei univmd, estPs miamos gent~
se dividigron eqfre st tpdo -el tems, y formaroa etitne
todau un reino 6 imperio del todo nueva, diferentíih Ba
los otros tres. i Cual es este ? Es el mismo que =M-
mente vemos, y que hemos visto muohos siglos ha. Y
este es el segundo distintivo. El reino rec& dividido.
WIi reino será dividido : nn reino de muchas cabe=: un '
teiao compiresto de muchos reinos particulares, todos inde-
pendientes : un reino onpas partes confinan entre sí, como
lo8 dedos en los pies : comercian entre si, se camunicaa,
se ayudan mútuamente ; pero jamas se unen de un moda
que formen una misma masa. l$ una palabra: afas
partes componen up todo, y al mismo tiempo conser-
van escrupirlosamente su division, y su total indepen-
dencia.
25. Los tres primeroa reinos de la esktua, aunque c m -
pqpstos de diferentes partes, b de diferentes prwblos y na-
ciones, todas elias se reirnisin bajo una sola cabeza, 6 Si
b moral, á quien reconocian, y á cuyas brdenes se movian.
El reino cuarto no es asi. Se compone, es verdad, de
mvcbss partes diversas entre sí, de muchos reinos, repú-
blicas, principados y sefiorios ; pero cada anal es aparte :
es una pieza, que se mueve por si misma con movimiento
Et regnum quartum eet velut ferrum. Quomodo ferrum com-
minuit, et domst omnia, sic comminuet, et conteret omnia haec.-
Dan. ii, 40.
EN GLORIA Y MAOESTAD. 18?
'
pailtionler : es absoluta é independiente : reComm su ea-
beza propia y peculiar. No obstante esta diviaion, no oba-
tante este movimiento particular de cada una, todas. ellas
ama rennea al fin, casi sin advertirlo, 6 á lo menos sin poder
weútlllo, en nnos mismo$ prinmpios, en unos mismos m-
tereaes, en unas mismas leyes generalea, neceaariae pana
la conservacion de todo el compuesto, y de tsdas y d a
mrs & las parta que lo componen. Estas principiar y
leyes general- ile reduoen ti una sola palabra, que todo
le aomprende, y todo lo es+ con suma propiedad 3 s9-
to es, el equilibrio propieirno, y n m e d i o para que,las
partes no ee destruyan, antes ae sostengan mutnamente por
e l k b r m g e d de t o d a ; y ad se conserva indemne to-
ab el compuesto en La misma divieian 6 independencia de
aae partas. Sin esto pudiera con razon temerse, que algu-
na de las partea oon la agregacion de otras se hiciese tan
gpande, que dominase sobre todm, y ya teniamoa en este
~afo otm mino 6 imperio,' semejwte á los tres primtwos,
el onelfalsific8ra ciertamente la profecía. Mas m hay que
temerlo: la profecfa se cumplirá infaliblemente; porque
W o s ba bablado: y las partes mismas que compoaen eete
toQo tiiugnlar, tendrán buen cuidado, como hasta aora lo
te~idn, de mantener su independencia, y conqervarse
divjdidao. EiI reirao rerá dividido.
26. D b e maa el Profeta de Dios, y este es el tercer
distintivo, que este cuarto reino, aunque nacido, de venq
& Aierro: de aquel hierro fortisimo que á fuerza de gol-
pes reiterados babia hecho vomitar á la estátua, todo cuaqto
B&ia devorado, y encerraba en su vientre : aunque su ori?
gep y raiz f w e el hierro mismo ; no por eso seria s61i-
do y duro wpio el hierro, sino parte sblido, y pgr@ que;
kmbe. Esto significa, dice él mismo, estar mepclado el
bietro con la greda en los dedos d s los pies : Y los de&
& loo pies en parte de hierro, y en parte de barro co-
d o i. en parte e l reino será jrme, y en parte quebradi-
m. i Y qué otra oosa nos ha mostrado hasta aora lo ea-
p r b c i a ? En la a g h i o n y movimiento de todas las par-
180 L A V E N I D A DEL MBSIAS
tes de este reino, en el choque casi continuo de utw oon
otras : en los golpes teniblea que se han dado entre sí,
ninguna otra cosa ha sucedido, eino que lo que era de
hierro, ha quedado sólido y d q ; y lo que era de greda,
ha padecido necesariamente algunas quiebras, uniéndoee
despues, ya con una, ya con otra, segun la mayor 6 me-
fuema de la parte chocante.
27. Mas las partes sólidas, 6 loa reinan particalares,
lejos de nniree entre si, despues de los golpes que se ium
dado, por eso mismo se han endurecido y consolidado mas,
y han quedado mas divididos .y mas independientes. i Que
guerras tan sangrientasy tan obstinadas ! i Qu6 batailas por
mar y por tierrá ! i Qub máquinas ! i Qu6 invenciones1
i Qué preparativos ! i Qué gatos ! Parecia muchaa v e e a
que las partes del reino se iban 4 destniir infaiiblemeote.
Parecia que alguna 6 algunas de ellas crecerian notable-
mente, convirtiendo 4 las otraa en su propia sustancia; mas
el efecto mostraba bien preato la verdad de la profecía;
El reino serh dividido, & parte$-, y en parte q & ~
dizo.
28. Finalmente, concluye el profeta eefialando el hl-
timo distintivo : estm partes 6 reinos particulares, que com-
ponen el cuarto reino 6 imperio célebre, se unirán muchas
veces entre si con aquella especie de union, que parece
la mas'estrecha é indisoluble, cual es el matrimonio ; mas
no por eso dejarán de quedar tan divididas, como estaban
antes. Se mezclarán por medio de parentelas, t ~ a sno re
unirán el uno con el otro. Este distintivo parece tan cla-
ro, y tan conforme con el evento, que no ha menester otra
esplicacion que una mediana noticia de la historie. Quién
vi6, por ejemplo, 4 Felipe 11, rey de Espafia, sontraer
matrimonio con la reina propietaria de Inglaterra, peMlaRa
sin duda, que aquellos dos reinos, duros y sólidos, se- iban
tí unir entre si para, formar entre los dos un so10 mino ;
mas 4 pocos dias mostró el suceso todo lo contraria Que-
daron aquellos reinos tan divididos como antes, y mucho
mas que antes. De este modo podemos discurrir por iwu-
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. ' 188
merables uniones de estas, que nos ofrece la btena, y m
ion de este lugar.
29. En suma: desde qne se fundó este cuarto reino,
se fmd6 dividido. Las partes que lo componen, aunqne
todas tienen nn mismo origen, que es el hierro* ;
aunque todas confinan entre si, mmo confinan los de-
dos en los pies, divididas empezaion, y divididas han
perseverado sin interrupoion. No se ha podido hasta
aora, ni ae podrá jamm hacer de todas ellas un reino 6 un
imperio, semejante 4 los tres primeros, que reconozca y se
aujete &;unasola cabeza. El reino será dividido se me*...
c&& por asdio da parentelas, nurs no se unirán el uno
oon el otro :6 como leen las otras versiones, no se -ir&
arto (5 eao otro, 6 sl uno cm el otro*.
30. Porque el conocimieoto de este reino cuarto nos
ea absolutamente necesario para poder entender la ~egunda
y principal parte de la profecía, 6 donde ella se dirije,
pawce necesario tener presente, lo que sobre esto se haila
en loa docrtores, y el modo con que pretenden acomodar al
imperio romano los cuatro distintivos de que acabamos de
hablar. Con esto podremos fácilmente comparar una espli-
cmion con otra, y pesada8 ambas en fiel balanza, haoer
ana prudente eleccion.

P R I Y R R DISTINTIVO.
31. El cuarto reino será c m el hierro. A1 modo que
el hierro desmenuza, y doma todas las cosas, aoí deme-
rusurrá y quebrantará á todos estos. Esta semejanza, di-
oen, le cuadra perfectamente solo al imperio romano, el
d creció, y se engrandecio tanto como sabemos, que-
brantando y domando todos 10s otros reinos, pueblos y na-
oiones, como el hierro doma y quebranta todas lae o-
* De plaatMo fem. -Dan. ii, 41.
.t. R e p m diviium erit, ...commiscebuntur qiudem humano semi:
adhmrebnii0aibi.1 [ieawt #diZupnt] non edharebit hoc
ird hoc, ve1 alter ad alterun.-Dan. ii, 41, et 43.
&m . L A VENIDA D E L MESIhS
sosas: Si esto es verdad 6 ,no, lo pueden decidir los ql
tuvieren siificiente noticia de la historia mmana. A a o w
iros nos parece claro, que los dos verbos quebrantar $des-
mnuzar, h M d o de los Bdmanos y de sus coequbhe,
son muy impropios ;y su verdadero signihadano toncaecdi
& los hecbos. i Con qué propiedad, ni con que racon .m
pide decir de los Romanus que hjetaron h lae o t m p&
&S á en dominacion B. fuerza de dmos golpes de marti-
Ab ? Qué i los quebrantaron, qué los desmenasaron, qué
los molieron, alnwdo que el hierro desmenuza, y donua tader
kur coscrs? Otra idea muy diversa nos da la histotia, y
rnm la misma EsoRtnra divina nos dice, hablado ¿e loP
Romanos, conm era~poderososen fuerza, y que mian en
todo lo que se les pedia : y que cwmtos se llegaron á d w ,
.
M i a n ajustado con ello#, ami~tad..y habian conquistado
itoda la regiorb por su consejo y paciencia *. Cotejad a-
ttu áltimas palabras : poseyeron los Romanos todo lugar coa
~ i consejo
i y prndeneia; oon aquellas otras, todo lo pms
b r o n golpeando, quebrantando, desmenueando, molimdo ;
y vereis qné *reacia y qué conttatiedad. i C!uaub
jor b compete todo esto á aquella innumet~Me-rndtitddd
bárrbaras, que acometieron por todas partes al mismo i m p
n o romano y lo destruyeron ? De estos si que podemos &
oir con toda verdad y propiedad : todo lo domaron, lo que-
brantaron, lo desmenuzaron, lo molieron, a l modo que el
~ o . d s s t n e n u z ay, doma ~ & las
s omm: y tambbn, b e
todo k poseyeron, sin mas gradencia ni comrrjo, q d s u
propio faror, y su propia y n a k d b~bárie. Ama, 6
go, si este primer distintivo del cuarto reiuo qm &a

-
qne mostraba algma aparienuia, se I d a mirado de ~~EACU,
iaecomodable al imperio romano, i 4116 pensais aeib db
woi3 &es? ',! 1 1

Quia aunt potentea viribue, aadqnieboaatdo- qU~,p~m-


Isstui.abzh: at qnicumqae accememnt ad sMerrir,pum-pk
.
rnñaids ;L at pessglmuit oisitiom locuxn CO& adb, et
- M i h a l . riii, 1,3. , , ..
EN GLORIA Y MAGBSTAD. la
* . : .- RBGUNDO DIBTINTIVO.
4ItL. Eírsino swá d i v i d a . a t o se w d c ó , segan unos,
' cm los .dos imperios, 6 en las das partes del aifsmo
imperih, ,dividido en ímpenb de ,oriente $ de &cid&'&:
que el primero duró mas que el segundo ; sin duda p6b
que el primero era de hierro, y el segundo de greda. S e
gun otros esto se verificó en las cabezas de partido que
fomentaron con tanta obstinacion las guerras civiles : pues
unos se rompieron coma un vaso de barro, y otros per-
mahecieron duros como el hierro.

TERCER DISTINTIVO.
33. En parte el reino será jirme, y en parte quebra-
dizo. Esto se verificó, segun unos, cuando el imperio m-
mano se dividió en imperio de oriente y de occidente.
Esto se verificó, segun otros, que son los mas, en tiempo
d e las guerras civiles entre Mario y Sila, entre Cesar y
Pompeyo, entre Augusto y Antbnio. En ese tiempo el
imperio romano fué como un reino dividido.

. . COARTO DISTINTIVO.. I .

84. Se ~ i a r l i por
n medio de parentelas, mai no se
unir& el uno cbn el otro. Esto se verificó, segun unds,
cuando César y Pompeyo se reconciliaron é hicieron a d -
gos ;y para que la amistad h e s e durable, Pompeyo le di6
B César su hija en matrhonio. Lo mismo hizo despues
Augastb con Antonio : y no obstante estos casamientos,
dehpre íué adbladte 1a division y Ia discordia. Yo no me
detengo en M e r nuevas retleiiones sobre la acomodacion
de estos tres bltinios distintivos, porque algo hemos de
dejar 4 los lectores. Me contento solamente con pedir 4
&dos los intárpretes de la Escritura, y 4 &ros muchos es-
critores que han tocado este punto, que me, sefialen qn el
imperio romano, y esto con distinciori y claridad, los pies
y dedos de la estátua, en parte de hierrob en ~ds
6arro cocido ; de modo, que Cbdae ella#estén (jhntbll, Iba-
m LA V E N I D A D E L MESIAS
existentes, y en atado de recibir todos á un mismo tiempo
el golpe de cierta piedra, que debe caer sobre ellos, y ha-
cerlos polvo. Este es, se6or mio, el gran trabajo, la gran
dificultad, -el sumo embarazo. Lo que hasta aqui hemos '

visto y observado, es 'realmente nada, respecto'de lo q u e


queda

SEGUNDA PARTE DE LA PROFECIA.

Cuida de la piedra sobre los pies de la estátua, y-funda-


cion de 'otro nuevo reino sobre las ruinas de todos.

35. No me hubiera detenido tanto en esta primera parte


de la profecia, si no viese la necesidad que hay de su plena
inteligencia para la inteligencia plena de la segunda parte, .
que es la que hace inmediatamente B nuestro propósito.
Has en h dias de aquellos reinos el Dios del cielo leuan-
tará un reino, que no será jamas destruido, y este reino
no pasará á otro pueblo : sino que quebrantará y acabará
todos estos reinos: y 61 mismo subsistirá para siempre*.
Este Gltimo reino, dice la profecía, lo fundará establemente
cierta piedra desprendida de un monte, sin manos :esto es
por si misma, sin que ninguno la desprenda, ni le dt5 movi-
miento, impulso y direccion, la cual bajará 4 sn tiempo di-
rectamente contra la estátua, le dartí el mas terrible golpe
que se ha dado jamás, no en la cabeza, ni en el pecho, ni eh
el vientre, pues d i ya no estará el reino 6 el imperio, sino
en sus pies de hierro y de greda, 4 donde actualmente se ha-
llará todo, habiendo ido bajando de la cabeza al peoho, del
pecho al vientre, del vientre á las piernas y pies. Al p k
mer golpe los quebrantar&, y aun los hará polvo : cuando
In diebne autem regnorum illorum suscitabit Deus coeli regnum,
qnod in aternum non diasipabitnr, et regnum ejus alteri populo
nen tndetur : comminnet autem, et conaumet universa regna haec :
et ipeum atabit in aeternum.- Dan. ii, 44.
EN GLORIA Y MAGBBTAD. l.93
dn mano alpna se deayajó dsl monte una piedra ( d k
Daniel) : é hirió á la estátua en sus pies de hierro, y da
barro, y los desmenub. Entónces, al mismo golpe de la
piedra, sin ser necesario repetir otro golpe, t d o el coloso
vendrá 4 tierra, reducibndose todo 4 una como leve ceniza,
que desaparecerá con el viento: &tÓnces fueron asi-
mismo desmenuzados el hierro, el barro, el cobre, la plata,
y el oro, y reducidos COmd á tamo de uncl era de veruno,
Zo que arrebatb el viento ; y no parecieron mas: y la
piedra misma que di6 el golpe, se hará al punto un monte
tan grande que ocupará toda la tierra ; pero la piedra qw
iiabia Aerido la estátua, se hizo un grande monte, é hin-
chib toda la tierra*. Este es el hecho anunciado en la
profecía Véamos aora la esplicacion.
36. Todos los intérpretes de la Escritura, en cuanto yo
he podido averiguar, dan por cumplida plenamente esta
profecia y verificado este gran suceso. Todos suponen ci-
tándose por toda prueba los unos á los otros, que la piedra
de que aqut se habla ya bajó del monte siglos há. i Cuan-
do ? Cuando bajó del cielo 4 la tierra el Hijo de Dios.. .
que fué concebido p o r el Espfritu Santo y nació de santa
MarM Virgen*. Esta encarnacion del Hijo de Dios de
María Virgen por obra del Espíritu Santo, quieren que sig-
nifique aquella espresion, sin mano alguna se desgajó del
monte una piedra.. .esto es (dicen) sin consorcio de varon,
que hirió ya la estátua, y la convirtió toda en polvo y ce-
niza. i Cuando ? Cuando con su doctrina, con su pasion,
con su muerte de cruz, con su resurreccion, con la predi-
cacion del evangelio, &c. destruyó el imperio del diablo,
de la idolatria y del pecado. Suponen que la misma pie-
dra comenzó entónces 4 crecer, y poco 4 poco ha ido cre-
ciendo tanto, que se ha hecho un monte de una desme-
surada grandeza, y ha llenado casi toda la tierra. i Qué
* Lapis autem qui percueserat statuarn, factus est mona magnus,
et implevit universam terram. -Dan. ii, 36.
+
= -
Et incarnatus est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine. Vide
Conc. Conata~tinop.
T O M O 1. O
194 . L A VBblIaA D E L MBSIAS
monte es eete ? No es otro que la Igleaia oristiana, la .cual
es el quinto y Gltimo reino de la profecia, incorrnptible y
&no.
37. No ae puede negar que todo está bien discurrido.
Aquí podeis ya ver con vuestros propios ojos, lo que os
decla al principio, esto es, la verdadera razon que ha obli-
gado h nuestros doctores h dar al imperio romano el cuar-
to lugar en el 6rden de los reinos que figura la estatua.
Mas yo no quiero ya reparar eli esto, dejhndolo todo B
vaestrae reflexiones, pues me llama toda la atencion otra
cosa que hallo aquí, mucho mas admirable y digna d e
reparo : quiero decir, al salto repentino y prodigioso que
veo dar en un momento desde lo material hasta lo espiri-
tual. Sobre este salto tan repentino se me ofrecen natu-
ralmente dos dificultades, cuya solucion no se halla en los
doctores, ni me parece posible hallarla h lo menos del mo-
do que la habiamos menester: no cierto porque no vean
dichas dificultades, ni porque no den muestras de querer
resolverlas ; sino porque su respuesta me pareee, como d e
una persona que habla entre dientes, 6 con vas tan baja,
que no es fácil entender lo que quiere decir.

PRIMERA DIFICULTAD.
38. Si la piedra de qse habla la profecía se deapren-
di6 ya del monte, y cay6 6 bajó sobre esta nuestra tierra
en tiempo de Augusto, debib haber bajado 6 caido, di-
recta 6 indirectamente sobre los pies y dedos de la gran-
de estátna, y desmenuzarlos B ellos en primer lugar: por-
que esta circunstancia de la profecía, tan particular y tan
ruidosa, debe significar dgun suceso particular. Se pre-
gunta, pues, i qué pies y dedos pueden ser estoa, parte de
hierro y parte de greda que habia en el mundo en tiempo
de Augusto, b sea en el mismo imperio romano, 6 en el
imperio del diablo, los cuales quebrantb la piedra con su
golpe ?
SEGUNDA DIFICULTAD.
89. Los cuatro metales de la estátua, oro, plata, bron-
BN GLORIA Y MABXBTAD. 195
ce, y hierro, iñguraban cuatro reinos solo metafórioos 6
espirituales, 6 cuatro reinos materiales, corporales, visibles,
que iL3ioament.e htibitui de aparecer en el mundo ? Si lo
primero : i p r a que nos cansamos, y se han c a d o tanto
los doctores en buscar estos remos entre loe Caldeos, Per-
sas, Griegos y Romanos? i Nd ha sido este un trabajo
perdido ? Si lo eegundo : L estos reinos materiales, corpo-
rales. visibles, de que solamente se habla, debia haber que-
brantado y deamenniado ya la piedra; w 4 reinos meta-
foricos y espirituales de qne no se habla: quebrantar& y
acabar& t& los reinos, dice la profecía hablando de la
piedra, y luego afiade : quebrantará el Aicrre, el barro,
al cobre, la pluta, y el oro. Parece un modo de esplicar
la santa EBGntura bien facil y cómodo : tomar la mitad de
un testo en un sentido, y la otra mitad en otro tan diverso
y distante, cuanto lo es el oriente del occidente. Mientras
se responde 6 estas dos diñcultades de aignn modo, siquie-
ra peroeptible, yo voy 4 satisfacer 6 otra, 6 4 mostrar el
eqnivoao en que se funda.
EXAMEN U B LA PIBDRA.
PARRAFO VIII.
40. La piedra de que habla esta profecla, nos diceir con
suma razon. es evidentemente el mismo Jesucristo hijo d6
Dios é hijo de la Virgen. Del mismo modo es evidente,
que esta piedra preciosa ya bajó del monte, 6 del cielo, al
vientre & la virgen en el siglo de Augusto, cuando el
impeho romano estaba en su mayor grandeza y esplendor.
Del mismo mudo ee evidente, que en consecuencia de esta
bajada, en e2 vientre de & virgen, aunque lio luego al
pnnto. como paree que lo da 4 entender la profecía, laas
poco 4 poco se ha ido arruinando el imperio del diablo, el
cdal estaba en los iniperios de bs hombres, y era sostenido
pot ellos. C m 10 cual tambien es evidente que POCO 4
poco ba idd creciendo la misma piedra, y ha llenado c ~ s i
bdo el mundo pm medio de la prcdicacion del evangelio,
y ei;itablwi&nto del cristianismo. Todo esto en sustancia
o 2
196 LA VBNIDA DEL MESIAS

ea lo que anuncia esta grande profecía ya cumplida, y no


tenemos otra cosa que esperar, ni que temer en ella. Todo
esto en sustancia, es tambien lo que se halla en los mtér-
pretes & la Escritura: y 4 este solo sofisma se reduce
tsdo sa modo de discurrrir.
41. La piedra de que habla esta profecía, se responde,
es evidentemente el mismo Mesías Jesucristo, hijo de
Dios é hijo de la Virgen. Esta proposicion general es
cierta é indubitable. Mas como todos los cristianos sabe-
mos y creemos de la misma persona de Jesucristo, no una
sola, sino dos venidas infinitamente diversas, para no
confundir lo que es de la una, con lo que es de la otra,
tenemos una regla cierta é indefectible dictada por la
lumbre de la razon, y tambien por la lumbre de la fe : es a
saber, que si lo que anuncia una profecía para la venida
del Seííor no tuvo lugar, ni lo pudo tener en su primera
venida, lo esperamos seguramente para la segunda, que
entbnoes tendrá lugar, y se cumplirá con toda plenitud.
Todo esto, pues, que nos dicen, de que la piedra, esto es,
Cristo, bajó ya del cielo, al vientre de la Virgen, que
predicó, que ensefió, que murió, que resucitó, que alumbrb
al mundo con la predicacion del evangelio, que poco 4
poco ha ido destruyendo en el mundo el imperio del diablo,
&C.:todo esto es cierto é innegable : lo creemos y confe-
samos todos los cristianos, penetrados del mas vivo recono-
cimiento; mas todo eso pertenece únicamente á la venido
del Mesías, que ya sucedió. Fuera de esta esperamos
otra no menos admirable, en la cual sucederá infaliblemente
lo que á ella solo pertenece, y está anunoiado para ella
clarisimamente: y entre otras cosas sucederá en primer
lugar todo lo que anunoia esta grande profecía, que actual-
mente observamos.
42. Del Mesh, en su primera venida, se habla clara-
' mente en muchísimos lagares de la Escritura, y en ellos se
anuncia su vida santisima, su predicacion, su doctrina, sus
milagros, su muerte, su resurreccion, la perdicion de Isdl,
y la vocacion de las gentes, &C. Mas no, no ea preciso
EN GLORIA Y MAOESTAU. 197
que siempre se hable de estos misterios por grandes y ecbni-
rables que sean, habiendo otros igualmente grandes y ad-
mirables, que piden su propio y uatural lugar. Aun
debajo de la similitud de piedra se habla en Isaías, capitulo
xxviii, de la primera venida del Mesías, y las consecuencias
terribles para Israét Hé q u i , (dice) que yo pondrd en
los cimientos de Sion una piedra, piedra escogida, angu-
lar, preciosa, fundada en el cimiento*. Y en el capitulo
octavo habia anunciado que el Mesias sería para el mismo
Israél, por SU incredulidad y por sn iniquidad, como ana
piedra de ofension y de escándalo, y como un lazo y una
mina para los habitadores de Jerusalént :
43. Mas esta piedra preciosa, electa, probada, que bajó
a l vientre de la Virgen ni bajó con ruido ni terror, sino
con una blandura y suavidad admirable: no bajó para
hacer mal tí nadie; sino antes para hacer bien á todos :
porque no envió Dios su hijo al mundo para juzgar al
mundo, sino para que el mundo ,se salve p o r él $. De-cfa
el mismo Sefior, que lo envió Dios á este mundo, y
lo puso en 61 como una piedra angalar y fundamental, para
que sobre esta piedra, como sobre el mas b e y sblido
fundamento, se levantase hasta el cielo el graude edificio
de la Iglesia. Asi lejos de hacer da60 a l p o con su caida,
6 con su bajada del cielo, lejos de caer sobre alguna cosa,
y quebrantarla con el golpe, fué por el contrario, y lo es
hasta aora una piedra bien golpeada y bien martillada:
una piedra sobre quien cayeron miichos, y caen todavla con
pésima intencion: con intencion de quebrantarla, y des-
menuzarla, y reducirla tí polvo, si les fuese posible. Y no
obstante la esperiencia de su-dureza, no obstante la espe-
riencia de lo poco que se avanza, y de lo mucho que se
Ecce ego mittam in fundamentia Sion lapidem probatum, angu.
-
larem, pretioaum, in fundamento fundatum. Zsaf. xxviii, 16.
t In lapidem autem offensionie, et in petram scandali duabu do-
-
mibus Israel, in laqueu m, et in ruinam habitantibus Jerusalem.
Zsaf. viii, 14.
. $ Non eiiimmbit Deus Nium euum in mundum, ut judicet
mundum, sed ut salvrtur m ndue per ipsum. - Jwn.iii, 17.
ábiiB L A VBNIDA DEL MKSIAB

arriesga en golpear esta piedra preciosa, hasta aora no ha


faltado, ni faltará gente ociosa yperversa que quiera tomar
sobre sí el empefio inútil y vano de dar contra ella y
perseguirla.
44. i Nunca leisteid en IQs Escrituras (les decía ei
mismo 4 bu Judios) : IQ piedra, que desecharon los que
..
edi$oaban,, &fafuá p w s t a por cabeza de esquina .el que
cayere sobre esta piedra será quebrantado :y sobre quien
ella cayere, lo deamenuzará * ? Veis a q d claramente las
das venidas del Mesias, y las consecuencias inmediatas d e
la una y de la otra: lo que ha hecho y hace con eila, y lo
que hará cuando baje del monte contra la d t u a , y contra
todo lo que en ella se incluye. De manera, que habiendo
bajado la primera vez padficamente, sin ruido ni terror :
habiendo sufrido con iuíinita paciencia todos los golpes que
le quisieron dar, se puso luego por base fmdamental del
edificio grande y eterno que sobre ella se habia de levantar.
El que cree, de fe no$ngida 7.: el que quiere de veras ajas-
tarse 4 esta piedra fundamental : el que para esto se labra 4
sí mismo, y se deja labrar, devastar y golpeap, h.,este es
salvo seguramente,
- este es una piedra viva, infinita-
mente mas preciosa de lo que el mundo es capaz d e
e h a r : este @e edifica sobre findamento eterno, y
hará eternamente parte del ediñcio sagrado. A l cual
dtlegándoos, que es la piedra viva, desechada en wer-
dad p o r los hombres, vnae esoogida de Dio*, y b u -
r d a : Y sobra elkr cono piedras vivas sed sdijiccrdo8
casa espiritual$ :les decia S. Pedro tí los primeros fieles :
d contrario, el que no cree, 6 soto cree con aquella especie
* 2 Numquam legistis in Scripturiu : Lapidem, quem reprobave
...
mt zedíñcanteu, hic factus est in caput anguli qui ceciderit super
lapidem ietu, coníiingetur : auper quem verb ceaiderit, o~ntexet
enm?-Met. xxi, 42,et 44.
-
f Fide non ficta. Peul. 1 od IEap. i, 6.
f Ad quem secedentee lapidem vimm, ab hominibus quidem re-
probatum, h Deo autem electum, et honorificatum: Et ipm tanquam
lapidea vivi wper diicamini, domus apiritudie. -&t. epi 1, ii,
4, el 5.
d'e fe, gw rin oljr(Ls ea mnerta * : d o m a el que peic
sigue 4 la piedra fandamental, y de mntra ella, 61 tendrá
toda la odpa, y 4 sí mismo se d e M imputar todo el mal,
si se rompe la cabeza, las manob y pies: el gas cayere
sobre esta piedra será quebrantado .F.
45. B t o es puntualmente lo que snoedi6 4 mis Judios
en primer lsgar. Despues de haber reprobado y arrojado
de sí esta piedra preciosa : despues que, no obstante ia
reprobacion, la vieron ponerse por cabeza & eaquina $:
despues que vieron el nuevo y admirable ediicio, que 6
gran prisa se iba levantando pobre elln, lleno8 de celo, 6 de
de furor diabólico, comenzaron 4 dar golpes y mas golpea
4 la piedra fnndamental, pensando romperla, despedazarla,
y hiroer c e d sobre ella misma el edificio que sustentaba ;
mas 4 poco tiempo se vi6 vedoada en estos primeroa
perseguidores 18 primera parte de la profeoía del 8efior:
d qtce cayere &re esta piedra será gwbrantath. S&
ron de aquel empefio tan descalabrados, que ya veis por
vtmtros $08, y ha visto y ve todo el mundo, er estado
tniseraBle en que han quedado : no han podido sanar, ni
a& vdlver en si en tantos sigibs.
46. Sipieron los Genoles el mismo wpefio, Umdm
con toda la poteiioia de los Césares ; y habiendola golpea-
do' en diferentes tiempos, y cada vm con m v o faror, nada
~o&goieron al fin, aino hacerse pedaeos ello^ mismoi, y
sentir, sin saberlo, 4 la construocion de la obra, labrando
piedras á billares, para que crecieee mas presto. Despuen
a&, ¿qué máquinas no se han imaginado y puesto en
movimiento para vencer la dureza de esta piedra ? Tantas
cuantas han sido las herejias. i Con qué empefío, con que
ostinacion, con que violencia, con qué artificios, con qu6
fraudes han trabajado tantos para arruinar lo que ya está
edificado aobre piedPa sólida 5 ? Pero todb en vario. No
Qnasi& openbua mortua eat. -Jacob. ii,20.
t Qui ceciderit super lapidem istum, confringetur.-Mi&,
xxi, 44.
1 In caput anguli.- Mat. mi, 42.
Super firmam petram.
'#10 LA V E N I D A DBL M E S I R S
han sacado otro fruto de su trabajo, que el que se lee
Jeremias : trabajaron para proceder injustamente*, y la
piedra ha quedado incorrupta é inmóvil como el edificio
que sustenta. Y no obstante la esperiencia de tantos
siglos, piensan todavia algunos, que se dan 4 sí mismos el
nombre bien impropio de espíritus fuertes, que bastará su
filosofia y su coraje para Yalir con la empresa: verémos al
fin en lo que para su coraje y su ñlosofia: el que cayere
sobre esta piedra será quebrantado. Lo que sobre esto
han visto los siglos pasados, eso mismo en sustancia debe-
rbn ver los venideros, romo está escrito. La piedra que
bajb del cielo al vientre de la Virgen, cuanto ea de lm
parte, á nadie ha hecho dafio, porque no bajó sino para bien
d e todos, para que tengan vida, y para que la tengan en
mas abundancia t. Si muchos se han quebrado en ella la
cabeza, la culpa ha sido toda suya, no de la piedra. El
hijo del.hombre no ha venido á perder las alnuls, sino 6
salvarlas $.
47'. El profeta Isaias, hablando del Mesías en su prime-
ra yenida, dice: la caña cascada no la quebrará, y la
torcida que Auma no la apagará§. Espresiones admira-
bles y propisimaa para esplicar el modo pacffico, amistoso,
modesto y cortés con que vino al mundo, con que vivió en-
tre los hombres, y con que hasta aora se ha portado con to-
dos, sin hacer violencia tí ninguno, sin quitar á ninguno lo
que es suyo, y sin entrometerse en otra cosa, que en pro-
curar hacer todo el bien posible á cualquiera que quiera
recibirlo, sufriendo al mismo tiempo con profundo silencio,
y con i d h i t a paciencia, descortesías, ingratitudes, injurias'
y persecuciones. Pero llegará tiempo, y Ilegará infalible-
mente, en que esta misma piedra, llenas ya lamedidas del

+
=
Ut iniqub agerent, laboraverunt. -
Jerem. ix, 5.
-
Ut vitam habeant, et abundantiha habeant. Joan. x, 10.
f m u a homini~non venit anima perdere, sed salvare. - h c .
&, 66.
5 Calamum quassatum nen conteret, et linum fumigans non ex-
-
tinguet. Zsai. xlii, 3.
EN GLORIA Y MAGBSTAD. !N1
sufrimiento y del silencio, baje segunda vez con el mayor
estruendo, espanto y rigor imaginable, y se encamine direo-
, tamente Bcia los pies de la grande esiáiua. El Señor como
fuerte saldrá, c o m uaron guerrero despertará su celo:
voceará, y g r i t a r á : sobre sus enemigos se esforzará.
Calld siempre, estuve en silencio, sufrí, hablard conro la
que está de p a r t o : destruirt, y deuorard al mismo tiem-
po*. h t 6 n c e s se cumplirá con toda plenitud Ia segunda
parte de aquella sentencia : el que cayere sobre esta pie-
dra será quebrantado : y sobre quiem ella cayere 20 des-
menuzará: y entbnces se cumplirá del mismo modo la se-
gunda parte de nuestra profecia, cuya observacion y verda-
dera inteligencia nos ha tenido hasta aquí suspensos y ocu-
pad- : cuando sin mano alguna ee desgajb del monte una
pbdra: d hirib á la esthtm en sw piss de hierro, y ds
barro, y los dsanrenuzb, &c.t
48. No tenemos, pues, razon algnna para confundir un
misterio con otro. Aunque la piedra en si es una misma,
esto es, Cristo Jesus, mas las venidas, 6 caidas, 6 bajadas
ti esta nuestra tierra son ciertamente dos muy diversas en-
tre si, y tan de fe divina la una como la otra. Asi, lo que
no se verificó, ni pudo verificarse en la primera, se veriñca-
rá infaliblemente en la segunda. Esto es lo que andan
huyendo los doctores, sin duda, para no eaponer su sistema
S m peligro tan evidente. Esto los ha obligado 6 invertir
e l 6rden de los reinos, dando al de los Griegos el lugar y
e l distintivo que no es suyo, ni puede competerle ; que es
este : el cual mandará toda la tierra ; y dándole al impe-
rio romano el Gltimo lugar, para que se halle presente 6 lo

Dominus sicut fortie egredietur, sicut v i r pmliator suscitabit


zelum : vociferabitur, et clamabit : super inimicos suos confortabi-
tur. Tacui semper, silui, patiens fui, sicut parturiens loquar : dis-
sipabo, et absorbebo simul, &c.-Zsai. xli, 13, et 14.
t Donec abscisilue eat lapie de monte sine manibus, et percriseit
statuam in pedibue ejus ferreia, et fictilibus, et comminuit eos, &C.
-Dan. ii, 34.
2I)2 LA VENIDA DEL MEBIAB
mm á la primera venida del Sefior ; y ii esto se endere-
zan, en lb,tantas ingeniosas acomdaciones, tan visible-
mente arbitradas, violentas y fuera del aso. Se ve clara-
mente que temen: y esceptuando el peligro de su sistema,
no se sabe por qué temen, ni qué es lo que temen.
49. Pues bajando la piedra del monte, y habiendo des-
menuzado y convertido en polvo la grande estátua, dice el
testo sagrado, que la piedra misma se hizo luego un monte
tan grande, que cubrió y ocupb toda la tierra*. E l c d
enigma esplica el Profeta por estae palabras. (Ved si b
podeia acomodar 4 la Iglesia presente.) Mas en loe d k
de aquellos reinos (de los que acaba de hablar, que son
figurados en los dedos de la estáha, 6 si quereis do los 6gu-
rados en toda ella) el Dios del cielo levantará: un reiko,
que no será j a m destruido, y este reim no paurtí á otro
pueblo ; sino que quebrantar6 y acabará todoe estw re&
nos : y 61 misma subsistirá para siempre.
50. Aora decidme de paso: i L Iglesia presente e8 real-
mente aquel reino de Dios de quien se dice, y m 3>asar6
á otro p~eblo?? i Como : cuando sabemos de c i e que
habiéndose fundado este reino en solos los Judios, 9 be-
biendo estado algun tiempo en este pueblo, sola Iti potestad
ó lo activo de este reino, despues de algunos 6 0 s se en-
tre@ á otro pueblo diverso, cual es el de las gentes? De-
cidme mas. ¿La Iglesia presente es en realidad aquel
reino &lebre, que ha arruinado ya, ha desmenwado, ha
oonvertido en polvo y consumido enteramente todos los rei-
nos figurados en la estátua, 6 en los dedos de eoe piea?
Pues esto asegura la profecía de este reino célebre : qw
quebrantará y acabará todos estos reinos. Aunque no
hubiera otras pruebas que esto solo, bastaba para hacernos
conocer hasta la evidencia, la poca bondad' de vuestra es-
plicacion ; y por consiguiente de vuestro sistema. Pues
* Lapis autem qui percneeerat statusm, fachis eeD mona mqpus,
-
-
et implevit universam terrem. Den. 3 , s .
Alteri populo non tradetur. Dan. ii, 44.
EN QLORIA Y MAOBBTAD. !m
i qo6 será, si 4 mto se afinden todas las oúaa observ~ionea
generales y p a r t i c h que quedan hechas mbre el asunto ?
-

51. Comparad aoxn por ó i l b o estas palabras que se di-


oen de la piedra, cuando bajó del monte : que quebrarrfa-
rh y aciará todoo cstw reinos : aon aqmlla evaoua-
cion de que habla S. Pablo : cuando hubiere d e s t r u a
todo principado, y potestad, y virtud :y vereía un mismo
suceso, annaciado con diversas palabms. S. Pablo dice,
hablando de pmpómto de la murreccion de los santos, y
por consiguiente de la venida de Cristo, en que esta debe
meeder, que cuando el Sefior venga, evacuará la tierra, en
primer lagar, de todo prinoipado, potestad y virtud. Da-
niel dice, que destruirá y consumirá todos los reinos 6 p -
d o s en la estátua. i No diaen una misma cosa el Apéstd
y el Profeta ? Comparad del mismo modo estoa dos l u p -
m con lo que se dice en el salmo cix, hablando con Cristo
mismo : El Señor está á tu derecha, qzaebrantb á los re-
yes 'm el dia ds su ira* : con 10 que se dice en el salmo ii,
a t h s 28s IhbZurá dl en su ira, y lo8 centurbará en su
furor* : con lo que se dice en Isaías en varias partes : que
.
en aquel dia visitará e8 SeiLor.. sobre los reyes de la tier-
r a , qw están sobre la tierra. Y serán cogidos y at&
m un solo haz para el lago, &c.3: con lo que 'se dice en
Abacaa, capítulo iii : maldyiste sus cetros§ ; y por abre-
viar, con lo que se dice de todos los reyes de la tierra en
el capitulo xix del Apocalipsis, y esto al venir ya del eielo
el Rey de los reyes. Todo esto, y muchas mas c o w que
sobre a t o hay en las Escrituras, es necesario que se verifi-
quen algun dia, pues hasta el dia de hoy no se han ver%-
* Dominus B dextris tuis, confregit in die ir= suse reges.-
Pr. cix, 5.
+ Tunc loquetur ad eos in ira sue, et in furore ano conturbabit
-
w. Pr. ii, 5.
..
f In die üla visitabit Dominua. snper reges terre, qui sunt su-
per terram. Et congregabuntúr, in congregatinne d u s fascia in
-
laeum, &e. I&i. xxir; 21, et 23.
-
5 Maledixbti sceptria ejus, &c. Abac. iii, 14.
204 LA V E N I D A DEL MESIA8

cado, y es necesario que se veiifiqnen, cuando la piedra


baje del monte ; pues para entónces están todas anunciadas
manifiestamente. Entbnces deberá. comenzar otro nuevo
reino sobre toda la tierra, absolutamente diverso de todos
mantos hemos visto hasta aqui : el cual reino lo formará la
misma piedra que ha de destruir y consumir toda la está-
tua : la piedra que habia herido la estátua, se hizo un
grande monte, k hinchió toda la tierra. A lo que alude
visiblemente S. Pablo cuando aiíade luego despnes de la
evacuacion de todo principado, potestad y virtud : que es
~ c e s a r i oque él reilre, hasta que ponga a todos sus ene-
migos debajo de sus pies*. Y veis aquí, sefior mio, cla-
ramente comenzado el juicio de los vivos, que nos ensefia
el simbolo de nuestra fe, y que tanto nos anuncian y predi-
can las Escrituras.

CONOLUSION.
52. La séria consideracion de este gran fenbmeno, des-
pues de observado con tanta exactitud, podria ser utilisi-
ma, en primer lugar para aquellas personas religiosas y
pias, que lejos de conteutarse con apariencias, ni deleitar-
se con discursos ingeniosos y artificides, buscan solamente
la verdad, no pudiendo descansar en otra cosa. Mucho
mas titil pudiera ser respecto de otras personas, de que
tanto abunda nuestro siglo, que afectan un soberano des-
precio de las Escrituras, en especial de las profecias ; di-
ciendo ya pbblicamente, que no son otra cosa que pala-
bras al aire, sin otro sentido que el que quieren darle los
intérpretes. Unas y otras podrian quedar, en la considera-
cion de esta sola profecia, y en el confronto de ella con
la historia, penetradas del mas religioso temor, y del maa
profundo respeto ti Dios y su palabra.
53. Desde Nabucodonosbr hasta el dia de hoy, esto
es, por un espacio de mas de dos mil trescientos afios,
* Oportet autem illum regnare, donec ponat amnee inimicoa eub
-
pedibus ejus. 1 Paul. ad Cw.xv, 25.
EN G L O R I A Y MAGES'FAD. 205
w ha venido verificando puntualmente lo que comprende
y anuncia esta antiquísima profecia. Todo el mundo ha'vb
to por sus ojos las grandes revoluciones que han sucedi-
do para que la estátua se formase y se completase des-
de la cabeza hasta los pies. La vemos y a formada y com-
pleta, segun la profecia, sin que haya faltado la meuor
circunstancia. Lo formal de la eatátua, es decir, el impe-
no y la dominacion, que primero estuvo en la cabeza, se
ha ido bajando á vista de todos, por medio de grandes
revoluciones, de la cabeza al pecho y brazos : del pecho y
brazos al vientre y muslos : del vientre y muslos á las pier-
nas, pies y dedos, donde actualmente se halla. No falta ya si-
no la bltima bpoca, 6 la mas grande revolucion, que nos
annncia esta misma profecia con quien concuerdan perfm-
tamente otras muchisimas, que en adelante irémos obser-
vando. Mas esta bltima ¿por qué no se recibe como se ha-
lla? Quien ha dicho la verdad en tantos y tan diversos
sucesos que vemos plenamente verificados, podrá dejar
de decirla en uno solo que queda por verificarse ? ¿Por
qué, pues, se mira este suceso con tanta indiferencia?
i Por qué se afecta no conocerlo ? i Por qué se pretende
equivocar y confundir la caída de la piedra sobre los pies
de la estatua, y el fin y término de todo imperio y domi-
nacion, con lo que sucedió en la primera venidad quieta y
pacifica del hijo de Dios?
54. N o se, amigo, i que es lo que tememos, qué es lo
que nos obliga 4 volver las espaldas tan de repente, y
recurrir 4 cosas tan pasadas, y tan agenas de todo el con-
testo ! ¿ Acaso tememos la caida 6 bajada de la piedra, /la
venida del Sefior en gloria y magestad? Mas este temor
no compete á los siervos de Cristo, 4 los fieles de Cristo,
...
B los amadores de Cristo :.porque la caridod echa fuera
...
e2 temor *. Estos por el contrario deben desear en esta
vida, y clamar dia y noohe con el profeta : i O si rompie-

Quoniam charitas foras mittit timorem.-Vide 1 Joan. iv, 18.


%M LA V E N I D A D E L MBSIAS
ras los cielos, y descendieras!á tu presencia 208 ~ t s r
se derrstirian. C m qucacrzon ds fuego se ddinenm,
las aguas ardieran en fuego, para qua conociesen tus cne-
riligos tu nombre *. A estos se les dice en el salmo se-
gundo: Cuando en brave se emrdcciere esl ira, bierrzt.
venturados todos los que conjEan en 61-1.. A estos se l&
dice en el evangelio: entónces verán al Hijo dcl H&e
venir sobre una nube con grand podcr y myesttrd. Cuan-
do conunzaren pues á cumplirue cstar cosau, mirad, y
levantad vuestras cabezas :porque cerca eutá vvestra re-
dencion $. A estos les dice en el Apocalipsis : Y el Espíd-
tu, y la Esposa dicen : Ven. Y el que lo oye diga : Ven$
.A estos en 6x1les dice S. Pablo : esperarnos al S&&
nuestro Señor Jeerrcristo, el cual refomará nuestro
cuerpo abatido, para hacerlo confomae tí su cuerpo glo-
rioso, segun la operacion con que tambien puede svjetar
á sí t o d a Zas cosasll. Estos, pues nada tienen que temer,
deben arrojar fuera de sí todo temor, y dejado para loe
enemigos de Cristo : 4 quienes compete únicamente temer,
porque contra ellos viene.
66. i Acaso tememos las consecuencias de la caida y
bajada de la piedra :esto es, que la pie- se haga mi

1 Utinan d i m p e r e s coelos, et descenderea 1 h facie toa montea


defluerent. Sicut exustio i p i s tabesoerent, aquz arderent igni, ut
n o m 6eret nomen tuum inimicie tuia.-Zmi. Ixiv, 1 e i 2.
.t. Cbm examnt in brevi ira ejus, beati omnes, qui couíidunt in
ea-Pn. 5, 13.
f Tunc videbunt Filium Hominii venientem in nube cum potes-
trrte rnapil, et majestate. His autem fieri incipientibus, respicite,
et levate capita veatru : quoniam appropinquat redemptio vestra
-Luc. xxi, 27 e1 28.
Et Spiritns, et Sponsa dicmt : Veni Et qui audit, dicat : Veni.
-Am. d.17.
-
(1 Salvatorem expectamns Dominum nostrum Jesum Christnm,
qui reformabit corpue humilitatis nos-, configuratum corpori clari-
tatis suz, secundum operationem, quk etiam possit subjicere aibi
omnia.-Paul ad Phü. iii, 20 e: 21.
EN GLORIA Y. M A O E I T A D . 207
monte tan grande, que cubra toda esta nuestra tierra? O
por hablar con los ffirminos que habla cnai toda la di-
vina Escritura, ,j tememoe aquí al reino ó al juicio de Crie-
to sobre la tierra? Mas, i por qué ? i No están convi-
dadas todae las criaturas, aun las ineensíbles, A alegrarse y
regocijarse, porque vino :porque vino ájuzgar la: tierra*.
i No estamos certificados de que juzgani al orbe de la tier-
ra cm equidad, y lo8 pueblos con su verdad?: que
juzgará el orbe de la tierra en justicia, y los pueblos ea
sqaided : que juzgará la tierra, y no juzgará segun uOstec
& ojos, ni argüirá por oido de orejas (que aora falla
mnchae v w s ) ; sino que jucgará á los pobres con jue-
ticia, y reprenderá con equidad en defegnoa de los mamansos
de la tierra S? i No nos dan los Profetas unas ideas ad-
mirablea de la bondad de este Rey, y de la paz, quietud,
justicia y santidad de todos los habitadores de la tierra, de.
bajo del' pbcifico Salomon ? Pues, i qué tienen que temer
los inocentes nn Rey infinitamente sabio, y M juicio perfec-
tamente justo ?
56. i Aoaso tememos (y este piiede ser motivo aparen-
te de temor) acaso tememos el afiijir, desconsolar, ofen-
der y faltar al respeto y acatamiento debido 4 las cabe-
zas sagradas y respetables del cuarto reino de la estátua?
i O, qu6 temor ta'mal entendido ! El decir clara y senci-
llamente lo que está declarado en la escritura de la
verdad : el decir B todos los soberanos actuales, que
ons misos, sne principados, sus sefioríos, son oonocida-
mente los figurados en los pies y dedos de la gran-
de estátua, haci6ndoselos ver por sus ojos en la Escri-
tnrP de la verdad: el deoirlea, que estos mismos rei-

Quis venit : quoniam venit judicare terram ?-Po. xcv, 13.


+ Jn zeqdtates et populoa in veritate dua.-.Id. ib.
1 Non eecundilm visianem ocuiomm judicpbit, neque secundhm
anditum aurium arguet : sed judicabit in justitia pauperes, et arguet
in aequitate pro rnantiuetia teme.-Id. xi, 3 e: 4.
5 Quod expreeaum est in scriptura verit;atis.-Dan. x, 21.
206 LA VENIDA DRL M k S l A S

nos son los inmediatamente amenazados del golpe d e la


piedra, j se podrá mirar como una falta de respetd, y no
antes como un servicio de suma importancia ? Lo coutrario,
seria faltarles al respeto, faltarles B la fidelidad, faltarles
al amor que les debemos, cono á imájenes de Dios, ocd-
tándoles una verdad tan interesante despues de conocida
Para decir esta verdad, no hay necesidad de tomar en bo-
ca B las personas sagradas que actualmeute reinan : esto si
que sena una falta reprensible; pnes no es lo mismo los
reinos actuales, que las cabezas actuales de los reinos: lari
cabezas se mudan, por crianto la muerte no perrnitia que
durasen*; mas los reinos van adelante. Asl como nin-
gano sabe, cuando bajara la piedra, ni Dios lo ha reve-
lado, ni lo revelará jamas ; así ninguno puede saber quie-
nes serán entónces las cabezas de los reinos, ni las no-
vedades que en ellos habrá en los siglos venideros. Por e s o
el mismo Sefior con frecuencia nos exorta en los evange-
lios 4 la vijilancia en todo tiempo, porque no sabemos
.
cuando vendrá. Velad.. porque no sabeis á yuk hora h a
...
de venir vuestro Sefiort : Velad en todo tiempo : Y lo
que tí vosotros digo, á todos lo digo : Velad s.
57. Ni á los soberanos presentes, ni B sus sucesores, ni
4 sus ministros, ni 4 sus consejeros, ni á sus grandes, les
puede ser esta noticia del menor pejuicio : antes por el
contrario, les puede ser de infinito provecho si la creen.
Y dichosos mil veces los que la creyeren: dichosos los q u e
le dieren la atencion y consideracion que pide un negocio
tan grave: ellos p r o c d n ponerse B cubierto : ellos se
guardarán del golpe de la piedra, ciertos y seguros q u e
nada tienen que tenier los amigos; pnes solo están amena-
zados los enemigos. Mas si la noticia, 6 no se cree, 6 se

Eo qubd morte prohiberentur permanere.-Ad H e k . vii, 23.


t Vigilate ergo, quia neacitie quá hora Dominua vester ventum
sit.- Mat. xxiv, 42.
f Vigilate itaque omni tempore.-he. xxi, 36.
5 Quod autem vobie dico, omnibua dico : Viste.- Mnrc. xiii, 37.
EN GLORIA Y M A G B S T A D . 209
desprecia y echa en olvido, ;, qui: hemos de decir, sino
lo que decia el Apóstol de la venida del Sefior? Que el
d i a del Selior vendrá como un ladron de noche. Porque
cuando dirán paz y seguridad: entónces les sobrecojerá
una muerte repentina*. Las profecías no dejaran de
verificarse porque no se crean, ni porque se haga poco
. caso de ellas: por eso mismo se verificarhn con toda ple-
nitud.
Quia dies Domini, sicut fur in nocte, ita veniet. Chm enim di.
xerint pax, et securitaci : tunc repentinus eh superveniet interituri.
-1 mesa. v, 2, 3.

T O M O 1.
FENOMENO 11.

LAS CUATRO BESTIAS DEL CAPlTULO SEPTIMO DEL MISMO


DANIEL.

58. EL misterio de estas cuatro bestias, dicen todos


los intérpretes de la Escritura, que es el mismo que el de
la estátua, representado solamente por diversos símbolos ó
figuras. En esta suposicion, que les parece cierta, no
tienen que hacer aqui otra diligencia, que procurar aco-
modar del modo posibte á los cuatro reinos célebres de la
estátua todo lo que dice de las cuatro bestias, con esta sola
diferencia, bien digna de particular atencion: á saber, que
este Gltimo misterio, no obstance de ser el mismo que el
de la esthtua, segun dicen, no lo concluyen como el pri-
mero, en la primera venida del Mesías, así les fuera de
algun modo posible, sino que pasan muy adelante, y lo
llevan hasta la segunda: llevando por consiguieute hasta
aquel tiempo su imperio romano, bajado de la luna, 6 r e
sucitado. Este imperio romano, prosiguen diciendo, es el
que aqui se representa bajo la figura de una bestia nueva
y ferocisima, esto es, la cuarta, coronada de diez cuernos
terribles, que el Profeta mismo esplicil, dicendo, que sig-
nifican otros tantos reyes, los cuales aunque en el imperio
romano, mientras vivia en este mundo, nadie los ha podido
sefíalar; mas es cosa fácil sefíalarlos, á lo menos en gene
ral, para otros tiempos todavia futuros.
59. Estos diez reyes, pues, (nos advierten con gran for-
malidad) hasta aora no han venido al mundo; pero ven-
drán infaliblemente ácia el fin del mismo mundo. Aunque el
LA V E N I D A DEL MESIAS. 211
Profeta los pone en la cabeza de la cuarta bestia, esto es,
del imperio romano (nos advierten segunda vez), no por eso
ser4n reyes del imperio romano: sino que saldrán de este
imperio: y habiendo salido de este imperio, irán 4 reinar
á otras partes, y en eiias harán todos aquellos males y
estragos horribles que anuncia la profecia. Esto es lo
mismo que si dijéramos, segun me parece, los cuernos que
vemos en la cabeza, v. g. de un toro, no son en realidad
cuernos de un toro, sino cuernos que han salido del toro:
y habiendo salido del toro, hacen grandes males, y matan
mucha gente, sin que el toro tenga en esto la menor parte;
lo cual no dejira de parecer una novedad bien singular.
Veis aquí, sefior, una pmeba bastante buena de lo que
acabamos d e apuntar al fin del fenómeno antecedente:
digo, del respeto y acatamiento mal entendido á los sobe-
ranos, que obliga A los doctores á disfrazar algunas verda-
des, 6 tal vez no conocerlas. Como piensan por una parte
que la cuarta bestia de diez cuernos es el imperio romano
que suponen vivo: como piensan por otra parte, que
todos los soberaiios de la Europa; 8 e l Asia, y del Africa,
donde antiguamente dominaba Roma, son reyes del impe-
rio romano (y no se alcanza como puedan caber ideas tan
falsas en hombres tan cuerdos) : como piensan, en suma,
del mismo modo que se pensaba en el cuarto siglo, cuando
el imperio romano estaba en su mayor esplendor y gran-
deza, no quiereli que se piense que hablan de aquella reli-
quia del imperio romano que queda en Alemania, ni tam-
poco de los reyes que se han dividido entre si, muchos si-
glos ha, lo que era antiguamente imperio romano. Pues
jcómo será? No hay otro remedio para poder cumplir
con tantas y tan graves obligaciones, sino hacer salir del
imperio romano (i de cual?) diez reyes que vayan á reinar
por ese mundo, y hagan por alla lo que les pareciere.
Mas dejando estas cosas, que parecen tan poco sbrias,
atendámos ya 4 la obsewacion de nuesíro fenómeno.
60. Dos puntos principales contiene este misterio, que
piden toda nuestra atencion, ni mas ni menos que el mis-
P 2
212 LA V E N I D A D E L MESIAS
teno de la estátua. El primero es, las bestias mismas, ó
el conocimiento y verdadera inteligencia de lo que en ellas
se simboliza. El segundo, la venida en las nubes de
cierto personaje admirable, que al profeta le parecib, como
Hijo de Hombre, y todas las resultas de su venida. Aunque
este segundo punto es el principal, y el que hace inme-
diatamente B nuestro propósito, no por eso deja de ser
importaute, y aun necesaria, la inteligencia del primero.

DESCRIPCION DE LAS CUATRO BESTIAS,


Y esplicacion de este misterio, segun se halla en los
espooitores.

PARRAFO 11.
61. Veia de noche en mi vision, y hé aqui los cuatro
vientos del cielo combatian el en mar grande. Y cuatro
grandes bestias subian de la mar diversas entre si. La
primera como leona, y tenia álas de águila; mientras yo
la miraba le fueron arrancudas las álas, y se alzó &
tierra y se tuvo sobre sus pies como un hombre, y se le
di6 corazon de hombre. Y vi otra bestia semejante á un
oso, que se paró á un lado: y tenia en su boca tres ór-
denes de dientes, y decianle así: Levántate, come carnes
en abundancia. Despues de esto estaba mirando, y hb
aqui como un leopardo, y tenia sobre si cuatro álas co-
mo de ave, y tenia cuatro cabezas la bestia, y le fuk
dado el poder. Despues de esto miraba yo en la vision
de la noche, y hé aqui una cuarta bestia espantosa, y
prodijiosa, y fuerte en estremo, tenia grandes dientes.de
hierro, comia y despedazaba, y lo que le sobraba lo ho-
llaba con sus pies: y era desemejante á las otras bestias,
que yo habia visto antes de ella, y tenia diez astas. Con-
templaba las astas, y hé otra asta peyuefia, que nació de
enmedio de ellas: y de las primeras astas fueron, arran-
cadas tres delante de ella, y en aquella asta habia o$,
EN G L O R I A Y MAGESTAU. . 213
como ojos d e hombre, y bocas, que h a b l a b a cosas grpn-
des, &c.*
62. Este es e l testo d e l a primera p a r t e d e l a profecía :
considerémos aora l a esplicacion comun de los intérpre-
tes.
63. La primera bestia, dice el Profeta, era semejante á
una leona cou álas d e águila. A esta bestia, añade, la
estuve mirando c o n atencion, hasta q u e ví q u e l a arranca-
ban las álas, la levantaron d e tierra, ella s e puso en pie
como hombre y s e l e di6 corazon d e hombre.
64. E s t a primera bestia, nos dice l a esplicacion, cor-
responde á l a cabeza d e o r o d e l a estátua, 6 al primer
imperio de los Caldeos : se representa e n figura de leona
con álas, p o r s u generosidad, valor é intrepidez, y por l a
suma ligereza con q u e hizo s u s conquistas. Lo demas q u e
se dice d e esta leona, esto es, q u e l a arrancaron las álas,
que la levantaron d e l a tierra, q u e s e puso e n pie como
hombre, y se l e di6 corazon d e hombre, n o significa o t r a
cosa sino aquel célebre y justisimo castigo q u e dió el S e -
fior 6 Nabuco, primer monarca d e este primer reino, qui-
tándole por f u e r z a las álas, esto es, e l reino mismo, tras-

* Vidabam in viaione mea nocte, et ecce quatuor venti coali pug-


nabant in mari magno. Et quatuor bestias grandes ascendehant de
man diversa inter se. Prima quasi lezna, et alas habehat aquilz:
aspiciebam, donec evulsíe sunt alíe ejus, et suhlata est de terra, et
mper pedes quaai homo stetit, et cor hominis datum est ei. Et ec-
ce bestia alia Biiiiis urso in parte stetit : et tres ordines erant in ore
ejus, et in dentibun ejus, et sic dicebant ei: Surge, comede carnes
plurimaa. Post h z c aspiciebam, et ecce alia quasi pardus, et alas
habebat quasi avia, quatuor super se, et quatuor capita erant in bee-
tia, et potestas data est ei. Post híec aspiciebam in visione noctis,
et ecce bestia quarta terribilii, atque mirabilis, et fortis nimis, den-
tea ferreos habebat magnos, comedens, atque comminuens, et reliqua
pedibua suia conculcans : dissimilis autem erat czteris bestiii, quaa
videram ante eam, et habebat cornua decem. Considerabam cornua,
et ecce cornu aliud parvulum ortum eat de medio eorum : et tria de
cornibus primis evulsa sunt B facie ejus : et ecce oculi quasi oculi
hominii erant in cornu isto, et os loquens ingentia, &c.-Dan. vii,
2 uaque ad 8.
214 L A V E N I D A DEI, MBSIAS
formándolo en bestia, y despues de algun tiempo volvién-
dolo á su juicio, dándole corazon de hombre, y restituyén-
dolo á su antiguo honor y dignidad.
65. Esta esplicacion no hay duda quo tiene muy bellas
apariencias : y aunque pudieran notarse en ella algunas
impropiedades, 6 inconexioues bien visibles, yo me conten-
to con haceros notar una sola, porque no puedo disimu-
lar. Y a sabeis el tiempo preciso en que este Profeta tuvo
esta vision, que faé, como él mismo lo dice, en el a&
primero de Baltasar, rey & Babilonia*. Segun esto,
es evidente que el trabajo de Nabuco (ilamo así esta tras-
formacion en bestia, 6 lo que parece mas verosímii, pér-
dida de su juicio, demencia, locura, frenesi, &c.) fué muy
anterior á la vision. Este trabajo durb cuando menos si&
te afios, despues de los cuales volvib otra vez á reinar,
no sabemos cuanto tiempo, hasta que por su muerte se
sentó en el trono Baltasar, en cuyo tiempo sucedió la vi-
sion. Aora, j os parece creible que Dios revelase tí este
Profeta debajo de un slmbolo 6 figura tan oscura, un suca
so pbblico, que ya habii pasado algunos afios antes ? i Un
suceso, que el mismo Profeta habia visto por sus ojos, co-
mo qiie estaba en Babilonia, y con oficio en palacio ? i Un
suceso, en ñn, que el mismo Daniel se lo habia anunciado
al rey de parte de Dios un afio antes que se verificase?
La cosa es realmente dificil de creer; mas será necesario
creerlo así, si creemos buena la esplicacion. Desde aquí
podemos ya empezar á sospechar que el misterio de esta
bestia acaso es muy diverso de lo que hasta aora se ha
pensado: la cual sospecha deberá crecer al paso que la
fuéremos mirando mas de cerca, confrontándola con la es-
plicacion. La que acabais de oir de la primera bestia no
parece la mas diicil, ni la mas impropia de todas.
66. Algunos autores se dan por entendidos de la di-
ficultad que hemos apuntado ; mas responden en breve, que
la vision de esta primera bestia, con todas las circuristan-
cias con que se describe, no fué para revelar algun suceso
* Anno primo Baltassar regis Babylonis. -D ~ Rvii,. 1.
EN GLORIA Y MAGEBTAD. 216
nuevo, oculto, 6 futuro, sino solamente para tomar el hilo
de aquel misterio, esto es, de los cuatro imperios, desde
su principio. Yo dudo mucho, que os pueda contentar
esta decision, por mas que se presente con figura de espli-
cacion.
67. La segunda, prosigue el Profeta, era semejante á
un disforme oso, el cual se puso á una parte, 6 4 un lado.
Tenia en su boca y en sus dientes tres órdenes, y le de-
cian estas palabras: levántate y come muchas carnes*.
Esta bestia, nos dicen, figura el imperio de los Persas, y
corresponde al pecho y brazos de la estátna. i Como y en '

qué ? i Qué similitud puede tener el imperio de los Per-


sas, aun permitido que fuese un imperio diverso de el de
los Caldeos, con una bestia tan feroz, y tan horrible 4 la
vista como el oso ? i Con qué propiedad se puede decir
del imperio de los Persas, que se puso Q una parte, Ó á un
ladot, como lee Pagnini? i A qué propósito se le dice
á este Ilnpeno : levántate, y come carnes en abundancia ?
Ved aquí lo Gnico que sobre esto se halla, no e n todos,
sino en algunos intérp~etesde los mas ingeniosos y erndi-
tos. La semejanza con el oso, dicen, no deja de cuadrar-
le bien al imperio de los Persas : pues como dice Plinio,
la osa pare sus hijos tan informes, que no se les ve figura
de osos, ni casi de animales, hasta que la madre, á fuerza
de lümerlos y frotarlos con su lengua, les va daudo la
forma y figura de lo q u e sou en realidad. De esta suerte,
daden, Ciro, fundador de este imperio, viendo á los
Persas informes, báigaros y salvajes, les dió con su lengua,
esto es, con sus exortaciones é inshucciones, la forma
y figura de hombres racionales, los hizo despues de esto
soldados, los llenó de valor y coraje militar, y conquistó
con ellos tres órdenes de presas ó de comidas : esto es, la
Caldea, la Media y la Persia misma. i Cosa admirable!
+ Et ecce bestia aiia simili iirso, in parte stetit : et tres ordines
erant in ore ejus, et in dentibus ejus, et sic dicebant ei : Surge, co-
-
mede carnes plurirnas. Dan. vii, 6.
) ID parte stetit (sive ad latus unuin). -Id. ib.
216 LA V E N I D A DEL MESIAS

Aunque fuese cierto todo lo que aquí se dice de Cira,


tomado en gran parte de su panegirista Jenofonte (á quien
ningun hombre sensato ha tenido jamas en esto por histo-
riador) i será creible h algun hombre sensato, que el Espi-
ritu Santo tuviese en mira el parto de la osa, ni las supues-
tas instrucciones de Ciro, para figurar con esta bestia el
imperio da los Persas? i O ! i con cuanta mayor razon y
prudencia proceden dros doctores, los cuales suponiendo
que en el oso se figura el imperio de los Persas, no se
detienen en probarlo con proporciones y congruencias, que
les podrian hacer poquisimo honor ! Vamos adelante.
68. La tercera bestia parecia un pardo ó tigre: tenia
cuatro alas como ave, y cuatro cabezas, y se le di6 potes-
tad*. Este es, dicen, el imperio de los Griegos, corres-
pondiente al vientre y-muslos de la esthtua. Viene aquí
figurado en un pardo 6 tigre, por la variedad de colores,
esto es por la variedad de gobiernos, y tambien por la
variedad de artes, y ciencias que 0orecian entre los Grie-
gos. Tambien, porque como dice Aristbteled y Pliiio,
el pardo atrae á sí otras bestias inocentes con sus juegos,
diversiones y halagos finjidos : y los Griegos con su elo-
cuencia, con su industria, con sus juegos páiblicos, con sus
poesías, con sus artes y ciencias, que cada dia inventaban,
atraian A sí otras naciones sencillas é inocentes, y segura-
mente les bebiau la sangre, esto es, el dinero. Aora, las
cuatro alas de este 'pardo, y sus cuatro cabezas deben sig-
nificar una misma cosa, esto es, que el imperio que fundb
Alejandro se dividiria despues de su muerte en cuatro
cabezas, y hcia los cuatro vientos, como aucedi6, 6 por
mejor decir, como no sucedió, pues loa sacesores de Ale-
jandro solo fueron dos, Seleuco, y Ptolomeo, que el mismo
Daniel llama rey de Aquilon, y rey de Austro. Mas esto
parece nada en comparacion de otras mil impropiedades y
frialdades que yo dejo á vuestra refiexion. Volved h leer
Et ecce alia quasi pardua, et alas habebat quasi avis, quatuor
super se, et quatuor copita erant in bestia, et potestas data est e¡. -
Dan. vii, 6.
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 217
lo que queda observado en el fenbmeno antecedente sobre
el imperio de los Griegos.
68. La cuarta bestia en fin, como la mas temble de
todas, es tarnbien la que mas resiste 4 la esplicacion del
sistema ordinario. Como todas las cosas que dicen de ella
pertenecen manifiestamente á los filtimos tiempos por con-
fesion de los mismos doctores : como por otra parte, el
imperio romauo (en quien todas se deben acomodar segun
el sistema)' dias ha que ha desaparecido del mundo, y na-
die sabe donde se halla ; es una consecuencia natural y
forzosa, que la acomodacion al imperio romano sea infini-
tamente dificil y embarazosa ; pero al fin no hay otro re-
curso : todo se debe acomodar al imperio romano, cueste
lo que costare. Por consiguiente este imperio no solo
existe, sino que debe durar hasta el fin del mundo. En
efecto, todos lo suponen así. Preguntadles aora sobre que
fundamento, y quedareis llenos de admiracion, al ver que
os remiten por toda respuesta á esta cuarta bestia, y os ha-
cen notar los estragos que ha de hacer ácia los Gltimos
tiempos, su castigo, su muerte, su sepultura, &c. i Y no
hay otro fundamento que este ? No, amigo, no hay otro,
i Y si por desgracia esta cuarta bestia no significa el impe-
rio romano, sino otra cosa diversísima? En este caso i no
caerá todo el edificio por falta de fundamento? Si; en este
caso caerá ; mas no hay que temer este caso : porque al-
gunos antiguos sospecharon que el imperio romano (que en
su tiempo se hallaba en la mayor grandeza y esplendor)
duraría hasta el fin del mundo, creyendo que estaba figura-
do en esta cuarta bestia, y así lo han creido, y sospechado
despues casi todos los doctores.
70. No obstante esta persuacion comun, yo voy á pro-
poner una razon que tengo (dejando otras por brevedad)
para no creer, que en la cuarta bestia se figure el imperio
romano, aun prescindiendo de su existencia, G no existen-
cia actual. Esta misma razon coniprende á las tres pri-
meras bestias, para tampoco creer que en ellas se figuran
los otros tres imperios. Argiimento así, y pido toda vues-
218 L A VENIDA DBL MESIAS
tra atencion. Si la cuarta bestia figura el imperio romano,
y las otras tres figuran los otros tres imperios, no solamente
el imperio romano, sino tambien los otros tres imperios de
Caldeos, Persas, y Griegos, deben estar vivos y coexbten-
tes en los Gltimos tiempos. O conceden esta proposicion, 6
la niegan. Si la concedeu (lo que parece duro de creer),
se les pide alguna buena razon, para hacer salir del sepul-
cro aquellos tres imperios, de quienes apenas nos queda al-
guna memoria por los libros. Si la niegan, se les muestra
al punto el testo espreso de esta misma profecia, el cual no
pueden negar sin negarse á sí mismos. Y vi (dice el pro-
feta, versículo 11) que Labia sido muerta la bestia, y
habia perecido su cuerpo, y h d i a sido entregado alfuego
para ser quemado: Y que á las otras bestias se les irabia
tambien quitado el poder, y se les habian sehlado tiem-
pos de vida hasta tiempo y tiempo*. m

7l. De modo que segun la esplicacion de los doctores,


la cuarta bestia, esto es, el imperio romano morirá muerte
violenta en los Gltimos tiempos : su cuerpo perecerá y será
arrojado al fuego, sin que puedan librarle los diez cuernos
que tiene en la cabeza: y despues de ejecutada esta justi-
cia, las otras tres bestias, esto es, los tres primeros imperios
de Caldeos, Persas, y Griegos, serán despojados de su po-
..
testad : y ví que habia muerto la bestia. y que á las
otras bestias se les h b i a tambien quitado el poder ...
De
aquí se sigue evidentemente, que los tres primeros impe-
rios no menos que el romano estarán en aquel mismo tiem-
po vivos, coexistentes, y cada uno con toda su potestad : y
si no, i qué potestad se les podrsi entónces quitar?
72. Apuro un poco mas el argumento. Si las tres pn-
meras bestias figuran los tres imperios de Caldeos, Persas,
y Griegos, como la cuarta el imperio romano, parece nece-
sario, que aquellos tres imperios primeros, no solo duren
* Et vidi quoniam interfecta esset bestia, et perisset corpus ejus,
et traditum esset ad comburendum igni : Aliarum queque bestianun
ablate esset potestas, et tempom vitz constituta ment eis usque ad
-
tempus, et tempus. Dan. vii, 11, et 12.
EN GLORIA Y MAGBBTAD. 219
tanto tiempo cuanto el romano, sino que le sobrevivan y
alcancen en dias. i Por qué ? Porque espresamente
dice la profeda, que muerta la cuarta bestia, # las
i otras
tres se les quit6 solamente la potestad, mas no se les quitb
la vida, antes se les senalb algun tiempo 6'tiempos en que
debian todavia vivir * : el cual tiempo 6 tiempos no sabe-
mos precisamente cuanto tiempo significa. Aora, pregunto
yo, i qué sentido tienen estas palabras ? i Como se pueden
acomodar á los cuatro imperios de los últimos tiempos?
Empresa verdaderamente dificil, imposible, y al mismo
tiempo la mas fácil de todas en el modo ordinario de espo-
ner la Escritura. Algunos aiitores, clásicos por otra parte,
tocan este punto, y dan muestras de querer resolver esta
dificultad, 6 4 lo menos, de querer desembarazarse de eila
del modo posible ; mas, i qué es lo que responden? Ape-
nas lo creyera, si no lo viera por mis ojos. Lo que res-
ponden es, que aunque el Profeta vi6 estas cosas despues
de la cuarta bestia ; auiique entónces vi6 que despojaban
de su potestad á las tres primeras bestias, y les señalaban
cierto espacio de vida, no por eso se sigue, que entónces
solo se haya de verificar, así el despojo de la potestad de
las bestias, 6 de los imperios, como la asignacion 6 limita-
cion precisa de tiempo que debian vivir; pues estas son
cosas muy anteriores. A estas bestias, prosiguen, se lee
quitó la potestad ; no á todas en un mismo tiempo, sino h
cada cual en el suyo. A la primera, esto es, al imperio
d e los Caldeos, se les quitó en tiempo de Dario, y Ciro.
A la segunda, esto es, al imperio de los Persas, en tiempo
d e Alejandro. A la tercera, esto es, al imperio de los
Griegos, en tiempo de los Romanos ; y al iniperio romano
se le quitará la potestad en los 61timos tiempos. Lo que
&ade el Profeta, esto es, que B las tres primeras bestias
despojadas de su potestad se les sefialó algun espacio
mas de vida, hasta tiempo y tiempo, no tiene otro mis-
* Aliamrn quoque beutiorum ahlata esset potestas, et tempo-
ra vitz constituta essent eis uaque ad tempus, et tempus.-
16. ver. 12.
220 LA VENIDA D E L MESIAS

terio, sino que estos tres primeros imperios, asi como todas
las cosas caducas de este mundo, tuvieron su tiempo de
vida fijo y limitado desde la eternidad por la providencia.
Leed otra vez el testo y juzgad: y vi, que habia si&
muerta la bestia, y habia perecido su cuerpo, y habia si-
do entregado al fuego para ser quemado : Y que á las
otras bestias se les habia tambien quitado el poder, y se
les Rabian señalado tiempos de vida.
73. E l poco caso que se hace. 6 que se afecta hacer de
este testo, omitiéndolo unos como cosa de poco momento,
dándole otros la inaudita esplicacion que acabais de oír,
;os parece, amigo, que será sin misterio ? Por mas que se
quiera disimular, es visible y claro, que debe poner en
gran cuidado lo que aquí se dice sobre el fin de las bestias,
conocidamente incompatible con las ideas ordinarias. Por-
que ¿qué quiere decir, que muerta la cuarta bestia, queda-
darán las tres primeras sin potestad, pero con vida? ¿ Qué
quiere decir lo que se ariade poco despues, esto es, que la
potestad, reino, 6 imperio, se dé al que acaba de llegar en
las nubes, como Hijo de Hombre, y junto con él á todo el
pueblo de los santos del Altísimo? i Qué quiere decir que
la potestad, reino 6 imperio que se da entónces 4 Cristo y
4 sus santos, comprende todo cuanto está debaio de todo
el cielo*? Todo esto es necesario que ponga en gran cui-
dado 4 los que piensau y dan por supuesto que el $efior ha
de venir 4 la tierra por muy breve tiempo para volverse
luego : que 4 su venida ha de hallar resilcitado á todo el li-
nage humano : que luego al punto ha de hacer su juicio de
vivos y muertos, y antes de anochecer se ha de volver al
cielo con todos RUS santos, &c. Por tanto no hay otro re-
medio mas oportuno, que 6 despreciar este cuidado, no
dándose por entendidos de estas menudencias, 6 darles al-
guna especie de esplicacion, la primera que ocurra, que el
pio y benigno lector les pasará por todo.

* Regnum autem, et potestas, et magnitud0 regni, qua est sub-


ter omne ccelum, detur populo Saiictorum Altisliimi ? -Dan. +,?l.
EN GLORIA Y MAGESTAD. 221

SE PROPONE OTRA ESPLICACION DE ESTAS CUATRO


BESTIAS. '

PARRAFO 111.
74. Habiendo visto y considerado lo que sobre este mis-
terio nos dicen los doctores, y quedando poco 6 nada sa-
tisfechos de su esplicacion,' es bien que busquémos
btra mas verosímil, que se conforme enteramente con el
testo sagrado, y con el contesto de la profecia. Yo voy á
pmponer una que me parece tal. Si despues de bien mi-
rada y examinada intrínseca y estrínsecamente, no se ha-
lláre digna de particular atencion, ni proporcionada á la
grandeza de las metáforas que usa aqui el Espiritu Santo,
fácil cosa es desecharla y reprobarla, poniéndola en ,el nú-
mero de tantas otras, que en otros asuntos semejantes han
merecido esta censura. Asi como yo no admito, antes ten-
go por impropia, por violenta, por falsa é improbable, la
esplicacion que hasta ahora se ha dado á estas bestias me-
tafóricas, así del mismo modo cualquiera es libre y perfec-
tamente libre para admitir la qiie voy á proponer. Esta yo
no puedo probarla con evidencia, con la autoridad de la di-
vina Escritura, porque se trata de una metáfora oscura, que
la Escritura misma no esplica; como suele hberlo 6011,otras
metáforas. Así, solo la propongo como una mera sospe-
cha vehementfsima, y á mi parecer fundada en buenas ra-
zones de congruencia, cuyo exámen y decision no me toca
h mi, sino al que leyere. Aun en caso de reprobarse, 6 no
admitirse esta esplicacion, no por eso perderá alguna cosa
sustancial nuestro sistema general, pues sea de estas bes-
tias lo que yo pienso, 6 sea otra cosa diferente que hasta
aora no se ha pensado, á lo menos es evidente que todo
ello se encamina, y todo se concluye perfectamente en la
segunda parte de esta profecia, que es la que hace inme-
diatamente á mi asunto principal.
75. Y, primeramente, yo no puedo convenir en que e'
222 L A VENIDA D E L MB61AS
misterio de Iris cuatro bestias sea al mismo que el de los
cuatro metales de lo estátua, si 4 lo menos no se considera
este íiltirno por otro aspecto muy diverso, Ó no se le afiade
alguna circunstancia sustancial y gravisima, que lo haga mudar
de especie absolutamente. El Profeta mismo dice de si,
acabando de referir esta Gltima vision, versículo quince :
se horrorizó mi espiritu, yo Daniel fui consternado de
estas cosas, y me conturbaron las visiones de mi cabeza *.
Si hubiese visto el mismo misterio, i qué razon habia para
horrorizarse y conturbarse? i Este misterio no lo sabia
muchos afios antes ? i No se lo habia revelado Dios en su
juventud ? El mismo no se lo habia esplicado individual-
mente á Nabuco, sin dar muestra de horror ni conturba-
cion? Pues i por qué se horroriza y conturba en otra vision
del mismo misterio ? Luego 6 el misterio no es el mismo,
6 á lo menos en esta segunda vision se le mostr6 el mis-
terio por otro aspecto muy diverso, y él vi6 otras cosas d e
mayor consecuencia, capaces de conturbar y horrorizar á un
Profeta, en aquel tiempo ya viejo y acostumbrado á gran-
des visiones. Fuera de esto, 4 poca reflexion que se haga,
comparando los cuatro metales.con las cuatro bestias, se
halla una diferencia tan sensible, cuanto diñere un cuerpo
muerto de un cuerpo vivo, 6 cuanto va de una estátua
inmóvil y fria, 4 un viviente que se mueve y obra.
76. N o por eso decimos, que las cuatro bestias no sim-
bolicen cuatro reinos, y los mismos reinos de la estátua, si
asi se quiere, pues espresamente se le dijo,al Profeta en
medio de la vision : Estas cuatro bestias grandes son cua-
tro reinos, que ss levantarán de la tierra t . Lo q u e
únicamente decimos es, que simbolizan los cuatro reinos
mirados por otro aspecto diversísimo del que se miran en
la estátua. En esta se miran los reinos solamente por su
Horruit spiritus meus, ego Daniel territus snm in his, et visi-
onea capitis mei conturbaverunt me. -Dan. vii, 15.
+ HE quatuor besti~magnz, quatuor sunt rcgna, q u e consur-
-
gent de terra Dan. id. id. 17.
EN G L O R I A Y MACESTAD. 223
aspecto material, es decir, por lo que toca 4 lo fisico y
material de ellos mismos, sin respecto 6 relacion con lo
espiritual. En las bestias al contrario, se miran los reinos
por el aspecto formal : esto es, en cuanto dicen relacion á
lo espiritual, como la dicen todos por precision. Mas clyo :
en el misterio-de la estátua se prescinde absolutamente de
la religion de los reinos, ni hay setíal alguna en toda la
profecia de donde poder inferir alguna relacion 6 respecto,
6 comercio de los reinos mismos con la divinidad. Solo se
habla de grandezas materiales, de conquistas, de pleitos,
de dominacion de unos hombres sobre otros, de fuerza, de
violencia, de destrozos, de enemistades, de amistades,
de casamientos, &c. y todo ello figurado por metales de la
tierra, por si mismos frios é inertes ; mas en el misterio de
las bestias no es asi : se divisan algunas sefiales nada
equívocag de religion, 6 de relacion á la divinidad : v. g. el
coramn de hombre, que se le da 4 la primera bestia, las
blasfemias contra el verdadero Dios, la persecucion de sus
santos, la opresion y hnmillacion de estos mismos, el con-
sejo en fin, g tribunal estraordinario que se junta, en que
preside el Anciano de dias, para juzgar una causa tan
grave que parece por todas sus sefias uba causa de religion,
que inmediatamente pertenece á Dios.
$7.E n suma, en el misterio de la estátua solamente se
habla de los reinos por la parte que estos tienen de tierra,
b de terrenos, sin otro respeoto 6 relacion, que 4 la tierra
misma ; mas en el misterio de las bestias ya se repre-
sentan estos reinos con espiritu y con vida, por el respecto
y relacion que dicen á la divinidad ; pero con espíritu y
vida de bestias salvages y feroces, porque este respecto y
relacion 4 la divinidad no se endereza á darle el culto y
honor que le es debido ; sino antes á quitarle este culto, y
á privarle de aquel honor. Estas dos cosas de que vamos
hablando parecen necesarias y esenciales en un reino cual-
quiera que sea: esto es, lo material y terreno, que es todo
lo que pertenece al gobierno político y civil, y lo formal ó
espiritual, que pertenece á la religion.
224 L A V E N I D A D E L MESIAS

78. Segun esto podemos aora discurrir, sin gran peligra


de alejarnos mucho de la verdad, que estas cuatro bestias
grandes y diversas entre si, no significan otra cosa que
cuatro religiones grandes y falsas, que se habian de esta-
blecer en los diversos reinos de la tierra figurados en la
estátua. Todas cuatro grandes en la estension, todas cua-
tro diversas entre si*: mas todas cuatro muy semejantes y
muy hermanas en ser todas falsas, brutales, disformes,
y feroces : las cuales, como otras tantas bestias salidas del
infierno, habian de hacer presa en el misero linage de
Adan, habiau de hacer en él 10s mayores estragos, y lo
habian de conducir 4 su Gltima ruina, y perdicion irreme-
diable y eterna.
79. Aqul, segun parece, no se trata ya en particular de
Caldeos, ni de Persas, ni de Griegos, ni de Romanos. No
es este el aspecto de los reinos que aqui se coiisidera.
Y a este aspecto queda considerado en el misterio de la
estátua. S e considera, pues, en general todo reino, todo
principado, toda potestad, todo gobierno de hombres, com-
prendido todo en los cuatro reinos 6 imperios célebres que
se han visto en esta-nuestra tierra : sin atender en ellos á
otra cosa, que 4 la religion dominante de ellos mismos.
80. Estas religiones falsas y disformes, aunque en los
accidentes y en el modo, han sido y son innumerables :
'
todas ellas se reducen fácilmente 4 solas cuatro grandes, y
diversas entre si. El Profeta de Dios las representa aqul
con la mayor puntualidad y propiedad posible : las tres
bestias conocidas de todos, y conocidas por las mas salvajes,
las mas feroces y mas dignas de horror y de temor. La
cuarta debajo de la semejanza de otra bestia del todc nue-
va, inaudita en los siglos anteriores, diferentísima de todas
las otras, y que une en si sola la ferocidad de todas las
demas.

Quatuor beati~grandes ... diversa inter se. -Don. vii, 3.


BN GLORIA Y MAGBBTAD.

ESPLICACION DE L A P R I M E R A B E S T I A .

PARRAFO IV.
81. La primera como leona, y tenia ákcs de águila;
mientras yo la miraba, le fueron arrancadas las álas, y
se a l . de tierra, y se tuvo sobre sus pies como un hom-
S
bre, y se le dio corazon de honbbre*.
Esta primera bestia, 6 esta leona con álas de águi-
la, parece un símbolo propio y natural de la primera y
mas antigua de todas las falsas religiones : quiero decir, de
la idolatría. Represbntase aqui esta falsa religion como
una leona terrible, 4 la cual, aunque de suyo ligera, se le ,
afiaden 4las de Bguila, con que queda no solo capaz de cor-
rer con ligereza, sino de volar con rapidez y velocidad : es-
presiones todas propísimaa para denotar, ya la rapidez con
que vol6 la idolatría, y se estendió por toda la tierra; ya
tambien los estragos horribles que hizo en poco tiempo
en todos sus habitadores, sujetándolos tí su duro, tiránico
y cruel imperio. Aun el pequefio pueblo de Dios, aun la
ciudad santa, aun el templo mismo, lugar el mas respe-
table el mas segrado que habia entónces sobre Ia tier-
ra, no fueron inaccesibles 4 sus álas de águila, ni respe-
tados de su voracidad : y fué bien necesaria la yroteccion
constante, y los esfuerzos continuos de un brazo omnipo-
tente, para poder salvar algunas reliquias, y en ellas la
Iglesia de Dios vivo, 6 la verdaderareligion. Toda la Es-
critura divina nos da testimonio de esta verdad.
82. N o quedó en esto solo la vision. Prosiguió el
Prcfeta contemplando esta bestia hasta otro tiempo en que
vió que le arrancaban las Blas, la levantaban de la tier-
ra, la pouian sobre sus pies como hombre, y le daban co-
razon de hombre. Veis aquí puntualmente lo que sucedió
en el mundo al comenzar la época feliz de la vocacion de
Prima quasi lecena, et alas habebat aquilce : aspiciebam donec
evulsee aunt alce ejus, et sublata est de terra, et super pedes quasi
horno atetit, et cor hominis datum est ei. -Dan. aii, 4.
TOMO 1. Q
aa6 LA V E N I D A D E L MBSIAS

las gentes. Lo primero que sucedib 4 la idolatría con la


predicncion de los apbstoles, que por todas partee le die-
ron tan fuertes batallas, fu6 que se le cayeron las Blas,
6 leheron arrancadas B viva faeiza, para que ya no vo-
lase mas en adelante*. Estas dos hlas, me pareae (otros
pueden pensar otra cosa mejor) que son simbolos propios
de aquellos dos principios 6 raíces de todos los males que
produjeron la idolatría, y la hicieron estenderse por toda
la tierra: quiero decir, la ignorancia por una parte, y la
fabula por otra. La ignorancia del verdadero Dios, de
quien laa gentes brutales y corrompidas se habian alejado
tanto, y la fábula que habia sustituido tantos dioses falsos y
ridiculos, de quienes se contaban tantos prodigios. A estas
dos 4las acometieron en primer lugar los hombres apostó-
licos : dieron noticias al mundo del verdadero Dios : dieron
ideas claras, palpables, innegables de la divinidad : enseÍia-
ron lo que sobre esto acababan de oir de la boca del Hi-
jo de Dios, y lo que les enseííaba 6 inspiraba el nlismo
Espíritu de Dios que en ellos hablaba: descubrieron por
otra parte la falsedad, y la ridiculez de todos aquellos
dioses absurdos, que hasta entónces habian tenido los hom-
bres, y en qnienes habian esperado : y con esto solo la
bestia quedó ya incapaz de volar, y empezó 4 caer en tan
gran desprecio entre laa gentes, que avergonzada y corrida
como un Qgn'ia sin plumas, se fué retirando ácia los Bn-
gulos mas remotos, y mas escondidos de la tierra
8% Arrancadas las Alas á la leona, todo lo demáa que
vi6 el Profeta debia luego seguirse sin gran diñcnltad, y
realmente aai sucedib. Una parte bien grande y bien con-
siderable del linage humano, en qúien esta bestia domina-
ba, y que ya era ella misma, como que estaba converti-
da en su propia sustancia, fué levantada de la tierra, dán-
dale la mano, y ayudándola los Apóstoles mismos. Con
este socorro, puesta en pie como M hombre raoional, m
le di6 al punto corazon de hombre, quitáindole con esto
B# GLORIA Y MAGESTAB. m
i a m i s b ~ i a ,y aun 168 accidentes de bestia: micntr& yo
[a miraba ((dice Daniel), Zsfueron atrancadas Zas álm, y
sd al& de tierra, y b~ t m o #Obre sus pies c o m zcrz h h e ;
y se le dió corazm & hombre. Leed las Actes de los
Apbstoles, y la historia edesiQstioa de los primeras sfglos, y
vereis ver&ado esto con toda propibdad. No sere m6tit
ni &era de pmpb~itoobservar aquí una aircunstancia que
nos servirá bien 4 su tiempo : es B saber, que Q esta pri-
mera bestia no le quitaron la vida, sino solamente las Qlas,
y con ellas la libertad de volar. Asi aunque perdió por
esto una gran parte de si misma, y la mayor y maxima
parte de sus dominios, ella quedó viva, y viva está aun,
y lo estar4 sin duda hasta que se le quite enteramente la
potestad : lo cual, segun esta misma profecia, no sucederá
sino despues de la muerte de la cuarta bestia; vf (ahítide
el mismo Daniel), que habia sido muerta la bestia . Y ..
que á las otras bestias se €es habia tambien q u l t d d r d
poder. Y aunque entónces, quitada la potestad, se ies
dará algan tiempo de vida, mas no ya vida beetiel, shd
d a racional ; del cual privilegia do goaará ciertamente la
coait;r bestia, como verémos á su tiempo.

S E G U N D A BESTIA.

84, Y ~f á otra bestid semjaate íí un &o, que se pd8&


cl un ludo: y tenia en su boca tres brdt?n& de diedted, ya
dedanle ast : Levántate, come c a m s en aózlnd+znci~*.
La segunda bestia era semejante Q un oso. Este no
teu'álas para volar, y estenderse por toda la tierra co-
mo la leona: por lo cual ae puso solamente á un Iddo, 6
h& ona parte determinada de la tierra en donde fijá $tir
habitadoti, $ara moveise de alli á una parte, y domo;l w
Paguiui: que se paró un lado ; mas en lugar de filasi
Et ecce bestia alia similis urso in parte stetit : et tres ordineo,
erant in ore ejus, et in dcntihus ejus, et sic dicebant ei: Surge,
-
comede carnes plurimas. Dan. vii, 6.
Q 2
L A VENIDA DEL HESIAS

tenia a t a bestia tres brdenes en su boca, y en sne d i e s


tesi Estos tres hrdenes no parece que pueden significar
tren espeeies de viandas06 carnes, como se dice comun-
mente, en la suposicion de que el oso simboliza el imperio
de los Persae : puea este imperio no solo tuvo los tree 6r-
denes de viandas que le sefíalan, esto es, la Asiria, la Cal-
dea, y la Persia misma, sino otras muchas mas, que no hay
para que olvidarlas : cuales fueron la Media, toda la Asia
Menor, la Siria, la Palestina, el Egipto, las Arhbias, y
una parte considerable de la India, &c., segun lo cual, el
oso de& tener en su boca y en sus dientes, no solo tres
brdenes, sino diez 6 doce, y tal vez, veinte 6 treinta.
Fuera de esto, si en su boca tres órdenes de dientes, sig-
nifican tres especies de viandas, 6 de carnes, i á qué pro-
pósito se le dice B esta bestia: Levántate, come carnes
en abundancia? i Con que propiedad se podrá convidar
ti un perro, 6 á un hombre que ya tiene en su boca y entre
sns dientes tres especies de viandas ; diciendole : Leván-
tate, come carnes en abundancia ? Parece, pues, mucho
mas natural que estos tres órdenes en la boca y en los
dientes de esta segunda bestia signifiquen solamente tres
modos de comer, 6 tres especies de armas con que hace su
presa, y atiende 4 su sustento y conservacion. '

85. Todas estas ensefianzas y circunstancias tan indivi-


duales, llevan naturalmente toda nuestra atencion ácia
otra religion grande y disforme, que se levantó de la tierra,
ouando ya la primera estaba sin álas : quiero decir, el
MaJbometismo. De esta falsa religion se verifica con toda
propiedad, lo primero, la semejanza con el oso, que es la
bestia mas disforme y horrorosa á la vista. Lo segundo,
la h m t a n o i a 6 distintivo particular de ponerse ácia una
parte, 6 ácia un lado de la tierra: b un &... b una
parte; p r q u e es cierto que esta bestia no ha dominado
jamas sobre toda la tierra como la leona, sino solamente
en aquella parte, y ácia aquel lado, donde se estableció
desde su juventnd: esto es, Bcia el mediodia del Asia, y
6 la parte septentrional del Afnca. Habiendo nacido en
EN OLORIA Y MAGBBTAD. 289
h&ia cerca del mar rojo, c m i 6 desde allí al oriente y ai
occidente : al oriente hasta la Pereia 6 India: al occidente
por laa catas de Afnca hasta el oobano. En esta parte 6
ácii este lado se ha estado el Mahomtiemo mas de mil
d o s casi sin dar un paso, ni moveme de d i , pues aunque
los príncipes otomanos, que profesan esta m l i o n , han
hecho grandes conquistas en Asia, Africa, y Europa ; maa
el Mahometismo ha hecho poaas 6 ningunas. Todos loa
dominios del gran. Seiior están llenos de Cristianos,y de
Jndios, hacen la mayor parte, de sus habitadoree, y unos y
otros están muy lejos de abrazar esta religion. Mas ann-
que el Mahometismo no ha hecho mas progresos de loa
que hizo en su juventud, tampoco ha perdido alguna parte
considerable de sus dominios.
86. Lo tercero, se verifican propiamente en el Maho-
metismo aquellos tres órdenes que vi6 el Profeta en la
boca y en los dientes de la segunda beetia: es decir, loa
tres modos de comer, 6 las tres especies de armas de que
ha usado esta religion brutal para mirar por su conserva-
cion. El primer órden, 6 la primera arma fu6 la ñccbn,
suñcientísima á los principios para bacer presa y devorar
una tropa de ladrones, vagamundos, ignorantea y grose-
ros. Mas como era no solo diicil, sino imposible que la
ficcion durase mucho tiempo sin descubrirse, ni todaa ha-
V i de ser tan rudos que creyesen eiempm cosas tan in-
creibles: le aran necesarios á la bestia, para poder vivir,
otros dos brdenes mas tí otras dos maneras de comer. Eetae
son, á mi parecer, la espada y la licencia. La primera,
para hacer creer por fuema lo que por persuasion par-
imposible: para defender de todo insulto la ficcion misma:
para responder á todo argumento con la espada: para m+
solver con ella misma toda dificultad: y para que esta
espada quedase en los siglos venideros como una sefial do
credibilidad clara, patente B irresistible.
87. Aun con estos dos primeros órdenes, aun con estaa
dos armas 6 modo de comer, la bestia no podia nataral-
mente sustentarse, ni vivir largo tiempo. Su vitalicio
quedaba 4 10 menoe wügepte é incierto; pues al iin ails
@clu groSera se deseubre con el tiempo, y B una eepada
ee M e muy bien oponer .otra espada igual 6 mejor.
@. W e , pues, necesario al Mahometismo o b 6 r d a
tí oka maaers mas de comer, si0 lo cual en pocos
&S hubiera m w t o de hambre, y se hubiera desvanecido
iafaliMemente. EraIe, digo, necesaria para poder vivir,
la licencia sin Umie en todo Io que toca al sentido. Con
este brden, mucho mejor que.con Ia espada, se hacia crei-
ble, respetable y amable tado el símbolo de esta mons-
truwa religion: no quedaba ya dificultad en creer cuanto se
4Pisiese: el eotendimiento quedaba cautivo, y cautiva la
d u n t s d : ni habia que temer herejías ni cismas, ni mucho
menos apostasias. Así armada la bestia con estos tres
6r.denes; y con estos tres modos de mpaer, se le paPtiau
'
ya de&, y realmente se le %eran aqueIlas palabras iró-
aicaa: Levántate b e d a gema, come, y hártate de muchas
oames *.
,$O. A esta bestia horrible g espantable m se le ha
podido dar basta awa mrazon de hombre; ni hay apa-
riencia, pi eeperwa alguna m d l e de que ella quiera
recibir10 jamae. Bsí como hé neceoario, w t e e te todo, ar-
raacarle las alas 6 lp leona para disponerla con esta di&-
genoia 4 querer recibir, y á recibir eri realidad UR corar~oe
de hombre, dejando el de fiera; así ni mas ai menos era
neoasario arrancar al oso los tres órdenes que tiene ea su
boca y en sus dientes, á lo meoos los dos úitimos: y si
ambos no se p u e d a 4 w tiempo, B 10 menos el ultimo
de todos, que por desgracia suya es el mas, duro, y el
astu inflexible. Bien se necesitaban para e& d W
empresa aquelles primicias del espiritu, que despreciando
generusamente la propia vida, se presentaron delante de
la leooa, se llegar00 O ella, la acometieron, y no sin
heridas, consiguieron en fin arrancarle las áias, y despues
lienos de caridad y misericordia, la ayudaron á lesantarse
de la tierra. Paréceme mas que veroeid, y poco menas
Surge, comede carnes plurimas. -Dan. vii, 12.
que dierto, que esta segunda bestia, 6 esta falsa y mona-
tmosa religion de que hablamos, perseverará en este mis-
mo estado en que la hemos visto tantos siglos ha, hasta
'jnntamente con la primera y la tercera (de que luego
vamos 4 Aablar) se le quite toda la potestad*: lo cual
parece del mismo modo, 6 cierto 6 veroimil, que solo
podrá suceder, segun las escriturae, cuando venga el Se-
fior en gloria y magestad, comb irémos viendo en todo el
discurso de estas observaciones. Para este tiempo feliz
espera toda la tierra, y espera todo el mísero linage d e
Adán el remedio d e todos sus males : y será muy llena
de su aagestad toda la tierra: a& sea, así sea-!-; porque
la tierra está llena de la ciencia del Señor, asi como las
aguas del mar, que la cubren fe

TERCERA BESTIA.
PARRAFO Vi.
90. Despues de esto estaba mirando, y hé aquí comos
un leopardo, y tenia sobre sí cuatro lilas como de ave, y
tenia cuatro cabezas la bestia, y le fuk dado el poder$.
La tercera bestia era semejaute á un pardo 6 tigre,
en cuya piel 6 superficie esterior se nota alguna especie
de hermosura por la variedad de colores. E n esta bestia
se veían cuatro alas, como de ave, y tambien cuatro cabe-
zas, y se le di6 potestad. Todas estas sefíales y dis-
tinciones parece que nos muestran como con la mano, y
nos convidan á reparar con mas atencion lo mismo que
tenemos á l a vista. Esta tercera bestia, sefior, (i quien lo
creyera!) esta tercera bestia es el cristianismo. No penseis
Aiiamm quoque bestiarum ablata esset potestas. -Dan. rii, 12.
f Et replebitur majestate ejua omnis tema : fiat, fiat. Pa.-
M,19.
1 Quia repleta est terra scientifi Domini, sicut aquze maris ope-
-
rientes. Zadí . xi, 9.
5 Post hac aspiciebam, et ecce alis quasi pardus, et alas habebat
-
qnasi avis, quatuor super se, et quatuor capita erant in bestia,. e t
poteataa data est ei. Dan. vii, 6.
m LA VENIDA DEL MBSIAB

que hablo del cristianismo verdadero, de aquel que e s Ia


Gnica y verdadera religion: esto no tiene semejanza alguna
con las bestias, antes á las bestias las convierte en hom-
bres, como B las piedras en hijos de Abrahan. Hablo,
pues, únicamente del cristianismo falso, del kistianismo
solo en la piel, en la superñcie, en la apariencia, en el
nombre: ved la propiedad.
91. Este cristianismo falso, lo primero, es muy vario
en la superficie, como lo es el pardo: se ve en él una
gran variedad y diversidad de colores, los cuales no dejan
de furmar alguna perspectiva agradable B los ojos superfi-
ciales. Lo segundo, ha volado el falso criotianismo ácia
los cuatro vientos cardinales, y ha estendido su dominacion
en todas las cuatro partes de la tierra: para esto son, y B
esto aluden las cuatro álas como de ave que se ven sobre
la bestia. Lo tercero, se ven en el falso cristianismo cua-
tro cabezas : que es cosa bien singular y bien monetmosa :
y tenía cuatro cabezas la bestia. ;Qu6 quieren decir
cuatro cabezas en una misma bestia? Lo que quieren
decir visibIemente es, que aunque aquella parese una sola
individua bestia, mas en reaiidad son cuatro bestias muy
diversas, unidas todas cuatro en un cuerpo, cubiertas en
una misma piel, y como un seguro debajo del nombre sa-
grado y venerable de Cristianismo. Lo que quiere decir
es, que cuatro bestias muy diversas se han unido entre sí,
casi sin entenderlo, para despedazar y devorar, cada niia
por su lado, el verdadero cristianismo, y convertirlo todo
(si esto fuese posible) en la sustancia de todas. Conside-
rémos aora con distincion estas cuatro bestias, 6 estas cua-
tro cabezas del falso cristianismo.
92. La primera de todas es, la que llamamos con pro-
piedad herejía, en que debemos comprender todas cuantas
herejías particulares se han vieto y oido en el mundo, desde
la fundacion del cristianismo. Todas ellas son partes de
esta bestia, y pertenecen 4 esta cabeza. La segunda, e s el
~isma,que no se ignora ser un mal muy diverso de la he-
rejía. A esta cabeza pertenece todo lo que se sabe: ¿ y
#
EN GLORIA Y I A O B S T A D . 288
os parece poco? Toda la Grecia, la Asia Menor, la Arme-
nia, la Georgia, la Palestina, el Egipto; en una palabra,
todo lo que se llamaba antiguamente el imperio de oriente,
donde floreció en los primeros siglos d verdadero cnstia-
nismo: y fuera de todo esto, un vastlsimo imperio 4cia el
norte de la Europa y del Asia Todo este cristianismo,
sin cabeza, es el que forma la segunda cabeza de la bqstia.
93. La tercera cabeza del falso criritianismo es la hipo-
cresía. Le doy aquí este nombre equivoco, aunque no '
impropio, porque no me parece conveniente darle su pro-
pio nombre. Mi atencion es servirla con un servioio real
y oportuno, no ofenderla, .ni exasperarla. Basta para mi
propio que ella me entienda, y que me entiendan los que
la conocen á fondo. Como hablamos actualmente de falsas
religiones, figuradas en las bestias, ninguno se podrá per-
suadir que aquí no se hable del vicio de la hipooreda en
punto de reiigion. De aquella, digo, que tiene anunciada
el Apóstol para los tíltimos tiempos, con estas palabras:
Mas el espíritu manijiestanrente dice, que en los postri-
meros tiempos apostatarán algunoe de la fe, dando oidos
á eqóritus de error, y á doctrinas de demonios, que con
.
hipocresía hablarán mentira.. (6 como la version siriaca)
que engañan con hipocresia*. De esta vuelve 4 hablar
en otra parte, diciendo: bias has de saber esto, que en
los Gltimos dias vendrán tiempos peligrosos ::: M s c í
.
hombres.. teniendo apariencia de piedad; pero negando
la virtud de ella.. ..t. En suma, no hace Q mi propbsito el
decir quienes son, 6 quienes serán estos hombres cubiertos
con la piel de cristianos, y aun escondidos en el seno de la

Spiritue autem manifestb dicit, quia in novissimie temporibua


dircedent quidam B fide, attendentes spiritibua erroris, et doctrinii
dzmoniorum, in hypocrisi loquentium mendacium, ... (ame ut in
a*.&one airiaca) qui habitu mentito iinponent.- 1 ad Emot. iv, 1,2.
f Hoc autem scito, qubd in novissimis diebus instabunt tempom .
periculoea : Erunt homines.. . habentes speciem quidem pietatis :
virtutem autem ejus abnegantee. -2 ad Timot. iii, 1,2, et 5.
verdadera Igfesia, paca despedazar a t e seno mas á su
salvo: me basta mostrar esta tercera cabeza, y pedir
atencion A las intelijentes.
94. Nos queda aora que mostrar la cuarta y Gitima ca-
beza de esta bestia, digo del falso cristianismo. N o obs-
h t e de ser esta la mas antigua y como madre de las tres
primeras, que 4 sus tiempos las ha ha ido pariendo; no
obstante de ser la mas perjudicial y la mas cruel, en medio
de un semblante halagüefio, y de una cara de risa, es al
mismo tiempo la menos conocida, y por'eso es la menos
temida de todas. No os canseis, seiíor, en buscar esta
bestia fuera de casa: es bestia muy easera y muy sociable:
llena por otra parte de gracias, de dulzuras y de atractivos.
Con ellos ha divertido, ha descuidado, ha encantado en to-
dos tiempos la mayor parte de los hijos de Adan: y con
ellos mismos ha becho tambien, y hará todavia en adelante
grandes presas, y daííos sin námero, en lo que pasa por
verdadero critianismo. Dad una vista por todo el orbe
cristiano. Visitad en esplritu, con particular atencion,
todas a q d l o s paises católicos que pertenecen d h verda-
dera Iglesia oristiana. ;Y qué vereis? Vereis sin dudacon
admiracion y pasmo, tantas cosas universalmente recibidas,
no solo ajenas, no solo contrarias al verdadero cristianismo,
que os dar4 gana de cerrar luego los ojos, y de no vol-
verlos 4 abrir jamas. No hablo de los pecados, flaquezas
y mieerias propias de nuestro barro: hablo solo, 6 princi-
palmente de aquellas cosas (tantas y tan graves) que si&-
do conocidamente monedas falsas, reprobadas y prohibidas
en el evangelio, corren, no obstante, sin contradiccion, y son
miradas como indiferentes, y tal vez como necesarias.
95. i No os parece, señor mio, cosa durisima, despues
de haber leido los evangelios, y estar bien instruido en la
doctrina de los Apbstoles de Cristo, dar el nombre de
verdadero cristianismo á todo aquello donde apenas se
divisa otra cosa, por mas que se desee, que aquella t r s
de que habla S. Juan: concupiscencin de carne, y concu-
EN GLORIA Y YAGESTAD. 2%
pilegcie da ojos, y roberbia de vida*? i Y peneais que
esta es alguna aaaa nunca vista, 6 muyssara en e l medo
ordbliw? i Fensais que no corre esta falsa moneda aun en
el aaceFdocio? i N o os parece cosa durísima dar el nombre
de verdadero cristkmjsmo B todo aquello donde apenas se
ve otra cosa que un poco de fe, y eeta fe, 6 muerta del
todo, sin dar sefial alguna de vida, 6 tan distraida g
adormecida, que casi nada obra de provecho, fuera de tal
cuai acto esterno que se lleva el viento? i No os parece
cosa durísima dar el nombre de verdadero cristianismo t i
todo aquello donde por maravilla se ve alguno de aquellos
doce frutos que debe producir el Espíritu Santo, esto es,
caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, lon-
ganimidad, mansedumbre, fe, &tia, coutinencia, cas-
tidad+? i No os parece, en fin, cosa durísima dar el
nombre d e verdadero cristianismo 4 todo aquello donde en
lugar de fnitos del Espiritu, apenas se ve otra cosa que los
frutos, 6 las obras propias de la carne?
Mas las obras de la carne están -patentes: como een
fornicacion, impureza, deshonestidad, lujuria, enemis-
tades, contiendas, celos, iras, r i k , discordias, sectas, en-
vidias, homicidios, embriagueces, glotonerias, y otras
c om como estas, sobre las cuales os denuncio, como ya
lo dije: Que los que tales cosas hacen, no alcanzarán el
reino de Dios$.
96. Si quieren que á todo esto le démos el nombre de
verdadero cristianismo, solo porque todo esto s y e d e den-
* Concupiscentia camis,. .. et concupiscentia oculorum, et super-
bia vitz. -1 Joan. ii, 16.
+ Charitas, gaudium, pax, patientia, henignitas, bonitas, longani-
-
mitas, mansuetudo, fides, modestia, continentia, castitaa ? Ep. ad
Galat. v, 22, et 23.
f Manifesta sunt autem opera carnis : q u ~ sunt fornicatio, im-
munditia, impudicitia, luxuria, ... inimicitize, contentiones, zemula-
tiones, ir%, r i x ~ dissentiones,
, sectE, invidiz, homicidia, cbrietates,
comessationes, et his similiq quz przdico, nobiii, sicut przdixi:
Quoniam qui talia agunt, regnum Dei non conscquentur. A E p . ad
Galat. v, 19, 20, et 21.
tro de la verdadera Iglesia de Cristo: solo porque los qw
tales cosas hacen*, creen al miamo tiempo los -principalea
misterios del cristianismo, cuya fe seca y estéril en nada
perjudica á su sensualidad y vanidad; yo no me atrevo á
darle este nombre, ni me parece que puedo hacerlo en
conciencia, porque sé de cierto, que la fe que prescribe el
verdadero cristianismo ea aquella sola que obra p o r
ridadt, aquella que, como principio de vida, porque
eljusto vive de la fe$, hace vivir al hombre en cuanto
cristiano, y vivifica y anima todas sus acciones para la
vida eterna. Es pues este un cristianismo evidentemente
falso, como tan ageno y tan contrario á la inatitucion del
Hijo de Dios. Es verdad que aora está mezclado con el
verdadero, y tan mezclado, que lo molesta, io oprime, y
casi no lo deja crecer: ni mas ni menos como lo hace la
zizafia con el grano: mas ya sabemos el fin y destino del
uno y del otro. Cojed primero la zizaña (dijo el Sefior),
y atadla en nranojos p a r a quemarla; mas el trigo reco-
jedlo en mi granero s.
97. Parece muy dificil esplicar con una palabra, 6 con
un solo nombre esta cuarta cabeza del falso cristianismo.
Y a sabeis cuantas cosas comprende la concupiscencia de la
carne, cuando no se niega y crucifica, como deben hacerlo
los verdaderos cristianos: pues segun el Apóstol, los que
son de Cristo, crucijicaron su propia carne con sw ui-
cios y coneupiscenciasl(. Y a sabeb cuantas cosas com-
prende la concupiscencia de los ojos ; no digo de los ojos
propios, que esta pertenece á la concupiscencia de la
carne, sino de los ojos de otros, en que entra toda la gloria
vana del mundo, y toda su pompa y ornato, a que todos

Qiii talia agunt. - Zd. ib. 21.


7. QUEper charitatem operatur.-Id. ib. 6.
f Quia justus ex fide vivit. -Ad. Gal. iii, 11.
5 Colligite primbm zkania, et alligate ea in fasciculos ad combu-
rendiim : triticum congregate in horreum meum. -Mat. S i,30.
11 Qui autem sunt Christi, q e m suam cruciñxerunt c m vitiie,
et concupiscentiis.-Ad Galat. v, 24.
EN QLORLA Y MAQBOTAD. !m
los orkttiaoog renunciamos deade el bautismo : todo lo cual
no tiene otro fin que buscar la g h i a que recibb los u-
con loa otras... para ser vidas de los -res*. Y a sa-
beii cuantas cosas compmnde la soberbia de la vida, que
hace 4 los hombres verdaderos hi~osdel diablo, cuyo prin-
cipal carácter ea la soberbia, segun esta espresion de Job:
fi el rey de todos los hgos de soberbia?. No hallo, pues,
otro nombre mas propio, ni que mas se acomode 4 esta
cuarta cabeza del falso cristianismo, que el que acabamos
d e decir: concupiscencia de carne, y concupicencia de
@m, y ooberbia de vida. Todo lo cual no sé si pudiera
comprenderse con propiedad bajo el nombre d e libertinage.
98. Esta tercera bestia con sus cuatro cabezas, de que
acabamos de bablar, parece cierto, que perseverará viva,
y haciendo cada dia mas dafio, hasta que venga el Señor
B remediado todo; pues espresamente se dice en el evan-
gelio que habiéndose ofi.eoido los operarios para ir 4 arran-
car la zizafia, que crecia con el trigo, respondió : No :. ..
no sea que cogiendo la zizaña, arranqueis tambien con
elle el trigo. Dejad crecer lo uno y lo otro hasta la
siega.. .S Aora, el mismo Sefior aplica lo que debemos
entender por zizafia, diciendo: la zizaña son los hijos de
& iniquidad§: asi como el buen grano son los hijos del

OUARTA BBSTIA T E R R I B L E Y ADMIRABjrE.


A
PARRAFO VII.
96. Despues de esto miraba yo en la vision de la noche,
y hé aquí una cuarta bestia espantosa, y prodigiosa, y
Qlorism qum ab invicem est : n t videantur ab hominibne. -
Mi.vi, 6.
.t. Ipee est rex super universos filios superbim. -J o b xli, 26.
f Non : ne fortb coiiigentee zizania, eradicetis simhl cum eis et
triticum. Sinite utraque crescere neque sd mesaem.
29, e: 30.
-Mar. xiii,
-
5 Z i d a autem filii sunt nequem. Mat. xiii, 38.
U Hi sunt 6lii regni. -Id. id. ib.
fuerte en estremo : tenia grandes dientus de hbiho, WJ-
mia y despedazaba, y lo que le sobraba b hM& d sita
p h : y era d e s q ' a n t e á lag otras besticse, que yo hahita
niato antes de ella, y tenia ddez mtm, &c.. *
Os considero, amigo, con gran curiosidad de ssMr quien
es esta bestia, 6 qu6 es lo que a<tui se nos anuncia. Si las
tres primeras bestias, os oigo decir, simbolizan' tms f a l h
religiones, esto es : idolatria, mahometismo, y falso cristia-
nismo, i qué religion falsa nos queda todavia que ver, figa-
rada por unas semejanzas tan tembles? A esta pregbnta
yo no puedo responder en particular, porque n o sé abn
ideas clarad é individuales lo que será esta bestia en aqn*
110s tiempos, para 10s cuales está munkiada. Sobrd lo que
ya es actualmente podré decir cuatro palhbkad, y pienso
que seré entendido desde la primera. Esta bestia temtile
parece hija legítima de las dos últimas que forman el pardo :
á ellas dioen, que debe su ser y su crianza: p no faita
quien diga, que tambien debe no poco á la primera. Bía~
ella descubre un natural tan impio, tan feroz, [tan i n h m -
no (aunque llena por otra de bumanidád), qne aun
estando todavia en su primera infancia, ya no respeta ni co-
noce á los que la engendraran. Elevada en la contemplacion
de simisma, y considerándose superior á todas las cosas, pien-
sa de si, que es tínica en la especie : que 4 nadie tiene obliga-
'
cion alguna: que todo lo tiene de si misma, 6 del fondo
n: y que todo se lo debe 4 si misma. Por este
de rT
carárcter an sin ejemplar, que ya descubre desde la cuna,
es fácil inferir lo que será despues cuando llegue tí la edad
varonil. Aora está todavia como un cachorro dentro de la
cueva: y si tal vez se asoma á la puerta, y sale fuera de
ella, no se aleja mucho, por pura prudencia, coneid&ndo
su tierna edad, sus débiles armas, y la multitud de exieitd-
* Post h ~ aspicieham
c in visione noctis, et ecce bestia quarta ter-
ribilis, atque mirabilis, et fortis nimis. dentes ferreos habebat ma&
nos, comedens, atque comminuens, et rcliqua pedibus suis c o n d - .
cena : dissimilis autem erat csteris bestiis, quas viderain ahh m.
-
et habebat comua decem, &c. Dan. vii, 7.
EN G L O R I A Y M A G H S T A D . 239
gos qne pueden asaltarla. Aora se halla tocPavia casi sin
dientes : porque aunque los ha de tener de hierro, gran&
y dnrisimos, estos le empiezan solamente 4 salir, y no est4n
en estado de acometer 4 todo sin dismwion. Por otm parte,
lw diez euemos que ha de tener en sa cabeza, y con
que ha de hacer temblar 6 todo el mundo, no los tiene a6n:
B lo menos, no los tiene como propios suyos, de modo que
pueda jugarlos libremente y 4 su satisfaccion.
100. Coa todo eso, aua en este estado de infancia, ya He
leva las atenciones de todos : ya se hace temer : á 16 me-
nos de los que son capaces de temor: ya se hace admirar,
y casi adorar de toda suerte de gentes : ya se ven estas de-
jar su campo, y correr 4 tributarle sus obsequios, y ofre-
cerle sus servicios. Principalmente observareis, que de
todas aquellas cuatro cabezas que componen el pardo, sa-
len eada dia desertores á centenares, con lo cual el cachorro
va creciendo, y se va fortificando mas presto de lo que se
piensa. Pues ei aora sin salir de la cueva, sin dientes
grandes, sin cuernos duros y crecidos, hace tantos males,
ouantos ven y lloran los que tienen ojos, ¿qué pensamos
que harh, cuando se rebele, cuando se declare, cuando se
deje ver en pbblico, llena de coraje, vigor y fortaleza, y
bien armada, ya de dientes grandes de hierro, ya tainbien de
diez cuernos terribles, que pueda manejar á su satisfaccion?
Y ;qué hará cuando le nazca el undécimo cuerno, cuando
este cuerno se arraigue, crezca y fortifique, cuando la bes-
tia pueda usar de él á su voluntad, y manejar sin embara-
ao aquella arma, la mas temble que se ha visto?
101. Verdaderamente que se hace no solo creible, sino
visible, por lo que ya vemos, todo cuanto se dice de esta
bestia misma (annque unida ya con las otras) desde el
capitulo trece del Apocalipsis hasta el diez y nueve, y todo
cuanto está anunciado tt este mismo propósito en tantas
otras partes de la Escritura santa, en los Profetas, en los
Salmos, en las epistolas de S. Pedro y S. Pablo, y en el
evangelio mismo. Verdaderamente que ya se hace no solo
creible, sino visible, por lo que ya vemos, lo que de esta
2-40 LA V E N I D A D R L MESIAS

bestia se le dijo al Profeta en medio de la vision : esto ea,


que devorará toda lu tierra, y la hollará, y desmenuzará.
Leed lo que se sigue desde el versículo veinte y cuatro, y
no hallareis otra oosa que horrores y destrozos. 1

102. Acaso me pregontareis. i cual es el nombre propio


de esta cuarta bestia, 6 de esta monstruosa religion? Yo
me maravillo que ignoreis una cosa tan phblica en el mun-
do, que apenas ignora aun la Lnfima plebe. Afios ha que se
leen por todas partes phblicos carteles, por los cual- se convi-
da8 todo el linajehumano Bla dulce, humana, suave y cbmoda
religion natural. Si á esta religion natural le quereis dar
el nombre de d e b , 6 de anticristianismo, me parece que
lo podreis hacer sin escrúpulo alguno, porque todos estos
tres nombres significan una misma cosa ; aunque algunos
son de sentir, y esto parece lo mns cierto, que este último
nombre es el mas propio de todos, siendo los dos primeros
vacios de significacion. No obstante, se llama religion, lo
primero, porque no se niega en ella la existencia de un
Dios, aunque un Dios ciertamente hecho con la mano que
no adoraron sus padresr: un Dios insensible B todo io
que pasa sobre la tierra: un Dios sin providencia, sinjustiont,
sin santidad : un Dios, en fin, con todas la cualidadea necs
sarias para la comodidad de la nueva religion. Lo segundo,
se llama religion, porque no se impide, antes se aconseja
que se d6 i ~ i o alguna
s especie de culto interno, que como
tan bueno, con este solo se contenta, sin querer incomodar
tí sus adoradores. Aunque estos dicen, que su Dios no
les ha puesto otra ley, ni otro dogma de fe, que su propia
razon (la cual en todos debe estar en toda su perfeooion) ;
con todo eso, si hemos de creer á nuestros ojos, parece que
tienen un dogma especial, y una ley fundamental 6 que
todos deben asentir y obedecer efectivamente. Este
dogma, y esta ley, es todo cuanto significa la palabra anti-
cristianismo con toda RU estension. Es decir : se profesa
en esta religion terrible y admirable, no solo el abandono
-
Deoe mauufwtoa, quoe non coluerunt patrea eorum Denter.
xxxii, 17.
EN GLORIA Y MAOBBTAD. !U1
total, sino el desprecio, la burla, el odio y la guerra viva,
no digo ya 4 las religiones falsas, de que hemos hablado,
sioo tí la verdadera religion, al verdadero oriatianismo, y á
todo lo que hay en él de venerable, de santo, de divino.
Comia, dice el Profeta, y desmenuzaba, y lo que quedaba:
lo hallaba con sus pies *.
105. El falso crbtianismo con sus cuatro cabezas (muoho
menos el mahometismo, y la idolatría), no le dan gran
anidado 4 esta bestia feroz. Sabe muy bien que le bastan
m s dientes de hierro, aunque todavia pequefios, para des-
menuzarlos, y oonvertirlos en su propia sustancia. Y a
vemos que lo hace en gran parte, y debemos pensar que
hará infinito mas, ~ u a n d olos dientes hayau llegado 4 su
perfeccion. Mas el cristianismo verdadero es demasiada-
mente duro: no hay bronce, ni mármol, ni diamante que
se le pueda comparar. Son poca oosa los dientes de hierro
para poder vencer su dureza. Para este, pues, no hay otra
anna que pueda hacer algun efecto, ni mas fácil de mane-
jaf que los pies., Por tanto, ya ha empezado la joven
bestia 4 servirse de ellos desde la cueva; ya ha empezado
tí conculoar con grande empefio el verdadero cristianismo,
4 burlarlo, 4 ridiculizarlo, sin perdonar 4 la persona sacro-
santa, infinitamente respetable y adorable y amable de
Jesucristo. Asi lo vemos ya con nuestros ojos en nuestro
mismo siglo, de donde inferimos lejitimamente, segun las
Escrituras, lo que será esta bestia, cuando llegue 4 su
perfecta edad, y cuando los dientes y cuernos estén bien
crecidos y arraigados, y todos á su libre disposicion. EL
mismo Jesucristo, hablando de estos tiempos, dice, que
será menester abreviarlos, y que se abreviarán en efecto
por amor d e los escogidos: Y si no fuesen abreviados
aquellos dias, ninguna carne seria salva : nias p o r los
escogidos aquellos dias serán abreviados t.
Comedebat, et comminuebat, et reliquia pedibua suis concnl-
-
cabat. Dan. vii, 19.
Et nisi breviati fuissent dies illi, non fieret salva oinnis caro :
sed propter electos breviabuntur dies illi. - Mat. xxiv, 22.
T O M O T. R
148 LA VENIDA DEL M B S I A S

104. Esto a,setlor mio, lo que se me ofrsce sobre el


mistdrio de estas cuatro bestias, á quimes puedo decir con
vedad, que he estudiado muchos afios con todo el cuidado
y ekioion de que soy capaz. Si lairiteligencia que he pro-
puesto no' es en realidad 1s verdadera, á lo menos puede
servir como de ensayo para pensar otra c m mejor, que se
conforme enteramente con la profmia, con la hkitoria, y con
otms lugares de la b 6 t u r a , que irémos observando. No
penseis por esto, que ya teneis concluida la observacion d e
ea& cuatro bestias, y que no nos queda otra @osaque de-
oit en el asunto. Les vereis & de nuevo en el fenómeno
siguiente, en donde combinadas con la bestia del Apoca-
lipsis se darán mejor á conocer. Lo que á lo me- par-
evidente, es, que este misterio no es el mbno que el de la
eethtua; ya por las razones que ,hemos apuntado, ya por
ohes mas, que facilmente pueden ocurrir á cualquiera que
quiera entrar en este exámen ; ya tambien y mucho mas
por lo que se sigue.

SEGUNDA PARTE DE LA PROFECIA. ' -'


MUERTE DE LA CUARTA BESTIA, Y SUS BESULTAS
PARRAFO m.
105. Nos queda aora que observar brevemente lo mas
claro que hay en esta vision. que es lo que hace inmedia-
tamente 6 nuestro asunto principal : es á saber, el ñu de las
bestias, en especial de la cuarta, y todo lo que despues de
esto debe suceder.
106. Lo que vi6 el Profeta eu los tiempos de la mayor
prepotencia de la cuarta bestia: en los tiempos, digo, en
que ya se vela en pbblico, armada con todas sus arman: en
que hacia en el mundo impunemente los mayores estragoa :
en que perseguia furiosamente á los santos, 6 al verdadero
cristianismo, y podía mas que ellos*. Lo que vi6 f d , que
se puaieron sillae 6 tronos como para jueces. que iban lnego .
B conocer oquelIa causa, y poner el remedio mas pronto y
oportuio 5 tantos males. Estaba &Rde (dice Danid)
h t a taato qtse fuera* prestaa sillas, y reatóse e1 A*
ciw dr d k , &c.* (Este misma consejo, 6 tribunal con
Ire mismas circunstaocias, y con otrasi todavia rnas indivi-
doalss, lo rereis f m a e &a los mismos fines en el capí-
tulo mar& del $pocplipsis, a m o abservaréunm isu tiempo.)
Sentada, pues, Dios misnao, y con él otros coujuecee, y ha-
biéndose producido y declarado toda la ama, se di6 inme-
didamente la sentenGa finai, cuya egecncion se le mostró
tPmbiea al Profeta. La 8~nfBna8fué esta: que la cuarta
beatia y todo lo que e n eih se comprende, muneae con
muerte violenta, sin remedio ni qelacion : que sa cuerpo
(no ciertamente fisico, sino moral, compuesto de innumera-
bles individuos) se disolviese del todo, pereciese todo, y
fuese todo entregado ilas llamas, ser penurdot.
Que 6 las otras tres bestias, cuyos individuos no se habian
agregado á la cuarta, y hecho un cnerpo con ella, se lea
quitase solamente la potestad, que hasta entbnces habian
tenido, mas no la vida, concediéndoles algun - espacio de
vida, hasta t k p o y timpox.
107. Dada esta sentencia irrevocable (y antes de su
egecncion, como consta de otros lugares de la Escritura
que se irán observando), dice el mismo Profeta, que vi6
venir en las nubes del cielo una persona admirable, que
precia Hijo & Hombre, el cual entrando en aguella vene-
rable asamblea, se a v w b hasta el mismo trono de Dioa,
ante cuya presencia fuO presentado : que allí recibib solem-
nemente he mano de Dios mismo la potestad, el honor, y
al lino: y que en oonsecuencia de esta investidura, le
-irán ea adelante &dos los pu&s, t r h a y lenguas,
como á su tiiiico y legitimo soberano. ~ii-acbu yo, p s ,
Aqinidmtu, iclaaec throni ennt, et mfiqutu mnuüt,
k - h 3.
VE,
-
t dd marbnnndum igni. Id. ib. 1 1 .
1 Usque rrd tempw, et tempus. - Id. ib. 12.
R 2
244 L A V E N I D A DEL M E S I A S

en la vision.de la noche, y hé aquf venia conw Hijo &


Hon~brecon las nubes del cielo, y lhgb hasta el Anciano
de dicrs: y presentáronle debnte de él. Y dióle Ea po-
testad, y la honra, g el reino : y todos los pueblos, tribus,
y len~uas,le servirán á él...*. Mas adelante, versículo
veinte y seis, esplicando los mdea que hará en el mundo l a
cuarta bestia, especialmente por medio de m tíltimo cuerno,
se le dice d Profeta el fin para que se juntará aquel con-
sejo tan majestuoso y tan solemne por estas palabras : Y
se sentará el juicio para quitarle elpoder, y que sea que-
brantado, y perezca p a r a siempre. Y que el reino, y lar
potestad, y la grandeza del reino, que está debajo de todo
el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altisirno,
cuyo reino es reino eterno, y todos los reyes le servirán y
obedeceránt.

201). Aora, amigo mio, despues de haber leído, y consi-


derado atentamente así este testo como el antecedente con
todo su contesto, decidme con sinceridad, j , q d os parece
de lo que aqui se anuncia con tanta claridad? j, S e verifi-
cará todo esto alguna vez, 6 no ? j, Podrémos creerlo y
esperarlo todo así como lo hallámos escrito, ó será necesario
borrarlo, 6 arrancarlo de la Biblia, como una cosa no solo
intítil, Sino peligrosa, y que puede confirmar y fomentar el
error de los Milenarios ? j, Podrémos creer, lo primero :
que en aquellos tiempos de que aqui se habla (que por
confesion,precisa de todos los doctores son ya los tiempos
Aspiciebam ergo in visione noctis, et ecce cum nubibus coeli,
quasi filius hominis veniebat, et usque ad antiquum dierum pervenit :
et in conspectu ejus obtuiemnt eum. Et dedit ei potestatem, et ho-
aorem, et regnum : et omnes populi, tribus, et linguae ipsi servient.
-Dan. vii, 13, 14;
-
f Et judicium sedebit ut auferatur potentia, et conteratur, et dis-
pereat usque in finem. Regnum autem, et potestas, et magnitud0
regni, q u est~ subter omne coeluni, detur populo sanctanun Altis-
simi: cujus r e p u m , r e p u m sempiternum es& et omnea reges ser-
vient ei, et obedient. -Id. i6. 26, 27.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 245
del Anticristo), hará Dios una especie de aonsejo solemne,
para quitar á los hombres toda la potestad que habiaa reci-
bido d e su mano : Y se sentará el juicio para quitarle el
poder, y que sea quebrantado g perexcapara siempre.
Y como los consejo8 de Dios, y sus decretos no pueden
quedar sin efecto, parece que tambien podrémos creer, que
e n aquellos mismos tiempos serán despojados enteramente
d e su potestad los que )a tuvieren ; tí lo cual alude mani-
fiestamente aquella evacuacion de todo principado, potestad
y vlltud, de que habla el Apostol*.
109. i Podrbmos creer, lo segiindo : que quitada la po-
testad B los hombres, se pondrb todo en aquel mismo con-
sejo en manos del hijo del hombre, 6 del bombre Dios
Jesucristo : y esta, no en acto primero, 6 en derecho, coma
aora la tiene, sino en acto segundo, b en ejercicio : y lleg6
h t a el Anciano de diaa :y presentárouh delante de kl.
Y dible Za potestad, y la honra, y el reino ? i Podremos
creer lo tercero: que toda la potestad que se acaba de
quitar á los bombws, todo el reino, toda la grandeza de un
reino tal, que comprende todo entero el orbe de la tierra,
que está no eneima sino debajo de todo el cielo, se dar4
entónces, junto con Jesucrieto que es el supremo Rey, 4
otros mucbos coreinantes, esto es, al pueblo de los santos
del Altísimo+? A lo cual alude claramente aquel testo
célebre del Apodipsis, que hablando de los mártires y de
los que no adoraron á la bestia, dice : vivieron, y reinaron
con Cristo mil años.
110. i Podremos creer, lo cuarto : que tomada la pose-
sion por Cristo y sus santos de todo el reino que está de-
bajo de todo el cielo, le servirán en adelante todos los
pueblos, tribus y lenguas$ ? i Podrbmos creer cn suma,
que despues de la venida del Hijo del Hombre, que creemos
* Pad. 1 ad Cor. xv,24.
7 Regnum autem, et poteetae, et magnitud0 regni, qiiz est subter
omne cmlum, detur popuio aanctorum Altissimi. -Dan. vii, 27.
f Et omnes populi, tribus, et linguce ipai aervient. -Id. ib. 14.
246 LA V E N I D A DEfi MEBIAS

y esperamos todos los Cristianos : &pues del castigo y


muerte de la ouarta bestia, 6 del Anticristo, despiies del
destrozo y ruina entera de todo el misterio de iniquidad,
han de qnedai todavia en esta nuestra tieita, pueblos, tri-
bus, y leoguas, que sirvan y obedez;cm al supremo R e y y
4 sus santos: y tambien reyes, puestos sin duda de su ma-
m, en diferentes paises de la tierra, y sujetos entenuaenk
á smr leyes*?
lli. Todo esto lee- espreso y claro en esta pdecla,
y en otros mil lugares de la divina Escritura, qhe Yémos
observando : y s i todo esto m> ee cierto, m creible, qué
hemos de decir, sino que 6 nos q a f i a n nuestros ojos, 6
nos e n e a la divina EscRtnra? Si esta m> mni e b f i a ,
ni puede mgafíarnos; si tanrpoao nos engafim audme
ojos, parece necesario confesar de bwna fe, aquel gran
espacio de tiempo que propusimos en nuestro sieteara mtn
la venida del S e h r y la mmreccion y jnioio miveraal.
Parece necesario mirar con mas atenoion el capitulo xix
y xx del Apocalipsis, donde se dise esto mismo con mayor
claridad. Pamce necesariore0exionar un poca mas sobre el
misterio p u d e d e la piedra, que debe d e s e y aniquilar
toda la eet8taa, y cubrir luego toda la tierra. Parece en
fb necesario distinguir bien el juicio de los vivos del de los
muertos, dando t i cada uno 10 que es propio suyo : daode
vivos al primero, y muertos al segundo, Si no se bam ea
ta dimtincion, no se sabe, ni entiende como, M ea qué pw-
dan servir íi Jesucristo, despues que vuelva del oielo 5. la
tierra, todos los ~ u e b b s ,tribus y lenguast. No se d e ,
ni entiende, como, 6 en qu6 puedan obedeoerie y s e r d e
todos los reyes de la tierra$. No se sabe ni entiende,
para qué fin se les concede b las tres primeras bestias a l g ~ ~
espacio mas de vida (no cierto de vida brutal, sino de vida
racional) quitándoles primero toda la potestad que basta
* Et omnee reges servient ei, et obedient.-Dan. vü, 27.
.t. Et omnee popnli, tribus, et linguz ipei servient. -Dan. d,14-
-
f Et omnes reges aervient ei, et obedient. Dan. vii, 0.
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 247
entónces se les babia dado 6 pormitido: vi (diae el testo)
.
que Wia sido muerta la bestia.. (la ouerta). Y qsu, 4
otraa bestias .SRles habia tambien quitado el poder, y se
lea habian &alado t i e m p de vida hasta tiempo y ticm
p. BJ contrario: si se hace la debida distioeion entre
uno y otro juicio, todo se entiende al punto, sin m m a-
cultad gae abrir loa ojos, y sia maa trabajo que tomar la
Have y abrir la puerta.
112. Así se entiende seguidamente, sin que quede m i
aun soapeeha de duda, todo el salmo setenta y uno y t o d a
las cosa8 que en él se dicen del Medas: por ejemplo,
bstas: h i u a r á de mar á mar, y desde el rio h t a
20s tdrminos de la redbndez de la tierra. Delante ds dZ
se postrarbn los de Ethiúpia (6 aomo lee la parafrasis
Caldea, se humillarán los de primer rango), y P ~ Pene-
aigou kamwáin la tierra. L o s reyes de lkrnio, y las
id& le ofrecerán dones: los reyes de Arabia, y da &M
Is traerán presentes : Y le adorarán todos los reyes de
la tierra : t o d a las naciones Is servirán, &c. * Con este
sahno, y con otros lugares semejantes que se hallan á cada
paso en los M e t a s , se han defendido siempre los Jodios
para do creer, antes negar absoiutamente la venida de m
Mesías; pues hasta aora no se ha veriñcado lo que m
eilos rie anuncia. Mas los cristianos, i qué les responden?
Palabras en tono decisbo, y nada mas : esto es, que este
salmo, y esos otros lugares de los Profetas solo pueden
entenderse en sentido espiritual: y en este sentido espiri-
tual, parte se han cumplido ya en las gentes y reyes que
han creido, parte se cumplirán en adelante, cuando orea lo
restante de la tierra. Y si estos lugares de la Escritura,
Domiiurbitur 6 mari nsque ad mare : et B flumine usque ad ter-
minoe orbii terrarnm. Coram illo procident Athiopea [sive u:
,

kg. inparaph. Cdd. humiliabuntur Proceres] et inimici ejus terram


lhgent. Reges Thmis, et insulae munera offerent : reges Arabum,
et Saba dona adducent: Et adorabunt eum bmnes regea tema:
-
omnai gentea eervient ei, &c. P8. ixxi, 8, 9, 10, et 11.
248 LA VENIDA DEL MESlA8

mirados con todo su contesto, hablan conocidamente para


despues de la venida del Mesías en gloria y magestad, co-
mo lo acabamos de ver en el testo de Dapiel, y como lo
hemos de ver en otros muchísimos ; en este caso, i qué se
les responde 4 los Judios.
113. i O ! i Cuanto bien se pudiera haber hecho B estos
míseros hombres, y se les pudiera hacer en adelante, si se
les concediese, 6 no se les negase tan del todo lo que ellos
creen 6 esperan, para que ellos por su parte conociesen
tambien lo que creen los Cristianos, y lo que es tan nece-
sario y esencial para su salud y remedio : si se les conce-
diese b no se les negase tan del todo lo que pertenece 6
la segunda venida del M e s h en gloria y magestad, que
ellos piensan ser la única, para que ellos por su parte des-
engafiados abracen lo que pertenece 4 la primera ! Todo
esto pareca que estaba compuesto y allanado con solo din-
tinguir el juicio de vivos del de los muertos.

CONCLUSION.

114. A todas las reflexiones que acabamos de hacer,


principalmente sobre la segunda parte de la profecia, yo
no ignoro la tínioa respuesta que se puede dar. Esto es,
que aunque todo lo que dice este profeta, es cierto é in-
dubitable ; aunque todo se cree, como que es una escritu-
ra canónica, en que no habla el bombre sipo Dios ; mas
eso que nos dice el espíritu de Dios, no debe ni puede en-
tenderse como está escrito, sino en otro sentido. diverso,
conforme lo entienden comunmente los doctores. Que es
lo mismo que decir en término equivalmente : no puede,
ni debe entenderse como lo mand6 escribir el espiritn de
Dios, sino como le pareció á este 6 4 aquel hombre parti-
cular, 4 quienes han seguido otros, siguiendo el mismo sig
tema, como si hese único y definido por verdadero. i Qué
hemos de decir 4 esta respuesta decisiva, sino llorar la =U-
- tividad en que nos ballámor, sin semos lícito dar un paso
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 249
adelante, aun cuando ya el tiempo, y todas la8 circunstan-
cias nos convidan h darlo ? i Qué ! i Hemos de cautivar
nuestro entendimiento en obsequio de un sistema conoci-
damente inacordable con los hechos? 1 Qué ! i Hemos de
ver la verdad casi a dos pasos de nosotros, sin poderla
abrazar ni confesar, por la atadura tiránica de respetos pu-
ramente humanos? Si es jvsto delante de Dios, les decía
S. Pedro 4 los príncipes de los sacerdotes, oiros á vosotros
artes que á Dios, juzgadlo vosotrosr.
Si jnstum eet in conspectu Dei, vos potihs audire q u h Deum,
judicate. -Acr. Ap. iv, 19.
FENOMENO 111.

115. EL formarnos una idea del Anticristo la mas clara,


la mas justa, la mas verdadera que'nos sea posible, parece
no solo conveniente, sino de upa absoluta necesidad. Sin
esto podrémos con razon temer, que este hticristo se nos
entre en el mundo, que lo véamos con nuestros ojos,
oigámos su voz, y recibámos su ley 6 su doctrina que ad-
miremos sus obras y prodigios, sin haberlo conocido
por Anticristo, ni aun siquiera entrado en la menor sos-
pecha. S. Pablo, hablando de estos tiempos, nos dice
que serán unos tiempos, peligrosos *. Y en otra parte ame
naza de parte de Dios á los que no quisieren recibir la
caridad de la verdad (6 lo que es lo mismo las obras de fe,
que obra p o r carladt) con el castigo terrible, aunquejus-
tísimo, que Dios les enviará, permitiendo la operacion del
error, para que crean la mentira$. Y el mismo Jesucristo
nos asegura, que el peligro será tan grande, y la seduccion
tan general, que será necesario abreviar aquellos dias para
que no perezca toda carne, y se salven siquiera algunos
pocos escogidos5.

Hoc autem scito, quód in novisimia diebus instabunt tempore


pericnloea-2 ad %.iii, 1.
.1. Que per charitatem operatur.-Ad Gul. v, 6.
f Eb qubd charitatem veritatis non recepenuit, ut sal6 fiereot.
Ideo mittet iiiis Deua operationem erroria, ut credant mendacio.-
2 ad me#.ii, 10.
Q Et niai breviati fuiesent dies illi, non fieret salva omnia caro:
-
sed propter electos breviabuntur dies illi. Mat. xxiv, 22.
LA V E N I D A DEL M E S I A S . 231
116. Aora, amigo : j os parece fácil, os parece verosl-
mil 6 creible, que pueda caer el mundo entero en este la-
zo, p entrar en una sedoccion universal, teniendo de ante-
mano ideas claras, y noticias ciertas del Anticristo? ¿ Os
parece creible, que viendo al Anticristo, que conociendo al
Anticristo, con todo eso se le rinda todo el mundo, y todo
el mundo se deje engafiar? Yo por mí protesto, que no
lo entiendo, ni puedo concebirlo. La perdicion y ruina
de casi todos los Cristianos sucederá inikliblemente en los
dias del Anticristo : así est4 anunciado claramente en las
santas Escrituras, y confirmado de mil maneras por el mis-
mo Hijo de Dios : el mundo cristiano merecerá ya aquel
castigo terrible, por la malicia é iniquidad de que estará
lleno en los ojos de Dios. Mas 1s &usa inmediata de esta
perdiaion, no parece que podrá ser otra que la ignorancia
del mismo Anticristo, ó la falta de noticias ciertas y se-
guras de este gran personage. Por tanto, sería convenien-
tísirno trabajar con tiempo en adquirir estas noticias, para
que por ellas podamos conocerlo con toda certidumbre, para
que podamos mostrarlo, y darlo 4 conocer á otros muchos.
Salvad á los otros, arrebatándolos del fuego, decia el
apostol S. Judas*.

NOTICIAS QUE TENEMOS DEL ANTICRISTO HASTA LA


PRESENTE.

117. Aunque este punto parecerá algo estrafio b mi


asunto principal, que es la venida del Sefior: mas ya ad-
v d al prindpio, que mi ánimo era comprender ea esta re-
nida del Sefior, todas aquellas cosas mas principales, que in- ,
iaediatamente pertenecen 4 ella, se ende- á ella, 6
tienen con ella relacion inmediata. Uno de estos es el An-
ticRsto : pues como dice S. Pablo, el Sefior no vendrá sin
que antes venga la apostada, y wa manifestado el

* Uloa verb salvate, et de igne rapientes. -Ep. Jd. up. 23.


=a LA V U N I D A DEL MBSIAS
hombre de pecado*: fuera de que aunque algunas cosas
sean algun tanto agenas del asunto principal, hay otras
muchisimas que no lo son, y no parece fácil entender estas,
si se dejan del todo aquellas.
118. Las noticias, pues, que hasta aora tenemos del
Anticristo son las que hallan esparcidas acá, y allá e n
los espositores de la Escritura, conforme van occurriendo
aquellos lugares que parece hablan de esto. Algunos sá-
bios han escrito de propósito sobre el asunto, entre ellos To-
más Malvenda, Leonardo Lesio, y Agustin Calmet. El
primero escribió un grueso volúmen, el segundo un difuso
tratado, el tercero una breve y erudita disertacion. E n
estos tres doctores se halla recogido cuanto se ha pensado
sobre el Anticfisto, ni parece queda alguna otra noticia q u e
aííadir. Con todo eso nos atrevemos 4 decir, que d e todo
ello resulta un conjunto de ideas tan estraíías, tan inco-
nexas, tan confusas,' que parece imposible sentar e l pie
en cosa determinada.
119. Represéntase universaImente este Anticristo como
un rey ó monarca potentisimo, y al mismo tiempo como un
insigne sediictor, el cual ya con las armas en la mano, ya
con prodigios fingidos y aparentes, ha de sujetar h su do-
minacion 4 todos los pueblos y naciones del orbe, exigiendo
de ellas, entre otros tributos, el de la adoracion de latría,
como á Dios. Se dice comunmente que debe traer su ori-
gen de los Judios, y de la tribu de Dan. Muchos doctores
citados por Malvenda y Calmet, son de parecer que no ha
de tener padre, sino madre solamente, y esta da mas im-
pura, la mas inicua de todas las mugeres : asi como Crieto:
en cuanto hombre no tuvo mas que madre, esta la mas pura,
1
y la mas santa de todas las criaturas. Y asi como la ma-
dre de Cristo lo concibió por obra del Espíritu Santo, asi
la madre del Anticristo lo concebirá por obra del mismo
Satanás, lo cual dicen y defienden que es muy posible. A1-
gunos afiaden, que Satanás se unirá con él, de tal modo,
Nii venerit diecesio primhm, et revelatus fuerit horno peccati.
-2 ud Thes. ii, 3.
EN G L O R I A Y MAGEBTAD. 'M3
que el Anticristo no será un puro hombre, sino un hombre-
diablo. Aunque esta sentencia es contraria 4 toda sana
teología, y por consiguiente recusada de los doctore0 cat&
licos. Otros conceden que será un puro hombre con padre
y madre ; mas concebido en pecado, y por pecado, esto es,
6 por adulterio, 6 por incerplo, 6 por saorilegio. á lo cual
dicen, que alude S. Pablo cuando lo llama el iiosíre de
pecado.
120. Aunque será dotado de su libre alvedrlo, como to-
dos l o hombres
~ ; mas segun unos, no tendrá otro angel de
guarda sino el mismo Satanás, el cual por permision divina
lo acompafiará toda su vida, sin apartarse de él un momen-
to. De este sapientísiho maestro y fiel compafiem apren-
derá el Anticristo toda suerte de prestigios y magias, con
que b d prodigios en el mundo. Otros le conceden angel
d e guarda; mas este angel lo abandonará enteramente,
cuando él empiece ya á abrogarse los honores divinos.
121. El lugar de en nacimiento y el principio de su
grandeza, dicen, que será Babilonia, en cuyas ruinas y en
ougas cercanias deberá estar establecida, sino toda la tribu
d e Dan, á lo menos alguna familia de esta tribu, que debe
producir un fruto tan singular. Aqui en Babilonia el An-
ticristo, ya de edad varonil, se fingirá el Mesios, y comen-
mrá tí hacer tantas y tan estupendas maravillas, que espar-
cida luego la fama, volarán los Jndios de todas las partes
(le1 mundo, y de todas las tribus, á unirse con él, y ofrecer-
le sus servicios. Viéndose reconocido por el Mesias, y
dorado de todas las tribus de Israél, dejando á Babilonia
su pátria, partirá con este ejército formidable á la conquis-
ta de la Palestina. Esta se le rendirá al punto con poca-6
aRnguna resistencia. Lae doce tribus se volverán á esta-
blecer en la tierra de sus padres, y en breve tiempo edifi-
carán para sn Mesías la ciudad de Jerusalén, que debe
ser la capital 6 la corte de su imperio universal. Desde
Jerusalén conquistará el Anticristo con gran facilidad todo
lo restante de la tierra, si es que no la va conquistando an-
tes de ir h Jerusalén, que así lo piensan otros con igual
254 L A V E N I D A DEL MESIAS

fundamenta. Para la conquista de todo el m 4 0 no d o


eer$ ayudado de sns fieles hebreos, y otras naciones d e n -
tala, mas tambien de todos los diablos del infierno, q u e
llamados de su príncipe Sahnás, vendrán al p a t o , dejan-
do toda otra ocupacion. Entre otros servicios que harás
los diablos al Anticristo, el mas importante de todoe
será el descubrir cuantas riquezas estan arioondidas en ha
tierra y en el mar, y ponerlas todas en sus manos. Coa
este subsidio, qué diñcultad habrh que eo se vemm, 6
oerradara que no se abra ? ,
122. Hecho, pues, este m k o y vilisimo jadio, rey 16-
versal de toda la tierra, y sujetos B su imperio todos be pue-
MOg, tribus y lenguas, ho por eso quedará ~atisfechasu ambi-
cion. Inmediatamente entrará en el pensamiento impk y sa-
crílego de hacerse Dios, y el único Dios de todo el orbe.
Para esto prohiba en prime^ lugar con severisimas penas,
no solo el culto de los falsos dioses, y el e j e h i o de todas lrro
falsas religiones, sino principalmente el culto del verdadero
Di@ de sus padres, y sobre todo, el ejercicio de la d g i o n
cristiiina. Con esto empezará luego la mas temible, la rmis
cmel, la mas peligrosa persecucion contra la Iglesia de Je-
sucristo, que dwará tres 6 0 s y medio. En este tiempo w
dejarán ver en el mundo Enoc y Elíaa, reservados por la
providencia divina para resistir al Anticristo y contener de
algun modo aquel torrente de iniquidad. Estos doe Pro-
fetaa le harán tan grande oposicioa, y podrán en tantus
contiictos, que traerán contra si la W i a c i o a y furor de
esta monarca : los perseguirá mn todo su poder, y nnnqw
con gran trabajo, y 8010 despues de cuarenta y doe mesea,
a1 fin los habrá B las maaos, y los hara morir mel-
mente en la misma ciudad de Jerusalén, c a se~ dice en
el capitulo xi del Apocalipsis. (Si en este lugar del Apo-
caltpsis se habla de Elias y Enoc, 6 de obra cosa muy di-
verea, lo verémos en otra parte.) Seguirá B yocos dias la
muerte del Anticristo, que unos d e r e n de un nodo, y
otros de otro, como si fuese un suceao ya pasado, &
por diversos historiadores ; c m la cuai muerte, la Iglesh
BN GLORIA Y MAOESTAD. 256
y el mundo entero empezará á respirar, quedando todo en
una perfecta calma, y en una alegria universal. Los obis-
pos que se hubiesen elrcondido en los monte8 y cuevas,
y escapado por este medio de aquel nanfragio, volverán 4
tomar sus sillas, acompaáados de su clero, y de algunas
otras familias cristianas que los hubiesen seguido en su des-
tierro voluntario. En este tiempo sucederá la conversion
de los Judios, segun la opinion universal entre los intérpre-
t a , los anales en su sistema 70 hallan, ni es posible que
Wen d d e colocar este suceso tan claramente anumiado
de toda la Escritura; y entbnces, dicen, se acabará de
predicar el evangelio en toda la tierra, y el Sefior vendrá
B juzgar, cuando sea su tiempo.
123. Esta es en compendio toda la historia del futuro
Antioristo que hallámos en los mejores historiadores, y á
esto se ,reducen todas las noticias que tenemos de este
gran personage. Algunas otras quedan fuera de estas, que
ao son tan interesantes, como v. g. su nombre, su carác-
ter, su fisonomía, sus milagros en particular, y el tiempo
preciso en que ha de aparecer en d mundo, que machos
se atrevieron á sefialar. El tiempo ha falsificado ya los
mas de estos pronbsticos, entre los cuales quedan todavía
dos por falsificarse. El de Juan Pico Mirandulano, que
promete al Anticristo para el a60 de 1794, y el de Jerb-
nimo Cardano para el de 3800. En todas estas noticias, y
otras que omito por la brevedad, y se pueden v a en Mal-
venda, y Calmet, yo no hallo otra cosa mas verdadera, ni
mas fnndada, que lo que dice y confiesa el mismo Cal-
met &cmel ñn de su disertacion, por estas palabras: Del
cuul perdidísimo varon apenas ienenu>r algunas cosas
ciertas, incierfas y problemáticas innumerables: por lo
c d el tiempo detrp.c~inadade su venida, su pátria, ori-
gen, parientes, infancia, nombre, estension ds su imperio,
y gdnaro de su ?harte, todo os alacdoEo*.
De quo peditiseimo viro certa v i x peuca : inccrta, et proble-
matior ferb innumera ndimua : quare ejiis adventus, etatutum tem-
pus, regio, origo, parentes, infantia, nomen, imperii eyatium, mor-
tia genus, &c. dubia omnia. - Calmet.
266 LA VENIDA DEL M E S I A S

SE PIDE Y EXAMINA EL FUNDAMENTO DE ESTAS NOTICIAS.

124. E l exámen prolijo de todas las noticias que aca-


bamos de recojer, sería cuando menos un trabajo perdido.
S e sabe de cierto, aun por confesion de los mismos inte-
resados, que las mas de ellas, 6 casi todas no tienen otro
fundamento que la imaginacion viva de algunos, que así lo
mditsron, y que despues de la meditacion, se atrevieron
&bien 4 escribiilo, ciertos y seguros de que en aqueiloa
siglos en que todo pasaba, no habia que temer contradic-
cion. No obstante, entre esta muchedumbre de noticias
hay algunas pocas que se presentan con algun aire 6 apa-
riencia de verdad: ya por la autoridad de algunos padres,
que las adoptaron, 6 tí lo menos las sospecharon, ya por el
consentimiento casi universal de los doctores, ya tambien
por fundarse (como dicen) en algunos lugares de la Escri-
tura, que es lo principal. Parece que 4 estas pocas alude
el padre Calmet, cuando dice: apenae tenemos algunas
pocas c o s a ciertas...* modo de hablar no poco equívoco,
que no deja de mostrar bien la mente del autor.
125. Pues estas pocas apenas ciertas, 6 estas ciertas
apenas pocas, se reducen 4 cuatro. principales, de donde
pueden baber nacido todas los otras. Primera, el origen del
Anticristo : segunda, su pátria, y principios de su grandeza:
tercera, su corte en Jerusalén, como rey propio de los Jn-
dios, creido y recibido por su verdadero Mesias: cuarta,
su monarquia universal sobre toda la tierra. En estos cna-
trcrartículos parece que convienen casi cuantos doctores
han tratado del Anticristo; y sobre esta suposicion, como si
fuese indubitable, hablan comunmente los intérpretes de la
Escritura. No negamos que la autoridad de tantos sábios
sea de grande peso: y si como se trata de cosas fbturas, se
trataae de sucesos pasados, sería una insigne necedad no
dar crédito á tantos testigos dignos de todo respeto y ve-
neraoion; mas como las cosas futuras pertenecen unica-

* Certa vix pauca. - Calmet.


EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 26rl
:mente h la ciencia de Dios, y de ningun modo al i e i o p
ciencia del hombre, ninguno puede con razon quejarse, de
que en un negocio de tanta importancia que B todos. nos
interesa, suspend4mos por un momento nuestro asenso
hasta asegurarnos cuanto nos sea posible de la verdad:
h t a ver, digo, si las noticias de que hablamos las ha dado
el que solo puede saberlas, 6 son conformes B lo que hall&-
mos en los libros sagrados.

ARTICULO 1.
OrGen del Anticristo.
126. S e debe suponer como una verdad, por si cono-
cida, que ningun hombre guede saber el origen del An-
ticristo sin revelacion espresa de Dios ; así como ninguno
pudiera saber que ha de haber el Anticristo, si Dios no
hubiera dignado revelarlo. Los autores mismos que
hacen venir al Anticristo de los Judios, y de la tribu de
Dan, se hacen cargo tácitamente de la verdad de esta su-
posicion. Así, no satisfechos con la mera autoridad estrín-
seca, que en estos asuntos nada prueba, sefialen el funda-
mento d e la Revelacion divina, citando tres lugares de la
Escritnra, los finitos que han podido hallar : veámosld.
m.El primero es el capítulo cuarenta y nueve del
Cénesis, en qae bendiciendo Jacob B sna hijos, y llegandb
4 Dan. le dice estas palabras (versículo diez y seis): bu*
juzgamí 6 nr pueblo como cualquiera otra tribu en Israel.
&a Iaic culebra en el camino, ceraste en la senda, que -
.nrcrds krr pezuñas del caballo, para que caiga hcia
atrás su ginete. Tu SALUD esperark, Seiior*. De esta
profecía de Jacob se sigue lejitiinamente esta consecuen-
cia Luego el Anticristo ha de nacer de la tribu de ,Dan,
Dan judicahit populum suum sicut et alia tribus in Israel,
fiat Dan coluber iu via, cerastes in wmita, mordens ungulas elii, ut
d a t ascensor ejus retrb. SALUTARE tuum expectabo Domine. -
Gen. xlix, 16, 17, et 18.
T O M O 1. S
868 L A VENIDA DEL BIEi5lAS
kego ~bade sor jdio 6 bebréo. Si alguno se airevi ese á
dgar una o o m u e n c i a tan just a, ;qué se bara coa 6l? Se
le .mostrará, dicen, la a u t d d a d de los santos padres que
e n t e d e r o n unáounemeirte esta profecia del Anticristo, .y
al &&cristo la acomodaron; y esto deberá bastar, aunque
el testo no lo d i tan claramente. Bien: pero si en este
punto no hay tal consentimiento unánime de los santos pa-
dres: si solo algunos pocos tocaron este putlto: si entre
estos pocos algunos entendieron la profecía de otro modo:
si aquellos mismos que la acomodaron al Anticristo, ni ha-
blaron asertivamente, sino por modo de mera conjetura :
en este caso, !,no sertí licito negar aquella consecuencia?
Pues, sefior mio, a i es. Los padres que tocaron este pun-
to, conjeturaron dos cosas diversas, sin empeííarse mucho
.por la una, ni por la otra parte. Unos sospecharon que se
hablaba del Anticristo: otro mas literalmente pensaron
que se hablaba de Sanson: S. Jerónimo es uno de estos
íiltimos, á quien han seguido muchísimos intérpretes, entre
ellos Lira, el Tostado, Pereira, Ddrio, &c.
128. Aora, si se mira el testo con alguna atencion par-
tieular, además de hallarse oscurisimo (como casi todas Ins
.profec:h del santo patriarca, enderezadas á sus otros hijos,
las cuales, tal vez no han tenido hasta aora su iperfecto
cumplimiento, mas lo tendrán íí su tiempo) si se mira el
Wto, digo, con particular atencion, se concibe mucha me-
nor dificultad en acomodarlo á Sanson, que en a c o m o d ~ o
til~bnticristo: porque al fin sabemos de cierto (por la mis-
mo Escritura, que Sanson, aquel hombm tan sirtgular, tan
estraordinario, tan único, fué de la tribu de Dan: qbemps
que juzgó á su pueblo, como anuncia la profecia*: sa-
bemos en suma, otros sucesos particulares de la vi& de
.Qanm, que tienen gran semejanza con Lo que dice la,pro-
feefa, Siendo esto así, ¿qué necesidad tenemos de recurrir
ara el cumplimiento de la profecía 4 otra cosa futura, in-
.L itamente incierta, de la que por otra parte nada cons-
.ta, como es el origen del Anticristo?
Dan judicabit populum suum. -Id. 16.
UN G L O R I A Y MABBSTAD. . ZB8
ieb). Bl segundo lugar de la &dura que se alega para
probar el origen del Anticiisto de la tribu de Dan, y por
consiguiente de los Jndios, es el capítulo ootavo de Zere-
mtos, ea donde ge leen estas palabras, vemiculo 16: Bes-
da Dan ha sido oido d b g d o di los cabdlos de U: a la
awz de Isr -lindos guerreros da U se &remeció toda la
f i n t a . Y vinieron, y Bavwmoa la tierra, y cuanto Ia-
6ia en &: & ciudad y s w moradores*. Y o convido 6
eoilquha que sepa leer, ii que lea este capitulo octavo de
-h. Despues que lo haya leido con niediana aten-
&a, kt preguntaré: ;de qué misterio se habla en $1? ;Y
al punto me responderá sin que le quede duda, ni aun
sospecha de duda, que se habla manitiestamente de la
ven& de Nabuco contra Jerusalén. Se dice, que desde
Dan se oye el relincho de los caballos, y la voz y euM$to
formidable de armas y de soldados, porque la ciudad de
Dan, la c d antes se Becia Luis-t, fué conquista de seis-
cientolr bombres de la tribu de Dan, que le pusieron el
nambre d e M padre, y habitaran en ella hasta d dia de su
dmwio$. Y esta ciudad de Dan era la primera Aoia
el narte, por donde debia e n h r necesariamente el ejér-
oito d d e o . Este es todo el misterio de esta profecía, cla-
n> y paipable. Los espositores mismos lo entienden así en
w propio b a r ; aunque no dejan muchos de aáadir (no se
erbe para qn6) que en sentido alegbrico se e~tiende,6 pqe-
de entenderse todo esto del Anticristo: con la coa1 adaer-
ten+ parece, que pretenden una de dos cosas (si acaso
m aw iae dns 6 un mismo tiempo); 6 que el origen del
.BPticristo.de la tribu de Dan es una verdad bien com-
pnobada por otra parte: 6 que el sentido alegórico es un
amn& A discrecion: de modo que con cualquier testo d e

.* A Qan au* q t fremitus equprum ejus, B voce hi~nituum


g w a t o r u m .ejus commota est omnis terra, Et venerunt. et devora-
verunt terram, et plenitudinem ejus : urbem et hahitatores ejus. -
Jerem. viii, 16.
t Que pribs Lais dicebatnr. -Lib. Jud. xviii, 29.
t U q ~ ad e diem coptivitatis s u s . -Id. ver. 3.
S 2
a LA V E N I D A D E L MESIAY

la Escritura ee puede probar cualquiera otra cosa qae se


quiera, con solo decir, que aquel testo, tomado en sentido
alegórioo, lo dice así.
130. Ya que tocamos este punto, no perdamos la oca-
sion de decir sobre 61 una palabra. Nos importa muchG
aimo, para nuestro gobierno entender bien, y tener bien
presente lo que quiere decir sentido alegórico. Si esta ad-
vertencia es infitil respecto de muchos, pudiera no serlo
respecto de algunos, á quienes tambien somos deudo=
Como alegoráu, p $gura son dos palabras de dos l e n p
que significan una misma cosa; así, sentido alegórico, no
es otra cosa que sentido figurado. Por lo cual, quien di-:
esto se entiende alegóricamente de aquello; lo que quiere
decir es, esto es una figura, 6 una sombra de aquello.
Aora: para poder decir-con verdad esto, se requiere
entre otras condiciones, una absolutamente necesaria é in-
d i i b l e . Es B saber: que la cosa figurada sea actuai-
mente 6 haya sido, ó haya de ser ciertamente alguna cosa
real, verdadera y existente en la naturaleza: por 'con-
siguiente esta existencia real debe constar por otra parte
y saberse de cierto. Sin esto, asi como no se puede ase-
gurar la cosa misma, tampoco se podrá asegurar que ea
figurada por otra. i Con qu6 razon, por ejemplo, s e p
drá decir, mostrando una pintura: a t a es Za ínúíjeero 6 k
jsgura del Papa Pw XX. Pruébese primero, y pruébese
con evidencia, responderá cualquiera, que ha de haber ea
los siglos venideros un Papa de este nombre; y despues
que esto se pruebe, quedará todavia otra cosa que probar:
esto es, la conformidad del figurado con la figura. De este
modo me parece que se debiá proceder con-el Anticristo,
así en el punto de que hablhos, como en otros mas de
que hablarémos. Se debia probar en primer lugar, oon
aquella praeba que pide un suceso faturo, que el Anticristo
ha de nacer de .la tribu de Dan. Probado esto, se podia
ya proceder sobre algun sólido fundamento. Entbnces se
podian mostrar las figuras, y hacer ver su confinmidad con
el original. Mas traer por toda prueba de un sucW
fntaro, que esto, 6 aquello lo *ra, parece que es eaponer
á un mbmo peligro la fignra y el figurado. Con esta sola
mfiexion, no seria muy diíicil hacer volver á la nada, de
donde salieron, algunos otros figurados juntamente con sus
fk-S
e 191. El tercer lugar de la Escritura quo se alega para
hacer venir al Anticristo de la tribu de Dan, es el cap. v i i
del Apocalipsis ; en el cual, nombrándose todas las otras
tribus de Israel, y saoándose de cada una de ellas doce mil
escogidos 6 sellados, de la tribu de Dan nada se saca, ni
aun siquiera se nombra : lo cual no puede ser por otro m+
tivo, dicen, sino porque de esta tribu ha de salir el Anti-
cristo. A esta diñcdtad se responde, lo primero : que si
en este silencio de Dan hay algan misterio particular,
ninguno puede saber, qué misterio sea ; asl como ninguno
puede saber, por qué nombrándose la tribu de Manasbs,
no se nombra la tribu de Efrain su hermano, sino en lagar
de Efrain, so nombra su padre José ; siendo cierto, que en
la tribu de Jos6 se comprenden sus dos hijos Efrain y
Manasés.
132. Dije, si hay en esto algnn misterio particular;
porque tal vee no hay aquí otro misterio, que algun des-
cuido, 6 equívoco inocente de alguno de los antiquísimos
copistas del Apocalipsis, que en lugar de Dan, puso Ma-
nasés. La sospecha no carece enteramente de fundamento,
si se atiende bien á todo el contesto. Primeramente : S.
Juan, antes de nombrar las tribus en particular, dice, que
los sellados con el sello de Dios vivo s e h n de todas las
tribus de los hijos de Jaoob : de todas las tribw de los hijos
d e Iwaél*: y luego afiade inmediatamente, que de cada
una de diohas tribus, llamando á cada una por su nombre,
s e sefialaráo doce mil. Conque si queda escluida la tribu
d e Dan, que fue uno de los hijos de Jacob, no puede ser
verdad. que los sellados serán de todas las tribus de los
itijos & Isrdl. Lo segundo : Manasés se halla nombrado
e n sesto lugar entre los hijos de Balá, despues de Néptali,
* Ex omni tribu filiorum Iardl. -@c. vii, 4.
m L A VENIDA DEL M E S I A S

dtmde precisanente debia Balfarse Dan. pges Néptalí )


Dan ffieron hijos de Balá, esclava de Raqifel. Lo taroero:
Maníwés no fué hijo, sino nieto de Jacob, y el testo dice,
que los selladm serán de todas las tribus de los bijos: pdr
lo cual se nombra la tribu de José, que fué hijo, y no la
tribu de afiah, que solo fué nieto. Diráse, qite iiouibrhdo
José, debe darse por nombrado Efrain, pues la triba d6
Efrain, y la de José m padre, eran una misma com. Yéa
tambien podemos nosotros afiadir, que ului vea nombrdda
Joeé, se deben entender, y dar por nombrados sus do8 h i .
Efrain y Manasés : pues como se lee en el capítulo xlvii de
Ezequiel, José tiehe doble medida": lo cual alude ciar&
mente á la donacion que le hizo su padre d e otra p&te
mas, fuera de la que debia tener entre sus bemanos: t e
doy (le dice) sobre tus hemunos una porcien . $. Se*..
esto, parece claro, que así como nombrado Joeé, ya no era
necesario nombrar 6 Efrain, como Bn efecto no se nombra,
mi tampoco era necesario xiombrar á Manasés. Por consi-
guiente, en este lugar del Apocalipsis, conforme lo bne-
mos, parece que falta una cosa y sobra otra. Sobra M a d e
sés, qde no fné hijo, sino nieto de Jacob, g falts Daüi que
fúé propiamente hijo, como todos los otros qne se nombran :
Y oi (dice el testo) el nhmero de los se&lQdosí que han
ciento y cuarenta y cuatro mil señaladosi db todctr las
tribus de los hijos de I$raeZ$. E n el eapitnlo xlviii de
Ezeqniel, nombrhndosb todas las doce tribde; B este mirilñe
propbsito, la primera qne se nombra eii la de Dan.
133. Si esta sospecha no de recibe, n t ~nos ernpfiarémefs
mucho ni poco bn iievarlh adelante. h dihuitrad no es
tan gráve que no baya otro modo de resolverla, qae par
unl mera sospecba. Respoddemo$, pues, lo segündb, qne
el silencio dkj Apocalipsis; respbbto de la tribu de Dan,
baya en esto aiguh misterio 6 no lo haya, d a pdede
* Joaeph duplicem funicuIum babet. -Esef. xlvii, 19.
4 Do tibi partem unam extra fratres tuos. - Gen. dviii, 22.
f Et audivi numerum signatonim, centum c~urrdisgihttlQubtuok
millia signati, ex ohni Tnbu filioruiii Isrhel. -,Apee. di, 4.
EN O L O R l A Y MAGESTAD.

probar en el asado de que hablanios. Anqw m supiese


por otra parte, y se supiese da cierto que el AaticrEMo ha
d e venir de la tribu de Dan, aun en e& suposicioa, si$*
pre Mis mirarse como iiegithna y absurda esta co$e~-
menda: luego por esta razon no m nombra esta eiba
eoúw lee otras : luego por esta razoe na se ba dle sellar ¿e
ella eon el sello de Dios vivo : luego por esta ramn ha tb
quedar esdnida entawnente esta misma tribu de aquel
bien y miisetk:ordia, tí q ~ toda8
e las otras han de se^ 1Da-
madas 4 su tiempo. i QnQ eonexion tiene lo tino
lo otro? i Qué prepomion entre aquella culpa y este
castigo? El Anticristo ha de nscer de la tribu de Dan :
2 lnego por esta culpa, que todos los individaoa d& esta
tribn habrán cometido voluntariamente, sin saberlo, ni &u&
sospecharlo, por esta culpa fantástica 6 imaginaria, toda lri
ttibu can todes su individuos han de quedar absolntameñte
reprobados? Aunque Dan mismo, padre de esta tribu,
hubiese sido un hombre tan perverso, como se supone el
Anticristo, no por eso se pedia creer, sin temeridad, que
Dios castigase con un castigo tan terrible 4 toda su des-
cendencia. i Cuanto menos se podrB presumir este castigo
por la iniqnidad de uno de sus hijos?
134. Acaso se dirh que la repmbaoiod de toda esta
tribu, no será precisamente por haber producido, 6 deber
producir al Anticnsto, sino porque toda ella se declarará
por él, y entrará en sus proyectos de iniquidad. Mas fuera
de que esto se dirá libremente, sin la menor apariencia de
fundamento ; por esta misma razon se deberán reprobar
todas las demas tribus : pues como nos aseguran comun-
mente los mismos doctores, y verémos en el artículo ter-
cero, todas las tribas, no menos que la de Dan, se han de
dechrar por el Anticristo, todae lo han de creer y recibir
por su Mesias : todas lo han de acompafiar y servir contra
el verdadero Mesías. Si esto es asl, como asl se supone,
QQ queda otra culpa particular en la tribn de Dan para ser

escluida y reprobada, que la de haber de producir al h , t i -


cristo. Hasta aquí hablamos sobre la suposiciqa de are el
264 L A VENlDA PBL MESIAS
origen del Antioristo de la tribu de Dau fuese uoa cosa
bien oomprobada por otra parte ; mas i qué ser4 smo estri-
b s sobre otros fundamentos que los que acabamos de ver ?
Si hubiese otros mejores, es claro que no dejáran de pro-
ducirse. Si estos son suficientes 6 no, 4 cualquiera le será
fhil decidirlo, si quiere mirar este punto con formalidad.
El ,P. Calmet, hablando de esto mismo, conñesa al iin
ingenuamepte la verdad : confesamos, dioe, que nada w f o
hemos podido adelantar en las v a r i a coRjeturaa sobre el
erigen y nacimiento del asticristo * : y no obstante, en
los intérpretes vas clásicos de la divina Escritura se habla
frecuentemente de los daniatas hermanos del Anticristo,
como si la noticia fuese indubitable. No estrafíeis, amigo,
que yo me declare en favor de los daeistas, y me empeñe
tanto por ellos ; pues aunque no soy de la tribu de Dan, la
debo mirar con ternura, como á hermana mia, y con mayar
ternura debo mirar la equidad y verdad.

A R T I C U L O 11.

Patria y Principw del Anticristo.


135. Acabamos de ver todos los fundamentos que se
han podido hallar en la Escritura santa para hacer al Anti-
cristo un Judio 6 Hebreo de la tribu de Dan: aora, para
hacerlo nacer en Babilonia, p empezar alli 6 reinar entre
prodigios y milagros los mas inauditos, i qué fundamentos
se habr4n hallado? Yo los busco por todas partes, y de
ninguna manera los hallo+. Pregunto á los doctores
mas eruditos que han escrito sobre el asunto y han abra-
zado esta noticia, y parece que tampoco le han hallado
Ggun fundamento : pues no es creible que guardasen
* Ex variis hisce dé origine, et ortu Antichristi conjecturis, eerti
nihil hauriri posse fatemur. - Calmet.
' -
) Et minimb invenio. Calmet.
.tanto silencio, si hubiemn hallado alguno, aunque fuese
muy semejante B los del artículo antecedente. El erudito
Padre Calmet en su ya citada diirtacion se hace cargo,
y se da por entesdido de este gran embarau>. Couñeaa
que en la realidad no se halla fundamento aiguno en la
Ravelacion : y si no fuese, a6ade, por la autoridad estrín-
geca, 6 por el oomun sentir de tanta escritores, así mo-
dernos como antiguos, la noticia no merecia atencion ai-
gasa. Mas como la autoridad estrínseca, 6 el comun sen-
tk en cualquiera asunto que sea (mucho maa en asuntos
de futaro), debe estribar sobre algun fundamento real, S&
fido y h e , quedamos despues de esto en el mismo em-
, h o , oomo si nos respondieran por la misma cuestion.
La autoridad estrínseca, aunque sea un comun sentir,
principalmente cuando se trata de una cosa futura, no
puede de modo alguno estribar sobre si misma: este ea un
privilegio que B solo Dios le puede competer. La misma
lumbre de la rau>n nos lo persuade así, y nos lo persuade
invenciblemente. Se pregunta, pues, jcuál es el funda-
mento de esto comun sentir en un asunto tan ajeno de la
ciencia del hombre, oomo es lo futuro? El mismo autor
se hace cargo de este segundo embarazo, y aunque mos-
trando alguna repugnancia, sefiala en fin modestamente el
verdadero fundamento, diciéndonos, que los que han es-
crito despues de S. Jerónimo tomaron de él esta noticia*.
$36. Si subimos aorn de autor en autor hasta S. Jer6-
nimo, y le preguntamos reverentemenle al santo ductor,
i de donde tomó una noticia tan singnlar? nos respondertí
al punto oon toda verdad é ingenuidad, que él no ha ase-
p r a d o jamás que la noticia sea cierta, ni la produjo como
opinion propia suya, sino como opinion de otros doctores
de su tiempo, que asi lo pensaban : para lo cual nos mos-
trará sus propias palabras sobre el capitulo once de Daniel,
diciendo : los nuestros interpretan todas e s t a cosas del
Anticristo, que ha de nacer del pueblo judaico, y ha de
Quore qui post Hyeronimum ecripsere, eidem opinioni eubecri-
bunt.- Calmet.
LA VHNlDA DBL M B S I A S

venir de Babilonia*. De aquí se s i p , que h g otré


E d r n e n t o en la realidad, s i w qae h 10s pibolpim, &i
s i g b qitisto, cuando S. Jerónimo escnbiq ee posaba así.
Mns sí en este tiempo se p e n d a a&, es cie* qne ea
todos los hmpoe anteiliores no $e h b i a peireade td coek
Mas de cien afios tintes, en tiempo & Dicíoleateno, bB
pepsaia que el mismo Diocleciaw era el Anthbda. EA
mismo se p d a ea tiempo de Mamo Anrelió, de Tra-
j e ~ de , Damicitino, y sobre todos, en tiempo de N e m ,
pues aun despaes de muerto, pensaban los CRstianse qas
w habia muerto, eiiio que estaba eecondido paru venir
luego á ser el Anticristo; mas como vierdh qtle M b a
mucho, mudaron de pensamiento, y pensarcm que presto
resucitaría para ser el knticristo. Todas estad atma y
otras semejantes, se pnsaton antes del cuarto si&, eailia
consta de la historia eclesi4stica, y 4 niaguno le paa6 pot
la imagiriacion que Diocleciano, 6 Marco Auielio, 6 'he-
jano, 6 Domiciano, 6 Neron, fuesen natades de B a b h
aia, ni mucho menos que friesen Hebreos de la iriba de
Dan. Conque el penyrse asi en un siglo, y el pensarse
dé otro modo en otro, si no se alega otro findamenta, nada
prueba en la realidad, y quedamos en p e r h t a libertad
para pensar otra cosa.
137. En cuyo supuesto, lo que yo pienso es, qbe Babi-
Ionia no solo no será pátria del Anticristo, pero ni lo podd
ser. FGndome entre otras cosas en la profecia de Jeremías,
que hablando de propósito contra Babilonia, dice ad : y
berá Mitcula en adelante para siempre. ni será ediJc&
hasta en generadon y generach. Así como dcstruyki el
Sefior á Sodoma, y á Coarorra, y á au vednos, dice s i
S&r, no morará aIlf varon, ni la habitará hijo da
-ret. Direis acaso, que esta profecla habla solamente
Nostri interpretsntnr hec omnia de Anti-Christo, qui d t p
eat de popuio Jud=onun, et de Babylone ventaras.-l)a.
Hymn.
. t Non ~i~ usque in ~ p i t e m u m ,ncc extfaetnr
usqne ad generatinnem et generationem. Sicut snbmr$t l)oiPiiw
Ba II antkpde9ma BalYilonis, situada eobre e3 Edrabs, que
M la oórte del imperio Caldeo ; no de otra Babüonia que
se ediñob d & p s sobre el Tigris, y sub&& hoy dia; m
tampoco de la Babilonia de Egipto ; y asi la una aoao k
otra p e d e set la p4tria del AntiMieto : ntas de eito mimo
cm pedir6 yo digima proeba 6 algnd faidamento mwtde.

ARTICULO 111.

El Anticristo será creido y recibido de los ~ u d i o corno


s ma
verdadero M e s b :por cuyo motivo pasará su cbrte d.
Babi~onia& Jenualén.
138, Esta noticia creida g recibida comb verdadera entre
los intérpretes de la Escritura, ¿qué fundamento puede
tener? i Cual podrá ser SU verdadero origen? i nabr4
b b r e ello alguna cosa en la lbvelabion? N o os canmis,
se6or, inótilmente en revolver para esto toda la Biblia a-
, grada: tampoco os canseis sn preguntar á los mismos in-
tétpretes, porque no hallareis otro fundamento que una
suposicion, sobre la cual, como si fuese indubitable, pro-
ceden yá con gran seguridad. ¿ Cual es esta suposicion ?
ÍIn que queda ya examinada y negada en el articulo pri-
ínefo : estb es, que el Anticristo ha de ser un judio 6 hebreo
d e Id tribu de Bab. En esta suposicion mirada como cierta,
d$ ipá facilísimo seguir adelante con la historia. Las conse-
s tan naturales, qiie por si mismas se tan pre-
c u e ~ i a son
sentando iina tras otra á la imaginacion. Vedlas aquí.
139. ;El Anticristo judid ? Luego per los Judios deberá
comenzar: luego para hacer entre ellos una gran f iera,
deberá persiiadirles, en primer lugar, que 81 es el verdadero
biesias, que éllos esperan (segun sus escrituras) y debed
-bien dcultarles, digo yo, debajo del mas profundo se-

w b m a i n eY Coinohham, et vidnaii ejiu, ait Domina : non habI~bk


&i Wr, et hbn iacdet eam filiaa hominis.-Jmm. 1, 39 M 40.
m@ LA VENIDA DEL MESIAS
cmto, su otigen de la tribn de Dan, porque si esto se ltega
4 saber 6 sospechar, se habrá errado el tiro, y quedará todo
p ~ d i d osin esperanza de remedio; pues no hay judio al-
guao, aun entre la mas ínfima plebe, que nosepa y crea
que sw Meslas ha de venir de la tribu de Judea, y de la
familia de David : i mas este secreto se guaidará fielmente?
Prosighmos con nuestras consecuencias.
140. i E l Anticristo judio, creido Mesias, y reconocido
por tal de los Judios? Luego todos los millares 6 millones
de Judios, que están esparcidos entre todas las naciones
del mundo, volarán al punto buscarlo, y unirse con él.
;El Anticristo judio, creido Mesías, escoltado de millares
6 millones de soldados voluntarios, llenos todos de coraje y
de celo ? Luego su primer pensamiento y su primera espe-
.dicion deberá ser la conquista de la tierra de sus padres,
para evacuarla de sus usurpadores, y volver á establecer
en ella á todas las tribus de Jacob. En suma: ¿El Anti-
cristo judio, creido y reconocido por Mesias, conquistador
+
y vecino de la Palestina? Luego es naturalisimo que se
olvide de Babilonia, y ponga su cbrte en Jerusalén, donde
estuvo en tiempo de David, de Salomon, y de todos los
reyes sus sucesores. Luego esta ciudad, arruinada pri-
mero por los Caldeos, y despues por los Romanos, volverá
á edificarse de nuevo con mayor grandeza y magnificencia,
por el trabajo, celo y furor de todas las tribus, ayudadas de
todas las lejiones del angel de guarda del mismo Anticristo,
e s t ~es, de Satanás. i Qué consecuencias tan naturales!
Mas si por desgracia se halla falsa, y cae como tal aquella
suposicion sobre la cual se ha edificado con tan n h i a con-
fianza, ¿ no será tambien una consecuencia naturahima, que
caiga sobre ella todo el edificio ?
141. Este temor, que no es f k i l disimular, ha obligado
á algunos doctores graves á buscar en la Escritura divina
algunos otros fundamentos, 6 siquiera algunos pilarea con
que sostener un edificio tan vasto, y al mismo tiempo tan
poco fundado. Los que se han hallado hasta aora dospues
de infinitas diligeucias, se miran comunmente por soticientea,
14& Yer araque no hubiera b(3,ido otro que aquei in-
que apareció
sigpe ~a~-Cocbebas; eo tiempo de Adriano,
en este solo estaba llena la profecía: si otro viniere en m
&re, h aqwl r e d i r e k * . EBie faho Yeaíae v i n ~ian
en eu ~t~mbre, que todos los tltrlos 6 credeaoialesqoe pre-
mt6 tí los Judios, se rednjem tí sola la s i g a i h a b n de
qp nombre ; pues Bsr-Cochebae, quiere deair & de la
bella. Par ser 3 llammse hijo de la estrella, debia 8er
m i d o y M i d o por Meslas,8egun la @ d a de BnlBa,
qBe d k : De J m b uucerá una est~el2a.t.. En efecto
d i d p .dehdos l a s . q ~ emoraban en la Mestina : ,y eaparí
u& Ivego la $voz,por todae las provincias del imperio w -
-, ea todas partes se albarataron loa Judios, erttrando
m giFapdss eeperangas de sacudir el yugo de las gen@.
Ls mis pasó tan-adelante, que puso en cuidado sí todo el
imperio ; y fu6 bien necesaria toda la vigilaPaia y ple&d
dq.Adriio, que elri buen soldado, para quitar y coahner
B loa Jydias de las pypvipcks de ocoidente, ,mientrea se
p~parabapara la gkrra fnm4 que era preciso bscer d
Bar-Qocbebae.
M.Este habia engrwdo m t o , no solo w n kw JPdioe
gnie b&ibban ep la Pdestina, sino oon otros muoblsium
que d a dia se le agregaban, que se habia apodergdo de
lae p b s fuertes de Jadea, pasando á cuchillo toda z k
(c~W Q y~
rqmonn, todo cuanto perteneah á los Roma-
na; y apravecbgpdose de todas las annas y de todati b
nAu80as del M, de m d o qse fu6 meneeter trás crFicm de
gpwpa viva, y popipoa eangse ro- para aujehr aquellas
rebeldee, que dpqrcwbbw la vida ~ > s rla adeEeoesde su
&sias. Muerto este y coa él nada merma de 480,880
J&e, 4 s .qpe vivas, fueron veadidos por esela-
y q , y e~paroidosotra vez 6 todos vientost. Estos fuemn
bieqes eps Wjo á nuestra nacion el hijo del la eetmelIa.
Si alius venerit nomine suo, Uum accipietis. -Jwn.v, 43.
+ Orietnr SteUa ex Jacob. -Nlm. xgjv, 17.
f V b e la historia de Adriano por Chevier, Esqaljqo, Ne-
mont, &c.
E# GLORIA Y YAGESTAD. &P1
Cestigo terrible; pero bien mereoido: Yo u k ca .or~1-
be de IU Padre, (%o JesucntPto) y no recpbís: si
&o virlwre en su n o d r a , á aquel redirsis. No b e -
moe, puea, n e a d l a d desesperar un Bnticins@ jadia, salo
iiurgliario, y en él d r o fPho Mesías, sin compe~aoiaa
q o r que Bar-Cwhebas, para que se verifique latpr4feala
del Sehor ; pues en este falso Meslas, conocido de todoa, la
be- visto-plenatnepteveriñada.
846. Rareos una verdadem arueldad (ni me ocurre otro
nombre mae propio que poderle dar) lo que vemos OQP
nwtroe qjos frecuentemente practiaado par las do&w
..
cmsúmw, respecto de los miserables Judios. De m a w ,
qnetno damente les niegan b mcaeean aquellos anonoior
f9ro& que m leen elaros y eepwos en aus Escrituras,
los cuales hasta aora no se hnn verificado ; no solamente
koe wderrur, y agravan mas los que son a o n o c i d m t e
&os; no solamente lee daden sin escrúpulo otros
&ammg~8y trieffiimos, como si h e m n tamadoa de
la.Bavelaai04; sino que como siesto fuerapoco, pretenden
tal m,que todavia se deben verificar con mayor rigor,
ann aquellos anuncios eontrarioe que ya se han verificado :
tiea neoesario aÍiadir para esto noticias y cirounsbn-
rPBirr tle queik J&wrihua divine no habla palabra. Perdo-
nad, amigo, asta breve digresion, porque de la abundancia
a W t c a l ~ 1 ~ 8 1W¡a
9 Za boca*. Ouaodo lleguémas al fea&
mamo quinto empeaa~eisá ver si me lamento con razon.
W .(Caido, puw, este primer punto de la noticia es-
.kvas, ,que el Antu,rioto ha de ser creido y reoibido dg 1 ~ s
aJ d s por su aerdsdero Malas : el segundo punto cae
(rte suyo, !.sinque d e lo mareya. i De do& se prueba
el Anticriato ata.de poeer ,eo Jerusaléol la córte de su
,mP+ ? ,i Sabeis de donde ? De que ha de ser recibido
,dalssLJudiospor su rey ,y Mesias. 9 esto i de donde se
,prueba? De que ha de ser judio. i Y .esto de donde ?
,&.que ha de ser de la fiibu de Dan. Y qta Es sosa ...
8 x abundantia enim cordis os lqquitur. -Mat. xii, 34.
m2 LA V E N I D A DEL MBSIAS

verdaderamente admirable lo que leemos del AnticristO:


Las noticias son innumerables, y todas se aseguran, unas
mas, y otras menos, con gran formalidad. Mas si llegamos
por cmiomdad h examinar el fundamento en que estriban,
nos hallamos oan una maravilla, y la que mas sorprende de
todas : quiero decir : que todas estas noticias no tienen otro
fundamento que ellas mismas: todas estriban sobre si r n k
mas, y mutuamente se sostienen. Las primeras son fun-
damento de las segándas, y las segundas lo son de las pri-
meras. Estas estriban sobre las que se siguen, y las que
siguen sobre las que preceden: y todo elio no parece o-
cosa que un edificio magnífico, construido en el aire y m-
servado milagrosamente, donde aparece nuestro Antioristo
como un fantasma temble, como un espectro 6 como un
ente de razon.
148. Mas esta c6rte en Jerusalén, de este rey Anticris-
to, 6 de este monarca fantástico, i no tiene por otra parte
otros fundamentos? i No hay en toda la Escritura di* ai-
gunos lugares de donde esto conste, 6 se pueda inferir?
Amigo mio, esto es mucho pedir. Si estos fundamentos los
buscais en la Escritura misma, os cansais inbtilmente. Sa-
bed de cierto, que no los hay. Mas si los buscais en o t r a
fuentes, 6 en otros libros que no son oenbnicos, hallare'is
fácilmente con que suplir en caso de necesidad. i Cuales
son estos fundamentos ? Ven y ve. Son aquellas profeobs
las mas magnificas favorables á Jerusalén, que hasta aora
no han tenido ni han podido tener su cumplimiento. atas
profecias son tantas, tan claras, tan espresivas, y anuneian
6 Jerusalén tanta grandeza, tanta prosperidad, y al mismo
tiempo tanta justicia y santidad, que por eso mismo se han
becho increibles en el sistema ordinario de 10s docto-.
Así, algunas pocas se han procurado acomodar por 10s
mejores intérpretes que llamamos literales, B la vuelta de
Babionia, en sentido literal: otras 4 la iglesia presente en
sentido alegórico: o ú w mas diñciles 6 impenetrables tí
la Jerusalén celestial, en sentido anagógico: y otras 6
cualquiera alma anta en sentido nbtico: y otrm e n fM que
EN GLORIA Y MAGB8TAD. m8
hpugnan invenciblemente todos estos sentidos, y en que el
Espíritu Santo quiso quitar todo ehgio, hablando espresa-
mente de aquella Jenisalbn que fué córte de David, de
Salomon, &c., y que por sus pecados fué destruida por Na-
buco, y despues por los Romanos, y aora está y estará
hasta su tiempo conculcada de las gentes, &c., estas profe-
cías, digo, se procuran acomodar (no se sabe en qué sentido)
B los tiempo del Añticristo, cuando este fanfasma ponga en
Jerusalén la cbrte de su fantástico imperio. Si alguno se
aireve á preguntar, j con qué razon se hace todo esto,
sen qu6 fundamento, con qué autoridad, y cou qué licencia ?
se puede esperar, no sin gran fuudamento que la respues-
ta tenga mucho mas de sonido, que de sustancia. Es-
tas profecías de que hablamos, favorables á Jenisalén,
forman nn fenómeno muy grande, que deberémos observar
atentamente, cuando sea su tiempo. El detenernos aora en
esto, fuera ua verdadero desorden, y nos hiciera mas da-
ño que provecho.

ARTICULO IV.
Monarquia universd de€ Anticristo.
169. Pues este hombre tan singular, este misero ju-
dio, este mago, wte seductor insigne, viéndose eu el tro-
no de Israél recibido por Mesfas, amado y adorado de to-
das,las tribus, entrará luego en los pensamientos do suje-
tar á su dominacion, no solamente las naciones circunve-
cinas, sino todos los reinos, principados y sefiorios: todos
los pueblos, tribus y lenguas de todo el orbe de la tier-
ra ; sin duda para verificar en sí mismo aquellas profecias
q u e anuncian esta grandeza del verdadero Mesias, hijo de
David. Para poner en egeciicion un proyecto como este, de-
berá enviar por todas las partes del mundo, ya predica-
doras, llenos de celo ; ya egércitos innumerables y fortísi-
mos, acompafiados y sostenidos por todas las lejiones de
T O M O 1. T
974 LA VENIDA D E L M E S I A S

Satanhs : que unos con persuasiones, otros con mílagros es-


tupendos, otros con amenazas, otros con fue= abierta,
obligarán en fin 4 todo el l b g e humano á sujettwm y
-%ir el yugo. El mismo rey de Israbl, acompafíado
de su pseudoprofeta, y de su angel de guarda Satanás,
no dejará de andar como M rayo d e una parte 4 otra:
&as veces 4cii el oriente hasta las costas de la India y
de.la China, sin perdonar una sola de las muchas islas
de aquellos mares : otras veces ácia el norte y nomeste d
tra los soberanos do la Europa : otras ácia el mediodia con-
tra todas las naciones del Africa hasta el cabo de Buena-
esparanas: otras 4cia.el occidente contra toda la Ambnm
&.c. : y siempre con tan felia suceso, que en pocos alíos
h d r 4 concluida y perfeccionada la grande empresa, y ae
verá semido, honrado y aun adorado como Dios de h
Bos tos pueblos de la tierra.
150. Aora bien : y de toda esta historia 6 de la snstaP
cia de ella, i quién sale por fiador? j, De qué archivo# p b
blicos 6 secretos se han sacado unas noticias tan, maravillo-
sas ? Se supone que no hay ni puede haber otras, que la
revelacion, porque es historia de lo futuro. i Cual es, pues,
esta revelacion? Examinémosla de cerca, y con for-
malidad.
151. Dos lugares de la divina Esoritura se alegan co-
munmente para probar esta mnarquia universal del M-
cristo. El primero es el capitulo vü de Daniel, en el cual
nos sefialan; y nos hacen observar, no ya la cuarta bestia
teriible 9 admirable (porque esta quieren que sea el impe-
rio romano) sino uno de los ewinos que tiene a t a b e s h
en su cabeza, que es el mayor de todos, de quien se diE8h.
y anuncian coaas nada ordinarias. Mas despues de leiday
considerado todo lo que ae anuncia de este cuerno terrible,
aiif c m 6 no hallamos vestigio alguno por donde poder si-
q&ra &ospechar, que el ouerno insigne, ó esta potencia, 6
este hey,baya de ser jutlio, ni-falso Mesías ; así tampoco lo
ha1lamos para creer ni sopechar su monarquia univerd.
Ym. queb11amas únicamente ea, que esta potencia 6 aete
R N G L O R I A Y MABRSTAD. !276
rey será mayor que los otros diea que están como él en la
cabeaa de la terrible bestia, y le sirven de cnernos 6 de ar- '
mM, Ltem : que humiilará tres de estos diez rees (de loa
otros siete nada se dice, ni de loa que quedan en lo restan-
te de la1 tierra). Ltem : que lleno de altivez, brgullo y
soberbia, hablaré, blasfemias contra el Aitisimo, y perse-
@irá íi sus santos. En suma, que su presanci'on será tan
w d e , que le parecerh posible y fácil mudar los tiempos
y ias leyes, &c. para todo lo cual se dará licencia por algun
tiempo. Esto es todo lo que se lee de esta potencia 6 de
este rey eti el capitulo vii de Daniel. Todo lo cnal así
como puede suceder en Asia, 6 en Afnca (donde efectiva-
mente lo ponen muchos intérpretes, weiíalando tambien los
tres reyes que han de ser humillados: esto es, el de Libia,
el de Egipto, y el de Etiopia) así puede suceder en Euro-
pa, 6 en América, sin ser neces~riohacer tí este rey, sea
quien fhere, monarca universal de todo el orbe. Demas de
esto, i como se prueba que este cuerno insigne, que nace,
crece y se fortifica en la cabeza de la bestia, es propiamen-
te el Anticristo que esperamos, y no la bestia misma? Pe-
r o de esto hablarémos mas adelante.
152. El segnnao lugar que se alega es el capítulo xíii
del Apocalipsis, en el cnal se habla manifiestamente del
Anticristo debajo de la metáfora de una bestia terrible d e
siete cabezas y diez cnernos. Aquí, pues, se dice que
h esta bestia se le dará potestad sobre toda tribu, y pue-
blo, y lengua, y nacion*: y que la adorarán todos los ha-
bitadores de la tierra?. Y o creo firmemente lo que a m -
cia esta profecía, que en el asunto de que hablamos me
parece clarísima ; mas del mismo modo me parecen claríeí-
nios dos equívocos que se ven en su esplicaciou. Primera :
El testo no dice que la potestad sobre toda tribu, g pue-
blo, y lengua, 9 nacion, se te dará á un rey, 6 tr un hom-
bre individuo y singuiar, que os lo que se intenta probar\
* In omnem tnbum, et popddm, et linguam, et gentem.- A&.
AIi, 7.
t Et adoraverunt eam omnes qui inhabitant terram. l b . a. 8. <
3

T 2
276 L A VENIDA DEL MEBIAS
solo dice, qoe esta potestad se le dará 4 la bestia de que
se va hablando : y esta bestia por todas sus sefias y contra-
se9as está infinitamente distante de simbolizar un rey, una
persona singular 6 una cabeza de monarquía. Segundo
equivoco : El testo no dice que todos los habitadores de la
tierra adorarán 6 esta bestia con adoracion formal de latría
como 4 Dios ; solo dice simplemente que la adorarán* : y
todos sabemos que es licito adorar 4 una criatura, mas no
es licito adorarla como á Dios. Nuestro padre Abrahan,
por ejemplo. adoró á los jueces de la ciudad de Heth;
Leuantóse Abrahan (se dice en el Genesis) y se inclinó
al pueble de la tierra, es á saber, á los hijos de R e t h t .
i O, cuan lejos estuvo el padre de todos los creyentes de
adorar otro Dios que al Dios de Abrahan ! Este pdnto lo
tocamos aora con tanta brevedad, así por ser facilísimo de
comprenderse solo con insinuarlo, como porque luego h e
mos de volver 4 él, cuando considerémos la bestia del
Apocrilipsie.
153. Entre tanto, para no creer esta monarquía nniver-
sal que no conata de la misma Revelacion, nos puede ayu-
dar mucho otra msa que consta de la misma Revelacion : es
decir, la estatua de cuatro metales que dejamos observadaen
el fenómeno primero : alií se habla de solas cuatro monar-
quías, ó reinos 6 imperios célebres que habrá en nuestra
tierra, y el último de todos se lleva hasta la caida de la
piedra, 6 basta la venida segunda del Mesías, como alll pro-
bamos. Aora, si hera de estos cuatro imperios, hubiese
de haber otro, y este mayor que todos los cuatro, no solo
divididos, sino juntos, parece naturai, que se dijese d e él
alguna paiabra, y no se pasase tan en silencio un suceso
tan maravilloso. Demhs de esto, la piedra debe caer di-
rectamente sobre los pies y dedos de -la grande eatátua, ee
decir, sobre el cuarto y último remo dividido en muchos, y
oonvertirlo en polvo junto con toda la estatua. Conque
Et adoravernut erun. -Id id. ib.
t S u m i t Abraham, et adoiavit popuium teme, filioe videlicet
Heth. - h.xxiii, 7.
EN GLORIA Y YAGESTAD. 277
eede cuarto reino deberá estar existente y entero, cuando
venga el Sefior : porque de otra suerte la piedra errará el
golpe, y la profecia no podrá cumplirse. Si este reino está,
existente y entero hasta la venida del Sefior, j adonde rei-
nará el Anticristo ? j Como podrá ser monarca wivenial
de toda la tierra? Dicen, que toda los reyes de la tierra,
sin dejar da serlo, se le sujetarán 4 su voluntad, 6 él los
sujetará por fuerza, y le servirán con todo su poder. Para
lo cual alegan el capitulo xvii del Apocalipsis, donde ha-
blhndose de los diez reyes, se dice : B t o s tienen un rnisrno
designio, y darhn su fuerza y poder 6 la bestia. Porque
.
Dios ha puesto en sw corazones.. que den ru reino (i la
bestia*. Mas esta bestia de que se habla, B quien los re-
yes darán su poteetad, no por fuma, sino voluntariamente;
como se infiere claramente del mismo teeto, esta beetie;
i será acaso otro rey como ellos, 6 algun hombre individuo
y singuiar?
154. Esto era necesario que se probase antee con bue-
nas razones : y esta debia ser como base hndamental, puxt
pqder elevar seguramente un edificio tan vasto, como e8
una monarquía universal sobre toda tribu, y pueblo, y len-
gua, y nacion. Porque si el hticristo con que estamos
amenazados, no ha de ser un hombre individuo y singular,
sino otra cosa muy diversa, con esto solo desaparece la
monarquía universal, con esto solo quedan falsificadas to-
das las noticias de que bemos hablado, y con esto solo
se desvanece enteramente nuestro fantasma.

155. Que ha de haber un Anticristo : que este se ha de


revelar y declarar públicamente ácia los Gltimos tiempos :
que ha de hacer en el mundo los mayores males, haciendo
t Hi unum consilium habent, et virtutem, et poteatatem suam
bestiae tradent ... Deus enim dedit in corda eomm... ut dent regnum
auum bestiae. -Apoc. xvii, 13, et 17.
L
m8 b A V E N I D A DLLL MESIAS

guerra formal á Cristo, y í i todo cuaato le perteneae : veis


aquí tres cosas ciertas en que ningun cristiano puede du-
dar: son clarisimas, y repetidas de mil maneras en lassh-
tas Escrituras del antiguo y nuevo Testamento. i Mas qué
ooea particular y determinada debemos entender por esta
palabra Anticristo, que es tan general y tan indeterminada,
qiie solo significa contra Cristo? Qué especie de m&
ha de baoer, de qué medios se ha de valer, &c., son otras
tres cosas que no- deben estar tan clama en las EacriturPo
oamo las tres primeras ;pues las noticias 6 ideas que sobre
d a s nos dan los dodores son tan varias, tan oscuras, y tea
poco fundadas, como acabamos de observar.
156. ;-, Quién
- sabe si toda esta variedad de noticias (cier-
m e n t e iocreibles, y aun ininteligibles) se habrá originado
de algun principio falso, que se haya mirado y recibido
hcentomente como verdadero? i Quién sabe, digo, si
todo el mal ha estado en haberse imaginado á este Anti-
ariato, 6 á este contra-Cristo, como B una peraona singalar
6 individua, y en este supuesto haber querido acomodar 6
ssta persona todas las casas generales y particulares que
ae leen en las Escrituras? Si el principio fuese verdadero,
parece imposible, que habiéndose trabajado tanto s+re él
por los mayores ingenios, se hubiese adelantado tan poco; 1
mas si el principio no es verdadero, no hay por qué m-
villarse: cualquiera médico, 6 cualquiera abogado, por
peritos que sean, se halian embarazados é insuficientes en
una mala causa. Este principio, pues, 6 este supuesto (6
falso, 6 poco seguro) sobre el cual veo que proceden todos
los doctores, asi intérpretes como teólogos y miscel8neos,
de que tengo noticia, me parece, que es el que ha hecho 1
oscuras, inaccesibles, é impenetrables muchísimas de la no-
ticias que nos da la divina Escritura. Este principio b
supuesto, mirado como cierto é indubitable, parece que es
el que ha hecho imaginar, adivinar y afiadir infinitas cosas,
y noticias que no constan de la Revelacion, para que SU-
plan el lugar de las que constan. Este principio en suma,
ha hecho buscar al Anticristo, y aun hallarlo y verlo con
EN GLDRlA Y MAGESTAD. 2'79
h ojos de la imagtiacion, donde ciertamente m está, y al
iaiepm> tiempo no verlo 6 no conocerlo donde está. >

157. Casi no hay rey alguno insigne por su crueldad y


tireafa oon el pueblo de Dios, de quien se hable en las
%critnras, 6 en historia 6 en profecia, en el cual no vean
.tos dodores al Antirristo, 6 en profecía 6 en fipm 'Pq-
m n , par ejempl4 Nabumdonosór, rey de Ninive, sn ge-
neml Holofmes, Salmanazar, Senaquerib, Nabuoo rey de
Babilonia, Antioco Epifánes, Herodes, &o,. todos estos
muestran al Anticristo en ñgurm El rey de Babilonia, de
quien solo se habla en parabola* : et rey de Tiro t el p h
eipe Gog-1. : el cuerno undbcimo de h cuarta bestia: el
rey descriptoS : el pastor estulto, &c. 5 : todos estos mues-
al Antieristo en profecia. i Qué se sigue de todo
' a t o ? Se aigne naturalmente, que oon este principio, c m
esta iüea y con este supuesto, liegamos á leer aquellos ltp-
p e s d e la Revelacion, donde ue DOS habla de propésito
'Antiatisto, y no le conocemos, y nos parecen diches
4ngaaea ileaos de confnsion y de tinieblas, y pasamos sobre
dios sin haber entendido ni ano sospeohado lo qme reel-
mente no6 ma11cian.
- . 158. Habiendo, pues, coneidslisalo las notioías q ~ prrs
e
ten de erte yrinoipia, y no haiiando~eneldas coea alguna
en b e asentar el pie, ninguno puede tener 4 mal, que un
punto de tanta importancia, en que se trata de la salvacion
6 perdicion de muchos, no solamente de los venideros, sino
q& tambien de los presentes, busqnémos otro sistema y
proonrémoi asentar otro principio, con el cual puedan aoor-
dame bien, y fundarse sólidamente las noticias que nos da
la Revelacion; proponiéndolo en cualidad de una mera
consulta al examen y j8icio de los interesados.

SISTEMA.
159. Segun todas las sefias y contrasefias que nos dan
las santas Escrituras, y otras nada equivocas que nos ofre-
In parabola. -Zsaf. xiv. -f Ezeq. xxviii, et xxxviii.
f Dan. vii, et xi. 5 Zachar. xi. '
ce el tiempo, que suele ser el mejor intérprete de las prs
fecias, el Anticristo 6 el contra-Cristo, de que estamos tae
amenazados para los tiempos inmediatos á la venida del
Sefior, no es otra cosa que un cuerpo moral, compuesto
de innumerables individuos, diversos y distantes entre si:
pero todos unidos moralmente, y animados d e no mismo
espíritu, contra el Señor, y contra su Cristo Este *.
cuerpo moral, despoes que haya crecido cuanto debe o r e
cer por la agregacion de innumerables individuos; despues
que se vea faexte, robusto y provisto con abundancia d e
todas las armas necesarias; deepues que se vea en estado
'
de no temer las potencias de la tierra, por ser ya cotas
sus partes principales: este cuerpo, digo, en este estado
será el verddero y único Anticristo que nos anuncian las
Escrituras. Peleara este cuerpo Anticristiano con el mayor
furor, y con toda suerte de armas contra el cuerpo m h
tico de Cristo, que en aquellos tiempos se Ballará s n m ~
mente debilitado: hará en él los mayores y mas lam-
tables estragos: y si no acaba de destruirlo enteramente,
no será por falta de voluntad, ni por falta de empefio,
sino por falta de tiempo; pues segun la promesa del Se-
.
fior, aquellos dias serán abreviados.. Y si nofwsen abre-
d o s aquellos dias, ninguna carne seria salvat. . Por
.tanto, se hallará nuestro Anticristo, c w d o menos lo pien-
se; en el ñn y término de sus dias, y en el principio .de¡
dia del Sefior. Se hallará con Cristo mismo que ya bajo
del cielo con aquella grandeza, majestad y potenoia teai-
ble y admirable con .que se describe en el capítulo xix del
Apocalipsis, en S. Pablo, en el Evangelio, en los Sdmoa,
y en casi todos los Profetas, como lo verémos en su lngar.
160. Para examinar este sistema, y asegursnios de su
bondad, no hemos menester otra cosa que leer con me-
diana atencion aquellos lugares de la Escritura, donde se
habla del Anticristo, y de aquella Gltima tribulacion; es-
* Adversbs Dominum, et adversbe Christum ejue. -P A .ii, 2:
t Breviabuntur diea illi. ..Et nisi breviati fuiasent $ea illi; non
,

-
fieret salva omnis caro. Mat. xxiv, 22. . ..
EN G L O R I A Y MAOBBTAD. 281
peoialmente aquellos pmos donde se habla, no de paeo y
como por incidencia, sino determinadamente y de piopómto.
Si toda estos lugares se entienden bien, y se esplican fa-
cilmente en un cuerpo moral, sin ser neoesario usar de
violencia, ni de discursos artificiales: si nada se eaplica de
un modo siquiera perceptible en una persona singular,
d n esto solo deberá darse por oonclnida nuestra disputa.

DEFINICION D E L ANTICRISTO.

161. Lo primero que se entiende bien en un cuerpo


moral, y lo primero que no se entiende de modo alguno
en una persona singular es la deñnioion del Anticrirto. En
toda la Biblia sagrada desde el Gbnesia hasta el Apocalip-
sis, no se halla esta palabra espreaa y formal A n t k h t o ,
sino dos 6 tres veces en la epístola primera y segunda del
A p t o 1 S. Jnan, y aquí mismo ea donde se halla su defi-
nicion. Si preguntamos ' al amado discípulo i que cosa
es-Anticristo? nos responde por estas palabras: todo qá-
r i t u que d i d e b Jews, no es de Dios: y este tal es un
Anticristo, de quien habeis oido que viene; y que awa
ya'estb en el mundo*.
162. Os parecerá sin duda 4 primera vista, que yo voy
ti usar aqui de a l p equivoco pueril, 6 de alguna espe-
cie de soñsma; pues h estas palabras de S. Jnan les doy
el nombre de verdadera definicion del Anticristo, s i d o
cierto (como decis equivocadamente) que S. h a n hsMa
aquí solo del espiritu, mas no de la persona del Anticriato.
Mas si considerais este testo con alguna mayor atenoion;
si con la misma conaiderais la esplicacion que se le da, se
puede con razon esperar, que el sofisma desaparezca por
una parte, y se deje ver por otra donde no se esperaba.
163. Doi cosas claras dice aqui este Apostol 4 todos los
Omnia apiritus, qui aolvit Jeilum, ex Deo non eat : et hic est
Anti-Chhtue, de quo andietie quoniam venit, et nunc jam in mundo
-
est. Jwn.9. 1, iv, 3.
%a LA VENlDA DEL M E S I A S

Ciiatian~:Prihiera; que el Anticristo, & quim han o&


que vendrh cuando sea su tiempo, es todo esptritu goce
divide á Jesw. La espresion es ciertamente muy ~ i n ' j a r ,
y por eeo digna de singular reparo. M i r á Jesus, riegan
ea propia y natural signihacion, no suena otra cosa, per
~UIU que &ros digan, que la apostada verdadera y formal
de la religion Cristiana, que antes se profesaba; mas consi-
derada esta apostasía con toda su estension, esto es, no
solamente en sentido pasivo, sino tambien y principal-
mente en sentido activo, esta es, el magisterio de doctrinas
blasfemas contra Cristo. La razon parece evidente y clara
por w misma simplicidad ; todos los Criatimos, pertewz-
oan el verdadero 6 falso Criatianiemo, esMn de algun, mDdo
atados 4 Jesus, y tienen á Jesas de alwn modo atado cam
sigo, pues 1s atadura de dos cosas es p r k i o que sea múü&
Eata atadura no es otra, hablando en g e d , qiie la fe
Jesus; la cual asi como puede ser una coerda fortísima, y
realmente, lo es como una cuerda ds tres dobleces, O ~ D
la acompafia la esperanza y la caridad ; así puede ser wa
s d a dhbii 6 instificiente cuando se halla bola, pues da
las obrao es macerta, y aai puede ser t a m b una meda
debilisima, y casi del todo inservible, si por alguna parte
está ya tocada de corrnpcion. Mas, 6 sea fuerte 6 fortíaimp
la fe en Jesus, como la que tiene un buen catálíoo ; 6 sea
la recibida en el bautismo, como la de muchos herejes; ó
sea debiiíaima, como la que tiene un verdadero hereje, 6
un mal oetólico; todas elias son verdaderas atadmras,-que
de algim modo los liga con Jesus, y forma entre ellos y
Jeens cierta relacion, 6 cierta union mayor 6 menor, segnn
)a mayor 6 menor fortaleza de la cuerda.
164. Aora pues, i quién desata del todo 4 Jesus, 6 se
desata de Jesus, que es una misma cosa? Solo es aquel que
estando de algun modo atado con él, 6 teniendo con él
alguna relacion, renuncia enteramente aquella fe en que se
funda esta relacion; y si antes creia en Jesus, ya no cree:
si antes creia que Jesus es Hijo de Dios, hecho hombre, qae
es el Mesias, que es el Cristo del Sefior, prometido en las
EN G L O R I A Y M A G E S T A D . %8S
33eerit9rasSh.,ya nada de &to cree, ya se burla de todo,
y de las mismas Escrituras : ya se avergüenza del nombre
Cristiano : esto es lo que llamamos propriarnente apostasía
de la religion Cristiana, la cual ninguno puede dudar que
está anunoiada en términos bien claros para los Gltimas
tiempos. Es espiritu manijiestamente dice, que en los
postrimeroe biempos apostatarán algunos de la fe*, dice
S. Pablo: y en otra parte, que el Seiíor no vendrá sin que
suceda primero esta apostasía.t.. Esta anuncia S. Pedro
en todo el capitulo ii de su epístola ii, y en la católica de
S. Judas: y por abreviar, esta auncia el mismo Jesucristo,
aavndo dice como preguntando: Mas cuando viniere el
Hijo del Hombre, ipensais que hallará fe en la tierra$?
Baes esta apostasia de la religion Cristiana: este dividir
á Jeaus, cuando ya sea público y casi universal ; cuando ya
k a con guerra declarada contra Jesus; cuando no conten-
tos muclhos con haber desatado 4 Jesus respecto de si. mis-
mos, procuren con todas sus fuerzas desatarlo tambíen res-
p t o de los otros: e d e es, nos dice el amado discípulo,
61 verdadero Anticristo, de quien habeis oido que vendrag.
M%. La segunda cosa que nos dice es, que este mismo
Anticristo, de quien hemos oido que vendrá, estaba ya en
su tiempo en el mundo (1 : porque aun en tiempo de S,
Juan ya comenzaba 4 verse en el mundo el caracter in-
quieto, duro y terrible del espiritu, que diwide tí
Jesus: ya muchos apostataban de la fe, renunciaban
4 Jesus, y eran despues sus mayores enemigos, 4
los cuales el mismo Apostol les da el nombre de Anticristo :

+ Spiritus autem manifestb dicit, quia in novissimis temporibus


diecedent quidam B fide. Ep. 1 ad TI.iv, 1.
f- Nisi venerit dincessio primhm -2 ad Thea. ii, 3.
f J Vemmtamen Fiius Hominid veniens, putas, inveniet fidem in
-
terra ? Luc. xviii, 8.
5 Hic est Anti-Chrietus, de quo audistis quoniam ve&.- 1 Jwn.
iv, 3.
(1 Et nunc jam in mundo est. -Id. ib.
284 LA VENIDA DBL M&61A8

mi m r a muchos se han hecho Antic*istos : y pera qoe


ninguno piense que habla de loa judios 6 de los étnicos,
que en algun tiempo perseguian 4 Cristo, y 4 su cuerpo
místico, afiade luego, qne estos Anticristos habian salido de
entre los cristianos; salieron de entre laosotros. Lo mib
n o en sustancia dice S. Pablo, hablando de la apostada de
los Gltimoe tiempos : esto es, que en su tiempo ya comen-
zaba 4 obrarse este misterio de iniquidad t.
166. De esta definicion del Anticristo, que es lo mac
claro y espreso que sobre este asunto se haiia e a las Es
criturari, parece que podémos sacar 1egUimarnente esta
wnsecuencia : que el Anticristo, de quien hemos oido que
ha de venir, no puede ser un hombre, 6 persona individd
.y singnlar, sino un cnerpo moral que empezó á formarse en
tiempo de los apóstoles, juntamente con el cuerpo ~ c o
de Cristo: que desde entbnoes empezó á existir en el
mundo : y que aora ya está en el mundo. Porque ya M
está obrando el misterio de la iniyuidad : que ha existido
hasta nuestros tiempos: que existo actualmente, y bien
crecido y robnato: y que en fin, se dejará ver en el
mundo entero, y perfecto en todas sus partes, cuando eatg
concluido enteramente el misterio de iniquidad. Esta u m
wuencia se ver4 mas clara en la observacion que vamos B
hacer de las ' ideas que nos da la Esc.ritura del Anticrista
mismo, con que nos tiene amenazados.

IDEAS DEL ANTICRISTO, QUE NOS DA LA DIVINA


ESCRITURA.

PARRAFO V.
167. Si leemos toda la Escritura divina, con intencion
determinada de buscar en ella al Anticriéto, y entender
á .fondo este grande é importante misterio, me parece,
seiíor.mio, y estoy íntimamente persuadido, que en n i n p e ,
-
* Et nunc Antichristi multi facti sunt. 1 Jwn.u, 18.
-
t Myeterium jam operatur iniquitatis 2 <id %a. ii, 7.
EN GLORIA Y MAOESTAD. 285
otra parte p o d h o s hallar tantas noticias, ni tan daras, ni
tan ordenadas, ni tan circunstanciadtu, como en el último
libro d e la Escritura, que es el Apocalipsis de S. Juan.
Este libro divino, digan otros lo que quieran, es una
profecía admirable, dirijida toda manifiestamente 4 los
tiempos inmediatos 4 la venida del Sefior. E n ella se
anuncian todas las cosas principales que la han de preceder
inmediatamente. En ella se anuncia de un modo el mas
~iiagsfficola misma venida del Seííor en gloria y magestad.
En ella ee auuncian los sucesos admirables y estupendos
qne han de acompafiar esta venida, y que la han de seguir.
E1 titulo del libro muestra bien 4 donde se endereza todo,,
y cupl es su argumento, su asunto, y su fin determinado.
-
Apocal;PM de Jesucristo. Revelacracron de Jesucristo.
168. Este titulo hasta aora se ha tomado solamente en
sentido activo, como si solamente significase una revelecion
qne Jesucristo hace 4 otro de algunas cosas ocultas 6 futu-
ras ; mas yo leo estas mismas palabras reoel& de
k m r i s t o , y las leo muchísimas veces en las espistolas de
S. Pedro y S. Pablo, y jamas las hallo en sentido activo,
sino siempre en sentido pasivo ; ni admiten otro estas :
reuelacion 6 manifestacion del misnw Jesucristo en el dia
grande de su segunda venida. Solo una vez, dice S. Pa-
blo, 4 otro propósito que recibió el evangelio que predi-,
.. ...
caba, PO . de hombre &no p o r revelacion de Jem-
misto *. Fuera de esta vez, la palabra revelacion de Je-
rucrirto, siempre siempre nigni6ca la venida del Sefior que
estámas esperando. En el dia del advenimiento, 6 en el
diu de Za manifestacion de Jesrc+isto, son dos palabras
ordinarias de que usan promiscuamente los Apostoles, como
qw &@can una misma cosa : i por que, pues, no podrán
t e ~ este
r mismo sentido verdadero y propisimo, en el
título d e un libro enderezado todo 4 la venida b 4 la reve-
lacion del miamo Jesucristo ?
169. Digo que este libro divino se endereza todo 4
-
Neque ...ab homine ... sed per revelationem Jeau-Chrieti. Ad
Galat. i, 12. .
'
286 L A V E N I D A DEL MESIAS
la venida del Sefior : lo cual aunque en gran
- parte lo con-
ceden los espositores, sin serles posible dejar de conceder-
lo ; has en el todo no parece que pueden segun sus prin-
cipios. Por tanto, se han esforzado en todos tiempos, unos
par un camino, y otros por otro, á verificar algunas 6 mn-
chas profecias de este libro en los sucesos ya pasados de la
Iglesia, pensictndo que todo debe estar dli anunciado, aun-
que debajo de metáforas oscuras. Mas eatoa mismos
esfuerzos de hombres tan grandes, y el poco 6 ningun
efedo que han producido, parecen una prueba la mis
luminosa de que en la realidad nada hay en este Ebro de lo
que se ha buscado, ni de lo que se pretende haber hallado.
Una profecia, despnes que ha tenido su cumplimiento, no
ha menester esfuerzos ni discursos ingeni~sospara hacerse
sentir : el suceso mismo, comparado con la profecía, per-
suade clara y eficazmente que de él se hablaba, y fi él se
enderezaba.
170. Es verdad que trayéndose fi la memoria algunos
grandes sucesos que se han visto en el mundo, despues
que se escribib el Apocalipsis, nos hacen observar aqtlelioo
lugares de este libro, donde pretenden que están anunoia-
dos. Nos muestran, por ejemplo, ya la predicacion de los
Apbstoles, y propagacion del cristianismo ; ya las persecu-
ciones de la IgleMa, y la muchedumbre de mártires qne
demamaron su eangre y dieron sn vida por Cristo ; ya d.
esoándalo y tribulacion homble de las herejías ; ya t8mbien
la fundacion y propagacion del mahometismo ; y nas remi-
ten para.todo esto al capítulo vi, haciéndonos observar lo
que se dice en la apertura de los cuatro primeros eeilos del
libro.
171. Nos muestran la conturbaaion y decadencia del
ikaperio romano ; la h p c i o n de los bárbaros 4 todas m
pravincias; la presa y destruccion de Roma, capital del
imperio, &c. : y nos remiten unos 4 las plagas del capitulcc
viii y ix, otros fi las fialm del capítulo xvi, y todos A la
meretriz y su castigo del capítulo xrii y xviii. Nos mues-
tran la fundacion de las religiones mendicantes, y los &m
E N G L O R I A Y MAGESTAD. 281
servicios que han hecho 4. la Iglesia y al mundo;. y nos
remiten á las siete tubas ó trompetas del mpítulo v i i i
y is.
172. Mas si por asegurarnos de la verdad, vamm B leer
estos lugares á que nos remiten: si teniendo presentes to-
dos eston sucesos ya pasados, los confrontámos con el testo
d e la profecía, y <ron todo su contesto, nos hallámos en &
aiete necesidad de confesar ingenuamente, que la prdéda
no ha tenido hasta aora su cumplimiento; pues aquellos
sucesos que se le han querido acomodar por los mayores
ingenios, son manifiestamente fuera del caso : son ajenos y
dihtlsimos del testo y contesto de la profecía: he sidb
n e c e s a h para acomodarse, no solamente el artificio y el
ingenio, sino mucho mas la fuerza y la violencia declarada:
y ahn queda todavia manifiesta la improporcion y la insu6~
c h c i a , pues han quedado fuera, se han olvidado y pasado
por alto muchas circunstancias esenciales b gravisimas, q ~ e
no se dejaron acomodar. Esto se ve con los ojos, me
perece, en loa doctores mas respetables por o t r a parte,
por $u elocuencia y erudicion; especialmente lo podeii
observar en aquellos que han esplicado el Apocalipsis con
mayor diision, como son Luis de Alcazar, Tirino, Alápide,
W a u i o , C a h e t ; tambien (si esto me es permitido) el
dpientisimo Momefior Bosuet, de cuyo sistema h a b l a d
mas adelante.
173. Es, pues, amigo mio, no solamente probable, sino
visible y casi evidente, que el Apocalipsis de S. Juan, sin
&Mar por aorq de los tres j>rimeros aapitulos, m una pro-
f d a admirable, edderezada toda inmediatamente B'la ve.
nida 6 6 k revelacion de Jesucristo. Laa palabra8 mismas
con que empieza esta profecía despues de la salutacioo ó
las Iglesias,'hacen una prueba bien sensible de esta verdad :
He aquí (dice S. Juan) que viene con las nubes, y le w r b
dodo ojo, y los que le traspamrron. Y se herirtía id
pechos ad verle tohos ba Z b g e s de la tierra*.
-':*$cce veuit cum nubibus, et videbit eum omnis oculus, et qui eum
pupugerunt. Et plangent ee auper eum omnee tribús Lrm.-@.i, T.
288 LA VXNIDA DEL M E S I A S
174. Dicho todo esto como de paso, y no fuera de pro-
pósito, pues nos ha de servir no pocas veces en adelante,
volvámos al Anticriato. Como esta profecia del Apoca-
lipsis, segun acabamos de decir, tiene por objeto primario
y p ~ c i p a la
l revelacion de Jesucristo, 6 su venida en gloria
y mageatad, se recojen en ella, se unen, ee esplican, y se
eclaran con admirable sabiduría, todas cuantas cosas hay
en las Escrituras pertenecientes 4 esta revelacion 6 4 esta
venida del ~efioi. No es menester grande ingenio, ni
mucho estudio, para advertir en el Apocalipsis aquellas
frecuentírrimas y vivisimas alusiones á toda la Eecritara.
S e ven alusiones clarísimas 4 los libros de MoisBs, espe-
cialmente al Exodo : al libro de Josué, al de los Jueces, B
los Salmos, 4 los Profetas, y entre ellos con singularidad y
con mas fiecnencia 4 los cuatro Profetas mayores, Ieafas,
Jeremías, Ezequiél, y Daniel ; tomando de ellos no sola-
mente los misterios, sino las espresiones, y muchas veces
las palabras mismas, como observarémos en adelante.
175. Pues como la tribulacion del Anticristo por confe-
sion de todos debe ser uno de los sucesos principallsimos,
6 el principal de todos, que ha de preceder -ed$tamente
4 la venida 6 revelacion de Jesucristo, ea consiguiente que
en esta admirable profecía se recojan todas las noticias del
Anticristo, que se hallan como esparcidas en toda la Escri-
tura divina : y en efecto así es. Aqui se recojen todas, y
todas se unen como en un punto de vista : aquí se ordenan,
ee esplican, y se aclaran con otras mas individnales, que
no se hallan en otra parte. Siendo esto así, como lo iré-
mos viendo, y como &no se atreve formalmente 4 ne-
@o, aunque tiren algunos 4 prescindir de ello, busquemos
ya al Anticristo en esta última profecía,
176. Casi todos los intérpretes del Apocalipsis convienen
entre sí, como en una verdad general, que la bestia. tem-
ble de siete cabezas y diez cuernos, de que tanto se habis
en esta profecia, cuya descripcion en toda forma se lee en
el capítulo xiii, y cuyo fin en el xix, es el Anticristo mis-
mo, de quien hemos oido que ven&. Pues mta bestia, y
EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 289
todas las cosas particulares que se dicen de ella, ;como se
podrán acomodar, como se podrhn concebir, si se habla de
una persona individual y singular? Consultad sobre esto
los doctores mas sabios é ingeniosos que han esplicado el
Apocalipsis. En ellos mismos hallareis la prueba mas con-
vincente de la imposibilidad de esta acomodacion ; pues no
obstaute su ingenio y sabiduría, que nadie les disputa, ve-
re& claramente la dificultad y embarazo con que proceden,
y la gran confusion y oscuridad en que nos dejan. La sola
descnpcion de la bestia, anque no se considerase otra
cosa, parece inacomodable á una persona singular: re-
párese.
APOCALIPSIS, CAPITULO X I I I .

Y vi salir de la mar una bestia, qua tenia siete cabe-


zas, y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez coronas, y
sobre sus cabezas nombres de blasfemia. Y la bestia que
vi, era semejante á un leopardo, y sus pies como pies de
oso, y su boca como boca de leon. Y le di6 el dragon su
poder, y grande fuerza. Y vi una de sus cabezas como
herida de muerte :JI fué curada su herida ntortal. Y se
maravil16 toda la tierra en pos de la bestia. Y adora-
ron al dragon, que di6 poder á la bestia, dicibdo:
i Quién hay semejante á la bestia ? ;Y quién podrá li-
diar con ella ? Y le fué dada boca con que hablaba al-
tanerias y blasfemias: y le fué dado poder de hacer
aquello cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blas-
femias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su ta- !
bernáculo, y-á! los que moran en el cielo. Y le fué dado
que hiciese guerra á los Santos, y que los venciese. Y le
fué dado poder sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y
nucion : Y le adoraron todos los moradores de la tierra:
aquellos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la
vida del Cordero, que fué muerto desde el princkio del
mundo. S i alguno tiene oreja, oiga*.
* Et vidi de mari bestiam ascendentem, hahentem capita scptem,
et cornua decem, et super rarnua ejus decein diademrta, et super ca.
T O M O 1. U
290 I,A VENIDA DEL M B S I A S

ESPLICACION DE ESTE MISTERIO, SUPUESTO QUE EL ANTI-


CRlSTO 6EA UNA PERSONA SINGULAR.

PARRAFO VI.
177. La esplicacion de este gran misterio, que se halla
comunmente en los espositores, y eu algunos te610gos in-
signes, parece sin duda otro misterio mayor ó mas impene-
trable : para mi 6 lo menos lo es tanto, que ya he perdido
la esperanza de entenderla. Dicen primeramente y en ge-
neral, que la bestia de que aqui se habla, no es otra cosa
que el Anticristo, cuyo reinado y principales operaciones
se nos anuncian por esta metáfora terrible. Mas como este
Anticnsto debe ser en su sistema una persona individuo y
singular, les es necesario acomodar 4 esta persona siete ca-
be=, y esplicar lo que esto significa : es necesario acomo-
darle al mismo tiempo diez cuernos, todos coronados:
y es necesario acomodarle otras particularidades que se leen
en el testo sagrado. Y o solo busco por ahora la esplica-
cion de solas tres, sin cuya inteligencia todas las demas me
parecen inaccesibles. Primera, las siete cabezas do la bestia.
Segunda, sus diez cuernos. Tercera, la cabeza herida de
muertex, y su milagrosa ciiracion.
pita ejus nomina blasphemia. Et bestia quam vidi, similis erat par-
do, et pedes ejus sicut pedes ursi, et oa ejus aicut os leonis. Et de-
dit illi draco virtutem suam, et potestatem magnam. Et vidiunumde
capitibua suis quasi occisum in mortem : et plaga mortia ejus curata
=t. Et admirata est univena terra post bestiam. Et adoravenuit
draconem, qui dedit potestatem beatiz : et adoraverunt bestiam, di-
centes: Quis similis bestiz: et qvis poterit pugnare cum ea?
datum est ei os loquens magna, et blasphemias : et data est ei po-
testas facere menses quadraginta duos. Et aperuit os suum in b b
phemias ad Deum, blasphemare nomen ejus, et tabernaeulum ejns,
et eos qui in celo habitant. Et est datum illi bellum facere cum
Sanctis, et vincere eos. Et data est illi potestas in omnem tribum,
et populum, e t linguam, et gentem : Et adoraverunt eam omne6 qui l
inhabitant terram : quorum non sunt scripta nomina in Libro vitz
Agni, qui occisus est ab origine mundi. Si quin habet aurem, audiat.
-Apoc. xiii, nó I uaque ad 9.
* Quasi oc.rEsiim in mortem. - 16. v . 3.
R N G L O R I A Y MAGBRTAD. 291
178. Cushto 4 lo primero, nos aseguran que la bestia en
general es el Anticristo ; mas como este Anticristo ha de
ser un monarca universal de toda la tierra : como para lle-
gar 4 esta grandeza ha de hacer p e r r a formal 4 todos los
reyes, que en aquel tiempo, dicen, serán solos diez en todo
el orbe : como de estos diez ha de matar tres, y los otros
siete los ha de sujetar 4 su dominacion: por eso estos siete
reyes, súbditos ya del Anticristo y sujetos á su imperio, se
representan en la bestia como cabezas suyas : tenia (so di-
ee e n el Apocdipsis) siete cabezas.
179. Aora, estos tres reyes muertos por el Anticristo, y
estos siete vencidos y sujetos 4 su dominacion, debe de ser
una noticia indubitable, y constar espresamente de la Re-
velacion, pues sobre ella se funda la esplicacion de las siete
cabezas de la bestia. No obstante, si leemos el lugar úni-
c o d e la Escritura, 4 donde nos remiten, nos quedámos
con disgnsto y desconsuelo de no hallar en él tal noticia, 6
de no hallarla como la esplicacion la habia menester : una
circunstancia que es la única que podia servirle, esa es
puntualmente la que falta en el testo. Esplícome. Hallá-
mos en el capitulo vii de Daniel una bestia temble con diez
cuernos. los cuales figuran otros tantos reyes, como allí
mismo se dice: hallámos que entre estos diez cuernos,
sale otro pequefio al principio ; mas, que con el tiempo cre-
ce y se hace mayor que todos ; hallámos, que á la presen-
cia de este último cuerno ya crecido y robusto, caen y son
arrancados tres de los diez: lo cual, como se esplica allí
mismo, quiere decir, que este cuerno 6 esta potencia humi-
llar4 tres reyes*, y humillar no es lo mismo que matar :
buscamos despues de esto lo que debe suceder con los otros
siete reges que quedan, y no hallhmos que se hable de ellos
n i una sola palabra. i Como, pues, se asegura sobre este
solo fundamento, y se asegura con tanta formalidad, que el
Anticnsto matará tres reyes, y sujetara á su dominacion
los otros siete? El testo solo dice, que este último cuerno

+ Et tres reges humiliahit. -Don. vii, 24.


u 2
2% LA VENIDA DEL MBSIAS

humillará tres : y si los otros siete son vencido8 y obligados


B recibir el yugo de otra dominacion, i qué mayor humilla-
cion pueden sufrir? Luego en este caso debia decir, que
humillará no solo tres*, sino todos los diez. Fuera de
esto, i con qué razon, con qué fundamento, con qué pro-
piedad se puede decir que este cuerno t e r r i l ~ será
l ~ el An-
ticristo, y no la bestia misma espantosa y prodijiosa+, que
lo tiene en su cabeza, y usa de él, y lo juega segun su
voluptad?
180. Crece mucho mas el embarazo de esta esplicacion,
si considerando la bestia del Apocalipsis, pedimos que nos
muestren en ella con distincion y claridad la persona mis-
ma del Anticristo. Por una parte nos diceu en general,
que es la bestia, por otra parte nos dicen, que sus siete
cabezas son siete reyes shbditos suyos que el (Anticristo)
ha vencido y humillado, y que los tiene prontisimos 4 eje-
cutar todas sus órdenes y voluntades. Y la persona mis-
ma de este Anticristo, digo yo, ¿ cual e8 ? O es el cuerpo
trunco de la bestia, solo y sin cabeza alguna (el cual no
puede llamarse bestia sin una suma impropiedad) 6 aqui
falta otra cabeza mayor que todas, que á todas las domine,
y de todas se haga obedecer. E s mas que visible el em-
barazo en que se hallan aqui todos los doctores : y es igual-
mente mas que visible, que procuran disimularlo, como si
no lo viesen: por lo cual no reparan en avanzar una espe-
cie de contradiccion, diciendo 6 suponiendo, que una de
las siete cabezas de la bestia es la persona misma del Anti-
cristo. Por otra parte, las siete cabezas de. la misma
bestia son los siete reyes que han quedado vivos, aunque
vencidos y sujetos ií la dominacion del Anticristo : luego
la persona misma del Anticristo es uno de los siete reyes,
&c: luego siendo estos siete reyes, como son, las cabezas
de la bestia, son al mismo tiempo solas seis. i Enigma
ciertamente dificil é inesplicable, parir cuya resolucion no
tenemos regla alguna en la aritmética, ni tampoco en el
Et tres reges humiliabit. -Don. vii, 24.
) Temhilis, atque mirabiiii. -lb. v. 7.
EN G L O R I A .Y MAGBS'FAD. %a
álgebra! Segun esta cuenta, parece claro, que 6 sobra
aquí la persona del Anticristo, 6 falta alguno de los siete
reyes. La segunda cosa que se debe esplicar es, los diez
cuernos todos coronados que tiene la bestia*. El testo
solo dice, que la bestia tenia diez cuernos propios suyos:
sobre sus cuernos ; mas no dice si todos diez estaban en
una sola cabeza, 6 si estaban repartidos entre todas : esta
circunstancia no se espresa. No obstante, los doctores
los ponen todos diez 6 los suponeii en una sola cabeza, 4
quien hacen la persona del Anticristo; y asi dicen, que
los diez cuernos soii los diez reyes que entónces habrá en
el mundo, todos súbditos del Anticristo, y prontos eje-
cutar sus órdenes. D e aquí se sigue otra especie de con-
tradiccion tí otro enigma, no menos qscuro y dificil de re;
solver: este es, que el Anticristo tendrá á su disposicion
diez reyes todos coronados, y por consiguiente vivos y
actualmente reinantes, y al mismo tiempo solo tendrá siete.
P o r qub? Porque segun nos acaban de decir en la espli-
cacion de las siete cabezas, estas significan los siete reyea
que han de quedar vivos y sbbditos del Anticristo, despues
de la muerte de los otros tres. Si solo han quedado siete
vivos, ;como aparecen en la cabeza de la bestia todos diez
coronados? Podrá decirse, que en lugar de los tres reyes
muertos, pondra de su mano el Anticristo otros tres, que
le quedaran obligados, y lo serviran con empefio y fidelidad,
con los cuales se completará el número de diez. Pero
ademas que esto solo podrá decirse libremente, sin apari-
encia de fundamento, en esto caso fueran tambien diez y
no siete las cabezas de la bestia, pues segun la esplicacion,
lo mismo significan las cabezas que los cuernos : luego si
los cuernos son diez reyes por haber entrado tres de nuevo,
y ocupado el lugar de los tres muertos, por esta misma
razon deberán ser diez las cabezas.
181. La tercera cosa que hay que esplicar es, la herida
de muerte de una de las siete cabezas, su maravillosa cura-
* Habentem capita cieptem, et cornua decem, et super, comua
-
ejua decem diademata. Apoc. xiii, 1.
294 LA V E N I D A DEL M E S I A S

cion, y lo quc de esto resultó en toda la tierra : Y vi (dice


el testo) una de sus cabezas, conro herida de muerte : y
fué curada su herida mortal. Y se marawilló todu la
tierra en pos de la bestia ...y adoraron á la bestia, di-
ciendo : ;Quién hay semejante is la bestia ? ¿ Y quién po-
drá lidiar con ella ? Los intérpretes se dividen aquí en
dos opiniones. La primera dice, que uno de aquellos
siete reyes súbditos ya del Anticristo, ó monM realmente,
ó enfermar4 de muerte ~ i esperanza
n alguna de vida : y el
Anticristo públicamente 4 vista de todos, y sabiéndolo to-
dos, lo resucitará, y lo sanar4 por arte del diablo. La
segunda opinion comunfsima dice, que la cabeza herida de
muerte será el misnío Anticristo, que es una de las siete,
el cual morirá, y resucitará al tercero dia, todo finjida-
mente, para imitar con esto (aíiaden con gran formalidad)
la muerte y resurreccion de Cristo. De aquí resultará en
toda la tierra una tan grande admiracion, que todos sus
habitadores adorartrn como á Dios al mismo Anticristo que
hizo aquel milagro, y tambien al dragon 6 al diablo, que le
di6 tan gran potestad. i O, qué ignorantes, qué rústicos,
qué groseros, qué brutales estarán en aqneiios tiempos
todos los habitadores de la tierra, pues un juego de manos
de un charlatan bastará para llenarlos 4 todos d e admira-
cion, para hacerlos hincar las rodillas al mismo charlatan,
como 4 Dios, y tambien para adorar como 4 Dios al mismo
Sataniís! E s de creer, que en aquellos tiempos ya no
habrá en el mundo ni fi16sof0, ni filosofia: ya no habh
crítica: ya no habrií sentido comun : ya no habrá lumbre
de razon. Qué mucho que entre gente tan bárbara se
haga el astuto judio monarca universal, y Dios d e toda la
tierra!
182. Aora : esta imiQcion de la muerte y resurreccion
de Cristo, i para qué la habrá menester el Anticristo ? AM-
so para que lo tengan por el verdadero Mesias prometido
en las Escrituras ? Si : puntualmente para esto. i Pero
quienes ? Todos los habitadores de la tierra se reducen fh-
ciimente ií cuatro clases de personas : cristianos, tomada
EN GLORIA Y MAGYOTAD. 295
esta palabra latísimamente con toda su estension : otros
étnicos, otros mahometanos, otros judios. i Para cual de
estas cuatro clases de gentes podrh ser 4 propósito aquel ,
milagro ? j A cual de ellas pretenderá persuadir el Anti-
cristo que es el verdadero Mesías? i A los cristianos?
Cierto que no ; respecto de estos el milagro probará lo con-
trario : probad, digo, que no puede ser Cristo verdadero,
sino fingido un hombre que muere, aunque resucite luego :
pues que habiendo Cristo resucitado de entre los muertos
ya no muere : la muerte no se enseñorear& mas de él *.
Cristo verdadero que murió y reaucitó una vez, no puede
volver á morir. Ninguno supone al Anticristo tan necio y
estulto, que no sea capaz de ver inconveniente tan palpable.
Será acaso el milagro para los étnicos 6 gentiles ? Tam-
poco : como estos no tienen idea alguna del Mesías, ni de
lo que de él esth escrito, ni de las Escrituras que lo anun-
cian, podrtín admirarse, cuando mas, de ver resucitar un
muerto, sin pasar por esto fi adorar como fi Dios al mismo
muerto, ni al diablo que lo resucitó: mucho menos
podrh pasar á adorar 4 este muerto resucitado como
al Mesias y Cristo prometido en las Escrituras, las
son para ellos como un libro cerrado, sellado como
se debe suponer. Lo mismo digo de los mahometanos.
183. No nos queda, pues sino la Gltima clase de gen-
tes, que son los Judios. Así la muerte. y resurreccion del
Anticristo será solamente para engaííar 4 los Judios, los cua-
les por sus mismas Escrituras p o d r b tener alguna luz de
la muerte y resurreccion de SU Mesias : mas no obstante
a t a luz de las Escrituras, que en otros tiempos de menos
ceguedad los debii haber alumbrado mucho mas, es cierto
que esa muerte y resurreccion del verdadero Meslas fué
para ellos piedra de tropiezo, y piedra de escbndolo, el
cual eschndalo no se les pudo quitar ni mitigar con de-
cirles y probarles, que luego habia resucitado segun kw
Escrituras. Al mismo Mesías, cuando les habló olaramente
Chnatus resurgene ex moritnr, jam non moritur ; mora illi ul-
-
tra non dominebitur. Ad Roni. vi, 9.
,296 . L A V E N I D A DEL MESIAS
de su muerte, le respondieron como escandalizados, Noso-
tros hemos oido &'la ley, que el Cristo permanece pa-
ra siempre : ¿pues como dices tú, conviene que sea alzado
el Hijo del Hombre*? Tan, lejos como esto estaban d e
pensar que sil Mesias podia morir, aunque fuese para lue-
go resucitar. i Y creemos que recibirán por su Mesías a l
Anticristo por verlo morir y resucitar? ¿Y creemos, q u e
recibirán al Anticristo que se finjirá muerto y resucitado pa-
ra que los Judios lo crean y reciban por su Mesias ?
184. A todo esto se afiade, y debe afíadirse otra re-
flexion: esto es, que en el tiempo de la herida y cura-
cion de una de las cabezas de la bestia, los mas de los
doctores suponen ya al Anticristo monarca universal de to-
da la tierra: ya suponen muertos tres reyes, y sugetos 4
su obediencia todos los demas : por consiguiente ya lo sn-
ponen creido mucho antes de los Judios, y recibido por s u
rey y Mesías ; pues segun- ellos mismos esta ha de ser la
primera emprésa del Anticristo, aun antes de salir de Ba-
bilonia. ,i Para qué, pues, podrá ser buena esta ficcion de
muerte, y de muerte no natural sino violenta (porque e l
testo dice), como herida de muerte, cuando ya los Judios lo
adoran como á su Mesías, y lo restante del linaje humano,
como á su rey, y como á su Dios ? Verdaderamente que l a
esplicacion mirada por todos sus aspectos, parece bien difi-
cil de comprenderse. Por una parte, la bestia de siete ca-
bezas y diez cuernos es el Anticristo: por otra parte, el
Anticristo no es mas que une de las siete cabezas de la bes-
tia: por una parte las siete cabezas son siete reyes venci-
dos del Anticristo y súbditos suyos: por otra parte, el
Anticristo mismo es uno de los siete : por una parte, 109
diez cuernos son diez reyes coronados, vivos y sanos, que
sirven al Anticristo : por otra parte, no pueden serialarse
arriba de siete ; pues el Anticristo mismo mató tres, que no
quisieron servirle de cuernos, &c. i Qué oscuridad! La
causa de todo no parece que pueda ser otra, sino el sistema
Nos audivimus ex lege, quia Christua manet in ~ t e m u m: et
quomodo tu dicis, oporte exaltan Filium Hominis ? -Jan. xii, 34.
E N GLORIA Y MAGEBTAD. m
ó principio sobre que se ha procedido, mirando á este An-
tieristo como á una persona individua y singular.

SE PROPONE OTRA ESPLICACION DE TODO ESTE MISTERIO


EN OTRO PRINCIPIO.

PARRAFO VII.
185. Figurémonos aora de otro modo diverso al Anti-
cristo 6 contra-Cristo que esperamos, 6 por mejor decir,
tememos, no ya como un triste Judio, recibido de sus her-
manos por su rey y Mesías, no ya como un monarca uni-
versal de toda la tierra, ni tampoco como una persona sin-
gular, sino como un gran cuerpo moral, compuesto de
millares de personas diversas y distintas entre sí, mas todas
unidas y de acuerdo para ciertos fines ; todas animadas de
aquel espíritu fuerte, inquieto, audaz y terrible, que divide
á Jesus ; todas armadas, y ya como en 6rden de batalla,
contra el Señor, y contra su Cristo : en este Anticristo,
así considerado, se entienden al pronto con gran facilidad
todas las cosas, qiie para los tiempos últimos nos anuncian
en general las Escrituras, y se entiende en particular todo
el misterio de la bestia de que vamos hablando.
186. E n este Anticristo se comprende bien, lo primero,
la metáfora. de siete cabezas en una bestia: se concibe,
digo, como siete cabezas diversas entre si, 6 siete falsas
religiones que pueden entrar en una misma idea ó proyecto
particular, se unirán para esto en un solo cuerpo, esto es,
para hacer guerra en toda forma al cuerpo y Cristo, y á
Cristo mismo, no en alguna parte determinada do la tierra,
sino en toda ella y á un mismo tiempo. S e comprende
bien lo segundo, la metáfora de los diez cuernos todos
coronados : y se concibe sin dificultad, como diez ó mas
reyes, 6 por seduccion 6 por malicia, pueden entrar en el
mismo sistema ó misterio de iniquidad, prestando á la
bestia, compuesta ya de siete, toda su autoridad y potes-
tad + : ayudándolalpara aquella empresa del mismo modo
* Et potestatem suaui bestiz tradent. - Apcrc. xvii, 13.
que ayudan sus cuernos á un toro para herir y hacerse
temer. S e concibe en fin, como una de las siete cabezas,
ó una de las siete bestias unidas, puede recibir algiin golpe
mortal, y no obstante ser cnrada la llaga metafórica por la
caridad y solicitud, industrias y lágrimas de sus hermana.
Todo esto se concibe sin dificultad : y si no podemos ase-
gurarlo con toda certidumbre, podemos á lo menos sospe-
charlo, como sumamente verosímil ; y de la sospecha vehe-
mente pasar á una mas atenta y mas vigilante observacion.
Esto es lo que yo pretendo en todo este escrito, y lo que
tantas veces nos encarga el evangelio. Velad pues ...
para que seais dignos de evitar todas estas cosas, que han
de ser, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre*.
187. Para no repetir aquí lo que queda dicho en otm
parte, sería conveniente y aun necesario leer otra vez todo
el párrafo vii del fenómeno antecedente, trayendo tambien
á la memoria lo que dijimos sobre las cuatro bestias de
Daniel. Estas cuatro bestias tienen una relacion tan
estrecha con la bestia del Apocalipsis, que q a s parece
identidad que parentesco. El misterio es seguramente el
mismo sin diferencia sustancial : de modo, que aquellas
cuatro una vez conocidas, nos abren la inteligencia de esta
iiltima: y esta bltima conocida por aquellas cuatro, las
esplica mas, las aclara mas, y les da un cierto aire de
viveza tan natural, que parece imposible moralmente des-
conocerlas : por consiguiente, tambien parece imposible,
moralmente hablando, distingair el un misterio del otro.
Y o á lo menos no hallo otra diferencia, sino que el Profeta
toma á las bestias cada una de por si, mirando 4 cada una
separadamente desde su nacimiento, y siguiéndola en
espíritu desde su tiempo hasta otro ; S. Juan por el con-
trario las toma todas juntas, y unidas en un mismo cuerpo,
como que solamente las considera en el estado de madurez
y perfeccion brutal, que han de tener en los óltimos tiem-
pos : pues estos óltimos tiempos son el asunto inmediato y
* Vigilate itaque ...ut digni habeamini fugere ista owia, quz
-
futura sunt, et etare ante Fiium Hominis. Luc. xxi, 36.
EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 298
único de sc profecía. En lo demas el Profeta y el Apostol
van perfectamente conformes.
188. S. Juan dice, que la bestia que vi&, tenia siete
cabezas*, que es lo mismo que deoir, ni eB que otra cosa
se pueda decir mas natural, que á siete bestias divenias
l
entre si, las vi6 unidas en un mismo cuerpo, y animadas de
un mismo espiritu. Daniel. aunque solo nombra cuatro,
mas estiza cuatro son siete en la realidad, pues la tercera
que es el pardo, se compone de cuatro .l.: y estas cuatro -
con las dos primeras, leona p oso, y con la última terrible
hacen siete. S. Juan dice de su bestia, que era semejante
á un pardo con boca de leon y pies de oso S : conque la
compara al mismo tiempo, y la asemeja al leon, oso y
pardo. Estas son puntualmente las tres primeras bestias
de Daniel : mejor dirémos las seis primeras, pues en' el
pardo se incluyen cuatro, escondidas y cubiertas con una
misma piel, que no se conocen, si no sacaran fuera las
cabezas. A la bestia que falta no se le halla semejanza
con las otras bestias conocidas, y por eso no se le pone
nombre, ni en el Apocalipsis, ni en Daniel: solo dice este
Profeta, que no tenia semejanza alguna con las otras:
y era desemejante á las otras bestias, que yo habia visto
antes de ella.
189. S. Juan dice de su bestia, que la vi6 salir del mar 5 :
lo mismo dioe Daniel de sus cuatro bestias, y casi con las
mismas palabras (1. S. Juan nos representa su bestia con
diez cuernos todos coronadosq: lo mismo en sustancia
hace Daniel, con sola esta diferencia, que pone los diez
cuernos en la cabeza de la última bestia, porque B esta la
considera en si misma, y como separada de las otras ; mas

Habentem capita septem. -Apoc. xiii, 1.


.t. Et quatuor capita erant in bestia. -Dan. vii, 6.
t E t bestia, quam vidi, similis erat pardo, et pedes ejus sicut
pedes urui, et os ejus sicut os leonis. -Apoc. xiii, 2.
5 Et vidi de mari bestiam ascendentern.-Id. 1.
1) Et qiiatuor bestiae grandes ascendebant de mari. -Dan. vii, 3.
-
y Et super comua ejus decem diademata. Apm. xiii, l .
800 LA V E N I D A D E L MESIAS

S. Juan, que la considera unida con las otras, y formando


entre todas un solo cuerpo, 6 una sola bestia, pone
todos los diez cuernos en esta bestia, 6 en este con-
junto, sin decirnos en particular si es& todos en una
cabeza, 6 repartidos entre todas, 6 todos en cada una. Los
diez cuernos, dice Daniel, y lo mismo dice S. Juan, signi-
fican diez reyes (sea este un número determinado, 6
indeterminado, hace poco 4 la sustancia del misterio).
Estos diez cuernos los vi6 Daniel en la cabezade sn Última
bestia, que es visiblemente la que debe hacer el papel ó
figura principal en esta tragedia : porque si esta bestia se
considera en sí misma, prescindiendo de las otras, los
cuernos parece que han de ser propios suyos: ella 10s ha
de criar, y sustentar, y arraigar con grandes cuidados,
como que le son infinitamente necesarios para poner en
obra sus proyectos.
190. Mas cuando esta bestia se trague las otras, es decir,
cuando traiga á su partido un número suficiente de indivi-
duos pertenecientes 4 las otras bestias; cuando les haga
entrar en sus impías ideas'; cuaudo en todas las partes del
mundo haga declararse formalmente contra Cristo muchos
étnicos, muchos Mahometanos, y principalmente muchísi-
mos Cristianos de los que
- pertenecen
- al falso Cristianismo,
aquellos cuyos nombres no están, escritos en el libro de la
vida del Cordero ; cuando en suma, todos estos formen
con ella un solo cuerpo, y sean animados de nn mismo espi-
ritu (que es el estado en que los considera S. Juan) en-
tónces todos los cuernos serán comunes 4 todas las cabe-
zas, ó á todas las bestias unidas: todas herirán, 6 espan-
tarán con ellos : y todo aquel cuerpo de iniquidad estará
como en seguro por los cuernos: será como una conse-
cuencia necesaria, que tiemble en su presencia toda l a
tierra: que se rindan sus habitadores, y que le hinquen la
rodilla, diciendo : quikn hay semejante á la bestia ? y
qridn podrá lidiar con ella ?
EN G L O R I A Y MAGESTAU. 301

\
EL CUERNO UNDECIMO.

PARRAFO VIII.
191. Hasta aquí parece que van conformes las dos pro-
fecías, no hallándose entre ellas otra diferencia, como aca-
bamos de decir, sino que la una considera todas las bestias
en un cuerpo, y la otra las considera divididas. Fuera de
esto, es fácil notar otra diferencia que pudiera causar algun
embarazo. Si el misterio de las cuatro bestias de Daniel
(se puede oponer) es lo mismo en sustancia que el del Apo-
calipsis, ¿por qué S. Juan no hace mencion alguna do
aquel cnerno insigne, que hace tanto ruido en la cabeza do
la cuarta bestia, siendo este un suceso tan notable, que los
doctores piensan comunmente que este cuerno es el Anti-
cristo mismo? A esta dificultad se responde, lo primero,
que aunque el misterio sea en sustancia el mismo, no por
eso es preciso que en ambos lugares se noten todas sus cir-
cunstancias: esto es frecuentisimo en todas las profecías
que miran á un mismo objeto. En unas se apuntan unas
circunstancias que faltau eu otras: y al contrario aun en
los cuatro evangelios se ve practicada casi coutinuamente
esta economía. Lo segundo que se respondo es, que este
mismo silencio del Apocalipsis respecto del undécimo
cnerno, es una pmeba clara y sensible, de que este cuerno
no es el Anticristo; pues hablando S. Juan de propósito
del Anticristo, dando tantas noticias y tan individuales de
esta gran tribulacion, con todo eso, omite este suceso parti-
cular, como si fuese ageno del Anticristo, 6 no tan esencial
al misterio de iniquidad. Síguese de aqui, que si este
cnerno bltimo, 6 este rey, ó esta potencia es propiamente
el Anticristo : luego no es la bestia del Apocalipsis : y si
esta bestia es el Anticristo, como parece innegable por el
contesto de toda la profecía : luego no es el cuerno undé-
cimo de que se habla en Daniel.
192. E l Anticristo, seiíor mio, no es ni puede ser un
cuerno solo de la bestia, ni aun todos juntos. El Anti-
m2 LA VENIDA DEL MESIAS

cristo perfecto y completo, como lo esperamos para los blti-


mos tiempos y como lo considera S. Juan, es la bestia
misma del Apocalipsis con sus siete cabezas y diez cuernos.
Las siete cabezas no son otra cosa, como acabamos de decir,
que las siete bestias unidas, diversas, unidas en un cuerpo,
y animadas de un mismo Espíritu, 6 muchisimos individuos
de cada una de ellas. Los cuernos son hnicamente las
armas de la bestia para defenderse y ofender: ni pueden
significar otra cosa. Si Daniel, pues, nombra otro cuerno
mas, fuera de los diez : si de este se dice, que tenia ojos,
como ojos de hombre, y boca que hablaba cosm graudes* :
que será mayor 6 mas fuerte que los otros : que humillan5
tres de ellos, &c. : lo que quiere decirnos es, que su bestia
cuarta en cuya cabeza se ve este cuerno, como todos los
otros, se servirá mas de él, y hará mas dafio con él solo
que con los otros diez. Tal vez la bestia misma se valdrá
de este cuerno para humillar tres de los diez que no viere
tan arraigados en su cabeza, ó tan prontos h servirla como
ella los quisiera. Digámoslo todo. i Qui6n sabe, amigo,
si este cuerno terrible, Ó esta potencia, produccion propia
de la cuarta bestia, la tenemos ya en el mundo, y por verla
todavia en su infancia no la conocemos? Pero no nos me-
támos á profetas. Esto el tiempo lo puede aclarar. N o
obstante, parece que seria grande cordura estar en vigilancia
y ate\nder á todo, porque todo puede conducir al conoci-
miento de los tiempos.
193. Nos queda aora que esplicar en nuestro principio
lo mas oscuro y dificil de este misterio, esto es, la herida
mortal que ha de recibir la bestia en una de sus cabezas, y
su curacion prodigiosa é inesperada con admiracion de toda
la tierra. No espereis, sefior, que yo os diga sobre esto
alguna cosa cierta, 6 que pueda probarla con algun funda-
mento real. El misterio no solamente es futuro, sino oculto
debajo de una metáfora, no menos oscura que admirable ;
la cual metáfora, ni se esplica en la profecía, ni hay en
* Quasi oculi hominis eran iii coriiii isto, et os loquens ingentia.-
Dan. vii, P.
&N GLORIA Y MAGESTAD. 303
toda la Escritura santa algun otro lugar que pueda abrirnos
la inteligencia, Si quereis recibir y contentaros por aora
con meras conjeturas 6 sospechas ; pero vehementes ; pero
verosímiles; pero inteligibles; esto es todo lo que en el
estado presente podemos ofrecer. E n un asunto de tanta
importancia, parece bueno y seguro estar siempre sobre
aviso, para que el suceso no nos halle tan descuidados, que
no lo báyamos divisado, antes que llegue, por alguna de
sus seiías.
SE ESPLICA LA HERIDA Y CURACION DE UNA DE LAS
CABEZAS DE LA BESTIA. Y TODAS SUS RESULTAS.

PARRAFO IX.
194. Y o debo suponer, y supongo por aora, amigo
mio, que ya teneis ideas bastante justas de la cuarta
bestia de Daniel, y de los males que en ella se compren-
den y anuncian al misero linage de Adán. Del mismo
modo debo suponer, que no sois tan corto de vista, que
no veais ó no conozcais en medio de tantas sefias, que esta
misma bestia cuarta de Daniel la tenemos ya nacida y
existente en el mundo, aunque todavia cubierta con no sé
qué piel finísima, agradable á todos los sentidos, que disi-
mula no poco su ferocidad natural. No obstante, por poco
que se mire, es bien fácil reparar en ella cierta cualidad
peculiar que resalta sobre su misma piel, que no le es
posible encubrir del todo, y parece su propio y natural
carácter: quiero decir, el ódio formal á Cristo y 4 su cuer-
po. A las otras religiones, sean las que fueren, cúbranse ó
no se cubran con el nombre de Cristianos, las mira con
suma indiferencia, no les ódia, no las injuria, no las insulta;
antes muchas veces las lisonjea con fingidos elogios. 'Bus-
cad la verdadera razon de esta diferencia; me parece que
la hallareis al punto: es á saber, que todas las otras reli-
giones, por falsas y ridiculas que sean, no le incomodan
de modo alguno: no son capaces de hacerle resistencia,
antes pueden ayudarle con servicios may oportunos. Las
puede muy bien unir consigo, formar con ellas un mismo
304 LA VENIDA DRL MESIAS
cuerpo, y hacer que este cuerpo se anime de aquel espí-
ritu temble que á ella le agita. En esto no aparece re-
pugnancia ni dificultad.
195. La dificultad y repugnancia es-en unir á su cuer-
po el cuerpo de Cristo, y á su espíritu altivo y orgulloso,
el espiritu dulce y pacífico de Cristo. Esto sería lo mismo
que unir la luz con las tinieblas, la verdad con la m e n h ,
y á Cristo. con Belial. Esto sería animar un mismo
cuerpo con dos espíritus infinitamente diversos, opuestos
y contrarios, como son uno que quiere á Jesus, otro
que lo rechaza: uno que lo ata, otro que lo desata:
uno que lo ama, otro que lo aborrece. No habiendo,
pues, repugnancia alguna ni gran dificultad, en que la bes-
tia cuarta una consigo las otras bestias, ó un nGmero su-
ñciente de individuos de todas ellas, y haciéndose por otra
parte las diligencias que para esto so hacen, podemos ya
profetizar sin ser profetas, que finalmente lo conseguirá, y
que llegará tiempo en que vea el mundo entera y per-
fecta una bestia mostruosa compuesta de siete, conforme la
describe S. Juan en el capitulo xiii de su profecía. Con
esta idea sencilla y clara, se concibe al punto como pueda
suceder naturalmente la circunstancia particular de que
habla S. Juan, diciendo que vi6 una de sus cabezas con@
herida de muerte: y fué curada su herida mortal, &c. :
y como esta bestia compuesta ya de siete, pueda recibir M
golpe terrible en una de sus cabezas, y sanar despues de
algun tiempo con asombro de toda la tierra.
196. Imaginad para esto, que alguna de las bestias
unidas no se acomode bien con aquella mezcla: que le de.
sagraden y le causen un verdadero enfado alguna ó m i -
c h a ~de aquellas ideas ciertamente bestiales: que resiita
de algun modo, 6 no quiera dejarse gobernar de aquel es-
piritu inquieto y tumultuoso, que debe animar á todo el
cuerpo: que eu fin, descontenta y desengafiada, de
muestras de querer oir la verdad, de querer para esto
desatarse de aquel cuerpo y de aquel espíritu que lo ama
y se desata efectivamente: veis aquí con esto solo alterada
EN GLORIA Y HACESTAD. 805
y desconcertada toda la bestia, y como en peligro de per-
derlo todo. Veis aqui puestos en movimiento la tierra y
el infierno, para haber modo de curar aquella llaga, y re-
mediar aquel mal. Veis aqui puestas en mayor y mas
acelerado movimiento todas aquellas máquinas ingeniosas,
que hasta aora se han movido, y no cesan de moverse,
para volver á unir al cuerpo comun aquella cabeza que ya
casi muere, (muere, digo, respecto del cuerpo de iniqui-
dad). Si esto se consigue, ya tenemos hecho el milagro
que debe admirar á toda la tierra, y llenarla de nuevo es-
panto y temblor, haciendo decir á sus habitadores: Quikn
hay seméjante á la bestia? i Y quikn podrá lidiar con
ella? Esta cabeza herida puede ser veronimilmente alguna
de las cuatro del falso Cristianismo, por ejemplo, la se-
gunda; mas esto no es posible asegurarlo, porque como
puede ser una, puede ser otra.
197. Yo me inclino mas por ciertas sefiales (llevando
el misterio por otra via que creo mas recta) a pensar 6
sospechar, que este golpe duro y terrible lo ha de reci-
bir de la mano omnipotente de Dios vivo la cabeza mas
culpada de todas, la mas impía, la mas audaz, la que
mueve, 6 ha de mover toda la máquina, y parece que es-
to deberá sucedir ácia los principios de la impía union.
Dios tiene medios 6 modos que no somos capaces de pre-
veer. Acaso este golpe temble se lo dará por medio de
aquellos tres reyes que han de ser humillados por el cuer-
no undécimo, y acaso esta humillacion de estos tres reyes
será una resulta de su fidelidad y celo por la defensa de
la religion.
- Y acaso, en fin, esta misma humillacion de
tres reyes Cristianos y píos, que podian hacer alguna opo-
sicion, será todo el bálsamo necesario y eficaz para curar
aquella herida. En todo esto no se ve repugnancia, ni em-
barazo, ni inverosimilitud alguna, pues en este caso, pa-
rece una consecuencia necesaria, que herida la cabeza
principal de la bestia se disuelva al punto. y desaparezca
por algun tiempo todo aquel cuerpo de iniquidad: que las
otras cabezas se separen iinas de otros, y que se escondan
T O M O 1. X
donde pudieren, mientras se pone en cura formal la cabeza
enferma: ea decir, mientras la 6losofia ayudada de todo el io-
fierno, halla modo de remediar aquel mal, volviendo á traba- ,
jar de nuevo sobre fundamentos mas sólidos y mas infernales.
198. Así se entiende de algun modo otro testo 6 enigma
oscurísimo del capitulo xvii del Apocalipsis : .La bestia que
has visto, se le dice á S. Juan, fd,y no es, y s&Tá del
abismo, k irá en muerte: y se maravillarán los morado-
4.88 de la tierra, aquellos, cuyos nombres no esthn en e2
libro de la vida desde la creacion del mundo, cuando
veas la bestia que era, y no es... Y la bestia que era, y
no es :y ella es la octava: y no es de las siete. # Para..
mejor y mas clara inteligencia de este enigma, conviene te-
ner presente una cosa fácil de observar en muchísimas pro-
fecfas : es á saber, que muchas veces hablan los Profetas
de un suceso futuro, como si lo tuviesen presente, como Q
ellos mismos se hallasen presentes en aquel tiempo mismo
en que han de auceder, y fuesen testigos oculares. No me
detengo en citar ejemplares, por ser esto tan frecuente y
tan obvio, que cualquiera lo puede reparar : lo cual snpues-
to, podemos aora imaginar, que aquellas palabras enigma%
ticas se las dice el angel á S. Juan en aquel espacio de
tiempo que debe correr entre la herida de la bestia y sn
curacion, como si hubiesen sido testigos oculares de aquel
golpe mortal. En este tiempo y en estas circunstancias, ae
veriñca, lo primero : que la bestia fué, y no es+ : porque
el golpe terrible que cayó sobre la cabeza principal, debib
necesariamente asustar las otras, y este susto repentino 6
inesperado debi6 naturalmente hacerlas huir, y separarse
las unas de las otras : por consiguiente disolver todo aquel
cuerpo que ellas formaban con su union.

* Bestia, quam vidiiti, hit, et non est, et nacenaura eat de abpo,


et in interitum ibit : et mimbuntur inhabitantesterram, qqorum no?
sunt scripta nomina in libro vitze B constitutione mundi, videntes
beatiam, quze.erat, et non eat... Et bestia, qua crat, et non eat, et
ipsa octava est : et de septem est. -Apoc. xvii, 8, et 11.
-
t Bestia, quam vidisti, fuit, et non est. Id. o. 8.
U N G L O R I A , Y.MAGg8TAD.

199. S e veriñca lo segundo: que esta misma beetia qna


ha desapareoido por el golpe mortal de una de.sns oabezas,
volverá B salir del abismo, donde debe tratarse con gran
calor de su restitucion y restablecimienio, aplicando pera
esto, en primer lugar, prontos y eficaces remedios á la m-
beca e n f e k Saldrá del abismo :y luego que salga del
abismo, y se deje ver otra vez en el mundo, se nraravillariítt
...
loa nnora&ores d a la tierra, cuardo vean la bestia que
era, y no e.. . Se veriñca lo tercero : que se concibe bien
como esta bestia herida. y restablecida 4 su entera salud,
saliendo del abismo y dejándose ver de nuevo en el mundo,
aparecer6 como una bestia nueva, como una bestia resuci-
. tada ; por lo cual siendo la misma ; aun siendo una d e Iaa
siete, se podrá llamar con toda verdad y propmdad la octa-
va*, porque vendrá del abismo con nuevos bríos, con nue-
vos proyectos, con nuevo y mayor fnror, y armada de nne-
va fortaleza. Direis sin duda, que aunque todo este pnede
suceder así, pues en ello no aparece repugnacia alguna;
pero á lo menos es incierto, y pnede suceder de otro modo,
que por aora m alcanzamos. Y o lo confieso, amigo mio,
sin dificultad i Qné certidumbre podemos tener en oosas,
qne aunque reveladas, ha querido Dios tenerlas ocultas
basta su tiempo, debajo de metáforas oscuras ? Mas no
por esto se sigue, que se deba todo despreciar, cuando nada
oe arriesga en tener presentes esta8 ideas; antes se puede
avanzar inñnito, estando con ellas á la mira, para ver par
dende asoma un misterio que interesa tanto á todos los que
tienen alguna lumbre de fe, y desean asegurar una
eternidad.
200. Fuera de que, si comparais la esplicacion que srcci.
bamos de dar al enigma en otro principio, con la que S&
halla en los interpretes del Apocalipsis en el suyo, debereis
ver con vuestros ojos la grande y notable difawncia
201. Dado caso que se entienda, ó se pueda concebir de
algun modo seguido y verosímil, lo que nos dicen 6 quieren
decirnos, lo cual en su Anticristo, individuo y personal,
-
* Et ipaa octava eat : et de septem est. A p . xvii, 11.
x e
,908 L A V E N I D A DEL MBSIAS
nos p m c e imposible moralmente ; 4 lo menos no h a l l h o s
en esta esplicacion, ni apariencia de fundamento, ni tampo-
co esperanza de utilidad. Ved aquí toda la esplicacion re-
ducida á pocas palabras. .La bestia que has visto, fd, y
no es.. . Esto significa, nos diccn, la poca duracion del
reino, 6 monarquia universal del Anticristo, que solo será
de tres afios y medio, el cual espacio de tiempo es tan cor-
to en la realidad, que se puede contar por nada, y asf se
puede decir con verdad, fué, y no fué : esto es, fuk, y no
.
fuk, ó será, y no será :y saldrá del ahismo.. Estas pa-
labras, prósiguen esplicando, no quieren decir que el Anti-'
cristo saldrá otra vez del abismo, despues que ya fué, y no
es ; sino simplemente que saldrá del abismo, y habiendo sa-
lido del abiuno, esto es, del consejo 6 conciliábulo de Sa-
tanás y sus ángeles, durar4 tan poco su monarquia que se
podrá decir con cierta propiedad, fuk, y no fd: Ó fuk, y
no es.. . Leed el testo cien veces, y siempre hallaréis todo
10 contrario.
202. Y ella es la octava... Quiere dec2, concluyen, qne
el Anticristo, en cuanto rey particular de los Judios, será
una de las siete cabezas de la bestia; pero en cuanto rey
universal de toda la tierra ser4 la octava. Mas como nos
dicen por otra parte, que las siete cabezas de la bestia son
siete reyes vencidos por el Anticristo y sujetos á su domi-
nacion, podrémos concluir lejítimamente que el Anticristo
en cuanto rey universal d e toda la tierra, habrá ya vencido
y sujetado 4 su dominacion al mismo Anticristo, en cuanto
rey particular de los Judios. Si toda esta esplicacion del
enigma propuesto no tiene otro defecto que la mera incer-
tidumbre de las cosas que dice, 6 que pretende suponer, yo
lo dejo enteramente á vuestro exámen y á vuestraadecision :
despues de lo cual tambien espero que no podreis decir en
particular el fruto que de ella podrémos sacar.
EN GLORIA Y MAGBSTAD.

R B P L E X IONES.

PARRAFO X.
203. Volviendo aora á nuestro propbsito, lo que Q lo
menos podemos concluir legítimamente de todo lo que he-,
mos dicho sobre la bestia del Apocalipsis, es esto: que
siendo esta bestia, por confesion de casi todos los dootores,
el Anticristo que esperamos : que anunciándose por esta
metafora terrible y admiuable, tantas cosas, tan nuevas, tan
grandes y tan estupendas, que deben suceder en aquellos
tiempos en toda nuestra tierra : debe ser este Anticristo
que esperamos, alguna otra cosa infinitamente diversa, y
mayor sin comparacion de lo que puede ser un hombre,
individuo y singular: aunque este se imagine y se fhja un
monarca aniversal de todo el orbe, como quien finje en su
imaginacion un fantasmti terrible que la misma imaginacion
lo desvanece y aniquila. N o hay duda que en estos tiem-
pos tenebrosos se verá ya un rey, ya otro, ya muchos Q un
mismo tiempo en varias partes del orbe, perseguir cmel-
mente al pequefio cuerpo de Cristo con guerra formal y
declarada; mas ni este rey, ni el otro, ni todo8 juntos s e
rán otra cosa en realidad, que los cuernos de la bestia, 6
las armm del Anticristo: así como en un toro, por ejem-
plo, ni el primer cuerno, ni el otro, ni los dos juntos son
el toro, sino solamente las armas con que esta bestia fe-
rocisima acomete, hiere, mata, y hace temblar Q los que
la miran. Esto es c!arísimo, y no necesita de mas espli-
cacion.
204. S i esperamos ver este hombre singular, este judio,
este monarca universal, este dios de todas las naciones:
si esperarnos ver cumplido en este hombre todo lo que se
dice de la bestia, y lo que por tantas otras partes nos anun-
cian las Escrituras, es muy de temer que suceda todo lo
que está escrito así cona está escrito, y que su hticristo
no parezca, y que lo estémos esperando aun despues de
8lfl L A VENI'DA DEL WESIAS
l

tenerlo en casa. Asimismo es muy d e temer, que esta


idea que nos hemos formado del Anticristo, y que halla-
mos en toda suerte de libros, menos en la Escritura santa,
sea la cansa principal 6 la verdadera de aquel descuido
tan grande en que estarán lo^ hombres, cuando llegue el
dia del Sefior, Haced, amigo, esta breve é importante
wflexion. Este dia lo llama el mismo Hijo de Dio$ repen-
i+:...y aiiade, qae vendrá como un lazo sobre todos los
hebitadores de la tierra* : y en otra parte dice que snce
dedi en su venida lo mismo que eucedib en la venida del
diluvio : C m i a n , y bebian : los hombres tomabalt muge-
res, y las mugeres nsaridos hasta el dia en que entró Nd
en el arca: y viao e l diluvio, y acabó con todos. Asi-
...
wismo cm80 fui5 en los dias de Lot : D e esta manera
rer6'eES&, en que se manifestará el Hijo del HombreJ..
205. A quien lee por otra parte en los Profetas, cm el
Apocalipsis, y e n los evangelios aquellas grandes sefiales,
que deben preceder inmediatamente á la venida del Sefior,
~
y en ellas la tribulacion del Anticristo, naturalmente, se le
baae dificil de concebir, el como pueda caber un descuido
tan graode, en medio-de seiíales tan manifiestps.
206. Paréceme (piensen otros lo que quieran) que nna
de las causas de este descuido, y tal vez l a mayor, 6 1s
mas inmediata, será sin duda la que vamos considerando,
quiero decir las falsas ideas, m menos de la venida de
Cristo, que de la venida 6 manifestacicm del Anticristo, y
del Anticristo mismo. D e modo que se verán todas L
sefiales, y se cumplirhn todas las profecías, y su Anticrhto
no parecerá. Y como por otra parte se sabe y se cree, q~

* Tamquam laqueus enim superveniet in omnes, qui sedent


super faciem omnis terra. -Luc. xxi, 35.
.t. Edebant, et bibebant : uxores ducebant, et dahantur ad nop
tias usque in diem, qua intravit NOSin arcam : et venit dilovium,
et ~erdiditomnea Similiter sicut factum est in diebus Lot: ...
-
Secundum'hsc ent quh die Fdius hominia revelabitur. h c . 16
2 z 28. et 30. I
UN GLORIA Y MAGESTAD. 311
Cristo no vendrfr, sin que antes venga la a w a s í a , y sea
manifestado bl hombre de pecado.. .* estará ya Cristo 4 h
la puerta, y el verdadero Anticristo en visperas de acabar
sus dias, y los Cristianos descuidados enteramente por la
falsa persuasion de que todavia hay mucho que tirar. i Por
qué? Porque el Anticristo ha de venir primero que
Crioto: y este Anticristo, este Mesias y rey de los Judios,
este monarca de todo el orbe todavia no se ve, ni aun se
divisa alguna sefial ó vestigio de la persona en todo el cir-
culo horizontal. Por tanto, podrá cada uno decirse 4 sí
mismo dos 6 tres horas antes de la venida de Cristo : Alma,
n~ucirosbienes tienes allegados para muchbimos años:
dsscansa, come, bebe, ten banquetes+.
207. Por lo que hemos dicho hasta aquí del Anticnsto,
eaplicando la bestia del Apocalipsis, podrá tal vez Magi-
narae, que ya la mftquina terrible está concluida, que es
en nuestro sistema todo el Anticristo entero y perfecto,
con que estamos amenazados, y que ya no queda otra pie-
za d i de consideracion en este cuerpo moral. No hay
duda que eso solo bastaba para formarnos una idea de la
hltima trihulacion la mas formidable y la mas conforme 4
las espresiones de la Escritura: Porque habrá entónces
g r d tribulacion, cual no fué desde el principio del
mundo hasta aora, ni será. Y si no fursen abreviados
a;quellos dias, ninguna carne ser& salva: mas por los
escogidos aquellos dias seran abreviados$c nos dice el
mismo Jesucristo: y, verdaderamente, ¿qué cosa mas
grande se puede imaginar, ni mas terrible, ni mas espan-
table, que la union en un solo cuerpo, de siete bestias
todas ferooisimas? i De siete bestias, digo, cada una de
Nisi venerit discessio primum, et revelatus fuerit homo peccati.
-2. ad ma.ii, 3.
Anima, habea multa bona poeita in amos plurimos : requiesce,
-
comede, bibe, epulare. Luc. xii, 19.
$ Erit enim tunc tribulatio magna, quaiii non fuit ab initio mun-
di w q u e modb, neque fiet. Et nisi breviati fuisent dies iiii, non
fieret salva omnis caro : sed propter electos breviabuntur dies iiii.
- Mat. xxiv, 21 et 22.
312 LA VENIDA DEL MESIAS

las cuales ha podido hacer por si sola, ha hecho, y está ha-


ciendo males gravisimos é irreparables en el mísero linaje
de Adan? Considérense estos males, no confusamente y
4 bulto, sino separados los unos de los otros, mirando al
mismo tiempo con particular atencion aquella bestia parti-
cular 4 quien se deben atribuir. i Qué males no hizo, y
hace todavia la idolatría : y esto por espacio de tantos siglos :
y esto antiguamente en todas las partes de la tierra, en
todos los pueblos, tribus y lenguas, y aun en el peque60
pueblo ó Iglesia del verdadero Dios ! i Qué males no ha
hecho, y está haciendo en una gran parte de la tierra el
mahometismo, y esto impunemente á su satisfaccion, tí su
libertad, 4 su arbitrio, sin que haya quien se atreva 4 so-
correr aquellos infelices, ni sacar uno solo de la temble
boca de esta bestia ! i Qué males no han hecho, hacen, y
harán en adelante, aun dentro del mismo cristianismo, la
herejia, el sistema de la hypocresía religiosa, y el liberti-
naje ! Sobre todo, i qué males no ha comenmido 4 hacer,
aun desde la cuna, la bestia Gltima terrible y admirable:
esto es, el deismo puro, la ñlosofia, la apostasia de la ver-
dadera religion, ó en suma, el espiritu fuerte y audaz, d
espiritu soberbio y orgulloso que divide á Jesus !
208. Pues cuando todas estas bestias, por sí mismas fero-
cisimas, hagan entre si una liga formal, 6 un tratado solemne
de amistad, de union, de compañía: cuando todas se unan
en un solo cuerpo moral, de modo que todas juntas pa-
rezcan una sola bestia : cuando esta bestia septiforme apa-
rezca en el mundo armada de ufias de hierro, de dientes
grandes de hierro, y tambien de diez cuernos tembles, ó
de toda la potencia de los reyes: cuando abra su boca
horrorosa, en blasfemias contra Dios, para blasfemar su
nombre y su tabernáculo, y á los que moran en el cielo:
cuando en fin, se vea toda esta nube tenebrosa y espantable
encamiuarse directamente contra el Señor, y contra su
Cristo, con intencion determinada, con firmisima resolu-
cion de no dejar en toda la tierravestijio alguno ni memoria
de Cristo, &c. : i qué tempestad ! i qué temor ! i qué tribu-
BN GLORIA Y MAOBRTAD. 318
lacion ! Mas es esto para comiderarae, que para ponds
rarse con palabras.
209. No obstante, yo me atrevo á decir, sin que me
quede duda, que si todo el Anticristo que esperamos, y
con que estamos amenazados, quedase solamente en la po-
tencia y en el furor de esta bestia terrible, no habria cierta-
mente por que temerla : no nos pudiera hacer tanto daíío
como está profetizado : no hubiera necesidad de abreviar
aquellos dias : y el cuerpo de Cristo lejos de padecer algun
detrimento real, por eso mismo creciera mas, se fortiñcára
mas, y adquiriera nuevos grados de perfecoion: el gran
trabajo es, que el Anticristo que nos anuncian las Esori-
tnras no ee solamente la bestia de diez cabezas y 'diez
cuernos : le falta 4 esta bestia, 6 tí esta máquina, para su
total complemento una pieza importante y esencial, sin la
cual la gran maquina quedára sin efecto, y no tardára
muoho en disolverse. Esta pieza importante necesita una
observacion particular.

LA BESTIA D E DO8 CUERNOS, D E L MISMO


CAPITULO X111 D E L APOCALIPSIS.

PARRAFO XI.
210. Y vi otra bestia que subia de la tierra, y que
tenia dos cuernos semejantes á los del cordero, mas ha-
blaba como el dragon. y egercia todo el poder de la pri-
mera bestia en SU presencia: k hizo que la tierra y sus
moradores adorasen á la primera bestia, cuya herida
mortal fué curada. E hizo grarides nraravillas, de ma-
nera que aunfuego hacia descender del cielo á la tierra &
la vista de los hombres. Y engañh á los moradores de la
tierra con los prodigios que se le permitieron hacer delante
de la bestia, diciendo á los moradores de ha tierra, que
hagan la jigura de la bestia, que tiene la herida &
espada, y vivih. Y le fué dado que comunicase éspiritu
á lajigura de la bestia, y que hable lajigura de la bestia:
y que haga que sean muertos iodos aquellos que t ~ oado-
r a r e n l a $ y u r a d e la'bestia. Y á todos los hombres, pe-
queiios, y g r a n d e s , ricos. y pobres, libres, y siervos L r á
t e n e r una s&2 e n s u muno derecha, Ó en sus frentes.' Y
que ninguno pueda c o m p r a r , Ó vender, s i n o a q u e l q&
iienc la seiáal, ó nombre d e la bestia, Ó e l nhmero &.su
nombre, A q u í hay s u b i d u n a . Q u i e n tiene inteligencia
m l c u l e e l níímero d e la bestia. P o r q u e es nfinwro de
hombre: y e l número de ella seiscientos s e s e n t a y seis'.
211. Esta bestia de d o s cuernos, n a dicen con gran
mzon los intérpretes d e l Apocalipsis, que sera el psendo-
profeta del Anticristo. Mas asi como hacen al Anticristo,
6 lo conciben como u n a persona individua y singular, ad
del mismo modo hacen, ó conciben á s u f&o profeta.
Muchos piensan que este será a l g u n obispo apóstata, pare
ciéndolea v e r en eus dos cuernos como de cordero, mi
símbolo propio d e la mitra. P u e s este h o m b r e nuevo, y
eatraordinario, sere t o d a la confianza y todo el amor del
Anticristo : siempre l o t e n d r á 4 su lado e n calidad de su
consejero, y de su Profeta, y l o llevará consigo e n toda
sus espediciones. A la confianza del soberano correspon-
derh el fiel ministro, y fervoroso misionero, c o n servicios
reales, y de s u m a importancia: pues y a c o n su elocuencia

Et vidi a i i i bestiam ascendentem de terra, et habebat cornna


duo similia agni, et loquebatur sicut draco, et potestatem prioris
bestia? omnem faeiebat in conspectu ejus : et fecit terram, et habi-
tantes iii ea adorare beatiam phmam, cujus curata est plaga morh.
Et fecit eigna magna, ut etiam ignem faceret de c e l o descendere in
terram in conlipeetu hominum. Et seduxit habitantes in terra pmp
ter signa, qua? data sunt ilii facere in conspeetu b e s t i ~ dicens
, habi-
tantibus in terra, ut faciant imagiuem bestia?, q u ~ habet . plagam
gladii, et vixit. Et datum est ilii, ut daret dpiritum imsgini bestiz,
et ut locuatur imago bestia? : et faciat ut quieumque non adorave-
rint imeginem bestia?, occidantur. Et faciet o m n i pusiiioa et mng.
nos, et divites, et pauperes, et liberos, et servos habere characterem
in dextera manu sua, aut in frontibus suis. Et ne quia possit emere,
aut vendere, nisi qui habet chararterem, aut nomen bestia?, aut nu-
merum nominis ejug. Hic sapientia est. Qui habet intellectum,
Eoinputet numerum bestia?. Numerus enim hominis est I et numerus
-
ejns sexcwti sexaginta aex. Apoc. xiii, ab 11 uque d 18.
BN G L O R I A Y MAGBSTAD. 315
dmirable, ya con su eaterior de santidad, ya con milagkos
contínuos, é inauditos, ya con promesas, ya con amenazas
hará creer 4 todos los habitadores de la t i h a , que el Anti-
cristo es su verdadero y legítimo rey. No contento con
esto solo, les hará creer que tambien es el verdadero Dios,
y hará que todos lo adoren wmo á tal: bar4 que todos,
grandes y pequefios, traigan siempre en la mono, 6 la
fwate, cierta sefial 6 caracter que los de á cono& por
fieles adsradorea de esta nuevo dios : hará que ninguno
&ea admitido á la sociedad 8 comercio humano, ni pueda
comprar, ni vender, si no lleva ptiblicamente dicha sefial:
bará morir en los tormentos á aqueilos pocos que tuviesen
la audaoia de resistir á la fuerza de su predioacion.
212. Eo suma : un hombre solo, en menos de ouatro
aíios de ministerio, conseguirá lo que millares de hombres
no han conseguido en muchos siglos. Convertirá, digo, á
la nueva religion y al culto del nuevo dios 4 todos los
pu+ios, tribus y lenguas, haciendo en todas las cuatro
partes del mundo, que los idólatras renuncien á SUS ídolos,
los Mahometanos 4 su Mahonia; los Judios al Dios de
Abrahan, y los Cristianos 4 Cristo. 1 Este sí que es fervor,
y espúitu mas que apostólico! Los doce Apóstoles de
Cristo, llenos del Espíritu Santo, y haciendo verdaderos y
wntinuos milagros, no pudie~onhaeer otro tanto en sola la
Jadea. Esta es, sefivr, la idea qne nos dan de esta segunda
bestia los intérpretes del Apooalipsis : aquellos, digo, que
reconocen al Anticristo en la primera bestia, que son casi
todos. &te es, segun ellos, el mideno encerrado en esta
metáfora ;' ni hay otra cosa que poder pensar ni sospechar.
Mas los que no podemos concebir al Auticristo como una
iridividaa persona, pareciéndonos que pasa todos los iímites
de lo veroslmil, y que repugna manifiestamente 4 las grandes
ideas que sobre esto nos dan las Escrituras, jc6m0 podré-
mos concebir en esta forma á su pseudo-profeta? Los que
miramos en la primera bestia un cuerpo moral, ó una gran
máquina compuesta de muchas piesas diferentes, j cámo
316 LA VENIDA DBL MESIAS

podrémos, guardando consecuencia, mirar otra cosa en la


segunda ?
213. Será bien notar aqui, que en toda la historia pro-
fética del Anticristo, que leemos en el Apocalipsis, y en
otras partes de la Escritura, no hallamos que se hable ni
una sola palabra de ~restigios,de mhgias, 6 de aquella gra-
cia de hacer milagros, que los doctores atribuyen 6 la per-
sona de su Anticristo. S. Juan pone esta gracia solamente
en el pseudo-profeta, 6 en la segunda bestia, no en la pri-
mera. .Es verdad que S. Pablo dice de su hombre de pe-
cudo, que se revelará 6 manifestará al mundo en S&-
les y en prodigos mentirosos*: mas esto puede muy bien
verificarse, sin que él mismo haga los milagros, pues cier-
itUIIedte no faltarán en aquellos tiempos muchos pseudo-
profetas que descruban y empleen bien este talento, reci-
bido del padre de la mentira. Y digo ciertamente, por-
que así lo hallo espreso y claro en el evaugelio: que se le-
vantarán muchos falsos profetas, y engañuran ár muchos.. .
y darán grandes señules, y prodigios, de modo que, si
puede ser, caigan en error aun los escogidos+. Estas
palabras del Hijo de Dios, son una esplicacion la mas na-
tnral y la mas clara, así del lugar de S. Pablo (del cual
hablarémos de propósito en el (párrafo último) como de la
bestia de dos cuernos que aora consideramos. Esta bestia
nueva, lejos de significar un obispo particular, ó un hombre
individuo y singular, significa y anuncia, segun la espresion
clara del mismo Cristo, un cuerpo inicuísimo y peligrostsi-
mo, compuesto de muchos seductores : se levantarán (dice)
muchos falsos profet as... y darán grandes ie5iales y
prodigios ...
214. Pues esta bestia nueva, este cuerpo moral, com-
puesto de tantos seductores, será sin duda en aquellos
* Et signic et proltigiis mendacibus. -2 od Theu. iii 9.
f Multi pseudoprophetz aurgent, et seducent multoa ...et dabunt
eigna magna, et prodigia, ita ut in errorem inducantur, si fieri po-
-
teet, etinm electi. Mat. xxiv, 11, d 24
EN G L O R I A ' Y MAGESTAD. 317
tiempos infinitamente mas perjndicial, que toda la primera
bestia, compuesta de siete cabezas, y armada con diee
cuernos todos coronados. No espantará tanto al caerpo, 6
al rebafio de Cristo la muerte, los tormentos, los terrores y
amenazaa de la primera bestia, cuanto el mal ejemplo de
los que debian darlo bueno, la persuasion, la mentira, las
órdenes, las insinuaciones directas 6 indirectas; y todo con
aire de piedad y máscara de religion: todo confirmado con
finjidos milagros, que el comun de los fieles no es capaz
de distinguir de los verdaderos.
215. Es mas que visible 4 cualqniera que se aplique
Q considerar seriamente esta bestia metatbrica, que toda
ella es una profecía formal y clarísima del estado misera-
ble en que estar4 en aquellos tiempos la Iglesia Cristiana,
y del peligro en que se hallaran aun los mas de los fieles,
aun los mas inocentes, y aun los mas justos. Considerad,
amigo, con alguna atencion todas 13s cosas generales
y particulares que nos dice S. Juan de esta bestia temble,
y me parece que no tendreis di6cultad en entender lo que
realmente signZca, y lo que será 6 podrá ser en aquellos
tiempos de que hablamos la bestia de dos cuernos. El
respeto y veneracion con que miro, y debemos mirar
todos los fieles Cristianos á nuestro sacerdocio, me obliga
Q andar con estos rodeos, y cierto que no me atreviera
Q tocar este punto, si no estuviese plenamente persuadido
de su verdad, de su importancia, y aun de su estrema
necesidad.
216. Si, amigo mio, nuestro sacerdocio: este es, y no
otra cosa el que viene aquí significado, y anunciado para
los últimos tiempos debajo de la metafora de una bestia
con dos cuernos semejantes 4 los del cordero. Nuestro
eacerdocio, que como buen pastor, y no mercenario, debia
defendar el rebafio de Cristo, y poner por él su propia
vida, sera en aquellos tiempos su mayor esc4ndal0, y su
mayor y mas próximo peligro. i Qub teneis que estrañar
esta proposicion? i Ignorais acaso la historia? i Ignorais
los princides y mas ruidosos ~scándalosdel sacerdocio
318 LA V E N I D A D E L MBSIAS

hebreo? i Ignorais los escandalos horribles y .icasi con-


tinuados por eepacio de diez y siete siglos del sacerdocio
Cristiano? i Quién perdió enteramente 4 loa Judios, sioe
su sacerdocio? Este f d el que resistió de todos(modos al
M e s h mismo; no obstante que lo tenia 6 la vista, oia su
voz, y'admiraba sus obras prodigiosasi Este fué el que
cerrando sus ojos B la luz, se opaso obstinadamente B los
deseos y clamores de toda la nacion que estaba prontísima
t5 recibirlo, y lo aclamaba B gritos por Hijo de David, y
Rey de Israél. Este fué el que á todos les cerró los ojos
con niiedos, con amenazas, con persecuciones, con calum-
nias groseras, para que no viesen lo mismo que tenian de-
lante, para que desconociesen á la esperanza de Israél,
para que olvidasen enteramente sus virtudes;su doctrina,
sus beneficios, sus milagros, de que .todos eran testigos
oculares. Este, en fin, les abrió la boca para que lo m-
gasen, y reprobasen públicamente, p lo pidiesen á grandes
voces para el suplicio de la c m .
217. Aora digo yo: i este sacerdocio lo era acaso de
algin idolo 6 de alguna falsa religion? Habia apostatado
formalmente de la verdadera religion que profesaba? Ha-
bia perdido la fe de sus Escrituras y la esperanza de su
M e s h ? i No tenia en sus manos las Escrituras? No podh
mii;ar en ellas como en un espejo clarísimo la verdadera
imágen de su Meaias, y cotejarla con el original que tenia
presente? Si: todo es verdad; mas en aquel tiempo y cir-
cunstancias, todo esto no bastaba, ni podia bastar. i Por
qué? Porque la iniquidad de aquel sacerdocio, general-
mente hablando, habia llegado B lo sumo. Estaba viciado
por la mayor y máxima parte: estaba lleno de malicia, de
dolo, de hipocresía, de avaricia, de ambicion: y por consi-
guiente lleno tambien de temores y respetos puramente
humanos, que son lo que se llaman en la Escrituras lo
prudencia de la carne y el m o r del siglo, incompatibles
con la amistad de Dios. Esta fué la verdadera cuasa d e la
reprobacion del Mesías, y de todas sus h e a t a s consecneo-
cias, la cual no ee avergonzó aquel inicuo sacerdocio de
EN G L O R I A Y MAGEBTAD. 319 -
producir en pleno concilio (preguntando): i &ud hacemos
porque este hombre hace muchos milagros? Si lo dejamos
mi, creer& todos en él: y vendrán los Romanos, y
arruinarán nuestra ciudad y nacion*.
218. i Qué tenemos, pues, que maravillarnos d e que el
sacerdocio cristiano pueda en algun tiempo imitar en gras
parte la iniquidad del sacerdocio hebréo? ¿Qué tenemos
que maravillarnos de que sea el Gnicamente simbolido en
esta bestia de dos cuernos? Los que aora se admiren de es-
to, ó se escandalizaren de oirlo, 6 lo tuvieren por un des-
propósito increible, es muy de temer, que llegada la oca-
sioo, sean los primeros que entren en el esoandalos, y
los primeros presos en el lazo. Por lo mismo que
tendrán por increible tanta iniquidad en personas tan
sagradas, tendrán tambien por buena la misma iniquidad.
i Qué hay que maravillarse despues de tantas esperienoias?
Así como en todos tiempos han salido del sacerdocio cris-
tiano bienes verdaderos é inestimables, &e han edificado y
consolado~laIglesia de Cristo. así han salido innumerables
y gavísimos males, que la han escandalizado y añijido.
i N o gimió todo el orbe cristiano en tiempo delos Arrianoa 2
i N o se admiró de verse Arrianb casi sin entenderlo, segun
esta espresion viva de S .Jerónimo: lamentándose el mundo
todo se admiró al reconocerse Arriano* ? i Y de donde
le vino todo este mal, sino del sacerdocio?
219. i No ha gemido en todos tiempos la Iglesia de Dios
entre tantas herejías, cismas y escándalos, nacidos todos
del sacerdocio, sostenidos por 61 obstinadamente ? Y ,; que
dirémos de nuestros tiempos? Consideradlo bien; y enten-
dereis fácilmente como la bestia de dos cuernos puede ha-
cer tantos males en los últimos tiempos, Entendereis, di-
go, como el sacerdocio de los últimos tiempos, corrompi-

2 Quid facimus, quia hic horno multa s i g a facit ? Si dimittimus


eum sic, ornnbs credent in eum : et venient Romani, et tolient nos-
-
trum l o c m et gentem. Joan xi, 47, et 48.
- f E t ingemiacens orbis terrarum se Arianum esse miratus est. -
S. Hyerm.
320 LA V E N I D A DEL MESIAY

do por la mayor parte, pueda corromperlo todo, y arrui-


narlo todo, como lo hizo el sacerdocio hebreo. Entende-
-
reis en suma, como el sacerdocio mismo de aquellos tiem-
pos, con su pésimo ejemplo, con persuasiones, con amena-
zas, con milagros fingidos &c. podrá alucinar 9, la mayor
parte de los fieles : podrá deslumbrarlos, podrá cegarlos, po-
drá hacerlos desconocer á Cristo, y declararse en fin por
sus enemigos : se levantarán muchos falsosprofetas, y en-
gaFiarán á muchos. Y darán grandes sefiales. Yporque se
maltiplicará la iniquidad, se resfriará la caridud de mu-
chos*. i O ! i Qué tiempos serán aquellos ! i Qué oscuridad !
i Qué temor ! i Que teotacion ! i Qué peligro ! Si no fuesen
abreviados aquellos dias, ninguna carne seria salva-1..
220. ,j Qué pensaís que ser6 cuando las símples ove-
jas de Cristo de toda edad, de todo séxo, de toda con-
dicion, viéndose perseguidas de la primera bestia, y ame-
nazadas con la potencia formidable de sus cuernos, se aco-
jan al abrigo de sus pastores, implorando su auxilio, y
los encuentren con la espada en la mano, no cierto pa-
ra defenderlas, como era su obligacion ; sino para afligirlas
mas, para espantarlas mas, para obligarlas á rendirse á la
voluntad de la primera bestia ? i Qué pensnis que será, cuan-
do poniendo los ojos en sus pastores, como en su Gnico
refugio y esperanza, los vean temblando de miedo, mucho
mas que ellos mismos, 6 vista de la bestia, y de sus cuer-
nos coronados : por consiguiente los vean aprobando prác-
ticamente toda la conducta de la primera bestia : aconse-
jando á todos que se acomoden con el tiempo por el bien
de la paz: que por este bien de la paz (falsa á la ver-
dad) tomen el carácter de la bestia en las manos 6 e n
la frente : esto es, que se declaren pdiblioamente por ella,
fingiendo para esto milagros y portentos, para acabar de
~ulti~seudo~ro~hetre surgent et seducent, multoa ...et dabunt
signa magna, ...Et quoninm abundabit iniqnitaa, refrigescet charitaa
multorum, - Mat. xxiv, 11,24 et 12.
.t. Nisi breviati fuiient dies illi, non fieret salva omnie can>.-
Mat. xxiv, B.
reducirlas 'con apariencia de religion ? i Qué pensais que
será, cuando muchos fieles justos y bien instruidos en sus
obligaciones, conociendo claramente que no pueden en con-
ciencia obedecer 4 las órdenes que saldrán en aquel tiempo
de la potestad secular, se determinen 4 obedecer á Dios,
arriesgarlo todo por Dios, y se vean por esto abandoha-
dos de todos, arrojados de sus casas, despojados de sus
bienes, separados de sus familias, privados de la sociedad
y comercio hiimano ; sin hallar quien les dé, ni quien les
venda, y todo esto por orden y mandato de sus propios
pastores ? Todo esto porque no se les ,ve ni en las manos
ni en la frente sefial alguna de ser contra Cristo. Todo
esto porque no se declaran phblicamente por Antieristos.
Con razon dice S. Pablo: que en los ultimos dias vendr-án
tiempos peligrosos ...* y con razon dice el mismo Jesu-
cristo : si no fuesen abreviados aquellos dias, ninguna
carne seria salva.. J...
221. Persecuciones de la potencia secular las padeció la
Iglesia de Cristo terribilisimas, y casi continuas, por espa-
cio de 300 afios, y con todo eso se salvaron tantos, que se
cuentan no 4 centenares ni á millares, sino 4 millones.
Lejos de ser aquellos tiempos de persecucion peligrosos
para la Iglesia, fueron por el contrario los mas 4 propósito,
los mas conducentes, los mas Gltiles para que la misma
iglesia creciese, se arraigase, se fortificase y dilatase por toda
la tierra. No fué necesario ni conveniente abreviar aque-
Nos dias por temor de que pereciese toda carne ; antes fué
convenientisirno dilatarlos para conseguir el efecto contrario.
Así los dilató el Sefior muy cerca de tres siglos, muy
cierto y seguro de que por esta parte nada habia que
temer ; mas en la persecucion 6 tribulacion horrible de que
vamos hablando, se nos muncia claramente por boca de la
misma verdad, que deberá suceder todo lo contrario : P o r -
* Qubd in noviassimis diebus instabunt tempora periculosa. -
2 ad Tlm. iii, 1.
.t- Nisi brevisti fuissent dies ilii, non fieret salva omnis caro. -
Mat. xxiv, 22.
'TOMO l . Y
322 1.11 VENIDA D E L M E S I A S

que habrá entonces graude tribulacion, cual no fud des&


el principio del mundo hasta aora. ni será. Y si no
fuesen abreviados aquellos dias, ninguna carne sería
salva *. Pensad, amigo; con formalidad, cual podrá ser
la verdadera razon de una diferencia tan grande,
- y dificil-
mente hallareis otra, que la bestia nueva de dos cuernos
que aora consideramos, ó lo que es lo mismo, el sacerdocio
cristiano, ayudando á los perseguidores de la Iglesia y de
acuerdo con ellos, por la abundancia de su iniquidad.
222. En las primeras persecuciones hallaban los fieles en
su sacerdocio ó en sus pastores, no solamente buenos
consejos, instrucciones justas y santas, exortaciones fervo-
rosas, &c., sino tambien la práctica de su doctrina. Los
veian ir delante con el ejemplo : los veían ser los primeros
en la batalla : los veían no estimar ni descanso, ni hacienda,
ni vida, por la honra de su Sefior, y por la defensa de s u
grey. Si leeis el Martirologio romano, apenas hallareis
algun dia del &o que no esté ennoblecido y consagrado con
el sacrificio de estos santos pastores ; mas en la persecucion
anticristiana, en que el sacerdocio estará ya por la mayor y
máxima parte enemigo de la cruz de Cristo+, eu que
estará mundano, sensual, y por eso probocando á vómito,
como lo anuncia claramente S. Juan $, en que estará res-
friado enteramente en la caridad por la abnndancia d e la
iniquidad 5 : será j a imposible que los fieles hallen en él lo
que no tiene : esto es, espíritu, valor, desinterés, desprecio
del mundo, y celo de la honra de Dios: y será neeesario
que hallen lo que solo tiene : esto es, vanidad, sensualidad,
avaricia, cobardta, y todo lo que de aquí resulta en per-
juicio del mísero rebaíío : esto es, seduccion, tropiew,
eschndalo y peligro. No por esto se dice, que no habrá
en aquellos tiempos algunos pastores buenos, que no sean

* Erit enim tunc tnbulatio magna, quelis non fuit al>initio mundi
usque modb, neque fiet. Et nisi breviati fuisaent di- illi, noh fieret
salva omnis caro. -Mat. xxiv, 21 et 22.
-
4- Inimicos crucia Christi. Ad Philip. iii, 18.
t+. iii. 17. 5 Mar. xxiv, 12.
EN G L O R I A Y MAGPSTAD. 3%
mercenarios. Si, los habrá : ni se puede creer menos de
!a bondad y providencia del sumo pastor ; mas estos pas-
t o r e s buenos serán tan pocos, y tan poco atendidos, res-
p e c t o de los otros, como lo fué Elias respecto de los profe-
tas de su tiempo, que unos y otros resistieron obstinada-
m e n t e y persiguieron á los profetas de Dios : m o s y otros
hicieron intítil su celo, é infrutuosa su predicacion : unos y
otros fueron la causa inmediata, asi de la corrupcion de
Israél, como de la ruina de Jerusaléu.
223. Si todavia os parece diñcil de creer, que el sacer-
d o c i o cristiano de aquellos tiempos sea el tínicamente figu-
rado e n la terrible bestia de dos cuernos, reparad con nueva
atencion en todas las palabras y espresiones de la profecia;
p u e s ninguna puede estar de mas. Dice S. Juan, que
vi6 esta bestia salir 6 levantarse de la tierra*; que tenia
d o s cuernos como de cordero f- ; pero que su voz 6 modo
d e hablar era no de cordero sencillo 6 iuocente, sino de un
maligno y astuto dragon-f :'dice mas que con esta aparien-
cia d e cordero manso y pacifico, y con la realidad de
d r a g o n , persuadió á todos los habitadores de la tierra, que
adorasen 6 se rindiesen y tomasen partido por la primera
bestia : que para este ñn hizo grandes sefiales 6 milagros,
t o d o s aparentes y fingidos, con los cuales, y al mismo tiempo
con su voz de dragon, 6 con sus palabras seductivas,
engafib B toda la tierra: que obligó en fin á todos los habi-
tadores de la tierra á traer ptíblicamente en la frente b en
la mano el carácter de la primera bestia, s6 pena de no
p o d e r comprar ni vender, &c. Decidme aora, amigo, con
sinceridad, i á quien pueden competir todas estas cosas,
piénsese como se pensare, sino á un sacerdocio inicuo y
perverso, como lo será el de los últimos tiempos? Los
doctores mismos lo reconocen asi, lo conceden en parte : y
e s t a parte una vez concedida, nos pone en derecho de
p e d i r el todo. No hallando otra cosa á que poder acomo-
-
Et vidi aliam bestiam ascendentem de terra. Apoc. xiii, 11.
-
.t. Et habebat cornua duo similia agni. Apoc. xiii, 11.
3 Et loquebstur eicut draco. -Id. id.
u 2
324 LA VENIDA DEL MESIAS

dar lo que aquí se dice de l a segunda bestia (á la cnal en


el cap. xvi y xix se le da el nombre de pseudoprofeta)
convienen comunmente en que esta bestia 6 este pseudo-
profeta, será algun obispo apóstata, lleno de iniquidad y
malicia diabólica, que se pondrh de parte del Anticristo, y
lo acompaíiará en todas sus empresas.
224. Mas este obispo singular (sea tan inicuo, tan astuta,
tan diabólico, como se quisiere 6 pudiere imaginar) j será
capaz de alucinar con sus falsos milagros, y pervertir con
sus persuasiones á todos los habitantes de la tierra? i Y
esto en el corto tiempo de tres a6os y medio ? i Y esto en
un asunto tan duro, como es que todos los habitadores de
la tierra tengan al dnticnsto no solo por su rey, sino por
su dios ? i No choca esto manifiestamente . al sentido
coman ? i No pasa esto ibera de los límites de lo increible?
S i en la Escritura santa hubiese sobre esto alguna revela-
cion espresa y clara, yo cautivaría mi entendimiento en
obsequio de la fe ; mas no habiendo tal revelacion ; antes
repugnando esta noticia todas Ias ideas que nos da la
misma Escritura, parece preciso tomar otro partido. Lo
que no puede concebirse en una persona singalar, se puede
muy bien concebir y se concibe al punto en un cuerpo
moral, compuesto de n~uchosindividuos repartidos por toda
la tierra: se concibe al punto en el sacerdocio mismo, 6 en
su mayor y.máxima parte, en el estado de tibieza y relaja-
cion en que estar4 en aquellos tiempos infelices.
225. No es menester decir para esto, que el sacerdocio
de aquellos tiempos persuadir4 á los fieles que adoren B la
primera bestia con adoracion de latría como 4 Dios. El
testo no dice tal cosa, ni hay en todo él una sola .palabra
de donde poderlo inferir. Solo habla de simple adoracion,
y nadie ignora lo que significa en las Escrituras esta pala-
bra general, cuando no se nombra 4 Dios, 6 cuando no 138
infiere manifiestamente del contesto : é hizo (esta es la es-
presíon de S. Juan) que la tierra y sus moradores adora-
...
sen á la primera bestia Así, el hacer adorar 4 la prime-
ra bestia, no puede aquí significar otra cosa, sino hacer que
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 325
se sujeten á ella: que obedezcan B sus órdenes, por ini-
ouas que sean: que no resistan como debian hacerlo: que
den sefiales esternas de su respeto y sumision: y todo esto
por temor de sus cuernos. Tampoco es menester decir,
que el sacerdocio de que hablamos, habrá ya apostatado de
la religion cristiana. S i hubiere en él algunos apóstatas
formales y públicos, que sí los habrá, y no pocos, estos no
deberán mirarse como miembros de la segunda bestia, sino
de la primera. Bastará, pues, que el sacerdocio de aque-
llos tiempos peligrosos se halle ya en aquel mismo estado
y disposiciones en que se hallaba en tiempo de Cristo el
sacerdocio hebreo : quiero decir : tibio, ,sensual y mundano,
con la fe muerta 6 dormida, sin otros pensamientos, sin
otros deseos, sin otros afectos, sin otras máximas que de
tierra, de mundo, de carne, de amor propio, y olvido total
de Cristo y del evangelio. Todo esto parece que suena
aqneila espresion metafórica de que usa el apostol, di-
ciendo: que vi6 á esta bestia salir 6 levantarse de la
tierra'.
226. Afíade, que la vi6 con dos cuernos semejantes á
los de un cordero+ : la cual semejanza, aun prescindiendo
de la alusion á la mitra, que reparan varios doctores, pa-
rece por otra parte, siguiendo la metáfora, un distintivo
propisirno del sacerdocio, que á él solo puede competir.
De manera, que así como los cuernos coronados de la
primera bestia significan visiblemente la potestad, la fuerza,
y las armas de la potencia secular de que aquella bestia se
ha de servir para herir y hacer temblar toda la tierra ; así
loa cuernos de la segunda, semejantes 4 los de un cordero,
n o pueden significar otra cosa, que las armas 6 la fuerza
d e la potestad espiritual, las cuales aunque de suyo son
poco á propósito para poder herir, para poder forzar, 6
para espantar á los hombres ; mas por eso mismo se con-
cilia esta potencia mansa y pacífica, el respeto, el amor

* Et vidi aliam bestiam ascendentem de terra. -Apoc. xii, 11.


.t. Et habebat cornua duo aimilia agni. -Apoc. xiii, 11.
y la confianza de los pueblos ; y por eso mismo es inhitu-
mente mas poderosa, y mas eficaz para hacerse obedece-
no solamente con la egecucion, como 10 hace la potencia
secular, sino con la voluntad, y aun tambien con el enten-
dimiento.
227. Mas esta bestia en la apariencia mansa y pacifica
(prosigue el amado discipulo) : esta bestia en la aparienaia
inerme, pues no se le veían otras armas que dos pequeííos
cuemos semejantes á 10s de un cordero : esta bestia tenía
una arma horrible y ocultísima, que era su lengaa, Ia cual
no era de cordero, sino de dragon : hablaba como el dra-
gon*. Lo que quiere decir esta similitud, y á lo que alude
manifiestamente, lo podeis ver en el capitulo iii del G6nesis.
Allí entenderéis cual es la lengua, 6 la locuela del dragan,
y por esta la locuela entendereis tambien facilmente la
locueia de la bestia de dos cuernos en los Gltimos tiem-
pos : de la cual se dice, que como habló el dragon en los
primeros tiempos, y engaiió á la muger, así hablará en los
últimos la bestia de dos cuemos, 6 por medio de ella el
dragon mismo. Hablará con didzura, con halagos, con
promesas, con artificio, con astucias, con apariencias d e
bien, abusando de la confianza y simplicidad de las probes
ovejas para entregarlas á los lobos, para hacerlas rendirse
á la primera bestia: para obligarlas á que la adoren, la
obedezcan, la admiren, y entren á participar 6 á ser ini-
ciadas en su misterio de iniquidad. Y si algunas se balla-
ren entre ellas tan entendidas que conozcan el engaño, 'y
tan animosas que resistan á la tentacion (como ciertamente
las habrb) contra estas se usarán, 6 se pondrán en granmo-
vimiento las armas de la potestad espiritual, 6 los cuernos
como de cordero : prohibiendo, que ninguno pueda com-
prar, Ó vender, sino aquel que tiene la señal; 6 el nona-
bre de la bestia. Estas serán separadas de la sociedad y
comuniclicion con las otras : á estas nadie les podrá com-
prar ni veuder, si no traen públicamente alguna sefial de

Et loiiuebatur sicut draco. -Id. ib.


opoatada : porque ya lrabian acordada los judios, dice el
evangelista, que si alguno confaase á Jesus p o r Cristo,
fuese echado de la sinagoga*. Apliquese la semejanza.

OARACTER D E LA BESTIA, SU NOMBRE, 6 EL


N U M E R O DE S U NOMBRE.
PARRAFO XII.
228. Esta bestia que acabamos de observar, persuadir4
á los hombres. dice S. Juan, que lleven en la ,mano 6 '
e n la frente el caracter de la primera bcstia, 6 su nombre,
6 el nfimero de su nombre, s6 pena de no poder comprar
ni vender, que es lo mismo que decir, s6 pena de muerte.
E l mismo Apostol, para dar alguna luz 6 alguiia esperanza
d e entender toda esta metáfora, la cual evidentemente
no convenia que se entendiese antes de tiempo, concluye
todo el capitulo coi1 estas palabras enigmáticas. Aquf
hay sabiduria. Quien tiene inteligencia, calcule el
número de la bestia. Porque es número de hombre: y el
número de ella seiscientos sesenta y seis?.
229. Casi desde los tiempos de S. Juan, como testifica
S. IrenéoS se han hecho siempre las mayores diligencias
para descifrar este enigma, y entender bien este gran mis-
terio, persuadidos firmemente los doctores, de que aqui se
encierra el nombre del Anticristo, 6 algun distintivo propio
suyo por donde conocerlo infaliblemente. El empeño es sin
duda laudable, y óptima Ia intencion: pues una vez que
s e sepa el nombre 6 distintivo propio de aquel hombre 6
persona, que llaman Anticristo, será facil conocerlo, cuando
aparezca en el mundo : y si se conoce, ser4 facil no caer
e n el lazo. Este discurso justo en si mismo, en el sistema
de los doctores no lo parece tanto. &os que esperan al An-
ticristo en la forma en que se halla en toda suerte de es-
* Jam enim conspiraverant judaei, ut si qnis eum confiteretur
esse Christum, extra sinagogam fieret. -Joon. ix, 22.
?. Hic sapientia est. Qui habit intellectum, computet numerum
bestize. Numerue enim hominis est : (seu numerus communis et
nsitatus) et numerus ejus sexcenti sexaginta sex. -Apoc. xiii, 18-
1 S. Iren. l. v, advers. haeres.
328 LA V E N I D A D E L M E S I A S

critores eclesiásticos, i qué necesidad pueden tener d e


saber su nombre, 6 algun distintivo propio suyo para cono-
cerlo? 'iQué nueva luz se les puede afiadir con esto para
'
distinguirlo de los otros hombres? Traed, amigo, 4 la me-
mona siquiera alguna de aquellas noticias particulares de
que ya hemos hablado, y corren comunmente por indubita-
bles, y decidme: i con ellas solas, sin otro distintivo, po-
dreis desconocer al Anticristo? i Habrá algun hombre, por
rudo que sea, que teniendo dichas noticias, no lo conozca
al punto ?
250. Imaginad para esto, que aora en nuestros dias
sale de Babilonia, 6 de donde os pareciere mejor, un prín-
cipe nuevo, que nadie sabia de él. Este nuevo principe,
acompafiado de una multitud infinita de Judios, que lo han
reconocido por su rey y Mesias, se va derecbo á la Pa-
lestina, la conquista toda, solo con dejarse ver: la evacua
de sus habitadores actuales: establece en ella á todas las
tribus de Israél: edifica de nuevo 4 Jerusalen para c6rte
de su imperio: de allí sale con innumerables tropas, com-
puestas ya de Judios, ya d e otras naciones orientales: hace
guerra B todos los reyes de la tierra: mata tres de ellos,
y tí los demas los sujeta B su doniinacion: trae siempre
consigo un profeta grande que hace continuos y estupen-
dos milagros: en suma, este príncipe nuevo, cuyo nombre
todavia no se sabe, se ha hecho en breve tiempo monarca
universal de toda la tierra: todos los pueblos, tribus y
lenguas, lo reconocen p obedecen como B soberano...
i Qué "S parece, amigo, de este gran personage? i No es
este el Anticristo que esperábamos? i No son estas las no-
ticias que habiamos leído en nuestros libros? ¿ Qué necesi-
dad tenemos aora de saber su carácter, ni su nombre. ni el
nhmero de su nombre? Sin esto conocemos al Anticristo, y
lo conoce toda la tierra. Este monarca universal de toda
ella, cuya corte es Jerusalen, este es ciertamente el Anti-
cristo. D e aquí se sigue una de dos cosas: 6 que el
enigma propuesto, 6 su inteligencia, es la cosa mas inútil
del mundo, 6 que el Anticristo que esperamos debe ser al-
guna otra cosa infinitmeiite diversa de lo que hasta aora
EN , G L O R I A Y MAGESTAD. 329
hemos imaginado. Si esto segundo se concediese, me
parece que se pudiera adelantar no poco en la inteligencia
del enigma, como, tentarkmos mas adelante. Véamos lo
que ba& aora se ha adelantado en el sistema contrario.
231. Primeramente, han hecho los doctores este discur-
so prévio, que parece justísimo, y lo fuera en realidad, si
no.toc8ra 6 supusiera el principio mismo que se pide. Los
nb2peros de que usan los Griegos, dicen con verdad, no son
otros q u e sus mismas letras. Estas letraa numerales juntas
y combiuadas entre sí, deben formar alguna palabra, pues
al ñu son letras: luego el número 666 espresado en letras
griegas (en las cuales se escribió todo el Apocalipsis)
deber4 necesariamente formar alguna palabra: pues esta
palabra, concluyen, es ciertamente el nombre, 6 el carácter,
6 el distintivo propio del Anticristo. Bien. j Y si las le-
tras griegas que son necesarias para espresar el número
666 se pueden combinar de treinta maneras diferentes,
podran tambien ó deberan formar treinta palabras diferen-
tes : y en este caso j cual de ellas será el nombre propio,
6 el propio distintivo de este hombre, 6 de esta persona
q u e llaman Anticristo? O este tendrh todos los treinta .
nombres y distintivos, 6 si ha de tener uno solo, este no
lo pueden ensefiar en particular las letras mismas nume-
rales. En efecto: las palabras 6 nombres del Anticristo
que se han sacado del número 666 espresado eii letras
griegas, son tan diversos y tan indeterminados, como se
puede ver en estos pocos que pongo aqui por muestra.
VOZ GRIEGA. VOZ CASTELLANA. VOZ LATINA.
1. Teytan ................ 1. Gigante. ............. 1. Gigas.
2. Lampertis. ........ 2. Luciente. ............. 2. Lucens.
3. Lateynua. ............ 3. Latino ................... 3. Latinus.
4. Nichetes. ............ 4. Vencedor............... 4 . Victor.
b. Evantas............... 5. Floreciente. ............ 6. Floridus.
6. Kakos odegos....... 6. Pequeño capitan....... 6 . Parviis dux.
7. Alet'es hlaberos. ... 7. Yerdnderamte nocivo. 7 . Vere noxius.
8. Palebascanos. ...... 8. Dia envidioso. ......... 8.Dies invidus.
9. Amnos d i o s . ..... 9. Cordero injttsto.. ...... 9. Agnus injustns.
10. Oculpios............. 10. Try'ano. ................ 10. Trajanus.
Algunos han hallado á Jenserico, y otros á Mahoma.
330 LA VENIDA D E L M B S I A S
232. El erudito Calmet, que en su disertacion del Anti-
cristo trae las mas de estas combinhciones, esplica allí mis-
mo el juicio que hace de ellas por estas palabras : Estudio
á la verdad vano, cifras insigngcantes que e l Ae-
cho solo de haberlas referido nos pesa*. No obstante esta
justa censura, el mismo autor en su esposicion literal del
Apocalipsis sobre el capitulo xiii adopta como legítima, 6
como preferible B todas Ias otras, la célebre combinacion
del ilustrísimo Sr. Bosuet, el cual dejando las letras nnme-
rales griegas, como qiie no hacian, .ni podian hacer al pro-
pósito de su sistema, se sirvió de las letras latinas, que co-
miinmente llamamos números romanos, y de ellas sacó jun-
to con e1 níunero 666 estas dos palabras : Diocles Augus-
, tus : que es lo mismo que decir : ~ i o c l e s ' ~ u ~ u s tda
n s en
,
números romanos, 6 en sus letras numerales, el námero pre-
ciso de 666. Ved aquí el ingenio.

1 .................................................................... 001
0....................................................................o00
C.....................................................................100
L .....................................................................
050
E....................................................................000
S.....................................................................000
A ..................................................................... 000
V ..................................................................... 005
G..................................................................... 000
V .....................................................................005
S .....................................................................000
T.................................................................... 000
v....................................................................005
S ........;............................................................ 000
-
Suma...... 666

233. Esta operacion ha parecido B algunos no sé que es-


pecie de triunfo, respecto del sistema de Mr. Bosuet, y del
P. Calmet, que es casi el mismo. Pretenden estos dos sá-
Studium ntique vanum, et inanea no-, quae hic tanthm recen-
suisse nos forté pmniteat. - Cdmet.
EN GLORIA Y MAQEYTAD. 331
bios, y se esfuerzan h probarlo, armados de grande elo-
cuencia, y suma erudicíon (mas con vano esfuerzo) pre-
tenden, digo, acomodar casi todo el Apocalipsis h las pri-
meras persecuciones de la Iglesia, principalmente h la últi-
m a y mas terrible de todas, que fué la de Diocleciano.
P u e e~xi este sistema, de que luego hablarémos, parece
esta combinacion un descubrimiento de sumo importancia.
N o s e podia desear, ni aun pensar cosa mas á propósito.
Diocles (asi dicen que se llam6 Uiocleciano antes de subir
al trono) Diocles Augustus, da en números romanos la su-
ma d e 666. Luego este es todo el gran misterio que en-
cierra el enigma propuesto. Luego el libro del Apocalip-
sis, especialmente cuando habla de la bestia de siete cabe-
zas y diez cuernos, no nos anuncia otra cosa por estas me-
táforas terribles, que la terrible persecucion de Diocleciano,
pues Diocleciano mismo viene aquí nombrado debajo de
u n enigma, &c.
234. Para que veais, Sefior, la suma debilidad de este
discurso, y la poca 6 ninguna razon que hay para cantar la
victoria, yo voy 4 proponer en las mismas letras numerales
romanas, otra operacion 6 combinacion mucho mas fhcil y
breve que la de Mr. Bosuet, la cual tiene que quitar la mi-
tad de Diocletianus, y afiadir Augustus. ¿ Por qué ? Por-
q u e la palabra Diocletianus no alcanza por si sola al ntí-
mero propuesto, le faltan nueve; mas quitándole la mitad,
esto es, tianus, se le quitan seis : las cuales seis, y las otras
nueve que faltan, se suplen perfectamente con la palabra
Augustus que tiene por tres veces la V y da el nhmero 15:
mas la combinacion que yo propongo, nada tiene que quitar
ni que tifiadir; y así pruebo del mismo modo, y en la mis-
m a forma, que la bestia temble del Apocalipsis significa y
anuncia un príncipe terrible (6 pasado 6 futuro) por nombre
Luis, y en latin Ludouicus.
382 LA V E N I D A DEL MESIAS

1.....................................................................
001
C .....................................................................
100
v .....................................................................005
S.....................................................................000
-
Suma...... 666

235. Mr. de Chetardie, citado por Calmet, sac6 con el


mismo artificio 4 Juliano apóstata, y no fuera muy dificil
sacar otras cien cosas, haciendo otras combinaciones, las
que serian al fin tan fuera de propósito, y tan inhtiles como
las que hemos apuntado.
236. Convienen, no obstante, los doctores, y lo confiesa
el mismo Calmet, aunque interesado por Diocleciano, que
la solucion del enigma se debe buscar en letras numerales
griegas, pues en ellas y no en las latinas se escribi6 el Apo-
calipsis. Aora bien : la solucion del enigma se ha buscado
en las letras numerales griegas, casi desde los principios
del segundo siglo de la Iglesia ; pues S. Ireneo, que escri-
bi6 hcia el ano 70 de este siglo, trae algunas combinacio-
nes que se habian hecho antes de él, y despues acá el em-
pefio no ha cesado, ni se han omitido las diligencias. ¿Y
qu6 se ha conseguido con ellas ? Lo que únicamente se
ha conseguido es, que nos hallamos con muchos nombres,
que segun diversos autores, ha de tener el Anticristo.
;Cual de ellos es el verdadero ? No se sabe. i Y se sabe
4 lo menos si entre todos ellos estará el verdadero ? Tam-
poco se sabe, y aunque se hagan otras muchas mas combi-
naciones, siempre quedarémos en la misma perplegidad.
i Como, pues, podrémos conocer por su nombre, 6 caracter,
6 distintivo á esta bestia ó este Anticristo?
237. Y o saco de aquí una consecuencia que me parece
buena y naturalisima, á lo menos en linea de sospecha ve-
hemente, es 4 saber : que mientras se buscare (6 sea en le-
EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 333
tras griegas 6 latinas) el nombre 6 distintivo de una persona
individuo y singular, parece muy probable, que el enigma se
quede eternamente sin solucion. El testo sagrado habla
del nombre, 6 caracter, 6 distintivo de una bestia metáfo-
rica de siete cabezas y diez cuernos : conque si dicha bestia
no significa una persona singular, como parece algo mas
que probable, todas las operaciones que Éie hicieren sobre
este principio, irin ciertamente desviadas, ni podrán j h á s
tocar el fin que se proponen. Asi lo ha mostrado hasta
aora la espenencia. Despues de grandes diligencias, y por
grandes ingeuios, nos hallamos todavia como en el princi-
pio': y confiesan los doctores juiciosos, que todo cuanto se
ha discurrido, y trabajado hasta aora sobre el asunto, ha
sido, cuando menos, un trabajo perdido : estudio á la ver-
dad vano, cifras insignijcantes.
238. No quedhndonos, pues, esperanza alguna racional
de entender e l enigma en la idea ordinaria de una persona
singular, parece ya conveniente y aun necesario mudar de
rumbo, trabajar, digo, sobre otra idea 6 principio diverso,
y ver si por aquf se puede avanzar algo que nos contente,
y nos pueda traer alguna utilidad. Esto es lo que aora
vamos á tentar, deseando á lo menos abrir camino para
que otros trabajen, y hagan nuevos descubrimientos en'un
asunto que ciertamente no es de mera curiosidad, sino de
sumo interés. No hay duda que la inteligencia la ha de
dar Dios ; mas seria una verdadera temeridad esperar que
Dios diese la inteligencia á quien no trabaja, á quien no
hace lo que estb de su parte, á quien apenas sabe que hay
en la Escritura tal enigma, &c.
239. Mudada, pues, por un momento la idea del Anti-
cristo de una persona singular á un cuerpo moral, para pro-
ceder con algun 6rden y claridad en el estudio del enigma,
me preparo con una diligencia prévia, 6 con un discurso
propio, 6 con un discurso general. Pienso primeramente
en profunda meditacion, cual puede ser el carácter mas
propio, ó el distintivo mas preciso de un cuerpo mora1 anti-
cristiano, compuesto de muchos individuos. Si hallo este
334 LA VENIDA D E L M R S I A S

carácter ó distintivo, el mas propio, aunque sea solo proba-


blemente, paso 4 la segunda diligencia no menos necesaria:
esto es, á comparar lo que he hallado con el testo mismo y
con todo su contesto,-y tambien para asegurarme mas con
otras ideas y noticias que he ballado en otras partes de la
santa Escritura. Si despues de este exámen atento y pro-
lijo, hallo dicho cariicter ó distintivo perfectamente con-
forme á la idea que me da el testo con todo su contesto, y
'4la idea que me da en otras partes la divina Escritura ; no
por eso debo quedar plenamente satisfecho, ni mucho menos
cantar la victoria: pues me queda que practicar la última
diligencia, sin la cual nada puede concluirse. Me queda,
digo, que examinar si dicho carácter 6 distintivo, que he
ballado en mi meditacion, y que despucs he hallado tam-
bien conforme al testo, y 4 toda la Escritura corresponde
del mismo modo al número 666, ó 4 las letras numerales
griegas que componen este nbmero. Si á todo esto lo
hallo perfectamente conforme : si todo camina naturalmente
sin artificio, sin violencia, sin dificultad, sin embarazo alguno,
me parece que en este caso podré concluir, con toda aquella
seguridad que cabe en el asunto, que esta es la verdadera
solucion del enigma: y cualquier hombre sensato deberá
recibir, y mntentarsc con esta solucion, mientras no se le
presente otra, que atendidas todas las circunstanci~spare-
ciere mejor.
240. Supuesto este discurso general, que por au misma
simplicidad paiece hstisimo, procedamos ya á nuestra
operacion. Y o discurro asi. E n la idea de un cuerpo
mora1 anticristiano, compuesto de muchísimos individuos,
se concibe al punto, ni puede dejar de concebirse, que ese
cuerpo para que lo sea, debe estar animado todo de algon
espirito. Sin esto será imposible que subsista, así como
sucede en un cuerpo fisico. i Como podra subsistir una
repbblica, ni como podr4 llamarse con propiedad cuerpo
moral, si las personas que la componen no están unidas
entre si, y animadas todas de un mismo espíritu genera),
v. g. de libertad, y de independencia? Pues este esplritu
EN G L O R I A Y YAGESTAD. 335
.pncral, 6 esta principio de vida, que une, anima y con-
serva un cuerpo moral, cualquiera que sea, es lo que
llamamos con toda verdad y propiedad, el caractar, 6 el
distintivo propio de este mismo cuerpo; no considerado
solamente como cuerpo moral, sino como tal cuerpo moral,
particular y determinado.
241. Aora pues, j qu6 otro espiritu puede unir y animar
un cuerpo moral Anticristiano, como tal, sino aqiiel mismo
que apuntamos en el párrafo iv, con su propia definicion,
esto es, el cspíritu que divide á Jesus ? En toda la divina
Escritura no hallamos del Anticristo otra palabra mas espresa -
que esta, y todo cuanto hallamos en ella corresponde y se
coiiforma perfectamente 4 esta difinicion. Lu misma pala-
bra Anticriato 6 contra-Cristo esto suena, y no suena otra
cosa sino solo esto. D e aqui se sigue manifiestamente, que
el caracter 6 distintivo propio de este cuerpo moral en
cuanto es contra-Cristo, debe ser del todo conforme 4 la
palabra Anticristo, y al espiritn que lo debe animar en
cuanto tal. Mas claro : el caracter y distintivo propio de
este cuerpo moral, no puede ser otro que el mismo espiritu
que lo anima; no puede ser otro que dividir á Jesus activa
y pasivamente: no puede ser otro, que el odio formal 4
Jesus : el oponerse 4 Jesus : perseguir á Jesus : procurar
destrairlo, 6 desterrarlo del mundo, borrando del todo su
nombre y su memoria. Esta parece clarísimo, ni hay para
que detenemos en ello.
242. Lo que lalta solamente es, que este caracter 6 dis-
tintivo propio de la bestia que ya se ha conocido, se halle
tambien en el atimero f.%% del mismo modo que se escribe
en griego, esto es, que Ins letras griegas que componen
dicho número, den al m h o tiempo este mismo caracter,
6 distintivo espreso y claro. Si esto sucediese, j no pare-
ceria alguna operacion geombtrica, ó alguna especie de
demostracion? i No fundaria 4 lo menos nn grado de pro-
babilidad, 6 de certeza moral, cuanta pueda caber en e1
asunto ? Vedlo pues aqui. Entre las varias combinaciones
que se han hecho de las letras griega3 que forman el nb-
336 L A V E N I D A D E L MESIAS

mero 666,se halla una que es la de Primacio, de la cual se


ha hecho tan poco caso, como de las otras, sin duda porque
en la idea ordinaria del Anticristo no se ha hallado en que
hacerla servir. Esta combinacion da puntualmente la pa-
labra griega ARNOUME, 6 A R N O U M A , que corresponde 6
la palabra Latina ABRENUNTIo, y 4 lo Espafiola R E N I E G O .
243. Hallada esta palabra, comparémosla luego con el
teato de la profecía, y con todo su contesto, para ver si
corresponde 4 todo con propiedad. Primeramente, dice S.
Juan, que en los tiempos de la bestia 6 de1 Anticristo serán
ebligados los hombres, so pena de no poder comprar ni
vender, 4 traer en la mano 6 en la frente el caracter de la
Bestia misma, 6 su nombre, 6 el número de su nombre. So-
bre lo cnal, parae vitar desde1uego todo equivoco,de bemos
notar ante todas cosas, y tener muy presente una que
parece clara é innegable. Es 4 saber : que todas estas
espresiones de que usa S. Juan. esto es, el caracter de la
bestia, frente, manos, &c., son puramente metafóricas, asi
como lo es la bestia misma, sus cabezas, y sus cuernos. N i
parece oreible, ni aun sufible lo que piensan mnchos
autores, y ponderan con gran formalidad : esto es, que en
aquellos tiempos por 6rdeti del Anticristo, 6 de su profeta,
deberán los hombres snfrir en la frente, 6 en las manos la
impresion de M hierroardiendo: 6 como piensan otros mas
benignos, la impresion de un sello, bafiado en alguna tinta
estable y permanente, en el cnal sello estará gravado,
segun unos, un dragon ; s e p otros, una bestia con siete
cebemi y diez cuernw ; y segun otros, la imájen 6 el
nombre del monarca. Otros piensan con igual fundamento,
que todos los hombres en todo el mundo serán obligados á
llevar ptíblicamente en la frente, 6 en la mano, alguna
medalla con laimájen, 6 con las armas del Anticristo, como
por mostrar que son sus fieles adoradores, &c.
244. Mas todos estos modos de pensar, que son lo9
únicos que vulgarmente hallamos, parecen muy agenos, y
muy distantes del sentido propio y literal, que puede ad-
mitir una pura metáfora, en la cnal siempre se babla por
EN G L O R I A Y MAOERTAD. 337
mnejonxa, no por propisdad. i No se miría de mí todo el
m u d o , si yo dijese, por ejemplo, que los ciento cuarenta y
cuatro mil sellados en la frente, de que se habla en el
capitulo vii del miamo Apocalipsis, han de ser sellados con
algun sello material ? ;No se reiria de mí todo el mundo,
y no tendria rasan para reirse, si yo dijese, que el Anti-
cristo y su pseudoprofeta han de ser dos bombres con
la figura esterior de bestias, como los describe S. Juan?
Pnes aplicad Iir semejanza, 6 dadme la disparidad. Tan
metáfora ea la una eomo la otra. Siendo, pues, toda una
metáfora, pareaerá sin duda, visible y clan, h cualquiera
que qnisiere mirarlo, que el caracter 6 nombre, 6 distintivo
de que habla la profecla, no puede significar otra cosa, ob-
via y naturalmente, que una profesion phblica y descarada
de aquel ABRBNUNTIO, 6 hago profesion de renegado, que
parece el caracter, 6 el espíritu, 6 el distintivo propio de
toda la bestia. hí, el tomar este caracter no será otra
cosa que un tomar partido por la libertad : un dividir á
Jesus, pbblico y manifiesto : una formal apostasía de la
religion cristiana, que antes se profesaba. Se dice que
1
este carácter lo llevará en la frente 6 en las manos, para
denotar la publicidad y descaro con que se profesará ya
entóncecr el anticristiaiiismo ; pues la frente y las manos son
lais partes mas públicas del hombre, y al mismo tiempo son
dos simbolos propisirnos, el primero del modo de pensar :
el segundo del modo de.obrar. Desatados de Jesus, desa-
tados de la verdad y sabiduría eterna, no hay duda que
quedarán la frente y las manos ; esto es, los pensamientos
y operaciones en una suma libertad ; más libertad, no ya
de racionales, sino de brutos ; y se podrá decir entbnces lo
que se anuncia en el salmo xlviii : el honabre, cuando
estaba en honor, no lo entendió : hu sido comparado
b las bestias insensatas, y oe ha hecho senrejante á
e l l a *.
245. Se dice que no podrán comprar ni vender los que
no lleven este caracter, para denotar el estado lamentable
* Homo, chm in honore esaet, non htellexit : comparatus est
jumentis ineipientibus, et similis factus est illi. -Ps. xlviii, 13.
T O M O 1. Z
336 L A V E N I D A D E L MESfAS

d e despreoio, de burla, de ódio, de abandono en que qne-


darán los que quisiewn conservar intacta su fe : y tambien
para denotar la tentacion terrible, y el sumo peligro que
será para ellos este desprecio, bnrla, &o, y abandono,
viéndose escomulgados de todo d linage h m m . E l mis-
mo Jesucristo nos asegura en particular, que .en aquellos
tiempos d e tribulacion, los mismos parientes y domésticos
serán los mayores enemigos de los que qaisiemn m fieles
...
tí Dios, y el hrmuua entregará al I i e m n o y¡se levan-
b r h n los hijos contra los @es, y los h r á n morir. Y
sereis aborrecidos de todos per mi mmbre : mas el qars
perseverare husta la fn, esta será salvo *. Esta tentscion
y peligro debe ser sin duda muy grande ; pues tí los que
perseveraren y salieran victoriasos, ee les anuncia y pm-
mete nn premio tan particular: los que no adoraron Za
bestia (dice S. Juan) n i á s u imájen, n i recibieron su
nrarca en susfrentes, 6 en sus manos, y vivieron, y reina-
ron con Cristo mil años. Los otros muertos no entraron
en vida, &C.F.
246. S e dice en fin, que la segunda bestia d e dos cuer-
nos ; no la primera, será la causa inmediata d e eeía gran-
.
de tribulacion : Y á todos.. h a r á tener una sePial sn sar
mano derecha, 15 en sus frentes$. D e lo cual se infieren
dos buenas consecuencias. Primera: qne así como la
bestia d e dos cuernos es toda metáfora, como lo es la pri-
mera; asi el carácter de esta, la aceion de tomar este ca-
rácter, y de llevarlo en la frente, y en las manos, son e s p m
siones puramente metafóricas, que solo pueden ser verda-
deras p o r semejanza, no por propiedad. La segunda
Tradet autem frater fratrem, ...et insurgent filii in parentes, et
mone eos a5cient : Et eritis odio omnibus propter nomen meum :
-
qui autem perseveraverit usque in finem, hic salas erit. Mut. x,
21 et 22.
t Qui non adoravemt bestiam neque imaginem ejua, nee acee-
perunt characterem ejus in frontibue, aut in manibus sub, et vi-
xerunt, et regnaverunt cum Christo mille annis. Ceteri mortuonun
non vixerunt, &c.-Ag>oc.xx, 4 el 6.
...
f Et faciet omnes habere characterem in dextera manii su., out
-
in frontibus suis. Apac. xiii, 16.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 889
cosa que se infiere es, que el tomar y llevar píiblicamente
este carácter, debe ser un acto libre, y voluntario, no
forzado : la razon es, porque la potencia de esta bestia no
puede coneistir en otra cosa, que en rus a*, y Mas
arknaa que son de cordero, esto ea, sus cuerMs, las del
dragon, d a g m s , b. no aeo 4 pmpóaito para obligar por
fueda y violencia, sino para mover, y persudir con surivi-
dad. En suma, 16 qne ae noa dioe por todas eataa seme-
janzas, no parede otta cosa, &no que la segunda bestia ten-
d14 la mayor parte, g la mbxima oulpa en la perdicion de
los cristianah. EUa será la causa inmediata eon sus obras
inicuas, y sus p&braa eedudivae, de quo los cristianos en-
tren en la moda, y se .aoomoden al gusto del siglo, rom-
piendo aqueUa ouerda de la fe, que los tenia atados con
Zesus, y ddarándose por el Anticristo.
247. Aop, amigo mio, este reniego, este dividir á Je-
sua, ate a b u la~ fe, esta formal apastasia de
las gentes aristianas, i os parece que será algun fantasma
imaginario semejante 4 vuestro Anticrinto? i Os parece
que setá á 16 meaos alguna cosa incierta, dudosa y opi-
nable ? i Oa parece que yo lo avanza aquí libremente sin
fundamento, sin m o n , m10 por llevar adelante mis ideas?
Ojalá fuera yo un hoarbre que rao tuviese espíritu, y qw,
antes liablase mentira*. La cosa es tan clara, y tan re-
petida en las santas Escrituras, que no lo neigan del todo,
aunque procuran mitigarlo cnanto les es posible, aun aque-
llos mismos doctores, empeiiados con óptima intencion en
beatificar de todos medos al pueblo de Dios, que aora se
m o j e de entre las gentes, y en anunciarle segulisimamente
la perpetuidad de su fe. De esto bablamo~ya, aunque de
paso, en el phrrafo iv, y hablarémos maa de propósito en el
fenómene vi. Por aora nos basta tener presente aquella
pregunta del Sefior : cuando yiniere el Hijo del Hombre,
; ~ L O & S que hdlará fe en la tierra -1. ? .

Utinam non easem vir habens spiritum, et mendacium potius


-
loquerer. &h. u, 11.
.t. Vemmtamen Filius Hominii veniens, 2 putas, inveniet d d m ii)
&erra? -?&c. xviii, 8.
2i 2
L A VENIDA DEL M E S I A S

REFLEXION.

248. Todas estas ideas que acabamos de dar del An-


ticrisb y de todo su misterio de iniquidad, podrian ser nti-
iísimas 4 todo los cristianos (aun entrando en este núme
ro todos los que pertenecen al falso cristianismo) si les
mereciesen alguna atencion particular : si las mirasen des-
de aora, no digo ya como ciertas é indubitables, sino á
lo menos como verosímiles. Preparados con ellas, y ha-
biendo entrado siquiera en alguna sospecha, les sena ya
bien facil estudiar los tiempos, confrontarlos con las Es.
crituras, advertir el verdadero peligro, y por consiguiente
no perecer en él. No se perdieran tantos como ya se pier-
den, y como ciertamente se han de perder : estuvieran en
mayor vigilancia contra los falsos profetas que vienen con ...
vestidos de ovejas, y dentro son lobos robadores* : sobre
todo, se llegáran mas á Jesus : se unieran mas estrechamente
con Jesus : procuráran asegurarse mas con Jesus, ciertos
de que no hay salud en ningun otrox. S e aplicáran,
en fin, mas seriamente á redoblar y fortificar siempre mas
aquella cuerda tan necesaria y tan precisa, en que consis-
te el ser cristianos; sin la cual, es invosihle, &c. Has
el trabajo es, que no siendo estas las ideas del Anticristo
que se hallan en los doctores, no tenemos gran fundamen-
to para prometernos este bien.
249. Este temor parece, sin duda, mas bien fundado
respecto de ,aquellos doctores que ya habian tomado su
partido sobre la inteligencia general de Apocalipsis. Pm
ejemplo, los que hubieren adoptado como bueno aquel sin-
tema que propuso con su sólida elocuencia Monsefíor Bosuet,
4 quien siguió el P. Calmet, buscando, como él dice, el
sentido literal de esta profecia. Estos doctores, por tantos
títulos grandes y respetables, pretenden con grande apa-
rato de erudicion, que dicha profecia se verificó ya toda
Qui veniunt...in veetimentie ovium, intrinaechs autem sant lupi
-
rapaees. Mat. vii, 15.
t Non eat in dio aliquo sdus.- Act. iv, 12.
I
!
l1

i
BN GLORIA Y YAGESTAD. 341
6 casi toda, en las antiguas persecuciones de la Iglesia y
en sus perseguidores : especialmente todo cuanto se dice
deshe el capitulo xii hasta el xx inclusive: esto es, la
.mujer vestida de sol, los misterios de la bestia, tantos y
tan grandes : las phialas, la meretriz, la venida del Rey
d e los reyes con todos los ejércitos del cielo, la ruina en-
tera de la bestia, la prison del diablo, la vida y reino
de los degollados, por mil arios, &c., todo esto, dicen, se
verificb en la Gltima persecucion de Diocleciano, y en Dio-
cleciano mismo. Este emperador, prosiguen diciendo, es
el que viene aqui significado y anunciado en una bestia ter-
rible de siete cabezas y diez cuernos.
250. Si preguntamos, i qué significan en un mismo em-
perador siete cabezas ? nos responden, que significan siete
emperadores, que ya juntamente con Diocleciano, ya des-
pnes de su muerte, persiguieron 4 la Iglesia de Cristo,
continuando la misma persecucion. Estos fueron Diocle-
ciano, Maximiaoo, Galerio, Maximino, Severo, Majencio
y Licinio. Reparad aqui dos cosas importantes. Pri-
mera : que en esta lista falta Constancia Cloro, el cual fné
emperador juntamente con Diocleciano, Maximiano, y
Galerio: y dominó en las provincias mas occidentales del
imperio, esto es, Espsfia, Francia, Inglaterra, &o, i Por
qué, pnes, se omite este emperador? ¿Acaso porque no
quiso admitir el edicto de persecucion ni persiguio 4 la
Iglesia en su departamento con persecucion formal, y de-
clarada? Si, amigo, por esto: porque esto no puede com-
ponerse bien con lo que dice el testo sagrado de la bestia:
.Yle fué dado poder sobre toda tribu, y p d l o , y lengua,
y nacz'on: y le adoraron todos los moradores &. la
tierra.. .*. Segundo reparo : si las siete cabezas de la
.bestia signiíican los siete emperadores que persiguieron 4
la Iglesia junto con Diocleciano, y despnes de Diocleoiaao
continuando la persecucion : luego durb muchísimo mas de
Et data eet illi potestaa in omnem tribam, et popnlnm,. et lin-
guam, et gentem : Et adoraverunt eam omnee qui inhabitant terram.
- Apoc..xiii 7 et 8.
342 LA VENlDA D E L MES118

lo que anuncia espresamente ia profeda, que dice de la


bestia: le fud dado p&r de hacer apuello oawnnta y dar
meses* :y la penrecucion de los tiranos duró cerca de 20
afios. Luego nada se concluye con p r o b e s con tanta
erudicion, que los edictos phblioos d e pers~cucws, $0
duraron cuarenta y dos meses. Si la tpersecucion duró
veinte &os. qué importa que lo$ edictos no dtiria~lentanto?
J, E s creible que la profeda tuviese por objeto lo material
-de los edictos; y 'm k Eonna de la perseeucion? ~

251. Prosigámos. Lo$ diezi cuernos de la bestia, i qué


significan en este &tema? Aquí se topa con otro emba-
razo mucho mayor y mas insuperable. El ,testo dice c l a
ramate, que significan diez reyes, que darán á la bestia
toda 8x1potestad*: y este sistema lo que dice es' que sig-
nifican 6 pueden signScar las naciones bhrbaras, que des-
truyeron el imperio romam, las cuales, como afirman mu-
chos autores, fueron diez. Mas jestaa naciones destrnd
yeron 6 acometieron al imperio romano en tiempo de Dio-
cieciano ? ¿ Estas naciones le dieran á Diocleciano, y tí
'

sus seis dompafiéros, toda su potestad ? Estas naciohes


que aparecieron despues de Diocleoiano, 1s pudiezon servir
como sirven á una bestia sus cuernos! Mas t la bestia de
dos CU0rdOS qoe hace tanto iuidofen la profecía, i qué sig-
nifica? S i g n i h , 6 puede Mgniíicar, ya la filosofia, 15 los
ñiósofos que en aquellos tiempos escribieron contra los cris-
tianos, é impngoarm el aristianismo6 ya tambien, y mas
propiamente signiíica, 6 simboliza á Juliano apbatata, el
cual aon voa de dragoa, esto ee, con ariifkio y dolo obligó
ti los c ~ ~ A o s el ca&ter de, la psiilPera be$&,
tomir
esto es; auscitb la pereecucion; y ftp este sentido biza
aquel gran milagro de curar la cabeza heida de muerte :
y de Juliano se puede entender el otro enigmt~: y el4 ea
la octava : y se de lds siete$., parque fué el octavo res;
pecto de les siete emperadoras arriba dichos, que pemL
* Data est ei pnttstae fscere rnensed quadraginta duoa,,,ld, 5.3
+ Et potestaiem euam bestiar tradent. -4. x+, 18. /
f Et ipsa octava est : et de septem est. - Apec. xvii, 11.
EN QLORlA Y MABE$TAD. 845
llujeron la Igiesia; mas en cuanto perseguidor se puede
oontar por uno de los siete, &o. Ultimamente, el enigma
propuesto en el nGmero 666 no. contiene otro misterio, en
este sistew, que el nombre de Iliocleciano, afíadiéudole
Auqwtm, que parece lo mismo que decir: el carboter de
siete emperadores, que ya con Diooleciano, ya despues de
61, persiguieron 4 la Iglesia, fué el nombre del mismo
Diooleciano.
252. No hace 6 mi propósito una observacion mas pro-
lija de este sistema. Cualquiera que lea estos autores, y
confronte lo .que dicen con el testo de la profecfo, será
imposible, 4 mi parecer, que no repare casi 4 cada paso
e n la impropiedad suma de las acomodaciones : la fuerza,
que tal vez ea menester 6acer : la omision total de muchas
.circunstancias bien notables: la ligereza en ñn con que
apenas se tocan algunos puntos, dejándolos luego al instante
siguiente para poner otros, como si ya quqdasen suficien-
temente esplicadas. Demas de esto, yo hago esta breve
mtbxion. Todos los misterios de la bestia del Apocalipsis
,ae vhiñcaroe, segun este sistema, en la persecucion de
t D h i a n o : y con todo eso, ninguno los entendib en aquel
<tiempo,,ni aun en el siglo siguiente, que fué tan fecundo
de dootaies. El enigma de que hemos hablado, no oonte-
nia otra cosa, que el nombre del príncipe perseguidor, sin
duda para que los &les lo coneciesen, y con esta noticia
ue preparasen y animasen, para no desfallecer en aqnella
gran ttibulacion; y con todo eso, los fieles no supieron en
aquel tiempo lo que contenia el enigma, y tal vez no tiivie-
mn notloia de tal enigwa, el cual mlo se vino tí entender
mw de mil y trescientoa afíos despues de pasada la
necesidad, cnando su inteligencia no puede ya ser de prova
cho alguno. j Es esto verosimil ? j Es esto creible? j Es
esto digno d e la grandeza de Dios, de su sabiduría, de su
bondad, de su providencia?
253. E l sapientisimo autor de este sistema, se hace
cargo en su prefacio de esta dificultad, de la cual procura
desembarazarse, diciendo brevemente, que puede mmy
344 L A V E N I D A DEL M E S I A S

bien verificarse uno profecia, sin que


.
por
- esto se entienda
que se ha verificado, Siuo que esto venga á entenderse mn-
cho tiempo despues. Y como si esta proposicion general (y
para el asunto oscurísima) se la negase alguna, la prueba
con un hecho: este es, que cuando Cristo entró pública-
mente en Jerusalen, sentado... sobre un pollino hijo de
asna*, se verificb la profecía de Zacarias, que así lo tenia
anunciado; y no obstante dice el evangelista S. Juan:
Esto no entendieron sus discípulos al principio: mas
cuando fué glorijcado Jesus, entónces se acordaron que
estaban estas cosas escritas de él, y que le hicieron estas
cosas .t.. Bien. i Y porque los discípulos que eran hom-
bres simples é ignorantes no conocieron por entónces que
aquellas cosas estaban escritas do1 Mesías, por eso no lo
conocieron, 6 no debiau haberlo conocido los sacerdotes,
los sabios y doctores de la ley? i No sabian estos, ó no
debian saber, que aquel ruidoso suceso que acababan de
ver por sus ojos, estaba escrito de él? i No debia ser
para ellos este mismo suceso una prueba mas, entre tantas
otras, de que aquel era el Mesías? i Podian tener alguna
escusa razonable en no haber entendido que entonces se
verificaba la profecia de Zacarias ? i No les dijo el mismo
Seiíor en este dia, cuando pretendian que hiciese callar ti
la muchedumbre, que á gritos lo aclamaba por hijo de Da
vid, y Rey de Israél: os digo, que si estos callaren, las
piedras darán voces$? i Como, pues, podrémos con ver-
dad decir, que se verificb esta profecía de'zacarias, sin
que ninguno la entendiese ?
254. Asf podrbmos tambien decir, que se v e a 6 la
reprobaciou del Mesías, su muerte, su resurreccion, &c. de
que hablan los Profetas y Salmos, sin que ninguno lo en-

-
* Ascendens ... super pullum fiiium asinz. Zachar. ix, 9.
t H z c nou cognoverunt discipuii ejus priinhm : sed quando glo-
rificatus ast Jesus, tunc recordati sunt, quia h z c enui acripta de eo,
et h z c fecerunt ei.- Joan. xii, 16.

40.
f Dico vobis, quia si hi tacuerint, lapides clamabunt. - Luc. xb,
EN GLORIA Y MAGBSTAD. '345
tendiese. Mas esta falta de inteligencia (si asi se puede
llamar) fué una de las culpas gravisimas del sacerdocio, el
cual teniendo en sus manos las Escrituras (en este asunto
clarísimas, no enigmáticas ni metafóricas) y pddiendo con-
frontarlas con lo quetenian delante de sus ojos, no quisieron
hacerlo, porque los ceg6 su malicia 6 iniquidad*. Esta
iniquidad y malicia, juntamente con las falsas ideas tam-
bien culpables que tenian de su Mesias, fueron la verda-
dera cauw de que no lo conociesen, ni advirtiesen el
cumplimiento pleno de muchas profecías en aquella per-
sona admirable que tenian presente. Todo esto que
acabamos de decir, parece claro que no compete á los
Cristianos en tiempo de la persecucion de Diocleciano,
respecto de la inteligencia de las metáforas y enigmas, de
que está lleno el Apocalipsis, al tiempo que florecían tan-
tos doctores santísimos y sapientísimos. Fuera de que, aun
hablando de solos los discípulos, no se puede decir que
se verificó la profecia sin que estos la conociesen á tiempo :
pues aunque no la conocieron sino dos meses despues,
entbnces era puntualmente cuando importaba esta noticia,
para confirmar mas su predicacion, mostrando a los Judios,
asi la profecia, como su pleno cumplimiento, de que toda
Jerusalen era testigo.
255. E l mismo autor, como tan sabio y tan sensato,
no solamente penetró bien la disparidad, sino que tuvo la
bondad de no disimularlo, hacibndonos el gran bien de
confesar ingenuamente sits verdaderos sentimientos. Asf,
dice aquí, y lo repite tres 6 euatro veces en otras partes,
que la inteligencia 6 sentido que él procura dar al Apoca-
lipsis en su sistema, no impide ni se opone 4 otro sentido
escondido y ocultot, que puede tener toda la profecía:
en el cual sentido se verScar4 cuando sea su tiempo.
Esta confesion, digna ciertamente de un verdadero sábio,
le hace un grande honor al grm Bosuet, y al Apocalipsis
un servicio de suma importancia. Esta profecía admirable
Excacevit enim illos malitia eorum.
+ Au sens caché.
- Sap. ii, 21.
946 ,LA VENIDA D E L M E S I A S
ee verificará toda B su tiempo e? esta sentido escondido*:
Por consiguiente, aai el sentido en ,que la esplica este
miemo sábio, como el sentido en que se ha erplicado hasta
aqiií, no son verdaderw sentidon, sino acomodatioios, ni
pueden impedir que se verifique en el sentido oculto
,Ae la profecíat: esto es, en su prapio y natural. sentido.
266. La retlexion general que acabamos de hacer so-
bre este sistema, la podeis aplicar con mm$a mayor m n
al estrafio sistema del doctísimo Arduino, el cual ccm no
menor aparato de erudicion y de ingenio, pretende acomo-
dar todo el Apocalipsis á la destroccion de Jerusalén por
los Romanos. Y esta misma retlexiop general la podeis
estender oon grán facilidad á cualquiera otra sistema que
reconozca en el Apocalipsis una profeda enderezada in-
mediatamente á la segunda venidrt del S e f i ~ r ~ o m ~ r e n d i -
das las otras principales que la han de preceda, acompa-
fiar y seguir, como lo persuadeu eficazmente todas las
sefialeiJ, las notos, las 'circunstancias, las locuciones y alu-
siones de la misma profscia, deude.4 principio hasta el ñn,
y como lo reconocen y confiesan, á lo menos en la mayor
parte, caai todos los doctores.
257. Por blliino (y esto es lo principal 8 que debemos
atender) : i qué froto real y s6lido podrémos esperar de to-
.das eatas ingeniosa acomodacionea? Yo no dudo de la
óptima intencion de sus autoree, p comprendo bien el ñn
honesto, religioso y pio, que se propusieron oontra el abuso
enorme que hcian del Apocalipeis' al- berejes de su
tiempo ;.mas coa todas estas buenas y optimas inteoeiones,
las resultas pueden ser muy perjddicieles. Sj las cosas tan
grandes que se noe anuncian gn eata profecía, tan confor-
mes wn los evangelios, y con ,otras níudbas Escritdnis: si
estas cosas grandes, oapaees por si sdas .Be infirndir en
.quien cree y coneidmt, un santo y religioso temor: si estas
cosas ya se veriíicaron en los primeras siglos de Iglesia :
luego ya nada te~nemosque temer4 Iuega podrémos vivir
..
A . .* ,
+ Dans ce sens cachd. .t. Dans le sena cachk.
0
K N GLORIA Y MABBSTAD. 347
sitl cuidado, respecto de ohos anuncios tnstm; luego po-
drémos dormir seguramente; luego ya no habrá en ade-
lante oosa de consideracion que pueda interrumpir nuestro
.
falso reposo ; Inego.. i Qub consecuencias! Estas parece-
rán todavia mas funestas por lo que vamos á observar.
LA M U G E R S O B R E LA BESTIA.

PARRAFO X N .
258. Cansado me tieue el Anticrieto, y todavia no está
concluido. Como este terrible misterio se debe componer
de tentaa piezas difereqtes, no parece menos d&il ionsi-
derarlas todas, que omitir algunas de las mas principales
despues de conocidas. La pieza que aora vamos á obser-
var, es por una parte tan delicada en sí misma, y por otra
parte de tan dificil acceso, por otros impedimentos estrín-
secos, que la operacion se hace embarazose, y poco menos
que imposible. Yo la omitiera toda d e buena gana, si no
temiera hacer traiciop á la verdad. Si el que la conoce por
doo de Dios no se atreve á decirla, g no la dice por respe-
to puramente humano, i le valdrá esta escusa delaste de la
'
suma verdad? Si el centineh viere venir h espada, y
no sowre la booilua; y elpuebh no se guardare, y vinie-
re la espada, quitprs la vitia á alguno de ellos : este
tal en setdad en su mlpa fub swprendido ; nsas yo de-
mandaré su salpgre de ollano del esntinela*. Este temor
pie obliga á no omitir del todo wte punto, y 4 decir sobre
él cuatro palabras, Si mtaa ,cuatro palabras os parecieren
mal, ó PO convenientes, en vuestrajmano 4 el borrarlas
ó arrancarlas, que yo me confsrmaré wn vuestra sentencia,
wla la c&&ou iadispeasable de que en este caso to-
cárá 6 x08, y na h mi, r ~ p o n d e rÚ Dios.
259. El suceso de que voy á hablar parece la últime

Qubd si speculator viderit gladiUm venientem, et non insonue-


'rie buccin8 : et popuius se non custodierit, veneritquegladiuq et tu-
lerit de eis animam : ille quidem in iniquitate sua captus est, s q u i -
-
nem autem ejus de manu spmlatoris requiram. Emq. urxiii, 6.
'348 LA V E N I D A D E L MESIAS

circunstancia neEesaria para la perfeccion y complemento


del misterio de iniquidad : es 4 saber, que la bestia de sie-
te cabezas y diez cuernos, reeiba, en fin, sobre sus espaldas
4 cierta muger, que por todas sus sefias y contrasefías pa-
rece una reina, y una reina grande, de quien en tiempo de
S. Juan se deciacon verdad, que tiene s&rb sobre los reyer
de la tierra* : la cual se representa en el Apocalipsis como
una inhme meretriz; y entre otros grandes delitos se le
atribuye uno que parece el mayor de todos : esto es, un
comercio ilícito y ptíblico con los reyes de la tierra. Leed
y considerad los capítulos xvii y xviii, que yo no copio aquí
por sCr muy largos. Tampoco pienso detenerme mucho en
esta observacion, sino dar solamente una ligera idea, pero
suficiente para muchos dias de meditacion.
260. Dos cosas principales debemos conocer aquí. Pn-
mera : i Quién es esta muger sentada sobre la bestia ? Se-
gunda: ¿ De qué tiempos se habla en la profecia, si ya pa-
sados, respecto de nosotros, 6 todavia futuros? Cuanto tí
lo primero, convienen todos los doctores, sin que haya al-
guno que lo dude, 4 lo menos con fundamento razonable,
que la muger de que aquí se habla, es la ciudad misma de
Roma, capital en otros tiempos del mayor imperio del mun-
do, y capital aora, y centro de unidad de h verdadera Igle-
sia cristiana. En este primer punto como indubitable, no
hay para que detenernos. Cuanto 8 lo segundo hallámos
solas dos opiniones en que se dividen los doctores cristia-
nos. La primera sostiene, que la profecia se cumplió ya
toda en los siglos pasados en la Roma idblatra y pagana
La segunda confiesa, quo no se ha cumplido hasta aora
plenamente ; y afirma, que se cumplir4 en los tiempos del
Anticristo en otra Roma, dicen, todavia futura, muy seme-
jante h la antigua idblatra y pagana, pero muy diversa de
la presente, como verbmos luego.
261. Consideradas atentamente ambas opiniones, y el
modo oscuro y embarazoso con que se esplican sus autores,

Qua habet repum super regea teme. -A p . xvii, 18.


no es muy dificil averiguar el fin honesto que se propnsie-
ron, ni la verdadera causa de su embarazo, ni tampoco sus
pias intenciones, de que no podemos dudar. E l punto es
el mas delicado y crítico que puede imaginarse. Por una
la profecia es bastantemente temble y admirable por
todas sus circunstancias. Asi los delitos de la muger, que
claramente se revelan, como el castigo que por ellos se
anuncia, son innegables. Por otra parte, el respeto, e1
amor, la ternura, el buen concepto y estimacion con que
siempre ha estado esta misma muger, abolida la idolatria,
respecto de sus hijos y súbditos, hace increible é inverosi-
mil, que de ella se hable, 6 que en ella puedan jamas veri-
ficarse tales delitos, ni tal castigo. Pues en esta constitu-
cion tan crítica, i qué partido se podrá tomar ? Salvar la
verdad de la profecia es necesario ; pues nadie duda de su
autenticidad. Mas tambien parece necesario salvar el ho-
nor de la grande reina, y calmar todos sus temores. Como
ella tio ignora, lo que está declarado en la Escritura de
Ea verdad*: como esto que está espreso en la Escritura de
la verdad, la debe 6 la puede poner en grandes inquietu-
des, ha parecido conveniente á sus fieles vasallos librarla
enteramente de este cuidado. Por tanto, le han dicho unos
por un lado, que no hay que temer, porque la terrible pro-
fecia ya se verificó plenamente muchos siglos ha en la Roma
idólatra 6 pagana, contra quien hablaba. Otros, no pu-
diendo entrar en esta idea, que repugna al testo y al con-
testo, le han dicho no obstante, por otro lado, que no hay
mucho ,que temer ; pues aunque la profecía se endereza
visiblemente 4 otros tiempos todavia futuros; mas no se
verificará en la Roma presente, en la Roma cristiana, en la
Roma cabeza de la Iglesia de Cristo, sino en otra Roma
infinitamente diversa, en otra Roma, compuesta entónces
de idblratras é infieles, los cuales se habrán hecho duefios
de Roma, echando f w r a al sumo Sacerdote, y junto con él
A toda su córte, y á todos los Cristianos. En esta Roma
Quod expressum est in Scriptura reritatis. -Dan. x, 21.
350 L A V E N I D A D E L MESIAS
ad comidemda se verificratán (conclupn lidnos de confian-
za) los delito$ y el castigo anunciado 0n esta profecía.
Examinhmos br.evemente estas dos opinibnes, 6 estas dos
consolatoriae, confrontáadslas oon el testo de la prdfecia.
PRIMERA OPINION.

262. Esta pretende, que k profecfa tiene poe objeto


la antigua Roma idólatra é inicua, y que en ella se verScb
plenamente muchos d o s M. Eeta Roma, dice^, fué la
grande Babilozrk* la reina del orbe, la meretris sobre la
bestia, 16 que's@endlsb y glodb6 sobre lqs ,otras ciudades,
la que coriompib la tierra con ,624 prostitucion*, la qile
denamb tanta sangre inocente qus quedó domo Bbria, da
la sangre dd los santos, y de la sangre de {os nzártires ti%
Jesuat. Esta, en fin, es 18 que recibib el merecido eaetigo
cuando los barbaros 1s saquearon, la incendiaron, g la des-
truyeron casi del todo. Veis aquí verificada la - pmfecla
doce siglos titi : por consiguierite nada queda que temer en
adelante : todo .debe correr tranquilamente hasta el fin del
mundo.
263. Esta opinion tiene sin diida su apariencia, 6 sti
poco de brillante, mirada desde cierta distanoia; mas si se
compara eon el testo, se conoce al punto la 'suma impropor-
cion. Se echa nienos en ella la esplicacion de mnchísiigas
cosas particulares que se omiten del todo, y otras que 'do
se omiten, apenas se tocan por b superficie. Entre otrse
grandes dificultades que padece, yo solo propongo dos
principales : una que pertepeae á los delitos de la muger;
otra al caatigo que se le anuncia.
PRIMERA DIFICULTAD. 'J

164. El mayor delito de que la muger lviene acusa& es


ia forilicacion ; y para cerrar
k puerta á todo equívoco 6
efugio, se nombran claramente los abaiplices de esta forni-
, .
* In proatitutione sna.-Apoc. xix, 2.
t De eanguine emctonim, et de eanguine marfprum Jeeu. -Id.
xyii, 6.
352 LA V E N I D A DEL MESIAS

cuando hablan de la idolatría de Israél y de Jerusalén.


Mas no es esto lo que leemos en nuestra profecía : con
quien fornicaron (dice) los reyes de la tierra *, y vivieron
en deleites*. Habla aquí manifiestamente de un comercio
criminal, ao entre Roma y los idolos ; pnes este suceso no
era tao propio y peculiar de solo Roma, que no incurriesen
en él todas las otras ciudades de las gentes, desde la mas
pequ& á la mas grande : ni. tampoco entre los reyes de
la tierra y los ídolos de Roma: pues siendo estos reyes
idblatras de,profesion, el mismo mal era adorar los idoloe
de Roma, que los ídolos propios de sus paises. Habla,
pnes, nuestra profecía clara y espresamente de un comercio
ilícito con nombre de fornicacion, no entre Romag sus ido-
los, ni entre los reyes - y- los ídolos de Roma, sino entre
Roma misma y los reyes de la tierra. Esta es una cosa in-
finitamente diversa, y esta es la que se debe esplicar con
propiedad y verdad : lo demas ee visiblemente huir la difi-
cultad saliendo muy fuera de la cuestion.
266. Poco satisfechos de esta primera respuesta; (mas
sin confesarlo, pues en realidad esta es la principal en am-
bas opiniones) afiaden otra como accesoria y menos prin-
cipal: e.s á saber, que en la antigua Roma, cuando era
3 seíiora del mundo, se vieron venir á ella muchos reyes Ila-
mados á juicio, y aunque los delitos de estos eran verda-
deros y realmente gravisimos, se vieron no obstante salir
libres, y aun declarados y honrados como inocentes y justos,
por haber corrompido ii sus jueces con grandes liberali-
dades ; tanto que Yugurta, tirano de Numidia, al salir de
Roma le dijo estas palabras ; i Oh Roma, no falta p a r a
que te vendas, sino que haya quien te compre ! Mas esta
respuesta accesoria, 6 esta esplicacion del testo sagrado,
i quién no ve que es la mas fria, y la mas impropia que se
ha dado jamás? Segun ella dificilmente se habrá hallado,
ni se hallará en toda la tierra alguna corte que no merezca
por la misma razon el nombre de meretriz y fornicária con
-
Cum que fornicati sunt reges terrae. Apoc. xvii, 2
-
f- Et in deliciis vixerunt. Id. xviii, 9.
854 LA V B N I B A DEL MESIAY
y el castigo de eeta Babilonia, e e los dos capítulos siguien-
tes, con la circunstancia notable que advierte el miemo
S. Juan: esto es, que uno de los siete 4ngeles que acaba-
ban de derramar las phialas fa6 el que mostró los misterios
de dicha Babilonia : Y vino uno de los siete ungeles, que
tenian las siete c o p s , y me habló, diciendo : Ven ach, y
te mostraré la condenacion de úr grande ranwra, &c.*
En lo cual se ve, que asi oomo las phialas son unas sefiales
tembles, que deben suceder ácia los últimos tiempos, así lo
es el castiga de dicha meretne.
%B.A todo esto debemos afiadir otra retkxion bien im-
portante. Si, como pretenden los autores de esta opinion,
la profecia se enderezaba toda 4 la antigua Roma, idólatra
6 S c u a : si á esta se l e da el nombre de fornichria y
meretriz por su idolatrla: si á esta se le anuncia el castigo
temble de que tanto se habla, y m n espresiones tan vivas
y ruidosas, se pregunta, 2 cuando se verificó este castiga ?
Responden (ni hay otra respuesta que dar, ni otro tiempo
4 que recurrir) que se vedicb el castigo de la merettb
cuando Alaríco con su ejeroito terrible la tomó, la saqueó,
la incendió y la destruyó casi del todo. Optimaniente.
Mas, lo primero, es cosa cierta, que los males que hizo en
Roma el ejército de Alaríco, no fueron tantos como los que
hicieron los antiguos Galos ; ni como los que padeeió en
tiempo de las guerras civiles ; ni como los que padecib en
tiempo de Nerón, segun lo aseguran autores eontempo-
ráneos, como dicen Fleuri, y Milles, &c. : y sobre todo, no
fueron tantos como tedos los que aqui anuncia claramente
la profecia, que habla de la ruina total, y esterminio eterno:
y a no será hallado jamás ... luz de antorcha no lucirá
...
jamás en tf voz de esposo ni de esposa no será oida
mas en ti, &c.+
* Et venit unus de aeptem angeiia, qui habebant aeptem phialaa,
et locutus est mecum, dicené : Veni, oatendam tibi damnationem me-
-
retricia magna, &C. Id. xvii, 1.
.t. Ultra jam non invenietur ...lux lucerna non lncebit in te am-
pliiui : et vox sponei, et sponsie non audietur adhuc in te, &c. -
Apoc. xviii, 21 et 23.
&?O. Lo segundo : en tiempo de Alarico, esto es, en el
quinto siglo de la era cristiana, i quá Roma saqueó este
príncipe btírbaro ? i Qué Roma destruyó, 6 incendió casi
del todo? ~ A C ~áS Roma O idólatra, 4 Roma inicua, d
Roma fomioária y meretriz por su idolatría? Cierto que
M> : porque en este tiempo ya no habia tal Roma. La
Roma única que habia en este tiempo, y que persevera
hasta hoy, era toda cristiana : yo habia amojado de si tadoe
loa ídolos : por consiguiente ya no merecía el nombre de
fomicária y meretriz : ya adoraba al verdadero Dios, y 4
su Gnico Hijo Jesucristo: ya estaba llena de iglesias ó
templos en que se celebraban los divinos oficios : pues dice
la historia, que Alaríco mandó 4 sus soldados que no
tocasen los edificios públicos, ni los templos : ya en fin, era
Rema nna muger cristiana, penitente y santa. Siendo esto
así, i, os parece aora creible, que en esta muger ya cristiana,
penitente y santa se veriíicase el castigo temble, anunciado
crontra la inicua meretriz? i Os parece creible que los
delitos de Roma, idólatra é inicua, los viniese á pagar
Roma cristiana, penitente y santa? j Os parece creible que
esta Roma cristiana, penitente y santa, sea condenada
como una gran meretriz, solo porque en otros tiempos habia
sido idólatra ? Consideradlo bien, y ved si lo podeis com-
prender, que yo confieso mi insuficiencia. Aunque esta
opinion no tuviese otro embarazo que este, j no bastaría
este solo para desecharla del todo? Leed no obstante todo
el capítulo xviii y parte del xix, y hallareis otros embarazos
iguales 6 mayores, en cuya obsemacion yo no pienso dete-
n e m e un instante mas.

SEGUNDA OPINION.

271. Considerando las graves dificultades que padece la


primera opinion, ciertamente inamrdables con la profecia,
han juzgado casi todos los doctores, que no se habla en
eUa de la antigua Roma, sino de otra Roma todavia futura ;
mnfesando ingenuamente, que en ella se verificarán asi
2 ~ 2
356 LA VENIDA DEL MESIAS

todos los delitos, como e\ terrible castigo que se le anuncia.


2 Cuando sucederá todo esto ? Sucederá, dicen con gran
razon, en los tiempos del Anticristo, como se infiere, y
convence evidentemente de todo el testo. Para componer
aora esta ingenua confesion con el honor y consuelo de la
ciudad sacerdotal y regia, que es lo que en ambas opiniones
se tira Q salvar á toda costa, ha parecido conveniente, 6,
por mejor decir necesario, hacer primero algunas suposicio-
nes, sin las cuales se podria temer con bueno y óptimo
fundamento, que la composicion fuese no solo dzcil, sino
imposible. Ved aqui las suposiciones, 6 las bases funda
meutales sobre que estriba en la realidad todo este edificio.
272. Primera: el imperio romano debe durar hasta el
fin del mundo. Segunda : este imperio, que aora y muchos
siglos ha está tan disminuido que apenas se ve una reli-
quia 6 una centella, volverá ácia los Gltimos tiempos á m
antigua grandeza, lustre y esplendor. Tercera: las cabe-
zas de este imperio serán en aquellos Gltimos tiempos, no
solamente infieles 6 inicuas, sino tambien idólatras de pro-
fesion. Cuarta: se harán dueiios de Roma sin gran difi-
cultad : pondrán en ella de nuevo la córte del nuevo impe-
rio romano : por consiguiente volverá Roma á toda aquella
grandeza, riquezas, lujo, magestad y gloria que tuvo enlos
qasados siglos : v. g. en tiempo de Augusto. Quinta : des-
brrarán de Roma estos impios emperadores al sumo
sacerdote de los Cristianos, y junto con él 4 todo su clero
secular y regular, y tambien á todos los Cristianos que no
qnisieren dejar de serlo : con lo cual, libre Roma de este
gran embarazo, estableaerá de nuevo el culto de los idolos,
y volverá á ser tan idólatra como antes.
273. Hechas todas estas suposiciones, que como tales
no necesitan de prueba, es ya facilísimo concluir todo lo
que se pretende, y pretender todo cuanto se quiera: es fa-
cil, digo, concluir, que aunque la profecía habla ciertamen-
t e contra Roma futura, revelando sus delitos tambien fu-
turos, y anunciándole su condigno castigo, mas no habla
de modo alguno contra Roma cristiana ; pues esta, asi como
EN GLORIA Y MAGESTAD. 367
es incapaz d e tales delitos, asi lo es de tales amenazas, y
de tal castigo. Con esta ingeniosidad se salva la verdad
de la profecía: se salva el honor de la grande reina: y
ella queda consolada, quieta, segura, sin que haya cosa
alguna que pueda perturbar su paz, 6 alterar su reposo;
pnes la indignacion tan ponderada del esposo, no es, ni
puede ser contra ella, sino solamente contra sus enemigos.
Estos enemigos, 6 esta nueva Roma asi considerada (pro-
sigue la esplicacion) cometerá sin duda nuevos y mayores
delitos que la antigua Roma : volverá á ser fornicária, me-
retriz y prostituta, esto es, idblatra (porque en ambas opi-
niones se esplica del mismo modo la fornicacion metafbrica
con los reyes de la tierra, sin querer hacerse cargo de que
los reyes y los idolos son dos cosas infinitamente diversas)
volverá á ser soberbia, orgullosa, injusta y cruel : volvera
B derramar sangre de Cristianos, y á embriagarse con ella :
y otros nuevos delitos, junto con los de la antigua Roma,
llenarán en ñu, todas las medidas, y atraerán contra esta
mudad, entbnces infiel, todo el peso de la ira 6 indignacion
de un Dios omnipotente. Os parecerá que ya no hay ne-
cesidad de mas suposiciones, creyendo buenamente, que
las que quedan hechas deben bastar para conseguir el inten-
to principal. No obstante quedan todavia algunos cabos
sueltos, que es necesario atar : y para atarlos bien, se ne-
cesitan todavia otras suposiciones, pues e s cosa probada,
que la suposicion es el medio mas facil y seguro para alla-
nar toda dificultad por grande que sea. Ved aora el mo-
do facil y llano con que sucederá en esta opinion el gran
castigo de Roma ya idblatra y meretriz, de que habla la
profecia
m4. Aquellos diez reyes, que segun suponen los mis-
mos autores, hau de ser vencidos por su Anticristo, y su-
jetos á su dominacion, quedando muertos en el campo co-
mo arriba dijimo~: estos diez reyes, antes de su infortu-
nio (mas estando -ya en enemistad y en guerra formal con
el Anticristo), sabiendo que Roma idblatra 6 inicua, favo-
rece las pretensiones del Anticristo su enemigo, se indigna-
368 LA VENIDA DEL MESIAS
rán terriblemente contra ella, y la aborrece&, como dice
el testo*. E n consecuencia de este d o se coligarán en-
tre si, y unidas sus fueraas egecutarán por voluntad de
Dias todo lo que anuncia la profecía: estos shorrecerán
á la ramera, y la Peducirán á desolacion, y la dejarán
desnuda, y comeran sus carnes, y & ella la quenaarh con
fuegot. A poco tiempo despues de esta egecucion, esttm
mismos diez reyes serán vencidos por el Anticristo y m-
jetos Q su dorninacion, menos tres que habrán qnedado no
solo vencidos, sino rnuertoe: con lo cual, asi estos diez
reinos, como el mismo impekio romano, tambien vencido
por el Anticristo, no obstante que un momento antes se
Bnpone aliado y amigo, y por serlo perdió su capital, todo
a t o , d i o , quedará agregado al imperio de oriente 6 Jem-
sal&, quedando con esto vencidos todos los obstácntes, y
abiertas todas las puertas para la monarquía universal de
este viliarno judio. E l P. Alápide se aparta un poco d e la
opinion comun, pues dice, que la destmccion d e Roma
sucederá por 6rden espresa del mismo Anticristo. el coa1
enviará para esto los diez reyes, despues de vencidos y
wjetados á su imperio ; asi esto como aquello .estriba
sobre un mismo fundamento. A esto se reduce lo qne
hallámos en los doctores de la segunda opinion, sobre el
misterio grande de la ciudad meretriz y su castigo.
55'5. Ama bien : y toda esta agradable historia 6 todas
a t a s suposiciones, j sobre qué fundamento estriban : so-
bre qué profecía : sobre qué razon : sobre qué congnienaia
6 verosimilitud ? ;Con qué fundamento se asegura, que d
imperio tornano volverá 4 . ser lo que fu6 : que Roma,
nueva córte del imperio romano, volverá t5 la grande-
magestad y gloria que tuvo antiguamente ? ¿ Que &as ca-
h a s de este imperio residentes en Roma seran étnicos
ó idola-? i Que desterrarán de Roma la refgion a%-
tiana, é introducirhn de nuevo el coito de los ídolos : qae
* Hi odient fornicariam. -Apoc. xvii, 16. 1

Hi hodient fomicariam, et desoletam facient illam et nudam,


et carnes ejus manducabunt, et ipsarn igni concremabunt.-Id. id.
EN GLORIA Y HAGESTAD. %50
Roma ya idblatra se unirá aon el Anticristo, rey de lor, Ju-
dios, y fivorecerá sus pretensiones: que diez reyes, en
'
h,6 por 6dio del Anticristo antes de ser vencidos, 6 de
mandato suyo despuesde vencidos, harán en Roma aquella
temble ejeoucion? i No es esto, propiamente hablando,
fsbricar en el aire grandes edificios ? i No podrá pensar
alguno sin temeridad, que todoe estos modoa de discurrir
son una pura contemplacion y liinja, con apariencia de
piedad? Direis, acaso, lo primeto, que todo esto se hace
prudentemente por no dar masion á los herejes y liberti-
nos 4 hablar mas despropósitos de los que suelen contra la
Iglesia romana ; mas esto mismo es darles mayor ooasion,
y convidarlos á que hablen con menos sinrazon, poniéndo-
les en las manos nuevas armas, y provocándolos á que las
jueguen oon mas snaeso. La iglesia Romana, fandada
sobre piedra sólida, no necesita de lisonja, 6 de puntales
falsos y débites en sí para mantener su dignidad, su prima-
da sobre todas las Iglesias del orbe, y sus verdaderos
derechos, 4 los cuales no ae opone de modo alguno la
profecía de que hablamos.
276. Acaso direis lo segundo, que este modo de dis-
currir de la mayor parte de los doctores sobre esta profe-
&a, es tambien pnrdentisimo por otro aspecto: pues tam-
bien seendereza á no contristar fuera de tiempo y de pro-
pósito, á la soberana ó madre comrrn : mas por esto mismo
debia decirse con humilidad y reverencia, la para verdad.
Lo que parece prudencia, y se llama con este itombre,
muchas veces merece mas el nombre de itpprudeecia, y
aun de verdadera traicion y tiranía. Por esto .miemo,
digo, debian sus verdaderoa hijos 9 fieles eúbditos, prosu-
rar contristar 4 la soberana madre comun en este pugto, y
debia alegrarse de verla contristada, si por ventura ~ieeeo
alguna sefial de contrktacion: no porque os cmtristasteis,
aino porque os contristasteis 'á penitencia como ' decia
S. Pablo á los de Corinto *.
Esta contristacion', que es
Non quia contriStati estia, sed qnie contristuti -tia ad paeni-
-
+

tentiam. Ep. 2 ad Cor. vii, 9.


360 LA VENIDA DEL MBSIAS
segun Dios, no puede causar sino grandes y verdaderos
bienes: porqlle la tristeza que es segun Dios, (prosigae el
Apostol) engendra penitencia estable para salud ; mas la
trbteza del siglo engendra muerte *. Cualquier siervo,
cualquier vasallo, cualquiera hijo hará siempre un verda-
dero obsequio y servicio Q su sefior, 4 su soberano, 4 su
padre 6 madre, en contristarlos de este modo : y cualquier
mfior 6 soberano, 6 padre 6 madre, que no hayan perdido
el sentido comun, deberán estimar mas esta contristacion,
que todas las seguridades vanas, fundadas hnicamente en
suposiciones arbitrarias, y conocidamente inverosímiles é in-
creibles., Con la noticia anticipada del peligro, podrán
facilmente ponerse á cubierto, y evitar el perecer en 61:
mas si por no contristarlos, se les hace creer, que no hay
tal peligro, la ruina será inevitable, y tanto mayor cuanto
menos se tema.
277. Es bien fácil de notar, á quien quiera dar algnn
lugar Q la reflexion, la conducta estrafia y singular con
que se procede en este asunto, ciertamente gravísiio:
quiero decir, la gran liberalidad y suma profusion con que
se suponen, como ciertas, muchas cosas que no constan de
la revelacion : por otra parte, la suma economía y escasez
con que se retienen otras muchísimas cosas, en que la mis-
ma revelacion se esplica tanto. Nadie nos dide, por ejem-
plo, qué significa en realidad sentarse la muger de que ba-
blamos sobre una bestia bermeja, llena de nombres de
blasfemia, que tenia siete cabezas, y diez cuernos-1.: y no
obstante el misterio parece tan grande, tan nuevo, tan es-
trafio, tan increible, naturalmente hablando, que el mismo
S. Juan confiesa de si, que al ver á la muger en aquel
e ~ t a d otan infeliz, y tan ajeno de su dignidad, se admirb
con una grande aamiracion : Y cuando la ví (dice), quedí
* Quae enim secundhm Denm tristitia est, paenitentiam in d ~ -
tem atabilem operatur : aaeculi autem tristitia mortem 0pershu.-
I Id. 10.

-
t Super bestiam coccinesm, plenam nominihns b l a s p h d , ha-
bentem capita septem, et comua decem. Apoc. xvii, 3.
EN GLORIA Y MAGEBTAD. 361
maravillado de grande udmiracion*. Si, como se pre-
tende, estar sentada la muger sobre la bestia, no significa
otra cosa, que la supuesta alianza y amistad entre Roma
idblatra y el Anticristo, parece que el amado discípulo no
tuvo razon para tan grande admiracion. i Qué maravilla
a,q ue una ciudad idólatra é inicua favorezca y ayude a
un enemigo de Cristo ?
278. Nadie nos dice lo que significa en realidad, y
propiedad, la embriaguez de la muger, que 4 S. Juan se
hizo tan notable : vi (son sus palabras) aquella muyer em-
briagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los
mártires de Jesus?. Solamente nos acuerdan por toda
esplicacion, que en Roma se derramó antiguamente mucha
sangre de Cristianos, y suponen que será lo mismo cuando
vuelva 6 ser idólatra, y se una en amistad con el Anticristo.
Mas j esto basta para llamarla ébria? Lo que produce la
ebriedad, y la ebriedad misma, j son acaso dos cosas inse-
parables? No puede concebirse muy bien la una sin la
otra? Cierto que si no hay aquí o& misterio, la palabra
dbria parece la cosa mas impropria del mundo. Y o no
puedo creer, ni tengo por creible, que la profecía solamente
hable de lo material de Roma, 6 de sus piedras y tierra
que recibieron la sangre de los mártires ; pues la ebriedad
no puede competer á una cosa inanimada, aunque esté
llena de lo que causa la ebriedad. i Quién ha llamado ja-
más ébria de vino á una ciudad, solo porque tiene mucho
dentro de sus muros? Mas se podrá llamar propiamente
ébria de vino, si sus habitadores hacen de este vino un uso
inmoderado y escesivo, de modo que produzca en ellos
aquel efecto que se llama embriaguez: esto es, que los
desvanezca, que los turbe, que les impida el uso recto de
SU razon.
279. Lo mismo, 'pues, decimos á proporcion de la
* Et miratus sum cum vidissern iíiam, admiratione magna.-
Id. 6.
t Et vidi mulierem ebriam de sanguine sanctorum, et de sanguine ,

martyrum Jesu. -Id. 6.


m L A V E N I D A DEL MESIAS

ebriedad de la sangre de los santos, que repar6 S. Juan


en la muger. Esta ebriedad metafbrioa no puede consistir
precisamente en qiie haya dentro de Roma mucha sangre
& santos, sino en que sus habitadores hagan de esta san-
gre un uso inmoderado y escesivo: en que esta sangrft se
les aqba A la cabeza y los desvanema, los de8ooncKzte,
los turbe : en qae esta sangre los llene de presuneion, de
xúmia confianza, de vana seguridad : y por buena oonse-
onencia los llene ,de insipiencia, de temeridad, 6 tambien
de sofiolencia y descuido, que son los efectos propisirnos
de la ebriedad. La misma pmfecía esplica estos efectos, y
esta vana seguridad de la muger, la cual embriagada de
la sangre de los santos, y al mismo tiempo sumerjidn en
gloria y delicias, decia dentro de si.: Yo estoy sentada
reina: y no soy viuda: y no verd llanto *. Y por esta
misma seguridad vanísima (prosigue la profecía), vendrá
eobre ella todo lo que está escrito: por esto en un dia
vendrán SUS plagar, muerte, y Uanto, y hambre, y será
quemada con fuego: porque es fuerde e l Dios que la
juzgará J..
280. En este sentido, que parece único, estuvo Qbria
en otros tiempos Jerusalkn la cual era entbnces nada me-
nos que lo que es sora Roma, la ciudad santa, y la c6r-
te ó centro de la verdadera Iglesia de Dios. Estuvo ébria,
digo, no solamente de la' sangre de sns 'profetas y justos,
que ella misma habia derramado, como si esta sangre la
debiese poner en seguro, &pedir el condigno castigo,
que merecia por sus delitos. Bsí la reprende Dios por sus
Profetas de esta confianza inordensda, y sumamente per-
judicial, que la hacia descuidar tanto de sí misme, y md-
tiplicar los pecados sin temor algúno, diciéndoles : j Pues
puede el S h r aplacarse con millares de cwnsrós, Q
Sedeo regina : et vidua non sum : et luctum non videbo. -
Ap. x d , 7.
Ideo in una die venient plagz ejus, mora, et luctus, et famee,
et @e comburetur : quia fortis est Deae, qui judicabit i1lam.-
Apoc. xviii, 8.
EN GLORIA Y MAGBSTAD. 363
con n i u c h millares de grztesm d o s de cabrto * ?...
i P o r ventura comeré carnes de toros ? 6 bebed sangre
de machos de cabrio -1- ? Y por lo que toca 4 la confianza
inordenada y vana de la sangre de ssn profetas y justos, el
mismo Mesías se esplicb bien claramente, cuando les dijo - :
i ay de vasotfos, que edificais y adomais con gran cuida-
do y devocion los monumentos 6 sepulcros de los pmfetas
y justos, y no os aoordais que vuestros padres los persi-
guieron y mataron, y no considerais que vosotros sois
dignos hijos de tales padres, muy semejantes 4 ellos en la
..
iniquidad ! ;Ay de vosotroa . que ed$cais los sepulcros
d i los profetas, y adornais los monumentos de los justos!
Y de&: si hubieramoa vivido en los dias de nuestros
padres, no hubieramos sido sus compañeros en la sangre
.
de los profetas. ..llenad vosotros Ea medida de vuestros
padres$. E s claro que el Serior no colidena aquí la pie-
dad de los .qiie edificaban y adornaban los monumentos de
los profetas y justos, sino su nimia confianza en estas cosas,
como si con ellas quedasen ya en plena libertad para ser
inicuos impunemente. Así, concluye el mismo Sefior
diciéndoles, que no obstante esta sangre y estos monumen-
tos de tantos profetas y justos, vendrán infaliblemente
sobre ellos todas las cosas que eestán prqfetizadas. E n
verdad d2g0, qm todae estas cosas vendrán sobre esta
generacion s.
- 281. Nadie nos dice en suma lo que significa en rea-
lidad y propiedad la fornicacion de la muger con los reyes
* ;Numquid placari potest Dominus in millibus arietum, aut in
inultis miilibus hircorum pinguium ? -Mich. vi, 7.
t ¿ Nunquid manducabo carnes taurorum? i aut sanpinem hir-
-
c o m potabo ? Pe. x l i , 13. '

f ; Vse vobis.. . qui sedificatis sepuichra prophetarum, et ornatis


monumenta justomm! Et dicitis; Si fuissemus in diebus patrum
nostromm, non essemus socii eorum in sanguine prophetarum... Et
vos implete mensuram patrum vestrorum. -Mat. xxiii. 29,30, et
32.
- 4 Amen dico vobis, venient h ~ omnia c super generationem istam.
- Mat. xxiii, 36.
364 LA V E N I D A DEL MESIAS'

.de la tierra. Oh, que punto tan delicado ! Y, no obstan-


te, este pnnto tan delicado, esta fornicacion metafórica d e
bía espliaarse en primer lugar, como que es el delito prin-
cipal y la raiz de todos los otros delitos, de que la mu-
ger es acusada. Por este delito se le da el nombre de for-
iiicária, meretriz y prostituta ; y por este delito se le annn-
cia im castigo tan público y ruidoso. E n este pnnto tan
sustancial de la profecía es clarísimo el equívoco 6 sofis-
ma con que se huye de la dificultad, sin duda por suma
delicadeza, dejando encubierta la verdad. La fornicacion en
frase de la Escritura (nos dicen todos, como que van muy
de prisa, y no pueden detenerse en estas menudencias) no
es. otra cosa que la idolatría. D e esta idolatria con nom-
bre de fornicacion reprenden frecuentemente los Profeth 6
Jerusalén, y por ella la llaman meretriz, fornicária y pros-
tituta: conque el acusar de fornicacion 4 'Roma futura,
concluyen seguramente, no es otra cosa que darle en cara
con su antigua idolatría, y anunciarle para otros tiempos
, otra nueva, y por una y otra el mismo castigo.
282. Mas será creible, digo yo, será posible, que los
que así discurren, aunque vayan de prisa, no vean ellos mis-
mos la suma diferencia entre una y otra acusacion ? ¿ Será
posible que siquiera no reparen en le diferencia de c6m-
plices, que tan claramente se nombran en los Profetas y
en el Apocalipsis ? La fornicacion de Jerusalén, dicen los
Profetas, era con los reyes de palo y de piedra. La forni-
oacion de Roma, dice el Apocalipsis, será con los reyes
de la tierra : adulteró con la piedra y con el le& (en frase
de Jeremías.)-(El Apocalipsis hablando de la muger, dice) :
Conquien fornicaron los reyes de la tierra*. i E s lo
mismo dioses 6 ídolos de palo y de piedra, que reyes de la
tierra? La fornicacion de Jerusalén no es ciertamente otra
cosa que la idolatria. Y>la fornicacion de Roma i cual sersi?
Será, si así quiere llamarse, alguna otra especie d e idola-
tría ; mas no terminada en dioses falsos de palo y de piedra,
Et moechata est cum lapide, et limo.-Cum que fornieati
-
sunt reges terrz. Jerem. iii, 9, et Apoc. xvii, 2.
EN GLORIA Y MAGEBTAD. 986
sino en reya de la tierra vivos y verdaderos ; pues estos
son los cbmplices, clara y espresamente nombrados. i A
qué viene, pues, aqui la idolatría? ¿Y idolatría en frase
de la Escritnra. y en el sentido en que la entiende todo el
mundo ? ,; No es este un equívoco y sofisma claro y mani-
fiesto ? ;No es del mismo modo manifiesto y claro el motivo
que tienen los doctores para no esplicarse en este ponto ?
i Y no es así mismo claro y palpable el datio gravísimo, y
las pésimas consecuencias que pueden venir de aqui ? Mien-
tras la reina no viere dentro de sí ídolo alguno, le pare-
cerá que está segurísima, que nada hay que temer, que
todo camina bptimamente, porque así se lo dicen sus doc-
tores con bptima intencion, y dirá confiadamente en su
corazon : Y o estoy sentada reyna :y no soy viuda : y no
veré llanto*: pues la idolatría antigua de Roma es un
delito ya muy pasado, y suficientemente purgado. Conso-
lada con estas reflexiones, parece muy posible y muy facil,
que se descuide en algun tiempo, y que resfriada la caridad,
dé lugar á pensamientos indignos de su dignidad, sin hacer
mucho escrúpulo en cometer aquellos mismos escesos de
que el testo habla ; no teniendo por fornicacion, lo que no
es en realidad. i Oh que consecuencia !
283. La idolatría de Jerusalén, que fué la principal
cansa de su ruina en tiempo de Nabuco, es ciertisimo que
]a llaman fornicacion los Profetas de Dios : mas, i por qué
razon le dan este nombre ? i, Acaso preoisamente porque
adoraba los ídolos? Parece que no : porque los mismos
Profetas, hablando muchas veces de la idolatría de otras
ciudades de las gentes, jamás le dan el nombre de fomica-
cion. Solamente en el profeta Nabm, iii, 4, se halla
esta palabra hablando de Nínive, 4 quien llama ramera
bella y agraciada; mas por todo el contesto se conoce
claramente, que las fornicaciones de esta meretriz no se
toman aquí por el culto de los ídolos, sino en otro sentido
muy diverso : esto es, por los atractivos, las gracias, los
In corde iiuo dicit : Sedeo regina : et vidua non sum : et l u c t q
non videbo.-Apoc. xviii, 7.
366 L A VENIDA D B L MBSIAP'

artificios, el dolo y engafio oon qae Nhive se hmia mirar


y admira de otras naciones circunvecinas: con que las
atraía t i si, les daba la ley, laa sujetaba á su dominacion,
y las trataba despues con suma crueldad. A todo esto
llama el profeta la hrnicaoiooes de Ninive : por l a nm-
chuufornioacimes de la ramera, belia g agraciada,y que
tiene hechizos, que vendió lae g d e 8 con 6 2 ~ 6fornicac
cwnes ...*. Mas la idolatria de J e d b n , y de todo Israél,
tenia una circunstancia gravfsinia que la hacia mudar de
especie; y por esta circunstancia mereeia el nombre de
fornicacion 6 de adulterio, que de ambos nontbms usan
indiferentemente los Profetas.
284. Un autor gravisimo -f pretende defender h Roma
por otro camino bien singular. Dice, que Jlr profechao
puede hablar de Roma cristiana, y lo prueba con esta
Gnica razon : si ia profecía hablara de Roma cristiana, no
la llamára meretriz, ni prostituta, ni fornickia, sino sola
mente adúltera, que es el hombre que merece una muger
casada infiel. Así como, añade (y esto es lo mas digno
de reparo), así oomo, cuando los Profetas hablan de la id*
latría de Jerusalén, qcie era muger casada no menos que
Roma, le dan el nombre de adulterio, y B ella el de adál-
tera. &te sábio, digno por tantos títulos de toda venera-
cion, parece que aqui no considerb bien lo que avanzaba.
Es cierto que 4 la idolatría de Jerusalén, esposa de Dioa,
le dan los Profetas algunas veces el nombre de adulterio,
y á ella de adúltera; mas tambien es ciertísimo, que si una
vez le dan este nombre, veinte veces le dan el nombre de
fornicacion, y á ella de fornicaria. Léase, por ejemplo,
todo el capitulo xvi de E q m e l , en que se habla sobre
esto de propbsito. En este solo capitulo se halla 18 v e
cea la palabra fornicacion, y solo uua vez la palabra add-
terio ; y otra vez, cuando la amenaza que la juzgará con
Propter multitudinem fornicationum meretricie speciosre, et
gratz, et hahentis maleficia, q u z vendidit gentes in fomicationibw
-
suis, &c. Nahlim. iii, 4.
.t. Mr. Bosuet sobre el cap. xiii, y xvüi, del Apocalipsis.
EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 367
juicio de adulterus *. Si se lee en los otros Profetas, se
hallara ciertamente lo mismo. Casi siempre llaman 4 la
iddatría fornicacion, y r d s i m a vez la llaman adulterio.
D e modo, que la palabra adúltera 6 adulterio, hablando-da
la idolatría de Jerusalén, apenas se halla diez veces en
todos los Profetas juntos : y la palabra fornicacion, forni-
d n a , meretriz, prostituta, y otras semejantes á estas, se
hallan mas de cien veces : lo cual es tan 6bvio y tan fkcil
de observar tí cualquiera, que se me hace duro el detenerme
mas en esto. Parece sumamente inveroshil que Roma
misma se contente jamás con esta especie de defensa.
285. Esta circnnstanck gravisima era la dignidad misma
de la ciudad. Jerusalén era la capital, la cbrte y el asiento
de la religion. Era el centro de unidad de la iglesia del
wrdadero Dios, y como tal esposa de Dios mismo, que
este nombre le dan las Escrituras mismas. Era, pues,
Jerusal6n muger casada, tenia marido propio y lejitimo 4
4 quien toda se debia, de quien habia recibido'lo que era, y
de quieu únicamente debia esperar lo que faltaba. No
obstante este vínculo sagrado, y estas obligaciones indis-
pensables, Jerusalén se resfrió con el tiempo en el amor
del esposo: se olvidb de lo que era, y empezb a p a r lugar
6 pensamientos y deseos muy ajenos de su dignidad.
Resfriada en la caridad, y perdido por consiguiente el
gusto de Dios que en ella se funda, mo tardb en mirar cot~
envidia la gloria vana y aparente de las otras naciones,
deseando ya ser como ellas, y diciendo dentro de su cora-
zon, lo que el mismo esposo, que escudriíia el corazon, le
repite por Ezequiel, capitulo xx, serémoa como las gentes,
y c m los pue6los de la tierra, para adorar los l&s y
las piedras*. Como las otras naciones pensaban y se
gloriaban de tener en sus idolos aquel vislumbre de felici-
dad, pensó tambien Jerusalén, ya tibia y relajada, que le
fácil tener parte en aquella felicidad vana, que envi-
-
Judicio adulterarum. Ezeq. xxiii, 46.
t Erimua sicut gentes, et sicut cognationes terra, ut colamus
ligna et lapides. -Ezeq. xx, 32.
368 L A VENIDA DEL MESIAS

diaba, por medio de los ídolos. Así, empezó á mirarlos


con otros ojos : con ojos, digo, lascivos y de concupiscencia,
haciendo, sin duda, una gran violencia Q su entendimiento,
para poder creer que los ídolos eran alguna cosa real ; pues
no podia ignorar, que el ídolo es nada en el mundo, y que
no hay otro Dios, sino solo uno*. E n esta creencia for-
zada, de que los idolos eran algo, empezó Q hincarles la
rodilla, empezb 4 acariciarlos y 4 obsequiarlos, 4 esperar en
ellos, á pedirles de aquellos bienes que ya tenia falsamente
por tales: empezb, en fin, 4 temerlos, ya por temor, ya por
interes : dos razones fortisimtis para una muger de bajos
pensamientos : entabló con ellos aquel comercio abominable
que tanto la deshonrb, y que fué la causa de todos sus
trabajos.
286. Aora, seiior mio; respondedme con sinceridad : si
hubiese otra Jerusalén, otra esposa del verdadero Dios,
asunta 4 esta dignidad en lugar de aqdella: otra Estér
elegida graciosomente en lugar de la infeliz Vasti: otra
dilecta y mucho mas que la primera : si esta nueva Jeru-
salén, si esta nueva dilecta llegase con el tiempo á resfri-
arse en la caridad: Q descuidarse en sus verdaderas obliga-
ciones : Q envilecer su dignidad : si fuese notada y acusada
formalmente de un comercio ilícito, no ya con dioses de
palo y de piedra como la primera esposa, sino coq los
reyes de la tierra: si el mismo esposo por alguno de sus
Profetas le diese á este tal comercio el nombre de fornica-
cion : i qué otra cosa pudiera ni debiera entenderse en este
caso, sino aquello mismo en sustancia, mudados solamente
los cómplices, que dicen los Profetas, esplicando la forni-
cacion de la primera Jerusalén? Si esto no se entendiera,
6 no quisiera entenderse, jno mereceriamos que nos fepí-
tiese el Sefior aquellas mismas palabras que dijo 4 sus dis-
cípulos : i aun tambien vosotros sois sin entendimiento??
La fornicítcion de la primera esposa era con idolos: era
* Quia nibil est idolurn in mundo, et qubd nullus est Deus, nisi
unus.- 1 ad Cor. viii, 4.
-
f- e Adhuc et vos aiub intellectu estis ? Mat. xv, 16.
BN G L O R I A Y MAOESTAD.
con dioses vilisirnos de palo y de piedra : i y en qaé ooa-
sistáa esta fornicacion? Consistía en tenerlos por algo,
siendo nada en realidad : consistía eti preferirlos 6 igualar-
los al lejítimo esposo : consistía en pedirles, en esperar en
ellos, en temerlos, en... Pues aplicad la semejanza, y
apliaadla segun lo que sabe26 : no querais cerrar los ojos
voluntarkmente, no querais haceros desentendidos, y es-
conder y desfigurar una verdad de tan graves conse-
cuencias.
287. Lejos está por aora la piisima y prudentísima mn-
dre de indignarse contra quien le dice, con suma reverencia
y con intimo afecto, la pura verdad. Esto seria indignarse
contra Dios mismo. Mucho menos deberá indignarse si
considera, que aquí no se habla de modo alguno de Roma
presente, sino solamente de Roma futura, que es puntual-
mente de la que habla la profmia. No tenemos ramn alguna
para temer que la cátedra de la verdad sea capa%de ptonun-
ciar aqudla estulticia, que decia Jerdsalén á sud profetas :
habladnos cosas que nos gusten, ved para nosotros cosati
falsas* : ni mucho menos de dar aquella sentencia inicua
que dieron los sacerdotes y profetas contra Jeremías (de
quienes él se queja por estas palabras) : Y hablaron los
sacerdotes y los profetas á los principes, y c í todo el pue-
blo, diciendo :sentencia de muerte tiene este hombre: por-
que ha profetizado contra esta ciudad, como lo habeis oído
coa vuestras orejas-1.. i O cuantos males, mas que ordina-
riamente pudieran haberse evitado, y pudieran evitarse en
adelante, si los que conocen una verdad no la ocultasen 6 des-
figurasen por una c~ntemplacion,6 respeto, 6 piedad conocí-
damente mal entendida : y si Q lo menos no se empetiaesn
tanto coutva la verdad !
. 288. No ignoramos que muchos de aquellos que llama e1
* Loquimini nobis placentia, videte nobis errores. Z8ai.-
mur, 10.
t Et locuti sunt sacerdotes, et prophetae cid prinupes, et Bd om-
uem populum, dicentes : Judicium mortis est viro huic : quia pro-
phetavit advershs ciyitatem istam, sicut audietis auribua vestris.-
Jerem. xxvi, 11. .
TOMO 1. 2B
@?O L-A VENIDA DEL M B S I A S
evangelio h* de la iniquidad *, por ódio de la Iglesia
romana, á quien habian negado la debida obediencia, hao
abusado monstruosa é imprudentemente de este lugar de
la Escritura santa. Pero i qué cosa hay, por verdadera y
por santa que sea, de que no se pueda abusar? Los malos
hijos en lo que han dicho de Roma sobre esta profeciri,
han dicho injuries, calumnias, é invectivas : han mezclado
con infinitas fábulas una tí otra verdad poco bien entendi-
das : han abanzado cosas que no es posible que ellos mis-
mos creyesen. Mas todo esto, ¿qué hace ni qué puede
hacer al ásunto presente? Porque algunos han oscurecido
algunas verdades, mezclándolas violentamente con fábulas
y errores, i por eso no deberá ya trabajarse en sacar ea lim-
pio estas mismas verdades ? i Por eso no se podrá ya se-
parer lo precioso de lo vil? ¿ Por eso deberémos negarlo
todo, pasandonos enteramente al estremo contrario ? i Por
eso no podrémos ya toma; un partido medio, que nos deje
iguadinente del error funesto, y la lisonja perjudicial?
z Mayormente cuando estos insensatos aplicaban á la Roma
presente con calumnias, lo que solo se puede entender con
verdad de la Roma futura ?
289. Lo que decimos de los delitoe de la muger, dwi-
mos consiguientemente de su castigo. Roma, no idólatra,
sino cristiana: no cabeia de un imperio romano, solo ima-
ginario, sino cabeva del cristianismo, y centro de unidad de
la verdadera Iglesia de Dios vivo, puede muy bien sin de-
jaa de serlo incurrir alguna vez, y hacerse res delante de
Dios mismo, del crimen de fmicacion con los reyes de lo
tierra, y de todaa sus resultas. En esto no se ve q u g -
nancie alguna, por mas que muevan la cabeza sus defe-
res. Y la misma Roma en este mismo aspecto, puede re-
WUsobre si el horrendo crrstigo de que habla la profecía.
No es menester Gra esto que sea tomada de los étnicos ;
no es menester para esto, que vuelva á ser córte del misnao
imperio romano, &do de\ sepulcro con nuevos y mayor-

-
* Fiii sunt nequam. Math. xiii, 38:
BN GLORIA Y YAOBSTAD. m%
brios: no es menester para ests q w los nuevos enaperodo-
res destierren de Roma la religion cristiana, 6 introdwaa
<le nuevo la idolatría. Todas estas ideas eetraáaa, hdm
estas snposicionea imaginarias, son en realidad unas vanas
consolatoriaa, que no pueden ser sino de sumo perjnioio
para Rama, si se fia en eliae. E l gran trabajo es (y tra-
bajo digno de llanto inconsolable) que la profecía se cumpli-
rá, segun parece, por a t o Irtismr,: quiera decir, porque
nuestra buena madre ae fiar4 mas ÚZe lo que debiera de pa-
iabras consolatorias, no queneado sdvertif qw nacen sola-
mente del respeto y amor 'de sus fieles súbditos, los cuales
ban mirado, y miran como un punto de piedad y aun de
religion, el beatifiwla 8 toda horas, y de todos modos.
Oh si nos fuese posible decirle al oido, de modo que apro-
vechase, aquellm palabras que decia Dios á su es-
posa, hablo solamede en este punb particular: Pueblo
nio, los qus te Uamw bie~aventurado,esos mismos te en-
g&n, y nraban el camino de tw pwos*.
2490. No sefiora, no madre nuestra: no caareis &a vea
en el delito de idolaáría. No es esta ciertamente la forni-
eacion, que aqui m as aniipcia: no os debe dar esto cuida-
do alguno : e&í muy lejos de vos, no menos que del testo
y coeteeto de toda la terriMe profeda. Vnestra fe no fal-
tará, y en esto os di- la verdad tados vuestros doctores ;
pero mirad, setiora, que sin f&ar vuestra fe, puede muy
bien f a l b a l p dia vuesísa fidelidad ; sin faltar vuestra fe,
puede muy bien verificarse en vos dgun dia otra especie
de fowicaaion tan metafórka conio la fornicacim de los
ídoloa de la primera esposa de D i o s , mas no menos &mi-
*le m sus cliviaoq 40s. ai menos peligrosa para vos, ní
menos funesta para vuestros fieles hijos, ni tampoco menos
digna de castigo, y de na caetigo tento mayor cuanto son
mayores vuestras obligaciones, y mayor el honor y g-de-
zq verdadera tí que os ha sublimado vuestro esposo,.el cual

grmuum tuonun dimipant. -


t Popule meua, qui te beatum dicunt, ipsi te decipiunt,
Irai. iii, 12
2 ~ 2
et
m2 LA V X N I D A DEL MESIAS
babi6ndose ido á una tierra distante para recibir allí u*
reino, y despues volverser, os c o d ú y encamendb tanto
el gobierno de su casa, y e1 verdadero bien de su gran fa-
milia. Si en esto os descuidais algun dia, por atender B
vos misma, y cuidar de otra grandeza, que ciertamente no ,
os compete, podeis temer, sefiora, con gran razon, que cai-
ga sobre vos infaliblemente todo el peso de la profecía;
mas tu p o r la fe e s t k en pis :pues no te en@s por eso,
mus antes teme. Porque si Dios no perdonó ¿íloa ramos
naturales, n i menos te perdonará (á tí+; escribfa S. Pablo
4 los Romanos.
291. Cuando el Meslas se dejó ver en Jerusalén, es
cosa cierta, que no hall6 en toda ella ídolo alguno. Este
delito abominable de la antigua Jerusalén estaba ya corre-
$do, enmendado y purgado sbficientemente. Demas de
esto, el culto estemo, 6 el ejercicio esterno de la religion
estaba comente : el sacri$cio continuo, la oracion tí sus
tiempos, los ayunos prescriptos, las fiestas solemnes, el sa-
bado, &c. todo se observaba escrupulosamente ; tanto, que
algunas observaciones pasaban al .estremo de nimiedad:
habia en ella muchos justos, de que hacen mencion los
evangelios: toda la ciudad en suma, era y se llamaba con
propiedad la santa ciudad : pues este nombre le da el santo
evangelio aun despues de la muerte del M e s h $ : con todo
eso, Jerusalén estaba ent6nces en tan mal eatado en los
ojos de Dios, que el Mesias mismo llorb sobre ella, y no
solamente la ha116 digna de sus lágrimas, sino tambien de
aquel terrible anatema que fulminó contra ella en forma de
profecía. (diciéndole) : vendrán dias contra tf, en que tus
enemigos te cercarán de trincheras, y te pondrán cerco,

In regionem losginquam accipere sibi regnum, et reverti.-


&c. xix, 12.
.t. Tu autem fide stas : noli altum sapere, sed time. Si enim De&
naturaiibus ramis non pepercit : ne fortb nec tibi parcat. -M
Rom. xi, 20, et 21.
3 Mat. xxvü, 63.
EN O L O R l A Y MAGESTAD. m
y te eatrecharánpor todas partes. Y te derribarán en
tierra, y á tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán
en ti piedra sobre piedra . *. . ....
292. Esta profecía del hijo de Dios se verificó plena-
mente pocos aiíos despues, ni fué necesario para su perfecto
camplimit!nto. que la ciudad volviese 6 la qntigoa idolatría,
ni que fuese tomada por algunos prlncipes étnicos, que des-
terrasen de ella la verdadera religion, y substituyesen el
culto de los idolos. Nada de esto fu4 necesario. Jeru-
salén fnC: castigada, no por idólatra, sino por inicua: no por
sus antiguos d,e!itos, sino por aquellos,mismos que el Sefior
la habia reprendido, máximamente en su sacerdocio : los
cudes se. puedeu . ver en los evangelios que bien claros
están. La semejanza, pues, corre libremente por todas
partes sin embarazo alguno, y la esplicacion por si misma
se manifiesta.

SE PROPONE Y RESUELVE LA MAYOR O LA UNICA DIFI-


CULTAD QUE HAY CONTRA NUESTRO SISTEMA DEL ANTI-
CRISTO.
PARRAFO XV.
293. Todo cuanto hemos trabajado' h ~ s aquí
k en reeojer
y uuir en un cuerpo moral las,diversas piezas de que m
debe componer el Anticristo, ó en armar esta grande má-
quina, parecerá sin duda un trabajo perdido, si no respon-
demos de un modo natural, claro y perceptible, á una gra-
visima dificultad que se halla en la Escritura; la cual ha
parecido tau decisiva en favor de la persona individua y
siogular del Anticristo, que este ha sido en realidad todo el
fundamento de 13 opinion comun. La dificultad se puede
proponer brevemente en esta sustancia.
294. El Apostol S. Pablo en todo el capitulo ii de su
Segunda Eplstola á los Tesalonicenses, habla ciertamente
~enientdies in te : et circumdabunt te inimici tui vallo, et cir-
cumdabunt te : et coangustabunt te undique : Et ad terram proster-
neat te, et filios tuos, qui in te sunt, et non relinquent in te lapidem
super 1apidem.-Luc. xix, 43 et 44.
del Atitictisl, aunque no 10 minbre e911 palabra ea-
presa y fomaI. Siendo esto asi, como ningciob duda, tam-
poco se debe ni puede dudar que hable de una persona aja-
gular : ya porque esta suena en todas sus espresiones, y su
modo de hablar : ya porque siempre habla en singalar, y
nutica en plural : ya en fin, porqae dioe del Anticristo al-
gunas cosas particulares; una en especial que no puede
competer 4 muchos individuos, siw precisamente á uno
solo. Ved aquí el testo entero del Apostol.
Mas ro9a1>1.0s,Aemanos, por el a&eniaiento de nuee
tro S&or Jesucristo, y de nuestra reunion.cm dl: que no
6s naovais facilmnte de vuestra inteligencia, ni os pertur-
beis, ni por espfritu, ni por pulabra, ni por carta, como
enviada de A O ~como
, si el dia del Señor estuviese ya cerca.
Y no os dejeis seducir de nadie er manera alguna :porqw
no será sin que m t e s venga la apostada, y &a manifiw
tado el hombre de pecado, el hijo de perdicion, el cual se
opone, y se levanta sobre todo lo que se llama Dios, 6 que
es adorado ; de manera qzce se sentará en el templo di
Dios, mostrándose como si fuese Dios. i No os acordais
que cuando estaba todavia con vosotros os &M estar
cosas? Y sa6eY qHe -es Id que mm le detiene, á$n de
que eea naan~estadoá su tieppo. Porque ya está obran&
elmisterio de la iniquidad: solo qua el que e s t á j n ~ aorq
manténgase, hasta que sea quitado de en tnedio. Y en-
tónces se descubrirá aquel perverso, á quien el S&r
Jesus matarh con el aliento d~ su boca, y le destruirá con
el reizplandor de su venida: La venida de aquel es segun
op&acion de Satanás, en t ~ d potencia,
a y en señales, y err
prodigios mentirosos, y en toda seduccion de la iniquidad
para aquellos que perecen :porque no recibieron el amor
de la verdad para ser saluos. Por eso ies enviará Dias
operacion de error, para qete crkan á la mentira. Y sean
condenados todos los que no creyeron á la verdad, antes
consintieron á la iniquidad*.
bgomaa autem fintres, per adventum Dami naitri Jtsn.
Christi, et nostrae congregationie $I ipshm : U t nbn citb mevemini
EN GLORIA Y YAaBBTAD.

295. Esto es todo lo que diae S. Pablo del Amticrieto,


k, cual hemos reservado de propbsito para lo tiltimo, por
examinarlo aparte con mayor atencion. En toda la divina
Escritura, aunque se lea cien veces, y se vuelva 6 leer oíraa
mil, no hay otro lugar sino este solo, qae parezca favorecer
la persona individua y singular del Anticristo, habienda
tantos otros, que claramente combaten y destruyen esta
persona singular. Por tanto, este solo testo, como decia-
mos poco ha, es todo el fundamento real en que estriba, y
se hace fuerte la comun opinion. Dicen que este testo es
claro y los otros son oscuros : lo cual aunque fuese cierto
en cuanto 4 la sustancia, de los misterios del Anticrieb
(que ni aun en esto es claro), podemos decir eeguramenta
todo lo contrario, en cuanto h la unidad 6 pluralidad de m-
dividnos en el mismo Anticristo. En eate punto determi-
d o , que es lo que aora tratamos, el testo de S. Pablo er
oscurísimo ; y los otros son tan claros, que loa mayoxw in-
genios, empefiados formalmente en acomodados 4 ana per-
sono singular, ao lo han podido hasta aora conseguir. P a m
responder pues, d esta gran diicuitad de un modo formal 6
inteligible, vamos por partes. Dos son loil pantos tniceb
i vestro sensu, neque terreamini, neque per epiritum, neque per ser-
monem, neque per epistolain tamquam per nos missam, quaai inatct
dies Domini. Ne quis vos seducat u110 modo : quoniam nisi venerit
diacessio primhn, et revelatus fuerit horno peccati, filiaa perdidonis,
qui adversatur, et extollitur eupra omne quod dicitur Deue, aut quod
colitur, ita ut in templo Dei sedeat entedeno 3e hmquaw sit Dew.
2 Non retinetis qubd cum adhuc essem apud vw, h m dicebam vobiil?
Et nunc quid detineat scitis, ut reveletur in suo tempore. Nam
mystenum jam operatur iniquihtis : tanthm ut qui tenet nunc, te-
neat, donec de medio fiat. Et tunc revelabitur ille iniquus, quem
Dominus Jesus interficiet spiritu oris mi, et deatruet illostratione
adventQs aui eum: cujus est adventus secundiim operationem Sa-
tan=, in omni virtute, et eignis, et prodigiie mendacibus, et in omni
aeductione iniquitatis iia, qui pereunt . eb qubd charitatem veritatie
non receperunt ut salvi fierent. Ideo mittet illis Deus operationem
erroris, ut credant mendacio, ut judicentur omnes, qui non medida
. al 1, u r p u ~
runt veritati, sed consensenuit iniquitati. L 2 ad 2 7 ~ 8 ii,
sd 11.
m &A VENIDA DEL M E S I A S
qobre que, estriba toda ella. . Primero : S. Pnblo habla del
Anticristo en singular, no en plural, llamándolo el hombre
.
de pecado, el hijo de perdicion, el cual.. se levanta ...
aquelperverso ...
Segundo : S. Pablo dice de este hombre
de pecado ...
que se sentará en el templo de Dios, mostrán-
dose como si fuese Dios* : luego habla de qna persona in-
dividua y singular.

296. Primeramente: parece innegable y fuera de dis-


puta, que el hablar del Anticristo en siugular y no en plu-
. ral, como lo hace S. Pablo, precisamente por hablar en
singular, nada puede probar contra el asunto ni en prove-
cho ni en contra. Tan en singular se habla ordinariamente
de un cuerpo moral, compuesto de muchos individuos,
como de una sola persona: y ambos modos de hablar son
igualmente buenos. En la Escritura divina tenemos de
esto ejemplares sin niimero, y el mismo S. Pablo nos
ofrece no pocos. iQui6.n dirá, por ejemplo, que Dios ha-
bla de la persona singular de Adhn cuando dice: Rneré,. . .
de la haz de la tierra al hombre, que he criado+? ...
Quién dirá que Jacob habla de la persona singular de
cada uno de sus hijos, cuando les dice antes de morir:
congregaos, p a r a que anuncie lo que os ha de uenir'en los
últimos dias$? Cuando hablando con cada &o de ellos
en singular, les anuncia su suerte futera : v. g. Issmhar,
..
asno fuerte 5 . Benjamin lobo robador 11 .. Népthali, .
ciervo suelto, &c.q i Quién dirá qne Moisés habla con la
persona singular de su padre Jacob, cuaiido dice en sus

Ita ut in Templo Dei aedeat ostendens se tamquam sit Deus.-


2 ad Thea. ii, 4 .
.t. Delebo ... hominem, quem creavi, B facie terrze. - Gen. vi, 7.
f Conqregamini, ut annuntiem q u ventura
~ sunt vobis in diebus
novissimis. -Id. xlii, 1.
$ Issachar asinus fortis. -Id. ib. 14.
11 Benjamin lupue rapax. - Id. ib. 27.
T Nephthali, cervua emissus, &c.-Id. ib. 21.
BN G L O R l A Y M A O B S T A U . 377
libros frecuentemente : oye Israkl, ...
ten cuidado *. . ..
Abandonaste al Dios que te enjendró, y te olvidaste .t.:. . .
cuando dice en singular que Dios entregh en sus m'anos al
Cananeo, y que él lo mató $ ? i Quien dir4 que David ha-
bla de un hombre individuo, cuando dice en singular :
Levántate, Señor, no se fortijique el hombres: no ...
temeré lo que el hombre me hagall, porque me pateó el
hombre 7 : P a n de ángeles comió el hombre ** ?. ;Quién ..
dirá que laaiae habla de alguii hombre individuo, llamado
Egipto, cuando dice : El Egipto es hombre, y no Dios +.t. ?
... D e estos ejemplares pudiera citar con poco trabajo
material dos ó tres millares, porque este es un modo pro-
pio de hablar en toda suerte de escrituras sagradas y pro-
fanas, cuando se habla de muchos que moralmente compo-
nen .un todo.
237. E l mismo S. Pablo habló ciertamente con todas las
gentes Cristianas entónces presentes y futuras, y no obstante
casi siempre les habla en singular. como si.hablase con un
solo individuo V. g. y t i siendo izcebuche, fuiste injerido
en ellos, y has sido hecho participante de la raiz, y de la
grosura de la oliva. No te jactes contra los ramos. Por-
que si te jactas, t ú no,sustentas á,la raiz, sino la raiz á ti
... mas t ú por lu*fe estás en pie: pues no te engrias por
eso, mq:antes teme#. Supong4mos aora por, un momento
que el ,Anticristo ha de ser un cuerpo moral, como lo hemos
considerado : en este c e o , i no serian verdaderas y propisi-
+ Audi Israel, et observa. -Deut. vi, 3.
+ Deuin, qui te genuit, dereliquiati, et oblitus es.-Id. xxxii, 18.
f -
Tradidit Chananesum, quem ille interfecit, &c. Num. xxi, 3-
-
g Exurge, Domine, non confortetur horno. Ps. ix, 20.
-
11 Non timebo quid faciat mihi homo. Ps.cxvii, 6.
-
Quoniam conculvavit me horno. Ps.lv, 2.
** Panern angelorurn manducavit horno. -Ps.lxxvij, 25.
ft Egyptua,
-.- horno, et non Deus, &c. - Zsai. xxxi, 3.
ff T u autem cum oleaster esses, insertun ea in illis, et socius ra-
dicis, et pinguedinis olivz factus es, neli gloriar¡ advenhs ramos r
Qubd si Rioiiaris, non tu radicern portas, sed radii te. Tu qutem fide
-
stas : noli altum sapere, sed time. Ad Rom. xi, 17, 18, 20.
378 LA VENIDA DEL M B B l A S
mas las espresiones de S. Pablo? ,j No le convendrian per-
fectamente bien tí este cuerpo moral los nombres de el h-
bre de pecado, el hijo de perdicion, &c ? Parece que sí,
y mucho mas que si se hablase en plural, diciendo hombres
de pecado, hijos de perdicion. Aunque las piedras que
forman un palacio, 6 un templo, consideradas en sí mismas
sean muchísimas, y se hable de ellas en plural : maa des-
pues que se ven unidas entre si, despues que se ven pue*
tas en aquel brden á que están destinadas, ya no se habla
de ellas en plural, sino en singular : ya no se habla de ellas
sino como se habla de un individuo: ya todo aquel con-
junto, 6 agregado, se llama propiamente un palacio 6 ne
templo. Del mismo modo : aunque todos los individuos
que deben componer el Anticristo considerados en si mis-
mos sean innumerables; mas considerados en union, en
cuerpo, en aquella especie de hrden necesario p a q forniar
toda la máqiiina anticristiana, en este aspecto, digo, que
todos aquellos individuos son un todo, son un cuerpo, sea
un Anticristo, ó contra-Cristo, y ya se puede hablar de todos
ellos, como so habla de una persona, dando 6 todo aquel
conjunto el nombre que le da el Alwstol (cuando dice) el
hombre de pecado, el hijo de perdicion, &c. En todo
esto, lejos de hallarse impropiedad alguiia, digna de reparo,
se halla por el contrario una suma propiedad : ni se wn-
cibe de que modo mas natural, ni mas propio se podia
hahlar de un agregado anticristiano, de muchos individuos
unidos entre si, y animados de un mismo espíritu, de un
mismo interes, de unas mismas intenciones. D e es te modo
se habla con propiedad de una religion, y de una república,
de una monarquih: y de este modo se habla del cuerpo
místico de Cristo, que son todos los fieles unidos eatre si
y animados del -espiritu mismo de Cristo. Si en este
cuerpo falta la unidad, i qué bien podrémos esperar.
298. Fuera de esto : si se consideran atentamente las cir-
cuo'stancias, y el tiempo en que S. Pablo habla del Anti-
cristo, me atrevo & decir, que se ve con los ojos, y se toca
con las manos, la raaon que tuvo para no esplicarse plena-
mente sii m n t o : para hablar oon alguna orcuridad :
p u mear de palabras y esplicaciones igualmente acomoda-
blea 4 una mdividua persona, que B un ouerpo moral, com-
puesto de mnohas. S. Pablo era el apostol, el doctor, el
maestro propio de las gentes: era en aquellos primeros
&kmposcomo una verdadera madre llena de amor y de
ternura, y al mismo tiempo Uena de discrecion y de pm-
dencia, que da 4 sus hijos el neceeario y conveniente ali-
mento, y les esconde de algun modo lo que por entónceo
no les conviene. E l mismo dice, que los suatentaba ooo
leche como 4 párvulos, porque todavia PO eran capaces de
manjares maa fnertes : como h phrvulos en Cristo, leche
CM di 6 beber, no vianda ;porque entbnccs no podiaw :y
iri aun aora podeb*. En muchísimas parta de sus E p b
tolas se observa esta contemplacion, 6 esta bondad y ter-
nura depiadre coa que trata 4 los nuevos Cristiano& Aun-
que siempre les dice la verdad, aunque nada lea oculta de
lo que lea importa saber ; mas algunas verdades, cuya wti-
oia clara é individual no les era tan necesaria por entbnces,
se las dice con grande economía, mo~tr4ndolesclaramente
lo necesario, y como ocultándoles de a l p a modo lo menos
necesario que pudiera ocrisionar alguna turbacion. Asi m .
ve que muchas veces corta la cI4usula, dejándola oasi sin
sentido, por no e s p l i d o todo, 6 p q u e no se eobendiese
todo fuera de tiempo.
299. Entre otros muchos ejemplares, que me fuera fácil
hceros notar, observad solamente aquel testo de la episto-
la B los Romanos (en el que les dice), porqus como tam-
bien vosotros en algun tiempo no creuteis á Dios, y aora
habeis alcanzado misericordia por &a increddidad de
e h e (loa Judios) : así tambisn estos aora no kan creide
en vuestras misericordias :para que ellos alcuncen tum-
bien misericordiat. En esta segunda parte de la prnposi-
Tamquam yarvulk in Cristo Iac vobis potum dedi, non eacam,
-
nondum enim poteratis : sed nec nunc quidem poteatis. 1 ad Cw.
iii, 1, et B.
f Sicut enim aliquando et voa non credistis Deo, nuac wtem
380 .LA VENIDA DEL M E S I A S
cion 'falta mamfibstamente la causal de la primera parte, sin
la cual la semejanza.no puede correr; y parece'claro, que
el prudentísimo Apostol la omitió de propósito, por no con-
tristar por entónces, 6 desanimar á los nuelos fieles. La
causal de la primera parte es esta: por la incredulidad de
ellos:: conque para que corriese bien la semejanza debia
hallarse otra causal semejante en la segunda parte, y así
débia afiadirse por vuestra incredulidad. De modo, que
si vosotros (les dice) conseguisteis misericordia por la in-
credulidad de 14s Judios, estos la conseguirán por vuestra
incredulidad. Estas últimas palabras, que faltan en el testo,
se colijen evidentemente de todo lo que precede, y mucho
mas de lo que se sigue inmediatamento : Porque Dios t o h
laa cosu encerró en la incredulidad, para usar con todos
de misericordia*. En la incredulidad de los Judios para
hacer grandes misericordias con las gentes : y en @ incre-
dulidad de estas (cuando suceda como está escrito) para
hacer iguales ó mayores misericordias con los Judios. i Mis-
terio verdaderamente grande é inescrutable, digno solo de
la grandeza de Dios, y de las riquezas incomprensibles de
su sabiduria! Así concluye el punto el Apostol con esta
esclamacion : :O profundidad de las riquezas de la sabi-
duríu y de la ciencia de Dios ! ;Cuan inconaprensibles
son sus juicios, k impenetrables sus caminos! Porque
i quikn entendió la mente del Sefior? O quikn fuk su
consejero+ ? &c.
- 300. De este modo podemos discurrir, mirando con aten-
cion.todo lo que el mismo Apostol dice del Anticristo en

mbericordiam consecuti eatis propter incredulitatem iiiorum : Ita et


ísti nunc non crediderunt in vestram misericordiam : ut et ipsi miae-
-
ricordiam consequantur. Ad Rom. xi, 30, et 31.
* Concluait enim Deus omnia in incredulitate, ut omnium mise-
reatur. -Id. v. 32.
i Oh altitudo divitiarum sapientiz, et s'cienti~Dei ! q u h in-
comprehensibilia sunt judicia ejus, et investigabides vi= ejiw I I Q n w
enim co.povit sensum Domini ? i Aut quis consiliariue .ejus fuit
&c.- Ad Rom. xi, 33 et 34.
EN GLORIA Y MAGESTAD. 381
el lugar citado. Todo este capituro por más que se diga,
6 se pretenda, es oscurísimo; algunas cl4usnlas no tienen
sentido, 6 no se les ve, porque no están concluidas : otras
parecen verdaderos enigmas muy parecidos á los del Apo-
calipsis: en otras se remite 4 lo que ya les habin dicho de
palabra, lo cual no tenemos por donde saberlo. i Qciién en-
tendiera, por ejemplo, que aquella' palabra la apostasia,
que es tan general, sin que antes venga la apostasia, sig-
ni6ca aquí.la apostasía, si el mismo Apostol no se hubiese
esplicado en otras partes, v. g. en la epístola primera A Ti-
moteo, donde se hallan estas palabras : Mas el Espíritu ma-
nijiestarnente dice, que en los postrimeros tiempos aposta-
tarán algunos de la fk*,. .. y en la epistola á los Hebreos,
donde llama á la apostasía coraxon malo de incredulidd,
apartandoos del Dios vivo T.
301. .Aora, si el hombre de pecado, el hijo de perdicion.
de quien dice que se revelará, ó manifestará antes que
venga el Sefíor: si este hombre de pecado no es en la rea-
lidad otra cosa que lu apostash de la fe, 6 una consecuen-
cia de la apostada: si no ha de ser otra cosa (á lo menos
en s u principio y fundamento) que un cuerpo de cristianos
apóstatas, animados de aquel espíritu terrible divide ' á
Jesus (pasiva y activamente), y unidos todos contra el
S&r y contra su Cristo$, en este caso parece algo mas
que verosímil, que el Apostol se esplicase en este punto
con suma discrecion y economía, para no hacer algun dafio
á aquellas tiernas plantas, que apenas empezaban 4 brotar,
por no afligirlas y desconsolarlas mas de lo que era necesa-
rio en aquellos principios. N O sabemos qué uso hicieron
de este lugar de S. Pablo los Tesalonicenses, ni como lo
entendieron, ni si lo entendieron. Parece lo mas verosímil,
que por entbnces se contentasen con la noticia clara y cier-
9 Spiritus autem rnanifestb dicit; quie in novis~imiatemporibua
-
diacedent quidam B fide. 1 ad Tim. iv, l.
-
1. Cor malum incredulitatis, dicedendi S Deo vivo. Ad ffebr.
1
iii, 12.
1 Advershs Dominum, et advertíhs Chrietiim ejiis. -Pa. ii, 2.
LA V E N I D A DPL MESIAS

ta que les da el Aposbl, tocante al asunto prinoipal, 5 6nir


co de toda la epístola : ee A saber, que 4 dia del Ssfíor ne
estaba tan cerca, como entre ellos se habia divulgado (m
se sabe con qu6 ocasion) pues primero habh de suceder
la apastaaía,y la revelacion del hombre de pecado. Des-
pues andando el tiempo se ha pensado tanto, y tanto se ha
adelantado sobre este lugar de S. Pablo, que el hombre &
pecado ha llegado en fin B formar aquel fantasma b aquel
mónstroo que no se puede mirar sin admiraoion, ni leer sin
asombro.
302. Yo veo bien, y confieso de buena fe, que con d o
solo no está resueltala gran diíkultad. Aunque ei primer
punto de apoyo sobre que estriba (esto es, el hablar el
Apostol del Anticristo, no en plural, sino ea singular) no
sea tan sólido y fuerte, que bata por si solo para susten-
tarla, nras queda el otro punto sblido y ñrmísimo que pare-
ce imposible hacerlo ceder: y mientras este no cediese,
toda la dificultad queda en pie, y por consiguiente me
iodo el grande ediíicbo que se ha levantado hasta las nubea
sobre este solo fundamento. Aun permitido y coecedido,
se podrb decir, que las palabras y espresiones de que uea
el Apostol, pueden acomodarse igualmente biem á un caer-
po moral, que & nn individuo iauignlar; mas entre das
hay una que no admite otro sentido que el d s la persoilo
individua y singular : y siendo esto así, esta sola debe es-
plicar 4 todas las otras. Si esta sola habla ciertamente de
nna persona individua y sbgdar, se debe conciuir k g í h a
y ideot te mente, qae íiodris las demas hablan en el winmn
sentido : pues todas caminan á un miamo objeto. Eran#
némos, pues, este gran fandamento con ateacion par&
cular.

SE SATISFACE AL SEGUNDO PUNTO DE LA DIWCULTAD.


803. Entre las cosas particulares que dice S. Pablo del
hombre de pecado, del hijo de iniquidad, 6 del Anticriato,
una es, que no solo se opondrá, sino que se elevartí d
rw
todo lo que re l b Dicw, b qrre tu &acáo,..lde a
EN GLORIA Y WAGBSTAD. 888
modo,' que se sentará en el templo de Dios, mostrándose
como si fueae Dios*. Este septarse en el templo de Dios,
mostrSndose como si fuese Dios, solamente puede competir
4 una persona individua y singular : luego el hombre de
pecado, 'el hijo de iniquidad, 6 el Anticristo debe ser,
segun S. Pablo. un hombre individuo, 6 persona singular.
A este solo punto de apoyo se reduce el fundamento de la
opinion comun. Aora pregunto yo : esta parte del testo
de S. Pablo, 6 esta noticia particular, de manera que sa
sentará en el templo de Dios, mostrándose como si fuese
Dios, ¿es clara 6 inteligible en todas sus partes, 6 no lo
es ? Si no es perfectamente clara é inteligible, no puede
servir de apoyo, ni ser fundamento para afirmar una cosa
tan grande, tan repugnante al sentido comun y tan opuesta
tí todas las ideas, que en tantas otras partes nos da del
Anticristo la divina Escritura. Mucho menos podrá ser
suficiente fundamento para fundar esta sola noticia un
dogma, 6 una verdad de fe, como pretenden 6 suponen
algunos teólogos insignes, diciendo, sin mas razon que esta,
que la persona individua y singular del Anticristo es una
asercion no solamente probable, sino ciertamente de fe.
Mas jcomo ciertamente de fe una proposicion fundada
únicamente sobre M testo oscuro, 6 no esplicado por el
comun sentir de los padres y teólogos, ni menos de-iinido
por la Iglesia? No es oscuro, responden, sino claro y
perceptible á todos ; ni admite otro sentido literal y obvio,
que el de una persona singular. Los otros lugares que se
hallan en la Escritura, y que parece hablan de muchas
p e r s a , estos si son omuros, y muchos de ellos puras
meiiiforas, cuyo verdadero sentido es reservado á Dios.
304. Aora bien: jmnque el a t o de S. Pablo que
oora ooesideramos, es claro y perceptible á todos? Si es
claro y peroeptihle Q todos, deberá ser clara y perceptible
la esplimoh. En este enpuesb : se p r e p t a en primer
Ingar, j de qué templo de Dior habla S. Pablo ? i O habla
-
* Ita nt in templo Dei &at ostendone se taeiqitem sit Deus.
2 ad Thea. ii, 4.
a04 LA V E N I D A D E L MESIAS

de templo solo espiritual, figurado y metafórico, 6 habla


de algun templo material y manbfacto? Entre estos dos
templos no parece que hay medio. Si habla en el primer
sentido, el testo nada prueba en favor, antes pruebaSen
contra ; pues en el mismo sentido en que se ' tomase la
palabra templo, se deberá tomar el hombre de pecado, qae
se sienta en él, y tambien el asiento mismo, y la accion
de sentarse, &c. Si se habla de templo material, y ma-
nufacto, se vuelve 4 preguntar l qué templo será este ?
Resuelven, que será el templo mismo de J e m a l é n : pnes
en tiempo de S. Pablo no habia en toda la tierra otro tem-
plo material de Dios. S e debe suponer autes de pasar 4
otra reflexion, que S. Pablo no habla aquí de aqnel mismo
individuo templo que existia en su tiempo ; pnes en este
caso hubiera sido mal profeta: ni S. Pablo podia ignorar
que aqnel individuo templo de Dios, debia destruirse en
breve, así por la profecia de Daniel, capítulo ix, que es
bien clara, como por la profecía clarísima del mismo Cristo
que dijo, hablando del templo : no quedará aqui piedra
sobre piedra, que no sea derribada *. Conque si el
Apostol habla del templo de Jerusalén, es pt&iso que
hablo de otro templo todavia futuro. i Cual es este? Es,
dicen con gran formalidad, el que edificará el mismo Anti-
cristo, cuando ponga su corte en JerusalBn.
305. Optirnamente. i Y esta noticia es cierta'y segura?
i Se ha sacado de algun público archivo conbcido por in-
falible? Sabemos qne no hay otro archivo de donde .sacar
noticias de futuro, que la revelacion contenida en la Biblia
sagrada. i Cual es, pues, la revelaoion sobre esta noticia
particular ? i Será acaso este mismo lugar de S. Pablo, des-
pues de entendido y acomodado al intento ? Increible'pare-
ce ; mas la verdad'es, que no se sefiala otro ni parece po-
sible sefiaiarlo, porque no lo hay en toda la Biblia sagra-
da ; a&es,hay no pocos para afirmar todo lo contrario. Ved
aqnf uno;qúe v a l q o r mil. El profeta Daniel, capitulo ix,'
* Non relinquetur hic lapi" super lapidem, qtLnon deitm&ir.'-
Mat. xxiv, 2. 8 . . ..
E N G L O R I A Y MAGIIS'l'AD. ,385
hablando de la muerte del Mesias y de sus resultas, dice
asi : será muerto el Cristo : y no será mas suyo el pueblo
que le negará. Y un pueblo con un caudillo que vendrá,
destruirá la ciudad, y el santuario : y su fin estrago, y
despues del fin de la guerra vendrá la desolacion decre-
....
tada. y durará la desolacion h t a la consumacion y
el$n+. S i la desolacion de Jerusalén, y de su templo
debe perseverar hasta la consumacion, y hasta el fin, ien
qué tiempo edificará este judio Anticristo la ciudad y el tem-
plo que desolaron los Romanos? S i antes de la consuma-
cion y del fin, falsificará la profecia, y será esta una de
sus mayores proezas. Si despues, será todavia mayor proe-
za, como es salir del infierno para edificar el templo, y la
- ciudad. i N o veis, Sefior, con vuestros ojos la siiposicion,
é inconsecuencia ?
306. N e es esto lo mas : aun dado caso, y- permitido
-
por un momento quo el pérfido judio Anticristo será quien
edifique otra vez el templo de Jerusalén, se pregunta : i es-
te templo edificado por el Anticristo será realmente un tem-
plo de Dios? 'Dura cosa parece el concederlo; pues no
aparece razon, ni titulo alguno para poderle dar este nom-
bre. i Como ha de ser un templo de Dios vivo : como le
hemos de dar este nombre 4 un edificio construido por el
mayor enemigo de Dios: por un hombre de pecado, hi-
jo de la iniquidad, el cual se opone y se levanta sobre to-
do lo que se llama Dios, b que es adorado+ ? i Y esto
de propia autoridad, sin mandato, ni beneplácito de Dios !
i Y esto no para Dios, sino para si mismo ! i Cbmo ha de
habitar Dios en este templo de modo que merezca con pro-
piedad el nombre de templo de Dios ? Si no merece este
Y'
Occidetur Christus : et non erit ejus populus, qui eum negatu-
NS este. Et civitatem, et sanctuarium dissipabit populos cum duce
venturo : et finis ejue vastitas, et post finem beiii statuta desolatio ...
et ueque ad consummationem et 6nem perseverabit deso1atio.-
Dan. ix, 26, et 27.
.t. Qui adversatur, et extoiiitur supra omne quod dicitur Deus, aut
co1itur.- 2 ad Thes. ii, 4.
T O M O 1. 2 c
386 L A V E N I D A DEL MBIIAS
nombre : si no es de modo alguno propio y racional, tem-
plo de Dios ; luego el Apostol no habla de este templo
imajinario, pues dice espresamente, que el hombre de peca-
do se sentará en el templo de Dios*.
307. Pues i de qué templo de Dios habla S. Pablo ?
Los que dicen que este testo es clarísimo, y por sn cla-
ridad es decisivo en el asunto, debian hacerse cargo de to-
dos estos embarazos. Debian así mismo hacerse cargo d e
otras cosas particulares del mismo testo, en que se espli-
can tan poca, tan de prisa, tan en confuso, que nos de-
jan en la misma, y aun en mayor oscuridad. ¿ Qué signi-
ficado tienen, v. g. aquellas palabras : y sabeis que es Zo
que aora le detiene, áJin que sea manifestado á su tiem-
po. Porque y a está obrando el misterio de la iniquidad :
solo que el que está Jirme aora, mantengaae, haata que
sea quitado de en medio. Y entónces se descubrirá aquel
perverso ?....Aquí confiesan que está oscuro el Apóstol :
y como si hubiesen consultado el punto con éI mismo, seña-
lan luego la razon que tuvo para hablar con tanta oscuridad.
i Cual fué esta razon? Fué, dicen, por no ocasionar alguna
persecucion contra los cristianos, si acaso esta epístola lle-
gase á manos del emperador Neron, pues en esta clausula
oscura habla del mismo Neron, y de todo el imperio
romano: y lo que en sustancia quiere decir, es, que
el fin y mina de este grande imperio ha de preceder in-
mediatamente, y ha de ser como una sefíal clara y ma-
nifiesta de la revelacion del Anticristo, y'de su monarquia
universal. i Y será creible, digo yo, que S. Pablo hable
aquí de Neroo, 6 del imperio romano, despues de sepul-
tado, y convertido en polvo ? i Será creible se hable todavia
de él en nuestra tierra como se hablaba en tiempo de Cons-
tantino ó de Teodosio? Cierto que leemos con nuestros
ojos algunas cosas tan estrafías, que aun despues de leidas,
noa parece imposible que puedan escribirse.
308. Pero volvamos li nuestro propósito. i D e qu6 tem-
plo de Dios habla aquí S. Pablo? Asi como para entender
* Ita ut in templo Dei sedeat.-2 ad mes. ii, 4.
BN G L O R I A Y MAGESTAD. 307
bien la palabra q o t ~ t a s í anos es necesario consultarlo con
el mismo S. Pablo en otros lugares de sus epístolas ; asi
del mismo modo para entender la palabra templo de Dios,
deberémos consultarlo con el mismo Apostol. No habiendo
otro lugar en toda la Escritura que nos pueda dar sobre
esto alguna luz, sena un óptimo espediente para inquirir -
la mente de S. Pablo, consultar atentamente sus otros
escritos, examinando entre ellos estos dos puntos, que son
los que por aora necesitamos. Primero : si la palabra tem-
plo de Dios se halla alguna, 6 algunas veces en los escritos
de este Apostol. Segundo: en qué sentido, se halla esta
palabra siempre que se halla. Hecho ate examen con
poco 6 mucho trabajo, yo discurro asl, y propongo mi dis-
ourso en forma de consulta 6 cualquier juez imparcial.
309. E n todas las 14 eplstolas de S. Pablo, solas siete
veces se halla esta palabra templo de Dios. En las seis
primeras el sentido es uno mismo, y está manifiesto y clarí-
simo: siempre se toma en sentido figurado y espiritual,
nunca en sentido material, como luego verémos: mas la
séptima vez el sentido no está claro: no se conoce con
tanta certeza, si habla tambien de templo espiritual, ó de
templo material. A esta duda se afiade, que el sentido
material sufre grandes dificultades, y el espiritual ninguna.
Pues en este caso, propuesto con toda fidelidad y verdad,
se pregunta : i podrémos entender este último lugar oscuro,
en aquel mismo sentido claro en que entendemos los seis
primeros, luego al punto que los leemos? Si se dice que
no, deberá mostrarse algun fundamento real, 6 alguna buena
razon, para esceptuar este solo lugar oscuro de aquel sen-
tido claro y cierto en que se toman los otros : y este funda-
mento, esta buena razon, ni se muestra, ni hay apariencia
de que pueda mostrarse, si no es acaso respondiendo por
la misma cuestion. Si se dice que si, con esto solo está
resuelta la difi'cultad, g concluida la disputa.
310. Por si acaso se dudáre del sentido cierto en que
toma S. Pablo la palabra templo de Dios las seis primeras
veces, se pueden ver estas en sus propios lugares, que son:
2c2
388 L A V E N I D A DEL M E S I A S

tres veces en el capitulo tercero de la epistola primera á


los Corintios, donde dice : i No sabeis, que sois templo de
Dios, y que el Espáritu de Dios mora en vosotros ? S i
alyuno violare el tempZo de Dios, Dios le destruirá.
Porque el templo de Dios, que sois vosotros, santo es*.
En el capitulo vi de la misma epistola se halla otra vez
esta palabra: ,j 6 no sabeis, que vuestros miembros son
templo del Espiritu Santo, que está en vosotros.t.? E n la
epistola segunda á los mismos Corintios, capitulo seis, se
halla otras dos veces esta misma palabra : ,j qué concierto,
el templo de Dios con los ídolos3 ? i Qué os parece aora
del sentido de estos lugares de S. Pablo? i Lo podeis du-
dar ? No nos queda pues otro, que el que aora disputamos :
y de este decimos lo mismo: esto es, que no hay razon
para entenderlo en otro sentido, no hay razon algiina para
entenderlo del templo material: antes por el contrario,
todo el contesto del capitulo es conocidamente oscuro, y
estando lleno todo desde el principio al fin de espresiones
figuradas, nos convida al sentido figurado y nos aparta del
material, asf en el hombre de pecado como en el templo &
Dios.
311. Siendo, pues, solo figurado y espiritual el templo
de Dios, de que aquí se habla, con esta sola idea, se en-
tiende al punto todo el misterio. El templo de Dios, de
que siempre ha hablado S. Pablo, no es otro que la Iglesia
de Cristo: no es otro que la congregacion de todos los
fieles: no es otro que los mismos fieles unidos entre si, los
cuales, como les dice S. Pedro : como piedras vivns sed
.
edijcados casa espiritual.. $. Pues este es el templo de
Nescitis, quia templum Dei estis, et Spiritua Dei habitat in vobii?
Si quis autem templum Dei violaverit, disperdet illum Deus. Tem-
plum enim Dei sanctuin est, quod estis vos. - 1 ad Cor. iii, 16 et 17.
An nescitis, quoniam membra vestra templum sunt Spirittb
Sancti, qui in vobis est 3 -Id. vi, 19.
f 8 Qui autem consensus templo Dei cum idolb ? Vos enim estia
-
templum Dei. 2 ad Cor. vi, 16.
Tamquam lapides vivi superedificamini, domus spiritualis. -
1 Pet.iii, 6.
BN G L O R I A Y ~ I A G M S T A D . 389
Dios, en que formalmente se sentará el hombre de pecado,
el hijo de la iniquidad, mostrándose públicamente, y obrando
libremente en él, como si fuese Dios* : i Qué quiere decir
esto ? Lo que quiere decir, parece bien claro y bien con-
forme 4 todo lo que hemos observado. Todo camina bien
sin dificultad ni embarazo. El hombre de pecado, el hijo
de perdicion de que habla S. Pablo, no es otra cosa en su
raiz, en su fundamento, en su principio, que una multitud
de verdaderos apóstatas (llámense estos deistas ó mate-
rialistas, importa poco para la sustancia del misterio) : los
cuales habiendo primero desatado á Jesus 6 desatádose de.
Jesus, y con esto verificado en si mismos lo que anuncia el
Apostol en primer lugar por estas palabras : sin que antes
venga la apostasia ; se han de unir en un cuerpo moral :
han de trabajar en acrecentar y fortificar este cuerpo, cuanto
sea posible : y despues que esto se haya conseguido, se han
de revelar y declarar contra el mismo Jesus, y contra Dios
su padre. Por esto se le da 4 este hombre de pecado, el
nombre de Anticristo 6 contra-Cristo.
312. Pues este hombre depecado, este hijo deperdicion,
este cuerpo moral, cuerpo ds pecado cargado de ellos,
cuando se vea crecido, y en perfecta madurez ; cuando ya
no tenga impedimento alguno para salir al público ; cuando
ciertos cuernos, que le han de nacer, hayan crecido hasta la
perfeccion ; cuando en fin haya ganado y puesto de su parte
una bestia temble de dos cuernos con todo su talento de
hacer milagros, &c. entbnces este hombre de pecado, el hijo
de perdicion, el cual se opone, y se levanta sobre todo lo
que se llama Dios, se sentará en la Iglesia de Cristo,
que es el templo del verdadero Dios: y vosotros sois el
templo de Dios-f*. Entónces mandará en este templo, y
se hará obedecer, ya con el terror y fuerza de sus cuernos,
ya tambien con los cuernos como de cordero de la otra
bestia, y con su locuela de dragon. Entbnces dispondrá
libremente en este mismo templo de lo mas sagrado, de lo
* Ostendens se, tamquam sit Deus. -2 ad mes. ii, 4.
7 Vos enim estia Templum Dei. -2 ad Cor. vi, 16.
890 LA VENIDA D E L M B Y I A S

mas venerable, de lo mas divino : ya impidiendo el sacrijZcio


continuo ;ya alterando, ya mezclando, ya mudando, ya con-
fundiendo lo sagrado con lo profano, la luz con las tinieblas,
y 4 Cristo con Belial. Entónces se verá este monstruo de
iniquidad abrir públicamente su boca en blasfemias contra
Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y á
los que moran en el cielo*. Entónces se verá que hiciese
guerra á los santos, y que los venciese-1.. Entónces en
suma, so ver$ hecho dueiío y sefior de le casa y templo de
Dios, que sois vosotros, mostrándose dentro de este templo,
en su conducta, en sus operaciones, en su despotismo, como
si fuese Dios t.
313. Esta Gltima espresion del Apostol, 6 por mejor
decir la inteligencia tan material que se le ha dado, es sin
duda la que ha producido tantas noticias fahulosas, inrero-
similes é increibles, que se han imaginado en todos tiem-
pos, y que han pasado con suma facilidad de la imaginacion
á la pluma. Esta intelijencia tau material es l a que ha
producido aquella idea verdaderamente estrafia de un mo-
narca universal que pretende ser adorado como Dibs de
todos los pueblos, tribus y lenguas : que edifica la ciudad
y templo de Jerusalén, á pesar de una profecía : que en este
templo se sienta sobre un alto y magnifico trono: que aHi
espera con gran paciencia el concurso y la odoracion de
todos los pueblos, sufriendo el humo del incienso, y el olor
de los sacrificios, &c. Pero hablemos con fordalidad:
i no son estas ideas infinitamente distantes del h ~ m b r ede
pecado, del hijo de la perdicion, y del templo de Dios de
que habla S. Pablo? i No son ajenas de todo el eontesto de
este capitulo ? Casi todas sus espresiones son figuradas, y
por eso unas miiy oscuras, otras poco claras: y es fácil
pensar que se escribieron así con grande acuerdo, para que
no se entendiesen autes de tiempo. N i era necesario, ni
* In blaspliemias ad Deum, blasphemare nomen ejus, et taberna-
culum ejus, et eos qui in celo habitant. -Apoc. xiii, 6.
t Bellum facere cnm sanctis, et vincere eos. - Id. 7.
f Ostendens se, tamqualn sit Deus. -2 ad @he#. ii, 4
conveniente, que se entendiesen clara 6 individualmente en
los principios de la Iglesia, ni es creible que S. Pabloescri-
biese todo lo que dice en este lugar, solamente para los
Cristianos de Tesalónica, sino en cuanto conducia al asunto
principal de su epístola, que era sacarlos del error,en que
actualmente estaban, esperando por momentos la venida
del Sefior. i Qué les importaba á los Cristianos del primer
siglo el saber con ideas claras lo que habia de suceder en
tlmundo, v. g dos mil afios despue-S? Pero importaba in-
finito que todo esto quedase escrito, aunque con algun dis-
fraz, para que sirviese cuando fuera necesario, cuando el
tiempo y los sucesos mismos empezasen á abrir el sentido,
.
y Q alumbrar en la oscuridad : como.. una antorcha que
luce en un lugar tenebroso*.
314. Esta es la verdadera causa de la oscuridad de
muchas profecias. Esta es la verdadera causa de que mu-
ohos sucesos futuros, aunque ya revelados, se vean como
escondidos, y encubiertos debajo de metáforas oscuras,
para que no se entiendan antes de tiempo. La sabiduría
infinita de Dios, su providencia y su bondad, relucen clara-
mente en esta economia. Al contrario, las cosas que no
son profecia, las cosas que pertenecen á la sustancia de la
religion, esto es, al dogma y á la moral, estas se ven
escritas con la mayor simplicidad y claridad : y si algunas
se hallan menos claras, la misma sabidurta y providencia de
Dios ha dispuesto 6 permitido que se ofrezcan dudas, que
se esciten disputas, y aun que se avancen errores y here-
jias, para que la Iglesia las examine de propósito, las
aclare y las ensefie en su verdadero sentido. Mas en las
cosas que no pertenecen al dogma ni á la moral, en las
profectas que anuncian sucesos futuros, jamas se ha metido
la Iglesia en declarar cual es su verdadero sentido: ha
dejado el campo libre á los doctores para que trabajen en
él: jamás ha tomado partido por alguna de sus opiniones :
jamás ha probado esta como cierta, ni reprobado aquella

Quasi lucemrs lucenti in caliginoso loco. -2 Pet. i, 19.


M2 LA VENIDA D E L M E S I A S

como errónea : jamhs, en fin, ha hablado tina palabra, sino


cuando algunas de estas opiniones se oponen por algun
lado, Ó se oponen manifiestamente á algunas de las verda-
des fundamentales, ciertas é iudubitubles que ha recibido.
Así, lo que sobre estas profecfas han discurrido los docto-
res, se puede recibir ó no recibir, segun las razones buenas
ó no buenas en que se fundaren. Y aunque digan y afir-
men, que esto 6 aquello es una verdad, y una verdad d e fe
(como tal vez suelen avanzar, sin otra razon que citarse
los unos 4 los otros) no por eso dejamw de quedar en
perfecta libertad para examinar la razon 6 fundamento con
que lo dicen. Si el fundamento despues de bien exami-
nado se halla sólido y firme, deberémos estar con ellos :
..
no . porque ellos asi lo juzgan ; sino porque lo persua-
den ó con la autoridad de algun testo canónico, ó con
alguna razon de peso*. La autoridad estrínseca en estas
cosas de que hablamos, no tiene otra &meza, ni la puede
tener, sino el fundamento sobre que estriba. Mas si el
fundamento despues de bien examinado no se halla suñci-
ente : si el tiempo, ó las circunstancias, ó la casualidad, 6
sobre todo, la providencia, descubren y muestran dara-
mente otra cosa diversa, ;,no
- podrémos
- en este caso, ó no
deberémos en conciencia apartanios en aquellos puntos par-
ticulares del sentimiento de los doctores ? i No podrémos h
lo menos apelar de los doctores muertos 4 los doctores vi-
vos? ¿ No podrémos proponerles h estos nuestras dudas, y
pedirles un nuevo, un mas atento y mas maduru exámen?
315. Este solo fruto quisiera yo sacar de todas las dbser-
vaciones hechas hasta aquí, y que se han de ir haciendo en
adelante. Con esto solo me parece, que quedara contento.
Lejos de querer ser creido sobre mi palabra, lo que mas
deseo es ser examinado con todo aquel rigor que prescriben
las leyes de la crítica, ó las leyes de la recta razon ilumi-
nada con lalucerna de la fe : poFque andamos p o r fe, y no
.
* Non . . quia ipsi ita senserunt ; sed quia mihi, ve1 per illos auc-
tores caiionicos, ve1 prohabili ratione quod h verb non abhorreat.
-
persuadere potuerunt. Div. Atcg. @p.lxxxii nd Hyer. ntím. 3.
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 393
por vision*. La.. cosas particulares de que trato son
innegablemente de suma importancia, de'sumo interes. Por
otra parte, el sistema presente del mundo, el estado actual
de la Iglesia de Cristo en muchos de sus miembros, muy
semejantes 4 aquel angel séptimo del Apocalipsis, ni frio,
+
ni caliente -t., parece que dan gritos sus ministros, y les
piden instantemente que sacudan el suefio, que abran los
ojos, y que miren y observen con mayor atencion.
316. Tengd propuesto un nuevo Anticristo. S i este es
el verdadero, 6 no, yo no decido. Este juicio toca al juez,
no tí la parte. Asf, no lo propongo como una asercion, sino
como una mera consulta, sujetando de buena fe todo este
Anticristo con todas las de que se compone, no sola-
mente al juicio de la Iglesia, que esto se debe suponer,
sino tambien al juicio particular de los sábios que quisieren
tomar el trabajo, no inútil, de examinarlo, de corregirlo, de
ilustrarlo, de perfeccionarlo, y si les parece, tambien de
impugnarlo. Solo se les pide á estos, 6 por justicia, 6 por
gracia, que su exámen 6 su impugnacion, no venga final-
mente á reducirse B la autoridad puramente estrínseca. En
este caao protesto la violencia. Yo no ignoro, que esta ,
autoridad, por la mayor parte, nada me favorece : por
tanto, si por ella sola soy juzgado, la sentencia contra mi
será cierta : i pero será justa? E l examen, pues, 6 la im-
pugnacion, deberá hacerse por el fundamento en que es-
triba, ó debe estribar esta autoridad estrfnseca, no por la
misma autoridad. El testo de S. Pablo, que es el único
fundamento, no es tan claro 4 favor de una persona sin-
gular, que no necesite de nuevo exámen : p este exámen
es el que deseamos y pedimos, si bien otros autores moder-
nos que ya he indicado, han negado 4 su arbitrio, y procu-
rado probar, que por Anticristo no se entiende un individuo
solo.
* Per
7.
fidem enim ambulamua, et non per speciem. -
2 ad Cor.
v,
-
.t. Neque frigidus, ...neque calidua. Apoc. iii, 15.
394 L A VENIDA D E L MESIAS

DOS ANOTACIONES.
PRIMERAS.
317. E n el párrafo iv se traen aquellas palabras .de la
epístola primera de S. Juan, espíritu, que divide á Jeszts,
como la propia definicion del Anticristo, y se dice, que es-
tas palabras no suenan otra cosa en su propio y natural
sentido, que la apostasla verdadera de la religion Cristiana
quo antes se profesaba. No obstante, desde el phrrafo vii
se empieza li hablar de una bestia de siete cabezas, como
que ésta es el verdadero Anticristo ; mas entre estas siete
cabezas, solo cinco hay á quienes pueda competir el divi-
dir á Jesus, 6 la apostasía, pues las otras dos, que son el
Mahometismo y la idolatría, como no tienen atadura al-
guna con Jesus, tampoco pueden desatarlo, 6 desatarse de
él. O estas dos cabezas de la bestia no vienen al caso, 6
no es justa la deficion.

RESPUESTA.
318. E n varias partes de este fenómeno hemos adver-
tido, que la espresion dividir á Jesus, no solamente la
tomamos en sentido pasivo, sino tambien y principalmente
en sentido activo. El dividir á Jesus, en sentido pasivo
será como el fondo del Anticristo, y como la primera dili-
.jencia necesaria, para que sobre este fondo se forme todo
el Anticristo; mas dospues de formado enteramente, des-
pues de unidas en un cuerpo todas sus diferentes piezas, el
dividir á Jesus será principalmente en sentido activo, pro-
curando desatarlo de todos cuantos se hallaren en el mnndo
atados de algun modo con él, y haciendo para esto una
guerra viva al cuerpo del Cristianismo y á Cristo mismo.
Por eso S. Pablo pone primeramente la apostasía, y des-
pues la revelacion del hombre de pecado, como que la
apostasía es el primer paso necesario para que el Anticristo
se forme enteramente y se rebele, 6 declare pbblicamente.
Aora, para hacer esta guerra Q Cristo con buen suceso
en todas las partes del mnndo, le será absolutamente ne-
M N GLORIA Y WAGHSTAD. 395
cesario al cuerpo de apóstatas, fuera de las cinco cabezas
que salieron de entre nosotros*, y ya están unidas, unir
tambien otras dos mas: esto es, muchísimos individuos '

principales, que pertenecen al Mahometismo y 4 la idola- .


tría. Estos, aunque no se verifique en ellos el dividir á
Jesus pasivamente ;mas lo verificarhn activamente : pues
tambien desatarán 4 Jesus, 6 procurarhn desatarlo, respec-
to de muohisimos Cristianos que entónces se hallaran entre
ellos. Asl, la dehicion general parece justa.
SEGUNDA ANOTACION.

319. Las siete cabezas de la bestia del capitulo xiü


del Apocalipsis, se esplicm diciendo, que simbolizan siete
falsas religiones, 6 muchos individuos de cada una de ellas
unidos moralmente en un cuerpo, y animados de un mismo
espíritu contra el Seiior, y contra su Cristo. N O obs-
tante, en el mismo Apocalipsis capitulo xvii se hallan es-
plicadas en otro modo estas cabezas : las siete cabezas que
viste en la bestia, se le dice 4 S. Juan, son siete montes,
y tambien siete reyes t.
RESPUESTA.

320. En el capítulo xiii del Apocalipsis se habla en


general del Anticristo y de su misterio de iniquidad; mas
en el capitulo xvii se habla en particular de un solo suceso
perteneciente únicamente 4 la ciudad de Roma. Para
aquel misterio general, y para este suceso particular, se
usa de una misma metáfora, por la tal cual relacion, 6
conexion que debe tener lo uno con lo otro. Así, no es
maravilla que las cabezas de la bestia metafórica simbo-
licen uno cosa en el misterio general del Anticristo, y otra
cosa diversa en el misterio particular de la muger; pues
au? en este misterio particular vemos en el testo mismo
dos símbolos diversos de las mismas cabezas : esto es, siete
-
* Ex nobis prodierunt. 1 Joan. ii, 19.
.t. Septem capita... quz viáiiti iii bestia, ... septem montes sunt,
et septem reges sunt. - A p xvii, 9, et 16.
M L A V E N I D A DEL MESIAB.
montes, y al mismo tiempo siete reyes : aquí hay sentido
qzcs tiene sabiduría: las siete cabeem son siete montes,
sobre los que está sentada la muger: y tambien son siete
reyes*. En el capitulo xiii donde no se habla de esta
muger, la cual solo al último de este misterio general
vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz;
del vino de la indignacion de su ira .t.: en este capitulo,
digo: i quereis que las cabezas de la bestia signifiquen
siete montes, y siete reyes?. Otras dificultades que
pueden ocurrir, debemos esperar que no faltar4 quien las
resuelva. .

Hic est sensus, qui habet sapientiam. Septem clipits septem


montes sunt, super quos mnlier sedet, et regea septem sunt.-
Apoc. xvii, 9.
+ Venit in memoriam ante Deum, dare iUi calicem vini 'indigna-
-
tionis ira ejus. Id. xvi, 19.
F E N O M E N O IV.

EL FIN DEL ANTICRISTO.

322. HAYAde ser el Anticristo que esperamos un


hombre individuo 6 persona singular, 6 haya de ser un
cuerpo moral compuesto de muchos individuos (como lo
acabamos de proponer al exámen y juicio de los inteli-
jentes) lo que hace inmediatamente B nuestro asunto prin-
cipal, es la observacion de su fin. Esta observacion
exácta y fiel, nos es absolutamente necesaria para entender
bien, 6 á lo menos para poder mirar mas de cerca, con
mas atencion, y con nuestros propios ojos, muchisimas pro-
fecias, que podemos llamar innumerables, cubiertas siglos
ha con cierto velo sagrado, que ya podemos alzar segura-
mente.
322. ?$o perdámos el tiempo intítilmente en averiguar
qué especie de muerte, 6 qué fin ha de tener esta per-
sona 6 este cuerpo moral. Los autores mismos no están
de acuerdo. Los mas nos aseguran (no se sabe sobre qué
fundamento) que el angel 6 arcángel S. Miguel bajará
del cielo con todos los egércitos, que son del cielo, y los
matará, por 6rden de Dios, á kl y á todos sus secuaces.
Lo que aqul se dice espresamente de Cristo mismo, del
Rey de los reyes, del Verbo de Dios, se lo aplican con
micho valor * (dice un intérprete acreditado) á S. Miguel,
mirando sin duda, por la vida de su sistema, que sin este
violento remedio infaliblemente perece, como veremos mas
adelante. Otros creyendo 6 sospechando, que aquel prín-
cipe Gog de que habla Ezequiel, es el Antiorieto rhismo,
* Trop ardirnent. - Mr. Boruet.
398 L A V E N I D A DEL MESIAS

le dan por con~iguienteel mismo fin que dice la profecía :


Y le juzgaré con peste, y con sangre, y con lluvh impe-
tuosa, y con grandes piedras: fuego y azufre lloveré
sobre él, y sobre su egkrcito, y sobre los muchos pueblos
que están con él *. Otros, citando á Santo Tomás, que
verosímilmente lo tomó de otros mas antiguos, sin tomar
partido por ellos, refieren el fin de su Anticristo con cir-
cunstancias mas individuales. Ved aquí en breve toda la
historia, que por ser tan interesante, y tan curiosa, no es
bien omitida del todo.
3.23. No contento el vilísimo Judio con toda aquella
grandeza, felicidad y gloria á que se ve elevado: M, con-
tento de verse ,tan superior á todos los héroes de la fá-
bula, y de la historia : no contento con verse mayor sin
oomparacion, que Nabuco, Alejandro, que César, que
Augusto, &c.: no satisfecho con su monarqula uhiversal,
ni con los honores divinos que le tributan todos los
tribus y lenguas : viendo que por acá ya no hay otra cosa
á que aspirar, entrará halmente en él gran pensamiento
de subir al cielo, sin duda para imitar la ascension de
Cristo, así como imitó su resurreccion. Para esto acompa-
fiado de SU pseudoprofeta, y á vista de innumerables gen-
tes que habr4n concurrido 4 aquella solemnidad, subid
basta lo mas alto del monte Olivete, y puestos los pies en
.el mismo lugar en que los puso Cristo, empesará á le-
vantarse por el aire, cavalgando sobre su angel de guarda
Satanás, y sobre todas las legiones del infierno. A poca
distancia de la tierra, y tal ?el: antes que alguna nube
pueda ocultarlo, se encontrar4 á deshora con otras legiones
mas numerosas, que bajarán del cielo á impedirle el paso :
S. Miguel y sus ángeles traban batalla con Sritanás, y 1-
suyos ; ya vencidos estos, y puestos en fuga. queda en el
aire nuestro gran monarca, abandonado á su peso natural.
Et judicabo eum peste, et smguine, 'et imbre vehemenh', et
lapidibus inmensis: ignem et suiphur pluam super eum, et super
exercitum ejus, et super popuios multos, qui sunt cum eo. -Ezeq.
xxxviii, 22. .u
E N G L O R I A Y MAGBSTAD. ,a@
i Que ha de bacer, sino empezar al punto á bajar con ma-
yor ligereza de aquella con que subió? La tierra, que ya
se creía libre de la dominacion del hombre de pecado,
viendo que vuelve á ella con tanta prisa, abre su boca an-
tes que llegue, y le dará paso franco para el infierno.
324. La historia es ciertamente bien singular. Y o du-
do mucbo, y aun me parece increible, que el angélico doc-
tor, á quien se cita, hablase aqui de propia sentencia, y
no de sentencia de otros, como lo hace comnnmente en
su brevfsimo comentario. El fundamento de toda esta his-
toria es el capitulo xi de Daniel, en donde nos hacen ob-
servar estas palabras, que son lag óltimas : Y sentará su
tienda real entre los mares, sobre el noble y santo monte :
y llegará hasta la cima de él, y nadie le dará auxilio*.
Si pedimos aora que nos digan formalmente de quien
se habla en este lugar, nos responden comunmente los
doctores, que aunque en sentido literal parece que habla
del rey Antioco; mas en sentido alegórico se habla del
Anticristo como nntitipo de Antioco, que solo fué tipo. Y
esto, i como se prueba ? No se sabe. Y aunque se permi-
tiese 6 se concediese que aqui se habla en figura del An-
ticristo, i donde están en el testo, ni en todo el capitulo
el monte Olivete, ni los diablos, ni l a subida al cielo, ni
la bajada al inñemo, &o. ? Todo esto es preciso que se su-
pla de gracia, o que el sentido alegórico mal entendido
supla por todo.
325. Mas dejmdo estas cosas, en que no tenemos in-
teres alguno, convirtámos nuestra atencion al exámen
quieto, y atento de un solo punto, que es el que única-
mente nos interesa. S e pregunta: cl ñu del Anticristo,
sea como fuere, i sucederá con la venida misma de Cristo
en gloria y magestad, que creemos y esperamos todos los
Cristianos, 6 no ? La Escritura divina dice que si ; y lo
dice tantas veces, y con tanta claridad, que es de mara-
* Et 6get tabernaculum suum Apadno inter maria, super mon-
tem inclytum, et sanctum : et veniet usque ad sumrnitatem ejua, et
nemo auxiliabitur ei. -Dan. xi, 45.
400 LA VENIDA DEL Y B S I A S

villarse, como ha podido caber sobre a t o alguna duda.


Con todo eso, los intérpretes de la Escritura divina (unos
resueltamente y con presencia de ánimo, otros modesta-
mente y con miedo) dicen ó suponen que no. S e escep-
ttían de esta regla general muchos varones eclesiásticos y
mártires, ó un considerabilisimo número (espreriiones de
S. Jerónimo) de los cuatro primeros siglos de la Iglesia,
los cuales se desprecian dias ha por los doctores peripaté-
ticos; porque fueron Milenarios, ó favorecieron de algun
modo este que llaman error, sueiío, delirio, ó estravagau-
cia. El fmdamento de estos antiguos es cierto que no fué,
ni pudo ser su propia, imaginacion, sino la Escritura
misma, como lo es evidentemente. E l fundamento de los
contrarios, ni es la Escritura divina, ni lo puede ser; ya
porque la Escritura no se puede oponer á sí misma.
siendo su autor el mismo Espíritu de verdad ; ya porque
no producen 4 su favor ningun lugar de la Escritura
misma, lo cual es una prueba evidente de que no lo hay;
pues si lo hubiera, asi como parece imposible que no lo
produjesen, porque se les ocultase, parece mucho mas
imposible que no lo produjesen como un triunfo. Tm-
pow puede ser alguna tradicion apostólica, cierta, cons-
tante, segora, uniforme, universal y declarada por la Igle-
sia (que son las condiciones necesarias para una verdadera
tradicion); porque esta ni la hay, ni la puede haber.
Tradicion verdadera de algunas cosas que no constan cla-
ramente de la Escritura, la puede haber y la hay; maa
de cosas contrarias y contradictorias á las que constan cla-
ramente de la misma Escritura, repugna absolutamente, y
será imposible sefialar alguna. No obstante, un teólogo
moderno, tocando el punto de Milenanos solo en general, y
con una suma brevedad, se atreve á pronunciar esta sen-
tencia en tono definitivo: La verdad opuesta se ha conser-
vado siempre en la Iglesia romana con las demas tradi-
ciones divinas*. S i qta que llama verdad, la ha con-
* Et veritas opposits semper conservata fuit in Ecclesia Romana,
-
sum aliis omnibus traditionibus divinis. Aat. de Dm Uno, c. ir,
art. 3.
EN GLORIA Y .MAGBSTAD. 40i
servado siempre la Iglesia romana con todas l b otras 'ba-
diciones divinas : luego esta es una tradicion divina: luego
es una verdad de fe, así como lo son todas las otras t r a
diciones divinas : luego todas las otras tradiciones divinas
son unas verdades de fe, así como lo es esta: luego ni
esta tiene mas firmeza que aquellas, ni aquellas mas que
esta : luego, &c. i Qué consecuencias ! Con razon se queja
Monsefior Bosuet de aquellos doctores, que no tienen el
menor embarazo en llamar las conjeturas de los padres
verdaderas tradiciones y artkulos de fe*.
326. Entremos, 4 observar este fenómeno realmente
importantisirno, con toda la atencim y exactitud posible,
mirando bien y pesando en fiel balanza lo que hay
por una parte y por otra: y pues nadie nos da prisa,
vamos despacio.

PARABOLA.

PARRAFO 1.
327. E n cierta ciudad principal, como nos lo aseguran
testigos fidedignos, se exit6 los afios pasados una celebre
controversia. La cuestion era: " si el papa Pio V I
habia ido verdaderamente en su propia persona 4 la cbr-
te de Viena y pasado por esa misma ciudad. Lo que al
principio pareció una mera diversion, 6 una de aquellas su-
tilezas de escuela, que en otros tiempos fueron tan del gus-
to de los hombres ociosos, se vi6 pasar en pocos dias 4
un empefio formal y declarado. Los queostaban por la par-
te afirmativa (que 4 los principios eran los mas) no ale-
gaban otra razon 4 su favor, que el testimonio de sus ojos,
y de sus oidos: pareci6ndoles9que en una cuestion de &-
cho, y no de derecho, no podia haber otra razon mas efi-
caz, ni.mas conveniente, ni mas decisiva. "
3.20. Esta raeon, lejos de convencer 4 los contrarios, era
recibida con sumo desprecio, y tratada de insuficiente, de
Qui,font trop ardiment des traditiones, et des articles de foi,
des conjechires de quelqaes'Pbns.- h , p r e f . sur PApoc. n h .
TOMO 1. 2 D
m LA VBNIDA DBL MESIAS
débil, y tambien de grosera; y por eso indigna de un bom-
bre racional. Decian, y en esto insistian, qns el tesümo-
nio de los sentidos, no siempre es seguro : que puede fa-
cilmente engafiar aun á los mas cuerdos, pues tantaa ve-
ces los ha engafíado : que el angel S. aafael no era hombre,
y por hombre lo tuvo el Sto. Tobías : que Cristo no era
fantasma,y por fantasma lo tuvieron sus discipulos cuando
lo vieron andar sobre laa aguas eo el mar de Galilea : que
el mismo Cristo no era hortelano, y por hortelano lo tu-
vo su StA.discípula María Magdalena : de estos ejempla-
res citaban muchí~imoscoa facilidad.
$29. Es verdad, afiadian, que el viaje de Pio VI 6 la
&te de Viena, fné un suceso tan pfíblieo y ruidoso, que
no lo ignoraron 10s ciegos, ni los sordos : aquellos porque
lo oyeron, estos porque lo vieron. Es verdad que muchísi-
mas ciudades de Alemania y de Italia, y entre ellas la nues-
tra, 10 recibieron con pfíblicas aclamaciones, le hincaron la
rodilla, y recibieron su bendicion. Muchas personas ecle-
siásticas y seculares, le besaron el pie, lo adoraron como
Q vicario de Jesucristo, le hablaroo, y oyeron sn vol. Tan-
bien es verdad que los avisos pbblicos, y .las cartas d e los
prtioulares, casi no hablaban de otra cosa, &c. : mas todo
a t o i qué importa (prosegillan diciendo) todo esto i qué
prueba ? i Ka pudo haber sido todo esto una apariencia?
j, No pudo muy bien haber sucedido, que esa persona que
tados vieron, y qae á todos pareció la persona misma del
Papa, no lo fuese en la realidad ? Pues en efecto, concluian,
qsi fué. Pareció tí todos i a persona misma del Papa; mas
bdos se alucinaron, y se engafiaron : porque no era sino
uemiaistro suyo, un príncipe de su c&te, revestido d e su-
antoridad, de sus ornamentos, y aun de su propia Qtm.
Era el papa Pio V I ea aierto sentido; mas en otro senti-
do no lo era. Era,el Papa $gurada y sinz66Zicannentemas
no lo era$sica y reslmsie. Era el Papa en virtud; mas
ao lo era en persona. ,
,330. Preguntados estos doctores con qué raeon, y so-
bre qné fundamento se atrevian á hvmau una especie t a ~ .
EN G L O R I A Y MAGEBTAD. 403
estraíía contra el testimonio de los ojos del mondo, y aun
de los suyos propios, no se les pudo por entónces sacar
otra respuesta, sino esta sola : i qué necesidad hay de que
el Papa mismo se mneva de Roma, y haga un viaje tan
dilatado, cuando le es tan facil el tratar y concluir cual-
quier negocio, por grave que sea, por medio de algun mi-
nistro suyo, de dgun nuncio 6 enviado estraordinario ;dám
dole su autoridad y plenipotencia? Aunque realmente no se
les oía otra respuesta por mas qne se desease y se les pie
diese; mas despues se ha sabido con plena certidumbre la
. ..
verdadera y iínica ramn que los movia, que era.. . ;Pero
dejémosla por aora oculta hasta que eila se revele por sí
misma. Por abreviar : el efecto de esta gran disputa, fu6,
que habiéndose sabido que algunos doctores de gran fama
favorecian de algun modo la parte negativa, esto bastó pre
ra que poco á poco. y casi insensiblemente fuese prevale
ciendo esta opinion ; y se fué mirando la parte afirmativa
como una estulticia, oomo una necedad, oomo groseíía,
como un error, como un suefio. De modo que ya hoy dia
apenas se halla en dioha ciudad quien no tenga por una
verdadera fábula el viaje del papa Pío VI en su propiá
persona á la córte de Viena.

APLIDADION.

PARRAFO II.
831. Un escritor antiguo, ,y de grande autoridad entre
los Cristianos, refiere prolijamente con todas sus circunstan-
cias, las mas individuales, un suceso de que él mhmo fué
tatigo ocular. Este escritot dlebre es aquel misma, rl
Uual hu dado testimonio de la palcrbra de Diee, testi-
m a i o de Jesucristo, de todas las cosas qzcc vi6*. 'Su
relacion es como se sigue. Concluidos los 42 meses que
debe durar la tribulacion horrible, cual no fué desde el
Qui testimonium perhibuit verbo Dei, et teslimoniurn $eeu
Christi, quaecumque vidit. - A p . i, 2.
2 0 2
"a . LA V E N I D A . D E L MESIAY

phncipio del mundo hasta aora, ni será*, de la cual tri-


bulacion se ha hablado tanto desdo el capitulo xiii 'del
Apocalipsis, se seguirá luego inmediatamente lo qae acabo
de ver.
382. Vi el cielo abierto, y lo primero que vi fué un
caballo blanco, sobre el cual venia sentado un personaje
admirable, que tiene el nombre 6 por nombre, el Fiel, el
Veraz, el que juzga y castiga con justicia. Sus ojos, lle-
nos de indignacion parecian dos llamas de fuego, y s u ca-
beza se veia adornada, no con una sola; sino>con miichas
coronas. Tenia otro nombre escrito, que ninguno es capaz
de comprender plenamente su significado, sino él solo.
S u vestido se veia todo teñido ea sangre, y s u propio
nombre con que debe ser llamado y conocido de todos, es
el Verbo de Diost. Seguian A este personaje admirable
.todos los egercitos del cielo, sentados asímismo en caballos
.blancos, y vestidos de lino blanco y limpio. D e su boca
.aalia una espada terrible de dos filos, para herir con ella
á l<ls gentes. El es el que las ha de juzgar y gobernar
.con vara de hierro, y 61 mismo es el que ha de calcar el
lagar del vino del furor, y de la ira de Dios omnipotente.
E n suma, en el vestido 6 manto real de este mi&o p e m
naje admirable, se leian claras, p en varias partes, estas
palabras : Rey de reyes, y Señor de sefiorest.
333. Puesto en marcha este grande egército, vi un an-
gel en el sol, el cual 4 grandes voces convidaba 6 todas las
,aves del cielo : venid, les decía, y congregaos 4 la grande
.cena que os prepara el Sefior. Comereis las carnes de los
reyes, de los capitanes, de los soldados, de los cabdos y
caballeros, de libres y esclavos, de grandes y pequefi-.
En esto vi que aparecía por otra parte la bestia de siete
oabezas, y con ella 6 en ella, los reyes de la tierra to-

H~V,
Qualis non fuit ab initio mundi usque modb, neque fiet.
21.
-Mat.
+ Et vocatitr nomen ejua Verbum Dei. - A ' . xix, 13.
Rex r-, et Dominas dominantium; -Id id. 16.
EN GLORIA Y ,MAQBSTAD. 405
dos BUS efircitos, que tenian congre~gadospara hacer guei-
ni al Rey de los reyes. La funcion se dwidió desde el
primer encuentro. L a bestia fué presa en primer lugar,'y
con ella el pseudoprofeta, 6 la segunda bestia de dos
cuernos, que era la que hacia los milagros, y la que habia
seducido á los habitantes de la tierra, haciéndoles tomar el
carácter de la primera bestia, 6 declarárse por ella. Estas
dos bestias, y todo lo que en ellas se comprende, fueron
arrojadas vivas en un grande estanque de fuego, que arde
y se alimenta con azufre. La demhs muchedumbre fu6
muerta con la espada del Rey de los reyes, que salia de
su boca, y todas laa aves se hartaron este dia con sus
carnes. Oigámos á la letra el testo de S. Juan, que dice:
Y ví el cielo abierto, y pareció un caballo blanco :y
el que estaba sentado sobre Ll, era llamudo Re1 y Veraz,
el cual con justicia juzga, y pelea. Y sus ojos eran como
llama de fuego, y en su cabeza muchas coronas, y tenia
un nombre escrito, que - ninguno ha conocido sino él mis-
nro. Y vestia yna ropa teñida en sangre : y su nombre
es llamado el Verbo de Dios. Y le seguian las huestes
que hay en el cielo, en caballos blancos, vestidos todo8 de
lino jinísimo blanco, y limpio. Y salía de su boca una
espada de dos jilos para herir con ella á las gentes. Y
él mismo las regirá ron vara de hierro : y él pisa el lagar
Qel vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. Y
tiene en su vestidura, y en su muslo escrito: Rey de
reyes, y S e h r de señores. Y vi un angel, que estaba en
el sol, y clamó en voz altn, diciendo á todas las aves, que
volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos á la
grande cena de Dios: P a r a comer carnes de reyes, y
carnes.de tribunos, y carnes de poderosos,' y carnes de,
caballos, y de los que en ellos cabalgan, y carnes de todos,
libi;es, y esclavos, y pequeños, y grandes. Y vi la bestia,
y los reyes de la tierra, y las huestes de ellos congregadas
para pelear con el que estaba sentado sobre el caballo,
y con su hueste. Y fué presa la bestia, y con ella el
fulso profeta: que hizo en su presenciu las señales con
406 L A V B N I D A ' D E L 'MESIAS'
que Mis engaña& á los que recibieron la marca de la
bestia, y adorarea su i d j e n . E s t o r dos ficeron h a d o a
vivos en un e r t a q u e de fuego ardiendo, y de anrfie : Y
los otros murieron con la espada, qw sale de la boca del
qsu, estabasentado sobre e l caballo : Y se hrtaros todas
las aves de lar carnes & ellosr.
834. Sobro esta relacion, q u e todos tenemos por *u-
bitde, se escitó muchos dias h a una disputa muy seme-
jante á la pasada, y parece cierto q u e ha producido el mis-
mo efecto. En los primeros siglos de la Iglesia se pensa-
ba, y creia buenamente, lo primen, : que la persona admi-
rablo de q u e aqui se habla no era, no podia ser o t r a que
el mismo Jesucristo H i j o de Dios, 6 Hijo de la virgen, en
s u propia persona y magestad. Se pensaba y creia l o se-
gundo: q u e toda esta vision tan magnífica, representada

Et vidi c ~ l u mapertum, et ecce equne albus, et qui sedebat


super eum, vocabatur Fidelis et Verax, et cum justitia judicat, et
pupat. Oculi autem ejus sicut flamma ignis, et in capite ejus dia-
demata multa, habens nomen scriptum, quod nemo novit nbi ipse.
Et vestitus erat veste aapersa eanguine: et vocatur nomen ejns
Virnavar DEI. Et exercitus, qui sunt in caelo, aequebanhu eum
in equis albii, vestiti byasino d b o et mundo. Et de ore ejus pro-
cedit gladius ex utrhque parte acutus : ut in ipso percutiat gentea.
E t ipse reget eaa in virga ferrea, et ipse calcat torcular vini furoris
ir= Dei Omnipotentis. Et habet in vestimento, et in femore suo
acriptum : Rex regum, et Dominus dominantium. Et vidi mnm
Angelum stantem in sole, et clamavit voce magna, dicen8 omnibm
avibus, q u e volabant per medium ccsii: Venite, et congregamini
ad ccsnam magnam Dei: Ut manducetis carnes regum, et cama
tribuorum, et carnea fortium, et carnes equorum, et sedentium in
ipsis, et carnes omnium, iiberorum, et serronun, et pusillorum, et
magnorum. Et vidi bestiam, et reges tema, et exercitus eonun
congregatos ad faciendum praelium cum iilo, qui sedebat in equo,
et cum exercitu ejus. Et apprehensa ent bestia, et cum ea psendo.
propheta : qui fecit signa coram ipso, quibus seduxit eos, qui acce-
perunt characterem bestia?, et qui adoraverunt imaginem ejus. Vivi
missi sunt hi duo in stqnum ignie ardentia aulphure: Et ceteri
occisi sunt in gladio sedentia super equum, qui procedit de ore
-
ipeius : et omnes aves saturata aunt carnihus eorum. Apoo. %
S6 11 wquc ad21.
EN GLORIA Y MAOiiBTAD' 40'7
con tantos súnbolos y figuras admirablee, era nna profmia
elara, era una pintura vivisima, era una descripoion exacta-
y cirwnstanciada de la venida del cielo Q la tierra, del
mismo h r i s t o : la cual venida en sil propia persona, y
en suma gloria y magestad, nos predican todas ha Escri-
turas del antiguo y nuevo Testamento, y tonemos espresa
en nuestro simbolo d e la fe. S e pensaba y creia lo ter-
cero: que viniendo aquel personage del cielo 4 la tierra
con tanto aparato, y encaminándose todo directa 6 inmedia-
tamente contra la bestia, y contra el Antioristo, este Anti-
cristo y todo cnanto se comprende debajo de este nombre,
debia fenecer en aquel dia, y quedar enteramente destruida
p aniqdado con la venida del Sefior : por consiguiente,
que la venida misma del Sefíor, habia de ser la ruina y el
fin del Anticristo.
335. La razon y fundamento para todo esto, parecia
entónces evidente y clarísimo. Fuera de la persona adora-
ble del Hombre-Dios, decian entónces, no hay, ni puede
haber en el cielo, ni en la tierra, persona alguna á quien
puedan competir los nombres 6 títulos que se dan Q esta
persona, ni las sefiales y circunstancias tan particulares con
que se describe su venida y su espedicion. Los nombres
l esencia : el Veraz .- el que juzga
ó títulos son : el ~ i e ' por
y pelea con justicia: el Verbo de Dios: el Rey de los
reyes : el Señor de los señores. Las otras sefiales y cir-
cunstancias, son las muchas coronas que trae en'la cabeza :
su vestido rociado con sangre, como se ve el mismo Cristo
en el capitulo lxiii de Isaias, 4 donde alude visiblemente
todo este paso del ApocaIipsie : i Pues por quk (pregunta
el mismo Isaías) es bermjo tu vestido, y tus ropas como
las de los que pisan en un lagur *? Sus ojos como dos
Hamas de fuego, del mismo modo que se describe el mismo
Cristo en el capitulo primero del Apocalipsis -1.. La espada
de dos filos en su boca, como tambien se describe en el
* ¿ Quare ergo rubmm est indumentum tuum, et veatimenta
-
aicut calcantium in torculari I Lai. Ixiii, 2.
-
t. Et oculi ejus tamqnam flamma igaia. Apoc. i, 14.
408 LA VENIDA DEL MESIAI

mismo capitulo primero *. E l ser esta persona misma la


que ha de rejir y gobernar 4 las gentes, con vara de
hierro, como se lo promete su divino Padre en el salmo ii:
los gobernarás con vara de hierro, y c m á t ~ u de o ay4-
rero los quebrantarás t. El ser esta persona la que ha
de calcar metafóricamente el lagar metafórico del vino de la
ira 6 indignacion de Dios Omnipotente, como lo dice el
...
mismo Cristo : El lagar pisé yo solo, los pisé en mi
furor, y los r e h l l é en mi ira; y se salpicaron con SU
sangre mis vestidos, y manché todas mis ropas. P w q ~
el dia de la venganza está en mi corazon, el año de mi
redencion JM venido $ .
336. No obstante todos estos nombres, y todas estas
circunstancias tan claras, tan individuales, tan propias y
peculiares de sola la persona de Cristo, y tan ajenas, tan
distantes de cualqiiiera otra pura criatura ; no obstante de
hallarse todas estas espresiones, G las mas de elias e n otros
muchos lugares de la Escritura, en los cuales por confeion
espresa de todos los doctores, se habla ciertamente d e Cria-
t~ ; mas llegando B este capitulo xix del Apocalipsis se no-
ta en ellos, no sé que grande novedad. Como si viesen ya
de cerca un escollo inminente, y un próximo peligro, se lea
ve aferrar velas con suma prisa, y como en un grande
alboroto, turbacion y temor. No hay duda qne su temor es
justo y bien fundado. E l escollo aunque desde alguna
distancia es casi imperceptible 4 los ojos mas linces; mas
en la realidad es un verdadero escollo, y de pésimás conse-
cuencias. Es necesario evitarlo del modo posible,, cueste
10 que costare, 6 perecer en él. No tardaré mucho en
esplicarme mas.
337. Llegando pues á este lugar del Apocalipsis, nos
Et de ore ejus gladius utrhque parte acutis exibst. -Id. i, 16.
r .t. %ges eos in virga ferrea, et tamquam vas figuli confriqes
eos.- Ps. ii, 9.
f Torcular calcavi solus, ... calcavi eos in furore meo, et concul-
cavi eos in ira mea : et aspersus est s a n p i s eorum super vestimen-
ta mea, et omnia indumenta mes inquinavi. Dim 'enim idtionis in
-
corde meb, annus redemptionis mete venit. Imi. lxüi, 3 et 4.
EN GLORIA Y MAGBSTAD. 409
dicen y aseguran resueltamente ( i y qiié otra cosa les es
posible en su sistéma?) : que no se habla aquí de la venida
de Cristo en gloria y magestad, que todos creemos como un
artículo de fe : por consiguiente, que el personage admira-
ble que viene sentado sobre un caballo blanco con una
espada de dos filos en la boca, con muchisimas coronas en
...
la cabeza, con aunque es un símbolo propio de Jesu-
cristo, mas no es Jesucristo mismo, y si lo es, solamente lo
es en su virtud, en su potestad, no en su persona*. Quie-
ren decir, segun todo lo que yo puedo comprender, que
por todos estos símbolos y figuras se representan admira-
blemente toda la virtud, la grandeza, la omnipotencia de
Cristo mismo, el cual envia al arcángel S. Miguel, como
archistratego -f siigo, con todos los egércitos que hay en el
cielo, para que mate al Anticristo, y destruya enteramente
su imperio universal.
338. Aora, si yo 6 cualquiera otro asombrados de una
espresion tan injeniosa, les pedimos con toda cortesía que
nos den alguna buena razon, que nos muestren algun fun-
damento positivo para persuadirnos, que el sol que luce á
medio dia no es el sol mismo, sino un planeta suyo qiie él
ha enviado en su lugar
- revestido de todos sus resplandores,
&c., nos quedamos mas asombrados de ver que unos se
hacen sordos del todo 4 nuestra peticion : otros (dudo que
sean muchos) no queriendo parecer tan desatentos, respon-
den dos palabras, como personas que van muy de prisa, y
no pueden detenerse en cosas de tan poco interés. Qué
necesidad tiene (dice un autor de los mas advertidos y
juiciosos, en nombre de todos) qué
- necesidad tiene e l Señor
de cielo y 'tierra de moverse. d e su lugar p a r a combatir
contra.unos hombrecillos, á quienes
- con l a menor insinua-
cien puede arruinar y aniquilar, y hcchar por tierra mi-
llaradas de ellos en solo un momento por medio del menor

* In virtute, in potestate, non in persona.


t Significa el emperador del egercito, 6 el principal de los capi-
tanea de 61.
de los Qngeles*? Veis aqnl, amigo, con toda claridad
aquella misma mzm, y aquel 6nico fondamento con que
negaban los doctores de nuestra parábola el viaje del papa
Pio VI á la córte de Viena (página 401). No nos deten-
gámos aora en ponderar la fuerza invencible de esta razon,
que por si misma se manifiesta Tal vez no se alega otra,
porque ella sola basta y sobra ; y verdaderamente basta y
sobra para combatir cualquiera verdad por clara que sea
i Qué necesidad M i de que el Hijo unijénito de Dios se
hiciese hombre, ni de que el Hombre-Dios muriese deenado
en una cruz, cuando se podia remediar el linage hamano
por otra via mas suave ? i Qué necesidad habia de que
Cristo fuese en persona 4 resucitar 4 Lázaro hallhdose
actualmente tan lejos de Bethania, á la otra ribera dsI
...
Jórdan en donde primero ertaba balrtizando Juan . ..+
cuando esto lo podia haber hecho con una palabra, 6 con
un acto de su voluntad ? i Ni qu6 necesidad puede haber
de que el mismo Cristo envie desde el cielo á S. Miguel
con todos los egercitos del cielo, p a r a combatir contra
unos Jwmbrecillos, á quienes con la menor insinuacion
puede arruinar y uniquilar ? Si hay necesidad 6 no, es
claro que esto no toca al hombre enfermo, escaso, y limi-
tado, por docto que sea.
339. Yo estoy muy lejos de creer, ni me parece creible
que por esta sola razon nieguen los doctores que sea Jem-
cristo mismo en su propia persona, el personage sacrosanto
de que vamos hablando. Parece imposible que no tengan
otra r a o n oculta, la cual por justa motivos no pueden d e
clarar. Si alguna vez es licito juzgar de las intenciones
del prójimo, en esta ocasion lo podemos hacer sin escrápulo
alguno ; así por ser claras y palpables, como por ser i n e
Quid enim opus est, moveat se loco Dominus celi, et teme, ut
aliquot homunciones wnficiat, quoa potest solo nutu conterere, et
annihiiare: et q u o m innumeras myriadea potest per minimum
una horda atemere ?
+ ...
Trans Jordanem ubi erat Joannes baptizans primnm. -
Joan. x, 40.
m 'GLORIA Y MAGEGTA~.
' 411
sehtes y justas, adendidas las circunstancias, de lo cual no
dudamos. Otra razon, pues, hay que es la verdaderas la
única ; pero pide una gran circnnspeccion. ;,Cual es esta ?
Que su sistema general sobre la segunda venida del Mesías,
en que han tomado partido (por las ramnes que se irán
viendo en adelante) y en que han procurado esplicar todas laa
Escrituras, cae al punto, se desvanece, se aniquila, solo con
este lugar del Apocalipsis, solo con admitir y confesar, co-
mo parece necesario, que se habla en él de la persona de
Jesucristo, y de su venida que esperamos en gloria y ma.
gestad. Vedlo claro.
340. Si una vez se concede que aquel personage admi-
rable, que baja del cielo tí la tierra con tanta gloria y ma-
gestad, es el mismo Jesucristo en HU propia persona, es n e
cesario conceder, que allí se habla ya de su venida segunda,
que creemos y esperamos todos los Cristianos, como un ar-
ticulo esencial de nuestra religion. Solo se han creido, se
ereen y se creer411 dos venidas del mismo Sefior Jesucristo,
de las cuales todas las Escrituras dan claros testimonios:
una que ya sucedib, otra que infaliblemente debe suceder.
Digo esto, no al aire y fuera de propósito, sino porque se
que muchos doctores (aun sin contar á Adriano y Berruyer)
admiten y suponen muckas otras venidas del Sefíor en glo-
ria y magestad, aunque ocultas, (lo cual me parece una
verdadera implicacion in terminis) y con eatas venidas
ocultas que suponen, pretenden esplicar no pocos lugares
de los Profetas y aun de los Evangelios ; pero lo cierto es,
que todo se avanza libremente, solo por huir la dificultad,
y salvar de dgun modo el sistema. En suma: ni las Es-
srituras, ni la santa madre Iglesia nos enseóan mas que
dos únicas venidas del mismo Hijo de Dios : y cualquiera
otra cosa que sobre esto se avance, lo podemos, y aun debe-
mos despreciar, no solamente como mal fundado, sino como
fdso y pejudicial : pues con estas suposiciones arbitrarias,
se cubren las Escrituras con nuevos velos, y se ooulta mas
la verdad. Prosigámos.
341. Si se concede que el personage sacrosanto de que
412 LA V E N I D A .DEL M BBIAB

hablamos es Jesucristo en sn propia persona, y que, se ha-


bla ya de su segunda venida en gloria y magestad, parece
imposible (piénsese como se pensare) parece imposible se-
parar nn tnomento el íh del Anticristo, de la venida de
Cristo, que creemos y esperamos en gloria y magestad.
j, Por qué ? Porque así el personage sacrosanto, como todos
los egércitos celestiales que lo siguen ;como la espada d e dos
filos que trae en sn boca ; como, en suma, todo aquel m-
de y magniíico aparato, se ve en el testo sagrado, encami-
minarse todo directa, é inmediatamente contra la bestia,
contra el Anticristo, contra los reyes de la tiem, .contra
todos sus egércitos congregados para pelear con el que es-
taba sentado sobre el caballo, y como se dice en el salmo u :
- Asistieron los reyes de la tierra. y se mancomunaron
10s contra el Señor, y contra su Cristo. Se ve
en el testo sagrado, que toda la bestia, todo el Anticristo,
todos los reyes que lleva en la cabeza, con todos sus ejér-
citos, serán en aquel dia destruidos enteramente, y aban-
dontida toda aquella multitud inmensa de cadáveres á todas
las, aves del cielo, ya congregadas á la grande cena
& Dios.
342. Aora, pues, si todo esto se concéde : si por consi-
guiente no se separa el fin del Anticristo, y de todo sn
misterio de iniquidad, de la venida de Cristo en gloria y
magesbd : i qué se sigue ? i O qué consecuencia tan im-
portuna y tan terrible ! S e sigue evidentemente segun'to-
das las reglas de la sana lógica, así antigua como moderna,
que todas aquellas cosas particulares, y no ordinarias, que
están anunciadas claramente en las Escrituras para despnes
del Anticristo (las cuales confiesan todos los doctores, con-
fesando al mismo tiempo y del mismo modo que piden tiem-
po y no poco para verificarse cómodamente) : estas cosas,
digo, que deben verificarse despues de destruido y aniqui-
lado el Anticristo, deberán igualmente verificarse despues
de la venida del Sefior Jesucristo en gloria y magestad.
Mas claro : aquel no pequefio espacio de tiempo que todos
los doctores se ven precisados h conceder despues de des-
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 413
truido el Anticristo, lo deberán conceder despues de la ve-
nida de Cristo en gloria y magestad, y con esto solo,
adios sistema.
343. Para evitar el terrible golpe de una consecuencia
, tan-clara 6 tan oportuna, i qué remedio? Dificilrqente se
hallará otro mas oportuno, ni mas ingenioso, ni mas ,eficaz
,que el que vamos aora considerando, esto es : negar resuel-
tamente que se h b l e en este lugar de la venida de Cristo
que esperamos, en su propia persona, concediéndola l i b e
ralmeiite en su virtud, 6 en su potestad.' Sustituir en lugar
de la persona de Cristo al príncipe S. Miguel (el ciial como
se dice en Daniel, es uno de los primeros princ+es#,
no el primero de todos). Sustituir, digo, á este gran prín-
cipe, sin otro fundamento que suponerlo así, es prepararse
para hacer lo mismo sin misericordia, con cilalquiera otro
lugar de la Escritura que hable con la misma 6 mayor cla-
ridad, y que se atreva á unir el' fin del Anticristo con la
venida del Sefior en gloria y magestad. De estos, lugares
.hablar6mos de propósito en el párrafo iv. Aora nos es ne-
cesario é indispensable asegurarnos primero de este grande
espacio de tiempo, que debe haber despues del Anticristo.

SE ESTABLECE CON EL CONSENTIMIENTO UNANIME DE TO-


DOS LOS DOCTORES UN ESPACIO DE TIEMPO DESPUES DEL
ANTICRISTO.
PARRAFO 111.
. 344. No hay intérprete alguno, que yo sepa, que no ad-
mita como cierto 6 indubitable un espacio de tiempo pequefio
6 grande, determinado 6 indeterminado, despues del Anti-
cristo. La divina Escritura se esplica sobre esto con tanta
claridad, que no deja lugar 4 otra interpretacion. Es ver-
dad que muchas cosas (mejor dir6mos casi todas) de las que
están anunciadas para este tiempo, se procuran disimular y
aun encubrir por varios de ellos con el mayor empefio, aco-
modando las que lo permiten, ya á la Iglesia presente en
el sentido alegbrico, ya al cielo en sentido anagbgico, ya 4
Unas de principi1)us primia. -.Dan. x, 13,
414 LA V E N I D A DEL MESIAS
cualquiera alma mta en sentido míatioo : y. omitiendo d d
.todo las que no se dejan acomodar, que no son pocas, n i (le
poca consideracion. No es mi Bnimo examinar por aora,
ni aun siquiera apuntar todo lo que hay en las Escrituras re-
servado visiblemente para despues del Anticrkto. Estas
cosas, 6 muchas de ellas, tendrán en adelante su propio
lugar. Para mi propósito actual me bastan aquellas pocas,
que son concedidas de todos, pues por ellas tienen por in-
dubitable dicho espacio de tiempo. Algunos pretenden
que este tiempo durará solamente cuarenta y cinco dias.
F.findanse en aquellas palabras bien oscuras de Daniel: Y
desde el tiempo en quefuere quitado el sacrijicio perpetuo,
y fuere puesta la abominacion para desolmion, serán mil
doscientos y noventa dias. Bienaventurado el que espera,
y llega hasta mil trescientos y treinta y dnco dias*. E l
reaidno entre uno y otro número son 45. Mas este tiempo
les parece á los mas poquísimo para los muchos y grandes
sucesos que desean colocar en él.
345. El primero de todos es la conversion de los Judios.
que tantas veces y de tantas maneras se anuncia en 1-
Escrituras, y que los doctores no hallan donde coloc8i1a
que no estorbe, sino despues de la muerte del Anticristo.
Estaconversion, dicen 6 deciden, sucederá despnes que tos
Judios vean muerto al Anticristo que creian inmortal : des-
pues que vean descubiertos y patentes B todo el mundo los
embustes y artificios diabólicos de aquel inicuo, que ellos
habian recibido y adorado por su Mesías. Con este desen-
gafio avergonzados y confusos, abrirán finalmente los ojos,
renunciarán á sus vanas esperanzas, y abrazarán de veras
el Cristianismo. Pasémos por alto (y con la mayor pa- .
ciencia y disimalo que nos sea posible) el modo y circuns-
tancias con que se atreven á referirnos la conversion futura
de los Judios, de todo lo cual no se halia el menor vestigio
Et B tempore citm ablatum fuent juge sacrificium, et posits
fuerit abominatio in desolationem, d i e ~mille ducenti nonaginta.
Beatus, qui expectat, et pervenit usque ad diee miile trecentds
-
triginta quínque. Dun. xii, 11 et 12.
EN G L O R I A Y HAGESTAD. 416
en lae Escrituras todas. Sin atender por aora 4 otra cosa,
recibamos lo que aquí noa dan, y contentémows con el
espacrio de tiempo que ea necesario : lo primero, para que
tantos millares de hombres ignorantea y durísimos, entren
en verdaderoe sentimientos de penitencia. Lo segundo,
para que sean instruidos suñcientemente en los principia
esenciales, y m4ximas fondamentales de la religion Cristiana.
Lo tercero y principal, para hallar en aquellos tiempos y
circunstancias tantos ministros celosos y hhbiilea, que puedan
instruir, bautizar y arreglar toda aquella infinita mnche
dyubre. Parece que todo esto requiere tiempo, y no
P O *
346. Mucho mas tiempo ser4 menester, si despues de la
conversion de los Judioa se descubre el arca del Testamento,
el tabernhulo y el altar del incienso, que escondió Jeremias
en una cueva del monte Nevo, sftuada en la tierra de Moab,
a m o sahemoa de cierto que entónces se ha de descubrir
para los fines que Dios solo sabe, y que no ha querido
revelarlos. Esta noticia la hallámos espresa en el capí-
tulo ii del libro 2 de los Macabeos, que esta recibido, y d e
h i d o por tan canónico, como todas las otras Escrituras.
En 61 se cita un lugar de las descripciones, 6 de las actas
de Jeremias (las cnales se ban perdido como algunos otros
libros sagrados) y dice así : se hallaba tanrbien en aquella
escritura, c m el Profeta p o r una órdsn espresa que re-
cibió de Dios, m a d llevar consigo el tabernáculo y el
arca, hasta quc llegó al -te, en el que subió Bfoirés, y
vi6 la heredad del Señor. Y habiendo llegado allí Jere-
mías, halló en aquel lugar una m v a : y metió en ella el
tabernáculo, y el arca, y el altar di losperfumea, y cerró
la entrada*. Y habiendo ido despnes de todo algunos cu-
Erat autem in ipea scnptura, quomodo tabemaculum, et arcam
jnsait propheta divino reeponeo ad ee facto comitnri secum, usque-
quo exiit in montem, in quo Moyses wcendit, et vidit Dei hreredita-
Ism. Et venienn ibi Jeremias invenit locum speluncae : et taberna-
culum, et arcam, et a b r e incenai intulit iiiuc, et ostium obetruxit.-
2 Machab. ii, 4 e# 6.
416 LA V E N I D A D E L MRSIAS

rioeos á notar el lugar donde quedaba eecondido el preeioso


depósito, no lo pudieron hallar: lo cual sabido por el Pro-
feta de Dios, los reprendió, y dijo: que será desconocido
el lugar, hasta que reuna Dios la congregacion del pueblo,
y se le muestre propicio : Y entónces mostrará el S&
estas cosas, y aparecerá la magestad del S e h r , y habrá
nube, como se manifestaba á Moisés, &c.* Todo lo cual,
no habiéndose verificado jamás, es necesario que se verifique
algun dia, el cnal debe ser el mismo que sefiala la profecia:
esto es, cuando reuna Dios la congregacioa del pueblo, y
se le muestre propicio.
347. Sobre este lugar dicen muchos doctores, aunque
con voz muy baja, casi imperceptible, que todo esto se ve-
rificó ya en tiempo de Nehemias, como consta del capi-
tulo i del mismo libro de los Macabéos. Mas leido todo
este capitulo, hallamos otra cosa infinitamente diversa. E n
él se habla bnicamente del fuego del templo que escondie-
ron algutios pios sacerdotes en un pozo vecino, lo cnal con-
servado por tradicion de padres á hijos hasta el tiempo d e
Nehemias: esto es, por espacio de 150 a609 poco mas 6
menos. Envió el mismo Nebemias á los descendientes de
dichos sacerdotes á que buscasen el pozo, y sacasen fuera
lo que hallásen en él : no hallaron el fuego, sino una agua
crasa?: .con la cual agua hizo rociar el sacrXcio, y la lefia
que estaba preparada ; y sin otra diligencia se encendió la
leíia, y se consumib el sacrificio : y todos se maravillaron.
Mas esto, ¿qué conexion tiene con lo que se dice en el
capitulo ii? i Es lo mismo el fuego que escondieron loe
sacerdotes en un valle vecino, que el tabernáculo, el arca,
- el altar que llevó Jeremias 4 la tierra de Moab, á la otra
parte del Jordan, y que escondió en una cueva del monte
t

Nevo ? i Este depósito sagrado se ha descubierto jamaa?


Culpans illos, d i t : Qubd ignotus erit loeus, donec congreget
Deus congregationem populi, et propitius fiat: Et h n c Dominua
oetendet haec, et apgarebit majeetas Domini, et nubes erit, sicut et
Moysi manifeatabatur, &c. -2 Machab. ü, 7 et 8.
+ -
Non invenerunt ignem, sed aquam cmsam. Id. i, 20.
EN GLORIA Y MACESTAD. 411
, .
i N o es cierto que se ha de descubrir algunavez ? i Cuando?
Cuando reuna Dios la conyreyacion del pueblo, y se le
mwrstre propicio: Y entónces mostrar& el Señor estas
cosas, y aparecerá la mayestad del Señor, y habrá nube,
como se manifestaba & Moysks, y así como apareció á,
Salomón, cuando pidió que el templo fuese santfzcado
p a r a el grande Dios*.
348. Aun será menester mucho mas tiempo si despues
de la muerte del Anticristo se verifica aquella nueva y exac-
tísima reparticion de toda la tierra prometida entre to-
das las tribus de Israél : la cual reparticion se halla anun-
ciada con la mayor claridad y precision en el capitulo úl-
timo de Ezequiel : y ni se ha verificado hasta aora, como
es p o r si conocido, ni es muy creible que se verifique iui
suceso tan grande, solo para que dure cuatro dias. Acaso
se dirá, que esta profecía se verificar4 en tiempo del An-
ticristo, cuando este sea reconocido por Mesias, y ponga
en Jerusalén la córte de su imperio universal : mas fuero
de lo que queda dicho contra aste supuesto Mesias, y con-
tra todo su imperio imaginario, el testo mismo de la pro-
fecía con todo su contesto, lo contradice manifiestamente.
E n el tiempo de dicha reparticion de la tierra se suponen to-
das las tribus recogidas de todas las naciones donde estan
esparcidas, no por manos de hombres, sino por el brazo
omnipotente de Dios vivo : se suponen en estado de con-
fusion, de llanto y de penitencia: se suponen humildes y
dóciles á la voz de su Dios, y obedientes á sus mandatos
se suponen baiíadas con aquella agua limpia (símbolo cla-
ro de la infusion del Espíritu Santo sobre ellas) que se les
promete en el caplfulo xxxvi del mismo Profeta, desde don-
de, hasta el fin de la profecía en los 14 capítulos siguien-
tes, se habla ya seguidamente de su vocacion a Cristo, y
B la dignidad de pueblo de Dios, diciéndoles : os sacaré
Congreget Deua congregationem popnli, et propitius fiat: Et
tunc Douiiniia oatendet hsc, et apparebit majestas Domini, et nubes
erit, aiciit et Moysi manifeatabatur, et sicut cGm Saiomon petiit ut
locue ianctificaretur magno Deo, &c. -2 Machab. ii, 7, et 9.
TOMO 1. 2 E
414 LA VENIDA DEL ~ B Y ~ X S
di lntre laagentes, y os recoger¿ de todas las tkwrm, y
as cohduciré h vuestra tierra :Y derramaré $&re voS0tt.m
agua pura, y o$puri$care& de todas vuesti-&sittmuledi&#:
Y os daré u n corazotr nuevo, 9 pondrl un edpiritzt
...
dn medio de vosotros: y mdrareis im la ticrrti qtk df
vuestrospadres: y sereis mipueblo, y yo aeh! bllestta D i d .
Yhareis memoria de vuestros caminos pemerkos, f de
vuestros depravados afectos: y os serán amargos vuestros
pecados, y ' vuestras maldades *.Dejémos estas costa
para Su tiempo, pues de esta vocacion y conversiod de los
Judios, comprendidas todas las tribus de Israél debajo d e
este nombre, tenemos infinito que hablai. en todo el f e 6
meno siguiente, y todavia mas adelante.
349. El segundo suceso, que segun loa doctores, debe
kerificarse despues de la muerte del hticristo, es el que
ae halla latisimamente anunciado en los capltulos 38 y 39
de Bzequiel : es 4 saber, la espedicion de Gog, coa toda su
infinita muchedumbre contra los bijos de Israel, ya esta-
blecidos en la tierra de sus padres, y todas las resultas db
eita espedicion : dije, ya establecidos en la tierra de sus
padros, porque asi lo hallo espreso en la misma profecía
no una vez sola sino muchas. AI$a de los años, le diee
&os 4 este %og, vendrás tí la tierra que se hu
iatvado de la espada, y muchos pueblos (6 como leen
cod mas claridad Pagnini, VataMo y los 7'0) vendrás 6
la tierra aniquilada con la espada, trillada con la e s p d ,
la que fud derribadapor la espada, y se ha recojido dt
muchos pueblos á los montes de Tsraél, que estuvierorr
mucho tiempo desiertos : esta ha sido sacada de los puebhw
Tollam quippe vos de gentibus, et congregaba vos de univereis '
terris, et adducam vos in terram vestram. Et effundam super voe
áquam mundam, et mundhbimini ab omnibua inquinamenhi veestris,-
EI dabo vobis cor novum, et spiritum novum ponam in medio v a
tri :-Et habitabitie in terra, quam dedi patnbus vestris : et eritie
bihiin popuium, et ego er6 trobis inDenm.-Et rkcordabímidviarum
vhtrarnm pessimarnm, atudiorumque non bonorum : et tiiaplke-
buht tobis fnquitafes vestrae, et acelera veiihL. -Ezeq. M, 24,
26,26, ZS, et 31.
yreiur*dul tcubr en Jkr &a reorlo d r r qp& ... qw
A d i q ride a b a d n a í b y dcspvrr r e W e & k y r o k
d que ha ricF, vroqoeli&de kar g s r k r , gtce c o d
/ v r , y rw mwadw dd o d & p du l~ biarraa.
Este thg, diaem un* que el An+b Biisqo (por
aadgubnte, diga p, RO será rp.p6iisanrq sinlluipr). Okom
& e n que eerá un pi.ípaipe amigo 6 aliado suyo: &a,
qne serb algamo de avs prbipolea caphees, el anal
I& d la tiene d e Iaraél, B veagaa la muerte de su so-
BBCUIO. M- ea@ v ~ n a aj s o b e quienes v d r á ?
i Sob- loe Jtiaioa? Esta6 son dignori d e lástimaj qut
de sestiep ; pnes han perdih B su Meda, ab aulpa s p ,
y eentra sri v o l a a t d : la aulpa tada la ti- S. Miguel.
i 2IJo e& mejer que este príncipe Gog Uarne otra ve5 to
&a iaa legionee del inñemo, y con ellaa suba d cielo, pre-
sante batalla B S. Migael, lo v -, lo humille, y r e n g w
oon eda la muerte del Anibristo ?
%B. Mae sea de esto lo qw faere, que eete pide obmr-
-ion putiealsr, lo que haae aera 4 nuestro propósito ea
m p &m& notable que se lee eopresa en eeta pr&-
eh : grto es, que socedida la mnerte de Gog, y la ruina to-
tal de toda su infinita m u c h e d n m h en la tierra, y moptes
de I d , los Judios, contra quienes habian venido injuetí-
"-iRnuante, quedarán ricos con loa despojos d e este ejercita
terrible, y aea de rus p ~ c i p a l e sriqueeaa será la ida. Por
e w c i o de siete afios, dice la profecía, no tendhn el trabajq
de cortar árboles en sus bosques, ni .buscar lefia par otras
pcirtes, porqw ia tendrán con abundancia solo con las ar-
mas del ejkoito de Gog : Y saldrán b s nsoraderes ds lar
&dades $e Israél, y uzcsnderán y quemarán las armm,

a h JWU&&Q w o r u m veaiaa ad tWrSm, quas revgrua oet 6 gla-


die {rwieu d$emwcgntritaai gladio, a ~ n t a mgWo, rever-
& g W ) , ~t congraig@.aM de populie multis od monte$Israel,
d . & r u n tdeaez%ijugitei : h a de populie educta eat, et h h b i t a b ~
ctonffdenteruniverei super eoa, qui deserti fuerant, 3 poetea rati-
e , & a u p s r populw qui est cougregatw ex geptibuo, qui pwwfi
~aepit,et esee hobitator umbilici terrae, &c.-Ezeq. x-iü, 8, ip) 1%
2 ~ 2
4.20 LA VENIDA D E L MESIAS
el escudo, y las lanzas, el arco, y las saetas, y los báculos
& las manos, y las picas : y los quemarán con fuego siete
años. Y no llevarán lefía d¿ los campos, ni la cortarán
de los bosques :porque gzrenarán las armas al fuego, y
despojarán á aquellos, de quienes habian sido presa, y
robarán á los que los habian destruido, dice el S&r
Dios*. Segun esto, tenemos despues del Anticristo,' y
aun despues de Gog, amigo y capitan suyo, vengador d e -
su muerte, un espacio de siete afios, cuando menos. Digo
cuando menos: porque no es creible que acabado la letia
del ejército de Gog, se acabe con ella tambien el mundo.
D e esto panece se hacen cargo no pocos doctores graves
con S. Jerbnimo ; los 'cuales son de parecer, que estos siete
&os de que habla este profeta, significan indeterminada-
mente muchos &os : lo cual lejos de negarlo, lo aprobamos
de buena fe, y lo recibimos con buena voluntad: conclu-
yendo esto mismo, que despues de la muerte del Anticris-
to es preciso conceder un espacio de tiempo bien conside-
rable, que á lo menos no sea mas breve que siete afios d e
terminados : esto es, de mucho 6 rnuchisimo tiempo, seguu
pareciere necesario para colocar en este tiempo, lo que n o
e s posible colocar en otro segun las Escrituras.
351. Supuesto esto, .en que vemos convenir unánime-
.
mente á todos los doctores, de aquí mismo sacarémos una
consecuencia (que es la final) terrible y dorisirna ; pero le;
jltima y necesaria, y de fácil demostracion. Es esta. Q u e
este mismo espacio de 'tiempo, sea cuanto fuere, qne se
concedo despues del Anticristo, se debe conceder despues
de la venida de Cristo que creemos y esperamos en gloria
y magestad. i Por qué ? Porqiie estando á toda la divina

Et egredientur habitatores de civitatibus Israel, et succendent,


et comburent arma, clypeum, et hantaa, arcum, et sagittas, et bacn-
los manunm, et contos : et succendent ea igni septem annis. Et non
portabunt lipa de regionibus, neque succident de saltibus: qoo-
niam arma succendent igni, et depraedabuntur eos, quibus praedoe
-
fuerant, et dinpieat vautatorea suos, ait Dominus Deua. Ezeq,
xirxix, 9 et 10.
EN G L O R ~ AY MAGKSTAD. 421
Escritura, y hablando seriamente como pide un asunto tan
grave, no hay razon alguna para separar el fin del Anticris-
to, de la venida de Cristo : pues. la Escritura divina, que
es la Gnica l u z que debemos seguir en cosas de futuro, no
separa jamás estas dos cosas, sino que las nne. Esto es lo
que aora debemos observar. No hay que olvidar lo que
queda observado en el párrafo antecedente : lo cual parece
tan claro, y tan evidente, q'ue aunque no hubiese otro lugar
en toda la Escritura, este solo bastaba, si se mirase sin preo-
cupacion, y sin ernpefio declarado. Mas no es solamente
el capítulo xix del Apocalipsis el que une estrechamente
el fin del Anticristo con la venida de Cristo ; hay fuera de
este, otros muchos lugares, que se esplican en el asunto
con la misma, 6 mayor claridad, que los intérpretes mismos
caaodo llegan 4 ellos y cuando miran todavia muy distantes,
6 tal vez, no miran la terrible consecuencia no dejan de re-
conocerlos. i O cuanto importaba aquí qiie nuestro Cris-
tófilo estuviese medianamente versado en la loccion de esta
especie de libros !

SE EXAMINAN LOS LUGARES DE LA ESCRITURA ENTERA-


MENTE CONFORMES AL CAP. XIX DEL APOCALIPSIS.

PARRAFO IV.
; 352. S. Pablo escribiendo 4 los Tesalonicenses, actnal-
mente alborotados por la voz que se habia esparcido entre
ellos de que ya instaba el dia del Sefior, les declara en pri-
mer lugar, que aquella era una voz falsa sin fundamento
alguno, y no os dejeis seducir de nadie en manera algu-
na*: porque el dia del Sefior no vendrá si primero no se
verifican dos cosas principalisimas que deben preceder tí
este dia. La primera la apostada?. La segunda, la re-
velacion 6 manifestacion del hombre de pecado 6 del Anti-
cristo. De este, pues, dice en términos formales, que ne-
gado su tiempo el Señor Jesucristo lo mat. con el espi-
Ne quis vos seducat uiio modo. -2 ad Thea. ii, 31
t -
Discessio. 2 ad Thea. ii, 3.
42s %A VENfDA DEL R E S i A S

Rtu de aa~bwst,y 10 M r U ñ á & hihmihciba de ea v e


irida*. Pare& que el parnto no podia deoklinre kan naapr
elmidad y preeihn. Si Jesucristo mB3m ba de iaabr el
hticRrPLgcwdesptRtll~subaea:8ilo Ira de destruir
w n )a &draoion -&m vemda : luego la muerte y d-
oiaa del ratibrisba no pu& sepa- ~ puco de
ni m w k bi
ha &da de Crieto, y (ni se segaio, jm do ~~ C.?rb?o
atm ts ilhs)raaisa kb [SE venida-t.. La u-ach *me
hem, y b -#amaen o6ro m a l q i e r asunb cte .ri~eaosSab-
r é ~ ;mhs.ea el p-te pdwce +&Me pae %e le de Jrrc
m. ,jP~rpné~~~< jPtna
r a ? qué bearetllb h
vbrtíatkta mmn, p b eetb dtando á h tvjori?
@X#. Bi aesaoiisto mimo Iteskoye al A d i a r b coa ir
, ib&wim de BU w d a , quien cmoede un os+ Be ti--
plhpueipde ktde&trocim *del A a t M i o , lo debe aan-
ceder foizd~ainmted q m m de la venida de %te. Bto
m se pazsde conceder sin de;strnir y auiqbiiar el eiateaat
hiego+?S w a i c o una d e dos casas s 6 que d 3 ~ ei&b, l
6 que oeda el sistema. Del sistema no hay qne~permwb.;
luego deberá ceder el testo: y para que ceda con alguna
sapwie de honor, ved aqd .lo se he discurrido.
W.;Ei Apo$tol dice, que el M o r ~ I m destruirá
s al
Anticristo con la iiustracion de su venida$ : mas esto no
quiere decir que el Sefior hiiiafhs%ndrá en su propia per-
arma41 destruir al h d o r k b , psnlae.esto óo es nec6s8tio ;
sido que 40 d&rnitb sin moverse de su +de, ya gaon J
@ri¡ude.wi.boaa; a t o c s , p o r s u k h : y a & n h d t ~ e
h o h i d e su .oeuidb ; eado ea, con la mora, 41urepitsc*
delidia e n d e de su temi&. .Si pwgrietds mre, qué rseirb-
ni,qué~orepíncrilcmson eetos del dia -del Sefior : ¡os TOR
~ponrteo~~pnenn, 80n &os .que Ia venida sloriaea d e l
eángdl8. Nitgnel don tüdk los egéroitosqme.sen dsl~ciiJoi

* Et tunc r e d a b i t u r iiie iniquus, qnem Domhua Jeme iat&


u e t spiritu oris sui, et destruet illumtratione dvenths aui eum.-
2 ad Thee. ii, 8.
t Et destruet 1lltlstid;tieneadveohts mti eum. Id id.
f Vide supra.
1 cual m p h á al Anticristo, y destruirá todo su imperio
+versal, por brdsn y mandato espreso del mismo Jesu-
cri&o, que lo envia al mundo revestido de toda su auto-
ridad, y de toda su omnipotencia. Lo mas admirable eg,
que copio si esta esplicacion fuese la mas natural, la rnw
genuina, y la mas clara: como si no quedase o* dificul-
tad dguna, p q y lqego aigunos doctores graves B hscer so-
bre esto una r ~ x i o n 6, ponderacion, 6 no sé coqio Ue-
parla. Si la auwra, dicen, si los crephsculas solo del dia
del Sefior hap de ser tap luminosos, i qué será el dia mis-
mo? Es decir. $i la venida al mundo del príncipe S. Mi-
guel, que no es q.s qye ministro de ~ r i s t ó ha
, de ser taa
temible captra el ,An$cristo, y contra todo su imperio mi-
yersal, ¿qué ser8,el dia de la vanida del mismo Criqtp,
cuando 4i venga del cielo 4 la tierra con toda su glorip
y magestad ? 1 0, B lo que puede obligar una mala caum,
aun B los .bombreg mas sabios y mas cuerdas!
355. $31 segundo lugar que tenemos que exaniiar poq
gran cuidado es el capitulo xxiv del evangelio de $. Mateo,
g p .el que habland~el Selior de propósito de la tnbulacioe
del Anticristo, la cual será necesario abreviar por amor
los eswjidos, &c., concluye así : Y luego dapues de
t,ibulacwn de appellos dias, el sal se oscurecerá, y
Zunp 90 dará ,su lumbre, y las estrellas caerán del cielo,
o( Zae virtudes del cielo serán coqmovidas : Y e n t ó m
parecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo: y en-
tdnces pla5Ván todas las tribus de Ip tierra, y verán ,#
Jlijo del Hombre ,que vendrá en las nubes del cieto ay
grande po&r y mugestad *. D e modo, que concluida )
tribulacion de aqugllos dias, sucederá inmediatementg todq
lo que se sigue: el sol y la luna se oscurecerán, las estre-
Statim autem post tribulationem dierum illorum, Sol o b s c q
bitur, et Luna non dabit lumen suum, et stelize cadent de celo, et
virtutea coelorum commovebuntur : Et tunc parebit signum Filii Ho-
rpinin in celo : et tunc plangent omnes tribus terrze, et videbunt.E-
lium Hominis venientem in nubibus cmli cum virtute multa, et Fa
jestate, &c. -Ma6. xxiv, 29, 30.
! , . ,
llas caerán del cielo (O porque tambien se oscurecerán, f
por esto se perderán de vista como piensan unos; 6 por-
que caerán á la tierra muchísimas centellas, 6 exalaciones
encendidas que parecerán estrellas, como piensan los mas
con S. Agustin y S. Jerónimo): las virtudes, 6 los quicios,
6 los fundamentos de los cielos se conmoverán, parecerá
en el cielo la sefial, 6 el estandarte real del Hijo del Hom-
bre, llorarán 4 vista de todo esto, todas las tribus d e la
tierra, y en ñn, lo que hace mas al caso, verán todos venir
en las nubes del cielo al mismo Hijo del Hombre Jesu-
cristo en su propia persona con gran virtud y magestad*:
las cuales palabras corresponden perfectamente 4 aquellas
con que empieza el Apocalipsis : Hé aqui que viene con
las nubes, y le verá todo ojo T... Todas estas cosas dice el
mismo Señor, que sucederán luego dapues de la tribula-
cion de aquellos dias $ ...
356. Aora : antes de pasar adelante, sería convenientísimo
el saber de cierto.la verdadera y propia significacion de la
palabra luego : á lo menos saber de cierto si esta palabra
tiene alguna vez otra significacion diversa de aquella ordi-
naria, que todos sabemos, y que tenemos por Gnica.
Digo que sería buena esta noticia en el punto preseute,
porque son muy diversas las sentencias de los autores 5.
En algunos, especialmente en aquellos que no esponen to-
da la Escritura, sino solamente los evangelios y que por
consiguiente no tienen que atender á otras consecuencias,
se halla la palabra luego en su sentido natural sin nove-
dad alguna. Conceden francamente, que todo lo que con-
tiene el testo citado, incluido en ello la venida misma
del Sefior, sucederá infaliblemente luego despues de la tri-

Et videbunt Filium Hominis venientem in nubibus coli cum


-
virtute multa, et majestate. Id. 30.
+ Ecce venit cum nubibw, et videbit eum omnie oculue. -Apoc.
i, 7.
f Statim nutem post tribulationem dienim illorum. -.Mat. xxir,
29.
9 In diversis diversa 1egi.- Div. Hyeron.
E N G L O R I A Y MAGESTAD. m
bulakon de aquellos dius: mas otros doctores mas adver-
tidos, divisando bien el inconveniente, no son tan liberales
con la palabra luego, la cual se halla en ellos con mas
novedad de lo que parece B primera vista. E s verdad que
la dejan pasar; mas con mucha discrecion y economía,
suavizándola primero, de modo que no pueda hacer mucho
dafio. Así pues, la palabra luego, seguii su esplicacion,
no se debe entender con tanto rigor, sino en sentido maa
lato, 6 mas benigno, como si dijera: en breve, presto, no
mricho despues*.
357. Y o estoy muy lejoe de contradecir esta pequeiia
violencia, ni de formar disputa sobre palabras. E l sentido
que aqui se le da 4 la palabra luego despues, fuera bas-
' tante natural y obvio, si no se pusiese de por medio un
gravísimo interes : si B lo menos nos declarasen los docto-
res un poco mas sn mente: si nos digesen que es lo que
realmente pretenden con esta economía: si su espresion no
mucho despues, es absoluta, 6 solamente respectiva : si sig-
nifica pocos dias, 6 pocas horas despues, absolutamente ha-
blando, 6 significa poco tiempo, comparado con otro ma-
yor, v. g; de mil 6 dos mil afios : porque en la realidad
nos dejan en esta incertidumbre, y su poco tiempo nos pa-
rece muy equivoco, y por eso no poco sospechoso. Para
que podámos conocer mejor este equivoco, y al mismo
tiempo el misterio de esta espresion equívoca, consideré-
mos atentamente estas dos proposiciones, y veamos si pue-
de haber entre ellas alguna diferencia notable. Primera :
Cristo ha de venir (luego despues) de la tribulacion de
aquellos dias. Segunda : Cristo ha de venir (no mucho
despues) de la tribulacion de aquellos dias. e
356. No perdamos tiempo en consultar sobre ello B los
dialécticos. El problema no es tan dificil, que no baste
para resolverlo la dialhtica natural, 6 la sola lumbre de la
razon. Primeramente se concibe bien, que las dos propo-
siciones (moralmente hablando) pueden ser verdaderas y

Breviter, cito, non multo post.


si&niacaruna m k a m:no se ve e b opaeiaiw
&ena sustowhl; no se h t r u p n mnkiammte : p w
Wlmeote acordarse. Con todo esto, si ateaddw b i iaa
& r e m i a s , baeaamos e n ambas propo@5oaee aquel
se&&. fe~cilloy &o, ,que nw prmaibe e1 evangelio
euanda dioe : zwedtro &Mar sea, si, d : d,nó *, ea f8cil
d i x h DO sé que diEerepcia, out4 va creciendo, mien*
aaao de wca SB va r n k d o . La primera proppsiciop 88
se cltui% y m mtieade d puato sia o t q reibxiop ; la se-
gunda no tanto. La primera no admite equí~awni so&
&mía ; Ja se& p u d e inqbien pdwitirlp. ai sq la fi~ie-
gap dar. La primera aes da uu(i idea senoilb y d u 4 ,
de que ao ha ,de mediar sntre ,el fin de aqvella $ribulaciQq
y Ja &a del &6er, a4gw qpacio cwsiderable de tiem-
po : ,porleonsiguieate, que suke estas dos ,cosa$ no ha de
U e r al- s m @andes y estraordinanoa, que &
&n 4- canside+ ,para xzer$~alae; siao que copr
clwides aquellos dias Be trikulgciop, Iiiego al punto, 6 flsi-
csmeate ó materialmente, 6 á lo ~lieposmoralmente, suce-
derá ,lp seaida -del S&r con todas las cosw que la debqi
acompafiw, f están ,espilestrs en el testo : m w en la ae
gmda proposiciou no se ve esta idea tan inocente, t q
mcilla, .tm natural; antes por .el contrari~POS deja ep
nea grande confusion, s b poder saber determinadamente
la verdadera ~ i g n i c a c i wde las palabras w mucho da-
p w : pues aunque la intencion sea estenderlas $ cuanto
tiempeqe quiera, 6 s e haya mepester, v. g. á tres 6 cnatw
aiglw, Juarapl~,queda el efsgio &il de que tres ó cru\tsp
&los es ~ n , e q m i ode tiempo casi itweqaible, mspecto @
cuatro 6 cinco mil: ,mucho,ws ,respecto.de da .q@midd.
Así que, la prim~ra pr~poeiciop cierra , e n t e w & la
guerta á todo suceso, .y á todo eapacio consi4wkk de
tiempo : mas la segupda n p es wisi : parece qpe Mbiea IP
cierra : pero es innegable que no la , c i e m bien : es ,inge-
gable qtie la deja como entre abierta; y q ~ e d a d o , e pe#@

Sit autem sermo wster,.est, eut ; am, 1tgn.-Mut. v, 37.


ertrdoBea cera bien f.ciI irle &riendo mps c w t o fiere
necwuio, y Bocer eatrat inaeasibleanente goia ruido. to&a
loa -sea que m quisiew, por grandes que sean.
359. & efeoto, esto es lo gne oe pretende, y d e e,
s e g p~ u~w e , 6040 d misterio. Y vi ng, i p r qu6 fia
ooivílierte h palabra iwaqo &spares, que er tas ciara, ea ha
*b", no &a c.km, brevewt?&e, dad a l n t e # ir> rnwl,
duqwu? Ei@ de t i e m p e q u e d e b e P s i g ~ m W
palahas, eo p d e ser tan &Q ea h kieacior de lre
docbmu, qpe ae sea s&imte para P e a r w obdaniaPto
loa &S y g m d q 4~oesesq.e pretertdea a l e o a r en 44.
Ved aquí algueos d e los pidpelef, &era de los que ~ q w -
d u i apuntados e n el @r& mtecedeete.
360. Ha de haber tie~qpo,dioen, b primero, para qvs
~wcbístPosCristianos, de y otro oem, de tdes dlaaar
9 d i c i o n e q que ya por daque%a, ya gor temor, ya par
Ignorada, ya pt seduccion, h a b h lleguncasde P C&q,
y adorado al Anticrik, moo~ggoansu culpa, bagan fmhs
dignos de penitencia, y sean otra vez admitidos al gremio
de la Iglesia, y á la comunion de los santos. H a de haber
tiempo, lo segundo, para que los obispos d e todo el orbe,
que en tiempo de la ,gran tribdaoion habian huido al de-
sierto, y escondiendose en los montes y cuevas (que esto
quieren que signifique ia t m i h al desierto de aquella c6-
lebire muger, .vestida del sol, d d capitulo sii del h p a d p -
sis, oomo arerémos ea s u lugar) k q a n nobiaia .cientade l
wrerte del AdicrktQ, y mina de su ,imperio &F
d. &la& haber tiernpo, do tawerq, que eataa a b k
gea raeivan á 3tis gesias, jeaajau das reliquier de su -ti
p aebe€ie, c u r a .sus dlagcrri, .las a a o r h , lPslenciehea&
-va, 7 Jm den todo .el !peto aaceoario ,y rronírealenk
ea q d I P a S i l C u ~ 8 t e n o k . &lar& b e e r titmgo, ,lo .oua~-
b, prm aquellos aiioeaos de que hablantos : setotas. paia
q a e se oouvie~tanlos Judioe, para .que s e m dníttruideg,
lwutiaados, anqlades, &c. ; y tambien para-que cie aetm-
jle, y ~eeeeugiantodas los arioas del egéircito de Ceg ; ,lo
cual no pueden hacer en menos de siete afios, segun la
profecía: y si estos siete afios significan un número grande
de afios indeterminado, tanto mejor ; mucho mas tiempo
será necesario conceder. Y veis aquí sefior mio, descifra-
do todo el misterio. Veis aquí en lo que viene finalmente á
parar el luego, el brevemente, al instante, no mucho des-
pues. Esta parece que es la razon verdadera y única que
ha obligado 4 convertir las palabras claras y sencillas del
Apostol: el Señor Jesus destruirá al Anticristo con la
ilustracion de su venida, en las palabras sumamente oscu-
ras y poco sinceras, lo destruirá con la aurora, 6 crepúscu-
los de su venida: dando el nombre de aurora, 6 crepúscu-
los del di del Sefior, 4 una venida imaginaria de S. Mi-
guel, para huir dc este modo la diñoultad. Esta es, en
fin, la razon verdadera y 6nica que los ha obligado á con-
vertir en el príncipe. S. Miguel aquel grande y admirable
personage del capitulo xix del Apocalipsis: esto es, al
Rey de los reyes, y al Verbo de Dios.

CONSEQUENCIAS DURAS Y PESIMAS DE ESTE ESPACIO DE


a TIEMPO QUE PRETENDEN LOS DOCTORES ENTRE EL FIN
DEL ANTICRISTO, Y VENIDA D E CRISTO.

361. Los tres lugares de la Escritura divina, que aca-


bamos de observar (dejando otros mnchos por e&r pro-
lijidad) combaten directamente el ,espacio de tiempo, que
pretenden comunmente los doctores no tanto probar como
suponer. Estos tres lugares del Apocalipsis, de S. Pablo,
y del Evangelio, parece cIaro que no tienen otra respuesta,
ni otro efugio, que las mteligencias, y esplicaciones casi
increibles, que tambien hemos observado. Fuera de estos,
hay otros muchos que combaten indirectamente dicho en-
pacio de tiempo ; mas cuya fuerza y eficacia parece toda-
via mas sensible, por los gravisimos inconvenientes, por las
consecuencias duras é intolerables que se siguieran lejíti-
BN GLORIA Y MAGESTAD. 429
mamente, si una vez se concediese 6 tolerase este espa-
cio de tiempo entre el fin del Anticristo y la venida del
Sefior.
362. Para que podamos ver cou mayor claridad estos
inconvenientes, 6 estas consequencias legitimas, aunque
duras 6 intolerables, discurramos, Cristbfilo amigo, los dos
solos. Prescindhmos por este momento de lo que dicen 6
no dicen todos los doctores : imaginémos que no hay en el
mundo otros hombres, que quieran hablar de estas cosas,
sino vos, y yo : con esta imaginacion (verdadera 6 falsa)
podremos hablar con mas licencia, y con mas libertad; y
nos podremos esplicar mejor.
363. Yo s6 bien, amigo mio, que segun todos vuestros
principios habeis menester algun espacio de tiempo (no tan
corto como quereis dar 4 entender) entre el fin del Anti-
cristo y la venida de Cristo, que esperamos en gloria y ma-
gestad. Tambieu sé con la misma certidumbre para qué
fin habeis menester aquel tiempo, y cual es el verdadero
motivo de vuestra pretension : porque todo esto lo he estu-
diado en vos mismo, oyendo con toda la atencion de que
soy capaz vuestro modo de discurrir sobre estos asuntos.
Certificado plenamente de vuestros pensamientos, y tauí-
blen de vuestras intenciones, os pregunto en primer lugar
(empezémos por aqui) : i con qué derecho, con qué razon,
sobre qué fundamento quereis suponer un espacio de
tiempo entre el fin del Anticristo, y la venida de Cristo?
En la Escritura divina no lo hay ; antes hay fundamentos
4 centenares para todo lo contrario. Vos mismo no podeis
negarlo ; pues siendo tan versado en las Escrituras, y tan
empefiado por este espacio de tiempo, del cual teneis una
estrema necesidad, con todo eso no podeis alegar algun
lugar 4 vuestro favor. Cualquiera otro fundamento que
no sea de la divina Escritura, mucho mas si se opone 4
ella, no puede tener firmeza alguna en un &unto de futuro.
Pues i sobre qué estriba vuestra suposicion ? i Solamente
sobre vuestra palabra? Por otra parte : yo os he mostrado
tres lugares clarísimos de la misma Escritura, que des-
truyeo evideutemente veestro espacio de tiempo. He ejee
con sga~lbrola *esplicacion ciertamente inzlndita qrie km
habeis dado, y que estais resuelto á dar á muchos olma
qde pudiera mostraros en los Profetas y en los Sahnos :
mas a t o sería continuar etarñ~menfsla discordia.
364. Por tanto, dejando ya eate camino direoto, 6 este
argumento d priori, que parece áspem y molesto, pilaba
mor por el otro, que llaman d ptariori (acusad estas
+abras un poco anticusdaa) : ei cual camino, aunqae dge
mas dilatado, suele ser mas llano, y no menos eflcae.
Yo os oonoedo, amigo, sin límite alguno todo el tiempo
que quisiereis, y hubiereis menester, entre el Gn del Anti-
&tú, y la venida de Cristo. Ha& onenta que por sara
mis dueáo del tiempo, qw todo ee ba puesto en vuestrar
manes, y dejado á vuestra libre disposicion. Repartima,
pues, como os pamxiere mas conveniente. Colmad en él
todos aquellos sucesos que os acomodareu, y qae no hallaie
por otra parte donde, ni a m o acomoddos h voestro gnsto,
asi h revddos, como tambien los imaginados. Eatre
tanto, yo os pido solamenta una gracia, que no podeis m-
garme honestameate, es B saber: que me sea licito hallar-
me preseete á la repartickm que hiciereis de este tiempo,
y ver por mis ojos todos 1oe sucesos que fuereis colocande
ee él. Así podré observar mas facilmente las r m h a s ó
las coammencias que podráii seguirse, y despues ean
v a e a licencia las podré o í h m ernigablcmente B voestm
arndermian.
4365. PrimMMnede pedis tiempo suficíaate edre el h
dd Anhristo y 1s veaida de Cristo, p a n que rn&simos
~~ (mejor direi~los mas 6 eaai todos, segun las Es-
d u r 4 que Babian sida engahdos por d AnticrPsto, y
eahach ee sia kstexio de iniquidad, puedan reconocer su
engafio, l h r sils errores, y baoer una d a d e r a y siaten
penitencia. Esto decís que se debe areer +&amente de
la bondad y clemencia de Dios, ;y yo me maravillo có-
IIK) no pedk ese espacio de penitencia p m el mismo An-
tkisto, para su profeta, para toda aquella iufniita mehe-
EN GLORIA Y HAGESTAD. m
Bliiábm que en aqael dia se ha de abandanei 4 les mes
del cieloi pum leemos que se hartaron toda8 las aves de
14) c a r w de ellos! Aora, domo vuestro Antictisto era
an motiarca utiiversal de todo el orbe, como no hnbo parte
alguua del mismo afbe en que no hiciase lm mayom
tnaleab á todas partes se deberá estender equella fgdul-
ganoia : mi no habrá reino, al ptovincia, ni ciudad en tbdaa
lee ouatro partea del mando, ni aun laa islas mas remotas,
vi g. la nileve Olanda, la nueva Celandia, las islas de
Balomen, h.que quede eacloidh de este espacio de peni-
tetick Ea fácil eoucebir manto tiempo se necesario para
que llegue desde Paleetina, hasta los tkminos de la re-
&dez de le tie*ar, la noticia de la tnherte del monam,
y despues de esto, piira que produzca unos efectss tan
bueaoe.
EEgS. Lb segundo, pedía tiempo sdficieate pera qtH
hquelloa pastores, que habian huido Ivista de los loboa,
de8atnpamdo &ugtey, escond14ndose eh los montes y
clievas, tengan t a m b h noticia b k t a de la muerte y des-
truccioa dd hombre de peciido, y de la pac, tmnquilidad,
y alegría en qtié ha todo el mundo, para que pue-
dan volvei. a su8 igleshs, 6 B Im isugeires dmde antes WP
taben; gaw que puedaa buscar, llamar y rmjer el resMao
de su grey; para que puedan aumr es% residuo de $as
bridas, y ayudarlo á levantarse d e ki tima, saatehtarlo,
vcentarlo, screcenhrlo, &c. Y coma se debe sqoner,
que muchos de pasitsias, nb quehendo 6 no pcldieodo
huir quedaron m i r e d en Ia batall, y tmno tambien se
p u d e 6 debe suponer, que muchos de las que kayeroa 6
los montes y euevas m a h n de hambre, de frio, de incbc
medidad, &a. ; deberá baber tiempo saíkiedte p a .elegir
y oaosagrar misievos obbpori y enviarlos B bdas ápoeltss
ip#tes donde has Wtado, y donde son tan .mcesarios (46
mal R m ya no podria hacer, por haber ammto aátes ,d
Antieristo) : y despues de esto debe& Bube* tiempo sufi-
ciente, para qae estos nuevos obisps, asf owve los a&-
-
* Usque ad terminos orbis terrsrum. Ps. lxxi, 8.
482 LA V E N I D A D E L MESIAS
p o s , egerciesen su ministerio; pues no parece justo ni
verosimil, que queden escluidas de este socorro tan nece-
sario, solamente aquellas iglesias, cuyos pastores, como
buenos, dieron la vida p o r sus ovejae*, 6 muriendo de otra
manera; mas siempre debajo de la cruz.
367. Lo tercero, pedís tiempo. i Para qué ? Para la
conversion de los Judios, si no con todas, 4 lo menos con
algunas de las circunstancias gravísimas con que se anuncia
este gran suceso en todas las Escrituras del antiguo y nuevo
Testamento, lo cual es tan claro, que es imposible disimu-
larlo del todo. Digo del todo, porque no ignoro que en
la mayor y máxima parte se procura disimular, y aun tam-
bien despreciar: y no solo despreciar, mas tambien burlar
con imsion formal y declarada, como empezarémos 4
observar desde el fenómeno siguiente, 4 donde por aora
me remito. Lo cuarto, en fin, pedís tiempo, ó determinado
6 indeterminado (pero que no sea menos de siete afios)
para que los mismos ~ u d i i s despues
, de convertidos B Cris-
to, puedan consumir las armas del egército inniimerahle d e
Gog, destruido enteramente por el brazo omnipotente d e
Dios eu la tierra y montes de Israél ; el cual egbrcito ha-
bia ido contra ellos, despues de estar establecidos en sa
tierra : todo lo cual verémos en adelante, porque no es
posible verlo todo de un golpe.
368. Habiendo, 'pues, estado el tiempo á vuestra libre
disposicion, habiendo colocado en él todos los sucesos que
os ha parecido, toca 4 mí aora decir una palabra, y mos-
traros una consecuencia justísima que se sigue de todo es-
to, la cual no podeis negar ni prescindir de ella, estando de
acuerdo con vos mismo. La consecuencia es esta: luego
cuando venga el Sefior, que será, segun el evangelio luego
..
despues . y segun vuestra esplicacion no mucho despues de
la tribulacion del Anticristo, deber4 estar todo el miindo
quieto y tranquilo : la iglesia en suma paz, en religion, en
piedad, en observancia de las leyes divinas: todos los
hombres atónitos y compungidos con la venida tí la tierra
* Pro ovibus íliiis. -Joan. x, 11.
EN GLORIA Y MAGBSTAiJ. 433
del príncipe S. Miguel con todos sus ángeles : con el cae-
tigo y muerte del monarca: con la ruina de riu imperio
universal: y con la desgracia de tantos otros cuyas oames
se abandonaron á las aves del cielo, congregadas 6 la
grande cena de Dios. Todos en suma, estarán desenga-
fiados, iluminados y penetrados de los mas vivos ssntimien-
tos de penitencia, aun entrando en este número, no sola-
mente los étnicos, los mahometanos, herejes, ateos, &c.,
sino tambien los duros, obstiuados y pérfidos judios. i Qué
os parece, amigo, de esta consecuencia? i Os atreveréis B
negarla ? i Podréis omitirla, 6 prescindir de ella? i No
habeis pedido el espacio de tiempo determinadamente para
todo esto ? i Qué teneis aora que bmer ni que recelar?
369. Concedida, pues, la consecuencia, pasemos luego
á confrontarla con solos tres lugares del evangelio, que, de-
jando otros muchos, os pongo á la vista.
370. Primero : Jesucristo hablando de su venida, dice
asi : Mas cuando viniere el Hijo del hombre, i pensaia
que hallará fe en la tierra * ? Las cuales palabras, aun-
que parecen una simple pregunta, mas ninguno duda que
en su divina boca son una verdadera profecía, son una añr-
macion clarisma del estado de perfidia y de iniquidad en
que hallará toda la tierra cuando vuelva del cielo : pues si
no ha de haiiar fe, que es el fundameuto de todo lo bueno,
¿qué pensais que hallará? Síguese de aqul, que 6 las
palabras del Sefior, nada significan, 6 que son falsos y algo
mas que falsos los sucesos que habeis colocado en vuestro
espacio imaginario de tiempo : por consiguiente el espacio
mismo.
371. Segundo : Jesucristo dice, que cuando vnelva de1
cielo á la tierra, hallara el mundo como estaba en tiempo
de No6, así como en los dias de Nok, así será tambien la
venida del Hijo del hombre t. Reparad aora la propiedad
Venimtamen Filiw hominii veniena, zputaa, inveniet fidem in
terra I -Luc. xviii, 8.
1. Sicut autem diebua Noe, ita erit et advenhis Fifi hominis.-
Mar. xxiv, 37.
TOMO 1. 2 i
484 LA V E N I D A D P L MESIAS

de k mmejama : y a.4 cuino en los Bi40 a n t a del dilavid


m estaban comiendo y hebicndo, cdndodd y dEúeelore en
cersr>liento,hasia el dia en que entrb Noé en el arca. Y
ne lo entendieran hasta qw vino el diluvio, y los llevó a
t h r :así ~ r talnbisn
á la venida del Hijo del Hombre * .
De modo, que así como onsndo vino el diluvio estaba todo
el mundo en sumo descuido y olvido de Dios, y por baena
cimaecuewia ea una suma períidia, iniquidad y malicia,
porque toda carne W i a corrompido su cantino sobre b
tierra ; así como el diluvio los cogió 4 todos de impro-
viso, menos aquelloe pocos justos que Dios quiso salvar;
aeimisaio dice el Befior sucederá en la venida del Hijo del
Hombre $. Y por 6. h c a s : De esta manertí será el &,
en que rs manifestara el HOjo del H d r a 5.
872. Tercero : Jesucristo llama al dia de su venida,
dia repentino: y añade, que eete dia sera como un 1-
.
pura todos los habitadores de la tierra 1) Y como dice
el Apostol ii este mismo propósito: Cuado dirán
paa y mguridad, entónces ter sobrecojdrCj, U N muerte
rrpentina. cano el dolor b la rnager que &a m cinta, y
tw> eooaparQíPT[. Paremos aquí un m~ments,y hqámoe
d p n a reflerion sobre estoa tres lugares del Evangelio.
373. Y para emteodmos mejor y evitar b d o quívoco
y m h m a (uomo be- qme dese-e 8inuBrpiente co-

Sicut enim erruit in diedm ante diluviurn comedentes et Wem-


tea, nubentes et nuptui tradenten, usque ad eum diem, quo intravit
Noe in arcam, et non cogiioverunt, donec venit diluviurn, e t tulit
-
omnes : ita erit et adventw Fi Hominis. Id. ib. 3s et 39.
t Omnia quippe caro cormperat viam suam super terram. -
Cm. vi, 12.
f I t o erit et u l v e ~ t t i sF -
ilii Hminis. M&. x i r , 37 et 98.
Secundum hzc erit, qu8 die Riiw kiominia revelabitty. -
h c . xpü. 30.
11 Tamquam laqueus enim superveniet in omnea, qui aedent super
faciem omnir terrse. -ih. xxi,35.
l T Chm enim diierint pax, et securitas : tunc repentinus eis su-
perveniet iptenhe, sicut dolor m utero habati, et non effbgieat.
1ad Tirer. r, 3.
-
EN G L O R I A Y MAUESTAD. 466
nwer la verdad parn abrazarla) supongámos, amiga, qas
vos y go, entre otros muchos nos hallámos vivos en todo
aquel espaaio de tiempo que habeis pedido entre el fin del
Anticristrt y la venida de Cristo. Esta suposicion no po-
deis mirarla como repugnante ó imposible: lo primero,
porque nadie sabe cuando vendrá este Anticristo, y sq
gran tribulaoian : si dentro da doscientos a609 6 de dos-
cientos d i s , si dentro de ~ n a stiempo 6 de menos. A loe
que esto desean saber, no ee les da otra respuesta que
.
esta: Velad.. Y lo que á v~sotrosdigo, tí todos h digo r
Veladr. Lo segundo, porque este espacio de tiempo des-
pues del Asticristo no puede ser grande, segun vos mismo,
sino muy breve :- porque luego 6 no mucho deapues hemos
de ver al Hijo del hombre, qw orendrá en las n d e s del
cielo con grande poder y ncagertad*.
374. Habiendo pues en nueatra hipbtesi sobrevivido d
Anticristo, hemos sido testigos oculares, asi de los males
gravisimos que ha hecho en toda nuestra tierra, mmo de
la venida de S. Miguel con todos los egércitos del cielv,
como tambien de t o d a las circunstancias particulares de
la muerte de nuestro monarca y de la ruina plena y total
de su monarquía universal. Ya gracias 4 Dios nos halla-
ws iibres de este monstruo de iniquidad. Oon sil muerte
gowr toda la t i e d de una perfectq tranquilidad : ya pode-
mos con verdad decir lo que deoian aquellos ángeles :
Hearceg recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra, está
+lada y en reposo$: ya vemos con sumo júbilo que
los obispos fugitivos vuelven B sus Iglesias, y son recibi-
dos del residuo de m grey con las mayores muestras de
devociog, de piedad y de ternura: que los templos parte
profanados, parte arruinados, se purifican, 6 se edifican de

9 VigiiNe.. . Quod autw vebk jlico, omnihua dico : V i g W . -


Marc. xiii, 35 et 37.
t Venientem in nubibua cmli cum virtute mes, et majeatate. -
Mat. xxiv, 30.
Pera~bulavimuatermm, et ecee omnis tem habitatur, et quier-
cit. -2achar. i. 1 1 . ...
2 r 2
bs6 .'LA V E N l D A D E L M E S I A A
nuevo : vemos oon edificacion muchos hombres apostólicas
salir acompafiando 4 sus obispós, á predicar penitencia en-
tre los Cristianos que se habian pervertido : otros mas ani-
mosos los vemos volar ácia las partes mas remotas del
mundo 4 predicar el evangelio, donde aotes no m babia
predicado, 6 donde no habia tenido tan buen efecto m
predicacion. Vemos 4 los míseros Judios bafiados en lágri-
mas, compungidos, desengafíados y convertidos de todo
coramu á su verdadero y Gnico Mesias por quien tantos
siglos habian suspirado. Vemos en suma, con nuestros
propios ojos, verificados phuemente todos los sucesos que
vos mismo habiais anunciado para este tiempo.
375. Con todo eso oidme, sefior mio, una palabra. El
espacio de tiempo que habiiis pedido para todos estos su-
cesos graudes, y admirables, no fué ni pudo ser tan gran-
de, que pasase todos los límites de la discreciou y aun de
l a revelacion. i Qué limites son estos? Son, amigo, el luego
despues del evangelio, y tambien el en breve, presto, no
m ~ ~ deques
~ h o de vuestra misma esplicacion. Segun vos
mismo, la venida del Seóor con grande poder y magestad,
debe estar ya tan cerca, que la podemos p aun debemos
espetar por dias 6 por horas. Todos los que hemos que-
dado vivos despues del Anticrido estamos en esta especta-
cion. Todos sabemos que el Sefior ha de venir, 6 luego
al punto, si esto significa la palabra luego, 6 á lo menos
no mucho despues de la grau tribulacion que hemos visto
y esperimentado en los dias del Anticristo. Esto nos en-
sefian como un punto de suma importancia nuestros obis-
pos venidos del desierto, y nuestros misioneros llenos del
Espíritu Santo. Yacasi no hay persona alguna que no lo
sepa : todos en fin estamos en vela, porque no eabeis &
quk hora ha de venir vuestro Sesor*.
876. Esto supuesto, decidme aora, mi buen Cristóiilo :
i Os' parece oreible, ni posible, que en tan corto espacio
de tiempo, no solo se hayan podido hacer en todo el mnn-
*, Quia nescitis, quh hod Domina vester venturno ait. -Mar.
xxiv, 42.
EN GLORIA Y MAOESTAD. 482'
do cosag tan gloriosas, sino que el mismo mundo se haya
otra vez pervertido como en tiempo del Anticristo? i Que
se haya olvidado tan presto de la venida de S. Miguel:
de su espanto y terror en el castigo de tanta muchedumbre :
de su llanto, de su penitencia, y tambien de la cercanía del
dia del Seííor? i Como ha podido suceder una mudanza
tan estrafia y tan universal ? ;Qué otro Anticristo ha ve-
nido de nuevo, mayor que el que acaba de matar S.-Mi-
guel? En este tiempo en que aora nos hallámos, vemos
muerto al Anticristo con su falso profeta: los reyes de la
tierra que tanto le ayudaban, muertos todos con sus egór-
citos : la muchedumbre de Gog muerta: el resucitado im-
peno romano con su corte idólatra y sanguinaria, muerto:
todos los capitanes, goberuadores y soldados, secuaces del
Anticristo, muertos por S. Miguel, y devorados por todas
las aves del cielo. Por otra parte, los obispos fujitivos
han vuelto á sus iglesias, las ovejas á sus pastores, los que
estaban fuera de la iglesia han entrado en ella, y han sido
recibidos con suma caridad, y la misma iglesia se halla en
una grande paz sin enemigos que la perturben ni dentro ni
fuera, &c.
377. Y no obstante todo esto, Jesucristo que ya viene,
que ya está casi á la puerta, i ha de hallar toda la tierra
tan olvidada de Dios, tan corrompida, tan inicua, así como
en los dias de Noé*? Jesucristo que ya viene, i apenas ha
de hallar en toda la tierra algun vestigio de fe: pensak
que hallará fe en la tierra?? Jesucristo que ya viene,
i ha de cojer de improviso á todos los habitadores de la
tierra? El dia de su venida, que ya insta, i ha de ser aquel
dia repentino: y como un lazo vendrá sobre todos loa
que están sobre la haz de toda la tierra$? Si vos, sefior,
6 algun otro ingemio sublime, puede concebir estas cosas,
concordarlas entre si, yo confieso francamente mi peque-
* Sicut autem in diebus Noe. -Mat. xxiv, 37.
t Putw, inveniet fidem in terra? - l u c . qviii, 8.
f Supeweniet in omnes, qui sedent super faciem omnii term.
Id. xxi, 35.
-
fiez : no hallo como, ni por donde salir de date lhbeíinto:
ni sé to que hubiedn respondido los doctores mismos, si
hiibieee habido en su tiempo quien les propusiese estas du-
das, y les pidiese una respuesta categórica. Veis dpui,
pues, las consecuencias que naturalmente se siguen del
espacio de tiempo que pretendeis entre el fin del Anti-
cristo, y la venida de Cristo.
378. No ignoraie que de esta consecuencías o@ pudiera
presentar muchisimas, sin otro trabajo que copiar otros
muchos lugares de las Escritura9 ; mas esta diligencia d a
tan inútil, como encender muchas lhmparas para a6adir con
ellas mas claridad al dia mas sereno. No obstante, parece
qrie iio será del todo intitil, ni fuera de propósito, repre-
sentaros brevehetite otra buena consecuencia, que infalible-
mente se seguiría, si el fin del Antioristo sucediese de otro
modo que cod la venida misma de Cristo en gloria y
mageetad.
OTRA CONSECUENCIA.
PARRAFO VI.
379. Si se lee con alguna mayor atencion lo que queda
observado en el p'hrrafo vii del primer fenónibbo, se deberá
reparar con alguna especie de terror 61 gnhh fracario y ei
terrible estrago qhe debe hacer ea el mundo cierta piedta
cilando baje del monte. Se deberá reparar, que dicha
Piedra desprendida de uti alto ,monte sin mano alguna,
6 sin que nadie la toque, ni la tire, ella se despren-
de por si misma, ella se mueve, ella se encamina direc-
tamente ácia los pies de h grande estátua : al primer
golpe los quebranta, y redace á polvo, y t o p el coloso
temble cae tí tierrh, y se desvailcece coiilo humo.
380. Aora pregunto yo : i despues del fin y mina del
Anticristo, quedará en esta tierra existente, entero y en
pie este gran coloso, 6 no? Segun los principios ordi-
narios, 6 segun todas las ideas que nos daa los doctores
del Aeticristo, parece claro que no. Lo primero, porque
suponen como cierto que el Anticristo ha de ser un mo~,aat-
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. 659
aa universal de todo el orbe : y esta monarquia universal
no puede oombirse, si la estatua queda en pie, 6 por ha-
Mar con mayor propiedad, si los pies y dedos de la eatcrtua
quedan todavia divididos, 6 independientes. Para la mo-
narquia universal es preoiso, que todos los reinos y sefioríes
particulares se reduman á una misma masa : y si acaso q u e
dan algunos, que estos queden síibrlitos, no libres, é inde-
pendientes : por consiguiente es uecesario que la monarquía
universal se haya tragado é incorporado en si misma todos
cuantos reinos, principados y sefionoe particulares se cono-
cian en la tierra. Lo segundo, parque no niegan los do-
tores, antes lo suponen como una verdad (y esto con suma
razon) que jmtaxhente con el Antioristo han de morir del
mislno meidenfe todoe los reyes de la tierra, todos los prín-
cipes, grandes, oapitanes y -soldados de todo su imperio
universal, pnes todos estos son nombrados espresameiite en
d oonvite general que se hace B *todas las aves del cielo,
(diciéndoles) : Venid y congregaos B la p n d e cena da
Dios :para comer carnes de rtyes, y carnes de t r i b v ~ ~ ~ d ,
y carires de poderosos, y carnes de caballos, y de los que
en BUOS cabalganw. Lo tercero, porque suponen que d
imperio romano (no obstante que debe durar hasta el fin
del mundo como nos aseguran tantas veces con gran for-
malidad; mas equi no guardan concecuencia) : suponen,
d i o , y aos aseguran, que eete imperio romano bajado ea
aquellos tiempos de los espacios imaginarios g vuelto a BU
antigua grandeza y esplendor, deberá tambien ceder al
Anticristo, y agregarse al impkrio de oriente, ó de Jerusalén
que debe ser el bnico. Lo cual sucederá, dicen, cuando
Roma idólatra y sanguinaria sea destruida por diez reyes
enemigos del Anticristo, y estos sean vencidos yoco despues
por el mismo Anticristo.
381. Segun esto, parece que deben confesar aquí de
buena fe, que muerto el Anticristo, y destruido enteramente
Venite, et congregamini ad ccenam magnam Dei : Ut manduce-
tia carnes regum,et carnes tribunorum, et earnea fortium, et carnes
equomm, et sedentium in ipsis. -Apoc. xix, 17 et 18.
su imperio universal, y con él todos los reyes y p h -
cipes, con todos sus egércitos congregados parapelear con
el que estaba sentado sobre el caballo +, no puede quedar
en el mundo reliquia alguna del gran coloso ; pues es-
tando todo incorporado en el imperio uuiversal del Anti-
cristo, destruido este imperio universal, es cousiguiente que
quede destruido y aniquilado el coloso mismo.
382. Ved aora la coneecuencia y jnagad rectamente.
.Luego la piedra que ha de bajar del monte sobre el coloso,
y reducirlo todo á t a m de era de verano, lo que arrebató
el viento?, no puede ser Cristo mismo, sino S. Miguel:
por consiguiente; S. Miguel crecerá entbnces, y se hak nn
monte tan grande, que cubrirá tgda la tierra : porque l a
piedra que hubia herido la estátua, se hizo un g r a d
monte, k hinchió toda la t i e r r a t . Si la piedra debe ser
Cristo mismo, como no se puede dudar : luego cuando esta
piedra baje del monte, cuando Cristo mismo baje del cielo,
que segun dicen, se+ poco despues de S. Miguel, ya no
hallara tal coloso, donde dar el golpe, y, á Dios profecfa
Si halla todavia el coloso, y en efecto lo destruye cayendo
sobre él : luego no lo destruye S. Miguel : luego fué inútil
la venida de este priucipe con todos los egércitos que hay
en el cielo: luego todo el capitulo xix del Apocalipsis no
tiene significado alguno : mejor dirémos : luego la venida
de S. Míguel es una imaginacioa, y un puro efugio
de la dificultad.
383. D e otro modo. Si la piedra de que habla la pm-
fecfa es Cristo mismo indubitablemeute : luego Cristo mismo
al bajar del cielo á la tierra, hallar4 toda la estátua en pie,
dará contra ella, y la convertirá en polvo : luego no puede
haber espacio alguno de tiempo entre la ruina de la estátua
y la venida de Cristo. Y como toda la estátua, 6 todos los
Ad faciendum pralium cum illo, qui sedehat in equo. - A ' c . .
xix, 19.
-1- In favillam astiva are=, q u rapta
~ -
sunt vento. ~ o n ii, . 35.
Lapis autem, qui percusserat Btatuam, factuli est mona =a-.
et implevit universam terram. - Id. id.
v
EN G L O R I A Y MAGESTAD. 441
reinos, principados y seiíoríos, segun w s dicen, deberán
estar entbnces no solamente incluidos, sino identificados con
el imperio universal del Anticristo, que debe componerse
de todos juntos ; quien destruye la estátua, destruye forzo-
samente este imperio universal ; y quien destruye mte im-
perio universal, destruye forzosamente toda la astátua.
Quien destruye todo esto, debe ser Cristo mismo cuando
baje del monte : luego no puede haber un instante de tiempo
entre la venida de Cristo y la destruccion de todo esto, y
por consiguiente del Anticristo, 6 quien el Seiior Jesvs -
matará con el aliento de su boca, y le destruirá con el
resplandor de su venida*.
384. El argumento, aunque me parece bueno, no por eso
pienso que no puede tener alguna solucion. Se puede res-
ponder lo primero : que la piedra que ha de bajar sobre la
estátua, ser4 Cristo mismo ; mas no en su propia persona.
sino en virtud. Se puede responder lo segundo (~olviendo
á las antiguas): que la piedra de que se habla es Cristo
mismo ; mas no en la segunda venida, sino en la primera:
por consiguiente esta piedra ya bajb del monte siglos ha, y
destruyh entónces la grande estátua, esto es, el imperio de
Satanás, h. Será preciso tenerse en esto, cueste lo que
coatare, sin ceder un punto ; ni yo pienso hablar sobre esto
una palabrn mas. Me remito enteramente á vuestras sérias
reflexiones.

R E S U M E N Y CONCLUSION.

PARRANI VII.
'
385. Deseára, sefior, si esto fqese posible, que quedáse-
mos de acuerdo, 6 que 4 lo menos nos formásemos una idea
clara y precisa de todas las cosas que acabamos de observar
en este fenómeno. Nuestra disputa, segun parece, no
consiste en la sustancia de la cosa misma, sino solamente
en una circunstancia que se cree gravisima por una p otra
Quem Dominue Jesus interficiet apiritu oris siii, et dwtruet
illustratione adventtie sui eum. -2 d Z48r. ii, 8.
442 . LA .VENIDA D E L M E S I A S

parte ; y en efeoto lo es tanto, que ella sola basta para de-


cidir y terminar el pleito. Estamos perfectamente de acuerdo
en la sustancia : esto es, ea el espacio de tiempo, que segun
las Escrituras, ha de haber despues del Anticristo (sea este
Anticristo lo que quisiereis que fiea) ; este espacio de
tiempo os lo he concedido, y os lo concedo de nuevo sin
límite alguno. Confieso que teneis gran razon en pedirlo,
porque es innegable. Conque la discordia está solamente
en una circunstanciti: es h saber, si el espacio de tiempo
debe ser despues del Anticristo, muerto y destruido por el
príncipe S. Miguel, antes de la venida de Cristo ; 6 muerto
y destruido por Cristo mismo, ea el dia grande de so venida
en gloria y magestad. Vos decís lo primero, yo digo lo
segundo ; con esta sola diferencia, que vos decís lo primero
libremente sin fundamento alguno ; pues no aiegais, ni er
posible alegar la autoridad divina, que es la que única-
mente nos pnede valer en asunto de futuro. AI contrario,
yo digo lo segundo, fundado en esta autoridad divina, de
que me dan testimonio claro 6 indubitable las sanhs Escri-
tiiraa, en quienes yo creo firmemente, que los hombres
santos de Dios hablaron, siendo inspiradas dcl Enpfritu
Santo*. Segun estas santas Escrituras, me parece impo-
sible separar el ñn del Anticristo, de la venida del Sefiot
que estamos esperando.
386. Lo habeis vigto claro, con circunstancias las mas
individuales, en el capitulo xix del Apocalipsis. Lo habeis
visto claramente confinnado por el Apostol de las gentes,
el cual dice espresamente, que el mismo Sefior Jesus des-
truirh al Anticristo con la ilustracion de su venida?. Lo
habeis vistó claramente en el evangelio, en que declara el
mismo Sefior qiie su venida del cielo 4 la tierra coa gran&
poder y ntagestad, sucederá luego despws de Zar tribolo-
.
don de aqrcellos dias.. la cual palabra luego, se halla en
las cuatro versiones sin alteracion alguna: esto es, en la
-
Spiritu Sencto inspirati, locuti sunt ssncti Dei homines. 2 Pet.
i, 21.
Et destmet illmhatione adeentus mi e-. -2 d Tkm. ii, 8.
464 LA VENIDA DEL MESIAS
dores de la tierra, dia repentik,y como nn lazo imprevieto,
en que queden prendidos, porqlu asf como un lazo oendrcí
&re todos los que están sobre la haz de toda la tierra ?
Amigo mio, considerad10 bien, poniendo aparte por un mo-
mento toda preocupacion. Entre tanto, la conclnsion sea, .
que segun todas las Escrituras, parece todavia mucho mas
dificil separar el ñu del Anticristo de la venida de Cristo
que separar el fin de la noche del principio del di.
388. No pudiendo, pnes, de modo alguno hacerse esta
separacion, i qué se sigue? M o parece que se sigue al
ponto inevitablemente la dura y terrible consecuencia : lae-
go ei se concede y aun se pide un espacio de tiempo des-
pnes do1 fin del Ahticristo, se debe forzosamenb conceder
y pedir despues de la venida de Cristo. Luego si despnes
del fin del Anticristo ha de haber tiempo suficiente para
que puedan veriticarse cómodamente los muchos y grandes
sucesos que pretenden los doctores, lo deberá haber nece-
sariamente despues de la venida de Cristo.
389. Y veis aquí con esto solo arruinado desde los ci-
mientos todo el sistema. Veis aquí con esto solo claro,
manifiesto y concedido por los mismos doctores, aunque
, contra su voluntad, aquel espacio de tiempo, que con tantos
temores, temblores y recelos propusimos al principio* s d o
como una m r a hipótesi 6 suposicion. Veis aquí ya mas
de cerca los mil afios de S. Juan, y todos los misterios nue-
VOS admirables del capítulo xx del Apocalipsis. Veis
aquí el juicio de los vivos separado enteramente del de los
muertos. En suma, veis aquí con esto solo abiertas todas
las puertas, y tambien todas las ventanas, comdas todas
las cortinas, y alzados todos los velos, para ver y entender
innumerables profecias, que sin esto nos parecen no eola-
mente oscuras sino lo misma oscuridad.

APENDICE.
390. Cualquiera que lea las observaciones que acabamos
de hacer sobre este fenómeno, by no tenga por otra parte

Part. i, cap. ir.


odciente conocimiento de esta aausa, es fácil y muy natu-
ral que piense dentro de si una do dos cosas : 6 que es fal-
so que los doctores separen el fin del Anticristo de la veni-
da de Cristo, haciendo venir en su lugar al arcángel S. Mi-
guel : 6 que si realmeute han tomado este partido (que se-
gun parece es muy antiguo), habrán hallado en la Escritura
divina algun fundamento sólido é incontrastable ; pues no
es creible que hombres tan sensatos y tan eruditos avanzasen
nna especie como esta, sin estar primero perfectamente
asegurados. Esta retlexion, á lo menos cuanto á la segun-
da parte de la disyuntiva, me parece óptima : y yo confieso,
que esta misma es la que me ha hecho buscar con toda di-
ligencia este fundamento. Vamos por partes.
391. Primeramente, es innegable que los interpretes de
la Escritura, segun su sistema, procuran del modo posible
separar el ñn del Anticristo de la venida de Cristo, que es-
peramos en gloria y magestad, haciendo venir en lugar de
Cristo al arcángel S. Miguel á la frente de todas las lejio-
nes celestiales. Esta proposicion se puede probar de dos
maneras, ambas claras, fáciles y perceptibles á todos, por
su simplicidad. La primera es, remitir á los que dudaren,
B que lo vean por sus ojos en la mayor y mas noble parte
de los mismos iutérpretee : y para minorarles el trabajo, y
suavizarles la gran molestia, pedirles solamente, que vean
por sus ojos lo que dicen sobre el capítulo xix del Apoca-
lipsis, sobre el xxxviii y n i x de Ezeqiiiel, sobre el capí-
tulo xii de Daniel, sobre el capitulo xxiv de S. Mateo, y
sobre el capitulo ii de de la epístola segunda á los Tesalo-
nicenses. Dije en la mayor y mas noble parte de los intér-
pretes, porque algunos otros gravisimos por otra parte pe-
netrando bien la gran dificultad, procuran prescindir de ella,
y alejarse todo lo posible ; como que no consideran toda la
Escritura, sino solamente una parte. Vease lo que queda
dicho en el fenómeno tercero párrafo xiii.
392. El segundo modo de probar aquella proposiciou
para los que no pueden 6 no quieren registrar autores, p u s
de ser este llano y simple discurso. O conceden los doc-
teres que Cristo mimo en m propia persona ha de ve&
$ destruir al Anticristo, ó no : si lo conceden, luego aquel
eripacio de tiempo que tambien conceden inevitablemente
despues de destruido el Anticristo, lo deberán conceder
degpues de la venida de Cristo en su propia persona : por
consiguiente deberán renunciar á su sistema : si no lo con-
d e n , luego ea lugar de la persona d e Cristo deberá venir
'
alguna otra persona B la frente de todos loa egércitos del
eielo á destruir al Anticristo: pues sin este todo el capi-
tulo xix del Apocalipsis será una vision sin si@cdo, 6
será por decirlo mejor una pura ilusion. S i en lugar de
Crieto viene otra persona con todos los egércitoe del cielo,
i quién puede ser sino el príncipe grande S. Miguel P
Conque aun sin el trabajo de registrar muchos libros, la
verdad de aquella proposicion queda indubitable.
m. Satisfecha la primera parte de la disyuntiva, QOO
queda que satisfacm 4 la segunda que es la principal, q
la cual se pueden hacer estas dos preguntas. Primera:
2 con qué fundamento se niega que Jesucristo ea su propia
persona, y en el dia grande de su venida que esperanos.
ha de destruir a1 Anticristo, estando esto tan claro y ee-
preso en las EBcrituras ? Segunda : ;con que fundamepta
se le da este honor a4 príncipe grande S. Mi& ? E if a *
damento para lo primero lo hemos ya visto por noestrer
ojos, ni concibo como pueda quedamos sobre esto algana
duda. Hablando fraacamente, m> hay otro fundamento
real que el miedo y pavor del capitulo doce del Apocalip-
sis, 6 del espacio de tiempo que es necesario conceder,
g que se concede aunque 4 mas no poder, despues del fb
del Anticristo. Si fuera de este fendamento hubiese
siquiera pasable, ee olaro qne se debia producir, y mwho
mas ciam que no se dejára de hacer.
a. El fundamento para lo segundo, es el que aora voy
4 esponer, que al ñn lo hallé despues de alguna Biigeecia
, NQdigo que lo hallé en la Escritura misma, sino en la
Eacntura asplicada del modo que se aplican los tres lugk
m, de que hemos hablado, princiQalmente ea este hn6.
meno. Es, pues, todo el fundamento para hacer venir Q
S. Miguel, 4 destruir al AnticRsto, el capitulo xii, de
Daniel, que empieza así : Y en aquel tiempo se levantará
Miguel príncipe grande, que es el defensor de los hijas de
tu pueblo : y vendrá tiempo, cual no fué desde que lar
gentes colnenzaron á ser hasta aquel tiempo. Y en aquel
t h p o será ralvo tu pueblo, todo el que re hallare escrite
m el libro*.
$85. Considerbmos este testo con particular atencion,
porque no hay duda que mirhndolo solo h bulto, superfid
sialmente, y de prisa, no deja de mostrar alguna aparim*
'& Para que este testo favorezca de algun modo la es-
pedicion de S. Miguel que se pretende contra el Anticris-
to, es necesario que aquellas primeras palabras: Y en-
a q d tiempo oe levantarti Miguel, aludan al tiempo mis-
mo del Antkristo, porque si realmeiite aluden a otro tiem-
po autexior, de nada pueden eervir para el intento. Mes
claro. Si la espedicion de S. Miguel de que se habla en
este lugar, debe suceder antes del Anticristo, antes de los
b p o s borraseosos y terribles de la grande tsibnlacion,
oon esto solo estará concluida la disputa, pues esta se prue-
ba fscilmeote con el mismo testo sin salir de él. Es claro
gue aquí se habla de dos tiempos diversos: Y en aquel
tiempo se leuautarb Miguel: este es el primero. El
segundo tiempo es posterior, y como una consecuencia dséi
oe levantará Miguel, y de este tiempo que se ha de seguir
dapuea de la eapedicion de S. Miguel, se dice que será
tae temible cual nunca se h a b visto hasta eatónces: q -
d r á tiempo, m a l no fuk desde que laa gentes coma-
umm á ser hasta aaurl tiempo,
396. Aora, se pregunta : este tiempo tan terrible, pos-
* Ir fiempore autem illo oonsurget Micha61 *epe m+-,
fi stat pro filiis populi tui : et veaiet tempw, qiiids non fuit ab
eo, ex quo gentes esse cceperunt usque ad tempue iilud. Et ia tem-
pore iiko salvabitur populua Ihius, m n i s qui imventns fuera scriptuu
in libro, &c. -Dan. xii, l.
448 LA VENIDA DXL M ~ I A S

terior y consiguiente tí la espedicion de S. Miguel, i C d


será? Será acaso el tiempo que debe seguirse por confe-
sion de los doctores despues de la muerte del Anticristo ?
Cierto que no : porque -te espacio de tiempo lo su-
ponen como el mas quieto y pacifico de todos los tiem-
pos. i Será el tiempo que puede emplear S. Miguel con
todos los ejercito8 del cielo en matar al Anticristo, y des-
truir su imperio universal ? Tampoco : ya porque para esto
sobra un minuto, pues sabemos que un angel solo destrn-
y6 todo el ejército do Sennqueríb, matando en una noche 6
en un momento de esta noche 185 mil soldados : ya por-
que no es creible que ia tembilidad tan ponderada de aquel
tiempo hable solamente con el Anticristo, y con sus se-
cuaces. En este caso no dijera el Seiior : habrá e n t h s
grande t d u l a e ~ ~ o cual
n , nofué &S& el principio del mun-
do hasta aora, ni será. Y si no fuesen abreviados aquellos
dias, ninguna c a m sería salva: mas por los escogidas
. aquellos dias oerán abreviados*. ,; Que da60 puede hacer
S. Miguel á los escogidos ? i Es creible que Dios abrevió
aquellos dias, b aquel tiempo de tribulacion que cansa
S. Miguel en el Anticristo, y en sus amigos, para que no
se perviertan, ni se pierdan aun los mismos escogidos?
j Ea creible que esta tribulacion cansiida por S. Miguel
sea tan peligrosa, de modo que, si puede ser, caigan en
error aun las escogidasi. ? Luego no e8 este el tiempo de
que habla Daniel, cuando dice : se levantará Miguel.. y .
vendrá tiempo, cual no fud, 8EO. Laego este vendrá tU>k
po, alude tí otro tiempo posterior 4 la espedicion de S. Mi-
guel. Luego es el tiempo mismo de la tribulacion que
causará en el mundo el Anticristo, el cual se14 necesario

* Erit enim tunc tribulatio magna, q d i non fuit ab initio


-di usque modb, iieque fiet. Et nisi breviati fuissent diea illi,
non fieret iialva omnia caro : aed propter electos breviabuntur die,
-
iili Mat. xxiv, 21. d 22.
7 Ita ut in errorem indueantur, si fieri potest, etiam electi-
Mat. xxiv, 24.
BN GLORIA Y MAQESTAD. 44
ahreviar para que no se pierdan aun los escogidos. Luego
la espedicion de S. Miguel no puede ser contra el Anti-
cristo, pues este no ha venido.
397. j P ~ e stí qué viene S. Miguel, y contra quien
viene si no viene contra el Anticristo? Esta pregunta
procede sobre una falsa suposicion. Aqui se supone que
S. Miguel ha de venir con sus ángeles á esta nuestra
tierra contra alguno : mas esto i de donde se prueba? El
testo no lo dice, ni insinúa, ni da sefial por donde soepe-
charlo. Solo dice : Y en aquel tiempo se levantará Mi-
guel. En aquel tiempo de que acaba de hablar el capitulo
antecedente, se levantará S. Miguel, no solo, sino con
otros áiigeles, pues el verbo consurgo esto significa ; mas
no dice 4 qa6 se levantar&, ni contra quien, ni 8 donde irá,
ni qué cosas hará, &c. Todo esto lo deja en un profundo
silencio.
398. Mas lo que no dice este antiquísimo Profeta, lo
dice claramente circunstanciado el último de los Profetas,
que es S. Jnan, que es el que en ciertos punto^ particu-
lares los esplica 4 todos. Leed el capitulo xii del Apoca-
lipsis, y alll hallareis este mismo misterio con todas las
noticias que podeis desear. Alli ballaréis esta misma es-
pedicion de S. Miguel esplicada y aclarada. Alli hallaréie
contra quien es, adonde es, y para que fin. Allí vereis
que no es contra el Anticristo, sino contra el dragon, 6
contra el diablo : que no es en la tierra, sino en el cielo:
que no es en los tiempos del Anticristo, sino antes que
este aparezca en el mundo. Alli hallareis que el Anti-
cristo con todo su misterio de iniquidad, y todo la gran
tribulacion de aquellos dias, será solo uná resulta y como
consecuencia de la eapedicion de S. Miguel : pues arrojado
el dragon á lo tierra despues-de la batalla, a e oyen luego
en el cielo unas voces de compasion y lástima que dicen :
iAy de la tierra, y de la mar, porque descendió el diablo á
vosotros con grande ira, saliiendo que tiene poco tiempo'!
~Vaetema?, et mari, quia descendit diabolua ad vos, habena
iram magnam, sciens qubd modicum tempua habet !-A'.xii, 12.
T O M O 1. 2 G
650 LA V E N I D A D E L M E S I A S

Allí hallareis en fin, que el dragon vencido y arrojado tí la


tierra con todos sus ángeles, convierte todas sus iras con-
tra cierta muger que ha sido la causa de aquella gran
batalla: que la muger huye al desierto con dos álas de
huila grande que para esto se le dan: que el dragon la
sigue, y no pudiendo alcanzarla, se vuelve lleno de furor á
hacer guerra contra los otros de su linage, que guardan
los mandan~ientosde Dios, y tienen el testimonio de Jesu-
cristo*. Y para hacer esta guerra en toda forma, y so-
bre seguro, se va á las orillas del mar (metafórico y figura-
do) á llamar en su ayuda á la bestia de siete cabezas y diez
cuernos, la cual se ve al punto salir del mar, y dar princi-
pio 4 la gran tribulacion-p.
399. Que la espedicion de S. Miguel, de que se habla
en este capítulo xii del Apocalipsis, sea la misma que la
del capítulo xii de Daniel, me parece que lo conceden to-
dos los doctores ; pues á uno y otro lugar dan la misma
esplicacion. No hablo aquí de aquellos pocos que con l a
mayor violencia é impropiedad tiran á acomodar este cápí-
tulo xii del Apocalipsis 4 la persecucion de Diocleciano;
ni hablo de aquellos no pocos que en sentido mistico apli-
can h la santísima Virgen algunas pocas cosas de toda esta
gran profecía, dejando todas las otras como que no hacen
ti su propósito : hablo solo de los intérpretes literales,
quienes aunque conceden que el misterio es el mismo e n
el apostol, que en el profeta ; mas en uno y otro se espli-
can tan poco, y con tanta oscuridad, que no se puede for-
mar idea de lo que quieren decir. Lo que únicamente se
conoce es, que coufunden demasiado al dragon con la bes-
tia que sale del mar; y lo que es batalla de S. Miguel con
el dragon, lo hacen igiialmente batalla con la bestia : no
advirtiendo, 6 no haciéndose cargo que la bestia no sale '
del mar, sino despues que el dragon ha sido vencido en la
Cum reliquis de semine ejus, qui custodiunt mandata Dei, et
habent testimoniurn Jesu Christi.- Id. xii, 17.
-
-1. Et stetit supra areiiarn maris Id. xii, 18. Et vidi de man bes-
tiam ascendentem. - Id. xiii, 1 .
EN GLORIA Y MAGBSTAD. 451
batalla: despnes que ha sido arrojado 4 la tierra: despnes
que ha perseguido 4 la muger metafórica: despues que és-
ta ha olvidado el destierro: despnes que ha perdido la es-
peranza de alcanzarla. A lo menos es cierto que esta ba-
talla de S. Miguel con el dragoii, la ponen y suponen en
los tiempos del Anticristo, pues dicen que será para defen-
der á la iglesia de la persecucion del Anticristo.
400. No obstante esta certeza y seguridad tan poco fun-
dada, tan ajena, tan distante, tan opuesta al testo sagra-
do, ninguno nos dice una palabra sobre algunas otras cosas
que quisieramos saber, v. g. si en esta batalla quedar&
tambien veucido el Anticristo, ó solamente el dragon : si
en esta batalla morirá ol Anticristo, y todo su imperio uni-
versal, 6 si será necesaria otra venid; del mimo S. Miguel
para matar á este monarca. No hay que esperar sobre
esto alguna idea precisa y clara. Todo se halla confuso 6
ininteligible. Que en esta batalla de que hablamos, muera
tambien el Anticnsto. 6 quede vencido, o destruido por
S. Miguel, parece imposible que se atrevan á decirlo, 4 lo
menos de modo que se entienda claramente que así lo di-
cen. Por q u é ? Porque despues de esta batalla, des-
pues de vencido el dragon con todos siis angeles, arrojados
á la tierra, se ve claramente en el testo sagrado- que el
dragon mismo convierte toda su indigi~acion contra la mu-
ger vestida del sol: la cual quieren,' 6 suponen, sea lo
Iglesia: se ve que esta muger (sea lo que quisieren por
aora) se libra del dragon huyendo al desierto: se ve que
en el desierto se está escondida, de la presencia de la ser-
piente, todo el tiempo que dura la penecucion del Anti-
cristo, esto es, mil doscientos y sesenta dias, que son los
dias que debe .durar la gran tribulacion como se dice en el
capítulo'siguiente (por estas palabras), y le fué dado poder de
hacer aquello cuarenta y dos meses (42 meses, y 1260 dias
es lo mismo). De todo lo cual se concluye evidentemente,
que la batalla de S. Migucl con el dragon debe suceder aiites
de los 42 meses de tribuTacion : por consigiiiente, antes de
la reoclacion del Anticristo. Luego no puede ser contra
452 LA V E N I D A DEL MESIAS.
el Anticnsto : luego la venida de S. M i e l h destruir al
Anticristo es puramente imaginaria : luego el personage
admirable que se describe en el capitulo xix del Apoca-
lipsis con todas las sefiales y circunstancias de que tanto
hemos hablado, no puede ser el príncipe S. Miguel, sino el
mismo Jesucristo, hijo de Dios, 6 hijo de la Virgen, en
su propia persona : luego, &B. I
401. Esta espedicion del príncipe grande S. Miguel, de
que se habla en Daniel y en el Apocalipsis, con todos los
misterios nuevos y admirables de la muger vestida del sol,
&c., pide una observacion muy particular y muy prolija, la
cual deberemos hacer cuando sea sir tiempo. Os la pro-
meto, queriendo Dios, para el fenbmeno viii, despues que
hayamos observado los tres siguientes, no solo interesantes
en sí, sino necesarios para que este pueda entenderse.

FIN DEL TOMO 1.

LONDRE)?
IMPRESO POR C A U O S WOOU.
Poppin's Coort, Fleet Street.
VENIDA D E L MESIAS
EN

GLORIA Y MAGESTAD.

OBSERVACIONES h
m ~ ( y i * O .
C

DE

JUAN JOSAFAT BEN-EZRA,

SE DEDICAN

AL MESIAS JESUCRISTO,
HUO DE DIOS, HlJO DI LA BANTISIMA VIBGEN MARIA, HlJO DE DAVIU.
HIJO DE ABRAHAN.

EN T R E S TOMOS.

TOMO 11.

LONDRES :
LO PUBLICA R. ACKERMANN, STRAND,
Y B N IIU SBTABLBCIYIEtUTO S N YSBICO:
AaImuwO

EN COU)MBIA, EN BUENOS AYIIlCS, CHILE, PERU, Y CUATaMALA.


1886.
LONDRES :
lM PRESO POR CARU>s WOOD. .
Poppici'l coort, Plrc StKet.
INDICE RAZONADO
DEL

TOMO 11.

PARTE 1.
p m
......................................
'

l . Fsidrciio.Y,&e lor Judiw 1


l
I
1
3. Lsrtwu c e k d o r m p e k u J u d i w d d b d l l ~
diwrw codcioner 6 circunrt& & m+ e&,....
P
10. ArmpeEO & Isr doarwr k b d w m no crncedrr prqhmia
&u10 6 1w G e A k a , ctiya ~ ' t m ' e r l o b ctun
l erprw<r
ml a Eadtunn .................... .....................
; 6
17. I ~ c w i k c l c r d .c l o srsr r ~lor~J*, .w
h g o &,krr p?olñemr que ~ e . l m . C n paar......... 10
20. ~ h ~ a n o a i u ~ a n 6Jvdioro~natadoJ+"
l a r
roble; no quieren concederlo a e p hnh h gkri. y
gras&ta cm qw k r ea$¿ p r ~ l ~ . t i & ...................*..
.18
s.L I fi&hrra
~ aonridacr 6 l o r ~ h ~ c r j 0 - i u-
~
pccllM ............................................................. 20
33. Priaar -oto : como & a t e & .updnicl.,...... ,. ......
29
34. Porecmu d k . o 1 & l w &atora robrs &u&mda&u de
, srCa mrigo ....................... ..........................
.; 21
39. , C b h i ( ~ o:eltinrofii'w
.
íitucion nueriuudiaco & lar J d i o r , . g
# k v s& d o dprinerod.c~p&dour&lDarrrP
*
de & & m h m que corwsnocn & pea-
4% nr &&-

Ronyo..........-.. ......... 26
.m....,..................,......

43. YSUU qY8 h 0m bl d w r ~ d poUl


m a ,promiuor & D i w en un mti& condiehwh 28 .....
63. Aun no- l w Jwdior ki tierra que Dior Isr.pnrrU por
Iwkrr ...............................................................
36
T O M O 11. b
ir I N D I O B RAZONADO.
PLndo PASim.,
68. Lorpscnkr coaetitiim m el &n'erto han Aib la mwa & p e
aun no l u haya cumplido el Ssñm nu preaeau .......... 40
69. La regunda ccnrrri pld haber contraido -matr¡monior con
gentercuyawniarkrcr<lprohibi&porIaky ............ 41
60. Se anuncian aucrtro grande8 -m, cuya noticio nor dar6 6
cmecsreldis b t i m p o d e p w k b k r I m i r m d m@-
t u b xxrii .......................................................... 42
61. El rrceoo primero.- r e & pruion de & rsrpiente tac
t u m , Que cM en lo8 nnirinai t&mifKU e r p ~ w 8 . 3 ~ ~
en el capP,tulo
xx & nr A-& ........................... 42
66. E ¡ ~ n ¿ o n u t a i o 6 n r c c r o e r e l m i n t i c o & l a a i ñ a .......... 46
70. ~s ha^ VCT, IU U* de p e re b b l o
lor Judiar rertirmidor 4 antigua &&&d.. ..........
rsi, N M)
76. T ~ m r :
rrcer0 c ~ n a ~ ¿ h de todo Irndl: 00s l0 QW ¿e
+rma lo dicb ................................................. 66
. 80. Sc contin/a n u . i f e r t d lo nirmo con ohw ktmnentor.... 69
94. üupd wpecto, en que re coisridrr<rnloa Jadior &~mnoei-
dor de Dior y n n d honor & llamarre pueblo n y o ....... 60
99. Ea d mima d i d o en que lor doctorer enti& lor tertw
m+ que hablan del uuiigo & lor Judiw, dedm en-
t e & I w g ~ h a b l o n & n r a o r e c i o n 4 ladignidadas
tigua ...............................................................
71
101. &tu nhmicedwa reytitwion connta danmente dd cap&
tulo si de Iwbr ................................................
73
1M. Interjwefdon que re procura diu tí este lugar & I r b r 73 ...... .
103. Se i m p u p la conun inteligencia & lor decrdn8 con kr rnu-
mw erp~rioMr&l terto .......................................
74
112. Se myfrma erta aoc<icionpltum & lor J#dior con o t m lu-
- p r c r de la ragroda ficritura ................................. 80
134. Trrcsr atpecto, bqio el cual re con¿i&ran lor J(~di~l)-cono
una ,??para arn$ada & IY e- ..............................
89
138. üu caruidrrir todo d capitulo xlix & 1 ' .....................
90
143: Dicdnm la b3 d O C t m ¿Ohe Q U #sir~ Sidn, y &-&
tiempo re habla m erte krgor .dd pty%ta I r k r .......... 96
'
147. LO.e m j r a n e r k idau & lar &cterea 4 & Iux la kr pro.
y& ............................................................... 97
166. Se C P M ' mw
~ m particular la N e c i a & Id01 ......... 103
,
I N DICE RAZON I D O . V

PCmL Pqim
163. U l o g o entra Dior, el Meoh # Sidn 109 ............................
168. ~ e n ' o n e r dcl McMI. y gmdhm pwmem
caoqwcor*u&dSióa .......................................113
176- Doa kpdhmt01que pecatan lor &cterer, para probn
que no rrró Sián rntihricl. 6 rr a d p a &gniM 118 .........
177. S I d d p ~ ¡ t ~ ~ f ~ ~ o , y ~ e w k r & .11.9. .............
181. Se ctwider~el regurdo i ~ ~ e n t queo ,er d rcprdio &
x i ...............................................................
1
s
182. Se -pata lo.yfludsds & erte i m p d b a t o e-
el + l & Iakir, que er el piner inrhrmmte ea
que ln doct~~ee
l pretenden # w o k l o . . .m. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
198. &? d #&Urdo ~ t t ~e8 d ~ 0 &e&
Jrreiaiu ......................................................
; 132
201. H ~ d e q u e h a d l el . te* u i a m & I a c a r & J r d á ,
'tino de Imdl .....................................................133
204. h 3 t e ~ & r e d p s r g s ~ r o , p en
u dnirnetritorck
colaíckhpebiisRndQ6ñ0T ................................. 1%
908. íha~o.ipscco, w o d d m aaridaii,lorJudia,conie
hrcrrrdrikryrecor,p+iwdorndrrrareate&m& ...... 139
212. Parecer & kr &ctorm mbk eUe amnto ........................144
216. La & lor iathyweter aunque e8 nsy wm y
ankahdecslo, r e ~ & ~ ~ & w r&e& &
pfdade Exquid ............................................116
221. &m$malodichomnwMIrcpC~,riaidobpii*ar
i a e M d m , & m u c h p v a t ~ ~ q u e ~ e ~ a n c n l olb~0& a
222. SS pra- & upn& wfirio* ..................................
161
m. Tcresn r e f i h.....................................................
16!2
224. Cnuta wplrlm ......................................................
162
m. Quinta y $&ha r e f l e h ...........................................
lb4
230. F&em VI,& igk& W a a ..................;.. ............
169
m. Prerrpuertoa naccmrim pim f'u- idcci de lo
pe &ww h palabra iglesia c h t h ~ ...................
160
236. L a i g k k m c i r ~ i p r e a r u a a d i ~ , ~ d o r p n r t & :
loporre a d h y lo prir,a .....................................
162
m. lfsclb e& dircrccl'en re e k , qus d h h¿hrd.-
n n t e # k r ha parirado el gbs;mw Q b parte acíiscr &
Ia @ha ......................................................
163
vi INDIOR BAZONIDO.
Plrnlo ryr
m. b~pan& prru891 b e c k 6 8th pdue~'l.rIiedi*a8
a p b u k r d br igkn'a p u e n t e ........................,......
166
914. Rrommn w~)jnnarnu idea^ con am teoto & S. PidJ. -16f .......
246. &.L?xamine u t e lugar del a p r d ........,........................
12P9
m. Jliummh de pronsror w n t e n i h en u t e te& ........e....... 169
M.&tadUcreciondeprornmuma+mtakcpriawrcin&kr
................................................. ..
170
9 8 6 . & ~ 8 ~ e ~ h d o c b r u . o b r d k ~ . ~
,rbf igklo ......................................... .........
, 176
267. .utorpnpone~dwo aualodm como diw hntw a i U d
. t . r g o r o . & . ~ M ~ d s6- l ~
.rstiw.da~ k@ I d .................... ..........................
177
264. E ~ N n a d a rartm .cinco proponoponcio~r re pregunta u Dior
'tendrd iarwpacilimce ci, udum 1lor J u d k el @m
que by tiene kr igluia . p erente... ..,........................
181
266. ~ c e l d e ~ d i r m rCimportanter
ro +.$ledona (li'rifidar pw un
&ctw.9ntigcio y s & e h 4 la8 g m I d # crrftianm ...........
183
268. &Un&ue & IQl &di01 wii& wm dicho &olorJg~ m
&don y ~ d w e ~noanr/ -a ........................
186
274. .El que lm J.& cbinb mmw Mkr m d e ~ no ~ s
p.lrsb.pus ru pecodo er -8Ie .........................106
277. &a dc iOr Judiw rnersprc mar bien nuerha cbnqm-
.. 191
.&m q w w ~ r t m . i n d i p a d o n............. ..............
278. iWwJc*dn ~Ulm<rdgmando rc W u p k twe&m.de lu
pnter .........................................................
191
279. Se prm&e ciiarifatcudos que ui mma iiu , p M d l , ne o&-
teate ru imdulidod, pnwn pwrPr,* an' 10 #&.&u
.Judiw un smhrcp de N actual p s r t i ~ ~y~ mtir#c&n.
'a 198
967. Pam q a t CM re pn~enkmkrr marro parta que coic
t h el-capituloxi del aportd 8. PabbJ que er el h o r
d d @ n b u a & l b ) a r g u ~ ~ m t ~ I9& ......
991. R . p c W &e& capihdoah S. Pabk 201 ......................
304. U J h .sbramaoian robe d tem & Ida4 M o por
S. Pablo ............................................... .
210
3 1 4 . 9 s ~ t h a m t n I b r ~ d n : ~ d ~ ~ í o 1
.orfm psdm y dni#r&&wm ...............................
218
335. Se re?prirdc d dicha oqiecioa .......................................
. 218
.
I W

319.
m b

El a&&stio
INDIOB RAZONADO

de l w y padres er una arrdader~cuum


. PWn .
vii

lsjv r o ' h c h cn.íir&n la @mera e~pom .................. 220


346. Tu lg-w e r h r a i m lw pude# de ha& enf i de ia anti
. . p . erpom, que ante# bien la echan dnimicimente en
ddftw..................................................
1

!
l
~ s r ( JUJ

.~
l

a i ~ . ~ + c * ~ ~ p a t a i ~ ~ e c i nw
pkin hacer, del por qué no i n t la -&
~
o n p e ~ e
~ ~
226

Ercnrcnt.cam un rtntidi, #Icn,pe f m m b k 6 la nucacr


e-, d cjeqdo'de IOJ docrwu ..............................
227
329. &rpwuta repnda &e el mimo m n t o ........................
228 .
332. Sd e + ? u el aeritlilo de & pcticion : Venga el tu reino 230 ......
339. F A 0 YZI, Babilonia y JUJ eautiu#ior .........................
236
346 . Aim no re hiin oki&ado rar profeciar fmorabk~d lw h#w de .
IaraA ...............................................................
239
.
349 Sumario de la historia de l w hijar & Inadl &de JU d c ~ t i m
b t O kr +oca pre~ente ..........................................
242
363. Se ron@mta lo dicho con lar pJA ...........................
262
379. Ahc)üt~wcofitia Babüonia ..........................................
263
389. Se aclua quien er cata Babiloniia a m e n a d ........, ............
271
394. Akrrioncr.& la BabiZomWUa ilcl Apcaliprir 6 la Babilonia de
&J pmfctw ........................................................
274
401 . R a r m ~ nd Conc1~1'0li ................................................
280
4.10. Apicnílícs ................................................................
284

PARTE II .
.
1. FndfR#?Rb Prn. & mUgM VGJ~¡& del id ........................
288
3. i h p h e h tmmn de Iw doctwci ................................ 290
.
8 lkjkvionprimmr contra e ~ t acrplMon; ..................... 296
1B. ilqkzkm wgun& ................. ................................. 296
11. Rdpedoh ......................................................297
12. Rcpca'on m a l a .......................................................298
16. Se- otw c~#icacion de elte admjr(l&kJUCCJO ........... m
viii INDlCIl RAZONADO.
I1LrirJo P@ni
26. C m e#a erplicaciorp w procuran collforrnar l w ver#m 1 y 2 ,
del capitulo xii del Apoccrliprir ............................
306
39. V e r m 3 y 4 del cnpitulo citado ....................................
317
43. fiplonacion del verro qitinto .................................521
63. PmJccta c o h n c i c i de lar profeciar de Daniel y S. Jwm
69. Se procigue rnan$eatando erta armonia.. .... . . . .... . . .
.. . . .. . . . .. 331
66. Sobre el libro que abre el C w d m .................................
336
67. Eck libro er el Tertamrnto nuevo y etemo de Dior, en el cual
ertd el Unijdnito del Padre corutituiih Ry y Señor de
todo.................................................................
337
69. Jríbilo uniuerral del Conrjo ando al abrirre el libro.. 340.......
73. Ftiga de ln m u g e ó la &dad .................................
343
79. Batdla de S. bfigsrel con el dragonpor cawa de la muger... 346
87. E n el C o n r ~ mpremo
o de Di01 re quita h lor hombrer el poder
de que han abwado ............................................
362
88. Comiensan 6 mlir del mprerno Conaqio repetidiir drdaer
contra la t i m ....................... ...... .................
. . 353
91. E l dragon entabla un juicio ante el rupnnio j w r contra k
w g e r , y prerenta una fwrnidablc batalla ..................
366
M. Vencido el dragon ckrcinde prccipitndo d lo t i m ............
3ó8
96. Aplicacion de lor capitular xii de Daniel y del A p w l i p N d
erta d e b r e contiendo...........................................
369
101. Aclamacion de goso en lor cielo8 por el triunfo de S. Miguel 365
105. E l d r a p n p e r e e d la nuger ....................................
366
107. Lo m u g e huye con lor dor aiar que la da Dior ... ...............
367
111. Sobre lo que ertw dor o h * i un... ......... ............
...... 370
1 17. Dercripcion del rio que rale & la boca del dragvn, y cmm-
nancia de lor tertoa del Esodo y A ' . ................
376
122. Igualmente ae cmbina con lor tertor citador el cnpitulo vii de
Miquh...... ... .....,...... .. .. ....................
.. . 381
- 123. La roledad de la muger regun lar Ermrmhrrru,el lugar ¿e IU
retiro, y lo que Diar huró allí con &... ... ..................
383
142. El dmgon no pudiendo dañar 6 la muger, conuierte rvplror
contra lorjeler h$or de Abrahan. ............................
397
149. La vocacion k loa Judioa r n d un medio oportunknno p r a
lu conamacinn y aumenío de la IgIcn'a ......................
402
153. El tabernáculo de David ........... . ... ...........................
. 404
I N D I C B RAZONADO . ix
H ~ ~ B D Puna
156. SeriridD upiritual m que lor doctare8 eaplim, Mdiriariamentc
l2 r ~ e o b ~ del&bern&nrlo
on ............................
408
1s- I g k r f . p m n t e no pu;dc r m el tabemdculo que re pro-
tKlc rertituir......................................................410
100. del racndorio perteneciente d la tribu de Lcaiy
el ~ p e r t e n e c ¡ e n t e4 la familia de David ................ 411
166. Elno entender el modo con que i a m ~ n a ~deben m& no ea
. + c k t e.motiaopara nepdw ...............................416
.
169 Hprian m ' ! i o de la Igleria co&egudo en Jmrmlín .... 418
174. &@n'oner &e lo rerpuerta que di6 JCmcrUto 6 JUJ U-
prior, que le preguntekn. cuando # d a la rerthcion del
mn ' odel Inndl ................................................... 421
1'19. ~ ~ ~ ~ l ~ rathfactoria
o n p o de m l w tertor de Suntiap y pro-
f& & Amór .....................................................425
108. Druc otra inteligencia mar funda& d dicho terto de San-
tiago ............................................................... 432
194. Se con/nna todo lo dicho con otror lugorcr de la r a p & EJ-
critum. riendo elprimero el mpirulo U & Inaior ......... 43R
196. E1 wndo el capitulo i de S. LULW ..............................439
M6. E l tmro el ralmo exxxii ..........................................446
209. Ultima o&m1~1'onen que Iqrgamente re dircute el capi-
tulo xvi de IaaJa~ ................................................449
219 . 7 k r reflemoner quef1~1'litanb inteligencia de dicho capitub 467
2!27. Conel& primera que nace de todo lo erperto ............... 464
t 231. íhchaion rejpnda ..l.............................................. 467
239. M i r e n ó epílogo de lar lugarea citador da la mnta Ea&-
.
tum.............................................................473
9(9 E! monte Si6n r d r e lar montea................................. 478
2b3. Erplicueion mnun de lor doctorer & ertaap"fmCCI~ ...........480
268. DjlOcailtadcr muy grande8 que prerenta el uerw 4 & I ~ a i y a~
3 de MiquCaJ. riguienAo la erplicacion de lor doctorcr.... 483
268. Dutinguiendo. coino deben dutinguirre. lor dor t i e m p del
M e c h , re dewanccen lar rk~cultt~der ....................... 489
.
286 S¿+me la doctrina del autor con el mi~moconterto del
capitulo ii & Imiaa............................................ 499
306. Conterto de diipuéor.................................................. 611
310. i&poh501) &l &m0 X ~ V~ U i@mm C el # u ~ ~ ~ ~ o ... ~ 616
u c J ~ o
X INDIGB RAZONADO.
Pbmil w-
324. Intererustea re*-a mku el uer- 6 &l h a rokno 693
337. J e d d n , ctutigor, nr padon, rir mina y r u & t w r a
grindcga...........L.. ....
........ , .. .. ... ........ 690
340. Se sponc un lugar de Daniel que *rece opmi~audpltirw
gkwiom utado da J d w a i h . ................ ... .......,.
360. Importa mucho dltingmit d j n dcl mwndo y el* del +... 638
363. &#ioa8e w, kyor & J d que tanbimporacb mntmio
d la htmrraeion ds J m d m .......... .....................640
360. C ü c h p f d de Tobicir.. ..,.,..,,... ............... .. .... 644
364. íhncowhnciam e o t m m u c k p f d w y Tobirr............ 648
LA

VXNIDA DEL MESIAS

GLORIA Y MAGESTAD.

FENOMENO V.
- LOS JUDIOS.

1. ENlas ideas ordinarias sobre la venida del Mesiq en


gloria y magestad, parecerá sin duda un despropbsito iiom-
brar á tos jndios, 6 .traedos á consideracion. Como estas
ideas son todas favorables (ni se admite alguna que de
algon modo no lo sea) así como deben quedar escluidas
muchísimas cosas, annqne se hallen espresas en la escri-
tura de la verdad; así deben entro ellas quedar tambien
esclnidoe los judíos: a& deben miranie estos infelices,
wmo absolutamente abandonados del Dio8 de sus padres :
'
así, deben consideiane como un árbol del todo, seco,
incapaz de r e h m r , y solo bueno para. el fuego: así,
debe creerse 6 enponerse, que Dios no tiene ya sobre ellos
aigan designio particular, digno de su grandeza: así, debe
wncluirse en tono de seguridad, que' estos remi h m b r a
nada tienen ya que eaprar para este venida de su Me-;
pues no habiendo. creido la primera, deberán temer la
segimda, np desearla.
2. Mas lo8 que no admitienclo ciegamente las ideas or-
TOMO JI. B
e LA V E N I D A DBL YBBIAS

dinaiins; los que poniendo aparte toda pmompacioa qm-


moren ver por sus.ojos lo que hay sobre loa judios en la
Escritura, á la verdad, pareoe poco menos que imposible,
que no entren en otros p d e n t o r muy diversor, 6
mando menoa, en grandes y vehementísiias soapeoh~.
Si, amigo mio: Ion judios, emr mímros, esos vüísimos
bombrei, mVedor npenas como hombm, y oaP oomo hom-
bres de otra eapeoie inferior, deben hacer, segun todas lae
Escriturati, una pfigara, y una de lae figuras mas prin-
c i p a l ~en el misteno grande de la venida del bíeaiae, q w
todos esperamos. Casi en todas las observaoiooes que en
adelante tenemos que hacer, nos es preciso no perderlos de
vista; puee aunque no queuámos, se nos ponen delante.
Por tanto, parece conveniente, y aun esencial al asunto que
tratamor, hacer primero algunas observaciones sobre los
judios, coneiderando atentamente y con toda formalidad,
siquiera alguna de las muchas y grandes cosas que sobre
ellos nos dicen lns santar Escrituras.
8. De tree modos, 6 en tres estados infinitamente diver-
rw>s entre ai, podemoi considerar á los jadior. El prímem
es, el que hivieron anQs del Mdm, ya re tome su prin-
cipio desde la vomcion de A b h , 6 deude la salida de
Egipto, y pnnaulgeoion de la ley, 6 desde su estabiecimiemto
en la hrrn prometide B sus pndrer. El aegundo m, al qie
han tenido y tienen tedavía despues de la muerte del
Meslas, y en coaieeuenoia de haberlo reprobada, y mucho
mas de haberae obstinado en su i n d a d . El Lemen,
es, aun futuro, ni se sabe cuando ter&. En e s b e tres esta-
dos los conaidera y habla de estos fmcaedsimameote la
Esoritara, y en cada uno de d oa los caeidera en oaatn,
maneras, 6 en cuatro aspecto6 principrles.
4. En el primer eetado, tmtm del Y&, ke oonsidac%
grimero: como propristmh y legítimos dwfios de toda
a q m h porcion de tierra, de que el mtme Dioi hiso 6 SU
padres irna solemae y perpetua daaaaion. A tuporteridcrd
dar&cata tierra*: toda la tierra q u reghtras, dar6 6
BN GLORIA Y YAGESTAD. 8
tfy&tuportsiidrdp*ari«rpre*. 8&; ~WWW
adera aomo pueblo G c o de Dios,6 iglesia raya, qus er lo
mismo. Tercem : oow, UIW verdlldwa y lejitka eipow
del 111i0mo Di,auyol deepoEwiw pe ~lebraroileole~*
mamente e s el desie* del monte Sinay, aan p l e n ~w-
reotimiento de ambeq partea, y oau escritura a d n t i m y
páblico (que m comerva intacta B iocomptible iispw-
úw d i ) ep qw mn&abao Iss obligeoionea ~ i p m o a de s
a m b oontrayenteit. C a a m : lo4 paaeidera oomo v i v a ,
cvn otra especie de vida in$nitamente mre estimable qae Is
vida natanl.
6. En el segpndo eetado, deapuei del YmLae, los am-
sulem, primero : oomo deatamulos de sn pátria, y erparci- '
don 4 todos vientos, y oamo abaudonados al derpteaio, i
la imsion, al ódio 7 barbhrb de bdes lai naoiowr 8 s
gando: como privados del bonor y dignidad de pueblo d e
Dios, y como m Dios mimo no f w e ya m Dim. Ter-
cero: como aas erpoaa iofiel6 iugratúnma, anojada ignor
miniorLhammte de Iir caria del espcwo, BerMda de todas
ras galoe y j o p preciostu que so le babiaa dado aoa t.ate
pmfiuion, y podeoierido los moyomii trebejos y iioirerias en
en dedad, en BU deehowr, ea su abandom total del &de
y de 1i tierra, Cuarto r los mnridern como privados dp
q u e b vida qae taoto las dbtiagaia de las otro8 vivieph,
asy# b w m ' ( ku m) ~quedan reow,~á d o a ,
J espamidoe en el gnrn campo de este mando, wme qi
fnmen biissos de wsr*
6, 9a el temer atado tdwia fatmo, pero que se oree
y mperp i p f d i b e o t e , los c&~¡&ra le divina Ewritera,
lo primeco : como recogidos por el bram omnipotente de
Di vivo de satre todee lei paeblee y naaiaee del mun-
do, donde 61 mimo les h e esparcidas, y como red-
tuida d en pitria, y rsstablecidos en ella, para no moverloa
jamail; y loa plantar&,(dice por Jeredas) y no loa awan-
awk...Y lar plattad robre su tierra : y nunca rraa lea
-
Omnem terram, quun cona icia. tibi dabo, et aemini tilo unque
in u m p i t r i u m , (ir. Gm. di, 16.
t Exod. xxxi, 16, 17, et Ezeq. xvi, 60.
a2 .
4 LA VRNIDA DEL M 8 8 I A S

.
arrancaré de su tierra que les di*. .Segundo : los con-
sidera como restituidos con sumo honor, y con grandes
ventajas 4 la dignidad de pueblo de Dios, aunque ya
debajo de otro testamento se'mpiterno. He aquí que yo. ..
108 uolver6 á cate lugar, y hark que Aabiten con$adamente
m 61. Y serán mi pueblo, y yo serk su Dios.. Y h a r k .
con ellos un pacto eterno t...Tercero : los considera como
una esposa de Dios, tan amada en otros tiempos, cuya
desolacion, cuyo trabajo, cuya aflicciony cuyo llanto mueven
en fin el corezon del esposo, el cual desenojado y aplacado,
la llama 4 s s antigua dignidad, la recibe con sumo agrado,
se olvida de todo lo pasado, la restituye todos sus honores,
y abriendo sus teaoros la wlma de nuevos y mayores dones,
la viate de nuevas galas, la adorna con nuevas é inesti-
mables joyas, mas preciosas, sin comparacion, que las que
babia perdido$. Cuarto en fin : los considera come re-
sucitados, como que aquellos huesos secos y áridos, espar-
cidos por toda la tierra, se vuelven 4 unir entre sí por
virtud-divina, cada uno á su coyuntura) : se cubren otra
vez de carne, de nervios y de piel, y se les introduce de
nuevo aquel espiritu de vida, de qúe tmuitos siglos han
.estado privados. Eshs tres estados de los judios, correa-
ponden perfectamente 4 los tres estados de la vida del santo
Job, ia cual pedemos decir ó mirar, como una figura, 6
como una historia en cifra de las mudanzas principales del
pueblo de Dios.
7. Sobre los dos primeros estados, nada tenemos que
observar de nuevo. Los doctores los tienen observados con
bastante prolijidad. Como en ello no hay interes alguno

-
Et p h t s b o ew, et non evellam. Jerem. xxiv, 6. Et pliuitabo
ea super lrumum euem : et non eveilam eos ultra de terra &a q u m
- dedi eia. -Amos ix, 16.
9 Ecce ego ...reducam eos ad locum istnm, et habitare eoa faciam
confidenter. Et erunt mihi in populum, et ego ero eis in Deum ...
Et fefiam eia pactum sempitemum, &c.-Jerem. xxxii, 37, 38, 40.
f I d . xl, &; Oseea ii, 18 ; Miq. vii.
5 Unumquodque MI junctnram suam.-Eseq. xxxvii, 7.
EN GLORIA Y MAOEBTAi). 5
que ae ponga por medio, tampoco hay diíianltad alguna
en tomar en su propio y natnral sentido todas aquellas Es-
crituras que hablan de ellos, 6 en historia, 6 en profecia.
Has el temer estado no es asi. Eete no puede goear del
mismo privilegio, o del mismo derecho. Las Escritum que
hablan de él, aunque sean igualmente mas claras y espre-
sivas que Las que hablan del primero y segundo atado,
no por eso se deben ni pueden entender del mismo modo,
y en el mismo sentido propio y natural. i Por qué raeon ?
Porquese oponen, porque repugnan, porque perjudican.
porque destruyen, porque aniquilan el vulgar sistema. En
muna, La razon verdadera no se produce, porque no es
necesario: son cosas estas que ae deben suponer, y no
probar. La observacion, p&, exacta y fiel de este &er
estado de loa judios en los cuatro aspectos amba dichos,.en
que los considera la divina Escritura, es lo que aora llama
, toda nneetrs atencion. El punto ea ciertamente gravísimo,
y puede ser de suma utilidad, no menos para los pobres é
infelices judioa, que para el verdadero y sólido bien de
mncbog cristianos que quiaieren entrar dentro de si, y dar
,lugar á Arias reflexiones.
8. No estrafieis, sefior, si en este punto, como en causa
tan propia, me eaplico con alguna mas libertad; ni os
admllwi, si acaso me 'propaso en alguna palabra menos
civil : mirad por ama, no tanto B loa accidentes, cuanto B
la mtam:ia, que es lo que pricipalmente debe rnirar'un-
hombre racional. Soy cristiano, es verdad, y reconozco
con el mayor agradecimiento de que soy capaz, este sumo
beneficio que he recibido de la bondad de Dios; mas no.
por eso dejo de ser judio, ni me avergiienm de serlo.
Como cristiano soy deudor 4 los cristianos de cualquiera
tribu, ó pueblo, 6 gente, 6 nacion que estos sean': mas
eomo cristiano judio, soy -bien deudor con partidar
obligacion á aquellos infelices hombres, que son mis deudos
segun la carne, que son los israelitas, de los cuales es la'
adopcioa de los hGos, y la gloria, y la alianza, y la legis-
lacion, y el culto, y las promeaaa : cuyos padres son'los
dd ~
b, d de&dtrdc
h ~t d h Crbtb h
CaPd"'. .
0. Si las msee qde vby d decit, despues de bien era-
mitiadea con toda aqnena entereza, nctitud y jnsticia que
p i d ~uk~iiaunto tan sérío, no se haliaren plenametite con-
formes d lae $anta Bctittirea (regla única en cosas toda-
v i a f b ~ ) m ) ~ iaer4jaataj+bienmeretidalamw
e ~ ,
W c h que se diere contra mí. En este ceilo, p mismo,
deqmes de convencido, pedir6 ata jnstia sentencia, f yo
d o seré el tijerentot. U edmo 6g y conliw~cosa ver&¿.
qué puedo m r en macho 6 ien poco, m todo 6 en parte, d
tambien &, ean @al 6 rnap wttidamh, que estoy may
lejos de q b m perseverar M momento en el error, den-
pneu de mmido'. d 6 h testimonio mi coachda ri,
d Bpfultw m t o t ...
DrSeURSO PREVIO. 1
n bUu adii#rici-
EO srtado f u t m d& 108 jdbor ~ g r ra
rrcnts m los doctores cnrticmor. 1
10. EN 8s6e p t o particdar de qaa h d h bato Isr
lhcrituraa, p m e que ha euoedido t i vsrior dootorea
tiaaob, b mismo que saceúlió antiguamente A aaestrois
mbincm, 6 dmtom b e h Qaiero decir: que haMsi de
la voeacion fritura de los jndioe, con la misma fnolded B
idkrencia oon que a t o e bablan de la v d o n & lee
gentes, no dbetrrete que se qeejah de ellas, y loa reprap-
d a mn rason de esQ fdta Can o o m i d d l e .
11, Iai clocboies Wreor an la k c i o a de rai &tu-
Qoi mat c a p a t i m d d a n t amcm : Qmi mnt knaüta,
qooroui doptio eet filioram, et gloria, et testamentum, et iegblatb,
et obsequium, et promiasa: Quorum patrea, et ex quibua est Ch&
tus, mcundhm carnem, &e. -Ad h.k, 3,4,6.
t %timoniam miiil prhibehte mmciantih did tb Spiritu mncto.
- A d k . ix, 1.
debian e~comtrarno pocae veces (y no despreciar ni
disimular), lo que en ellaa m dice y anuncia en contra del
mimo pueblo bebreo, y en favor de las gentes. Debian
emcontrar y no disimular el rigor y severidad e e h m a X I UI
qns d b a a m e n d o el mimo pueblo de Dios, el mis-
mo pueblo ianto. Debian contrpr y reparar en ello coi
un smto y religioso temor, que este mismo pueblo santo,
no obtmte que vivia y se sustentaba con la fe y espe-
ren5a del Mesíse, babia de ser cuando este vinieoe al
mundo, so mayor y mps c r a d enemigo: que lo W i de
reprober, que lo hob'i de pereegnir, y lo havi de hacer
mmir en lo ignominia y tormento de la c m . Debian'en-
oontrar y reparsr en d o con temor y temblor, que por esb
eauno delito, el pueblo finieo de Dios habia de dejar de
serlo: habia de ser esparcido écia toda los vientos, para
que hese en todas partea el desprecio, el ódio y la ffibda
de todas las naciones : entrando en su lugar otro pueblo de
Dios, llamado y recojido de entre las mismas naciones que
se peneaban reprobedas. D e b i i en suma, encontrar y no
clirimalor, que la verdadera esposa de Dios hab'ia de ier
arrojada de del esposo, con suma ignominia y con
suma mmn, llevando consigo no otra coaa que el peeo
ame de sne i n i q u k h k : entrado en su lugar otra
nueva que se habia de llevar toda lae ateaoiona, y toda
bs carió06 del tqoao.
l.% S t a s oasss y otra# iemejantee, era neamario B in-
evitable que encontrasen nuestra d o c t a en ~ la lecojoa &
sae Eecntnees, +menteen loa Profetrisy en los S a h o i ;
aiar todar estm c m qae encontraban, eran para eiios, y lo
hasta ama, coino Iarrpdabrar de un libro re&*;
eonw lo q w ertá ebcrito deatro de un libro (pmigue el
Profeta) p~lbetoen manos de quien sabe leer: se le dirá:
.Luaquf ;y mpderti: Nopu&,porqw ahí ulla8ot.
Sicut verba Iibri iiignati.- Irai. d ,11.
t Lege btum : et rerpondebit : Non poiium, iignstum ert enim -
Id. xnx, 1l.
8 LA VENIDA DEL YHIM

Y puesto en manos de quiea no iabe leer, se ié dirít:


Lealo ; y reapodartí : @o ud leer*.
15. No negaban absolutamente nuestros rabbos, que lata
gente0 habian de ser tambien ilamadas, y entrar en parte
de la jneticia, santidad y felicidad del reino del Mesías,
&to hubiera sido demasiado negar, tanto, como negar la
lnn del medio dia : mua esta vocacion de las gentes, segun
todos ellos, deba ser sin pejuicio alguno de e l l a mismos,
entea con mayor honra, y ens-to suyo. Esta
faccion de st mismos, eaia conñanea desmedida, era puu-
tualmente la que les hacia inintelijibles sus awrituras : la
que les hacii increible lo mismo que leian por sns ojos,
pamci6ndoles que el e010 dudarlo neria una impiedad, 6
una especie de sacrilegio. Con todo eso, los anuncio8 de
loa Profetas de Dios, al paso que fmmdes, eran clarí-
simos, y por eso innegables : los anuncios, digo, tristes y
&argos, de rigor, de severidad, de ira, de imlignacion, de
furor, de olvido, de abandono ; y todo esto general á todo
el pueblo de Dios, 4 todo el pueblo santo. ¿Qué se hace,
puea, con estos anuncios ? Creerlos y confesarlos, as( como
ee hallan en los Profetas, no ee puede. i Por que no se
puede ? Porque no son 4 favor del pueblo santo : porque
non contmrios al pueblo de Dios : porque son en pejui&
y deshonor del pueblo santo: porque Dios no puede arrojar
de si 4 su único pueblo, que tiene sobre la tierra, ó B
esposa verdadera y única, pues no puede quedar sin pueblo,
sin esposa, sin iglesia, &c.
14. En medio de estas fdsm ideas, no quedaba otro
+do que tomar, sino el que se tomó, en &dad pro-
pfsimo y eíicacísimo, para que las profeolas se verik8sea
a la letra sin faltarles un ápice. i Qu4 partido fpé este ?
No faé otro que embrollar las unaa y enduizar las otros ;
interprethdohs todas del modo posible, siempre B favor :
dar por cumplidas las unas en tiempo de Nabucodomoor,

1 L q e : et renpondebit : Nescio littem. - I d . x x k , 12.


EN GLORIA Y MAQBBTAD. 9
e no se pudiesen
les otras en tiempo de Antiooo, y 1 ~ que
en estos tiempoa (como es evidente que no ee pueden casi
todas) contraerlas solamente 4 algunos culpados mas in-
signes de la nacion ; mas no 4 toda la nacion en general,
porque esto hubiera sido una temeridad, una impiedad, un
error, una herejía. En umt palabra, no hubo jamas rabino
alguno, 6 escriba, 6 legisperito que viese, ni sun siquiera
soepechase, que podian veriñcame 4 la letra todas aquellas
profecías, tan espresamente contrarias al pueblo santo,
despues de baber reprobado y crucificado 4 su Mesías : y
en consecuencia de este y de oboe gravísimos delitos,
habia de ser abandonado de ea Dios, privado enteramente
del honor de pueblo suyo, de esposa suya, de iglesia suya,
h.,arrojado de la herencia de sus padres, y esparcido Bcie
todos los vientos para ser el desprecio, el oprobio y la
fábula de todas las gentes.
15. Mucho menos les pasb por el pensamiento, que de
estas gentes que tanto despreciaban se habia de sacar otro
pueblo de Dios, otra esposa, otra iglesia, sin comparacion
mayor, no solo en nbmero, mino en justicia, en santidad,
en dignidad, en fidelidad, infinitamente mas agradable tí
Dios, y mas digna del mbmo Dios. Tan lejos estaban
de estos pensamientos, y tan ajenos de estas ideas, que
tgn los primeros cristianos, que tenian las primicias del
ccpáritrr* se escandalizaron y reprendieron 4 S. Pedro,
porque habia entrado en casa del centurion Cornelio, y
bautizado 4 toda SU familia. ¿ P o r qud entraste á gentes
qse no son circuncidadas, y comiste con ellas t ? i O
cuanto daño puede hacer el amor propio y el espíritu m-
cional !
16. Os considero, amigo, con gran curiosidad de ver
M m e n t e B donde va 4 parar 6 terminar este discurso con-
tra mis doctores jndios. Yo de buena gana lo cortara
aquí, remitibudome enteramente h vuestro juicio y dicta-

* Primitias epiritQs habentea. -Ad Rono. viii, 23.


t ¿Quare introisti ad viroa praeputium habeutes, et manducasti
eum iiiii ? -Acr. ni, 3.
10 LA VaIIIDA DBL Y8IIIA8

iaen. Xi temar natmd de ser nofedo de m v i i , 6 de pom


memnte 4 nueitraa mayores, me haee no poccis veme
d t u Qwm derionea, y aun diaimalar algunru ve*
dad-, si no sustanciales, 4 lo menos bien importanter.
Mas, puea nm W ianimado tantos veoer, y aora mUmo,
a a b b d o que voy B tratar de los judios, me heaeis nueva
y mayores inatanciaa sobre que emriba & r d o ; puer lar
palabras y eepredones menos jwtar se pueden íhilmeote
oorreju : en este supuesto voy 4 esplkrme con toda liamm
y simplicidad ; sin cuidar ya de otra ooea, que de t&
dar fielmente al papel aquello miamo que tengo en le
mente, y de que eataia íntimamente persuadido.
17. Ptlrece innegable, y cualquiera puede mde
olio par medio de sus propioa ojoe, qw m u o b dootortia
aristiiuros han -ido 4 proporcion el m k camino, hao
correspondido B los judios eu la misma especie, y pi&
dolw puntudmente en la misma moneda. Toda la divina
Ewritura la interpretan 4 favor de su pueblo. Toder laa
profeoías, menor las que hablan de rigor, de rep~~nsionea,
de amenases, de c a s t i p , h.,las snponeo veriílcadau en
este mimo pueblo suyo, que em algun tiempo a r a no pus
blo ...& +.
Dios Nada quieren dejar, 6 casi nada, para
loa j u d i , sino lo que en ellas se k l i a d m , hepero y
amago. Si la profeda anuncia rigores, si anuwia tribu-
laciones, si anuncia plagaas se entiende al punto lited-
mente de los judioe : no hay en este caso por qa6 dispu-
*lea lo qae es suyo ; mas si anuncie favorea y miaericor-
dias, mkiiemente si estae son grande8 y estraordinnriu,
entbnces ya no puede eotenderee literalmente de los
judios, sino alegbricamente de loa cristianos. Y m como
s u d e fiecuenüaimamente una misma profecía, hablando
nominadamente de los jndios. y con loa judioe, anancia k
uno y lo otro, primero oastigos, mveridad y rigor, deopaea
misericordia y beneñcioa ; ea este caso se deberá partir la
profecía en dos partea iguales, oomo ae parte una bereacia
mire don budws lwrmlrnas, dando la primera parte 4 los
jadiorr, y la segunda d los criiitiawa, y todd esto con tanta
M d m d y cw tantas muestras de rectitud y jniticia,
bomo Iss pareoa obrerran, ouando dan la parte favorable i
1- Miiitianoo, ea ooafmmidrd. que algunos doctores cató-
liaiw mny oélebn*, para mejor intaligencia de la sagrada
Bcdmrs, ertableoeri sobre esto aamn 6 regla general,
que loa mes tgum en la práctica, auya sustancia es esta.
l&Cuando una profeda hable, aunque sea nominada-
-te de les cama de Israél, de Judá, de Jemsalén, da
SiaP, W., enuncia ~ i s a ndeves,
s grandee y magai6ca8, las
moler do- m mbo, por otra parte, w haberse ver&
cado en I d 1 antipo, ni m Judd, ni en Jeruaalbn, ni en
Sion ;en muna, M) sabe de cierto no haberse reriílcado en
los jadiw, 6 israelitas ; m debe pensar, que allí ue encierra
*a a&o mi6ado macho mayor de lo que menan laa pa-
Icbmr se &be entender la protiecía, solo en sentido
íiprado y qmMd, no de aquel Israél antiguo, mino del
nuevo I d : node aqndla Jemsalh 6 Sion, qus w t 6 los
Pwfetar) sino de la íigurade por esta, que es la iglesia
pmmte: no en ún de la -ogu de los judior, sino de
ha de la8 gen ter.
1% Eaca re& general tan recibida, tan seguida, tan
d a en b & o Iúe mtbrpmtes hasta a m , no se sabe sobre
qa6 foirdmento p u d e estribar; antes par el contrario,
pamce que alaman contra ella todos los derechos sagrados
de )e vemcidsd de Dios, de su fidelidad y de su santidad:
fbdor l a derechos de la raligion, que se funda en esta
rervbidd de Dios, y aun tambien todos los de la socie-
drd, pnm mda tmo tiene derecho d que no le quiten lo
qm ea s a ~ opara darlo 6 otro. 8 i el mundo ya se habieie
acabado; si 4 lo menos se aupiese de oierto qae ya no hay
otm tiempo m que h a pmbcíaa se puedan verificar en
aqnellaa minmae personas de quienes hablan eapremmente,
~UI este d o ~ p s oquimhrico j qué podrémtm deoir ? Los
12 LA VENIDA D E L M R S l A B ,

p d ' no se han verificado hasta aora en aquellas mis-


mas personas de quienes hablan espresa y nominadamente.
Esta proposition es cierta é innegable : mas i qué se sigue
de di? i Luego no podian jamás veriñcam en estas mis-
mas pereonas de quienee',hablanespresr y nominadamente ?
i Luego no queda otra cosa que deou, sino que las pro-
fmíaa no hablan de aquellas mismas personas de quienes
hablan? ;,Luego estas personas de quienes hablan, no
podrán ya despertar algun dia de su letargo, abrir los ojos
Umos de lhgrimas, reconocer h Ia esperanza de Israél, y
con todo esto hacerse dignos de todo lo que anuncian las
p f e d a s ? ,j A quien me iuibsis asemejado, 6 igualado,
dice el Santo * ? ;Será Dios semejante al hombre que
miente, 6 al hijo del hombre que se muda? i Dijo pues,
y no lo hará ? i Hablb, g no lo cumplirá .t.?
10. Ea verdad que los doctores cristianos no niegan 4
los judios, antes les conceden sin dificultad otro estado fu-
turo, muy diverso del que han tenido hasta el presente :
no niegan que a l p dia han de ser llamados de Dios : no
niegan que ellos han de oir, y tambien obedecer B este
liamamiento, ni que Dios ha de usar con ellos de sus
grandes misericordias: mas todo esto deberá ser, mgun
nos aseguran,
- lo primero, un momento antes de acabarse el
mundo, como si dijeramos, en artículo & muerte. Esto
deberá ser, lo segundo, sin detrimento ni pejuicio alguno
de las gentes, que forman aora el pueblo de Dios, aun-
que la Escritura divina auncie claramente todo lo contra-
rio. Esto deberá ser, lo tercero, con mayor gloria y honra
de este pueblo actual de Dios, al cual deberán agregarse
los judios, y ser recibidos en él, como por pura caridad y
misericordia, sin que el pueblo actual pierda un solo grado
de su autoridad.
21. No obstante esta satisfaccion, y esta falsa y funes-
¿Et cui assimilastis me, et adiequaatis, dicit sanctis?-1sai.
xl, 26.
f i Dixit ergo et non faciet ? 2 Locutus eat, et non implebit ?
Num. xxiii. 19.
- '
EN GLORIA Y MAQESTAD. ' 18
h i i seguridad, se encuentran por preciaion, con. no
pocos anuncios tristes y amargos, al paso que claros é in-
negables. Por ejemplo: que laa ,gentes cristianas wrán
en aigun tiempo, 6 por la mayor parte, no menos infieles á
su vocacion que lo fueron los judios : que abundando entre
ellas la iniquidad, y resfriada la caridad, renuncisrán tam-
bien B su fe : que desconocerán á Cristo : que aborr&ran
k Cristo, que perseguiran a Cristo ; que cuando vuelva el
Sefior del cielo á la tierra, apenas hallará entre eUaa algun
..
rastro de fe : que las haliará, como. . en los dias de
Nd * : que el dia de su venida será como un lazo, sobre
todos los que sst6n sobre la haz de toda la tierra*: que
las ramas del oleaatro siivestre, injertas con grande miseri-
cordia, en buen olivo$ pueden tambien ser cortadas,
como lo fueron las ramas naturales del olivo, cuando no
permanezcan en la bondad primera, 6 cuando ya los frutos
no correspondan al cultivo ni 6' las esperanzas.
22. Por otra parte, encue'ntran á cada paso, sin poder
rscusar esta molestia, 'que los, judios humillados tantos
siglos ha, mortificados, abatidos, despreciados, volverán
algun dia B la gracia de su Dios : que el mismo Dios los
recojerá algun dia con su brazo omnipotente de todas laa
t i e m 6 paises 'donde los tiene desterradoa g dispetsoa:
que volverán entonces oon grandes ventajas 4 ser otra ves
pueblo y esposa de Dios : que su honor, su ensalzamiento,
su felicidad, sera tan grande, que se olvidarán de todas las
angustias pasadas en tantos siglos de tnbulacioi~: que
Dios se regocijará con ellos, como un buen padre que re-
cupera h un hijo, íiquien ya cokiderpba muerto 6 perdido :
que laa gentes miraran con asombro la gloria y ensalza-
miento de este hijo (6 quien aora tratan como B vilísimo
esclavo) y se confundirán, con todo su poder :pondrbn
Irr awu> sobre la boca 9. En suma, que en aquel tiempo
Sicut ...in diebua No¿!. -Luc. xvii, 26.
t In omnes, qui nedent super faciem omnis teme. -Id. xxi, 36.
1In bonam olivam. -dd Rom. xi, 24.
Q Super omni fortitudine sua:ponent manum super os.-Mich.vii,l6.
14 LA VBNIDA DEL MBOJAB
se b d en elim ia iniquidad pasadp, y no wrú hdZutfam,
se baricarb el pecado, y no mutirát.
29. PPes oon estos anuncios importunos y otrw eeme
jantes, de que tanto abundan las mtpa Escrituras, i qué
harirn? Recibirlos BEt como hallan. no es poaible, sin d e
trimanto inevitable de las ideas favorabtes. Negarlos 6
omitirlos del todo, ee una empreaa muy dificil y muy pe-
lign>ra; annqua el omitidos no deja de hacerse algunas
v-, cuando ya el peligro se ve evidente, b ioevitable de
otro modo. No queda, pues, otro partido que tomar,
rUro el que tomaron n~satroar a b i i : mto es, endulzar los
anos, alegorizar los otros, 6 e e p i r l t u ~ 1 o e ,y hacerlos
hablar O todos, de modo que w perjudiquen, no hagan
mucho da60 B lar ideas favorables. Bcw peneereis que
ata ee alguna insigne faleedad, b algana gr& ponderacion ;
y yo, por todo descargo, os remito B los mismos doctorer,
sobre estoa puntos de que hablo. En ellos podreia ver, y
quedar plenamente convenoido, de que ni miento ni pon-
dero, sino que antea quedo cortlsimo en mis espresiones.
24. Estas coeae que ac&o de apuntar, y otras muy
semejantes B ellos, 809 sia duda alguna, lss que ánica-
mente tienen en miro, cuando noe dicen y ponderan e1 gran
peligro que hay en leer las Escrituras, sin la luz y socorro
de sus comenterioe ; no sea v4yamos a creer Lo que sobre
esto leemos con nuestros ojoa : no eea que, wmo creemos
sin dificultad todo cuanto hallárnoa en las Escritunu contra
los judios, y en favor de las gentes cristianan, así tambien
creamos simplemente lo que haliámoa en contrn y m
deshonor de las geníea cristianas, y en favor de los judios :
no sea q w caigámos en el error de pensar 6 sospechar,
que aquel grau trabajo que s&i6 a i mismo pueblo de
Dios, 6 4 su primero esposa, pueda tambien suceder al
nuevo pueblo, recojido y formado de varias gedes y
naciones, 6 4 la segunda esposa tan amada del mismo
Dios: no sea, en ñn, que abrámos los ojos y mirémos,
Et non iirenktur-Jerm. !,%l.
.t Et non &t.-Id. id.
aun como posible, que ia primera esposa de Dios, 6 la
eam de Jacob, arrojada coa tanta ignominia, y castigada
oap tanta severidad, pueda aigun dia volver B la gracia de
m esposo: pueda algun di ser llamada y asunta con
grandes ventajas B su antigua d i i d a d : pueda algun dia
ecupar el pueato, que aora ocupa h que entr6 en su lugar,
c d . esta eea tan infiel y tan ingrata como ella, cuando
ia sapere en malicia, y la justifique con la abundancia de
sa iniquidad. Todas estas cosas que acabo de apuntar,
solo como en cifra 6 en disefio, en adelante se irán desen-
volviendo poco B poco, pues no es posible esplicar en pocas
palabras uuos misterios tan grandes, y al mismo tiempo tan
delicados.
25. Volviendo aora B lo que habiamos comenzado,
pcii.eoe cierto é ionegable, que el estado fiitnro de los
judia lo tocan los doctores cristianos (cuando se ven pro-
cieados i tocarlo) con tanta indiferencia, con tanta f'ial-
dad y con tanta prisa, que si hemos de juzgar por lo poco
que nos dicen, y por el modo con que nos hablan, casi,
caai vienen B parar en nada Segun lo que nos dicen,
y segun el modo W D que lo dicen, todo cuanto anuncian
Le Escritaras sobre este asunto, con términos y expm-
rionss tan clama, tan vivas, tan magnificas, debe reducirse
mhwnte d eslo : que ácia los jiw del mudo, y en via-
pcrm de d a r r e todo, lor jtldios qw entónces quedáren
c d r la uerirci. abrazarán la fe de los cristianos, y
b IgZarUz lor recibirá benignaniente dentro de si. Esta
gan merced que hacen los doctores cristianos, con tanta
liberaiidad, B la casa de Abrahan, de Isaac y de Jacob (los
bonibres mas ilustres que ha tenido el mundo), no peoseis,
iefior, que todos la hacen del misma modo, y con la mbma
generosidad. Los mae se umtentan con decir en general
y en 00níi1~0,que al ñn del mundo se convertirán 6 todos
6 muchos : y S. Gregorio da como por supuesto que aun
al ftn del mundo, apenas recibirá la Iglesia B loa jadioe qm
hallare+.
Sincts -que EccleoU in primitiii auin ~iiltitudinegentium
26. Algunos doctores, como Dioniaio Cartuj-, Bar-
rodas, &., . no atrevibndose 4 negar del todo, ni tampoco
4 conceder del todo lo que con tanta claridad y formalidad
dice á las gentes cristianas su propio Apostol*, afiaden
de suyo, que cuando los judios se conviertan tí Cristo,
serán unos cristianos escelentes : que en los tiempos mse
calamitosos, cuales deben ser los tiempos del Anticristo,
serán el mayor conanelo de la Iglesia cristiana : que defen-
derán la fe, y aun la propagarán en todo el mundo, donde
est4n esparcidos: que por su fervor y celo atraerán wntra
si toda la indignacion del Anticristo, no obstante de ser
este su propio rey y Mesias, amado y adorado de todos, &c.
i O cuanto mejor fuera delante ale Dios, y delante de loa
hombres-t., que en lugar de las noticias que no se hallan
en la revelacion, tomásemos fiel y sencillamente las que se
hallan, y nos contentásemos con ellas ! Segun . estos
autores (que cuidan poco de guardar otras consecuenciais,
pues no tratan de toda la Escritura) la conversion de loa
judios deberá preceder al Anticristo.
27. Mas el comun sentir de los intérpretes, & quienes
es preciso guardar consecuencia de algun modo posible,
difiere este gran suceso hasta despues de la muerte de este
monarca imajinario, como dijimos en otra parte; supo-
niendo lo que no es posible probar, que ha de ser judio'de
la tribu de Dan : que los judios lo han de recibir por sn
Mesías : que lo han de buscar y unirse con él : que le han
de edificar de nuevo, con suma grandeza y magnificencia,
la ciudad de Jerusalbn para corte de su imperio universal,
&c. Mas despues que lo vean muerto, destruido su im-
perio, y descubiertas sus ficciones diabólicas, desengafiados
y corridos, se volverán de todo corazon 4 su verdadero
Mesias, y creerán en 61. Preguntad 4 este comm de loe
intérpretes (dejando por aora otras preguntas qiie ya
: fecundata. rix in mundi 6ne judmos quoa invenerit, suscipiet.-Diu.
Creg. 1. iv, de mor. c. 4.
Ad Rom. xi.
+ -
Coram Deo, et hominibns. Vide xii. 17, ad Rom.
'EN G L O R I A Y MAGESTAD. 17
qnedan hechas) j si en los tiempos mismos del Anticristo,
y en medio de sn persecncion al cristianismo, suceder4 la
cmírersion que esperamos de los Judios ? Y vereis como no
se atreven 4 negarlo del todo, ni tampoco 4 concederlo del
todo. ;Por qué razon? Porque en este mismo tiempo
ponen la venida de Ellas, persuadidos que este profeta
debe ser uno de aquellos dos testigos, de quienes se habla
en el capítulo xi del Apocalipsis. Y como la Escritura
divina, cuando habla de la futura venida de Elías, que solo
es en cuatro únicos lugares, no le sefida otro destino, á
otro ministerio que la conversion de Israél, y la restitu-
cion de todas sus tribus, como se puede ver en el &le-
sisstico, en Malaquías, en el evangelio & S. Mateo, y en
el de S. Marcos? ; se hace cosa durísima decir, que nada
conseguir4 Elías, despues de mas de tres afios de minis-
terio: pues esos dos testigos, como consta espresamente
del mismo testo, han de ser muertos por el Anticristo : por
consiguiente, han de acabar su ministerio antes del fin del
Anticristo. De aqul se sigue manifiestamente que, 6 nin-
guno de los dos testigos es Eliae, lo cual ee contra la supo-
sicion comnn, 6 si alguno de ellos es Ellas, la conversion
de los judios, su restitucion, su asuncion y remedio pleno,
d e que habla S. Pablo, y de que habla el evangelio, no
p e d e ser, ó suceder despues del Antecristo ; pues ii esto
d o dice la escritura que ha de venir Elfas, y que para
esto solo está reservado.
28. Este embarazo tan visible, que precia capaz de
desconcertar muchas medidas, se ve quitado de por medio
con gran facilidad. i Cbmo ? Diciendo secamente y como
de pao, que algunos judios no dejarán de convertirse, aun
en los tiempos del Anticristo, por la predicacion de Ellas.
i Y las palabras espresas del Hijo de Dios : Elías, cuando
vc&rá +mero, refomará todas las cosas .t., no tienen
otro significado que la conversion de algunos Judios ? Por

Ecciee. d r i i ; Maleq. ult ; Mat. xvii ; et Marc. ix.


t Elias, cúm veoerit prim6, watituet omnia. - Marc. ix, 1 l .
TOMO 11. C
l8 LA VENIDA DEL MB81AS

aqui podemos ya empaar d diviser lo que en adelanta


hemos de ver, h t a hartura da vuta*, esto es: la
indiferencia, la frialdad estrema y aun el d i s p t o con que
hablan !os doctorea cristianos de la vocacion futura de los
Judios, del mismo modo que lo hicieron estos respecto de
las gentes. Paréceme que oigo contra mi, cuando menos,
aquella queja que di6 B Crieto cierto legisperito : dicisRdo
estas corar, nos afrentar taabian á nosotrorj-: pues
ningun doctor cristiano ha negado jamáa la vocacion tiitura
de los judios, ni su verdadera y sincbra conversion, antas
todo8 conceden unánimemente, que algun dia, esto M, a1
fin del mundo, se han de oonvertir á Cristo, y han de ser
admitidos al gremio de la iglesia. Biem : jmas coa esto
solo se piensan verificar todas las profeoías? 1Con esto solo
se podrán contentar y satisfher plenamente nuestras eape-
renzaa ? i No podrbmoa todos los Judios clamar á grandes
,
voces y con infinita ramn, que no tenemos necesidad al-
guna de sus concesiones liberalea, teniendo p a r a nuestro
consuelo lor smtos libros, que a r t h en nuestrai mnoa $?
29. La mnveniion futura de loa judios, que admiten y
conceden unanimemente todos los doctores cristianos, i de
donde la han sacado? preguntamos todos los judioe.
i Acaeo la sacado de solo SU discnr%~,6 de su ingenio?
1 Pobrea de nosotros, ai no hubiera mas principio que este 1
Deben, pues, responder necesarirunente, que la han sacado
de la revelacion autentica y públioa, esto es, de lail antes
Escrituras, pues no bay otra tiente segara de donde
poder sacar cosas futarae. Si la han sacado'de laa cauites
Eecrituraa se pregunta de nuevo, j como 6 por qu6 no han
sacado, ni hecho cam aigmo - de tanta coaa~admirables,
que se .leen en las naiamria Eecritarae, tan conjuntas, Can
coneres y estrechamente unidas con la eonveraion futura
de los judioe? i Como 6 por qu6 han tomado aalamsnts.
Usqne cd ratietatem vieionis. -Irni. ixvi, 24.
f Hsec dicenn etism contumeliun nobii fe&. - Luc. xi, 46.
$ Hsbenter eolatio ssnetoe librcw, qui mint in mcmibae nmtri6. -
Mac. di, 9.
BN G L O R I A Y MAGBSTAD. 19
esta eonversim de los~judiss,dejado y aun despreciando
talse las otras circtuwhmfas gravieimas, que la acompafíab
y la siguen? O estas circunstancias son igualmente ciertas
y seguras, 6 no lo ea la co~remionde los judiss; porque
w hay mmn alguna, ni la puede haber, para creer esta,
nurs &en, que aquellas.
30. Imaglneae por aora que yo negsse eontra todos los
doctores la conversion futura de los Judíos : en este caso
;como podrían convencerme? j Con moettarhie testos
clarlemos de la Escritura? Con ellos mismos me defen-
dería yo, con ellos mismos me Iraria tberte 6 invencible, sin
oponer.otro escudo que este simple discurso. Estos. testos
clailsinios de la Escritura que se citan & favor de la con-
version futura de los Judios, ó as deben creer plenamente,
esto es, todo lo que cada uno de ellos dice y añrma, 6 nada
debe creerse; porque esto tiene de singular la divina
E&tura, sobre todtis las escrituras que no soh divinas,
que 6 t d o cuanto dice y afirma eg cierto y segnnr, 6 nada
lo es. Aora puea : segun el sentir casi universal de los
doctores (bablo en la práctica) no se debe creer ; pues' no
se aree, ni admite todb lo que dicen y afirman esos mismos
testos de la Escritura que se alegan 6 favor de h coniier-
sion futura de loa Jndios : es un suceso ad libihrm, que se
puede a&mtu 6 negar, conf0rine el gusto 6 @o de
cada MO.
31. De otro modo. Esos testoe clarísimos de la santa
Escritura, que se alegan 6 favor de la conversion futura
de los Judios, no solo añrman dícha conversion, sino que
con la misma claridad afinaen macbw circunstanciae gra-
vísimas, nuevas, admVables g magníñcas, que deben acom-
pafiar y aeguit la m i m a oonvereiea. De este segundo, se.
Res &mialmente los dodoma a M m o e ( c o h e 4 m
skteam %vedle) no solo eln eeícfÉipu10 alguno, &o COR
grandes muestras de rectitud y piedad ; luego con la nnis-
ma m y eon la naisme piedad y rectiBsdi pod&mos
rei- de b +em 3 l dhmrae aumpwrdrs(íbey e h p b ,
por mo mimo mpae p a e mjueao. 8do peBequ&m al-
c 2
10 L A VENIDA DEL MB8IAS
duda sobre lo que afirma la proposicirm mayor, y esto en
lo que noe toca aora probar y demostrar, y lo que luego
vamos B hacer.
82. Ya queda notado al principio de este fenómeno,
que cuando la Escritura divina anuncia B los Judios Ise
mayorea calamidades, especialmente despues de la muerte
del M e s h , y en consecuencia de su inoredulidad, que tam-
bien anuncia clarísimamente, los conaidera bajo de cuatro
aspectos principales. Primero: como desterrados de su
patria, esparcidos écia toda los vientos, y cautivos entre
todas les nacioneo. Segundo: como degradados de su
puesto, despojados de sus premgativas, y privados del
honor de pueblo de Dios. Tercero : como esposa de Dios,
infiel 6 ingratisima, errojada con suma ignominia de &a
del esposo, abandonada del cielo y de la tierra, olvidada,
deshonrada y humiliada hasta 10 sumo. Cuarto en ñn :
como un cadiiver destrosado, cuyos huesos dispersos por
&o el campo de a t e mundo, no ofrecan otra cose 4 la
vista, que despaecio, averaion, diegaeto y h o r . De*o
de estos cuatro aspeatos prbipales quiero yo tambien con-
siderar aom 4 los Judioe ; pues todo el mundo sabe, que
este es puntualmente el eetado en que se baUa toda wta
mísera nacion, desde la muerte de su M&, . 6 poeo
despuea, haeta nueatroe. tiempos: .y todo esto ayun IQI
Mtuaar.

A R T I C U L O 1.
PRIMER ASPECi'O.

35. SE cunaideran los jndios, despuea de la muerte del


Meeias como deatemuba de su pátria y dispersos Baia
todos los vientos; y Se pwgnnth jsi eete eaetigotandrá
h,6 no?
Pvss cuanda vicrren á Jerusalkn cercado de un cgdr-
&o, entbftoes sabed que w &soiacioñ está cerca ...
Porque estos mm diar de venganza, pwa que SS cumplan
BN GLOBlA Y MAQBBTAD. 21
.
toda kn cmas que eskh escritas.. Porque itabrh g r d
cqnsturta sobre la tierra, d ira p a r a este pueblo. Y
c a e h á j l o de espada : y serán llevados en cautiacrio &
tadas las naciones, y Je~usaUn será hollada de lor
gmtilu: hasta qus ,se cumplan los tiempos ale las na-
Cioneu +.
34. Segun todo lo que sobre eaie punto hemos podido
averiguar,,los dootom cristianos no reconocen en realidad,
ni admiten otro ñn al destierro presents.de los Judioe, que
el h del mundo ; pnee todos los innumerables lugares de
la Encritura que hablan de a t o , 6 los tiran B acomodar, en
cuanto se puede, B la vuelta de Babiionia, 6 en ouanto no
m puede, que es lo mas, 1os.alegorieany espiritualizan del
todo. Ee verdad que dicen y afuman, que el Anticristo
s u rey y Mesias loa restableoerb en la tierra de ane padrea ; ,

mas eate supuesto mdabltximiento no merece entrar en


coniiideraeion ;ya por ser tan supuesto y tan hbo, como lo
es el miamo rey y Mesías que llaman Anticristo ; ya por-
que eate mismo reetablechbnto supueab, lo datrayen en
oúao partes, unno luego ver6ma; y ya principaimente
porque na ea este el, restablecimiento en justioia y santi-
dad, y por la mano omnipotmte de Dios, de que hablan
la6 Escntnras.
86. TambÍen es verdad, que llegando d e a p h el cap.
u x v i i i de E q n i e l , muartran algunampeaie de benigni-
dad 6 d e menos rigor; pues laa cosaa que ee dicen en este
capitulo y en el siguiente, asl como son inacomodables B
la vuelta de Babilonia, asi aon incapaces de la alegoh.
Allí m anunoia aon suma claridad y simplicidad la espedi-
cion d e cierto Gag, el. cual, llevando consigo una multitud

Cúm aukm iideritb cireamdari ab exercitu Jerusaiem, t m c


"iote quin appropinquavit desolatio ejue ...
Quin dies ultionii hi
..
sunt, ut impleantw omnia, qua scripts sunt . Erit enim preesura
magna super terram, et ira populo huic. Et cadent in ore gladii : et
aptivi ducentur in omnes gentea, et Jerusalem calcabitur A gentibaa :
-
donec impleantar nationum. h c . xxi, 20, B, B,ct 24.
inoumeraMe.devarias geaíea y r m o h a , ha de ir ailfi.de
los aiíor, B la tierra y montea de MI, mmtra el mime
Israel, ya restablecido en la tierra de-suripedrei: . usado
awrtire mi @lo de I m d , cono una nwbs, para &C
...
tierra sobre aqurlloe qur M i a r d o ubu*,
y despum restabkcidor, y sobre el pueblo que ha ridb re-
@do de lar gentos, que 60-b 6 pareer, y u r mora-
dor Qel owbligo de la tierra*. Allí m dioe, como Dioe
protejedi B e u pueblo, d e a t i o ~ ~ ~toda
~ d aaquella iníinita
muchedumbre.oen tempestedas y hego del cielo. AHL se
*e, que loa hijos de Ieraél, viéndose libres d e aquel gran
peligro, ealdrBn B M e ? l a gmies de eqrlel egéroito in-
numerable, y oon eliaa edae teadrár uuñdente leha .pata
siete afios. AUL ae &e, que a p a s l a bristargn los siete
primeros meses, pezte qndtrr Saatw eadát~lwl,m obstaute
ayadados de las eree y los beaties. Allí ae dice,
q u e aeré~~,
q u e el lypr,donde m d e r r d n todos aqnabs tmaeas,
rierá cerca del mar, y ee llamará, d ud& la da cr.awb
d d ~ de. e Gag*. ,Por.h r i s r , Veda wte &tebe .pro-
fecía se eogeluye oon. atuii p h h m , qam piden 4 @4m
uuestra mapr a h a i o n . Y d r ú n q w yo my al ..8&
Dios d ü ~ e l l a ~ , . p ~ r e4%
~ -d a o 6 hr h a , y !k
congreguk robrc su tierra, y no dcjt dlfninguno de d2m.
Y no.aswrrded rkak mi v ü s h de diw; p r t p L b a -
w d b mi q f r d u sebre toda. k asw ;&:.id, .dice el
Scfior Diar 3.

...
Chm hbitavtxit pophid meun Israel qnmi~hnbee,nt opijritta
.
tati..m.. amper. eei, p
i dese& fbmat, et.pwtm-ti, et mga
popdw qui est -.es en-, -u¡ pecliidae cepit, et
-
a s e habitator umbilici terrte, &c. Ecmh. xxxvüi, 14, 16, et 12.
.t Vailir muititudinii Gog. -Ecech. &x, 11.
Et scient, quia ego Dominus Deue eorum, eb qubd transtu-
lerim eos in nationes, et congregaverim eos super terram suam, et
non dereliquerim que'mquam ex eie ibi. Et non sbscondam ultra
faciem meam ab ein, eb qubd efiderim apiritum meum super om-
-
nem domum Israel, ait DornUIus Deua. Ezeoh. d , 28 el 29.
Sa De todo esto parece que se sigue legitimamente,
que .des de la espedicim de Gog, ya se les habrá alzado
el dmtierro B taloe los bijos de Israél : ya habrán salido, 6
Dios los bnbrá d o de entre las naciones, donde el
Dios 108tiene desterredos : ya los habrá congtegado
y r%rtablecido en su misma tierra, porque los transportd
á lor Racionsr (dice el mismo Sr.) y los congregud sobre
su t i m a : y todo esto en gracia de Dios y llenos de su
di+@ espíritu: porqus Rs derramado mi espirítu sobre
tosla la cada de Imdl. Esta sola profecía, aunque no
hubiera otra, jno bastaba para creer, que el destierro pre- v
s e n b de los Judios ea un castigo no perpétuo, sino tem-
poral? Con tqdo eso, en el sistema de los doctores cris-
tianos no basta ni puede bastar. Aunque el embarazo es
terrible, no por eso ea h p e r a b l e . Debe, pues, decirse,
e o n d d h en algo, por esceso de benignidad, que
aunque la profmia habla de loe Judios, 6 de los bijos de
M 1 ea pmd, mas m habla solamente de ellos. i Pues
de qmkmm stros? Habla tambien y principalmente de los
Crietianai de todos lo8 pueblos, tribus, y lenguas; los
cuales, ea los tiempos tembles del Anticristo, huirán de
sas ~ ~ v paises,
o ya se congregarán en la Palestina.
En la P ~ ~! Ij h u cristianos, perseguidos del Anti-
cristo 6 aas minutnnr, se ban ido á refnjiar A la Palestina!
~6e ben ooogregaéo en-la Palestina, donde suponen la
córáe 6 r e s i d e d i del monarca universal que los persigue !
No os admireia, sefíor, porque esto debe suceder, segun
noe lo a q m a n , por órden espies8 de Dios, 6 por provi-
...
dencia particdar, eon estas palabras transporté b las
Mcionar, y los eongreguk sobre su tierra*.
8.Si qumie aora saber los designios de Dios en una
providencia tan estraordinaria, si qnereis saber para que
ñu congregará Dios en la Palestina tantos cristianos de
todas las gentea, pueblos y lenguas, entrando tambien en

.Eb qnbd transtnlerim eoe in nationes, et congregaverim eos


-
super terram suam. Esech. xxxix, 28. .
24 LA VENIDA DBL HBSlA8
.;1
este número algunos judios, convertidos por la e ~ a c í o n J
de Eliaa ; responden unos, como bravos, que esto será p m
hacer guerra viva al monarca universal en su misma có* ;
lo cual en aquel tiempo, diceu que será h i t o 4 los Cris-
. tianos. Si esto no se admite, os responden otros, que seserá
para que sean testigos oculares del castigo grande y estre- ,
'
pitoso, que ya va descargar sobre el A n t i b t o ; y l u e g o
inmediatamente sobre la muchedumbre de Gog, que viene
d vengar la muerte de Anticristo en los Cristianos de la
4
Palestina, congregados allí. Si tampoco esto se admite.
ni puede concebirse, os, responden otros mas prudentes;
~i I
quo sera para los fines que Dios solo sabe, y no ha querido
revelarnos. i Quién pensára, sino lo viese por sus ojos,
que estas especies, 6 estas ...no sé como llamarlas, se
I
podian hailar escritas en los intérpretes de las santas Es-
orituras. hombres por tantos íítulos, ilustres, estimables, y
respetables ! Y todos estos esfuemos violentisirnos, j para
qué ! Leed. amigo, otra vez y otras mil veces toda la pro-
fecía, y no hallareis en toda ella, como, ni por donde sus-
tituir estas ideas tan estrafias, en lugar de las que da la
misma profecla, &n claras, tan sencillas y tannaturales ;no
solamente en 10s dos capituios xxxvüi y xxxix donde se
habla de propósito de la espedicion de Gog sobre aquellos
que Labian sido abandonador, y &pues restablecidos*,
sino en los cuatro capiiulos antecedentos, p en loa nueve .
siguientes, que todo es claro y manifiestamente un mismo
asunto ; esto es, el estado futuro de los Judios.
38. Aora : si una profecía tan clara, tan espresiva, tan
circunstanciada, se esplica 6 se elude del modo tan eatraño
6 tan ingenioso que acabamos de ver, y esto haciendo 4 los
Judios alguna gracia, jqué otra snerte mejor podrkrnos
anunciar 4 las otras profecías? Con todo eso, yo voy B
mostraros algunas otras, valgen lo que valieren, como
quien produce delante de un juez sább, recto é incorrupto,

Super eos, qui deserti fuerant, et poetea reatituti.-Ezech.


xxxviii, 12.
EN GLORIA Y MAGBSTAD. 96
alguno8 de sus instrumentos que tiene autenticos, en que
se fnndan sus derechos b sus esperanzas.
e
PRIMER INSTRUMENTO.

PARRAFO 1.
39. Desde el primer Profeta se empieza ya 4 divisar
este gran misterio. Habiendo annnciado Moysés, evi
palabra del Señor, á todo Israél los diveisos castigos con
que Dioa 14amenazaba, si w eran fieles 4 sus leyes:
habiéndoles profetizado los diferentes estados de calamidad
y k r i a eatrema en que habian de caer por su iniquidad :
habiéndoles dicho con la mayor claridad é individualidad
el estado mismo en que se ven hoy dia, y en que los ha
visto todo el mundo, despuea de la muerte de su Mesias :
esto es, desterrados de su phtria, dispersos entre todas las
naciones, despreciados, aborrecidos, perseguidos, mirados
como la hez de la plebe, y como la risa y fábula de todaa
las gentes, &c. ; despuea de todo esto, llegando al capítulo
ux del Deuteronomio, les dice así.
Cuando vinieren, pues, sobre tí todaa estas cosas, la
bmdicion 6 la maldicion, que hepuesto delante de tí, y te
arrepintieres en t u corazon en medio de todar las gentes,
por las cuales te habrá esparcido el Señor .Dios tuyo, y
te convirtieres a d l y obedeciera á m a ~ m i e n t o con
s
tus e s , da todo t u corazon, y & toda t u ánima, como
yo hoy te lo intimo: El Señor Dios tuyo te harb volver
& t u cautiverio, y tendrhmisericordía de tí, y te congre-
gará & nuevo ale todos los pueblos b los q w te irabia
esparcido antes. Aun cuando hubierea i d o arrojado
haata los polos de cielo, de allí te r m r á el,SbCiw Dios
tuyo, y te t o a ~ ~ r ád , introducirá en la Tierra, que
poseyeron tus padres, y la disfrutarás: y dándote su
b e n d i c h , te Irarb que seas en mayor número que fueron
tus padres. El S&r Dios tuyo, circuncidarb t u cora-
zon, y el corazon de tue descendientes : para que ama al
Señor Dios tuyo de todo t u corazon, y de toda tu al^,
a8 LA VBNIDA DBL MBBIAS
para quepredúu vimr. Y aonwrtirá todm estea 4-
diciones contra tw ewmigos, y contra aqneih que ta
a b o r r ~ e nypc*ue~. MQ. tk te conwrtirár, y o i r h
& voz &l Señor Dior tuyo *.
40. Eeta promeaa ei ea de Dios, 6 se ha oumplido ya
plenamente, 6 si no se ha cumplido, ea necesario que a e
aumpia al- dia, porque k no puede faltar 4 m pa-
labra: no ss Dios oairo al U r e , pura qw mienta : ni
coaw el w o ' & l -re, parta que m mude. i Dijo, p u s , y
rio lo hara ? i Aabl6, y ro & ocrmplirát ? Que no se haya
svmplido haata sara, peioaers evidente d ouaiquieru que
teniendo pmemb el tieab srrgredo dime u m ojeada
buave d toda ia l b d u r a , y 4 toda la iktoria. Podrá
decuoe, yeareaüdadeediae6 semsinlia, qw t d o esto
ee ouinpli6 y8 en k p o de C!b, caendo volvieron de
Babiicwir W e e poom con Z e n > W : ni hay otra eauii-
vidad, wi otra ~ueih4 qie recurrir. Ama, es evidente
per el mismo tasto y por toda la Ihuitara, que enthma
no ee ou1npli6h proinem de Dioe. Vedlo alaro.
41. Primero: eeta promerm no W a aieitPaieate eon
C b ergo venerint super te omnee aemonea isti, benedictio.
eive mdedíctio, quam propomii in mnapectu tuo : et ductua paeni-
tudine cordis tui in universia gentihne, in qnas dkpereerit te Dominun
Dcai anis, et r c v e r ~fue&
~ ~ sd eam, et obedieris ejm imperiis,
a h í #o h d e p8sEipie dbi, cum floiii hds, in toto eode tuo, et in
. mm m: mdueet DOOP~QUB
t ~ t sni &m tutu Wqitatam -, ac ,
mieerebitur tui, et ruranm cengrslli$it te de &p o p b , inQWE
te ante dispenit. Si ad cardines coeli fuerie dissipatua, inde te
retmhet Dominus Deun tuus, et Basumet, atqut: introducet k Terram,
qmm possedenint patres tui, et obtinebii eam : et benedicena tibi
m- imneri .benea .f&t qu&mfaeinnt pahse tui. C i m c i d e t
l&bup D e u cor.tutlpl, et coi &tui : at düigrs Domi-
num Dcum tuiim b toto eorde tuo, et in t o b u h a ~IU, ut @
vivere. Omnes autem maledictionee hea convertet euper ,birnicw
tuos, et eoe qui oderunt te, et persequuntur. Tu autem r e v d r i e ,
et audiea vocem'DominiDei tui: &c.-Deuter. m,ab 1 usque ad 8.
f Non eet Deue quasi homo, nt mentiatur : nec nt filius hominis,
ut ,nsuktur. < M e?p,et non foeiet ? J Locutm eat, et non
-
iqpplebit ! N6m.xxii, 19.
pep sodo tribu, ni eon dos 6 tres, sino con todo Israél en
m a l , y <ron todas sus triiu ; asi como la amenaza de
diipmion y cautiverio con todos habla, y oon todo11 se ha
oamplido y ae eatá omnpiiido. Los que volvieron de
Bebkmk como se dice individaalnamte en el libro primero
de &has, 8010 eran de la tribu de Jadb y Benjamin, aon
rrlgpm>s peoos de I s v í ; luego por e& solo capitulo,
wuique no hubiese otros, la promesa de Diob no se eamplió
en aquel tiempo ; por eoneigmsnte no era este el sueeso
Be que haBla. S q p d o y prineipai: Dios promete en -
tewin.e fd~, que, cuamdo loa recoja coa sn brazo
omUipotante d e todas los pueblos y nttcioaes, adonde 61
mismo loa hpbia eoparcido por mi delitos, les c i r e n U
d aoruwrn, en piimex @m, para que de esta suerte amen
6 ea Dioe oon todo w mramn y con toda su *a, y
p.edan vivir en adebnte aaa vide eabmnatnral y divina:
E1Sbáor LXw tuyo t i r d r á t r corazcm, y el cwamn
&hu~:pcrtaqwati#raiB&Diostup
de todo tu CoTazon, y de toda tu dma, para que
&ir. Caoqne proaete al Be$or una cllmmcion de
mrazum, geaeni á todo I d l , cuando lo mmja de entre
lm naeioaes, y lo introdnzaa de nuevo en la tierra de SM
p d m ~ :y eeta c h m e i o n de ooramn ¿cuando ha sace-
a?;i8atw>emlavwlt.de Babibia? Ined la dae
l i b a i p s d e M n ~ y N a b e m l u , ~ W tablosontrerio.
ia
Leed dagag pira aeeguiaree mes el captelo TÜ de los
Hechos de )os ApópColer, y h a k e i s al r.yS1 que S. Esbewui
ileno lel Bpirita Santo los reprende en pábüco conulio, y
Im da en eara con la inckmimion del cmamn, d de
&cm, -o de sr podres. Duros & crwaiic (lee dice). d
id& de comwms, y de*, &ros resutia
& t a p e ai Bpfritcr Santo: ~ o n ovaw#rat~pedrea, arf
Canbierr vosotros*. Conque hasta la muerte de S. & t t ~ 8 0
no bbia enaedido en Israél tal c i r c u n e n de coramn. Y
despues scB i de donde la pedr6mo11 IUKW?
* Dnrb cervice, et incircnmcieis cordibus et a~ribus,vos aemper
Spiiihii 6ancto resistitis:.sicut patres ceatri, ita et v o s . - h . vii, 61.
28 LA VENIDA DEL YE81A8
4% SfgPeee de aquí, que la pmmem de que vamos
hablando, es de Dios miamo, como no se duda : si hado
aara no ha tenido su cumplimiento, como tampoco se puede
dudar, deberémos confesar de buena fe, que alguna vez
lo ha de tener. Deberémos, digo, confesar, que loa míseros
judios dispersos tantos siglos ha entre las naciones, han de
aer algun dia llamados, recogidos y congregados por el
braeo omnipotente de Dios vivo, enten d o d e estuvieren, y
quisieren 6 no las potestades de la tierra: Aun cuando
hubierea sido arrojado h t a los polos del cielo, de dí te
.t. racará el Señor Dios tuyo, y han de ser del mismo modo
introducidos y plantados de nuevo establemente en aqueHa
miama tierra que fué la herencia y la poseaion de sus
padres: y te tomará é infroducira en la tierra, que
poseyeron tus padres, y la disfrutar&. P m que esto
ea claro, y lo fuera sin duda en cualquiera otro asunto de
menos inter4s ; mas en el asunto presente no lo es tanto
que. no se pueda ffíciimente oscurecer con alguna brillante
ducinn.
48. Puede pues oponerse, lo que oponen modernamenb
aigunoe sábios. como una eolucion riin répiica, no d o
d lugar del Deutemnomio, que aotnalmente co&ramos,
sino generalmente B todas laa profecías favorables B loa
judios, que Basta aom no se han vedhado en dos. Con-
fiesanestos sábios, que muchas, 6 las mas de las profeolas
que tienen promesas de Dios B favor de la casa de Jaoob,
no se verificaron ni pudieron haberse verificado en la
vuelta de Babilonia. Esta misma confaion la haoen todoa
los intérpretes de la Escritura, d lo menos tácitamente;
pues, no obstante los grandes esfueraos que pnwuran
hacer, para acomodar e~taaprofecías 4 la vuelta de Babi-
lonia, casi siempre se ven precisados, aun los mas literales,
4 recurrir por último refugio A la pura alegoría. ConFiesan
mas : (y esto prudentísimamente con todos los dootores
eclesiásticos mas sábios y mas sensatos de nuestro siglo)
que el sentido puramente alegórico y espiritual realmente
no satisfme B quien desea la verdad, y solo en ella puede
BN QLOElA Y ' MAGESTAD. !al
descaoesr. Eeta seganda confeaion es ciertamente digna
de estimateion ; maa por esto mismo se hace mas estraíia en
estos sábios, que e n lugar de ver la verdad que por aí
misma ee manifiesta, en lugar de confesarla y descansar en
ella, e n lugar de dar 4 Dios la gloria y honra que 1 e . e ~
tan debida, creyendo y esperando que harb infaiiblemente
lo que tiene prometido, abran otro camino tal vez mas
dificil, mas incómodo, mas incapaz de contentar d quien
desea la verdad, que el camino ordinario de la pura alegoría.
i Qu&camino ee este? E s el decir en general, y sin espli-
carse mucho, que las promesas de Dios hechas 4 los Judios t
I
por la boca de los Profetas, especialmente aquellas
grande6 y estraordinarias que hasta aora no se han veriñ-
cado, m heron absolutas, sino condicionadas : por tanto,
el no hebease verificado, ha sido culpa de los Judios misma,
por no haber veri6codo la condicion.
44. Preguntadlea aora, aunque os tengan por importuno,
fú6 la condioion? y vereis les consecuencias que
d e aqoi se siguen. Segun ineináan, la condicion fa&, s i
eran fielea B Dioe y observaban sus santas 1ey.a : si recibian
4 se Mesh con honor: si lo oian, si lo obedeoian, &C. i O
que c í a n m m t o tPo importante 1 No ee puede negar
qae en eate c m no ee hubieran visto loa Jndior, ni se
rierrui en el atado de miseria estrema en que se han visto,
y w ven a h ! @a16 hubieras atendido á mis manda-
h t o r :les dice el Sefior por Isaiae : tu paz hubiera sido
ooau> un rio, y tu justicia corno remolinos del mar. Y
h h r a sido t u posteridad como la arena, y los hijos de
tu raio cono aus pedrezuelar : no hubiera perecido, ni
fuera barrodo su d e de mi presencia*. Mas : en
este caso no hubiera sido necesario ingerir en buen olivo,
rrunes de oleastro silvestre en lugar
- de lae ramas naturalea
de olivo, que re secaron por su iniquidad, y fueron cor-
Utinnm attendieses mandata mea: facta fuiaet aicut flumen
p u tna, et justitia tua sicut gurgiter, maris. Et fuheet quasi arena
semen tunm, et stirps uteri tui ut lapadiejus : non interket et non
-
M i , attritum nomen ejus B facie me& Zaoi. xlviii, 18, 19.
LA VBUIDA DBL MEBIAS

tdu por su ~~)tdidd.


Pero di*: Lor ramm ñan
stg, qamdkdos, para que yo rsa iny&. Bien: por
su incredulidad f w o n qucbrador: mas tú por le fe
srth e s pie I pasa no te enyri41 por me, mtu ante8 teme.
Porque si Dior no perdonó á los rcraiurs n o t w a h : ni
nsnor ta perdonará tí ti+. En este ceso, vuelvo 4 d e ,
no hubiera eido ían necesario aquel milagro grande de
haoer de iao p i b hijos de Abrahan. Por el p d o ds
...
sUos vino kr s a k d h loa ysntilrs el paca& de eUos son
h riqwmu dd r u d o , y el m e d e da ellas les
4
+iqwz;ar & bD 98ntik8.t.
46. Mar q u e todo eaiu no se @e negar, se p u d e
b k negar, y m debe iaeger qoe sea erta la condidon de
aquellas promesu grandes y msgl6oss, favorablee 4 loa
Jndiw, que leemee en la k t a Eaaritura. Estar promeea
de que hablamos suponen evide~tsmentelos delitos de los
JPdior, no solo cometidos, siPo castigrdoo la mayor
m r i d r d . Uaa de estas promesas ea, qiie los amará oon
BU bram omnipoteoite de todos 40s pueblos y naoioeee,
donde 61 minmo los tiene d ~ e r r a d o ry, atribuladas por me
delito& Esta pmmeaa no queda en tiola, sino que eo
oomo el principio y fundamento de atrae mcbismiam, que
deben regriise inmediatameate derpn- de elia, despner
que hayan sido mcojidos y aoqpgadoe, con pan&
pisd<pdsr,y plantadoe de unevo en lo tierra de aun padres.
46. uña, amigo mio, C O s~i n e d a d , i bsta .pm+
mesa (lo mismo digo de las otras que ion o - n h
suyas) se hubiera ya cumplido, 6 w cumpliera, ei no. hril
biem prwediao M t o e de b s judies? i B ~ & I b
i m p l i d n 6 el sooiipdo taP maaübto ? Las Jadibs ae
~egs:PketiswtiMi,utegoWrrr. u: pmpteii
incredulitstem fracti eunt. Tu autem ñde atre : noli al- mpem,
sed time. Si enim Deus naturalibw ramb non pepercit : ne forth
nec tibi parcit.-Ad Rern. U, 19.20,21.
..
t ñiomm daüoto, wlun eet gentibus,. dtücnim iiiomm divitias
sumt mundi, et diminutio eonrm diviaia pitirim. -Ad h.xi,
11, 12.
BN QLORIA Y MAOBWí'AD. 3%
botlan hoy dia, y m+ siglo11ha, h M o a de su $tría,
dbperms entre las nib~ionea,abatidos, deaprecnwioe y atii-
~ , Y todo e g t ~j pm ~ I ?Wi Por EUN virtudes, 6
b d a d ~ h.
per sns delitoe ? W s neoesariamente que por sus delitos :
oomprendiendo en esta paiabra todo lo malo que sabemar
de cierto ha babido en elos, aaf antes como despuei del
M& : porque fueron ia6des 4 su Dios ; porque hemm
ingrhiaoa tí su Dioa : porque no obaeroaroa les leyes de
su Dios. Esto miamo lo oonfieeao elloa fran<iamente, y
ninguno de sus dootores se ba atrevido 4 negarlo ;, Y no ...
mes de por esto? Si : todavia hay otra oanso mayor, mas B
particular y mas inaicdiite. Porque r e p r o k m 4 en
& í d a s ; porque lo pmig.ienni cm$lsimamsnte hsda
b r l o morir en um m; porqae w qmiieron diaitir,
anta se uegaron con una suma deacorteslo, el cronvite qae
aun dwpnes de mto m lee h o 6 dlos en primer Inger;
porque &tierna ostinademente 6 la prediaacion de ios
Apbblea, y oerraron s u ojos 4 lo l p ~ . Esta misma rawn,
aomo si fuere la finioa, ea la qw m lee en Isilas: Pwqw
vine, y n o h a b i a h o h - e : I b ~ , y n o b a b i a q u i s n ~ ~ * .
a a es la que s e m el mbom Mesías en la parábola de
t
ia rió.+:y deepaes tumido al var 24 &dad, l b 6 sobre
&S: y mas darameilte o d o lea dijo d see Apóatolw,
hebLodo de lo raina de J e d h : Pwqw wtor son dici.
& myanaa, para que de MU)PICRL t o k las coatu, qw
utth (urritar... Y aosrtán h #da d¿ erpcda.. y rsr&
Uerroclw en owtiustio b t o h Ins naMorurs§ ...
47. i C ~ OMBno hubieran pnmddo eetos delitoe de
loa J& (vneko 4 p m g d m ) , ya Dio8 lee hubiera aum-
piido, b lm cnmpiiera mu pmewrr? gConque si no

Quia veni,
18k. 1, 2.
et non erat vir : voc.v¡, et non eirt qui endiret. -
t Met. n i , 41.
1 Yidens civitatem, flevit enper iilam. - h c . xix, 41.
Qoie dier ultionis hi eunt, nt impleantur omnia, qile aeripta
s ..
~ t . Et cadent in ore giadii : et captivi ducentur in omnea gentu,
&c. -Luc. u i , 22, 24.
8s LA VENIDA DBL HEMAS
hubieran preoedidu estos delitos d i los Judioe, ya Dios b
hubiera sacado de su destierro, de su tribnlacíon, y de su
miseria estremada? i Conque si no hubieran precedido
estos delitos, no obstante hubieran sido castigados, dester-
rados y atribulados ? Y si no, i como podia Dios sacarlos
de su destierro, de su tribulacion, de su miseria? Luego
apn verificada la condicion que se pretende, no podia Dios
m p l i r l e s RUS p r o m d , mejor dirémos no podia haber
Beoho .Diae tales promesas no solo inútiles, sino implica-
torias. .Ved aquí en este caso como debian ser las pm-
mesas de Dios.. . Os prometo sacaros de vuestro cautiverio
y destierro : os prometo volveros tí vuestra p8tria : os pro-
meto l i b m s de bdas vuestras tribulaciones, y colmaros
de nuevos y mayores bienes, &c.; mas todo esto debajo
de la condiaion indispensable de que no habeis de cometer
aqiiellos mismos delitos, por los cuales habeis de ser
deaterrados, humillados y atribulados.. . i Que implicacion !
Aun en el hombre mcui rústico, apenas se pudiera areer.. .
La condicion, pues, de laa promesas de Dios, de. que
vamos hablando, no pudo ser la inocencia de los Judios,
sino su penitencia. Esta condicion seíída espresamente
el testo de Moisés, y esta se&alan expresa 6 thitamente
lns o h profecías : (por estas palabras) Cuando winisrm
..
pues sobre ti todar e s t a cosas,. y te arrephatwrea an tu
cwazon enmedio de todas las gentes, por laB cuales te
hdbrá esparcido el S & Dios tuyo, y te conuirtiercs h
dl.. . EZ Se- Dios *t te hará uoluer de tu cautiverio,
y tendrá misericordia' de ti, y corcgregará de nuevo de
todos los pvebtos, á los que te Rabia erparcido aretea... Y
te tomará, E introducir& en la tierra que pozayaron b
y la dbfrutarh*.
a Chm ergo venerint super te omnes sermones isti, ... et ductus
pmnitudine cordiii tui in universis gentibus, in qim divperserit te
Dominue Dew tuus, .et reverens fueria ad eum, &c., reducet Domi-
nm Dem tuiis cnptintstem t o a , ac mieerebitur tui, et rursum con-
gregabit te de cvnctis populis, in quos te ante dispersit ... Et aesumet,
atque introducet in Terram, quam poeeederunt patres tui, et obtine-
-
bis, eam : &c. Dnrterm. xxx, 1,2, 3, 5.
48. ñ s indubitable, ni yo puedo pretender otra cosa, que
las promesas de Dios grandes y estraordinaiias beche á
los Judios, que leemos en los profetas, no se veriñcarán de
modo alguno, si primero no se veriha la coodicion con que
solo i e hicieron, y con que solo se pueden hacer. - . Airf-
mismo es igualmente indubitable, que se verificarán con
toda plenitud, cuando se verifique la coodicion; pues lo
contrario repugna infinitamente 4 la mñnita veracidad y
.
santidad de Dios ;. j Y dudais, señor, que esta condicion
n d B indispensable se ha de veriticar a l p dia? j Lo
ha dudado jamáe alguno? j No está este punto clarisima-
mente anaaciado, no una, sino muchlsimas vecea en ios
hf-, en 6. Pablo, y aun en los evangelios ? i No oon-
vienen en esde punto general todos los doctores cristianos ?
61. todo esto es verdad ; mas llegando al cumplimiento de
las promesas de Dios, entbnces ya es otra cosa, entbnces se
lea ve retirar al punto la mano, como qae aquello es dema-
siado para los viles y pbrfidos Judios : entbnces vienen bien
los diversos sentidos de la Escritura : entónoes deben enten-
d e n e Moyés y los profet6s. en sentido alegórico, especial-
.
mente intentado p o r el f i p í r i t u Santo : eotónces . . En
suma, si son buenas y justas las ideas, que sobre estas cosas
nos dan los doctores, laa promesas condicionadas de nn Dios
idbitamente santo vienen todas á reduohe á la ven&
tion d e la mndioion, y nada mas : esto es, á que los Judios
abrirán un dia los ojos ; se volverán de todo oonreon á
Dios ; reeonooerán B su verdadero Medas ; llorarán con
maigo llanto su ceguedad y dureza pasada ; y la Iglesia
loa recibirá en su seno, pooo antes de acabarse el mundo: .
y esto apenasr.
49. Si les decís aora que esta es la condioion y no
el condicionado : si les representais con toda aortesia, que
una vez puesta la condimon que Dios les pide de su parte,
se debe necesariamente seguir lo que está de la parte de
Dios; a t o es, el pleno cumplimiento de sus promesas: os
' Vix in muna fine Judeew quos invenerit, suscipikt. -Greg. ir,
de Mor. c. iv.
TOMO Ir. D
rerponderh unoe, oon mmblaate lleno da kdigracion, que,
los Jodios se han beoha mdignoi de todo bien ; otros, que
he pmmecu~ode Dios ao hablan con dloe, sino con las
p t e s cristianes, que &m el verd.dan Ieraél de Dios:
otros, qiie los promesae de Dios no pueden entendeme,
-un lo latra que mata, sino en otro sentido alegó& y
-pirita1 : otros, que reaimente se curnpliráio en los Jadioe
mismos, ouando se convieiten B Cristo; porque entbaces.
entrando en la Iglesia, p o d h tambien entrar en el cielo
que ee la verdadea tierra ale pmmirion : otros, en fin; y
.
gravísimw doctores os dirán, que si: que los Judios, 6 los
bijos de Israbl en general, vo!vel$P otra ve5 á estableoene
de noevo en aquella misma t i e m por la que tanto suapi-
ran f míis eeto eerá siguiendo al Aoticoirto, que ha de ser
judio de la tribu de Dan, y ha de ser creido y recibido de
ellos, como su verdadero Mesias: Y ni acaso, w podienh
contener, vueetra justa indignacion, tuviereis la imprudencia
de preguntarles, i d e donde han sacado ann especie taa
estaóa, tan fabulosa, tan rídicula, y por t a indigoa
~ de
hombres taa oueicdoe? Ea muy probable que la respuesta
no sea otra, que la que m dib en otros tiempos, en plem
'
wncilio al p h i p e Nicodemos: j Ercw #ti tadian Ga-
WO*?
50. Mas digmlo que dijeran, el regtableaimiento de hm
Jdios, 6 de todas lm tribns de Jacob, en aquella m 6
*rra opys, de la que fueron mojados por sas delitos, mi
u ~ i ce p a t a olora,
~ tan espresa, tan repetida de la Escritura
de la verdad, como lo es ea conversion, y mmo lo es en dis.
persion y cantiverio actual. de qne todo el mundo es teetigo
ocular ; pues el mismo espiritu de verdad que anunció esto
segundo, ariuncia tambien lo primero, y con la misma pro-
piedad y alaridad. Casi no hay prolta. desde Moisés
basta Malaquiae, que no toqne de algun modo estoa t3cs
puntos capitales. Primero.: el destierro, disperaion y cau-
tiverio de Tsrakl entre todoe loa pueblos y naciones, aon

Nnmquid et tu Galilaeua ea ? -Jwn. vii. 62.


kdm ks twrnodaaeias, irab p r a l e a como particalar&,
que mnr ensella la historia y la esperiencia. Segunda: sa
ao~venionverdadera, can todo su uorazon, y con toda sti
&*: su penitencia y llanto. Tercero : en restbbleei-
miento tijo y estable ea aqoella misma tierra de que fueron
arrojados, y esto debajo de la palabra real infalible 6 hde-
fectible que les da aquel mismo Dios, qtie es $el.. en .
f& .
acs palabras . .t de que no volverfí 4 desterrarlos
jamas : y no los destruir6 ;y Id plnntarC, y no los arran-
car6 :dica por Jetemias$ : Y los plantard uobre su tierra :
y nunaa ~inarZos arramar6 de w tierra, que &u di, ... dice
por Am6sg : y hablando con la tierra y montes de I m d l ,
le &m por Eceguie1 : y le# b e r h p o r heredad, y nunca
.
m a a t a r & 8in ellos.. Ni ha74 mas oir en tí la tonfusion
ds las gtntss, ni t e d r h q t l ~llevar jatnas cl ~>probrioIk
lor p d l o s , y +o parelarha mrss fzl gente.. .(1
M. Aom pues: el primero de estos pantos capííales b
re tbdo el mnnda, y lb +a pantuehnente del mismo modo
qme está m z u d d o en les Esmitnrae. El segundo, lo con-
fieran unánimemente todos los doctore#, sw loa mas alegá-
ricos. Y el tercero, digo yb, ¿par qa6 no se m i b e ?
i d c a s o porque no consta d e la Escritura, como los dos
primeros? No, amigo, no: m e t a elaremeate de la Escri-
tura ; si no, bien escusados eran loa esfuema que se hacen ,
para desfigmar aquellos lugares de la misma Escritura quc
habimm de esto: b i n eetanado aw d recurso tan filecireate
B eantidos pnnmente a l e g á i c o ~: y bien ecieaaado era en
l n toto corde, et in tota anima vestra. -Deutm. xiii, 3.
) Frdelis Dominus in omnibnii verbis mia. -Pa. cxliv, 13.
f Et n m destrnam: e t plrntabo eos, et non evel1un.-.?m.
m v , 6.
6 Et pianrobo eoa super humuan mmm : et non evsllam e4s ulim
-
de tema sua, quam dedi eL. Ada. ix, 16.
1) Et erie eis in haereditatem, et non addes ultra ut absque eis sin ...
Nec iuditam Fpciam in te smplihs confusionem gentinm, et oppio-
bnam populorms neqmqaam pottnbíí, etgentem tum non a m W
-
smpñiu ... &e. Bmq. x u r i , 12 rt 16.
D 2
36 L A VENIDA DBL MP8IAB
este oaao aquel áltimo refogio qne se nota, c ~ u ien autores
prolijos y dihaos : que es omitir no pocos, y pasarloe por
alto. Si preguataia aora, i por que no 80 utm esta violencia
con aquellos lugares que anuncian 4 los Judios ira, mdigne-
cion, destierro, caaugos y plagas : ni tampoco con loa que
anuncian su futura converaion ? la respuesta es fhcil y breve :
porque ni lo primero, ni lo segundo choca las ideas favora-
bles ; mas lo tercero Ira choca tanto y con tanta fuerza, qae
bay peligro evidente de que las quebrante y aniquile.
62. Yo no puedo copiar aqui todos loa lagares de la
Eecritdra que hablan claramente de esto tercero, ni mucho
menoa hacer sobre ellos les debidas re-nei.. Para esto
solo sería necesario un p e i o volíunen, aunque no consi-
derásemos otro profeta gue Isaíae. Algunos de estos
lagares quedan ya notados, y otroa muohos mae han de,ir
saliendo por preciaion. Apuntarémos ao obstante algoooe
pocos, que prueban directa é inmediatamente el íin y t6r-
mino del destierro presente de los judios, y es el asunto
particular de este primer aspecto. Importa mucho que
qud6mos sobre esto plenamente asegurados ; pues de a q d
depende la inteligencia de los otros.

SEGUNDO INSTRUMENTO.
1

PARRAM) 11.
63. Sucederti: que en aquel dia krirú el SsMr des&
al cauce del rio (el Eufrates) hasta el torrente de Egipto,
y vosotros, hijos de Israil, sereis congregados uno á uno,
Y sucederá: Que en aquel dia resonará una grapde
trompeta, y vendrán los qw se Mian perdido da tierra
de los Asidos, y los que habitan sido echados en tierra de
Egipto, y adorarán al Seiior en el santo monte en Jeru-
ralh*.
Et e n t : In die illa percutiet Dominun ab aireo fluminia [ulEw-
fksrea] unque ad torrentem Bgypti, et vos congrepbimini nnna. et
unns filii IsMl. Ei erit : In die illa claqetur in tuba magna, et.
B N ai~OitIA Y b f A G m T A D . n
Pid 8obw este testo de Isaias debemos hacer do8 obser-
vaoionea principales, que parecen de suma. importancia.
M, aunque nos detengamos un minuto mas, 6 salgamoe
dos 6 tres pasos fuera del asunto principal, deberá mirarse
esie defecto como del todo ineecuaable.

PRIMERA OBSBBVAOION.
55. Los limites de la tierra de promision, que se6aia
esta profecía, son, ain duda alguna, mucho mas Bmplios
que loa que poseyeron jamás loa hijos de Iaraél : y no o b
ta&e son precisamente los mismoa que se leen espresos en
a Escritura autántica de la donacion que him Dios B nues-
tro santo y venerabie padre Abmbáu, oomo consta clara-
mente por estas palabras : En aquel dia concertó el S&r
diama con Abrdún, diciendo : A tu posteridad dar6
d a tierra isde el rw de Egipto hada el grande rio
Eufratss + Conque no habiendo poseido jamáa los hijos
de Abrahán toda aquella porcion de tierra, que Dios lee
pmmetiS, podrbmvs ,esperar de la bondad y santidad del
aismo Dios, que llegsiá tiempo en que le posean. .iCuan-
do ? Cuando herir&el Señor dssds el cauce del r i o haata
.
el -torrente de Egipto.. Cuando rsronará una gran&
troapeta, y vendr6n los que-seh a b k perdido* pues ...
como dice S. Pablo, los dones y uoccrcion de Dios son
inmutables $.
66. Direii auaao que esto se veriña5 en los dias de
renient qui perditi fueraut de terra Aasyrionim, et qui ejecti erant

-
in Terra Egypti. et adorabunt Dominum in monte aancto in Jem-
d e m . Irai. xxvii, 12 et 13.
In illo die pepigit Domino8 f d u a cnm Abrahatu, dicena : Se-

-
mim tu0 h b o termm hanc P flnvio -ti
mignnm Euphratem. Gen. xv, 18.
usqne ad fiuvhim

t Percutiet Dominus ab alveo flnminia uaque ad torrentem


-ti ...clangetur in tuba magna, et venient qui perditi herant ...
&e. IJd. XXulU, 12.
3 Sinti pnitentia enim sunt dona, et vocatio Dei. -Ad Rom.
si, 39.
S.lomón, puas da esti, cblubrct rey, dicm la divina l k r i t p r p :
3btw taabien rsSiorb &re todor loa rryrs, dss<k el rio
Eufrateu liasta la tirrra de bu fihtéor, y h k lor t d ~
mines da Egipto#. M8g esta potertd que eg&tó Sal*
món, i B qub se r e d d a ? La misma Escritura lo dios
claramente, asl en el lugar citado, como en el libro tercero
.
de los reyes, todo el mundo . .(habla maniüestamente de
lar tierrar 'cimoavacinas de la Asia) da& v r la cwa
&l rey Salomónt. Todoi los reyes 6 régulos que ent6mm
habia entre el Nilo y al Eufrater, dereabao ver por eus ojea
6 Sa1om60, g w se habia hecho f n m o h por RU sabidurla.
A 4 unos iban am peraana B Jeruaalhn, oomo firg la mina
de SabP &de Lo mas austro1 de I.ArOkia, otros le e n v b
B.ii fieoasnbmente embjadaa, proponibndds iua enigmry
6 oonsaiE6ndoie sur ddas. Al miame tiempo le enviabair.
6 le llevaban domm y re&# de om y pla@ y otrm tour
precioees y qile babia en rus paísen : Y c a & nm k
Uavaba todoo 1- oíor sur prosantas. amor de plata y &
oro, vestidos y a r m s de guerra, y U~OIOI t<~llliibA,y
oubulbu .y mulou S. Rato es 10 6LDjCQ qne re halla em
la Escritura, toonnte t i h p o t e a l de Saiomóii aabre lom
obor reym que hbi.onbnces, da& al tio Bufmtw hauk
la tierra de lar FiliJscrr, y harta lar k i n o s da *(a :
pwde ser tambien (aunque h historia -da no b dioe)
que alguno de e ~ t o srégulos pagase algun tribdo 4 S d e
mbn, no porqme él loa hubiese vencido y hecbo tributarioa
pues sabemos que Salomón fné un rey pacifico, que jamh
sacó ia espada contra sus vecinos ; sino parque quedaron
tributarios desde el tiempo de David su padre: lo c d
Exercuit eñsm poteliMteln mper cunaos reta a finmine En-
pitrate usque ad tenrm Phüiihiwrum, et mque ad trrmiwi
-ti. -Purelip. ix. 26.
) Unireras terra desidenbrt d t w n Sahdnb.- Rsg. u.3,
C. x,.e. 24.
1 Et ainguli deferebant ei munera, m e ugentea e$ anier, t e a t a
et arma beiiica, aromata qnoqut et quos et mulos pcr masa hgu-
10s. -3 Rsg.x, 26.
RN GLORIA Y MAORaTAD. m
bema en el libro eegundo de loa reyes. Mari todo este,
iq06 puede probar en 01 aamto ? i fi alto 10 que oontiem
la promeaa de Dioe, ooncebida en estos térmimni: 6 t u
p&teridad daré a t a tierra &de el t i o da1 Egipto h t a
J grande r i o q r a t e u ? Si hay otra cosa que responder 4
esta dificultad, yo la ignoro absolutamente ; ya porque no
la hallo en los doctores, ya porque no me ocurre lo que
puede decirse contra una evidencia. Asi tengo por cierto,
que le promesa de Dios hecha 4 Abrahán para su descen-
dencia, no ee ha cumplido hasta aora plenamente, sino ee
ha cumplido haeta aora plenamente puedo concJuir iia
peligro de error, que llegará tiempo en que se cumpia
plenamente ; pues ni el mundo se ha aoabado, ni tampooo
.e ha acabado la descendencia de Abrahán, ni aun se h
aonfondido siquiera m las otras nrioioner.
57. Para certihornoe mae de la bondad de a t e com
oloeion, volvámoo los ojos á la profala de Idas. En aquel
dia, dice, herir& el Seáor, dará golpes terribles, destruirá
y arruinará (que todo esto auena el verbo herir) desde
d rio Eufiatee hmta el torremte de Egipto ; esto es, hasta
el Nilo, 6 haata el Rhinooornra, que está mas ai oriente.
Lo cual ejeontado, proaigoe. entrarán y se oongregar4n
..
en a t e paía los hijor de I d l : uno 6 uno. y worotror,
de Imadl, ssreis congregados uno 6 uno *. i Qae
qoiere deoir a t o ? La espreaion, aunqm singular, pereoe
propísiia y naturalísiia. Despues de herido todo e q d
vasto pda, por 19 mano omnipotente de Dios: derpueo de
evacuado y deaembarasado enteramente de oboe pueblos y
~lsaiones,que en 61 habitan 6 habitarán entóncen; no
d necesario que entren en él los hijos de Israél, como
entraron la primera vez: esto es, con las armas en la ma-
no, y en órden de batalla, no habiendo en todo el paía ha-
bitedor alguno; pues, Gomo tambien anuncia Zacarlaa:
.
volverá toda la tierra haata el deshrto.. (6 volver& como
nanuru) como lee Vatablo, desde el collado R e m d n hasta
4 0 L A V U N I D A DEL MESIAS

d M d b d k de Jerusdk*: no habiendo quien les baga


reriietencia ni les dispute la entilada, padr4n muy bien
entrar entbncee uno á uno : es dmir, sin temor ni recelo :
sin oposicion: como puede entrar una familia en su propia
F. Porque entónces (sigue dioiendo) despoes de ew-
c u d o el país, y preparada la habitacion, se tocatá una
trompeta metafbrica, grande y sonora, 4 cuya voz veudr4n
y.se congregarán aun los que ee pensaban perdidos en la
tierra de los Asinos, que no pueden ser otros, que las re-
liquias de lee diez tribus, que llev6 cautivas Sdmanasar,
las cuales, ni volvieron en tiempo de Ciro, ni se sabe pre-
ciaamente donde están: solo se sabe en ganeral, que toda
el Asia, no menos que ln Europa, esta llena de Judioa,
aenocidoa solamente por este nombre general : y aucederhr
' Que m aquel d M rcsonará una Qrande trompeta, y ven.
drán los qw se habian perdido da tierra de los Asirias.
y los que M i a n sido eciuadob m Tierra de Egipto, y
adorarán al Se&r en el santo monte en Jerwalénj-. Ved
W M si tenemos razon los mitmos hijos de Abrahán para
creer y mperar, que algun dia cnmpiirá Dios plenamente
aquella promesa que hizo 4 su mayor y maa fiel amigo,
por estas precisas painbraa: A tu postetidad +rd esta
tierra desde el rio de Egiptb basta el grande rio Eu-
frates.
58. Naturalmente deseareis seber, i por qué no les cum-
plib Dios plenamente eata promeea, cuando los aac6 de
Egipto? A lo cual os respondo en breve, remitibudoos á
lu relecion de so viaje por el desierto, que hallareis en
los libros de Moisés, y tumbien en los dos libros de Josu41
y de los Jueces, lo primero: sus pecados en el desierto

Revertetw omah terra usque ad deaertum,... (en vertetw km-


qmm ylanitiea) de colie Remmon ad Auatmm Jemsalem.-Zach.
Uv, 10.
+ Et erit : In die ilis clangetur in tuba magna, et venient qni
parditi, fuerant de t e n hyrioram, et qui eje& eraut in Terra
AZgypti, et dorabant Donianm in monte Mncto ia J u i r s h .
Iuui. xxvii, 13.
-
fueron tan tiecroentse,. tan e r e s y tan ineacueables, que
el Sefior di6 mueatrae M dia de quererlos esterminar del
todo, y para no bacrerlo, como ellos ciertamente lo mem-
cian, movió el corcuGon de su fiel siervo, para que interce-
diese por ellos, y lo aplacase con aquella senoilla y ani-
mosa .diayuntiva: 6 perdónales esta culpa, 6 si no lo h,
...
bbnanc de tu libro A lo anal el grao Dios, lejos de
indignarse .le respondió con una blandura admirable, digna
de un verdadero amigo: Al qre pecare contra mf, le
borraré de m i libro: M a s tG anda, y lleva ese pusblo 6
doRde te he dicho*. Y aunque por entbnces qued6 apla-
'
cado, como no por eso oesaron los pecados del ingratísimo
pueblo, antes fueron cada di mas y mayores, les juró un
dia e n medio de su indiiacion, que no entrarian en so
descanso, 6 no les daría todo lo que pensaba darles*.
Este juramento de Dioe lee trae 4 la memoria S. Pablo,
y con él lee prueba que aunque Josné los introdujo en
la Palestina, no m lee cumplieron por entbnces les proma
am de Dioe con todo plenitud: Porque si J e ~ h~ s hu-
biera dado el reposo, janda m adelante hubieran hblado
ds otro dia. P o r lo oud queda el wbatUno para sl
pueblo ds Dior $.
50. La segunda ramn mas inmediata de no habéneler
cumplido entbnces plenamente, aai estaa como las otras
pmmesrur de Dios, fo8, porque ellos no qdderon estermi-
DLV todas aquellas gentee que Dios espresamente lea maa-
daba, antes se acomodaron con ellas, y aun re unieron re-
cíprooamente por medio de matrimonion ilicitos, que lea
prohibii su ley. Por lo cual, pasados algunos afios, estan-
Aut dimitte ein hanc noxsm, sut si non facia, dele me de libro
tiio... Qui peccaverit mihi, delebo eum de libro meo: Tu autem
nde, at dnc populum utam qub loeohis aum tibi. - M xxxii,
.
31,32,33 e# 34.
t Ut jmvi in ira mea : Si introibunt in rcquiem meam. .P -
BU?, 11.
f W u o m i aii Jeum requiam prmstiti~et,nimqam de a l b lo-
qwmtar pasa &de.
Ad Heb. iv, 8 e; 9.
Itsq~icreiinqnitw sabbadwia~popnlo Dei. -
4 LA VYNIDA DBL MBSIAS

do comgmgedoo eci cierto lugsl, que dsrpues se Iluied


lugar de lor qw&orem les envi6 el Sehr un angel, qoe
les di6 sobre esto como la úitima sentewia definitiva, por
eotas palabras... Yo os saqu6 de Egipto 6 introduje en &
tierra, por la que jurd 6 vw8tros padrer.. .&m con h
wndicion de que no harian alianza con los Labitadores d¿
srta Tierra, s i m qua derribarias sw altares: y m, La-
bsis querida oir mi voz: ¿por qud Labsis hecho a t o ?
Por lo miamo no he querido
- euterminarlor de uuestra
prwncia: para que lm tsnguis por enemigos, y otrs dia-
ws sean para vusrlra ruina*. Mas sea lo que fueie de
a t e primer punto, vengamos al segundo que es el prin-
cipal.
SEGUNDA O B B E R V A C I O N .
60. i Que dia 6 tiempo es este de que habla eata pro-
fecla? Yo observo en primer logar, que en todo este ca-
pitulo xxvii de Isaías se anuncian claramente ouatro mis-
terioa, 6 cuatro grandes sucesos, que parecen todavia muy
futuros. De todos cuatro ee dice que sucederán en aqud
dia, sin deoiruo~deterPrinadamente ei dia en que deben
suceder. Solo parece cierto, que todos ciiatro deben BQ-
ceder en un miamo dia (no se habla aquí de un dia natu-
ral de doce 6 veinte y cuatro horas), ya por estnr todos
cuatro juntos y seguidos en un mismo capitulo, que m-
pieza con estas palabras, en aquel d k : ya tnmbien porque
B d a uno en particular se le anteponen les mismas paia-
bras en aquel dia: lo cual parece una ae6d sensible y
olara, de que el mismo dia sirve para toda. Esto BP-
puesto, discurrimos asi.
61. Cuatro sucesos 6 misterios que basta aora no se han
Eduxi vos de agypto, et introduxi in Terram, pro quajumri
:...
p t r i b u s veutria Ita dnmtaxat ut non feriretis f d u a cum hrbitb
toribiui Terrse hujm, sed a m eorum subverteretia : et noluiatia au-
dire vocem mean : 4 eur non fecutis ? Qupni oh rom nolui d e k eos
P fecie vestrs: ut haba& hwte~,at dii eonm sin: robLi in ruinnm.
- Judic. ii, 1, 2 er 3.
Y N O L O R I A Y MAGESTAU. 43
v e d k d o , eitán c h e o t e anundador para un mismo
dia, sin eobaree de aierto para que dia. E n medio de es-
ta incertidumbre, ten6mos la fortuna de hallar en la Escri-
t w a de la verdad, el dia preciso en que debe suceder el
uno de ellos : esto es, el primero : i no bastará esta noticia
para conclnir al punto, que los otros tres sucederán el
mismo dia? Ved pues aora este descubrimiento: el pri-
mer misterio con que empieza la profecía ea este: Bh
crquc1,diavisitará d Señor con su espada dura, y gran&,
y fuerte, sobre Lsviathn serpiente rolliza, y soóre La
vicrthi serpiente torfuoaa, y matara la ballena qui 88th
cm el mar*. El testo considerado en sí mismo, par-
abtamente osourisimo ; ni se sabe de que misterio habla,
m de que tiempo: mas ri tomamos en la mano aquella
olarLaima antorcha, que en otra parte dejamos encendida,
a1 panto se aelara todo: a) punto i e conoce y se ve con
be ojos, aai el misterio como el tiempo en que debe su-
der ; traed á la memoria lo que quede dicho en nuestra
primera dieertaoion robre lor Milenarios, artículo tercero,
párrafo cuarto. Alií m dijo que el libro divino y adrni-
rabie del Apocalipsis, es una verdadera luz que alumbra y
gmia eo loa p e irras osaipros y dihiles de los Profetes, y
oomo una llave maestra qae abre las puertas mas cerdas.
U re dijo, y tamhien se probó oon toda la evidencia que
eabe en el manta, que la prision del dragon b serpiente,
que M l h d diablo y diatanást, con todas 1Ps okuiiotae-
ciae que dice S. Juan en el mpitulo xs, no ea un SUOBIO
muy p e d o , eieo tsdavia fotoFo: mservculo viaiblemaite
para deapuee de Es muerte de la bestia, 6 ruina t o a del
Anticriato. Y como esta bestia b esta Aaticiieto, oorno
iambiem queda pioba¿o y aun demostrado en el fenómeno
oaarto, ha de ser muerto y destruido enteramente ee el
dia grande del Sefior, cuando venga en gloria y magestad :
Iii die ille viaitabit Dominus in gladio suo duro, et grandi. et
forti, mper Leoirhan ierpentem vectcm, et super Leviathan aer-
peatem tommmm, ot d d e t Q U ia
~ mmi wt.-/M¡. xsvii, l .
9 @i vocsbur dhboku. et %tanu.- e c . rk @
44 L A VENIDA D B L M I L I A R

en este mismo dia deber4 suceder la prision del dragon, 6


lo que es lo mismo de la serpiente tortuosa, con la espada
-
Y
del-&fior, dura, y grande, fuerte.
62. Comparad aora los dos testos de Isdas y de S. Juan,
vereis en ambos el mismo misterio, anunciado con diversas
palabras, y que S. Juan, segun sus continuas alumoaes tí
todas las Escrituras, alude aqúi manifiestamente 4 este
lugar de Isaias. Isaías dice que en aquel dia, sin decir
en cual dia, visitará el Sefior B la serpiente con su espada
dura, grande, y fuerte. S. Juan, nombrando claramente
el dia de la venida del Sefior, y representándolo con una
espada de dos filos en su boca, dice que la misma ser-
piente, que se llama diablo y Satanás, qne cng& 6 todo
el mundo, ser4 entónces visitada, encadenada y encerrada
en el abismo, hasta cierto tiempo, para que no engase
mas 4 las gentes : hasta que sean cumplidos los m i l años*.
Decidme aora con sinceridad : i veis aquí dos misterios di-
versos? ¿ N o es clara y palpable el mismo misterio de am-
bas profecías? i Qué visito puede haber mas sensible para
el diablo, ni qué espada mas dura, ni mas grande, ni mas
fuerte puede esperimentar este es@& soberbio, inquieto
y malignkio, que verse encadenado con cadenas bien pro-
porcionadas B su naturaleza : verse encarcelado en el abik
mo, cerrada y sellada la puerta de so carcel, sin noticia
algnna de todo lo que pasa en el mundo, y privado entera-
mente del egercicio de su mas violenta pasion, que ea ha-
cer 4 los hombres todo el mal posible ?
63. I d a s dice, que en .aquel dia no solo visitará el
Sefior 4 la serpiente con ar espada durá, y gran&, y
fuerte ; sino que matará tambien el ceto 6 el pez granda
que está en el mart. i Que ceto es este que está en el
mar? Leed el capítulo xiii del Apocalip~ís, y lo vereis
claro con noticias mas individuales. Dice S. Juan, que w
bestia de siete cabezas y diez cuernos, 4 quienes hemos
considerado en el fenbmeno ternero como un cuerpo mo-
Donec consummentur mille enni.-Ap. xx, 3, t?t 6.
t Et occidet cetum, 'qui h miri cit. -
[m'.d, 1.
EN GLORIA Y MAGBITAD. 46
tal, compuesto de muchos individuos unidos entre si con-
tra el S&, y contra su Cristo*, esta bestia dice, estaba
en el mar y salia del mar ; por consiguiente era de especie
cetécea por su grandeza Lo mismo dice Daniel de sns
cuatro bestias, de que se compone visiblemente la bestia
del Apocaiipsis : Y cuatro grandes bestias subian de la
mar*. Dice S. Juan, que esta bestia terrible que salia
del mar, ir6 en muerte, pues será muerta y destruida en-
teramente con la espada del Rey de los reyes, en el dia
solemnisimo de su venida del cielo B In tierra. Ved aora
y juzgad, si todo esto corresponde perfectamente, y aun
abre la inteligencia de aquella espresion oscurísima de
h i a s : y matará la ballena qua está en el mar.
64. Conociendo, pues, el dia en que ha de suceder el
primer misterio, podemos ya decir, que conocemos el dia,
6 tiempo en que deben suceder los otros tres. En efecto,
IP misma grandeen y novedad, parece que nos llama B otro
tiempo todavia futuro iníjnitamenta divereo del presenta.
Ved aquí por sn 6rden los cuatro misterios que contiene
este capitulo xxvü de Isaías. El primero es el que aaaba-
mos de observar : esto es, la visita de la serpiente, con ar
a@ .
durrr, y grande, y frrerte,. . y al mismo,tíempo la
muerte, la deetruccion, la ruina total del ceto, que esta en
el mar, 6 de la muchedumbre de pececi grandes y mons-
truosos, unidos contra el Cristo del Sefior, 6 de la bestia de
siete cabezas y diez cuernos; 6 del Anticristo, 6 del hom-
bre de pecado, h. . Todo me parece una misma cosa, es-
plioada con diversas paiabras : En aquel dia visitartí el
S& con au espcEda dura, y grande, y fuerte, sobre Le-
...
viattín y matartí la ballena que está en el mar.
65. El segundo misterio es este : En aquel dia la viña
del vino puro le cantar& a kl. En estas ouatro palabras
se divisa bien un misterio, del todo nuevo, inaudito basta el
dia de hoy, y solo digno de aquel tiempo feliz. En aquel
dia, la vifia del vino puro cantará las alabanzas del
Sefior. i Qué vi6a es esta de vino puro, de vino ge-
Advmbs Dominum, ct adremhe Chrietum Wus. -Act. iv, 26.
+ Et tluatuor bestiae grandu mcendebant de man.- Don. di, 3.
neroeo, de vino óptimo ? Nadie ignora, que un todm tiem-
pos ha tenido Dios era a t e nuestra tierra una riña, 6 una
iglesia que le ha dado el debido culto : que lo ha reconoei-
do, lo ha adorado, lo ha alabado : que h p r e ha producido
algunos frutos de justicia, d b o s de Dios ; 6 pocos 6 mu-
chos, buenos 6 mejores, segun los tiempos y .dcnltivo. Ia
tuvo desde Adan por Set haata Noé. La tuvo desde No6
por Sem basta ~ b i a h 8 n: e s t a dos tiempos son sin duda
los mas infecundos. LB tuvo desde Abrahkn por Isac y
Jacob hasta Moieés ; por cuyo ministerio se trasplantó la
vifía, y se le di6 un nuevo cultivo, que hasta eiitónces no
se le habia dado : esto ee, la ley y los ceremonias fijas y
estables del a l t o estamo: ltasladurte de Egipto uno
viña: echaste fuera las naciones, y Za plantaste*. Con
esta cultivo es cierto que la rifia dió mas y mejores frutos,
que en todos los tiempos anterícnws, y los prosigoib dando
sin intempcion hasta d Meslcae ; aunqne nuaoa t a n h , ni
tan bueno;, aome ss dcbia e s p m r . La tieiie en fin, infiiii-
aitaniaitc mejonida despues del Mealas, en oonsecuencia
de sus sadores, de m saagre, de rus méritos, de su doctri-
IUA y d e la eñ&a de n a divino Esplritu. Y íambien (que
egto DO puede disimularse) en wnaecemncia de haber l k -
ciado y arrojado fuera de la vi6a á sus antiguo6 aolowa, y
puesto en su lugar otros nuevos ; conforme B la sentencia
que ellos mimos se dieron, cuando el Sefior les propuso la
partibola de la vifia. Gstoo dijeron :A los mabr dartrtrint
maluntente : y arrendará su vi& 6 otrm ZQbrodorest;
la cual sentencia confirab. el Sefior luego al punto diciéb
doles con toda elarided, que bien p a t o suoederíit mí:
, P o r tanto or digo, que qvitado os será el myno de h,
y rará dado 6 un pueblo q w Aag4 loc frutos de da$.
66. No e8 posible negar, sin negar la misma evialaacis,

Vinum de Bgipto tranatnlieti : ejtciati gentee, ot phnmti


cam. - Pr. Ixxix, 9.
t Ajtint illi: Mdos mal& perdet: et vineam euam locabit diu
-
qrlcolie. Mat. xxi, 41.
Idea dieo vebis qnis siiferetur B mhh ngnum Dei, et drbitur
-
genti f a c h t i fractus cjus. Mai. xxi, 113.
UN GLORIA Y MAQYüTAD. 4'9
qw erti riá., cpe h p u e s del Yeáa, tieae Dios en el
mundo, ho dado en todm tieay>a, frutos admirablee, cace-
ledes, óptimos y en una grande y prodijiosa cantidad, mas
tampm er posible negar sin negar la misma evidencia, que
ea todm tiempos m ba riato en esta misma vifia de Dios,
nos mayor y mas prodigiosa mnltitud de plantas, no digo
solamente e&éiilee, infacnndas, sm fruta alguno razonable ;
no digo solmente cargadea de agrazones silvestres, Bape-
me y daros, que jamas Llegan B madurar ; sino lo que pa-
reoe mas estraáo, carga¿w en lugar de uvas, de otros hp-
tas imcógmitos, mal sanos, llenor de peligro y aun de ven*
nc, egenos, eontrarioa y contradictorios B los fmtos propias
del Espíritu*. De modo, que ani la misma, 6 con mayor
razon se pnede quejar aom el Sefior, como ee qaejabaa en
otros tiempos muy .nbaiores ai Merfas: j Qud es lo que
d e Z A ~ ~ d e ~ t o h m i v iy ñn oa l ,o hice? j e s por-
que e q e r l que llsvaae uvas, y lar l b 6 silvestres: y ...
sqwr&que hiciese juicio, y he q u f iniquidad+ ?
8'7. D i n h no obeíante, que la vifia de vino puro. gene-
roso y óptimo, de qoe aqrii habla esfe profeta, EO pnede ses
otra qas la Iglesia presente, remorde, y aun plantada de
nueio por el Mesiss mismo ; reepia con su sangre. Pecun-
dadecon su Espíritu ; a y a s leyes eon esceleates, como que
no paran en la eoperticie, sino qne pasan directamente B lo
mar inteiioa d d coraaon; ouya creencia es altísima ; cuya
dootiioa en ciertamente divina ; cuya moral purísima ; cuyo
culto M comiste solamehte en templos hechos di? mano,.. .
sino en espíritu y verdad$ ; cuyas ceremonias son graves,
mejestoosas, significativas ; cuyo sacrificio perfectamente
mb, corno que en 61 e&í real y verdaderamente la fnente
misma de tdd8 snntidad : en suma, cuyos medios de santi-

Ad Gol. v, 19, &c


f Quid eat quod debui dti9 facere vinem m-. ct non Lti ai ?
an quod expectavi ut faceret uvas et fecit labruacas I...et expect,
-
vi, n t faceret judicium, et ecce iniquitae. Iroí. o, 4, e# 7.
1 Non in msnufsctis templis habitat,... aed in epintu. et veritate.
-Act. 1RU,24, et J ~ r u liv, 28.
48 LA V E N I D A DEL MBSIAS

iicaoion, al paso que abundantes, son eficaeisimos, h. TO-


das estas cosas, y otms muchas mas que pudieran alíadirse,
son ciertamente pandes y magnificae i y por eso dignas
todas de nuestro mne profundo respeto y agradecimiento.
Mas debiéramos reflexionar antes de cantar la victoria, que
todas estas cosas y otras semejautes. no pertenecen de mo-
do alguno al fruto de la vifia, sino solamente B su oultivo.
Nos dicen y predican todo lo que Dios ha hecbo con la
vifia ; no la bondad de la viúa para con Dios. Nos dicen
y predican todo lo que Dios ha hecho para con laviña, que
no podio ser mas, y no nos dicen una sola palabra de lo
que la vi6a ha hecho, y ha de haoer para con Dios.
i Quién puede ignorar. que la bondad de una vifia consiste
no en que tenga el mejor oultivo posible, ni tampoco en
que tenga plantas B millares ; sino en que el fruto corres-
ponda, asi en abundanciu como en bondad tí la muohednm-
bre de sus plantas, y la escelencie de sn cultivo ? Este
parece sin duda el mayor de los males, que una vifia cul-
tivada con tanto cuidado, can tanúw indnstrias, con tantos
gastos, no haya correspondido siempre, ni corresponda &
proporcion tí las esperanzas. Esceptuando algunas plantae,
- qne siglos ha han sido pocas, reepecto de la otra muche-
dumbre, es innegable, sin negar la misma evidencia, que to-
das las otras no han dado fruto alguno, sino onando mas,
hojas inútiles ; 6 lo han dado escaaíaimo y de ínñma cali-
dad; 6 han dado solamente agrazonee ailveatrea, que de-
ben contarse mas entre los frutos de la carne que del
espíritu.
68. Siendo esto así, como lo es en realidad : i os pare-
ce que tendrá gran razon esta viña presente para gloriarse
de la escelencia y de la muchedumbre de sus fnitos ? i Os
parece que t e n d n gran razon eus propios labradores, qne
no dejan de conocerla, por dentro y fuera, para ensalzarla
y beatificarla á todas boras, para ponderar su gran fecundi-
dad, y para darle el título ilustre supremo de la vi& &del
vino puro ? i No les podrémos repetir B estos labradores
aquellas palabras que tí este mismo prop6sito les decía el
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 49
Apefel : No es bwircr m e d r a jactancia*? Los fmtos
de esta vitia comparados con loa que daba antes del lesías,
no hay dnda que ee hallan muy soperiores en nGmero y en
bondad ;maa si se atiende al oultivo que ha tenido constante-
mente despues del Meslas, bomo se debe atender; si se
eseminan fielmente las partidas de gestos y recibo, como se
deben examinar ; entóncea parecer8 necesario mudar de
tono, conbando, mn espkitu humillado, que no es buena
tmestrajactancia-t : por consiguiente, que el título glorioso
6.ilaetre, de la viña del vino puro, no puede todavia com-
petir á esta vifia en el estada y providencia presente. i Co-
mo ha de ser vifia de vino puro, ni merecer este nombre
oon algana propiedad, m no da este vino puro de que se
habla ? ;Como ha de dar este duo puro, generoso y óptimo,
si les uvas óptipnas son raib'iae, las buenas no muchas,
las Baidar, 6' insipidaa, en abundancia, y las pésimaa in-
numerables ? Luego m> puede IXW esta vifia de la que habla
la prafecíe.
88. 66 podrá aeaso responder, que el vino de esta vi-
iia preseate aerá puro y óptimo, si solo se consideran las
uvas buenm y se esprimen estas separadamente de la otra
infimta rnaohedumbre : mas este espediente bueno en sí, se
enoaeatra luego al punto con an embarazo terrible, 6 con
una aoneecuenciB intolerable. i Coa1 es esta? Qne con la
misma m,ooo el mismo espediente, y con el mismo sen-
tido, pod&mos dar el titulo ilustre de vi% Al vino puro
4 la vifía que tuvo Dio%en todos los tiempos anteriores
al Mesias. ¿Ypor qu6 no? Puede alguno dudar de la
bondad, de la imocemia, de la simplicidad, da la devocion y
piedad, de la reotitiid y justicia de nuestros Patriarcas, de
n-oa Profetns, y de aueeiros jnetos ? Esprímanse, pues,
estas nvpr eolaa, 6 estoa fintos de la antigua viña, los cua-
les faeron mas y mejorea de lo que se piensa comunmente,
y m hallará con adxnirrrcion un vino puro, escelente,
-
Non est bona gloristio veetm. 1 ad Cw. v, 6.
...
) In npiiitu humiüatis... Non es bone donatio vestra. - Dan.
iii, 39 ;e# 1 ad Cw.v, 6.
TOMO 11. P
60 LA VENIDA DllL ME8IAS
óptimo, y digno de la a p m b a c i ~del *e Dios. i Y has-
tará esto pam llamar v i k del v w paro á aquelia anti-
gua d í a de Dios ? l a g o tampoco puede bastar para dar-
le este glorioso t4tulo á la vi6a pmaerih, ni pera amor
que ee bable de ella, c d o se $ice : en aquel.dia la uiáe
del vino puro Ic eoirtarú 6 U.
70. j Pnw de que V& M halda, y de qub tiempo ? Si
ae repara con la debida atemiao y fonuaiidad en tedo el
oontesto, tomando el hilo, tí lo menos desde el &&u-
lo xxiv. ee conwerá ein otra diligeaeia, que m habla de
oboe tiempos, gae todovia no he- virto : qoe ne Wla
de otra viña ; mejor dLBmos, qarr se U a d e la dama
t
vifía antigua y presente; pen, ep otro atado, y aoe. eaa
otro mltivo bünittunate divena : tanto cano lo es en el
estado y aultivo sotual, m s p k d d estsdD y cultivo que
tuvo en 108 tiempoe rmbrbma al M&, J tal vez mudo
##UXgido:
IlltIS: p o t q t r ~ k r r a ~ d d $ s 8 w r 0 6 ~ h 4 S 0600-
oooerá,digo que ee habla de aquel tiempo y de aqueiia
viña, de quien ee dice mas a d 8 b i a en el mismo Meta :
porque fuhk dtu~)purada,y a b w e i d a , y no á d i u
quien por tí p c u s , te pondré por losa& ( 6 para Qb-
gris) & lar +los*. De aquelia de quien re dio8 :No u
&r6 nar hablar de iniquidad m tw tiewat. De q d l a
en sama de quien se dice : lb pueblo todos jurtorz :
todo lo c d y mucho mas que esto, m puede ver en el oa- '
pitalo Ix de 1lafas.Y aunqne dioen qiie todo eiLo Uia de
la vi6a pmmnte, y que todo (le ha veribado J re d c a
en ella, pcrrte dqbrita, parte anagógicamenetr: srte em,
parte un la tierra, y parte en el cid0 ;mas la verdad ea.
qne todes ertas rion vocee al aire, que nada signihen, m
pueden oonteptat de modo *uno B quien deuea riwerPmate
la v e r a . Por ooriiagWenta p o d ~ m y~ aun , debemos deeir
Pro eo qnbd *ti derelicta, et odio habita, et non erat qui
per te transiret, ponam te in superbiam (aeu in exuitationem) sae:
-
mlorum. I Ml~ x, .16.
+ -
Non BudieSur dtrl)%quitan in tema tna Id. lx, 1%
f Populnr autem tuua omnes jnsti.-Imi.'lx, 21.
üN QLORIA Y MAQBSTAD. 51
oon la mayar ein-idad m e , que nada Qe esto sg ha vi&
jeiaas a d a . t i e r r a : y sirw se ha vieto jamas, luqgo
d h d verse ahuna ven; pws 4 anunoiado too clon-
niente en Irr Esctiiura de la verdad. i Cuando sed esto Z
5erá s i n dado ouando el Gefior IM -da f i m e n t e le
que tanha v e m le pedimos, eneeiíados y animados (le su
propio Hijo : esto es, que venga á nosDtros su reino, y que
su rapta mlPota8 se hqp en nuwtra tierra, así oomo se
beoe en el ciele*.
71. Por m eruro qaisieb dar an vueb h i a lo ~IW
alto del o k b , pua bumar aiií eata Rfía de vino puro, que
por acá no m ha v h jamás, QS advierto dos aoeaa impol-
tenbs. Primera : qae repaiein biea en tedw palaksr
qiie sipan inioediatomemie ai testo de Idas : En oqwl
&a h aiiia; del b e puro k cantar& 6 41. Ye el S&r,
que Ia guardo, de repente le &a*9 6 b&r (oomo laito
PPgnioi y Vetaidodeun m d o m e s ~ doñmeffto,.b
,
en cada i n s t d e la k 6 rqw) r mwk y & dia la
~ w r d eporta
, que no reciba daiio t. i Os parttes que allá
en el uieio podrá baber algun temor de ese*, oa pareoe
que alb en el aielo deberá estar el Se& an p a n vigilanaia
~~o m vitia dia y no&, para que no reciba da&?
Ia eeganda cosa que os advierto es : que todo auoab BaJ
aara en el oíels, 6 amnb pectde haber de aquí en adelante,
d d e C&b oiomo, hasta el lltimo b i e ~ v e n ~ d noo, es
ni a, üama, ni puede Ilruaarse, sin una suma impropisdad,
viós de Dios, si^^ el fruto de lo vifia de IXw. ia vifia
de D h ertá d bsjo sai noestrn k a , y siempre -&ta
y necesitará vigilanaia, mliaitud, Bdtiro y trabejo para que
de m d o froto y buena Este úata que da no ae quda

A d d t r q p i m Num. Fht voluntan tuq aicut in CQ~O, et


in te- - Mat. vi,lO.
f~In die ilia v h meri cantabit ei. Ego Dominne, qui aervo esm,
repentb propinaba ei [ad momenta, aeu per aingula momenta rigare
faeism eam] : ne furtb visitetur contra eam, nocte etdieaervo eam.-
Iwi. xrrü, a et 3.
E 2
en ha tierra, sino que se va llevando al cielo, en donde se
congrega y deja depositado en eterna seguridad ; mas la,
viña se queda en nuestra tierra, sin moverse de ella. Así
el sentido anagogico, bablando de la vifia de Dios, no viene
al caso, como tampoco viene al caso en tantos otros lugares
de la Escritura, para cuya intelijencia se recurre frecuente-
mente á este sentida celestial.
72. Si se quiere mirar sin preocupacion, se hallarán B
cada paso en los Profetas y en los Salmos cosas admirables,
nuevas, 6 inauditas, que tieno Dios reservadas en sus
tenoros. Especialmente son dignos de particular atencion
todos aquellos lugares, donde se habla de chntico nuevo,
que son mnchoe y bien notables : los cuales por todo PU
contesto pertenecen visiblemente 5 otros tiempos todavia
futuros. En el .capítulo xiv del Apocalipsis, se ve comen-
zar este cántico nuevo, y es fhil ver la alusion clara B
dicbos lugruea de los Profetas y los Salmos. Pero de esto
tratarémos en otra parte cuando sea su tiempo.
73. Tenemos, pues, en la profecía de Isaías, de que
vamos hablando, conocidos los dos primeros misterios, y el
tiempo en quo deben verificarse, oqmo efectos propios de
ia segunda venida del Mesias, no de la primera. Eetos
misterios son : primero : la prision del diablo, 6 la visita que
re le ha de baoer, con la espada de2 Señor dura, y gran-
&, y fuerte: y juntamente la muerte del, c ~ t oque
está en el mar, y que saldrár B su tiempo de este mar
metaf6rico. Segundo : el cántico de la vifia de vino puro.
Nos quedan los otros dos que hablan espresa y nominada-
mente de los Judios, anunciandolee el fin del destierro p r s
rente, y el termino de sus trabajos: y de estos decimos lo
mismo que de los primeros: esto es, que son misterios no
pasados, sino futuros, que ee han de verificar en aquel
mismo dia moral, de que empieza á hablar, y prosigue
hablando la profecía. Y sucederá: Que en aquel dia
(dice el uno) h ~ r i r áel Señor dade el cauce de2 rio hs6a
cl torrente dc Egipto, y vosotros, hgos ds Israll, sereir
BN G L O R I A Y MAGEB'PAD. 58
congregad& uno á uno *. Y suceder&: Que en aquel dia
(dice el otro) resonar& una grande trompeta, y vendrán
los que se habian perdido de tierra de los Aairios, y los
que habian sido echados en Tierra de Egipto, y adora-
rán al Señor en el santo monte en Jeruaalént. Con lo
cual concoerds Jeremias (diciendo) : Porque vendrá el
dia, m que gritarhn los guardas en el monte da Efraim :
Zcoantaos, y r u b a n u ~& S h al S&r Diod nuestro $.
74. La esplicacion de estos dos Gltimos miaterioe, 'que
.
se halla en 10s intérpretes de la Escritura, me parece 4 mi,
que es la mayor confirmacion de todo lo que acabamos de
observar. Todos pretenden acomodarlos del modo posible
B ia vuelta de Babilonia; mes como esta empresa es no
solo ardua y dificil, sino imposible ; pues el testo mismo, y
contesto, y toda la hiitoria sagrada la repugna y la contra-
dice, se ven luego precisados 4 recurrir B la alegoriá, dioi-
endo: qne aunque todo esto se veri6c6 de algun modo
en sentido literal en la vuelta de Babilonia, mas w plena
verificttciom, en el sentido especialmente intentado p o r el
EirZ>iritu Santo 5 , sncedi6 despues .de la muerte del Mesias,
y venida del Espíritu Santo. Ved aqui con qn6 -facilidad.
P B I M N R MIBTERIO.
Y mmxiirá: Que en aquel dia herirá el Sefior d e d a el
cauce dcl n o hasta el torrente de Egipto, y vosotros,
hijos dd Israél, srreis congregados uno á uno.
BSPLICACION.

El Sefior en aquel dia herid 6 atXjk4 todo el país, com-


prendido entre el Eufrates, y el Egipto. Aai lo hizo el
Bt erit : In die ilir, percutiet Dominus ab alveo fluminie usque
ud torrentem ACgipti, et roe conpgabimiini unus et unus filii
-
Jaraa. 2 ' . d. 12.
IssL xxvii, 13, vide fol. 40.
f Qnia erit dies, in qua clmabunt custodes in monte Ephraim :
S e t e , et ~ c e n d e m uin Sion ad Dominum De- nostrum. -
Jmm. xxxi, 6.
$ In senau speciiter intento h Spintu Sancto.
54 LA V E N I D A D E L M B S l A #
Sefiar, ya por media de Nabucodonoaór, ya por metlio de
bi Romanos, que sujetaron tado aqael vasto país tí su
dorninacion, ya tambien y meir propiamente dapues de la
muerte de Cristo, por medio de Vespasiano, de 'Fib y de
Adrimo. Y vosotros, hijos de I d l , os oonpgareh ano
6 uno (6 uno por uno como leen Panigni, y Vatablo) ;Qué
qrrisre decir esto i Que quiere decir ? (pmsigue L esplica-
caoion :) q.ue deepues ()e kr mrierte de Cristo, ya aetee, pa
tambieo'despaea de Vespiano, y Tito, entrarán tos Jodios
d ie Iglesia une & uno, esto es, poqubims.

75. Y m e & & : Que en aquel dia resonará una grande


trompba, y vendrh los que se habian perdido de Fierro
da los Asirios, y los que habian mdo echados en Tima
do Egipto, y a&rar¿w al S&r en el santo monte m
Jutmalén.

En aquel diri que comen& la partcna de Pentecoe&s,


ouaado vino el &píntu Shnto sobre los discipulos, se tocará
una trompeta grande, que ser4 la predicacion del Evange-
lio, b cuya voz vendrá 4 la iglesia de Cristo no solamente
muohle'mos &ntiles, mno tambien m n c h Judios, aun de
aqueltoa qae estaban como perdidos en la tierra de 'loa
Asirios, desh. 4ahaenam, y en Egipto desde Nabnco ;
porque es muy verosímil, que muchos individuos de todas
1m doce tnbus creyesen 4 los Apóstoles, y se hiciesen
Cristianos. Aom, para que no parecoa que dejan del todo
el ~eatidoliteral, afioden aqni aua palabra, coa la que tado
queda r e m e d i : ea B aaber, que el profeta de Dios por
eetm eepwesioaem alude ciertamente á la salida de Babi-
lonici, y la considera solamente como una figura, 6 sombra
de la liberadon por Cristo de la cautividad del demonio,
h. Entre otros mu~basmosasque se ohcerán B vuestra
reflexion en este modo tan confuso, y tan apresurado de
e s p l h r esta profdbla, repprwl edo aolsmeri(o: que tm este
f i l h remícdo, son maohos los Judios de todm las tnius,
que rimen al sonido de la tiompeta y adoran al Sefior en
d mato monte crs, J e r ~ ~ 2 a Lsato
: ea, en la fglesia de
Wte:y en el vemíonlo antecedente, uno 6 *no :a t o ei,
JM+¿8la.

PARRAFO 111.
76. Bi inetrtunento que sa sigue es una conñrmacion y
ai mimo .ti- una esplicacion del antecedente. En 61
ro .minoiacEaiamenta áa vaeaaios futura de todo Israél, y
sa verdadera eoaPereioa don que se ha de hacer bonmble
y ghnioio en los o j w de Dioe, y digno de su dileccisn.
Ea aenaeoutmia de lo c d , le promete el h í í o r para as-
b tismpo dos o ~ s a emuy parecidas á las cEas hitimas, que
atabPiwar de abservx, 6 por decir mejor las mimas con
pdabma mre eqmivae. Y aora esto &e el S e i i tu
Ctiadn,ó J d , y t a J ' r , 6 Iuradl :No tenias, po+
que te r d i d , y te Zkniil por tu noarbrsr mio eres tá
parare6 por las aguas. contigo estarb, y no t e
tas tioa : catando oduvierss por el fuago. no te
qrriiocári ni & l h airdw6 en t i : Porque yo e1 8s-
tu Dios, el ~ ~ l tdet eIsraél tu 8&ador, tiá per reacate
t q e á &+te, 6 i W p , y 6 S e a por tC. Desde qw fs
hiciste digno & h r a en mis e, y glo;ioso: yo t e a&,
y yo dar6 hombres por ti, y pueblos por t u alma. No
iemau, porque yo estoy contigo : da1 oriente traerd krr
coa, y del occidente te congregaré. Diré id Apuilen :
&;y a¿ A b a j e ; No lo estorires: trae mi. Aijos 1
&os, y mis lijus de los estrenws de la tierra*.

Et nunc hac didt Dominus crean8 te Jacob, et forman8 te Ie-


raU : Noli timere, quia redemi te, et vocavi te nomine tuo : meue
u tu. Chm transierin per a q u tecnm ero. et ilumina nan operient
:
a chm ambutaverio in Igne, non comburCrin, et damma non d e -
bit in te: Quia ego Dominnn Deus tuun ranchia I s d Salvator
tuu, dedi propitiationem tuun Bgyptam, et Bthiopiam, et Sabs
77. Para wmprender bien es6 ei nhterio, aomo al
tiempo de que aqui se habla, sin que ws qaede mbre
elio ni aun sospecha de dude, nos p u e h ser de grao pr*
vecbo la leccion atenta de todo el capítaio antecedente.
E n él se habla claramente de la primera venida del Me-
siae, de su carácter, de su ministerio, de m8 virtudes, &-
gularmente de su paciemia y m d a a b r e , y de todos los
efectoe admirables que debian producir en el mundo su
predioacion, su dootrine, sus ejemplos, su espfnto, &c.; y
todo ello en laa gentes, no en Israél por su increduiidad.
AM aquella voz del &lo que ae oy6 despues en el Jor-
d h , y en el Tabor : a t e ea mi E v o el d, en quien
.M he ~ ~ ~ R ~ E O I C U I Ose
* , lee annnairida en este capitulo xlü,
que empiese con d a misma : He aquí mi siervo, le ampa-
r a r / : mi eucogitb, mi alma tuuo nr complacencia en t l :
sobre él puse mi e q f r i t t l , kl p r d g a r b justicia á las
nucionert. Despues de lo cual desde el venitculo 10 se
prosigue hablando de la ceguedad de Israél, que lo habk
de desconocer y reprobar, de la i n d i i c i o n de Dios para
a con este pueblo ingrato, de su oestigo, de iiu tribulacion,
de su dispersion entre las gentes, y tambiin de su dnreza
y obstinacion en medio de tantos trabajos, cuaaluyéndose
todo con estas palabras : Y derramó sobrl 41 la i-
d o n de su furor, y guerra fuerte, y qusm& en rededor,
y no lo conoció ; y le incendió, y no lo entendió$. Y ee
pro te. E x quo honombilis factus es in oculia meis, et glonoeiia:
ego diiexi te, et dabo hominea pro te, et populoe pro anima tua.
Noli timere, quia ego tecum sum: Ab Oriente adducam semen
tuum, et ab Occidente congregebo te. Dicam Aquiloni : Da; et
Austro: Noli prohiben : affer filios meoe de lonfiqno, et Alias
-
meee ab extremis terrae. hal. xüü, ab 1 u s q u ~ad 6.
Hic est filius meua dilectus, iii quo mihi cornp1acui.-Mar. iii, 17.
t Ecce aervus meus, suacipiam eum : electus meus, complacuit
sibi in illo anima mea : dedi spiritum meum super eum, judicium
-
gentibus proferet h a f . xlii, 1. .
, f Et efidit super enm indignatione m furoris aui, et forte bellum.
et combuasit eum in circuitu, et non cognovit : et euccendit eum,
et non intel1exit.- lsal. rlii, 25.
BN GLORIA Y MAOBUTAD. frl
asl, qme hasta sera w han querido ni quieren reconocer
la verdadera cmma de S08 trabajos.
73. Hecha esta importante observacion, y quitado con
ella todo mutuo(>,así B la vuelta de Babilonia, como 4 la
n i q p h , es ya fácil entender todo el testo citado, con que
sigue inmediatamente el capitulo XE; esto es, que M,
hable de Israél, oomiderado en el estado presente de cas-
tigo, de tribuhion, de ceguedad, en que quedó despues
del Mesías. Por oomiguiente, que las cosaa que aqni se
le anuncian, no son coraq pssadaa, de ningun modo, y en
ningpon mmtido, sino evidentemente futurae, que se ver%-
aar4n tí su tiempo oon toda pleiiitnd. Esto supuesto, con-
derémos aora brevemeate eetas cosas que se auuncian y
prometen al residuo de I d l . Y aora &e el SGRor ts
mido+, 6 J d , y iu fwmadb, 6 I s r d : N o temm;
p o r p te redimi, y te Zlamé p w tu nombre : mio eres th,
&c. Veis aquí en primer lugar la vocaeion de Dios, pri-
m e paso
~ ebsolutemente necesario para la conversion do
un pecador, que Dioo lo llame como por su nombre : que
le oalme sus temores ; que aliente su oonfianza, para que
oiga y obedezca 4 la voz de su Dios, para que se ponga
en 611s mana, y aonsienta voluntariamente en la nueva
unseion ó reaovacion segun el L d r e interior (á ...
q&n le dice) : Dards quc te hiciste digno & honra en
ris ojoa, y glorioso : yo te ad*.
79. i De qué otro modo puede un pecador hacerse ho-
norable y glorioso en los ojos de Dios que por medio de
una verdadera penitencia, y de una sinc4ra couversion?
Vois aqui, pues, anunciada claramente la conversion de
Israél, que tantas veces, y de tantos modos ee anuncia en
todas las Escrituras. Si no quereia reconocer aqui la con-
version futura de Israél, debereis mostrar otro tiempo, d e s
de Isatas hasta el dia presente, en que Isra41, generalmente
hablando, haya comparecido honorable y glorioso en los
Secnndhm interiorem hominem ...Ex quo honorabiiis factue
cs in o& meis, et Gloriosue : ego diexi te. -Ad R m . vii, E; et
Iaai. xiiii, 4.
60 LA VBNIDA DEL M E B I A S ,
\

ojos de Dios, y por eso digno de i a d i i e d m . La c o n b


rio haliareis en toda la Escritura, y el rninmo M e s h lo con-
h b , cuando les dijo: ;m&& woca quiao al.gur tcu
Y*, corro kr gtallina dlega sars pdlm &bajo i iaa &w,
y no quirUte*? Lo con6am6 el Espiritn 8ep60, cuando
hdkjeporbomdeSEiFeban: ~ o m ~ r & o i r l i r s i m p ~
al Etpfritu Santo, c m vrsrh.rrs #m, a l t a d k vo-
sbtrart. Lo c o d m ó S. N o , ceando lee dijo, citando el
aapítalo kv de Idas: Y 4 I r d dior: Todo d dia abrí
6 -08 4 m p b l ~h B d & y rsbsldc$.
aqul mimo se sigue, que h.de haber todavio otro tiempo,
*de

en qne Di mimo pueda decir, b a b w o oon Israél :


Dssds que te hicwte digno de honra en mis ojos, y 910-
riom: yo te d.Leed el sabe Lxi, y hall& en él
í m h este honor y gloria de hdl, despacs de su veoaakm
y conreraitm, que RUmimo se anu~oia: h B Ql p h
da podarobo ; y alpobre, qos no tcrnia aydador. Se l e
t i d del pobre, y del demalido, y ha& salva l a al-
mas dn lo8 pobres. Remdará as almaa & la wura, y
I la kiqwid4d: y reró honrado en m prssencia el mm-
&re de ellosg. Lo mismo se lee, p con t6rmimis mwbo
aies espreaivos, en todo el capítulo v de Baino. V e d -
&, pues, ia e o n m i o n de Iiraéi, como que esto a& sa
pera Dio8 pera munpüitls sns pioineass, p r o e i p inmedic
íamente diciéndole : Yo dorá hodran por tí, y pwbdos
p e tu~ alma. i Qué quiere de& esto? Volved loa ojos h
lo que queda dicho sobre aquel otro testo del capitulo = v i
(qwr crn aquel dia herirá el Ssiiio+ derds el cawe del r i ~

-
1 Quotiea volui congregare íilioa tuos, quemadmudum @IUI
convegat pullos suos mb alas, et noluisti ? díat. xxiü, 37.
t Voe semper Spiiitui Seacto resistitia, aicnt patrea vesM, ita et
vos. -A&. fi,61.
1Ad Israel autem, dicit : Tota die arpoadi mimw m e u ad popa-
lum non credentem, et contmdicenkm,-Ad. h. x, 21.
p Liberabit pauperem potente : et pauperem, cui non erat ad-
fatm. Farcet pauperi et inopi :et mimaa paapenmi dols krciet.
Ex m d s , et iniquitsta h e t &M eonnm : et honoiabiie nomen
eomm coram il1o.- Pa. Ixxi, 12, 13 et 14.
EN OLORlA Y MAGESTAD. S
hauta d tOrrcnte de W p t s y wméroa, hijos de I d ,
screis congregtrd08 una 6 uno:) y veteis, 6 mi parecer, el
miwo misterio : y para aertificarnos mas, atended a lo que
se signe : .Ve? O d e traer4 tzcr wo8, y del Qoeilsnk
h o t m p g a ~ d . Diré a l Aquilsn : Da; y al A k p : No
la eata*bes: trw mis hifis dc Zsjos, y Aijai de lor
esttanios cle Iri tierra. Pars dar lugar ti árintei~hijos 6
hijee que trae cae su braso omnipoteete de todos las can-
tm riaatw, biea seis n n i n e h desembancar primeso Ea
posada, daade par elloa queWes tmuhs y p e b que lo
ocupaban*. Así se lee anuncia á estoe en el salmo ix:
m e i u eute-n&, ó nachua, h la d i e r r n &t &t.-.. 6 .
eemo leen los 70, y la d o n arábfge: u e h n sster-
tos puGMor de la tierra de 4. De todo esk, ea haiia~á
moehisimo en ?das, ei m lee sin preocnpicion, eepecid
mede desde el mphlo r l b t a el h.

PAIIBAPO IY.
80: P yo congreqarl las nfipiarsde mi re&h de to-
dar las tierras, á donde los kubiere echado ; y los hm¿
volver ¿ nu campo#; y crecerh, y se mulriplicarsn.
Y Icvautart mbre elbs paafores, y los apacentarán: de
allf crdclrmta no tendrán miedo, ni se asmbrarár, ; y de
r u ntánem no wrá buscad@n+m, dice el &ñar$.
81. Bastan estas ttltimas palabras para oomprehaer al
punto,.que ni se habla aqui de la vuelta de Babilonia,
ni tampoco paede tener lugar ki alegoría de la Iglesia pre-
m&. C w estp advertencia, proseguid legendo J testa de
Jeremk6. Mnd q u visrm hr d i 4 ; r . a i c a J S e i h ; y
h b o hoeines pro te, et popnloe pre anima tp r -1roi. xlüi, 4.
-
?. M b i t i s gmtei de tsm illiull. A. u,la
Et ego conpgubo rdiquh gregla m& de omnibus teirin, d
qnss ejecero eoa i h c : et eonvertam e08 ed rma su8 : cC cmeent, ct
muhiplicabaatar. Bt a d t s b o s a p a i m, et pcrilceat eos :
non fmmid.bmt ukh, et non pvebnot : et mUas qiusmtur ex
-
numero, dicit Duminus. Jer-. xxiii. 3 st 4.
60 LA VENIDA DEL MBBIAI

levantar6 para David un pimpollo justo ; y reinará rey,


que será sábio ;y harh eljuicio y la justicia en la tierra.
En aquellos dias se salvar4 Judá, 6 Israil habitará con-
jadamente ; y este es el nombre que Le l l a m r h n , el Se-
Cior nuestro justo. P o r esto he aquí que vienen diaa,
dice el Señor, y no dirán y a mas: vive el Señor, qus
sacó 6 los hijos dG Israél de la tierra de Egipto : Sino:
Vive el S&r, que sacó, y trajo el linage de la casa dc
Israél de tierra del Norte, y da todaa las tierras, á las
cuales los habia yo echado a%; y habitarhn en s u
tierrae.
Esta es palabra, que vino del Seiior á Jeremias, di-
:..
ciendo . Escribe tL en un libro todas las palabras, que
te he hablado. Porque he aquf que vienen los dias, dice
e l señor: y ha76 que vuelvan los que hayan de volver de
mi pueblo & I s r d y de Judcí, dice el Sefior : y les hard
volver h la fierra, que d i h sus padres ; y la poseeran t.
82. Todo este capltnlo y el siguiente, en que se con-
tinúa el mismo asunto, son sin duda dignos d e la mas
atenta consideracion. Como son tan diíúsos, y yo voy ya
d e priaa en lo que pretenece B este primer aspecto, me
contento por aora con hacer aobw ellos dos 6 h a adverten-
cim importantes. Primera : que aquí se habla espweamente,

Ecce dies veniunt, dicit Dominns : et snacitabo David germen


fuetum : et regnabit rex, et aapiene erit : et faciet judicium et justi-
tiam in tem. In diebns illb salvabitur Juda, et Israel habitatit
confidenter : et hoc est n o m q qnod vocsbnnt e-, Dominm jue-
tus noster. Propter hoc ecce diee veniunt, dicit Dominus, et non
dicent u l d : Vivit Dominnii, qui eduxit 6lim Israel de temi
-ti : Sed : Vivit Dominns, qui eduxit et adduxit semen domíla
Israel de terra Aquilonis, et de euneth tems, ad qnm ejeccram eos
-
iiinc : et habitabunt in t e sna. Jurm. d, 6,6,7 et 8.
f Hoc verbum, quod frctam eat sd Jewmiam iDommo dicens :...
M b e tibi omnia verba, quae locutua sum nd te, in libro. Ecce
enim dies veniunt, dicit Domim : et mntertom convenionem p s
i 1.81
~ u imei et Juda, ait Domwla : et convertam eos ad t e m ,
-
quam dedi patribvs eonun ; et possidebunt eam, &c. J m m . XXX,
1, 2 et 3.
EN GLORIA Y MAGESTAD. 61
n o solo con Jud4 sino . tambien con Israél, y 6 ambos se
enderezan las paiabras del Sefior, h r k que vuelvan los que
hayan de volver de mi pueblo de I d 1 y de Judá... y
luego al v. 4. Y estas son las palabras, que habló el Se-
w á Isradl y & Judá*. Con esta primera advertencia
parectt que queda oerrada la puerta al recurso ordinario de
la vuelta de Babilonia ; pues sabemos de cierto, que de Ba-
bilonia volvió Judá, 6 una parte de él bien pequefia; mas
no volvió Israél, el cual no habia ido 6 Babiionia, ni B
la Caldea, sino B Nínive y á la b i n a . Segunda adver-
tencia: que aquí ae habla ya del dia del Sefior, grande y
terrible, que no tiene semejante : se habla de la confnsion
y espanto de los impios; se habla del pavor y terror
de todas las naciones, lo cual no viene al caso eq 1;
vuelta de Babilonia Preguntad, dice el Sefior, .y ved .si
para el varon :,jpues por qud ha visto la mano de todo
varon sobre 8U lomo, como de kr que está de parto y 'se
han vvelto t o b laa caras en amarillez? ;Ay, que es
grande aquel dia! ni hay semjante á dl: y tiempo es ds
tribulacion para Jmob, y de! dl será libradot. Tercera
advertencia : en q u e 1 dia, prosigue el Sefior inmediata-
mente v. 8 : harb pedazos el yugo, y las cadencia de Jacob,
y no permitiré que en adelante sean dominados por otros
sefiorcs ; servirán solamente 4 su Dios, y 4 su rey David,
(que no puede ser otro que el Mesias hijo de David*.)
83. T g o esto y todo cuanto sigue en esta larga pro-

* Conver- conrernionem populi mei Ianel et Juda... Et h e


verba, qumlmtw est Dominus d IsCPe1 et ad Judam. 4erm. ux,
3, et 4.
.) Interrogate, et videte ei generat maseuluu : ( quara ergo ridi om.
nb vizi manam mper lumbnm sunm, quPsi partnrienfis, et conver-
s e sunt unirerem fnciea in aurugincm ? V q quia magna diee i114
nec ert similir ejus : tempusque tribuialion'ueet Jacob, et ex ipso
-
dvabitur. Jmnn. ur,6, st 7.
f Et erit in die iiin... conteram jugum ejus de collo tuo, et vin-
cula ejue dirumpam, et non domitmbuntur ei amplib dieiii : Sed eer-
rient Domino Deo suo, et David r q i suo, qwm suecikbo eb. -
J m n . x a , 8, e: 9.
69 LA VBNIDA D S L MPBJAS
Mí,estuvo tan iepe de veriñmme em io vuelta de I b
biloniq qne hs doctorea mas ingeniorios, aun tllaodo 6 ec
to con el mayor empeño, como qae tanto imprtaba 4 w
sistema, a i a t o fuera posible, ee haihtn atajados aihi 4 ca-
do paso, y para poder aalir de a l p modo del gmn aw
b a m , le^ es ineviuble recurrl oon f r e a e B la pum
aiegoría ; y d d mismo modo lea es inevitable d&nas aquí,
que esta alegoría 4 la Iglesia presente, ee el mbido e q ~ ~
ciolmente Uteatado por el Eizpkitu Santo. 8i esti pum
aiegoria ea el sentido verdadero, mteoCado c q e d m e n ( 6
por el Espíritu Santo, del dia del Sefior, gnmde y tembie
q m .no tiene mmejante, i h qnb propóáto w s ha& trndo
el mismo Eepiritu 6- del espaub y terror de t+dfs lae
geutes ? i A qué propósito nos habla tPDto de la ceeweimaa
y penitencia de hraéi y de Judií, y de la oaracion y re
d o de eua llagas; siendo esto un euceao, que los dos&
res lo reeervan pira deopuas del Bnticriato ? l Aquá p@
sito, em fin, ee condaye toda el +talo xrx con edes pa-
lnbm, eaderezadas n k d p m e n t e h Israél y 4 Jadú ; s*
la f l t h <b los diar enterdereir*? Este en b úíbinu,
de los diar quieren qpe signidiqoe el h del mundo; nwm
segun 1- &crikras, no piiede significar sino el ñn del
+lo, coma hemos dicho, y dirémos mae en adelante. 1 0
amigo ! lmd toda eaia profecía, contenida en estos das
capitnloe, y despues de beberla considerado, pregunta08 ii
vos m h n :~i o ~ d seohpn v b d o la8 coeasqne annwia ?
Porque si haata aora no se han veriíicado, es necesario qae
w vediqoen algana vez: p r a que l¿s Profetas asean
hallados jeleg -t.
84. El mismo profeta. He aquí que yo los traeré de iier-
ra del Norte, y h recqerd de lee ertrernwu de la tierra,

parida juntsirccnCe ; granda ser& la n u l t i M da lw qw


acb volverán. Con llanto vendrhn, mas con rilisertcsr-

In noviesirno dierum intelligetia er -J c m . u x , !M.


- ~ c & . xxxv¡. 18.
7 Ut p r o p h e t ~tu¡ fideles inveniantar.
di4 IOI d u d ; ykwk.eadpor arroyos de agua p w
camino &recho, y no t r o p s z d en 41: pvrqw padre
d o y yo dr Isrcrkl, y Efrain sr mi primogénito *.
85. Y oow,divimudo d Profeta de Dioe que las genkm,
awp Crietie~e.psdiPn no edameate dudar, aieo aun dee-
pm%w oonm inmibla tantas tnbaicord'ias para con las
vilees pMdos y maiditoe Judios, se vuelve iotnediabmante
O los mitunos gentes y les diae : que no m maravillen, que
boda esto lo dice quien lo puede haoar : que todo esto no eii
pdabra de Jeremias, eiüo gel miamo Dioa, que tiene tu-
parcido 4 1 4 1 entre las gentes : que este mismo Dios b
e o q p g d Plgua dio de lor srtrams de la tierra, lo redi-
ni& b librará, de la nano dd madpo&mso, y lo g u a z d d
m m o mi buen p t e r 5 su grey.
Oid, naciones, la palabra da1 S&. ..El tpeaparciá
a IacU, le congregará ; y lo guardarh como el pastor su
g a s d a Porque el &&o+ redimi6 h J d , y le libró L
h m u o dsl pndcrsso. Y vendrán, y dmán alabcuza
aii el numts de S o n , &C.?
86. Y deepues : Hé aquí que yo los congregard de todas
km t h a r , á d o d e tos echd con mif u r m , y con mi ba,y
con mi grande indignm4m ; y los volveré á este lugar, y
haré que lurbitan conjadamente en dl. Y serán mi pueblo,
y yo sad rtr Dios. Y les dard un corazon, y un camino
po*a q h m teman todos los dias ; g les vaya bien a e&,
y 15 -.+a íupaei de sUw. Y bar6 eom d b k p a t t o
eterno, y iu, Rcjme de hmerles bien ;y pondrd m i temor
en el c o r m de ellua, para que no se aparten de m$. Y
Eeoeego aidierpo eol de tcm Aquüonis, &tcongqpbo eoa ab
Qharis teme: t i t e r qnos emnt creets et ciandua, prmgnans et
puica siaini, catns m m p u rerertentium hnc. In fleta mniuit, et
m niaiardiereduum eor : et dducam coa par torrente. aqoiuum
invhrecta, ationhpbgentinea: quiabnctuisiimIariralip&u,
et E p h d n primogmitnr mem &.- Jmm. uU, 8 st 9.
+ ...
A n d i v e r h DomiDi genten Qoi diqmit M,congre-
@it m m : et enstodiet eam simt paetor graplem suum. Redemit
snim Domiau Jucob, et liberabit eum de mrw pomntiorir. Et
renient, et loudabunt in monte Sion, &c. -Jmin. x u i , 10,11, st 12.
64 LA V E N I D A DEL MESIAS

ns akyrart! con ellos, c u d o l a hiciere bien ;y los plan-


taré en srta iisrra en verdad, con todo mi corazon, y cc#r
toda mi alma*.
87. Y finalmente: He aquí que yo les cicatriear2 la
llaga, y daré sanidad, y los curar4 ;y lu mostraré la paz
y la verdad. que pidiéron. Y haré volver los que vzrelvan
da Judh, y los que vuelvan de Jerusalén ; y los edi$car¿
como &de el principio. Y los limpiaré & toda su ini-
quidad, en que pecaron contra mi; y seré propicio 6 t o d a

banza, y da regocijo para -


sw m d d d a s , con que pecáron contra tnf, y me deapre-
ci$ron. Y me sertí á mi de nombre, y da gozo, y & ala-
to&-s IW-wi& de &
tbrra, q w oyeran todor los bisncs, que yo b s irs da h r ;
y se aombrarhn, y ss turbarhnpor t o d a lor biensr, ypor
toda la paz, qws yo les haré 6 ellos-t..
88. O todas estrrs son anaa exajeracionea desmedidas,
llenas de impropiedad, y aun de faleedad, 6 el Eepíritu
Santo no habla aqal de la vuelta de Babilonia; porqae sa-
bemos de cierto por la mima Edtuxn, que d e de esto

Ecce ego con~rsgrboeon de univ& terri8, ad q w qjeci eos


in furore meo, et in im mea, et in indignatione grandi : et reducam
e a ad locum iatum, et habitare eoa faciam confidenter. Et erunt
mihi in populum, et ego ero eia in Deum. Et dabo eia cor unum,
et viam unam, u t timeant me universie diebus: et benb sit e%, et
f i l i eorum port ew. Bt feriam eia pecCom aempitsúPum, et nen
derinsm eis benefacere : et timorem meum dabo in corde eorum. ut
non recedent B me. E t laetabor riuper eia cdm benb eis fecero : et
plmtabo eos in terre ista in veritate, in toto corde meo, et in tota
-
anima mea Jerem. x u i i , 37,38, 39,40, et 41.
t Ecce ego obducam eie eicatricem et rsnitatem, et cumbo :
et m&bo illia deprecationem pacis et vsritrtia. Et convertam con-
venionem Juda, et convercrionem Jemaiem : et d c a b o eoa riicut
h principio. Et emunáabo iiioa ab omni i n i i i t a t e s q in qua pee-
caverunt mihi : et propitius ero cunctia iniquitstibus eorum, in qni-
bus deliquenmt mi& et s p r e v e m t me. Et erit mihi in nomen, et
i n gaudium, et in laudem, et in exuitationem cuncris gentibu terre,
quee audierint omnia bona, qwe ego f a c t w aum eia : et pavebunt,
et turbabuntur in univereie bonia, et in omni pece, quam ego faciam
-
ein, &c. Id. xxxiii, 6, 7, 8, et 9.
EN GLORIA Y MAGBBTAD. 65
se v d k h , ni se pudo verifioar en aquel tiempo. Si no es
qme se diga, que ee habla aquí no de la antigua Babilonia
de ioa Cddéos;sino de la vuelta de otra grande Babilonia,
ltamada mi por los dos apóstdea mae amados S. Pedro, y
S. Juan, con lo cual nos mnfonnarémos enteramente segun
SE verá en ea lugar, cuando observbmos de propósito esta
vuelta de Babilonia y d Babilonia miema
- 89; Por íiltiiho, coruiderad quieta y atentamente aquella

pmfecia del Seiior que hablando aon sus diioipulos, pocos


d b antes de su pasion les dice así : P w cuando vbrsis
áJm& cercuda de un egérciio, ent6nces rabed que su
dsa,hdm euCh cerca... Porqtu @toa 8On diai de ven-
gonsa, para qua se cumplan todcu lar cosas, que están
.
emwitaa.. Porque habrágranda apretura sobre la tierra,
1Sra para este pueblo.. Y caerán á#lo de espada :y aerán
liden wutiverio O t& lar n a h , y J e d n
será b h d a & lweQantilsr : h t a que re osulplan kw
t i e a p de la# nacitnw*.
.SO. &tan 6ltimaa phbras i qd quieren de&? Jerusa-
lén será hollada, 6 conculcada de las gentes b ~ t que a ty
llenen los tiempos de las naciones. Yo infiero de aquí una
consecuencia, no solo legítima y justa, sino conforme con
o- mncbos lugares -de la Escritura : luego lw nacionee
tienen ws tiempos &os y precisos, los oualee concluidos,
J d 6 n dejará de ser bollada de las gentea. A e& alude
&&lamente S. Pablo, 6 esto mismo dice, hablando con lar
gentes cristianas: Mas no quiero. hermam, que ignoreis
erte misterio (porque no aeais sábios e n vosotros m k ) .
qua la .ceguedad ha venido en parte. h Israél hasta que
haya entrado la plenitud de lar genter. y que así todo
Isradi sc s a l m e , como est6 emito+.
CAm autem videri,tir circundari ab exercitu Jerusalem, tnnc nd-
tote, quita appropinquabij deaolatio eiun ...
Quiadiea ultionis hi uunt,
...
nt impleantrir omnia, que. scripta sunt Erit enim pressura magna
super temui, et ira populo huic. Et cadent ia ore gladii : et captivi'
dnaeatnr m omnes gentes, et Jenisalem calcabitur h gentibus : douec
-
impleantnr tempon netionnm. Luc. xxi, 90,22,23, et 24.'
'

+ Nolo enim roe ignorare fratree mysterium hoc (ot non sitia
T O M O 11. F
66 L A V E N I D A DEL MBSIAS

91. De modo, que cumpiidos 6 llenos los tiempoe de mi-


aericordia para lan gentes, y habiendo entrado la plenitad de
ellas (ho cierto todas, sino las que han de entrar, segun la
presciencia de Dios) entónces, dice el Apóstol, seda salvo
todo Israél, conforme está escrito : entóncea, dice el mismo
Cristo, Jerusalhn dejar4 de ser conculcada de lae gentes, ,y
esto en el mismo sentido en que aoni se dice con toda ver-
dad, hollada de los g e n t i h ; esto es, materialmente y for-
malmente : materialmente cuanto al lugar donde estaba fa-
bricada : formalmente cuanto B sus propios y lejftimos ha- -
bitadores, 6 4 la nocion entera, de quien Jerusalén era ca-
beaa, segun la iustitucion de Dios ; pues en ambos sentidos
se ha cumplido y se está campliendo la profecía del Sefiar.
No quisiera detenerme un momento mas en la considerrt-
oion de este primer aspecto, que ha salido mas d i h o que
lo que yo pensaba; y no obstante, he dicho p o q u h o res-
pecto de lo que babia que deoir. Mas se hace durísimo
no decir una palabra sobre la esplicacion de estos doe testos
que acabo de citar, que se hallan en los mejores intérpretes
de la Esoritura, y á lo menos la propongo 6 vuestra
reflexion. , e

92. Jerusal6ii, dice Cristo, ser4 conculcada de ha gentes


hasta que se Henen los tiempos de laa naciones ...
&te es,
dice la esplioacion, hasta el fin del mundo, 6 no mucho m
tes. i Cuando ? Cuando el Anticriato rey y Mesias de los
Jodios, y monarca universal de todo el orbe, edifique de
nuevo esta ciudad, y ponga en ella la córte de su imperio
universal.. . La ceguedad de Israél, dice el Apóstol, debe
durar hasta que entre la plenitud de las gentes. Cuando
haya entrndo esta plenitud, 6 lo que parece lo mismo, cuan-
do se hayan llenado, 6 conclnido los tiempoe de las nacio-
nes, entbuces todo Israél ser4 salvo, segun está escrito.. .
Eeto es (prosigue la esplicacion), Israél ser4 salvo un po-
quito antes de acabarse el mando... Esto es, Israél será
vobii ipsie aspienten) quia caecitan ex parte contigit in Israd, donec
plenitud0 gentium introret, et aic omnis I a d l salma fieret, a h t
seriptnm -t.- Ad Rorn. xi, 2ó, ct
salve deepues de la muerte de su falso D í e s l ~ y, ruina de
BU imperio nnirereal. i O, si fuese posible cerrar entera-
mente esta puerta, 6 esta abertura, y quitar del todo a t e
+o tan ordinario ! i Qué bienes no pudieran resultar de
aquí para la verdadera y llaeisima inteligencia de tantas y
tan graves piofeclas? Yo imploro para esto y para o t r a
mil cosas de que trato, el favor y la proteccion de los stíbios
de nuestro siglo, cuyo principal car4cter es la inquisicion de
la verdad en cualquier asunto que sea. sin negarse 9, ella
despues de conocida.
96. No dejeis, sefior, de reparar bien, aunque sea de
pneo, aquello especie de &va 6 preparacion que haee el
Ap&tml, antes de reveim este secreto, como pidiendo B lae
gentes ciistisnq w qnienes habla, una atenciun particu-
lar. Maa no quiero, lis-aMu (dice), que ignoreir
u t e nUterio (psrqus no a& s á b k m vomtroa misma).
i Que salva tan iníztil y tan fuera de propósito, si el mk-
terio que va 4 revelar no es otro, amo qpe loa Judios se
convedida al ñn del mundo, y que la Iglesia presente ape.
MS recibirá entbnoes d los Judios que helláre ! Esto quiere
el Apóstol que no ignoren las gentes cristianas para que.w
se euvantman, para que no se engrian, para que no se fien
demasiado, para que no sean sabios solamente para d
mismos*. Pero de esto en otra parte, que bdavia no
m m tiampo.
Ut non sitia vobh ipis sspientes. -A¿ Ror*. xi, 26.
LA VBNFDA DRL M B S I A S

l I

ARTICULO 11.
S E G U N D O ASPECTO.
SE CONSDERAN LOS JUDIOS DE8PUES DE LA MUERTS DEL
MESUS COMO DEBCONOCLDOS DE SU DIOS. Y HORROB DE
PUEBLO BUYO; Y SE P R E G U N T A AQUI, SI ESTE CASTIGO
T E N D R A FIN, O NO.
PARRAFO 1.
94. Todos saben que le descendenoia del jmto Abrahán
por Isaeo, y Jacob, fné maa de dos mil afioa le única entre
toda0 las uaciooeo de la.tiem, que conooiere y adorne d
v d a d e r o Dios, la 6nica emogida de Dios, conaagrada B
Dios, anide 4 Dios, la ánica q w entrese en comer& y io-
ciedad con Dios, que reaibieie leyes, y omemonias .de
Dios, que tratase oon Dios,. que- m e &obligue4 Dios, y d
quien el mismo Dios se obligase. La única, en suma, que
~~ llamame oon verdad puebio de Di- ; Solo oa
corrocf & oorotroe de todos los linagea & la t h a * , lea
deoia el mimo .Dios por el prolta .Amk .
8a Del.mismo modo saben todos, que. este pueblo de
Dios, tan distiPgaido, tan honrado, tan amsdo, dan b d
oiado, fue eiempre por la mayor y máxima parte .d. .w
doro, el mas b$ei, e1 mes ingrato d e todos los. pwbbk
Para conservar este pueblo, para imtruirio, pane ilustrarlq
para santificarlo, , l qob prodigios no hiao el Sefior, qué e s
meos, qu8 providencias, qué beneñcios, qué promesas, qué
amenazas, que castigos ! Pem todo en vaw, y tan en vano,
que el mismo Dios se quejaba continuamente por sus P m
fe-, como un buen padre, que ya no halla que hacer para
para corregir un hijo perverso.. ,jQuk es lo qw debí hacer 1

mas de esto á uii viiía, y no lo hice+? Eu vano castigué


á vuestros hijos, no recibieron la correccion, les decia por
Tantummodo vos c o p o v i ex omnibus cognationihus terrze.
Arnw iii, 2.
-
*t. Quid eat quod debiii ultra facere vineca mete, et non feci ei I -
J J ~ v,. 4.
Jemmiss capitulo ii*.. No sscuchb voz, ni recibió amones-
:. .
dacion . deoia por Sofoaim~oapitalo ni t.'
96.. Llegando en fin la ingratitud, é iniquidad de este
paeblo hasta el supremo grado, esto es, hasta desconocer,
hstp o r d e a r O le'esperansa de Lraéi, hasta 'cerrar vo.
S
lnntariamente loe ojos B aqnella grandeihiic que rieron los
ciegva de nacimiento : esto es, aun e l mismo pueblo d e laa
..
gentes, que andaba en tinieblas,. en la region de la sotn-
bra & nrwtts$, lleg6 tambiw haata el supremo grado la
jPste indignacim de.Dios ; erto es, basta ..pimdo enbra-
mente del hoiior y preroptivas de pueblo suyo : hasta ar-
N+& de sí, e b a n h r l o , y dewonocerlo, como si ya no
fuese su peche ni su Dioe : h ~ t reputado
a y &arlo oomo
oma~q.iers,otropueblo estkiio y salvaje, 4 quien ne tiene
o b i i i n alguna, y omi 4 quien reputa entre siie enemi-
gos. Así se lo te& amooiado c k m e n t e par Daniel (di*
sieiida): Y daspvs de seerate y dw sen~~naa rsrá; mwrto
a¡ Cristo: .y no será h a =yo el pudbb que b negar6$
Ad se lo teaia anunaiado por Osese cuando le mOnd6 B es-
te profeta gire 4 ps hyo que wababa de nacerle. le poeiold
por :nombre Lvnghamd, esto es : No pus& rnioll; eapli-
aardé luego el enigma por edas paiabma : porque uoro-
tramomiamipwblo, y yonorerkuusrtroq. Asilo te-
nin anuwiado por Malaqniaa : no está mi Yoluntad an ubr
setri>r,... ni recibir6 ofrenda alguna de meatta mana.
Porque duda don& nace el sol h t a do& 8s p o ~ ,
grunda u mi n d r e entre lar gentu, y en todo lugar re
mcri* y ~ ~ ~ac r mnnbre s ofreidapwra**.
Pnistrh permssi filios vestroil, dieciplinam non recepernnt. -
Jcr. ii, 30.
1. Non andirit vocem, et non anscepit disciptinem.iSophon. iii, O.
..
f @ti ambnlebst in knebrie. in regione u m b m mortia.
u,2.
- &m..

Q Et poat h c b d o m a d ~sexaginta duas occidetur Chricitua : et non


erit ejua populw qui eum n e g a t w a eat. -Dan. ix, 26. .
11 Longhammi. Id est : Non populus meun.- OM. i, 9.
'II Quin voe non populus meus, et ega non ero veater.- Olc. i, 9.
** Non eet mihi voluntas in vohis, ... et muous non suiicipiam de
m. Esta,amenaza temMe que los Judios, d i a s en rí
mimos*, jamas creyerop plenamente, se. empezb B reti&
car (no obstante su vana co'nfianza, y su astulta seguridad)
despaes de la muerte del M e s h , y se ha verificado con
tanta plenitud, que mas de diez y siete siglos ha, que la
descendencia del justo Abrabán, ni es pueblo de Dios, ni
aun siquiera pueblo: habiendo quedado desde entbnces,
en nn estado tan singular, como lo ha visto y lo ve todo el
mundo: y como iodo el mundo debiera mirarlo con los
mayores sentimientos de religion, si mirase tambien, que
todo esto está anunciado en la Escritura, del mismo modo
y eii la misma forma en que lo ve. Por lo que el mismo
Mesías, anonciando la proxima ruina de J e d b n , y el
castigo inminente del pueblo de Dios, dioe que aquelloe
dias serán ya solo de ira y de ven@za, para que se oam-
plau todas las cosas que están esciita8-f.
98. Segun esto, tenemos en el asunto de que vamos
hablando dos cosas ciertas 6 indubitables, de que nos da
testimonio la divina Escritura : de la una en historio, de la
otra en profecia ; mas en profecía ya plenamente verifioada
en presencia de todo el miindo, y can ciencia cierta de to-
dos los que son capaces de saber. Ia primera e a tiietaria
es, que la descendencia del justo Abrahhn por I-, y
Jacob, fui5 por espacio de mochos siglos el pueblo finido
de Dios, h é la vifia de Dios, la heredad de Dios, la @e-
sia de Dios, la sinagoga de Dios, que todas estas divereai
palabras, que usa Ia misma Escritura, signi6oan una Wsma
cosa. La segunda en profecia, ya plenIsimamente veriü-
cada, es, que este mimo puehlo de Dios, despues de t9
muerte del Mesias, ha sido despojado enteramente de su
dignidad, como estaba escrito, y como el mimo Mesiaa lo

'inanu veetra. Ab ortu enim solis usque ad oceseum, magnurn eit


nomen meum in gentihue, etin omni loco seeiifimhu, et oíktur no-
@ni meo ublmtio munda -Malach. i 10, et 11.
Vobis.ipsiri aspientes. -2 nd Cor. xi, 19.
Quin dies ultionis hi eunt, ut impleantur ouiain, que scriptu
aiint. - Litc. xxi, B.
BM GLORIA Y MACPOTAD. 71
o o n h u b diciendo : Mar los ha* del reino serán echados
en lar tin- esterioreu*. ,
W. Aora, si fuera de estas dos cosas ciertas é iodubi-
tables, de que tanto nos ha hablado la divina Escritura,
h a l k o s en ella misma otra tercera, que qdavia no se
ho verificado, y esto no oscuramente, sino con la mayor
claridad posible, no una 6 dos veces, sino innumerables, no
eu uno ó dos profetas. smo en casi todos: en este caso,
suponiéndolo cierto é innegable, i qui3 deberiamos hacer ?
;Nos =ría lícita dudar de esta tércera, ó despreciarla 6
deefigerarla? i Nos seria lícito hacer en esta tercera, lo
que no hacémos, ni nos es posible hacer con la primera, ni
con la segunda? ;Nos sería Ucito pasarla á otros sentidos
impropios y violentisimos, y por eso mismo infinitamente
ajemos de la veracidad de Dios? Pues, amigo mío, esta
tercera se halla en laa spnias Escrituras, no menos qne la
primera y lo segunda : se halla anunciada con la misma y
mayor claridad: se halla, no solo en Daniel, en Osoae y
Malsqniee, sino. en casi toda los Profetas, y en alguno8
repetidrre veces. i Cual es esta tercera? Que la misma
desceridewia del justo Abrahhn, por Isaac, g Jacob, la
qiie &de Abrabún hasta Cristo fué pueblo único de Dios,
y que desde Crkto haata el dia de hoy, e s a privada de
este honor, y arrojada en las tinieblrrs esterioreu esta mia-
ma deecendepoia de Abraiuín volver& algnn dia 4 ser otra
ves pueblo de Dios, infinitamente mayor de lo que fué en
o- tiempos; y a t o en su misma pátria, de que fué des-
terrada, y bqjo.de . otro testamento sempiterno, que no
puede envejecerse, ni acabarse como el primero. No me
pregnnteb taa presto, en q d sentido hablo, porque yo no
soy oapoe de esplicar muchas cosas 4 un mismo tiempo..
El twntido en que hablo, se irh manifestado por si mis-
mo & otra diligencia. Si esto tercero aai como suena
(que bien claro está) os parece duro y diñcil de creer, da-
mis con eeto una ~ r n e b abien sensible, de que solo oreeia

Fiiii autem regni ejicientur in tenebrm -tenores.-Mal. viii, 12.


?2 L A VBNiDA DEL MLLISIAS l
b Dios en aquellae cosas que ya veia v d h a d a e ceo raea-
tros propios ojos ; mas no en aquellas otras que no ee han
verificado, ni se sabe ni se entiende como podrán verifi-
carne. Y en este cano no debereia estrañar, que os apli-
quemos aquelleri palabra8 de Cristo ya resuoitado : P q u a
>ns iurs visto, Ton& haa creida: Bienaventurados los
que no u h o n y creyeron*. Esto tercero es lo que va-
mos ya á mostrar.

SE CONSIDERA EL CAPITULO X I DE ISAIAS.

100. La primera parte de esta profecia hasta el ver. 10,


aunque hacia admirablemente al asunto general de esta
obra, mas respecto del asiinto partioular, de que actual-
mente hablamoe, no viene tan al-caso. En ella hay tanto
que o k r v a r , qoe era necesaria una dihse y casi i m p o ~
tuna digreaioo. Por cuyo motivo noe vemos pretisados B
omitirla por aora, reserdndola para su propio y nabral
tugar, que debe tener en la tercera parte. No obhate,
parece conveniemte advertir .aquí, .como de pnso, mas d
grandes voces, que no es cierto, ni aun siquiera probable,
con verdadera probabilidad, qoe ee Bable en e& pmfeda
de la primera wnída del Mealas, ni de la Iglesia presemte,
4 donde tiran loa intérpmtea, segun su sisfemai nstmdo pera
esto, ya de sumo ingenio, ya de sama violencia; eino que
habla y manifiestamente de la venida dei Señor en gloria y
rnagesbd, como ea fac~limmo,no digo a o h ~ t pbei10,
e
sino demostrarlo con suma evidencia, aei por el testo mis-
- mo, y por todas sus espresiones y palabras, como por todo
sn contesto, tomado desde el capitulo x, continuado por
todo el xi, y seguido hasta el xii. Confieso ingenuamente
que dejo este punto con suma repugnancia : no lo dejsim
tan del todo, si no tuvíew esperanza do volverlo 4 tomar
m mas quietud en otra amsion mas oportuna. Vengamos,
Quia vidiati me Thoma, credidisti : Beati qui non viderunt, et
-
credidernnt. Joam. xx, 29
p~eoY
, la obsemusbn de la segunda parte de la mima
p&4 que es la que aora se ha de menester.

VERSO XI.
101. Y 8 e d en aquel dia: & t e n d e r á e l Seiáor s u ma-
no segunda wx; para p o r e e r el r e s t o da su pueblo, q u e
quedar& de 10.8 Asrsio8, y da Egspto, y ds Fetros, y &
Etiópicr, y de Elhm, y de S e n n a u r , y de k t h , y d e ltiu
islas del m a r . Y alzar&h a n d e r a á la3 naciones, y con-
g r e g a r á los frcgitivos de Imaél, y recojerá los disparaos
d e Juda de los cuatro plagas d e la tierra. Y s e r á qui-
tada la emulacion de Efruim, y p e r e c e r á n los enemigos
ds Judb: Bfraim no envidiará Ir Jud6, y Judá n o pe-
l e a r & c o n t ~ aEfraim. Y vo€ÜZarán6 los hombros de los
Filirtdw pw mar, &e.*
1012. Os parecerá rin dada primera vista, que esta
profecía que aeabah de leer con vuestros ojos no pide
interpretacibn, bastando leerla para entenderla; y no
obstante esta ea una de las muchas profecias, que no
pueden ppaar sin pandes precauaionea ; no puede ralir al
público, sin haber entrado en el crisol, y dejado en 61 todo
lo que se .time por e m r i a ; no sea que se entienda como
oe lee, y oon eeto solo ee desconcierien, 6 se pongan en
peligro a l g u n ~madidas. Para witer, pues, este gran
peLipo, debe interpmtnme le pmfecla, diciendo resnelta-
m e que annqne e n antido literal anuncia la salida de
, M i o n i n , y en este d d o i e wriflc6 entóncea, m m, en
todo, B. 40 ~ l m en e parte; mss ea otro seatido mas alto .t.

Et erit in die ala : Adjiciet Dominus secundb manum suam ad


posaidendum residuum popdi aui, quod relinquetur ab Assyriie, et
ab IiEgypt~,et B Phetros, et ab Etiopia, et ab Elam, et á Seniiaar,
et ab Emoth, et sh imulis m&. Et levabit signum in nationeri, et
congregahit profiigos k a ü i , et dipersae Juda colliget B quatuor
plsgis texm. Et auferetur eelus Ephraim, et hoates Juda peribant :
Ephraim non amulabitur Judam, et Judae non pugnabit contra
Ephmirn. Et volabunt in humeros Philisthiim por mare, &c.-Zaai.
xi, 11, 19, 13, 14.
-tIn wnm altiori.
74 LA VENIDA DEL MBBIAB

ananoia otra cosa mwbo mayor. ;Cual ea ede ? Es,dicen,


le oonvemion de muchísimos Judios, no ya uno & uno:
eslo es, poqubinm : sino de millares de ellos, y vero&nil-
mente de todaa lai dwe tribus, qae sucedió oon In predica-
ciaa de los Apbetolee, así en Jerusalbn, y Jadea, como en
&das les obss partes del mundo, por donda discrirrieran
ios mismos Apóstoles *. En erte sentido altúimo, y por
eso especidmnte intentado por el Espfritu Scriclo, ie
acabó de verificar la profecía, que solo se habis v e r i f i d
. an purte en la saiida do Babilonia, y esto como nn tipo ó
figora de la liberacion por Cristo de otra cautividad mayor,
que era la del demonio y del pecado, &c.
108. Para ver aora con los ojos si esta interprebioia es
junta 6 no, aunque fuera muy-condwente el bnfrontuh
con el testo mismo, y con todas sus palabrrrs ; mpe por abre.
viar, reparémos solamente en doa palabras importantes, que
d e n e la primera clhosnla : la una es, segunda : la otra
..
es, para poseer . Y será en aquel d k : Estender¿ el
Señor su mano segunda ves para poseer el resto ds su
p b l o , que quedará, &c. De manera, que el Señor pro-
mete aqui en téminos c l a m y formales, que para pomeer
el d d u o de Israél, hará segunda vez, en q r s l dia, aque-
Uo mismo que hiu> en otroe tiempos )a primera vea ; pues
ninguna cosa paede hacerse segunda vea, si no se ha hecho
la vez primera. Se pregunta aora, i ti que saoeeo anterior
dade esta palabm regunda ? Si no rooarrimos al Exodo, 6
B la d i d a de Iigipto, y paso del mar rojo, parece claro, .
que nos cuiadmoe en v-. El testo miamo de esta pre
L í a nos remite á cite primer suceao, cowlugendo 'coa
es- palabras : Y -6 camino para el rssto ds mi iue-
blo, qw escapárs de lor Asi*ios: así como lo hubo para
Israsl. en aquel dia, que w l i b ds Wrra de +ptet.
Siendo el primer s a u w la salida de Egipto, ea la cad
Praedicantea Evmgelium in universo mundo omni c ~ a t u r m -.
Yi& Marc. xvi. 15.
t Et erit via residuo populo meo, qui relinqaeturab Assyriis : ncu;
ftilt IsmWi in die illa, qnh ascendit de Tem -ti. -Irni. xi, 16.
sacó Dion su mruu, omnipotente en favor de IsrabI, el se-
gundo deberá ncr alguna cosa somejaute. Ee deoir, si la
primera vez hizo Dios tan visible y tan admirable su mano
oeepipotenle, en tanta multitud de prodigios, para s a a r h
Ieraél de Egipto, y poseerlo como pueblo suyo peculipr,
prometido el mismo Dios esta mano omnipotente, para
dm segumda ves, esto es, para poseer el residuo de Ieraél,
deberán mnorame esta segunda voz aquellos mismos pro-
digios, b o t m semejantes 6 mayores. Digo mayores, por-
que parece mucho menos dificil sacar un pueblo del poder
de m príncipe d o , y de la pequeña tierra de Jeaén, que
sacarlo del poder de todos los prínoipm, y de todea las
o u a h plagas de la tierra, donde está disperso. y prodigio-
samente multiphdo. Conpegad los fugitivos ds
I a r d l , y rscojera los disperuw de Judá.
104. Si wto no se recibe, si mdesprecia oomo i d b l e ,
o somo displicente, deberá mostrarse en los eiglos pxadai
este saoeso segundo, ea que Dios haya hecho manifestar
su mmo omaipotante, mi como la hizo manifestar la
primera vez ea Egipto. i Cual. pues, habrh sido este
spceeo? O fub la srilida de Babilonia, 6 la cosa no ha suce-
dúlo hasta el d i de hoy ; porque el sentido espiritual ii
qae s e reourre, y con que se tiran tí llenar tantos y tam
graodes vacios, apenas parece suficiente para huir la di&
edtud, dejándola en pie. Que el segundo suceso de que
quí se habla no fuese la salida de Babiloma, se prueba
evidentemente por tree razones aacadaa del mUimo teato
ain ralir de.61. Primera : porque aquellos pocos qae d i e -
ron de Bbilonia con lienoia de su rey Ciro, no salieron
de krdas laP partesde la tierra que nombra espresamente la
P r ~ f ~ i no a : salieron de la b r i a , de Egipto, de Fekos, ó
Arabia, de Etiopia, de Elam, de Emnt, que eran todas
re+nes oonocidas de los Jndios : mucho menos salieron de
aqnellas regiones que 8010 se nombran en general, como
son las islw del mar : mucho menos aun de las cuatro
plagas de la tierra, 6 de los cuatro vientos cardinales. Lo
único que se puede decir de los que salieron de Babilonia
76 LA VENIDA DBL MESIAS

ea, que salieron de Se-, 6 Caldea, que tambien está ea


esta lisia, y tal vea por wto solo se dioe, que ia profecía se
cumplió entónces en parte, y en esta parte pequefiisima solo
como una figura de otra cosa mayor, que debe ser para-
mente espiitual. Algunos doctores (creo que no son
mucbos) dan muestraa de quedar poco satisfechos, y aun
con grandes escrúpulos, de la violencia de su eepiioacion.
Así, afiaden una palabra oon que todo queda remediado :
es h saber : que toda esta profecia, y otra samejantea se
acabarán de cumplir con toda su plenitud ácia el fin del
mundo : esto es, despues del Anticristo, cuando los Judiae
dispersos entre las naciones sean ilmados de Dios, orsí á
la Iykria de Cristo como á su tierra. Estas últimas
palabras fueran dignas de estimacion, si sobre ellas se
esplicasen un poquito mas: el gran trabajo es, que las
dicen tan de paso, tan en general, tan en confuso, que .nos
dejan con el deseo de saber, que es lo que nos conceden
en realidad ; pues aun esto poco que parece que conceden
lo deshacen d d todo en otras partes.
105. La segunda raeon es, porque en la salida de Ba-
bilonia, no tuvo Dios que hacer milagro alguno estraordina-
no : no tuvo para que mostrar públicamente su mano om-
nipotente, como lo habia hecho en Egipto : solo movib se-
cretamente el corazon de Ciro, inspirandole que permitie-
se B los Judios, y aun los convidarn B que volviesen sí
Jerusalén, y ediíicaeen de nuevo el templo de Dios. El
mismo Ciro lo dice así en su decreto, 6 edicto red : &o
dice Ciro rey de los Perbar : T & Ior reinar de la tierra
me los ha dado el S& Dios dcl cielo, y el m h o nns áa
mandado que le ed$case ccrsa en Jerwaldn, que u t á en
...
lo J d a y que ed$qw lo ccrsa del Señor Dior de Is-
raél*. iQué cosa tan diversa de lo que sucedió can Faraon!
106. La tercera ramo, y 4 mi parecer la maa decisiva,
Haec dicit Cima rex Persarum : Omnis regna terrae dedit mihi
Domiuua Deus caeli, et ipae praecepit mihi et sdificarem ei dornuin
...
in Jeniaalem, quae est in Jndaeo et aediiicet domam Domini Dei
-
Israel. 1 E d . i, 2, 3.
BN G L O R I A Y MAGESTAD. 7?
es la causa, ó el motivo, 6 el 6t1 directo, 6 inmediato para
qne sacar4 Dios segunda veíc su mano omnipoteate. Se-
rá, dice el profeta de Dios, para poseer el residuo de su
pueblo, que entónces se halláre en todas las naciones de
la tierra : para poseer el resto ds m pueblo, q w qwdar6
...
de loa Asirios De aquí ee in6m minifiestamente, que
la profecía no puede bablar ni en todo ni en parte de la
d d a de Babiionia. i Por que ? Porque los que salieron
de Babiionia fueron algunos individuos de aquella misma
descendencia del justo Abrahán, que todavia era pueblo
d e Dios, y único pueblo suyo : ni por estar desterrado este
pwblo de sn phtria, y penitenciado de su Dios, dejó de
aer pueblo suyo, ni Dios dejó de poeaerlo como tal, ni de
mirario y tratarlo como la tinica posesion 6 heredad, que
tenia sobre la tierra. En toda la larga profecía de Jere-
mfaa se re lo que hizo el Se6or para no desterrarlo. Se
ve, que ai fin lo castig6 con este y otros csstigos, como
con repugnancia y dolor: y hablando B nuestro modo, 4
mas no poder : y todo enderezado á e<i#cmion, y no t í
dartrrrccion : para eoücitar por este medio su enmienda,
no su d a ; pues la idolatría en unos, y la iniquidad en
mi todos, máximamente en el sacerdooio, se habian hecho
ten .gen& que como decia el mismo Dios por Miqueas,
capftalo vñ, el mejor entre ellks es como cambron: y e l
que sr recto, con10 errpino ds cerca*.
107. Despues de desterrado, no dejó Dios de asistir 4
d e pueblo suyo, de consolarlo, de protejerlo con provi-
dencias no a010 generales, sino bien singulares, y muchas
de e b bien estraordinarias, como un buen padre que por
una parte castiga con rigor 4 un hijo perverso, le muestra
m semblante inexorable, lo priva de su presencia, lo atli-
je, lo destierra, y al mismo tiempo no puede olvidarse de
que escpadre, no puede disimular su amor y su ternura.
En este tiempo de destierro y de indignacion, sucedió aque-
lla providencia <. en que libró 6 la inocente Su-
. , milagrosar
I

Qai optimai in e i s a t , q w i p a l u n s : st qoi ractns, quui rpi-


-
na de aepe. Mich. vii, 4.
78 LA VENIDA DEL M B S I A Y
sana de laa piedras, que ya iban b oprimirla por el Milo
testimonio de los jueces inicuos. En este tiempo aucedib
a q u ~ l l aotra providencia admirable, con que libró tí todo
su pueblo de la tirania del soberbio Amán, por medio de
Eutér y Yardoqueo. E n este tiempo sacó sin lesion algu-
na del horno de fuego ardiendo, 5 aquellos tres justos que
resistieron constantemente al impio decreto de Nabacodo-
nosór, que qaeria adorasen por Dios 4 una estatua, obra
de las nianor de 10s hombres ; y esto 5 viata del mismo rey
J d e toda su c6rte: En este tiempo les envió aquellos dos
grandes p h t a s , Daniel, y Ezequiel, los cueles en todo el
tiempo dei destierro les hicieron s e r v h de .ama impar-
tancia, el uno as b espintoal, y el otro aun en lo tem-
poral, por el gran crédito que tenian en la c6rte y en oodo
el imperio. En suma, ea esta tiempo de destierro, de ira,
de indignacion, b a escribi6 una carta por medio de Jere-
mies, que habia quedado en Jerusalén, en la que les dice,
entre otras cosas, estas amorosas palabras, dignas de un
verdadero padre. Porque yo s6 los pensamientos, que yo
tengo sobre vbsotros.. .pemamientos de paz, y no de aJPic-
.
don, para &ros el N,y la paciencia.. Me buscaréis,
y me hallaréis : mando me bwcáreia de todo vuestro co-
razon. Y ser¿ hallado da vosotros, dice el Señor+.
Seliales todas las mas se@les, de que aun d e s p e a de
desterrados y eapatriados, los miraba Dioa como pueblo
suyo, y que no dejaban de serlo, por hallarse fiera de su
patria, aunque tan abatidos y humillados, en tierra ea-
tr&
108. Por abreviar, si se lee 6adp h Bcritura, desde el
capítulo xii d d Génesis. esto es, d d e la vocacion de
A b r a k , baaa la muerte del Yeaias, 6 algunos aííoa ade-
lante, siempre se hallará 4 Israél con el honor y dignidad
t
Ego enim scio cogitationes, qits, ego aogito super ros ...
tationw preis, et non atsionis, ut dem vobu 6nem et patientiam
...Qiilcritia me, et inrenientie.: &m qumierih me in toto corde
EN G L O R I A Y MABRSTAD. 10
de pueblo de Dios : siempre se hallará en este pueblo la
vifia de Dios, la heredad de Dios, la igiesia de Dios: por
consiguiente, siempre se hallara estc pueblo poseido de
Dios, no obstante su iniquidad, y los terribles castigos que
sufn6 por ella. De otra suerto pudiera decirse, que en
algun tiempo faltó del mundo la iglesia de Dios : pues no
ee otra coaa poseer Dios un pneblo, que ser este pueblo la
iglesia de Dios. Este inconveniente no pequeiío, cesó en-
teramente 40 afios despnes de la muerte del Mesfas. Ya'
en este tiempo se habia'Dios preparado por la predicecion
del evangelio, y por la efiuion abundante de su divino Es-
pinto, otro pueblo nuevo, que se recogía eii gran prisa de
entre las gentes: ya tenia en él bien asegurada su Iglesia,
y por usar de la similitud admirable del Apóstol +, ya babia
Dios ingerido en aquel mismo olivo, cuyas ramaa propias
se iban B cortar, otras ramaa de oleastro silvestre, las
coalee participando de la sirtud de la raiz, y gozando ple-
namente de todo el jugo nutricio, .debian dar ericelentes
hatos, como ciertamente los han dado, aanqae no trrotos
como se debia esperar. Con esto se podian ya cortar sin
inconveniente alguno las ramas propias del olivo, y en
efech aei sucedib, segun que estaba escrito: y desde en-
tonces (y solamente desde entbnces) toda la descendencia
del justo Abraháu dejó de ser pueblo de Dios, y Dios lo
dejó de poseer en calidad de pueblo suyo, 6 heredad moya,
6 iglesia snya, &c.
109. De modo que desde AhraMn haata el dia de hoy,
es imposible sefialar otra epoca, en qne Dios dejase de po-
seer 4 Israél (en todo, 6 en parte), y en que Isnél dejase
de ser pueblo de Dios, sino solamente deapnes de la maer-'
te del Mesias. De aqul se sigue una coneecueocia legitima
y jasta : luego la promeaa que hace Dios de sacar segap-
da vez su mano omnipotente, como la sacó la primera vea
ea Egipto, para poseer el residuo de Israél, que en aquel
día qnedhre entre todas las naciones, y en todas la8 cua-

* Ad Rom. xi, 17.


80 L A V E N I D A DEL MBBIAB
tro plagas de la tierra, es una promesa que huta aaie,w,
se ha verifioado : si hasta aora no ae ha verificcfdo luego
debe haber otro tiempo en que se veriñque. ;C m d o ?
Cuando. eatisnda el Señor ru rscuu> regunda vez, para
poseer el reato de su pueblo que quedarh de los An'rios,
...
y de Egipto y de lar Y h del mar.
110. Esta posesion, 6 esta posesion por segwda ver,
ea toda la esperanza y el consuelo Gnieo de loa mberables
Judios ; y aunque las ideas que sobre ato tienen, son cier-
tameate groseras y aun absordas, conformes al estado de
ceguedad y de ignoranoia estrema, en que aotualmente se
hallan regun lar 1FScriturad ;mas podian loa dootoma ciie-
tianos corragirles e a b idear, y darles otras ipas justas y
mai confonnee 4 s u Escrituras, sin negarla la wstaaeiu
misma, con tanta dureza y con tan poca razon.
lli. A todo esto se debe afiadii, lo que añade inme-
diatamente la profecía, diciendo, que en este mismo dia de
que habla, elevará el Se6or oierta sefíal(6 real, 6 me@&
rica) no ciertamente en favor de las I U C ~oomo , se tiig
4 suponer 6 insinuar con gran disimulo ; eino oootra lar na-
ciones mismas*, y oon esta aefial congregará loa @fa-
goa de Iuaél, y los dqersor de Judá, de todaa laii cuatro
plagas de la tierra-t..

SE CONFIRMA TODO LO DICHO CON OTRO8 LUGARES DE:


LOS PROFETAS.

112. Hasta aquí hernoe coneidedo solameate UM


parte del capitulo xi de Isdas. Quedan fuera de este l a g u
otros innumerablesen casi todoa los Profetas, no menos cla-
ros y espresos en el asunto. Mas porque el considerarlos
todos 6 muchos de ellos, sena un trabajo moldsimo, sin
especial utilidad, debemos contentarnos con producir y exa-
h mtionee -I8m. si, 12.
f Et levabit uignnm in nationes, et congregabit prohigo8 Iamiel
et diupemm Juda folliget i cuatuor plagiu te-.- Id. Id.
BN GLORIA Y YAGESTAD. 81
m h t &igu~ios pocos; haciendo sobre ellos y sobre todos
loa demas en general esta simple y brevísima reflexion.
Es okrio 6 innegable que en la Escritura divina se halla
una promesa de Dios, repetida y con6nnada de varios mo-
doe en los mas de los Profeias, la cual promesa habla es-
presa y nominadamente can todo el residuo de los hijos de
h a é l , cuando eetos eean recogidos de todas las naciones,
plantados de nuevo en la tierra de sus padres, batíados del
Espíritu de Dios, lavados con esta agualimpia de todas sus
peaadcm, iluminados, santificados, 8w. ;y todo esto, no bajo
del aniiguo Teatamento, eino debajo del otro nuevo y se&
piterao : palabree y espresiones todas de qae usan los pro-
fetas de Dios. La promesa de que hablo, se halia no so-
lemente en esta sustancia, sino tambien en estas formales
pahbras.
113. aqnel dia, eo aqnei tiempo, yo ser6 vaestro
Dios, y vosotros S& mi pueblo.
U.Por m acw esto se dadáre, ved aqui algunos po-
coe ejemplares Wrándolos juntos y de cerca, los podrémos
toniid%rar mejor.
Jeremi~ :Y pendré mis ojos sobre ellot para apla-
ecrnis, y lon o8kred dr traer h esta tierra; y los e&-
#ter¿, y no los destruir&:y los plantar¿, y no los arran-
caré. Y hs daré corazon para que sepan, que yo soy el
Señor; y serán mi pueblo, y yo les serd su Dioa: porque
re convertirán ii mí de todo su corazon*. -
116. Del mismo : Y vorotros me ssreb mi pueblo, y yo
seré vausstro Diost. El tiempo en que esto sucederá
l u e p lo aplica el Profeta, diciendo : en lo Cltinw de los
d k entendemis eataa cosas 3. En aquel tiempo, dice el
Et ponam oculos meos super eoe ad placandum, et reducam
ecM in t e k mhanc : et mdificabo coa, et non deetntam : et pientabo
eos, a non eveliam. Et dabo eie cor ut s c h t me, quia ego aum
Dominns : et erunt mihi in popuium, et ego em eie in Deum : qub
-
revertentar ad me in toto corde ano. Jerm. xxiv, 6,7.
-
t Et eritis mihi in popuium, et ego ero robii in Deum. Jcwi.
ux,M.

TOMO 11.
-
f In noviae*o diemn inteiiigetia n Jarnn. xxx, 24.
G
Slfíor: &r& el Dios de toda kur poovrntelar de Iurcdl y
e l h awán mi p o l o *.
117. Bariich: Y wentaré con ella otra aliptuu rem-
piterna, para que yo l a rca 6 ellos Dios, y ellos h mí me
s w c pueblo; y rio rumoueré jcMws á mi pueblo, á Ior hi-
jea de I s d l , de la tierru que b r di t.
U). Este t a t o clama á r o c a pidiendo una atenoian
parti~uler.
Equiel : a t o dice el Señor Dioa : YOos congrega-
r&&los pwblor, y as reuniré de lar tierras, en que ha-
bris rido dbperror, y os dará la tierra de Iardl Y Isr ...
dami un solo coraaom, y sn mpíritw nuevo polzdrd en sur
ent& ;y quitar&di la carns I elloo el coraaon ds pie-
dra, y ha dart corezon da carne :Para qus anden en ailis
mandamientos, y g u a r í n mir juicios, y los cumplan ;y
h nd M aem puubb. y y~ &r aea 6 ellod Dios $.
119. Del mismo: Y sabrhn que yo roy el Safior, cwndo
q d r a n f á r e las cadena del yuyo de elha, y bs libráre
du &a mano de lar que lor dominan. , Y so ssrán tnss
eapuwtos h la presa de las gentes, ni ser& devwados de
lao bestias & la tierra; r i m que mormán coqíados sin
..
ringun espanto. Y sabrán pus yo el S& a r e su Dios
con ellw, y ellos e a de~ L r d l rerhn mi #€a: & el
&%mDios 5.
In tempore illo, dicit Domintu : Ero Deus univeniia cognationi-
b u Israel, et ipsi erunt mihi in popn1um.-Jerem. u x i , 1.
St Et statuarn i l h testthentnm altenun 'sempitemum, ut sirn íllis
ia Demn, e8 ipsi emnt mihi in pepulum: et non m& 8mpühr
popuiiun meum, alion Israel, B t e m ,qnam dedi i 1 l i n . - h A E, 26.
1 H s c dicit Dominiin Deua : Congregaba voe de populii, et adu-
nabor de teme, in quibus disperei eetie, daboqne vobis humum Is-
rael ...Et dabo ek cor unum, et spiritum novum tribnam in visceri-
a~ eorum : et auferam coi lapideum de carne eonun, et dabo eis
eor carneum : Ut in pmceptia meii ambulent, et judicia mea eiib
todiant, faciantque ea: et sint mihi in populum, et ego iiim eis in
Deum. -Eceq. xi, 17, 19. 20.
5 Et acient quia egb Dominlis, chm contrivero cat8n.e jugi eo-
tum, et eruero e a de manu imperantium eibi. Et non ernnt d t r a
in rapinam in gentibus, neque bestlae terrm dworabont eoa : sed ba-
120. Del mismo: Per ciranto os sacard de &t+e las
gente#, y o& r e e e j c ~ áde to&u lás ti erras;^ os condl~~~'rt?
á veedtra tierra. Y d ~ a m a r dsobre wsotmu agua p r a ;
y as prnijlcareir de toirs brrcsbt.aa iancundidar.. Y mcr .
fa+& m.lu'.tiBira, que di,'.& utiestroa ,pudra ! y seteia
nipiteblo, y yo uerl vuestrri Dio@.
121. Del mismo: He aquí yo tomard 6 los LCjm de
Israéldc en medie. de los k~c#'oncs,6 do& frcrorr :- y los
reco;pe+éde todcrs purtsr, y lor r c d t r c w d b su tierra. Y
l o r Rarl wta nrnúD6\om sola en la tierra en los montes de
~sraéi,g será 8010 un rey que IOd mande 6 todos:... y
ellos uerán mi pueblo, y yo les serd m Dios. Y mi siervo
David ssrii rey sobre ellosf.
123. Zacarías. He aqul yo scrlaarl & mi pare&& de las
tierras del Oriente, y de las tierras &E Oocidsnle. Y
los condercitd, y morarán en medio de Jerusalh: y serán
mi p~eblo,y yo Isd ssrd su Diou en v e r M y en justicia S.
128.-Seria bien observar aquí de paso, que Zacaxian
profetisó'despues de la vuelta de Babilonia; ooma tam-
bien, los que volvieron de Babilonia, volvieron de las tidr-
ras del Oriente, mas no'& 1td:tGrraírdel &cidente.

bitebimt cddmter abque d o temore... Et wient quia ego Domi-


ner Deus eorum cnm es, et ipsi populus meus domnr I s d : ait
-
Dominus Deus. Eeeq. xxxiv, 27, 28, 30.
Tollam quippe vos de gentibw, et cengregabo voe de universis
terris, et adducam vos in terram veetram. Et effundam super vom
aqum mundnm, et mundabiiini ab omnibus inquinamentia vesm...
Bt baMhMtis in ter- quam dedi patribne veatris : et eritis mihi in
-
p o p b , at eKo ero vobie in Deam. Ezeq. x u v i , 94,26, B.
t Eece ego assumam füios Ienel de medio nationum, ad q u ~
abiercint: et congregaba eos tindique, et addncam eos ad humum
snam. Et faciam eos in gentem unam in terra in montibna I a d ,
...
et ?ex unus erit omnibus i m p e m a et enint mihi populnr, et ego
ero eis Deus. Et aervus meus David rex euper eoe.- Eseq.
xxxvii, 21, S, 23, 24.
f Haec dicit Dominus exercituam : Ecce ego salvabo populam
menm de tema Orientia, et de terra Occasb solii. Et áddueam eoe,
et habitabunt in medio Jemalem: et erttnt mihi in pop~lurn,et
-0 cm eie in Deum in veritate, et in juutitia.- f i c a r . viii. 7.8.
G 2
u . LA VENIDA DEL MBBIA8
Del mimo. Y leris, en 4od4 la tierra, dice el Señor:
doa purtsr de ella r e r h dirpetrcu, y perccarh: y la ter-
cera park qwdarb en #h. Ypauar6 por fuago h trr-
ar4 parte, y lor patrijEcar6 como.ss qwma'kaplata, y lor
Imirolard, coino er acrleiado el oro. El in-6 mi
d e , y yo b oiré. Di&: Pueblo &o e t ~ y; el &h:
Saiíor Dior mio +.
l24. Pamx que -toa poooe lugares, aunque no hu-
b k e o t r o s , krstao y sobren pers aseguramos de la pro-
mesa divina de que hablamos. Oidme' nora, amigo, dos
palabras, y dadme atencion. Lo que se-dicey promete em
eitor, y ob.os lugares eeri3ajmtee do la divina Eecritara, 6
ce cmnplió ya plenamente e n los Qmpos anteriores al Me-
úaa, 6 no se ha cumplido de modo alguno hasta el dia
de hoy. Entre estas dos c m , no hay medio alguno ra-
iaoaable; porque ~i ea lo8 diaa del Meiriae, ni en los eiglos
que han corrido despues del Mesias, se ha podido esto
a m p l u , piénsese como se pensare; antes por el contrario
se ba cumplido en este tiempo posterior al Mealas, todo
lo que estaba escrito en contra de Israél: Porque estos
son dias de uenganea, para que oe cumplan t o d a las
c m , que estáa srcritar. Entra otras coeos, una de ellas
es mía, que tambien está escrito, y ninguno se la dieputa :
Israél dejará de ser pueblo de Dioa, y Dios mismo dejará
de ser su Dios: vosotros no sois mi pueblo y yo ao ser4
vutmo... Serb muerto el Cristo : y no será maa nryo el
pwblo que le negartít.
166. No queda, puee, otra casa que decir, sino que
todo se cnmpiib en los tiempoa anteriores al Menias. l a s
Et erunt in omni terre, dicit Dominus : parten duee in ea &m-
pergsntnr, et deficient: et MU p u s nliitquetur in ea. Et dncmm
~
tertiun partem per ignem, et uram e a simt uritur ugenhim, et
probabo eos iricut prob8tur aurum. Ipse vocabit nomen meum, et
ego exaudia meum. Dicam : Populua meua eat 8 et ipse dicit : Domi-
,
nua Deui mem. -2echar. xiii, 8,9.
.t. Vos non popuiac mens, et ego non ero veater... occidetur Chris-
-
tna : et non erit ejua populus, qui eum negatwuo eat. O m . i, 9 ;
I
f i n . ix, 26. 1
BN QLOElA Y MAGBSTAD. 85
i cuando? i Acam en la vneita de Babiionia en &ampo de
Cim, 6 Artajerjes ? Sí : en eete tiempo, pues no hay otra
recurso en el sentido que llaman literal. Ved aom ia oon-
smmcia natural y legítima que de aqui se mgne. Todas
d a s profecfas, d d , hablan literalmente de la vuelta de
Babilonia, y en ella se cumplieron literalmente en smPido
litwal: luego todas estas profeolas, digo yo, y tantas oíras
del todo eemejantes, son profecías apócrifas, son fingidas,
san f b , y loe que se atrevieron 4 pubiicarlas en al wm-
bm santo de Dios vivo, fueron en a t o unos verdaderos
doctores. L1i consecuencia parme legítima y forzosa.
Paia conocer un profeta faho, por qaien no habla el Ek
píritu Santo nos da una regla general cierta 6 mdubiteble el
mismo Espíritu Santo: Tsndrbs esto por ueW: nos dice
en el capitulo xvüi del Deuteronomio, ver. 22: Si lo que
aqrslpmfita hubiare vaticinado en el nombre del Ssfior,
no se veri&are :edo no lo M 1 6 el Señor, sino que se lo
forjó el profeta por orgullo & w corazon *. Conque si
las . profecias de que hablamos anuncian y prometen en
el nombre del Señor, para la vuelta de Babilonia, coaas
que entónces no se vieron ni se han viato jamás, con a t o
solo podemos aoncluir aieguramemte, que todas son falsas y
fingidas : que el Espíritu de Dios no habló, ni pudo hablar
en elles: y que estos que se liman profetas las fingieron
t o d p~o r orgvlto de ac corazuno. Si el decir esto se juzga
con sama iazon una verdadera blasfemia solo digna de al-
gnn filósofo Bntiarietieno, deberbmoe confesar de buena fe,
que dicha profeeíaa no sa enderesan de modo alguno 4 la
vuelta de Babiloma ;sino que ananaian para otros tiempos
todavia futuros.
Mi.Si quereie aora aseguraroa mas de esta verdad, y
quedar plenamente satisfecho, y enteramente convencido,
volved 4 leer las profeciaa que acabamos de apuntar: en
Hoc hebebis signam : Quod in nomine Domini propheta ilie
p m d h i r t , et non evenerit r hoc Dominm non est lmtae, sed per
-
mkimi m i pwpheti, conhnt. -t. xiii, 22.
88 LA VENIDA D E L MBSIAS
d)r.nriwns bollareis al punto, eia otro estadio, la ruma
iaipropomion y la diáiccdted insapexable.
i27. ]Primero : los que P O I ~ ~ de ~ OBabilonia
U no fueron
oiertomente todas las congnegacioma 6 femiiias, 6 triinn ¿e
IarsCI, pnea las dies tribus pertenecientes al reino de Sa-
iprria que ller6 oautirae 4 ia Sirip Sdmanasar, no volvie-
iloii entónces, ni han vuelto jamás. Apenas w piiede cole-
gir de b d a la histeria sagrada que volviese algua individuo
(anyo padre 6 abuelo se-hallaba rereelmilmente en Jadea,
amado mcedi6 el oautiverio de las diec tribua, y despues
h é llevado. 4 Babilonia junto eon los Judioe) y no obsbnte
las profdae annnamn, .enel.nonbre du¿ S*, y pnomeíen
esta vuelta, y todos los otnni bienes que deben acompdar-
la, y seguirla, á.todae ,las tribus, eogoaaiones, 6 famiiias de
Ieragl : lh aquel timpo, dice el SeRor :Seré d .Dios de
todas las parantelar de Israll, y e l h ssrh mi pusblo.
'

&to dice e l Señor : HaIlb gro;CUI m el dsn'srto e l p d ,


que h b b qmBedo & Irrespuda: ir6 Is*adláruruporo*.
128; Lo segundoi.los q ~ volvieron
e de Babilonia, no
volvieron libres, sino del todo ~njetos.alrey de Babilonia,
y 4 ens ministros; 4 ees gobernadopea, 4 sus exaatom : rol-
rieron cargados de4 mime yugo, y awasñnndo iaa misaes
cadena8 que aorgeban en Bibilonia, y con que quedaon
10sque no volvieron, que fab lu mayor p máxima parte. Y
no obstante, las proieclas anuncian, en el n&e dd &&tu,
p.prometen A todas las cognaciones de Iaraél todo lo oon-
traiio: cuando qucbtsntirrc &uoadsirar 1 1 yugo de ellos,
y los Eibráre da lor qua Ior &ninan... no b dadnm&
mas los es0raiior : sino qw serairán al M o r su Dios, y
6 David su rey, al qüe Iavantard pata ellor+.

IRtempore ilb, dicit Domiaiu : Ero De? iiaivcnii cogprcioPii-


bui I d , et ipri enmt mihi in populum. Haec dicit Dominui : In-
r d t grstiam in deserto populw, qui remuwerat a gladio : d e t ad
-
requiem mun Iamkil. Jeer. xxxi, 1, et 2.
7 Chm cantrivero caten= jngi eonim, et eraeio eor de mmu im-
...
psraiitium sibi non dominobuntur ei ampliha dieni : Sed renisnt
UQ.Teneto : loe que Ssaliemn de Babilooia padecieron
graudea oposicionee de taaor 80s veoinos, ai6scloles neae-
dotpara díioa? d templo y ia oiudad, &abajar C6n nlla
*, y pelear eoa otra. Deepues de esta. mempre vivie-
rom entre inquietudes, tePMwee y subresaltos t siempre tu-
rieron enemigos torribia, que tal v a intentaron estermi-
nnrloa eatemmente, y poao les hit6 para cwsegairlo : y no
obetante, los Profetes anuncian, en el h e del Stiior,
y prometen 4 todo 3sraél todo lo oootrarid: morar8rn con-
$adw sbr ningun erpanto*.
130. Cnarto : los q ~ volvieron
e de BaMlonia, ao tuvi&
ron jamás rey propio de ia fámilia de David, paea ZorobG
bd, que volvió mn elloa, ni fue su rey, ni tuvo otro puedo
m otro títdo qne el de mero oanductor, y todos san hijoe y
dercendinh fueron e a delaate hombres particalares, dB
q h r nada de sabe, hastn S. 3 0 ~ 6 que fné un carpintero,
y no obstante, lee profeoias munaiaa, en al nombre de1 Se-
*,. J promeden 6 todo I d toda lo aontrario :y ser&80-
...
burr ~ q w l o r m a n d e á t o & o : YarisismoDavid
$4 rey robre ellort. . , S

181. Quinto : los que volvieron de Babilonia íheron otra


vez arrsncados de w pátria, y desterrados ¿e nuevo, y esl
paieidcn 4 todos vienbe; en el cual estado perseveren
desde Tib, 6 Adnano, basta el dia presente. Y no obs-
tante, las ptofeofi~annncian, en el d e del Señor, y
prometen 4 todo I d 1 todo lo contrario : Y los edijEcarl,
y no 108 hatruirl, y lor plantar&,y no los arrancar4 ; y
ao remmwdjada & mi pwblo, 6 las hvos & Isrdl, da
la tierra qw i k d.
152. Ultimamente : loa que volvieron de Babilonia fue-
ron algunos individuos del pueblo de Dios, los cuales por
estar en Babilo* no babiao dejado de ser pueblo de Dios,

Domino Deo NO, et Dand regi ano, qnem suscitaba do.-&rsg.


d v , 21, et Jwm. ur,8, et 9.
Habitabunt confiderier aboque d o terrore - E z q . xxxiv, 28.
f Et rex unus erit omnibus imperans :...
Et aervur meus David
-
res super eos. Eseq; r u v i i , n, d 24.
ni Dios Babia dejado de ser su Dios; por consiguiente
volvieron tan pueblo de Dios habian ido, ein diferen-
cia alguaa sustancial : y no obstante las profecias anuncian.
en el nombre dcl S&r, y prometen B todos los hijos de
I d l , como una cosa nueva y singular, que cuando ruel-
van eerán pdeblo de Dios : Y ellos se& mi p d l o , y yo
uerb m &u. i QuB significado real puede tener esta pro-
mesa, si solo se habla de la vuelta de Babilonia? Sabemos
de cierto sin sospecha de duda, que Isre6l desde su infan-
cia, h 6 siempre constantemente pueblo ónico. de Dios, sin
- dejor de oerlo un d o momeoto, y qw s o k dejó de serlo des-
ves de la muerte del Heelos, 6 deipoeir que ye ut obstinó
en en kedulillad. En este supuesto idabitsbla l qmé
coaa mae impmpia puede imaginarse, ni roe in~trwiPul
que uua promesa de Dios aoncebida en estor thrminos?
Cuando volvieron de Babiionia algunos pooos de mi pneblo
ent6noee serán mi paeblo. así estos pows como todaa lae
oogriaciones 6 familias de Iuraél, y yo aeré nn Dios: .&
que1 tiempo dice el S& : &a-6 el Diot de t d w &u po-
renteh Israkl, y ellar ser& mi pueblo. Semejante
promesa supone evidentemente, que cuando se' haya de
ampiir, se hallará todo Israél en estado de no p u d o de
Dios. Sin ato, asi la prornaee, como sa cumplimiento aerá
una implhnoion 6 una verdadera i d e x .
133. En sama : consideradas seriamente estas seis ob-
aarvaciones, qoe acabarnos de hacer, par- que podré-
ya aoncluir oon dena seguridad, que todas las profeoiss ci-
tadse poco ha, y otras setnejantee, que hemos omitido, no
pueden mirar 4 la vuelta de Babilonia, ni B todos los tiem-
pos que precedieron al Mesh : por consiguiente 1- caees
que en ellas se anancian y prometen al residuo de I s d ,
son todas reservadas para otros tiempw que todavia no
han llegsdo, en loa anales se cumplirán plenamente ein fal-
-lea un Bpice. Esto es todo lo que por aora pmtent
demos. Tiempo ten6moe, queriéndolo Dioe, para eepli
-nos mas. ?:
ARTICULO 111.

T E R C E R ASPECTO.

SS CONSiDEUAN U)B JUDIOB DESPUE8 DE LA YUEBTE DEL


M ñ S I . , COMO LA ESPOSA D E DIOS ARBOJADA POR JUSTAS
RAZONE9 D E CASA DEL ESPOSO, Y DE3POJADA ENTERA-
MENTE DE SU DIGNIDAD : Y SE PREGUNTA SI ESTE CASTIGO
TENDRA FIN, O NO.

184. Eete punto time grande relacio0 oon el anbeoedente,


y . aun parece el mismo, 4 ,lo mencni manto 4 l a suataacia,
pea todoa eetoa nombres, pueblo de Dios, iglesia de Dios.
eiaapga de Dios, espoea de Dios, &a, todos en sustancia
suenan y +ican casi UD. misma cosa. Por tanto,. si es
cierto y seguro lo. que acabamos de probar, esto es, que
aqnel'que, desde Abiabsn hasta el Meslas, ñ16 pueblo de
Dioe, y aora no lo es, ha de volver 4 m10 en algun tiempo,
podiémos ase- del mismo modo, y en el mismo sentido,
que aquefla que fué la verdadera esposa de Dios, esto es,
1oasa de Jaoob, y .ora no lo es, sino antes la mas vil y
despreciable de todas las mugeres, volverá 4 m10 algnn dia
-que lo repugne todo el mundo. El punto, aunque m-
..amente debado, es h doda algana grevfsimo é impor-
tantíiimo por todos sus aspectos. El ser delioado y crítico
por alguna circunstancia eshínceca, no parece razon su&
ciente para encubrirlo, 6 dihularlo, si realmente se halla
erpreno en la Escritura de la verdad. Para aigun fin parti-
cular lo mandb escribir el Esphitu Santo : y ea claro que
sn inteocion no pudo ser, que despues de esorito se quedase
siempre ocnlto, y que ninpno se atrevieee 4 tocarlo por ea
atrema delicadeza.
135. HBgome eargo, que es menestervalor, y gran valor,
para m w i a r prosperidades á la que fu6 reina Vaati, en
preseincia de la reina Estgr, la oual friéllamada grauissa-
mente 4 ocapar su puesto, en consecuencia de la sentencia
terrible que se di6 contra la primera . rrciba su +&o otra,
90 LA VENIDA DYL M I S I A S

qw rea mujor que ellaf. La cual sentencia concuen&


perfectamente con aquella otra no menos temble : quitado
os será el reino de Dios, y será dado á unpueblo que haga
los frutos de e l t . Mucho mas valor seria necesario pra
avanzar a t a proposicion en tono de profecia.
í38. ~ l e b r tiempo
4 en que el rey Asoero, se acuerde
de Vasti, y de lo que habia hecho, y de lo que habia pa&-
.
cidot Llegar4 tiempo en que se acuerde de su primera
espoaa, 4t quien tanto amó, y 4 quien apartó de si por justan
razones, p compadecido d e sus trabajos, enternecido con
m 14grimas, satisfiiho con m larga y durímma penitencia.
la llame otra vea así, no obstante la oposicion de ims aiete
ihbios y de ems ministros (ibid. v. 3): le restituya todos BUS
honorer, y la corone de mayor gloria, que la qae tuvo antes
de su infortunio.
187. Si para avanmr esta proposicion en presenoia d e la
reina Ester, hubiese sido necesario un valor estroordinario,
podreb w>re aplicar lft caaseohencia'cod gran ñwilidad.

SE CONSIDERA TODO EL CAPITULO XLIX DE ISAIAS : " OID,


ISLAS, Y ATENDED, PUEBLOS DE LEJOS," &c.

138. En la simple lectura delodo este capitulo : primero,


lo que so presenta como una verdad, ea la persona que
habla en él desde la primera hasta la 6ltima palabra, la
que no puede ser otra por todo el contesto, que el Mesias
mismo, 6 el Espíritu de Dios en persona suya. Habla en
primer lugar de su primera venida al mundo, como ai fuese
este suceso ya pasado; pues para Dios lo mismo es 10
futuro, que lo pasado, y que lo presente : y todas lae coaas

Regnnm i l h , dten, qum meiior est illll, oecipbt.-&hm.


i, 19.
9 Auferetur B vobia regnum Dei, et dabitur ent ti k i e n t i frnctui
ejua. -Mar. xxi, 43.
-
1 Recordatus est Vasthi ... et quae fechet, ve1 q u e prrssa easet.
E8ther. ii, l .
EN G L O R I A Y YAGESTAD. M
~ á Bcr>wdcu
n y descubiertas tí los ojos da él*. Habla
de la mieion que tiene de Dim : del fin primario 6 inme-
diato de esta mision : de sus efectoe, ya prósperos, ya tain-
bien adveraoe : habla de la vocacion de las gentes : de la
misericordia que conseguir4n sin buscarla : de la conversion
al verdadero - ~ i o de-muchos
s reyes y piincipea : y jrinto
con ellos de sus reinos y principados, &c. Despues de lo
mal como si ya estuviese concluido este gran misterio de
la vocacion y salud de las gentes : como si ya se llenasen 6
estuviesen muy cerca de llenarse los tiempos de las sacio-
m+:como si se hubiese ya coiiseguido plenamente lo que
dijo despaes 4 los Judios : Tengo tambien otras ovejas, que
M) 8011 de a t e aprisco: es necesario que yo las traiga$:

oomo si ya hubiese conseguido entre las mismas gentes el


fruto de su pasion, y de su muerte : esto es, morir pmra
juntar en m les hijos da Dios, que estaban dispersos5 :
en ertas circunstancias, digo, vuelve sus ojos lienos de com-
padoa y de ternura, á sus propios hermanos, 4 su propia
T e , á su antiguo y miserable pueblo, cuyos padres son
los mis-, de quienes desciende tambisn Cristo eegun la
c a m 11.
l S Repres6ntaee aqul todo este pueblo, 6 toda esta
familia del junto Abrahán, en figura de una triste mnger
viuda, sola, ain consuelo, sin refugio, sin esperanva, ebíindo-
nada enterapente del cielo y de la tierra ; á quien no obs-
tante se le da el nombre de Sion, que es el mismo con qne
fa6 conocida y úonrada en los tiempos de su mayor prospe-
ridad. Pues esta Sion, verdaderamente ...
viuda y des-

* Omnia autem nadeet aperta snnt ocalis @a. -A¿ Heb. ir, 13.
9 Luc. xxi, 24.
f Et alias oren habeo, q u ~ enon dunt ex hoc ovili : et illae oportet
me adducere ... Jorin. Y, 16.
-
Q Ut filioa Dei, qui erant diipersi, congreRaret in unum. J m .
si, 62.
11 Quorurn patres, et ex quibus eat Christus secunddm camem.-
A¿ Rom. ix, 6.
H
!a . LA VENIDA DBL íUB81AS
amparada*, oprimida aora de tristeza, sumergida en un
profindo y amarguisimo llanto, B vista de la felicidad del
paeblo de las gentes, que han ocupado su puesto, suspira
v ~e lamenta dioiendo : que su Dios la ha desamparado del I
todo, que la ha abandonado, que la ha echado en un per-
petuo olvido, como si nunca la hubiera conocido : Y dGo
Ston : Me ha desamparado el Señor, y el S& se ha
olvidado de mi t. Esta misma queja y lamento se lee en
el capítulo xxxvii, ver. 11de Eeequiel : ellos dicen : Se&
r a s nueatros hueros, y pereció nuestra esperanza, y
hemos rido cortad01 $. Mas así como alli.10~consuela .el
Sefior con las promesas y esperanza cierta, de que los
bnesoi eecos y kridos, y esparcidos por el campo, volverán
unirse entre sí, cada uno h su coyuntura, se cubrirán de
carne, de nervios, y piel, y se les dará otra v a el espíritu
de vida ; así los consuela en este lagar con promesas toda-
via mayores, y oon espresiones llenas de amor y de ternura.
Sion se lamenta diciendo : me ha desamparado el Señor,
y el Señor se ha olvidado de mf : y el S e h r le responde
al punto estas palabras, solo dignas de una infinita bondad :
i Coma puede olvidar la mugm h su chiquito, sin compa-
d&erre del hijo da sur entrañas ? y s i ella le olvidáre,
pero yo no me olvidard & t i 5.
140. Desde este ver. xv, basta el fin del capítulo se ve
claramente, mn poder dudado, que habla el Meaias, no con
otra persona, sino finicamente con la mima Sioo, llorosa
y attigida, y que todo cuanto habla, son palabras de con-
suelo, de esperanza, de amor ; meaclando tantas y tan gran-
des promesas, que su misma grandeza las ha hecho increi-
Verk vidna ... et desolata - 1 ad 7Tm. v, 6.
t Et dixit Sion : Dereliquit me Domines, et Dominm oblitun est
mei. -&l. xlix, 14.
f Ipmi dieant : Araerunt m a ooatra, et periit spes noatre, e t abs-
-
ciiei eumus. Eseq. uxvii, 11.
5 J Nunquid oblivisci potest mnlier iufantem suum, ut non mise-
reatur filio uten sni? et si illa oblita fuerit, ego -en non oblivia-
-
car tui. h i . xlu, 16.
EN GLORIA Y MAQRSTAD. 98
bles. Para hacer digno concepto de estas cosas, y poder
obmar1as con mas exactitud, se hace necesario copiar
aquí todo el testo, B lo menos desde el ver. 14 poni6ndolo
B la vista del que lee.
Y dco S i m : Me ha desamparado el S&r, y el Señor
se ha o l & Be~ mi *.
141. Esta es la queja y el lamento de Sion, á vista de la
felicidad de las gentes que oonpan sn puesto, B la cual
queja le responde el Sefior inmediatamente con a t a s
paiabras.
i Como p d olvidar la mvger á chiquito, sin c m -
padsarse &l i5ijo de r w entrañus? y si ella le oluidáre.
p r o yo no re oluidard de tí. He aquf que te he grcrba-
do en mis vuanas : tus muras están siempre delante &
mis ojos. Vinieron tus reedijcadorea : las que te des-
truían. y asolrbaff, se irán f w r a & tí. A h tus ojos al
r s i d o r , y mira, taios estos se Aan congregado, 6 t i
vínieron: vivo yo, dice el S e h r , que de todos estos sertía
vestida corno de vestidura da honra, y te los rodear&
como una esposa. Porque tus desiertos, y tus soledades.
y la tierra de tu ruina, aora rerán angostos para los
nnaichs moradores, y serán echados lsjos los que te sor-
bian. Aun dirán en tus oidos loe hijas de tu esterilidad:
Angosto es para mí el lugar, h m e espacio para que yo
M i t e . Y d i r h en tu c o r m : ,j Quidn nui eagsndró
tutor ? yo estdril, y ain parir, echuda di mi #tia, y
cautiua ; y ertos quisn los Mó ? yo dera~)~parada y
a&: ¿ y estor en donde estaban? Esto dice el Señor
Dios : He aquf que yo alzar4 mi mano b las gentes, y á los
pueblos levantark mi bandera. Y traerán á tus hijos en
b r m , y á tus hijas Ilkvarán sobre los hombros. Y reyes
rcrán<losque te alimenten, y reinas tus nodrizas: con el
rostro inclinardo h t a la tierra te adorar&, y lamerón
el polvo de tus pies. Y sabrás que yo soy el S&r, sobre
el cual no se avergonzarán los que le aguardan. ,j Por
ventura será quitada la presa al fuerte? i 6 lo que
Vide fol. praec. ,
94 L A VBlIDA D R L M H W I A N

u p d r e el valisnte. podrd ser rnlt~o? Pwpe esto dice


el &ñor: Ciertamente el cautiverio ser& quita& &l
fucrte; y lo que haya sido quitado por el valiente, se
salvará. Mw h aquellos, que á tí te juzgaron, yo los
juzgaté, y á tuo hijos yo los salvaré. Y á tus enemigos
daré h comer sus carnes ; y se embriagarhn con su sangre,
mi dorno con mosto; y sabrá toda carne, que yo soy el
Sskor tu Salvador, y t u Radentor el fuerte de Jacob *.
142. Las palabras no pncdeo ser mas claras, ni mas
espresivas, ni mas tiernas, ni mas consolantes. N o nos es
posible obeerparlas todas en particular; lo puede hacer
coalquiera por sí mismo, despnes de haber examinado y
entendido bien estos dos puotos capitales. Primera : i quién
es esta Sion que aqut se lamenta de haber sido abando-

¿ Niuiquid oblivinci poteat muiier infantem suum, ut non miae-


reatur filio uteri sui ? et ai ilia oblita fuerit, ego tamm non oblivis-
ear tui. Ecce in manibua mein deecnpsi te : muri tui coram oculis
meis semper. Venerunt structores tui : destruentea te, et diasipan-
ten B te exibnnt. Leva in circuitu oculoa tuos, et vide, omnea i ~ t i
congregati sunt, venerunt tibi : vivo ego, dicit Deminua, quia omni-
b u his velut ornamento vestikis, et circundabis tibi eos quasi
aponea Quia deserta tna, et selitudiner tute, et tema ruina nunc
angiutn erunt prse habitatorihua, 'et longb fupbuntur qui absorbe-
hant te. Adhuc dicent in aurihus tuia fili atenlitatia tnaa': Angustua
est mihi locus, fac spatium mihi ut habitem. Et dices ín corde tuo :
¿ Quia genuit mihl irtos? ego sterilis, et non pariens, ttanamigrata,
et captiva et Estos ¿ q& enutririt ? ego decitituta et sola : et isU
j ubi m n t ? Hlse dicit Dominue Deus : Ecce levabo ad g a t a
msoum m=, e" ad populos exalpbo signiim meum. E t sfFerent
filios tuos in ulniie, et filias tuas super humeruaportabunt. E t erunt
reges nutritij tui, et r e g i n ~nutnces tuse : vultu in termm demisso
adorabunt te, et pulverem pedum tuorum lingent. Et scies quiaego
Dominus, super quo non confundentur qui expectant eum. z Nun-
quid tolletur B forti prseda i { aut quod capturn faerit B robnatw,
salmm esse poterit ? Quia hrec dkit Dominna : Equidem, et captivi-
@a B forti tolletur : et quod ablatum fuent B robusto, salvabitur.
Eos verb, qui judicavenint te, ego judicabo, et filios tuoa ego a 4 -
vabo. E t cibabo hostes tuos carnibus auis : et quasi musto, sanguive
auo inebriabuntnr : et sciet omnis caro, quia ego Dominua salvan8
-
te, et redeinptor tuus fortis Jacob. Tmi. xlix, l b uspe ad 26.
RN GLORIA Y M I G E S T A D . %
nada, y olvidada de su Dios ? Segundo : i de qnk tiempo
se habla aqui ?
LO QUE SOBRE ESTOS DOS PUNTOS SE HALLA EN LOS
DOCTORES.
PARRAFO JI.
143. Cuanto ti lo primero estamos bien seguros, sio me
pecha de temor, que en este lugar los doctores no nos di-
r8n lo que nos dicen en tantos stros, donde se babla &
Slon (digo donde ae habla 4 favor), esto es, que $ion a-
niñca la Iglesia presente. S t o fuera decir que la Iglesia
prem,te es la que se lamenta de que Cristo iu esposo la ha
desamparado, y olvidado del todo : Me irrr desampara& d
Ssñor, y e l Señor se ha o l v W o de mi; confieea~pues
aquí, oomo en otros muchos lugares nada envidiables, que
l a Sion que llona y se lementa, no ea otra cosa, que la caaa
de Jaoob, en cuanto pueblo, 6 Igleaia, 6 esposa, 6 eignapga
del verdadero Dios. Confiesan mas, aunque en general y
confosamente, que ti ella le responde el Sefíor aquellas pa-
.
U .amocesas, y de tanta conriolacion.
144. Preguntadles aora pidiendo una respuesta categ6.
jai todas estas palabrai coneolaatea, y todas estas
promcteas, que aoabaia de leer, hablan con la
nsíqa Sion, que Dora y se lamenta? y vereis con admira-
o i ~ ny. perno, la n.egntiva.ein mieericordia No obstante,
tamo por un eaoero de bondad, p por el respeto tan debido
&=t&.lited de la Bscritura santa, se.oanoeden dgu-
naa pooaa ti la.miema S h , cine llora, y se lamenta : eato
m, :le v i e a a . h'fng8sirna parte; las demas no pueden ser
pera ella, sino pra la Iglesia 6 la esposa presente; aunque
estn M 88 ha lainentads ni hablado una palabra. Son estas
coses demmiado graiides, dice un doctor de los mas clási-
cas :* y:¿quién nb :dice la mismo en la pdctica aunque táai-
tamente? Son estas cosas demasiado grandes.para que po-
damos entendefl& en sintidb literal, de la sinagoga 6 de
i
la nácion infiel rebrobada dc los Judios, sino s~lamente
86 L A . VBNIDA DBL MP81AB
l
en cuanto sombra y 6gwa de la Igleria prumente. Y esh
lo dice el buen hombre con aatiafpccion, como si h a e d
plenipotenciario de Dios, ó el dispensador de eoa tesoros : l

como si Dios mismo no pudiese prometer y dar de lo que


es suyo propio, sino con el conocimLeato y beneplácito del
hombre enfermo, -o y limitado. 2 PIoadc por uentura
conpararse con Dio* urarPbre, aun clrcrndo+t Bs ailcr
ciencia purfscta + ? Yo aé que h esto se da oomunmente el
nombre honorable y glorioso de celo y de piedad cristiana;
maa tambien sB con mayor certidumbre, que el rerdadem
cielo, y la verdadera piedad cristiana, piden en primer lugar
creer no rolo en Dios, eino tambien B Dios y esperar que
cumplir4 infaliblemente lo que dice y promete, awque yo
pobre y limitado no alcance ni entienda como podrá ser.
145. Cnaoto 4 lo segundo; esto es, cuanto 4 loa tiem-
pos de que se habla en la profecía, nos dicen, buscando de
algun modo el sentido literal, que el Ismento de Sion, y
la respuesta consolatoria de D b r (no toda, sino aquella p s
queííisima parte que se p u d e conceder sin porjuieie de lsr
ideas favorables) se verificó, ya durante le cautividad de
Babionia, ya en la salida de esta cantidad: por lo anal
le dice Dios B Sion eetas @abras, que no ae le disputen:
He aqul qw te irs grabado ea r b m a : tw ~ muros su-
tán siempre delante & mis goa. Vinieron tus reedgca-
dores : los que te destruían y arolaban, se irbn f w r a de
ti*: las cuales palabras, segun so esplioacion literal,
tienen este sentido. Tengo en mie manos, 6 Sion,-al di-
sefio de tu reedificadon : vinieran 6 vendrán presto b e
qne te han de ediñoar de nuevo, a t o en, Zorobabt, Esdras
y Nehemías: y los Caldeos que te han destruido, d d t h
de tus confinee, y serán castigados. i Qaien q e r a , que
~NunquidDeo potest comparen horno, e t h &m perfecae
fnerit scientiz 2- Job. xxii, 2.
t Ecce in manibns mek descripsi te : mnri tui c o m oculis meis
semper. Venerant strnetoiu tni : destruentes te, et dissipantea A
te exibunt.-Id xiis, 16, 17.
EN QLORiA Y MAGESTAD. lv
ni aan esto poco que aquí conceden 4 la Sion llorosa, se
veriñotí ea la salida de B a b i n i a ? Lo vereis mas despacio
en el fedmeno vii, 4 donde me remito por aora.
146. Mas no es esto lo mas singular. En el versículo
antecedante, nos dicen qae quien habla, y se lamenta en
esplntu ea la Sinagoga, ea la Iglesia, es la, esposa antigua
del verdadero Dios: y no obstante la respuesta que le da
el Seláor, ae endereza solamente tí la Sion material, 6 4 la
ciudad y fortaleza de David ; y toda la consolacion se re-
duce B qoe será reediñcada de naevo materialmente. Digo
toda la ~ o ~ o l a o i o nporque
: lo que se sigue desde a q d
hmta el ñu del oapitulo, ya no se puede conceder ni 4 la
Sion espiritual, ni muchomenos 4 la material, ni 4 los tiem-
pos de Zorobabel, Esdias y Nehedas. Son cosas dema-
siado grandes las que se dicen. Bsi, deben ser para otros
tiempos, y para otra Sion, esto es, para la Iglesia presente.
N o hay que preguntar por qué razon, 6 con qu6 justicia
se quita 6 una pobre viuda llena de trabajos, aquello poco
que le queda, que es la eeperanea; y esto para darlo tí
otra, que no es viuda ni pobre, sino opulentísima, B quien
&do le mbra. Esta m o n no se produce 6 porque no la
bay, 6 porque no es neoesaria: son cosas que no pueden
entepderse de otro modo, sin gran detrimento del sistema.

SE EXdMINEN ESl'AS IDEAS A LA LUZ DE LA PROFECLA.

147. Para conocer con toda certesa, si estas ideas son


justas ó no, considerbmos con alguna mayor atencion el
contesto de todo este capítulo. Esto e8 todo lo que pre-
aede 4 la queja de Sion. Con esto solo entenderémos al
punto, así el tiempo de. que se . habla, como la ocasion
y circunstanok de esta queja; por consiguiente, el miste-
rio de la profecía tod? entero. Lo primero que se presen-
ta tí los ojos clarlsimamente, es, que desde la primera p-
labra empieza hablando sin interropcion el Espíritu de,Dios,
TOMO 11. H
06 LA V E N I D A DEL MBSIAS
.en pomoha del lüeslas, 'y prosigue habiando hasta el ík,
J aun basta el oapitulo siguiente. Habla primeramabe con
todos loe pueblos de la tierra, 4 quienes pide toda su aten-
eion, como que son cosas de suma importancia lar, qw va
d decirlea: Oid, irlar, y a t d , pwhlor ds &m*... Em-
pieaa dando ana idea general, áunque grande y n m g d b ,
de la mcelencia de su persona, de su dignidpd, de su 16-
mOterio, de lor grandea designios que Di08 tiene mbre Bi,
para los cuales lo envia 4 la tierra : El Señor d e d a la iao-
tr& nn l i a d , dade e l vientre de mi madre se acwdd de
ki nombre, Y p w o mi boca como espada aguda: con &a
d r a de uu mano ris protegió, y pbone corno raeta u-
coyidu : srcondióme en ac aljaba ?.
148. Dice luego la mision que tiene de Dios d i i t a é
itimediatamente para la casa de Jacob, Y a o r a e l S&r,
que risf o d &u& la matriz p o r s u siervo, me dice, que
p he de conducir 6 e l li Jacob 2. Lo cual concuerda
perfectamente con lo que él mismo dijo despuea, asegu-
rando en tbrminos formales, que no habia sido enviado de
Dios, siao para las ovejas perdidas de la casa de Jacob :
N o soy mviado sino á la8 ovejas, que perecieron di la
eaua de Isra$l§. aoncuerda con lo que dice 4 las gen-
tes cristianas su propio Apostol : Digo pues, yue J e m i s t o
fué ministro de la circunciaion p o r la verdod ds Diar,
pacta wn#r>ncrr lar promesar de lor P a d r s r 11 : y aon lo
l
Audite Insula, et attendite populi de longb. -La¡. xiix, 1.
t Dominns ab ntero vocavit me, de ventre matrie mee recorda- '
tm est nominii mei. Et poeuit oa meum qupsi gladium acutum: in
hmhrs mande eua protexit me, et posuit me sic* eagittam el- : I
-
in phantra iiua abecondit me. Imi. xlix, 1, 2. I
1Et nmc dicit Dominue, formam me ex atero se- oihi, at
-
d u c a m Jwob ad eum. li ai rlix, 6.
5 Non eum missus nisi ad oves, que perierunt domfiu Israel.-
I

Mar. xv, 24.


11 Dico enim, Chnatum Jenum miniatnmi fuisse circumcisionia
propter veritatem Dei, ad confirmandea prouiinsiones Patrum. -.A¿
Rom. xv, 8.
BIQ GI.ORIA Y MAGBSTAD. 99
qhe dice ea la epístola O lor & l a t u : que el %iíor eligi6
h B. Pedro, y lo envib diredaniente p a r a el apostolado I
la circuncision*.
349. Prosigue el Mesiaa diciendo claramente lo que He:
moe vista hasta mora, y verémos dospues con nneatros ojos :
es 4 saBer, qde aunque Dios lo enviaba difeatamente, 6
lor wqau que perecieron' de la casa de Israél, 6 lo que
es lo mismo, para condtrcir á II tí J i m 6 : no se^ consegai-
ria por entbncea este ñn primario é inmediato de MImhiori :
niar ImaU no se congregará. Y como mirando preeente
le renbhaia que le habia de hacer este pueblo ingrato, y
las t e m i e s consecuencias que debian seguirse contra el
mismo pueblo, segun las Escrituras, llora y se lamenta de
haber trabajado en vano, y de haber consumido sin fmto ,

algano toda su fortaleaa. Y dije yo : En vano he traba-


jado Gn motivo, y m vano /M consumido mi fuerza?.
Da muestra de aficcion y dolor, por lo qne mira 4 la per-
dieion de Israél, y tambien de confusion y rubor, por lo
qne toca 4 su propia persona; como ni no tuviese que
responder 4 sn divino Padre ; ni como escusarse de ne
haber nido recibido de su pueblo encogido (por la auma
iniquidad de que lo hall6 lleno) mar (les fub) en piedra de
...
i~opiazo,y en piadra de ercbndalo en &o y en ruina
tí los moradores de Jerusalén$. S e consueta, no obstante,
con haber hecho con este pueblo cuanto estaba de su parte;
por lo cual eerh, no solo escusado, sino aprobado y gloriü-
cado en loa ojos de Dios : por tanto mi juicio con el S&,
...
y mi obra c#m mi Dior y gloti$cado he uido en los ojoi
&d f f i r , y mi Dios ha d o m ifortaleza$.

-
In Apoetolatum circumciaionb. A¿ Calat. ii, 8.
f Et e p dixi: In vacuum labomvi sin&cauaa, et van8 fortitu-
-
dlnem meam conanmpsi Iwi. xlix, 4.
f In lapidem autem $enaionis. et in petmm acandaii ...in Ir-
-
que- et in rninam habitantibus Jemalem. M.viii, 14.
5 Ergo judicium meum eum Domino, et opua meum cnm Deo
meo ... et g l o ~ ~ in s oeulli Domini, et Deas meue factuii
ert forsitudo mea- Imi. xk, 4, et 6.
H 2
lo0 L A VENIDA 'DEL MEBIAH l
150. Pasa luego inmediatamente 4 r&M el O O M ~ O ~ ~ I
que le da su Padre en medio de tanha afliociom ; prome-
tiéndole en lugar de Israél que se perdia por so incredu-
lidad, otro pueblo mayor y mejor; el cual se debia saoar
de entre la8 naciones de la tierra. Dios me dioe, aííade el
MesPas, poco es que sean mi siervo solamente, 6 mi en*
do para despertar 6 llamar les tribus de Jaoob, y oonver-
tir las heces de Israél ; en falta de estos, seréis aore la 1~
de las gentes, y llevarás mi salud haata los eetremos de ¡a
tierra*: Estas Iiltimes palabm, paralos Judios lee mas
terribles, les trajo 4 la memoria el apostol S. Pabb, caao-
do desesperanzado de su oonveision, en que tnnto babia
trabajado, se despidib de elloa, diciéndoles: A wmtros
convenia que se hablase prinnero la palabra & Dior :mas
porque la desechais, y os juzgak indignos da la vida
eterna, dude este punto nos volveréma8 á los Gentilrs.
Porque el Se* así nos lo mand6 : Yo te he p w t o para
lumbre de las gentu, para que seas en salud h a d a el cabo
de h t i m a ? . Y en otra parte, capitab Utimo, v..%.
Pues os hago saber tí vosotrar que á los Gentiles es en-
viada esta salud & Dios, y ellos oirás$. En coneecoen-
cia de esto, prosigae el Mealas anunciando loa deotos
admirables de la vocacion de les gentes, y el fruto oopioso
que se recogeria de entre ellas; los reyea y príncipes que
reconocerian al verdadero Dios, y le adorarim ; y la miJ-
titod de pueblos, naoionee y lenguas, que vendriao de lae
cuqtro plagas de la tierra, la unidad de una Iglasia, de un
cullo, y de uua religíon : Lor reya vsrdrn, y M .levaatar&
Et dixit : Pamm eat ut ria -mihi servus ad ruscitand~e ~ b a e
Jacob, et fiecea IeraSl convertendse. Ecce dedi te in lucem gentinm,
-
nt sin sal- mea usque ad extremum' teme. Zwi. xlix, 6.
f Vobii oportebat primhm loqni .verbum Dei : sed quoniam re-
peiiitie illud, et indignos vw judicatie ieternae vi-, ecce converti-
mur ad gentea. Sic enim yrrecepit nobis Dominu: Posui te.in
lucem gentium, ut sis in eelutern q u e ad extremum terris. -Act.
xiii, 46, et 47.
1 Notum ergo rit vobis, quonism gentibue mbaum eet hac d u -
-
tsre Dei, et ipsi audient. Id. xxviii, S.
, lor pdndpea, y adorartía por el Ssfior, porque es &l, y
por el h t o de Isrdl, que te ercogió. He aquí como
una v&bn de kjoc, y otros del Aquilón, y del mar, y
a q n e h da la tiarra del wdiodiaf.
161. En esb tiempo, paes, y en estas circunstancias ea
que se mira cromo presente, y en que se supone ya propa-
gada la fe, y eetableoida entre iaa gentes la Iglesia de
Dios :en eaie tiempo en que se mira, generaknente hablan-
do, todo el ouerpo de la &on i s d t i c a , como no con-
gmgado 4 1s r o a de sa Mesh ; y por conniguiente c o k
no suya. ni digno de sí ; nar I a r d l no se congregarh:
en este tiempo, ruelvo 4t deoir, es cuando llora y se lamenta
Sibu, 6 el Espíritu de Dios en persona suya : con gemidos 4
inssplicablast, de que su Medaa mismo la.ha abandonado %

y olvidado del todo, pasándose enteramente tí las gentes :


Y dijo Sión : Me Aa dssrrnnprodo el SGor, y el Señor
sa ñu olvidodo de mí.
152. Biendo esto d.uuuo lo es, con toda la certeoa
que . cabe en el esaniu, tí qu6 viene en ente tiempo, de
que se va hablando, en que se rupone venido el Meaías,
moj* Biba, llamadan las gentes, piedioado el evangelio
en les cuatro plagas del orbe, &c., B qué p r o p ó h viene en
este tiempo el llanto de los oautivoa de Babilmia, ni la
consdacion que ee lea de, de que Sibn, la ciudad 6 fortp-
]esa de David, d materialmente edificada de nuevo, y
loa CaMeoa mtjgadw ? Y todaa ha otraa coaas, que se le
dicen B la misma Sibn que llora y se Ibnenta, ;por gab
no se acomodan tambien 4 los cantivoe de Babilonia, y tí
la vuelta de esta cautividad ? i Acaso porque esta es una
empreaa imposible ? Si, amigo, porque es una empresa
imposible. Si fuese de algnn modo posible, no se dejara
tan prmto aquel tiempo, aqueila cautividad, aquella Sión ;
no se diera un salto tan repentino y tan prodigioso, demde
Reges videbnnt, et consorgent princlpes, et donbnnt proptar
...
Dominum, quia fidelii est, et sluictum Iam6l qni elegit te Ecce
isti de longe renient, et ecce ilii ab Aquilone et mmi, et iati de
terre euittali, &c.-Zmi. rlir, 7 si 12.
-
.t Gemitihus inen~mb'dibu. Ad h.nü, 26.
ldi0 L A VENIDA DEL M B B l A 6
k mat&al, hmta lo +al ; deede aquellos tiempos baw
b estos nae&os; d e d e aquella Sióa basta otra Sibn, 4
quien se le da este nombre &ioaamente, la cqal ni habh
en la profecía ni se habla con eiia. Bien facil cosa es,
modar B un párvulo de dos 6 tms años, una pequefia parte
d e vestido, que ae hito para un hombre de madura edad,
y de estatura mas que mediana; mss el aoomodarlo todo
jistamente, sin artificio ni violencia, ato ea, sin coiCei: 'ni
d e g Pareae
~ dgo mae que dificil, y esta misma dificultad
w la p e b a maa convincente, de que aquel vestido real-
mente no se hiBO para el .párvulo. La semejama es de
k m facil aplioacion.
1ó3. Fuera de esto, sería bueno examinar a q d c m la
mayor formalidad posible, hasta mberlo de aietto, C noh
es licito, si se ha dejado en nuestras manos, y 4 nuestra
libre dispoeicion, el cortar, el dividir, el despedazar oomo
noa pareciere, la divina Escritura. Si sombs duefioa abaoltt-
tos de dividir en varias pie- una mbma profecía, y d i
pener de estas piezas, segun nos pareciere mejor, dando una6
Waaa 15 un tiempo, y otras 4 otros : unas 4 los tiempos de
la mas remota antigüedad ; otias (y las mejores qne se ha-
km) 4 los tiempos en que vivimos ; nnaa como de limos-
na 4 los misem Judios, y estas absolutamente inserviMes8
y todas las demas 4 las gentes, que son las que haoen es-
ta reparticion. D i o que seria bueno saber esto de cierto,
porque 4 mi me parece cosa durísima, y algunas veces in-
b b b l e ; y no obstante lo veo practicado así, con suma fie-
cuencia en los doctores.
154. Si la queja de Sion (vclviendo 4 mi proposicion)
si toda la cansa de eu lamento no es otra, segun todo d
conteato de la profecia, sino que Dios la ha desamparado,
y su Mesías se ha olvidado de ella, pashndose enteramen-
te 4 las gentes, j, que consuelo es decirle, que se14 didoa-
da materialmente, 6 que ya lo fué en otros tiempos, 6 los
Caldeos castigados? Onando estos son unos sucesos tan pa-
sados, tan poco dignos de consideracion, tan fuera de pro-
pósito, tan ajenos de los tiempoa de que se habla, ¿ qué
consuelo es deoirle y prometerle tantas atraa ccieaa, si al
fhsitcu speps no m para e b , oomo pretande~b dw-
tows, $no p m oúa nueva dihta, por quien e i b ha sida
&+da y olvidsda 1
165. o4eo es, amigo mio, (y esoaead la limad
B~OOque &ti vs& me ee neoesario hablar) el crrso es, lo pii.
w#o, qw los Crbtipiips tienen aora delsate de sua ojos 6
kb p6ddoe Judios, qae eeb es BU ordinario sobrenombre:
ven w U o pmmn@de vilsza, de abatimiento y de nii.
lluia mbma : vea su dursa, sn obetinaoioa, su cwgriedad y
su i g n o r d aotaal : y lee parece imposible que puedan ve-
ribw e~ elkw i;iaar premmw de twta dignidad. ¡Como
e el qps promete no fuese aqael mismo Dios (ds quíen re
dice): Fiel es el Señor pn todw stp pdabrcrs, y ranto su
4 ~ obras*
s ! Csmr, 6 el que pudo + ratm piedras
bvcu~tarhvpa á Ak&nt, no pudieqe ya hacer otro milo-
gro QeiPrsjapte, y mucbo mae facil, haciáodi hijoe vardn-
dem de Abrabán, 4 los que yg lo e r w segun la carne I
i Como si el qqe agunoia y promete cotw tan grandes A Ise
mliqviatj de Israél, no fuese aqael n ) k o Espifi de v e i ~
dad, qw anunoib y apenad, con términos igaalmente e b
g e y w p h v ~ i el, estado miserable en que ha vieb g ue
todo al mmdo á todo I d l ! El oaeo es, lo segando (y eots
m4 principal cansa, y el verdadero motivo) iba á de.
cir... mas temo sqoar á luz nua verdad, y revelar un iec
cmia mtrea de timpo. Me esplicarb plenamente ea todo
el feabmeno siguiate, cpyo titulo debe eer :-

LA IGLESIA CRISTIANA.
#

SE CONSIDERA MAS EN PARTICULAR Y MAS DE CERCA LA


PROFECIA DE ISAIAS.

156. Hatata aqd hemos atendido aalnmclnte á las &cuna-


CiDcierde daprofeolp: esheaber, ¿con quien turbia, en
U4 - t A VBNIQA DBL M B B I M l
l
qué ooesioo, y pam que tiempo? Haaros con.hiido, o1 p-
recer con evidencia. lo primero: qae se h h con Si,.
antigua *osa de Dios, y que Bella sola se dirijen, no nrcpr
1
ni cuatro, sino todas laa palabras consolatorias, y todas las
promesas que contiene la profeoia. Lo : que se
habla con eata antigua eapoaa de Dios, uo en otFo d d o i
sino en el estado de soledad, de rinde%,de abandono, en
que quedó despues del M e h , y despoei que otra espoiio
nneva ooiipó su puesto. Lo temm : qae no habiéndose
veriñcado jamáa en la Sión con quien se h b l a , cosa algana
de auantas se le dicen y prometen,- deberbmoa esperar otro
tiempo, en que t o b a se verifiquen : lo mano del S&r no
m ha encogido para no poder raluar.
157. Esto supuesto, veamos nora brevemente las oouui
mismaa qoe se dicen y prometen 4 esta antigua eiiposwde
Dios. Ellas son tan grandes, que por eso mismo ee ha
p e ~ ~ ~ aque
d o no pueden hablar con ella. Sin esto no ho-
biera habido quien se las disputacie; puesto que las pn-
m e m palabras con que empieza el Seííor su consolatorie,
soo tan amorosas, tan tiernas, tan enpresivas, que ellas solas
maeatran claramente, que debe haber alguna grande y es-
trafía novedad ; así de parte de Sion, que llora so soledad
y derampm, como de parte del Mesias, que atiende 4 ea
b t o , g se pone de propósito 4 consolarla. " j Puede aoaao
une madre (empiem dioiendo) olvidarse de su tierw in-
fonte? iPüede mirar con indiferenoia el dolor y diccion
del fmto de su vientre ? Paea mas fácil ea esto, que no que
yo me olvide de tí." Despues de este primer requiebro su-
mainente espresivo, para que no piense que son únicamente
buenas palabras, pasa luego B decirle toda la gloria y honra
que le tiene preparada Y en primer lugar le habla de
su próxima reedi6cacion siguieado siempre la metáfora de
la ciudad de David: es decir, le habla de su renovacion,
de su aeuncion, de sp remedio pleno, cuyo diseíío ti cuyo
plan, dice que lo tiene como grabado en s u propias manos*.

+ Ecce in mmibus meie deacnpsi te. - Zmi. xiix, 16.


IBN GLORIA Y WABEBTAD. H#l
Y como si .ya estavipe concluida esta nmovaciea, de que
'
se babh en todos b e Profetas, la oonvida en espiritu t i que
h a n b ws ojos, y mire por todas partes al rededor de si*.
'iY qmé es lo que ha de mirPr ? Es aquello mismo que es
toda la causa de su llanto. Llorm (como si dijera) porque
me he pasado 4 las gentes, y vindo entre ellas tantoa siglos,
obligado d e tn incredulidad, y de tu estrema ingratitud:
ved aquí el h t o copiosisirno que se ha recogido por mi
mlioitud. Todos estoa hijos de Dios, qrre ataban dM-
perror, se han mogregado en un0.t.: todas estas ovejm,
que no eran dd a t e apribCOS, han sido midas h este ovil,
6 6 eate rebaño sobre mm p p i o a hombnn,; y todos se lian
congregado y venido, no solamemte pare mi, sino tambien
para tí. No. tiene que mirarlos como estrañosg : tú eres
su propia madre, y ellos son tos propios hijos. Yo te jan>
qoe de todm ellos te v e ~ t i r á ealgun dia, y todos te servirán
de galas y de joyas p d & a e : Vioo yo, dice el Señor,
que de todo8 srtos s& vedida c m & vestidura &
honra,'y te Zas rodear& coma anra equuaJ(.
168. Estos hijoe toyos (prosigue diciendo) no obstante
que son hijos de tu esterilidad : estos hijos que te han nacido.
sin saberlo 16, en aque\los mismos tiempos en que has vi-
vido c m muda, y uer-racncnte viuda y daamparada%;
estos hijos tuyos serán tantoe, que no pudiendo caber en
tae conbee, d e d e el rio de Egipto h t a e1 grande rio
Wrates", te pediin rin eepaoio mayor en que habitar
(capreeiooes todas conocídamente figuradas). Aun dirán
1
m t w oitioa lor fijo8 de tu sstcpilidad: angosto es p a r a

Lepa in drcuitu d o s tnon et vide. -Id. ib. 18..


-
7 Qniemnt -,mi ... in unnm. Joan. xi, 62.
$ Qum non erant ex hw oviii- Y& J~dn. X, 16.
fi Non eunt enim filii alieni.
11 Vivo ego, dicit Dominus, quia ornnibua hia velut ornamento ves-
tiibis, et circumtlabis tibi eos quasi sponsa. - Iki. xlix, 18.
(II Sicnt vidua, et ver&vidua, et desol&a.- Vide 1 ad !h. v, 6..
** A 0uvio Bgypti, nique sd fluvium magnum Euphratem.-
Gen. m, 18.
U8 LA VENIDA DPL Y B l l k b
J d I w g ó r r , k m a ~ p a r a q u 8 y o ~ m EolbiPser
.
di&, 6 6ibn, dentro de tu coraaon : i quien me ha p&&
atoe hijoi? iYo estéril, yo viada. yo leño srno, i v
t.atae eiglos ha de parir hijos de Dios l Yo de~terradP,
cantiva, abominada de Dios y de los hombres, olvidade.
dsiitituiday sola ! Y estos hijos mios i de donde ban aslid02
Y setos i donde ~ M ~ IYIestos ? i quién me los hi o i d ~ ,

--
uaateotado y educado* ?
MI.P d m o e aquí un momento. Eetas palabras i q a k
Iaa dirá, 6 d quién puedem competer? i Acaso d la Igl&
oriaiaaa, O la esposa a o t d del verdadero Dios? i NO
mis h impropiedad y la mpgnanoia? Le esporo aotnal
PO p d e m ha podido jamaa decir con verdad: yo sderil,
y .inparir, echa& de mi páttia, y c a u t k ; ...
...
6y w&a Pues si eeto m, compete l e modo algano
B la eoposa actual ; luego w m habla coa elin de modo al-
p o ; luego re babla con su anteoeaore. Ao hay medio
en- estas dos ooeer. Sabema de oierb que D b aslo
ba tenido dos esponas. La primara la apartb de d por
jmtm rasenes, con indignacion y m grande h t:ia se.
pnda que entró ea eu lugar, ea la que aora reina ; & eitr
no le competen las palabras de que hnblamoe ; luego B 1s
prímwa: luego esta misma es la que iaa dirá algm dia, 4
vimte de los iwamerablea hijos de Dios que le han n ~ i b
en el tiempo mismo de a a esterilidad.
160. Signeee de aquí, lo primero: que esta au+
qma. de Dios, actuaimente estéril, desturrada, cautiva,
&Pida y d a , ha de salir algon dia de M estado mtual,
ha de salir de su deshrro, de su cautiverio, de su mledad,
de su esterilidad: ha de ser llamada otra vea, y m u t a á;
m antigua dignidad. Y si no, j~u-do, m i o&o podrá
decir estas palabras? Y dirás en ttr corazon i Q& me
engendró eutor ? yo ertkril, y n'nparir, echada de mipátriu,
Et dices in corde tno : ¿Quin gennit mihi isioa ? ego sterilis, e l
non pariens, trsnsmigraia, et captiva : et iat& J qub enutrivit t sgo
-
dsrtituts et sola : et &ti 2 ubi erant ? I d . xiix, 21.
-
9 In indipatioue, et in ira gmdi. Jcrenu. xxi, 6.
y d i t u ; yertos ~ q u i 6 n l o r d y? o h p a r e r b y m & :
y ertot j ea donde estabas ? Siguese lo segundo : que to-
da loa bija de Dios que ben nacido, y en adelante nacieren
y ie oongregaren de entre las gentes, tadoa son en la reaii-
dad bijos de aquella piknera esposa ; pues B ella se ban da
atribuir, B eüa se han de agregar, á ella han de reconooei
'
por madre, y le han de servir de ornamento y de gloria :
vivo yo,-dice el S . , que de todos ertos reráa vestidcr
unno da vsstidrsra de honra, y te los rodcatós como una
.pow*
16l. Se puede aora temer, no sin gran fundamento, que
atas amas que acabo de deck oe cauaen alguna gran nove=
dad, y tal r w alguna eapecie de esoándalo, parecienhe
(aunque todavia muy confoso) que ya me acew al preck
pioio, y que al fin como judio, no estoy muy lajas dejo&
m. No, amigo mio, no temaia donde no hay que temer:
no 4 s uno de a q o e l h de quienes se dim en el salmo xiii,
aUí t d l d l Q n dd miedo, &mds no habia wtiw dd tenor*.
Estoy muy leja y ogeaisinio de esta estaltioia Lo que es
jadaisar, y Io que ánicamente merece este nombre, no ig.
non>. Aá, creo íirmemente como una verdad de fe, de&
eida en el primer concilio de la Iglesia, que la oiioancisioa
y las otras observanciae pnramente legales de la ley de
Idoiaes, no obligan de modo alguno 4 loa Cristianos, ni son
necesarias, ni aun conducentes para la salud; rw creenos
m rúduor por la gracia del Seibr J ~ ~ ~ ~ r i uE i
t ocme;
t.
aignna cosa contraria 4 esta verdad, es lo que Gnicamente
se Hama jndaimr. Si fuera de esto hay otre cora que m e
re- este odioso nombre, yo la ignoro absolutamente, ni
me parece posible sefialarla. En consecuencia de a t o , hap
breia reparado ya, 6 debereis repararlo, que cuando digo
que la casa de Jacob, la cual fue antiguamente pueblo de
l
Dior y espoils suya, y ya aora no lo ea; lo volverá B ser en
algun tiempo ; no hablo de otro modo que como habla la
n ü p trepidaverunt timore, ubi non erat timor.-
t Sed per g r a b Domini Jeeu Chriati credimw J&.
xv* 11.
-
PI.xiii, 6.
Acr.
108 L A V B N I D A DEL MESIAS

divina Escritura, esto ea, que volverá B serlo en otro estado


infinitamente diverso, y - bajo
- de otro testamento nuevo y
sempiterno: Y mentar6 con ellos otra aliaaza sernpi-
terna* : hard con uosoiros un pacto sempiterno, las mise-
ricwdiaa,6rmes á D a u i d t : y har6 nueva alianza con la
c m de Iaruél, y con la casa de JudáS : Y haré con...
ellos 'un pacto eterno, y no .dejar6 de h~cerlesbien ; y
pondré rni temor en e2 corazon de ellos, para que no w
aparten de mí 5 .
162. Si aun con esta limitacion os causan todavia nove-
dad y estra6eza las cosas que voy hablando, me será nece-
sario aplicaios aquellas palabraa que decia Cristo, en oca-
sion muy semejante, al legisperito y pio Nicodenins : .; IL
eres Maestro en Israel, y esto ignoras(l? i Puedes igno-
rar que todos los hijos de Dios, q u e despues del Mesias se
han recogido y se recogerán de enire les gentes, son todos
del linage de aquella muge* ? Y si todos son de su linage,
luego todos son sus verdaderos hijoe, y todos malmente le
pertenecen : así como hablando segun la naturaleza, todos
los hombres somos hijos de Eva, y todos pertenecemos Q
esta comun madre de todos. i Puedes ignorar que ninguno
puede ser salvo, ni ser admitido B la dignidad de hijo de
Dios sin la fe ? i Y puede haber verdadera fe sino en los
hijos verdaderos de Abrahán ? Reconoced, pues, que los
que son de la fe, los tales son hijos de Abrahán.. . Y aá
los que son de la fe, serán benditos con el#el Abrahánq.
-
E: statuam illb teatamentum altenim aempiternam. Bar.
ii, 36.
f Feriam vobiscum pactum uempiternum, misericprdias Dsvid
-
fidelea. Isai. lv, 3.
f Et fmlnm domui Im&l, et domui Juda f d n r no-.- Jm.
urxi, 31.
9 Et feriam eis p& sempiternum, et non desinam eis benefa.
cere: e: timorem meum dabo in corde eorum, ut non recedant . B
-
me, &c. Id. d, 40.
-
11 Tu es Megister in Israel J et hzec ignoras ? Joun.iii. 10.
B Coposcite ergo, quiaquiexfide aunt, iisunt filiiAbrahae ...Igitur
qui ex fide suut, ben@centur cum fideli Abrahatu.-Ad Gol. iii, 7 rt 9.
ltN G L O R I A Y MAQBSTAU. 109
i Puedes ignorar* que no hay salud, ni la puede haber en
la presente providencia, sino la que ha venido á las gentea
por medio de loa Judios? Es decir : no hay salud, sino
para los hijos verdaderos del fiel Abrahán,. que por medio
de una fe verdadera y sincera Be han agregado 4 su fami-
lia. i Puedes ignorar, que todos los creyentes de I ~ I na-
I
,piones no son ya en realidad aquellas mismas ramas siives-
tres, cortadas de los bosques 6 ingertas en buena oliva por
la sábia mano de Dios ? i Puedes ignorar que todo el fru-
to que han dado y pueden dar estas m a s silvestres, ni ea
ni son de su propia suetancia, ni de la sustancia de los ár-
bolea salvajes de donde fueron misencoidiosamente sacadas,
sino de la pbgüe y preciosa sustanoia de la buena oliva
donde han Cdo ingertoe? ,j l'qí eres Maestro en Isradl, y
a t o ignoras ?...y tG siendo acebuche, fuiste ingerido en
eUw, y has sido hechoparticipante de la raíz, y de &a
grosura ds la olivat. Los que pensaren de otro modo
deben esperar, que luego inmediatamente les diga al oido
eu propio Apostol: No te jactes contra los ramos (los
propios de la buena oliva, cortados por la incredulidad):
Porque si te jactas, tk no sustentas $. la raíz, sino la
raiz b tí$. No me detango en lo que resta de la profecia
de Isaías, porque algo se ha de dejar 4 la reflexion de
quien lee : ello es tan claro, que no será menester mucho
tiempo, ni mucho trabajo.

OTROS LUGARES DE LA ESCRITURA.

163. Sin salir de Isaías, hallámos tanto sobre el soo oto


presente que perece imposible tocarlo todo, ni aun siquiera

-
Quin salun ex Judaeia est. Jwn. iv, B.
) ¿Tu ea Maginter in Iiraiil, et haec ignoras? tu uutem &m
olerster mes, insertw ea in illiu, et sociue radicis, et pinguedinis
oEve f a c h i s es. -Joan. iii, 13, et nd R m .xi. 17.
$ Noli gloriari advenhs ramoa : Qubd si gioriarii, non tu radicem
- fd. ib., v. 18.
portan, m d radix te.
m LA VENIDA DEL YBSlAB

Ia oemtéba parta, sin una prolija y m o l d h dihiun.


ibni suplir esta falta de algan modo razonable, qae nos
tm+ dgaoa utilidad, yo solo qumiere e d v h 6 hacer m-
purarnnaeoaa, que me parece claríaiia en Idas, sin la d
no W r o como pueda entendeme eab Profeta de un d o
sag"lo y naümal. Lo que deseo hacer mparar es, que dede
el cqitulo dix o i d o menor, basta el Ixvi, que es el ííltimb,
rrr nota clara y dptintamente que todo es une oonreraaeion
6 ih.eipecia de diálogo; en que se ven b M a i tres penia-
m: d e s , Dioo, el Mesías, y 8i6n: y todd errando ha;
Man paroce que ~s sobre un miame asunto 6 interés, sin
wlii de 61, m divenir lk aonversecion d otra COMI.
164. la primeb petaona que habla e~ Dias, y ea bien
W i observar, que siempre que habla (qw ce pocad t&es,
y poma palabras) 6 habla con el Meefas, 6 con S i &a
rnguuda ea ei Mesías mismo : é1 es el que abre la eomerc
wh, y haae en toda ella como el papel priucipal. B u -
piesa pidiendo atencion B todou los países y & todas los
poebloa de la tierra : OM,islas, y atended, pueblod de lejoa :
y d e e e m b d o brevemente ¿e todo lo qoe perteaeoe á
ea primera venida al mundo : tan hvorable, reepecta de las
gentes, oomo funesta para Sión, vuelve sus ojos llenos de
cbmpasion 4 la misma Sián, que se representa ai1 mismo
como cubierta de luto y de tris-, 6 vista de la felicidad
de las gentes, y de su pmpia infelicidad, diciendo eaía~aa-
iaa palabras en medio de su llanto : Me ha &amparado d
M o r , y el S&r 66 ha olvidada de mí. Desde a t e punto
pla adelrtnte, en los <tiea y ocho oapítulos que ae siguen,
ya DO se ve que hable una eola palabra con otras pereonas
que aon Sión : y esto no ea oualqaiera d o indetanni-
nado, sino preciaamente de humillacion, de soledad y de
abandono, en que quedó despuea de su primera veni-
da, y en cowecneacia de sn incredulidad. Esto en
tan claro, que caai no es menester otro estudio, que la
siinple lectura, con esta advertencia. Asi se ve en todos,
estos diez y ocho caphuios, que ya consuela 4 la infeliz
B i n , ya la repende, ya la ex& d peeitcnei., ya le trae
4 la memoria sus antiguos ddtos, va tambien el mal mi-
b i d que le h h cuando viao al mondo : Pwqw oiffd,
y rio Áobur h a h e : Ilad, y no h b i a qviea vysse*, Ya
se aaeeete alpnos veces indignado 6 boapaz de aplacarse,
sin dPd* para darte B conocer la @esa de su mal, ya 1.
ave- ya ¡ confade mas oon J ejemplo de iam m
ter qae bprs @idosu voz, lo han comido, lo han trnrmdq 7
lo han bel)Pdo : BtucÚronme los pua anta no preguafdi&
pw ni, Wármlor que no me butcaron. Dijs: V d
M, v d a e 6 1tm mciOll, que no iavoeabrr mi nodre.
(Mor I d par el contrarw dice :) d á t d f mis wrror
todo e2 dia b un ptrehio iacrúdulo.t., ya en fin la txm~oel~
1.alíeots, le tenueva lea antiguas promesas, le bace~otreir
de uaero mn& mayores, se aompadeae de asa trabajos,
se ente- con 48, $c.
365. La tercera persona que babla es la misma Sibn, aoa
quieo se habla, en la cual se ve ama grande y p r o d i
rPriedad de afectos, todos buenoe, todos eantoe, todos con-
) dlventss para la salud, 6 que ya la supone. Se ram ai
ella dbcb de confusion, de penitenaia, de Uanto, de aom
1 fesiora sincere
.. y h c a de s u i delitos, de admiracioo, de
I -oto, de eaperanaa, y ta~~biende amor y catidad
pafeota Como una persona que dapierta de un prof!unda
d q 6 como un sordo y ciego que empiera B oir y ver,
7 todo le a j e de nuevo. Entre otim coaea digna de atea-
podeis reparar J comprender al punto por el aoa-
testo mimno, que todo el capítulo liii que pareoe &ua b i s
bno abreviada y completa de la N o n y muerte del
khs, no ea otra oosa, que lo que dice Sión en medio
de m llanto, despues que ha conocido al mismo deiíaa,
que ells reprobó y puso en una cruz: i Quién ha crsido
lo qve nes kcr oido ? (empieaa dieiemlo) i y al b r w dd

Qaia veni,
Iri. 1,2.
et non erat vir : rmvi, et non erat qui audiret. -
t Quaeeiemt me qni anrk non interrogabant, inveuerunt qui noh
pienmt me. Dixi : ñcce ego, eece ngo ad gentem, quae non in-
*ab.X:nomen mwm. (Ali lsrael antem dicit) Expandi manw mem
-
adie ui ppohnincmiulum, &c. I d . kv,1,2.
1l2 LA VGNIDA DEL MEBIAB
&úor tí quien 'ha sido rwelodo ? i Quién de nosotros
'
(como si dijera)' creyó 4 sus propios oidos ? i Y 'el brezo
del Señor (6 lo que es lo mismo) el Verbo de Dios 6
el Mesías, quién lo conoció? Lo oimos B el mismo que
nos habl6 palabras' de jvida, y no lo creimos, ni lo coao-
cimoe siquiera por la voz, como debiamos c o n d o segun
lar &i?'turtau, de lo cual se quejaba él mismo, diciendo:
i P o r qué no entendeis erte mi lengwjet? Oimos des-
pues á sus discípulos, y lejos de creerlos los despreciamos,
y aun los perseguimos del mismo -modo. H,emos oido ha-
blar de él en todm las partes del mundo, donde hemos ea-
tado dispersos, por espacio de tantos siglos; y no hemos
oreido jamas B nuestros oidos. Lo vimos con nuestros ojos
cuando fuk vMto en la tierra, y conversb con lo8 M r u $ ,
y tampoco creimos á nuestroe ojos. no viendo en él aquella
grandeza y majestad mundana, que nos habiamos figurado,
-y que
- nos habian anunciado nuestros doctores. Lc viaros,
y no era de mirar, y le e c k menor. Despreciado,
y el postrero de los Junnbrea, varon ds dolores, y que
sabe &,trabajos; y como ercondido su rostro y depre-
ciado, p o r lo que no hicimos aprecio de él... norotros le
reputamos como leproso, y herido & Dios, y humiUado.
Mai élfué llagado p o r nueatras iniquidades, quebrantada
fu6 p o r nuestros pecodos: ...Todos nomtros c m ~ V ~ J ~ Q I
nos estraviamos, cada una se desvió por ru eamino; y
cargó el S& sobre é l la iniquidad ds todar noratma 5.. .
Y o no tengo tiempo para detenerme en esta obsetvmimes
1 Quin credidit auditni nosho ? ¿ et brechium Domini cui reve-
latum est ? -M. liii, 1.
+ -
Qusre loquelam meun non cognoeeids ? Jwn. d i . 43.
f In terris viaw eat, et cum hominibus conversatus est. - Bar.
iii, 38.
Vidimus eum, et non erat aspectw, et denideravimiui eam :
Denpectum, e.t noviunimum virorum, virum dolorum, et scientem in-
firmitatem : et quasi absconditw vultus ejue et despectua, unde nec
reputavimus eum... nos putavimus eum q w i leproqum, et peraui-
sum B Deo et humiiiatnm. lpse sutem mineratus cat propter ini-
quitmtea nosfias. attntus eat prapter scelers nootra... Omma nos
ptbid~~), qué puede hacer malqniera con solo una
pam ¿e atench.
168. Entre t a n b masa y tan diversar como dice el
Meshs 4 Sibn en e& kga canversacim, se deben notar
especiPhncoSe qaellaa que b n 4 nueetro propósito ac-
hal : edo.-, 1an qqae son de consoelo y esperanza, y con-
treaen $ñuea promeua eatraordinana. Por ejemplo, estas
qoe aquf apunto, como por muestra de otras muchisiinee,
de1 todo semejwtes, que pudiera mostrsr. ,S

167. Primero : ea el cap. lis ver. 16, babtando Dios


ooa el 1 1
6d le dice atas palabras: Puse mis palabra
a tu boca, y con la r&a de mi mano te cubrl, parra
qw planta h cielos, y cimientes la tierra; y d i g a á
8& :Mi pwlUo eres tfi*. En consecuencia de esto, toma
d punto las palabras el mismo Modas, y vuelto 4 Sián,
y vihndola tan abatida, y confundida eon el polvo de la
tkm, le diee Blf desde el ver. 17.
166. Akate, &ate, lev&ntate, JerwaUn, que bebiste
& le maw dsl M o r el c& de su ira: hada el fondo
de&d i z dormidare bebiste, y bebiste hasta las heces.. .
5íiu hijw fueron echados por tierra, durmieron en los
crbab de t& ldLI calles, como orige enlazado : Zhos de
lar idgwzeien &l S&, del castigo ds t u Dios. Por
tuato oye ato, pohrecilla, y embriagada no de vino. Esto
& el deninador tu S& y tu Dior, que peleará por
gae& : Mira qwi he qritado de tu mano el aalk de
a&meci#ento. ..
no lo volverás á bcbm en adelante. Y
lo pondrk en manos de aquellos, qw te abatidron, y di$-
ron & tu alma: Encórvate, para que parsemos ; y pusiste
t u c q o cono furra, y corno aarnino h lor p a j e r o s t.

d oves ensvimiia, nnusquiaque in vi- declina&: et pos&


q
-
Damhas in m iniqnitrtsm omnlmn nostrbm. 14. lid,h 2 -e
d 6.
P d rerba mes in ore tno, et in ambra manfhmeae pmteln te,
ut cabo, et fundes teman : et di= d 8km : Popdm meus
M tr- I d . li, 16.
1. E k m e s elenre, comvge Jemaiem, qwe bibisti de mmu Do.
TOMO ti. J
114 í44YUH~OA DRL YBGIAS

168. Segumda: q. lii. h h t a t e , &viílltate, wútste


de t u fmtalcircr, Si&, &tete de los vestidos de t u gloria,
Jerwralha. &dad dd Sante: porque no udverh tí p a a a r
par ti en odslante incirwirciro ni inr,undo. SacGdete
ddpoioo, hníntata ;Héfttoü, J d r d a l a ata-
durw de tu owUo, cautiucr fija de Sien. Porque esto
dice el 8 6 ~ Dsoalde
: fwirteio uendidor, .y dn plata re
cbidw *.
170. Tercero : oap. liv. No temas, p r p e no ter&
aesrgonsada, ni rairrqada :p s no tendrór ds que afrrea-
tairte, p o t p te oluidariu dr la mfuaion ds t u mocsdsd,
y LO te ucerdarb m a ~del opr& de tu uiuduz. Pw-
que r4ituu-6 ap tí al que te crió, e1 S& de les sgcrcitor
u e1 d r e de 61; y t u Redentor el Smto di IsméI,
r r 6 l i a n d o al Dior de toda la tierra. P o r q u e el M o r
k Uad 6 m u y desaauparadu, y augurtiada dc
u p i r i t u , y como h rnuger, qw as repudiada &de Irr ju-
veatud. dwo t u h. Por un momunto, por un poco te
Bsrmpard, rres yo te recqfsrd otm grandas piedades.
En e l (1101116nto de mi indiynackn escondí por u n poco dn
Ió mi cara, * ~ l con d eterna misericordia me he gompade-
oido&dí:djio~lSt&rdic&aarior. &Ooarpnreari
oenw, er &ud b de&&, h q u h jurb, qua yo MI trae&
mini calicem irre ejua : usque nd fundum cpücis soporis bibiid, et
pohsti usque ad fama ...FiE tui projecti aunt, dormierunt in capite
-ium v i m m , eicut orgx Unqueatun : pleni inQillnstione ~ o m i n i ,
ipcrepoti~peDei tui. I d w b wdi hoc p q e r * 6 ebrip non B
h.Haec dicit D.ominatpr tuw Dominps, et Deun hiue, qui pug-
~ r ipro t populo suo: Ecce tuli de msnu bla d c e m eopor6 n& ...-
adjicies ut bibae iUum ultrh. Et ponam illum in manu eorum, qui
te humilievemt, et diienuit animae tu= : Incuware, ut trsnseamus :
et poeuiati ut ter- corpiie tuum, et quasi viam transeuntibiie. -
rbai. li, 17,80,21,2?, i83.
Co~urge,consurge, induers foEtitudine tua, &m, indure ves
timentis glorise tuae, Jemaiem, civitas aancti : quia non adjiciet ul-
tri ,ut pertr~nsestper te inciuaumeisus.etimmnndua. Excutere de
pdxere, mnnurgeg sede, Jernaolsrn : aoke vinada oolli tui aiptira
6üa Sion. Quia heec dicit Dominue: Gratis vsaumdeti eetb, et
une q p t o re4hmbL-Id:iii. l,?; 3.
R N 'BLORIAY MAGBSTAD. 116
nrcralosaguosdeNod ro&e la t w m : 4% p ~ no e
me «rqt'd sontigs, ni te r r p d . P w p los nrierrtca
serán conmovidos, y los col^ w erdm.4nrasrálo: n r c ~n#
wericvrdk no ue u p r t d de ti, y la t z l k a de d p a z
na w t&wad: djja el S e h co.pwitna de 6. Pebrscik
&ti&a ds le tdlrilparCod, aia & p n consuelo. dh'm
pp p a d d p t u bdam &apiedrm y te h t a r b m-
b e zajios ...
Y serás cimestelci en jaíkia: p t e EGjes
de hz opreria,pliar w t ~ o ~ l ) ydeiqumb,
"b queno
Ikgartt á d *.
WO. Cirwto : tsp. lz, Y m d r h 6 tí encomados bs
-8 dr a q h , qaw te ebatisraa, 9 adorarán las klia
da tus pies toclbs hn pus te deaacrwlitdaa, y te llama&
lo siarda¿ del SciUt, la S i h del Santo de I 6 d . Por-
rpw fUiate hamparada, y rbarr&, y no kubia q&tn
po' i i p a s e , t 6 padt6 por b i a i da los n'gh, para
gms .n genucrcion y gms*&n: Y e& lacha &
hs Mcionsr, y r e & anuzmtnttzda por d p í a de dbf
Reyes ; y sabrás, que yo soy el S * tu gdawdm, y t u
...
&d¿ntor, el fuerte de Jucob No re oirá mas hablar

+ Ndi timem, qUr ism 'm, i q u a -hacen : mm miii


te pudebit, quia confurisois dobee* tw oblivhchb, et oppso-
brii viduitatiia tiia non reeordsberia smplihs. doaiinabirur tnf
qmi fecit te, Dominw uereihinm -mur ejns : et redemptor tuna
mneins Isrsél, i k u a omnh tema r o d i t u r . Quii m) mnliercm de-

rdiqiii te, et $ mismtbdbas magnis conpgabo te. In mmenta


indiitionis abscondi faciem meam parnmper B te, et iti mibericor-
- dis sempiterna misertnr snm tni: tihit redemptar hiua Dominas.
Slcut in debus No+! istud mihi est, m i jw.6 ue inducerem aqnis
Noti Jtra siipia terram : sic j u d ut non h c a r tibi, et non i n m e
pem te. ~ i n t e aenim con~ovebuntur, et collea contmnitcent:
' iniseriaordk autem mea non receda B te, &4 fadm pscis mere non
movebitur: üixit mieerator tuna Domiuus. Paupercals Upeeta0s
mvnba, abo(lae dla consolatione. Ecce sternam per onliaem
.
bp& ~ O B ,et Aindsbo te in sapphirb ..Et in justitia Ambveiis-.
rece& p r o a l & calumnia, q t h non dmch'i : et B pavare, qaia non
wqhqud~ittibi, &c.-irw'.lir, 4, 5, 4 7, 8, 9, 10, 11, d M.
1 e
116 L A V E N I D A DEL MESIAY

de iniquidad ¿ntu ticrra, ni hbrtá estrago ni quebran-


tamiento en tw términos, y ocupará la salud tau aurab,
y tus puertas la alabanza*.
172. Qointo: cap. lxii. Da d l f adehnte no serás IEs-
& i s a m p a r d ; y tu tierra no serh ya 1 ~ d bllamada
...
deiierta Y los nodrarán, Pueblo santo, redimidos
por el S&*. Mas ili serás llarnada: La ciudad btis,
cada, no la Desamparada.F.
118. Sesto : cap. Ixvi. Alegraos con J e d d n , y r e g s
cijaos con ella todos los que la amau: gozaos con ella &
gozo todo los que lloraw sobre ella, para que mameir, y
seais llenos de la teta dt src consolacion : para pus chu-
peis, y abundeis en delicias de toda su gloria. Porque
esto dice el Señor : He aqlri que yo dtriwaré sobre ella
como rio de paz, y como arroyo que i n d a la gloria de
las gentes, la cual mutnareis : llevados sereis á los pechos,
y soire las rodillas os acariciarán. Como tia madre
acaricia á su hijo, mi yo os consalard, y en Jerusalén
sereis consolados $.

Et venient ad te a m i fiiii eonim, qui h d a r e r u n t te, et d o -


m b m t m t i g i pedum
~ tuomm omner, qui detrshebant tihi, et roca-
bunt te Civitatem Dom'ini, Sion eancti l e d l . Pro eo qubd fuisti
derelicta, et odio habita, et non erat qui per te transiret, ponam te
in superbiam ~ ~ c u l o r u mgaudium
, in generationem et generatio-
nem : Et auges lac gentinm, et mamillii r e p m lsctabena : et sciea
quin ego Dominuo snlvamr te, et redemptor t m a fortis Jacob ...Non
uadiehr ultrh iniqaiks in t e n tua, mtiCie et caatritio in t e m i n b
tois, et oecupsbit salus muros tuoa, et portas tuae 1audatie.-laaí.
ix, 14, 15, 16, 18.
+ Non voe~berisultrh Derelicta : et terra tus non vocatJihu m-
plibs Desolata ...Et vocabunt eos, Populue aanctas, redempti B Do-
mino. Tu autem vocaberia : Quaesita civitao, et non Den$-.-
k f . lxii, 4, et 12.
1 Leetamini cnm Jemalem, et emitate in ea mnea qrii diligitia
eam : pudete cum ea gaudio universi, qui lngetie super eam, nt eu-
gatie, et repleamini ab ubere comolationia ejue : ut mulgestia, et
dslitih aíñiiatk 8b omnimodo gloria ejue. Quia hsec di& Domi- :
Gece ego dgclinsbo super e m quesi fluvium p i s , et qorei torrwtem
inunduitem gloriam gentiurn, quam augetia : ad ubem port.bmipi,
174. Coasidd por úhimo todo el cap. ü de Oseas,
en q w vmb abreviado todo el misterio de que actualmente
bablamoa, desde el principio hasta el tio. Lo primero : le
aoisoip Dios 6 BU espoaa infiel. que llegará el c m de
privarla enteramente de su dignidad, que la arrojará igno-
Qimioraniaite de su case: que la abandonará del to& :
que la lammo si no faero su eepom, ni él so marido :
que no hará caso de sus hijoe, ni se moved á compaslon.
J q a d 6 owrtra &re (6 como lean los 70, sedjuzgcrdos
cen m a t r a amadre), juzgadla : porquc ella no es mi
...
nngsr, ni yo su mando Y no tendrd misericordia de
sw h+ *. Lo segundo: Ic anmicia los terribles trabajos
y oalamidadee qae padecerá en su adedad y desamparo, y
iodo de su mano y por árdea suya: hé aquí yo cercaré tu
canino con e a p k , y lo cercar6 con paredes, y no hallará
sus muierod :...manijistard su locura 6 los ojos de SU#
amadora : y nadie la sacará de mi mano : Y haré cesar
todo ai gozo, ru solearnidcld, su Neoménia t. Lo tercero :
le anuncia y le promete, as5 en ente lugar como en el
capitulo ii, que deapues de bien cmtigada, trabajada, y
hamillada b a a t ~lo sumo, abrid finalmente los ojos. y dirá
como el hijo pródigo del evangelio : Id, y volusrd 6 mi
primer marido$. Lo coarto, en fin : le anuncia que m-
tbnces i i a m d B su Dios, dicihndole : mi primer marido :
y le promete que entbnoes la reoibii otra vez, y sa denpo-
sará con ella como de nuevo, y no la apartará jamáa
de oí : Y te dsrposaré conmigo para siempre: y te d e s p

et super genun blandientnr vobb. Quomodb si cui mater b h d h -


-
iur, ita ep eonsohbor vos, et in Jerusalem conrolabimini. h i .
ixvi, 10, 11, 12, 13.
J d h t e matrem restrum undiamini cnm matre vatra), judi-
...
ente : quoniam ipsa non m o r mes, et ego non vir ejne Et íiiiornm
-
üiiw non mis8nbor. O w . ii, 2,4.
t Erre ego oepism vhm tuam splnis, et sepiam errm msceri8, et
se* ..
SUM nos M e t . rcrekbo ntiiWtiam ejns h d iamrto-
rnm qju : et vir non a u e t eam de msan mea : Et ceseare faeiam
oiaw @ttm
b. $ 6, 10,ll.
ejw, solsaanitstem ejus, Neomeniam ejue, &c. -
f Vadun, et mverúu ad rinim meum pnorem. - O M ~ii,. 7.
dcondp~ajtuticisl, yjffci6, y m mdm+otdia, y ea
ebmmia. Y t e d s q m a r b - g s s r , f i : y ~ q ~
yo sof d Suhr*.
176. Eetoa l o y a i qw aaabo de rpnatsr, omitiendo
atn>e h a d m que re pueden mr em IOE pa-
rece que praabPa inreaciblemeate, qae aqadta +eia
espasii da Dioi (ea deoir iu asrir de Jscob) que Bespues de
h muerte d d M& íu6 arroj.de igaamMiosameab de la
es^ del ~JOJIO por a iniqaidad 6 kmduW, ha de eeñ
ihmcida Jgmn di., y wnntn oss m ñ a h ventajes en otro
40 y bajo de o- fedamento semprtaxno, B er pRmeia
dignidad, pam no p e d d a jamh, qoe ee tedo to que por
aom pteaidi~aaorpiPbar. F ' oa en sepida aten-
twierte lo que daga la Cg(e contraria.

1W. -h parte caitnwh, que sii dada tieiw EiierCe ma-


t i r a pare oponewa aoa $odaa ws f w m L la rwaaian y
eamuion de S h , dqp oDBtra alla iR i q d h m b s , u
b d e g r p ~ s e g n r k i a d ;y ~ , q m e ~ e a t o c i d d e
1 esrta.distan&, mnestmn un aemM.nte Mld&mmmb
Cemble, aapn de a c o b d m y aun Laoer temblar d we
mimoso. I11 primer Ünpeaiipeato a 66 ó me pretende
eetái de pPirOe de la esposa sahral de Dios; de eqnella,
iiga, qae eníró.emlogpr&ak, yowpóelpoeetoqas
ella dejó vacio por str incrsdu1idod.t.. De aquella de
qmen dice el Apostol, c h d o el de Oseas: Llamud pue-
610 mio, al que no era mi pueblo :y amado. al qug ao era
d o : y que &a& 8iwricordia. al qw M, habia
doraiaado aircticordiai. De nquelia de qakn dioe
S. Pedro : en algun tiempo at& ra pwsHo, ria aors .eU
Bt spor8be te ipibih iampbeniam: etriporabotc d i .
justith, st jndicib, et in midcerdia, et iPmbe~dm1bas.Bt 8 p m
rsbo* mihi nfiae: et ociar qttke+pbmiinni.-thr. a, 19,%0.
-
t Propter iocreduiitatem. Ad Rom. xi, 20.
V o c r i b d w a ~ ~ ~ n # eraoedfkatrm,di-
r p :
BN O W R I A Y Y M B S T A D . U#
p r d b de&: q w w ~ ~ ~ o . d í a ,
ootpr deanzecZo nUericorcEicr*. El segundo
impedimento está 6 .mpretende eatár de parte de Ir mi-
&o, lo cual se supone ya k a p t de otra ooro, que de
despreoio y vilipendio. Uno y otro i m p e d i i t a se pra
eeota en tono ton deciivo, y con ian gran aefisfBOCion, que
iiegumelloepareoeqneno ~ l e g a r 4 l a d u d a6 l a r o s -
pecha Noob&sds,sinosmercaaouonpoeows,.siler
i I l r P m o s c o n a l g n n n ~ u i a r ~ iDliegamor4bear-
u,
loa con la maao, hnbrimoa al. punto coo admirecion y
pasmo, que el: primero estriba únicamente sobre an piso
s o f h , y el segarido sobre una i d p fabedad.

PBIMBB IMPBDIMBNTO.

177. Ia satPsaia da erfe piimsr i m p d h d o m red-


en pocas pdabraa á eate diroumo : Dios no puede teaer doe
esposee divemas, aai tomo no peede tener dos Iglesias di-
reme, porqae la en& de la Igkmia y de lo esposa de
Dioe, esto w, de la pmte activa de h misma Iglmia (que
ea bi que propiamente se l&na esposa madre, b.)es la
d a d : luego Sibn no paede ser iiamada oim PBB y as-
de nuevo 4 L dignidsd de e a p ~ ede Dios, qne tuvo en
olnñs tiempos. El aaboedente es, no sob cierto nino dogma
de f a Ia oonaeouenelo re prueba aaí: pani que hlión
pwda volver imu esposo de Dios, en Beoegano que le
srpeiie wtciirl que eetró en so lagar, caiga en alguo tiempo
en la deagraaia del enporo y en el miamo infortunio en qae
a y 6 S i n : mi oomo fn4 n e d o que cayese Si6n y fuese
arrojsda de casa, p h que en- h reinar la espoaa aotrial.
A este propósito m dice en Iscúsr : EIrtvda er la ccfiro;
&rodoqwaiu,&Iar~htz&capsr;ywna~ta

Isctun: et non miriericordism eonssentom, mirerlc~rdkmctmnecu-


tirm. -Ad Ron. ix, 26.
Qlti d i q d non populw, nanc antem popnlae De?: qal non
w ~ e c u t imieericordiem, nunc wkm miwricordiam conseeatl.
1 PH. ti, 10.
-
m L A V S i í l D A D Y L ILYL)IAS

aoi'4oaopde awbriral uno, y d otro*. Aoia pm?


er cierto B innegable, a e p n bu promemis infdibles
esposo anismo, que k enposa actad que entró en lugar de
Siin,nop~edejPmoeoesl.denugmoia, ni ser tidada-
el miemo rigor: lnego es impasible que S i h vuelva jemes
B lo dyaYlad de esposa de Dios. Si algano duda de LPa
promesas del esposo, vedla aqui : tfi eres Pedro, y &re
ata piedra difiad mi igbrirr, y las puertas del n i-
n o p r e d e a r a n conha e l h t . iiím yo k rogado par t í
(le dijo el Sefior B S. Pedro), qus no falh hr f e t . Y
w a d (afiade) que yo a t o y con oarotror todos las d i .
hasta la conamacbn del siglo§.
178. 1 0 amigo ! i No ves ya oon tris ojos lo qw te decia
pooo ha? ;Ser8 posible q u e pasee sobre un sofisma tan gro-
sero sin advertirlo 6 sin darte por entendido ? i Ignoras que
eds miemo soíisma fai. el que alucinó 4 min Julios, el que
les hizo inoreibles las amenasas de su Di-, el que les hico
ininteligibles y aun invisibles sua hrituras? Oyeme a m
sulamente e s t a dos palabras. Primera : los promaui del
eqoso que alega 4 su favor y contra Sion la parte contrario,
i á quien se hiiemn ? Direia sin &da, ni podeis dacir oti.
oosa, que se biieron B la Igleaia que debia entablecerae y
aom, fundarse de nuevo duda .este punto, y hasta en
rigloll, despues del bieslris, y en consecoench de su .doc-
trina, de sus ejemplos, de su p i o n y muerte, de su mur-
reocion, de su aaoonsion al cielo, y de ia efusioa del Ea@-
ritu Santo. Yo paso un poco mas adelante y pregunto mas.
a t a iglesia cristiana fundada por el Meaias jüo estuvo

Goanpatatum es8 enim rtmtam, ita at aiter k i d a t : Ft pallium


brwe utrumque operire non poaast. -Ira. xxviii, e0.
t Tu es Petruu, et r u p hanc
~ ptrm oediíicaba Jic&iam m-
et portse inferi non prsevaiebunt adversb eam. -Mat. xvi, 18.
f Ego autem rogavi pro te ut non deficiat fides h a - & c .
xxii, 32.
Q Itt eecer~ovobiiicam sum omnibas diebns asque sd conaumma-
-
tionem emcuii. M.1. uviü,20.
-
(1 Ex hoc nunc, et wque in ~culum. PI.c u , 8.
mwho tianapo en sola los Judioe? La parte aotiva y prin-
cjiDal de asta iglesi., que ea la qoe llamamos nuestra madre
spnta, y por ~~xu+hte la es- de Dios, j m, estuvo
m m h &CM en J d 4 n y en solos los Jndios ? i No m
ha dib d estos wtoa iomediatemente de mano del espomo,
todo la poieeiad espiritual, toda la jurisdicoion de liga y
dsrprtar*, todo el g o h o y dmposicion, y direccion de la
mpiain i g l d a ? t No florecib esta iglesia en Jerusalén y en
so1011los Judicut m una santidad y poifmmion tan admira-
Mes y Gen d r r n e a 4 la imtitucion de Cristo, cual nunca
.eha visto despues de ellm en todos los sigla poderiores!
Todo esto es oierto é innegable por la historia q r a d a .
178. Con todo a t o , la Iglesia santa, fundada por el
Mealss en J e m d b n y en solos los Judios, dejó poco des-
poes 6 los Judios (6 ellos la dejaron, no qnoriendo entrar
en eila) y se pad 4 las gentes, y esto tan del todo, como si
para ellas solas se hubiese fandado. JB a m b o de unidad
de la Iglesia cristiana, que el mismo esposo babin puesto
en J e d h n , lo dde Jerusalén y lo puso en Roma, para
mayor bien y aomodidad de las mimm gentes. Todo lo
sstivo de la miama Iglesia se quitó 4 los antiguos colonos
b labradores, y se lea di6 d otroa nuevos en consecuencia
de la aentenoitr que ya estaba dada: arrendar6 ac viña tí
otrm ldta&rtwt. Aora bien : ¿en esta conmutacion
faltó el esposo B en feal palabra? j No quedaron tan M-
t a c b s w promesas aomo la Iglesia misma 4 quien ae ba-
blan he& ? i Na bubiera sido una insigne estulticia en
Jemealén y en los Judios, alegar estas promesas del esposo,
para probar que la Iglesia activa no podia pasarse 4 las
gentes, ni el centro de unidad k &me? Se espera con
ansia la disparidad : y entm tanto decimos resueltamente,
que el primer impedimento que se alega contra Sión, aa
o d o g de ningnn valor, pues S; funda en un equivoco 6
juego de palabráa. Demas de esto se debe observar, que
la parte contraria pretende alegar 4 su favor aquellas pro-
-
* L i i d i , atque.solvendi. YidG Mot. xvi, 19.
-
.t Vineun iusm loabit.& agricolis. Yids Ald.ui,41.
~ g ~ e r , h e c e a r fi;omda¿a ~ b I ~
lesgenta,OoPPOiibiblsesiiosaclle#b. I d a h s p
garrs qme hablan dire& 6 be
t- sea Sibi, ds
que artin k m 1PI B ~ r i t u r ~ , ae m i r n ooa o ~ e i
o*: astuiaaiide J n p n vsbr, esha no p.ecaen e ~ t a ,
de- como oo lüeb : e8tIU. h. Ida j por qab n a ?
~ C e a + ~ ~ ~ iCoilqiiB+tiaia?
t o ?
180. P m amigo m h : este es un pmto grw&imoqb
pide iua obeomeBi0~p n r h k 00remilo p a ora d
fenómeno eigirieab donde prooaai.émoI trPtsslo mm de
piopótdo, y mae b fuado, no dejandob wlsPPeate eii m
p d e me. Traed 4 la memoria eihuho40. lo que gse4.
&ho de ha gentea 8ri8thB11en el fenómeno iii,espe6ial-
mede h la beriia dc das ewmei, y sobre le mqer
d a en k b e n h &.

El repudio de Sibn.
181. El w g n d o k p d m a n L o se pretende es06rr de par-
b de 8i6n m m . % dioen, ii6 pusde rolvar B stm .rc
pon da Dk. t Por qnB ? Parque e s non ospooa repotaol
da, y r c p a eo todí fdlae, aomo preraiibia laley.
Pregiiitd aomdedoodecsartaeole repudio, y orredem
por toda reepua~taal capitulo 1, de M a a , y al q i h l e Bi
de Jmemím. Estoa non lea 6nica idriaeaCor que re
hm podido hdar ssi todos lan amhivoe. E x a h é m d o e
--yiepPradeaienQ,
i62. C m t o id prkriartramsda que a el primg ter-
daal0 del capítulo 1, de Isaiar, m debe'obserour en piPer
liigu, que este orpltnlo mo p.6den rsprntse de m d e
.IgaiDo, ain una Bmmikta riobmia, ckl eap6talo arteee-
dente; porque DO eoo &e -toa (inema, sino uno mlo
el que en d o s w trata. Km bmas obscnado poco ha, lo
qae ae trata en i d o et cqiátdo xiix. Homm notado, que
quien habla eo todo él, desde la p k m h t a la ú h n a
palabro( IM el Meilsr mime, o el h p W u de Dior en per-
ieao #ya. Hemoe notedo en pdUiouiar, que +era
LaYo aoo todos tos pebloe de la tiem, y 4 ertos no lee
Labh de otia coma, qoe de s i primera venida y de tallv
eua readtaa: Uegando al ver. 14 vuelve l a ojos y toda su
d o n 4 otra perte: e& u á Bibn, que aüí mirimo se
q m a e n t a como abendonada de Dia, y de su M&, di-
ciendo en medio de su llanto: Me ha tiamparado 61
8sñor. y el Sdíw r e A a olvidado dr nf*. Se baoe cargo
de la mora de M dobr : dn maeitras lar menos equívocas
de mqmmim y de bmum : y mmo olvidado de todo otco
*i, emphm luep B oona~lada,y proeigw hoMando ani
eih Qempe pulabms de oonsaelo haata d fin del capítnb.
308. lb ribie y ohbimo pot todo el canfeeto, q a e m b
h u n o del MeePr 6 W n , no re termina aquí, ni se di-
oier(ie40troaraato,má,otrapanooa ElmiranoYa$as
prosigne e l mimo h i p n o en el @tulo l. 8olameote
ee nota esia peqmda dif- de ningmn momento para
el ~wao: que aoabando de hablar a m la madre Sión en el
capftilo x h ; en el 1, se vaeivo 4 rashijos mmo si eatuvie-
mm alll premteo, y les hsbe eritsr dos preguntps: pri-
mera: ,j Qub üb6b de @o0 er ate, (6 coa1 es mte) por
ddyodaoGMávacstr<rcn<rd*st?8egaada:~6qu~
mmi acradorá: q r h asib vendido$? De estm &a
pleáantes, a se separan de todo el contesto, 6 si no qaie-
rsii miiuee como pgmtas, es bien &a1 coeoloir, que
Diri. ba repdkdo d Sibn y ha d i d o B m bgoe por
&os ; mar ateirdido todo el aontesto, coino debe aten-
dsrse, m coewlnp evidentemente todo lo contrario: a t o
a,qas M)bi hrbido ial repadio de la d r e , ni tal venta
& ni +. Lar qas miran sa atado eotti91 de &andono.
de ab.tkiedú, de d u m b w , y todo ello tan prolongado,
e h.oalo 6 p e n d o aaí : mas jcon qu6 -o, dice
Dtneiiquit me Ddnus, et Damiaiu oblitris est m u - u.
&x, 14.
t Quia est hic [seu qurilis eat hic] l i h r repudii mrtrls vestrae,
quo diiiri eam ? - B. 1 1 .
1A u t q & e i t ~ r m a , a t ñ ~ m ~ - U a q .
el M o r : Si he *odiado verdaderamente B vuestm
m&, donde está el libro 6. W l o de repudio que le di al
deepedida da mi casa? i Quién tiene este libélo? ;Qnibo
lo ha visto jamás* ?
184. Naturalmente salta aquí B los ojos la a b i o n at
capitulo u i v del Denteronomio. Mandaba la ley, qiie si
alguno descontento devan legítima muger quisiese repudi-
orla (lo cual como esplicó despues el Mesias mismo. m16
ie permitib B los Judios (diciéndoles) por la: dureza de
vuestros C O T ( I I C ~no ~ ~lo) hiciese, ni pudiese hacerlo sin
dar B la muger antes de despedirla un libélo 6 una escri-
tan auténtica, en que declarase que aquella muger que-
daba libre : que el contrato matrimonial quedaba disuelto :
que él cedia de todo su derecho: por consiguiente, que
aquella muger podii m e conotro, segun su voluntad.
A esta ley alude aquf manifiestamente el Sefior, cuando
hablando con todos los hijos de 55611, les pregunta por el
libro 6 escritura de repudio que di6 B sn madre al despe-
dirla de su caaa. Como si dijera : es verdad que yo eché.
de mi casa B ruestiP madre en el momento de mi indignu-
cion, por la enormidad de sus deiitos ; mas no es lo mismo
ecbprla de casa que repudiarlo. Si cuando la eche de
ossa no le di libélo de repudio, como está mandado en
vueetra ley. con esto solo di B entender, que no la echaba
para siempre : que no cedía de mi derecho : que no disol-
via el matrimonio : que ella no quedaba libra para despo-
sana con otro Dios, sino del todo sujeta B mi dominio.
Por consiguiente que podia llamarla otm vea, y que en
efecto mi intencion era llamarla cuando me pareciese,
cuando hubiese sufrido sn doble confusion, cuando hubiese
recibido q n su mérito$. Tampooo oa he rendido d
os otros, prosigue el Seiíor, y si no que comparezca el
comprador : muestre la escritura de contrato, 6 mi recibo,
del precio que di6 : ,j 6 quién ea mi acreedor, 4 quidn, os
Ubi supra.
f Ad duritiam cordii veatris.-11101. xix, 8.
-
Duplicia pro omnibas pecccrtis anie. Zmi. xl, 2.
b wendido ? Si os he vendido, ha sido devalde, ha sido
rin pm&; lo cual M) merece coa propiedad el nombre
d e venta. Por eeo les dico en el mlmo xli, 12 y 18:
Nor entregaste como m g a s de vianda: y nos espar-
cirte entre ku &u. Vendiste tu pueblo sin
precio *.
185. Todo este misterio conforme lo ramoir viendo ea
el testo de Isaípe, la leemos mae en breve, y pintado ooo
colores mos vivos y mas &ros en el Roíeta mas lacóni-
m, que por eco miamo parece el mas osoaro de todoe.
Mandó D i s al profeta Oséas que buacase una muger,
d de M amigo, y adúlterat :que se desposase con
ella, y la amaae: así como el S&r ama 6 los buos da
Lrdl, y rUor vvcluen los ojos 6 dioser agenos, y aman el
orujo de las uvas$. Haiiada esta muger sin gran diñ-
coltad, hecho el contrato y desposado con ella, el profeta
tuvo orden de Dioe de apartarla de sí, y de ponerla en las
manos, no libélo de repudio, aino otra eapeoie de libéb
mucho mas breve, 6 una deciaraciua formai en estas
precisas palabrati : Díchos dias me agwr&rás :no forni-
car&, ni te duuposar6.s con otro: y tambien yo fe aguar-
davl & ti$ El Profeta mismo esplica luego al punto el
enigma, diciendo.
Porque m11chos dias rrtáran h hww ds Iwaél sin
r#y, y rin pfndpd, y sin. sacti>cio, y rin altar, y a b ~
efód, y sin teratner : Y de- de cuto volverhm los kjbt
& Israél, y b w c a r h a l S& SU D h , y 6 Dwid w
rey :y se acercarhn con t~ al S&r, y 6 rur bhw8
en eljín d i lor diarjj.

Dedisri nos tuoquun ores ~~m : et 'in gendime disperstti


-
nos, Vendidisti populum tuum sine pretio. PI.Jüi. 12, e: 13.
Dilectam amico et du1teram.- Oles. ii, 1.
f Sicut diigit Dominus filioe I s m l et ipei respiciunt ad deos alie-
nos, et diügunt vinada nvarnm.-Id. ib.
Dier multos expectabis me : non fornicehris, et non eria viro;
sed et ego expectabo te.- Olec. iii, 3.
11 Quia diea multos sadebunt dlii Is&l sinb rege, et sink p h .
m6 LA VENIDA DRL MISSIAS
180. Veis aqui el eritado mimrable de soledad, y de
wniadera vides en que quedó Sión despnes del Mesías, y
en que la ha visto y ve iodavia todo el mundo. Bate err
i d o se representa aquí aon la mayor vivese y propiedad
poaible. Desde qne el Befior la apartó de si, no ha Be-
cbo otra 'cosa que esperar : y esta esperanaa, esta espeata-
oion ba sido sri hico oonmelo, en medio de sus grandes
tcibukmhm (como m le encarga en m especie de libelo):
M& diar rr agwrde*br. Ea es- muchos dias
que ya se pueden contar por m i l h , ni se h a casado
W n oon otro Uoe, ni tampoco ha caido jamás ,en aiguno
b aquellos eacaros, que tanto la deshom~aanen atroa tiem-
poe (amo tambiem se le swarge en sa libélo): no fomi-
ea& mi te -Ot6a wn otro. Aun rus mayorea eueiai-
goa se ven precisador 4 confesar la verdad, y dar tes-
h o n i o de au honradea en este punto particalar. Todos la
aeriean, la reprenden, la condenan por BU duresa, por su
w a d , por su ostinaoioa, y por otros delitos, 6 ver-
daderor 6 supuerrtos; mas ningueo la acusa, ni la ha am-
sade jamás, desde el Medan haata o1 dia de hoy, de aquel
emmo beiiibleque la Eeoiitura d i h llama fornieaaion :
esto es, de idohtrla: mucho menos de irreligion, ni de ate-
d.Estas doa cosas, que ee le encargan 6 m le enuncian
en. err aspeeie de libblo, las ha observado y l a está
obuervamde eon toda aquelle fidelidad y perféccion, de que
es eapars en el atado presente. Primera : Muchos dMs me
aguadamís. Segunda: mfirnicah, ni te desposar&
uoa otro.
18'7. Queda la tercera, que no totm d ella, eiw B Dios :
y taarbien yo te aguardaré 6 ti: la cual debemos creer
que el mimo Dio13 ha eumplido y edá cumpliendo por su
parte. Ea decir, que la está esperando, y la espera haeb
aquellos tiempos y momentos, quepuso el Padre en su pro-
cipe, et sin&sacrificio, et einbaltari, et riab ephod, et s a therspbim :
Etpoat 4912reverteotur6iii LrseZ etquaenot I)ominuaDeumeunm,
et David regem euum : et paveb- ad Doieinum, ct .d bonam e)M
in novimimo dienios.-0m. Üi, 4 e# 6.
pie psdarf, lo6 cuales llegados, la 1llrmnrB otra v a 4 sí,
y elLI oirá ru voa dentro de im m a a o : Irá, y d d 6
G p r b w naridost : y tal v a dirá &nibien bajo de &a
siditad : Me leuonlat-6,6 ir6 ti mi padrr, y b dird Padm,
pqrd centra el d o , y delante de tí: Ya w wy ditpa
& ísr llamado tuyo: hazme cornu, 6 uno de tua jor-
-2. VdverCi, digo, á cera del esposo (el cual M
mwió 6 rioiscricordiag) la recibirá entre rus brama, re ol-
v i d d de todo lo peeado, la restituirá oooinñnitu ventaja
P an primera dignidad, la fvndaríi y eatablmwá de nuevo
con rsgmjo de toda la tierrall, la dará la posesion de 6
dos sae demhari, le cumplirá búu promemes, que portan-
ta siglos han d a d o tmpensari, y en sume, ie acabarán to
dos sar trabejoe: Y ducrpw de tato wolvsrdin lar hijos dr
Israél y buamarán al i%kr w Dior, y ú David su rey :
y r r ammtuánoor, t a n a r d S s i O w , y & n i . b ~ s r s l # n
ala lor diai. Y uuno dice el mismo Profeta en el cnpiide
aPtecedento, ver. i5 y siguiaates, cantará oüi W n br
QiardsruaoorQad, yaugurlosdiaa~qwaaliódetwrc
rade e i p t o . Y acacrrQ en aquel dia, diCd el SeSíor:
rs llamará :marido r i o ...
Y te deqoaard conmigo para
siempre : Y te deaportaré coanigo mjurticia, y juicio, y
en m ~ e r k w d i ay, m c l d . Y tm ckqom+d conmigo
en fa: y inbrQI qw yo roy el Seiimq.
188. Yo no ignoro ,&go+ ni voi pxbia ignorar, qm.

Qure Puter p o e d t in su8 potestate.-Act. i,7.


-
1. Vad-, et revertu ad virum meum priorem. O m . ii, 7.
f Snrpn, et ibo ad patrem meum, et dicam ei : Pater, peeeavi c
in carium, et coram te : Jam non sum dignus vocari fiiiua tuus : fsc
me, h t nnam de mercenarii tuis.-hc. m, 18, 19.
8 Miicriwdih mur-Id. 16,eO.
\I ELultatione nnivenee teme. -P#. xl& 3.
(r E t canet ibi juxta diea juventutis sus, et juxta diea iweiirionir
suee de terre Bgypti. Et erit in die illa, ait Dominua: vocabit me :
Vi meoe :... ~ t s i o n i a b ote mihi in mmpiternum : et sponaabo te
mihi in jdtiu, e t jndicio, et in misericordia, et in minerationibus.
Et sponirbo ta mihiin fide :et reier quh ego Dominus.-Oaee. ii, 16,
i6,i9, m.
m LA V E N I D A DEL I R S I A S
tudo este misterio admirable, contenido en el b r e v í h oa.
pitulo iii de Osens, se tira á acomodar del modo posible
á la cautividad de Babilonia. y d loa que volvieron coa
Zorobabel; mas tampoco ignoro, ni roa podeis ignorar, que
esta acomodacion, por mas esfuerzos que se hagan, solo
puede llegar hasta la mitad. La otra mitad debe quedar
fuera irremediablemente, así por su enorme grandeza, como
por su absoluta inflexibilidad.
Muchoa dias estarán los Qijos de Iwadl sin rey, y rin
príncipe, y sin sacrijicio, y sin altar, y sin efód, y sin
terajEnes. -
,
IS9. Esta primera mitad del testo, separada de la otra
mitad, es facil hacerla servir 6 la cautividad de Babilonia ;
pues al fin, en todo este tiempo estuvieron los hijos de
Israél sin rey propio (y lo estan desde entbnces hasta aora)
estuvieron sin altar, sin sacrificio, &c. Mas si se unen las
dos mitades, como deben unirse, pues no son dos piezas
diversas, sino una misma; con esto solo se conoce al pun-
to, y aun se toca con la mano, que toda entera (la breví-
sima profecia) mira 4 otro tiempo, y t i otro suceso S-
nitamente mayor. Ved aquí la otra mitad, y no querais
separar lo que Dios ha unido.
Y despues ds esto volverán ios hijos de Isradl, y b w -
carán al Señor su Dios ... y se acercarán con temor al
.Señor, y á sus bicnes en el Ifn de los dias.
190. Unidas estas dos mitades, acomodad el todo que
de ellas resulta 4 la cautividad de Babilonia y 4 la vuelta,
y tocareis con las manos la repugnancia é imposibilidad.
* 191. En primer Ibgar: los que volvieron de Babilonia
lejoe de buscar 4 su Dios, como lo anuncia la profecia, di-
ciendo: desprces de esto uolverán los hijoo & Isradl, y
6uscarán al Señor eu Dios, no pensaron en otra cosa, que
en buscarse 4 si mismos, y en establecerse cbmodamente:
tado, que pasados algunos aiios, fué necesario que Dios
les enviase dos profetas, Ageo y Zacarias, para acordarles
el 6i principal de su venida, que era la reediñcacion del
tamplo destruido por Nabucodonosór. Así los reprende
U N G L O R I A Y MAOBS'PAD. 1
s
el Sefior por Ageo, cap. i. Este pueblo dice : No. es lle-
gado aun el tiempo dc que la casa del Señor se edijque.. .
j Conque teneis vosotros tiempo para morar en casar
artesonadas, y esta casa serh desierta ? ... porque mi
caso está abandonada, y la prisa que mostrais cada uno
es para su casa. Por esto se yrohibi6 á los cielos~que
diesen agua para vosotros. y se prohibió á la tierra q w
diere su fruto*.
192. En segundo lugar : los que volvieron de Babilonia
lejos de buscar su Dios, empezaron luego 4 quebrantar
una de sae leyes mas sagradas y mas fundamentales ; cuya
inobservancia habia sido siempre fiinestisima para la mayor
parte de la nacion, su eschndalo, su ruina, y la causa p n n ~
cipal de todos sus trabajos. Empezaron, digo, 4 casome
con mngeres estranjeras é idblatras, como si ya no les obli-
gase aquella ley que dice: N i tomarás de sus hijas mu-
gerespara tus hijos*. Esta transgresion fui? tan univer-
sal en los que volvieron de Babilonia, como se puede ver
en el capitulo ix del libro 1de Esdras, que empieza asi.
Y acabadas que f m r o ~estas cosas se llegaron 6 mí
los príncipes, diciendo :El pueblo de Israkl, los sacerdotes
y los h i t a s no se han separado de los pueblos de astas
tierras, ni de s w abominaciones ...
Porque
- han tomado
.
de sus hijas para si y para sus hijos.. y la rnano.de loa
principalea'y de los magistrados ha sido la primera en
arta prevaricacion. Y luego que oí eotas palabras, rasgud
mi manto y mi tfinica, y mesé los cabellos de mi cabeza y
de mi barba, y rns sentk tristet.
Populm iste dicit : Nondam venit tempui domha Domini tedi-
fieuidac ... 4 Nnmquid tempus vobis est ut habitetic in domibna jn-
questh, et domun iata deserta ? ... quia domns mes deaeqa est, et
roa f $ e b t i a nnnsqai8qne in domum suam. Propter hoc super voci
prohibiti nrntueli no d m a t mrem, et t e m yrohibita est ne daret
germen snnm.-&. i, 2,4,.9, 10.
t Nec ruonm de filiabui eorum w i p h W~Ut a j a . - M .
xxriv, 16.
f Postqusm autem hsec completa sunt, accesaerunt rd m princi-
pea, iiicentec : Non est separatus populus I s d l , Sacerdotes et Le-
TOMO 11. K
U)B. Y es de ootw aquí que este saato moertlote Ib-
dm r h o h Jera4h.1, enviado de Artajéjee, sesenta rróoo
puc~n)(ia b pnepoo despitee de Ciro ; y por consiguiente,
(lespues & !a época célebre de la vuelta de Babilonia.
' Conque to$n este largo espacio de tiempo h a b i i buaoado i
pdmicablsmente á Dios, quebrantado rus leyes mas -0-
Qo bo b,ijos de Ismél (siedo así q w de eUos dice Oneae):
oolumán los hijos da Israel, y buscarbn al Sañor nr
m. Nada digo de la observancia de1 ahbado, que
apenas habia quien respeíase erte dia tan eagrado, cwmo la
UQr6 y procuró remediar Nebemías, enviado del mismo
&tajé jeo, trece años despnea de Eadras: en aqwl dia,
dice el mismo Nebemlas, oí en Judá qua piaaban l q a r e r
n iábado, que accarreaban hacer, y oargaban s a b e
amor vino, y UUW, d h i g ~ ~ y ,toda carga, y lo entrabm
ea Jenualén en dia cb aábado, &c.*
194. En tercer lugar ; j cuál sería aqriel m rey Devid
qw b w m n loa hijos de Trreél ouando volvieron de Ba-
bidopio ? Biucarán al S&r ru Dios, y <S David nr rey.
Serla acwo Zorobobél hijo de David que volvió w n d o e ?
Qi, qte eerfa, pi by otro rey David B quien poder re-
& quellos tiempos. i Mas pop qob b n e w & quien
,Q* ponsigo ? i Acaso para sentarlo en el trono da sir
m? oa-?
i f'am ponerle al cetro en la mano y la m o n a ea
Para b ~ n r ~ r lyaobedeoerlo aomo legitimo eo-
b m ? i O cnoq Idor estaban ea aquel tiempo, así loa
J&r copio gl miamo Zomhabél, de eemejanta p e e -
mientos! Y las palabras que m aiguep y re mear&acon
temor ~1 Señor, y á sus bienes i como se verificaron en la
j m i popqib ~~ITWALU,e6 abominetioaibiu eorum ... Tulerunt
...
aPjm de 6iii.W eoruiw aibl et Wüs ruh mrnur, &m prineipum
e mqgistrataam fuit in t i n m i o n e h b primk Comque audk
m iermeneia btnm, driin mem. et tanlesm e t evelli os-
pilla cspitin mei et barbs, et aedi mmrene, &c.-1 M.ix, 1,
9, s.
Wdi in Juda doantes tordarh in eabbato, porhntea werroq
et qa6nntea mper whoa vinw, a t uvu, 6t fim, et oriiiia onari, et
iprtpsw b Jarusalem die mbbrti, &c.-2 & si%,15.
de Babilooia ! Y (estas otraa) en elpn ds Zoa dias,
que son aemo la llave de toda la pnofda, i d o ~ d em
oaloocia, ni qué ueo pueden tener en agueilos tiempoel
Todas eaiaa coaaa son sin duda demasiado graodes, d u m ,
é inñexibles; ni basta la fueroa, ni tampoco el iageeh .
para haoeilaa ceder.
195. V o l t aoro ~ B balas, h quien dejamos un m- .
mento para entenderlo mejor en Osbar No habiendo, pues.
tal repudio de Sibn, ni tal venta de sus hijos (prosigue
hablando el Yedaa), la razoa por qué be wdo aoa voso-
tros, y 'H>D v u m h madre de tanta +or y ~everidad,ha
sido la muchedumbre y gravedad de vuestros delitos : ved
que por twsrtnrs rraldadu hbeis sido uendidor, y por
ooiartrar peoadw ha repudiada 6 uyrstra d r e . Entre
estos deliba, ooa rer tPptor y tan pares, no nombra otro
en partiaukr, sino el m d mcibimieato que le bioieron en
su venida r Porque v k , y no Mia M r r : IZad, y no
h d i u qsiun oyese. Obra sefiai clara de loa tieiapps ds
que aquí se habla: becha esta declaracion de no haber re-
p u d i o h la madre, ni vendido Q los hijos, prosigue inme-
diatamente la consolatoria diciéndoles : ;P o r ventura re
ha acortedo, y achiaado mi mano, qrs t& pwcda reduir ?
;6 no hay poder rn mí para l h m u ? Y para que vean
que lo puede haoer, y que lo bíuá infaliblemente coino lo
tiene prometido, lee aoaeda en p o o ~ palabras,
r a d lo que
hizo euando los seoó de Egipto, como lo que está anuncia-
do en las Escrituras para los tiempos de su segunda venida.
Ved g w 6 mi amenazo ha& cbrisrto al w ,y pondrd en
seco ZM rior : M pudrirán lar pecd riri agua, y &irán
arr seco. Vtwtird los cielos de tinirblsr, y hw @rd un
saee por mbierta*.
1W. Visto, pnee, y examinado este primer instnimento,
la ewclwion sea, q w lejos de pob.r algo 08ntra Un,
Ecce in increpmtione mea dae- faciam mares p o n m flu-
mins in s i m m : compntreacent pisca sin¿ aquil, et .moriantnr in
ckl. iactiria o ~ l Wa r h , rt mcam ponam oprrimmtarn eo-
-
mm. Tisi. ls 2,8.
K 2
antes-prueba su favor. Prueba que es una esposa peni-
tenciada de Dios, no repudiada : pues cuando el Sefior la
arrojó de rí aunque con ira, y con grande indignacion, no
le di6 lib610,da repudio : por consigaiente no cedió de su
derecho, ni disolvió el matrimonio. BÍisquese este libelo
en todos los archivos públicos y dignos de fe, que son to-
dos los libros sagrados, y no se hallare otro, que aquel solo
de que acabamos de hablar, registrado en el capitulo iii de
Osbas.
Mirchos diaa nie aguardarás: no fornicar&, ni te des-
posarás con otro: y tambien yo te aguardaré á tí.
1W.Cuya verdadera inteligeniia es la que le da al mis-
mo profeta diciendo: Porque muchos di- estarán los
h&ou de Israél sin rey, y sin príncipe, y sin sacri$cio, y
n'n altar, y sin terajnes: Y despues di esto volverán los
hyor de I s r d l y buscarán al Señor su Dios, y á David
su rey :y se acercarán con temor al Señor, y á rus bienes
en e l j n de lor dias.

SE EXAMINA EN BREVE EL SEGUNDO INSTRUMENTO.


198. Para conocer la insuficiench y nulidad de este
in%trumentobasta leer el capitulo iii de Jeremfas, 4 donde
nos remiten; En él hallámos todo lo contrario de lo que
se pretende : y hall4mos fuera de elito, que todo este ca-
pitulo es una confirmacion de lo que hemos dicho hasta
aqnl sobre los Judios, y tambien de lo qiie todavia nos
queda que decir.
199. Se dice comunmente (empieza el Sefior hablando
con la casa de ~ u d 4 y, tratándola de esposa suya, aunque
infiel y adúltera): Se dice comunmente: si un marido repu-
diare h su muger, y separándose ella de él, tomáre otro
marido: i acaso volver&mas aquel 6 ella ? i acaso no será
aquella muger amanciliada, y contaminada ? maa tú has
.fornicado con muchos amadores: esto no obstante vuel-
..
vete h mi. y yo te recibiréf.
Vnigb dic.?: Si dimiserir vir uxorem anam, et recedeno ab
iSo, diixerit virum alterum : 8 numquid revertettu ad eam nltrh?
E N GLORIA Y MAGBBTAD. 183
200.' Por estas primeras palabras se'empiem ya 4 cow-
cer, cuan ageno estaba el Sefior de repudiar 4 Sión; pues
en medio de sus adulterios, con que estaba tan contami-
nada, la llama, la exorta, la ruega que se vuelva 4 el, pm-
metiéndola de recibirla, .y olvidarse de todo : a t o np obs-
tante vuelvete b mi ... y yo te recibird. En toda esta ex-
ortacioo, que sigue haciendo el Sefior 4 la casa de Judá
se ve lo que deseaba su penitencia y enmienda, para no
verse precisado 4 desterrarla B Babilonia.
201. Entre las cosaa que dice el Se6or quejandose de
la ingratitud de Judá, una es, que aun habiendo visto por '
suiojos el castigo' terrible que acababa de dar 4 su her-
mana mayor (esto es, á la casa de Israél compuesta de
diez tribus) 4 quien habia desterrado 4 la Asina y Media,
dándole libélo de repudio: con todo eso no habia escar-

mo le habia semido de mayor incentivo *


mentado, ni entrado en temor; ante8 parece, que esto mis-
soltar la rien-
da B sus escesos, y multiplicar sus adulterios. Y vi6 la
prmaricadora Judá m hermana, que porque habia Al-
terado la rebelde IsraéI, Za habia yo desechado, y dado
libélo de repudio; y no tuvo temor la preuaricadora,
Judá su hermana, mas se fuk, y ella tambien fornicó.. y .
adulterb con la piedra y con el leño*. j Quién pensara
qae estas palabras se trajesen B considsracion, y que con
ellas i56 intentase probar que Sibn es una esposa r e p u d i a ?
i Con qué justicia? i Con qué razon? j Con qué apari-
encia ? i Acaso por aquellas palabras, la habia yo dese-
chado, y &do libdlo de repudio? Mas esto i de quién se
dice? i De qu6 tiempo se habla, y en qué sentido?
202. Cualqniera'que lea este testo seguidamente cono-
1 numquid non poiiuta, et contaminata erit mdier illa? tu autem
forhicata e8 cum amatoribua multb: tamen revertere ad me ...et
-
ego suscipiam te. Jnein. iii, 1.
Et 'vidit przvaricatrix soror ejus Juda, quis p m eo, qubd m a -
chate,e.sietavereatrix Israel, dimbisaem eam, et dediiiem ei libellum
repudii : et non timuit, praevrrri~atri~Juda soror ejus, sed abiit, et
fornicataeut etiamipaa...et mmchata eat cum lapide, et lino. &C.-
Jcrnn. iii, 7, 8, 9.
mní al punto, lo primero : qiw no se habla de h ti-s
pbwterierea d &íesías, siho muf anteriorea non d 18 cantivi-
&adde Babilonia ; pues Jaremias ampebó B piaf&pr en
tiempos de Jodas: eato es, mas de seidentoa a b i I d h
del Meelas, y aquí habla de le idolatria de Judá, que sooa
dia en su tiempo. Lo segundo r que m hable del Lb& de
repudio dado B la cma de Isradl adfíitera y juntamente oib
mitica, que se habia separado de m hermena la oaso (le
Jud4, donde estaba Lli6~,6 la o6rie.y cenüu de unidad de
la verdadera reügion. Lo temero y principal: qtie se ha-
bla de la cara de Israél, no consideda eomo Iglesia de
Dios (pues mtes se había saiido de la iglesia) sino conride-
rhda solamente como reino y como coea diterse de la cam
y reido de Judá. & s i t a don reinos 6 mtas doe o- Uo-
man en la Escritura dos hermanas, esposas de D ~ I utm :
mayor porque comprendia di- tribus, otra m m r ponyse
mmprendia solas dos : ila primera w le da el mombre de
Odia : 4 la segnnb de Odiba, tíme ests w 06 di- por-
que Dios hviese en q u e 1 tiempo dos a p e s ~ sQ dos i g b
sise d i v m iBM, porque ler dos Be- , ambas reiees
independieates en coanb al reho terreno, debien compd6er
una r e h , una @&a, una *osa del verdadero Dio& Y
w> obstante, la mayor se habi separado de la meaor (de-
jándola-la me- m su separacioa) y esto no solamente en
cuanto nl reino terreno, smo tambien en ciuioto 6 le rdi-
gíon, seprr4udose (por pura política mnmlana, que d la
verdaden wte del mando) eeparándose, digo, al mismo
tiempo, de's11 Dios, de sus leyes, de art calto, de su .fa,de
su esperanaa y de sus obligaaiones.
203. Puee 4 eata Isermana aiaybr, oismátioa, adtüillera y ,
prostituta de profesion, dice el Sefior, que al fin la arrojó
d e eá, y le di6 libélo de repudio : inas no dice esto de la
hermana menor, de la casa de JudB, de Sión, dwde eetaba
y debía es& por ktitrrciom saya, la esposa propi~mente
dicha: esto es, lo activo de la religion, 6 la c6rte y cem
de la verdadera Iglesia de Dioe. A esta la desterró 'tam-
,

bien á Babilonia despues de algunos afios; mas so le ¿ió


BN B L O R l A Y MABBSTAD. m
líb6b de repudio, no se disolvió ei mabrimoni6, m> Iu dejé
ea b r t a d para caaanie oon otros dioses ; entes por el coa-
traiio, deseando ella este lib4lo de repudio, deseado que-
der en plena libertad por b~ suma oorrnpcion de su corazon,
la deolara el Sefior por el profeta Eeeqniel, enviado es&
ordinario en aquellos tiempm de su destierro, que no c o s
seguiria de modo alguno lo qae deseaba y pensaba: Y no
se cmnplirá el designio de vuestro ánimo, c d o &cb:
Serdmor amo las gentss, y como loapucb.lo8 de la tierra,
para &ar los kiioa y l a piedros. Vivo yo, dice e1
Señor Dios, qw cm cnafiofuerte, y con brwe esten&&,
y con furor d i d o reinar¿ sobre vosotros. Y os rol.
card de loapuéblar: y os congregare de las iierrw, en
&m& habeia sido disperros, con mano roburta, y con fi
ror encendido reinar¿ mbre vosotros*. Esta parece la
verdadera mson porque habiendo vuelto de su destierro IR
hermam menor, ao vdvib k hermana mayor, ai ae sabe
hasta aora con alguua distiuuion y clerided don& se halla;
no po-e se ha$a perdido ente&eete, ni porque se baya.
mescledo y oonfundido w n . h otra8 naciones, ni tarapoca
porque no baya de volver ja&, sino porque t o d a 6 no ha
llegado su tiempo. i Y peneais, aeiior, que este tiempo no
llegará ?
204. Yo supongo por un momento, que ya no os aoor-
deis de todoe aquellos lugares de la Escritura, que qnedaa
notados y copiedae en a t e fenómeno de loa Judios. Tam-
bien quiero suponer por otro momento, que se hayan per-
dido todas las profeclas, y todos cuantos libros 6 p i e m di-
versas componen la Biblia sagrada, ein quedarnos otra c o a
en d din de hoy, sino e s h e n t e el capitulo iii de Jeremías,

Neqne eogi&tio mentis veatrae fiet, dicentium : Erimus eicut


gentes, et nicut cognationes tema?, ut colamus l i p a et lapides. Vivo
ego, dicit Dominus Deus, quoniam in manu forti, et in brachio ex-
tento, et in furore effuso regnabo nuper voa. E t educam voa de
populh : et congregaba roa de terris, in quibue diapersi estis, in ma.
n i vaüde, et in brschio crtento, et in furore effuso regpabo ruper
TM. - Ench. Y, 32,33, et 34.
M LA VBNIDA DEL M 8 i ) I A S

Aun em eete caso tan deplorable, y con solo eete instrumen-


to,,PO podiamoa mirar B las diee tribus (mucho mems
Sión) como del todo abaiidonadas, sin remodio y sm espe-
ranza. Proseguid leyendo el mismo capitulo, y antes de
Uegar B la mitad, empezareia 4 ver con. admiracion en lo
que.+ al íin el repudio de la hermana mayor, y la bon-
dad del Sefior para con ella. Anda (le dice 6 Jeremias
v. 12) anda, y da voces contra el aquiloa (Bcia donde habia
@idoventilada oien afios antes esta hermana mayor) 11Bma-
la, convídala, exúrtala que vuelva B su Dios con todo su
corazon. Dile que estoy pronto B recibirla, y la recibir4 '
ea..efeoto, no obstante haberle dado W l o de repudio. Dile
en mi nombre, y asegúrale de mi parte, que mi indignacion
contra ella, aunque grande y justísima; no es irremediable :
que no quiero de ella otra cosa, sino que conozca su ii~i-
quidad : que conoe~ay confiese que ha pecado contra su
Dios. Anda, y g r i t a a t a s palabrad .contra el Aquilon,
.
y ,dirás: Vuélvete, rebelde Israél,. . y no a p a r t a r é mi
.
cara & vosotros :porque Santo soy yo,. . y no m eno-
jaré por siempre. Con todo e80 reconoce tu MMad;por-
'

que .cMtaa el Señor tu Dios has prevatioado: ... Vol-


veos, hgos, que os retirmteh, ... porque yo'wy uusrtro
marido*.
2%. S i esto os parece todavia poco claro en favor de la
hermana mayor, seguid leyendo un pocb mas, y vereis co-
mo la exortacion pasa luego, aunque insensiblemente, á
profeda (lo cual es frecuentfsimo en todos los profetas).
Asl prosigue el S e h r inmediatamente. diciendo : Volveos,
higos, que os retiradeis (6 rebeldes, como leen otraa ver-
eiones) porque yo soy uuestro marido ; y tomard de U080-
tros uno de cada ciudad, y dos de cada parentela, y os '

Vade, et clamr.sermones toa contra Aquilonem, et dicea : Re-


vertere avenatrix is&l,. .. et non avertam faciem meam B vobia :
qiiia aanctue ego sum,... et non irascar in pcrpetuum. Veruntamen
scito iniquitatem tu-, quia in Dominum Deum tuum prcevaricata
-
ea :... Convertimini filü revertentea,. .. quia ego vir vester.'
Jmem. iii, 12, 13, el 14.
introdtwb-/ m Sión. Ya desde aqul empieza la profecía.
Eetae'son las reliquias preciosas de IsraB1, de que tanto se
babla en los Profetas: de que S. Pablo habla en varias
partes, especialmente en la epistola á los Romanos, cap. xi,
de que se habla en el Apocalipsis, cap. ni, cuando se sacan
de cada una de las tribus doce mil sellados con el sello de
Dios vivo, %c. De este modo prosigue Jeremías en lo
restante del capitulo iii, anunciando cosas del todo nuevas,
que hasta .aora ciertamente no hnn sucedido. Por ejem-
plo : v. xvu, En aquel tiempo I h m r á n á Jerusalkn Tro-
no del Señor ; y serán congregadas 6 ella todas las na-
CiOIMB en el nombre del Sefior en J e r u s d n , y no andarán
tras la maldad de su corazon pdsirno*. El misterio que
aqui se empieza B divisar, lo observarémos en otra parte.
En aquellos dias (prosigue diciendo v. 18) la casa de Judá
i r 6 h la casa de l s r d l , y vendrán á una de la tierra &l
Aquilon (y de todas las regiones, como se halla en los Se-
tenta) & la tierra que di 6 vuestror padres+.
206. Esto último i cuando sucedió ? i Acaso en le vuelta
de Babilonia? Falso y falslsimo por la misma historia
sagrada, y por todos los monumentos que nos quedan de
este suceso. La casa de Judh, que .fué desterrada á Babi-
lonia en tiempo de Nabucodonosór, esta volvió de Babilo-
nia con licencia del rey Ciro, sin habérsele pasado por
el pensamiento el ir primero B buscar A su hermana mayor
(con quien habia vivido siempre en suma enemistad) para
venir junto
- con ella á la tierra de sus padres. Eeta her-
mana mayor quedó en su destierro, en su cautividad, en su
disperaion; ni hubo entbnces, ni hubo despues, quien la
fuese A llamar. Y aunque la hubiese llamado alguno, es-
taba escusada legítimamente por no haber lugar para ella
In tempore iiio vocabunt Jerusalern Solium Dornini : et congre-
pbuntur ad eem omnee gentes in nomine Domini in Jerusalern, et
non ambdabunt post pravifstem cordia aui peasimi.- Jmm. iii, 17.
f In diebiii illia ibit domns Jude ed donium Ierael, rt venient si-
m d de t e m Aquiioniri (et de omnibur regionibus) ad t e m , quem
-
dedi petnbus vestris. Jum. iii, 18.
en fa tierra de sus padres; estando toa oovpda, ~ s e w s
Jadá y Benjamin, con las naciioaed que babie mriado 4
poblada Sahnenasár e00 aóoe antes de Cim *, En a t e
de~üermbs -do baata ama a m o perdida, g b estaré
b t a su tiempo. F n aquellor dMs la cara de J d irá 6
la casa de Imaél, y vendrán b ulra de la tierra del Aqui-
lón (y de toclas la.s r e g k s s ) tí la tierra, gris dí á
vrestros padres. Ea cierto que m ~ b e m o soumdo ni m-
mo podrá esto e& ;nms esta ignorancia pmpia noestte,
rsspedto de 10 futuro, no p u d e m rma teeon auíiciente
para wgwb 6 despreciarlo, 6 eebarkr d &os sentido8 cs.
nooidmente violentos, 6 puramente acmodaticies. Tracsd
4 la memoria aquella trompeta grande, de que tia- en
otra parte, que, como se dice en Isaías, se debe tocar ea
algun dia para este h. E n aquel dia resonarir una gran-
de trompeta, y vendrán los que se Rabianperdido de tier-
ra de los Asirior, y los que habian sido echados en ,tima
de Egipto, y adorarán al SeSior en el santo monte en Je-
rusalén t. Tmbien podeis acordaros de aquel otro Itkgar
del mismo Isaíaa : Y alzará bandera h las naciones, y
congregará los fugitivos de Irraél, y recojerá los disper-
sos de Judá & las cuatro plqgas de la tierra $.
m. En m m , no perdamos tiempo in6tilrnente: todo el
cap. iii de Jeremías nada prueba contra Sión, antes oair-
firma y combora todos loa insttnmentos (tantos y tan
claros) que tiene á su favor. Por eomiguiente, w hay
razon alguna para decir que es una esposa repudiada ; sino
una esposa penitenciada, que está cumpliendo an p&-
tencia, basta que acabe de reciiir enteramente de &
mano del Señor a l doble p o r todos sus pecadoi 9. Y
4 Reg. xvii, 24.
.) Ie die alo elengatrn iii tuba iriqpa, ct venieat qoi pcrd* fhc
nant & $erra Aieyriorum, et qui qjecti eraxtt. in T& &gypti, e(
adorabuat D o m b m in monte e ~ ~ ein t 3ewalem.-
e Zmi, uvii, 13.
3 Ilr levabit &pmn in nadoma, et ceparegabit prodagos Banel,
ot dispercos Juda d i quatuor plagia ten- &e. - hi.ti, l&
5 De manu Domini duplicia y o oaaik a&--&
xl, 2.
BN GLORIA Y MAGWTAD. la0
a m o elh~misma diae en espíritu por Miquean : No te ArrC
m,enemiga IUQ, a 8 b r ~A, p ~ p CI1 e : M Isoaaiard
ea tinidbldb, el Sañor e8 ni &m.
ovanlo eutuviere ~~ltada
LIawrl robra mi la ira dsl ScBw, porque p q J eonwa
dl, h t a que juegue mi cauaa, y M declare a rri fa-:
me 9 a c d tí luz, verá sujwticicr. Y lo w+6 mi e a ,
g d d k t a de confwrion la qus me dica: ¿En don¿¿
mtó el Señor D h tuye* ? Considerad, amigo, estor pala-
brm del &pirita Santo que habl6 pe* sou profeku y wii-
BYBsrdlsi ca staocion, dando lugar gi Arios re-.
Si las leeis en m propia fi~entewn todo su santerto, ba-
llareis ciertanienta muoho mes de lo que soy capes de rs-
Be*,

A R T I C U L O IV.
CUARTO AIPECTO.

SE CONSIDERAN LOS JUDIOS DESPUES DEL MISIAS, Y 8U


MUERTE, COMO PRIVADOS D E LA VIDA ESPIRITUAL Y
DIVLNA QUE ESTABA ANTES EN ELLOS SOLOS : P O R CON-
SIGUIENTE COMO MUERTOS: CUYOS HUESOS, CONSUMIDAS
LAS CARNES t , SE VEN ARIDOS Y SECOS. Y DISPERSOS SOBRE
EL GRAN CAMPO D E ESTE m.Y S E PREGUNTA: S i
mCASlTaO TElVDRA PRJ O KO.
208. E n a t e cuarto y Gltimo aspecto poco tenémoa que
observar de nuevo: ya porque Iss cosas principales qap
pudiéramos observar, quedan suficientemente abserrPdas
en los tres aspectos precedentes ; ya tambien por qua nos
aorra todo el trabajo- una célebre y admirable profecía que
hallhuios en los libros sagrados : la cual rola comprende y
Na imterle, inimia sea, a g e ? m, qaiir d d i : c a r 6 u w
cmm sede.m in t.mbrg : Daiiinus 1- mes m~ Irrm Doniiii peitic
bo, quoniam pewvi ei, donec causam meam judicet, et faciat judi-
ciur mcum : s d n a t me iri IUW, rideho jmi- . rapiciet
e j ~ Et
W a s mes, & operie.tar conkisione, qaa dtcit ad me : z übi ebt
b i m m Dtw tws ? meh. rii, 8,9,10.
-
t Conaumptir carnihus. Job. kix, 20.
reune con admirable eimplioidad y claridad, todo oaanto se
halla esparnido en las otras proteciw. qiie anuncian mieeri-
cordiae 4 la casa de Jacob. Asi, toda nuestra obsewacion
debe convertirse únicamente ti esta misma profecía célebre
que vamos B copiar aqul.
209. E l estado miserable en qae quedb toda la casa d e
Jacob despues del Mesías (el cual debia ser para ella por
su malicia é iniquidad piedra de tropiezo como estaba
anunciado en Isaías, capitulo viii, ver. 14, con eshs palabras :
MCU.en.piedra de tropiezo, y en piedra de escándalo 6
las dos &aas de Ieraél, en lazo y en ruina á los morado-
res de Jerusaldn. Y tropezarán muchos de entre ellos, y
caerán, y serán quebrantados, y enlazados, y presos)*.
Este estado, digo, en que ve todo el mundo 6 la casa d e -
Jacob, y juntamente el otro estado todavia futuro, 4 que
debe pasar despues de este presente lo mostró Dios en una
vision estraordinaria, y bajo onas semejanzas las mas pro-
pias y naturales al profeta Ezequiel, como él mismo lo
d e r e en todo el capitiilo xxxvii de su profecia por estas
palabras.
n o . Vino sobre mi la mano del Señor, y me sacó fueru
en espíritu del Señor: y me dej6 en medio de un campo
que estaba lleno de huesos: Y me Ilev6 a l rededor de
Bllos : y eran en mas gran número sobre la haz del w n p o ,
y secos en estremo. Y dijome : hijo de hombre, i crees t&
acaso, que vivirán estos huesos ? Y dije : Sefior Dios, t ú
lo sabes. Y dijome : Profetiza sobre estos huesos : y les
dirás : Huesos secos, oid lu palabra del Señor. Esto dice
el S&r Dios á estos huesos: H e aquí yo hard entrar en
vosotros espíritu, y vivireis. Y pondrd sobre vosotros
nervios, y hard crecer carnes sobre vosotros, y estetaderd
piel sobre vosotros : y os dard qfritri, y vimreis, y sa-
breis que yo soy el Señor. Yprofetizd conu, me lo habia
In lspidem autem offensionh, et in petram icandali duabus
domibus Lrael, in laquenm et in rninam habitantibus J e r d e m .
Et offendent ex eis plnrimi, et cadent, et conterentur, et irretientur,
-
et capientur. Imi. rii, 14 e# 16.
manda& :maa cuando yo profetizaba, hubo ruido, y L
aquí una ummcion : y ayuntáronee hueso&á huesos, c&
uno '3su coyuntura. Y mirk, y vi que wbieron nervios
y carnes sobre ellos : y se estendib en ellos piel por encima,
mas no tenian q h ? ' t u . Y dijome :Profetiza al espíritu,
profetiza. hvo de hombre, y dirás al espfritu: Esto
dice el Señor Dios: De los cuatro vientos ven, 6 espfritu,
y sopla sobre estos muertos, y revivan. Y profetizi
c m me lo habia mandado: y entró en ellos espíritu, y
vivieroa :y re levantaron sobre sus pier un egdrcito num-
ros0 en eatremo. Y me dijo: Hijo de hombre, todos estos
huesos. la casa de Isradl es : ellos dicen : Secáronse nues-
tros hucsos, y pereció nuestra esperanza, y hemos sido
cortados. Por tanto profetiza, y -les dirás : Esto dice a
el Señor Dios: He aquí yo abrirk vuestras sepulturas, y
os racard de vuestros sepulcros, pueblo mio, y os conducid
h la tierra de Isradl. Y sabreis que yo soy el Señor,
cuando a b w e vuestros sepulcros, y os sacare de vuestras
sepulturas, pueblo piio: Ypusiere mi espíritu en vosotros,
y viviereis, y os haré reposar sobre vuestra tierra : y sa-
breis que yo el S&r M I ¿ , d hice, dice el Sefior Dios*.
Fectr e.st super me manua Domini, et eduxit me in apiritu Do-
mini : et dimisit me in medio cempi, qui erat plenus ossibus : Et ck-
mmduxit me per ea in gyro : e r a autem multa wlde super faciem
campi, siccaqne rehementer. Et dixit ad me : fili hominis, pntasne
vivent a s a ista ? Et dixi : Domine Dew, tu noati. Et diiit ad me :
Vaticinare de ensíbus istis : et dices eis : Ossa &da, audite verbum
Domini. Haec dicit Deminuli Deus ossibus his : Ecce ego intromit-
tam in vos npiritum, et vivetis. Et debo super vos neivoa, et auc-
ereseen faciam super vos carnes, et superextendam in vobia cutem :
et dabo vobis spiritnm, et vivetis, et scietiu quia ego Dominua. Et ,
prophetari ~ieiitpraacspemt mihi : fictua est autem soniha, pmphe-
tente me, et ecce commotio : et accesaerunt ossa ad O M ~ unumquod-
,
que ad juncturam auam. Et vidi, et ecce super ea nervi et carnss
sscenderruit : et extenta est in eis c u h dauper, et spiritum non ha-
bebant. Et d i t ad me : Vatihare ad spintum, vaticinere fihorni-
nia. et dices ad spiritum: H ~ e cdicit Dominns Denn: A quatuor
rentb veni, syllihui, et h u l e super interfectos ietos, et reviviamat.
Et prophetavi aicut praeceperat mihi : et i n p s u a eat in u spiritun,
%B L A VBNIUA U H L MEBIAS

211. Segpnda parte d d e e1 v. 15. Y vino 4 mi k paila-


bra de4 Señor, diciendo: Y tu, hgo dsl honlire, t h t c
IW 1& (6 una vara) y escribe en dl: A Judá, y 6 l~
..
hijw de Israél suo compaiíaros: , Yjtrntalos el uñ Cdiio
con el otro, para que sean uno solo :y re harás uno en t w
mano. Y cuando te hablaren los hvor de tu p b l o , di-
CiPAdo: ¡No nos dirás lo que quieres signijcar con e s t a
cotas ? Les dirás : Eato dice el S e k r Dios : He aquí YO
tomare el kño da Josd, qw está en la mano dc Efraín,y
l a tribus de I s r d l que le están ~nzdas:y Zas PO&
juntas con el leña de J&, y lar liar4 un solo leiio: y
serán uno en su mano. Y eotarán en tu wuauo, Ú v k t o de
ellos los le% en qre eacribierss. Y lea dirús : Eoto i b
el Sefiar Dios: He aquí yo tomaré á los hijoe de 1 4 1
de en medio de lClS naciones, 6 donde fueron :y los recqjerb
da todas partes, y loa conducirti á ou tierra. Y los har4
vna aaciolr ovla en la tierra en los rrosates de Israél, y
aará roZo un rey que loa nisadr 6 dodor : y WRCQ mw
srtái, deo pwebh, ai se diuriJirhs en lo venidero en don
rui~os. Ni ae c~ntaminarírsgtna con nrrr ídolw, y m
s w aborniñadiones, y oon t o d ~ w maldadea
s : y los ornar6
salvos de t o d a Eas moradas en que pecaron, y los puriji-
cark, y ellos serán mi pueblo, y yo les ser¿ su Dios. Y
mi siervo David oerá rey sobre ellos, y uno solo será el
pastar de todoe ellos: en misjuicioa andarán, y guardia-
rhn, y cump4irán mis mandamientos. Y morarán sobre
la ticrm qwe di ú nri sisrtui Jacob, sn la mal nrararon
et vixerunt : eteteruntque wper peder suos exerdtiie ~ r a n d i snimis
valde, et dini ui me I 81i hominia, osaa hsec unlrena, d o m u Iaraül
art: ipsi dicunt : Arueruat orea noatrr, et periit spes noetra, et ab-
seirei sumus. Propterea retiaioare, et dicej ad eos : Hsec dieit Qo-
m h u r hui:eeoe ego aperiam tumulos veatm, et educrm, nw de
aepulchris vestria populua meua : et inducam vos in terram ler&l. Et
aeietie quie ego Dominw, ohm ipeniero sepulchra veetra, et eduxem
vor de tumulie vestrir, popnle meus : Et dedero spiritum meum im
robt. t t vixeritie, et requieaccre vos hciam euper humum vertram r

-
et id& quia ego Dominus l ~ u h r snm,
Bsq. sxivii, 06 1 wqvr a¿ 14. .
s e&feci. ait Dominus Deus.
vutrtror padrea: y morarán en eUa ellos, y sus hijos, y
Lor bipw dc aw hijm por siempre :y David mi siervo será
p r í w p e de ellos perpetuamente. Y hard con ellos alianza
de paz, alianza eterna tendrán ellos: y los cimentaré, y
aulfiplicard, y pondrd mi santijcaoion en medio de ellos
por r k p r e . Y estará mi tabernáculo entre ellos :g yo
mrd nr Dios, y ellos serán mi pueblo. Y rabrán las
gentes que yo soy el Señor el santijcador de I s r d l ,
manda srtuuiere mi santijcacion en medio de ellos per-
ptwmente*.
Et faetus est sermo Domini ad me, dicena ; Et tu fili hominie,
sume tibi lignum nnum : (seu virgnm) et scrihe super illud : Judm,
et dlii I d 1 n o u i ejua :... Et djunge i h , unum sd alterum tibi in
lignum unum : et erunt in unionem in manu tua. Chm autani diie
r i n t ad te 6% populi tui, loquentee : Nonne indicas n o b i quid in hi
t i b i velis ? Loqueris ad eoa : H i ~ cdicit Dominus Deus : Ecce ego
aesumam lignum Joaeph, quod eet in manu Ephraim, et tribus Israel
qna s m t eí edfunctm : et dabo eas pariter cum l i o Juda, et faciam
em in ligoam unum: et erunt unum in mana qjm. Erunt nutem
Egm, super qum s c r i p r i a in manu tus, in oculie eorum. Et diccs
4 eoa 8 H~BC dicit Dominus Deus : Ecce ego asrumam Blios Sara41
de medio nationum, ad quaa a b i e ~ n:t et congregabo e w undiqne.
e t adducam eos ad humum suam. Et faciam eos in gentem unam iu
tema in montihus LraEl, et rex unos erit omnibus imperan8 : et non
erunt ultm dnm genten, nec dividentur amplibs in duo regna. Neqne
polluentur ultra In idolie rnis, et obominirtionihua suis, ct cunctim
iniquitktibus suis : et advoa eoa faciam de univenis d i b u , in qui.
bw pecc~verunt,et mundabo eou : et e m t mihi populus, et ego era
eis Deus. Et servus meus David rex super eos, et pastor unua eri(
omuium eorum : in judiciis meis ambulabunt, et mandata mea cuato-
dient, et facient ea. Et habitabunt super terram, quam dedi s e n o
meo Jncob, in que habitaberunt patres vestri : et kabitabunt super
e8m ipsi, et 0lii eorum, et 6lii filiorum eorum uaque in sempiternum :
et David suvus meuc princepr eorum in perpetuum. Et percutiam
illk foeduv pecia, pactum sempiternum erit eis i et fundabo eoe, et
multiplicaba, et dabo eancti6cationem m e m in medio eorum in por,
petuum. Et erit tabemaculum meum in eis : et ero eia Deus, et ipsi
ernnt mihi pupulue. Et scient gentes quim ego Dominus ~anctificator
Isr&l, chm fuerit sanctificatio mea in medio eorum in perpetnum. -
E*. xxnii, b l b cupe a l 28.
144 1.A VENIDA DISI, M K S I A S

1.0 QUE SE HALLA SOBRE Bi'0 EN M S LNTERPBFTES.

PARRAFO 1.
212. Habeis leido, sefior mio, toda esta célebre pro-
fecia : y aunque debo pensar que la habeis leido con gran-
de atencion, y con no menor admiracion, yo os suplico
que volvais h leerlo. no digo solamente dos ú tres veces,
;ino doscientas 6 trescientas. Estoy cierto, que mienirae
mas la leyereis, hallareis mas que entender, g entendereir
mejor. Esta es una de aquellas muchas profecías, verda-
deramente terribles y admirables, en que el Espiritu Santo
se esplica de un modo tan sefioril, tan decisivo, tan da-
ro, tan circunstanciado, que nada queda que hacer al inge-
nio humano. Todos los esfuerzos que este hiciere en con-
tra, no servirbn para otra cosa, que para dar á conocer su
pequefiez é insuficiencia. E n cuantos autores he podido
ver sobre este punto, hallo manifiestas sefiales de embarazq .y
temor, que no les es posible disimular del todo, por mas
jue lo pretenden. Empiezan t i engolfarse al principio con
gran suavidad, como que el mar es16 quieto, y los esco-
llos, aunque no se ignorau, no se ven tan cerca que ame-
naze peligro ; mas apenas han navegado algunas pocas mi-
llas: apenas han pasado algunos pocos verslcuios de la
profecia, cuando se hallan rodeados de escollos tembles,
que impiden el paso, y amenazan con un naufragio inevi-
table.
213. Empiezan á acomodar la profecía á los Judioa en
el tiempo de la cautividad de Babilonia. Estos son, d i q ,
los huesos secos y hndos, esparcidos por el campo : y oe.
tos mismos huesos, vestidos de nérvios, de carne y de piel.
A quienes se introduce de nuevo el eepiritu de vida, son
los mismos Jndios que volvieron de Bribilonia Mas como
es imposible (cuanto pnede estenderse esta palabra) seguir,
esta acomodacion, y llevar adelante esta,idea sin que pe-,
rezca y se aniqui!e entre tantos escollos, ved lo que hacen
para librarla del inminente n a u f ~ i o . Paréceme que haré
m GLORIA Y Y A G B ~ T A U . 145
un gran SBnicio 6 la verdad, en deeoubrir 6 no dieimutsr
. este a&io. in primero: dar maestra de no ver te1
pdigro ni tales escollos, 6 4 lo menos no temerlos ; pues
delante del enemiga no ea bneno moetrer flaqueza. Lo
segmdo : oomo, no obaante esta intrepidez, el peligro se
re cierto 6 inevitable, si ee da nn paso mas adelante : para
no dar este paso mas, y al mismo tiempo para no volver
abrás con deshonor, ved la ingeniosidad. Finjen (digá-
moslo aei para eaplicarrios con toda propiedad) finjen grác-
ticamente haber deacubierto.un enemigo terrible, B quien
es preciso presentar la batalla : por consiguiente es nece-
sario madar de rumbo, porque este asunto es, sin compa-
raaion mae interesante que los cautivos de Babilonia. Ee-
te enemigo terrible, que obliga 4 mudar enteramente de
rumbo, i cual ea ? Ea aquel error antiquísimo de la sectrr
d e los Saduceoe, que d h n que no hay rssurreccion, 6
quienes siguieron algunoe herejes de be mes ignorantes y
groseros del primero y segundo siglo. Este e m r tan per-
judicial ea preciso combatir aquí haata destruirlo y aniqni-
larlo. Por tanto, dejados aparte ion cautivos de Babilonia,
y aon ellos toda ia pmfecia. con todos ens escoilos, se ve
convertir en un momento toda la eipiieacion en una eon-
traveraia fonnal sobre la resarreccion de la aarne : preten-
diendo probar y corrobmr este.arllodo eeencial de nues-
tra.religioncon este lugar de la Eeciitura.
214. No falta .q&n pare nn poco mas adelante, y aa-
que de anta misma profeúa no solamente la verdad de la
resmreacion, .sino t a m b i otra notiBia bien singular : es b
srrber, qae poco antes de la reaurreccion u n i v e d tendrán
Brden los Bogeles de recoger todos los hnesoe, partículas y
twmitaa de todos los merfDs, esparcidos en todo el orbe,
y ool~doeirloatedon al gran campo de Senaar, donde esta-
ba situada Beb'inia, y donde el profeta Ezequiel tuvo es-
ta viaion. i Para qn6? pare que todos los hijor de Adan
mnciten un un mnl8nt0, en un abrir del(& ; y p u e h
desde allí encnminaiulP.todos juntos, y Uegar presto d valle
de Josafat, que es ,viaje de pocos dias, y entóncos s e d
TOMO 11. L
mpiDboineibrsve, ppeias tebdríuiqoe - 4 oonrerni
b i r , $a
IU6. Fh vetdsd que d oomun de los dootoiiea no pam
tsn adelante, ni admite, ni aprueba un derpropbuio tan m-
kmme : w trmbkn es verdad qw el oomnn de loa doa-
bis is d m a t e y is t i e t a e muoiw pBI tic lo que era
menester, en la rema-ion de la oíune & esta
1
dlebie profecia, o o m si en ella ao hubiese misturio di-
recto 8 inmedhto, y por eso digno & sun primeras aten-
oiencu. De aquí se sigue, que oomo ya fatigados de una
dirpata tan grave, pasan con sama lipresm, y d no p&
qoefia dbtruioia, por lo que resta de 114 profeoía ; selialap-
do algunsccaor solo en p e r a l y oonfosamet~te,iuponien-
¿o atraa rin p n w en probadas, y omitiendo del todo
IIU laas iaet.Deiaies, como si ñwsen de ninguna impor-
bircii.
216. Aunque eato que acabo de decir me pereoe la pu-
m verdad (oomo lo puede examinar por sí mismo el que
p e d m po copFrono) w por pieneo acusar de nula fe
B los intérpmtee de la ficritura. No ignoro la grande y
notable diferencia que hay entre una oiPla fe y uoa ma-
la ca-, fiudada en na priacipio Mso, que ne tiene ino-
~ veniadm. Lo primero supone m&&,
a a a t e m n t ~por
d m o y dolo ; lo q a n d o rolo arguye impoteaoia. En
este principio, pues, en este supuesto no ventndeilo, en este
d m a no bneno, está todo el mal. 2 Qué otra caia me es
pesisibie beaer, oioaiido veo que una prohia (6 ciento Q
mil) falsificaformalmenta, derttuye, aniquilemi prkipio, mi
mpuedto, mi &tema, que yo tengo.por h b o , y por aoo-
dguhte por indubitable ? N e p la profeda, 6 anuicark
de la Btblii sagrada, no es IWe. h m o d a r l a toda, 6 grea
paite de ella, tí ioa cautivoi de Babiiooia, ea imposible r
porque los escollos que impiden el paw, ion tantos y toa
amidos entre sl, aaaiitsb so0 las espresiones y palabm de
que se compone k misma profeoh. Alegorisarla toQ 6 a
la mems al* parte considerable, paiece una empreie
mmameote íudna binasequibleal ingeniohumano. Puea en
e&e'ocmñiato, en esd.m t d o o , en estm oirctmstewior h
c ~ ~ ~ ~j C U E I hu8 ? i pertido Se podd tolllaf para
salvar de dgun modo, y librar del naufragio mminde, '
el principio, el sapoato y el sisíurna? Discnmd, amiso,
camate deaaais mertra ingenio ; y yo me atrevo gi p d e -
tizar, que no hallar& otra oora mejor que lo que ya está
discnriido. Quiero decir, direitllae en primer lugar (mu-
cho 6 poco, s q p n el arácter del autor, mas siempre con
rnu- de na giwdlimo celo) 4 probar y conñmar, y m
bom aoa esta profeoía nuestro irtioulo de fa sobre la re-
m d o n de la oarne. Ea segando lagar, para dar rum
prneb. red de sinoendad y bu- fe, conf'eiwr frawemen-
te, que di& p f a o i a w tiene por obje4o. directo iniirs.
dinto, 1 i nnmnaEaioa de loe muerttn, que oreemoa y es-
p e ~ m o todoe
s lar Crktiams ; sino que es una pora mste
fora 6 senssjanea, tomada de lo verdadera remrreacion qw
ha de eaoeder, para ssplicar h mutided de las Judioa en
Babilonia, y annnciar la salida de esta eautividsd : y &un-
bien (eonque de paso, y en sentido deghrioo) la cautividad
del liiage humano por el pecado, y la liberacion par
Cristo de eoQ misma cauhidad.
917. Err bmsa lagar, coa#, si arta fwn la vedaden
intelige~~cia de la metúfom, como si esta inteligencia q.6
dme ya probada, y demosheda, oomo si no la repngnia,
aaierb.msate dodo el tedo ragredo volver d ioristir de nis-
voenbdiqm0ldehiaearreociaa; w p p o r q w i a p m
mire dimehmmte 4 ia rermmeoion de la o9me; ai-
no poipae esta m d n de la cune iw LiGae mani.
tiertamaah de la mUnii profeah ; peo no wáia Dia de
ana meciaora tmmh de ia resurrecoim, ei no hubieii ds
h b a a v a r d P d e r a ~ 0 . :pwr Mdir~bnprnlaloiAciar*
to por medio de barúr, qw no COlUtM de cierto*. Que
1 á a h que nnm ausr tan rc~dadezwy tm buenas en d
sefn tan fiiera del o u ~ >1 Y la espüoPoion de ta @&
i donde atá?i N o se hab'i e m p d 4 acomodar 4 loa
a a h m de Babiloaia? i P a qué, puea, no tm paigme
eab acamodaoion, b i a dejarla enterameate ooncluid.?
' ;.Aoao porque lo impidieron los S a d u m s enemigos de la
r w u h ? Bien: mas ya.eetos Sadriueaa han quedado
v d d w en la disputa, han enmudaido del todo, hpii
desaparecido. Parece ys tiempo oportpno para re*
quietameate te eeplicacion que se babia a a a i e d . i 0
qrie petiaion tan impartuna ! i Cámo es posible eegiiiir: la
eeplieacien de um profecía tan difnsa despues de las fit@
de una betalla tan re6idaf Bastará, pues, decir en
general, en pocas palabras, y desde oierta distanda, que
las huesos 4ridos y secos de que se r e lleno todo el
campo, son los Judios en el tiempo de Ir cautividad d e
Babilonia; y estos mismos huesos vestidos de nhrvios,
de carne y de piel, en qnienee se introduce de nuevo el
eopíritu de vida, son los mismos Judios que salieren de B&
bilonia y volvieron á su pátria. Luego vwémos, como aun
esto poco que aquí se dice tan en general, es incompati-
ble oon la esplicacioa de 1 a ' ~ o rquea se lee en la miB-
me profeda.
218. Por lo que toca á la segunda parte, que ea la
prheipl, y la mru lleno de eeoollos, la esplicacion es'igaal-
meate fácil y breve, y mncbo mai fhcil y breve por Lo
que en ella re omite, que es m i todo. [as dos vaiu 6
oebos que unidos entre el forman ano solo, el mal se po-
ne estable y perpetuamente en la mino de un solo rey,
d quieo da el nombre de David, i qué ugnihan ? S i -
han, dicen, en mlido literal, que deapues de la vtmEtp de
Babilonia, lar dos c m 6minor diverroa de I d l , y de Ju-
d4, se un* tmtre.d bajo de un miamo pddpe deac&iidiente
de David : el c d , mmo tambiin dioen y d e a a n , 'no
v e d e ser otro que Zorababél (m obdinte'queZúrobrbél
ni f d rey, ni prínoipe, ni tavo cetro, ni vara, ni autori-
dad algune independiente). Bajo de esfe príncipe, ndi quie
ren dar 4 entender, aunque oon voz may baja, que auca
deria esta union de las reinos de I8iaB1 y Judá : siendo
muy veroalmil, afiaden, que algunos individuos & todaa las
otrrs die3 tribas voldesen jnntoe conha Jadios, y se q p
gmen 4 la oaaa y reino de ~ i d á . Y si nada de eato oaa-
dio, como ea cierto que d a c h , por oonferion ineri-
tabie de los miemos doctores, pues lo contradice m&
'
-ente ka k t o r i a sagrada y todo ed ooateab de la pd'
aio : 6 d a de edo cuadre, eigoitica, en rsntido Idrgórico
rrpscialmtmte intentado por J Epírittr S a t o , que J d O
6 I d 1 , u t o m, loa Judioa y loa Ge~tilescle unirían en
una m k I g l h bajo un mimo rey, hijo de David, el
aaal remPn0 mbre tod- ellm por la fe di loa crqmta.
'

&te es en breve todo el misterio gened de la profeaiq


6 4 edo m reduce toda h etipiicaoiou. Las de& coaen
particulares que m leen en ella, y que dertruyen viUbl&
mente aqaellsr generalidades, no mereoen especial aten- '
uoo, ni ee bien perder el tiempo en coms de tan poco in-
terés. Vdved, iehor, 4 leer la profeoía, y estudiadla con
mayoz'ouidsdo ente dende el verdcuio 15.

PARRAM) 11. .
m. El exeneii prolijo, y la impngnaaion formal de
espeoie de e e p l i d n que eoabámos de oir, seria cuawlo
meaos ua trabajo infitil. Despues de leida y ooneideda
la pmfech, toda am -dad y con rmcillre de wrason,
neaeridad tenbmor de otro e x b e n , ni ¿e otra impclg-
iiation ? La p m W a misma no solo habla, Biao que eapre-
eri dmbmo.tiempo el aentido en que .habla: pmpe.enig-
mos, y al punto los m w l v e : uaa de mstáforrie, y las ea-.
p h . Con esh q i i i abre un m i n o recto, fácil y
b a ; y. am ella Dimin oierra todo otro camino ó renda di-
reme, que podiero tomeree, No deja arbitrio, ni erperanm
por nbgano de loa treiata y dos rumbos: 6 habeia de pe-
sur por el camino que hallair abierto ; 6 babeiis de volvems
4 m e s h casa rennncioodo el empello iníilil de esplicar la
@mia de otra manera diversa, de la que e h se aplica
d n i mis-.
169 i i A VENIDA DEL MBOIh9

m. La prueba mar ~ ~ s i de b beeta verdad, ea el a&


gan afecto iiensiMe de eetas diligenciae, praaíioadaa por loa
mayores iiagenios pare abrhm otro camino diremo, m, q u e
riendo eiitrar por este que les perece impraoticable : y c k -
to qa8 lo ee ea as sisbma. &te niopa h t o de taataa
diligeaeioe habla todavia mas clan, y en ooe mas atta y mas
mnora, en f m r do la d e d de Dim : c¿n&rmaiwlo práo-
tbamcnte aquella eeetenoia divina : i Puede por wnhrra
~snrpatursecoi, Dios un h d r e , aun & d o füem de una
cisiwie p ~ f i c t a ?f El imgeaja humano limitado y pobre
ipodiá jemm p r e d m r aontra la sabiduría divina 1 Para
Loar ea6 un poco mui &Me, hghmbs algaws pnw y
kem reíiexiones.

PRLMBBA BBFLBXION.
221. La re~nrreaciende la aaine ea noa d a d , y una
de las vhrdadea 6 artícalos de fe csenoia)es y eiindawab.
lea del Cristianismo. Esta verdad e s a tan sólidamenteaue-
gurada en todas las Eecntmsr del antiguo y nuevo Testa-
meato, que mas parece una verdadera injnstiaia, que un
servicio real, querer asegurarla cou puntales poatizoa y c b
bilísimoe en d : Puss ri re kry naurreecion de mwrtoa,
dloe S. Pablo, den,poco Cristo wncitó. Y si Crioto no
resucitó, luego vana nzccstra predkosrOn, y t d h ea
uana vuestra fe: Y sones a&~irnohilad& por f&as
testigos de Diou :porque d h m testi.roriio contra Dios
&kmdo, que resucit6 6 Crirto, d cual no raucitó, si loo
muertos M) r(M1LeiW. Porque si lor múuartor no reuucitan,
tampoco Crirde naicit6. Y m Cristo no re-16, vana
as m a t r a f e , parque cmr eatais en aasrtros pecados. Y
per consiguimte tslmbim los que dtmnicron en Crirto
hn #t. La profecía que pora consideramos, no ee
Nunquid Deo potest comperari horno, etism chm perfecta?fue.
rit -
scientis I Job xxii, 2.
t Si autem resnrrectio mortuorum non est : neque Chriatun re-
snmxit. S i autem Christua non resurrexit, inanis eat ergo p d i -
clrtio noatra, inanie est et fides veetra: Invenimur alttem et falsi
o&mma.de modo elguiro. por CopC&n de loo mimnoa do*
m d la r e s d de Aoemwrba: ea una pura metá-
fora, qpe tiene por objeto reai otro mkterio muy divem
del cual cií, b&la por s a q j a u z c r , no por propiedad. &ia
lnirteno particular ne wklo y ie eepliso alaramante ep 1.
Priuaa profeda; aeí, debia d o r a m e este mirte3.io de
prop6sit0, y B fondo, M d i d r e e teoto a .gudlíu otrai
WMa, de ku pw traen mtad 8tm+ms, no pro+
dea. Debia erpmiirariie en p e h r lugar, iqiiB miateno ar
e&e tan grande, & qaien poda competer um toda p+
dd, *'U lar Bmifurau, u m meffim ian mmva, y ion
mqnüka, de que el miirno Dioe m h e para anunciarlo?
Debia exsminane en segundo lugar, j de qub tiempos er
babh aquí, ai ya p d o r , 6 todari. futuro#? Ambas ooam
debian e s t u d i i en la misma profeda, a t e n d i d a d todo
su contesto, y B toda sus espresiones y eeplicaciones, sin
omitir alguna : atendiido del nbismo niodq 6 todo lo que
precede eo be tres capitulo8 nntecedentei, y d todo lo que
m eigie en lor oaoe +011b Por todo lo mal se ve
tan olaro, aá el mirterio, como el tiempo, que su
ulruidad p r a m que ha b h o cerrar loa ojoa, 6 vdrmlom
PEi otra parte.
SEGUNDA BHILBXION.
222 La metamra de lor bueror, ea sar gnu nwuW
sobre h del cOIIp0, y 8- eS a t ~ e - , d adh
vos de Dios m amen entre ol, w cubren de nénioo, de
carne y piel, y &iben de nuevo el espúitu de vido. h.,
no tiene alguna significacion arbitraria, que ee haya dejado
B nuestro ingenio, ni es iIgriAi enigma oscuro, de que ee
noe pida la wluciw. El mismo Eephitu de verdad que

t a k a Dei: quo.i.pi t u t i m o n h diximm . d d Deam, qitbd


mrcibwuit Chrirtum. qucm non mretmdt, u m- wn resryluat.
Nam ai mortui non murgunt, neqie Christus reaurrexit. Quhd ai
Chriatue non reeurrerit, pana eat fidea vestrs, adhuc enim entia in
peccatio veatris. E r p et qni dormiemt in Chriato. periernnt.-
I d Cor. xv, ¿ 13 rcpard I8.
ma&hmabiffi)a,«plirealmiuY,tiompoloqrispoiteUe
dsWmosepLeadsr: ~ ~ t haow a ( rd i 4 la wrr&
k d l m: bdm entos besiioí, ein ~ d a i g i i n osom ,
los ~ b i e ude .I d~l : eUsrdicsa: rocpársirw iiwr-
~ Y O I hwiar, y pmció nuestra .rprrcrmtu, y hanm d o
i Qiii6.81 d k 4irto :108 h o r h~ 4 ~ k
y seros, 6 loa nigoiñdw por esta similitod l Si loa
imma m,- luego -tos has tenim otnnr bueeoa pa9-
pios suyos ¿e que ae compoiiian ; pues &I e ~ t ono p u d b
m d e c i r : r s ~ e ~ r oS ir~ ~n i h s i g d h -
&MI pei ellos. lmgo 4 e* se debe convertic toda Ir e&e
&m, mo 4 I ~ . w i ~ d d e q u e s e u s ay :yaqaeeeebieide
4 ia dmitíoud, y qne erh a(ewio0 no se reprueba, no pet
sao debe desateodarse tambitwi el ariPlte piioaipal, h donde
me endemm Ir .;a;iitnd.

TBBOYEA RPFLUXION.
%B.Los tiempor de qme habla esta PrOfeM..m puedea
rarlos d e la amiividad de Babiknia, y vnelta á Jeraiaea.
22 teeto mismo y talo el contesto, y 19 gnudeaa de lag
metáforss, h.,oo solo repugnan eeta in0eligsncia, Bi.o
que la contradicen formelmente, casi d cada palabra: mtm
desde el versícdo 16 hasta el fin. Esta parece la verda-
dera raw>n por qub los mtérpretes apenas tocan ligera-
mente y a m o de muy lejes, esta segunda parte de h pro-
&da; y a l p o s , aun de los mas dihaos, la omiten toda.
Cierto que no habia necerided de huta prisa, ai n d a hu-
bien qae temer-

CUARTA BBPLBXION.
W .LOd h u e w áridoi y seoos, y rscas en e s t ~ de.
que se ve Ueno el campo, me dicen loa doctores que no
significan otra cosa en liferui, que los Jadiii oawti-
vos en Babilonia: y los mismos huesos unidos entre sí :
cada uno 6 ac coyuntura, que despues de vestidos de nér-
vios, carne' y piel, reciben de nuevo el espíritu de vida, &c.
tampoco significan otra ooea, an el h o rsrrtealo-.litd,
q & e h W a o s J & g ~ a i$eiideBabitoiiiayvueheni
m pbt& D e qd se mpe, digo yo, rima cuwemuenci.
dga dura; pero j o s h h a 6 inneqpbb: es 4 saber,que aun
Bespee de reriñcodi la salida de Babiid, y vueltu &
hm cnatiroq 4 m pbaie, el airapo d i d ~q ~d a toduia
h d e h-, enrarglrannhwo ...y#abs c r , ~ h r d . ~ ) ,
wsi trato como lo e6tabsn antes de emb ameao. j Por
paél Pmqria sabssios .deogeib que los cautiwm, qme, sic
dsjar de aedo, BICiaran de Babilonia y vohieron á m p&ie
fmeron eoaa am~tro, respmto de mil: fueroa p o q w ,
respedo de bs cps m volrieran: y ata, m ml.Pieab
odipgadowwa toda 1s cwea be Jaoob, 6 coa todra ear
deae tribus, ¿a qiie brbk maai6eakmate la p f & di-
&do: ~ ~ t o r A w m IQoaukdsu 3 Iarr6Iea: a i n ~ a u n
reepecto de sola la caea de Judá, 6 de loa Judias pro+
mente dicbos, que eran los pmpioe cautivos da Babilaaia.
Esta casa de Jndá mnqae solo se componia de dos tribua,
Iudá J BBqdmio, y del wceuario saoerdmio, pertsne-
de* & la iribti de Levl, m era tan pequefía, que no con-
tane dguaos millones de os. El nfimero preciso yo
iia lo sb: mes se p.ede hoilmente computar por lo que ee
dice en el í i i segunáo del Paralipómemn, oapituio xvii ;
eato es, qaa em tiempo de Joeafat, tenia este rey, bejo
einca capitmes generales, un millon, aiento y setenta mil
soldados, tbera de otros mn&aimos que gnardabrrn loa
predios 6 plsaae hertcs : Todos atas estabmr prontos 6
ku brdsrru dd ry, rin contar o t m , qru, k d i a pvesio en
lcrr ciudadea muradas, por todo J d * . El n h m de
individuos entre hombrea, mugeres y ni608 que resultare
del obmputo, ae puede aomparar con el námero de indivi-
dcras a h e hombres, mugerea y niños que d e r o n de Ba-
Momia, J vdrieroe á la Jndea: loa caelee como se dice en
d libro primero de Esdm, capitulo eegundo, solo llegar04
4 cnarcmía y das mil. Luego estos que volvieron 4 su ph-
tris, aun hablando solamente de la cma de Jud4, heroa
Hi omnes erant ad manam m&, exceptis aliis, quoa pmnerat
m uibibw.murCle, in universo Juda -2 PmJip. xvii, 19.
k m de J d ? T h utar hucror la cam de I d 1 M.
Imego mi Im brwrsor áridos, que se visten de némor. omm
y piei, y +roiasn, mn loa que ralen de Bddenia y v ~ c l v m
, Bmup0itri.,annopretendsnloi¿oc~; Losqueeo&
de Babiloais. 6 del lugar de m dsrtierro, ni vuelven tí ni
+a, d e M n quedar en el dado y d o i o n de huecion
á d o a y =coa. Lego riendo eatos, poco mui 6 menos,
caaomil,rerpeato de criatro(6 16 iequiemdeommnta)
d eau~poq.cr vi6 Eneqaial qued6 meeaukente c d tan
lleaodehnerwiridory~comoerCsbaantsr kisgb
mundo al Profeta lei &e 6 toda los basa= en pd:
Htraror sscor, oid & palaika del SIZbr. dice d 8a
ñor Dios 6 wtot ha-: He aprf yo hurb enttcrr a
varotww srpfritr, y eiairek... sob se haMa oon aa
jmfía& de rqidloi hue~oa,m con todos: solo un pniíado
Be dla vdvió B ra pábiri, quedendo la y m-
pmb, no DO& de h osia de J.nob, sino t.irbien & k
a a 8 de Judi, en 6. d d - A todo erQ ie aúadii,
b que & d e el ProLkt (reo. 10) hrbluido da toda loa
hieear: a n r a r g r e a i I i l l s n , & e & & & l c ~ . fi
6 uber, que despues de vertidor de n b d , terne y piel,
entró si, eElas sqhitu, y wivir+on: y se Icarrtara~&re
nupiar tm egkeito nrimoro cm sstrsiro. Cnareda y
&m mii personan antie h o m h , mugerea, n h , i m W o
&umm&e, qwae aaspoakdemncboi miilomm, inac-
reoca aon aignna prqiedd el nombre de un sgérdu
anmemm an ertrcnno? C d e r e d b bien: p esta solo,
iiin pmandiendo de oíroa mil embamzos, or M entru
a a h msaor en grandes rorpoalis. No me detenga
m~ ea erta iaBexion, porque erpan, tmQi ate pudo
pitai, aaar de propómito y mis B h d o en el Mmem dp
h o : por aota O1 bnm sntsRasclbr poca paZab+cu.

Q U I N T A Y U L T I M A REFLEXION.

W .O se are6 que le ppodreoia mira dkdamcmtc, sn


lo primero: jpor qaé no se erplita toda seguidamente, em
aite seotido que llaman literal ? 2 Pcw qu6 no se lleva ade
hts esta haata hacerla repcwai en su fin? ¿Acaso
porque esta ee una empresa impoahle? L e g a esta misma
imposibilidad debin mirame tomo nna prash d y daiim
tratim, de que al sentid. no es bueno, ni k idea justa.
6i lo @o: t a w qné raxon, 6 aou qué eqoidad r b
riníia, mas ~uponieodoque poLindo, que site es el seati.
do literal de la p f d ? 4 h o ea posible que d sentido
¡itorei:.&m, el reoddem ssntido de .ia pfeoli, sa
que habh d eaphitm de v*, sii-0 10 repugne, 6 la
coatradiga casi 4 d a palabra, la mi- profecía? Luego,
ó el miebrio de que hebla ea otro muy direm, 6 no bnbIa
en &el eapírita de verdad: rira qne as b f+ d h
feta por orgrllo de a m-*.
226. I[rD que deaiaoil d d sentido litud que u, p m
d e 6 a inaiodio, 6 le fiR 4 suponer, dechao del &o
a o d o d d d o & g ó r k o , aonqieaep.oooraolleaarhm
idbitos vitini qiie dsgi nc!camheote el que k m
Librel. Si el rentido d e @ h es .p.i el upsciakrmtr
istmtado por d +i* -0, t?+i9#re la proisoie en
sete reabido : maa espiíquere toda quithmante, atendien.
do 4 t d o j h d a rrrzon de todo:'blo menos üértewe
him aoa esta raatido dsgbriao todos b e raeios que dcjb d
seatido literal. Si ni aun ssto se puede (amo es &ib
que no re puede, paas si re p d e m , no ea oreibl. que no
me hdhra he&) se podrár e o m e p h el iabuto en d mnti-
do miato. Acam me pmgmterais con admiraaim, qué
qnkm decir mntido misto : y yo m mpondo, que a lo d
aiiapor laprédica: srdeair, porqueveoquesekoed.
O un p m uso an a- amabe. .& verdad q i e m m
Lsltan a la lista de b e diversa m t i h que se mientan
para la iot+miis de las Grcriturm. Estoe son auatro
priwipales, y duo me- principalen. E1 primero Q bi

2%
-
Sed per tumurem mimi sd prapheta confinxit. M . d i ,
enmtro phdpdee es e1 l i k d : ato es, el v d d e r o . á
ip ie &be atender a r t e toda ; poer aob esta puede &m
dar una vedad, y saipbleaer un dogma. El iiegnndo ea el
.iegóiico : esto es, el figurado ; porque alegoría y fipm
aignifuul una Qirmr cosa. El terasra ei el anegbgico,
que mas peiteoeoe al eielo, que 4 la tierra El cuaño es
el bPpdbgieo 6 moral, por Ins b w m y~exelenteu dootrinaa,
que se pueden sacar de toda las Escrituras, para arregle
mastraa oostumbms y santiBcai noestra vida. Ini dos
menos son el erpiritaal 6 mídoo, y el acomo-
daticio. &te úitimo no ignoreiii lo qae sipi608: esta es,
mmodrr 4 Pedro lo que realmente no es de Pdm, siao
de Pablo.
Fuera de estor wii sentidos, queda todavir otro no
~ ~ a b l ele cuai, ; -que no se nombra, no por e ~ ,
deja de mame en Iau oaaaiones, como que es d QPB e&
modo de todos: este es d.que yo limo aentido miato, -que
4 todoa loa comprende, y de todos se sirre. i Qnb mayar
o o d i d a d , que poder entender una misma @ida, que
dertroge emtmamente mi sisfema, p h en un metido, paiZe
en otro, parte en timo b seie al míamo tiempo ? No aba-
tante esta gran oomodidad, que es ikü concebir en el een-
tido misto, yo me atrevo 4 decir, que para entender esta
profecla ¿e q i e hablamos, y o t m muy mejantea, no bao-
tan todos los sentidos (m todos los ingenios) junta y uaidor
entre si. Paieee necesario, demas de erto, echm mmno del
áltimo recurso, tacil é indektible mbre todo1; parece, di-
go, n&o B UievitrMe omitir y pasar por albaiuobbimcirr
cosas, que rairten iarenciMemente a todea los sentidor, y
son aquelha p t w h e n t e que son inaasdablea con el
sistema Por ejemplo : estas desde el ver. 21. He u#
' yetocnarb6loshjardsIsddesnnediodelas~,
& don& fueron: y los recogerti de todas partes, y 10s
dm'ré 6 m ttisnrr. Y l a hwd una naiorr sola en lar
tierra en los wwntcs & Israél, y será sole un ry.que-loa
..
' mands á todos :. Y mi siervo Danid aerá rey aobte elbe,
-
y uno rolo ser&el pastor de todos ellos : en m'$juicios an-
W n , .y . ~ d a d n y, cumplirha nis mmukdmtchi ...
Y Roriid mi &wo wrb prínctp de ello1 perpetramente.
Y Lcir4 mn ellw a l k a da p,, &mza derna tsndrcíP,
dlor ...Y ~ t mid taberrrácwb entre dlor: y yo d su
Dior, y dlor wrhn mi pueblo. Y s&&n lar g,entcs que
ya my 3 S&, d s a a t @ h & l d l , cuan&
i 6d $ W C h 6iB d i 0 d6 BUOS p~#p?tUa-
~ r t ~ V hn~
meab f .
228. De estas pooae reflexiones que acabamos de k,
y de muchísimas otras que puede hacer ooaiquiera aon
gran hilidad, ia conclanion sea : que m laprofecia de que
bnblanm (lo miamo digo de cnalquiera otrae) no puede en-
tenderse seguidamente en este sentido, ni en el oúo, ni en
todor juntoil; ia debedmos entender en aquel sentido
únioo, obvio, naturai -y iemiilo, que moeutra ia misma
profmía, repugne 6 no repugne d nmtraa miaerabler ideas.
Si Dioti ha hablado, él io hará aunque d noeotros nos pa-
resoa dííiail 6 imposible. 1wo pucs, y no b hará?
i Habl6, y m lo currplirá t ? ;Para qué, pues, nos canaa-
moil infitilmente en b w a r otroa caminos diñoiles é imprao-
tioebles, cuando tenémos a t e fácil, llano y eegum ? i A o w
porqae no pueden pasar por esta camino oiertaa ideas P
Lnego esta ea una prueba evidente, no de que el camino
m mes bueno, Uso de que estas idea no son buenas, sino
de contrabando, pues no pueden pasar segurarneute por el
d o real. Y si mn de contrabando, lwgo las deberé-
mos dejar, obedeoiéndo fielmente h las órdenes del rey
suPmmi, y - t i v a d o nusrtro sñtdimienio ar, &oquh
ds h fs. Con esto rolo, ya nada teBérnoa que temer; el
nnminn queda Gl, llano y seguro ; y ia profecía que re
iiaigioeba tan obeoura, ie ve al punto llena de claridad, y
re entiende toda entara, d e d e la primera hasta la última
. palabra.
229. No puedo detenerme mas en este punto partioular,
Esech. xxxvii, 21, 22,24 usqne ad 28. Vide fol. 143.
et non M e t ? h m ent,
t i Duit 90, et non implebit ? -
N1m. xxiii, 19.
porque me llaman oan gr~~~inetanoie otro8 moabos de igual
6 mayor importanaia, que timen oon a t e ana gran rela-
cion, y que por coPeigoiente deben aolaraclo y fortifido
mas. Todos elloa perteneoen y m eaonminnn directa é
inmediatamente B un mbmo asunto prinoip$: eeto es, d la
correumacion dd gran misterio de Dios, que enoierrnn en si
lm antes Escrituras, 6 d la revelacion de naestro Gefíor
Jesucristo, 6 4 su venida segunda en gloria y mogestad, que
todos creemos y espemmoa.
FENOYENO VI.

LA IGLESIA CRISTIANA.
230. Los dos puntos capitales, que aora vamos B exami-
minar, esto es, la Iglesia cristiana> y la cautividad de
Babilonia, no mereoen tanto .el nombre de fenómeoos
ouanto de antifenómenos, 6 de velos, 6 de nubes, 8 de im-
pedimentos para la observaoion de los verdaderos fenbme-
nos. Estas son aquellas dos grandos y antigua fortalezao
que han servido y sirven como de refugio y ailo contra
toda clase de enem*. A ellas se acojen fiecuentísima-
mente los intérpretes de la Escritura, y en ellas aseguran 4
sn parecer invenciblemente todas sus ideas sobre la segun-
da venida del Mesías ; haciendo desde aqni tanto fuego, o
por mejor decir, tanto mido para auyemtar las ideas ene-
migas, que el paso queda, a no cerrado absolutamente, á
10 menos sumamente diñcil y m i impraoticable.
231. Y a habreis reparado en todo el fenómeno ante-
+te la gran diñonltad y trabajo con que hemos cami-
nado, sibndonos neaesario casi B cada paso abNnos oamino
B lñerza de btacos, y disputar largo tiempo mbre uri pai-
mo de tierro, ya con la una, ya con la otra forblera, ya
con ambee B un mismo tiempo; pues como el paso fre-
cuente entre eetaa dos g m m k fortaienas nos en inevi-
table, por estár sit.das 4 la una y 4 la otra parte del
c h o -1 que deseamos seguir, cie hace ya necesario de- .
jar por a l p tiempo toda otra ocupacion, y convertir to-
das nuestras atencionse 4 las fortaleaae miaiaaa, como si
fuesen en la realidad dos grandes fenbmenos, dignos de la
m a atenta y mas prolija observacion. Con esto, examina-
das oada ano de por sí; examinadas de propóeito, sin di- .
vertimos B otra oosa; examinadas de cerca cnanto non reB
permitido, podrémos mber de &ir& si son inespugnabLes 6
m LA VENIDA DBL YB81AS

no: ea decir, si son .paces de defender lee i d e a contn-


rias, 6 no : 6 para ceder prudentemente y retirarnos del em-
pefio, 6 para seguir uuestro camino sin temor alguno. Es-
tas dos fortaleces son : primera, la cautividad de los Judios
en Babilonia, y su vuelta 4 Jewalén y Judéa Esto es lo
que llaman sentido literal en las mas de las profech. ií
lo menos en cuanto se puede. Maa como realmente se pue-
de poco, y l a mas veces nada, queda para suplirlo todo
la eeguuda fortaleza, amplísima, fortísima, inaccesible, que
se.hace respetar con solo sa nombre. Queda, digo, en sen-
tido alegbrico, especM1mente.intentado por el Jhpíritn
,

Santo, la Iglesia cristiana. Empecbmos por esta, que er


la maa trabajosa.
ALGUNOS PRESUPUESTOS NECESARIOS.

PARRArn 1.
233. Antes de acortamos 4 .esta fortaleza sagrada, y
digna de nuestro m profundo respeto, para que podámos
eniendernos bien, y proceder sin confusion, y aun sin 80s:
pecha de temor, 'debemos indispensablemente presuponer
dos cosas indispensables. Primera :- la nocion, 6 la idea
dara de todo lo.que se significa y comprende,en esta.pala-
bra, ,Iglesia cristiana: es decir, lo que hay de cierto'y de fe
d i i a en este panfo: lo cual deberá mirarse como una
breve, ainoéra y religiosa confesion de nuestra fe. Segun-
da : la nocion 6 la idea igualmente clara del sentido, y. da
los términos en que' solamentp pensamos hablar. Sin estas
aos nociones parece moralmente imposible cerrar del todo
la puerta 4 sutilezas, 6 equívocos, ó eobmae, ya directos,
ya retlejos, que puedan hilmente incomodamos, enredar-
nos y aun o p ~ o a .
PBIMEBA N0010N.
253. Ia Iglesia cristiana 6 católica, que ea de la que
hablo (ni p e d o bablor. de otra, pueci B. esta mlamente
reeonowopor terdadeila.igiesia.de'Grieta), la Iglsera cric
tipna, P p , fhdada por.el Mealaa.mi&o, por el Hijo de
DPoe, por el Hombre Dios, regada con su sangre, y fe-
cundada aon su Espíritn, &c. es la verdadera y fidioa Igle-
sR de Di& vivo, en esta nuestra tierra. Esta es, como
diae el A p t o l , c d r n n ~y apoyo &!la u e r d d f : la de-
pooitkk & & n + ~ ~ t i b lfiel
e . ~de la verdad, 4 quien toca ea-
seáarla q u n la reeibi6 : 4 quien toca por consiguiente el
jniaio y sentencia definitiva, sobre el real y verdadero sen-
tido de les santas Erieritnraa : y lo que ella harenuelto, en-
sefiado y mandado en estos asuntos, y lo que resolviere,
eaee6ue y mandare en adelante, oomo verdad de fe, debe
ser recibida de tados sin contradicion ni disputa. Esta
Iglesia es santa, y merece este nombre con toda proprie-
dad, no solamente por la santidad de Dios 4 quien eatá
consegrada, y 4 quien se encamina directamente, sino tam-
Bien por. la santidad del espíritu que la une y anima : por
lo nantidad de su fundamento y de su cabeaa, que es Cris-
to mismo: por la santidad de su culto, de sus saoramen-
toa, de mi morai, de sus leyes: y en snmn, porque solo
dentro de ella se puede bailar aquella justicia y santidad,
que hace B los hombres hijos de Dios. Y si hvos, t m
bien kr&os: herederos verdaderamente di Dios, y
coherederos de Cristo t.
'234. Enta Iglesia ea católica b universal, porque siendo
esencialmente una, comprende y abarca dentro de sí todoa
los pueblos, tribua y ienguas, que han querido y quisieren
entrar en adelante, y agregarse 4 elIa. A ninguna n k n
escluyo, ni 4 ninguno de sus individuos, ni aun 6.108 vileq
y dseros Judios : los cuales sin la fe, que es el estado en
que actualmente se hallan, son miiados del Dioe de sua
como cualquiera otra nacion b h l , y lo eerian
eternamente si no hubiesen de salir do este estado infelw,
como ciertamente . B de reqm.lar EscriturQs. Por- .
que en J k r i o t o ni la circwr~isionu d s . algo, ni e l pra-
%.-a,
+ a i . , , ~et.Bra*:
~*
-
ct f i a ~ m . d W b . l d f h tii, 16.
biersdar qoiibii, ]Dei, cabi#lsr
U I W ~ Chriati.
TOMO 11.
-A¿ Ron. piii, 17.
Y
LA VENIDA DE& MBéIIAB
pt& dM fa qW &6 pW CUridcrd*. f8 pUY8.6
iaoormpia ea 1.que haoe d o-: esta es la que LMe bi-
jos verdaderos de Abrabán: eda w la que wmatitaye el
renladero Cristiaoimio, 6 ia d a d e r a Igleeio cnitmna, en
Bonds no hay Qecrttl y J d o , eircyncbitm y prc,pucio,
gBRbaro,yScikr, h , y l i b r e : w C r U j o s r ~ a n
t&+.
m. Esta i g l d ee e e í n t i u ~apostblicm,
~ y taaib'mre
diae con propisdad romana : ponlne toda la mtoridmd p ju-
rirdioaiw, 6 poteatad espiritual la prw el Hiju de D&
signo ea i i p i apóstolen, y sobre todoe en el prfnoipe de
abi S. Pedro, toda entá y e s t d hasta que 81 venga ea
ras legltimor reo, que son ioa Obirpos, y sobre todo
en el suossor del principe de loa Apostda &n Pedro,
que er ei obispo de Romo, al onai IbaIodos ioa oa-
tólicos el gap, 6 padre comun, 6 el eano pontíñoe, y d
quien reconocemor por vioaria de Ciisto en la tierra, y m
beaa visiile de la vetd.dera y universal Igiesia. Por con-
sipieate recolicx>einoe B ente obirpo de &a por el veii-
dadero oentro de naidad, B d d e debe~nencaminarse, y
lBagar y comunicar con 61 todar las KBBUI qae prrten de la
&cinterewia de todo el oi$e mistimo; y Loa que no m
encaminaren 4 este centro, ni comunic8ieli con b1, VM
ckgtame~~~te deeviadoa, y no pertenecen B la nniilad'esen-
tial del cuerpo de Cristo, 6 B la vedatiera Igl- orietians.
~ coma habia aqni que decir, 1- o u a b 6 se dib
O t r mil
p t a n hesta aora, 6 no son de este lugu; BasQn e-
p r s , que ron Las mhncidea para UMoDsEesion de fe.

286. Esta Igleaia & h a , esta Iglesia oatblica, 6ii.


sa enposo del verdiidero Dk, w obatante sea emnoiol-
Nam in Christo Jeau neque cknmcisio +quid vaiet, neque
-
prseputium : sed fideii, que per charitatem operatur Ad Cal. v, 6.
t Ubi non eat b t i l h , et hdseua, 'cilcumajllio, et preputiaia,
Bbkrcu, et Be- ser- et liber r a«l o h , e8 in ornnibair
Chrintus.-Ad Coi. iii, 11.
B# PLBRIA Y MAOBBTAD. fe3
r
mea(ie aaa b indivlmble, se compone neoesatiamente de don
pertee Iveisae entre el, aiir lo cuaI todo fuera en eUa dn
desótdien, una &binn inintelijíble. Be compone, digo,
necesariamente de dos perteii : 6 seber, aativa y pasiva:
es, de madre 6 hija : de maestra y didpalos : de
g o b h r a y de gobernadoe : de directora y de dirijidos,
&c. Por esta nocion clara y palpable, parece biea f h d
conocer con ideas claras y palpables la diferencia que hay
sntre el verdritlero *$cado de esta dos palabras : Igl&
sia de Dios, y erpoea de Dios. La primera es una palabra
general que comprende B todos los fieles de uno y otro
raso. grandes y pequefiw, sábioa 6 ignorantes, civiles y
rálltico~,sacerdotes y lepe. Ia segunda pareoe claro que
a010 puede competir h la parte activa de la misma Iglesia,
que ea el eaeerdocio, 6 por hablar con mayor ptopiedad, el
anerpo de los pastor&. EeCe parte ndiva es la que liam&
moe con verdad nuestra madre la Iglesia, y de asta sola
hablamos euando decimos : la Iglesia lo ensefia : la Iglesia
lo decide: la Iglesia lo manda. Y a esta es propiamente
nuestra madre, ente es tambien la espora en la casa de
Dim, á qalen t o a parir &os de Dios, 6 qden toca cri-
erlos, snstemtsrlcm, ensefiados, gobemrrrlos y corregir-
los, h.
m. De aquí se sigue otra nacion de gran importan-
aia, que puede aclarar mis idead no poco confnsaa, esto ea,
lir inteligencia verdadera y genuina de algunos lugares del
evangelio los mas tembfee para los Judios. Quiero decir :
6 lo que realmente se lea ha qaitado h los Judiw
i q ~ es
en mnseeoeucia de aquella terrible profecía de Cristo 6 de
aquella sentencie que promrncib contra dlos en estas pa-
brae : P o t tanto os diga, que quitado m será e l reino clc
Dior, y sstá dado b un pueblo que haga los frutos ds He:
y de aquella otra que ellos pronunciaron contra ai mismos,
antes de eaber de qaienes hablaba : A los malor destruirá

fded &m voliis, e s snferetnt 4 vobi regniim Dei, et dabitur


-
genti fecienti fructus ejm. Mat. n i , 43.
M 2
la4 LA VBWIDA DBL MB8IAS
d a m u t a : y wr&r& rar viiía & e t m labr4dorar*.
Despues de ertas sentencias verificadas con toda phnitud,
y ejwutadae con tanto rigor, es caia oierta J de fe divina,
que 4 los Judioi no se les ha quitado el ingreso 4 la Igle-
sia cristiana, ni el ser miembma de la Iglesia cristiana.
D d e que eete se fund6, sw puertas lea han atado &kr-
taa &a y noche, así oomo lo han estado, y lo deben estar
para todaa las otraa naciones, tribw y lengaas. Lejos de
e

impedirla la entrada, ellos fueron los primero8 convidados.


y convidados con la mayor ternura, instancia y empefio,
por mandato espreeo del padre de familiar : y este convite
no se ha interrumpido jam4s hasta la presente. Los que
han querido han entrado, y la Iglesia les ha recibido en su
=no, y está prontisima 4 recibir 4 los que en adalante
quisieron entrar ; porque al fin es Iglesia catblica y nniver-
sal, y este nombre no la pudiera c~mpetir, si escluyese
alguna nacion 6 alguna raza de gentes.
230. Siendo esto aaí, como lo es evidentemente, se pre-
p t a de nuevo : i que es lo que se ha quitado 4 los Ju-
dios ? O la eentencia de Cristo quitado os será el reino
& Dios, y será dado h un p d l o , &c., y la que ellos se
dieron, obligados del mismo Cristo, y arredar6 wr uiña
6 otros labradores, no tienen significado alguno, 6 ea otra
cosa muy diversa, y mucho mas notable que el simple in-
greso 4 la Iglesia cristiana, la que se ha quitado h los
Judios. i Cuál M ~ t a NO ? es otra, amigo, ni puede ser
otra que el reino activo : el eer hijos del reino, 6 reinante8
que ea lo mismo : la Iglesia activa, la dignidad de espoaa,
de madre, de gobernadora de la famiiia : la adminietracion
de la vifia de Dios: el ser colonos, 6 labradores de esta
viña, h. Si ellos por su incredulidad y malicia no han
querido entrar en la Iglesia, tampoco han querido en-
otros muchos pueblos, tribus y lenguas : y de ningunos de
estos se puede decir con verdad que ae les ha quitado el
reino de Dios, 6 la administracion de la viña de Dios.
Maloi d b perdet : et vkrem num locabit slw rgricoür.-
Mar. xxi, 41.
EN GLORIA Y YAOBSTAD. 16s
Cbmo se ha de quitar 4 un b m b r e lo que no tiene, m
le pertenece de modo alguno? Conque si B los Jndios se
les ha quitado el reino de Dios, este reino lo tenia0 cuando
ee les quitó, y lo hubieran tenido, y lo tuvieran, m no se
lea hubiese quitado. Yo deseo que se tengan presentes
todas ehas nociones, para que cuando hable de la Iglesia
cr8stiana. no se equivoque y corüunda la parte principal
con jtodo, ni la activa con la pasiva, ni las ideas gen&
de Iglesia con las particulares de eeposa.

PABRAPO II.
239. Supuestos y entendidas bien todas estas cosas, oidme
aora, amigo, coa menos escrhpulo y con mas atencion. La
primera proposicion que voy 4 anticipar, no hay duda que ,
os parecerá increible, improbable, y como un despropósito
d e los mas solemnes que se han adelantado jamás. No
obstante, con vuestra licencia, B lo menos presunta, yo me
atwvo 4 adelantarla y tambiin B probarla.
PROPOBICION.
240. " Esta palabra santa y venerable Iglesia cristiana,
en la boca y pluma de los doctoree cristianos, es no pocas
veces en ciertos pnntos particulares, una palabra muy equí-
voca,, que tiene mucho de sofisma, aunque muy oculto y
muy díairnulado!'
341. Deseo esplicarme con todh claridad, de modo que
cualquiera me entienda, sin que eea necesaria otra esplica-
cion,' que la que suenan y significan obvia y literalmente las
palabras, las cuales no tienen, 6 no deben tener otro uso,
que manifestar el concepto de la mente. Ya veis, pues, en
primer lugar, qae la proposicion no es universal, sino oon-
traida espresamente B ciertos puntos particulares. Si me
pregnntais aora, qué puntos particulares son estos, os res-
pondo en breve, que son todos aquellos lugares de la divina
Escritura conocidamente favorables B los Judios, en que se
tawi ohra y distintamente anuncios alegres, promesas mag-
nüicas, estraordinariaa, nuevas, admirables, que hace el
mismo Dios B Si&, h J e ~ ~ d tin la, casa de Jmob : y
esto no como quiera, no indeteminadamente, no 4 bulto y
en confuso, sino espresamente á Sibn, estdril, y sin parir,
...
echada de su phtria, y cautiva ; desamparada y sola : ...
como mugsr desamparada y angustiada de espiritu 4 ...
8i60, considerada como muger repudiada des& la juven-
tud* :B Jerusalén destrnida y mncolcada de las g n t e s : 4
la oasa de Jacob, esparcida á todos los vientos, y hecha el
ludibrio de todas las naciones : laa cuales promesas sabemos
con toda certidumbre no haberse verificado jamáa.
242. Estos lugares de la Escritura verdaderamente in-
nnmerables y clarísimos, se procuran todos acomodar, en
cuanto es posible al ingenio humano, B la Iglesia cristiana
(hablo en el sentido mismo en que hablan los doctores) esto
a,en el estado presente; comprendidos eu este estado
presente todos los 17 siglos que han pasado desde los após-
toles hasta el día de hoy ; pues no reconocen, ni los parece
posible, otro estado mejor, por mas que lo. anuncien las
Escrituras. Asl pues, Si6n, cuando se habla de ella en
bueno: es decir, cuando se habla de ella, no como muger
repudiada desde lajutmtud. ni como rnuger clesamparada
y aborrecula.t; sino en o m t o d a de eos ilagas, Ila-
mada de su Dios, recibidp. acariciada, sublimada, ensal-
zada, significa la Iglesia cristiana presente. Jerusalén, no
en cuanto destruida y conculcada, sino en cuanto reedib-
cada y honrada de todas las naciones, significa la Iglesia
cristiana presente. Y la casa de Isra61, ó de Jacob, no en
cuanto ventilada tícia todos los rumbos, con indignacios, y
con grande Sra, sino en cuanto mojida por el bram omni-
potente de su Dios c m grandes pie*, no puede signi-
ficar otra cosa que la Iglesia cristiana en el estado pre-
sente.
...
Sterilis, et non p a r i a , tnrnamigrata, et captiva : destieta, et
...
sola: ut mulier derelicta, et m ~ r e n sepiritu ..:et eicut uxor ab
adolescentia abjecta.-Iad. xlix, 21, et vi& liv, 6.
t Non ut uxor ab adolescentia abjecta, ncc ut mulier derelicta,
-
et odio habita, &c. Vide ?#u¡. iiv, 6, et Ir, Lb.
M.B a d e no obstante, y con, suma frecuencia, que
epo medio de la acomodacion que se iba haciendo del testo
sagrado B la Iglesia cristiana pmeate, se enooentra con al-
gano 6 muoboa ernbarrrros, que cierran el oamino é impiden
el paso absolutamente. Pues en a t e caso, i qu6 remedio ?
El w&o ea prooto y facilísimo. i Qué cosa mas fácil
que dar un vuelo mental de la tierra al cielo, y dar par
acomodado allá lo que por acá es imposible ? Efectivamente
así se baaq 6 aei se pprooaPa hacer, en cuanto se puede ;
porque la Igieaia t r b f a n t e y h militante (añaden y pon-
deran), son una misma iglesia, sin otra bifereoeia que estár
la una en el puerto, y la o- ea la mer. Bien : y si lo que
dice el testo sagrado tampoco le puede competer de modo
alguno á la iglesia triunfante : si 4 esta repugna visiblemente
tanto 6 mas que 4 la iglesia militante lo que se le quisiora
acomoder, en eate caso, no raro sino contiuao, i que se
hará? El embaraza, aunque grande y contboo, no por eso
ea irremediable. Deberá, pues, en este osso freoueatísimo
esplicarae el testo del modo posible. Si no puede espli-
e a m &e
t- en este mntido, ni en el otro, ni en
muchos juntos ; b deberá omitirse del todo, como cwa de
poco momento, 6 tocame apenan per la snperíicie, que es
casi b mismo que omitirlo. Todo es permitido en le prác-
rica, oon tal que no se piense en lo que suenan 9 sigaifrcan,
en su propio y naturai sentido, estas y semejantespalabras:
Hih, Jerusalén, I s d l , Jn#B, la casa de Jacob, lae tribus
d e ~ s d l el
, tabem8culo de David, &c. Son estas cosas
demasiado grandes para los pequefios, vilea y péríidos
Jadior.

SE EMPiEZA A MOVER EL EQUIVOCO.

PARRAFO III.
244. El fundamento ánioo en que estriba todo este modo
de pensar, y de interpretar la8 profeclaa, es (segun preten-
den) la doctrina espresa y clara del apostol 8. Pablo, el
cual en varias pdrtes de sus escritoe nos asegura formal-
M6 LA VBWIDA DBL MBBIAI
mente, 6 ineoloa en e& mmo n m verdad esencial y íimb
mental del Cristianiio, que los hijos verdaderos de Abra-
bán, con quienes hablan ha promeum, no cion loa que dea-
aienden de él eegun la catw 6 la natmpleca, ilino los que
dencienden eegun el espkitu : que estos últimos 8031 todos
loe creyentes de cualquiera nacion que sean : que lor qw
ron de la fe, loa tolsr son h$ar ¿¿ Abrahh* : que en-
e a b e w hay distincii alguna de Judio y Griego, de b8irhio
y Sciia, de libre y esclavo: prsrto qw uno niaw as J
SeCiot ¿¿ todos, rioo para con todod lar qur le inoown.
Porque todo aqwl que inuocare el d r e da1 &hr, #ir4
d o t . Y en otra parte: Porque en J d t o ni la cir-
cunciuitm ucrb algo, ni el prspuBio, sino Lfe que obra por
mri&d S. Supuesta esta doctrina tan repetid. del Apea-
tol y maeetro de 1w genbeo, que r b p n Cristisno pwde
ignorar, argumentan d. Iss promesas que ae leen en lar
Eecrituine para despues de la venida del M e i h , hablan
solamente, segun S. Pablo, oon los hijos. verdadenm ds
Abrahhn: esto es, no w n los hijos, mgan la auw, aino
oon los hijos aegm el eaplritn : porque M, todor lor qcw
son ¿¿ Israü, estor ron Inuzslitaa: Ni los qw ron liaaja
de Abr&n, todos ron &oI§. Estos hija verdaderos de
Abrahán. wgun el miamo Apostol, eon todos los creyenter
de todas las naciones, sin distincion alguna de Judio y
Griego, de cucuncirion y prepucio, de libre y esclavo, de
bárbaro y no bárbaro, b.: los que son dsfe, los tdar ron
WOIde Abrahhn: luego las promesas q ~ see leen en lar
Emritarae para despues de la venida del M e s h , hablan eo-
lamenta w n los creyentes de todaa las naciones, ein d S

-Ad Gdot. iii, 1.


Quia qui ar fide iunt, ii smit filii Abreh.
t Nem idem Domiys omuium, divea in omnes qui invocant Unm.
Omnis enim quicumque invoeavetit nomen Domini, erit -
dvuri
'
Ad h. x, 12 et 13.
1 Nam in Christo Jesu neque circumcieio aliquid valet, neque
-
pmpatium : sed fides, qnat per chsritatem qeratar. Ad G a h . v, 6.
5 Non enim omnes qui ex la&l.eunt, hi iiunt.Isdtm : Neque
qui remen sunt Abrehre, omnee U. Ad h.- ir. 6,7.
BN GLORIA Y . YABPBTAD. %m
reioci. alguna de Judio y Gentil ;luego hablan con le Igieaia
presente que se compone de todos los creyentes de todo el
mando y orbe terráqueo, sin diferencia alguna de Judio y
Bentil; luego no hacen mal, sino muy bien los doctores
mistianon en entender y procurar acomodar del modo posi-
ble h la Iglesia cristiana (ya militante ya triunfante) las
prome- que se leen en las Eacrituraa pam despues de la
venida del M e s h , aunque estas hablen nominadamente
oan b s hijos de Abrahb, con los Israelitas, con Sibn, con
J d B n , oon Judd, con Israél, 6 con las reliquias preoio-
eos de wte pueblo infelh.
246. Ente discurso t i primera vista justis'io, pues se
siipone fundado sobre la doctrína de un apóstol, perfec-
-ente instruido en todo el misterio de Dios que encier-
ran ha Esantrires, ba sido por esto mismo como un doble
d o , que non ha abierto d lo mews la mitad del mis-
mo mir@rio de Dios. S. Pablo dice, que los verdaderos hi-
jos de Abra&, con quien- hablan las promesae, no son
ioa hijw segun la oarne, 6 segun la natural- : sino los
hijos regan el -tu : eoto es, los oreyentea de oualqnierr
nacion que sean. Bien: esta es una verdad clara, de que
d o pueden dudar los que no mn crepntes. Mas cuando
S. Pablo eniefia esta verdad 4 todos los creyentes, y con
eüa loa conrnela y anima, i de qnb promeess habla? i Acaso
de todaa cuantas re leen en las Escnlorae para deapues de
la enamacion del bijo de Dios ? Faiao y falsisimo, por ten-
timonio del mismo S. Pablo: el cual cuando habla en par-
ticular y de propósito de la converaion 4 Cristo (todavia
fotara) de los hijos de Abrahhn, segun la carne, cita otras
promeess particulares 4 ellos solos, que no pueden compe
ter 4 los creyentes de todaa lar naciones, como luego v e
&os. Y loa doctores mismos reconocen y confiesan tí lo
menos algunas de estaa promeeas particulares, y otraa mu-
chas (y las mas notables) parece que las reconocen y con-
&san tácitamente, pues las omiten, 6 apenas les tocan por
la superñcie.
246. Conque segiui eso, hay en las Eacritum prome-
170 Id VBNIDA DBL YIl8IAS
esllgen&, y promeeeii parhalarea : unas que hbha en
g e a d con todos km hijos de Abrahán segun el eapárifu:
-
esto es, con todos loa creyentes, da toda tribu, y lengua.
y pueblo, y nacion, sin -luir d los Judios que quisieren
entrar en este nfimenr ; otras particulares ti los mismos Ju-
dios b d los hijos de Abrahán segun la carne, 6 segun la
natur&ea : y estas para otro tiempo que todavia no he
llegado, para cuando eean hijos de AbrahBn, no solo
wgun Za carne, sino tambien y mucbo mas segun d 68-
pbitu; como ciertame~telo han de ser, segun las mismas
promesas particulares de que hablemos. Las promesm gc-
aeralee que comprenden ti todos los cmyentes de todas las
naohes, se entiemde (ai ttroieren una fe viva ) eoa :
la remision de los peoadoe, la salud, el espkitu, la 5
tui de Dios, la fitiaoion & Dios, y tido lo que de
debe resultar, que ea como dice el mismo S. Pablo: si
hijos, t a d i e n herederos: herederos oerdadera>nenle Be
Dior, y coheredsrw de Cristo : pero n' padecemos con N,
para que ssarpw>s tanibien gloriJcccdor con él*. Todo esto
habla indubitablemente eon todos los Ejes de Abrahéa,
segun el espíritu: con todos loe rerdrrderos creyentes, pa-
sados, presentes y fnturoa, de todos los pueblos, tribus y
leognae de todo el orbe : todos estoi podrán deoir con ver-
..
dad,. nomttor .romas ha01 de h promesa t : todos estos
(podrán decir igualmente) ~ 0 1 ~contados
)s por dcrcnrdisn-
tm$, y todos serán benditos con el Padre da todos los cre-
yentes. Y así lor que ron de lafe, serán benditor con el
fe1 Abr&§. iY todo eato, amigo, oe par- poco?
i No debemos contentarnos todos los creyentes con unas
promeaaa tan grandes y de tanta dignidad?

Si mtem 6iii, et hiisndea : haeredea qnidem Dei, c b r e d e a m-


t~m Chriati : aitwnen compatimur, ut et cong1oriñcemur.-Ad h.
viii, 17.
-
?. Nos ergo promissionis filii sumua. Pl Ep. ad Rom. ir, 8.
3 &timamur in semine.-Id. ib.
Q Igitur qui ex fide iiant, benedicentur cum fideli Abrrbrm.-Ad
Oola:. üi, 9.
BN 6LORIA Y MAOBBTAD. 191
247. Mas mtaa promeras, grandes y magnificas, gems
rales á toda hn creyentes, no son ciertamente todas las
promesas que se leen en las Escrituras para despues del
Mesías. Hay fuero de es@ otras particulares, que se en-
dsre~an inmediata y Gnicamente 4 los miserables hi-
jos de Abrahán, por Isaac y Jacob, segun la carne, 6 segun
la naturaleza : para cuando lo sean tambien segun el e+
ritu : para cuando se les quite el corazon de piedra, y se
lee dé coraeon de carne, y este cirouncidado: para coa&
nean recogidos y congregados con gran& piedades por el
bmm omnipotente de Dios vivo, de todos los países y na-
ciones, donde él mismo loq tiene esparcidos : para cuando
rean curados de iins llaga y lavados de sus iniquidades : en
mama, para cuando sean creyentes, en lagar de laa nacio-
nea de todo el orbe, que por la mayor y máxima parte
dejarán de serlo como esth m i t o : de todo lo cual he-
mos hablado ya dcientemente en los fenómenos preee-
dentea.
248. Estas promesas partiaulares tt solos los hijos de
AbrabáP. segun la naturalrur :v. g. su vocacion B C h t o ,
ra verdadera, y ainc6ra conversion, con todas las circunatan-
ciar con que está anunaiada la mision de %lían para este
aolo fin, pues la Escritura no aefiala otro, su repoeidon y
reetablecimiento en la tierra prometida 4 ros padres, su con-
Gcion y llanto intimo y amargnfsllao, en justicia, su m-
tidad, so asuncioo, so plenitud, que son los términos de que
aui el miamo S. Pablo + : atas promenes, digo, y todas
sor conaeouewier, no hay razon alguna para querer eco-
anodarles 4 la Iglesia pmmte, estendibndolas B toda loa
creyentesde las naciones. B t o s deben conten- con lo
que han recibido, que no es poco. Deben alabar B Dios,
y a@emrJe inaesaobmente la suma ' misericordia que ha
hecho con ellos. Deben trabajar en hacerse hijos dignos de
Abrahán, imitando sn santidad y su justicia : Si so# Aijod
ds Abrah&n, deom CRsto, ha& lar obras de Abrahánt :
AdRom xi.
'

-
t Si dlii Abrsbee estia, opera Abrehas facite. J m . vüi, 39.
172 LA VENIDA DBL M E S X A ~
mas apropianie 4 sí miamos, para ser mas ricos tambien, lo
que para otros tiempoe está prometido B otros pobre& que
ama se halian en estrema miseria, no parece obra propia
del juuto Abrsbún *.

249. Con la distiocion que acabamos de bacer de pm-


mesas generales y particulares, es fgcd ya empezar 4 ver el
eqnlvooo de que vamos hablando, sobre el cual estriba
ánicamente el modo ordinario de pensar sobre la inteli-
gewia de las mas de las profecias. Para que a t e eqd-
voco se conoeca mejor, y juntamente para llegar en breve B
lo mes inmediato, paréceme bien proponer aquí una bÉ
póteei 6 mposicion, prescindiendo por un momento de
que sea verdadera 6 falsa, dulce 6 amarga, . creible 6
inoreible. Esta hipótesi se p u d e proponer en estos
t8rmiaos.
M. *' h Iglesia cristiana (hablo principalmente de la
activa) que aora está ciertamente en las gentes que fueron
llamadas en lugar de los Judios, 6 de los hijos de AbrahBn,
s s p la naturaleza : á las cuales gentes se entregó el
reino de Dias, 6 la administracion de la viéa de Dios, que
es una misma coati, segun aquella sentencia fulminada
oontra los mismos Judios : quitado os serh el reino de Dkw,
y rwtí dado 6 un pueblo que Aaga los'ftutos de kl :...'y
arrendar& ac v i k 6 otros labradores. Esta Iglesia
cristiana, principalmente la parte activa, este reino de Dios
activo, esta administraoion de la vifia de Dios, %c. volved
en algnn tiempo d los jadios, B quienes se quitó, los cuales
ssrhn llamados por misenoodia 4 ocupar aquel puesto qoe
perdieron por su incredulidad. Asimismo, el centro de
uuidad de la Iglesia cristiana, catdica y umversál (que
entbncea lo será efectivamente, comprendiendo dentro de
sí 4 todos los habitadores de la tierra) este centro de unidad
que aora estb en Roma, y en las gentes, estar4 entónces en
Sión, en Jemsalén, y en los hijos de Abrahán segun la
-
Hoc Abraham non fecit. Jocm.viii, 40.
EN GLORIA Y MAOESTAD. 178
cum, que lo serán tambien perfmtísimamente wgun al
e q í r i t u . NO nos metámos tan presto en el exámen prolijo
de esta suposicion ; ella se irá manifestando por si misma,
sin mucho trabajo, ni mucho ruido. Nos bada por aora
saber, que no es suposicion imposible, ni tampoco contra-
ria 4 alguna verdad de fo!'
231. Pues en esta suposicion, admitida por un solo mo-
mento, j no se entienden en este mismo momento todas iao
Escrituras ? No se pueden entender, y esplicar oon una
suma facilidad y propiedad las profecías innumerables de
qne hablamos? Todos aquellos giandea bienes y mberiaor-
di., tantas veces prometidas nominadamente 4 Si6n, en el
estado de soledad y miseria en que se halla tentos siglos
ha : 4 Jerusallén destruida y concuicada : 4 la casa de Js-
oob, y descendencia de Abrahhán cautiva mire todaa las
mionea, &c. : todas estas promemas, digo, que hasta aora
no se han verificado, y que su misma grandeza las ha hsoho
parecer increibles aun B los mejores creyentes de lar na-
ciones, jno se ve con los ojos camo pueden veriiiaarae ? Y
si la suposicion, aunque es un poco dura y amarga, ee r d -
mente una verdad clara é innegable : en este caso, j podre-
m68 todavia decir que las profecías no hablan de aqueliaa
mismas personas de quienea hablan apresa y nominade
&te? j Rsusarbmos todavk en este caso dar nuestro
consentimiento, que no se nos pide ni se ha menester?
Veis, pues, aquí el equivoco, que ya se desoubre haata su
raiz. Sión, Jerusalén, y la caaa de Jacob, cuando se
habla de eiiae en h a n o : es decir, cuando se lee anuncian
cosas muy grandes, nuevas y estraordiiariaa, no pueden
signi6car otra cosa, nos dicen, que la Iglesia de Cristo.
Bien : yo . tambien lo digo, y lo CEO d. Mas j cuando :
en que estado : y con qué circanstanoias?
332. No cierto aora en el estado presente, sino en o h
tmmpÓ y en otro estado infinitamente diverso. No aora,
digo, cuando Sión, y Jerusalén estan destruidas en lo ma-
terial, y en lo formal : y la casa de Jacob se hallo segun
ler k r i t u m , esparcida 4 todos vientos, y cautiva entre
m LA VENIDA DEL MB81AB
toda lar genter. No nora o d o toda h caea de Jkaob*
por justos juioioe de Dios, ae halla aiegn, sorda, y muda
qae ni ve, m oye, ni habla, ni da eefial alguna de vida
d a d e r a , pues le falta el principio de vida que es l a k
No aora, c a d o toda la casa de Jaoob, se heiia como un
cadáver desbaado, anyos ha- gvidoa y amos, se miran
ooo horror en todoa loa pebior y neoiones donde están dis-
perasi. No aoro, en fin, caando toda la wra de J d
yaoe portrada en aquella eapeuie de letargo, de demenaia,
de freaeei, de oontradiccion, digna mas de lbtima que de ib
dignsoion ; como es aborrecer y detestar aquella misma
penona, 4 quien ama por oúa parte, B quien espera, B
qirim &ea, y por quien ewpira noche y dia, como m u
mayor y ániao bien. i %S cuando?
239. Cuando la misma oasa de Jacbb, 4 quien se haa
heoho las promeaaa de que hablamos, que son mis dmdor
usgun ha carne, dice s. Pablo, que son lo8 Israelitas, da
lor c w b u e8 ha odopcion da lb8 hijos, y &a gk>tia, y la
dianzu, y Id iegwlacion, y el culto, y lar p r o n w m :
Cuyos padrm 8on lor tnisw, de quienes dwci«rd~tailo-
b b C h t o mgun &a canu*: ouando esta uana de J a w b
W n Za carne, con quien hablan directa 6 immdiataaaeille
ertire promesss, sesi llamad4 de D i s , y regogida con an
bmm omnipotente de todos los paisea d d mundo donde ee
halla dispersa. Cnando sea introducida y como ptantda
de nuevo en aquella tierra, que llamarnos de promiskm,
pmque fué prometida para ellos B sus padm (dioiendoles) :
bu edijEcard, y no los d%8truird; y loe plontard, y no los
awancart : dice por Jeremias. Y no renwuerd jO>lláb 6
rni pueblo, á los hgos de Irraél, de la tierra que les dt:
dioe por B m c . Y los plantarb sobre sir tierra : Y nunca
mas los arrancaré de su tierra, que les dí : dice úlíima-
mente por h ó s , &c. Cuando se les quite el coramn de
Qui sunt cognati mei aecundbm carnem, qui sunt Iaraelitle, quo-
rum adoptio est filiorum, et gloria, et testamentum, et legislatio
his seeundhm carnem. -
el obeequium, et promissa : Quorum patrea, et ex qniboa est C h i s -
Ad Rarn. ix, 3, 4, 5.
EN GLORIA Y NAQBSTAD. 176

'
piedra, y m leo dB el aorüson de m e . C d o loa huesos
secos y áridos tm lllllll~entre sí, m 4 ~ t a de ~ 1carne, nérvios
y.piel, y se lea introdotce el espíritu de vida. Cuan&
despierte de en profundo sueño: ouaudo abra sas ojoe
llenas de iágrhas : e u d o reoonoraca d su Yeaigs, 6 quien
tantos siglos ha a t a d o amando, y juntamente aborreciendo,
deseando y deteatando : ouando, em h,aea lavada y blrn-
qweada, con aquella agua pura y limpia que ee le promete
en el oapítulo -vi, ver. 25 de Esequiel : Por manto ar
sacar4 de entre lai gentu, y os r e q e t 6 de todaa lcrr
tisrrod, y os conducir4 h v w t r a tierra. Y dsrmaard
&e oosotror agua pura, y or puriJcwsis dc t o d a
vwrtrar inmundicia : y pondrd rni srpiritu en d i o de
vosotros: cosas todas que leemos hnentlimamente
en h wcritura da los profstar.
264. i Pero cuando aerhn estar cosas ? 0 8 oigo deeir
oen especie de llriaion 6,de frialdad entrema. 2 Cwurdo 80-
r&n estar corcrs? i Es creible que estas cosas se puedan ve-.
ri6car jamee ! i Que m puedan v d u u así como se lee
en las b r i t u r e s ? i Que puedan veriíioarse en los viles Ju.
diosBen loo pérñdos Jodios, en los ciegos, duros y ostiodos
JadiosZ No se puede negar, amigo, que peoaaie como
hombre prudente. Ea oiertísimo que, para les honbrer
coua sr esta que no@ rsr * ;mes j os atrevemis B decir
que tsmbien es impooible 6 din'i, para Di- t ? Si pa-
tmrú uwa da&ü en aquel tiarpo 6 kn & h;r reüquier
L s s t s ptrebb, 2-0 serb &fld6 nuojoo$? Y en
OMO que Dios d m o dijese y p r d e a e todo b que con-
ti- nuestra hipóteei, j seria spficmnte iaaon para dudarlo,
el que para los hombres cosa es esta que ilo puede ser?
Cosa d d i m a es twm m e s contra el aguijm.
255. No es esto lo mas. Cuando conceden loa docto-
res, cano b conceden Bodas con gran benignidad, que los
* Apud horninea impmsibiie cet. -Mam. x, 27.
-
t Apud Deum. T i Murc. x, 27. ,
3 S i videbitar ti6ci.h in o d i a rtliq- popd'hqjui m cliebus
ülia, i n u m q u i d k d meisBiñeilcuitf-2kk -6.
110 L A VBNlDA DBL M I S I A S

Jndiab al fin ¿e1 mundo se convertido; lo que quieren de-


crir y aicen espresamente es, que ouundo se conviertan, en-
trarán en la Iglesia cristiana presente ; es decir, en la Tgle-
ain &tiana, cuya parte activa y principal está solamente
en las gentes; puen no hallan otro modo de concebir la
Igl& cristiana. Por ooasiguiente, que esta parte activa
de la Iglesia, como buena y piadora madre, dilatarti su sea0
al fin del mundo, y recibirá minericordiosameate 4 los Jn-
dios que entónoes se hallareo sobre la tierra. Con lo cual
m>il daa B entender, y noe suponen oomo ciertas 6 indubá-
tablen, dos meas bien dignas de la mayor atencion. Ri-
mera: que cuando venga el Sefior ea gloria y magestad
(que ellos miemos dicen y supooen deberá ser al fin del
mando) hallad eeta parte ectiva de la Ighmia presente,
llena de aquella verdadera fe que obra por caridad: y por
c o d p i e n t e llena de verdadera caridad ; pues hallará den-
tro de su aemo materno, no solamente algunos 6 muchos
hija fielea de varias gentes y naciones, sino tambien 4 tb-
doa los Judion. de todas las tribus de los hijos ds I w d ,
que no deja de sumar muchos millones. La cual idea de-
berá componerse con la idea infinihmeate divma, que ntm
da el Sefior en dirersm partes del evangelio : por ejemplo,
oon aquellaa'palabm: cuando viniste e1 Hijo del H&s,
i ~ ~ aque i rhaUaráfs en h t i e r r a * ? Y con aquellas
o t r a : Y aai cono en los dias dr Noe, mi ser6 tanbiGn la
venida dd Hvo del H d s t. Y oon aqneilas : Asfriis-
mo como fué en lar diaa de Lot... De euta manera ,CT&
el dia, en, qw 8s m a n i i a t d el Hijo del Hombre$.
Véase lo que sobre esto queda o&ado en el fen6meao
ir, p a r d o vi.
266. Ia segunda oosa que nos dan B entender, y nbs
Verumtamem EUiw Hominie venienr, c puma, invenh fiden in
-
tem ? Luc. xviii, 8.
+ -
Sicut autem in diebui No&,ita erit et advenhis Fi HomiPii.
Mar. xxiv, 37.
..
f ' S i m i i dcnt factum eat in djebui Lot. Secuudhm h c erit
-
qaO die Rlim Hominir revekbitur. k. xvii, S,90.
wmpomn oomo oderta 6 indub'ible, m eata: q i e le i&nia
c r b h activa de que boblamos, que aoia ertá oitwbmm-
tg en los genter, lo deberá estar siempre en esta misma
forma hasta el ñn del mundo, ein q w pueda haber en a t o
madanza b novedad alguna; debiendo Dios dejar sien-
pre las cosas oomo se están. Mas esto segundo (olvidaado
por aora, 6 b i e n d o q w olvidamos lo primero) j sobre
q+ fundamento estriba l No podrémos ver este fundn-
míento ? i No podrémos, sin ser racionalmente notados do
impiedad, examinarlo de oerca? j No podrémos proponar:
anesSrea dudm 4 los sftbios, y lea razones grandes 6 peque-
fíaa que tenémos para dudar? 1Y en caso que esta, me.
*do008 un s e d a n t e nevero, temble é inexorable, w
m dignen de ounos, 6 no nos den otra respuesta que o b
..
mar : ha bkiqti~aaado. sentencia de muerte time a t e .
Ionbta... sea apsdrcado, no podrémos, &cita, pia y religio-
' rarnenta, examinar este punto gravísiio 6 importantiaimo.

B la luz de laa Escrituras, que nos pone la Iglesie m;ni


en las manos?

26'7. Y o hablo, amigo, por la presente con ros rolo.


8 e . qm ~io sábio, aunque poco inolinado al estudio de 1-
aaotar Bacrituras, segun el gusto de nuestro sigio : 4 lo me-
nos no 'hignoRis, ni tampoco ler &jab de.respetpr ni
de creer. A vos, pma, os presento @mediatamente e&
mi d t a : os propongo mis do&, y las razones en que
m h d m Para que podais darme una respuesta ea&?+
riaa, ein oonfoaion y sin eqnívooo reflejo, oid primero cm
bondad, y considerad atentamente cmoo puntos previos,
que &e00 4 meotra rsñexion. A mí me parecen cinco
yerdades. Si aeaso no lo fumen en vuestro juicio, yo es-
toy pnmto & condenarlas 6 corregirlas, luego al punto que
me lo deia 4 conooer. Yo he proteatodo otra4 veoer, y
TOMO 11. N
lT6 LA VENIDA DBL M E S I A S
poterto de muero, que todo erte d b y aue~tuem éI w
&m, lo nijeto de buena fe, no solo al juioio de L
Igiesis, rino tambien al juicio y commion de loa abiou,
que qaieran eraminarlo con formalidad.
' PRlMERA VERDAD.
268. Jesuariato fundb su Iglesia en J e d b n , y por e,
tónoeo en rolos loa Judioi ; mas como él segun ler 6rdmem
de su divino Padre, debia partirse luego 6 UM tUna dk-
tanh para recibir allí un reino, y dsrp#r oolvrru : *
eligió en su lugar B uno de los dow apóiltolai, que fie
8. Pedro, B quien hiio su vicario en la tienn, y aoiri-
guientemente cabesa verdadera y visible de la misma Igle
e i ~ ; dejhdole para ento todm las llaves de la aaro, y en-
oomendado $ su auidado, fidelidad y vigilan&, ia aonmr-
vaoion, el aumento, la eneefianza y buen gobierm de toda
la familia, por ei y por SUR legítimor sacaosas, haata que
él volviese.
SEGUNDA VERDAD.
m. Todo lo activo de la Iglesia de Cristo : es deoir,
toda la autoridad, jnrisdicciou y potestad espintad, neoe-
iario para la conservacion, aumento y buen gobierno de
ertrr I g W i , la puso el mierno Hijo de Dioa en s u @a-
tole~~, dándole d uno de e k le primacía sobre todos ;la
oual era mveuientlsimo, para que ae aoaaerv8~)y porpe-
tnase el buen 6rdm en toda la gerarqula ecleoiáatioa. En-
tre estos ap6stoles de Cristo, y aun entre loa otrw M-
pnlos de olase inferior, es cosa cierta y averiguada, que no
hubo uno solo que no fuese Judio, 6 pertenecienta, ugun
h carnes $ la oara de Jaoob y d e a o e n d d de A b h
Así oomo ee coaa cierta y averiguadas que entm toda la
72 libm 6 piesas separadtu que aomponm la Biblia m-
grada (46 antes, y 21 deepnee del M e s h ) no bay uno ido,
*
Abiit in rsgioaem ionginquan &pare iibi regnm, et ~ m r t i .
-h.rir, le.
EN GLORIA Y MAQBSTAD. m .
oup d t a r fuese llamado por el Eepiritu auito, de oho
n d o n 6 pueblo, qae del pueblo de I d l , y de
Jd.
TERCERA VERDAD.
a
960. Pudo muy bien el SeEior, si mi lo hubiera que-
rido, conserpar y perpetuar en Jerosaléin la primada, la
d i t e , el asiento, la sede apostólioa, 6 centro de la unidad
de toda la Iglesia de Cristo ; y además de esto, la auto-
ridad, y poteatad suprema en mlos los Judios, disponiendo
que ea- solos fuesen los sucesores de 8. Pedro, y he+
daseo t d e s sus preeminencia y prmgativas. Tal v a
b u b i i sido así, si Jemealén y Judéa, 6 los Jndios ea
general, hubiesen oido B los apóstoles, y hubieran recibido y
no & d o la palabra de Dios. Si acaso os prrrece esb
muy embarazoso, y por eso muy dificil 6 muy duro de
c m r , podeis considerar, que esto mismo, ti propordon, lo
pudo hacer en Roma, cabeza entóncea del mayor imperio
qoe ha habido en el mundo Esto mismo, 4 priporoion, lo
pudo hacer entre las gentes idbldtras de profesion que no
lo aonocian, y 5 quienei no tenia obligacion alguna, ni por
ellas, ni por la justicia de sus padres. Esto miamo, B pro- '

poroion, lo pudo haoer tambien, 4 pesar de la potencia y


empeño de los Césareri, B pesar de la repugnancia y apo-
sícmn del senado y pseblo romano, ti pesar de las ame-
nanas, de loe temores, de los tormentm, de las cruoes y
de l a rioe de sangre cristiana que inundaron 9: h a . Lb
pndo hacer, y lo km,y ee salib coa ello.
CUARTA VBRDAD.
2g1. En caso (no imposible ni diñcil) de quedar en
Jemsalhn, y ea solos los Jndios, la sede apostblica, 6 el
centro de unidad de toda la Iglesia de Cristo, esta hnbie
ra ido tan catblica. tan universal, como lo es aora &o di-
fwmoia alguna; puea antes que S. Pedro toriew orden t
de pasarse d h i m e y poner en ella su d a (y Cal V ~ m-
E
íea de aaberse 6 entenderse con ideas clarad todo el grai
N 2
(E80 L A VBNIDA DPL HHBIAB ,

mUerio de la v 4 o n de las gaatas) ya ee babia d&í-


do mta verdad m Jerusmláii, y m kbia puesto en el dar-
bolo p6blico de fe ; porque ningnno ignoraba e1 mandatu
apreso del Sehor, que dijo 4 todos antes de subir al cie-
io : Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio 6 to-
la criohrra. M que creyere y f u k c bautizado r e d
&:&c.'
. .
QUINTA V E R ~ A D .
90& Quenbado Dioe ogtigar 4 Jeruanihn y d lw Ju-
dia mn el úhimo y mayor oaatigo, en- úmba que It
ataban rauaoisdor, w solomente por haber reprobado y
pmcifieado 6 m MeslPs (que este sumo delito se lm hit-
bj, perdooado, si hubieran d o 41 los apbstoles de CrY-
to) rioo tambien por habeme obrtinado en su incredulidad:
por habeme e.a~neadocon tanta incivilidad y demortetia de
.adir 4 aquella grao cena, 4 que d o s famn lor prime-
.maonvidados : y B mes de esto, por la oposioion que ha^
&n 4 la predicacion del evangelio, p r o d con sumo
.empe6o que ningano asietieae B dicha cena, con tanto de+
honor y a f h t a del buen padre de h i l i a s : por e- y
atros gravíaimw delitos de qae estaba llena Jem(l~lén,
Sión, y generrdmcipte hablando, toda la cerro de J-b:
lleg6 finalmente el caso de poner en ejeapcion a q d a
rentemcia terrible que ya estaba anunciada enel Evangelio,
0. digo, que- ninguno ds q w l h hombrsr qw pldr~n
yCrMdO8, gustar6 mi esnat :y aquella oira am poeo mm
amarga por maa erpieeiva y mas clara : P o r toRto OI digo,
pquitado as ssrá e1 reino ds Dios, y mr6 dudo 6 wri
purblo qw haga los fruta de él.
, m. Para dar lugar B la ejecacion de erta mntewia, y
juntamente para hacer con las gente6 una suma 6 Ui&e
Eunta in mundum univemum, prdicata Evaqclinm o-
crecrtwm. Qai cndiderit, et baptt.m fuerit, d v u erit: &c.
*h. xvi, 15, et 16.
t &o =@m ooblr, qabd asmo Ph.miiioram, qai nnyd
gaqtabit coenun me-. -h. xiv, 24.
~~~lo priaeJo que h b el 8efim frié mm d 6
JerasolQ el oandeieao, y la Pdoroba grande y pr-,
que hsbir priesto en B1: amar, digo, de J ' e r t d é n d su V,
cwio, aacar la sede apoetólica, sacar el oentco de nnidad d.
lo verdadera Iglesia cristiana, y posarlo todo á Rana, pen
mayor bien y oomodidad de las genteii llamadas en lugar &
Jsraél : determinando, d lo menos tácitamente, que en ade.
iante las gentea miamas sncedieaen'tí S. Pedro, id ooaio h ,
loa otros apbstoles, y qub los hihs del reino fuesen deahere-
dadon y mjadog bPeta su.ikmpo 4 las tioieblar deriores :
& digo, p~ v a d r á n nucLor de O h t e y de OecEderte,
y aa ratartin con Abmahk y Iamc, y Jacob tm d r b
de los &lor : M a loa h&n del reino 8 e r h dchatim a ht
~ r r i t ~ o r ;Y * . quitar tí estos hijos del mino
~ para
tsds de dbpota, y dejarlos enteramente ea.b oaile,.
eqm lea estaba anunciado. lo eegnndo que himo el Sefim
W, enviar contra ello6 sua egércites, y destruir entera.
mente su tempb y ou ciudad):. l o euai re o j e d gar
6 de Veepirino, y Tito, y m completó mterameab
por d i o de Adriano; verificándose oon toda plemitd
a q d oixa prokía del mismo Sefíor: Wrii granh
rrprstura adks h tierra, B Lro para srte puablo. Y
wrrán 6310 & arpada: y máil llsvados m wrtwerio 4
t o d a lar m&mea, y J d mrá Mla& & lor Omk
a: htaqvrraacum#anlor lisnposds hnaL?Misr$.
2&4. Sapntmta la boena inteligencia de estos o i m pxm
w, y em la buena fe de no hdlaree en $loa coai alguna
qiw no een verdad, ragun l b &criturer, vuelvo nora 6 mi
-dta: cuando Dioe. por justbimaa causas abandonb O
Dico eutem -bis, quod multIeb Oriente, et Occidente venient,
M jyxamimnt eom A*, tü I-, et Jireob in mgw ea~lonua:
~ r i i t c mri e g n i q j i c i in tenebm exterioren. -Ud.ooi, 11,1&
7 Et missin exercitibw nuia,,perdidit hoinicidu illos, et ciritrtcm
iiiormn mecendit. -Id. d, 7.
f Erit enim pressnri, migni, rupw. tsnm,et ira popdo huic. El
d m t in ora giadii : ct captivi dücentnr in omnea ganW, et J-
b~ d d i t r u i@bu
h. ii, 10, S, 31.
-
: dome implemtiir tsmpon d o n u p .
B r d é n , y p w ó B R o l l ~ ~ b c í u t e 6 d d ~ n t rm
o dI@dn,
s
zae .bó acaso l.s manos Indel todo, que ya no p a e h &o-
earestaasueiter sllineprsetídmisnu,: yciaQeneiagum
tiempo, en ni- caao y par ningnn motivo 1 i Podo Dia,
'

dn negarse d sf miemo, sacar de Jerwalbn w solo h osn-


dela, sino tambien el mndelero, y ponerlo an RomP; y p
no podrá, ain a e p 4 si miamo, en ningun tiempo, en nin-
g m cano y por ningan motivo sacarlo de Roma y volverlo
iJ d h 1 i Pudo quitar tí los JÚdioa la administracim
de h viña, 6 lo que es lo miamo, el rabo de Dios activo, y
&lo d las gentes,por las razones que se apuntan en la pn-
i4baia de la vifin*; y ya no podrá por las mimnas razones,
6 por otra mmejmtee 6 mayeres, quitarlo tí bs gentes y
volvtub 4 dar 6 los Judios ? ;.Pudo cortar 4 la boea~diva
ras ramaa propiw y natural&, 6 ingerir en lugar de estas,
eontra la naturaleza, otras ramas estrafiaa y eilvesties, y
ya no podrá en ningan tiempo, ni por ningun motivo (aun
o d o los ingetosi ee hayan viciado por la mayor y maxima
parte) no podrtí, dip, cortar estos, y volver B ingerir aqua-
lb,ucgun la natnralsM?
986. Hágome cargo del embarazo maa que o r d h t b tpe
os podrá ocaaio~are& consulta. La respuesta d
rieta faoil y llana, no lo es tanto, que no necesita de a l e
&dio. Fuera de los doctorea ordinarios que podeia m-
saltar 4 vuestro' gusto, croo qiie os dará grandes luces un
antiquísimo y célebre doctor, aeguido de todos loa catelícoe,
y de todua las escuelas de teología, sin escepcion algnm,
que treta este mkmo punto plenamente y á fondo. Y o
hallo entre sus escritos un discunio admüable, dirigido in-
mediatamente d las gentes cristianas, tan claro, ton circona-
tanciedo, tan sólidamente fundado, que nada queda que
desear B quien busca la puro verdad, y 9i quien, 6 sea dulce
6 amarga, en ella descanaa. Por tanto, dignaos, amigo, de
leer este discurso con paciencia, y consideradlo con aten-
cion. Si orr pareciere algo difuso, y como una molesta di-

* Mbt. xxi, 33.


1
grsiian, ofrmd d DMe vliestro trnbqio*esperando de 41 un
f i abundan-. Mirad c m el labrador *a d
p h ftlCtO de h tierra, aguarri¿nulo oon, pcrcisaoio
-a &r h lluvia temprana, y ta&*. Como de
e- disoursoir habrejs leido inñnitainsnte mas d i w s y de
.iDgmy utilidad.
PARRAFO VI.
DISCURSO A LAS GENTES CRISTIANAS DE UN DOCTOR
ANTIGUO Y CELEBRE.

PARTE PBIMBBA.
968. " Se p k m comunmeote anbe los CrirtirPom. qw
dDiordeAbrabún, de Isirae y Jacob, el eaalapd6re
t i a t o en lo irrocenoia y juaticio de estor tres patiirimas, que
qaiso ser llamado eternmnte con a t e nombre, diciendo:
a t e sr ni nombre para a k p ' e , y cste sr ni anrcoricil
pOr 9 - h y 9 6 ~ # U C h:t que Di- iU6üihl9Ilb
verp3 y ñeL sn t& sus palabra, hs abandonado etcrn,
mente la descendencia de estos justoti. Se pie- que la
urojó de rl para siempre, por aquel gran delito que m e
tiersn cu8odo claauron ; Cruci$&, crucii ... S&
aomtros, y sobre nwrtrar f i j a .acr .w &angre$. 88
piensa que ede delito m irremisible; ein que pueda v.lar-
lea el aastigw y peaitencia durísima de tantos e i g h , ni a m
a q d o misma sangre de infinito valor que elloa dermpa-
mn, sin saber lo que hacian. S e pEeaea, que este DMs
granda 6 i h i t o , cuyoe juicios aunqae inescraCabler (rU1
s i i i k r g o m),verdaderos justos en ri nrisrnorg, no tietm
ya dgmos designios, dignoe de sa graodeae, sobre eiitoe

-:Eece sgricoia e x p e t pmtiomm fructnm tema, patienter fe-


S,- -
dona accipiat temporaneum, et suotinum. Jacob. v, 7.
t Hoc nomen mihi est in aeternum, et koc memoriale meum in
perationem et generatimem.-Ea. iii, 16.
...
f Cnieifige, erpciíige eum h g a i a ejua super m, et ~1perfiüoi
-
n m . Luc. xxiii, 21 ;a Mat. u v i i , 36.
-
5 (Sunt Wmcn) vera, jnrtificata in wmetipsr. Pt.xviii, 10.
L g o i i r E l illpto8 yr%aad#, sino rdrarenfe.qwz.lI0
-riertm al iin del d o loa que entbiioer qroedsroo.
MPI d e modo de ien q\ie M funda? j A- e.
~ ~ tomada de lar libros sagrados, 6 err ak
d g iavelacbn
gotmbwnaydlidmrown? D i g o p t ~ deoir,ddoctor
~: y
maestra de laa gentes : i P o r venturq k deraclicrdo Dha
hrwpusblo? Nopor cierto... Noba darschdo Dior b
rr pw&, al qtm amroció sn sr prsrciencia*.
263. " Primeramente, debámos traer Q la memoria todo
lo sucedido con este pueblo ingrato, en loa primeros a608
deepues de la muerte del Mesías. Tan lejos estuvo Dior
de m q u la maeir(e de BU Hijo, ni el Hijo de vengarse 4
á n a b o m el abandono t o a de los 4 09 de Abn&in,
tp adea por el oontrario, ertos heron loe primeros Uamrir
das, y 0011~dedoscon btrmoia Q la gran cena : 4 atan se
dboió, en primer lugar, con infinita generasidad todo el
h t o precio80 de aquella moerte, en que ellos mismos be-
bien tenido toda la culpa. Los siervos que luego fuesoi
eaviador por todo el mundo-f, á convidar á todo el linege
humauo, tuvieran &den apresa de empeear por Jtmudén,
por las hijos de Israél, y de traba@ en ella c m el m a p
srpefío hasta que nceptaeen el convite, 6 ha841 que ea ds-
ieea y obrtiaecion iiegiue al estremo de no . dejar orbtirio
ni esperanse. Si se leen los heobos de 106 bp6sbla, alK
se verá lo que hizo el Sefior por medio de sus e n v i d a
para veoeer su obstinaoion. Allí se verá, que m ss pasó
del todo fi les gentes, sino despues que ellos repelieton d d
todo le pdabra 6 d oaorite de Dios, y se enfurecieren
tra eue enviados, como lo habia anunciado todo en términor
clarísiis el mismo Sefior en la pnrábola de las oapob$:
ooa lo ond se hicieron indignos del bien que se les o&e&
y llenaron todas las medida del sufrimiento. A vaaoh.or
convenia que se irablase primero Ea palabra ds Dior : (b
...
Dieo ergo : Naaaquid Deas repalit popdnm snam ? Abdt

-
repniit Deus plebem sruun, p i m prarciiat. -A¿ h.xi, b 2.
t In rnundmn dt63101pi m..rb 15.
3 Mat. d.
rJija;.mbWi8.Pablo, y .B. ),bé)n#rporqueIbr&uc~
l y a t f ~ i i i d i g n o r d e ü r ~ d m ucutaprrde
i,~
m s ~ s a o ás los gsntiled ;ywqur el s&r ad .lo aurr-
dé*. No ~~ esta obatioacion genemi de toda la ~ s r
~ O E ,no dejaron de salvarse algunas reliquias, .lyun la
d8cdon ds la gracia, ... y lm drmas fueron ~dgador:dd
C O ~ W mtú
) d t o t :dánddw Dios sn castigo de su mi+
..
dad. ojos para que no vetan, y oqjw pana qrc ru, oigan
h t o hoy dM$.

a 288. No hablando ya de aquellos pRmen>a t i e m p de


)a Iglesia, hi de los p o s Jndios que entbncee areprorr,
eonvirtámm aara toda muestre atencion B los que no ore
p o n y se obstinaron en m inoredulidad, que faaron o u i
'todos.. Eak>s solos debemos o o d e r a r aqui, pues ata
nen los que ee piensan olvidadw enteramente de su Dios. lh
Bmegable, que &m infelicesfueron cegados :drí aoru
&da ercrito : dieron contra la piedra fundamental, y t m
pegaron en ella, como tambien estaba escrito ; siendo paro
d b s p a BU ceguedad piedra & tropiew, y piedra de ea-
clándalo. i MM pensaie que de tal modo tropemuon, ~ V M
eayecm ? i Que cayesen, digo, con toda SU pooteridod en
le deagrsaia y olvido eterno del Dios de Abrahán? No por
ciertog. Ia verdad es, que Dios por sus juidoa nltisimoi,
siempre Uenos de sabiduría, de bondad, de ractiiud y j-
ticia, lo permitib asf, y asl lo dispuso con grande acw*
y con ddgaioa dignos de su grandeza, para sacar de esta
Vobin oportebat primhm loqni verbnm Dei : sed quoniam re-
peiiith inad, et indignan vos judieatis retenre d-, Gece d-
mur MI geakrs. 8ic enim ptseaepit nabt Domino8.-Acr. xiü,
(6 a 47.
.t Scennáum eiectimem gratim ... cszteri verb excecati mnt : 'si,
cot scriptum est. -Ad Rom. xi, 6,7 et 8.
3 Dedit itlis Daits... ocnlor ut non ddeunt, et wcs ut non wdiriit
urque ia hadiainiundiem. -Al h. S, 8.
8 Dico srgo : Niunquid ric obdwtmt ut ade1011ti AbUt.
Ad h. U, 11.
-
106 LA VBNIDA DPL ~ E S I A S
mal innumerablm bienar, como l a h sacado efeatiromPeig
-140 ten& que ptegmitar, qub bi- san ertog p ~ a mee lar
igwrai.: pues l a gogPie aon sanitr abundenoir: ppes hs
parado Q vc#obros lo que elioa no erfknaron por su
y derpileciaron por su ignorancia: pues, e a fin, su delibo.
ai inciedaliid, su obstirwioa, ha sido vuartra aaiud :por
d p s w d o d e e ~ ( ó p wrueda) tino lu aahid & &w
gen*, *.
para incitarloa a la iiritaolaolon
289. Pu, si el delito de los Judios ba sido le salud
del mundo ; si su incredulidad, su ceguedad, su castigo, su
hamilinuon, su dinminuoion, bao sido ler riqwms de las
genter ; l ooonb mas lo sed su plenitud t ? (De ester pa-.
labms del Apoetol se sigue nabiral y lejitbmente, que &
kmos esperar en lo futuro escr plenitud de Israél, la o d
Baiá al mundo todavia mayores bienes que los qae ho be-
oho s a delito, su incredulidad, su obstinaoiin, tiu castigo y
au budaciotr: de lo cual se pueden saca otrw a m e -
011encieS. no menos lejítimas ni menos importante&)

SIGUE EL DISCURSO DE ESTE DOCTOR.


270. " Con vosotros bublo, gentes mristianar, erey-
de todas las naciones, tribun y lenguas. Siendo yo medro
prediopdor y maestro, d quien se ha fiado el ministerio de
k palabra, debo honrar este ministerio wgrado, diaiendo y
enmfiando 4 todos lo que aprendí del Saioor J-, es-
to es, la pura verdad : oidme pues, hermaaai, y dad
stenoion.
271. "Si lg oeguedad de los Judios, si su Uocwdalidad,
si su obstinacion, m la pérdida que Dios ha hecho de ellos
ha d o la reconciliacion del mundo: qu6 pensaia s d s a
.armoion$ ? i QuB pensaia será cuando d mhricordiioeo
iiiorum delictum [eeu 'lapeue illorum] aaius eat gentibus, u t
-
illos remulentur. Id. ib.
t Quod ai delictum illorum divitiae aunt miindi, et diminutio [sen
hnmiiiatio] eorum, divitite gentium : I qaanto magia plenittido
-
eorum ? Ad Rom. si, 12.
f Si enim amissio eorum r e c o n c i l i o est mqndi : que asmunp-
-
tio, nki vitm ex mortuis . Ad M. xi, 16.
Dbr de IUUI padilsr, que lsvantta da la tierra a l rkrtralfdo,
y a k &l t u t k d al pobre*, les.de lammo, y los leramte
del poivo de Lo k': cuando les abra los ojoa y los oí&:
siundo loa llame : a d a los traiga á aí : cuando ha reab
bo entre sus brama mmo aquel buen padm de la p&h
dd hijo pródigo? i Qnb peorais, será esta asnncioa, y ert.
pboitud de loa Jndios, Mco vida de los nrwrtor ? lEBtbb
ces v e d el mundo oon a d m i i o o y pu~mo,no eolo viroa B
los qae tenia por mueitos (bebiéndose intimlucido en los
haa#w Biidos y secos el eapíritu de vida) amo que de tmtoo
muertos aab la vida, dando ellos la vida oierdaderP al mas-
do muerto: .muerto digo, en el miamo mntido en que ella
eaLn aom. Pwqw ri la pdrdida de ellw u la r e d
liacian del mundo : ;qJ rsrá nr reateblm'misriio, Mu,
aidcrd6161(~~tt08?"
" i Qa6 ten& que maravillaros? Si e l primer
+O u santo, lo 66 tanbicn la irrcrsa: y si la r& a
wnta, tanbien lor rcrnor). EBdecix: habíeado sido tan
santos y tan agradable&B Dios todos aquellos mitos, que
en varios tiempos se le han ofrecido de toda la masa de la
oosa de Jmob, como son, fuera de los petriarca~,t o n h
p h t a a y jash, camo son los apóstoles de Cristo, loa dib
Lipulcm de la ciaae inferior, los fielea de la primitiva I g b
si., la santa Madre del M h , y sobre todo el M&
m i m o ; debe tambien mirarse como santa, como a o u q r a -
de 4 Pies, y como herencia suya toda esta casa de Jaoob,
que ea la masa de donde salieron frutos tan precioeos.
Dat mimo modo, siendo sanb la raia de un árbol, es
santo todo el Brbol con todas sns ramas$ : i Y que di&
mar si algunas 6 mocha9 de las raman de este Brbl tan
santo re han quebrado? Oidme otra vez, gentea, y m ol-
videis esta gran verdad.
Smcituis B tema inopem, et de etercore erigen8 pauperem.-
PI.d , - 7 .
+ Si delibetio ienct. est, et m w a : -
et si radu eancta, et mi.
M&. xi, 16.
$ Et ii di amcb, et nmi.-ld. ib.
U0 t A VBNlDA DEL M B U U
818 " T o d o e l p t i i i m w d e d a d e b . b S i r r i d 0 ~
y 8ptmmwdm can bato miwriooidi., j qab otra oom eun
sino un monte de olerutroa iDfiadferoa, que no daban ím-
to *o, digno de Dios, ni lo h- dodo jamás, de-
j d m d ra aatural maíioidad ? Voaotroa, pues, qqriie#r
m, teallp Dior obiipkm alguna, ni por paoto, ni por pro.
mere, ni por vumh jaetica, ni por la josticio de vuwtma
pdPsr, tiiteir m a m h de rrisitma banquea por para bos-
dad del Dios de 1 4 1 : fiiLteio iageadas por su dbin y
amipotente mano, en aquel mimo árbol santo, em aqoelb
ppiisia oliva baerro, onyae rarmu natpialer re h a b h que-
M e , y entrar& O ocapar su lagar. Con esto, parti&
p d o del jugo pkgiia de la mis, qoedmteU ya en 4 0
de dat aquelloa fmtw que no llevaba vsatra na4uaim:
tii riendo acebwche (dice S. Pablo), fuiste ingerido sn
sillos, y hau sido hecho participante & la raiz, y de la
gmmtra & la oliva*. De aquf ee + inmediata y b
gitimamente, que no ten& rason alguna, ni apariencia &
raxon, para gh-iaroa, para engrehr, pera deapreCm6 in-
rnltv d las ramas naturales, aunque quekadaa, neoas y
eethriler, por su infebided. Y a i acwao entra en v a o u
olgmia elacion, algun engreimiento, alguna vaen reptidd,
sabed, hermanos, que no llevaia vorotros 4 la rak, nino ia -
rii. os lleva 4 V O B O ~ S . Que m lo miuno que decir:.
v w d m sartento, vasitro verdor, matra tecnndidad,vner-
tm d a , os viene de la rsia del árbol donde estair ingertm,
y no al oontrario. No te jacta cantra las r m Porc
qme a te j a c t a , tú so rustanta h la raiz, uino la rQit
6 ti*.
214. "Dirás acaso: Lua m- han rido pwsbt&
paraque yormingel?dO$. h r a m m ~ ~e~deeeto
baema oliva se quebraron, y faemn amjadre por su inmtüi-
Tu nutuu chm oleaster =ea, insutiis aa in ülis, et iociusm
di&, et pinguedint olivm fietua ea.-Ad h. xi, 17.
f Noli~lariadnusur~mor.Qubdd giorbir, wa tu d i-
esm portu, wd radix te.-Id. 118.
3 h d wdt runi, ut ego imeru.-Id. 19.
1.6pmiagmhaesOaarotiiw,ensuliy~sr. Bien: a i & d
por eiio al Dios de Jiraél, y md isite mama
. . .
m m m o d m Bata ea la m-oia legítima y justa
qos W e wer de aqueüa vedad : no da&, no segori.,
dad, no propia iwtishcbn, mucho menor dapmoio de lna
remas, y Mi de lai rapae qnebdas. se hao s e
40 y b d o inátiles por ea iooredulidd : vosotros, que
aora ertnU ingertos en el mimo árbol por la &, no pmaa-
mais tanto de v<wobas &a, m, deis Iugn 4 peneuniem
be de elecin y de vana aegddad: obrad m d r a d u 4
am temor y tembla, porque no bay rswn alguna poro
penasdiriie, qae Dioa ha de ~ ~ p l mas a Br las ranar
esbroáas, por eatar ingerhs en buena oliva, que lo que
cm(empló 4 lar iraiae nrttarales. M m tb por la f e u t &
en pie: p- no te cRgrurr poz eso, IRUS a n t a tanic
Porque . iDiar no psrdod h los ramor naturclbr: ni
m a r t e p d m a r h h ti*. De aquí se sigue, que no ei
iioppaibb que spcedir B loa ingertos aqml mismo t d 4 0 ,
que moedíb a los ramm naturaits.
27'5 '' En esta consejo de Dios, admirable B -i
bb, debémos oemiderar por una piute, la bondad y m&
ricanlia d d Gafior, y por otra su justicia y severidad. U
reraridad pera con los J n h ingratos, qne fueron infieier
d m vocrion, y 8e obetinaron en m inñdelidad: la b d
parm GQII ha gBnf88, que f u m liamaciaa en su la-
& a t a boaded para con lae gentes (no men- que la uk
veiided pus cm h a Judioa) es neoenario entendeda biem,
paaqm~ea m u y f8Bil .abnsar de una y de otm. lk6 ama
la severidad para con los Judios debe durar in-bBb
-te ,todo el tiempo que durare m iddelidad. y nada
mu: así la bondad para con las gentea deberé durar todod
tiempoPoque estia permaneoiaren en aquella fe y bmdad, qw
-Dios ha pretendido de ellas, y nada mas. Si este tiempo
#

e !haubm íide 8t.s : noü pltam srpere;wd time. Si 8 t h Dsai


-...buu;biu wU non pepcrcit: ne fortb nea tibi pare&.-&&m.
xi, 20,21.
-
898 LA V E N I D A DEL MESIAS

ae nena algana vez, conw mt6 crctito, mi como se ba de


Uenar el tiempo de la incredulidad de los Judioe, como
t m d k rrth ercrito, i qu6 otra cow, ni qué nuerte mejor
p d e m esperar loa ingertos, sino la mima severidad que
han erperimentado Iaa iamas naturales, y tal ver mayor?
Mira, prrr, ia bondad y la sawddad de Dios: .Is ria-
euiáad para c m a q u e i h qua cayeron ; y la boridad de
Dior p r o contigo, si p e ~ n s c i e r s sen la bomlad: &
otro m u e r a .a& tú t d i e n cortado. Y acn dos, ri
no psrrnarsoiarrn, en la i d u l i d a d , aer6n i~gstidor:
p u Dio8 es podaraso para ingerirlos dc nuevoe.
8%. " Si ento os c a w gran novedad, m os parece dura
aoro y dificil de creer, volved los ojos á vosotros mimos, y
baoed esta Breve, f k i i y justa refiexion. Yo fuí d o
por la bondad de Dios de mi oleastro iuútil, 6 mktuoro,
que solo h e n o para el fuego : fui ingerido en bun
eiiue por la eábia, omnipotente y bendfica mano d$ Pdiie
aelential. Por este beneficio que& en estado de poder
gozar abundantísimamcnte del ;ugo pingüe de Ls &S del
Qbd, y por consiguiente de dar frutos digaos de Dios.
Paer onando las ramas propias y naturales del mismo b
bol le sean eoterameate restitnidae (como es cierte que lo
ban de m);cuando sea *tornoingeridas de n n m , -un nr
rcrtwrha, por la misma mano eábia, omnipotente y be-
néíica del Dios de Abraháo, ¿ qa6 frutos no podrán dar, y
qa8 frutos no d a - n? Porque si tb fuisk c t w t d ~del
mtwral mbsick, y contra natura Roe rido ingerido sir
kun olivo; j e u m t ? aas aqueUor, que sea nahcrdibr,
aerk ingeridos en ru propio olivo+?
Vide ergo bonitatem, et severitatem Dei: in eocl quidem, qui
weiderait, severitatem : in ta rutem bonitatem Dei,ni pamsrusrir
in bonitnte: doquin et tu excid&rh. sed et illi, si non pctmara
rint.in increduütate, inaerentur : potena eet anim Dclis iteram imt-
rere il1oe.- Ad h. xi, 22,23.
t Nam si tu ex natardi e x c h en oiaaatro, et contra notiihm
taertua es in bonam olivam :4 quantb magis ii, qui #
tnram ineerentur s u a d v a a ? -A¿ h. xi, 94.
BN GLORIA Y Y4QBSTAU.

PARTE TERCERA.
m. Im incredulidad presente do los Jndios, m oba-
tinadon, so dnrere, su oquedad en medio de tan gru
Iai, y el eatado aiagalar em que por eiito m halim, es an
teobmew> bien estmordioario, y aomo uh eniffmo 6 mL.
brio mrs digno de una atenta -coaaideiicion, da uua
ipebasiderada i n d i p i o n . Porque el coaocimi~blb &
gran mistario, dende sa priacipio harta su h,puede
mr disime tí todos los cneyentes de todar lar naciones, y t ~
q w no deseo otra cosa qae vuestro verdadero bien, quien,
d s t c u b este misterio y revelaros este secreto porque
ao tsais a6blor en vorotra, miumor :para que moderem
vwdra nimia conhnea, que puede facilmente pasar 9i
-0% y ann tí temeridad, y deis legar tí un santo y
religi010 temor. Sabed, hermanos, qae la cepedad pre-
-80 de los Jadios oon todas sus consecuencias, ee un niis
tsrie grande. unido e s t w c b f s i e n t e con el misterio no
menon grande de vuestra rocacion : de modo que aqael
primero depeode'de ente segundo, y durará tanto, cuanto
srte ckimre. Es á saber, has) que entre la plenitud de
I r gentes ; no oierto, todas, eino las que han de eatrar,
&m kr pmiencia y eieccion de Diob: Porque me&
am lor.lYalncPdor, mtu poom IOI eacoyidmt: hada que ya
no re iuiie entre las genbe q&n quiera entrar :* hasta que
Ipn que^ ataban dentro se vayan saliendo, y los que que-
daren se vayan resfriando en la caridad, por la abn,
deocia de la iniquidad : hasta que en fin, se llenen loa
tiempos de IRS naciones.
278. " Idegado ente tiempo y concluido este miatedo,
tiene determinado elmisericordioea y justo Dios, de llunar
& loa .Judioe, y iecojer todas itna reliquias con gran& pis-
&S, ad como está escrito, anunciado y prometido en
Escrituras. Porque no es posible citar aquí todoa los la-
gares de las Escrituras que hablan de gato, baatar& por

)
- -hfd.m,
Ut non sitb vobb IpiY upimtes. Ib. m.S.
M d t i enim sunt rocrti, pand ver¿ cid. 16.
m LA VBNlDA DBL M881A8

aom el capítulo lix de I d a s , donde se d i i : e ddnb


re 6 S& (6 como leen todas hu versiones vendrá 6 S*,
6 pw S&) al Rcdsntor ...(y el de S. Pablo que d k ) :
V d r á de Sión el Liberta& qtcs dsrtsrrruá la impia&ad'
cb JacoB. Y a t a rer6 mi danza con elloa :cuando qwi-
tan sur psoador*. Por tanto, si Dios los trata aora comw
4 eaemigoe, esta enembtad no solo es jpstlsime reipecto
de elloa, sino tambiin llena de bondad impacto de v o m b : ~ .
Mejor diré, esta enemistad con los Jndios, es sdoniente
por causa de aoaotrw: por vuootro amor, por vuestirr
oontemplacion, por vuestro mayor bien : pues m la p r e
lente providencia eatracha M la ccma, ds wodo que uno
ds lea dor ha da c m : y una manta corta no pwds m-
orir al uno, y al otrot. Mas si por a t e reepecrto son oora
enemigos, por otro respecto, no lo son, sino -tea oarliimas
P Dios, que no puede negarlo del todo sin negarse 4 el
miamo, pues tiene empefiada su red palabra, que m asta:
¡
k verdad ragun al Evangelio ron enemiga por CQYIQ &
worotrer : 11)4~a g u n la sleccion ron muy a d r por
wwa & nrr padres$. S i ellos son aora digno8 de úa
por su inoredulidad, por su oatinacion y por cawa & a ~ -
wttor :tambiin son dignos de misericordi por 1. justioia
de rua padres, por los meritos de sua padres: por lao
promesas hechas B aun padres : Puar lor donar y vococior
& Dios ron i n ~ u t a b h 5 . NO puede Dios a r r e p e n b
de haber prometido, ni niega sua promesas, ni deja de
mmplulae con toda pleilitnd.
Venerit Sion [venient ad Sion seu pmpter Yion] Redemptor ...
Venuit u Sion qd eripiat, et rvertrt impietatem Jacob. Et hoc
-
W me teatamentum : &m nbstuiero pecuta aorum. I d . 111,
20; et d h .xi,26, d 27.
t Coanguetaturn est enim strahm, itaut dter decidat : et p.Uiiim
-
breve ptrumqne operire non poteat. h.xxvüi,. 20.
1 Secundhm Evsngelium quidem inimiei pmpter roe : secundhm
-
elecdonem autem charisnimi propter p.tres. Ad Ron. xi, 28. .
5 8id paenitentir enim sunt doa4 es m t i o Dei. -A¿ h. xi,
99.
P A R T E CUARTA.
279. " Aal como vosotros, estabais en aquel tiempo sin
CcwCo, separados de la cmunicacion de Israél, y estran-
yero8 de los testamendos (del antiguo y del nuevo), no
temiendo esperanza da la: promesa, y sin Dios en este
rmrdo + :así como vosotros no cmociais al verdadero Dios,
y nora le habeis hallado sin buscarlot. y habeia conseguido
mieerioordia por la increddidad de los Judios: as6 estos
aora no creen, ni quieren oir habaar de la misericordia que
voeotros habeie hallado, areyendo en aquel que ellos re-
probaron y o m a ~ n 2. Y pensais que no habrá en esto
algo0 gtsn misterio digno de la grandeza, sabiduría y bon-
.
dad d e Dios ? No por cierto.. Porque como tambien
obsohos m algun tiempo no crsistsis 6 Dios, y aora ha-
b& a I w 6 misericordia por la incredulidad de ellos :
As6 tambim &tos mra m han cr& en vuestra nriseri-
c d i a :para que ellos alcancm tanbien misericordia$.
El p a anisterio ea : que quiere dio^, y lo tiene asi deter-
minado, que los Judios hallen misericordia de aquel mismo
modo, y par aqnel mismo camino por donde la hallaron las
gmtes. Estas halhron misericordia sin buscarla, por la
inuednlkiad de loa Judios : y aora habeis alcanzado miss-
rimdicz por & incredtllidod de ellos§. Pues aplicad la
-, y sacad fielmente la buena y legítima canse-
cwnois: Pwque Dios t o d a las cosas encerró en incre-

* Emtb illo in tempore sin&Chriato, alienati B convemtione


breel, et h w p i w teatestsmentorum, prornioaionis spem non habentes,
-
e t aid I>eo in hoc mundo. Ad Epbe~.ii, 12.
t I d lxv.
...
d b l Siont enim diqnando et vos non credidiatis Deo, nunc
antem misericordiam consecuti eetis propter ineredulitatem iUorurn :
Itir at nti nune non eredidenint in vesmim miaericordiam : nt et
-
ipsi r n i s e n i c o ~consequentyr. Ad h. xi, 11,30, et 31.
am i autem miaerieocdiam cpmecuti mtis m
a ter increduli-
-
tatsm iiiomm. Ad R m . xi, 30.
T O M O 11. O
194 L A VENIDA DEL MBRIAN
dulidad, para usar con todos & aisericordur*. Dios
por su infinita grande=, y por sus juiaios incomprensi'bles
ha enoerrado todo este gran misterio (de Iris Gentes y de
Los JPdioe) ea la iporedulidad de los unoe y de loe otres,
para baoer misericordia con todos. Eo la incredulidad de
ha Judioa, para llamar Q ha gentes en so lugat, y hacer
oon ellaa graodes m ~ c o r d i a . :a y cm Iir iocredalidad de
las geateu, ouando esta suceda, y está annnchda y llego0
B cierto punto, para volver B llamar 4 los Judioa, y hacer
ooa ellos tdaw aquellas miseriaordiae, que ya es& esmi-
h. Misterio verdaderarns~te grande 6 iocoqmneibls,
al paso que oierto 4 innegabie, del cual nos dan idese bien
claras todaa las Escciturris."
280. El autor misma de a t e diecunao, siendo aao de
bs hombres mrur sábioe y maa iluetaadioe del cielo, da m m s .
tras, Uegando aquí, de bailarse todo enmeido, y como
perdido en el abismo ineondabie de los juicio8 de Dios: y
no pudiemlo pasar adelante, concluye con aquella célebre
esolamacioa, tan llena de piedad, como de verdad
" I O p r o f d i d u d de las riquezas da la sabiduría y &
kr cienciar de Dios! i Cauxn incomprensibles bon sus jui-
cios, d impne fsablse sus caminos ! Porque i q d n ente+
di6 la mente del Saiior? j O quién fd su consqjera?
i O q r i h le dió á el primero, para que le sea re-
s&? Pmqw ds &, y por di, y en é l son todas ku casa:
á LI sea gloria m los s i g l a Amen '!t

En que se declara quien es e l Autor delprecedente


discurso.
281. Por estas Gltimas palabras, conocemis ya. aiata-
mente, si acaso no lo habeis conocido desde el priooipio,
* Conclaeit enim Deus omnie in incrdulitate, ut omnium m i s e
reatur. -Ad Rotn. xi, 32,
) i O sititudo d i v i t h eapientise, et ~cientkeDei 1 i Qnam in-
cdmprehensibilis eunt judicia ejua, et investipbilee viea e+! J Quie
E N G L O R I A Y MAOESTAD. 1%
quien es el antor de este discurso. Si os purece duro y
amargo, y por eso inacordable con les ideas farorablea,
podeir dar vuestras quejas amorosas 4 vuestro propio
Apoiitol y doctor el cual inspirado por el Espirita de Dies,
lo predio6 así 4 todos Ios creyentes de las naciones, y no
sin misterio lo envi6 directamente 4 los Romanos : protee-
tando sobre eete punto particular, que aunque Apwtol pro-
pio de las gentes, nu podia menos que honrar su ministerio,
2432. Y no he hecbo otra oosii, que traduoir este di
como en mi propio idioma, con aquella especie de este*
sion 6 eeplanscion, que llamámoa paráfrasis ; atandome es-
cmpololamente, no tanto 4 las palabras 6 dlabae, cuanto
al fondo de la doctrina,' y B la mente espresa del autor.
Lo mal me ha perecido tanto mas importante y necesario,
cuanto veo con mis ojos y toco con krs manos, la gran os-
curidad y tinieblas, en que nos dejan los intbrpretes sobre
este lugar de S. Pablo,'y sobre tantos otros que tienen
con este, no solo estiecrha relacion, sino verdadera identk
dad. El ponto que aqul trata el Apostol, es el misterio
grande y admirable de la vocacion de las gentea, tomado
este misterio todo entero desde w principio hasta su h.:
esto es, desde que á los Judios se les quitó enteramente el
-0 de Dios, se di6 4 las gentes, hasta la vooacion y
mncion y plenitud fritura de los mismo Judioe, 6 hastu la
eonsamacion del misterio de Dios, 4 donde se encaminau,
y B donde van 4 parar todos las profeoías. El Apostol ra
vela aquí claramente e1 misterio dicieiido : qne como fiel
minietro de Dios, no puede hacer otra cosa que decir la!
pura verdad, y con ella honrar su ministerio : Porque con
uosotrm hablo, Gentiles: Mientras que yo sea apostol de
h Center, h r a r d mi ministerio *.

mim eagnovit s e n m Domini? 4 Aut quis conailiariun ejun fuit?


Aut quis prior dedit iüi, et retribuetur ei? Quoniam ex ipao, et
per ipmun, et in ipm sunt omnia : ipsi gloria in szcula. h e n .-
Ad Rom. xi, 33,34,35, 56.
Vobis enim dico, gentibus : qnamdiu qiiidem ego sum geatium
-
Apostolus, ministeriúm meum honorificabo. Ad Rom. xi. 13.
o 2
396 LA V E N I D A DEL MESIAS

283. Con todo esto parece innegable (a lo menos, 4


q"en quiera mirar estas cosas con simplicidad, poniendo
aparte por un momento todos los efugios y las sutilezas)
parece. digo, innegable, que este misterio grande y cierto
de la voaacion de las gentes, como se halla en las Escntu-
res, y como aquí lo propone en -compendio el Apostol d e
1aa mismas gentes, no se ha entendido hasta aora, 6 no se ha
querido entender perfectamente. (Perdonad la descortesía,
6 la rusticidad, 6 la audácia, 6 como querais llamarla: con
Cal que no digais la falsedad, no pienso yo contradeciros.)
Han tomado, es verdad, las gentes cristianas, han creido,
han abrazado, han ponderado todo lo que en el misterio
admirable de su vocacion les es favorable ; pansando bue-
namente que los pérfidos Judios ya están reprobados, y ab-
solutamente abandonados de su Dios : pensando piamente
que todo el misterio de Dios. que contienen las Escrituras,
debe encaminarse iínicameute, debe terminarse, debe con-
cluirse y perfeccionarse en la vocacion de las gentes: ba
sido imposible, que den entrada 4 otras ideas poco agrada-
bles, aunque partes esenciales de este misto misterio. M se
ve, y ea bien fscil repararlo, el esfuerzo grande que hacen
los dootores, y las sutilezas é ingeniosidades que ponen en
obra, especialmente sobre este lugar de S. Pablo, para se-
parar lo amargo de lo dulce, y salir con felicidad del gran
embarazo en que los pone su propio Apostol. Tanto, que
mnohvs de ellos, no atreviéndose á disimular del todo, lo que
aqal dice el Apostol en favor de los Judios, han creido, no
obstante que les era lícito usar con estos miserables cierta
especie de compensacion: quiero decir, negarles lo que
dice S. Pablo y anuncian los Profetas : porque es demasia-
do para los viles y péríidos Judios ; ni se puede entender
ni conceder sin desbonor de las gentes cristianas, que son
el verdadero Israél de Dios: y para compensar esta pe-
quefia falta, concederlee generosamente otras muchas cosas
bien ordinarias, de que no hablan ni los Profetas ni S. Pa-
blo; las cuales se pueden muy bien conceder, sin pejuicio
alguno de los que creen ser dnefios de los tesoros de Dios.
EN GLORIA Y MAGBBTAU. m
S i esta compensacion es justa ó no, 4 mi no me toca el de-
cirlo; pues al fin soy parte, y puede cegarme la pasion.
En efecto, esto me parece lo mismo que dar pedazos de
vidrio en abundancia á aquella misma persona á quien se
le quitan sus diamantes.
284. Si haceis, amigo, alguna reflexion, no dejareis de
acordaros, que esto mismo, en sustancia, sucedib antigua-
mente a los doctores Judios, cuando llegaban á la esplica-
cion de algmos lugares de la Escritura, no menos contra-
rios á su pueblo, que favorables á las gentes. Ellos con-
cedian liberalmente, mas concedian lo que 18 Escritura no
dice; y negaban al mismo tiempo, 6 disimulaban lo que
dice: endulzándolo de tal modo, que no pejudicase al
pueblo santo. Creo que esta fué una de las principales
causas de su perdicion. Este amor desordenado de sí
mismo ; esta confianza desmedida ; esta nimia satisfaccion ;
este retenerlo todo para sí; este interpretarlo todo h su
favor, &.c.
285. Deseára, amigo, si esto fuera posible, que todas
estas cosas se considerasen con la mayor formalidad posi-
ble; no despreciando, ni perdiendo vista cierta luz, que
empieza ya á aclararnos todo el misterio, mostrándonos el
camino fácil y Uano, quo conduce 4 la veriñcacion plena
y perfecta de todas las profecías ; y haciéndonos ver desde
el principio hasta el fin el misterio grande de la vocacion
de las gentes y ceguedad de los Jndios. Esta luz de que
hablo, no es otra que el sistema presente del mundo, y del
estado en que ya se halla entre las naciones la Iglesia de
Cristo por la mayor parte : esto es, ni fria, ni cdients *.
286. Para que podais aora comparar con el testo mismo
de S. Pablo la traduccion y parhfrasis que acabais de leer,
Os presento aqui el mismo testo original, dividido asi mis-
mo en sus cuatro partes, que son como cuatro rayos de luz
que se unen en un mismo punto.

Neque frigido, neque mlida, &c.- Yide Apoc. iii, 15.


198 LA VBNIDA DEL MBSIAS

EPISTOLA DE S. PABLO AJWSTOL' A LQS BOMANOS.


CAPITULO XI.
PABTB PRIYBRA.
287. Digo pues : i Por ventura ha desechado Dios 6
su pueblo ? No por cierto :porqus tambien yo soy I m -
lita &l linaje de Abrahan, da la tribu de B e r y ' a h .
No ha desechado Dios á su pueblo, al que conoció en su
presciencia. ,j O no sabeis lo que dice de EHar la Esmi-
tura: como se queja á Dios contra Israel ? S&r, mata-
ron tus Profetas, derribaron iw altares: y yo h que-
dado solo, y me hscan para matarme. ¿ Mas q 3 le dice
la reapuesta de Dios ? Me he reservado siete mil varones,
que no h n doblado los rodillas delante de Baal. Pues
asf tambien en este tiempo, los que se han reservado &
ellos, segun la eleccion de la. gracia, se han hecho salvos.
Y si por gracia, luego no por obra : & otra manera ka
yracia ya no es gracia. i Pues quk? lo que buscaba
Israél, esto no lo alcanzh i mas los escogidos lo alcanza-
ron ; y los demás fueron cegados .- Así como está escrito :
Les di6 Dios espfritu de remordimiento : ojos para que
no vean, y orejas parii que no oigan hasta hoy dia +.
288. Pues digo : i Qué tropezaron de numera que
cayesen ? No por cierto. Mas por el pecado de eUos vino
* Dico ergo; Numquid Deus repuiit populum suum ? Absit.
Nam et ego Israelita sum ex seminc Abraliam, de tribu Benjamin.
Non repulit Deus plebem suam, quam praxcivit. 8 An nescitis m
Elia quid dicit Scripaus : quemadmodum intarpeiiat Denm adver-
shm Israel ? Domiue, Prophetae tuoa oecidemt, dtarim tus 4 F o -
&runt: et ego reiiehu sum eolus, et quaerunt anirnam mcam. Sed
q@d di* iiii divin~mmponsum ? Reliqui mihi septem miliia viro-
gm, qui non curvaverunt genua ante Baal. Sic ergo et in hoc
tempore reliquia? secumdhm electionem gratis? salva? fue& sunt. Si
autem gratih, jam non ex operiuua : alioquin gratia jam non es:
gratia. 2 Quid ergo? quod quserebat Ieroel, hoc non eit conaecntrui:
electio autem consecutaest : ceteri verb excecati sunt : Sicut scrip-
hun eat : Dedit illis Deus spiriturn compunctionis : ocnlos ut non
videant, et aures ut non audinnt usque in hodiemum diem, &c.-
Ad Rom. xi, 1 usque ad P.
l a salud b lor gentiles, para incitarlos á la imitm(ICIon.
Y si el pecado de ellos son las riquezas del mundo, y el
rirnaewbo da e h s las riquezm de loa g e n t i h ; i cuanto
tiw la planitud de d l w ? Porque con vosotros hablo,
gentibr: Mientras que yo uea A p t o 1 & la gentes,
h r a d mi minbterio, por ri ds algmn modo puedo mover
á smulacion á los de mi nacion, y hacer qw se salven
- algunos de ellos. Porque ui la plrdida de sllm es la
r e c í n a c i l ~ ada1 mundo : i q d mrh su restablecimiento,
riro &U da los rnuertw ? Y si elprimar fruto es santo,
lo er t&n la masa: y si la raiz es santa, tatnbien los
m o r . Y si &unos de los ramos fueron quebrados, y
th riendo acebuche, fuirte ingerido en ellos, y has sido
hecho participante de la raiz, y de la grosura de la oliva,
no te jactes contra los ramos. Porque si te jactas, tú
no wtentau 4 la r W , siso la r a k Líl tí. Pero dir& :
Las rarw han sido quebrados, para que yo sea ingerido.
Bien :per su inmdululod f aran qtdrQdOd :mua tú por
la fe estás en pie :pues no te e n g r b por eso, mas antes
teme. Porque si Dios no pertionb á los ramos naturales:
ni l~srooste perdonará h tí. Mira pues la b d a d y la
uéveri&d de Dios : la uevsridíui para con aquellos que
c a y e m ; y h h d a d de Dios para contigo, si perrna-
necieres en la bondad: de otra manera serás t h tambien
cortado. Y aun ellos si no permanecieren en la incredu-
lidad, serha ingsridoa :pueu Dios ea poderoso para inge-
+Vbr de nuuuo. Pwpue si tú fuiste cortado &l ntatwrcd
acabvche, y contra riatura has sido ingerido en buen oliva ;
i cuanto maa aqueR08, que son naturales, serán ingeridos
en su propio olivo * ?
Dice ergo : ¿ Mmquid sic &enderunt ut &rent ? Ainit. Sed
illm dañcto, d m te8 gcatibue, nt illon aenmlentur. Quod si d e ñ e
mm iilontai divitia mnt mnndi, et diminatioeorum diritiae geatinm :
i q m t o m@ pleakudo eorum ? Vobh mim dico gentibm : Quam-
dla q u i h ego num Qentium Apwtolus, ministerium memn honori-
bcrbq si qwaiodo sd awalsndam provoeem earnem meam, et sal-
ros faciam diqnw ex Wie. Si enim amissio eorum, n!conciliatio eat
I W I K ~ :~ ¿ q u aosdmptio,
~ nisi Pita ex mortuk ? i Qubd si delibatio
sancta est, et massa : et si radix ssncta, et rami. Qubd a l hliqui ex
LA V E N I D A D E L MBSIAS

PARTB TBROEBA.
289. H w no qwiero, hermanos, que ignoreir este &
terio (porque no sea+ sábios en vosotros mimos) que k
ceguedad 'ha vemido en parte 6 Isradl, hasta que haya en-
trado la plenitud & lcrs gentes, y que así todo I s r d se
salvaee, corro esth e m i t o : Vendrh de Sión ( 6 6 Si6n)
el libertador, que deuterrará la impiedad de Jacob. Y
esta ser& mi alianza con ellos : cuando quitáre sus paca-
dos. En verdad, sequn el evangelio, son enemigos por
cawa de vosotros : mas segun la eleceion son muy amados
por causa úe rus padres. Pues los dones y vocacioff ds
Dios son inrnutabler *.

290. Porque como tambien worotros en algun tiempo


no creisteis á Dios, y aora habeis alcanzado misericordia
por la incredulidad de ellos : Así tambien estor a r a no
ramia fracti sunt, tu autem cdm oleaster eases, ineertus es in illia, et
socius radicis, et pinguedin~olivae factus es, noli gloriari advershe
ramos. Qubd si glorisris, non tu nuiicem' portae, sed ndix te.
Dicen ergo : Fracti a m t rami, ut ego ineeru. Bene : pmpter m=-
dulitatem frncti aunt. T u autem fide atas : noli altum iurpere, d
time. Si enim Deua naturalibus ramia non pepercit : ne fo& nec
tibi parcat. Vide ergo bonitatem, et severiratem Dei : in eoa quidem
qui ceciderunt, severitatem : in te autem bonitatem Dei, ai perman-
seM in bonitate : aiioquin et Q excidéria. Sed et iiii, si non per-
mmserht in beredolitate, h e r e n t a r : potena eat enim Dena iterum
inmrere illoa. Nem si tu e x naturali excieus ea oleastro, et contra
naturam inilertus ea in b o n m oliwm : i quantb magia ii, qui aecun-
dum naturam ineerentur anae olivae ? - Ad h. xi, 11 w p e
nd 24.
* Nolo enim voe ignorsre, frntred, mysterium hoc (ut nonaitin vo-
bi ipab mpientes) quia caecitre ex parte contingit in I s d , donec
pienitudo gentium intrnret, et sic omnis Iaraüi naivun fieret, ricut
scriptum est : Veniet ex Sion (sive ad Sion), qni eripiat, et avertat
impietawm B Jscob. Et hoc illis, B me teatamentum : cum abato-
lero peccota eorum. Secundhm Evangelium quidem inimici propter
vos : aecundhm electionem autem charissii propter patres. Sib
pmnitentia enim sunt dona, et vorxttio Dei. -Ad Ron. xi, 25
wpe fui 29.
h a n creido en vueatraa mhericordias: para que e l h
alcancen t a d k mirericordia. Porque Dios todas lcrs
casas encarno en incredulidad, para war con todos &
nissricordia. i O & 1- T ~ ~ U ~ ZdeW la
wbiduría y de la ciencia de Dios ! ;Cuan incornprenri-
6th mn swjuicios, d impenetrables sus caminos! Porque
i quien entendió la mente del Señor ? O j quien fud .u
consojsro? O i quién le di6 á C l primero, p a r a que le esa
tawmparrsado? Porque de dl, y por dl, y en dl, son todar
h a cosw :á d l rsa gloria sn los siglos. Amen*,

REFLEXIONES.

. 291. Esta cuarta parte del discurso de S. Pablo (empe-


d m o s por aquí) no contiene otra cosa que una proposicion
y una esclamacion. La proposicion desaubw y aíirma un
misterio ocdto que ninguno pudiera saber, ni aun el mismo
Apostol sin revelacion espresa de Dios. Este misterio
debe ser sin duda muy grande, pues solo propuesto en
auatro palabras, ha producido dos efectos, ambos grandes y
bien notables, aunque muy diversos entre si. Un efecto
produjo en el Apostol mismo, luego al punto que revelb el
misterio inspirado por -el Espíritu Santo. Otro efecto, al
parecer infinitamente diverso, ha producido en los doctores
que verosímilmente han mirado dicha proposicion por todos
sus aspectos. E1 efeoto que produjo en S. Pablo, fué
h e d o prorumpir inmediatamente en aquella celebre eacla-
Sicut enim aliquando et voe non credidiatin Deo, nunc autem
misericordiun consecuti eatis propter incredulitatem illorum : Ita et
bti nunc non credidenint in v w t m minericordiam : ut et ipsi mine.
r h d i a m eoneeqnantiu. Conciusit enim D e u omnirr in incrednli-
tate, u t omninm miwreatur. 1 O altitudo d i v i t h aapientim, et
scientim Dei ! i Q u h incomprehe~ibiilisnunt judicia ejue;et invea-
tipbilee vim ejus ! 1 Quin enim cognovit nenaurn Domini? Aut
qnie coneiliariue ejue fuit ? 8Aut quin prior dedit illi, et retribuetnr
ei ? Qaoniam ex ipeo, et per ipmm, et in ipeo, aunt omnia : ipei
d o n a in srecuia. Amen. -Ad h. xi, 30, tuque ad 36.
!al@ LA .VBNIDA DBL M U S l A S
&a, que ea una de Iru piesm mm sublimes, m a ~apm-
siras y mes m l i que w, leen ea todes las M t u r a a
iO p f d i d a d de las riqwzar ds ki &id& y ds lo
ciencia & Dioa 1 Maa el ef& que ha producido en ha
docto^ i ouel sei$ ? Coiiüeso, amigo mio, que me Wtu el
ánimo para d u h l o ; y oiertaPPeote omitiera esta vedad
(caiao osito tsataa obui que vua no sabein). ai por otra
pu4e no eatendieae, qw en b pmeentea cimuart.omiae
debo h b i e n ha- mi ministerio, no d i s i UDS
verdad tan importa& por respetos puramente BPinasoii.
Hablando. pues, francamente, y eirlvo el respato que ee b.
debe, el efeoto que ha produoido en ellos, segun el siateme
favorable, ha sido no admitir dicha propoaicion,
- - ni el mis-
teno contenido en ella, segun estb. sino despues de bien
aeniaolado, deepuea de bien limado, y despnea de haberle
quitado algriiwe saperlinidades, no -10 moleatm & ioebmo-
das, IDO tambien absolutamente insufiiblem. i No me
eivbndeis ?
m. h i s n a v i d a la pposicicm, y dulciíido el mis-
terio, yo pregunto aora : ¿ qaé juicio podrhos hacer de la
gren emhaoion d e S. Pablo? 1 Qnb quiere decir en Ia
bocur 6 pluma del doctor de las gentea, una esolamacion tan
espresiva, y tan Ileoa de religioso entasiesmo, pare una eoaa
respectivamente tan pequeña : para ima propieion, digo,
que despues de bien acrisotada, 6 -da, e& es, por 61,

de Las geotee, podia haber peeewado -


ya no contiene misterio s)garta d i p de tai eaelamaaion ?
i NO padrémos or>n reaon de&, que el doutor y m-
~~
piere tun
para otro misterio mayor ? i No podrémos con raeon decir,
que su eeclwiai3* por el miamo cae0 que ea tan s u b e ,
Pol;eOa M ~erdadan,-0&ib?
%B. Bn b t e , lmpoogBroe por o m-b qoe Ea
proposicion ed.moderada p dalcificada, ooma ~rahalle ea
los doctores, sea en la reatidad lo que intentb decirnos el
apostol S. Pablo : aupongámae que esta propoaicion redn-
cida á sus justos quilates, sola contenga, 6 solo-cleba coic.
tener este peqw$o misteria : Porque o a ~ od d e n wb0-
tros (las genfsr) cir dgrwn inmpo M, crewtsir a Dior, y
acwa aleawado nnusricordia por la incredulidad de
d o s : Ad tsinbioi -tos oo*a rzo.han meido en vvsrtra
d - u i a : p m qw ellos olwsreen tambien niiam*-
cordia. Porque Dios todar las e o ~ ewwró
i en iaoredu-
lidad, para war con i o c h & mbwicmdur. B t o m:
Pel oome vosotros, Gentilea, no oonoolrrii al verdadero Dios,
ni o* en 61, y no obtatante, aota W i haliado miseri.
cnñdia sin busoarla, por la incredulidad de los Jodbe ; aú
eston no oreen aora en vuestra mberkotdia, y no obtaute
esta incredulidad y obsthaoii pierente, hallaián tambien
misericordia en algun tiempo : esto es, d $ n del inundo >
porque provooados de vuestro buen ejemplo, y avergon-
=dos de haber creido em el Antioristo, abrirán íinaimente
los ojos, creerán en Oriato, y la Iglesia los woibirá en su
-o. Ya veis, qoo la propoaicion de que vamoa hablando,
no está todavia concluida : le falta una cláusula brevísima ;
pero tan llena de wtancia, que ella sola aclare toda la pro-
poaicion, y produce al punto la eeclamacion : Porque &
tedas las ccrecrs enc+rrb rro incredulidad, para urar con
todos de m u e r M i a . 2 Qu4 quiere de& esta h e ciáw
sula? A S. Pablo le parecib un mistario tan alto, que onn-
fesando tácitamente su p e q u h z , erdomó diciendo: iO
p r o f u ~ & las f i q w l a s de la d k b t . i a y de la t h -
&a de Dios !;Cuan inconrprensi&?son wrjuicios, é i*
p&trabler rw carnitwu ! -
m. Maa esta miama o l 4 d a despuea de paaada por el
oriaol, se ve ya tan pequefía, y en misterio tan claro, que
no paree @no de tal eaolamacioa. Pawoe que el Apo&
tol debia h a h reservedo une p k a tan subkm para dn,
misterio mayor. Despaer de 4 - ha elábule onn
todo su mirterio, el sentido finico que le queda es e&:
Pwqw Dios takrs ku cosas snarrá en iwcdrlcdad,
para trrar con todos de miseyicordia, Dios ha permitido
que todos los ho@w, aat Gentiles como Judios, cayesen
en ei gravísimo delito de Li infidelidad 6 iwreduiidad, y
qiie en él estuviesen todos comprendidos y como encaroo
204 LA V E N I D A DEL MRSIAY

lados, para hacer ostentacion d e su misericordia con todos


los hombres, asi Gentiles como Judios, ~erdonandosucesi-
vamente B los unos y á los otros, y recibiéndolos en su
gracia y amistad. A los Gentiles conforme han ido creyendo
el evangelio y agreghdose 4 la Iglesia de Cristo ; y B los
Judios, cuando crean tambien ellos y se agreguen 4 la
misma Iglesia : lo cual sucederá dgun dia: esto es, a l jín
del mundo. i Y no hay mas misterio que este en la cl4u-
sula que vamos observando? No, amigo : no hay mas mis-
terio que esta por cuanto yo he podido averiguar. Esto es
lo finico que, segun los intbrpretes de S. Pablo, se puede
conceder. Todo lo demas que se presenta obvia y natu-
ralmente 4 cualquiera que lee, no es posible que halle
lugar. i Por quB razon? P o q u e ent6nces se siguieran
obvia y naturalmente sin poder evitarlas, algunas conse-
cuencias sumamente duras, que no dicen bien con su
sistema.
295. Siguiera lo primero': que asl como las gentes ha-
llaron misericotdia sin buscarla, así c m estaba escrito ...
halláronme Zor que no me buscaron. Dije : Vedme, vedme,
6 una nacion, que no invocaba mi nonobre*, y esto por la
incredulidad de los Jndioet : así los Judios han de hallar
misericordia sin buscarla, por la incredulidad de las mismas
gentes; por consiguiente, que esta general incredulidad de
las gentes se puede a l p n dia verificar. S e siguiera lo se-
gundo: que así como por la incredulidad de los Judios
llamb Dios 4 las gentes, las hizo entrar B la cene, y ocupar
el puesto de los iucrédnlos (cumpliéndose lo
que ya habia dicho Moisbs, y nota S. Pablo : Yo os -provo-
card 6 celos con una que no es gente : yo os mouerd 4 f r a
con una gente ignoranle)$: asi, dejando de creer las

* Sicnt scriptum erat ... invenerunt qui non qu~sieruntme.


Dixi: Ecce ego, ecce ego ad geutem. q u z non invocabat mmen
meum. -Ad Rom. xi, E, et I d . Ixv, 1.
-
1. Propter incredulitstem Uorum. Id. xi, 30.
1 Ego ad aemulationem vos addncam in non gentem : in gentem
insipientem in iram vos mittam.-Ad Ron. x, 19.
EN G L O R I A Y MAGESTAD. m5
gentes en algun tiempo, volverá Dios á llamar 4 los Judios,
g les hará ocupar con grandes ventajas aquel mismo puesto
que habiau perdido; trocbndose las suertes, pasando de
unos t i otroa la triste emulacion, é inclinándose el cáliz de
la una á la o t r a parte. S e siguiera lo tercero : que así
como las gentes eutraron á ser el pueblo de Dios, y tam-
bien la esposa de Dios, por la incredulidad de los Judioa ;
así estos p o r el contrario, entrarán algun dia por la misma
causa 6 ser otra vez pueblo de Dios, Israél de Dios, esposa
de Dios : Porque Dios todas las cosas encerró en incre-
~~~~~~~~~~~a war con todoa de misericordia. S e si-
guiera ...
296. Bien: i y qu6 dificultad hay en todo esto ? Qué
repugnancia ? i Qué contradiccion ? i No es esto mismo lo
que dice el testo del Apostol, y lo que predica claramente
todo su contesto? ¿NOes esto mismo lo que anuncian
otras milchas Escrituras de que ya hemos hablado ? i No ea
esto mismo lo que hizo prorumpir al Apostol en aquella
relijiosa esclamaciou : por qué no querémos recibirlo ?
i Acaso porque no es favorable 1 i Dura cosa parece ! mas
la verdad es, que á esta sola razon se reduce todo. Temo
no obstante, que todavia os parezca buena aquella razon
que apuntámos en otra parte, y que querais proponerla de
nuevo, como un misterio sagrado, que no se puede escudri-
fiar sin temeridad. Si se admitiese (pcusais decirme) la
proposicion de S. Pablo, asl cruda, bspera y amarga, segun
está, sería necesario, guardando consecuencia, admitir del
mismo modo dos 6 tres centenares de proposiciones seme-
jantes, que se leen frecuentemente en los Profetas, en los
'
Salmos y aun en las Escrituras del Nuevo Testamento ; y
en este caso i que se siguiera? S e siguiera, de&, con gran
formalidad, que las promesas tan grandes y tan absolutas que
Jesucristo tiene hechas 4 su Iglesia, no pudieran tener lugar;
ae falsificáran infaliblemente : faltára el Hijo de Dios á su
real palabra.
291. i Como faltára el Hijo de Dios en este caso á su
real palabra ? i Sus promesas infalibles no pudieran verifi-
208 L A VENIDA DEL MEBIAP)

carse ? 1Y vos creis, sefior, que el Hijo d e Dios era cap-


de prometer alguna cosa contraria B lo que tenian anuda-
do los Profetaa ? ¿ N o declar6 él mismo todo lo contrario.
diciendo en tétminos formalea: No penseis que he oenido
6 abrogar la ley, 6 los Profetas :no he venido áabrogar-
los, sino 6 darles cumplimiento* ? i No afiadi6 luego para
mayor claridad : Porque en verdidos digo, qcte hasta que
pase el cielo y la tierra, no pasará da la ley ni un punto,
ni un tilde, sin p todo sea cumplido) ? i Y vos creis,
que el apoatol S. Pablo era capaz de adelantar inconside
radamentealgnna pmpsicion inoompatible con la# promesaa
del Hijo de Dios, que él no podia ignorar ?
206. Vengámos no obstante al exámen de estar pro-
níeeus, y v&mos, que no hay nada en lo dicho contra
ellan. Lae que se hallan B este prop6sito en todos los c m -
tro evangelios son estas. Primera : t ú eres Pedfo,. y sobre
estapiedra edijcaré mi Iglesia, y las puertas del injierno
no preualecerán contra ella$. Segunda : Mas yo he ro-
gado p o r tí (Simon), que no falte tu fe§. Tercera: Mi-
rad que yo estoy con vosotros todos los diad hasta la con-
ounurcion del sigloll. Si hay aiguna otra protnesa 1 es-
te propósito, no me oonrre ; maa téngase pok cierto, que no
seni mejor que erttae tres. Mas de todas ellas qaé se con-
cluye ? Nada, amigo, 6 vilestro favor, y mehos que nada ;
porque soti conocidamente muy fuera de propósito. En ale-
gar aquí dichas promegas, nos dais á entender, que todavia
no habeie advertido bien el gran equivoco que han oca-
* Nolite putare, quoniam veni solvere legem, aut prophetw : non
wni solvere, sed adimplere. -Mar. v, 17.
f Amen qiiippe dico vobis, donec tranaeat coelum et terra, jota
nntim, mt &tisapelli non praeteribit h lege, donec omnia finut.-
Id. 18.
$ Tu ée Petm' et mper k n c petram a?d%eaboBccleaiam meani,
gt porta -
inferi non pvalebunt advernus eam. Mar. mi, 18.
Q Ego autem rogavi pro te [Simon] ut non deficiat 6des tup.
, -Luc. d, 32.
I! Ecce ego vobiscum eum omnibus diebns nsque ad consumma-
tionem saeculi.- Mat. xxolll, 20.
simado. Paileae qae todavia pe&, que las prolearas de
Cristo á su Iglesia, que se hallan wgistradas en los santos
Evangelios, hablsn solamente con lae gentes que fueron
llamadas en lugar de los Judios, por tar ineredutidad.
Parece que todsviri p e h , que todo el misterio de Dios,
de que hablan laa Esuituras, se encierra, e0 conclaye
y se perfecciona en la vooacion de las gentea. Pa-
rece que todavia pensais que las gentes llamadas, y re-
cibid= con tan grandes misericordias en lugar de los in-
credulos Judioe, perseverarán hasta la fin del mmdo en
aquella fe, en aquella bondad y fidelidad 4 que fueron
Ilamada~. Parece que todavia pensds que los ingertos con-
tra la natudcmi en buen olivo, darán siempre, constante-
mente frntos abundanter y dignos de Dios : y aunque lle-
ve el tiempo en qme no d6n tala fratoe, asf como está e e
meto,serito. no obstante respetados y pri'~ilejiados,muoho
mas de lo que lo fueron las mes naturslea. Parece; m
h,que las promesas que hieo Cristo 8 su Iglesia, os han
becbo olvidar del todo aquella amenaaa del Apostol, endere-
=da á los miemos mgertos : Si permanecierea en Icr bon-
M:de otra manera ser& th tamibien cortado : mirando
esta sentencia como cruda, áspera y amarga, y por mnsi
gniente como vaoía de significacion, como metal que merca,
6 campana que twtnis*.
299. Imaginad aora que yo, imitando vuedro modo de
d k u m r , y alegado las mjsmam promesas del Hijo de Dios,
os propusiese esta dihaltad : Jesacristo hndb su Iglema en
Jewasalbn, y en eolos h Judios, pues ad S. Pedm, 8i qnierí
entregó iaa Uaves, como los demáa apóstoles y dkipaioe,
@enes dejó saa hdeneg cou todm b fmdtadtm neo*
para egeo~tarlas~ eran Codos Judiorr, no habiendo en-
tre ellos uno solo qire no lo fnem. El m h Jesaeri&a,
hablando con estos santosJdios, sin aombiar eapraaaaente
4 lae gentes, les hizo aqosllm pmmsae da que habb
mos, y les empeííb su r e d paMm dioihdoler. eaím otrar
aoeaii al despedirue de eHos : que estaria m eUos haata: la
-
Velut as wnans, aut cymbahim tiunleas. 1 ad Cm.xiii, l .
208 LA V E N I D A D E L MBSIAS

consumacion del siglo. No obstante estas promesas, es ciar-


toque pocos a608 despues dejb 4 los Judios, arrojhndoloa
á las tinieblae eirterioree, y m pasó enteramente 4 las gen-
tes: mcb de Jerusalén el candelero grande, y lo puso en
&ma, &c. Se pregunta aora : como podc6mos componer
esta conduata del Sefior con ens p r o m m infalibles?
i Como podrémos salvar intoata la palabra real del Hijo
de Dios?
300. Yo no dudo que os reíreis de mi dificultad, crepn-
do facílisima la solucion. A mí Cambien me parece Acil,
absolutamente hablando: pero si quereis guardar conse
cuenoia, m me %ora bien dificil. Mas sea como fuere, yo
la ofrexco al punto por mlucion da vuestra diñcdtad. Si B
esta no satisface, tampoco puede satisfacer 4 la mia; pneil
ambas m f d a n sobre un mismo principio, 6 por mejor
decir, sobre un mismo eqnirooo. Jesncrieto, sin faltar d
sus prome-, eacb el gran candelero de J e r d b n , y lo pn-
so en Roma : ;y creeis que faltar4 4 sus pnwesar m en
algm tiempo por las mismas razones saca de Roma el mis-
mo candelero, y despues de bien purificado lo vuelve d
poner en Jerusalén ? Jesucristo. sin faltar 4 sus promesas,
arrojb de si B los Judios, les quitó el reino de Dios, princi-
palmente lo activo de él, y se lo di6 enteramente 4 las
gentes : i y creeis que faltar4 B sus promesas si en algun
tiempo por las mismas razones, y tal vez mayores, arroja
de sí P las gentes ingratas, les quita el reino de Dioa que.
les habia dado, y lo vuelve 4 dar 4 los Judios? Si acaso
lo creeis, debereia mostramos alguna Escritura auténtica y
clara, de donde conste este privilegio; la cual os será trtn
d h i l de hallar, que antes haüareis en su lugar no pocas,
que prueban espresamente todo lo contrario, segun bemoi
obeetvado hasta aquí, y todavia irémoii observando. Y aun-
que no hubiera otra, que el discurso de S. Pablo, jno de-
bia bastar osto solo para hacernos abrir los ojos, y confbar
riindrarnente vuestra equirocacion ?
301. Fuera de esta primera retlenon, p o d b o s h i l -
mente hacer otras mochas, atendiendo bien B algunas es-
BN GLORIA Y MAGESTAD. 2Q9
piremones bien notables del mismo a p t o l . Por ejemplo,
estas cuatro : (del cap. n de su epístola B los Romanos).
Primera : si el pecado de eUor ron l& riquezas del mundo,
y el menoscabo de ellos las riquezas de los gentiles : 4 cuan-
to mas lrr plenitud de ellos ? Segunda : v. 16. Porque .
si kr p6rdida de ellos ea la recm~liaciondel mundo: ;qu€
rerh su rertablccimiento sino vida de los muertos? Ter-
cera: v. 25. M s no ~ U ~ ~hermanos,
W O ~ ignoreb este mis-
terio (porque no wais aábios en vosotros mismos). Cnar-
..
ta :v. 28. h m i g o s por causa de vosotros. muy amados
por cmrcrá de rus padres. Todm estas espresionea en bo-
ca del Apostol propio de las gentes, del predicádor de la
verdad, del hombre mas ilnstrado del cielo y mas amante
de los mismas gentea, deben tener alguna propia significa-
cion, proporcionada B la grandem de las eeprmionee, y al ,
contasto mismo de talo el discurso. Mas si se m h ea-
eepresionea despnes de haber salido del crisol, ya no ee ha-
lia en ellas otra cosa que disonancia é impropiedad. Aqne-
Hm @abras que en el testo de S. Pablo parecen tan lle-
nas de sustancia: v. g. plenitud de Isiaél, anunoion de
Israél, la vida de Ion muertos, h.,despues de haber pasado
psr él, se ve con tos ojoe que han perdido toda su austan-
cia, no quedhndoles otra msa que aire, sonido y pompa.
302. i Q o plenitud
~ de Iaraél, ni qué aanncion de IaraB1,
ni qn6 vida de los moertoa @odia decir cualquiera) ea el
convertime á Cristo los Jndios que sobrevivieren al Anti-
cristo: el ser admitidos como de limosna m & iglesia ds
lar genteu, la víspera de acabarse el mundo : el golpearse
los pechos, y pedir misericordia estos mleerablea poco ante8
que ee acabe el mundo, y caiga sobre toda la tierra na cü-'
luvio de fuego ? j Esto merme el nombre de plenitud de
I s d l ? j Esto üame S. Pablo asancion de I s d l ? i Esta
aminoion podrá ser en algun sentido la vida de los muertos?
¿Merece esto el nomhre de misterio que le da S. Pablo?
¿Este ea el gran misterio que revela h las gentes, di-
cihdolea: que no quiere que lo ignoren, para que no
se envaneman, para que no se engrian, para que se
TOMO 11. P
240 L A V E N I D A D E L MESIAS
consemem ea temor y caridad csistiana: afiadiéndoles : por-
pre no sems @os an vosotros mismos? Cierto que pe-
repe difioil, por no decir imposible, conciliar unas ideas ooo
otras, sin qae m6tuament.e se aniquilen.
303. " 1 Quién no temblará (decia pocos aííos ha uno de
los sábioe y mas celosos preiados de Fraucia, considerando
a el discorso mismo de S. Pablo, que hemos considerado)
quién no temblarú al oir estas coeas de la booa del Apostol
y doctor de las gentes ! i Podemos mirar con indifmmoia
aquella venganza 6 .aquel castigo brnble, que tantos 6iglo11
ha se manifiesta contra los JPdios, cuando el mismo Aps-
toi ws anuncia de parte de Dios que nuesfm ingratitad
6 intidelidad nos atraer& algrin dio un semejente tra-
tamiento* 1"
ULTIMA OBSERVACION.
Ei t e d o de I s a í a u citado por S. Pablo.
PARRAFO IX
W. El sábio y juicioso autor que acsbamw de citar, do
grandes muestras en el niiamo lngnr de haber comprendido
perhctanierite todo el di~gnrsodel apostol 8. Pablo, ee ha-
ce earjgo de casi todas sus espreriiones, y de toda sa ftmm
y propiedad. Hablo del estado fatan, de los Jndios (aun-
que brevemente, y salo em general) como pudiera hablar el
iws circuncidado. Representa eritw otras coma con suma
vive%a y eloouencia, aquel gran milagro que todo el mando
tiene B la vista, sin merecerbe alguna ateneion particular :
ee á &r, que los Jndios, esparcidos tantos siglos ba entre
todas las aecioaes, subsisten aun sin h a b i w mesatado y
confundido con ella : y aun podemos de& (Pfiads oen
gcen v e d a l y propiedad) que han sobrevivido 4 todas lpr
naoiones que en varios tiempos loa han oprimido y procuro-
do -terminar. i Quien podre mostrar aora loe rerdodcuw
dwmndientas de los antiguos Egipeioe, de loa autlgoea
&m, de loa antiguos Babilonioe. de loa aatig.w GrW-
BN GLORIA Y MAeEBTAD. . eii
gae, ni aun da los antiguos Romonos? i Y pudicara 6-
diria, de t o b a las naciones bárbaras que destruyeron este
imperioP Todas estas rasas de gentes ya no se colaeceo,
I todas se han mezclado y confundido entre sí. Solo le
'deaaendancidel justo Abrabán, mla la -a de Jacob, en
medio de tantais perseouaionee, en medio de su estiemo
abatimiento y rilipeidio, subsiste, basta el dia de boy, y
suimisb, no as algus ángulo de la tierra, no en al-
ida incbgnita, separada del comercio de las otras n a c i m ,
sino 4 vista de ellas, en medib de e h , y 4 pesar de ellas
mPlisiare ; Wi baberles side posible eltermiuarla, ni copfup.
diria, ni aun huiera desconoce& Todo esto en suatan-
aia reflexiona este gran t d b r e , y cierto que con gran
rasa. A lo caei pudiera afiadirse otra brevlnima y utili-
rima reflexion : es d saber, que todo esto en anstancia, y
otras mil cosas maa particulares, están ya regiatradar
deuie lor diar antiguw, anunciodar, nmenazadas y prome-
tidas B toda la -a de Jacob, en ms santas Escritaras.
En suma: Mona. Boeuet csneede aquí á los Judios (m.
mudándose al testo de S. Pablo) aun algo mas de lo que
+a permitir el &tema geped, y mucho mas de b que
d o los otros docbteo, Uimiamo da grandes y ma-
eeñaiea, de haber penetrado bien el misterio en-
two de la roesoion de lsr gentea, desde su principio hPeto
ui h;pmw d h y ooofieaa, aunque-muy de paso, lo qae
nirigun otro que yo mpa, ha confeiado jamás: esto ea, que
d Apoitol ame- de parte de Dios á las gentes oristia-
w, aair aquel miamo tratamiento y severidad estrema, coa
que vemor tratados B loe Jiidios. Mirad, putu, la bondag
y la ssvsdad & D b ,dioe S. Pablo, &a r r w r i d a d p s ~
m a q d w qaie cayeron; y la bondodde Dios pava con-
tigo, a i -m rn h bondad: & otra a ~ a m
arr& tG t a d k twrtade. Y aun sllw, di no pa-
&aran ep la inmwtitdidad, -&a iagwid09, &e. &@S pa-
idme dd Apostol Isi reoibe cen t& en amargura este
gran aábio, oumde o-, en w modo de hnblar contiiso,
u h u B h h e r , qae 6 t h aeotenois del dgertol habia
P 2
con algunos cristianos los mas crimioales, no en
con la iglesia de las gentes. Y lo tiran 4 insinuar,
porque, aunque se infiera de su contesto, no se atreven ír
decirlo en térmiuos formales.
306. No obstante todo esto: Mons. Bosuet, llegando 4
lo mas inmediato y sustancial de los misterios que aqni
revela el Apostol, se ve que al punto mnda de tono ; y co-
mo contemporizando con el sistema general, 6 con el favo-
rable modo de discurrir, nos deja al fin el la misma per-
plejidad, y en la misma confusioii de ideas; bablando como
todos, con VOZ tan baja, y pasando con tanta prisa por lo
m a sustancial
~ del discurso de S. Pablo, que parece im-
posible entender aqui aquel mismo escritor, cuyo propio
oaracter es la claridad. Sin duda le pareció 4 este gran
hombre, que no era todavia.tiempo de eapiiaar con mas cla-
ridad sus propios sentimientos.
o 306. Aunque pudiera notar aqui algunas otras cosu par-
ticulares, uo poco interesantes, lo que por aora me lleva
toda la atencion,'ea la inteligencia que da, siguiendo 4 otros
intérpretes, 4 aquel lugar de Isdas, que cita S. Pablo
cuando dice, hablando con las gentes cristianas : Mar no
quiero, hermanos, que ignoreie este mistario (porque no
se& sabios en vosotros mismos) que la ceguedad h a veni-
do en parte h .Zsrdl, h t a que iurya entrado la plenitud
de la gentes,, y que así todo Israél se salvase, como cstá
ucrito: para probar que lo que dice está regietrado en las
Escrituras: para verificar este conw está escrito: entre
otros muchos lagares que podia citar, elige uno, atendien-
do 4 la brevedad, el cual le parecib el mas acomodado 4
au asunto particular. Considerémoslo todo entero.
Vistióse de justicia como de loriga, y yelmo de salud
en su cabeza: se puso vestidos de venganza, y cubriose
de celo como de un manto. Como para hacer venganza,.
corno para r e l o r ~ rid-on f enumigod, y tnúver
las veces h sw adversarias : 6 lar i s h dará su nwreuido.
Y los que eslfn al occidente temerán al nombre del Se-
ñor; y los que estfn al oriente la gloria de él: cuando.
EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 218
oiniere C O ~ Qn o impetuoso, h quien el espíritu del SaFior
i e e l e : Y cuando viniere á Sih el Redentor, y á q u e -
Zlas, qua es vuelven de la d d a d en Jacob, dice el Señor.
Esta será mi alianza con ellos *.
307. Sobre este testo que cita S. Pablo, dice Mons.
de Meaux estas Preciaas palabras. Asi los Judios entrar4n
algun dia, y entrarán para no' desviarse jamas; pero no
entrarán sino despues que el oriente y el occidente, esto
es,'todo el universo estará lleno del temor y del conoci-
miento del Se6or.
308. Quien Ieyere esta sentencia de un hombre tan 94-
bio, g por tantos títulos grande y digno de este nombre,
pensará sin duda, que asi el Profeta como el Apostol que
lo cita, no quieren decirnos otra cosa, sino que Israél es-
tará ciego, como lo está aora, basta que el oriente y el
occidente, esto es, todas las naciones del universo esten
dentro de la Iglesia, llenas de religion, de piedad y de
aquel santo temor de Dios, que es uno de los dones del
EspLritu Santo, y el propio distintivo de la verdadera jnsti-
cia ; por consiguiente de la verdera fe. i Mas no es esta una
inteligencia infinitamente agena del testo, mucho mas de
su contesto, y aun de todas las Escrituras? Los quc e s t h
al occidente temerán e l nonrbre del Saiior ;y los quc e8ttín
al oriente la gloria de kl. Estas palabras por si solb,
sin atender 4 las que preceden, ni B las que signen en
el mismo testo, es facilísimo acomodarla8 h cuanto se qui-
siete; mas ¿como será esto posible, si se leen unidas con
su contesto? i Como será posible no reconocer en todo el
moteato entero la venida del Sefior en gloria y magestad,
Induatus est juetitih ut loricíi, et galea saluth in capite ejns: in-
dntns est reatimenth nltionis, et opertw est qussi pallio zeli. Yicut
d vindictam quesi mi retributionem indiguationk hostibns su%,et
riciwitudineminimieia mis : insulis vicem reddet. Et timebunt qui
sb d e n t u , nomen Domini: et qui i b ortu ioh, gloritim 4ju:
ehn rsnsrit quui 0uvins violantuti, quem spiritni Domini.cogit: Et
r d t Sion redemptor, et eia, qtii redeunt r b iniquitate in Jwob
-
dicit Dominw. Hoe fmdm meum cum eb. l&.lix, d 17 urqitc
nd 11.
214 LA VENIDA D E L MBSIAB

en la cual deberá temer el orienta y el occidente ; euto eo,


todo el universo? No oiertarnente oon aquel temor religiosa
y santo, qoe es el principio de la sabiiría y el ea&
de la justicia (porque esta idea es diimetralmente opoeitr
B todas las idean que nos dan mbm esto las Escrituras, &o-
mo tantas vecee hemos ~otado)sino con aquella otra m p -
cie de temor, que ea propio de l a reoa ee presencia de
IP rey, 4 quien tienen ofendido y agrariado. lWhdn
quedarán 6 la presencia de II, ee dice w el mimo bdi, 6
la presencia del padre de los huérfanot, y juez de d~
*: y en el evangelio : Qnedando los hombres g ~ t s s
por el temor y recelo L Zad cosa, que robrveudrh tí
todo el universo :porque las virtudss de los cwlor d r
c o n m i d a r ; Y entbnces vsrbn al Hijo del Honibrs venir
sobre una nube con grande poder y mugeatadt. Y en el
Apocdipais vi, 16. Y Zor rayes de & tierna, y lor p r b
cipsr, y Zos tribunos, y los ricos, y los poderosos, y to¿b
tiswo, y libre se eucondieron en lar cavernar, y entre €as
peñas de los montea. Y dscian 6 los monte#, y 6 lar pa-
nas: Casd robre nosotros, y esconded~arda la8 preaeneia
dcl que eut6 tentado sobre e l trono, y de €u frn &l Ca-
b o : Peqre llegado m el grande dia & la ira ti& ellos :
1y quién podní sortenerse en pies.
800. Unid aora el testo de Iaaíaa oon todo ea oonteeb,
y entendereid al punto lo que quiere decir, oomd gmbiea
lo que quiere decir S. Pablo, cuando lo cita para pio8er la
Turbabnator iiikk ejas : ifwie patria erpimuiara~et jadiair
-
oidaonim. YMs PI.ixvii, S, 6.
j- Areicentibris hominibua prae timore, et expectatione. qnm super-
veniea Mireno erbi : nam h t m c ~ l o r u movebmtw
a t Bt tanc

aism venit diea malptiie iraa ipwmm : zet :qnle potarit r ~ u P*


e
Apc. vi, 15, 16, 17.
EN QLORlA Y MAGESTAD. ' %u
roaeitm fitura de los Judios. Los que tsthn al occigsn~e
tsnrerh d nonibrt del SeFior ;y lob que está= al óriente
la gbrk de ¿l. Esta es la primera mitad: no echeis en
olvido La segunda: cuando viniere conso rio impetuom, á
quien el espíritu del Stfior impele : Y cuando viniere á
Si6n el Redsñtor, h. De modo que temerán loa de oriente
y occidente, cuando venga el Sefior como un rio tempes
hoso, 6 impelido por el Espirita de Dios : y cuaado venga
b Sion su Redentor, h i d o este testo mi entero m ve cla-
ramente lo que dice, y tambien lo que no dice. No dice,
v d b B Si6n m Redentor, cnaudo tema el oriente y oca-
dente : mriobo eaenoa c d o todo el universo estarh Ucna
da1 temor y del cwooimiento del k 6 o r ; h a al coutrado :
teieer4o los de oriente y ocoidemte, ouando venga Sión IU
Bedmtot. Temerán, di* c w d o vinicra : DK, dice : ven-
dr6 C W W ~hayan tsnrido.
320. Eeto mismo que aquí ctioe Ishiat~,y S. PaMo que le
cita, lo habii dicho David ea varias partes de sus r h
El $almo ci por ejemplo, pareoe una aacion fervorostaima,
en que el Espíritu Santo por boca de David representa 4
k hfeh Siha, en el estado en que aotualmente e6 halla, y
en que la miama Sibn btMl en espíritu, re lamenta de sa
desamparo, y pide m gemidor irrerplidlsr. Entre o t m ~
oorar bien notables, le díoe 4 Dios e s t a #h. TM
Imsntúndotr tendr& nrhicwdiade 86th S p w q tiempo ~
rjgGupiadPn~&el&,p~qvcpaitne d tiempo .ag Y
kmerhn lor brutci~ea t u d r e , SsñwCy todos leo ~ j r s r
dd la tkm(l tu g l o k * . I para mayor cleridd a 8 h
luego la cansa 6 la ooasion de este keior: Porgl~rdjao)
d S d h 6 Sian, y #mí visto en rr jpbria. Mirb & la
w&eioft de las hrnnildc~,y loa b.yt'sct6 d t'üeg6 da aU68.
Escríbanse e s t a cosm & la otra generaion (4 como leen
las otras verdonee, en la nwísiiorcr generaion)-1.. Este
m,
Tu exurgens miserebii Sion : quin teinpua m i s m d i Qtda
...
-
venir tempus Et timebmrt gehtea nomen tuum ~ o m h e1
r e p term g l o h tmm. Pn.cí, 14,18.
, 9bmnes

t Quia mdificavit Dnminue Sion : et videbitor in gloria ma : &-


916 L A .V B N I D A DEL M E ~ I A S
mismo temor oe lee en el salmo Br, en el xlvii, y hcmate-
mente en casi todos los Profetas, como podeie haber notado
en loa logarea que hemas obeervado hasta aquí.
3U. Fuera de esto : si Idas en el lugar citado habla
del temor santo de Díos que supone la verdadera fe : si d e
este fe y temor santo de Dios estartí lleno el oriente y el
occidente, esto es, todo el universo cuando los Jádioe se
oonriertan 6 Cristo, y cuando venga su Redentor: i 4 que
propósito ee nos representa este Redentor vestido de ven-
ganza,y aubierto de celo como de un manto + ? ¿ A qu6
propósito rrs dice que viene como para retornar indigna-
Gion & nu twaemigoa, y volver las veces 6 arr dmrsarios-f-.
i A qué propbsiio se aííade : krs ulcxs dará su merecido $ ?
lContraqiii6n puede ser esta indignaciou y esta venganza?
¿Contra Sibn ? Nb, puea antes viene como su Redentor
para librarla de en cautiverio : el tiempo de venganza para
esta miserable, ya entbaces m ha llenado : recibió de la
-o &l S&+ al doble por t d s ars pecador5. i Contra
el oriente y ocaidente, 6 contra todas las naciones del nni-
remo? Tampoco puede ser, porque todas se suponen ya
Uenm del temor, y del conocimiento del Seiíor, que parece
to miano que llenas de fe y sabiduría. i Pues contra quien
tanta fre, y tanto aparato de vengansa? Si vos, sefior, lo
podeis conoebir, yo ao&o mmplemenbe mi peqne6er.
E n eete caso no ballo sentido b significado alguno d todo
el testo de hdtm : sas eapreaionee por el miamo caso que
6vhhas, me paieaen la misma impropiedad; y por otra
pute, no hallo para qu6 fin pueda citar S. Pablo eete
mismo lugar de Idas.
812. P m ~ eque estos inconvenientes los consideraron
iien mnchoa doctores, loa cualea huyendo de ellos,
pexit in ontionem humilium : et non sprevit precem sonim. Sc&
bantur haec in generatione altera [anr ut ali kgud pro genedone
novi~imr].- PI.ei, l7,18, 19.
%de fol. 212 et 213. t Id. ib. f Ubi anpm
Sareepit de muia Domini duplicia pro omnibun peccotir mis.-
lb. xl, 2.
BN GLORIA Y YAGBSTAD. a7
tiraron por otro rumbo diverso, que les pareció menor em-
baraaom y mucho iaas breve, diciendo : que el Profeta ba-
bla aquí, yo de la segunda, S ¡ ¡ de la primera venida del
Medas y de sus efeotos admirables. Así, el verdadero san-
tido de esta profecía es este .(reparadlo bien). El Mesiar
vendrÉi con todo el aparato y magestnd, representado por
estas 8ernejan.w: ee B eabw : sepuro .tlestidosde uenqcupza,
y cubrióse de celo como de un manto, c o k para hacw
venganza, conno para retornar indignacbn á 8ur enemigas,
y volver Icrs vecss á sus adversarios: 6 kis islas dará sw
merecido. Y...temerán, &c. Todo lo c o d i qué sentido
tiene ? Vedlo aqai. El mntido u: que asi oomo vaRas
gentes y naciones, a t o es, Egipcios, Bsírios, Caldeos,
Griegos y Romanos, sujetaron, dijiemn, oprimieron en
varios tiempos al pueblo de Dios : asi por el conh.ario,
todas .esta naciones ee sujetarán al Meslas, y serán domi-
.nadas por él: porqae creyendo en 61, recibirán an yugo
suave, y observarán SUB leyes con fidelidad y bondad, &.a.
iO amigo ! todas estas violencias tan notorias que las puede
reparar el hombre m& distraido, se hacen oeoesasias, y
necesarias con demasiada frecuencia pora poder mantener
el sistema favorable : para poder, digo, aplicar 6 acomoder
las santas Escrituras, siempre á favor de la nueva plebe y
de la n&s .dilecta, y siempre en b n h de la otra antigua,
damaparada, y aborrecida.
813. De. todo lo que hemos observado en este fenheno,.
parece ya tiempo de sacar la última consecuencia, sin esperar
otras noticias, ni detenemos inútilmente en mas observa-
cionen. La consecuencia sea : que babiido kxlaria otro
tiempo para los Judios : babiendo de, llegar infaliblemente
eete tiempo de misericordia, par mas que se repage : b
biendo de s w d e r en este tiempo la plenitud de Israél, la
aeuncion de Israél, &c. : en este mismo tiempo se veri6
'

c a h plenísirnkente, segun la letra, todas cuantas profe-


cfas hay á so favor, por grandes é increibles que pareman :
por consiguiente, el recurso tan frecuente de los dootoreo 4
la Primera fortaleza, eeto es, B la Iglesia cristiaoa preseate,
enwnti8o d@ko, pana erplicar d i 8 p&as (+wdo
b r a de ellm B los Judios oomo si no hablarnn con ellos)
en un recomo 4 lo mewa paao seguro, donde parem i m p
mbb defender largo tiempo las ideas favorablee, B impedir
d POM, 4 )88 conbarins. Padmos aora d examinar de carea
y IQIU de ppóeito, la @a forialeoo que B la otra
parto del d a o iierL Aunque cwta pareoe tnriaho memor
6 aienos respetable, cndinaiiamente i1nsm6da mas: p a r
en elb re bacen foerfaa, w, ya cúa la pum alegoríe, Qoo
a n Ir leira miuma 6 d o literal de la Escrituia Mm
mba da lle~arb esb operncion, dabémoboomo por erpeoie
& pmhtaaia responda 4 dos objeoionasb
A N O T I C I O N PRIY BRA.
8l4. Las idear, qoe cm proponen en wte fedbmew, a 4
del mbterio pande de la voelroioa de les +M, como del
gisteno m, menos grande de la vocacion futura de los Ju-
clrae, aañqiie parecen muy aonfoimes ti ias Ewrihraa del
*st¡gmo y naero TeattmsnQ, c i m t e w se hsnan ea
km id6rpretm1sagradoe, ni en los tebtogos, ni en los padm
latiguob de la Iglesia : luego m, 6 pueden eei unas ideas
Mm aon npai6ncia de verdad ; pues no parece verosímii
qae siemlo verdadem y juataa, m hnbieaen ocultado 6
tanto8 i á b h que paran toda so vida an el estudio y
meditacion de las mismas EscRtmae, ni mdcbo menon, qn
BIW hhublslisa diaimnhh despacw da comoidas.

PBBPUBOTA.
816.3a obr<ill tiempo8 aonfie#, h c r u n e a b q u ~a t a
&on me hmm m*; mas Qwriendo luego aacar
aqa& ~ M a e a c l a , CWy di8tinWmtte (y lo
de& ea& dia sus) qne Is rqmgñ.ba toda el aima, como
d fuese una injuria S Dim, 6 una falta d e respeto á w
vemeidud. por taipetor pummente hnmanoe, y atas no
tante pmM08, cuanto negathm : d@ negativos, porque
mmque las idean de que hablamos no ea hallan oidamenta
sS) bdwdms; mrst.mpbcosebeHeaespma y h d -
mmts osatdicbaa me pmebas, y monss orpaee de d-
truirlas, ni aun siquiera de hacerles algana directa y fonnai
apodicioa. No obaunte: oomo e& agarnento r a q u e
paramente negativo, puede facilmente ocasionar algtin
m b m n o 6 a l p n e m p u l a (grada 6 peqaefio w p n
di*ems complexioues) noe ee neoenario e t a m i d o de
daroa, y de& sobre 61 tres 6 onatro palabras.
816. I'h ima8 debe- oonsideier aquí. h primera,
es un heoho de que M, se p e d e dudw. l[r eqp~lida,ea la
causa 6 el o r i p verdadero de este mimo heabo. El heaho
es, que ni IOB antigaaa pdm de la fgleda, ni loa otro8
doctores eclesiáaticoi, que han escrito despues, ban tratado
-te punto particular de que hablamos, de pmpómto y b
bndo. I U i n g ~ oque yo sepa, be mitudo el misterio
entero de la v ~ b i ade iaa gentes, desde w verdadem
prtacipia hasta w vedadere fin : haoi6mddse aarga, digo,
de todo lo que hay wbm wto en las EMiitaias, 8d d d
antigue, como del a m o Testamenta : eepüoando de m
modb olmo y wtad d i e h lagarar: comparando loa uwci
aan loa atirts! htendiendo $ todo sa aontsrto y q o w
diendo b la$ di6cultsdea, h.
817. ñ6it naa aofmefmoaiP n*nrl, tampodo M, han
aplicado tí ezbmmar de tema aquelloa hpmm de la eseir&
tom, tantos y tan notabb que b a b b del dstade fhtaro &
toa Judios, y de 10.8 p d e s dd&fdO#que Dios time toda-
via mbm elloa. 0 c a l i l e tuturo delos Jtidioa paieeb
absoiutaments inqmable d d misterio eatsro y complete
de la vocacion de bu gentes. EB verdad qae muchos to-
caa el pnto de le cow&tahde 1~ Judim, y Jgawa dan
tal cual befid nada equfvbcs, be brber dhinedo todo el
mirtaio, e$pecidnwatemande llegan 4 &#toa lagama mm
&la qae w ea podble disimuia?! raas dgaa todo b
que yo puedo alcanair, me parece que apenas lo tocan par
la aüpcrliait, y sietilpre cm nippriess, con tanta mdife
b a i a , coa tanto &qpsto, que es de ahortirio d
hmbm menes Alexhw. Coadesan m pd, @obm
alpm de OBW h c m ,que alñ sis eaaieiraa grandds u h
6erio1: mss no nos dioen; qué misterios sm, ai de qPe
persopas ee habla, ni pria qué tiempos, h-
818. Miiohlsieies veaes hablan como en auposieion : es
decir, como si fuese cierta é indubitable alguna supaedcion
implícita, sobre que p d e n manifiestamente, b como Q
esta implicita suposicion q d h ya probada y sóiidameo-
te aeegurada Mas no ea diñcil conocer, que realmemte
estOn muy lejos de entrar en el exámen de la miema aapO-
micion, ni aun aiquiera de confeliar que roced den sobre ella
Suponen, por ejemplo (para tmplimoa un poco inm) qw
la iglesia crbtiana debe durar indefectiblemente hasta el
60, b hasta que ya no haya hombre# vivos y viadores en
esta wertra tiem Esta suposicion ea cieriisima y de fe
divina. Al miamo tiempo auponeo, aunque impkitamente
ein eeplicarae mucho, que la Igleaia cristiana deberá
siempre es* y permanecer en las genter, wmo está aoR,
sin novedad aiguna Suponen demaa de esto, que
Judios conservados de Dios entre las naciones, sin c~nfnn*
d h e oon elles, oon una providencia tan admirable, atub
alguna v a llamados del mismo Dios, y re convertirán de
todo oorason d su lüeeias, que aora no quieren reoonooer.
Naa en lo eaposicion implícita, qae ninguno piensa exami-
nar de cerca, de que la Igleaia estará fempm entre I s i
gentea, como lo está aora, m guardan bien de entrar en el
examen prolijo y esacto de aquelloa miamoa lqareu~de ia
Esonkua, con qoe estableoen la aonvemion futura de loa
Judios : m o b de los cuales, mirador de aema parece q w
destroyeo y aniquilan en Mplicita enpoaicion. Todo esto
qrre acabo de deoir me purece la pura verdad, sin quedarme
sobre ello algaaa dada 6 aoapecha r a o i o d Cualquiera
que t n h algana práotica, entenderá al punto lo que
quiero de& : quien no la tuviere, quién sabe lo que podrá
entender.
319. S i d o , poes, emie hecho cierto é innegable, ea
preciso que esto haya dependido de algun principio, 6 de
a l m a cauea legitima y jiaeta; con la cual loa doctoree se
puedan no soleaieote eaausar, einoij&&at p h m m e d ~
*te de Dio8 y de los h d r e r . Porque pensar que
hombres tan cuerdos, tan pios, tan santos han procedido enn
eetos asnntos, 6 por pasion, 6 por algnn otro afmto menos
ordenado, lo tengo por un pensamiento injusto y formal-
mente temerario. i Cual, pues, habrá sido la verdadera
o8wa del eilencio de los doctorea eoleaiástioos, espeoial-
mente de los antiguos padres, mbm el misterio entero y
completo de la vocacion de las gentea ; ccuno tambienaobre
el gran misterio de la vooacion futura de loa Judioe? Esto
es lo que voy aora ti proponer. Y pore no detenerme en
prebmbnioe inútiles, me parece que no hay que buscar ata
verdadera causa, sino en ia misma vocaoion de los santos
doctores, 6 en el ministerio propio 6 inmediato 4 que fue-
ron llamados. Hablo en primer lugar y principalmente de
los antiguos, y á proporcion de todos los otros, que en
diversa tiempos han servido 4 la iglesia con sus escritos.
820. Los antiguos padres fueron en ea tiempo aqnella
lengua erudita, 6 de disciplma y enseiíanea, qw despues de
loe apóstoles dió el Se6or h la nuew plebe, 4 la nueva di-
bota, ti la nueva eaposa, ti aquella de quien decia 8. Pedro,
queen dgun tiempo erau no pueblo, nas a r a mis pueblo
& Dios + : y S. Pablo d a n d o á Osem : Wamard pueblo
mio, al que no ara mi puabb : y a d o , a2 que no ara
arnodor2 y qru &amó ic~werieordia,al que no habia aaE
canzado mkricordia t. Así : el oficio 6 ministerio pro-
pio de esbs santos doctores, no era otro que servir con
todaa.sus fuemas y talentos B eeta nneva dilecta, atender
en todo d su mayor utilidad, y mirar con verdadero celo y
continuada vigilancia por todos sus intereses. Debian, en
primer' lugar, darle ideas justas del verdadero Dios, qnitán-
dole al mismo tiempo y proourando borrarle del todo aqoe-
ilm ideas miserables en que 8e habia criado, de sus dioser

Qui aliquando non populue, , nunc autem popnlue Dei.


1 Pet. ii, 10.
-
t Vocabo non plebem meam, plebem meam : et non dilectam, di-
iectam : et non misericordiem conaecntam, misericordiam consecu-
m.--Ad Rom. ir, 26.
de paio y de piedra. hbim darle d conoee~,y b91D9.
digno oonoepto de la persona iaGUtamente diay,&, .y
amable del esposo, biendo que entendiereri bien que wo
verdadero Dios, oomo Hijo mtud de Dior iPismo: y
jnntaasnte verdadero Hombre, como Hüo uetund de la
saatliima virgen María, J por ella Hijo tomhien de David,
y Abnbán ; y crto Rn oarifuaion de l u das natarale~~ di-
vina y humana %te wlo punto tuvo biea ooopPdor 4
todua Iw doctorer de los primeroa sigloe.
821. Debian, fnerr de esto, bacerla o o i a p d e z Is pu-
rema y d d u i de vida 4 qae era l h d a ; erpliabdalo
olrn y dirtiatPmeote todn la k r a l de Isi Ihitum, m(u¿
aimente de loa w1oplio8. D e b h dentuia ow la apeo
m.p oierfa de un eterno gddon, y ntcuerlr do toda h
&ria vana dd mundo, y de t o d m ~ s ve~eoosorpia~arei,
aoneltemordeun outigosámisibo e t e n i o y t m r i b b p
u t b oparqjodo para el 6Mbb y para .ur 6ngJu". De-
bim ex& thieaamnte d k p h t i c a de toda Ise viifo-
da,aomo que eoa el o nto único coa qae pwde ayg.
"P"
i w e i ~ y e g r a d m b e d l a a j o r d e arpoiio.
l Debh
imdkula can la mayor prudaneje, d b o d o n y nearidd
p#ibl., d amor verdrclero 6 istiPo del mpom, ooao que
ute ee el principio de toda h bienee, qme bum
f b i i ~ ~ l aaorermardi6der,
r y o w u , q w aigdim yrcrp-
tieoo toda Iss aeciooer por pequeña y ordhuho qw 1890.
Deb'i eelar oon wmo cuidado y ngilanoio, que no sp-
~ d e ~ m r r e r t r o s d g ae rar o r ~ 0 l l t w i o , 6 a g w i o ~
krenadootriss,adeneidogmq oamornlamonG De.
b,en h,i a e h l a paLfeotamsnte, y exortaria oostima-
pumte d la p&t¡m de todoi laa CO~PL~pertepeoi- p
nimva dignidad. Veis aquí en mamen If voo19ion de lar
rsotos doctores, 6 el atPisterio B que faeroa IlnmPrhi.
Para este ministerio se lee dieron los talentos, 6 don- y
graeirs del i b p f r h SanQ, 6 nsai m, d otros m&m;
rcgun la medida de la donacion ds C h t o t :y elloe cor-

-
o Qai prnhu er( dhbolo, et rPgelti Y w - M d , u r , 41
t Beeunddm memurnm domtianie Chriati. 4 4 &m, ir, f .
BN GLORIA Y MABBBTAB. m
respondi- hlmeDte3 & a j a d o coii ellos, y mnPndo
siempre en sa tra%o la m a p gloria de Dios en ia utili-
dad de la Iglesia.
822. Es verdad que muahos de estos fieles y celosos
ministros, especialmente los mae cblebrao, no ee contenta-
ron m esto sola Habiendo registrado cuidadosamente
todm lea qoiae y joyas preoioeae, que ea hallaban en los te-
m108 de la primera esposa (los cuales habian quedado en
poder de la que habia ocupsdo su puesto) les pamió en-
gulaoar B esta con toda elles : areyendo buenamente que
arrojada aquella por sus pvísimoa deiitos, debia ya mí-
rarse como realmente muerto, y aepoltada su kc tbrra del
doido. Por conaigaiente, que aquella gala6 perla&
todm B la nueva esposa, y p d i esta de todse se-
gun su voluntad. Entre eUaa no hay duda que se hallaban
olgonaa que le amaban bien y le veni- jtuitoe 4 por taw
to v i a claro, que pan ella oe habian heabo y gocu-
dado; otraa oe ballaboa de no moy diñoil aoomodtwii;
can un poco de trabajo B industria, ee podiao hacer wrvir.
La gran difkrultad estaba en otraa muohleimae (las mar y
mejores) que llegando B la prueba se hallaban visiblemente
deoproparúionadaa, y por eso ineervibles. i Qué m
pues con e&os ? Dejarlae dobladas sin algmi nso, no pue=
de ser, pueo al ñn no se hicieron ein gran aarierd4 ni m
giwdamn para qw no Unieeea Ea d o , pwa,
broerias mrvS todas del modo posible. Esto que inten-
tprop a i g m pocos de 1- -06, l a mar bgeabma y
'
ehuentas, lo b a ~prchsepido con mayor empe6o olmr
mnoboe dooto- h d o a del miemo oeio por la gioria y
d ide ia nneva dileota. Mes deepoee de tantan y tan
b p i o e a e diligencias, es bien f c i eonooer 91 punto por
vuior i e h infalibk, que aquellas mn golps pstadae,
M ~opiíu : q.e M se bicierou realmente p& el um qaa
se lea quiere dar, eino qw son aooBoao8ee um i o d h J
oon artificio.
323. Mas volviendo P nuestro prop6sito actual, es cier-
t f s i o qae los antigua padres, aonw maestroe y PoIaietFos
!$S4 LA VENIDA DEL MESIAS
de le Iglesia preeente, lhmrrdos de Dios para aquel minis-
terio, no miraron otra coso que su mayar servicio y ntik
dad. Se ve freouentemente que caai siempre ea todos me
escritoe, trayeado 4 considereoion varios Iugaree de la Es-
critura anta (ya de profeein, ya Cunbien de historia) y ha-
blando sobre ellos, prescinden absolutamente del verdadero
historial y literal sentido de aquellos l u p m de la Escritura
sobre que hablan, declinando :luego B sentidos moralea y
puramente místicos, para bulicar en ellos alguna mayor uti-
lidad y edificacion de loa fieles. Aaí les decia 4 estos San
Ilgnstin; Porque si m10 q w r b entender a t o literd-
mente, muy poco 6 ningun fruto t a c c r r h de lar Isccio-
na diuinas*.
324. Siendo esto mi, i06mo era posible que loa celoros
y prudentíhos-padres hablasen una sola palabra en favor
de la primera eapom de Dioa? 1Como era posible que m
divirtiesen otras coma, que podian eer en aquellos tiem-
pos perjudiciales ? i Como era posible que se atreviesen 4
anunciar proeperidadea 4 la primera espoe en presencia de
la que ocupaba su puesto ? i Como era posible que no te-
miesen digirla, desconsolarla, desanimarla y aun reetnaria
en la caridad ? i Como era poaible por consiguiente' que
no procnraeen interpretar 6 acomodar les Eacriturrrs todo 4
m favor, B eu-ediñcmion, 4 eu utilidad? . Lo contrario bu-
b i i sido, atendidas las circunsiaa.ciuu, una cuma impm-
dencia. i Por que ? Porque en las circansCanciaa en que
se hallaban los antiguos doctores, no habia ragan alguna
para esporar de.esto alguna utiiiiad : hubieran hecbo m9s
dafio que provecho. En aqaeilos primeros tiempos.estaba
la esposa en en juventud, y como. joven en sus primeros
amores y fervores. Asl. era necesario confirmarla en ellos,
no amedtentpla con ameníi&as importunas : era necesaria
animarla maa y m-, so desanimarla: nutrirla con alimea-
toa de vide, proporcionados 4 en edad y B en complexion
Si enim hoc t a n h voIumus inteliigere, quod sonat in litterr,
urt panam, aut propC nullam cedificationem in divini lectíonibus
mpiemns.- Dia. A g . r m . ci, & rmp.
BW ~ M R ~ YA MAOBSTAD. 926
delbada, no aoii alimentos dXoiIss de digerir, aun d las
peisoaes muy robustas. Era neceaub alegrarla sir el S6
iów. y dilatarle el cineson para que creciese cada dia mas
en námero y fervor, no descondarla y desanimarla oon
anuncios trietes y amargee, que por entónces no podian te-
ner, sino péeimae conseoaei~ciaa.
$@ti.Ad lo penaaron sin duda, y así lo practicaron los
eantos y prudentes doctores. Tan lejos estuvieron de ha-
blar una palabra favorable h la antigua esposa de Dios, que
rntes por el contrario, ee nota facillsimamente en todos sus
ewrsitoe, que siempre que se ofrece alguna ocasion (y no po-
cae veces sin ooasion alguna) hablan mal de ello, y dicen
sin faltar 4 la verdad todo el mal posible: ya ponderatido
sus d p s delitos, sus infidelidades, sus aduiterios : ya
trayendo 4 a a o s i d d o n el mal recibimiento que h i i 6 su
M d m , y la bárbara crueldad con que lo trat6 : ya repren-
M o w ingratitad, su dureza, BU obstinacion- presente,
%a. Y todo esto jpaia qué ? Pata que sirva de leccion,
de esaanniento y de edihaaion de la e p s a actual, y esta
se .nime y d m o r i e a mas en egercicio de todas las virtu-
des oanhriiw, correagoadiendo fidelíaimamente d su vota-
&o. Por estu razan no se esplibaron los prudentísimos
padres, ni aun mqnieta tocaron muchos puntos vedadera-
mente BelieBdoa y críticos, temiendo laa commencias le&
ti- y jostaa qae natnialmente debiun i n f e h , lea cudes
por entónces parecinn mas propies para lar desfruccion,
tppura 4s edijoacion. Por esta ramu hablaroa tan poco,
y esto em términos muy generaba, de la regando venida
del SeBor, sin descender 6 tantas otras cosaa partiouiares,
que sobre seto hay en las EeoRturee. Por esta raeon ja-
m b a e esplioamn clara y distintamente sobre el j&io de vi-
roa Por esta rasan, el Antiahto con qae edemos m e -
nasados para los idtimos tiempos, les parecib que no podia
saür de lrts gentes ein gran deshonor de éetaa, y ~ M U S
lo de los hieles ; por tanto debii ealir de 1011Judioci, debi.
ser m i d o y reoibii de e c r h : debia ser un monaroe 6-
T O M O 11. Q
renul, que con todo su poder hiciese La res amgrimia
guerra á la Iglesia, 6 4 la nueva dileotu. Por esta mam
el cuarto reino de la gran estátua f d el romano, y 1a pie-
dm ya bajó del monte al vientre & ia Virgm, y eatbncea
destrnyb la eat4tna, destruyendo 6 empezando á destruir el
imperio del diablo, y formando otro nwvo imperio : esto en,
la Iglesia preeente 6 la nueva esposa. Por esta razon en
-6, hasta aora no sabemog bien qué ep lo qus pedimos
4 Sefior por aquellas palabras : Venga el tu reinq. ( V b
m la ano@cion siguiente.)
826. Debo aora satiefacer en breve B esta rbplioa, 6 a&
monicion que ee me puede hacer, pues ya se me ba hecho.
Aunque estas idean, oigo decir, fueeen realmente buenas y
jnstfsimae, aunque fuesen tan conformes 4 las EIcritarar,
wmo ciertamente lo pmwen, debia yo no obstante, y to&
6el cristiaoo, observar el miamo silencio, y proceder con b
priema prudencia y cimunspeaoion con que en estos asuntae
han procedido los doctores, no negando espresa y formai-
mente lo que esttí dechrdo en la Escritura de wr&d,
lo c d ea cierto que no ea permitido ; mas interpretaadolo
de algsn modo PO imposible ni dificil A favor de la nueva
d h t a , paea al fin es nuestra eefiora, nuestra reina, nuestra
madre, 4 quiea teirém~etantas y tan grandes o b l i g a c i o ~ :
In antigaa espoea de Dios infiel y adliltera, y por esto tan
justamente Bc~amparadzy abotrsoukl, debe cantentr)riie
m que sns diquiaa mrecogidas hcia el ñn de los si-
glas, y egregadie mimriaordioaamente h la iglesia de las
genées. Tanto nue dicen que deberia yo proceder en a t e
modo cortés y prudente, cuanto debo mirarme como un
hbte Jadio que no tengo otra esperanmi, ni @o temrla
de aaiud, sino en cuanto be sido llamado y agregado B ia
muera plebe, 6 mero pueblo de Dioa, &c.
837. Dos d e q o r tengo que dar 4 esta admwicurn, ..
loa males se deben mirar oomo dos diiparidadea, 6 oamo
doi raxmss que tengo propine y peaalirires, qne DO tuvieroa
otros em~toies. Por eatas dor rownem (M, dirididag tino
BW GLORIA Y MAGRSTAD. m7
juntP J d d n a eahg á) c m que no debo pordar el aileo-
rpe elbs guardaron, ni proaeder oon la m- cirmiib.
p-an y prudencia con que ellos procedieron.
PRIMERA RAZON.
320. Yo soy un cristiano y un catblico, por la gracia y
misericordia de Dios ; mas no por eso dejo de ser Jndio :
eil, aunque pertenemo imnediatamente B la -pasa actaal,
y lm ~ o z c yovenero por mi sefiora y madre, no por eab
dejo de peshecer de algnn modo propio y natatel d la e,
posa siitijjua de Dios, madre ~ ~ m de nntodos los creyentes;
w par eso puedo olvidarla, ni dejar de amarla con ternura
(sin temer qne por esto me llamen judabante) ;no por eeto
@o negar ein impiedad 4 esta madre mia, aunque por la
premate tan daribonrado y envilecida. En esta oanaidem
don, ique mucho que no goarde aquel silencio, que par
justísimas cnasas han guardado otros eiicritoreal iQu6
mncho que mire por el consoelo, y por el verdadero bien de
ssta madre infelia, actualmente condati& da t m p t d ,
8in nirapa ccnzsuslo*! i Que muaho que pretenda he-
rider B su favor tantas escrituras auténticae y claras, qaé
suelen ser ordimariamente todo el caudal de las v i a d ~ s l
Faera de estu, no dejo de temer ser oompwndido en
equella queja 8mprguieima del M d s , el c d , en el oapC
tu10 Ii de Idas, mirnndo 4 esta paupércula en el estado de
viadez, de soledad y desamparo en que aora se halla, aba-
tida y aam c o n f n n d i con el polvo, )e da Is mano, lleno de
eompbn y de ternura, diciendde : AZtats, &ata, btb
tats, Jeru&úBro, que &&te da la nsne &E 'S& 3 c&&
de mr (ra: h t a el fd d a d e& dorsudste bebhk, 3(
bchk b t a lar ksessi.. L w .como mirando 4 tedh
partes, y como estrafíando la indiferencia y frialdad de
O. Tempeatste condaa, absqne ulla comolatione. - I d liv, 11.
t Elevare, e l e m , c o n s u p Jemaaim, qna bibbti de maau DO-
-
mini ealicem irae ejm : ueqye ad fnndnm caiich mpaU M L i at
potrti aaqne d fmcea. m.li, 17.
Q2
traptos b&t, rerpeato de su propia madre, w lamenta de
silos, y los oulpa y repremde, diciendo : No hay q k la
-tenga h eUa (b no time qrcisn &a guie) de todos loa-hyos
quemge&; yno hay quiun la tome por lo mano de
todos h GOI, que d*.
SEGUNDA RAZON.
SS9. La mgunda ramn de d i s p d a d , muoho mas mme-
diata 6 mm seaiible, es el tiempo mismo en qw nos hallá-
m-, infinitamente diverso del tiempo de los antiguos pa-
drea, y B pioporcion del de los otros escritores eclesiásticos.
Eo cuya oonsideracion dknrro así. Yo aunque Judio del
linage de Abrahán, soy por la bondad de Dios un Cristiano,
UR católico, un hijo, un súbdito de la espoaa de Dios, que
aatualmente reina; luego debo servirla con todas mis fw-
y talentoa : no puramente con cortesías y palabras eeté-
rile~,sino muobo mar con servicios d e a y oprbnoe,
segun los tiempos y circunstancias; luego segun estos
tiempos y circruietanciaa debo no lisonjearla vanamente,
rioo decirla oon toda reverencia la verdad pura; luego
debo atender en mis obsequios y sorvicios, no ya B lo que
.enotros tiempos y circunetaoaiaa le pudo haber sido conva
nionte y útil : v. g. en los tiempos de su juventud y prime
m amores, &o 4 lo que entiendo le es útil, oonveniente y
aun necesario en el estado presenta Esta es una regla de
verdadera prudencia que dicta la recta raeon, y que el
Espíritu Santo no dejó de enseharnoa en particular : Te
&u krs coa01 tienen au tiaapo, y por nu arpaeios paran
todar ellcu d&io del cielo. Hay tiempo & nacer, y
...
tiempo ds morir .lfeapo tia matar, y tiempo ds sanar.
!lbmi de derribar, y tiempo ds eda$car.. .
lümp di
aauar, y tiempo tia habliart.
Non eit qui vustentet eam (sen non est dnctor ei) ex o m n h
bllir, quoi genuit : et non wt qui apprehendst mannm ejus u omni-
-
bu filiic, quoi enutrivit. h.li, 18.
t Ornnia tempus habent, et suia apatiis tranaetmt univena anb m-
EN GLORIA Y MAOBBTAD. m
S30. Aora: yo no puedo saber lo que se p e d entre
loa dbim sobre la oportunidad de atas ideas. Lo que 4
mí me parece es lo que finicamente p e d o decir; remitién-
dome enteramente 4 su juicio y disorecioo. A mi me pp.
reoe, hablando en verdad, y simplicidad & corazon, que
en estos mantos ya es pasado el tiempo de callar 6 de p w c
cindir, que fué el tiempo de loa antiguos padres, y de los
doctores que les sucedieron, y que ya nos hall8moa en los
tiempos de hablar. La revelacion 6, aanifestacion de
aquellas cosas, que en otros tiempos hubieran eido pooo
convenientes, y aun da6osas 4 la joven esposa, aora en
estos tiempos parecen ya convenientes, y casi absoluta-
mente necesarias. Cualquiera que lo dudare, w tiene otm
cosa quo hacer, sino abrir los ojos y mirar. Con esta sola
diligencia podrá fácilmente salir de toda duda.
331. i Cbmo es posible confondii los tiempos pilesenh
con los pasados: los tiempos de la juventud de la esposa,
con los de la mayor edad : los tiempos de inocencia y de
simplicidad, con los tiempos de sagacidad y aun de malicia :
los tiempos de amor y de fervor, con los tiempos que ya
parece amenazan, prenunciados por 8. Pablo : vendr6n
tiernpm peligrosos*, de tibieza; y aun de frio en la cari-
dad ;porque r e multiplkarh la iniquidad, dice el apodo
mbmo, se rerfriar6 la caridad de mudos.t.: y en otra
parte: tardándose el Esposo, comenzaron 6 cabecear, y se
durmieron todas? (lae virgenest) Pues mudadas ya las
circunstancias en que se hallaban los santos padres, en esta
sensualidad, en esta delioa.deza y pompa mundana, en esta
diitraccion, en esta mfiolencia, descuido y aun tédio formal
- .
lo. Tempui mcendi, et tempus moriendi ... Tempua occidendi, s t
...
tempus sanandi. Tempns dertruendi, et tempns edificandi Tem-
-
puri tscendi, et tempus loquendi. Eccl. iii, 1, 2, 3, f .
-
Instabunt tempora periculoas. 2 ad Zim. ii, 5.
7 Qnoniam a b d b i t iniquitaa, drigeacet charitss multoniin. -
M&. xxiv, 12.
-
Moram uitem faciente Spomo, dormitrvemt omnea et dormis-
rant. Id. n r , 6.
m LA VENIDA DBL M101AS
\

de los v-m interesa del e s p (qw ven y UORO los


que tienen ojos) j no será ya tiempo de decirle, de edmr-
tide, de acordarle, lo que esté &clarado en la 15critlrrér
& verdad? i No será ya tiempo de decirle lo que en
tiempos no convenia? i Se podrá mirar como un delito, y
no antes como un verdadero servicio, el decirle oon reve-
rencia, mae clara y disiintamente, que está a m d a del
esposo con aquel mismo castigo y tal ven mayor, oon que
faé castigada la primera esposa ? Tú por la fe est& en
pie: pws no te m g G por eso, mas a n t a Isnse. P w q v ~
6 Dior no psrdon6 & 6 ramo8 nuhir&s: ni acres te
perdonará 6 tf. Mira, pues, lo bondad y lo sevadad de
Dios: la s m r i d a d p a r a con a g u d o s que cayeron ; y ia
boAdad ds Dios para contigo, ai pertirrnisciern en la &m-
dad: de otra manera ser& tG taabiar cortado *.
ANOTACION SEGUN DA.
382. En dos 6 tres 1ugiutn~de ésta obra se iusiiiiía, y eo
el iíitimo m dice claramente, que hasta aora no sabe~mos
bien lo que pedimos al. Señor por aquellas palabrm : arrr-
ga el hr reino ; lo cual pveca falso, 6 poco conforme 6
la verdad por esta rsuwi : Jesucristo en BU primera venida
fmdó un reino espiituai de justicia y santidad, que él mib
mo llamaba frecuentemente reino de los cislor, y rcSIo de
Dios. Aunque despnes en su segunda venida haya de fitn-
dar otro reino, segun las Escrituras, 6 haya de hacer lo
que qnisiere, como Sefior absoluto de todo : no por eso ha
de destroir el reino de justicia p fundado: luego si hasta
aora se ha pedido este reino. se ha entendido muy bien lo
que se ha pedido. Yo conñeso que no entiendo bien, sino
canfusamente, lo que pretende esta anotacion. No obs-
tante, 4 esto poco que me parece entiendo en general, voy
4 responder con toda brevedad.

3&%JePPoristo en su primera venida fundó un reino


Ad Rom. xi, 20, 21, 22. Vide fol. 190.
BN GLORIA Y YACESTAD. 281
e i t o a i de jnsti.ie y &dad, qne 61 miamo llamaba fre-
aamitmente peino de IOb aielsr, y r e k o de Dios. Bita :
luego este reino ya vino al mondo: ya lo tenbmoe can n e
soma en nuestra tierra. Si ya vino, y ya lo tenemos, i pa-
ra qaé pedimos que venga? i No será esta una petioion in-
W 6 injuriosa 4 Dioal O creemos que ya vino al mando
el reiw qoe pedimos, 6 no lo omemas : si lo primero: hm-
go no &OS ya que esperarlo: por c o n s i ~ t deber&
e
moi ea6umr ya esta paticion ;porque lo que uno ve, J conw
.
lo .pera 3.. lo que no vemoe, e.prmnos * :ai lo se-
do : d por qué no nos esptkamoe un pom mas ?
$84. lhte emboaaro parece que obligó 4 otros dbios d
tirar por otro camino. M, diien, que lo que pedimos 9i
Dios pór esha palabras crengcs el tu reino, es, que la Igle-
oio V t e (que es sic duda el reino de Dios) crema y
se d n d a d todo al linage hamano, y que todos uw iu-
dividaas entmn en la Iglesia y sean +tos y santos, h.
Bdapet&ion iio bay dada cpe es buena, y digna de w
*BPdea, mistimo; mas para pedir ate bien no parecen
ba prapiae ha pdabrae umya J tu reino; &S ~ B T ~ C B ~
mmamente impropias, oscarari, y riada acomodadao al fle.
Venga tu reioo : esto eu: el mino que ya vino, crema y na
afhd~ por toda la tierra Venir y crecer son ciertamente
dod pelabras, cuyo diverso significado no podia ignorar d
qae nos enuefi6 B orar con ata edmiible o r a c h .
885. Mas m pGr ella8 entiendo el reino que ha de venir, *
-do venga el rey, segun me lo anuncian las santas
Ehriimm, kia palabras con qne pido las hallo claras, k
ples, propias y eecogidas entre milimes de otras que pu-
dieran imaginarse. Con ellas pido, y entiendo clarísima-
mente lo que pido : y si tengo verdadero oelo del bien de
mis prójimos, si deseo con verdad que todos los puehlos, tri-
tribus y lengaas, adoren al verdeden, Dios, que todos sean
Cristianos, que todos sean justos y santos, $c., todo esto
lo comprendo en mi peticion, y todo lo pido confiadamente
...
Nam qwd videt qnY, J quid sperrt? q d non videmru, cipe.
-u. - Ad h. viii, 24,26.
am LI VENIDA .DsL rnmI~8
l i e s a l i r d e ~ e l l s o t r e m ~ m ovrngadtwreb.
: Dí-
go confiadarmate :porque por las &maa Eioaitumsque
ate bien que deneo h todo el liiage hmaaiio, m, puede rea
en el eatado pmsente ; pero será sin falta o 4 0 venga al
reino que pido. Por tanto, lejoa de temer la venida M
rey m gloria y nageutod, aotea la deseo cm )as q r a
k v Y la pido con todo gl fervor de que aoy c í p s ;
oú por el remedio pleno de los mieerublar Jadior, aerep
-bien por todo el residuo de les gentes ; lea ooolei h

de-propbito cuande sea su tiempo.


838. Jssucrieto eit i a @mera venida f d (diam) am
reino espiritual, que 81 miamo llamaba rsiko de loa cielue,
y reino de Diw. Aqyí ee di& faaihente un eqdrooo
de no pequefía couiderscioa. Lo que J e d b l k l r
fbxmnteaiente m me paráboiaa reino & lor ciehu, rr#a
&Dios, no es o b cosa iaa m= veo88 por d & d e
todos, que la que él mismo llems el rabo del avm&io.r
es, la noticia, buena nueva, anuncio, predicmkn dd
reino de Dios. Reiño de los &Eos (dioe S. Jerbbw). tu
&.predicaeion del Evangelio, y la noticia & laa Etarib
raa, gw conduce h la vidat. Esta pmdkaoion y mfiOi.
del reino parece claro, que no puede wr el reino mEmq
&o como M pregon 6 convite general que se biioe B
todos, para que se alisten loa que quisieren bajo esta ban-
dern ; para que admitan, 6 a q segun su volmtad la @ia-
oion de Dios, que B todos se ofrece con ciertaa coodioiones;
y de esta suerte puedan temr parte y herencia perpetna
an al reino ds Crhto, y de Dha.

..
Chm fuerit finita vindwiia. levabnat voeem sniai, atqae IrP-
dabunt : cbm glorificotm fuerit Dominw, hinnient de mari. -Id
xxiv, 13, 14.
t h p u m caelonun prmdicetio Evangeli eot et notitia d p t u -
r w m , quas dueir rd vitan.-&. Hruon lib. ü, am.in eq. xiii.
Mar.
887. Aors : todoci ~ O Eque son llamados 4 este reino, mon
d mismo tiempo obiigadoa fi poner de sa parte ciertas con=
dinones iadispeneables, comprendidas Codea en estas dos
$abran : fe y jastioia, 6 segun se esplica S. Pablo fe q w
obra pw caridad*. Los que obsmaren fielmente estas
doe lepe con toda su estension pueden mirarse ya como
bijoo del mino, y esperar para su ti~mposer herederas ver-
daderamente & Dios, y coheradtros & Cristot. Mas
oo podrán decir que ya están en posesion de esta herencia;
mteu deberin Iempm vivir en solicitad, en vigilancia, en
temm y temblor, teniendo presente aquella sentencia del
Señor: el que perseverare h t a el #m, cste ser&salvo$.
Por eso el mismo Sefior, pregunt&ndole los ' F a M m :
i C u d o vendrá el reino & Dios 5 ? les di6 aquella divina
mpaeeta : e1 reino dd Dim es16 dsntro & vomtror (l. ...
Como m dijera: pensad en haceros dignos' del reino de
Db, oon lo que está dentro de v w t m s p de vuestra
parte; DO en inquirir curibsamente mando vendrá. Eata
jnstiaia 6 dispoaicion pare el reino de Dios, este oonvite ai
&o, esta predicacion de la fe y justicia necesaria para
ecmaegoirlo, no es ciertameute'el reino mismo, y si se llama
reino, es solamente en sentido latisirno ; así como se llama
tsaiplo 6 palaoio un e d i i i o que se está haciendo. La no-
tic@ de este reino ya la tenémoa por la predicacion de los
Apóstoles : lo que se nos pide de nuestra parte no lo igno-
ramoe : por consiguiente creemos este reino, lo esperamos '
y. d k o s : si lo creemos, esperamos y deseamos, luego
todavia no lo tenemos : l n ~ g opodémos y debemos pedirlo
con aquellas divinas palabras venga e1 tu reino: luego
podé~mosy debemos esperar que 4 su tiempo se nos con-
* FEder, q m per charitatem operatnr.-Ad Gol. v, 6.
.t Haredea quidem Dei, coheredea autem Chriab- Ad h.
a,17.
1 Qui autem pemveraverit mque in finem, hic aalvus erit.-
Mat. xxiv, 13.
() interrogatus autem B Pharisaiii : Qiurndo venit regnum Dei ?
- Lac. mii, m.
-
11 Re(lnum Dei iiitm roa eit. h. xvii, 21.
d e & l o q w pedisor. Dicmiqw esto d r á ea el
oielo deepuee de la generd r m m e a h , y ñu del m u d a :
mas si ler l h d u r e a dicea alara y cspmmments, maw
tantas reoea hemos obwroado, qae d en ata nnm-
tra tierra, i á quien deberémos creer? El g l p k edm
ooiail diciendo : sucederá en la tierra, a t o es, sn 1ú tienr '
rb lar qw &en ; esto m, en el cielo, ;son paiabras que
deben hacer poca i m p k 4 quien les consid.rn de csrai,
yisscoPErontaoonIssEociitliios1
388. En suma, el reino & Dios, 6 el raino de b a aidw,
no ha venido hmia mp, y por eio pedimos nora que r*
p. Lo que bmicamente be v e d o ea la noticia, h iak
oim, la fe, el convite, el evangelio del re&, son las can-
dicionee arn'ba dichas. Tudo esto nos trajo el M& eii
ao primera venida: lo demas lo esperamos pma la
p o d a : la pisdra que h b i a h i c b lir eatcrkra, re biza un
gran& monte, 6 h d i 6 toda la tierra*. S1 tu¿e lo q ~ e
nos dicen lar Eecritarsr del reino de Dios, debe ver-
ailá en el cielo, parece que debimumm pedir, ir mmoboe
6 ser llevados al cielo, al reino de Dior ; no que el &o
de Dios viniese A nuestra tierra, A nosotros. En este mi+
mo caso el maeetro bueno nos hubiera enseMdo otras p.-
labras con qne pedir. Y asi concluyo con el doc&
padre Maldonado, que el oerdadsto sentido tu d que iic
s i n h Teojhto y Ruperto, cuando a$rman: qwi M I h -
ina reino de Dior aquel en que haciendo de .au enemigos
e6cabel de m8 pies reinarh en todas partes, y wrá, en
erprerion ds S. P d l o , el todo en todas lar aoaaa.t.: puao
aunque achialnrsnte en toda8 partes bina ;no d a k m
. . qw reina, porque no lo hace en pez, oino en guerra, 6 la
frente ds enemigor y de rebe& que le rcsioten. Poro,
mbyugaclos nu contrark, libres ya ars amigar y conde-
nad~ aus enemigos, su imperio será completo. Que eafe
sea el verdadero sentido, se colije claranoente, - asi del
h p i s antem, qni permserat atatuem, factus eat mona mrgnaii.
c t implevit universam t e m . - D a n . ii, 35.
.1. Ut sit Deui omnia in mnibua.-1 sd Cw. xv, 28.
aN G L O R I A Y MIGESTAD. 235
testo ya citado &lApostol, coma de que aquí p e d i m
que venga á nasotros, m nuestro reino, sino e l de Dios.
a t o no dignijca, pues, que Dios reine e n nuestros cora-
zones, 6 que nouotros reinemos con los bienaventurador
(que cs nuestra p~incipa2 peticion) ; sino que Dios reine
absolutamente y libre d e contrarios: p o r eso decimos,
venga el tu reino* : como hijor que al rey nuestro p a d r e
b deseaaw e l reino p a e í j c o y la victoria de s u s enemigos,
no para nuestro reino, sino para e l suyo. Deseanos,
p t w , que venga, como dedeun que venga Jesucristo lo8
pb ununt. lbto es lo que yo d i o , ni mas ni meiioe.

Adocnht regnnm tuum.-tuc. xi, 2.


t Verus eeneua mihi videtur eme quem Theofilaiw, et Rupertu
indicarunt, ut regnum Dei, vocetur alud, quo Dens, positis omnibuo
inimicie snis in scabellum p e h monun, ubique regnatums est, nt
loqnitur Divns firuim : nit o m h in mnidora. Nam et si nunc etism
ubique regnat, tamen quia non paeificb, et h e hoate, ac be& reg-
nat, et quia mdti illi q& rebeiied reairtimt, regnare non dicihu.
Tunc autem subjugatm hostibus, et amicis liberstie, inimicie datuna-
tia, plenb regnare dicetur. Hunc m e sensum ex illo loco Pauli,
qnem notaviunus, non obscure colligitur, tunc etiam et hoc ipso,
manifestnm est enim, nos hic, non noatrum, sed regnum Dei postu-
Iare. Non est ergo iensus, nt Deus regnet in cordibus nostris, aut
nos eum beutis regnemus : hoc enim ad nos maximb pertinet ; aed
ut Deas a b d u J et aine advenwiii regnit : sic enim dicimue : A&
m i a r r e p m tuum: quemadmodum si filii patri regi paciñcum
regnum, et victoria contra hostes precaremur; non nt nos, sed ut
iile regnet. Advenire autem optamua, sicut n i , qui diligunt ad-
ventum Chriati.
FENOMENO VII.

BABILONiA Y SUS CAUTNOB.

II99. Cualquiera que lea con atencion los Profetas,


reparará fácilmente dos cosas principales. Primera : gran-
des y tembles amenazas contra Babilonia. Segunda : gran-
dea y magníficas promesas en favor de los cautivos, no so-
lamente de la casa de Judá, 6 de los Judios en particular
que fueron los propios cautivos de Babilonia, sino general-
mente de todo Israél, y de todm sus tribus para cuando
salgan de su cautiverio, y vuelvan 4 su patria, de su des-
tierro. Uno y otro con figuras y espresiones tan vivas, que
1hacen formar una idea ma9 que ordinaria, y mas que gran-
de, asf de la vuelta de los cautivos 4 su patria, como del
castigo inminente y terribilíaimo de aquella capital.
340. Si con esta idea volvemos los ojos 4 la historie :
ae lee en los libros de Eedras todo lo que sucedib en la
vuelta de Babilonia, y el estado en qne los que
volvieron, aun despues de restituidos 4 sS patria: se leen
en los dos libros de los Macabeos, los grandes trabajos,
angustias y tribulaciones, que en diversos tiempos tuvieron
que sufrir, dominados enteramente por 10.3 príncipes gris
gos : se lee despues de a t o en los evangelios, el estado de
vasallage y opreaion formal en que se hallaban cuando vino
el Mesias, no solamente dominados por los Romanos, sino
inmediatamente por un idumeo, cual era el cruelísiio
Herodes : se lee por otra parte, ya en la historia profana,
ya tambien en la sagrada, que,Babilonia, despues de haber
d i d o de ella aquellos cautivos, se mantuvo en su ser sin
novedad alguna sustancial, por espacio de muchos siglos :
que no la destrnyb Dario Medo, ni Ciro Persa, ni aiguoo
LA VENIDA D E L MESIAB. 987
otro de rua sucecioree : qne no m dentioyó repentinametate
en un ralo dia, aquellas dos grandes calamidades que
parece le anuncia M a s , cuando le dice : Te vendrhn
estar dos m a r súbitamente en un solo d k , esterilidad y
i>Wdse f . Con estas noticies ciertas y segaras, no puede
nieoos de maravillarse, de ver empleadas por lo8 profetas
de Dios vivo .unas espresiones tan grandes para unas cosas
respectivamente tan pequeFias. Mucho mas deberá mara-
viilarse, ai advierte y conoce sin poder dudarlo, que nada 6
casi nada se ha verificado hasta el dia de hoy, de lo que con
tantas y tan vivas espresiones parece que tenian anunciado
riobre estos asuntos los profetae de Dios.
3U. Dificilmente se hallar4 otro punto en toda la divina
Escritura, que haya da+ mas cuidado, ni haya apurado
mas los ingenios, que Babilonia y sus' cautivos. Embarazo
en que no pocas veces se hallan los int8rpretes ; y la gran
fuerza que haceu para salir con honor es tan visible, que
puede facilmente repararlo el hombre menos reflexivo. Ya
suponen cosas que debian no suponerse sino probarse en
toda forma ; ya conceden 4 lo menos en parte en general y
en confaeo lo que en otras ocasiones mas inmediatas omiten
6 niegan absolutamente ; ya usan de un sentido, ya de
otro, ya de muchos 4 un mismo tiempo, y esto en un
mismo individuo 6 testo : ya siguen el sentido literal hasta
cierta distancia, y hallándose atajados por el testo mismo,
que rtiblemente protesta la violencia, vuelven m poco
mas atráa bnscando por todos los otros rumbos algan otro
sentido menos incómodo, 6 menos idexille. Si bato se
halla, éste nolo baeta para decir, que aunque aquel sentido
(que no se puede llevar adelante) es realmente el rentido
literal, m m este otro ecr el sentido eqecialmente intenta& ,

por el Eqiritu Santo.


342. Despues de todos eatas diligencias no por eso
áa resuelta la gran dicultad. Se ve tan en pie y tan
entera, como si no se hubiese tocado. Lan profecías son
-
, viduitui.
Venient tibi duo hmc subitb in die pina, s t e r i l i ~ et
Iai. xlvii, 9.
m3 LA VENIDA DEL MItüIAY
muchas y muy daras B favor de 100 miserPblea bios ¿e
bdl, para cuando melvan de su destierro y oautiverio ;
y por eeo mismo ea igaaimente olanr que no se han ve&
d o j&. Loe interpretes suponen que ya todas se han
verificado, 6 se esián verificando muchos eiglos ha. h
i &mo 1 Uoa pequefia parte literalmente en aqeellos pecar
qme salieron antiguamente de Babilonia con permiso de
Ciro : la mayor parte a l e g 6 r i i e n t e en Ion redimidon por
Cristo de la verdadera cautividad de Babilonia, erto es, del
pecado y del demonio : y otra parte, que no puede espai-
caree ni en el uno ni en el otro sentido, se ve*, dicen,
anagbgicamente en aquellas almas cantas, que r o h las
prisiones del cnerpo, vuelan al oielo su verdadera pátria,
donde gozan en paz y quietud de todos loa bienes. Nada
decimos por aora de aquella otra parte bien oonsideiable,
que tal vez se omite par escuw prolijidad.
. 343. Mas j sería oreible, digo yo, qae el Espíritu de
Dios que habló por sur Profetw, hablase de este modo?
4 Setía creibie que hablase por sus Profstcrr s o h aa
miemo asunto, parte en an sentido, parte en otro,
parte en mnahoe, parte en ninguno? j S e h emible
este modo de hablar de la veracidad de Dios y & sn iiab
tidad iphita? Aun en el hombre mas ordinarM se tuviere
esto, y con gran razon, por un defsoto intdereble. / Seda
oreible, vuelvo B decir, que Dios vivo y verdadero, hablan-
do nominadamente con loa bijos de Abrahan, de Tsoac, y &
Jacob, h qnienes iba 4 desterrar, 6 habia ya desterrado y
erpmido entre las naciwes, lea permitiese, no eolo ieca-
jerlos y reirtihurlom 4 in phtria ; eino junto oon ceta, otros
m n d l e a bienes y miserioordias, que no h a b h ¿e veri-
í h m e en ella, sino en 1m gentes; y esto en un sentido
pfiramente eepiritnnl ? j Y esto 6 mMhieimo de esto sa
sentido parte espirikal, parte aiegórioo, parta anagbgico,
putedstioo y mphituai? Nopuedo negar, q m m ~ p a r e c a
bdo a t o doia y difioil de oieer. Y no obetaate e6 Be
aierb, que en el sistema onüneno no hay otm modo de
resolver la gran dificultad.
344. El nudo ordinario de discurrir es este en r u i h -
c&t, y sobre él no faltan algunm reglae generales. Laii
prd8cies, dicen, y con gran rezon, son verdaderas y de fe
divino-: Dim es quien habla en ellas, y no el hombre : ea-
tes profecias no ae han vsrificado plenamente segun la le-
como es c h o y por aí conacidb, y conata de la Es-
.
OIitpra; luego.. (repárese con cuidado en esta wneecasb
cm) lnego e0 preciso decir, que en ellas i e encierra a l p n
m misterio, mucho mayor que la salida material de
Babilonia de los Caldeoa: el cual misterio no puede ser
otro, que k liberacion por Cristo de la vérdadera cautivi-
dad de Babiionia; eato ea, del pecado y del demonio. Por
oollsiguiinte, todo lo que anuncien las profecías, tocante
á k justicia, 4 la santidad, 4 la paz, 4 la felicidad eatable
y permanente de los que vuelven de su destierro, y son
ratablecidoa de nuevo en la tierra prometida tí aus padres
h.,se debe entender de loa hijos de la Igleaia presente,
que ron el verdadero Israél de Dios : la oual justicia, san-
tidad, paz, jestifioacion y felicidad, empiezan en la tierra,
y se eonstuaen y perfeccionan enteramente en el cielo.
a a oonrsouencia, 6 a t e modo de discurrir, como si f b u e
t
j@haimo en t o h aiie @ea, es de gran neo para denem-
bamuuie sin oposicion alguna, -tea con sorno honor, de
tBda rnerte de dibultadea.
SE PROmNE OTRA CONSECUENCIA.

3 4 . M como yo no repmbo abtu~lutamenteel se,


tido aleghripo, apagbgieo, b.,aú tampoao p d o reprobar
e o o r u w d que acabamw de oir : a n b i
d d ~ t q p r e n t la
por d contrario, m i d a p o r cierto aapecto, me purece bu+ .
ap y pn>pIwaa piiaa la utilidad y ui@oac¡on. A todo1
loe amyentee 90g iDpOtta h r y no olvidnr qiis fiiimor.m
a;rPrñns y gor CMto, del pocbr de hr tbwbhr:
qre eate d o ee un verdeden> datimo: que naatil
240 LA VSNIDA DBL MESIAS
patria es el cielo : que la justiaia, y s~ytidad,y pcu, y gwo
m el fipfritu Santo, empiezau aquí, y allb ae pePf&
nan : que todos los fieles cristianoe, de alquiera iricioa
que sean, son el verdadero I s d l de D i s . No obstanie
Bstas verdades, que yo creo g con6eso con todos los f i t h
cristianos, propongo B la consideracion y joioio de los d i i o n
otra consecuencia sacada de las miman p r e h s qae m-
pongo ciertas y evidentes, y pido que se compare eetP re-
gunda consecuencia con la primera, en uenci&a y cnrdud.
Discurro, pues, mi: las profecías de que habiámoa eon
ciertas y seguras ; pues en ellas no habla el hombre si110
Dios mismo : estas profecias no se han cumplido hestr cu>ri
plenamente regun la: letra ; luego debe l l e p tiempo aa
que tod~ase cumplan plenamente regun & letra. D i
r e p n kr letra plenamente, para comprender, así las coieii
mismaa que anuncian, como Iaa personas de quienes hablsn
espresa y nominadamente.
346. Mae claro : 1ps profe& hablan eepwsa y nomi-
nadamente de los Judioa en generai, 6 de todas las t r h a
do Israél sin escluir h ninguna, para cuando v u e l ~ a ade w
cautividad y destierro, y eean introducidas y planteldar de
nuevo en la tierra prometida B sns padree. dora, pues:
os cierto y evidente, que Ion Judios deaterrados 4 Babiloni.,
y cautivos en Babilonia, volvieron machos dias ha de aa
oautividad y destierro: es cierto y evidente, qae entóircea
edificaron de nuevo su templo y su ciudad de J e a d n :
es cierto y evidente, que entónces se establecieran de
nuevo en aquella tierra, de donde habian sido deeterrados:
por otra parte, tnrnbien ea cigrto y evidente (por oonfdon
foizoso 6 innegable de todos los inthrpretes) que las pm-
fecias innumerables, que hablan de la vuelta de la d-
vidad y destierro de los hijos de Israél, uo se han vedi-
cado ni de ciento une, no se han verificado plenamente
regun la letra : no ee han verifiaado, ni en lo que rnanaiaii
clara y distintamente, ni en las personas de quienes hablan
...
erpma y nominadamente, &u. Luego Luego ...(ved ya
BW GLU9BIA Y MAOESTAD. !M1
la comacuencia que ofresco 4 vuestra conmderacion)
Luego k cautividad y deetierro de los hijos de Israél, de
que hablan laa pfeciab, no puede ser la cautividad y des-
ti- de BabiloMo, & que h n llevados por Nabucodo-
d r .
847. De aquí ae sigue otra consecuencia, 6 por mejor
deair una cadena de c#meecnencias. Luego la oautividad y
deaierro de que hablan iaa profeciaa no se ha concluido
hasta el tiempo presente, pues si se hubiese ya concluido,
ya m hubieran verificado las profmias : luego los hijos de
lsrael no han vuelto hasta aora de la cautividad y des-
tierra de que haMan les profecías: luego deberémos espe-
rar otro tiempo, en que loa hijos de Israel vuelvan de su
muiividad y destierro, y en que por consiguiente se ven-
fiqrisn en ellos las profmfas : luego el descanso, el sabatis-
mo, la independencia de toda potestad y dominacion de la
tiena, la justicia, la santidad, la paz, la felicidad estable
y permanente bajo en 8010 rey, á quien se da el nombre
de David, anunciado todo clara y ditintamente á loa hijos
dispersos de Jaaob, para cuando vuelvan de su dispeniion,
de su cautividad, de su destierro, se verificará en elloe
plenamente, cuando se verifique esta vuelta, la cual está
anowiada del mismo modo que todo lo demas.
848. En eteato: esta última consecuencia no solo se in-
fiere de aquellas piemisas, sino que Ée lee espresamente en
el capitulo xii de Daniel, ver. 7 : cuando fwre cumplida la
disperhn de la mngregacion del pueblo santo, serán mm-
plidau todas estas cosas*. Despues que el hngel que vea-
tido de ropas de lino t. revelb tí este Profeta muchos y
grandes misterios contenidos en todo el largo capitulo an-
tecedente, en especial lo que debii suceder al pueblo
de Israél en loa áltimos tiempos ; pues 4 esto solo le dice
que viene determinadamente : he venido 6 mostrarte las
cosas que han de acontecer L tu pueblo en los últimos dias ;
. .

C b completa fuerit diepersio rmii3Qe p o p a aaucti, mmplebun-


-
tnr univena haec. Dan. xii, 7.
t Qni indutus erat iiieie. -Id. ib.
TOMO 11. R
LA VSNIDA DEL Y B 8 l A l

porqwlaoUionsrwmpamd~+: d~~pmeadeteQe+.
to, pteguntando el miamo Profeta: J cwido r i cui*plit&
mtrr marauillrr t ? le respondió ai punto levantando hr
manos al cielo, y jurando por el que riempre viva di&m
do, que en tiempo, y tiempos, y mitad de tiempo$ Y
ooncluye inmediatamente su respuesta, 6 la esplica y .*la-
m didondo: que todaa aquellas cosps de que acaba de ha-
blar, tendsán su perfecto cumplimiento auando 8 0 oomplete
6 concluya enteramente ladiapersioo del pueblo santo hecha
por la mano de Dios 5. Estas palabras combidaa con
aquellaa otras del capitulo x : he uenido 6 rplortrartr &a
COMS que han de acontecer h tu puablo en lor Úliinor diar,
porque la uwion es aun para dias, parecen la verdadera
Uave de todos los misterios del capítuio U y xii de este
Profeta, los cuales mbterios se veriñcaráu y entenderán
perfectamente, cuando se acaben loa trabajos de los hija
de Israél, y cuando tenga fin en destierro, sn dispemion
y oautiverio. De un modo semejante podhoa dincurrir
en lo que toca B lar amenazas terribles que se lean ea las
santas Escrituras contra Babilonia, como ver6mos tuea
adelanta.

SüMARIO DE LA HISTORIA DE LOS HLlOS DE ISRAEL, D-


EL PRINCIPIO DE SU DESTIERRO Y DISPERSION. HASTA LA
EPOCA PIUBENTE. ,
PARRAM) 111.
849. Ciento veinte y dos afios dapues. que b diex
. tiibas, que componian el reino de Zsraél 6 d e Samatia,
dieron desterradas de su Dios, y fueroo llevadas cautivrrs
4 la b i n a por Salrnanaaar, rey de Ninive, las dos tribus
que restaban y homponian el k i n o de JudB, fue- del

.) Usquequo finh homm mirabiium ? - D a . d,6.


f Pk viruitem in eternnm, quio in ttmpm, et tempom, cc dimi-
-
diam temporia. Id. rii.
Q Vide iupri, in hoc fol.
h r n o &, p por las mhmas catrses defdehadaa y con-
BaidaJ B Babiionia por Nabuwdonosbr. Esta tra~ismigra;
aion ee concluyb peifectamente once atíoe despues, cuando
el mimo Nabnm irritado por la rebelion de Sedeoías, tio
del áltimo rey (4 quien Babia fiado la regencia del reide
y hobrado con el título de rey) volvió con mas furor con-
tra JernsalBn ; y habiéndola saqueado y arruinado entera-
mente y egecntado casi lo mismo con todas las ciudades do
Judga, se llev6 consigo Q sus habitadores, no dejando en
tbda la tierra sino algunos pocos de la pleiie de los pobres,
qírs abmlutamentr no lenian cosa algrrna* : los cuales no
dlladose por seguros, no tardaron mucho en desterrarse 4
ni miemos, buyendo 4 Egipto.
4350. Cumplidos los 70 afios que habia predicho Jere-
h, capitulo &, el rey Ciro que por xhnerte de Dlirio
.-baba de sentarse en el trono del imperio, movido é ins-
piPodo de Dios (como 61 mismo lo dice en su edicto pfi-
b h , y como lo habia auunciado Isaías capitulo xlv, llaman-
de. á este pilncipe coa su propio nombre Ciro, doscientos
rkos antes) concedib licencia 4 los Jndios que qdisie-
ran, y aun los exortó B volver 4 Jerusalén, y 8 edlficar de
nuevo el templo del verdadero Dios : mandando que se les
rsetiirigeeen los vasos sagradoii que habia transportado
Nabticodhosbr, y se les ayudáse con todo 10 necesario
para el edificio sagrado. Con esta licencia volvieron algu- -
no6 ion Zorobabel, sefialado del mismo rey Ciro por con-
doctor de aquella tropa de volnntanos (los cuales todos
faen>n de la t i b u de Judá y Benjamín) con algunos sacer- a

ddes y Levitan, como se lee espreso en el libro primero de


IWxaa, capStulo primero : levantároicw losprfncipes de los
padw de Judb y & Benjamín, y los S ~ ~ w d o tyu 1-,
Lemtar t. En el capitulo segundo para mayor claridad se
dice, que los que volvieron á Jerushlbn eran descendientes
.* h plebe psupenim, qui nihil peniths habebant. -Jerem.xxxix,
LO.
t Et surrexerunt principea petrum de Juda et de Benjamia, et
siosldotes. et Levitse. -
1 E&. i, 6.
R 2
%M L A VBNIDA DBL MBBlAS

de aquellos m-oa q ~ habia


e k a d o cautiva O B a b b
mia Nabuoodonoeór: que rirbisron del cautiverio, que b
bia hecho tmukrdar tí Bobilonia Nabwcodomsúr rey de
B a b i h i a , y voluisron 6 J e d h y 6 Jude *. De lee
&ras diez tribus no se habla jamb una palabra.
561. Aunque laa ciudadtm y pmvinaias de la MBdY,
donde dichas tribus habian sido colocadas, eran en aquel
tiempo de la jurisdiccion de Ciro, que haciin una parte
considerable de su imperio, es cierto que B estas no se
les dib facultadepare volver 4 sus respectivos paises : ya
porque eatos peieee estaban ocupados por otraa naciones
que el mismo Salmanaaar habia enviado en lugar de Israél,
como se dice an el libro 4 de los reyes, oapitulo ñvii,'ver.
24 : ya porque la intencion de Ciro solo miraba al templo
del verdadem Dms. A 4 se ve que su edicto 6 cédula real
habla solamente de le reediicaoion del templo del Dios del
cielo, que estaba ante0 en Jeruaalbn, y del culto del mismo
Dios. Por oonsiguienie solo habla oon loa Judios y sacer-
docio B quienes esto pertenecia. a t o dice Ciro r q ds loa
Perras: .(dice el edicto) Todos loa r e i m ds la tierra me
lor ha dado d Señor Dior del cielo, y él miamo ma ha
..
m a d o qw Is ediJcase casa en J e r d i n . Y todos lw
varonea gw hubieren quedudo en todor los lugarea d o d e
w r a n , de& el lugar donde ertán, ayúdenle con plata y
oro, y hacienda y beath, sin contar lo que uolarntariu-
mente ofrecen al templo del Dior qw ertb en Jeruralknt.
352. Despuea de muchos afiqs (que segun me parece, no
pudieroo ser menos de sesenta) el a60 séptimo de Artajerjes,
volvi6 de Babilonia B Jerusalb, acompafiado de seiscientas
* Qui ascenderunt de mptivitate, quam trkstulerat Nabuchodo-
nosor rer Babylonia in Babylonem, et reveni eunt in Junsaleia, et
Judam.-Id ib. ii. 1.
t Hiec dicit ~ y k rexs Pemamrn : Omnir regna te- d d t mihi
Domintu De- catli, et ipee preecepit mihi ut aedifiearem ei domum
...
iii Jerardem Et omnes reliqni incunctia lo& ubicumque habitant,
sdjnvent eum v i r i de loco suo, argento et auro, et subtanti$ et pe-
eoribtu, excepto quod voluntuib offemt templo Dei, quod cet in
-
Jeniealem. 1 Eair. i, 2, 4.
EN GLORIA Y MAQBEITAD. 945
peisonrra el santo y sábio sacerdote Esdres, enviado del
k b m o rey como de visitador de sus hermanos, para que
viese si estos o k a b a n fielmente las leyes de au Dios. y
las leyes régias, para hacer observar ambas leyea oon toda
perfeccion y puntualidad, y para que oomo hombre lleno
de sabidaria, de celo y de piedad, instruyese libremente y
sin embarasm alguno a lo8 ignorantea. Y tú, f i d r a s (le
dice el rey) rsgun la oabidutia & tu Dios. que hay en t u
mano, eutabbcs juscss, y pvsridenteu p a r a que j u z p r 6
todo el pueblo, que está íla otra parte &I rio, conviene
tí u&, á los que t h noticia & & b y de tu Dior, y á
los qwe la ignoran e n u W k r libremente, Y todo el que
no cunpliers eractanrcnts la ky ds tu Dios, y la ley del
rey, será condenado, 6 á muerte, 6 6 dastierro, 6 6 trna
multa sobre sus bienes, 6 éi lo menas á camele. A les 18
afios despnes de eedtae, el a60 20 del mismo b j erjee,
Nebemlas, que era sa copero y favorito, coasigui6 licencia
del rey para u B Jernealbn, llevando faoultad ámplia (que
hasta entónces ao se habii dado 4 los Jndioa) para edificar
de nuevo la oiudad, y cefíirla de muros en toda forma, como
lo him, no siu grandes oposiciones de todas las nacionea
CRrcunveeinm; como se puede ver en el libro del mismo
Nehemiss, que llamtímos el segundo de Esdm+.
568. Aora: es cierto por la mima Escritura que loa
qasmolvieron de Babilonis tí JernealBn; en estas trea par-
tidas, apenas bioieron la suma de cuarenta y dos mil y mir-
cientoe, que ea lo miamo que decir, aolo heron una parte
no muy considerable de las tribus de Judá y Banjamin
(las anales pooos atios antea de la cnutividad, en timpo
del rey Josafat, podian dar un millon, ciento y setenta mil

Tu autem Esdtirs, secnndilm mpientiam Dei tui, quae eat in


mrnn tus, eonstitue judicea, et prasrides, ut jadiant omni popalo,
qui est trans flumen, his videlicet, qni novernnt legem Dei tui, sed
e$ imperitos docete l i M . Et omnk qui non fecent l e p Dei tni,
et legem diliinter, jadicmm erit de eo, sire in mortem, nve.
in exilium, iive in condmnnstionem wbstantiae ejiui. ve1 certbin c m
cerem.- 1 Bdr. vii, 25,26. f Id. ii, 7,8.
W o 6 , qne c d m n abhdoa y pronúm bajo duco mpL
tirPer p e r a k m , ereptoa los que guardaban lor ptxdiam.
eomo se dice espresamente en el libro mgundo d d Paralip.
c. xvii) : ger cooliguiente, los mar indiiwa de Judá- y
kjamía m queQnw en au datierro, 6 porque no pdio
ion venir, 6 poqueuo q u i a i i n ; mirado can indiferenai.
lo tiem .de sus p d k y el c u b de su Dios. Todps es&
~ edeben servir para conocer, 6
potiQiec ciertas . y r e g ~ noe
pata advertir aaa verdnd impurtamtísima an d manto que
tmhmoe: ee tí saber: que los Judioa que volvieron ea
oqoelbs tiempos de Babiionia B Jadea, no wlvieron mBiI
&res q& loe que qwdam; ni vivieron mai librea en lo
tierra de sus padres, que lo que habian vivido en la Caldea,
Salieron de Babilonia oon licencia del prhoipe; mas no
dieron de la serridumbr~de Babilonia. Mudaron de ta-
mno, mos ne mudaron de oondicion: .casi del mimo modo
qae si h u b i i n posodo de una provincia B otra del misPo
imperio. De esto se lamentaban ellos miamor, mas de m)
d o s dmpnea de haber aalido de Babilonia, cuando mugre-
gedoe en leraeolBo.poir Nehemlae y Esdras, B celebrar im
&atas de los tabemáculoe, y oir la lectura de k ley, pro-
rompieron un dia en un amargu llanto, O que m siguió \m9
fervorosa .oraciou, y emtm otras COME le decian al S e h r
ectas palabirae : He aquí que nosotroa m b n m 1So~mmm
coclawr: y la: tierra, que diute 6 nuertror p& pava
que cornisasn su parr, y lo8 b i s m que produce, y noaototror
mimos romw en & uclavor. Y nrs frutas rr multipli-
can para lac r q e r que haa pucrto robre norofrae par a-
#m8pecaba, y ti- dominio robra nuertror Eusipa8, y
r o h nuestras b e r t k á nr voluntad, y srtárnor en g r d
tribulacion .'
r Ecce noa ipsi hodie rervi suplue : et tsm, quam dsdiati patribm
noictris u$ e d e r e n t poaem ejm, et qum bona imt ejue, et n a ipp
servi sumus in ea. fit fruges ejui rnultiplicantur rellih, t l u ~
mkti super uoi propter peccata noatra, et corpofibus noatrh domi-
mntur. et juprcntir noetrh eecundhm volnnt.hm snrm, et ia.tnbalc
tione m q p wmiu.-2 A%&. ix, 36,37.
iQo4 rephblroatan digna
t~~-$Québmemm~i¡bertadl
de eitsgoorbre ! &te ea, amigo d o , el títalo ilnrbe gon
que hrirraa lor loabrer datienos comunmeate O loa Judior
que volrieron de Babilonia oon Zorobabl, Esdrae y Ne-
he&. La m n qae tienen para darle el nombre de iia
p á b ee trtm clara. que la puede ver el mse corto de rista.
Ea mnis. les es p& suavizar M poco del mejor mode
poeible la ieierpretaoion(durísima á la verdad) de tantas y tan
dorsr, y ton magplfioss profecias. que hablao de la vuelta de
todos los hijos de L d 1 tí la tierra de promision, de &on&
fasron desterrados : wmo m estPs magnfficao profdas re
habieiea ya cumplido en aquellos pocos esclavos, que ak
dejar de eerb volvieron á la Jpdea.
%S.Daeppes de ediíicado el templo y la ciudad : der-
paee que se establecieron, loa que volvieron, en toda 1.
J d e a , que veroeimibnente hallaron desierta, poes po u,
4108 que los my- de Babilohia enviaeaa alguna otra nacion
.para que la peblase~,eomo aa dice respecto de las tienas
que ooupeban las o t r a diez tribns: despues de todo esto,
hasta las ileroluciones causadas por Alejandro, pareoe evi-
dente 41 innegable, qoe asi Jernsslbn como toda la J a d a
qaedaroa oomo antes sin novedad alguna, en ouanto B Ir
mjeciw y dependencia total del imperio de Babilonia. Ni
se sabe que los habitadores de Judea tuviesen otra e x e p
cima, rmpeeto d e les habitado- de la Caldea, Media 6
Pesmia, h.,sino la faodtad que le dieron Ciro, Dario, y
M j e r j e r de poder dar tí eu Dios un culto páblico en Je-
r d h n , y vivir segun las leyes que habian recibido del
mismo Dioa ; sin dejar por eso de observar puntualmente
lm leyea regias : Y Codo el qw no cunaplistr excrctaacfiite
la Iby & tu Dios (le dice el rey tí Ea'draa), y la ley dsl
rey, rerá condenada 6 á muerte, 6 h dsslierro, &c.
856. El pdmipe Zorobabél era, no solo de la casa y f&
milía de David, sino nieto por linea recta del óltimo rey de
Jud4 (digo Último, porque Sedecias, que reiob última-
mente no tenia derecbo alguno tí la corone, sino que fue
puesto o m violewia por N a b u ~ : a ~aa ) ZombPbel
tenia d e d o le#timo por ser hija legítimo p r i m g h i t a &
Salatiel, el d lo habii eido de Jeaooiae 6 Joaqaia, q s
fué l l e d o á Babilonia y e d o en eiia h t a qae d
al trono Evilmerodaoh*. Con todo mo, ni :Zorobrbél, ni
ioa que w n 61 fueron, penraroa jomacl en tal reino ni e n td
corona : ni se =be que t a W entre ellos msa d o É
maa autoridad que la que le habita dado C h irimameate
mma, limitada á solo la reed-n del templo, y tmm
biem ia que le daba el respeto y oorteh de loa que mbian
quien ero.
557. Despw que el imperio de Caldea 4 Pexsia (que
es lo mismo) fandado por Nabucodowrór, y amwedado
por sus aadarores, fo6 enteramente dertraido por los Orie-
(roe, que se apoderaron de 61, lo dividieron en v a h a pie-
-, y lo hicieron mudar entePomente de eemblaate ;no por
eeo quedaron libren loa Jndiw que habitaban en Jeroaaihn
y Jndea; no por e w pensaron poner en el trono algas dee-
tendiente de David ; no por eso pensaron en a b en re-
pliblica libre ; ni aun siquiera en negar su tiibuto y raaaULb
je ía los nuevoa amos. Siempre fueron siervos y sbbditua
de loa príncipe8 griegos : ya de eaie, ya del o-, q n el
partido dominante. Betos p r h i p a , aní como inanctebpny
dinponian de todo en las otRe pmvinciae de i u imperio, d
disponian tambien en Jemsaién y Judea, metiendo la m*
no aun en lo mns sagrado ; puea m sabe por loa doa libros
de.10~Macabeos, que quitaban y ponian á np. arbitrio el
sumo Sacerdote, y se apoderaban de los tesoros del templo,.
destinados para el culto divino, y para el eadento de loa
pobre#.
358. La ániaa novedad de,conaiderrion que babo eai
aquellos tiempos, fiie la que ocadon6 la impiedad 6 impru-
dencia de uno de estos reyes, di quien llama la divina Eo.
cntura una rcUz pmadora, Antioco el ilurtrst. Egte rey
inicuo é insensato, habiendo nalido mal de su eqedi&m
contra el Egipto, p e d coneolar~ede algnn modo, con-
BIiT BLOBIA Y YAQBSTAD. 949
tieodo toda m rabia y fkror contra los Jdioa. AA,ain otro
motivo que una leve eoapecba de su inñdelidad, se fué da-
recio á ~eru115~1é#i con fOdae sus t r o p , se apoderó de ella
'sinoposioion, la saqueó, la incendió, la destmy6 casi ente-
mmwte, derramó la sangre inocente de ochenta mil perso-
m, vendió otros tantos por esclavos, hizo oem el s d P -
cio -ticrw>, despojó el templo de Dios de todos sus ornu-
lslmtoe y riquestie, lo profanó con la profanacion mayor y
mas d l e g a ; ya colotiando en 61 la estátna de Jhpiter
Olímpico, ya permitiendo en bl aquellos escesos que diaue-
nan y causan borror aun á los oidoe menos castos. Porpus
d templo (dice la Escritura) estaba lleno de l d u i c r s y
glotonerh propias de gentiles, y de h b r s s , que pecdan
cen rw187a8* :y sobre todo, como si esto fnera poco, p r s
tendib tambien con empefío, que todos los Judios se hioie-
sen gentilee, y renunciasen tí su Dio8 y d su religion, que
adorasen B los diosea.de palo y de piedra que adoraban las
otras nwionea, p se acomodasen enteramente á sus costurn-
brea y modo de vivir ;y todo esto pena de muerte. Pero Dios
q w velaba sobre la oonkirvaoion de m Iglesia, al mismo tiem-
po que castigaba ms pecados, permitiendo tan graves males
p coregjtnos y enmendatnos.1., hieo en esta ooaaion una
.
clarísima ostentacion de m grandeza. Escitó su espíritu
en una familia macerdotal : la vistió de la virtud de lo alto :
l a . m b de oelo y de coraje sagrado : y por medio de esta
familia hizo con pocos hamb'rea tantos prodigior, camtoa se
leen &n . asombro' en los. dos libros de loa Macabeos.
Pasado este intervalo, ;que no fué muy-largo, ni muy feliz,
pues todo 61 estuvo siempre lleno de guerras, de inquietud
y de tnrbacion, y habiendo írinafsdo la verdadera religion
de tantas y tan graves oposiciones, lo demás prosigui6
como antea con poynísiia 6 ninguna novedad en la
suetancia. Los habitadores de Jermalén y de Jadea, no
menos que las uaciones circunvecinas, prosiguieron sirvien-
Nam templum lrunrih, et comes~atiouibuegentium erat p1e-
nimi, et seortantium &m meretricibas.- 2 Yuch. ri, 4.
f Propter increpationsm, e4 correptwwm. 11. ib.. .vü, 33.
-L
5%B L A VUNIDA DPL NBPlAB

do aamo vasallm y dbditar del imperio de 1- Griegos,


I
pagaiido taas tribnto, y eofiieDdo su.dominacion, haeta qae
loa Romanm ee hicieron dueííos absolutos de todo el orisb
te, oomo ee habian h e d o de todo el occideate.
359. Ea este atado ecitabaa las cosan cuando viao el
el cual lejor de sacarlos de aquella servidumbre.ai

~~
qw estaban qaioieptos año6 habia desde NabnaodoooiiR,
les dealar6 por el contrario en tkririinos formalea, que
d.biii pagar al G6sw lo q i e e n del ChP. -o tí D&
lo qne era d e Dios, y él mismo pagó sai tiboto *. Poco
-la, a t a i l a oema de Jemsaibn, donde iba M-,
tae dsaiaró sieo <ronsur dircbpulae y amigos que la eeguian,
8 que iban en la p e w i o n de que luego se l ~ ~ ~ y ~ t d w d
el reino da Dios +: re declaró, digo, con aquella parúbok
admirable y elarIeims que se lee en el oapítalo s k .del
Evanjelb de 8. L-s : Un hombre noble fui tí rrna
hierra distante para.&bir al16 un reino, y ad- I
ueroe 3. Con lo mal lea di6 bien claro B conocer, qae lo
que ellos pensaban y esperaban, aunque eepraso en las
Eecrituraa, e a t A to&via muy lejoe. Qne primara se
&&an onniplir atrae m o h e s Escrituras, ignalmente alami
y esprew, que hablaban de au p i o n , de se moerte y de .
todas sus coaescuenciao : Mas primero sr aimcstsr, que 61
p d z a a mucha, y que osa reproboldo de &a 9enm.a-
cionQ.
360. Finalmente, muerto el Meeías, gloriñusuio y m-
citado, no por eeto ee acabb, ni mitigb lo d d u m b r e y
cautividad de las hija de Ieraél ; antei esta se a p ó
w , y m hizo mee dura sin camparacion en aastigo de
heber repobado 4 w Mesiaa, como lo anamiaban las Es-
critura, y mmo el mismo Be6or lo habia predicho poma
Mat. xxii.
+ Qubd confestim regnnm Dei manifestaretur. - h c . xix, 11.
f Horno quidam nobilis abiit in regionem longinquam accipere
-
sibi n p u m , et reverti. Id. 12.
5 Prirnhm autem oportet illum multa pati, et npmbd P g e ~ h
tione hec, &C. - Id. 17, 26.
d k &ea ia Porque ertoe son diar de vengan-
ua para que.# cumplur) todas los casas, qw ettán e k -
.
ter,. Y oeeriin - 4,$lfi de srpada : y uer6n llcvados m
oavtivstio 6 t o d a h.naciowr, kc *.
En efecto, pooos
&a d e s p w de la muerte del Maias, fueron otra vez
arrojados de Jerusalbn y de Judea, por loa Romanos: el
teanplo y la oiudad fueron deetroidos desde los cimientor :
p su cautiverio, y so servidumbre, sus angustias, sus tribu-
laciones, no solo siguieron como antes ; sino que crecieron
y se agravaron notablemente, y despues acá no han dejado
de oreoer, ,y 4 tiempas agravarse mas en todas lae naoiaaes.
961. Mag esta wutividad presepte, esta servidumbre en
que ve todo el mundo B los Judiosdespues
. . de la destruccion
ds Jerusalén por loa Romanos, no puede llamarse oon
propiedad una cautividad y servidumbre nueva, aunque se
considerasen solamen@ los que entónces habitaban en la
Judéa, que era una pwte bien peqoefia respecto de la que
ep aquel tiempo ee llmaba dispersion de las doce tribu# :
aun.hablando, digo, de estos solos, parece cierto que los
Bomapos no hicier~notra cosa en la realidad, sino revocar
la licencia que les ha& dado el rey Ciro, Dario, y Arta-
jerjes, para edificar el terhplo de su Dios, y vivir en Jem-
salén , y en Judea A4 como Dios movib el corazoq de
estos príycipes para que concediesen pquella licencia, asl
movió despues el c o w n B Vespasiano y Tito, y mucho
mar 4 Ad jaao para que la revocasen del todo, confirmando
el primer decreto de Naboco, y haciéndolo egecutar sin
miseRoordia
362, Aqaella licenciy de Ciro, anunciada p9r el Espíritu
Swto doscientos años antes .t. habia sido sin duda conve-
niente y F n necesaria ; ya para que se diese 4 Dios vio0 el
culto debido en s u pnto templo ; ya para que no se per-
m e s e . el pueblo de Dios entre la idolatría é i n i q u i d d ~
Quia dies ultionea hi iunt, ut impleantur omnia, quae scnpta
sunt .: Et cadent in ore gladii : et captivi ducentur in omnea gentes,
&C.
,,
- Id. mi, E, 24.
t M.d v .
!m LA VBWIDA DBL Y881AS
¿e Babilonia; ya tambien y principalmente para que
pudiese haber ti w tiempo ea la tierra santa un cuerpo
mnliiderable de la nacion y del sacerdocio, el cual, 6 reci-
bieum al Mesías que &taba ya cerca, 6 le reprobase y
pusiese en una cms, pues uno y otro estremo se debia
dejar en su libertad.

SE CONFRONTAN ESTAS NOTICIAS CON LAS PROFECiAS

PARRAFO IV.
363. Lo que acabamos de decir sumariamente tocante
B los sucesos principales de los hijos de Israbl, desde el
principio de su destierro, dispersion y cautiverio, hasta 18
presente, nos parece que es la pura verdad. No se hall8
á lo menos otra idea ni en la Historia sagrada, ni tampoco
en la profana Las diez tribus que fueron llevadas tí
Asiria y Media por Salmanasár, rey de Ninive, ea cierti-
&o 4 quien quiera mirarlo, que hasta nora no han vuelto
de au destierro ; y si n6 digase cuando : y no obstante, las
profecias anuncian y asegaran clorlsimamente que han de
volver. h otras dos tribus de Judb y Benjamín, que
fueron del mismo modo llevadas cautivas B Babilonia por
Nabucodonosbr, volvieron es verdad B Jernsalén y Jndéa
(no todos sus individuos, sino una parte bien peqnefia res-
pecto del todo) ;mas aun estos pocos que quedaron, volvie-
ron tan cautivos como habian ido : vivieron en Jerusalén y
Judéa, en la mbma opresion y servidumbre en que queda-
ban en Babilonia y Caldea, los que no volvieroa. En
suma, no volvieron de Babiionia, ni vivieron en Jernsalbn
y Judéa, oomo anuncian las profecias.
364. Esto áltimo es tan claro, que para convencerse
basta una simple leccion de las Eaorituras. Y para acabar
de convencerse plenamente, sin que quede duda ni sospecha
de lo contrario, besCa leer con algun examen lo que sobre
estas c o m nos dicen los dootores. Despues de un sumo
'empefio, diligencia, estudio y meditacion, como hombres
llenos de ciencia, de erudicion y de ingenio, ai fin se ven
en la necwidad inevitable d e confeear, a-l e e p r e s ~\
mente y todos implicitammte, que es una empresa no solo
dificil, sino imposible al ingenio hnmano, el acomodar 6 .
veri6car ias profeciaa en la vuelta de Babiionia, que s a o e
di6 en tiempo de Ciro. Si a t o fuese posible de .algun mo-
do, cos egto solo quedaba ahorrado todo el trabaj'o. No
habia necesidad en este caso de deja. el sentido obvio y li-
teral, y acojerse 4 cada paso B aquellos recursos frios, y
B la verdad mal seguros, de que tantas veces hemos ha-
blado.
365. Porque la confrontaoion de las profecias con la
historia ea un punto de sama importanoia en el asunto que
tratámos; aunque ya quedan notadas muchas de estas
cosas en todo el fenómeno de los Judios, especialmente en
el aspecto ii, párrafo iv, todavia me parece neoesario apun-
tar en breve, y poner B la vista algunas de estas profeoias, \

para que teniéndolae presentes, se empiece B ver con lo6


ojos, y se prosiga viendo con la leccion de las demas, la
distancia suma y la desproporcion infinita que hay entre.
ellas, y la vuelta de la antigua Babilonia.
366. Primeramente: en Isaías se dice, que Dios con-
gregará 4 los prbfugos de Israél, y B los dispersos de Judá
d e todae las cuatro plagas de la tierra*: que congrega-
dos estos en sus propias tierras, serán sefiorea de aquellos ,

mismos de quienes habian sido esclavos+ : que el Señor


les dará entónces deacanso de sus trabajos, de su opreriion,
y de aquella servidumbre en que han estado por tantos
siglos : que no se oirá ya entre elloti el nombre de exactor,
ni de tributo : que dirán entóncea llenos de regocijo:
i C m ccs6 e l exactor, re acaU el tributo ? Quebr6 el
Señor el báculo de lor impíos, la vara da loa que h i -
Et congregabit profogoa Is&1, et dispersos Jnda colliget
qIuuuor phgL tema.-Iloi. xi, 12.
+ Et paaeidebii tos domni I m l iuper t e m m Domini in iervoa
et ancillaa: et e m t capienteil eor, qui re c e p e ~ n t ,et rubjicient
-
cuerore wos. l'ai. xiv, 3.
m LA VENIDA DBL Y U B I A I
d a n * : qoe qaebmntada, y b h d *pedaima srtP v e
de La dorhiPacioo de los hombm, toda 1s tiem quedará
quieta y en sile&, y al mismo tiempo, lleea de g a o y
exultaciont: que en aquel dia ea76m, d Sedor qaiba6
del coello y de loi hombros de lsrsbl aquel yugo y
aquella carga tan pesada que ha Uevado en m largo caa-
tiverioS.
m. En Jeremíaa ee dice: que Diw cdagraguP Iam
re1iqui.s de su grey de todas las t i e m r . d d e estuvierea
dispersas, y las conducirá con su brazo omnipotente, 6 #r
campos: que alli crecerán y m u l t i p l i en paz y.q&
tnd, sin miedo ni pavor de ¡as meba bestias4 tanto.qiie
ninguno faltará ni se echará menos s n la cuenta$: y an
lor crpltuios e, xxxiii, y xluiv, sedice : que Dios e-
gregará B todo8 loa hijos de L s d l de todsi lai Piaio4ar.
t i e m y lugares B donde los errojú er medio. dsm f-
de su ira, de su iudignacion grande y juetisima, y los re-
ducirá otra vez 4 su propia tierra, donde habitarán con*
damente: que serán entónees su pueblo: que.les dará d
todos un corazon, y YMCI alma: que celebrará COB eUoa
un pacto sempiterno : que en adelante no dejará j d de
baiaeficiarlm: que se g o d en sus benefioios, y m tendrf
por que arrepentirse de haberlos hecho :.qne lea i n M
en sus corazones en santo temor, para que. ya no ofomdrn
h su Dios, ni se aparten de 61 : q 8 e . d sus heridss, y
cerrará del todo 1aa cicatrices : que perdonará s9s peeadoa
6 iniquidades, y echmá en perpetua olvido bdo lo ppaedo :
que todas las gentes que oyeren, 6 supieren bs bienea in-
numerables y estupendos que les ha de dar, se a m d r a -
Quomodb ceesavit exactor, quievit tributum ? Contrivit Domi.
ntts brrculnmimpiorum, virgam dominantium, &c. +Zmi. xiv,,4,.&
t -
Conquievit et siluit omnis terra, gavina eat et exultavit. M.
Av, 7.
$ Et erit in die iiia : Anferetw onna ejua de humm tiio, a ja-
@m ejua de colio tuo, et computredcet jugnm ifade olei.-lwi.
x, 27.
4 Bt nullui qumntnr ex numero, didt Dominui.- Jer. d i , 4.
r h , y rs t ~ b a r b npor t& loa bimw,. y pw t o a &
w,4~ yo (dice el Sefior) & ~ Z T - Lb i . k k + r qoe, an fia,
los plantará de nuevo en la tierra misma que prometió fi
eris padres, y esto con todo su corazon y con toda clu aEnia :
mis 3 0 s sbbrr ellos para ap&wm, y l m vokterb
6 t*sar 6 esta tierra; y 108 ed@card, y tia los &strd&;
y lor plmtard, y no los arrancavdt : que en aquellas
tiempos ya no dirán : Vive el Señor, qae s a ~ 6d Ioa Agoa
de*Israll de la tierra ds Egtpto : Sino: Biub el 8&ior,
qme sacb, y trajo el l i n q s da la cm# de Israél de tierrd
dd Norte, y da t o w las tierras tí lcts hr&s los A&. . .
&do allá ; y habitarán en su t i m a $ : porque ~endrai
tiempo, dice el Señor, en el cual leu~ntarépara David
m pimpollo justo ; y reinará rey, qud se& sbbio ; y ha-
r6 el jnicio y la justicia en lci tierrn.. En aqaellds dias,
prosigae inmediatamente, se salvará. Judií, ¿ Ism¿l kabi-
or(rkñ$adomente ;y este es al nombre, que b llamtirán,
d 8rñor nucetro justo§ : y para decitlo todo en una pe-
labra: 40 el oapituio 1, veraianlo 4; as lee : En$uquelloa'
d h , y en aquel tiempo, dice el S&: wendrán los hijm
da I s r d l , ellos, y juntamente 108 Av08 de Jud&b..-Ytn-
drbn, y re agregmán al Señor cm una e t e m alianza,
que ningun olvido la borravá 11 ...
y ma8 abajo temiculo W:
' Pavebunt, et turbabuntur in universis bonis, et in omni pace,
quam egb faciam eia. -Jer. xxxiii, 9. - \
.1. Et ponam o d o s meori super eos nd placmdum, et redncam
e a in terram haw: : et aedicabo eor, et non debhaam : et plantaba
eos, et non eveiim. Jer.d v , 6.
.
i

Vivit Dominus, qui ednxit filioa Israel de terra E g y p t i : Sed :


Vint Dominua, qui eduxit et adduxit semen domfis Iara&ld e t e m
Aqnilonis, et de cunctia terris, ad qn@ ejeceram eos iWc: et habi-
-
tahunt in terre eua. Jer. xxiii, 7, S.
Snicitabo David germen jnstum, et +egnavit ?ex, et dapitna
&t : et faciet judicium et justitiam in terra. I n diebus illis salvw
b h r Jiidb, et Iarai51 habitabit confidenter.? tt hoc eat hbmeh, quod
vombnnt eam, Dominns jjiumis noster. -=der.xxtiii, 6, 6. -- - .
11 la diebus WL, et in temporb illb, ait %iainua : venient di!£
Iirat!l, ipsi et fllii Judb dmhi ... Venient; c t app&enttff'itild'DoIf-
num faedere mmpitemo, quod nullh oblivionadelehitur.4m. 1, 4,s.
2Ci8 LA VENIDA DEL ME8IAS

Ea aquelloa dias, y en aquel tiempo, dice el SeFiw :ssrá


bwcada la aurldcui de I s r d l , y no existirtí; y el pcado
de Judá, y no ser& hallado*.
368. En Bamc se dice, que los cautivos que salieron
de su tierra con ignominia, 6 pié I h a d o r por loa mi-
g o s t , volverán de oriente y occidente conducidos con ho-
nor como hijos del reino : mas el Señor te loa traerá (tí
Jenraalén) kvantados - con honra como Gjor del reino$:
lo cual concuerda perfectamente con lo que se lee eua
Isalas: que los árboles les harán sombra por manda-
miento & Dios: que el Sefior loa traerá en la lrndre ds
au magestad, con la misericordia, y con la justicia, que
viene de 415: que su justicia, santidad y fidelidad B su
Dios, será entónces diez veces mayor de lo que habia sido
su iniquidad : que en fin, los revoesrá á la tierra que pr*
'

metib con juramento B sus padres Abrahán, Isaao y Jacob;


y esto ya bajo otro testimonio ñrme y sempiterno, y que
no los volverá otra vez B mover de la tierra que les dió:
loa voluerd á á tierra, q w juré a loa padre8 da e&,
Abrafin, Isaac, y Jacob ...Y arentard con ellos otra
alianza sempiterna, para que yo lea sea á ellos Dioo, y
alloa á mi ape aean pueblo; y no remover8 jamás 6 mi
pueblo, 6 los hijos de Israél, de la tierra q w les dí 11.
369. En Ezequiel se dice: que Dios congregará loe
dispersos de Israel de todas las tierras donde se hallaren,

In diebus illis, et in tempore illo, ait Dominue : qusretur ini-


quim I a d , et non erit : et peccatum Juds, et non invenietur.-
Jm. 1,m.
f Pedibus ducti sb inimicia.-Bar. v, 6.
1Adducet autem iiiocr Dominu ad te portatan in honow simt
-
ñiios regni. Bar. v, 6.
5 Ex mandato Dei- in lumine msjestetb suae, cnm miserico&
-
et juatitia, que ert ex ipso. Id 8, 9.
11 Et revocebo illos in temun, quam jumvi patribns eomm Abra-
ham, lasac, et Jaeob ... Et ikihmm illiii teiitamentum altenun rem-
piternum, ut sim illia in Deum, et ipsi erunt mihi in populum : e&
non movebo amplihs popuium meom, 6lioe Isrsel, i tema q u m
. d i iliii. -Bar. ii, 34, 36.
1N QLORIA Y MAGBSTAD. S7
y les dará en propia tierra : que entónaes dar&4 todos un
cora~ony un espífitn nuevo, quitándoles el coramn de pie-
dra, y dándolee corazm de carne* : que romperá y brva
pedazos w yugo y sus cadenas, librándolos enteramente
de da rnamo de Zos qus los dominan+, y que en adeiante
habitarán en su tierra con#tdos sin ningun espanto nt' ...
llevarán mtm e1 oprobio de las gentes*: que derramará
sobre elloe una agua para y limpia, con que los lavará de'
todas sm iniqaidades pasadas 5. En m-, en el cap. axxvii,
v. 81, se leen estas palabras : He aquí yo tomad tí los
hgos ds isradl ds en medio de las naciones, á donde
fueron: y los recgeré de todas partes, y los conducir4 á
su tierra. Y los hart una nacion sola m la tierra en
bs montes de Israbl, y será solo un vey que los m u d e b
taíos...Y mi mdtao David serti rey soóre eMos, &cJI.
370. E n Oséaaq se dice: que los hijos de Jud4 y de
I d 1 , que anta eran do8 reinos enemigos entre sí, se
oongregarhn despues de su destierro y ee unirán otra vez,
como lo estuvieron en tiempo de David, y Salom6n. y que
entónoes se elegir& una sola cabeza, y subirán de la
t h : pues g&& es el dia & ~(rt~del**.Ih interd
plletecion que se da comunmente 4 este testo de Odaa, ea
vardaderamente onriosa, y por eeo digna de alguna atencion.
Se conyrsgariín en uno los hijw dc Judú, y los hijos L
1waélS.t.. Loa hijos de Judár y de Israél (me dioen) sig-
Esech. xi, 17. ut 19.
7 De manu impemntium sibi. -Esech. x d v , 27.
1 Confidenter abeque vllo terrore ...neque portabunt u l h oppro.
brinm gentium. -Id. 28. st 29. . :
6 Ezech. xxxvi, 25.
Eece ego asaumam 6iioe Is&l de medio nationum, ad quas
abientnt: et congregubo eos undique, et adducam eos ad humum
m m . E t fnchm eos in gentem un- in t e m in montibus Is&I.
et rex unu erit omnibus imperan6 : ...Et eervus meus David rex
-
super eos, &c. Esech. xxxvii, 21, 22,24. ..
B Osee. i, 11.
** Ponent sibimet capnt unum, et ascendent de terra : quia mag-
-
nns dies Jezrahel. &e¿. i, 11.
Et congregebuntur 6iii Iuda, et 6lii Israel pariter. -Id. ib.
TOMO 11. . S
iPiticsn aqd Lor J a d h y loa Qentiler que amymm pár Ir
psdiorcion de loa apóatolee. Uaai y obm, J prorlllPe &
erplicsoion, ieconooiemn & aommn maemb d JeseorPb
por hijo de David B Hijo de Dias : por eomiguienb b
minron oomo 4 su oabeaa, como d su S&, como 4 m
verdadero y legítimo rey. Unw y o t m se l e r e de
la tierra* ; esto ea, de los pensamientos, deotoi y deceai
terrenos porque será grande el dia de J d t . . i Que
querrá d e & i i este Profeta con ertaa ouatro pelabrar?
QuB dia de J d sed este ? El dia de J e d l (sep.
cloge la esplioaoion) DO quiene decir COM, inoo el dio
de ia mnerte de Cristo, el dia de aa resarreocion, el de aa
sweiroion d loa aielos, el dia de Ir v e ~ i d rdel EqdAu
Soato, h. T& ertoe diPs oegmd011vierien epal sigpifi-
mdoi por el & de Jenraél : puu granob ea rl dia & J I ~ G
d.
37i. dora bien : i y toda esta erplioeaioP, se pode
aquí preguntar, sobre qd fdndamento estriba? iOoir q9e
reson se asegurs, que los hijos de J d $ sigiiifiorrn -en
general los Judios oreyentea y los hija de 1-1 loa Gen-
tiles ? ¿ Con quB ramn se aregura, que el & grande .de
J e d l , de que habla el Profeta, son aquellos aaatro dhu
de la m&, resurreccim, d o n de Cri- yv e a
del Espkitn Santo ? 1Acam porque esto m d e y M, oree,
y lo otro, 6 no re quiere creer, 6 no iie quiere que ae q m ?
872. Oid mra otra esplicacion aenoilla, d, pane bien
fondada y por eso &a y natarol. Ins hijos de Jn& y
lor bijoi de úraél, no solo signifioan, sino q w son reel
y verdaderamente los que se liama~así em toda la W
tura : esto er, los reboa divenor. y siempre eilemigei de
I d 1 y Judá. El primero, que oompmndia dies tdm, y
enya oepitnl era SamaRe El uegaade, que aampreodia
rolos dos, y ouya capital era Jemaién. Estos reinos qve
mter de la cautividad no solo eran dos reinos diversos si-
m dm ewmigos, llegará tiempo, dioe el Profeta, en que
re unan entre d. y formen un solo reino bejo una aoh
aabera, 6 de un solo rey, descendiente de David (que es
lo Wsmo que acaba de decirnos Eeequid): entáncee, pro-
m e , se levantarán amboe de la tierra donde han estado
como muertos y eepultados ; el uno desde Salmanasár : el
otro desde Nabnmdondr, y d i r á n de la tierra.
873. Este gran milagro, concluye el profeta, suceded
en el mnado infaliblemente, porque el dia de J d l s d
grande *. Batas filtimas palabras, aunque B primera vietr
no ofrecen otra coee qne la miama oscuridad ; mas si que-
reis tomar el pequefio trabajo de leer el capitulo vii del
B i de loa Jueces, con esto solo oreo ürmemente queda-
reis del todo aatisfecho. Aili leereis oon adnripcion, y e w
no pequefia diversion, lo que aucedi6 antiguameate en el
gran valle de JezraB1, B donde clara y visiblemente alude
O&. h i s , digo, la célebre batalla, 6 por mejor de-
cir, el horrible deetrom que hizo Gedeoo en el egéreito
innumerable y formidable de Madianitas, Amaieaitas, y
otras naciones orientales, que oomo langostae venian á de-
solar la tierra; los cualea todos estaban acampada y cu-
bRPn el gran raile de Jezraélt. A a t e egército f o r m i h
ble, en w mismo campo acometió Gedeon por órden do
Boa aon soloa 300 soldados, todos d o s tan bien armados,
qes ninguno de elloa Ilwsbs espada, ni lama, ni alguna
otm anna ofensiva, ni aun defensiva. En lugar de armas
Uevaba cada uno nna trompeta en la mauo diestra, y en la
siniestra una hidria 6 vaso de tierra, que escoodia dentro
una lámpara encendida. Dada la sefial, debian todos
m - los vaeoe, chocándolos mhtuamente cada uno can
el qoe tenia 4 su ledo, con 10 anal, apareciendo lae luoes,
debían lodos d mi mismo tiempo sonar me trompetas y
correr al rededor del campo. No fu6 menester otra dili-
Quin magnus dies Jezrahil. -0;se. i, 11.
t re;itur omnis i4íadi.a et Amdec, et Wentaies populi congregati
mnt simul : et transeunter Jordsnem, astrirmat.ti sunt in d l e Jes-
rshC1. -Judic.a,a. e2
pis de parte de Gedm, y de IYW &les compañmwr lo
demmbhiaoDior: Y s l S & o r h i w q u e t i r a a m í b & e ~
pada m todo el Campo, y ss matabas m 6 6 otror, &E*.
8/4.. Todo esto, vuelvo d deoir, eicedib en el valle de
J d l , y eate su- tan m d e toma aqul es$e Pm-
krEa oemo por m e d o , mPid 6 parábola de lo qw debe
suceder oWdo llegue el dii del 8&r, 6 le nneI.0ion cle
Jesucristo que ea lo mismo : del anal dia ws hablan b t o
y de tan- manaras todaa las Ibrhm. A erta m&
erpsdiaioa de Qedeon en el valk de J d l aiude c b
mente Idas, habiaudo de la venida del 8&or en gloria y
u q e h d , anando dice : Ha aquf qcw el i h m k d o r Safiar
de lar egércitos quebrcrrá la cairtarilkr cvn sspailfo, y dos
altor ds crtatum e b n corta&, y los rublinsr abatidost.
A esto alude D a d en mucbfsimor h v a , en eepeeial el
aix, cuando le dioe d Meaíaa m hijo : El 6eñor a t 6 6 tu
darscha, quebrantb 6 los rycr en el dia & m ira. Jua
gará tí lar lwione8, raultiplicmá la# rcfisuu: cart*6
cabQcu en tierra de mucha$. A esto dude el mismo
Isalail, mando dice en el capituio riv : Quebró el S d k el
bácrrlo de lor hpioa, la eara d. lor qw don-§. A
esto alode todo el cántiao de Habame, em aspeclisl v. 1%
(ea el que dice): Cvn crfwendo LUa& Za t h : y
eapantariir con j b r w lus gentdd. Salirte ~Q>.s wlud d.
tu p w b b , para con tn CtUÍo .
Maldigbte sur
6.

actror, 6 la d d w & I ~ U guewsroa, que 0 Y)L


tMbsllino pcuar dmtrozunns~. A eato alude en snatuieia
Immisitqne Dominw 'gladium k omnibni castria, et mutuB se
-
d e truncabant, &c. Judic. vii, 22.
.) Eeet dominator Dominas exereitunm eonfriupt iagmcalsm in
temre, et c x a M aEirhd aocddemtnr, et m b h e s humliLbuntnr. -
Imi. x, 33.
f Dominua h dextris tnb confrelpt in die irse anae regea. Judi-
cabir in nationibua, implebit ruinaa : conqueesabit capita in tema'
mnltorum, &c.-P8. cix, 6, 6.

U.
Q Conhivit Dominail b.eiuiim impiomm, virgam dominuitinm.
Sr, 6.
-
,II In fremitu c o n c u l d i terram : in furore obiitupefrcics genh.
le mida de la.piedra sobm l a pies de la estétaa ; y iá esb
dude todo el oapítaio xix del Apocalipsle. Csn e& idse,
vol& d leer el testo d e Oeeas, y m e pareGe que lo enten-
der& sin difimltad : se congregarha en uno loa hvas L
Judó,jlosh$oade I w d : yrs&gi&nnssolacabeza,
ydit.&rL&tisiwr: prmgradeeeeE&&J8eraMZ.
Becusad la dig~esion,y volvámos B tomar el hilo que deja-
m08 auelto.
375. En Joel ae dioe, hablando c ~ toda n I d 1 en gme-
ral : os +M4- lor 6, que ooaUb\la la>rgesta, al
p @ n , y iQ roya, y la m g a :mi eg4rcito terriblk, qus
y o e n d contra aorokor*. Los cuales años no son otros,
sino aquellos mismos q u e iea anPwis el miamo Profeta en
el capitulo anteaedente, v. 4, por estas palabras : Lo que
dsjó la omga, couó la laugorta, y lo que &j6 la langorta,
comió el pulgm, y lo qw dpib el pul+ comió la roya*to.
Y eetos &se6 tiempo8 de tibdacim y calamidades, signiñ-
cados por esta espresiones tan naturalea y tan viva, ei
oierto que basta aorn no s e lo8 ha vuelto el Sefíor como
aqd se loa promete.
$76. En Am6s se dioe, capitulo ix : lor plantar6 &I
m tierra: y nunca mas los arrancar&de nr tisrra, qw
lee di, dice e l S&r$. En Abdlas ee d i v. 17; la cuua
ds Jd poseerá 6 los que la h b i a n poseido§. En Mi-
q u e u se dim : Segun los dias de t u rrrlula de la tierra &
e p t o , le l h r d ver maravillas. Lo ver& h g e n t e y
...
serún confundidas cm todo su poder : al S& Dipr
Egresm es in sdutem populi tui, in dutem cum CMsto tno ...
Maledisisti sceptria ejua, capiti beiiatonun ejw, venientibw ut turbo
-
nd cüspergendnm me. H&. iii, 12, 13, 14.
Et reddun vobi aunos, quoe comedit locaata, bruchw, et eruca:
-
fortitutio mes magna, qusm mmi in vos. Joel. Ü, 26.
+ Residnum meae comedit locnsta, et residuum locustae cornedit
bruchns,'et residmim brnchi comedit d i g o , &C. -Id. i, 4.
1 Et plantsbo eos mper h-um s u m : et non eveliam eoa dtra
-
de terra sus, quam dedi ele, diiit Dommua. AIROI. ix, 16.
5 Possidebit domua Jacob eoa, qui se possedemt. -Abd. i, 17.
nueltto r e a p t a d a , y te temerbe. 8i SoFolb.r M d b :
Lcrs reliqwisr de IsraCl no h r á n injrutiei<r, ni W
mentira, y no rerh hallada en h boca I eUor h p a m p
&-.t.: y hablando con la madre Si6o, le dice, v. 19: Rb
aquf yo matará h todos aquellos, que te aJ#mon en aquel
tiempo :y salwarb ir la q w cojeaba : y recgsrá rrqlrdlc
que habk rido desechada :y lor pondrá por loor, y por
renombre en toda la tierra & la confruh d. e l l a $ .
Finalmente, en Z a c k , que profetizó despues de le vuelta
de Babilonia, se dice, eapitdo Ev, versioillo 11: mor&
en ella, y no ser& mar anatema: sino que rspo14tb J a n t
ralén rin recelo§. De estas cosas halltueia d d a paco em
los Profetas todos, empezando deade Moisés.
377. Aora, decidme, amigo, oan sinaerided y verdad :
i qué os parece de estas profecías ? S n p n g h o s por m
momenta que no hnhiese otras en toda la Escritura divine,
sino estas pocas que aqd hemos apuhdo. Aun bablando
de estas soias, i será posible verificarlas en aqueiloe poooa
eaclavos que volvieron, con licencia de Ciro, de Babilonia
B la Judea ? Reflexionad, sefior mio, a t e punto capital con
toda vuestra atencion y con todo vuestra juicio. Yo espe-
raré con paciencia vuestra respuesta. Entre tanto debeia
contentaros de que yo saque como legítimas y fomoaas
aquellas c-onsecuenciae, que me quedaron suepenmas cm el
phrrafo u.
Secundbm dies egreasionia tuae de wrs -ti ostendam ei
mirabiiia Videbunt gentes, et confundentur super omni fortitndine
sus:... Dorninnrn Deiim non- formidbunt, et timebunt ta -
Mich. vii, lb, 16, 17.
t Reliquiae Israel non facient iniquihtem, nec l g u e n t m m&
-
uum, et non invenietnr in ore ewum lingua delou. Sllgd. iii, 13.
f Ecce ego interficb omnca, qui aíñixernnt te ia tempom ilia :
et sdvabo elaudicantem : et eam, qnaa ejecta fuerat, con~rcgebo:et
ponam eoe in laudem, et in nomen in omni tema confuionis eornm,
&c.-Id. 19.
5 Et hahitabunt in ea, et anathema non erit amplihi : mi debit
-
Jerusslem aecum &h. xiv, 11.
m PriPstr:,Irego ha cautividad y datierro y diiper-
.i.nde .los hiue de Iaméi, de que hablan las p r o f h , no
pnederer la qrie padecieron solar dos tribus en tiempo de
ñabueodondr. . Seguada : luego lo vuelta de la cautivi-
dad, deetierio y diapersion de loe biw de I d 1 de que ba-
blm las profeclns, no puede ser la vuelta de algunos indi-
viduos de eolna dos tribus, que sucedió en tiempo de Ciro,
y con aa licencia y beneplbito ; macbo mas cuando dichai
p r o 6 1no.nombran 4 Babilonia, sino que a010 diien em
geaecP1. que volverán de t& lclr tisrrar, de Otisrtr y
W m t e , de krs cuatro plagar de ia tierra, &c. Tar-
oeirr.cronmcuencia : luego eata vuelta y todas las cosas, ad
generales como particuiarss ,queoe dicen de eüa, no se hpn ,'
*eriWa haata aora. Cuarta : en fm, luego une de tiles :
6 les profetas erraron, 6 Dios no es veraz, 6 todas se han
de v e r i l h en aigun tiempo, ni mas ni menos como están
&b. Yo suscribo 4 esto tercero, y dejo lo primen, y
la seg~ndod qnien lo quisiere.

AMENAZAS CONTRA BABILONIA.

PARRAFO V.
819. Lo que has@ aquí hemos dicho de loa caativoa de
B.bilonia podemos decir de Babilonia misma' h a pro-
fech que hay contra ella son tan terribles, tan admim
bles, tan enfáticas, y segun parece, tan egecutiras, que por
eso mismo es claro 6 innegable, que no se ban cumplido
hasta la presente las qiie hay en h o r de los cantiros. Yo
me imagino (y me sujeto en esto de buena fe al extímen
y.j"cio de los sábios) que la %bilonia ~ o n t r aquien ha-
b l a ~d i i t a é inmediemente ZC,/ Profetas, es una Babilo-
nia meul general que p a r t i m b quiero decir: aei'como los
cautivos; en cuyo favor se habla tanto y de tantas mane-
ras, no pueden limitarse d4 'modo alguno tí aquellos solw
que I k 6 4 Babilooia Nabncodonosór, y que volvieron tí
la Judea con licencia de Ciro, como acabamoe de probar ;
uaí la Bibilonia contra quien se habla, tompoao puede li-
mitanie L aquella sola 6 individua Babiloiii., que fa4 en
ebor üazmp lo @tal del primer imperio del mando. PP-
rece que loa h f e t r s de Dios no hioisaon otta aose, que
tocarlonnoylootrodepreo: como un correo, que&-
gaads & una aiadad iatemda, deja ea ell.atgmiea órde-
neu del prímoipe, que le pertenecen hundatemente ; nias
no para, ni re detiene en ella, sino q w al punto pass
delante heeta el fin y término de w miaiion. De este
modo parme que lo hiceron loa ProEsb de &s. No pa-
diendo parar oomo en término iiltimo, ni en aquelloa coa-
tivos de BabsloaiP, ni tampoeo en aqnelia Babilonh, a m o
que .no eran el objeto primario y direato &e su misiom,
aneqne toaaron lo uno y b otro; maa m se d e t u v h m
*&o : pasaton pgr ambes cosae como por objetos inter-
medios, haste. dejar enteramente destroida Babilonia (m
toda la estemi011de ata paiabra) y aw hermanos en pha
na y pefeota libewtad.
580. El a d c t e r propio del profeta Inaitu, es aedarm
casi siempre por las coaaa bltimee, como que eran estas su
principal minieterio, y ea particular vooaoion: Con upi-
ritu grande vió lor últimos t h p o a , y alentó 6 loa qw
Uorabm en S&*, dice la misma Escritura. Así, se re
eete Profeta ocupado casi siempre, desde el prinoipio
hasta el ñn, en las oosae últimas, sin olvidame de e h ,
aun cuando pareoe que d e ó i i distraer10 tantos otro0 aam-
tos de que irata. Con estas coma idtimas oonswla h u s p
demente B Sibn y B sus miserables hijos en lm t r i b n l h
nes que Bl mismo lee anuncia. De manera, que a n m p
boa machos puntos perbeoientea al estado en su tiempo
del pueblo de Dios, ya ~"qrendiendo,ya ame-o, ya
exortando, ya inetrnyendo) b.,y siempre con una vivaga
y elegancia admirable; a%ps hatila no pocas veces d e la
primera venida del Medas, ( su vida, de sus virtud-,
de su doctrina, de sus tormenros, de so pasion y de m
muerte; annqne habla del estado infelicisimo en que qne-
* Spiritu magno vidit ultima, et coneolatus eet lugentea in Sion.
Eccli. xlviii, 27.
-
daría . I d 1 despues de la muerta del Metúas, y en mn-
eecaenaia de haberio reprobado ; aunque habla alara y es-
pmmmente de la vocacion de las gentes en lugar de Israbl,
8GC. ; maa en estos y oiros moehor puntos que toca es
obeervac qw eaei niempre se pasa insensiblemente. y
de un vuelo suave dcia donde b llama su propia vocaaion,
6 el aspírita que lo gobernaba, que ma lo último.
881. Esto que decimos en general de toda la profeoía
de Isaias, m hsoe mas notable, y oasi ee tma con las
manos, cuando habla de Bdibnia al captítulo aia Por
w p l o : le pone pol titolo : Carga & BabilonM, que vió
*
I w k :y todo el eapítdo (eseeptPadoa dos 6 tres r e d -
enlas mando mas) es absolutamente inacomodable B la anti-
gna Babilonia : todo él se endereza visiblemente B lo filti-
m, O Q ~ Opuadenerlo quien tuviere ojos. Lo mismo 8-
de con el oapftalo n v en que sigue lo miama mete& En
todo 61 dice de Babilonia y de su rey c m tan gnrndes,
tan estraordineries y tan riueva~, que es imposible aoomo-
darlos 4 aquella Babilonia, y 4 su rey Baltasar. Los espo-
aitores maa literales, despue~de haberse fatigado no poco
en dicha acomodacion, lo confiesan esf aunque de peso y en
confuso; y mochos son de parecer, que aquf se habla de1
Aotiorkto, bajo del rey de Babilonia (y por eso tal vea
la haoen m m t de Babilonia, y empecer 4 reynar en ella,
aomo dijipips en el fenbmew iii, artímlo ii). Is verdad ea,
qae no se habla aqui de cosas ya pasada, sino de coaas
i~wabomayores y todevia fiitnm. Aunque no hubiera otra
conttaseña que l a últimas pahbran aon que se concluye la
profeoía, este solo bastaba para compmnder todo el mi&-
no: &te m e1 amuqjo (dice el Betíor), qus ocotúé sobre
toslQ la tierra, y &a m la maao atendida d i r e t& ilars
Mcroilest. Del capítulo xl$i del mismo Iealas, en que
vaelve a hablar de Babilonia, decimos lo mismo y mucho

* Onus Babylonie, quod vidit 1saias.- 1 ' .xiii, 1.


+ Hoc consiliu~u,quod cogitavi super omnem terram, et hac wt
manus extenb super universss gentes. - h u i . xiv, 26.
888 J d e n ~ a d o a t s p l t u l o s jl l i b a o e l o m h o
que I d w , coa mas difnion y pmlijided. Sko ea, pan
por ewima de aqudla Bddoni. de Caldea, deraarga r o b
dk una tempestad de rapa, le hace aaber 1aa b d m e e cEs
W s , que le pertenecen 4 ella inmediatamente: deapasr
de lo cuai deaembardo en breve de m interea re-
tivamente tan peque&, pssa luego maa addante haaáa Ila
gor en espíritu 4 otra Babilonio, dhha ad por q ' t z n x a
rio por propie&d, de d o d e fierointente aaca libras d toda
ioa orimtivoa, así de Judea, oomo tambieo de I d 1 ; y i r , '
.aob libree, sino jurtos, smfoi, mconoiliadoa enteronieate
con su Dioa, y d t u i d o a oon grandea vontsjaa al bomx
y dignidad de pueblo suyo: los planta de nuevo en la
tierra prometida 4 sus padres, y les promete de parte de
D b a que y8 no vdver4n oúa ves d mr domiiiPdos por al-
guna posteatad de la tierra
388. Para que esto se baga maa ilenaible, bagBmoa Qi
6 bres o b s e r v a c ~ scomo
, por mneatra de Iaa que r e pa-
dieran hacer.
PRIMERA OBSEBVAOION.
En el cap. 1, v. S dice así : Porque s d i ó contra e k
(contra Babihia) una nacion del Norte, qta pandr6 ru
ticrra en wkdad; y no habrá quien la Mite, darda e l
hombre h u t a la h t i a : y re -&ron, y rs &c.*
Si el Profeta habla aqui de la antigua Balrilonia Caldea,
parece claro que nada de esto se verificó cuando fn6 conira
eüa la gente del Aquiibn con Dario y C h . Eata gede,
lejos de destrnir d Babilonia, lejoa de ponerla Q ella y 4
toda la Caldea en deaierto y soledad, no hizo en ella otra
mudanza de consideracion, que poner en el trono del impe-
rio, en lugar del hijo 6 nieto l e Nabucodomosór, primero 4
Dario Medo, y despoes 4 Ciro Pena. Babilonia despues
de a t a v e d 6 de corte principal del mismo imperio
Qnoniim wmadit ctmtrr erm .b Aquiiow, que ponet
tarus Voi in raütdmm: st non erit qmi h d i t in ea .bbomba
usque d pecw : es &ti R m , at .biilont, &c. -Jrran. 1.9.
4 s a h , y ee mantuvo en pie mucha mas sia no-
Jgana q a a c \ r o h g n o , qae dertmy6 d e @mer .&
+o, domienton siíos deapues de Dario M&, tampooo
destruyó t i Babilonia, ni puso m tierra en soledad; antes
en dla vi*, y en eüa acabó sus d i En tiempo de Aa-
600, que emped d reinar el UZO ciunto y treinta y riek
de2 imperio & los Griegos*, Babilonia era todavia &dad
oonsidmbie, doede habitaban o~andoles pmois los reyea
aoaeswcm de Alejandro; pues oapresmuemte dice la Esmi-
tara que no habiendo podido el rey Antioco dedlpojar de ias
~~ el templo y la dadad de Ciimaide en Parria : rr
retiró wn gtan pssar, y re volvi6 6 Babihirrt.
SEGUNDA OBSBRVACION.
884: El miemo Jertmíar, en el mimo lugar citado, pro-
sigue inmedialakente diciendo: En aqtiellor diPu y m
aquel tiempo, dice el Sdfior :vendrhn lor Aijor de I8rdl.
d h ,y j Y l O t ~ a ( ~ loa
t 8 bjor de Jtuiá :arukrndo y llorando
8s apresicrariin y buscarán al Señor su D h . Pregunta-
rán el camino -para Si6n, ácicr acá aus routrou. Vendrh,
y re agregarbn al Señor con una eterna alianza, que nin-
gun olvido la borrar&$. Si se habla aquí de la antigua
Babiionia, y de loa tiempos e n que fn6 tomada por loa Me-
doa y Persas, es aerto cuanto puede caber en la certe-,
que en aquelloa dicrs, y en aquel tiempo nada de esto se
verificó. Despues que los Medos y Penies se hiaieron
duefioa de Babdonia, volvieron algunos hijo8 de Judá; mae
no volviemn los que en toda la Eecritura ee llaman hijo8 de
I d l , h contradiatincion de los de JudB; m volvieron
Anno centesimo tngeeimo aeptimo reppi Glrecorum.-1 M~hub.
1, 10.
t Abiit erim trUtitio magng et 1y)maaa eat in hby1onism.-
Id ,ib. vi, 4.
, f I n diebiio iiiia, et in tempore iiio, ait Dominm :vanient ñ
iii I o N ,
ipii et 6% Juds h u l : ambuhten et denten properabunt, et Domi-
ÜumDemn mirm qiiaenmt. In Sion intarrqpbuntvisrn, hnc Ader so-
.nuu. Venbit, bt appouentnr ad Daniimm Mere sempiterno, quod
nullb obli+toasmbtcor,Le.-LJ m . 1, 4 do 6.
d w , yjuntcurcnte lar hijaa de Judá. De lai que vahiQ
ron oon lioenoia de Ciro, tampoco se v&a6 eatóncea, ni
se ha verificado baiiia la presente lo q w se eigue : wndrtín,
y se agregtuán al S* con uur eterna a l k a a
TBBOBBA OBBBBVACION.
386. & agudlor dias, y cm aquel tiempo, dics Z I 8s-
Qt,ss+hbrrswda&naldodda I d 4 y n o a t i . t a ; y
el pecado de Judú, y no sertí haZ&do. En equellos diis, y
tiempos de Dario y.Ciro, ai en toda los que han pasado
hasta la presente, j como podrémos v e n k estas pa¡abnu?
Volved los ojoa B todos los tiempos pasados hasta tooar oae
Cim y Dario, basoando en todos estos tiempo6 la iniquidad
en I s d l , y la hallarein : buscad el p e d o de Jadá, y tam-
bien io hallareis : ni será necessRe mucha diligewia,16mm-
obo estudio para hdlar lo que ha eiCado y esfá pdemte 4
los ojoa de todos: Duros & cerviz, 4 incir~~noiro8 de 00-
raxonsr y & orqas, vosotros rerUtU Mnpw d E i p f d n
k t o , Coiiu> V r i s s h padres, d tanbM1 ~060trOS*: m8
les dijo con gran verdad mas de quinientos día deepuea
de Ciro. Con la misma verdad les dijo el M e i h mismo:
Hipócritas, b h profetizb da varotrw Isafos, dicinrdo :
Este pueblo con 106 kíbim nw honra :maa el ammim L
eüw .jos art6 úe mf7. :y en otra parte : Ari taadiar
soiroe, da *a as mostrais en verdadjwtor 6 lor h
brea: aor da dentro artais Ibiurr Q Hipoct& y di ini-
+S.
386. Podrá deoime lo que sobre este testo de Jeremías
dicen comanmente los intérpretes : ea 4 saber, que el Pro-
teta con estas palabree, maldad de lsraél... pecado da Ju-
dlr, solo habla de h idoleída ; la oual, dicen, cesó entere-
* Dará mirice, et incircrmicinii d b m et db,toa aempr
-
Spiritui S.neto mMtb, sieiit pahw restri, ita e t roa. Ad. vii, 51.
7 Hypocritm, bene prophetavit de vobii Ioaias, dicena : Populm
hic labiis me honorat : coi sutem eomm l o q e ect B me.- M&. m,
7 et 8.
f Sic et voe B foris quidem paretis hooinibus justi : intus autem
-
pleni estia hypocrbi, et iniquitste. Mat. xxiii, 88..
mearte deapm de ia onelta de Babilonia. ;Quiéa creyera.
q ~ eea una cosa tan clara no habia de fdtar a l p n efagio 2
Mas eate da&, 16m mira de coma, se halla muy seme
jante d una pmpediva. LB apariencia re desvaneoe al
punto, si ae da aigm lugar d la retlexion. Primeramente.
i Con qué fandamento se--gura en tono decisivo que ia
b&pidady p d o de qne habla ente Profeta.ea eolanieilte
le iddstría? C i que con ningane. a t a s palabrasi
iniqmidud g pacado, no aolamtmbe en la Esontm divina,
aino en todas lm ndooas y en todas las lenguas, son y han
sitio siempre asas palabras o n i r e d a que oompreBdeo
todo mP1 moral, ya iieapeoto de D i r , ya respecto del pró-
@ : j por qué, pues, re oontraen aquí á mla la idolatría?
LP idoIairía ea oierto que es iniquidad y pecado gravíaimo ;
jm todo peoado y toda iniquidad deberá repubme
por iddatría? Lo cegando: espiesamente habla el PLW
feta da M I y de Judh, oomo que vuolven jan& d b
tierra de sns padres, sin llevar consigo el pecado y la ini-
quidad que antes loa oprimia : y e8 oierto y claro, que aaa-
qae volvió Jada en aquel tiempo ain idolatría, nias Israél
no vdrió sin idolatría, m con ella, porque no volvió. Lo
te- ; aun bablaado solamente de loe que volvieron, ee-
tos no entuvieron tan l i h de idolatría, que no fmran id&
iatnis aasi todm en tiempo de\ Antiooo ; y Judas ihmbh
que los pm@b con tanlo -10 y fervor, no tuvo graa ne-
cuidad de enmendar Ihqmns y entorchsi para aumntrar-
los; por todm partes m le presentaban. j Y qué didmoa
hl rssto de loa hijos de Judh? Que no volvieron, sino que
qaediimi en Babiionia y en toda la Caldea. i Qah di&-
~ d e l o r h i j ~ Idde i , 6 delmdies t r i b ? Qoetam-
pooo vdvitmnr> &o que quedaron dispersos en la M& .y
en etrer proPiiiaiae del imperio. j ME necesario enoen-
der muobss Iámparae y linternas, pani hallar su iniquidad
g mi pecado? . 1

387. Siguese de aquí (y de otras mil observaciones que


podrian hgoerse sobre estas profecias) síguese (digo) que 6
la profecias re han falmfioado, 6 ,no tienen por objeto pri-
auioydireoblaaniiguaB.b~d@CJde8,~qriea
e1191n~otromLtmiors~yarylll01gentraiqru,
pidebdanPeitrirabwiw. IP~lltígaaBabiloMnopme-
oe que entra en dicbu p f & , si00 como una d, 6
rei3lejama, 6 parábola de Qao lo que ha riieedido, y n h
scrntiouadorlerdeNnbum -.ara, yssdobdart por
o o i d h . En efecto: mi m lee espreso en Údrr,
a xir, en que haMoDdo con todo briidl en geiiaial, y -un-
d d o l e l a vuelta de su btierro y el fin de mr tnhjon, b
dbeastaapdabru: Y~erdienaqusldicr:c u a d t r d h
Dior h n r o ds tu trabqjo, y de tu apremio, y ds tu
dura umidudn, en que a n t a wriiiúrr : t d esta
pcrrhbdcr ctmtrar d rey B*k, ydih: j C b
oa6 e¡ esactor, 86 acabó d tributo ? Quebr6 d &íior d
~ovlo&loriri~for,laooradslor~&donu'~+.
888. Si este bato Ariamente considerado se p e d i i
6 acomodar de a l p modo 18aonnble 4 la aatigas
Babiionia y d su rey Baltasar, y B aquella posos d
T(M, que sin dejar de serlo volvieron con Zorobabel, b.,
p m m que no hiibiera gran dificuliad en areer, que la
@abra parhbda, no tiene a q d otro misterio ni otro &ni-
ficado, que el de cántico elegante p festivo, como pretenden
i d m u n a ; mtm el trabajo em, que no siendo posiBla la
primen>, quedamor en naemtra poaeaim sobre lo iegnoda
IP +m, Par(rbdq debe aignbm aqd b h e que
eatantmotrei, partemdelaribcritura: esbosgdaarci.r
gor~-orua.nopotpr@dad. U ~ ~ t i a o g p a
pone Iaaían para aierto tiempo en boca de L d 1 , sin deju
de aer.festivo y elegante, ea el mismo tiempo una verdadera
paráboh : p bdo lo que m dice en él, se dice por 88-
joru(l, no por propiedad- Por conriguienb, el rep de
B.büonia y B U & miemo, m deben mirar oomo mtm
1erit in dio ük : cum requiem daderit tibi Dew k l.- t q
et il conenuione tua, et a ruritute dura, qP1 ante wvbti : Suma
pbolm istam contra ngem Bibyloniu, et dices : i Quomodb
arnadt exactor, quisvit áibntum? Contrivit D6minm b*cdum
impiorum, vi- -
dominrntium. fui. xir, 3,4,6.
'
radderir s i d i t n a , no aomo propisded. i aon qné pirr-
piedad, y cm que verdad pudo Israél deair ate cántico en
h p o de Ciro ; ni aun sqaiera ma primeras palobrar que
ion estas : Cóno cesó el eacrctor, w acabb e€tributo ? Si
alguno les hubiere dicho, 6 al salk de Bnbihia, 6 deepaer
de e& ea Judaa. cimto que no hubiera sido creido sobre
ro palabra ; todos lo hubieran desmentido al punto, dieieil-
do con verdad b qw decian en tiempo de NebeiafPs:
He aqd que n ~ ~ o thm w hoy romo8 euclawu : y h
tierra, que dute 6 nwrtros padres para qw amiesen .r
pan, y Zor b b r que produce, y nosotros minnor romos
m e l h csclaoo8. Y wr frutos re arorltiplican pora lar
ryar que hprruto robm nosotros por nuestro8 peados,
y tisnem dominio robre narsrtrm cusrlpor, y mbre nuudrcir
b u t h h m valuntad, y esthmoa M gran& tribulach.
Comperad este testo oon aquel otro : i Como asó el ewac-
tor, w aoabó el tributo ? y ved si los podeia o o n d m ent
un mimo tiempo y p e m a s .

SE C O N F I U Y ACLARA MAü m MODO DE DSSCUBEULI.


PARRAM) VI.
880. Para entender bien toda8 las pmiectas que hay
o o o h BabiloniP, y el 6x1 y téiallm, verdadero á doade
todas re enderezan, p d c e m e á mi que basta tomar iam
Ilavea en ias menos, y abrir las puertas. La misma Es&-
tura nos oúeoe estan llaves, oan las cualea todo se timiha ;
rin dlai todo queda obscuro, W i B inaccesible.
PBlMXBA LLAVE.
880. El apóstol S. Pedm escribiendo desde Roma á b.
&a les igleiine de A&, cooolope su primera epíatola par
palabras : Os saluda la iglm'a, que euth sn Babi-
eata~~
h i a e . ;Que quiere decir esto? S. Pedro ciertamente
no escribii desde el Eufrotes, sino desde el Tiber, no desde
la Caldea, sino desde Roma En tiempo de S. Pedro, la
\

m LA VENIDA DBL MB8iAS


anf gua Babilonia ya w exiatla: ya eiikba mi tata oki-
dada como 10 está mora : j p e s de qo$ Bddtpb habk ?
De Rama misma. Mas j por que rasan le da ate nombre
6 la capital del imperio Romano? Fwra de esto, los C r b
tianos 4 quienes eaoribii, debian h duda e d r bien ePte
radoa de que Babilooia y Boma no enui doe oosaa direirse;
eino una misma. Sin esta notioia, iadicha aalutaciua, cono
de peieonae incógnitas 6 imiertas, habiera sido inátil, y
por lo miemo indigna del supremo partor. Si sabían eato
los Crietiaaoe, i de donde lo aabian?
891. A esta diicultad wgponden mmunmente loa i n ~ d i -
pretea, que el a)>óstol S. Pedro pnro Babiloaia en logar de
Rama, sdo por pmaacion: esto es, para w d o n a r
h necesidad, algana peraecucion, 6 contra sí, 6 a o o h los
Cristianos, si esta epistole llegase por dgan accidente B
manos de los étnicos, y 4 noticia del emperador. Mas ¿que
tenian que temer en este caso, ni S. Pedro, ni las Cris-
tiano~? j Qué hubieran hallado en d l o que reprender, ni
por qué perseguir al Cristianismo ? Antes hubieran hallado
mucho que alabar en aquella parte que ellos podian enteo-
der, que ea la moral : por ejemplo : Someteor, pues, ti t&
humana criatura, y esto por Dios: ya sea al rey, conw
.
soberano que es : Ya á los gobernadores.. Porqtce ad ab
...
l+ voluntad d i Dios Honrad 6 todos :cunad la he-
dad: temed 6 Dias: dad honra al rey. S i m a s , sed &
dientm tí los reñmes con todo temor, no tan m h t a d
los buenos, y d s r a d o s , sino aun tí las de rscia d i -
..
eion .* mancebos, obedeced 6 &uancionos ...+
¡No .&
yo que algun prlncipe 6 rep6blica pueda reprender, ó m
alabar esta doctrina dd sumo pastor de los Cristianos1
392. Acaso 86 dirá, que S. Pedro no temia por la moral
Subjeeti igitur eetote omni humana?creahvm propter Deum:
aire red, qnari praceilenti : Sire ducibus, &c. Quia sic cst v o b
taa Dei ... Omnes honorate : fraternitatem diligite : Deum time? :
Regem honorificate. Servi, subditi estote in omni timore dominis,
non tanhim bonia et'modestl, aed etiam dyscolis ... 1 Pet. ii, 13,
14, lb, 17, 18.
7 Moleacentes, d i t i urtote senionbue, &c. -Id. v, 6.
BN GLORIA Y ' YAQBSTAD. 2?a
de m qhtoiq.sino porque en ella habla de JemcMto, y
'
de la d g i o n .&tima. i Y es creible, ,digo yo, que
8. Pedro temiese por esta. parte? En la miama epístola
exorta d loa Cristianos d no temer la pemeoucion que les
venga en cuanto Cristianos ; sino la que puede venirlee .en
o-to reos y deiincueniea : ninguno de vasotras padexoa
~ o nhomicida6
o ...
ladron Maa aipdeeisrs como Cristiano,
no se avcrgüance: a n t a dé low Dias en a t e norrbre*.
Fuera de que, cuando S. Pedro escribió esta epistola, no
habia edicto alguno del emperador contra los Cristianos, ni
prohibicion del Cristianio, pues los mismos autores añr-
man, que esta epistola la escribió S. Pedro el &o 13d e s
pues de la muerte del Seíior, que segun parece corresponde
d loa principios del emperador Claudio : esto es, mas de 20
año8 antes de la primera peniecucion de la Iglesia, que f d
la de Nerbn. i A qu6 venia pnen en este tiempo el temor
y la pereecucion de S. Pedro? Y dado caso que qubiem
usar de alguna precaucion jno era mas natural que dijese
d los Cristianos, 4 quienes esoribia : or saluda erta Iglaia ;
sin nombrar B Roma, ni d Babiionia, ni alguna otra ciudad
determinada? i No sabrian los Cristianos eu que parte del
mnndo.ile hallaba en ;rquel tiempo el prinolpe de los Apa-
tolei y el vicario de Cristo?
SEGUNDA LLAVE.
' 596. Dapues de algunos afios (y no pocos, paes pasa-
ron B lo menos 30) eiloribió S. Juan su Apocalipsis; y en
los capitalos xvi, xvii, xviii, y xix, habla espresa y nomina-
damente de Babilonia, profetizando contra ella cosas nado
ordinarias. Y para que ninguno desconozca la Babilonia
de que habla.; para que ninguno ae equivoque pensando
que habla de la antigua, que ya no exiatia, le pone tantan
aefiar y distintivos, que es preciso conocerla por mas que '
se repugne. De modo, que aun los doctores mas corteses
Nemo iutem v m t h patiitur ut homicidi, wt fur, &C. Si m-

-
tam ut ChristUn01, non erubarcnt : glorificet wbm Deuui in bto
nomina 1'Pat. ir, 16, 16.
TOMO 11. T
274 LA V E N I D A D E L MEEllAY

6 . m apasionados
~ pbr Roma, se ven en la neoeaidod ineri-
iable de oonf'esar y conceder en a t e punto la puraverdad.
Lo que se debe notar principalmente sobre a t o &lugarm
del Apocalipsis, es el reclamo, ó la al& clarísima que
hacen 4 todas iaa profeotas que hay contra Babilonia. To-
das mn limados aquí : todaa se baca comparecer : todas
ion obligadas d mrvir contra la nueva Babiionia. No rolo
se traen laa espresione8 vivas de los Profetas, sino tal ver
sus mismas pelabrae, como luego veremos. Y es bien Ml
notar, que el amado discípulo se sirve puntorrlmente de
aquellas palabras y espresiones vivisimas de loa profetas,
que no tuvieron logar ni pudieron tenerlo en la ontigaa
Babilonia. Para que no se piense que querémos eer crei-
don sobre nneatra palabra, sersi bien poner aquí dganoe
ejemplares.

ALUSIONES O RECLAMOS DE LA BABlLOrPIA DEL APOCA-


LLPSLY, A LA BABILONIA DE LOS PROFETAS.

984. Isafaa, .bablmdo de Babilonia,'dice: Dum ub&m


me ha sido noticia& ...
P o r esto se han llsnado mis lonor
de dolor, congoja nae tomó, como congGa de m t g w , que
srt6 de parto : me cai cuando lo oí, qucdé t u r W cvando
lo wf. Dmnaybse mi corazon, me horrorizaron las timis-
blar :BabilocrM; la mi amada, es para mi un atmh*.
i Os parece vemimil que la toma de Babiionia por Dario,
y Ciro, pudiese caajdf en Isdas uno8 efectos tan granda,
como 61 mismo dioe y 'pondera con tanta vivma?
896. S. Juan hablando de Roma fotwo, dioe con maa
brevedad, mirándoler.sbntada sobre la l a t i a : cuan& la d,
, .
Viio dura nuntiste vt mihi : ... Proptereh repleti mnt lnmbi
mei dolore, ~ngustiapospdit me eicut angustia putnrientia : c o d
ocim audirem, cariturbetaa mmtm vibreni. Bmucnit cor rneum :
tenebrm s t n p e f i e ~me:
t Babylon dibctr m a pasit. mt mihi in
-
mimulum. Lof. xxi, 2, 3, 4.
EN G L O R I A Y MAQESTAD. m6
que& aaa(rawiUado ds granáe aslkruch*. Leed este
capitolo xvii y el @uiente, y dll rerem ouan gran raoon
tenia el amdo diaclpulo pana admirame con Cn gran admi-
racion, de ver B Roma en el estado infelichim que 61
mimo anuncia.
S.El mismo Isaími le dice 4 Babilonia : Aora, p s ,
ucucha esto, tir delicada, y qw hbitw cmjadamnte, la
que dicea en tu corazon: Y o soy, y fwra & mi no hay
mtu : no me mtd viuda, ni txmmerd estarilidd. Te
uend~bneetm dos cooas subitirnetamente m un d o dW,
esterilidad y viudsz. Todas estas cosas vinieron .obrs
...
tC &te t u s d e r y ciencia te eng&, Y cljute en tu
corazon: Y o soy, y fucra de mí no hay otra. Va&á
mal sobre ti, y no d r á r de donds riacerh; y se +lo-
n a r b sobre ti una calamiduú, que no podrbs espiar :ven-
drá #obre tí repentinamente una airetia, que no sabrás+.
397. i Como ea posible acomodar todo ecb d la antigiur
Babilonia, tomada por Dario, y Ciro ? Leed, amigo, cnal-
quier espositor; comparad lo que os díjere con el testo, y
con la historia de eete siiceao que no ignoraia; y con eeío
solo podeb salir de toda dudo; macho moe m reparais en
el testo del Apocalipeis, que hablaodo de Roma fatnra,
dice asi :
Cuanto ella se Ata glorijcado, y ha vivido en &bite8 :
tonto le dareir ds torairento y llanto: porque dice en su
cwazon: Y o a t o y smatada r e h a :jt ita soy vi& :y no
aerd llanto. Pat. a t o en a dia vendrán sw plagm,
Et mimtw mm cum vidiswm i l b admiratime mapa.
xvii, 6.
-
Rpw.

t Et nune audi ~ O B Edelieetr, et habitsas cddentar. qum dicir in


corde tuo: Ego aum, et non eit praeter me rmplida : non aedebo
d u r , et ignorabe ateribtem. Venknt tibi duo heao, aubitb in die
...
una, iterilitaa et viduitre. Universr venerint super te Sapisntir
t u et icientio tus hec decepit te. Et diiristi in eorde tuo : a-,
et pr~eterme non eit &era. Ve& auper te malum, et narciea ofiag
qjllb: Q( irniet a r p a te cirlmitm, non yoterbtxpbre : v&
ruper te +t¿ mkria, +MImseh.- Ik. xlvii, 8,9, 10, 11.
T2
210 L A VENIDA DEL MBSlAY

muerte, y llorto, y h m b r a , y rcró qwcnada conf e o :


porque es fvcrts el Dior qws la juzgartíc.
Jeremías. Retornadle segun ru obra: regun t& Icu
corcrr qw hizo, hacdb 6 ellat.
Apooalipsis. TornadIe 6 dar úuí como ella or ha &do:
y pagadb al doble regun au obrúut.
Jeremías. La qw moras r d r e muchar quas, rica en
tetororg.
Apooalipsis. Ven acá, y te mortrard la condcnacioi,
de la graade ramera, qws est6 sentada sobra lúu m u c h
(191148 U-
Jeremias. S v í b i t a ~ n t ecayó Babilonia, y f d h-
nuzadaq.
Apocalipsis. Y despues da esto uí drscender del cielo
o t r o angel, que tenia gran podar: y la tierra ful er-
clarecida de su gloria. Y erclamófwrtemente, diciendo :
oayó, cayó Babiloniu la grande ...
Lo mismo se dice eo
el capitulo xiv; versiculo 8. Y otro ungel le siguió di-
cisñdo: Cayó, cayó aqueUa Babilonia la g r d e . I.O ..
oual tambien alude al capitulo xxi de Isaíaa, versiculo 9,
donde se lee : Cay6, cayb, Babilonia**.
Quantum glorificavit se, et in delitiia fnit : tanturn data üii tor-
mentum et luctum : quia in corde suo dicit : Sedeo regina : et vidna
non sum : et luctum non videbo. Ideo in una dia venient phgm
ejua, more, et lucfas, et fames, et igne combarettu: qum fortis eat
Dene, qui judiabit i1lam.-A'. xriii, f , 8 .
t Reddite ei iccuudhm opna suum : juta omnb qnaa fecit, facik
u.-J u m . 1, m.
1 Reddite illi sicut et ipai reddidit vobie: et dupücsk duplicia
-
i e c u n d h opera ejur. Apw. xviii, 6.
5 Qum habitea super a q w mdtaa, locnplea in thessnria.- J u m .
ii, 13.
11 Veni, cwtendam tibi dammtionem meretricia mapa, qua d e t
super quaw multas. - A ' . xvii, 1.
T Subitb cecidit Babylon, et contrita -t.- Jsrem. li, 8.
Et poat hmc vidi J i u m angelum deacendentem de calo, h.-
bentem potmtatem magnam : et km iiinmiuata eet h g l o h c&u.
Et exeluanvit in fortitudine, dieens : Cecidit, cecidit Babylon mag-
BN GLORIA Y MAGRO-PAD. 277
S J m h . Hui.á.de en d i o I Bcrbilonin; y salve
cada uno m alma ...
y veisicnlo 45. Saiid de en rnsdie
de d a . pue610 nio :&m que salve cada uno su alma &
la ira del furor del Seiíor*.
Apocelif>sis. Y oí otrct voz dal cielo, que de&: Salid
de ella, pueblo mio, paro que no tengais parte en rur
pecados, y que no recibais & ws plagast.
Jeremfes. Cáliz de oro Babilonia en la mano del Se-
Cior, que edriaga toda la tierra: dcl vino & ella bebk-
y por esto fueron oonmouidasS.
ron todas las nacsacsones,
Apocalipsis. Y se edriagaron los moradorer de la
tierra con el vino de ac prostitucion§. Porque todas
las gentes han bebido &l vino de la íra de su fornicacion:
y los reyes de la tierra han fornicado con ellal(.
Jeremias. Asf será eumergidu Babilonia, y no se levan-
tar&da la a.imionlf.
Apocalipsis. Y un Angsl fuerte a&ó una piedra como
una grande piedra de molino, y la echó' en la mar. di-
ciendo : Con tanto ímpetu re& e c M a Babilonia, aqwlia
g r a d ciudad, y ya no será M u d a jamár".
na, &c. ~t a i i u ange~as-ttu wt didicena : cecidit, cecifit' ~ c -
-
bylon iUa magna ... Cecidit, cecidit Babylon. Apoc. xviii, 1, 2 ; d
xiv, 8 ; ct Zmi. xxi, 9.
Fugite de medio Babylonia, et aalvet unuequieque animam
mam ... Egredimmi de medio ejua, populus meue : ut aaivet nnm-
-
quisque anirnam suam ab in brin Domini. J m . li, 6, e: 46.
Et audivi aiiam vocem de celo, dicentem : Exite de illa, p q u -
los meub, ut ne participes aitb delictomm ejus, et de plag& ejur
non accipiatis.-Apoc. xviii, 4.
t Celix aiueus Babylon iu manu Domini, inebriani omnem ter-
ram: de vino ejns bibenint gentes, et ideb commotse sunt.-
Jmm. E, 7.
5 Et inebrieti sunt, qui inhabitant terram de vho pmatitutiouia
ejw. -A-.xvii, a.
11 Q ~ deB vino ine fomicationis ejus biberunt omnea genten : et
regei terre! cum illa fomiceti simt.-Apm. -, 3.
' [ Sic anbmergetur Babylon, et non consnrget fseie d8iotionlis
1
-
&c. Jerm. li, 64.
Et autuiit mur angelus fortii iapidem q u ~molarern
i v-
978 LA VENIDA DEL MBBIAB

Jeremlas. Y loa &los y la tkm, y fadar lar m w .


que hay m elloa & r h alabanza robra lo de Babilonia*.
Apocalipsis. R e g d j g t e s d r e ella, cielo, y vorotnn
m i t o s Apóstoles, y P r o f e t a :porqus Dios ha juzgado
vueitra cama cuanto & ellat. Y en el capitulo x k pro-
diciendo : Duptm & a t o oí o o m voz de muchas
gentes en el cielo, que M a n : Alalasya : La salud, y la
gloria, y el potkr es 6 nuestm Dior. Porque sus jaUcior
osrdadsros oorr y justos, que ha con&& á la gran&
ramera, qne pervirtió la tierra con m pmslitucion, y ha
u e y a & la m y r e de au siervos de lar manos de elh. Y
otra vez dveron: AIJrrya. Y d huno ds ella rubs ea
l m siglo8 de lo8 siglos$.
398. Bmten estar pwaa alusiones que acabamos de no-.
tar, para oonocer, 6 d lo menos entmr e n grandes y vebe-
mentes sospechas, d e que la Babilooia de los Profetan no
puede limitarse d aquella antigua 6 individua ciudad, que
fu6 la córte del primer imperio. Asl como aquel primer
imperio, que al principio ertuvo en la cabeea d e oro de
la estfttua, se ha ido bajañdo con el tiempo, de la cabeza
al pecho y brazos, deapues al vientre y muslos, y nltima-
mente del vientre y muelas d las piernas, pies y dedos
(como actualmente lo vemos) : así aquella primera Babiio-
nia considerada, no en lo material, sino en lo formal, ha
ido siguiendo los mismos paeoe; no digo solamente desde
NabucodonMQt, 6 d e d e el primer imperio de los cuatro
num, ec m fit in mam, di- : Hoe impchi mittebir hbylon eirG
tss m ~ s et, ultra jsm non inrenietur.-m. xvüi, 91.
Et Isudabnnt iuper Babylonem cmli et tema, a omnia q w in
ds suat.- Jerem.li, 48. -
) Exulta super eam, ccelum, et Sancti Apoatoli, et Prophetee:
q ~ o i i i i mjudiravit Deui judiciw wtmm de i l t a - e . rviii, xviü,.
$ Post haec sudivi quesi vocem t u r h m multpriini in c&, di-
antiam : Aiieluia: Une, et -, et rKtni Deo wstm est. Quii
vera, et justa judicia sunt ejaa. qui judicavit de mentrice m*
qum compit tenam in proetitutione sua, et rindiuvit iuiphern
mervorurn suorum de manihiia ejus. Et iterum dixemnt : Alleluii
Et fumun ejum ascendit in slecula aaecu1orum.-Apc. xh, 1, 2, 3.
EN E L O B l A Y YAOBSTAD. SS
m a dlebres; aino aun desde qae c o m d e l impario, 6
el pnRcipado de un hombre m10 sobre mwhos que llama-
m s monarquta ; lo cual como se lee en el capitdo r, rer-
siculo 10 del Génesie, tuvo su primer principio en Babi-
l onia.
899. En este aspecto, pues, me parece B mí que con-
sideran los Profetae B Babilonia, cuando le anuncian con
tantas, tan vivas y tan magnlficae espresiones, oosas que
hasta aora no se han visto en el mundo, ni se han veR-
doado de modo alguno en aquella primera y antigua Ba-
bilonia Considerada Babilonia en este aepeoto, se entien+
den al /punto sin embarazo alguno dichas pnofeclas; las
cuales sin esto quedan ciertamente algo mas que difkileri,
oacum é inaccesibles. Este miamo eapecto parece que es
el qae tuvieron muy presente loa apbstoles S. Pedro y
S. Juan, cuando la dieron el nombre propio de Babiionia B
aquella gran ciudad, que en so tiempo era la sefiora del
mundo. como la capital del imperio romano. Ee verdad
que este imperio ha bajado muchos dios ha, desde el vien-
tre hasta los pies y dedas de la está-; me8 con todo
eso podéms deoir, que persevera, no Lica siao moralmen-
te, an uno de sua efeotos principales, digna por aierb de
todas lae atenciones de loa Apbetola y Profetas. Perse-
vera, digo, moralmente en lo que ea relativo al pueblo de
Teraél (pueblo propio de los unos y de loa o-:) peme
vera, vuelvo d de&, en cuanto al oautiverio y dispersion
enteni y completa de este pueblo infelb, ejecutada por los .
Romanos despues de la mnerte del Meda, y continuada,
conñrmada y agravada por el cuarto imperio : y persevera
tambien moralmente perseverando en su lustre, gloria y es-
plendor aquella misma ciudad, que fn6 corte y capital del
mismo imperio; y aorn lo ea de un estado 6 imperio p
qwfio en lo material, mas en le espiritual de on imperio
6 estado mayor, cual es, 6 debia ser todo el orbe criu-
tiano.
400. No sé, amigo mio, si en este último punto me
he esplicado bien: pieneo que no; mas no por eso quedo
~ ~ ~ ~ I P $ O , ~ & I B I P ( I C ~I n I q
Wa sPí hQk ~ ~
b mi espliuatpn lo p u l e suplir muy bien e h d a m t e y
copiosamente vuestra juiciosa d d o n . Os m d o da
nuevo al faiámwo üli, párrafo xiv; ouyo *lo ea : & nrgm
&e la htk.

RElSüMRN O CONCLUPON.

101. &n ramo : a q u h antigua Babilonia s i M 8


el Euhtes, p no existe en d mmdo : di811ha que QU-
n6; ni b y eapama alguna que reswide james: ni wr6
&$cada, h t a en g m a o i o n y gd-•• mrt~-6
allí oanm, ni la habitará hvo de. bdh'. C m todo
eso las p r o h c h que hay a o n h Babiionia no m h.n v a
niloado basta lrora plenamente. Digo plewm~llte,porqw
aunque Babiionia m destrayó (que ea uoa de lrrs cosai que
~aneienciaramente loa hktai) maa no se destrripó de
aquel modo, y oon aquellas oirounetaDcias partionlaier que
re leen espmr en ras profedse.
602 M n h s autores, w eolamente de los int4mpmta
de la Bsmitma, iape íambien los historiadofes. entre d o s
el rábio y pio Mons. solio. en su historia antigua, ha-
blan de la destraccion de Babilonia, y oitan L9e profeaiae
con una @e de oonfi9nm y segaridad. como si dicha
deetnicoion y diohas profoch .ertavieeen perfectamente de
acuerdo. Mss si les preguntamos por ourioaidad, ide qué
monnmentos, de qu6 arcbivoa J de qu6 faentes han 8aoa-
do unes noticias ten sinpiares? nos baüdmos con la es-
traíía y gran novedad, de que realmente no han teaido
otras fnentea, ni otros archivos, ni otros wmumentoe eiao
las mismas profecías, laa onalea han suplido por todo. Bien :
J si hay tmonurnentoa en contra, ciertos y i l e p s , no digo
solamente en la historia profana (que a t o importa poco),
Nec extruetar tuque d ~enemtionemet genmtionem ... non
-
brbitaat ibi vir, et non ,ineold #m - bliui hominii. Jmn. 1.
39,ro.
r i o ~ : 1 1 3 1 ~ ~ 1 l l a b i r t o r i o ~ : e r i e r t e ojm
sw,
lería aoro jaetbirmr no hmxmoa derentedkkm de dioboa
monpmentoi? Pwa así ea.
a. Por lo que boa O la historia mgrada, oe he heab
y6 nobr en varias partes de este fenómeno algunos
numentos y noticias ciertaa, del todo iooompatibla con
b pmfeoies. Pudiera h a b r notado otras muchas mas oon
poco .trabajo material ; mae ;para qué ? ;No bastan y aun
. sobran les que quedan notadas? Por lo que toca B la ht-
tonP prohe, me parece q ~ bestarh e deoiroe 6 acodaros,
que Alejandro Magno r n d en Babilona #W) 860s d*
pue~que Babiloaia d&i eater enteramente deatraida, ri
k m Profetas hubiesen habiado de ella disecta é inmediate-
mmte.
, 404. Fuera de esto, tembien oe be beoho notar (y

debeis nolarlo eon espeoisl cuidado y d t o d ) , que todm


aquetiaiae cosas y oircuwbncies mes graves, que mirada8 lar
prdfedaa ciertamente faltaron en la datniccion de'la ep.
tigaa Babilonía, se ven aparecer y como msucitar, des-
de algunos siglos, en el ApocalipmS de S. Juan; y eato ao-
mo unas msm propiaa y peculiares, m> de aquella antigua
y difnnta Milonia, sino de otra nueva que todavia eilxiete,
para cuando llegue para aquel tiempo y momentor, qw
puro el Pudra err M propio poder.
405. Del mismo modo discurrimos de loe cautivos de
Babilonia, segun laa profe~~lae.Muohos dias, 6 muchos
aiglos ha que dieron de aquella antigua Babilonia.dgraw
oautivos de Jud4. Mucho siglos ha que se establecieron
de nuevo en la Judéa: muchos siglos ha que edi61won de
nnevo so templo y ciudad de Jerusalén. Mas con todo,
es cierto é innegable (cuanto puede eatenderm esta palabra
certeza en aauntos semejantes), que las profecia~innumera-
bles que hablan en general de la vuelta de los cautivos 4
6x1 tierra, no m han verificado, ni p a entre mil. No hay
duda que elgunos de Ion cautivos, qus habk b d a trarla.
daR. tí BabilonUl Nabucodociorbr r q & Babilonia, y ud-
a@ LA VENIDA DEL MBBIAB

+6 J d L . y J d * : mas ni aquella salida de


W i n i a , ni aquella vuelta, ni aquel nuevo eatableci-
miento en Jerusalén y Judéa, sucedib entónces de aquel
modo y con aquellas circnnstancias gravísirnas, que anum-
oian clarci y ditintamente las pmfeeias.
406. Puea B todo 'esto i qu6 podremos decir? i Q u e
las profecias se han falsieado ? i Que los Profetas e m o .
6 el EapiRta Santo que habló por los Profetas ? i Que
los Profetas finjieron aquellas cosas por orgullo dc su ca
r u o n ? i Que Dios ha faltado B su palabra? Todos estos
deepropbsitos se presentau naturalmente y como de tropel :
6 es muy fgcil que se presenten B cualquier hombre re-
flexivo, por pio que sea, si por otra parte no tiene ni admite
otras ideas, que las que puede dar el sistema ordinario.
Mas estos mismos deepropósitos tí otros semejantes ss des-
vanecen al punto, si dejado por un momeuto el sistema
ordinario de los doctores B interpretes, nos atenbmos al
sieterna o ~ m a r i ode la Escritura. En este sistema (si es
licito darle este nombre) todo se compone sin la menor
diñoultad. Ea cierto qae las profeoías no se han cumplido
hasta la preeente ; mas tambien es cierto que todavia no se
ha acabado el mondo. Tambien ea cierto que los cautivos,
de quienes se habla, existen todavia en el mundo, y exis-
ten en calidad de cautivos. Tambien ea cierto que m> ha
sido posible esterminados, ni confundirloe con lae otras
naciones, ni iluminarlos, ni abrirles el oido interno, ni qai-
tarlee el corseon de piedra, ni el velo del coraaoa, &a. :oo-
.mtodas que están clarísimamente anunaiades en las mis-
mas profedas. ;Quién, pues, nos impide el pensar p d e
cir libremente lo que de suyo se presenta d la m o n , ilus-
trada con la lumbre della fe? i Quihn nos impide el pen-
eu y deoir libremente, que así oomo ya se han cumplido
machíaimas pmfeclas, de las quo se leen en las Escritu-
r a , asi s e cumplirán B su tiempo otras muchas que toda-
*
nem, et reversi eunt Jeruralam et Judcam. -
Qnam transtulerat Nabuchodonosor rex Babylonia in Babylo-
1M. ü, 1.
via qaedan? i Hay cora mas confonne 4 raaon, ni ma
digna de Dios? Pienaen, piiea, loa hombres como psnsít
ren, y acomoden como les fuere posible 6 imposible;
siempre eerá verdadera aquella sentencia del Apostol :
Dios ea v e r a : y todo h b r e f a k , como esth escrito*.
M. De todo lo que bemos observado en estos dos
últimos fenbmenos, la conclneion eea: Que aquellas dos
grandes fortalezas donde se acojen con todas sus ideas los
intérpretes de la Escritura (es 4 saber: Babilonia y sus
cautivos, en cuanto se puede ; y en cuanto no se puede,
que es casi todo, la Iglesia cristiana, oompuesta de las
gentes que. entraron en lugar de los Judios) son en rea-
lidad dÓs fortalems que tienen mucho de perspectiva. No
hay duda, que miradas de cierta distancia, muestran una
gran a p k i a , 6 infunden no se qué de pavor; mas la
apariencia y pavor van desapareciendo, al paso que los ojw
6 ia re0exion se van acercando.
408. Lo primero : la Iglesia cristiana no puede tiltar.
Es su ediíicio tan indestructible y eterno, como lo es el
fundamento sobre que esiriba, que er Cristo Jesus; pero
sin faltar la Igleaia cristiana, puede muy bien aora (como
pudo en otros tiempos) mudarse el candelero de una parte
á otra, é incliname el c4lie para este y para aquel+:
porque como está escrito, arr hetm no se han apurado:
beberán todas los pecadores de la tierrat : y como nos
...
advierte el Apostol: Dios takzr lad m a s encerró en
incredulidd, para war con todos de misericordia§.
408. Lo segundo : ealieron de Babilonia algunos aanti-
voe ; mes no salieron como anunaian las profecías claramen-
te ; pues no .salieron libres, ni dieron santos, ni salieron
can el o o m n circumidado, ni salieron de todos los paises

Eet autem Deus veras : omnb autem horno mendax, sicut


rcriptnm est.-Ad Ron. iii, 4.
-
t Ex hoc in hoc. P8.Lxxiv, 9.
t Faex ejun non mt exinanita : bibent omnee pecartoree te-.-lb.
5 Conclusit enim Deus omnia in increduiitate, ut omnium mise-
-
reatur. Ad h. U,32.
284 LA VBNIDA DEL MP81AS
y naciones de la tierra, ni saiieron todos sin quedar algu-
no, ni ealierou lor hvoa ds I s r J I , ellos, y juntamente los
hijos de J d , ni salieron para vivir en quietud y segu-
ridad en la tierra prometida 4 rms padres, ni salieron, en
suma, para no ser otra vez movidos y desterrados de
aquella tierra : ooaas toda annnciadas y repetidas de mil
maneras en toda la Escritura. Luego lo que entónces no
sucedió, deberá suceder algun dia ast como está escrito,
sin que le falte ni un punto, ni un tilde, sin que todo sea
cumplido'.

410. Laa cosas que acabamos de observar en este fe-


nbmeno forman en snetanh la dif~cultcidmas grave de to-
das cuantas han opuesto y oponen hasta aora los Judios, B
los que les hablan de la venida del Mesias. Despues que
se ven rodeados y atacados por todas partes con sus mis-
mas escrituras ; despues que ya no hailan que responder 4
los argumentos clarísimos y eficaclsimos que les hacen los
doctores cristianos ; despues que se ven convencidos y eon-
cloidos con suma evidencia ; se acojen, al fin 4 aquella 61-
tima fortaleza, que sin razon han tenido en todos tiempos
por 'inespugnable : se acojen, quiero decir, 4 las profecías.
S u modo de discurrir, reducido 4 cuatro palabras, ee este.
Las profecfaa (digan lo que dijereu los Cristianos .6 intér-
pretes, y acomoden como mejor les pareciere) Iaa profeciaa
es cierto que no se han cumplido ; luego el .Medas no ha
venido. El antecedente lo prueban, mostrando una por
una (cm grande y molesíísima prolijidad) no aolamente
aquellas pocas, que nosotras hemos observado, sino otras
muchas mas que hemos omitido. La couaecuencia la de-
ducen 4 su parecer clarísimamente de lm mismas profecías;
pues entre estas es f4ci1 notar, que nna8 ahuncian espresa-
mente, otras suponen evidentemente, que toda vision y
profeola se habrb p cumplido ouando venga el Me&, 6 ee

I o k unum, aut unui rpcx .,.doasc omnir h t . - M a d . r, 18.


a c a M de cumplir plepa y perkctamente en su venida.
Bwta leer el cap. ix de Daniel; en donde se hailm juntas,
y unidas, y como inseparables estas dos coeas entre otras:
á saber: el cumplimiento pleno y perfecto de b d a profecía
y. rision, y la uncion del Santo de b e santos*. Conque si
el Meaias ha venido, deber4 ya haber encedido la uncion
del Santo de los santos.. Si esta ha sucedido deberá ya
haberne cumplido plena y perfectamente toda vision y pro-
fecla. Esto Gltimo es evidentemente falso : luego tambien
lo primero, pues no hay mas razon para lo uno, que para
lo otro : luego el nnjido 6 Cristo del Sefior no ha venido,
aw.
411. Este argumento de loa doctores judios es el único
entre todos, á que no han podido responder hasta aora los
doctores cristianos, 4 lo menos de un modo perceptible,
capaz de contentar y satisfacer 4 quien desea la verdad, y
solo en ella puede reposar. En todo lo demb tengo por
cierto é indubitable, que convencen evidentemente B los
doctores judios, los confunden y los hacen enmudecer : y
esto con tanta eficacia y evidencia, que algunos Rabinos
mas modernos (y sin duda maa doctoa y sincéros que lo8
antiguos) se han visto precisados 4 decir en fuerza de los
argumentos, que el ~esia'sdebii haber venido muchos
siglos ha, segun las Escrituras; maa que ha dilatado su
venida por los pecados de su pueblo. Otros todavia mas
doctos y maa aincbros ,han dicho (y parece que en esto han
dicho la pura verdad sin entenderla) que el Meaias ya
vino ; pero que esta oculto por la misma raeon : esto ea,
por los pecados de su pueblo .
412. Mas aunque en todo lo demírs convencen loe doc-
tores cristianos, y confunden B los jodios; en el punto
particular que aora tratámos, parece cierto que no han he-
cho otra coscr, segun su sistema, que hablar en tono deci-
uivo, ponderar, suponer mucho, y al fin dejar intacta la di-
* Et impleatiu vido, et prophstia, et nngatur h~etps
iand~mm.
i
-fin. k, H.
.) Píxmmonti.
2a6 LA V E N I D A D B L MBSIAB

ficnltad, 6 por mejor deoir, dejarla maa visible y mae i n d b


Inble. Ved aqnl toda ¡a respaeeta, y toda 18 s6kicion de la
gravlsima dificultad. Lo primero : saludan d los dootores
judios con la salatacion acostumbrada, iiamsndolos groeeros
y carnales, pues se han imaginado que las profaíae diotadaa
por el Jbpiritu Santo, se habian de cumplir así oomo sue-
nan, 6 segun su modo grosero de entender (en eato áltimo
no dejan de tener raaon, y gran razon). Lo segunda: les
aúaden, que han entendido laa Eecritaras segun la btra
qw muta, y no segun el espíritu que uiuijca * (lo oual
tambien puede sei verdad, y lo es en gran parte ; mas en
su verdadero sentido). Lo tercero: les enaefian, como si
fiisran capaces de admitir, 6 de entender une doctrina
tan estraña, y tan repugnante al sentido comun, que las
profecím w deben entender, no aomo suenen, 6 eegnn el
a~ntidoque apareee ; pues en este rentido, añaden, d
neaesnrio admitir en Dios manos, pies, ojos y 030s mate-
rial- ; todo lo oual 88 lee hcuentemente en lae p d m h :
sino que se deben entender solamente.en aquel sesitido
verdadero en que Diae hablb. i Cual es este sentido ver-
dadero ? Ea, dicen, el mentido espiritual y figurado. Y en
este verdadero sentido se han verificado y8 en la J.&&
presente casi todaa aquellaa profeoías, que no pudieron
verifioarse, ni tener lugar en los J n d h ; esceptuando alp.
nas pocas, cuyo cumplimiento perfecto se reservo para d
fin del mundo, cuando vuelva el Señor del cielo á la tierra
Q j w g a r h i& duos y 6 lar rñwttw : &O a,d todo
ter0 el linage humano, qae lo espera en el grm valle de
Josafat, ya muerto y resucitado, &c. i Y m hay mss
respuesta que eeta, ni mas solnoion de nno tan grave difi-
eultad ? No, amíp, no hay mar, segun todo lo qns yo he
podido averiguar. No por eso niego la p o s i b W absoluta
de alguna aoluoion mas probable 6 perceptible; m a ~ao
el sistema ordinario no comprendo como pueda aq.
413. iO verdaderameute.pobrea B infelices Judios ! Por
) Juxti -
litteram occidentem, et non jiuta spiritn ~ 6 m u t e m .
Vds cp. 2 a¿ Cor.iii, 6.
todas parten os sigue y acompaña el reato de vuestros de-
litos, y la justa indigoacion de vuestro Dios. i O sistema
no menos funeato y pejudicial para vosotros, que el que
abrazaron imprudentemente vuestros doctores ! Aquel os
hiso desconocer, reprobar y cruci6car 4 la esperanza de
Israél, y os redujo por buena consecuencia al estado mise
rable en que os halláis tantoa sigloa ba, anunciado clarísi-
mamente en vuestras profecía : y este otro sistema en que
os quieren hacer entrar con una violencia tan manifiesta,
os ha cagado mucho mas. Al sistema de vuertros doctores
es evidente que les faltb la mitad de las profecías, 6 ia
mitad del Mesíes mismo ; y á este segundo sistema es no
menos evidente, que le falta la o h mitad. Una y otra
falta ha recaido sobre vosotros, y ba completado vuestra
infelicidad. i O si fuese posible unir entre sí estas das
mitades, wgrul lar &critlrrau! Con esto rolo partm que
-taba todo remediado por una y otra parte. No esa
menester otra ma mi parael verdadero y Alido bien de lar
gentee cristiana, como para remedio de los infelBces Jodioa ;
paro di srtii la dijsultad, srta a el trabajo. Si ae
uniesen bien estas dos mitades, podrá decirse i como pu-
dieran cumplirse las profeoíaa ? i Como pudiera cumplirre
todo lo que se lee en contra de los Jndios, y en fivor de lar
gentes que ocuparon su puesto ? i Como pudiera c u m p b
asimismo lo qne se lee, para otro tiempo en contra de ha
gentes y en favor de loa Judioe? Conque los r e p h
se hiieran oaqp de las okc~stanciaeque habian de acom-
pafirrr la primra venida d d M d m , eegun lae lbmitonu, y
por comipiente la creyerun ; y loa primeroa que creen I.
primera ya cumplida, y esperan la segunda venida del
M& en gloria y magestad, hagan reflexion aobre tanta,
profmiar, que hablan mmiíiestameiite de esta, y no de la
primera, y por tanto entónoes d o tendrán rn entero cum-
plimiento.
FENOMENO VIII.

APOCALIPSIS CAP. X11.

1. Aptarrciá en el cielo una grande mial: una caargsr


ciis+ta del mi, y h luna dsbqjo & r w pier, y en m m-
una corona & docs estreller : Y atando en cinta.
clamaha aon dolorsr & parto, y mfria d o k por p d r .
Y fué vista otra uFUrl en cielo: y U aquí un p d k '
drcrgon batnsjo, que tunk rWte c&zar, y diez csernO8 :
y en aua &ao riete- diudemao: Y la cola de P arrar-
traba la tercera parte de ku srtrelku del cielo, y lar hizo
caer sobre la tierra: y el dragon M par6 &nts dc la
muger, que ataba de parto: 4 $n de &agarde al h$o,
. luego qw e l h & Lubicrs parido. Y parió un hijo varon,
q w habia & regir todar lar gants. con vara de hiero: y
M i f i w arrebatado para Dios, y para su trono: Y 24
muger iuyb al desierto, en donde tenia un lugar apareja-
& de Dios, para que allí & dimentaoen d dorcisrtor y
raenta diar. Y hubo una grande batalla en el &do:
M+ y au w lu lidiaban con el dragon, y lidiaba el
dragon y nu angalu: Y no prevalecieron estos, y nunca
i ~ afru b ~ h a l h hsu lugar en el cielo. Y f u l lanzado fuera
aquel grande dragon, aquella antigua serpiente, que se
üum diablo y Satanlrs, que engMo á todo el muñdor y
ful arrojado en tierra, y nu angelu fuaron l d
con /l. Y oí una grande wr en el cielo, prrs decía: A o m
M ha cumplido la salud, y la virtud, y el reino de nuedtro
Dios, y el podsr de su Crirto: porque es ya & d a d a sl
acwardor de nuertm hemnor, que lor [actuabadelante
de rusrtro Dior dia y nache. Y dbr &.&m vami&.pw
. .-
EN RLOEIA Y YAOBSTAD. 286)
Za sangre &l Cordero, y por la p a l a b r a de s u testimonio,
y no amaron sw vidas h t a la muerte. P o r lo c u a l re-
goc+ws, cielos, y los que mrau en ellos. iAy! da la
tierra, y de la mar, p o r q u e descendió e l diablo á vosotros
cm g r a n & ira, scrbicn&o que tiene poco tiempo. Y cuan-
do e l dragon vib que hubia sido derribado e n tierra, par-
riyuió á la rnuger qw parió el hijo varon: Yfueron &
dar tí la mugar dos alas da g r a n d é águila, para que vo-
b e al dcrierto h su lugar, en donde ea g u a r d a d a p o r un
tiempo, y dos tiempvs, y la m i t a d d e u n tiempo, de la
prsss~eiade h serpiente. Y ka r e r p h t e lanzó & su
boca e n por de la mugar, a g u a oorro un rio, con el$n ds
que urrebatadu de la corriante. hias h tierra
ayudó h la a u g e r : y a b r i ó la t w a 8%boca, y sorbió d
rM, qw hbia lanz&do e l dragon de .u boca. Y se air6
e l dragon c o n t r a la mugar :y re faé tí hacer g w r a con^
tra 108 otro8 de r r liurge, que gwrdcu, lor mandan~ienior
dr Dior, y tierran e l testimonio de Jsrucriste. Y se par6
~ b r lae arena de la mar *.
' E( magnum a p p a d t in ea10 : mulier amicts d e , et
luna eub iedibns ej&, et i n i p i t e ejw corona atellarum bodecim :
E t in ntero habens, clamabat puturiens, et cruciabatur ut pariat.
Et v h m eat aliud s@um in celo: et ecce draco magma rufua ha.
bem capita aeptem, t?t cornua decem: et in capitibus ejiu diade
niata reptem: Bt cauda, ejus trahebat te& phrtem stellarum
4, at mkit ear in krrun: et draeo sG&.a(a mnlierem; qua erat
prritura : ut chm pepetisset, filinia ejui dermrct. Bt peperit 6-
lium maacdum, qui recthnie erat omnai gente8 in virga ferrea : ct
raptas eat filins ejun ad Deum, et ad thronum ejun : Et mulier fugit
in rolibfmem. ubi habebat locum paratum h Deo, ut ihi paacant
aun diebtm milie dueentis aexqinia. Et factum ent praelium m q -
nam in d 1 0 : Micha, et angeli ejus preeliabantur Cum dracone, et
drirer> pqnabrt, et M@ 3iis : et non d u m b t , neque locua in2
rmttu est eorum amplihi in c a b . E t projecho cst draco ille miy-
nm, serpena antiquua, qui vocatur diaboliii, et Satanaa, qui seducit
mivernum orbem: et projectun est in termm, et angeli ejns cum i h
mimi mnt. Et audivi vocea magnem in.cmlo dicentem : Nunc facta
e&*; +irtal, et regntim Def nostri, et poteatan Christi ejw :
qal. proirctar e á mammter fratram wrtrenm, qnf iccurabat iiim
TOMO 11. U
7. 1

u)QUE SOBRE ESTO SE HALLA EN LOS DOCTORES.

PARRAFO 1.
2. Para poder obeervor erte gran fen6meno oon toda
exactitud y con cooocimieoto de caulie, aeria may condu-
cente saber primero, y tener como 4 la vista laa varias in-
teligencias 6 eaplicaciones, que hada a m se le han dado,
mirándolas todas con la atenoion y formalidad que cada QINN
pide. Beria del mismo modo conducente, si esto faese, po-
sible, entender bien lo que en realidad nos quieren deak,
oombinando unas con otras, y todas con el testo- swa-
do, de modo qoe remoltase de esta combinacioo algun todo
creible. 6 verosirnil, y perceptible.
3. Todo lo que sobre estos misterios se halla en los
doctores, se reduce 6 tres opinionee 6 tres modos de dis-
onmr, 6 á tres sendas diversas, por donde se bao dado el-
gunoe pasos, aunque no muchos. La primera, frecoentísi-
ma en toda clase de escritnrars eclesi4sticaa, especialmente
panegirista, dice 6 supone, que la muger vestida del sol,
&c. de que aquf se habla, es la santísima V i n María
Madre de Cristo. En esta supoeicion que ninguno ha

ante conspectum Dei nostri die sc nocte. Et ipsi vicerunt~ewm


propter aanguinem Agni, et propter verbum tcetimonii sui, et .non
dilexenint mimas BUEY unque ad mortem. Propterea imtamini caeii,
e t qui habitatk in ek. V e te-, et mari, quia deacendit diabolus
ad vos, hnbens iram magnam, sciens qubd modicum tempus habet.
E t pos quam vidit draco, quod projectua enset in terram, peraequtua
est mulierem, q u e peperit m a e d u m : et d a t e sunt mulien rlae duat
aquiim rnsgne, ut voiuet in desertum in locurn su-, ubi &tu+
per tempus, et tempora, et dimidium temporis, B feQe eerpentis. Et
h i t serpem ex ore suo post mulierem aquam taniquam flumen, ut
q m faceret trahi A dumine. Et G u v i t terra mulierem : et apemit
tem os suum, et absorbuit flumen, quod mbit draco de ore euo. Et
iratus est drseo in mulierem : et abiit facere pmiium cum reiiqpis
de semine ejus, qui cnstodinnt mandata Dei et habent destimaniup
J a u Chhti. Et stetit snpm are~smm&. - A p xÜ, (id-1 urqre
ad 18.
pensado probar, no hay aqul hacer otra cosa, sino acomo-
dar devota 6 ingeniosamete B nuestra Sefiora tres 6 cuatro
palabqs de esta profecia, de aquellas que tienen algun
lnstre, y muestran alguna apariencia; olvidando todo lo
d e d a , como que no haae B su propósito. Esta es1)ecie de
intel'iewia no ha menester atro erámen que un prinoi-
pio de reflexion. .Cualquiera hombre rensato conooe bien,
y se hace cargo, que semejantes acomodaciones han sido
en tantos tiempos no solo permitidas, sino aplaudidas en
los discursos panegíricos; los ouales, aunque devotos y
pioe, siempre necesitan de algun poco de briilo. En suma:
no wdámos tiempo inútilmente. Los misterios de este
capitoio xii del Apocalipsis hablan tanto de la santísima
Virgen Morla, como hablan los libros sapienciales, ó lo que
en ellos se dice de la sabiduría. Es verdad que la Igle-
sia, en las festividades de la Madre de Cristo, lee aigunos-
lugares de estos libros sagrados; mas su intencion no es,
ni lo puede ser, el p e r s n a h o s ó ineinuarnos, que aquellos
lugares que lee, hablen realmente de nuestra SeAora, oi
que este sea su verdadero sentido.
4. Vengamos, pues, B la esplicmion de los doctores, no
panegirietas, sino literales, que son los que buscan el ver-
dadero sentido da las aantas Escrituras. Estos, segun su
sistema general, son de parecer, que la muger misteriosa,
de que habla S. Juan, no puede ser otra que la Iglesia de
Cristo. Aunque en esta proposicion general convienen to-
dos ; mas ea lo particular se dividen en dos opiniones. La
primera, sostiene, que los misterios contenidos en esta pro-
fecía, son unos misterios ya pasados, que tuvieron su pleno
cumplimiento quince siglos ha. La seguuda comunisima
afirma todo lo contrario. La primera dice, que la profeoía ya
se cumplió en toda la Iglesia cristiana, en los tiempos tsm-
bles de la petsecucion de Diocleciano. La segunda dice,
qne.se cumplirá toda en otros tiempos todavia futuros, y
mucho mas terribles, caales deben ser los de la tribulacion
del Aaticristo. Iai pRmra de estas dos opiniones, aunque
propuesta y defendida por autores moderaos, graves, pios
u 2
y doetísiios, no por eao la creemor digna de rnpeoial rifen-
don, sino, cuando mas, digna de a l p n a espeeial admira-
&, de ver, que mos hombres tan grandes hayan prodri-
oido en este aaunto partiaalar uws fintos tan pequefim.
Maa esta misma admimioa, lejos de baceioos perder un
punto de la e s t i d o n y reepeto, debido por tantw t í t a b
L estos grandes iábioa, noe aondaoe por el contrario B esti-
marlos mas ; teniendo por cierto, que no entraron en esta
idea, mw despues que ya no pudieron tolerar la espiicauion
verdaderamente ininteliible de los otros autores literales.
Rata sola reaexion hace toda su apologla. Nos queda, pues,
d axámen un poco mae prolijo de la principal opioim, que
oorre, caai como única entre los que buscan la verdad en el
sentido iiteral.

mLICACION DE LA PROFECIA SEQUN LOS AUTORE8 LI-


TERALES.

5. La Iglesia ciistiana presente, cuando lleguen loa tiem-


pos críticos y terribles de la peraemcion del Anticristo, nos
dicen los autoree literales, es todo el misterio, 6 misterioe
que contiene el capítulo xii del Apocalipsis. Represea-
Oere la Iglesia en aquellos tiempos como una eefial6 prodi-
gio grande, bajo la aemejanta de una mugem veetida del
ml, con la luna bajo sus pies, y coronada de doce estrella.
Por ertes figunu tan mrigníñcas, lo que m nos dice es, que
Jerucrbto, sol de jueticiq segun sus promesas infalibles,
wtid enffincee d su Igleeia y la ilmainará too sus ras-
plandores, del mismo modo que la ha veatido é ilaminrrdo
h a h la presente ; paes BI miamo dijo antes de partirse:
mirad pzra yo estoy con wmtroa todoi Isr ditm hasta h
conacaMcion del siglo*. Por consiguiente, digo yo, el
vestido del a01 no ee debe mirar como una gala nuera y es-
traordinaria, que m dará B la Igleeia en los tiempo8 del
Ecce ego vobiscum sum omnibus diebue usque ad consumma-
-
tionem mreenli. dlor. xxviii, 20.
hticvbto, nino como .au vmtido ordinario, propio y aatn-
mi. La oorona de doce eatreUas es símbolo de los dose
apóstoles, que eon sus maestros y doctores. La luna bajo
sus pies, qaiere .dacir, que la Iglesia despreoiará eotóocer
con un soberano deeprecio todPs loa cosas cormptiblee y
mudables, 6 toda la gloria rana del mundo, simboliaada por
la luna. Tal ves se bablára oon mayor propiedad, si w
Gene, que la Iglesia en aquellos tiempos deberá despreainr
todas e s t a cosas, como lo debe aora segun su vocacion y
profeeion. Permitiendo no obstante todo esto (pues l a
evongelioe y otras Escritnras nos anonoian todo lo contra-
rio) la aoomodacion hasta aqui es ds algun nodo t&rcrbI.,
si aquí mismo se concluye toda la profeoía con todos sru
misterios ;. mas el trabajo es, que aora solo empieaa
6. Esto muger (prosigue el testo sagrado) estaba prefia-
da, y como ya m mercaba la hora del parto, padecia gnm-
des congojrre, angustias y dolores, que se manifiestan bien
en las vooes y clamorea que daba*. i Qué quiere decir
esto ? Ia que quiere decir, segun ia esplioacion, es, que
la Iglesia cristiana, la cual en los tiempoa de paa pare sos
hijos sin dolor, sin incomodidad, sin embaram, lo8 parid
coa gren dificultad en loa tiempos borrascosos y terriblas
del Antioristo.. . Si se muda la palabra Anticristo en la
palabra Diocleciano, y al futuro se .a6ade prelbrito, esto
mismo es lo que aííade la primera opinion, y tal vea con
menor violencia. Pebemos adelante. Rul vista otra se-
áal sn el &lo: y b aquí un grande dragon. htpirdo la
rrrrrger en estas anguetias, aparecib por otra parte el cielo
otte #&al, no menos digna de admiracion : es B h r , un
drago~de color rojo con siete cabecm y dies cuernos, m-
ya cola traia la teroere parte de las estrellas del cielo, a m
w l
a r B la t.-; lo cual ejeontado, el dragon m paro
luego delante de la mqer, esperando la hora del parto pa-
ra devorar el fruto de au vientre. Lo que esto eignifica, es,
que al drngon infernd, 6 SatanPe con &te c a b m y dies
Et in utero habas, clamabat parturiens, et crueirbrtur nt p-
riat. -Apoc. xii, 4.
eeb 'LA VENIDA DBL MalliAB
outmor; edo e, .mm&do del mlmo Aotkido ( q ~ emí
se describe en el cqítnlo siguiente) oyendo los cliunores de
Iri muger, 6 c o n d o bien les gnindei tribul&es en
que se hdla k Iglesia, procurará a p m v e c h de ten bdla
ocasion, p a n atfigirla mar, 6 acabar con ella del todo, de+
wráadole el hijo que está para parir; esto es, los hjoa que
pariere. Pem Dios, que ao puede olvidame de su Igterin,
le enviará muy 6 propoajto al arciiijel S. Migae4, con todos
ios egércitos del .delo, para que la deñendan del dragon y
del Antiorbto. Al punto re trabará una gran batallá entre
8. Miguel y el dragon, y entre los Bngeles del uno y del
otro, y quedado el &agua vencido y auyentndo con todoci
ros Bngeles, la mnger 6 la Iglesia parira ya BW ~IJOS ooo
menos trabajo, sin tan graades aontradicciooes: y p a d uri
hco varon ;y estor hijos que la Iglesia paRrir en a q i i h
tiempos, s d n tan másculos, 6 tan varoniles, que ann aca-
bad- de nacer, sc opondrán al Anticristo, y le resltirán
con valor, por lo cual merecerán ser arrebatados al trono de
,Dios : eato es, al cielo por medio del martirio : y su e o
fué arrebatado para Dior, y para su trono. Aora : de
este parto 6 do este hijo másculo 8% dice, que él es quien ha
de regir 6 gobernar todas !aa gentea con vara 'da &o.
i Coando será a t o ? Será verosirnilmente el dia del juicio,
en el vaile de JosafPt. heigámos.
7. Caando el dragon se vi6 vencido y arrojado 6 L
tierra con todos aos hgeles, cuando supo que la mliger
habis parido felizmente y el hijo habia vohdo'al trono d e
Dios, dice el testo sagrado que convirtió todam rabia y
- furor conira la madre, y la persigui6 con todas sus fuerean*.
A la moger se le dieron entbnces dos &lair de águila grande,
paia que volase al desierto al lagar que Dios le tenia pre-
parado, donde será apacentada por un ijempo, y dos tien-
...
por, y la mitad de un t k p o b d &cientos y roaentu
di-, que todo suena tres añoa y medio. T d o esto qoe
aquí se anuncia ( d b la eeplicacion) M, verificará cuando ia
Et postquam vidit drico, quod projectua csaet in ter-, pme-
qutus eat mulierem, quae peporit maaculum. -Apoc. xn, 13.
Iglesia, peie8griide cruelmente por el Anticristo y el dragso,
se vea precisada B hoir, .y eeoonderee en .los W e s y de-
siertos mas eulitarios : para cuyo efecto.se le darán dos áim
de 4guila grande (que unos entienden de un modo, otros
de ~tro,y otros de ninguno, que parece el mejor partido).
En este.deinerto y soledad estará la Iglesia mil dorcientor
y "mta dias (que son puntuahnente los dias que.ha de
durar : la persecocion del Anticiiito) :. anstenthlola Disa
milapamente en lo corporal, oomo eastentb P EN-, y &
tantos otros anacoretas; y en &u eapiritd, por medio de
sus @atomi, &c;. Quisiera proseguir, y concluir el resta
de la profecia, se+ la espbcacion ; nias para qu6 ? i No
bosta ,esto.solo para juzgar prndentemente de todo lo d e
más ? A quien eeto no .bastare, puede facilmente iostmirse
por, si mismo, consnltando B los intbrpretes literales, que
le p w i e r e n mejor. Bsta.enpecie de libros.son los pNmeros'
qnexe preeenzan 8.105 curioaos en malqaier biblioteca.

REFLEXIONES SOBRE ESTA INTELIGENCIA.


PRIMERA.
8. Cuando decimos, á oimos decir, que la verdadera
Iglesia cristiana pare verdaderos hijos de Dios, lo que úni-
camente.entandemos por esta lococion figurada, es, que la
Iglesia activa, que es en propiedad nuestra madre, habiendo
admitido benignamente, y recibido dentro de en espaciosi-
simo seno algunos infieles, que piden este beneficio, los ina-
trnye primero plenamente en los misterios que deben creer,
y en las leyes que deben observar. Todo el tiempo que
dura esta instrnccion, se dice con propiedad, que están
estos como en el vientro de la madre ; la cual, como diae
.S. Agastin, cria 6 sus fijos con oportunos alimentar, y
tos Reva alegve en su vientre, hasta qw llega el riramento
& dedos & luza. Este dia de parto no es otro que el dia
...
Congruis aiirnentis eos qum portat psacit in utero, et d diem
parta" aui latos Imta - perducit.-Db. Augikt. de s m . ad C a t k -
menw. ..
L A VPHIUA DBL .YPSIAW

de4 b a ~ & ~t ~derpaer


o del 4, ha niama igim Iaa mor-
m e por hijoii rmyor, c ~ n >qoeyasonhijoide DitmporL
rqpneraoion en eqiritu. h.
D. Eslo iippueub, d k n h d. Si la mager vestias
del rol er la Iglesia ea ~ Q Sfiempos del Ilitkrbto, lo que
ie anp~:iCrpor aquellas palebrru,: Y lrtuudo aa cinta,&a-
~mdelo?wdsporto.y~dderrrporpMr,er
esto aoloaetite : que la Ig* en aqdloa tismpos tendrá
gnnder embai~rcie,d i f i o u l y~ costrolPaaSwer pira k m -
truir* y miioho ~ p a apara btxutk 4 los orteoúacpos (y ri
m quiere tpmbieri para baati5ar 4 loa párruioa de .brr m-
gema cnstiPPaa) ;y no abrtante estas diicultadm, al íia ks
pPnrá para Cristo, 6 loa bautizará: p a d un hwo ttaroro,
rsto tu, m u fijos: por Canrigukte, ertos cateoámenoe m-
rán loa qne espera el dragon para devorarloti luego al punto
qne w a bauibdoe:
~ el dregon r s p d dehk & la
suqw, tifin & tragarm d 60, Iwge qw tn4 b W
p u d o . Estos cateafímeoor serán loi que ucobados de
nacer 6 de ser bauthdoa, serán arrebatados al trono de
Dim, como dioe la espliwion, por medio del martirio.
Estos catecámenos se1.8~los que haiP de regir todas lar
gentes con vara de hierro*. ¿ No veis, sefior, aun desde
el principio, la impropiedad y oeouridad eiirema ? i Y toda
hr.otroe G a s de la miame madre? i Digo los bijoa m a y m
que ya eran nacidos y adultos anta del Anticrirto? il%toa
no tendrén parte en los bienes tan grande8 que ae a n o h
PI bijo menor? ¿Estos no volnrán nl trono de Dio8 par
msdio del martirio? i Estos no regirán las gentes txm
&I Lierro ?
S E G U N D A REFLBXION.
10. .Acaso se dirá (y mí r e dice en la reaiidad, 6 m.-
pooe) que loa hijos mogores, 6 una gran prvte de ell01.d
b.weado .coa la madre, 6 aw el ouerpo de los peitPrar;
d@o por eoosigaiepbeintiie las llamas de la peweawiem
á loa hijos párvulos, acabados de nacer. A lo rnenoa a
w.h.«plisroion, qme la hdebe~beiral dc-
d.
d x t o h e p derpuss del parto ; y debe huir, no sola, sino
oon alguno ó muchos de sm hijos adultas, pues nos dicen,
qw ¡a I g l h llerá apacentada en el desierto por medio de
rw pestores; y aiendo mtos propiedad, la madre no
~ . q m c m t e188r hijm, b las o r e j a qoe m, tiene aendgo.
Coaqw 4 b mama dgnweodiitos aegnirán b eail pataies,
y. ae d r á n oon .elloa en .el deaiarto ; quedando los
otiior wm apr :hmmma minimos, que aoaih de naoer, dm
tener q o h les de d oañaato n d o , y al miamo tiempo
rodeados de p$igroa Parecen estas oow como uaor ver-
ddaos,*e enn.mu, obscnma q w el testo miemo.

TERUBRA REPLEXION.

U. Si la miger rsstida del rol ea la Igleoia en tos tiem-


p# del bnticristo, la I g l d en aquellos tiempos -debarl
hnir y amadoma m loa m& y c u m , luego d q u e s
del parto, sea.& pottaloqris qrimeren que sea: Yparid
un h$o mron... Y &a rnnger htqb ddcderto: deber&
hiir,.no d o la Igleriaaotiva, 6 el cnerpo de loa ~ p s b w ,
sino junto con d a una parte, ó g r a d e b,pequefia, de:k
Z&da prive, .6.deLeom9nde los M e s de =boa a6xoi;y
de todar oondiaiones. Deber$ con en h i d a dejar en r m o
pe- otra patte no m& -de, y tal vea mayor de lai
mimo8 fieies ; pues .aapmce rsn>shil que todos loa ~0e1011
huyan el dsaierto. ni que baya dedeito para todos. Debed,
sa.mw, la mulre dejar ai~hijo.másado,6 ti los hijos que
acabe de pair ; no:obeimte el.amor y ternura de naa ma-
dre, y tal madre mpe&to de um phrvalos que quedan en ia
cuna. & . d a d que el teeto mismo diae, que este hijo
m6ado 6ee 1- erreklPdola1 trono de Dios; mas k
erplicaeisnidiae, qw eilb eei$ por medio del martirio y Ek,
li.aoai.ae : lo o d , apnqae para el hijo 6 los hijos m á a o a b
&~u.n~.lEaPjaertiiod>le;mer esto no eeansa ni hace honm
b la tímida madre, que los abandonó por aalvone .ti $
m- Aun k u ~ m a s i m r m e ~ g d e m e m m ~
en semejaotee ooeeiones parecen unos leones, y se hacen
. honor.
CUARTA REFLBXION.
. B.Crece sobre todo la dificultad y el e m b de
eeta inteligencia, si se advierte bien el tiempo en que debe
wceder ,la huida de esta mnger. Lois autorea eupomen
que será en tíempo' del hticristo y por cansa de m per-
m u & n ; pues 4 esta persecncion atribuyen loa dolores del
pedo y Jas enpe+' parn parir, y á esta misma pemeu-
atribuyen la venida de S. Miguel, y la batalla con el
dragon. Mas si se atiende al testo mgrado parece evi-
dente y clarísimo, que ad la betalla de S. Miguel con el
dragon, como el parto de la mnger, como el rapto de w
hijo o1 trono de Dios, como tambiea su huida 4 la soledad,
son unos sucesos que deben preceder al Anticristo y 4 m
persecuoion.
15. Primeramente : la moger que despues del parto huye
8. la soledad, ha de estar en ella, dice el testo sagrado,
1(660 dim, que hacen 42 meses, 6 tres oóoe y medio. Y
parió un hvo varon ...
Y la muger'huyó crl desierto, en'
do& tenia un lugar aparejado da D h , para que aUí
la dimentauen mil dmcientw y sesanta dios. Concluidos
eatos dias, nos dicen los doctores qae la mager solitaria,
esto es, la Iglesia, saldrá de so soledad, por la muerte del
AnticRsto y ruina de en imperio universal. Por otra parte
aabemos, .que In pereecucion del Anficristo ha de durar
este mismo espacio de tiempo,. como ee dice en el copitalo
siguiente : y le fué dado podar de hacer aq&Uo &renta
y dob meses* :I a e p la mnger, esto es, le igtesia estarsi
en la soledad escondida y segara todo el tiempo'qne da-
rare la peniecncion del Bnticnsto : luego esta persecncioa
no puede ser la cansa de sus dolorea y angastiee en el
parto: luego tampoco puede sor la causa de la batalla
de S. Miguel con el dragon : luego esta batalla h.p u d e
Et data est ei poteetes b e r e menea quadraginta duoa.-Apoc.
xiii, 6
mr p a d defeader L 1o:Igleoia.de la' penreoucion del Anti-
cristo.
14. Lo segundo y principal : cuando la mager despuks
del parto bugó B la soledad, dice el testo sagrado que el
d m p n aunque ya vencido en la batalla; y arrojado B la
h a , no por eso dejb de perseguirla, y no pudiendo al-
aarla, arrojó de sn boca un n o de agua, con el J n de q a ~
fume arrebatada ds la corriente :y viendo que este última
düigenaia le habia salido mal, puea la tierra abrió m bow
y se tregó el rio de agua, irritado furiosamente re v o M
luego B hacer guerra formal contra loa otros ds su linags ...
Y 8 e par6 sobce la arena & h mar. Y luego imgediata
,mente dice S. Juan que vi6 salir del mar la bestia de siete
cebe- y diee cuernos, y prosigue en todo el capitulo si-
guiente anunciando los misterios del Anticristo, y la tam-
bilidad de su persec~cion; Y r e par6 sobre la arma & la
mar. Y v f ralir de la mar una bestia*. De modo, que
cuando la bestia 6 el Anticristo salib del mar, cuando se
reveló 6 manifestó ptiblicamente, cuando comenzó en toda
forma su persecuoion, ya la muger habia parido con grades
doloma : ya el hijo .máaculo habia volado al trono de Dios :
ya.habia sucedido la batalle y victoria de S..Miguel c o a h
el dragon : ya la miama muger habiia huido d la, soledad :
ya. el dregon la' habia seguido, y d e s e e p e r a d o de ai-
zarla, se habia vuelto lleno de furor á hacer guerra contra
h:otros de str linsgc: y pers hacer esta guerra con el
mayor y mejor. efecto posible, se habia ido 4 las orillas del
.mar metafórico, como h llamar en su favor la bestia de siete
.cab%icaey diez cuernos, por medio de .la cual esperaba hacer
graudes conquistas. Este es el órden claro y palpable de
toda esta profecía. i Como, pues, nos suponen 4 la Igl&
en tiempo del hticrieto, y por canea de su persecucion,
lpadeciendo grades dolores y angustias para dar B luz
nuevos hijos,. y huyendo deapuea del parto B la soledad ?
h.
Et stetit super srsaam piaria. * Et vidi de m u i bertiam a s e e
dentem, &e. - A ' ; .xE,18 ; e# xZ, 1
10. 'S dgfiw puede ooiioardu bQi erter aoam de pa
modo íñcii 6 inteligible, me pareoe qw d d UIU piredm
bien sensible de un t.lento mas que odiaario. Yo, que no
me bello a a p s de tanto, y que reo por otrs pute mod$a.
mm di6c61tader y emkrasoa, qne omito por no ser tan mo-
lerto, no puedo menos que abandonar e n t s m t s e& m-
bligencia, J junto con elle todm laa otras oendaa igualmte
d i i l e s , que bauta se h ~ pnitendido
o sbnr ; rwrtiisndo
al miemo tiempo -etm d a tí otro camino facil y llano, que^
aquí di6110; el aml, aunque al principio podrá pareear im-
praehble, y fipnne <romo ao precipicio ; espero no oba-
duite, que 6 p o o o ~pasos, perdido el miedo, se e m p e d i
mirar con otros ojee. Si este ponto bace 6 no 4 mi esunto
priiioipal, no se pedo decidii tan prasto, mrá necaraio
PblPC-Po*
8E PROPONE OTRA INTELIGENCIA DE =A PRO-.

PARRAFO IV.
16. AnN todas amas, debemos ieaer muy prenwte, sin
idtidar lo ánico que hay en esta profeda dlebre de dan, y
perceptibte tí caalqaiera que lea ; ea 4.saber : que ioda dh
d b d e ia primera.h h la tíltima palabra, es una aictáfwq
b uaa padboia, 6 usa semepasa. *Los sucesos qme m
anuncian ea ella .tienen todo el aire.de grandes, weror y
eetraotdmarios, á proporcion.de la d a d y -->de
Isci -semjmc~smn que son anoinciados; mm por
m i m o se nos preseatan coma urna e a i p a s impeoetraMsr.
.I,a panrona,.4 e l sujeto, 6 el ouerpa moral de quien ae hDr
%la, y de quien se dicen tantan cósoe paiticulrres, ea ai-
-te alguna cosa nal, tí la cual le conviene bien, aanqPe ~
l
&lo !pw ~ m e j a w a ,#O por pvopbhd, el nombre de mpi
'muger, y t d b ldll
~ atrae cosas particuleree que dicen de
ella ;*mmtodas'edtasmsas partiaalarse mn tui m e W & k
como ella mima. Asi como la palabra mnger ea una aPsU
h ~ 6 - t t a e - ~ e i sds ,la es el a01 de que ae re rsrtido:
asi lo es la luna que tiend C e a wpies :.asf loxu h -de
do- 4.treUai : así io es.el cielo doada - a p m eata gran
d: a ~loi e s su prefíeo,auu ddowa, su parto, &o,
17. En e ~ t arnpoaieion vinible y manifieota, se coeoib
sk pinto, que para comprender bien 1- mma .portioularer
-
que m dioen de esta muger, es neoesario conocer primero
mn.irieas oleras, qa6 muger es eeta, 6 qu8 os lo que aqui
m oai presenta bajo la aemejama de una muger. Si esto
no m eomoce, B lo menon aom una cer- moral, muabp
mar Q se entiende en esti mnger otEP waa diverea de lo
que en realidad 5gaiñca, rerá moralmente imposible espii-
OPT de un modo clan, y perceptible toda esta profecía.
C.da paao que se diere oomo sobre un supuesto falso eerá
ao~gaientementepaso falso. Al contrario, si una ver ae
omoce dieha mnger, todo lo demas quedará accesible, todo
se podrá ya esplicar de un .modo segnido y naturril, sin
artificio ni violencia, aunque por otrae razones y circune
taneías aocidentales cueste algm kpbeja.
18. Aora, pues, oomo sobre el verdadero mgeificedo de
esta muger ha habido y puede haber en adelante divereas
opiniones 6 dimsoe sistemae, ¿como podrbmos conocer
cual de e k es el verdadero, 6 si hay alguno entre eUoa
que lo e-? A esta pregnnta yo no puedo responder otra
amm sino que $entro de nosotros miarnos tenema todo#,
por don del Criador, cierta balan~anatural, bastante justa
en sí (qw suele llemerse sentido aomnn, 6 lumbre de
m)en la c d podemos peaal, iip gran diíioultd, estas
dioenm opiaiooes 6 Uetemae, y saber por erte medio el
pem y valor inirínseco de cada nm. La nperacion ea
&id y simple ;puee solo consiste en oonfrontnr y comparar
atentamente el sirtem~, cualquiera que sea, can el testo
Wsmo y aon tocls m oonterto :. y tambitm, ei eeto ae puede
ria grave inoómsdo, con oíme Escrituras <que.bngan oaa
esta alguna relocim. Si d e l a , puesto en esta balanza,
y ohanada con atcaioion, u:hdodo fdtq ento m10 mtn
basta para mhrie, w diga como mab, nino. eomo..no
heno. Al contna*: rite8. hrdln:en.4a b 6 h n ~ s L a o L
aspSem&zme al.- ¿e h p a o f e o C a o o a ~ ~ ~ o o n t e i t a x
si todo 10 esplioa sin' omitir ' h a sola palabra : si todo lo
esplica sin .violencia alguna, de un modo seguido,.facil,
olaro y perceptible : si, en suma, todo lo esplica d e un
modo plenamente oonforme 4 otros muchísimos lugares d e
'
la divina Escritura, á la cual alude visiblemente toda esta
profecia, &c. ; en este caso cualquier juez imparcial deber&
dar, segun lo alegado y probado, una sentencia favorable ;
pues esta es la mayor prueba, que puadedar de su bondad
un sistema, en cualquier asunto que sea.
19. Yo no me atreveré t i asegurar, como una .verdad,
que la muger que voy á proponer, es preci~&ante la
misma de que habla la profecia. Lo que si me atrevo 8
asegurar, es, que en este sistema, la profecia se entiende
al punto toda entera : toda entera se puede esplicar.segui-
damente sin embarazo alguno : todas sus metáforas, todas
sus espresionea, y aun todas sus palabras, sin omitir una
sola, le competen 4 dicha muger, segun las Escrituras :ni
se concibe otra cosn diversa á quien puedan competer con
igual propiedad. Si esto es así 6 no, solo psdrá saberse,
despues que el sistema mismo y toda la esplicacion de la
profecia, que voy á proponer, hayan.entrado en la fiel
balanza, y se hayan pesado y obsemado con la mayor y
mas esonipulosa exactitud. A

SISTBMA.
20. .Lamuger, de que habla San Jnm en todo el capí-
tulo 'xiidel Apocalipsis, es aquella misma de quien se habla
para su tiempo en. otros muchísimos lugares de la divina
Eecritura, que deben ir saliendo en todo este discurso.
E s aquella misma á quien se dice por ejemplo : el S&
te llamó como á muger desamparada, y augustiada de es-
piritu, y como á muger, que es repudiada $esde la juven-
tud, dijo tu Dios. P o r un mommto, por un poco te des-
ampark, mas yo te .recojeré con grandes pisdades. . En el
mownto de mi indignacion escondí por un poco de ti m i
cara, mas con .eterna misericordia rnc he comptadscido da
de tl :dijo el SaíÍorl tu Rsdsntor. lFsto ssr para .rníwmo
BN GLORIA Y MAGBSTAD. 303
en lor dias de Noé;6 gwieti juré, que 'yo no traeria.nuis.
&uagua & Noé sobre la tierra: así juré, que no me
enojar4 contigo, ni te reprenderé. Porque los montes
srrán connunridos, y los collados se estremecerán : mas mi
misericordia no se .apartará ds t f , y la alianza de mi
paz no se moverá: dvo el Señor compasivo de ti.
Pobrecilla combatida de la tempestad, sin ningun'con-
suelo. Mira que yo pondrd por &den tus piedras, y te
cimentaré sobre zajros ...
Y serás cimentada en;justicM*.
Es aquella misma á quien se dice : Levántate, escltardcsts
Jerusalén : porque ha venido tu 'lumbre, y la gloria &l
Señor ha nacido sobre tí. Porque he aquí que las tinie-
blas cubrirán la tierra, y la oscuridad los pueblos .i has
sobre tí nacerá el Seiíor, y su gloria se verá en t í ..;
Porque fuiste desamparada, y aborrecida, 'y no'habicr
quien por tí pasase, te pondré por 'lozania de los siglos t.
Es aquella misma tí quien se dice : Porque te cerraré la
cicatriz, y te sanar¿ & tus heridas, dice el Señor. Por-.
que te llamaron, ó Sián, la echada á f w r a : Esta la quc
.
no tenia quien la bwcare $ Ee aquella misma'á quien se
Ut mulierem derelictam et maerentem apiritu vocavit te Domi-
nus, et uxorem ab adolencentia abjectam, dicit Deua tunn.'Ad punc-
tum in modico dereliqui te, et in miserationibua magnia congGgabo
te. In momento indignationis abscondi faciem meam parumper h te,
et in midericordia sempiterna misemis aum tui : dixit redemptor
tuus Dominus. Sicut in diebna No¿! istud mihi ent, cui juravi ne
inducerem ques N& uitrh iluprs terram : sic juravi u t non irasear
tibi, et non &repern te. MonW enim coinmovebuntur, et coliei
contremiacent : misericordia autem mea non recedet A te, et faedus
pacis me= non movebitur : dixit miserator tuua Dominus. Pauper-
cula tempestate convuisa, absque uiia consolatione. Ecce ego
...
sternam per ordiiem iapides tuos, et fundaho te in saphiris Et in
j ~ t i c hfundaberiii.- Zmi. liv, 6, wque ud 11, st 14.
f Surge, Uuminare Jerusirlem : qnia venit lumen tuum, et gloria
Domini super te orta eet. Quia ecce tanebna operient terram, et
d i g o populos : super te autem orietur Dominus, et gloria ejus in te
...
videbitur Pro eo qubd fuisti derelicta, et odio-habita, et.non erat
304 L A V E N I D A DEL HESIAS
h.: hmndute,*JemQldl, di ia /iil)ica dd luto¡ y de ta
d t r a t a a h t o ; y vístete.9 hermosura, y la honra
a q n k gloria sempiterna,. que te viene de. Dios. Te
rodslvi Diss con.un mantaforrado.de jwticia* y pondrá
robre.tu cabar<r un b m t i i l o de honrar eterna. P o r q w
Dlor .vnmt+arri su reqlandor en ti, h todos los que están
-e *.
cbl cielo Es, en suma, la antigua esposa d e
Dias, 6 la cana de Jaaob, arrojada de si, en cuanto esposa,
por. su iniquidad y enorme ingratitud, para el tiempo e n
que B. ihuneda 6 su dignidad, y restituida en todos sus
honores, segun queda dicho y probado en el fen6meno v,
ut. 9. En esta mnger y en este tiempo se'verificsu8n
plsnbimamente toder i a ~cosas que anuncia esta profecia,
y tan- otms que atan anunoiadas bajo tantas y tan
mapi6cm1 pintariu. Este es el sistema
21. Para,veraorn si está de acuerdo con la profecía,
paem necemh w p i r el órden de toda ella, esplicando
uno pm uno -todos los 18 . r d c d i o s que la componen : y
pacr m g a r ~ h v d a d , yclaridad, paréceme bien dividir to-
da k m* en .algnnas artículos, comprendiendo en
cada m, ya don, ya tren rerslcnlos, y tal vez uno solo,
negmnLanwmidd

22. Para la mejar. inteiigencia de .estoa misterios, como


tambiem de todo ,el Apocalipsis, importaría muibo traer B
la memoria lo que ya hemos notado en varias ocasiones, ea--
pecialmente en el fenómeno %, párrafo v, es B saber. Pri-
mero: que el Jibro divino del Apocalipsis es ana profecía

* hty)te, Jmadm, ,sto~hkdi,et vekítibnia tus : et bdue


ta daoom,. et,honum bus; que.&Dbo tibi at,iempitemm gioile;.
Omuhbit te43e110dipioide)IIi~,et hpanct mitnnr c a p i t ñ b
rh stcini. D a anim mtendet qleadonim mum in cb e&; fpi
iwb eabemt, , * . ~ . * r1,, Ir, s.::
EN GLORIA Y iblAOBSTAD. 305
admirable, enderezada toda 4 la segunda venida del Me-
slas. Segundo: que esta admirable profecia es toda, 6 casi
toda, una continuada alusion á toda la Escritura, 6 como
un estracto 6 an6lisii de la misma Escritura. Se ven prin- .
cipalmente estas alusiones B todo cuanto hay en ella de
mas singular, de mas grande, de mas interesante en el
asunto gravlsimo de la venida d e l ' ~ o i b r Dios
e en gloria
y magestad; comprendiendo en este asunto pvisimo, nsi
las cosas mas notables, que han de preceder 4 esta venida,
como las que la han de acompafiar, como tambien todas
sus consecuencias.
23. Si estas dos consecuencias que parecen tan claras,
6 ncrse advierten 6 se desprecian, iqu6 mucho se mire el
Apocalipsis como la misma oscuridad ? i Como se ha de en-
tender este libro divino, si los lugares mas noíables á que
alude frecuentísimamente, ya de los libros de MoisBu, ya
de los Salmos, ya de los Profetas : si estos lugares, digo,
no se reciben, R ~ U O en cuanto puedan ser favorablee: si
no se trabaja en otra cosa que en hacerlos hablar eiempre
d favor. 6 cuando menos en dulciücarlos todo lo posible ?
24. El Apocalipsis, señor mio. no ea tan oacuro, si se
quiere atender 4 sus vivas y casi continuas alusiones. To-
da ru oecuridad, 6 la mayor y máxima parte pudiera pa-
sar de la noche al di,ei se estudiasen dichas alusiones y
se reaibiesen sin preocupacion, recibiendo del mismo modo
los lugares de la Escritura, 4 donde iiiiblemente se ende-
reme. Mas como estos lugares no hablan 4 favor, como
'

son absolntamente inacordables con el sistema favorable,


parece una consecuencia necesaria, que asl el Apocalipsis
como las Escrituras 4 que alude, queden del todo inacce-
sibles, é impenetrables, contentándonos con haber sacado
de & l balgunas figuras y moralidades, &c. Esta adver-
tencia puede en adelante importarnos mncbo.
fl
LA V P N I D A D B L MBSIAR

ARTICULO 1.
SE ESPLICA EN ESTE SISTEMA TODO EL CAP. XII DEL APO-
CALIPSIS, VER. 1 Y Z.

Y aparació en el &la una grande ssñal: Uno muge+


cubisrta del sol, y la luna debitjo de ars pies, y en ru ua-
lMecr una cororur de doce estrellas: Y estando en cinta,
clamaba con dolores de parto, y sufria dolwcr por parir*.
26. La gran eefial, el prodigio, el fenbmeno nuevo y ad-
mirable que apareoer4 en el cielo, 6 á la vista de todos,
poco antes de la reveleoion del Antioristo, no e a otra ooeq
oomo deaiamoe, qoe la antigua esposa de Dior errojada
tanúm siglos ba ignomioioaamente de caaa del esposo con
ind+acion y con fra t,y llamada entonces, reco-
gida y oongregada con grandea piedades $. &ta eapocu
infelia 4 qaien todos miran oomo repudiada de Dios, no
obstante que el mismo Dios asegura formalmente que no
lo está, pues no le ha dado libelo de repudio $ y por
otra parte le tiene prometido, que la i i n m d otra vea
4 si, y se desposará de nuevo con ella, eunyue oon otro
nuevo paoto, y nuevas condicioneal): esta que por eso
liviandad-, por m denobedieooia, por fin eaorrnieima
ingratitud ha bebido hasta l a lisas, ei &lis de la indig-
nacion de Dios, hasta quedar como embriagada y faera
de si : esta 4 qaien el espoao mismo ame& tantan
veces por s w sierwo los Profetas (y aun por eu opmpio
Hijo) con los trabajos y rniseriae en que actualmente ae

Et signum rnagnum apparnit in cm10 : Muiier amicta sole, et


luna eub pedibun ejus, et in capite ejus corona eteüarum duodeeim :
-
Et in ntero habeni, clamsbst parturiens, et cruciabatur nt paria!.
A p . sii, 1,2.
-
.t In indignatione, et in ira grandi. J m m .xxi. 6.
-
1 In miserationibns magnis. Zk.liv, 7.
5 I d . 1. 11 Os=. ii. ll I d . li.
EN G L O R I A Y MAQBBTAD. m
halla, y é quien del mismo modo tiene prometido otro es-
tado infinitamente diverso, en el cual quedurán en olaido.
1- primertu angustias* :esta misma es, vuelvo & deoir,
la que aquí nos representa S. Juan ácia los principios de
su primera vocacion, 6 de su futura aeunoion, 6 de su ple-
nitod, que son los ténninos precisos de que usa B eate
mismo propósito el Apoatol S. Pablo?: quiero decir, cuan-
do el misericordioso Dios de sus padres, llegados aquellos
tiempos y momentoa que puro... a su propio p o i r 3,
aplacado con su larga y durbima penitenoia, y mterneoide
con sue Iégrimas, pronuncie al fin aquelha palabras, qeic
ya eetan rejistradw pira esto millmo en el oap. xl de I&.
Cowlaos, mnsolaor, pwblo mio, dice vuertro Dioe. Ha-
blcd al corazon de Jerrrsaldn, y l l a d a :pwqw se Ih
acabado w afán, p t t d m d a es su rioldad: reoibi6 I la
a m del ~ Seüor al doble por todos sw pecados% C a e
Bo la Iloare, digo, 6 la earie 6 llamar: ooanda la ilumine :
oumdo le abra br ojo6 y ofdoa : cuando le eorh leogoe
erudita 6 lengoa de disciplina y enseírriota B quien puadr
oir como un discípulo 4 su maestro: cuando, en sunta,
haya concebida erpuitualmente B Ckto, y Cristo se haya
formado en ella, por el ministerio de la palabra, 6 p w el
oido de la fe\(: mthnws ae dejara ver en el cielo esti
grande p d i o s a seííal: eniónoea sará bien' vh'ble, P )o
menos B loa que tuvieren ojos sanos: eatónca re veré aon
admjraaion lo que en las Eooritiireu ha parecido oaoura 6
iwreible por su misma gnndep.
26. Represéntare, pues, esta eaposa aatigna de Dior m
el tiempo de so futura vocaoion, bajo la metáfora de nni
muger, no ya pobre, miserable, demuda, deaprmiable y
-
Oblivioni traditse aunt aagwtis priorea Iiui. kv,16.
+ Ad Rom. si.
f Qm...poruit in saa potsr(.te.- A&. i, 7.
) Coneolamini, conmlamini, popale mew. dicit Dew veilsr. h.
quimini ad coi J e d e m , et adrocate eam : q u o n h completa art
maütia ejw, d i m k a cat iniquih üliw : swepit da mvru Domini
duplicia pro omnibus pecaetie snis.-lmi. xl, 1.2.
g Er suditu fidei.-A @d.iü, 9,& e4 bid. q.d Reni. r, 17.
x 2
oborPPinable, como la ha rruto Qdo el m&. y como .ia ve
aun en loa tiempos de so viodez, de su desolacion, de su
miseria, de su oprobrio ; sino vestida y engalanada con el
metido mas precioso y brillante que puede caber en la
imagioacion, pues para esplicarlo no se halla otra aeme-
janaa mas propia que el miamo sol : Una muger cvbierta
&l sol. Esto parece que es lo que se promete por Mala-
quipe : nacerá para uosotros lor que ienieia mi nombre.
el sol de judicia, y la salud bajo sus &S*. Saldrá 4 su
tiempo prua vosotros el sol de justicia, el cual en sus pln-
mas, 6 en sus resplandores os llevará la sanidad : b de otro
d o : d d r á para vaeotros el sol de justicia, el cual os
dará Blee, y por medio de ella la eanidad. De estas Plas
hablnrémos w adelante. Esto es lo que dice ella misma
en espíritu por Miquéas: me Imrantark cu<rtuEo estwvítre
mentada en tiniebla, el Sciior ss mi luz. Wevard *obre
mí ia ira del Ssfior, porqw peqd contra dl, hasta que
juzgue mi causa, y se declare 6 mi f a w r : me sacará a
t u , uerk sujuoticiat. Esto es lo que dice ella misma en
espír~tu-en el salmo cxvii (que todo es visiblemente para
este tiempo) : Dios es el Señor, y noa La mzniferttci su
luz$. M , no podémos entender otra cosa por el vestido
del.sol de esta muger, que la misma luz celestial, qw d a -
&de ¿¿l Padre de las lumbres§ :y nos parece la espre-
rion mas propia, mas viva, mas natural, para poder espli-
O(P de algnn modo, segun Zau~Etcritura,qud torreate

de lulces que deberán entónces handur y circular por t o h


p aw 4 la esposa, 6 +en el esposo mismo despierta ya
misericordiosamente da su profundísimo letargo : B quien

Órietur robis timentibus nomen meurn sal justitim, et iianitu


-
in pennb ejar. Malach. iv, 2.
f Coneurgam cum s e d u o in tenebria, Dominus lux mea eat.
Irim -Domimi portubo, quoniim peccavi ei, donec cws.ni m-
jndii, et faciat judicium meum: educet me in lucem, viPebo
foititiuo qiur-Mck vÜ, 8, at 9.
I Deun Dominns, et iiiuxit nobia -P.. avÜ, 27.
).lkicendsbi & P U r a i a i 4 i n i l ~ r . - J d i , 17-
l b p a y convida eon aqueiia multitud de a>nmlmionea y
anuncios alegrísimos, que ya están preparados en la M-
tara de la verdad : por ejemplo, eato~.
2i. Alzate, Uzate, leu&ntate, Jerumldn, que &bUte rh
la mano del Señor el cáliz & nr ira: hasta el fondo del
cáliz dormidcro bebiste. y bebiste hasta las heces.. Esto .
dice el d h i n a d o r t u Señor, y t u Dios. que pelear& por
nr pueblo : Mira que he quitado de t u nano el cbliz ds
adorrnccimiento, el fondo del cáliz de mi indigmacion, no
lo volverás 6 beber en adelante. Y lo pon& en mane
de aquellos, que te abatieron, y dijuron b t u alma: hb
d r v a t e , para q m pasdmos; y pusiste tu cwrpo
dierra, y cono camino 6 las parayeros *.
Levhntate, Ievhntate, abiete & t u fortpiassa, Sión,
vistetu & los ve8tidos de tu gloria, Jst.wcrZ&n,ciudad clbl
...
santo 6acúdsts del polvo, h á n t a k ; siéntate, &m-
salén :arelta las ataduras de t u cuello, cautiva hija di
&unt.
Lcvántata, eaclarécete, Jerusalén : porqiu ha venido
& ha nacido sobre tí S.
t u ktmbre, y la gloria del S
N o t e w , porqw no serás avergonzada, ni sonroJ'ada:
pues no tendrás de que afrentarte, porqw te olvidar&
& la confusion da t u mocedad, y no te acordar& nuu
del oprobrio de t u viudez5.

Elevare, elevan, consurge Jerudem, qum b i i t i de manu Dor


miui clrlicern irae ejnr : urque ad fundom dicis soporis b i b i i et
...
potesti peque i d f a n s Eece tuli de manu tua caliccm eopolii, fuil.
dum calicis indipmtionis me=, non adjicies ut bibaa illum ultd
Et ponam illnm in manu eorum, qui te hurniliaverunt, et dixerunt
anime tue : Incurvare, ut tranaeamns : et posubti nt terram Corpus
-
tuum, et qursi ticun trmreantihur. Iiai. lis 17. 22, crt 23.
t Consurge, conaurge, induere fortitudine t u Sim, induue r*
...
timeatis glorie tum, Jenucrlem civitm srneti Bxcutere de pulvere,
consurge; sde Jeruselem : solre vinml. colü tui, aptiva 41b
-
Bion. 1 ' .lii, 1. et 2.
.
f Surge, illuminire, Jemalem : quin venit Imea tuam, et g l d
Domini super te arta &.-hsi. Ix, 1.
9 Noli timere, qui non amtand&&, q u e sriiberasi : wi ssim
818 LA V B N l D A D B L MBBIAS

.- B d l d con luz r e ~ & n d s c i m t e: y t& lar th.n#rar


da la t i a r a te adorarrin*.
Porque Dios m s t r m á nr rcrplandw m tf, tí t&
que s r t h debajo &Z &lot.
28. Fnera de la vestid- del sol apareoe naeetra mnger
con la luna bajo sus pies$. Esta eimilitud parece claro,
que no perteneoe de modo alguno al ornamento y galas de
la eapona. i Qaé ornamento, que claridad, qab nuevo e+
plendor puede añadir la luz de la luna en la presencia del
sol, y 4 una persona vestida y circundada del sol? Si e~
pnra denotar como algqnos piensan, UQ calzado ooireb
pondiente 4 la riqueza del vestido, en este cano la e s p r h
debajo de sur pier, no parece tan propia, pnas el c d d o
no es solamente pan debajo de h pies : sino para ves-
tirioa y cubrirlos enteramente : debiera en a t e oaso decúee :
en sus pies :lo coa! denota otra ooaa muobo mas inferior,
que el calrado mimo.
29. Parécenos, pues, siguiendo la metáfora, y busosa-
do en ella toda la propiedad que nos sea posible, que la
espresion la luna &bajo de sus p k , no es otra coae,
qoe una consecnencia n a t n & i del eritado ~ e r yo ad-
mirable en que se halla la muger: esta es, ventida del
sol5 : Si eatP vestida del sol : luego el sol rospeoto de elIa
está ya sobre el horizonte, y no.solo sobre el bosiaonte, sino
en el meridiano, y aun en el ienit ; perpendioular 4 ella
misma. De otra 8uert.e no pudieia bañarla toda aoa sus
luces, 6 cubrirla enteramente 4 manera de veatido : m<bicr-
t a del sol. Si el sol, respecto de ella, está en el mnit;
luego respecto de elle; ya es perfecto dia, luego respecto

te pudebit, quin confnsionia adolescentise ture obiids&iis, et oppro-


brii dduitatis tum non reeoldaberb amplihs. - 1 . . iiv, 4.
* Luce splendii6 fuhpbia : et omna fines tcm .dombwtt te. -
Tob. xiii, 13.
+ Deus enim oatendet splendorem auum in te. ornni, qui aab
emlo est. &c. -h.. v, 3.
-
1 Et luna siib pedibur ejus. A p . xii, l .
-
5 Amieta sole. Apoc. xii, l .
BN GLORIA Y YAGESTAD. &U1
de ella ya es paeada la noche. Si reepecto de ella ye eii
p a d a la noche ; lnego la luna, que es un luminar menor,
dmtiaado de Dios no.para el dia sino para la noche*, no
debe estar en otra parte que bajo sus pies, como. una cara
tan inátil en un d i tan claro.
80. Obeervad fuera de eato, que esta infeliz mqger,aun-
que &ente ha quedado en una verdadera y perfecta no-
obe, deapees que se le ha escondido el sol de jwticia, por
& i w d w ; mas esta noche no ha sido para ella tan
oseara, que no haya tenido alguna luz, 4 lo menos del lu-
minar menor. Quiero decir, no ha quedado en tan gran-
der t i n i e b oomo estaba antes del Meiias todo el hap
humano, y como lo está haata el dia de hoy una gran parte
de él, sino es la mayor. H a conservado en esta larga m-
&e $ oonooimiento del verdadero Dios : ha respetado SUB
w, y lee ha observado en medio de sus trib&iones con
mayor ñdalidad qoe en loa dies iaae serenos. Pues esta
ewoes lm, que hasta aora la ha acompafiado, 6 para no
adorar o- di- de palo y de piedra, 6 para no precipi-
teree en el abismo, 6 para obrervar la ley que recibió de
Dior : esta loe del luminar de la noche aparecerá en aque-
lloa Gempos bajo sus pien, como una cosa del todo inútil B
inwirible en medio de tanto0 resplandores. Dirá acaso al-
gano, qae esta esplicacion tiene todo el aire de dhcnrso
predicable, y yo conoederb que él tiene razon, cuando haya
aspliBedo esta metáfora : la luna dsbqjo de sw piss, de un
modo mas propio y naiurai, en cualquiera otro sistema.
31. De este modo, 4 proporoion, discurrimos de las doce
estrellas que forman la corona de la muger. Estando vea-
tida del sol, bañada y circundada del padre de la luz, las
estrellas nada pueden añadir 4 su esplendor ; pues ssbémos
por la erperiencia cuotidiana, qae estas desaparecen, 6 m
hacen del todo invisibles en presencia del sol. i Que sig-
nifica, pues, esta semejaoza : en su cabeza una corona de
docs estrellas ? A mí me parece esto non clara y vivisima
akuion B dos lugares de la Escritura (sin considerar por
Luminue minu, ut prlaemet nocti. - Gen. i, 16.
- aora algunos o-). El primero es el oepitulo ~uxriY,v. S
del Géneeie, 6 el saefio profbtico del patriarca Joaé. aIs
visto ea al ruáio (dijo i a o c e n t e ~ t eB su padre y 5 sris
once hermmos) como que el rol, y la luna, y orca a t d h
me adoraban*: donde fuera de significarse por el sol y h
luna, Jamb y Raqael, se aigniñoan, con h similitad de oo-
ce estrellas, los once patriarw, hermmoa de Jaré. Im
duodécíía estrella era el h m o J d , osf como em la rí-
don de loe dooe manípuloq loa once odorcrbrrn al daodaoi-
m, que era el mismo José; P h , qw twt-
atando gaviUw en el campo : y cou, qus mi gwiüa rr
bvontúlba, y r e tenia &reda, y que w s r t m g d l a s ,
que ataban al rededor adoraban á nigavillat. El ee-
gundo lagar ti que ahde S. Juan, pareae qhe ee el capítuio
xxviii del Exodo desde el v. 16, donde se describe el mi-
ciwl del sumo sacerdote, en al cual mandó Dios B Báoish,
que se pusiesen doce piedras preciome. engsstadae en omo
purísimo, y en ellas ee grabasen los nombres de los docs
patriorcam hijos de Jacob. En suma, el nbmero doce ea al
geroglifico, el distintivo, 6 las armas propiaa de la c u m de
leraél. Si alguno poriia ia que ha doce estraik de la
corona deben signiñcar loa doce ap&tdes de Cinto, lerem-
ponderémos por aborrar diiputag que 1- dooe apQQler
d e Cristo son y során eternamente hija ver&dema y bgk
timos de a t a misma muger, de quien hablamos. y c o m
tala, bien podrán formar en aquelloa tleapos le eorena de
la madre. Mas la verdadera y propia significooitm nos pa-
rece que son loe doce patriarca8 ;pues esto5 son aipi6ca.
doa en la Escritura mima por doce estdler.
32. Conocido ya (rron aquella especie de conooimieota
que puede caber en esto), conocido. digo, todo lo que per-
tenece á lo eeterno de esta prodigiom muger: este ea, d
%di per somnium. qusai aolem, et Imam, et stellae undecim,
adorare me.- Gen. xxxvii, 9.
f Putsbam nos ligare m.nipuloa in agro : et quiii consutgem ma-
nipulnm meum, et stue, vestrorque minipuloa circarnituites darr-
-
re mrnipulum meum, Geir. xxxvii, 7.
-1 que 1B.vhü3, la h a que tiene bajo sus pies, y las doce
estteb qiie foman BU aamna, p&mos aora á considerar
s u iderior, lo que eacierra dentro de el, lo cual parece el
&to, y iumbien la causa de los resplandores que se maai-
tiastan por de fuera.
. @L.Dicbinaiediatamente el testo sagrado. que la muger
ataba p d a d a , y d d o s e la hora del parto, pdecia
Semblw dolares y a@a para dar 4 luz el fruto de su
vierfre ; manifesíáodose estas en las vocee y clamores que
*r j.rrtondo en cinta, clamaba con ddores de
y S* &kw-tw por parir. Parece aquí que S. Juan, se-
gun sua omtincies ahsiones, alude por esta semejanza al
oepikilo xxvi de Iseias, que todo entero es un cántico ad-
mkrirble, que deberá cantarse en a q n e l l ~d i en Ia tierra
de.Judk Eoi q w l &a (empieza el capitulo) será cantado
artedntico en tierra de Judá*. Para saber aora que
&m m estos de que habla este Profeta, no es menester
dn diiigeocia, que leer seguidamente el cántico mismo.
E n 4 ee verá, sin poder dudarlo, que el cántico, ni se ha
cantado, ni se ha podido aantar en todos cuantos d i , a6os
y sigk bao pesado basta la presente. Y para asegurarse
todarie mae, d a bueno tomarle todo su gnsto, leyendo los
&m capitdos antecedentes, y tambien el siguiente ; pues
todm dloa habían maniñeetamente de unos mismos miste-
rios, y de um~mismotiempo. Este cántico nuevo y admi-
rable, d o oompete á las reliqn!as d e Ismbl, congregadai
ma q w l b n dim : m la tierra de Judá :con grandes pie-
d a d ~ pues
: de ellas se habla, 6 por mejor decir, ellas son
las que hablan en espíritu en todo el capítulo xxv, y ellas
mimas prosiguen hablando en el cántico del capitulo xxvi.
Ei deoir, ser6 aantado esfa cántico en tierra ds Judir, es-
í o tu en &a*IgdsM & Crbto, no d que pueda content,~r
mucho, ni 4 quien lo oye, ni á quien lo dice : mucho menos
si se hace cargo de todo el contesto.
In die iile euibbitur eanticum imd in terra Judk
xxtt, 1.
-I d .
84. Pues entm las coma que en erte oáatico pro&tiao
dicen 4 m Dioa e s t u santaa y preoimas ~ ~ ~ f i q u i uaa
e s , de
ellas es, la que acaba de sucederles ei, su v o c d por la
bondad y misericoidia del mismo Dior : Cono la qw m-
cibe, cuando se acerca el parto, dolorida & gritar ea nr
dolores :mi henor sido delante de tí, Señor. Concebinor.
y como que e8tuvimw con dolores dd parto, y patimm er-
p f r i t d m m t e :6 como leen los LXX que ea la venion que
usaban los apóstolea ad hemor sido para con t u &;
por tu temor, oh Señor, recibimos ea el vientre a l a s p í r h
ds tu salud, Zo hemos dudo b luz y lo brnor criado*.
36. Mas este concepto metafórico, -tos dolorea y cla-
m o r a para darlo 41 luz, y el parto mismo con todas sus
consecuencias, i qué significan en ambas pmfwlnr? El par-
to lo eonsiderarbmos mas adelante (M. iü): el concepto, y
los dolores y angustias para darlo á luz, parece claro, a-
guiendo el mismo hilo de la metáfora que bemos comen-
d o . De manera, que llamada misericordiosamente del
eaposo la madre Sibn con todas sus reliquias (las caales,
sea nómero determinado 6 indeterminado, deben ser
&nto y cuarenta y cuatro mil señalados de t o d a 2M 6-
bus de los hijos de I s r d l t ) iluminada 6 veatida de la
luz celestial, que viene del Padw de Iss luces : abierto8 loa
ojos, y los oidos internos, para que vea y oiga lo que hasta
aora por justos juicios de Dios no ha visto ni oído, s v n
las Escrituras : le entrará la IUEpor los ojos, y por los
oidos de la fe : la fe es p o r el oído : con lo cual, no ha-
biendo ya impedimento alguno por su parte, porque w ha
Sicut quze concipit, chm appropinquaverit ad partum, dolens
clamat in doloribus suis : sic facti aumus B facie tua Domine. Con-
cepimus. et quaei parturivimus, et pepenmna npiritum ... (sic fwti
sumue dilecto tuo, propter timorem tnum Domine in utem v i -
mue, et parturivimus et peperimus spuitum d u t k tuor).-Iw
m&,17, 18.
Centum quadraginta quatuor millia eigmti, ex omni triba
-
ñlionun b d l . A p .m, 4.
f Rdee ex auditu.-Ad Rom. x, 17.
BN G L O R I A Y MAGKSTAU. 816
ambad~ru o+, perdonada er ru midad*, concebi;8 al
punto en d G n t r e , por semejaiza, 4 Cristo Jems (y esle
cruciñcado, el cual bu sido siempre para ella por culpe de
sus doctorea un verdadero escándalo) y chato Jesus se em-
p e d 4 f m a r en ella en el mismo vientre, por senwjan-
20, y allí mismo wa adelante y crece hasta el dia per-
fecto?. Esto es claro, y no necesita mas osplieacion.
I
86. Mas como no basta para la salud concebir B Cristo
Jesns en el -reto del corazon, sino que es necesario pa-
rirlo, dig4moil ael, darlo 4 luz, manifestar en pfiblico este
concepto, y declararse por él: Porque de corazon se cree
para justicia: mas de boca se hace la confesion para sa-
lud*, llegando aquí la esposa, empeziirhn naturalmente
las angnstiaa, loe dolores y loa clamores. por las grandes
dicultades, contradicciones y embarazos, qne opoudrhn
eotbncea la tierra y el infierno, para que quede ein efectci
aquella prefiez. i Que persecuciones no ae levantarán en
queUor di= coutra la muger ! i Qué estrafieza, qué die-
gusto, qrig enfado no causará en aquellos dias, una uove-
dad tan importuna, en que nadia pensaba: una novedad
bien capaz de alterar el phblico reposo, y perturbar la paz,
no de,Cristo, sino del mundo: en aquellor dias, vuelvo 4
decir, en los cuales la caridad, y por buena coneecuencia
tambien la fe, estarán tan tibiaa y tan eecasae, por la abun-
dancia de la iniquidad 5 !
$37. Los primeros que se opondrán a1 parto de la mu-
ger, serán verosimilmente los Judios mismos, de todas las
tribu8 de los hijos de Israkl: aquellos, digo, que no entra-
rán por culpa suya en el nbmero de los sellados con el
sello de Dios vivo: los cuales, como se dice en Zacarias,
serán las dos terceras partes, cuando menos : Y serán en

Quoninm completm ert malitia ejur, dimima eat ii~quitwWus.


-Irni. A, 2.
-
f Proeedit et eres& unque ad perfectam diem. P w . ir, 18.
f Corde enim creditur ad jnatitiam : ore antem eon&Mio ht ad
~Btitarn.-Ad h. x, 10.
5 Mat. xxiv, 12.
316 LA V E N I D A D E L MB81AB

toda la tierra, dice e1 S&r : dor partes & ella sertín &-
persas, y perecerbn: y la tercera parte qrredarfi en dila.
Ypasark por fuego la tei-cera parte, y los putiflcard
como se quema la plata, y los actisolard, como ea acriro-
lado el oro. El invocarti mi nombre, y yo le oirk. Dird:
pueblo mio eres ; y dl dirá : Señor Dios mio *. Dije que
los no sellados con el sello de Dios vivo serbn !as dw
terceras partes, y afiadí, cuando menos, porque me pa-
rece muy natural y muy conforme B otros lugares de la
Escritura, que en lo prueba del fuego de la tribulacion, par
donde ha de pasar esta terc0i.a parte, qnede mucha escoria,
6 estaño, que no pertenece al oro fino. Así se lo anuncia
Dios por Iseim: volveré mi mano sobre tí, y d o l a r é tu
escoria hasta lo puro, y yuitard de tí todo t u eatafiot.
Y en otra parte se dice claramente, que despnes que pase
por la prueba, saldd dieeniado (6 dejando en el hego de
dier, uno, 6 como piensan otros, sacando solamente uno de
diez) : se multiplicar& la que habia sido dasamparada en
medio de k tierra. Y todavia en ella la decima pmte,
y se convertir&,y servir&para muutra c m terebinto, y
como encina, que estienda sus ramos : tinage santo será,
lo que quedáre en elta$. Lo mismo se dice en el capitulo
lxv, ver. 8.
88. Parece, pues, sumamente rerosirnil. que las dos ter-
ceras partes de la casa de Jacob persigan con todas sus
faerzaa 4 la otra parte que ha creido ; así como lo bici*

Et erunt in omni tem, dicit Dominaa : p a r t a doee in tr dh-


pegentur, et deficient : et tertia p a n raliaquetur in ea E: dumu
tertiam partem por ignem, et uram eoii sicut uritur argentum, et.
probabo eos sicut probatur aumm. Ipse vocabit nomen meum, e t
ego exaudiam eum. Dicam : Populna meun es; et ipse dieet : Do-
-
minus Deun meus. Zachr. Uii, 8, 9.
.t. E t convertam manum meam ad te, et excoquam ad puram eco-
-
riam tuam, et auferam omne stannum tnnrn. &¡. i, g.
f Multiplicabitur qum derelicta h e r a t in medio tema. E t a d h c
in ea decimatio, et convertetur, et erit in osknsionem sicuí tenbb-
thos, et aicnt quaereus. q u z extendit nmoa enos : semen motnm
-
erit id, q u d mteterit in ea. Irsi. vi, 12, 13.
EN Q L ~ B ~YA MAQBSTAD. a17
ron en loe principim de la Igleaia. Mas esta pemucion.
(en cmo que suceda) apenas podrá Rer como una pintnro,
6 como una sombra, respecto de la que moverá el dragoi,
por otra via maa aorta, y con armas sin comparacion ma-
yores, q w ya en aquellos tiempos tendrá 4 su libre dis-
posicion. Quiero decir, por medio de aqnellns siete bestias
y diez cuernos, de que tanto hablamos eii el fenómeno iii.
Estaa siete bestias, esparcidas por todo el mundo, estarán
entónces, no solmente en amiatad y buena armonía, sino
en vísperas de firmar el tratado de union 6 liga formal,
contra el S&r y contra w Cristo. Esta es la otra
sefial que aparece en el cielo a1 mismo tiempo.

Yfud viala otro rGfial en el cielo: y hú uquí un grande


dragoa betqjo, que tenia siete cabezar, y disz c u c m s :
y en uua cabezar siete diademas: Y la cola de 41 arrau-
trabo la tercera parte de las erbrellar del ciclo, y las
hizo caer d i r e la bisrra: y el draqon re paró dclante da
la muger, que ababa de parto :&$u db tragara al hijo,
Iuago que ella le hubisM parido *.
39. Represéntaae aqni la antigua serpiente, qw re llama
diablo y Satanáu, llena de veementísimas eospechaa, y por
oomiguiente de temores y sobresaltos, por la gran novedad
de ,aquella mnger, 4 quien hasta entánceo habia mirado,
c m le mire todo el muildo, aon un soberano d e s p d o .
Em que le da mayor cuidado, no es el sol, ni la luna, ni las
estrellas; sino la circunstancia terrible de verla preñada,
sin haber podido impedir este mal, y tal vez sin haberlo sa-

Et visnm eat aiiud aignnm in caelo : et ecce draco m w u s ru-


fua, habexu capita septem, et comua decem : et in capitibus ejui dia-
demata q t e m : Et cauds ejua trahebat te&m partem atellsrum
cm& et miait eira in t e m : et dreeo stetit ante mdierem, quae erat
-
pritnra : nt eilm peperiiloet, f i h m ejur devomnt. Apoc. xii, 3,4.
Vio, y sin poder aora impedir el parto que ya va h suceder.
Para remediar del modo posible un mal tan grave, y d e toa
pésimas coneecuanoiar, i qué otro partido puede tomar, ni
mas pronto. ni mas eficaz, que declararse con sus a m w , 6
implorar su socono? Con aquellos, digo, B quienes ti-
tan obligados aon toda suerte de lisonjas, halagos y semi-
cias. A estos, pues, recurre al punto, sin perder betante:
todos los pone en movimiento, y aun se viste de e l h mis-
mos, para agihrlm y animarlo^ mas contra aquella rnuger
terrible y admirable, capaz de arruinarle todos sas proyectm.
Esta es la razon por qué se deja ver en figura de .un mone-
truoso dragon, de color rojo 6 lleno de fuego, de íra y furor,
y cou siete cabezas y diez cuernos, cuya cifra no necesita
de nueva esplicecion, quedando bastantemente eeplicada
en el fenbmeno ii.
40. Como si estos egércitoa fuesen todavia insuficientes
para pelear contra.una muger, no dándose el dr~goapor
seguro, por la grandeza de sus temores, bien fundados d
la verdad; liorna tambien en su eocorro otra especie d e
soldados, mucho mas peligrosos que todos lo8 egércitw del
mundo. Trae con su oola (símbolo propio de la l i n j a ,
del halsgo, de la seducoion ; pues como se lee en I&s : J
profeta qua un& mentira, ese es la da*): trae, digo.
con la cola, nada menos que la ternera parte de las e
I l u del cielo, y las m o j a á la tierra, para que le eVv+n á
61, en lugar de l u i r en el cielo, como era eu des& y obli-
gaaion. Por eetae estrellan metafóricae arrancadas del o&
con la cola del dragon, yo no entiendo otra cosa, tino lo
que hallo en algunos autores graves, que citan y siguen m
esto 4 S. Jerónimo, y 4 Teodoreto. Y la oolu da 61 (dice
este bltimo) arrastraba la tercera parte de lar atrdttu
...
dsl cielo : erto es, de aquellos tmrones prfnoipa Q.b
Iglesia, no solamente politicos, sino tarnbien doctores cdo
siásticos y religiosos, qua & manera de estrellas brilhn y
se aventajan en el orbe h los demas*: lo cual no deja de
Prophetadocene mendacium, ipee eat cruda.-lwi. ir, 16.
7 CIudr ejus trsheht tr,rtiam putcm etelluwn c d i :... Id est,
~0.c0id.r oon lo que dijmoa en o h parte, hablando de la
be& de cbs ouernos (fenómeno iii, pbr& ix). Ea ver-
dad qne d la oaída de estos estrellas, oomo todos los otros
miiiterios que ooutiene esta profecía, la ponen estos dootores
ea los tiempos mismoe do1 Antionsto ; pues dicen, que el
prinoipe S. Miguel bajará del cielo, y peleará con el dragon,
pira defender B la Iglesia de la persecucion del Anticristo ;
y en otra parte sobre el cap. xü del mimo Apocalipsis,
diuen, que bajará B matar al Anticristo, y destruir eu im-
peno universal: mas si so quiere atender al testo sagrado,
y d tado su contesto, como debe atenderse, parece clan> que
e8 los tiempos de que ee habla eo todo este capitulo xii, el
Amticri~totodavia no ha venido al mundo, 6 w m ha reve-
lado páblicamente, aunque se espera por momentos. Es
neceaarh que la muger de primero B luz lo que tiene dentro
de si, y despues huya B la soledad, y se ponga en salvo,
parque asi conviene para los designioe de Dios, como veré-
moe despues.
41. Amado, pues, el dragon con todas las armas, esto
es, con loa Judios no sellados, con la potencia terrible de
las siete bestias ; aunque todavia no unidas perfectamente
en un solo caerpo, y armado tambien con tantas ertrellm
que con su cola ha traido del oielo, y arrojado 4 la tierra,
ae presentará delante de la muger que está para parir*, ó
para impedir el parto, si esto faese posible, 6 4 lo menos
para devorarlo luego que sucedat : es decir, para hacedo
in6tii 6 infinctnoao : para impedir que tenga aquellaa teni-
bles consecuencias qiie con tanta razon sospecha y teme :
pera hacer que sea &S& el vientre trmladado alsepulcro$:
pnra dejar, en ñn, Bla triste mnger en mayor soledad y de-

viro= Uorum ñincipum Rccleeiae, non modo politicorum, sed et


eeeierianticorum Doctomm, et reiigioaomm, qui inetar steilsrnm in
orbe di* preelucent, et pmcellunt.-&. Hysron. in c. xii, a. 4,
P.
Et draco etetit snte mulierem, que erat paritura.-Rp. xii, 4.
.+ Ut eiim peperiaset, 6lium ejui devoraret. -Id. id.
$ Utero tra~l.nud tmioa)um. -Jod.x, 19.
m LA V E N I D A DUL ME81hPI
mamparo, y en mieeria mas irre-le, aun despuer de iun
parto tan d e s d o , y ttm esperado: para t r a g a r a d eo,
1- qw al& le hubiese parido. MU todo iqd
quiere decir en realidad ? i Qué misterio particular ie em-
cierra eu esta similitud ? Segaid la metsfora, y no tendmis
gran diñciiltad de comprender este misterio.
42. Primeramente: se debe suponer, y se colije b k
claramente del mismo tato, que el dragon, 6 no ha sabido,
porque Dios se lo ha ocriltado, como le oonlta iufinitne
cosas, 6 no ha podido impedir que la mugef wncibo den-
tro de d d Cristo, y que Cristo ae forme en ella: hfe cr
por el oído*: eu lo cual ha trabajado, 6 Elha eolo; paes
es este su propio ministerio 4 que está destinado, 6 janto
con Eliar algunos otros operarios elejidoe de Dios de ea#m
- las gentee crietianae (lo que parece no poco rerosimil, así
como los Judios Cristianos trabajaron al principio en la
conversion de las gentes). Lo segundo : m debe suponer,
* que en aquel tiempo y circunstanoias, en quo el dragon qw
tenia siete cabezas, y diez m e n s c ~ ,y tambien la tercera
parte & las estrellas &l cielo, se presenta oon estas armas
terribles delunte de la muger, tampoco puede impedir SR
parto metafbnco : esto es, que la muger confieae pbblica-
mente su fe, y se declare p6blicamente por CriRto Jesu ;
pues este parto en aquel tiempo ya imta, ya se espera por
momentos, ya va 4 suceder. Pues en esta constitucion tan
crítica, en este conñicto, en a t a urgencia, i qué remedio ?
No hay otro que devorar el parto mieqio : ea decir, trabajar
con todo el empefio posible, ya con amenazas, ya can se-
duccioo, ya con la fuerza abierta, en que la muger ae arre-
pienta de lo hecho : que de&onozca, como ei no fuese sayo,
el fmto de su vientre, que acaba de dar B luz entre tantos
dolores : que lo sacrifique A la públic~tranquilidad : que b
niegue : que lo repruebe : que lo olvide : que rompa 6 de-
sate aquella cuerda intolerable con que lo ha ligado, reci-
biendo en recompensa el espúitu de plena libertad : esto
BN G l O R I A Y M A G B S T A D . 321
es, el espínta-duioey humano que divide á Jeacs, de que
d * a q a d l o stiempos e d d llena casi toda la tierra. ' Phra
esta mr~ein dada aquellos .egéicitos, y aquellas armas terri-
b k ' de que el dragon eparece veatido como que tiene 6
teadd entbncee d su diaposic5en 'siete cabezas y diez cuer-
nos*, en que se eimboliea la fuerza y la violencia, .y' por
otra parte innumerables estrellas, que ha airaócado dei
&lo oon w cala, símbolo propio del engaño, y de la seduc-
oion. Esto ea todo lo'que puedo comprender 6 sospeohar
en aquella idmirabie similitud: y eldragon separó delante
...
de Ita muyer &Jn ti& tragarse al 40, luego que ella le
bubDsse pa+idu. No creo que el diagon sea tan'insensato,
qae pueda imaginarse oapaz de. devorar realmente el hijo
mismo de que se habla.

ARTICULO 111.

. Y pari6 un hijo varon, q21C JWbia de regir todas las


gentes con vara de hierro :y su hijo fid arrebatado para
Dioe, y p a r a su trono t.
'43. No obstante la vista del dragon, no obstante las le-
giones que tiene tí su disposicion, y que aparecen junto con
61, no obstante bs dolores y angustias, así este'rnas como
internas que por todas partes le cercan y la a0ijen de to-
dos modos, la muger da, en fin, 4 luz lo que encerraba
dentro de si : pare felizmente un hijo mlculo, destinado B
regir todas las gentes con vara de hierro, el cual luego
que nace, es arrebatado B Dios, y presentado d e h t e de su
trono.
44. Dos puntos principales tenémos aquí que conside-
rar. Primero : quién es este hijo m6scul0, que da 4 luz
Habeni capitr septem, et comua decem.-A'. xii, J.
t Et peperit filium masculum, qui n e t w emt omnes gente in
virga f e m : et raptus est fiiiui qjua ad Denm, et ad thronum ejus.-
A p . xü, 6.
T O M O 11. Y
3s LA VENIDA DBL W W A S

seta m u p r entre tantas a n p h y dolores. Segundo:


qu6 misterio es eete de praientsrse este hijo, luego que
nace, al trono de Dios. Estos dos puntos, mucho mas qae
todos loa otros, han nido corno dos marallas altisimas é in-
acoesibles, que hnn cerrado el p s ~ 6, todos los intérpretes
del Apocalipb. D i o á todos, no solamente, porque no
tengo noticia de alguno, sino parque en el sistema ordina-
rio me parece imposible que haya alguno que reoonom en
este hijo mPsculo al miemo Jeauaristo; no obetente de no
haber oúm persona ni en el cielo ui en la tierra, B qPiea
pueda aompeter el diitintivo, ds re+ tadaa Iúu geatcs con
vara ci¿ hierro. Estae palabras son tomadas del salmo ii,
y ae repitan otras veces en el mismo Apoc&psia, y oierta-
mente son inacomodablee B otra pasma. Del mismo
modo parece imposible e~plicarcon algana propiedad lo
que significa en el testo ser arrebatado este hijo, luego que
nace, al trono de Dios. Mas en el sistema que seguimos,
ambas cosas parecen tan claras, que basta ado pmpooerlns,
para comprender al punto, qae todo debe suceder mí,
segun las Escritaras, y esto sin naar de violencia, ni de
discurso artiñcial.
46. No olvideie, sefior, aqaella verdad indubitable que
dejamos propuesta en el panrifo ir : que aquí no ae habla
ni puede hablarse de madre natural ni de parto material
La mager que pare con tantos dolores, y el parto mismo,
son conocidamente una metáfora 6 una semejaoaa; mas
esta semejanza no impide, antes aupone, que ad ia madre
como el hijo, deben ser alguna cosa fisica y real, B quienes
competen propisimamente estas semejanass. Esto eupuesto,
decimos : lo primero : que aunque el parto de esta mager
es tan metafórico como ella misma ; mas el hijo que nace,
p o r scnoejama, que habia de regir todas g&& con
vara de hierro, no puede ser otro que el mismo Mesías
Jesucristo, Hijo de Dios, é Hijo de la Vfrgen; no
cierto concebido, y nncido, entónces material y íisica-
mente; sino concebido y nacido espiritualmente por La fe,
y nacido del mismo modo, por una pública confesion de la
h a fe : cowebido, digo, y nacido eapiritaabnte de
aquella mima madre, que muchos atglos antes lo habiq
oonoebido y parido solo materialmente, y que por una suma
ceguedad, efecto propio de su actual iniquidad, no habia
heoho la debida distincion entre este hijo de la promision,
y los otros hijos, segun la wme : w habia conocido s.
valor y precio intinito; antes lo habia confundido con lo
Mima plebe, y reputado como uno de loa masiniouoa de su
familia, mgun estaba anunoiado en I d a s : y con 108 d-
vadoa fu6 cortado*. En suma, lo habia ooncebido y
parido : lo habii visto y oído: lo babia visto crecer dentro
de sn casa, en uabidurúr, y en gracia dslante de Dias g
de los b&ar t: lo habia contemplado y admirado snr
obres prodigio-; mes sin aquella fe que juut@ca d
impb 3, y que es el principio de todos los b i s : sin
a q d a fe de que aquel hijo suyo que tenia delante, y que
en todas sua obras y palabras maniféatabaevidentemente lo
que era, ag1u las Escrituras, era reelmente el M a h u
miamo, tan derieado y suspirado por todo el cuerpo de la
nacian. La nriima iniquidad, que tanto abundaba en .que-
Uori tiempos en la miamanacion, máximamente en el aaaer-
docio, fné la que m 6 loa ojos y loa oídos, para que no
viesen ni ayenen, lo mismo que velan y oian, segun eataba
ananoiado en sns mismar Escrituras 5 ; lo cual les acord6
el Mesíes mimo cuando dijo, citando esta lugar de Isaíaa :
ue cnmpik en elloa la profscia de Laóas, qw dics: De
oido ousir, y no entmdereu; y viendo mwu, y no
vcreis 11 t
46. &te parece qtm es, segun todas las contraaefias.
aquel prodigio grande B inaudito, de que habia el miamo
Et eam iceleratis repuhhin est. -Ira¡. ii&12.
t Sapienti8, et ralate, et p t i 8 apud Denm et hominea -
h a . ii, 62.
-
Qure juetificat impinm. Yids ep. d Rons. iv, 5.
Q Iaai. vi, 10.
(1 Et edimpletur in eis prophetia Iaaire dicentia : Auditu audietia.
et non intelligetie; et videntea videbitie, et non videbitii- NU.
xiii. 14.
u 2
Iealas : A n t a que srtuvieae & p a r t o , p a d : ardu qais UI-
g<ua ou parto, parió un hljo varon. i Q u h j a d a oyh
corrr t a l ? ,j y quien la <rió semqjante h ata * ? D e modo,
que, la muger de qw hablomoci, parió ciertamente B nu
Medm muchos sigloe ha : mas j como ? Antea que ahir
o#.s de parto, p a d .., varon : lo pare anta de concebirlo
6 mnoceilo : lo parió sin dolor, antes de parirlo con dolor :
es decir, 'lo p ~ sin 6 sentimiento, sin oonocimiento, sin
espíritu, sin fe, &c. Por eso aquel parto no le p d o ser
de utilided alguna; antes fu6 por eso miamo piedm de
...
#ropiezo, y piedra de escbndcrlo i P o r q d cwsa ? Por-
qw no p o r fe, rino como p o r o b m ; pver tropazar011 en
la piedra del escíudolo, arí como está eacrito t.
47. Mas cuando Dios use con esta misma m u p r de
aquellíis grandes misericordias que le tiene pmxpetid~:
ouando la Iiiune, como (1 m q e r daamparada y corw, á...
auger, que es repudia& &de la juventud : $ ourndo ...
la recoja con grandcs piedada : cuando la ilumine, y le
abra los ojos y los oidos : cuando le envie lengua erndits.6
maestros ministros de la palabra, eepecihente 4 h,
quun en verdad ha & venir, y r a t a b k w b todas lar
cosa $ enntboea, entrándole por Ion ojos la luz, y por loa
oidos la fe de su Mesias, lo oopoebirá al punto en eaplritp :
ea B saber, m u conocimiento, con fe, con eetimach, con un
entrafiable y ardientísimo amgr, y tambien con aqwIlss an-
gustias y dolores dentro y JUsra, de ona verdadera y amar-
ga penitencia, que en aquel tiempo y cko~taaciPemi$n
inevitables.
48. Este parto espiritual de Sión, esta fe y codeeion
Antquam patturiret, peperit : anteqnam reniret paihis Sus,
peperit mancuinm : 8 Qnis mndirit nmqnun t.ls 8 J ct quin vidit huic
-
rimiie ¡M¡. lxri, 7, 8.
t Lapis offeneionie, et petra saadaii. J Q u m ? -non ex fide,
red quasi ex openbue: offendemnt &m in iapidem offeneionis.
Yicut scriptum -t.- Yidc 9.ad Rom. ix, 32, 33.
...
$ Ut muiíerem derelictam et uxorem ab adolescentia abjectam
-Irni. iiv, 6.
8 (Qui) quidem rentarun eat, e t reatituet omnie. -Mat. xvii, 11.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 826
de fe, este r e c o n m i y publicor póblicamenle y 4 todo
riesgo, que aqoel mismo Jesus á quien reprobó en otro
tiempo, B quien pidió para la cruz. 4 quien siempre habia
detestado y aborrecido, %.c. es su verdadero Mesias, her-
...
nowra de justicia, y esperanza de sus padres + : esto
parece que es lo que finicamente espera Dios para juntar
aquel gran Consejo, y formar aquel megestuoso tribunal;
de que tanto se habla en los dos capitulas ir y v del mismo
Apocalipeia, que son una manifiesta y v i v t i a alusion al
capítulo rii de Daniel, como luego verémos. Y este ea el
segundo punto que vamos 4 considerar.
Y su hijo ful arrebatado para Dios y p a r a su trono t.
49. Habiendo parido la muger un hijo varon, que ha
bia de regir todas las gentes con vara da hierro S :dioe
el testo sagrado, que este hijo fu6 luego 'como arrebatado
4 Dios, y presentado delante de su trono. i Qu6 quiere
decir esto? Sig4mos en esplritu 4 este hijo, que aoaba b
nacer : sigámosle con humildad, mas sin miedo, hasta el
mismo trono de Dios, y seamos testigos oculares, en cuanto
pueda permitir nuestro estado presente, de lo que alli se
hace, y de los misterios nuevos y admirables, que ya van 6
empeear. La entrada en este supremo Consejo no es tan
imposible ni tan diicil, ni quer&mos aprovechamos de las
llaves que se nos dan.
50. a t a b a mirando h t a tanto, que fwron puestas
...
sillas, y sentbe el Anciano de Dias : Miraba yo, puea,
en la vision de la noche. y he aqul venia como Hijo da
Hwibre con las nubes del cielo, y Uegó h t a el Anciano
de Dias: y presenthronle delante da &l. Y dióle la po-
tsrtad, y la honra, y el rcino :y todos los pueblos, tribu,
y lenguas la servirán 6: ¿l: su potestad es potestad

Decori juntitia, et expectationi patmm eomm, &c. -3uem.


1, 7.
t Et rsptus est ñiiun ejni sd Dmm, et sd thronum ejun-
Apoc. xii, 5.
$ minm mmdum, qni reeturun enrt omnes gentea in virga
-
ferrea. Apoc. xii, 5.
a26 LA V E N I D A DBL MESIAS'

eterna, qw no serti quitada: y su rdno, q~ M,


dcstrtrido *.
51. Deapoes de haber concluido este Profeta el grao
mieterio de las cuatm bestias, y Uerado todo desde so
principio hasta su fin, como observamos en el fenómeno
eegundo, vuelve cuatro pasos a-, para referir de pro*
gito otro misterio principalímmo, .el cual, aunque tiene no
poca relaoion con el primero, J con su fin, no habia podido
tener lugar, por uo interrumpir los sucesos de las beetise.
Este metodo practicado hasta aora entre los buenos histo-
riadores, es comunisio entre, los profetas (y se bace
muoho mas notable, y casi palpable en todo el libro del
Apocalipsis, como q u i d demostrar6mos alguaa vez). El
misterio principalísimo de que hablo, es este. Que junto
el gran Consejo, sentado en su tronoel Anciano de Diar, 6
el miamo Dios vivo y verdadero, y con él loa otma con-
jueces en sus respectivos tronos (espresiones todas metu-
fincas, acomodadas 4 nuestra inteligeuoia), se vi6 luego
venir como en las nubes del cielo, una persona admirable
como Hijo de Hombre,el cual se encaminó diredamente 4
dioho Consejo : y entrando en 61, se avanzó inmediata-
mente hasta el trono de Dios, ante cuya presencia hé
presentado por otros (no se dice por qnienes) y llegó k t a
el Anciano de Dias :y preaentáronle delante de di. La
resulta de esta presentacion al trono de Dios, he, que
luego inmediatamente le di6 Dios B esta persona admirable,
6 4 este, por antomasin, Hijo del Hombre (que aaíae Uama
61 mismo frecuentemente en todos loa cuatro evaugelios)
le di6 luego inmediatamente la potestad, el honor y el
reino .t.: en cuya consecuencia natural y legitima, le ser-
* Aspiciebam, donec tbroni positi mnt, et antiquus diemm sedit :
...Aspiciebam ergo in viaione noctis, et ecce cum nnbibns cacii
q u ~Ri b Hominis veniebat, et q u e ad Antiquum Dieram p e f t a
nit : et in mnspectu ejus obtderunt eum. Et dedit ei poteatatem,
et hononm, et regnum: et omnes populi, tribus, et linguae ipsi
iervient: potestse ejus, poteatas =terna, q u z non suferehu: et
regnum e.jus, quod non corrumpetur. -Dan. vii, 9, 13, et 14.
-
t Et dedit ei poteatatem, ct honerem, et regnum. Dar. vii, 14.
v a n en adelante como shbditos suyos todos los pueblos,
tribus y lenguas*.
52. Sobre erte hqar de Daniel puede cualquiera h-
oer una breve y biilsimo reñexion, haciéndose á sí mismo
esta dos preguntas. Primera: estas cosas que aquí se
dioen, j m ha^ verificado ya, 6 no ? Si ya se han verificado,
deberá moetrarse, cuando y como ee han verificado; sin
perder de viata el testo de la profecía con todo su contesto,
lo cual parece tnn imposible como la misma imposibilidad.
Si no ee han verificada hasta el dia de hoy, luego debe
llegar tiempo en que todas se verifiquen. Segunda pre-
gunta: m todas estas cosas se han de veriñcar alguna vez,
2 cuando p d r 4 ser esto, sino despues del parto de esta
muger? Despues que dé B luz un fruto tan anunciado,
tan esperado, y tan deseado, para cuyo tiempo están ys
preparadas tantae riquezas en los tesoros de Dios. Com-
parad aora un testo con otro, el testo de Daniel con el del
Apocalipsis, y ballareia entre ellos una tau gran ando&
que el primero os parecer8 una esplicacion del segunda, y
el segundo la intelpncia del primero.
TESTO D E DANIEL.

58. Miraba yo, p w , en la vision de la =he, y he


aquf venia como Hgo de Homóre con las ndea del ciclo,
y Ucgó harto el Anciano de Dicu: y preuentlironle &lan-
te de 61. Y diole k potestad, y la honra, y el reino :y
todo, las pwblos, tribus, y h g w r s le servirán (r d l t .
TESTO DE S A N JUAN.

Y p a d un h j o varon, que habia de regir todas lrs


gc9ntes con vara de hierro : y su hco ful arrebutado para
Dios, y para su trono 2.
54. De manera, que verificado el parto de 1s mnger, y
nacido el hijo másculo delmodo que hemos dicbo, hiego

* Et omnee p o p a , tribu, et lingnm ipsi sement.-M. ib.


f- Vide.fo1. pme. Vide fol. 331.
a = LA'VBWIDA DEL MESIAY
d punto vuela á Dios, y se preeenta 6 ee premtado de-
iante de su trono. Si tamos ~ O ~ I para I
responde h i e l , que ea para recibir del mimo Dios
cpé fia :

públi~amenteen sa grao Consejo la poteeted, el honor y


-
el reino : pues erta es la multa inmediata y ónica de su
preuentaaian al trono de Dios: y llegó h t a el Anci4;ro
da 'h: y pmumtáronh dslante du 41. Y b PO-
t s r t d y la h r a , y al reino : no okrto en acto primero,
oomo se eepiican lor escoüetioo8, 6 en poten~ic~. 6 en &-
rsch (que de seta modo lo tiene aara, y lo ha tenido ~ k m -
pre), sipo en acto regunúo, 6 en egmicio, q w por eso
M) afiade inmediatamente: y todor l w pwablor, tribu, y
-rI b rmiriin tí ál: mn lo oual conoaerda perfecta-
mente la espreaion d d testo de S. Juan: que h a k de
regir talar las gentsr con vara de hierre.
56. De agaf se sigue saturaknmte, que esta potestad,
este honor, este reino que en aquel tiempo se le ha de dar
al Hijo del Hombre. m lo ha recibido hasta la preeente
(por mas que lo repiUgnea ha idear ordinarias que en este
punto son oscariilias. Ee verdad que despues de su re
suirecoion les G o el Sefior 4 rus apbstolee : Se ne Aa ¿é-
t% todapotertad en el '&lo y en la tierra*; mas por el
c o n t . mismo ae ooncke al punto, aunque no hubiera
otros fundamentos, que el Sefior sdo hablb de la po&
tad espiritual de sumo &ote ; puea esta misma potestad
ea la que les caoiunioa alií mimo O loa apbstolee, ea ooa-
oecuenoia de haberl. recibido de su Padre ; y pcoagOe b-
mediatamente dioi6ndoleo : Id, p e a , y sruaiiadá t h &u
gentes, &o.+ Como si. dijera: se me ha dado toda po-
.tentad en el cielo y en la tierra, y por esta potestad qoe
tengo, yo os envio 4 todo el mando, no B dominarlo co-
mo sefiores, sino á ensefiarlo wmo maestros. Andad, pus,
y ensefiad á todas las gentea, bautisando B los que creye
ren en el nombre del Padre. y del Hijo, y del Espirita
Santo, y penmadiéndoles que observen todas las cosas par-
* Dabest mihi omnis poteatan in cm10 et ia tern.-Mt. uriii, 18.
t Euntea erKo docete omnca gcntes, &c.-Mar. xxviii, 19.
ticolares qne ol be mandado*. Quibn no ve que edao e
palabras son propiaa no de un rey, sino de un'sumo ra
cerdote : y quién no re, que estas casas son la9 que fini-
camente pertenecen al sumo sacerdote ? No por esto decimos
que Jesucristo no tenga aora plena potestad, para hacer y
dadhacer, eegun su volontad ; mas como a t a voluntad ea
santa y bien ordenada, no se mete por aora en otras co-
sas, mno en las que non propias da un sumo sacerdote.
Esta plena potestad de h m r y deshacer, lo tuvo aun cuan-
do vivia en c m e mortal, y, no obstante, en toda su vida
santísima no hieo otra cosa que ensefiar con obras y pala-
bm. Tan lejos estuvo de usar de la potestad de rey, que
fa uno que le dijo : di & mi hermano, que parta conmigo
la hrencia.t.: le reepoadío con atraííeza : Hombre, i quién
me ha p w t o por j w , 6 repartidor entre vosotros $ ?
M. Es verdad, vuelvo fa d e , qae despiiea de su re-
ssrre~ociouse fné este Hijo del Hombre al cielo, 6, ii una
t i m a distante paria recibir aili un reino, y deqnm volver-
se§. Es verdad que eutóucer se eentó con soma gloria
y honor d la cüestra del Padre (no cietto ea trono aparte,
&o en el mismo trono dd Padre, como61 mismo lo dice
en el capítulo iii, v. 21, del Apocalipsis: y me he renta&
con mi P&e en w trow (1. Ea verdad que en el cielo,
á Es diestra dsl Padre, está h m d o y glorificado de Dios,
y de todoe los ángeles y santos. Eeta ciemtamente comti-
taido rey, y heredero n n i v e d de todas las cosas criadas ;
pues por él, y para 61 se hieieron toda: al cual (el mismo
Padre) c w t i t u y b heredero de todo, por quien hizo tam-
Euntes ergo docete omnes gentes, baptizantea eos in nomine P&
tris, et Nii, et Spirihis Sancti : Docentes eoa servare omnia quaecum-
que mandavi vobis. -Mal. xxvii, 19, 20.
7 Dic Mmeo, ut dividat macam harediitem. -tuc. xii, 13.
f Horno, J quin me constituit judicem, aut divhrem auper roa 2
-Id .M.
11 [Sive in regionem longinqaam, accipere sibi regnum et reverti.
- b c . xix, 12.
-
11 Et redi cum Patre meo in throno ejus. Apoc. iii, 21.
al0 LA VHNIDA DBL YHBlM
& h a lor *h...por quien 8 0 s toda8 ¡a8 c0168, y para
q w b ron t o h lar c o k * . Mas tanrbien eu igtmimsete
verdad, que a l a berancia, este potestad actaal, este m k ,
ate honor taa propio y ton debido al Hombre Dies, haata
aom no lo ba recibido ; porque hasta nora no w le ha dado :
M m a m a (decia S. Pablo. y nosotroe lo deoimoa aora oon
la miama verdad) : aiar aar= ans no WI~MItodol ky aowr
rornatidau 6 61.t.. Si todavia no se ven sujet9s B 61 todos
las cosas ; luego todavia no ha mibido m acto segundo la
p o t e d . el honor y el mino, puea la mjeeiam y obediencia
de todas lai coma B 61, debe ser una coaiiecueneia woesuie
B inmediaía de en poteatad, honor y reino: fi arto riii.ao
da haba rorrstido a 61 t o d a 1Pu cmcu, ningarilcr dqió qau
no fuas6 ronstida 6 ¿L Y si nó, i q d pobtad, howr y
reino, m le podrá dar en aquel tiempo de que babb
Daniel ? Ad, aunque actuadmente w halla ya el Hijo del
Hombre, Crirto Jesui, en e&& de gtoria y de MipddL
dad, no por e a deja de ertor al mismo tiampo en rina mal
y verdadera eepecbcion, bada que lkgae el tiempo en que
me le d6 efectivamente toda la poteatad, honor y reino, de
que ya está oonicitnido beredoro ~ o a b i e ~ t p e ;
oieado mbm ius hombros todo el prinaipado, y todes hr
.
c a w bajo sus pitm: a t h a n t a d o . . 6 la h t r a de Diat,
dioe el Apoetol mismo, eupt'cudo lo que ruta, Ivta qors
nu enemigo8 rccui pvtrtor por estrado da ni.@a$.
51. Para acabar de c o m p m d ~can ~ mayor c1Mdad ¡ o
que acrrbamos de decir mbre srfe Hijo del Hombre, peia-
tado deiante del tilono de Di,abaémoe oira ventana, y
mirbmoe este mismo misterio con otra nueva luz. Iéamor,
digo, con alguna mayor atencion el capitulo iv y v dei Apo-
calipsis, en los cuales se repite manifiestamente, se eeplica,
Quem co-t bmdam iullvemomm, per quem fecit et
-
recuia ...propter qnem o m n k et per quem omnU: Ad M. i, 2;
d ii, 10.
t Nunc autem necdum videmua omnia snbjecta ei. -Id. ü,8.
- f Sede: in tiexteni Dei, de cetero e r p e c w r , donac ponmtiu S-
mici ejua scrbellum pedum ejus. -Id. x, 12, 13.
y m aclara todo el testo de Daniel. Combiuadaa estas dos
Eaarifauas, no parece sino que ambos Profetas se hallaron
piesantea en espíritu B este mimo Consejo (el uno 600
años antes que el otro), y fiieron testigos ocnlares de lo que
alü se bada, 6 se hahia de baaer 4 sn tiempo; aunque B
este áltimo, aomo B discipulo tan amado, se le manifestaron
en La misma vidon algunas cosas mas particulares.
APOCALIP818, C A P l T U L O 1V.
60. Despuss de &o mirL :y uí una pwrta abierta en
el cielo, y Icr primara voz que of, éra como de trompeta,
que hatiloba conmigo, diciendo : Sube acá, y te m i r a r 4
Ears mar que es necesario sson hechas dsspwr de a t a r .
Y lwgo fuí en espíritu: y k agui un trono, que estaba
puedto en el cielo, y robra el trono estaba uno sentado.. .
Y al rededor del trono veinte y cuatro a'llas, y sobre lar
a'Uau veinte y cuatro ancianos sentados, vertidos de ropa
blanca, y en m u cabezas coronas de oro, &c.*
58. Lo que resta de esta profeda, qne son cuando me-
nos dos capituloe enteros, se puede ver y considerar en su
misma fuente, puea yo no puedo detenerme tanto en un
m10 punto, cuando me llaman al mismo tiempo otros mu-
chos de igual ó mayor importancia. Para mi intento par-
tiadar me basta hacer aquí una breve refiexion, compa-
rando una profecla oon otra, para que se vea, qoe el mis-
terio de que hablan, es el mimno en sustancia, esplicado
solamente aon diversas palabras, y afiadidas en la segunda
profeala algunas ollouostanaias mas, que no se hallan en la
primera, como es.fieauent(sio en todas las alusiones del
Apocalipsis.

Poet hsec vidl: et ecct oetium apertum in caelo, et vox prima,


quam d v i , tsmquun tubse loquentis mecum, dicena : Ascende
bm, et oetendam tibi q u a oportet %eripost hste. Et atatim fui in
apiritu : et ecce seda poaits erat in cuelo, et a u p sedem eedenu ...
Et in circuitn a d i sediiii rigintiqocrtnor . et super thronos viginti-
qiutuor aeniares mientes, ciicumamicti veutimentin albin, et in capi-
-
tibua eorum corona! surere, &c. Apoc. iv, 1, 2, 4 .
881 LA VENIDA DYL MBSlAB
l
60. Primeramente: el tiempo de que h b h ,
evidentemente el mismo. Daniel vi6 formarse este g m
Consejo en los tiempos de su cuarta bestia, que como ctiji-
mos en w logar, y ninguno duda ni es posible dudar, son
ya tiempos muy inmediatos 4 la venida del Sefior (p esto,
sea esta. bestia lo que qoiaieren que m),puea los doctores
mismos confiesan, que este será algun Consejo 6 juicio
oculto, que bará Dios con sns Bngela y ssntos, para con-
denar al Anticristo, y mirar por el honor de Cristo y bien
de SU Iglesia: la cual esplicacion, aunque, respecto del -
misterio, es oecdaima; mas respecto del tiempo es b
tante clara Esto non basta por aora 8. Juan nos repre-
senta este mimo Consejo y juicio conocidamente en los
mismos tiempos. Lo primero : por las racones generales
que quedan apmtadas en otras partes, prhcipalmente en
el fenómeno üi, párrafo v, donde se dijo y tambien se proM,
que el Apocalipsis, especialmente desde el capítulo iv. ea
ana profecla seguida, cuyo asunto principal es la segunda
venida del Meelas ; comprendidas toda las wsaa mas nota-
blee que la b& de preceder, acompafiar y seguir; lo cual
no dejan deconfeear, 6 eapreea 6 tácitamente, en todo 6 en
parte, casi todos los eepositores. Lo segundo : porque b
lo menos parece cierto, que este Consejo y juicio tan so-
lemne de que aquí se habla, no se ha formado hasta el dip
de hoy, pues haeta aora no se ha visto resulta alguna de
tantan y tan grande8 cosas que anuncia la miama profecfa,
oomo consecuencias inmediatas de aquel mismo Consejo.
Lo tercero : porque el contesto mismo nos da tí conocer loa
tiempos, como luego verémos.
6l. Daniel dice, que en los tiempos de sus cuatro bes-
tias vi6 que se ponian muchos tronos, y se sentaba en elloa
el juicio : primeramente Dios mismo, 4 quien llama d An-
ciano de Dias, y despues en otros tronos iaferioma o-
conjueces : Estaba m i r a d o h t a tmto, qw fwon pwr-
tas s i l h , y sentbss sl Anciano da fi. S. Juan dice lo
mismo con diversas palabras. En lugar de, el Anciano
de Dias, dice : sobre el trono estaba uno sentado: y por
BN .GLORIA Y IAGBBTAD. 888
lo que mira 4 los otros coqjueoea, ~eáPlasu d m e m pre-
ciso: y wbre las sillas veinte y cuatro anciano8 rentadw.
Daniel vi6 millarea de millares de ángeles al rededor del
tono de Dios : miUaru de millase8 b serviun, y disz mil
vaes cien mil estabun delante de a+. S. Juan no solo
rió todos estos millares de millarea de ángeles al rededor
del trono, sino tambien oyb sus voces : Y vi, y oí voz &
muchos angeler ...y era el número de ello8 millares de
millares t.
62. Por abreviar: Daniel nos representa una persona
~ingolary admirable, como HGo de Hombre :ia cual, en-
trando en aquel grande y supremo consejo, 'se presenta
delante del trono de Dios mismo, que aUí preeide, y recibe
de él inmediatamente la potestad, el honor y el reino : Y
Uegó hasta el Anciano de Dias :y present&rorrlsdelante
de él, y dibk, lapotestad, y la honra, y el reino: y todor
los pueblos, tribus, y lengwr le reruirhn 6 &l. S. Juan nos
representa esta miama peraona Biognlar y admirable, bajo
otra semejanza, y con otras circunstancias mas particularss,
y todavia mas admirables ; esto as, bajo la semejanza de
un inocentisimo Cordero que se presenta, y está en pie de-
lante del trono de Dios: crsí c m nucrto$: como de-
gando el mento inünito de su obediencia b t u la muerte,
y muerte de cruz§: por lo cuai recibe de mano del mismo
Dios cierto libro cerrado y seiiado con siete eellos que nin-
guno es digno de abrir.ni puede abrir sino él solo. La abre
allí mismo B vista de aquella numerosa y reepetable asam-
blea, que espera con vivan ansias aquel momento feliz, el
cual llegado, se sigue luego inmediatamente en todo el
universo una tan gran admirecion, una alegria, un júbilo,
una exultacion tan sagrada y tan universal, que uo solo los
Millia miliium miniatrabant ei, et decies milliea centene millia
assiatehant ei. -Dan. VU, 10.
.f Es vidi, et andivi vocem ~gelorummaltonun ... et erat nume-
-
m eorum m i l h millinm. A ' . v, 11.
f Tamquam occLnm.-Id. ib. 6.
5 U q u e sd morkm, mortem autem. cmcis. -Ad Pk'iip. ii, 8.
384. LA VENIDA DEL YPBIAB
Bogeles, y loe uonjrieaer y Wtigoa, sino jwto ooii e l k te
daa las criatPraa del nniverm, aun lm irmionalea 6 insen-
siblee, todas claman h una voi, todas dan gloria 4 Dios, y
se regocijo0 de ver abierto el libm en manos del Cordem.
68. El mismo discipulo amado, qw da testimo~iode u-
tus coma, y e ~ c r i b i 6a t a s coras: y sabsaror que nr tedi-
morrio e s verdadero*, nos w g u m que oyb en todo el uni-
verso todas estas vooes de jfibilo s.grado, hego al pitnto
que el Cordero recibib el libro de la n a n o derecha d e l que
estaba r e n t a d o m el trono?, y lo abn6 páblicamente ea
aquel Consejo eetraordinario. Loa consejeme mismor
y conjneoes re p t r a m n dalante del Cwdsto,. Y canta- ..
ban un nuevo cántico, diciendo : D i g n o e r a , S&r, & to-
mar el libro, y da abrir uua rellos: p o r q u e fuiste muerto,
y nos ircrs redimido para Dios mn tu raagre, de t d a
ttibu,yletrgua,ypueblo,ynaeion: Y n o s ~ ~ h o p a -
ra nuwtro DiDI reino y sacerdotes, y rsinardiaos sobre In
tierra$. Loe miiiawe y millares de ángelea dijeron : Dig-
no e s e l Cordero,que -
fud muerto, da recibir virtud, y di-
-
vinidod, y robiúuria, y f w t a l e z a , y honra, y IJZU&, y
bendicim5. Las demáa criaturas del universo clamaron 4
une vo5 : A1 qiu edh m e t a d o en el trono, y al Cw&ro:
bsndicios y honra, y gloria, y poder e n Zor eigloe de los
rigloufl. Todo lo cual ooncnerda admirablemente con infi-

Qui tentimonium perhibet de his, et ncripnit hsec : et mimua,


quin verum eat testimonium ejus. -3ocrn. xxi, 24.
f De dextera sedentia in tkono. -A'. v, 7.
f Cecideriuit caram Agno ... E t cantabant canticum novum, di-
eentes: Dignue en, Domine, accipere libnim, et aperin s i p a d a
ejus : quoniam occinua ea, et redemisti nos Deo in rangabe tuo ex
omni tribu, et iingu8, et populo, et ~ t i o n :e Et fedsti nos Deo nos-
tro regnum, et sacerdotes, et regnab'imua imuper tsrrrm.- Apoc. r,
8, 9, et 10.
5 Diinua eat Agnus, qui occiaue eat, accipere virtutem, et dirini-
tstem, et aapientiam, et fortitndinem, et honorem, et glonirm, &be-
nedictionem. -A p . v, 12.
(1 Sedenti in throno, et Agno, benedictio, et honor, et gloria, e
-
potertar in eeecula saeculorum. ib. v, 13.
ni& seeasjantea, que ya e& anunciadas y p m
psradas pare aquelloa tiempos en loe R o f d y en.loa
Selmm.
64, Leed entre otros meehlinmos l-, que no pod&
mos por aora oitar, todo el salmo IHi,y reparad especial-
mente aae últimas paiabraa : bendito sl d r e de & m-
jeatad da U para siempre :y scrá muy IlsMlda ds su mcc-
jsstud LO& tia tierra :d rsa, así sea*. Y el snlmo xcv :
Alégrenaa los dolor, y rsgdjeae la t w a , c o n m h el
mar, y nr p h i t u d : re gozarán loa campos, y t& l u
coatu, que an elloa hay. E n t b s se repcijarhn todor leo
árbolea de las aehrar 6 la vista del Señor, porque vino :
porqme vino ájuqiar la tierra. J q a r h I<r redondsr; de
la tierra can equidad, y los pueblos con .an verdad...
Cantad &gres en la prsulmcr del Rky, q w es el S& r
bduhtaae el mar, y su plenitud: la rsdonda de lu tierra,
y lar que 1l)Oran en 6Ua. h riOd aplaudirhn con +ma-
dcu :j u ~ a m e t alos montea re abgrarán tí la viata da
Señor :porque vino tí juzgar la twrra t.

OBSERVACION DE ESTE LIBRO QUE ABRE EL CORDERO.


66. Llegando aqul, pareoe ntitnialísimo el deaeo de a-
ber (oon aquella ciencia, 4 lo menos, qoe.nos es posible en
el estado premnte) i qué libro es este, que en aqoel Conse-
jo estraordinario se pone en manos del Cordero, tan cerra-
do y tan sellado, qae ninguna pura criatura ea digna ni cap=
de abrirlo, sino él solo ? i Qué libro es este, que el Corde-
Benedictnm nomen majestatia ejus in aeternum: et replebitur
majeatate ejus omuis t e m : Bat, Bat. -Pa.lxxi, 19.
t Lretentnr caeli. et exnltet t e n , commoveatur mare, et pienitu-
do ejus : Oandebunt campi, et omnii, qnae in eis smt. l h n c 4-
tebunt m n i a l i p a siivvnm h M e Domini, quia vemt : quoniam
venir judicare terram. Jadicabit orbem terra, in aeqnitute, et popu-
los in veritate noa... Jubiite in conepertu Regia Domini : Movea-
tur mur% et plenitudo ejus : orbia terramm. et qui habitant in eo. Flu-
mina plaudent manu, aimul montai exultabunt B conspectu Domini :
- quothm venit jadican tsmim.-Pa. xcv, 11, 12, 13;si Pa. xcvii. 6.
7, 8 et 9.
a 6 L A VENIDA DBL YBSIAS
ro reaibe inmediatamente ds la mano dcaeda del que cuba-
ba santodo s+ el trm: que abre alü mismo ea medio de
toda aqueiia numerosa y venerable aramblea : que la llena
.
toda, con solo abrirlo, de h t o regocijo y alegría, que no
cabiendo en el cielo, .se difunde B todm las criatura ded
&vereo ? Sin duda debe figurarre y aignibane por este
libro aiguna oosa muy grande; pues las resultan de m
apertura son tan grandes, tan estraordiitsrirrs y tan naevas.
Yo confieu, que siempre be tenido el mismo dereo, pam-
oiéndome, que una vea que esto se enteodiere, d ya tü-
oil craear m& y muy Ltiles consecuencias. In que &mi
eato hallo en loa intérpretes, hablando francamente, no me
satisface; 6 porque no entiendo lo que quieren decir, 6 po+
que no le hallo proporcion alguna con lo que dics el testo
sagrado. i Quién podrá p u a d i m e , por ejemplo, d e p m
de haber considerada el t a t o con todo su contesto, que el
libro de que uqd sa habla, es la misma Escritura divina?
i Como y B qu6 propósito ? Esta, dicen osouremeute, m
abrió, 6 ee entendió con la mosrte y reatumcab de Cristo.
Y no obstante esta soyuesta apertura, d i yo: los doúto-
rea han trabajado infinito en buscar la inteligencia de la
misma Escritura, diciendo las mas veces unos una, y otros
otra osa sobre un mismo lugar.
66. i Quién podiá persnadim que el libro de que sqd
re habla, es el mismo iibm del Apocaüpeis ? i Como, y A
qu6 propbdto, cuando ea cierto que no habia tal Ebro en el
mundo, en el tiempo que S. Juan tuvo esta vbion? Y
aun prescindiendo de este anacronismo i el libro del Apo-
caiipsis es el que recibe el Cordero de mano de Dios: el
que abre delante de todos los ángeles y santos : el que con
sa aprtura llena de jfíbilo y regocijo al cielo y B la tierra?
Cierto que no lo entiendo, sino es acaso que quieran d e
cirnos, que así en el Apocalipsis como en otraa muchas Es-
crituras, se nos dan grandes ideas del libro de que habla-
mos, y de algunas cosas de las que contiene, B lo cual no
pienso repugnar. i Pues qu6 libro puede ser ate, al que
competan con propiedad las cosas tan nuevas y admirables,
que ie dioen de Bl? Yo bien oreo, dar, que no me pre-
guntaia sobre las cocos particulares qiie están esoritas en el
U r o ;pues no ignorais lo que se dice en el mismo testo :
no fué hallad6 ninguno digna de abrir el libro, ni & mi-
rarlo*. Si ninguno es digna de abrir el libro, ui de mi-
rulo, ¿ quién podrá dmir lo que contiene ? Seguramente
contiene lo que dice S. Pablo: Que ojo no vi6, ni oreja
9 6 , ni en corazon & h d r e subió*. Mas si solo me pre-
guntaie sobre el título del libro, esto es, mbre su aqamen-
to 6 asunto general, voy luego á proponsi simplemente mi
pensamiento, pidiendo no solo atencion, sino oomideracion
y exámen formal, y todo elio pomendo á un lado por un
momento toda preocupacion.
67. El libro, pues, de que hablémor me parece á mi,
a t d d i u , las oircoastanoias, qoe no es otro sino el m k o
Testamento nuevo y aterno de Dios, en el coa1 sabemos de
cierto, que a t e llamado en primer lugar* y oonsütuido be-
d e r o , Rey y Seiior n n i v e d de todo, aqael mismo Uni-
j B d o de Dioa, p m quien ron todas lar cosas, y para quien
ron todas km corar $. al ctual ooiutituyó heredero de todo,
por quien ?&o tambim los r i g h g : aqael que eiendo
UnijBnito de &S, rsspCPuidor & la gloria, y &$gura
dc su rustancia y rwtunt6nddo todo con la pakdra
da ru virtudlC es al mismo iiempo por SR in6nita dig-
nacion, el primojenito entre todos los que son, y serán UI-
madoi hijos de Dios: q w segun ar h t o son llancidar
.
santor.. para que él rea el primqjenito entre atuclior b

Nemo dignns invennie est aperire libnim, nec videre eum.


Apoc. T,4.
-
.1. Qubd oeulns non vidit, nu: m& audivit, nec in cor homlnia
areendit.- I cid Cw. ii, 9.
-
Propter q u m omniq et per quem omnia A¿ Hebr. ii, 10.
Quem conatituit hmredem univemorum, per quem fecit et riaaeii-
la.- Ad Hebr. i, 2.
11 Splendor glorie, et figura anbstanti~eejni, portanique o m h
&o v i r t n t t mm. - A l He&. i. 13.
TOMO 11. 2
-*. Dije en primer lagar, porque -bien sabéeni
mn la miama certidumbre, que juntamente con el p h m -
. .
jenito, y por 61.. & dl., y en d l t e&n llamados 8 k
heresaia, como wherederos rayoe, todoa sus he-
menores, los cuales machor dias ha, que se llaman y
convidan con les mayores iuatamh: maohos dias ha qae
se bueoan por todas Wtes, y entre todae las gen-,
tribus, y lenguas, para que qoitwaa a d d i r la diidad
de hijos de Dios, y tener parte en .la h e r e d a de qoe
habla el mismo Testamento nrtevo y eterm ; pidiedolao de
oir park damente dos o o n d i o i o n e s . ~ b i e sqw
,
fe y justicia: tuto es, qne crean en verdad ó su Dios, y
sigan sin temor alguno, obedescan, imiten. ainen. y se
ooofarmen todo lo posible' oon la, imagen vive del mismo
Dios, que es ea propio Hijo : Porqru, lar qw dea
nr prwciaicia, 6 estos tambien prcdertinó. para rar Ae-
c h s conforma 6 ka i d g e n de 8u hio.. Y oi h* . tam-
bien herederos:. herederoa urrdíadaramrnk de Dfw, y m
.
heredSros & Ctirto.. EI que aun 6 ru propio E& no
perdonó, &no que lo mtrrgú por todos narotrar; g c o ~ o
mo nos donó t d i e n con.di todas lar .cama $ ? o

@ Eslcierthimo
., qae ente. 'betamento nnevo y eterao
de Dios, tan a n u d o .ea h antiguas Eeontarar, aetá ya
hecho mnohos tiempos ha; está Gmiado k e v o c a b l e ~ t s ;
está sellado y asegurado por dor c a a r i n f a h , ea:Inr
mahw es im@b que Dios fdtag: eato eq, ooói la
palabra de Dios, y cón ia sangra del Cor#ewi, uan ia san-
...
Qui secundhm proposihim vocati aunt snncti ut at ipea pri-
mogenitw in multb fmtribua4-Ad i&m..viii, 9, B.'
-
.t Ex ipo, et per ipaum, et in ipao. Ad Roa. xi, 36..
1Nam quor yremivit,. et pdentinavit eonfarma feri h a g k b
N i i d.. Si.sutem íiiii, et heredes : heredea qilidem Dei, c o b r e .
des autem Chnati... Qui ethm proprio F i o euo non pepercit, sed
pro nobb omnibus tmlidit illum : 4 queanodo non etiam cvrn illo
omnia nobii donevit ? -Ad h. viii, 29, l7,32. ..
6 Per ditsii m i m m o b i i quibus imposeibile at melltifi..mum.
-Ad H&. vi, 18.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 889
gre del Hombre Dioe, la sangre del nueuo (y eterno) Tes-
tanunto*, asl como el antiguo Testamento que era sola-
mente p o r aZgun tiempo, y como ayo que nos condujo á
Crbto, se selló y aseguró con la sangte de animales:
Porque dPoMds habiendo leido á todo el.pueblo todo el
d a m i e n t o de la ley: tomando sangre de becerros, y
de m m h da ~ cabrío con agua, y con lana b&rtneja, y con
hisopo; roció al misma libro, y tambien á todo el pueblo, .
diciendo: Esta es la nangre del Testamento que Dios or
ha mandadot. Mas aunque este Testamento de Dios,
nuevo y eterno, está ciertamente hecho : aunque está fir-
mado y asegurado irrevocablemente; parece del mismo
modo oierto 6 indubitable, que todavia no se ha abierto,
sino que est4 cerrado y sellado, hasta que llegue el tiempa
de abrirse. Lo que aora Hamamos Testamento nuevo,
esto es, las iiuevas Escritnras, can6nicas, auténticas, divi-
nas, que se han hecho despues del Mesias, no son, pro-
piamente hablando, el Testamento inismo, eon solamente
la noticia, el anuncio, el convite general que se hace (i to-
dos los pueblos tribus y lenguas, para que concurran todos
los que qnisieren 4 la gran cena, y procuren entrar en
parte del Testamento nuevo y eterno de Dios; verificando
cada uno en si mismo aquellas dos candicionea que se
piden á todos, y,4 cada ano en particnlsr ; esto es, fe y
justicia. . Esta,nuevas Escrituras se llaman con mayor
propiedad : E1 &angelio del reino, que es el nombre que
di6 el Mesias 4 la mikm .y predicaeion de los apóstolee:
Evangelio, 6 annncie, 6 buenas nueva del reino, el oual
reino es todo lo que contiene d Testamento mismo: N o
hay, pues, rmon alguna para codundir la Wticia de estár
ya hecho el Teetamento de Dios, nuevo y eterno, con el

-
Z

Sanguis..; novi (et atterni) testamenti. Y rds MUZ.u v i , 28.


t Lecto enim omni mandato legis B Moyse universo popuio: ac-
cipiena songuinem vitulorum,.et hireomi cum aqns, e t & a cwci-
nea et hysaopo : ipsum quoque librum, et omnem yopulum q e n i t ,
-
dicens : Hic s a n p i s Testamenti, quod mandavit ad vos Deus. Ad
Hebr. ix, 19, 20.
2 2
&M LA VBNIUA D P L MBBlAB
Tesíamento mismo. Ia no(icie es cicuta y segura, y eebre
esta certidumbre y seguridad, rre trabaja muchos m+
ha, en que todo8 La crean y se aprovechen de ella:
mas el Testamento mimo ninguno lo ha leido haata
aora, y nbp. ea capaz de leerlo; ya porque niogruio
es capas de entender lo que qjo no uió, ni or&a oyó,
ni en corazon da hombre rubió; ya principalmente por-
que está todavia en manos de Dios, cerrado y selludo
con mete sellos, hasta que lleguen los tiempos y momentos,
qw el Padre puso en su propio poder: hasta qae se
ponga el Teatamento en manoa del Cordero : hasta que el
Cordero mismo rompa los sellos : hasta que Lo abra p6-
blicamente en el supremo y pleno Cónsejo de Dioa mismo,
y con esto éntre jurídicamente en la poseeion actaal de
toda su herencia, con el hágase, hágore, 6 con el aonsenti-
miento y aclamacion, deseo, y júbilo, y exdtacion unéaime
de todo o1 universo.
69. En efecto, i que quiere decir presentame el Unijéoito
de Dios, c m higO da hombre, como Cordero, así como
muerto : presentarse, digo, deiente del trono de m divino
Padre en aquel Consejo eetraordinario, y en aquel tiempo
de que vamos hablando : recibir de mano del Padre un
libro cerrado y mllado, que ninguno puede abrir siw él
solo : abrirlo dll plblicamente en prewnoia de Di=, y tí
vista de todos los hgeleis, y de todos loa conjuecas y tea-
tigoa : llenarse de admiracion, y de un jlibilo estraordinario
con la apertura del libro, así los conjueces y testigos, como
todos los esplritus angélicos : postrarse todoe llenos de ver-
dadera devocion, de agradecimiento, y del mas p r o ñ ~ d o
respeto, delante del trono de Dios, y tambien delante del
Cordero mismo : alabar Dioa, bendecirlo, y darle gracia 1
por lo que acaba de suceder ; esto es, porque ha puesto ya 1
el libro en manos del Cordero, y el Cordero lo he abierto 1
tí vi& de todos, y manifestado todos sus semetoa : conocer,
y confesar todos unánimemente, que el Cordero, que fiú
muerto, es realmente digno de todo aquello que ha mi-
bid0 con el libro, y está enoerrado en el m i m o libro?
BN GLORIA Y MAGBSTAD. 8ai
Difundirse estri exnltacion y jubilo sagrado desde aquel
eapremo Consejo 4 todas las criatum del universo?
i oirse al punto las vocea de todos, que gritan y aclaman 6
una vo% : A l que está sentado en el trono, y al Cordero:
krk'cion, y honra, y gloria, y poder en los siglor de 2br
itiglob ? i No es esto manihtamente una confirmacion 6
una relacion mas es$nsa, y mas circunstanoiada del testo
de Daniel?
70. Una persona admirable, c m Hijo de H m b r e (diae
este Profeta) lleg6 como de las nnbes del cielo, y entratido
sin impedimento ni oposicion alguna en el gran Consejo de
Dios, se presentó 6 fué presentado delante de m trono, y
alli recibió de mano do Dios la potestad, el honor y el
reino: y he aquí (son sus palabras) venia conu, Hijo &
Hombre con las nubes del cielo, y lleg6 hauta el Anciano
de Diae : y prewntáronle delante & ¿l. Y diole la potes-
tad, y la honra, y el reino : y todos los pueblos. tribus, y
lengua8 le servirán á ¿l. S. Juan dice, que este mismo
Hijo del Hombre, presentado delante del trono de Dios en
ñgura de Cordero, mi como muerto, reaibió d e su mano un
libro cerrado y sellada, que solo 61 podia abrir: que lo
abrió alli mismo d vista de todos los conjueces y testigos,
con admiracion y exultacion d e todos : y en consecuencia
inmediata de esta apertura del libro, todoe se postraron
delante de Dios y del Cordero, diciendo: digno es el
Cordero, que fue muerto, de recibir el honor y la gloria,
la virtud g la potestad, la bendicion, la sabiduría, la forta-
leza, &c. Decidme mra, sefior mio, con sinceridad : j no
es este el mismo misterio de que habla Daniel ? i No es
esto decimos manitiestamente, que recibiendo el Cordera
un libro de mano de Dios, recibe en él la potestad, el
honor y el reino? i No es esto decimos manifiesta-
mente, que recibiendo el libro y abriéndolo, se halla ser el
Testamento de su divino Padre, en que lo constituye y
declara heredero de todo ? i No es esto decirnos manitiea-
tamente, que junto con el libro, y el libro miamo, se le da
la posesion actual de toda en herencia ; esto es. la poteatsd,
el honor y el reino? Si no es esto, i tí qué propósito son
$424 LA YBNIDA DBL MB81A8

tantas vooes de júbilo y regooijo, con que resuena todo el


universo 4 sola la apertura del libro ? Considbreae todo esto
con maa formalidad, y examínese con mayor atencion. Y o
no p u d o detenerme mas en esta considtuacion, porque
me Uama ó graodes vocea la mnger misma que acaba de
parir eapintubente este hijo mbulo, este Hijo del Hom-
bre, eate Cordero ; la cod despues del parto queda en la
tierra en grandes conflictos.
71. Volviendo aora al punto pattioular que dejamos BUS-
perno, lo que decimos y concluimos es : que B eate mismo
CBntmjo estrediario, B este miemo trono de Dios de que
habla Daniel, y de que habla S. Juan, será arrebatado y
pnmmtade el hijo máscolo de nuestra mnger metpmriaa,
luego id punto, que se verifique su naoimiento tambien
d i i c o : luego el punto, digo, qae esta ceiebétrima
mugar, veatida ya del eal, lo conciba por la fe, y lo dé B lns
por una púbüoa aonfesion de la misma fe : Y pat$ó urr hijo
oamni, qus habia & regir t& 1iu1 gentes con vara de
h o : y ar hvo fu6 arrebdado paovr Dior. y para ru
trono: pues segun tsdas Ise ideas que eo dan las santas
Escrituras, pare- que eeio d o re espera, para dar B este
hijo de esta muger, 4 este Hijo de Dios, B -te Hijo del
Hombre, d este Cordero que j%6 nnwrto, toda la poteatad
actual, todo el honor eEectiro y real, y todo el reino y
priwipdo univeisal, que por tantos títnlos se le debe, .y de
que ya eetsl cons&uido heredero ea8el Testamemto nuevo y
eterno de su divino Padre. Por consiguiente, no ae eepera
otra cosa para poner en ens manos este libro, 6 este Teata-
mento, y pera comenaar B p m e m en egeoaoion lo que en
61 se contiene.
m. EnMnces, 6 o r mio, y eolo entónces se empesanín
4 ver los grandes y admirabies misterios que contieae el
ApooaHpsie, y B veriñwae sus profedias, las cuales, digan
otms lo que quisieren, haata aora no se han verificado, no
digo todas, 6 muchas, pero ni una sola. Entónoes se reve-
lar& m manifestará, 6 saldrá B la ptiblica l u , con todas
sus pie- y resartes, aquella gran máquina, 6 aquel gran
misterio de iniquidad, que llamamos Anticristo, el que ee
está kmando tantos tiempos ha, y en nuedms dias vemw
ya tan adelantado y tan areoido. .

ARTICULO IV.

Y h mugar huyb al desierto, en donde tenia m lugar


aparqado de Dios, para que allí lo alusntaden mil -dora
sisutos y rsrsnta dias *.
.78. Habiendo la mnger dado B lus, aunque mn grander
angaetiaa y dolorea, lo que enaerraba dentro de si : habien-
do volado B Dios, y 4 au trono el fruto de su vientre, qw
Mis de regir todas las gentss con vara de hierro : iorieiti
trae se obraban loe misterios grandes y admirables, que
acabemos de observar, y otros mas que observarémoe
laego ; fuera de otros infinitos que al hodm no le e8 lbite
Ul4ft :dice el teato sagrado, que la muger huyó loego
inmediatamente .P la noledad, donde Dios le tenia prepa-
rado un lugm oómodo y segun> para que allt viviese, y se
le diese el sustento necesario y oonveuiente par eapeaio de
1260 dias, que son puntualmente 42 meses, y s e p
el &ndarb m ü p o tres d o s y medio : tieinpo n e o e d o
que debe dura^ la grsn tiibuhGon del Anticriato e n ' h Iaa
gentes, y en que debe pervertirlis ami euteramentá, como
se dice en todo el capitulo signiente y tambieu en el eran-
g e b $*
74. Phma moralmente imposible oompreuder bien lo
que aquí re nos dice, si w advertimos, 6 si hammos poco
caso de la alusion tan chua y tan sensible que aontienea
estas pocas palabras. 8 1 no volvema, digo, bs ojos 4
los tiempos pasados, trayendo B la memoria aquel dlebre
suceso de que se habia en el libro del Exodo, al a u d alu-
Et mulier f@t m solitudinem, ubi habebut locm paratum i
Deo, ut ibi pascant eem diebus miiie dncenth sexaginta -rlpoc.
xii. 6.
.) Qiiae uon licet homiui loqui. -2 ad Cor. xii, 4.
1 Mat. xxiv.
d a kmbien f m u e n h n e n b lor Profetar, mando aariwi.o
la voclacion futura de Iamél, como hemos obeeroado, y te-
davia hemos de observar.
75. Cuando Dios determinh dar 4 su pueblo aquella
ley que llamamos d t a : cuando detsrmin6 entrar en
pacto y sociedad pfiblica con este pueblo : cuando ee dign6
sublimarlo á la dignidad de esposa, y celebrar solemníeima-
mente aquel contrato en que ambos quedaron ligadm y
obligados perpetuamente : fub conveniente aab todas mtma
eacar de Egipto B este pueblo 6 á esta esposa : redimáio
del cautiverio, eeciavitud y miseria en que entónces se
bailaba: separarla enteramente del trato y comunicacion
de aquella gente supersticiosa: y conducirla en primer
lugar, aun 4 costa de prodigios inauditos, al desierto y so-
ledad del monte Sínai. Fub conveniente tenerla por al-
gun tiempo en aquella soledad, sostentbndola en alma y
cwrpo, con maná del cielo, para que alll, libre de toda
ocupacion, deeembarascida de todo otro cuidado. p lejos de
toda diitraccion, pudiese oir quietamente la voz de BU Dios,
y ser eueefiada b instruida, mi en el rito y oeremonias del
nuevo culto, como en todas las otras leyes que debh ob-
Bervar.
76. Del mismo modo podemos discurrir y discurrimos
confiadamente, segun lar Escriturar, que sucedení cuan-
do llegue aquel tiempo feliz anunciado con tan ma@cas
espresiones por las Profetas de Dios : cuando llegue aquel
tiempo felii de la vocacion, conversioo, coogregacion y
, asuncion de las reliquias preciosas de este pueblo, y de esta
eaposa, a quien todos miran como repudiada y abandonada:
cuando esta antigua esposa de Dios, no repudiada, sino
castigada, afligida y penitenciada por su enorme ingratitud,
conciba en esplritu, y dé á pública lus aquel mismo hijo
inñnitamente amable y apreciable, que en otros t i e m ~
habii parido, segun la carne, sin haber querido, hasta la
presente, reconocerlo por lo que es, ni distinguirlo del resto
de los hombres.
77. Entónces, pues, sacará Dios segunda vea de Egipto,
o de todas las tierrao t i su antigua esposa : Y será m
+ dia : fitai4brá el S& a para
rr nano ~ g u n d vez
poMsr el resto da su pueblo, que quedará & los Asirios,
...
y & Egipto y & las islas del mar. Y alzará batEdcra
6 las ~ o n s s y, congregará Zosfugitivos & Isradl, y re-
cqjerti los diqvarms da Judá & las cuatro plagad de la
..
tierra. Y habrá camino p a r a el resto de mi pueblo, que
mcapáre de Ios Asirios (esto es, al residuo de las diez
tribus): así como lo hubo para Ltdl en aquel dia, que
s d i b & tierra de Egapto*. Entbnces sacará Dios B su
antigua esposa de todas las tierras y naciones donde él
mismo la tiene didpersa, desterrada, cautiva y llena de todo
aquel oprobrio y confusion, que ella misma se ha mereci- .
do. Entónces la sacará con los mismos ó mayores prodi-
gios con que la sac6 de Egipto ; pues asi le está anuncia-
d o y prometido en casi todos los Profetas : segun los dias
de tu salida de la tierra de Egipto, le h r 6 ver maravi-
llas (6 como leen los LXX : ved las maravillas). Lo verán
las gentes (prosigue), y sertin confundidas con todo su PO-
der*. Y por Jeremias ee lea dice íi estas santas reliquias:
no dirán y a mas: Vive el Señor, que sacó á los hijos de
Isrdl de la tierra de Egipto : Sino : Vive el S&r, que
sacó, y trajo el linage de la casa de Israél L tierra áel
Norte, y de todas las tierras, á las cuales los habita yo
echado d á ; y liabitarán en w tierra$.
78. D e la huida de esta muger al desierto, y de sns ocu-
paciones en aquella dulce sokdad, hablamos de proposito

Et erit in die iiia: Adjiciet Dominus raeundb manum suam d


posuidendum reaiduum populi sui, quod relinquetur ab Aesyriis, et
e ab Egypto ... et ab insulia maris. Et Ievabit signum in nationes,
et congregabit profugos Israel, et dispersos Juda colliget A quatuor
plagiu t e m ...Et erit via residilo populo meo, qui relinquetur al,
Assyriir : sicut fuit I s d i in die iiia qu8 escendit de Tema Egypti.
- Loi. si, 11, 12, 16.
f- Secundhm dies egrersionis tuse de terra -ti ostendam si
mirahia [videte mirpbilia]. Videbunt genter, ,et confundentur
-
super omni fortitudine sua. Mich. vii, lb, 16.
f Non dicent ultrh: Vivit Dominus, qui eduxit filios I s r d l de
t e n Bgypti : Sed : Vivit Dorninus, qui eduxit et adduxit semen
340 LA VENIDA D E L Y8L)lAB

en el oapitulo viii: y oomo w es preoiso segair eL Brdm


miomo de la profeola, S. Juan toca oqai este misterio m10
en general, y al punto lo deja, ó lo reserva para mejor 10-
gar, substituyendo otro miiteria no menoa &e, que de-
be snueder en el mismo tiempo; ain cuya wti& no se
puede entender bien el misterio de la huida de la orciger,
y de su habitacion en la soledad. Sgámoa, pues, el 6r-
den del testo sagrado, que sin doda alguna es el mas con-
veniente y el mejor.

ARTICULO V.
CAPITULO XII, VBRSICULOS 7, 8 y 8.
Y hubo 'una grande batalla y sus
en el cielo : Miguel
angeles lidiaban con el dragon, y lidiaba el dragon y sns
angeles : If no preuaiecieron estos, y nunca mas fud ha-
Uado su lugar en el cielo. Y fué lanzado fuera aquel
grande dragon, aquella antigua serpiente, que u llama
diablo y Satanás, que engaña h todo el mundo: y fu6
arrojado en tierra, y sus angeles fueron lanzador con
21*.
79. Esta baíalla célebre entre S. Miguel y sus Qnge-
les, y el dragon y los suyos, parece clarísimo por todo el
testo sagrado, y por todo su contesto, que debe suceder
despues del parto r;o menoa célebre do la mnger veatida
del sol, y despues que el hijo másculo, que Aabia de regir
todas las gentes con vara de hierro, haya volado B Dios,

domb Israel de tema Aquilonia, et de eanetis t m s , ad qaas j e -


arsm eos iilnc : et habitubunt in t e m sua-Jlm. xxiü, 7,8.
Et factnm eit prdium mqnum m celo : Mi&&, et + .
ejus preeliabantur cum dracone, et draco pugnrbrt, et aogeliujPs :
et non duerunt, q u e locm hventun eat eonm anplihs in codo.
Et projechis est draco iile rnqpua, aerpena antiqnus, qui vocatur
-
disbolus, et Setanas, qui eedncit uhivenum orbem : et projectm
ecit in temm, et angeli ejus eam illo missi eunt. Apoe. xii, 7,
8, e: 9.
BN GLORIA Y HAOBSTAD. a47
y presentádose delante de su trono. Asimismo parece
clarísimo por todo el contesto, que la batalla debe d a m
únicamente por cama de la muger, y en consecuencia de
su parto, el que el dragon no pudo impedir, ni pudo devo-
mr. En este supuesto no arbitrario, sino cierto, claro y
peroeptible B todos, no tenémos necesidad alguna, antes
nos puede ser de suma pejuicio, divertirnos tí otraa cosas,
6 hlsae, & B lo menos inciertas, dejando entre tanto sin es-
plicacion, y aun sin atencion, un suceso 6 un misterio tan
grande, como debe ser esta batalla. Los interpretas del
Apocalipsis (bablo de los literales, que de los otros no hay
para que hablar) recurren aquí para decir algo, y llenar
con esto algunos vacíos, á aquel caos oscurísimo 6 impe-
netrable del pecado y castigo de los ángeles malos, ima-
ginando y dando luego por cierta la imagioacion, que cuan-
do el gran príncipe Satanás, abusando de su libertad y
de los dones del Criador, se rebelb en el cielo contra Dios,
trayendo 4 su partido (como dicen) la tercera paite de los
ángeles, se le opwo lleno de verdadero celo otro pdnoipe
no menos grande, que la Escritura llama Migusl, 4 quien
se agregaron las otras dos terceras partes de los espúitus
angélicos. Con esto, encendidos los unos con m verda-
dero celo de la honra de Dios, y las otros en ira y furor,
trabaron entre el una gran disputa, que pasó oaturaimepte
4 una verdadera batalla, en la que Miguel y sus &
compderos vencieron 4 Satanás- y 4 eus rehddes, y h
anojaron del cielo á la tierra ; esto es, al infierno.
80. Si preguntamos aora por curiosidad, i de qu4 fm-
úw, de que archivos phblicos b secretos se ban sacado una
noticia iomo esta? mas que probable que con esta
sola pregunta deban quedar, aun Los mas eruditos, en un
verdadero y no peque60 embarazo. Este suceso que supo-
nen por cierto (podémos decirles) precedió ciertamente 4 la
creacion d d hombre, ó mucho 6 poco, segun varios modos
de pensar; pues de la Escritura divina nada consta. Por
otra parte, es igualmente cierto que lo que ha pasado, ó
puede pasar entre los eates4puramente eepirituabs, no es
348 L A V E N I D A D B L MESlAB
del resorte del hombre, aun cuando fuese de una ciencia
perfecta+ : son éstas cosas muy superiores B su limitada in-
teligencia. Es verdad que pueden llegar á su noticia, mas
no por otro conducto que el de la Rerelacion divina, cieria
y segura. 1De aquí se sigue legítimamente, que si el su-
w o de que hablamos no nos lo ha revelado Dios en sus
Escrituras, podrémos no solamente no creerlo, sino repro-
barlo como apbcrifo ? A esta pregunta 6 consulta no hay
duda que responden ; mas la repuesta no ee otra que remi-
tirnos, como quien está de prisa, 4 este mismo lugar del
Apocalipsis que aora observamos. Mas este lugar del Apo-
calipsis, i de qué tiempos habla, de pasados 6 de futuros ?
j Es una historia, 6 una profecía ? Es profecía, dicen, q u e
anuncia innegablemente para otros tiempos todavla fnturos
una grande y terrible entre los Bogeles malos y buenos.
Mas esta batalla futura que se anuncia, alude á la que se
di6 en el cielo entre los mismos Bngeles antes de la crea-
cion del hombre. ' i O, valgame Dios ! ¿ No es esto, pro-
piamente hablando, responder por la cwistion ? Para que
un suceso cierto y seguro (sea presente 6 futuro) aluda 6
pueda aludir B otro suceso semejante ya pasado, es necesa-
rio que aquel suceso ya pasado, aea igualmente cierto y se-
guro, y que esto esté por otra parte bien probado, con
aquella especie de prueba que pide el asonto. Esta pro-
posicion parece un axioma, y lo es en realidad. ¿ Quién
no se reiria, por ejemplo. de un historiador que nos refirie-
se aora una gran batalla naval entre Africanos y Europeos,
sucedida en los tiempos anteriores á Noé ! Y si pregunta-
do de doiide hahia tomado una noticia tan plausible, noél
remitiese 4 la historia romana: si nos asegurase 6 hioiese
ver en esta hitoria la batalla naval entre Cnrtaginenses y
Romanos, sucedida en la primera guerra pbnica: si nos
asegurase oon formalidad, que esta batalla naval alude, 6
aiodió á otra semejante, que sucedib en los tiempos ante-
diluviano~: ;sobre este solo fundamento pudieramos creer
aquella noticia ? Aplíquese pues la semejanza.
-
Etiam cíim perfectre fuerit scientiae. Jdi u
ii,3.
BW G L O R I A Y MAGESTAU. 349
81. No me parece conveniente disimular aquí lo que al-
gunos antores no ordinarios, ni de la clase inferior han dis-
currido, para confirmar, 6 fundar de algun modo posible
aquella noticia. Estos nos remiten al capitulo primero del
Génesis, donde nos hacen observar aqnellas palabras del
versiculo 4. Y vió Dios la luz que era buena: Y separó
h la luz de las tinieblas. Y llamó á la luz dia, y á las
tinieblas noche*: las cuales palabras consideradas profun-
damente pueden tener (dicen) fuera de su sentido literal,
este otro sentido : vi6 Dios la fidelidad y bondad del prínci-
p e Miguel y de todos los 4ngeleu. que eligieron con él la
mejor parte, y aprobando esta fidelidad, y canonizándola
por buena, los dividió de los ángeles infieles: Y liad 6
la luz dia, y á las tinieblas noche : esto es : 4 los primeros
les di6 el nombre de dia : esto es : les di6 la luz y claridad
d e la vision beatifica. Y 4 los segundos los llamb noche :
esto es: los arrojó de sí 4 lo noche eterna del infierno. La
sustancia de lo que aquí se dice, es una verdad de la que
el testo no habla, y en donde se echa menos (porque sin
duda no se ha podido mas) la batalla entre los ángeles fie-
les, é infieles. S i proseguimos aora leyendo en esta inte-
ligencia, este lugar del Génesis, hallamos 4 pocos pasos que
aquellos dos liiminares que crib Dios, uno para el dia, y
otro para la noche, su destino 4 lo qenos secundario seria
este: que el sol sirviese 4 los Bngeles buenos, y la luna 6
10s malos. Y aquellas palabras del salmo cxxxv. El sol
para presidir el dia ... La luna y las estrellas para
la noche?, podr4n tambien tener este sentido :
que el sol tenga potestad 6 influya sobre los Bngeles bue-
nos, y la luna y estrellas sobre los malos, &c.
82. Hablando aora simple y sencilla 6 seriamente, que
parece un mismo modo de hablar, es ciertísimo que en tol
Er vidit Deun lucem qubd eeset bona : Et dihit lncem B ten+
-
bRs. Appeiiavitque lucem Diem, et tenebras Noctem. Cm. i,
4 et 6.
t Solem in poteetatem diei ... Lunam, et steiias in poteetatem
-
n o d . Pa.caxv, 8 e: 9.
358 L A VENIDA DEL MEBIAS

des las santaa Eetntuias, no halia ni ans sola pslabra de


donde poder inferir, ni aun sospechar aquella snpueata ba-
talla sucedida en el cielo, alprincipio de la creacion, en-
tre los ángeles buenos y malos ; ni el el pecndo de unos, ni
sus oonsecuencias ; ni-el tiempo, y medios que les di6 Dios,
6 que no les di6 de penitencia, b. Nada de esto sabemos
por la Revelacion : y si nada sabémos por la Revelacion :
i por oual otro conducto lo podrémos saber? Al paso q u e
esta nos habla frecuentísimamente de los ángeles buenos, y
tambien de loa malos : de los servicios reales que nos hacen
los unos, y de los pejuicios igualmente realea que nos ba-
oen los otros, y que nos desean y procuran hacer tí todar
horas: á este mismo paso observa un profiuidísimo silemío
sobre la caida de los ángeles malos, :y sobre las cansas y
circunstancias de sn reprobaciou : 6 porque esta noticia no
nos es necesaria, 6 lo que parece mas verosímil porque en
el estado presente no somos capaces de entender lo que
pasa, ó puede pasar entre criaturas puramente espirituales.
A estas no las concebimos, sino bajo aqnéll&'especies poco
justas, que nos prestan nuestros sentidos.
83. Nos basta, pues, saber en el estado presente dos
- oosas de gran importñncía. Primera: que hay Bngeles 6
criatunis puramente espirituales, B quienes llamamos con
este nombre general, los cuales son buenos, santos, pios,
benhficos, bienaventurados, que siempre ven la cara ds mi
Padre, que presentan 4 Dios nuestras oraciones, que nos
socorren y ayudan en nuestras tentaoiones y necesidades,
que nos procuran todo el bien poeible, como que son, 6
todos ó muchlsimos de ellos, sagun la voluntad del Padre
celestial, enviados para ministerio en favor de aquellos,
que han de recibir la heredad de saludf. Segunda : que
hay tambien Bngeles malos, perversos, inicuos, maiiinlsi-
mos, arrojados para siempre de la gracia y amistad de Dios,
sin duda por el mal uso que hicieron de su libertad, y de
los dones de su Criador, mieutras fuoron viudores, los cuales
In mhisterium'miesi propter eor, qui hsereditatem capient d
16
tia. -Ad Hebr. i, 14.
EN GLORIA Y HAGESTAD. 861
no c e m de perseguirnos, de insidiarnos, y tambien de aau-
sarnos ante el tribunal del justo juex ; pidiendo y alegando
contra nosotros, por el mal uso que tambien hacemoe de
nuestra libertad, de nuestra razon, de nuestra fe, y de tan-
tos bienes naturales y espiitaales que hemos recibido. Ea-
tas dos cosas nos basta saber, y nos fuera una cosa utili-
sima el saberlas bien, y mucho mas el aprovecharnos de
esta noticia. La ciencia de otras cosas mas particulares
no nos h a , ni nos es neoesaria, ni asequible en el estado
presente.
84. Concluida esta digreeion, no del todo inbíil, entre-
mos ya d observar de el lugar del Apocalipsie,
que dejamos auspenm. Para cuya inteligencia no tenémos
necesidad alguna da suposiciones arbitrarias, ni de discnrsoe
&~aies. El mismo testo y contesto de esta profecía nos
abre el camino fácil y Uano. No tenémos que hacer otra
oosa, sino seguirlo ; advirtiendo bien y llevando presente
estas dos verdader, no menor necesarias que innegables.
85. Primera : que el dragon y sus ángeles, no obstante
de estar privados para siempre de la gracia y amistad de
Dios, tienen todavia algun acceso 4 él, real y personal:
pueden todavia llegar B Dios, presentarse delante de su
tribunul, hablar con 61, pedk y ncurtnr, alegar, &c. Eato
parece claro por las Escriturds, y me parece que ninguno
lo niega, ni lo dada. Consta del cap. ii de Job. Consta
del cap. xxii del libro iii de los Reyes. Consta del cap. xxii,
v. 31, del evangelio de 8. Locas: y consta de este mimo
lugar del Apocalipsis, v. 10, como verérnos en el artículo
siguiente. Este acceso 4 Dios, que ha tenido y tiene todrir
via el dregon y sus hngeles, no es para adorarlo y honrarlo
como 4 su criador y Sefior, ni para gozar de su vinta, ni
para amarlo como 4 sumo bien ; todo esto es in6aitamente1
a p n o de nc. estado pmsente, y aun contrario á siis inclina-
ciones. Segun las id- que sobre esto nos dan laa h r i -
turas, 0010.podemos dhcebir este acceso 4 Dios de loa eepí-
ritus malignos, como el que tiene acá en la tierra cualquier
hombre privado, por viI. que seai.&en my.6 prtncipe en en
36Q LA VENIDA DEL ME81A8

consejo 6 tribunal de justicia Si el tribunal prmede como


debe, oye, 6 admite cualquiera acusacion, de onalquier
acusador que sea; y si despues de bien examinada, se
halla verdadero el delite en el acusado, no puede mems de
dar la sentencia contra él, s e g w lo alegado y probcrdo,
'
aunque por otra parte deteste y abomine al vil acusador.
Este ley, como fundada en la recta razoo, se ha p r a c h d o
universalmente en tudos tiempos y en todas las naciones,
aun las menos civiles ; y se practicará mientraa hubiere en
el mundo recto juicio.
86. Aora pues, como el gobierno y justicia de los
hombres. que como saben 6 deben saber todos lori Cris-
tianos, de Dior son orden& *, es una imágen ó una ema-
naoion de la justicia y gobierno de Dios, podemoa decir
seguramente, que lo mismo sucede á proporcionen el sacro-
santo y rectísimo tribunal del sumo Dios, respecto de Sa-
tanás y de sus ángeles. Si 6 estos se les concede acceso 4
Dios, como á justo juee, por razones que no son de nuestro
resorte, es consiguiente que se admita la acwacion. Si
erta se admite, es consiguiente que se exmine, 6 que se
vea si es verdadera 6 falsa. S i se halla verdadera, inne-
gable é indisimulable, es consiguiente y aun nee~sarioque
se db luago la sentencia contra el ci~lpado,aunque el acrt.
sador haga procedido con intenciooes tan pervers~e,como
lec puede tener el mismo Satanhs : pues en un juicio justo,
6 en un recto tribunal de justicia no se atiende B la inten-
cion buena 6 mala del acnsador, sino solamente á la verdad
6 falsedad de In acusacion. La mala intencion tendrá B sa
tiempo su juicio y su sentencia.
87. La segunda cosa que debemos advertir aqní y no
olvidar, es aquel Consejo estraordinario y juicio supremo,
de que hablamos en el nrliculo ir: el cnal, como se dice
e s p r e ~ e n t een Daniel, se debe abrir en aquellos tiempos,
para quitar h los hombres toda la potestad que habian reci-
bido, y de que tanto han abusado ; Y se sentará el j 6

A Deo ordinatr snnt. -A¿ h. xüi. l.


B N G L O R I A Y YAGESTAD. ' 353
para gritarle el poder, y q w sea quebrantado, y parezca
para sieap'e. Y qua el reino, y la potsrtad, y la gran-
dsw del reino que a t á debajo & todo el cielo, sea dQdO
al pueblo de los santo8 dsl Altfamo*. En el cual supremo
Consejo se sienta, en primer lugar, en su trono el Anciano
ds Diar, y en sus tronos respectivos otros conjueces. Fh
que asisten millares de millares de Angeles, prontos 4 eje-
cutar lo que alli se ordena. En que se presenta el Mesías
mismo, segun Daniel, como Hijo de Hombre: y segun
S. Juan, un Cordero asi como muerto. En que el
libro de la mano derecha tiel que estaba seRtado en eZ
trono, segun dice S. Juan: y segun Daniel, recibe la po-.
testad, y la honra. y el reino, &c. Este Consejo 6 Juicio
supremo que se abre, como queda notado, despues del parto
de la muger, persevera abierto y en continua operacion,
todo el tiempo que la muger misma está retirada en la
soledad: es decir, los mismos cuarenta y dos meses que
debe durar entre las gentes la gran tribulacion del Anti-
cristo, 6 del misterio de iniquidad, ya oonsumado y reve-
lado, hasta que del miamo 'Consejo 6 tribunal supremo se
desprenda la piedra, y se encamine directamente ácia la
estátua, hirikndola en s u pies de hierro, y de barro:
hasta que el Hijo del Hombre ó el Cordero mismo, Criato
Jesus, llegada aquella hora y momentos, que puso el Padre
en su propio peder, y que espera con las mayores a&
el cielo y la tierra, vuelva 4 esta d~spuesde haber recibido
el reino con toda aquella gloria y magestad con que se des-
- cribe en el cap. xix del mismo Apocalipsis.
88. Eata verdad, no solo se colije, sino que se ve con.
los ojos, leyendo con alguna mediana atencion el mismo
Apocalipsis, desde el capitnlo iv, hasta el xix. Despues
de abierto aquel Consejo estraordinario, y sentado el juicio,
para quitarle el podar, y que sea quebrantado, y perezca
Et judicium debit, nt auferatnr potencia, et conteratur, et
diapereat unque in finem. Regnum autem, et potrstnn, et m@-
tudp regni, qum u t subter omne ecelum, detur popuio amctorcun

TOMO 11.
-
Altisaimi, &c. Dan. vii, 26, 27.
2A
predmpre: dwp.erqueel Hijodel H ~ ~ . b m , b s l C s r -
dero iupreopo m praaentn en d i d o jmkio, y reaibe d libro
¿emanodeDiosmbmo,&O., m t e y m p d p a ( m d A p -
d p b , qiia de este mimo Consejo y juicio rapreaw em-
pienn iuego á salir, y proeignen diendo, hd. ia d
dd Sefior, nueras, iepetidas y ceQ coatiams brdeila con-
tia la t i e m : contia la bestia en especial : coatra los a-
d o r e ~de la bestia : conira los que iraen ya en h frene ó
en les manos su cadoter, 6 sa nombre, 6 el número de sa
nombm : todo lo cual, como quede notado en otra parte,
no es otra aosa que el Mniego 6 h fermsl npbebpsfa, De
aste Ooneejo ó juicio se ven salir primeramente, d o m e
m win abriendo, los siete sellos del libro. aqueilos ride
miatenos. cuya inteligencia, aunque la i p n , por la awyw
parte; mas DO ignoro que son verdadems males. y r d s
deras plagas, para wtos que moraban sobre la t i e r a * .
De erte Consejo 6 juicio se ven salir aquellos ouatm
ángelea, que estaban sobre los cuatro cSnguloe ds la
tierra... 6 quienes era dado poder ddar 6 la t h ,
y h la mar-t..
80. De este Consejo 6 jaioio, despues de abiei(a el 61-
timo sello del libro, y habiendo precedido m silencio co-
mo de medii hora, se ven salir luego inmediatemente mete
hge1es, 4 quienes les fueron dadas siete trumpetar S, 6
auyo sonido y B c n p vocea aucceaivas van su-ado y
efectu4ndose en la tierra aqnellan siete plagas horri- de
que se habla ea los capítulos xiii y ix y perte del x. De
=te Conaejo 6 juicio se re d i r un angel con M maeasri-
río e a la mano lleno de bmaa de fuego, las o u a h a m j a
sobre la tierra: y f u m k c h truenos, y m s , y te-
abmpagos y terremoto granda§. Poco despnes se v m m-
...
* Hii qui hsbitant super ter=.- i'¡¡ &. xi, 10.
9 Stentes super quatuor anguios te- ... quibus datum et n o a n
-
tem, et m8I.i. Id. vil, 1.2.
-
f Quikr dirtaa iunt septam tuba. Id. M,2.
9 Bt hchaint tonimia, et roeen, et Aiipa, et teme i ~ l t r emrg-
-
nm. za. ni,;
6.
bik~a,~aealümiantooiM,sñ r~~aor~ldcz(IRtrclr~io+
pt.ada+bdc&Bd&&hindigdndssuf+a$:
la que m re ya en aqud tiempo, mutada mbre la bestia,
y no ob.tante llena de presanoion y eaguridPd ~aabiPia
dioiendo dentro de su oorawn : Yo srtoy sentade reina :
y no rey, vi& : y no ver& llanto 5. De todo lo eeJ
re babh difusamede en lon dos capítulos xvii y xPüi y
parte d d xix. En suma, de este Consejo 6 juicio rupmm
se reo m a l i r tanta^, taa uuevas, iat~inaudiúu 6rdeees ldwr
tra la tierra, que cualqniarp hw paede observar ficilmenk,
ei lee eon cuidado el divino libro del Apocalipia, d e d o d
mpítuio iv en qme se abre el Come& y empieea k aUiea
hasta el xisr on que se ve bajar del ciedo .ep ma pro+ p-
soma el b y de los reges.
90. Supuesha y advertidas biem cates dos oerdPdae, em-
te a,e1 act$emqw tienen bdavia 4 Dios bs dogsJes nm~
l a , y el C o w j o 6 j&io estrsordiepiio que ee Iia de .hY
en los tiempos de que hablámos, oon esto d o qmda
y lima la goteligencia de misterio partiaadir. L
bet$la de & Migael y sae bgeles, con el d q p y iei
suyos, debe de ser ano aoneeooencio muy isrbmPl del
taPo nuevo O que ha pasado Ir, mnger dequea $daim gpig
91. Ya hemos viste Beede d e l a n l e ü l a i a o e
* Plsgss septem noviedmas : Qnoniam in íliis conaummata eetira
O&.--Apc. xv, 1.
$ 1% et &ndite se* phidss irae Dd ín terrsai.-A'.
%vi, l.
1 Venit in memoriarn ente D e m , dare iiii cdiaem v h i in-
tionin irae ejus. -Apoc. xvi, 19.
5 Sedeo regina: et vidua non eum: et luctum non vidello.-
&oc. d i , 7.
2 ~ 2
lm.temera 6 inqmetades dsl dragop, al ver. unir tpi spl
nor&d,en quolia m i a u muger, 4 q u k hti eitbaaai
habia aUrado.aon el mayor desprecio. a t
p e sospecha 7
temoiss.crscen y se aumentan hert. 1eg.i al-8 p
do, J vetia malmente pre- y ya para +. Eamm
visto 188 diligandan que haae, y l a apedientes qw & E
UII
(beciendo entnu 4 todo el mriaido ea srrs p r o ~ wk-,
y tocando al arma por todan paitei oaatra esta m-)
para impedir. d d e sus principios laa resaltan temí de
su prefiez y de su parto. Hemos visto sua dereos y e,
hemos iníititee para devorar el parto miamo, ~sque m
le ea ponible el impedirlo : ei, decir, para que la mriger des-
pues del parto se arrepienta de lo hecho, para qoe alegae
y renuncie, desconotca y olvide enteramente el finito 6
mo de su vientre, que acaba de dar B luz entre tantas
angustias. Hemos visto que le muger, no obstante h a-
tifioioe y las violencias del dragon, parió un hijo venm,
q t t ~&&a de regir t& las gantss coi, vara & h:
que este hijo suyo vol6 al panto B Dios, y se -16
delante de Dios y de su trono: que alli recibib de su mano
un libro c e d o y senado: que lo abrió alli mismo con ad-
miraoion y jábilo plenisimo de todo el universo, 8tc. He
moe visto, err fin, que la muger deepaeii del parto, qaa
dando viotoriora de tantos enemigos, se retira del mundo,
y se encamina 4 la soledad.
92. Paes ea este conflicto tan importuno y terrible,
i qué d o ? En la tierra ninguno apareoe. Todoe ae
han tomadado, y todos se han frastmdo. N o hay, pess,
otra eepertma, que aoadir al aielo, i Al aielo? i El dra-
gan acudir al &lo oontra una rnuger m a n i ñ s l ~ t e ' p r o -
tegida del delo ? i Contra una muger que ha oreido. y qae
ha confesado públicamente su fe? Si: dice el b p n , J
&lo. No noe queda ya otra áncora que arrojw al msr,
para evitar el cierto naiifiagio. Al cielo, al tnbmal 1
jwto Juez. Hasta aora se han oido y despachado 8 naes- 1
tro favor todan lae acusacionesque hemos hecho wntn mtn
muga (lo cual no ignora Dios), que ha sido en todos tiemp-
E1 GtORIA Y YABBBTAD. 8M
pos.lemm~,Ism ingrata, Ea.marvilyparnnrede
talan ien mugeres. Pnede ser q ~ seamos e oidoi y a t d
des tamb'mn e l t i vec. No .perdámos tiempo : v m m al
d o : prewntgmos contra ella nuevas aonraoioma: y si e+
tse no ae admiten, preiientBmos jmtae, sin olvidar una sok,
kBes las antigoru, que son gravbimaa y casi in6nitas.
Comolado un momento con estos peneamienm, y liaon-
j e d o con es- eciperposae, m encamina al puato para el
&lo, +do de todos sas ángel-, p abandonado por en-
tbncea todo otm interes- Como el que lleva no.sufre dila-
oiones, ninguna oba cosa es capa5 de dete~erlo,ni aun de
divertirlo. No obstante que heUo mudado en el cielo todo
el teatro ; no obstante que halla otro nuevo tribnnal p juioio,
wyas psertas h i l a cerradai; no por eso se turba, ni
pierde -el Snimo ni laa eeperaneae se presenta atua
puertas pidiendo audiencia, y pretendiendo con aquel or-
gullo y audácia que ea su propio carácter, que m le.dB en-
t d a , como siempre, para proponer y hacer valer sus aou-
eaohes; y tambien, si acaso esto le es posible, para io-
v d i p r lo que allí m trata. No peuseis, mfior, que este
ea alguno de aqueilw vanos fantasmas que ñnje la imagina-
oion, y que .se,de&necen mas presto de lo que se forma-
n>a De mas de ser una cona n a t u d k a , en que por
otra parte no se halla repugnancia algune, todo esto lo
ver& claro en el artículo siguiente, y bien eqreum.
m Estando pues, el dragon y w s aogelee, como tumul-
tuando, digámoslo así, 6 como batiendo atrevidamente laa
paertes de aquel noevo jaicio, se levanta por orden de
DÍos el príncipe grande S. Miguel, seguido de innume--
&lea ángeles, y aaie fnern 4 reprimir aquella audácia :
Y m. q u e 1 tiempo, se le dice 4 Deniel, capitulo xü, se
btiantcrrá Miguel, príncipe grande, pus ea el &fmor &
ion hijar ds t u pueblo. De este tedo hablaréirnos luego,
El dngon furioso pretende entrar de grado Ó por fuerza :
S. Miguel le reriste condantemonte. El dragon clama 4
@ea vooea ser d o .en juicio, pues trae aousaoiones
368 LA VBNIUA DBL I U I I A 6

p v b i m e e contra la miiger que euaba de @r: 8. m&


na d e un punta, antes b trata, a,solo de im6.0,oine de
fblso delator; pues la mugei 4 qoien viene 4 aaassi, ya IW
es la que era deknte de Dios, sPio o h mtinitaawnb
diversa: ya m, es apaella ingrata é i&1, aqnana dura,
gB&a y mbelde; slm otra fiel, humilde, babaea en iágri-
raes de verdadera penitencia, que ha d e s p b d o de ra
bqp, que reconoce sus delitos, qw los detesta y abb
mina, que, en ñu, ha concebido y ha parido : eato ea, bn
creído ha confesado phblicamente 4 su Meslas, en medio
de tantas oposiciones, angustias y dolores; y lo adonr y
ama sobre todas las cosas. Por tanto, si trae nosras wa-
saeiones, estas san evidentemente falsas. Si mo tree otra
novedad que sus antiguos delitos, ya estoa d n sobrada-
mente castigados de herida & enemigo c m m 1 cartigo*.
Ya ha recibido esta miserable ds la mmro &l SsZior d
doble por todos s w pecadost. Ya estos pecados e d b
perdonados, y arrojados en el ptofvnáo de Ea mar$.
94. En esto creaiendo por momentos el fmor, y ae
siendo probable que ceda algnua de las partes, se viene fb
cilmente de las palabras á las obras, y de las rriarnes 4
la 2iierza de las armas. Se traba, digo, entre el príncipe
Miguel y el dragon, y entre los ingeles del irno y del otro
w a verdadera batalla, del modo que puede Beberla entre
puros esplrhus; no solamente con voces inteleotualei, Q
meras razones, sino tambien con violencie, y om fa-
real: lo cual aunque no compreedema oomo pneda u,
mas esto so10 prueba que somos pequefios, y nuestroii bkm
muy escasas para poder eaür de los entes puramente nm-
terihes, y pasar 6 entender como obran lw puros erpni-
tudes. Nuestro estado presente no h s e 4 tanto. Bi-
peramos otro estado mejor en qne todo nos será inteligible.
PlegA enim inimici ...cast$ptione crude1i.-Jerm. ux,14.
f De manu Domini duplicia pro omnibue peccatis suis.-Irsi.
xl, 2.
1 In prof~ndemmarim. -Md.vii, 19.
Y hubo ~ l dgrande
l bata& LO el CUb: Miguel y wr
a n g h 1- cota el drrigor, y lidiaba el d r q w y nu
~ g s l e a . En
esta verdadera batalla, no pasada, sino to-
davis fulpra, deben quedar el dragon y sus 4og$ea pkna
y veador: deben todos ser arrojdoe 4 la
ti- Uresietibhtmte, y quedar privados desde entbnoer
p r a cirrilpra, del acceio que tenian 4 Dioa como 4 jwto
jues, pua ioasar, alegar y pedir contra lo8 hombres: Y
nunca - f u i Jtaikdo su lugar en ef si&. Y fd lan-
aslb fvrra aquel d r q m , aquella a&&~= serpiente, q w
M 1IÚiau~ diablo y Satanás, que cngaña 4 todo el r u d a :y
fd tm$ada en tierra, y s w angeles fueron bwatib
ern U.
0a Eota célebre batalla debe ser sin duda un su-
gravísimo, y & g r a v i e ' i consecuencias, pues está -un-
oiado para aquelios tiempos con tantas, tan claras y tan
espreeionea. En elia deberá decidirse, y qae-
dar deoidida la suarte de la mrrger, por lo cual ciertamente
se pelea segun todo el contesto : esto es, si ata ha de qne-
dar enteramente libre, ó sujeta de eigun modo 4 laa vio-
ereohenaaa, artificios y máquina8 del d r a g a : lo
qos pareoe que intareur igualmente al cielo, 4 la tiem y
al inbrno.
TBSTO D E DANIEL, C A P I T U L O XII.

S. Entendido ya el misterio de este gran batalla,


ws sus finee, sus circunstancias del tiempo y
del lugar, h.,se entiende al punto con ideas clarísimas
todo el capitulo xii de Daniel, al cual alude manifiee-
twwnte, y no solo alude, sino que lo eeplica y aclare
toda eeQ p r o h i a admirable, contenida en el cap. xii del
Apoaalipsis,
Y en aquel tiempo (se le dice h Daniel) 8e levantará
Miyuelpríncipe grande, que e8 el defensor de b s hig'os ds
t u pueblo: y vendrá tiempo, c w l no fd &S& que I<u
ge*te~comenzaron tí m h t a aquel tiempo. Y en aquel
tiempo será salvo tu pueblo, todo el que se hallare e m i t o
a .el libro.. . (d.itn ercogidor.. .) Muakr tsrá srcgidor,
y blailrqucsador, y .proba& cono por fusge (6 cono-por
medio delfuego) ;&C."
97. Sobre a t e testo de Daniel debemos repcuar, lo pri-
mero : que a q d se dice clara y esprasosnente, qw el prip
cipe grande S. Miguel está ieúelado de Dios por prímcipe
y protector del pueblo de IsraBlt. Ir, mismo ae d b en
el aap. S, ver. último : Miguel que cs W r o prfricjpc.
&ta circnn~tPIlcio6 erta adverteooia. i pare p d agal
afiadiree, si la espedicion de S. Miguel,ó el a &tmniara
Miguel. no es por cansa de este mismo pueblo, y para
rlekierlo y protejerlo ? Debémas reparar lo wgando : el
tiempo preciso de que aquf se habla: EiI a@ tisiirpo r e
levantará Miguel prúrcipe grande, qys es d &fw &
lor h ~ o de
s tu pwblo. &te tiempo ee prarenta de mqo
ain otra diligencia que. abrir los ojos : basta leer el teato
p" conocer, sin poder dudarlo, qne es el tiempo miane
de la vocacion y asuncion futura de Isroéi, de que hnblP
5. Pablo, y de que bablan casi todoa las Pmfetaa. Prns
de este mismo tiempo se le dioe tí Daniel: Y en a q d
tiempo n r á salvo tu plisblo, todo el que re MZwe &o
m el libro (ds los escogidor): y se añade poco derpae~,
que muchos de este pwblo serán elegid- y d e - , y
probados como por el fuego$ : los cuales son visiblemente
aquellos mismos de que hablamos áaia el fin del d c a l o i.
de qnieoos se dioe en Zacaríaa : Y posar&por fwyo Za
tercera parte, y los pur@card coso rs qwna: h pkr(cr. y

In tempore antem illo consurget Michel prinwpu mngnus, qui


stat pro 6 h popali tui : et veniet tempm, quali non M,ab eo u
qno gentes coepemt q u e ad tempue. iliud. E t in
illo saivabitur popuius turie, omnin qui inventns hierit rcriptua in
libro (vitae) ...Eligentur, et deaibabuntnr, et quaei ignis, [seu qniai
-
per ignem] probabuntur muiti : &c. Dun. xii, 1, 10.
-
t Michdl princeps magnus, qui ntat pro füiii populi tui. T i
mpm, ver. 1.
f Eligent~r,et dealbabuntor, et qnasi ignis (asu qussi per &en)
probabnntur.-Dan. xii, 10.
b..asrirdp+icnio U b l e d o ~ l . ~ r o . m . +iY
mn otro8 qoe los que apuecen en et Apalipeís, sellados
en la frente con el sello de Diis vivo ?
98. Debemos o h a r lo tercero : que este tiempo de
ia Iwtnila de S. H i e l con el dragon, 6 del as Isacrntarií
Miguel, debe preceder nemesaria y evidentemate B la tn-
hlacion del Antimisto, ad por el testo del Apooalipms,
wmo por el teeto de Daniel ; puea eqmamente se dice 4
este Profeta, que despuas de la espedicion de S. Miguel en
cooeecaeucik de lo que ha de haber (lo que aquí se calla
y se revela en el Apocaiipaia) ae eegoirá en la tierra m
tiempo tan tenebroso, tan terrible, cual nunca se ha visto
en todos los siglos anteriores : Y vendrá tiempo, cual no
Jrl &de que Iru gmtsr comenzuron 6 ser : que ea la es-
presion misufa de que uaa el S e h r en el evangelio hablan-
do de la tribuiacion ded Ai3tiarbto : Porque habrá entbk
csr grands tribal&, cual no fud &de el principio dd
mrdo h l a awa, ni ser&. Y si no f w m abrsvMdos
aquellos dias, ninguna c a m seria salva t. Todo lo
v i t e S. Juan, y lo trae d la memoria en este misma
profacfa que aora observamas al verso 13 y 17 como luego
rerémos.
99. De aquí se sigue legítimamente, que la esplicacion
que hasta aora se ha dado, asl al testo de Daniel, como al
de S. Juan, diciendo : que el se leoantará Miguel, 6 sa
b@a con el dragon sedi para defender B la iglesia de la
persecucion del Anticriato : esta esplicacion, digo, que ea
la comun entre los intérpretes literales, no puede subsbtiú;
la repugnan y contradicen unhiiemente ámbaa profeclae :
la de Daniel por lo que acabámos de decir, y queda dicho
mns di-ente en el apéndice al feoómeao iv: la del
Apocalipsis, porque en ella se ve claro, que el dragon ven-
* E t d u m tertiam parkm per et wam eos sicut aritui
rrgentum, et probabo eos sieut probatur a u m , &c.-Zach. 13, 9:
+ Erit enim tunc tribuiatio magna, qualis non fnit ab initio mnndi
q u e m d b , neqne fiet. Et niii breviati fuisaent dies iUi, non fieret
idya omnis caro. -Mat. xxiv, 21, 22.
388 L A VBNIDA DEL MPBIAB
Gida y arrojado 4 la tierm, no p a d h b .bsaPu h 18 iai-
ger que huye, la que ba mdo la musa de rp dergmeaW pm-
sente, convierte todae BUS Ltas aontra lo poco que kh.ói
entóa6ee de verdadera Igieiia cristiaoa : re fd & hac#
-a contm loa o t r r dG su lhurgr (de la &ger), q u
p a r d a n lor mandamientos ¿e Dios, y tisMn el t a t h o ~ & ~
de JMatCIUto. Y sc p a r ó sobre la arma cle la rnrr. Oai
io auel, sdiendo del mar la beatia d e meta cabezas y aier
meraos, y d e la tierra la beetia de doe cuernos, empíes
dende luego la gran tribulacion del hticristo, y se nnel.
ivdo el misterio d e iniquidad, como se anuncia en bde ei
oapitulo siguiente.
100. N o siendo, pues, ni pudiendo ser erta batalla de
8. Miguel oon el dmgon pare defender B la Igleain de iia
persacuoion del Antimiito, que todaria no h'a empemdo,
ea conaiguieate, que sea otro el miateno. Yo proponp
otro que es el que acabo d e eaplim. Cidquiera que
repugnare esta eentenoia 6 intelijemia, deberá producir
otra mejor, que sea mes propia, mas aegoida, meo natural y
mas confórme B lae Escntum.

A R T I C U L O VI.

Y of urm grande voz en el cielo, que detia: Aom w &a


cumplido la salud, y la virtud, y el reino dm r u m h
Dios, y el poder de s u Cristo :porque e8 ya derdmeb d
acusador & nuestros hermanos, que loa acusaba delante
de nrieatro Dioa dia y noche. Y ellos le lCan uoceido por
la sangre del Cordero, y p o r la palabra da ac twtimonie,
y no amaron 8ua vidas hasta la muerte. Por lo d
regocijaos, cielos, y los que morais en ellos, i Ay da Za
tierra, y di la mar, porque descendi6 el diablo 6 uosotror
CDR grande ha, sabiend~que t b poco tiempo * !
Et ancüvi vocem m a g m in coelo.dicentem: W c faca a
saius, et virtus, et regnum Dei nostri, t t potestas Chriati cjua : qair
101. VeMdo d driigw eii la htaih, ortojade 4 le h.
la eon todos riuángek, y p i d o pera si«Ppe del a~oeso
que teiL, A Dioe, w oye laego eo el oielo uoa gran v a ,
aamo de aclamacion y jfibilo universal, que dioe : nora d
que atá hecha, 6 concluida la &d (modo de baMa,
di&i de trasladar bien de una lengua d otra). Ya e e h
vemidos, oomo u dije- los mayorei impedimeakw qos
Babia, para que m madmste la virtud, y el reino de naem
tro Dh, y la poteetad de Cristo, porque he sido arrojedo '
para siempre del tribunal del justo Jues, el perpetuo wa.
ndor de nuestros hermanos, que los aouiaba d i y nmbe
en la presencia del Sefior ; ellos lo han vencido haiment4
por ia mgie del Cordero, y por le palabra de w teiti-
monio.
10%. Eetae vocee de jábilo universal, que se oyen en el
aislo inmediatamente deepues de la vmtoria de S. W~giiel,
daiotro y prueban, lo primero : el grande y ardientíoimo
detm que timen loa b a del cielo,~ hoples y~ aantm,
BO o b t e la gloria de que gmm, de que llegue y re
maniíieste plenameha el reino de Dios y la potestad de
Cristo. Denotan y praeban, lo segundo : el acceao libre
qne tiene el dragon y sus áogeles al tribunal de Dios pare
acoser B los hombres y pedir contra ellos, especialmente
mando son colphd~s: el acusador de nucstror ~~YIUUWU,
que loa acuaaba delante de nuestro Dios dia y noche.
Desoten y prnebao, lo t m r o : qne el reino de Dios y la
potestad de Cristo w pueden manifestarse, 6 bo se mani-
festarán mientras no se verifique la conversion de Israbl,
tan a n u d a y prometida en las Esorituraa. Así,lea dijo
el Seiíor en oierta ooesion : No me vsreis lrarta que diga¡@

projectun ait wcusotor frntnun natroram, qui ntxmabet iiioi U ~ t a


canspecm Dei noshi die ae rime. Et ipai vicernnt eum propkr
sangninem Agni, et propter verbum teetimonii aui, et non d i e -
rant animaa auno mqne nd mortem. Propteren lretaminl csli, et qui
hsbitntis in &. Vée terre, et m&, quin dcaeendit diabolas nd mi,
hbeoi i n m mpgaua, sdem qubd modicum tempiis habet. -
m. di, 10, 11, 12.
88L LA VBNIDA DBL MBBIA8
con wtdad: beniüto elqwr &oen elnonbredd SICiot8;
y todo lo h qoe ya d esorito y anwcido en el
mimo oxvii, de donde ron mtas palabras. Por eai, oon-
vertido Isrdl, y arrojado del tribunal de D ios el acusador*
que ya no tiene de que aamr, ae alegro todo el aieb
diokmdo : Aora re ha cumplido la d u d , y la virtnd, y el
reino de nuutro Dios, y el podar de ni Orbto: porqw
sryaderri&&elcrcirsadwdsnu.tn>rL m...
J.08. convertido^, pues, estoa, en aquellos tiempos de
que hablemom, desarmarán en a t o á su acriaador, lo ven-
drán, !pondrán la victoria en manos de S. Miguel, al cual
W ente rubsidio no pudiera vencer, ni pensar en dar la ba-
tak: mse no lo vencerán, prosigue el testo, &no por la
rangre del Cordero, y por le palabra de su testimonio t. Eh
de&: quelaaangre mismadel Cordero, queallosdenamamn,
y que coo tanta imprudencia se ecbaron aobre sí, y sobre toda
w postetidad, clammdo á grandes vocea : Sea cmafiado.. .
...
lSba cruci~codo Sobre noaotros y sobm nuestros -8
sea su sangre S: esta sangre preoiosa que haata a m ha
clamado y clama contra ellos, conw clamaba la del jada é
inooeate AbeJ contra su impío y croelfsimo kmano, que
la dert.am6 sin otra causa, sino porque sus obrtu eran nor
los, y lar de su hmno buenas§: ata sangre, digo, de
U t o valor, clamará en aquellos tiempos, no contra elbo,
eino a su favor; intercederá por ellos ; los reconciiiará con
Dios; y loa lar& enteramente de todos sus iniquidades
aatignas y nueras: y ello8 le han u d por 14 u q r e
dsl Corhro. A esta sangre preciosa deberá atribuirse
aqaella victoria; mair para que eata sangre lea puede apto-
vechar, les será neoeeario poner alguna cosa de iu parte,
Non me videbitie modo, don= diatia : ñanedictw qui mnit
-
ia nomine Domini. Mi. xxiii, 39.
t Et ipei vicerunt eum propkr sanguinem Agni, st p r o p t v ver-
bum teatimonii aui. -Apoc. xii, 11.
Crucifige.. . Crucifige.. . Sanguis ejus super nos, et super úiios
nootros.-Yide Mat. xxvii, 23,s.
Q Opere ejus msligns eruit ; fiatrh antem ejue, jwtb
iii, 12.
- 1 .?.u
como ea n&eserbOtodo Cnaiaw; pues no todo Ba de aor
h costa del baen Jesus. Lee será necesaria la palabra del
testimanio del mismo Jesas, 6 del mimo Cordero : es &
reber: declanrrrre phblioamenta por 61, o o n f d o h t e
da Dios y dk l i hombrss,
~ por su verdadero M&, Hijo
da David, Hijo de Dios; y defeader su fe, y oonfimiar
eete testimonio con su vida y sangre sin temor alguno. .Lo
oual, aunque en todo tiempo ea neoesario B'todo fiel Cria- '
tiano ; mas en aquel tiempo y oircunstancias será nemmrio
con especialidad, pnes como se colije claramente de las
palabras que se siguen, la pereeouaion de la muger, de
que hablamos en el artículo ü, no quedará solamente en
palabras, 6 en amen- y temores. sino que p d hasta
el derramamiento de no poca eongre: y m amaron rtrr
vidas husta la muerte. Y las primicias para Dios, y

--
parea el Cortho, de que m habla en el capitulo xiv, son
buena prueba de que no faltarán en aquellos tiempos Fa-
raoner, 6 Herodes, que s m r i í i d n & aun pasiontm la
gre de los inocentes.
104. Este gran sucwo de la convenion de, Israúl y
de la batalla de S;Miguel, debe ser sin duda de p o d e s
amtmuencias, y produoir alguna grande y estraiía novedad.
Las vooea que se oyen en el cielo, luego deapuea de. 1.
batalla, muestran ciarísimamente que van luego B segairse
oomu muy grandes, y de surno goza para loa habitanta del
cielo ; por lo cual r e g m j m , cblos, los que morais en e&:
aunque por otra parte van tambien d seguirse por breve '
tiempo otras cosas no menos grandes, mas de samo trc
bajo y tribulacion para los-hbitdores de la tierra. Así,
coaokyen con las mismas vooes diciendo : Ay & la tisrru,
y & la mar, porque dsdcendió el. diablo á vosotra con
grande fra, sabiendo, que tiene poco iiempo. I a a coma
'
que deben tuego seguirse en la tierra, por la ira grande
con que baja el dragon despues de vencido, se notan bre-
vísimamente en lo que resta de este capitulo ; y despues
mai en peiticuler y mas por estenso en los dete oapítdos
siguientes.
LA VENIDA DEL M B R I A B

ARTICULO VII. m

Y cuardo el U&, que h& sido Bsrnbadd m


tierra, perriguió h la rrrga qus par& el hájo v a m : Y
fiuron da& á la mugsr dai aIas de gran& &pila,para
qus k a d desiarto á rw lugar, m donde ea guatdcrikr
por un tiempo, y t h tiempos, y la mitad & un ticnpb,
dr & prsrencia da la etrpisrta *.
106. Viéndose el dragon armjado ti la tierra k s i s ü -
*mente, cortadae las Blae para volar al cielo, y privado
paro siempre del a~ceeolibre que tenia al tribunal de Dios ;
entra m esto en veementee sospechas, 6 en una arti-
dainbre mae que moral de que su fin debe esíár ya muy
oerca. Digo su fin, no respecto de eu ser natural, eino res-
peeto de su libertad para hacer mal B los hombies, que
perece su paaion dominante. Este pensamiento tembla que
debii naturalmente hacerlo caer de Bnimo, entristecerlo y
optimirlo, este ee el que lo hace mas diligente, llenándolo
de nuevo odio, y de mayor furor contra Dios, contra
Cristo, y contra todo,cuanto le perteneae ; y dewa por cau-
aigniente emplear bien aquel poca tiempo, sin perder un
aolo momento. y, eo primer lugar, la moger que pwió
d ligo m m , es la que llama todati sus atpaieries, como
que ella ha a;do la qris im amiinado erie proyectos can ap
parto tan importrino; y como que dla miama h sido ia
oanaa de ru desgracia y hainillaoioa aotuai.
106. A esta, pues, se resuelve, y ee dispone 4 penia-
goir de todw modos y o a i todaa las m8quiaea h.gia,
bles, 6 pnrs arruinarla y aoiquilarla del todo, 6, A lo me-
oor, para no dejarla go- tranquilamente del frato de sil
Et poetqnam vidit draco, quod projectua esaet in terram, perse
cutus eat mulierem, qua peperit maaculum : Et data aunt muiieri
das dam aquiie magna, ut volaet la deaemtm in locum stmm, ubi
.ütupar tempxu, et tempom, et dimidium Ormporir, b fbcie 9erpea-
-
tis. Apoc.xii, 13, 14.
riestre. Pero se engaíía el infelia, y su miemo furor apaga
6 aiionreae la lac de su rsson. Tn muger qne voy B p t r
seguir (debia deciw B el miamo) no ea ya la que era: no es
aqneüa antigua, aino otra muy nueva : m ha reuovado y
maddo del todo, prinoipdmente despuen del perto: por la
umgra del Cordsro, y por lapddn-a de w t e r t k m b ;p
tiene de su parte al Omnipotente, y 4 su lado 4 su p h
oipe Y i e l . .; Qu6 podré yo bacer contra ella, que no re-
coiQp sobre mi? Acercarme B ella persoiialmente, no es po-
Uble, ain trabar otra nueva batalla con ra prínoipe y pro-
tsator, para lo cual ya no hay caudal ni fuerzan, ruinque
Abre rabia y furor. Esta breve y fécil reíleion debiera
oontener al ashito dragon, y hacerlo desistir de una e m p
u, no menor peligrosa que inba; mas el orgullo y la c6.
lera son siempre muy malos consejeros. Rasuelto, paei, ó
pmqukla 4 todo trance, y oonociendo bien que por el
iPirno nada puede, vuelve B vertirse de aquellas irrmsi aon
qae apareció vestido antes del parto de la muger, 6 #a dr
hagars al &o, luego que ella le hubiese parido: vaelve,
digo, h animar de nuevo sus deta cabeeaa y dies cnemor
(toda& no tmidos perfectamenie en un 8010 cuerpo morni ;
pero ya bien dbpoeetoe 4 esta &m): vuelve 4 toear al
arma en toda la tierra oon mayor prisa y empeíío, matra
la t-ble mugar, cuyo parto inopinado lo ha r e d d o 0i
tantas a a p t i a e : Y atalrde el dragon vió, qw RaMa aitli,
&mibu& en tisrrq perdqwió h la iiluger, que p a d el
isij. mrm.
1W.Bien pudiera Dioo, solo con quererlo, defemder $
1.nriiger por otra via maa aorto, de las m4qninaa del dra-
e n , y k e r inátila todos sus oonatoe : asl como pudo de-
fender 4 su propio .Hijo do l~ ~eechansrsde Herodee,
u0 eariarlo desterrado B Egipto. Mas el altísimo y aima
Dios, que no solo es omnipotente, sino tambien sabio y
prudente, con aquella su infinita sabiduría que alcanza de
fi 6 3 n confortaleza, y todo lo dispone con suauidad*,
Attingit ergo iñne nqne ad finem fortiter, et diaponi: omnh
-
~Plntdr. &p. ni, l.
SB8 LA' V RNILBA DBL MB81AO

obeervorá .entóncer con la muger penegriide la mima saa-


ducta suave y foerte, que obrervó en otros tiempos con el
perseguido i&te : el Rey & los Judior qw ha &*.
Cuando Herodes, turbado con la gran novedad, que lle-
varon lcs Magos B Jernsalbn, diciendo :i Dords a56 el
Rey dc k>r Judias, que ha nacido? ? determinó buscarlo y
aofocario en la cuna, dispuso su divino Padre que huyere
4 Egipto, y alli ee estuviese oculto hasta su tiempo, para
ouya huida le di6 don alas como de águila grande, propor-
donadas al eatado de infancia en que aatualmente estaba:
ea & saber, 4 su misma Madre santísima, y 4 S. J o d .
Estas dos alas lo condujeron en sumo silencio, p oou una
suavidad admirable al lugar que Dios le tenia preparado,
y allí lo ocultaron de Herodes todo el tiempo que d d so
destierro, hasta que difunto Herodes, se lea di6 6rden de
volver 4 la tierra de Israbl, donde ya no habia por eatbnces
perseguidores : porque muertor son, lor que q u w h na-
tar al niño$.
108. De este modo mismo, cuando la mnger de qiw
vamos hablando, en los diar ds su niocedud 5, ae vi6 tan
cruelmente perseguida del rey de Egipto, y briscada de t9b
tos .modos para la muerte, dispuso y orden6 esta miama
prudentleia sabiduría, suave y fuerte, que la joven ari-
ger saliese luego de Egipto, y huyese 4 los desierta de
Arábia, para lo que le di6 tambien dos 4las como de ágniia
grande; esto es, dos grandes y célebretia condoctores.
Moises, y Aaron, que con prodigios inauditos In condu-
jeron al desierto, y alli la auntentaron con el puto coavs
niente todo el tiempo de su pewgrinacioa. Con sola la
memoria de este gran suceso se hace luego visible, y
aun salta naturalmente 4 los ojos la alosion del testo dd
Apocalipsis 4 la .salída de Egipto, y es+- J
-
Qui untus est Rex judaearum ? Mat. ii, 2.
t Dicentee : -
Ubi eet qui natua ert Rex .iudaeonim ? Ubi q m .
-
1 Defuncti sunt enim, qni quaerebant animam piieri. Mu. ii,
20.
5 In diebus juventutir sule. - Kde O-. ii, 26.
del & d o , rsnionlo 4. C v n s e enúe
si!ambos hgam,' y se L a h d entre elloe una p e h t a con-
lahaidd. Xkapueg ¿e pasado el Mar Rajo, y.eetando
ya t d o h a 6 1 en el desierto del monte Sínai, les dice el
S d a i ea- palabraa : -
T E S T O DBL BXODO.
UN. Veratros iriimcos habeis visto lo que he kcho B
kra,&ipcioe, de qud -a os k llevado mbre das &
irguilrrr (6 como lee la paráfrasis cald8s. como sobre 6ku
ds dguila) y tomado para mí'.

Y frs*rm dada á la nnryer dos álas de grande &guila.


p v a que d a d e a¡ desierto á su ltryart.
. 110. De manera, que as! como en otros tiempos remo-
t í h o a , c n a d o se dignó Dios mismo de sublimar B esCI
joven 4 la dignidad de esposa anya, la sac6 primero de ,la
d a v i t n d de Egipto, con muno robusta (y fuerte) y 4a
~ondnjosobre álas de c5guilaa (ó' como sobre álas & h u i -
la), 4 la eoledad .del monte Sínai, donde se celebraion m-
iemmíaimamente los desposorios; asl suceded B propor-
aiao en otros tiempos todavia fnturos de que tadto hablan
1.s M u r a s , cuando el mismo misericordiovo Dios,. com-
pdealdo de sus trabajas, y aplacado con tantos siglos de
dmiacaa penitewia, se d i i e de llamarla segunda vea,
como 6 riruyer &samparada y ariguetiada de eqíritu, y
eoiaa 6 m g e r que es repudiada des& á la juventud$;
swMjae bajo otro testamento, fí otro pacto ntieíro y sem-
pitemo. Ensbtlces renwará el Sefior aquellos antiguos

V a ipi rimais q u e feccrim Egyptiie, quomodo portar&


vos mper alas a q d a n i m (qussi super alas a q d e ) et aiiiampadm
mihi.- Eaod. xix, 4.
+ Bt datm sunt molieti alse duse aquiloe magna?., ut v o k t ,in
h t n m in l w m eunm. - A ' . xii, 14.
1 Ut muiierem derelictam, et maerentem epiritu ... et uxorem. rb
-
doleacontiir abjectam. lim. liv; 6. . .
T O M O 11. 2 B
m LA VENIDA DBL M R I I A H

~y~dnniaayon#perasacarla&elaoperba
y lerridnmbre, no ya de solo Egipto, sino de In, ourtro
plagas de la tierra, y para paeerla segunda vez : Y rsr&
en taqud d k : 3htcrirbrá el Ssrtor sn mano ragiriiae eez
para poner el rmto de su pueblo* :y p m pae salgrr de
su actnal servidumbre, y pueda huir ooo mas facilidad, le
dará tambiem o t m doe áias como de águila grande con que
pada volar otra vea B la eol& : le dar4 otra dos oon-
dadores muy memejantea P Moiiigs' y h a , y prqmaio-
& el nuevo miniiteR'e.
111. Qué h, 6 qaB oand<wtorea Seii60 ertoo, m l e
podbmoe asegurar de aierto, sino cuando mas por via de
wngruenoia, 6 de sospechas annqae reementísimee. La
+era &la6 el primer andriotor pareoe &damente ei
profeta Eb. Lo que de &le s a escrito en el E c
-
,
ea Yalaquíaa y e i el Evangeiio, es un fuedame& que
-de la pura ven>eimílitud, y casi toca ea la evidaooio.
Este hombre entraordinario eatá todavio vive, sin beber
pwado por la muerte, por donde d& pasar en
tiempo. Está ~sierwadoáaicamenle, segun las Ewrihmao,
pma bien de loa Judioe, ó de los hija de I m d en general :
tida a , o o m se dice en el Eaieriástioo : para aplacar da
h dr2 gsirotr para mmmcilMr d esrarr;oir dd padreeen
d &o, y restitnh lar t r i k dr Jaoob.1.. Lo m i m o en
sustancia se d i en Malaqufea : He aquí yo os enuWI*i cd
profeta Eiáas, antes qae vmga el dia grande y :reme&
dsl SsTOw. Y cowrrtirá el cemzon ds h pudra 6 los
+,y d oeraeon de dos hijw á nrs pcPdrea$. Todo lo
qoe mn6rm6 y aplicó mas el ~ i j ode Dios diciepdo:
ElLBd en uerdad ha de usnit, y rcstableesrá todaa l a

Et erit in dle ala: Adjieiet Demisua eecuab manw nun ad


-
possideadum rcsidupm papali sui. Iwi. xi, 11.
.t. Lenire iracundiam Domini : conciliare c o patria
~ ad iitiiie, et
reotitusre tribus Jacob. - M i . SI*, 10.
f Ecce ego mittam vobii IUirm prophetam, anteqwn r d 8 dien
Dsdiial m q p e st hQmMü6. l& conowtet cor pMnm ad filia, st
cor íiiiorum ad patres eorum. -Malach. it, 6, 6.
EN G L O R I A Y MABRBTAD. dDnl
eoms+. Segsh ato, parece mae que probable que d
p d & t a EHas ha de ner uno de los wndnctom 6 una de
lae &las.
1B. La grsa dificultad está ea c o m e r con la misma
verosimilitud la segunda Ala, 6 el segundo conduator : Y
)'beron dadas á la auger dos &?m. No bay duda que
aquel mtiqaísimo profeta, M c , que fué el +timo das.
pusr de Ad6n.t; está todevia viro como EliPI, sin que se-
pámos ni del uno ni del otro el lugar deteemido donde
se hallan, pues la Emritura santa ya dice en el &lo, ya al
parduo :palabnu mas genedes que particulares. Y an-
duoo con Diw (hde Enoc), y desapareció; porque b
Z¡ev6 Dior: y como añade la paráhuis Celda. ni arrr
nunb oorr Dios%: mas en el Eclesi&stico se lee :ful trua-
krdado al paraisog. Y de Elíae se dice : subió Elúu al
cieb en arn torbellino#. &te te&o del Eolesiáatico es 'el
finico en toda Ia ~ ~ c r i & rpor
a donde podémos conocer el
*o de Enoo, 4 ,el 6n para que D b b tiene r818mado :
a& a g r d 6 Dios, y f u d traúududo al par&, para
predicar b lar g8nt.m penitonoiaa. Por e- últimas psla-
bras es fáoil oomprender, que el destino de este moto hom-
bre w es para los Jodios, oomo el de E l h , siPo para lar
geutee : 6 sea para los tiempos temibles de la tiibnlosion
del Anticristo (como m infiere, del cap. xiv, v. 6 dd Apo-
calipsis) 6 sea para las gentes que quedaren vivas en la
hrra, Jespu~sde la venida del Sefior, &o ea tiertleia
que baede quedar, wgua ku Grcritwas, de lo qoo habla-
hmos mas de prop6sito 4 m tiempo. Por a t a rcaon, 6
por -te d d n o del santo Enbc, psra prsdicur 6 ku qantu

-
ETiar qnidem ventnnis est, et d t u e t omnia. Mat. xrii, 1 1.
.t @timan ab Adun, Enoch.-ltp. Jrds,ver. 14.
f ~mbnlavit~ue cum Deo, et non ipparuit: quh tdit elun Deua.
f Wec etiam acddit mnn h.] --Qm.v. 24.
5 Translatus est in peradisum. E d . xliv. 16.
1 Adceadit L g b per turbinem in caclum.-4 &g. S, 11. .
Hénoeh p M Deo, et imwlatnr a t in p.l.dmum, n t d a g g .
tibus poenitentiam. -fiel¡. xtir, 16.
2e2
.8?2 .I.A V ~ N I D A U. K L M H S I A B

p n i t m c i a (que es lo Gnioo qoe hrllámar de éllen tsda lo


Escritura), no veo como pueda ser la otra ála, 6 elotto
conductor de nuestra muger, con la cual no tiene otra
relacion, que la que Gene el comun padre de todos ion
hombrei.
113. Los intérpretes del Apocúipsis, exeptaando, olga-
no8 pocos, sienten b sospechan oomunmentq que aquella
don testigos'veatidos de SQMM*de quienes 'se habla en el
capítulo E que se han de oponer '4 la bestia, y ser perse-
guidos y muertos por ella, dcc., serán Ellas y Enb; mar
por el contesto mismo es fácil conocer, que estos. dos te+
tigos están tan lejos de siguiicar dos personas singnlarw é
individuales, como lo está la bestia misma, 4 la que se han
de oponer, y que los ha de perseguir hasta la muerte.
Basta leer atentamente lo que se dice de estos dos testigos,
desde el v. 7, hasta el 14, para mirarlos como. dos cuerpos
religiosos y pios, 6 como dos congregaciones de fieles mi-
nistros de Dios ; los cuales, llenos de su divino Espíritu, se
deberán oponer por providencia soya 6 la general iniq~idad:
Y dard 6 mie dos testigos, y profetizarán míl dorcientor
y seaenta dias, vestidos da sacos*. A estos, prosigue el
testo, perseguirá furiosamente la bestia ;pero Dios los pro-
teger4 vieiblemente con prodigios estraordinark, bata que
llenen los dias de su profecia, y entbnoes serán vencidos ó
muertos por la bestia misma, con alegria y aplauso uuivar-
sal de los habitadores de la tierra: Y los m o r u b a ds Ia
tierra se gozarán por la muerte de e l h , y M ahgraráa:
y se enviarán presentes los U M M 6 los otros, porque srtw
dos profetas atormentarán h los qw morabcrn &e lg
tierra*. Despues de vencidos y muertos (condqye $
testo) sus cuerpos yacerán. inrepdtos por tres dias y msdio
en laa plseas de la ciudad grande, que se llama espintarG
Et dabo dnobua testibna meis, et prophetabunt diebua mille du-
centis wxsginta, amicti w&.- A p . xi,3.
) Et inhnbitantea terram gaudebunt uuper iiioe, etjucundabuntur :
et muera mittent invicem, q u m h hi duo Prophetae e n i c i a v ~ t
eon. qui habihbant super krram. -Id. ib. 10.
l
M N G L O R I A Y MXGIIS~FAD. 373
mente Sodoma y Egipto*. Edaa palabras, parecen la llave
de todo el misterio. Si loa dos testigos son dos personas
siuguiares, i no basta para sns dos cadLverea una sola plaza?
2Doa mlos cadáveres han de es& tendidos en las plazasde
una oiudad tan grande* ?
114. Aora, i qub ciudad es esta que merece el nombre
do Sodoma y Egipto ? i N o se conoce por estas contrasedas,
que se dice ciudad, asl como se dice Sodofna y Egipto ;
esto es, pw semejanza, no p o r propiedad? i No es este el
modo de hablar de toda el libro divino del Apocalipsis?
Muchos doctores graves, reparando bien en estas espresi&
nes y modo de hablar, san de pareoer, que aquí no se ba-
bla de alguna ciudad determinada (M de Jerusalén futura,
ni de Roma futura, segun diversos modos de peusar) sino
generalmente de todo el mundo 4 de toda la tierra; pues
aunqae el testo aiíade : donde el Señor da ellos fué tarn-
bien cruci$cado$ :estacircunstancia no os menos verdadera,
hablando de todo el orbe de la tierra, que hablando solo
de Jerusaihn ;fuera de que el Sefior no fub crucificado en
fa ciudad de Jeinsaihn, sino fuera de ella. Yo me confor-
mo casi enteramente sobre este pdnto con el parecer de ea-
tos doctores ;y digo, casi enteramente porque no me pa-
rece neceeario darle una gran estenaion á esta ciudad me-
tafbrica, que es llamada espiritualmente 8odonw y Egij~to.
Basta considerar su grandeza dentro de aquellos limites
(bien espaciosos y celebémmos) donde han florecido los cua-
tro grandes imperios, de que hablan las Escrituras: donde
ha florecido el Cristianismo, y donde florecerá en otros tiem-
pos con increible vigor el anticristianismo. D e los otros pd-
se8 de nuestro globo, de aquellos principalmente de quienes
dice D h por Isaías: qtre no oyeron de mi, y no vieron mi
gloria 5 : de quienes dice en el mismo Isaias : Porque es-
* Coyora eorum jscebunt in piateis civitatin magnae, qua v o m w
-
spiritualiter Sodoma, et Bgyptua. Id. i5. P.
-
t In plateis civitatis magnae. Id. ib.
't Ubi et Dominua eorum cruciíixua eet. -Apoc. xi, 8.
6 Qui non audierunt de me, et non viderunt doriam rneam.-l,cu.
xin, 19.
874 LA VENIDA DBL M I U I A O
taawsaauarán ennsdio&Idtima,~Mdio&iorpm-
&loa: como si algururs pocas aceitmas, guduoa, n
sacudieran ds kr olim ;y aIgvnor tybwosr, d q n w ds aes
bada la uendirnia. Estor hnttasiriin su voz, y &ru5lr ela-
banza : mandofume el ScMr glori~eado,alsarda lagri-
tería dade el uuxr*: de aquellos de quienes ae habla
en Daniel : y vi, qw habia 8% mueria la bearia... Y que
4 las o t r a bestias se 1st Wia t a d h quitado d podar,
J se ia habian rsñalado tiempos ds vida?.. .
de estos
países, digo, gentes y lenguas, tenhrnoti qoe decir cartro pe-
labras en otra ocasion mas oportuna, puea ya esta parieoe
una verdadera digresion.
115. Volviendo aom B nuestros dos testigos, canQdera-
dos como dos cuerpos morales, decimos en-'- p brevi-
simamente, que de ellos deberán salir todoir 6 los iaos de
aquellos mártires, que todavia falten para completar el ná-
mero de los cooreinantes : de los cuaiea se ¿iwespmmmen-
te en el capitulo xx, que han de ressaitar ea la v e a d e
de Cristo, juntamente con los oiros mártires mas aniiguoe:
...
y las almas de los degollados y lín qrre no adorarim la
.
bestia.. y vivieron y reinaron con Crirta mil aiior. l k
otror muertos no emtrarm m vida:. Asi, cuando a la
apertura del cuarto sello del libro A m a n las almas de Los
mártires pidiendojusticia de su eangre derramada por Cristo,
re les da B cada uno una estola blama, que parece ua
nuevo grado de gloria, con la notitia de esthr ya muy pro-
xima su reeurreocion : Y fueron dardas tí cadu uno & e l k
Quia htec erunt in medio terrte in medio popuiorurn : quomo-
db ei paucae olivle, q u s remanserunt, excutiantiu, ex oled :et rncemi,
&m faerit h i t a vindemis. H i levabrint vocem muun, atque h b -
k t : cbm gloribcrtus fuerit Dookiu, hiinient de d.-Jri.
xxiv, 13,14.
t Et vidi quoniam interfecta esaet bestia ...Aliarnrn quoque bea-
tiamm ablaG eseet poteetaq et tempora ntae comtituta e&nt eii
&c.- Dan vii, 11, 12.
f Et aniniae deccollatorum ... et qui non adoravemnt b a t h &c.
et vixerunt, et regnaverunt cum Christo millc annis. Coeterimor-
tuoruin non vixerunt.- Apoc. xx, 4, 5.
: les diea,.que drsocinseir J
urcir r c p ~ l r , . ~ y* se.
esperen todavia M momento, mientras se oogpleta d nó-
mem de spa oo~.sierPoriy bcyrnanm, que van laego. d aer
martes cano ellos lo faeroo t.
116 Aunque per la, razonen que ambo de apon-r, me
paneoe +e el uroto Eobu no ea la w @ d a Ble qae se ha
de d u d la m u p , no por eso me atrevo B negado .del to-
do ; pees loe dgs minbterioe, el uno de dar penitencia 4 lar
gentes3 (ó anteo 6 d e e p de la venida del Sefiot), y el .
o@ de mmduoir las tribus de I s d l tí la soledad, no aoi
absalutamente iwonopatibles. No obstante, eiguiendo la
alasion que pareoo tan olara. B le mlida de Egipto, se bada
Wrbwnte una gnro ,semejausa y proporoion entre Moiaér
y Elias, y ao es &il hallar a l p a a en- Aarón. y Enóo.
8i se 6 3 .preg~ntaaora, iqai8ü será, 6 quién podrá ser
&e segunda ála, wgnn les Gscriturae? Sleepondo oon
verded que no lo BB. Las sospeches que sobre erto tengo.
eapqoe vegmentisimas, no me atrevo 4 proponerlas aquí.
Esto.&a exitar inoportuuomeste una disputa inátil, capas
de distraernos á otra eosa, y bacer olvidar el asunto prinoi-
pal. Por aara h t a decir, que esta segunda ála, o-
fiera de Hían, camo lo fué Aarbn de Moises, será infali-
blemeote la que Dios ya tiene eleigida..

ARTICULO VIII.

Y la serpiente lanzb de su boca en por de h muger,


agua canm un rio, con e l j n de que fuese a r r e k t a d a de la-
corriente. Mas la tierra ayudó 6 la rnuger : y abrió &
Et date sunt iilii singule. - A ' . vi, 11.
t Et diitnm est iliii, ut requieseerent adhnc tempw modicnm, do-
nec oompleantur conreni eorum, et fratrea eorum, qui inhrheiaidi
mt,uclatiui.- 14 a.
-
1 Ut det gentibus poenitantb. Eccli. xliv, 16.
t h nr boca, y sorbr'd el rio, qirs'lbbia Qirsadái d rRri.
gan ds au boca*. 9

117. Estas caatto palabras aomo 1s uomemb ¿e Iki StM


rio, nos llevan naturalmente, sin poder rcmhtido, d i -
del mer Rajo. Si se lee coa bsta udrerbmia d cap.
del Exodo, ea éI se halla la espiiacion de tedo to pi8 a q d
*
nos dice B. Juan: en 81 se entienden al pmto las Bos me-
táforaa do que una. Primera : el agaa m o iio 9.a d e
w n violenEia de la hoca del dragon para alCanrrar B la mm-
que huye, para detenerla y hacerla volver atrás. Se-
gunda: la boca que abre la tierra en favor de la muger fil-
gitiva, tragándose todoal gran rio de agua que va coa*
elha. Leido este capitulo del Exodo, no neoedAlma d e
mas esplicacion ; todo el enigma queda aisuelto.
118. Cuando la muger miama de que bablámos, es lar
dias de su juventud, viéndose tan perseguida y asjida m
Egipto, voló hcia el desierto sobre las dos Bla como d e
águila que se le dieron, qué hizo F a r k n ? Y O V ~ J , se-
ñor, 4 referir este gran suceso con la misma metáf", y
con las mismas espreaiones y palabras de que usa S. Jwm,
dn otra altaracion que poner Faraon, donde dice Dragon,
y mar donde tierra. Ved si podeis dejar de entenderme.
Viendo Faraon que los hijos de Israél huian efectivamente
de Egipto, y se encaminaban para el desierto, ayudados y
mnducidos por aquellas dos Alas que Dios les habia dedo,
lleno de un nuevo furor é indignacioo, arrojó de su boca
una gran copia de agua, como un gran rio, para alcansar
por este medio íi los fujitivos, y hacerlos volver 4 so servi-
cio: y Faraon lanzó de su boca agua como un rio, con d
.fin de que fuesen arrebatados de la corriente: paro d
mar a p d 6 á los hijos de Tsrahl, porque abriendo su boca,
se tragó toda el agua que Faraon habia echado de la eu-
Et misit serpena ex ore uuo poet mulierem aqaam tamqubm da-
km, nt.eam heent trdi B flnmine. Et adjnvit terrn muiierem : et
apernit tema
ano. -A p . xii,sunm, et ebsorbuit dnmen, quod miait dreco de ore
16 16.
el
y@*: ;j N o b ephrleb? Confrontad aorá erita, met8farii
cen el testo miamo del Exodo, y ve& toda la prophdd.
Dioe M&a, que laego que Faraon supo de cierto que
bis todo ha61 ácii el desierto, ee inmutó su canmn y
61 toda su mrb ;mudóre e1 corazon ,di F a m y el
ds nu : y sin perder tiempo di6 luego brden 4 nu
oepitanes que juntasen todos sus egércitos, y 41 'mismo
montando en SP CMO hizo que le siguiesen seiscientos cah
roe.esoogidae : y t o d a Zos carror que re hallaron en E J T ~
te: y Zor capitana & todo el egfrdtoS. i Para qué toda
este aparato? Para seguir á Israel que huye, y hacerlo
relver h su servicio: con sl J n & que fuese arrsbatado
clir l a wrricnte. Veis aqnl, pues. el gran rio de agua que
Faraon arrojb de su boca: esto es, por brden y mandato
suyo, esprimido con su palabra. Si acaso estrafisis, que
ks egéicitots de Faraon se espliquen con la metáfora de a.
n o de agua podeis traer B la memoria, que en Isaías se una
de la misma metáfora. para anunciar la venida de los egér-
oitoe del rey de h i r i a contra todo Israél : Por esto he
p p ~ quei e l S& traerá sobre sllor crgws del rio f-b.
y abundantes, al rey de lo6 Aririos, y todo ru poder ;y
srrbir6 #&re todo6 sus arroym, y correr6 robra t o d a
ras riberas4
119. Dice mas Moisés, que estando las tropas de Fa-
raoo, 6 el rio qiie habia salido de su boca, B,vista de Israél.
que estaba acampado en las orillas do1 mar Rojo, el mimo
mar lo ayudb en aquel temble conflicto ; porque abriendo
Et adjuvit mare, filios IsraU (seu mdierem), et aperuit mare 08
l
snum, et absorbuit flumen, quod miait Pharao de ore suo. Yidc -
Apos. xii, 16.
4- Immutatnmque est cor Pharaonis, et servorum ejus. End.
nr, 6.
-
1 Et quidquid in'&ypto m u m fui, : et ducea totius ererci-
t b . - E d . xiv, 7.
/ ) Propter hoc ecce Dominus adducet super eos aqum flumiaii
forter et muhes, r e g a m , h y n o r u m , et omnem g l o r b eJue : et ui-
1
cendet super omnea nros ejus, et fluet super univemsi npaa ejus.
bi.viii, 7;
-
w boba, b&diCadois an dae patter, dió pow, fi.bca & lm
fae;tire, y mando estoa I l q p m B la otra parte. miz6 .o
' L o a sobre los entunigoe que loe repisa : ú~ snaoluió d
8eñor sn nsdio de &u o h . Y *e v d h a Iúu oguru, y
aubrwn>a lor carro* y Eo caballcria de tado d &cito slr
F-, que Aobici~&tr& an Ia mar en s u ~ i m i s ~ t o : '
si uno d o quedó ds ellar*. Cemparnd aora este boto aw
aquel otro: Mcu a ¡ tierra a+6 6 la q r : y abrió h
6ian-a ar b o a , y wrbib e€ rio, que h a h la& r l dm-
yon de n, &.o : g me patece que no pOdteid meaoa qua
retoooeer dos misterios del mimo I s d l , ano ya puede y
.tro todaria futuro, cuando el mismo W r q u e a q p e d .
n t e poseer lan rdiqaiar de
ven en mano o ~ ~ ~ i p o t epare
Iaeel t.
m. Coa la oombinaciou abnta y juicioen de edos dw
I r m e del Apooalipab y del Exodo, d t a luego B loa ojos,
y se p d oomo de wyo la inteligeooio facil J llana de
mwblsirnas profeaha, que anuncian claramente á 1Ps d i -
quiar de Israel coeaa muy semejantes y aun mayorea que
)91que eucediem en su salida de Egipto. Priiae~liaeob :
ae e n t i d e al punto, salo oon leerlo, todo el misterio de la
vpedioion de la muchedumbre de Gog, de que se Ula
difu~ameoteen los dos cap. xiuvüi y xxxix de Eseqaiel.
Esta eqedicion le pom este profeta luego inmediatamente
despues de la resurrecoion mehíiiriaa de lee h u m M o e
y aew de todo al capitulo uxvü, en el cud esplicMdo al
mismo Dios la metáfora, acaba coo decir enbe otrcrir waae : ]
He aquí yo t m r k á los hijor da Israél de en m d w de las
naciones, á donde fueron: y las recojeré dé todas partea,
y lor conducird 6 au tierrat. Coucluido este misterio de
Et mvolvit e08 Dominns in me& fluctih. Revmmqne stmt
aqus, et operuerunt c n m . et cquites cuncti exercitb P h m d s ,
qui sequentes ingreesi faerani mire: nec un- quiiiern niprfki8ar,
$8. -E d . xiv, 27 et 28.
t I d . xi, 11.
1 Ecce ego rsmmrm u08I d ad medio m t h ~ ~ d ~- 4, .p
sbiemnt : a coagregabo eoa undique, et dduam e6s 4 haalma
susm, &c. -Esech. xxxvii, 21.
k vooeOMI .y nsmcion de h d I , empiema 10- á pta66i
tiswr la muchedumbre de gentea de vuriae pprter y Mna,
que han de ir oontra d mismo Israél, dr la tClm p. m
ha mlvado de la eapada, y se ha r e c w de mwhoa p-
b k r b loa montes de h a é l . . . Y (bablaod'o ooo el m i m e
Ieraél le dice) subUndo vendrda como Icrn2putad, y c m
nube, para que d r a r h tierra tú y todas t u hwróa, 9
m r c b pueblos contigo*. i Qoién no ve aquí el 'graniio
de agua que +a de su boca el dragon contra la moger
que huye? La tierra ajudb B k muger, dice S. Juan, porgw
abriendo su boca se tmgb toda el agua del gran ria. lL1.
miamo dice Eeegpiel anunciaodo el fin de toda aqnelia io
finita muchedumbre; Y sucedstQ en a q w l dia (dice d
Seiior): daré 6 Gog un lugar famoso para se-o ea
lsrdl : el valle de los que van ácia el Oriente ds la mr,
que harh pasriar h los que pasen: y entsrrarhn M ¡a tí
Qog, y toda av rnucbdunbre, y rerá U a d o el va& I
la nuchedumóre de &y+. Otras muchas obmaoiosor
se pueden bacor facilmente aobre esta profe&. W w be
con esta advertencia, en lo c d ya no puedo aora tide=
neme.
121. Demas da esto se entienden asímiamo otras 1-
gares de loa Profetas, como el capítulo xvi de I h , que
observarémoe de propósito en el ftmómeao miente, pár-
rafo 61timo. Se entiende todo el cántico d e H a h .
cap. 5,se entiende todo el capitulo ditimo d e 5 h a c k , p
por abreviar, se entiende tambien la celebre profecía (le

Ad tenam, que reveme sst h gladio, et congregate eit de p o p


lia maltie ad montea Isirel... Asecndens iPtm q d m-
venies, et quaei nubea, ut operiaa terram hi, et &S Dr,
-
et populi multi teeum, &c. E M A d, 8.9.
+ Et ent in die i h (& Dominiu) : dabo Gog hcam nooxbatua
sepulchnim in Israel : vdlem v h n u ul ~ Orienccni maria, qaee o b
skpascere faciet pmtereuntes: et sepelñnt ibi Oog, et o-
uultitiidinem ejua, et v o d t u i v& mmltihidinia -.-hirmh.
xxxix, 1 l.
\
Jsel capis~loiii, la ouai se ha pensado que hobEp del juicio
nnitsrsal, q u e se be de h a m &uelvaiie de Josibat : mas d
i r l w t a l o el capítalo seguido, parece necesario bailar otro
misterio hhitamemte diremo. E i temor de este hiisteris
9 ¿e 1- comm psrticulares qao aquí se anuncian, coa tanta
&dad, pame que ee el que ha hecho sustituir en su lugar
el juioio miversal, del que piensan que habla Joel en estas
...
p.lpbree : Ae aqui en aquellos dias, y en aquel tiempo.
dice el 8e5or, cuando yo levantar4 el cautiverio de Y&
y de Jemcrlkr ;juntaré todas laa gentes y las llevar¿ al 1
l
scrlls de h a f a t : y allí disputar4 con ellas en favor alc
.Ina¿lmi pueblo, y de mi heredad, que p s i é r o n dispma
-#re las nacioneu; y repartieron mi tierra, &c.' En
e&e teato, y en todo lo que se sigue hasta el ftn de la pro-
Aá. reparan muchos en aquellas tres palabras: juntar¿
tador Zm gentes, y deapnea en aquellas otras: Sdidfucra,
y venid todas Zas gentes ddl contorno, 9 congregaos :alü
b 6 DÍos caer tus valientes. Levórntense, y vayan las
gsiitss al mUe de Josafat :porque allí me sentar¿ para '
1
jugar h todas las gentes a l contornof. Mas, lo primero :
atan palabras, todas las gentes, en frase ordinaria de la
Rncdbura santa j significan otra cosa las mas veces, que
tma grain muchednmbre de varioa pueblos, tribus y len-
gam ? j No se d h , por ejemplo, en Zacorias capitulo xiv :
nunirt4 todas las gentes en batalla contra Jerusalén, y
- rtr6 t d a ha eirdadt ? i No dicen las reliquias de 1s-
,
I

... Ecce in diebus illia, et in tempore iiio, com convertero apti-


vitatem Juda et Jerusaiem ; congrebabo omnea gentea, et dedncnm
eis in d e m Jossphat : et diaceptabo cum eia ibi super populo meo,
et imreditate mea ZBALeI, qlw dinpernnt in nationibui 1 e( terram
-
meun dioisemt, &c. Joel. iü, 1, 2.
t Enampite, et venite ornnss gentes de circuitu, et congrylim9i :
ibi occumbere faciet Dominun mbustaa tuos. Comurpnt, ct ucea-
dant gentes in d i e m Jolaphrt : quia ibi d e b o ut judimn o-
gen- in circuitu. -Id. ib. 11, 12.
. % Congregobo omnes gates IA Jenualem in prrsiium, et &&mr
civitu. -ZwAnr. xiv, 2.
*\.en el ealmo.oxvii : T w h &u-0de.s :nr a r r o a w .
muu )o torslk aengawa da e l h en s i nombre dd rkner e:?
NQ.nor .em6an los miamos doctores, mbre otroa d .l,
m es de la Eemitura, pne estas palabras de lodos l a r ' h w
tk Isradl : todacr lru nackwa: todas laa yaatas: t o d a
las fmiüoo de las gentea, &c.+, no siempre eigoi8eai
todos loa individuos, sino algunos 6 muchos de cadu paa
blo, 6 de cada nacion ? i Por qué, pues, entienden a@
todos los individuos del linaje humano, y estos no Prror,
aino ya muertos y resucitados? Lo segundo: derpuea &
l a rekurreclcion universal, ;podrán los Jndios, ya rednidcm
6 su tierra, vender B las gentes que tí ellos los vendieron
ea otro tiempo? Pues esta ea una de las cosa que diee
Dios B estas gentes en esta misma profecía, 6 en este jni&
que hará de ellas eentado en el valle de Joaafat: R e q r i f
yo los levaniaré (15 los Judios) del lugar en Que las u&
tsis: y vuestra paga uoluerd contra uwstra cabeza. Y
umuleré vuestros hGos y vuestras hijas por mano & .lot
hMas de Judá, y los venderún ú los Sabdos, pueblo 4-
tapo, porque el Señor habló$. O , se601 mio, no perda-
mos tiempo : leed por vuestros ojos toda esta celebre p m
fecha, contenida en el capitulo iii de Joel. ConsiderrW
atentamente, no una fa otra palabra de por sí, aino toda
s u palabras por su brden, unidas las unas con laa otrae,
Wmo debe hacerse -con cualquiera otra Eecritura, por ha-
mana que sea; y creo ñrmemente que con esta sola diL
gencia quedarbmos perfectamente de acuerdo.
122. En suma: con la combinacion de este lugar del
Apocalipsis y del Exodo, se entiende todo el' capitulo ~4
Omner aentes clreaimt me : et i l nomine Domini qaia uitua
-
snm in eos. PI.cxvii, 10.
) Omnea fiüi ~ i d l :omnea nationen : omnea gentea: Mirente
tMiica gentimi, &c.
f Bcee ego s d ( r b o eor de loco, in quo vendidintis eoa : et con-
vertam retributionem ven- in caprit veatrum. Et vendam hlior
.ricroiet f d h va-
-
in manibas álionun Judi, et venamdabunt
eoa S a k t , gend loqbqnm, quin Dominiis lomtiui eat. J d . iii,
7, 8.
de Miqueas, dode pramcte el que no puede mentir, qae
laa maravilhe qme bará a n d o q o e 4 I d 1 de entre 1.s
irBiensr, donde lo tiene desterrado y dirpena, se* may
mejanter 6 las que hixo antiguamente o n d o la sacó de
Wto*:qae verán lu, gentes estaa maravillas, como Ipr
oWoa b s Egipoios : y por mas esfuemm que hgan, no
oomeguirán otm cosa que m propia coofnaion : Lo uerd*
lar gentm, y rerhn eonfundiidar con todo su podar: pon-
dron & mano sobre la boca, m~ránsordar lor oryas ds
QUor. Ei polvo h m r á n como las rerpisntsr, como lar
r o p t h de la twrra se erttsmecsrán dsnbro de ds casa8 :
al 5.fer Diar rowrtro respetarán, y t ~ 1 ~ ~ 6 nFiaol- t.
mente, mi como cuando se vi6 todo I s d l P la otra p d u
del mer Rojo, mando vi6 por tm ojos devomdo y m-
j'ido, an aguar irnpetuoras, todo aquel grande y formidable
rb qae iba mtra 61, salido de la boca de F.rew, cuan&
W6 ten cluamente P su favor 1. mano ommpohte de s i
Dios, b.cantb, lleno de un jábilo sagrado y de un reiigiosa
pavor, q u e 1 cá~ticosublime que aempm ae lee con admi-
meion ea el capitulo xv del Exodo ; así, de un d o per-
fmtrimeate semejaate, coando la tierra se baya traapdo toda
d agua del no grande, salida de la boca del dmgon, que va
eeoba la muger que huye al desierta (meCBf3ra clarluima,
~ieaiacidapor la misma alusioo) vibadase ya libre y pnenta
ea segnro por medio de tantaa maravillas, cantará tambiea
d sn Dios aquel otra cántico ptof6tio0, mas eublime en k
sustancia que en los acoideotea, que ya esti p q m d e en
81 mismo Miqueas, y con que conclnp este pdeta toda wi
profe&.
iQ d n si, 6 Dior, á ti, q~ q u i t a la d-

e %sa* dies egreasioah tam de teme iEgypti ostcadim ei


-
minbili.. Mch. 6, 16.
t Videlmat gentes, ek eonfundeetur super emni fortitudfm m:
p a n t . w u m super m, aurea eomm surdm emnt. Lingent pulve-
r m liCpr eerptmteb, vdut reptilia t e m perta~babnnturin d % í m
sub : DoWniim Dcum wstmrn fermidrbant, et címehuht te.-H.
ió. 16, 17.
dd. y ohridq.el p d de las reliqniarda tu hssllhdf
no mcrigra mas nr furer, porque es amador L & s + m ~
dio. Se tornarti, y teadrá n&e*Mordio ds n o s o t m :
qdtarii nucrrtras mddades, y echará en el profordorb
lo mar iodos ntraatror peodos. Harás verdad con J a d ,
con Abroirárr misericordia: como lo juraste á n w t r o s
p t a b &de loe dias antiguos*.

LA SOLEDAD DE LA MUGER, SEGUN LAS ESCRITURAS.

128. Liegada finalmente la muger crl lugar que Dios le


tiene preparado, wrá allí apacentada con el pasto omvoni-
ede en aquellas circunstancias, por un tiempo, y dde t&
...
G)IEPO~,y la mitad de un t k p o 6 mil doscisntoa y uam-
..
ta dim . 6 ewranta y dos msea t, que todo suena el es-
+ de tres años y medio. Sobre este retira y aoledad &
la ablebre rnuger, parece naturalísimo el deseo de alguoas
m h i i mae individuales; ya pertenecientes al lugar deter-
m i d o de la tierra, B donde la han de conducir sus dias
per órden de Dios ; ya tambien pertenecientes B sus oonpa-
ciones en 1s soledad, y 6 los designios de Dioe en una
prevideneia tan mtraordinaria.
lW.Cuento B lo primero decimos : que aunque el teeb
dd Apooalipsh nada nos dice en pariiimiar, paes solo a u n -
cm el misterio mi palabras muy generales ; mas combinado
&e testo oon otras noticias bastantemente claras, que
se b a l h en los Profetas de Dios, podemos discurrir sia
temor de alejarnos mucho de la verdad, que el lugar d e
4 Quin Deua similis tui, qui aufers iniquitatem, et traneis pecca-
tnm reliquisrum hrereditatis ture? non immittet dtrs furorem
snum, qnoniam volens miserícordiam est. Revertetur, et miserebi-
tur : deponet iniquitateo w t w , et projiciet in pnfundmn
m u i omnia
~ peceata noatra. DabY vdtateni Jreob, m ~ c o r d h
-
A b r h : qua juraati patribun nostris h diebue antiquie. M i d .
+, 18, 19, M.
...
t Per tempuu, et tempora, et dimidium temporis MW Qicbsi
rilillediacntl~.sllid..~..rnr.urssiquih-toh.-Ap. -
xii, 14, 6 ; d xii, 6. - .
881 LA VBNIUA DEL M H l l A S
terminedo de la tierra, en aquel tiempo <lesierto y sdo,
donde Dios ha de llevar B esa mupr, será aqoel ieiuan
paia, prometido con juramento B sus-padres pari su demea-
dencia : &S& el rio de Egipto hasta el grande rio Ilhfra-
tm*. Dadme atencion, y considerad con formalidad ies
razona en que me fundo.
125. Primeramente : dioe S. Juan ver. 6, que la mugar
despues del parto huyó luego B la soledad, donde tenia ya
lugar preparado por Dios mismo t : y en los ver. 13 y 14
donde vuelve B hablar mas d e propósito de esta huida, por
baberla interrumpido con lo batalla de S. Miguel con el
dragon, dice: que este lugar preparado de Dios, ya dasier-
to y solo, es un lugar propio de la muger, y preparado de
antemano por Dios miamo: Y que fueron dadas á 14
rnruyer dos 61ar d i grande águila, p a r a que volase al
desierto b su lugar. Aora : un lugar propio de la muger,
y preparado de antemano por Dios mismo, i cual os parece
que podrá ser? Yo no negaré que este reparo, m i d o en
si mismo, tiene todo el aire de aqnellas sutilezas, solo be-
nas 6 pasables en un discurso panegírico. Por tanto, ai en
toda la divina Escritura no hubiera otra luz que esta, yo
fuera el primero en confesar, que es una luz muy escasa,
insuficiente B inservible : por consiguiente, que el lugar
determinaao de la tierra, donde la mugcr debe huir, ee nap
de las cosas que ignorámos. Maa si combinámos esto pooo
que aquí dice S. Juan, con lo que se dice sobre esto mismo
en otros muchos lugares de la Escritura de los ProfeQia,
parece que no hay necesidad alguna de esta confesion, y
que podrémos sin recelo añrmar aquella proposicion, . p m
duciendo las razones que tenémos.
l.%. Para lo cual debémos, ante8 & todo, traer B la
memoria, B lo menos en general y en confuso, todas a q a e
llm profecias darísimas con que hemos probado en varias
A fluvio Bgypti usque ed fluvium megnum Wighrotaii-
Cm. xv, 18.
i'Et mulier fugit in solitudinem, nbi habebat locpm prnhun h
-A'. xii, 6.
h.
KW G L O R I A Y M A G B S T A D . 805
partes, ~neipalrnenieen el fenómeno v, y vii, que d des-
t i m o y dispersion actaal de loa hijos de Jacob, es nn cati
tigo de Dios, predicho de mi! maneras por sus profetas, y
confirmado por la boca del mismo Mesias: Porque sstoa
8tm dias de venganza, p a r a que as cumplan todaa la8 co-
ras, que crrtáw escritas.. . Y caertin á #lo de elpada :y
serán llsvadbs en cautiverio á todas las naciones'. M-
mismo, que este castigo no debe ser eterno, sino limitado
4 un deteirninado tiempo que solo Dios sabe: que dgwa
ves 8e ha de aplacar la justa indignacíon de Dios, respecto
de estos mieerables, y convertirse la ira en misericordia;
que llegado este tiempo, los sacará el mis& Dios con sn
bmm omnipotenta de todas las tierras y naciooea donde él
mismo los tiene dispersos, asi como los sacó autiguameote
ao Bgipto, y los plantará de nuevo establemente en aque-
ll8 misma tierra, prometida para ellos á sus padres, y esto
4 peear de todas las potestades de la tierra : Aun cuando
Airbieree sido arrojado h t a 108poloa &Z cielo, da rJlf te
sacará el Señor Dios tuyo, y te tomará, 6 introducirá en
la tierra, que poaeyeron t w padres, y la dufrutariu: ...
Y aliará bandera á uIs naciones, y congregará loa Jicgi-
tiVCM de Iaraél, y tecojerá los dhpersoa de J d da lar
matra p@as da la tierra-1.. De estos anuncios y prome-
sas ballnreis infinitos en los profetas, desde Moieea, haata
Yaiaquias.
24'7. Paes en esta suposicion cierta B innegable disanr-
r i m ~ smi. Para que Dios introdazca y plante' de nuevo
laa reliquias de Jacob en la tierra prometida para ellos 4
sus padres, es necesario que primera les prepare esta mis-

* Quia diea nltionia hi m t , ut impleaatur omnia qum scilpta


Et
id... cadent in ore gladii: et captivi ducentur in omnee gen-.
t a l - h a . xxi, 29 ei 24.
+ Si ad cardinea celi fueris diiaipatus, inde te rehahet Dominaa
h s tnm, et sssamet, atqrie introducet in temm, quam poaaede-
runt patrea tui, et obtinebi eam... Et levabit aignum in netionai,
et congialrhi proñqoa I d l , et diqenos Jada cdllget quatuor
-
plagia teme. D a t . xu,4 ;e: Imi. si, 12.
TOMO 11. 2c
386 L A V B N I D A DBL MBSIAB
ma tietra, y esto es lo que dice S. Juan: kr mugcr huyb
al dea'erto, en & d e tenia un Eirgar aptqiado de Dios.
Esta preparacion, segun ha Eacnturas, y segun la ramm
natural, debe comenzar neoesariamente por la evecuacion
de la misma tierra ; ,como quien prepara nn palacio 6 crsr
para una grande y numerosa familia que se espera de n n e
vo, á quien la casa misma perteoece en propiedad, lo pri-
mero que hace ea evacuarla de todati las otraa peisooaa
que habitan en ella, corno que no non ellos los verdad-
i legítimos duebos, y de es& marte reducir la casa 4 una
verdadera soledad. Esta, pues, es segun las Eacritaraa
la primera cosa que ha de hacer la mano omnipoteate del
Dios de Abrahan, antes de llamar y congregar todas sua
reliquias, 6 antes de dar Mas B la mnger para que hoya B
.
la soledad, á su lugar.. tí un lugar aparejado de Dios.
Asi lo tiene claramente anunciado el mismo Dios, en e4
capitulo xxvii de Isaíaa, como queda observado en el fe-
nómeno quinto, primer especto, segunda insiruscion. Be-
párese con nueva y mayor ateoioion ea esta profecla, atsn-
diendo bien k todo su contesto, 6 d los tiempos de que se
habla.
Y sucederá : Que en aqwl dia iieriró el Señor &de
el cauce &l rio (el EuFrstes) h t a el torrente & Egipto,
y wsotros, hvos áa I s r d l , sereis congreyados uno á uno.
Y sucederá: Que en aquel dia resonará una gran&
trompeta, y uendrón lo8 que se habian perdido *;.
128. Lo cual concuerda perfectamente con lo que se
dice en el salmo ix: reww ateminadas, 6 nacioncr, de
la tierra ds kit. Aora, si esta profecía ee ha de cumplir
alguna vez, i aiiando podrá ser esto, 'sino en el tiempo y
circunstancias de que vamos hablando 1 Consideradlo bien.
Conque es 4 lo menos sumamente vemimil, que eu el

Et erit : In die iiia percutiet Dominus ah almo fluminin usque


d torrentem Egypti, et vos congregabirnini unus, et unus, filii Ia-
&l. Et erit : In die ilia clangetur in tuba magna, et venient, qui
perditi fuerant.-Z~ai. uvii, 12, 13.
+ Peribitis gentes de t e m illius. -PI.ir, 16.
R N GLORIA Y MAORSTAD. 36'7
tiempo d e la voucmn y anuncian futura de Israél, 6 de
la huida de la muger 4 la soledad, se vedique 6 esté ya
plenamente verificada esta profecía: por consigniente, que
este reducida 4 un verdadero desierto y soledad toda la
tierra de promiwon, por aquel mkmo Sefior, que no solo
es omnipotente, sino tambien infitamente veraz; y ea
igualmente vemimil, que esta sea la preparacion del lugar
de que habla S. Juan: la preparacion, digo, de un lugar
propio de la miiger que ha de huir 4 61: en donde tenia
un lugar aparejado ds Dios ... para que u o b al de-
sierto & ac lugar.
129. Fuera de esto, si se quiere dar alguna mayor
atencion 4 los Profetas, en ellos m hallan, no digo sola-
mente vestigios, eino luces bien claras de este mismo
misterio. Primeramente, en Ezeqniel se leen eetee pa-
labras.
Vivo yo, dice el S&r Dios, que con mano fuerte, y
cen brazo atendido, y con furor encendido reinar4 sobra
vosotros. (Son les espresiones de que usa el Seiíor ha-
blando de la salida de Egipto.) Y os sacar4 de los pue-
blos: y os congregar4 de las tierras, en donde habeis sido
...
dispersos : Y os conduciré á un' desierto despoblado,
y alli entrar4 en juicio con vosotros cara á cara. Como
dMyutk en juicio contra uueetros padres en el desierto
de la tierra de Egipto, arf os jusgard, dice el Señor
Dios. Y or someted 6 mi cetro, y os hard entrar en lor
lazos de la alianza ... En olor de suavidad os recibirk,
cuando os sacare de los pueblos, y os congregare de lar
tierras en donde estais dispersos, y serk santijicado entre
vosotros á uirta de las naciones. Y rabreis que yo soy
el Serserun, cuando os Uavhre a la t k a de Iwaél, á la
tierra, por la que alce tni nunao, para darla á uuestror
~ a d r e s . Y allí os acordareis de vuestros caminos, y de
todas vuestras lmcldcules con las que os habeir contarni-
nado : y os desagradareis de vosotros en vuestros Qjos,
por todas lar amldades que cometisteis. Y sabfeb que
yo soy el Señor, cuando [M hiciere bien por mi d r e , y
2c2
SB8 LA V E N I D A DEL MBBIAB

no aegun uwstroa nalor caminos, ni aqun vmertraz de-


teafables rnaMadm, cara de Isradl, 'dice d Seiíw Diar*.
130. Dejando por aora, no sin repugnancia, lee muchas
reílexiones que sobre este testo se pudieran hacer, yo re-
pam. solamente en dos espreaiones, quc son las que haoen
d mi propósito aciual. Primera: os sacard ds h puc-
bloa: y or congregard de las ticrras, en don& hab& si&
dispem.. Y.oa conducir6 6 un h i e r t o derpoblado. Se-
gunda: cuando os llevara b la tierra de Iardl. Btas dos
dánsillas, siguiendo el hilo del contesto, suenan visible
mente una misma cosa. Aef, el desierto de los pucblos, 6
la tierra evacuada de los pueblos que en ella habitaban, ii
donde Dios ha de lleva; las reliquias de Israél, wrá la
mierna tierra de Iaraél por la que al26 au mano para &la
& los padrsr de ellos.
131. En Oseas (cap. ii) habla el Señor de la caso de
Jacob, usando de la misma metafora de una,muger, esposa
de Dios, arrojada por sus delitos de casa del esposo; y
despues de haber anunciado los grandes trabajos w n que
¡a habia de castigar (los cuales vemos ya verifioados con
toda plenitud) pasa luego á hablar de su futura vocacion, y
Vivo ego, dicit Dominus Deue, quoniam in manu forti, et in
bmchio extento, et in furore effi~soregnabo super vos. E t educam
roa de populis : et congrepbo los de te*,
tia...
in quibua diupeni ea-
Et Pdducam vos in desertiun populornm, et judicabor vobia-
~
cnm ibi facie ad faciem. Sicut judicio contendi adrenbm patres
vestros in deserto terrre Bgypti, sic judicabo vos, dicit Dominun
Deus. Et subjiciam vos Bceptm meo, et inducam vos in vinculia
l
fcederis ... In odorem suavitatis mscipiam vos, chm eduxero vos de
populis, et congregaven, vos de terría, in quau diapenii eatis, et ssnc-
tificabor in vobii in ocuiii nationum. Et scietis, quia ego Dominns,
chm induxero voi ad ter-
m-,
hdl, in terram, pro qua levavi mmum
ut darem esm patribua vestris. Et recórdabimini ibi vbmm
veatrarum, et omnium scelerum vestrorum, quibus poiluti eatia in
eb: et displicebitis vobia in conspectu vestro, in omnibua malitiis
'
1
1
vestrim, quas fecistin. Et scietia quia ego Dominua, cum benefecero
vobii propter nomen meum, et non s e c u n d h viaa veatma maiaa,
neque wmndhm acelera ves- peasima, domua I a d , ait Dominua
iieua.- Ezcch. xx, 33, 34, 36, 36, 37, 41,42, 43, et 44.
EN G L O R I A Y MAGES'FAD. 3863
de lo que ha de hacer con ella, cuando sea tiempo. Eata
coniolacion empieza desde el ver. 14, y sigue hasta el fin :
P o r tanto he aquí yo la atraerd: espresion proplsima y
y natiiralisma, para significar el afecto de compasion y ter-
nura, y las palabras llenas de amor y can60 con que será
llamada: que por eso los LXX y despues de ellos Pagnini
y Vatablo en lugar de la atraerd, leen, la separard.
He aquf yo la atraer¿, y la llcvur¿ al desierto: y la
Wablard al corazon. Y le dard sus viñadores del mismo
lugar, y el valle de Achór para entrar en esperanza ( 6
c í la puerta de la esperanza) : y cantar6 alli segun las
dias ds su mocedad, y segun los diar en que sali6 dc
tierra de Egipto*.
132. Como si dijera: yo llamaré á su tiempo 4 esta
miserable, despnes que haya sufrido su doble confusion, y
en primer lugar la haré llevar 4 la soledad, donde le ha-
bla& no sol&ente á los oidos, sino tambien al corazon.
Allí le daré operarios 6 ministros naturales de aquel mis-
mo lngar esto es Isráélitasj- de la misma estirpe de Jacob:
le daré tambien segunda vez el valle de Achbr, el cual
será para ella como la puerta 6 el principio de su esperan-
za$. Para entender bien toda la f u e r ~ ay propiedad de
es- filtimaa palabras, debemos saber 6 traer á la memgna,
que este.valle de Achbr, ameno, fertilísimo (cerca del cual
estaba la antigua Jericó, y segun dicen algunos, Ine céle-
bres vifiaa de Engaddi, de que se habla en los cantáres)
fu6 la primera tierra donde se acampb eodo Israél, condu-
cido ya por Josu6, despues de haber pasado el Jordan,
oon prodigios muy semejantes al paso del mar Rojo. E n

Ecce ego lactabo eam, et ducsm eam in solitadinem: et loqusr


-

sd cur ejus. Et dabo ei vinitores ejus ex eodem loco, et raiiern


Achor ad a p e h d a m spem (sea in ostium apei) : et canet ibi jnxta
diea javentutis anee, et jnxta dies aseeoeionis anm de krralEgypti.-
Oaee. ii, 14, 16.
-
.t. Et dabo ei rinitores ejna ex eodem loco. Ome. ii, 16.
3 Et vaiiem Achor ad aperiendam apem (nive in ostium spd).-
Id. ib.
m) LA V E N I D A D E L MESIAY

este valle se empeearon & abrir sus esperanzas, asi por el


- paso milagroso del Jordan que detuvo sus comentes, ó las
encaminó perpendiciilarmente hcia el cielo, como por la
milagrosa toma de Jericó, y luego despues de la de Hay,
como se refiere en el libro de Josnb, cap. vi, vii y viii.
Este valle, pues, dioe el Sefior, aludiendo manifiestamente
h aquella primera entrada en la tierra de promision, que le
dará entónces B la muger que ha de llevar h la soledad,
para que allí se abran sus esperanzas, viendo otra v a
abierta para ella aquella primera puerta de la tierra santa:
y la lleuaré al desierto :y la hablaré al corazon. Y lc
dard 8 U 8 v i e r a (ií operarios) dsl mismo lugm, y el
valle da Achbr para entrar en esperanza
- ( 6 en h puer-
ta de la e q e r a k a ) .
133. En Miqneas, capitulo vü, 13, se lee, que aquella
tierra será desolada por la iniquidad de habitadorese:
lo cual ejecutado, habitará en ella la grey de la heredad
del Sefior, oomo en un desierto y soledad, 6 como en las
quebradas 6 bosques del monte Camelo : Apacenta á tu
pueblo con tu cayado, la g r y de tu licredadt : se le
dice inmediatamente al Mesías 6 h Dios mismo : apacen-
.
ta h tu pueblo.. la grey de tu heredad h los que--an
solos en el bosque en medio del Carmelo. Loa tiempos de
que habla aqui este profeta es f d conocerloa por todo
su contesto.
134. En Isaias se lee, que los pastos propios de esta
misma grey, donde ella debia vivir y ser apacentada, rre-
gun lee intenciones de Dios, serán por largo tiempo la
habitacion y el gozo de 10; onagro8 6 beatiar salvajes$; p
para que no se piense que aqui se habla de la cautividad
de Babiionia, añade inmediatamente el Profeta, que esto
dorará hasta que se derrame sobre esta misma grey el es-
l
Et t e m erit in desolationem propter habitatorea moa, et prop
ter fructum cogitationum eorwn. .-Mich. vii, 13.
.1. Pssce popuinrn tuum i n virga tm, p g e m hmredihtis tase, ho-
bitantes noloa in saltu, in medio Cnrmeli.-fih. vü, 14.
f Iaai. xxxii, 14.
píritu de lo alto : Gozo de aenoa aronteses, pasto de reba-
ñoa, hasta, que aea dízrratnado sobre nomtror el erpbitu
de lo alto*. Que derramado este &pirita, prosigue,
sobre esta misma grey de que se habla, entbnces e1 de-
sierto será como un Carmelo; y lo que antes parecia un
Carmelo ; 6 un lugar ameno y delicioso, será reputado por
un bo8qw.t. : metáfora bien espresiva y bien .clara, del
estado actual de la casa de .Jawb en comparacion de la
iglesia de las gentes, que son aora la casa del mismo Jamb
por la fe: y al contrario, de lo que deberá suceder en
otros tiempos: porque aun habrá otro tiempo$. En
aquel tiempo, prosigue el Profeta, habitará el juicio en la
soledad, y allí mismo ae sentará la justicia y se dejará ver
con toda su hermosura: Y morará el juicio en el desierto,
y la justicia residir6 en el C a m l o 5. Que la obra 6 el
fruto de la justicia será la paz; que el culto ó adorno de
la justicia s e d el silencio ; todo lo cual producirá una
verdadera paz y una ~eqnridadinalterable((.
135. Habiendo conocido, 4 lo menos probablemeate, el
lugar desierto y solo 4 donde ha d e conducir Dios 4 la
muger despues de su parto misterioso, se sigue aora natn-
ralmente la consideracion, ssgun las Escrituras, de lo que
debe pasar en aquella eoledad: esto ea, de los h e e que
Dios pretende en llevar alli 4 la muger, y tenerla como
escondida di la presencia de la serpiente, por espacio de
42 meees, que son puntualmente los que debe durar entre
las gentes la gran tribulacion anticristiana; hasta que,
Gaudium onagrorum, papcua gregem. Donec efindatur su-
per nos apiritns de excelso. -1;ai. xxiii, 14, 15.
t Et erit desertum in Carmel, et Cnrmel in ealtum reputabitur.-
I'i. xxxii, 16.
f Quia adhuc aliud tempua erit. -Dan. xi, 35.
5 Et habitabit in solitudine judicium, et justitia in Carmel se-
-
debit. Iloi. xxxii, 16.
11 Et erit opus juatitiie par, et cultus juatith silentim, et ee-
curitae neque in sempitemum. Et eedebit populua meus in pulcluitu-
-
dime pacin, et in tabemacuiii fiduciie, et in requie opalenta. Id.
xxxii, 17, 18.
882 LA VENIDA D E L YE81AB

zwgo deJpue8 de lo *t d0 quemor d#r's


derprenda del monta la piedra, y vuelva d d cielo el Rey
de I# rey-. La inteiigenoia de este punto nos la dreoea
y fauiiiton oaei toda los profetas, B donde n a h t e vi-
mblemeilta el amado disclpulo con eus continuas alusiones.
m. No solamente, pues, ha de s m r Dios seganda
res de Egipto 6 de todas las naoiones 4 en antigua e-
M, eegiin sus promesas infalibles ; h o que, aegnn iae mia-
ma~ piomemw, la ha de conducir en primer Ingai t~ la so-
ledad+, aaí como lo hizo la ~rimeravea ; para que alll, li-
bre de toda distraocion, y desembarazada de todo otro mi-
dado, de logar al espíritu de Dios, 6 quien no pucdG re-
cibir el mundo$, y empieze B oir, y entender lo que le *
dice al mramn. Para que al11 vea y contemple, como
reducido B un punto de vista, todo cuanto Dios ha hecha
oon ella, desde que la sublimó graciosamente 4 la dignidad
de espoea suya; y por otra parte, reducido asimismo P
otro punto de vista, todo lo que ella ha hecho aou su Dios:
as conducir¿ tí un &&to despoblado, y alli e n t r a d en
juicio con vorotros cara á cara: espresion vivísima y
naturalísirna, para significar un juicio mátuo, donde se
mani6esta claramente la conducta de ambos espoaoa, y las
manea que pueden producirse de una y otra parte.
l37. Por eso les dice el mismo Sefior por Isaias:
...
Antccu~tí dsfender vuestra cama, alegad, si cacao
tmeb alguna razon poderosa, dijo el &y de Jacobg. Y
en el capitulo xliii, despues de acordarles las maravillas que
hizo para sacarlos de Egipto, afiadc estas palabras : No os
acor&w de las cosas pasadas, y no mireis 6 lar antiguas.
Ved que yo lar hago nuevar, y aora saldrán 6 luz, ciar-
tumente lar conocereis: pondrd camino en daeiarto, y rior
Statim autem post tribuiationem dierum iiiomm. -Aíat. 6,
29.
t Dncm eun in solitudinem. -h.-ii,Joan.
f Quem mundua non poteut accipere.
14.
rir, 17.
Q Pro$ f.eite jndieium restrum ... derte, ai quid fo& habctis,
-
di.it Rex Jwob. Imi. xli, 21.
EN GLORIA Y HAOBSTAD. m
ea dsspoblado*. Pasa luego B hacerles presentes los gran-
des y continuos beneficios qw han recibido de su mano,
y la suma 6 iuoreible ingratitud con que ha sido siempre
comapondido : No me invocaate, Jacob, ni te cuidaste de
.
mí, Iwaél.. Antes me hiciute servir en tus -p e c d s , me
luu dado pena con tus iniquidades. Yo soy, yo soy el
mismo que borro tus iniqvida&s p o r amor de mi, y no
me acordard de tire pecados. Traeme 6 la memoria, y
antremos en juicio h una: relata si alguna cosa tienes
para justijicarte.t..
138. Pues en esta soledad, en esta quietad, en este
juicio mútuo, abierto ya los oidos y los ojos de la es-
posa, y convertidas sus tinieblas en luz, como tambien le
está prometido, por estas palabras : haré que delante de ellos
las tinieblas se cambien en luz$, se correrií con esto
aquella cortina, b se alzará aquel velo denso y tenebroso,
que hasta aora tiene c*ierto su coraaon: hasta el dia ds
hoy§, dice el Apostol, y nosotros lo decimos hoy con la
misma verdad: el velo está pumto sobre el corazon de
ellos. Mas cyuuh ee convirtiere al Señor, será quitado
el velo 1. Corrida, digo, esta cortina y alzado este velo,
comenzará 4 ver, y tambien Q entender sus santas Escritu-
ras; las cuales, por su propia iniquidad madre natural de
la ceguedad, y mucho mas por culpa manifiesta é innegable

Ne memineritis pnorum, et antiqua ne intueamini. Ecce ego


facio nora, et nunc orientur, utique cognoeceiiu ea : ponam in de-
serto viam, et in invio ilumina. - h u i . xliii, 18, 19.
.t. Non me invocasti, Jacob, nec laborasti in me. Israel... Vemn-
tatnen servire me fecisti in peccatis tuie, praebubti mihi laborem in
iniquitatibuir tuis. Ego sum, ego sum ipse qui delao iniquitates tuaa
propter me, et peceptonim tnorum non recordabor. Reduc me ~I.I
memoriam, et judicemur simul : narra si quid habes, pt justificeris,
&c.- Ik. xliii, 22,24, 26, 26.
3 Ponam tenebrse coram eia in lucem. -Im'.xlü, 16.
-
5 Usque in hodiernum enim diem. Ad Rorn. n , 8 , et ep. 2 ad
Cm. am 14, 16.
11 Velunen positum est super cor eorum. m m autem convmua
fiierit ad Dominum, auferehir velamen. -2 ad Cor. iii, 16, 16.
394 LA V E N I D A D E L MESJAS

de sus doctores, han sido y san hasta m,respecto de ella,


corno lar polrrbros & un libro sellado*. Con &a inteli-
gencia. y con la noticia y recuerdo de todo lo peeodo,
máximamente de aquel tratamiento inicuo, cruel y bár-
baro, con que fue recibido en ia m t a ciadad sa mismo
Meaian, que era todo su amor p toda su e~perama,co-
menzará sin .dudar aquel tierno, amargo é inoonsolable
llanto de que -m habla en Zacarias, capitulo xii, y prose
gnirá sin intermpcion haeta que m complete en Jerusalén.
En aquel dio (dice este profeta) serh grande ellIanto en
Jerualén, ... Y plafiirá la t i e r r a :familias y fumiüar 6
rolar ...y lo plañirán con llanto, como sobre un wnigé-
nito, y harán duelo sobre 61, como se suelc hacer an la
muerte de un primogenitot. Allí, con el corazon enterne-
cido, y al mismo tiempo contrito y humillado, y con los ojos
llenos de Iágnmaa, comewará á decirle á su Me&, mas
con el corazon que con la boca, aquella tiernas palabras,
que ya están registradas en el mismo Profeta : ;Pues qul
llagas son estas en medio de tus manos$ ? Y el Señor
le responderá, y le bará sentir la reepuesta en lo mas Loti-
mo del coramn : De estas he sido llagado en la c o de~
aquellos que me amaban (6 en la casa & mi amada §,
como leen los LXX).
139. Allí, en aquella quietud y soledad se le mudará
del todo el coramn, derramándose sobre elia aquella agua
pura y limpia (símbolo propio del bautismo p del Esplri-
tu de Dios) que ae le promete en el capitulo xxxvi de
Ezaquiel, desde el v. 24. P o r cucrnto os sactíre de entre

-
Sicut verba libn signati. Zaai. xxix, 1 1 .
t In ...
die illa magnui erit plauctus in Jerusalem Et planget
terra: familiae et familiae seorsum... et planget eum plmctn
quasi super unigenitum, et dolebunt auper eum, u t doleri solet in
-
morte primogeniti. Zachr. xii, 1 1 , 12, 10.
f ¿ Quid iunt plagz iatae in medio manuum tuarum i -
Zicchr.
xiii, 6.
1 Hie plegatue sum in domo eorum, qui diligebant me (sive in
domo dilectie mete).- Zd. ib.
EN GLORIA Y MABBBTAD. 396
lar gentes, y ar recqjsrd de todas las tierras, y os condu-
cir¿ 6 vwstra tisrra. Y derramar4 sobre vosotros agua
pura, y os purijcareis de todas vuestrqs inmundicias ...
Y os daré un corazon nuevo, y pondri un espfritu nuevo
en -dio de vosotros :y quitar6 el coraum de piedra ds
vuestra wme, y os dark cwazon de carne. Y pondrd
mi espíritu en medio de vosotros, &c.+ : Alli les dará el
Sefior aquellos pastores buenos y escelentes, que se les
prometen por Oseas, y por Jeremiaa, los cuales les darán
el pasto conveniente de doctrina, d e insímccion y de exor-
tacion, de aliento, de fervor, para que ninguno d e sus in-
dividuos desfallezca y se eche menos en el níimero: Y les
...
dar&sus uiñadores del mismo lugar Y levantar&sobre
ellos pastoree, y los apacentarán :de allf adelante no
tendrán miedo, ni es asmbrarbn; y de su número na
osrb buscado ningunot. E ~ t o spastores parece serán ws
mismas álaa, que la han de conducir ti la soledad: en
donde tenia un lugar apargado de Dios, para que allf
lu alimentasen mi1 doscientw y sesen~adias. AUi se
santificará con aquella peifmta santificacion que se le
tiene anunciada y prometida pars deapnea de la resurreo-
oion metafórica de los huesos tuidos y =os : y pondrl mi
santiJiccreion en medio de ellos por siempret. Allí der-
ramará sobre ella el Padre celestial con inñnita bondad
y pmfúsion espíritu ds gracia y de waciong: y junto

ToUam quippe voa de gentibus, et c o n p g a b o voa de miver-


ais terria, et adducam vos in terram vestram. Et efindam super
voa aquam mundam, et mundabimini ab omnibu inquinamentis
v&Rs ... E t dabo vobh cor nowm, et spiritum nomm ponam in
medio veatri: et auferam cor lapideum-de carne v e e t 6 et dabo
vobis c m carneum. Et spiritum meum ponam in medio veatri, &c.
Esech. xxxvi, 24, 26,26, 27.
+ Et dabo ei vinitoree ejus ex eodem loco ...Et aucitabo super
eos pastorea, et pascent eoe : non formidabunt ultrh, et non pave-
bunt : et nullus quaeretur ex numero.-Ose¿. ii; 16 j Jerena. xxiii, 4.
f E t dabo sanctificationem meam in medio eornm in perpetuum.
-&#ch. xxxvii, 26.
-
5 Spiritum gratiae, et precum. Zach. xii, 10.
898 LA VENIDA DEL MBBIAS
con el don d e oraoion, tambien el esplrito bueno y suma-
1
mente n d o , para un peador, de llanto, de contricion
y penitencia : Y hareb memoria de vuestros caminos per-
versor, y de vusrtros depravados afectas: y os serán
amargw vuestros pecador, y vuestras ?naldades. No lo
h r d yo p o r vocotros, dice el Señor Dios, tenedlo e ~ t s r -
dido :confundios, y avergonzaos sobre v ~ s t r o caminos,
s
casa de Irrall*.
140. Allí, en aquella soledad, ó al entrar en ella d e s
oubrirá el Sefior (para los fines que 61 solo sabe, y no tocan 1
4 nuestra ignorancia y pequefiez) el arca sagrsds d e la
antigua alianza, y junto con ella el antiguo altar y taber-
dculo, que Jeremías, p o r una órden espresa que r d i ó
de Dios.f., sacó del templo, despues de destruida Jero-
aalbn por Nabucodonosbr, y escondió en una cueva del
monte Nevo, situado B la otra parte del Jordan, en la
tierra de Moab. Lo cual ejecutado, el mismo Jeremías
profetizó : Que será desconocido el lugar, h t a qru
rauna Dios la cougregacion del pueblo, y se b muestre
propicio : Y entóncer mostrar6 el Sehr estas c o s a , y
aparmerá la mageetad del Señor, y habrá nube, m se
~
manifestaba 6 Moisks, &c.3
141. AUI, en suma, se verificarán otras innumerables
profecíae. de que están lleno8 los Profetas, especialmente
los Salmos, que nos anuncian la conversion, la restitudon
y asuncion futura de las reliquias de Israél, y la mudan-
za de su estado presente en otro infinitamente diverso, que .
su misma novedad y grandeza ha hecho increible. Vol-

non bonorum : et diiplicebunt vobie iniquitatea vestree, et acel&a


veetrs. Non propter roa ego faciam, ait Dominuir Deun, notum sit
vobii : confundimini, et erubescite super viia vestris, domus l s d .
- Esech. -vi, 31, 32.
-
t Divino responso ad se f a ~ t ~ 2. Mac. ii, 4.
Qnbd ignotua erit locus, donec congreget Deua congregationem
populi, et propitius fiet : Et tunc Dqminua ostendet htec, et appare-
bit rnajeam Domini, et nubea erit, sicut et Moysi manifestsbatur,
&c. - 2 Mach. ii, 7, 8.
EN G L O R I A Y MAOBSTAD,

ved B leer con mayor atencion la profecía de M a s , que


poco ha apuntiúnoe.
E e aquí yo la atrwrd, y h llevaré al desierto: y h
hablaré al corazon. Y le das&sus viñadores del mismo
lugar, y el valle de AcMr pura entrar en esperanza :y
cantar allí segun los d k de su mocedad, y segun loa
dias en que sdió de tierra de Egipto. Y acaecerá en
aquel dia, dice el Señor :me llamará!: Marido asw Y ts ...
derposari conmigo para siempre : y te desposard conmigo
en jwticia, y juicio, y en misericordia, y en'clemencia.
Y te derposard conmigo en fe. &c.

ARTICULO ULTIMO.
VRRSICULOS 18.
17
Y se airó el drayon contra la rnuger: y re fud6 hacer
guerra contra los otros de 8 U linage, que guardan los
mndamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jem-
cristo. Y se paró sobre la arenu de la mar t.
142. Este Gltimo euceso que anuncia aqui S. Juan, pa-
rece la consecuencia tambien última, 6 la resulta ñnal de
la vocacion y aeuncion de las reliquias de Jacob. No ha-
biendo el dragon podido impedir el parto de la muger, ni
tampoco devorarlo : no habiendo deepnes de esto podido

Ecce ego lactabo eam, et ducam eam in eolitudinem : et loquar


ad cor ejm. Et dabo ei vinitores ejus ex eodem loco, et vallem
Achor ad aperiendam epem : et canet ibi juxta diee juventutie suse,
et juxta dies ascenaionie euee de t e k Bgypti. Et ent in die illa,
a i t ~ ~ o m i n :u vocabit
s me : Vir metu: ...Et sponaabo te mihi in
sempiternum : et sponeabo te mihi in justitia, et judicio, et in mise-
ricordia, et in miserationibus. Et eponsabo te mihi in fide, &c.-
0;ee. ii, 14, 16, 16, 19, 20.
t Et iratue ent draco in mulierem : et abiit facere pmlium cum
reliquia de eemine ejue, qui custodiunt mandataDei, e t habent teati-
monium J e m C h i s t i Et atetit s u p arenam marb. -&. xii,
17.18.
898 LA V E N I D A D E L MBSIAS

conseguir entrada, ni audienaia en el tribunal del justo Jatm :


no habiendo podido resistir al príncipe grande S. Migriel,
que lo arrojó B la tierra con todos eaa ángelea : no habien-
do podido, en fin, despoea que fné vencido y m a j a d o B
la tierra, alcama B la moger que buia, ni por si, ni por
medio de aquel gran rio, que como otro Faraon arrojb de
en booa, con el$n de quefuese arrebatada & E4 corriente :
esto es: para hacerla volver B la servidumbre y cade-
nae de Egipto: diae el testo sagrado que se irritb hrictsa-
mente contra la m-, y quedó como abrasado y ardien-
do en vivas llnmae de furor : y se airó el dragon contra la
muger. Mas considerando, B pmar suyo, que aquel mal
era ya irremediable, y que el pájaro no solamente se le ha-
bia volado de entre las manos, sino que habia volado B
cierta soledad. para 61 ciertamente inaccesible (& la pre-
sencia & E4 serpiente) no quiso perder inhtilmente aquel
poco tiempo que le quedaba. Tomó, pues, para coneolarse
de algrin modo el úitimo partido y resolucion, que p d e
tomar un desesperado. Convirtió toda m indignncion, su
rabia y su furor contra lo que quedaba en la tierra, & SU
lirurge, que no puede ser obra cosa, sino las reliquias del
verdadero Cristianismo entre las gentes; pues espresa-
mente se dice: que estas reliquias, del linage de la muger,
contra quienes convierte el dragon todas su iras, son q u e
Alos que observan los mandamienta de Dios, y tienen el
testimonio de Jesucristo: y se fud 6 hacer g u a m contra
los otros de su linage, que guardan lw mandaaientor de
Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo : los cuales,
por la fe pura 6 incorrupta, son linage de Abrahan, y por
una couseouencia necesaria, ron del linage & aquella
rnuger.
143. Y veis aqui con esto m10 mudado todo el teatro 6
eepeoto presente de nuestra tierra. Veis aquí el ver-
dadero principio de la tribulacion anticristiana, de que &
támoa amenazados en todas las Eecrituras, y de que nos
hablan con tanta olaridad y con espreaiones tan vives, as5
los apóstoles como el Hijo de Dios, segun los evangelios.
BN GLORIA Y MAGBSTAD. 989
Veis aquí revelado, m d e s t o , perfeoto y consumado aquel
mismo misterio de iniquidad, que ya se comenzaba 4 obrar
aun en los tiempos de S. Pablo*. Del cual misterio de
iniquidad, ya revelado pbblicamente, sigue luego hablando
. S. Juan en todo el capitolo sigaiente, bajo la metafhra de
una bestia tertible con siete cabezaa y diea cuernos, y de
otra bestia aun mas terrible de dos solos cuernos, sema
jantes 4 los de un cordero; mas con vos 6 locuela de
drpgon. Todo lo cual se puede ver de nuevo y consi-
derar con mayor atenoion en el fenbmeno iii, desde el
parrafo iii, &'donde me remito por la presente para el per-
fecto cumplimiento de este fenómeno.
CONCLUSION.
144. Esto es, amigo y mAor mio, lo que juego en el
Señor, regun las santcu Ewrituras, sobre la verdadera ni-
teligencia del capitulo xii del Apocalipsis. , En esta inteli-
gencia, como acabais de ver, todo corre naturalmente sin
tropie~o,sin embarazo, sin artificio, sin violencia; y todo
corre segnn las Escntuias. Yo no niego, que me puedb en
esto engafiar, asi como en oíras muchas oosas, en que me
parece haber encontrado la verdad. S6 que soy, como to-
dos, hijo de Adán, y no tengo privilegio alguno, que poeda
eximirme de la pension general á todos los mortales. Por
tanto, me creo obligado á protestar, como lo hago sn usr-
dad, que todas las cosas que sobre esto he dicho, mi in-
teocio; no es &mar como una verdad, demostrada 6 de-
mostrable, sino solamente proponer y pedir. Proponer es-
tas cosas 4 la conaideracion de los shbios, y pedir instan-
temente consideracion, como que la juzgo infinitamente in-
teresante. Para lo cual me parece buena disposicion, qae
cualquier juea, annque sea el ingenio mas sublime, ponga
primero aparte toda pteocupacion, y procure quedar en una
plena y p e r f ' indiferencia para tomar 6 rechazar lo que

Nem myaierium jam openrtar iniqnihtb. -2 a¿ Tk.ii, 7.


41K) L A V B N I D A DBL MPBIAR
hallare 6 no, conforme á la verdad. Luego tomsndo en
las manos aquella fiel balanza, que llamámos sentido oo-
mun. pese en ella escropulosameate todo oste &tema. y
toda 18 inteligencia de la profecía que acabo de proponer;
y esta, no solamente en si misma, segun su peeo y vpbr
intrinseoo, ó segun los fnndamentos en que estriba, goe
son laa santas E8crituras; sino tambiin respecto de los
otros sistemas 6 inteligencias que hasta aora m hen ima
ginado. Hecho a t o , yo espero la sentencia, y estoy pcon-
tisimo á sujetarme á ella.
145. Si la mager que hemoe propuesto no es en h
realidad la misma de que habla la profecía (lo c d se de-
berá primero convencer con buenas razones) B lo mewr
parece ciertísimo, que todo cuanto dice esta profecia se de-
be verificar, segun otras muchas profecías, en esta miama
individua muger de que hemos hablado. Y si todo eao se
ha de verificar en ella en algun tiempo, segun lae Eaaritu-
ras, i qué razon puede haber para repugnar 6 dudar de
que sea ella misma ? No se puede negar, que mía ioteli
gencia no se conforma, antes repugna maaiktamente B
las ideas ordinarias: se pueden seguir de ellas muchas
consecuencias, no menos- legitimas- que desagradables.
Mas tampoco se puede negar, por mas que se d a w , que
esta misma inteligencia no repugna, antea se conforma
enteramente con todas las Escrituras del viejo y nuevo
Testamento.
146. Por estas Escrituras sabémos, lo primero: que las
naciones llamadas de Dios con tan grandes misericordias,
tienen sus tiempos fijos y precisos, setíalados ya en la pres-
ciencia divina, y en su altísima é inescmtable providencia;
los cuales tiempos de misericordia (segun dice B las mis-
mas naciones sil propio Apostol con la mayor formalidad y
olaridad posible), serán solamente para aquellos que perrna
nezcan en bondad ; dando como buenos ingertos en la bue-
na oliva, aquellos frutos buenos y abundantes, que se de-
ben esperar deepues de nn beneficio 6 de un cultivo tan
EN G L O R I A Y M A G I I T A D . N
estraodiiario; si pernanecieres en la bondad: de otra
manera se& tú tarnbien cortado*. La cual permanen-
d a en bondad ; esta es, en fa y en justicia, se nos aiiunaia
por otra parte, 6 por otras mií partes, que no se v e n f i d ,
como queda notado en va&' partea d e este escrito.
147. Sabemos, lo segundo. por las miemas Escrituiae;
qae las tribus de Jacob, arrojadas de su Dios con... ira, y
.
m..grande ináignaciont, y cantigedaa con tan gran' sere-
ndad, & herida de enemigo con cruel castigo$, tienen del
m i m o modo sus tiempos de eevendad y rigor, seííalados en
la presciencia y providencia admirable y altísima del mismo
Dios; los cuales tiempos, como predica el mismo Apostol,
serán precisamente aquellos.en que no dura* en las na-
ciones la bondad ; pues asl como estas consiguieron miseri-
cordia sin buscarla por la incredalidad de los Judios, asi
alternativamente la conseguirán los Judios : Porque Dios
todas Ias cosas encerr6 en incredulidad, para war con
todos de misericordia. 10 profundidad de las riquezas
de la. d i d u r í a y de la ciencia' de Dios ! iC w n incm-
p*eiaibles.son sus juicios, 6 impenetrables sw caminas§ !
la. Aara: -o la verdadera Iglema cristiana es oier-
tamente indefectible, y las puertas del injerno no preva-
Zccerán contra ellall, deberá Dios dar alguna providencia,
nueva y estraordinaria, ácia el fin de los tiempos de las
naciones, para que no falte del todo, aun cuandó se haya
resfriado la caridad, y apagado casi enteramente la lumbre
de la fe por la abundancia de la miquidada. i Qué provi-
dencia será a t a ? Loa doctores, llegando 4 esta es&
cbiira, y confesando el hecbo; aunque h mas no poder, pro-
* Si permanserie in bonitate : dioquin et tu excid&&.-A¿
Rom.xi, 22.
-
.1. In ira ...et in indignatione gmdi. Jerum. xxi, 6 , S , 37.
3 Plaga enim inimici ...caetigatione crudeli. -Jerem. xxx, 14.
5 Conclusit enim Deua omnia in incredulitate, ut omninm m i e s
reatur. i O altitudo divitiamm sapientis, et ecientiae Dei ! i q u h
-
incomprehenaibilia aunt judieia ejua, et investigabiles vim ejua !
Ad Rmn. d,32,33.
11 Et portm inferi non pmdebunt adverahe eam. -Mal. xvi, 18.
9 Mat. u i v .
TOMO 11. . 2 b
1109 LA VENIDA DBL MBBlAS
ouran no obstante llevar hasta el ña la idea fuvorabla Asi
d i , que lo verdadera Iglesia oiiatiaha en ios *pos
tembieu de la tribulacion del Anticiisto, ea oonservad en
aquellos poma 6 poquísimoe bles, que qmedarsui iwonap
tos, en medio de la g e n e d iniquidsd. Bk, esta eg aos
verdad, por . iconocida, que no puede negar quien cree
que la Iglesia es indefectible. i Como ha de eer indefd-
ble, ai en Jgnn tiempo faitan todos los hk, q . ~
d.r algunos que puedan eonstitairta? Quehrcin, pws,
alguna fieles, en quienea se oonservtuá la Iglesia baeta la
m i d a del BeKor, y estos serán indubitablemente (6 & d o s
6 muohos) loa que despues de la resnneooio~de bs -toa
aubiráa juntamente con el101 en úw nrbrr á recibir a
f i t o en €08 &-.t.. Todo esb, vuelvo 6 decir, es uoa
~ d d Mm . esta verdad, i es lo á n i o que hay q a f que
oonsidsrar? Fuera de esta verdad, ;no bay todawia otra
de meyor consideracion? i Por que se olvida, pes, sda
re& ? i Par qué se olvida, digo, la rommion, la m
oion. la wstitucion, la plenitud de los Jodios, tan cbua, tan
visibb, tan patente en todas ha Eocrituren? ;Por qeé se
deapreaian tanto estoa miserables? Veis aquí de paeo la
verdadera musa de la oscniidad, 6 mi prrreoer, de las Pro-
fetas: qmem decir, el desprecio de los Jndioe, el no q n e m
ünerlos d d d e r a c i o n , sino en las c o ~ a eqae lee aon m
traria(i, el olvidarlos absolntameds en las kvorables ; y no
okitante, can ellos todo se entiende, y sin elloe nada
149. La providencia, pues, que aegan las Escnhmm,
d a d el' Befior Scia el fin de los tiempos de las naciones
pan que M> fjrlte la Igleria, antes se aumente, se mejore,
me peñéoeione, y se dilate por toda la tierra, aerá la voca-
cion ten anunciada de las reliquias de I d I ; mí ecma
cuando f&lM Israel, 6 se negó casi todo al conoite del gnm
padre de familias, su providencia fiié llamar 4 lai, nacio-
nes : Porque como tambien vosotros en algun tiempo no
creisteie á Dios, y aora habeb alcanzado misericordia
por la incredulidud de ellos: Asi t d i s n atos... daaii-

27ieg. iv, 16.


-
üiimni ... cum Wis in nubibus b b d h Christo in hem 1 ad
zarán aM&cordM. Pw~ueDior tedar &S cm& en-
c e d en HrhsdulUlad, para war cxm iodor de -&a
dia* : la providencia será, mgun IMEecritnras, ingerir de
nuevo en la buena o h a sua nnnrs propias y natorala:
puss Dior es podsroso para ingeridos h nuevo. Porque
si tú fuiste cortado del d u r a 1 a c U , y m t r a (i6
tura has sido ingerido en Bwn olivo; j ovanto trcas
aquellos, qw ren n a t u r h , se& ingsrida en w prbpio
olivo t ?
1W. La ceguedad de I d l , prosigue el Aportol, es on
misterio, que no deben ignorar ni tampoco dvidar ias gen-
tes &timas: 6 qmenes el mismo Apostol dime: p r q w
no mwis sbbios an vosotros rnirnmS : el cuai misterio no
puede concluirse plenamente hasta que entre ia plenitod
de las genm que han de entrar (no cierta todos los lima-
dos, sino los escogidos) y entónces, cuando ya no se halle
quien quiera entrar, cuaudo los que estaban dentro ac
hayan salido fiera, cuando los que qaedaren m qaeden
por la mayor y maxima patte en verdadera bondad, &o.,
entó-, todo I s d se d v a r á , oano e s t 6 e m i t o ~ .EIt6n-
ces el misericordioeo y ommpotente Dios de naestrar padrm,
Ettsrrhá... su mano regunda oce para p e e r el r&o dr
su pueblo, que quedar6 da los M o r , y de *o, g (&
Fetres, y cle 1Wiópia, y de -9 y de km, y dr
U t , y de los i d a s Z h mar. Y &ara bo&a á &S
f i ~ c 2 ' ~ys ,congregará lw fugitivos d¿ IsrdI, y recojcrá:
los dispersos d i Judh de Zar cuatro p z a g ~de~ ka tierra[/.
Sieut enim aUquando et VOS aon crediditii Dco, nuoeauttm
misericordiam c o n e e d e8tb VOpter ~ñeiredPHtaamU ~ u m : Itr et
ieti ...mieericurdism conseq&tur. Concluit enim D e u amilis in
incredulitste, u t omnium mhcsem.-ld h. d,30,31, &?.
t Potens est enim Deua itsnun h t ~ ~ h r s.Nam ri tu cx n 4
turali excieun ee olewko, et cont8a a.tunm hiertue ea in bonam
olivam : ;q m t b magia u, qui secandbm nstunrm inserentnr S-
-
oiivee ? Ad h. ri, 23, .M.
-
1 Ut non eIds vobis ipis mpicmta. Ad h.si, 46.
6 Omnia L d l salm fiemt, eicut scriptum ait.- Ad h. xi, .B.
...
Ú Adjiciet secundb mmum s s m 8d possidendum reaiduum po-
2 ~ 2
'404 L A VENIDA DEL MBIIAB.
151. Entónoes llamad segada vez las mliqmas de
Abrahan, de Isaac y de Jacob, cnmplibndoles fielmente d
estos fidelisimoa siervos todas las promesas que lee hizo
aun con juramento: Har& osrdad con Jacob, con Abra-
han mirericordia : cono lo jurarte á nuestror pudra
desde loa dias antiguos+. Entónces mcará estas reliquias
preciosas de entre las naciones todas, donde él mismo las
tiene dispersas: lar conducirá en primer lagar, robre alar
de águilas ( 6 como robre dar de aguila) al desierto de
lar pu& ; con prodigios +es 6 mayores de los que
bis0 antiguamente para sacarlos de Egipto, y coducirlos
d la aoledad del monte Sinai : los lavará alií de t .m
iniquidades antiguas y naevari con ia sangre del Cordero :
los llenará de su espíritu : los renovará enteramente, segun
el h m b r s interior$: y obrará en ellos aquella perfecta
eentificaaion, y todas aquellas maravillas tan grandes, tin
nuevas y tan estraordinarias, que con tanta frecuencia y
claridad re encuentran en los profetas de Dios.
152. A todo esto parece que alude aquella vos qae se
oye del cielo, poco antes de ejeoutnrw la ilentencia que
acaba de darse en el Consejo estraordinario de Dios contra
la grande Babilonia : Salid de ella, p d l o rnio. para que
so tengaia parte en rus pecador, y que M, reciba& de sus
plagar. Porque 8748 pecado6 han lbgado ¡lata el cielo :
y .se ha acordado el & h r de a t u mahkuhg.
puli sui, quod relinquetur ab Aasyriis, et ab Egypto, et A Phetros,
e t nb Bthiopia, et ab Elam, et B Sennear, et ab Emath, et ab in-
euiii maris. Et levabit s b u m in nationea, et conpegabit profqm
hni9, et dispersos Jude miligit A quataor piqh teme.- Zm'. xi,
u,12.
t Debis veritatem Jacob, miserioordiam Abrahmu: qnae jPristi
-
patribus nostrin B diebus antiquis. Mich. vii, 20.
-
t Secundum interiorem hominem. Ad h. vU,22.
Q b i t e de ille, populus meus, ut ne participen eitis delictornm
ejus, et de plagia ejus non accipiatis. Quoniam peroeoeniirt pec-
ato ejus asque d ealum, ct reconlatua wt DOmklua ~~
-
~ I U . d,
4,6.
FENOMENO IX.

EL TABERNACULO D E DAVID.

168. AcasA~oede oberpar la gran sefiai del capitiilo


xü del Apocaiipsis con todos sus misterios. E n esta
observacion hemos visto Ilamadu, iluminada y congregada
con granda pisdadeu, 4 la' antigua esposa de Dios con
todaa sus reliquias, y conduoida 4 la soledad despues de
ea parto, lleno de peligros y angustias, sobre dos Blas de
Bguila grande, asl como sucedió antiguamente en los diaa
de su juventud. Hemos notado de paso en esta observa-
cion algunas profecías que se enderezan visiblemente B
este mismo suceso : aquellas con especialidad que hablan
con alueion espreso y clara 4 la salida de Egipto, d paso
milagroso del mar Rojo, y B la soledad del monte Slnai de
esta misma célebro muger. En suma, habiéndola seguido
...
hasta la soledad, 6 su lugar aparejado ds Dio*, la de#-
mos alli retirada y segura & la presencia de & serpiente,
libre de toda diitraccion, y ocupada enteramente en nu-
trirse con aquel pasto espiritual que Dioa le ha preparado,
y de que tiene una estrema necesidad, p a r a que allí la
alimentasen mil doscientos y sesenta dias. Ocupada,
digo, en oir la lengua erudita, 6 la doctrina y ensefianza
de sus conductores y pastores, y juntamente en oir lo que
Dios le habla ai mrazon; y por consiguiente, en afectos
de verdadera penitencia, de agradecimiento, de amor, y de
continuo y amarguísimo llanto: y todo esto mientras 10
restante de la tierra se abrasa en aquel fuego 6 peste
voracísima que tiene por nombre, segun S. Pablo, *tu-
406 LA V E N I D A DBL* MESIAS
ría * : segun S. Juan, todo espiritu, que divide J t s w t :
.
eegun Isaiae, oscuridad.. y tinieblas. Porque k aquí
q w laa tiniebla (el anticri9tianismo segon otro nombre
mae obvio y m w vulgar) cubrirán la tierra, y la oscuridad
lor pueblos: nwm robre tí (se le dice y anuncia 6 esta
miama muger) nacerá el Señor, y ru gloria re verá
6n t i $ .
Ih aqwl dia, dice el Ssñor, reunir4 a q w b que ar-
jeaba: y recojerd tí aquella que Wia dssechado, y a$&
&: Y reservar&para nsiduoa á kr qua q * d a: y la
pera aivida, para f m r u n p M o mblldto 5.
H .aquí yo matar4 á toda aqwUou, que te
en aquel tiempo: y s d v d 6 & que cojeaba: y r6c+rd
aquella que M M sido darechada : y lor ptmdrd por lom,
y por renombre en toda la tierra & la m f 6 de
ellos # .
154. S i deseais aora saber para que ñn primario y prin-
cipal congregará Dios en aquel dita, esta muger claudi-
eaate. que liabia derechado y ajeijulo, lo podeia aaber, le-
yendo las pelabraa que rigden inmediatamente en el testo
&e Miqueas : y reinar& el S&r sobre eellor m d -te
de Sión, d d a r a y h t a en el siglo. De modo que
congregará Dioe B la olaudicante. oon todss s u reliquias,
para reinar sobre ellaa en el monte Sibn, desde entDnces

Discessio-2 ad mes. ii, 3.


t Omnis spiritua, qui solvit Jesum.- 1 Joan. iv, 3.
f C d g o ...et knebrae. Quia ecce tenebm operient terram, et
'caiiio popnlos : super te autern orietur Dominue, et gloria ejua in
-
te videbitur. Itai Ix,2.
In die illa, dicit Dominua, congregebo claudieontem : et eam,
qwun qjecerem, col+, et quam aíüixeram : Bt paium claudicau-
tem in reliquian : et eam, que iaboraverat, in genkm roburtam -
Mich. iv, 6, 7.
(1 Ecce ego interficiam omnea. qui aíüixemt te in tempore iiio .
et salvabo claudicantem: et eam, qna ejecta heret, congregaba : et
ponam eoa in Isudem, et in nomen in omni tema confhsionia eorum,
&c.-Sophon. iii, 19.
huta en el +lo ; pues be& esta coogregaaiw, ahade,
vendrá la potestad primera, p el reiuo de la hija de Jeruaa-
k n *. Mas todo &O i qué s*i ? i sentido puede
tener I A mí me parece que todo esto no time otro aenticto
que el obvio p mtural, atendido el teilto oan todo su oon-
teato ; pues solo eo este sentido es conforme B lo profécía,
con tantee otras que anuncian lo mismo oon diversari pala-
bras. & parece, digo, que con esta moger claudioante,
aqawUa qw DiOl Wia dsruaIudo y @$ido, JT con todas
aas reliquias preciosas, s e W en la Gente oon el sello de
Dios vifa, i ...
congrepdar sn aquel dia coro granda
p i d d m , se va luego d preparar el tabernáculo 6 el solio
de David, que oayó, y de a y a emaion y rtaedifiaacion
estable y permanente nos hablan tanto laa santas Esori-
turas.

NODO DE DISCURRIR SOBRE ESTE ASUNTO EN EL SISTKNA


ORDINARIO.

DIROURSO PREVIO.

155. El tabernhculo de David 6 au solio (se puede decir


6 se dice conhdamente) cayb mas de dos mil afios ha de
aquella altura en que Dios mismo lo habia colocado. No
solo cayb por su propio peso, como caen todas las cosas
frágiles y corruptibles de nuestro mundo, sino tambien, ' y
mucho mas, por la iniquidad 6 ingratitud de los reyes sus
succesores, que se seotaroo en el mismo solio ; pues escep-
tuando dos ó tres, todos los demaa fueron pecadores :
Eecepto David, y Ezequíos, y J o s h todos cometieron
pecado .t. Por lo cual el Dios de sus padres, con indig-
nacion, y con grande ira$, no solamente depuso del so&
de David, y desheredó para siempre á todoq sus hijos y
-
Et veniec potestan prima, regnnm filise Jeniaalem. Mich.
iv, 0.
Prrdcr DavId, et ,Egeehiam, et Josiam, omnes peccatum com-
-
mieerunt. Eccli. x l i , 6.
-
1 In indignatione, et in ira grandi. Jerem. n i , 6.
é08 LA VENIDA DEL M B S I A U
demmdieeter, nino que al mismo solio le di6 un h p m b
violentísimo crontra la tierra por medio de Nabucodonoaór :
lo qaebrantó, lo demenuz6, y lo redojo B polvo y cemEq
oomo si h u b i pronunciado cozitra él aquella terrible sen-
tenaia : polvo era, y en polvo te convertir6s*. El miama
David, hablando con Dios en el salmo kxxvüi, despues de
hacerle p m u t e a mn prome-, que en este asunto le habia
heaho aun con juramento, le dice no obstante estas profé-
ticas palabrsll : Mars tú desechaste, y dsspreciaats : de-
jarste & tu Cristo. Hars vokado la c r l h & tu s k :
ha8 echado por tierra: ni SanduM.io. (O su co-,
aomo lee Pagnini; y la pnráfcsllis Caldea, #u awom,
rw &do r d u t e contra la tierra t.) Y es aaí
verdad, que el golpe qw di6 aontra la tierra el brber-
' náculo 6 solio de David, fub tan terrible por la videncia
con que aayó, que deade Nabuwdonosór hasta el di pre-
sente no se ha podido levantar, ni hay apariencia ni espe-
ranza alguna de que pueda levantarse jarnas. Parece uua
pieea no solo quebrantada y desmenuzada, sino perfecta-
mente aniqniloda.
156. Es verdad (prosiguen diciendo, pues no es p o d i e
disimularlo todo) es verdad, que mucbas profecías anuncian
clara y espresamente, la reediñcacion y ereccion del mismo
tabernáculo 6 solio de David, que caj-6 y ee arraiob del
todo Bcia los principios del primer imperio ; mas eetne pro-
fecíaa, afiaden, no deben ni pueden entenderse, sino en
sentido espiritual : y en este sentido verdadero y finico, ya
todas se han verificado y se e s h actualmente v e r b d o
en la Iglesia presente, la cual es el verdadero tabernáculo
de David, 6 su verdadero solio donde se sienta y reina
eepirituslmonte el hijo de David, Cristo Jesns, &a. P d -
ceme que he resumido fielmente en pocas palabras todo el

Pulvis ae, et in pdverem revertfi. -Cm. iii, 19.


f Tu verb repulisti, et despexisti: distulisti Christam tum.
Evertisti testamentum servi tui : pmfuisati in t e m Smctauinm
ejua. [Seu dindemam ejus ; eomnsm ejaa, et d e m rjm En terrsm
-
collisiid.] Pa.lurviii, 39,40.
modo de discurrir, y todo el &aurm ordinario de los doo-
toree, auí intérpretes como teólogos, en el asunto de que
trrit8rnos.
157. De manera, digo yo, que segun este modo de dia-
currir, el tabernáculo 6 solio de David (de que hablan las
Escrituras, ya en contra, ya tambien en favor) tiene 6 debe
tener dos sentidos, 6 dos aspectos infinitamente diversos
entre si. Uno puramente material ; otro puramente espiri-
tual ; uno para recibir oastigos y plagas ; otro para recibir
favores.y misericordias : uno para caer, para quebrantarse
y desmenuzarse ; otro para levantarse despuea de la caida,
entero y. sano : uno, en S,- para morir ; y otro iofinita-
mente diverso para resucitar. hi,aunque las profeciae
anuncian aon tala formalidad y claridad posible, que aquel
miamo solio de David, caido, muerto, sepultado y conver-
tido en polvo, resucitará algun dia, y se levantará del polvo
de la tierra, que se levantará de nuevo sobre las ruinas de
todos los otros solios de la tierra ; que se levantará de un
modo incorruptible y eterno, &c. ; mas esto no será, dicen,
ni podrá ser segun su primer sentido 6 aspecto material ;
sino solamente segun el segando sentido 6 aspecto espiri-
tual, verdadero y fínioo. En fin,el tabernáculo 6 solio de
David resucitará, y se levantará otra vez, segun las Esari-
turas ; mas no en aquel sentido en que cayó y murió, sino
en otro sentido perfectísimo en que no ha caido ni muerto
jamas.
158. Yo estoy muy lejos de oponerme h este sentido 6
aspecto espiritual. Lo que aqui so dice 6 se quiere decir,
yo tambien lo digo, lo creo y lo confieso como una verdad.
No hay duda que la Iglesia presente se puede llamar en
cierto sentido, un reino, un tabernhculo, un solio, donde
reina espiritualmente Jesucristo, por la fe de los creyentar,
6 donde reina la verdadera fe, y tambien la verdadera
justicia; mas estas palabras, reino, tabernáculo, solio,
&c. hablando de la Iglesia presente, son unas palabras no
propias, sino visiblemente prestada. Se usa de ellas ceo
propiedad, mas con propiedad tomada de la semejanza, y
410 LA V B N I D A DEL n u a I A 8

que eiitá en Li mmejaica d m i , ao ea k ama. De este


modo deoia S. Pablo con verdad y propiedad : w i d la
mwrte desde Adan hasta Moirés *. De este modo deci-
mos oon vedad, que eo una gran parte del mundo reina
U o m a 6 el Mahometismo, por la fe, aunque faloa y
errónea, de loe que lo oreen y sigaen ea doctrina. En
otra parte no menoe graode reina k idoiatla, en otia la
berajla, en otra la tiloeoh, eo otro la barbarie, &c. Y en
este miamo sentido es oiertísimo que en otra gran parte dei
mando reina el verdadero Cristianismo, qae aonstitoye la
verdadera Iglesia de Criato, y por consigaiente r e k el
mimo Cristo espiritdmerite, por kr fe & lor c r e y d a r ,
espboialmente sobre aqaelloa qae t h una fe &a
158. Mae oon ente m10 mntido +ritual, aunque ver-
Memo, j será posible V ~ plenamente
W l.s p m h h ?~
j La Jgieaia prcmnte ee en realidad aquel mismo k,
tpbernáculo 6 mlio de David, qoe fue deitniido entera
-te por Nribudonosor, que desde entónces hasta aora
ertá sepaltado en el olvido, y B quien anuncian los Pdétas
dg Dios su resurreocion, su emccion, su reedificacion
sblide y etema 1 Mirad, sefior, no os equiroquel : w q a e
rais reducir por fuerza á una mla idea, doe idean tan di--
sae entre si. La Igleeia pregente ea un cuerpo moral y
mímico, de quien Cristo mismo ei la verdadera mbesa, en
quien es el eoberano Pontíñce. el sumo Sacerdote, el Iiíp-
cipe de loa pastores, el Maestro, el Abogado para ooa e1
Padre, la 1115, el oamino, la verdad, vida, la propiciaclon,
ia redeaaion, &o. Toda estos nombm ieemoa frecuente-
menta en los escritos de los a p o d e s , y nunaa el nombre
de Bsy temporal 6 de la tierre, nino ea la entrada trina-
fruite de b a ramos, con las aclamacioaes del pueblo, que
pedo se oanvirtiemn en gritos de rebelion y blosf&
centra el rey de I d l , pidiéndolo para ia muerte, y pro-
terbndo : No terlau>s rey, S& ¿ Ciar
i +. Pero en el
Apooalipsis, ouando ya viene del cielo B la tierra en gloria
Regnevit inors ab Adam usque ad Moyeen. -Ad h. v, 14.
t -
Non hrbcmus regem, nisi Caesarem. Jean. xix, 16.
J megsetad, e d h c e s ya trae en ra tmetidura, g en 8s
mude e m i t o t Rey de reyas, y S&r de scfiorea *,
y por
tal aerá reoonodo del nnivereo.
160. Es, paes, Jeeocnsto, como aohraoo Pontífioe y
mmo Sacerdote. la verdadera &ea de la Iglesia ; mae
aabeza del todo invisible eu sí mima, y solo vieible eu ei
vioario, uaceeor legítimo de S. Pedro, que el miamo Se-
ñor dejó en su lagar, cron tdaa h a llares, y aon toda nas
reoes y autoridad. Aora : i ea lo mismo ser roberrroo pom
t&e, cabesa vieible 6 invisible de un onerpo m d . y
d & o , que ser rey de este mismo cuerpo? ;NO hay a ¡
-
guna diferencia grande y notable, aun dentro del cuerpo
místico de la Iglesia, entre el eacerdooio y el imperio?
j Es lo miirno ser ea la Iglesia de Cristo sumo ucerdote,
eupremo pastor, mberano pontílce, cabena visible 6 inriei-
ble, h.,que ser rey 6 monawa ? Todos los crt6licoa sree-
moe y confeaámos como una verdad indubitable, qpe el
obispo de Roma, oomo aaocesm legitimo de S. Pedro, ee
el vioario de Cristo, es el eumo sacerdote, el soberano pon-
tí6ce, el supremo pastor ; por aonsigniente, es el superior
y la cabesa viaible del cuerpo mistico de Crieto, que en la
Igleeia; mas ningnn catblico cree, 4 lo menos en estos
tiempos, mmo ni en los mete G ocho primem rigloe, que
aea rey 6 monaroa temporal de la misma Iglesia, ni que en
potestad sea hui sin bites, que ab estienda indiferente
meate 4 todo, asi espiritual como civil. Lo espiritual too~
privademente al sacerdocio, umdo estrecbomente con so
mbesa vieible é invisible. Lo eivil (y el sacerdocio miamo
en lo que es civil) tooa al imperio, al rey, al príncipe, 6 á
la potestad secular. Ad como toda la potestad espiritar1
qae hay en la verdadere Iglesia viene de Dioe, así rime
de Dioe toda la dril que hay en el mundo: forqw no
hay potestad, sino & Dim : y las qlce uon, de Dios ran
ordsnadm 't.. Si tal re5 se ha abusado de la una, tambien
III veatimento, et in femore suo scriptum : Rex regum, et Do-
-
minus dominantium. Apm. x u , 16.
9 Non est enim potestas nisi B Deo : q u e autem sunt, h Deo
-
ordinata sunt. Ad Rom. xiii, 1.
se ha abusado igualmente de la otra, y no bop que iorani-
llame ; paes eon efectos propios y natpralea de la enferme-
dad del hoqbre, en cuya8 manos ha puerto Dios arl la u n
como la otra poteetad. Para todos los accidentes posiBlt9
m nos ha dejado este remedio únim, pero inhlihle ; Cor,
vuestra paciencia po~crdisvwstrm alnuu*. Esta eri la
idea clara y segurísima que nos dan los Evangeiion ; y ooo-
forme 4 ellos, toda la Qctrina de los Apóstoles. aal eaorita
por ellos mismos, como conseirada en la iglesia por una
tradicion y práctica de muchos siglos, constante, unifonae
y universal. El querer salir de aquí, es querer confundir
les ideas mas claras-
181. Dei reino, pues, del tabernáoulo, del dlio del ssb
h rey David, que cayó del todo, y m redujo 4 polvo
deade los principios del primer imperio, de este h o
anuncian los Profetas de Dios, qae algun dia se levantará
de nuevo en la persona del Mesias, hijo de Darid, segun b
cama. Mas este reino, este tabernáculo, este trono, este
sblio (que de estos cuatro nombres usan loa Profetas) i era
acaso algun reino puiameiite espiritual ? j Era acaso el
*abernároolo de la religion, 6 el &lio del sumo sacerdote ?
Cierto que no. El sumo sacerdaoio pertenecía, por insti-
tucion divina, B la tribu de Levi y familia de h 6 n ;
no B la tribu de JudB y familia de David: en la cual
tribu (dice S. Pablo) nada habló Mobds tomate
á lor sacerdotes+. ER verdad que el mismo Apostd
aííade en el lugar citado, que el sumo sacerdocio se tras-
1 4 6 4 Cristo, y en Cristo se &m6 para siempre; m ~ s
tambien es verdad, que no se i e l a d 6 B Crieto por hijo de
David, B quien el sumo sacerdocio no pertenecía de modo
alguno, ni tampoco por hijo de Aarón, aunque realmente
descendiente de Aar6n por alguna iínea: pues como ob-
serva el mismo S. Pablo, el sumo sacerdocio de Cristo no
es, segun el órdsn de Aarón, (mucho monos segun el órden
In patientis vea- poesidebitb a n i m ~ventrae. -lwc. u i ,
19.
t In quii tribu nibid de saeerdotibus Muym lociitui mt. -Ad
H e h . vii, 14.
BN GLORIA Y MABYOTAD. 418
do David) rino segun el órden de MrlquusdBc. Se tras-
lad6, puea, B Cristo el sumo sacerdooio, y en Bl se añm6
para eiempre, ániaamenta por voluntad espresa de Dios.
que así se lo tenia prometido y jurado en el salmo cx.
Juró el Señor,y no se arrepentirá: Tú eres Sacérdote
etermmente segun el 6rden de Melquissdéc*: (Eato
es, afiade S. Pablo) 6 semqjanza & Melquissdéc se levanta
otro sacerdote, el cual no fue hecho segun la ley del maa-
&miento carnal, sino M 9 U ñ la virtud & vida inmortalt.
162. En suma, es ciertísimo que ni el sacerdocio de
Aadn, ni el de Melqnised4o pertenecian h David: luego
ni el uno ni el otro se pueden llamar el reino, el taberná-
onlo, 6 el sblio de David. Luego el saoerdocio eterno
que se puso en la persona de Cristo. y que aora egercita
en la -Iglesia presente, que llaman reino espiritual de Cris-
to, no puede ser el reino, el tabernáoulo 6 sblio de David,
de quo hablan las profeolas. que cayó y se disolvi6 ente-
ramente mas de dos mil afios ha ; no puede haberse veri-
ficado en un reino, tabernáculo 6 Alío puramente espi-
ritual, en que David no tuvo parte alguna; pues este
tabernáculo 6 sólio espiritual no es otra cosa en realidad
que el sumo eacerdocio de Cristo.
163. i QuB dijeran do mi, si, imitando el modo de di+
onrrir de los doctores, dijese de David mismo. lo que aqnl
dicen de su tabernhculo ? Si me atreviese, digo, á avanzar
a t a proposicion : el santo rey David cayó, murió, fué s e
pultado, se convirtió en polvo, h.; y aunque es de fe di-
vina por las Escrituras, que ha de resuoitar (si acaso no ha
ieeaoitado ya) mas esta resurreccion ya está verificada ple-
namente, ni hay que esperar otra cosa. i Como ? IEapiri-
tualmente. i Cuando ? Cuando el Mealas su hijo recibió
el sumo siioerdocio, segun el br&n & Melquissdéc, 6 .
I

Jurmvit Duminus, et non pcenitebit eum: tu e8 iacerdoa in


reternum secnndhm ordinem Melchieedeeh. -PI.CX, 4.
[Id eit] si secundilm simitudinem Melchisedech m k t .lim
ruerdos, qui non iscundiun legem mmdati carnaiia factw a t , ued
-
necundbm virtutem vitae inlolubilia, &c. Ad Hsb. vi¡, 16, 16.
iambien cuando el alma d e David ~ a b bdel Limbo. y fa6
glorificada con Cristo el d a de la remmceion del Sefior,
%E.Si este modo de discurrir p a d e r e iusuíkible en loa
prinoipios fundameatalea del Cristianismo, se p o d e facil-
mente aplicot la semejanaa, no digo en todo, aino en el ,
1
punto particuiar y preciso en que está b controversia.
164. Si esta aemejansa n o ' p m tan jaita, puede afia-
dime esta otra pare mayor claridad. 8. Pedm en en
segunda epiatda, hablando de su m m a muerte, les dice
b loe Cristianos estas paiabm : Porque tengo por cosa
j w t a , misritras qw ertoy en esjs tabernáculo, de escitaros I

oori amonmtaciorrer: M a n d o cierto de que luego tcirgo 1


de abjar mi tabernklo, segun que tambien me lo Aa 1
Bado á entender nuartro S& Jssueristo*. Aora: el '
tabernhulo de S. Pedro, qne cuando esto eadbia estaim
ya muy cerca de caei, efectivameata cayó, fa6 sepultado,
se disolvió y convirtii, en polvo : no obstante, todos sabé-
mos y oomo Cristianos creernos y eaperámos, que el mismo
tabernámlo de S. Pedro, de que kl mismo habla en -te
lugar, ha de resucitar algun dia, y se ha de levmniar
entero del polvo de la tierra en que yace; mas esto no
debe ni puede entenderme materialmente, sino en otro
sentido mebf3rioo y espiritual : y en este sentido verda-
dero y Iinico ya esto se ha veriíjcado, y se eatá verificando
muchoe siglos ha. 1 Donde, y como? No solamente en ei
templo magnifioo del Vatieano, sino en teda la unhemal
Iglesia. que se puede muy bien mirar mmo nn tabedculo
de S. Pedro, donde es venerado y honrado de todorr los
Mes, oomo que ee el Vicario de Crhto, 4 qnien se dijeron
inmediatamente a q d l a s palabras: tú eres Pedro, y S&
esta piedra edijictarC mi Iglasia t. Siendo erte el verda-
Justum autem arbitror quamdiu eum in hoc t a b e m d , a u -
aitsn vw in eommonitione : Certaii qnbd velox mt deposito tpber-
n d mei, secundum quod s( Dominas mater Jeinr Chrirtor s i g n t
-
6tmit Wii. Pet. i, 13, 14.
t Tu er P-, a mpa Lr peimm mdi6c~beEcdertmm m .
- Mar. mi, u.
dep.0y í k a s e ~ t i d ode le nsmeaciaa y ereocion &4
tabernáab de S. Pedro, pcapó en tiempo de Nerón,
no tenémoa que esperar otra reaarreeoion y ereacion
msterial del mismo tabernácuio de S. Pedro ;'y el príncipe
de los apótiiblq deberá oontentaree con esto mlo.
165. Yo no pretendo que eetas mmejanzas 6 paridadea
corran en iodo; me b t a que corran en el punto parti-
cular y preciso, sobre que dispntemcM. Así mmo nos
dicen laa santas Enoriturau, que el tabarn8orilo de S. Pedro,
de que bl mismo habla, aunque cmido, disuelto y hecho
polvo d d e el imperio de Neróo, se levantará algan d i
del polvo, que se levantará el mismo que cayó y no otro,
que se levantará de un modo m- perfeoto, y para no
volver B caer jamas, &c. : aní nos dicen las mismas EacB
turas con la misma claridad, que el tabeni8calo de David,
de que vamos hablando, esto es, su reino, su trono, su
s6lio caido, destruido y oonvertido en polvo desde el im-
perio de Nabucodonosór, se levantará tambien algun dia,
qae se levantará 61 mismo y no otro, que se levantar8 de
an modo perfeotiaimo, incorruptible y eterno. Aora: ea
ciertiaimo, segun las Escritoras, que el tabernhcolo de S.
Pedro se ha de levantar a l p di de la tierra, no en sen-
tido metafbrico y espiritual, sino en sentido propio, ñaico y
real: loego bien podbmoe aeeguwr lo mismo del taber-
nácalo 6 solio de David; pues el mimo eepintu da verdad,
que promete en general lo primero, promete tambien en
particnlar esto segando : J3n aquel dia (se dice por ejemplo
en Amós): E n aqwl dM levuntard el tabermículo ds
David, que cayó : y reparar6 los portilla da au murw,
y reparard lo que habia mido :y lo rsedi$card coino en
las diar antigsrbs*.
166. Mas estes y OFMprofecías semejantes de que ha-
blarémos mas adelhnte, jpor qa6 se echan á otros seutidos
puramente eepirituaies ? iPor qn8 se pretenden verificar
con una violencia tan visible en el sacerdocio, 6 reino espiri-
In die ille smeitabo tabenisculum David, qnod neidft : et
r w d i h b o aperriim mumram Jus, et ea que eorraeraat, instan-
-
rabo : et resedicabo ilhd efcut in d i e h end<piis. k m .ix, i 1
416 LA VBNIDA DBL MBSIAS
tuai de Cristo, que es la Igleria presente, cuando ente que
llaman reino espmkial de Cristo no tiene conexion alguna,
ni la man mlnima ielacion con el tabernhulo 6 reioo, 6
d i o de David que cayó? i Por qub no m reciben, d i ,
estas profecías, como se hallan escritas, en su propio y natu-
rol sentido? i Acam porque así recibidas, se recibe junto
con ellas algun error claro y manifiesto? Asi p m que se
tira B insinuar, poco he dicho, mi m tira h persuadir,
aunque muy de prisa, y mas suponiendo que probando.
Mas era necesario mostrar para esto alguna verdad.
clara y m d e s t a , é incomp&ble con 10- que tienen,
y quieren que se tenga por error, lo cual ni se ba-
ce, ni es posible hacer. Si fuese de a l p n modo posible,
ya lo hubieran hecho sin duda alguna. i Acaso porque en
este sentido propio y natural, la cosa es absolutam-te im-
posible ! Muéstrese, pues,estaabsoluta imposibilidad: mués
b e en ello alguna repugnancia 6 mntradicion. i Acaw m-
lamente, porque tomadas dichas profecías en su sentido pm-
pio y natural, se concibe dificilmente, 6 no se concibe de
modo alguno como puedan verificarse? Leve fundamento
' por cierto. y sumamente leve y levlsimo, respecto de aquellos
mimos que creen tantas otras cosas, infinitamente supeno-
res 4 la inteligencia del hombre en el estado presente. Si
este fundameñto fuera siquiera tolerable, con &te aoio que-
daban duefios del campo los filósofos de nuestro sigio, y les
poniamos en las manos las armas maa tembles para vem-
cernos y aniquilarnos : mas léase lo que advierte Jeremías :
He aquí que yo soy el Sehr Dios de toda carne :i p i w
hay cosa alguna d g c i l para mi* ? Y por Zacarías, ha-
blando de estas mismas cosas, dice el Sefior: Si parecerá
cosa dijcil en aquel tiempo á loa ojos de las rdiquicu de
este pueblo, ,j acaso será dijicil & mis ojos+ ? ...
167. i Será dificil 6 Dios el cumplir Belmente su pala-
bra, sin buscar otroa sentidos ú otros efugios, indignos de
&ce ego Dominus Deua univeniae carnis : i numquid mihi dif-
-
ficüe ent omae verbum? Jerem. xxxii, 27.
t. Si videbitur d%cile in oculii reliquiarum populi huju in diebui
-
iilis, i numquid in ocuiie meia difficile erit? Za&rdriii, 6.
BN GLORIA Y MABESTAD. 417
su inikiita grandeza y de su suma veracidad ? i No le oum-
pli6 ñelmente á nuestro padre Abrahan en su propio y
tural sentido, aquella c4lebw promesa: Sara tu mugm te
parirá un heo+ ? Promesa que hizo reir, aunque no dudar
al justo Abrahan, que ya contaba cema de cien afios, y tí
Sara que ya contaba cerca de noventa. 2 Acaso p i e r n a
(decia Heno de una verdadera devooion y simplicidad) Acmo
p b a , que de hombre de cien años nacerá hijo ? y Sara
& noventa años ha ds p a r i r + ? 2 No le cumplib fielmente
4 Zacaríaa, padre de S. Juan, una promesa del todo se-
mejante : Tu muger Elisabet te parirá un hijo$? ¿ No le
cumplib fielmente á lo eaniísima Virgen Mafia aquella pro-
mesa inaudita: H e q u f , concebirás en t u seno, y parir&
un hwo ...E2 Espíritu Santo vendrá sobre tí, y te har6
sombra la virtud del Altísimo$? ¿NOnos ha cumpli-
do, en suma, á todos los creyentes aquella promesa admi-
.. .
,rabio, inefable, incomprensible : . .. mi carne verdade-
ramente es comida ; y mi sangre verdaderamente es bebi-
da. El que cmne mi carne, y bebe mi sangre, en mí tno-
..
ra, y yo en &l. así tambien el que me come, 41 mismo ui-
virá p o r mil ?
168. Pues si estas y tantas otws promesas que ha he-
cho Dios á sus siervos y amigos, las ha cumplido fidelí-
simamemte, segun la letra, en aquel mismo sentido, obvio,
propio y natural en que ha hablado, ¿por qué razon no
podrémos 6 no deberémos creer, que oumplirh del miamo
modo lo que tiene prometido al tabernhculo, al sblio del
-
Sara uxor tna pariet tibi filium. Gen. xvii, 19.
t j Putasne centenario nascetur filius ? jet Sare nonagenaria p k
-
riet? Gen. xvii, 17.
-
f Uxor t u s Elizabeth psriet tibi filiam. LUC. i, 13.
...
5 Ecce concipies in utero, et psries ñiium Spiritus S.octiuir su-
pmeuiet in te, et &ni AiLissimi obnmbrabit tihi.-luc. i, 31,
36.
11 Caro enim mea verk est cibus : et sanguis mene ve& est pohui.
Qnimanducat meam mrnem, et bibit meum eonguinem, in me manet,
... -
et ego in illo qni m~ndueatme, et i p e vivet propter me. J w . vi,
66,btJ s.
TOMO 11. 2 E
418 ' LA VBNIDA DBL ME81A8

santo rey David, que cayó? Mas dejando esta disputa, en


que tal ver nos hemos detenido mas de lo que era ne-
-- cesario, vengbos ya 4 la observacion atenta y fiel de lo
que sobre esto hallámos en las santas Escrituras.

SE CONSIDERA EL PRIMER CONCILIO DE LA IGLESLA


CRISTlANA.

169. Por el cap. xv de las Actaa de los Apbstoies te-


nemos noticias baetmte individuales del pximer concilio de
la Iglesia, de Ia canse 6 motivo poryue se congregb, del
modo con que se celebró, de lo que en 61 se defini6, &c.
Lo que di6 masion 4 aquel primer concilio, dice S. Laca,
fué la pretension estravagante, y empeóo declarado de algu-
nos doctores judios, ya cristianos ; los cuales, con buena in-
tencion y con gran celo, mas no segun la ciencia. per-
turbaban no poco el ministerio de S. Pablo y de S. Ber-
nabé entre las gentes, diciendo á estas : Si no os circunci-
dais segun el rito de Moisés, no podais ser salvos*. Lo
peor de todo era, que esta preteneion ndicula la aproba-
ban y sostenian en Jerusalén misma (esto es, en la &e
6 centro que entónces era de la Iglesia cristiana) otros mn-
chos doctores, tambien cristianos, de la secta de los F M -
sdar que habian creidot, los cuales eran de sentir, y lo
decian pbblicamente : Que era necsrario que elloa f w e n
circuncidados (los gentiles que creian), y que se les d-
re tambien guardar ¡a ley de M o w é s ~ . Como ni los
Apbstoles, ni los otros discipulos, ni los mas de los ifie
res 6 presbfteros de la igleaia & Jerusai6n apmbabak aqne-
lla pretension verdadecanlente durisima, y conocidamente
inntiiísima, determinaron,. en ñn, juntarse todos en pleno
Qnis nini cllcnmcidamii secundh morem Moyni, non pdeida
sald.-Act. xv, 1. 8 .

.t De haeresi Phuiiaeomm, qui ondidemu- A: m, 6.


-
f Quin oportet cirenmcidi soi a prmipm q q u e se=.
Mopi. Id. ib.
1-m
EN GLORIA Y IYAQEITAD. 4m
concilio para examinar, resolver y establecer lo que so-
bre este asuato les dictase el Espíritu Santo : Yse congre-
garon los Apóstoles y presbfterospara t r a t a r & esta con-
troveraia *.
170. Habiendo precedido varias altercaciones y diipu-
taa, sin concluirse nada por aquella via, se levantó
8. Pedro lleno del Espíritu Santo ; y callando todos, habló
en favor de las gentes*, haciendo en sustancia este sim-
ple y admirable diecnnio.
17i'. "A los que han creido hasta aora de las gentes,
sin haberse circuncidado, ni pensado en la ley de Moisés,
les ha dado Dios el EspGito Santo, como 4 los que hemos
creido de la circuncisiin, y no ha habido en esti difemn-
cia alguna sustancia1 entre ellos y nosotros; pues Dios
que conoce los corazones, loa ha purificado por la fe, asi
como 4 nosotros : luego la circoncision y las otras obser..
vancias pnkmente legales, no pueden ser necesarias pars
la salud; puesvemos que Dios no ha hecho caso de es-
tas cosas, sino que ha mirado, así en la circancision c e
mo en el prepucio, solamente la fe : luego será una teme-
ridad 6 un tentar 4 Dios, el querer poner sobre las cer-
vices de los nuevos discípulos un yugo durísimo, que ni
nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar. "Y Dios
que conoce lor corazones (este es el testo 4 la letra), di6
testimonio, dándoles 6 ellos tarnbien el Espíritu Santo, co-
mo á nosolrus. Y no AKO diferencia entre nosotros y ellos,
habiendo purijcado con <fe ws corazones. i Aora pues
p o r pud tentais 6 Dios,poniendo
,. r,njugo sobis $as ct?riices
de los discípulos, que ni,ay,ytrosga.+y?, ni Torot,<&hLUd:-
n u llevar?
~ Mas creemos se; 'salvor p o r la gracia dgl
Sefior Jesucruto, así como ellosS.

m, 6. . - . . -
Conveneruntque Aportoli, et senioren ridere deverbo hoc. Aor.
.,... a . . . - , , .
t Sugen8Petrnsdiritadeqg,-~~t.x~,7. , . ,,,. . ,,
f Et qui novit eorde Q.w, wtimqpisw perhibuit, dena ivis Spi-
ritam Ssnctum, mcut et nobii. Et nihil d i i e v i t inter nw et iUw,
fide p d c a cords
~ ~ rorum. Nunc ergo, ¿ quid tentetia Deum, impo-
2 e 2
&a LA VENIDA DBL HB81AB

172. A la fuerza de este dioreo en b o a de S. Pedro,


dice el historiador sagrado que callaron todos, que es lo
mismo que decir: quedaron wnvencidoa: Y cayo toda
la multitud: y escuchaban 6 Bsrnabd y h Poblo, qw
les cvntaban cuan gran& sGtd& y prodigios habia hecho
Dios entre los Gentiles por ellosm.
173. Ultimamento hablb S. Jacobo, no para oponerse
de modo alguno al diacumo de S. Pedro, mw antes para
confirmarlo, para ilnatrarlo, para aclarprlo. y d i d a r l o
de tal modo, que aqael negocio gravleio quedase entre
los creyentes e n t e m n t e concluido; y loa Judioe Cris-
tianos, celosos todavia de su ley, se sosegasen y aqaieiasen
del todo, y no pusiesen embarazo á la oonversion de lar
gentes. Asi, pues, pidiendo atencion 4 iodo el concilio,
hablb en estos términos.
Varonea hermanos, escuchadme. Simon ha cmt&
como D i w primero viditó á los gentiles para tomar dr
ellos un pueblo para su &re. Y con edo concuerdan
las palabras da los Profetaas como esth escrito: D ~ s p u e r
de esto volveré, y reedijcard el tabernáculo de David,
que cayó ; y reparar¿ acs ruinas, y lo alzaré: Para que
al resto da los hombres busque á Dios, y todas las gcirtcr
sobre las que ha sido invocado mi d r e , dice el S&r.
que Auca e ~ t a smar. Conocida es al Señor su obra
desde el siglo. P o r lo cual yo juzgo, que no se inquiete
6 los Gentiler, que sa convierten á Dios?.
nere jngum super cervices dircipuionun, qnod neque patres noc
tri, neque nos portare potuimus? Sed per gnitiam Dornini Jeau
Weti credimuu ealvari, quemadmodum et Ni.-Act. xv, b 8
wpuead 11.
Tacuit autem ornnis muititudo: et audiebant Bunabam,
Paulum narrantu, quanta D e u f e b e t eigna, et prodigia in p t i -
bas per eos. -A&. xv. 12.
t Vi fratree, audite me. S i o n namvit quemzdmodum p A
m h Dens vinitavit sumere ex gentibus populnm nomini m. E t
huic concordant verba Prophetarum, &ut acriptum eat : Poat hmc
reve*, et reaadiecabo tubernaculum David, quod decidit : et &t.
ejns readificabo, et e-rn illud : 11t i s q u h n t ccterl b o m i n m
174. Este testo se ha d o siempre como oscuibimo,
y no hay duda que lo es, ya por su estremo laconismo, ya
tambien porque ea muy di6oi1, despues de bien conside-
rado, acordado con las ideas sobre que disputámos. El
modo de esplicarla, y la esplicacion misma, no menos la-
cónica, muestran claramenta un estraordinaro embaraw, y
por buena consecuencia alguna confusion mas que ordina-
ria. Para poder entender bien así la esplicacion, como el
t a t o mismo (de que hablarémos en el phrrafo siguiente),
oreo que sería una buena dispaeiciou saber primero y tener
bien presente lo que nos dicen los mismos doctores, sobre
aqoella. célebre pregunta que hicieron al Sefior todos los
que asistieron, y fueron testigos de su admirable ascenaion
B los cieloil. LOJque se habian congregado, le pregun-
taban, diciendo : Señor, i si restituirás en este tiempo d
mino 6 Irraél*? Esta pregunta nos dicen ya clara y ea-
presamente, que fué. un error, originado de lo que habian
oido S sus Rabinos sobre el reino del Mesias : Fingieron,
por el ordinario error de aquellu gente, que el reino del
bicricis sería temporal y mundano, cual fd el de David
y Saloarón ; siendo mí que los P r o f e t a predigeron, que
sería espiritual, debikndose comenzar en el mundo p o r la
fe, y tener su complemento en el cklo p o r b fruicion de
-Bart.
175. Sobre esta tan formal decision, permitasenos. ha-
cer estas don brevísimas preguntas. Primera: ¿ donde
están estas predicciones de los profetas, 6 qué profetas
son estos hasta aore tan incógnitos, qae no m han ingerido
Dominum, et omnea gentes, super quas invocatum est nomen meum,
dicit Dominus ficiens haec. Notnm h mculo est Domino Opus
rnum. Propter quod ago jndico nan inquietan eos, que ex genti-
bue convertuntur ad Deum. -Acr. xv, ¿ 13 tuque ad 19.
Igitur qui convenerant, interrogsbant eum, dicen- : 2 Do-
mine, si in tempore hoc restituen regnum Israel 2 -Act. i, 6.
t E m t vulgato illius gentia errore r-um M e s h fingentes, fore
tempo&le, et mundanurn, quale h i t Davidi, et Srrlornonia, cum
Prophetre pwdircrint fore rpirihiale, in mundo inchoandum per
fidem, sed in ecslo complendnm per glorbm.
429 L A VENIDA .DBL l B 8 l A B

en la Biblia sagrada'! Segunda : j por qué w,J con


qu6 equidad se confunden tanto leii ideas grooeias. que
han tenido y tienen los Judios sobre el reino de su Mesías,
con las predicciones de los Profetas de Dios, que erth
tan lejos de aquellas groserías? Si la preguuta qae los
diiipdos hicieron al Sefior en aquelleii circun*, ha-
biese sido algun error, 6 originada de algun error d g a r
entre Im suyos, no era natnralisimo, por no decir abao-
lutamente necmario, que el buen maestro lea hubiese dioho
siquiera aquellas tres precisas palabras, que dijo en d o n
semejante B los S a d n b s : Errair, no sabisildo Icu &
triturad*. i No 'era naturaiísimo y aun necesario d o s
luego al pnnto de aquel error esplicandolea anter de de-
jarla un pnnto de tan grandc interéis y de tan gnwea con-
secuencias? ;No era naturabimo y aun necesario (ya
que nada les ensefiaba positivamente sobre este punto gra-
vísimo) que 4 lo menos no los confirmase con sn respwsta
en aqnel error? Considérese la respuesta del Sefior, y te
verá, ein poder esoosarlo, que aunque el M o r w les re-
vela el secreto particular y determinado que e l h desea-
ban saber, a t o es, el tiempo preciso de la reetituoion del
reino de Israél ; mas los conñrma evidentemente en la sus-
tancia de este misterio.. Lo que. ellos preguntaban era,
i si el reino de IaraBI, que segun los Profetas se debia res-
tituir por el Mesías, se restituiría luego en aquel tiempo, 6
no? ? y el Sefior les responde : que ao se metnn en aren-
guar loa tiempos y momentos, que el Padre he puesto en su
potestad$: que ea lo mismo que les habia dicho en otra
ocasion, hablando de propósito de m venida: Mar da
aquel diu, ni de aquella hora nadia &e, ni Los áagclcs
& los cielos, sino rolo el Padre§. Luego coacede el

Enatin nescientes Bcriptnnis. -Mar. d i , 29.


t ¿Domine, si in tempore hoc redtituea regnam Imaül ?-A&. i, 6.
1 Non eat vestmrn nosse tempon ve1 moment., qnse h t e r poauit
-
in iiua poteatate. Act. i, 7.
5 De die aotem illa, et hora nemo scit, neque angeli c<alornm, nisi
solw Pater.- Mat .xxiv, 36.
Sefior, no m10 tácita, sino clsra y espresamente, que hay
e n realidad tiempos y momentos, puestos en la potestad
del Padre para restituir el reino de Israél. Y si n6, ¿que
eentido 'decente y. racional pueden tener sus palabras!
2 Qu6 tiempbs y momentos son estos que el Padre ha
puesto en'su potestad, 6 ha reservado tí si solo ?
176. Si la reetitucion del reino de Israél por el Meslas
es realmente ' h a fárbula y un error, como se asegura con
tanta franqueza; luego eobre esta restitucion, que es de la
que m habla, no puede haber tiempos ni momentos reser-
vados en la potestad del Padre. 6 906 tiempos y momen-
tos se ha de reearvarel Padre Bsi solo, sin querer que nadie
lo sepa, para que suceda una cosa que jamas ha de suceder?
i Una cosa que no puede haceder ? Una cosa que solo
perisarla y esperarla ea una' estulticia y un error? Entre
nosotros, riaturalmante poco &&ros, no seria muy de ea-
trafiar este modo de hablar, ciertamente doblado; mas en
el maestro bueno, en el maestro de toda justicia y santidad,
en el maeetro de toda verdad, Mtitnd y sinceridad, se figura
no solo duro y dificil, síno algo mas que imposible. Esta
impoeibilidsd se ve crecer sensiblemente en el caso y cir-
cunstancias de que vamos hablando. Es tí saber : qae
c a d o el Sefior dijo estas palabras, hablaba solamente con
sas dieelpuloe, hablaba con sus amigos, hablaba con anos
'

hombres que realmente lo amaban y veneraban, y que esta-


ben p~ntísimoe4 recibir g creer cualqaiera cosa que les
dije=, como que eran hombres simplen y rectos, sin malicia,
ni,artificio, ni preompmion. Habhba con aquellos hombres
que-él miamo habia elegido para maestros del mundo: 6
qaienes habia' instruido todo el tiempo de su predicacion, y
aun despws de su resurreccion no habia cesado de instniir-
los, aparecigmheles por cuarenta dias, y hablándoles del
reino da Dios* : 4 quienes acababa de decir : I d pws, y
enseñad 4 todas las gentu, bautieándolas.t. : 6 quienes las
Per dies quadruginta apporens eis, et loqnens de regno Dei. -
Acr. i,3.
t Eontes ergo docete omneii gentes, boptizantea eoe. Mat.
urüi, 19.
-
4% LA VBNIDA DEL YEBlAU
d d b el sentido, para que crrtendiemm &w ficritnrcu*:
y 4 quienes habia dicho la nocbe anta de su pasion: a
vosotros os he h n t a d o amigar: porque os he hech'cmo-
m r todas las cosas, que Re d o de mi Padret. Hablaba.
en fin, con hombrea incapaoes de resietirle, ni de disputar
con él, sobre las cosas que habian oido, 6 p d i hiber
oido por el ordinario error de aqueliia gente$.
177. Pues j es verdad vemimil, ni creible, ni posible,
que el maestro bueno, que era la misma verdad y si-
dad, bablaae de este modo á unos hombres como estos?
Ea creible ni posible, que en aquellas circanstaocies en
que ya se ausentaba de ellos, preguntado por ellos mismos
sobre un punto tan grave y de tan graves consecuenciei, w
les hablase con claridad, no loa aaoase d e w error, no les
reprendiese w estulticia, no les esplicam en onatro paiabraa
lo que quieren decirlos Protetris, cuando anancian la -ti-
tucion del reino de Israél? ,; Ea creible que h a b h sola-
mente de los tiempos y momentos, que el Padre time re-
servados, para que suceda lo que no ha de suceder. ni
puede suceder? Cierto que noa hallámos no poeas veces
en grandes conflictos, y en augustias caai mortales. Dos
escollos terribles é inevitables se ven aqui, mayorea ein
oamparacion que Sila y Caribdis. Estos Gltimos se pueden
las mes veces evitar; ya prescindiendo de ellos absoluta-
mente, 6 volviendo para atras; ya navegando por en medio
de ellos 4 igual distancia del uno y del otro ; mas respecto
de aquellos otros, no aparece medio, ni remedio, ni espe-
ranza alguua. 0 babeis de tomar rumbo por la dieatra 6
por la siniestra. Por consiguiente, habeis de naufragar
sobre un escollo 6 sobre otro.
178. Si la restitucion del reino de Israél por el Mesias
es una estulticia y un error ; luego el Meaias miamo cuando
fud vuto en la tierra, y conversó con los hombres§, en-

* Aperuit i l l i seneum, ut intelligerent scnptum.-Luc. xxiv, 446.


t Vos autem dixi amicoe : quia omnia qulecumque audivi h Patre
-
meo, nota feci vobi. Jdm. xv, 16.
f Vulpto illius gentia errore. - V i f d .3U.
6 Intems viesun est, et cumhominibusconversatuseet.-B.r.iii, 38.
EN GLORIA. Y YAGBBTAD. 425
gafió aonocidameato B sus mayores amigos, que tenia sobre
la tierra. hablándoles en este asunto gravbimo con equívoco
y dobles, dejéndolos voluntariamente en el ordinario error
ck su nacion. Si esto no ea cmible ni posible ; luego el
error estad por la parte contrarie: es deau, luego será un
verdadero error el afirmar, aunque sea en tono decisivo,
que la irestitucion del reino de Israhl por el Mesías ea un
error. Si esta última consecuencia se oye con espanto, con
indignacion, y con cierta especie de escándalo, luego debe-
ré~mos,tener por buena y legítima la primera consecuencia ;
laego será preciso decir y oonfeear aquí, que Jesucristo, el
Mamtm por eecelencia bueno, el Santo de los santos, Ila-
Fiel y Ver&, no se portó en esta ocasion como quien
era ; no se portó ni aan siquiera como un hombre honrado ;
no se portó con aquella franquesa y sinceridad, que d e b M
eepenir de 61 sus mayores y sus únicos amigoa que tenin ea
este mando, f~ quienes habia elegido para maestros del mis-
mo mundo, predicadores de la verdad. Yo busco entre
eetos dos estremoe alguu medio ramnable, y protesto que
no lo ballo. E n oaso de no hallarse, me inclino siu temor
alguno ácia la diestra. Quiero mas errar con 108 apósto-
les, y quedar confirmado en el error por el maestro de toda
\
verdad.

SE CONSIDERA DE CERCA LA ESPLICACION DEL TESTO DE


S. JACOBO, Y DE LA PROPECIA QUE CITA.

179. Como no puedo persuadirme que en tiempo de


aquel concilio estuviese todavia este santo y los demas
Apbstdea y sefiores, en el ordinario error de su.nacion,
no tengo otra cosa que hacer, sino estudiar sus palabras,
estudiar asimismo la profecla citada, y combinar lo uno
con lo otro: Simon ha contado como Dios primero visitó
á los gentiles para tomar de ellos un pueblo para su n w -
br'e. Y con esto concuerdan lrs palabrcrs de los Profetas,
corro a t á arcrito:Dsrpucr & sato volverá, y r s s d i e r i
el taberdcub & David
180. Todoe los intérpretes suponen aqui, lo primero:
que S. Jacobo babla de !a vocaaiw de las gentea, P qiiieneil
en aquel tiempo vinitaba el 8e6or por sa infinita misericor-
dia, para saciu de entre ellas na pueblo santo. EaP pri-
mera suposicion ea cierta B ionegable por,todo el contesto.
Suponen, lo segundo (no re aabe sobre qo8 fadameoto):
que k profeoía de Ambs, que cita S. Jaoobo, habla del
mismo mietario de la voerrcion de las gentes, como si para
esto solo la citase y no para otra cosa. Por aontGguhte
supoaen, lo tercero : que la reediíicacion y e &
n del
tabernhculo de David, que my6, y t o d ~loe otras eosas
que anuncia seguidamente ata profecia, m han veriñcado
y se están todavia verificando en el misterio miamo de Ia
romoion de las gentea; las cuales, dioen, han formado
principalmente, con algunos poca Judios que han creido,
el nuevo espiritual tabernáiculo de David, que cay6: esto
ea, la Iglesia presente, donde reina espirituaimente el
Meaías mismo, hijo de David. A esto ee rednoe en sus-
tancia toda la espliaacion, y en vano se esperará otra cusa,
porque realmente no la hay.
181. Si pregantámos aora, no eatiafachoe con estas &.me-
ralidades, i qué significan algunas y muchas msas bien
notables que leemos así en esG testo de S. Jacobo, coma
en el de Amós? Con esto solo podrbmos empezar 4 abrir
los ojos, 6 entrar en alguna duda 6 sospecha sobre la bon-
dad de ata esplicacion. i Quú aigni6ca. por ejemplo,
aquella palabra, primero, hablando de lo vocacion de las
gentea ? i Qué significan aquellas otras : Despuss di a t o
volverd? Estas cuatro palabras, que parecen capitales, las
omiten'no obstante los mas de los doctores que he podido
ver. Solo uno hallo, que se hace cargo de ellas; mat
Simon narravit, quemadmodum primum Deua visitavit snmere
ex gentibus populum nomini suo. Et huic mncordant verba Pro-
phetarum, sicut acriptum est : Post haec revertar, et reaedificabo ta-
bernireulum David, quod decidit. -Acr. xv, 14, 15, 16.
BN GLORIA Y MAQBSTAD. 427
i @ es lo que diae ? D k breiririmamente, que aluden 4
la converaion del cenfarien Cornelia, llamado de Dios el
primero de todos lor p t i i e r , coa0 ee reñere en el cap.
x de 1- Actss de be Ap69t4k. Despues de lo cual',
quedó rbierta.la poda,. y e m p a r o n 6 entrar, y hmto
nora eotán entrando gentea B millares, que mn las que
forman ~ O z p o b t el e tabernácab espiritual de Devid.
í.knnpárm&aora e s h esplicdon oon el testo, y se oonoceh
fmilmenta en poca~.coerencia. De modo, que primero
visitó Dioa 6 las gentee:psra.aacm de entre ellas un pueblo
pera.su mxnbret; lo c d e 4 6 en la oonvemion de
- Comelio con toda su fsmiüa: y despuee de estris c m que
swedieron.tsn aaaa de C d i o , áeqma de esto, entónm
volvi6 D ioa,y edificb de nuevo el tabernhnlo espiritual de
David t. Y como este tabernáado de David, segnn dicen
loa mlmosdmtorm, ne es otra coma que la Igleaia cristia-
na, se sigue necesariamente que .Dios edificó 6 fundó la
Iglesia cristiana, eolamente deepiee de la convereion del
centorion Cornelio debió formarse o t a I g h i a 5.
182. Fuera de esto: i que sigoiñcao en el testo de
Amós aqnellm palabrea : y lo rmd#card (el tabemáaulo
de David) como m lar diaa antiguos ( ? i La Iglesia cne-
tima la ha reedificado Dios como estaba en los tiempos an-
%os antes de caer: bvantard el t r o b de David, que
...
cayó, : y lo tutdijcard corno en lor diaa antquor ?
Despnee de reedifioado el tabernáculo de David (pn>aigue
- -
-
el Profeta) aica-rá d qw a r a al qne risga, y el que
piua Zas uvas al que siembra: y los monto h t i l a r l u i

Post haie. -det. xv, 16.


t Primilm Denr visitavit sumere ex gentibus popdum nomini
suo. -Act. xv, 14.
f Post haec revertar, et reaedificabo iabernaculum David, quod
decidit. -Act. m, 16.
Q Falteba en el oruinal esta condunion, que nora aúadimcw para
completar el ientido. -E.
-
11 Et reredidcabo illud, sicut in diebus sntiquirl. A-. ix, 11.
m LA VBNIDA DEL MEBIAS
dukura, y todos loa collados serán cultivador *.
¿ Q&
quiere decir esto ? Lo que qsiare decir, rerpoadeni, m,
puede ser otra cosa, sino que en la Iglesia de Cndo s u
ministros 6 operarios tendrán Qempre sobre sí grandes y
continuas ocupaciones ; suoedibndose los ministerios anos
4 otros, sin dejarles un punto de reposo, como sucedió 4
loa Apóstoles, y sucede hasta aora d loa hombres apostó-
Lima. Que los montes destilarán dulzura : esto es, que
Ilover4n consuelos celestiales sobre los verdaderos Mes.
Que todos loa coiladoa estarán cultivados : eeto es, que no
habrá pueblo 6 nacion alguna, donde no trabajen loa mipis-
tms de la Iglesia, y donde no recojan algunos frutos para
Dios. Ultimamenfe dice el Profeta (y esta parece la pro-
pia llave, 6 la esplicacion clarieima de todo lo que acaba de
decir ) : Imantar&el cautiverio de mi pueblo de Iardl:. ..
Y los plantard sobre w tierra : y nunca aw los arran-
car¿ & #U t k ~ QUd a d f f.
183. Pareoe que aquí debiéramos esperar de la piedad
de tantos doctores cristianos alguna comkraoion y miseri-
cordia, reepeoto de los míseros Judios ; mas nuestras espe-
ran- quedan aqut tan desvanecidas como siempre. No
hay que espernr consolacion alguna, hauta que es cumplan
&M tiempos de lar naciones$. Los doctorer, eergan su
sirtema, no se atreven á abrir.ni consentir la apertura de
una sola puerta, por el prudentísimo temor de dgnna p&
sima 6 inevitable consecuencia. Así, pues, aqnollas pala-
bras con que acaba esta profecía : Iwcrntd el cavti-io
...
da mi pueblo de Irraél : Y loa plantará #&e t-4 :
y nunca arrs las arrancar& & w tierra qw leo di : w

Comprehendet arntor messorem, e t cnkator ame mittenkm


semen: et stiiiabunt montea dulcedinem, et o m n a colles ciilti
m t .-A~oIU . , 13.
.
t Et convertam captivitatem populi mei Israel :. .Et plantabo eos
ruper humum suam : et non evellam eos d t r a de terra aua, quam
dedi eia. -Amm. ix, 14, 16.
-
$ Donec impleantur tempora nationum. Luc. n i , 24.
BN G L O R I A Y MAOEBTAD. 428
' tienen otro seatido sino este : 90 sacaré de la cautividad
' del pecado y del demonio, así á las gentes como á los Judios
' que meyerm, los p l a n t a d sobre ru tierra : esto es :en
mi Iglesia *, y no los moveré jamas de esta tierra que le^
be dado, si ellos no la dejan por su iniquidad, como la han
dejado tantos apóstata8 y herejes, h.
184. Veia aqui, sefior mio, toda la esplicacion, 6 como
dicen, el verdadero sentido intentado por el Espíritu Santo,
ael de la profecfa de Ambs, como del discurso de S. Jacobo
en el concilio de Jerusalén. Si este sentido puramente
acomodaticio es siifioiente 6 no, para contentar plenamente
B quien busca en las Escrituras la verdad, no me toca el
resolverlo. Cualquiera se lo puede preguntar á si mismo,
pesándolo fielmente en la balanea del sentido cornun. El
mayor trabajo es, que en el modo de hablar de los doc-
tores, decisivo B indubitable, no dejan lugar, antes dan
sefiales claras de no querer oir réplica alguna, sino que
con esto solo debe quedar este patito gravísimo entera-
meute decidido y concluido. 'Si alguno se atreve, no
obstante, 4 alzar la voz, pidiendo alguna buena razon de
toda esta inteligenoia 6 sentido, que llaman verdadero y
único, no tiene que esporar otra reapuesta, que tres 6 cua-
tro, 6 mas renglones de citas: esto es, que otroa muchisi-
mos dootores han entendido así todas eetae wsaa, y así-
mismo las han esplicado. Bien. Mas esto ¿quien lo
duda? Si todos estos muchísimos doctores han partido
desde un mismo prhcipio, y trabajado sobre un mismo
sistema, i que mucho que haynn dicho lo mismo ? No es
esto responder por la cueslion ? Lo que aqui se pide, no
ea lo que han pensado otros doctores, que esto no se
ignora: sino la regon y fundamentos que han tenido para
pensarlo. Si esta ragon 6 fundamentos no se producen,
i de que sirve llenar páginas enteras con citas de autores?
Bien pudieran citarse dos 6 tres mil autores, para probar,
por egemplo, que el agua sube en la bomba por el horror
-
Plantaba eoe super h a m m auam : id eat :. in eccleuia mes.
Comet. in Atw. u,16.
que la naturaleaa tiene al va&: mas no por eno dejará de
ser fiilsa eeta opinion, y de mirarse esta prueba como inw-
fioiente 6 inátil.
186. Algunos aliaden una palabra ciertamente de gran
pew, si viniera al oaso. Esta inteligwncia, dicen, es de
todoe los interpretes ortodoxw. Mas esta palabra orto-
doxos, ;4 qué propósito se trae aqui? i Qué quiere decir
esto en el asunto de que hablámos ? i Acaso que solo los
intérpretes eterodoxos b herejes pueden pensar otra cosa
diversa? ;Acaso que dioha inteligencia es de fe católica,
es ortodoxa, es verdadera 6 iodiepatable? No veis,
sefior, la pretension y el empfía? ¿ N Oveis el. miedo y
esonípdo con que nos q u k n eepamtar ?
186. Crece todavia mar el empefio y la pretension. Un
autor grave (y con raaon estimado p uno de loa mejorea
intbrpretes) dice formalmeste, citando 4 otro, que la sobm
dicha inteligencia de-,la profecía de A&, y por cíuuii-
guiente del testo de S. Jacobo, eatá ya deúnida camo v a -
dadera y literal, contra Teadoro, obispo de iüopsiieata,
por el papa Vigilio en %t ooncilio mmano +. Cnebqaiere
que lea eetas palabras en un autor camo este, en& 7
jaicioso, es n a t u r a b que l a crea al ponto, aih querer
tomar sobre si el gran trabajo de exanaipar eu vedadG por
cronsiguiente que de por mnolrida asb diepota. Yo tam-
bien la diera 81 pmto por conclni& ei .esto fneae cierto,
6 si no friese evidentemente falso. Dqp evidentemeate
fh, lo primero : porqn8 no oamtan de la historia, queen
tiempo de V i i o , ni cuando .ti16 antippa, ni ~~~~~faé
papa, se haya c e l e b d o en Roma alguntroncilio. Lo se
gnndo: porque las dtercaciones que tanto perturberon la
paz de la Iglesia sobre loa tres &lebrea capituloe, es B sa-
ber, sobre algunos escritos de I h , obispo de Edern;.de
Teodoreto, o b i o de .-Cirs; y mneho mas .de Teodoro,
obispo de Mopsuestiw no pasaron en &dente, .&o en
Et ita ad iitteram efplicandum, contra Theodonim '&Iopsaes&-
num rub annthemate ddinitum art A Vilioi.P.po .in Gondio Ro-
111.110. i I
EN G L O R I A Y blAOEL6TAD. 481
oriente : no en Roma, sino en Conetantinopia. Lo tercera
y principal : porque aunque en Constantinopla, no en Roma,
se condenaron al fin dichos tres capituloa, y con elloa se-
senta proposiciones estraidas de los escritos de Teodoro ;
mas ninguna de ellaa tiene alguna conexion, ni la mas
mínima relacion con el asunto que aora tratámos. En to-
das las seeenta proposiciones que ponen los historiadores,
no se lee jamás tabernáculo de David, ni profeoía de
h 6 s , ni concilio de Jerusalén, ni dbureo de S. Jmbo,
ni otra oosa alguna que con esto pqeda equivocarse. Lo
mae que se halia en la historia (y tal ven de aquí nacería el
equivoco) es esto : que loe enemigos de Teodoro lo acusa-
ban, entre otras cosas, de que adberia mucho & algunes
opiniones de los Rabinos; puee decia que el Srilmo xxi no
habla de Cristo: mae esta acusacion general
- ni eabémoa
que se presentase a1 concilio de Conetantioopla, ni tampoco
que el concilio hablane sobre ella algana palabra; pues laa
seeenta proposiciones nada de esto contenian. Yo desaño
formalmente á todos los eruditos, que me veriíiquen de
algun modo raeonable esta ptoposicion: que así á la &tra
deba eaplicarse (el testo de Amós) otá dejinido bqjo de
escomunion en el concilio lbmano, contra Teodmo, obispo
de Mompnu~ta*.
187. Conoluyo este p ~ t ocon estas dos pregunta.
Primera: m esta noticia fuese cierta j ea creible que la
ignorasen otros doctoree? Seguhdii: no ignorándola y
teniendola por segura, j es creible que no ia produjesen
como una prneba la mas decisiva de la bondad de su intei-
pretacion ?

SE PROPONE OTRA EWLICACION DEL TESTO DE S. JACOBO


CON TODO SU CONTESTO.. .. . .,

Simon ha contado como Dios primero vin'tó 6 los gen-


tiles p a r a tomar de ellos un pueblo p a r a su nombre, Y
Vide fol. p m . .. :. .,
m LA VBNIDA DEL MESIAS
con esto concuerdan las palabras ch los Profetas, como
ertb eecrito: Despues de esto wlverd, y r d y c a r d el
tabernáculo de David, que cayóe.
188. Parece claro que S. Jacobo dice aqui d a cosas
muy diversas, que no es bien confundir 6 disimular ; pues
61 mismo Iss distingue clarísimamente diciendo, que l a una
debe suceder primeao que la otra?. La primera (por c m
fe~ionunánime de todos los doctores) es la vocacion de las
gentes, la coa1 prueba, confirmando el discurso de S. Pedro,
y asegurando segun las Escrituras, que Dios determinaba
visitar primero á les gentes (pues los Judíos, aunque lama-
dos los primeros, no querian oir) y sacar primero d e entre
las gentes un pueblo para su nombre$. La segunda. des-
puee de esta, es la vocacion, la congregacion, la asweion
de las reliquias de Israél, disperso entre todas las naciones
por su incredulidad : Despues dé erto volver6 y reed#cate.
D e modo, que la primera pertenece únicamente al asunto
primario, 6 bnico sobre que se habia congregado aquel con-
cilio : esto es, 4 las gentes visitadas y llamadas d e Dios,
para formar un pueblo nuevo, mayor y mejor que el anti-
guo ; pues este, llamado en primer lugar con tan grandes
instancias, se habia ya obstinado en su incredulidad, y w
queria congregarse ; pues no se ignoraba que debin mce-
der así segun las Escrituras. No se ignoraba la profecía
de Daniel, que dice: no será mas suyo el pueblo q w , e¡
negarás. Ni la de Oséas, que dice : vosotros no s& mi
pueblo, y yo no seré vuestroll. Ni la de Isaias, que dice :
Israél no se congregarás. La eegnnda se enderezaba d
Simon narmvit quemsdmodum pnmhm Deua viaitsvit m e r e ex
gentibua populum nomini ano. Et huic concordant verba Prophct,
rum sicut scriptum est : Post h z c revertar, et reaediicabo taóern*
culum David quod decidit. -Act. xv, 14, 15 e# 06.
-
.t. Primhm.. . Post h z c revertar Act. xv, 16.
f Primhm Deua visitavit sumere ex gentibu populum nomini
, - d. a. 14.
-
5 Non erit ejus populus, qui eum negatunis est. Dan. ix, 26.
11 Vos non populua meus, et ego ncn ero vester.- 01ee, i. 9.
-
Et I s d l non con.gregebitur. Icai. xlix. 6.
BN G L O R I A Y MAGESTAD. 433
sosegar los Judios cristianos celosos t0davia.de su ley y dc
su pueblo, asegurándoles, que despnes del misterio de las
gentes, llegaria tambien su tiempo de misericordia para es-
te infeliz, como está escrito : Despues de esto vol-
verl, y reedi#caré el tabernhculo de David, que cayó. Pa-
ra esto son manifiestamente aquellas palabras capitales :
primero.:. dcspues de esto.
180. S. Jacobo dice, que la profecía de Am6s que cita,
p generalmente las palabras de los Profetas concuerdan
con estas palabras : Dios primero visitó tí los gentiles pa-
ra tomar & ellos un pueblo p a r a su n o d r e : mas esta
concordancia no está en el misterio de la vocacion de las
gentee aonsiderado en sí mismo, sino considerado como pri-
mero, respecto de otro misterio que debe seguirse despues
.
d e BI ; de otro modo, las palabras, p r i m o . . &pues ds
a t o , fueran no mlo inátiles, sino algo mas que bárbaras, y
sería necesario omitirlas del todo para poder dar 4 la clab-
sala algan sentido gramatical. Eeta es, pues, la concor-
dancia de que aqui se habla, entre el misterio de la voca-
oion de las gentes,
- y la reediíicacion del tabernáculo de
David : que aquel misterio es primero, y este, segundo ;
aquel ba de preceder, g este seguir. i Como es posible que
un misterio se preceda 4 si mismo? i Que sea anterior, y
al mismo tiempo posterior 4 sí mismo? Si la visitacion 6
vocaeion de las gentea para sacar de entre ellas un pueblo
de Dios, es lo mismo que Dios quiere hacer: si despues
de las cosas que pertenecen 4 este primer misterio, despues
de esto, se ha de reediíicar el tabernáculo de David, y han
de suceder las demás cosas que anuncia la profecia de
Ambs; luego estos son dos misterios totalmente diversos ;
luego la Iglesia presente nb puede ser el tabernáculo de
David, de que aqui se habla ; luego este segundo misterio,
posterior al primero, no se ha verificado hasta el día de hoy ;
pues el primero todavia no se ha concluido ; luego se debe
verificar eii algun tiempo, y por consiguiente se debe con-
cluir en algun tiempo el primer misterio.
190. De esta concordancia de un misterio con otro, ha-
T O M O 11. 2 F
m LA YBNtDA DBL Y Y H A S 1
han ~ 8 0 t b i w t 0b~ m -0 t
s w
bemor notado en be ouab k 6 m e r ~ ~ 1
antecademtea. De
wta concordawia bibia no pocru, veo- S. Pablq q m c i d
mente aaando dioe B las : Porqws cono kubisnvo-
aotror en dgun tiempo no otsUtais 6 B k 9 oora krb&
ahanzudo airs+icor& por la i e d l i d u d ds dlcu :Así
t a d i e n wt CM...*De esta mucordnnoia LoMb n l d b k u
veces en ptmaboh d mismo akelae, eapeaiabde auw-
do les dijo B los W b o r i y F d o s : Por tande as dligo,
que quitado or ser6 d reina da Piab, y ~ r dadO & & u
p u e b i o q u a h ~ a & ~ s f r * r t s r d a á ¿Ciandoleshírodoirr
~.
4 si mismos aipueila judiiina mntenoia: A lor nalo~&u-
tniirb malanisnie :y mrmdcvá w oifio 6 o h labra&
m$. CoaBdo eo la peECbola de los opamiea y de &
WP~~R¿OII 4 la gioa cena, lea. a m a d oham8obe, qoe se
~ p l o s i i l f i m o i l l o s q p e a e b i a P ~ i e r l w ~ m : y-E=
al 1
trsrio, eaielan los pRmenn bs qne debiin.ser toe ídtWoir$;
y en otraprub: En ve& os digo, qw lospubihnor, y
krs rameras CM. irán I l a > J s d r& de &((. V, es h,
o a a h dijo qae JerndBic sería deetreida, sipqpe q a h
ea d a piedra sobre piedra: que aquelloa t i e m p s a
solo de vengama y de ira, pare t d o el pwbb de Dios, de
quien ella era cabe-: que a t e pueblo, parte patsáP por
el filo de la espal, parte aerb, esparoido B idos. Iw h
toa, y i b v ~ d ocautivo h loda 1811 gentes, y qne Jeroepléa ee-
ría mnculaado de les mismas gentes, bata que ae Meaasen
las tiempor de laii ~ c i o n e s f f . Por abreviar: eeta miama
Sicut enim aliquando et voa non credidistia Deo, nunc autem
misericordiam connecnti estia propter incredulitatem iiionun : Ita et
isti, &c.-Ad Rom. xi, 30 et 31.
.t. Ideo dico vobii, quir auf01Etar b vobie ngaum Dei, et dsbitur
genti facienti fructua ejoa. -Not. xxi, 48.
Malos maib perdet : et vineuu suam locabit aiiii irgncolL -
Mat. xxi, 4 l .
g E ~ n pnmi
t -
noviasimi, et uoviasimi pnmi. Mar. xix. 30.
11 Amen dico vobis, quia publicani, et meretricea pmcedeat vos
-
in regnum Dei. Md.uri, 31.
'II h c . xri.
c o ~ c i eea ve OOP be ejos en el cbntise, no menor
breve que admirable del justo S k , el cual, teniendo ea
sal brame á la esperanzo de Isrobt, y de todo el universo,
en eI eeta& todavia de iefusci, a n d lleno del Eepkita
Santo, que sería primero L a i d r e para Hr r d 6 las
gerdiles, y. despms, para glorio de #upueblo Zordl*. A
todas eatas mear, y otras semejaates qna se h a en los
libros sapdoo, parece aluden aquelles dos palakm : ptG
mero... & p w de esto.
191. Acaso se podrh oponer, que ni en le pmhcía de
h b i , ni en loa otros Profetas se leen jamh estas pala-
bras : dergwcs
- de esto wolwré : sino siempre 6 oaei si--
pre estas otra8 : en equel .dia,.. en taqw11a h... m
a p ~ tiempe,
l &C. B k : y i q & incoovenieete se Iidlri
ere eoto ? E L Profeta dice ; eu aquel dio ( s b s,e&&u el dio
preeieo de que hablo) en aquel d& dice el Seúor, yo reru-
ciiaré el tabataOculo de Drwid. *e oay6 6 m& y io
roedi6carb como en loe dias ruitigu~a. S. Jawbo, oiiando
eata prefecia, seiíalta el die'b tiempo de <lae habla eate y
otros Profetas, y l e eefiela son eeiaa tres phbras : Dsrc
pras de a t o valusré ; dando en ales doa cleraa contrase-
f i ~ . Primera : d e s p ~ ,Be W W W ~ . iDe c o a l a ?
De las que actoelmeate se hable: esto ea, de 1aa perterne-
&obee al gran d r h de la vocaoiw de ha gentes, B
quienes Dios visitaba en primer Ingart, para sacar de ellas
y f o w a r coa dias un pueblo para eu nombre s.Seguoda
w m e u : ~ l i r e r&
é i Q u d ~v e A 3 j Adonde, y
á qué volverá? Quien volmrá. no puede aet o€ro sin@
aquel mismo hombre noMe, (que) fuk á una tierra dis-
tante para recibir allf un reino, y deopues volverse 0 : de
Lwnen ad revelationem gePsim,-et plebia tiim bi9e1.-
Luc. ii, 32.
+ Porr hec. --A&. xv, 16. Pfimhm. -
At. m,14.
5 Primhm Deus visitavit aumere ex gentibua populum nombi
suo. -M. idL
-
11 Revertar. A&. xv, 16.
TI (Qui) s8Üb.h w n e m longiqumn aocipm iibi qntm,, et re-
-
rerti. h c . d x , 12.
2 F 2
bBS LA VBNIDA DBL YBBIAS

qaien ee dijeron aquellaa consolPdes paiabres: Vurcmu


Galilth, q k i estair mirando al &lo ? a t e Jsrw, que da
mrcrtra v u t a se ha subido al cielo, ad v d r b , como b Au-
&u airto ir cil cielo*. ;A donde volved? Volverá sin
doda alguna á esta misma tierra que dejó, y de dcnde es
ea ouento Hombre, y juntamente ti aquollos cuyos pudra
ron k~ m*, ds quUfiss dsrcisndc t a d h CtirQoaeyun
& c a r n e t : á aquellos mismos que no quisieron reconocer-
lo, diciendo : No q u u r l n u ~que reine cste sobre nssotrosS:
y d quienea por esto se les está dando harta aora no &-
go tan sin ejemplar : mostrándoles Dios tantoa aiglos ha lar
upaláau, y no la cara§, como les habia prediabo y um+
neaado desde Moisés. i A qué volverá? Volverá, segur
brcr Eccritwar. á rerncitar en en propia penona, y á edia
car, 6 reedificar, ooina en 108 dias antiguarll, (con quelia
grandeza y justicia, dignas de un Hombre Dios) el tabsr-
...
nácuio ó d i o d e David su padre, que a y 6 & aqwl
dia lwantard al tcrbernliculo dc D a d , que. cuyó...'(r
Dcspuu da a t o volver¿, y r d $ c a r d el tcrberrrcíalo
da David que cay6.. .m y .vendr& el primsr nrpsrío,
el reiiw de ld hija de Jerutai6nt-i.. Estan áltiuta~p.-
labras del profeta Miqubaa, correspoaden vhiblemente
4 aquellas o t w de A&: lo reedi&e+i como en los
dipU antiguo#: y ambas auunaian claramente el juicio de

l Viri Wi quid iihtie aupicientsa in mlmn ? bic J m , p i


uanmptus est B robii in cdum, sic d e t , qumiadmodum vi&&
-
eum euntem in caelum. Act. i, 11.
.t. Quorum patm, et ex quibue eat Chrietue aecuodhm camem.-
Ad Ron. ix, 6.
-
Nolumna hunc repare super nos. Luc. xix, 14.
-
p Dmum, et non f i m . Jetsin.xnü, 17.
-
11 Yicut in dieboa antiquh. Anw, ix, 1l.
7 In die 3111suaeitabo tabernaculum David, quod eecidit...-
Amon. ir. 11.
* e Poilt hze revertu, et reaedi6cabo tabernaculum David, quod
-
eecidit. Act . xv, 16.
Et veniet potmtm pnmr, regnum filire Jeruaaiem, &c. -
*ch. ir, 8.
loa vivos, 6 lo que es lo mismo, el reino del M d a a
sobre los vivos.
192. De todo eeto,que acabamos de decir, se sigue en
couclusion: qne primero ha de recojer Dios de entre las
gentes no pueblo suyo en. lugar de I s d , que no qniso
oongregarse, y por eso fu6 arrojado y diepereo entre todas
las gentes. Primero ha de llamar g congregar otras ovejas,
que RO mn de u t e uprho*. Primero ha de reoojer y
congregar en uno á los hijos & D h que estaban diaperc
806: y despues que eatos hijos de Dios eetén recojidoa ; d e s
pues que estas ovejas estén aseguradas; despnes que ya no
se halle mas que recojer ; despnes que, aun lo que estaba
recajido m vaya 6 saliendo fuera por falta de fe, ó cor-
rompiendo deniro por sobra de iniquidad : en suma, despues
que ae llenen los tiempos de las naciones, que eon pun-
tualmente aqnelios en que estos hijos deben permanecer
en bondad. pues con esta precisa oondicion fueron ingertas
en ia buena oliva : sipermanecierer en la b&: & otra
manera re?& tú tambien cortado+: despuea de todo esto
empesará 4 amanecer otro dia, de qne tanto hablan los Pro-
f e t a de Dios, en el anal e m p d el mismo Sefior 4 pasarse
de laa gentes 4 los jadios, y p r c p d o s estos 6 sm reliquias
preoioees con las preparaciones convenientes. de que ya be-
mos hablado, volverá tambien en sa propia persona deaqneiia
region longincua 4 donde fué dias lio, para recibir alli un
rbino, y deirpues voluerseS. V o l v d , digo, cuando haya
recibido del mimo Padre lapotertad, y el honor, y elru-
no: cuando haya recibido solemnisimamente en el supremo
Consejo de Dios la investidura del miemo reino: y cuan-
do volvib, despues ds haber recibido el reinos : y des-
truida eo primero lugar la gran esthtua, cuyo arpecto era
terrible: evacuado todo principado, potestad y virtud,
Alias ovea... quae non aunt ex hoc ovili.-Joon. x, 16.
t Si permsnserim in bonitate :alioquin et tu excid&.-Ad RMR.
si, 22.
$ Accipemeibi regmm, et m d - Luc. .ir,16.
$ Et taietnm est, ut rediret, accepto regno. -&c. xix, lb.
a LA VENIDA D E L MESIAS
edificará sobre sus minias el tabendtcalo de David su p-
dre, 6 el último reino incorruptible y eterno; la pfedm
que habita herido la estátua, re hízo un gran& mumte, í
hinchib toda úz tierra*.
Y se sentar6 el juicio para quitarle el poder, y qtu
sea quebrantado, yperezca parrm'empre. Y que al reino,
y la potestad, y lo grandeza del reino. que esth debajo
de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Al-
tbiw t.
19g. Escusad, señor, este ddeoto en que incurro fn-
cuentemente, de repetir varias veces en diversos 1ugam
oiertos testos pa~tioularesde la Esaritma Si estos se tieoeo
presentes cuando conviene, yo admito con gusto le nota
de repetidor.

SE CONFIRMA TODO LO DICHO CON OTROS &UGARlB DE U


ESCRITURA.

PRIMERO.
194. Isaías hablando del Mesias, dice de 61 entre otras
cosas: se ~ n t a r ásobre el sblio de David, y sobre su rei-
no : para ujanzarlo y consoZidarlo enjuicio y en jwsticia,
desde aora y para siempre :el =lo del Señor dc las egér-
citos liará esto$. Si se compara este testo con el de
Ambs, citado por S. Jucobo, y se pelran en balanza fiel,
parece imposible haliar entre ellos alguna diferencia digna
de consideracion. Isaías dice, que el Mesias, como hijo de
David, B quien están hechas las promesas, se sentará al-
* Lapia autem, qui percusaerat atatuam, ftictue est mone magnnr,
et implevit uairsrsam temm.- D.n. ii, 86.
t Et judidum redebit, ut rukmtur potentia, et eonDsratpr, et d k
perurt ueque in finem. Regnum autem, et poteatas, et magnitud0
regni, quae eet iubtei mne eaalum, de* papula mctoiam Utizrimi.
-fin. v¡i, 86, e?.
1 Super solium David, et super regnnm ejua nedebit : u t ronlr-
-
met iiiud, et corroboret in jtidicio et jiutitia, uno& et q u e in
sempitciaum : ieliu Deriai uarcituum haiet hae. lri.k, 7.
m GLORIA Y MAQRLITLD. 489
ptdiasbbreuu161ioy~bmeirt9ndp a r a ~ r i a a d of
danoborarh en jM& y cm jmtioia. S. Jmbq citando eh
geaeraltar palabras de los Profstas, y en particuiar la
prohcía de Amós, diw : que .el Mesias mismo, que ya e&
Mnces se habk ido al cielo, volver&4 la tierra algun dia,
y reedificará el tabernhculo de Dovid que cay6, leveatán-
dalo del polvo de la t i m a donde estB sepultado, y p
es* serdi despuea. Amós dice, qoe eh aquel dia* (d
eaal &a se determina con aqriellas tres palebraa, dst-
pues de e a 0 uolveré) el Sefior rebucitad, y levantes9
de ta tierra el tabernácuk de David, qw cayó: el mismo
que my6, que ee arruiuá, que m disolvió, $c., y lo edi-
flcará de nuevo, c o m en los antiguo&.
195. Por estas íiltimaa palabras yo no pienso decir (tií
se me podrá atrjbuir un tal deepiropbeita sin una maaiti&-
h injmeticia) que d w h o del M e h d , de que hablo, seid
6 podrh ser, como eh los dias antiguos ;haciendo caer la
palabra lcemo s o h el modo, y no precisamente aobre 16
sustancia. Y e piensa p tengo pot cierto esto segunde.
Si mis Julios han peneado, y piensan hasta aora lo prime-
t'6,d alguna otiar m e bebejante, ciertamente han erradb
p perran lea lo maa srt6hcid de sus Escritdras ; mas este
y ottds Mores Bemejante&,mloifiestamente groseros, se le6
podrian fkicilmeate~~ con sus mimas escrituras, aia
datlee eqnella tespwesta dura y tumible, y nb menos dura
y terriblb qne inril tbndda : mego todo.
SEBUNDO.
M.La preMía de I e h , de qtke empsamos á ha-
blar, la hallhmos espreeamehte citada eh el evangeliat.
i Por quién ? Por el angel B. Gabriel, enviado astraordina-
iir de Dioa 6 la eaiiíhia V l r p , elegida piira Madre Ilei
Hombre Dioa. Entre 1an cosas qiie el auge1 le piomete
de parte de Mbd, dha de Bllai~eii lb que ktlhtietle y dnu~lcia
especialmente la profecia de Tsaías: y le dará el &íior
4.a L A V E N I D A DEL M E B l k @

Diw el irano de Dadd nrpadre: y d n a r á ' e r &


di Jacob p o r siempre, y no tendrá j n nr r&naf. Es&
rolemníeima promesa, hmha d la santísima Virgen para el
Mestas su hijo, parece oierto, que hasta aora m se le ha
cumplido d nuestra Sefiora, y parece del mituno modo cier-
to, que es la Inica que no se le ha cumplido bosta aora ;
pues todas las otrm de que el angel la asegai6 de^ parte
de Dios, se cumplieron luego al punto perfectísimmmte
en su sentido natural y propio, como es daro por todo el
testo sagrado, y por el dogma que se funda en 61.
197. Si esta íinica promesa no se ha cumplido bssb
aora ti nuestra Sehora, parece neceeario que se le cumpla
alguna vez en aquel mismo eentido propio g natural, en
que se cumplieron las otras, pues no hay mas razon pa-
ra aquellas, que para eiita. Si ga m le ba cumplido esta
promesa, como se intenta suponer, deberá mosírarse oon
diatincion y claridad este perfecto cumplimiento, sin recur-
rir para esto al sumo sacerdocio de Cristo segun el orda
di Bicl$uiseddc, con el cual el trono de David no tiene
oonexion alguna, ni la mas minima relacion; siesdo. c h .
que la p,mmesa no habla del mcerdoaio, &o del trono de
David f.. Esta promesa, pues, i c n d o re ha cumplido b
onaado se ha podido cumplir ? En toda la hietmia +a
no hallámos otra oosa, sino que el M& hijo d e David
entró una vez phbliaamente en J e r o d é n entre lea adanm-
ciones de la plebe, con aquella pompa nueva B inadita.
que refieren los evangelistas, y que ya estaba registrada en
Zacarías : Mira que tu rey vsiidrá á ti jwto y wh>rrdor:
dl vendrh pobre, y seatodo sobre una ama, y sobre nn
pbllino Ajio de asna3 ;mas tambien sabemos, qse nQ fiig
* Et dabit illi Dominus Deus aedem Dand patria ejtm: et ng-
nabit in domo Jacob in aeternum, et regni ejas non erit ñnik-he.
i, 32, 33.
t Dabit illi Dominue Deun eedem David patris ejua. Yidc-
mpra.
f ECCERsx TUUB venit dbi juetus, et salvator : ipse panper, et
-
sscendens super minam, et auper puilum filium asinse. Zacbr.
ix, 9.
recibido, &o d e s o o ~ ~ ~yi dreprobado.
o Lejos de ponerlo
en el trono de David, lo pderon seis diaa degpuee en oúw
trono de dolor y de ignominia, cual fn4 la c m ; y la ple-
be misma que b babin aclamado por hijo de David, olamá
conira 61 á grandes vocee : crnc$cak, crucijfoab.
W. Despues de su muerta y resorreccion, sabhmos de
oierto que se fo4 al cielo, como 61 mismo babia diibo :p a r a
recibir allí un rsino, y despues voluerse*. Sabemos de
cierto que allá en el oielo está sentado á la diestra de
Diost. , Sab6mw de cierto que alla está sentado en el
trono mismo de su Padret. Sabemos de cierto que al16
estará sentado hasta su tiempo: hwta que ponya (le dijo
su Padre) á tus enemigos por peana de tus pies§: y como
..
afiade el Apostol : erpsrando lo que resta. 11 Sabemos, en
fin, con la misma certidumbre, que volverá algun dia á
esta nuestra tierra, ir juzgar lo8 vivos y los muertos Y...
no tendrb fis su reinoq. Mes ni el trono de Dios,
adonde aora está, ni el trono de ignominia donde lo pnsie-
ron loa suyos, se pnede llamar, sin una manifiesta violancia,
el h n o , 6 86Iio. 6 tabernáculo de David sn padre, que le
está tan espmamente prometido. No quiero perder la
oportunidad, que aquf se me ofiece de decir dos palabm
nobre cierta notioia, que vulgarmente corre por verdadera,
como que se halla espresa en mnchisimos intérpretes de la
h r i t u r a : es á saber; que aquellas palabras del sal-
mo scv, Decid en las naciones, qw el S&r reinó, estan
oorrompidas 6 truncadas maliciossmente,. por los Judioa,
los d m les quitaron la palabra latina a ligno, pues debia
leerse: dicite in gentibus quia D m i n w regnavit 6 ...
ligno. Yo no me admirara mucho, que los Judios hubie-
Accipere sibi repnm, et reverti.-h. xix, 12.
t Sedet B dearia Dei
f
- Mam. xvi, 19.
-
Sedi cum Wtm meo in throno ejus. A p . iii, 21.
Donec ponam inimicos tuos scabeiinm pedum tnomm. -L Pr.
c x . 1 ; et m& ep. ad Hebr. i, 13;' Zb. x, 13.
11 De ceten, expectana, &c.-Ad H e k . x, 13.
W Judieare vivos, et mortuos, cujus regni non ent.finja. -Ea
Simb. Conrtant.; et Vi& Luc. i, 33.
son quitado a1 bato ia pdabta u Eigrur, qPe tehto p d m
imotxxiiito8. h a que me &ira, mn jrrands d i n i r e , .
ar, qoe rabisodo e& he d w t t Cristianos
~~ (pdee sino lo
rpl"eo, no ee mible que ie ábetr- 6 publidirr esta
noticia en JUE eawitaa, que debea, 6 @en d a r ea
m o , peligro de kvaofar an falso testimonio
i de b d ~ boon
ilos &vos 6 i n e m s Jadies); qae sobiende, digo, los
docto- que los Iudios qiiitrma d teato m p d o le piabra ,

ci digna, no re la hayan n s W i d 6 besk nora ea tetitas wt-


recciaoee que se han bedo de la Escntare : ai ee baile
erta p l h ea 1- &m vetsianes, que m e c o m
bneoas, faera de la Vdgatr. hta ea a m cem, que w
puedo coapnder. lae Judiw q n i t m d teab la pala-
bra a +. Bim. O erh &8as cietta, 6 m. Si es
uierta: hmgo debe redituiree al bste mimo uea jdabre
ian s w b a d , y tan intenm~oba Si lio ea eietb: h e g o
debe borrarle la noticia de todor los asorito8 p4Hicoa
donde se huere, poer loc Jodioa, por Jueios qm m,ao
p w d a ser rordandoe, riao uegutl ib -o y publb:
puea son h b r e s oomo Oodos sesoá.es. Feera de esto ;
Lease todo el &o XCV, coa ojo8 iapaidea, y se aow-
cexá al punto, qw la pdrbra a ligao he viene al seso, pues
todo él habla muiifiestraaente de la venida mgaada dd
Señor en gloria y megertad : Commdvaa loelrr la tierra
á ru prersnciaz decid m lao naciones, que el &%w
minó. Pergur sirdrrrpó la mx&&z de & ( i ,que u
rer6 conmovida :jweg4t6 lor purblor ean squi&ld. Ala-
grenus los &, y mgocL&~ b tM*ra, mnkMdO(~dd
MUW, y 8 u p k d d . r . A k é r i 8 t a d s i S & , p ~ q u c ~ b :
porque vino tí juzgar 6 la tierra. Juzgará L r a d d
& la tierra con equidad, y l a p b I o r con su uardad *.

ComrnoteaN b e u contianihb) a fsoPs limirartii tern :


dicite in gentibu, quia Dominua mg~mri(. Etenim oorrexit (=u
firmsvit) orbem tense, q i i non commovrhittit : judiibit popuia
in aequitate. Laetentur cm%, et exuket íem, comrwveatw m u e ...
A facie D o d i quh : qaaiiam vanit judiar8 tem&. Jwi-
mbit orbem terne in equitate, &c. -Pi. x h , 9, %e.
198. Reepoaden d esto, qas el reiw del Medas de que
habiaa lae Eeenturru, w es terreno ni mundano, sino celes-
tial ydiriao: no temporal, sino eterno: no cainal, sino
errpiritnal. As(, arinque se dice que al Mesias se le dará
el t m o de David ea padre : que se sentará en este trono
deapees de medUoado y levantado del polvo de la tierra:
que rehará eternamente en la casa de Jacob, &c. ; mas
todo esto no p e d e entenderse literalmente, sino en otro
sentido perfectísimo, cual es el alegórico y espiritual : en
enmto el trono de David, sobro todo Israél, fu6 una
figura, 6 sombra del trono espiritual de Cristo, sobre todos
loe creyentes (que no es otra cosa que en sumo sacerdoeio,
segun el brdsn de Melquisedkc). Yo he protestado ea
otras pai6es, que no pieoso oponerme de modo alguw 6 lo
que se dice 6 se quiere decir en este sentido alegórico y
eepiritoal ; 10 mal yo tambiea lo digo y lo creo como todos
ion &lee. A lo que si me opongo con todas mis débiles
tiienas, es el empefio y pretmsion de los que quieren des-
$tioammte, qae esie see d óinico eentido de las santas
Eicrituras, y que el pensar otra fuera de eeto, es un error,
es no miefio, ea un despropósito grosero, %,c. Mas esto
i como lo prueban ? Yo d lo menas no hallo p w c h que me
rtrtirfaga.
#H). lh eieitfsimo que el mino del Mesias de que ha-
, pdede ser un reino terreno y mnn-
blan las ~ t a r e e no
dano, smo celastial y dlww : ae paede ser un remo tempo-
ral, rioo eterno ; no poede ser an reino m a l , sino espiri-
taa\ (bien que debe oer no puramente espmtual, h o
espmtacrl y aoiparal). Es decir : w puede ser el reino
del Mesiar, como los reinos que baste aom hemos visto en
noentro mudo. Esto repugna infinitamente, segun las
&criturar, al reino de un hombre, que no es puro hom-
bre, sino Hombre Dios, en cuya persona esten estrecha-
mente unidas las dos naturdileans divina y humana. Por
ianfO, en lugar de equelltu palabras equivocas, que tienen
un sonido tan desagradable : reino terreno, reino mundano,
se p o d h swhir t a h o h m : reino mhlial, reino
444 LA VENIDA DBL MP81AB
divino; moe e x ~ t m t ehicamemte ea imia m i r a &
Suetitaidae erfar palabras, que Iion vicuilemente las pro-
p k , rregun todas les ideas qae noa dan las santas .&mitu-
m, se viera cesar nl panto el gran ruido, 6 oonvertllse en
una suave melodls, nada disonante aan 4 loa oidtm mas
delicados. Los qae qaieren que h Iglesia preaente sea al
reino del Meslas, hijo de David, de que hablan las I h x L
turas, oiertieimamente oondenarán como dura esta p - r -o p
sioion :
201. " La Iglesia preeente es una Iglesia tenurna. y
mundana" Mae no condenarán, antsr aprobarán esta:
u La Iglesia piesente es una Iglesia oelestial y diviosi, no
obetante que exiete hice y realmente en este mundo."
2Q2. Apliquese, pues, la eemejanea, y con edo aolo se
verá desvanecido el equívoco, 6 mitigado el gnm ruido.
Proctíquese la misma dilipnaia con queliar otrae I>alPbrru
tan displicentea, como impropias : reina t m p r d s reino
cama1 ; leyendo en su lugar estu otras : reiw eterno, &
~ p i n t u a l ,sin dejar de eer oorporai: pues el kmbm ee
compone esencialmente de auerpo y erpúita. Con esta
conmutacion de solas IM paiabraa, el h t a m a deaapareoe,
y la disputa queda concluida
303. Con esta misma conmutacion 6 distincioo emtm
palabras propina B impropias, es bien f a d responder Bi otra
gran dificultad que suele oponerse. Jeeueristo, dicen,
- declaró al presidente Pilatos, ante cayo tribunal estaba
como reo de leea magestad, acumlo fiileamente de haber
qaerido hacerse rey, y rebelarse contra el Cesar, que $u
reino no era de este mundo * : luego no hay qae esperar el
reino de Crbto en este mundo, por maa que lo anumien, 6
parezca que lo anuncian las Eaoritam. Mas esta mima
dificultad la deben resolver ea primer lugar los mismos que
la proponen; pues la Iglesia presente, B quien i i a m
reino de Cristo, ciertamente no es de otro mundo, eino
de este; ni se compone de ángeles, 6 de o t r a criat-
l
Regnum meum non est de hoc mundo. - Joon. xviii, 36. 1
%N BLORIA Y HAOBSTAD. 446
incógnitas, &o de hombra~racionales del llnage de Adan,
que realmente hab'ltao en este mando y eon de este mundo.
Responden, y con razon, que Cristo no dijo que su reino
no estaba en este mundo, sino que no era de este d o:
así, aunqae la Iglesia cristiana está &ente en erte
mundo, pues se compone de hombres vivos y viadores del
linage de Adao, con todo eao no es de este mundo; ya por-
que no se conforma, ni es de instituoion humana, sino
divina ; ya porque no se conforma, 6 no debe conformame
w n las costumbres y mrurimas del mundo. que propiamente
Ilamámoe mundanas. Bien : luego en este mismo sentida
verdadero y por sí conocido, puede may bien estar en este
mundo, wgun las k i t u r a a , el reino de Ciisto, de qiie
ramos hablando, sin ser reino de eete mundo ; esto ea, 8in
tener semejanza alguna con loa reinos de eete mudo, ni
d m m e en lo mas minimo con ens mhsimas y ooetum-
h.Eu este sentido, y solo en este sentido dijo el miti
mo Sefier de sl y de sua Apóstoles : No son del mundo,
mí como tampoco yo soy del mundo *.
204. Fuera de esto, cuando m cita un lugar de la Eac&
tara santa para probar alguna cosa interesaute, parece que
debia citarse todo entero, no dos6 tres palabras eolamente ;
pues muobas vecas s u d e (aun en los escritos puramente
humanos) que una el~usnlano se entieude, ni es posibie
atenderla bien, sino por sus últimas palabras. Ved aquí
el t a t o entero, que es breve.
, Mi reino no a de a t e mundo : si de a t e mundo fuera
mi reino, mis minbtros sin du&r pelearian, para que yo
no fuera mtregado & los J u d h : aas aora mi reino no er
de aquí+.
205. Estas 6iitimes pairdorao, nioe aora, 6 qué significan
De mundo non sunt, sicut et ego non sum de mundo. -Jwn.
xvii, 16.
+ Regngm meum non ert de hoc mundo : si ex hoc mundo easet
regnnm meum, miniitn mei utique deeertarent, nt non t d e r e r Ju-
-
dmis : nunc outem regnnm meum non est hinc. Jain.xviii, 36.
M LA VBWIDA DSL YBBJAS
esterilibd? Y o ~ e m r o c k ~ 1 P iis me , mL
~
qiicudas. Por t~ar&,las dejo BiD t0-h 5 pmwihdomm
<pie ellas m e a p h á d r i t m o , y aplic8o si mime*,
tiasp. t d . eA terh.

TERCERO.
206. En el ralao oxxxi ha& Darid (pr* y rey) &
h proseecr qae Dior le tenia hecii, o o n c r i d a c a jna-
mmb,da que el Me& a L,ee eentsria den di.en a
h b r e a o ; y p a r o m y m ~ i m . B a d e ,qoaeiib
p.me- de Dios ee m d a d q e ao faltará, ni qatxkd
firstdri: Juró el & d a d á D a d , y na a0prii ds
erpdi*k:&fi.trio & t w vidlnpadd w b s tr tnm6=.
Bdepromesade ~ c r o n 6 n w d . c u u ~quién ~ &
hable1 i H e b l a d ü % o b w b a y & l ~ ~ t i o r ~ ~ Q J a d i . B
hbla directa 6 iodirstQaisnte & CrYlo Jesns? Los iiis-
&en 6 rufonwi comorrsmente, que ht pronem &
Dino hable 1-1 C iudiatsmante de Salomóo, y de la
reyes que siguieron M JeeodPs b. Sedeoíae, don& cayó
. ei bono de *id, y h e d e cuya época no es ha vaeito 4
ver ea nuestra h; y ,ymh t M e Iiebie del M&
en1 rei4ido .)egórico y espiritual. N o ob- yo me
Pbrrrro.&deoir, qae la p o m a s de Dioli, c o d d con
+ameato, hibh titeralmcate, dPreetm6-i de
d o et Mesías; no de Saloesa. ni, de loa atrios q s s de
Jadá. La razon en que me fiado ee.el eap. ii ds Lae A&
d s loe Apbntder, &de el ver. 95 h a d 3k. M í se lee,
q.eSi'I?Leitro eoelmimcrdk&~Penceoaefes,4 l a h &
k& akrl &u+,u a b n d ~de d ip l e n k a i s l r t e el Bb
pfritu Santo, y hablando phblicamente en medio de hnwa.
lés no de p p i a cienoin (que ee la tenia) sine~cono.dEr-
pfritu Santo lar daba que hablaren$, hieo aquel primer
Juravit Dominue David veritatem, et non f m h b i t u r m.:de
h C h OBtRB.bUi popoaunrpa ~adan. tinm.-p8. aJrnri; 11. l
t hioradieitcrtia.-bonii, 16.
$. PmntSpii&m-&hbaloqiP.illis,.-Id. &4.
s e m o d h h y . a W d b a qm ooaaiiillá ti CFlato m
de t ~ w
mil*.
207. En &e p r i m e r ~ b s p r e b b B l o s J u d i . s c o n
tres l q p e r de los S h o e de Barid tres wmbdea prapiar
y peculiarea del m h u Meaiar ~ Jesuczbta hijo de UaoiQ
u s g w b cama. Fiisem : que nqndmima Jesuo, posL.
n>ro:orp o b w ysa pdobrau... qne elbs mismos hsbieo
reprebode y condenado riocueda p tres d k antes,p.siík
&la en mur &o.t., replioerle imhip resiichb, mg~orlei
Esen-; dele oud, él miilaa y tde&lmlotn#: apljir
tolps y alo os orsr, tes*s oeulaawi.; pew 1, lreew
vista daepws de reuui(ado, ipú una d a , s k mu.hlairu
veces, por cuarda.&: habiai c o d o y bebido coa 6l:
LebUln oido su voa : imbm msibiP)O alu iPL101uachm. y
mandatos aotee de pe*m p o ~ ael c i d a Y era imporPble
s e p m eeto, y segpa. IPB Eso- querd inñeroe le mtn-
siese m i h Oe imw demlro de eL$ Para &e lee c i h d
reiJo nsli~ieXY : y.aQe*lIu.bebien npi! oevne.repoaar6
e n e p u ~ ( # a , Rouq~enaciljclrBéd a h a e n e l iiylferiPo:
~ " t b bqJW . b t)(lQ b 4 0 t V w h $
prueba, qae wúv.p&hae, DO pueden,hablar de la persona
&me& Davidi puü~esta bbia d o quitado nirthoa
dgloa a*s, y au sepalare, era t b h h cowcido de talos,
m qw 4 amgii~ome le hubiese pasado par el penaamienh
qoe I h i d hubiese roeo~itado~aotee ds esperisaeotar la.-
mpcioo : Varona jyrriransr,réum G t o &roa con h r -
, d.
tad dal p a t r i a m a ~ l b i d que y fi& curlhwd:y
su sspudcro ettd~ntrenvuduas Rastu al dicr do hyji. Ia
Circiter tria mi1ia.- Id. ib. 41.
t ...
Potens in opere, et sermone snapendentes in 1igno.-Lec.
xxig 19; etA& v, 30,
1Jwxtr quod impwibile e a t ten4 il)um,ab eo.-&. ii,,24.
5 Ineiiper et caro mea requiescet in s p . Qwniaw nDIp de&
mptionem. -
qaai uimam memn in i n f m . : aac Wi ~ . t n vidare
Fa. M, 9, 10.
&m
11 Vin fratres, liceat au-r94 ros de EatiswhaIkrRa;
w wr-

-que in halimmm di- -


a,et.wpdtw: ec s-bmm
quoniam defi~~ctm
4#.üí, W 4
$jusutopuii.nor
m LA VICNlDA DBL YBBlAU .

regando : les pruebe, que d mismo. Jam, hijo de i h v i d ,


deepuen de rerricitodo habita subido 4 los oielos, r s ~ p plpS
Esoritams, y -bD en pmmiisia del mismo 8. Pedro, y de
todo1 loa apóader y dkcipalar, que daban tertimomo p&

-
Mico de nqeella verdad : puo lo cae1 les cita e l idmo cx
d#endo, que 00 puede hablar del oirmo David: Parpw
Dooid no rubió 6 lar &lw: y dice oor todo ero: &e d
Saña* 6 mi &ñor :Siéntate h mi disrtt~~.3mta que
~ r enemigou
s por t d n # & turpiu*. Lo te& r
lee prueba, que este m i s s o Jemii, qae h a b i mudada y
subido al cielo, debia vdrer algan diaá esta w b o tierra,
slgmi ia Bianturas, y ocnper entówei el troao de Darid
su Padre. Para & lai cita el ealmo oxxxi, afisdiealo
erprwame~teuna cirmmdmciu notable, que no ee íicito
dlimnlar. Es B sabor: que perri esto último se pmpera el
mismo profeia David, bpbkdo de entemano cm el ~ l w n,
de k remrmxion del M& su hijo : Sisirdopiu Pwfgta,
y tabiendb p etmj u r a m e n t o le Rabia Dioa jurada, que
dafrorto de au Coinas re stiitaria robrG su trmo: Prc-
viéndolo habló & la rssurreccion &l Cristo, que ni jk?
*ado en el sepulcro, ni ni carne vi6 corrupciont.
208. De estos tres lagares de los Salmos que cito
S. Pedro, como el Espíritu S a n t o Icr daba (B aun ap6e
toles) que hablauen$, yo solo necesito estas dos connecneo-
cies, que me parecen legítimas y justas por todos saa as-
pectos. Primera: así como los dos primeros lugares cita-
dos del salmo SI, y del d m o oix, hablan literal, inmediata
y tinicamente de Cristo, el uno de sa reaorteccion, el otro
de m arcension 4 loa cielos ; así el teroero, que dice : dd

Non enim David ascendit in coelum': d i i t autem ipse: Dixit


Domims Domino meo, sede B dextrie meia, donec ponam inimicos
tuos scabeiium pedum tuornm. -Acr. ii, 34,s.
f 'Propheta igitur chm esset, et sciret quia jurejurando junreset
illi Deus de fnictu lumbi ejus sedere super aedem ejus : h v i d e n s
locutue est de reaurrectione Christi, quia neque derelictus est in in-
-
fimo, neque caro ejus vidit comptionem. Id. i8.30, 31.
Pront, Spiritus h e t n r d&at e h u i U.-Id. ib. 4.
fruto de t u uientrs @d sobre t u trono*: debe haMai
literal, inmediata y fínicamente de Cristo ; ne de Soloarón,
ni de los otme reyes de JudB ; pues .no hay mas raaon ni
mas ycivilegio para aquellos qw para erte, sieiido oomo
aquellos igualmente dictado por el Espíritu Santo, en un
mismo da, y en un mismo dimurso. Segunda cooiieouen-
cia. As4 como los dos primem lugares citados se onm-
plieron perfectamente en Cristo, en su propio, natural p
literal sentido; aaí ni mns ni menoa se deberá c m p k ea
tercero, por saa que ae repugne. Tal vez tuvo pmwnte
esta repugnancia el qae'todo lo sabe : pnes na contento
con añrmar edo fercero, con w *pie palabra, . a m o lo
+en> y lo segundo, q h toda* asegurarlo mas, 86%
diendo un formal y d e m n e jmammio: Juró el Sañer
usrd&d 6 David, y no acjcrrh ds cunp&&: del frvto ds
tu vientre p d r d sobre tu tronot.
Si&, p w , profcta, y d i e n d o que con jurerrsicto
le Wia Dios jurado, qw del f m t o de sur lomos se san-
faría sobre su trono: Previéndolo hablb & & r w r m
Cioq d6l cristo,

PARRAPY) VI.

~~LTIMO
ABBBRVAC~ON.
209. Esta última observacion deberá ser inevitablemente
algo mas difnsa que todas' les que han preceulido en este
fenómeno ; ya por los varios puntoe qae comprende ; ya
por la dificnltad mes que ordinaria en aolararloe y onllloe
entre si ; ya tambien porque sa union y pie- inteligenaia
nos parece de gran importancia.
210. El capítulo xvi de Isaías empieza con esta miste-
riosa oracion : Envia, Señor, sl Cordero dominador & la
De fmctu ventRe tui ponsm super eedem tu-.-P#. cxxxi,
11.
+ Juravit Dominus David reribtem, et non fnietrsbitur : dq
fructu ventrb tui ponsm supar sedm tuam. -Id. id.
'POMO 11, 2c
i
II) LA VENIDA DBL YBBIAS
#&va, la loi p k h d d d s r i r r t o el d e . & dc Ai@a dr ,
**. Edae palsbrda, y h i m l a que sipea hasta el
rersMpb & no hay Bode que son owhirísiisa4, no sohmemte
obosid- en d oiiemas, sino mnm d d e r a d e r , cen todo
r amtesto, que eb el que d e a&ir el.v&ro IieeCido.
y aalsrrr k oons mas m u m . Ni w Oonoce por e k
mi- egn ideas cleree, de <)a6 &te& me W, ri dc q&
Oiempcn, ni B qué pophsite m dieen. La eqdiaacietr qae
BiHa en los id8ipieb. ao&m simplemento qwe ao me
mthñme. Di- todos 10%que be podido toaultar, que
el Piaaata haee iqd wa edpeoie de parénbsia 6 bmdsha

~
digrerian. Qliieren deoir, que como acda de hablar can-
. tra Moáb en k d o el aepttdo anteoedeeta q w time per
lí4mila: Cwga de Hdbt, y t0d.h proeigae en el pre
mta, m L vino B le menabria coa ata d d ,la &h
rinda Rut, Moabita, lo c d dejando w pátria, ae rino 1
la J d m , siguiende 9i srr swgra Ncdemii y deepves de
*n üempo se casó am Bow,y fa4 viaabaela de Darid: '
Y Bom srgendtb de Rart á Ob6d. Y Obád engendró 6
J w e . Y Jw8e engendró 4 David el rey S. 1PCordBnh
el profeta de Rut, Moabita, visabuela de David, se acordó
por consiguiente del M& hijo de David, y por David hjo
tambien de Rnt. Con este recnerdo, lleno de fe, de espe-
ranza y de un ardientisimo deseo, pide A Dios que envie
ouaotu a e k s d C o i d a que debe dominar espirithahaente
Id tierra, y qae la envie I la piedra del a r t o : sdto m,
dicen, da M&b 6 da la hrsbia P-a, donde r k h los
M6abitas, y da^& erCBiba situada k antigaa atndad de
Piecra; ho potq~eel Medas lmbiese de -ir &ente
de la Arábia, 6 de la tierra de Moáb; aiw almdiendo,
dicen, d la patria de Wat, m progenitora, &a, Si QM-

Emitte Agnum, Domine, domhtorem term, de patra d d


& mtmtem
I -
fih Roa. Ilili. xvi, 1.
t Onus Moab. -lmi. xv, 1.
-
1 B w z m&& fiauit Obed es h t h . Obed aaum garaüt Jaree.
deme autem gediait h v i e q#em. Mbtr i, 6.
, gubas oera leyendo el capitulo basta el veniioub 6, n a
I ballbmw no obstante, sin podw eritwio, con dmo oosw
i bien diversan y bien agewu de tsdo lo pasodo.
211. Yo propoego aqui o- ideligePaia de este I n y
I de Zaaíao, y pido para uer eateadido, m, damente aten-
cioo, ebo kmbien pacisnoia 4 pues ao me es posible eepli-
carne bien, sino á oosta de muohee pdebilrio. Lm tal-
tos, aun naturales, loa reparte el Criador de todos ¿ & ...
oino como quiere *.
. 212. Primeramente: convengo aon todos, y me parece
, claro é iariegable, que el profeta al empezar el arrpitulo
xvi, haoe una especie de paléatesis 6 breve digresion, en
que eetiende por uri momento SU vista áaia otros tiempar
muy futuros, y ácia otros suoew muy diversos y mncho
I
mayores que aquelloa de que va hablando. Esto ee fre-
ouentísimo en Isdoo, y sa puedo con verdad, decir, que es
de su propio oarhter. Para esta breve digresion le da
una ocasion bien oportuna, no la viuda Rut, Moabito, sino
el mismo Moab, contra quien va profeti~aodo, y cuya pro-
feoia se cumplib pleníeimamente en tiempo d e Nabucodit
nosbr. (Vbse todo el capitulo xlviii de Jeremiaa.) B h
no pnedo convenir en que el pairéntesis b digreaion de 1%
raél sea tan breve que comprenda aolameato el verolsalo 1:
B mí me pareoe &m que pwa algo mas adelante hasta in-
cluir dentro de si todo el versiculo 5, sin lo cual no sé
como se puede dar algan sentid6 ramnable, y conforme en
la historia sagrada 4 estoe cinco primeros vemiculos del
capitulo xvi ; véase aquí el testo seguido.
Emria, SAw, e t Cordero dominador de la tierra, de
la piedra del desierto al monte de la hija de Sión. Y
sucederá: Que c m ave que huye, y pollos qw vuekrn
del nido, así seran lar h i j u de M& en el paao del Amón.
Tema alguna traza,jsintcr sl~Ayuntamnnto:pon corno no-
che tu sombra a2 mediodia: esconde á los que van huyen-
de, y no descubras á los que andan errantes. Morarán

Dividens ainguiii, prout nilt. - 1 a¿ Cm.xii, 11.


2 ~ 2
452 L A V B N l d A D E L MESIAS

contigo mis fugitivos : M&, sírveles & lugar en que se


escondan & la presencia dsl destruidor :porque fenecido es
el polvo, ha sido rematado el miserable (ó el qw hace mi-
serables), que rehollaba & tierra. Y será establecido el
trono en mkricordia, y se ssntarh robre k l en verdad en
el tabernáclrlo de David, qwiea juzgará y dcnurndavájui-
eio, y dará prontamente h cada uno lo que esjwto*.
213. En la suposioion, 6 cierta 6 solo probable. de que
todos estos cinco versículos entran en el paréntesis o ea la
digresion del Profeta, yo os digo, sefior mio, que todo se
entieode 6 se puede entender aaturallsimamente, sio ser ne
ceoario recorrir á Rut, Moabita, antiquísima aun e n ti-
po de Isaías : como ni h Rahab, ni B Tamár, ni á Lia,
ni ir Rebeca, ni á Sara, todas progenitores de Cristo, s e p n
€a carne. Mi modo d e discurrir es este.
2U. Acababa Isaías de hablar contra Moáb e n todo
el capítulo xv, y todavia prosigue el mbmo asunto eo ei
eapítulo xvi. Maa como el caraoter propio de este graa
Profeta, segun se dice en el Eclesiástico (cap. 48) y qoeda
notado en otras partes, e s declinar inaeamble y casi conti-
nuamente á lea cosas tiltimas; oon ocadon de hablar de
Mohb, anunoiándote su estrema hamillaeion en castigo de
su estrema soberbia, hace en medio de la profecía an co-
mo parentesis 6 breve digresion, y profetiza en cuatro paia-
bras otras oosas bien singulares, qoe deben suceder en otros
tiempos remotísirnos en la misma tierra 6 país de Mohb.
Empieza pidiendo B Dioe que envie del cielo al Cordero
Emitte A~num,Domine, donjilatoiem terras, de Petn drsuti
& montem filiae Sion. Et ent : Sicut svis fugiene, et p d i de nido
arolantes. sic erunt film Moab in tranaceneu Arnon. Ini coaQfimm.
coge conciliam :pone quaei noctem umbmm tum in meridie :ah<x>n-
de fugientee, tit vagen ne prodae. Habitabunt apud te profhgi mei :
Moab, esto lrtibulum eorum facie v ~ t o t o ~:%
dnitua eft enim pul*
raasummatua ert m h r [seu qui miaeroa facit] :defecitquiconcuh-
bat krram. Et pmparobitnr in misericordiasolium. et sedebit onpei
illud in veritate in tabernaculo David, judicann et quereas j&
cinm, et velociter reddene, qnod justum eat. - - I d . xvi, 06 1 vogvz
ad 6.
EN GLORIA Y MAGESTAD. 483
destinado 4 dominar la tierraf. i Qué otro Cordero pue-
d e ser este, destinado 4 dominar la tierra, sino aquel mis-
mo de quien se hablar en el cap. v del Apocalipsis? El
cual m presenta delante del trono de Dios,. recibe de su
-mano un libro cerrado y sellado, lo abre allí mismo en
.presencia de todos los conjuecea y de todos los ángeles, loa
.llena Q todos, con solo abrirlo, de sumo regocijo que se
difimde tí todo el universo, &c. i Qué otro Cordero puede
.ser este, desiinado 4 dominar la tierra, sino aquel de quien
.se habla en el capitulo vii de Daniel? El cual en hs.'tiemb
pos de la cuartá bestia, esto ee en los filtimos tiempus,
se presenta delante del miemo trono de Dios, como Hijo
de Hombret, y allí recibe de su mano phblica y so-
lemnemente, la potestad, y la honra, y el reino: y todos
los pueblos, tribus, y bngws le servirán 6 dl$ ( V b w
el fenómeno antecedente, art. ii.) i Qué otro Cordero
puede ser este, destinado 4 dominar la tierra, sino- aquel
mismo B quien se le dice en el salmo cx: De 9ibn hac
r á salir el SsFior el cetro de tu poder: h i n u tii en me-
dio de tus enemigos. Contigo 88th elp'ncipado en el dia
de tu poder entre los resplondorer de lor stzntoss? Es?
ta misma petioion se le hace B este Cordero, destinado 4
dominar la tierra, ea el cap. lxiv de mismo Isaías. ;O si
rompieras los cielos, y &cedieras! h tupresencia los mon-
tesse dsrretirian. Como quernazon defuego se deshicieras,
las agws ardieran en f~ego,pamque conociesen tus ena-
migorr tu wnbre :b tu presencia las d n e a . s e turbarian,
&c.H Todo la cual, por mas que quiera sutilizame, es c k

Emitte Agnum, Domme, dominatorem t m m -l&,xvi, 1.


-
Quesi EVius Hominis. Dori. vii, 13.
f Pote&atem, et hmorem, et regnum : et omnes populi, tribtia, et
lingnm ipai senient. -h. di, 14.
8 V i m virtutin tuse emittet Dominrie exSion : domiiiue in me-
dio inimiconun tuanim. Tecum principium in die virtutia toa! ii
-
splendoribns sanctomm. P8. cíx, 2,3.
11 1 Utinam disrumperes coelos, et deecenderea ! bfacie tua montea
deduerent. Sicut erustio igniii tabeecerent, aqum arderent igni, ut
ro que m ~ornpetede a o d o alguno rtiw>oaWc 4 k prímc-
ra venida del Sefior, sino 4 la segunda, aegan todas las Es-
crituras.
215. Afiads Isaías en MI breve oraaion, pidiendo 6 Dios
que envie al Cordero dominadar de la tiem: de h piedra
del desierto al monte de la kija de SVdn. Estas pdebm,
de la p i d a del U e r t o , minuiar sí mismas, no hay
duda que Boa oecorlaimas ; uíss ai de aombmiui con o h
lugares de loa Profeta8 y dei mismo Idas, pnddm raaf
bien entende- sin violeacfa, anW con graa nuCnralidad y
propiedad. Ih Habacnc, por ejemplo, se diaP : Diar m-
drá dei d w t m , y e1 Smbo dsl monte de Farán: La g b
riu de dl cubriá los eielos : y kr tierra llena a& de sm
loor. Su claridad osrria Ja lue strá: myos ds gderrs en
SU8 -os *. i Q a i h puede dwcontxw iqni y en todo
este capít~lola venida del Sefior eri gioria y q t a d !
Aora : el monte Fm4n eetácieitaareribs e n la Idama, ácia
el Austro. respecto de la Palestina ; y poa auto ba LXX,
en lngnr del Ailstm, k a n : ds Teman d r & ; p o m p
Teman era la metr6p011 de Idumea. Por otra prbe, en el
cap. xxsit de Isaías, 6e dice dam y cgpresaae&e, qae el
Sefior cnando venga en gloria y magestad, eeadrP p h o
K i t a m e n t e á la Idutnea : L q a f que ikjatif eokr la
Idttda, y &re ¿l pueblo qtrc .yo tnedw4, pava b
justicia. L& espada del &Mor Nsna e d 6 de rsrrgn...
porque la ~ 6 c C i ~ n rdel
r S&r ser& en y & grm
matmea en tdwm de Wóm *. A eete @r perieae q ~ g
alude S. luan, cuando dice : Y fud heliado el tago j b = a
de la ciudad, y salió dangre &l lago hcrsta los frenos dr:
notum fieret nomen tuum inimicie tuie : B facie tua gentes turbaren-
tur, &c. -Imi. lxiv, 1, 2.
beus ab Austro veniet, et Sanctue de monte Pheran : Opernít
celos gloria ejue : et laudie ejus plena est term. Splendor cjm nt
lux erit : cornua iu manibus ejus. -Hrrbac. iii, 3, 4.
t Ecce super Idumseam descendet, ct puper populuui intcrfectis
nis mcz, ad judicium. Gladiu~Domini repletus est san.quine ...
victima euim Domini iu Bosra, et iiiterfectio magna in terra W o m ,
&c. -Imi. xxxiv, 5, 6.
EN GLORIA Y MAGEBTID. 155
lw &los por d y sahcURtss w t a d b * . Y en el
cap. xir, 15, se dice del mismo mando ya viene del ciele
a 14 t i m : y d i pisa el lagar de¡ oino dd furor de la ira
& Dios Tod.podermot. Aquí, en la Idamea, ácia el
medie &a dte J e r w d l n , tendrB tanto que hacer la espada
de doe filos que h e en su booa, auqnto se -de ver
y rooeiderer d a p a i o en tedo este cap. u i v de Iaaíse,
digno ciertameate de toda oonsidewcian, y cuanto ae pnede
ver con mayor claridad ea el cap. xxxvi del .mismo Pra
feta : los cuales lugares y otros semejantes los toma 6
fiestamente S. Juan, y los hace rieririr todos juntos en el
cap. xix de su Apocaiipis, eomo v e d e faciimeote cotwan-
oerse Be ello, cualquiera que qniaiere tomar el p - 6 0
trabajo de combinar mtre si esto8 Iiigaass, en juicio y sn
justicia, en lo cud yo no p u d o detenerme mas.
216. Con todaamtws adinehnoiea parece ya faeil, 15 no
muy &il, oomprender bien todo el pdnteais, con qoe
eiPpiwa,el cap. xvi de Isaías : I h v i a , Señor, e l Cordero
dominador de b tierra, de la piedra del deoierte d monte
de la htja de Sión. D q w de eata breve oracian, empie-
za Inego, dentro del mmmo paréntesis, la profecía particn-
lar comprendida en los cuatro versíaiilos sigpientsa : Y
sucederh (que ee lo mismo que si dijera : euoederá en ea-
tos tiempos i o m a o e 4 la venida del C d ' e r o d o m ~
de la tierra): Y -&rh que C- ave que huye, y
p o l l ~qire vuelan ddrido, asf serhn las @as de Moáb sr
el paao del A A . Fsrece B primera vista, que aquí se
anuncia aoa B u i b verdadera de los Moabitas ; los cuales,
por temor de algun enemigo formidable, que viene aoatro
ellos, desamparen au pam, y pasan 4 Ja otrs par* .del i o 6
del torrente Arn6n. En efecto, así lo auponeo las 5ptBr-
pmtas, insinuando muy en oonfueo, que todo esto pude
Et calcatus eet iacus extre civitntem, et exivit sanguja de lacu
ueque ad frzenos equorum per etadia mille eexcenta -A p .
xiv, 20.
t Et ipiie calcat torculsr d i furorie ira Dei 0mnipotentie.-
Apw. .ir, lb.
m LA V E N I D A DBL M B O I A 0
baber suoedido, y euoederis an las eapediaioPes de Se--
abePib 6 de N a b m o d o d r .
2l7. Moa j oaao p o d h a i componer tina h o i d ~U&-
dera de Moáb faoro da = pais* con lar palabras qos h-
diatamente se le d i n ? Toma a l g w fwrur, *a el
Ayuntamiunto: pon como RooRs t u coabro d Mdiodirr:
d 610s q u s u o r , ~ n d o ,y n o d a d r a 6 l o r p e
andan erranter. M o t w h oontigo aJlfugitivw: M&,
rirudrr de lugor en que w a c o d a n & lo p r d BJ
brrtru*.
218. Por estas polobrss se ve 01-te, qw, M d b
owst.do entrará cm penanmientoa de bnir faera ab sus
ooafiiier, y en parte e m p e d 4 moverue; no ciertmwaíe
por temor de alma príncipe enemigo qw reege wmtra él.
sino por temor de bs prófup, qw ya M, aa- 4 m
tierra, y que vienen buyendo & la pomacia dd dutrui-
h. Lo c u d a l d e visiblemente d lo que hb'ieaeeclido
otro8 tiempos en la m m m tierro de Moáb, asa@ artw
prbFiap v e huyendo de Egipto; aomo se
puoda ver eii el oap. mrii y d deiiíbro de be N -
Asi ee b dioe aqai e W b , que no temetems. como &mi6 la
primera ven: que no se aiborote : que no m asunfe : qne
enfre p k r o en cooiejo antea qoe huir ; nuu que m tome
el aoosejo, ni imite la d u c t a de su antiguo rey Baiac*el
cual cerró ew puertas, y no quiao hospedar, ni dejar pasar
por sus tierrm B estos miemoe prófuga de Dioe ; eino qae
tome aora otro consejo mas bumano y maa prudente, qae
ae le propone de parte del Seíior : ! i b a alguna tr-,
juda d A y u l l t h t o . i WD* ea d e ? Pon
como noche t u sombra al mediodia: esconda 6 loa que van
huyen&, y no 'de~cubtlu6 h p w ardo^, atrorteo. re-
para para mis prófugos un asilo 6 una sombra, que sea
como la de la noche mas oscura en la mitad del dia, -y
escóndelos de modo que sean como invisibies : no los des-
cubras, ni les hagas troicion. AOM: ¿ como ha de escon-
der M d b dentro de si h los próliigos de Dios, si el miamo
Moáb ha hiiido fuern de si á la otra parte del torrente de
Arabn? Morarán contiyo mh fargitiwa. (Prosigue el
Sefior) M&, sfrwlu de lugar ep que se escondan de Za
ptsssneia ikl destruider :porque fsnecido es el polvo, ha
sido rematade el m w a b b , que rehoUaba la tierra.
H a b i t d n 6 ee boepedadn en tn p a mis ~ prófogoe por
aljpn poco de tiempo : redbelos, 6 Dlohb, y escóndelos
dentro de tí. No temas que este ofioio de homanidad te
pneda oaasionar algan perjuicrio; porque te hago saber,
que ya paso, ya se acaba, 6 va luego h acabarse el gran
polvo de los egércitos que loa persiguen (salidos sin duda
de la booo del W n ) y acaba sas dias, 6 los acabará en
- breve el mi~rable*, ó como leen Pagnini y Vatablo, el
oprmor :esto es, el que oprime B otros y los hace misera-
bles, y por a t a mismo es mas miserable que todos : ya se
acaba, 6 va Iuego 4 acabame el que conoulcaba la tierra t.:
el cml, regnn todo el contesto, parece claro qae no puede
ser otro, sino el figurado en la gran estatua de Daniel.
219. Sería condocente para la plena inteligenaia de este
lugar de Iaaíae, advertir aquí, y no despreciar estas tres
coma entre otras. Primera: que la tierra 6 país de M&
t o t 4 tan de la tierra de-Israél6 de p&iaion, que
solo laa d i d e el n o Jordán : Y Mkmdo partido (diee
Moiees) acamparon en las llanuras & M&, donde á la
otra parte del J& eat6 dtuada J M $ . Segunda :
qae en est. tierra 6 paía de Mohb está el célebre monte
Nevo, en el que a b i b M&&, y vi6 la h e d a d del 96
iiort, donde él mismo m d b , nuandáwhlo el SsllorS, y
donde el profeta Jeremfas escondió por M e n de Dios*,
despues de dastmida Jemeaién, el ama grande del antiguo

w.-1 8 a . ~ d4.,
f -
Defecit, qni concuk8b.t tamrm. Id. ib.
1 Profectiqueceiitmmetati sunt in campertnbua Moab, ubi trruu
Jordanem Jericho sita est. -Núm. uii, 1.
4 In quo Moyaea ascendit, et Bdit Dei hmreditatem.-2 Mac.
ii, 4.
-
11 Jubente Domino. D d . x e i v , 5.
9 Divino m p o n m ad se fado. -2 Mack U, 4.
Tertresnk, el k b m d c d e y el e h ; pobtizudo d e
...
pade abl f f i r Q+ r d ¿ e d el lagsr. Ibrfo
qprsmmIU1 D i U e d a ~ g r drlpmdd0,y.s s ~ Erra-
&e propicio. Y errtólias aadamí el 8& uhs -,
y aparacub Ia tnagrstad del S&w, y W r á nuiie. amo
ae ma.ifeataba tí 60ULs*. Temra: qiis ouando todo
Israél, prófigo de Egipto, mmducido ya por Jospé, pasó
el Jordb, oomo habia p e d o el nu Rojo, 4luego al
pmúa en ei vaile fertilbimo de Aobbr, ea dode rie empePb
4 dilatar i u oorwn, y 4 abrirse sur eipetariuis een ia mi-
e
l- toma de Jencb. Tode lo Eul nos puede traer
á b i h e d e 4 la i r n o r i a lo qee ya qaedo obeirodo em ei
b h e w an(eoedeute, art. viü, oaando bablemoa de la
huida á la eoledad de aquella muge &rica, a qaíen
dekm dame dos 61or cb gr& 6 g d 4 , para que &
al &siarto b ru htgar, en cdondc sr guardada par a,
tiempo, y do8 tierrpo., y Za r r i t d da un t n p o , de L
~~ Ba la mrpiemtet; 6 a m o a6ade Idas ap el
iagítr de que vamoe hablado : & &z ptvreneisdcl &&mi-
der. muger qw h ~ ale Mirto, 6 su Irgar, así
a m o ha de ir ¿irectatuente al ruile de Aohbn, segu b
promete Dioi p r O& (cap. P), mi debe p a r s ew
ves por lo Gsnr de M d b , y detiensise ea eY.algas paao
& *, W- p d gM d a h p k l m ~gC ~ O
salió de Egipto. Bin ato, j como podA v&ficarse la ~ n > -
bis de Jeremías ? Por e&, pues, se le eoonaeja á Mcnib
de parCe de h, que R. cierre otra ves sus puertes á a&
amger que vKoe huyendo ; sino que la reoiba oon hmnmi-
dad, y la esconda dentro de ait.
In sermone Domini.. . Qubd ipotna erit locus, donec eongreget
Deus congregationem populi, et propitius fiat: Et tunc h i n n s
oetendet hrec, et apparebit majestss Domini, et nubes erit, o k u t et
-
Mqsi m a n ~ b a t n r . 3 Reg. ni, 9 ; et 2 M(~ch. ii, 7,8.
t Alae duae squilae rnapae, ut vdaret in dcserturn in locum sum.
ubi alitur per tempits, et tempoy, et dimidium tempmis, h hcie
-
serpentis. Apoc. xii, 14.
f Habitabnnt apud te profugi mei : Moab, ebo latibdum eorum
-
4 facie vashtoris. I'i. xvi, 4.
EN BLORIA Y MAGBSTAD. 4bie
m. Coa entes tree advertenoiaa m entiende ya sin di-
fculhd el óltimo venicmlo de *tesis de Isalas. Des- .
pues de atas cosas, aonclnye d Profeta, se preparará en
misericordia un sólio, que seda el mismo aólio 6 taberná-
oulo de David, p en BI se sentará. el que debe sentarse,
...
y M eentat6 m w d a d juzgará y &mandar& juicio, y
dará prontamente 6 cada uno lo que es justo*. Dos
cosas de grande importamia t e n h s aqni qoe oonsiderar,
y e e h da a o pequefia utilidad el considerarlas en juicio y
e n juslPeia. Ptimera: este s6iio 6 tabem8cuIo de David
de que q d se Babla, j para qniea se deberá preparar?
z Qué persona os esta, que despuee de preparado este sólio
deberá seatarse en 61 ( q o n estm palabras)? en verdad.. .
jazgarb y demandaré juicio. Segonda: j d m o 6 con
qué aoeas, p&viae, aonvenientee 6 aeceearías, ea deberá
hacer eita ppnocian ?
221. Cuado O lo primero, soponen los intérpretes (y
digo suponen, poqae hablan ea el asunto como de una
cosa que no aeaesita de prueba: por cansiguiente haMm
can una suma velocidad, sin haoeree cargo de las grandes
diheltadee qae p i e 0 8 dicba mpsicim) : suponen, digo,
qae aquí no hey otm misbrío, t h o anunciar el reinado
dd saito rey Eiitquías. que es am> de los tree myee de
Judé que canoniza la Bsciiturat. Para Eeequíae, puea,
y para a s sricesoree, se prepara. ditea, e1 e6üo de Dlwid
de que habia I d a s en este iagar. Este bueo rey se sea-
hr6 sobre Ll en verdad: este buscará 6 egercitará oon sus
silbditos el juicio y la justicia : dará prontamente á c&
rlre b que es justo. Para saber aora d e cierto si esta
suposicion M bien fundada 6 no, se pregaota : i esta pre-
paracioa del sblio de David, de que aqlri se h a h . cuando
ee hizo? Sin dada debió hacerse despues qcre se veiifioó
pienecaente lo qee se enancia eo los tres vereicmlos que
Et preparabitur in misericordia s d u m , et sedebit super Uud
in veritate in tabernaculo David, judicms et quaerens judicium; et'
velociter reddens qnod justum eat. -Zsai. xvi, 6.
4 Reg. xviii, 3 ; Rralip. xxxi ; Eccli. xlix.
460 LA VBNIDA DEL MRSIAB

pteceden inmediatamente: esto es, despues que los prbfu-


gos de Dios se hospedaron en la tierra de Mohb, y en eüa
se escoudieron de la presencia cbl destruidor, despnes que
pasó el gran polvo que levantaba el mismo vnstador, y dea-
pues que acab6 sus dias el que conculcriba la tierra. Todo
.esto se lee seguido con este mismo brden en la brevísima
,profecia.
22S. Siendo a t o así, se pregunta oíra vee : i qué v*
tador es este, que en aquellos tiempos de que quieren que
hable la profeofa conculcaba la tierra, levantaba tanto pd-
vo, opximia y hacia miserables á muchos, y cuya ruina
precedib 4 la preparacion del sólio de David? El vasta-
dor, responden (ni hay otra cosa 4 que recurrir en aqneilos
tiempos antiquísimos) fué, ya la Asíria, ya tambien la Cd-
déa : esta con Nabucodonosbr, aqnella oon Salrnanasfu;
pero mas propia 7 literaimente aon Seuaquerib. Aora
bien, vamos por partes. Primeramente, los Caldeos con
Nabucodonosbr no pueden venir al caso respecto de Eze-
quías. i Por que ? Porque estos devastaron la Judéa, y
tambien 4 Moáb, ceroa de cien años despnes de la muerte
de Ezequías: y desde aquella Bpoca hasta el dia presente,
en que contámos mas de 22 siglos, el eólio de David no se
ha preparado para persona algana; a n t a desde entónces
hasta aora pareoe yace sepultado en el olvido. Solo
queda, pues, la A s I h con Salmanas4r y Senaquerib, y de
esta debemos decir lo mismo A proporcion: esto ea, que
para el punto particular de que aora hablámos no viene al
oaso.
223. Salmandr, rey de Ninive, 6 de Asfria, ea cierto
que conculoó todo el remo de Israél 6 de S d r i a , lleván-
dose cautivas las diee tribus qoe lo componian ; j mas
'

cuando? &a historia sagrada dice, que esto sucedió el a~


sesto de Ezequfas*. Senaquenb, sncesor de Salmanadr,
es cierto que conculcb tambien una gran parte de la Judéa,
b
y puso en un gran confticto y consternacion á JenisliIén
1IN G L O R I A Y MACBSTAD. 461
;mas auando ? La misma historia sagrada dice que esto su-
cedió e l año &cimo cuarto del rey Ezequías*: y es bien
observar aqul, que no consta por instrumento alguno que
este príncipe entraae en la tierra de Moáb, ni que !os
Moabitas huyesen de su tierra. Lo que solo consta es,
que antes de llegar á Jerusalén un Bngel enviado de Dios,
arruinó todo su ejército, matando en una noche ciento
ochenta y cinco mil soldados: con lo cual el príncipe se
volvió apresuradamente para eu reino. Siendo cierto todo
esto, icorno podrémos acomodar al rey Ezequías aquellas
palabras : Y será establecido el trono en misericordia?
Estas palabras, unidas con las que preceden, como debe
ser, sqponen evidentemente, que cuando se siente en el
d i o de David la persona de quien se habla, y para quien
el sólio ae debe preparar, ya habrá pasado el gran polvo del
que conculcaba In tierra, y acabado sus dias el vastador.
Conque si este vaatador era Senequerib, el s6lio se preparó
desptiea que Senaquerib huyó para Ninive, dejando su ejér-
cito destrotado y muerto. Conque se prepar6 en el &o
14 6 15 del reinado de Ezequias. Conque se preparó para
Ezeqnías 14 afios despues que Eeequiaa estaba sentado en
él. Conque Ezequias e m p d B ser rey de Judb 14 afioe
despues que ya lo era legítimamente, y... en verdad.
Digo. en verdad, porque esos primeros 14 a608 del reinado
de Ezequias, fueron B lo menos tan laudables, como los
que ee siguieron; y asi le dice al 'misme Ezequfaa B Dios
en su enfermedad que sucedió luego: Rulyote, S h r ,
d r 6 k r t e te mplico, de cvmo ha andcldo delante de ti en
verdad, y con un corazon perfecto, y que he h e c h i h que
es agradable en tus ojos?.
224. No siendo, pues, ni pudiendo eer Ezequlas la per-
sona de quien se habla en aquellas palabras : Y será esta-
bleci~loel trono en misericordia,. y se sentarh sobre 11 en
verdad en el tabernáculo de David: es preciso buacar otra
Anno quutodecimo regis Ezeehie. -4 13.
&?f. d,
t Obsecro Domine, memento queso quomodo ambuiaverim c o h
te in veritate, ct in corde perfecto, et q u d plseitum eit mrhm te,
'
-
fecerim. Id. u, 3.
489 LA VENIDA DEL YBBIAB l
persanw B quien esto pueda competer, sio hacer v i o k c k ai
testo con su conteato, y tambien oio caer ep no verdadem
' anacronismo. i Que persona puede ser esto? B a e
sefior, como quieiereis, y me perece 6 mi que no baUareis
otra en que descansar, que la peraopa misma del Mesíis.
hijo de David seguir la c a m , cuando lleguen aquellos
tiempos y momento8 qw puro d P d r e en n< propio
podsr*. Esto es lo que se repugna, y lo que se huye de
todos modos en el eistema que era-.; ip3as a to mis-
mo parece haevitable, considerando el testo con ea coeteshr,
y cwibinándolo con otras innumerables E+cntnras del viejo
y noevo Testameato. 81 rey b q d i a s nada compete. &-
gun la Lieioria sagrada, ni del testo, ni del conl&o. ni
macho menos de tpntas dras Escrituras, perfedmente con-
k m e o á esta de que habiámos. Ai Meelas, hijo de David.
le compete todo, y todo eegun ésta y segun las otros Escri-
turas. Desde el priacipio de este capitulo xvi e m p k ba-
b d o I s d w (por confesion de todos) no de Equías, sino
del Mesbut. Este Cordero, destinado B dominar la tiemi,
&M toJop que ea ciertamente el Mesías ; y a núigono le
ha pasada por el peesaisieito que pueda ser Faequiaq m
obrtPm que este rey era desoendiente de Rnt Moabitn,
aal como lo fueron los otros reyes de Judá. Canque pera
el Meoias, no para Eaequh será atablecido el trono en
rriserkwdia. y se sentará eobre d l en verdad, en el taber-
denlo David, quien juzgará y & m ~juicio, & y
daráproñtamente 6 ceda una lo qus es justo.
2%. Este teato cancuerda perfectamente oon el capí-
tulo x x e del miamo Isaias, que empieza aeí: He oguí,
que reinará-un r y con justicia, y loo príncip pr&
r h con rectitud. Y e6k uaroii rsrá cona refugio pora
el que ae esconde del vierto, y se guarece de la t m p u t a d $ :
(espresiones propishas y semejanzas admirablea, que indi-
Que Pater posuit in sua poteatate. -Actor. i, 7.
,
-
7. ami* Agnum, Domine, IkplinitorePItema. lri.xvi, 1.
$ b e in jurieia rqiubit mx. et p r h i p in judicio pracnint.
I
N

í& srit vir, akicut qui rbrconditur P veiito, et celat r e h teplparÉrk.-


fk. xxxii, 1, 2.
l
EN GLORIA Y YACSRBTAD. 489
ac)~ellapae y verdadera felicidad del reino del M e s h ,
de que tanto hablan otros Profetas y el mimo I d a s , como
obsewarémos de propósito en su propio lugax). Ad pm-
.
sigue diciendo : Y (este rey) eerú.. c m arroyos de
q a a en sed, y soabta & peña, que reiiresslle en tierra
prroa. No se ofuscarán los ojos I los qw ven, y las
Mar de los que oyen, oirán atentamente. Y el eorazotr
de los necios entenderá ciencia. y la lengua de los tertac
wtudor hublará.con espedicion y claridad. Eí que a +o-
rante no aerá mao llarnado prfncipe : ni el engcriiado~asrá
U a d mayor, &c.* Dicen que todo esto habla tambien
de Eaeeplas, que anuncia su reinado feliz : mas con qu6
razon r;e di* esto ? i Con qub propiedad ? i Con qn6 equi-
dad ? Si se lee el testo cien veces y se coneideran todas sw
esprimiones, apenas se hallará alguna acomodable al rey
Eatqnias, ni aun á ninguno otro de los reyea del mundo.
h t a leer sus últimas palabras : El que ea ignorante no
será mas lkmado prínc-ipe: y, no obstante, sin salir de1
reino de Jndh, el sucesor inmediato de Ezequías fué el
mas insipiente, y el mas inicoo de todos la, priiaipes. En
sorna : kanee m este cuidado los tres oapitulos s i g u i a d e a :
en eHos ae mrá que todo camina seguido, y perfectamente
oohforriie al reino del Mesías, que oos anunoian todas lar
Esmitures, sin que pueda, ni aun de paso, ofrecerse B lo
imaginacion ~ceqnlag.
aari. Habiendo observado, y si es licito hablar así, ha-
biendo conooido la pereona para quien se debe preparar, m
n&ericopdia, el eólio de David, nos queda aora que obier-
osr el otro punto que tenémos suspenso. Es B saber : j 00-
mo y oon qub cosas se deber4 hacer esta preparaobn? Pa-
ra ouya intelineia seria caveniente volver B leer con

E t crit [rex bte] ... aicut rivi aquarum in siti, et umbra petm
prominentin in tema deeerta. Non csligabunt oculi videntiurn, et
aures audientium diiiinter auscultabunt. Et cor atuitonim inteiii-
g& u, et liPgua balborum veloeiter loquetur, et plaiab. Non
-
vocribihir ultrh is, qui imipiena est, @cepa : neque huduknhu
oppeiiabitur major, &c. h i . xrxü, 2,3, 4.5.
464 LA V E N I D A D E L YBSIAB

nueva atencion los ciucci primeros rerslculos del c@talo


xvi de Idas; rulvirtiendo en elloa estas tres corpri prbcií- ,
pales que quedan ya notadas. Primera: la omcioo miste-
riosa con que empiersa este paréatemis, 6 esta profecla par-
ticular. &via, S&, el Cordero dominador de la t h .
Digo oracion mbteriosa, porque asi ie me figura, por lo
que en ella se pide ; y esto cuando se va hablando de M&.
Segunda: en el concejo que aquí se le da al mismo M d :
Toacr alguna t r h , junta el Aptamienlo: p n como ro-
che tu s o d r a al mediodia: a c o d e a lor que uan h p -
do, y no descubras á lor que andan errantea. Ter-:
que estos mismoe vagos 6 prbfngos, que el Se6or llama su- '
gos, habitarán por algun tiempo escondidoe en la tierra d e
bíohb+. Observadas estas tres cosas capitales del testa
de Idas, podan08 ya sin embaraeo alguno dar d a pasos
mas adelante, sacaudo de ellas dos conoluaion~~ bien im-
portantes, con la mayor verosimilitud, propiedad y ooorw-
cne& que parece posible en eetos muntos.

PRIMERA 0 0 N G L U l l O N .
l
!227. En este tiempo de que habiámae, en que los pr6-
fugos de Dios, que vienen bnyendo de la prsscllcia del da- ,

truidor, se hospedarán en la tierra de Moáb, deecubrirá


Dios en esta tierra (donde ciertamente esta en una caeva
del monte Nevo) el ama sagrada del antiguo Tatameato, ~
el tabern4oul0, y el altar que escondi6 Jereaaias por 6 d e n
de Diost, despues de destruida J e r n d é a por Nabacodo
noeór. Se descubrirB. digo, este depósito sagrado pata los
finee que Dios solo sabe, y que no hay necesidad de que
los sepámos los ouriosoe. El no saberse los fines de Dies,
no parece razon, ni es cansa edciente pare mirar cen tanta
indiferencia y aun frialdad una profecía tan c l m .
Ser6 desconocido el lugar, haata que reuma Dia la 1
Habitabnnt rpnd te profugi mei : Moab, esto latibaliim eopa4
-
b facie vsstatork. I d . ni,4.
~
.1. Divino responno id se faoto: -2 Alach. ii, 4. 1
mgmgaoisn tkt pueblo, y se le, muestre propsopscio : Y en-
tbiicse mwtrarh el S&r estas cosa, y aparecerá la ma-
@#ad del rSsCiw, yahabrá nube, como se mdnifsadnba h
Mobh.. .*
m. El lugar donde queda depositada por órden de
Dios el arca sagrada, el tabedculo y el altar (dice Jere-'
d a s ) será en los siglos venideros un lugar inchgnito y del
todo inacdesible, baeta que congregue Dios, seguo sus pro-
mesas m f s l i k , la congregacion de su pueblo : y se mues-
tre propicio y favorable al miemo pueblo: y entbnces el
m i e m Seiíor r n a n esCes ~ ~cosas, y tambien sus h e s 6
'
d k g n i o s t : y entbnces el monte Nevo, situado en la tier-
ra de Moáb, uerá oomo otro nuevo y admirable teatro,
donde se renovarán todos aqudlos prodigios que se vieron
antiguamente en el monte Siaai. Y entónces mostrará
el sSeñor estas coaas, y a ~ e c w la á rnqestad del ScFior,
y Aabrh nube, como se nian~jbtabaá Moisés.
229. A esta dlebre protecla parece que dude S. Jum. .
segun sus continuas alusiones B. todas las Escrituras, cuan-
do en el versicnlo 6ltimo de su Apocalipsis, cap. xi, un
momento antes de eaipeear á hablar de los mietetios de la
mugei\ vertida del sol, dice ad: Y se abri6 el templo de
DCás en el cieio: y el arma de su teatarilcnto fub vista en
su templo. yfieron bt&oa r e l h p q o s , y vocea, y terre-
y grande pedrisco$. A m o podrá repararse mas
d e lo oeoesano en aquella palabra, en d cielo, como si esto
se hubiese ya r e r i W o , 6 se hubiese de verifioar al14 en el
cielo. Yoe esto sería no conocer el aarácter 6 distiniivo,
, propio y pet9liar de la profecia admirable del Apocalipsis:
De ningono de los dros Profetas se dice, qoe subiese al
Ignms erit loeub, donec congreget Deua congregationem po-
pnli, et propitiun fiit : Bt tunc Domimis ostendet hrec, et apparebit
mqjeutaa Doneini, & n u k erit, sicut et Moyii maniroitabatur, &c.
-2 Mach. ii, 7 et 8.
t E t tnnc Dominus oatendet haec. -Id. ib. 8.
$ Ec apemim est templum Dei in cm10 : et visa eat arca testa-
menti ejus in templo ejw. et fwta sunt f u- -l p , et voces, et terrre
- ~

motw. e t grando magna. - A p . xi, 19.


T O M O 11. 2 H
cielo en espiritri, para ver allá lo que Dios qaarie ipoaibb
torle. Mu el miamo S. Jusn nor, advierte desde el princi-
pio del cap. iv, desde donde empiesa en propiedad La pro-
fecía : que todas 6 las mm de i w vidonea los tuvo en el
cielo, B donde fué en espirita por providencis 6 privilegio
particdar. Dsrpw & uto, dice (deryuea de oonclaidos
loa tren primeroa capítulos, enderedos coooeidmente P
la Iglesia activa p$eoente, en siete tiempos 6 atados diver-
m, bajo la metáfora de riete áogeiea, gobernadores de &e-
te i g b de Asia, 6 de sus &te luces sobre Piete cande-
leros, &.) Dsrpuu & erto &¿: y uf unapuerta abirrta
en el cielo, y la primera voz quc oi, ara amo da i r q -
ta, que hablaba conmigo, diciendo : Sube acó, y te ror-
trlvd lae COUH qw e8 mwewtiO uan h h m b p u a de
alec. Y luego fuí ea arpirik.. * .
280. Aora, decidme, eeúor, con sinceridad : eeta profe-
cía de Jeremiols tan clara en sí miema, aunque tao oocnra
y embaraeoaa en otros principios, j se ha verificado 6 DÓ ?
La Eecritura divina da testimonio claro y manifiesto de m
habenie verificado hiiota el dia de hoy : tanto. que lo con-
fieean de buena fe loa autorea maa ernditos ; diciendo, ano-
qae muy de paso, que IW v e d c a r á 4cia el ñu del misdo,
cuaodo vengan E l h y Enoc, loa ouales dcsoubnrás esta ,
tesoro eacondiio, para facilitar la coaveraion de los Judios.
Maa difioiente podrá concebiree, que el desaubrimieato
del arca, del tabernácslo y del altar, pueda ser un medio
proporcionado para convertir 4 Cristo B los Jadior, 6 para
facilitar so converaion, si estos no ae siiponen ya conoerti-
dos y plenamente ilurtrados. Contentémonor, no obstaate, ,
con lo que aquí MI no8 ooncede : esto e$, que la profecía
de que hablámos hasta a o n no se ha verificado. Luego
tampoco se ha verificado la oongregacion del pae;blo de Io-
raél, y la propioiacioa de Dios, reapecto de esta paebio in-
Post harc vidi : et ecce astium spertnm in d o , et vax prima,
quim sudivi, tamqnam tubs loquentin mecum, diana : h n d e
huc, et ostcadirm tibi qw oportet 6W poat hmc. Er iWin f~ h
-
spiritu, &e. Apoc. ir, 1 ei 9.
EN GLORIA Y MACEBTAD. M
f&, h u t a qws retina! Dios la c o n g r e y ~del pueblo.
Luego la c o ~ g a e i o de
n este pueblo cblebre, del mal entá
escrito para la primera venide del Mesias, que no se con-
gregmá" : la prapiciacian de Dba para con este pueblo, y la
manifemtacion del depósito sagrado con todss las circunstan-
cias que anuncia Jeremtas, deberá todo v d c a r s e en aigun
tiempo,so pena de falsihuse la profecía. Si todo se k de
verificar en algm tiempo, i cuando mejor, segun las Escri-
turcrs, y segun un justo raciocinio, que en el tiempo de que
vamos hablando : en el tiempo, digo, en que los próhgor
de Dios congregados con gran&s piedades, qae vienen
hapendo, no ya solamede de Egipto, sim tambien & las
cuatro plagas de la tierra, lleguen 4 hospedarse en la
tiena die Mobb? i Caando habiteu por algun poco de tiem-
po en esta tierra : w r a r h n contigo ukUfugitivos escon&
.
dos de la presencia del dcstruidor . .6 de la presencia da
la enle le, oomo dice S. Juan? i No pance esto tan
verosfmii, que casi se ve wn los ojos y se toca con lar
mnnoa?

SBQUNDA OONCLUSION.
281. Con estos prótiigos de Dios que llegan B lta tierrai
de MoM, buscando en ella lugar en que se escondan L la
presewia del destruidw, b (lo que' parece un mismo
m i M o ) con la raager,del cap. xii del Apocdlipsk, que
...
huye 4 la solbdad, tí ar lugar aparejada de Dios e* ...
cllande es ptedada por un tiempo, y dos t i e q o s , y la
d d d de un tiempo,, & la presenciu de la se).picnte, empe:
m& ir ievantafbe de la tieita, y 4 prepararse ea toda.fonha
el tabeta8aal0, 6 a 6 h de David, que cdyBi Esta erieecion
del solio de David y d b es verosirni1 ui creible que suceda
en un momento, en un abrir & g o , como'ls resni.roccibfi
de los muertos, la cual no necesita de esta prepílracioti,
bastaado*uii,h&& de la' voluntad del que,ea Omhipotetia.
Mas con las criaturas libr& obra el Omnipotente aon

Et be1 non congregabitur. - 1 ~ ' .xlix, 6:


2 ~ 2
mucha lentitud, contemplando su libertad, pws (su d i *
darla) alcanza d a j n á$n confwtakw, y todo lo dispone
CQU rwuidad*. M, pues, será d o para esto
alguna preparacion, y para esta preparaoion será tambien
neúeeiario, como dice S. J ~ m ntiempo
, y tiempos. y la mitad
& un tiempo (alosion c l a r i s i , cap. rii, ver. 7 de Daniel),
d cual tiempo y tiempos, y mitad de un tiempo, dice el
minmo Apóatol, corresponde & 1260 dios, 6 42 meses, 6 S
aúoe y medio : no empleados todos en el latíbulo de la
tierra de Moáb y oeroanh del monte Nebo; sino parte
eu esta tierra (mientras se verifioan en ella plenamente los
misterios de la profeda de Jeremías, renovhdaee loa pip-
digios antlgaw del monte Sinai) parte en el valle de Acbor
paaado el Jordán t, y parte en o t m l q a m de la tierra
santa, segun oúas profecías, y segun las varias ocurrench,
de que no ea necesario que se nos hable en particular.
. 232. Para probar esta segunda oonclusioo, no me ooar-
re otro modo mss breve, ni mas facil, ni mas eficaz, que
remitirme enteramente 4 todo lo que queda observado eo
el fenbmeno antecedente; y si esto, no oimtante, no basta,
me parece qne podrán iiupiir abundmtemente aquellos cua-
tro ailpeotoa en que consideramos & los Judios en todo el
fm6meno o, y deepaes en el vii. A todo lo ouai a ú a d h o s
qd,compendiando todo lo dicho, esta simple reflexion.
285. La muger metafbnca del Apooalipsb, 6 la daudi-
cante de Sofodee y Miqubas, oompuesta visiblemente de
los prófagoi de Dios, congregadon con grcuubs pisdcrdst,
es claro que huye & la soledad, 6 es conducida por el b r m
omnipotente de su Dios, con gran acuerdo, con granda
designios, y para h e s mas que ordinarios, pmporcionadoe
sin duda B la novedad y grandera de los sucesos maravi-
lloso~,que deben preceder y acompakíar su huida. iQué
&es 6 denignioii pueden ser eatoa ? No otros, señor mio,
sino los que hdúmos espreaos y olaroe en la B c d w < i cb
la verdad. Es 4 saber, aquellos mismos en sustancia, y,
gwrdada proporcion. con los cuales y para los cuales aac6
el mismo Dios antiguamente de Egipto 4 esta misma
rnuger, compuesta y formada de estos mismos prófugos su-
yos, y la condujo con tantos prodigios al desierto y soledad
del monte Ylnai : Segun los dias de bu salida de la tierra
de Egipto, le haré ver maravillas*. Y acaecer& que
en aquel dia, dice el S&w : me llamará : Marido mio : ...
y cantar& allí (en el enlle & Achór) segun lod dias ds su
mocedad, y segun {os diaa en que salió de tierra da Qip-
t o t. Y será en aquel dia : Estender& el S&r su ma-
..
no segunda vez para poseer el resto de su pueblo . y con-
gregará los fugitivos de Israkl, y recojezá los dispersos
de Judá de las cuatro plagas de la tierra$.
Y84. E n aqoel primer tiempo 6 aqaella primera vea
sacó Dios de Egipto 4 esta mnger, y la condujo, como
sobre &la,de águila, al desierto y soledad del monte Sfnai.
i Para qué fin y con que designios? Primero : para que
alií lejos de todo tumolto, y desembarazada de todo otro
cuidado, pudiese oir quietamente la voz de Dios. Segundo :
para que alll fuese apacentada con el p a t o de doctrina, é
instruida en las nuevas leyes y ceremonias con que Dios
queria ser servido. Tercero: para preparar en ella un
pueblo digno de Dios: para que seas á k l un puelrlo
peculiar 9, le decia Moires : un pueblo consagrado 4 Dios,
conjunto á Dios, que le tributase aquel culto interno y
estePo que le era tan debido, ya que todos los otros pue-
blos y naciones 10 babian enteramente olvidado. Cuarto,
en fin : para celebrar con ella un pacto, un conirato, una
Secundum dies egressionis t m de terra Bgypti ostendam ei
-
m i r a b i i Mich. vii, 16.
t Et erít in die illa, ait Dominus : vocabit me : Vir mena ...et
emet Ibi [in valle Achor] jnrts dies juventutis su=, et jnrta dies
-
mcenrioniu snre de terre iEgypti. Olc. ii, 16, 16.
f Et erit in die illa : Adjiciet Dominus secundb manum suun d
pomidendum residuum populi sui ... et congregabit prohigos I a d .
-
et dispemm Juda colliget B quatuor plagis term. ?mi. xi, 11fl2.
8 Ut sis ei populus peculiaris. -Deut. vii, 6.
470 LA VENIDA DBL H R l l A S
aii- s o ~ m n ey e s t r e c b ~ ~qae
. ei IUO ~ias,h-
biendo hablado b tm padra por los Profa&, l i a d Bss-
~
porono formal.
236. D e este modo, pues, 4 proporcion, y con loti
mismos ñnes y demgnioa Mcsrá Dios segunda res 4 estD
misma muger, compuesta de los mismos phf'ugoa q o s ,
no ya solamente do Egipto, sino de las cuatro plagas de h
tierra, y la ooadacirá con los mismos y mayo- prodigkm 1
4 otra soledad que ya le tendrá preparada, pars qaic 0611 le
al&nentaren mil doroisntar y seamta dicu ...m darde a
~ucudada.. .de la pressnoi4 de la rcrpiente t. Y como diae
por Oséas, para bblarle no solameate d los oidoi, y B lor
q+, &o mocim msu ni c o r ~ m :f y p u i sslebrar e a ella
en misericordia y en jnrticia, y con fidelidad otro noero
~
pacto entable y penqamnte : y te &posad condgo a
jurticia, y juicio, y en anisericordia, y en clemencia. Y te
derpoaaré conmigo en fe (6 en #deli&d§ ).N o áerto
(prosigue diciendo por Jeremías, a u i , 33), no cierto, segun
aquel primer pacto 6 alia~seque ceiebré ron vuestros pa-
dres, cuando lw aaqub de la senidambre de Egipto : p~cto
que ellos mismos hicieron irrito B in6til con aos huestes
infidelidades ; rino segun otro pado nnevo y sempiterno,
que tengo prepamdo para las dos casas de I d 1 y de
Judd, 6 para laa doce tribus de Jacob. 1
H e &i p w vendrá el iienpo, el Smot :y hard n-
alianza con L < ~ r r ode I.+aU, y con lar cara de J d :
No I C ~ el U ~ t o gw , k h lor padte~¿e
eldia que lor tomé & lar mano, para saadrlor de Icr Pirrto
*,
en

& Egipto: pacto, que invalidáron, y yo donini sobm


ellos (o los desprecik : como leen los LX x). dice el Señor.

t Ut ibi p.seant esm diebns mille ducentig e t r d i ...


-
tur ...h faeie serpentis. A'. xii, 6, 14.
-
$ Et ducun e u n insoiitudbem : et l o q w ad c o i qjua Ckc. S, 14.
5 Et sponaab~te mihi in jdtia, rit judicio, et in misericordia, at
-
in mberationibua. Et sponsabo te mihi in fide [seu in 6 d d i ~ cJ .
Ore. ii. 19, 20. I
dlsr &e semí sl pacto, qre kar¿ con la cma & Imdl
deqPuar& aquellos diar, dice el S&r : Pondrd mi &y en
&a6 entrañas & ellos (Locnai corresponde perfeatamente
d la eapmmoo de Oséas, capitulo ii, versiculo 14, la hablar&
...
a4 carazon ),y Za ~ c r i b i r ées rur corazoms ;y yo ser¿
ru Dios, y ellos serau mi pueblo. Y no emeñará en a&
lante hombre á'w pr@inw, y hombre á su hermano, dicien-
do : Conoce al SGfior, porque todos me conocerán dede
el ros peque60 & ellos h u t a el m y w , dice el Sdior, por-
que perdonar¿ la mal& & eUos, y no m acwdard niror
de w pecado *.
236. Acaso se opondrá que S. Pablo* cita este mismo
testo de Jeremías, m m o si ya en ea tiempo se hubiese p k
nanaente verifiaado. A lo c n a l se responde : q u e S. P a b l o
cita esto testo de Jeremías, á n i c a m e o t e para probar d loa
J u d i o s , qne el antigoo Teatamento no podia ser eterno, si-
no q u e debia tenet fin, como es clarísimo p o r todo su con-
testo. Esto mismo les prueba e n el capitulo v i i de la mis-
ma eplstola por estas palabras diciendo l Pues llamándolo
awuo : di6 por a n t i d o el primero : Y lo que 4s da por
anticuado y v e o : carca ertá de perecer$. Mas esto no

Ecce d i venient, dicit Dominus : et feriam domui 1s-1, et


domui Juds f a d w novum : Non iecundam pactum, quod pepigi cum
petribua eorum in die, quh apprehendi manum eorum, ut educeram
eos de terra Bplypti : pectum, quod imtum fecerunt, et ego domi-
natus siirn eoram [sen neglexi eoa, dicit Dominus]. Sed hoc erit
pactum, quod feriam cum domo Isn61 post diea illas, dicit Dominas :
Dabo legem meam in vidceribns eorum Poquar ad cor ejus], et in
corde &ram scribam eam :. et ero eiei in Deum, et ipsi e-t mihl
in populum. Et non docebit ultra vir proximum suum, et vir fmtrem
auu&, dicena : Cognoace Dominum : omnea enim cognoaant mq, &.
minimo eorum nsque ad maximum, Bit Dominua : quia propitiabor
iniquitati eorum, et peccati eorum non memombor amp1ihs.-
Jerém. x u i , 31, 32,33,34.
+ Ad Hebr. S, 16.
f Dicendo antem novum : vetamvit prius. Quod mutem antiqua-
-
tur et senescit, propeinteritum est. Ad Hek. viii, 13.
es decir, que la profecía que cita se habiya v e d d ~
namente, sino en aquel puoto particular y determinodo pnnr
que la cita: es saber, para probar, ssguo &U e t w a ,
quedebia haber otro testamento nuevo y eterno, c o n h a d o
solemnemente y sellado irrevocablemeate con la songw del
Mesias mismo ; uaí como el antiguo se habia confirmado y
.
sellado, en otro tiempo, con la sangre d e aitimales Porgtrc
es i m p i b l e que con sangre de ioror, y & m a c h de a-
brío se quiten lor pecados *. Por consiguiente, que el
primer testamento debia tener fin, para darlugar al segiui-
do. Esto es lo que únicamente intenta S. Pabio o u t ~ d ooE
ta esta profecia de I d a s .
237. Sígase aora leyendo ente-nte lo que resta de
ella : afihdase para adquirir mayores luces la consideracion
de todo el capítulo entero, y aun del antecedente ; y halla-
mos cosas tan grandes, tan admirables y tan nuevas, que
nos vemos precisados á confesar, m verdad, qoe ni se baa
verscado, ni se han podido verificar hada el dio de boy.
Los esfuereou miamos que se hacen, y lee videncias de
que se usa para suponerloe verificadas, son una prueba la
mas sensible, de que ciertamente uo se ban veritioado has-
ta el dia de hoy; si no se han verificado hasta el dia de
hoy, luego son cosm reservadas en los teroros de Dior.
para otros tiempos y momento8 todaoia fot-. Luego
llegados tarde 6 temprano estos tiempos y momentos,
qus puro el Padre en su propio poder, deberán verificarse
todtui ellas con toda plenitud; pues como dice la E d t u r a ,
y lo predica 4 grandes vcitxs la raeon natural: No er
Di08 como el k b r e , para que mienta: n i como el
&o del hombre, para que se muda. i Dijo PWS, y ru> lo
ha*& ? i Habló, y no lo cumplirá+ ?
* Imposaibile enim est senguine taworutn, et hirconun, Pnferri
-
peceata. Ad Hebr. S, 4.
+ Non eet Deus quaai horno, ut mentiatur : nec ut 6liun hominis,
ut mutetur. i Dixit ergo. e t non faciet ? i Locutus est, et non im-
plehit ? N I I ~xxiii,
. 19.
EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 473
238. Puee oon esla muger metaíórica, vnelvo tí' decir,
compaeeb tode de los prófaaos de Dios, coogregados con
grandes pietkdes (los cuales en su huida deben hospedar-
se por algnn tiempo en la tierra de Motíb, para los
h e s que quedan insinuados, y pasar desde alll luego in-
mediatamente al valle de Acbór) se comenzará B hacer, y
se proseguirá haciendo. p o r un tiempo, y dos tbmpos, y
la mitad de un tiempo, aquella preparacion del sólio d e
David de que habla Isaias: será establecido el trono en
rnbcrricordia : y despues que este sólio esté bien preparado
en la forma dicho, se rentará sobre él en verdad en el
tabernáculo de ~ a dp i,e njuzgará y demandarájuicio, y
do*&prontamente á cada una lo que esjusto. 1 .

R E S U M E N Y CONOLUSION.
2433. Lo que acabámos de observar en este áltimo pár-S
d o , corresponde pedectamente á todo cuanto queda ob-
servado en todo este fenómeno. Corresponde, lo primero,
al testo de Amós, y al de S. Jacobo que lo ciia: En aquel
dia levantar6 el tcrbemcrculo da David, qwr cayó : y repa-
rard los portillos de sus tnuror, y repararé lo que habia
caido : y lo reedgcaré como en los dias antiguos*.
240. Corresponde. lo segundo, al test6 de Sofooias y,
...
Bíiqnées: lh aquel dia reuniré aquella que cojeaba: y,
recojerdá aquella que ya habia desechado, y a m i d a y ...
reinará el Señor sobre ellos en el monte de Sión, desde
...
aora y haata en el 6910 y vendrtí él primer imperio, el
reino de la hija de Jerusalén t .
241. Corresponde, lo tercero, al testo de Isaias, que

In die iila suscitaba tabemaculurn David, quod cecidit : et re=-


dicebo aperturae muronim ejus, et ea que corruemnt htaurabo : et
-
rei~dificeboillnd siciit in diebnli antifla. Amdr ix. 11.
+ In die iila ...congrepbo cleudicantem : et eam qnam ejeceram,
coiiigem, et qnam síüixeram... et regnarit Dominua euper eoa in mon-
te Sion, ex hoc nnnc, et q u e in aetemum... et veniet poteatas
prima, rep;num fili Jerusslem. - Mich. iv, 6, 7, 8.
4?4 L A VENIDA DEL YB81A8

bablendo aiertamenb del Mesh, dice : re -w(i fobrs el 1


dlio & DooiB, y d r s ru reino: pana a~anxarb,y ani-
&arlo enjuicio y en jwtiuia, dudr ama y pam ri.k
p.s:...YIsdarádSsMr Dioueltrono & l h i d r r p -
dre *.
242. Comaponde, lo cuarto. al d m o axxxi, en que el
miemo rey David refiere lu pmasecla que Dios le ti- ha-
oba y confirmadacoa juramento, de qoe el lüdu s i hijo
se sentaría en so mismo trono : J u r ó el Ssñor wdad ó
David, y no dqjará dc cumplirla: del fruto & tw vientre
..
pondr¿ sobre tu trono . Sisado pwu Prafela, y subknh
que conjrirmnenlo le habia Dior jurade, que del fruto de 1
nu 10- M uentwía sobre ou t r h : Pr-lo, habl6 1
& la resurreccian & Cristo?.
259. Componde, lo quinto, al cap. niii de Jeremías,
digno ciertamente de la mayor atencion y d e s i o n : Mi-
rad qw aianer los d h , dice el señor :y lsvcintord pam
David un pimpollo jwto ; y reinar&rey, qur rar&rábio ;
y hará el juicio y la jwticia en la tierra 3% oqwIlar
diar ue d v a r 6 J e , 4 I m d habitar¿ con$aehwute ...
y ao dir6n ya m: Vive el &kr, que socb 6 Ior
& Iardl & la t k a & & @ : o: S k : Viue al SaiOar,
que sacó, y trajo el limje & la ccucr & I d l ds la tierra
&l Norte, y & todor h a tierrar, 6 lar coMbs lor ha&
yo echado allb ; y habitmán en nr tierra$.
Super solinm David, et mper regnum ejua redebit : d d r -
met iiiud, et comboret in judicio et jrutitia, amodb, et q u e in
...
rempitemum et dabit illi Dominus Deu eedem David potrif eju.
- Imi. ix, 7 ; et Luc. i, 32.
t Jumvit Dominus David veritatem, et non fmtmbitur e u n : de
f- ...
ventrb tui ponam euper d e m tmm Propbetr i@tnr cim
m e t , et rciret quiajurejurando juraewt illi Deus de fructu lumbi
ejm sedere ruper d e m dus: Previdens loeutua art de r u ~ m c -
ti- -
Chtisti. . P cuxi, 1I ; et Act. ii, 30, 31.
1 Eoce &aveniurrt, dkit Domiiim: et iuceitabo David germen
)m : qpmvit rax, et erpienr erit : et faciet judieilun et
titiam in terni. In diebiu illi sdvabihir Judr, et I d habibbii
BW GLORIA Y NAGBBTAD. 47's
. M.Comenponde, M sesto, h todo el cap. xxxvii d e
Egeqniel, mayormente desde el reriiicnlo 20 basta el 60,
d o d e ae leen entre otwe atae plabraa : Y morarán sobre
.
la tierra quedí á mi siervo Jacob . . y David w i siervo awii
príncipe de ellos perpetuarmente. Y hark con ellos alian-
za de paz, ciliansa eterna t d h n ellos: los cimntark, y
multiplicar¿, y p d i ! mi santi$c(ICion (M medio de ellon
por sicapre. Y estará mi tabcrrráculo entre ellos :y yo
seré su Dios, y allos serán mi pueblo. Y sabrán las
gentes que yo soy el Señor el santijEcador & b r d ,
c u d sstuviere mi santijcucion en nedM de ellos perpc-
tuarilcnte *.
245. Del mismo modo habla el mismo Profeta en el
cap. xxxix, 26: Por tanto esto dice el S & Dios: Aora
levantar4 eautiwrio de Jacob, y me apiadar6 de toda Is
casa de I s r d l : y me ravesbird de celo por mi santo norn-
b e . Y llevarhn (6 como lee Vabblo : dsspzies l h a d i n )
su confusion, y toda su prevaricacion con que p r e d a -
ron contra 4, cuando moraren en su tierra conjEadas,
sin ieacr á. nadie: Y cuando los hiciera w b e r & los
pusbloa, y los congregare dc las tierras de sus enemigos,
y fuere .sant@ado en ellos, á los ojos de muchfsincu
gentes. Y sabrán que yo soy el Señor Dios de ellar,
porque los transportl á las naciones, y h a comgrsgrd

confidenter ... et non dicent ultrh : Yhit Domines, qm edurit 6üor


I e d de terra -ti: M:Virit Dominw, que cduxit at adduxit
sedei8 domh bnkl de terra Aquilonie. et de c u n c t ~ten%, ad qar
ejecenm eos üiuc : et habiitrhw~tin terra aun.-dwm. xxiii, 6,
6, 7, P.
Et habitabunt super temun, qnam dedi ramo meo Jacob ...et
David eerms meua prineeps eoram in pnpeham. Et p e r d r m
illis fcedue paeis, pactum sempiternum erit em: et fundrbo sor,
et mdtiplieabo, et dPbo eeaetieeationem mesm in medio eomm fn
perpetuam. Et erit tabernacuiurn memo in eY : et cn, tia Dsai, et
ipd emnt mihi popnkre. Et eeient gentes, quia ego Domimas pnb
tiñeator Ieiri!i, chm herit Maetiecatio mes in me& enum in )a-
-
petuum. Ececb. xxxvii, 26,26,27, S.
476 IAA V B N I D A D E L M E B I A S

sobre su tierra, y no dejé allí ninguno de ellos. Y no


l
ucon+ré mas mi rostro de ellos, porque he d e r r a m a d o
mi srpirifu solre todu la casa de Israél, dice el Señor
Dios*.
246. Esto mismo habia dicho el Sefior en el cap. xxxiv
del mhmo Profeta desde el ver. 22 : Salvar¿ mi grey, y no
derá maa espuesta & la presa, y juzgar¿ entre ganado y
ganado. Y LEVANTAR& LlOBHR ELLAS U N 801.0 P A S -
TOR que las apacente, & mi siervo David: k l mimo las
apcrcsntará, y dl m i m o ser6 su pastor. Y yo e l señor
ser¿ ni D b :y mi &m D a v i d príncipe en medio de
ellos: yo el Señor he hablado. Y hard con eUos danza
...
l paz y sabrán qus' yo 'soy el Scfior. cuando quebran-
t a r e las c a d e ~ s&l yugo de ellos, y los librhre ¿¿ la
-no de los que los dominan. Y no serán ma¿ espuestos
6 k r p r e r a de lcrs gentes, ni serán devorados de laa beafias
ds Za'bierra; sino que morarán con$& sin ningun
cópanto +.
Propterea haec dieit Dominns Deui : Nunc rcducam ~rptine
k m Jaeob. et mirerebor omnia domhii IirPeI: et rssumam zelum
pro nomine sancto meo. Et portabuut [postqunm portebunt] con-
fusionem suam, et omnem pmvaricationem, qua praevaricati sunt in
me, d m hahitaverint in terrs sua confidenternerninem tonnidantea :
Et reduxero em de populis. el congregarero de tema inimicorum
suorum, et sanetihicatus fuero in eb, in ocuiii gentium plurimoram.
Et scient, quim ego Dominus Deus eorum, e¿ qubd tmnstolerim eos
in nationes, et congregaverim eoa super tmam suam, et non d d -
querim quemquam ex e%ibi. Et non abaeandamalha M e m meun
ab e%, eb qubd effuderim spiritum meum super omnem domum
Isni!l. ait Dominus Deas.-Ezech. xxxix, b 26 vrpcrc d 19.
Saivabo gregem meum, et non erit nltm in rapinam, t t judicabo
inter peras, et pecus. ET BUBCITABO B U P ~ R . M PASTOREY UIUM.
qui p c n t m, s e m m me-um D a ~ : d ipse psacet eaa, et ipie erit
& in psstanm. Ego autem Dominus ero eis in Deum : et e e m
mesu David prineep in medio eomm : eRo Dominus lomtm snm.
...
Et fnciam cum eis pactnm pacis et acient quia ego Dominaa, d m
eaatrivero catenae jugi eornm, et enero eoe de mann impereatium
sibi. Et non erunt ultra in rapinom in entibns, neque be&=
B N G L O R I A Y MAGBSTAD. 411
247. A todo lo cual corresponde, en h, la brevisima y
admirable profecia del cap. iu de Oséas : Porque muchos
...
dias estarán los 890s de Israél sin rey y sin sactljcio, ,
y sin dtar, y sin efbd, y sin terajines: Y desi?>- ds es-
to volverán loa hpor de Isrdl, y buscarán al Sefior ar
...
Dios y se acercarán con temor al Señor, y 6 sus biener
en eljin de los d b * .
248. O todas estas cosas, y otras innumerables que omi-
támos, son suefios 6 ficciones de los Profetas de! Dios, 6
deberémos esperar su pleno y perfecto cumplimiento.
terna devornbunt eoa : sed h a b i t r h t confidenter sbsque dio
terrore, &c. -Esech. xxxiv, 22,23, 24,26, 27, W.
Quia dies maltos sedebunt filii Israel rinb rege ...et sinb aitari,
et sin& ephod, et einb theraphim: Et post haec, revertentur Wi
israel, et quaerent Dominum Deum suum ... et pavebunt ad Domi-
-
num, et ad bonum ejua in novimimo dienun. Ore. iii, 4,6.
FENOMENO &

EL MONTE S I O N S O B R E L O S MONTES.

T E S T O DE IBAIAS, C A P I T U L O 11.
2ú9. Palabra, que vi6 Isafas. RVo ds A d r sobre
Judá, y Jerusalén. Y en los últimos dias cztará prepa-
rado el numte de la caua del S e k r en la c~umbrede IOI
montes, y se elauruá sobre loa c d l d o s , y coc~wíinÚ CI
talas l a gentes. E irhn muchar pwblos, y d i r h :
Venid, y s u b á w al monte &l Sefior, y á la caua del
Dioa & Jacob, y rros enseñará rur camiru>s, y &kiar
en sua senderos: porque de S i h saldrb Ir by, y la pa&a-
Qrada1 Señor & Jerwaldn. Yjuzgará á lar nacionu, y
convencerá b rnuchoa pueblos ; y de sur espadcrs forja&
arados, y de rur lanzar hoces : no alzará la ecrpada una
M& contra otra naeion, ni se ensayarán rias para
la guerra*.
250. Lo mismo y casi con las mismas palabras se lee en
el cap. iv de Miquéas : En los últimoa diQ. el monte de 10
casa de Dior ser&findado sobre la cima de lo8 montes, y
* Verbum, quod vidit IB~SM,flliuii Amos, super Judani et Jernu-
l a . Et erit in novic.aiiis diebua pmparatna mona d o m b Domini
in verties montium, et elevabitur auper colles, et fluent ad eum
omnei gentes. Et ibunt populi multi, et dicent : Venite, et mcen-
damm ad montem Domini, et ad domurn Dei Jacob, et docebit nos
viaa anas, et ambulabimns in semitk ejue : quia de Sion &bit lcx,
et rerbum Domini de Jemaiem. Et judicabit gentes, es q e t
populos muitas : et eonflabnnt gladios snae in romeres, et lanceu
eurs in faices : non levabit gens contra p t e m gladiurn, nec u e r -
-
cebunhv ultia d pmlium. rmi. ü, sb 1 wpuc aR 4.
e ~ a h d sobre
a los coüodor :y correrh h Ll los pwblar.
Y se qpresurarán mucbaz gsntss, y dirán : Venid, su&
mos al -te del Señor, y á la casa del Dios & Jacob:
y nos emL*íQrá 'á caminos, y rnorcharknos en sus vere-
dar : porque de Sibn r&rh lo &y, y lo palabra da1
Señor ds Jerwalcn. Y juzgar6 entre mucha pueblar,
y castigará b nacio~clpoderoras hasta lejos :y conver-
tirón sus espadas en rqjas & arados, y rur h a s en
azadones: no empuñar6 espada gente contra genie; ni
re s w y a r á n mas para hacer gucrra. Y cuda uno re
aentarh deba* & m vid, y debajo de su higuera, y no
habrá quien cawa temor: pues lo ha pronuncia& por rsr
boca el S&r de los egércitos .. *. .
251. Los interpretes de la Escritura, llegando 4 tocar
estas dos profectas, en primer lugar se rien mucho de la
grosería de nuestros Ratrinos, los cuales entendieron estas
aosarr con una estrema materialidad, diciendo, que en la ve-
nida del Mesiae crecería fisicameote el monte Sibo, elevhn-
dom sobre todos los otros montes y collndos vecinos h Je-
msal4n. No nos metámos aora B averiguar si esta inteli-
gencia es tan absurda, que solo merezca la risa y el des-
precio, no sea que se piense que la qoerémos adoptar. No
obstante, ae padiera aquf preguntar, lo primero : la elevrir
cion hica y material del monte Sión, ;es alguna empresa
imposible, 6 muy d i i i l al que elevó, en el principio, loa
montes de la tierra? Lo segundo : j se opone esta fisioa
1x1norusirno dierum erit mons domQe Domini praepamtnr in
vertice montium, et sublimis super coiiee : et fluent d eum pbpuli.
Et propembunt gentes muitae, et dicent : Venite, aecendamua ad
moutem Domini, et ed domum Dei Jacub : et docebit nos de vib
sille, et ibimae in semitis e j u : quie de Sion egrrdietur lex, et ver-
bum Domini de Jerndem. Et judicnbit inter populus multa, &
corripiet gentes fortes u q u e in longinquum ; et concident giadior
suog in vomeres, et hsiitaa eum in ligonee : non sumet gene advershr
gentem gladium , et non discent uitm belliigerere. E t sedebit vir
s u b t u vitem su-, et s u b t u ficum suam, et non erit qd deterreat :
quia os Domini w c i t u u m looutaun eat, &c.-Mi. iv, .6-1 wqw
#ti 4.
480 LA VENIDA DEI; MBSIAS

elevacion del monte Sión 6 los teatos citados, 6 h algun


otro lugar de la Escritura santa, 6 á alguna vedad d e
mostrada ?
152. Sin esperar la respuesta estas dos p e g ~ ~ t a que
s,
no se ignora cual será, se pudiera preguntar, lo tercero:
entre dos inteligeiiciae de un mismo testo (suponiendo por
un momento que sea forzosa la eleccion) j c ~ a lde ellas
deberá preferirse ? i La que en nada se opone al testo, ni
al contesto, antes por conformarse con él escropiiloremeate
abraza un error material, pero inocente (si acaso lo es) 6 ia
qiie en nada se conforma con el mismo testo, antes en
alguna cosa le repugna y se le opone visiblemente ? IA
respuesta á esta tercera pregunta no es tan fácil adivinarla.
Mas por aorrar disputas, vamos ii lo particular.

LA INTELIGENCIA COMUN DE EST.4S PROFECIAS.

353. Abrid, sefior mio, cualquiera espositor : digo cud-


qnieru, porque partiendo todos de un mimo principio y
caminando sobre un mismo supuesto, ea preciso que digan
en sustancia lo mismo, aunque varíen algo en los accideo-
tes. Despues de haber leido la .esplicacioo q u e dan ii
dichas profecías, tomad al peque60 trabajo de confrootar-
laa con el testo, y con todo en contesto, y hallaréis, ií mi
parecer, dos cosas tan divemas, y tan distantes enúe sí,
cuanto dista el Oriente del Occidente*.
'251. Dicen primeramente, 6 lo suponen, que en ambas
profecías se habla Gnicamente de la Iglesia presente; esta
ea la casa del Sefíor, y al mismo tiesapo el monte de la
casa del Sefiort, por estar elevada, como lo está un
monte, sobre todas las cosas -as de la tierra. De este
monte de la casa del Sefior, dicen ambos Profetas : en
'

Últimos dias estará el monte de la c a s a cicl

Qiianthm distirt Omis ab Occidente.-P.. eii, 12.


t Mons domus Domini. -Imi. ü, 2.
S& im la cunrbre de los montea, y se elevará sobre los
colIados*. i Qué quieren decir estas espresiones tan sin-
golares? No quieren decir otra cosa, sino que la Iglesia ,
cristiana está fundada sobre montes y collados, como sobre
firmes y solidisimoe fundamentos. i Cuales son estos?
Son los Patriarcas, los Profetas, los Apóstoles,, y tambien
los preceptos, consejos y rnhximas evangélicas : el mismo
Jesucristo, yur es la principal piedra angular .t. Todo
esto no hay duda que es una verdad, p a r a aquel que usa
de ella kyitiaamente ; mas el uso legítimo de una verdad,
cualquiera que sea, pide esencialmente su propio lugar y
su propio tiempo. De otra suerte, sin dejar de ser una
verdad, podrá muy bien ser un verdadero despropósito.
S. Pablo, hablando de la ley de Moisés, decia: Sabemos,
puea, que la ley es buena p a r a aquel que wa de ella legi-
timamente$. La ley buena es en al; mas en tiempo de
S. Pablo ya no era del caso, segun toda su eaten4on, es-
pecialmente respecto de los Cristianos. Aplíquese la m-
mejanza.
255. A esta Iglesia, pues, se procuran acomodar y se
van acomodando, en cuanto se puede, las palabras y es-
presiooes de 4as dos profecías. Digo en cuanto se puede,
porque algunas hay, aunque pocas, que sin hacer notable
resistencia se dejan acomodar bastante bien, otras que ne-
cesitan de verdadera violencia y coaccion, y las mas no lo
permiten de modo algnno. Mas en el principio general
de que estaa profecías no pueden mixw d otra cosa que B
la Iglesia presente; importa poco que no se pueda todo
acomodar, ni es necesaria tanta prolijidad.
366. Para dar d esta acomodacion cierta especie de brillo,
reparan mucho en aquella espresion nueva y adurhde-de
Erit in' noviasimis diebus pmperatas mona domtls Domini in
vertice montium, et elevabitur super collee. -1rai. ii, 2.
t Ipso summo q u l a r i lapide Chriato Jeau. -Ad Ephur. ii,

TOMO 11. 2 I
402 LA V E N I D A DBL MYSIAS
fluir Iss geates y p~ebloedoia lo alto del monte Sióo*.
S i d o esto, dicen, eontra la naturaleza de los fluidos, los
cuales naturalmente bajan, no suben : corren lijeramente
de lo alto Bcia lo bajo, no al oontrario; Con la cual Qmi-
litud ae anuncia, que las gentes y los pueblos de todo el
brbe veodrian B la Iglesia de Cristo, no bajando, k ni-
biendo: no siguiendo las mclmaaiooes de la naliirPlezm,
sino peleando contra ellas, y esperando con ía divina gracia
toda su opoaicion y resisteocia. Vnelvo 6 decir, qne todo
esto es uun verdad mas clara qae la Ins; g la obwordencia
de esta verdad mn las profedas fuera sin duda macho m=
luminosa, si la suposicion en que estriba fuera tambien al-
guna verdad. Qaiem decir, si el fluir Bcia lo alto fntse
noa maravilla tan contraria á la natoraleaa, que @ore ríese
de mil maneras practicnda contiunamente por la misma na-
tunileza. i Quién ignora, por ejemplo, que nuestra m g r e
fluye natoralmente no solo de la cabeea hasta los pies, sino
tambien desde los pies hasta la cabeza? Quién ignora que
los jugos del mas alto cedro del Líbano fluyen naturalmente
desde la rafe hasta lo mas alto d e lae ramas? ;Qaiéo ,
ignora que el rocío y aun l a lluvias mae copiosos no pudia
ran Buir de lo alto ácia lo bajo, si primero no hrrbiemen
fluido de lo bajo Bcia lo alto, &c.? Conque el fluir lea
gentes, por senscjanza, Bcia lo alto de un monte, M) ea un
milagro tan nuevo, que meresoa especial reparo. Le pa-
labraJuir, que es la que da ooasion á dicho repro, ae
halla en los L X X sin misterio algano, puee leen +le-
mente vendrán : y Pagnini y Vatablo leen correrár junta-
mente ; que no suena otra cosa, que un gran concurso de
todas las gentes al monte de la casa dsl Sefior, lo cual.está
anunciado en el saimo Ixxxv : Todas lar g a t a , m a r
hiciste, vendrán, y te adorarán, Señor, y glorijicarán t u
nombre-t :y en Daniel : todos lospueblos, tribus, y lenguas
Et flneut sd eum omnen genten ... et fluent ad eum papali.-
Imi. ii, 2 ; et Mch. ir, 1.
t Omnes gentes, quaseumquefecisti, venient, et u i o n b ~ coma
t
-
ts, Domine: et gioridcabnnt nomen tuum. PI. lxxxr, 9.
E N QLORIA Y MAGESTAU. 483
b servirun á &le. Y mucho mas clam en Zacadiis : Y to-
dos los que quedaren de todaa las gentes que vinieron
c.mtra Jerusalkn, subirán de año en año á adorar a l Rey,
que es el Serior de los egkrcitos, &c.+
357. Mas vo!viendo 4 lo mas inmediato h interesante,
parece claro que la acomodacion de nuestras profecias á la
Iglesia presente, y la gran facilidad con que esta se co-
mienza, DO dura mucho. Apenas llega B tocar los conibes
del ver. 4, donde ea preciso parar rin poco, pues aquí se
presenta cierto embarazo, no menos importuno que insu-
perable. Perece imposible dar un paso mas adelante, rii
primero no se trabaja en alianarlo de algun modo.

DIFICULTAD DEL VERSICULO 4 DE ISAIAS, Y 3 DE MIQUEAS.

158. Dicen ambos Profetas, que en aquellos tiempos de


que hablan, cuando Sión se prepare y eleve sobre los otros
montea, sucederá, entre otras muchas cosas, una bien sin-
gular y ciertamente inaudita hasta el dia de hay.. E s B
saber : q\ie todas las gentee y pueblos de la tierra, j u q p
das y corregidos por el Sefior, y en comecuencia inmediata
y primaria de esta correccion y juicio, gozarán en adelante
de una perfecta paz: que arrojarán de si, como trastos.
iniitilea, todas las armss con que mhtuamente. se habian
dekndido, y ofendido basta entbnces, convirtihndolas todas
en ioalrumentos de agricultura: que ya no leoaaberá la
espada naa gente contra otra: que ya no aprenderán, ni
habrá quien ensefie el. arte militar, ni habrá mas egercicio
de armas para la guerra: que todos y cada uno vivirán se-
garos y quietos sin temor de enemigos : Ycada uno se sen-
iará,&bajo de su vid, y debajo de su higuera, y no h&á
Et omnes populi, tribus, et lingue ipsi servient.- Den. vii, 14.
t Et omnea, qui reliqui fuerint de umversia gentibus, qaae vene-
runt contra J e r m l e m , aaeendent ab anuo in annnm, ut adorent
regem, Dominnm exercituum, &c.-Z&. xiv, 16. . .
212
484 LA V E N I D A DBL UBSIAS

quien ccrws temor* : porque el Sefior ha kebLedo, y b ho


ordenado aait.
!%%. Los intérpretes, llegando 4 este mal paso, m o h m
B lo menos tácitamente, la Gcultad de pasarlo bien. Pre-
guntan comunmeute ¿como se entiende esto ? IFd decir:
jcomo se podrá vencer un impedimento tan notorio, qae 1
absolutamente cierra el camino? La raaon de dudar
clara: porque la Iglesia presente, B quien se e m p e h 4
acomodar laa profecías, ouenta lf? siglos, y hasta aora DO LW
ha visto en ella el mas mínimo vestigio de lo que aquí se
anuncia : y la Iglesia &faate, 6 el cielo, que ea el ordi
nario refugio en las grandes urgencias, en la preoente nrda
puede ayudar; pues allh no hay necesidad de labrar ios
campos, ni mncbo menos de llevar de acá loa iiidtmmentos
necesarios para la agricultura.
260. La respuesta 4 esta gran dificultad no en una mta,
sino muchas, segun varios modos de discurrir. Yo hplb L
lo menos cinco ; y todas ellas, 6 divididas 6 juntas, me pai
rece que dejan en pie la dificultad. La primera nos aonerda,
que cuando .nació Jesucristo, que fub el a60 3I)6 40 del
imperio de Octaviano Augosto, estaba todo ei orbe ea p.s::
y esta paz foé anuncituia desde entonces tí todoe loa bont-
bres de buena voluntad. Mas, i qué oonexion puede tener
esto con las profeoías de que hablarnos ? CompRreoea estan
con aquella paz Octaviana, que fa6 solo de cnatro diPe (ea
los cuales no dejaron de levantar la eepada las gentea d e
Herodes contra los inocentes de Belbn, da d a eíioa y
abajo$) y heche la comparacion con toda la foranalidoa y
mctitud que pide el asunto, júzguese con imparcialidad.
La segunda respuesta nos tira tí persuadir, que despaea de
la venida de Cristo y fundacion de la Iglesia oristisna, ya
no hay entre los hombres taotaa guerras, ni taxi ostinadas y
l
Et sedebit vir subtus vitem nuam, et subtus ficum suam, et non
-
erit qui deterreat. Mich. iv, 4.
1. Quia os Dumini exercituum locutum est.-Id, ib.
-
1A biiatu et infm Mat. ii, 16.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 486
sangrientas como antes de esta época feliz. Mas aun dado
casi que esta noticia heso cierb, y no falsa por todas las
Woiioe. i qué proporcion podrémos hallar entre las guerras
menos üeouentes, menos ostinadas, menos sangrientas, que
quieren suponer en estos 18 siglos, con lo que anuncian
nuestras profecías? No alzará la espada - una nacion con-
tra otra mcion, ni se ensayarán mas para la guerra.. .
no se ensayarán mas para hacer guerra.. . convertirán
s w espadas en rejas de arados, y sus Zanzars en azadones.
m. La tercera respuesta nos hace reparar : que en e e
tas profecías no se dice que no habr4 6 no podrh haber
entre los príncipes cristianos guerras justas, 6 uso legitimo
de las armas. Este fub, afiaden, un error de Calvino y de
otros herejes, loe cuales pretendieron, que no era lícito 4
los Cristianos el uso de las armas. Hablan, pues, las pro-
feoías solamente contra las guerras injustas y tiránicas ; .
pues estas, y no aquellas, están proibidas por las leyes y
máximas del evangelio : y pudiera &dime, que están del '

mismo modo proibidas 4 todos los hombres sin distinoion


por las leyer y máximas de la naturalesa, así como está .

proibido universalmente ei hurto y el homicidia Es mas


qne visible, qne esta respuesta huye moy lejos & la d i
cuitad, en vea de aaometerla : tal vez puede ser, por no
ver una guerra injusta oontra las l e p e y máximas del evan- .
gelio. Si alganos herejes, fnndados en a t a s profmias,
a b r a m n aquel despropósito, erraron en ello maniiiests
mente. Debian haber advertido, que,dichaeprofecías nada
pwsoriben, nada mandan, ni 4 los cristianos, ni 4 los here-
jes, ni al resto h los hombres. Solo anunoian eimplemente
lo que deberá iuceder en esta nuestra tierra, en otros tiem-
pos que todavia no han Negado.
262. La cuarta respneata dice : que el sentido propio de
las profecías es, que los verdaderos Cristianos y fieles hijos
de la Iglesia, si alguno tiene queja del otro *, no usarfi, 6
no podrá usar licitamente de las armas, sin haber primero
4116 LA VENIDA DEL I d B S l A l

prmrado amistasa y padhmeate. algiina honda y rase


nable composiBion ; lo coa1 se ha vioto y se ve f m s n l e
mente, no solo entre lori particubres. sino -bien antre
los príncipes y mfions cristianos. t Y eeto mismo m se
ha visto jamás, ni se ve h n e d e e i e n t e , m es p o s i que
se vea fuera de la Iglesia? ;No hacen ato rili.rra lor
gentilss* ?
285. La quinta reapuesta del todo m í s h , dice : qrie el
verdadero sentido de estas profecías, es, quo los hijor ver-
daderoe de la ~giesia,esto es, los perfectamente justos y
irantos, sujetos enteramente B las máximas del ev+
y lleooa del espúita de Crinto t,ertos gozarán de una tier-
na y verdadera pas ; no pas del mudo, sino de Cristo : y
esto aun en medio de la# perturbecionea y penaecriaiames
de los malos, en medio de los dolores, trabajos y naolesti4s
de la vida presente ; pues como se dice en el salmo crriü :
Muchapazparal~queaman tu b y s .
264. A esto ss reduce en sustanda todo lo que U K w i s
en los doctores en requeata y aomo por rioluoioa de la gm-
tisima diacultad. Si d r o n t á m u a aora todo esto, 6 divi-
dido 6 junto, con el tasto de lai pro6ecicia y c m todo m
contesto, no bemor menerter oira diligencia ni oíre &dio
pun quedar plenamente oomewidae de la impropiedad de
la acomodacion. Pbr ooneigaiente, de que he probBdss
hablan de otros tiempos, y anunaian otros m i s t e r i ~idmita-
mente diversos, que todavia no se han v d c a d o . En
medio de esta impropiedad, de esta mmfieienoia, de esta
violenoia tan clara y tan visible, se estrafia mocho mae y se
admira, con grande admi-m§, que haya valor (6 no sé
como llamarlo) para decir y & m a r , como se dice y h a
por autores gravee y respetables, por oira parte, que la
inteligencia que dan B estas dos profecías, 6 la aaomodacion
vaga, hacomodable é ininteligible, B la Iglesia preeente,
-Mut. v, 47.
Nonne et Ethnici hoc facinnt ?
t Qui Spiritu Dei aguntur.
f Pax multe diligentibue legem tuam. - P6.cxviii, 165.
5 Admiratione magno. -Apac. xN,6.
EN G L O R I A Y NAQBSTAD. ag/

es, no solemonta buena, sino cierta y de fe divina; y por


consiguiente la verdedera y la única, que no admite duda
ni ctisputa. Si preguntámos Q estos sébios j con qub m m ,
y sobre qu4 fundamento sólido, y bueno, nos quieren
obligar B un nuevo artíaulo de fe, qo solamente superior,
sino contrario B la razon natural, aun despues de iluminada
con la luz de la' fe, nos respoden aquí B una voz con todos
los otros doctores de las cinco diversas opiniones, que =a-
bamos de ver p de admirar : que esta inteligencia es M
conmntimiento unánime de todo8 los doctores y santae
padres *.
266. 1 0 : vaigmos Dios, y válganos la reflexion y la
r-n ! 1 Este oonaentimiento d a n h e de doctores y santos
padres, que tantas veces oimes repetir (aun en cosari. que
no pertenecen al dogma, ni b la moral) se nos figura mu-
chas veces, 6 ea muy faoil que aoi se nos 6gure como na
muro altísimo B inameeible, que debe detenemos e l . p o ,
y oldigemos 4 volver atráa 1 Mas si por curiosidad 6 por
atr6vimieato llegámos 4 tocar este m u r o . ~ o ,h' a l h
no pooiui ve- aon grande edmitacion y aop na pequefio
consuelo, %queel muro sagrado no es otra coaa en realidad
que una verdadera perspectiva : ya porque ao todos, ni
muohos, ni los mas de los antignos padres tocaron aquel
punto particdar de que me trata ; ya porque los que ..lo
tocaron de p p ó f to, no era bn~candoy ensefianda su ver-
dadera inteliiencia, nino solamente para sacar algana mora-
lidad, 6 a l p n concepto de edifioacion : ya tambien porqne
ninguno de los dichos padres se atrevió B asegurar, que
aquel sentido .moral y mlstioo, 6 puramente acomodaticio,
en que hablaba, fuese el verdadero sentido. Todo esto se
ve claro en la inteligencia de les dos profeclaci, que actual-
mente obaervámos, y casi lo mismo podhmos decir de otras
innumerables que quedan ya observadas, y pueden facil-
mente observarse.
266. Lo primero: es falso que todos los padres (aun
hablando solamente de los que tocaron este punto) conven-
De fide eet ex unauimi consensu SS. Pstrum.
400
~ mdmnmmte
I I
LA VENIDA DBL Y B ~ A S
en la iateli- y qdicwbn de e h b
!
pof&dlaI~iprereiite. S . ~ p e p s , e a a i o b
pediie, y uno de km maximoe, y dice eapreuaiente : qiie ei
monte sebre 1- montes, de que oqoi h.Ma I h , em k
VLgen María: Pwqw I h , a a l i c i d lo aug rrra-
1
M e d i g d a d de u t s monte, dke: En lo. httiu cün
a~prspRdoelmonbdeLawda&doranio~
bre de los monter * : cou, que el monte en & c u i d r r dr '
~
dor montes, @, porque kc d t s a & M a r b m b fokr
todw lor s&odt. S. Jerónimo, S. B p s h , y Rapeda
'dicen : que el monte mbre los moníes es Criito m*,
S. Bernardo dice: que es el cielo, donde todo está en
perfecta paz. Conque tenénios B lo menoe cuatro 6 cinco
pedrea, que tooando estaa profecías, no convienen d i -
rnerneute en su inteligeucia. ¿ Cnautoa mas hallariamos, si
nos fuese posible leerlos todos con todo en oonteeto?
267. Lo regando y ptincipai, porqae los pPdree q ~ to- ,
araiestasdoaprof~lluJ~roLaeateBepiiroy
oamo por iwihaia; J d hw iomarom en aqmd mmWo
e o o ~ B i que o coavenls 4 8~peap6aitow)tIml, d d p-
p í i t o , genemimente hablando, no era dro eo lom a m t i p a
padrer (amando se trataba de a i p m c o n t r d 6DaiP1
sobre el dogma) que la d i a n y provecho espiritiicu de
~ et dir de*
loe Mes, ni masni menos oonao l o h . 0 ~hsste
nwsims maa ceiosaí prediaadorea. Ad lie ve, y es fiiaIr
faeil notarlo, y lo oon6eean nnmtm dectom mas emditos,
que los antiguos padres, en puntos no sprtnaciales de ia
religion, cuando oitabra nlgw~aaprdboiaa y ha- mhre
ellas, cuidaban peco de si aquel d d o en que las t a n u h
era el literal y verdadero, 6 no: ni jarnáe pensrvon en ers-
gwar y hacer creer B los fieb, que sgaeiio qae de&m m
bre las profecías, era ciertamate lo que en ellas bsbiP .i~-
Hujus enim montie pmcellentisiiimarn dignitatem ha& vaticl-
n8ns ait : Eril m noa##hu Ifiebtupraparuhu morir Domini h u&
-
d r n . Zaai. ii, 2.
t Mons quippe in vertice montium fuit, pub altitudo M u i a
-
supra omnes siinctos refalsit. Sanct. Gwg. com. 3 lib. 1 &g. i
tentado el Eopéritu SPñto. No lo ha- a á en oúw
asMtoe porhecientea inmediaiamente al dogma, 6 á lo
m c i a l de la reiigion y tambien á la moral. En ertos
seuntos se eaplicaban mempre en tono de seguridad: y
auiido para osto oitaban algunos lugarea de la Escritura,
se guardaban bien de darles otra inteligenoia, que la obvia
y liteml; no sdanmde mando hablaban 6 de palnbra, 6 por
eecnto, con solos los fieles ; sino macho mas cuando babla-
Imn 6 disputaban con los herejes. Los que tuvieren dgun
emtudio en los escrita de los antiguos padwa, poddm re-
pnnu hilmente en a t a diferencia.
1

SE PROPONE OTRA 1NTELIGENCIA D E ESTAS DOS PROFECMS.

PARRAFO 111.
%S.Prhmmmente : yo 0 0 0 de~buena ~ fe mn todos
los dodom~,e$ CruciaPoe, como Judios a la i o t e w
g e u d de estas dos pnSdes, y de otraa miuejmtea, 6 en
le que aitY tienen de general : q u i m decir, que en ellm
re habla mnniktamente y ooo evidmin de loa tiempoo del
M e s h : Y en h ú & k d~ k &d... Y acaecerá:
Ea &a G l t h a dior. Esto tu (dioei toQa loa Judios y
Cniitianw, y toda oon roma rason) sato a, en $1 tiempo
&l M a h , m el da CrUto*. Mas este. a t o es, si no ee
esplica mm, pare- muy eqdvoco por muy general. El
tiempo del M&, el tiempo de Cristo (segan todas lar
E a n i t u ~antiguas
~, y nuevas, y eegan todos loa principia
faniamentales del Cristianismo) no es uno solo, sino doe
tiempos illsmtammte diversos entre si: ano que ya paeó y
que pexmvere hasta aom en sris efectos, .ciertammte gran-
d a y admirables ; oteo que to8.via no ha Uegado ; pero
que se cree y espera, con fe y esperanza divina : el cual
tiempo segundo parece .todavia mas grande y admirable,
...
-
Et erit in novimiib diebun Et erit: In noviesirno dierum.
[Id eat, tempore Messis : tempoie Christi]. I d . ii, 2 ; et Mich.
iv, l .
m L A VENIDA DBL MESlA8
qp las miamea Eocntntas, que se endemsan 4 él mrni-
fiestamente, y en él se brminan. Este ea el tiempo de qae
tmto hablan los Profetar, d o diceo : en aquel dio :n
aqwl tiampo :en los filtinuir dias r en el otro .ig& :en
e¡ siglo urnturo. Este en el tiempo de ve tanto bablnn
ap sus epíatolaa S. Pedro y S. Pablo, diQén¿o frecocníí-
mmunente : para J dia de n n ~ i mQcIser Jkiswairio* :
en el dicr dd advenimiento de nusdro &r.. .t (n d
dia) cuando apuredere $1 (en el &a) & su v d a , j &
as reino§. Y este es el tiempo mimo de que iunQ bablo
en parábolas, y án ellar, el mismo Mesías, a m o se p n d
ver en los evangelios.
269. El primer tiempo del Mesías, de que bablan las
profecíae, ciertamente ya está verificado, y el mundo ha
gozado, gom, y puede gozar á satisfaccioo de sus efectos
admirablee: mas con todo eso, las profecías m, se hau
veriñcado plenamente; pues no salo b e b k del prima
tiempo del lüesías, sino tambien, y mucho mas del regrindo
tiempo. que todavia ae espera. Eslo cs taa evidente 7 tan
olaro, que segun les diversos principios ó sbbmas, se hrn
sacado doe dirershimsa moeecaenceis: y aunque la mi
mas funesta que la otra, no por eao dejan d e ser ambas
dos ilegítimm y fahan.
PRIMERA GONSEOUBNCIA.
270. u Luego el Medas no ha venido, pues 1m profe
d a s ciertamente no se han verificado. Si no ha r e d o el
Mesías, luego no ha llegado su tiempo, y debémoe es-
perarlo."
SEGUNDA CONSHCUBNC[A.

fG/l. Luego les profecías m pueden e n t e w comc


. .
-
, .' In die Domini nostri Jeau Christi. 2 cid C a . i, 14.
-
Iii die adventQ8Domini. 1 ad Cw.i, 8.
-
f [In die] cnm apparuerit. 1 Pet. v, 4.
-
6 [In die] adventua ejus, et regni ejua, &c. V i v .2 d 7í
a
iv, l .
EN G L O R I A Y MAGISTAD. m
suman, 6 segun la letra que mata ; sino en otro sentido
mejor, oomo es el alegórioo y espiritual ; y eu este seo&
do ya se han verificado, J se estQ verificando en la Igie-
sia presenta."
272. Si fuese necesario é inevitable tomar partido par
alguna de estos dos consecuencias, si no hubiese esperan-
za de hallar otra tercera mas legítima, y mas omfmme &
las Escrituras, yo suscribirla al ponlo por la segunda, caa-
tivando mi entendimiento en obscquio de la fe. Mas eda
tercera consecuencia j será muy dificil hallarla ? ;Será
necesario para hallarla u al oriente, 6 navegar al occidente?
i No se presenta de suyo B cualquier entendimiento libre d e
preocupacion, 6 de empefio formal y declarado? Por todas
las Escritora sabemos con toda certidumbre, que el tiem-
po del Mesías considerado en general, tiene primero, y tie-
ne segundo : que no es uno solo, sino dos tiempos 6. dos
...
épooas diversas : luego (ved la termra consecuencia.)
273. "Luego loa profecía de que hablhmos, y otms
muehas semejanhe B ellae, que m, se han verificado, ni se
han podido verificar en el primer tiempo del Mesias, po-
drán muy bien verificp~sey se deberan verificar en el s e
gundo, el cm1 tiempo no es menos de fedioiaa que el
primero."
2'74. Mala conseoaencie, aunque por otra parta buena,
dicen oitinodamente los doctores jndios, i Por qué mala?
Porque procede mbre un falso supuesto : esto oa, sobre dos
tiempoe diversos del Mesias, no habiendo ni pudiendo ha-
ber otro que el que anuncian los Profetas en gloria y ma-
gestad. Optimamente : i y no iuiuncian los Profetas con la
misma claridad el otro tiempo que debe preceder b este?
No hablan del Mesías, como de maestro y ejemplar de, to-
da j~stioia: como de un hombre manso, pacifico y hn-
milde: como de un hombre injostamente perseguido, lle-
no de oprobios y de injurias, y pacientiirimo en medio de
grandes tribulaciones*? i N o hablan de él, y lo conside-

PsJ. xxi et ixviii.


a L A V E N I D A DEL M P g J A ñ

rtwi T m o un M e r o manso, 6 hwoente, qra a dkpcrdo al


.
degolladero.. (qua) &lants de2 que do trasquila e--
Bsccr+á*? ¿ No lo consideran, como ¡+roca, y hm+& &
Dior, y humilladot? i No lo repremntan UagcPdo por
nuestras iniquidades, p b r a n t n n d o ...
por nuestras pe-
... +
a i d ~ con los d v a d o r contado ? No hablan de sus
llagas d e m a n a y de pies, de su d e a n u l i en la cms, de
w afrenta, confueion y dolor§? i No hablan, en tia, de
IIP muerte, de su resurreceion, de su aseemion 9i lor cides
de w descanso y glorin B la diestra de Dios, hasta oin
tiempo(t2 O ciegos, tardos, 6 i n f e l k Jndios 1 &-o b
mis, hermanos, que b n s w por otra parta la causa y O+
de vuestros trabajos. Esta es evidentemente la verdPderr
owna y el finico &gen de todo, de lo c , d nuestros docto-
m timen toda la culpa. El haberoe, digo, h g i n a d o y osti
nado e n eeta imaghcion, tan agena y tan contraria á ku
~ n t w a s que
, el tiempo del Zldesiaa debii ser neo S&, y
este en gloria y megestad. ;O u & y tardor & m-
-, para creer todo lo que los P*ofstar han dichos!
os digo con p d h de vaeiim lesias. Pwr q d , SO
fd mwu818r qw el criuto padecisrs ata8 m&m, y g8r
ad entrcur en ru gloria"? No teneis, pues, m ~ o ad.
gana para reprobar mi coeeecuetmia, m la snposioion iobie
que p d e , paea todo m halla conforme con t& lar
C~Mp I hablaron lor Profdkrs.
2'76. Mala aonsmuebcia (oigo por otra parte, no ya oi
loe docto= judioe, eino 4 loa doctores arhtianos), l h b
Qui portatur ad victimam :... [qui] coram tondente ae obmu-
tescet i-Jerem. xi, 19 ; ct Imi. Liii, 7.
t Quaai leproaum, et percueaum B Deo et humiiiitnm? U. -
m, 4.
f Vnlnemtun...piopter iniquiutea noetm, rmitiir...pmpW res-
lete noeh...cum weieratb reput.tus.-Zui. liii, S, 12.
PsaL xxi ; Zach. xiii. 11 WaL rp 6 cix.
íiiO stuiti et tardi corde ad credendum in omnibue, quíe locuti
smt prophetae 1- h e . xxiv, 25.
O * iNonue hmc oportuit psti Chiietum, et ita inmre in giorhm

suun ?-Lac. xxiv, s.


6 por qué d a ? Porque ese tiempo aegnndo del LIS
si-, que se cree y espera religiosamente, no es B pro-
pósito ni lo pnede ser, para que ne verifique lo que anuo
cian estas y otraa profecías semejantes. i Por qu6 rau>n?
Porque este tiempo segundo del Mesias no se dejará ver
sino al fin del mundo: esto es, cuando todo el linage h ~ -
mano y todos sus individuos, sin faltar uno d o , estémos
no solo muertos, sino resucitados y congregados en el valle
(tan grande como pequefío) de Josafat, para d juicio uni-
versal. Porque este segundo tiempo del Mesiaa deberá
ser Gnicamente para destrnirlo todo y acabar con todo:
para arrojar los malos al infierno, y llevar al &lo t i loa
buenos, h.
216. Mas esta idea (m pregunta una y muchas veces,
pidiendo una respuesta categórica) ¿de donde se ha tomado?
i De las snntaa Escrituras? Parece cierto que no : porque
antes esha la repupan y conttadican ii cada paso, y nos
ofreoen otra idea irifiaitamente diversa, segun hemos obser-
vado hasta aquí, y todavia tenémos que observar. i A e m
de alguna verdadera tradicion wnatailte, d o r m e , universal,
venida dende los apóstoles, y conservada fielmente hasta
nueetroe tiempos? Falso del mismo modo, por confeaioa
foizosa de loa mismos intereeadou, B lo menee de los mas
eruditos y sensatos : ya parque repngaa absolutamente tra-
dicion apostblica contra las Esorituras y contra loe escribe
de los mismos Apóstoles; ya porque no se ignora el prin-
cipio, ni el tiempo, ni la ocasion, ni las razona, por p w
dicha idea se empezó B recibir como buena 6 pasable, y de
mano en mano, 6 hacerse universal. Aun en el quiuto siglo
de la Iglesia, como testifica S. Jerónimo, no estaba esta idea
tan asentada, que no fuese rechazada y admitida la idea
opuesta por una gran multitod de doctores católicos y pios ;
tunobien un consider3ilbinm número de los nuertror (dice
este santo doctor) sigue solamente en estaparter: y en
otro lugar alíade? muchos varones eclesiásticos y mártires
Sed, et nostrorum in hac parte dumtaxat plurima acguitur mul-
-
titudo. Sanct. Hyeron. pra$ in lió. xviii mpu Imi.
494 LA V E N I D A D E L i ú B 8 I d B

la Uevam*. i Q d n podrá hablat así de una tradicion apos-


tólica? Conque no hay razon alguna para reprobar nuestra
consecuencia ; la cual parece perfectamente conforme con
todas Iás Escntnras antiguas y nueras, y con los prioeipius
f u n d w ~ t a l e sdel Cristianismo. Luego bien podrérnos
esperar sin temor alguno, que las profecias de q u e kbla-
mos, y otras innumerables semejantes 6 ellas, se verihpen
plenamente, segun la letra, en el seguudo tiempo del Me-
sías ; pnee en el primero no ban podido tener lugar.
W7.Llegando, pues, este segundo tiempo, q u e todos
creemos y esperamos religiosamente ; suceder4 luego, entre
otras coaaa primarias y principales, la eleracion del monte
W n sobre todos los montes y collados : espresion visible-
mente figurada ; pero admirable y propisima para esplicar,
segun las Eswiturm, la dignidad altisima y siiprema, el
honor y la gloria 4 que ser4 entónces sublimada la ciudad
de David, y con ella toda la casa de Jacob ; despues que
resucite y se ponga en ella, como en los dias antiguas (O
corno en los dias del cielo) el tabernáculo 6 sblio del mismo
David, que cug6; y despaes que vuelva la potestad primera,
y el reino de la bija de Jerusalbnt. Eotbnces se veriúca-
r4n plenamente, segun la letra, las dos profecías en cnes-
tion, y otras innumerables que anuncian lo mismo con
diversas palabras : por consiguiente, deberán Boir en aquel
tiempo laa gentes y los pueblos ácia lo alto del monte
Si6n.
278. i Q u 6 gentes g qué pueblos? Sin duda ios qne
quedaten vivos despues de ,la venida del Sefior, como
parece ciertisimo que han de quedar, así por estas Escri-
tnras espresas y claras, como por nuestro artícolo d e f e ; el
cual nos enseria, que Jesucristo ha de venir 4 juzgar 6 los
vivos y tí los muertos : lo cual sucederá, dice S. Pablo, por
su venida y su reirio (6 como lee la version Sinaca): en la
manifestacion de s u reino -Arias Montano : durante su
Multi eccletiisstico~mvimrnm, et martyrea ita diierunt.- h
ccrp. xix Jerem.
t Veniet potestu pnms, regnum fiiioa Jemsalem ...- Mich. ir, P.
EN GLORIA Y MAOBSTAD. 496
1 nanifsatacion y eu reino. -Erpemo : en au maaifsstadon
y sm reino*. i Como ha de juagar B loa vivos, m no loa
halla ?
2/9. i Qué gentes y qué pueblos? Sin duda las gentes
y loa pueblos que qoedaren rivoa despnes de la ruina entsrs
del Anticristo, 6 de la beetia de siete cabezas y diez cuew
nos, como ea cierüsimo que han de quedar: y tan cierto,
que lo confiesan tácitamente, sin poder hacer otra cosa, csri
todos los intérpretes del Apocalipsis : los cuales, para salvar
de a l p n modo' su sistema general, han diecoirido aquel
efugio tan estraíio, de separar á toda c a t a el 6n del Anti-
cristo de la venida de Cristo ; aunque aea neuesario decir,
que el Rey de los reyes y el Verbo de Dios, qoe ean tanto
aparato y magestad baja del cielo, directamente contra. la
bestia, no ea Jesucristo, sino S. Miguel. Dije casi todos
los intérpretes del Apocalipsis, para mceptnar aquellos
modernos, que divisando bien estos inconvenientes, ban
tirado por otro camino igualmente dificil é impracticable:
diciendo, que la bestia no es el Anticristo, sino Diocleciano,
con los príncipes que contiouaron la persecuciqn de la Igle-
sia; y asl, que la venida del cielo del Rey de los lep
con-Cante apamto y magestad contra la bestia; ya eooedió
en los principios del cuarto siglo, aunque tan oculta que
nadie la vi6, h. Esto mismo dieen en su sistema Arduino,
y Berruyer: esto es, que la venida del R e y de loa reyes se
verifiob, aunque ocnldsimamente, en la deetruccion de Jern-
salén por los Romanos : y no obstante, en este tiempo to-
davia no se habia eacrito el Apocalipsis ; puee la dertruc-
cim de Jemsalbn sacedib en el imperio de Veapaaiano, B
quien succedió Tito, y 4 este. Domiciano ; el cual desterró
4 Pathmoa 8i S. Juan, como consta de todas las historias,
desde Tertuliano, citad@por S. Jerónimo.
..
Qui jndicatnnrb e& vivae. et mortiloa, per adventum ipaius, et
rcp;num ejub: in revelatione regni sui: eecumdbm apparitionem
ipsins, tt regnum ejua : ... iu ippuitione rua, et regno nuo.-2 d
n i m . iv, l.
m LA VENIDA DEL YB8lAB
090. i Q ~ B e y q d p . d b l o l ?e&&Q . l y ~
quedaren vivoe, despuer qoe 1. @RI bje Bel naob
sobn ia estátes ; y oonrertida toda en poho y ceniso, se
fiffme iobm nu iPiaPII otro reino i1~úorruptiblejetsnio, a0
&a, ...
h o biqo todo d oielo : qdrantarh, dio6 Da-
niel, y twmbará ta& ates h... p r o hpbdm qrr
habialirrido lauf&tua,rrh¡wucrgrcridsnontr,6 h h i ó
teda &a tierra*.
281. i QuB p t s s y qué pneblos? Sin dada los qw,
\ queduen vhw, despues de m j a d e al fuego l a coarta
berthi t m i b b y admirsMe, ooa todo su ouerpo de *ni-
dad; no cierto los que compondrán este cuerpo eoiao
, mieunbroe suyos (que de estos parece clan, por todo el
aontesto, aaí de Daniel, como del Apocalipsis, que w que
dará uoo solo vivo) sino de Iw pertenecientes 6 las bes
primerea bestias, wneideradas en sí mismas, que no se
hobieeen unido con la coarta, contra el Señor,y m t r a ni
C h t o * : pues de entes tres primeras benbiar aaegura el
Profeta, que despueil de muerta la cuarta, fueron despoja-
das de la po!eatad que tenian ; mas no de la vida : y vi,
qw habita sido muerta la bsrtia ...
Y qw 6 k u otrar
busliar re Ie.8 habia tafilbisnquitado el podcr, y M b.ha-
bian reñulado tiempo8 & vidat. Fuera de emtoa vivos,
quedarán tambien algunos otros que m tendrán e n t b c a
relacion alguna con las bestias, sino que ~onstibirhel
verdadero Cristianismo, no solameate de loa Judios, rPio
tambien de las gentes : entre los cuales meracerán irnichos
aquella inmutacion y rapto de que habla S. Pabh: esta
ea, janfame oon l a riontua que d a n de reaiicitar, y IP

...
Comminuet autem, et eonaumet univena regna hmc lapis m-
k m qui percusserat statuam, f a c m est mona magnw, et iihplevit
-
univemsm temm. Dan. U, 44,36.
t Advemhs Dominum, et advershs Chhtnm ejru. -A&. iv, S.
...
1Et vidi, quoniun interfecb eraet beatia A i i i qooque ba-
h.6, 11, 12.
-
h m ablata eleet potes-, et tempora v i t e constituta erirent Ui.
EN GLORIA Y MAGBSTAD. M
wntarse de la tierra junto con ellos, subiendo en las nubes
á recibir 6 Criato en los aires *.
m. a t a s reliquias de las gentea y pueblos q w queda-
rán vivas despues de la venida del Sefior, es cierto é in-
negable por laa Eacnturas, que no podrán ser muahee, sino
pocas (pocas, digo, camparadas con los millonea que cubren
la tierra) asl como fueron poca8 y poquísimas, es á saber,
o&, las que qnedaron despues del diluvio : Y así como
en los dias de Nod (dice el mismo Sefior), así ser6 tarnbien
la venida del Hijo del Hombret. Láase entre otraa Ea-
citoras, todo el cap. xxiv de Isdas, y se hallarán notician
bien claras 6 individualeo de lo que debe suceder en la
.tierra con la venida del Sefior: y por lo que hace B nuea-
tro propósito actual, rephese con especialidad en estas
palabras: Lloró la tierra, y cayó, y desfalleció : cayó
el orbe, y desfallecil la alteza del pueblo de la tierra. Y
la tierra fud injcionada por sus moradores: porque tras-
pasaron las leyes, mudaron el derecho, rompieron la
alianza sempiterna. Por _esto la maldicion devorará la
tierra, y pecarán los moradores de ella ; y por esto da-
rhn en locuras los que moran en ella, y quedarán pocos
...
liombres Porque estas coaas aerhn en medio de la
tierra, en medio de los pueblos: w m si algunas pocas
aceitunas que quedaron, se sacudieren de la oliva ; y ai-
gvnos rebuacos, despues de acabada la vendimia. Estos
levantarán su voz, y darán ulabanza : cuanda fuere el
Señor glorijicado, alzarán la griteríu desde el w r $ .
In nubihus obvihm Chriato in niira. -1 ad mel.iv, 16.
.t Sicut nutem in diebui N&, ita erit e&sdvenhie Nii Hominhs. -
Mat. xxiv, 37.
1 Luxit, et defluxit terra, ct infirmata est : defluxit orbie, infir-
mata est altitudo populi terrp. Et terra infecta ret ab habitatoribw
suis : quia transgressi sunt lqee, mutavemt jus, diesipaverunt fce-
due wmpitemum. Propter hoc maledictio vorabit terram, et pecr
cabunt habitatoree ejus : idebque imqient cultorea ejus, et relin-
quentur hominea pauci ... Quia hrec erunt in medio te=, in medie
~opulorum: guomodb ui paucse olivee, qure remonaerut, excu.
tiantur ex olea: et -i, chm fuerit finitp rindemis. Hi Ievpbm$
TOMO 11. 2 K
408 LA VBNlDA D E L YUSIAS
285. De ester mliquiu de la genter y pueblos, que
quedareo vivas, cuando vendrá el Señor mi Dio., y todar
l a m n t o e c m ¿¡...M & e n Zicarler: Ytodor h a q w
qudaren da todas kir g e n t u que viniwon coulra Jervrs
Ilr. srbitór, & aiia en aña 6 adorar al Rey, que u d
Sañot & los egsrcitw*, porque en este tiempo, d k poco
antes, el mismo Sefior nei$ Bey sobre toda la tierra: (y
añade que) an a q w l dia uno so& rcrb el Saióor, y wlo
mr6 w nombre t.
28A Pues eo este dia (decimos en aooclusion) en e~&
tiempo segundo del M e s h , se v e ~ c a r á npleon y peifecta-
mente, iin faltarlea ni un punto, ni un tilde$, las profe-
cim de que vamos hablando, y todas las demás q u e - ~ ose
imn verificado en el primer tiempo. Entónces, llegado el
dim de su virtud, y volvkydo del oido á la tierra, dcsprru
de h h r recibido e1 reino, evacuará perfectamente en
'
primer lugar todo principado, poteutad y virtud 5 : arguirP,
oonsgii0, castigará severlsimamente h las gentes y poe- '
Mos, segun su m6rito: Y juzgará 6 br nciciaiwr, y oor-
..
omcrrá 6 mwhm puebla. y c~irtigarh6 u r c h
&ranu hasta IQjosU. Y en ooiuieouenoia de este juicio,
de enta oorreccion; de este castigo, los que quedaren viva
J m postedad, por maaboa eiglos. arrojarán de mí poa 6r-
den de so soberano todas UM annss, como una carga in-
tolerable y ya del todo inhtil, bajo el peclfico Salomón : ias
oonrsrtirán todas en imtramentos de egricdtura : y ya
vocem suam, atque hndsbnnt: d m glorificatu fuerit Dominns,
hinnient da mui, &C.- fm.nh,4. b, 613, 14.
...
V e s i a Dominui I)cri m m , emnaique m i CM co om-
nes qui reliqui fuerint de univenh gentibua, quae venerunt coa-
Jenisalem, meendent mb mno in mium, ut dorent regem, Dumi
1'
+
-
num exercituam. Z a c k . Av, 5, 16.
Et erit Dominua Rex mipa omwai tcma : in dic iiia erit Db
mtmu uniis, et e i t nomen dus un-. --.
f Jota annm, iut unw F.
g !ad Cm.xr, 24.
- ffat. v, 18.
9.

11 Et judicablt gehts8, ct .-t .


populos mdtoa ..compiet m
-
f m asque in longinqmm. Id. ii, 4 ; si Mkh. iv, S.
EN Q L O R I A Y M b 6 8 S T A D .

I no p e n h ee otra w a , que ea emplear bien m tiempo


ep inocencia, en jualicia y en piedad : Y cuda uno se sen-
t a r á debdo de su vid, y debqjo de ru higuera, y no M r 6
, quien cawa teawr :puas lo Ia proaunaamado por m boca
, el Señor de los sgdrcitor. Esta me parece salvo ripelbri,
, la única inteligencia que se puede dar á setas profecías,
segun lcrs Eecriturar.

PARAAM) IV.
EL CONTESTO DE ESTAS PROFEDIAS.
285. Pera aeagurarnos mas en el coaooimienb de 108
tiempos, ~ 0 toda
9 aquella eeguridad que p u d e pedir en
estos neiintos la maa rígida crítica, aipBinoa primeramente
el contefto de Isaíoe, que el dc Nqtwpa lo seguidmos á
su tiempo. Si la cosa no e6 8~ la ralid8d como peaso-
mos, serQ. morabente imposible no encontrar en todo 81
camino algun embarazo que nos baga detener el p w .
B h si no encootrámos embaraq aiguno ; si todo lo'baJl8-
moa quieto, pacíñco. seguido y llauo, esta será una sefial
moralmente indefectible de que el camino ea bueno : no
solo bueno, sino el o a m b verdrPdem y el camino recto;
pues todas las sendas por donde se ha pretendido caminar,
se hallan P ceda paso lleniw de obstáaubs comidamente
iosyperables. Esta & r ~ ,digo, una s e a nrrnalmente in-
defectible, de que los clos ProfktPe hablan del eegundo
tiempo del Mesias; no del primero.
286. Habiendo hecho Isafas, hasta el versiculo 5, un
ooapendio bietisimo y admiible de\ la fdioided de aque-
ftos tiempos, convida en primer lugar tí toda la casa de
Jacob, diciéndole inmediamente: Casa de Jacob, venid, y
camineou~en la Zumbze del Señor*. Luego, volviéndose
d Dios, y hablande son él hasta el v W n b 10, r&re en
heoe ha jmtae raernies qw ha tenido para arroja de si P
se antiguo pueblo, para deaeomcerlo y olvidado por tantos
* b u s Jseob, vepite, et ruubulepue in uirnine DoaiiPi.- twi.
ii, 6.
2~ 2
M0 LA V E N I D & D E L MBSIAS
l1
Bglw : Pues a r q r o l ~át et u pirsblo la cara da J d : por-
l
que se h e llenado como en otro t k p o (u h raber, de
mpersticion ¿ iniquidad, como lee Pagnini) y ari no Ior
p e r d (6 ~ no ZOI perdonar&, &c.+) Despues de este
paréntesis, bien importante, endereza otra vez la p d a b m
4 la casa de Jacob, diciéndole en el nombre del Señor lo
que se sigue hasta el fin del capitulo : E n t r a en la pcM.
y en las ,aberturar de la tierra escóndete de la presencia
espantosa del Seiíor, y de la gloria de su rnclgutadt. Este
mismo consejo se le da, 6 esto mismo se anuvia como cosa
que debe suceder en algun tiempo en el mismo cap. =vi.
ver. lO de Isaias : Anda, pueblo r i o , entra en tus apo-
sentos, cierra tuspuertar t r a s tf, escóndete un poco por
un momento, hasta que pase la indignacion. Porqnc
~
1

1
he aquí que el S&r saldrá de su lugar, p a r a visitar la
maldad del morador de la tierra contra 41; y descu-
brirá la tierra su sangre, y no cubrirá & aquí adc-
lntrte 6 sus muertor S.
287. Dado este consejo, pasa luego 4 representar con
la mayor viveza, lo que deber4 suceder en nuestra tierra 1
con la venida del Sefior. E s 4 saber : la destruccion d e
los imperios, reinos 6 potestades : la ruina entera de toda
la' impiedad : la bumillacion de los soberbios: el temor y
temblor con que estarán eutónces los hombrea mas altivos,
y mas llenos de si: en suma, la angustia y tnbnlacioa de
todos los pueblos, tribus y lenguas, que debe preceder B la
quietud y paz de la tierra.
Projecinti enim popnlum tunm, domnm Jicvb : quin replcti
annt nt o i i i [icilicet superstitione et iniquit~e], ne e g o dimittr
eis [seu non parees eia], &c.-Inai. ii, 6, 9.
t Ingredere in petram, et abscondere in f o s humo
~ B fwie timo-
ria Domini, et & gloria mejestatis ejus.- Id. ii, 10.
f Vade, popnlui me-, intra in cubiculfi t u,claude -tia tu. m.
per te, abscondere modicrlm d momentum, dona perh.naeit h-
dignatio. Ecce enim Dominua effredietnr de loco suo, ut visita
iniquitatem habitatoria tema contra cum: et revelabit tema an-
guinem snum, et non operiet nltrh interfeetos snm.-Id. X X ~ ,
20,21.
BN G L O R I A Y MAGBSTAD. Sol

l
Los ojos altivor del hombre han sido abatidos, y encor-
vada será la altivez de los varones ; y s o b el Señor ser&
(
enaalacrdo en aquel dia. Porque el dia del Señor de loa
egércitos será sobre todo soberbio, y altivo, y sobre todo
'
arrogante ; y será abatido. Y sobre todos los 'cedros del
I
...
Líbano altos, y erguidos y sobre todos los collados eb-
vados. Y sobre toda torre eminente, y sobre todo muro
fort$ccrdo, y sobre todas las naves de TarsL, y robre
todo lo que es hermoso h la vista*.
288. Todas estas espresiones metaf6rioaa tau vivas y
magnificas de que u a este Profeta, diciendo espresamente
que son cosas todas reservadas para el dia del Sedot,
cuando re leucultáre para herir la tierrat, es bien facii
decir, huyendo de la diñcultad, que se verificaron en la
destruccion de Jerusalén y Judéa por Nabucodonos6r;
mas el probar eato de algun modo razonable, conforme al
testo y al contesto, no parece tan facil. Aun mirado solo
el testo no se halla proporcion alguna entre aquel suceso y
estas espresiones: aquel fué particular b Jerusalén y Ju-
d6a; estas son visiblemente generales d toda la tierra:
porque el dia del Señor de los egércitos será sobre todo
soberbio, y altivo, y sobre todo arrogante.. . robre todos
los cedros del Líbano altos, y erguidos ... sobre todos los
montes altos, y sobre todos los collados elevados ...
sobre
todo muro fortijcado ... sobre toda torre ... sobre todcrs
las naves de Tarsis.
289. Estaa últimas palabras, aunque no se considerasen
las otras, bastaban para conocer, que no se habla nqui de
Nabucodonosór, ni contra Jerusalbn y Judéa. i Qué na-
Oculi sublimes hominis humiliati sunt, et incurvabitur altitudo
riromm : exaltabitur autem Dominus iolas in die illa. Qnia diea
. Domini exercituum super omnem superbum, el exceleum, et e u p r
omnem a r r o p t e m : et humiliabitnr. Et super omnea cedros Li-
...
bani subliines, et erecta8 et super omnes colles elevatoa. Et su-
per omnem turrim excelsam, et super omnem murum inunitum.
Et super omnes naves narnis, e t super omne, qnod viau puichtum
e&.-lmi. ii, 11, 12, 13, 14, 16, et 17.
7 Chm eurrexerit percutere terrsm.-lb. ii, 19, 21.
m LA VENIDA D B L Y B B I I E

res de Tant 6 del mar d d s n t s l teman sn s q d h s tbb


pos loa Jndios? Esta misma erpreriai y h imrtaPcñ de
iw otras se leea en el mimo xlvü, que maii6atamm*
babia del dia del Sefior : Porpita L a q d que la r q - de
la tierra m coirg*sgh*on: n manamanaron. B.
cuando la tiaron mi, se mrauillhron, w C~RCW-,
munovidron : Tcnibior n qoderb d.dat. Allf ddoms
como & la qde edtb de pullo : &u v i d o hptro#,h8-
r& pedazos las nave6 de f i V & * .
390. Podrá deahe, y se diae, lo primero : que no se
habla aqal de las naves propiaa dz las Jadios, s i w de los
Tiríos y Egipcios, que deseaban 6 inteataben socorrer b
Jerusal6n contrri la potencia de loa Caldeos. Y a dado
caso que los Tirios y Egipcios tuviesen buena voiantad, y
óptima intencion de socorrer d JerusalBa, ;como podnan
nocorrerla con sus naves ! i Jernsalén eira acaso en eqoe-
110s tiempos algnn puerto de mar? Si qaenm s a c o d a
1 no poarian haoerlo por tierre, los U ~ Mpor la diestra, y
los otros por la siniestra?
391. Podrá decirae, y ae dice lo aegundo: que la pro-
feda no habla solamente aoatra Jemealbn y loa Judíos, s k
tambien contra l'iro, la cual siendo en aqoenos t i e m p la
teina del mar, y teniendo tantaa naves que cnbrian el M+
diterraneo, ao p u h con todo aso defenderse de la poten-
cia del rey de Babilonia. Bien : m-, 1á que propósito
se traen d consideracion lee navee de Tsraia (aunque todas
hubiesen sido de mla Tiro) ea la espedicion de Nabucodo-
nosór contra esta ciudad? quién ighora que el dia 6
tiempo de esie prínoipe, aunque fa6 terrible y faaestbimo
para Tiro, no lo h6 de modo elgano respecto de sei na-
ves ? Asf oomo lar naves de Tiro nedn hioiemn, ni p&
heosr coatm el egbroitu de Nahco, qias obraim por 1.
parte de tierre. asi wte e g h ? i t ~nada hita, m podia brem
Quoniam eece +. tnrab congregrtl mt: con-t Ín
anum. Ipai videntw sic admiiati o u t , milturtmti mt, Ebgmati
sunt : Trernor apprehendit eos. ibi dolom ut putariemtia : In spi-
ritu vehernenti mtcrer arrea '!'h~&.-Pr. tivil, 6,6, 7.8.
BN G L O R I A Y YAOBSTAD.
contra lar naves de Tiro ; antes estas naves le quitaron de
1ae mama todo el fruto que podia esperar de su trabajo,
pues estas naves salvaron no solamente los habitadorer, .
sino tambien todas Iaa nquema y tesoros inmenros de la
reina del mar.
292. S. Jerónimo, sobre el oapitulo xxvi de Ezeqoiel,
citando las historias antiguas de 1- Aetios, diae : que los
Tirios viéndose ya sin esperanza de poder resistir B loe
Cddóos, se embarcaron en saa naves, embtrcando consigo
todas sus riqiwaas, y todo manto habia en Tiro digno de
alguna estimacion ; y se retiraron, unos 4 Cartago, colo-
nia de Tiro, otros 4 la Jonia 6 Grecia, otros 4 otras par-
tea de Europa y Africa; dejando el my de Babilonia so-
lamente la ciudad deetruida, 6 el lugar donde habia esta-
do, como una piedra nwy lisa*. la verdad de esta
noticia, sin recnmr 4 la historia antigua de los Aslrios,
ee colije clarísimamente del cap. uu del mismo Eeeqaiel :
Hijo de hombre (le dice el Sefior 4 a t e Profeta), Nabu-
codonosór rey de Babilonia hizo hacer una trabajosa
c a v a ñ t a 6 .u cgdrcito c d r a Tiro: toda cabeza quedó
c+va, y todo hombra q d b pelado : y no se le ha dado
recompensa 6 bl, ni á r y cgdrcito, acerca dc Tiro, p o r el
oervicio que me ha l b c h contra ella. P o r tanto eato
dice el Señor Dio. : H e aquí yo pondri á Nabucodonorór
ry de Babilouiu en tierra da Egipto :y toinarb su mul-
titud, y arrebatar6 su botin, y robará 6 1 despqoe:
~ y
habrá paga para su ugkcito, y p o r el 6ervicie q u ns ha
h6Ch COntM e&Z...t.

*. ln limpidieeimam petram. -Esech. xxvi. 4.


.i. FUI hominii, Nabuchodonosor rex Babylonb servire fecit exer-
citum snum eervitute m a p a advemhs Iprnm : umne caput decal-
ntum, et omnis humerui depiintue est : et mercer non est reddita
ei, neque exefeitui ejua de Tyro pro eervitute, qua servivit mihi
adverehs eom. Propterea h z c dicit Dominue Deus: Ecce ego dabo
Nabuchodonoaor regem Babylonia in terta Bgypti: et accipiet
muititudinem ejm, et deprcedsbiturmannbiai ejus, et diripiet spolia
ejua : et erit mercw exercitui illias. et operi quo setvivit advenrtir
-
ew. Ecech. xxix, 10, 19, 20.
604 LA V E N I D A D E L MRSIA8 !

298. De manera, que babiendo trabajado tanto y p.-


decido tanto el egército de Nabuco en la espugnacíoo de
Tiro ; habiendo servido 4 Dios con una trabqjwa m z m p u i k
en abatir el orgullo de la reina del mar; y qoeriendo ei
mismo Dios premiar 4 este principe y 4 su egército el m
servicio que le habii hecho, sin saber lo qw bgcipn. k
fué w c e w i o eebar mano de otro erario, 6 d e otro ramo
de su erario. cual fu6 el Egipto ; pues de Tiro no bsbiPn
sacado utilidad alguna: y no M Is ha dodo rccmi?jpciur
(dice el Sefior) 6 el, ni 6 .u sgbrcito, acsrm & Ti*.
i Y por qué no habii saoado utilidad alguna d e una ciudad
u rica como Tiro, sino p q u e sus naves habian Ii'brado 4
SUR habitadores con' todas rus riquezas? Imego aquellas
palabras del Profeta, b u espresivas y tan vives, poryare
...
el dia del Ssfior aará sobre todar lar nava de Tarñr,
no vienen al caso, ni son de modo alguno aoomodables 4
los tiempos de Nabucodonosór, ni 4 4u espedkion contra
loa Jiidios ni contra los Tinos. i Cuanto menos se @rQa
acomodar á aquellos tiempos todaa las otras espresiones
de la misma profecía? Porque el c o n s i d e d m t o b en
particular fuera una cosa molestísima y de poca 6 ningnna
utilidad, yo solo deseo que se repare en el ver. 11: y a-
cornada será la altivez & los varoncr : y solo d Saáor
mró'etualzadn en aquel dia: lo cual se vuelve 4 repetir
en el ver. 17. Y será encorvada la a r r o g a d & Ior
hombres, y ser,&abatida la altivez de los varonu, y d o ,
el Señor serú ensalzado en aquel dia. Y los ódolos a e r k
&l todo desmenuzados. i Todo esto se venficb, hablaodo
formalmente, en tiempo de Nabucodonosbr ! i En tiempo
de este principe fué exaltado, elevado y glorificado el
Sefior solo : serú ensalzado ...y solo el Señor será &-
zado en aquel dia ? Solo que quiera acomodarse á Na
buco la palabra Sefior, y no al que llama Se&r toda la
Escritura.
294. Sobre todo, aquellas palabras : y los ídolos serán
&i todo desmenuzados, i como se acomodan al dia 6 tiem-
po de Nabucodonosór? Los intérpreiea se dividen para ,
BN GLORIA Y MAQBITAD. 5(K,
' esto eh dos opiniones 6 modos de pensar. Unos dicen que
' aquí no se habla de los Idolos de toda la tierra en gene- -
ral, sino solamente do loa ídolos de los Judios. Eatm Ido-
los, afiaden, se acabaron del todo*. respecto de los Ju-
dios : porque desde la cautividad de Babilonia dejaron de
' ser idólatras. Mas i con qaé raron se contraen 4 solo los
ídolos de los Judios, aquellas palabraa tan absolutas y uni-
' ...
veniales : en aquel dia los idolos serón del todo desme-
nuzados ? i Con qué rason se asegura despaes de esto.
que los Judios desde aquella época dejaron de ser idbla-
traa?- Lo oontrario nos dice la EBcritnre misma. Muchl-
simos lo fueron en su cautividad, y casi todos en Jerasdén
y Judéa, en los tiempos del rey Antioco. Otros confiesan,
que se habla aquí en general de los ídolos de toda la
tierra ; los cuales, abnque en el imperio 6 dia de Nabuoo
no se esterminaron plena y perfectamente, 4 lo menos se
empezaron ti esterminar entbnces t. Es decir, entbnces
empez6 el esterminio por los idoloe de los Judios, y prosi-
guió despues de algun tiempo por los Idolos de las otras
naciones ; ya con la predicacion del evangelio ; ya tambien
con los edictoa del emporador Teodosio, en cuyo tiempo se
acab6 de verfiar plenamente la profecia : los idolos sstbn
&l todo dssacnuzador.
296. E n este modo de acomodar, parece facil mperar,
entre otros, en dos defectos capitales. Primero : el Pre
fet'a habla ciertamente de un d h , 6 tiempo, 6 época c é l o
bte, en la cual deberán suceder todas las cosas que 61
mismo anuncia. Entre estas cosas, una es el esterminio
pleno y total de los idolos t. Aora : ente diti, 6 tiempo 6
época, quieren los doctores qhe fuese el dia'ó tiempo de
Nabuco. Mas como en este dia no se verificb la ruina 6
esterminio de los idolos, ni ,aun siquiera respecto de los
Judios ; así como nada se verificú de cuanto dice esta profe-
cia (ved la ingeniosidad) alargan este dia de Nabuco muy
* Penitils.- I;ai. ii, 18.
t Incohste.
f Et idola penitbs conterentur.- Imi. ü, 18.
M LA VBWIDA DBL M I S I A S 1
cerca de mil d o s , que feeron los que poonw basta T ~ G
dosio; y esto ánicamente para oewiodu de aigun modo d 1
punto particular de los Idolos. Ad, alargando aquel dia
mil veoes mor qae el dia dlebre de J o d . que faé sola-
mente po* el srpocio & tu dia*, bay ya tiempo srificiente
para seguir 4 este enemip y aabar con él. En emte. dS
paes, de Nabnm, M, comend 4 ve* la p r o f e d a t :
a t o es, se empeab 4 veriñcar en los idolos de loa Judior
Pwh~ 600 &os. m veriñc6 mucho man en los Ldobi ¿e
otrar miones, que creyeron al evanplio por la predio
4im de los Apólltoler ; y 400 aáos dsspues se ecabó de 1
verificar por los ediotos de Teodoeio contra los Iddos.
298. Segundo defecto: aun deapua de hecho el gran
milagro de parar el sol y alargar aquel dia cerea de mil
años, ¿qué cosa ee puede eoncluir contra aquel (tedo)
enemigo: los idolor serán del todo dmmanuzah ? Las
edictos de Teodosio esterminaron del todo loi Ldolor d e
toda la t i e m ? Ine esterminaroo, dioen, en el imperio
romano. Mas aunque esto heee verdad, que DO le ea,
l no habia mes Iddos en toda la tima, que los del imperio
romano ? i De estos solos habla la profeoia? i No oran
idbhtrir, y lo son huta el dia de hoy los habitadores d e lor
rastísimoa paises del Asia, desde el EPfmttm haata la
China? i Los habitadores de lo interior del AGioa, imsta el
Cabo de Buena-Esperaoea? i Los habitadom de ia Am6-
rica, y de todaii 1an islas del Ooeano ? Y aun eo la Europa
misma, no eran idóbtres tres 6 ooatro siglos despneii de
Teodosio, casi todas las regiones septentrionales, d d e el
rio de los Alpes k ta el Glacial ! Conque aqaell~epaia-
bras : las ídolor mrán del todo h n u r a d o r , ni se v e r a
caron en el dia de Nabnoodonoeór, ni en el dia (le Teodw
sio, ni tampoco en el din que ha corrido desde Teodosio
hasta la presente. Luego deberá llegar dgnn dia en que
ee verifiquen; que me& sin duda el mismo dia en que
deben verificarse todas las palabras que preceden : y srrá:
SI)(Ltio uniui diei.
t. I n c h t e .
- Joccte. x, 13.
EN OLORIA Y MAOBSTAD. m
encaruada la arrogancia & ld.hombre#, y r e d abatida lo
a l t i o e z de los amoncr, y rolo el SsRfor 68rh ensalzado m
aquel dia : Y los &lo6 rm&nda1 todo desmmtrzadar.
29i. Fuera 4e esto : se puede bacer aqai aua redexion
tan breve como interesante. Loa doctorea mismos, deade
el principio de esta profecía, nos asegoran como ooa ver-
dad indisputable, 6 como un h l o de fe, que se habla en
ella del tbmpo de Ciirto, y de le Igiesio preaeate *. Aora
bien : si esto ee tan cierto g tan indisputable, i por qub m
esplican wgaid~mentetoda esta profeda partimiar en a t e
mismo S U ~ ~ 6O , l o L ? j Por
a t e W ~ V Oa t l ~ ~de
qn6 dejan tan presto el tiempo de Crisb, y la predicaoion
del evangelio 1 i Par que desde el ver. 6 mtrocedea cerca
de 600 afios mourriendo tan repentinamente al dis de
Nabnco ? i Por qu6 dan luego un salto tan prodigioso d e s
de Nabaco hast. Teodmio ?
298. Despues de haber hecho estas y otras rdlexhes,
volved, sefior, 6 leer con maa cuidado toda esta profecfa
partiaular, contenida en d oap. ii de Ieaias. Si en está
leooion poneis los ojos úmoamente en el segundo tiempo
del Meslas, p me atrevo 4 decir, que oon esta sola dili-
geoaia a\ punto la entendereis toda, desde la primera haata
la Gltima palabra ; y esto repida y llanamente, sin hallar
tropiezo ni emharpzo alguno que oe obligue h retmoeder,
ni macho ni poco, 4 otroa dias 6 tiempos ya pasados. Del
mismo modo enteadedm al punto el tíltimo veno de esta
profecía partioalar que ha parecido tan maro.

SE CONSIDERAN LAS ULTIMAS P W R A S DE ESTA


PROF'ECU

280. Despaas que el M e t a nos ha representado con k


mayor viveza y elegancia la tribulacion homble de aquel
dia, la hnmillaoion de los soberbios, la er.ltpnion y eleva-
* De tempore enim Ohrbtt, et piwtimdonh Evlmgelicre hic @,
de 6de eit.
m@ LA VENIDA DEL MBBtAR
cion del Seííor sola, el esterminio pleno y total de kr
ídolos (en que se comprenden sin violencia algaaa todas
las falsas religiones) el temor w n que andadn entónces lo,
hombrei, aun los mas orgullosos, buscando por fodas p&
donde esconderse: (puea dice el testo que) enfrará ea
l<u hendeduras da las piedras, y en lu c a w de ~ las
psfiar por causa de la pruencia formidable &l Señor, y
da la gloria de rr nuagestad, cucrndo se h n t á r s para
krir la tierra: despnes de todo esto concluye todo el
misterio con,eetas palabras : dajaor p u u da1 hombre, crjn,
aliento u t a en sur nariees, por cuanto el mismo es repr-
tado p o r el escebo *.
800. i Que quiere decir esto? i A quien se enderezan
estris palabras ? i Que hombre es este 4 quien no se debe
irritar en aquel diay.
- 301. Dom modos de pensar se hallan sobre este en los
intérpretes. El primero dice, que estas palabras se ende-
resan á los Judios para los tiempos de Nabnco, el cual es
el hambre, cuyo aliento está en sur narices. Én esta in-
teligencia las palabras tienen este sentido : Dqjaoa dcl h-
...
bre esto es, dejad, 6 Judios, de resistir, 6 no resístais A
un hombre tan grande como Nabuw, cuyo espirita esíá
en sus narices : esto es, porque es un prínoipe goerrero,
espiritoso y lleno de fuego : es el azote da Dior : y él se
mira 4 sí mismo, y es mirado de todos, como un hombre
eseelso$, y superior 4 todos los hombres.
302. El segundo modo de penear pretende, que las pa-
, labras se enderezan 4 los Judios, no para los tiempos de

Nabuco, sino para loa tiempos del Mesias, el cual es el


hombre cuyo aliento está en sus narices. esta bteli-
gencia las palabras tienen este sentido : Dejaos í 1 h d t e

Quiescite ergo ab homine, cujun spiritnr in naribw 4~ as,


-
quia excelsua reputatus est ipse. Imi. S, 22.
t El original traduce el Quiercire mi; de quien rc.dcbe &*
pero nosotros atendiendo P la tpduccion del P. Scio, y k la parllfn-
si8 de Vencee, hemos preferido nusetra eaposicion del 0W;eacile.-E.
-
Quia excelius reputatui est ipse. Imi. ii, 22.
, .-.srto es: dejad. 6 pérfidos Judios, de resietir h vuestro
,, niarlo :
M e s h : dejad de pereegiiirlo, de injuriarlo, de celum-
aunque es un hombre manso, pacifico, es
, tambien iin hombre euperior ti todos loa hombres, cuyo
aliento está en sus narices: Es un Hombre Dios, cuya
omnipotencia os puede en un momento aniquilar. Entre
eetoe modos de pensar se puede elegir el que pareciere
mae conforme al teeto de la profecia con todo su mntesto ;
mas si esta conformidad no ae hal!a, ni en el uno ni en el
otro, ae puede examinar otro tercero que voy B pre-
poner.
303. Para cuya mejor y mas clara inteligencia, se de-
he tener presente lo que hemos probado hasta aqui; esto
es, que en toda esta profecia particular, ó en todo este
capitulo ii do Isaias se habla manifiestamente del dia gran-
de del Sefior : Porque el dia del Señor de los egdrcitor
será sobre todo soberbio, y altivo, y sobre todo arrogante;
y sera abatido. Y sobre todos los cedros &l Líbano
...
d i o s , y erguidos Y sobre todoo los montes altor, y so-
bre todos los collados elevados. Y sobre toda torre y ...
sobre todas las nUV8S de Tarsis, y sobre todo lo que es
hernwro a la vista. Y rerá encorvada la arrogancia de
los hombres, y será abatida la altivez de los varones, y
solo el Señor será ensaZzado en aquel dia, &c.
Querer contraer todas eatas espreaiones tan generalee
y tan grandes ti solos los Judios, B sola Jerusalbn y Judba,
y cuando mas al Egipto y 4 Tiro ; querer que el dia del
Befior*, de que aqui se habla, fuese el día, 6 tiempo de
Nabuco, parece lo sumo 4 que puede llegar la violencia
en la esplicacion de la Escritura eanta. De este modo
pudi6ramos tambien decir, que hablan con Nabuco a q o e
llas palabras del salmo cix : El S& está á tu derecha,
quebrcantó 6 &ureyas en el dia de 8% ira?: pues este
príncipe math, despojb y aprisionb muchos reyes : y aqne-
-
Diea Domini. lmi.ii. 12.
t Dominu~á dextrii tuie, confregit in die irm suaa r e p .
cix, 5.
- P8.
510 LA VENIDA DBL MMIIA~~

llaBotns¿elMbloxlv; Lu-un8 88 abidu* y


108 k u w bambobtaron: di6 #u voz. movio$a ia t h * :
puei Lodo esto iwedib ea pate en el du de Nabaw. Si
esta a c o d a c i o n m mirára aomo una v i o b a b iatokde,
i que 0trO ctma podr$mor decir 'de aqielb giiudesdo e
teuuemcia ?
W Hablóadose, pea, aquí del dio grande del Seóor
que todoi erper6mor, no t d m o i que bacrir dgiuir pa-
roop siag~lar,de quien h . k nqiitillr fdbioas pJ.br:
DQjoor, pusr, drl Ibdrs. Este Lenbre a0 er otm cog,
que todo hombre en cuyas manos ha estado, y estará b
ta aquel tiecpo toda Lo p o U emuiada de Dios. b d o
el mando, todo ei imperio, todo el juicio. Con- d e
hombre, 6 eontra edss bmber.que hen fama& k gran
wt0toa 7 talo ouanto cm ello ee moliiye. debe bop di-
mt.iaente la piedra, y quebrantarla del primer adpe, y
redpairla 6 polvo. Con- este bombre, 6 contra asúu
baeih.es, dice Danid : se matad d juicio para quitar&
J poalir. y qus wa q d r a n t o d 4 , y psrigoa ptwa b
p w t . &ie boabn,b esOrh>rbmeimnlormu.neaa-
s d m de t a h h k n h : erpeoiahmmb .e pode c m -
rnltx ia t e p p ó & tedo el Limo adairPble de h abi-
doría, que m dirige 6 elim h d i i t a m o n t e . . Ese h-
bre, 6 estos hombrsii aom evidentemente loa qse en ada
profeda de I h r i m n ñgarach por br cedros ¿al Lí-
bnao, por bi dtos m h i de B d n . per loa montea y d a
doa, por Iau torres ddvndui, h.: ditiando que el dm d d
Se6or directa é hediatamente &re ella : P q i s r
el dio del Señor da ler sgércitor, &c.
h5.Hamiliado. potm, e& hombre, e n d , que-
brantado oon d.golpe temble de la piedri, y como dice
S. Pablo, e d o todo principado, potestid y ae
M j e u lm 6 1 t h ~prlabtas de Li peEeal. de h&m, pe
Contufbatz sunt gentee, et inciinata eunt re@: dedit vocea
-
iuam, muta est tem. P#.xlv, 7.
.t. Judicium redebit, ut auferatru potentia, et conteratur, et cüipe-
-
rest u q u e in 6nem. Dan. vii, 26.
EN GLORIA Y YAOBSTAD. 511
solamente i lw Judios en parthlar. siw gen&dmeote d
toda la tierra, b 6 todo el resto del lioage humano, que
no ha pasado por el filo de la espada del Rey de loe
reyes : fijaos, pusr, da1 h h e , cuyo diento estlí en
~tarWea,por cuonto é l tu+ es reputado por el w c h o * .
Desoansad y 4 6 pobres Judios, y descansad tambien todo
el residuo de las gentes : d ~ ~ ~ a n de
e ala
d potertad y domi-
-ion del hombre, cuyo e~píritu,cuya fuema, cuya grm-
d m oonsiatk mlamente tan un pooo de aire, qee inapimbn
y respiraba por sue naricer ; y no obstante erta neomidad,
tan oomun B loa hombree como B las bertias, él pensaba
de sí que era ~scelso,6 de otra clase superior al resto ¿e
los hombres; euvaneciéndm en su potestad recibida de
Dios, como si fuese propia iuya y m recibida: por m t o
61 m h m repartardo por el escabo.

CONTESTO DE .MIQUEAS, CAPITULO I V .

PARRAM) VI.
$06. El profeta Yiqnesi, despues de haber anunciado
hasta el ver. 6 el miateno general que anuncia Ieaísi, y
cwi mn las mism.s palabras, lbva el &teno mismo par
atm oamino pa&nlk, mirando en él Lnicarnente lo Que
pertenence al estado í ü t m de su pueblo. Digo fí~toro,m
solameate reapeeto de los tiempos de euta Prefeta, Bino
tambien respecte de neestips tiempos ; pues las c m qw
luego anuncia ciertamente no se han verificado hasta el dia
de hoy : En aquel dia (prosigue diciendo luego inmediata-
mente) : E n aquel dia, dice el Señor, reunir¿ aquel1 1 que
ooje<rbo: y recojsrd tí aquella qw ya habia da&, y
a$+: y * c s m r & p a r aswOduor 6 la que oojsaba :y h
que era a$ijida, para formar un pueblo rehvrts: y rei-
nar&d Señor sobre enos en el monte & Si6n, des& aora
.
y h t a en el siglo.. y vendrá el primer imperio, el

Qui- eilp sb homine, a j a s &tm ia w r i h a j i eir,


-
quin excelsua reputatua eat ipse. Imi. ii, 22.
l
512 LA VBNIDA DBL MESIAS 1
l
raino & la h ~ de a Jmalún*. ñata m h a c)ea-fe
apareae con mss ricm galas en el cap. iü de S o f i ,
ver. 19 : He aquí (le dice el Sefior) yo rircrtarb á t &
a q w l h , que te afiieron en aquel tiempo :y s a l v a r é a
la que cojeaba: y recoger¿ aqwlla que habia ririo duo
chada : y los pondrá por loor, y por renombre en toda lo
tierra de la confurion da ellos.. .porque os dar&por re-
d r e , y por loor á todor los pueblos & lu' tierra. d
tornare viurtro cautiverio delante de cnrutrar ojor, dice
el Señor t.
307. Dos cosas tcnhmos a q u l que conocer, las d e s
conocidas queda entendido todo el misterio. Primera:
i quién es esia claudicante, á la que h b i a &echado ei
S&r, y á la que habia aJijido ? Segunda : ;de qoé dia,
6 de qué tiempos se habla aqui ? Ambas cosae las resuelven
los intérpretes con suma brevedad, diciendo 6 suponiendo,
que la claudicante iio es otra que la casa de Jud4, q u e llevó
cautiva B Babilonia Nabuco ; la cual, aetenla aáos despues,
congrega Dios eu Jorusdén y Judéa, con licencia y bene-
pi6cito del rey Ciro. Mas i ser4 posible, ni aun tener por
buena, ni aun por pasable esta inteligencia despuea d e ha-
ber leido la profecia de Miquéas y Sofonías, y combinh-
dolor con la historia sagrada? En tieiopo de Ciro, dicen,
congregó Dios algunas reliquias de la claudicante, q u e ha-
bia aflijido y arrojado da si. Bien : i y no hay mpe cia&-
snla que esta en ambaa profecias ! Si esta claúsda, mirada

In die ilia, dicit Dominus, congregaba claudicantem : et eun


'
queam ejeceram, collilpm, et quam afflixeram : Et ponam claudican-
tem in reliquiae : et eam, quae laboraverat, in gentem robutam : et
q n a b i t Dominua super eos in monte Sion, ex hoc nunc et neque in
...
seternum et veniet potes- prima, regnum ñliae J e d e m . -
Moh. iv, 6, 7,8.
) hce ego intehciam omnes, qui d i x e m t et in tempon illo
et saivabo claudicantem :et eam, quae ejecte fuerat, congreñabo : et
ponam eos in laudem, et in nomen, in omni terra confusionia eorum...
dabo enim vos in nomen, et in hudem omnibu populis tara?, &
mniertero asptivitatem r a t r e m comm oeulio vestria, dicit Dominus,
-+h. iii, 19, N.
- l
YN QLORIA Y MAQESTAD. 513
en si mieme y separada de todas 1- otras, se puede aoo-
modar 4 loa tiempos de Ciro, j será posible acomodarla 4
estos tiempos, si se une con las que preceden, y con las
q u e se siguen? i En tiempo de Ciro, por ejemplo, cuando
volvieron de Babilonia aquellas reliquias, reinó Dios sobre
ellas en el monte Sión, desde entónces para siempre sin
fin ? Pues esto es lo que añade inmediatamente Miqoéas :
y reinárá el Señor sobre elloa en el monte de Sión, des-
d e a r a y hasta en el siglo. ¿ En este tiempo volvió á esas
reliquias la potestad primera y el reino de la hija de Jss
rusalen? pues esto sigue anunciando el mismo profeta : y
vendrá elprimer imperio, el reino de la hija de Jerwa-
1h: que es lo mismo que habia anunciado Amós: En
aquel dia levantaré el tabernóculo de Dávid, que cayó :...
y lo reeúijicard como en los diae antiguos *. j En aquel
dia 6 tiempo de Ciro puso Dios estas reliquias, que vol-
vieron de Babilonia, por loor y por renombre en toda la
tiarra-1- ? Pues esto promete Dios por Sofonias, versiculos
19 y 20; y poco antes habia dicho á la miama claudi-
cante, vemiculo 15 : R.ey de Isradl, el Señor en medio
de tí, nunca mas temerhe mal. E n aquel dia se dirá
á Jerusalkn : no temas : Sibn, no se descoyunten tw
manos. El Señor Dios tuyo en m d i o de ti, el fuerte d l
te salvará : se gozará sobre ti con alflgria, callará p o r
su amor, se rqocijará sobre tí con loor$. &c. i Qué cosas
tan diversas y tan agenas de las que sucedieron en la vuelta
de Babilonia, como de todas las que han sucedido hasta
la presente !
,308. Fuera de esto: los intbrpretes nos dicen de esta

..
In die ilL suscita60 tabernaeulum David, quo cecidit. et r e
sedicabo illudsicut in diebuw antiquis. -Amor, ix, 11.
t Inlaudem, et in nomen in omni terra. -Soph. iii, 19.
1 Rex Israel Dominus in medio tui, non timebii malum ultra. In
die iiia dicetur Jerusalem : Noli timere : Siori, non dissolvannir uianua
tuse. Dominua Deus tuus in medio tui, fortif ipae aalvabit : gau-
debit super te in latitia. silebit in dilectione su., exultabit super te
in laude, &c. -Soph. iii, 16, 16, 17.
TOMO 11. 2 L
614 LA V I N I D A D W L WBSIAS

profecía de MiquBas lo miamo que de la de I m d s s :


es, que una y otra empiemn hablando del tiempo d d M e
rtps y de la Iglesia cristianrr. Siendo &o d,2 por qrC a
prosiguen la esplicacion en a t e sopamto? ¿ P o r q d dja
tan presto el tiempo del M e s h , y iotrocsdea
mente maa de SO0 añw 4 bnscsr el tiempo d e C h y 4 ir-
fugiarse en él ? ¿ Por qu6 cortan desde el ver. 6 19 -m-
cion -pida del profet~de Dios, tomando libremente omi
_I
*

oosae para un timp y o t m para otro? i Por qo6 biaa


dos 6 mas diaa diversos, cuando la profecía, d e s d e e1 prib
cipio basta el 60 habla seguidamente de un micMiio dis* !
Suceded en el último d e los dios: y lnego va pnanclaeo
en particular todo lo que ha de sucedet en este dia ILO.i-
mimo. Primera : se preparar6 el monte d e la c a del ~ Scóa
sobre la cima de los wumtes, y fluk6n 4 t h este moafe I.r
gentes y los pueblos. Segundo : el Seúor los j- A
todos, loa argoirá, los corregirá, y en consecuencia de u&a
correocion y de este juicio, quedarán todos d e r a r m d a ;
conrertirún ma armaa en initrumentor de agricuiíura; w
tomarán la espada en adelante la una gente contra otra. m
aprenderán m w 4 pelear: sino que todos omrán aiao 1
buenos hermanos en paz y quietdd; pua lo ha 7
ciado por su boca el Señor de lm egércitos.
300. Tercero : en este mismo dia notisirno congregad
el Sefior d la diodioante, d quien habia dijido, y umjado

-
d e sí porjustjsiimas causas. Coarto :reinará el Señor rabie
las reliqoias de esta claodicante en el monte Sitia, d d e
entónces h u t a en el siglo; ni la arrojar4 otra re3 de d.
Qninto : vendrá la potestad primera, 6 el reino de la hije d e
JerosalBn, &c. Aora, en toda esta n p ~ s c i o oregaidri ;se
re mmtigii alguno de muchos dus, 6 tiempos, 6 B p o c ~ di-.
versas ? i No se ve por el contrario, que todo habla
damente de aquel mismo dia, 6 tiempo, 6 época
de que empieza 4 hablar, diciendo : acaecer&: h loc Ui-
n w di-? Conque si este dia 6 tiempo es el tiempo pri-

Et!prit : -M&: ir, 1.-


In novirima dicrain.
BN 'GLORIA Y MA€JBWl"l'D. C)í6

mero del .'Hahe,.como quieren .los intúrpmter, debedan


eaplioar .toda esia. profeaía particular, sin salir de este
mismo tiempo. Y si esto no les es posible, debedn mn-
tentaree, y no tener á mal que se eaptiqne toda, desde el.
priadpir, hasta el.fiti en el segundo tiempo del Mdar, iia
solir de 151, y sin claudioar e n d a partes. .

BE CONFIRMA TODO ESTE PUNTO CON EL 8-0 XLV.

PARRAFO VII.
310. La inteligencia de este salmo parece clara y facili-
rime, si re combina lo que en 61 re dice, con lo que acabá-
mos de observar en las do# profecfaa de Isaíae y Miqnéas.
Todo m i n a naturalmente áoii nn mieterio, y un m b o
tiempo. Y annque para mi propósito actual b i a b a la
. o b r e d m de dos 6 tres versiculoi de este ralmo, me
parece oonreniente observarlo todo, ya por ser brerisimo,
puea solo tiene doce vetsioulos (6 por mejor de&, diez,
riendo los dos Gltimos repeticion de lo que ya se ha tliebo),
ya porque ea interesante en si mismo, ya porque au inteli-
gencia abre el sentido de otros muchos saImor, y de o t m
muairlaimas profecias.
B8POSIGION D B L S A L M O X L V .
El Dios nuestro es refugio, y fuerza: ayudador en lau
tribulacioms, que hun dado con nomtroi robremanerta.
Por eso no t c n e r h s mientras que sea conmovida k~
tierra, y trasladados los montu al medio del mar ...*
311. i Quién habla en esta i De qn6 tiempo
6 para qa6 tiempo se habla en ella! Los doctore6 oriatia-
nos (segun su sistema, ó empefio formal de acomodarlo todo
en cuanto es posible d la Iglesia presente) dicen por cansi-
guiente que aquí habfa la Iglesia, cuando pasados los S06
años de la persecncion, quedó.victeriesa de todos m8 ese-
Deus noster refufium, et rirtuu: adjutor in tnbulationibur-
qum invenernnt. nos nimia. Proptema non tirnabimns, dum turbe,

2
-
bitur k m : et trrnrferenku montrr in cor nurt. Pa.xlr, 3,s.
~ 2
516 LA VBNIDA DBL MB81A8

migtn, B lo menon de 1- erternos, y en UDS pat unirexw


con la convemion, y bajo la proteaion del gran b
iantino.
312. 'Esta inteligencia fuera bastante buena, 4 lo menos
en aquel mentido no tan bueno, que se llama acomodaticio,
ni todo el salmo me concluyese en el versiculo 6. El gran
trabajo es, que esta es solamente la mitad del salmo. h
cual debiendo unirse con la otra mitad, en esta inteligeoch
no se une, antes se le opone y la rechaza, siu esperanso
razonable de acomodacion. Esta parece la r e r d a d e n
razon, por qué los intérpretes de los salmos. a u n los mas
difusos, p o r otra parte, openas tocan con suma prisa esta
-da mitad, como si en ella no hubieiie wsa alguna
digna de conaideracion. Algunos otros tiran á esplicarh
brevlaimamente, y pretenden haberla esplicado suficiente-
mente con solo insinuar una manifiesta violencia con una
estrema satisfaccion, diciendo, 6 suponiendo, q u e desde
Constantino hasta la era presente, se ha verificado todo
cuanto dicen loa Profetas de la paz y felicidad del reino
del Mesias. A que debe afiadirse, que los unos y los otros
no dejan de omitir del todo algunas palabras, como si faesen
de ninguna importancia, y aquellas precisamente que no se
dejan acomodar.
313. Por todo lo cunl, y por otras razones mas inme-
diatas que luego verémos, decimos resuelta y confiada-
mente, segun las Escrituras: que quien habla en este
salmo y en los dos siguientes casi como en muchos otros,
que á mi parecer pasan de la mitad) es la claudicante
&ma, no, en cualquier estado, 6 tiempo indeterminado,
sino precisamente en el tiempo y estado de su futura voca-
oion, de su oongregacion, de plenitud, &.c.
314. Esta claudicante, eeta pobre enferma, está abmdo-
nada del cielo y de la tierra, aunque cubierta toda de lla-
gas horribles, desde la planih del pia haata la cwonilZa de
la cabeza*, es ciertíiimo que nlgun dia ha de ser curada de
A planta p d i , ueque ad vertictm.-ht. u v i i i , 36; et Jo6.
ii, 7 ; et Imi. i, 6.
E N GlrORlA Y MAGBSTAD. 517
s u s llagas, y restitnida 4 una perfecta sanidad. Es verdad,
que por Jeremías le dice el Sefior, que su rotura es incu-
rable, y pésima su llaga, porque la ha herido como B ene-
miga, y la ha castigado con cmeldad*; mas tambien es
verdad, que le dice estas palabras tan eapreaivas ánica-
mente para que conozca la grandeza de su mal, y por ella
la grandeza del bien que le está preparado ; pues luego la
consuela al vemiculo 17 con la promesa de su perfecta ami-
dad : Porque te csrrard la .cicatriz, y te sa>lard de tue
.
heridas.. Porque te llamaron, 6 Sión, la echada áfuera:
E s t a es la que no tenia quien la bwccrae, &c.+
315. Pues, esta' claudicante, vuelvo 4 decir, á la que
habia desechado 'el Señor, y á la que habia ajijido,
sanada enteramente de todas sus llagas, cubierta; del todo
aun las cicatrices, y congregada ya con todas sus reliquias,
con gsandespieda&a, es la qne empioza 4 háblar; 6 en
persona de quien empieza y prosigue hablando el Espiritu
Santo, por boca de David, en todo el salmo xlv, y en los.
dos siguientes.
Versiculo 2. El Dios nuestro es refugio, y ficerza:
ayudador en l a tribulaciones, que han dado con nosotros
sobremanera S.
316. El Sefior es nuestro refugio, y iiuestra fortaleza:
su braw omnipotente nos ha sacado libres de tantas a n p
tias y tribulaciones antiguas y nuevas, que han dado con
nosotros sobremanera: no tenémos ya-que temer, aanqne
se turbe y desconcierte toda la tierra, aunque los montea
sean arrancados do su sitio y hundidos en lo mas profundo
del mar : modo de hablar que donota una verdadera con-
b i z a y plena seguridad, bajo la proteccion del omnipo-

lnsensbiis fractura tua, p e ~ i m plags


s .
tu..p l q I enim inimici
perairni te eastigstfone erudeli. -Jum. xu,12, 14.
t Obduesm enim cicatricem tibi, et B vnlneribur tu% rwabo te.. .
Qiiia ejectsm v o c a ~ r u n te
t Sion : Haec ent, qum non habebat re@-
rentem, &c. -Id. id. 17.
1 Deus noster refugium, et virtun : sdjutor in tribulationihue, qiim
-
invenerunt nos nimis, &c. P8. xlv, 2.
teab. P w luego L ¿-ir pros6ticomeute y.moy ea kne
lo que debe suceder, s e p a & las m lrrrbrL
glorio= del SeBor ; mejor clir6gon.. lo que,- aqwttáape
de que hbla en espirita debeh suceder.
Versieulo 4. h h r t m , y t u r b i v o m nu
u!?-m lo8 aorrta 6 & fwtdrra dm 61'-
- :r

317. Bstar esprosioma ion oonooídanmnte m d d k k u ;


toméndom aquí por 1~ aguar turbadas y roruntes h
&u, rnido eonfaeo y eiiptable de tadar kr .mpos ,
b b y lengosr, por mum dr la prruncia fnr=i&Ua dd
Safio*, y de la g l o M & = megatad, cuando .s k w a d m m
pwa h i t la tima-1- (lo cuai se esplica 1aegO ea eite
mirmo sentido en ql versiculo 7 ) : tomáaoose &i miaw
modo por la conbrbacian de los montes, la ccnitatcb#j, y
temblor de loa hombres mal) altos y Iirrbiimsr, que p r e c h
en digdidad, y se elevan sobre los otmi hambres: io cud
ee dice claramente en la profecta de I~~.ios, que poaa ha
obmmamoa : Porque al dia del Ssfior de Lor sg6mStw arí
&re t& soberbio, y altivo, y sobre todo;-a y
m&&tido. Ysobra t h lea 1)<191te# altor... y z,?a
ad&dor ehtwdw. h t o mismo iie dice de .l..cl " -
despues de sanada de sus llagas, y cubiertas ha:-.
H e aqnf que el t o r b d h o del Señer, e l f u m r ir*prlu.ro, L
h p t a d &hecha, en ia d u o de los irpiar ropoi~r&
No d m i a r á ~ e Scfior
l la ira da indigiiacion, hasta q~
haga y cumpla e l ~ p a a ~ n b & t o ar mrexon~...Y p.nr
que no a e ignore el misterio, ni el tiempo. de qae se
afiade inmediatameate, que estas coem las e s a d la
claudicante solamente en el dia novisirno§. Y o mpopgo
Sonuerunt, et turba- snnt aqua, eorum : conturba8 iimt mon-

9 A f ~ i formidii
e
-
tei in fortitudiie ejun. P8.xlv, 4.
Domini, ct ig% i n a j e dar, ah m-
-
=&t percutere k m . I m i ii, 19,21.
&se turbo Domini, furor egmdieni, procall. in ~ p r k
impiorum conquicscet. Non svertet h m &&m,
-
donee ficist et compleat cogitationem cordia bui. Jcnn..m,
93,24.
) In novissimo dierum inteUigetia ea.-M. ib. .M
6 que lee, .phamente e n W o de lo que eigni-
ñr>.n propia y rigorosamente en frase de la Edtora, esta
J mmqjuitam erpremonea : m do Lltimo de las di- : en lor
&ti& dWs : 4 aquel &a :en aquel tíempo :para el di&
¿b n w i h f f i r , &c. : de Im cuales espresiones usan fre-
cuentemente en sas epístolas S. Pedro y S. Pablo, cuando
hbhm de la venida del Se6or en gloria y magestad.
Vemicalo 5. El fnpatu del rio alegrará la ciudad dd
.Dim: mat@có ar tobsrnbculo el Altísimo*.
. W. Pem enteades bien estas palabras, que 4 primera
tiLf.parece que no vienen al caso, yo no hallo otro mejor
ioUaqmte qne la Parpfiasis Caldéa; la cual, asi entre loe
Jndioe como entre los Cristianos, se ha mirado siempre con
e~ízaordkiarPompeto. A lo menos es oierto, que ru auto-
ridad pera mes, ssgun parece. que la de cunlquier dodor
partMnlar. Este, paee, esplica así este vezCaulo : las puc-
blo. o- &u, y ars arroyos vsndrh, y alsgrarán la ciu-
dad de Dior, y orarán m la cara dd santuario del Señor,
en Cer tabe-s dd Altisimo.
319. En esta ideligenaia conouerda este testo cou innu-
merable@ otros de qne están llenas las Eeciitnras: entre
el100tún el tedo de I d a s : correrán 6 él (al monte Sión)
t& &ugentsr. Con el de Miqaéaa: y eorrer6n á él lor
pwrblor. Con el de Z d a s : Y los que quedaran
da t& l a gentes que vinieron contra Jerwalén, subirhn
&año sn año b adomr al Ray, q w e s d S & r d a l o s
+~&tor+. Con lo que m le dice B Jerusalén en todo el
aapítalo Ir de Isaías, máximamente desde el remiculo 4 :
t w huos vendrhn de lejos, y t w hGor del lado w Icvanta-
rhn. Entónces uerás, y te enriquecerás, y tu corazon ss
w a v i l l a r á y e~aachurá,cuañdo M convirtiere á tí la
mahdumbre del mar, y la fortabzu de las ncrcionss
Piuminis impetar ketiticat civitakm Dei : sanctificavit taberna-
-
cnlum suum Alt~sirnns. P8.xlv, 6.
.t .Et omnes qui reliqui fusrint er univemk jptibue, qua, vene-
runt con- J d m , asecndant ab anno, in innum, ut adorent
Regem, Dominum exercituum. - Zuda*. xiv, 16.
ff40 LA \'BNIDA DEL MBBlAS

vimiare tí t í : inun&cion & ccudlor te crbrirá. &c.'


Concuerda, en wma, con el salmo k v : Todas 1m
gentu, c w n t a r hicirts, e n d r h y te ~ ú aSZhr, , 9
gioriiccrrán tu n o d r e t . Si no ebatante alguno pre-
que el impetu del r i o deba significar aguan materiades, p m
piamente dichas, no nos qnerémoi oponer 4 este aentido.
puee no hay en ello inconveniente algow. Pera lo dre
puede considerar el capitulo xlvü de Ihequiel, en donde e
hallan aguas vivee en abondancia, que deben sotir en aqiie-
lloa t i e m p , debajo dcl uabral da la -a, y formar rqPel
delicioso torrente, poblado por w a y otra parte de árboles
úutales: Y sobrr el arroyo nacerá en nu riberas dk +ta 1'
y otra parte t& arboi que Un>efruto :no caerá & é l &a
Roja. ni faítará mfruto :cada r e s l h r afrutar u-,
porque au aguar saldrán del santuario: y au frrear SST-
virhn de comida, y rus hojas para medicina$. Estas mis-
mas aguas se hallan en el oapltnlo Gltimo de Zwarks, remi-
oulo 8 : acaecerá en aquel dia : Saldrán aptas vi- &
Jerusalén : la mitad de ellm &ia el mar oriental, y lo
mitad de ellas ácia el rnar iíltinro : en verano y en ir-
serán§. Todo lo cual lo toma S. Juan, lo estíende, lo
esplica, lo aclara, y lo hace servir en el capittdo 6 l h 0 de
su Apocalipsis, como observarémoe á su tiempo.
Versículo 6. Dios m d i o de ella, no 8erá con-

* Filii tui de long* venient, et filim tnae de latere surgent. l h n e


videbi, et aíliues, et mirabihir et diiahbimr cor hium, quand6 con-
versa fuerit 3d tB multitud0 maRs, fortitudo gcntiom venerit tibi :
-
Inundatio camelomm uperiet te, &c. lmi. lx, 4, 5, 6.
.t. Omnee gentes, qusricumque fecisti, venient, et adorabnnt conun
te, Domine, et glorificabunt nomen tuum.- PI.h x v , 9.
f Et super torrentem onetur in n p k ejm ex utraque pa& omne
lignum pomiferum : non deíiuet f0ihIUI ex eo, et non de6ckt fm-
ejue : per sinpioe mensee deret primitiva, quia aqum ejua de suic-
mano egredientur : et e m t fructus ejm in cibum, et folm ejm ad
-
medicinam. Ezech. xlvii, 12.
Q Et erit in die iih: Jhibunt q u t ~vivae de J e d e m : medinm
m m ad mare Orientale, et medinm e u u m ad mare n o v i a s ' i u ~:~
-
in sestate et in hyeme erunt. fich. xiv, 8.
EN G L O R I A Y MAOBSTAD. , 5.21
( b no se apartartí): la ayudartí D h por la mañana al
rayar'el alba +.
. 320. Dios no se moverá en adelante. 6 no se apartará
de en medio de ella. i De.quién ? Manifiestamente de la
claudicante misma, á la que h d i a dcseclrado el Señor, y
á la que h b M afiido: de la cual se apartó, ó 4.quien
apartó de si despues que ella reprobó B su Mesias, y cer-
ró ostinadamente los ojos á la gran luz, y loa oidos 4
las voces de sus enviados. A la Iglesia presente en tiem-
po d e Constantiuo no pueden competer estas palabras con
algnha propiedad ; pues Dios no se habia apartado ni mo:
vido de en medio de eiie en los tres siglos anteriores,. aun
e n medio de sus mayores persecuciones, dirigidas por su
sabia y benéfica mano : antes estas persecuciones habi-
sido Como un 6ptimo cultivo, que la hicieron dar frutos
escelentes. y en una prodigiosa caotidad. Esta promesa
del Sefior, de no apartarse jamás de Sibn, aora claudi-
cante, despues que la llame y recoja todas sus 'reliquias,
con grandes piedades, se halla repetida de mil. maneras y
con suma claridad en otros muchos lugares de la Escritura
santa, que tantas veces hemos observado ; ni hay para qne
repetirlos aqul. Debo, no obstante, repetir uno 6 dos,
por si se hubiesen olvidado todos los demás. En. Sofo-
Días, por ejemplo, hablando con la claudicante misma, y
llamándola con .este nombre, se le dicen estas palabm :
Da loor, hija de Sion: canta, I s r J I : alégrate y gbzak
de godo corazon, bija de Jerwalkn. El Señor ha borra-
do tu condenacion, ahuyentó tus enemigos : Rey de Israél,
el Señor en medio de tí, nunca mas temerás mal. En
aquel diu se dirá á Jerusalkn: No temas: Sión. no se
descoyunten tus manw. El S&r D i w tuyo en medio
de tí, elfusrte 41 te salvar&: se gozartísobre tí con alegria,
callará p o r su amor, se regocijará sobre tí cota loor t.
Deus in medio ejus, non commovebitur [seu non recedet]
-
sdjuvabit eam Deus meni: diiuculb. Pu.xlv, 6.
t buda, filiaSion : jubila, Israel : letere et exulta in omni corde
filia Jerusalem. Abstulit Dominue judirium tuum, avertit inimicos
338 LA VUN1DA DBL MEBIAS
s e i . . L o m i m o e n uuabwir m d s i t . - d 0 ,
despuea que rerivaa los haeroa dridoa y mmm, y re icr
introdaaca el espkitn de vido.
Y norawín robra la tiara qw di tí ni.iwoo 3 4 .1
anlaeaatnorculonauutraip&a: ... y~krirpdrri.rirrao
wr6* dr d E a r p r r p s ~ t s . Y M aair&
&aua dr paz, aliento stsmcr d r á n e&: y drr a :
aentari, y mrltiplicar&,y pondtcr mi amati- en w-
dio dr eUor por rirnpre. Y atar& ni tabanrócic86 cnrrr
rUar:ypwriniDiar,ycll~drstáirrUpwbio. Yse
brán 14. genter qw yo roy el Sdim,el d i& Ic
d l , d~~e mi ~antijctzcitman .Lbdio &
prpetuamemte t. l!

m. Compárense aora eihu doi profeche (-o m fbe-


iea ónioai, y no hubiese otras mny semejamtee) eon hs po-
hbrae del salmo, que -actoalmateo ~ o s Dia. , ea
~ d r a U a n o r s + t í c i m n u w i d o :yaepamce que se brllnri
el miamo misterio y en el mismo tiempo, iin peder dudedo.
528. Amesdelapnweiie que hwe equíel Se6orde
no q d a m mar de Sióa, despimi que la m+ y la .pe
de todse SUB hp, m&da b m e n k el tisgpa m
que estas wsss ee enpewán d v e d c :~& ~ i d o , qie
ato s d d el aarinecer 6 P1 venir el dip.

taw : Rex IsmEl Dominus in medio tul, non tbneb31mdrian dtm


1x1die illa diatar Jsnualam : Noii timere : Bioa, non diiiohribiir
m m m tusa. Dominar Deua t w s in medio tu& fa& ipre uimbit :
pudebit super te in I d t i a , ailebit in dilectiona nua, uiiltrbit super
te in hude. - Soph. iii, 14, 16, 16, 17.
Ezech. uxvii.
+ Ik hrbitabunt super ter&, quam á e d i sewo mea Jissb, hi
qaa, lurbiti~emat patrw rertri ... et DuM re- msiu prhiapr
eoram io perpetuum. Et peratiun illk fdu1pacia, rcm-
pitmum erit e l : et fun&bo e-, et multipli&o, et d.bo d-
cstionem meun in medio eorum in perpetuum. Et ent t . b e r ~ ~ ~ -
' lum meam in eis : et ero els Deus, d ipd-cm0mibi popuias. Et
reient gentea. quia ego Daiiiinris ~iletiüeatorI M l , ciua fnMt
w n d h a t i o merr in medio somm in peiprtnum. -Ex&. mN,
S, 26,27, B.
UN GLORIA Y MAGBSTAD. y$g.

Za -dar6 Dim por la rnaáma d .ragrnr 42 alba*.


i
984. 2 Que quiere decir eito? j Qu6 dia es e d e de
cuyo principio se habla aquí? j Ea uamo algun di9 natu-
' r d de dim 6. dwe horas? No salta luego á loa ojolr, y M,
' presenta de sujo que1 miamo dio ¿a que tanto hablan
b s Profeha de Dios, Bos Apódales, y aun loa Bvsngblios?
i El dia, digo, del Sefior, á distincion del d i de los km-
1 bres? Si e o e a e e t e d d i a dequesa M e , jcual podrá
1 ser ? El decir, ayudó Dioe 4 su Iglesia, por la ndáma
..
1 al rayar rE dia ,a t o es, opertuna y proatammte, son
1 palabres que en raklad nada eeplican ; pues B su Igbk,
1 miempre y B todas horas la ha ayudado el &&r, y no d e
jará d e ayudarla hasta la consit-on del siglo-1..
1 3%. HIWaido, pues, del dia. del Señor, Qoe'~aoid,
I que muy al albe de es(e die, 6 al -aaabarre el dia qnb-
ceden% a t o es 2 el IJoy de que hablo S. Pablo citando el
I salmo.xxiv: umoicartxm vorotros rsiaftcw les unos 6 dor
otlw dia, mtre tanto que se nombra,Hoy*: ~ l l r
tónoes ayudará Dioe B esta miee~abieeuhma, dhdole la
mano para que se levante: La. ayudará Diod por ha
me* d rayar el dba. Con esta inteligenoia podémo~
decir sin exagmmion, conausrd<m lar palaku de lor
Profstaa d como rrt& s s a i t o : y conandan tanto, q ~ e
por erta ooncoidrinoia han concluido loa doatores como una
verdad innegable, que los Jndios se han de convertir algair
dis; mata esto aerá, afiaden sagnn sa'siaisttmia, al fin del
mundo, y en vísperas de acabame todo! como si f h e
lo mimo ñu del mundo, que ñn del siglo ; y como si el
dia del Señor, que debe amaneoer en su venida, no se
pudieae meparar del fin del mundo, 6 no so debiese aepamr,
q n 2cu Bcritum. Dije el h do1 mundo, en lo su4
solo entiendo, el fm de los viadores 6 de la g e w d m y
corrupcion; porque yo no soy de parecer, que el mundo,
I
1
1- Uiqne ed e o ~ i t i o w m
-
Adjuvabit eam Dens mmb dilaenlb. PI.xlv, 6.
m d . -M&. d, 20.
I
1 Adhoriamini vamstipia.per h@a a, dawc Hodie eog-
nominatw. -A¿ H&. i i 13.
M L A V E N I D A DRL ME8lAf3 1
1
esto ea, los caerpon mateRelea 6 globos celestes q u e -Dios
ha criado (entre loa cuales uno ea el nuestro en qne b d i í a -
mos) haya de tener fin, 6 volver al caos 6 nada de donde
salió. Esta idea no la hallo en la Bacnture; antes balb
repetidas veces la idea coniraria, y en eeto convienen ha
mejoren int4rpretee. A su tiempo espero hablar sobre esto
de prop6sito.
326. Debemos aora detenernos on momento mas. ea b
comideracion de la palabra por la nraiíona. Esta palabra
se halla no pocae veces en loe Profetas y Salmos : y es facál
reparar que se usci de ella cuando si habla de la v-ion
futura de Israél, b de su congregacion y -asuncion c m
grandes piedader. Por ejemplo: el capítulo u v i de
Isaiae es un cántico admirable, muy semejante en ,lo
sustancial al salmo xlv : el cual cántico dice d mismo
Iaaíos, que se cantará en aquel dia en la tierra de Jodá *.
Entre las cosas que dice proféticamente la persona que lo
ha de cantar, esto es, Sión, aora enferma y claudicruite,
una de ellas es esta (ver. 9): Mi alma te &sea m lo noche ;
y con mi espíritu en mb entraiias nuadmigard á tí t. Mi
alma, le dice 4 su Meiías, te ha deseado siempre en la noobe.
i En qué noche? Sin duda en la noche presente, pnea -res-
pecto de ella en este asunto todo es noche. No obstante,
eu medio de esta noche lo desea, y suspira incesantemente
por él, no pudiendo persuadirse, ya por Wta de luz, ya
por 'vicio del órgano interno. que es aquel mismo, segun
lor Eecriturar, B quien ella reprobó y pidió para el supli-
cio de la cruz, ostinada siempre en aquella neoia y fumatí-
sima negativa, profetizada por el mismo Mesias : No q w ;
remos que reine este sobre nosotros S. Mas cuando esta
noche esté para acabarse, con la vecindad del siguiente dia,
entónces (dice en espíritu) que no se dormirá, sino que.se
-
In die illa cmhbitur canticum ietud in t e n J u d a lwi.
xxvi, 1.
t Anima mea desidenvit te in nocte: sed et apiritu mao in pn-
cordiis meie de m& vigilaba id te. -Irni. =vi, 9.
f Nolumue hunc regiiare super nos.- Lwc. xix. 14.
LA VENIDA DBL MB1IIAB

q u ~ : & n i m q . b ebwn.aroi: Irr ajrdar6 Ditu pw k


#ÁMQ, &c* .
Venlcuio 7. Liu n(ICI0M. w con^ y &-w&n
b a n ~ r o m& : su 001;~d e la t h a t.
829. En el ver. 4 babia c ü h S i n erte eCiiLo am h
pbetáfora de la .gitacion y m i d o de. lar a g del~ m, ~ y
de la aaooib..y wmbrbaoion d e los moadee,: S k a n m , y
t d ú r o ~ un . u uguas: aa srtrtma&ronb.nerrLu í L
fwta&ua A:U $: aquí lo dice ya i h m e n t e : em &
h a aigma. lror gentes todas re hon aontiabado, 6 ñr6-
nado los reinm, oin dirda con el golpe de la pedn. Tod.
baarl.ec.b.despoehr eael tiempode querehPbbr, y
b ha rirb Sibe, aunque de lejos, y lo ha snb* y .aidila
dede el retiaa de su soledad. El M o r , -p d&iem-
do, ha hecho mtir ea vos, y la tierra toda se ha movido$
&te neuiów la tirrru, re halla con msi ftrerro y rirm
en los otRs veniones. lee r -.da r r , &tirrr
Vatablo : se d r m l ó la tierra. ha prófhsír Cnl.lk :
m diwlvirron loa haMcrdme8 de la t # m . Bita r a dd
'"
hiior tcyl gnsride y tan operatira, no ea o t n oora
tebmte, que aquella vara de m boa de que hqbk i d a s :
y herid6 la tiemat~omlawa& a b o c a ,
ritu ds nr .labia matar6 alinpfo(1 :G lo que ea lo
aqtldh espode de dos filw qae ha de traer en w boca d
Beg de los reyes, para herir con ella á &S gmtsrq.
.m. A este propbrito se pusde leer ,todo %el+talo
rrio de Iedas, en que se habla, por conksion de t d o s , de
la venida del Sefior que esperámoe : y entre otraa cosas ae
debe reparar en aquella viva g elegante descripcion qae
Adjmabit erun Dew mrsb, &c.- PA xlv, 6.
.1. Conhirbata smt gente, et inclinat. nmt raffori : da&
f
-
msm, mota eat term. Pa. xlv, 7.
8onnerunt, et tubatm nuit q w ~&m
1 3. mt

-
mantea in fortitudh ejm.-- Pa. xiv, 4.
p Dedit voaeni mim, mota eit t8m P8. Av, f . .
-
11 Et percntiet te- virg$ o* rni, et apkitu lubkrrP. A-
incer6cict impium. I d d,4.
lrUtioipr~pemtirtprc#.i&~dr,L(C.
BN G L O R I A Y YAOBSTAD. e?
hace el Profeta, del v a o t o , conmocion y oo~turbaoionde
toda la superficie de la tierra, .por estaa palabras: Tata&
r#rte s e r á qmbrantada la tiarta :: dwnmiccatia crtrra-
mente erra la tierra: c a n m w a robremamra d la
tierra, rarb agitada n mymucha &a t i e r r a como un &ia-
gcrdo, y sertí.quitada c m o tianda da una nech ; y la
agoviará ar maldad, y caerá, y no volverá .á I s u a n M e * .
Ninguno qoe lea eete capítulo puede ignorar, que aquí .no
se h d a de lo materialde noeitro globo en que habiiámor;
aino de BUS habitdores que han oorrompido su superficie
eon :su iniquidad, y la corromperán todiria moobo mas.
De esta mpedicie de la tiarm e m p h hablpalo d e d e las
primeras palabraa : He aquí que e l Señor &dar& la
tierra, y la dsrpqjará, y uJgirá a l aglscto di ella, y 8s-
p d r á s u a rico+adol.sst :y .aquí mismo dice, que deipuee
b es. an'iion, agitaoion y corunocion de la ruperfiois de
la tierra, qoedarbn en dle alganao reliquias del linage
humano: yqu&ríin-poeo. bmbru...eome dj dpuu
poma aceitunas, que quedoven, s a t a c u a i u n n &la o€iwaj
y dguno8 +cot. dmpwc.de d a d a k v d i d a . E~tor
hudar&n su ooz, y dar& alabaiila: mando fusc.e el
&úor g&ri$cado, alzarán la gritería & d e si nar $.
8&L. Habiende, paes, s d d o este movimiento, 4-
taoioe. y oonturbaciqn de la super6cie de la hrm,
S i h con todm rus preciosas reliquias diiieodo llena de un
sagrado jubilo y penetrada del mae vivo reoomcimiento :
Confractione confringetur terra, contritione conkretur terra,
commntione commovebitur tema, agitatiune agitabitur terra sicut
ehrimi, et auferetur quasi tabernarulum uniua noctis : et gravabit
eam iniquitm s u , et c o m e t , et non adjiciet. ut resngpt. - l'i.
m v , 19.20.
1. Ecce Dominus d i i p a b i t terram, et nudabit eam, et aíüiget fic
&m ejiu, et disperget
- - -
habitatores ejus. Zaai. xxiv, 1.
.
f ~t reiiiquentur hominea p u k . .quomodó si pauca! . o l i v ~ ,
quas remanrenint, excutiantur ex olea: et mcemi, cilin fuwit finita
a l L A V E N I D A DEL M E S I A S

r w r t r o amparador el Dior da ~ - b * .
332. El Seóor de las virtudea (este nombre se le do ai
Mesin en varias partei de h Esoritnra, por ejemplo en d
d m o xx.) E i Sefior de les Wtades eati ya coa ~0.0-
y nos ha liamado, iluminado, perdonado y recibido enQ?
sua .briwrel Di d e Jaoob.
388. Luego, mirando el ostedo actual de l a tierra,
comparándolo con toda loa tiempor ya paaadoe. e k t n -
mente oscuros y teoebroaos en mi comparacien, movida id
residuo de las gentes, B ver, admirar y alabar al comm
Sefior, por íantos prodigios nuevos 6 inauditos que hi
obrado en n u e r h tierra con su preseocia: uno de los
cuales, y el mm admirable y estimable entre todos. es h
paz universal, la cual se anuncia y dercnbe por esbu
breves y espreaivas pal'brris del,.
Versiculo 9. Vmid, y - ved l a obrar da2 Ssñor, lo+ m-
v i l b que p w o sobre la t h : Qw a p t a las gwctrai
h t a la m t r e d a t i ds la tirrra. Harb trizas el m,
y quebrará lar amMs: y quemará alfuego lar A+.
848. El confronto de este testo oon el de Idas y Mi-
qubas, forma, segun perece, su propia y legitima espliee-
cioo, 4 la cual nada teirémor que afiadir, ptmmadidae en
wrdad, que no puede admitir o h , wgun lor Endturus.
Si con esta idea clara g sencilla se leen inmediatamate
los salmos siguientes, podrán servir de mayor confirmacion,
y facilitar la inteligencia de otros muchos salmos y de
otraa mucbhimee profecías. Especialmente se entenderá
a1 pnnto, solo con leerlo, todo el salmo lxxv muy reme-
jante al d v , aunque con noticias todaria mas particuInrea:
Conocido es Dior m la JtrrMa :-ea I n d es granda ru

Dominun virtutum nobiscum : susceptor noeter Deua Jacob.-


Pa. xlv, 8.
t Venite, et videte opera Domini, que poeuit prodigia supcr tu-
mm: Auferens bella usque ad 6nem terríe. Arcum content. et
confrinpt arma : et scuta comburet igni.- Pa. xlv, 9, 10.
romh. Y srth hecho su arisnto en lo paz, y tu m+
rada si, &h. Alli quebró lar fue= dk lor arcor, el
'
e&, lo arpada, y la guerra, &c.*
i 39á No hay duda que =tan cosas y otras muchas del
todo semejantes, se pmaran acomodar del modo posibie h
aignnos wcesos antiquísimos que se leen en la historia sa-
grada ; mas como esta acomodacion, aunque intentada coi
r empeíio, y empezada tal vez con felicidad, no es fácil ni
posible llevarla adelante por los gravas y continuos emba-
rasos que d cada paso se premtan ; se ven al fin preci-
s a d los
~ intérpretes mas literales d recurrir frecnentísima-
mente d sentidos figurados y puramente acomodaticios, y
parar en ellos. Sin este recurso, b lo menos en parte, l a
seria necesario, udmiiir el nuestro, pues lejos de hallar en
el algun em+azo insuperable, todo lo hallarían fácil y
llano, y tanto mas cuanto mrrs nos avanzamos. Así como
entend6mos obvia y liteit$mente, y en a t e sentido recibi-
mos religiosamente todo cuanto hay en las Escrituras, per-
teneciente d la primera venida del M d a s y d sas efectos
admirables ; así entendémos y recibimos lo que está escrito
y claramente anunciado para la segunda, que es sin com-
paracion mucho mas. Para lo uno y para lo. otro nos
cioompeúian del mismo modo las Esontorao, nos instruyen,
nos ayadan, nos elnmbran, y ningano de e l h se nos
opone.
APENDICB.
336. Cdqaiera qoe haya leído basta aquí (ai'tieae al-
guna noticia & las Escritoras) no tendrá diíiculted eii
creer, que los fen5menos que hemos observado, no son los
ú&a ea las mirmas Esuntaras que merecen particular
obmtvmion. Yo tenia notados desde el principio hasta
24 con ánimo de observarlos cada uao de por 'sí; y de
No- in ~udacaDena : in bm6l magnum no;men ejw. Et fa^
tw eat in pux locun e@ : et hab0.i ejw in Yion. Ibi confregit
p o t e n t h arcnum, m t n m , glidinm, et belium. &e.-Pl. luv,
2,3,4. .
TOMO 11. 3 M
m0 LA Y Y N L D A U E L M E S I A S
estos he o k d o rdo 10. Como en d o s me h e dcla
mido mucbo mm de lo que habla imaginado, re _PP
convéniente el p a m aquí. Ir oboeneoiones que q o e d i 1
becbee, perecen mes que spftcienles, pare poder fimmu m
juiaio pm- bis * 0i.u 1 que h~ 1
defender. ia que no coatsntor ton mtry qoiiierei, ta-
b v i a nu- o ~ i r a c i e n e s ,Li poedea pa tú i, 1
mPa con gran Esoilidad. Ims Escntnnu ofreoeo em
asunto abundanthima materia. Ne fdbn abo +a irs
toa, que mirando onda de por sí, y c o ~ i t a coa
s
~
otrirs, 6 idbntiois 6 memejantea, lar eapliqnen en ambos si+
te-, y peaen luego em fiel babuiri a m h e a p l i h
Yo no .puedo es eato detenerme mss ; Pirl porque me i h
aui otres (WMUI algo man interesantea. oomo porque me
&eiito ya nobMementa fatigado en a t a especie de &abajo.
y pienm lo miamo, rapeoto de qoien lee. No obannie.
debo oonferai, qns derjo con repugnancia 1.obsemraipoo de
alguno8 prrdor 5 feo6menos que ya tenía preparador. prib
oipaimente el de Jenisal6n. Permítaseme tocar aqPi e&
p t o cr>a la mayor brevedad poaiMe, y dar alguna +mi
idea de Lo que en 61 hay de mar sustrnei.l, y de man inte-
rei.ote en el manto que tratámor.
,
JERUBALBN.
337. De dos modos hablan les Eacrituraa de Jeirialéa:
esto es, en historia y en profecía. In que pertenece 4 la
historia no hace B nuestro propósito, ni ha menester o b
aerveeion partioninc. Todos loa Crbboa oraemoa h l -
mente toda6 aqueiioo sacenoa, codonne loe ball6mrrn e s
entos; loa entendbmos B lo l e h aio gran dihicirltad ; y a
ninguno le ha pesedo por el pensamiento darlea otro aen-
tido diverso del que suenan obvia y literaimente las pala-
b m . NOsucede esi con J e r a d 6 n en pmhía. Segun
la práctica comun, lo que en ella se anuncia no siempre
puede entenderse literalmente, sino ya en este, ya en
aquel, ya en otro sentido divereíairno segm lae circnnstan-
cim. j Estas oircunstanciae, siguiendo la misma *tia
EN G L O R I A Y YAOBSTAD. 481
' comun, deben tomarse de laa mismas pmfecíaa, 6 de laa
' cosas particulares que se anuncian en ellaa ? Porqhe unaa
son maniñentamente oontrariaa d Jerusalbn, otres maniñes-
tamente hvorablw (y entre ellas, no pocas, granda en
' estmrro). Unaa le anuncian tantos castigos y tan horri-
bles, cuantos y c d w ha visto y ve todo el mundo plena
y perfedameate vedcados. Otras le anuncian tantos
kvores y bemeficioa tan edraordinarios, que han parecido
1 - parecen
y - todavia del todo increibles. Unas le anuncian
1 ha y venganza, no eolamente para los tiempos anteriores,
sino mucbo mps para los tiempos posteriores al Mesias :
Porque ato8 eon diae de venganza (dioa el mismo Me-
aies), para que M cumplan todas lau corar, qrs están es-
criter...Y caeránb*desspada: y&?* Ucaaidosen
cautíueria tí todas lar naoiorurr, y J e r u s d n esrh hollada
ds lor gentiles : hcrrta qw M cumplan IOd ticnrpor de lar
nadansd*. Otrae le anunoian amor, compesion y miseri-
o d i . Unan le anumhn terror, ruina, desohion. O h
bondad y paz, d c a o i o n y creacion. Unaa maertee é
ibnominia. Otras ieenrreocion y gloria.
SSB. Ias primmm ie entieaden sio diñoulind en su aen-
tido propio, obvio y literal : tanto, q w oomo dicen (y con
snma mmn) este es su G c o mtido, qae no admite ni
puerta admitir el. oonaorcio de otros sentidos ; pues en este
verdadero sentido todas re bao veriñcado ya plehima-
mente, sin hnbeiles fdtado ni un pmto, n i u n tilds. Dios
10 dijo por s w pro&@, y todo se ha cumplido como lo
dij0.p. Ia áhima. p d é d a eontra eeta inicua é hgrata
oia- fn8 la del M& (cwindo) d ver la ciudad
llwb &re ella$ : y esta pro- (registiada ya en e¡

Qais dks ultionh hi s v t , ut implenntw omniq que icrip-


...
ta ruit Et csdsnt in ore glPdü : et captivi ducenhu in omnes geic
tea, et Jemalem celcabihu B ~entibua: donec irnpleantur tempora
nationum.-hc. xxi, 22, 24.
+ Ipse diiit, et faca sunt.-PI. xxxii, 9.
-
1 (Quando) videna dvitatem, ílevit super illam, &c. h e . xix;
41.
2 M 2
681 LA VENIDA DUL MUBIAS

aap. u ver. 26 de Daniel) se cumplió perfeotamemte


afios degpuea de la muerte del Sefior, como em ~otorio 5

todo el mundo. Es puea conatoate, qoe todas ~d


profecíaa hay en loa b r i t u n u ~oontrorisr d Jerrisakh
debe0 tomar 4 la letra, y entender en mte mntído ; p!~
mi IM remos ya todas pleonmente *v : .
farorablea no. i Por qué m n ? Porque eitaa no se bs
veritioodo bada aora, ni ae han podido verifiaer, ni bay p
tiempo ni esperausa de que puedan jamae rerifkam
litennimente: en eapecial aquellas granda y xna&k%
cruya graodesa misma muertm bien que d t a n en su co- '
ramn grandes tesoros.
359. Veis aqul reducido 4 pocaa palabras el modo prb
tiao de disounir en el asunto de J e d B n ; así cxnno ea
t P n h otros de que ya hemos hablado. Y veb aqd. v u d
vo B repetir, aquel gran anpuesto, que ha hecho iniPteli-
gible uno &an parte de las profecías ; paes en di& os-
puesto, no hay otra cosa en el misterio grande de Di-
que la Iglesia presente y el cielo : es decir : le v d&
IM gentes en lugar de Israúl, por la incredulidad de dk,
y el fin del mando. Por una buena o o n s e c ~ i aparece
imposible la verihacion propia y literal de aquel& mag
nfficas profeclas, que anuncian B Jeroaaién tente grandexa,
magertad y glori~; y al mismo tiempo tanta justicia y ,
mntidad, cual nunca ae ha viato, ni se ba podido ver ea
loe sigla anteriores. Aal, loa que han- mirado aquel SIP '
poesto como una verdad, no solamente han demchado el
mentido propio y literal, en ia eaplicacion de todas ertss
. .
profeciaa favorables; sino que oon grande y ardieotlaiipo
celo reprenden durlsimamente B loa Judior, y tratw de
judaizaates, de groseros, de imbéciles, y tal ve= de herejes,
6 104 que en este y ohws puntos semejantes han creido
mas A la afirmacion de Dios, que 4 las suposiciones ha-
manaa.
340. El gran argumento y el Gnico que oponen con-
tra todas Im profech farorabies 4 J e m d é n , es una pro-
feda de Daniel, en que bablando de la muerte del Medm
UN GLORIA Y MAGES'I'AD. 385
(segun la Vulgnta) y de las multas terribles para Jerasa-
1611, y para todo el pueblo de IsmBl, dice así : Y un pueblo
con un caudillo que uendrtí, de8truirá la ciudad, y el
santuario : y ru $u estrago, y despues ciel j n de Z a
guerra vendrá la desolneion &cretada.. y durar& Z . a
deeolacion W t a la consumacion y el $n+. Supuesta la
verdad de eata profecía que no se disputa, argumentan
así. La ruina y desolacion de Jenieal6n de que aquí se
habla. es evidentemente la que sacedib imperando Vespa-
eiano c e m de 40 a6as deapuee de la muerte del Mesias :
de esta dice el Profeta, que perseverará hasta la consn-
macion y basta el fin : luego es vana, y ann enbnea la
esperan= de otra Jeniealé~n: luego han errado maiiifies-
tamente .cnantos han .oreido 6 sospechado que aquellas
grandes y magníficas profecias que anuncian otra futura
Jerwalén en esta nuestra tierra, se deban 6 puedan en-
tender literalmente. Confirmaee' esto con el cap. xix de
Jeremias, ver. 11, en que se lee esta sentencia contra
JerusalBn : Así quebrad yo 6 este pueblo, y 6 esta cíu-
dad, como de quiebra una vasija ds alfarero, que no se
pusda y a rnss r s s t a u r a r t : la cual sentenoia, camo esplica
S. Jerbnimo, no se verificó en aquella primera JerusalBn
que destruyeran los Caldeos ; pnes esta se volvió 4 reedi-
ficar pocos aAos despaes ; pero se ha ver%cado, segun Z r
letra, en la qoe destruyeron los Romanoe ; pues esta, ai
se ha iwta~mdo,ni podrá jamas instaurarse, como sucede
4 un vaso de barro que una vez quebrantado y deemenu-
aado no ue puede y a aurs restaurar. i Quién creyera que
este argomento tomado de la profecia de Daniel, no es
otra cosa, con todas sus bellas apariencias qoe uu verda-

Et civitatém, et sirnctuarium diuaipabit populus oum duce


venturo : et finie ejus rastitas, et post finem beUi statuta deaolatio
... et wque ad conirummationek et finem peneverabit deso1atio.-
i h n . ix, 26,27.
t Sic contenun populum iatum, et civitatem iatsm, nicut conte-
ritur w fipli, quod non potest ultri instami.- Jsrcin. xix, 11.
5M LA V B N I D A D E L MESIAS

-
rados loe tgrmimi, qaeda redmído ih misnm a a e d o m
34l. Mor =tea de remover mte equivoco w serP fr
R de propbito advertir aqai una incoaseaaemcia bka a w
table en que caea, wgan paieas, lea mejores inférpre0eJ
de la hritura. De manera, que a q ~ ~ U omhws. s qile p
a otra nwvi JamumUm, ipr
ra quitarnos toda e a p e ~ s de
pon= delante erta prOr~cíade D a d , enton h o e rr
sregown eu varias partes, que el bntiargtojipdio de h
tribudeDmedifioarádenwvo4Jeriusk.yepedhpae
drá la oóite de su ímperio universal. De I. g m d e a ~ de
este iiaperio iie paede í a c i k t e S e r i r manía mwá ea
aqaellos tieaipor la grandeza, ia ~~ la riqum y L
megoifioenoia de sa &rte. Mas ea erte m, j como que-
daráIpprofecía de D d ? O qoeduá fiürificds, ó ei
argumento tomado de esta profeda no ea leo ooamlo~ente
como se habii bna@nadb. El profeta diae apresamente,
que La ruina y desoleoion actaai de J a i d n , qrie ya
ouenta mas de 17 aiglor, perseverad h t a la cowomricioP
y el íin* : por otra parte, el Antiorirto aon todo 8 6 imperio
universal, no puede aobmvivir 4 esta aawumaukm y fin,
oomo es necesario que confiesen todes ;luego &c. ...
342. Hecha esta adrsrtenoia de paao, vang4mos ya L
lo qw mpa importa, que es le reepueata al á a k argii-
mento que ~frece,4 lo menos, una gran apariencia. De
dos modos ee puede responder, u w por Ilnea otro
por iinen curva, 6 por algun corto rodeo. A1111qaeal
primero basta por si solo, no por eso ~némoapor inul
el segundo; antes podrá ayodarnos no poco para le mejor
y mas fácil inteligencia, ani de e ~ t ecomo
, de otms puntos
muy semejantes. Este segundo modo, pues, se rediice
proponer una duda: en forma de consulta, y pedir su reso-
hcion. Esta duda es bestnnte obvia en la lectura de la
Escritura, y aunque comprende muchos caeos particulares,
Et usque ad consummationem, et finem peneverabit desoiatio.-
Dan. ir, 27.
4

Y N GLORIA Y MAOBITAD. 685


yo d i j o aora el punto de que actualmente hblámos : esto
cs, Jerusalén. M ,propongo mi oonsulta en esbe t6r-
minoe.
343. Cien profeclan oupiido mewi me brMan espresa
y nominadamente de Jernsaién, no en cualquier estado in-
determinado, h o de J e d n deetruida por nus peaados,
desolada, mnouleada y sepaltada en el olvido : de esta
pues, me dicen con toda la olatidad p k b l g que aigun dia
se levantará del polvo de la tierra, que resucitará, que
edificaráde nuevo, y sertí vista en su gloria+ : y para que
no equivoquen esta Jemal4n de que hablan oon aquella
etm qae se edifid en t i c q o da angusbur, p o ~ los que vol-
vieron de Babiionia oon permieion d e Ciro, me dan unan
sefíalee tan claras, tan individuales, tan neuvee é loanditae,
que es imposible aoomodarlaa 6 aquellos tiempos, y 4
aqueih antigua JerPisalhn. Por ejemplo ; una profiwía me
tlioe, que en aquel tiempo de que habla, J e r d b n será
llamada el &o del Se6or: En aquel tiempo Ilamarh
tí Jerusalén trono ¿id SICíor; y & mgreg& á
ella todcis lrrs nocio~asen sl nombre del Señor en J m
saldn, y m andarbu trua la maldad de nr coraeon péui-
n m t . Otra me dice, que su nombre desde aquel dia en
que se edifique de nuevo eei9 eate : el Señer esth aqd :
Y e l nombre de la oiudad &da aquel dia, el S&r allí$.
Otra le dice 4 la misma Jerridbn, que despues de les
graudes tribulaciones que se le anuncian por sus iniqui-
dades, se llamará ya ciudad &l justo : ciudad $el§.
Y en otra parte : te s c r b p w t o un nonrbre nuevo, que el
S&r nombrará con su boca. Y serás corona de gloria
en la mano del Señor, y diadema de reino en la mano &
tu Dios. De allí adslante no serás I l a d Dcrcrmparada ;
y tu tierra no ser6 ya mas l l a d a desiertar Y los ...
-
Et ridebitnr in glofia sam. Pa. Q,17.
:
.t. In tempore illo vocmbunt Jrrunmlem mli- Domini et congre
gabuntur ad eam omnes gentes in nomine Domini in Jerusalem, et
non ambulmbunt post pravitatem cordiis mi peseirni.- Jerm. iii, 17.
t Et nomen civitatis ex ille die, Dopinta ibidem.-Esech. xloiii, 36.
-
5 Civitas justi, urbs fidelia Zaai. i, 26.
nadmr6n, prsbb -0,
tú ~ r &
par&+.
- .. p e F 6 l . ~ .- Yu
Ilanrada: Lcr ciudad buscade, y no Irr d.is,

344. EL mimo le dioe en otra parte : Porque fiiNe dt


raJnparlJda,y*r~y~hUbiaq&par tiparru,
tepom&¿por l d de &uaiglor... Nora oirá n a a &-
lrht & Uuquid4d sr, tu tbwa, ni.MwL 08-0 m i qme-
..
brcirtuubnto sy tur iéminoa. Y tu pueblo -t+ jir-
..
tor . derivar¿ sobre dh cono rCO d6 p t . Y por h
viar, pnee son cosas que re leen freou~11tbimomes3te eo la
Profehui de D i , otra profécía dice, hoblendo de J W
y de loi Judioe : aorarór en rUa, y no.-& ror arskra:
oino que rsporwó J e r u d h rin rewlo$.
346. Yo confiem ingenanmeote, gw eetss y otra8 p
fedes reoeejantes, que malmente psiaa de u h t o , me b,
biDo becb concebu grande8 y -alegrleimcu, &
otra J e d 6 n todaria futura : pere&mdome h p a o i b l e
oreer 4 los Profetpil.de Di-, 6 al Espíritu Slob. quu A d ó
por lw Profeta, nin creer .con la misma a h o d d d lo qae
tantos veces y con tanta olandad me dioen de J d;
c u d o veia aquí que ea medio de e i e h a- peasamk-
.tos, me aale al e~cnentro4 deahora una hios pdscia, msi
de no aspecto .ian terrible. que pamm q ~ 4stodas w opone,
que 4 todas contrridioe, y que toda d e b a d e q m y m r .m
su presencia.. Esta es la profecía de Daniel, la cual opegorr,

Vocabitur tibi noms3i noram, qaod m D d n i n o m W Ec


crin corona g l e m in mmu Domini, et diadema mi ¡a, 9
tui. Non voeaberb ultd Derelicta : et t e m tua non voclrbim
yliha Desoleta: ...
&i

Et voeabunt eoa, Populos aanct&,, ndempti i


Domino. Tu sutem voeaberis : Quaeaitacivitas. et non Dedieta.-
--
+ PKIeo qobd fiUiri dereiicb, ct odio babib; et w n M(,41ga
te trirniiret, poaun te in auperbiuo recolonun ... Non .iidYtmruitA
iniquitan in terra tu& w t i t w et contntio in ter-tuia ... Parilnr
.
aukm tuus omnea juati .. declinabo super eam qoari fiwius
Zmi. lx, 16, l8,21; et M,12.
1 EI babitabnnt in m, .et nnUhean8 non e n t , a@& : 4s&bi
-
Jerusdem oecum Z.cher. x;v, 11,
q u e la desoheion de Jemml4n, que dsbe c o w n ~deapues
r
d e la muerte del Mesias, perseverar4 irrwvoc8blemente
hasta lo ccinsumacion y el fin*.
340. Este ea el becho: en cuyo supuesto se pregunta
; qué w ha ds hacer? Ad a q d l s s cien prafaias, como
esta 6ltima, soa dictadas por el W r i t u ' d e verdad : por
consiguiente mn todos igmahnente ciertas y de fe diviaa:
san todo eso, las cien primeras drman un4mmemente ; la
filtima parece que niega. A q u e l b muestran un8nims
w semblente duloe y benigno, respecto de la futura
Jeriasrién ; esta parece del todo inexorable : i que partido
pues.debemor tomar ?
347. La molucion de eeta duda no ee una miana en
dos diversos tribuoaies. El uno deoid; prácticamente que
debemos d r por la 6ltima profecia, aunque sen una -la ;
y todos las 01- aunque s e m cienb 6 mil, ee deben eepli-
car en o- eentidas. Si alguno clamare, pidiendo alguna
ramo de una sentencia tan dura, diñdmente podrá ser otra,
I que el eco de so misma p r w b . E l otro tribunal decide,
I que d e h o e eathr por las cien profeoias, y e s p k una por
I oiento, m cimto por wa. Para lo cual prodoae tres bmd-
s i m resones.
~ Primera : porque aqueWas' son muohaa, y
esta una sola. Segnnda: porque aqneltaa eon claree, y
esta no tanto. Teraere : porque aqaeHas son ciertetnente
fOoarablee 4 Jeraisal4n, y esta perece contmrh, y en ceso
de duda lo favorabb se ha dd ampliar, y lo odioro ra,
tringir, &c. f i n meterme yo 4 remlver cual de estas dos
sentencias es la mas conforme 4 ramo, pues esto toca 4
1 jueces imparciales, solo pregunto si ser4 licito seguir la m-
guoda sentencia, 4 no ; asi como ee licito seguir la primen.
Si se dice que no, se pide la disparidad; mos una dkpari-
dad que no ma mqondmpor la nustion. Si n dice que
, d, se ooneluye al punto : luego la pfecia de Daniel nada
prueba contra le futura JeruealBn ; ast como en la pnmem
1 sentencia nada prueban 4 su favor cien profecias. Estas
638 LA V E N I D A DBL Y M b l A S

noda prueban B fhvor, peque se les d9n otior m e n t i d


a p m del obvio y literal ; y aquelh. digo yo. m i d a prwi
en contra, porque ea bien fmil hacer oon una d a lo qi
ee hioe oon cieato.
848. No par edo m pieiuie que yo pretendo dnr fr i
pfecria de Daniel otro sentido diverso del ebrio y Gtem
Eito eenP no a t a r de a o d o conmigo mismo. El mísa
m t i d o en que entiendo las oien profeolas, en este mi-
sin diEerencia algnaa entiendo la áltima; y por ella teen
por cierto B infalible, que ia desolacion pmmnte de Jerov
Ién perseverará harta la oonsumaciou y el fin. Mas de aqs
iqo6 se sigue ? i Luego no tenémos que esperar otra aamr
Jerarslén? Esta consecileocia que sacan loa
en su sistema es puntualmenta la que se mege como íleft
tima y falsa ; parece que debia sacarse esta otra judsk
por todos iiw a s p t o s : luego la Jerusalén fritura, qol
tantaa veo- anupcian los Profetas de Dios, no podrh edi-
fioame antes, sino despues de la oonenmacion y el tia
h t e e no, porque en este cau, se f e k i f i d la p d e ú a de
Daniil : despues sí, parque sin esto se faisificeOan ciea p
feciaa. Esta oonrecuencia que yo admito y abrruo uwo
verdadera y oomo tan conforme 4 lar Eeorihuas, ea hm- :
bien mi segunda respneeta por linee reata.
349. La conmunacion y el fin de que hbia Daniel, so
puede ser otra, sino aquella miama de que hhaian otme m-
ohos Profetas; espeaialmente hales, Jeremías, Nahoo,
Sofonías y Zo*erías, &c., y de que se habla en va&
partes de los evangelios: por consiguiente no puede ser
la consurneoion y fin del mundo, como se piensa en el si+
tema ordinario ; sino la cons~maciony fin del siglo.
350. Estas das palabras, mundo y siglo, aunque mucbvr
m e s rie toman en un miamo sentido y sigaifiom iina mispn
tosa ; mpe realmente hay entre ellas una grande y notable
diferencia; y en el asunto que actualmente tratamos, de
gran importancia. Mundo se llama propiamente toda la
inmensa mílquiou del universs, y tambien mas inmediaia
meiite este globo terriiqueo, en cuya superficie babihos.
l
1 Siglo se Uama, no solamente la revolucion de oien afioa ;
aino 'tambieu y con mas propiedad, todo el aparato esterno
de nuestro mundo, 6 de nuestro globo : su fansto, SU lujo,
#u eogaíío, SU vanidad, m mentira, su peeado : en sama,
1 tm llama siglo el dia actual de los hombres, de mi potedad,
de su do&acion, de m viriud, de su juicio, de su gobierno,
&c. ; 4 distincioo del dia del W o r . Yo hallo muchas veaea
en las h r i t u r a s , prhiipairnente en los evanplim, ester
palabras : tmmmacion chl #o :jamb hallo e s b : c m
rwmacion del mundo.
861. En este sentido, pues, en que hablan otras M-
turas, dioe Daniel, que la demlacion actual de Jerusalén,
que empe. despuea de la muerte del Mesias, d e b d per.
manecer hasta la coasnmacioo p el fin : es deoir, basta que
se concluya y llegue d su fin el dia presente, y empieoe 4
amanecer el dia del Sefior : haata que venga el Medas en
gloria y rnaptad, y con su saganda venida tenga priwipio
el dia de su v i d en los esplendores de los sautoa + : hasta
que se ejecute en ,la bestia aquella jiuitMie temible, de que
@ehabla en el miamo Daniel y en el Apocalipsis : basta que
la gran estátua caiga'en tierra al golpe de la piedra, y
deseparema uamo una leve ceniza en medio de un giab
viento : hasta que s d a aquella evacuacion de todo p ~ -
cipado, potestad y virtud, de que habla S. Pablo : haata
que, ea fin, .sellenen los tiempos de las naciones. Com-
'

parad de p a t ~estas Gltimas palabras del Sefior cou las de


Daniel, y me parece que hallarbis el mismo misterio sin
diferencie'alguna: .#erusaldn será hdlada & Zor Gentibu :
h t a que 8; cumpZan los tiempos de lar naciones y ...
durará la &rol& Iuauta la commacion y elJn t.
852. Esta es evidentemente la consumacion y el ño de
que habla Daniel ; la cuai deberá suceder oon la venida
misma del Sefior : y pbr esto el mismo Sefior compara su
Ps.cu, 3.
t Jemalem d c a b i t u r A gentibus : donec impleantur tempoa
.
nationum .. et uaque ad conanmmationem : et finem pemererabit
-
desolatio. Luc. xxi, 24 ; et Dun. ix, 27.
venida con el dia de Noé : h t a que vino el diluvio, y du
llevó 15 t&+. Eata coirsemecion y '6naiiawian tuirLisP
o t r a Profeha aon eirpresioncr vivisimru, y con u-
tawiaa bieu parhuiama, como tantos reoea hemos &-
vado ; y no obstante, estos mismos Profetas noo asepram
espreuimeate s r 4 s &l S&, qme Jenrirrrléo. des-
truida y c o a a n M a de las gentes, v o l v d 4 ediiicrise &
n u m , con tanta grandeza, con tanto esplendor, can tadr
junticm, y con t&a J tontaa circanstanciaa, que a o hrbíe,
dose verificado hasta el dia de hoy, ni pudiendo ve-
antes de la coosumacion y e l fin, -6'aa& que se llenen los
tiempos de los naciom ; debedmoa espapr que lodo .B
veri6qae despues de la consum&n y el fiu del+, prrra
que (como m dice en el Eclesihstico) tus 9 r u ~ e t aam
haIlad01Jelsr t.
358. ~ i g b kaora cuiitro palabras sobre el .mde
Jwemlas, qoe sirve de contwaeioa al argumeato : a t o
dice el Señor de lb egsrcitos: A d q d r a d yo 6 crts
pueblo, y 15 crta ciudad, unm cono quiebra srria mi de a&
farew, que no w puede ya r u t a u r a r S. Estrrs pala-
bras (dicen algunos: siguiendo d S. Jerbniim, amiqae otros
son de contrario parecer) no poeden entendeme propia y
rigoroaamente de aquel!e primera JmsaIBn que doeá.pge+
ron los Caldéos.; pues esta se volvió d e d k pocos a6os
despoes : mas se entiende con toda propiedad de la .Jcra-
salbu que destruyeron los Romanoa, deapoea da la muerte
de Cristo ; la cual hastn hoy persevera destruida y deso-
lada, y debe perseverar en esta fonna. haata el fin del
mundo. Lar pdstbras de S. Jerónimo son estas : c h
mente no se dica crío de lo carttividad babilbAica, sino de
la ronurna. Como que ddspm de lo8 3abilonior k ciu-
dad fd rutablecida, sl pueblo llevado de nww á la
-
Donec venit diluvium, et tulit omnee. Mat. xxiv. 39.
-
f -
Ut Prophete tui fidelee inveniantw. Ecli. xxxvi, 18..
. 1 H s c dieit Domiiur exercituum: Sic contarrun populnm i a h ,
et civitatem k m , sicnt concrihir M figdi, qnod non poteat ultA
-
inat.iinri. JM. xix, 1J .
EN QLORIA Y YAOBSTAD. 34.1
Jordúa, y rsstituido á l e abuirdancia antigua Maa da-
' da Za cwtiwidad qw d bqjo el imperio da Vu-
pazakno y l l t o , y dupucs en el da Adricrno, ruinor da
J e d h h m de permanecer k u t a la conamnacim da1
! *la*.
864. Esto hltimo i qui6n puede nqarlo ? Caalquiera que
1 lea el v m o Gltimo del cap. u d e Daniel, deberá oonfewr
oamo una verdad indisputdh, que, Zaa r u i w ci¿ Juma-
Z 6 n han & pcmammer h t a l a CMMU-.~~ del aiglo.
Ildsr. lo primro. esto es, que Jeremias habla, no d e -la
J e r d é n destruida por los. Babilonios, sino de la qw
deatmyeron los Rnma~oa600 a6os deayuse, jcómo podd
d m i t i w , ei se lee seguidamente el testo del Rofeta que
dice : las caer de Jsrusaldn, y las casar & los reyes ds
Judá, serán inmundaó, como el lugar de Tofdt : todas
Icu cama, en cuyos ter& sacrijcaron c í toda la mili&
del cielo, y efrccisron libaciones tí los diasea eatraMeroa t?.
Bata sola wotnieefia, aunque no hubiera otra, parece mas
que auíiciente para conocer a1 ponto los tiempos de que ae
habla, y la Jeroial6n contra quien se habla. Cuando los
Romanos, bqjo el imperio de Vsspasiano y Tito, d e s h -
yeron 4 Jerasal&n, i destruyeron tambien junto con ella las
m s y palacios de los reyes de JudP? i Qaé reyes de Judá
Mien este tiempo, ni loa habia habido jsmari. despuea
de L cautividad de Babilonia? j Destniyaron así mismo.
todas aquellae caeas donde se ofrecian sacrificios á los ido-

* Penpicub hoc non de Babiiica, id de Bomena diUáu capti-


rim. Post Babylonioa quippe. et. urbn inntsnrota, et popuius re-
dpciw in Judeam, et abundantia: pnstine reatitutua eat. Post cap-
tivitatem autem, qnm sub Vaspasiano, et Tito, et portes accidít aub
A m o urque ad consummetionem seculi ruina Jenisdem per-
-
maneure aunt. Sanet. H y m ~ .
t Et e m t domus Jeruealem, et domus regum Jiida, aicut locm
Thopheth, immunde : omnea domus, in quarum domatibua mcrifi-
awmnt omni militim cceli, et libavenuit lihmina d i i aiieni8.-
Jm. xix, 13. ,
l m ? i Qd í a 0 8 haliar& l a h m en J~ d n , 6
l a que elloe lbvaron y colocaron en ella despues de des-
truida? Maa ri ponenos loa ojoi en aquella primera Jem-
mlén, que viviendo J e m i e r dentruyeron lor Babiloaior,
hallhon caeas y paiacios de los reyes de Jodá, y bdáamm
fdolon á millares en loa terrados, y en lo mas alto de trPi
tader ks csum de la inicua Jeruealén : laego es c i a r 0 por
erta sola oontruefia, que se habla de la primara JsrruP1éii
dsritrpida por loe Babibnios, no de la que destraperom
108 Romanos. Si esto es aá, se podrá replicar, jcamr,
eatsnddmos con propiedad aqueiia similitud de gae
..
es6 Jeremías : Quebrar¿ yo . 6 srta M,a ~ r~ o
quisbro m ~~$adealfamm,pysnorepme&ga.rsr
rartawrar ?
865. ]La propia inteligencia de ata semejausa narr In
aBeoen otros doctorer. y ertos no pocos que m spertm
del se& de S. Jerónimo : dsóe interprctaro~(dice uno

-
de e l b ) & la repara& que 8e haga pw propio podar :
porque +usa ds concluidor aetenta a f b la D(u~> ju-
dOiCQ 88 reparará, y al $n del riglo volverá 6 r e ~ -
rarse; esto por elpoder de Dios, & sr f& ~a
que parece inporible al liorib+a.
866. Os considero, seííor, iieoo de admirado11 al ver
v e uno de los maa aabioa y maa juiciosos espontores, wn-
ceda franaamente otra Jerusalén todavm f a h , dicieado :
al $n dsl riglo volver& tí rutaurarae. C m i a m&
mas vuestra admiracion, N se conaidera, 'que esíe mismo
aitar, asi como loa otrw, nbga abaoluteneote como arLa
8 implitmtoria otra nueva Jemsal6n, cuando liega 4 la eb
plicacion de aquellos logarea de la Escritura, t a n h y tan
claros, donde se anuncia, se promete, y se habla de ella,
como si ya erietiese. i Luego se contradicen unos hom-
breí tan sabios y tan advertidoe ? No, eefior mio, m se
contradicen, antes van conformes cuanto es posible en sa
sistema. Es verdad que niegan como a b a d a aquella Je-
rusalbn de que hablan tanto las Eecritom : mas no niegan,
EN G L O R I A Y MAQESTAU. ua
antes conceden liberalísimamente otra Jerasalbn de que
las mismas Escriturae m hablan palabra. i Cual es esta ?
Es la que edificará el Antioriato jadio paru corte de su
imperio universal. Así lo dicen eapresamente sobre el
cap. xrxi, ver. filt. de Jeremiae : sobre el cap. xxxviii de
E5equiel: sobre el oap. u de Daniel, &.c., y d lo dicen
implioitnmente en otras maohas partes, hablando siempre
que ocurre en esta enposicion.
357. Maa aun permitida por nn momento esta euposi-
'
cion, 6 esta snpnesta Jerusaién, ,; cumo podrán decirse de
ella aqnellaa palabras del autor citado : al # n del siylo
volver6 tí rsstwrarse ; nias esto por el poder de mor, ii
quien es facil lo que parece intpoable al hombre? La
potencia que suponen en su Anticristo, toda diabáiii, i se
podd tambien llamar potencia diuina? Mes: el miemo
autor sobre el cap. ir de D m e l habl8ndo de la Jerasalén
que destruyeron los Romanos, dice d!ciertamente esta
desolacion del templo y ciudad jeroroli~itanaperseverará
no por pocw añor, como aquella ds la Caldda, sino hasta
e l p n del mundo y de b s siglos. i Como pvdrémoa com-
poner enta propoeicion con aquella otra : al Jin del siglo
uolucrá 6 r a k u r a r r s ? Finalmente, concluye este aábio
con esta temble mntencia : T d e n la ciudad de Jeru-
sdán a t a r á sujeta á un perpetwo imatma. Y no oba-
tante, en Jeremlas ee leen estas palabras : He aquí que
tienen los diaa, dice el S&or ; y rerá ed$eada al Señor

jum&+.
...
lo ciudard no será arrancada, m deatruida por siempre
Y en ZnorvIss capítulo último se leen eetsr:
morarán cn elha, y no ser& rnar anatema: sino que repo-
sará Jerwalén sin retel~f-. Conque de la misma Jern-
salén se yuedm con verdad decir estaa dos cosas.
Ecce diea veniunt, dicit Dominns : et adificabitur civitan D+
...
mino non evelletur, et non deetruetur ultra in perpetuum. -
Jercm. xxxi, 38.40. ,
? Et habitsbnnt in ea,.et anathema non erit ampliits : sed sedebit
Jemdem aecura. - Zach. xiv, 11.
-
544 LA VBWIDA D E L M E S I A S

Primeip : m 6 d j o a d a al S s k r la ciudad ro d ...


r m c e d a ni deetruido por risnptr j d ...
no wr6
antafenos rjno q w repoaar6 J e r u d sin rsoúo. 86
gandr : ertará +ata 6 IUI perpetuo aaatma.
358. Si mias dw propoeicionsr ion ieecd.bleir e i t m
si J perpetuamente enemigai, ¿por cual de eiIam a a debe-
rémos deolarar ? ,j Creu, 6 rey Agrips 6 Ior Ptsfstsr?
Yo S¿ qua si crear*: deeia S. Pablo con toda libaád.
aunque argado de codenor.
350. Otraa muchao o a m generala y partie* bPaít
que decir mbre Jeruealbn, mar estar pertenecem mie-
diatamente 4 la temera parte, donde p m e darAem
lugar, así como 4 otror mucbos piintoi que no lo LlPP po-
dido bner hasta aquí. Me contentb, pues, oon brPiPicríbir
aquí in profecía celebre del l ~ n t oTobíaa, y codui& cxm
ello mta mgunda parte, ofreoiendo mte grrui pwrto para
una profunda mediteoion.

TOBIAB, C A P I T U L O X I I I .
980. Jwuadh, ciudad de Dior, el Señor ta oartig6 por
Iru obras de tus manos. Alaba al S&or ea tus bianaa, y
bendice al Dios de lor siglar, para que d # q w en t í n
tahern&&, y malva (i tí todos lar cauticror, y te gocar
por todos lor sigla de lar e los. BriUwár con luz rar-
plondscisnte: y todos lor thninos da la tierra te adwrc-
h. Vendrán á tí lrrr na&m de %a; y traysrdo
b,& a h en rí al SaZior, y tendrán tu t h por
santwrio. Porque dentro de ti inooca*du el +
mombre. Bfalditor serlin los que te deapreciaren: y
s d r coAdsnador todos lor que te b h f m r s r , : y 6
benditw Zor qw te edijcareu. Y tú te alagrcuár eu i~
hvos. porque talos r e d n beditoa, y M m n i r h n con el
S&. B ~ u e n t u r a d o ctodru lor que te aman, y loa
BN GLORIA Y'MAGEBTAD. 565
que ss gozan. de tu paz. Alma mia, bendice al Scfior,
' '

porque libró h Jerusdén m ciudad de taku rus tribu-


Cacioncs, el Señor nuertro Dios. Bienaventura& serd,
si quedaren reliquias de mi linage para ver la clari&d
de-Jmwalln. De zaJro, y da emrcralda serán e d q d
Cw pwrtas ds Jeru8aZdn :y de piedras prm'oias todo el
recinto .de sur m u m . Da pisdrad bhcrncas y 'limpiar
ser.6a d 8 o d a s toda8 rus calb8:- y por barrios re
cantará , A l ~ l u y a . Bendito el S&, que la ha emaL
zudo, y sea M reino en ella por 108 riglor de los siglos.
Amen*.
381. Eeta célebre .profeeiaes sin duda una de aquellas
mhbas' y grandes, de quienes al mimo tiempo se póed;en
a h o r dos cosee contradictorias : es 4 saber: que ea una
profecía .clara y oecura: facil y dificil: inteligible é inin-
teligible. Si la idea del reino de Cristo aquí en la tierra,
y de otra Jerusalbo todavia futura, es, como quieren, una
idea falsa y errónea, la profeoia de Tobiaa ea ciertamente

'
Jenisalem, civitw Dei, castigirvit te Dominus in operibns da-
nuum tinrnai. Confitbre Domino in bonis tuis, et benedio Deum
saeerilarnm, ut W c e t m te tabernacuium suum, u t revocet d-
t e omnes captivoa, et gsudeas in omnim seecula d o r u m . Luoc
splendidh fulgehk : et omnes f i n a terrae adorabunt te. Notioner
ex longinquo ad te venient : et munera deferentes, adorebunt in te
Dominnm, et terram tuam in sanctificationem hahehunt. Nomen
enim m q n u m invocabunt in te. Maiedicti e m t q@ contemprerint
te : et c o n d e n i d v u n t OIQIICS qni blasphemaverint te : henedic-
tiqne erunt 'qui aediticcrverint te. Tu dutem lretaberie in m i s tub,
quonimn omnea benedicentur, et congregabuntur ad Dominum.
Beati omnea qui diiignnt te, et qui pudent super pace h. Anima
mes, benedic Dominum, quoniam liberavit Jerusalem civitatem
suam b cunctia tribuiationibus ejus, Dominna Dena noster. Beatus
ero, ri foerint reliqnie remini; mei ad videndam claritrtem Jeru-
d e m . Portas Jenisdem u saphiro, et amaragdo d i ú n b u n t u r :
et m Iapide pretioao omnis circuitus murwum ejus. Ex iapide %

candido et mundopmnes plateae ejus eternentur : et per vicm ejtu


alleluia cbtabitur. Benedictua Dominud. qui exaitavit eam, et iit
r e p u m ejua in aaecula saxuiorum, auper pam. Amen.- Tob.xiii,
ab 11 ~ q ~ d 2 3 .
TOMO 11. 2 N
546 LA VENIDA DEL aIBBlAS
la cosa mas oscura, la mas dificil o la mas i n i n t e w * r
cuantas pueden imaginarse. Al contrario : si aqnelh ih
ea verdadera y justa, como tan conforme d las Esorítrrn
la profecia se entiende al punto toda entera s i n

:
bajo que leerla. Conque el entenderla 6 no en-.
oombte solamente en admitir 6 no admitir aqoella de
Los intérpretes pretenden, que no hay n e c e s i d a d de J.
idea para entender la profecia : por tanto han becito i-
mayores &e= imaginables para darle por orra
alguna espliiaion. Si lo han conseguido. 6 no, lo
facilmente juzgar cualquiera que lea dicha espLikm !
la confronte fielmente con la profecia.
3iB. Dicen en general, y esto de mii modo d i h i h
ain pmeba alguna, que toda esta prdecia, esceptuaido r
cuatro. primem lineas, no puede admitir otro seatido qac
el alegórico, mezclado con el anagógico, pues Tobfas come
profete hieo lo mismo, dicen, que hacen otros piofebrc;

1
wto ea, mirar al mismo tiempo l a i g l d a d - M 7
triunfante, hablar de ambas bajo el nombre y figum de
Jernsalén. En este supuesto, la espii&n -
n e a d a de
tres sentidos, y aun estos no slcanaan para todo. El pá
mer sentido ea el literal ; mas este solo sirve parp kis ca,
tro primeraa lineas. i Por que? Porque estan cuatro pri-
meras iineas son contrarias á Jerusalén. En ellas se anob
cia su castigo, su mina, su esterminio, todo lo cual ae reri-
6c6 plenamente pocos d o s despues. El segundo sentido
-

-
ee el alegbriw, que debe luego entrar en lagar del titerai.
i Por qo6 tan presto ? Porque pasadas estas cuatro limas
contrnrias tí Jerusalén, se empieza luego á hablar en m 1
favor, y se dicen de ella 6 se le prometen tantas y
cosas, que ni se han verificado, ni es posible que ee Vd-
quen jarnaa en el sistema ordinario ; pam son . . l te
incómodas, no hay tiempo dosde colocarlas. &e(, d b
acomodarse en cuanto se pueda h la Iglesia pre-e. El
tercer sentido que debe suplir abundantemente tod- la
defectos del segundo es el anagbgco. ;Por qué ? Por-
que el alegórico, 6 la acomodacion á la Iglesia p-b,
BN GLORIA Y MAQBSTAD.. 647
enas paede llegar 4 una pequefia dibtancia, @a la
i d q u e d a como ineervible, y se +de luego de vista.
or tanto, es necesario para no volver airás, tomar p r o n h
ente Blas de aguiia grande, y dar un vuelo hasta lo maa
t o del cielo, para acomodar alld lo que por ao8 no es po-
ble- Mas como tampoco ea p o d l e acomodar allb al-
una parte considerable y seguida de la profecía, ea nece-
ario en la eeplioaoion subir y bajar' continuamente : subir
u a n d o acá no se puede mas : bajar cuando a116 mas no
e puede. Y como en las profecías estan memladae, se-
:urr d i i n , las cosas de ia Iglesia militante, con las de la
riunfante, es necesario por consiguiente subir y bajar, en
r+r w e n t o , en un drir de do, casi & cada palabra. A
d u e debe alnadiirse, que despnes de un trabajo tan grande,
queda visible aoá y allá la violencia é impropiedad de 1 ~ s
acomodaciones.
363. Si dejámos aora por un momento la algarabía io-
&moda é ininteligible del triple sentido, wn esto solo QfI-
tendémos al punto toetr le pmfeoia, distinguiendo en ella
clarísimamente sus dos puntos capitales: esto ea, lo que
hay en oontra, y lo que hay d favor de la mima Jerusa-
lén. Enteildémos Lo primero : como desde el pripcipio ee
anuncia á esta oiudad ingrata y delincuente aquel osiitigo
bomble, que vino s ~ b r eella pocos &as despnes, y la dis-
persion y oautiverio del residuo.de Israél:. aPto o$ del r e i
n o de Judá, Entendbmos lo segando : que hablando c m
la mkma Jerusalén castigada y deatruida, ae le anuncia
por órdcn del Señor, para 0b08 tiempos, que ciertapsnte
no imn llegado, toda aquella magestad, esplendor, y &-
ria, que se puede wlegir de estas solas palabras aunque
no hubiese ottas: Brillaráo con luz reapkmdecisnte: y
todos los término6 da la, tierra te adorán*. Estas p$a-
bras y todas las que siguen hasta el fin, jcon quién bablan
6 4 qnien se dicen? i No ek maniñesto que ae dicen á la
mimna Jemsalbn castigada y destruida por sus iniquidades,
Luce 'uplendidd fulgebis : et omnes finen t e m adorsbunt te.-
Taa..xiii, 13.
-548 .&A VENIDA 81111MESIAS
oon quien se e m p h a B hablar y se pro8igne h a b l a d o a;
intempcion? i No es madesto que.*dicen B la m&!
J e r a ~ l é a ,t i quien 8e anuncia sn crrstigo inmmente y rir
oa total? Si este castigo y roba no habla dj con La Igb-
&
I miiiiante ni con la trihnfaate, i con qué @o se po#
esegnrrir, que todrs I r , cow prbsperas, que siguen hmr.
diniamente, w hablan ya de Jerusalén castigada y d e ,
truida, &o cod 4 Iglesia ya militante. ya t r i m a h . k
Pedid. rebor, para esto alguna buena rama. y si no
~
responden sino por la misma cuestion me parece qoe teb 1
dreis que esperar la reepuesta, hasta el dia & Za e f 6
dad. Amen.

~
Il
984. Con esta profecfa de Tobias concuerdan peñecb ,
mente entre otras innumerables profecias, todo el capítulo
lx de Maa : todo el capitulo r de B.RÉ~: los capitalos
l
u ~ y t xxxi do Jeremías: el capítulo último de Zacarías, 1
h.:todo lo cual lo hace servir S. Juan en el capitulo ui
do sn Apooaiipsia. IQ profecia de Baruch, por ser breve
y notabls. me parece bien ponerla aquí: De8nirdate, Jm-
r a b , & la túnica bs luto, y & tu maltratanüm& r y
vfrtets la hermomra, y lo honra de aquello gloria m-
piterna. que te viene & Dios. Te rodeará Dios con u r
arito forrado de justicia, y pondrb 8obre tu cabeza rrii
bonetillo de honra eterna. Porque Dio8 aostrarh rr
rcriplandor en tí, h todas los que eatbn debajo del ci&.
1
Porque para siempre llamará Dios tu nombre: La pas
ds la jsuticia, y la honra d¿ la piedad. Levántate, Je- )
msdn, y ponte en lo alto ;y mira áGi4 k1 Oriente; y m
tur hi,joa congregad01 dadda el 801 Orienta &:a al O&-
dente, h la p a h b r a d¿l Ganto 98zátuhe en la fiscnwia
da a o 8 . Porque 8aiictOu di2 tí á pie ~~euad08 par la
enemigos: a ~ el d S h r te ZW traer& levantados con
h r a como hijos dsl reino. Porque Dios ha detcfiü-
nado abatir todo numte.emp&o, y las n>cas utabh,y
llenar lor vallea al igwl de lo tierra: p a r a que ea-
Imaél con d i l i g d para honra da Dios. Aun las #el- .
vm, y todo brbol suave dieron wmbra b I8raél por w-
e

EN GLORIA Y YAOBSTAD.
. . 549
- d 0 1 i a n t o de Did. Pbrqw ir-tí l&u b I d 1 cor re-
.l. g o c i j o en la I d e & cu nwrgertad, con la m u k r d i a ,
-_- Y con la jwticip, qup.ybne & ¿le.
i-:

.;r * Ikue te, Jerusalem, s&1a l u e et vexrtionb tute: et i&


i-2
te deeqre; et 'honore ejw, qum 4 Deo loi ert aempituise @A.
--dabit te Deus diploxde j w t i t b , e t 5nponet mi- @ti
h o n o r i r atemi. Dew enim ostendet splendorum suom im te, omni
qui aub c e l o eat. Nominabihir enim tibi nomen fuum 6 Deo in
sempiternum : Pax juatitisa, et honor pietatia. ' Ernrge, J-alem,
et ata in exceleo : et cireunspice ad Orientcm, et vide collector Uiios
-OS ab oriente iole q u e ui Oecidentern, in verbo w c t i gaiidentea.
Dei memoriQ Erierunt enim abe te pedíbw ducti r b inimicir : d-
ducet autem illoci Dominw ad te portatos in honore sicut Woe
pegni. C~nrtituite n M Deus hiimiliue omnem montem excelium
et ruper perennes, et convallen replere in requalitatem t m : ut
ambulet li&1 diiiienter in honorem Dei. Oburnbruverunt rutem
et silvm, et omne iiinum suavihtim Israill ex mandato Dei. Addu-
cet enim Deua Irraill etim juennditate in lnmine maj-trh riis,
cpm m b e r i c o r d i et justitia, q u e est ex ipso.--1. V, d 1
wqwead9.

FIN DEL TOMO 11.

LONDRES:
IMPWESO POR CANLOS WOOD.
hppingnC a n . Rect S l m t .
V E N I D A D E L MESIAS
RN

GLORIA Y MAGESTAD.

OBSERVACIONES
DE --Lae*~rs-,
- Zt
JUAN JOSAFAT BEN-EZRA,

SE DBDICAN

AL MESlAS JESUCRISTO,
HIJO DE DIOB, HIJO D E L A BANTISIMA V I R ü g N MARIA. HIJO DE DAVID.
HWO DR ABRAHAN.

EN T R E S TOMOS.

TOMO 111,
CQY

VARIOS D I S C U R S O S EN DEFENSA DEL AUTOR.

LONDRES :
IAO PUBLICA R. ACKERMANN, B'SRAND,
T EN I
il E8TABLECIYIENTO EN MEOICO:
AUYI8MO
EN COWMBIA. E N BUENOS AYHEB, CHILE. PEHL', Y GUATEMALA.

1896.
LONDREB:
JMPRgSO POR C A H M S W000,
Popp1n.i Coiirt. Ficet S t m t .
INDICE RAZONADO

DEL

TOMO 111.

Phab p+
l. Ycn¡&.del señor, rsgun ku 6rwikra8, &rpw8 & e8tadls-
ok d grasds erpocie rk k p o que de& csiowrrs ~s
d i c h 8 e a i & y k r e ~ ~ ....................... 6
4. R a n r m c c i a n d r ~ n a r m a t ~ q u i e ~ p f i w ó n J S s i i w e n
IY ummda .........
rh..... .........,.................... . 7
.m.... i...

7. Campleta ruina & lw yue 80 a p g < w o í ,6 la marta M a de


Donid, d qra &en -u -8 191 a¿wadwe8 a%
l u d o r b s r ~ q w d s r m k d o a ~ o X i ü d e ~ 9A ~ .
9. Duhwpor.Bckud#darpamdWeoimhto&~reino
& Jemcrirto ..........................................., .........
11
14. Idea genetal ddjuicio & M t o 8cgcCn ku Em'turiu 16 .......
20. Cenuinaapliocicion&lo9p.x&I& ..........................
21
12. haono&prehabkclmfihrk~usrignoacrckrdcro&k
p d d que sguoe contra lor S pi Or........................ 22
23. L a p d i . e a u n ~ & l a ~ a u i & ............... d y ~ ~ ~ 23
36. El cielo nueao y tiewa num de pus h d a San Pedro en m
@&U.......................... ..S . * . . . . . . m . 36
39. GrpUcore pdcieJor aun srCor & que tmta dicha q h t & .... 37
41. El órd¿n/On.co que tenian hu m01untar &l düuoio 88 pardid
par errs raibls rYECw .........................................
38
43. Eahrirán u t a bklor l w m 8 en ammplinkritr dslopronw~
por Dio8 .................... . ......................
39 0

a 3
iv I N D I C B RAZONADO.
P M , P
45. No m genrina~lar erplieacioner que algunm mtdrpreter dan
al cap. ixv de Iraia ...........................................
57. E l a p t d S. Pablo citando erte terfo de Iaaia~da 6 entender,
que JUJ promerar as a m i r 6 n qn el reinado gloriaro de
Jerunialo .........................................................
60. E l g l o k terrápueo padecid una grandirima mutacion en el
............................................................
diluvio..
66. Por la nbma cawa mfnd tambien en el cielo una gmnde
mutacion..........................................................
68. Dwerridad de l a eafacionea del año por erta cawa ............
72. 4 Como perecerán por el @ego de que habla S. Pedro lar
cielw y & tierra que hoy ron.? .................................
74. Rcrritucion del ege de la t i m a 6 JU nntipo lugar ............
75. Coilrccuenciru erpanfaMI de eata reutitucion del ege ...........
82. ElfUCgo que habr6 en la venida del Señor no rer6 wniaerral,
rino pue rerá rdamenfe contra JUJ cnemigor .....v...... ...
89. Perada la horrible tempertad del diagrande del Señor, apa-
recuhn cielo y t i m a rehoaadar y muy m j m d o r ........
93. La conmocion 6 turbacion del dia grande del Señor no debe
durar menor de cuarenta y cinco dim ........................
96. La ciudad mnla que bqja del cielo ................................
101. Doct+;na de lar infdrpretea sobre u t e particular ...............
106. Superfa la cornun imlerpretacion de ~ O dockrea,
J no pueden
eaplicarre rin videncia va* tsilw de la aagra& Eacri-
htra ..................................................................
100. Se in@ de loa pauagea de b E~rrihrm.que lg m t a ciudod
no bqjaró el dia del juicio uniaeraal; dno el de la venida
glwiora del ~ & o ranter de lo rerurreccion general.. .....
110. Aunque no puedan erplicarre mucha cara8 mdguienter 6
& vmida de la renta ciudiad, no por ero deber6 ponerae
en d u h el artero ................................................
1 14. Se p r o w m responder congeturalmente algunar preguntar
sobre la ranta ciudad, a e d o la primera -aobreru dirncn-
rion y ertructum.. ...............................:................
116. Como re-enienderhn &mtrer dime~('0nerque @o S. Juun ?
118. Sobre ku P u u t a y 6ngeler que erl6n en elku ..................
123. Soére loa que heditarón en dicha aanta ciudad ...................
1 N D I C E RAZON ADO. V

Plmb Pyo.
126. Sobre kr aiaor, que aubirán 6 cncoñlrrir 6 Jeaucriato ..........
94
195. Sobre n' a c o m H r 6 n d Jeaucriato todor lw bienoaentumdor,
b damente dgunor ............................................
99
143. Rcrucitarón tambienpara au ignominia algumm hombrer de
..
~nngnet ~ l d o d ................................... .......
106
1W.SaIida del den'erto de la muger y au nuevo derpermio 110.........
165. úu erparicioracr que comunmcnte hacen lar doctow del Cdn-
tico de l w Ciínticar aunque ron muy piadortu, no roa con-
fonm; al verdadero rentido literal..................
.. 113 ...
165. Muírtraae la verdadera inteligencia & erie Cántico ............
121
170. Abandono y converaion de I m d l anum'ada por Im'tu en el
....... .............................................,......
cap. vi 124
171. Por muchw r a p d w tertor acorder ae hace ver quien er la
verdadera erpow de que hablan lasprofettnr ................
125
193. Dmin'oa & la tierra rantu entre krr reliquitnr de l~ docc tri-
bw, la nueva Jerurddn y .u nueuo tempb ..................
140
199. La divi& & k tierra tn0,netida por Eeequiel para lw íilti-
noar t i e m p e8 muy diverm de la que re hizo por Jonrd. 142
203. Admitido ectaflrtura reparticion re ve ckrrumente la aoli&x
y vndod del plan y &tema prermte ................... ,.
, ,,, 146
204. La ciudad que dercribe Exequiel er muy d w u m de kr que
pinta S. Juan ....................................... ... .........
146
2Q6. h f t r t u r a Jmualén & Eeequiel er tambim muy diaerra de
la Jccwddn antigua ............................................
148
216. Dsrmpcim del nuevo templo, y B1@ulta&r en que re hallan
&S inthpreter por erta &rcripopoon.. .........................
162
221. Cuarenta añw dupuer de laflrndacion de la Zgluia durabas
todcaia lar racriiciw antiguw ............................
166 ..
224. Con & dertruccion del templopor Iw Rumanw ceraron lw
ram@iou antiguw.. ..........................................
166
235. Eitw r a m i w no re oflecu6n durante la (;9.Ieria prerente 166
139. En el templo sumo & la flrtum Jerwalln re colocarán el
altar, el tabem6cuio y el arw... .............................
166
M.d Con q u d f i re ertablecerdn erttu mtu en el templo nuevo? 167
241. Se alkrnan dgu)>o9 embaraxw y d&wlta&r obaitu que re
- prercntan contra erte &tema ..................................
168
246. Dicho &tema w conjrma con aIgeinor tertu & kr M t u m
dwim ....................
...
..........,. . . . 171
a4
vi I N D I O E RAZONADO.

w.
248. Y d r t n a e en p d ~~ y en que re d@wno¡en ba la,
p*mrruwc~ de Jmcucrkh, S. Juan Bauti~tay Elii ......
172
864. Se r e m el panamiento 6 & m a del P. AntonU Tkpa....178
269. &n&o de kugmtb. ..............................................
183
261. Bendicion de lar genter anunciada ,por l w p f e t w ............
184
374. Blucha lupnw & l w ~ l i c r r a r p a conh-r r ~ arte
bndicimy r e i d & ~ i c i r y p s , ~ n q w p w c a b r s < i o i c
ciliure oon ku N e c i a , r i p i a d o el r U t m d-
gar .................................................................
190
281. Inútilmm#a re b w mta conoiliacion, ri na re u& & A-
rano .................................................................
194
283. Modo facil de concordar lor dicierw lugarer de k &M
Ercritun variarido rduments el pkm ........................
196
288. Mediw p p i w para oonanaar b pus y l a j u ~ Z ¡ ~m & e( rei-
na& felis que e@w ........................................
201
9 9 . Primero : la prermcia dc Jemcrirto ............................
202
291. Sepado r la a w d del dragon ata& p a el a@ y cnwi-
*o& en el a b h ...............................................
209
294. TUWW:h wnion & la jwticiay & &pus que pOrecuún
en u& reino & J e h .....................................
206
298. Ss acaber6 la multitud y dimdded de I ~ ~ U L no U , puedad
rino un d o idiomo j y erie rerá d cuorto medio que coa-
remar&lofLlicwkrd que nor promethoe.. ...................
207
306. Jnuralén r d el centro c m u n Bonds c o m n m X n ted.r lor
gata .............................................................
ale
312. E n erta ciudod principlwntejlwmerbr lo d a d mútua g
la horpitaüdad ...................................................
216
316. La p u r m adorable de JewnZlto re acjonf ver +M ves
& lor peregrinw que concuwen en Jmuralíil.... ..........
21f
921. EJ verm'mil que tambien verán clarommte lor dipuzador de
km pueblw. el inlfrrno donde eatdn cncamckidor lor ane-
mi- de Jewcruto ...........................................
891
328. Se cotuface d variar preguntar y d@cultodm con lo rencilla
erponrponcion
de una pmolbdu ......................................
227
34 1. Derpusr & roilfeaar el outw JU ignoran& d i ~ ~ f i M a i o
para dar un pormenor & uie reinado gloriooo, puenta
m idem.t&r cualir dlar rmn, procur&jtn* m
tertw dr h i r u m aunla... ......................
234
INDICM R J ~ Z O N A D O . u ii
. P A h Pwna
346. lcFn da lar mil d w , &m dsl ¿rapa y conncyc&r &
................................................... 239
e& libertad..
362. Caura de la dcoodcrcio b corrupdon & Im genter a, u e er-
ra& fururo s... . ................................M3
367. Con(Mwh.de u t e mimo arunto..................................-24.6
360. Se propone contn al #tema del autor un w p n r t o . que l w
contmnb cmn indiwlubls.....................................246
364. %J wrpvsrtor del argumento prqprrrto.. ...................... 248 .
371. 4 Quién er Gog y qugn er Magog? ...............................
252
377. La erpedin'p de Gog & que habb Esquicl er muy dmerm
S. Juan ..................................... 266
de b qwe dercnrcnbe
381. No er una coro indubituble, que haya de r e unívuwl eljtrego
que regun el A p o c a l w bqjard del clslo contra lor ui-
uientu ..............................................................
268
393. Dumcnpcrpcron &l juicio)nul regun el mongeluta S. Jwr.. 260 ...
386. Algutuu cvertioner robre el ert<uJodd u&uw mundo de#-
puer dc la reiurrcccion gencml.. ..............................
263
391. Dmerrm o p i k r robe crts w n t o .............................
266
398. Se abraso y re conJrma con algunw lugarer & la Erm'tum
b renten& que @m, que kr t i m a quedar6 muy m+
m& .................................................................
269
400. Sobre el lcypr adonde irdn l wju m... .........................
270
407. El cielo er un l u p r indeJnido dmdc Dior mamprta iu
gWa ...............................................................
274
41 8. Se erplico un tuto &l Aportd, queparece denotar, que el
cielo es un aer&dm y &terminado lugar .................
277
426. Igualmente re etplicon ohw tertor de la Ercncntumrobre el
mimo orunto.., .................................................
182
427. Donde e ~ t dJeru~rirtocon k u bienauenturado8 red el lugar
que deba Ramaroe cielo ;y JemctUlo con iu corte no ertd
precbado d ocupar un punto Jjo y determinodo 283 ..........
431. Ideo general de la bienawenturanza e t m derpum &l juicio
uniowral ........................................................
287
436. Eatmcion y grandeza del reino de lor cielw .....................
290
445. Sadre.h habitanter & lor cwerpor celerter ......................
293
45 1. Toda la grandeza y hmarura del vníverro a& la huenma
de Jeuudrto y de nrr rantw ................. . ............
290
.m.
VIII I N D I C B RAZONADO.

P W PQlni
469. A u q e Jemcrkto con nr mntw podrá rcriair & d e quiera.
nuertra tierra r d el lugar pnpnmkgia& &&fiar6 .u
cdrte................................................................
303
464. lSobre lmp6raulw que murieron rin kutumo ...................
308
466. Nuertm tierra derpuer &l juicio uniuerml quedar6 convertida
en un parauo .....................................................
309
473. LM idear del wtorrobre erta renoollclllClonygrandcta & nuer-
tra, t i m a ron co@mer 6 ku de ottw mbiw muy rer-
pctaMt?r...........................................................
313
V E N I D A D E L MESIAS

GLORIA Y MAGESTAD.

INTRODUCCION A LA TERCERA PARTE.


HASTA aquí hemos estado casi enteramente ocupados en
cstableceir un espacio g r a ~ ~ dde
e tiempo, en* la venida
glorioea del Sefior que estámos esperando, y el juicio y
rssaireccion general : íntimamente que con
esto solo, sin otra dilijencia, queda fácil y llana la inteli-
jencia de toda la Biblia sagrada, aun en lo que corre por
lo mss oscuro y diñcii, que es la profecía. Si este es-
podo de tiempo qoeda mficientemonte establecido, 6 no, lo
@en solamente decidi~ j u m a sabios, atentos, sensatos 6
imparcides, despues de vista y revista toda esta gran
causa por todos s w aspectos. Tan lejos estámos de temer
esta vhta y revista, 6 lo que es lo mismo, una discusion
ateata y juiciosa, quitado todo velo de preocupacion, que
ésta ea puntualmente la qne deseamos y pedimos ; temiendo
macho menos una oposicion manifiesta, 6 una impugnacion
en toda forma, que cierta frialdad 6 iodiferencia, 6 risa
afectada, que suele suplir no pocas veces la falta de bnenaa
1
Xa%O088.
Foera de este espacio de tiempo, que ea 'lo sustancial
de nuestro ristama, y que en primer lugar debe combatir
T O M O 111. B
e L A V E N I D A DEL YESIAS

cualquiera que quisiere haoer una buena impugacion, he-


mos tambien propuesto, examinado y probado algunos
otros puntos bien importantes, relativos 4 este mismo es-
pacio de tiempo, unidos coo él eatreobísimamente, 6 que
evidentemente le supon!n. Seria hacer injuria 4 los lec-
tores sensatos, que son los que tinicarnente busaámoa, el
repetirleo aqd lo que deboetoo supomr; que d o e han
leido y considerado atentamente todos k$ f e n ó m m a qtie
quedan observados, y aun los preparativos de la primera
parte.
Aora, esta espacio grande de tiempo, despues de la
venida gloriosa del Selíor, una vez admitido g concedido,
nin poder razonablemente negarlo, ni aun dudarlo, parece
nakiralisimo el deseo de acercarse 4 él, de conocerlo con
alguna distincion y cledad; y ei esto no es posible, de
divisar 4 lo menos, aun de lejos, algunos sucesos princi-
pdee y mam notables de este &¡a ventmro. Esto es lo
qae ya v a m B~ proponer,
~ 8- 1w noticias que bnllrimm
en la &ritora da Irr verdad.
N o ae trah ya de probar el mino da Crirto oqat ea
nneatra t i a 6 lo que es 10 mismo. el reino de Di-
que ha de veair, y qae pedirnoa que vengo, segun el maa-
dsto del miamo C*. No se trata de probar su venida
gloriasisima d r r millares de wu cantos*. ni la reem
m a o h de erSos millar= de santos, que s e k n juzgados e-
rss de q u d &lo, y ds la reuuwccior de loa muertos +,
mucho antes de la g e d r e h a . No se trsCe de
prober el jiieio 6 peinado de Cristo sobre los viroa, ni el
tiempo qne m q k -te jasa s e p lee BscStam. Betm
ooeae quedan ya probeder a m toda la evidencia qm pude
caber en estos asuntos.
Se trate únicamente del moda y ohaailtaneias oon qne
todo esto debe s u d e r . &te modo. de ser de u m aora
In smctia millibus suie. -
Ep. Juda 14.
di@ babebuntw szculo N o , et resurrectione ex mortuia.-
) Qui
Luc. a,
36.
gntndísima ciertamente, aunque por otra parte probada,
no hay ¿n¿a qne es dl&cil, y aun imposible en el estado
peseate c a d a l a bien con claridad de ideas. No aloanzm
6 tanto el ingenlo 6 la raaon bnihana: mas el no podet con-
cebir eon ularidad do ideas d modo y circam- parti-
ou1gi.e~de un sirceso fMmo. grande y estraordinario, que
enuncia de mil menerae el que mlo sabe lo fntuia, y et
que solo diae verdad, i podrá mirarse jamás como una
buena y suficiente raton p m negar dicho suceso, 6 para
atreverse h dudarlo? Aun en cosas puramente ñsicas se
r e p o h por inepta y aun como itisuftible tel modo de coh-
cebir 6 discurrir.
No obstante, si bbscamort par todas pattes, ean con la
mas escraptilasa diligencia, otra buena y sólida r m n , nos
hallámos con el diagosto de baber perdido nu&o trabajo.
No hallámos en la reatidad otra buena razon, sino nola
esta: (parece imposible quo no se hallase otra en tantos
d h e s sapientímm<n y enidMsimos, si fuese poáibie ha-
llarla ea la natursleza.) Lo que ballámos únicamente (co-
mo tantas veces bemoa observado, y como no pueden ig-
norar aun los novicios en la teología espositiva en punto
de profecia) es la espresion, esto es, que todo lo suple, lo
ajusta y lo compone con la mayor facilidad. Por ejemplo:
reino de Dios : reino de Cristo : trono de David : Jsru-
sdén :Sion : casa ds Juda: casa de Isradl, &c. : se en-
tiende cuando se habla conocidamente, no en contra, sino
en favor, y en favor estraordinario, sinplar 6 inaudito:
u t o es : la iglesia de CMto (la presente iglesia) la iglesia
de has gentes, la iglesia, digo, ya militante en la tierra, 6
ya triunfaste en el cielo t.
S i pedimos aora la razon inmediata p precisa de este
a t o cs, 6 no ballámos quien nos responda una sola palabra;
Regnum Dei : Regnum Christi : Yolium David : Jeruaalem :
Sion : Domus Juda : Domua Israel, &c.
't Id est : eccleaia Clinsti, ecclesiapmsens, ecclesia gentim, ec-
elesir. inquam, sive milihns in terris, sive triunfan8 in ccelis.
B 2
4 LA VBNlDA DEL MESIAS.

6 d lo menos, no hallámon quien nos responda al caso. El


que algo responde, responde por la misma cuestion, dicien-
do por toda respuesta, que otros muchísimos doctores lo
han entendido asi, y aei lo han esplioado : mas esto es evi-
dentemente lo mismo que se les pide. Estos mucbisimos
doctores (ee pregunta una y mil veces) j con que rwon y
sobre qu4 eblido fundamento lo han entendido mi? En
cosas de fnturo solamente accesibles tí la ciencia de Dios,
¿qué otro fundamento puede ser bueno, sino sola sn auto-
ridad, 6 lo que llamamos revelacion divina, auténtica y
clara? i Qoé eabe, ni que puede saber el hombre de lo
fnturo, aun cuando fuese de una cien& perfecta*, si
Dios no habla, b si él no atiende, 6 no q u i m atender 4 la
ros de Dios? Mas dejando estas reflexiones tan obvias,
mmo ' fboiiea d onalqaiera qae tenga sentido coman, y no
les cierre absolutamente las puertaa ; vengamos ya 4 pro-
poner y aclarar oon toda iianenia J eimplicidad, algnnas
coma que nos quedan todavia que proponer y que aclarar
en el gravlaimo asunto de que tratamos.
Etiam chm perfect~fuerit scientie ? -J o b xxii, 2.
CAPITULO L

EL DiA MIBMO DE LA VENIDA DEL S E ~ O RSEGUN


, LAS
E8CRITURAS.

1. DB este dia hemos hablado no poco en rariaa partes de


este esorito, segun ha ido ocnrriendo. Por tanto, apenes
tenémos que bacer aquí otra oosa que nn brevieimo resu-
men de eato mismo, no para añadir algo á laa clama y
vivisimas eepreaiones de los Profetas y de los Evangelios ;
sino para tomar el bilo y seguir la comente de tantos mis-
terios desde su principio.
2 Este dia se liama en les Escritmm : el dia grands
y trtmaedo &l Ssñm *. Se llama dia de la venganxa
.
del Señor.. dia de la ira de sufuror f.
Se llama dia de
MadMn 3, aludiendo B la cblebre batalla de Gedeon. Se
llama dia & ira, aquel dia, dia de tribulacioíl y de con-
gqja, dia de calamidad y da miseria, dia & tiniebkaa
y de oscuridad, dia & nublado y de tempestad, dio &
..
trompeta y ds aZgaZára5.. Se llama g r a d aquel dia
ni h y semejante b klll. Se llama aqwl dio repentino7 ;
...
el cuai dia, así como un laxo wndrá sobre todos los que
u t b n sobre la haz & toda la tierra**. Se llama el
Diea Domini mapns, et hombilia. -Malooh. ir, 6;
t Diea nltionie Domini.. .dies i m fumN ejni.-laf. d v , 8, el
u& M.S
i,13.
f In die Madian-Id. ix, 4.
8 Dies im, dies tribnletionis et m p t i m , diea c a l d k t b , et
miserise, diea tenebrsnim et cdigib, dies nebuh et turbinii, diea
tubae et cbgoris.-&h. i, 15, et 16.
Magnan dies illi, nee est simiiii ejm.--rla-m. n x , 7.
11 Repentina diea illa-Yide Luc. xxi, 34.
" Tamqnom Iaqneus enim superveniet in omm, qui esdent
super fnciek omnb teme.-hc. &,36.
6 LA VENIDA DEL MESIAS

..
grands dia de la ira de dos. sí p o r cierto, dio da1 Dios
.
Todopoderoso.. y de la ira di1 Cordero *. Se llama en
numa, por abreviar, dia del Señor .t.: y se dice en Isaías :
Porque el dia del S& de los egércitos ser& sobre todo
soberbio, y altivo, y sobre todo arrogante ; y será aba-
tido.. . Y entrardrn en las cmernas de las p&, y en
lar profundidadea di la tierra por cawa de la presencia
formidable del Señor, y de la gloria de su rnagestad.
cuando re levantare para herir la tierra$. Todo lo
cual lo compreode D ~ i e gn i estas breva palabras : cuando
rin mano alguna re dsrgqjó del monte una piedra :¿ hiri6
& la estatua en rwr pies de hierro, y de barro, y 108 der-
-uzó§: como qneda suficientemente esplicado en el
Fenbmeno 1, y tambien en el X.
S. Pues concluidos los tiempos y momentos, que puro
el P a d r e en ru proprio poder 11 : esiando todo el orbe de
19 tjerra, y la Iglesia miama, exeptuando algunoir pocos
individuos, ...y asf como en los dias de Noé... y fué
en los dias de Lot q, llegará finalmente aquel dia de que
tanto se habla en los Profetas, en los Evaugelios, en los
eooritas de los ApOetoles, y mas de propúsito, y con no-
ticias y circunstancias las qaa individuales, en la Gltima
profecia canónica, que es el Apocalipsis de San Juan :
volved, digo, del cielo 4 la tierra el Hombre Dios, y se

Dia m w i 4 iw ipsornm...iciiicet, diei Vae Dei Omnipotentb,


et ira A@.-Apoo. vi, 17 ; xu, 16; vi, 16.
t Dies Domini.-Vide inm.
1 Quia diea Romini uercihium, super omnem auperbum, et ex-
ceiuum, 'et super omaem arrogan-tem : et homiüabim...Et introi-
bunt in apduncae petrarum, et in vumgines terrae h facie formidinie
Domini, et h gloria majsetatb ejns, d m iurrexent percutere ter-
m,&c.- &f. ii. 12, 19.
Donec abadaiw est iapn ,de monte iine rnaniby : et percusait
atatuun in pedibua ejuu ferreis et fictilibua, et comminuit tos.-
Don. ii. 34.
11 Que Pater posuit in sua poteatate.-Acr. i, 7.
a Sicut autem in diebns N&, ...et iicut hctunr eat in diebus Lot.
- Mat. xxiv, 37 ; Luc. xvü, 28.
8 LA V B N l b A DEL MBSIAB
m
qjo #, erta primera remneccion de oantos (y aantos no ordb
nMos b medi-, amo &es y B toda prueba); los
pooos dignos de este nombre que entónm se haliaren
vivos sobre la tierra por su fe y j d c i a incorrapta, s e r b
arrebatados jmtamente ~ o los n santos muertos que p a h n
de reeooitar, y subirán juntamente c m e l h m Z<U nubbo
tí recibir b Cristo en las dms t. Todo esto es clarísimo
y de bien fhii intBiig.ncia, y me parece 4 mi que niogua
hombre mpaz de rdexion, y capaz tambimn de depo~ar,
siqoiera por un momento, toda preocupacion, lo puede
mnonablemente dudar. No obstante,, pueden muchos, y
m d h h o a e s p k todo a t o , y con su esplicacion hacer
lo que d otro propósito bien eemejante decia S. A g u d o ;
oi ~plico,es oscuro: confundirlo, digo, oscurecerlo, en-
redarlo y dejarlo abaolatamente ipoteligible, como queda
observado y ponderado principalmente en nuestra primera
parte, disertacion aegiinda.
6. Estando, pues, las cosas en esta sitnacion, no tenien-
do ya el Sefior que contemplar B nadie cm todo el orbe
de. la tierra, exeptuando solamente 4 cierta moger soli-
taria, que llora en el desierto su ceguedad y culpas pana-
das, 4 la ooal salvar4 en aquel dia, segun sus promesas,
amaqoe para esto sea necesario aigun gran milagro, em-
pecrPán luego 4 veriñcme en este orbe de la tierra, todas
aquellas m a s grandes y homblea que para este dia están
pipanciadas. TodU ias cuales, por evitar proligidad, yo
lar comprendo en estas coatro palabras del mas elegante
de todos los Profetas, de quien se dice eii el eclesiástico:
Con espfritugrande vió los fíltisloa tiempos, y alentd tí
lbs que lloraban en Sion $.
6. Para tf, que eres morador de la tierra esth el es-
panto, y el hoyo, y el lazo. Y acaece&: Que el que
-
In momento, in ictu ocuL 1 d Cor. xv, 62.
.t S id...cum 'iIlii in nubibus o b v i h Christo in a h .
1ad me#.iv, 16.
-
$ Spiritu megno vidit ultima, et coneolatus eet lagentes in Sion.
- Eccli. xlviii, 27.
.
BN GLORIA Y mAbB8TADf 9
m

Auyere de lo voz & l a p a n t o s


caertien el hoyo; y e l qw
c s c a . e dsl hoyo, rerb preso en el lazo :porque l a eoi,
p u e r t a ds lor &lar fasron abiurtar, y serán sactulidor
loa cimientos de la t i m a Totalacnts será q d r a n t a d a
lo tierra :h n d enteramente será la tierra: con-
m i d a s o b e manera wr& & tierra, .o.&agitada muy
mucho la tierra amo un enbriagado, y será quitada
como tienda de una noche; y la agoviará ac nd&d, y
caerá,. y no volverá tí levantarse*. Lke todo a t e crir
pitulo hasta el h. Ya adverti en otra parte (y ea bien
que ae tenga presente) que aquí no habla de la susCPncia
de nuestro globo, sino de sus habitadores racionales (como
ee d i j e de estaa palabras) : que eres awrador de kr
tierrat, .y de todo este aparato esterno que llamamos
mundo, que cubre eu superficie, y la infest6 deede dprirc
c i ' , con su iniquidad y malicia; lo cual ee conoce evi-
dentemente, no solo por otras mucbísimss eeoriiuraa ; sino
por el contesto de a t e mismo capitulo, y aun por ha pala-
b r a con que empiema. He a q u í que el Señor desolará la
tierra, y la decrpojar6, y ajvirdr e l aspecto de slkr, y
asparcirá ws m o r a d o r a S.
7. Pues en esta conturbacion de todo lo que hay en.la
superficie de nuestro globo, en a t a conmooion y agi&,
en esta oscaridad y tiniebiaa, en ente espanto J pavor, en
esta como lluvia de rayos, que el evangelio llama mire-
üaa ; las cuales, como se dice en el libro de la sabiduría,
whn derechamente lot tiros oomo los de los rayos, y como
Fornido, et fovea, et laqueus super te, qui habitator es terrae.
Et erit : Qui fqerit P roce formidinis, d e t in tovearn : et qui se .
explicaverit de fovea, tenebitur laqueo : quia cafarrctae de excelsiii
a$rte smt, et concutientur h d m e n t a t m . Codractione con-
frhgetnr tem, contritione conteretru term, commotione commovb,
bit& terrs, egitatione agitabitur t e m sicut ebrius, et auferetur
qnasi t s b e a n a d m unius noctia : et p v a b i t eam iniquita BU, et
corruet, et non Niciet ut reaurget.-laai. xxiv, 17, 18, 19, st 20.
t Qui habitator es teme.-Id. u i v , 17.
1Ecee Dominus dissipabit terram, et nudabit eam, et aíñippt fa-
&m ejus, et diiperget habitatoren ejw, &c.- I d . xxiv, 1.
10 LA V B N l b A DEL Y 1 8 I A S

& un mco bien mtssedo d e &ud a mI$n a*-'&, y


ruurtirh h l u g a r cierto *, no hay duda que pereoe~niIle
mayor y m4xima pazte del linaje humano: aqudlos, ea
primer lugar, que de sdgun modo se hubiesen agregado 5
ia cua* beatia de hoid, 6 petteaeciereu 4 les des bestiae
del capítulo xix del Apocalipsis. De eetes tengo por cier-
tlSimo que no quedad vivo uno d o , porque a l lo veo
ea- ea ambas profecía. Y al (di- Daniel) qiw AabM
d o muerta la krtia (la cuarta), y U i a pevm'do es,
owrpo, y habia &o entreyQBO al fuego para ser que-
d. ..
&tos dos (dice S. Joan de las dos bestiae) fueron
lawaih vivos en u n estanque de fuego ardisndo, y de .
mufre : Y l a otros murieron con h espada, que sale d e
h b o a del que a t a b a sentado robre e l caballo .t.: k, caai
i d o o o n h a d o de mil maneras en las profeolae y en los
salmoa, como he dicho ; y pudiera t o d a 6 afiadir 4 todo lo
dicho, si no temiera iiiolestau 4 los leotores con cosas tan
obvia y tan fácilea de observar en toda la Eaoritura.
8. Mas así como tengo por ciertísimo que de esta clarie
de gente no quedará vivo un solo individuo, ad del mismo
modo y con el mismo fundamento, me parece ciertisimo
que quedarán vivos muohm individuos ; no solo de los que
entbncee pertenecerán al verdadero Cristianismo (como
ser411 los -que han de subir en las nubes, á recibir tí
Crubo$, y los que han de componer la mager solitaria)
&o tambien de los pertenecientes á las tres primeras bea-
tiaa, que de algun modo, pariva 6 activamente, no ee
hayan agregado 4 la cuarta, como queda dicho y probedo
en otras partes : las cuales vivos, comparados con los muer-
e lbunt directC emissionea falgunim, et tamquam h benb c u m t o
areu nnbium exterminabnntar, et ad certurn locum hi1ient.-
&p. v, 9.2.
t Et vidi quoniam interfeeb eeeet beatia, et periaaet corpns ejas,
et traditum m e t ad comburendum igni :...Vivi miesi m t hi duo :
in stapum i p i i d e n t i a sulphure : Et ceteri acciai sunt in g l d o
sedentis super equnm, qui procedit de ore ipsias.-Dan. .vii, 11; e:
Apoc. xix, 20, et 21.
f O b v i h Christo.-1 ad mu. ir, 16.
B I OLORlA Y MAGBBTAD. 11 .
toe, serán poquíeimoa. M lo leo eaprerio ea el miamo
cap. u i r , v. 13, de I d a s : Porqua mtar cosas wr6n en
medio ds la tierra, en d i o dc loa pueblos :camo si algu-
naa poccu aceitunas, que quedáron, re racudieren & la
&a; y alpiror rebuscar, daopuer de acabada la uendi-
nia. a t a i leventarbn su voz, y durhn 'alabanza, &.c. *
el eap. E v del Apacalipsis, v. 19. se había de eata ven-
dimia metpá6rice. de un modo capaz de hacer temblar al
mes animoso : Y -ti6 el a n p l ru hoz agírda en la tierra,
J wendimió IQ &ia dd la tierra, y cch6 la vendimia en e1
g r d lago de k i r a de Dior t.
O. Este vemdimia horrible, dejando intaotos algonos ra-
b o a , que no serán dignos de la ira de Dios Omnipotente,
II¡ de la ira del Cordera, parece necesaria é indiepenaeble
en la vetlida del M o r , y en el eetado miserable en que re
bailar& segun laa Gwrituras, la vila de la tierra ; asi para
evacuar todo principado, potestad y virtud, 6 lo que es lo
mismo, para destruir y convertir en polvo la gran estatua ;
como para evacuar tanta iniquidad, para acabar con el p e
cado en toda la tierra, y p a r a dartrizar de ella h los peca-
dorsrS: para plantar de nuevo la justicia, dando B aque-
üas pocas plantas que quedaron servibles el último y mas
escelente cultivo, y reeojer por coneiguiente aquellos h t o s
copioolnimos y 6 p h o s , dignos de Dios, que basta aora no
ge hPa recogido, contra la intencion del mismo Dios, y del
.
Bede~tor,que murib par todor.. y que quiere que todor
lar AoiAbtu sean &os§, y por culpa innegable de los co-
bar, que por la mayor y maxirna parte, han atendido en
Quihhiec e m t in medio te-, in medio populorum : quomodó
si pnnrie oliva?, qua! remansenint, excutiantur ex olea : et racemi,
ehm M t finita vindemia. Hi levabunt vocem anam atque lauda-
h t , &c.-lloi. u i v , 13, st 14.
t Et misit Angelue ñileem sus= m t a m in t e m , et vinde-
mmvit h e a m terrs?,et mhit in lacum im Dei magnnm.-Apoc. xiv,
19.
f Et perotorecl ejua conterendoe de ea.-lmi. xiii, 9.
§ Pro omnibne morhiub -t.. et qni omnea hominei d t salvos
6eri:-2 sd COY.v. 15, st 1 ad mi-. ii, 4.
ie L A VENIDA DEL MESIAS

primer legar, b aquallaa cosas que ron propias, y no &u


que son de Jerucrirtof, segun lo dejó aniuioiado él 6
mo, ya espresamente, ya mucho mas en psrbbolas-t.
10. Imagínese por un momento, para que podámos en-
tendernos mejor, que un gran monaroa habiendo estado por
largo tiempo ausente de su reino, y siendo ya tiempo de ,
volver B él, vuelve lleno de glaria B la frente de un pode-
rosínimo egército. Al llegar 6 los confinea de s a reino, lo
halla todo por noticias ciertas B iodubitablem en un sumo
desórden y en una deplorable confueioo : las leya del esta-
do, y aun las naturales y divinas, despreciadas y aun w n -
culcadae : loa tribunales corrompidos: oprimida la inooen-
cia : la iniquidad protegida : la injusticia y la prepotenoia
entronizadas : y los grandes del reino que habia dejado en
su lagar con toda sus vecea y autoridad, anos dormidos,
descuidados 6 distraidos : otros que comen y beben con Z o r
que se embriagan3 ; otros ocupados enterameate en baga-
telas y puerilidades : y los mas declarados contra sa legíti-
mo seIior, dioiendo formal y pbblioamente: No querkmos
que reine &te robre nosotroa5. En este easo, parece ne-
cesario que este monarca, que suponémos sapientísimo y
potentísimo, entre en su reina con la espada desnuda ; que
empieze su juicio por los mas culpados 6 por las cabe-
principales de la rebelioo, cangregodas p a r a pelear con
klll; que esterminados Bstos, estermíne del mismo modo B
los infieles ministros, que en lugar de oponeme d ellos
como un muro fortísilno, m coligamn con ellos, y lea &ion
un auxilio potentíeimo, que eUos mismos apenas podian
esperar : 4 estos ministros, digo, cuya ambicion, cuya ava-
ricia, cuya negligencia, cuyos interesa particularea fueron
la causa principal de tantos desórdenes : que oastigns del

Ad ea quse eua sunt, non q u e Jeau Christi.-Vide ud Phiiip. ii,


21.
t Math. u i .
1 Mnnducantea, et bibentee cum ebrio&-~ati. xxiv, 49.
5 Nolumue hnnc regmm super nos.-hc. xix, 14.
11 Congregatos ad faciendum prdinm cum iiio.-Apoc. xix, 19.
BN OLORIA Y YAORBTAD. 18
mismo modo a proporoion de la muchedumbre atmvida;
perdonando si mimo tiempo benignamente una gran parte
de ella, en quien la oulpa habia mdo mas de ignoranoia que
de me&: que honre, en fin, y premie, coao correspon-
&a tí la m @ x n c i a & un ry*, aquellos pocos siervos
hleii, y verdaderoa amigos que halla declarado8 por él, y por
esta Cuiica causa perseguidos, oprimidos y atribulados :'y
hecho este primer acto de su juicio, que pertenece Ia
jmíioia vindicativa, parece tambien necesario, en el caso y
oirounsta~ciasde que bablámoe, que nuestro sabio y poten-
tínimo rey empieze al punto 6 poner en el mejor órden y
- armonía todas las cosas; promulgando suave y pacífica-
mente nuevas ley-, renovando y perfeccionando mucbas
de lae antiguas, y produciendo nuevos medioii, nuevas y
eobiar preoaucionea para que setas leyen se obaeiren en
adelante oon mayor perfeccion, en bien universal, sólido y
verdadero de todo el atado.
11. Aora, ai eatudumoi con mediana atencion las Eacri-
twan, 4 del antiguo, como del nuevo teatamento, nos eerá
preciso h i r y conhsar, que & a t a muera u& el dia,
m que M nwnzijiwtará el Hijo &l H d r e . t * . Jesucristo
eaando hpilars oiertíaimmente toda nuestra tierra en la
misma forma, pues aní lo dejb anunciado 61 mismo, y des-
pues de B1 SM diaúpulos, oonfirmando lo que'ya babian
annwisdo los Profetas; hallará, digo, toda la tierra como
estaba poco antes del diluvio, esto es, corrompida delante
de Dios, k hirrchadx & iniquidad$: por consiguiente, ain
fe, jmtioia, sin religion, en an aumo desórden, y en un
lamentable descuido. ibl le ~ r como á inevitable y nece-
sario entrar en su reino como lo desclribe Isaírui, cap. iix :
se puro autidor & venganza, y cubrióre de celo como &
un manto. Cono para hacer venganza, como p a r a re-
* Ut rnagnificeatiiregiA dignum erat.-fithcr i, f .
1. Secundhm hsec erit q n i die FSüua Hominii reve1ibitur.-hc.
XN, 30.
3 Corruptr .corun Deo, et repleh...iniquit.k.-Gen. vi, 1 l .
14 LA VENIDA DEL MIMIAS

t@,nuT-i ¿ #u,? ~ q o u ' : . . y sa el a$. hik


dioe el h m o B e k : Y rahoUé á Ior piPsMor en ni wor, I
y k > s ~ d e m ' i n d yderribdcn ~ , tierra&
fmld: d i ellas+: entrar, digo, en w mino oon la esp*
desnuda : Y ralia & su bow una ssp& ds &s$h p ~ r a I
herir con ella 6 lad yentcsS. Y como lo di- im p a h
D a d , hablando aon U en esplritu: IB ¿Mor srt6 a tu
derecha, qwbranfb 6 tos reycs en el di4 de n, ird Jarir-
gad á lar h s , rnultipl2cwó I&a rtri'niw: w s t i g d
cabszor en t b a de m m e h g . Diae muchos, no iodd ;
y aunque la e s p l i d m de este lagar, aeí como la de otros
aemejantea, v. g. el ver. 2 del cap. sii de Daniel, -e
algttotn : & muchos : ssto m : da todos, qsk reráic macckc
siniro.; mas esta esplioaoion es mnoaldamente vio)ea@dma~
m eitriba sobre otro fundamento que sobre una q & o n
a r h i a y falsa, que ni ae prueba, m es posible probar.
12 Concluido este primero y neaesario aatb del joiaio
da Cn'Ro mhre los vivos, 6 esia especie de vendimia
k b l e (de que se habla de propóstto en d aap. xxit de
I h , y en el cap. xiv del Apooalipais) amique la vida de
la tierra, y la tima toda quedará despobleda, casi tanto
como quedb despnes del diluvio ; no por eso dejarán de
quedar dispersos acá y allá. elgnnoa peqnefios racimos, ad
como suceda siempre en una gran vendimia: c m ri
dgunas pocas acaitunae, que quedaron, se sacudisren, de
la oliaa ; y algunos rebuscas, deupues de acabada la ven-
* Indutus eat vwtimentie ultionia, et opertua eat qusii pallio zeli.
Sicut ad vindictam, quesi ad retributionem indignationia hoetibua
sub.-f'ai. xlix, 17 e# 18.
7 Et condcavi populos in furore meo, et inebriavi e08 in indig-
notime mea, et dewaxi in temm vittutem eornm, & c . - 1 . :
M,a
f Et de ore ejne procedit gladius e x utrhque parte aeutus : nt in
ipso percutiat gentts.-Apoc. xix, 16.
Q T)ominm 6 &tris tuh d r e g i t in die irre suae r e p . Judi-
cabit in nationibue, implepit ruines: conquassabit capita in t~k
m u l t o i a m . ~ P eir,
~ . b si 6.
BN G L O R I A Y YAOBSTAD. 15
d k i a * . Estos pocos residuos Isaíae en el
lagar citado), pasada la gran boriaaca levantarán la voz, y
alabarán á su Sefior?. Cmmdo éate fuere glorificado con
la deetruccion y ruina de todos los inicuos, olamarán y sus-
p i r p h por él, con deaeo y amia de conocerlo y adorarlo,
aun los que se hallaren en los áltimos fines de la tierra,
separad06 de este continente por vantísirnos marea : cuando
f w e el Señor gloriicado, alzarán la gritería I r d e e2
...
mar Dade lor térrninor & la tM.ro e í w a & k m ,
lo gloriu deljudo:. Eete l n p de Idas 40 w n bodo
el contesto de este capítulo, no comprendo corso ie p d a
acomodar a la predicaeion de los Apóstoles, y voeacion de
ias genter, que pareoe eJ úoiEo ernnte i a k e a d e que
tienea en mira los interpretes de la Fwritura.
13. Pues en estos p o s que quedarán vi- sobre la
tierre, y ea toda sn nw-a,porteridad, pmwpirá
por mnchos siglos. (que S. Juan llama con el nbmeni re-
dando de mil afios) el joioio de Crieto sobre los vivos 6 lo
que parece. lo mismo su reino sobre los vivos, y viadoreo,
basta que L8tos Wfen del todo, a e p verémos á ai
tíempo.
Quomodb si pa&xa o h , qnee remanserunt. excutiantur ex
o b : et racemi, chm fuerit &Utr vindemia-hi. xxiv, 13.
4 Hi levabunt vocem sasm, atque 1eadabunt.-l.¡. xxio; 14.
3 Uhm glonticatois fuerit Dominne, binnient de mui...A íinibur
teme laudeu audivimus, glorim justi, &c.-IJ~. d v , 14 et 16.
s palabma, reino y jnicio, 6 my y jam, m
14. E s r ~ dos
frase de todps las & c c h r ~oanónicao, y en la intaügencia .
n n i v e d recibida de todos loa pueblos, tiibua y Iengaas
que vivea eo sooiedad, me parece h mi que no signihn,
ni pueden sigdicar don amas diversas, sino una sola. Un
rey 6 príncipe mbemno reoibido y reconmido por Cal de
todos sai mpeutivoe ofibditos, no es otia coaa que mi jaez .
en quien reside todo el juioio mpeoto de e& mismos
dbditor, ni ea reinado ea otra eore que iu jmaio. Amque ,
no todo juer merme d nombre de rey, m de prfmipe, ni I

de soberano ; mss todo rey,todo p r b i p e m b e m , m m a e


el nombre de joes, y m le debe de jneticia, pues lo ea en
realidad. Tú ns mmgbia, le decia B Dios el mas &o
de los mjer, por r y & bpueblo, y por jwe dd trs fijes,
L hijos+ :y en el cap. vi, hablando con todos loa reyes de . i
la tierra, les da promiscuamente d nombre de reyea y de
jueces : Oíd, p w , rayes, y entended: aprended wsotrurs,
juecss de toda la tierrat. Lo mismo hace m padre
David en el salmo ü. Y aorta, reya, entended: red b I

truidos las que juzga& la tie*raS; y e8 bien fhail ob- '


aewar esto mismo mi B cada paso en lee Esorituras. in
palabra miama rey, ae deriva evidentemente del verbo
regir, que signiñca gobenui, dirigir, ordenar, mandar,
Tu elegbti me regem popuio tuo, et judicem filionun tuonun.
et hlisnim.-&p. ix, 7.
+ Audite e r ~ ro q p , et intell@te, d i d t e judices h i u m teme.-'
'

Ssp. vi, 2.
I f Et nunc regas intellifite: enidirnini qui judicah m-
Pt.ii, 10. .*
e,
oaatip, h.,todo lo cual supone el jaioio que
&be preaeder. M, todos l a reyes 6 principes soberanos
(aean pemonaa perticalareri, 6 caaipoe moralea) son otros
tanta jueces de s u respectivos dominios; á cuyo bien y
falicidad deben velar, dando d todos y d cada uno, lo que
insrsce segm sus obm, 6 ma de premio á de oaatigo, y
procurando siempre nii buen órden, y una buena armonía
en todo el cuerpo del estado.
16. 8.0- : como loll reyer y soberanos de la tierra no
pueden juzgado todo por st mismos, porqae e d e idni-
tamente la limitacion dd hombre; la r9eon. nataral, -la
esperiencia y la necedad lea ha ensefiado, ds tiempos
arrtigm, aquel bptimo espediente que acowejb d Moya&
s u megro Jetro: ee B saber : repartir entre muohos, teme-
rosos de Dior, en quikes w ha& verdad, y que abwrsz-
can h auariciu*, aquel jaicio que redde en ellos, dando
L cada iino aquella parte determinada, 6 por tiempo deter-
minado b indeterminado, q u n su voluntad; maa con ia
aaildw, idbpenaable de que todos reconozcan an de-
penden&, pnea el juicio no es suyo, sino prestado, y todos
w teunan al fin en un solo punto 6 centro de unidad : esto
es, en el soberano miamo, de quien todoi reoib'ion 1.
poroion de juicio, que cada uno tiene, 6 ia potestad de
jusgar dentro de los límites de su jnriadiccion. Estoa
aonjmcea aon, propiamente bablaado, los cu-reinantes, y
los que forman jnntamente con el rey el reino activo, 6 la
parto activa del reino, qae ea la prinoipal. Esta paqce la
verdadera idea sencilla y clara de un rey, y de una mo-
narquía: y esta parece del mimo modo (guardando la
debida pkparcion) la verdadera idea del juicio de Cristo
qne nos anuncian para su tiempo las Escrituras.
16. &te juicio IIO puede ser un juicio paeajero, ni limi-
tado B alganas horas, dias, ni años ; como quien se aienta
sir un fribUna1, y examinada y swtanaiada la causa de an
Timenbs Deun. in quib~urit rnritiu, et qui odarint a d t i u n .
-W. d, 41.
TOMO 111. C
m LA VENIDA D B L LIBBlAS
d. fa r i e m i a dehitha. Ests idse, tooiwdr..o11~)
fvrnerte de m pPiBbd. del evpibeh, no es h~jubr,
qae .m nceemitr~ de Q= mar, abeiQ o a e W . - Bi
jmoio de Cristo deab que eiapiers rn d d k d6 -podar+,
4 ar el diiide BU v d i em gloria y mrigeetpd, debe esr ri
jiiiob tam penmuieete y tan eterno oo~aoel 1IiLIDIo Ckhta.
samo Cristo en m W d e rey bade mx eterno ; p e a
m reiw ha de ser eterno, y no tsnd*á #a rsr miico-t.;aaá
h de ger e t e m ea d a d de jues; pues.el jai& ea
e i e . o i o l . l ~ : r € ~ c ú d r s y o ~ a l a j u t w i a r.Ni
$.
podeooicebi nn rey 6 m h m , ooeo rey 6 a-
iobamo, sin aopaebllee junto eoo 61 y en 61 m b o ; . ei
juicio Q L poteatd de jiiapr, de ordenr, d e mandar, de
regir y gobarnar, %o. Cristo cuando vino la primere ree,
m viPO cietfbimambOte como my: p r e o w i g i a t e m
-o juei : ni hoy m t d Irie ~ Ewrihws mfipm, .ni--
los Xhaagelios, m en loa d h s de los Aphtoler una tiole
p l i h e , que pemiada 6 indique de al- modo erta idea ;
antes por el contrW4 todo a ~ indica r y persaide &a i h ~
j&nitamente diversir. Por reimmirlo todo en una pdabr~
(que ciertamente vale por d) e1 m ~ m oSefior nos lo ess.
garb ad espresamente oon la mayor f o d i d d y daridtul,
que puede caber en el asunto. (Diciéndonos :)...no s n d
Diar SU &€#o d mando parajuzgar al m d , u& pava
qus si mundo se salvs psr dis. Conque ea -a dived&
ma jnsgei al mundo o ~ m smy 6 como jues, 6 d a r aomo
salvador y mdenbr d los que orepree en 61, y lo cmy8rmi
h Bl, y conformaren sus o b m con su fe, que es la veda-
dera cremo*, sin la cual no puede haber d a d .
17. Mes cuando venga la segunda vez (que creemos y
eeperámos con ansia todos lo8 que le amámos), ven& rip

Pa. cix, 3.
In 8ie v k t d a r~~~~-F'irda
tCn@ regni non erit u.-E b . Caiur. et vi& h.
d.. i, 3&
1 Honor re@ judicium di1igit.-PJ. xcviii, 4.
Q Non enim mLit Deus Fiiiam auum in mundum, ut jadieet
mundam, sed nt saivetw m d n i psi ipr~m.-Jorr. iii, 17.
apda eoiiro (dioe S. Ianaa;).. . u&&, & p 4
~
W m ncibiia d &w*. Bar oor~&iePte v W .ww
M@,porque d Padrs... tado 62jaicio ha dade al E ~ Q . . .
Y 4 diópo&r t& & z a r juioio, p y u c cr =e da1 Bar
be f. En esta p p b s h l d t e m&midmmte el m-
qwpto niieyp y etsnsa de Db,WWJ que ao 41 reiii;aaaje,4
*sito mhrasaente el Padre ,sa d Hijo, y pow en sur
mmoe todo el j e a : y wto pmqus rre.hip Couihre, p em
auanto hombre, b alió poder & k t r juicio, penqw
.
a j o del Hombre.. Y diób (dice Daniel) la po#utad, y la
b r a , y el reino: y tQdos los pucblor, t d w , y l m $ w
Ik sarWrán 6 él: ru potsrtad sr pofsrtad rtarna, qtrr ru
w&quitada: y ru rstno, que no rwé dsrhrido$.
18. Este j&io de Crbb re ve fraoaeaüabmenta eu
tnlm laa Escritmrae, nu 40 srnto, reob y jostleimo ; niP4 *
aumwente magnlfioo, admirabie y lleno de todai aq&
perkoioiles y eweleaoiui qne no ba tenido jamás, ni ha
el jnicio de loe patos b o m b M, m @e
podido tentener
de Criato en el wlmo ix, oomo una ooso n w a 6 inaudita
en todo el orbe de la tierra: Preparó w trono para
juicio: Y dZ m ~ m o juzgará la redondez de la tierra ,en
equidad. juzgar& lor pwblw wnjwticias. Y en $08 qal-
me =Y J wviiaoo clhpridadae Lodar las a M t o r a ~aun , Ana
kaoimalea 6 insepsiidee, á alegrarse y regocijame, no sdq
poque vime, rino espresamente porque viene 4 juzgar la
tkirra. Alégrense los cielos, y rsgocíjue la tierra, con-
Iwéoare el mar, y su plenitud : Ss gogwbs los c a m p ,
-
Et fscium ert, ut d u e t , accepto regno. Luc. xix, 16.
t ...
Enim Pater ... omne judicium dedit Wlio Et poteatatem dedit
-
ei judicium facere, quia Wliaa Hominis est. Joan. v, 2!2 et 27.
f Rt potcstatem dedit ei judicinm hcere, quia Fllius Hominia esc.. .
Et dedit ei potestatem, et honorem, et reginm: et omnea populi,
tribus, et lingum ipsi servient : potestan ejw, poteitw aterna, qua
non d m t m : et rylnum ejiis qnod non cormmpetnr. Joun. r,-
27; et Dan. vii, 14.

in requitate, judiabit popdor iri jurtiti..-


Pamvit in jndicio thronnm suum : Et ipee judicabit orbem teme
Px. ix, 8 el 9.
c2
y todar lor COIWqan en ellor hay. Eatbncsr se mqoci-
jordur todos lor irrhlm dd lar relvas 6 k wiata del S&,
porque vino: porque vino 6 juzgar la tierra. J u q a r b
lo redondaz da la t e a can sp*irld, y lor pueblos con wr
.
wrdad.. Cantad alegrua m la prermcia del rey, que u
d S& :M&w~ el mar, y w pbnitud: la r e t h d a ds
lo t w a , y lor qw moran en ella. Loa rior ap&udit.hn
can p a :juntaasffte
~ 108
~ nontea se e b g r a r h &'&a
outa del S& :porque &o 6juzgar la t iarra *.
19. En la idea ordinaria del juicio d e Cristo y d e su
d a , no dé oomo pueda tener lugar e6ta exo1tat.k~. De
erbs l t i p d e la Escntnra podiers citar dos 6 ties eeu-
tenare8 : paee no hay ooea mw obvia ea loa Rofda6 y ea
loa Salmos: mas porque esta p-dd seria tau esfadase
bamo inútil, me &teato por aora con M m10 lugar de
Ieaíaa. En este profeta ae hdla cae¡ eieiapre (en &M
mntoe) compendiada en poco, y oon mma claridad y e b
gciwir, etianto se halla dipomo, y de un miDQo deaun> 6
poco olam en otros Profetas.
Lasten& cceli, et cmiltet teme, commoveatur mue, et pltini-
tudo ejas: Gaudebunt eampi, et omnia, quaa in eia sunt. Tunc
exult.bunt omnia ligns silvarnm b facie Domini, quia venit : quw
h r n venit Judiare G m . Judicabit orhm terras in mquitate, et
popiPlor in d t m t a m.. Jabihta in conspeuti regh Domimi:
wrrrftirmara, at plenitado qjua : orbii tsmriiar, et qei hww
eo. Ftumina plsrident manu, aimul montea exuitibmt ¿ cm-
rpeehi Domini ; quoniam venit judicare te-, -
&c. P8 xm, 11,
1% 13 i sr PJ.xcvii. 6, 7, S, st 9.
CAPITULO nr.

.m. EN el Fe~4mem,V, arpeoto i, instmmento ii, iae


aecienlo bien que dejé sarpeare ia oboerv8Ci011 de c i a b
Eenómem particoler: esto m, la mitad del cap si de
h a h . poreaieodome.qoe no ero enabooes tan oeoeseiii
para aquel punto partiouinr que alll se trataba, moo mlo-
mente la q m d a mitad qae empiaa deade el v. 11 : por
b oeal m e w 6 edao8aerraoion ptdcPlu para oúo I l i l p t
y ~ ~ . p r ~ p i o y o p o r t u o o :iioe pateee que b
llegado ya.
OAP. XI DE IBAIAS.
21. Sal& una vara de la raiz da J u l . y de w raii
subir6 una jPor. Y rcporarh robra 61 el srpíritu del
.&l&u:m+tu de sabiduría, y de e n t ~ w r t oq, ú i t v
de odluqo, y &fortalexa, u p f r i t r de&n&, y & pie-
ddd, y Ze llenará el erpfritu &l temor del Señor : no+-
gará 'regun vista dc ojor, ni argüirá por oida de o r e ;
sino que juzgará 6 lo8 pobrer con jwticia, y reprenderá
con equialad m defensa & bu maruos de la t h a ; y
k r i r á b la tierra con la vara cb ru boca, y cdn e2 srpd
r i t u cb JUJ lábiar matará al impío. Y la jurticia ser6
Eiirgulo de nrr loma ; y la fe (6 la jcblidcrd) cañidor &
rur riironsr. Ecrbitará el lobo con el cordero; y el par&
M echará con el cabrito : el bsurro, y el &m, y la q ' a
d r h n juntor, y un nüio pequeñito bu condm'rb. El
h o , y el oro aerbi, a . t & juntar : y nu c h
jmtcrnrnte dsrcataarán ; y el lson comerá ~41.4como el
22 LA V E N I D A U B L M B 8 1 A S
buey, y el ni& de teta se divertir& sobre la cueva del
áispid; y el dertetado meter6 su mano en la caverna del
kilisco. No dañarán, ni matarán m todo mi santo
nonte :porque la tisrra estb k u dC la ciencia del Scfior,
(6 &l conocimiento del Señor) así como las agua &l mar
que la cubren. ER aquel dia la raiz de Jes6, qua ertá
puesta por bandera (6 estandarte) de los pwblou, le inod
y será gl0tJom #usepulcro*.
edrdn a 61 I(t) rkrorkrobnes,
22. Es ciertísimo que los doctores jndios, tí lo menos
los mas doctos y sensatos, entendieron ánicamente en la
vhta y flor que #aIm do 10 miz de Jes6 (6 de la familia do
Jtwé) dos cosas propias, pecwiim y esenciales de la misma
praona de Cristo. En la vara entendieron su potestad
ab6olota y univereel como r q 6 monarca verdadero de
toda lo criado, 6 cemo jaez supremo 6 sobereno en quien
asbe algun dia 0rmlnbe para siempre todo juiuio, mi como
tbdo principado, poteetad y dominacion : d pr.incipado ha
.
rSdd puasto robre su hombro.. Y ditíle la potestad, y la
lionra, y el reino :y todm lor pwblok, tribur y lengua lo
E t egmdietur vLga de iPdia J-e, et flos de radio8 ejw m i -
&. E t req*cst iugsr eum 8- Domini : r p k i t u mpieatim,
et intellectus, spiritus consiiiii. et fortitudiis, epinfiur ecientiae, et
pietatis, et replebit eum spiritue timoris Domini: non a e c u n d b
h i o n e m ocuiorum judicabit. neque secundhm auditnm anrium
~ F e t Sed : judiabit in justicia pauperes, et W e t in teqiiitate
pro maneneIU Cerne : at percutiet ferram v i q h o r h eui, e t spirifP
iabiorium euomm interddet impium. Et e n t justitia c i n p u l m
lumbomm ejus: et fidw [sen fidelitas] cinctorium renum ejua.
Habitabit lupus cum.agno.: et pardue cum h ~ d accubabit:
o 'vitul-
bt leo, et o& simul morabuntur, et puer parbulua rninabit 'boa.
Vitalua, e t W u s $ascentth: simúl requiea~mtcatuli eomm : et lea
qassi bos mtmdet weas. 3t.delemrrtlllui inhnr ab abre ciapr
fbramine aspidb -: 8t io caverna re@, qui abl.etatua he&, m-
auam mittet., Non nocebnnt, et non occident in univmo monte
sancto meo : quia repleta est terre scientia Domini [seu agnitione
Domini] sicut aquse mar& operientes.. In die illa radii Jesse, qiui
6t h in aignuid.popttlomm'~ilhein 3exülam] ipaah gentea deprica-
h t n r , et erif iepdenim ijua gioñabuni. - I d . xi, hb 1 haque hd
10.
BU GLORIA Y YAGESTAP. al
servirán, ¿ L1*, Del misno modo enteodiéron en la ñ e ~
qae de,no de la vara, ni por medio de la vara, sino inme-
+,
diatomente de la raie misma la suavidad, la equidad, la
felioidad de su reinado, 6 de au juicio, y juntamente hb
beniioaura y amabilidad de ea persona.
23. Esta intekgaocia les pareció 4 eetos doctores la mas
natural, la mas propia, la man c o n b e 4 todo el conte&
de eete capitulo y de todas Jaa Emitnrar La vara,
heci, eiempm se ha mirado dsde lo8 diat antiguos, y
entre todas Im naaionee civiles, como un símbolo propio, y
aun como un8 haignim peouiiar de la potestad, del juioio,
6 del g o b k o aotual: y sq la misma Escritura es &e-
cuentísimo el aso de este eimbolo, no solomente cuando se
babia de,otros wyea, juecea b magistrados, esi de Ima61,
a m o de o- naciones eetrangeraa, nino tambien uuendo
se hebk e i l p ~ m b del Maías en en venida gloriosa
oomo my y como jues. Pfdsaw (le dice Dior Bn el Ilalmo
seaupdo), y te rkrtd km gentea en herencia tuya, y en
pprcrion tuya lor t & h r de la tierra. Los gobernar&
...
c m vara dd.hierro$, mra de rectitud, es la vara clc tu
mino 5.. .De Sióff km6 udir al &&m- el cetro ds tu poder :
&mina tú.en medio da t u enemiga(). Qwbró el S&
el b k l o ds los impbs, la wra ¿a lo8 que hinabanclf.
Y por abrerinr, ea esta misma ptdfeoia de Isaíaa qne
comemmoa iobservar, ee represeata y se ve 01 &las
Et factuq eat principstns super hunreram qw,,. Et dedit d pe-
testatem, et honorem, et regnum: et omnmpopuli, tribus, et-1
ipsi servient.-Iaoi. ix, 6, st Dan. vii, 14.
Roe de rndice qjus aecendet. - Loi. xi, 1.
$ Poehila b me, et dabo tibi gentea hreditatem tuam, et posses-
sionem tnrm termina terra. Reqa eoa m N g a ferreal-P8. ii, 8
et 9.
p Vi@ directionis virga r@ tui.-PI. Jir, 7; at aids adH)b.& 8,
11 Viigam virtntie tuaa emittet Dominu ex Sion: dominare in
&dio * i tnorom-Da. cix, 2.
a Contrivit Dominus bacuium impiorapq lir(pnidomim8nrium.-
I d . n v , 6. ,,
. a' U V E n I R A DEL Y mAB
~aacoqre~ealabocrr-h~irsdera~
y poteatad, con la anal rpra hiere la tisrrP y dsrti.p 7
~ f o a o i m p í yfodaimpiedad:
o y hkd(LltaljltM
~ - k r ~ d 8 8 W h , Y C O I L d ~ k * 8 ~
nakrb al i++. Porotrapute: ¿qué á d d o -
~ & l a b e ~ , d &la- o k ~ q.e
ipaaor? E L n r i i P i o d & e I B s a f . n a p b a i : Y o ~ d J
av<p,yk'~deleraagrri.. t
24,NoohbatehproPedddemk~n
&ri+ rru riapiioi&d, y m peñeds ooafoü8idd m
todo el 0011testo de gata p m f d y de tanten otras, loa iñ-
torpreka ea rru &temo tan lejos edPn de admitida, manto
ds impugnarla d i e n t e . i Mas por qa6 rrrrim?2 A c i ~
por el modo tan groeero y tan poco deomte, aoa que iBoQu
hablaron del reino d d Medas y de sa penepa, asdo
pudiera hablane de un beroe de las fipbular 6 de an pgo
hombre? j B b o a o p o r q ~ s e r i n b e ~ d e ~ b i u oSi:
sl
eite er el pretesto; mas no la fbcddmt 88rmm. Bta
queda ya seanErada en varias pactes de esía obra, y a@
sssmsesta por si misma. En e6te lagar, d m .en
oillanee de otros, ea d o uno de &a emhmn: 6
alegMsar y erpiritualiser toda entera la profecía,
ea a t a capitgb y en el siguiente acomodáipdols todq
cueste 1 o . q ~ccwtare, 4 la Iglesia preaeúb; 6 mudar
8 p m e n t e de ~ s b p a . Esto Gltimb no bay que pea
-10: oonque lo primero, que ea el reoamo ordinario en
todaa loe rvgeneiee. 8j;Seodo pues, formmo acomodar 9 la
Iglesia preieate toda la profecía en aentido pmunmb
erpiritael y alegórico, es -bien forzoso allanar el caaPiPio
desde rus primeras palabras; quitando este primer emba-
razo, wn dar otra inteligencia divemisima 4 la vara y &r,
que deben ealir de la raiz de J d . Veama ata i n U -
genoia y comparémosla aoo ia primera en la balama fiel.
Et percniiet terram vira& oris sui, er rpiritu I r b h m snomm
inruficiet impinm.-Ik+ U, 4.
) %o 0or ampi, et iiiw eosva1lium.-Cm. u, 1.
- -YrW*m-J.*&d';Mj&Iní

-
riro por*.
. Lm fbr (dioen) rimeOiii db, prmmm
renr y
dkmm, sibrgnaderya¿mirdh(Spioporoiaia)deR
6 r & l r e y M , y p o r e s o ~ o ~ ~ ~ J
@ d d ~ o I h i d , q m h b J e r b .Eailav~iaaedek
a t d - e c h Bat.V* aWa, Hadn, de Cristo, y ea b
flor e) mismo Crirto. M w mem&m (&he an auUgw
icbgik, 6 q&m.tdos .6 lor mam sucribea, en eI mimo
&teha) por kruure & k r d dsfd entsnddRner qw er
&a VL-gendbtaMas&r pwnotucconmta s r l g w m z ~
kdlo; ypor$iwal&hrSakador, quediceenel cús-
h ; d e I b r chfiiaorr " Y o j o r ddcump, y jrliriaeklor
4." & h e artar Jor, prsr, pdel tranoo y r e &
k d w Aemmtad por mediode~IIísriaVhym, y m ella
rkaammí el srpb.itu i l f f i r , h.t.
S.Yo no me opongo, ni pedo opaneme Bn impiedad
.$levemdsdde hdivLnqneqpfnosdlae 6moa acuenls
isilts rmto do- con oaamob de erter piimeras paiaimn~
Idel rp. xi de Iieiar, que lctnaimente obren8~10~.&tu
w- t
e una verdad i n d i t a b l e : d saber, que Cristo
;nsriá & la B d m m a V i Maria, la anal era & la
w r g r r r d ds D a d $ . Rata vedad debemos saber y eiear
fr ' ' ente todos 1- ~%J&DOS : j m v d a d de
6 aiertn 6 mdirbitablq es )e mima qae se annnem,
6 de que se hiMp en estar primerea pdebm de Ir profecía?
,Esbihple pregunta pide natniilmeate sspeni, y desea
wr q e d s a,solo mtagbtka, sino rarrieml, bien fim-
dada, &us, & Prtitioioe de paro i'~epM0(que llamúnoo
Et egredietnr virp de d i c e Jesse, et flos de d i c e ejni Mccn-
det.-1'. xi, l.
QV i da d i c e Je&. Sanetam Mariirm Virgínem bteW
v,qrie nalbur hrbait dbi frocicem &mmitem, et bonia
Dominam ralvatonm, qui dicit in cmdco canticonun : Ego floa
m p l , et iiliam condlinm. Super hunc igitur dorem qni de
tmnco et rodice J m pcr Mariam W e m repma conwrget, et
requiesat yiritns Domini, &c.-S. H g m . in Im'.
$ Virgo regia Davidice Stirpio.-&=t. h. Serm. 1 & N 8 W .
iacmd, y ~ ~ #el
t p m 8 i i l i D d o a q p J O L I B ~ d m ~ 4qiu
soíima, que merece oon propieami el neaPbre de á a p e
b, 6 de prepotencia teo- Despea de hrrber &do
y meditado la prefmía entera, &da oan el cqkalo ambse-
&nte 7 el +ieate (que todo debe e n b u en.ooaiidea-
oioa), así oomo se hsllo W h m e a t e viola& y llep4 de
faladedes palpaMea la acomoda&on que re pmtende b a r
4 la &$e& preseote, así M> sa sabe d qa6 prapóiito rieoe
aqui el nacimiento de Clnito de la &ata Virgw IILaris.
Aunque IW ateodiese ónioameate h la prinvere olahala de
ate @talo, separhdola enterame& da todo b qa
p d e , y de t d o lo que sigue, que ea lo sano b qw
p d e eitaode~ela indulpwia en entos ammtoi ; aun mí
hintaligenoia vulgar no puede r ~ m011. y :a
~ se re @
peaente de sayo un inoohvdepte gahim0,\6,uoo aoiue
oaencia intolerable. . 4
m. 61 lo vara de que a@ ae haLla (@em oponer
slgaa kioi$ddo) er ~eslrente-O hiaoa-V-
María; laego mgnn este lsgar de ia e e o h , &tono
owi6 de la Santa Viqem M&, ni íúata pudo rer v d h
Madre de CrPeto. i Por que ? 4 Papua espnnwsabe m
dice, que la Bor debia nmer, no de Ja vam, sino irimedi.-
tamente de la Fsirr, así cano la vcua mieiia, ni p~la rara;
NMr6tma0d~1~dsla~&J~d,ydsm~aia~ubir
m*. C~onque6 la Sssh Víqph María no t e ~ mar s
parte en h g8neraoion de Oriste, que ia que d k mta
prafmla; eeto es, niiyolia; 6 lo Santa V e n M d a no
viene r i p i h d a aqol por la vara; y a ae qaiem qm
wsga s i p i b d a por la rara, e a ú neoesario alteraii m
testo tan claro, alíadiendole libremente dos palabra8 para
que diga lo que se pretende, y leerlo ad: y & ac raig (M ,

buaistará por la vara) u n r


s w : lo cual aunque hablando
del naoimiento de Oruto ea u m vabpd ;mcre a m v d
aonocidammte agem d d teata, que ao dioe tal c m , mala
insinúa de modo alguno.
28. Crece mas la dificultad, si se atiende 6 todo el con-
teeto, como debe atender iquien busca y desea la veqlad ;
poes aiu eciSi rtencioa Ir GO- nmi~claras deberán qmmbkr
ar aoalqnier d t o que m, ea ia mae pretimda osoundad.
D d e el oipltalo aatecedeote se ernpimn y a 4 n o h , y
ea bien f d notado, loa t h p d~ e que ie habia, w menw
e b u aiaesas y lar pmmp8s. A111 w brimla chmakm%~
.resiche, 6 de las diquiie úitímae y mas préciosaa de ia
0 8 db ~ J w b , km cuales (aomo m anuncia en otres mil
e s ¿e la %eaiitora sants, que ya hemos observado) ie
w n r e d r h perfectamente 5 Dios, antes que venga el dia
d d 8061~. se dime de este miduo, 6 de estss pm-
aMaee relíquiaa, que ya no confiarán en loe bombreri, ni
a t r i b h en adelante en loa priaoiptw 6 potestades de la
&m, por medio. han sido castigadas de su Dios,
abetidas y hamilladas hasta lo anmo, sino que estriba&
&&amunte en el Santo de I d l , y a t o en einceridad y
en verdad : Y dcacccl.6 en aquel dia : Qcre los que que&-
rarc & Ilretl, y lm que eacaparen de la c m & J a d ,
(ueria b u e h trae oqd 6 le memoria la muger que huye
á la reledad, eon deato y ooarenta ) cnetro mil selladob
ea la h t e d mllo de Dioe vivo, dei F e o h e n o viii), no
rs apoyarárr illar sobve aquel, que loa hiere : sino que stn-
dtamenfe se alÉo?yarbn &re el ScZior el santo de fbraúz.
Los er*, lor d o s , digo, ds J d ,cre converthún
al Dior f i e * . Allí se le dice y promete 4 este residuo
de Jaeob, que aqnel m,qm tantos. isiglos ha Ueoado
sabm ra d l q y equel peso enorme que ha oprimido san
bombros, )e será- ea aqud dm enteramente quitado: Y
dcaec6ib en aqwl &a: Será quitada. m carga de tu
Aorilbto, y u a g r g o d s t ~ c u e ü o . t . :q u e e s l o m ~ q m e r i e
habii dicho poco antes habiendo con el Yeafrrs. Porque
d yugo de ac carga, y jla oara de N h b m , y el cetro

Et ait ir& Ni: non uijtciet t d d m b IiinU, et hi qai fuge-


rinc de domo J d , i d 6 inniriper e ~ ,~ E Ípueutit eaci : Md Pnatcn*ir
super Daminum me- I d iPieiiCate. Reliquia ctmrer<sntur,
d i q u e , iaqaem, iid; Deum forbtia.-fui. x, 20, st 21.
+ Bt erit in dh ina: Anfacmr snaa e)ui da humero tne, et )u-
gum ejw de collo t110.-116í. x, V.
& m sxilcrtw tci l e p d m ~ t e , c o n do ~d ~k &Ma&W.
Aiü 'w dios en wma, y se coaclaye todo er(rs aap. x c m la
IndiIaaiOa de lar roberbioe, y ruina ediera de toda la '

Boaaciai, bajo la semejaosa del monte Iábruie,


mn todos m u ailidmoo o e d ~ aiu¿íendo
~, riribleiaiante 4 k
o é k batalla de W e o n oontre el egéreito iowmaiblo
de Madiho, de que rie hbh~as el o q í b i o vi¡ del libm de
ks jueces. Es aquf que 61 &h ü e b r de 14.d g b
cita8 quebrad la cankvüla am erpanto, y lar dter B
artatwa w 6 n cort&, y los d m abddider.
~ Yk
wu*t~ dd b v mrhn ~ COR Aisrroi iy d
'

Ubano casrd con nrr dhrm t. Inmediatameate 8gae


el cap. xi d i e i d o : y s d r 6 una vara Be la do
3d.
29. Con esta admrteooi. previa y bien importa& plib
segnid aaia la 1-ion atenta de todo ente orpttda, y el
dntico de alebenae 'y acdon de gr&ciu qoe canta en el
e q h i o sigsieiate el mimo residuo de J d , iibmdo m
aquel dia oon tantoa prodios, y mcqido eoil g m d b
&&S; y p me atrevo 4 ,asegurar reiuieltameate, que ns
kllareia una sola espresion, ni oan siquiera u w salo p d s
bra, que atendi- todas lea oirerrairtaooiaa ee pueda .m*
modar de un modo ramaable 6 @te, 4 la prinerP ve*
del Sofior, 6 6 m dwtos en la Igieaia pnaeate. Y i
@a c e t t i h m a plenamente de esta vadoda sm que e
qeede ni aun iiopclia de duda, abiK1 ouaiquibr e q d o c de
la &&ra s o h &a lugar: mtejd m juicia y
jarticia lo qae eUí le& con la proleda ; y erbo +
cho maa que otro argumento, oa haeá í k d m d rbiir la#
ojos, y pamr ¿e les tinieblsa,4la la&
4#). Fuere de e&, si m d p m poca de
d i ,abrid lrro cowordoncias de la Biblia 4 bua&
eate Lmlh admirable la paiabra aara ;y deapciee de babm
-amido uno por uno todos loa lugares d e h miupu
Biblia; 4 que soie mdtH10, temga por c k t k m o fpreii b
ba pgosad9. d&pdemeiite) que m ballareis um mio,
M w se tome wta palabra ea un misma m d d o
g e a d a esta es, por la potostad aetaal de jtazgar, & go-
h. de &m, de oomjir, de Wru,h.; y algnoer
.poaer mow par el htromeato nrismo de la curreocioa 6
4el castigo; lo cuai en BPB propios lugor~~, n-i Bo
,peas@dojamaa poner en duda. Desde los tiempoo de Moy-
ak ie lee, W a n d o espremamente del Medar, ia dlebm
*&& de Ma~a : dir J a d NAQBEA U N A PSTRPLLA,
y da IwdZ m bantarh una viara :...De J m b sddr6 rl
qm ctmrins *. En esta pdeeía, aunque algnnoa Rabinos
aria andemos, p muy ignomotes.(4 aayo rientimieoto re
bolina el Toeíado) pretandieron comod darla B David, d
.&Jsbdn y demh reysi de IsaaBl y de Judá; mas todos
hn imb8qmtá1 jaicioaoe m rien con raoon de la impropb
dad, 4 i m n h de eeta inteligenoia, dehndiendo con tode
+, que en ella se babla evidentemente del Mwíw;
J 9110 éste y no otra psrsona, viene eqd Ignificdo, ai
par 1.vara a m o por b estrella : y d ningpao le ha posdo
por. el peawmieato entender por esta vara la Santa Vhgm~
M&, ni deGU que de esta vara debia aaom ia ertrelh,
- ~ e l t e a t o w m c ) q o i e r e n b e r e l d e Ieolar: uIr-
wuunrtróua per la varat. En auma, bablrnd~
gq-mbb & e*, M3 VS hv0ia y ie U%
-ente en los PrOtetar. en loa Salmos, ea loa
e s de S.Pablo, en el ApcdipJ8, y a e m p re ve en el
rfrmo amlido m iodaiua ai novedad olapaa i Por 8 3 ,
poei, solamente en este lugar de Iaaiae ha de ~ f i o ( u
aáe aosa divema? jPor.qn8, ppre. ~ O ~ U I W D ~ ~erte
lugar se hade cmoertP la vara ea k SaetaV- u?
Si, beaPso da hrMar frpicamente, como pide la gnnedd
d $ ~ , p a r e ~ e c l o r o q u e . hoJdraYerdodenrrlrPoic
o
eiaodlpiedoypvadelararaapiema, ydelaicosustan
paodw, tse individdee, tan agenas y contrM8~al nite-
nio vulgar, que se dioen de esta rara en este lugac.
$L De ir & d eJaB, 6 de la cana y familia de David,
B quien w hixo lo promesa, d d & dioe eete Profeta, lp
wra y la flor. Sobce esta 0ar y vara, es de&, eobm mate
m, sobre a t a potestad, sobre erCs pe~vuraadmira-
& B quien pertenece todo imperio, toda potestad, descon-
tmá cam ptmmmmia etenia el ~~ septiforme del
Sefiar, y por estár ata persona, 6 este prlncipe.mb~~~w,
l)mo de d e Espiritu neptiforme, no juzgad el mundo
como lo han jusgado, .y como solo pueden juPlgeAo loe
mpee 6 jwcer que ron puros hombres: a t o es, segun lo
alegada y probado, 6 por el testimonio de bs ojos y de
b e oidoa *- La vara de eci domineBion (proeigue Isdm)
la traer& no en la mano, sino en su boca ; para dewtar la
pmntitud y facilidad oon que será ai punto ejecutado todo
auanto mandhre. Con esta vara (qae S. Juan llama
espada de dos 6im) herirá en primer lagar toda la tima,
matará todo implo, y destruirá enteramenta todo el iaii-
&vio de iniquidad : y herirá la tierra oon 14 vcva I ru
beca, y c m el srpCritu de s w &di01 rcrtartí al impio t.
A esta lugar de I h alnde ririblemepte tado el cap. xi
d$ Apocalipb, COIDO taia>bien S. Pablo cuando habla del
boorbre de pecado, h q u h e l S e ñ o r Jemu m&urO con e1
A t o tb ow Iroca, y Ic h t r u w á can el re8Pla>CdOr da JO
vsaida$.
32. Derpuee de este primar golpe de la rara (que al
pxincipio será .dertamente vara & k r m ); deepnee de

* Non seenndam viaidem ocalolpm judidt, nsque s d h m


8 1 1 k awium qpx%-I.'. ri, 3.
t Et percutiet terram vir@ oRe sui, et ipúitn lsbionun suonim
inocrdoiet impium.-lis. A, 4.
I Quem Dominar Jeau .inteibaiet rpliita orh iui, at d-t 3-
luatmtione dventbi mi mm.-2 ad Zbac.ii, 8.
' E N B W R I A Y YAQBBTAD. a
eMe phmr wto ~ a ~ n severo t ey rlgoraso del
j- de Cristo; e m p h h e g o el P d h de W e , el
w a l m eqiritu gran& ai6 los bltimoa tiempos*, 4
dedbiu la fetiaidad d e otro sido 6 de otro Cienrpo del
todo nuwo, que debe segoiroe i n m d i e n t e en esta
nuestra tierra : i n pasa en quietud, so justicia. au rantidd,
m la premmia 6 bajo la rara p g o b i o del sabio y
pd&co Salomh, de quien m di- a q d h p b h d~d
.
salmo d i o que cita 8. Pablo : vara de rectitud.. 6 aa*n
dé equidad, la vara di tu reino) : mmndo para eeto d e
mmejantan y eeprouianee tPa viiras, tan admirqbiee, @m
aaevasr 6 llraaditae en t d o o h tiempos anteriorai, que su
h a novedad y grandeza las ha bedo i o d e s , aun
respecto de loa bombres mas pioa, y mas créddos de mm
ibcreiMes que no constan de la reveleeion. Ved aquí
Plpnes de eHas.
@B. Habittuá en aquel tiampo el bbo con el carden>,
y el patdo d d con el cabrito. El becerro, d 1000 y
la oveja morarán jnntoe en una misma habitacion, y un
d i o peqeñito los mducirBS. El oso y el becerro pae
terán en un miamo prado en buena m o n i s y perfecta
6ammrdia: y los hijw de a m h , íumqne de inclinacionas
t s m diverme, dormirBe en un mismo lugar temor ni
-010. El Iscm se contentará entósoee con aquel simple
&mento de que osa el buey. Un i b t e tMnio b inooend
padA &&be d w o la meva de un bapid, y aun meter
la maao da peligro algniio; porque en aquellar
t3anspos no me* m hai$in mal todaa laii bedaa pon-
m6oaa~qne aoia son tan temibles : y esto no en m a parb
determinada de la tierra, sino generalmente en todo mi
santo monte§. i Qu6 monte saoto de Dios puede ser

Spmtu mrgno ddit n l b - E o f i . xlriii, 27.


t V i directionU,..isive quita& vkgamgiU d.-Po. J i v , 7,
tuPmrl..<ulNsd. i,8.
-
-
$ Et puer parvulai minabit sor. Imi. xi, 6.
8 In h n o monte m a t o mm. Ik¡. U,9.
a.
. .
aD LA VUNIDA DEL YB6IAS
C .

e&? A d me pareae por todrs sni d a r , combirisdu -


oon otros lagares de la Facritara, que se habla aquí de
aquel miano monte tan grande* que debe oubrir algrui dia
toda la tierra, de que habiámoa en el fenómeno primero
(diciendo con Dapiel), iapicdra que habicr herido la ~ t a -
tuu, sa hizo un grande monte, d hinchió to& la ticn;a*.
TA oual m conoce claramente por lar palabraa que luego
Osade, mhalando la oswe y orlgeo de tsnW mareriltss:
a t o a, porque todo la tierra se llenará ent6nca de lo
oiewio del Sefior, eei como están llenar de todas
queilaa partes de la mi- tierra que cobre el rnaiit.
Todas atna aom, y otras iguales 6 mayorea, los repite
varias v e o a este miamo Profeta con igual vivexa y claridad,
especialmente en loa capitnlos u x v y x u v i , de loa coaler
decímos lo mismo que de este Y : esto ea, que todas MM
cosas no panadas ni presentes, sino resenadar visiblemente
m lor teaoro1 de Dior, para otros tiempos todavia futuros,
como lo mueitra y hace palpable so misma novedad y
gnuideaa.
34. En L, oonclaye el Profeta ente ponto, diciendo:
iEn a q d dia di h raiz de Jeud (6 como leen Pagnipi y
Vatablo), (qw &h de lo r& de Ilcri.) que 88th pwrta
por h d m a de lor p d h , le inaocarán 6 U lar na-
h$... &te miirno q w aora está por bandera (ó
srtmdurta) ds &M pwblos 5. para que w Plirten boj0 m@
b s i d m loa que qouiemn tener parte con él ; y esta tam-
bien, regoo la profeefo de S i n , para esfial b la qw w
&rr6 contradjccicm (1 ; a t e miamo lier4 entóeoee reveree
oiado y dorado de todaa iaa gentes ; todas le hinca& Ini
h p b autem qui percuaaerat atatuua, factua est mona magnua,
-
et implevit animui, tmam. h. ii, 36.
)Q.t.rsphtr e J t t s m s e i s a t i & D o ~ # i C u t ~ ~ o p a
-
rientes. I d . xi, 9.
f In die iiia mdix Jme [qui egredietw de d c e Id.], qui 8t.t
in W u m popuiomm, ipum gentea depreabuntur.-Iwi, xi, 10.
In aignom [aive v d l t i m ] populonun. -Id id.
1 In Qnoim, cui contdice~riu.-h.
E, !M.
- ' todillas, e s p e h en 61, y depeodeisin entemente de 61 : '
¡e' invocm61r 6 d2 lar -ones, y como aiíade S. Pablo
conforme 4 los LXX, en 41 esperarh las gentes : y su
descanso, sn asiento, su tnbernácnlo, m trono, será no sola-
mente gloribso, sino la misma gloria : y será su &6wmo '
b r , leen'loa L X X : y será su descanso gloria+, leen
Wpnini y Vatablo.
86. Ninguno puedeaeetraflar (4 lo menos con n m n y
jwticia) que yo lea e s t a áltimas palabras de esta célebre
profecía de Ieaías, segun los LIX, y segun Pagnini y Va-
tabla. No ignoro que S. Jerbnimo las lee de otra manera,
dáodoles otro aspecto inñnitamente divenio : esto es, y será
glarioso nr sepulcro $. Esta palabra sepuicro, os causará
sm duda un eetremo diegasto; os parecerá ajenfsima de
loa tiempoe de que vamos hablando, no menos que del
testo J contesto de toda la profecia ; y casi os hará retro-
ceder codksamente 4 los tiempos pasados, sin saber por
qoé, ui para pnB : como ana persona 4 quien baeen entrar
iep&tinamente de una grao luz en que se hallaba, 4 una
c4marn oscura. Mas eeperad un poco. Los íntérpreh
mas eiwen>s y mas ioteligentes de la lengua hebréa, con-
fieran injenuamente contra 8. Jerbnimo, que la paiabra
.eplcro, no es la que correaponde aoo propiedad al
original, sino coaodo mes en un mentido htbho 6 impropio.
La palabra Bebrlra, dicen, mesponde pdectamente d la
p a l a h ktinll r e q u b : mes esta palabra rsquisr, 6 des-
amo, digo yo, es muy general, y M, puede fadimente
aplicar 6 tonbaer h moohas amas partíoulares, s e p a las
ciiaiinaaaoias. Deooanso me llama aammimente el acto de
eetár sentado 6 recostado, y tambien el asiento y la cama
en que se logra a t e desoanro : deseanso se llama el suefio
6 aoto de dormir, 6 la dormicion: dercaiMo ie llama le
Ln eum gentes rptmbiuit.-Ad h.
xv, 12.
+ & erit requies e j u honor... et erit requies ejua aloria. -14.
si, 10.
f Et erit iepuichmm tjus giorioeum. -zmi. xi, 10.
TOMO 111. R
8L LA VENIDA D B L MBBIAS.

simple mmaioa de tbdo trabejo. 6 aarpod 6 msatpl : des-


oanm se llama la maaerte misma, eapedmente cuan& La
precedide una vidr molssb, trabajaea y iiem de d o 1 m y
d b p t e w . S e llama, en fin, desanio, au-e con una saa~i
iasiprapedad, el logar dende re &poda un aadher, que ei
)a que tiene el aombre de sgdcro. Por donde piaae
claro, que quien elijib a t o áltimo, tuvo por entánaes iaoy
presente el oowmw grande de Cristianos. que d e d e el
eoartU6 quinto *o iban L J d h drisitariaiglsrá
da nirb i e p o b &el8slíer.
CAPITULO IV.

EL CIaLD NUEVO, Y Tn!mtA NUEVA.


36. CONla venida ea glwia y del Seáer Jewc,
d e l Hombre Dioe, del Rey de loa rey* que eaperámos d e
cierto todos be que creemos, desbuidos eatemmente loa
cieloa y 18 tierra, que aora m, c6mkm%aránotro6 eueroi
cielos y síra nueva tierra, donde .habitará en adelante k
justicia* (dice S. Pedro en ea aegande ephtoia, cap. iii):
¿Qué quiere d&r erto? ¿Acaso quiere decir que los
cielos y la tierra, 6 el mwdo universo que aora ea, dejará
~ ~ ~ D C deB ser,
B 6 sed aniquilado, pare dar lngor B la
creacion de otros cieloa y de otra tierra? h i padiera td
vea imaginarlo, quien leyese rolamente una parte, y no
todo el testo seguido y continuado. No hay du& que aun
así. parece nieispre osoaro y difiad ; ya por aam eapreaioneo
estraordinariameate cdnciaaii, ya iambien por la colocaaio~
de las palabras. Maa en medio de esta concision y apa-
wnte osoundad, d w u b r e faoilmente B quien q u i e r e
m k l e todo entero g con la necesaria atenoioa, 8 s propio
y n a W teotido.
37. D e modo (di- S. Pedro) que ad como el cielo y la
tierra, que eran a t e s del diluvio uoiveml, perecieron por
la palabra de Dios, y por el agua*, asirniamo el cielo 6 loa
aielor y tierra, que aora BOU, perecerán tambien por la
miomo @abre de Dios, y por el fuego: Zoa cielrm (son
prdabne del Santo), que son dora,. y la tierra, por la
Nww ver¿ ca?lm, ct noram terram secundhm pmmha ipaiua
capcctamas, in pulbus ju&h habirdt. -2 P¿t. iii, 13.
) Per qure, ille tunc mundus quii innndataa @t.*!? PeV.
iii,6.
~2
36 LA V E N I D A D E L MBBIAS

nwia palabra re guardan rsrervados p r a elfuego en el


dia &l juicio, y da la perdicion & los hombres impíos*.
38. Aora, pregunto yo : j los cielos y tierra, quo pere-
cieron por el agua en el tiempo de Noé, cuales fueron?
i Fueron acaso aquelios cielos de que habla insipientemente
uno de los amigos de Job, diciendo : qaw ron muy s6liJor.
corno si fuesen vaciador de b r m e t ? jSerIüü aquellos
cielos igualmente gólidos, que imaginaron los Caldeos, los
Egipcios, los Griegoe, y que de eilos tomaron loa Roma-
Boa? i Senan los que en el sistema preeente, en esta
parte metem4tioamente demostrado, se llaman cielos : esto
es, todos 108 cuerpos celestes, sol, luna, plwetai, cometas,
y estrellas Gas? Y hablando de este nuestro globo, que
Uamámos tierra, j pereoió acaso la sustancia de esta por el
diluvio do agua? Parece ciertísimo que ni lo uno ni 10
otro. Por lo que toca d los cuerpos celestes, á estos no
pudo alcanzar ni tocar el diluvio de agua. Por lo que
toca B nueetro globo, B esta lo cubrieron las aguas, como lo l
cubrian cuando dijo Dios aquellas palabras ; j u n t m e l a
agucu, que 88th debajo del cielo, en un lugar ; y descu-
..
brase la seca $. Pues i ~ u B~ u B10 que pereai6 por el
diluvio de agua en fiase de S. Pedro? A esta pregunte
no hallo otra cosa que responder, ni maa natural ni maa
cothrme d la verdad conocida, sino sola esta: ea á saber,
que pereció en la tierra todo cuanto habia en eu superficie : -
perecieron todo8 sus hahitadores, hombres y bestias, escep
tnando solamente loa poco8 de cada especie, que se sal-
varon en el arca de Noe ; y esceptuados tambien 6 todos 6
jnuchos de los vivientes que habia en las aguas. Pere-
cieron todas las obras que los hombres habiaa trabajado l
, Cali autem, qui nunc sunt, et tema eodem verbo repositi suntr
igni reservati in diem judicii, et perditionin impiorum hominnm. L.
2 Pst. iii, f .
-
1. Qui rolidiisimi quasi sen fnai sunt ? Jd.uxoii, 18.

-
1 Congregentur w, quae aub cm10 mnt, in locm un- :
apprruit anda. Cm. i, 9. 1
borta entórioes sobre la tierra, de iaa cuales no nos ba que-
dado monumnto alguno. Perecib toda la belleza, toda
la fertilidad, la disposicion y órden admirable con que
Dioa la habia criado, para el hombre justo é inocente, no
para el ingrato y pecador.
., 39. Si hablámos aora del cielo 6 de los cielos, de que
tambien habla S. Pedro, diciendo : Cierto ellos ignoran -
volunlariamente, qw los cialor eran primerasuata, y la
tierra de agua, y por agua estaba asentada por paZabra
de h : por Iar cwlcr coma a q ~ e mundo l de entónar
ptreci6 anegado en agua. Mas los cielos, que ron cuna, y
la tierra, &c. *; de este cielo 6 cielos decirnos lo mismo que
acabhmtx de decir de nuestra tierra: esto es, que peieaib
en el dilovio el cielo 6 cielbe que habia antes de esta
hpoca 6 de este gran suceso. i Qué cielo 6 qoh cielos eran
eetos? No olro, ni otros (en mi pobre juicio) que toda la
atmósfera, que circunda nuestro globo como parte suya
esencial, la cual atmósfera en el c o m a modo de hablar d,e
las Escrituras canbnioae, y tambien de todas las naciones
así bBrbaras, oomo civilieadas, se llama general y univer-
salmenta cielo. Y como, este cielo, 6 esta atmósfera se
dinde y divemiíica en tantos c i i i d i e n t e s , cuantos son
los pueblos, tribus y lengtiae, que pueblan de norte 4 sur
toda la latitud de la tierra: mi como cualquiera puede
darle el nombre de cielo en singular 4 aquel clima parti-
cular en que habita ; asf puede con la mima verdad y pro-
piedad 1Iampr cielos en plural 4 todos los otros climas diver-
stpimos, donde habitan o t m naciones.
40. Estos climas, b estas diferentes partes de la stmós.
fera de la tierra son sin duda en mi opinion los cieloa de
que habla S. Pedro : porque no hay en la naturaleza otros
cielos de quien- ae pueda con verdad decir que perecieron
en el diluvio. Estos de que hablúmoa, si perecieron en el
h t e t enim eos hoc volentes, qubd cali erant prihe, et tema de
qua, et per aqnam consiiteas Dei verbo : Per quae, illc tunc mun-
das aqub i n m h periit. Cali autem, qui nunc sunt, et tem,
&c.-2 Pe#. iii, 6, 6. e# 7 .
d i h i ~ rm a a d ~ . e d i b e n q * e p & 6 t r t i a r r :
m&&, no ahmhm, m deid- se d e b r h h n , ea
m i 8 d á m 6 6 h t m d ; unnoimddleta1raleaam
bmaae ame y rolnrtlrimo, qw deq~ueade QML gnve en-
feimedd, ya no parece el mismo que -m?m aatigua
ioba-, uum baaum w)ersr, w agitidad, m fosreos se
van e m v d d a ea mm dsai estiieiw t hqasca, ea una
plsler~lq~eariareamoheroinlMsi4otd.
U . Hadr el & I d o an)reial pmmm w que rm-
~,passlicb~,asaiahlaratUl6eCBieylac)ola
gaeaaaaiarkrmtuabm, h s b i a ~ ~ c a e i ~
sstdfe W e o ea qae hebis u a b de kis n i a w s del Oiisdar,
flW6 m m># OOlMta de d p niCf3üB @e,
y doareal, cap de dtmm natsMamede 60dm
e o e ~ ;rstes teaéaias pm c o n b w fhadaaianto padi%*o,
~ e s , t a , ~ ~ d e bambiuni; l o rp l a d
wapkmeobewsonfbiba, sino l a ~ a d b p e s i o i u u d e
hr tieno y de SS Mss k&bde llegado d a
&pelBabrmAe,~preee~*~,gn,~;se~
tierre, mep, y em&sth,y kda posab en cota afOmaeibn y
tktmnoierto ha&a d dia de hoy. Se alteró ie BU-
de l a k , oci.ppndo ~ e g a a i ~ e a 8 6 n i o ebe6eala s
p i a e i á e u n a g n s ~ d e l o c p e s a d s e e r a u nabntimme
asido; lo o d pare- elera á m9lqmeirqw h e m e w n
irn8oleates iaoea el ¿den y &pesioioa dib laa ides del mar,
especia1mmte el de les del Archipielago, que hra itwo
desoeupdo y like b 6pe~aatea 0011- ; lo e d parece
del mismo modo o l m y evidanb por las BiiTdQo praba~-
dcnm madnas, qae e n m ~ cada n dia loa ~oariaaoa,aan
en ha paisea mes lejano8 del mar. Se eleei8 -bien, y
p r 'le h e causa general (qee pmgoildrémoa d SE
tiempo) tede kr ahbiñera db )e tierm, pasadle g e d -
mente todos los oümaa 4 oieloa aiferentes, de la benigaidad
d rigor ; de la t e m p b m B Is iate&e ;de la wifi~l~li-
Qdqubtrrypaai6ca. QkbquiekiQg msdaace40Joo~
tinop.
42. Asl que, el sposbl S. Pedro W am Ibmiwi ien
r o p m p i o r y n s t i i i o l a r ~ d i j o :latkma y bo siebr
qiieeM~da~*peneQerepparlopalahisde
Uiq+pordagua*. M e que los cielor y la t i e t ~ q w
aora ron (&r&mde .inf&ra 41 los aatidilaviaaom) peaw
oemQ tambien O w tiempo ; ya no por el agua, sino por el
frisgot : viniendo en su lagar otms nuevos qiie'eroedair en
bondad y peuféc&o~,,.&-fieles como moral, B .bspremn@
y &os; psro uptdmm segun rur promam, oUIor
nuroor y t h nwuq, en ir qqws nora kr jwrricia. En
sumo, d oomo wtOI &loa y tierra pamter, sieudo ea i u
.auatoncia los nriypae que los que había anta del dilrsario,
ata oo obnhnte, divemisimos en m orden, en ro diapo&
&n, en su hawaepre, .m ,$m efeotoi; mi los sielor g
tierra nueva que aperámoa, aunque iieon en eurtPaoie loa
mirunnr que aora, serán idiniteoiente diveaos en todo lo
demb. Eeta me p~reoe4 mí la verdadera inteligencia, y
la únioa que puede ed& el testo de B. Pedro ;lo o d
S-*. paa4-4 o(rp o b a 0 m h ~ r t o n t e .
43. Los Mieuor do. y meva tierr~gne erpet4mcM
(di- d e prbipe de los spbrtoler) los ape* wgu~
.bp r ~ m e s ode ~ DiOrS. M- .&M P U ) de~Dlioi, jde
.donde oooitan, 6 dende se Ulan olaram y espreras? Si
msiseBipDor oop oaidedo todas I&soritWos rsepdrrs, m
bdsr ellss rro ballhoe otro -1 que el aap. lxr de l[rsiar,
el irei, .dende m ~uelve4 heeer de lo que re habia diaho
:qn el antgoedente. Ee rerdad,qw en el cap. xxi del App
oalipsis, se babla tíunbien nugdicamemte de eetoe nuevos
cidos y oueva tierra.; mas, lo primen, : S. Pedro no podia
,siter al Bpooalipsb de S. Juan, que oiertamente mesori-
bi6 awbos dios decipaee de su muerte. Lo mguuda:
B. Juaq, mgm ms coofinu~selaaioneci 4 toda la ~ r b m ,
dude aqeí magnihwnente 4 este lugar de Iaaíaa. Aora :
Coeli erant priha, et tema... ille tunc mundua q u & inundbtua
p d t . -2 Pet. iii, 6 et 6.
t CQii .nikm, qui n m e a ~ t t, t terre d e m verbo rcpasiti sant,
ipineiwrrri.-2Pet. iü, 7 .
t &ewuih p o u h ipriu srcpscwwa. - 2 Pd. iü. 13.
40 L A V B N t D A DPL Y H B l A R

en t d a a lea Fhhmaw b a y o t ~ ~ i y p r d ~ d d
aawten cspfwmehb Ls proaeas de ouovos~aMor:y
nueva tierra, que este cap. h b Imfu, pama alar, qee
b este lagar nos &te S. Pedro y tambien S. J w a ; y
p~reeedel mismo modo al-, que para entender biw el
testo concisa de S. Pedro. y t a m k el de 8. Jae, dsbb
rémm eetudiar piimen, d testa de IsPbas, donde se bJL
como en su propia fuente, las pipmeiias d e Dm. d. qrie
nora bablámos. Bdm W a o H a s t . y eridmtewnte
con la Jerusrtlén futura, y oea las reliquias d e bm
Judias, oomo es fadl rcr y sompreoder al punto, mi per
todo )a que precede en este mismo cap. IXV, como .por
todo cuento se dise en los 16 oapLtolas smbcedeuba. h
tiernos, pues, al exkmen atento 6 imparda1 de eote iwbe-
menta fmdameotal de las promews de D h a .

TBSTO U B IÉIAIAB, CAP. LXY.


44. Porque k aquí que yo crio nuewr cielos y nuuva
h a ; g lar cora primer- no serán en.meroritx, y no
rrrbirh robe al corcuon. Mas os gozar&, y or retp
cijardio por uiemprc (Ó harta el siglo de *lar. wmo leen
Pagnini, y Vatablo) en aquellas cosas, que yo crio :por-
que ved aquí que yo crio á Jsrusalh por regodjo, y h su
pueblo por gozo. Y me regocijar¿ en Jerusalén, y me
gozard an r i pueblo ; y no re oirá nuu en ¿l voz da &n.o,
si voz de lawnto. No habrá allí m~ niüo da diar,-ni
anciano que no cumpla s w dias :porque el chico de .cien
&S morirá. y el pecador de cien años tnaldito será.
(O como lee mas claramente Pagnini conformetí loa L X X , el
ni& ds dias ó inmaturo, no saldrá en adelante de allí al
pulcro, y el visjo que no haya llenado su tiempo, p q m e
#tcí joven el de cien mios, &c.) Y labrar& c-, y &S
habitarán; y plantarán viñas, y comerán susfrutos. No
ed$caf.án, y otro habitará : no plantarán, y otro co-
merá: porque segun los dias del árbol, eerM los dias de
mi pueblo, y las obras de lor manos dc e i h rnvqisosran :
Mis escojirIon no trabajarth en vano, ni smt~drurrín
b @ a para.$a&x&a (6, q p n loa LXX, ni.rngeadrw&n
.jer&.uMMoir):potqwrrtbrsrtirp. drbrrditoidd
S&, .y Nnktw con eUw. Y d que umtea.qw
- c h ,yo lar emdard :mudo Min ath h d h d e , yo
h.d.61 lobo y el c o r b pacerán juntos. d han y
d Qrsy abncr6n ga*; y d polvo rsrá el pan dr la rer-
~ ~ : . n o d a i ú u i # , n i I ) Q t a r ( U 1 iodOmiazntomu&
en
~ d ~ * .
45. Veim aqai la grande y & b e profecía que,&
ewidsotemente S. Pedro, d o diae : . erperámtw reguip
ru p-, i d o s m o r y tierra n w a , en lor qre
.mora ¡a jur- t :y veis aqní tDmhien una de q d a e
profecha que b m p-to en sama cuidado, y como en una
wraedera tatora lo8 m a y o m e ingenios. Eatoe en an &
tema han imaginalo dos modoo de esplioarle, 6 dk6mas
mejor, de eludirla : las cuales espiicacionea, aunque diver-
&ce enim ego creo calos novos. ct terram novam : et non
erunt in memoria priora, et non wcendent cinper cor. Sed p u d e -
bitid s t e d t a b i t i s usqae in sempiternum [dve fn aasculum saedi).
la m, quis ego.creo: qnU ecw ego creo Jcrndem e x u i c i ~ ,
& populum @ gaudium. Rt e d t a b o in Jenisaiem, et gaudebo
in popuio meo : et non audietur in eo ultd vox fleth, et vox d .
-
morim. Non erit ibi amplihs iufans dierum, et senex qui non im-
pleat diea auos : quoniarn puer centum annorum morietur, et pecca-
tor centum annomm maledictna erit. [Non egredietui indb ultra
d aepdchmm inkna dienim, aire hmotarie, ei raer, qni non
aimplwerit tampus su-, Mt enim sdolecena csnmm urnonim, *
,&e.] Et aadioosbunt domos, et habitabunt : et plantabunt vineas,
fi comedent fructui earum. Non aedibcabunt, et aliua habitabit :
non plantalunt, et alius comedet : aecundhm enim diee ligni, erunt
dies p o p d mei, et opern manuum eorum inveterabunt : Electi mei
non laborabunt frustrlr, neque genembunt in coturbrtiune [neqne
Miou p r u b n n t in makdictione] : q u h semen b e n e d i i r u m Domini
te&, et oepotsi, eonnn cum e%. Eritque Bntequam clunent, ego
maudiam : edhuc loquentibus, ego audiam. Lupus et agnu
psscentur simnl, leo et boa comedent poleas : et serpenti p d v h
pania ejus: non nocebunt, neque ocddent in omni monte sancto
mec, dicit Dominus.-Imi. Ixv, 6 17 usque ud 25.
t..Noroa'ver6 emlm, et no- ter-, secundhm pr& iphi
cspeckmue, in quibei justiti. h.bitat.-8 Pet. iii, 13.
e LA VSNIDA DBL MY%lAS
dhm, c ~ ~ ~ e m d 8 . 1 0 p u n b i n l e m t r m t . d . ~ &
e r t o ~ , P 8 1 0 0 m 0O f s S l t a B o ~ . w g C O B Y D y d
-tido, qw e n ü h al punto los que d e n ioew.
46. Ia *era wpbuch, 6 el primer mak, ¿e &
dirla, dice cronfasamenta (en deawader laci ooeas penbi-
oalaree, eapresaci en la mima profeola, ni aria RqPrera
rPPYarlao) que es- nueva cielos y nneva tiesa de que
habla Isaías, y deepues S. Pedro, y S. Jum, san pra
despues de k resnrreooioa llnnmal: gae d n o e e se
semorarán taaer Les -me : que entÚPrces, rapeoto de km
hiena-adas, ku 001- prina~lao serán si, ncriio*irr,
g m &6i, .obra al corareon : que d n o e r no oe
en di VOZ & U m , m i w z & &manto: qae &
...
úmw Todo este edá bien : bdo ei tan vd*,
mamo inútil por a0ra.y faera de pwpósito. Y .tantas otras
aewii portioalm qae anuncia eepwamente esta p d d a
rdiiairable, i que sentido pueden tener? Parece qne h-
m;pues todas m disimnlu, y M e s se omiten. No
citn autorea de este opinian, porque siendo dganoe de
ellos &ea J reqdables poi su wtidad y antigndd,
rmolae di@ 6 m m pknm qrs ler falto s i mepeto.
47. La segiinde eq1icacion comunísima, aun entre I s s
Wnpreha mas lihdee, 6 qne tienen este nombre, no pu-
diendo acomodar la profecía entera con todo w conteato
á la biinaventnranza eterna de los santas, deapuea de la
resurreccioa uaivarsal (pues se bobla ea ella de gemraaien
y aarrnpcion, de muerte 6 de pecado, de jóvenes y vieja ;
de ed&i, de viñas, de Brindes, d e leones, de *bueyes,de
serpientes, h.);se acojen finalmente como d filtimo
refngio, capaz de salvar el sistema, h la pura alegoría.
Mae ee cosa verdadanmente admirable, ver el modo em-
br810w. CQDfwoy omaiieimo oon que m espbu, 6 oon
e m qae ao se esahan nws Leabres tan grandes. Bl
sistema tiene sin duda toda la culpa. He aqvf que yo
(dice Dios) crio nuevos cielos, y nueva tierra*.
a &,te m (diee b esplimion), CT¡O uii nueve mndo
-cm, oanuisrs tí rabw, la Iglsr'a ds C r i r t o , que es
d n a o a m p k , mauadoíndu, ymcisasrgwfaqneia
risurgoqa, y e s corro un nuevo munde *.
1 Qs6 verdad !
M- 1 qeá verdad tan fmra de tiempo y logar, y ten agena
& erk p f d e !
48. Porque ued uqui q u e yo (dice Dios) d e tí J m -
d I n por r e g h j o , y h rcr pueblo par yaeot.
áQ. &to er (dioe la eqlicacioa) crio 6 la Iglesia de
C h t o que s e a l e g r u y w .goza en el Espfdts,%rito $.
51. No w oh& rnar srr 62 w s & lloro, ni wz de tu-
mento. (Dioe Dios.) No habrii allf n w niica de dias, ni
aurcisno q u e N.olmplt~m u di-: p e r q u e e l chico d e cien
criior non'& y d psOsdet d e cien QCíOS maíd*o ser&5.
llb). IWo er (diae la esplioacion), en mi I g l e d a t&
k r & nrus dicu viviaulo bm, y dcmig>siiando recta-
nontu loa -o y cargor de nedad; pero el q u e f w e
n,eUapOta&r,rruncrrardotmgcr9iar,&, m naidats
b t h m á ; aino que rsr&r e p r o b a d o y H i t a &hte &
w. ¡Qué idea tan contraría 4 lss que ws dan
nuestras hiaimh, y tambieD nueetroe o+ y anestfbi,
ddm !
SI. 6 6 p los diar del brból (dice Di),rertín loa
~ c l s m ' p u e b i b y, lm obrar & lae mano8 dc eüm en-
* Id est, creo norum mundum metaforicum, nernp& Ecciesiam
Chriati, qns multo amplior, ornatior, rugustior eat Sinagop, et est
quaai nome manda.
9 Qaia m e elp creo demalcm erultatiancm, et papnlnm rja
gdum.-hai. lxv, 18.
4 Id est, creo Eccleeiam ChRsti exultantem, et gauden- in
Spiritu Sancto.
BItm rnditbP3m eo , d t d vax detha, et mx elamoris. Non erit
M o p l i i m IiSuu di-, e4 seaex qui nam impieat dim m o a : q u b
h ~ p cailbiai w ~ a r i i moaiatu,
s et pecator eentum a m o r m
&t, &c.nilwLh,19.d9a
Id ert, in Ecclesis msi, omaes implabnnt dim r w i ,hese vi-
ronde, tat aais.iet.cia d o i s sc ansP ebeuado : qd auten in
nfaisiepeusta, dbmd csnhim Ut .ianorim, aihili d m b i r i i r ;
sed reprobatw rpnd omnéu, et mdedictus erit.
44 LA VBNIDA D E L MES1AS

vejearán: Miu srcogidor no trabqjarán en vano, ni etigan.


drarbn hvou p a r a turbacion (6 no engendrarán hijoo en
d d i c i o n ): Porquc serán eatirpa de bendito8 del Scñor,
y sus nietos con ellos*.
54. 61 sentido es (dice la esplicacion), que mis Pelea
rerhn de larga vida, alcgreu, y bien sanos, lo mismo que
ai eatrviessn en el sstado primitivo de la inocencW, y
comiesen los frutos del'árbol & la vida t.
55. Como lo sustancia de esta esplicacion es la misma
con diversas palabras en los autores de ella, yo he elegido
dos de Los mas doctos y mas literales, de quienes he co-
piado algunas palabrrui, para que por ellas se haga concepto
de toda la esplicacion. Quien quisiere asegarenie mas, lo
pnede fncilmente ver por sus propios ojos.
68. Aom, se pregpnta: laa coma que aqul se tiran 4
acomodar B la Iglesia presente, bajo el nombre de Jerusa-
lbn, ;le competen 4 ella en realidad ? j Estas oosaa, ha-
blando de la iglesia, son verdaderas ? ;No son todas visi-
blemente falsas? i Una profecia en que habla el EspSritu
de Dios, puede anunciar 4 la Iglesia presente, bajo el
nombre de Jerusalén, cosas que no ha habido jamba en
ella, ni las pnede haber en la presente providencia: por
ejemplo: que no se oirá en ella .el llanto ni clamor: que
no habr4 jovon ni viejo que no llene ~ i dias, s viuid
bien, y dasmpeñundo rectamente los ojcios y cargos de
su edad: que todos sus fieles hijos vivirán muohos afios,
sanos y alegres, como si comiesen del árbol de la vida :
que el que ediicate una casa vivir4 en ella ; el que plan-
tare una vifia ó un 4rbol gozar4 pacificamente de m
%tos, sin temor de enemigos, ¿h ? . Anunaioa diame-1-
Secundhm enim dies ligni, emnt diea populi mei, et opera ma-
nuurn eonun inveterabunt: Electi mei non laborabunt fimtrh,
neque generabunt in conturbatione [seu non generabunt filios in
maledictione]: quin semen benedimanim Domini est, et aepotcs
wrum cum eia, &c.-lmi. lxv, 22 el 23.
t Semas est, fideles mei loqpevi, alacrea, et benk smi erunt.
perindb ac si essent in primmvo inoceitim statu, et r c e ~ t u r
fhictus arboris vitae.
BN GLORIA Y M A G g S T A U . 45
mente opnestoi hallámos '& coda paso en los Evangelios, y
la larga espenencia nos ha ensefiado, que est& anuncios
de Cristo á su Iglesia, y .aun á sus mas fieles siervos, no
se'han veriñcado con toda plenitud. Fuera de que, las
miserias de la vida humana, la enfermedad, el dolor, el
disgusto, la añiccion, el clamor, el llanto, &c. son unos
males generales á todos los hijos de Adán ; aun entrando
ea esta ntímero los mas inocentes entre ellos, los ~atólicos
Romanos, los mas fieles á Dios, los mas justos y santos,
4 quienes se enderezan inmediatamente aquelbs palabras
del Apostol : los 'que quieren vivir piumente en' Jesucristo,
padecerán perseMccion * : y aquellas del. mismo Cristo :
mas el mundo se yozará: y uosotres estareis tristes...Si
á mí. me han perseguido, tambien os perseguirán a uo-
sotros t.
. 57. S. Pedro apoetol, que sin duda entendia mejor to-
das.estas cosas, cita evidentemente esta profecfa de Isafaa
de que hablámos ; de la cual constan únicamente lae pro-
m&ae de los cielos y tierra nueva, diciendo : erperbmos segun
nrs promesas, cielos nuevoa y tierra' nueva :y el miamo
Apostol pone entos nuevos cielos y nueva tierra, segun racs
promao, no' aora, sino despues que per&ca esta tierra y
estos cielos presentes; asi como &tos no entraron, sino
despues que perecieron los antidiluvianoa : aquellos pe-
recieron por la palabra de Dioa y por el agua, y estos
presentes perecerán (del mismo modo g en el miamo sen-
tido) por ia palabra de Dios y por el fuego: P o r las
d o couu aquel mundo áe ent6nces pereci6 aneyado en
agua. Mas lor cielos, que son wa, y la tierra, por la
misma palabra se p r d a n rkervados para el fuego, &c.
Conque estos nuevos cielos y tierra nueva, que Dioa pro-
mete, lo primero : no pueden ser metafóricos y figurados :
a t o es, el n& mundo metaf&co, c o n u h a saber, la

Qui pib volnnt vivere in Christo Jesu, persecutionem patientur.


-2 n¿ %. iii, 12.
.t ~ u n d u nautern gaudebit : vos autern contristabimini...di me
peneenti sunt, et roe peneqnentur.Jwn. xvi, m, et xv, 20.
46 LA V R N I U A D H L M R S I A R

Igluio de Crbto; pues &m 'ha que esa en miiertro


m u d o k Iglesia de Criito; y el ci$o y ti- preeeides,
qae roe ks mismos desde No6 beata el di de hoy, w han
peJecido pa el fuego, b onal ea una oondioioo esenoid
para que Im promeme de Dios temgan lugar. La @o:
&propena de nosmr oiebs y tiera ioeq w pSoa
Liblr pera deepum de la maaneooion niivBEUl; pea en-
tbre,pine pwbá haber m & nipecodo: yanopodri
W r mow g e n ~ i o w e p: g u r m lo rsnrncck, nf
u canrán, ni nr6n da& en aammLarto: ya nohabrh
niceiidpdd.~carsd,mp$nCerrificni,&c.:~
to&erpreieryoLussen laa promes~sdeDkmdeawvos
okloo g tierro =va ;luego mo o a m evidenbmemte re-
mwdm para otm época muy semejante á le de Noé : sito
es, para la venida en glorie y magertad del Sesor Jmua ;
pami 41 miamo compara su venida oon lo que iuoedió en
iiailapo de No6 : Y orí como e a lo8 diae de Naá, así rst&
t d h tia v a d b dcl Rijo de4 Honbrs . Luego de8pwa
&~~aqueeteee~~yesperáinoa(ciertameats~-
bb, rerpeoto & kr ti- J oieloa presentes) deberSra v&-
hame yienbiiaemede ias pnweees de Dms, de noera
o i b y nueve tierra, y este d o - se b a l h y se leen
es este Iugac d e I h ; pues realmente no hay otio lngu
er toda le Eeoiikrra, donde oomten tales promesas. La*
ge deberémorr &adiar PteQltirieiamente a t e lugar, sin
omitir ni desperdiaisr la raar mimine oirorinrtolacig. Esto
r todo lo que yo deseo y pido A tocho aqueh peiaail.rr,
m de mdano talemto, que qmbkea emplear en ata
Mil 06iadiO dgwnnl imttmter.
60. Bimramente : loe tienpdb de que .t b.blrwb
este grm Profeta, P1á cm &te erip. k v , mmo en km veinte
y cuetrm m b d s n b s , m evidentemente loa tiempoi
próxímoe, y anb d iliPlediatoi O lo venida del Sefior
(mgiin queda dicho y probado en el fenómeno v, aspecto 6,
p&rafo v), lo aun1 &e boene y aCillsimo te~erlobien pre-
nenb : loa í i e m p ~ ~digo,
, de la vooaeioo y conve~iiou,7
-00, coa gradm piedah, de Im reliqpiar de
LsrBL Dempaeaq~eelSsúormbaPostrado~oioarro-
rsble 4 & ~ O femordeimaD qW m d 00phl0 8&-
d m t e hate el miamo Israél, 6 el eqkitii, que pidr por
*
rorotrw con grnidor tnarplicablcs :de beberle respon-
Bido con d13~8rqdándole en cara oon u bmmdiIlidPd, caa
.P mgr&tibd, J eon tOdse ma antigua iquidader, ae deja
al siirancer: di mmdua de beber oido ra onajos, y
coP3dercieode imijpmente, sino con todo LrrrOl, tí b
. ~ ~ ~ ~ ~ o m m u r e L¿biendo: i r p k , CaM,eron&,u hlh
un grano rn m r&, ysediQb: NOlo+diGiu,
perqrceeuilpbsrtdiaiar: d h r ~ p o r c r r n o t d s r U r i a -
mM, qrs so h h t n r i r á del :o&. Y ~04d munta&
/&,Y& d s ~ l c d b s lPO l p o ~ e h m ~yh ~ ~h t&~ i
r6r w e, y tnh nisruoa mofarás r>r &t.
P a r h g o t í h a b l a r dehaoerte i o í b h i b -t.,
Líu, únioe aprdloe qne no o p e n ea vos, loe oirdei
(amo dijímm en el L n h m vüi, d a i r l o ü) ser40 4 lo
mems ha dos tercerse partes. Despireri de lo onai, vuelve
otra res loa ojom P lae r$iqaiPr pseciomab del mismo Taraél,
h qpásiier mmuia y promete dede o1 ver. 1 V h t a o1 Ba
del cepltrilo, los naevos cieioa y nuera tierra, y todas Iss
W portYnlm que Beberán rwc~deren esoe
~ , s s S a Jn d n y e n ~ ~ , o o m o etodo n el m-
s i d n o d e k u ~ dniurIkapsi,leq&tad,
: lasegari
whcjdmy- lahhxudi ykpplioided, lar
riQ.b q p de ion hombrsr, romo e0 l a tiempal addh-
WimaIb &.

poir~~
pro i.--uiiddrn.
*,S
t Qaomodo ni inveniatur gran- in botro, et dicatai : Ne diaai-
pa íiind, quoniam bapiedictio est : rie foa'im propter sernos meoa,
ut n m dibpdun totom. % e d u m de Jacob saiperi, et de Judr
p o d b & a m o U c a ~ d~hmdbbphtsrnchClimei,
: etmni
irS h b h b m t ibi, &e.-¡m'. Isv, 8, rt 9.
..
48 LA V E N I D A DBL MEBIAS
e .
.
sS. En aquelloe tiempor (ea loa cuales unno dibs
S. Pedro habitará la jmtkia) no morirá ninguno antes de
la edad madwa, diBe Iaalaa : si aigooo manen, de oien
años, m dirá que ba muerto aun joven : ri en esta edae
morietre pecador, será maldito entóncas, como lo er nora, y
como es necesario que ecta en todo tiempo. De d o d a re
colije manifiestamente. que aun en medio & tanta jeiiioia
y conocimiento del Sefior, que en aquel sigb ventan,
mundará toda nuestra tierra, así oomo lar ogwu &l nm,
que la cubren*, no por eso f d t d n del todo el pecado y
los pecadores; puea al fin, todoa mdn entóncas tan librea
como lo son aora, y todos poddm bacer un uso bugoo 6
d o de su libre alvedrio. El llanto, y el clamor, p i b
sigae Idas, qae nora mn tan úecuBatea en toda clasb de
genten, w m oirbo, 6 m oirán roilsima vez ea qdloi
tiempoti felices. El que ed&m una casa, vivirá en db:
el que plantare un.hrbol6 una vifía, gomrá de sus frutos :
no sucederá entónces lo 'que tantas veces ha sucedidi en
los siglos anteriores; esto es, que quien no ha edificado
tina casa, ni plantado una vióa, se haga dnefio y poseedor
de ella, 6 por prepotencia 6 por derecho que llaman de
conquista. Los diaa de mi pueblo, prosigue el Sefior. se-
rán ipales 6 mapores que los del &rbolque ha plantado, y
el trabajo de sus menos lo verá envejecerse delante de sus
ojos. Mis eiicogidos no trabajarán en aquellos tiempos
inátilmente, ni engendrarán hijos para la ewlavitud y mal-
dicion ; antes &rún una generacion bendita del Sefior, y
S& hijos y nietoa como elloa, h. Porque mí conw (ae
diee'en Baruc) Porque mí como fd mcartro pearamiento
al &acarriaros de Dios: diez tmtw mas le bwcareú,
cuando ds nuevo w convirtierair. Porque el que w envió
l w da^. 41 mimo w tracrá & nuevo un r a y e 0 ssnipi-
t a m con vwstra raludt. Es verdad que todas estas
Yieut aquae miuie operientea.-1-i. xi, 9.
t Simt enim fuit senm veiteraut errareth hDm : deeisri tiatum
iterhm mnrertenteii n q n k t i s eum. Qni enim indurit mb& mal+
ipse rnnum dducet vobi nempiternam jucandicitem erun d n t a
reitrx-Bar. iv, 28, et 29.
. *
EN GLORIA Y MAOEBTAD. 49
o- y otras riemej~uibs,dificilea de numerar por eu pro-
digiosa multitud, ae dioea e ~ p r e e adire~~ta
~ y whda-
mente de J e d b n fuhra, y de les reliquk precioasa de
los Judioa ; mas por otra mudos lugares de la Ewritnra
y del mismo Ieaias, que ya hemos apuntado, pareo0 olaro,
que lsll reliquias de todos los otroe puebhm, bibus y
lenpm, participarán abundgntfs'ieote de t h atoe
bienes naturales y sobrenatarales, que primariamente se
prometen 4 las reliquias de Abrahán, de fsaeo y de 3-b;
ni loa Judios ~ o m en s este asunto tan avároa, que lo que-
h x m todo para nosotros, con la esolusva de todas las
gen- Aquella qw llaman by de repreaaüa (tal vez n a
a e d a . p e m reprimir de dgun modo b4mrbarie de oisrtos
harobes indignos de &nombre, y nuiqdipm del nanb16
de beaire fmows) generekmte hmblamb, pmwediame-
tralaente opuata el Espírita de Cntto.

. . .
TOMO 111.
SIGUE EL MISMO ASUNTO CONGERJRA SOBRE B T O S NUEVOS
CIELOS Y NUEVA TIERRA.

60. ESTAproposicion bien importante se puede facil-


mente probar con el aspecto actual del mismo globo, y con
cuantas observaciones han hecho hasta aora, y baoen cada
dia los maa curiosos observadores de la naturaleza : mucho
maa N este aspecto y estas observaciones ae combinan con
lo que nos dice la Escntma sagrada.
6i. Primeramente: la Escritura nos dice, que Dios
antes de criar viviente alguno, cuando todavia la tierra
ataba dsm& y vacía (6 inuisiblc, y adorno. Loe
LXX)*, hizo que les aguas qae la cubrian toda (y que
entóncea eran mas que suficientes para cubrirla toda) ie
dividiesen en dos partes, 6 iguales 6 desiguales : que una
parte de ellas, tal vez la mayor, subiese por esos aires,
nuiñcada ; marr sin dejar de ser parte de la misma tierra 6
globo tedqueo, y se estendiese por todo lo que llamámos
oon verdad la atmbsfera de la tierra, no solamente hasta
donde pueden llegar las aves del cielo, y aun las nubes
visibles (que parece es lo que el eagrado histoniador llama
J4VPWIDA DEL MOBlASt 54
d #-lo m a d f o ós &a# ogtucrr, el 4 , dicntlr
q u a de
~ agrac *) aino m& mas allh de d e firmameato,
aaya ahwa y límites a i q p o unbe borta d dia de boy. y
ia o- parlie de les aiiw a(lrtoe iíquidae e peaaotéa, os
cosgi.eg~íeea un lugar determinado ; ií que se le dió el
nombre de tnarm, 6 de obiew, dejando libre y deremba-
razado todo lo demh, y copes & rer habitado: Jhtenn
*U8 88tm-&& &la, Gll Un ~ W J Mi Y
&8dbr- las6ca Y f d hedbarf. Y l l a n e D i e s 4
la seca, Tierra, y ii las c o n g r u p i o ~ e sdr ku a p a
Uan6 N-6a t.
6%FetslvgardetsraaioPdop~bsreSíd6en-
üuum ií leo agam iaferioree, no Log rusir dpm pan d e
CR ni a w pana aoqedw, que lo dejosea natrnhPawQ
ankr Bgl d i l m v h U D W : ~m &mpoco que lo de- por
a i p accidePte -de y e d m o d i o d d oud m, oondm,
ni por lo mpda, m aum siquiere porlno fObulos d e
los Egipcios, ni de los Griegos. Conque pdbmoa a w r y
aeegurar prodeatísinmmente, que la agu& idkriarer se
casarvaron h t a el dii~viode Noé, iin m h i a alguna
potable, en el miemo lugar que Dioe lee sefiel6 desde el
principio. Eoto supesto, p d m o s luego B observar la su-
pe&e Q bdo m a & ~ gjobo b de nueetra 4 n i , aora
htabitoda, y no sobeate aora, eim dwds lor diar anli-
y-, b de iiempes inmemorialas.
8$. El rtllpeato actual de esta smpe&ie, y t o d a loa
deec*iantas de ms c a r i o r o a ' ~ d o r e s ,m>s obiignn
4 mear, sin poder ncionplprente dudarlo, que Iaa agruui
del mar ocuparon esta que aora es árida, ó B lo menm una
gran parte de ella, en otro8 hmpoa muy anteriores ;y este
w de pam, sino ertrblememte por muchos Iglos. i Por
qoé ? Porqae en bdo, 6 ami todo lo que eora se llama

Firmunentuui in medio qnonim : et divida aquu ab aquis. -


Cm. i, 6.
t Congregentur q u e , q u a sub cm10 sunt, in locum unum : et
apprmt uidii. Et fsctm at itn. Et vocavit Deue ariduo, Ter-
m,congmgathesque aqairaom appelhvit MIMa.-On. i. 9, et !O.
R 2.
U a 6 tiem habitable (eseeptuando eolamente loa mades;
quo con ranon llaman loa fisioos primitivos) ae hallmi d
d a pam despojos claros y palpables de loa vivientes del mar,
no solamente en Iu superíioie d e 1s tierra, 6 B poca distan-
cia, sino hasta 60 y 80 pies, y tal ves mas de profundidad:
y & no solamente en los valles ó tierras llanas, sino tam-
bien en las colinlui y montes eecundarios, B loa cnatee se
Les da este nombre, porque parecen heohos despnee a&-
denhimente, por el movimiento y concurso violeato y o6n-
hgg de diversas materias.
64: D e este principio cierto B inaegable, combinado con
la h h r i a sagrada, se sigue legítimamente, y se conduye
evidentemente, que nuestro globo terrfíqueo no este aora
como &tuvo en los primeroa tiempos, 6 en. los tiempo8 de
su jnventud. Por consiguiente, qne ha sucedido en 61 en
tiempos remotísirnos, respecto de nosotros, a i p n accidente
p o d e y estraordinario, 6 algun trastorno universal de
todas eas cosas, que lo hizo mudar enteramente de sem-
Mante : que obligó B las aguas inferiores B mudar de
utio :' que convirtb el mar en s&ca, y tambien la seca en
mar :que hiw formarse nuevos mares, nuevos nos, nuevos
valles, nuevas colinas, nuevos montes: en suma, una
naeva tierra, 6 un nuevo orbe diversisirno de lo que babia
sido hasta entbnces. Este accidente no puede ser otro,
por mas que se fatiguen los filósofos, que el diluvio nni-
versal de Noé : en el cual, como dioe el apostol S. Pedro,
aquel mundo da entónces pereci6 anegado en agua: y
como dice el mismo Cristo: vino el diluvio, y los llevó a
tedas*.
66. La misma cama general que produjo en todo nues-
tro globo nn nuevo mer y una nueva Brida, mudó tambien,
-nte todo el aspecto del aielo : quiero decir, no
solamente el antiguo brden y temperamento de nuestra at-
móifera, sino ol antiguo 6rden y disposicion del sol, de la
luna, y de todos loa cuerpos celestes, respecto del globo

Venit diluvinm, et tulit ornner.-Mar. xxir, 39.


EN GLORIA Y MAGEYTAD. 58
brráqueo. gQu6 oaw general h6 esta? á mi me pamm
(ea la apioion que sigo) que no h6 algun encuentro c a s d
de nuestro globo con a l p cometa (como han imaginado
posjble y aan f 4 d muchos sábios calculadoree de nuestro
si&, como si ya snpieaen todos los resortes de la máquina
admirable del universo) sino la misma mano omnipotente y
mpientísima, aunqrie invisible, del Criador y Gobernador
de toda la máquina : d cual, indignado con toda le tierra,
ertemamente ' m r o a r . , d henchida de iniquidad*, )o
bizm mover repentinamente de nn polo B otro : quiero
decir, inclinó el eje de la tierra 33 grados y medio, ha-
' oiepdolo inu por una de sus estremidadee gcia la eatrelh,
gee aora ilemámos ~ o l & ,í, 4cia la estremidad de la cola
de la Uraa menor.
66. Coa esta repentina inolinacion del eje de la tierra
se debieron seguir al punto dos conaecueaciaa necesarias.
Primera: que todo cuanto habia en la snperíicie del globo,
mí liqaido aomo sólido. perdiese su equilibrio: el cual
perdido, todo quedase en sumo deaórden y confusioo, no
i a e ~ whorrible que universal: que todo se desordenase,
todo se trastornare, todo se confundiese, cayendo todas laa
cosas unan sobre o h , ' y mezclándose tod& Bntre si : rom-
plédoie. como diie la historia sagrada (Gkn. vii, 1) lar
faemtea del grande abismo : rompiendo tambien el mar
todos sae Hmites, y d e m a n d o sns aguas sobre k, que
entóncea era áriáe 6 tierra. Aoaso se d k í (y se di- por
mucbos en tono de victoria contra Moys6s) que todm
c w t a s aguas hay en nneetro globo, no son sufioientes p m
cubrirlo todo de modo que puedan esceder b elevarse
qaiaee aodoa sobre los montes maa altos, como dice el
birtorisdor sagrado, que sucedib en el diluvio de N&:
mas esb será no advertir h todo, sino solamente d una
parte de lo que aquí ae dice. No solamente se d i
babiando de las aguas inferiores, iíqnidaa y pesantee, qw
bay en nuestro globo : se rompieron todas l a fuentes &d

Corrupto,...et repleto...iniqai(ste.-Vide Gen. vi. 11.


M L A VENIDA 1)YL M E B I A Y

"
mamo uam de in arsas principales del diluvio uaiwetd :
w M m n lar ccdarairrs &# cbb. Y h u i ll- mhn
la twrra murata diaa y ammda # r h e i t . ; QaC
quieren deoir estaa úItinnaa palabras? Y a no me mab
awa (ni baae esto B mi popóaito) ea b que bam d i d o 6
paeede otros sobre este oiunbo pdoribr. Como mte er
un arunb de mslill +oa (cuando so W eolamen4a dd
modo, y no de la de lo qoa d i obramente la .
Lidoria ssgrackt) coelqniera es liBig pru pmsar s o b e csk
moda, g proponer )o qw ha )enea& á los mtdigeabes.
W.Y o pieupo, ppee (y esta es mi opiaioa), qiae lo que
en el cap. vii, ver. 11del BBnasis'll~mala híetoria mgnib
cataratas del cielo, no es otra cosa que la que en el cap. i,
ver. 6. llama #matnsnto sr aisdia ds h p: el mal
~ d i d u s i g a a r B G ( ~ sE
wl ~
fOdOlodm
me figm m uma miuo(lq pr rm&am, una aoni.
tzincbera, 6 como un limite, justo y preciso, que puso Diei
en la atmósfera misma de naeetiio giobo. Ba & de e h ,
pairt que M IM agoss i d k i o n i i , esto ea, les q m continuar
pp8nle smben y bajan ei la p t e inGanor 7 -SIL de h
abanóshra, subieaan mas d. ni laa snperioms, ertranr,
mente rarificcib, que ocupa un eq>aoio ria c o m p n c h
mayor, p u b bajar &as abajo ain epren, mandato del
Criador. Así aoosidem, y me parer>e que reo en ei gbeo
que M t o dos atmósfenis : una alta solrarate dos 6 íms
millas, y esta siempre ama, t d i n , ~ ~ ) n f nllena~ . , Bo m
I pores salihos, sulfkrecis, bihmiioros, & a, las cuhri,
mesoltidos con l a vapom aeueos, subea y bejan pti.pt-
tuaawnte: ot-a mie d ü l , d h 300, 6 400 legaas ( p n e
hash a t a distancia pe bm obeareado d g m a s
boredea) la md goza de una wm8 quietud, ciariiil 4
d i i n i d a d , siP que ileguen 4 ella, m perkrben so q t h t d
Rupti sunt omnea fontea abyesi magna.-Gen. vii, 11.
t Et ea- caeli apeitae aunt. Et h t a est pluvia super
ter- quadraginta diebua, et quadraginta noctihua.-Gen. vii, 11
et 12.
kwlos la& t u r w n h bouibler y cantim~aade la m in-
&or. ~ $ m a m W ocm d i o de br qpa, 6 whu
ataratas del oielo qae &viden las aguar s a p m k e ~de &e
Liiferiom, eetrtvieron oemb absolatameple, coa0 lo
eetáp mre, haata el dilovio u n i d de Noé, en el.que
abriemn por &dea de y c o n d por ~ el miamo ,
érdem 6 W t o de,Dioe, las agua ruperiorea aayemn
sataraLbentepor rn propio peno, y aydama 4 laa inferiorea
R oubrir enteasmente todo nuestro globa, aif C Q ~ Dlo oic
b n al prbciio, antes que Dios d i r i d i las aguati de
lae aguas, pae ea todo b que dice la historia sagcidq.
Las qne han imaginada qne el finnaaiento en medio da tq
<rgws, gne divide lao qpm de lrrs ag~os,es el firmamento
del cielo, b aquel especia inmeuso que ooupap he eetrellas
fijes, p a m e cierto qua re han enga6ado ftioamente. En
el &tema celsete entipo no bay que esperar obrie ideas.
Tan cierto ee q w ia d a fisdca iotluye no pocas ve- ep
.laimteligencig p o o juata
~ de la Escritura aatúa.
68. Le aegunda oonee~nenoiaque debió segoirse neae-
sarianiente de la inelinaoiop del eje de la tierra (sobre cuyo
supueato vamw baidando) fné, q~ el cicculo 6 I b a equi-
nocoial, que baeta ent6ncer babia sido una miaa4 wn le
eclíptica, se dividiese en dos, y que esta fíltima cortaae 4
la primer;a doe puntos diametralmente opneetoa, que lla-
mámoa d a : esto es, en el primer grado de &ea, y stp
el primero de L i b . Pe lo oqel resaltó gqg,ques. a ~ b
40 mkase ya directamente al sol por su ecuador, aino wltt
-te dos ditu aada aíio, el 21 de IZO y el 22 de Sep
b b r e ; pwqsntanda aiempre en todos loa demás dios del
d o , nwvos puntoo de su anper6cie al rayo direoto del sol.
iY de tquí que resnltó ? Resultámn neoesariamente las
ambo wtaoiones, que lla~námosprimavera, verano, otofio,
é invierno : las cuales, &de Zor dias ds No&,hada el del
S&, han eido, son y serán la ruina de la salud del h a -
&e, y como un castigo, 6 pestilencia universal, qw ba
acortado nuestros dias, y loe ha hecho penoelsimoa, y eun
casi Úrsqhiblecl.
$6 LA VONIUA DYL Y RllALl
m. i h e i r w Mi anbi del diluvio eki c d m aíe-
aioaes ? No, amigo, .no Iaa babia, segun yo p b m y
ban p e n d o enter de mi dgmoo otros aiitons grave@,m-
IigiorcM y pkn. ( V m entre otilos d rdigkmúimo y &
gente autor del eipectkula de Ia oaturoleae, tom. vi, di
don de Nápolea, deade ia .pagina 256.) Ea vedad que
m u c b o t r a M) han querido ad@tor esta opYToo, p
ciéndolm que d muad.0 debia.baber estado siempre c a e
está aorta; unas tambien es verdad que les raaoneo que
oponen son dhbiles, orcurss, inconcluyeniea, y tal rss
prueban todo lo oontrario. Como es un asunto figoo de
congetura, no hará mal aiogono en segair arta 6
aquella opiniop: oada um ahirds m w sentido+. Yo
soy de pare- qae antee del diluvio univenel de Noe, no
habia estaa cuatro estaciones del afio, que en lo preaente
son nuestra turbaoion y nueatra ruina; sino que nuestro
globo gogoba siempre de un perpeb equiaoodo. En esta
hipbtesi, que no pienso, ni puedo probar b t a la euidsricia,
porque esto es sobre mie faenas y s o b ati p p 6 " t o
'mtual : en eeta hipótesis digo, todo rse ea fácil, y me pe-
reoe que lo entiendo todo; asl lan obeewaaiooee de.loa
naturalistas, como todo lo qae leo en las-iontas llacrhm.
70. En este hipótesi, lo primero: todos loa &u, y
aun t d o a los almulos paralelos al eouador, awque dner-
sos entre si, debia coda uno ser aiempre n n i k o e oou*
mismo : lo mismo en el mes de Mam, que en el de Junio ;
y lo mismo en esh, que en hptiembre y Dioiembre. Lo
segundo : la atmbsféra de kr t i e r ~ a ,siendo en todas parbsa
uniforme, debia en todas partes estar quieta, no c i e i t ~-a
aquella quietud que tiene el nombre de inercia, 6 de in-
movilidad, como esta qeieto un pefiaaco 6 ao monte en el
lugar que Dios le ha eefialado, sino con aqueiie espeoie de
quietnd natural y respectiva, que compete 4. un fluido
cuando no es agitado violentamente por aIgmna cansa
estema. que la obligue á perder su paz, su quietud, ó lo

Unuaquisque in suo sensu abundet.-Ad &m. xiv, 5.


qaelcen, lo h o , su equilibrio; el cual equilibrio no im-
pide, amdta fomenta &entodos tw 6uidos m movimiento
ibtarao, suave, pacüb y.benéficd de todas sus partes. Lo
&xum: en aquellos tiempos no había, ui podia haber
umoanea 6 vientos violentisimos, no habia ni podia haber
s a t u & n s n t e nubes horribles, densas, oacnras por el coa-
ammly maacla.de diremos vapores y exaldones de toda
aapecie: no habia frotamiento vieiento' de unas' coa otras
p s h conhrkdad de los denbe : no se encendia con este
froteinierto el fiiegcr eléctrico : por consiguiente, no babia
que1Iaa Unvias gniesaa, y violentas, m aquellas tempes-
hdee, ni aquelloe truenos, ni aquellos rayos que aora uos
eauean tanto pavor, y no solo pavor, sino dafios y ruinas
real- y verdaderas: eai en los habitadores de la tierra,
yaamoen t& h a o b r d de m manos.
7l. De aquí resulta, y debia resaltar- naturalmente, sio
milagro alguno que las constipaciones, las pestilencias, laa
enfermedades de toda especie, que aora' son sin nfimero,
ieian eutbwee ó poaas 6 ningunas : y que los hombres, y
-aun las betias, vivian naturalmente diez 6 doce veces mas
dti ia que nora viven, muriendo de pura vejez, despues de
bsbet vivido senos y rohstoe, Un08 700, otros 800, y
algaiios mas de 900 afios, como consta de la historia
e a : esto es, de la íznica historia auténtica que ten&
moe de aquellos tiempos.

! PARRAFO 41,
':'B.'
Volvámos aora dos pasos atrás. S. Pedro en el
Iagrri citado dice espresamente, que aquel antiguo mundo
antediviano pereció anegado en agua: y que este pre-
sente, que le mcedió 6 entró en su lugar, perecerá (del
mismo modo y en el mismo sentido) por el fuego. Lor
&los, que son aora, y la tierra, por la misma palabra
se'~uardan,reservados p a r a el fuego. De aqui se sigue
iegitiinamente, lo primero: que del mismo modo, y en el
mismo sentido verdadero, eii que aquel antiguo mundo pe-
reció por el agua, este presente pereced por el fuego. Se
oipe legí(imaaeote, la mgmh : que aá oeino aqwl mp
tispo mundo e0 pmxió en la autaseirl, sYo sdeneote .p
b aooiddal: esto .s. se M 0 l l ~ 6bodietiwntu, iurlbn*
dose & &a en rJ, p spueaedo &qmmdel.&iwb,
aoppe otro mride noevo divedirno d e 4
apuwe on Lorbre d q u e s de sw larga e d k m d a d ; d
esta murdie que aora es, tan- psreoed an b spiBir
ainiporelfoego,siaoqawiiemwhubsolaaaitededa
Liep; r e c o w por eete d i o so anqpm d.l. y
rdriendo. 4 spcil.eoer, íai vem con &ea m+m, a a
toda .qaella hermoou~y peafeceion. w n que relió d p m
eipio de ias mixm de eu Ciiador. a t a última c m -
aPs#ia cm p a r 4 4 primers vista, poao b- y aea
positivameiPto ilegítima y mala: maa ai qwdm h a W
buena y óptima, comiderad las pa$h.as g.0 oa s+er b
aediPtemeote eo el mispo tato de 8. Pedro: e r p e r h
ugum nrrpronwrar, d a s nusvos y i w a mama, m 141
qw mera L jwticia.
78. Conque los nuevw cielo8 y amava tima, ó dd
, mando nuevo que apeiBiiPos despuw del pmmtb, &k
wc iiP oomparacion mejor qw al preeemte, J esto M) sola.
meate en lo mor4 sino tambisli en lo fLico y makiW.
En b moral, porqrs en B1 habitará I.justiaia* (las d e s
pdabriui genaroke no se pueden decir aon vedad ni dsl
mundo p-te ni m u l o menoa dal antiguo). T e m k
en lo físico y material, porque el mundo nuevo que espe-
rámos, lo esperámos, segue las pmmesaa de Dios ; y estas
promesas que solo constan del cap. Ixv de IIsfaa W a n
er+ y olaramate da ana boPdad moral, y -bien floica
y materiaL
74. Eeta gran mudapzaqua eeperiunor de naeatro m u d ~
presente de mal en biep, me parece á mí, segun mi sistema,
que debe comenzar por donde caznenzó ea tiempo de N&,
de bien en mal. Quiero decir, por la restituticm del eje
de la tierra 4 aquel mismo eitio don* estebe aubr del
diluvio, 6 lo q i e ss lo mismo, por ia mtim de la eclíptica
oon el earpdor; da la auai uubn 6 ideatidiel, eiil oomo no
v e d e haber un perpeho eqoiaoccio, así no paedeir faltar
bs cnetro estaciows del afio; las onalor, estaoio~~ee esa

-
emmigas ~>eirpetu~s 6 implacables do la salud del hombre.
Pbr oondgmiente : no se concibe d p a f U natrirel,
gnnla, e s t r a r d i n m , y digna de o a nwra tierrs,
y cielos. No ee halla oamo pusdea e d m e e
d v m na(rrm1nrtmta nn un c n a k d a p , ks vidas
l q a n de km hombres, que se acabaron aon el dilavio; m
m o pusdan Peníhm h t s i ohas e o ~ ~-Mes s 7
~nsgiifñoar,que eoke d a felicidad natnd, a a e m m
ya de la justicia, se leen fieauentemente en los p m h ñ ~ ~
de Dios. Al c a d o : si d p e r p e t ~egniooocio
~ viielre
b nriwtm tima, desterradre para siempre las auabo este-
aiones coemigar, todo queda llano y tiroiiísimo de oorna
bine e q h .

75. Lo primero qne se comprende al punto. en esta


hipótesi, es las anuncios tembles. qne para d dia p m d e
d d Sebor se hallan á d a paso ea los Profdss, en los
Salmos,en loa Emogelios, en los escritos de los Ap6sto!es
y en el Apocalipsis. Todos eatos anuncias conmedan
ea* d, y aoncuedan perhtameade con la hipátesi misma.
Pam ver coa loi ojos esta eoncmdaneia, imagia6mos por
nr -0, qiie nora ea noestros dias socede esta inclina-
cion del eje de la tierra, nemsaria pata qne h ecfíptica y
)a equinoccid se nosn entre aí y fbnnen una misma. línea
individual : imaginémos tambien, pnea somoe dnefíos de
m á s imaginaciún, que desde cieria altma oompetente y
Iiegora (sea la quo fuere) obseroámoa con buenos teleeco-
píos todas las cosas particulares que suceden aquí abajo,
de resulta oatural y fonaeo de h union de estas doe hwu
b &u& m
-
, que ama se cortan mntauaehb, y
prodncen en este corte oblicuo laa caatm eehionee eoe-
IR G L O R I A Y MACINTAD. , 61
violentamentb de un polo á otto, se turbe y oscurezca hor-
riblemente toda nuestrn'atmúsfera, y que esta.turbacion y
mezcla de tantas partículas heterogeneas, que nadan en
ella, nos impida por entbnces el aspecto libre de los cuer-
pos celestes ; no como lo hacen aora las nubes, las cuales
aunque sean densisimas, siempre dejau pasar muchos rayos
de luz, suficientes para distinguir el dia de la uoche ; sino
de otro modo insblito é infinitamente mas horrible, que sin
bcdtarnos be1 todo estos cuerpos celestes, nos los hagan
aparecer, ya negros, ya pálidos, ya sanguineos ; produciendo
en naestra superficie otra especie de oscuridad muy seme-
jante 4 las tinieblas de Egipto, de quienes se dice en el
libro de la sabiduría: ni las llamas puras de las estrellas
podicrn alumbrar aquella noche horrorosam; pues esto es
lo que se anuncia en I d a s : Vestird los cielos de iinieblas,
y les pondrd un saco por cubiertat. Esto es lo que se
anunaia en Zacariar : habrtí un dia conocido del SeFior, qw
no será ni dia ni noche : rnas al tiempo de la tardd habrli
luz$. Esto es lo que se anuncia en el evangelio : habrá
&es en el sol, y en la luna, y en las estrellar ; y en la
tierra consternacion de las gentes 5. E s b ea lo que se
anuncia en el Apocalipsis: he aquí ful hecho un grande
terremoto, ;4( se tornb el sol negro como un saco de cilicio ;
y la luna fué hecha toda como sangre 11.
79. Cuarta consecuencja : que movibnaoae la tierra
violentamente de un polo tí otro, todas cuantas cosas se
hallan eo m supehie, pierdan su equilibrio ; el cual per-
Nee iiderum limpidee h m a e illuminare poterant illm noctem
horrendem. -Sap. xvii, 6.
9 Indnam cmlos tenebrie, et seccum ponam operimentnm eorum.
- I ~ a i1,. 3.
Et erit diea una, q u i ~nota eat Domino, non dies neque nox : et
-
in tempore veaperi erit lux. Zaehar. xiv, 7.
5 Et e m t aigna in sole, et luna, et stellie : et in te& preaeurs
-
gentium. Luc. xxi, 26.
1) Et ecce termmotua magnua fsctua eet, el sol factilll eet n@r
tuuquam ~ c e u scüicinus: et luna tota facta est eicut 8anguie.-
Apoc. vi, 12.
m LA VRNlnA DEL Y B S l A 8
dido, todas c a i p ~UIBBsobre otra9 confusa b i r r d i o l l e -
meoía, asl como sucedió en las diis de NoB ; piiss seto tie
lo que se wricia en uplai : en el dia de la nertandd da
m u c h , cuando q e r e n Zer torres *. Esta ea lo que ee
anuncia en el spooalifuie: cayeron &uciudadar de &e
gsnh...Y toda ida i t y ó , y bs nionko no fuwm A&-
aQs t*
80. Quinta ccaiaeoueacia : qae morieadom In ti- Be
uii polo 4 otro, pierdan tambien su equilibrio, por la miama
oonea gaeral, lao aguas del mar; el ouctl perdido, se
alboroten, se coakuben, ee derramen eeiue m d r Iu-
garoa & lo que eora es Brida, y espmkm matta branii-
dos horribles aun B los que IW bllaa distaptás de ais
plepe; poeiiedoee,bqueeean~~~oiPeapreepiPeaibe en e)
e v q & : y sn h tierra aaouternacion de lar gentes par
h cafwha qw c a d s i rcNdodcl mar, y ds w enkrs.
Q u e d o r d o l e o ~ d i ) y ~ peltemor
or yd o & b
cwm, que @Okdwnd&n4 tOdO el w,niusrm$. Na h q
temer por eeb que sacedo en nuertra tiem otro di-
luvio & cano el de M. Porn &, OO~W ye
d$pp~q m ba&6 que sa mrrapiewn las fuentes del g d e
abirimo, 6 qw loe sgaas del mar ee derramareo sobre la
Brida ; fué necesaria demás de esto uaa Uaria conlinea de
cuarenta dias y cnuerta ooobee: faé neoesario que se
ah-n las oadsnitsR del cielo, y que las aguao soperiores
baj8ean por Qrdeadel Omnipotente, y ayudaaen d lam in-
feriotes 4 cubrir -ente hr tierra ; lo onal no suceded
oira v a , seguu la promesa espresa y clara del mismo
Dios.
81. Sesta consecuencia: que moviendose la tiena vio-

* In di iuterfectionis multorum, aun ceciderint turrer4wi.


xxx, 26.
...
t Et c i W ge~tiumcecidernnt Et omnie h d a fiillit, et
montes non sunt inventi.-Apoc. xvi, 19,20.
$ Et in t d preiioura g e s b prn! confusione PWutb muir, et
fluetuwu : Areseatibus kombibur pree timart, et apeckatiane,
que supemenien$univeno orbi.-luc. xxi, 25 ct 16.
hlammbdeiuppob 4 dzu, no dameate oe conturbe
toda la atmhkru, m eibpbw, m eeoureoco por le aultitnd
deqmmy ~ ~ ~ d e t o d n e s p a G e ,vfma en
oom
b teraae oesseopenaio; iho qre -m estar
al, gebeooideviolertci y wnf- le3 aaascoii Ir
otras, ewitei o4a este h t i u n i e w el fisgo dbctrko, y
prod~woopor oonsig\iente una pmdigiora muititod de
rapeq1eooualer.ooseiimarigaenvleitanao~la~
y d u c h a parte de be hhn, y ¿e l.s obrar de rir
s~aiw>e; pim esto ee lo qme m anamio h n t b i m e m e n b e
enimhriturar. EetoerkpieseleetmeldmoLnii:
L * D k b d u & dcidodS*, y d A l t í a i . y > di6sroax:
pelrirrroj(~4rh&Susgo. Y e w i ó o u a h t a , y d a n
~~:ndtiplio4 r & . ~ y &ud w r 6+. grb
e r l o q w u t h e n e l d m o x a v i : fmpir6Ll<uúe&di,
y & ~ a l ~ t á n u e n s n i g o L Aludraránnw
c a l á q q p Ir r&mk & h tierra: a i ó h b fima y
fd coan4du.t.. Estoerlomselee me1 suugdio,
orw<b m dioe: lor mtrellor casrda rlelci.lo$: beda
p&brm,seg.n yo pkmo aon otros m d ú i m o g no pueda
toPsr Dbo v e r l o d y o wnfidD. ih 6, erto miuno eo lo
que am b e endApodipsiii : Jan srtnrllru dcl &lo caydíia,
& & ~ * 4 c e c r o h ~ a d 4 j 4 ~ m I ~ ,
c V r w d . r r ~ & B M & ~ o $ .J :P Q C f e m O T a e
vtas ertnsllor .meMkiaw proaigw S. Juan, re seaodaií.
boluwo~al9larmm.enLnoisr,enloirabbsNbeei,eir
lpi1~*~bY0bectOw¿ebinas~pehucei,
6 - a : Ccbd'SOh8 y 8- &
h p~wnoiolldqaUat&á.aotrrcEow&e.Itrou>, .y&&
Bt'inton~ñt&eea10 Dominus, es Aitiesimue dedit vocem m m :
pudo,. a eabbwr igh. Bt miat shgittaa m,et dfimipsvit eoa :
ñilgnriimnltiplicsvit, et conturbavit w.-P8. xvii, 14 et 16.
) 4plb ~ 3 p m t m pmculet, d iuüamma%it'inc i d t u inImicoa
giu. Mgma éjw .mbi terrae : +i&, ct commotr mt
tcm-PJ. xicvi, 3 et 4.
3 at~11* edaat.8e e d l a . - m . riñ, 29.
19*Ik m &, m d o ~ m nonper t tmm, dcut dcua srnhtk
n w , .&m rsa6mqm mmetm.-ilpoc. vi, 13.
64 LA V E N I D A DEL hlI1IZCiIAI

ira del Cordero: porque lbgodo er el gmnds diu de i


ira de ellos: ;y quün podrá sostenerse en pie ? *
82. Este fi~egoqne anuacian tantas veces las h r i t a r a w ,
para el dia g&de y horrible de la venida del S d o r , m
puede ser, segun las mismas &&taras, un í b g o pniversa!,
que inunde todo nuestro globo, cono lo im~odsron las
aguas del tiempo de N& ; ni que lo consuma y redosbir d
humo p ceniza, cwio tantoa ban imaginado. Ebta i h
poco justo y aun conocidaunente falm, no estribri otn
fundamento, que sobre el testo del apostol S. Pedro, pooo
bien examinado. Algunos autores, y no pocoli, DO se
averguenean de citar para esto Cree 6 cuatro reieai de *br
falsas Sibilas ; como si estas f ~ n a a actigoas de aigaoo ea&
macion entre loa Cristiaaos. Bl testo de S. Pedro~rrocuro
6 pooo claro en esta paje, debe erplioarse ( a e p t o h 18.
q l a s de la buena crítica, pía y rdigiosa), debe, digo,
eaplicarse por centenares de testos olaaos y perep3aiias de
la Escritura santa; no cea&narei de testos oh#w y pera-
piciios por.nn testo ánioo, oacuro y poao oiaro. $I-A.
8. Pedro en la misma epístola lwbiando de la trensfikra-
oion de Cristo, de que él miamo fub testigo : y de la ME
, c., dioe estas palabras l b de
del Padre que allí 0 ~ 6 &
sindridad y de verdad : Y loosotras oimos esta croz mvieda
del cielo, estando con dl m el Monte rante. Y aun ten6
nws mas jrme la palabra de hs Profetas: tí la cvel
lkrceis bien de atender, como á una unto& que lm en
, un lugar tenebroso. Entendkdb~primeroato, quú.nin- -
guna profeck de la EIcritura se ha por o ' n b e r p r c ~
propia. Porque en ningun tiempo fué dada la: profecia
por voluntad de hombre : maa los hombres santos de Dios
habláron siendo inspirados del Espfritu Santo f.
Cadite super nos, et abscondite nos B facie aedentie super thro-
num, et ab ira Agni : Quoniam venit diea magoun ir= ;PSmrn 8 et
quin poterit stare ?-Apoc. vi, 16 ct 17.
t Et hanc vocern noi audivimus de cm10 allata- ci& apseoins
cum ipeo in monte sancto. Et habemus firmiorem pmpbtticom
ilermonem : cui benefacitis attendentee, quaei lucernñ? lucen ti in
EN GLORIA Y MAQBSTAD. 46
83. Cómo puede ser un f q o univerd, que abrase y
consuma indiferentemente todas las cosari de nuestro globo
y al giobo &o, c d o dice la Eocritura : 6 6 n ¿érecAa-
d e lar tiroa de lar rayoa...y rcarrtirán 6 lugar
cierto* ? i a m o puede ser un fuego nmverral, que con-
suma indiferentemente todas las oosas de nueatm globo, y
al globo mismo, cuando diee la Ewritura, que quedarán
v i v a 6 indemws alpnm individuos del linage humano :
coma si +nas acmtunar, que qaudárom, se uacu-
&sr de la diwa ;y algunos rebucoa, +ea de acabada
Za uendimia.1.? Bete p-to lo he tratado en otras partes.
Vssre la a d h h que eilth al fin de la primera parie, 4
donde me remito, J tambieo al fm6meno x, párrafo 8.
84. En sume, ei d i del Sefior, segun todas las Eoori.
turaii, ea únicamente oanin sua enemígos decla~ados,que
em squeiloi tiempos de que bablámoa serán los mas 6 casi
todos, euao queda notado em todo el fenbmeno del Anti-
crirto. Emta idéa ut hdli oonntante y uniforme en todas
Iaa Eiaritares del antigno y nuevo tedamento ; y anal-
+ que 1- l e p e oon este cuidado, lo podrá fácilmente
repar. Ved eqd tres 6 cuatro lugares de estos, como
por maeitia de otmn muchisimos del todo eemejantes, que
pudiesnn 6itarut.
86. En Isah se dice : H e aquí quc vcndrd el dicr dsl
SctDw, cruel, y Usno de inc&aadon, y de ira, y dr farror
para pmm la t h a en &dad, y para &trizar de
...
e& & &a p d w e a Y visitar&sobre los d 8 del
n w d , y contra loa impfom la iniquidad de ellos, y har&

&iow ...
loco Hoc primhm intelllgwlta, qubd omnL prophetk
Seriptnro: propris interpirtidone non fit. Non enim voluntata
-k d a t . eat .üquando prophetia : red Spiritu k c t o inspirad
h t i mnt Dei Lomines.-2 Pet. i, 18, 19,20 et 31.
...
e. &mt difectb emkiones fulgunim et ad certum lo- i d
lient -Sop. o, 22.
+ Quomqdb ri p m m ofirae, que remsaeerunt, Lxcutiantur ex
@lea:et =mi, L P ~fuerit finita vindemia.-lmi. xxiv, 13.
m w o 111. P
acsa ld rokrbdr k lor i n j e h i y abatid la arrogaWa
& Ik f'b*b
8e, ,h. J d w h b.Lee : Ha rqd4 qlra d 6mhUino üel
&6Ok, id j h B t #iipstaPos~c b t6w6scad dsrhdíZ, .k h
&a rlre lo, i9npí~8.poaar&r..srt da &time & 108 d h
sntant&t& bdw edras q-b
8R ,3311Malaquía se dMd : Pbrqiw k aqui wnd* mii
dieaneduwvdo-: ~l&idrsbrrbior, jtoib.
b.~Il6¡k~i~clad8ktkW -1I U yl~abrrrrci*ii
d diu pus dsbs &ni+, d h el sbiíik de dDi rgrraittu, &I
dpjbr de& ni icW ai
84% Par abreviar: dn el Iibrd de kSaLidarfo se ilice:
Sucdofbrrká i t a d s r b , yariir~rráddarcricñurr
perr la de &S sm&pm.&Y .lulmgn. i n a -
d e ~ c o l n o b l a ~ y ~ n í c otedsriarn n U
h t f a tos i ~ I n S n d~b d a h a t ~
.l
a rirw da db.
&y&, y carie de Irn dn?o bien a h r s d o da & r+
nS6ir aw+a&e, y raurtSrin 6 i y c v dtwto. Y h Ya
apdreiai kriuardr q m m g r d , ra k m ó r a d con-,
&a .ldbldl iyua iYsl mar, y Jor wrrrdrhitjriotw u n
f w k BI e u p f d u I v i d .e h t w d i coirtra dl#r y
como derbdlke db v i h t o dar j wu niqridd
reducir&á yerno toda la tierra, y la maliaio. i r a a t e
br dh.4 dd h p o d m d 8 d § .

?ion lniquitetem eonim, et quieeccre facim .superbitun infid&um,


-
et arrogantim fortium humiliabo. I~ai.xiii, 9, et 11.
t. Ecee turbo Domini, furor egrediene, proceiia rnem, in capite
i!hpibm a q t i i & ~ : ; : i tmbbintodierrim fiawetb BI.-.&F&.
ltw, $S,e: rW:
f BkCe ~ñññ di@ buceendb p W t%U~lah : et Wt g a ~ w
superbi, et biiihb W i l t e s i&plehteai etipala : et hrdrmmablt cob
dMi W~CW, di¿lt Dominas e*s&hrn, qais noa üwWqu& ti.
mdicem, et germen.-Makrch. iv, 1.
p AWplet aimbwntm rdae Wms,ct *rmibit e r t a m m ui ddo-
PARRAFO IV.
T&dbde &himente este gisn dy, el 4 m
Mbemoe amaato tiempo d u d r panBe la horribie tem-
pestad : esterminados en eUa todos los impios y p e d o -
rir +jut & dlor ni r& ki renwwo: nnidaa perfecta-
menQ en oaa miama individd lObee la eciíptica y d
eePodor r 6oscgadP toda al atmbdera : aclarado el ainc :
quieto el mar, y coogregad~t o d a sus agma en el lugar
qii. lea fasre bntbLoee wó.lado: debe lueg6 n e c e h
meate rpailsarr oQa nueva tierra. &o nwvo d o , otro
19.- ttazhpeo, eliPer&iaP em tede de lo qae eo d
preril.; daemo&mtegriwrenQ dimr$rimo om
tedo despies de psab d diluvio de Ne4, ea el anal qae-
d6 40 y prileaió el 6 pimitivo + ; debe aporeax
&o orbe ntiero, otra P(ibrfem muevo, otros nuevos gii-
mm, y tuabim otro nueve ospcoto aun en al aielo midereo ;
y tede tan barno, á lo menos, eQmo lo foé ea su atada
p?imitRob Di@ á la memo4 p q a e m puece, oo solo
p.ribl., &o 6riaanieHs verosímil, que por respeto y bowr
de u m yar#ae de infinita arotidad, mal es am Hombre
BioQ, p a q m , y pam +en, uamo dice S. Pablo, faeroa
er¡& War lis dsses t, se renmve, y se mejore tbdo en
mestm &, demlorele Ir e& so 19 naGral (dcomo re
L ha de d u en lo moral) ui nuevo y s a b e grado de
perfeooion : Y- ~ p o r 6 n k8sgwk nu pr- cidor
m o r y JOerre mmm, ea lo8 pcn niora iú jwti&. ..Y
dijowlqueabsbe ~ & e ( ~ d & m H: e ~ ~ d , y e h g a
cum ÍUo orbir terraram contra inmensatoi. Ibunt directb emiraionea
f.1Rniiim, e t tanquun B benb c m t o íucu nubium exkrminabun-
m, miaenan k6clim issll5etit. El h p d r m h p!0h~emittentur
exriuidss&th i l b q u a muda, et damina eoncurrenc
d d . Chtm í h~trbitspirftmvhtts, ct temquatn turb oemi
i
W m : et d -m perd~eaomnem te-
- biqnitm illo-
m,et hudipitnb evertet seda patenthm. &p. v, 18, 21, h,
23, et 24.
I h tanc mundus quh bahdrtas p d t . - Q Pbt. iii, 6.
t Pr0pk.r quem omdr, et pel e e m -h. -A# Ald. 9, t0.
F 2
nuevas todas las cosas *. Cou todo lo cual concuerda el
Apostol, cuando dice: ~ y u nsu beneplácito, que habia
propussto en si mismo, para restaurar en C k t o todas
l a cosas en la dirpenisrrcion d e l cumplimiento de los
t k p o s t.
90. Y veis aquí conoloido el siglo presente, y llegado 6
w fin el dia de los hombros. Veis nqal la consurneoion
y fin del siglo, de que se habla tanto eu las Escrituras,
especielrnente en los evangelios. Veis aqui amanecido el
dia claro del Señor, y el principio del siglo venturo, del
cnal se habla mucho mas. y con igual 6 mayor ciaridad.
Aqni empieea ya á manifestarse en nuestra tierre aquel
reino de Dios, que tantas veaes pedimos que .venga$ :
aqui empieza la revelacion 6 d e s t a c i o n de Jesucristo,
'
y el dia de su virtud en los resplandores de los aantos:
aqui empieza la revelaoion de loe hijos de Dios, que no
son otros sino los santoe, que vienen con Cristo resucita-
dos, 6 los cooreinantes, sobre cuyo gran misterio se puede
consultar al apostol S. Pablo (y sería bien conwltarlo
luego) en todo el cap. viii de la epíetda á hr Romanos :
aqui empiezan los mil años de S. Juan, en cuyo principio
debe suceder, en primer lugar, la priaion del diablo, oon
todas las circunstanaias, que se leen espresas ea todo el
cap. xx del Apocalipsis: aquí, abierto ya el Tedamenta
nuevo y eterno del Padre, en que constituye al Hijo, en
auanto Hombre, heredero de lodo b ; evacuado todo prin-
cipado, potestad y virtud ; y sugetae á este Hombre Dios
todas la m a s ; empieza á reinar verdaderamente b 6 eger-
citar su virtud, su juioio y su potestad absoluta, mas llena

Novoii verb cmlae, et novam terram aecnndhm promisse ipsias


e w m u a , in quibua juatitia habitat. ..Et dixit qui aedebat .b
-
t b n o : Ecce nova facii omnia. 2 Pet. iii, 13 ; e: A'. xxi, 5.
+ Secundhm beneplacitum ejuu, quod proposuit in eo, in diepen-
satiune plenitudinia temporum instaurare omnia in Chriato.
Ad Epher. i, 9, et 10.
-
1 Adveniat regnum tuum -Mat. vi, 10.
-
g Heredem univeraonun. Ad Hebr. i, 2,.
UN G L O R I A Y MAGHS'I'AD. 69
de sabiduria, de bondad y equidad : el principado ha sido
pue8to sobre su hombro; y ser¿ llanrado 8U nombte, Ad-
mirable, Consqjero, Dios Fuerte, Padre del siglo veni-
dero, Phcipe de paz * : aquí empieza á mauifeatarse mas
de cerca el misterio grande é incomprensible de haberse
hecho Hombre el mismo Verbo de, Dios, d mismo Unijé-
nito de Dios, el mismo Dios : aquf en suma, se empieza 4
ver y conocer con mayor claridad el fin y térmiw á donde
se enderezaba la virion y Za profecía .t.
91. Lleno de estas ideas (y sin darles tiempo 4 que se
evaporen del todo, y owfundan,cou otras) andad aora 15
leer la Biblia sagrada : leed principalmente lo que se balla
de profecía : esto es, los Salmos y los Profetas : me atrevo
B asegurar, que todo lo entenderéis seguidameute sin
especial dioultad, á lo menos el asunto general. Leed el
salmo xcii, en el que se dice: El S& reinó, uiatióss de
A e m s u r a $, y lo leeréis ya con inteligencia y con gusto :
lo mismo d i del salmo Ixxi. A mi no me es posible hablar
de todo, mas 4 vos será faciiísimo leerlo todo, y examinarlo
todo 4 vuestra satiefaocioti. Por este medio me prometo
conseguir lo que no puedo esperar por solas mis palabras 6
reflexiones. Para esta leccion y ex4men de que hablo, no
es menester gran ingénio, ni una grande erudiccion, ni una
gran noticia de la lengua hebréa. Todas estas cosas .son
buenas, y pueden ser utilísimas, si se busca sinceramente
la verdad, y si esta verdad (sea dulce 6 amarga) se recibe
y abraza despues de conocida : Porque la palabru de Dios
es tnva, y @caz, y mas que t& espada &
&a jüos :. ..y que disc2erne los pensamientor d intencionas
del c-on 5.
* Et factus est principatue super humerum ejue : et vocabitur no-
men ejus A d m i i b i i , Conailimiue, Deua Fortis, Pater fnturi ea-

'
-
cnli, Princepe pacia, &c.-r~m. ix, 6.
t Visio, et prophetia. Dan. ix, 24.
-
1 Dominus regnavit, decorem indutue est. PJ. xcii, 1.
5 V i est enim sermo Dei, et eficax, et penetrabilior omni
gladio ancipiti :...et discretor cogitationum, et intentionum cordis.
- Ad Hebr. iv. 12.
m LA VBNIDA DYL MMSIAS
02. Camo &e nueva tierra y uuevoe cielos, & que ya
henos~lkgado,y en que ya nas h-01) en esplrih, oom-
m d a tambien nuevos snoeoos, b nuevai misterios pirr-
prcioaados tí un sigla del todo nuevo, no nos es poaibte
considerarlos todas eri un mimo lugar. Los Profetas mis- ,
moe, hapiradar por el Jbpiritu Santo, no lo hioieron d. 1
l
Deberémos, pues, considerar separadamente, si n6 todoa
estos misterios, 4 lo menos algunoe de los principales, de
donde se pueden inferir lqjftirnamenta otros infinitos. 1
98. Aunque %e al principio del párrafo ir, que es in-
oierto cuanto tiempo durará el dia grande y hornible d e la
venida del S&m, 6 lo que es lo mismo, la eonmooion.
conturbacion y agitaoion de nuestro globo, palabras todas
de que usa Isdaa, cap. xiv ; mas habiendo aora leído con
mayor reflexion el cap. xii del pfdeta Daniel, me pareee
oierto que no puede dorar menos que el espaoie de 45 dias
naturales. Cualquiera que lee este oapítulo conoce al
punto, sin poder dudarlo, que todo ea una pmfbcla endere-
zada 5 los iiltimos tiempos bien inmediatos ila venida del
Seóm, pues en él se anuncian iinicarnente estos dos puntas
capitales. Primero : la vooasion y oonversion do loa Judíos.
k g u n d o : la tentaeion y tribolaoion antioriutiaaa entre 1-
gentes. De esta dice el profeta, 6 el Iingel que habla oon
él, que durará en toda su fueqm 1290 dias, que hacen 48
maies: Y L s d s el bkmpe en que fuere qaitado d m r i -
j c i o perpetuo, y fuera p e a k la aborninaaion para de-
k n , será mil dorabntos y m ~ d dias*: a loa euales
d i concluidos (sin duda en el principio del di. del Sefier)
dde estas palabras, que sigarpre ea boa mirado oaao un
enigma indisoluble: Biaaawnturcido el que eupra, J llega

* Et 6 tempore chm ablatum fuerit juge tacrificum, et poaiQ f+t


rbominrtio in desolationem, dies mille ducenti nonaginta. -ijam.
xii, 11.
EN GLORIA Y MAQEBTAU. n
mil trsrckntss y t k t a y cUca diai*: el ~ ~ ¡ d e a
entre toa d9s ~ftmer~e ea pu8tualmante 48
94. Se pregunta aara: estos 45 residose 1 que uso tie-
w n : en qu6 se emplean : qnb se hace de eUos l i NQ
lo veis, amigo, eon vuestros ojos? Concluidoo con la -ida
del Sefior los tiempos de la tribulaoion daristiana, coq-
c.aida con ella el dia de los hombres, deetmido eon e? ras-
@¿anclur & su veaidat el hoqbre de p e d o c a toda a r
misterio de iniquidad, &o. : se16 dichoso el que espemm 6
permaneciese vivo 45 dias mas. i Por qu6 dichoso? Por-
qae será uqo de IQO w oa á quiemw ao twad la espada
de dos filpe, que t u e en ru boca el %y de los reyen: p o i ~
que será uno de los pocos racimos que restaran intactos en
la gran vifia, despues de acabada la vendimia: porque
ser4 uno de los que no se habrán hallado dignos de la ira
del Dios omnipotente, ni de la ira del Cordero: porque
ser4 uno de los pocos, que habiendo visto esta tierra y
cielos presentes, merecer411ver tambien el cielo nuevo, y
nueva tierra, que ssperámos segun sw promesas, &c. Esta
me parece 6 mi la verdaaera inteligencia y solucion de este
enigma. Convido 4 todos los inteligentes, 4 que lo exa-
minen con mayor atencion, considerando, como debe ser,
todo su contesto desde el principio basta el fin del capi-
tulo.
95. En este examen es muy natural que cualquiera r e
paro en otra eepecie de enigma, que aunque accidental 81
plinto pksente, podrá causar algnn embarazo : es 4 saber,
que el profeta Daniel hace durar la tribulacion anticnstiana
1290 dim 6 4s meses, cuando S. Juan en sn Apocalipsis
cap. xiii, solo le da de dnracion 1260dias : esto es, 30 diar
menos. Esta dificultad me tuvo en otros tiempos no poco
embakzado ; hasta que me acord6 de aquellas palabras de

trigenta quinque.-Dan. Ui. 12.


f Iiurtrotione adventh mi.-5 a¿ 3i)sa. ü, 8.
72 .LA V E N I D A DBL MHSIAS.

Ciislo: Y s i nofucuan abreviados aqueUos dias, r i n p n a


carne serfa salva: mas por los escogui(~, aquelloe dias
rsrán abreviados*. Como S. Juan eacribib despues de
este profmia y promesa de Crbto, pone ya abreviado d
tiempo de eata gran tribulacion, y asi quita SO dias al tiempo
que debii duiar, segun la profecía de Daniel. En una
pestilewia 6 incendio tan grande y tan uniPer~al, i os pa-
rece pequefia mieerioordia apagar el fuego 80 di- antee de
lo que debia durar, para que no perezca toda carne ?

* Bt uiei breviati f u i ~ ~ ~diea


m t ilü. non fieret sniva omnis caro:
-
wd propter electos brerbbuntur diea üü. M'. xxiv, n.
CAPITULO VI.

iA CIUDAD S&NTA Y NUEVA DE JERUSALEN, QUE BAJA DEL


CTEU), DEL CAPITULO XXI DEL APOCALIPSIS.

PARRAPO 1.
98. HABIBNDO perecido en la venida del Sefior la tierra
y &lo, pson aora, ó del modo que acabámos de espli-
m, 6 de aignn otro modo que se hgllare mejor y mas con-
forme B las Escrituras : habiendo entrado en su lugar,
soqrrn rw promasae, otra nueva tierra y nnevos cielos,
otro globo terr4queo del todo nuevo : lo primero que se
pwsenta 4 nuestra consideracion, es el Rey mismo que
acaba d e llegar á nuestra tierra de una distante: &S-
pues & haber recibido el reino: que acaba de llegar por
algunos dias, segun las Escrituras, en la gloria de su Pa-
drs con a w hgelcs* :que acaba de llegar entre millares
de rw suntost : entre los resplandores de los santos$ :
contra ltm auciams de su pueblo, y contra w p r i d p e s § :
6 ser glor~cadoea rus santosll. Todo lo cual, como de-
oiaró el mismo Sefior, se entiende de aquellos solos santos,
qus serón juegados dignos de aquel *lo, y de la resur-
rscrcion de los muerto88 :loa aaalea todos deben oomponer
la cótte, 6 el r e h aotivo del grande y sumo Rey, que
como tal, tiene en su vestidura, y en su mwlo escrito .-

* la glorie Patria sui aun Angelia e&.


t In sanctis miliibus suie.-Ep. Jud. 14.
-Mat. xvi, 27.

1 In eplendoribus sanctorum.-PI. cix, 3.


4 C& aenibua populi nui, et principibue 4us. -Zmi. iii, 14.
11 Olorificari in sanctis suis:-2 ud Thea. i. 10.
Tr Qui d i i i habebuntur eeculo illo, et reeurrectione ex mortuia,-
Luc. xx, 36.
74 L A VENIDA LBEL MBSlAS

Rey & reyea, y Señor & aciiorer*. Esta cítrte dei Hijo
natural de Dioa, del Hijo del Hombre, del Hijo de la
Virgen, del Hijo de David, del Hijo de Abrabh, 6 del
Hombre Dios, que segun lae Escnturoi del nuevo y anti-
guo Teatameuto, debe bqjar algqn dia con el rey miamo
del cielo B nuestra tierra, p a r a que habite ia gloria sn
ella*, es lo que llama 01 apostol S. Juan, la ciudad a n t a
y nueva de Jerusalén, que bqa del cielq, 6 con otm nom-
bm la erporpi, qwe tiene d C d r o pofl q o w S.
97. & vnrdad qae a t e graa a u m lo ~ W I Qel amado
díscipulo en el cap. xxi luego inmediatamente despuee que
aoaba de hablar en el cap. xx de La resarreccion y juicio
uqivsrgal. Es@ oireow- awidental, que iprimm
vista parece favorabls al sisténw vulgar, er o ~ e d e
1s que ha ocsiionsdo el &e equíwoo & qre hs~p
hablarémw. Mas, i qué importa c d r a el asaiito gaosiol
y ~wtoncid,d a n y palpable, ~ s oiwu-
a
accidqpkrl? S. Juan obaerva y sigrie en erk mime l u p ,
e! rni4mo 6rden y mbtado que ha observado eaaatnntsauste
e9 0u pmfeclq ; e6 4 oeber, wasdo da@6 trer. 6 mm m k
t(Wioe wwunen en nn mismo tiempo, lari divide b iepwq
e\ qno del otro i bbk del una, oomci ri hubke Btm, y
btc\k Ueva basta ou fia. Cwduido Qte, uoelre
~ & ~ a~trb,
o y tomoPdn el atro. lo I k i r del m k o moda
W o a tju: g d R s l u a & & . ~Yqa8biieihibia-
49r w abswg erte mbma &den? E& hhq y * M e
ael 4pocdipeis, desde el priaaipio hare al tia. M f a d e
siwq y wria coev~ierrtíoinos; ebpmrrh b o ' ; oip coyq
sbwacioa p csnociinieiito no c-iba oomp p.ed. nn-
t w d e w bieq este Ubno divina, que eompiende r tan
DQAo Wl!lúipp@QCWM J' QR -de@ m i s h h r *mien-
tes todos, 4 lo menos desde el cap. iv, B la revelacion de
Jesucrista, 6 L qae ea lo iai.an, ism s.g9nda renida en
gloria y mageatad.
HW QLORIA Y H A O B S T A D . 95
96. No siperéis, amigo C r i d ñ l o , que yo oe diga aquí
ooias gnndea y estmordinariris, nnevaa y a u m oidae,
sohe la gloria eíema de esta prieoa ebpte, 6 de e* aaata
y nueva Jerusalén, que debe bajar del cielo algon día 4
uoestra tierra: ni tampoeo b b r e lo que peHeseoe d lo
esterior de ella. Todaa estas oosae ron inhitamento
mayoree qne yo: no oierto contra mi ram, 5 quien no
&den ni chooan de modo alguao r eho e u ~ e 6umi
ruaa esoasa y limitada, y muy agenas y lejanar de &da la
esfera de eu aotividad. De toda* ellar habla 8. Pabb
auendo &a, &tando el e a p hriv de Iraloe: Anter
srfb escrita r Que ojo no vi6, ni oreja oyó, ni en ce*am
de hambre arbió, lo qne pvepar6 Diss pera squeilsaqw
le aman*. Así, m pienro deteneme en estaq eeses que
no entiendo, ni pertenecen 4 mi asunto principal.
99. Convengo de buena fe con todos los interpretes del
Apoaalipaia, en que e e b oip. axi esta limo de meaferas
6 semejamuw, así aomo lo o ~ t 4todo el libro divioa y id- ,
nnVoble del mumo Apaaalipsie ; maa estas rnetáforer 6 se-
mejaste~,digo yo, lsigoiflcan algo, ú nada? 18ipi0ccia
alguna ama p d o u k r y dekmi.edg, ieel y verdadem r 6
son vaqlae abrolatamente $e toda Hgnifkwion determinada
J parthular? Fsta mas peilicnlaii y determinada, ei@&
sacia neoesari&nente per a t a r aemejaaeai, 2 qn4 cosa a ?
1 @a W(UQ puumnb alep5riea y eapiiftaal, y esa ai orr- .
tojo de Qdm l a Ingeniar r 6 ea t a m k ~ t e r i a l6 cab
poral, visible y patpable ? i Phta oosa detemhadr, virible
6 no visible (sea por ama le qne fbew) ha bajado gq del
cielo 4 la tierra! Si no ha bajado hasta aora, somo pmeoe~

*
ddente, bajad mal p verdadaremente algun dla? j Es-
eoa bs b b w a rRvar y dadotee tdavia, y babi(Piá
con elles gn aaestrs hnn ? Deepires que baje, 1a&rh
badar las genter t p haym p d a d e ea tedo n u e a h o*,
00 ya en finbb!e inri? 4 18 h q y P W (b 18~qRQ el 10
Sed me& ieriptun eab : Qu&i d o o non vidid, ase aurie -di-
vit, m e &oCOI homtnh ueendit, qme pmpunvit Brw %a, qui dili-
gunt i l b . - 1 d Bw. ii, 9.
76 LA VENIDA D E L M E S I A S

mismo) al gobierno y direocion de esta mismn ciudad'!


Los reyee, 6 príncipes, 6 cabezas de todas tribus y na-
ciones, que hayan qvsdado por toda la tierra, i llevarán
ó enviarán toda su gloria y honor tí eata misma ciudad,
que ha bajado del cielo d nuestra tierra?
100. Puea, amigo, todo esto se dice y añrms, clara y
eepreaamente en este lugar del Apooalipsis, todo eato se
dice y ofinna en otros mnchísimos lugares de los Profetas
y Snlmoa, de esta miama ciudad santa y nueva de Jerusalén,
QW h a n d i 6 del cielo d i mi Dios*; B quien ain duda
se enderesan aquellas palabras del salmo Ixxsvi : Cc~as
gkmooas se han dicho de ti, CIrrdad de Dios t .- y aqhe-
llae otree con que concluye el mimo salmo : Ciertamente
todas los qtce moran en tí, mven en a b r í a $.

301. Los intbrpretee del Apocalipsis, siguiendo su si!!-


tema general, han trabnjado infinito en el empefío grande
6 impoeible por su enorme grandeza, de acomodar todas
atas 1xma8 4 su sistema, 6 tí lo menos de esplicaxiaa de
modo que no p%ndiqnen al mismo sistema. En aaomo-
dadas, digo, y esplioarlas de aquel mismo modo (de que
fa& hemos hablado en oiraa partes) con que tiran d aco-
modar y esplicar otras innnmerablee profedas. EB 4 saber:
parte, B la Iglesia 'triuofante 6 4 aqoelia Jerudhr qtre
mtá arriba 5, mjpn la eepreeion del Apoetol : y parte, á
la militante: fuera de aquella otra parte que se omite y
desprecia, porqhe no es posible hacerla'senir, ni B la une
ni B la otra.
102. Dicen en general, que la oindad santa, de que
v s ~ o shablando, no es otra c m que la pútria celestial;b
la gioria y felicidad eterna de 10s santoa. Estapropmicioa
. p e r a l me parece justísima; ni yo puedo ni pienso re-
* Q, deacendit de c e l o B Deo meo. -Apoc. iii, 12.
t.Gloriosa dicte aunt de te, Civitae Dei.- PI.lxxxvi, 3.
1,Sicut l~tmtipmomnium habitatio est in te. -PI. Jxxxvi, 7.
g Quse sursurn est Jerusalem.-Ad Cal. iv. 26.
EN GLORIA Y MAQESTAD. 77
pugnarla, mientran no d e de los límites de pura y
mera generalidad ; pues yo tambien siento y d i lo mismo.
Con todo ero, si la pmposicion no se espiica mas, queda
necesariamente confu118 y oscurísima. La profeda habla
clara y espreeamente de una ciudad, que despues de edi6-
d a de pidrm vi- y sroojidcrs, en el cielo 6 en loa oie-
los, 6 en los cielos de lw cielos (palabra todes y espre~.
sionee generales. que significan una misma cosa general,
muy fuera y lejana de nuestro globo, como eaplicarémos,
en m propio lugar), debe Gjar al mismo globo naestro, y
PsentPrse en él, 6rmame y eatabheme Alidameate: y esto
con r e g w o de todo h tierra*. Este es el punto capital,
que ea cualquier sistema que sain, se debe examinar y
esplicar en primer lugar.
103. Sobre este punto capital (hera del mal, aun-
que se trabaje mucho, nada se hace) confieso ingenua-
mente, que hallo can nada en todos ouados intérpretes.he
leido del Apocalipsie. Aigunos dioen 6 suponen, uin es-
plicerse mas, que dioba cmdad : esto es :la patria: c e b
tial, y h gloria & los .antor, ie le matró 6 S. Juan,
como en acto de bajar del oielo, para que la v i c m mejor, y
pudiese descubrir su gandeaa, su longitud y latitud, su
e~tructora,su felicidad y gloria, &C. Bien : &a es una
verdad que ninguno disputa: mar, i no hay aquí otro mis-
terio que este? ¿ La ciudad se le moaW B S. Juan como
en acto de bajar del cielo solamente, para que la viese B su
satirtaccioii? i No bajará alguir d i real y verdadera.
mente, del cielo 4 nuestra lierra ? i O, que pregunta tan
impmdente! Movidos tal vez del temor de esta improden-
h k a pregunta, responden otra, coufeeando y &ando
sin difioultad, que la oiudad bajar4 real y v e r d a d m e n t e
del cielo 4 la tierra. Mas .; cuando y como? i No lo
sabeis, amigo ? i No b haheis oido y leido tantas veces !'
Bajará, dicen, la ciudad del cielo B nuestra tierra el dia
del juicio universal, y por pocas horas. Quieren decir:

universze terrs.
~xi~ltatione -Pa. xlvü, 3,
que el dio d d juhio y m n d o a unmire4 tetlw lu
a k i r de lw justas vendráu aaiCrU(o 4 eiiebtra tbrn% y
feiipdo sue H o s s 9 e i p a t formarán en el a h b encima
dd pbqmñb, y al m i m o bmpo p d s b o taile de Jom-
fo4 mas espeoie de eirtdad, íí narumr th a#&atroi. d
calrl m6teotto,6 niamm de oi&. w vdveth al &lo d
m b di@ datas de .waber.
104, ¿ N o es aeta, amigo d o , la idea gen#a y d
M i v d m e n t e nalbida 2 Mm eita idem general i w a
e v i d u w s & falae l 4 No eo h t d a b i e oao k
m, qw -*este abmwBma, m todo su mntmta
y etM todrr i u á e a p d e s y pahbm l Veia *mi dgaiei,
goooo e j e a p b por l a a* oa será fhoil d d y
observar mucbísimorr otroi.

1% Diee S' Jsaa, qma la &dad aaab .p naeva rbe


Jeriuiiléai ClequeBaLhen biaodcap. mi, lmeibbajarh
nttbdra Cierraael sido dc d&mi eA ei h e tiempo ea
qmeViBubaauere (ienraymaue+o&lo: Ydurreidb
numb 9 m tk).ra Porqtte el primar c i e h y do
pri- limt(Qde feéren, J de wwr ya ne ea. Y p
Ikua vi éu ciudad san% b lirrueaili, nwva, pus alepude
d¿ Diai, daamdíh del &lo*. Segun esto, e# claro y
paip.Net qtb llegande el tiempo Feliz en que se oumplaa
Itie premiesnh de Di,de una nuera tierra y onevo uelo
(lo dud ssperdrmm wgun &s promestu t), se deberh ver
en n&ra tierra, lo primen, de todu, la c h t e del mro
Ra), b o i d d smta y m e r a de Jerasoléo, que baja del
eielo O lkest* tieriu. Ea este supuesto, volved 4 lee),
)- naemtre oap. iv. él baiier6ia. h poder
a h l m e n t e negarIs, que las promesas de Did, de nueva
Et vidi eoelum novum, et t e m m novam. Primum enim coelum,
Bt ptimo )erra abüt, et mare jam non eet. Et ego J o a n n ~ ridi
.di- WtAW JefiLsalemnovam des~endehtem de t a l o b &o.-
Apoc. u i . 1 ~ $ 2 .
t secundhih ptbháicna ip8Ms eXptctuhw. -a PM.iii, 13.
tin)e y nema rtsle, aie son ni pueden mr pata di di& de la .
~ ~ ry jaieia
r o~i+erwili
t 1 FW gaL ? Parque eaw
promann, gae iIderaeoW dd bapi 4 % ~de Iselas, Verr 17,
a mismo tiearp, de F c i e d g &omlpdbir,
h d a b p ~ i eWlt
cb vida y h w i ~de , ja6tidie 1 -0, de vidtu larg- y
omae ( j las aiob txwha tte 100 efiaa); de ediñcacion de
ame, ¿e plantío, de &Mes y vi6as dé baeyw, de lames,
du wtpi~nim,qbe eivitán emi@blemente, obaiendo ea
arra mimaa mtwa, y rtistentándinie de de a m Wmas visa-
d ~ &,.B. Todo ld tad, no time lagat M paedt~tenetlo mi
ei tüa de $ ~ebru~eacisa y jaioio uaivsibal, hi much
m a ~h p u e s de elite di8 U a b , a m e @II isleit, y .
cid0 pbi Ji ,miraco. De doar)e sa ipfiete logltimameate,
que si la drsrra nueva y nuera tiisla mr.W m~iiuáahdn h~
Emrithri dab para desptia de la mmntwion y juicio
nni*iarbalb isnbpma pade a~lrti&t.se pam esta tlltimi
4poieo 44dndad &tl y vren ¿e JdraGsWa, cjae faritlcaiib
el oiela arie*o y tiem a m e , debe h jal~ -lo del ci&
bwnlesmbti-
emdrrno.
Y d una grande voz del trono, que decia :' Ved aqui
A &abern&u~ode Dios con los hombres, y morará con
elloa+. Bsta espresion : morar& con eZIos, no suena cier-
tataente una visita de pocos momentos, como la que suelen
hacer los médicos, sino una demora, 6 un domicilio estable
y permanente. i Qaien ignora que habitar en una ciudad
no es pasar por ella, ni hospedarse en ella una noche 6 un
&a?
T~RCERD.
Y Senia un muro grande d t o con doce p r t a : y w
lss p u e r t a doce Aq~sles,.y los nornbrer ercdius qur ron
lw nombra de lar doce tribus de loe hijos da krorsl. P w
el Oriente tenia tres p r t a s , &c. t
Bt shiiid -V ma@n ds tbrWa ¿-d.
- tbae Nbetk~9t-
k m Dei cam M i b u n , m habitabit eum bis- dph M,3.
+ ~t hahsb.r niiirrm m+m; ct &m, h w e m pwnr m.
80 L A VENIDA DRL MBSIAIJ

i Que quiere decir esto ! En el juioi universal, ó d e .


pues del juicio u n i v d , ni aun siquiera allB ea el úItima
cielo, qno llamaie mpbso, 6 lo que es lo miamo igneo, b
lucido (palabra que no se halla en la Escrituradivina, y que
ea tomada evidentemente de las doctas fBbulas de los anti-
guos Griegos). i Para que es este muro alto ? ¿ Para que
son estas dme puertas ? i Para que son estos doce Angeles
uno B cada puerta ? i Para que iuscripto 6 asoulpido en
cada puerta el nombre de cada una de las dooe tribus de
Israel ? ;Para que vienen aquí nombrados el Oriente y el
Occidente, el Austro y el Aquilon? Aqd decia que no se
habla de juiaio universal, ni tampoco del aielo empireo, &o
de lo 1~1&iacristiana, B la cual se pueden aaamodar estss
cosas, y se aco&an bastante bimn. i Mas como ? i NO
wabais de decir que la ciudad santa, de que habla la pro-
Eecia bajará del cielo B la tierra, solamente el dia del juioio
universal? Luego todavia no ba bajado. Si todavie no
ba bajado.j B qu6 propósito ee trae aquí la Iglesia cristiana ?
,; No la tenemos ésta en nuestra tienra di= y 0 t h si&s
ha? Yo sé y creo que mochos sucesos ya pasados en los
antiguos d*, fueron figuras 6 sombras de otros futnros y
mayores : mas ninguna cosa he podido hallar en las Escri-
turas que siendo futura 6 anunciada para otros tiempos
remotisirnos sea tambien figura y sombra de otra cosa
pasada 6 inferior 4 ella.
CUARTO.
Y andarán las gentes en su lumbre : y do8 reyes de la
tierra llevarán Ú ella 8U gloria y honra*.
106. Estas palabras, no solamente aluden, sino ,que son
h a mismes que leemos en Idas, cap. h. Levántate, es-
clarkcete Jerusalén: porque ha venido tu lumbre, y la
gloria del 8& ha nacido sobre tf. ? % - q u ehe aqui que
de&, et nomina inicripts. quae sunt nomine duodecim tribuum
fiiiirum Lrnel : ab oiiente porte tree, &c.-Ap. xxi, 12.13.
Et ambuiabunt gentee in lnmine ejw : et regea terre aferent
-
gloriam eusm, et honorem in ülam. Apw. xxi, 24. a
K N C L O R ~ AY M A C B S T A U . 81
l a tiirisblas d r á n & tierra, y la o a ~ ~ & dlos pue-
l
b : mau sobe ti mwevh el.i%b+, y rn .gl&m .se .ver&
sn ti. Y andarán Ear'gek~ssu tir lumbre, y les r i y s al
rarpkandor & tu nacimiento *. . Le &o en sostraeia se
dice en Jeremias. .En aqwl tiempo Ilamarán á J e r w a h
trono del S&; y serán congregadas. á sdbr t& h
t~~'tme en8 el ~ d r ckel &ñw en. J a r t ~ d ny, rio
r h traa de h malded ds su corazon p6a'me t. fia mimo
se lee en el salmo Ixxi : dorninar&.de mw & mar, y'&&
el rio husta las t6rminas'~deIQ&qimdad r : h tierra... Los
reyea b T a r h , y las hlm le efrec~rán, daweb ::los reyes
de Arabia, y da S& It ~ h a a v & r y o + e e e r i ~Y le adoro:
r h t o d s r ba reyes &.la t k : ~ o d s a s t m l i e~ w
viránx. Lo mismo en Daniel cap. ,vii. Lo.miimo en 5%-
carlaa cap. xiv : y generalanente hablado, la misma idea
sastaneCa1 en t d w 4oa Prohtas, y ea L mitad de~lososal-
m-, cisndo menos. D e a l h e nora, Crietóñio mb, 2 en el
juicio ioivenal, 6 despueu de! j u i & ~ n n l v d , allá.'en.
vuertro cielo empireo, podrán d f i c a m e , 6 tener algm
kger dbda eetee cosas? CdQr de cicwte que aqd recurría
otra ves 4 la Iglesia p r e s a ; maw eo aquel segtido d e
g b r k , arbitrario, a c o m ~ y ,por eso levísho, por lar
cualss caras n w t r a 4uiia ya,pcrdace h w . ,

Domini k p e r te orta eat. Quia. ecce tenebm operient t w , et


d i g o populos : super te autem orietur Dominus,, et gloria ejee in
te videbitur. Et v b 4 a h u n t gentes in lumine tuo, et regee in
qlendore ottda fui. - Imi. lx, 1,2, 3.
t In tempme illo voeirbunt Llernsdem solinm'Dornini: et con- '
gregabuntar ad eam omnes gentea in nomine Domini in Jerusaiem,
e t npn ambulabunt post phvitatem cordia ~ u peerimi.
i -&cm. a,
17.
t Dorninabitur B m e vsqua,,ad, mare : et B flumine ueque ad
terminos orbis terrarum... bgesTharsie et inaula? munera o f f ~
rent: reges Ambum, et Saba dona adducent : Et adorabunt e.1
omneii regm te- : omnes gentes eervient ei. -
PI.lxxi, 8, 10, el,
11.
TOMO 111. O
m LA VENIDA DBL M M I A S

QUINTO. X d , V 6 i . 2.)
(q.
Ik d i o de w plwa, L una, y de lu otra p r t e
y de
d d r i o e l h t b o l d e lo&, qwdtídocsf*utas,en c&nns
ror f r d o : y 1- hqjad dsl 6rbd p a r a sanidad & lor
gente8 *.
1W.Lo mismo w lee en Esequiel, y rus Acy'crs para
medicintat. Ea el juicio nniversal, 6 despues del juicio y
iaemeccion universal, al14 em el cielo, i q d wo pueden
ya tener eetoii hojas medicinales para sanidad L las
genta ? Laa diversas espliicionee 6 acomodaubnes in-
gerrioeae que han p r o c d o d i r 4 todas estas cosas, podrlaa
tal ver deleitar B quien gnrtase de conceptos predioablea ;
mpe, parece impoeible, qoe puedan s a t i s h r 4 quien bucm
en las Escrituias la verdad.
108. De estan pocaa'retlexionea que acab4moo de heoer,
parece claro (y este es el punto capital del caal depende la
inteligencia de toda esta profecia) parece, digo, claro, que
lo oiudad ianta de qae hablómon, debe bojar dgun dia reai
y verdadenunente de1 cielo 4 nuestra tim : ria cierto el
dia del j&io y r e w m i o n miversal, sino el dia de 1s ve-
nida del Sefíor, entre iriliure~& au uantoa. 1hba esta-
b h m e y como fundame &lidamente, con reg+ de todu
& tierra, como cbrte 6 aólio del gmnde y mmo Rey $. E l
mismo Señor en el cap. iii del Apocalipsis, mucho antes
que S. Juan viese bajar del cielo esta ciudad eanta, dice
eaím palabras, que &man 6 suponen el mismo punto
capital : 6 qufen u-he.. .escribird robre él el nombre de
mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Diar, la nueva
Jerwaién, que dscsndib &l delo & mi Dioa 5.
In medio platese ejna, et ex utraque parte flumhie i i i u m vitae,
Irffereru ~c~ duodecim, per menea singulos reddens fructum
ruum, et folia @ni ad sanitatem gentium. - A p . xxii, 2.
-
.t Et folia ejus ad medicinam. Erep. xivii, 12.
f Quis eivitaa eat msgni regia.- Matb. v, 36.
,...
5 Qui.vicerit seribam super eum nomen Dei mei, et numen ci-
v h t h Dei mei novae Jenisalem, quae descendit de celo d Deo meo.
- A ' . iii, 12.
EN GLORIA Y MAOILTAD. 88
109. Venidaesta celestial Jarudbn B n w s t r a tierra, que;
dar0 el reino del &iSw *, y al Ssiior será el rey sobre t o h
Ltismt; moqrzsldiamosoloaerá el S&r, y amo rolo
mrá m nombre$. Entáwee, dice David : d r a r á n un svpra
sencia todas las familias de h gentes. Por cuanto di~L
S& ea d rsiño :y 61 mimo re en@weará de krs gentes 5.
Bntónces se veriñcará lo que se dice en el salmo xcv. Con-
m h q s e toda la tierra & aar presencia.: Decid,en &m na-
ceoneb, que el Señor reinó. Porque enderea6 la redorodkz
de la tierra, que no ser&conmovida: juzgurh Eos,peblor ,
con equidúrd)l. Entbnces, como se lee en Ieaias, se pon-
drá roja & luna, y se costfundirá el sol cuMdo reináre el
Saiior de iba qá-citol ea el monte de SibdL, y en Jerwa- .
lén. y fuete glwijEcado dslonte de sus aaeioffarc(l. l b
tóocea..Sre.

110. Y o no puedo negar, anta conñeno mdhmenb,


qes d las preguntas que sobre a t a sante ciudad se m e po-
drán hacer, no eoy c a p de responder una por mil. Sé
muy bien que no es lo m i m o poder pro& con las Escri-
turas La sustancia de algun suoeoo particular, qas ellas amun-
&an, que poder eapliopr, m aun ooncebir aon ideas olam al
modo d e ser, 6 las circunstancias que deber49 aoornpaCisr
este sweso particular. Si este modo de aar m, se haile eai
las Esaritune, 6 porqw Dioa no qaiso revelarlo, 6 porgae
Erit Domino regnum. -AM. i, 8 ) .
t Et .eritDominun rex supar omnem k m . - Z s c h , xiv, 9.
t In die iiia erit Dominus unus, et erit nomen ejun unnm. - Ubi
awpra.
Adorabunt iu conepectu ejus m i v e n a familia gentium. Quo-
d& Domini +t regnum : et ipse dominabitur gentium.- PJ.n i ,
28 et 29.
11 Commooeetur 4 facie ejus unioma. t e k : Dieite in gentibus,
Dominus regnavit. Etenim correxit orbem t e r m qui non com-
-
movebitm: jndiesbit populos in aequitate. PJ.xcr, 9 et 10.
'T Erubescet Ium, et confandetw sol, chm regnavft DomQns m r -
eituum in monte Sion, et in Jerusalem, et in conapeehi nenmn nuo-
-
rum fuerit glorificatuir. Zmi. xxiv, 23.
a 2
en el estado presente-no somos oapacee de entenderlo, i có-
mo lo pod&mos saber ? Podrémos mando mas hacer sobre
esto algunas conjeturas, y si mana estes nos satisfacen, d e
be&mos conformarnos religiosamente con los limites qne
%os ha puesto 4 nneistra rsmn.
111. Este supuesto es racional, justo, y sobre él deberé-
m08 p c e d e r , sin perderlo jamhs de vista, siempre que nos .
viésemos precisados B responder B ciertas preguntas de
ciertos curiosos, muy semejantes 4 aquel Apostol que de-
d a : Si no viere.en sus manos Z r hendidura de los clavos,
y metiare m i dedo en el lugar de los clavos, y metfere
mi mano en su costado, no lo cveerk*. D e aquellos,
digo, que aun despues de convencidos plenisimamente
d e la realidad sustancial de una cosa, sin hallar modo
alguno de contradecirla, la rechazan, no obstante, le
- cierran la puerta, 6 4 lo menos vuelven los ojos Bcia otra
parte, como tirando 4 prescindir de ella, solo porque no pue-
den concebir como será. Mas estarazm, ipuedemirarse como
buena, ni aun como tolerable? Con esta misma mzon podre
yo concluu, que Jesuoristo deepoes de reencitado no esto-
vo aqul en nuestra tierra cuarenta dias, aunque lo diga la E+
ontnra. i Por qué ? Porque no sé, ni concibo como estuvo,
ni donde estuvo. N o Bé, ni concibo qué hizo, ni en qué se
oonpb todo este tiempo, fuera de los pocos instantes en que
se dej6 ver de sus diselpnlos. No sé si estuvo 6 desnudo, 6
con qu6 vestidos se apatecia, paes los que tenia antes de
muerte se los repartieron entre si-lossoldados que lo cm&
ficaron, y la sábana y sudario quedaron en el sepuloro. No
ah como entsb en el cenáculo, cerradas Z u puertas-1.. N o
ah como estaban, ni qué hacian los muchos santos que resu-
citaron con 81. No sé.. .Sé solamente que así Cristo, como
sus santos estuvieron en nuestra tierra cuarenta dias, de un
modo digno del estado en que ya b hilaban : esto es, cuer-
Niai videro in manibus ejua fixuram clavorum, et mittam digi-
h i r ~meum in locum chvorum, et mittam manum meam in Iatuu
-
ejua, non credam. Iwn.xx, 26.
+ Januin clausis -lona, xx, 26.
EN GLOEIA Y MAGESTAD. 85
pos gloriosoa, o de personas resuoitadas y bienaventu d a s .
Si este modo no lo concibo con ideas claras, no por eso que-
do libre para negar el hecho. En lugar de negarlo infiero
legítimamente, y concluyo religiosamente, que en el estado
presente no soy capaz de comprender estas cosas, ni Dios
me manda que lee ookprenda, sino que las crea. Esta
consecuencia es ciertamente la mas digna de un hombre ra-
cional, que por otra parte no duda de la verdad de las Es-
d u r a s . Apliquese aora esta semejanza al asunto que tra-
tamos y ga no ea halla dificultad, todo se ve .fácil y llano.
112. Yo cierro aqui todo este punto, porque me reco-
n w o incapes de decir mas sobre 61. Me parece que oigo
aquella úitima sentencia que se le intimó B Daniel, c u i d o
preguntó : Señor mio, i qd acaocerií dcqw de a t a s
cosas ?..la respuesta fue a t a : A&, Dm'idl,' que cerrtc
dar, y selladar *d&n sstars pnlabraa hado el tiempo
scfialado*. El que no .oontento con esto, quiere todavia
~ a e snoticies, lea atentamente .y reflexione seriamente sobre
a t a 61tima profecia contenida en los dos últimos capituloo
del Apocalipis, con los cuaks se concluyen todas las
&mituras canónicas, y .despues de las cuales no te'nhmos
otra escritura que sea digna de fe divina.
Domine mi, quid erit post hrec?...Vade Daniel, quia clan&
wnt, signdqne sermonac q u e ad príeñnitnrn tempui.-Da di.
8 9.
CAPITULO VII.

SE RESPONDE A ALGUNAS CUESTIONES.

li8. CBBRADO ya eite punto, y con 61 algunas


que al no Ir es 1Saito hablar*, debemos no
obdmte reeponder P aigunea cuesti6ndm, c u p respuesto
u, pide por modo de mera congetura.

PBIMEBA.
114. a t a ciudad que ha de bajar del cielo 4. -noesira
tierra. i será una ciudad material. con toda la estructura y
cümenhn, que m leen erprewe en la profeola ?
115. Be respoade que ai: ni hay necesidad ni ~BU)B
dgana que w r o b b e d aiegoNerla ni 4 e r p i n t ~ h l a ,
bato q w quede reduoida P paras linieblar ana cose ton
h. Ia figura caadrada 6 ciibics, y lan tma dimensioam
geom6trieaa de loPgiQd, latitud y prefandidad 6 eoli8eg
PO a~mpeten0ierbmmt.e P oosaa puramente eapiritualea,
sino d cosas materialee 6 corporales. El espLritu ni tiem
6 p r a ni diienaioner Esta santa ciudad es sin duda para
bbitscioo, no de espíritus purae, sino de personas c o ~ ~ -
puestas de espíriia y auerpo : esto es, de los millares
millones de santos que vienen con Criato pa reaucitados.
Si e r h han de ser materiales 6 caipoiales, i por q d no
rerá tambien sn habitacion ? Muchísimos autores graves
menten y añmm lo mimo que yo, aon d a lo difaencia
acaidentnl del sitio donde la &dad debe colocarse ; copio
ri este sitio se hubiese dejado B nuestra voluntad. Al-
p o r , como buenos geómetrps, bPn calculado, que despues
de la resurreccion universai podrán habitar cbmodamente
en dicha ciudad material todos los que se bao de salvar.
Quie non liect homini 1oqui.-2 ad Cm.xii, 4.
LA V E N I D A DBL MBBIAS. 8'7
Mas este námero i les puede ser de algun modo conocido?
i Por qn6 principios? Es verdad que aunque admiten la
ciudad material, no la quieren en nuestra tierra donde la
pone la Escritura, sino a114 en un cielo sólido, . que se han
imaginado muy superior 4 todo el universo, y al que lla- .
maron antiguamente primer mbvil, y el mas inmediato B
loa espacios imaginarios. Si en este oielo imaginado no -

repugna esta ciudad material con toda su estructura y di-


mensionse, ¿ por qu6 ha de repugnar en un aitio no ima-
ginado, sino real y verdadero y oowcido de todos? Si se
admite m un lugar inaieito, dande no la pone la Eamiture,
i por qué no podrémos nonotros admitirla en un lugar
derto y determinado, donde la pone la Escritura dmw
claramente? , .

BBQUNDA. I

116. En c m que w admita en nuestra tierra esta simt.


y celatial oindid. que de8csndi6 del &lo de mi l h a ,
2 será realmente tan grande en sus tres dimensiones < ~ n w
peiece que la describe 8. Juan? Ese le da, así en latitud
obmo en longitud, doce mil estadios, de los males entran
mho en cada milla romana ; por oonsiguiente, la estmmoa
d e la ciudad por d a uno de sus cuatro lados debe wr de
mil quinientas millas ; y m m altura ea igual d su longitud
y latitud, como pare- que lo da B entender por aquelha
palabrasi : la longura, y la altura, y la anchura & eUa
ron i@ea * ; sale una ciudad de figare cí~bica,de una
enorme estennon en longitud y latitud, y de una altura tan
e l d a , que pasa los limitw de la atm6afera de nueabro
globo.
117. En e ~ t asegunda owstiánaula tenémoa dos cosm
que declarar. Primera : la longitud y letitiid de la ciudad.
Segunda: su altura y elevsoion. Toaante B lo primero, 4
mí me parece por ei mismo testo, que los dooe mil ata-
* Et longitudo, et altitudo, et latitiido ejua aequalia 8mt.-Apoc.
xxi, 16.
e.deben gntende-e @do8 ea Uaea reo& s h o
ouadrados : la ciudad es cuadrada, tun larga como anoha :
.y midió la ciudad con la c&' de oro, y tenia doce a i l
e r t d o s * :.No dice que midió, y tenia doce mil qtodiar
l a l ~ M t u dni la latitud de la ciudad, sino la ciudad d m a :
gOr,,*iiie p d é p a iospegb~r,qm 1- doie mü estadio.
.yen,Bope toda la ciudad, no sobre d a uno de sur h.
En esta aqdciw, uo despreciable, la cindd toda mtera
-tepw, dwe. 4 eetodioe. cm-, 6 mil y quinientas
pW c,af4wdas, :que oorrespouden B cada ano de m
l a r l ~tpce
: mivw J . pqco,uaaa de IPpedif : eetennoo no tan
~~,traoq(lina*que .po!.la h q a n tenido:.otraa ciudades, oomo
,#íaaipe, Bebibnia, &m@; P e q d &e. T-te á lo m-
gundo. decirnos 6 sospechámos lo mismo tt proporcion. El
testo no dice. que la ciudad y sus edificios serán tan altos,
cuanta es la longitud 6 latitud Be la miama ciudad ; solo
,+ce qimp1ement.e : la longura, y la d u r a , y la atchura
,+. flq +xon : modo .&,bablar,que admite bien estos
,das sentidos. Primero: la. ciltura de la oiudad b de w s
edificios sera tanto. .ouant+ ea aa .longitod y latitud ; g en
&[aeuti& .bien inv~ieosimil,1q oiuW no serh ya wadgada
~ $ ~ . q i b i i y.. .Sepudo :. la loOgit~..latitUdy a i b a
.ig~l.es. en, s í , . , b m q u , de modo qqe ad como la cidd,
+a& por sp loogjtud,!. lotjtud;miieetra'un mismo.aspecto
.igualJ ,&rma, ui.lg,maestra.mirada por eu.dtura, phw
sps e ~ f i c i p aw ~ tqdw .igu+ y uniformes : ningooo mua
qlto que otro, ni- masltearnoso ni mas rico que otro.
,pipg~nom*, ancho nismas largo, ,&c. : la lonpra, y .ia
4 t w 4 y la a&ra .de ella pon igtiaba. Este seguiiao
sentido me parece el mas natural, ni hay paka que .de-
wta. ciuded,siobre la atp, de sw~muros: esto es, sobre
$44 wdqs ; de otra, everte -&a. fW rrer desde fuera ossi
todo lo ,gae pasa deot'm de la ciudad, lo cual no compete
*.Et &taa in qaadru poaita eat, et longitudu ejus tanta eat quants
et latitudo : et menaus est civibtem de arundiie aurea per stadia
duodecim mil1ia.-Apoc. xxi, 16. '
EN GLORIA Y HAQPSTAU. 80
ih o m k mortales y riadores, . que d e b teda* ank
por fe ...
M, por sn'rirm*:

U@.Lea doce puertas de esta ciudad siempre abielc


Ese, el nombre kcripto en ellas de las dooe tFibUs de
EmPBl, y las .doce Bngeles que e s t h ,en ellas, . i qd si+
han?
1iQ. Para saber lo que todo sipiüca, h t a oanoaer O
a t o e gP~eleeque eetsn en las paeraPs, d a uno en ta
SUJO; Pareae claro 9pe n o . a i g a b u doce guardias de h
dodad, para impedir el paee O adquiera viedor que qui-
eiere eatrar ; pnee para eeto era fáoil cerrgil la entrada y lar
puertas, 6 murallas del todo. Parece del &o modo clrir
m, que estos doce aogelee son muy semejantes 4 aquellos
siete de las siate iglesias, oon quienes se habla en el cap:
ii y iii del. mismo Apocalipsie. De maiera, que ad oomg
aquellos siete ángeles no significan otra cosa maoitiesta-
mente que el eaceidwio oristiario, 6 la iglwia aotiva pre-
ante, en &e 6 muchos oetedos diversisirnos, que ha tenido
haeta 4 d i de boy, y: d p d o otro que tal vez le fnlta: ad
b e doce áagek de las doce puerkw de 1s santa y nuevs
J d h , . p d 4 i 6 del cielo demi Dioslno a i g d h a
otra qwe el joioio de Cristo 6 su reino activo : w de-
uir, &me j n w aaptemos, m en aadu puerta, en quienen
debe residir todo el jnicio, emanado del mismo Cristo en
aaPnto aaincv:~eqy somb hcerdbte.
120. Nadie ignora que el juicio antiguamente no estaba
dentro de las oiadadeil, sino en sus puertas : esto ea 6bvio
en la historia sagrada, y tambien en la profana antigua,
.
.Tai~poaoes de.@orar aqwUa diebm y nqdfica profe-
ola del Hijo de .Dios 4 sns doce a p W e s : En w r d d or
digo, que vorottos, que nce habeis seguido en la regenera-
...
cion OS sentureiu tambien vosotros robre doce silla,

Per fidem... non per speciem.-2 ad. Cor. v, 7.


90 LA VENIDA D E L MBSIAS
parajuzgar 6 1- doce tribu8 I Israiil*, les dioe por 8.
Mateo : y por S. Lncas les dice con mayor espreaioo y c l s
ndad : M m vosotros mis los que habeis permanecido con-
migo en m& tentacioner: y por eso dirpngo yo &l reino
para vosotros, como mi P a d r e disptsso de él para mí, para
que comáis y beb6is á mi mesa en mi rsinu, y os wntiia
robre tronor, para juzgar 6 las doce tribus de Isra61 t.
Asl como estas últimas palabras, y os sentdis sobre tronos,
para juzgar á las doce tribus de Isrdl. las entiende0 to-
dos sin dificultad, confeilando qiie se han de verificar, no
al14 en el cielo, sino aquí en nuestra tierra, así las que inme-
diatamente preceden debexán verificarse del mismo modo
en nuestra tierra, no en e l cielo ; pues las unas y las otras
oomponen una misma cl8iusula seguida, senuiia y clara.
De estos tronos habla manifiestamente S. Juan cuando dioe
luego inmediatamente despues de la venida de Cristo, y
prision del diablo : Y uí sillas, y se sentbron sobre ellas,
y les fud dado juicio $.
.
121. Por todo lo cual, parece claro que las doce tribu8
de IsrabI, ga congregadas en aquellos tiempos con gran&
piedala, tendrán fácil acceso hasta las puertas de la #anta .
y aeleetial Jernsal6n, cada tribu 4 aquella puerta donda
h a b e escrito su nombre : y en las puertas doce ángelcs, y
los nonabrea escritos, que son lor nombres de lcrr doce
tribus de loó hijos de ls*a&l§. &te acceso ser& sin
Amen dico vobi, qudd voe, qui aecuti estia me, in regenera-
...
tione sedebith. et vos super sedes duodecim, judicantee duodecim
tribus 1srnU.- Mat. xix, 28.
f Vos autem estis, qui permanaiatis mecum in tentationibna meis :
Et ego dispono vobis, sicut diiposuit mihi Pater meue regnum, ut
edatia et bibaiii super mensam meam in r e p o meo : et aedertis su-
. -
per thronoe.. judicantee d u o d e tribus IsraGl Luc. u i i , 38,29,
et 30.
f Et vidi sedes, et sederunt super eas, et judicium datum est
-
illis. Apoc. xx, iv.
5 Et in portb Angelos duodecim, et nomim inscripta, q m sunt
nomina duodecim tribuumfilionim Israel. -Apoc. xxi, 12.
UN GLORIA Y MAQBSTAD. 91
duda, no para honrar y.respetar 4 sus respectivos prín-
cípes, - sino p a n comtultarlos ea cualquier duda, y para
recibir por su medio las brdenes del sumo %y, y comu-
nicarlas 4 toda la tierra; pues entbnoes, wmo se lee del
en Isaias, y Miqueas : de Sibu saIdr6r la ley, y la palabra
d%íbrde J e d h *.
iez. Este j u i c i ~de los doce apbstoles de Cristo sobre
laa doce tribus de Jacob, se halla, es verdad, oscurísimo en
todos los iutérpretes ; mas leidos sin preocupncion los dos
lugares del evangelio que acabo de citar, parece claro é in-
negable que los doce apóstoles de Cristo están destinados,
q n mprtmwsas, 4 ser los príncipes, 6 los jueces inme-
diatos sobre las doce tribus de Israél, cada uno sobre la que
le seir4 seáalada; ni es cieible, ni aun sufrible 4 mi pare-
cer, que una promesa tan grande y tan espresa del Hijo de
Dios, hecha nominadamente 4 sus doce apóstoles, se reduz-
oa finalmente 4 lo que ae halla hasta aora reducida en el
sistema vulgar : esto es, 4 nada. S, Jerónimo sobre este lu-
gur e ~ p m aaf, 6 hace hablar al Sefior en esta forma : w
untarbis robre doce tronos (para condenar) á las doce t ~ i -
b w de I d 1 : pwqus aqucllos no quuidron creer á vos+
tror qw creíair t. Mas ente honor i lo tendrón solamente
losdoce apóet01es de Crbto? j, N O sar$ comnn O todos los
que habieren creido, I toda tribu, y lengua, y pueblo, y
&$ ? 1 No condenarhn estos en este mismo sentido 4
todos los incrédulos, porque aquellos no quisie;-on creer 6
tto~otro.osque creíais ? Otros confunden demasiado la pro-
mesa de Cristo 4 sus apóstoles, con la promesa que se lee
en el mismo lugar á todos los que dejaren el padre y la ma-
dre, &e. 'MasB estos Gltimos solo seleadice: Ycacalqt&ra
qw dqjáre ...
recibirá ciento por uno, y p o s k la vida

De Sion egredietur l a , et verbum -ni de Jeruadem.-


imi. iü, 3:et :Mih.iv, 2. , ,

t Sedebitb super sedea duodecim (condemnatui) duodecim ti-


-
has Imel: quis v o b i ciodsntibus, illi credere noluernnt Hye-
ron. in CQP. xxii, 30 Luc.
1Ex omoi tribu, et lhgae, et yopulo, et natione. -Apoc. v, 9.
m LA VENIDA DEL HSSIAR
e t m w : no ee les dice ; ar sentar&, &c, Otros .van,par
+

otros caminos igualmente Bsperoi y oscuros, y todos van h


parar confosamente al diade la rcsurrecciqn y fuego univer-
sal, aobre la cual i d q (falsa 4 la verdad, 6 poco justa) bar-
tante hemos hablado hasta aquí.
CUARTA.
1X3. Los habitadores de esta santa y celestial ciudad,
vivirán en ella tan encerrados y tan invieibles, que no pue-
dan salir fuera de sus muros y dejarse ver de los viadores?
124. S e responde, que gomrhn sobre esto de una per-
fecta libertad. Estarán 6 saldrén de la santa ciudad cuaa-
do quisieren, y por el tiempo que quisieren. Cuando ea-
tuvieren, se hallar84 tambien que todos podráp decir ooq
suma verdad: bueno es que .nos estéollos uquíT. Cuando
saliéren, se llevarán consigo toda felicidad sin temor d~
perderla, ni disminuirla un punto por accidente alguno:
Porque no podrán ya mas morir: p o r cupnto son iguala
& los angeles, 4 hyos son de Dios, cuando son hijos e
la reurreccion$. No solo saldr4n ii ver y v,isitar persq:
pdrnente todo el orbe de la tierra, sino tambieu todoa l q
suerpos celestes, y t o d a las obras del Criador :pws (coilqo
de+ de si David), yo he de ver tus cielos, obra de tus 4 7
dos: la luna, y las estrellas, que tú haa establecido§.
Siendo ya herederos verdaderamente de Dios, y cohero
deros de Crisboll, @do. el universo será suyo, <romo lo en
de Cristo, que es Aeredero de todos. Entónces. y solo
entónces, se cumplirá, en esto8 eantos lo que se dice de
Et omnis qui reliquent ...centuplum accipiet, et vitam aeternarn
~ i d e b i t . .. -Mar. Ur,29.
t Bonum ert nos hic --ha ix, 33.
1 Neque enim ultrh mon potenimt : q d e a enim augelb mt,
et ñiii sunt Dei, chm h t hlii rwwetienb.-h. u,36.
5 Quoniam videbo cmlos tuos, opem digitom ~UOQIOI : lriirirm st
etelias, qpre tu fnsdaati.-P:. vG, 4.
11 Haeredes quidem Dei, eahrnde#w(sm CWti.-Ad h.di,
17.
'II Qui cst haeres uiversorum.-Vide &p. a¿ Hdr. i, 2.
ellosea el libro d e la Sabiduría: Re6;Plandecer&nlos justos,
y wrroo centellas en e2 cariaveral dlscurrirhn. Jwzgarán
las naciones, y aefiofearán á los pueblos, y reinará el
Sbfíor de ellos p a r a siempre*. Ent6nces y solo entónces
ae cnmphá lo que dice el salmo cxlix : se regocijarán los
aaatos m la gloria, &c.al-: y solo entbnces se podrár res-
ponder seguramente tí nquella pregunta de Isaías: ¿ quiCn
son a t w , que vuelan como nubes, y como palomas 6 sus
ventanasS ?
125. Lo que decimos de los santos de Cristo coherede-
ros enlos y cooreinantes, dedmos 6 proporcion del mismo
Rey. Así como aora despues que dejó nuestra tierra, y
pd tí una tierra distante para recibir ata un reino, y
dupws volverse§, no lo debémos considerar ligado 4 un
lugar determinado del cielo, sino libre y espedito para esiár
donde qnisiere, y siempre á su diestra del padre ; asímis-
mo, sin diferencia algnua sustancial, lo d'ebémos considerar
(mando vuelva 4 nuestra tierra, de una tierra distante.. .
despucr de hacer recibido el reino, y cuando ponga en nues-
tra tierra (de donde es' en cuanto hombre) la córt. de su
Riiro incorrnptíble y eterno. Ehtará en su cbrte, y saldrá
d e ella segun su voliintad. Se dejar6 ver cuando quiaiere
y coido qmsiere de los viadores, del mismo modo que se
dejó ver de sus disclpulos dospnes de su resarreccion.
Hay en esto repugnancia 6 inconveniente' alguno? Jesit-
crísto icdiando venga, seta acaso menos bueno, menos be-
nigno,. respectb d e sus deles amadores, de lo que fué des-
pues d e su resurreccbn; aparecilndoselcs p o r cuarenta

Fuigebunt jnsti, et tamquam scintiilz In arundineto discnrrent.


Jadicabnnt nationes, et daiairiabuntnr popui'm, et mgrmBit Dominus
i ü m m in perpetunm.-&p. iii, 7, et 8.
.p E d t a b m t mncti ia g1- &e. PI.cllix, 5.
Qui raat nti, qm ut nubes vohnt, et qussi c~lnmbaead fe-
tru mna ?-he¡. ix, 8.
( kbiit ia +aem im@qnarn, atxipere aibi reganm; et re-
rsrti.-lva. xií.. 12.
diar*. Estos cuarenta dias y lo que en ellos sucedió,
segun los evangelios, nos basta y sobra pprs o c ~ o ~ ee4r
carácter de n& Rey : esto es, su benignidad y bondad,
respecto de sus amigos. De los santos rosucitados con
Cristo, dice el evangelio que aparecieron á muchos-1-. Lo
mismo debémos pensar que sucederá en los tiempos de que
hablámos : se dejarán ver, 6 no, segun les pareciere nece-
&o 6 conveniente.
QUINTA.
126. Aquellos vivoe residuos para Za venidu del S&+$,
de que habla el Apoatol, los cuales se juntaran con ion
-tos que acaban de ieriocitar, y subirán jmtaffsnte
con ellos en lar nubcs 6 recibir b Cristo en los
aires i habitarán tambien en la santa ciudad, que derccn-
di6 del cielo de mi Dios? Si (como todavia mortales y
viadores) no pertenecen á dicha ciudad, B donde perte-
necen? i Cual será su suerte ? i Cual su oficio, cual su
ministerio ?
W .S. Pablo hablando en permna de estos felicísimoa
vivos, no resuelve claramente esta grando é importante
cuestion: el misterio todo lo conduye coa estas solas p a k
brm: serémos arrebatadas juntamente con ellos en l a
nubes á recibir á Cristo en los aires; y as4 estarélaos para
riempre con el Seíiorl(. Mae estas tiltimas palabras, en mi
pobre juicio, no quieren decir, que estos vivos antes de
pasar por la ley general é indispensable de la muerte.
gozado de la vision beatífica .y de toda la completa bien,
. aventuranza de loa santos resucitados; sino que habiéndo-

Per dies qmdqinta apparene eia-Act. i, 3.


t Apparuerunt muitis.-Mat. xxvii, 63.
$ In adventum Domini.-l ad 'fier. iv, 14.
...
5 Simul cum iilis, in nnbibp obrikm Chrbto in .eia -1 d
mec. iv, 16.
11 Simul repiemur cum illis in nubibue obviim Ciuiato in a- :
et mie semper cum Domino erimris.-1 ad mec. ir, 16.
E N GLORIA Y MAGESTAD. 96i
coles conoedido una vea iu inmutacion b el dote de agi-
l i a d , habiendo subido por ems aires hasta lo mas alto de
nuestra atmbsfera. habiendo viato por sus ojos la sacrosanta
humanidad de Jesucristo en toda su gloria y magestad, &c.:
gaedarán con esto confirmados ea gracia, y confirmados
-bien en el dote que acaban de recibir de agilidad; pues
los dones de Dios, como nos ensetía el apostol, son in-
tablcs*. Por consiguiente, quedarán aptos y eapeditos
para servir B su Señor prontisimamente en cualquier minb-
teno que les fuere enlbneea seííalado 6 insinuado. i Cual
será este ministerio Agua lae .Escrituras? Y o no hallo
otro mas claramente e s p s o , que el que se apnnta en
Iaaías por es- palabras : id menaajcras veloces (6 nuncios
lije7-OI,como leen los LX x), á una nacion desgajada, y dsr-
p e b a d a ; á un pueblo terrible (6 sin domidio. i Quién
mua que aquel, gente ain esperanza, y holh&)t ?
128. En esta gente y pueblo yo no entiendo otra casa,
nino 1m reliquias de todas las naciones, qao quedarán en
van= partes de nuestro orbe, h t a los áltimos términos de
h tierra; como ri algutuu p o c a aceiturras, que quedaron,
ra aacudiaren ds h oliva ; y algunos reburcos, despuer &
lu vendimia 1: de lo cual habla el mismo Isaloe
(cap. xviii) y prosigne en este cap. zviii, ver. 7, diciendo:
& u q d tiempo m llevarhn donas al Señor de los egdr-
citar por el p b b &rgajado y despedazado :p o r el pueblo
tsrrible, duspum del cuul m fd otro, p o r una nacion que
-a, y arar c s p m , y sopeada, cuya tierru la rpbaron lor
rios, al bar del nombre del Señor de los egercitor, el
-te de Sibn 5. Sobre todo este brevísimo capítulo de

Sinc pienitentia-Rom. xi, 29.


t lte q e l i veloces [seu mentb leven] : ad gentem convuleam, et
d i e r a t a m : ad populuni terribilem [eiveperegrinum. ¿ Quis ultra
Uum Gens abeque spe, et coneulests?] -Irni. xviii, 2.
f Qnoqodb si pauere oliva, que remansemnt, excutiantur ex
o l a : et rscemi, ehm fuerit finita rindemis.-lui. xUv, 13.
5 In tempore iiio defmtur munus Domino exercitum ir populo
dirubo et dilreemto : i populo terribili, post quem non fuit aliui, h
m LA V E N I D A DEL MBSIAS

Ieifas hallo gran variedad, no soiamente ea la qdioaeioa,


sino Cambien en la vereion ; lo cnal, aaí aqul wmo en o b u ~
mil partes, lo reputo por uno de nmstros mayoreo bs-
bajos.
129. No o b h t e , por todo el contesto de aste breri-
rC m capftulo, miradas bien, combinadas entre si les onstro
vedones, me parece algo mas verosímil, que estos Pngebs
tolooee 6 nuncios ligeros de quo aora habiámos, serán ion
enviados 6 ministros del sumo R e y y de su cbrte, 4 quienea
se dará por eothnces la mision, 6 el órden general que
se lee en el salmo xcv : Anunciad entre Zar uadonea sir
gloria, en t o b los pueblos sur maravillas... Deuid en las
nacioues, que el Seiior reynó. Porpwi enderezó Za rcdon-
&z de kr tisrra, que no será coninov&: juzgwb los
p b l o s con equidad*.
,130. De estos hageles veloces 6 nuncio6 ligaros se habla
tambieo, aegun yo pienso, en el capitulo bltimo de.lsalas
ver. 19. Todo este oapítulo junto con o1 antecedente for-
man evidentemente n e mismo contesto, ó una misma nar-
rieion. de un mimo .misterioseguida y continuada : a t o es,
de 10 que debe enceder en .noestra tierra, en d siglo ubni-
&o, 6 en el nuevo cielo y nueva tierra, qae .rspari$nros
segun promesas t. Una de las cosan que aqát ae dicm
es enh: pondré una ~eíialen ellos, y de ku qos fwu
s&os yo enviar&á lm,gsntse al mar (ó 4 Tarsir,y Rd b
Eirt, y Ltrd, y Mosw, y á T d e l 6 TuW, y Jauan): d
.
&iJa~ de &os, h crqcccllos que no oyeron ds uú, y m
aisrm m i gloria. Y anunciarán mi gbria 4 lar gentu$.
gente expectante, expectante et conculcata, cujus diipuerunt du-
mina t m m ejus, d locum nominis Domini exercituum, montam
-
Sion. Zroi. xviii, 7.
h u n t i a t s fnter gentes gloriam ejus, in omnibm PO- mh-
~ + n . . . Dicite in gencibne, qW Dominu regnavit. Etenim cor-
m i t orbem teme qui non commovebitur: j u d h b i t ~ n l o c ini
-
qiw. h.XCT, 3 e0 10.
t Secundbm p r o h i p h expeotamtu.- 2 Pst. ii 13.
$ Br ponun in e b signum, rt mittern ex eia, qui salp.ti fuerint,
p a r in mire [nive in Tharsin. et Phal, aut Pbut, et Ltid, et
EN GLORIA Y MAGBSTAD. m
131. E a a s serán verosímilmente aquellos siervos buenos
y tieles, aunque pocos, de quienes habla el Sefior en
variae parábdas, que hallará, cuando venga, en vela y con
hoeniae en las manos, y de quienes se dica : Bienaventu-
rados aquellor siervos, que h l l á r e velando el Señor,
e d vinkre... En verdad os digo, que les pondrá
&e todos sus bienes *. Lo dual por abreviar, se esplica
man en particular en el cap. xix de S. Lucas. Está bien,
bacnc h e : pues que en lo poco haa sUIo $el, tendrbr
.
potestad sebre diez ciududa.. 2% tenla sobre cinco ciu-
czd¿s -t-•
182. Estas espresiones y tantas otras del todo seme-
jantes, de que abundan los evangelios, se deben entender
en un sentido real y perceptible á todos, y esplicarse regun
Zta letra, de algun modo accesible 6 uuestra inteligencia,
sin salir de la letra 6 del sentido literal, propio de una0
parábola : el cual sentido se busca por todas partes, aun en
los escritos mas doctos y pios, y no se halla. Los siervos
buenos y fieles, de que habla el Sefior frecuentfsimamente,
pueden bien ser en el sentido puramente acomodaticio todos
aquellos que se han hallado, se bailan y se hallarán prepara-
dos (bien 6 mejor, suficientemente 6 abundantemente) B la
hora de sn muerte. Este sentido poramente acomodaticio
m ciertamente una verdad, de que ningun católico puede
dudar, porque aonrta de otros lugares de la Escritura santa
espreeos y olaros ; mas esta verdad, de que ninguno duda.
no es preciso que conste perpetuamente de todos los Iu-
gams de e8a y de cada uno de ellos.
133. Hay otras verdades, fnera de ata, que piden en
Woeh, et in Thobel, seu Thubal, et Javan] : ad innulaa Ion$, ad
eoa, qui non andierunt de me, et non viderunt glofiam meam. Et
-
uuinntiabunt gloriam meam gentibus. I a i . lxvi, 19.
Beati semi ili, qum d m venerit Dominua, invenerit vigihn-
m...Amen K m vobi, quoniam super omnia bona eua comtituet
m. Luc. xii, 37 ; st Mat. xxiv, 47.
t Eega bone serve : quia in modico fuisti fidelin, erW potestatem
habeusaper decem civitattea,.. Et tu esto super quinque civitrbr,
&c. -t u c . d .17 Gt 19.
wr pip(iiao iqpm Ir arinnil ahmhioa y refb,xbaba El
&fiar Lsbla ea dee gsrbbolair eeproüq y eqiQeotePoeate,
io de &m01 10ym ~ = Q I J &lcNI que
hsbia# kaida en e~~*hmpeaea)eria#r, mina de WW
p r ~ ~ n t e , q u e ~ u rd v~h is s ls l ~s r.
~a lar otros &m, que p t ~ ~ v - jl~tjoiah a
immpwtqmbobIsenotmwputee: C m t w r s b ~ t e
ir,pairiiarom-iQn. ae\a,@kmmbeeae&yfieloi
qw d O;Pmn &6or Lia)lan, rivm awoda viiili#ia. ea QQ
1~~qwqdmbaD1P,y~hpy~proa&wmpoiiseen
fPndu 10% a w n con los otros.
W. Esbs segpadaa parriee que rer4a wmo -os a q p -
dos rrp6otolei 6 ~~aeetFar auevoo de Li.nneva tiOl~% QW
tí Mo Irui wliquiae de 19a gerter -a
a 194 tk-
*,
ninor de la rsdendds 4 ia t i e w BebeirQs P e e o j e b inr-
tonirlea, oioililaa, aaotiticolas y cama oridas de nuevo;
ap ya con qusllw owtiladiocútneu y persecuoioaea qae
bsllaraP y sufrieroa laa primeroe opbitolop de C&to ;
r\l m n b h aos bendioia~eeyr eolapreofoaras generabis,
Ussasdesi~ydeverdsd,pueacoma~~~leesn
IkiA mtae fdkbimea Ba (dei \ar raaiQma

-
ikmt4F611 #I #RI. 3 &vQn ahbma: e w u h fwrs J
Sraor ghr@csda, dwmín la p i k & daYk d m. Par)
-$a (sa djoe á eetan ~isooaap6ikJer y raeatcar dg eata
ameva tienal g l & d d S* d d Y k 8 8 ea &
i J D I d d m n , r l ~ e d d ~ ~ d e I a e d L
ht6rab&laliulrciQ61P/-kigkaiedrl
jurtot. No ignora q~lstodPs mtis aa procai~a
aooeodru(de~Sf~álaprimer~venideLO~
4 á la mision de sns doce ap6etoleri fado. el m&$;
qp b irnprop@d 6 iispd#idi a$"
de e* pWadidja
.; Uqw d tsbninw wbb Wrmwm. cr Pr l& 8.
-+ kvabsat v o w v a i u m , 8tew 1 W b h ~:tchm gl9ri6Waa fue&
Dominus, hinnient de msri. h p t o t bq in daatnpici g l o w
~ i p i n n m: iir insalis muia nomen Bmini Dei luoal. A $&bus
~ l 4 n 4 i ~ w~loriruo
t e ~lowdes
-, -
jvti lioj. xriP, 14, ui, 16
In munaum aniveruum. M m .xvi, l&
Má. L e n ~ & ~ a d a i m 6 8 y ~ 6~ d d ,
¿eataabrk6oui*,b~cU~arRq,6kquerlo
l a e a r b q n e r e n d r é . a a 6 b 4 a i s r b r t ~ ,ie
erihdw 7 pkipristsata b i i e a b r r a o r , j d aa~a
tedoe aoantes m habrán *m iuatm eabáices, 6 ha*
esitisdo á la d e , eio v i a alguna?
m.@n d b d i ~ ~a8cin, w y amiforme de toda,
cunteo-atksab&pPdo, 6emgsmdcLempab
,*it pmxm ebia y P O
- pe.8. J ~ i r d o a p n .
del~HidobarLloblosmá*deC~&
gelhio~6 m u d m vhddamme, pw d hiiwionw de
h g p m l o p d a h a I D í v 8 * , gdebeqneaeiada-
nrrm6iaBeatia; naqabpe~erfoabdamnwmnsneangiie
ahethmeiik. Eo rPsae EisiaCa o l ~ ~ elt cap. e vi,
rar. B. Lo gimn ai. el 0.p. di, ver. 9, b t a el %m.
Eetoe Irigeree qrre &o pide yo B adquiera qne sepa lees,
que b laa y e x h por sí misma; pues ya no puedo
detenerme tanto en estae cosas particulares, visibles y aa-
eeWblee á &deel m n n . 91. BaMo Mia del dmd o ,
iñkhnücv p.s~ejemplo r p o r q u e r i creentos que f e m mur36
q r e m i t ó ; crsf t a d i e n Boa traerá cm Jesur á aquetlos,
que dWmiBraa por $€t. EP Isekre ae ve la miama idea, 6
el miemo misterio perticular: mis awHm ireaud&:
diie 13ios: mkupmdiaos y dgd.* a Ibs qwe mor& en
el poluo :porque tu todo ss wdo de luz, y h ter tierra &
Propter testimonirim Jwn, et propter erbum Dei. -Apoc.
h,4.
+ Si enim eredimua qnbn Jesm morthm eet, e t iesurrexit : itrr et
Dsns~eed,qu?daimisrantper&m,
iv, 13.
adüncet cum eo. - ad
1 7Xcr.

H2
11)O LA V I N I D A UBL Y B I I ñ S

Iu y i g d e r (6 da 108 irpfar) &a &r& 6 h...


Porque he aqirt que el S& & ry lugar, para
uicitúr la maldod dd notadm de la tMwa contra dl ; y
dacubrirá la tierra ac rangre, y no cubrirá de aqd ade-
lunte á sur muertas*.
137. Fuera de eston interfmtoa de Dios, q u e él mismo
llama suyos, q u e murieron muerte violenta, por el testi-
nonio ds Jesua, y por la palubra & Dios, babrá sin duda
dros muobísimos de insigne saatidad y bandd, que ~ 6 n
jq& dignos aqwl dgíe, y de la remrreccion de los
muurtost. i Cuales serán estos ? h h estos mismos, g
no otros, hombres de insigne santidad y bondad. Serán
todo8 eqoellos q u e inm obrado justicia, y la enseñan con
sus palnbrao y con soe o b m : aas qWsri hiC&W6 y ensur-
ñtue, mts será llamado granda en el reino de las cielos$':
y m Daniél se lee : y lar que ensaian á mwhos para lo
justicia ( b d w 6 n )como e r t r e k por todo la eternidad§.
De anoe y o k a e habla el Apodo1 cuando dice : las primi-
cicu W o ; d e p u lor ~ qw ron de CMto((. Esta espm
sion : loa que con da C r b t o , penr que ninguno l e dé una
astemion l a t f s i 6 indefinida, como si hablase con todos
loa que entrriien S la vida, la esplica el mismo Apoetol en
otra parte por atas formales palabras : y los que mn üe

Iutcrfeati mei -ut: e x p ~ h i et, iaudate, qui h b i -


tatis in pulvere: quin ros lucia roa tuun, et kmun dgpntuni [eive
impionun] detrahee in rninam.. . Ecca enim Dominus @ihu
de loco suo, ut visitet iniquitmtem hbitatoris tema contra eum : et
revelabit term sanguinem suum, et non operiet u l t d interfectos snos.
-1'ai. d, 19 et 91.
7 Qui digni habebuntur s m l o illo, et mnrrectione e i mortpiri.
- h c . XX, 36. I
1 Qni autem fecerit, et docuerit, hic msgnu voclbitnr in regno
coelorum. -Mi.V, 19.
Q Et qui ad jnntitiam erudiunt mnltos [fidgebunt], q w i stelim in
perpetua aeternitetes. -Dan. xii, 3.
Primitia Chriatur: deinde ii, qui sunt Chriati.-1 ad Cw. n,
D.
EN GLORIA Y MAQBBTAO. . 101
Criato, crw#&on sw propia carne c m sw vicios y cou-
cwpirCenCiare. i Y pen~sie,amigo, que todos 10s C h -
tianos que han eatrado hasta aora O la vida, ó podrán en-
tnu en delante, son 6 serán de Cristo de esta manera?
i Os faltarán ojos 6 discrecion para juegar, entre ganado
ygundb... entre el ganado g r w o y el j8aco.t.2 i No
veis la diferrencia casi infinita entre unos y otros ?
138. De &S últimos, qw d i & m su propia carne
con sus vicios, y txmcuP;rmcias, y de los interfectoa que
padeajeron muerte violenta, por el testimonio de Jesua, y
por la paZab*a & Dios, habla el mismo Señior en el ser-
mon del monte ea la primera y wtava bienaventuranza
Bisncrusnturador loa pobres & cspfritu; porque de elloc
es el reina di loa cielos ...
Bia>wcoeffturodos los que pa-
&cm parmxcion por la jruticia ;porque elltw ea el
reino de los cielorS. Los prime- ron evidentemente los
humildea de corason,,los cueles, crnciñcados con el mundo,
y el mundo con elloa$, viven una vida inocente y pura:
observan puntualísimamente lor preceptos de Dios : en
n d a m conforman oon las ' ' del mundo; antes re-
prueban y oontradicen con sus obres todo cuanto el mundo
ama y abraza, deseando mnformárae enteramente aon la
imBgea viva de1 mismo Dioa, q w es su único Hijo Jesn-
cristo, 4 quien aman intbnsamente, y por quien anspiran
nocbe y dia. Los eegundos son propiamente los que
llamámos mártires 6 testigos ; sea este martirio 6 &timo-
nio de Cristo y de la justicia, con efuaion efectiva do san-
gre 6 pérdida efectiva de su vida, 6 no lo sea. Esta cir-
arinstanaia parece puramente accidental, y tal la ha consi-

Qui autem runt Christi, earnem auanr crucifixemnt cum vitii,


et concnpiscentiii. -Ad Cal. v, 24.
t 1nt& pecus et pecns... inter pecw pingue et macilentum.
Esech. xxxiv, 22 e: 20.
f Beati peuperee apiritn: quoniam ipeonun eat regnum coelo-
m... ~ e a t i , - ~ peraecutionem
ui patiuntur propter juatitiam : quo-
niam ipsonun est regnum coe1orum.- Mat. v, 3 et 10.
. Ad Gd.vi, 14.
detedo sieaipre la LglesL, aaa eppa racw ; paw el dura-
mar e h t i ~ a m e n t ela oaagre, 6 morir efecihmmb par
Cristo 6 por la jaetida. ao e s 6 dertama4e en manar del
mártir, oino en iaiaoti dd *o; y el honor del m a r h
se &be buscar*eo hato en la m& wlaotad Bal pecsegai-
dor, cuanto sn ia buena v o h h d del panegaido, que Bi
todo se ofrece por amor de la jasticje.
139. D a es- dos dmm ds santor, diaa el Se&, no
simplenisate que entreráP en la ridr6euelrSrnodelos
cielos, sino qw el +o de los clelas aerá .ayo. 1 Qu6
significa esta aepreeiw tan -lar? 4 O Cr¡dii& amigo 1
j no V ~ Maqtd la d i f e t ~ i ~?i a i NO V& aqui C-sde
la activa y pasiva? i ser$ b ai#o eetrw p en un ia9ro
y establecerme en él, que ser mio esta mirto donde eatro, J
donde se me permite eehbicoerrne por puma tube&oldiP 1
i NOveis aqni al &y rupremo con su córbe, o6a so curia, UUI
sua conjnews, con eas woreinantas, que timen parte e a
el aefiorfo, en ia dominacian, en el gobierno, en el imperio
y potesiad, h.; y 4 loll que d e h ebedeaer 4 =te imperio,
y ser mandado8 y golmadum? i Q a d i i qrc no baya
prarquía en el reino de C+to ? ,; QllsrQaii que no Baya
un órden legítimo. edrMe y permaneata, de la iuprema
cabeca (que es C k t o Jeaus) á sne ooajuecei y e 0 0 6
nantes : de estos O oíros iof&ilas : p de estos 4 los ínfimos
de su reino. que serán cierCPsseatu loa mas? i No admi-
ten nora todos los teólogos este genrqaia 6 este órdm,
aun entre loe bngelea bienaoentudoa, que aiernpe trm trr
cara de mi Padre+P
140. Por aqut podbmos llegar B ainocer (entndo d
menos en veementísimaa sospechali) si es 6 no verdadera,
posible b tolerable aquella idea vulgar de que en el cielo
6 en el reino de Dios todos se& myeri. iT d w MI&
reyes2 Luego niogom O! será ni p d r h m. 1 lbdos
serán reyes? Luego todos querrán mandar y mngam
obedem : luego todos serán superiores y nmgnno inferior :
luego en el reino de los cielos no podrá haber órden al-
-
* Semper vident feciem Patrii Mat. sriii, 10.
gma, 8 b Hn b m #mplt~~u*! tib pddte haeW b*
fcRmidadi ni p, h o g a e w y discoilW. m, mi@,
que 19 idea raigar de que aa el de biou, 6 ea u1 cielo
mnpireu todos iieirán myee, no ue debe tJntenM ea ah des-
tido tan e~ttecboy dgomo, que eseltiya fúdd brden y
@ratq~hi;sino en ua pentidd latfd'io, en etieistü tadcM
loa quú entraien en esta reino, éeañ ioñ que fieten, be&
eateramentp, felhres, tomado horno prestada esta idea de
íbliaidad, del hoáor y gloria de qne goean, lir han gozado
en otro tiempo los rey08 6 m b a de la tiew Mar
aun cm eita Mtaoion (no despreciable) le idea @eral
parece poramente vulgar, parece poco justa, poro fnndrida,
vhiblemente falsa, J tambien idbitamente perjudicial.
Digo perjndioid, porque fav6recd casi imenaiblemente
todos nuastm pasiones, y por tanto solo parece buena para
formar ~ristlrinorde nombre: eeto es, remaales, V~UOS,
m
- intitiles y algo mas (ymnoho mas que algo, sepa
noe lo mmu~trsla eqwiencimr cdtidisnn). Para formar, diga,
Ciieti- qüe no -do á otra cosa que entrar en el
'
cielo (seaesto como fuem) pasan roda au vida sirviendo al
mundo y 4 sae p i o m , y tio obstaate esperan entrar en la
vida por tal end pdbtioa &tenia y d e b i l i s i , con peligro
aierte 6 o& cierto de perderlo todo. Esto no enseñó
Cruto.
141. NB M iega por esto, m puede negarse, porque e8 .
uertísimo y de fe divina, que todos los &les Crmtirmos
que obmrraren loa de mor, 6 d lo menod hicis-
ten rerdadem penitencia de sus pecados, 8ur1que esto sea
B la bow da 16 muerte, 4rarh1.1,dalgunu ves, al reino de
Dh. Mas se puede muy bien negar, que los que de esta
suerte bpeass entraron en la vida 6 en el reino de Dioe, '
rean 6 puedan Bar en este reino reyes 6 cooreinantea oon
C W : se pnede y dabe negar, qua sera suyo el reino de
Dios; se p u d e y se dde negar que puedan tener estor
parte algana en la primera reaurrecion, y por oogsimente
en la santa y oeleitiai Jeriioalbp, que deandió dd &lo de
Sed sempiternua horror. -Job. x, 22.
104 LA VENIDA DBL WPBIAP

niDior. Bita santa ciudad ee debe aomponer frpíoamente


de eaetos de insigne mntidad: qua son de Criste.. p .
.
durmieron por dl... que.. crwijicáron su propia cama
con sus y comxpiroenciaa* : que padecieron pemm
&n por la justicia, y msistieron constantemente hada
derramar la sangre, si no en efeoto, h lo menos en afeoto:
De loa cucrlsr el mundo RO era Qigwt. NO debe c m p -
neme de persooas tibias y frias, que apénaa entraron en la
vida por misericordia, sin llevar de aqnl otra cosa que un
poco de fe oasi entekmente sin obtar.
142. Poes estoe Cristianos de que hablámos i que
corrertín en aquel dia ? Si no tendrán parte con lar grandes
santoe en la primera resurr~ccion, ¿qué será de eilos? S e
responde: quo quedado eqtbnw camo astiín sora los que
se han salvado de esta clase Infima ó inferior. i Cómo es-
tán aora ? a t ú n sus almas con Cristo y dmde está Críito :
descansan en el seno de Dioe : gozan de su vista (mas 6
menos) conforme A la capacidad de oada uno, &c. Pues
esto mismo tendrán en el siglo futuro de que vamos ha-
blando ; con sola la diferencia de mudar de sitio b de ubi-
cacion, como @eesplican los escoiástiws : esto es, de venir
con Cristo 4 nuestra tierra: Los otroa muertos no entra-
ron en vida (dice S. Juan), hasta que se cumplieron los
mil aFis S. Vendr4n estas almas bienaventnradm con
Cristo ií nuestra t i e k ; mas no resucitarán haata la resur-
reccion general de toda carne. i Porqiié ? Porque no seran
do aquellos que digni habebuntur seecrclo iUo, et resurrec-
twne ex rnortuis. i Y esto porque? Porque habiendo sido
Cristianos, no fueron de aquellas, qui carnenc auam cruci-
jixerunt curn vitiis et concupicentiis; no fueron de aque-
llos pobres de espiritu, y humildea de coraeon, qne practica-

...
* Qui sunt Christi... qui domierunt per Jesum.. . qui carnem
s n m crucifixerunt cum vidia et concupiacentiia.-1 ad Cor. xv, 23 ;
ct 1 ad me#.iv, 13; ct ad Calar. v, 24.
t Quibm d i u s non ermt mundus. -Ad. Hebr. xi, S.
1Caeteri morhiorum non vixerunt, donec consummentur miiie
-
mni. Apoc. u,5.
106 LA VBNIDA DEL MEBIAS
I
m y o m m&a, m& iIh dude eqasllee hdmbtw, qr~sh-
)unparsrtowtsrrwenlatierrrr&lorrtia~s*! mbP
bios, altivm, ielpinaaos J cindes, Queabraurdd de la po-
testad, que se im di6 da arriba, y oiridáadose de que eran
I
hombres mmejantsr B norofror, rujetos 6 padecer .t., hicie-
ron gemir ai linege humano. Oplimmron iajnstamemta y
!
persiguieron t i d e m e n t e O. los mtbs del Aldsimo 3 h i i
ron darramer ieresrameate Ror de lágrima, y taaiWh
tosrentes de earrgre inocente, b.
145, D e la reuumcioe de esta y o W d~llle$ülW,
~ &&
tamente con lor mayorea santoa, se dbce en Danid! Y ate I

chou de a q d b qw d w m e a m el polve ds €a fwwu, dse-


partos& : unw pata lar vid5 etmna, y o t r a para opra-
b+io, para gw lo vsan r i m p r e $, Con e- testa 6oñCWt-
da perfeatameate el cap. o de ia Sabiduría : y otros pra
oprobio, para qwe lo weerr k p r e , se ¿ioe D d l : apoi
m dice manifiwtamente de en- mismos: V W h r e r h
turbador con temor horrendo, y se murcmiUardn de & re-
pentina d&, ...
que ellos no ssperabaa §
146. A todo esto e t i h I h (a. últ. v. íIlt.),qne a t o 8
mimos i n f e h resucitados, B quienea da el nombre de
oadáveras, no solo verán con t~ h e d o , ia gloria de
los hijos de Dios, B quienes despiecitíron y pmuipi6roh ;
sino que ellos mimos serán vistos de todoa, y como eepoek
tos B la vergüenm de todas la ~ U toviemB ojos. i Y esto
onando 2 Cuando de toda laa partes de la tierra Itah 108
hombres d tkitar y 4 adorar A su Rey y Ssfior (del cual tnle-
terio hablaremos de propósito cuando sea su tiempo). Se-
gan el evangelio de S. Mateo (o. =vi, v. 64) par- que

Qui pawruat t
8
- m m in ttrn vitedittm.dErrmh.
xxxii, 24.
.) S i a nobh m bila Yldr &. J d r d . V, 17.
$ Et mdti de hir, qui dormidntin terrm pulvere, cdgkbaat :
slU io ritim st alil ia oppmbpide~,tit tidariH mpet.
Don. xii, 2.
9 wwtei tnrb.katu timore herrlbili, et minbPaDPr rir aabi
tione inspirate duh Gap. t, 2.
pRndrb en eda pcbmra rsepnaecioo, enim los mas
imicilot, aguda iniqnWimaa qae en umcioo pleao sea-
criaren ó m Ibdrir. lo rapobomn, y lo W a m hasta la
eruz,y .Mbasta eliiepdaro.
M7. DBJie amano, 0013~0 oierteineate se diae, que d
twb de M i ,que pusae el m- clam, d mas decisivo, y
pr eso el m- fmmidabte, puede eephcame de este modo :
r r d a t d s q p s I d s r q t t e d ~en e l p o i ~ o d d & t i c r t a ,
d a p d a d n : erto es, todor, que wr&n nmkbimau+.
1 0 amigo ! ;Y ea que bribu, lengua, pueblo 6 nacion, aun
ba mes nídk y gmma, podré~oeh a h eete modo de ha-
bl.r ? Oldme iwrr estas dos propoeioioaes. Primera : mtr-
dn msrt qw hWim m & tierra son CrMunos.
w: a m c b de e ~ t o sqw Mituu dn l<r tierra son
Mderrttznor. Ea- dm ptopwioioses boa verdaderas y
pwphmail r ahdid eora 4 oada una de dlas vtiestro aenti-
Ob 6 rwabo mto m, y hallar$is Baa proposioiom faisaa y
repqpmtss b i m p k r i a e .
145. No obstante, iare m@ah (y es praoiso o h con
pmkmie) qw la m u c h en fi.ese de la Escritura
8Qa&a, 4 lo meow al- ve& lo mismo que la palabra
cu&: para lo mal, d q u e a de haber hojeado toda la '
BiMm m g d n , me M s que1 hnim lugar del evangelio,
ea que diae Ciisto, hablando de su sangre, que será derrar-
sMda por muckos.f: aiendo por oíta parte cíwtísimo (a0a-
día oan razmn) qw la sangre de 'Cristo se demmb por to-
dos ; luego le palabra m o c b paade, y ean debe h a m e
elgoma ves por talod. Mas, lo primero : el Sefior no dijo
por muchas de eutos, sino simplemente p o r muchos: así es
visible la diferencia, b disparidad entre sas palabras, y las
de su profeta. Lo segundo : es ciertísimo y de fe divina,
que la sangre del Hombre Dios, de precio inhito,

Mnlti de hh, qui dawiunt in tema pnlven?, evtgiiabunt ...Id


e&,
+
0-8,
-
-
qni e m t valde muld Dan. ril, 2.
Qni pro maltis efindew. Mid. =vi, 28.
108 LA V Y N I D A DEL M Y S l A 8
se derramó por todos, para remisbu dr paados *, ain que
quedase eecluida de esta misericordia nacion alguna, ai
tampooo algun individuo particular. Con todo eso, es tam-
bien ciertísimó, que no todos los individuos del Iinage hu-
mano, ni todas las naciones, tribus y lenguas han consegui-
do efectivamente la remision de sus pecados por la aangre
de Jesucristo. i Y por qué no todos ? Porque no todos
han creido, ni todos los que han creido han conformado sus
obras con su fe, ni todas han hecho verdadera penitencia de
sus pecados (condiciones esenciales para con&guir la re-
mision de los pecador por la sangre del Hombre Dios).
Pues de este efecto de la efusion de su sangre (que han
conseguido machos, no todoe), habla aqui manifiestamente
el Sefior, cuando dioe : Ser& &rrauu.ada por o u c c h para
remirion da pecadost. Lo cual se habia dicho ya en Isaias :
Este rociar&m u c h gentes$ : y en Zacariae: TG taarbicn
por sangre da tu testamento hiciste salir tus cautivos
del lago en qw no hay agua 9. En suma el amado dieci-
pulo en su evangelio dice espresamente que Cristo debia
morir y derramar su aangre no solaniente por la nacion,
mas tarnbien para juntar en uno los .hijos de Dios, que
estaban dispersos :ll entre los cuales ciertisimamente no
podemos contar a todos los individuos del linage humano.
149. La respueeta d o t r a varias preguntas que podrán
escitarse sobre esta ciudad santa 6 sobre toda esta gran pm-
fecia, contenida en los dos últimos capítulos de la Biblia,
la dejámos de buena gana h todos.aquellos doctos y píos, y
libres de toda vulgar preocupacion, que se dignaren oímos

* In remisaionem peccatomm. -Id. id.


t Pro multia effundetur in remiesionem -
peceatorum. Mat.
=vi, 28.
-
f Iete asperget gentea multaii. Imi. iii, 16.
Tu quoque in ssnguine testamenti tui emitiati vinctos tuus de
-
incu, in quo non eet aqua Zachar. ir, 11.
11 Non trrntum pro gente (Judíeonim) sed ut Woa Dei qui e m t
-
diepemi, eongregaret in unum. Jocm. xi, 62.
E N ,OLORIA Y MAGRSTAD. 109
aon bondad y paciencia. y examinar por si mismos toda esta
gran cansa. A estos (¶ue son los que unicamente busca-
mos, y oon qmenes hablamos aora inmediatamente), les
pedimos solamente 6 por gracia 6 por justicia, quo sin bue-
nas y sblidas razones que los convenzan B ellos mismos, no
nos nieguen con tono magistral, 6 nos disputen 6 embrollen
escolasticamente nuestro pnnto capital : es á saber que lo
santa y celestial Jerusalen de que hemos hablado debe bajar
algm dia con Cristo mismo del cielo (donde aora se está
edificando, de vivas y elegidas p i e d r a ) á nuestra tierra
aora miserable y establece~een ella de un modo perma-
nente y eterno. No nos es posible por aora esplicarnos mas
en este punto particular, ya porque no es todavia su tiempo
ni saeon, ya porque nos llaman 4 grandes voces otros asun-
tos no menos interesantes vecinos conjuntos 6 inmediatos h
esta misma santa y celestial ciudad.
CAPITULO VIII.

SALIDA DEL DESIERTO DE LA MUJER SOLITABIA Y SU NüXVO


DBPOSORIO.

fnielijencia literal ,á a t e propósito dd Cántico ds lar


C6riiwr.

150. LA muger vegtida del a01 que con dos atas de


Bguila grande ha de volkr a l p n dia B la soledad, B un
lugar aparqjado de Dios, paro que allí la alimenten mil
dosciento. y sesenta diae*, ha de salir algun dia de a t a
misma mledad; pues se sefiala espresamente el tiempo
fijo y determinado que debe estár en ella; esto es, 42
meses. Debe por consiguiente, paeedo este espucio de
tiempo, manifestarse al mundo nuevo de un modo absolu-
tamente nuevo: de un modo digno de la grandean de
Dios : digno de las magnfficaa eapreeiones de la gran pro-
fecía, contenida en todo el cap. xii del Apocalipsis : digno
tambien de tanta8 otras que dejemos notadas y observadas
en todo el tomo segundo. Para algun fin realmente grande,
cierto y determinado la a o n d u d Dios 4 esta soledad, J
la apacentar4 en ella con no menores prodios que los que
hizo cuando la sacó de' Egipto, y la condujo, como s o b e
akrs da águila, 4 la soledad del monte Sinai. Segun lar
dicu de tu ralida de la tierra ds Q i p t o , b Aard ver
Ad locnm pmtum B Deo, ut ibi pasarnt eam diebor mille du-
centis sexegintir. -
Apoc. xiii 6.
LA VENIDA DEL MBSIAS. 111
wwuiUaa': y carifarQdi(on hroladadlrqamlordim
de m mocedad y upta lor dicw m qw relió de tierra &
-0, Yaworr4mcrqwlclichdiosalSeiiaP.:m&-
.
&Srorido niet.. & t d r & al SJsor su ~ M Mregar&
para p w w d rwto Qs mpyeblo, gue qlieráaid do
u wt4 9 da Fetros, y Bs Etiópict, y da
Albh y de SMW, y r2e Mt. y de lea ida &1
mar $.
Lf3. EeCa dlebre maga, autiguo erpaso & Dioa (no
menaa O e l h en !a proaoaperiddea que en nin adverei-
Qdes) preparada, ds4ds h dier, parri el Me&
cap providencia y 49~1con milagroa ami coutinwri, y últi-
w w e ~ t eamj* immWat y frnm-m Boia
bth 1 4 ri*ntoe, t b s p w i i p cow*, ugrr la6
E4mitmu1de toda 106 p~eblos,tzWw y bngues h t a
que re cymplaas lb tiempos 41b n a c i m u 5, debe roher
' , segun las mismas &entoree, 4 la graoia del
z o ? h b e wr otre vea *lim* ea iws reiiqaiai P . e
cioeaa, y cwgregada m grande4 piadadrs, y tambim
asunto, psgsn la wprajOu de S, PLibla, B aa aetigna dig-
n W ; como quedo, na rolo dioho, aiio probade en wariar
partee de ata &a, pMcipoliseate an et iduneno v.
sapecto m-.
153, Pues eota es la primera coaa p la mas adniiraI.de
qaa d e b ssoeder en nuestro naevo cielo p nueva tierre,
luego inmedistm8p,te despues de 4 venida 4el Sefior B lo
wb-3 destial Jemraléa. Las profech que mriri~ian
q t e m auwm son innupnerahlee. al paso que oiaríaimoa;

&a- -.M*. *,
&undiun diea egreathb tum de tem -ti
lb.
ostendrm ai

t. Et wet ihi C i nditu4Uei huta (üeajuvm#in ua, et juah


diea aecansionia sum de t e m Bgypti : Et e& disu, .io~FJaiai.
: a d i t me : Vu mew &C.
M~~GM, RQD&IUm d b WUJQ r9apr.d po#lderidua mi-
d m gagdi uui, quod rdbquetar qb &- et ab.-to, et &
M o r , et ab &thispk. e&ab & L Ycstme~,otab et
ahipraiismariu.--O*&
-
1h& S, rtkai,aj,U.
O h w c b p l m t u r t w o r a wtiapurn, Ilw. %& ab
l a o o h s e d bien teaer cara presentes, principalmente
aqnellas poaae y nrs notables qae quedan ya obsetva¿ia, '
y qae no ee posible repetidas sin enfadar 4 los que leeti
Entre estea me atrevo eolameate 4 repetir 6 recordar en
bmve lo que se U a ea al oapituh ii ¿le Oses, el mas
lacónico de todor Ion Profetas, paes en este capitulo ii se
lee en p o q d s i w palabrss .todo =te gtnn misterio desde el .
principio hmta el h.
153. E m w el Seíior emsaaeando á su infiel B ingra- "
tlsima esposa, que llegará d ceso d e arrojarla de si, de no .
mirarla ga como esposa suya, ni compadecerse de ella ni
de me bijw. Juzgad empieaa la profeda (6 carno leen los '
LXX, uedj q o d o r con ouertra madre) jutgudla :porpcre ,
elfa no a mi muyer, ni yo su marido.. . Y .no tendrl.
r n u ~ d i odi ros hijos+ Pesa luego á anuncisrle los
graodes é innumerables trabejm que deberá safrlr en los '
tiempos de su destierro, de su abandono total, de so viudez '
y soledad: y todos venidos de su mano y dispuestos por su
justicia : P o r esto he q u i yo cercar6 tu camino con espi-
nas, y lo cercard con p a r d a , y no kaIlsrá.6~~sedras.. ;
Y aora nyaijkdaré su locura á los ojos d8 raa miwdbfes': '
y n& la racurá de mi mano: y lar¿w8ar bodo su gem,
su rolemnidad, su n e m n i a , w sábado, y todos sur dtar
festivos. Y dsrtrwud ru oiñci, y su higuera, &c. -1- Y .
no es eete el ertado en que ha viata, y ve todavia el mando :
universo 4 esta infeiii eepoea diez y ocho siglo13b?
154. Fiualmente, d e d e el ver. 14 h s t a e1 ñu ds todcv. l .

este capítnlo no le apaoia ya dnr oosa, Qa, ariaekmldlaa;. :


beneficencia y prosgeridadee tan graodes, que su mima .
Jadicrte @dicamini cum matre veetrn] judícate : quoniam ipsa
non iuer maa, et cgo non rb ejm... Et filioraru illius non misere- .
bor, &c.- Ooee. ii, 2 e: 4.
t Propter hoc ecce ego aepiam viam tuam apinia, et iepiam eam ,
mre* et samitan M non in&t ... Et nunc nvtlabo stuldthm
ejur in oculis emstonim ejm : et rir non siaet tam de mann mes :
Et aeaiors fseiam agns gsudpu ejua, idaanibtcm ejiis. ñebmei
n i i - d u , aehbrhui 4 4 st d . f e s t a gmpom @m. Et ehfYW::' " '
-
pam vinarin ejw, et deiim ejac. &c. h. '
ii, 6, 10,') 1; -ct30.' "'
... C.t. A
groodeu uor admira: como non si v d m y vdadera
converaion, m oonducaion d otra mleded semejante d la
del monte Sínai ; para hablarla alli, no ya mlamente B los
ojos y B 1- oidos, sino inmediatameote ai C ~ ~ ~ P O D m,
penitencia, sn iianto, sa jpstificacioir y so perfecta eatisfac-
aion: y deepaes de todo eeto, oomo una oaosememoia
necesaria de las promesas de Dios, su nuevo desposorio
bajo otro tratado, teotamento 6 pacto iempihno Pw ...
tanto he aqd yo kr atraerd, y la llsuard d d u k t o :y tu
hablaré alcot- YIsdur&swr*6adelmwmo
hgar, y el OOUd da AcW para entrar en eqmra&a: y
C M ~ W Ó (Jli WgUa 101 di41 db 6U -dad, Y 8dgW1) b8 d k
en que S& de -twrra de Egipto*. i Si e s a carari, y
tantaii o t m del todo semejantes, no se bao verificado, ni m
hui podido verificar h t a el dia de hoy (como es alarfeirno
6 indubitable) no deberán verifiosree algno dia pl-
mente ?

166. .Ena t e dia de que hablámos, y &o ocasioo de wie


mmero y a o h d d m o demposorio, parece que iolo podrá
temes m veddeir, y p r h c b oqmpliento aquel cántico
divino, pqae1 epitaiamio sublime de aquella profecfa admi-
reMe, cuyo títalo M : El Cantar ds Cantáres. Este cán-
tico, digo, UM de la8 oornpodcionea maa aelebradaa entre
bdes lu qme ae leen en los libroe sag&dos, que no son
paem : este cáatico sensiblemente divino, puea siempre se
lee, aun k e a t e d d o , oon un oierto deleite interno, que
mo pwde producir la m e y la sangre: este cántico, digo,
ea perfkotamente ininteligible, si no somos conducidos por
a- lucail verdadem.. No hay duda que algunas coslls
de este cántico re han auomodado bastante bien d la paaian
Propter hoc, eece ego laetabo eam, et dnam aun in solitudi-
m n : et loqnar ad cor ejui. Et dabo ei vinitorea ejus ex eodem
k m , et vaüem Achor ad opericndam npem : et euiet ibi juxta di&
-tú mu~,et jout. diea u m i i o n u mas de tmr 1El(ypti, &C.
-&v. 5,14 e# 16.
TOMO 1x1. 1
detlrbto: ~ 5 l a ~ V 4 r g e n M r i i a ~ d i r e d e ( ñ i s t o :
otres B 1s Igiesie cristiana pmemte: otras y las mas 4
o d q a i e m alma que entre y oamihe psr Itt via dé1 eepiritu.
tQPi40 no lee coa @o y demoiw los dermmes, sobre &M
o a n t h , del tbotúimo P. S. Bernardo ? Qeién no lee
b a d miamo garto y edifleacion lo que A t e este &tic6
d b i 6 S. Fnm&co de Sales, el Jesuita Luis de la
h t e , y algnaoa oíros místiws que han segaido b estb
maestros ineignes de eepiritri ? Todos d i m baeiias,
@as, rdigiosaby aantaa, cdmo que son tomadas de lagar&
de la Ewrfhra, y oaeiormes 4 la m d del erangerm.
Mes no es faoii mnoasr al ponto, sin poder dudarlo, qüe
tudar estos coma mgeomm, verdaderas, p b , ,y Iwatriii,
&o., son agenea Mblemeote del teatu sagrado; y c d
todae abmiutameate inatmmodables, sin una mririi6esta vio-
km& 4 aqnelle mismo 4 que ee pYeteadss aoomudar.
W.No hablando ya de los doatores mistíoos (los cciaiea
m i siempre prescinden del mntido literal y verdadero de
aqaellos lugares de la Escritura que traen 4 cansideracion),
vemgámoa B loo interpreta qae llamm ihmdeo. -&toa
d b n aoigunmente, 6 B lo me#ri snpoása sin opo&sb,
que nunqne Salombn oompm esta epitdamio rablíme para
\
ine nnpoih, con L hija de Farnon, my de Egipto ; *:el
Espiritn Santo que movia su pluma, tom6 tí eata hij& de
Faraon oomo una figura de ia I g k miirtianr (se -tiende ,
de esta premte de km gentes) y 41 Salomba mme rae I
Q u r a de Crieto. U m a i o n general (en o m b b 1
primera parte) vulgarmente reoibade aww bwm ,6 paaabh,
ppreoe no so10 fdile, no rolo iaaprababk, &o
intolerable. i El &púitn Santo, que M 1 6 por sus Pm
fetar, m066 realmede la pluma del ierg 8alom6a, e n la
oomporicion de su cántico para m nupciae con L hija de
Faraon ? i Nupcias ilícitas como prohibidas por la ley ? i Y
esto porque Salombn y la hija de Faraon figuraban 6
podian figurar 4 Cristo, y 4 la Iglesia presente? Di&
aoeeo lo qoe dicen muchísimos: cato es, que el matanaoaio
de 8010m6n mn la prinoeea de Egipto M, fub iKcito, pa
perque la ley m habla espresamente de tan mugertw de
Eglpto, sino de las Cananeas, Amorreaa, Jebuness, h.:
pa taaabien porqneeeata princesa renunoió d rua idolor, y
abrazó la vedad& mligion: mas lo uno j lo otro me
parece tirleo 6 improbable. Falso, lo primero : porque le
~ o R t u r areprende B Salomún igualmente pos i u aiiaaaa
ooo la hija de F-eraoo, aomo por su alianza con tantas otraa
mageres eatrangerae. Mas el r y 8- a 4 apwMw
damente muchas mugeres estrangerm, y tí la k$a cb
Fairaon, y h ha de M&, y de A m h , de la Idunda, j
de Si&, y de lod Hetdod : De &ugentes, aobre Zar que
dijo el S&r á las Afjos de Id¡: No tomar& sur
mugass, ni ellos tomarán la8 uusslras: porqw aierlísi-
aarnsnte traslotrcarán VuGstro coraeonpara que bcg&is srrr
dioses +. Falso, lo segundo, 6 cuando meaoa improbable:
porque este hecho bitbrioo no se halla en la historia sagrada,
y ya- inveroaimil y aun imposible que no se hallase, m
hubiese sucedido. Si no se halla en la historio eagrade,
2 de doode se ha tomado? Con el mismo fundamento
podr6 yo decir, que todea las demás mugeres que t0m6
8elom6n, Moabitas, Amanitas, Idaméas, Sidouiaa, He+
68as, h.,todas renunoiaron B m a ídolsa y abraaaion la
verdadera rel'ion ; no obstante que el sapientlaimo y sea-
.nalisimo rey 4 todaa y á cada una les edi6c6 snii fanos, 6
templos donde eacríiicaben y'oraban B s u ídolos, y el mismo
rey de Israéi, afeminado ya, y pmeriido su cwazon por
las 9~UgeW8,haata seguir lo# dime8 rrgetros?, no dejaba
de honrar om su presencia lae fiedas y sacriñcios d e sna
mngeres, y de adorar bmbien, h lo menos esteriormeate,

R.- ~autsmsalirnon rdamrvit moliera alienigenu, m a h ,


&m qwque P h a m b , et Morbitidtu, et Ammonitides, Idumasei,
Si&mjtu, et Hethaeaa : De gentibus, super quibua dixit DomgnPl
filii lsraiil : Non ingrediemini ad eas, neque de iiiii ingredienturpd
.ires- : certissimb enim avertent corda vea'tm, ut sequamini Deos
-m.,-3 Rcg. xi, 1 ei 2.
+ Depnvatum est eor ejai per mulierea, ut sequereturdeoa alie-
nos. -3 Reg.xi, 4.
12
116 LA V E N I D A DBL MBSIAB

aqwllas Wma divinidader. (No niego lo que dice la smtm


Etwritpra.)
Ui7. Fuera de esto: i d que viene aqni (en el libro
divino del Chntico de loa &ticos) la hija de Faraon?
i A ata le compete, ni le puede competer de modo algnno,
lo que habla la esposa de este diálogo divino, ni lo que de
ella dice el eposo? Lease todo con este cuidado, y apenaa
re hallará una, 6 otra paiabra, que separada de todo el con-
Wto, se pueda acomodar, sin gran violencia, 4 la princesri
de Egipto, dendo todas las otras absolutamente inacomoda-
blm, Fioaimente, m pregunta : j ee sabe de cierto, sin
que sea W o dudarlo, que el aator, 6 escritor de este ad-
mirable epitalamio fuese el rey Salomon? N i aun esto sa-
bemos de cierto, por mas que lo aseguren tantos fundadoa
en la opinion de algunos Rabinos. Dicen (como por una
prueba, 6 fundamento irresistible), que en el cántico mismo
se ve nombrado cuatro veces el rey Salomon. Has seda
bien advertir, que estan cuatro veces que se nombra, siem-
pre m nombra en tercera persona, y siempre, como una
mera parábola, 6 semejanza, de las cuales semejanvan, 6
.padbolas se compone todo el dntico divino, desde la pri-
mera haata Irr última palabra. j Pues quien es el aator 6
el escritor do este cántico divino? h i g o : yo no lo 86, ni
lcdeeeo aaber, porque esta noticia nada me importa. So-
lamente &,. y esto sin duda ni disputa, que su verdadero
autor es el Espíritu Santo, que habló por los Proferax;
paes aai la antigna sinagoga, como la Iglesia cristiana. no
solo dispersa, sino tambiencongregada en elibpiritu Santo,
b ha tenido siempre entre sus libros can6nicos 6 divinos, y
lo ha estimado y venerado no menos que 4 Hoteés y B los
Profetas. Esta sola consideracion me bmta d mi para no
creer (antes reprobar como una idea insufrible) que el cán-
tico de los c4nticos contenga los amores mfitnos 6 imp6di-
coa del joven Salom6n con Abuac Sumamitidi, filtima es-
posa del santo y decrbpito rey David, como pensaron im-
pmdentemente muchos rabinos ; ni tampoco con la hila de
Fsraon como han pensado tantos Cristianos.
BN GLORIA Y MAOEBTAD. 117
158. Pero h k menos i es cierto, decis, que el esposo
del cántico (sea en figura 6 en realidad) no a otro que
Jesucristo, ni la esposa puede ser otra que la Iglesia de
Crieto? Esta segunda parte de la proposicion yo la conce
dería sin gran dificultad, si no supiese de cierto lo que q u e
leis que entead4moa por estas palabras, Iglesia di Criuto .:
es á saber, la Iglesia presente de las gentes, y el estado
presente que ha tenido basta el dia de hoy, y que tendrá b
podr4 tener hasta la venida del Sefior.' En esta inteligen-
oia no podrémos convenir jamas. i Por que ? Porque ea
una inte~i~e'ncia violentísima, y B mas de esto falsa 4 im-
probable. Sobre lo cual (por aornu diaputaa inbtiles) yo no
cito, ni pienso citar otra autoridad ni otro testigo que 4 vos
mismo.
159. No ignoráis quo hombres ingeniosirrimos y sapien-
tísimoa han trabajado infinito sobre esta idea general, con
deseo y ansia de acomodar y hacer se& este epitalamío
divino 4 la Iglesia presente. Tampoco podéis dudar (des-
pues de haberlos consultado) su modo de proceder sobre
este asunto : esto es, que dicen y no hacsn: afirman y no
prueban. Dicen y afirman en genera&que la esposa del
cántico es la lglesia catblica presente ; mas negando B lo
particular, ó a la esplicacion 6 ncomodacion de las divenw,
partioularidades, que se leen-en el cántico mismo, ya no se
qe t d Iglesia católica presente.. S e busca esta y no se
Wla, fuera de dos 6 tres veces ; porque no parezca que la
han olyidado del todo. En su lugar se ve substitnida.cual-
quiera alma buena, que quiera entrar 4 la vida devota, y
aspira 4 la perfeccion Cristiana Mae esto ¿por qu6 ? Sin
duda porque 4 la Iglesia presente, 6 se tome latisimamente
con su activa y pasiva, 6 Ée considere solamente su parte
&ciPal, que es el sacerdocio, nada le compete, 6 casi nada
de lo que aquí dice el esposo de la esposa, ni lo que ella
dice de si miama. Si eata awmodacioq fueee posible, j d e
jtuh B la Iglesia universal, y se pasarian B una persona
particular ?
160. No hace 4 propósito probar aquí con los hecboi
mismeos6 con Im sspremms y palabras del cánticd mimo,
que no ae heblo ea 61 ni una sola palabra de la Igleais' 6
enposa presenta de las gentes. Para esto .sena neeewio
un gran $do&; mes volumen, no menos enfadoso que
inábi1. Parit qnedat plenamente convdncidos, no es nece-
sario tanto. 'Nbs basta considerar atentamente, enjuicio,
y sn+ticia,. 6 m n a á otra eepremon entre las inndmeb
bleb que nos o h c e el &tic6 dirinb : por egempio : Toda
m z &wneoaa, amiya.='a, y 1~nciUa .no hay en If *. Si
esta sola ' alabaaa (aunque no hubiese otras semejantes)
qmci da q u i el esposo B la esposa, es ciertamente inacomo-
dabb B 4a I$leaia, esposa presente de lar gentee, con esto
salo quedámos en demaho de concluir, que no m habla de
ella en todo este cántico divino ; sino de otra cosa mucho
mayor y mejor, que, segun la# Escrituras debemos esperar.
16l. A m o diréis, lo pSmero: que esta Verdadera ala- .
bmsri, que da aqoi el esposo B la eapomdel cántico divino,
le &adra bien (á lo menos 8n cierto sentido verdcrdsro) 6
la I g W católica presente ; á lo que llama el apostol co-
Cirarna. y a p y o la verdad t :pues en ella d a re en-
mña y re practica lb verdadera fe, que obra por caridad.
Eh este veriiadero. entido (proaeguie diciendo) puede
bien decirle Crinto aqbellas palabras : Toda erei i5srtnom,
miga miu, y iaancilki no h y en tí. A lo cual m m p m -
de en breve, qne:si eeeto solo baate para dar esta vedadera
alabanza 6 la Iglesia 6 esposa presente, deberá tambibn
bbirtar para dar la misma alabanaa á la Iglesia 6 esposa
antigua, que vulgarmeate Uamámos Sinagoga. Este, eo
su 'tiempo, Wentm reinb, e n d ó aiempre sin interrupai#i
la verdadera fe y la ve~daderajusliaia (y tambiea la pras
ti& eomnchlsimos de sus miembros), y de ella 6 por medio
de ella hemos recibido y aprendido oaai cuanto bueno ten&
mos. Si na hubiese ensefiado siempre la verdadere fe y la
verdadera justicia, parece imposible que el Uesfai~mism,
* Tots pdChk e, amica mea, et macula non eet i'n te.- &t.
ir, f .
9 Calumna et ñrrnwneníam veribtis. -1 ad 'hüi,.16. .- .
EN GLORIA Y MAGESTAD. 119'
j d b apmiador de todo, hubiese remitido á esta ame-
6- así 8, las turbas, como O sus mismor ddpuioa:
~~ Jsr#s W 6 6 .la aultitud, y á nrs dírcipulos,
di&&: Sobre lo &&a de Moisés se ssntárow los h.
cribar y los Fadas. Gyordad, ppuss, y haced todo lo
q p o dvera: no hag& 6 e p las obrcrs ds ellos :
porque dio-, y r?o.k m *.
162. Diréiu aaaw lo wgwdo : que el Apostol y maestro
de las ggntas dice, que Cristo m entregó á la muerte acer-
ba 6 ignominiosa de laoniz, para praenthrseiu 8 sí misma
lgbh glgriora, qw no tengq manalccr, ri arruga, ni c-
-.ate, n~ 9~ SM s w t a y ñin ma+Uat. Bqd.PP.
dierais añadir tanbien, que el mimo Apostol en la mi.P.
epístoia dios B todoe y á d a vw de los Crintienos (de los
malee oow.tay se compone la Iglesia) que Dios nos elijió S
todoe, pera que f&wd e s , y .in nancilkr delante
dq 61 en caridad$. Maq, iqa6 Cristiano puede dodar de
es@ víydad ? &te fné oierüsimaipente, es y ierá Ip volae
tad de, Dios, y la intenaion y deseo del Redentor. . Por
cgnsiguieote, esta ea la vooacion y o b l i i i o n de toda la
lgle&, y de todos y de aada ano de sua mieobrori. Con
todo eso. es no menos cierto y visible, aun B loa oiegos, que -
e* volan@d de Dios, esta intescion y deseo del Reden-
tor; esta vwaaion y obligaoion de toda le Iglesia, y de todos
los individuos que la copiponeh, no hatenido su efecto pleno
m e 1 dia de hoy; así como pmew ciertieimo que lo ten-
d+ en algnn tiempo, segun lw h i t u r p r s .
+ Tnnc Jsaas lmtu est ad turbas, et ad discipulos euoe, dicens :
Super cathcdram Moyiii sedernnt Seribae, et IiBrisei. Omnia ergo
-q d f x d n t vabis, senste, et Mite: sccundhm o p e n ver8
-
&te fictrre : d i m t enim, st non fscinat Ma#.d i i ,
1,2, e: 3,
t Ut exhibe* ipae eibi gloriosem Eccleeiam, non habentem macu-
lam, aut q a m , aut aliquid hujuemodi, sed ut eit aancta et immacu-
-
lata. Ad Eplisr. r, 27.
f Ut e~emnsm&,et immaculad in conepectu qjps h charitate.
-A¿ E p k . i,4.
lB8. En soma:Wbbab'mSó, no aontbadiiawrs Iss:úbm,
l e iglesia^
ni querámos aegaraos v o l t ~ ~ t d a e ~ e nla
de Cristo es sin duda nn eueipo m o d y núaiiso, cuye
cabeza que es Cristo, es perht.menDs ssaQ, whbo el ew
píritn que la anima y dirige, santa su creenoie, en piaral,
sus teyee, sus sacrammtos, sas medios de eati&fibcbibb,.sf
al'iro ware & eRos legítiniai.rmnte,.&e. .Mas, b pi5-
mero : todas estas cosag no pertenecen 4 la pnloritad, tí la
bermowra, á la justiuia y santidad de la esposa: no prne-
bsn sp p n l c h d , so bermoadta, jastich y santidad : solo
prueban la bondad y libemlidad del esposo para coii,eIla;
por consiguiente, prueben macMsidlo 4 fmor del cspaeo;
y nada á favor de la esposa. Lo segundo, y mas claro :
este cuerpo moral y mlstico, cuya-cabeaa es Cristo, se
compone de mndmerables miembros, entre lor cuales, los
perfectamente sanos son y han.sido 8ieaipre, pocos ' y~rari-
sirnos : l& débiles y enfermas maofiibimos: los foóiüies b
inservibles Rn admeror y loa pebimos y perjudioieles, &
toda g k ~ i q, ~ i 10s h poQB contar? 1 NOes arQ arf,
mi btien Cristb510 ? 1 No ha sido eiampm así (ya mas, \J.

menos oon poca' dff8rencia) en bdos los sigim, añor . y


meees de la e n criEthna? 1 N o se han visto k m p , y
se ven aun (tal vez aom mayores, y aun con mayor clai+
dad) escesos, y vicios torpísimos, crímenes y eaaindala
hom%les, cual- ni aun entre gentilea*?
164. P w s este cuerpo moral, compnedto de vírgeaai
prudentes y necias, de peces buenos. y malos, de cicrtiDs
fieles B infieles, de poco trigo y mucha paja, y tambien
de mucha cizafia, i os atreveréis 6 apropiarle qqu& mama
alabanza, y tantas otras semejantes de que a b u a & , a l e b
tioo divino : Toda eres hermoea, amiga mb, y manoiLIQ
no hay en tí? Me atrevo 4 deciros con el A p o h l y
maestro de las gentes : No es buena vuestra jactant+zt.
Parece que con mayor fundamento le podréis a p ~ o ~
Nec inkr gentea. - 1 ad C6*. v; 1.
.t Non est bonr gloriatio oeshs.- 1 d Cor.r, 6.
.
,
le i ,
EN GLORIA Y Y A G I S T I D . m .
oQor palabrpll, qoe m dijeron 4 la primera erpoia,
no-aiei~esretiseaba de d m b a : Arirque te Zam mi,
niiro, y eatwtoñw yerba & bmit sobre tí, nadada
a&mtwiiiywidad cbhb&oú, diceelSsfiwDiar:
j W d i ~ 6 t NO : L ridoammdkdi~...+? Dirhisqae
pqd se W de lo idoiatría de la primera esposa; mas 10
p h e m : la idolatría ao aro general en toda la eapoq riw
eb mwhoa de lo8 ariembroa que conatitaiPo aqngl onerpo
moral. Lo reguodo: w dameute mancha y afea el almo
la ido\atría, sino toda suerte de iaiquidad. S. Pablo, ha-
blaodo en geeeral de toda iniqddad, y en partioular de la
avaricia, dice, que ee osrvicio de fdolor t.

.PARRAFO UI.
165. 1 Poes de qai6n se dicen estas paiabm, y tantas
m del todo seaejantee? i Quién cs e A esposa tan
santa, h qmen puedan aompeter, segun el testo y conteato .
de teeo el ohntioo divino, auaa alabaolmil tan granda, que. ,

difioiheata ee podrán imaginar otrar mayorea ? Yo busco


cata esposa, sania en todm las hietarias, ad aagradae, ipomo
cderisatiase, y no la hallo. La baso0 en loa Profetas
desde Moiaés hasta el ,Apoalipsis, y no hallo otra, por mas
v e l a b a ~ p e sino
. aquella mla, todavia fatura, vestida del
sol, que wnnidei$mor difiuramenteen todo el fenbmeno viii,
que~acompafiámosbada la soledad, y que allí dejámoa reti-
rda;qnieta y eeg~ra& la prsuncicr & la m ~ p i « r f c S :
cuando esta salga de la soledad y se despose de nuevo,
.bajo otro testamento 6 pacto sempiterno; lo oual, segun
10s mimos profetas, no puede suceder sino en el siglo ven-
ton,qia das mirnrPl wnooian, 6 lo qqe ea lo mismo, en
la tieim ariara y cielo nuevo.
1@. Esta es visiblemente aquella misma de quien se
Si l a r d te nitro, et mdtipliesreris tibi herbun boritb, mama-

-
hta ea iniqoibte (ar> coram me, dicit Domimi Dens. € Qwmadb
..
di& : Non sam pollub. ? Jum. ii, 32 st 23.
t Simnl.~h=isrriLasi-&Cdar.&5. . . .
A facie serpantia.- d p . xü, 14.
hiMo en sl ap.. liv, ver 6 de I& : Porque el SIfim k
l b r 6 coao á apger dcrtsapartada, y angwtiada di M-
*Y, .yrcomo & m y e r , qw es rcqpcrdiad4 desde la ju-
vadad, &ota Boa... Entoai paa-anrícic#roenl w d k
de N&, á q u b ~juré. qw. yo ao.t w r k m l w aguas
de Nd robre la tierra: ari jurd, q r y@yo W r d con-
tigo, ni t e repr-de. Lease ateiitaioente todo eete
onptt.de, y refldosnee eo juicio g en j~stiaiatodgo sus
aPwsiPPes
. y palabetu, y se bailará dar0 y paipable 19 que
noae haüa en eentido paramente wmodatioio y violen-
tísino, h que se mojen aqui toda las int6rpretu de,h
Eecritura sagrada.
1G7. Esta es aquella misma de quien se dice : AZzute,
& a t e , Isuántate, Jerur&, que bebiste & la mano del
Ssiiar el ,&ir; & rr ira: h t a el fp& del oaliz do*-
rnidero bebiojr, y hliair liasb l a heces+. Esta es
aqtieiia misma B quien se dice : $&te Be1 pduo, bván-
t d e ; a h t q t e , Jerwdea: w l t a Iaa atduraa de t u
cwsllo, cautivo &ja de Sión.... Porque fmute dPwtapa-
reda, y abwr.&, y no habia quien por p a r e , le
pondrk por loeanía (6 regocijo) de los siglos, para garo
en . g e w & .
y ganwach.. y pondrk en tu gobierno Icr
paz, y un tw presidentes la jurtitk..$. Parque ta
cerrar4 h cicatriz, y te amar¿ de tw he*, dice el,

Quin ut mnlierem derelictam, et moereatam rpiritn vocabit te


Dominue, et uxorem ab adoleacentis abjectam, h i t Deue tuus...
Sicut in diebus No6 iatud mihi eat, cui juravi ne inducerem aquas
Noe ultd supra t e m m : sic juravi ut non h c a r tibi, et non incn-
pem te.-Irni. liv, 6, 9.
.E Elerare, elewn, conmuge J e d c m , qum b i b i de mrnu Do-
mini d i m irar ejus : mque ad fundum d c h q o r i a bi- et
pofuiti tuque ad fBBar, &c.-Zmi. li, 17.
f Excutere de pulvere, consurge 3 sede Jerueilem : mlve rinciik '
...
& id, captive filir Bion Pro eo gabd fuirti d e et odio
habita, et non emt gui per te tiznsint, pon= te in sup(rbiam
.[mive sxultationem] uaanlonipl, ~~ in gmaa4i-, et gege-
rationem :... et pon- viiitationem tu- pcem, et preapoaitor C m
-
juatitinm, &c. Imi. lii, 2 ; et ix, 16 et 17.
S&r. Porpw te Zladrtm, 6 Sih, la e c h á fuera:
.
B t a ea h que no tenia quien*Ca buscare.. *. Dcrnúdate,
Jiwudbir, ds la túnica ds luto, y da iu naltrtatanrickto ;
y A t e t e la h n r r a , y le h ~ de .ócgre.Zla
a gloria nmc-
pitema, qw te viene de Dios Te rodead Dios c m uq
m a t o fwrado da jwticb, y pomh.6 robre ta uabasq no
h t i l l o de honra eterna?.
168. Eafee y otras mil coma muy semejantes, le están
&ertamente prometida6 para su tiempo & esta misma moger,
aom esttril y sin parir, echada de su pálriai y catctiaa..,
úb.Bnipw& y a&$: para los tiempos, d*, todaria
futuros, de su plenitud, de su asuncion, 6 , m naev6
desposorio ; y tod& c o n o d a n perfectamente con las que
se leen en el Cántico de los Chnticos. Yo ao puedo aquí
pmduciriae todas, porque esto w hace B .mi propCiMto;
bástame dar una idea general, uotando algunas de lm
seosibles y lumioosas. .
1B9. Primeramente : la santidad que aooncian los pro-
fetss pwa su tiempo & esta muger.metaf6rica, 6 4 erg
esposa antigua de que hablámos, es tan grande, que hasta
siora no m ha visto-en nuestra tierra. Si baste aora no re
h visto en nuestra tierra, ea necesario,, y absolotamente
necesario, que se vea en algun tiempo, para que los Pro-
feta# & Dios sean hdlado6 @bs$ h erpreaione0 da
estoe Profeias parece qug no pueden ser mayorq ni mair
clarair. Ved algunos pocas.entre millares.
Obducun enim cicntricem tibi, et ivuineribiui tuii ambo te,
dicitDominw. Quis ejectun voc8venuit te Sion: Haec eat, qua
-
non habebst requirentem. Jmcm. sxx, 17.
+ Eme re. J d e m , stolh lueMs, et rcxatimh taes : et indue
ta b m ,e t bbnore ejw, que iDCo tibi est, iirnpitern~egloria.
t X k d & i t te Deue dipleíde jastitiae, st b p e t mitram eirpiti
h o h ss(erni. #&.Y, 1 #cit.
f Sterib, et nen pnrieno trursmllprat., et csptiira... destilnts, et
aoh-Id. fix, 21.
6 .UtpMphetas Dei fidelea iareniratnr. Yid. Mi., x x d , 18.
a 8
LA VENIDA DEL ME81A1

Y se muliiplicarh la que habia sido desamparada m


medio de la tierra. Y todavia en ella fa dkcitna parte,
l
I

y s r conoertirti, y servirá p a r a muestra como terebinto,


y c m encina, que estiende ws ramos: linage santo ser&,
lo qu6 quedhre en ella *.
170. Si queréis aora saber de cierto, de 'quien se habla
aquí, no tenbis que hacer otra d i l i g e d , s b o leer ate
capitulo con mediana atencion, 4 lo menos desde el ver. 8.
En 41 veréis anunciada clarísimynente la ceguedad, sor-
dera, y dureza prtraente de Israel: la duracion de esta
d u w i , ceguedad y sordera, y tambien el fin, y termino de
todo. Esta profecía cita Cristot : esta misma cita S. Pablo
al mismo propósito á los Romanos cap. xi, ver. 8 y 25:
por donde veréis, sin poder dudarlo, que la misma que
habicr sido desamparada, y que ha estado : y está todavia
ciegri, eorda y durísima, esle minma e8 h que 68 convertir&,
y servirtí p a r a muestra t.Por consiguiente, v d i íem-
bien con la misma claridad, que la inteligencia comun de
este testo, que acabo de copiar, es no menos falsa, que in-
justa y durísima. De modo, que 4 esta miserable, que
h b M sido dssamprada en medio de la tierra, .se le con-
cede liberaiísiiamente todo cuanto se le an'uncia de triste
y amargo: esto es, su ceguedad, au sordera, su d-a y
obstinacion presente : mas otra mejor fortuua, que aqui
mismo se le anuncia para otro tiempo, esta se le quiy con
mano armada para dársela á otra, de quien la profacia go
habia palabra. Abrahan so hizo arto S, .

Et multiplicnbitur,~qoss' dcaeücta fiiust ia medio tema, Bt ui-


huc in ea d e c i d o , et conveittnu, at tdt in t u t c n a i 0 ~b t
-
krebkithw, et skut queram, qurs arp~ditm o r auorr m
.uactum erit id, qpad s w d t in a Z d vi, E2 et 13.
t Luc. rili
f Uurnvu&tt~~, et u6t in a.lr.n*nnpm, &c.-fA vi, 13. .
6 Hoc Abiihui non fe&-=-rfim. v i i i 40.
Pondri en tu gobierno la paz, y en tw presidentes la;
justicia No se oirá mas hablar de iniquidad en tu
...
tierra Y t u pueblo todosjzcetos *.
1n.Acomodad tamb'ien estas cosas á la Iglesia pre-
sente. i, Mas como ? i En ella son todos jostos ? j Lo han
Qdo jamás? i Lo se& todos alguna vez.
J B R S M ~ A S , 0h.P. XXXI, YBR. 2.
172. Halló gracia en el desierto elpuéblo, quc Aabia
quedado de la espada : Irá Israél tí su repo... Y no
( i ~ ~ e ñ aen'
r á adelante hombre tí su prójimo, y hombre tí su
h w , diciendó : Conoce al 8 . r : porque todos me
conocw&n &de i l mas pequeño ds ellos hasta el mayor,
dice 61 Señor : porque perdonar4 la maldad & ellos, y no
rias acordcrri mas ds ar pecado t.

.. 173. En aquellos dias, y en uquel tiempo, dice el


Señor : será buscada la malddd de Israél, y no existirá:
y al pecado de Jtuiá, y no ser¿ hallado : porqw serkpro-
pieio á los que liubiers reservado $.
BARUO, GAP. IV, VBB. 28. .
174. Parque así como fui v u e i l r ' pensamiento
~ el &+
carrícrros de Dios : diez tantos mas le buscaréis, cuan&
Ponm vbitationem tasm pseem, et pmpositoa tuoe justitiam.
h- wdktur idtri fni@tis hl tm m... POpdOa w k m tuu
omner junti. -Irni. Ir, 17,. 18, ot 21.
7 I n d t grYiam in 'duerto populp, qai remmrat igldio.:
dl rapdemroun ImW...Et non docebit dtrh vir produm
aoum, cc v i r friitram mm, di-: C o p n r e Dommtun: omea
avec eopolcent me O minina amm wque nd m&w, ait De-
*
-:
-
'@ propitbbor iiiiquititl eo-
memorirbor smplihs. Jcrsra.xui, 2 st 34.
$ rii
@.- aai

ilb, e t i n t c ~ r p o i r i h , a i t ~qiiaaetarini-
~:
qaitm h d , st non a&: et p w a t m JJwh, e4 m mweddur:
q& propitim ero da,quor reliquaro. - J m . 1, OD.
I%(s LA V P N l D A DEL MPllAiB

& cnsgo or aomirti6rsU. Porqtrs e l q u e o s m& lor .19-


las, dl n i a m o <M L*amá de rniecro un regoc@o smpitamo
oei, uusstrta salud*.

BZEQUIRL, CAP. XXXVII, VER. 24,


17s &a aU juioior andarán, y q&6n, y cumplirán
w atnukzmientos. Y morada sobre Za tierra qw df 6
mi m t t r o Jacob, en la cual moraron vwsrtros padrw.. Y .
h d con ellos alianza de paz, a l h a e t e r n a t e n d r á n
eUoo: y los cimentad, y multiplicard. y p o n d r d m i saati-
# d e n d i 0 de e l h por siempre. Y edad m i labar-
d a d o e n t r e dlos: y yo ear6 ru DMt, y ellas sar& 4
pwbb. .. Y rcrbrán las g e n t e s (sk duda 2ar Crirtiarear,
p e a estónaee todw Lo serán) gw y o soy e l Señor, e l 8uati-
&adw & lira&, atado artuvism-e mi santjRarrcion sn me-
&o de eldos perpetuamente.., Y n o esconderé mas m' rm
t r o de ellos, porqw he d e r r a m a d o mi espíritu sobre t&
la oaea da Israél, dice e l Señor Dios).
13 Y 16.
S O F O N ~ A S , OAP. 111, VER.

Lm reliquias de Isrdl m harán iqjudicia, nihabIlir00


mentira, y u, wrá hal@ en la baca da elloa b n ~ ~ um- r
.
gcMasa:.. En a q u e l dia se dirá Q Jewalén :No te-:
Sión, no s e descoyunten tus manos. El S& Dios tuyo
Qicut enim fuit aensus veeter, ut erraretia Q Deo : decies taatum
itehrn ronvertentea, requiretis eum. Qui enim in duxit vobia mala,
ipse rursnm adducet vobis eempitemam jucunditatem cwn ialute
a - B w . ~ ? , 20,ets.
t In jadiciis meis amhulrhant, et rmndata mea cnstodient, d fi
cient ea Et habitabunt auper.terram, quam dedi eervo meo J w b ,
..
in qua h a b i t a v m t pat- vestri. Et percutiam iiiie foedui pact,
paetiim sempiterahm efit eh : et fundaba e-, & multipñerrdo,
&bo ianetificahmn me^ in medio eorom in psrpetuum. fL arit
tabernacnlmn memu in ei8: &meia h u i , et ip8iarmnt.mihi popu-
iun, Et wient gantei [scilicet CBiirtian~e]quiaego Dominua uire-
tificator Ia&l, &m fuerit ~nctificirtio.mcii in medioeocum in prpa
tmim... ñt non abicondun dcni fsciem maim ab eie, &quM &- ,
sn d o de tí, elfvGrte M te saluarb: se gozará sobre tí
con &9*fa, callar4 por .SU a m a , ri3g8~1jt~t-h
sobre tí
con h r , &c*.
176. Comparad aora estos pocoii I a p m de los Pro&
taa y tan* otros del tode iemsjantes, can todo lo que ae
lee, bejo fignrer y mmmjmars admirables, en todo el Choti-
ao de l& Chticoe; y haliméis que todo va.oonfanne y ea
aia perfwCa mmodaneia, 6 aoncor&. Por camiigmemfa,
bailaréir, 6 por lo menos satraréii en gi.ander y vehemes
tliiase roepeohas, de qne \a eeposn de iam aiwthes no ea
oin, ai p a l a ser otra, que 1s de los Profe*. Si es* ha
da ser elguo día tan a m a , que en todos eas miembros 6
iadiiidoos. que ta compoma sean justas ; si ests ha de asr
rigrm dia ha santa que en todos sus conhea ao ae lrir &
oír jamb la paielrra iniquidad, o a todo lo qiiecanil#leede
ama pelaba Me p a l : No se 'uirá ioiaii W ~ de iniquci-
P
dad en tu t i s r m t di a t a he de ser al- dia tan santa, que
..
m se baaca en ett* el pecsdo, n o ser¿ Acrihde. p q u d no
sdtirci ; 2 no podrá en este mismo tiempo decirle el es*
M) COLI suma Oerdad y propiedad: Toda ereu hemwa, a+-
p ~ , y p n e n c 5 1 l a n o A a y e n t i ~~? N o p d r á d ~ e n
este mimo tiempo cón sama propiedad y verdad, otras m&-
a h &oesr muy semjahtea 9i esta de que está lleno
todo ei eántbo ?
177. Deeoendám~saora para mayor claridad á ia obser-
vaoion de algunas cosas maa partibulares, inaoomodables á
b t m esposa (segun las Eaontures, segun los historias, y sa
gaa nuestro sentido comuil) que sí la espoae aatigua, y en-
fánces nueva; de que vamos hablando, cuando eata salga de
ni soledad.
Eeiiqui;e IsmGl non fdent'iniquitatarn, nec lquentur fnenda-
..
eium, et non invenietur in ore eoram i i i doloaa : In die illa
dicetu Jewdem Noii timere: Sion, non din~lp~nhv
S: m m y m.
Dominas Dew tuas in medio tni, fortb i p saivabit : gaudebit su-

-.
par te in leetitia, silebit in diiectione sus, exultabit supet te in
-
laude, &c. Soph. iii, 13, 16i.et 17. ' ,, .'

f Tots pulchra ea, smieb m&, et r d d a non mt En%. W.


iv, f.
a8 L A V E N I D A DBL MEOIAR

PARRAPr) IV.
178 Ph-nte: el esposo de este divino chtico,
que no puede rer otro sino el M e s h , el Hijo de David y
de A -, el Hijo de Dior, 6 el Hombre Diw 1e;dii bla
q o m v a r h veo- el nombre de hermana, junrioente oon
el de espata*. Esta eepregion Qngalar, i h quien puede
aompeter, oon toda verdad y propiedad, oino b la moger
w&la del ml, 6 B la espose antigua en sa nuevo derpom-
rio? h t a tambien le da al -so el nombre de bamam,
an el capitulo octavo verso primero. Diréiis cierímunente
qme Jesucristo llam6 hermanos, hermanas, y aun madre, S
d q a h que hiciese la voluntad de su Padre-t. Bien,
m yo preguoto aora: iJe~aoristo por estail palabras
d k b en aquellas circmtancias, negó acaso que era hijo
raddero, mgun lu naturaleza de la santa Virgen M&?
2 Negó qae a t a santísima y admirable criatek hacia la v e
Iuntad de su Pacbe? i Negó qne eran san parienta, 6 en
firocie ordinaria de la Ewritura, sus hermanos, loe que aoom-
Wban en a q w h &on 4 su eantísima Madre? Cierto
qoe no. Conque wtas palabras de Cristo, lo que prueban
Qoioaaante ee eato: qae la erpoea de qae hablámoa, ten-
dilá en aquellos tiempoir dcm verdaderoa tílaloa, por donde
umiecer el nombre de hermana que le da el espom, y a m
el de madre, que tambien le da en el capital0 tmo, vemo
once: lo ano por serlo en realidad, siendo ambos esposos
%os de Abrahan y Sara, de 1- y de Jacob : lo otro,
porque en aquel tiempo horá ya h espoaa, plena y perfh-
tnmeote, la voluntad del Padre oelestial, y de un modo
b t a elit6noes inaudito. &ei le dice y le anuncia para
a t e tiempo el mismo Espíritu de Dios: De allí adelante rro
m& llamada Desamparada... nras ser& ll(u& mi Vo-
.b&en ruta :...y en el ver. U,aímde : y . 1 d~ a -
r6r, pueblo santo, redj&hpor 81 Señor, &c. $

t
-
m- sponiu &d.iv, 9.
Quicumque enim f e a r i t volantrtem Patriii mei, qui in c a b
-
&we menr frater, et ioror, et mrter est. Mat. rii, M).
N<rnro~.berb .
uitA D d c h . . md roabaria Voluntu m& m
B N GLORIA Y MAOESTAD. E29

LO YBGUNDO.
1'19. Rosigiimos. A esta esposa, de que hablamos y
ea el tiempo y circunstancias que vamos diciendo, le com-
peten tinicamente con toda propiedad aquellas palabras :
la mz de la tórtola se ha oido en nuestra tierra *. La
voa 6 canto de \a tórtola, no parece otra .cosa, que un cou-
t i m o llanto y gemido trisiísimo ; y esta ha sido casi toda
la ocapacion de la esposa en todo el tiempo de su retiro y
sdedad; en el que el esposo le ha hablado á los oidos por
medio de sus conductores, y al corazon por sí mismo. Este
he sido, digo, el efecto inmediato y naturalisimo de estas
dos locuciones : esto es, llanto' y gemido continuo y amar-
guísimo. Sanada perfectamente de su ceguedad, sordera y
dureza pasada, que le .esttí anunciada hasta aquel tiempo,
en el cap. vi de lsaías, ver. 8, quitado de su corazon aquel
velo denso y tenebroso, de que habla S. Pablo en su se-
gunda carta 4 los de Corinto, bafiada al mismo tiempo, y
circundada, como de manto, de toda la luz celestial, que des-
ciende &l P a d r e de las lumbres-1: couocido en suma dis-
tintamente todo el misterio de su Mesías, y al Mesias mis-
mo, segun las Escrituras, &c. : ;qué otra cosa han de ha-
cer esta santas y preciosas reliquias, sino llorar y lamen-
tarse, imitando la voz y gemido de la tbrtola? Llorar, digo,
y gemir, ya pqr la memoria y recuerdo de todo lo pasado
antes del Mesias: yo por aquel esceso horrible de su pa-
sion, y moerte ignominiosa y dolorosisima, que se comple-
tó en la misma santa ciudad ; ya por un intimo agradeci-
&ento de la misericordia actual. que se hace con ellas ; ya
en fin, por un amor entrañable, y deseo ardientisimo del
rnierno Mesias. Este llanto y gemido está bien claramente
rnanciado para su tiempo, en la Escritura de la verdad.

a-. Et vocabunt eoa, populus danchiri redempti i Domino, &c.


I d M,4 et 12.
-
Vos tnrtoris sndita est in tema noahs- Cant. ii, 12.
-
7 Quae deecendit iiPatre luminom. Yide ep. Jacobi, i, 17.
T O M O 111. K
130 LA V B N I U A D E L MBS!AS
Vease lo que queda dicho en el fenómeno viii, donde se
trató de propbaito de la soledad de esta mnger.

180. A esta le eompeten áinicemeute coa toda verdad y


propiedad, aquellas palabras, que hablando de ella, dice d
esposo : ;Quih es asta, que sube tiel &sierto, l h n a de,
delicias, apoyado sobre s u amado + ? A esta pregunta (4
que en el cántico no se responde) responde bien Isaias por
eetaa palabras: Y acaecertí en aquel dia: Que los que
quedaren & Israél, y ter que escaparen de la casa & 15
cob, no se apoyarán mas sobre aquel, qua los hiere: sino
que sinceramente &e apoyartín sobre el S*, el Santo
& Israkl. Los residuos, Ibs residuos, digo, & Jacob, ae
convertirán al Dios fuerte f.. Co~~b'inad aora aquellee pa-
labras : los que escaparin de la cuas de Jacob, aon a q u s
llas otras del cap. xii del Apocalipsis : &a muger huyó a i
&aierto$; hallaréis el miame misterio que contienen lar
que aora o b s e h h o s en los Caatáres : Quidr es esta que
sube del desierto, B n a de ClLQikhs, .ctpoymia mbn ar amá-
¿o? Aod, la duencia de deiltika ebn que sale la ea-
pos3 del desierto, es aba consecueucia natural y neceaarhl
db salir apoyada bbrt au amado... 6 sobre el S&, CI
8 a n t o & Imaél. De ksta misma afluencia hablan fiectien-
tettieute los Profetas y Salkuos, como obsewarémo$6 sd l
. tihbpo. l

l
LO CUARTO. l

181. Quikn M esta, que dabepor el desierto, conw wti-


ta & humo & los a r k de mirra, y di- inCUmO, 3 &
¿ Quae eet iata, qua sscendit de deserto, deiicib dnens, innizir
ruper dilectum suurn ? - C d . %, 6.
Et erit in die iila : non .djiciet reeidunm Israel, et hi qni fuge-
rint de domo Jacob, inniti super eo, qui percutit eoa : sed irnitetar
iuper Dominum saocturn ha.El in veritate. Reliquiae convertenm :
reiiquire, inquem, Sacob, 4 beum fortem, &C.-lioi. x, 20, et 21.
t Et miilier fugit in solitudinem, &c. - A ' . xii, 6.
E N G L O R I A Y MAOPOTAD. UN
f odo polvo ds perfurero ? i Quién DO ve en esta metafora
admirable la justicia y las virtudes heroicas, 'con que la
esposa aparece adornada do1 deeierto ? Con otras metáforas
semejaates, y no menos admirables, describe el esposo esta
misma justicia y virtudea d e la esposa, en varias partes de
este divbo epitalamio, singularmente en el cap. iv, ver. 10.
Cuán hemesor son tw pechos (6 tscr amor@, como se lee
en P a p i n i , y Vatablo, y como debe ser, segun testifica el
moderno y emditísimo, en la lengua hebrea, el Sefior
Matei :) C U ~ Rhe-w son tw --res, hemuum mia es-
posa... huerto cerrado, fuente sellada. Tus renucvor son
wjel de granadas con frtrtw de 108 manzanos. Cipros
con nardo. nardo y azafran, mña aromática, y cinamomo
corr todos los árboles del Lümno, mirra y aloe con todos
Zw p h w r o r p erfhw... Lesántate, Cierzo, y ven, Ama-
tro, sopla por mi huerto, y corran bs arbaMI & U t.
182. Todo lo cual lo comprende el Profeta 6 el Espln-
ritn Santo que habló por medio suyo, en estas palabras, 6
en esta promesa formal, becho O esta esposa, 6 B e ~ t a san-
s
tan y preciosas reliquias : En olor de rmavidad or recibird.
cuando os sacáre de lo8 pueblo8, y os cougregáre de las
Lierras ea donde estáu dispersos, &c.$
1

LO Q U I N T O .
183. Finalmente : hagámos esta simple y brevísima re-
fiexion. El esposo de este dntico, siempre que habla con
2 Qum est ista, qum ~cendit per dwerturn aicut viquia fumi
ex aromatibns myrrhae, et thuris, et uoiverni pulverh pigmentarii t
- Can:. iii, 6.
+ Q u b pulchrze eunt mamms tum [seu amoree tui] soror mea
sponaa !... hortue conclueus, fons uignatus. Emieaionea tum para-
disus mdorum punicornm cum p0mONia fmctibaa. Cypri curn
nardo, unnias et erocus, fintula et Finnamomum cnm univereis l i i a
Libani, myrrhs et aloe cum omnibne primh unguentis Surge,...
Aquilo, et veni, Aueter, períia hortum meum, et 5uant aromata
i1lius.- Cant. ir, 10, 12, 13, 14, e: 16.
$ In odotem suaritatis euscipiam voe, chm eduxero vaa de populia,
st conplregarem vos de ter& in qm dispemi estis. &c.- Esed. xx,
41,.
K 2
139 L A V E N I D A DEL M E S I A S

la dsposa, la supone evidentemente no en otra parte, sino


precisamente en el desierto y soledad, en montes, en que-
bradas, en bosques y cuevas, BLc. Esta circunstancia es
gravisima, y de sumo peso. Si esta se busca y no se
halla en todas cuantas esposas se han imaginado hasta
eora por los mayores ingenios, esto solo basta (aunque no
tuvitisernos otras pruebas, que se nos presentan 4 cente-
nares) para concluir al punto, que ninguna de estas esposas,
que basta aora se han imagiuado, es la esposa de los Cnn-
táres. Mas ei esta circunstancia gravlsima se halla clara y
palpable, segun las Escrituras, en esta esposa, si en esta
concurren otras muchas circunstancias igualmente graves,
segun las mismas Escritu~as,y al mismo tiempo todas las
espresiones, locuciones, y aun palabras del cántico mismo ;
i no será esto una prueba clara y sensible, de que la es-
posa de este cántico es la misma que la de los Profetas?
Si es la misma que la de los Profetas, es tambien visible-
mente la misma que la del cap. xii del Apocalipsis, como
observámos en el fenómeno vii ; la cual segun este lugar
del Apocalipsis, y segun otros lugares de los Profetas, que
ya hemos observado, debe algun dia huir, volar 6 ser con-
ducida 4 la soledad, para que Dios le pueda hablar allí al
corazon, instruirla, ensefimla, santificarla, como se dice e n
Isaías, Oseas, Miqueas y Ezequiel, y como se dice en
este lugar del Apocalipsis : p a r a que allí la alimentasen
mil doscientos y sesenta dias*. En esta sola esposa todo
se entiende, y todo, segun las Escrituras; y sin ella, 6
fuera de ella, nada.
164. De este desierto y soledad (pasados sin duda 1260
dias) 13 llama muchas veces el esposo, siempre con pala-
bras y espresiones llenas de m o r y ternura; diciéndole,
que salga afuera para ser coronada, porque ya han pasado
los dias rígidos del invierno, 6 los tiempos del castigo, d e
oscuridad, de tnbulacion, y tambien los dias de prueba.
Levántate, aprerhrate, amiga .mias palonia mia, her-
Ut ibi paecant eem diebns mille ducentis e e x a g i n t a . - M .
xii, 6.
EN GLORIA Y ,MAQBSTAD. la!
anosa mia, y wn. Porque y a paró el invierno, se fuá la
.
lluvia, y se retiró.. Lcubntate, amiga naia, hennosa mia,
y ven: P h mis, en los agugerae de la peiM, en la
concavidad de la albarrada ...
Ven del Lfbano, esposa
mia, ven del Líbano, ven: ser& coronada de la cima de
Amanb, de la c u n h de Sanir y de Hermón (montes todos
de la Palestina, altos, ásperos, y por eso solitarios) ds las
cuevas de los leones, de los montes de los leopardos*.
115. Esta coronacion á que el esposo llama con tanta
instancia 4 la espoaa de eu desierto y soledad, parece,
eegun el chntico mismo, y segun otras escrituras, que ha
d e ser mútua, así como lo debe ser el nuevo desposorio.
Quiero decir: que el esposo ha de coronar B la esposa su
hermana, puea para esto llama del desierto, diciéndole:
ven: ser& coronada: y al mismo tiempo ha de ser coro-
nado de ella. Uno y otro se halla clarísimo en las Escri-
turas, como luego verémos. Parece del mismo modo, que
eate desposorio y coronacion de ambos hermanos, ha de ser
phblico y solemnísimo, cual nunca se ha visto en nuestra
tierra. Todo cuanto sucedió antiguamente B Bsta miama
esposa, en el día de su juventud, en su primer desposorio
en el desierto del monte Sinai, todo fué como un preli-
minar, 6 como una sombra bien oscura de lo que debe su-
d d e r , segun las Eecriturw, en el segundo desposorio de
que hablémos aora, bajo otro tratado, ó pacto firme y sem-
piterno. AlIB, todo fu6 temor, pavor, terror, con que se
hacia eutónces un trato, 6 un pacto, con personas nidisimas,
y apenas snperiores 4 las bestias : tanto que estas personas
que componian aquella esposa, pidieron por gracia, que no
les hablase el esposo por si mismo, sino por medio de

Surge, propera, ami- mes, columba mca, formosa mea, et v e


ni. Jam enim hieurs t r a ~ i t Mber
, abiit, et recesait.. Surge, mica
mes, ñpeciosa mea, et qeni : Columba mea in foraminibua petrre, in
cavernk maceri~...Veni de Libano, sponsa mea, veni delibano, ve-
ni : coronaberis de capite Amana, de vertice Sanir et Hermon, de cn-
-
hiiibua leonum, de montibur pardorum, &c. Cant.ii, 10, 11, 13,
14 ; ct iv, 8.
MoisCs : Y todo d pwbb w i a lar vocer- y b r vesplan-
dores, y rl senido de la bocina, y el monta humeando : y
afewriea8os y crgitcrdos de pavolr se estuvidron h lo Igos.
diciendo tí Moiskr : Eh6lmes tu, y oirdmor : no aoe kc
ble el M o r , ru, u a que rnrrbaror *. Ac6, será todo d
contrario : porque el amor solo ocupeiá todo el lugar del
temor y pevor: I h la caridad no hay temor: nas la cm-
ridudperfscta achafircra el temort.
186. 8118, en aquel primer desposo+, fueron testigos
y uiinietros solamente los kigeles, ermidor para minis-
erio :acBI IJ~ el segundo desposorio serán ministros, tes-
tigor y pertícipee de la alogria y jábilo de aquel solemní-
ilimo dia, DO solamente los angeleo, enviados para minia-
'

te&, riw tambiea toda la córh del Rey, toda la @a y


celestial Jerusalén, que acaba de bajar del oielo B mkstra
tierra. Ad se entienden nateralmente ria violencia ni ara l
tifioio alpw aquellas palabras del epitalamio, 6 Gdotiao
nnpcial : Mid,y acd, e a r de S*, al rey Saloda con
la corona, con qne b eonmó m madre si, rl dia ch su
dssp~orio,y en el diu de la alegrh da sn corazon$
Por las cuales palabras w oofnprende al punto, no e&
mente el nuevo y festivieimo deepaorio entre los dos her- 1
manos, sino tambien la m e v a coronaeion, como rey peca-
i i i de loi Judios, de aquel mismo, por q h s m todas lair
cosas, y para quien son t o d a lar cosas§, que aoaba ¿e
llegar 4 nueetra tierra, dsspusr de haber recibido al t6ino(b

Cunchu ontem popnlna ridebu vocea et iampdee, et donitum


buccinae, montemqne fumantem : et perterriti, ac pvore concmi,
steterunt procul, dicentes Moyai : Loquere tu nobis, et audiemus:
-
non loquatur nobt Dominw, ne forth moriamur. Exod. u, 18
e: 19.
) Timor non cit in chritite : red perfecta cbvitui foru mittit
timoreme-1 Jwm. ir, 18.
1 Epdimid, et videte, ñiim Sion, regem Saiomonem in dide-
mate, quu coronavit ülum mater aua in &e derpone~tionisiili~~s, et
io di laetitim cordir e*.- &m#. iii, 11.
5 Propter qium omnh, et par quem emein.-ld H&. n, 10.
-
i Aecepto regno. &c. xix, 16.
EN GLORIA Y M A G B S T A D . l.35
ooronado del Padre, como Rey y SeAor de todo lo criado.
Una y otra corona (universal y particular) ña lee clara y
distintamente en las Escrituras. La universal es frecuen-
tísima en loa Salmos y en los Profetaa ; y fuera una cosa
vergonsosa el ignorarlo, 6 dudarlo. La\ particular se puede
wr en Idas, cap. u, en Am68, cap. E, ver. 11, en los
Salmos l u r v i i i y cxxai, y por abreviar, en el evangelio
de S. Lucas, cap. i, ver. 32. La particular de la esposa
misma de que hablámos, ee puede ver en todo el cap. v de
Barao. en donde entre o b Cosas se leep esas palabraa :
Te rodrcctá Dios aon.u* nicrnts farrado de just&, j
pmdr6 aobrir tu cabazíi mra b o ~ t i l l ode honra eterna.
Porqw Dior awatrar& ar r~plandorw tí, 6 todos liu
.
qua srtíin debqjo da1 cielo., +. Eetao palsbras suenan
muahísiio, y no hay r w a alguna para despreciwlas, y
mucho menos para acomodarlas á otra eeposa, de quiep, y
con quien ciertamente w ee habla oqui.

PARRAW V.
lW.Esta idea generol que aquí propongo de la mte-
l¡pnsia lit-1 9 gepaina ds los Can-, me parecs tal
hobiando eimple y $ n ~ ~ a m e ~ t eLeed,. ami@. con esta
idea todo este e w a p i i o d i v b , y me atrevo 15 arieguram,
que PO ballaréb núa cosa nlss oatnual, ni mee seguida, ni
mas oiara, ni mas conforme a laa megnificaa erpreaioaas de
los Profetar y Salmos, tambien de m ~ h a aes~riturasdel
u e v o testamento. No hay duda que os parecerán oscuras
y dificiles muchas coaas particulares ; ya porque no enten-
deréis loego al punto la significacion verdadera de l a me-
táforas, 6 semejanzas admirables con que esplican e s b
cosas particulares ; ya tambien porque deepnes de haberl-
eqtendido geaeralmente y ea surtancia, ao podréh oon-
íraerias con facilidad al misterio y tiempa de que hablámos.
Cfrcurndebitte Deu diploMe jutitie, et imponet mitiam cbpi(i
honoris ata*. Deus enim oetepdet aplendorem suum 4i te, om@,
qui anb cm10 est, &c. -Bar. v, 2 e# 3.
186 LA V E N I D A DBL MESIAS

Estas cosas particdares (que no son muchas) me tuvieron


tambien B mi no poco tiempo suspenso, 6 indeciso, hasia
que advertí, 6 empec6 B sospechar con vehementísima re-
celo que la espom, 6 el Espiritu Santo en penona suya
refiere aqui todo cuanto le ha s u d d o en los tiempos de
su ceguedad, de sns tinieblas, de su viudeq de su ea*
nlidad, de su transmigracion g diipersion entre todar las
naciones.
188. Por ejemplo, cuando dice cap. iü: hh ini k h o
(6 en ni apo~sirto)por los i l o c h bwgué al que aam ni
alma : b b w q 3 , y no le haü& (Dije). M6 lmatark, y
dar4 vueltas 6 la ciudad: por lar callcr y por plcreor
brrscard d que ama mi alma: & bwqué, y no le M U ' .
i Y no es cato puntualmente lo que le ha sucedido B a ~ t a
infeliz, desde que se le escondi6 por su incredulidad, 6
iniquidad el sol de justicia, y la dej6 en tinieblas? i No es
esto mismo lo que annwió clarlsiarnente su Mesias,
cuando le dijo : Me buscarkis, y no me hallarkis: y do&
yo ertoy, vosotror no p d i d venirt ? LOS que oyeron
estas palabras, prosigue S. Juan, decian entre si (y decian
la verdad sin entenderla): i A donde se ha de ir a t e , que
no le MZarknuM ? i querrb ir h lar gentes que e u t h db-
persas, y enseñar h lo8 g s n t i h ? ,j QwB palabra es arta
que dijo : Me bwcar&, y no nur halZarkis: y donde yo
d o y , vosotm no p d i s venir$? En otra ocasion les
dijo el mismo Sefior estas palabras, tomadas evidentemente
del Salmo cxvii: no me uerdir, hasta que digáis: B a
In lectulo meo [sive in cubiii meo], per noctea queeivi, quem
d ü i i t anima mea : qwsivi illiim, et non inveiii. [ D i :] Surgam,
et circuibo civitatem: per vicoa et plateas quaeraui, quem diligit
-
anima mea : quesivi iiium, et non inveni. Cant. iii, 1,2.
t Queretia me, et non invenietk : et ubi ego aum, vos non po-
testia venire.- Jtmn. vii, 34.
2 Qub hic i t u m est, quia non inveniemu eum? J numquid in
dispersionem gentinm iturus est, et doctunu gentea ? J Quin eat hic
mermo, quem h i t : Qnaeretis me, et non hvenietis : et ubi aum ego,
vos non potestia venire? -Jtmn. vii, 36 el 36.
EN G L O R I A Y MAGBHTAD. 187
dito' el q w oiene en e1 nombre del S&*. Eo el Salmo
crxri se les dice y notifica á este mismo propósito:
uaso eu para vosotros levantaros ántes de amanecer.t.
Y S . Pablo plenamente instruido en la verdadera inteli-
gencia de las Escrituras, dice espresamonte: que la ce-
e d a d ha vmido en parte á I s r d l , hasta que haya en-
tradb Eo plenitud de las gentes, y que así todo IsrdZ se
salvase. como esta escritot.
189. G i e la esposa refiriendo lo que ha pasado en
es- noches de en ceguedad, tribulacion y dolor: Me h-
Uaron los centinelar, que guardan la ciudad$. D e es-
tos vigfles, 6 centinelas, que guardan la ciudad, habla la
esposa dos reces y de un modo bien diverso; por donde
podemos sospechar, que habla de dos ciudades, y centine-
las, ambos metafbrioos, pero diversisirnos. i Cuales son
estos ? La historia, y la esperiencia cuotidiana parece que
noa loa muestran como oon el dedo. D e los unos dice :
Halláronme las guardias, que rondan la ciudad: me
hiriérm, y me llagáron : llmbronme mi manto las guar-
das de los nrurosll. Estos, segun yo pienso, no parece
que pueden ser otros que las gentes mimias entre quienes
está dispem esta infeliz : sean étnicas, 6 Mahometanas. 6
Cristianas. i Quién ignora, si sabe algo de historia, laa
grandes perseoucionee, tribulaciones, concusiones, cruel-
dades y barbarie, que ha tenido que sufrir esta triste viuda
en todm las tierras de su dipersion y cautiverio ? i Quién
ignora que ae ban verificado en ella plenisimamente tantas,

Non me videbit% amodo, donec dicatie : Benedichie qui venit


-
in nomine Domini. Mat. xxiii, 39.
-
t Vmum eat vobu ante lucem surgere. PI.cxxvi, 2.
f Quia caecitaa ex parte contigit in Israel, donec plenitud0 gen-
tinm intraret, et sic omnis IsraSl salvua fieret, sicut ecriptum eet;
-A¿ Ron>. si,25 e# 26.
Invenemt me vigiiea, qui cuetodiunt civitatem-Cant. iii, 3.
U Inrenenint me enstodes, qni ciimimeunt civitatem: percuese
mr me. et vuineravemnt me: tulerunt pallium meum mihi c u -
todea murorum. - Canr. v, 7.
180 LA VENIDA UBL MBSIAB
y tan c l w profeolos, que le anuncian esto mismo desde
Moi& hasta MalaqulPo? Todor lor que l a hallároa
(á, loa hioa de esta muger), #e los conaidron: y lo8 enumi-
migas de eUor dijeron: No lieauzr peocrdo: porque ello8
pecáror al Señor Aermosura de justicia, y a1 S&r eqw-
ranga de m p d r e ~ * . Eltu tribdacionea ea claro, 6
ianegable, que baa sido mayores y mas crueles entre los
Cristianos, principalmente en tiempos de ignorancia y bar-
barie, en que los onsiodee, ignorando el espiritar de lenidad
gw debk anisnarlor, se encruelecipli, mataban, quemaban
y palian mas fuego del cielo : pensando que h e e a rcr-
rioioá. Diort. A esto parece que alude k espoea de este
&tioo diciendo : los h ~ a 4de mi madre lidiácon cmtm
nbf $.
190. De loa o t m vigíies, 6 custodes dice bnioament.
que habi6ndaae enoontrado son ellos les preguntó : Vírteb
por ventura al que amo mi almas ? Se ve aquí la p m
p t a ; mas la reepaesta se desea. Se ve ~1encueuko con
los vigílee ; mas no se ven oonousiow, ni crueldades, aioo
por toda respowta un profando silencio. i Quienes p a e
den ser estos vigllea, 6 o ~ s t ~ d de
e e esta otra ciadad mete
fbrica? A mí ee me km 1 0 ~Rabinos, 6 doctores he-
brbos. A eetos diEe la eapoie (cap. iii) qne les preguntó
por BU dilecto, 6 les pidib notician ciertee del Mesias ; mas
no tuvo noticia, ni respuesto alguna determinada. i Y no
es a t o lo que pasa, y lo que ha pasado hasta el dia de hoy?
Por tante, conaluya droiepdo : Cuurodo buhe pasado de
ellos un poquito, Aalld al qw ama mi alma: yo le mí ;y
..
no le dejard. 1. Como ai dijera : despnes qoe vi, que mie

Omnes, qui hvenerunt, eomedenmt eoi : e8 horlei eonam dixe


runt: Non peccmvimw : pro w qubd pemwerapt Domino dewri
jnstitiae, et expechtioni ptnun emm Domino.-Jmem. 1, 7.
-
--
t Arbitnntes obsequium se praestare Deo. J m ,xvi, 2.
f Rlii matrb mem pugnavemnt contra me. C d . i,5.
Q ¿ Num, quem diligí? mima mes, vidistici ? Carit. üi, 3.
11 Paululhm c b peitransinsem em, inveni quem diiigit anima
men : tenui eum : necdimittam, &c.-Cant. iii, 4.
EN G L O R I A Y M A G ~ ~ S T A U . 139
doctores nada me decian, que no me daban de mi dilec-
to idea alguna clara, ni tolerable, segan las Escrituras;
despues que los deje, y desprecié como 4 falsos 6 igno-
raiitísimos maestros ; despues que en lugar de oirlos 4 ellos,
oi á E l h , el que ha de venir, y restablecerá todas las
cosasr,~y juntamente aon Ellas, á Moisés, y á los Pro-
fetas+, entónces, luego al punto hallé lo que deseaba:
cuando hube pasado de ellos un poquito, hallé al que ama
mi alma: yo le así; y no & dejaré ...
191. Sicon esta idea general se lee todo este cántico
M@, 6 todo este epitalamio (palabra griega, que signi-
fea lo mismo que h t i m 6 uerm mpCid:) si este se
oombina e a juicio y justima aon los Profetas y Salolos, y
aon otras no pooae y oiourae escntnras del nuevo Teeta-
PIW~~O; me parece cierto qoe no ce hallará dificultad algtuia
iaaccebibie en todo ata Ohtino de loa COnticos ; antes se
hilará todo facii y limo, deade la primera hasta la úitima
palabra. Lo c& no suoede, ni es faoil. ni posible que
riteda en todas cuantia ideas, 6 siatemae, 6 modoe de
peosu hasta aom m han imsginado sobre este Cántico, no
ciertaiaenb carnal, sino espintaal : no humano, sino divino :
4 b mal me pareoe aria& esta sola palnbra: no aántioo
de este siglo, 6 para este eiglo, sino del siglo venturo, en
ai o u m cielo y nueva tierra : deapnes qos el Mesías vaelva
del cielo 4 n u e s b tierra, despus8 da haber recibido d
..
núio. (ea gloria: y aagestadS.) Leed aora el S h o xliv
J lo tmteoder$is todo.
M#. 1 O c01~3taseoem m me quedan por decir, y
cuantes reflexiones bien importantes me veo preoiaado 4
omitir! &S, i no podrán suplir esta falia los lectores
doctos y sensatos? A estos me remito por aora ; pues yo
no tengo tiempo ni talento para tanto.
(Qui) quidem venturos at, et restituet omnia- Mat. xvii, 11.
t Moysen et Prophetae.- Luc. xvi, 31.
1 Aeeepto regiio.. . (in gloriast majestete).-luo. &, 16.
CAPITULO VII.

DIVISION DE LA TIERRA SANTA ENTRE LAS RELIQUIAS DE


LAS DOCE TRIBUS DE JACOB, JERUSALEN DE LOS PROFE-
TAS,,TODAVIA VIADORA, Y SU TEMPLO.

193. HABI
BNDO salido del desierto la muger solitaria,
como el alba al Isuantarre, hermosa como la lana, escoji-
da como el sol, terrible como urs egercito de e s c x a d r ~
ordenado.. .* como varita de humo de loa arómaa de mirra.
... .
y de incienso, y de todopolvo de p e r f u m e r ~ toda.. har-
. .
wwsa S.. apoyada sobre su anuuZ0 3.. habiendo celebra-
do su nuovo desposorio, oon otra nueva alianea, 6 pacto
sempiterno, con una solemnidad in6oitamente mayor que la
del desierto del monte Sinai, pacto, que inucrlídárou 1. .
habiendo ungido y coronado 4 su hermano y esposo, como
4 rey propio suyo, no obstante que viene coronado del Pa-
dre como rey universal de todo lo criado, &c. : se debe lue-
go seguir naturalmente, 6 dirémos mejor, necesariamente,
el cumplimiento pleno y perfecto de tantas y tan magnl6ca
promesas dcl Dios divino, y verdadero, fidelíaimo en todae
sus palabras, y santo en t o d a sw obras 8, que leemos
espresas y claras en la Escritura de la verdad : las cuales
manifiestamente no han teiiido hasta aoru, ni han podido
tener, segun la misma Escritura, su pleno y perfecto cum-
plimiento.
Quasi aurora consurgena, pulchra ut luna, electa ut aol, tembi-
-
ih ut cesttorum acies ordinata. Cant. vi, 9.
t Sicut virgula fumi ex aromatibus myrrhae, et thuria, et univer-
-
si pulveris pigmentarü Calir. Vi, 6.
1 Tota pulchra. - Can:. iv, 7.
6 Innixa auper dilectum auum.- Cant. viii, 5.
11 Pecturn, quod imtum fecerunt,- J m m . xxxi, 32.
In omnibus verbis sub : et aanctue in omnibua operibus anis.
- Ps. cxliv, 13,
L A V E N I D A D E L MEBIAB. 141.
194. Aunque estas promesas de que hablo, son poco
menos que innumerables ; mas en el tiempo y circaiistan-
cias en que ya nos hallámos en espíritu ; esto es, en el cie-
lo nuevo y nueva tierra, qne esperánios segYn rur prom-
'
sus*, Ias que se ofrecen luego inmediatamente 4 nuestra
connideracion, son estas .tres principales, de que dependen
6 se siguen naturalmente todas las otras, y que por esto mis-
mo son las mas oscuras (como dicen) y tal vez dijeran me-
jor, las mas repugnantes, las mas enemigas, las mas pejudi-
ciales al sistema vulgar.
195. Primera: la noeva diPision de la tierra santa entre
las doce tribus de Jacob, la cual no se ha visto jamás
nuwtra t i e r ~ . Segunda : la futura Jerusalén : no cierto
la que debe bajar del cielo 4 nuestra tierra, que ya consi-
derámos en el cap. vi; sino la que segun las Escrituras
debe eer todavia viadora, y como tal ciudad sacerdotal, ciu-
dad regia, y como la llama Jeremías, la princesa de las pro-
mncias.. . la señvra de las naciones t : capital y centro de
umdad, no solamente de las doce tribus de Jacob, sino
iambieo de todos ¡os habitadores viadores de toda nuestra
tierra. Tercera : el templo magnfficoy único en su espe-
cie de eeta nueva ciudad, y lo que en él, y solo en él, de-
berá hacerse en aquellos tiempos segun el mandamiento de
Dios mismo.
196. Estos tres pudos grav$3irnosJ de que hablan fre-
cuentemente los profetas (y de que todos tiran 4 pres-
cindir, temiendo la ruina total de su sistbma, sin atre-
verse no obstante 4 negarlos absolutamente, ni aun mucho
menos 4 impugnarlos directamente) estos tres puntos, digo,
debémos examinar en este capítulo con toda la brevedad
qne me fuere posible ; remitiendo para esto no pocas veces
4 los lectores, para no abusar de eu paciencia, B lo que so-
bre estas cosas y otras muy semejantes queda ya obaervado
en casi todo nuestro segundo tomo.
Seeundhm pmmissa ipsius expcctamus. -2 Pst. iii, 13.
t Principm pmNieiarnrn...domina gentum. - Wea.i, 1.
142 LA VENIDA DEL MBBIAS

m.U m mueva divbim de la tierra sada eotre lm san-


tas reliquias de laa doce tribus de Jmob, recogidas por el
brazo omnipotente de Dioe vivo, con gran&# piedader,
está anunciada dara y eepresamente, oon circunetancies las
mas individuaha, en la Escritura de la verdad. Esta nue-
va diviaion no se ha verificado hasta el dia de hoy: luego
debe verificarse en algun tiempo. Ia aoduaioe pareoe
inevitebb, si la primera y segunda proposicion son verdade-
ras, innegables, indisputables. Y no lo ron en realidad ?
198. La verdad de la primere proposicion la veréis WB
vuestros propios ojos, y la tocaréis oon vuestras propias m a
nos, si leía solamente el oapftulo Gltimo de Emquiel ; W
querbie entenderlo mejor, tomándole todo su gusto, empe-
zad esta lecciun desde el oap. xrxvi : hailarhis, sin poderlo
dudar, que todos estos treoe capítulos contienen seguida y
claríaimamente un mismo misterio general : esto es. la fo-
tara vocacion p convenion de lae reliquia de Israél, con
todos los sucesos generales, y mncbísimos bien partioulares,
que la deben preceder, acompaííar y seguir, sogun queda
dicho g probado en otras partes, espeoialrnenb, cuando ob-
iierváimos la vision de los huesos del oap. xxxvii. (Feq6menb
v, aspecto 4.) Conmida esta primera verdad, pasad ,luego á
examinar y wnocer la seganda. Este exámen, y este co-
noaimiento pleno es todavia mas facil : no es menester para
esto navegar al oriente, 6 al occidente : basta que os bagtSs
4 vos mismo esta simple pregunta, y atendais bien t~vaes-
tra propia respuesta. 1El oapítulo último de Fmeqniel (lo
mismo podréis preguntar de los doce que le preoeden) se
ba verificado huta el dia de hoy.? i Como ? 1 Cdaado?
199. Sabémos de cierto. a n mspeoha de duda, que 1s
division de la tierra prometida, que se hiao en tiempo de
Josué (fuera de la cnal no se ha hecho jamári otra) es in&
nitamente diversa de la que aquí anuncia y prescribe Eze-
qniel. Aquella, fuá como en círculos, 6 espacios diversos
BN a L O R l A Y MAGRSTAD. 143
y bien diitingaidoe entre el, en que únaa tribus tuvieron
mas, o- menos : unas se establecieron cerca del rnat me-
ditemaneo, y tocando aon 61, oúua quedaron no poco die*
t a n t b dei mismo mar : una 4 esta parte, otra 4 la otra del
Jordán, &c. MM la division que anoooia h q u i e l , es per-
feetamente iC;nal entre todm lai tribus : todas se estienden
oomo un cuadriioago de oriente P poniente, todos esta
ouadrilongoa parten desde cierta altura recta muy oriental
respeato del mar, y paralela oon sna playas, hasta t e h a e
en el mismo mar : todaa van como sonas, b fajas iguales
entre sl, pues P todas y 4 cada nna se les sefiala la misma
porcion de país, ewreptuando la briba de José por su8 dos
hijos Bfraim, y Manaaés : p q u a José (dioe el mismo Pro-
feta) tiene doMe d a * : el cual privilegio se le wmser-
vaba bada enames al petriaca JoA: la donaoion particit
hu que le hiso su padre poco aotes de morir : T e doy s e
h e tus hermanos una porcion t. Tambien se esceptúa la
tribu de b v L , 6 quien se le sefiah en Ezequiel doble me-
dida (&#& el ver. 8 b t a el S);no obstanta que esta
tribu jamas Wvo antiguamente, M podia tener eegun la ley,
a l p n entre sus hermanos, pues Dios solo era ea
@on.. . ...
Por Za ctrel M> tuvo L e w f porcion$ A todo
erto se debe afiadir, que en Ia antigua division de la tierra
promtida, la tribu de Jadé y de Beajemln, eren las mao
aiistiiles, por con+ente J e n i d 6 n y su templo. BBas
en la division be Eaequiel, la tribu de Jade y Jernaa16nb
q b d n en medio de todas las tribus, y la tierra santa debe
astenderse mas k m el awtro, h l a lua agoas de codra-
dicoioo ds Cadée5, para dar lngar B cinco tribu8 qne deben
establecerse al austro de Jndá, que eon las de Benjmfn,
de Simeen, de I d , de Zabnlon, y de w: todas he
e d m en la antigua division e m , parte septentrionales,
parte occidentales respecto de Jndá.
Quia Joseph duplicem funiculum habet. -Eaech. rlvii, 13.
-
t. Do tibi pertern unam extra fratres tuos. Gen. xlviii, 22.
-
f QESEI ab n m non hebnit L d pattem, &c. Deuter. x, 9.
Usqne ad quas contradictionis Cada. -E d . xlvii, 19.
U4 LA VBNIDA DEL M B 8 1 A B

W)O. Sapneatas eatm noticias cierta8 y sepraa, y o t m


clamejantea, que podréis ver en la misma profecía de
m u i e l , preguntaos otra vez 4 VOS. mismo : j todas estas
eosas, 6 alguna8 de ellas, se han verificado ya? Si todavia
teméie daros B vos mismo una respuesta cat&brice, consul-
tad este punto gravLs'imo con alguno, 6 muchos sábios de
vuestra mayor mtinfaccion, como debgmos hacerlo, segun
todas las leyes de la prudencia en caso de duda. Abrid
despues un espositor (digo alguno, porque ee de cierto que
en estos puntos de que hablámos, lo mismo hallaréis en
uno que en ciento) y despues de haberlo consultado dili-
gentialmamente, confrontadlo como debe ser con la pro-
fecía misma, y me parece 4 mi que con esta sola diligencia
abriréis los ojos, como un h&e b quMn re le despierta
ds rrr ruaiio *, y veréis cosas que os parecian invisibles :
mas, i cbmo ine~bles,siendo tan grandes, tan claras y tan
obvias ?
201. Os dirán unos eobre estos capitulas últimoe de
Emquiel cosas buenae, verdaderas, pfas y santas : mas si
lea preguntáis si mn estas realmente hablando, las que se
dicen y m n c b en la misma profecía, tengo por cierto
por mi propia esperiencia que habréis de esperar la res-'
puesta hasta el dia de la eternidad. Otros y los mas, oe
diráa oscurísimamente, que aunque todas estas cosas se
enderezaron tí la letra 4 la vuelta de Babilouia, en tiempo
de Ciro : mas en otro sentido mas alto .t, esto es, alegbrico,
se enderezaron principalmente á nuestra Iglesia presente.
Cbmo se puedan estiis cosas acomodar B nuestra Iglesia,
yo no lo sé, pues aun lo poquisimo que se dice, aun por
doctores ingenioslsimos, lo leo, y lo vuelvo á leer, y no lo
entiendo. Me parece infibitamente mas claro el testo del
profeta, que su esplicacion. Os dirán, en fin, otros mas
animosos (6 mas celosos del sistema vulgar) y aun tirarán 4
persuadiros, que todas estas cosas de que hablhmos, 6 las
mas de ellas no admiten sentido literal. Mas ¿por qué
-
Bicut vir qui suacitatur de somno euo. Vide Zach. iv, 1.
+ h senm altim'.
BN G L O R I A Y HAOBSTAD. l.45
no ? i Hay alguna cose ev la Eeoritura sonts, ni la p u d e
haber, que no admita. y que realmente no tenga sentide
literal? Si se me muestra alguna, yo abriré d ponto la
Biblia sagrada, y mostrando lo que primero ocurre. di&
con la misma animosidad, que aquello que leo, sea lo que
fnere, no admite sentido literal. - i Por que? Poqut, no
hay ramo alguna, ni la puede haber, para que unas COWM
admitan sentido literal (esto es, propio y genuino, como
cualquiera otra Escritura humana en a~al~quiera lengua que
sea) y otras no. Porque no hay razon alguna, ni la puede
haber, y por eso no se produce, para esceptiiar ii la volun-
tad, esta 6 nquella de la regla general cierta, segura, B in-
dubitable, establecida por los mismos doctoreri, y perfecta-
mente conforme a los principos de la rocta razon.
m2. Todas esta8 cosas de que actualmente hablámos (os
oigo replicar aunque con vos bajisime y que apenas w
percibe) no admiten ni pueden admitir sentido literal, pm-
pio y genuino, porque repugnan, porque contradicen, por-
que chocan, porque aniquilan, en suma, porque no se m-
ciben. i Mas este no coucebirse, a t a contradiccion, mto
repugnancia, en qué coneiston, 6 en que tiaalmeate vienen
ó parar? i Acaso BU que estas cosas de que hablámoa, en-
tendidas literalmente chocan 6 contradioen 6 repugnan á,
algun dogma de fe divina, 6 B alguna otra verdad ya cono-
cida, indubitable? i O qne no, Ciistofilo, 6 que no! Si
esto fuera, no digo yo cierto, pero ii lo menos probable,
con alguna probabilidad siquiera suficiente, todos los doc.
tores catblicos hablbran sobre estas coaas en alta y altíeima
voz, ó lo que es lo mismo, en tono de seguridad: así como
lo hacen, y con suma m o n en todos los puntos de dogma.
Todos nos dijéran. nos ensefiáran, nos m o s t r h como con
la mano aquella verdad de fe divina cierta 6 indubitable, 4
la cual se oponen y contradicen estas mismas c m de que
hablbmos. Todos se detnviéran en ellas, siquiera dos 6 tres
minutos, y no paaáran sobre ellas con taiita prisa; y, en
Puma, no omitieran las mae de ellas (tal vez las mayores
y mejores ; diremos mejor, las mas repugnantes al siatí+a
T O M O 111. L
+) o6ma lo k b n c'ierbameeb aail loa autores diha
dlfiims y m& litemle~,6 que se 11axhah con esto nombre.
208. Conque toda la dificultad y repugnancia cohsiste
ralametite en el sistema vul@t, sdbre el cual todos' p d -
d e n , y del omd todos perten como de un principio sólido
y finne. Alcese, pues, alguna vee este velo, y córrase sin
miedo elrta cuttiaa, y al punto desaparecedn todas Ihr
clifioultades, las repugnancias, las contradicciones ; y la
verdad de Dios que estaba cdbierta con este velo, y parccia
invíaible detras de su cortina, se ve ya clara y manifiesta
ean todo su esplendor. E l erudito y pio Cornelio Alápide
(que en la clase de los píos y erudito$; ocupa con gran razon
lino d e los primeros puestos) dice estas palabrns hablando
de la division de la tierra santa del capitulo Gltimo de
Ekeqntel : M m de quL modo se Aa de entmder esta divisim
de &cguiel, por suertes, y como se haga hecho, oringrsno
ü, esplica, ni yo me atrevo á adivinarlo*. Por lari
caeles palabras de este eruditísimo intérprete, cualquiem
aatiende bien, que todos hasta su tiempo habian prescin-
dido de estas cosas : niszglsno lo esplica : y yo añado, que
desde el tiempo de este sábio, hasta el dia de hoy, esto es,
en el espacio de 200 afibs, ha sucedido lo mismo sin novo-
dad alguna, niitgunci lo esplica, todoa prescinden, todos
hayen, como si el Espíritu santo hubiese mandado escribir
todas edtrle eo~ab,para que huyesen y presclndiedon de
ella9 los que Itie leen. Para esto, i qne necesidad habia
de escribirlas? i No estaban mejor ocnltas y escondidas eh
d aeaa de Dioe ?

204. El simple discureo que acabámos de hacer eobre


este primer punto, lo estendémos confiadamente 6 loe dos
siguientes. La ciudad capital de que habla Ezeqniel desde
el oap. xl, hasta el xlviii, es evidentemente la misma de
Quomodo autem hsec sortium Ezechieüs divlio inteliigenda sit
-
thctsque, nemo explicat, nec eqo divinare aurim. C m l . Alap. Mi
iop. %lt;U, Esech.
EN GLORIA Y YABBBTAD. M7
que hablm d todsa loa otro, PtoEdrw, y ripe que teda,
el santo rey y profeta David, y despues de 61, Iaaíaa. Ese
&dad de ba ProEdae m pvde ser la que oooeidfa$ma, ya
en el cap, vi bajada del oieb nuestrs tierra. La difemmia
er pdp&le, se compamn con mediana a h o h srbs
ciudades. S. Joaa da de la s q a todrrr lae reóales posibles,
Diee que ea raa ciddvd oompuaeta toda d e raetos ya m o -
ciiados y perfoctamemte bienareafnrdoa. Ewqoiel d
contrario da toda8 las señales posibles Casi como lae dss
los otros Profetas), de que la ciadad de q.e babla, se oom-
pom toda de viadorer, juatoe y sa~lau,sí; m w que no
bso viato la nime&, ni pesado por elb, S. Joan dice de
su ciudad : Y m vi t m p b en eüa, porqve el S&t Diai
Tabpodarato u el templo de ella, y el Cordivo*. &a-
quid el mntrurio, no a010 le pone templo 4 la ciudad de
que habla, sino 9ye se detime no poco en deaoribir proli-
jamerrte este templo con todo eu estructura, oon todas m
medidas, y con todas sus leyes, y con todas las cosas parti
C&B qde m deberán praoticar en él por 6rdeo de &s.
S. Jmo dios de su oiodad bajada del cielo 4 s w puertas ao
n r b cerrudar & dia: no habrir alli ~ i o c h a t . ~
Mas Ezequiel hablando de Ian puertos orientales de m
aiodad, diee ser una de ellas por donde entró la gloria del
Señor : a t a puwta tuth cerrada : no se abrir&, y hombre
c~opuarhpor ella :p r p el Ssiía Dios de IsrdZ ha sir-
trado por ella, y quedará cerrada para e] Pr¡nc+e. m
Principe mimio re sentará a ella, para comer pan delaate
del Señort. i Qué ideas tan agenas y tan contrarias á las
que nor da S. Juan de la ciudad bajada del oielo ! Otros
iZt templnm hon vidi id ea. Dorninus enim Deus Omnipotcnb
-
templam I i h r est, et Agmis. A'. a i , 22.
9 Er ponse ejus non clandentur per diem : aox enim non d?it
illk. -Id. fb. 25.
f Porta h a c clhnaa etit : non aperietur, et ir non tranaibit per
eam : quoniam Dominus Deus I s d ingressus eat per eam, eritque
eWc& Piineipi. PRnceps ipse ecdebit in ea, at comtdat pmem
conun Domino. - Erech. xliv. 2 et %
L2
148 L A VENIDA DBL YELilAB
machos diitintivon podréis facilmente advertir ea la can-
sideracion y confronto de una profech aon otra.
205. De esta ciudad de Ezequiel se habla tanto en otros
Profetas, que sena una oosa interminable el citarlos aquí:
mochos lugarea de estos quedan ya citados en varias partea
de esta obra, especialmente en el fenbmeno quinto y fíltimo?
4 los que me remito, y mucho mas 4 la Escritura misma.
Obsérvense por aora anos pooos que me parece conve-
niente apuntar aquí.
206. E n el salmo ci, dice: Temrán lar naciones tu
norrbre, Ssiior, y todos los r e y a de,la tierra tu gloria.
Porqw edijid.el S&r h S i 6 n P y será visto en su gbria.
Miró 6 la oracion de lor huaildcs, y no despreció el
rasgo de ellos. f i c r i b a ~ ea t a r cosm á la otra genera-
cion (6 como leen Pagnini y la pdfrasis Caldea, en la
áltima generacion), y el pueblo que aerá criado, ala-
bará al Ssñor: porque miró &da lo alto de su santw-
rio, &c.*
W .En el salmo cxxi, dice: Me he &grado en u t o ,
que.re me ha dicho .t.: eR bien digno de considemcion,
como tambien el salmo cxlvi y cxivii. h s cosan que se
dicen en ellos, y en otros no pocos, ni cuadran al tiempo
de David, ni tí la vuelta de Babilonia, como es clarísimo
por la misma historia sagrada. Por ejemplo : El Señor
q w edgca h Jerusalén, congregará lar dispersionss da
liraél$. En tiempo de David, Jerusalbn estaba edificada.
y no habia tales dispersiones de I s d l . En la vuelta de

Et timebnnt gentea nomen tuum Domine, et omnes regen t m


gloMm tuam. Qnia rediíicavit Dominue Sion : et videbitur in gloria
iua. Reapexit in orationeur humiiium :et non aprevit precem eonun.
Scribantur hrec in generatione altera [pro ~enerationenoeieima] :
et populus, qui creabitur, laudabit Dominiim : Qnia proapaxit de
-
excelso sancto euo. &c. PI. ci, b 16, wqus ad 20.
-
t Laetatus eum in his, q u e dicta eunt mihi. P8. cxxi, 1 .
1 Mificans Jemalem Dominua, diaperaionee Ia& congrega-
bit. -PI. cxlvi, 2.
BN GLORIA Y PAQEBTAD. 149
Babilonia, aunque se ediíicb de nuevo Jenisalbn ; mas no
ae congregáron las diipersiones de M I , ni se han con-
gregado hasta el dia de hoy, solo se congregáron alganos
pocos pertenecientes al reino de Judá.
206. En Tsalas hallaréis tantan cosas, tan grandes, tan
claras, tan nuevas é inauditas, sobre la futura Jerusalbn
d e que hablámos, todavia viadora, que os hará olvidar
esta solo profeta, casi todo cuanto hemos leido en los
demás. Leed 4 lo menos el cap. lx y lxii, sin espantaros
ni tomer demasiado aquellos sentidos, no digo yo alegóricos
sino puramente acomodaticios, arbitrarios y estremamente
impropios, con que hasta aora se han contentado nuestros
dootores, prescindiendo absolutamente del verdadero sen-
tido. En esta leccian, y despues de una atenta conside-
racion, yo os suplico, carísimo Cristófilo, que no cerréis
voluntariamente los ojos d nmi luz tan clara. Y a veis que
yo no nso áqul de reflexiqn ni de discurso alguno artificial ;
solo os convido B que leais por vuestros ojos el testo sagrado,
con todo su contesto.
209. En Jeremiaae hallarbis cosas bien particulares,
p d e s y notables. Entre ellas, reparad bien en estas
palabras que os pongo 4 la vista : Esto dice el S&, qus
da el rol para l d r e del dia, el órden de la luna y de
las estrellas para lumbre de la mche : el que turba el
mar, y suenan sw ondas, el Sefior de los eglrcitos es su
nombre. Si faltáren estas leyes delunte de mi, .dice el
Señor : entóncesfaltará tambien el linaye de IardZ, p a r a
que no sea nacion delante de mi todos loa dias. Esto
dice el S&: Si pudieren ser medidos los cielos 4ci4
arriba, d investigados los cimientos de la tierra &ia
abajo : yo tamóien deaecharh á todo el linaye & Isrdl,
p o r todas lan cosas que hiciéron, dice el S&r t.
Caps. iii, x u , x d , et xxxii.
1. H e c dicit Dominua, qni dat solem in lumine diei, ordinem
lnnas, et atellanun in lumine noctia: qui turbat marr, et somnt
Qnctaa ejw, Dominua exercitnnm nomen iiii. Si defecerint l e g a
htm c o m me, dicit Dominns : tunc et semen I a d l deficiet. ut non
m. Decis aqd pwipitadoPsde. qae i d o erb lo e 9 i )
ptib I h en ¡a vaelle de Bdkhh en tiempo de Giro. d.
la cm1 h n b b ; mas esperad un poco, que tadawm no BB
ha concluido el testo: leed lo qme sigue diciendo inmedia-
meste t&n interrumpir el aiiterio N ron kjciiera coi una
daba.
Re crqtri qw oisrsn br dias, d i a d Sníor, y será edi-
ad Ssfior hciwladdcsdrla twreds H a s w w l h t a
la pwrta d d riwon. Y rrW i ~ a alslinb
r lar norma h
&a medida tí su vista mbm el collaDdo da M b ;y dad
malta 6 Qocsta (b Gblgota), y tí toda el v& de lar c a d í
vera, y de la ceniza, y b toda la teligion de la mude..
liiura el torrente de Cedrh, y h t a sl r k mds la ptisrta
orientd de loe cdallou, el Santuario dsl Sáor: no m&
ununcado, ni &&ruido por uempre jamh +
211. Estas Iiltimm palabras pareoen la lleve propia y
m h d de toda eda profecía, aunque no aooa-
tantas otra que ie nos vienen B &a manos: v. g. Ja p u d e
estension que da Jeremías la ciudad de que habh, h
cual no tuvo jamás la antigua J e m d o ; p e a el monte
Calvario, el Garéb, los vdlea de las ecpukzoa y de lae
deni- donde m arrojaba la ceniza d d templo, todo arto
estiivo &empm friera, no dentro de tos m a m de Jerumléa
Esta diñcultad es tan grave, que todas la mnocan, y nin-
guno la resuelve.
212. Finalmente, por abreviar, leed todo el oap. .iii&
sit gens corain me, cuiictis diebus. Hac dicit Dominus : Si men-
suran potuerint celi sursum, et investigan fundamenta terrze dem-
aum : et ego abjiciam universum semen Israel, propter omnia, que
feecrunt, dieit Dominus. - J m . xxxi. 35,96 ef 37.
&ea diea reaiunt, dkit Dominui : et edificabitiir Dmt
no B turre H1
- =que i d portem anguli. Et exibit ulti.8 nor-
mam mensurae in conspectu ejus super coliem Gareh : et circuibit
Goatha [sive Qolgota]. et omnern vallem davenini, et ciireria, et
iiPiversam regionmn mortie, u q u e d t o m t e m Gedmn, et q u e ad
~ppulumpor& equorum orieetaüs, k t u m h i n i : n m e&-
k á a o , tePiurd4 pcieisnts qns m enuihi4 w o i w d w p a
de la vuelta de Bsb$onia, como wsab oioifeimameu(e Q1
mismo capitalo en varias partes, y aamo aioaano duda : por
ooMguiente, el reouno 4 Ir vuelta de Bebilooia y 4 aquella
JeroiolCa que se ediñcó entóncce, ea -it de angw
tia*, sería aqií muy fuera de pmpáeito. C o n s i d d ,
pues, estm palabras.
218. a t o dics el S&r de lor egsrcitor (6 el S&r!
Oarioipotente, como riempre lesn las 70 en lugnr de & lor
rgércitos). He uuelto 6 S i h , (6 volveré 6 Sián), y
rad en -dio de JemaUn: y re U a a ~ r áJIIvwldn k
uivdculdc la wrdad, y .el monte del Señor de los egdrcitaa,
.
m n t e santijicdo (6 ranto). . Si parecerá cvsa
aquel tiampo &?os $08 de lar reIiquicrsdccstepueblo, j w o
m

será dgail á mis ojos ?. .. H e aqoci yo solvaré 6 mi pu& (i


lar tierras del Oriente, y de las t i e r r a de1 Occidente. Yias
eorrdwir~,y rsoraráa e i Mdio de ~erusaidmt.i NOrep-
q u i ea laspalabi.os decisivas : de lar t i e r r a del Oriente, y de
im tierras cld Occidente? Ias pocos que volvieron de Ba-
bilonia, volvieron Gnicamente ds las tierras del Orieate,
mas ninguno volvib da km tierras da1 Occidente. Este BU-
ceso, que otros profetas llamabao : da .toda parter :& la8
polos de la tierra: de los cuatro vientos: del O r h i r ;
dal Occidente :del A q u i l h : del Austro: de los atremor
de la tierra, &c. : es evidentemente todavirr futuro : pam
loa intérprths dejando aquí 4 Babiloak, qas m pvede
acompafiarlo de Bnodo nlguno, reourren para decir algo, 4
la pura alegoría.

t
-
I n ~ngnatiatemporum. Dan. ix, 25.
H z c dicit Dominus exercituum [sive Dominna Omnipotena] :
Reversus sum ad Sion [seii revertar ad Sion], et habitabo in m s
dio Jeriisalem : et .vocabitiir Jerusalem civitas veritatis, et mona
Domini exercituum, monn sanctificatus [sive sanchis] ... Si videhitur
W c i l e in oculis reliquiarum populi hujus in diebus illis, znuipquid
in oculis meis difficile erit ...? Ecce ego salvebo populiim meum de
(erra Oriepris, .et de terra OccesBa solie. Et a d d u q m eas, e t habita-
bunt in medio Jemralem. - Zmh. viii, 3, 6, 7, et 8.
Y acaecerá: (Poagae el Mti)cut cao erab d
deion entre lar gmtm, carsa de J d ,y I w d I : ad oa sal-
vurd, y ser& h d i c i o n *.
211. Seguid la leccion de este apítulo hasta el fin, y
me parece cierto que no hallarúis cosa alguna veri6cada
plenamente hmta el dia de hoy. Y m Ueeprgis basta el
cap. xiv, hallaréis (en el v. 8, h u t a el j n ) otra lhve, 6
otra señal mas cierta de Ion tiempos de que le halda : v. g.
morarán en ella, y no uurán num unatsma : sino qw repo-
wr& J e r u d d n nn recelot. Asegaradme la verdad de
esta 6ltima proposicion. en cnalquiera otro tiempo pacado,
bpremnte, fuera del siglo venhro, y yo dar6 d punto lar
manos como m, 6 d e error, 6 de ignoranoia.
215. Le gran dificultad y Cuica que se opone 4 esta J a
rnaalén de que babkmos, y de que hablan tanto las Escn-
caras, ea el testo de Daniel (cap. u, ver. dlt.) qae dioe de
Jerusalén deatrnida por los Romanos, despnes de la muerte
y reprobacion del Medas : durará la dssolacior, h t a Ia
c o n s u d o n y el fint. Maa esta fínica dificultad queda
ya resuelta mas qne suficientemente, asl por la línea curva.
como por Iheo recta en el fenómeno de JeroealBn, d lo qae
nada tengo que aliadir ni que quiiar. Me remito h él en-
teramente.
PARRAPO IV.
216. Yo no i p m C~iatófilo,que estos don puníoa queaoa-
bámos de considerar, aunque gravísimos, no non loa que os
dan mas cuidado, ni los que os pare& mas absurdoil, 6 .
mas repugnantes en toda eata larga profecfa de Ezequiel.
La nueva division de la tierra nanta entre las reliquias de
las doce tribus de Jacob, y la nueva Jerusalén en medio de
Et erit : sicut eratie maledictio in gentibus, domua ~ u k a et
, do-
mus Isrel : sic salvabo vos, et eritis benedictio. - Zach. viii, 13.
Et habitabunt in ea, et anathemanon erit amplihs : sed sedebit
Jemsalem secura. -Zach.,xiv. 11.
f Et wque sd consummationem et finem pmerembit durolado.-.
Dan. U. 27.
dk, fueron n vuestro perecer de a l p n modo tolsiableci,
eri otro tiempo futuro, si no se a6adiese por el miemo Pro-
feta, y con la mima, 6 niayor olaridad, otra tercera : a t o
es. el templo que desonbe con una exactitud y prolijidad
tan grande, que parece nimia, y mucho mas lo que pareoe
que anrincia y aun prescribe para aquellos tiempos en aquel
mismo templo : 4 saber, algunos 6 muohos de los antigoos
sacrificios y ceremonias.
217. Eete templo (de& oumo temblando) este noevo
templo con estos augusto8 aacriñcios y ceremonias, si se
quiere entender esto, masentido Ziterai, tiene gravtsimos in-
convenientes, los cuales han obligado en todos tiempos 4
los doctores cristianos, B prescindir absolutamente de este
aeotido literal, sin negarlo, 6 impugnarlo directamente : y
podéis aquí afiadir con la miama verdad. que estos inconve-
nientes los han obligado, no solamente B prescindir del m+
tido literal, sino tambien de la mayor y máxima parte de la
profmía de Ezequiel, tomada desde el cap. xxxvi hasta el
Jviii, que es el áltimo. Mas, i p ~qu6
i tantos temores en creer
y esperar lo que el mismo Dios, Santo, y Veraz, y Fiel en
toda rus palabras, tiene anunciado y prometido para otro
tiempo con tanta claridad? i Por qn6 tantoa temores, 6
CristóGl& donde no hay que temer? Dios mismo dice coo
toda la claridad imaginable: eso será entónces con estas y
las otras circunstancias particulares. El hombre dice, aun
comíesando que qaien habla aquí es Dios mismo : esto no
puede saceder. , i A quien creemos ! Dura pregunta por
cierto; pero necesaria no pocar, veces en los grandes con-
ftictoa ea que nos hallhos'huentemente.
218. Esto no pnede ser. os oigo replicar, porque aun
dado caso que se tolere otro nuevo templo de otra futura
Jerusalén, mas parecen del todo intolerables los sacrificioe,
ritos y ceremonias antigaas, que aparecen como resucitadas,
y como restablecidas de nuevo en este mismo templo. Lw
razon de esta repugnancia (proa~guisdiciendo) consiste y
se furnia en o m verdad, a saber, que los aotigooa sacnfi-
aior del templo antigua de Jmudén, y aun t o d a lw qw w
S
ofiaaisroa al verdadero Dios, desde el justo AMI, k a el
t
juato N&, y d e d e eite bwts UoisBs, eatán ya reprobador
por Dios miemo, oumo que fueron todos usas meros figurq
del mcrificio de Cnoto ea la crum, el oud una ves consuma-
do, debibroa luego oeear y desapareoar del todo lee cosair
qw lo figurahn, &o. Paréceme que no podre yo repren-
derme con justicia de no haber compendiado íielmen@
rueitro principal, 6 Gnioo argumento; ó de no beberle
dado toda aquella luz y esplendor que pueda admitir. Mar
adelaate procurar4 darle eo cuanto me fuere posible aigun
poco de mas claridad.
219. No me me* por a- en cuestiosse puramente
especulatirar y disputa realmente inútilee oow los te6b
gos escoláeticos, robre los antiguos sacrifioioe, porque esto
no hme B mi propbsito: v. g.: i si est. sacrificios están
formelmente proibidoa en 1s ley de gracia 6 no? i Si estan
proibidoi por alguna ley divina positiva, eepresa y clara, 6
no? i Si solamente son proibidos por ley eclesiástiaa, y
par cual ? i Si desprieo que se verificó lo que figuraban,
e i b ei, la mwrte de Criuto en la cruz, qoedhron, no sola-
mente muertos, sino mortíferos, como pretendia S. Jeró-
nimo ; 6 solamente muertos, c m defandia S. Aguatin c o a
tra d mismo S. J e h i m o ? i Si la Iglesia puede alguna
res d~pensaren ellos por justa6 osusae, 6 no puede ? i Si
estas ju8t.e causni Ian babrá. ó podd haber en algua
tiempo 6 no? Como qice hay autorea por upa y otra parte,
h.h.todas atan cwtiones, J oúus eeaejaotes, me pare-
cen inhtiles respealo del amote qw *ora tratámos.
220. Como ioi mt6t.pretea y teólogos hablan iolamente
s e p a su sistema : ea deeir : como hablan solamente de la
igleeia cristiana, conaiderada desde la primera B la segunda
renda del mimo G e b r : c m o deapues de es& eeguodg
+enida del Befior en gloria y magestad, ao reconocen q u n
su &tema, otro tiempo ú otro siglo infinitatsente diverso
del preeente, 6 lo qw as lo mumo, atro nueva tiem, 6
BU W B I A Y M A 9 W T A P . , 166
ajelo; no obstante qme esperbm esta graa -ve-
U.como dice 6. Pedro, wyun r w pnm~sas*: no de&
i ~ w rmararilIar%o.qde qoe hallen eii todas estas cosas de
.que actaaimente babl4mos (como en tantair o ú w que ya
bemos considenido) grandes, é insuperables diñeultades.
LIpi loi, que w, beblámos del estado presente de la Iglesia
crietium qiie L temdo y tedr4 hasta la venida gloriora
del Sefior ; los que eeperámoa, s q r sus promesas, otro
estado diversisinio; loa que e s p e r h otro siglo, o í u
tierra y cidos nuevas, en 108 que mora Lr j r r t i c i a t ; y
e& m segun ptiestros id- =bit+, sbo solaaae&e
segun uua pr-5; 110 ballámorj repugnancia ni dilul-
tad a l a n a que no desaparezca al primer soplo 6 B lu p&
mera re8exku. Vanos por partes.

PARRAFO v.
221. Ea primer lagar se pregunta: i los nmcrifieia y
d e d a legales que por institucion divina se debiina ofrecer
d verdadero Dios en el templo de Jemsaiéo, ea1811 a b
iutnJaeete praibidw en la Iglesia presemte? &cm tDdw
tpe si ; y p coo bdos digo y creo lo mismo. Se pre-
ganta mas, i & @bidas absolutamede y para Mernpm
p s alguna Jey, 6 divina, 6 eclesiástica positiva, dineicta,
apresa y el-? Parece cieatlsimo q3e no: p e i ni de la
a t c r h de las Aptotobs, m de los cOaones de la IgleYs
eoPda tal ley. ni jamás ba habido asmidad de slle Por
itra peste d m o s m i toda certidumbre, q a e mientras
&m5 al h p l o de Jeruirle;a, #estoea, cemn de 40 año&
des(>- de fvnBado h Igl& mistiana. ius sacrifiwrs Iege-
les protiguiéron como aiempre sim wwedad algana. kn
Cristianos que vivion en aquella ciudad, y loa q,ue a a n h
rle fue- loa Apósblea mismas y ,ama el Bpodol le las
jedes e n h b a n f~eanentementee n oqrd b m p b , ano es
templo del mrbdera Dim y e- de oraaien: . o h e n
S e n m b prmnissa ipilíus -2 Pet. Si, 13.
-
.t In qaúbm juslith h a b i i . Id. ib.
$ SLZ(und& vUIS -
ipiiu. M. ib. 8 ct d e Im'.ka, 17.
l.66 LA VENIDA DEL MES1All

61, mistien ó los diveraos sacrificios, se purificaban, segui2:


la ly, y se conformabao enteramente sin escrúpulo alguno,
con lo que hacian todos segun la ley, &c.: lo cual no hubie-
ran podido hacer, ni hubieran hecho, si bubiesen tenido
alguna ley positiva en contra.
222. Pues i como están proibidos y soo ilicitos en n u e s
tra Iglesia los antiguos sacrificios, y demás legales del anti-
guo templo de los Judios? A mi me parece, amigo mio,
que están aora proibidos y son ilicitos, del mismo modo
qoe lo fueron en todo el tiempo que duró la cautividad
de Babilonia, desde la destrucoion del templo por Naboco-
donosor, hasta so reedificacion por órden de Ciro y Arta-.
je rjes. Esplicome.
223. Todos saben, y los Judios mismos no lo ignorau, ni
lo han ignorado jamás, que desde la fundacion del templo
de Jerusalén, por David y Salombn, quedéron proibidos,
é ilícitos, los sacrificios legales, instituidos por Dios mismo
en el monte Sinai, en otra parte fuera de aquel templo
individuo de la misma Jerusalén. Con que destruida esta
oiudad, y con ella su templo, debian por necesaria conse-
cuencia, cesar los sacrificios, y debia perseverar esta cesa-
cion de sacrificios, mientras este templo perseveraba des-
truido, 6 mientras no babia tal templo de.Jerusalen. Ad
aucedib puntualmente en todo el tiempo de la primera
aantividad de la Babiionia de los Caldbos ; asi ha sucedido
hasta la presente en la segunda cautividad de la Babilonia
d e los Romanos, y así debiera suceder eternamente, si
Jerusalen, y su templo hubiesen de quedar eternamente
destruidos. Mas esto no puede llamarse con alguna pro-
piedad, proibicion directa y absoluta, sino cuando mas,
indirecta y respectiva.
224. Despues que los Romanos destruyeron 4 Jerusalbn
y su templo, esparciendo 4 los Judios ácia todos vientos.
cesaron por consiguiente todos los smri6cios legales que
estaban aligados 4 aquel Gnico lugar. Y como esta d a -
truccion de la ciudad y su santuario debe perseverar segun
el decreto espreso de Dios, harta la anmmtdon y el
. EN G L O R I A Y MAGBSTAD. 167
&*; haeta esta consumacion y fin deberán cesar indu-
hitablemente los sacrificios. Mas si despues de esta grande
época se vuelve A edscar la ciudad y su templo, como
parece clarísimo por las Escrituras, y quedo suficiente-
mente demostrado ; en este mismo tiempo, del todo nuevo,
podrán volver sin repugnancia alguna nl mismo templo los
sacrificios legales que en él se practicaban, si acaso no se
opone alguna proibicion niieva de Dios, por la que maui-
fieste su voluntad. Y esta proibicion i la habrá entónces
6 no? Es indnbitable que esto no lo podémos saber por
otra via, que por revelacion espresa de Dios: es decir,
por medio de alguno, 6 algunos de aquellos intérpretes
ñdellsimos de la voluntad de Dios, por los cuales sabémoe
de cierto, que el mismo Dios ha hablado, y que son sus
Profetas. Si estos, pues, nos asegnran formalmente, en
terminos claros y precisos, que en aqnel tiempo, y en
aquel templo que tambien anuncian, no solamente no se
proibiráu los sacrificios, sino que se harhn con bekep14cito
de Dios, y aun mandato suyo, i no bastará esto solo para
aquietar nuestros temores, 6 escrúpulos vanos? i Queré-
mos acaso poner leyes 4 Dios mismo, y atarle las manos ?
2%. Asi como cuando Dios mandó los sacrificios 4 su
pueblo con ciertas leyes y ceremonias, y en cierto lugar
determinado, obligó B los hombres, no B sí mismo, que-
dando en plena y perfecta libertad para mandar otra cosa,
cuando y como quisiese; así del mismo modo cuando proi-
bib indirectamente dichos sacrificios, mandando destruir
el lugar único B que lo8 tenia aligados, los proibió B los
bombres, no 4 si mismo, quedando en la misma plena y
perfecltsima libertad, para volverlos mandar en el
tiempo y circunstancias que él quisiese : Dios mandó legí-
iifflcnircnteaquellas cosas ; nurs de modo que no se impuso
la ley á sí mismo, sino á bs hombres*. Conque cuando
Usqae ad consummationemet finem. - f i n . ix, 27.
.t. Deus legitima ille mandavit, ut lepm non aibi, sed hominibni
d.rd -S. A-. qucert. 36. in Jud
ordmb aguelbt~legales, no m obiigó 6 w qriitdos. Y
d o loa qaitó por juatisimas coasui, por qd qaer(iis
obligarlo 4 w volver B darlos ; y a t o no obstante, que 61
Mino lo diga y lo prometa por boca & los Profetas*?

PARRAFO VI.
226. No ignoro, 6 Cristóñio, lo que 4 todo esto rerpon-
dbin, ni tampoco ignoro los diversos modos sutiles, inje-
nioses, y tambien religiosos y píos cm que procur4ir pies-
d u aquí, 6 huir con honor del peeo enormísimo de la
aatorídad divina, que por otra parte respetáis, y no podbis
negar. Resp~n<lgis,pues, lo primero, brincando el sentido
literal aumiue con oierta edpeoie de deseonhrp, y aun
& raber S que mi 18 @e y prolija profecía de Eeeqniel,
aomo dgpnu otras, que parece que anuncian sacrificios
Iogaks p m otro hmpo futuro, de otra futura iernsalén,
solo miraron 4 la vuelta de Babilonia, y 4'aqueUa Jeruar-
lén y templo que e n t o m s se d%&, Mas yo reo qde
e r b sedtido que Ilamáb literal, no lo podéie seguir ni auri
sipie&&cuatro pasos, y vos mismo confes4ia ya tácita, ya
espresamente, que esta es una empreea absolutamente im-
posible, pdee se oponen 4 esta inteligeacia toda la historia
segrada, y aun vuestro sentido comun. Si fuese posible
acomodar d a s casae 4 aquella vuelta de Babilonia, con
esto solo estabe superada la grande y aun máxima dificul-
tad. Eo este caso no hubiera ramn algana para ponderar
taoto la gran dificultad y oecuridad de los nueve 6ltímos
aapltulos de Ezequiel, los cuales en si mismos eon clarisi-
mos. E n este cliso no habia para que recurtir 4 otros sen-
tidos, ni para que omitir lo mas, y aiin lo principal de esta
l e r p profeoia. En suma : j no e~plicar4algiino siquiera
este Mimo capítulo, esto es, como se ven&% en la vuelta
d e Babilonia, aquella tan clara y tan exaala division de
la tierra manta entre las doce tribus de Jacob? Esto 61-

Per oo prophetamrn -&&A. dii, B.


Bñ GLORIA Y WABBSTAD. M@
h e , ~esáa, rriepm io ccplitka, y podéis de& lo mimo
ow la coirmd vedad de lee oohd y aun de los dooe apl-
tdos osteoedbote&
22Vb Viendo, pues, negado aquí, y aun abeolritamente
d r m d o todo m u r s o 6 la vuelta de Babilomia, g estb por
vnestta eaprietlcia prvpii, y por vuestra propia confesion,
recurrir e i segundo lugar 4 la pura alegoría, paw 6 lo
meros demr a b n a cosa brillante que sea de edificacien.
Nos ampráia, es 4 saber: que ad h ciudad, como el
templo de Esquiel, uomo tambien todo c a n t o se atiaocie
y se prescribe en éi, lo tomó el Espíritu Santo solemente, 6
d lo mem prinoigalmwih como una sombra, 6 figure de
nuestra Zghia pitssente, y con esta figiira y boj0 estes
semejanzas, intentb principalmente anuuciar nuestra Igle-
nh, J lo que e& ella se babia de pmcticor hasta el fin del
msldo, &a. ; p a n lo que me citáis por tuda prueba algwnm
homilleii de S. Gregono comentarido 6 hkequiel. .Sí,
amigo: he leído eetaa homilias, 6 estos p a n e g í h dé
naestm Igldiri, y he hailado en ellos machlsimas oiosrir
buensr, pías é ingeniosas, oínceramente aoomodadns, y
Uenas tody de buenas rnoraüdades. Eeto mismo Le hallado,
annqne de divena manera, en la espoeicioa de S. Jeró.
nimo; mas hablarido la verdad, ni en uno, ni e i otro de
enter mLsimos doctotes se halla el profeta Eeequiel, ni su
p m f e c k Lo que dicen de tute hrga profeoía, no hay
duda qoe es daoto, bueno, verdadero, edificatiro; m m
del hiiomo modo indubitable qlie todo ello es may
ageoa de la misma profecía, é inmpas de contentar 4 quien
basca en ella lo que realmente anuncia. Esto mimo lo
reconooen y confiesan los mejores interpreta, y coa elloi
voa miemo, pues poco 6 nada satisfecho, ni de esta pam
alegoda, ni mnoho menos de aquel impraaticable recurso A
la vuelta de Babiionia, recurrís b l m e n t e al Último castillo
que os parece fortísimo é inespugnable : esto ea, a1 racio-
cinio. Argumentáis asi.
228. Los sacrificios legales, y todoa cuanto6 se ofreciéron
al verdadero Dios desde Adán hasta MoisBri, fueron figwoa
160 LA VENIDA DEL M E S l A l
del eacriíicio de Cnito en la cmc : lnego ver- d e
sacrificio figurado por todos los que le precediéron, d e b i h
estos cesar del todo, y quedar no solo inútiles, ano gios-
criptos, B ilícitos desde entónces para siempre*; no pu-
diendo j a figurar como futuro, sin una insigne meniira, lo
que ya no era futuro, sino presente, 6 pasado, 8cc. A e&
terrible argumento (que aai ha parecido 4 muohos) yo
respondo brevisimamente con estas dos piegnntaa. Pri-
mera : i los antiguos sacrificios legales, 6 no legalea, fuev
ron solamente figiuas del saori6cio de Cristo en Irr c m , y
nada mas? Segunda: ¿lo que fué figura de una cosa
futura, no puede jamás en n i n p caso quedar vivo, 6
coexistente con lo que figuraba? Tan falso parme lo uw,
como lo otro.
'239. Cnonto 4 lo primero : si leemos la hutoria sagrada
y las historias de todas las naciones, no hallémor oha
origen de los sacrificios, sino la intima persuasion del
hombre de la existencia de un Dios, y de su dependencia
total de este Ser infinito que lo habia criado, y de cuya
beneficencia recibia todo cuanto tenia. Así se ve, que loa
eacrificios empezaron con el hombre, y Dios los recibib con
agrado siempre, mientras naciéron de aquel pnn&pio : esto
es, de un corazon simple, fiel, agradecido, religioso y pio.
Dios, como iiifinitameute grande y felicísimo en si mismo,
no tiene ciertamente necesidad alguna de los obsequios y
sacrifiuios del hombre : i Por ventura (dice por David)
comerk carnes de toros ? i 6 beberd sangre de -&a da
cabrio? Si tuvikre hambre, no te lo dirk :p w q w aia es
la redondez de la tierra, y ac plenitud-f. Mas el hombre
siempre tiene obligacion y necesidad de obsequiar 4 su
Diin, y darle sefiales esternas de su eniera dependencia.
;,Y de qaB otro modo mas simple y mas natural podia cku
esta* sefiales esternas, sino ofreciendo sacrificios e3 honor
Uaque in seternum. -Mnkrch. i, 4.
t I Numquid manducabo carnee tanromm ? ( aut sanguinem hii-
cornm potabo ? Si esuriero, non dicam tibi : meua est enim orbk
tem, et plenitud0 ejaa. - PI. xlix, 13 el 12.
= N GLORIA Y HAGESTAD. 161
y culto de Dios, 6 haciendo sagrada algnna parte de lo qae
recibia de m mano !
280. Es verdad, i y quién puede dudarlo ? que los anti-
guos sacrificios, fuesen 6 no con efnsion de sangre de ani-
malea, y de estoa no solamente los que precediémn Q la
ley, sino tambien los que ordenb Dios B su pueblo coa
oimtas leyes y ceremonias, nada tenian, y nada obrabas por
el miamos, 6 por m misma naturaleza *, como se esplican
los eecoiásticos; todo su buen efecto dependia de la fe,
piedad y sincero eorazon del oferente. Aai dice la Enok
tora : nirb el Señor á Abél, y á s w presentes. Maa 6
C a k , y ií uus presentes, no miró-!.. Y esto j por qué ? No
cierto por le diversidad de ofrendas y sacrificios, sino por
la diversidad de corazones. Aun en el templo de Jera-
salbu, nos dice la hiitoria sagrada, que unas veces aceptó
Dios, y di6 muestras bien claras de serle agradables los
sacrificios que allí se le ofrecian, como en los tiempos de
Salombn, de Ezequías, de Josias, de Nehemías, h.: y
en otros tiempos di6 muestras claras de todo lo contrario.
231. De aquí se sigue 4 mi parecer, que los sacriñcioe
aon que antiguamente se le daba culto esterno al verda-
dero Dios, ast antes como despues de Moiees, no fueron.
solamente figuras, ni fueron instituidos y ordenados hnica-
mente para figurar, 6 signiñcar, 6 anunciar el sacrificio de
Cristo en la cruz; sino tambien y primariamente para otroe
fines justos, religiosos y pim, y en aquellos tiempos neoeaa-
nos. Si solamente hubiesen sido instituidos para figurarel
sacrificio de Cristo en la c m ; lo primero: Dios hubiera
revelado este secreto 4 alguno de sus antiguos amigos : v. g.
á N&, 4 Abrahan, 4 Moisés, 4 David, 6 4 alguno de 1-
Profetas; y en este caso nos quedáran en las Escritara~
siquiera algunos veetigios olaros é indubitables de esta iris-
&ion y del fin ánico 4 donde esta se enderezaba; los
Sive ex opere eperato.
f Reapexit Dominua ad Abel, et ad munera ejua. Ad Ciin,verb,
-
et ad mnnera ülius non respexit. Gm. ir, 4 e: 6.
T O N O 111. M
.rler r d g i # clsior Q imlabitible~m bmsan y no re
bollon. Lo iiegusdo y primipnl : eu este craso lea aotipw
wxikior siempre hubiema sido aceptor d Db: siempre
lar M i recibido y agndBdoee en elior, por lo que figo-
h, auaque le deeagtedare por otra parte la iniquidad 6
indignidad de los oferentes. Por conmguiente, m, habíem
eicLo por úrrlm: i Qtdrne airve 6 mi la mnch.edw& &
...
wmtaw r d j c i o s ? harto ssiey. No quiciu, h o b
1
.ocrutor ds carnstor, ni ssbo de aninrolsr grwaou, ni m g r e
ds.beccnror, y L coedaroa, y & mcwhos & wbrio.. A% .
o-ir mm racrrP& en vaso: el incienso es abomi~s-
don para de. Y cierto qae m dijo esto Dios del #a&-
ñbiv del j h Abél, ni del de No6, ni del de Abraha, m
del.de bíelqakideo, lb.: entes dice la Escritare, Beblando
M sacdhio de No6 : díó el Señor olor de ~ m ' d a .t. d :...
y la I g k en el &m de la misma misa ora d Dios que
l
seepte aquel sacrificio: asf m o aceptarte (le dice) las
doma &elj w t o Abdl tu aiervo, y el mmijicio de n w t w l
patrUrw A b r a n , y el que be ofrsoió Hwlquissdec tu
ruma Socsrdote, &c. Por todo lo cm1 (y por oíras
rcisones no tan inmediatas, que omito por no alargarme iw
ddilmente en ea esgücaeioa) yo tengo por ciertísimo coa
8anb T o d , que el fin primario 6 inmediato de la insti-
tttoion de lo# mtiguos sacrificios, fue el culto divino y la
dmaaioir de nwstra mente a Dios s.
No por esto niego,
-tea cwfieeo con todos y con el mismo Santo Tornáe, el
otro 6n eeouodario B indirecto, que fu6 la significecion 6
¿ QuS mihi multitud0 victimnrum vestranim P.,. plenus snm.
Holorausta d e t u m , et adipem pinguium, et sanpinem vitulorum,
et a p o i a m , et hircorum nolui ... Ne offeratia ultrh saerificinm

+
-
ñPiLi$: immmrn nbominntia est mihi. Imi. i, 11 et 13.
Odomtunqire sat Dominas o d o m m~dbtis.- Qm. viii, 41.
habere dignatua eat munera pueri tuijueti Abril,
f Sicuti a c ~ p t a
et sncrificium Patriarchse noatri Abrahe. et quod tihi ohtulit sum*
-
mus Sacerdos tuus Melchisedec. Ez Canon. Misris.
Ut Deuu coleretur, et mens offereatili onlinaretnr nrl Deum. -
&v. !i!hom. l. ii, p. 102, art. iii.
@um d d d d e Crirda en ia pmwreate b:h&
eyuesa en h.BsERtura mima*. ,8i algntiu no obtante
p e r r i i d h ~qa6 eilb.*0 &l e& prb&
lo rente de Dias, y %q9e1 ai atmmdar(e, pos m pieme
s a t m en euQ &puta, m eeurm . m b b t a que inútil, pasi
pera mi pil.pbaito nade .importa.
2183. & segmdt pregunta m. eeta: i 10 qae f u 4 .
m
& una o- fotora, no puede jadás en niegmi c m perL
Ms ooeristir oon aquello mismo que 6gurabal Y o :no
U o en esto wp8gouncia algaaa, aitw me parete ama
oore biam obvia y bien fa41 de wder:; y aaigae.prdier*
producir aqul oe poeos ejemplaren (que no tardd:.maeho
e n apantar) me bada por aore el templo mismo de Jeioira-
h y sus legaba, 6 los saoiifioioi que eo 81 ae.ofreciah por
iastiiukn dirina el veuladero. Dios. A . q d ieqdo(desli
eoo todos) fOg figura de nneatra Iglesia. pmmute, y km
a d 4 que ~ en~él se ofreoian B Dwr, faerm figures d d
d c i o de CrietD e n la cm% Bien : yo caeo b iilermo,
y.10 teqo por indubitable ; maa ops todo eso, 96 de oicda,
que -te mismo templo, que tantos aglai bbia figmoelo
m u d a Iwi, soexistió con ello ya funda&, eatabie-
y.propegda en k, A f b y Enrepn, muy a m a dm -40
&os. Sb del mimo nodo, que aun habiendon, d a d o
pienisimamente el gcriñcio de CMto en la craa, loe d-
6ciie de aqaei templo ne cesan>n, sioo q ~ pP.oeigai&oa
s
Be oovedad a l p a ooi la m h solePi3ided, ..y eon l a
h a s . iummah~inltnidas y d a d m por el m-
Dios.
288. Dnéb sia dada, qne en. aquellos 40 a h s , ni $.
templo, ni ens saerifiaoa sigdcabaei.6 figurabas c o a &
guna futmn, pues L qae tador. sidos antes babien a;i@
6 ligarado, p no a a . futmo, sino peaente 6 pe-
d o ; por aosigmemte, ya errti 0-0 ii .no fuesen, $a.
todo .eso, d'qo 30; aqad.mismo tmpio qw taintee
& habia.6gud0, y ,ya no figaraba cosa futara, e x i d
set6arier : .era redme- templo de Dioe: sni ws ds
nroaion : loe Criatiem#i que tenien lar pri#oicu del u+
&u*, entraben e11.41, mbpn en 61, adorabeo en é i al wm
daduo Diw. Del obispe mismo Be J o s a k n , S. J&,
dioe su hietoria: 6 a t e s o b ia era peraitisb entrar al
Sancta Sanctorum. Si esto ea verdad, j d quk mtrribp
d templo este santo o b i i , si ya el templo era entónces
~CUEO si m faeae? Del mismo modo dieourri~os de los
d 6 c i o e . Lo que eetos habian i g n i b d o b figurado,
sstaba ya iaerihdo ple~sareste,y con todo loe &6&
prosigiiiho. siempre en bonor p oulto del verdeclero Di-
.&rotoque lw Remes dertruy6rpn.el bmplo; ni los C&
timos tuvieron jamhs eaorúpulo de oeistir B dbhoa e&
&ioa. A talo esto se puede atí& b que d i S. ulooe:
grsndo multitud ds lor ~aoerdot;,obede- tek
bias 6 h f e - t . Si estea sacei.dotas (6 aigwno de ellosi)
tenian &io, 6 miMstQrio en el templo, i. lo dejarían, 4
lo deberían dejar por haberse beaho Crbiiaoos? i Acaso
.diaiindaríeri .en el tea~plo,6 con Loe otros ewerdota po
<Aristiaws, que ellos lo eran ? Y A no lo dieimaleba~. lo
p d ciertamente lee seria ilíaito, j s e r i a privados d e
dabterio y aneojedoe del templo ? Nada de esto mi di*
el historiador sagrado, y parece iavenrsimil que no in&
algo, ei hubiera habido alguna novedad.
234. De todo lo cual, y de otras mil reíiexiones que ee
EPoil haoer sobre este asunto, me parece q u e podbmos cen-
doleir legítimamente, que ad d tempio de Jemaaién, wmr,
sus m@cios y demás legales, m> fueron solamente fiey-
m, 6 meras s i g m i i o n e a de lo .fntum, pues pudieron
pennaiieoer y p m m e m en su ser natui.nl (religioso y pk).
aun despues de Iiabenie limado entemnente lo que babiap
-do. Fuera de que yo no hallo repugnancia algano.
pi el p ~ a pm h b iiaBaaveeiente d e que tambin p m e
~eiea aquellos 40 &os, aun en caiidad de -6 no oi-
de muu todavia futuras, sino de cosas pmmntes y plena-
verifieades, como ~ c m d 0an.m
o premmh, y
mwtmndo otlmo con el dedo, así la ventad del fignrado,
oerno la W d a d de las figoias. Si todo esta pudo eip
W suceder, 2 por qué ~0 p o M saceder, 7 oüü
mapr alarid*d en otro tiempo?

S.
.Not e m h , 6CtieWii0, qae en este nuestra Iglesia
a& de k venida glorio=. del Sefior se hayan
de akeoer alguna vw al verdadero Dios los &itm
legakm de la antigaa : ni t a m p o penséis, por UD ado mo-
mento, que yo wy oapaz de avanzar tan mani%estaabaurdo.
LosfpioPetasda Dios que annwian tintaa veoes, y con tata
W d otra Jeninibn todavia futura y oiertamende da-
&m, otro templo (en parte, no ea todo aemejante d anti-'
p)y en eats templo afgoaos de loa antigaos aaedeies
(no tdue).; evidentemente no hablan de este tiempo, ni de
esb Igleeia preseate, ni de este &a de los hombres ; 6 en
d m a , no heblm de eeta tierra vieja, y cielos 6 climas viejos
en que me hallhmos desde el dilavio de Noú ; bablan 6ni-
eamnte de la tima y cielos nuwos, que esperiima segua
rus proine~d*: pues de otro modo w coritradijbrau entre
sí, y re maiarian unos 6 otror-1..
236. Ad como el aatigoo templo de Jeraaalén, y Jete-
seten misma, no pueden edlfiaarae, segun lm.Haciitnraa,
dea(ras durare este eiglo, 6 este tiempo de lm nacioaeie,
6 esta tiesa vieja en que vivímes. desde N&, sepudo
podre del lioage hoiriaw, h.;ad no hay gne temer por
a m &hos iiaoritlai ea el beapio de Jerusaién. i Qu4
@némos qae temer por aora, cuando sabemos de oierto, que
úern&n y sa templo p~~ d e s t r a i h ñ& Ea
e m m m m h y el$nS?
m. Be aquí ee idkm madhtameate fy eatD ea una
oerdderrr apología de ctmi toda los doatorea Cristianos que
b i s r s a i s a ñ o l r p r m f o c i , d m b e l ~ ~ vimtneldiade
,
: twiibfbile, d i o , rnmiñetttamente, q t e toda b a qw
eiyothios del @e y terribbe Bintistna dd km M i b
iQe,lao bao &ido otro +lo f.tiim, otro d i otro ee@
grande de tiempo entre la vemida gloriose d d Sefier, y
el juicio 6 resnrreocioo universal; ni tampoco por cona-
guimte otra nueva tierra y nuevo cielo, &., han tenido
tadsb rioumreaon pnm eepantaw W i e n , y tirm B buir,
6 púcindir de dsdo onaato leen en loa p r o h t a de Uos,
del* fatora, cb.sti Csiaiplo, de nus mmihioa, &a.
M a dssvadeaido ede .redadoro fantasma, 2 qeé
teaémem p que temer? i Quién mie ha pedido nPedro
dwiámen, 6 etteetro beaeplécib, para lo que Dios h d 6 no
hará, 6 p d r É hacer, 6 no, en otro rigio diverso, 6 a o4m
tbma del W o neeve, .cuyo gobierno no mn teca ? Harh
Dio$ míkmes todo wPnto quiiiiere, y todo con infinita di-
dbrla, q o h d y b o d d . Hará coma nueves) é m d b
LPetP el dia de hoy : d1ja d que ataba d a r d o en sl t m :
Hi qd, yo hago uuowcrs #& l u mas*. Hará eow,
que m lo+ioe cupacee aora ni oan de imaginar: y eotm
4e08s huá tsisbisn iadivkhmhate todas onmtaa ti-
an~eiad y prwietidse
~ para aquel tiempo p c n ? .&~w u
los Ptwfet as... en las d e 8 ea iqorible qw &a
fdie.1..
a891 Pdr oontigumte h a M en apneüos tiempos, y m
aquella noeoa.ti~na,ama ciudad llamada Jcxadéo, aapitnl
y m t m de bnide8, no solamente da lee doce tribne de
Jaoob, recogidas con gran& pie&&a, sino taabiea d e
todas las kibu, pueblos, y naciones d e todo noestro orbe,
como dirbmos 0 . ~ tiempo.0 Habla en eata ciudad capital
m W p l o dmguíh, oi mas ni menos como lo h r i b e
Eeequiel. Se depositará otra vez en aste noemo laaplo l
mi8ma ewe aagrsda dd ahtigno testamento, el bber-b

Et dixit qui sedebet in throno : Ecce nova f a c i ~omnia-Apoo.


xxi, 6 .
f Per servoa suos Propiiktas... @bus hfioadiálle .lst mcntin
-
Deiím. Apoc. t, 7, e) ad ATsb*. rf; IR.
y el altar qw 81~0~di6 sereafar, pw me 6wkn q w r #
qna ndió de f i * , en w a ooera del monte Wevo, pm.
*o: Que ddo#miocido el lmgw, h i a qu8 r m
Dim ka congregcwion del pueblo, y re le muutre propicia:
Y d h rnortrarb el Señor ata mar, y apareorr&.kr
q j u f a d dd señor, y habrá nube, umo se m n i f e t a b a
B M&, y d a m o apareoib 6 Sal& cuando pidd
qtrs el tamplo fuers r<urti#& para el g r d Diorf.
En soma i re vdvmán.1 ver en aquel templo, y bniaomeist.
si hablára oon mm-
en 61 (lo qrie aora tanto rie teme, o ~ n o
W), tí eober : algairos 6 .muchos de lea autigeor reo-
y Oerwnh.

2440. adoe J paro qué (m oigo repUoor últimamente) para


qu6 fin en erte nuevo tempb, ya Cristiano oomo w wpoae,
ertrw sntiqoíainaos aadicioe y ceremoeiaa de la antigua
J i a ? i Para que fin m ha de volver á oolocar en 61 la
micmia ama, el mimo taberohulo y altar que ae bim en el
deiierto, segun el nodelo, que á M o h ha ndo medrado
e~ al M a t e $ I 1 O Crietófilo1 esta pregrinta hacédsek el
E+itu Santo, m, 4 mi. i Qué quedis que yo sepa de &N
fiiies y oowejoa de Dios? Potque iquitía entandití h
menta del Señor 3 i O quién fd w cmqirro§? No
obrtaate, permitidme que oe diga coa lar palabras de C r b
ta: S i pvdde~mmw, todarkrrcasasron poribbr parar1
que c*w #. Si podbis oreer sinceramente todab ea- aoiu,
Divino reeponso ad se facto. -2 Mach. ii, 4.
t Qu¿d ignotus erit locua, donec congreget Deue congiellationem
populi, et propitins Bat : Et tunc Dominua oatendet hate, et appare-
bit m8jcsfasDomini, U nebcs erit, dent et Mopri rnrniftatnbatut, st
rient &m Womon petiit ut locua 8urcrifioa~)tarmrgno Dco, m d
imt.kt h . - 2 Meab. ii, 7 a 8.
f Secundhm .exemplar quod Moyn' in Monte monatratnm, ert.
Yide Exd. u v , 40.
-
5 ¿ Quin enim cognovit sensum Domini? Aut qub condliarhu
4- fait ?-A&m. wi, 34, e: aids 1 ad CM-.ii, 16.
a porsl cralcrc, -U ~OUWUB ~. a
i m t c r e d e i i d - ~ t ~4
'y otras ssmiejantw qrie Me alaran y espraau en h%ori-
tina de la verdad, no Mdie tanta d i t d en enten-
d e d ~ . Mas si q& primero entenderlb todae con ideas
elaras, si para m i l a s espiáis vedas todas coaf0mes, 6
no repugnantes 4 vumtro sistema, ea esta easo me p.rece
imposible su infeligencia. Por el contrario: una res
cddaa todas estas cosas, aun s2n entender los finea de
Dios, eata fe afmple y humilde, vendrá ya 4 ser como una
cosa fundamental, 6 corno un principio sblido y firme,
sobre el cual se podrá trabajar con buenas eeperenzrs ubre
la inteligencia de estos fines, 6 consejos & Dioe ; 4 lo me-
nos por medio de alganas rasonea de caogrnencia 6 de ai-
g0nm prudente8 congeturas. A mi ea me oficae nso que
me parece tal, y que voy luego tí proponer 6 vuestra eonsi-
demcion, dejando abierto el gran campo para que duanr-
ráis otras mejores. Vedla aquí.
241. Los anfigaos sacrificios que Regun las ;Ee&tairur
volver4n 4 aparecer en el siglo renturo, en la nueva tiena,
en el nuevo y 6ltim0 templo de Jemsalbn todavia futi~re,
no serán entónces otra cosa, que una nueva y sapientfa'ie
liturgia, inetitaida y ordenada por el sumo y eterno Sncer-
dote, Cristo Jesns. No serán, digo, otra coaa, que onaa
ceremonias, no solo tignificativas, sino claramente demos-
trativas, que debenín entóucea preceder en aquol solo indi-
viduo templo al sacrificio incruento de la haariatia, 6 6 la
cena del Seóor, 6 d le sustancia de la Misa. Y eato i para
que? Para que concurran alguna vez, m abrazen, 7.80
den bacuio de paz todae Iaa antiguas figuras con lo que
h a b i fignrado ;para que estaa figuraa se vean alguna vea de
cerca, y confrontadas con el original aill presentg se an-
tiandaa tdaa con i d e ~clame, y se admire J bendiga la
sabiduría iaMta de Dios en sa institucion.
242. i Qué tenbis que reprender ni que eatraíiar en eata
congetnra? En la liturgia presente, instituida sbbiamente
por la Iglesia, i no precede muchas veces la leccion d e
las profeclas qee lo anunciaban, 6 espresamente b en figa-
? i NO preceden muchas veces nueatro .eacpsapto
m c ~ maobis
o aatipaa y nmvaa, mos 6 me-
oeremo~
nos significatitan del mismo sacilficio? En la última cene
del SeEor, i no preoediem inmediatamente los lepies d
la iaszitaoion de la Eocaristía? i No instituyó Jetmcrieto
este saorameato admirable. dsspves de ohervcrda plena-
rilcnts la ley en la cena legal*? Paes i qn6 repugoaoeja.
ni qué absurdo puede imaginarse en qoe en aquelloa tiem-
pos, en aqod siglo, en aquel m10 templo m &esa 6 Dios
ei verdadero y sacn>eanto eacriíicio del onerpo y sangre de
Jasaoristo, precediendo los legales qoe lo habian figurado?
2 QuB repugnamia, en que el arca miama de la 6~1tig.a
a l i n m (donde se depositaron antigriemsate, no solo las dos
tablsri de piedra emritas con el de& de Diort, siao tambien
an vaso de rnanh, 6gw de nnwtro seoramento) i k a ea- .
tónces poro depositar y oonmrvar perpetuamente el mismo
mrameoto? i QnB repugnancia en fin en qile sevedique
en aquel tiempo, y en aquel siglo del todo nievo, todo
manto anuncia el profeta Eaeqniel con tanta diforian y
polijidad? Sj entósceu 00 m v e i k , i ooo~dopodré
ser?
943. Decís q d (pues todo se &e, y es menester ocnrrir
4 todo) que B. Pablo dice, 6 sopone : que el sacrificio del
ooerpo y sangre de Cristo d a r h solamente hasta que 431
venga : Porqw (son sos palabras) cucrntor vecsr c o d r e i r
arte pan, y bsbidreb &te d i z : anunciar& la -te
dd Ssiior, h t o que tmnga$. Luego denpues q o e 61
venga, ya no podd ofmmme 4 Dha esta sucriñaio de joa-
licia, y por consignien(e ni los antignoa legalee. Esta
pmpefia difiodtad se resudve faoilmente con solo advertir
la propia y genuina significacion del adverbio h u t a que,
esf en hase de los -os, oomo mucho mas en h m de.la
Escritura santa, v. g. : &tata ti mi daracha: Harta

.* Observata iege plenb.cibii in legalibw


-
t Digito Dei. Zhd. sxxi, 18.
f Quotiescumque enim mendncabitis panem hmc, at alimm
bibair : mortem Domini snnnntinbitis, donec wairt-1 ed Uu-
xi, 26.
p p m n g a 6 t u r a u n i g a r , p o r ~ d r t w p U . * . lha
palabras del Salmo cx, es ciertíaimo que no quieres de&
que despaes de estár puestos los onemigosde Cristo bajo wr
piea, eotónces el mismo Cristo dejará de estar sentado A la
dieetra de D i ; piwe esto d o n , 6 des~anso,á honor y glo-
ria debe eer eterna. En el mismo sentido dice S. Mateq
bablando de S. J o d : m - b i b á ru mugar. Y no la ooiio-
ci6 hasta gw ( a
p b w h&oprimogbito.t-. Y no obr-
b t e ea do fe divina lo perpetua virginidad de nuestro Se-
fiora : por ooneiguiente, el h t a qd, no significa aquí, ni
puede signiñoar, qae la cowcieie despues del nacimiento
de Clieto ; roda lRUlCtra la Eaffitwra lo que no .uosdió$:
ni el rsanto del euigelhta era otro, sino de& de Crisb
b que di- el h b o l o opert6lioo ;fd banwbido por obro
&Z b%pG.itu&do, y d dr mata Hinía VkqmQ
..244. Del mismo modo podemos deoir del h t a qru
mcga )( de B. Pablo. No qaiere decir que cuando venga
el Sefior faltará del todo el spcri6cio de su cwipo y nao-
gre, Pno k p b m e n t e que w faltara jom4s en i d o el ea-
pacio de tiempo, que debe mediar entre su institucion y la
reoidegloriom del Sdor. Eete es B mi piieoer, ni p d e
aer otro, el sentido l i t e d del testo de S. Pablo.

286. Volviendo ?ora 4 lo que decímmoi, eato er. d ia


aononrrenck que M6 podd ha& en aquel tiempo J
ea aquel rolo beniplh del sacrhio IncnieDto del ouerpo y
i e q m de Cristo. y de los aotigws legales, me pareoe que
veo siranoiada bien elarameirte a t a conoarrewiP en a l g ~ -

&de B d&trin meis: Donec ponam himieua taw, seabdam


-
pirdum tucimm. Pu.ox, 1.

-
1. Et accepit coujugem auam. Et non cognbscebat c m , dome
peperit filium suum p r i m m . Met. i, U et 26.
-
f Sed acriptura quod factum non ait, ortaidit. S. H v .
-
$ Concept\is eet de Bpfiitoi Bimctb, prta ex M d a Vigiw. fi
#.%lb. Goru-t.
-
(1 Donec veniat. 1 a¿ Cw. xi, 26.
,
PRIMERO.
946. En el mimo 1, leo eetea palbsrrs : Haz bim, SI-
íw, á S i h tí^ buena voluntad, para que M adi$quen
lw muros de Jerwalén. birtóacss w a p t t u h s40tl&ia dr
justicia, ofrendcrs, y holocaustos : entónccs pondrán robra
tu altar óacerrw*. i Q u é sacriíicio de justicia puede ser
a, qne aoeptuá Dioe jaoiamegie con lae obiaciooes, ho-
keeuetos y bgcerros, cuando se &quen lo6 mares da Je-
rus0len 1 La respuesta 4 eata pregooia os pereaod ab dodi
a primera vista no muy diíioil : a o obrhnte, yo la busao y
no la h d o . Digo que no la U, porque lo poquísimo qw
bailo &e eate punto particular, no lo entiendo, y alin me
inbteiigible. Por epmplo :para qare rs edi$qoiu
...
¡es nnrnrr dg J ~ M ( Ma t~o u: el tmplo qae b f d t a
~ ú n w crorplarás
8 ..
nterijiciu dc jwtisia. Erto M :E4
&#si0 que se origina h un h hjwte y pío t.. i Los
rporos Jenisalbo, ee lo mismo que m templo ! i El iracri6
cio que procede de un ánimo justo y pio, no lo habia awp-
tado Dios antes que hubiese templo ea J e r n d h ? h
sacrificios de animales, merecen el nombre ilnetrq da eecri-
%os de justicia? Otros penetrendo bien Irr grao difioaltad
juagan (4 mi patcter t e m e r a b e a t e ) qua estan palabras
be atúidikroi d Sahno 1, los oantivoa de Bebilonia. Y a
~ t s noticia,
t i de qué b i n a fidedigna le b i n h? Y iipa-
que esto se permitiese, ¿que wrificio de justicia o f t e s i
ioo 6 Dioa los que volviéron de Babilonia? El mismo qae
antes sin novedad algnna. Otros, en fin, y los mas ee aco-

Benignbfoc, Domine, in bons voluntate tee Siop : ut iedificen-


tw mori J e d e m . Tunc seceptabia eocríficium juetitie, o b L
tiones, et ñoEoeriiste : tune imponen: iupa dtaibtmum ritnioe. -
Pr. 1, 20 el 21.
) Ut e h t u t muri Jerudem : id M ,tcirrplim q u d si d a a t .
'PUW acce43bbi6 secrifleitimjudtile, &c. : id at, i~eiftic#unquod es
animo justo e3 pio proficiecetur.- Ybleqra.
37s ]LA VBHIDA DBL MEBIAS

jen aqd al iedoiso ordinario, que es la alegoría, diciendos


pam que se edi$quen los muros muros de ,Jerusalán..;
l
Elto ea, la iglesia de Cristo f , en la cual aceptará Dios al
sacrificio de justicia que' no puede eer otro que el que ?e
&en loa Cristianos. Aora, 1 los holocaastoa y becems
que se ponen sobre al altar de Dios deberán ser tambien
holocanatos y becerros alegbricos ?

- 247. Xn Ieaim, capituio sesenta, se dicen cmas tan gnih-


des de la Jerusaibn futura, que ea impasible leetltta con I

mediana atencion, sin formar una idea la mas sublime asi


de la gloria, 6 magni6ancia de dicha ciudad, como de la
jastieia de todos sus habitadores : entre las muchas cosas,
qae le anuncia el Señor, una de das es esta : !lbdo elga-
d o de csdar se rerogará para ti, loa carneros ds Na-
laioth serán pata tu servicio : serán ofrecidos sobre mi
dtm de propiciacion, y har6 gloriora Za casa dd mi áia-
qcstqd't... Deois aqui, que todo este capitulo habla en sen-
tido degúrico de las glorias de nuestra Igiesia presente, y
eri sentido anagbgico de la lglesia triunfante: y yo os Ter-
pondo, que no me opongo h estos sentidos ; mas en senti-
do verdadero, y propio (que es el que se llama literal, y el
que solo buscamos al presente) la profeeia habla claramente
con una Jerusalén, qae hasta ahora no se ha visto en nues-a
tra tienn, ni puede verse, segun las Escrituras, sino en otra
üerra nueva, 6 morada, que esperarnos oGgtrn sus pro-
mm.
TEROBRO.
268. En Malaquiae se dice : He aquí viene.. 1 Y quih.
r el dio de ru wmida, y qvidn ae parar&
pmdrú p e ~ an
Ut d i c e n t n r muri Jenualem : id eat, eccieeia Chrieti- Yidc
por.procedmr.
f Omne pecw ceder pongrsgd,ihu tibi, ariete8 Nabsjoth mi&?
trabunt tibi, offerentur ruper piacabili dtari meo, gt & ( q ~
-
tatis meae gloribcabo. ha¡.l., 7.
EN GLORIA .Y MAQBBTAD. 198
para minarle? Porqw á l rcrb conofuga derrctidor, y
coro ywba de batamror : Y se o e ~ t a r para
b &rretir, y
pata limpiar Irr plata, y pm>cará a los Gas de M. y
Iss @narh como oto. y como plata, y ofrrceráto rl Señor
rac&ior coajwrticia. Y aerh agrcrdabls d S&r el .r-
cwb de Jud& y de Jetwaltn, coma ha diar del +e, y
como lor & antignos +.No ignoro, Cristófilo, la intdi-
gencia tan oscura como violenta que pretendbis dar d esiaa
I
palabras, para aoomodarim del modo poilible B la primera
venida dl Se6or. V u e o h principal y único úmdamento
.que mueatra alguna apariencia favorable es eete : que J e
sucristo mimo hablando de S. Juao Beutbta, citó el pri.
aner vershulo de eete mimo cap. iii de Malaqulor, dicim
do espresamente que habla de S. Juan: Porque cate M,
de quien mtá escrito : S e q d yo muw mi Mgel ante t w
fas, que apa7qjar6 tu c&o & m e ds tí t.
249. A este argumento fundamental re responde : q q
Jesuctieto citó el primer versículo de este Profeta con su-
ma razon, y con suma propiedad p verdad; pues ea él d
habla manifieetamente de S. Juan Bautista. üsto i q u h
lo puede dudar ? Mas en eete primer v d c u l o j se habla
iíoicamente de S. Juan Bautista? Eeto és lo qne yo ni* ,
y lo que ae deberia probar y establecer s6lidamente -ter
d e ediñcar sobre este úoioo fundamento. Pues j de qu6
otro Bpgel, 6 envido e~traordioeriose habla aqui? Se
WJe,s d o r mio, mrrni6asta y propiarneote del profeta Eliau,
y de su mision todavia futura, y al misPao tiempo aunque

...
Rcce venit {Et quia poterit cogikre diem adventdr qjua, e:
quin stabit ad videndum eum ? Iprs mim quaai i@is codana, et q u b
ri herba fuiionum : Et redebit codana, et emundana aigentum,
e t purgabit ñlios Led, et colabit eoa qnwi nnnim, et qasni arpntum,
et mnat Domino otlbrentcr rreri6cia in jmtid.. Et p l m b i t D o n h e
aacrificium Juds et Jerasdem, sicut diea sreculi, et iicnt d anti-
-
qui. Mdad. fii, 1, 2,3, st 4.
1. Hie mt &, de quo reriptum &: Ecce slp mitto ingelnm
meum ante faciem m m , qni pmpenrblt viam tuam ante te.-&#
410, ct Luc. VEZ 4.
indhmb y d a r i a n e a b de lo mbim de 8. Jum h a -
tisti; el cual vino wme diee el evangelio; con el sspfritu, y
mrhod de E f he. S. Marcos empieto su evangelio con
i pmdiieacion d e S,Juan Bautista, para lo mal cita no s e
lrarente el te&o de Malquíaa, del que aora bablémos, sino
tambian e\ v d c u i o 8 del oap. xl de Isaíaa: Voz del que
cbirna en el h i e r t o : Aparejad el camina dd Seiior, en-
k a d en la soledad las S& de nuestre Diast. Eatn
sibs de S. Maroos del terio de Idas ee verdadera y ñei, no
irem que la dd testo del p r i veislculo
~ del cap. üi de
Ydquíaa, pues en ambos testos se anuncia la mhion de S.
Juan Bautieta (no cierto con el espfn'tu, y virtud de si
A, rino um el eqpíritu, y virtud de IUíae): así como es
oierb, que en ambos testos se manoia primariamente la
minion de mar, el c d veadr4 4 su tiempo, no en wpjritu
y virtud de Juan B a u t u t q amo este vino con el espfritu
y virtud de Elkzr.
250. i Y dudáis, Ciistb(ilo, que en ambos testos de Ma-
kquh y de Isaías, ae anuncian ambas miRianes de Elfas y
4s Juan ; del primero directa y primariamente, del segun-
doindirecta y woundaiiamente ? Leed todo el contesto de
u m y otro Profeta, y me persuado que con esto solo abd-
iáis loi ojos. El contesto de Malaquías lo acabhis de ieer
ea lo que sigue el ver. 1hasta el 5 : el contesto de Isatas lo
pedéii ver en lo que preeede y sigue al testo *calar
que cita S. Mame, que es el ver. 8 del dicho cap. xt
Bwta leer estos tres primeros veiriicoloa, para conocer al
ponto los tiempos de que habla a t e profeta directa 6 indi-
redamente; esto es, de 10s tiempos de la miaion futura de
Eiíae, y secundariá 6 indirectamente, de los tiempos ya pa-
sados de la mision de S. Juan, que aparecib en el mundo
c m sl.erpíritu y virtud de Elías $.

In epiritu, et virtuta Elite.- Ltce. i, 17.


+ Vox rlranthin ddserk> : Plinta ~ i a mDombi, rectos fireia in
eeütudine remitu Dei -15. - I d . xl, 3.
f In spiritu, et virtute Elite. - I,uc. i, 17.
Coiledaor, mwdaer, +lo &, d k medro Dio#.
Hablad,al coraeon da J m w l h i , y U a d : porqw, se
h e ~ s u a f b r , p s r d d a a s wmaldodr rec#iqde
IU narro dsl Ssfíw al doblepor todos sus pecados. Vez d d
qw clorci an el derisrto: Aparsjad el oamino del Sskor,
e d m m d en la soledad las sendw de nuestro Dios*.
25L En tiempo de S. Juan Bautista no se habia coa-
cluido la m.ücia de Jemsaléa (6 de'Tsraé1 de d a d e era
capital), ni ee le habia r d t i d o su iniquidad, ni habia,recí-
bid0 al doble por todos slrs pecados c p e a este al doble
lo sufre basta el dio de boy, y toda& sigue eie saber k t a
cowdo de& durar. Voz del que clama en el deuiurba,
&c.: se verificó ciertamente ea la miion de S. Jtwn, y es
v d c a r h mejor toclavia en la mision de Elias, por medio
de la cual aerh l l a d a Jemedéu, y todo lo que se oom-
prende bajo de este nombre. Se le bablaró entbooes .d
oorawni, y se le perdonará toda su iniquidad pasirda, oemo
qes ya habrá reeibih al doble por todos sur peoadoe.
25% Este pereoe el seniido mamfiesto y plpable de
esta profecía (lo mismo digo de la de Malaqdas, el oud
sentido lo ooofirmb espesamente el misma Jwucrida
cuspdo dijo babhodo de S. Juan Bautista: ya vino ElCar,
y .no b canocidron. a n t a hicidron con kl cuanto quisié-
ron+; mas para que ninguno eqnivooaae el eepkita y
virtud de Ellas con que vino S. Joao, como p r e c m r de
eu primera venida, con la persona misma de Elíaa, qoe
vendrh como precursor de la segunda, afiodib: Elfar en
v e d a d ha de wmir, y rertabhoerh todas las cosas 3 z aon

Conmiamini, censolamini, popule meua, dicit Deua vester. Loqui-


mini ad eor Jerusalem, et advocate esm : quoniam completa eat mdi-
tia @n, dimiera eut iniquitPs iiiiw : eurcepit de mmrnu Domini dupli-
cia pro omnibus peccatia suis. Vox clamantie'in deserto. Parate
Domini, re- facite in solitudine semitea Dei nostri, &c. -
rmi.dJ1, 2, et 3.

-
t Eiiw jam v h t , e4 non cognoverunt eum, sed f e c e m t ia eo
q\rrecnmq- vohoruat. Ma:. xvii, 12.
-
t Elia, quidem vmtunn emt, et restituetdom&, Id. ib; 11.
176 LA V B N I D A DEL MBSIAS 1
lo cual, proeigae S. Mateo, conooiéron los diecipuloi,';que
hableodo de Elíae, hablaba tambien de Juan: Entólrces
m w i i r o n los ducipulos, que de Juan el Bautista Zsr
Wia hablado*. kaí que el primer versfculo de Mala-'
qnias habla ciertamente de la predicacion de S. Joan, y al
miamo tiempo de la predicacion futura de Ellas : loa cuatro
r m f m l o s siguientes ya no pueden competer la los tiempos
de Juan, 6 B la primera venida del Sefiar, porque en estos
iiempoa no se verificb, ni se ha verificado hasta aora nada
..
de lo que anuncian : He apuC viene . i Y q u i h p o d d
psnrw (6 como leen los LXX, quién podrá resistir) en el
d k de su venida. y quidn se parará para mirarlo ? P o r -
que 42 ser6 conm fuego derretidor, &c. : y pur$cará h
Los hJosde Levi, y los ajnará como oro, y corno plata,
y ofrecerán al M o r sacrijicios con juetick. Y s w b
e , .t
a ~ ~ ' a d a b l &c.
265. Todas estas espreaiones parecen muy impropias, y
sgenaa sumamente de aquel modo dulce y pacifico, humilde
y ltaw, ,con que apareció el Sefior en la tierra la primera
ves, cuando vino en carne pasible. Entónces, kjos de
pmi6car B loa hijos de Levi, como se purifica el oro y la
plata, los dejó por la mayor parte en toda su inmundicia,
en la cual pereeveran hasta el dia de hoy. Entónces, no
ofreoiéron Q Dios sacrificios en justicia: entbnces, los
eacriíicios que ofrecian la Dios no le agradaban tanto como
en otros tiempos anteriores; y esto por la iniquidad y ma-
licia que abundaba casi universalmente en los hijos d e
Leoi, 8tc. Poned aora los ojos en la segunda venida del
Sefior, 4 la cual debe preceder la mision y predicarion de
Eiías: al punto entendéis con ideas claras todas e s h s

Tnnc inteiiexerunt discipuli, quia de Journe Baptiute d h e


-
eia. &t. d i , -13.
t Ecce venit ... Et quis potent
¿ cogitare [qnisferre potsrifj
diem Bdvenths ejue, et quin atabit ad videndum eumi Ipsa diia
qrissi ignii conflans, &c. : et puqabit íiiios Levi, et cohM «is
quesi aurum, et quasi argentum, et emnt D o e a off- d-
-
ei.in jurtitiir. Et placebit, &c. Moloch. üi, 1, 2,3,e# 4. .
EN GLORIA Y YAOBSTAD. 177
casas particulares, viéndolas perfectamente de aauerdo aon
todas las Escrituras: al punto entendéie cuando y coma
purificará el Sefior tí los hijos de Levi, como el oro en el
crisoI (esto es en los 42 meses de soledad y penitencia en
que las reliquias de Levi serán verosímilmente las maa
privilegiadas, 6 las mas atendidas, como que deben ser la
parte principal de la muger vestida d d sol: derramare
(les dice Dios) sobre vosotros agua pura, y'as pur)&ar&
de todas vuatraa inmunúicicre* : y en Isaíaa (hohlaPdo
inmediatamente con la ciudad sacerdotal y regia, deopwi,
de haberle anunciado su ruina) la consuela el &áor oon
eetas paiabras : volverk mi mano sobre tí, y acrisolar^ tu
srcoria h t a lo puro, y quitar/ de tí todo tu estlifio ...
despues & esto ser& llama& la ciud4d &l j w t o , la
ciudad #el+. Entónces, estas reliquias de Levi ya por&
hadas y aanti6cadas, ofrecerán B Dios (proaigne &da-
qiáas) sacriñcios en justicia$. Seria bueno neparar aqaf,
que el Profeta habla en plural sacri$cior y es cierto ; que
en ia Igiesia presente (6 quien se pretenda acomodar todo
ato) no ha habido, ai hay, ni puede haber sino nn solo
d i o , qae es el del cuerpo y sangre de Cciato: m a
en tos tiempos futuros de que habla eeta profecía, podrá
&en haber en aquel solo templo este sacrificio presaote
juntamente eon el antiguo, y uno y otro en verdadera +
í j c h Pbr todo lo cual, podrá en aquel tiempo decir la
antigua, y entónces nueva: podrá, digo, decirl al
esposo con toda verdad y propiedad, aqueUss paiabras que
yo man registrad- en el Chotico de loa Cántiooe: {m
y las añejas, amado mio, lie guardado par@tis.

E t añiind~msuper vos aqnarn mundam, et mnndabimini .b


o d b inqainamentia vestris. - E~ech.-vi, 25.
t E t convertam manum meam ad te. et excqnapl ad pumm
-m, ...
etaauferam omne stamum tuum post h a c vocabe.

$-a
-
ris &itw jmti, arbs idelis. Imt. i, 26, et 26.
-
aunt Domino offmnter deis in justitis. M&a. iii, 3,
-
p Ntm at veten. dileete mi, servavi tibi, CW.vii, 13.
T O M O 111. N
178 L A VENIDA D R L M R S I A B

264. (.oadayo erte punto oon ea paraje luminoiio del


mpienthmo a n w Antonio Vieyra, cuya obra miuiuaeiita
Del reino de Cristo y de Dios consumado en la tierra;
d ña he podido 1mr. En el 2 tomo, 9. si, trata difnee-
m a t e del tamplo de Eiequiel y do todo ouanto en él se
aauncia, y entre los seis modos que propone aobre la inte-
ligencia literal de mite templo, el tercem ea en sustancia
ei que yo aaabo de e o n g e t w . Es verdad que en su
aiatema 6 en el templo en que pom la veriñcacion de esta
gran profecía, eeto ee, muchos siglos antw de la venida
del Sefior, todos ~ 4 0 8SUBmodo8 son conocidameate iabti-
km, aomo que todos parten de no principio falso y absolu-
tamente improbable, mal es, que Jenualhn y su templo se
pueden volmr d edifioa anta de ia venida dei Seiíot, y
m*muchos si+ iotm de la mvelecion del hntioristo,
No obstiiofe, me puma poner aqai este pasaje, aaí para
que se vea e4 d c t e r , 4 ingenio de este gran d i o , oomo
íambid~1,porque mudedw solo los tiempos, hace admira-
blemente 4 mi propbsito.
156. A la ast.dad, d k , 4 qaih, duda, qua quitad<rbh
dvpijuucioa del futuro, pueden conurnir, y srtár junior
la Pgwu y lo Jgmrarib (lo mal c-nte niega)?
4 No a8 eerdad, que en unu mhma a a h p u d i h uene
6 un nriuu, tiumpo Aiejarrdro el Crande y su t e t r a ,
en una estatua de Lbipo, 6 en una pintura da Aplac t . ..
Del m h acodo no dudános, qw a d a & la colillMon
ds los k p o r , en SU tsrrrplo h í k o puedan juntom,
y estbr presuntos al saeriicio antiguo y al n ~ e v o ,~ q / ~ l
como ligura, y ede otre como #gura&. \Yh iu nraftcrrar
, qwr una esposa, qus está p a r a caearse, puede tener en
pieza á la persona da su esposo futuro, y la i d g e n
&E airmo, rejriendo h aquel todo su amor, y á esta
soiamnte la adwiraciw de h semejanza y del arta ; crs'
h Iglesia podrh 6 w, nrisrio tiempo connrvar en a@a
parts loi m i l f c i o , d. lo antiguú Iry, y 61 adorable
Sacramento dd cuerpo de Jmw ; &van& m aqcurbs
&riiCemmt~lÚr &nm y la r ~ u n & a ; y ~ c m d o y,
crclmade un &e lo verdad, y prwREia & .ir .acratC '
"o 6!9@SO8
266..DWí, lo qtn me acuerdo haber visto, Cetrisizdo
el año del &ibr de 3650,gobernando al Sr. Iuoc6~01'0X ,
Se levantó en Roma en nuestro templo de la Casa Pm-
fesa un amplíww teatro, para solemnizar con 'la mag-
nificencia que se aeostumbta, la idulgencia de 40 iorad:
aumentado ar pcrpctiva con fintiaos fuegos, como es
propio del arte :en el cual r~prcsentabaadmirablemente
el templo de Salomón. En su parte infetior era & ver
h S&6n mimad sam>cando scgun los ritos de su p&
h-ia, y siruiando, c m ministros, los sacerdotes y levitas.
En la superior sobresalía de en medio dc una n u h , ro-
I a d a de rayos por toda partss, el Pan verdadsro, qere
bajó de los &los, chagrado con el rito cristiano, al
cual solo, g;>lpeárdose.lo* pechos, L hinccrdas las ro&llas ,
adoraba profundirimarnente una inmennr multitud que
concurria del pueblo, ciudadanos, y paregritror. Nada
ciertamente 6s pudo jEngir 6 p m a r n r c ~bello. que eeta
imágen, para formur concepto del templo de Ezequiel, y
pura concordar los saerijfcim de aquella ley con la fe
presente de la Igksia, y con la ley de gracia. Porque
d f se veían juntamente &$gura y lo jgurado, el sol y
la sombra, un mcrijcio y muchos scrmjcim: a q d ver-
dadsrb: estos sombreador : aquel para el eulto y adwa-
cion ;estos solamente para pompa y para espectáerrlo.
259'. Aora, si en aquel teatro los sacri3cios legalss de
. Saih6n no w~ostrabanel sacn$cio de Jemcristo como
futuro todavia, sino como prejOgurado en otro tiempo.
pem presente ya ; ¿por quk no podrhios $losofqr del
mismo modo, sin que la fe peligre, dsl templo de Eecquicl,
y de rus saeri$cios? Pero tenemos aun otro mayor, y
rar f w t e g'ecaglo, 6i r e d 6 la ana misma do2
M o r ; pwqwcdlíenul,ainno~ulo,yenbrnirrcr
M, que fd el p*#iscr dtar de nueatro o*irtiano saeri-
~2
Pcio, no m10 se inmoló el Cordero Pscual, sino que fd
iiutituido el Divinisino Sacramento. En un mismo lugar,
y m ma timpo mimo sr juntaron d i lo $ywa y el
_1Sgrrodo, y la mnnbra da la kry onrigva cor, el nib
terio'mukvimo & la nueva, esto es, con el cuerpo d6 J-
cristo *,
258. M s i h q u d j n , replicar6 alguno, 6 para qud
wceaidod u t a conjuncion del cuerpo y de lu sombra, de
la P p r a y del jigurado? Ciertamnie será oportuna,
pwa qw p w aquella recíproca reprueat&r re hagas
por Úttimo patentes los misterios ocultos en aqwllav
J g u r a y sombras, paru que enteramente se mani$estm.
y para que con toda claridad se perciba y venere la idea
toda del Autor soberano con grande alabanza del mismo.
A la wdad. siendo caai infinita la variedad y w&-
lumbre de .kuc h r d lag&: hubimdo sido ordanu-
das todas para signgcar los misterios dc h' ley nusua :
y- habiendo Dios en ellas intentado -principalmente
- la
dicha signijcacion ;ciertamente pensaria con menos rec-
titud del oonrqjo y provi&& del Señor cualquiera que
juzgan, q ~ dnunca habm de reualarh pk-e. Pat-
que jqud COSO h y agenu de U- a~eate, digo
divina, rnas dc qualquiera que use dc la mzon, que imtC
tuir una ley entera con el$n de signi$car, y que ñur sig-
nifiuuiod hubiesen no obstante de ignorarse perpetua-
nsrrts ? Y o bien sd que da la tal signijcacion han =+,
bien ~ a r ~ n 6 bien t aen plenor connatarier, ya 1~
p d r u antiguos, ya otros vario8 interpretes, y can niayor
c t a c t i t d que todos el eruditúimo Rivera. i Mas ~ l r t a r
cosa huy en allos dijctles, cuantas oscuras, cuanta poco
coherentes, y muchaa veces repugnantes, y lo q w es mas,
todcir iñciertor y d a , cínno c e t u y c al j n ds b
* En tete lugar omite el P. h u n z a un testo de S. Pabb, qgs
w c e hacer en contra, porque el P. Antonio Vieyra, de quien mtá
tomado todo lo omba dicho y lo que sigue, deaata y eaplics coniple-
m n t e -te lugar del aportul. V a w si se quiere el original.-E.
I

EN G L O R I A Y YAGESTAD. 181
m n t e hnrcarna falible, y segun cada uno abmndo en au
p r o p i o sentido *?

' "Perro figumm, a í i p a t n m posw e o s v e ~ et


. a s e siP.1 f q u d
cemmnnitrr ]n- wbLta signíaatioas fotari, ¿ quh ambw?
a Wmne in , d e m simul aula aspecfirbüis m e potuit et Magnua
Aiexauder, et ejui eíñgies, ve1 in statua Liipi, ve1 in tabnia Appel-
lis?... Ie quoque in uno, eodemque templo et antiqua, e t p r a e n ,
iacrificium, illa tanqnam figuram, iatud tsnquam figuratum, mntst.
tamen conditlone temporia, conjnngi, et in&m p~slie,'noa'bubftsmm.
E t quemdmodum sp6naa futuri sponai imaginbm ipofsár p m n w
mtidke p00at, ti hune totum amsmm auúm nirnena, in ülim m&
db sstia, et sixnüitudinie admirathem; iteEccleeio, et ielplia
uEri6cia alicubi, et aacramentum corporirr Chriati aimul conaenme
poterit, in illia solem figumm, et similitudiinem-admimnn, in iato
sponsi aui pmsentiam, veritatemque suspicienn, atque adoraes.
Aio, quod vidiase me, memiui. Rehrrente ahno ÓaluCis
mb Inhocenh X 'extmctum tst Roma, fn templo n d r o bus-p)a
h a ,pro wlemniL.te quadrsgh8a .horamm, ea qua mdet
mtie, tbeatrum u n p i i i u m furtivie ignib, ut illiur a& M,
prospectum augentibus, in quo Salomonis templum mirificb repm-
sentabatur. In inferiori ejusparte, videre erat Salomonem i p s m ,
ministrantibus Sacerdotibus, et Levitia, ritu patrio sacrificantem ;
fn snperiori ver6 eminebat de medio n e b u h , circumfhsis undique
ha&, WUir veras qni de -10 deiccmliD, ohriatiuio ritn cewsers,
,rus, qwm solnm inmensa concurrsntb populi muititudo civium, e
peregrinorum de& genibua, et tunsione pectoris pmfundiesimb
mbat. Qua quidem rei imagine nihil illuatriua cofftari, aut fin*
potuit ad templum Ezechielie concipiendum, ejuaque legalio aa&-
* ficia c m 6de prsesentie Ecclesiae, et legis p t i a e concordanda. Ibi
enim dgurrr e t ORumtum, sol et umbm, anam sacnficium, e t mulh
murideia dmul viaebmtur ; h d v n i m , iata dnmbrata; ü Id 4
dtw, u ~ o ~ g t i o - , bla d p o m m tamtum, et m c u l a m .
, Q d m i m eo theatro sacrifick legaiia SalomonL non futururp
Chri~tisacrificium prrefigurabant, sed olim pnefiguratum jam prae-
'sena oatendebant : ¿ cur de templo Ezechielia, et ejua aacrificiis citra
nllmi fidei pertcuium in eundem modam pbiloaophari non licebit ?
ge8'majm Pdhac, et forttun hsbcmus exemphim, si mi i p a m -c
Domini recurramns; ibi enim in eodem c<enaculo, et in eadem
menea, qnae fnit chriM sacrificii primum altare, et A p s Pm
¿h& i m m o l a t ~est, et Divinissimum Sacramentum inatitutum
bdem loco, et tempore, et figura cum figurato, et umbra veteris
188 L A V B N ~ D ADBL M I S I A S .

l e c m maximo nwm mmtdo, boc eut, com corpore Chricti


conjuncta.. .
Seri ( quonum, dicet aliquis. aut qua operia neceasitate, ve1 pretio
bta cotpoiis. et umhrm, @reque, et figurati conjunctio ? Certk
ut ex ea reciproci repfmmntaiione k t e n t h in mtiquis umbrie, figu-
m q u e m y s t e r i ~mysteria tandem aliiuwhdo patdrnt, r penitxm
inaotesernt, et tot. supemi ratitieia idea cum malpis ejw h d e
psnpiciutilr. Biim rero eum mfinito propemadiim iit leguiium
-
csrremoniuum r r r i e b . et muititudo. et omni. ad uigni6anda nmae
mj8krir hatihato, ipaque eignificatio prtacipub iDeo intent8 ;
piofeto minus rectb de divino oonsiiio, providentiaqne sentiret, qui
n m q w r n ea plme rereluda axirtimuret. r Quid enim dknum
magia imente, non dieo divinq sed qairvis alia m t b h participe,
q u b legem i n t e v ad iipificandum hatituen, cqjus tamen nig- .
nifiuta perpetud ignomnds sunt? Seio, mrutir de eadem iigni6cu-
tione, tum ab antiqub Pitnbua, tum eb uüia interpretibua d
v i m , vel.plenir commentui'i acripts =e, et e d s i m h omnium
ub ernditiceimo R i m ; sad 4 qiuntu in m diffialis, quunta ob8cuii,
qunta pvhm aohasrenk, ec sarpe reprigpiiid., et q w d m- eat,
oPni.ineeits, et d u b i i tsnquun ab humana conjcctoir excogitmb
pmut ununquinque in suo ienm abundat, ubique diicordrnth t
P. TWR. lid. ii, C h .Propli. vdwn. ir, c. 11.
-
CAPITULO X

EL ILENDUO DE LAS GENTES.

259. ENTRE las grandes diicultadee, y embaraaoa que


bana casi 4 cada paso el sistema vulgar, uno de ellos' es la
resolncion de cierto problema, en que las Escrituras se ven
opuestas entre SS, pues hablando de un mismo suceso, unas
afirman, okas niegan: unes aseguren con toda claridad y
formalidad pósible, que la cosa sucederá infaliblemente :
otras aseguran con la misma formalidad todo lo contrario.
X o 'hay duda que esta oposicion y enemistad de unas
Escrituras con otras, solo puede ser aparente; pues el
Espíritu Santo no puede oponerse, ni negarse B si mismo.
Mas esta apariencia, jc6m0 la podémos conocer en el
siiterna vulgar? Ardua cosa me pides *. Espiicome.
!SO. Muchas, y aun muchísimas Escrituras nos ase-
guran en términos formales, claros, é individuales (como
pudiera pedir la mas rigida, y escrupulosa delicadeza) que
ha de llegar finalmente cierto dia, 6 siglo, 6 tiempo (tres
palabras de que usan promkóarncnte los escritores sagra-
dos, como que significan una misma cosa) en que toda
nuestra tierra, todos sus fines 6 thrminos, por cualquiera
rumbo que se mire ; todos sus babitadores, todas sus tri-
bus, cognacioaes, familias, parentelas, y aun todos sus in-
dividoos, sean benditos en Cristo ; todos crean y esperen
en él ; todos lo conozcan, lo adoren, lo bendigan, lo amen:
por consiguiente todos sean cristianos, y buenos cristianos,
unidos en una misma fe, animados del mismo espiito, y
oomo rioa sola m, aimpbe, B inocente bajo el gobierno y

Rem dificilen postulmti. - Cim.


direcaiondeun wb, pritor,b. Ved aquí come ea w
pato de vbta lJgPnea de wtaa Smiturua.
e61. Im primera que re preaenb P nuestra ooasideia-
&o COIZU) la mas antigua de todas, ea la promesa que bis0
Dios, y que repitió y conñrmó variaa veca 5 su fideüriirsa
amigo el justa Abrahan: &N ~i ser& bentfiior todos los
linager de lo tXnaf. Y en cap. xviii, ver. 18: dsbisnde
(dioe) w r BBNDITAS srr ¿l todas lar n~~1'0nee de la tier-
ra?. Y en el cap. xxii, ver. 18: en tu simiente SBRAU
BENDITAS t o h lar ncrcioius & la tierra S. Tenémos,
pues, aquí en buenas palabras, todas lis cognaaiones, 6
familias de la tierra benditae. 6 bendicendas en algas tiem-
po, en la uimimts & Abrahán: a t o es, en Cristo, como
eeplica S. Pablo 5.
. %B. Diréiis aqui, y decia con suma verdad, que todas
estas promesas, hechas al Padre de todos los creyentes, se
están verificando 18 siglos ha en las muchas gentes, m-
ciones y cognaciones de la tierra, qué han creido y obede-,
cido al evangelio ; 4 lo cual yo os respondo, que tea6L ra-
mn: afiadiendo no obstante una palabra que no podbin
negar: ea 4 saber, que todo cuanto se ha hecho en 18
aiglo~,ea todavia poquísimo, confrontado con las promesas
de Dios vivo, santo, y fideiísimo en todas rus palabras :
por consiguiente, falta todavia mucho que bacer, para que
. estas promesa lleguen 4 su entera y perfecta plenitud. Si
acaso estas antiquisimaa promesas no os parecentan grandes,
ni tan claras, ni tan universales, ni tan decisivas, pesémos
un poco mas adelante.
!263. E n el salmo xxi, que todo es de Cristo evidente-
mente, en que él mismo habla en espiritu, y segun parece
habla desde la cruz, pues habla de sus angustias, de e a de-

* IN m benedicentw univexuae cognationed teme. - Gen. xii; 3.


18.
BZNBDXCEND~
sint in illo omnes nationea tcrm. - Gea. XOUi,

~
semine tuo omner gen-
f BBNBDICP~TUR te=- a))l)..xxii, .
18.
5 Ad Gelat. iii, 16.
mmaue, de ea Bsenudez,d e s u llaga &J pies y sanor,&,
dice él mismo eetm pahbraa oamo noa eonseotmnoia m ~ e
iaris en dgnn tiempo .de ra muerte y gssioe : Se acorda-
rán, y w convsrtirh al &ñor todo8 las idrminos de &
t#rra: Y adorarán ea su presencia todos las fanrilias &
las genter. Por cuanto del Snior sr el reino : y 41 mume
ro erusiíoreevá de las gentes*.
264. En el salmo lxxi se dice de Cristo : damtirará de
mar 6 mar, y &S& el rw haata los tkrninos & la r h -
des de la tierra Delante de 41 es postrará# los de E t 6
pia, y ars mmigoa lamerán la tierra. Lo/ r y e s & Ta-
&, y hs islas & o f m d doncs: los re & Arabia, y
de 8abá & tmrhnprsrentea: Y le Z a r h todw la
reyes de la tierra : taEas las naciow le servidn.. . tódo
e l dia lo bendecirán.. . Y ser& bendita en . di t o d a las,
tribvr de Za tisrra: todas lor gentes le engrandecsr&n ...
y rsrá muy Uena de M magastad todu la tisrra: as' sea,
ori r w t . En el salmo l u x v , ee dioe : Todas los gentea,
m4atar hiciste, amad&, y te adarardvr, 96fiOr, y g1ori&
dám tu d r e $.
265. Eo Isdm cap. si,ver. 9, ae dice : porqae la timcr
utá llena de la ciencia &l 9cñw, arf corno las aguas del
mnr, qw la cubra s.Y en el cap. Ixvi, ver. '23: aen-
'* Reminiscentur, et convertentur ad Dominurn universi finen
t-.' Et adorabunt in conspectu ejue universa familice gentium.
Qiioniam Domini es; wgnum : et ipse duminabitur gcntium. PI. -
xxi, 28, e: 29.
+ Dominabittu b mari usque ad mare ; et A dumine q a e d ter-
minoe orbb terrarum. Coram illo procident flthiopes : et inimici
ejns terram lingent. Reges Tharsis, et insula munera offerent :
r e p Arabtim, et Ssba dona adducent: Et adorabunt eum omnes
r q p term : omnes gentes gervient ei :.'.. tota die benedicent ei ...
E t benedieentur in ipso omnes t i b u s te- : omnes gentes magnifi-
-
cabunt enm.. . et replebitur mqjeirtste ejns omnia terre : fiat, fiat.
PI. kxi, 8.9, 10, 11, 16, 17 e: 19.
f Omneii gentes quascumqne fecisti, venient, et dorebunt comm
te, Domine : et glori&&nt nemen tnum. -PI. lxxxr, 9.
5 Qnia repleta est terra scientib Domini, sicut q u e maris ope-
rientes. -1rai. xi, 9.
186 LA V E N I D A DUL MESIAS

CMt& cmns jdra odorrar ante.mi rortro, dice crl So-


**.
m. Ba Daniel cap. vii, ver. 14, 88 dice: diole la po-
tcsted, y la honra, y el reina :y todos lor p b l o s , dribw,
y leirgwt l s . c r u i r h 6 U... y Podes rsycs Is servirán
y ob6decstán .l..
%V. E n Zacarlas cap. xiv, ver. O, se dioe : Y el &hr
mr& d Ry s o b e todaha tierra : ea aqwl d k uno sdo
4 el 9&, y rnu, rolo wrh su nombre $. Por &revitu: .
er el & h e adainble Magngcat profetisa la samtíaiiaa
Vírgen entre otras ooeas esta: ae dida bicuurusrturada
tdas l a gew- s. Todo lo que ooocaerda perfe&a-
amote oon lo que.abaervlunoa en el bnómeno i : la p i d a
que habia W o ha atotua, se hizo un gran& d e , ¿
. h d i b LO& h tierra 1.
968 En todos eetbs lugares de la Eioritpra .santa y en
afiPs eemejsnlee que padi6ramor citar, se debe obrarvar,
b *mero : la gieneralidd, ó universalidad can qnk hablan
de todo nnmtra orbe, de todos siis ñ w s 6 &minos, de to-
das las gentee, de todas las naciones, t r i h e 6 paeblse, de
todas las oognwionse 6 fadliaa, sin emepoioe alguna.
2433. Eata misma observacion hace S. Pablo, sobre la p
l h todcu, del s h o viii, didendo : lh eaáo nismo de
haber somatido á dl l o d a 1aa cosa, ninguna dejb que no
* f w e soastida á LlQ. Lo casi como añade el miamo
Apostol, no habia encedido hasta su tiempo : g nosotros
Veniet omnh caro, nt Odoret coram faciemea, diait üomiius.-
Ird. lxvi, 23.
+ Et dedit U potertatem, et hoiranm, et regnnm : et omees po-
...
puli, tribus, et lingnss ipsi u e h t : et omnea reges d a n t ei, et
obedient. -.Dan. vii, 14 et O.
1Et erit Dominus Rex super omnem tenun : In dk iib eEit ,De
minus mua, et erit nomen ejus unum. M . - -
xir, 9.
Beetam me dicent omnea generrtionea. Luc. i, d.
1) Lapis autem qni pwcunserit sCatuam, bhui ert mona mqnus,
et implevit univcmm terram. -Dan. ii, 36.
Q In eo enim quod omnia ei subjecit, nihil diioisit non anbjectum
-
ei. Ad Hebr. ii, 8.
BN GLORIA Y MAGESTAD. .m?
podemos añad'i, que ni basta el nneatro : Mar aora aun no
veaos todas l a c o s a eornetidas tí dl*. Si todavia no v e
mos sujetas 4 61 todas las cosas ; luego deberbmos esperar
otro tiempo en que lo sean : Porque no sometió Dios h los
ángeles el mundo venidero, del que hablhnuhst,: dice el
mismo Bpostol en el lugar citado.
=O. Lo segundo que se debe obrervar, en los lngarer
de la Escritura poco ha citados, es, que no solamenteanuo-
emn la fe en Oristo de todos los habitantes de la ti-,
sino juntamente con la fe una jneticia universal, nunca vi&
t.ni oida m nuestra tierra. Las virísimea palabras y
espresiones de que usen los Profetas de Dioe, todo esto
menan, y significan obvia y claramente : v. g. : ser&n bm-
ditos todos los linagsr de la tierra S... le adorhn ...du-
.(( .
rán alabanza.. engrandscerhn 7.. toúo el dia b k u h
cirh.. . ..
le rerviríín y obsdscsrán-H. y en el aai-
mo cxliv. Rebosarán la abundancia de tu ruaaid4d, y
d t a r h n de contento por. tu jurticia #. i Con q ~ 6pala-
brar mas propias ni mas espreeivas se pudiera deroribiu una
justicia universal? Esta fe y juliticia nnivemal en toda la
tiorra, inundada ga de la ciencia del Sefior, arf c m las
agwr da mur, que la +m $5, es ciertúiimo, ouanto
puede estenderse esta pdabra oertidnmbre, que no se ha
vieto jamás en nnmtra tierra; antes se ha viato siempm
todo lo contmb ; luego m se cree 4 loa Profetas es pre-
Nunc antem necdnm videmue omnia mbjecta ei. -Id id.
t Non enim Angelis subjecit Deua orbem tem futurum, de quo
loquimur.-Ad. Hsbr.ii, 6.
t Benedicentur universse eogmtionas te=. - Gem. xii, 3.
() Adonbint. - PJ.M, 11, ct Jwr. iv. 23.
11 kPdrbnrit. - I d . s i r , 14.
-
T Mqpiñcabunt. PJ.I d , 17.
O* Tota die benedimt ei - PI.lxxi, 16.
ft Servient ei, et obedient. -Dan. vü, 27.
$1Mcmariem abundantire iuavitatb ture eructabunt : et jnetitili
Medtrbunt, &c. -PJ. clliv, f .
§# Sicut qus: iiiaris operientes. -Irni. xi, 9.
LA VBNIDA DBlr MLLR1A8

oiao d& y confesar, qite re ha de ver a i p n a vez. i D b


cuando? l grao trabajo, la grande
es, 6 mi Cristóíüo, s
é insuperable dificultad en vueatro &tema.

2irl. No podéis ignorar, Cristóíiio, que m u W p 8 doo-


torea catbiicw (antiguos y no antiguos) ban r e c o d o bien,
han oonfesado y soetenido como una verdad innegable,
este tiempo' feb, en que convertid- 4 Cristo todas lata
gentes.de todo el orbe, reinará coa él universalmente un8
fe, una religion, una justicia, una concordia, 6 paz univer-
'

mal : cada uno Lóqjo de su vid, y debajo de su h w r a . ..y


no habrá quien c ~ l s stemor*. Es verdad que mrichor
otros con S. Jerónimo, divisnndo oin duda en esto a l g a
gravisimo inconveniente para su Ustems, ni lo oonfiesan eca
presamente, ni tampoco se atreven espre~amente4 n e p -
lo ; y no obetante, cuando llegan P ciertos lugares do loa
Profetas, de los Salmos, de loa Evaugelios y de S. Pablo,
lo suponen así, y hablan bajo esta suposicion como si ti.
hubiese en. esto inconveniente alguno.
272. Aora bien : oste ti;smpo felicísimo, nunca visto m
oido en nuestra tierra, i donde ee coioca ? Sepamenta
debe colocarse en o1 aietema vdgar antes de la venida dsl
Sefior, pues detipses de esta no se admite espacio a l p a e
de tiempo. Y e n efecto así es. Unos lo bolocan anta
del Anticristo, otros detipues, y unos y otros parece que se
olvidan de tantas Escrituras que se oponen clara, espresa
y evidentemente 4 su modo de discurrir. Antes del A,nti-
aristo no puede ser,. segun la idea que nos dan los evan-
gelios, y los escritos de los Apbstoles, como vamos 4 ob.
servar: despues del Anticristo mucho menos, como queda
demostrado en el fenómeno iv : luego nunca.
273. Démos no obstante ,por un momento, como ,uno

Unuaquisque sub vite sua, et aub ficu sua... et non erit qui de-
terrest. - 3 Reg. iv; 25, et Mic. iv, 4.
R N QLORIA Y MACESTAD. m3
mera pe&isian, que este tiempo f e k haya de ser anta.
de la venida gloriosa del SeRor, y considerémos atenta-
mente las oonsecuencias legítimas y necesarias que de aquí
se deberán seguir. Primera : luego antes de la venida del
Sefior (6 sea antes, 6 despaes del Anticristo) se habrán ya
rmificedo plena y perfe'ctamente todas las profecha poco
ha citadas, p otraa semejantes que pudieran citarse. Se-
gunda : luego antes de la venida del Sebor ya se habrán
aonvertido 4 61 todos los pueblos, todas las naciones, todas
las congregaciones, 6 femilias de toda la tierra. Tercera:
laego antes de la venida del M o r se babd llenado toda
nuestra t i e k de la ciencia, 6 conocimiento de'Dios, a d
como están llenos de agua todos los lugares que ocupa el
mar. Cuarta : luego antes de la venida del Se6or ya ha-
brán sido todos los pueblos, tribus y leogoas y todos sus
iadividoos, no solamente CNtiauos, mm Cristianos exelen-
tes (entrando tambien ou este n 6 m m todos los Judíos) :
por consiguiente la converaion de estos no puede dilatame
basta el fin del mundo, como vulgarmente se piensa con tan
poca 6 ninguna razon. Quinta: laego antes de la venida del
üe6or ya batirá habido un sigla, 6 un tiempo determinado 6 in-
determinado; pero muy grande, en qué todos los habitadores
de la tierra habrán servido y obedecido á Cristo, y todos ha-
brán sido fieles, jostas y santos, que es lo que anuncian las
profeoias. Sesta finalmeote: luego en este siglo, 6 tiempo
MiE, ya no habrá en todo nuestra tierra m idolatría, ni '

supersticion, ni falsa religion ; ya no habrá heregías, ni


&as, ni escándalos, ni zizafia; no habrá siervos buenos
y malos ; .no habrá vírgenes pwdentea y necias ; no babrá
en la gran red peces buenos y malos ; no habrá en fin lo
qne el mismo Cristo dice y asegura tantas veces que siem-
pre. ha de haber hasta que 61 venga : lo cual siempre se ha
viato hasta el dia de hoy puntuaiísimamente vmificado, sin
faltarle ni un punto, ni un tildef.

Jota onum, rmt mua apex.-Mat. v, 18.


LA VENIDA D13L M E B I A S

PARRAM) 111.
2'74. Para ver 1.dificultad ea toda su 1- coafront$mos
brevemiente mae p d e d a a con otras, p vemos m pueda
mordame entre d, en el sistema vulgar, los Profetas coa
loa Evangelios. Lo que anuncian los unos y los otros aobm
d punto particular de que aora bablámos, se puede f d -
mente reducir B eetae dos proposiciones :-
PRIMERA PROPOSIOION.
2/5. Antes de la venida del Setíor, que espedamos, en
gloria y magestad, se convertirán d 61 todos loa puebles,
tribu y lenguaa, todu las oognecioneii y familias de toda
la tierra: todas ador'arán al verdadaro Dios: todas eatra-
rQ en la iglesia de Cristo: todas se& benditeii en hl:
t o h lo amar& lo obedeceráo, lo servirán: todas todo al
dia le bsrrdsciránl*: todas raltarbn, ds owrhto y>or m
jnuticia .t.: todas vivirán en mutua pac, y en ooncordia ad-
,mirable, uniéndose finalmente y besandose la jueticia y la
pae, dos enemigos irreaonciliables hasta aora : t o h arroja-
rán de aí como del todo inútilee toda especie de annas
ofensivas y defensivas: ni se ensqartín nw para la
guerra$: todas en suma compondrán una grey mansa,
pacifica, inocente, bajo el cuidado y direccion de ua pastor
m~ma '
276. i No es eatn la idea que nos dan las profecías que
apuntámos en el p M o primero? Veamos aora la idea
que nos dan otras profecias, principalmente los Evange-
lios.
SEGUNDA PBOPOSICION.
2'77. Antes de la venida del Sefior, que esperámor, en
gio" y magestad (y en todo el tiempo que debe mediar
Tota die benedieent ei.- PI. M, 15.
t
-
Exultabunt justitih ejus.- Yide PI. cxliv. 7.
f Nec exercebuntw dtrh ad prmiium. Iwi. u, 4.
EN G L O R I A Y IWAGKSTAD. m
en- ao primera y segunda venida) aunque se predicará el
evangelio por todo al mundo* ; meii noitodaa las gentes
b recibirán, aino pocas, comparadas ceo la mucbedumbm.
Aun catre esiaa pocas qne mcibirán el evaugelio, no todm
lo observarán, cayendo frecuentemente el buen grano,
una paria... junto al camino... otra... sobre piedra ...
otra... entre eupinast : habrá entre ellae sin interrupcion
grandes y tembles escándalos, habrá herejías, habr4 cismcui,
habrá apostadas formales : babrá odios mutuos, emula-
ciones, envidiaa y guerras sangrientas, 6 inteiminabies :
babrh costumbres antievangbliwas,
- macbaa d e ellas, csales
ni aun cnrntre los gentiles$, y no pocas sentadas pacífica-
mente y miradas como justas, 6 4 lo menos wmo indife-
reates : babrá siempre una gran opoeicion y una guerra '

f8naai y continua entre la jostick y la pae: habrá sin oesu


ya por una parte, ya por otra, ya por muchas un tiempo
rieatos Rnioson y tempestaclee hwribles, con qae la nave
cls Pedro será combatida de ha ondas§, y s e d necesario
clamar di&endo : Ssñm, sálvanos, qzre p e r e c h 1: hebrá
asi aiempve una grsa prosperihd en los caminos ds los
'
niokrodas, y una caei continua adversidad, tribulacioe y
pereeencioe (en aquellos), que quieren vivir picrdosamente
en Jwtietirtoq :pwe como anuncia el mismo Sefier: Si
6 mi han perseguido, tambien es peruegarirán tí wosotrosw.
En una palabra: habrá siempre zizafia que oprima y me
deje crecer M madurar el trigo; y todo esto hasta la

In universo orbe. -Mat. xxiv, 14.


t Aliud. .. secua viam ... aliud. .. aupra petram ... aliud ... inter
*E-he. riii, 6, 6, et 7.

-
3 Neeinterp&es..-1 al C m T, 1.
Q J.claktiii fiucQibus. Mi. xiv, M.
-
11 Domine, salva nos, perimus. Mat. viii, 26.
Cfn L],gP pib velunt vnere m Chrieto Jean.-2 cid !&a. iii,
B.
81 me penacati mmt, ei v a )emequeninr.- Jorn. xv, 20.
ft Uqae mi meirem. -M&. xüi, 30.
102 LA VENIDA D E L Y B l l A S

278. Todo lo que wntiene esta uegands pmpwioh m


lee fwouentemente en los evangelios y en loa eiorita~de
los Apóstoles, y nuestra larga esperiepcia nos ba enrefiado
siempre la verdad y divinidad de a t a s profecior. No
las cito en particular, porque son cosas sabidas de todos ;
y cualquiera que lea la8 Esorituraa del nuevo Teatamento,
las encontrára 4 cada paso. No obstante, me parece con-
veniente no omitir dcl todo una sola, pues en ella se con-
tiene y se esplica en breve todo este misterio. Esta es la
parabola de la zizafia.
27'9. En esta parábola, 6 profecía clarísima, propuesta y
esplioada por el mismo Cristo, se ve siempre sin interrup-
oion la z i d a junta con el trigo. y siempre haciendo dnfio.
Pues habiendo propuesto los operarios al duefio del campo,
que ~cile parecia irian á arrancarla, reepondió : No :. ..
no
osa que cogiendo la zizaiia, arranquéis tambien c m &
el trigo. Dqjad crecer lo uno y Y otro h t a h siega, y ea
el tiempo de la siega dird á los segadora ; Cqjed prime-
ramente la zkcvicr +, &c. La esplicacion que da el mismo
Sefior 4 esta par4bola esta: El q w n d r a la buena
rimknte, ss el HGo del Hombre. Y el campo es el mundo.
Y la bwna simiente m lor h ~ o da1 r rsino. Y la aigaiia
ron lor hijos de la iniquidad. Y el enrmigo, qur la
brb, a el diablo: y h siega, es la conauocrcioff &l
Siglo t.
280. De manera, que desde la predioacion de Criato,
hasta la consumacion del siglo, deberá eitár siempre en el
m u d o el buen grano junto con la s3izafia y maclado con
ella Conque hasta la ccnsnmacion del siglo, deberá este-

* Non:. .. ne fortk coiiigentei -, eradicetia aimul cum &


et triticum. Sinite utrque cresrere usqoe ad maasm, et in km-
pore meesis dicam mesmribm : Coliigite priiohm zix.nir, &c.-Md.
xiii, 29, 30.
t Qui seminat bonum semen eat Fiiiun hominis. Agsr iatem,
mt mundus. Bonum verd semen, hi sunt filii n p i . Zi-ia iutem,
filii m t aequem. Inimicun uitcm, qui aemiiuvit ea, eat di.bo1ur :
-
Mmis ved, consummatio slecuii ut. &t. xiii. 37, 1, rt 39.
BR GLORIA Y MAGB8TAD. 198
dM mempre constantemente lo mismo (poco mas, 6 menos)
qme ha s u d d o basta la presente. Conque hasta la con-
samaoioa del siglo debertin estár siempre juntos y mez-
..
clados entre d, los hijos del reino. B hijos de k iniqui-
M; y estos 6ltimos haciendo siempre todo aquel W o
'
que siempre hace la aiza6a. Si esto debe siempre suceder
d haata la comumacion del siglo, m no se adm!te algun
espacio de tiempo desde la consumacion del siglo hasta el
fin del mando ; antes se mira este espacio de tiempo como
un error, 6 como an sueíio, delirio y fábula, &c. : decidme
ama, mi buen Cristótilo, j c ~ a n d oy cómo podrán tener
algnn lagar deceote todas aquellas profecias que quedan
ya citadas, y tantas otras semejantes que pudiérad citarse?
Volved 6 leerias con alguna mayor atencion : en ellas
veréis, sin poder dudarlo, una -fe y nna justicia universal,
no damen(e en tpdaa las naciones: sino iambien en todaii,
las familha de todo el orbe. Veréis una suma pas y
harmándad entre todas las gentes, sin inquietarse las unas
4 las o-, ni pensar en egercitarae para la guerra: no
&avd la espada una nacion contra otra nacion.. . ni se
' enrayarán lncrr para hacer' guerra *. Veréis una sumi-'
mon y. una obediencia general de todas las gentes, y de
todos los reyes de toda la tierra, al Rey de 1on reyes y
Señar de loa sctfiorea:y todos los pueblos, tribur, y Ien-
guae le semirhn 6 t l t . . . todos los reyes de la tierra :
todar las naciones le smirán. .. Y derán bendita em dl
todm las t d u s de la tierra :. todas lar gentes le engran-
d e d n S.. . Y adorarán en su presencia todas l afamiliar
de &a qm'ttsg. Veréis en el evangelio 4 toda nuestra
Non levabit gens contrs gentem gladium, nec exercebmtnr
uitth ed prmUm...et non discent alhe-belligerare.- lmi. ii, 4 ; ct'
Mi.iv, 3.
f-Et omasa popuii, tribas, et lingwa ipai aervient.- Da*. viij 14.
... ...
$ Et omnee reges terrm : omnee gentea servient ei Et benedi-
centmr ia igio omnea tribu terrm: omnee gentes magnificabiiat
eum.-Pa. ixxi, 11 et 17.
Et adoiebmt in canspectn ejua unirerare familice gentium.
P8. xxi,28.
-
TOMO 111. 0
1P( Lb VENIDA DI)L MBL)IILB

t ¡ e ~ a( c m ) U# 8010 (TP&O, Y Y11 p ~ r r t ~ r * V


. d eii
sama une idea infinitamente ageoa, y aun diametrpkneiite
opuesta B la idea que nos ofrecen estoa dos pniabraa : trigo
Y-

Sl. ooncordia entre aqwlks propadoionea m basas


inátilmente en las Iibms; pues ni aun dquieira m holh
@en ieconozm la difioaltsd, 6 la d a d de ata com
d i a . Los que ddeadea oon loa M t a a la verdad ds
h primera propoaiaion, que no m poaori, ni de f n k
dme, parece que se olvidan abrdutaaenta de la verdad de
la mgnnda, pues ni aun n i q u h h tocan. Los que de-
fieaden espreaamente la verdad de la segriada, que riaa
tedoi loa biérpretea, 6 comentaáoieii de loa evsngelior,
jamás hm r e m a hecene cargo de la verdad de la primera,
m de la aeceaidmd de concordar le una con Ir otra: i por
qué puede ser emta omiaion en hombres p i i m y aapiem
tíamos, sino porque en el siabma que oiguen eon absda-
bmente ioMwcordoMes ambm propesiaiones ? 1 Cómo,
b.blando el Espíritu Santo de m mismo .acero y de IUI
miamo tiempo (-a se pretende) dimar dicbo suceso, j
juntamente negarlo ! i Annnciar, que mceded y qoe DO
d e r á 1 j Anuwiar, digo, que en todo el tiempo que
debe mediar entre lo primera y sepada venida del S e h r ,
todo el orbe y tod- sus f p l l l h d crktienaa, justu, 7
radar, y enuwiri J miamo tiempo, que iaa Bai serán Ui-
m,p e j a d i i 9 ~ U Bmti-cristianaci 1 Decir, v. g. :
Isrbn&mdiPassn61toBarlort~bcu& la tierra: t&
...
las g a s t a le engrandecsrhn Todo al dia Is bened~ciriu,,
y al mismo tiempo decir : Wad crecer lo uno y lo o t m
hasta la siega: ImpOribb es, qw no venga mtxn&ht...
as wasario qw haya tonbien h q j h $ . . . nas al que no
...
c m , p ha rOBo~gado* awrs el que no cryer*8 c i á
tlolKhadai..
283. Uno y atm decís, 6 C W o , consta clara y er-
prelwmeote de la Escritura santa, y es pmiso que uno y
otro sea verdadera ; p ~ e sesta EBcritnra santn' es un libro
todo divino, compuesto todo de verdades, y ouyo propio
caiiater, 6 dgtismion ea- todos kw otros libma, es que
esh siempre diee verdad, y los otros no siempre. 10
h c ü b d d Seáor : qd verdad tan importante nos d d
aquí! i Y uno y otro debe atp verdadero, poque aní lo
uno oomo lo otro connta eapmoamenk de la Eioritora
santa ? Mas, amigo mio, no es verdadero lo uno y lo otro,
ni lo puede ser, si que& que ee hable de un solo tiempo,
pmo La lbritnra .sante ne ee tapoe de anunciar pana na
solo r;emPa- qpe aun coea aeiB y no eerá. Como en vuestro
d a no bPJ ama de un edo tiempo, esto es, el inter-
media ePtre le +era y mpada venido del Se6or : como
em voeetro &tema la coneumacim de¡ siglo, 6 la v d i a ,
6ia allee, es lo misaoqas el íindel mundo :eomo en vuestro
sistenr m hay QW esperar atto tiempo, ú otro siglo, ó otra
weva tierna y nuevo aiele, despues de la gran vendimia, de+
pea de la Pias+&S- de la eonsnmachn del siglo, &a. :
tpmpoeo t d m a que eeperar una concordia eólidn y ñnne
entre was y o- p r o f h . lüa~si m hace la debida
distiPeion entre tiempo y tiempo, aomola hace la Bsontuia
BPBt8, todo lo hellhoa oonoorde, claro, f d y llano: dir-
t- los tisrrpor, y concordar6r lor & r e c h $ . Iae
oosss epaeater, divereer, rrsemigaa entre si, qsa m v e d e n
m& ea un miamo tiempo, Bis deatmkse las unas P 1-
otras, ino podrán oompmxr en diversor tiempos d e
oPel ca el myo propio? Si a t e s de la eonsnmacion del
si&, 6 de h vendimia 6 de la mies, no puedan talas ven-,
h m e , jno podrAn vedbarse pL ' ' nte aws antes,
eiras despues? Este derpm (volv6i á replicar) ee hace
jim judhtu a+-JoI.
@i non d,
t Qui ver6 non endidait, amd~~~nabhv,
1 Dirtiqm -p.as
&e.
et eoacahbh jprr
-
- m,
id, 18.
1Airr. avi, 16.
A.
02
Bfs LA VBNkDA DEL ñlBSLA1
h í u i m o el admitirlo, porque destruye desde los cimientor,
- -

nuestro mstema. Bien: y i qué inconveniente halláis en


emto? ; N o ea este el asunto 6 ñn principal 4 donde se
emderem toda esta obra? i No es esto lo que venimos
hacieudo desde el principio hasta la presente? Y o saco,
pues, de aquf una consecuencia que vos mismo debíais
secar, no cierto durbima en si misma; sino antes suavísima.
wmo una de las mas legítimas y justas que se han sacado
jamás. Luego vuestro sistema no es bueno, ni lo puede
ser en ningun tribunal ; puee ni es capaz de concordar unas
escrituras ceo otras, ni de concordarse con ellas miamas.

. 28% Ya hemos dicho y tambien probado (con la prneba.


legítima .y.únioa con que pueden probarse las cosas todavia
futuras, qne es la sola autotidad divina, autentica y clara)
que en la venida del Sefior Jesus, que estámos esperando,
así como ha de parecer esta tierra presente, para dar lugar
4 otra tierra nueva, que tanibieo esperámos segun sus pro-
mesas*, así ba de perecer en este trastorno universal la
mayor y m4xima parte del linage' humano, quedando no
obstante, vivos é indemnes algunos pequefios racimos
despues de la gran vendimia, 6 algunas pequefías espigas
despues de la mies, 6 10 que es lo mismo, algunos pocos
individuos de ia plebe & 20s pobres +, de entre todos 10s
pueblos, tribus y lenguas de todo el orbe: los cuales por
en inocencia y simplicidad, no ae hallarán dignos de la ira
de Dios omnipotente (como no m hall6 en otros tiempoa e1
justo Noé y su familia) ni de la ira del Cordero, ni deda
espada de los filos, que ha de traer en su boca el Rey de
los reyes, para herir con el& á l a gentest. Estos pocos
y pequefios racimos (prosigue Isaiaa) dcopum de acaba&
la vendinricr... levantarhn su voz, y dar& dabmrza.:
Gwmrdo f m e el Señor g l o r i i , alzarán da pitsrh
&cun&m promism ipeiua. -2 Pet. ii, 13.
t De plebe paupcrnm. -J M . u x i x , 10.
f Ut in ipc, percutiat gentia, &c. -&c. xix, lb.
dcsds el m...D d los términos da la tierra oí- a&a-
banzcrs, h gloria delg'wto +.
284. De este solo testo de Isaies, aunque no bubieeen
tantos otros que lo confirman y aun lo aclaran, como veré-
mos 4 su tiempo, ee colige evidentemente, que todo este
residuo de las gentes, que quedaren dispersas acá y allaí,
en todos los paises 6 términos de nuestro orbe, no queda-
rán en adelante en la misma ignorancia 6 distraccion en
que antes eetaban, respecto del verdadero Dios y de su
Hijo el jrurto ; sino qae creerán en él, lo alabarán, lo de-
searán y m sujetarán su dominacion con sumo gozo y
.complacencia, diciendo como el Apostol, despues de hu-
millado y postrado en tierra : &%oar i qué es lo que debo
yo hacer?? Esta misma idea sustáncial se lee en Jere- ,

míaa: 3 h aquel tiempo Zlamarán (dice) á Jerwalén


Trm del Señor; y serán congregadas tí ella todas lu
nacionu en el n d r e del Señor en Jerwalkr, y no anda-
r6n tras la maldad de su corazon plaimot. La misma
idea se registra en Tobias : y todas las gentes se cmver-
tirán verdaderaniente, para temer al S&r Dios, y en-
tewarbn 8lrs ídolos, y todas las gentes .bendecirán al
S&or$. La misma en toda la Escritura.
S. La primera noticia (despues de condaida la ven-
dimia y la gran borrasoa) que tendrán estaa felices reli-
qaias, de haber llegado B nuestra tierra, despuer de haber
Chm fuerit finita vindemia Hi leuabunt vocem suam, atque
hisdabunt: chm glorificatu fuerit Dominue, hinnient de mari.. .
-
A íinilma teme landes audivimiis, gloriam justi. l . .xxiv, 13,
'14, et 16.
-
f- Domine, ( quid me oportet ficere ? T i e Act. 16, 30.
f In tempore iiio rocabunt Jerusalem Solium Domini: et con-
gregabuntur ad eam omnes gentea in nomine Domini in J e d e m ,
-
et non unbulabunt poit pravitatem cordie iui pessimi. Jwm.
üi, 17.
. 8 Et ompecl gentes convertentur remiter, ad timendurn Deum
Dominum, et defodient idola s u , et benedicent ovlnea gentes Do-
miniun.- Yarim. Scptuag.rup. xiv, 8, 7b6.
108 LA V E N I D A D B L 'MISIALI
rd%h el rsina el d b i o y p.cíh 4aombn, 6 el raa
Rey, les será intimada veronmilmente por aquellas Oag.las
~eloms,6 nmoioa ligem, de que hiiMbim>s en la mes-
k n 5 del cap. rü, anJe m ~ i m6 su eruato genere1 se
apunta en el m h o I#iss (cap.sxir, ver, 15). y mas da-
ramente en el Salmo x n : #Anunciadantro &m n t a c h a
ru gloria, en #& tor pueblo8 no rnmmilku... Decid en
krs naoionss, pus el &Mor d n 6 : Porque ewi1wcz6 la
Ja rsdondez de la l i m a , que no será c o n m d a :j'tizgardr
los pueblas cm equidad. A l é g r w e lor cielos, &c.+
286. Paes estos hageles veloces. 6 rmnoios H w ,
segun yo sospecho (dejando libre el oampo 4 c n r r l ~
.otro qae qoiaieis trabajar en 61) i r h &re y eqwditamente
d todm partes, M & m i d a d de camage, ni de hr n a m ,
6 iaitruiráo pedbtamente en el misterio de Dioi t i
rirnples y f e l h reliquias de toda las naoiones, que ne
hallarán Uenas d e temor y temblor por lo *que aeaba de
meeder en nneiCiP orbe, y por á ~ h) o en bp6Mia . d i
podaion para meibu y abroaar 1s p.labra de Di-. Ias
initrahún peri8ctaamteen ia birtoria utigaa desde Adrn
hasta N&, deide Noé bsita Abrabb, demie AbiabLia
basta Moisés, desde Moiaés basta la primera venida del
Rijo d e Di- en carne p i b l e , m todm sua Cncunstaw
y mbhiios y resaltas, regun las I E i c r h r r , y dede
asta k t a su regrmda renido en &rh y mrgestad, qae
acaba de suceder, como tambien ataba anunciado en las
mismas Eiiorituras. Estos mismos noncios ligeros tal
vez juntamente cm e l h muchos dg los santos ya rauci-
tados) oon autoridad del supremo Bey y mmo Saoenlate,
constituirán en todas parta, no damente obiqor 6 pas
torea para lo espiritual y religioso, sino tambien príncipee,
6 reyes, 6 jueces, 6 magistrados, para el buen b d e u y
Aununtiate inter gentes glorism dns, in omnibus popniin mi-
m b i i ejun... Dicite in gentibns, quin Dominu regnavit. Etenim
correxit orbem te-, qai non commovebitur : judicavit popuios in
reqnitnte. L~etenturc~eli,&c.-PJ. xco, 3, 10, el 11.
qaietod, en todo lo m e toaa 6 lo cid1 : mm todos dbdi-
tos, eubordinados y dependientes del Sapremo Rey y de
BU córte, h. Estoe en fin intimarán las leyes hmtables,
aai anfiguas, v. g. el Decálogo, como nuevas y propias de
eqael tiempo, con que el Sefior quiere uer servido unifor-
memente de todos.
!W. Y veis aqui con esto solo (annqae propuesto con
tanta generalidad) renovada enteramente toda nuestra
tierra y todo el mísero liiage de Adan. Veis aqui tirad-
todas las lin- y puestos todos los fundamentos para es-
tablecer sblidamente aquI en nuestra tierra el reino de
Di,que esperámos y pedimos, 6 el quinto reino incor-
ruptible y eterno, el cual aomo se lee en Daniel : .qzw ..
brmtorh y atdar6 todos srtor reinos :y .6J noismo rub-
rirtirtí p a r a rismpre*. &te residuo de las gentes, io&
m i d o perfectamente, santificado y como ctiado de hukvo,
no menos que el residuo de Israél, compondrá junto con
él, aquel un solo aprirco, y un partor-f del evangelio : se
multiplicará pacifioamente y llenará otra vez la tierra, pa-
-do de generacion en generacion por muchos y mucbísi-
mos siglos (que S. Juan eeplica con el número perfecto de
mil), la fe, la simplicidad, la inocencia, el temor y conoci-
miento del Sefior. Esto áltimo os parece dificil de creer,
considerando lo que ha pasado siempre entre los hombrea,
desde el principio hnsta la presente ; mas 4 esta coneidera-
cion debéis oponer eates otras: que no todos los tiempos
han sido iguales y uniformes: qne Dios ha dado maa en
estoa tiempos que en otros: que siempre ha dado mas des-
pues, que lo que habia dado antes : que w misterio para
con loil hombies siempre ha ido creciendo de dUc en
&a$: que este misterio llegará alguna ves h t a el
dia perfecto ... (porque) la mano del s&or no se ha
Comminuet autem, et eonsumet univena regna hmc : et iprium
-
stabit in seternum. Dan. ii, 44.
-
.f Unnm ovile, et unua pastor. Joan. x, 16.
1 De die in diem. -2 ad Cor. iv, 16.
-,-1-..*w no ~ o o w o r g V n ainporiMs paro
h.. + mal es el SAW en tada8 NI palde
(pmvp)
y Santo en t o d a rw obrcrs... $ (porque) cs inpari-
,q,+,qra Dior fdtc.. .g en nuna : que él predijo el mis-
terio de lo v w i o n de las gentes, con todos SM efectos
buanos y malos que actualmente vemos plenísimamente
verihtd0(1. No basta la espenencia de la veracidad
de Dios en lo perado, y en lo prerente, ata creer10 han-
bien en 10 fatan,?

Ulrque ad perfeciam diem... [quia] non eat 8bbreVi.t. mrnqr


Domini.- Pm.io, 18. ct Imi. Ex, 1.
Quia non erit impossible apud Deum omne mbum. -h. i,
37.
j [Qnia] Fid& Dominua in omnibw rerbii S& : er &nctm in
-
omnibm operibua ruis. P8. cxiir, 13.
-
[Qnia] impomible u t mentid Deam. A¿ H . .vi, 18.
CAPITULO XI.

MEDIOS O PROVIDENCIAS ESTRAORDINABIAS PROPIAS DE


AQUELLOS TiEMPOB. PARA CONSERVAR EN TODA LA
TiERRA LA FE Y LA JUSTICIA.

288. UNA fe y justicia tan grande y tan universal,


aummida tantas veces á la uueva tierra, y con espre
manes tan magnificae en la escritura de la verdad, no
puede oiertameate concebirse, sin algunos medios 6 pro-
videncias nuevas, grandes, estraordinarias, así positivas
como negativas y generales para todo el orbe. Cuando
hablo de medios nuevos, no pienso por eso escluir del todo
loa que aora tenémos ; mucbo menos los que son de insti-
tucion divina, como los siete sacramentos, la gerarquía
, ec1e&tioa, la doctrina, los preceptos y conaejos de Jesu-
cristo, mntenidm en los evangelios, la doctrina de los
Apóntolee, y generalmente hablando toda la moral de las
Eeoritwaa. Estas oosm no hay duda que son suficientes,
y mae que saficientea para nuestra perfecta santifioacion,
para aqaurl que ura de ellas Isgltimarnstlte + ; como lo han
d o pan tantos santos, ni faltarán jamás mientws hubiere
riad01181. Mas ibera de -tos medios que aora tenemos en
~ u e n c i dea la muerte del Hombre Dios, de su regar-
d o n y de la efueion del Espíritn Santo, hallámos todavia
o h s en la Escritura santa que aora ciertamente no te&
moa, y que están evidentemente reeenados para el siglo
~ t u r o6, para la nueva tierra que eepdmos ; mí como
t e d m m aora tantoa nuevos, que no tuvieron los antiguos,
-
Si qnb u legitime utetur. 1 d !iün. i, 8.
#)(L LA VBNIDA DBL MBSIAS
puea jamb ha dado Dioe en un solo tiempo todo caauto
puede dar.
289. Entre estor nuevos medios de que Lblámos, el
primero que re ofrece i, nuestra conridefaeion es la presen-
cia de CMto mismo en nuestra tiena. no solamente como
lo tenemos aora en el misterio todo de fe, 6 en el M-
cramento de ía Eucaristía (el anal ioeramento 6 misterio,
6 oacrííicio incruento, no faltará en aquellos tiempos), m
tambien en ro propia preiencia y magertad, oomo eitá aora
en los cielos. Estor dos modos de ía presencie red de
Jerucrirto, como d i v d i m o entre si, lar distinguen bastaote
bien l a teblogos; 4 los que me remito. Pues esta presencia
14 y personal de Jespsieto. como nimo Sacardote, como
Re). 6 Juez univemal de toda nuestra tierno, y la pmweoio
trmbien de ma -tos yaresudtados,como jseceri 6 c#>orei-
=ter, m puede menos que produoir graades y maradlo-
efectos en toda la ti-, y llenarla toda, oomo amenda
Iniúm de la ciencia del M o r , td como h.agws del mar,
q w l a cubren*.
2W. E.bien creible y algo w que venisimil, qoe el
Benigno y humanísimo Rey (y á m egemplotodoe sm sm-
tos) re deje ver algnnar veces de loa riadoree, ya en una,
J. ea otra pute de la tierra, ya de u m persona, ya de mu-
b ; y esto, 6 por h i o n eorporsl en su propia gerrooa, 6
S lo menos, por aquella especie de vioion no menoa dara y
oimta, que llamao loa mkiicar incrgirici+ia, oomo aun non
lo ha becho tantas .rama, segan noa dicen las biatoricis fide-
d i de m n c b W o s santa. Eehu aparioiones, 6 del ~w
6 del oko modo, poreoe qoe mrán m& mar fmmenbr
en aqnellor tiempos. La esperiencia de lo qrie woeBi6 en
todo el ribmpo que el Sefior estuvo en nuestra tierra den-
pues de rrrsuoitado, nos e w 6 a bien, y nos da S oeaooei
mu d o t e r p r q h y nBtOnd, que no puede jamás mrdar. En
aqnellos c n t a d b a p a r d 6 m u h veces ya S uno sdo,
y 6 da,ya 4 los once Apóstoles, ya tambiea como afíade

Sicut squce marii operientes. - hai. xi, 9.


S. gablo, dupwsdfud k t o por mae di qvinientoa Aerma-
nor d a n d o juntar, &c *. De los nantos que resuoitáron
eotbeper ooii Cristo nos dioe S. a t e o , que derpues do so
rssuriwcaioo apareoiém &muchos:(estas eon rus palabrar) :
raJicrdo Bc lo0 sspvlcror d<pusr de la r~rrBCrnBCmm ds 61,
vinikm i a ¡ r a t a ciudad, y apartxiémn á muclior t.. No
dim el wangeiieta, que esto ~ucediáeo el mismo dia, 6 ma-
h a de la rerMecoian de Crieto, y e010 en aquel dia (00-
mo ae h n figuredo tDntor dootoree, especialmente.aquelloa
que lea dan 6 sitos iantoe rssuoitador kinjuta y cree1 rien-
tencia.de aegmda muerte) m10 dime simplemente, que
mtsil aperioiom sscediéroa despuer de la raurecion de
Cristo 2 : por los c d e s palabras neci deja libres todos lar
euarenta d h , m n jodos los d e a 6 en m w b s de ella
pudiémn haber rocedido : aei como a u m d i h n lai apari.
ioaes ¿el mimo CFkisto, tzpm*lcr por -&ta
rlicu Esta d d n no ea infttil, sino bien importaote,
ceriúa loli doctore8 de qao d m o i u d ebablar, que lraoen
morir segunda veta 4 estos santos en la miama maíiana de su
reiorreocion. Mas sea de esto lo q w fwm, i Jesucristo y
riu santos que han de venir con 61, serúa en el siglo ventu-
ro.ouando vuekan del cielo B la ti-. mews homcioor,
aenm benigwa, memor aaritativos de lo que frieron aquel
pe~a tiempo que m&mr%tn>n en nwatra k m , atea de BU-
bir 4.los ~ieloa?
291. El siguPdo medio, aunque negativo, m por.em
6menos loondooente: q&ro deair, lo auamia del b
gón, qw.m Ua*M -4 y Sota&, que m g d h á,todo.d
wdo ( ; el aual ea q d o s tiempos atará ,bien -re

Deinde riais cat p b qnkm quingentia fmtxibu aimul, &c.-


ldCo*.xr,6.
,. f El-- de m~ppmemCispoit ruamoctioicm ajiis, vsnerant
-
in i u i c t u n civitatem, et apparueriuit mulb. Md. d, 63.
f Post ile~unetienemeju.-M&. M,63.
5 Pei dies quadmgbh appsrcns &- Actor. i, 3.
- 11 Qni roeatar diabolus, et b i s , qui d a & m n m m o r b .
~poc.xii, 8.
a04 LA VENIDA DBL MESIAü
do en el abirmo, atado estrechamente con una grande .y
fortleima cadena proporcionada á su natomlera : oerrada y
sellada la puerta de su cárcel para quq no engafíe m-u á
&as gentea, haata que sean cumplidos loa mil &OS *. El
caal misterio se lee tambien en el cap. xxir, de Isalae vor.
91,como obeervámas en otra parte. El gran bien que
debe resultar á toda la tierra de la falta total de este ene-
migo, no oeeesita de gran ponderacion: basta considerar
los idbitos males que ha W o siempre en el inísero linage
de Adb, desde el principio del mundo harta hoy, loa que
b e al presente, y los que todavia debe baoer segun las
Escrituras, hwta la venida del Sefior; porque el diablo
dede el priñc1'pbpeca.t..
292. Juntamente con el dragony sus ángeles faltarán del
todo en la nueva tierra lo8 que llama la Escritura pseado-pro-
fe* : por los cuales w entiende bien toda suerte de faiuoe
maestros, de seductore de hipócrites iniqnlsimos, que v h
b voaotror con vestidor de ovejas, y dentro son lobor d a -
&ea$. Estoa han sido en todos tiempos los principales ins-
tnimentos, 6 loa ministros tenebrosoe de la pottmtad de las
tinieblas. Estoa hau hecho á su príncipe conquietas admi-
rables, que 8010 despues de vietqs, se ha podido creer que
eran posibles. Estos han hecho, hacen y harán on adelan-
te, h t a la siega 5 , dafios iamentablcs B irreparables arí
amo e8tá escritb, pues estos son, y no otros los que Jesu-
&to llama zizaM. Pues estoa sin quedar sobre la tierra
nuo solo, juntamente con su príncipe y con toda suerte de
Moloe (bajo cayo nombre w comprende bien toda suerte
de f a l m religiones) faltarán absolutamente en aquellos
tiempos (así como está escrito): Y ser& en aquel dia,
&a el Señor de los egdrcitos : Borrard de la tierra lor

Ut non uedncat amplihs gentea, donec consummentur mille


-
d.Apoc. u,3.
-
t QuoniPm ab initio disbolne pecat. Ep. 1 ;Joan. iii, 8.
-
gui veniunt ad vos in veiitimentiri oviun, intrineechswtem amt
lapi ripecer. Mar. vii, 16.
-
Usque ad rneisem. Mar. xüi, 30.
BN 'GLORIA Y MAGESTAD. 2a65'-
nombrer dG 1w ídolos, y no se nombrarbn mas: y e s t m i - .
nart de la tierra los fabos profetas, y el espíritu imp*
ro *. Esta promesa de Dios j se ha verificado jamás?
¿Cuando? Si jamás se ha veiificado, jno deber4 llegar
algnn tiempo en que ae v d q u e plenisimamente? j Elate
tienfpo podrá ser, segun laa Escrituras, antes de la vendi..
mia, 6 de la mies, b de la consumacion del siglo ?

298. Desde el principio del mundo hasta el dia presente'


mí como no se ha visto jamás una justicia universal en todo
nuestro orbe, esf no se ha podido ver una paz universal:
atan dos cosas parecen absolutamente inseparables, como
que dependen mutuamente la una de la otra : ó las dos ban
de vi& en el miamo orbe, como dos buenas hermanas en
la misma casa, b las dos han de Faltar del todo, porque es
imposible viva la una sin la otra. Aun entre los dos pri-
meíos hermanos que hubo en el mundo, no pudo conser-
varse la paz, porque el uno era justo y el otro no; y rota
la paz, se debib ver luego la injurticia.
294. Este es, pues, el tercer medio que tiene Dioa
reservado en sus tesoros,.para la justicia universal de la
nueva tierra ; esto es, la par unipersal. Esta paE univer-
sal, s e p n lar espresiones de la Escritura santa, debe ser
como la basa, y oomo la ley primaria y fundamental del
reinado de Cristo. Así se halla anunciada, y prometida
para aquellos tiempos, no menos que la justicia universal :
la jwticia, y la paz se beuaron : 6 como lee la versiw
+,
arabiga : se vieron cara ií cara y se anuncia en el sal-
mo lxxxiv, el cual leido con mediana atencion se halla todo
entero, desde la primera 4 la última palabra inacomodable

[Sicut scriptum est] : Et erit in dia illa, dicit Dominus exercG


tnum : Dispentam nomina idolorum de term, et non memorabunhu
ultra: et psendoprophetw, et spiritnm immundum aufersm de t e m .
-Zoch. xiii, 2.
t Justitia, et plrx oscniat~~
sunt [Videmt iie ficie Mfreiem
I 1).
- PJ.ixxxiv, 1l.
LA VBWIDA DEL M E O I A I
ia tiSmpa fuma de loa tismpoif~hnor,6 del otberfrir
taib, dd qua ra M 1 4. En el m h o xlr, w ve la mErmrr
idea : Venid (dice), y va¡ l a o b w &¡.&ñor, hs mara-
billar qw p u o &e 14 t i m a : Qas apmta lad gwrrcir
kuata la utrsrudad de la tierra. Hará trizcrr el arm, y
qwrbrcrtii Isr anar: y qrisrnuirá al fuego los ercudoa*.
Lo mismo en el 60 h.Y srtá he& ttr asiento
an la paz, y ru mor& en Sión. Allf qucbr6 lar
fwrrar de l w arcos, el escudo, la esp&, y la guarra t.
Sigan k t a el fin ia conidemion ¿e este brwe aalmo, y
w eatiends al punto d Ea que ann& como lai tiempos
a

de que habla.
995. Bn kise se &m del Medee indmWabIsmeii(e
pera sa wgonde venida (pes en la primera ni ba d i d o ,
mi be podido seioeder megun ha aaismar, pirsdiccioaes), qoa
jucgartí ti las n A 8 , y convencerá h mucliar puablas ;
y & nu wpadau fajmtín a d o s , y de sur lanzar ha#:
no &mi la e@ una r h amtra otra &, m 88
mmyarán c~arparala guarra$ Y en el oap. u. ver. 6
dice: será U a d nr m m h . . . Prheipa de pz. 9r
mtsndsrb nr imperio, y la paz no tcirdr6j6n (6 tlrinino) :
rs m t a r h m b r e d s d w de Doaid $, &c.
298. En Miquetía : kgartí entre mudos pueblor, y
a e t ymá ¿ uacionts pa&ro~(~b haata hfj01: y mtmrtirán
r u r ~ ~ r ~ & ~ ~ y a r r . 2 m r n a ~ s n ~ d o i i

Venite, et *te opera Demini, qaa pamk prodiga iiiper ter-


na: Auhrenn bslL asque id dnrm terraa Arem m t ,&
confringit arma : et rcuta comburet i @ - PI. xlv, 9 e: 10.
t Et firehis est in psce locm e j u : et habititio ejua in Sion. Ibi
-
confregit potentias srcaum, sentum, gladinm, et bellum. PI. km.
3 el 4.
1 Et judicabit gentes, et argaet populm mdtoe : et conflabunt
glrdIocl saoa in romms, et laneeaa 8 u in~ fdcea : non l m b i t gens
contra gentem glsdinm, nec exercebtmtur dtrll ad prelinm. - 1 ' .
ii, 4.
5 Vocabitw nomen ejm... Princeps pacia. Mdtipiicabitur e@
imp&um, et pscia ncm alt firh rsire t c m h ] : wpr aolium
David... rcdebit, &c. - I d . ix, 6 el 7.
*o empufúwh g d e contra gente; ni li mayd
rrar p a r a b r g m a . Y cada ano ss sentartí de-
& su vid, y debojo de ac higuera, y no habrtí quien mwe
tmw:psrss lo ha pronunciado p o r s u b o w e l S & r d r
191 eg6acitos. *.
297. Querer ya dar por veRficadas toda eatae cosail,
en la primera venida del Mesías, 6 en la Iglesia pmmte,
aún despues de haber viato todo lo contrario en toda lor
diez y ocho siglos que nos han precedido, parece lo sumo
á que puede liegar ,el despotismo y la violenaia, 6 dirémor
mejor: el miedo 6 pavor del fantasma mileoario. De este
asunto tratámos difusamente en todo el fenbmeno décimo,
al cual nada ocurre por aora que añadir ni quitar. Esa-
míneee este con mayor atencion.
298. El cuarto medio conducentísimo para la unidad
de fe, de costumbres, de onion y fketsnia caridad entre
todas las gentes y familias de la tierra, será sin dnda ia
aoiformidad en el idioma 6 en ia lengua : esta será e s t 6 m
una sola en todo nuestro orbe, al que restituirá Dios la
lengua primitiva que se habló desde Adán hasta Noé, 6
la que se hoblb desde No6 hasta la Bpom de la coofuaioa
6 multiplicacion de lenguas, que sucedió en la oonstruccion
de la torre de Babél, cuando todavia era la tierra de un
solo lenguap, y de u= miamar pala bao... Y por a t a
fuk llamado su amnbre Babél, porqw d l í ful coirfurdido
el lenguags de toda la t u r r a ;y &de aliá Iw srparció d
SBnor sobre h haz de t o d a regioñsrt. Pues esta
confusion 6 esta ionumerable multitud y divemidad de le,
Et judicabit inter populm mdtos, et compiet gentea fortei
neque in longinquum : et c o n d e n t gladio8 suos iu vomerea, et hae
tra suss in li~ones: non mmet gens adreraks gentem gladinm ; et
non dincent nltri belligerare. Et sedebit vir subtus vitem euam, et
rnbtns ficum suam, é t non erit qui deterreat: quin oa Domini
exercituum loenm eat.-Mcl. iv. 3 st 4.
+ ...
Labii unins, et eermonum eomclem Et idcircó vomtum est
nomen ejus Babel, quin ibi confusum at l a b i w Mivena, teiia, : et
imde dispemit eoo Do&w mper treiern cunctuam tqionurn.
h. xi, 1 e: 9.
-
a88 LA VBNIDA DBL HB81AB
ME, que h u t a aora divide y sepera unse genbe de otraii,
amo si no fuesen todm Ejm de un mismo padre y de u m
miama madre, esta digo,- cesará del todo,-se acabaré, m
aniquilará, y no habrá memoria de ella en el siglo venturo:
quedando solamente una, elegida del sumo Rey, que ~n
breve hablarán eepeditamente todas les reliquias de todos
lor pueblor, tribus y lenguas, y conaig~ientementetoda ru
posteridad 6 descendencia.
299. Es ciertleio que esta noticia no se halla clara
y eepreea, sino eolamente en un Profeta, que es Sofoníaa :
mas esto i qub importa? i Será menos cierto lo que el B-
píritu santo habló por un Profeta, que lo que habló por
muchos? 6 Será menos cierta la venida de los mapa B B e
lbn y la muerte cruelísima de los inocentes, porque un mlo
evmgelieta refiere este suceso ? Ved aqui, pues, el h t o
todo entero de Sofonfas, por el cual parece mdubitable,
aei la promeea de Dios, como los tiempos de que habla :
Por tanto erpdrayae, dice el Señor, en el dia venidsro de
mi rsstmsc& (6, como leen conocidamente mejor Pagni-
ni y Vatablo, p a r a del dia que yo mc levantar4 p a r a des-
pojar) porque mi aentewia ea recger las naciones, y reu-
nir lo8 reinos: y dcrramard robra ellos ni indignacion,
toda la ira de mi furor: p w q w con el fuego da mi calo
será dsvorada toda la tierra Porque entónccs dar¿ b
loa pwblos Iábio escogido, p a r a p todos inuopwn al.
nombre del Sdíor, y le aírvan con un solo honbro (6 bajo
un yugo, como leen los LXX : 6 con un sob uacenuo, como
lee Pagiui*) tres modos de esplicar una miama cosa
3QO. Decís aqiii, aunque confasa y oscarísimamente,

Qupropter expecta me, dicit Dominus, in die reawrrotionl


meae in futurum [rive ad diem qua consurgam ad spolia], quia judi-
ciiim meum ut congregem gentes, et coUigam regna : et effundam
super eos indipationem meam, omnem iram furoria mei : in igne
enim zeli mei devorabitur omnki term Quii tunc reddun populir
hbirini electum, ut inroamt unma in nomine Domini, et aerriant ei
h u m uno.~ rSeu jugo uno : aive comensu u n a & S q h . iü, 8.
cc 9.
B I 1 Q L O R I A Y MAGBSTAD. 209
que btaia es€a profecía se puede bien m m o d a i 4 la v*
k o n de las gentes que sucedi6 despues de la resurreccion
de Cristo: pues ácia los principios de esta gran época caan-
do apenas babian pasado cuarenta afios, congregó Dios con-
tra loa Judíos las gentes y los reinos: esto es, las legiones
nwrinrs, con Vespasiano y Tito, y derramó sobre ellos :
esta es, sobre los Judios, no sobre las gentes y reinos, su
indignacion, toda la ira de su furor: porque con elfwego
de so.csZow r á dsvorado toda la tierra : esto es, toda la
tierra dk Jrrdsa, &c. Aora, en esta inteligencia violentísima
i qué sentido pueden admitir aquellae palabras de1 mismo
coatesto : dwk á los pwblos lábio escogido, para que
tod& inwquen el nombre del S&r, y le sirvan con un
solo h d m ?
301. A gata pregunta bien incómoda, respondeis, lo pri-
mero: qno el verdadero sentido de estas palabras puede
ser este : an el dia de mi resormion, 6 desde este dia para
adelante* yo volver6 h los puebloe, 6 les daré (i 6 Crik
t661o !) i Es lo mismo dar que volver? ;,E s lo mismo dar
que restituir? Del verbo reddo dice y prueba Faciolati
(pw propiamente signiJQca restitwir lo &se habia tornado
6 qaritadot) un lábio electo : esto es, pan, y santo, para que
todos invoquen unhimemeote el nombre del verdadero
Dms, lo &van, lo alaben, y lo magnifiquen; y esto aada
noo cm su propia lengua. Optimamente : mas yo veo,
que voa mismo no qaedais satisfecho de esta inteligen-
ciai puem inmediatamente afiadls otra, la cual debe suplir
los defectos de la primera. Par .tanto respondeis inme-
diatamente lo aegondo : que este lábio electo, 6 lengna
6 idioma, se verificará plenamente allb en el cielo em-
pfmo, despoes de la waurreocion univemal, pues en aquel
pais Mdsimo todos los pueblos, 6 'todos los individuos
& toda tribu, y pueblo, y lengua, y nacion que entraren
In foturnm. -S o p h . id, 8.
.) Redda propi¿ eat rem iuweptatn, re1 ublitsm restimere. -Dic-
cioMr Faaidor.litt. R.
T O M O III. r
!m LA V E N I D A U R L MBBIALI

en 61, hablarán enteramente una misma lengua : tuto ee,


la electa, 6 la que di6 Dios eo el Peroiro B auertioo pi-
meros padres.
302. El Tirino (autor sapientisimo) efirwle sobre a t e
lugar cuatro palabras, laa ouales aanque las deja s d t e i ,
solas y oomo aisledae, sin esplimae mucho ni poco; no
obstante, ee o o n m por ellas mismaa, a a g u e en medio d e
en oscuridad, que penetró bien, ó 4 lo menos e o q m b ó
vehementemente todo este misterio: pues confiesa espmell-
mente, que este l4bio electo, 6 esta lengua nniverbal en toda
la tierra, se verificará plenamente antes de aoabarse el mudo.
Sus palabras eon estas : Mau 6cia e l p n del mundo tc per-
fsccionarh oompbtamente (el idioma) en la gsnsrtd con-
uersion h Cristo de todoa los Judios*. Lo que ede sabia
dice y con6esa oon Unta brevedad y- oscuridad (paes en ea
Bistema no podia esplicarse mas), esto mismo en iustonoia
es lo qoe yo.digo, sin otra diferencia que poner despues del
_16n del siglo el mismo suceso que él pretende poner sin
ramn alguna &a e l j n del mundo.
308. Lecd, ó Cristbfilo, seguidamente el testo sagrado,
y proseguid byendo basta el fin del oapítuio. No halla-
reis en 61 otra idea, que la vocoeion futura de todo Israél,
y juntamente con ente gran suceso, anunciado en casi todas
las Escrituras, hallar& tambien el bn de esta Cierra pw-
aente, b lo qiie es lo mismo, el fin del dia de los hombres,
que el Sefior llama tantas veces la comnaucion del siglo ;
y loego despues de eete dia, el dia del Sefior, el siglo ven-
tum, el reino de Dios, 6 ia tierra nueva y nuevo cielo, que
apuraaros ngun sur protumas... en las pmora I4 jua-
tiaiat : para cuya justicia, paz, caridad, y uniformidad en
la miama fe, .en el mismo culto, en las mismas leyes y
ooetumbres, &o., deberá aervir y ayudar infinitamente la
Sed plenb perñcietur sub finem mundi in generrli omniurn Ju-
-
dseornm sd Chriatnm converaione. 3huo.
t Secundhm promha.ipoiusexpediriius, in quibus jutida h a
bitrt. - 2 Pet. iii, 13.
EN GLORIA Y MAQE8TAD. 211
d o n n i d a d de la lengua en todos los pusblos, tribus y
familiae de toda la tierra.
304. Nos queda qne considerar otro medio propio y
peculiar de aquellos tiempos, o1 cual, 6 m mire en sí
mismo, 6 tambien y mnebo mas en lea cimunstancias
que lo deben amqmñar, parece de enma importancia, y
por tanto pide una observacion partioular, 6 un capitulo
separado.
CAPITULO XII.

CONFLUENCIA DE TODAS LAS GENTES D E TODO EL ORBE


ACiA UN CENTRO COMUN.

PARRAm 1.
305. LLEGADO finalmente el reino de Dios 4 nuestra
tierra : renovada esta enteramente en lo ñsico, y en lo mo-
ral : relegado, encarcelado, y encadenado en el abismo el
.
tentador, que engaña tí todo el mundo.. para que no en-
gaiis rnaa 6 las gentes*: convertidas B Cristo las reliquias
de las gentes : instruidas, pacificadas, bautizadas las que
oo lo eran : santificadas todas p o r la sangre de su cruz? :
(6 del modo bien facil é inteligible que insinuámos ya, 6
de otro modo igualmente bueno 6 mejor, sobre lo que no
disputámos) para conservar en estas reliquias y en toda su
posteridad por mucbos siglos una fe pura, ona inocencia
de coetumbres, una devocion, un fervor muy semejante al
de nuestros padres Abraban, Gaac, y Jacob : uno de los
medios mas eficaces, parece que será, segun las Escrituras,
la peregrinacion B Jemsalén, entónces centro de unidad de
toda la tierra.
50g. De esta peregrinacion á la futura Jerusalén (via-
dora) hablan muchas veces los Profetas y Salmos, como de
una cosa frecuentísima en aquellos tiempos, 6 como de una
ley general B indispensable para todos los pueblos de la
tierra. Ved aquí algunos lugares de los mas claros, sobre
los cuales despues de bien considerados, podreis bacer las
mas serias reflexiones : como tombien sobre la inteligencia
Qui aeducit uaiversnm orbem... nt non ieduat unplius gentea.
- A ' . xii, 9 ; et n,3.
-
t Per iqpinern cm& ejus. Ad C h . i, 20.
LA VENIDA DRL MESIAS. 213
puramente acomodaticia y conocidamente violentisima que
ae les pretende dar en el sistema vulgar: en los últimos
d b (se lee en Isaias) estar& preparado el monte de la
ccua dcl Señor en la cumbre de los montes, y se elevar¿
sobre los collados, y corterán á é l todas las gentes. E
irán muchoa pueblos, y dirán: Venid, y d m o a al monta
del Seiior, y b la casa del Dios de Jacob, y nos enseñar&
air caminos, y andardmos en s w serder&: porque da
Sión saldrh la ley, y la palabra del Señor de Jerwddn*,
&c. Lo mismo se lee en Miqaem cap. iv, y lo mismo en
el Salmo ixxi todo entero, y en el lxiv y lxv, &c. En el
mismo Isaíaa cap. lx, le anuncia B Jerusalén evidentemente
futura, entre otras cosas, esta : Entonces u e r h , -y te enri-
queceráa, y t u wrazon se maravillará y eusatlcliar¿,
cuando se convirtiere h ti la muchedumbre del mar, y la
fortaleza de las naciones viniere & t í : Itwndacion d i ca-
nnslloa te cubrir&+.
307. Y en el cap. xlK .ee le habia anunciado ver. 21 :
dirás en t u corazon : ,j Quiún ve engendró estas ? yo e+
tdril, y sin purir, echada de mi patria, y cautiva; i
estos quidn los crió? yo desamparada y aola: i y es-
en donde estabanS? Y en el ver. 18 : vivo yo, dice el
SeRor, que de todos ertoa r e r h ueatida como de vestidura
de honra, y te los rodearás como una cspeea. Porque
tus desiertos. y tus soledades, y la tierra de t u ruina,
aora serán angostos para los muchos nurradores, y serán

Et erit in novissimis diibw praepemtui mona domds Domini in


vertice montium, et elevebitur super colles, et fluent ad eum omnes
gentes. Et ibunt populi rnulti, et dicent : Venite et ascendamus ad
montem Domini, et sci domm Dei Jacob, et docebit nos viaa sum,
et embulabius in semitis ejiu: quie de Sion exibit lex, et verbum
Domini de Jeruealem, &c.-Irai. ii, 2 ct 3.
t Tunc videbis, et aüluen, et mirabitur et dilatebitur cer t u m ,
quando converua fuerit ad te multitud0 meria, fortitudo gentium ve-
-
uent tibi : Inundatio camollorum operiet te. hui. Ix, 5 et 6.
1Et dices in corde tuo : i Quis genuit mihi istoa ? e p sterilie, et
non pariws, trensmipta, et captiva : ¿ et istoi quis enatrivit ? ego
-
destitute et sola : 2 et isti ubi erant ? Ircri. xlix, 21.
a4 LA VBNIDA DBL MBLIIAB

saikasbs los qw te d a n + Tada lo awil obier-


rraras difosamente ea el fenómeno v, rspeolo krrsero.
308. Ea Tobfos, cap. xiü, ver. 13, m le dice 4 la mima
Jemmlen : Briikrás con luz respIandedilte : y tedor
tbnnlmr ds la t i e m te adararán. Vedrácr á tí k
r&r da 160s: y trayerzdo dones, a d o r a h srr tí al
S*, y tendrán tu t k por m t Y d r i o . P w q w h t r t v
idr tí invoear8ño d granáe namére.. t. .
Q89. Finalmente, por abreviar, en aácesies (ecip. v ~ Ú ,
ver. 90) se dice : Hasta que vengan las pueblas, y moren l
en m u c h c i d d e s (6 como leen los LXX, y con poca dife-
wi. Papini, y Vatabio de un modo mas daro y mas
iitelipile : hasta m r a vendrán muchos puebios, y lar
hditantes de muchas ciudades) : y vayan los wadsrsr
arukr une dicimado al otro : Van- L omr, y ordrnas en k
p e s m - a del Geiior, y b a s q h s al S & de l a e g ¿ ~
citos: irb yo tarnbien. Y vendrán inwchor pbZoa, y
qeutesf w t a r á bwcar al Señor de los e&atos en Jkm-
Wúdn, y & orar en la pwseir&a del S d h . &to & sl
S&r de l o s eyercitos: ICn aqclellos disu, en que &S
liikorirbrer de todas las Ienguaa Bd la gentcs #omarBAI tí un
Judio, y le asirbn de la franja de w ropa, y b diririr :
Irénum coic w r o t i w : porque h d o que Diw a t á
con uoaotros$.
Vivo ego, dicit Dominus, quia omnibue h ia velut ornamento
veetieris, et circumdabie tibi eon &mi nponar. Quia deserta tua, et
solitudines tuae, et tema ruinte tuae nunc angueta erunt prae habitn-
-
mribiu, et 1 4 fngabuntur qui abirorbebaut te. l . .xiix, 18
et 19.
t Luce eplendidh fulgebis: et omnea fines t e m adorabant te.
Nationee ex longinquo ad te m i e n t : et m a m deferentes, dora-
bunt iu te Dominum, et terram turm in sanetificationem h a b a
bunt. Nomen enim msgnum inroubmt in W.. -Toa. xiii, 13,
14, et lb.
f Uaquequo veniant populi, et babitent in civitatibua mukis [ul-
huc venient populi rnultí, et Lbitatorei urbinm muttrrun], et v c
h t habitatares. unus ad dtenim dicentea : Eemns, et depncemur
faeiem Domini, et queramas Dominum «rercituum : d a m edun
ego. Et venient populi multí, et gentea robusta! .(a qaenndam
EN GLOPIA Y MAOBBTAD. 2l!i
510. Y en el eap. xiv a d d a de anunciar la cooromac
oion y mina tetal de nuestro siglo 6 tierra presente, anm-
oia luego bmediatamente no solo que quedarán relíquiar
de todas lar pntm, sino tambien lo que estas reliquias y 8e
h n d e o c i a deberán hauet en el siglo ventoro: todos lor
que q w d h m de t& las yenrtss quc ukiemn m t r a
J m m d h (6, todo d rrriduo de takcs las gentea, como
Pogmni : 6, cuuICIQuierta que hubwren sido dejados &
tahs k * , como leea Lao LXT), W á
rz& aiio
aiio 6 &ar d Rey, qus ea el SaRor de loo egercitas, y tí
easbtcr+ h f i t a de lor t í a h n á d m * , &c.
811. Por eeta 6ltima ptofecfa leida y considerada ha-
el &r dpi capitulo, y por tantPs otroa, parece algo mru, que
rexosid, qoe esta oonfbncia de t o b las reliquias de las
geet. P Jeposal6a. seTó Libre 4 tedos be individuos, que
qPigerea ir por su devorriao: mea oerá tambien oMigatoaia
y aamo urm ley fandamentai 4 todos los pueMos, 6 tribus, b
leisoe, de pmmntarse cada a60 en Jernsalh, por medio
de algunos dipntdoa, para que estos adoren en nombre de
kde h nacion a i sapremo Rey,le prdesten aa vaeallaje, y
reciban sus órdenes particdares por medio de.ws hgitimos
ministros.
3í.a Así 4 los unos como 4 los otros les será en aquellos
tiempos faciünimo el viaje d Jerusalén : ya porque la tierra
nueva y nwvo cieb quedarás ea mejor dimpoaicion y en
mejor temperamento de lo que aora están, ya porqne ni
por mar ni por tierra bailarán embarazo algrmo; pues ya
s o haix4 eo todo el orbe ni piratas. ni ladrones, ni mili-
Dominam exercitnum in Jemalem, et deprecandsm faciem Domini.
Hmc di& Doopmas exercitaum : In d i e b illh, ia quibun appre-
beedat decan hominw ex omnibue linguie g«itium, et apprehen-
dent fimbriam viri Judei, dicentes : Ibirnus r o b h m : audivhma
&S qaoniam Deme r o b i i m est. - Z d c h . viii, 20 dd 23.
El omnw qui d i q u i f m k t de unívenia gentibus, qaze rene-
~t contra J e n d e m (sive oinne rekiuunw de nniversie p t i b u s
&re, quicumque relicti fuerint de cunctis gentibus) : ascendent ab
anm m snnirm, & ndoreat ILcgem, Dominum exercitnum, at cele-
b m t festivitatem tabernaculorum, &c. - Zachar. xiv, 16.
a6 L A VENIDA DEL MM(31AB
estranjerai que impidan el paro: ya timbkn porqae la
mbtaa d d a d y hospitalidad en- todas les gentea atará
entbnces en toda su perfeooion, p h i p a l m e o t e en Jeru-
d é o y en Jodá, en donde, oomo afiade el mismo Zacariaa,
todas 1PB ollas 6 calderos eerán aantiñcedoa al Sefior : esto
es, deatinados 4 la hospitalidad, 6 ccrmnoer para todos los
forasteros : toda caldera en JenuoMn y en Judá ~ r san- 6
tijcado al üeñor... y so habrá aar ~ m &su la wra
del Ssiíot. de los sgetmtor en aqwl dia*. Este d 4 mi
parecer uno d e los fines y frutos d e loe saorifioios de mi-
males : los cuales deepues de ofrecidos al Sefior servirán
,

para el sustento necesario de tantos peregrinos. En cierta


ocas+n dijo el Sefior : Conpouion tengo ds a t a s gentes:
porque tres dias h a que a f á n conmigo, y no tienen que
comer : Y si lor enviare en ayuncrs á w casa, &f&-
wrbn en el camino: pws algunos ds elda han mido de
lqjosf-. Y no habiendo entánces otra esperan= por me-
d i o ~ordinarios. 'les pneo, no obstante, la mera en el de-
sierto con un gran milagro. ¿ Será entoncea me- mire-
ricordioso y prbvido en aquel dia? Juucrirto ayer y hoy:
61 mimo tambien en lor eiglosS.

513. Estaa peregrinaciones d e 1- gentes 4 Jernsalén,


6 adorar al Rey que es el &r de los egdrcitor, no s d n
entbnoes estériles 6 de poco fruto, como lo han i d o siem-
pre, por la mayor y máxima parte, las peregrinaciones de
aora, de las cuales dice no qin gran razon el venerable
Tomás de Kempis: los que andan en tierras egZraiicu,
Et erit omnis lebes in Jenirslem, et in Juda sunctific~mDo-
mino... et non ent mereator ultra in domo Domini exercituum in
-
die iilo. Zachar. xiv, 21.
?. Mieereor super turbun : qnii ecce jam triduo eaatinent me, nec
habent quod manducent : Et si dimilierteosjejunos in domum mam,
deficient in via : quidem enim ex eis de longb venenint. -Mar. vüi,
2 e: 3.
1 Jesus Chrietua heri, et hodie: ipse et in slecula.-Ad Hebr.
xiii, 8.
rara uez 6 nunca ss santi$can *. El fruto en aqnel siglo
feliz deberá ser tan grande, cuanto lo serán las cosas nuevas
y estupendas de que serán testigos ocularee. i Qu4 oosas
serán estas ?
314. i O Cristófilo mio! Serán mn duda machíaimas
que no están escrita^ en la Biblia sagrada, y que el Espf-
rim Santo deja 4 nuestra comideracion ; mas fuera de estas
serán en primer lugar aquellas pocas que están escritas, y
que no hay necesidad alguna de quitarles en propio rentido
obvio y literal: entre estas yo solo considero tres prioci-
palee y bien notables, d e las cuales se pueden inferir otras
muchas.
PRIMBRA.
815. Verán 4 lo menos alguna vez estos santos pme-
grinos la persona misma infinitamente amable y admirable
del Hombre Dios, 6 de un modo llano y familiar, como lo
vieron lw Apóstoles despues de resucitado, 6 en toda so
gloria y magestad como en el Tabor. Eeto suenan obvia y
naturalmente las vivas espresiones de los Profetas (exami-
nemos algunas) : se descubrirá h gloria del Señor, y verá
toda carne al mismo tiempo, lo que W 6 la boca del
Señor (6 como leen los LXX, toda carne verá el salvador
de Dios, porque el Señor liabl6)j-: Verán iaa gentes h su
jrrto, y talos las r y e s á su LnclitoS. Será visto el Dior
..
de los dioses en S i h , vieron todos lss pwblor su gloria. ..
Vieron todoe los tdrminos de la tierra al salvador del
Dios nuestro$, &c.
Qui multum peregrinantur, raro, ve1 nunquam saucti6cantu.r.-
Thornas o Kempir.
t Et revelebitur glorie Domini, et videbb omnkcaro pariter, quod
os Domini locutum elt (videbit omnis caro saluCere Dei, quiaDomi-
nns locutue.est). -1cm. xl, 6.
1 Videbunt gentea justurn tunm, et cuncti reges mclytum tuum.-
Zmi. E i , 2.
5 Videbitur Deus Deonun in Sion.. . viderunt omnea popnli lo-
riam ejud :...Videmt omnes termini tema salutere Dei nosh-i, &c.
- Pc. Ixxxiii, 8; xevi, 6; xcvii, 3.
816. Ve& y eeperimentarán por si misinos la mkidad
de Jerusalén y de todos s w habitadores. con quienea ha-
b M n en una misma ieogoa, de quienea recibirán toda
m r t e de obsequios, con uncilbz dr awamm*; y en
quienes no v e d i otra ooia u n i v e m a h ~ ~ tsLo
e 6p&m
ejemplos, idimitamente mer efio~ceapara pemuadu que
todae las polabm. De esta santidad de Jeradh futura
henios hablado p en vaiiai partea, apeoiaimente en d
oapítnlo M1 y no hay qiis repetirlo aqrú. Estos devotfrb
mw peregrinoe de todas las naciones 6 pueblos de la tiem
nueve, parece que son qnellos mismos con quienes se
hablo en el capítulo último de Isalai, ver. 10. AZegrtm
coa J w w a k , y re904jaoa can ella todoa lor que kr
asub :gaMor cm e& & goao todos Zoe que liwah sobre
ella (par turna), parro que mamair, y M& ZlsIor ds la tata
de au c o a d a c h : para que chupe& y a h d t i r en Lli.
&u úe toda un gloria. Porqw a t o dMs el Sáor : H e
eqvi que yo derivar6 sobre ella aono rio de pazJ.,&i
817. En el templo mismo d e d e entrarán frecuentemente
oomo' en csse de - d o n , p e a camo se lee en I s h : ni
aiso wM U a d cara de oracion parta iabr hrpwblos$,
ve& lo qne anuncia lhqui81 para ea nuevo templo:
M, y R. aquí q w lo g l o k d.l S&r h u h i b la wra
Bd S&: y me postre sobre mi rostro$. Verán lo qrie
In simplicitate cordis. -&p. i, 1.
t Laetamini cum Je-lem, et exultate in ea omnee qui diügitie
eam : gaudete cum ea gaudio univerai, qui lugetia ruper eam [icili-
cet nunc], nt sugetis, et repleamini ab ubere consolationie [ejus : ut
mulgeatia. et deliciis aflnotis ab omnirnoda gloria ejiii. Quii haee
dicit Dominua : Ecce ego decliaabo auper enm quesi fluvium
pacir, &c.-la'. Lxvi, 10, 11, ut 12.
Domua mea domus orationis vocabitur cunctin yopulis. Z& -
lVi,7.
6 Et "di, et occe implevit gloria Domini d o m u i Domini : et ce-
-
cidi in faciem meam. Enrech. xliv, 4.
BN GLORIA Y MAGBBTAD. 219
re anuncia en los emitoa .
dsl p r g e t a Jerenúar.. a p u r e
cerá la magestad del Safior, y hdrá n d e , como re -ni-
yertabe b M&&, y mí como qhreció & Salora6n, mando
pidió que el templo fuese santi&ado para el gran¿¿
Dios*. Entonces se entenderá bien, pues re verá peF
feetamente oumplida la chlsbre profecía de Ajéo, cuya ea-
@ d o n ha sido siempre bien incómoda.
Aun falta un poco (6 como lee S. Pablo oon los LXX
en la epístola 4 los HebrBos, xn, ver. %3: aun unu
wez.. .) yo comnoverI el cieb, y la tierra, y Qlr mar, y todo
el wrsiwrm. Y mouerd todas hgerctes :Y v BNDEA EL
D B ~ E A D o de todas &a gentear y henchiré esta ccrea de
#&u... Mia es la plata, y mio ea el oro... G r d rrrL
Icr gloriu de esta Gltima w a , nuu qw la de la primera
y e n s r t e lugarskrrk y o l a p t ...
...
918. Decis q a i que todo esto se verifi06 litsralrirsnts
en aquel segando qae edificaron loe que vinieron de Babi
lonia, pow en 61 se dejó ver muohas reces el Díeetas mismo,
p allí predicó, habl6, eurefio, &c. A lo cual mspodo m
breve, que no teneis ramn : lo primero, porqne aquel tem-
plo aunque fub el segundo, no fuB el novísimo.6 el áltimo,
ni le puede competer este nombre con propiedad : oantra
esta idea nniverralmente recibida en el ristema vulgar, al*
ma B grandes votes la verdad de las Eacrituiar : las curlei
prometen para lo futuro otro templo infinitamente mejor,
asi en lo material como en lo formal. Lo segundo : por-

* In descriptionibnr Jeremia?... et apparebit majeatas Domini, et


nubes erit, sicut el Moyai maniteetabatur, et sicut chm Solomon pe-
tüt nt locus sanctificaretur magno Deo, manifeatabat hm.- 2
Macab. ii, 1 e# 8.
Adhuc unum modicnm est [adhuc semel] : et ego commovebo
celum, et terram, et mare, et aridam. Et movebo omnes gentes : .
aT VBNILT DEBIDERATUS cunctíe gentibus: et implebn domum
istam glorih ... Meum eat argentum, et meum eat aurum... Megns
erit gloria d o m b ietinsnovíesimse plus qham prim E... et in loco iato
daho pacem... Agg. ii, 7,8,9 e# 10.
21W) LA VSNIDA B B L M E S I A S
que en aquel eegondo templo, en todos los 500 afíoa que
duró, no se onmplió aQnella promesa del Señor: en a t e
lugar dar4 yo l a par. Lo toreen, : porque la gloria de
Aquel segundo templo no,fué mayor, ni aun siquiera igual 4
la del primero que edi6c6 Salombn : vos mismo lo confe-
sPie d en otras partes ; pues ea innegable, segun toda la
historia sagrada. Si leemos el libro de Nehemías y los dos
de los Macabéoe, hallémos todo lo contrario. Si leemos
loe evangeiioe hallámoe aquel wgundo templo en tanta pro-
fonacion y tanta ignominia. que el Mesías mismo entrando
en 61 se sinti6 abrasado del celo de la casa del Sefior * :
Yhuciendo de c w r h como un azote, los echó. á todos del
teatplo, y las ovejas, y los bueyes, y arrojó por tierra e l
dinero de los cambistas, y derribó las mesas. Y d c o á los
qw uendian las palomar : Quitad esto de q u i , y l a casa
de mi Padre no l a hagais casa da trájco, &c t. Confron-
tad aora, como de pmo, este suceso con aquellas últimas
palabroa de la profecía de Zlicaríaa : no habrá mas murca-
der en l a casa &l S e h r de los egercitos en aquel dia $: y
beche esta confrontacion en juieio y en justicia, juzgad con
buena crítica.
319. Mas 6 sea en el templo 6 fuera de 61, en toda la
gran Jerusalbn y en sus confines, verán estos dichosos pa-
.jeros y gosatán de cerca de aquel magnífico convite, que
se anuncia y promete 4 todos los pueblas en el cap. xxv
de Isaias: el Seiior de los egkrcitos hará 6 todor loa
pueblos en este monte convite de manjares manteco-
m, convite de vendimia, de manjares mantecosos con

Quia... zelue domue tua comedit me. -Joan. ii, 17.


Et chm feciaeet quasi flagellum de funiculis, omnee ejecit de
templo, ovea quoque, et hoves, et numultiriorum effudit as, et men-
eas eubvertit. Et bis, qui columbas vendebant, diiit : Auferte ista
hinc, et nolite facere domum Patria mei, domun negotiationis, &c.
- Joan. ii, 15 et 16.
1 Et non erit mercator ultra in domo Domini exercituum in die
illo. - Zachar. xiv, 21.
tudtanos, de mno ain heces*. Espresiones y semejan-
8as vivfsimea, que prueban mucho, y dicen mas de lo qne
podemos aora imaginar. Con razon deoia el Santo To-
bias : Bicnauenturdo scrl, a' quedaren reliquia de mi
.
linaye para ver la claridad de Jerusalki.. p o r sus bar-
rios se cwntará Aleluya. Bendito el Señor, que la ha m a l -
zado, y sea ru reino en etla p o r los siglos ds los ,siglos.
Amen*.
320. No es inverosímil, que vean por defuera la cin-
dad santa bajada del cielo; y ai acaso esta se les oculta,
como yo eospecho, por estar cubiertn por defuera de algu-
un nube, de no modo eemejante á lo que sucedió antigua-
mente en el monte Sinni, que vean tí lo menos esta nube, y
entre ella algunas señales esternas y nada eqiiivocas de la
santidad y gloria inefable de aquel lagar. Jesucristo dijo
una vez 4 algunos de sus diacipulos, presente Nicodemus :
v m M el cielo abierto. g los angeles de Dios subir, y des-
cender sobre el Hijo del Hombre$. Esta promesa visible-
mente alusiva 6 la escala de Jacob, y que no consta haberse
vedicado jamás jno podrá vedioarse plenisimamente en
aquellos tiempos ?

321. Finalmente, para radicar mas profundamente en


todas las gentes, tribus, y familias de todo el orbe, un san-
to y religioso temor de Dios, que es el principio d e la ver-
dadera sabiduría y de todos los bienes, deberen todos loa
diputados, antes de volver B BUS respectivos países, bajar

Et faciet Dominus exercituum omnibus populis in monte hoc


conrinum pinguium, convivium vindemiae, pinguium medullntorum,
rindemioe defacate, &c. -I J xxv,~ . 6.
t Beatus ero, si fuerint reliqui~seminis mei sd videndam clarita-
tem Jeruealem... per vicos ejus Alleluis cantabitur. Benedictua Do-
minnr, qui exaltebit eam, et sit regnum ejus in emcula szeculomm
-
super eam. Amen. Tob,xiii, 20, 22, et 23.
f Videhitis coelum apertum, et angelos Dei aricendente-s, et dee-
-
tendentes supre Plliam Hominis. Jwn.i, 51.
LA VBNIDA DBL YB81AS

toabien al iafierno, y ver por s u propios ojos esta honible


viMoa. i Bqjar al infierno ? Sí, Crietbtllo, deberha bajar
penronalmente al in6erno. No yenseii por esto, que ha-
br40 de bajar al centro de la tierra, b segun la espresion de
S. Pablo á los lisgarsr r m bajos & la tierra : el infierno
de que hablo esiará entbwm bien risible, aun con los ojos
motenaies, sobre 1. superficie de la tierra. El testo de
I d a s , con que pone fin 4 toda sn profecía (fiera de lo que
ya queda observado en la coertion 7, cap. vü, que sería
bien tenerlo aquí presente), este testo, digo, de Isaías, no
drnite otra inteligenoia por mas que se busque 6 se desee.
En 61 vnehe 4 tocar la nueva tierra y huevo cielo, de que
hablb difuriamente en el capítulo antecedente : y endere-
mando le palabra primeramente 4 las reliquias de Israbl, lea
vuelve 4 asegurar de parte de Dios todo cuanto está 4-
to en en favor, y todo ouanto él mismo les bP anunciado en
toda su Iarw profecía : Porqua como lor cielos nrusvoa y h
tierra nueva, qw yo hago rirbhtir d e h t e & d,dicr d
&Mor: asf ab8iatirb vwrtra posteridad, y mrsrtro noa-
b e t. A badea aora y wnaiderad lo que se sigue inme
diatamente : Vendrh toda carne para adorar ante uiror-
tro, dice el Señor. Y saldrán, y ve& loa cadáusreu da
lor hombru, que p r ~ ri
w matra ~ : el guuana de
dlor no w K ó , y el fwgo ds eUoa no se apagar6 ;y r r á n
heata hartura & uuta & toda cama t.
328. Por estm paiabw pluace claro: lo primero, la
pmgrimcion de todas las gentes 4 Jerusalén. No digo
JO de todoa lar, iodividuoe, que esto p ~ w o e no solo moral

I n i n ~ pvtes
a temlB.-Al*. ir, 9.
~@lhhtCd~~~kITB~~&,qU e l4
p fB. c i a ~ t ~ e e o r c r p
m q dicit Dominua : sic stabit mv m et M m av m t m a -
I d . lxvi, 22.
f Veniet oinis a u o ut adoret corun facie mei, dicit Daminiis.
Bt egredientnr, st videbuht c a b e n vivomm, qni proavaricati imt
in me : vermis eorum non meriehu, et ignh sonim mn extinguetu:
etuPatnsque d u t h t o m ririda omaieuni-I~uixvi,23et
24.
UN GLORIA Y MABERTAD. m
&o ñeieamdate imposible; amo de todas les gentes por
medio de algunos enviados de cada gente, 6 país, 6 reino,
faera de loa que quieren 6 pudieren ir por su propia devo-
aion 6 o ~ o s i d a d ,que no dejarán de rer innumerables:
4 M toda carne pana d o r a r anta mi rostro. Lo se-
gmdo : la vimion borribb del iniiento y de sus condenadocl
de qae ramos hablando: y serán h t a hartura dc vista 6
toda carne?. Lo tercero : que el lugar donde estarán en-
o a r c e k h eetor msignes delincuentes resuoitados eatónoer
para q d h o *, no eetará ditante, sino muy vecino P Je-
nudm. Esto anenaa obvia y naturalmente aqaeilas pa-
labm : md&&n, y a e r h .
32& Yo sospecho veheinentemente par otro lugar de4
niismo Idas, que esta homble carcel no será otra coma
que el d l e sombrío de T&t. veciuo B Jerasalén y con-
t i p o al raHe de Cedrbn. Este valb de Tofét fuú bien
célebre en atrcw tiempos, por loa horrores qae allí se eje-
optnnm y que tanto deshonraron al pueblo de Dios: esto
es. qm los padres y madres sacrificaban sus propios hijos
p(irdoi de un modo mellairno al idolo de Moloc. Dice
Tkiao cit.ndo al Abulense y 4 S. Jerónimo : que en unas
d á t - ~ O L L nistd ~ Lciroo ascua por f-O qire
Iúr oplicírbrm, ~ t i a nvivas 6 las n&s los ~acerdotu,
ailrrrlor8o entre tantu en voz mag d t a , y tocando con
el mayar ruido varia instrumentos mbic~d,para im-
+ir crm este arti_lfcioque al clamor y llanto de aqtuUos
rirwables infanta fuuc oído de sus padru y parientes,
6 qViCMI parsuadian, que por medio & arta muerta,
paraban aqu,ellos niños á mejor vida. &te Tofdt d in-
fenid carniceria estaba eta Qeanma 6 u& &wa, qw,
a ~ 4 &l8 V d 6 G d h : y del, d + c @8tS89W~ Je
t d pdobra latinu GBBNNA, qw el IN-
P i s a N o t . 'De este valle habla algunas veces Jeremías
In opprobrinm. -Dan. d,2.
t Siqpidern a v s emea Statm~,sed btis nh @e subsRIleZo m-
deati puemb in mmw d@ant, m e d o t i ¡ interim psallentibw
.
dtiuima roce, tubibque tyrnpmique.. pentrependbne, ne miiem-
2% L A VBNIDA DEL M E S l A B

como de un lagar el mos abomhble de1 m=&, y psiwe


que estas abominRnionae se h i u a b e n ya desde loa
tiempos anteriores B David, pues de ellas hable en el
Solmo cv, y que duraron hasta los tiempos del santo rey
Joaíae; del cual dice la historia sagrada: Profanó ad
nismo á Tofdt, que a t h er el valle del G o da Enmm :
para que ninguno conrtagrára w hijo 6 hga por el fuego
h Mol6ch*.
324. Pues de este valle dice Isaíaa atar palabtai:
Porque aparejado srth lbfdt desde cryrr, aparejado por
el Rey, profu&, y apaciooo. Sur cebos,fuego y mucha
kña: el aliento dsl Sefior como torrente de a z q r e es al
que lo enci6iPde-t. Para tomar 4 estcis palabras todo ea
gusto, y conocer de qu6 suceso hablan y de qué tiempo,
sería convenientísirno leer atentamente todo este cagl-
talo xxx de I s h : 4 lo menos desde el verso 18, desde
donde se empieza á hablar manifiestamente de la conver-
sion y estado futuro de los Judios, y tombiin de la venida
gloriosa del Sefior. Despues de esto seria del mismo
modo convenientieimo confrontar un testo con otro, esto
ee, el versiculo ultimo del capitulo xsx con loa dos bltimoi
versiculos del capitulo lxvi del miemo Prokta, con goe.
pone fin 4 toda su profecia. Confrontad un lugar con otro,
y considerado el contesto de ambos, se veria ya como con
los ojos, que en el uno se anancia la snstanoia del suceso
ciertamente futuro, y en el otro se aefiala el lugar. Co-

rum puerorum ejulatua audiri poeaet parentibua ve1 afllnibus, qui-


bus persuadebant, infantes hac via B diis ad ethera rapi. Porro
Topheth istud, et infernalia carnificina erat in Ge-Ennon, id est in
d e Ennon veteria eujusdam Jebusaei, qnae para eat vallis Cedrm.
Unde gehncs nomen deaumphim ad infernum dcsignan<lum. -
Brin. in lib. iv j Reg. xxiii, 10.
Contaminavit quoque Topheth, quod eit in convalle a i i En-
non: ut nemo coneecraret Mium suum aut 6iiam per ignun,
-
Moloch. 4 Reg. xxiii, 10.
Praepvsta &t enim ab heri Topheth, b mge pmparats, pro-
fund., et didatata. Nutrimenta ejus, ignh et lis multa: fl-
Domini sicut torrena eulphuria iuccendexu eam. - ' l . .xxx, 3.3
tkjeare el ver. filtimo del capítulo xxx con el ver. último del
capltdo lxvi de dicho Pyofeta: vendrá toda carne para
adorar ante mi rostro, dice el 8 . r . Y saldrtín, y
verán loa cadáveres de los hambres, que prevaricaron
contra mi: el gvsano de ellos no morirá, y el fuego &
e h no se apagará; y serán hasta hartura de vista 6
toda carne.
325. Mas sea lo que fiiere del lugar de esta carcel ó de
este Qannon, 6 de esta Geenna, 4 lo menos parece in-
dubitable. qoe estoa insignes, é infeücísimos delincnentes
como wsuoitados ánicamente para qprobrio*, estarán en
aquellos'tiempos puestos á la vergüenza, 6 4 la vista
píiblica de toda carne; y que este horrendo espeotáculo
deberán ver con sus propios ojoa todos los que fueren 4
Jenisalén, á adorar al R q , que es el Señor & los egér-
citas?: para que se vea alguna vez patente ea la super-
ficie de nuestro globo la providencia y la justioia de Dios,
y la infinita diferencia que hay entre el jeuto y el injwto:
y entre el qU8 sirve á Dios, y el que no k irve$. Dd
nrismo modo parece indubitable, que esta homble vision
hará temblar 4 toda carne, produciendo en todos mantos
la vieren y en cuantos la oyeren de estos testigos oculares,
todos aquellos efectos saludable#, que produce siempre el
religioso y verdadero temor de Dios.
¡3%. Con la memoria é imagen vira de esta horrible
vision (biea di6icil de borrarse del todo) y con la memoria
é imagenes igualmente vivas de todo cuanto habrán visto
y oido en Jerusalén, segun apuntámos antes, volverán
estos religiosos peregrinoli 4 sus respectivos paises, ern-
tando todos aquellos sentimientos y afectos saludables
que el Espiritu Santo quiso que quedasen escritos en el
Saimo cxliv. La generacion y generacion alabarán t t ~
obras, y publicarán tu poder. Hablarán la magn$cen-
In oppmbrium. -Dan. xii, 2.
f Ut adoret Regem, Dominum exercituum. - 2 a c h a ~ . xir, 17.
1 Inter justum et impium : et inkr &entem Deo, et non scr-
-
vientem ei. Maloch. iü, 18.
TOMO 111. q
cia de t w ranta yloria, y contcnán tw maradlar. Y
dirán h virtud & bw c o a t ~terriblsr, y contarh tu
g r d w . R e b o w á n la ahdailcipl de tu su<ruic;ad, y
dtoth & contento por tu jurticia ...
Lú gloria dc tu
m'm &&u, y da tu poder hablarán: Para hacer anw-
orr6 ler I ~ o r d e l o r ~ e r podar,
tu yla gloM&la
~(gniJcma'ade tu reyno*.
827. QuB medio tan escelente y tan e&- en el mismo
ea esto pere-ion 4 Jendéa, para conmrvar en toda
IUI perfeooion la fe, el temor de Dios. la justicia, la p
y la inooencia en todm loa habitadores de lo ti-! Mien-
ú~ a t a ley se obeervare, no hay que temer quiebre 81-
gpna de oaisiderotion, 6 de dificil remedio; no hay que
temer, digo, ni herejias, ni ciamas, ni aptasíso, ni ni^^-
gow> da aquellae grandes eso8nd.lor que han sido tan fre-
-tea en la Iglesia de Cri~todesde w prindpio haata k
presente, y que deberán continuar sin interrupcion h a i h
h .iesp. Mar el gran trabajo es, qw la obsewanoia de
esta ley fudomental s o aerá perpétua, segan verémoi B w
tiempo. Entre teoto nos es n e d aquí, p a n llenar al-
p t n veoim, una e@ de digreaion.
Generatio et generatio laudabit opera tea: et potenhm tnam
' pronuntiabunt. Mnpificentiam glorie sanctitutia tum loquentor :
et mllsbilis tus narrabunt. Et rimitem terribilium tuornm dicent :

w t : et potentiam tuam loquentw : Ut notíun faciant 6lüqhomi-


num potentiam tuam : et gloriam mrllnificentioe m@ M.- PI.
cxliv, b 4 wqus ad 7, si 11, 12.
CAPITULO XIII.

SE SATISFACE A VARIAS CUESITONW Y DIFICULTADES.

.328. Lo que queda escrito en este tercera parte (os


oigo decir con oierta especie de digaato) parece muy
pobre ; ni corresponde 4 nuestra espectaoion, ni es capaz
de llenar nuestra curiosidad. Esperábamos cosas grandes
y maravillosas sobre el mino de Jesucristo en nuestra
tierra. Esperábamos notioiaa claras 6 iadivid& no rola-
mente mbre la sustancia, sino tambien y mnaho mas, 8oBm
Isa circueetanciae y modo de esb reino de Jeauctieto. Bai-
parábamos que este modo y oiremstawias partionlswi, w
solo se tocasen (dej6ndolas l a e g ~4 la ooesiderieíon de
loe lectores) siRo que se a e p k e n y a h r a m n oon id-
&ras : M- norotaw srpertíbaror...* E a ~ v. g. m
ver y entender perfectamente la eoci.onúa y gdierm da
un reino tan grande, qne debe comprender el orbe de la
tierra todo entero : Y el S& urá al Rsy sobra toda h
...
tisrra : -f la pisdra qscs lidia hrido la utátua, re
hizo un grsads d e , knoAi6 t& la t h $ . So
gerarqaia así ecleuiástica como aivil, sus leyea eivilea y
eaesiáeticas, su liturgia, sus ceremonias ea el rito esterno,
su diiciplina, loa verdadesos límites 6 oonhes entre la
poteetad eclesiástica y civil. Si ambas potestades esíarán
entonces en perfecta armonia y amistad, ayudendoee má-
tuameate y dándose sin interrupcion b u l o de ver&dem
paz. Si estarán unidm en una sola pernona, de modo que
el pastor sea al mismo tiempo el rey de toda sqaella por-
cion de paie, que comprende su diócesis. Cosa, decie, que
no es inverosimil, pues han de unirse perfeotanisnte en el
-
Nos autem eperabamua. Lac. xxiv, 21.
.t. Et erit Dorninua Res super omnem krrsm. -Zochr. xiv, 9.
f h p i a autem qui percnaremt statwm, factur est mois myyiw.
i t implevi! univenam t e m . -D ~ Rii,. 36.
Q2
228 LA VENIDA DBL MBSIAR

supremo Rey y sumo Saoerdote Cristo Jeeus, aal como es-


tuvieron unidas en m tiempo en Melqnisedeo, que fa8 el
mismo tiempo rey de Salém, y sacerdote Al Piar Al&-
m0 +.
829. D e estas preguntas podeis hacer cuantas se ofre-
cieren h vneetra imaginacion, pues el campo es cierta-
mente ampllsimo ; mas la vepuesta 4 todas ellas me parece
6 mi tan facil como breve y compendiosa. Si yo respondo
- dque todae estas cosas las ignoro, porque do las hallo en la re-
velacion ; ;quedareis por eso en derecho de negarlo todo?

Parábola.
390. Pocos a6os antes del nacimiento de Jesucristo,
euando ya todo el imperio romano, acabadas. las' guerras
civiles con la muerte de Antonio y de Cleopatra, habk
quedado en paz bajo Augusto, un pequefio Rabino, repu-
tado con ramo por el infimo, 6 por uno de los Infimos, se
poso h leer y estudiar con estudio formal los libros sagra-
dos : afiadiendo para eu mejor inteligencia el estudio no
menos principal de cuantos escritores b lejioctoree le fue-
m accesibles : habiendo perseverado en este estudio mas
de veinte aiios, entendió finalmente entre otras cosas tres
puntos capitales, 6 tres misterios gravibimos, que ya insta-
ban, 6 qne no podian tardar mncbo tiempo segun las Escri-
turas. Entendió 10 primero m n ideas claras, sin poder ya
dudarlo, que venido el Mesias (cuya venida ya mstaba,
conforme B las semanas de'~anie1,cap. ir) que el pueblo
de Dios, el pueblo santo, el pueblo hebreo, que tantos
siglos lo habia esperado y deseado, seria su mayor e n m t
go : que lo perseguiría, que lo reprobana, que lo trataria
como 4 uno de los mas micuos delincuentes. poniéndolo al
fin en el sup!icio infame y doloroso de la cruz t.
331. Entendió lo segundo: que por este sumo delito, y
mucho mas por su incredulidad y ostinacion, IsraBI mrja
reprobado de Dios, por la mayor y maxima parte: que el
-
Sacerdos Dei Altissirni. Cm. xiv, 18.
.t Pt. xxi ; Itai. liii ; Dan. ix.
Mesiae seria respecto del miemo Israél, en piedra de tro-
piezo, y en piedra ds escirndalo c í las dos casas de Isrdl,
en lazo y en ruiiur á los moradores de Jerusalén*: que
dejaria en fin de ser pueblo de Dios t.
352. Entendi6 lo tercero : que en lugar de Israél inicuo
y por eso incrédulo, que no quema congregarse, ni se con-
gregaria$, llamaria Dios B todae las gentes, tribus y len-
guas, de entre las cuaies (lan que oyesen y obedeciesen al
evangelio) sacaria otro Isra41, otro pueblo, otra igleeia su-
ya sin comparaoion mayor y mejor : que en esta iglesia 6
pueblo suyo, esparcido sobre la tierra (y o1 mismo tiempo
congregado en un solo cuerpo morai, y animado y gober-
nado de un mismo Espiritu de Dios) se le ofreceria por
t o d a partes $ un sacrificio de justicia limpio, y puro, é infi-
nitamente agradable al mismo Dios 11 : y que este sacrificio
.
no sena ya segun e l órden de Aaron.. rino segun el órúen
de iiíelquiseddc 8.
335. Sobre estos tres puntos capitales que babia eotcn-
dido con idean claras en la leccion y estudio de los libros
santos, escnbi6 nuestro Rabino uu opúsculo pobre y sim-
ple ; mas por eeo mismo tan convincenta, que aun loa mas
doctos y eruditos, que parwian ser laa ciolumreas -, no tia-
llaron modo alguno razonable, aunque lo buscaron con todo
el empefio posible, de impugnarlo directamente. i Por
qu4 ? Porque citaba fielmente en todo su contesto lugares
clarísimos de la Escritura santa, coiiierrzado dsrds i?fois¿~~;
y de todos lo8 Profitar .j--l-. Porque combinaba unos lugare~
In lepidem autem offenaionis, et in petram scandali duabus do-
mibns Isrsel, in laqueum, d in minan habitantibu Jem8dem.-
Id. viii, 14.
t D s n . i x ; O ~ . i s t 2 ;Iloi.Pi.
f Et Ln,e1 non congregabitur. - Imi. xlix, 6.
5 In omni loco.- Mslach. i, 11 ; et 1 ad !#%J. i, 8, &c &c.
1 Mdach. i, 1 1 .
9 Secundhm ordinm Aaron ... sed secundhm ordinem M&hise
-
dech. A¿ Helk. VE, 11 ; st Po. ex, 4.
** Qni vibautnr columnse este. -Ad CdBr. ii, 9.
-
tf I n c i p i e ~h Mope, et omnibus prophetis. l u c . xxiv, 27.
%QO LA VBWIDA DEL M E S I A S
coa otros y con esta c o m b i n o h bacia mas patente ia vet-
dad de Dios. Porque con esia verdad de Dios clara é
innegable coavebcie de arbitrarias, de impropias, ds vio-
lentas, y por coneignienie de falsas las inteligencias que se
pretendian dar B dicha lugares clarísimos de la Escritura
santa. Porque ......
334. No obstante ; como estas ideas, aunque concordes
perfecta y manifiestamente con las Escrituras, parecian dia-
metralmenta opuestas d las ideas vulgarmente recibidas, fué
como una consecaencia natural que se alborotasen no pocos
(unos maa, otros menos, aegun el talento y erudiciou de cada
ano.) D e c i ~ nloa mas (y los mewa cuerdos) j no es eBte
el lnfimo, b uno de, loa Lafimos entre todos nnesiros escri-
bes ? Pues i es creible que este ínfimo haya venido 4 des-
cubrir unos misterios tan grandes y tan nuevos, que ha*
aora se habian oaultado 4 nuestros dootisimos ? Y se escan-
dalizaban en el*. Otros, mas cuerdos 6 mag sagaces, m-
nociendo bien le diücoltad de combatir directam~nteIa sos-
tancia de aquel esorito (en el cual no hallaban otra cosa
que la Escritura misma fielmente aitada y combinada) se
convirtieron enteramente 6 las oircunstancias.
335. Empesamn desde luego B oprimir al pequefío au-
tor con preguntan no menos importunas, que imsorias, d
que ni 61, ni otro alguno era capaz de responder. Le pre-
guntaban v. g. j cómo sería este nuevo pueblo de Dios,
este nuevo Israél, ó esta nueva Iglesin compuesta de tan-
tas gentes, pueblos y lenguas? ¿ Cual sn órden, 6 sn ge-
rarquia: cual sena su ciudad capital, 6 el centro de unidad
de una iglesia tan vasta : cuales sus leyes, sus costambrea,
su disciplina, su culto esterior, su sacerdocio, sus eacrül-
cioa, sus ceremonias, &c. Le instaban algunos fuertemente
(y no pocos, tentándsle, pura poder1eacusar.t-), que se es-
plicase mas bobm la inteligencia literal que pretendia dar B
aqnel testo de Malaquias: no está mi voluiltd en varo-

* Et scandaiizabantur in eo. -Mat. xiii, 5;.


t. Tentantea cum, ut possent accusare eum.-@lonn. vlii, 6.
EN GLORIA Y MABBSTAD. 281
..
tror,. ni recibirl ofrenda alguna & vwrrlra rnairo. Por-
que && don& nace el sol hasta don& se pone, gran¿¿
e8 mi nomóre entra las gentes, y en todo lugar se sacri- '
#ca y ofrece h ni wmbre ofrenda pura :porque grande
cs mi nombre entre las gentes, dice el Señor de los egérci-
tos +.
336. Le pedian, que esplicase con ideas clams, qo6 m-
criñcio sería este : con qa6 ritos 6 ceremonias se ofrecería
d verdadero Dios : si habria en todas partes t templos trn
magnificos como el de Jerusalén : si habria sacerdotes b
mados indiferentemente de todos los pueblos, tribus y len-
guas, 6 de algnne tribu 6 familia particular : qu6 vestido0
usarían estoa, así en los templos como fuera de ellos: 8
sería obligado el nuevo I d 1 de Dios B circuncidarse efect
tivamente y B observar toda la ley de Moiaés : si en lopr
de esta ley m daría otra y cual, &c. &c.
837. El peqoeho eocriba 6 Rabino, apenas digno de e&
nombre, se eentia no solo embaraaado, sino oprimido coa
tantas preguntas. Su respuesta B todaa ellas era general
(ni p o d i ser de otra manera) ; pues el modo y las oircuns-
h c i a s partionlares de noestra Iglesia presente no se hallau
ciertamente en la relacion, no obstante que se halla clarlsi-
ma toda la suhtancia de este gran misterio. Aei decia 4
grandes voces, sin temor de 1s tempestad de piedras, que
veia en las manos de le infima plebe : la cosa sucederá pun-
taalmente así como está escrita, pues como dice el Sefior,
aunque P otro pmpbsito : Mi corusjo rsrbsistirá, y toda m i
boluntad m h hecha$. I d 1 dejará de ser pueblo de
Dioe por su imedulidad, y las gentes serán llamadas B

...
Non est Uhi roladtes in v d m , et mnani non auscipicrrn de
manu veetra Ab ortu enim rolir -que 8d occoanrn, m a p u m cst
nomen menm in p a t i b ~ et
~ ,in omni loco iacridcnhu, et offertur no-
.m b i meo obLstio mun& : q t h megnum ajt nomen menm. in genti-
-
bns, dicit Dominns exercituum. Ma&ch. i, 10 st 11.
In omni loco. -Id. ib. 11.
f Couoiium me- ,-m et omnb v o h t e ~ ha.-I~ai.
Jvi, 10.
oouper su lugar. El modo y circunstancias particulares,
con que se obrará este gran misterio, yo no lo sé, porque
no lo haUo espreso y claro en las Escrituras sagradas.
838. Solo sé por ellas (proseguia diciendo), que el Me-
das, cuando venga, se ofrecerá á el miamo en sacrificio b
Dios su Padre por lo8 pecados de todo el mundo : si .ofre-
cfere 814 alma por elpecado (dice Isaias), verá una des-
cendencia muy duradera, y la voluntad del Señor ser&
prosperada p o r su mano *. Solo sé que esta descendencia
muy duradera, 6 lo que parece lo mismo, esta sucesion
cootinunda de hijos de Dios, engendrados por el Mesias mis-
mo con su muerte dolorosisima, con su sangre y con la efu-
sion de su divino Espíritu, serán tantos en toda la tierra, que
será imposible numerarlos y contarlos : i su gewracion quidn
h contará ?...aquel mismo justo mi siervo justijicarh á
muchos con s u ciencia, y d l Ziévará sobre sí los pecados da
.
ellos -t.. Este rociará suuchas gentes S. Solo sé por el
salmo cix que habiéndose ofrecido á si mismo por el peca-
do, será un Sacerdote eterno, y no ya segun el órden &
Aarón (sino), segun el brden de Melquisedlc 5, cuya obia-
oion 6 sacrificio fué el mas simple de todos, pues se redujo
todo á pan y vino.
339. De este modo respondia nuestro simple Rabino B
todas las simples preguntas que ue le haclan, y B todas la
dificultades que se le proponh. Y en efecto, i cómo era
posible que un hombre ordinario (y auuqoe hubiese sido de
una perfecta ciencia), pudiese responder treinta afios antes
del nacimiento de Jesucristo á tantae y tan divereas pre-
guntas sobre el modo de ser de nuestra Iglesia presente?

*. Si posnent pro peceato animam anam, didebit semen lmgtem,


Domini tn mmn ejui digetur.-Imi M,10.
et ~ o l a n m
f~ Genentiooem 411s
q u e~n s m r i t P... in acientia m s j w t i h -
bit ipse justu iervus mcU8 mnitoe, et iniqoitatea eorum ipse por*
bit.-I~ai. iiii, 8 et 11.
f Iste aaperget gentes multas, &C.- Iwi. lii, 16.
5 Secundhm ordiiem Aaron, sed secundbm onüaem Melchise-
-
dech. YidG ep. ad Hcbr. vii, 11 ; c i PJ. cx, 4.
YN GLORIA Y YACESTAD. 238
;Quién podría saber entónces con ideas claras y c h u m
tancias individuales, lo que debia suceder en el mundo des-
pues de la muerte del Merias! La sustancia de este gran
misterio se halla ciertamente en las Escrituras, y nuestra
propia espenencia nos lo enseiia así, y nos lo hace advertir
üecuentísimamente ; mas las circunstancias particulares no
. ee bailan. Pues i cómo las podian saber ni aun sospechar,
¡os que viviao en Jerusalén en tiempo de Anqusto ?
340. i Podria entónces probarse con algun lugar de la
Escritura, que el Mesias elegiría doce hombres idiotas, hu-
mildes y simples, para fundar su Iglesia y llamar y coogre-
ger en ella toda suerte de gentes ? i Podria entónces pro-
barse con algun lugar de la Escritura santa, que uno de
estos idiotas, constituido príncipe eutre todos, sería envia-
do 4 poder su silla en la misma capital del grande y so-
berbio imperio romano? ;Que esta silla humilde se man-
tendria en Roma firme é inmutable, 4 pesar de todas las
oposiciones, contradicciones y violencias del mayor impe-
rio del mundo ? i Que este imperio que parecería eterno,
se veria en 6n precisado 4 ceder su puesto 4 la silla de un
pobre pescador? i Que esta silla sería reconocida y res-
petada como el verdadero centro de unidad de tbdos los
creyentes verdaderos de todo el orbe? i Que estos verda-
deros creyentes de todo el orbe edificarian e n todas sus ciu-
dades, en RUS villas, y aun en su8 campifias, templos innu-
merables para dar culto en ellos al verda* Dios ? i Que
en todos estos templos innumerables se ofreceria incesante-
mente B Dios vivo un sacrijicio continuo: esto es, el sa-
crificio y oblacion muuda de que ae habla en Malaquias?
,j Que este sacrificio, y oblacion munda no sería otra cosa
sino el mismo cuerpo y sangre de Cristo que se ofreciá en
la cruz una vez. y esto bajo las especies de pan y vino; se-
~ P C Rel &den & Melquised¿c ? ¿ Qne este sacrificio, en fin,
se ofecería d Dios con estas, 6 con aquellas ceremo-
nias ? &c. Todas estas cosas particnlares, que aora vemos
y gozamos, jse podrían saber treinta afios antes dcl naci--
a84 L A VENIDA DBL M E B I A S
miehto de Jesucristo, solamente con la leccion de la by y
de los profetas? Pues apliquese la semejanza en asunto de
que aora tratámos. La aplicacion no puede ser mas fllcil.
PARRAFO 11.
&Li. A todas cuantas preguntas me hiaieren los cario-
me, y B todas auu~tPBcuestiones y dificultades eecitaren
los sapientísimos, yo no puedo responder de otro modo.
Confieso ~implemente(ni tengo por qaé avergonrame de
esta confesion) que ignoro abnolutamente' infinitas cocnr
particulares, que sucederáo en aquel siglo feliz, de qae las
Encritmas w hablan palabra. Ignoro tambien el modo y
airoomtancias con que deberán verificarse aun aqaellaa mis-
mos que anuncian clarísimamente las Escrituras, y cuya
sustancia 6 misterio general me pareoe innegable. No
obstante, aun ea medio de esta ignorancia y obecaridad, en
lo que tocn al modo, yo pienso todo cuanto bueno puedo
pensar, así en lo moral como en lo íkico : y me e s t i e ~
d o p d * para lo cual me parece que me veo como
convidado y aun escitado de las vivlsimaa espresiones de los
Profetas de Dios. Mas despues de haber imajinado y pen-
sado eisanto puedo, 6 cuanto soy capaz de imaginar y pen-
sir en el estado presente, no por eso CRO baber pensado 6
imaginado justamente; pues no ignoro que todas mis ima-
ginacionee 6 mis pobres ideas, las he tomado preetadae de
todas aquellas coeae que hasta ama han podido entrar en la
sastancia de mi alma por medio de mis cinco sentidos. Per
tanto, me persuado, quo las cosas andarán en aquellos
tiempos de un modo mejor y mas perfecto de lo que yo he
podido imaginar : pues al 60 mis imaginaciones son tomados
del reino de los hombres, y aquel sera ya reino de Dioa
i Qub diferencia! i Qué distancia!
342., Habrá pues, en este reioo de Diea y de su Hijo
Cristo Jeans (d quien dará entóooes la potertad, y la Iiierr-

Et qusntum possum tantum audeo.


BN GLORIA Y YAOBSTAD. 286
ra, y e€ reino: y t d a r hs puellor, tribus, y lengrrcu le
~ e w i r á n& di* :) habrá, digo, un gobierno, 6 un órden ad-
mirable ; por consiguiente habrá una gerarquia, asi corno la
hay aora en la Iglesia católica y en cualquiera estado seau-
lar; con sola la diferencia bien notoble, de ser entónces sin
oomparacion mas perfecta y mas amocida de todos : He
aquí, que reinará un Rey conjusticia, y los príncipes pre-
d i r á n cm rectitud. Y este varon ser& como r e f q w
para el que se esconde de1 viento, y se guurece de In tem-
pest d...Ed que ea ignoraate m será rnas llamado pAn-
cipe : ni el cngmicrdor sertí llarricr<lo mayor*. Serán en-
tóoces ciertos y palpables los verdaderos limites entre el
mcerdocio y el iiplperio Iw auales en el estado presente han
sido, son y ver&milments eeráa eoasion de grandes dispu-
ira, ain espetaosa alguaa rrt.onable de que se d4 lo qae M,
ea suyo O alguna de las partes, paes ent6oces el sumo sa-
cerdote Cristo Jeem 4al mismo tiempo Rsy sobre tockr
la tierra... y uno 8010 #er& el S&, y uno u010 sur&w
wmbre $.
343. Habrá oiertamente leyes así ecksiásticas como
civiles, y unas y otras sapienhimas y proporcionadas 4
aquellos timpoa Estas leyes, segun lo que podbmos m-
legir de las Ewrituras, s e r h pocas y claras, cornprendieir-
do no obstaate machkimo en pocas palabras. Fuera de
las que eon de derecho natural. comprendidas en el decáio-
go, 6 ea lar dos tublirs de piedra escritas c m el de& de Dios
vivo 5, apenas se hallen en loa Profetas, dos f a n h e n t a l e s

Poteebtem, et honorem, et iPgnum : et oinnes populi, tribor,


et linguze ipsi servient. -Dan. vii, 14.
t Écce & justitia regnabit Rex, et principe~in judicio pmenint.
Et erit vir, sicut qni absconditur B vento, et celzet se B tempcs-
tate.. . Non vocabitur ultrh is, qui insipiens mt, princeps : neque
fmudulenhie eppdbbitur n>TPr. -lasi. a d , 1,4, et 6.
3 Rex eugar orencm me:... Et d... Dominus unan, et erit
-
nomen ejus unum. Zachar. xiv, 9.
-
8 Dito Dei (vivi). V i Deut. ix, 10.
es L A V E N I D A U B L MESlAS

y (qewrales á toda la tierra, es B saber : la prohibioim es-


presa y absoluta do toda especie de armas y de todo egw-
ciclo militar, de que hablan Isaías y Miquéas, y de que se
habla en el salmo xlv y ixxv, p la ley importaniísima de que
se habla en Zacaria cap. xiv, y en otros varios lugares de
la Escritura, como acabámos de observar en todo el capi-
tulo autecedente. A ltrs cuales se puede afiadir la que se
halla en el mismo Zacarías: que vosotros ameis la ver&
y la paz *. Si la verdad y la paz se viesen alguna vea en
la tierra practicadas universalmente entre todos sna habita-
dores, ¿ qué mayor felicidad sa puede imaginar? Ea ver-
dad, que aora tambien tenémos esta ley ; masno es lo mismo
tener una ley que observarla : Sedpuer hacedores de lo p-
labra. y no oidoreo tan solamente, engotdÚandoor tí vosotros
rnis8~ost. Yo hablo aqnl principalmente de leyes bien
observadas. Aunque en las Escritura no se hallan dres
leyes conocidamente propias de aquelloa tiempos ; me per-
suado no obstante, que para el buen Grden y reglamento
así en lo civil como en lo eclesiástico de todo nuestro orbe,
conforme este se fuere poblando, saldrá de Si6n la ley, y
la palabra del Se,fior de Jerusaléo.
344. Sobre este testo: de Si6n ~ d d r hla ley, y kr
palabra del Señor de Jerusalén$, y sobre su verdadera
inteligencia 6 sentido, vep, mi Cristófilo, que quedaia no
poco descontento. Volveis á insistir de nuevo en que se
puede muy bien entender de la predicacion 4e los Apbri-
toles de Jesucristo, que salió de Sión y de Jernealén, y
de allí se propag6 por toda la tierra. A lo cual os ree-
pondo en breve, que es cosa bien facil sacar 6 arrancar
una cláusula de la Biblia sagrada, y hbiéndola separado
enteramente de todo cuanto la precede y la sigue, acom*

Veritatem truithm et pacern diligite -Zmhor. viü, 19.


t Eetote autem factores verbi, et non auditores tanthm, f d h t e ,
-
vosmetipsos. Ep. Jacob. i, 22.
f Exibit lex, et verbum Domini de Jenisalem. -Imi. ii, 3.
darla luego al suceso que se quiere: mas si esta mima
oláusula se considera unida esheobamente con las que la
preceden y la siguen, j como ser4 posible salir de este
empefio con honor? Si el testo de que hablámos lo mirais
atentamente con todo su contesto, así en Isaías capitulo ii,
como en Miqueas capitulo iv (donde únicamente se halla)
con esta sola diligencia e s t o cierto, sin quedarme sospe-
cba de duda, que os vereis como precisado 4 poner la
mano robte la boca'.
345. Lo mismo digo de tantos otros lugares de la Es-
critura santa, sobre los cnales os qnejais del mismo modo
de que yo no quiera entenderlos de la primera venida del
Mesías (tan gloriosa dmfs para el mismo Sefior) sioo que
todo, 6 casi todo se deba cn mi sistema enderezar inme-
diatamente 4 la segunda. i O Cristófilo mio ! permitidme
que os diga, siquiera por esta vez, que vuestros lamentos
son injuotos. Lo que bay cierto en las Escrituras perte-
neciente 4 la primera venida del Sefior, lejos de querer
usurparlo para la segunda, lo he propuesto, lo he espli-
cado, lo be oonfesado y aclarado en vanas partes de esta
obra, conforme ha ocumdo y sido necesario ; pues no creo
menos, ni venero, ni amo menos esta primera venida, que
la segunda que esperámos, siendo ambas venidas dos artí-
culos esenciales y fundamentales del verdadero Cristia-
nismo. Si dospues de esto pretendeis todavia, que yo
entienda ú acomode aunque sea violentisimamente 4 la
primera venida del Sefior y B la Iglesia presente, aun
aquello mismo que veo y palpo, que habla de la segunda,
en esto d q w no puedo ceder, sin hacer una gravíaima
injuria 4 la verdad conocida, y por consiguiente 4 la vera-
cidad de Dios. Por tanto, me admiro con grande admi-
raeiont de ver los grandes é inútiles esfuerzos que pro-
curais hacer. no digo para negar, sino para prescindir ab-
eolutamente de esta verdad de Dios, que ya conoceis, no
Manua auper os. -Vide Micli. ni, 16.
1. Admiratione mapa. -Apoc. xvii, 6.
!a8 LA V E N I D A DEL MBBIAB.

menos que yo: lo cual infiero evidentemente de v o d r a s


pretensiones, y mucho mm de la iaeficrreia y aria frialdad
eatrema de vnestm aigomentue. De mauera, que sin
alguna razon ni fundamento Jgaao, sino solamente porque
así conviene á v u e m debilísimo sieterna, quisierais que
todos preacindihramos del sentido literal, clara y palpablo
de innumerables escrituras : y que en lugar de este verda-
dero neotido, recibi6semos otro puramente acomodaticio, y
not~contentásemos con 61. Mas esto, j como se puede
baca ? i No repugna al sentido aosann? 1No lo pro-
hiben todas las leyes qaturalea, divinas y.bnmenas? No
lo probitbe espresamente el Concilio 'Iiidentino, Sesion
0DUIa ?
CAPITULO XIV.

FIN DE LOS MIL &'OS DE QUE HABLA S. JUAN: SOLTURA


DEL DRAGON : CAUSAS DE ESTA SOLTURA Y SUS EFECl'O&

PARRAFO 1.
346. HEMOS llegado finalmente B la áltima, 6 dimos
mejor tí la penbltima época del gtobo que habitámos. D i e
penáltima época. porque despuea de esta que vamos B
considerar aora, nos queda todavia otra realmente eterna,
dsspueu dc la cual no hay otra. Hasta los oodhee de
esta Bpoca, mas sin tocarla, nos han aoompafiado y ayu-
dado infinito casi todos los antiguos Profetas. De a q d
para adelante no tenémos ya que consultarlos, porque
todos nos abandonan. Todos terminan sus profecias en el
reino de Dios y del Medas su Hijo, aquí en nuestra
tierra, sobre los vivos y viadores. Todos paran aquí, y
ninguno pasa adelante: como si este reino 6 juicio de
vivos b viadoree, hubiese de durar eternamente: como si
jiunas hubiese de haber en ese reino alguna novedad digna
de consideraoion, 6 alguna mudnnza sustancial. A lo
menos es ciertísimo, que sobre este punto particdar nada
ae aplican : ni nos dejan algana idea precisa y clara sobre
ei h úitimo de toda los vivo8 y viadores. 6 de toda gene-
racion y compcion.
347. Solamente el último de los Profetu canónicos,
que el apostd S. Juan, aquel ducípulo á q u h anrcrba
Juur*, sigue Basta su Lltimo íin este hilo, 6 esta gran-
diama cadena del +teno de Dios con loe hombres; la
sigae, d i o , basta la consumacion entera y perfech del

Dhcipului iiie, quem diiigebat Jaua. -


Jmr. xxi, 7.
!m LA VENIDA DBL MESIAU
mismo misterio de Dios; ú lo que es lo mismo, hasta h
resurreccion y juicio iiniversal : Y cuando fueren &
dos los mil años, será desatado Satanás, y saldrá de su
carcel, &c.*
348. Y a he dicho en otras partes, y estoy plenameate
persuadido de esta, que creo nna verdad inoonteslsble;
que el libro divino y admirable del Apocalipsis es la llave
verdadera y única de todos los Profetas. A todos los
esplica, los aclara, los compéndirc, los estiende, y llena
frecuentísimamente no pocos vactos que ellos dejaron.
Esto Gltimo se -ve y aun se toca con las manos en los
cuatro Gltimos capitulas del Apocalipeis, los cuales pod6-
mos mirar con gran razon como un Paralipomenoo, 6 como
un suplemento brevísimo de muchas cosas particulares y
bien sustanciales que ellos omitiéron. Omitiéron digo.
porque no se les dieron ; y no se les dieron, porque toda-
via no era su tiempo. Si esta idea despues de bien exa-
minada, se recibe y se mira, á lo menos como probable,
todas las Escrituras antiguas se ven d instante lleaae de
h. Si no se quiere examinar y por falta de este ex*
men no se quiere admitir, me parece como una consecrren-
cia neoesaria, que quedémoa perpetuamente sobre la in-
teligencia de las mae de las antiguas Escrituras, ea la
misma antigua osciiridad.
349. No obstante esta verdad general (por tal la t e n p )
me es preciso confesar, y lo confieso ingenuamente que
llegando al ver. 7 del capitulo xx del Apocalipsis, se echa
menos, falta, se desea en este Paralipomenon, 6 en este
suplemento de los Profetas, una cosa bien sustancial ; auya
falta corta 6 interrumpe evidentemente la grao cadene
del misterio de Dios con los hombres. Eaplíoome. Ei
amado discípulo haMa solamente de lo que debe sriceder
en todo nuestro orbe despues de consumados sus mil afioe,
6 lo que es evidentemente lo mismo, despues de consumado
aquel dia 6 tiempo felicisimo, de que tanto hablan los Pro-
+ Et cum comummeti fuerint miiie =ni, solvetur Setan- de ar-
Cere suo, et exibit, &c. - A ' . xr, 7.
EN G L O R I A Y MAOBNTAD. 241
fetan de Dlos, con estns espresiones : en aquel din. en ..
...
aquellor dias... en lo8 postreros dias en el $n ds los '

dias. .. en aquel tiempo, &c. ; mas no nos dice ni una sola


. palabra sobre las causas, ni sobre el modo y circunstancias,
con que se deberá acabar aqiiel mimo dia 6 tiempo que
61 llama mil años. Solo nos dice brevísimamente, que
@o. este tiempo, se soltará otra vez el dragon. que
puesto en su antigua libertad, volverá B seducir de nuevo
Lai gentes, &.c. : Y cuando f w e n acabados los nril años,
,será desatado Satanáe, y saldrá de su cárcel, y engañará
Z a r gentes, que eatán en los cuatro ángulos de la tierra ...
Mas i es meible ni posible, digo yo, que pueda suceder
esta nueva soltura del dragon con todos los efectos tem-
bles y admirables, espresos en el mismo testo do S. Juan,
sin batmr precedido en las mismas gentes algunas culpas
genetales y gravtsimas, y por eso dignas de la justísima
indignacion de Dios omnipotente? i Qué culpas podrán
ser estas en aquellos tiempos, gravíaimes y universales'!
Este es puntaalmente el anillo 6 eslabon de Iti gran cadena
del misterio de Dios, que falta evidentemente en el testo
del Apocalipsis.
e. Como este anillo me ha parecido siempre una
piedra de suma importancia, lo be buscado con la mayor
diligencia que me ha sido posible en los antiguos Profetas,
y finalmente me parece haberlo hallado en el penftltimo
de todos, que es Zqcarías. Considérese atentamente el
testo de esta profeta con todo su contesto, y considérese
con la misma atencion la inteligencia realmente fria y aun
conocidamente faba (por lo que tiene de historia antigua)
qae se le ha pretendido dar desde los principios del siglo
quinto basta el dia de hoy : todos los que quedaren de to-
das .las gentes que vinieron contra Jerusaldn (ténganse
aqui presentes los Asírios, los Caldéos, loa Persas. los
.Giegoa, los Romanos, y úItimamente la multitud de Gog.
de Eceqniel, 6 aquel gran n o que saldrá en los últimos
tiempos de la boca del dragon, fenbmeno viii), strbihn de
año en año h adorar al Rey, que ea el S&r de los egér-
T O M O 111. R
a& LA VENIDA DEL MESIAS

citos, y tí celebrar l a j e s t a ds los tubemáculos. Y ame-


cw6: que 4 ~ 1 q~w18ea dd Ibd familias de h tierra, y m
fuere tí Jerusalén 6 adorar al Rey, que ea el SafMr do las
egdrcitos, M vendrti lluvia sobra ellos : Y si algunafe
n i l i a de Egipto no &re, ni vUUsre ; tampoco lloverá
&re ellos, y Isr vendrii la ruina, con la d herirá e l
S&r h todas las g e n t a que m rubieren 6 wlebrar la
Mta de los tabernbculor *. Hecha esta amenaea gewral,
sigue inmediatamente el vaticinio diciendo : Este mrá d
pecado de Q i p t o , y este el pecado & todas las gentea
á d b r w h j e s t a de 108 ta8ernácirlor t.
qtre w ~ b i e r e n
351. D e modo, que oonsiderando atentbimamente el
testo d e ente Profeta con todo su contento, y aombinade
con el testo del Apocalipsis, s e r e y aun se toca con las
manos toda la sustancia del misterio general de qae vamor
hablando, y tambien algunas d e sus prinoipalee o k w u b -
c h . S e ve, digo, lo primero: que este msídoo d e IM
gentes, y toda su pooferidad por muchos eiglos, rei$ oblir
gada como por una ley fandamental 6 indkpe~able, 4
presentaree una vea al a60 en Jarnsaién (sin doda por
dio do dos 6 tres envidadon de cada tribu, +lo 6 ne
oion), tí adorar al &y, q w ss el Señor & loo eg/rcitas, y
6 celebrar la $esta de &S tabernáculoa. Esta festinlod
de les tabemhulos, y loa fines que tuvo D i en s u híi-
tucion, m pueden ver en ei Deuteronomio $.
Et omnea, qui reliqui fuerint de univemia gentibns, q u vene-
~
runt contra Jerueaiem, sscendent ab anno in annum, ut adorent Re-
gem, Dominum exercituum, et celebrent festivitatem tabernacu-
lorum. Et erit : qui non ascenderit de fimiliii teme ad Jemsalem,
ut adoret Regem, Dominum exercituum, non erit super eos imber :
Qubd et si fomilia Bgypti non aacenderit, et non venerit': nec super
eoe erit, sed erit ruin*,quh percutiet Dominue omnui gentes, im
non sscendent ad celebrandam festivitatem tabernacu1orum.-
Zachr. xiv, 16,17, et 18.
t Hoc erit peccatum figypti, et hoc peccatum omnium gentium,
qua~non ssaenderint sd celebrandam festivitatem tabernadonun.-
ZÚcAar. xiv, 19.
1cap. xvi.
BN GLORIA Y MAf3ESfi'AD. 248
352. Lo segundo: se ve que pasados kuahos y aun
muchísimos eigloe, que S. Juan enoierra en el número per-
fecto de mil, como lo hacen otras escrituras ; pasado, digo,
-te tiempo fe& ea inocencia, en aimptcidad, en bondad,
en fe, Bta., oomen9Pr4 B entrar poco 4 poco, ya en este, ya
aquel pala de nuestro globo, cierta eapeoie de tibieaa, y
por consiguiente, de flojedad, b de tédio en lo que taca 4
las pereghaoiooes anuas B Jemsalbn. Esta tibieza, como
ee naturallsimo. ir4 creciendo de dia en dia, puee no ea
verosimil ni creible que el mundo se pervierta de repente,
ni en pocos h e . La perversion 6 corrupcion del oorazon
barnano no ha sucedido jamh, ni ee posible que suceda
sino por grados: mucho menoa en aquellas personas que
han sido en algan tiempo inocentes y justas,
353. Liegada, pues, esta tibieza de las gentes 4 cierto
termiao ya indisimuieble, empeaará el Sefior Q castigarlas
inavemente, con aquella especie de oastigos de que suele
usar un buen padre con un hijo inobediente y rebelde.
Empezará, digo, 4 escasearles y aun negarles casi todo el
sustento necesario, 6 lo que parece un mismo modo de ha-
blar, les enviará la oarestía. Esta carestía la esplica el
Profeta w n atas simples palabras, fuera de laa cuales di-
fic'iimente se hallarán otras mas proporoionales : Y acauca-
rá: que aquel que. eea de las familiar da la tierra, y no
fmere 6 Jerusalén 6 adorar al &y, que as el Señor de lo8
egdrcitor, no v d r 6 llwia sobre ellos. i Qu6 q"ere de-
cir esto? j La falta de lluvias no se ba mirado siempre
como una txibulacion, como una plaga, como uno de los
mayores castigos de nuestro padre Dios? i A esta tnbu-
l&n horrible, no aignen natural y necesariamente otras
iguaies y aun mayores ? Pues todas estas m comprenden
en aquellas brevísimas palabras : no vendrá llwia robre
e h .
354. Lo,tercero : se ve, unido un testo con el otro, que
no bastando estos castigos personales para hacer volve; 4
las gentes 4 su antigua devocion y fervor (ni bastando
otros machísimos medios suaves ó fuertes, de que usará la
R 2
bondad infinita del padre Dios, como debémoe suponer,
aunque no lo hallémos espreso en la ~ s c r i t n r asanta) I k
gorá finalmente el tiempo en que, llenas todas las medidas
dH sufnmionto, se,use con ellos el óiltimo rigor. Es decir:
llegará el tiempo de abrir las puertas del abismo, y dar otra
vez al dragon entera libertad : despcres de esto conviene,
...
que sea desatado p o r un poco de tiempo Y cuando fue-
ren acabados los mil a b , será desatado Satanás, y sal-
drá de su carcel, y engañarir las gentes, &e.* ;NO veis
ya, 6 amigo, por todo lo que acabhmus de observar, el
eslabon 6 anillo que falta indubitablemente en el testo de
S. Juan? i Os parece factible ni posible, que penieveran-
do las gentes en la mima justicia y en la misma inocencia
y fervor con que habiin comenzado, y en que habian vivido
mil 6 sean cien mil afios, pueda suceder esta soltara del
'
dragon, y esta nueva seduccion de todas las gentes que
e ~ t á nen lo8 cuatro ángulos de la tierra ?

PARRAPO U.
355. Habiendo hallado en Zacarías el anillo que falte
en el testo dei Apocalipsis, unidlo aora con este mismo
testo en su propio lugar, y vereis con esto solo seguida y
continuada la cadena de todo el misterio. S. Juan nos
dijo, que despues de concluidos sus mil afies, se dará otra
vez libertad al dragob (el cual habr4 estado todo este
tiempo encerrado en el abismo, cerrada y sellada la puerta
de su cárcel, sin saber cosa alguna de todo cuanto debe
pasar en esos mil afios sobre la superficie de la tierra);
mas iio nos dice ni auii siquiera insinúa, por qué razon, 6
por quíi causa, b por qué culpa nueva del linage humano,
ae dará otra vez libertad 4 su mayor enemigo. Z a c d a s
sefiala claramente la razon, la causa, la verdadera culpm,
casi general h toda la tierra, de donde tendrán origen
otraa muchísimas por consecuencia necesaria : Este rerá
Ei post hzc oportet iiium solvi modico ternpore...Et cum con-
summati fuerint mille anni, solvetur Satanas de carcere auo, et exi-
bit, et iedncet gentes, &c. - A p . xx, 3, ct 7.
EN GLORIA Y HAGMTAD. 245
al p e d o & W t o , y este serh el pecado de t o d a las
gentes.
Xi6. Con estas palabras coucluye el Profeta su pequefia
oadena sin dar an paso mas adelante : sin decirnos una
sola yolabra sobre las resultas de este pecado general tí
todas las gentes ; mas el amado discipalo, que omite abso-
latamente este pecado (no sabémos por que razones) sefiala
al pnnto sus resultas y todas sus funestlsirnas consecueu-
cias : es 4 saber. la soltura del dragon y la nueva aeduc-
don de todo nuestro orbe : llevando luego desde aquí
-ido y continuado hasta su último fin, todo el miriterio
de Dios con loa hombres : Y cuando .fueten acabados 1w
mil aiior, ~ e r deaatado
á Satanós, y i a ~ r de
á rzc cárcel, y
engaiíara las gentes, que ertán en los cuatro Úngulus de la
tierra, h Gog, y á Magog, y lor congregará para bataila, '
cuyo ~ 4 r c r ea
o como la arena de la mar, &c.
337. Aora, amigo mio Cristbfilo, para que podámos
entendernos bien y formar una idea clara de estos mistenos,
imaginbmos aquí (vos de un modo y yo de otro, 6 si es
posible ambos de un mismo modo) imaginémos, digo, que
despoes de muchísimos siglos de paz, de inocencia, de
justicia y fervor, empiece 4 eutrar en las gentes, ya en este
pais, ya eu el otro, cierta especie de distraccion en lo que
toca al servicio de Dios. A esta distraccion deberá seguir
naturalmente un poco de tibieza: tí esta tibieza, un poco
de amor 4 la comodidad 6 sensualidad : tí esta comodidad
6 sensnaiidad aegair4 natarelmente el amor al lujo, tí la
vana ostentacion : á esta un poco de avaricia: 4 esta ava-
ricia no poca^ injusticias. Finalmente, 4 todos loa malos,
porque no se adviertan, deber&seguuw uua grande y bien
estudiada hipocraia. i NO es este el brden con que siem-
pre ha ido creciendo el mal moral de dia e a dia, en todas
las gentes, tribus y lenguas? La esperiencia de Iris cosas
ya pasadas nos instruye admuablemeute sobre lo que serhn
ó podrán Rer las venideras. ,j Qué es lo que fuh? (se dice
en el Eclesiastés) lo m h o , que ha de ser. ,j Qué es lo
246 L A VI(NII)II DEL MESIAL;

que fué hecho? lo mismo, q w se ha de hacer *. Tan


cierto es que todos los hombres, todos los pueblos, tribus p
naciones dejados 4 su libre alvedrio (6 4 su propia y nntu-
ral pobreza) y puestos en las mismas circunstancias, deben
naturalmente producir unas mismas ideas sustanciales, aun-
que varien tal vez algun poco sobre los accidentes.
358. ;QuB tenemos aora qne estrafiar, qué tenémos que
maravillarnos (como de una cosa insblita, nueva, rima
vista y por eso increible) que despues de mil afios, 6 sean
cien mil, 6 un millon dé akos, de justicia 6 inocencia, se
vuelva otra vez 4 pervertir el orbe de la tierra? ¿ N O
serán los hombres en el siglo venturo ton viadores como en
el siglo presen te ?
359. NO serán como lo son aora, dotados de su hire
alvedrio ? i No andarán eutónces como andámos aora por
fe, y no p o r uwion ? ;No sedn por consiguiente árbitros
del bien 6 del mal, de pecar 6 no pecar, de merecer 6
desmerecer ?
860. Esta sola reflexion que ya apuntámos en el cap. ir,
basta y aun sobra para satisfacer plenamente el argumento
de algonos shbios con Bosuet contra el reino milenario,
que llaman terrible 6 indisoluble. El argumento redacido
B poces palabras, se puede proponer fidebimamente con
toda su fuerza 6 esplendor en estos thrminos.
361. Si m entiende literalmente el cap. xx del Apoca-
lipsis, deber4 Jesucristo mismo con todos sus santos ya
resucitados reinar efectivamente en J e m á l e n sobre todo
el orbe de la tierra, y esto por mil afios, 6 determinados 6
indeterminados. Si esto se admite, deber4 admitirse por
necesaria consecuencia todo lo que se dice en el miamo
testo ; pues no hay mas razon para lo uno que para lo otro.
Deberá, pues, admitirse, que pasados estos mil años (eeaa
determinados 6 indeterminados) del reino pacíñco de Jenu-
cristo en inocenoia, en simplicidad, en bondad, en justicia,
Quid ent quod fuit? ipsum quod futurum est. ¿Quid ea;
quod factum est? ipsum quod faciendum est.-Eml. i, 9.
BN GLORIA Y MAOBBTAD. 247
%.c.,.se soliará otra raz el diagon, que d a d e el principio
hasta el dia de hoy engaña ti todo el mundo ...p orqur el
diablo desde e i principio peca* :debed admitirse, que
volverá á seducir á todo nuestro orbe: que todo este orbe
se volverá de nuevo contra su legítimo Soberano: .-que
tomará laa Sarmaa contra él : que irtí á hacerle guerra for-
mal en su misma corte : que rodeará 6 pondrá sitio formal ' .
4 esta misma corte : segun aquellas palabras : cercaron lor
...
reales de los santos, y la ciudad amada Todo l a cnai
(dicen estos sábiss) parece que lo anuncia el mismo cap. xr,
desde el v. 7 : Y cuando fueren acabados 108 mil crfios,
será desatado Satanúa, y saldrá de s u cárcel, y ersg&rá
las gentes, que están en los cuatro ángulos & la tierra, d
&q y 6 M q o g , y los congregara para batulla, cuyo
nhrncro ea como la arena da la mar. Y rubhron sobre &
anchura de la tierra, y cercaron los reales de los santos,
y la ciudad amada. Y Dios hizo deacendsr fuego del
. cielo, y los trago, &c.*
362. Aora (dicen egtos doctores): j e9 cowebible ni
creible, que reinando Jesucristo mismo en Jerusalén sobre
toda la tierra, se atrevan los hombree 4 irlo 4 cercar en su
mmma cbrte? &te solo argumento, prosiguen diciendo,
basta para -mirar como fhbula, como delirio, como sueño
todo el reino milenario : pues si esto no es creible, tampoco
puede s e r creible todo lo demas, &c. y 0 santo Dioa!
2 Donde estámos ? i Hasta donde puede conducimos una
idea &ha, reoibida una vez como verdadetal '
363. %te argumento que llaman terrible 6 indisoluble,
tiene no obstante tres respuestas 6 soluciones, las cuales 6
Seducit dvernum orbem ...quoniam ab initio dibolna peccat.-
Apoc. 12,9 ; et ep. 1 Joan. iii, 8.
+ Et cum consummati f u e h t mille anni, aolvetur Satanas de
careere suo, et exibit, et seducet gentea, quae sunt super quatuor
angdos te*, Oog et Magog, et congregabit eon in przlium qnorum
nnmenis eat sicnt arena marh. Et ucendenint super latitudinem
teme, et cirenierunt castra sanctom, et cioitatem dilectam. Et
descendit ignis B Deo de ccirlo, et devoravit eos, &c.-&c. u, 7,
8, et 9.
re miren unida entre si, b separada la una de la otra, lo
ccmmncen visiblemente de argnmento &biL de oscaro, de
mal fundado, y ooosiguientemeute de mal formado.
56B S e responde, puee. lo primero : que el argamenio
sapono como cierta una cosa, 6 falsa, 6 B lo menos innierta
y dudosa. Supone, digo, como cierto que las gentes ya
d u c i b , conmovidas y alborotades por el dragon, irán B
oeroai y combatir la ciudad santa y nueva de Jerusalén,
bajada do1 cielo : como so dice en el Apocalipsis : cercaron '

Iw reales de las wntos, y la c3&d amada. Mas esta


saposicion j ea verdadera, ea indubitable : es siquiera
suficientemente fundada? ¿ Mae sobre 'que fundamentos
6 principios ? i No ea mucho mas verosimil, como apun-
tamos poco ha, que aquellas palabras, los real@ de los
rrrntm, y kr ciudad amada, miren únicamente B la Jeru-
sal411 viadora (que eatónces será el centro de unidad visible
y acoesible B todo el orbe) y á todos los santos Judios,
trunbien viodores, que segun las promesas de Dios habi-
turán eniúnoes derdr el rio di Gyipto haata el grande rio
Eufrates? *
365. Se responde lo segundo : que el no concebirse ma
ideas claras el modo y circunstancias particulares c o que~
podrá verificame una cosa, cnalquiera que sea, anunciada
espresamente en la Escritura santa, ni ha sido, ni es, ni
podrá ser jamm un fundamento suficiente para negarla.
Si esto se mirase alguna vez como pasable 6 como tole-
rable, ¿ que pudihremos responder B tantos incrédulos, cuyo
total fundamento para negar y para impugnar nuestros
misterios mas sacrosantos, no es otro, sino el que ellos no
pueden conoebirlos ? .
366. Se responde lo tercero : que el misterio particular
de que aora hablámos no es tan dificil de concebirse con
ideas claras, como nos dicen y ponderan. No es tan dificil,
digo, concebirse aon ideas claras, que las gentes seducidas
otra vez por el dragon (al cual por las justísimas cansas
A fluvio Egypti usqne nd íluvium megnum EuphrtiiPn.-
Gen. xv, 18.
que quedan apeatades m le dará otra vez e n h a libertad)
w alboroten, se inquieten y se rebelen formalmonte caatia
el legítimo principado, potestad y dominocion imititukiaa
evidentemente por Dios mismo. icorno podrá ser edo?
Habiendo perdido por el mal uso do su libre alvedrio,
primeramente la inocencia y simplicidad : habiendo despues
de esto doblado, maleado y corrompido el corason (tres U

modos de hablar que significan una misma aosa): y por


una conseciiencia bien natural y demasiado Frecuente, ha- '
biendo oscurecido la lucerna de la fe, 6 perdidola 6 opa@-
dola enteramente. j Estas cosas : son tan inconcebiblee,
- que puedan jnagarse por increiblea?
m. Para concebir con ideas aun mas claras todo eete
misterio, imaginémos aora de nuevo lo que ya apuntemos
en el párrafo antecedente (estas repetioionea como tea
necesahas, se deben escusar, 6 á lo menos snfni): imegi-
némon, digo, que pasndos ciento 6 doscientos mil afíos, 6
ciento 6 doscientas mil geueraeiones, empiece d entibiarse
por alguna parta (sea esta la que fuere), la aaridad. B t a
caridad ya tibia, es bien fác'i que en poco tiempo se eafrio
del todo: una vez enfriada, se debe seguir naturalmente,
primero la iniquidad, y poco despues la abundancia de la
iniquidad :.si esta abundancia de iniquidad sigue adelante,
parese una consecoencia natural que la fe siga todo8 m
paaoa, y que esta re vaya d ~ n y e n d o enfriando,
, debili-
tando, y aun agonizando al mismo paso que la iniquidad
fuere creciendo: crecida esta hasta aierto tiempo, hasta
cierto punto, y diminoida y amortiguada la fe, i qn6
deberá seguirse ? Deberá seguirse, en primer lugar, que
las perigrhmiines amas B Jerneal6n, de que ya hemos
hablado, & adorar al Rey, que es el 5& ds los eghittu,
medio capital y el mas eficaz de todos para conservar en
todo el orbe la fe y la justicia, serán pocsa y tibias: y sus
efectos 6 frutos serbn 4 proporcion h t a que se omitan
del todo, 6 casi del todo : Este r e d el pecado dc Egipto,
y utt el pecado de t o d a lar gentes : esta omision, 6 este
pecado general de todas las gentes, j no será un verdadero
%e LA VENIDA DBL YBSIAS

oisirp ? i No eerá un aortar la oomunioaaion con el ver-


dadero o e ~ t r ode unidad, que estará entónoes visible en
Jerasalbn viculore? Y 'si esta comanicacion se interrumpe
6 se corta, que dra cosa podbmoa esperar rino anarquía
y dklucion, libertad brutal, desórdw, honor y confusion?
368. Pnee en eete tiempo y Oucunotanaias (de cisma y
disdacion respecto de muchos ; de tibieza 6 de indifemncia
rerpecto de les mas de las gentes) ; se suelta el dragon y
sale de su carcel.con toda aquetla Libertad qae ha tenido y
tiene hasta d dia de hoy. Vibndose otra vez en libertad,
sin saber como ni por qo6, dimurre en breve por toda la
superficie do la tierra Examioa aten-ente el esíado
y dbposicionee en que se hdan los hombree. Loa halla
m pooa diferencia en el miamo ecrtado en que Bl los dejó
-do lo ataron y encamlaron, cerraiwi y eellaron sobre
61 la,puerta de w camel : es deoir, unos conocidamente
d~~>lutos, libertinos, ciemártieoe : otros, y loa mas, no clara-
mente ciemáticoe ni libertiaoa, sino sensuales, y por eso
tibios B indiferentes 4 todo lo que no se oponga tí su
mmaalidad y oomodidad : y otros aunque poqniaiinor, d-
mente fielei, jnSt0s.y amtosi
m. Conocido ea generol el d o en que se halla todo
el orbe de la tierna, 6 todos Joe hombres que cobren m
m p d o i e , tienta de nuevo a ~ u l o ás todoe: lo c m -
sigue plenamente respeoto de no pocoe : de eetoe no pocor,
se sirve fmilmente para conquistar otma machos : oonqpis-
tadoa estos, oreco natndmaate el incendio, que ñnaimente
abrasa todas liae gentoe, que a t & nen los cuatro bngrlor
da la tierra, & Gag; y 6 Mag6g. Les persnade, que todo
haata aquel tiempo ha i d o no9 fábula inventada por loa
J u h . Leedioe lo que ya dejó eeorito en sluitanaia el
ipostol& P e h : i D d est6 la proaera ó ven* alb
di? porqua dade que lar pudra durnidron, toda pema-
nece asf c m en el principio de la creacion *. Loa incita '
* 8 Ubi eat promiseio, aut adventna ejiui?ex quo enim patree dor-
mierunt, omnia eic perseverant ab initio creaturaa.-2 Pet. iii, 4.
EN GLORIA Y MAGBBTAD. %61
y enfume contra los Judicie qaealoa haa (eriido engebedoe
tantos siglo8 : y en h,los congrega y anima 4 vengarse de
ellos oon una venganza la mas páblica y mae egemplar:
los mgregaró para butalla, cuyo nfimen, es como le
arena & la mar. Y nrbOsroi, sobre la a ~ h w u& la
tim,y cercaroil loo re& & lor sautor, y la ciaidad
amada. Y Dio# hixo &c& fwgo del cislo, y &
treg6, &c. Veis aquí todo el 6rden y todo el modo f d
y llano con que pueden enceder todas e r a wm: fnn-
dado todo no sobre sofismas, ni.aobre d i m o s orti8oiosos.
ni sobre aoomodaciones ingeniosw y pfas (que llamúmos
oonceptos prediwbles), sino sobre el testo o l a i l e ' i del
Apocalipsis, combinado con el testo no menos clero de
5das. Veie aquí (en Zacarías) laa canaas verdodeier
de la soltura del dregon, que omite S. Joan: y veir .qrl
en S. Jum tedoraloa dectos de aqueil~scausas basta ru
áltimo ñn, que omite Zacaha

S O . lLaabhoa de ver el primer efeoto de la eoltnre del


dragon : esto. es, la aeduacion, el alboroto y rebebe formal
de todas l a gsntes, 6 las mas de eiian, qw ath en l a
ouatro hngulos & la tierra. Nos queda wrrs que consi-
derar brevíoimamente ei h de este dbomto oon todas s i r
r e s u b : Dio8 hizo dsrcmdcr frrego &i cicb, y lar tr+
Y el diable, qw lor e w p k b a , fui -ti& en al danqw
da fuego, y de azufrs :en donds tcpibisn la bartia, y d
fcibo profeta ser6n utonnmtados dicr y noche m lar . i g h
de los siglos*. Por estas palabras esplica el amado dii
+do en breve y como en oompendio, todo el miatarh.
que luego inmediatamente m pone 4 aplicar con mas
difueion 6 individualidad ; lo cual ea bien freouente en toda
su profecía.
Et deecendit ignis BDeo de celo, et devomvit eoa : et diabolue,
qui seducebat eon, miaaus est in utagnum ignia, et aulphuria : ubi et
bestia, et pseiidoprophets cruciabuntur die ac nocte in saecuia sacu-
10rum.-Apoc. xx, 9 et 10.
#S@ LA VBNIUA D E L YEBIAI
371. Sobre este úitimo te& ee pueden baoer &a dor
preguntan. Primera : ;quién es,, 6 que cosa es este Gog
y Magóg de que habla aquí S. Juan oon tanta brevedad2
1Este mirterio es wraao el mismo que daeoribe difusamente
61 profeta Eiquiéi en sus dos capitulw x u v i i i J xxxix,
aomo se piensa y 80 inrinha comaomente ? segunda:
;este fuego de que babla S. Juan. qué caerá y consumirá
la muchedumbre de Gog y Magóg, la oual cerob loa reabr
de los santos, y la ciudad anrada, eerá acaso universo1 á
todo nuestro orbe ? i CoasumirA enterameote 4 todos sus
vivientes y al orba mismo?
3'72. Cuanto 4 lo primero, deaímos : que el Gog y
Magóg de S. Juan no sigoifiaan otra oosa eino estas gentas,
qw a i 4 n en las crrairo ~ g u l o sde la h a : pues esta er
la esplioaaion precisa que el miamo Apostol da á aquellas
dos palabrae Gbq, y Magbg. Mas esto miamo (decís)
i qué cosa significa, qué sentido tiene claro y perceptible ?
i N ~ - t r a tierra, en cuya superhie habitánroe, ea acuso
algun cuadro cuadrilongo, 6 rombo, 6 romboide, que tenga
cuatro Bngulos rectos 6 aguda, ú obtusos, &o., como pen-
saron insipientemente algunos antiguos, y wmo todavia
piensa mucho mas de ia mitad del linage humano? i No
es ciertamente una esfera 6 globo casi perfecto, cuyo di&-
metro de un poio & otro se baila un poco menor que el de
orienie B pooiede, tirado por el ecuador ?
373. Teneia rama, auiigo mio : mas todas vueeúas pre-
g u n k ó dicultades se desvanecen al primer asomo de
~ 0 e x i o nGog y bíagóg, dioe S. Juan, son las gentes que
habitan sobre los cuatro Bugulos de la tierra. i Qué hngu-
ioe son estos ? Para f o r m h de esto una idea chra, tirad
solamente dos iíneas, que se corten 6 crucen bajo vuestros
pies: una de oriente B poniente: otra de norte B sur.
Con esta sola diligencia, facilísima en cualquiera parte d d
mundo donde os halllireis, veis ya bajo vuestros pies cuatro
hngulos rectos, cada uno de novata grados. Si conti-
nuais con vuestra imaginacion estas dos Ilneas por ambos
lados vcreís necesariamente, que ee van curvando 6 do-
blando inmsiblemente hasta formar dos aíicnlos máximos,
ó dos grandes anillos, que se van B unir 6 crortar mátue
mente en otro punto diametralmente opuesto .al qae vos
ocupais. Por oonsiguiente,
- habeis dnidido todo nuestro
orbe en onatro partes perfeotamente iguales, y oon esta
division habeis formado bajo vuestros pies ouatro tíaguloe,
y o t m cuatro en vuestros aatkpodaa. Pues esta es lo que
llama S. Juan las gentcs, que estbn en tos cuatro dngulor
de. la tiewa, ti &y, y b Magbg.
374. Cm esta inteligencia f4cil y simplísima, nos librh-
mos aquí de entrar en aquella cnestion ó disputa (no me-
nos embaramsa que inhtil) sobre el verdadero origen de
estas dos palabras b Gog, y á Magbq, 6 #obre el pais y
lugar determioado de la tierra donde habitáron, habitan y
habitarán hasta aquellos tiempos estas dos tribus, nacioues
6 generaciones. Sobre lo cual nos dicen unos, que son
los E8citas : otras, que son los TSrtaros hiátiooa: otms,
que son IGS Godos : otros m6alan ya los Turcos, ya los
Persas, ya los habitadores del Tiber : ya en fin todaa es-
naoiones juntas y unidas entre sí. Mae entre la oscuridad
y tinieblas con que nos dejan todas estas diversas opi-
niones, nos sale al encuentro la peqaefia y clarísima lut
del Apocalipeis, con estas brevísimas palabras : &M gentsr,
que están en los cuatro hngulos de la t#rra: c m IM
cuales palabrasi nos declara que no tenemos que oansarnos
en bnsear tí Qog y tí Magog, en esta 6 en aquella otra
parte de la, tierra, pues w verdadera signi6cacion es esOe
sola: las gentes que estan en loa cuatro 6n$uhr de la
tima.
376. En todo este testo del amado discípulo, nos con-
suela infinito no leer en 61 la palabra todos. Leo en 61
que el dragon saliendo de su carcei, enyaciar6 Iúrs gentes,
que están en los cuatro bngulos Bs la tierra; mas no leo,
que engafier4 tí todas las gentes, ni B todos sus individuos.
Por donde puedo prudentemente iospechru, y piadosa
memte creer, que mucbos y aun muchisimos de los que
entónces babitartín sobre los cuatro Bngulos de la tierra,
a64 LA VENIDA P E L MBSIAB

no entrarán en la seduccion general, en la cual parece


cierto que entrará la mayor y máxima parte: verific&ndsse
.~t6nceoB. d s i mayor y r4aimo parte, aqueUa mnteacia
d.1 Eapíritp Santo, que en todos tiempoe la hemos visto
plenameate verificada: el crírnero de los nucior cs inJ6ñitoC
Y aqwlla otra de Jesuarieto : Entrad por Ia puerta ea-
treohu: porque ancha ss la puerta, y espacioso el canino,
qw k m á la perdicion, y m u c h wn lor que entran por
af.
876. Si b&oa aora (oomo por modo de emdicion 6
diwmion) este Gog y Magóg en la familia de N&, se-
gundo p h del linage humano, hallsmas hilmente B
Magóg, hijo mgando de J&t : mas h Gog no lo hallámoa
ni en el &neair, ni en toda la Eaeritura, hasta el
cap utvüi de h q a i 4 1 ; y despues en el oap. xx del
Apooaüpam. Solamente en d libro i del Paralipomeaoa
n nombra un cierto Gog, nieto de Rubhn, d e quien nada
n sabe, ni beoe figura alguna en la hirtoria. Por tanto,
yo sorpecbo, que el Gog, mi de Ezeqaiol como del Apa-
o&@, no ea otro que Gombr, hermano mayor de l%&g
y prinojénito de Jafái. De la famili de estos dair y de
SUB Qnm hermanos menores, dice la Escritura estas pah-
brar r Por atar fumm npartidas las k h gentes en s w
tmrritorb: coda uiu, cmfonne ¿ au langw y .w fami-
liar en w d l ~ 5. d Rato ea lo bnico' que sobre e8ta
punto hallBmoa en la Escritura santa; lo oual puece qoe
eoacumda perfestamente oon el testo de S. Juan: &u
gentes, que eathn en lor cuatro &ángulos de la tierra, &
Gbg, y á Magóg. Lo demás, fuera de esto, parece un
poco adivinar.
0. Stuitorum infinitua est numem. -Ecck. i, '16.
7 lntrste p u angustam portam : quia lata porta, et spatioaa
via eat, qua ducit ad perditionem, et multi eunt, qui intnuit per
-
enm. Mat. vii, 13.
1 Cap. v, 4.
Q Ab hii divisíe eunt h u l e gentium in regionibus suia, unuaquia-
-
que e e c u n d h liaguam euam et familias suaa in nationibus ~ u i e .
0th. x, 6.
EN QLORIA Y MAQESTAD. 256

1
PARRAFO IV.
877. Aora: j este Gog y Magbg del Apocalipsis, es
acaso el mismo misterio de que habla difiisamente Eze-
qniél en sus dos capf talas xxxvin y xxxix ? Los intérpretes
es ciertísiio que asf lo suponen ; mas tambien es c i d s i -
mo, que no 8010 no prueban, pero ni aun siquiera dan
muestres de hallar en esto alguna dificultad. No obstante,
h diferencia y distsncia entre w o y otro misterio es tan
rieible, que basta una simple leccion de ambos lugares para
conocerla al punto lrin poder dudar. Primeramente. Los
tiempos de u w y otro misterio son evidentemente diver.
alsirnos. El misterio de Baequiél por oonfesion de todos,
y por confesiw necesaria, debe suceder mucho antes de
la venida del Se6or y aun antes del Anticristo, s e p otma
v b Escrituras, que qaedan ya obwrvdas especialmente
en el fenómeno viii, art. viii. A lo menos ea ciertIsime
por confesion de todos, que despues de destruida la mn-
cbedumbre de Gog, de que habla EzequiBI ; despoei de
sepultada en el valik de la muchedumbre de Cog. hcia ..
el Orisnte de la marq, debe quedar un tiempo grande 6
iiideterminado, pues los Judios ya restablecidos ea tierra
de sua padres, contra quiemes ha de ir esia gran m u c b
dombre, iacojerán los despojos de estoa enemigos: las
maos, el d o , y las lanzar, el arco, y l a sastas, y las
bácu&s de lm manos, y lar pica : y los quemarán een
fuego &te &s. Y no l&var&n laM de las campos, m
& oorttarh de Iw bosquss: porque quemarha üu arma
al fuego, &c.+ Mas en el iuieterio y testo de S. Juan i e
ve oira idea infinitamente divem: ya porque este mieterio
solo puede vedicarse mil añon (6 eean mil @los) dapues
In vaüe mnltitudiiie Gog...4 Orientem marb.-Exech. xxxix,
16, 11.
t Arma, clypeum, et hsstas, arcum, et segittos, et baculoe ma-
nnum, et contoa : et suecendent ea igni aeptem annb. Et non por-
tabunt ligna de regionibus, neque eucciQentde ealtibus : qwniam
-
ame inccendent igni, &c. Esech. xxxix, 9, et 10. .
!¿u6 LA VBNIDA U B L Y P S l A 8
de Lo venida del Sefior en gloria y magestad, despues de la
muerte de la bestia, prision del diablo, &c.; ya porque
I u e ~ o ,al punto, sin mediar otra cosa algauo, pone la re-
sumccion y juicio universal (y esplica ambas cosan con
atas palabras): Dios hizo descender fuego del cielo, y
.
los tragó.. Y v i un grande trono blanco *.
378. Lo segundo : el profeta Ezequiél habla solamente
de Gog, y con Gog, no con Magóg: antes este último
lo supone quieto B inmovil en su pais. M, dice de Ma-
g6g (y es la Gnica vez que lo nombra cuando B Gog lo
nombra once veces): enuiaré fuego sobre Magbg, y sobre
aquellos que moran en las islas sin recelo: y sabrán que
yo soy el Señor t. Mas S. Juan en su Gltimo misterio
nombra B los dos, á Gog y B Magóg : (esto es) lis gentes,
que están en los cuatro ángulos de la tierra S: las cuales
gentes (esto es): Gog y Magbg cercaran los reales de los
srurtos, y la ciudud amada. Y Dios hizo descender
fuago del cielo, y los tragó, &c.§
379. Lo tercero : el misterio de Ezequiél es evidente-
mente el mismo que anunciaron otros Profetas, como lo
dice el miamo Profeta espresamente en palabra del Señor,
hablando con Gog, por estas palabras : Esto dice el Señor.
ru Dios: T tÁ pues eres aquel de quien hablé en loo d i a
antiguos, por mano de mis siervos los Profctas de Israll,
que profetizhron en los diis & aquellos tiempos, que te
traeria sobre ellos. Y acaecerá en aquel dia, en el dicr
de la venida de Gog sobre la tierra de Isrcúl, dice el Se-
& Din, subirá mi indignacion en mi furor. Y a

Et deaccndit !mis B Deo de cado, et devorilvit eoa... Et vidi


thronum mapum wdidum. -A'. xx, 9, et 1 l.
+ Et immittam ignem in Magng, et in hie qui habitant in inedia
confidenter: et rcient, quia ego Dominua.- Eaq. xxxix, 6.
f (Id eat) gentes, qu= sunt super quatuor anguloe teme.
Apoc. xx, 7.
-
5 (Id eet) Oog et M w g...circuiemt castra suietonun, et ci*
tntem dilectm. Et descendit ignia B Dco de ccelo, et devorrrit
tos,&c.-Apoc. xx, 7, 8, et 9.
BN G L O R I A Y MAGESTAD. 257
celo, en el.fuego de mi ira he hablado. Porque en aquel
dia habrá una grande conmocion soóre la tierra de Is-
..
r d l * . Estos Profetas de Dios anteriores á Ezequiél,
que hablaron de este mismo misterio de que él habla, son
estos : el primero David en varios salmos : Joel qap. .iii :
Abachc cap. iii : Zacarias cap. xiv : Miqueas cap. vii, &c.
(vease lo que sobre esto queda observado en el fenbmeúo
viii, art. viii). A todos estos lugares alude ciertísimamente
S. Joan ; mas no en el cap. xx sino en el cap. xii, 15y 16,
en donde nos representa esta muchedumbre bajo la metá-
fora admirable y propisima de un no de agua que sale de
la boca del dragon contra la muger que ha huido al de-
sierto : la serpiente lanz6 de su boca en pos de la muger,
agua como un n o , con e l j n de que fuese urreóatada de la
corriente. blaP la tierra ayudó tí la muger: y abrió la
tierra su boca, y sorbió el rio, que Labia lanzado el dra-
gon de su boca t. Todo lo cual se lee en Ezeqniél sin
metáfora alguna por estas palabras : Y eucederií en aquel
dia: dar6 & Gog un l ~ ~ a r f a m o s b p a sepulcro
ra en Israél:
al valle de los que van ácia el Oriente de la mar, que
hará pasmar a los que pasen: y encerrarán allí. a Gog, y
toda su muchedumbre, y sera tiamado e l valle de la mu-
chedumbre cle Gog, &c.$
HEC dicit Dominus Deuci : Tu ergo ille es, de quo locutus sum
in diebua antiquis, in manu servorum meorum prophetarum Isi.Be1,
qui prophetaveruat m diebus illorum temporum, uf ndducerem te
super eos. Et erit in die illa, in die adventtls Oog super terram 1s
reel, sit Dominw Dew, ~scendeti n d i i a t i o mete in furow meo. E t
in zelo meo, in igne iraa meaa locutus sum. Quia in die illa erit
commotio magna super terram I s r a e ~ lEzech. .~ xxxviii,, 17, 18,
el 19.
t Et mhit serpens ex ore suo post mulierem aquam tamquarn
flumen, ut eam faceret trahi B ilumine. Et adjuvit terrs mulierem :
et aperuit terra or suum, et absorbuit ilumen. quod miait h c o de
-
ore suo. Apoc. xii,-15, ct 16.
f Et erit in die illa : dabo Gog lociim yominatuiq sepulchnim in
Iarael: vallem viatorum ad Orientem maris, quaa obstupescere fa-
ciet prletereuntee: et aepelient ibi OOR. et onlnem multitudinem
ejus, et vocabitnr vallia multitudinis Qog.- Esech. xxxix, 11.
T O M O 111. 8
m0 L A VBNIDA D E L MEWAU

880. En suma, no perdámos tiempo : lense toda p


fecía de E q u i B I , contenida en los cap. xxxviii y xxxix:
leanse para mayor claridad los dos capitulas anteoedenteu,
y los nueve siguientes; y esto solo basta para conocer d
punto que todo habla visiblemente de la convemio~~, resti-
tucion, asuncion y plenitud de las reliquias precio- de Ja-
cob, d la cual se opondrá con todas sus fuerzas la muobe-
dumbre de Gog. Mas destruida esta : oomidas aus carnes
de les aves y fieras, que serán convidodos 4 estagraa cena:
y sepultados sus huesos en el valle de la m d i t s d dé Gog,
se ven en todo el testo continuado de este Profeta otros
sucesos grandes, nuevos y eetraordinaiioai, que pideo tiem
po, y tiempos grandleimos para que puedan verificeroe:
mejor dirémor, desde entónces debe comensar otra Bpooa,
y otro siglo infinitamente divereo de todo lo panado. No
sucede así en este testo continuado de S. Juan; ya poqm
habla solamente del fin de esta misma época, ya p o n p
entre el ño de ella y la resurreocion y j&io universrrb
nada m ve intermedio : Dios hizo derornderfuegos& cis
lo, y los trqb. Y el diablo, que lor engdÚdm,fuá mtido
an el s s t q u s defusgo, y de azufre: en donde tuadiar b
bertia, y el fdm profeta rerhn atormentasbu &a y noche
en bu sigla, da la, uiglou. Y ui un grande trono blaa-
CO, &c.
381. Por este 6ltimo testo que acahdmoa de copiar (que
e6 el áinioo de todas las lbcritunu canbnicas que habla olara
y espresamente del fin de todos loa .vivientes viadores, y
de la reewreccion de todos y juicio universal), se ha sospe-
chado prudentemente, que este fuego último, qiie ca&
y consumirá todas aquelles gentes atrevidas, las cuales su-
birán aobre & anchura ab & tierra, y ceroariín los red-
de lo# santos, y la ciudad a d a : que este fue@, digo,
será universal en todo nuestro orbe. y que consumid en Bt-
B todos sus vivientes, derde el h d r s irarta la bcstics, y
&de los repfilcs hasta los pecer del arar*. Yo tambien
b be peoillrdo así algmm veces ; mas siempre con miedo 6
mq&h* de la idea -aontraria, piies esta ndicia 6 circuns-
t i m h p8xtieiilar no la hallo tan clara en el testo sagrado.
que me obligoe d pmar km Hmitea de una mera sospecha.
N o es tPn cierto (vuelvo B decir) como se piensa comnn-
meute, que este foego de que habla S. Jaan, haya de con-
samir b todos los vivientes de nuestro giobo, pm el testo
hable solamente de aquellos foriosos que congregados y
mbdoa por el dragon, cmar&a los reales de los santos, y
b auded a n d a :(y sobre elloa) Dios hizo descenderfue-
go &l&, y los &a@. Mucho menos puede ser uoiver-
ml i todo nnimiro globo, y consumir A todas sus vivientes
#pd fnsgo de qne se habla S. Pedro*, que parece el mismo
f- de que se habla en el salmo xvii y xcvi, pues consta
espresomaite del mismo testo de eete Apostol, que des-
pea de-estefuego se debe seguir otra nueva tierra y nuevo
&lo, sn lbs qate mora lajusticia .i:y esto, a s p n sus pro-
aw&zu: las cuales promeaae de Dioa leidas en el cap. lxv
de Iaaías, m. 17(pues no se hallan en otra parte) suponen ,
J a m afirman chri&amente otra idea diametralmente
op&: supowh, digo, y aun afirman clarísimamente, que
sa la nueva tierra y nuevo cielo habrá p e r a c i o n y corrup-
&o: bebrá vidas largaa y cortas : habrá justioia casi nni-
veraai, y no faltarán pecados, &c. Habrá, &c. Vease lo
que eobre esto queda observado en el cap. iv y v, de esta
tercenr parte á donde me remito.
882. Pues, j como se acabará este mundo y todos sas
a n t e s ? No ea cierto y de fe qoe todo se ha de acabar
algana r e t ? i No es cierto y de fe qae alguna vea ha de
-r toda genereoion y corrupcion? Si, amigo, todo esto
ei, &&irno y de fe divina, y yo lo creo y confieso reügio-
s-te con todos los fieles Cristianos ; mas el modo p cir-
- m i a s partionlares con qae todo esto debe suceder yo
le ignoro abrolatamente, porqoe no lo hallo claro en lea

Ep. ii, 3.
t In quibiu justicia habitirt. -2 Pstr. iii, 13.
S 2
$QB LA VENIDA DEL M B S I A S
Ehritnrar. Por h t o : no pienso entretenerme en diepu-
tae inátiles, que no convienen 4 la sustancie de mi asanto
particular. Lo mismo digo sobre el modo y circonstancioe
particularea que leemos en infinitos libm : las basoámoe
en el libro de la verdad y no las hallámoil. En los Profe-
tan ea oiertioimo que nada ee halla claro y espreso ; eecep
tuando soidente la seetsnoia del misterio. En loa evao-
gelii y en todas las Emriturae del nuevo Tatamento au-
oede lo mismo: pues lo poco que hay wbre e a b en d
cap. xxv del evangelio de S. Mateo, pareoe warnarepará-
bola, cuyo ña primario y principal es una doctrina impm-
iantbima, y aun muy necesaria 4 todos los o j e n t e s , cual
es la caridad oon el prójimo : (segan estas espresiones) qw
an w n t o lo iicistcis t í uno de tutor mis Aerracznos peqaia-
..
fiitor, tí mí lo hicietuia:. que en m m t o no lo hicutsis. ..
ni a mf lo ficiatsis, &c. + : wbre lu cual hahiámos en ei
cap. vüi de la primera parte.
383. No nos poeda pues otro lugar mae claro ni mes
espresivo que el capitulo xx del Apocalipsis, desde el ver.
7 hasta el ñn, en donde se habla ya con toda cleridad, así
de la resurreccion universal de todos los individaoe del
linage humano (por consiguiente de la muerte de todos,
que ya ha precedido, pues solamente pueden resucitar loa
que han p d o por la muerte) como del juicio universai de
todos, en que B todos y 4 cada uno ae le dará la hltirna
sentencia irrevocable y eterna. Como yo no soy capaz d e
representar estas coses con la propiedad y vio- con que
lo hace S. Juan, antes temo con gran razon obscurecer\aa
con mis espli~80ionea6 ponderacioaee ; leed, 6 Criet6iü0, el
testo entero de este Apostol y último Profeta, y leedio con
toda la atencion y reverenoia de que sois capas, y conten-
taos con él ; pues ciertamente no hay en toda la EsaPitura
santa cosa alguna sobre este pnnb, ni mas eepresa, ni mas
clara, ni mas viva, ni mas debida. Y vi un grunde trono
Qnamdiu fecistis uni er hii fratnbua meis minimis, mihi fecia-
...
tis... Quamdiu non fecistis nec mihi fecistb, &c.- Mat. xxv, 40 et
46.
EN GLORIA Y MAGBBTAD. m
hk#oo,.y wno qwe sstabo -fado a o k s dl, de cuya &ta
Luyó la t i a r a y el cido, y no fa¿ h l l d o el lugar de
suos.
' 384. Espmion admirable, Vivísima y propíriosa para de-
notar la g r a d a ~ ,la magestad, la soberanía infinita de
aquel trono, y del enpremo Príncipe qoe en él se sienta;
ante cuya presencia, b B cuya oieta quisiera huir y escon-
derse el cielo y la tierra, y t h s loa que en ellos habitnn ;
y no hallan dende : y no fud hazlado el lugar de ellos. Y
ví loc nwrtor, grande8 y pequeiios, que estaban en pis
& h t e I l trono, y füeron &rtoa loa libros :y fud abier-
to otro libro; q w ea sl de 14 vida :y fueron juzgad& los
nlrertoapor &S amas, que ataban eacritw m los libma,
ugun su8 drw. Y di6 & lnar los rpsusrtoa, que srtabau
sn.ella : y- la mwerte y el i@arno &m los nwntos, qua
srtdcrn en ellos : y fui h l r s juicio de cada uno de ellos
a.egun aua obras. Y el injerno y la muerte fueron amo-
jcrdoa en el estanque del fucgo. Esta er l&muerte segun-
da Y el que no fughaZZad~ercrito en el libro de la vida,
f L d Zanzado en el estanque del fuego*.
386. Yo creo firmemente con todas los fieles Cristianos
todo lo que aquí leo en su sentido propio, obvio y literal ;
mas no por em dejo de conocer mn poder dudarlo, que
aquí se ununcia finicamente la sustancia del misterior, no
su modo ni sus oirconstancias particulares. Sobre esto
modo y circnnetancias así del fin de todos los nvieaks via-
dores, como de la resurreccion de todos y juicio nniversál,

Et locw non eat inventns eb. Et vidi mortuas, magnos et pmi-


iioa, stanteir iii conapeetu throni, et iibri aperti sunt : et alius iikr
apertus eat, qui est vitae : et judicati sunt morhii ex hin, quae ecrip-
ta erant iri librie, aemndhm opera ipsomm. Et dedit maremortuos,
qui in,eo erant : et mors et infemue dedenuit mortuos suos, qui in
ipeie erent : et judicatum eet de einlqulir secunddm opera ipsomm.
E t infarnas, et m o n missi sunt in atagnum ignb. Haec ea: mors se-
cunda. Et qui non hventue est in libro vi* ecnptus, m h w eat in
stagnum ignia. -Apoc. xx, nb 12 uaque ad 16.
208 LA VENIDA DEL M981AI.

ninguno me inporhw. Como es- iosaa particdama no


loe hallo en la revelacion, es preciso que las ignore y que
me contente con mi ignomncia. No obstante, entre estas
coaaa particularea pertenecientes al mismo misterio, bailo
una sola que no ignoro, ni puedo dejar de conocerla ; esta
ee, la circunstancia del tiempo en que el misterio entero
debo suceder. Quiero decir, que el misterio entero, 6 lo
que ea lo mismo, la resoneccion de todos los individm
del linaje de Adán, el juicio áltimo, la rentewia última, y
la ejecucion de esta Gltima mntencia, no poedsn suceder
luego inmediatamente eu el mismo dia natural de la venida
en gioria y magestad de nuestro Sefior Jeeucristo, porque
erta idea repugna visible y evidentemente ai testo mismo
de S. J m . Mucho n m repugna, si se m a d e r a y era-
miDa con todo su eontesto, como debe ser. Y repugna
todavia mwblimo miiir, ai se conaidera unido este misterio
y oombinado con todas las Eecrituras del antiguo y nuevo
Twtiunenta Todo lo cual, mmo que es el asunto prima-
rio y prinoipal de toda esta obra, hemos venido declaraocio
y tal vez demmtmndo hasta el presente miatsno, 6 hasta 1.
resurreocio11 de la come y joioio nniverd. PilagmCersis
m:i q J d s r p cis
~ a t o ? l & t ~es 10 queúiti-
mameate voy á proponer en el capítulo sigriienb.
CAPITULO XV.

mADO DE NUESTRO ORBE TERRAQUE0 Y DE TODO EL


UNIVERSO MUNDO DESPUES DE LA REgURRECCIOI Y JUI-
CIO lJlnmmsAL.

386. ~ E S U C ~ T A D Atoda carne del hmge de Adán,


d u i d o el juicio u n i v e d , y egeoiitada h kntenda iiiP
vocable, para unos de vide, para otros de suplicio e t e m ,
segun sw o b r a ; OE oigo decir, Crietúfih. amigo, i qué
serh d e r p u ~de ssto? A esta pregan* general, yo no
puedo respoder sino con la respnata tambien g e n 4 del
miamo Jesuoriato: irán mtw ol acplicio eterno; y &M
jwto. h la vida eterna*. Veo -bien, que no sati&oho
coa mtaa peralida&, aunque c i e & i , d 6 saber
algunas otras cosan particulares pertenecientes á esta &a-
terio del modo que e s t a se pueden aora mber: esto es, 6
por reveleoion divina, auténtica, espresa y clara, 6 h lo
menos por un buen raoiocinio, 6 por una prudente mnge
tuna fundada sólidamente en la misma wvelaoion. Por
tanto, me preguntais entre otras mil cosas estaa tres prinai-
pabs y fundamentales.
PRIMERA.
307. i Qué ea lo que yo pienso segun las Ewntnras
sobre la euerte 6 estado en que quedará nuestro miserable
B iniquísimo orbe, en cuy* superñcie habitámos, despoes
de la resurreccion y juicio universal ? Eatendibndo dende
aqd vuestra curiosidad á todoe los otros oibes in'numera-
Ibunt hi in 8nppiicinm mkmam; jnsti autem in aster-
-
nun. bkri. XXV. 46.
a
!34 LA VBNJDA DEL M B B I A S

blee que ee nos presentan d la vista en una noche amena


luego al punto que levantámos loa ojos desde la tierra al
cielo ; y esto en cualquiera parte de la tierra en que nos
hallémos.

388. i Qué es lo que yo pienso segan las Escritnnis


sobre el lugar determinado de todo el universo mundo,
donde deberán ir todos los que resucitaren b vida para
gozar en este lugar determinado 6 en este paraiso, así de
la viata fruitiva de Dios, como de otras cosas aocesorias
que les están igualmente prometidae ?
TERCERA.
- 8

m.
Ea qomaeouenaia de estas dos primeras me pedís la
4 , h a (qw reqDiere capitulo aparte) es fí saber : que os
dh en h v o y segun las Escriturw una idea verdadera,
ol.rq sengble y pemptible á tpdos, lobre la felicidad y
I&naven:wza eterna que está prometida d los que se
selvada, prinaipalaiente despuea de la resarreccion uni-
vsreal; 6..cadq uno regun strs obrar * : no laato (dede oon
gran razoa) sobre 8 9 gloria y bienaventuran- eeetanoial,
que consiste en la fruitiva viaion de Dios y posesion del
samu bien, la cual es inefable B inesplicable ;cuanto sobre
aquella gloria y felioidad, que llamámoe accidental, la oual
compete á nuestra alme, no ya separada del cuerpo, aioo
unida con él estrechísimamente; no ya como puramente
racional 6 intelectual, sino bmbien como sensitiva, por
medio de los órganos del cuerpo ; no ya en fin como poro
espíritu, sino unido inseparablemente con aquel mismo
cwrpg.para el c d fue sriada.
890. i O a m i g ~mio ! ardw coaa me pides. i Quién es
e

capaz en el estado presente de satisfacer plenamente Q ,


estas tres preguntas ? Buscad a t e pleaa satisfacoion en
tantos sapientisimos y erudiffiimos que b& tocado estos

Unicuique secundh opera ejue. -Ma:. xvi, .27.


puntos, y me parece cierto por 'mi prspia apenencia que
no h halldis.

391. Empezando por el primer punto, hallaráii facil-


mente una gran diversidad de opiniones 6 modos de pen-
sar, hallaréis una prodigiosa multitud de cu&tiones, que
sobre esto se han escitado, y os parecerá todo como un
laberinto de doade apenas podréis saür. Si todas 6 las
mas de estas cuestiones inbtiles, si todas estas diveraas
opiniones 6 modós de pensar se han fondado sobre algun
principio realmente W o , b sobre algona ciencia fisioa pooo
fundada, i qu6 quereis que suceda? Necesariamente debia
suceder asi, y efectivamente asi be sucedido': yo no pienso
meterme en este laberinto y perder mi tiempo intitilmente
ea cosas que no hacen á mi propósito ni en pro, ni en
contra. Solo quiero considerar en breve tres opiniones
principales, la Gltima de laa cuales es la que yo abrazo con
ambas manas.
392. Pensáron unos, y no de iofima clase, que con la
amion del fuego de que habla S. Pedro, ' quedará nuestro
orbe terraqueo perfectamente cristaiizado : por coniiguiente
dibfano ó tiasparente basta cierta distancia de eu superficie
6 circaito hasta su centro. Si preguntais basta que di*
taacia: os 'responden, que hasta incluir el limbo de los
pairvulos que mmiemn sin bautiamo : porque no w creible,
afiaden, que mías pobres criaturas que no tuvieron ni pu-
dieron tener pecado personal, sean condenadas despues de
su resmecoion á perpétuas tinieblas (otros no obstante lea
dan la sentencia crneffiima de fuego eterno, aunque no tan
activo). Mas lb luz y claridad de este gran globo de crie-
tal no llegará (prosigued diciendo) haata el iímbo 6 in-
fierno de los condenados ; porque estos por su propia ma-
licia, iniquidad, 6 pecados personales y volunthos, no uerhn
lumbre jamas*. Preguntad liora, de donde se ha podido

Uaque in Eternum non videbit lumen. -PI.xlviii, 20.


906 LA VENIDA DRL YBLIIAI
tomu u w noticia tan singular, y e r p d Ir requemta pm
d lo e t d , 6 w a116 a i sr posible. C d t a d
derpaa de erto erte .raro fenómeno aon las que mben
.Igo de W r , a B saber, m Ir acoion de un hego el
m m &tiro y violento que pueda imnghmw, v. g. d del
3tna y Vesabio, h.,mrá capa de cnitslipu y dejar per-
feotamente diáfano 6 CrPipereate un cuerpo entera, hete-
rogéneo, de noa ee~nmegraadesa, m8poesto de
&baa materias, mus Alidas, otiai líqoidas, un- re&
tilea, otras fijm, unes que se -primen, otma que m
dilrtan B la a& del friego, otmia que fluyen y ae d&
ten, otiai que M endurecen, h.;y deapum de un nm-
dan> exámen sobre estas cosas aaí generalea
- como parti-
eolaies, juzgad con ónena crítica.
398. Im segunda opiniaa, que ea de muchos antiguo11 y
w antiguar, pietenden y d e n e n , que así m u d m globo
terráqaeo aomo todos los otros globos celeates, luna, sol,
planetas, estrellair, &o., vdverén deqmea del jnioio mi-
veraal B la nada de donde dieron, 6 4 lo menoa al asas
de las fábulan. Fbndaae esta opinion en daa 6 tres lu-
gares de la lhritma a t a , poco bien meditados, 6 le*
oon demmbh prisa, B los codea afieden para mayor con-
&m&n la autoridad de alganon filbfos gentilea, y taco-
b i i algonon reno, de laa Plibílas. Loa lugarea de la J h
tritura son oata : AXccul al &lo v u e r h ojos, y Arad
bcio abqjo h la tierra: porqw lor c i e h humo u
deskardin (6fdtsrán, como leen Pagaini, y Vatablo. Lai
LXX leen : el cblo como el huno@ a j d ) y la timrk
como vertidura ~ 1 gastada,
á y nr aowzdorm como s r t w
oowi porsthn: Maa mi salud por sismpre m 6 y d
junticia no faltará (6 no 8cr6 cmumida)#.
h t e in eoelum oauloi reshoi, et vid& aub tem dcamm:
...
qiii. coeii iimt fumm iiqiteremt [m deficienk caium iicut
famm firmatum ent], et tem sicut ratimentum ittuetur, et bi,
bitatores ejiu rimt hec interibunt. Ydns autem merr i m wmpi-
mnmm erit, rt jiudti. mcr non deíkht [&i non oaateretm].
-?mi. ii, 6.
m Ba el Wmm ci, m dice: .& el p r h i p i i , #&
S&or, fUIolcutr la tisna, y obrar & tu+ 8on lor
&h. Ellor parearán, mas t6 prnuzneccs :y todos sa
anqjawbn como un wtido. Y como ropa a% vestir lar
mudar&, y MraR awdadt~:Mas tu el mimo eres, y tu+
año8 no re acobcrran*. . A lo cuai aludi6 el Seiíor aaando
dijo : Bi d o y la tierra paarh, nnas RWpalabras no
pawrhir-t. Aqui se vuelve B oitar el teato de S. Pedro,
oegunda eplstole, oapitulo iü, cmya verdadera inteligencia,
q p a las E x r i t n ~ ,queda ya propuente en otras partes,
erpecinlmente en el mpitiilo v de esta teroera parte, Bcia
el íin del p8irrafo iii, B lo cual nada tenemos que aliadir
ni que quitar.
S95. 'A estos pocoe lugarea de la Eaoritnrs santa y tan
pooo bien mediEPdos, mponden los mas y mejores de los
intérpretes t e ú l o p , y yo mn ellos, que el sentido que se
lee pretende dar de perfecta aniqailacion, 6 deahccion
t o a , no es ni puede ser su mntido propio, obvio y literal ;
nino onando mas, un mntido puramente gramatical. Ia
diferencia que hay grande y notable (prosiguen diciendo
aon suma rason) entre el sontido propio, obvio y literal
de la Emcritura santa, y un sentido pmemente gramatical,
lo podrá bien ignorar el vulgo de los hombres; maa eerii
ma 18stimp, por no decir ana vergiienea, que tambi&
ipmuwn eaía soma diferencia, 6 pmindiesen de eiia los
qne tienen 6 deben tener le llave de la oienh, y es&
perfectamente instruidos, 6 4 lo &os bien inioiados en
ia facultad b oienoi. espositiva : le ouai faoultad como todaa
lar otras, tiene sur vooes b términos propios oon qae e+
pliocuse: lm owles vmes 6 términos entienden al punta

Initio hi Domine temm funbti : et opera mannnm tuuua~


miit easli Ipi peribunt, tn eatem peimuier : et omneii rimt vati-
mentum ratemneant. Et mcut opertorium mutubb eor, et mutubun-
tu: Tu mfsmid- er, et d tai non de6cient.-P8. d, !S,
O, Sr a.
t Ckd.rn et t a m W b u n t , verbe mtem r
na nen prateribu~t.
-m.
u i r , 36.
loe 4ue son de la misma faooltad. A d que, los teatos
citadw lo primero: deben toma- y entenderse literal-
mente, por 6-xcr no por propidad; pues realme*
bablan por metáforas 6 semejanzas: el oual modo de
hablar ordinario entre todoa los pueblos, tribus y lenguas,
es tambien ordinario entre todos loa Profeta de Dios,
v. g. : Lor w n t w scrlthron de goeo como ccuuuror ; y lo8
collados ron0 cordsros da ovejas... Mar lar enemigas del
Señor luego qw f w r m honrados y snaakadon, serán de*
..
h t c h mteransnte cono el hunw. Porque e l h como
heno se secarhn prontamente : y crmo hortaliza y yedas
luego &caerán ...Como polludlo de g o W r i u a arf yri-
tard, yernird como paloma*.
396. Lo eegiindo : los testos citadoti por las antores de
esta opinion, no hablen, ni pueden bablar de aquellor
cielos eálidos que ellos imaginan, siguiendo las antiqukri-
mas y tambien faleísimas imaginaciones de nuestra ma-
yor- ( l a cuales no se han podido borrar hasta aora ente-
mente): tampoco hablan de los plaoetas, estrellas, &o. ;
sino de la grande atmosfera, que por t o d r partes cironnda
el globo en que habitamos, el cual globo, ea el que única-
mente consideran.los Profeta de Dios.
397. Lo tercero y p ~ c i p a i :loa teatos citados no ha.
blan, afirmando abaalutamente, sino solo hipotéticamente.
Ee decir, comparando 6 confrontando el eer de todo lo
criado con el ser del Criador de todo, y en eete confronto
diciendo y atirmando, que todo lo criado respecto del
Criador es como si no fuese, que todo podrh bien ma-
darse, alterarse, corrompenie, perecer y aun aniquilarse, si
el Cnedor lo manda; mas el Criador miama noi. ni so ver-
dad, ni su palabra : El cielo y la: tierra parsarhn, &c.
* Montea enilteverunt ut arietaa: e t colles eieut agni ovium...
Inimici rerb Domini mor ut honorificati herint et exaltati :deficien-
...
tes, quemadmodum famue, deficient Quoniam tamquam folnum
velociter areacent: et quemadmodnm ole& herbamm citd deei-
...
dent Yicut pullus hinuidinia .sic clamabo, meditabor ut columba.
- Ps.cxiii, 4 ; e i xxxvi, 20, 2 ; e1 h u i . xxxviii. 14.
EN OMRIA Y MAGEBTAD. 269
896. En eata inteligencia racional, literal y j u s k a ,
c~~~finbaala espresamente por otros lugares de la misma
Escritura, que ee esplican sobre eate mimo aamito par-
ticular con toda precision y claridad, sostienen los mas de
los doctores con S. Gregorio ~ a & oy S. Agnstin, que no
ha de .haber jamas tal aniqnilacion, fii destrucaion total,
ni de nuestra tierra, ni de lo que vemos sobre nosotros;
mno una grande y bien notable mudanza de mal en bien, 6
de bueno en mejor, principalmente en todo lo que toca ii
nuestro globo.
399. B t a tercera opinion es la que yo abrazo con am-
bas maaoe, porque la h d b conforme d todas las Escritu-
ras, y no pocas veces añnnada positiva y absolutamente en
términos espresos y clarísimos. Entre otros mochos lnga-
res que pudiera citar, y que citaré maa adelante, elijo por
aora este solo que me parece decisivo : Aprendí que todar
lar obrau, que hizo Dios, peraeueraron perpetuamente'.
Ente solo'testo, aunque no hubiera otros, esplica bien, asi
el testo oscuro de S. Pedro, como los otros da 6 tres
que citan los aniquiladores. 8. Gregorio Magno parece
que lo tuvo presente ouando dijo: los cielos paaan por
crquella imágen que no tienen; maa *con todo por su
sse& subrUten p a r a siempre?. Y S. Agustin : Por-
qus este mundo paeará, m&&e Ins cosar, no pere-
ciendo del todo.. . así que la $gura es la que pasa, no
la nutura&za$. Y en el capitulo xPi aljade p a r a qus
el mundo renovado, y mejorado re acomode 6 lm hom-
CI
brea renovados tambien, y nrejorados en la carne§.
Didici, qubd omnia opera, quae fecit Deua, peraeverent in per-
petuum. -Eccler. iii, 14.
C ~ l per
i eam, quam non habent- imaginem, trnnseunt, sed
-
tamen per eaeentiam aine h e aubsiatunt. S. Gregm, lib. xvii, mor.
ú Job. v.
f Mntatione namque renim, non omnimodo interitu traneibit hic
mnndus ... figura enim praeterit, non natura.-S. Aug. lid. xx de
Civ. Dei. cap. xiv.
...Ut icilicet mundua in meliua innovahui aptb acommodetur ho-
minibui, etiam carne, in melins innovatis. - Dia. Aug. ubi ncp. xvi.
TQsdblsDpiartsatiiePbnciierprsra~aknide~
dos máximas doototea, paca no repmdenae ligedmede
de oovedd en hs ooeu que voy 4 proponer y aodderar.
PARRAFO IU.
L U G B DETERMINADO DONDE iRAN LOS JUSTOS DESPUgs
DE LA BglUR'tLeCCION WIVERSAL.
400. Conoluido el juicio universai de la m e r a que se
hará (lo cual no somos par aora capa- de conoebir con
i d e claras)
~ ; dice Jesochto, que 10s justos a n B la vida
eterna*. -re estan palabrm del Sefior, 6 sobre este
dogma de fe divina, esencial y*dumental en el verdadero
cristiaoismo, m pregpota: i tí donde, 4 qu6 parte 6 lugar
determinado y material de todo el universo mundo yBn loa
jmtos ya resucitados tí de la vida eterna? A esta
prepnta veo, Chtbfilo, que retpondeis al punto lleno de
satisfacaion y seguridad, qne irán todos al cielo, aban-
donando abaolutameate eota miserable tierra, 6 este valle
de lágrimas. Yan yo oa digo, amigo, con toda la farmali-
dad y verdad de que my capaz, que no entiendo vuestra
respuesta. La palabra cielo, en &e de la Escritura
santa, y en frase tambien de todos los pueblos, tribus y
lenguas, es muy g e n d . Cielo, se llama cuanto rodea
noestro orbe y está fuera de 61, no solamente naestra ab
mbsfem, sino el espacio iomenso que lo aircunda. Asi
dedmos con gmn verdad, que la Inna, el sol, los plaaetm y
todas las estrellae están en el cielo : y podibramos a f i d r
con la misma propieded y verdad, que nuestra tierra 6
nuestro globo terráqneo 08th del mismo modo en el cielo :
i y si no está en el cielo, donde esta?
401. Para aclarar mas vuestra primera repuesta, y ato-
mudarla maa B uno pregunta 'no general aino particular,
respondeis lo segundo : que todos los justos ya resucitados
irhn al paraiso celgtial. Y yo os digo con la misma for-
malidad y verdad, que esta vuestra segunda respuesta no

Jniti aaLain ¡u 6t.m abrniim. -


Yat. un,46.
ea otra aoaa que responder por a ¡ c w r t h . Is oaeetion
riisda bnicamente eobre el lugar determinado donde irán
los jastos ya reaomitadoe: y vor respondeis, que irán al
paraiso celeste. Si han de ir 4 la vida eterna, como dice
Cristo, ea consiguiente y aun necesario que vayan 4 un
paraiso celeste : esto es, 4 una felicidad y gana, que no ea
posible hallar en nueetra tierra en el estado presente ; mas
esta palabra paraieo, 6 aea paraiiso celeste, es tan general
é indeterminada, como la palabra cielo. Paraiso, llama la
Eecritura que1 lugar donde fu6 traeladado el j u ~ t oEnoo
p a r a que no uiere la muerte*: asi como la miama Ee
&tara llama cielo aquel lagar donde faé conducido en un
carro de fuego el grande*Ellas (el que), ha de venir, y
r~ntabkwát o d a la codmt. Paraiso, llamb Jesucristo
poco antee de espirar en la crus al infierno mismo cuando
le dio al ladron penitente; hoy serás conmigo ea el
paraba S: y es ciorto y de fe divina, que Jesucristo este
mismo dia (y luego deepuea de 61 el santo ladmn) &cm-
& a los injernor §, y no ealib haatael tercero dia. Conque
parece necesario, que aquellas dos paiabras generales,
cielo y pamiso, se espliquen mas, de modo qrie aatisfagan.4
la pregunta particular.
4.02,Para aatbfacer 4 esta plenamente, y esplicar laa
doa paiabrae generaüsimae cielo y paraiso, respondeis lo
teroero : que todoa los justos Fa resucitados irán 4 goaar de
la vida eterna al cielo empireo. ;O Cristófilo mio ! Permi-
tid- que os diga aqui, que con esta palabra cielo em-
pireo (palabra griega que signifioa igneo 6 de fuego) p r e
teodei~eepliwme una cosa orcura por otra mas oscura: lo
que los escolásticos llaman ignotuw per ignotiw. Ente
cielo que Ilamámos empíreo i donde e s a ? j Lo ha visto
algano entre los filbsofos antiguos 6 modernos, ni aun
siquiera entre los videntea 6 Profetae de Dios? j Este

f
-
Ne videret mortem. Ad Hel. xi, 6.
-
(Qni) quidem venturns eet, et restituet omnirr. Mat. xd, 1l.
-
$ Hodie meeum eris in Piuadiso. Lw. xldü, 43.
6 Ducendírndintua.-fiM-&
al dogma de fe divina, y- -bien 4 la reata mmn ihirni-,
nada con la lncenia de la h. Por ejemplo : Zií b aitás
& d e el delo, erto m, d d ¿ tu alta morada*, le dice
Salom6n $ Dios: y en el ver. 39 : Tú oirb desde e1 cielo,
mte es, dssdc tu Prme w a d o t . ; a t a habitacion de
Dioa h e y sublime, que cosa es? i Es acaso algun gran
pabio, 6 templo, 6 cielo material, 6 aigun lugar determi-
nado? ¿Acaso no l h yo el cielo y la tierra, dice el
S*$?
405. De eata mima habitacion de Dios sublime y &mi-
sima, habla el Apoetol cuando dice: El qw sole tiene in-
morfaZidad, y Mita uncr luz inaae(~iblcQ .Y en otra
parte: aunque no ertá Idjor & cada uno de romtror.
P W ~ W d l l R k 0 ~ m ' # t W 8 ,y --', y 80-
norll. Lo cual estaba ya dicho con viveza, elegancia,
propiedad, simplicidad y verdad, en el salmo cauviii.
Si subiera al &lo, td allf srtb :si d c s d i e r e al in$mo,
e u t h preuente. Si tomate mis d a r al salir el alba, y
M i t a r e en lar utremidade8 de la mar: Aun a116 ras
guiar&tu mano, y me asirá tu derecha. Y dge: Tal v a
ae d r h lar tinieblas: rnas la nock n n clareará en
mis plaesrea 8. Todo lo coa1 nos ensefia y predica aquel
atriboto de fe divina esencial B Dios, que es su inmensidad

Tu esmdiee de celo, de snblimi nciiicet habitaculo tuo. -


2 Pw. vi, 30.
.t l i a e r d e a de ~ ~ 1 hoc
0 , eat, de hrmo h a b i t a d o mo.-
Id. id. 39.
$ i Numquid nou ccelum et terram ego impleo, dicit Dominus. -
Jerrm. UW, 24.
Q Qni solun h b e t immortalitatem, et lncem inhabitat a t ~ c e a s i -
bim. - 1 u¿ llSm. vi, 16.
11 Qriamvb non longb sit ab unoqnoqne nostrnm. In ipio enim
-
ritimue, et moremur, et aum11#. A&. roii, 21 e: 28.
TI Si ascendem in cmlnm, hi iliic es : ai deacendero in infernnm,
ides. Si aumpsem pennas mean diiuculd, et habitavero in extremb
mirria: Etenim illuc mmun tna dedncet me : et tenebit me dextera

-
tris. Et diri : Fomitan tensbrie concnlcabunt me : ét nox i l l o d
aario mea in deliciii meis. PI.cxxxviii, rlb 8 uque ari I l.
TOMO 111. T
6 ptemaoia real y verdadora en todo el universo, y en
Wu y en cada una de lsi partes que lo compomn. .
406. No obstante esta idea verdadera y de fe divina, y
m h r m e tambien t í . una raeon bien ordenada, os oigo
todavia replicar, que es preciso conocer y conceder a l p
l q a r determinado, íbico y real, B donde ee maniñeate 4
los bienaventdos la gloria de Dios. 6 Dios mismo con
toda su gloria, y B donde es- goceo p l e h a m e n t e d e
su vista, y sean plena y perfectamente felices, principal-
mente despues de la'reeurrecwion y juicio mirereal. &te
punto de gran importancia necesita de una gran connidero
oion. Entrémos en eiia.

PARRAFO 1V.
407. Es preciso admitir algun lugar determinado fisioo
y real, donde Dios ae manifieste con toda su glorie B 1011
joetos ya resuscitados, y donde estos lo vean eternamente
con vieion intuitiva y fcuitiva.
408. Esta propogiaion que os parece tan cierta, eo p w -
tualmeate lo que yo niego, fundado no solamente en las
Esarituraa q r 4 d a s , sino tambien en la raeon natural ilami-
nada con la lucerna de la h. Decis eiP duda, que a t o es
demasiado negar, pnes mite lugar determinado todos lo
admiten: y yo os renpondo, que padeceis eqaivocacioa.
E l lugsr determinado de que hablámae, ni lo admiten todoo,
ni mncboa, ni ninguno: solamente lo imaginan 6 se b
%aran: y wta figure 6 imq+n&cion es lo que 1- los
Bscetioos coeposicion de lugar; la cual es buena y cum&
centlsima en la meditaoion para fijar en aígana coim 6 lugar
determinado nu&tra inquieta, vaga, é incoastante Uoa-
giaaoion. Mas a t e lugar determinado ea ciertieimo que
la misma imaginaoion lo finge y compone B su modo, eeto
es, segun el talento 6 p t o de ceda uno. De esta com-
poaicion de ,lugar iuvo sin duda su origen 'aq& ia~agpa
de la gloria, que nos ofiecen ha pintores, buena en sí
misma, edificativa y suficiente respecto del grado de otacu-
ridad 6 ignoraooirr en que actualmente nos haüámoa. Mas
EN GLORIA Y MAOGBTAD. 226
eeQ imágen 6 esta lugar, evidentemente oompue~topor
noaoko~~ mismos (y que hemo~pedido prestado B Lis m e
j o m fimtas, mduriaaa y abgrias públicas, que bemos visto
y oido en nuestra tierra, y tal vea al capítulo iv del Apocs- 3

lipsis) i es acaso y será etemameiite algun lugar determi-


aedo del cielo hito y real? Esto es, 6 Cristbfilo, lo qae
oa voelvo 4 negar.
409. Y para haceros tocar con las manos vuestra ioeigne
equivoaacion, permitidme que os haga sobre el punto par-
ticular que aora trathmos, una sola pregunta, eeperanrlo &
vieestra bondad una respwta categárica.
4lO. EEpreciso, decis, admitir algun lugar determinado,
hito y real, donde rie manifieste & los bienaventurados, así
aora oomo despues de la resarreccion universal la @a
de Dios y D i mismo, y donde eeta lo vean y gocen eter-
namente.
a. Bien : en esta supoeicion, yo os pido aora que iae
reBaleb con el indice 6 con ambas manos, 6 oon ojos y
maaoe, lugar determinado del cielo, donde está 6 debe
es* este I>ataiso felbisimo por toda la etsntidad. A esta
dmple pregant8, como todavia no wuipreadeia biem mis
intenciones seowtm, me respondeis al punto, &pie y
siaagtsmente (levantamdo los ojos y las maaos Boia lo mas
alto del d o ) que está en vwatro aenit y en todm sus
osrúsnias. Habiendo oido y entendido bien nimira res-
pueuta, dny luego sin poder contenerme, una gran va5 que
ee oye por toda la tierra, h a lor t6r-r ds L m-
h d e z de & tierra*, pidiendo B todor sns babitadoms
creyentes de todo tribu, y bngw, y p b l o , y mcionS.,
qne respondan tí mi pregunta: y veo y oigo, oon grande
admiraoion, qne todo8 ain faltar uno mlo, me responden lo
s i o a o que vos. Todos y d a uno Ievuibndo los ajos y
lar nrawr h í a lo mas cilto del aielo, me d'he1 mismo
kigcPñ&a y d. Mas y o ~ p e r o , y e s f f i ~ d e r a

Uquc rd terminos orbis (ernrum.-Pa. l u i , 8.


t Ex omni tribu, et i i i r , e&
popiilo, et &oae.-&OO. v, O.
T2
mi L A V E N I D A DEL MBSSAB

que -'te lugar íisico y mal, qQe todos me sefialan,


aunque parece uno mismo respectivamente, mas en realidad,
eada pueblo, tribu, lengoa, y aun cada individuo, me sefiala
un lagar absolutamente diverso de todos los otros. i NO
me entendeia?
4l2. Empecémos pot vos mismo. Vos me sefialah
vuestro eenit 6 el punto perpendicular de vuestra cabeza ; l
no podeis sefialar otro, pues todos los demas puntos d e
todo el orbe universo al rededor, os pareeen inferiowr 8

~i
vuestro ~enit,y por eso agenos y poco dignos de vuestra
atenoion y consideracion. Solo el punto perpeodicniar á
vuestra cabeza y todas sas cercanias es el lagar del cielo.
que os oontenta y satisface plenamente.
413. Aore bien : para que nos entendámoa mejor y
ahoir$mos muchas palabraa y disputas inbtites, yo os con-
vido, amigo aarísimo, 4 nn paseo que voy 4 haaer, y que
quisiera hacerlo en vuestra compaííia : paseo f a d , breví-
rimo y nada molesto. Os parecerá al prinoipio muy dSle-
tado, y no obstante lo hemos de hacer en p m s minutos.
Venid conmigo, Crist6fil0, sio miedo ni recelo. Vamos S
divertirnos por este mondo, dw8o.utta vuelta entera 6 todo
nuestro orbe terráqueo. No hay que temer enemigos, m
tempestades, ni peligros, ni incomodidaderi, por mar ni por
tierra. Este viage lo bemoa de hacer sin movemos mps
ralmente del lugar en que estámos. Nos basta noestra
sola imaghacion regnlada por la recta raeon, a p a mncia.
Para esto pongámos los ojon y considedmoa con alguna
atencion la figura que nos sale al encuentro en 1s foja
siguiente. Si esta es inbtil para vos mismo, pmde 8er
bien necesaria 15 tí lo menos conducente paro otraa pereodw
de otra clase pues d todos somos deudores.
U 4 . En medio de esta figura veis nuestro orbe ten&-
queo A B C D. En el piinto A en que nos hallámoa, me
habeie mostrado ya y me mostrais confiadamente el lugar
determinado, fisico y real, donde se debe mostrar á los
santos por toda la eternidad la gloria de Dios y Dios I
mismo: esto es, el punto A superior 6 todas las esírellas,
y .perpendicular al lugar en que nos hall4mos, i no es así?
E&mos aora del punto A al pon@ B. Habiendo llegado
&.estepunto, os hago aquí la pregunta, y os veo levantar
las manos y les ojos ácia otro aenit, mostrándome el lugar
determinado de que hablámos : esto es, el pnnto altísimo B
90 grados distan& del punto A. Sin hacer aquí reflexioa
alguna ni detenernos, pasémoe adelante, y caminémos otros
90 grados h . t a llegar al punto. C. Llegados 4 este pnnto
oa vuelvo 4 preguntar lo mismo que cm los inteoedentee,
y me rcrpondeis lo mi-, mostrándome por lugar deter-
minado de la gloria vuestro mnit octnal-: este ea, el altísimo
p t o C.
415. Mae advertid, amigo, que el.punto en que nos ha-
LLBmos es diametralmente opuesto al punto A de donde
pnrtímos tren minutos h a
416. En cl primer minuto me mostrasteis con ojoa y
manos el punto A : en el segando el pnnto B : en el ter-
cero el punto C antípoda del punto d.. S i caeiaáaies otro
minuto mas, me mostrarhb el punto D antípoda del punto
B por donde hemos pasado. ¿NOlo veis con vuestros
ojos. Podeis dejar de comprenderlo?
4L7. Siguese de aquí evidentemente, que. el lugar de-
terminado de qoe hablámos, debe eatár al miamo tiempo ea.
los cuatro punto& cardinales A B C D : por consiguiente
en todos los innumerabler puntos intermedios, pues no hny
mas.mmn para uno que para otro : y si esto es aaí, deberá
reducirse vuestro lugar determinado B toda la convexidad
inmensa, 6 4 toda la superficie estema de un cielo sólido,
que abraza dentro de sn conoavidad todo el universo.
Luego no hay tal lugar determinado, luego todo es una pura
imaginacion, 6 composicion de lugar, &c.

PARRAFO v.
418. Despues de todo esto que acab4mos de conside-
rar, veo, mi Cristbfilo, que todavia no quedais satisfecho.
Os hace todaviti gran fuerza un testo del Apostol, y dos 6
tres de los Profetas, los cuales decía (no se sabe con qné
ram)vieron en apíritir el puaiso celeotial, 6 el lugar de-
terminado donde Dios se manifiesta B sus Bngeles y san-
tos, &c. A esta peqnefia dfiultad me reconoaw, obligb
do, y confieao que debo responder de nn modo mmple,
claro y perceptible.
419. Eo primer lugar : el testo de S. Pablo hablando
de sus visiones y revelaciones, ea este : Conorco ti un hom-
bre en Crtbto, que catorce a h ha fud arrcbotado: dfys
en el cuerpo, no lo sb, 6 s i N r a del cuerpo, no €o 86, Dios
lo sabe, hcuta el tercer cielo. Y conozco 15 este tal hm-
.
bre.. que Jicl arrebatado al parabo *. De aquí ME-
chis con mas que mediana ligereza, que el paraiso cele+
ti& 6 el lugar determinado, Mao y real donde Di se
manifieste aora, y se maoüeatarh eternamente 4 los ángel-
y santos, &c. debe estar en el tercer cielo. Mas como os
avetgonzais ya de aquella multitad de eieloa sólidos, ama
sobre otros y todos trasparentes, que imaginaron los anti-
guos, ama veo que en lugar de elios imaginais solo tres,
los ¿cm primeros fluidos 6 Iiqiidos, y el tercero sólido. E1
primero ilamais aereo : cito es, tedo la atmósfm qae cir-
cunda por todas partes nuestro orbe tedqneo, y no hay
ya duda de que esta atmósfera se llama freonentemeilfe
cielo en la Escritura santa, aai como se le da este nombre
en todos los pueblos y naciones, cadu uno conforme 6 sw
lengua t. El segundo que llamais atareo i cual es este l
Es, deois, todo el espaaio inmenso é indefioido donde hbi-
tan y nadan la luna, el sol, los planetas, los cometas, lae
estrellas sin utímero, &c. El tercero superior 4 todos, es
el que llamais cielo empireo, wzs allú del cual no hay cara
alguna.
420. Mas todo esto, amigo- mio, i.que
. otro cosa es sino
suponer y afirmar sin prueba alguna lo mismo que diiutá-
Scio hominem in Christo, ante annos quatuordecim, aire in cor-
pore, nescio, sive extra corpus, neecio, Deua scit, raptum hujuamo-
di usque ad tertium ccelum. Et scio hujusrnodi hominem ... Quoniam
-
rirptus eet in pivarlisum. 2 ad Cor. xii, 2, 3 ei 4.
f ITnusquisquc secundhm lioguani suam.- Gen. x, 5.
EN GLORIA Y HAGBSTAD. !m
moe ? Nuestra presente controvemiameda finicamentesobre
un punto de apoyo : A saber, si hay en la naturalesa un
cielo sblido, altbimo, igneo, 6 sea Incido, superior 4 todo lo
criado material, en ouya e u p d c i e estema, 6 convexidad
inmensa 6 iomenaurable hnya un lngat determinado, 6 un
pereieo donde se rnanifieete h los bienaventurados Irr gloria
de Dios y Dios mismo. Y vos me respondeis distingrrien-
do tres cielos, aero, etereo, y emplreo : loa dos primeros
Buidos, y d tercero eólido. i Mas todo esto sobre que fun-
dsaiento ? i Sobre qu6 revelacion auténtioa y clara ? j, $obre
qab bueoa Mica? j, No os he negado ya vuestro cielo pla-
t h b o que llemaii ampireo ? i Con qn6 bu- rszonea lo
p b a i s de nnevo ? Solo con suponerlo, 6 imaginarlo, y dea-
pues añrmrlo.
4á!i. Fueni de eeto: hagámos aqal como de paso una
brevísima reflesion. El primer cielo, deds, que el aireo
6 L atmósfera de nueetro globo: pues mi se l l d h-
cuentisimanieate en la Escritura snnta : como cuando b
&e : Wbes del oielo. ., auw del cielo, &c. Y pemiai~,
amigo, que en todo el universo mundo no hay mas atm6s-
&m qae la nnestra? i Consultad este punto con loa qae
a b d n dgo de astronomía asica, y oa darán una gran liata
de otraa i~mmerableaatmósferas, 6 de otros cielo8 aeros
d o g m al nuestro. Primera : la atmbdera de la luna (si
e$ que la tiene, oomo prdtenden muchos modernos, y si la
time & d a tenaísima, segun mi pobre jrucio) : segunda, la
dd Venus, tercer cielo de.loa antiguos : tercera, la de Mer-
e& : cuarta la del Sol, qae p e c e indubitable; ni se ha
b b d o hasta aorafotracausa de las aororas boreales, 6 de
las austreales, que de todo hay en ambos hemisferios : quin-
Q, la de Marte : seata, de Jbptter : séptima, la de Satiimo.
A k cuales ae pueden aliadir dentro de nuestro sistema
planetario otrae nueve mas (si acaso no hay otras atmbafe-
m): cuatro de las lunas, que llaman satélites de Jhpiter, y .
cinco de Saturno : fnera de las grandes g prodigiosas atmbs-
ferJ de )aS cometas (cuyo número nadie sal>e) cuya prodi-
giora eatemk ee deja ver mando ae -0811 algo d &o
gbbo-
422. Si de aqnl sobimos mas amiba, por adquiera pun-
to que sea de este globo n ~ s s t t oen cuya s o p e h i e habitá-
mos ; ei moe metemoe oon aaertra conaideracioo en el mes-
.
m idmanso de las eabei4w q ~ 11Pmamcas e Qaa : 16DWs L
1 qu6 c m ao hrllimoe! O, qué inbidad de globoe qae
ePdaa en el eter, d a el nuestro, y qa6 m W o d de
aúnóaeraa anüogsr 4 nPertta atmóefera! De aqd se M e
por una ilacion raoional y jnrttima, qoe vuestros c&l#
a ü w y e-, 6 non uno d m o en h m i l b d a con diver-
soe nombms y bajo divexma aoasidsrebion, 6 son cieios eier-
temwte iofinitoe 4 iosumerablee. Y de vneatro temer
cielo d i d o , platónico y sppeiior 4 todas, 1qu6 qoersir qae
a diga, eeifmmo Criatbíilo, sino que es uu oielo suparaib
é iaieginwa, ?
&B. Coa la &&ion de v u d r o a tree oialos dm,
etereo, y 9-0, que me ha sido p i s o oir y meditar,
&e me habia dvidado del testo de S. W l o , sobre qoe em-
peaámos 4 discurrir. Bmpoodo, p w , 4 esta peqaeúo di-
fbadtad (y- eon 4 8 4 1 s que se toma ainaparieooiirde
isron de doa 6 treelogpn# de loa Profetas) que el doctor y
raertro de les gentea escribió una epidola 4 loa C r i s t h m
de Corinio, ciodsd en aqoel tiempo p d e y una de hr
principales de Ir Gheaa, y iie aoomodb pmdentíuimamede
(como siempm lo hacia en oíroa uunfoa indikemtm qoe no
pertenecien B au rmnltcnio) ie acomodó, digo, p r o d d i i a ,
mente al mododspensar de los misanos Corintior sobre su eig-
tema de los oielos. No pode¡ igoorar, a i sabeis algo de his-
tosh antigua, quo en la Greoia, donde tanto ñoreaieron 1 ~ a
artes y 1aa ciencias, hubo varia academias, y no en todar
se emefirban nnas mismas doctrinas, 6 se segnien una8 mis
mes opmionea, prínoipalmente sobre el aisteqa celeste. En
unas se ensefiaben 6 imaginaban siete cielos : en otras ocho,
y sobre el octavo los campos eliséoe : en otras nueve : en
otras once: y en otras solo tres, aunque &lides, Si en
BN GLORIA Y MAQPSTAD. m
Coriato ee sagaia ado á I h opioioiil, y sapanh dm el
tercero los campos elitkos, 6 el paraiso 6 su modo : i qeé
m a c h que el aapientíeimo y prudenibimo Apto1 les he-
blaee en en lenguage, ó segun ru propia opinioo? ;No
hsMb del mismo modo t i los Ateuieoses cuando la dijo : A
aquel 6, pvorotros 4dorais rin coisocwlq srs sl c p
yo,- anuncio*? i, No lea diae tí loa Rmneno~:dqw cs
pCrm en la fe (6 en la opinion) oobrsl&uadlo, no sr m
tsstdonu de opiniouu ...
orrda uno c i b d so nr
~ u b t ?
4% Fuera de qw ee oiertleimo y bien digno de aeab
tro c o u * , qae en asees purameité 6siors que ne
perfencmn a L religion, ni al dogma, ni 4 k, morel, toda
lei, &torea eagradoe babloraii &mpe como Wia el
gaeblo, y a t e hablaba oomo m hebiaba en o t m naoiooes:
ni el Espíritu aanto eruiefió jamáa alguna verdad de pruia
fiaoe B oiagam de m- Profetoe.. M que Loblaran de
los siebs y de los ouerpos aeliiiter. no oano son en I.
mddd, sino COOQO a p m n B nuaatroa ojos; lo aria1 ea
pm$o reaonooer y confesar, so pena de gravíaimoii mcon-
vepieatea. S.Jerbnimo &re el cap. xxvia de Jesemb,
estas ppiabraa : en k Escritura &ata 8s dicdn nu-
&wmtusagurLopUUonds49t(dl t h p o e n p u
r+en los lieolior; y no ragvn lo w i g b €a verdad ds la
sow$. Si esta sentenoia de aete sirpienthho doctor tu
.vsrdadea(oomo yo la tengo por tal) b es p k i p d y tai
vm Qieamente en an&de pura fisioa, en que el ~ ~ I I
Santo. qw ha616 por Isr ProJetrrs, ha obeervrdo siempre

.Qnod ergo ignamtes colibtil, hoc ego rnnanGo vobii. - lci.

t lodrmum mtem in fide [aire opini~ne]mummite, non in db-


ccptationibw cogitationm... uniuqukque in suo aensu abuudet. -
Ad Ron. xiv, 1 et 6.
1 Multa in Scripturis Sanctis dicuntur juxta opinionem iiiius
kmporla, quo gesta refemtur; e:' non juxta quod rei v e r i t u exi-
~pbat.- S. H y m . in c. xxviii Jara.
un pmfmdísimo eilemio, dej8iadolam Qdsi 4 le omp6oioo
y disputas de los hombres : Vi k aflcch, qtie dib Dier
tí los hfjos & los hombre*, parti que se lbnm & ella
( d i o el mae eábiio ¿e 106 hombres): W m las cosas Rizo
h a s en ru tiempo, y snttsgó el nim& & &a didputa
di! ellbs,..*.
m. La respuegta 4 tres 6 cuatro isgareb qae aitais de
1- Wfbtar, y auh del Apoedipm, e8 mueho mhe S i.
Btos, deab, vieron en M) sé que lugar determina&, Is
gioria de Dioe, y 4 Dios mismo rodeado de inonmerables
Cspias, mtad6 8sbre un rélio d t o y s&mdo+: e m o
dice Ieaías cap. vi, Daniel asp. vii, ~ u i e cap. l i, f
0. Ja3a en veriaa pwba de en Apacelipis, erpeciaimente
en 01 cap. iv, y v. Yae i ignorais, 6 CrisMio, que todm
6 essi todas las visiones de los Profetaa de Dios t e m a
d o n e 8 imaginarias? S1 aaaso no entendeis bien lo que
quiere decir vision imagioaria, consuitadlo con Gsprn'hr
Aucau'lds, con los maastrw de la vida espifitual. 0 6 I ~ I C
poadedn todos anánimemenbe, lo primero: que ae llama
rision imaginada, no parque el Profeta 6 vidente ae la 1
fcmh 4 si miamo, 6 se la imiagine, 6 componga, h o
poqne el mismd &@tu de Dio8 se la propone y h e
ver al alma, por 6 g a m 6 imhgmes eaB1ogaa tí lae qre
le han entrado ya por les puettaa de loa aeatidoa &&BI
imágenes, como ensefía la admirable doetora míatica esnh
Teresa, no son MQgenes muerta! semejantes A m a pie-
tura 6 tí una estáha, siho imhgenes vires, cuya difeiawiia
fealmente iobita na puede dejar d e cooocer el alma, 8tó.
S6 que de estm ooaas se rien mu~hísimossabior en sf
dunws$; m m tambiea d qúe es venladera 7 conetarrte-
mente probada por larga esperiencia aqneiia sentewbe del
Apoetol: el hombre anida1 no perdilia qwiW &m,
aftiictionem, quam dedit Deua filüs hominum, ut Citen-
dantur in ea. Cuncta fecit bona in tempore suo, et mundum trmdi-
dit disputationi eornm.- Ecclea. iii, 10 et 11.
Sedcntem super solium excelsum et elevatum. -laai. vi, l .
-
f Sibi ipsis sapientes. Yide q.ad Ron. xi, 26.
que ron del E q h i t u dk íhOs: pwqm le aon una €acuna,
y rao ku p d e ante&: p w cuanto re juzgan srpiri-
t d ~ n i s ' .
428. Os dirán lo segundo los maestros de espiiitn: que
esta d o n imaginaria es mm:bo m- olara que la virion
oorporal. Ia terceto: que es y ha sido eiempre la maa
somnn y ordinaria, p.ss la G o n puramente mteleatPel
sin i-n alguna, pm el d o ceso qae es k mas da
y M e a t a , es tambien iarlMma, y mudo QUUI rpra la que
me hsae por loe ajos corpmalea. Lo auaito : que el alma
uo puede dejar de roda cuando Dios ee la pone debate,
m puede ver mas ni menos de aquello que se le da B ver,
Lo quinto en suma: que pam ver grandes vimones sean
Iss que fuera, no tiene el aima necesidad de e& del
averpo, ni de l l e v ~ l oconsigo; I n o de ebstcaerm de
toda otra com, y atender inevitablemeate ti b qae tiem
delante, y tambien d h iatelhncia de ello, si se le da.
Ytr veie que aqui hablo solamente de rision'a, no de
revelaciones, 6 inspiraciones, 6 locuciones internan, que clr
cona muy diversa de la vieioa. En esta, aaí como laa
cvmu que BO ven son imagenes, así lo es el lugar donde
re ven: e\ cual lagar varía segun les cimunstanaim.
Conque el p~pmeototomado.del rapto de ,8,Pablo, y
de tai d lugar de los Profetes nada pnieba 4 favor de
an lugar detedoado, íbbo y real, en donde deba muti-
fa- eternamente 4 los ángeles y santo6 la gloria de
Dios y Dios mismo.
4211. Qaeds todavia oíra diftcnttrsd, sobre la enal dabb-
moe decir oaatm palabrae. La humauW eantíaima de
Cristo, 6 el Hombre Dioci, dede oon suinri rrsoa, es de
fe divina que despues de muerto y resucitado subió al
aielo, 6 S los cielos, en donde eatá sentado á Za rUartra

Animalis antem horno non percipit ea, que sunt Spiritba Dei:
sutitia enim eot illi, et non pofcst intelligere: quk epyituüter
-
examinatur. 1 ad Ca.B, 14.
204 L A V E N I D A D E L MBSIAE
da Dios Padre*. Aora, este Hombre Dios, DO es como
un espíritu, 6 mas bien no a un puro espíritu, que el es-
píritu >u> tiene cama ni huesos? : es necesario que ocupe
Bsicamente algnn lugar determinado, digno de su grao-
&a. Del miamo modo la aantíaima vírgen M d a y los
otros wtos que resucitaron oon Cristo, deben ocupar
a e n lugar material y dortermiaado. F ~ t elugar j cual'
es? i Donde está? Mas: la ciudad santa y nueva de
Jernd6n, que algnn dia ha de bajar del cielo 4 nuestra
tierra, y que mtualmente ae est4 todavia e d i i n d o ds
.
vivar.. y escogidas p i e h a , donde cstb ? j En que
legar del &lo ee esta e d i f i o d o y oonstmyendo este gran
*cio ?
4S. A esta dikultad se responde en breve: que la
santa y oeleatial J e d e n se está editicando muchos dias
ha & vivas... y eucogidas piedras$, en el mismo lagar
donde eciih Jesrcrieto. Por consigaiente, la santísima
vírgen María, madre de este Hombre Dios, ya resucitada,
los otros santos qrie resucitamn junto con Crbto, y toda
la turba g r a n d i h a que ninguno podia cortar§, que han
entrado hasta aora, y entrarhn en adelante en le vida,
es& donde está Jeauoristo au mdentor y autor de su
s a k d eternal). Y Jesucristo mismo (volveis 4 d& .y
repiioar) i donde esta? Esto bltimo, Cristbíüo mio (si se
habla de algun lugar determinado, que es ei pwto ptm
tioular y bnico sobre que actualmente disputámos), esto
úitimo, vuelvo 4 decir, yo no lo sé, ni vos, ni ninguno de
cuantoa viven sobre la tierra. Solamente sé, y esto con
ciencia eiertíeima, que Jesucristo desde el dia de w ad-
mirable aaoeaeion 4 los cielos, ha estado, está actualmente

Sedet ad dexkmm Dei Patria.-Ea S i d . Gbntamcimqdii.


t Quin apirihis CBZnem, et oess non habet. -h.xxiv, 39.
f De vivis. .. et electis 1apidibus.-Yidc ep. 1 Per. ii, 4, er 5,
et 6.
p -
Quarii dinumerare nemo poterst. A p . vii, 9.
-
11 Et causa sus ualutis &km=. Yidc ad Heb. r, 9.
y estairá en adelante donde qPieiere es&. Doade ba -do,
donde está, y estará eternamente en Za glorie de sir Padre? :
h la diestra de Dios Padre t : 6 la diertra de Dios $ :
aí la d k t r a de la virtud de Dios,&c. 9 :y alli miamo está
y estará eternamente <rontoda su corte (por aora parte en
cuerpo y parte en solo espíritu, y de la geuerd resurrea-
cion todos en erpiritu y en caerpo). Esta corte oom:
puesta toda de hijos de Dios, y hermaoos de Cristo;
unos grandes, otros monorea, otros mínimos, urro
segun rou obrar, goea actualmente (y gaeará eternamente
en cualquiera parte del universo en que se haüare,
junta 6 dividida), de la vision beatifica, 6 del sumo bien:
y todos y bada uno en cualquiera parte del universo, soa
aora, y serán eternamente bienaventurados. i No es esto
una verdad ?
429. Pues ¿con qn6 razon quereia enoerrar al Hombre
Dios no solo aora, sino eternamente g junto con 61 4
todos su8 ángeles y santos, en un solo lugar determinado
del cielo, que vos miamo habeis imaginado? i No es
duefio de todo? i No se ha hecho todo .por él, y para
61, y por respecto de 61? La compoeioion de lagar
buena es en si misma, y bonísima en 1t1 mediiacion de
la gloria. Usad de ella, amigo mio, pues nadie os lo
proibe, 6 impide, como la h m uaado tantos bombree
jastos y espktuales, y yo con ellos aunque pecador;
mas si pretendeis que este lugar particuiur y determinado,
que vos mismo habeis compueeto y ordenado ó vuestro
gnsto, deba ser aora y eternamente el lugar único, ver-
dadero, ñaico y real, donde Dios se manifiesta aora y
se manifestad eternamente B aua ángeles y santos, &c.,
debo deciros amigablemente, que vuestra pretension es
irregular, por no deoir injnrta. Me contenta mucho mee
lo que dice S. Pablo:', El que descendió, ese mimo es,
* -
In dona Patria. Mar. xvi, 27 ; d Marc. vii, 38.
+ Ad date- Patria. -Ea Sirnb. C~llltant.'
-
f A dextria Dei. Ac:. vii, 66.
-
5 A de& virtutis Dei, &c. Luc. u i i , 69.
el que nbió sobre todoa lar cwdor, pava Z I & ~ t o d a las
coaar*. Si -te, para Ucnar todas las cosas, se hace,
6 re está bmiendo aatoalmente, ó si ee hará solamente de9
paes de la mmrreccion n n i v d , yo no sé. Me parece
que se hace mtualmente, y que despues le hará en su
6 1 h o grado de perf80cion.
430. Me queda aora que considerar vuestra óltima pe-
ticion: la a m i por su inmensa entenaion n&ta de un
appitalo separado.
* Qui deacendit, ipse est et qui oicendit super omner ccalog ut
impbret omnis.-Ad Ephcr. iv, 10.
CAPITULO XVI.

IDEA GENERAL DE LA BIENAVENTURANZA m R N A DE TO-


DOS LOS JUSTOS DESPUES DE LA RESURBECCION Y JUICIO
UNIVERSAL.
PARRAFO l.
481. Esta idea general, realmente magnífica, aunque
sensible y perceptible 4 toda suerte de gentes, por su
misma simplicidad, desciende 6 se sigue naturalmeote de
todo lo que acabámos de decir. Si no hay lugar algano de-
terminado en todo el universo, donde se deba manifestar 4
loe ángeles y santos la gloria de Dios, ni aora, ni d q w r
de la r~llurreccionuniversal : luego deberá ser todo el mi-
verso mundo, y todos loe cuerpos innumerables gue la
componen, sin eaaepcion alguna, aun entrando en d e
n h r o nuestro miserable B iniquirimo orbe temáqwm:
luego deberá ser iadeterminrdamente todo lugar. Bn
efecto, este es nuestro sistema, porque este parece
el tsrddero eisterila de ln EsrritPrri santa: vamoe por
pmtee.
43!2. S. Pablo, el doctor y maestro de les gentes (to-
cando estos mismos puntos que aora tocámos), dice lo pri-
w r o : que Jeeucristo está oowtituido por su divino Padre
k e d a s o de todo 4 ~ r b d o
; pner por $1, y parrr 61, y por
respeto de 61, ae ha h d o todo : d cual ctnutituyb h w -
dero du todo, por qaiier, hizo tambien los sig.lor... por
quien son todas las cosas, y para quien son todas las
cosas*. Lo cual repite S. Juan en el principio de su

-
Qnem conetitair haemdem iiMleiwiiam,per qnem fecit et m-
cnk... propter quem m n b , et per qnmi omniq. AdHcb. i, 8 ; e;
ii. 10.
,
B .

288 L A V E N I D A DBL M E B I A S

evangelio : Todas las coaas fueron haciurs por dl: y nada


de lo que fué hecho, re hizo sin di*.
893. Dice el Apostol lo segundo: que debe llegar al-
gun dia, en que todo lo criado se sujete entera y perfecta-
mente O este Hombre Dios : pw quisn son todas Z u w-
rar, y para quien aon todas 141 cosas... lb esto miamo de
haber sometido 6 dl todas krs COIOI, ninguna dg6 que m
fume sontetida b dZ. Mas aora aun no vemos todas lar
cosas sometidas tí dl t :y en otra parte : Y cuando todo le
astuvicre syjeto; entónceu aun el mimu, E v o estar&some-
tido 6 aquel, que sometió h dl todas las oow, para que
Dios asa todo en todos $. Es decir : cuando todas las cosm
(sin eecepcion alguna) se sujetaren B él pleua y peñecta-
mente, entóices el Hijo natural de Dios becbo Hombre, 6
el Hombre Dios como Hermano mayor, como cabeza de
todos los jastos y causa de su justicia, se sujetará junto
aon ellos y baciendo un mismo cuerpo, O su diviao Padre,
qua sometió h dZ todas lar cosas : para que -te sea eter-
namente todo en todos. A lo cual afiade S. Juan : Ca-
tJn'moa, aora eonror hgor de Dior :y M aparece MUI 10
qw habenws ds rer. Sabemos q w cwn& dl 4pa*&e,
r a r h aenscja>rtcs h BZ: por m n t o nomtros b u s b
orf COnIo dz M. Y todo aqwl q w tiane a t a sspetanecr en
ó1, se rant$w b ri k m o , así como dI es santo. 5
484. Dice S. Pablo lo tercero: que todos loa hijos
adoptivoii de Dios, como hermanos de Jesucristo y con-
* O d pe. ipsnm facta mnt: et sine ipao faetam eat nihii,
quod fmctnm est.- Jwn. i, 3.
t Propter qaem omnia, et per qiiem omnia... 1x1eo enim qubd
-
omnh ei subjecit, nihii dimiQt non mbjetnm ei. Nunc autem nec-
dam videmur omsir snbjecta ci. A¿ Rd.ii, 10, e; 8.
$ Chm rutem subjecta fuerint illi omnia : tunc et ipse F iliiis mb-
jectua erit ei, qui subjerit sibi omnia. ut sit Deua omnia in omnibns.
- 1 d Cor. xv, 28.
5 Chariesimi, nunc íüii Dei sumua: et nonduin apparuit quid
&U). Sctimue quonipm cbm appuuerit, eimilw ei erimus : qao-

-
niam videbimus eum ucuti est. Bt omnia, qui h.bet b c rpem in
eo, ssnctificst se, sicut et Ue ranctua eat. 1 Jmn.iii, 2, et 3.
JtA GLOBIA Y MABBBTAD. !m
formes 4 él, unos mas, otros menos, serán tambien here-
deros de Dios, y coherederos con el Hijo mayor, que es Je.
sucristo : Y si hijos, tatnbien herederos : herederos verda-
dcrarilcñte de Dios, y coherederos de Cristo :pero si pude-
con LI, para que reárnos tanrbien glorijcados con Ll*.
De aqui se sigue naturalmente, que siendo él Hermano
'
mayor heredero y Sefior de todas las cosas, sin escepcion
alguna, deberán tambien serlo 4 proporcion todos los co-
herederos. Es verdad que entre estos coherederos habrá
una iníinita diversidad. segun los méritos de cada ano.
Unos e e t h máximos, otras grandes, otros medianos, otros
menores, y los mas minimos: mas como la caridad, que es
d vinculo de la prfecciont, estar4 entboces en el grado
mas perfecto 4 que puede llegar, no habrá ni podrá ha-
ber entre tantos hijos de Dios, aquella fria palabra, mio,
y luyo ; sino que ser4 tuyo lo que es mio, y mio lo que es
tuyo ; lo que es de todos será de cada uno, y lo que es de
Cristo aerh de todos : Dios será todo m todos $.
435. Si go v. g. entro 'en la vida como lo espero, no
solamente me gozaré, por el grado infimo do gloria que se
me ha dado (conociendo bien qne es infinitamente superior
B mis peqneñisimos mbritos), sino tambien me gozaré en
g r a n manara$ de ver infinitos oboe superiores á mi, y
alabaré en todos y en cada uno, la infinita justicia, santi-
dad y liberalidad de Di- omnipotente : y por tant6 gozar6
da algun d o de lo que ellos gozan, y en cierto modo lo
haré propio mio. Esto mismo me sucederá, y con efectoa
sin comparacion mas vivos y mas fmitivos, viendo y con-
siderando la inmensa grandeza, dignidad y gloria del Hom-
bre Dios, mi Príncipe, mi b y y mi hermano mayor, P
quieo debo toda mi felioidad, y 4 quien amo con todo el

Si autem fiiii, et hmredea : hmredes, quidem Dei, cohaerdy


autem Christi: si tamen compatimur, ut et conglori6cemur,-
.Ad Ron. viii, 17.
+ Quee eat vincduin perfeetioais.-Yi& d C h . ii, 14.
f Deus omnie in oGibos. - 1 ad Cer.xv, 26.
-
5 Ghudio mspo. Mar, ii, 10.
TOMO 111. U
i98 LA YBNlDA DBL M I B I A S
amor de qw soy capaz, %c. Esta idea general, aunque
apenas tocada brevbimamente, me parece verdadera, ra-
cional y jnstisima por todos sus aspectos. Venghmos aora
á, ki ~~, principalmente sobre la gloria que lkunámo~
accidantd.
PARRAFO 11.
ESTENSON Y GRANDEZA lWLTERIAL I)E3. REiNO DE DIOS, 6
DEL -0 DE LOS CIELOS
488 Rm que poaáinor La- algua digno -pto de
Ir p a h y eateasion dd mino de Iw cielos. b del reino
Qo Dios y de ea felicidad (por aora incompmasible aun
rLaado sekmente su accesorio, amidental y matesial, h.),
las&& 6 Crb&iIo, vueiitroo ojos de la tierra al cielo, y
q&e en cdquier lag- 6 país, 6 tribu, 6 p u d o , 6 Iengtu,
donse os hP114rei~:6 sea en el austro, 6 en el aquilon, 6
seo en d oriente, 6 en el occidede, &o. : Alza t u ojos al
rededor, y &*. ;Qué ae cueoto levantar lo8 ojos áci
la alto uua noche aeaena? Habiendo visto y cootem-
+dio por q w i o de un ouurto 4%hera este eepeaiácuio
ae d v o 4 decir: ddwo d cielo, y cuenta ltu
s ñ r d h . si pudu t.
481t. Me dire9 eoeso, qee ya estes m a r eortadaa y
pieetas en e x a c t h m catáiogor, por los mas diligenk
b ~ d o m s los ; c d e s a p m a han hilado tres mil em
amboa b e m h h i o s Pteguntad aora 4 estos misma sabios,
si d e n t e n o hey iaas eutn#cu q i s ias que se hallan en
suL oefábps, y os respderán todos nnánimemepte, que
&atas, oespecto de las que quedan, no son sino como treu
@as & agua respecto de tudo el océano. Y en efecto ari
ea Nneatror ojos por si mismor alcanaan poco, si no S-
ayudados de algun instrumento artificial. Pues con este
iasbwmito que Ramámos telescopio (inveacioa admirable
que nos ha revelado millones de secretos) observad el cielo
en cualquiera parte q+ue sea; hallaréis vueatro vidrio tan
Leva in circuitu ocdoe tuos, et vide. - I d . dn, 16; d b,4.
t -
Suspice coelum, et numera stelhia, si potee. Gm. m,6.
Blsio de nuerae ertiell~i,que quedatels atónito y coma en
6dasie, r i vista de tantos cperpos iaminoaás, que aMes m
ooultalmn 6 vuestros ojos.
458. Yo me acuerdo bien, que en eoh le espada de
Orion compuesta de trea eetrellm que mis paiseaod llaman
he trer Y a h . y ea el espacio aparente que estes dejan
eiiim al, oonté una vez hada 42, y esta usando de nn
telescopio apenas d i de ate mmbm: paes su vidrio
objbtioo no llegaba O ocho pies de foco. Casi atto tanto me
aucedib con las Hipdas y Pleyadm, y genemlmeote en cual-
quiera parte del cielo B a i i dmde edereaaba mi pequefio
ioptromento. Otros obaervadorai con talescopi- sin cam-
paracion mayorea y mejores, hau visto mu& mas uim ~(nn-
pcuaciarc. De lo oual hw wnclnido aon eums mmn, que
el mando nniveiso, ei no ea infinitamente esteneo, b lo m e
noa lo es ideñoidamente; y sus verdsderos limite8 rolo
puede saberlos d Criador de todo, que menta la muahe-
dwnbre de laa ertreUac, y kn llama di &&uelkrs por au
~embres*.
M. Parémor aora un momento ea ia coatempiaoioa
de todps enha cosas. Si caisdtámoe sobre ellacr 4 los man
sabor y diligentes obsemdorer, nn digo solamente puros
filósofos, sino filósofos Cristiwos, rofigioser y plos, non res-
pondeslo primero : que la multitud de lo8 cuerpos celes-
tes es verdaderiuneote hmpreensible. Los mejores tela-
copios que ha& aora ae hab podido cmtruir, r. g. de M,
de 100 y ann de 200 pies, noa desoabren oiertamente aa
ampo kmenso sobre toda cuanto se habia fmagiaado.
Y no obstante debémos ruponer y oonfeaar racional y reli-
giosamente, que emíea admirsbles inrtramentolc, como obras
del ingenio y manos del boorbre, m es posible qua aloaneen
revelarnos todas las o b m del Altímmo. Cpmdo pesh-
m o s haber penetrado muy adentro, tal vez apense hemm
pasado de 14 enprficie. ,

4 4 . Noti responden lo regondo : que todos los iaaurae-


Qni iumerat multitudinern ateiiarurn : et omnibue eie nomins
toeirr. -
PI.exl+i, 4.
u2
t A VENIDA DBL M B S l A 8

rablea cuerpos celestes, que IlamBmos estrellas, deben ser


Iaminosos por d mismos, pues en la distbeia prodigioss
en que se hallan respecto de nuestro sol, no pueden reci-
bir de él tanta luz, que puedan re0ectarla 4 nosotros aon
tanta claridad y brillantéa. Lo tercero: que la grandeza
de estos innumerables ouerpos brillantea, debe ser 4 lo
menos tanta, cuanta es la *delsol que nop alumbra: pues
está demostrado por muchísimos astiónomos insignes des-
pues de Huijens, que nuestro sol, pnesto en la distancie
en que está respecto de nosotros la estrella Sirus, ae viera
tan peque60 como ella: y puesto en la distancia de cual-
quiera otra estrella, se vería 4 proporcioo como ella se ve :
y puesto en la distancia de las que no se ven, no se vería.
441. Lo coarto : que la distancia de una estrella d otm
debe ser igual poco mas 6 menos, siguiendo la analogía de
La que hay de nuestro sol B la estrella mas vecina, que pa-
rece Sirus. i Qn6 distancia es esta? Si se habla d e una
distancla geombtrica y precisa, confiesan todos siiidra-
mente, que esta es imposible determinarla: no alcanza
4 tanto la trigonometria, ni el cálculo, pues no habiendo
paraltije, no puede haber principio cierto sobre qne estri-
bar. Mas si se habla por una congetura racional, fundrda
en bucnas razones de congruencia, y fortificadas por el d l -
culo mismo, se puede (dicen) aseguxar, que la diitmcia de
nuestro so1 n la estrella S h e , puede ser mayor; pero no
menor, que la que halláron Haijens y Casani, y d q a e s
de estos dos sapientísimos astrónomos, otros muchos, que
los han imitado : ea 4 saber: no puede ser menor la di*
tnncia de nuestro sol á la estrella Sirns, que 27 milimes
de leguas : otros suben hasta 60 millones: y los mas mo-
dernos hasta 200 millones de leguas.
442. Responden lo quinto : que estas estreuas lamiomas
por si mismas, y tan distante la una de la otra, como lo
está el sol de la mas cercana, no pueden estar oeiosas :
esto es, no pueden gozar ellas solm inóitilmente de su
'
10s y calor. Parece que deben comnnicarlo sin cseasez 4
otros ciierpos frios y opacos por si mismos, asl como lo
BN 8 6 0 R I A Y MAQEBTAD. e98
booeciertIsimameote nuestro sol. Este, alumbra y fomenta
cuando menos d 16 globos opacos y frios en si mismos,
o m o son Mercurio, Venus, nuestra Tierra, Marte, Júpiter
y Saturno, y fuera.de estos eeie globos primarios, alumbre
tambien y fomenta evidentemente d nuestro satélite, que
llamhos h a , B los cuatro satélites da Júpiter, y 4 los
cinoo de Satanio, con ea anilio que rodea y se creb com-
puesto de millones de otros satélites, y 4 muchos otros que,
M)dejan de sospecharse, sin entrar en este ntímem los oo-
metas, el Hemhel y otros.
443. Responden lo sesto : si cada estrella luminosa por '

d misma no puede considerarse ociosa, sino destinada B


fomentar y alumbrar otros cuerpos opacos y frios que la
circundan y giran en su contorno 6 4 su rededor: luego
cada estrella es un sistema solar y planetario, así como lo
es ciertamente nueatro sol : luego oada estrella tiene
miichos cuerpos (mas 6 menos), que la circundan, como
B centro comun de movimiento, y que necesitan de su luz
y calor.
444. Responden en ñn, que esta luz y calor que oada
eetreila reparte libremente 4 otros cuerpos opacos y frios,
que la circundan y rodean, no puede parar solamente en
los cuerpos mismos inanimados : parece que debo alumbrar
y calentar 4 criaturas vivas y animadas, ya solo 'sensitivas
on4loga.s 4 nuestras bestias, ya tambieu y principalmente
d c r i a t m racionales compuestas de cuerpo y espiritu,
ao4logcrs al hombre habitador de este globo y sefior d e
todas lar otras especies, que d t o d a las domina, &c. Todo
esto han discurrido estos sabios ; cuyo discurso, lejos de
oponerse 4 nuestra creencia divina, ni 4 la razon natural,
antes la sublima, la estiende, la ensalza, y la hace formar
on concepto magnífico del Criador de todo.
445. Yo a t o y muy lejos de tomar partido en la idea
de otras criaturae racionales y corporales, que hay 6 puede
haber en otros orbes. Lae razones especiosae que se ale-
gan d su favor, son todas de mera conjetura y congnien-
ciq: por consiguiente, solo pueden probar, que la cosa no
repugna, ni es imposible, ni se opone 9: alguna verdad;
u w nado pasdeir probar b favor de su &tea& real:
&er seria unn temeridad, por no decir um eataiticia, pea-
aor que ei omnipotente, Rapiantbimo y feemdísimo k.
. dbbm hacer 7 diqoner todo ra mmdo unirerro segun nnek
trer pobrliimar imaginacioaes, 6 nsalogiaa. 6 oongrwnciaa :
Parque 1 q v i h entsrdi6 ha m e &l Q e k ? i O quih
fri ru coMgsro+? Ias inhitos 6 innumarabbs onerpes
oeleebs, así hrPPinosos ooao opacoa, asl v b i b k como iu-
viabler (cuya exiden& J. ea iaoepbieX pueden bien ea-
tár todos, 6 muchos habitados de una iafloiri mricbdiic
bre y v d a d & b s p i e s snáiogas al bomhre, y tanbien
4 las bertias de swstro globo, y pueden eetár haata aors
absdqtameote vacior. Eotm a s t u dos caer, ambes in-
&&as, 2 q u i h ea capaz de deñnir 1 Tal res espera todo el
miversa y todo8 los innumerables o r b qae lo aniipooen,
la revelaoba plena, peñccta y e o n o m d a de todos los
hijos de D i , coheredercu ooa el Hembre Dim: Porqtu
(-O dice S. Psblo) el gran desea de la: ericdura erpsra
la manifestcrcion de los hijos de DiosSta.
446. Lo que Gsioamente ie pude y se deba W r ,
regua lar Escrituras, ea esto : que si aopao Lag en o-
globos otras criaturas d l o g a s al bombre (sean las que
&en y como fueren) tadas ellas &km p t m e m r 4 Ctiatn
Jeros, y sujetarse e n t e m e n t e 4 su doainacion, pues
todas elbs, no mews 41x1wsotree, f u m criadas por é1 J
para d : por quien son hdaa ias coscu, y pava qrim .or
todas las c o c a S. Esta v d de fe di+ u i a vea d-
d i d a y prempmmte, i m a g i d aora cmmto qubbreis y
oome quisierais. Todo es p mfribls, todo paeable, dodo
h n o é inocente: oo lo repugna b Fmritmra suib, ni b
reoba maou. Les d i h l t a d e s que hasta acna se bao pro-
puesto, caen por i u propio peso, y r .bismm eir el m-
menso océano de la ~randeaa, omnipotwci., sribidda.

-
¿ Quia enim cognovit aenaum Domiii? ¿ Aut quia conailiarius
ejus fuit ? Ad &m. xi, 34.
t Nam expectetio creaturz, revelationem filiorum Dei cxpectat. -
Ad Aom. riii, 19.
-
f Plopter qaem winin, eC pcr clucin mmir. Ad H&. i, HA
EN GLORIA Y MABPBTAD. %E
f e o d i d a d y h d a d iafinih de Dios vivo y verdadem, 4
quien atbr6a10s, y se Bbisaian del mismo m& ea d dtm
océano a l t í s h y profnodisimo de ea(s mismo Dios ~becho
Hombre, de quien dice S. Juan: el Verbo fuá Ae&
crrrne.. .por qtien ron fddu~Id8 cosas, y p w a fatien 8-
todas tas cosar +.
447. Direia acaso, que todas eetra anPthmd iwliae-
&les aompnedaa de cuerpo y alma ríicknd (m aaaao bs
b y en otros orbes), no salemente deber p e i h b o a d
Hombre Diw Cristo Jesns, en cuanto R e y y €Mor b
todo. sino tambien en cuanto Redenbor. Mediador y Faoi-
ficsdur entre Dios y las orietaras ; así oomo lo ee y b será
respecto de b d o el tmap de A d h . Bien : i y qa6 dia-
onltad halláie en esto? i Que sabemos, ni me, ni yo, a¡
ninguno, m estas cristoias de que hablámos, anhlogea al
bombre, hen tenido, 6 antes 6 á lo menos &pues de la
muerte y r e s d o h del Hombre Dios, algone misiom
d i h a por el ministerio de los aageh y de algunos j u s b
ias'ines de cada globo, análogos B Enoc, 4 No6, 4 Abra-
hha, 4 Moisés, B David y a todoa los Profetas? ¿ QP6
spbémtw 6i Iiaa pecado b no han pecado, si atgruzos 6
machos? i QOg eabém~sai B todos se les ha anunciado b
salud eterna, con las condiciones necesarias para conse-
guida? c Que sabémos, &c... ? Conqne todaa estas in-
mmerabler ariatmas anhlogas al hombre (si aaaso lee hay)
pueden bien perteueEer al Hombre Dim Cristo Jesus, no
rotametite su cuanfo Rey 3 SeFior onivenal de toda lo
criado, sino tambien en cuanto Redentor, y Mediador, y
PacCawdot entre el Criador y sus ariaturas. Asf puede
entenderse obvia y naturalmente aquel testo no poco dificil
¿el Apostol, que bablando con los Profetas de la paaioo y
muerte dei Hombre Dios, dice : Porque en dl quiso hacer
morar toda plenitud : Y r e c e n c i b pvr U 6 sí msRo
todos las cosas, paciicando por h ~arrgrsde m m s ,
tanto lo que está en la tierra, como lo que esta en el
Verbnm caro frctum est... propter queg omoia. et par quem
o* -Joan. i, 14 4 et d h b r . ii, 10.
.
2%
. ... . . . :
LA V.ENIDA
i
m
D E L IIIBSIAB

cialoY. 2 Qa4 criaturas raciodes habitadoma de lo5


cielos pueden ser estas, de quienes el Apostol habla,
c u a d o dice lo qw m t i en el cielo, que fueron pacificadea
6 reconcilian con Dios por la muerte de Cristo, así como
lo ha sido ia especie de Adán en nuestra tierra? Con-
sideradlo bien ; mas ho penseis por esto, que yo doy este
inteligencia al testo del Apostol, aíbmando absolutameate,
sino solo en el caso (no imposible. ni absurdo) de que estén
babitados la cuerpos celenter, de otros criatum amálogss
al hombre. Fuera de este caao, diré mas antes que @oro
m verdadera inteligencia.
448. No hay dudn que muehfsimos sabios, mas filósofos
que cristianar, han abusad insipientemente de estas ideas
ideas magnificaa sobre la moahedumbre y grande= de tPs
obras de Dios, sacando de ella0 péaimae conseoueociae, y
menos pésimas que falsas é ilegítimas, para ruina de sí
ninnos t. Yae ¿ qué cosa hay por buena é inooente que
sea, de que no pueda abusar el ingenio, 6 d i m o s mejor,
el coraaon humano una ve= corrompido? i Cbmo no bao
sacado tales consecuencias otros ingenios igualas 6 magoree ?
(Porque)al hombre bueno del buen t m m saca heauu
cosas: maa el h o d r r malo del mal t m o saca rucJor
..su8 $.
449. Estos fil6mfos de que hablo, han alcanzado akr-
tnmente grandes luces, y p d e e y magníñcos ooeoci-
mientos sobre la naturalesa, 6 sobre lan obras del Criador ;
mas en lagar de subir al Criador mimo y pamr en él, bao
parado vergonzosamente en las criaturas, como s i estas
fuesen el último fin del hombre : haciendo para esto nn
Dios quimérico, sin justicia, sin providencia, sin santidad,
insensible á todo, y acomodado enteramente tí sus pasiones.
Quia in ipao complacuit, omnem plenitudinem inhabitare : Et
per eum recondiare omnis in ipaum, paciúcana pcr suiguinem
cm15 ejua, sive qnae in t e h , sive q u e in coelie aunt. -Ad. C h . i,
19 et 20.
t Ad suam ipsorum perditionem. - 2 Pet. iii, 16.
t [Quin] Bonua hopno de bono theaauro profert bona : et 'maitu
horno de malo thesanro profert mela. -Mat. xii, 35.
Así se bao metido sin saberlo en el nhmero de aquellos
Ilósofos mas antiguos, de quienes decia S. Pablo que . ... .
8On inesmaijles. Pues aunque conocieron a Dios, no le
ylorijícaron como á Dios, 6 dieron gracias : qntes se des-
n sur pensarnientos, y se oscureció su corazon
v ~ ' e r o en ,

h a i o : porque teniendose ellos p o r sabios, se hicibron


necios*. Y tambien en el número de aquellos de quienes
dice S. Judas: blaufaman de todas las cosas, que no
#den : y se parvierten como bestias irracionalss en
aquellas cwm, que saben naturalmente. iAy de ellos t !. ..
450. Volvámos ya 4 nuestro propósito. Vos y yo, y
cualquiera otro, habiendo oido y entendido bien la idea
magnífica de otras innumerables criaturas aiiálogas al
hombre, que pueblan otros innumerables orbes aniílogos al
nueetro, ,quedámon en perfecta iibrtrid, as4 de imaginar,
como de rechazar y negar dichas criaturas. Nada se
arriesga en imaginarlas con las condiciones inseparables
arriba dichas: y nada se arriesga en negarlas, negando
junto con ellas todas las razones de mera conjetura que se
' alegan á su favor. Una sola cosa no nos es posible negar,
ni aun siquiera dudar un solo momento : 4 saber, lo e&-
tencia Asica y real de los orbes innumerables, que por
todaa partes nos circundan : pues realmente nos hallámoa
rodeados por todaa partes, no solamente de niiestra atmós-
fera, sino tambien encima de ella, de un espacio inmenso,
prodigioso, interminable, ocupado todo de innumerables
orbes: unos lucientes por si mismos, otros opacos, y que

Ite ut siut inexensabiles. Quia chm cogno iusent Deum, non


sicut Deum glorificavenint, eut gratias'egerunt:I aed evanuerunt in
cogitationibus suis, et obecuratum est insipiena cor eorum : Dicentes
enim 'se esse snpientes, stulti facti sunt. -Ad Rom. i, 20, 21, et B.
f Qu=cumque quidem ignorant, blaaphemant : qwcumque antem
natnraliter, tamquam muta animalir, norunt, in hiia cormmpuntur.
illia ...- Ep. Jud. 10 et 11.
m10 me dejan ver con luz prestada : uaos ntapm, otros
menores que nuestro orbe : unos visibles, otros invisibbs
sin al mcorro de buenos instrumentos, &c.
151. 'pues todo eato que vemos con nuestros ojos, todn
lo que alcanzúmos 4 ver c ~ nlos mayores telescopia y
a a h j o s , y todo lo que no alcandmos á ver (que tal ver
es lo mas y mejor) todo ello, .amigo mio, es la herenoia del
Hombre Dios Cristo J e m ; y por consigaiente de todoa
a w hermanos menores : herederos verdaderamente &
Dios, y coherederos de Cristo + : especialmente dtspuer
de la resurreccion universal. Y todo esto será como afia-
didura accesoria y accidental 4 su bienaventuranza y gloria
sustancial: esto es, B la vision tinitiva de Dios 7 poresion
del sumo bien. Esta vision de Dios pertenece solamente
al alma en cuanto racional, 6 intelectual; mas en cuanto
ea sensitiva por mgdio de los órganos del cuerpo, pare el
cm1 fu6 constituida y destinada (como ciertamente lo ea)
m le añadir4 la vision, la posesion, la fruicion de todo lo
criado material. D e modo que p o d r h todos ir corporal-
mente donde quisiewn, y ver con sns ojos y tocar con sus
manos con plena inteligencia todas y cada una de las infi-
n i h obras del omiiipotente, ain temor alguw de que les
falte tiempo para verlo y observarlo todo :... yo h de ver
(dice David) tus cielos. obra de tus dedos: la luna y lar
srtrellas, que tú has establecido -t. : y sin que esta vision y
obnewacion de las obras de Dios les impida 6 distraiga un
momento de la vision y fmicion inamisible del sumo bien, B
quien hallarán inmutable, é igual 4 sí mismo en todas
...
partes. Por aora en el estado presente, el cuerpo c o r
ruptible apesga al alma $, y muchísimas veces nos sucede,

Haereder quidem Dei, whesnidea auteta C W - A d h.


vK, 17. •
f Quoniaia videbo ccelos tu% opera digitomm taorw : 1mum
-
et etellrs, qum tu fundieti. PI.viü, 4.
f Corpud enim, quod corrnmpilur, rgl~ntanimam. &p.
ix, 16.
-
que el espiritu en wrdad pronto está, mw la carne en-
fmma + : y todos podémos b n verdad decir lo que decia
s. PaMo : w o otra ley en mis mianibros, qus costradice
8 h &y de ni voluntad, &ck: Mes en aquel estado feli-
cbimo, el cuerpo ya incorruptible y glorificado, lejos de
pertarbar al alma, ni de impedirle un solo momento lacon-
templaciou, fruicion y amor intimo del sumo bien : antes
le ayudará aim en esto mismo, pues participando de su
gloria, la rervirh de instrumeuto para g o h r de todo, y
para alabar 9 bendecir en todo y por todo al Criador de
todo.
452. No me ooofandais aora, Criatófilo, esta idea sea-
cilla y olora, y fundada solamente en la revelacion, con
aqwllae idea8 ridlculas, seoae, injustas é insufribles, que
baU& no yoc~sveceo en tanto8 escritores, aun criatia-
mn, de o a e s h siglo tenebroso. &tos sabios infelioes,
por los qoe viene e l ercándalo $, y B quienes importara no
baber nacido: deripues de renunciar B Cristo, y oon él 4
toda justioia y 8 toda esperanza, se prometen no obstante,
como gente, qua hubiers vivido ea jwticia, y que no hu-
biew duramparado la Isy de su Dios§, que sns almas
libres y espedítae despues de su muerte andar4n eterna-
mente de globo en globo, adquiriendo siempre uuevos co-
nocimienbs en la ciencia filbsofica hasta perfeocionanie en
ella. . Mas esto i para que ? i Acaso para Y subiendo
por medio de estos conocimientos nuevos como de
gado en grado, hasta llegar al conocimiento del Criador
de todo, y parar y descanrar en él? i O que no, ni aun
siquiero nombrar al Criador ! i Por que ? Porque este
puede impedir, y perturbar, y distraer al almn en la con-

* 8pPitm qnifiem promptiis mt, cato .ntem mtirma-M& mi,


41 ; e: Marc. xiv, 35.
t Video wtcm sli.Pr lcpm in mernbrb mek, wpugnantcm legi
maltia me.ÍB, &C. - A ROi*. vii, 23.
$ Per q*or d a b r m v&t.-ilCor. xviii, f .
(5 Qumi gens, que justitiam fecent, et judieium Dei ~ uooi
i de
re1iquerit.-laai. lvii, 2.
templacion d e sus mismas obras. Fuera de esto, st, preii
p u t a : esta idea vanti y esta esperanh conocidamente
ridicula, en qué se funda? i Acaso en alguna autoridad
infalible, 6 en alguna promesa indefectible de aquel Dios
quimbrico, que ellos misma se bao becbo y ordeoado 4 m
gnsto? Acaso 4 lo menos en algnn raciooinio bien orde-
nado como debiamos esperar de buenos filbaofos? Ni lo
uno, ni lo otro.
458. De manera, que habieiido dejado voluntansmeate
y p d d o nbaolatamente el verdadero camb6 por la abum
dancia de su orgullo B iniquidad, piensan todavia conso-
larse, y recompensar abundantemente esta pérdida irrepa-
rable con la fecundidad 6 viveza de su imaginacion : ;Ay
ds ellos (les dico el apostol S. Judas), porquc anduviéron
en el camino de Cain, y por precio se-dcjtíron llevar dsl
error ds Bdaam, y pareciéron en & sedicion de C d !
&c. + Y poco mas abajo les da esta sentencia infinita-
mente mas fundada: todos estos con sus campos Eliseos,
6 vanas imaginaciones son aquellos: para los que está
reservada la tempestad de las tinieblas eternas+ : que
concuerda perfectamente con la sentenoia del Hijo de
Dios formidable é irrevocable : irán estos al mplicio e t u -
no$. i El desprecio impío y orgnlloao de todas entes
cosas, y la fecundidad de su imaginacion los podrán libm
del peso enorme de estas sentencias? i Dejarán de ver%-
carse porque no las crean ? Por esto mismo se verificarán
con toda plenitud.
M. Mas dejando á estos infelices divertirse por aora,
y conlrolarse un momento con sus ridículas imaginacionen ;
rohámoa 4 tomar el hilo de nueetro discurso. Nosotroe,
6 Cristbfilo, no htribámos como sabia, en puras imagina-
ciones, sino en fundamentos reales, solidieimos, estables y
Vse illis, quia in via W n abiemnt, et emreBalaam mercede
efisi sunt, et in contradictione Core pedcrnnt, &c.-&. Jade, 11.
f Quibns procellq tenebrarum m t a cat in ~~temum. -Ep.
J r b , 13.
f Ibunt hi in supplicium ~eternum.-Mar. xxv, 46.
eternos, mmo son la palabra de Dios, auffintioa, clara, y
feera.de esta m juramento formal : Por lo cual querienrdo
Dior l l ~ ~ t r mas
a r ~umplidama~te. á l w herederoa de h
proneto h inmutabilidad. de su conssjo, interpwo jura-
mento: Para que por das cosas infdibles, en Iw cualsr
sr imporible. qua Dios falke, teng&mr un poderosísimo
conacelo los que nw rsfugiárnos á alcanzar la esperailza
propuesta *. &si, nuestra esperanza no consirte en pala-
bras pomposas, ni en deoieionee orgullosas, sino en hechos
iopegablea: á los oualee, lejos de oponenie la reota mwn,
antes los favorece y ayuda todo cuanto puede. Como yo
no hablo con estos espíritos fuertes, 6 con estos gigantes,
sino con Cristófilos, 6 amantes de Criato, d i u r r o aimple y
oonfiadamente así.
435. Hay evidentemcnte on supremo Ser, oterno, 6
k r e a d o , de quien ha recibido su ser todo manto es :. dl
m hizo, y no : nosotros á nosotros t. Hay un Dios infi-
nito en todo, Criador y Sefior del cielo y de la tierra$.
&te Dios vivo y verdadero, por su suma bondad, m ha
d i o des& los diar antiguos 5, de entrer en &edad,
en alianza, en comercio con los hombres, habitadores de
efte gran orbe, y sefiores de todas sus riquezas. Se ha
dignado de revelame á ellos, de revelarles. su modo de ser
inefable 6 incomprensible : esto es : un Dior en la Trini-
dad, y la Trinidad en l a unidad 11 : de revelarles, fuera.de
d mismo otros muchoa misterios, y de hacerles millares de
promesas, &c.
. 456. Se digo6 deapues de esto de u n h e aon nuestra

In quo abundantihs volens Deus ostendere'pollicitationia here-


díbns immohilitatem consilii sui, interposuit jusjurandum : Ct per
has rea immobiles, qitibua Mpolaibiie eat mentiri Deum, fortisii-
mam iolatium habmmus, qui confugimua d tenandam proporiitam
ipem.-Ad Hebr. vi, 17 et 18.
+ Ipse fecit nos, et non ipsi nm.-PI.' xcix, 3.
1 Viiibiium omnium, et inriaíbiüum.-Er S ' . C&n(.
Q A diebw antiquis.-lñren. ii, 17, et U diu Serip. h.
11 Unus Deni in Trinitate, et Trinitas in mitate.-Yidc Syrnb,
S. Atham~.
.= LA VENIDA D B L M B B I A I
~turcrlegaen la peno= de m Hgo," de un modo bn
estrecho B iPdisdabie, que podétuos y debémoa d& aon
aamaveidpd: DOgeshoab,bijacteAdan, y d b b b r e
hijo de Adhn es verdadero Dios : Pwqrre de tal manera
4 Dios d mudo, QW di6 6 8% Hijo wnighito :pum
quc todo aquel que crss en Cl, WJ pem%ca,aino que tmga
VjdCl etarrre*.
967. Acua: este Hijo de Dios hecho hombre, 6 este
Hombre Di,debe ser necesariamente heredero de todo* ;
p w s por 61 y para él se ba hecho toda aomto ea: par
quien ser talas lar coras, j: para quien mn todm l m
carcu*: y todo algun dia se ha d e smgetar á 61 eterna-
meate : fuera de ser nnigénito aatural de Dioa, y como td
heredero ds todo, es tambien primogknito mdre machos
kraenm5 : time ya actualmento y tendtb todavia i m -
mer& hermanas menores, hijos adoptivos de Dios, que
se han aprovechado, y w apmecharáa eu adelante (m
chw nrui l o comparacion en el siglo v e o t u m , de que
tanta hamm hblado) de h poteatad que reciben de él
todca, ktsqrs creen en él: Mtu 6 c u a d o s le rm-,
ZM dib de a r h d a ha+ de Dias, 6 aquellss que .
M a e r en e a amahe, &c.ll De aquelloa, digo, que par m
fe &ra 6 intorropta, y par su justicia 4 toda prueba, m
conSarmLFea coi 61 (ya mm, ya menos), y merecií?m por
esta e o n f d a d , entrar en I &mero innumerabie de
bijos de Dioa, y a m o tales iikn&srar ver-anmte de
Dios. y coherederos, &c.
458. Esta parece, y esta es evidentemeate aquella be-

+ Si enim Deus diiaxit mundum, ut Filium .apin U-rtUg


dar& : ut omnir, qui credit in um, non pereot, ead h a h t v i t u s
ekmam.-Jwn. iii, 161
t Hzres nniversorum.-Vide Ep. ad Hed. i, 2.
f Propter qiiem omnia, et per quem omnia-Ad H&. ii, LB.
5 Primogenitus in multb fratribua.-Ad h. viii, 29.
(1 Quotquot aten nceperiint e-, d a eia potatatem tüios Dei
fieri,. Lis qui c r e h iu no* Qus, &c.+-. i, 12.
l T Heredes quidem Dei, coheredea autem, &c.-Ad R o r uiii, 17.
nicia de los aantos universsl y eterna, de que se habh ea
Dhi, d o dice : qaa el reino, y la potestad, y la
grandeza dd r&e, qwe ertá dsbógo de todo el cielo, sea
dida d puilo de les rantas del Altísima, cuyo reino sr
reina eterno*. LO cwd O O ~ L ~ RhZv~d w m , y r d -
nmnb ee verificará en loe millarea de aaabs que reathan
can Cristo ya resucitado como digiuum en su lugar : mas
ss v e r i f i d plena y perEechnate despues de la resunec-
cion universal c d o , owro dice S. Pablo, todos l l q d
n*o. em la uaidud ds la fe, y del conocimiento del Hijo de
l&m, tí uaron pmfects, regura la rredida de la edad CUAG
plUkr de C h t o .t.: y cuando todos los que han de entrar
es la d a oirán de la boca del Hijo Be Dioe aquellas con-
soladísiatas palabras : V e d , bmt%tar de rmi Padre, poned
d r h que ar rt& preparado & d e el ertabbciniento
L I m u d e $: y 4 caja poseiiion eterna serán todos iba-
doa B su tiempo : ;qub dro puede ser, si- el reino de bs
cielos? Y este reino de loa eiebs, i qub otra coss paede
ser, &o tala d universo mundo, y todas laa o r i d m a s ia-
numerables que lo componer, de quienea Jesaalsto es e)
IegStiPno heredero y ooherebro con todos br juatos ?

a.Debo responder 'por áltimo, segun las Esorituras,


tí vuestra hltima dificultad. Aunque se conceda, deois,
qipe e l reino & los cielos, el reino de Dios, el reino de
Crisbo, el paraiso, la pbtrie celestial, &c., baya de ser todo
el mando, g t& los cuerpos innumerabbs que componen
este universo, aiu escepcion alguna ; aun en este caao (pro-
* &gnum autem, et potmtie, et magnitud0 regni, qus est mbter
onm8 c m h , detur popdo,eanctonunA i h i m i : cujae mgnum, req-
iuim eempiternum ent.- Dan. vii, 27.
t Occurnmus omnes in unitatem fidei, et qnitionii Fiiii Dei, in
virum perfectum, in mensursm aetatiii plenitudinis Christi.-Ad
Epher. iv, 13.
f Venite benedicti Patria mei, poasidete pvetnm vobii q n u m P
cunititutione mnndi. -Mirr. xxv, 34!
seguis diciendo) es preciso oonoebir algun lugar 6'globo
determinado y mas privilegiado entre todos, donde m fije
eternamente la corte, el trono, el juicio ó el centro de uni-
dad de un reino tan grande : pues d fin en este reino aun-
que vastísirno, aunque compuesto todo de hijos d e Dios,
bienaventurados é impecables, deberá haber un orden ad-
mirable, 6 una genrquio perfectisima; deberh haber una
junta y pacífica subordinacion de unos B otros (y esta clara,
conocida de todos é indisputable) es B saber: de los míni-
mos B los menores: de estos 4 otros mayores: de esto6 4
Ion grandes: de los grandes B los máximos : y de todos al
supremo Rey. Esta gerarquia, 6 este gobierno perfeoto
j no lo admiten todos los doctora aun entre lea Bngelee
bienlrventdos, que d p r e ven la caria del.. . Padre* ?
i Pues por quh no deberá suceder lo miamo enim loa in-
numsrables hijos de Dios, que entwren en la vida? M
que (concluie con raeon), debe dmitiree aigun lugar de-
terminado, hioo y real, entre todos los orbtm innumerables
que componen el universo, donde resida ordinariamente el
supremo &y, 6 su corte, 6 su juicio, 6 su trono, de donde
como de aentro comon d g a etaroamente la luz, y se di..
funda Bcia todas partes. A esta Gltima dificultad puede
responderse facilisimamente de dos maneras. Primera :
que donde está el Rey, allí está ordinariamente la corte :
pues ningun soberano esta obligado 4 residir perpetaa-
mente en un lugar mismo determinado. Si esta brevísima
respuesta no os contenta plenamente, como es facil creer,
JO os concedo, amigo, sin repugnancia algana, este lugar
determinado, fisico y real, que pedis con tantas instancias.
La cprte del supremo Rey, y el centro de unidad de un
reino tan grande, estará sin duda etemaqente en algun
lngar determinado, 6 en alguno de los orbes ihnumerablea
de que se compone todo el universo mundo. Dije en al-
guno de lorr orbes : porque cielo sólido, que sirva de bó.

Qui ilemper vident hciem P b .-m. nvüi, 10,


BN GLORIA Y MAOESTAD. 805
beda (i todo el uaivem p lo abarque todo dentro de d, yo
no lo admii : cada rrro abunde en su sentido*. Mas 'este
orbe tan privileg'iado entre todoi, j cual será ? Ninguno
otro, Crisfbfilo, segun mi pobre juicio, sino este mismo en
cuya superñoie habibímoa. Este aerá eteyamente el mas
atendido, el mas frecuentado, el mas honrado de Dios y
de t o d ~sus criaturas: y por consiguiente el mas feliz y
glori080, B lo menor en todo lo que perteuoce 4 le gioria
accidental y acceeoria, que desputm de la reaarreccion mi-
v e d n.o puede ser poca.
460. Acaso direis, J me parece que ya oigo vuestra ea-
clamacion:- Dvro sr srte rcumamiento, 4 y qWtn lo pws-
ds o i r - t ? Noesiro orbe miserable, al cual rnald~oel
Señor$: nuestro valle de lágrimas, de enfermedad, de
triste=, de corrnpion, de iniquidad, $c., i será algan dia 1s
&te y oeniro de unidad de tqdo entero el reíno de Dios,
6 de todo el inmenso reino de los cielos ? SL, amigo mi;,:
á lo será: no teneis raeon algnna porque eetrafiar eiita
pioporicion, la cual lejos de oponerse d la Escritura sante,
m 4 la reda razon, antea se halla protegida y oonfirmeda
&Lidamente por la ans y por la otra. Ved aquí en breve
lae msonee que miiiim 4 favor de n k t m orbe sobre todos
loa otros.
461. Primeramente : el Hombre Dios, Cristo Jemai,
nuestro Sefior, b el R e y supremo, Aeredero ds todo.. por .
qubn ron t o d a lac cosas, y para quian ron todar ka
eorasg, es de esta misma tierra, qw di6 Dioa á loa hijm
de los hodrer 1 . Aqni se hizo hombre siendo Dios:
aqui se nnib estrechísima 6 indisolnblemente con nueatra
pobre, enferma y vilisima naturaleza : aquí se anonadó tí sí
m w m tomando forma de siervo, hecho b la reqjanza &

-
Unusquhque in mo iensu abundet. Ad ñon.xiv, 6.
1. D u m est hic eermo, quis potest eum aurlire?-Jan. vi, 61.
1 Ciii maledixit Dominur. -Cm. v, 29.
..
Haem nniversorhm. propter quem omnle, et per quem ornnia
-TdsdH&. 4 2 ; ii;lO.
11 Quam dedit Deue filiis hominum. -Ecol. iii, 10.
T O M O 111. X
-real y hallado en la condicion como hombre* : a q d
naoió de la vírgen María de la srtirpe de David segun la
&me+-: aqui predicb, aquí enmfib, aqui padeció la mayor
afrenta y el mas injusto deshonor que m ha viato jamai,
muriendo desnudo en una infamo c m , como uno de los
hombres mas inicuos ; y con lor maivados fu6 contado$.
Luego aquí mismo se le debe restituir plena y pdecta-
mente todo su honor. Luego aqui mismo se debe mani-
feetar plena y perfectamente ru inocencia. su justicia, eu
bondad, su dignidad infinita y todo cuando puedan oom-
prender eetas dos palabras: Hombre Dios. Del miamo
modo dhurrlmoa de los coherederos.; principalmente de
los mayores y mhximos. Estos ' padecieron aquí por él :
aqui padecieron persecucion por la justicia : aqui fueron
perseguidos, deshonrados y atribulados, y muohísimos hasta
la muerte : aquí o6raron en justicia en medio de la general
iniquidad y corrupcion: aquí no a d r o n sur vi& haata
ia muerte§; aquí, &c. Lnego aqoi mismo, como en el
lugar de su paciencia, de su justicia y de sus tribulec-
por Crieto; deberán gozar eternamente el fruto msr qw
dntuplo de todo lo que aquí sembr4ron: A ia vasrlad sr
jurto y dyno ds Dios (como deaia Tertuliano), esaltar tí
lor ricrvos aUf mismo donde fueron a.vidor por rw
n d r e 1).
462. Lo segundo: la ciudad eanta y nueva de Jemm-
.
16n qae nora se ed%ca de oivcu.. y s r c o g h pidhs, ea
ciertisimo que algun di ha de bajar con Jesucristo miruao
del cielo d nnestre tierra y establecerse en ella sólidamente.
La Escritura santa asegura, que vendrá y habitará con los
Semetipsum ennanivit formam semi accipiens, in nimilitu-
-
dinem hominum fichu, et habitu invuitue ut horno. Ad Phib. .
ii, 7.
f Ex Vigine M&. de progeuie David iiecundum cunem.
-
f Et cum d e r r r t i s reputatua dt.
-
18al lüi, 12.
5 Non dilexerunt anima auas unque ad mortem. +c. xii, 11.
1) Siquidem est jutum, et Ueo dignam iiiuc quoqne exuitue fi-
-
muios ejus ubi sunt et afllicti in nomine ejua. Tertd. iib. iü d.
Mwc. cap. xxiv. ,
BN GLORIA Y MAGBNTAD. w?
bombrea : Vid aquí (dice S. Juan) el tabsrniieulo de D h
con los hembra, y morará con ellos, &c.+ ; mas m dice ni
inainúa.jamas, que esta babitacion de la ciudad santa en
nu&tra tierra, haya de ser solo por algan tiempo limitado,
ni que aiguna vez ha de dejar la tierra y volar 4 otra parte ;
iasi del teeto y oonteeto de todo cap. xxi y d, del Apooa-
lipeis ae~ool+ todo lo oontrario, y macho mes si se combinan
con otros lugares de la Escritura. Considered estos poaos :
hr Judéa uiempre será poblada; y Jerusalén en gimerczcion
y gerrarocion t. No r e d arrancado, ni destruidopor siem-
pre jairilar 3. &te e8 mi reposo por siglo de uiglo : aquí
norard, &c. 5 Se sentar¿ robre slsolio de David, y sobre
JU reino : para a$amarlo, y comolidarlo en juicio y en
S
jwrticia, desde aora y para siempre 11 : que fue la promesa
que hizo el angel á nuestra Sefiora, diciendola que 6 sn
Hijo Is dará el Señor Dios el trono de David ar padre :
y &&artí en la cosa de Jacob por risnapre, y no tcndrájn
JU reino 8.
&B. Estoa y otroe muchos lugares de la Ewritaia a n t a
.muy semejantes á ellos, parece que prueban obvia y nata-
ralmente 4 favor' de nuestro orbe. Para afirmar otra aosa
contraria 6 diversa, era necesario dgun fundamento +ti-
ro, divino, que eaplioase dichos lagpws en otro sentido : el
o d fundamento se basca en todaa las h r i t a r a s y no se

&e ~ ~ Dei errm nhominibni, met. habitabit


cum &,
&c. - Apw. n i J
.t J u h i n
3.
habitabitur, et Janurlem in gawrrtionsm
perationem -Jal. iii, 20.
mtmum et

1Non evelletur, et non destruetur ultra in perpetuum.- Jm.


rxxi, 40.
-
Q Heec requies mes in seeculum saeculi : hfc habitaba. &c. PI.
erxxi, 14.
(1 Super mlium David, et super regmm ejur sedebit : ut confir-
- mt illud, et corroboret in judicio et jnrtitia, amodd et usque in
iempitemum. - I d . ir. 7.
'II Dabit illi Dominus Deus sedem David patrie d u s : et mgnabit
-
in domo Jacob in aotemum, et regni ejui non erit finii. Z N ~ .i,
32 e: 33.
x2
808 LA V E N I D A DBL M E B I A S

baila. Si aquedia idea vulgar de que conolaido el juioio


a o i v e d (sea este donde fuere) Jeswristo m volverá de la
tierra al cielo empireo, llevando consigo 4 todos los bedi-
tos de so Padre, %.c. ; si esta idea, digo, fume verdadera,
jee creibie que no oe hall- alguna noticia. 6 siquiera
s)gon vestigio de un suceso ían grande en todas las Escn-
tum ?
464. A esto debe afíadiree, que los lnaa y mejores doo-
tores, aet espositores como teólogos, admiten una perfeota
renovacion de nuestro orbe terráqueo desptier del juicio
u n i v e d : mpertúmor ( d i S. Pedro) regiin sus pr-
cislor nuevos y twrra nueva, en lor qw mora hjwticia.
Yaa esta nuera tierra renovada perfectamente, en Irs anal
hnbiiará la justicia, j corno podrémw c o ~ ~ e b i rei k ,Chto
y tsdcu los bemditos de su Padre la abandonan del todo y
ee v~lrB lo EUM alto del cielo empireo? Esta es )e gnii
di6cuitad obvia y visible, B que ninguno satisface. Digo
que ninguno satisface B esta obvia y visible dificdtad, por-
que loa maa no m dan por entendidoe de.ella, como ei no la
viesen.: y algunos pocos, que no han querido dbiimalarla
del todo, h a opinado, que se renovará enteramente nueí
irm tierra d a p e a de la resweocion y juicio universal:
para que vivan en ella ete-te gozando de una feli&
dad patural los p8i.vulos que han muerto y murieren ei ade
lante sin bautismo y sin pecado personal, como si el om&
potente, jirstísimo y spnlíaimo Dioa no tuviese en todo su
universo mundo donde colocar B estos pindoe, qee m
pertenecen al reino, 6 m, aon hijos del remo: como si no
fuese verdadera aquella sentencia de Cristo : la casa
da mi Padre huy muchas moradar*. Fuera de que
i mmo puede componerse ata opinion con aquellas pala-
bras : esperbmos seyun rus promaras cielor nuevos y tierna
rima, en los que mora kr j w t W ? ;Es lo mismo la ino-
cencia, que la justicia ? i lo positivo, que lo negativo ? El
háce justicia, justo es t : dice S. Juan. Conque si nuestra

-
-
In domo Patria mei maneionea m u l a aunt, &c. Jom xiv, 0.
Jwn.cp. 1, iii, 7.
t Qui h i t justitiam, justue est.
t i m a se debe renovar, solamente para que sirva de habita-
cion B los páwulos incapaces de bien ni de mal personal, no
podré habitar en ella la justioia : luego m esta ba de babi-
tar en ella. su renovacion deberá ser para otros habitantes
iniiaitamente diversos. De estas testifiaan las Escrituras,
que son los que no quieren considerarse en el mstsnia
vulgar.
465. Fuera de los lugares que quedan.apuntadoe Bfavot
de nuestra tierra, y fuera de tantos otros de que abundan
h f e t a s y los salmos, considerad por fíltimo este solo,
qne por sa precision y claridad vale por mil : Los injustos
serhn rostiyados, y el linage de los impíos perecerh. Mas
108 jurtos heredarán la~tierra,y rnorarhn sobre ella por
&nprs*. Y poco antes se babia diaho en el mismo cal-
mo : los qw procedan mulignanrcnte, rerán esterdnados:
mau los q~ aguardan al M o r , ellos haredarán la ticvraí
Y aun & aquí 6 un poquito, no e r h l i d el p e c d o r ; y
buscarás el lugar de 41, y no lo hailarbsi Mas los mansos
heredarán la twrra, y se deleitarán en muclredumbre de
pazt. A lo cual aludió el maestro bheno del monte, di-
ciendo : Bienaventurados los mutuos ;p q w ellos posee-
r6n la tierra$.
466. A todo esto se debe añadir, que nuestra tierra aun
,
mirada cn el estado presente, no es tan deapreciable en Id
íkioo y natural, que no merezoa grandes ateoolones. No
hay duda que aora se hdlan en ella mezclados y confiindi-
dos entre si los bienes con los malee : resultando de esta
memla un todo 6 un conjunto poco agradabln. h dirémos me-

* Injunti punientÚr : et semen impionun peribit. Jwti au-


hreditabunt terrem : et inhabitabunt in eaaculum eaeeulisuper eam.
-+ PI. xxxvi, 28 e: 39.
Quoniamqui maügnantur, exterminabunhir: sustinentee autem
Domhum, ipd hsereditabunt temm. Bt adhuc pusillum, et non

tem hzereditabunt terram, et delcctabuntur in multitudine prcie.


PI. xxxvi, 9,10, et 11. ,
-
01%peceator : et queeres loeum ejw, ct non invenieii. Mlrnatleti su-

f Beati mitee : quo.iam iysi poeeidebunt terrem. -m:. v. 4.


310 LA V E N I D A DEL M U S I A S

jor, agradable por uno parte, y desagradable por mil. M n


separad por un momento 10 malo de lo bneno y lo p m
cioso de lo vil : quitad 4 nuestra tierre todo cuanto tiene de
mdo y desagradable, así cn lo moral como en lo flsieo,
dej4ndole solamente lo bueno : quitadle en primer lugar la
ooncupiscencia, la soberbii, la envidia, h.quitadle los d a
seos desarreglados y vanos de s w habitadora, que son or-
dinariamente en mayor suplicio : quitadle despues de esto
la enfemedad, el dolor, la tristeza, la indigeaoia, el fria;el
calor, la variedad de estaciones y sus necesarias resultas en
perjuicio de nuestra salud :' y en suma, el temor de la
muerte y de todo enemigo : con esto solo, sin afiadirle al-
g m otro bien p i t i v o , i no sería nuestra tierra nn veid*
dem p a h o ? Si aun aora, en medio de esia mezcla y non-
foiiion de males y de bien-, hay tantos que qnirienin paic
petuuse en ella, mlo por tal cual bien que pueden peamar
entre hatos males, i qiiB se140 si no b a k m d algmio,
imo todo 4 ru ratisfacoion?
M. Pues 4 estos bien- naturales é inoomtes que h y
aora ciertamente en nuestre tierra, sacad011 ya en limpio,
sin mtwcla aiguna de males, aaadid con vuestra imagina-
cion otros tantos mas, y tendreis un paraiso al doble me-
jor. S i os parece un esceeo esta doble mejoiiri, leed y con-
siderad lm espresiones vivísimaa de que usan los Pmktas
de Dios, hablando solamente de nnestra tierra todavia via-
dora, aunque renovada y mejorada con la venida del Rey
de los reyea : no obstante que en toda ella (menos en la
santa y celential Jemdbin, que descendió del cielo rk m i
Dios*), ha de haber todavia por muchos siglos generacion y
corrapcion, pecado y muerte, &c. como observámos en el
cap. iv, comiderad 4 lo menos lo que se anuncia 4 ata nue-
va tierra en el oap. si de Isaias, en el 45 y 56. Con esto
solo, sin otra afiadidura, vereis 4 todo nuestro orbe t e 6
queo, oonvertido y transformado en un hnerto d e delicias
inocantes, muy semejante, y tal vea mejor que aquel de

Qua desccndit de celo h Deo ineo. - Apoc. iii, 18.


EN GLORIA Y MAOBSTAD. 311
quien dice la Escritura: ha& plantado el Ssiior Dios un
P a r a b o de &Zaite &S& el principio : en el que p o al
M r e , que habiaformado*.
468. Si esto ser4 nuestra tierra todavia viadora, en el
juicio y roino de C r h sobre los vivor, i qué pensais ser4
denpues de la resurreccion universal, cuando acabada toda
general compcion, cuando concloido y consumado per- '

fectamente todo el gran misterio de Dios con los hombres,


sea esta misma tierra soblimada tí la diguidad altísima y
eterna de corte 6 centro de unidad de todo lo.criado, 6
del inmenso reino'de los cielos? i No es infinitamente ve-
roiimil que se le añadan entónces mil 6 un millon de gra-
dos de. perfeccion fisica y moral? i No es cosa digna de
Dios que abnnde y sobreabunde su gracia, su bondad, su
grande= y magnificencia infinita en aquel mismo globo
donde tanto abundb la iniquidad ? i En aqoel'miemo globo,
en el cual el Verbo fd hecho carne*: en el cual ae ano-
nadó cí di nriraox: en el cual fui mi$cado, muerto y
rqpdtodo§: y en el cnai ba de llegar finalmente 4 veri-
&ame la vdmtad de Dios como en el oielo, 6 conreitirse
en el mismo cielo ?
PARRAPO V.
469. Estas idean generales que aoabo de proponer sobre
el reino niiiversal del Hombre Dios, incorruptible y eterno :
sobre la felicidad (del mismo modo eterna B incorruptible)
de lor que merecieron entrar en el reino: me atrevo 4
esperar, que despoes de bien examinadas y bien entendidas,
iaa hallaréis no solamente conformes 4 las Encritnrae : no
solamente grandes y magdfioaé, y por esto dignan de Dios :
sino tambien sensibles y comprensiblea por cuulquiera que

Piantaverat 'autem Dominus Deua Paradiaum voluptatis B prin-


-
cipio : in quo poauit bominem, quem formaverat Gen. ii, 8.
t Verbum caro factumeef. -Jwn.i, 14.
f Semetipsum exinanirit.- .
Ad Philip ii, 7.
5 h i t crucifixus, mortuus, et sepulha.-Ex Syrnb. C¿mstnnti-
nopdit.
sea : cuando en las ideas valgares apenas ee bnlla caes
aignna sensible, perteneciente d todo el bornbre ya rem-
citado, sino B costa de discursos sutllea, oscuros, y por ao
oecoe y fnos.
470. Debémos uo obstante, aopooer oomo una v e d a d
indubitable, que así en estas, como en otras ideas (y aun-
que todas eUna se unan entre sí) no nos es posible en el
estado preaente formar un digno coocepto de la feliuidd
(aunque accidental) de loa juetos ya resucitados de que va-
mos hablando : pues como está esorito en I s a h : ojo no
vid, ni oreja oyó, como lo repite S. Pablo, ni un corazon
de henire subió, lo que preparó Dios para aqdlos qw le
úman *. Mas aunque no esper4semos otra eosa, qne esto
poco que aquí hemos propueeto. y lo que sobre esto es
fácil meditar y concebir (unido todo inseparablemente con
la vision fruitivo de Dios y posesion ioamieible del sumo
bien) i no bastaría esto solo para despreciar formalmente
todo lo traneitorio, y para buscar oon-todas nueetrss fuerzas
estu eterna felicidad ! i Ser6 pooo bien el coneegnirla !
i Ser6 poco mal perderla ? i No es rerdvdera aquella
sentencia del Apostol, que dice: no ron de comparar lor
trabajos de ede tiempo con la gloria uenidsra, que se
rnurnfsstará en nosotrost? Pues ;que temémos?
471. Yo no creo, Ciisthíilo, que vos aeaia nno de
aquellos (aun no malos, 6 no declarador por tales) que dicen
prácticamente (y en su corazon): no querlnos ser dsrpo-
jados, sino revestidos : como si dijeran : qoerémos pmr
aquí cuanto nos sea posible y despues de esto tambien &.
Milas esto, hermano niio, i cómo puede ser? i NO ip.
1 finitamente peligroso este modo de pensar? i IgPoaaie
acaso la doctrina tan espreea y tan clara del Hijo de Dios?

* Ocuius non vidit, nec auris aiidivit, nec in cor hominb mcendit,
-
qum prcepravit Deus iis, qui diligunt iiiunl. Imi. lxiv, 4 ; et 1td
Cor. ii, 9.
t Non sunt condieae purionee hojus tanparia ad f u ~ r p mglo-
riam, qupe revebbitur in nobk-Ad Rom.viii, 18.
-
$ Nalumus expoliari, sed aupervestiri. 2 ad Cor. v, 4.
i Ignorais, v. g., aquella sentencia saya que dice : ei reino
de Zor ciclos padece fuerza, y los que se lp hacen, lo arre-
batcur*? i Zgnoraie aquella otra: No todo el que me
dice, &ñor, Seiim,entrar6 en el reino de los &aloa ;&O
el que hace la voluntad de mi Padret, &c. ? i lgnorais
que la fe sola sin justicia 6 sir obras, no nos puede salvar:
Porque ad coma el cuerpo sin el erpiritu es m w t o , así
tambien h fo sin las obras es muerta$?
472. En suma, no pedhmos tiempo : la felicidad suma, ,

completa y eterna que está prometida solamente 4 los jas-


t - tos, hermanos menores del Hombre Dios, conformes 6 la
s.
i d g e n cle su Hijo no podrémos,alcanzarla jamas, si no
nos servimos de aquellas dos alas absolutamente neuesariaa
6 indispensables, que son fe y justicia. Sin estas alas, m>
separad&, sino unidas'entre sí, y ayodándoee mutuamente
wmo buenas hermanas, no tenémos q u e esperar ia lisrencicr
en el reino de Cristo y de Dios, ni ser jamas krederar
uerdaderamente de Dios, y cokrGdvros de C h t o : paem se
noe pide para esto una condioion indiepenmble, ea 4 saber:
que p a d ~ o con s di, para que seamos l a d i e n glori
&a& con IlII.
PARRAPO VI Y ULTIMO.
473. Por si pcaso os parece alguna novedad eotrafia y
peligrosa todo lo que acabo de proponer en este áItimo
capitulo, sabed, amigo, que yo otros mayores y m e p m
que yo lo ban pensado d. Yo no puedo oitar alguno en
Regnum caelorum vim patihu, et violenti rapiunt i1lud.- Mat.
xi, 12.
) Non omnii, qui dicit mihi, Domine, Domine, intisbit in reg-
num cceloriibi: sed qni f d t voluntetem Patria mei, &c.-Met.
vii. 21.
3 Smt e& corpw sinb spiritu mortuum at, ita et fideo binb
-
op&bue mortua est. Ep. S. Jacooi. ii, 26.
6 Conformes... imagini Rlii mi.-Ad h. viii, 29.
11 Si tamen compstimnr, at et conglori6cemw.-Ad &a. viii,
17.
814 L A V E N I D A DEL MMRIAS
pertiouitu, porque ninguno be viato ; maa debo creer, qiie
h b d mnohoi 6 algunoe: pues eu los dbios y religioam
sutoiea hnceree, que comentáron el nuevo Testamento
ea oootrapicion de Queunel, hallo atas palabras sobre la
ephtola seguodp de S. Pedro, capituio iii. S e pregsnte,
dioen, i quienes habitarán esta nueva tierra? S. Aiuielmo,
Gailleimo de París, Pico Miraadulano, el Tostado, Caye-
tan0 y muchos otros dbios y teblogos responden, que esta
nueva tierra será pare habitacion eterna de los párrulos que
mueren sin beiitismo. Otros creen, que será para los
bienaventurados mismos ; porque despuei del juicio todo
el universo será la herencia de los escogidos : g S. Juan
diee en partioular, que reinarétuos sobre la tierra*. Ou
par qui el& wra habitde cstte nouuslle torre?
.
San Anmlmo, b... mponden, que ce sera par lea anfirnr
qui ~ r a 8- t b t z p t k . D'autrcs croyent que cs sera
par l a bidaureus h.Car aprZs le jugement tout
Pwniosrs sera b partprgs des elua, &c. Y veis aqni, Crb-
t M o amigo oarleimo, que he- llegado oon el favor de
Dioa al 6n y término de nueritra larga conversacion. En
elh be propuesto 4 vuestra coiuideraoion todo manto oa
habia prometido, y puedo decir con verdad, que mucho
mas: pues al eacribir han ido ooumendo m,en que yo
ciertamente no habia pensado jampe. Toca aora ti roa
mismo examinar oériamente y juzgar despues de ente exa-
men en juicio y en justicia : pues como habeis oido de mí
otras veoes, no solamente sujeto todo ente escrito m VW-
dad, huaildad, y simplicidad, al juicio de la Iglesia, d
quien toca juzgar del verdadero sentido d interprstcrcion
de &uEscriturar santast, sino tambien al juicio, y cen-
sura de oualquiera hombre particular, docto y senaato, que
se dignare de leerlas y de favorecerme con sus advertewioa
caritativas ; pues mi intenoion no es otra ciertisimamente,
Regnabimus'super kvun. -Apac. v, 10.
7 Cujua eat judicare de vero semu, et interpretatione Scriptumrum
Mnctarum.- Ea C d . M . seu. 4.
BN G L O R I A Y MACBSTAD. . 315
dhndomu tsrtimmio mi conciencia en e l E$ritu Santo*,
que hacer a l p n servicio á Dios y 4 mis prójimos : c m -
cnmendo con erto poco segun mi pobreza y peqnefier,
para conocer el niistario de Dios Padre, y de Jcrrcruto:
en el mal srtán escondidos todos los tcsoror de kr d i -
dwúr y de la cienciat. A I l la gloria, y el imperio en
lor +los da lor siglor :Amen. $

Tutimonium mihi perhihnte conacienti9 me4 in SpXtnS.ncto.


-Ad Ron. ix, 1.
t In crgnitionem mysterii Dei Patrio, et Chriati Jem : In quo snnt
-
omnea theaauri aapientiae, et acientiae abaconditi. Ad Color. ii, ' 2
st 3.
-
f I p i gloria, et imperium in eaeenl. saecnlonua, Amen. 1 Pd.
v, 12.

FIN D e LA OBRA.

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