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CARTELERA BESH
SEDER DE SHABBAT
LA PERLA DE LA PARASHÁ YITRÓ
CONSEJERÍA. El Roé A. Pérez y la Dra. I. Cáceres son los consejeros de nuestra kehilá, y el
Moré José Morales es el consejero de los jóvenes.
Para transferencias de diezmos: Cuenta Corriente BOD 0116 0107 38 0027123243, a
nombre de la titular Ingrid Campos, C.I 19936754, Correo: kristell_204@hotmail.com
Para transferencias de ofrendas y tzedaká:
Cuenta Corriente Bancaribe 0114 0171 6817 1003 2170, titular María García, C.I.
7.625.049. Y el Correo es : maria.garcia77@hotmail.com.
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SEFER SHEMOT
PARASHÁ YITRÓ (Ex 18:17-20:23)
LA CONVERSIÓN DE YITRÓ AL JUDAÍSMO
El poder del testimonio de nuestra vida y la bendición de la segunda oportunidad
Rabbí Dr. Williams Pitter
Luego de este encuentro, la Torá nos cuenta de la doble alegría de Yitró al escuchar
de la liberación de Israel en una versión de primera mano y de boca del principal
protagonista de aquella gran gesta redentora, y de su conversión al Dios de los
hebreos: “Se alegró Yitró por todo el bien que había hecho el Eterno a Israel, pues
lo había salvado de manos de Egipto. Y dijo Yitró: Bendito sea el Eterno, que salvó a
ustedes de mano de Egipto y de mano del faraón, salvando al pueblo de estar bajo
la mano de Egipto. Ahora sé que sólo es grande el Eterno, sobre todos los ídolos,
porque la misma cosa que premeditaron, les ocurrió a ellos. Tomó (para ofrendar)
Yitró, suegro de Moshé, holocausto y sacrificios para Dios; y vinieron Aharón todos
los ancianos de Israel para comer pan con el suegro de Moshé delante de Dios”
(18:9-12).
Este episodio es uno de los más extraordinarios de toda la Torá, no sólo por lo que
nos relata sino también por lo que deja de contar. Vamos por parte. Cuando Rabbí
Ovadiah (1470-1550) comenta este encuentro nos dice que Yitró no se acercó a
Moshé y a los hijos de Israel por curiosidad, sino más bien con el fin de conocer
más de cerca de todas las maravillas que había escuchado que habían ocurrido en
Egipto, del milagroso cruce del mar rojo y de la derrota de Amalek; tampoco había
venido a congraciarse con su yerno que ahora se había hecho famoso por todo el
mundo conocido de entonces.
Yitró se acercó a Moshé porque era un hombre religioso, y estaba impactado por
las demostraciones de poder del Dios de los hebreos, que demostró la inutilidad e
insensatez de confiar en los ídolos, ya sean estos de metal o madera, o incluso
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hombres engreídos como el faraón. Y en este sentido, concuerda con la explicación
que dan los antiguos sabios de Israel en los midrashim, que este episodio de la Torá
relata la conversión de un idólatra e importante sacerdote pagano al Dios de Israel.
Todo esto es verdad, Yitró ahora reconoce que el Dios de los hebreos es el único y
verdadero Dios. Sin embargo, este testimonio de la conversión de este hombre
pagano en el monte Sinaí tiene su raíz y origen en otro lugar, en Madián y está
fundado en el testimonio de la propia vida de Moshé.
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paganos de aquel tiempo, recibía noticias frecuentes de todo el trastorno que
estaba causando Moshé en Egipto por mandato del Eterno. La vara de pastor que
usaba el humilde Moshé ahora se había convertido ahora en una vara de poder
en Moshé ha-Tzadik. La vara no había cambiado, había cambiado el hombre que
la usaba. Ahora Moshé, ya no tomaba ninguna decisión sin consultar al Eterno
como lo vemos en la Torá.
Yitró era el hombre más indicado para testificar, que aquel hombre orgulloso por
su educación egipcia, asesino y prófugo de la justicia, era un hombre arrepentido y
humilde, un genuino tzadik, responsable en su trabajo y por su familia. Era el único
que podía testificar que Moshé había cambiado, que estaba de verdad arrepentido
y que merecía la bendición de la segunda oportunidad. Y en virtud de su teshuvá,
Yitró podía decirnos que ahora reunía las credenciales para ser el líder de los benei
Israel, y esos méritos los había acumulado cuidando ovejas que no eran suyas y
cuidando a su esposa e hijos, y esa era la clase de pastor que el Eterno necesitaba
para conducir a los hijos de Israel.
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por medio de la palabra, pero mayormente por el testimonio de nuestras vidas;
para que puedan creer en el Dios de Israel! Moshé es un ejemplo para todos
nosotros, pues, si Moshé hubiese sido un irresponsable en su trabajo y en el
cuidado de su familia, aparte que el Eterno no lo hubiese llamado, habría sido
además un obstáculo para la salvación de su suegro.
Muchos, como Yitró, se convertirán a la fe del Dios de Israel cuando les hablemos
de las maravillas del Eterno al salvar a Su pueblo Israel y de la salvación del mundo
entero en Yeshua si respaldamos este mensaje con una vida dedicada al Eterno; y
como Yitró, que no tomó en cuenta el pasado de Moshé, así muchos también serán
capaces de pasar por alto nuestros grandes errores del pasado; aunque no faltará
alguien que nos humille.
Yitró oyó sobre el pasado de Mohé, pero había visto y oído el testimonio de un
hombre fiel al Eterno, y cuando oyó que la redención anunciada se había cumplido,
se rindió al Eterno y salió a buscar a Moshé.
Sobre esta base, seremos protagonistas, si así lo permite el Eterno, de lo que dice
la profecía: “En aquellos días acontecerá que diez hombres de todas las lenguas de
las naciones asirán fuertemente por el tzitzit a un judío, diciendo: ¡Dejadnos ir con
vosotros, porque HEMOS OÍDO que Dios está con vosotros!” (Zac 8:23).
Si Yitró oyó y creyó, muchos otros también oirán y creerán! ¡Di_s hará su parte,
hagamos nosotros la nuestra con pasión y honestidad hasta que el Eterno envíe al
Mesías, pronto y en nuestros días, y digan: Amén.