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BESORAH

NOTICIAS SEMANALES DE BESH MARACAIBO No. 687


Bajo la cobertura internacional de la UJMC
Bajo la cobertura nacional de BESH Caracas
Editor de la Besorah Rabbí Dr. Williams Pitter
www.luz.academia.edu/WilliamsPitter
www.youtube.com/ToraInternacional
wpitter@gmail.com

Hora 10 am: Tefilá del Shajarit del Shabbat: A ser definida


Hora 11:30 am: Parashá: Mario Vásquez (Maracaibo, Venezuela)
Hora 12:30 pm: Derashá: Rabbí W. Pitter (Maracaibo, Venezuela)

Contenido
CARTELERA BESH
SEDER DE SHABBAT
LA PERLA DE LA PARASHÁ YITRÓ

Shabbat 22 Enero del 2022


Shabbat 20 de Shvat del año 5782 de la creación
y casi 2000 años de la era mesiánica
Maracaibo, Zulia
CARTELERA BESH

Pensamiento de la semana: “Es preferible ser sabio a tener razón” (Proverbio


judío).

CONSEJERÍA. El Roé A. Pérez y la Dra. I. Cáceres son los consejeros de nuestra kehilá, y el
Moré José Morales es el consejero de los jóvenes.
Para transferencias de diezmos: Cuenta Corriente BOD 0116 0107 38 0027123243, a
nombre de la titular Ingrid Campos, C.I 19936754, Correo: kristell_204@hotmail.com
Para transferencias de ofrendas y tzedaká:
Cuenta Corriente Bancaribe 0114 0171 6817 1003 2170, titular María García, C.I.
7.625.049. Y el Correo es : maria.garcia77@hotmail.com.

ALMUERZO COMUNITARIO, MÚSICA Y EXPERIENCIAS. Este shabbat 08 de enero están


todos invitados a un almuerzo comunitario, cada persona o familia traerá sus respectivos
almuerzos. Luego, tendremos la oración de la tarde, los músicos tendrán una tanda de
buena música, y los amados que vinieron de Bogotá compartirán sus experiencias, en
particular, la de haber participado y ganado en un festival de música organizado por una
institución de Israel.

SEDER DEL SHABBAT

1. Tefilah del Shajarit Shabbat: Jean-Carlos


2. Lectura de la Torá y de los profetas
Torá 17 Yitró, Shemot 18:1 al 20:23
Primera aliyá: Shemot 18:1-12
Segunda aliyá: Shemot 18:13-23
Tercera aliyá: Shemot 18:24-27
 Haftará: Tehilim 68:8-17 (Cántico sobre la entrega de la Torá)
 Brit Hadasha: Hechos 2:1-11

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SEFER SHEMOT
PARASHÁ YITRÓ (Ex 18:17-20:23)
LA CONVERSIÓN DE YITRÓ AL JUDAÍSMO
El poder del testimonio de nuestra vida y la bendición de la segunda oportunidad
Rabbí Dr. Williams Pitter

La parashá de esta semana comienza relatando el encuentro de Moshé con su


suegro Yitró: “Oyó Yitró, sacerdote de Midyán, suegro de Moshé, todo lo que había
hecho Dios a Moshé y a su pueblo que había sacado el Eterno a Israel de Egipto.
Tomó Yitró, suegro de Moshé a Tziporá, mujer de Moshé, después que Moshé la
había enviado, y a sus dos hijos…Vino Yitró, suegro de Moshé, y los hijos y la mujer
(de Moshé) a (donde estaba) Moshé; al desierto donde él acampaba allí, (frente) al
monte de Dios. Y dijo a Moshé: Yo soy tu suegro Yitró, que vengo a ti con tu mujer
y sus dos hijos con ella. Entonces salió Moshé al encuentro de su suegro, se
prosternó, lo besó, se preguntaron uno por el otro por su paz, y entraron en la
tienda. Refirió Moshé a su suegro todo lo que el Eterno le había hecho a faraón y a
Egipto a causa de Israel; y todas las tribulaciones que habían encontrado en el
camino, y que los salvó el Eterno” (18:1-8).

Luego de este encuentro, la Torá nos cuenta de la doble alegría de Yitró al escuchar
de la liberación de Israel en una versión de primera mano y de boca del principal
protagonista de aquella gran gesta redentora, y de su conversión al Dios de los
hebreos: “Se alegró Yitró por todo el bien que había hecho el Eterno a Israel, pues
lo había salvado de manos de Egipto. Y dijo Yitró: Bendito sea el Eterno, que salvó a
ustedes de mano de Egipto y de mano del faraón, salvando al pueblo de estar bajo
la mano de Egipto. Ahora sé que sólo es grande el Eterno, sobre todos los ídolos,
porque la misma cosa que premeditaron, les ocurrió a ellos. Tomó (para ofrendar)
Yitró, suegro de Moshé, holocausto y sacrificios para Dios; y vinieron Aharón todos
los ancianos de Israel para comer pan con el suegro de Moshé delante de Dios”
(18:9-12).

Este episodio es uno de los más extraordinarios de toda la Torá, no sólo por lo que
nos relata sino también por lo que deja de contar. Vamos por parte. Cuando Rabbí
Ovadiah (1470-1550) comenta este encuentro nos dice que Yitró no se acercó a
Moshé y a los hijos de Israel por curiosidad, sino más bien con el fin de conocer
más de cerca de todas las maravillas que había escuchado que habían ocurrido en
Egipto, del milagroso cruce del mar rojo y de la derrota de Amalek; tampoco había
venido a congraciarse con su yerno que ahora se había hecho famoso por todo el
mundo conocido de entonces.

Yitró se acercó a Moshé porque era un hombre religioso, y estaba impactado por
las demostraciones de poder del Dios de los hebreos, que demostró la inutilidad e
insensatez de confiar en los ídolos, ya sean estos de metal o madera, o incluso

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hombres engreídos como el faraón. Y en este sentido, concuerda con la explicación
que dan los antiguos sabios de Israel en los midrashim, que este episodio de la Torá
relata la conversión de un idólatra e importante sacerdote pagano al Dios de Israel.

Todo esto es verdad, Yitró ahora reconoce que el Dios de los hebreos es el único y
verdadero Dios. Sin embargo, este testimonio de la conversión de este hombre
pagano en el monte Sinaí tiene su raíz y origen en otro lugar, en Madián y está
fundado en el testimonio de la propia vida de Moshé.

Recordemos que Moshé llegó a la casa de Yitró como un prófugo de la justicia,


pues había asesinado un hombre en Egipto (Shemot 2:11-22). Y allí encuentra
refugio en la casa de Yitró, quien le abre las puertas de su casa a aquel
desconocido, y llega a tener tanta confianza en Moshé que le da a una de sus hijas
por esposa. Moshé agradece este gesto, trabajando duro y honradamente para su
suegro y para el sostén de su familia.

De seguro que Moshé le cuenta a Yitró de su orgullo y de su vida gloriosa en Egipto,


y de esto da cuenta la tradición oral que recoge el libro de los Hechos de la boca de
Esteban: “Y fue enseñado en toda la sabiduría de los egipcios y era poderoso en
palabras y obras” (Hch 7:22). Este orgullo de su sabiduría egipcia y de la alta
posición que ocupaba se infló más con el conocimiento que Moshé tenía acerca de
la profecía que lo designaba como el libertador de los hebreos. Y sobre este falso
fundamento del orgullo humano, aunque con buena intención, toma la iniciativa de
auto-nombrarse el libertador de los hebreos pero es rechazado cuando se acercó a
ellos y comete un asesinato al hacer justicia por sus propias manos, error que
provocó la ira del faraón y su rápida y vergonzosa huida (Hch 7:24-29). Tal vez
Moshé también le cuenta a Yitró que por su orgullo y errores ha arruinado su vida y
el plan de la redención que el Eterno le había encomendado.

Pasado cuarenta años, viviendo como un simple y honrado campesino, el Eterno se


le revela a Moshé, ordenándole que vaya a liberar a Israel. Moshé tiene la
delicadeza de pedirle permiso a su suegro Yitró para abandonar su trabajo, y en
este se muestra su responsabilidad ante quien no solo es su suegro sino también su
patrón. Moshé le revela que el Eterno lo ha llamado a su servicio pues ha llegado el
tiempo de la redención, de la cual ya le había hablado (Ex 4:18). Y que el Eterno en
Su gracia ha pasado por alto sus errores pasados y le dado una segunda
oportunidad. Y como diría un amado evangélico norteamericano: ¡Amazing grace!
(Sublime gracia del Señor…).

Yitró, ya respetaba a Moshé por su honestidad y responsabilidad en el trabajo y en


el cuidado y amor por su familia, y ahora, ante un vuelco insólito de los eventos,
despide con expectación a su yerno, que ahora, sorprendentemente pasa a ser de
pastor de sus ovejas, al líder de los hebreos (Ex 4:18). Y este hombre, como muchos

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paganos de aquel tiempo, recibía noticias frecuentes de todo el trastorno que
estaba causando Moshé en Egipto por mandato del Eterno. La vara de pastor que
usaba el humilde Moshé ahora se había convertido ahora en una vara de poder
en Moshé ha-Tzadik. La vara no había cambiado, había cambiado el hombre que
la usaba. Ahora Moshé, ya no tomaba ninguna decisión sin consultar al Eterno
como lo vemos en la Torá.

Esta cadena de eventos, fundados en la sinceridad de Moshé en cuanto a su


pasado, el testimonio de un hombre fiel al Eterno que se prueba en la
responsabilidad en el trabajo y en el cuidado y amor a su familia, es lo que prepara
el corazón de Yitró para su conversión. Y al enterarse que su yerno viene al monte
Horeb, como antes lo había prometido (Ex 3:12), corre con entusiasmo a recibirle,
pues confirma que todo lo que le había dicho Moshé acerca del Dios de Israel era
verdadero. La alegría que sintió Yitró al escuchar las maravillas de la redención de
Israel es la alegría de la salvación (Ys 61:10).

Una innumerable multitud de conversos, tanto como extranjeros y hebreos, fue el


grandioso resultado de la obra de redención del Eterno por medio de la mano de
Moshé, pero el único testimonio de un converso que tenemos documentado en la
Torá es el de Yitró. La razón es muy sencilla, Yitró era el único hombre que mejor
conocía a Moshé, pues compartió gran parte de su vida en Madián, ya que los
primeros cuarenta años de su vida los vivió en los palacios egipcios, separado de
los hijos de Israel.

Yitró era el hombre más indicado para testificar, que aquel hombre orgulloso por
su educación egipcia, asesino y prófugo de la justicia, era un hombre arrepentido y
humilde, un genuino tzadik, responsable en su trabajo y por su familia. Era el único
que podía testificar que Moshé había cambiado, que estaba de verdad arrepentido
y que merecía la bendición de la segunda oportunidad. Y en virtud de su teshuvá,
Yitró podía decirnos que ahora reunía las credenciales para ser el líder de los benei
Israel, y esos méritos los había acumulado cuidando ovejas que no eran suyas y
cuidando a su esposa e hijos, y esa era la clase de pastor que el Eterno necesitaba
para conducir a los hijos de Israel.

De aquí aprendemos dos lecciones. La primera, que si hacemos una genuina


teshuvá el Eterno nos puede podemos conceder la gracia de comenzar de nuevo y
hacerlo mejor con la ayuda del cielo. Y esta por esta razón por la cual Moshé relata
estos episodios en torno a la vida de Yitró para hablar de la suya, para inspirarnos y
darnos fuerzas y retomar la senda del Eterno y así recibir la bendición de la
segunda oportunidad.

La segunda lección. Tenemos el privilegio y la responsabilidad de hacer llegar el


mensaje de la salvación a nuestra familia cercana, y a nuestros amigos y vecinos,

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por medio de la palabra, pero mayormente por el testimonio de nuestras vidas;
para que puedan creer en el Dios de Israel! Moshé es un ejemplo para todos
nosotros, pues, si Moshé hubiese sido un irresponsable en su trabajo y en el
cuidado de su familia, aparte que el Eterno no lo hubiese llamado, habría sido
además un obstáculo para la salvación de su suegro.

No pongamos obstáculos en el camino de la salvación a nadie de nuestro entorno


cercano, ni tampoco a desconocidos; ya que debido a la revelación que se nos ha
concedido debemos hacer todo el esfuerzo posible para establecer shalom, pues
Pablo nos aconseja: “En cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres” (Rm 12:18).

Muchos, como Yitró, se convertirán a la fe del Dios de Israel cuando les hablemos
de las maravillas del Eterno al salvar a Su pueblo Israel y de la salvación del mundo
entero en Yeshua si respaldamos este mensaje con una vida dedicada al Eterno; y
como Yitró, que no tomó en cuenta el pasado de Moshé, así muchos también serán
capaces de pasar por alto nuestros grandes errores del pasado; aunque no faltará
alguien que nos humille.

Yitró oyó sobre el pasado de Mohé, pero había visto y oído el testimonio de un
hombre fiel al Eterno, y cuando oyó que la redención anunciada se había cumplido,
se rindió al Eterno y salió a buscar a Moshé.

Sobre esta base, seremos protagonistas, si así lo permite el Eterno, de lo que dice
la profecía: “En aquellos días acontecerá que diez hombres de todas las lenguas de
las naciones asirán fuertemente por el tzitzit a un judío, diciendo: ¡Dejadnos ir con
vosotros, porque HEMOS OÍDO que Dios está con vosotros!” (Zac 8:23).

Si Yitró oyó y creyó, muchos otros también oirán y creerán! ¡Di_s hará su parte,
hagamos nosotros la nuestra con pasión y honestidad hasta que el Eterno envíe al
Mesías, pronto y en nuestros días, y digan: Amén.

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