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y vive sin miedo

Versión PERSONAL
Vol. 1

www.sistemadi.com
Efrén Martínez Ortiz Phd.
y vive sin miedo

Efrén Martínez Ortiz Phd.


y vive sin miedo

Conócete y vive sin miedo

D. R. © 2023 por Efrén Martínez Ortiz


ISBN libro impreso: ISBN versión electrónica:
Global Authenticity LLC, 848 Brickell Ave, Suite 950 Miami, Fl. 33131
E-mail: info@efrenmartinezortiz.com Bogotá́, D. C., Colombia
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TABLA DE CONTENIDO

Pág.
7. Introducción.

17. Nuestras vulnerabilidades.

31. Las amenazas de la existencia.

43. Las estrategias fallidas para lidiar


con el miedo.

65. Comprender el cambio y hacerlo.

71. Sacamos lo mejor o lo peor de


nuestras parejas.

77. Nuestra personalidad afecta


en los contextos laborales.

83. Personality Change Maker:


Nuestra forma de ser afecta
el liderazgo y la profesión.

89. A manera de conclusión.

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y vive sin miedo
INTRODUCCIÓN
y vive sin miedo

8 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Vivir la vida que deseamos se torna complicado si
pasamos la mayor parte del tiempo protegiéndonos
de otros o enfrentando problemas. Esto sucede
cuando concentramos nuestros esfuerzos en evitar
o encarar posibles fracasos, descalificaciones,
burlas, rechazos o desaprobaciones de quienes nos
rodean. Si constantemente huimos de nuestros
miedos o luchamos contra ellos, ¿cuándo realmente
experimentamos la vida o nos dedicamos a lo que
realmente importa?

Para comprender esta dinámica y por qué la


ejecutamos, es crucial comenzar desde el principio, y
ese comienzo se encuentra en nuestra personalidad.
¿Qué es la personalidad? “es una mezcla de
temperamento y carácter que constituye, junto con
las capacidades personales, la esencia de alguien.
Es esta la que se muestra ante los otros y la que,
de entrada, solemos ver en los demás; en algunas
ocasiones será auténtica y en otras, inautentica”1.

1 Hazte dueño de ti, Efrén Martínez, Editorial Planeta, 2020.

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y vive sin miedo

Para ser más preciso, el temperamento está


vinculado a aspectos biológicos y hereditarios,
es lo que nos dejan nuestros padres en el ADN,
mientras que el carácter se desarrolla de manera
más social, moldeado por nuestras experiencias
de vida y nuestro entorno. Tanto el temperamento
como el carácter influyen significativamente en cómo
percibimos y construimos la realidad, así como en
cómo interactuamos con ella. Sin embargo, eso no
impide que podamos resistir lo que hemos heredado
y aprendido, pues también tenemos un margen de
libertad. Es decir, lo que hemos recibido de nuestros
padres, absorbido de nuestro entorno de crianza
y las decisiones que hemos tomado conforman la
persona que somos.

Por ejemplo, si una persona nace con una


predisposición biológica hacia la ansiedad y la
introversión, es probable que vea estímulos
externos, como situaciones, personas o eventos,
como amenazas. Esto la lleva a ser cautelosa y a
adoptar la timidez como una forma de protegerse de
la angustia que le pueden generar ciertos contextos
sociales desconocidos; puede decidir enfrentar su
miedo a la timidez, encontrar apoyo para superarlo
o vivir así toda su vida. En el primer caso, hablamos
de autenticidad, donde la persona se apropia de su
vida, supera la timidez y persigue lo valioso a pesar
de sus desafíos innatos. En el segundo, hablamos
de inautenticidad, ya que la persona permanece
atrapada en su timidez, reacciona ante amenazas
externas y no toma el control de su vida, perdiendo
la oportunidad de perseguir lo que ama.

10 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Personalidad auténtica e inauténtica

Ahora bien, es crucial abordar a fondo la cuestión


de la autenticidad y la inautenticidad, dos conceptos
atribuibles al destacado filósofo Martin Heidegger.
Aunque ya los he explorado en mis libros “Hazte
dueño de ti” y “Esclavos de la personalidad”, es
esencial retomarlos en esta publicación, ya que nos
proporcionan el contexto necesario para comprender
cómo se reflejan en nuestra personalidad. Heidegger
concebía esta dicotomía como la condición fundamental
del ser humano, donde uno puede optar por definirse
y conquistarse a sí mismo (autenticidad) o perderse y
no conquistarse (inautenticidad). “La inautenticidad
se caracteriza por una gran dificultad para abrir el
corazón y dejarse tocar por lo que es fundamental
en la vida; a este tipo de personalidades les cuesta
conectarse con personas, acciones, circunstancias y
objetos, motivo por el cual no se da aquello de vivir
lo valioso que hay afuera de uno y hacerlo propio
para experimentar lo valioso dentro de uno”2.

¿Cómo se puede identificar esta inautenticidad? Se


manifiesta a través de la dificultad para asumir la
responsabilidad de nuestra propia vida. La persona
da excesiva importancia a las opiniones de los demás
y se apega a lo que le dicen. Se comporta, habla,
valora y actúa siguiendo patrones establecidos,
cumpliendo expectativas y lo que se considera
socialmente aceptable. Carece de un propósito y
de una existencia propia. No ejerce dominio sobre
sí misma, pero especialmente, se la pasa en su vida
buscando el alivio que le genera andar huyendo de
sus miedos. “Cuando no hay nada valioso a dónde
dirigirme, me quedo quieto o corro sin dirección
tan solo huyendo y no se dan conexiones reales…

2 Hazte dueño de ti, Efrén Martínez, Editorial Planeta, 2020.

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a lo sumo podré actuar como si los demás fueran


importantes, trabajar como si tuviera sentido y hasta
aparentar ser feliz, pero no podré comprometerme
con una causa o con el amor por alguien”3.

En el estado de inautenticidad, nos alejamos de


aquello que consideramos una amenaza de dos
maneras: huyendo o luchando. Es decir, aparentamos
prudencia cuando en realidad escapamos del temor
a ser objeto de burlas. Fingimos ser sociables, pero
en nuestro interior luchamos contra la incomodidad
de no ser reconocidos o sentirnos insignificantes.
Nos mostramos como correctos porque nos aterra
cometer errores, no porque esto tenga un propósito
profundo; incluso nos vemos leales, bondadosos
y cercanos, cuando en realidad lo que estamos
haciendo es buscar aprobación para evitar que nos
rechacen.

En contraste, la autenticidad implica asumir la


responsabilidad de nuestra propia existencia,
establecer conexiones con personas, acciones,
situaciones y cosas, y permitirnos ser afectados por
lo valioso. Elegimos la vida que deseamos, la que nos
otorga sentido, porque somos conscientes de ella y
nos empoderamos. “Significa ser la propia persona,
no una copia de los demás para lograr la aceptación,
y hacer lo que nos pertenece, no lo que otros esperan
o quieren que uno realice para conservar lo que se
ve bien incluso, a veces, por encima de lo correcto.
Es una capacidad de estar dispuestos a mirarnos sin
miedo y aceptar lo que vemos sin huir o luchar contra
el malestar que esto pueda generar”4.

3 Hazte dueño de ti, Efrén Martínez, Editorial Planeta, 2020.

4 Hazte dueño de ti, Efrén Martínez, Editorial Planeta, 2020.

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Como explicaba en “Hazte dueño de ti”, ser auténtico
implica involucrarse en relaciones o causas legítimas
por elección, no por obligación. Implica asumir la
responsabilidad de nuestras contradicciones y evitar
reacciones impulsivas ante lo que percibimos como
amenazas. Y si nos enfrentamos a tales situaciones,
debemos tener el coraje de reconocerlas y asumir las
consecuencias. La autenticidad nos permite actuar
con convicción y libertad, incluso si ello implica el
sacrificio de llevar una vida auténtica.

En sí, la autenticidad es poder vivir a través de lo que


es valioso en la vida, en lugar de andar huyendo o
luchando contra nuestros miedos. Es poder guardar
silencio cuando queremos, pero no por miedo, sino
porque es una sabia decisión; es lograr ser amable y
generoso porque nos parece valioso, y no por tratar
de agradar y comprar cariño; es poder ser ordenado
porque lo estético nos genera placer y no porque nos
empuja una personalidad obsesiva. La autenticidad
es ser dueño de sí mismo y vivir por lo valioso, no
sobrevivir apagando incendios y escapando de lo que
nos asusta.

Una vida propia

Experimentar la autenticidad y forjar una vida propia


conlleva cierta dosis de inquietud. Esto se debe a que
atravesar el túnel en el que nos sentimos limitados
y constreñidos, característico de la angustia que
acompaña la inautenticidad, para llegar al otro lado,
donde la vida se expande más allá de lo que hemos
dado por sentado o construido, no resulta sencillo ni
cómodo.

A veces, cuando intentamos tomar el control y decidir


a quién amar, qué estudiar, qué comer o cómo vivir,

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nos encontramos en desacuerdo con las expectativas


de la sociedad, nuestros padres e incluso nuestros
propios temores. Dejar atrás la familiaridad de lo
conocido, las expectativas impuestas sobre nosotros
y la imagen que hemos creado de lo que constituye la
vida auténtica implica, en ocasiones, derribar nuestro
mundo previo y asumir el costo de la inquietud,
aunque siempre vale la pena apostar por lo valioso.
Lamentablemente, algunas de nuestras decisiones
han sido más fruto del miedo que de una decisión
legitima conectada a lo que nos parece significativo
en la vida; terminamos evitando el miedo al rechazo
de nuestros padres y haciéndoles caso en algo que
quizás no queremos; aprobamos algo con lo que no
estamos de acuerdo e incluso, vamos a donde no
queremos, tan solo por quedar bien.

Un ejemplo que mencioné en “Hazte dueño de ti”


ilustra este punto de manera efectiva. Imagina a un
venado que camina por el bosque y de repente se
topa con un león hambriento que se lanza hacia él. El
venado, aterrorizado, experimenta una gran tensión
debido a la amenaza inminente y comienza a huir
con todas sus fuerzas. Sin embargo, el león es más
rápido y lo alcanza en cuestión de segundos. En ese
momento, el venado, consciente de su incapacidad
para escapar, intenta una estrategia desesperada:
luchar contra el león, aunque sus intentos sean
inútiles y no le causen ningún daño. Finalmente,
comprende que no puede hacer nada para salvarse
y, de forma resignada, ofrece su cuello al depredador
para poner fin a su sufrimiento.

De manera similar, los seres humanos enfrentamos


situaciones en las que nos sentimos obligados a huir o a
luchar. Cuando ninguna de estas estrategias funciona,
nos resignamos, es decir, nos damos por vencidos,

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incluso llegando a la depresión. Pero, ¿qué sucede
si la amenaza percibida, ese león hambriento, no es
real y, en realidad, somos nosotros mismos quienes
creamos esa amenaza debido a la visión limitada que
nuestra personalidad ha construido? En tal caso, no
necesitaríamos huir ni luchar, ni desperdiciar nuestra
vida en un perpetuo estado de supervivencia. En
lugar de eso, podríamos conectarnos con las fuentes
de significado en la existencia sin la necesidad de
evadir o luchar contra amenazas que probablemente
ni siquiera existen en realidad. Lamentablemente
nuestros miedos se convierten en filtros con los que
leemos la realidad y terminamos viendo leones en
donde hay tiernos conejitos blancos.

¿Qué representan esas amenazas o leones?, pues


que en el fondo tenemos el temor al rechazo por
parte de otros, el deseo de ser admirados, el miedo
a ser objeto de burlas o ridiculizaciones, el temor al
abandono o a no ser querido, y el miedo a cometer
errores y fracasar. Nuestras vulnerabilidades o áreas
profundas de mejora, se apoderan de nosotros y
nos hacen ver cosas que a veces no existen o por lo
menos, no son tan graves como parecen.

La mejor forma de comprender si estamos viviendo la


vida desde la autenticidad o desde la inautenticidad,
es a través del triángulo de la personalidad:

1. Vulnerabilidades
Son nuestras áreas profundas de mejora,
aquellos aprendizajes de la vida que nos han
marcado, generando ciertas sensibilidades o
miedos con algunos temas como el rechazo,
el desamor, la insuficiencia y el desprecio.

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2. Amenazas
Aquellas personas o situaciones que tienen
un poder mayor para activar nuestros
miedos, pues cuando se presentan activan
más fácil nuestras vulnerabilidades.

3. Estrategias
Las formas como enfrentamos lo que nos
parece amenazante en la vida, haciendo que
nos la pasemos huyendo o luchando contra
lo que tememos, en lugar de disfrutar la vida
o ir detrás de lo que amamos o nos llena de
propósito.

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Nuestras
Vulnerabilidades
y vive sin miedo

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Tu vulnerabilidad única o tus áreas de mejora
profundas se forjan a través de una serie de
experiencias que te han influenciado positiva o
negativamente; vivencias que constituyen la historia
de vida que has construido y que moldean los filtros,
a través de los cuales percibimos ciertos aspectos
de la realidad como más o menos amenazantes o
estresantes, lo que da lugar a un sistema de defensa
conocido como estrategias de afrontamiento. Estas
estrategias, a su vez, pueden confirmar o desconfirmar
los aprendizajes que hemos adquirido. Por ejemplo,
algunas personas pueden haberse paralizado en la
vida debido a descalificaciones, mientras que otras
pueden haber buscado logros excepcionales para
contrarrestar esas experiencias. Sin embargo, en este
camino, a menudo se cometen errores o se pagan
precios elevados, ya que a veces la vida se convierte
en una forma de escapar de esas vulnerabilidades
que nos generan malos recuerdos, en lugar de vivirla
con mayor tranquilidad y disfrutarla.

Los miedos que nos hacen vulnerables se construyen


a través de la integración de factores biológicos que

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llamamos temperamento y factores psicológicos


que llamamos carácter. El temperamento, que
abarca aspectos heredados de la personalidad, nos
proporciona una susceptibilidad física que influye
en la forma en que experimentamos el mundo. Esto
nos hace más o menos sensibles a ciertos estímulos
y eventos, lo que afecta nuestra percepción de
riesgo. Por ejemplo, algunas personas son más
sensibles al dolor físico, lo que las lleva a considerar
ciertas situaciones como más peligrosas, mientras
que otras pueden no percibir el mismo nivel de
riesgo. Este proceso de experimentar el mundo
conlleva aprendizajes, a los que nos referimos como
“carácter”. La combinación de influencias genéticas
(temperamento), experiencias de vida (carácter) y
las elecciones que hacemos a lo largo de nuestra
vida determinan lo que llamamos personalidad;
es en ella, en la que encontramos áreas profundas
de mejora que algunos llaman heridas del alma,
dolores, susceptibilidades, sensibilidades o nuestras
vulnerabilidades.

Nuestras vulnerabilidades o miedos funcionan como


lentes a través de los cuales percibimos el mundo,
otorgándonos una sensibilidad especial para detectar
amenazas y asegurar nuestra supervivencia. A veces,
estos lentes nos ayudan a sobrevivir de amenazas
reales, pero muchas veces se vuelven rígidos y no
nos permiten ver más allá de lo que nos asusta,
ya que tienen la función de alertarnos sobre lo que
consideramos peligroso, y parte de nosotros los
mantiene inflexibles para protegernos, pues al final
de cuentas, nadie quiere ser lastimado, y mucho
menos, cuando esos miedos o sensibilidades, se
construyeron a través de experiencias de vida que
no fueron agradables.

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Si, como resultado de tus experiencias y sensibilidades
biológicas, no deseas enfrentar situaciones
desagradables, es lógico que permanezcas alerta
para detectar amenazas que puedan causarte daño.
Sin embargo, no necesariamente se trata de traumas
extremos, a veces son recuerdos emocionales que
acumulamos a lo largo de la vida, derivados de
nuestras experiencias con personas significativas o
de las situaciones que nos ha tocado vivir, pues en
esa mezcla de sensibilidad biológica, aprendizajes
de la vida y contextos, algunos vivimos como más
fuertes ciertas cosas, aunque para nuestro hermano
gemelo no hayan sido tan graves.

Nuestras áreas de mejora o vulnerabilidades profundas


representan una especie de memoria emocional
que se activa en presencia de ciertas personas o
circunstancias que percibimos como amenazantes
(lo sean realmente o no lo sean). Estas se convierten
en los lentes a través de los cuales interpretamos
el mundo. Algunos lentes son más gruesos, lo que
indica qué si somos especialmente sensibles a temas
como la insuficiencia, el rechazo, la falta de amor o el
desprecio, veamos a todas las personas y situaciones
como potenciales amenazas; sin embargo, otros lentes
son más delgados, lo que sugiere que hemos avanzado
en la mejora de ciertos aspectos y aquellas cosas
que nos parecían estresantes, ya no lo son tanto. En
definitiva, cuanto más gruesos sean nuestros lentes,
es decir, cuanto más alta sea nuestra puntuación en
una determinada área de mejora, más amenazantes
percibimos ciertas situaciones o personas que podrían
activar nuestras vulnerabilidades.

No es lo mismo usar unos lentes rojos con un


milímetro de grosor, a ver el mundo con unos
lentes rojos de ocho centímetros de grosor. Con los

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primeros podemos ver matices de rojos, lo que nos


hace determinar que algo puede ser más o menos
amenazante, mientras que, con los segundos, todo
sería igual de grave y estresante, pues no podríamos
ver los matices.

Cuando nuestras vulnerabilidades son extensas,


vemos a las personas, las circunstancias o la vida
en general como más estresante o amenazante. En
cambio, cuando nuestras vulnerabilidades son más
limitadas o hemos trabajado en ellas, la percepción
se invierte, lo que nos permite vivir de manera
más fluida y con menos tensión, a pesar de las
circunstancias.

Estos dolores, vulnerabilidades o áreas profundas


de mejora son, en esencia, memorias emocionales,
sensaciones o sensibilidades que a menudo vienen
acompañadas de creencias sobre lo terrible, grave
o inaceptable en la vida. Esta combinación de
dolor y creencias constituye la vulnerabilidad de
una persona. Estas memorias emocionales tiñen el
pensamiento y, aunque seamos conscientes de ello
desde un punto de vista racional, a veces surge una
desconexión entre la razón y el mundo emocional
cuando nos enfrentamos a una amenaza. Esto nos
hace vulnerables y genera un cierto nivel de malestar
que varía de una persona a otra, dependiendo de la
magnitud de su vulnerabilidad.

En última instancia, la vulnerabilidad se construye a


partir de diversas experiencias, como el rechazo, la
insuficiencia, la falta de amor o el desprecio, lo que
nos sensibiliza de ciertas maneras y limita nuestra
libertad, generándonos estrés y malestar, influyendo
en nuestros patrones de relación que a menudo
dañan nuestras relaciones personales.

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¿Cómo se forman estas vulnerabilidades?

En realidad no existe una receta exacta, pero lo que


sí sabemos es que son aprendizajes emocionales
que tenemos, y que generalmente, se configuran
en las relaciones con nuestros vínculos cercanos.
Lo importante aquí es saber que la realidad termina
siendo aquello que nos afecta y no aquello que
realmente sucedió; no importa si no fue cierto que el
rechazo o la descalificación fueron parte de tu vida,
si así lo viviste, entonces en tu realidad si sucedió.
Los niños son diferentes en sus sensibilidades, dadas
sus cargas biológicas y perspectivas, lo que hace
que algunas cosas sean más difíciles para algunos,
que otros sean más resilientes y algunos quizás más
vulnerables. Al final de cuentas, cuando ya somos
adultos no importa tanto el pasado, sino lo que
hacemos con él.

No podemos cambiar el pasado ni evitar lo que nos ha


afectado, ya que ya lo hemos vivido. Gastar nuestra
vida quejándonos, odiando a quienes estuvieron
involucrados o asumiendo una actitud de poca
responsabilidad no es productivo. En cambio, lo más
beneficioso es crecer, asumir la vida que tenemos en
nuestras manos y hacernos responsables de quiénes
queremos ser. No importa de dónde venimos, las
exigencias, el trato o la suerte que hayamos tenido en
la vida. Lo que verdaderamente importa es el trabajo
que hacemos en nosotros mismos, la persona en la
que nos convertimos y las mejoras que logramos en
la forma en que impactamos a los demás.

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La sensibilidad a ver
más amenazas de las que hay

La sensibilidad para percibir amenazas que en realidad


no existen, o la tendencia a recrear amenazas que no
son reales, está determinada por varios factores que
nos hacen más vulnerables. Esta vulnerabilidad es
una forma de sensibilidad que resulta en sufrimiento
emocional. Son historias que hemos internalizado
y que, como mencionamos anteriormente, actúan
como filtros a través de los cuales interpretamos la
realidad, haciendo que ciertos aspectos nos parezcan
más o menos amenazantes.

Esta sensibilidad a los estímulos está configurada


por memorias afectivas que influyen en nuestra
percepción racional. Aunque podamos comprender
racionalmente lo que está sucediendo, el simple
entendimiento o autoconocimiento no es suficiente.
Incluso cuando conocemos a fondo nuestro dolor y
su origen, o incluso cuando vemos lo irracionales que
pueden ser nuestras acciones, a menudo seguimos
actuando de la misma manera.

La tendencia a ver amenazas inexistentes depende de


la combinación de nuestro temperamento, es decir,
lo que hemos heredado, y todos los aprendizajes que
hemos adquirido en el entorno en el que crecimos.
Por ejemplo, si creciste en un hogar donde la crítica
constante era la norma y tus padres asumían el
papel de jueces que evaluaban cada uno de tus
actos para moldearte según sus expectativas, y en el
que cometer un error no era una opción aceptable,
es posible que, en algunos casos, se construya un
filtro de insuficiencia con el que ves tú león en cada
posible juicio que te hagan. Este león te advertirá

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que no alcanzarás las expectativas, que fracasarás y,
como consecuencia, nadie te querrá.

Cuando te enfrentas a este tipo de amenaza,


generalmente provoca dos reacciones. La primera es
la de huir, evitando cometer errores a toda costa. La
segunda es la de luchar, en este caso, esforzándote
por ser perfecto y excelente en todo, y rechazando
las críticas para evitar que te vean como insuficiente.
La tercera opción, es entregarse, implica dejar de
huir y luchar, especialmente si has intentado una y
otra vez sin obtener resultados. En este punto, la
depresión puede hacer su aparición.

Los dolores, esas heridas o sensibilidades que


adquirimos a lo largo de nuestras interacciones
con otros a lo largo de la vida, pueden variar en
intensidad. Algunas son pequeñas y fáciles de
superar, mientras que otras son profundas y difíciles
de eliminar. En ocasiones, estas heridas cicatrizan y
no tememos que se toque la herida. Sin embargo,
en otros casos, estas heridas permanecen abiertas y
no curan por completo. Cuando esto sucede, actúan
como lentes a través de los cuales interpretamos la
realidad, haciendo que veamos leones donde no los
hay o que sintamos miedos más intensos de lo que
en realidad son. En algunas ocasiones, una herida
que creíamos sanada puede volver a sangrar cuando
nos enfrentamos a un león real en nuestra vida.

Las cuatro grandes heridas


que se transforman en miedos

Las heridas, vulnerabilidades, sensibilidades o áreas


profundas de mejora que se transforman en miedos,
se originan en diversas experiencias que terminan

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marcándonos y manteniéndonos un poco más


alerta, ante cualquier señal que implique el riesgo
de que vivamos algo que ya no queremos volver a
vivir. Estos miedos a menudo permanecen ocultos
o camuflados y se activan cuando interactuamos
con ciertas personas o enfrentamos situaciones que
tienen el potencial de hacer que nuestros temores
se vuelvan realidad. A través de miles de entrevistas
y procesos estadísticos, hemos identificado cuatro
de estos miedos profundos que son comunes en las
personas.

En el sistema de desarrollo de la personalidad que


diseñamos en www.sistemadi.com es fácil obtener
una evaluación profunda de cuales son nuestros
miedos, heridas, sensibilidades o áreas de profundas
de mejora (como sea más cómodo para ti llamarles);
Sin embargo, te presentaré un resumen de cada uno
de ellos.

La insuficiencia

El miedo a la insuficiencia genera una preocupación


especial por demostrar constantemente que somos
capaces y suficientes. Este miedo se traduce en
la aprehensión de no cumplir con las expectativas
propias y de personas significativas en nuestra vida.
Como resultado, algunos logros pueden parecer
insatisfactorios, ya que dudamos de su mérito o
importancia.

Errores, fracasos o cualquier situación que revele


nuestra falta de competencia nos estresan. Nos
sentimos incómodos cuando nuestros proyectos no
alcanzan los niveles máximos, y surgen dudas sobre
la idoneidad o suficiencia de nuestras acciones, lo
que genera angustia.

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Esta sensibilidad nos lleva a percibir como
amenazantes situaciones en las que creemos que
nuestra imagen se verá perjudicada, y tratamos de
evitar que surja esa sensación mediante estrategias
específicas en circunstancias particulares.

“Cuando baje el informe completo de mi


personalidad en www.sistemadi.com fue
impactante ver como para mí todo en la vida
era una lucha constante, como si la vida y el
trabajo fuesen siempre una carga pesada, una
vida sobre esforzada para mostrar que si era
suficiente. Comprendí porque vivía tan cansada
todo el tiempo”.
Catalina, 34 años

El rechazo

El miedo al rechazo nos lleva a buscar constantemente


la aprobación y aceptación de ciertas personas, ya que
tememos ser rechazados. Este miedo se manifiesta
como la preocupación constante de ser objeto de
burlas en cualquier momento, como si ocultáramos
un secreto que podría exponernos al ridículo. Nos
avergonzamos de mostrarnos tal como somos a
ciertas personas y nos angustiamos en situaciones
de exposición.

En ocasiones, experimentamos un sentimiento


de no encajar en ciertos grupos o tememos ser
abandonados. La posibilidad de ser desaprobados
por otros nos causa ansiedad. Esta sensibilidad nos
hace interpretar como amenazantes situaciones
de exposición social, novedosas o poco familiares,
e incluso imaginando dichas circunstancias como
peligrosas. Utilizamos estrategias específicas

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y vive sin miedo

para evitar que surja este miedo en situaciones


particulares.

“Era muy tímido, me costaba mucho trabajo


iniciar relaciones o mantener conversaciones
y aunque me esforzaba un montón, me
sentía haciendo una tarea que no fluía con
espontaneidad. Tenía la profunda necesidad
de sentir que era aprobado y esa era la única
manera de estar seguro de que podía acercarme
a los otros. Me costó mucho trabajo acercarme
a otros en la oficina.”
Fernando, 39 años

El desamor

El miedo al desamor nos lleva a creer que no podemos


ser amados a menos que seamos admirados y
atendidos de manera constante, todos los días y todo
el tiempo. Tememos no ser respetados o considerados
dignos de amor.

La sensación de soledad interna nos golpea, y


experimentamos la indiferencia y la descalificación
como una forma de desamor que nos incomoda e
incluso nos enfurece. Esta sensibilidad nos hace
interpretar como amenazantes situaciones en las que
creemos que nuestra imagen se devalúa, no recibimos
un trato especial o estamos siendo tratados como si
no fuéramos especiales. Utilizamos estrategias para
prevenir que surja esta sensación en circunstancias
específicas.

“Andaba por la vida esperando que mi pareja


estuviese pendiente de mi todo el día y a toda
hora, andaba esperando que anticipara mis

28 Efrén Martínez Ortiz Phd.


necesidades y me garantizara que no habrían
fluctuaciones en su afecto hacia mí, ningún día
del año. Lo peor es que me llenaba de rabia y le
exigía con mis reclamos que hiciera algo que es
imposible para cualquier ser humano: Girar a mi
alrededor”.
Maria, 41 años

El desprecio

El miedo al desprecio nos lleva a temer ser


descalificados y menospreciados en ciertas
situaciones, lo que nos causa molestia y enojo al
sentir que nos subestiman o nos consideran personas
de segunda categoría. Tememos ser utilizados como
objetos.

Experimentamos desconfianza y no toleramos que se


restrinja nuestra libertad, especialmente en ciertos
contextos o con ciertas personas, ya que consideramos
que las limitaciones reflejan una falta de valoración.
Sentir que nos perciben como tontos o de poco
valor nos irrita. A menudo vivimos la traición como
algo difícil de manejar. Esta sensibilidad nos lleva a
interpretar como amenazantes situaciones en las
que creemos que nos están tratando como personas
de bajo nivel, siendo maltratados, coaccionados o
forzados a actuar en contra de nuestra voluntad.
Utilizamos estrategias para prevenir que surja
esta sensación, ya sea posponiendo, oponiéndonos
de manera directa o pasiva como una forma de
establecer nuestros propios límites y decir “lo haré
cuando yo quiera”. Ceder nos llena de resentimiento.

“Debo confesar que me dio algo de rabia cuando


en los resultados de mi test de personalidad en

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y vive sin miedo

pareja, salió la forma en que mi esposa activaba


este miedo en mí. Me sentí un niño inmaduro
tratando de pedirle a mi mamá que dejara de
corregirme todo el día. Siempre es que la vida es
una larga lección de humildad como dice Efrén.”

Paulo, 40 años

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Las amenazas
de la existencia
y vive sin miedo

32 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Vivir una vida propia suele resultar estresante, ya
que es inevitable enfrentar desafíos en el camino.
Navegar a través del túnel de la existencia, donde
a menudo nos sentimos restringidos y constreñidos,
para finalmente emerger al otro lado, donde la vida
se expande más allá de lo que comúnmente damos
por sentado o hemos construido, puede ser una
experiencia incómoda y desafiante.

Tomar las riendas de nuestra vida no siempre es una


tarea sencilla. Cuando intentamos tomar decisiones
sobre a quién amar, qué estudiar, qué comer o cómo
vivir, a menudo nos enfrentamos a la desaprobación
de la sociedad, nuestros padres o incluso nuestros
propios miedos.

Renunciar a lo conocido, a las expectativas impuestas


sobre nosotros y a la imagen que hemos construido,
a veces requiere derribar nuestro mundo existente
y pagar el precio de la angustia, pero siempre
vale la pena cuando se trata de perseguir lo que
realmente valoramos. El asunto es que los miedos
que hablamos en el capítulo anterior pueden ser a

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y vive sin miedo

veces muy fuertes, y entonces, nos impiden llevar la


vida que queremos.

A veces enfrentamos situaciones en las que debemos


elegir entre huir o luchar. Sin embargo, ¿qué sucede
si la amenaza, como el león hambriento del capítulo
anterior, no es real y la creamos nosotros mismos
debido a los filtros/miedos que nuestra personalidad
ha construido? En ese caso, no necesitaríamos huir
ni luchar, y podríamos conectarnos con las fuentes
de significado en la vida, sin la necesidad constante
de evadir o luchar contra amenazas que, en realidad,
podrían no existir.

¿Qué son esas amenazas o leones? Para algunos,


podrían ser la exposición social, la desaprobación, la
ineficiencia o la falta de aprobación. Para otros, las
amenazas podrían manifestarse como la indiferencia,
la traición, la coerción o la subestimación.

Es importante destacar que, si bien a menudo


percibimos amenazas donde no existen, en
nuestras interacciones con otros es posible que nos
encontremos con jefes críticos, padres exigentes,
parejas controladoras o hijos que desafían nuestras
habilidades parentales. Sin embargo, en la mayoría
de los casos, estas amenazas no son tan significativas
como las percibimos. La intensidad de estas
amenazas, y su impacto en nuestras vidas, depende
de la magnitud de nuestras heridas personales y de
si estas han sido sanadas o no. Estas heridas actúan
como lentes que influyen en cómo interpretamos la
realidad.

En otras palabras, si nuestra herida principal es la


insuficiencia, experimentaremos la amenaza de la
ineficiencia cuando alguien no cumple con nuestras

34 Efrén Martínez Ortiz Phd.


expectativas o nos hace quedar mal. Si nuestro
principal temor es el desamor, viviremos la falta
de aprobación o la indiferencia como amenazas
tensionantes.

A menudo, algunas personas, incluso a una edad


adulta avanzada, continúan experimentando tensión
y estrés cuando enfrentan críticas o desaprobaciones
de sus padres, como si fueran niños asustados. Lo
complicado de esta situación es que esta misma
dinámica puede repetirse en el trabajo o en entornos
sociales, lo que les impide ser espontáneos y los llena
de ansiedad en presencia de un jefe autoritario, incluso
si esta percepción es infundada. Reaccionamos de la
misma manera que el venado: viendo amenazas en
todas partes y aplicando estrategias de huida o lucha
para aliviar el malestar que experimentamos ante la
presencia de la amenaza.

Estas amenazas pueden ser tanto personas como


situaciones, ya sean reales o imaginarias, que
aumentan la probabilidad de que se active el miedo,
la sensibilidad o el dolor específico de un individuo.
Esto, a su vez, desencadena la implementación de
estrategias de afrontamiento para evitar que surja el
malestar o para aliviarlo una vez que se manifiesta.
Aunque es posible que estas amenazas sean reales
o simplemente interpretaciones influenciadas por los
filtros creados a causa de nuestras vulnerabilidades,
la vivencia de sentirnos amenazados y la consiguiente
sensación de malestar, se experimentan como
auténticas.

Cuando experimentamos intimidación, es común


que realicemos una evaluación de nuestros recursos
para lidiar con el miedo. A partir de esta evaluación
inicial, se determina la intensidad del estrés que

www.sistemadi.com 35
y vive sin miedo

experimentaremos. Si consideramos que podemos


manejar la situación y efectivamente lo logramos,
sentiremos menos tensión. Sin embargo, si
llegamos a la conclusión de que no es manejable, la
angustia se desatará. Nos sentiremos constreñidos
y apretados, lo que desencadenará una respuesta
de supervivencia. En este punto, recurriremos a
estrategias de afrontamiento con el fin de prevenir
que la tensión empeore o de eliminar el malestar que
estamos experimentando.

Llegado a este punto, es crucial comprender que


la magnitud de la vulnerabilidad personal de cada
individuo, representada por sus propios dolores,
determina la sensibilidad que experimenta frente a
estas amenazas. Además, cuanto más intenso sea el
dolor, más densos serán los filtros con los que percibe
la realidad. Esto significa que, si mi filtro está teñido
de azul, veré a todas las personas o situaciones
que considero amenazantes con un matiz de azul
intenso, lo que me mantendrá en alerta y coloreará
mi interpretación de las circunstancias. Si los filtros
son espesos, las percibiré con una intensidad y
frecuencia superiores, sin importar si son reales o
imaginarios.

No obstante, las personas y contextos amenazantes


suelen impedirnos ser auténticos. Su presencia genera
predominantemente la sensación de que debemos
cuidarnos, lo que dificulta ser nosotros mismos y
disfrutar plenamente de la vida. Nos sumimos en
una rutina de huir, luchar o resguardarnos, en lugar
de vivir la existencia con plenitud. Esto dificulta
enormemente llevar la vida que deseamos, ya que
nos vemos atrapados en la defensa constante contra
dragones imaginarios.

36 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Las “áreas profundas de mejora” o “vulnerabilidades”,
crean una sensibilidad personal que lleva a percibir
a ciertos jefes, colegas, parejas, compañeros de
trabajo, clientes o circunstancias específicas, ya sean
reales o imaginarias, como más amenazantes. Esto
aumenta la probabilidad de que surja un malestar
psicológico o estrés, lo que conduce a la adopción de
estrategias de afrontamiento para prevenir o aliviar
dicho malestar.

La magnitud de la amenaza varía dependiendo del


nivel de desarrollo de las áreas de mejora de la
persona, ya sea alto o medio, así como de los recursos
o estrategias de afrontamiento a su disposición. En
nuestro test de personalidad es diferente tener un
puntaje alto a un puntaje medio, pues hay cosas
que generan más tensión que otras cosas y que
generalmente tienen que ver con los aprendizajes
que hemos tenido, acerca de que cosas son más
graves o difíciles de manejar.

En resumen, estas amenazas funcionan como


estresores que activan nuestros mecanismos de
protección. Cuanto más altas estén las áreas de
mejora, más estaremos en alerta, listos para
detectar la posible presencia de amenazas en
contextos familiares, laborales o sociales. ¿Quién
puede manejar eficazmente las amenazas externas
en la empresa, la familia o la vida si se pasa todo el
día lidiando con sus propias amenazas internas?

“Sentía que si cometía un error o no daba el


120% en mi trabajo, no podrían valorarme y no
valdría nada. Andaba por la vida hiperpendiente
de mi equipo para garantizar que hicieran todo
perfecto, pues de su trabajo dependían mis

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y vive sin miedo

resultados, motivo por el cual todo me parecía


una posible ineficiencia. Años de estrés…”

Karla, 42 años

Las amenazas psicológicas que tienen el


mayor potencial para activar nuestros miedos

Las amenazas son aquellas circunstancias, acciones


o comportamientos de las personas que nos
exponen a situaciones que podrían desencadenar
alguno de los miedos previamente mencionados. Al
igual que en el capítulo anterior, nos dimos en la
tarea durante algunos años de entrevistar a miles
de personas, tratando de encontrar aquellas cosas
que tenían un potencial mayor de amenazar a las
personas, dependiendo de los miedos o filtros que
poseían; de esa manera logramos identificar ocho
grandes amenazas psicológicas que podrían activar
más fácil alguno de los miedos que alguien podría
tener, no porque en sí mismas, sean amenazantes,
sino porque precisamente dichos filtros de visión,
hacían que fuesen consideradas dichas situaciones
o comportamientos de otros, como asuntos más
terribles o insoportables, pues terminaba aumentado
la probabilidad “supuestamente” de hacer realidad lo
que más temían, y de lo que algunos quizás, llevaban
huyendo por años. Aquí hay ejemplos de cada una de
estas amenazas:
Ineficiencia

Situaciones en las que existe la posibilidad de


quedar mal o cometer errores, ya sea debido al
bajo rendimiento de otros, la pérdida de tiempo
o la incapacidad de hacer las cosas de la manera
esperada.

38 Efrén Martínez Ortiz Phd.


“Me molestaba terriblemente que la gente
hiciera las cosas lentamente, me daban ganas
de sacudirlos o mejor hacer las cosas yo. Era
muy fuerte para mí que alguien me robara el
tiempo que necesitaba para adelantar todo lo
que tenía que hacer”
Juan Carlos, 38 años

Desaprobación

Todos los escenarios que aumentan la probabilidad


de sentirse desaprobado o rechazado por otros, como
críticas, rechazo social o la pérdida de la aprobación
de personas importantes.

“Me ponía ansiosa la posibilidad que no les fuera


a gustar lo que estaba haciendo, me angustiaba
que quizás desaprobaran la manera como hacia
mi trabajo o la forma cómo lo presentaba; no
saben el estrés que vivía”.
Carolina, 27 años

Exposición Social

Momentos en los que te encuentras en situaciones


sociales en las que el ambiente o las personas no son
de total confianza o desconoces el contexto, lo que
te hace sentir vulnerable a ser juzgado o expuesto
negativamente.

“Exponer en reuniones de la oficina me hacía


sudar y tener miedo que la gente se diera cuenta
que estaba sudando, incluso la noche anterior no
la pasaba bien de solo pensar en lo que pasaría
en esa reunión”
Juan Pérez, 29 años

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y vive sin miedo

Descalificación

Situaciones en las que percibes que las personas o


los contextos te descalifican de alguna manera, lo
que te hace vivir cierto menosprecio y afectar tu
autoestima.

“Mi novio me trataba como si fuera una bestia


inculta, descalificaba todo lo que yo decía, no
solo con sus gestos, sino también con sus burlas,
no sé porque me mantuve allí tanto tiempo; sin
embargo, lo duro de esto, es que eso me pasa
con todas mis parejas y sólo hasta hace poco,
con ayuda de ustedes, pude descubrir que no
eran ellos, sino mi sensibilidad a sentirme así
todo el tiempo”.

Manuela, 32 años

Indiferencia

Casos en los que las personas o los contextos te


ignoran o no prestan la atención que crees merecer,
lo que afecta tu sentido de valía y autoestima.

“Era increíble, pero hacia lo que fuera con tal


que la gente no me ignorara, creo que ese dolor
del desamor, me hacía muy sensible a vivir la
indiferencia como algo horrible. Me daba ira que
no respondieran mis mensajes de inmediato, no
se dieran cuenta de si estaba estrenando ropa
o contestaran una llamada si estaban conmigo.
Qué difícil era. Gracias por todo.”

Paola, 33 años

40 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Coerción

Circunstancias en las que te sientes obligada o


presionado a adaptarte y cumplir con ciertas normas
o parámetros, lo que puede hacerte sentir limitado o
controlada.

“Odiaba que me dijeran cómo vestirme, cómo


hacer las cosas, como comer o a dónde ir. Creo
que mi novia controladora sufrió mucho con mis
reacciones. La mezcla de personalidades era un
desastre realmente. Aprendimos mucho, aunque
no pudimos continuar juntos.”

Camilo, 44 años

Subestimación

Situaciones en las que te sientes subestimada o


considerada inferior, lo que te hace sentir que no
puedan percibir tu valor.

“Era la menor de mis hermanos y me costó


mucho trabajo que me dieran un lugar en la
empresa de mi familia, creo que ahí nació mi
dolor del desamor que vi en el test; sólo hasta
que murió mi padre y mis hermanos vieron los
éxitos que tuve en otro lado, pude tener el lugar
que me merecía. Los odie años por eso”.

Patricia, 49 años

www.sistemadi.com 41
y vive sin miedo

Traición

Escenarios en los que percibes que las personas


pueden engañarte o lastimarte, lo que activa
un sistema de alerta ante posibles engaños o
aprovechamientos por parte de otros.

“Creo que mi dolor del desprecio me hacía


vivir hiperalerta buscando posibles traidores
en mi empresa, creer que todo el mundo
quería aprovecharse de mí y sacar alguna
tajada. Creo que herí a varias personas con mis
desconfianzas”.

Manuel, 50 años

Estas amenazas pueden variar en su intensidad y


efecto dependiendo de la sensibilidad personal de
cada individuo a los miedos mencionados. La forma
en que cada persona reacciona a estas amenazas
se relaciona con la magnitud de su dolor y sus
estrategias de afrontamiento.

Una amenaza real o imaginaria tiene el poder de


activar varios de los cuatro dolores, pero al mismo
tiempo, varios dolores pueden hacerte más sensible
a que experimentes como amenazante algo que
suceda o la actitud de alguien en particular. Cuando
se presentan dichas amenazas o cuando fruto de tu
sensibilidad las percibes, el malestar psicológico o el
estrés que vives, te presiona a que hagas algo para
huir de lo que lo genera o luchar contra ello para
eliminarlo. Es allí en donde surgen las estrategias de
afrontamiento.

42 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Las estrategias
fallidas para lidiar
con el miedo
y vive sin miedo

44 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Algunos problemas en la vida resultan ser
intentos fallidos de solucionar algo, y, de manera
sorprendente, las soluciones a menudo terminan
siendo más perjudiciales que el problema original.
Es decir, puede que el consumo de alcohol parezca
un problema, pero ¿y si este no fuera en realidad el
problema, sino una torpe solución para enfrentar la
timidez, que se ha vuelto más grave que la timidez
misma? ¿Y si tratar de agradar a todos no fuera el
problema real, sino una forma arcaica de lidiar con
la horrible sensación de abandono que experimento?
¿Y si llamar la atención constantemente no fuera el
problema central, sino un intento desesperado de ser
reconocido?

Las respuestas a estas amenazas a menudo se


vuelven automáticas; reaccionamos ante cosas
que nos causan estrés, ya sea que estas amenazas
provengan del exterior o del interior, generándonos
malestar y desafiando nuestras capacidades. Estas
respuestas se convierten en estrategias que nos
ayudan a lidiar con situaciones difíciles.

www.sistemadi.com 45
y vive sin miedo

El propósito de estas estrategias es proteger nuestra


conciencia de sentimientos abrumadores, y funcionan
a menudo de manera automática o incluso consciente.
Sin embargo, estas estrategias pueden contribuir al
mantenimiento de círculos viciosos y al agravamiento
de los problemas que inicialmente queríamos evitar.
Por ejemplo, algunas personas sienten que otros los
burlarán, por lo que evitan situaciones de evaluación.
O creen que pueden ser abandonados por quienes
los cuidan, por lo que buscan constantemente
aprobación. Otros se sienten amenazados por la
posibilidad de cometer errores y pasan sus vidas
intentando ser perfectos. En resumen, todos buscan
protegerse, pero a menudo terminan generando o
empeorando lo que inicialmente querían evitar.

Esta dinámica se puede ilustrar de la siguiente


manera: algunas personas temen que los demás
se burlen de ellos, por lo que evitan situaciones de
evaluación. Otros creen que pueden ser abandonados
por aquellos a quienes cuidan o protegen, y, por
lo tanto, buscan constantemente la aprobación.
Algunos se sienten amenazados por la posibilidad de
cometer errores o fracasar, lo que los lleva a pasar
sus vidas evitando estas sensaciones y esforzándose
por ser perfectos. En resumen, cada individuo
busca protegerse a sí mismo, pero al final, terminan
generando o empeorando precisamente aquello de
lo que intentaban escapar. Aquellos que buscan
desesperadamente la aprobación pueden terminar
siendo abandonados debido a su comportamiento
insostenible. Los que evitan cometer errores gastan
una gran cantidad de tiempo y energía en esta
evasión y, paradójicamente, cometen más errores.
Y aquellos que intentan evitar ser objeto de burla o
ridículo a menudo se vuelven tensos y generan risas.

46 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Por ejemplo, el propósito de la estrategia de la
dependencia es protegerse del malestar que surge
cuando se enfrentan a situaciones que amenazan
con rechazo o conflicto. Para lograr esto, recurren
a la búsqueda de aprobación y a la victimización o
automaltrato público como mecanismos destinados
a prevenir la aparición del malestar o a eliminarlo
si ya está presente. La búsqueda de aprobación se
manifiesta de diversas maneras, como mostrar una
sonrisa nerviosa para reducir la agresión de los
demás, pedir perdón incluso sin haber hecho nada
malo, cargar con deudas de favores no solicitados,
reforzar el afecto de manera exagerada o llevar a
cabo cualquier otra acción encaminada a evitar la
posibilidad de sentir su vulnerabilidad particular.
En última instancia, estas estrategias buscan evitar
enfrentar el dolor que experimentarían en caso de
experimentar rechazo o conflicto.

Les cuento esto con una historia reciente: Ana María


sacó en nuestra evaluación en www.sistemadi.
com un puntaje alto en el dolor del rechazo, lo que
indicaba que tenía mucho miedo a la desaprobación
y al mismo tiempo a que pudiese hacer el ridículo
en público; cuando fuimos a revisar sus amenazas,
encontramos que sus puntajes altos eran la
desaprobación y la exposición social, lo que implicaba
que estar en contextos en donde fuese muy visible,
aumentaba el riesgo de ser burlada y que su peor
miedo “el rechazo” se hiciera realidad; así mismo, la
presencia de personas fuertes la intimidaban, pues
los percibía como leones que podrían desaprobarla.
Entonces el asunto era claro, su estrés y malestar
estaban explicados; sin embargo, lo más interesante
surgió cuando fuimos a ver sus puntajes en el área de
estrategias, ahi encontramos que tenía dos puntajes
altos: Dependencia o búsqueda de aprobación, y

www.sistemadi.com 47
y vive sin miedo

evitación de contextos de evaluación, lo que quería


decir que cuando Ana María sentía alguna de sus
amenazas, inmediatamente evitaba todo aquello que
las generaba, y cuando no podía hacerlo, se dedicaba
a buscar aprobación para tratar de disminuir el riesgo
de que ese miedo al rechazo que le había salido, se
volviese una realidad.

Así es que aparentemente, pareciera que las


estrategias son buenas ¿verdad?, pues bien, no suelen
serlo realmente, excepto honrosas excepciones.

¿Qué son las estrategias?

Las estrategias de afrontamiento son reacciones que


pueden ser completamente adaptativas y servir para
la supervivencia de la especie. No obstante, tenemos
la capacidad de abordar nuestra existencia de una
manera consciente y proactiva. No se trata solo de
defendernos contra el malestar que la vida puede
generar, sino de aprovechar esa tensión para crear
algo constructivo. Así como alguien puede correr
para escapar de sus miedos, también puede correr
en búsqueda de lo que ama. La elección del propósito
que nos guía en la vida depende de nosotros.

En el caso de Ana María, podemos estar huyendo de


la posibilidad de ser abandonados o desaprobados,
tratando de evitar la sensación de rechazo. Pero
también podemos estar enfocándonos en hacer cosas
que son valiosas tanto para nosotros como para el
mundo, sin que estas acciones estén motivadas por
el miedo a la desaprobación o al abandono. Esa es
la tarea de ella, transformarse para que siga siendo
una mujer bondadosa, generosa y amable, pero no
por el miedo al rechazo que la empuja a la búsqueda

48 Efrén Martínez Ortiz Phd.


de aprobación, sino por lo valioso que es vivir esos
valores.

Cuando las estrategias de afrontamiento se


desarrollan de manera saludable, llevamos a cabo
nuestras acciones con armonía, soltura y flexibilidad,
adaptando nuestras respuestas según las demandas
de cada situación. Mantenemos nuestra integridad y
coherencia a lo largo de estas acciones. Sin embargo,
cuando estas estrategias se desarrollan de manera
insana, pueden limitar la libertad de la persona.
En este caso, podemos ser amables, generosos y
bondadosos, no por elección consciente, sino para
evitar el conflicto y obtener la aprobación de los
demás.

Las estrategias de afrontamiento forman parte de


nuestra personalidad. Cuando la personalidad se
vuelve rígida e inauténtica, estas estrategias no
pueden adaptarse a las demandas cambiantes de la
vida, lo que puede empeorar las cosas. Si nuestra
respuesta ante ciertas amenazas siempre es la misma,
entonces estamos atrapados en un patrón que podría
llevar a resultados no deseados, lo que recuerda al
antiguo dicho atribuido a Einstein: “Locura es seguir
haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”.

¿De dónde viene ello?

Al explorar nuestra personalidad, es común


desglosarla en dos elementos fundamentales: el
temperamento y el carácter. El temperamento
como ya vimos, se basa en las cualidades innatas
heredadas, que son biológicamente arraigadas y
abarcan rasgos como la inhibición o la compulsividad,
siendo constantes a lo largo de la vida. Por otro

www.sistemadi.com 49
y vive sin miedo

lado, el carácter se desarrolla con el tiempo a través


de experiencias y vivencias personales, forjando
nuestra personalidad en función de la historia de vida
y las interacciones sociales. Aunque ambos factores
influyen en nuestra personalidad, conservamos la
capacidad de cambiar patrones de comportamiento
no solo perjudiciales para nosotros mismos, sino
también para los demás. La libertad de elección nos
permite reflexionar, conocernos y modificar nuestro
carácter, lo que nos brinda la oportunidad de crecer,
evolucionar y establecer una relación más saludable
con nosotros mismos y el mundo circundante,
fusionando características innatas y adquiridas para
moldear una personalidad auténtica.

“Siempre tenía miedo de ser desaprobada,


me daba muy duro la sola posibilidad de no
agradarle a los demás, me fui convirtiendo
poco a poco en una compradora del cariño de
los otros, les hacía favores que no me pedían,
les pedía perdón de cosas que no había hecho,
postergaba conversaciones difíciles, resaltaba
solo lo bueno de ellos y hasta sonreía cuando
no quería hacerlo; no tenía la más mínima idea
de cómo ponerle límites a los demás…permití
muchas cosas que no debí, hasta que me cansé,
decidí enfrentar mis miedos y entender que la
primera que debía aprobarse a sí misma era yo”.

Mónica, 31 años.

En el ejemplo anterior, Mónica pudo hacerle frente a


su temperamento y su carácter. Decidió cambiar la
historia.

En la inautenticidad, empleamos estrategias


destinadas a resguardarnos de la angustia y el

50 Efrén Martínez Ortiz Phd.


malestar que surgen al sentirnos amenazados. Estas
estrategias son creadas para eliminar el malestar
percibido cuando se enfrenta una amenaza real o
incluso ante la mera posibilidad de su presencia.
Frente a estas amenazas, como la preocupación
por ser ineficientes, exponernos socialmente, sufrir
la descalificación o experimentar la indiferencia,
los seres humanos tenemos diferentes respuestas.
Algunos optan por huir, evadir o reducir la probabilidad
de ser “heridos” mediante estrategias como buscar
aprobación para obtener la aceptación de los demás
o tratar de pasar desapercibidos para evitar la
burla. Otros, por otro lado, optan por confrontar,
luchar o intentar eliminar lo que podría causarles
daño, como controlar a las personas, descalificar a
otros para sentirse superiores o esforzarse en hacer
todo perfectamente, buscando constantemente la
validación de su valía. Estas estrategias, aunque
variadas, son empleadas en un esfuerzo por mantener
un sentido de seguridad y control, a pesar de que a
menudo perpetúan el malestar que intentan evitar.

A modo de ejemplo, si percibes que existe la


posibilidad de que otros te desaprueben si no
cedes a sus deseos o te abandonen si expresas
tus incomodidades, entonces te encontrarás
consumiendo una cantidad significativa de energía
preocupándote constantemente por las opiniones
de los demás y esforzándote por evitar que estas
situaciones se materialicen. Por otro lado, si no te
ves a ti mismo como alguien capaz de sobrevivir a la
adversidad, podrías emplear tus esfuerzos en eliminar
el malestar asociado con el temor al abandono,
ya sea comprando afecto o buscando aprobación
constante. También es posible que te hayas vuelto
tan riguroso contigo mismo que consideras que
cualquier error te despoja de tu valía, lo que lleva

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y vive sin miedo

a que inviertas tu salud y vitalidad en evitar ser


percibido como vulnerable. En otros casos, podrías
embarcarte en una lucha constante por transformar
tu entorno, ya sea en el hogar o en el trabajo, en un
lugar donde no se tolera el error o el fracaso bajo
ninguna circunstancia. Estas conductas ilustran cómo
las estrategias se despliegan para evitar el malestar
y cómo cada individuo las adapta de manera única
en su búsqueda de una sensación de seguridad y
control.

Es fundamental comprender que no debemos


culparnos por estas estrategias, ya que, en realidad,
estamos buscando protegernos y cuidarnos, y no
hay mala intención detrás de ello. Sin embargo,
es importante reconocer que estas formas de
autoprotección suelen resultar ineficaces y,
paradójicamente, pueden causarnos más daño en
lugar de brindarnos seguridad. De hecho, cuanto más
tratamos de evitar el sufrimiento, más tendemos a
perpetuarlo. La angustia es una parte inherente de
la vida y no desaparecerá por completo. La buena
noticia es que existen enfoques constructivos para
aprovecharla y enfrentarla de manera efectiva.

¿Cómo se desarrollan las estrategias?

El desarrollo de las estrategias sigue un curso


específico que puede dividirse en varias fases:

1. Primera vez: En esta etapa, surge una


estrategia como una respuesta aislada frente
a una situación particular. En este momento,
la estrategia parece funcionar de manera
efectiva, y esto crea una sensación de alivio.
Ejemplos de esto podrían ser tomar un

52 Efrén Martínez Ortiz Phd.


tranquilizante durante un vuelo turbulento,
comer una gran cantidad de chocolate
después de una ruptura, decir lo que otros
quieren escuchar para agradar, o evitar una
reunión incómoda.

2. Fase de repetición: Una vez que se


descubre una estrategia efectiva, se tiende
a repetirla. En lugar de ser una solución
ocasional, la estrategia se convierte en una
respuesta recurrente a situaciones similares.
Siguiendo con los ejemplos anteriores, esto
puede manifestarse en llevar tranquilizantes
en cada vuelo, comprar chocolate siempre
que se siente solo, tratar de adaptarse
a las expectativas de otros en todas las
interacciones sociales, o cancelar asistencias
a eventos incómodos.

3. Fase de generalizaciónn: En esta etapa,


las estrategias se generalizan y se aplican
a una amplia gama de situaciones, incluso
si la amenaza es percibida como irreal. La
capacidad de lidiar con situaciones incómodas
disminuye, lo que lleva a experimentar
más malestar al enfrentar las amenazas
y a una mayor presión para recurrir a las
estrategias. Siguiendo con los ejemplos,
esto se traduce en utilizar tranquilizantes
siempre que no se tiene el control en una
situación, buscar aprobación y evitar el
conflicto constantemente, y recluirse en
lugar de enfrentar situaciones desafiantes.

4. Fase de la personalidad: Finalmente,


las estrategias se incorporan tanto en la
vida de la persona que llegan a definir su
forma de ser. La eliminación del malestar

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y vive sin miedo

momentáneo y el placer a corto plazo que


brindan las estrategias contribuyen a la
construcción continua de la biografía de la
persona. Las estrategias se convierten en un
rasgo integral de su personalidad y se aplican
en casi todas las situaciones y con cualquier
persona, llegando al punto en el que la
persona se identifica con sus estrategias.

Primera vez Repetición Generalización Personalidad

“Aprendí muy pequeña que debía ser la niña


buena y la que todos debían querer, la que
no hacía sentir mal a nadie y debía ponerse
siempre en segundo lugar, creo que me influyo
mucho mi mamá y por supuesto la sensación de
abandono de mi padre. En la universidad sí que
tuve problemas por tratar de agradar, dejé que
mucha gente se sobrepasara conmigo. Siempre
estaba dispuesta para todos, pero todos no
estaban dispuestos para mí”.

Paula, 45 años

Las estrategias surgen como respuestas a situaciones


específicas, pero con el tiempo, se vuelven parte
de nuestra identidad, y a menudo nos generan
problemas en lugar de aliviar el malestar. Hace
más de una década salió uno de mis libros más
importantes para los psicólogos y psiquiatras que
aprecian el fascinante mundo de la personalidad,
la editorial Manual Moderno lo público bajo el título
“Los modos de ser inauténticos”, en él, parte de
mi esfuerzo estuvo en mostrar como muchas de
nuestras estrategias son tan sólo los aspectos

54 Efrén Martínez Ortiz Phd.


observables de la personalidad o lo que en contextos
no clínicos, suelen llamar perfiles comportamentales
que a veces son guiados por valores, pero en muchas
oportunidades son meras conductas de huida o lucha
contra el malestar que se disfrazan de valiosas y que
incluso arrojan buenos resultados económicos, pero
que interpersonalmente traen serios problemas.

Huyendo contra el malestar

Ante la presencia de malestar, experimentamos una


compulsión para evitar su fuente, ya sea reduciendo
explícitamente lo que percibimos como una amenaza,
tratando de alterar las circunstancias que aumentan
la probabilidad de malestar, o incluso sumergiéndonos
en actividades que sirven como escape de quienes o
lo que consideramos amenazante. Estas estrategias
para eludir o prevenir el malestar asociado con
ciertas amenazas pueden incluir acciones como evitar
contextos de evaluación, consumir alcohol, evitar
conversaciones difíciles e incluso desconectarnos
emocionalmente.

Luchando contra el malestar

Así como algunos huyen de las amenazas que


generan malestar, otros luchan contra ellas tratando
de eliminarlas, ya sea obligando al mundo a que
se comporte distinto para que no sea amenazante,
tratando de alterar las circunstancias que aumentan
la probabilidad de malestar o literalmente tratando
de eliminar las conductas de otros que consideramos
amenazante. Estas estratégias para luchar o
prevenir el malestar asociado con ciertas amenazas
pueden incluir acciones como seducir a otros para

www.sistemadi.com 55
y vive sin miedo

que siempre estén pendientes de ti, descalificarlos e


hiper supervisarlos para obligarlos a ser eficientes,
controlarlos para que no se equivoquen e incluso
agredirlos para que te den el trato que se supone
que mereces.

Cuando la profecía se cumple

Cuando nuestras estrategias entran en juego,


a menudo, cumplen una especie de profecía
autocumplida. En un esfuerzo por escapar del malestar,
intentamos eliminarlo, pero paradójicamente,
nuestras acciones perpetúan y agravan precisamente
aquello que queríamos evitar. Por ejemplo, alguien
puede temer la desaprobación y en su búsqueda de
aprobación, puede volverse tan asfixiante para los
demás que estos se alejan o rechazan su intensidad,
volviendo realidad lo que más temía. De esta misma
forma, es posible que alguien que quiera evitar la
amenaza de la ineficiencia para prevenir que el miedo
de la insuficiencia aparezca, se convierta en alguien
obsesivo controlador, pero de tanto controlar y sobre
esforzarse, termine enfermándose y no pudiendo
cumplir con sus compromisos, lo que genera y
refuerza lo que más temía.

Esto crea un ciclo dañino en el que las estrategias


para evitar el malestar finalmente lo materializan,
resultando en más estrés, dificultades en las
relaciones interpersonales y aumento de los dolores
o miedos que quería evitar.

56 Efrén Martínez Ortiz Phd.


El daño interpersonal
de las estrategias que usamos

El impacto de estas estrategias se extiende más allá


de la persona que las utiliza, afectando también a
quienes están cerca. Al buscar constantemente la
aprobación y evitar enfrentar temas difíciles, estas
acciones pueden generar sentimientos de rabia y una
sensación de inseguridad en los demás. El daño que
causan se expande a niveles interpersonales, y sus
consecuencias son más amplias de lo que parecen a
simple vista.

Mi miedo al desamor me hace muy sensible a la


indiferencia, la cual me genera tanto malestar, que
utilizo la estrategia histriónica de llamar la atención y
la estrategia narcisista de descalificar, para obligar al
otro a que me preste atención, pero el otro exhausto
de tanto reclamo y cansado de tanta descalificación,
me ignora más, se aleja y ya no me ama. Terminamos
volviendo realidad nuestros miedos y afectando a la
gente que nos ama, a la que trabaja con nosotros e
incluso a nuestros amigos.

Mi miedo a la insuficiencia me hace muy sensible


a la ineficiencia, la cual me genera tanto malestar,
que utilizo la estrategia obsesiva del control para
lograr que mis hijos no cometan errores, hagan lo
que deben hacer y sean suficientes; el problema es
que los controlo tanto y les recuerdo tanto lo que
deben hacer, que ellos se despreocupan de las cosas,
pues tienen a alguien que lo haga por ellos, así es
que pasan los años y los niños crecen sin desarrollar
ciertas habilidades, haciendo su vida un fracaso y
reforzando… ¡que no fui suficiente como madre! mi
peor miedo.

www.sistemadi.com 57
y vive sin miedo

Debo confesarles que mi interés central cuando cree


www.sistemadi.com con su método de evaluación
y la plataforma de manuales, videos e instructivos
para superar los dolores, amenazas y estrategias, era
este. La verdad es que nos afectamos mutuamente,
afectamos sin querer a nuestros hijos, a nuestras
parejas, a nuestros empleados y a nosotros mismos,
y a veces no nos damos ni cuenta de ello, pero,
además, cuando logramos verlo, no siempre es una
mirada objetiva, y casi nunca, tienes herramientas
para resolverlo.

¡Las estrategias no siempre son malas,


a veces son solo torpes!

El uso de estrategias no refleja una intención


maliciosa de hacernos daño o herir a otros;
generalmente, estas estrategias surgen de manera
inesperada y nos sorprenden por su efectividad. Es
natural querer protegernos cuando percibimos una
amenaza, ya sea real o no. Sin embargo, a veces,
las estrategias que empleamos para resguardarnos
pueden ser toscas y, paradójicamente, causar más
daño que bien. Por ejemplo, algunas personas,
extremadamente sensibles al ridículo, optan por pasar
desapercibidas o recurren al alcohol para mitigar su
sensibilidad. Otros, por temor a cometer errores,
se vuelven perfeccionistas y agotan sus esfuerzos
para evitarlos, mientras que algunos, ansiosos por
no ser abandonados, sacrifican su propia identidad
en busca de aprobación. Estas formas de cuidado
pueden llevar al descuido y convertirse en remedios
que empeoran la enfermedad en lugar de sanarla.

58 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Las estrategias de nuestro sistema de desarrollo de
la personalidad

En nuestra plataforma, es factible explorar


detenidamente todas nuestras estrategias,
mediante una evaluación precisa, objetiva y seria.
No obstante, reconocemos que en ocasiones puede
ser desafiante acceder a esta información, ya que
indagar profundamente en uno mismo requiere
cierto coraje. Por lo tanto, te proporciono aquí un
resumen conciso de las estrategias principales que
empleamos para enfrentar el malestar. A pesar de
que estas estrategias pueden brindar alivio a corto
plazo, es importante recordar que, a largo plazo,
pueden causar daño tanto a nosotros como a las
personas a quienes más apreciamos.

Obsesividad (Control obsesivo)

Ejercen control sobre su mundo interno al esforzarse


por mantener ciertas emociones bajo su dominio o
influir en su entorno externo. Buscan mediante el
uso de cálculos, análisis y la ejecución de acciones,
mejorar aspectos que perciben como amenazantes,
como el tiempo, procesos, procedimientos, formas,
personas u otras variables que puedan representar un
riesgo para su vulnerabilidad personal. La corrección
y juicio a otros para disminuir la ineficiencia, así como
recurrir a la postergación de ciertos compromisos
donde existe el temor a cometer errores, junto con
la utilización de listas de verificación, suelen ser sus
características. Recurren a la corroboración constante
de procesos o procedimientos, el autocastigo y tomar
cualquier medida dirigida a controlar la posibilidad
de enfrentar su vulnerabilidad.

www.sistemadi.com 59
y vive sin miedo

“Sentía que sin no corregía todo, las cosas no


saldrían bien y eso afectaría mi imagen, decía
que era por el bien de otros, pero la mayoría de
las veces era para que no afectara mi imagen
del bueno o el eficaz”.

Carlos, 38 años

Narcisismo (Descalificación)

Se convierte en una forma de lucha contra


aquellos individuos que amenazan su autoestima,
manifestándose principalmente a través de
la descalificación en sus diversas formas. Las
estrategias de descalificación varían y pueden incluir
actitudes prepotentes, posturas de superioridad,
humillaciones y desafíos, agresiones en busca de
reconocimiento especial, la exhibición ostentosa
de marcas o riquezas, la creación de distancias
emocionales y cualquier otra acción dirigida a reducir
la probabilidad de enfrentar su propia vulnerabilidad.

“Le hacía entender a los demás que debían


tratarme com respeto porque yo no era como
ellos, me sentía superior y los intimidaba cuando
intentaban ponerse a mi nivel, los obligaba a
que me admiraran…como si eso fuera posible.”

Fernando, 44 años

Dependencia (Búsqueda de aprobación)

Esta estrategia se observa en personas que buscan


evitar el malestar causado por experiencias de rechazo
o conflicto. Su enfoque se centra en la búsqueda

60 Efrén Martínez Ortiz Phd.


de aprobación y la expresión de victimización para
prevenir o eliminar dicho malestar. Las estrategias de
búsqueda de aprobación varían y pueden involucrar
comportamientos como una sonrisa nerviosa para
reducir la hostilidad de otros, pedir disculpas sin
motivo aparente, asumir compromisos no solicitados,
buscar constantemente confirmación de afecto y
otras acciones destinadas a evitar enfrentar su
vulnerabilidad personal.

“Trataba siempre de agradar, de hacer bien,


de que me amaran y nadie tuviese nada malo
que decir de mí, decía que si hasta cuando no
quería con tal de evitar cualquier conflicto, no
me pasaba con todo el mundo, pero en general
con mis parejas y jefes.”

Jaqueline, 35 años

Evitación social

Este patrón se encuentra en personas que buscan


evitar el malestar al enfrentar situaciones o
individuos que podrían hacerlos sentir avergonzados
o incómodos. Lo hacen evitando activamente
estos escenarios o retirándose y manteniendo el
silencio para no exponerse. La evitación social
adopta diversas estrategias particulares, como dar
constantes excusas para evitar eventos sociales,
desaparecer sin despedirse, hablar en voz baja u
otros métodos para pasar desapercibidos, o incluso
evitar actividades sociales grupales que impliquen
una gran exposición. Algunas personas pueden ser
más fantasiosas y se sienten capaces de enfrentar
tales situaciones en su imaginación, pero no siempre
lo hacen en la vida real.

www.sistemadi.com 61
y vive sin miedo

“Mi arte era no hacerme notar, pues si pasaba


desapercibida, podría correr menos riesgos. En
realidad, la exposición social me aterrorizaba
y desde muy niña aprendí que callada me veía
mejor. Debí decir muchas cosas”.

Johanna, 31 años

Histrionismo (Llamar la atención)

Este patrón se observa en personas que tratan de


evitar o prevenir el malestar utilizando el drama
o la expresión exagerada de sus emociones o
experiencias. Buscan ser el centro de atención, ocupar
un lugar destacado o acaparar la atención de los
demás, a menudo generando señales ambivalentes
y confusas, así como expresando de manera muy
detallada lo que intentan comunicar. El histrionismo
involucra diversas estrategias específicas, como
seducción o coqueteo ambivalente, uso de mentiras,
exageraciones, vestimenta llamativa u otras acciones
destinadas a atraer la atención y evitar vivir su
vulnerabilidad particular.

“Debo aceptar que ser coqueta me trajo muchas


cosas buenas, pero también me metió en los
peores problemas de mi vida. Se me convirtió
en una especie de adicción en donde era capaz
de hacer cualquier cosa con tal de llamar la
atención. Pagué precios altos y dañé a varias
buenas personas en su corazón”.

Michelle, 34 años

62 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Paranoia (Desconfianza)

Este patrón se manifiesta en personas que buscan


evitar o prevenir el malestar de ser traicionados
ocultando ciertos aspectos de sí mismos.
Constantemente buscan pruebas para evaluar la
confiabilidad de las personas, mantienen dudas
sobre las intenciones de los demás y están alerta
para asegurarse de que nadie pueda aprovecharse
de ellos. Las estrategias de desconfianza abarcan
diversas tácticas, como revelar verdades a medias
o con mentiras, entablar diálogos perspicaces,
distanciarse o alejarse hasta estar seguros, entre
otras acciones orientadas a controlar la posibilidad
de vivir su vulnerabilidad particular.

“Era un investigador privado de lujo, nadie lo sabía,


pero estaba pendiente de cada detalle que pudiese
garantizarme confirmar que sería traicionado.
Tanta desconfianza genera desconfianza. La
paranoia es una trampa salvaje.”

Santiago, 40 años

Antisocialidad (Transgresión)

Se observa en personas que buscan evitar o prevenir


el malestar de sentirse coartadas en su libertad.
Suelen saltarse normas y límites, realizando acciones
que pueden rozar la ilegalidad o ser éticamente
cuestionables. Las estrategias de transgresión
abarcan diversas tácticas, como intimidar a otros,
buscar actividades que generen adrenalina, desafiar
ciertas formas de autoridad, o cualquier otra
acción dirigida a controlar la posibilidad de vivir su
vulnerabilidad particular.

www.sistemadi.com 63
y vive sin miedo

“Sabía que mi dolor era el desprecio y que mi


amenaza era la coerción, lo que no podía aun
manejar era esta estrategia de andar obteniendo
libertad a punta de romper los parámetros, las
reglas y los acuerdos. Un rebelde sin causa la
verdad.”

Pablo, 28 años

RESUMIENDO

Según mi Percibo Utilizo


vulnerabilidad amenazas estrategias

Aparición de
problemas a Alivio
largo plazo momentáneo

64 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Comprender
el cambio y hacerlo
y vive sin miedo

66 Efrén Martínez Ortiz Phd.


El ser humano no está constantemente centrado
en aliviar su malestar; más bien, lo que caracteriza
lo legítimamente humano es la búsqueda de la
trascendencia y la aspiración a vivir una vida con
significado. Esto implica restablecer o redirigir cierto
grado de tensión fundamental para vivir, creando
un equilibrio entre lo que somos en el presente y la
mejor versión de nosotros mismos.

Bajo esta perspectiva, es importante reconocer que


una persona que muestra amabilidad, generosidad,
cercanía y bondad no necesariamente es dependiente.
Su comportamiento puede ser una manifestación
auténtica de sus valores y su búsqueda de sentido en
las relaciones. La clave está en la intención detrás de
estas acciones. Algunas personas pueden actuar de
esta manera buscando la aprobación de los demás,
lo que podría ser una estrategia de dependencia.
Por otro lado, ser amable y generoso puede ser un
acto legítimo cuando se basa en valores genuinos. Es
decir, el motivo que impulsa las acciones es lo que
marca la diferencia: ¿se trata de huir del malestar o
de actuar guiado por valores y autenticidad? Como

www.sistemadi.com 67
y vive sin miedo

Viktor Frankl señalaba, llorar al cortar una cebolla no


es una razón para llorar, sino una causa. Del mismo
modo, ser amable y generoso puede ser un acto
genuino o una fachada para obtener aprobación, y la
diferencia radica en la intención subyacente.

Cuando la personalidad ha tenido un desarrollo


saludable, la persona es capaz de abordar la realidad
de manera amplia y auténtica. En este enfoque de
vida genuino, se desarrollan y aplican estrategias
que no buscan simplemente aliviar malestares
momentáneos, sino que permiten a la persona
moverse desde un lugar de valor y crecimiento. En
la autenticidad, se pueden emplear estrategias que
aprovechan las amenazas como oportunidades para
trascenderse y evolucionar.

Cuando liberamos nuestras estrategias dependientes


y comenzamos a vivir la vida desde un lugar de
autenticidad y valores, descubrimos que nuestra
personalidad tiene el potencial de desarrollar
cualidades y habilidades maravillosas. Ya no lo
hacemos para escapar del miedo, sino como una
forma de vivir con propósito, disfrutar la vida y
contribuir de manera positiva a nuestras relaciones y
al mundo en general.

El proceso del cambio

Adoptar estratégias más saludables y auténticas


implica enfrentar cierto malestar y angustia, ya
que el cambio nos lleva a terrenos desconocidos
donde no siempre tenemos control absoluto.
Para lograr este cambio, necesitamos una fuerte
y constante motivación que nos atraiga hacia un
camino desafiante que implica renunciar a la imagen

68 Efrén Martínez Ortiz Phd.


que hemos construido de nosotros mismos y cómo
eso afecta nuestras relaciones con los demás. Sin
embargo, el esfuerzo vale la pena.

Sufrimiento necesario vs
sufrimiento innecesario

El sufrimiento persiste hasta que lo aceptas. A


menudo nos enseñan a evitar el sufrimiento a toda
costa, pero aquí está la paradoja: el sufrimiento
debe evitarse cuando es posible, pero también hay
sufrimientos ineludibles que forman parte de la vida
misma. Viktor Frankl distinguía entre el sufrimiento
necesario y el sufrimiento innecesario. El primero se
relaciona con el dolor que experimentamos al hacer
algo que vale la pena, como superar una adicción o
atravesar un divorcio. A veces, ver y aceptar ciertas
realidades puede ser doloroso, pero vale la pena.
Esto es lo que llamamos sufrimiento necesario. En el
caso de la dependencia, dejar de buscar aprobación
y aprender a establecer límites puede implicar cierto
sufrimiento necesario, ya que desafía la tentación de
lidiar con el malestar de formas antiguas. Por otro
lado, está el sufrimiento innecesario, que persiste
cuando tratamos de evitarlo. Esto ocurre cuando
seguimos controlando a pesar de las consecuencias
negativas que ello conlleva.

El proceso de cambio nos plantea una disyuntiva:


cambiar implica sufrir, pero quedarnos igual también
significa sufrir. En esta encrucijada, debemos elegir
un sufrimiento con dignidad, uno que tenga la
posibilidad de darle sentido a nuestras vidas. Evitar
lo que necesita ser cambiado ya no es una opción
sostenible, ya que esa evasión suele mantener e
incluso agravar el sufrimiento.

www.sistemadi.com 69
y vive sin miedo

El cambio implica confrontar nuestros miedos y


aceptar el malestar que estos generan, sin buscar
escapar de ellos ni luchar en su contra.

RESUMIENDO

Miedos y Estrategias
Vulnerabilidad
amenazas nivel

Aparición de problemas Alivio


a largo plazo momentáneo

Estrategias
Proceso
correctas o
de cambio
valores

Trascendencia y
sentido de vida

70 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Sacamos lo mejor
o lo peor de
nuestras parejas
www.sistemadi.com 71
y vive sin miedo

72 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Mi personalidad puede influir en ti, al igual que la
tuya en mí. Las áreas en las que necesito mejorar
o mis vulnerabilidades pueden hacer que ciertas
formas de actuar tuyas me estresen o me molesten
más. Algunas personas serán fáciles de llevarse bien
conmigo, mientras que con otras requeriré un mayor
esfuerzo. Nuestras interacciones tienen un impacto
mutuo, ya sea positivo o negativo. Incluso la apatía
tiene su influencia. No somos indiferentes los unos a
los otros, ya que incluso al pasar de largo, dejamos
una huella en los demás.

Numerosas parejas que han realizado nuestro test de


personalidad en pareja en www.sistemadi.com han
experimentado cómo este proceso les ha ayudado
a desvelar las razones detrásás de ciertos conflictos
y el porqué de la falta de éxito en sus relaciones.
Sólo cuando te conoces a ti mismo y te haces dueño
de quién eres, puedes realmente prosperar en una
relación de pareja.

Cuando limitamos nuestra libertad y no nos


empoderamos, la vida nos cobra un precio. Esto

www.sistemadi.com 73
y vive sin miedo

se traduce en problemas personales y relaciones


interpersonales complicadas. Algunas personas
pueden enfermarse más fácilmente debido a su
sensibilidad, lo que las hace más vulnerables al
estrés. Otras personas, al proyectar su tensión en
los demás, terminan siendo rechazadas y quedando
solas. En resumen, la personalidad inauténtica tiene
sus consecuencias.

Nuestra autenticidad influye en si sacamos lo mejor


o lo peor de nuestras parejas. Aquellos que no han
alcanzado la autenticidad suelen quedar atrapados
en relaciones tóxicas que, aunque puedan durar,
dejan una marca indeleble debido al sufrimiento que
conllevan.

En realidad, no existen personas tóxicas, sino


individuos heridos o susceptibles que desencadenan
ciertas conductas o estrategias cuando se enfrentan
a las fuentes de su aflicción.

Nuestras historias personales pueden originar dolores


que nos hacen más sensibles a la insuficiencia, al
rechazo, al desamor, al desprecio o a todo ello.
Como resultado, desarrollamos filtros que nos hacen
percibir ciertas circunstancias o individuos como
más amenazantes. Esto nos lleva a experimentar
tensión, sufrimiento o angustia. Al intentar lidiar con
estas sensaciones a través de diversas estrategias
de afrontamiento, a menudo impactamos a otros, a
veces causándoles daño o abriendo viejas heridas
que ya tenían cicatrizadas.

Como mencioné en mi libro “Esclavos de la


Personalidad”, en las relaciones de pareja, nuestra
sensibilidad se manifiesta con mayor facilidad. Cuando
abres tu corazón, te vuelves vulnerable, lo que puede

74 Efrén Martínez Ortiz Phd.


hacer que las amenazas activen tu sensibilidad o
resurjan viejas heridas. También puedes optar por
mantener tu corazón cerrado y no involucrarte en
relaciones, pero eso significaría no experimentar
plenamente la vida. En otras palabras, cuando
actuamos desde nuestras heridas o sensibilidades
en las relaciones, recurrimos a estrategias de
afrontamiento que a menudo aumentan las heridas
de los demás. A su vez, ellos utilizarán sus propias
tácticas que intensificarán tus propios dolores.

“Su timidez y su falta de expresión me hacían


sentir no amada. Mi necesidad de su amor
me llevó a expresar reclamos de una manera
que lo presionaba, pero mi enfoque resultó
en críticas y dramas que lo hacían retraerse
aún más, alejándose de mí. En respuesta, me
volvííç agresiva, lo que finalmente lo llenó de
resentimiento y lo llevó a irse de la casa. Me
llevó una década comprender lo que realmente
ocurrió; durante diez años creí que no me amaba
y por eso se fue. En realidad, me amaba, pero
su forma de ser tocaba mis heridas, y yo, a su
vez, afectaba las suyas con mi conducta. Espero
que sea feliz donde quiera que esté.”

Paula, 43 años.

www.sistemadi.com 75
y vive sin miedo

76 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Nuestra
personalidad afecta
en los contextos
laborales5
y vive sin miedo

78 Efrén Martínez Ortiz Phd.


6. Nuestra personalidad afecta
en los contextos laborales51
Nuestra personalidad tiene un efecto significativo
en todas nuestras relaciones, ya sean íntimas o más
distantes. Lidiar con un jefe o colega que tiene una
personalidad complicada puede ser muy desafiante.
Sin embargo, no poder identificar qué aspectos
específicos de su personalidad nos afectan o cómo
contribuimos a que la relación sea tensa hace que
sea difícil abordar y mejorar la situación.

Las organizaciones también poseen una personalidad


distintiva, que a menudo está influenciada por la
personalidad de sus líderes. Algunas organizaciones
son auténticas y operan de acuerdo con su propósito,
guiadas por lo valioso en lugar de impulsadas por el
miedo. Esto crea entornos laborales que fomentan
la conexión con los valores, y a partir de esto, se
establecen relaciones económicas sólidas con sus
clientes internos y externos. Por otro lado, las

5 Este tema apasionante de la personalidad en el contexto laboral, será


abordado en el Vol. 2 de esta trilogía.

www.sistemadi.com 79
y vive sin miedo

organizaciones inauténticas no reflejan su propósito


o carecen de uno, lo que genera un entorno
amenazante donde las personas pasan su tiempo
protegiéndose de sus superiores, colegas, clientes
o compañeros. En tales condiciones, es difícil que
disfruten de su trabajo.

Es indudable que la mayoría de nosotros ha tenido


experiencias laborales complicadas en algún
momento. Puede que hayas tenido la experiencia
de trabajar con un líder narcisista, esas personas
que suelen menospreciar y humillar a otros, que
se atribuyen el mérito de los logros de su equipo
y critican a todos los demás sin asumir sus propios
errores.

Es posible que hayas tenido la experiencia de trabajar


con un jefe perfeccionista. Estos son individuos que
tienden a obsesionarse con detalles minuciosos, como
corregir las tildes de los mensajes de WhatsApp, y
que crean ambientes laborales en los que parece
que las metas nunca se alcanzarán. Suelen percibir
que todo va mal, que el personal no está a la altura
de sus expectativas, y dificultan cualquier intento
de discusión debido a su terquedad. En este tipo de
entornos, es necesario presentar datos avanzados,
sistematizados y resumidos para captar su atención.

En algunas ocasiones, puedes encontrarte con un


jefe que muestra dificultades para tomar decisiones,
le cuesta respaldar a su equipo y parece temer a sus
superiores. Este tipo de líder busca constantemente
la aprobación de sus colegas que percibe como más
influyentes o fuertes en la organización. Esta falta de
liderazgo puede crear un ambiente laboral inestable
y frustrante para el equipo, ya que no se siente
respaldado ni protegido por su jefe.

80 Efrén Martínez Ortiz Phd.


En el ámbito laboral, nuestras características
personales influyen en la dinámica de las relaciones,
pudiendo provocar reacciones tanto positivas como
negativas en quienes nos rodean. Estas interacciones
afectan a nuestros clientes y proveedores, pueden
incrementar el nivel de estrés que experimentamos y
tener un impacto en nuestro desempeño profesional,
incluso ralentizando el avance de nuestra carrera.

“Terminé padeciendo un infarto debido al


elevado nivel de estrés que experimenté. En ese
momento, estaba convencido de que el éxito en
la vida se basaba en el esfuerzo constante. Me
encontraba atrapado en una vorágine de trabajo
abrumador, múltiples llamadas y reuniones
simultáneas, lo que se había convertido en una
especie de adicción. Lamentablemente, descuidé
a mi familia, mis hijos y mi pareja, y esto
finalmente resultó en un divorcio. A pesar de
estar solo, seguí trabajando incansablemente.
Después de este episodio, logré comprender
que mi necesidad de evitar el fracaso y mi deseo
inmenso de obtener reconocimiento eran las
fuerzas impulsoras detrás de mi comportamiento.
No toleraba la idea de cometer errores y, mucho
menos, de ser criticado. Me sumergí en un exceso
de trabajo como una forma de escapar de estas
sensaciones, pero al final, me pasó factura en
términos personales y de salud.”

Camilo, 48 años.

www.sistemadi.com 81
y vive sin miedo

82 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Personality
Change Maker:
Nuestra forma
de ser afecta el
liderazgo y la
profesión
y vive sin miedo

84 Efrén Martínez Ortiz Phd.


En el ámbito terapéutico, la personalidad tiende
a ser un territorio poco explorado y, en muchas
ocasiones, desconocido. Nuestra rutina profesional
se centra más en atender las crisis inmediatas que
en abordar las raíces subyacentes que las causan
o las empeoran. Somos expertos en ayudar a las
personas a superar problemas específicos, como el
insomnio, los ataques de pánico o la depresión. Sin
embargo, rara vez nos adentramos en el estudio
de la personalidad de un individuo que hace que
el estrés le genere insomnio, que tenga temor a
situaciones específicas, lo que lo lleva al pánico, o
que sienta que su vida carece de sentido en lo que
es verdaderamente valioso, lo que puede resultar en
episodios de depresión. En resumen, dedicamos más
tiempo a abordar los síntomas que a comprender la
dinámica de la personalidad que contribuye a esos
síntomas.

www.sistemadi.com 85
y vive sin miedo

En el ámbito del coaching, la situación no difiere


mucho de la terapia. Los coaches proporcionan
herramientas prácticas para abordar cuestiones
laborales, ofrecen pasos claros para llevar a cabo
conversaciones difíciles, guían en las etapas
necesarias para comunicarse con asertividad,
pero rara vez logran que estas habilidades fluyan
de manera natural debido a una transformación
profunda en la personalidad de la persona. Los
aportes tienden a centrarse en lo práctico y en lo
superficial, lo que genera resultados positivos tanto
para los individuos como para las organizaciones.
Sin embargo, en ocasiones, estos logros carecen de
durabilidad o sostenibilidad, especialmente cuando
se enfrentan a situaciones de estrés.

Luego de años de experiencia en la formación de


terapeutas, coaches y facilitadores, he conseguido
crear una metodología que combina la practicidad con
la profundidad. Esta metodología tiene la capacidad
de enriquecer el conocimiento de los profesionales en
el campo del acompañamiento, al añadir un valioso
enfoque en la personalidad humana. Mi objetivo no
es abordar trastornos de la personalidad o problemas
psicológicos, sino más bien promover el desarrollo
de personalidades que puedan tener un impacto
positivo en las personas que las rodean. Esto, a
su vez, contribuye a reducir el riesgo de conflictos
interpersonales, fracasos en relaciones de pareja y,
en última instancia, problemas de salud, tanto física
como mental.

Cuando menciono la importancia de la salud física


y mental, lo hago con total seriedad. Nuestra
forma de ser puede estar directamente relacionada
con el estrés, el cual, a su vez, está asociado con
una serie de problemas de salud, como trastornos

86 Efrén Martínez Ortiz Phd.


gastrointestinales, enfermedades cardiovasculares,
afecciones dermatológicas, bruxismo, fibromialgia,
insomnio, ansiedad, y otras dificultades. Por lo tanto,
trabajar en el desarrollo de la personalidad no solo
mejora nuestras relaciones interpersonales, sino que
también tiene un impacto significativo en nuestra
salud en general.

La certificación “Personality Change Maker” se


ha convertido en una herramienta avanzada para
profesionales interesados en comprender en
profundidad las evaluaciones que abordan los temas
discutidos en este texto, junto con estrategias
prácticas para abordar una gran variedad de
cuestiones. Además, esta certificación brinda
la oportunidad de conocer la personalidad del
profesional, ya que es innegable que la forma de ser
de los profesionales tiene un impacto significativo en
los resultados que obtienen al trabajar con líderes,
pacientes, estudiantes y otras personas con las que
interactúan. En definitiva, esta certificación se ha
convertido en una valiosa herramienta para mejorar
las relaciones y el éxito profesional.

“Aunque era un coach empresarial exitoso, habían


lideres qué lograban ponerme tenso, a veces no
contaba con herramientas novedosas y sólidas,
que no fueran humo o simples reflexiones.
Tenía identificado que ciertos lideres que tenían
perfiles de mucha exigencia, lograban quitarme
un poco la paz y en ocasiones, no prestar el
mismo servicio que cuando me encuentro en mi
centro. Conocer Personality Change Maker, me
llevo a otro nivel”.

Estefanía, 40 años

www.sistemadi.com 87
y vive sin miedo

88 Efrén Martínez Ortiz Phd.


A manera de
conclusión
y vive sin miedo

90 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Este libro es un llamado a la autorreflexión y al
crecimiento personal. Te invita a explorar y trabajar
en ti mismo, a dejar atrás aquellas facetas de
tu personalidad que generan problemas en tus
relaciones, a sanar tus heridas emocionales y a
perdonar a quienes te han lastimado, incluso debido
a su propia falta de autoconocimiento. La meta
es vivir con más libertad, sin la necesidad de ser
perfecto, y encontrar la felicidad. Este texto te
anima a romper patrones y ciclos que aumentan tus
conflictos interpersonales y a liberarte de estrategias
que, aunque puedan brindar alivio a corto plazo,
empeoran las cosas a largo plazo. Sobre todo, te
insta a aumentar tu autoconocimiento, una base
fundamental para una vida plena y satisfactoria.

La personalidad es una entidad compleja que se


origina a partir de la interacción de factores biológicos,
psicológicos, sociales y la dimensión existencial
de la libertad. Nuestro Sistema de Desarrollo de la
Personalidad, disponible en www.sistemadi.com nos

www.sistemadi.com 91
y vive sin miedo

ha enseñado que lo más común es que tengamos una


mezcla de rasgos de personalidad, cada uno con su
sello distintivo. Esto da lugar a identidades particulares
que, aunque compartan ciertos elementos, también
tienen sus propias áreas de vulnerabilidad, amenazas
y estrategias de afrontamiento únicas.

No siempre es una tarea sencilla modificar algunos


aspectos de nuestra personalidad, pero es un camino
que merece cualquier esfuerzo, ya que, como hemos
visto, de ello dependen desarrollos significativos en
la vida.

Una de las fricciones más comunes en el mundo


empresarial es que contratamos personas por sus
capacidades técnicas y luego las despedimos debido
a problemas relacionados con su personalidad.
Asimismo, en las relaciones de pareja, es frecuente
que nos sintamos atraídos por los aspectos positivos
del modo de ser del otro o por su atractivo físico,
pero finalmente terminamos lastimándonos y, en
ocasiones, perdiendo el amor debido a dinámicas
interpersonales destructivas.

¡No dudes en utilizar nuestro portal de personalidad,


ya que es el sistema de evaluación y desarrollo
más completo disponible para ayudarte a construir
un mapa detallado de tu personalidad y trabajarlo!
A través de él, podrás identificar y trabajar en las
áreas que necesitan mejorarse, lo que te llevará
a un nivel superior de autenticidad. Este sistema
te proporcionará una comprensión clara de tus
heridas o sensibilidades específicas, las amenazas
que enfrentas y las estrategias que empleas para
afrontarlas, incluyendo cómo afectas a los demás de
manera positiva o negativa.

92 Efrén Martínez Ortiz Phd.


Conócete y vive sin miedo es una trilogía compuesta
por esta versión personal que tienes en tus manos
y que en unos meses podrás complementar con los
otros dos volúmenes dirigidos al contexto empresarial
y de pareja.

Ha sido un gusto acompañarte


hasta acá con estas líneas.

Un abrazo

Efrén

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SIGUE AVANZANDO EN:

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Con todas tus áreas de oportunidad.

CONOCERSE Y TRABAJAR EN TI,


TE LLEVA A UN LUGAR
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y vive sin miedo

Efrén Martínez Ortiz Phd.

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