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La pedagogía como ciencia. Ensayo

María del Pilar Castro Rivero y Liliana del Rosario Montes Hernández

Maestría en Recursos Digitales Aplicados a la Educación, Universidad de Cartagena

Pedagogía y TIC

José William Ramírez Aponte

12 de octubre de 2020
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La pedagogía como ciencia

La pedagogía es una ciencia muy compleja ya que estudia la manera de enseñar, los

procesos como se dan los aprendizajes, la administración de los recursos educativos, y el

currículo, es decir, todo lo relacionado con la educación y la posición de los valores de

conocimiento del ser humano en la sociedad y los cambios que éste sufre; su visión principal es

construir procesos que garanticen una formación de alto valor.

Cuando se habla de pedagogía, se debe analizar cuáles son los procesos de

enseñanza existentes, para reforzar o elaborar mejores estrategias que ayuden al estudiante a

construir el conocimiento de manera significativa; de igual forma, se debe reconocer cuál es la

dinámica entre docente y estudiante, qué se está enseñando, qué se aprende y para qué se

aprende; lo que permite evaluar la manera cómo se lleva a cabo la formación del estudiante

dentro de un sistema educativo, así como su capacidad de reinvención y reconstrucción dentro

de un horizonte culturalmente cambiante.

De acuerdo al anterior planteamiento, es importante que el docente aborde dos grandes

interrogantes ¿Cuál es la naturaleza epistemológica de la pedagogía? y ¿De qué manera se

expresa el saber pedagógico? ya que es él quien debe orientar toda la dinámica educativa.

En cuanto al primer interrogante, la pedagogía, mirada desde la lente de la

Epistemología, va en la búsqueda de la validez de los conocimientos construidos en ella, vigila

que la enseñanza y el aprendizaje contribuyan a la construcción de seres humanos con un gran

sentido de compromiso social, defensores de la paz, de la justicia social y de la equidad; que

esté siempre abierta al proceso de descubrimiento y construcción de los conceptos,

considerándola como una ciencia autónoma e independiente, que se ha ido construyendo a lo

largo de la historia. Asimismo, se asume como un conjunto de saberes que permiten potenciar

procesos cognitivos, meta cognitivos, actitudes, habilidades, destrezas y valores, a partir de la

comprensión teórica-práctica del proceso de construcción del conocimiento, tanto en


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estudiantes como en docentes. Así, la epistemología de la pedagogía se convierte en una

herramienta que permite problematizar el quehacer educativo en la escuela, articular la práctica

pedagógica con otras disciplinas, dar validez a la experiencia en el proceso de construcción del

conocimiento y vincularla a los fundamentos teóricos que la soportan y le dan validez científica.

Con respecto al segundo interrogante, el docente debe tener claro que el saber

pedagógico es su saber propio, el cual trasciende los límites de la pedagogía, y está

sustentado en procesos inter y trans disciplinarios. Este saber se basa en métodos, teorías y

modelos pedagógicos de enseñanza y aprendizaje; se encuentra constituido por un conjunto de

saberes, disciplinas y discursos científicos, prácticas, relaciones e interacciones que se llevan a

cabo al interior de la acción educativa y que pone en funcionamiento cotidianamente en su

labor de enseñante, a partir del planteamiento de unas preguntas ineludibles a su propia

función y al mismo discurso pedagógico como por ejemplo: ¿qué enseñar?, ¿a quién se

enseña?, ¿para qué se enseña?, ¿cómo enseñar?, ¿dónde y cuándo enseñar?

La forma como se acoge y se reflexiona dicho saber pedagógico por parte del docente

se constituye en una posibilidad para la creación de escenarios apropiados para el ejercicio

pedagógico, en donde a mayor saber, mayores posibilidades de transformación social, y

también, mayor capacidad de construcción del conocimiento por parte del estudiante. En este

sentido, Zuluaga (1987), afirma que la pedagogía es “la disciplina que conceptualiza, aplica y

experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos, en las

diferentes culturas” (p. 5) permitiendo comprender que la enseñanza de saberes específicos

debe estar en constante socialización, construcción y reconstrucción entre docentes y

estudiantes.

Dicho planteamiento conlleva a reflexionar acerca del rol formativo de las instituciones

educativas, puesto que son las llamadas a formar a las personas de manera integral, desde lo

conceptual, procedimental, actitudinal y axiológico. Por ejemplo, en la institución educativa

Jaime Garzón, en la cual se va a desarrollar el proyecto de investigación de la maestría, se


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plantea un modelo pedagógico basado en el constructivismo (Institución Educativa Jaime

Garzón, 2019), sin embargo, esto no se ve reflejado en la realidad. En esta situación están

involucrados algunos docentes que aún se consideran a sí mismos, dueños del conocimiento y

a los estudiantes, recipientes a los que hay que llenar de teorías, leyes y significados.

Del mismo modo, se observa que no se tienen en cuenta adecuadamente, los intereses,

las aptitudes y los ritmos evolutivos de aprendizaje; así como tampoco se logra propiciar

estrategias de enseñanza que trasciendan la reproducción textual y memorística de los

conceptos, la implementación de las TIC se convierte en un mero corte y pegue de imágenes y

actividades ya propuestas en el internet plasmadas en una guía poco flexible. Para no caer en

estos errores, es necesario tener claro que la pedagogía además de ser una ciencia, es una

construcción social encaminada a la formación del ser humano bajo una mirada crítica y

reflexiva de su contexto, capaz de responder a las exigencias del nuevo milenio.

En conclusión, la comprensión de la pedagogía nos lleva a problematizar los procesos

de enseñanza, a dar valor a las potencialidades del pensamiento creativo de los estudiantes, a

reflexionar sobre el trabajo del aula para entender por qué o cómo implementar ciertas

estrategias; a evaluar con una mirada crítica el quehacer diario en la escuela, descubriendo

qué está mal o qué merece cambiarse radicalmente al interior del acto educativo, a preparar las

clases tomando en cuenta factores como el tiempo, la secuenciación e interdisciplinariedad de

los contenidos, la manera como aprenden los estudiantes y las estrategias de enseñanza que

se adecúen mejor a sus necesidades.

Esta reflexión permanente nos puede llevar a ser mejores docentes, a ser innovadores,

proactivos, investigativos, con capacidad de usar las TIC para aplicar nuevas estrategias, que

permitan desarrollar actitudes donde se valore ciento por ciento el trabajo de los estudiantes y a

la vez, podamos generar en ellos una actitud de cambio en la que conozcan su realidad y sean

capaces de transformarla positivamente.


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Referencias

Institución Educativa Jaime Garzón (2019). Proyecto Educativo Institucional. Archivo

institucional. San José de Cúcuta, Norte de Santander.

Zuluaga, O. (1987). Pedagogía e historia: la historicidad de la pedagogía: la enseñanza, un

objeto de saber. Ediciones Foro Nacional por Colombia.

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