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ANTECEDENTES GENERALES DE LOS

JUICIOS ORALES

MTRO. GARNICA LEYVA MARIO SALVADOR

ESTUDIO: “SALIDAS ALTERNAS AL JUICIO”

ALUMNO: JORGE ADÁN HERNÁNDEZ LÓPEZ

Río Grande, Zacatecas, 16 de febrero del 2022


LA NECESIDAD DE QUE NO TODAS LAS INVESTIGACIONES SE VAYAN A
JUICIO.

La carga de trabajo que existe en los tribunales del sistema de impartición de


justicia en México es excesiva; en todas las materias del derecho, abundan las
investigaciones, expedientes, asuntos, tramites, promociones y un largo etcétera.
El personal de los órganos de impartición de justicia, atienden más asuntos de los
que humanamente pueden atender, lo que se traduce en cansancio, frustración,
acumulación y rezago de expedientes; archivo muerto, traspapele, en fin. Lo
anterior, debido a múltiples factores, entre los que están, solo por poner un
ejemplo, el presupuesto insuficiente para el sistema de justicia, que se encuentra
de frente, con la gran cantidad de conflictos entre miembros de la sociedad que
buscan el amparo y tutela de la justicia. Muchos de estos conflictos entre los
miembros de la sociedad, sin duda son graves, pues, se ven afectados derechos
fundamentales, lo que hace necesario y obligatorio la intervención de la justicia
desde el que se pide la intervención, hasta imponer una solución en el conflicto;
aunque también, muchos otros conflictos que ocurren entre particulares, aunque
afectan derechos, son conflictos que no representan un alto grado de complejidad
y que se pueden resolver sin necesidad de juicios largos, sin necesidad de tanto
desgaste y sin la necesidad de penas, sanciones u obligaciones impuestas por la
ley; resolver este tipo de asuntos desde las primeros momentos procesales,
aligera considerablemente la carga de trabajo de juzgados y tribunales; es por eso
que en diversas materias, los problemas entre particulares, se pueden someter a
mecanismo alterno de solución de controversias y así, evitar todo el desgaste
judicial.

El sistema de justicia penal en nuestro país, es de los que históricamente han


estado con más carga de trabajo; hoy en día está trabajando a marcha forzada,
casi al límite de su capacidad, haciendo lo mejor que se puede con lo que se tiene.
Las problemáticas que se enfrentan diariamente ministerios públicos, victimas,
abogados defensores, abogados de oficio, imputados y hasta juzgadores, son
múltiples, pero, sin duda, se tratan de sobrellevar con el propósito de cumplir con
los principios y propósitos del proceso penal. La infraestructura de los juzgados, a
veces es obsoleta, salas pequeñas, sin mobiliario suficiente, o áreas provisionales,
para llevar a cabo las audiencias, por mencionar algunas; el presupuesto para
contratar al personal adscrito al Poder Judicial y a las fiscalías (tanto General
como de los Estados) no es suficiente a comparación con el número de
investigaciones que se pretenden solucionar; esto se traduce en investigaciones
lentas y cansadas, lo que puede derivar en una mala integración de la carpeta de
investigación. Pero la problemática no solo es durante la investigación y el juicio,
también se ve afectado el sistema penitenciario; las cárceles, están sobrepobladas
desde hace ya varias décadas, más del 40% de los penales ya registran
condiciones de hacinamiento.

Al cierre de 2020, la cifra de personas privadas de la libertad a nivel nacional fue


de 211 169, de las cuales, 92.3% (194 841) se registró en los centros
penitenciarios estatales* y 7.7% (16 328) en los centros penitenciarios federales.
Del total nacional, 94.4% fueron hombres y 5.6% mujeres. Comparado con 2019,
se registró un aumento de 6.2% en 2020 1 según el Censo Nacional de Sistema
Penitenciario Federal y Estatales 2021. Es importante señalar, que el mismo
estudio indica que el 40.9% de las personas privadas de la libertad en Centros
Penitenciarios Federales y Estatales, son personas que aún no tienen sentencia,
es decir, que están privadas de su libertad con motivo de una medida cautelar
impuesta por un juez, pero que la etapa de su juicio oral, aun no de desahoga.

Como podemos observar, desde ya tiempo atrás el sistema de justicia penal


necesita con urgencia un respiro. Los ministerios públicos, necesitan valerse de
mecanismos y figuras legales que les permitan concentrar sus recursos humanos
y materiales en investigaciones de delitos de alto impacto o graves, y darle una
solución más rápida a aquellas investigaciones de hechos delictuosos que no sean
de gravedad o que no lastimen el interés social de manera trascendental. De igual
forma, los jueces ocupan esas figuras legales para darle la opción a la víctima u
ofendido de un hecho delictuoso culposo o menor y al imputado, de solucionar sus
conflictos de manera que quede satisfecha la reparación del daño sin necesidad
1
https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/cnspef/2021/doc/cnsipef_2021_resultados.pdf
de transitar todo el camino del proceso penal que concluiría con una condena en
el juicio oral; de esa forma se estaría concentrando el sistema de justicia penal, en
asuntos graves, que dañan a la sociedad y que es difícil o imposible la reparación
del daño.

Lo mencionado en el párrafo que antecede, es precisamente uno de los propósitos


u objetivos de la reforma en materia de penal del 2008. En dicha reforma, se
introdujeron figuras nuevas que permiten que ciertos delitos, puedan ser resueltos
sin la necesidad de llegar a la fase de juicio oral, claro siempre y cuando con la
voluntad de la víctima y del imputado, así como de la autorización y vigilancia del
juez y el ministerio público. Dichos mecanismos, es lo que conocemos como
“formas de terminación anticipada del proceso penal” o “salidas alternas al juicio”.

Otro aspecto importante que se debe abordar y que fue otro de los motivos por el
cual se justificaba la necesidad de tener salidas alternas al juicio, fue la
insatisfacción por parte de las víctimas al resolverse las denuncias y querellas en
las cuales se vieron afectados sus derechos. Al parecer, en el antiguo sistema
penal, los esfuerzos se concentraban en atrapar “delincuentes” o presuntos
delincuentes, lo que ha causado la sobrepoblación en las cárceles como ya lo
mencionábamos.

La reparación del daño muchas veces quedaba de lado; lógicamente la víctima de


un delito, no sentía que fueran reivindicados sus derechos ni reparado el daño,
con el hecho de que la persona que cometió el delito en su contra, recibiera una
pena condenatoria de prisión.

Las salidas alternas al juicio, tienen sus pros y sus contras, pero sin duda ayudan
a que el sistema de justicia no esté tan saturado, como se encuentra ahora y a
que la reparación del daño al ofendido se pueda hacer en un menor tiempo
posible, de forma que tanto victima e imputado encuentren un beneficio mutuo por
medio de las salidas alternas a juicio

.
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES DE LAS SALIDAS ALTERNAS AL
JUICIO.

Como ya se ha mencionado, uno de los principales objetivos de la reforma


Constitucional en materia penal del 18 de junio de 2008, es que el proceso penal
sea rápido; es decir, que los conflictos se solucionen de una forma más ágil, de
manera que, sin saturar el sistema de justicia penal, los hechos delictuosos que no
sean de graves, se solucionen de una forma distinta a un juicio oral,
garantizándose, claro está, la reparación del daño. Por lo anterior, la ya
anteriormente citada reforma penal, incorporó instituciones procesales novedosas,
ajenas algunas de ellas al modelo de justicia penal continental preponderante por
más de un siglo en nuestro país2.

Nuestra Carta Magna en su artículo 17, establece el fundamento constitucional de


las salidas alternas a juicio, pues su quinto párrafo establece que: “Las leyes
preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia
penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán
los casos en los que se requerirá supervisión judicial”. A partir de este quinto
párrafo del artículo 17 constitucional, entendemos entonces, que las leyes
reglamentarias regularán dichos mecanismos, tan es así, que incluso existe una
Ley Nacional De Mecanismos Alternativos De Solución De Controversias En
Materia Penal; pero dentro de este estudio no nos referiremos a ella, pues se
refiere a otros procesos (mediación, conciliación y junta restaurativa), que aunque
va encaminado a lo mismo, tiene otras particularidades. El presente estudio se
limitará a analizar las figuras de los acuerdos reparatorios, la Suspensión
Condicional del Proceso y Procedimiento Abreviado; los dos primeros mecanismos
fundamentados en el ya mencionado artículo 17.

Pues bien, el artículo 17 de la Constitución, contempla que, en materia penal, los


mecanismos alternos de solución de controversias, serán regulados por las leyes
en la materia, con el fin que se cumplan los requisitos impuestos, así como la
reparación del daño; dichos mecanismos son los acuerdos reparatorios y la
2
García Ramírez, Sergio González Mariscal, Olga; 2015; El Código Nacional de Procedimientos Penales.
Estudios; UNAM Instituto de Investigaciones Juridicas; P. 239
Suspensión Condicional del Proceso, contenidos en la ley que reglamenta el 17
constitucional; lo que nos obliga a voltear a ver lo dispuesto por el Código Nacional
de Procedimientos Penales, no sin antes resaltar que el Artículo 20 constitucional,
en su apartado A, fracción VII, también contempla una salida alterna al juicio, que
no se sugiere con el texto del 17 constitucional; pues el artículo 20 en la fracción
referida dice que: “Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista
oposición del inculpado, se podrá decretar su terminación anticipada en los
supuestos y bajo las modalidades que determine la ley. Si el imputado reconoce
ante la autoridad judicial, voluntariamente y con conocimiento de las
consecuencias, su participación en el delito y existen medios de convicción
suficientes para corroborar la imputación, el juez citará a audiencia de sentencia.
La ley establecerá los beneficios que se podrán otorgar al inculpado cuando
acepte su responsabilidad”. Entonces, el Artículo 20 constitucional ya no nos habla
de los acuerdos reparatorios, ni de la Suspensión Condicional del Proceso, sino
que da origen a la figura que conocemos como Procedimiento abreviado; todos los
anteriores, salidas alternas al juicio.

ACUERDOS REPARATIORIOS.

Los acuerdos reparatorios, son aquellos celebrados entre la victima u ofendido y el


imputado, con la finalidad de poner fin al proceso penal; dentro de estos acuerdos
reparatorios, como su nombre lo indica, se busca reparar el daño y/o reivindicar el
derecho lesionado de la víctima por parte del imputado; para de esa forma, otorgar
una especie de perdón hacia el dicho imputado, teniendo éste como beneficios, el
de terminar anticipadamente el proceso sin que existan antecedentes penales en
su contra y sin recibir una sentencia condenatoria privativa de la libertad. Todo lo
anterior aprobados por el juez de control durante la investigación complementaria
y por el Ministerio Público si el acuerdo es celebrado durante la etapa de
investigación inicial, supuestos que más adelante abordaremos.

En el Código Nacional de Procedimientos Penales, dentro del Libro Segundo Del


Procedimiento, Título I, Soluciones Alternas y Formas de Terminación Anticipada,
nos menciona casa una de estos mecanismos objetos de estudio. Es en el
Capítulo II Acuerdos Reparatorios, donde encontramos el articulado que nos va a
dar la pauta del proceder de dicho mecanismo.

Es necesario precisar, que no todas las investigaciones que realiza el Ministerio


Público, pueden sujetarse a salidas alternas, pues éstas, están destinadas solo a
las investigaciones sobre ciertos hechos delictuosos considerados como no graves
y que no lastiman “tanto” el interés social. El artículo 187 del Código Nacional de
Procedimientos Penales (CNPP) nos enumera que tipo de delitos pueden ser
sujetos a una salida alterna, pues a la letra nos señala que “Procederán los
acuerdos reparatorios únicamente en los casos siguientes: I. Delitos que se
persiguen por querella, por requisito equivalente de parte ofendida o que admiten
el perdón de la víctima o el ofendido; II. Delitos culposos, o III. Delitos
patrimoniales cometidos sin violencia sobre las personas”.

Cada Código Penal de los Estados establece cuales delitos son graves, cuales se
persiguen por querella y las condiciones para que un delito sea considerado como
culposo; en esta última disposición, el concepto permite un amplio margen de
interpretación, pues algunos delitos considerados como graves, pueden cometerse
de forma culposa, por lo tanto, podrían resolverse con un acuerdo reparatorio.

El artículo anteriormente citado, también dispone que, si el imputado ya ha


celebrado, un acuerdo reparatorio, por el mimo delito culposo, ya no puede
solicitar de nueva cuenta esta misma salida alterna. Con esto, considero que se
intenta poner una especie de candado para evitar que se aprovechen las salidas
alternas como una oportunidad de “burlar” la ley. De igual forma, el artículo niega
la posibilidad de que, por delitos de violencia familiar, se pueda llegar a un
acuerdo reparatorio, la razón es evidente, pues víctima e imputado, seguramente
cohabitan, por lo que la reparación del daño y una sana convivencia sería
prácticamente imposible si procediera la reparación del daño.

Como ya se mencionó líneas arriba, un acuerdo reparatorio puede celebrarse


desde el momento de la etapa de investigación inicial, el cual, queda sujeto a la
aprobación del Ministerio Público, por otro lado, puede celebrarse también durante
la investigación complementaria, donde el Juez es quien aprobará y ordenará
vigilar el cumplimiento de las condiciones del Acuerdo. Como es ante el Juez de
Control donde celebran la víctima y el imputado el acuerdo reparatorio, se
entiende que están completamente consientes de las condiciones de reparación
del daño, por lo que no habría duda alguna para el cumplimiento del acuerdo;
pero, para el primer caso, en donde el Ministerio Público es quien le da la
aprobación al acuerdo reparatorio, la ley si contempla que exista confusión,
desacuerdo o inconformidad al celebrar el acuerdo, es decir que no se desarrolló
conforme a las disposiciones previstas en la ley, las partes podrán acudir ante el
Juez de Control para que se revise el acuerdo alcanzado y en su caso modifique
el acuerdo conforme a las nuevas condiciones que las partes establezcan. Lo
anterior previsto por el artículo 190 de CNPP y contemplado en la siguiente tesis:
ACUERDOS REPARATORIOS. LAS PARTES QUE LOS CELEBRAN DURANTE
LA ETAPA DE INVESTIGACIÓN INICIAL ESTÁN LEGITIMADAS PARA
IMPUGNARLOS MEDIANTE EL RECURSO INNOMINADO PREVISTO EN EL
ARTÍCULO 190 DEL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES,
POR LO QUE EN ATENCIÓN AL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD, DEBEN
AGOTARLO PREVIAMENTE A LA PROMOCIÓN DEL JUICIO DE AMPARO
INDIRECTO.

Esta salida alterna, como todas las demás, está sujeta a la voluntad de las partes
y es improcedente si tan solo una de ellas, ya sea víctima o imputado manifiesta
no estar de acuerdo. Como ya lo hemos dicho, estos mecanismos lo que buscan
es un “respiro” para el sistema de justicia penal, por lo que siempre que sea
legalmente posible, el Ministerio Público y el Juez, están obligados a exhortar a las
partes a que celebren un acuerdo reparatorio, tan es así, que, si omiten hacer la
invitación, se considera violatorio a los derechos humanos, según la tesis:
ACUERDOS REPARATORIOS. LA OMISIÓN DEL JUEZ DE CONTROL DE
CUMPLIR DESDE SU PRIMERA INTERVENCIÓN CON SU OBLIGACIÓN DE
EXHORTAR A LAS PARTES A CELEBRARLOS Y EXPLICAR LOS EFECTOS Y
MECANISMOS DE MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN DISPONIBLES, VIOLA
DERECHOS HUMANOS CON TRASCENDENCIA AL FALLO RECURRIDO, QUE
ORIGINA LA REPOSICIÓN DEL PROCEDIMIENTO (NUEVO SISTEMA DE
JUSTICIA PENAL EN EL ESTADO DE MORELOS).

SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO.

La salida alterna que nos ocupa, también evita que el juicio llegue a la etapa de
juicio oral; busca un término anticipado del proceso y obliga a la reparación del
daño. Las diferencias entre los acuerdos reparatorios y la suspensión condicional
del proceso, radican en que las condiciones de este último, son más “impositivas”
por parte del Juez de control; a diferencia del acuerdo reparatorio, que es
celebrado bajo las condiciones términos que fijan las partes, en la suspensión
condicional, el Juez impone ciertas medidas y condiciones para asegurar de cierta
forma el cumplimiento de la reparación del daño. Otra característica de la
suspensión condicional del proceso es que se solicita una vez dictado el auto de
vinculación a proceso.

Al igual que los acuerdos reparatorios, el CNPP también establece en qué tipo de
delitos es procedente la suspensión condicional del proceso, lo anterior, contenido
en el artículo 192 que a la letra dice: La suspensión condicional del proceso, a
solicitud del imputado o del Ministerio Público con acuerdo de aquél, procederá en
los casos en que se cubran los requisitos siguientes: I. Que el auto de vinculación
a proceso del imputado se haya dictado por un delito cuya media aritmética de la
pena de prisión no exceda de cinco años; II. Que no exista oposición fundada de
la víctima y ofendido, y III. Que hayan transcurrido dos años desde el
cumplimiento o cinco años desde el incumplimiento, de una suspensión
condicional anterior, en su caso. Lo señalado en la fracción III del presente
artículo, no procederá cuando el imputado haya sido absuelto en dicho
procedimiento.

Las condiciones y medidas que puede decretar el Juez para cuidar el


cumplimiento de la reparación del daño y salva guardar la integridad de la víctima
u ofendido se encuentran: I. Residir en un lugar determinado; II. Frecuentar o dejar
de frecuentar determinados lugares o personas; III. Abstenerse de consumir
drogas o estupefacientes o de abusar de las bebidas alcohólicas; IV. Participar en
programas especiales para la prevención y el tratamiento de adicciones; V.
Aprender una profesión u oficio o seguir cursos de capacitación en el lugar o la
institución que determine el Juez de control; VI. Prestar servicio social a favor del
Estado o de instituciones de beneficencia pública; VII. Someterse a tratamiento
médico o psicológico, de preferencia en instituciones públicas; VIII. Tener un
trabajo o empleo, o adquirir, en el plazo que el Juez de control determine, un
oficio, arte, industria o profesión, si no tiene medios propios de subsistencia; IX.
Someterse a la vigilancia que determine el Juez de control; X. No poseer ni portar
armas; XI. No conducir vehículos; XII. Abstenerse de viajar al extranjero; XIII.
Cumplir con los deberes de deudor alimentario, o XIV. Cualquier otra condición
que, a juicio del Juez de control, logre una efectiva tutela de los derechos de la
víctima. Las anteriores, señaladas en forma enunciativa mas no limitativa por el
artículo 195 del CNPP.

Como podremos ver, las medidas anteriores, condicionan al imputado más alla de
la reparación del daño, quizá por eso su nombre de suspensión condicional del
proceso, ya que el imputado está condicionado a cumplir con lo impuesto. Aun y lo
anterior, la ley prevé los casos en que el imputado pueda dejar de cumplir con las
obligaciones de la suspensión condicional del proceso; en tales casos y previo
consentimiento de la víctima u ofendido, podrá ampliar el plazo de cumplimiento
hasta por dos años y por única ocasión, o bien, podrá revocar la suspensión
condicional y continuar con el proceso penal. Claro está que un posible
incumplimiento de una suspensión condicional del proceso, no es conveniente
para el imputado, pues está perdiendo la última oportunidad de salir del proceso
penal sin llegar a juicio, sin condena y sin antecedentes penales; aun y con lo
anterior, cuando existen casos de incumplimiento se debe más que nada a la falta
de capacidad económica para cumplir con la reparación del daño, pero esto lo
abordaremos más a detalle cuando hablemos de las salidas alternas desde la
perspectiva del imputado.
La suspensión condicional del proceso, como podemos observar, tiene dos
aspectos fundamentales para su procedencia; el primero es que haya voluntad de
las partes (víctima u ofendido e imputado); con esto, se considera que se deja a
salvo los derechos del imputado, como lo es el de la presunción de inocencia,
pues al ser obligatorio que el manifieste su aceptación para esta como para otras
salidas alternas, se considera que lo hace en pleno goce de sus derechos y en
conveniencia de sus intereses. El otro aspecto importante para que proceda la
suspensión condicional del proceso, es la reparación del daño, el cual tiene que
ser suficiente para que la víctima u ofendido, sientan reivindicados sus derechos y
dejado la “cosa” en el estado en el que estaba. Como ya se comentó, la
manifestación de la voluntad de la víctima u ofendido es indispensable para que
esta salida alterna proceda, con ello, se deja a salvo sus derechos de obtener
justicia.

PROCEDIMIENTO ABREVIADO

Muy probablemente, el procedimiento abreviado sea la última forma de salida


alternativa que podría convenirle al imputado, pues ésta no lo libera de una
condena privativa de la libertad ni de antecedentes penales; sin embargo, si no le
queda otra opción y cumple con los requisitos de procedencia del procedimiento
abreviado, debería valorar sujetarse a este, pues obtendría como beneficio una
reducción a la condena del delito del que se trate.

El Procedimiento abreviado, es una forma más de salida alterna a juicio que


consiste que el imputado debe aceptar su responsabilidad en los hechos que se le
imputan, así como garantizar la reparación del daño. El imputado al someterse al
procedimiento abreviado, obtiene como ventaja una reducción de la condena
privativa de la libertad que se le pueda imponer al dictarse sentencia en el juicio
oral. Al igual que las demás salidas alternas, el procedimiento abreviado tiene
como finalidad resolver en una etapa temprana la causa penal y evitar en la
medida de lo posible que el asunto se lleve a juicio oral. Es común escuchar que el
PA cumple una función utilitarista, la cual consiste en la reducción del número de
juicios orales con el propósito de evitar la saturación del sistema3.

Se ha dicho que esta salida alterna es inconstitucional por varios factores entre los
que se encuentran, la falta de cumplimiento con el debido proceso y la violación a
la presunción de inocencia, ya que se le está juzgando al imputado sin antes
haber desahogado pruebas en juicio. A mi consideración, no es así, ya que como
todas las otras salidas alternas (acuerdos reparatorios y suspensión condicional
del proceso), el procedimiento abreviado tiene como requisito indispensable que el
imputado conozca que tiene el derecho a juicio oral, además de que es
fundamental que manifieste estar de acuerdo a someterse a un procedimiento
abreviado. Con lo anterior, como ya lo hemos dicho, se deja a salvo sus derechos,
pues el procedimiento abreviado no procedería, si se opone el imputado; distinto a
la víctima, que puede manifestar oposición al procedimiento abreviado, pero debe
fundar y demostrar sus argumentos, los cuales sería el juez quien los valore y
califique.

Además de lo mencionado en el párrafo anterior, el procedimiento abreviado tiene


sus demás requisitos de procedencia en el CNPP específicamente en el artículo
201, el cual nos enumera 3 fracciones que contienen lo siguiente:

I. Que el Ministerio Público solicite el procedimiento, para lo cual se deberá


formular la acusación y exponer los datos de prueba que la sustentan. La
acusación deberá contener la enunciación de los hechos que se atribuyen al
acusado, su clasificación jurídica y grado de intervención, así como las penas y el
monto de reparación del daño; de los hechos que se atribuyen al acusado, su
clasificación jurídica y grado de intervención, así como las penas y el monto de
reparación del daño. — La facultad exclusiva del Ministerio Público de solicitar el
procedimiento abreviado, para muchos juristas es violatoria al principio de
igualdad de las partes, pues el imputado no está en condiciones de solicitar esta
salida alterna, por lo cual estará sujeto a la petición del MP; pero, hay que recordar
también que la autorización del procedimiento abreviado, está sujeto a la voluntad
3
CEPEDA MORADO E. G., 2016, “El procedimiento abreviado en el sistema jurídico mexicano: naturaleza,
reglas, efectos y condiciones”, Coordinación Editorial Consejo de la Judicatura Estado de Nuevo León P. 19
del imputado, lo cual lo deja a salvo de sus derechos y compensa el hecho de que
sea el MP el único que pueda solicitar esta salida alterna.

II. Que la víctima u ofendido no presente oposición. Sólo será vinculante para el
juez la oposición que se encuentre fundada — Como ya lo habíamos dicho, en
ésta salida alterna, si la víctima u ofendido llegara a manifestar oposición a esta
salida alterna, alegando insatisfacción en la reparación del daño, está obligado a
demostrar sus pretensiones y argumentos ante el juez; de no hacerlo así, el juez
podrá declarar improcedente su oposición a que se realice el procedimiento
abreviado. Para más claridad de lo anterior vale la pena analizar la siguiente tesis

Suprema Corte de Justicia de la Nación


Registro digital: 2020808
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Décima Época
Materias(s): Penal
Tesis: I.6o.P.145 P (10a.)
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 71, Octubre de
2019, Tomo IV, página 3581
Tipo: Aislada

PROCEDIMIENTO ABREVIADO. LA OPOSICIÓN DE LA VÍCTIMA U OFENDIDO


DEL DELITO PARA QUE SE AUTORICE ESTA FORMA DE TERMINACIÓN
ANTICIPADA DEL PROCESO DEBE ESTAR DEBIDAMENTE FUNDADA.

De acuerdo con el artículo 201, fracción II, del Código Nacional de Procedimientos
Penales, se establece como segundo requisito para la autorización del
procedimiento abreviado, que la víctima u ofendido del delito no presente
oposición fundada en torno a esa petición ministerial. Efectivamente, el
procedimiento abreviado se constituye como un pacto entre las partes, y uno de
los requisitos para su autorización es, precisamente, que no exista oposición de la
víctima, la cual podrá comparecer a deducir lo relativo a la reparación del daño.
Respecto a este tópico, el artículo 204 del código citado señala que la oposición
se considera fundada cuando se acredite ante el Juez de control que no se
encuentra debidamente garantizada la reparación del daño. En ese sentido, si la
víctima y su asesor jurídico se opusieron a la cuantificación de la reparación del
daño moral determinada en el dictamen en materia de psicología oficial, y de autos
se advierte que el Juez de control les concedió diversas prórrogas para contar con
un documento idóneo para probar sus pretensiones, esto es, la cuantificación que
estimaban adecuada, resulta incuestionable que su oposición para dar trámite al
procedimiento abreviado no se encontraba fundada.

SEXTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.

Por ultimo tenemos el 3 requisito que es:

III. Que el imputado:

a) Reconozca estar debidamente informado de su derecho a un juicio oral y de los


alcances del procedimiento abreviado;

b) Expresamente renuncie al juicio oral;

c) Consienta la aplicación del procedimiento abreviado;

d) Admita su responsabilidad por el delito que se le imputa;

e) Acepte ser sentenciado con base en los medios de convicción que exponga el
Ministerio Público al formular la acusación.

Con lo anterior se pretende dejar a salvo sus derechos como imputado, siendo él,
el que de voluntad propia renuncie al juicio oral y sus posibles consecuencias,
para someterse al procedimiento abreviado.

De acuerdo al artículo 202 del CNPP al sujetar el asunto a un procedimiento


abreviado, “el Ministerio Público podrá solicitar la reducción de hasta un tercio de
la mínima en los casos de delitos dolosos y hasta en una mitad de la mínima en el
caso de delitos culposos, de la pena de prisión. Si al momento de esta solicitud,
ya existiere acusación formulada por escrito, el Ministerio Público podrá
modificarla oralmente en la audiencia donde se resuelva sobre el procedimiento
abreviado y en su caso solicitar la reducción de las penas, para el efecto de
permitir la tramitación del caso conforme a las reglas previstas en el presente
Capítulo”. De lo anterior, obtenemos la ventaja que representa el procedimiento
abreviado para el imputado, que no es otra cosa más que estar menos tiempo en
prisión.

SALIDAS ALTERNAS DESDE LA PERSPECTIVA DEL IMPUTADO.

Como ya vimos, las salidas alternas abordadas dentro de este estudio, comparten
entre otros criterios, 2 características importantes que son la voluntariedad de las
partes y la reparación del daño, en base a lo anterior, el imputado debe valorar la
pertinencia de sujetar el proceso a una salida alterna al juicio por lo que debe
analizar, entre otras cosas lo siguiente:

En primer lugar, el imputado sin auto incriminarse, pero también sin mentirse a él
mismo y a su abogado defensor, debe tener en cuenta si en realidad cometió el
hecho delictuoso que se le imputa, en el grado de participación, condiciones,
modo, etc. o no. En caso de que tenga la certeza que no cometió tal delito, que
por alguna razón se le está incriminando, o que puede haber algún error en la
investigación el cual hace creer al Ministerio Público su probable participación en
algún hecho delictuoso, lo más recomendable y lo que seguramente hará el
imputado es que no acepte ninguna salida alterna y que se vaya hasta las últimas
consecuencias. Estas condiciones pueden variar, pues probablemente el imputado
sí participó en los hechos, pero no en la forma en que lo plantea el MP, o bien, el
abogado advirtió algunas fallas en la investigación o el procedimiento que se
traducirán en una sentencia absolutoria del imputado; si esto ocurriese, quizá sea
conveniente no aceptar alguna salida alterna, lo que de todas formas puede ser
riesgoso.

Si el imputado y abogado defensor saben que el ya mencionado imputado sí es


responsable de los hechos y no hay ningún error, vicio o violación en el
procedimiento que permita absolver al imputado, seguramente optarán por una
salida alterna. En este caso, si las posibilidades lo permiten de acuerdo a los
requisitos de procedencia, el imputado debe valorar someterse a una salida
alterna desde las etapas más tempranas del proceso, buscando que dichas
salidas sean un acuerdo reparatorio o una suspensión condicional del proceso,
pues como ya lo abordamos, esas salidas permiten un dialogo o una negociación
entre las partes, en donde se determine la forma y modo de la reparación del
daño, pero además lo más importante para el imputado, es, que no se quedaran
antecedentes penales por los hechos que se le imputan. En cambio, si no es
posible sujetarse a un acuerdo reparatorio o una suspensión condicional del
proceso, debe valorar adherirse a un procedimiento abreviado, lo que significa que
sí recibirá una condena privativa de la libertad, pero reducida en comparación de
la que pudiera obtener en juicio oral. Esta última salida alterna es aceptada por el
imputado sobre todo cuando es plenamente consciente de haber cometido el
delito. Los aspectos anteriores deben valorarse para que el imputado manifieste
su voluntad de optar por una salida alterna.

En segundo lugar, tenemos el aspecto de la reparación del daño. En una ocasión,


un maestro de derecho penal de la Universidad Autónoma de Zacatecas,
mencionaba en clase que “la cárcel era para los pobres y para los tontos”; lo
anterior probablemente tenga relación en que si el imputado quiere sujetarse a
una salida alterna, debe tener los medios económicos para garantizar la
reparación del daño de una forma amplia, pues la mayoría de las veces incluye el
pago o resarcimiento de la cosa afectada por la comisión del delito, ,más los
perjuicios ocasionados, más terapias psicológicas y tratamientos médicos, en fin,
todo aquellos gastos resultado de la comisión del hecho delictuoso; de tal forma
que aunque se cumplan algunas condiciones para que se pueda dar una salida
alterna, esta no podrá darse ante la imposibilidad del imputado de pagar la
reparación del daño. Aquella persona, que por sus condiciones económicas, falta
de trabajo estable, o cualquier otra condición socio-económica por el estilo, se
“vea orillada” a cometer ilícitos para contar con recursos para satisfacer sus
necesidades, seguramente no va a tener forma de responder a la reparación del
daño para que proceda una salida alterna. Lo anterior no significa que estén mal
los requisitos de procedencia de las salidas alternas, ni que se le deba excusar al
imputado.

SALIDAS ALTERNAS DESDE LA PERSPECTICVA DE LA VICTIMA

Dentro de un proceso penal, definitivamente, la victima u ofendido está en una


posición que no desea estar nadie, pues, eso significa que sus derechos, su
integridad, su vida o sus propiedades, se vieron afectados por la comisión de un
delito; por lo cual, la víctima u ofendido quieren que lo más pronto posible “se haga
justicia”, entendiendo esto, desde la perspectiva de la víctima, en primera, como
una amplia reparación del daño; y en segunda, como un castigo ejemplar al
delincuente.

Ante la urgente necesidad de la víctima u ofendido de obtener pronto una


resolución o sentencia que le garantice la reparación del daño y el castigo al
delincuente, el proceso penal y sus etapas pueden ser tediosas y desgastantes,
sobre todo cuando nos referimos a delitos no graves o patrimoniales. Muchas de
las veces, el desgaste físico y emocional que tienen las víctimas durante un largo
proceso penal, es mayor al daño que les causó la comisión del delito. Por tal
motivo, las salidas alternas se convierten en una opción valorable, para que se les
repare el daño en un tiempo mucho menor.

La víctima u ofendido debe estar muy consciente de que es lo que quiere lograr
con su denuncia, ya que, en ocasiones, la persecución de delitos se solicita por
parte de las víctimas por un ego o una especie de sed de venganza la que desvía
el proceso del principal objetivo que debería importar, que es la reparación del
daño. Si nos encontramos ante una situación así, seguramente sería difícil que la
víctima manifieste voluntad para proceder con una salida alterna; es por eso que
el MP y el asesor jurídico, deben estar capacitados para hacer ver siempre a la
víctima que la reparación del daño en una etapa temprana es más importante que
cualquier tipo de venganza.

Otro aspecto que desde el punto de vista de la víctima se debe considerar, es que
tanto se va a pedir como reparación del daño. Por lo regular, las víctimas piden
una cantidad mayor a lo que representaría el resarcimiento de sus derechos; ante
este caso, el imputado tiene que aceptar o bien intentar negociar por medio de su
defensa una cantidad considerable.

Al igual que al imputado, a la víctima y ofendido le conviene sujetarse a un


acuerdo reparatorio desde que inicia el proceso, si no se logra, entonces una
suspensión condicional del proceso, es más rápido y menos desgastante.

CONCLUSIONES

Desde que se aprobó la reforma en materia penal del 2008 hasta la fecha, el
número de investigaciones que se van a la etapa de juicio oral ha disminuido, con
ello el trabajo de los Tribunales se ha concentrado de cierta forma en aquellas
investigaciones de delitos considerados como graves; por lo que podemos decir
que hay un mejor aprovechamiento de los recursos, esto gracias a las salidas
alternas mencionadas en el presente estudio y claro a los mecanismos
contemplados en la Ley Nacional De Mecanismos Alternativos De Solución De
Controversias En Materia Penal. Aunque debemos aceptar, que la carga de
trabajo no ha disminuido tanto como nos gustaría, esto quizá se deba a cuestiones
presupuestales.

Las salidas alternas a juicio dependen siempre de la voluntad de las partes, eso
deja a salvo los derechos tanto de la víctima y ofendido como los del imputado.
Representan beneficios para ambas partes, pues se termina de forma anticipada
el proceso, existe menos desgaste y se garantiza la reparación del daño.

La mayor parte de las veces que los requisitos de procedencia lo permiten, el


imputado acepta sujetarse a una salida alterna, sobre todo si se trata de un
acuerdo reparatorio o una suspensión condicional del proceso.

La víctima u ofendido, independientemente si plantea una reparación del daño


exagerada o no; encuentra en las salidas alternas una forma rápida para que la
reparación del daño quede satisfecha.

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