Está en la página 1de 14

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA
6

CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Desde los tiempos de la colonia, la judicatura en la región

Latinoamericana se ha caracterizado por mantener un centralismo calcado

del modelo español, que se ocupó de imponer su hegemonía religiosa, la

burocracia de la corona y la forma escrita y secreta del sistema inquisitivo

sobre los territorios conquistados a través de la institución de las Audiencias

tribunales de apelación establecidos en las principales capitales de los

nuevos reinos para asegurar la supremacía de la justicia real sobre la de los

Gobernadores y demás funcionarios.

Así, las primeras Audiencias aparecen en Santo Domingo (1511), México

(1527), Panamá (1538), Guatemala (1543), Lima (1543), Guadalajara (1548),

Charcas (1559), Quito (1563) y Chile (1563). Sus jueces oidores solían ser

personas cultas, con una sólida formación jurídica y apegada al centralismo

monárquico. Con el paso del tiempo, estos territorios fueron adquiriendo su

independencia, constituyéndose en Repúblicas e instaurando sus propias

formas de autonomía.

Sin embargo, al momento de la constitución de estos estados

independientes, el legislador prácticamente trasplantó al orden naciente, el


6
7
ordenamiento jurídico imperante en la sociedad europea, y con él, sus formas

de organización y sistema penal. Este sistema no permite posibilidad alguna

de diálogo ni debate, sino que reproduce una relación de poder orientada a

obtener sumisión, donde el papel de acusador y juez eran asumidos por una

misma persona.

En consecuencia, la dinámica judicial latinoamericana ha tenido que lidiar

con una gran cantidad de obstáculos, algunos propios y otros heredados,

ocasionados en gran medida por la adopción de ordenamientos jurídicos en

contradicción con las necesidades de la ciudadanía. Sedes judiciales lejanas

a la zona de residencia del usuario, costos por representación judicial que no

siempre se pueden pagar pero que son una exigencia para acudir al sistema,

costos provenientes del empleo de días laborables para hacer efectiva una

acción judicial, son algunos ejemplos de lo anterior, pero últimamente es el

retardo procesal el obstáculo más común con que se tropieza en casi toda la

administración de justicia de los países latinoamericanos.

Entendiendo por retardo procesal una circunstancia excepcional en la

que un proceso, cualquiera sea su naturaleza, no sólo se ha extendido más

allá de lo establecido en las leyes adjetivas, sino más allá de lo razonable. Lo

primero que esperan los ciudadanos del sistema judicial; compuesto de

acuerdo al contenido del artículo 253 de la constitución de la república

Bolivariana de Venezuela (1999); en cuanto a la administración de justicia, es

que ésta resuelva sus controversias con rapidez y que al menos, cuando las
8
resuelva, sus sentencias sean ejecutables y no una simple declaración de

intenciones cuya materialización sea irrealizable.

El Estado tiene entre sus funciones esenciales, la de resolver conflictos

de intereses judiciales y así garantizar la paz social. Dentro de la

administración de justicia, las decisiones que ponen fin al conflicto entre las

partes deben ser expeditas y oportuna, materializándose de este modo unos

de las garantías fundamentales del imputado que es el derecho a ser oído en

un plazo razonable y de obtener respuesta a su estado legal, en un tiempo

oportuno por el aparato judicial constituyendo una de las mejores garantías

de la celeridad procesal.

Es de hacer notar, que a lo largo de lo previsto tanto en nuestra

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el Código

Orgánico Procesal Penal, así como en los Tratados, Pactos y Convenciones

Internacionales ratificados por Venezuela, están estatuidos la premura de las

decisiones y el derecho que tiene el imputado de ser oído en un plazo

razonable, sin embargo, no se cumple a cabalidad la referida garantía,

teniendo en cuenta que es irrebatible que el simple enunciado del deseo del

legislador de lograr la celeridad y dejarlo plasmado en las diversas

disposiciones legales, no garantiza un proceso sin dilaciones indebidas o

injustificadas.

En este orden de ideas, es evidente que no es suficiente reformar,

modificar y derogar leyes, sino que también se deben asegurar los recursos

para darle viabilidad a la respuesta oportuna y el proceso expedito, para de

esta manera, garantizar a todas las personas el reconocimiento y disfrute de


9
sus derechos, de aquí radica el motivo por el cual se escogió el tema de

estudio.

Sobre la base de los antes dicho, el artículo 26 constitucional consagra el

derecho a obtener con celeridad y prontitud, reclamos e intereses, siendo el

estado garantizará una justicia sin dilaciones indebidas, así mismo, el artículo

257 de la carta magna, establece las omisiones de formalidades esenciales,

puesto que se pueden sacrificar las no esenciales, con el fin de evitar las

dilaciones indebidas en el proceso, aspecto que de una u otra forma

proporcionará celeridad a cualquier instancia y grado del proceso, haciendo

que la justicia sea realmente expedita.

En tal sentido, el Manual de Actuación del Fiscal del Ministerio Público en

el Proceso Penal, señala que la tutela judicial no solo comprende el derecho

a acceder a la justicia, sino que entre otros también se encuentra la garantía

de una justicia expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos ni

reposiciones inútiles, todo ello en concordancia con el ya mencionado

artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

(1999).

Resulta oportuno hacer alusión que, en la mayoría de los procesos

penales, adicionalmente al problema penal que traen consigo las partes,

existe el problema persistente de culminar con el proceso para eliminar de

una vez la incertidumbre jurídica al cual está sujeto el acusado, resultando

inoficiosos que después de un tiempo prolongado se haya logrado la


10
absolución, porque ya en sí, el tiempo al cual fue sometido el acusado al

proceso penal le ha traído graves consecuencias irreparables.

En Venezuela, la preocupante realidad dentro del sistema judicial

muestra una de las deudas que la justicia tiene con la sociedad; esta se debe

al retardo procesal que hoy en día se está viviendo en muchos países. El

retardo procesal es uno de los principales problemas a nivel judicial que

viene afectando el correcto funcionamiento, y en forma especial al sistema de

administración de justicia penal, ya que un gran número de privados de

libertad sin condena están a la espera al transcurrir de los días para la

celeridad de sus casos.

El debido proceso a la aplicación de la justicia es un derecho

fundamental, y es un medio indispensable para la realización y el alcance de

otros derechos humanos, como es el caso del derecho a la libertad personal,

es por ello que tanto aquellos individuos procesados, así como los penados

por la justicia deben tener una respuesta oportuna. El incumplimiento de este

mandato produce la conocida justicia tardía, la cual, lejos de dar la respuesta

esperada, genera nuevos conflictos humanos, el más grave de ellos, el preso

sin condena. Las vivencias en materia procesal penal indican que existe una

lucha constante para lograr alcanzar una mejor justicia penal, con el

propósito de atender oportunamente a los procesados y garantizar la defensa

y protección de los derechos humanos de las personas privadas de libertad.

La mayoría de la población reclusa existente en el país continua

cargando encima la condición de procesados como una cruz debido al


11
retardo procesal penal, un fenómeno que ha contaminado el sistema

penitenciario venezolano que atenta contra el derecho al debido proceso y, a

su vez, viola los derechos humanos de las personas privadas de libertad,

según reza el artículo 7, numeral 5, de la Convención Interamericana de

Derechos Humanos que establece que toda personas tiene derecho a ser

juzgada en un “tiempo razonable”.

Si bien es cierto que, se tiene conocimiento de los avances del gobierno

venezolano para minimizar la alta morosidad y casos de retardo procesal y

que, en las últimas medidas ha incorporado por cada estado la participación

ciudadana además de mecanismos alternos que permitan garantizar una

justicia célere y eficaz mediante la creación de los Tribunales de Primera

Instancia Municipal en funciones de Control, donde se dilucidan los

procedimientos para el juzgamiento de los delitos menos graves, cuya pena

en su límite superior no exceda de ocho (8) años de privación de libertad,

previéndose su juzgamiento mediante la aplicación de un procedimiento

breve que permita el enjuiciamiento en libertad, y posibilite la inclusión del

imputado o imputada a la sociedad a través del trabajo comunitario.

No es menos cierto que la realidad del sistema judicial y carcelario es

otra totalmente distinta, en la cual decenas de miles de personas se

encuentran a la espera de la ejecutoria de la sentencia, del pronunciamiento

del tribunal, del acto conclusivo de la Fiscalía del Ministerio Público, e incluso

de su audiencia preliminar. Procesos letárgicos, justicia tardía, hacinamiento,

y vulneración de Derechos son la cotidianidad de sistema de Justicia Penal


12
Venezolano. Tal como lo expresó el constitucionalista Carmelo Borrego,

lamentablemente la justicia penal sigue siendo lenta, selectiva y poco

asertiva en función de la resolución de conflictos jurídicos penales.

En esa dirección, las cifras de personas en espera de un juicio hablan

por sí solas. Según Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), para 2008

la población reclusa en el país era de 23.457 internos, los cuales estaban

distribuidos entre 14.461 (60%) en condición de procesado (en espera de

sentencia), y 7.495 (34%) en condición de penados (con sentencia

impuesta). En 2015, la OVP también señaló en su informe sobre derechos

humanos y debido proceso que la población reclusa alcanzó la cifra de

55.007, en la que 31.838 estaba en espera de juicio y 23.169 reclusos ya

contaba con una sentencia, sentencia que para 14.759 alrededor del 63.7%

aún espera por ejecución.

Aunada a esta situación y en virtud del evidente fracaso de las políticas

de atención a la población penitenciaria desarrolladas por el Ministerio del

Poder Popular para el Servicio Penitenciario, la situación carcelaria aumenta

las cifras de retardo procesal en el cumplimiento de las penas, lo cual ha

llevado al organismo a implementar el denominado “Plan de Pacificación

Penitenciario”, toda vez que los Equipos Multidisciplinarios que conforman las

Juntas de Clasificación y Tratamiento Integral se ven imposibilitados de

realizar las funciones que le son propias para determinar el comportamiento

intramuros de los privados de libertad.


13
La situación se repite en todos los centros de reclusión y centros de

arrestos preventivos del país, impidiendo o, en el mejor de los casos,

disminuyendo considerablemente el otorgamiento de medidas alternas al

cumplimiento de la pena o la redención de la misma por trabajo o estudio, en

virtud de los obstáculos para determinar el pronóstico de conducta, a que se

contrae el numeral 3° del artículo 488 del Código Orgánico Procesal Penal, a

cargo de los Centros de Evaluación y Pronóstico (CEP) de las Unidades

Técnicas de Supervisión y Orientación adscritas al Ministerio con

competencia en el Sistema Penitenciario.

Ahora bien, es responsabilidad del Estado como garante de Administrar

justicia, que sea respetada la prerrogativa constitucional del debido proceso y

por ende que los procesos judiciales sean expeditos, oportunos y sea

cumplidos a cabalidad los mandatos constitucionales, en tal sentido es

preocupante que el sistema de justicia se encuentre abarrotado de procesos

judiciales abiertos, o por iniciar, que han sobrepasado los límites legalmente

establecidos, causando graves perjuicios personales y la aparición de

fenómenos jurídico sociales que atentan contra el buen vivir del venezolano.

Razón por la cual, se hace necesario analizar el retardo procesal y sus

implicaciones en el cumplimiento de las penas en el proceso penal

venezolano a través de las normas contenidas en el ordenamiento jurídico

venezolano, la doctrina especializada en la materia y las sentencias referidas

a retardo procesal y sus implicaciones en el cumplimiento de las penas en el

proceso penal venezolano, emanadas por el máximo tribunal venezolano.


14
2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

2. 1. OBJETIVO GENERAL

Analizar el Retardo Procesal y sus Implicaciones en el Cumplimiento de

las Penas en el Proceso Penal Venezolano.

2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Analizar doctrinalmente el retardo procesal.

 Analizar los criterios disciplinarios en materia de retardo procesal en

Venezuela.

 Analizar las normas que regulan el cumplimiento de las penas en el

Código Orgánico Procesal Penal.

 Analizar las causas imputables al Tribunal que originan el retardo

procesal en el cumplimiento de las penas en el proceso penal, así

como las imputables a otros organismos o instituciones intervinientes

en la ejecución de la pena.

3. JUSTIFICACIÓN

El retardo procesal es una cuestión de conciencia ciudadana, de cultura,

de formación profesional, sin embargo, es preciso encontrarse en el ejercicio

de la profesión para denotar que no es fácil en un mundo tan corrompido

hacer cumplir el principio de la celeridad procesal contemplado en la Ley

penal adjetiva; empero, es cuestión de ética profesional y por ende es


15
evitable, es por ello que la presente investigación es de suma importancia y

trascendencia, especialmente desde el aspecto socio-político, ético y jurídico;

debido a que propende analizar el retardo procesal y sus implicaciones en el

cumplimiento de las penas en el proceso penal venezolano.

Adicionalmente el sistema penitenciario es una responsabilidad que debe

ser asumida por el Estado, el cual tiene el compromiso y la responsabilidad

para contrarrestar la justicia tardía y garantizar a los privados de libertad se

les realice sus respectivas audiencias en los lapsos establecidos, se cumplan

las penas dictadas y se respeten sus derechos a acceder a las fórmulas

alternativas de cumplimiento de las penas, los cuales están consagrados

tanto en el ordenamiento jurídico nacional como en tratados y pactos

internacionales; para de esta forma, buscar vencer el paradigma que

constituye un túnel sin salida en el que se ha convertido el sistema penal

venezolano.

El presente trabajo es de gran relevancia jurídica y social, en virtud que

fue sometido al análisis correspondiente, el perjuicio llevado a cuesta por los

acusados con ocasión a la sujeción de un proceso penal, como consecuencia

de los retardos procesales, constituyendo unos de los graves problemas que

afectan a la administración de justicia al acusado, haciéndose extensivo a la

familia, por cuanto el camino esperado es la adaptación al sistema

humanitario donde se materialice un concepto de protección y de extremo

cumplimiento de los derechos y las garantías, y se sientan comprometidos

moralmente todos los actores que participan en la consecución de la justicia.


16
Tomando en consideración ser sujetos impulsores, que le den

continuidad al proceso penal, mostrando ante todo un sistema justo,

equitativo, independiente, autónomo, imparcial y de fácil acceso, para que así

adquiera la legitimidad indispensable para hacerse creíble y respetable y así

obtener una tutela judicial efectiva que mantenga un orden social, con

tendencia a la igualdad procesal, imparcialidad y objetividad.

Desde el punto de vista teórico se enfocará en determinar aún más a

fondo lo concerniente con el retardo procesal y sus implicaciones en el

cumplimiento de las penas en el proceso penal venezolano, así como la

ineludible determinación de la incapacidad de los organismos públicos para

hacer cumplir los principios fundamentales de celeridad y justicia oportuna,

así como para garantizar la aplicación de las medidas alternativas al

cumplimiento de las penas a que tienen derecho los privados de libertad.

Constituye además una herramienta para el análisis y el discernimiento

jurídico, como sustento demostrativo de los conocimientos adquiridos durante

los estudios superiores, desarrollando nuevas áreas de conocimientos y

competencias en el área de derechos y garantías fundamentales

especialmente en cuanto al tema relacionado con la injusticia o delito de

denegación de justicia a efecto del retardo procesal.

Desde el punto de vista metodológico esta investigación permite

establecer las bases y servir de soporte para que las futuras investigaciones

sobre esta área de Derecho Penal y Derecho Fundamental, para que así

puedan establecer una idea más precisa y acertada en lo concerniente al


17
tema a tratar en esta investigación, a través de las técnicas e instrumentos

de recolección de información.

4. DELIMITACIÓN

El presente estudio se enmarcará en el área del Derecho Procesal Penal

y Derecho Fundamental, específicamente en la línea de investigación relativa

al Retardo Procesal y sus Implicaciones en el Cumplimiento de las Penas en

el Proceso Penal Venezolano.

En cuanto al contenido de la investigación fue fundamentada con textos y

bases legales como La Constitución Nacional de la República Bolivariana de

Venezuela (1999), Código Penal de Venezuela (2005), Código Orgánico

Procesal Penal (2012), Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia

(2010), Ley Orgánica de la Administración Pública (2001), Código de Ética

del Juez Venezolano y la Jueza Venezolana (2009) y autores como Baratta

(1999) Borderleau (1987) Caferrata (2000) Granadillo (2010), Parra (2009),

Revenga (1992), Ossorio (2010) entre otros. El estudio se delimita

temporalmente en la Ciudad de Maracaibo, durante el periodo comprendido

entre mayo 2016 y abril 2017.

Mención especial merece el propósito expreso contenido en la ley del

plan de la patria 2013-2019, de seguir avanzando en el desarrollo de un

modelo de seguridad pública para la protección de la vida humana y

direccionar una definitiva revolución en el sistema de administración de

justicia, para acabar con la impunidad, lograr la igualdad en el acceso y


18
erradicar el carácter clasista y racista en su aplicación desatando la potencia

contenida en la Constitución Bolivariana, logrando la irrupción definitiva del

nuevo Estado Social y Democrático, de Derecho y de Justicia.

Para esta investigación observamos el enunciado del Segundo Gran

Objetivo Histórico: “Continuar construyendo el Socialismo Bolivariano del

siglo XXI en Venezuela, como alternativa al modelo salvaje del capitalismo y

con ello asegurar la “mayor suma de seguridad social, mayor suma de

estabilidad política y la mayor suma de felicidad”, para nuestro pueblo”

Con relación a los objetivos nacionales, la investigación está íntimamente

relacionada con el Objetivo Nacional 2.2 “Construir una sociedad igualitaria y

Justa” y se desarrolla en el objetivo específico 2.2.1.30. “Combatir la

impunidad, el retraso procesal de pena y de otros beneficios, en coordinación

con el Ministerio Público, Defensa Pública y Poder Judicial.

De igual manera, la investigación es transversalizada por el objetivo

Nacional 2.4 “Convocar y promover una nueva orientación ética, moral y

espiritual de la sociedad, basada en los valores liberadores del socialismo.” Y

con especial adminiculación en el objetivo específico 2.4.3.1. “Fortalecer el

sistema de administración de justicia mediante la dotación de los medios

necesarios para su óptimo desempeño, incluyendo el nivel de investigación

criminal que permita combatir la impunidad.”

Delimitada la investigación, y con el fin de dar inicio al estudio del Retardo

Procesal y sus Implicaciones en el Cumplimiento de las Penas en el Proceso

Penal Venezolano, se abordarán los antecedentes que aportaron ideas

concretas útiles a la presente investigación.

También podría gustarte