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• Se tutelan a través del recurso de inconstitucionalidad (art.
161.1.a) por los órganos legitimados para ello.
Además, el art. 53.2, establece una tutela reforzada o garantía
reforzada de protección para los derechos y libertades contenidos
en el art.14 y la Sección Primera del Capítulo II (art. 15 a 29-
derechos fundamentales en sentido estricto), es decir, además
de las garantías anteriores, también los ciudadanos pueden
recabar su tutela ante los tribunales ordinarios a través de un
procedimiento basado en los principios de preferencia y
sumariedad (denominado amparo ordinario) y además, en su
caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional. También, según el art. 81 CE, están sometidos
también a reserva de un tipo específico de ley: ley orgánica; es
decir, que cuando se desarrollan por ley estos derechos lo han de
hacer mediante ley orgánica, no ley ordinaria. Por tanto, las
garantías de estos derechos serían las siguientes:
• Vinculan a todos los poderes públicos: tienen eficacia directa e
inmediata frente a los poderes públicos, siendo derechos
subjetivos exigibles ante los tribunales aunque no exista ley que
los haya desarrollado.
• Reserva de ley orgánica: su desarrollo legislativo ha de
provenir obligatoriamente de las Cortes Generales (no del
Gobierno) y con los requisitos del artículo 81 de la CE.
• Mandato al legislador de respetar su contenido esencial.
• Se tutelan a través del recurso de inconstitucionalidad (art.
161.1.a) por los órganos legitimados para ello.
• Los ciudadanos pueden recabar su tutela ante los tribunales
ordinarios a través del amparo ordinario, procedimiento basado
en los principios de preferencia y sumariedad.
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• Y si los tribunales ordinarios no reparan la lesión de los
derechos fundamentales a través de ese amparo ordinario, los
ciudadanos podrán acudir al Tribunal Constitucional a través
del recurso de amparo constitucional.
1 Recordar que el artículo 9.1 de la CE también expresa lo que signi ca el Estado de Derecho.
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En efecto, la Constitución impone al legislador, en el apartado 1
del art. 53, la obligación de “respetar” el contenido esencial de los
derechos fundamentales, obligación que constituye una garantía
adicional a la reserva de ley. Mediante la reserva de ley se
atribuye al poder legislativo en exclusiva la potestad de “normar”
el desarrollo de los derechos y libertades; pero además, al obligar
al legislador a respetar el contenido esencial de tales derechos y
libertades, se imposibilita que el desarrollo legislativo vacíe de
contenido material los preceptos constitucionales. De esta manera
se evita el peligro de que el reconocimiento constitucional de los
derechos fundamentales sea puramente formal, y se dota a dichos
preceptos de un contenido material intangible.
Esta obligación de respetar el contenido esencial de los derechos
y libertades impone un límite al legislador: éste debe desarrollar
legislativamente los preceptos constitucionales, pero NO puede
hacerlo de tal forma que el reconocimiento constitucional se
vuelva inoperante. Se trata de respetar obligadamente un núcleo
mínimo, a partir del cual el legislador puede operar ampliando
más o menos las condiciones de ejercicio de los derechos.
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la libertad de asociación. Si un derecho, en su desarrollo
legislativo, no reúne esos rasgos que lo identifican como
perteneciente a la idea generalmente asumida del mismo, se
vulnera su contenido esencial. Por tanto, el contenido
esencial estaría constituido por el conjunto de rasgos que
permiten reconocer a un derecho como perteneciente al tipo,
idea o categoría generalmente asumida del mismo.
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3.- GARANTÍAS JURISDICCIONALES DE PROTECCIÓN DE
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES (O DOBLE TUTELA
DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES EN SENTIDO
ESTRICTO): A) EL PROCEDIMIENTO PREFERENTE Y
SUMARIO DE DEFENSA DE LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES. B) EL RECURSO DE AMPARO
CONSTITUCIONAL.
A).- EL PROCEDIMIENTO PREFERENTE Y SUMARIO DE
DEFENSA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.-
(PRIMERA TUTELA DE LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES en sentido estricto)
El artículo 53.2 de la CE contempla este tipo de procedimiento
para la defensa de los derechos recogidos en el art. 14 y la
Sección 1a del Capítulo II del Título I de la CE, es decir, para
la defensa de los llamados derechos fundamentales en sentido
estricto consagrados en los art. 14 a 29 de la CE.
Se trata de un procedimiento tramitado ante los tribunales
ordinarios, es decir, ante los juzgados y tribunales integrantes del
poder judicial, procedimiento que tiene las características de
“preferencia y sumariedad”.
Que un procedimiento tenga carácter preferente significa que se
le asigna un turno especial para ser tramitado con anterioridad a
los demás. Y un procedimiento es sumario cuando está regulado
de modo abreviado, es decir, que los plazos establecidos para
cada trámite son más cortos y que los medios de prueba son
limitados.
Aunque la jurisdicción (ordinaria-jueces y magistrados del Poder
judicial) es única (por el principio de unidad jurisdiccional), la
misma se divide en distintos órdenes jurisdiccionales: civil, penal,
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contencioso administrativo y social (que es lo mismo que
laboral).
Cuando se proclamó la CE de 1978, entró en vigor casi al mismo
tiempo una Ley para proteger los derechos fundamentales
contenidos en los art. 14 a 29 de la CE, ante los tribunales
ordinarios, por ese procedimiento preferente y sumario al que ese
refiere la Constitución en el art. 53.2. Dicha ley fue la 62/1978 de
26 de diciembre de Protección Jurisdiccional de los Derechos
Fundamentales de la Persona. Aquella ley ya ha sido derogada y
ahora ese procedimiento preferente y sumario de protección se
encuentra regulado en cada una de las leyes procesales (leyes de
procedimiento) de cada uno de los cuatro órdenes jurisdiccionales
(civil, penal, contencioso- administrativo y social); es decir:
El procedimiento preferente y sumario en el orden jurisdiccional
civil está regulado en la ley procesal o de procedimiento civil,
que es la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC).
El procedimiento preferente y sumario en el orden jurisdiccional
penal, está regulado en la ley procesal o de procedimiento penal,
que es la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim).
El procedimiento preferente y sumario en el orden jurisdiccional
contencioso-administrativo está regulado en la ley procesal o de
procedimiento contencioso-administrativo, que es la ley de la
Jurisdicción Contencioso- Administrativa (LJCA).
El procedimiento preferente y sumario en el orden jurisdiccional
social (laboral) está regulado en la ley procesal o de
procedimiento laboral, que es la Ley Reguladora de la
Jurisdicción Social
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estricto a que se re ere el art. 53.2 de la CE, y que vamos a
tratar en el siguiente epígrafe.
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Objeto (o pretensión) del recurso de amparo ante el TC:
En el recurso de amparo constitucional la violación del derecho
fundamental ha de haberse cometido, no por un particular contra
otro particular, sino por un “poder público” contra un particular.
El recurso de amparo, según lo dispuesto en el art. 53.2 de la CE,
protege de cualquier acto de los poderes públicos que atente
contra los derechos consagrados en los preceptos siguientes:
• Art. 14 de la CE (principio de igualdad).
• Sección 1ª del Capítulo II del Título I de la CE, es decir,
derechos fundamentales y libertades públicas contenidos en los
art. 15 a 29 de la CE.
• Derecho a la objeción de conciencia al servicio militar (art. 30
de la CE). Este último NO es un derecho fundamental en
sentido estricto pero sí está protegido por el recurso de amparo,
según lo dispuesto en el art. 53.2 CE.
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Las lesiones de derechos fundamentales que no proceden de
poderes públicos sino de particulares, como ya se vio, han de ser
reparadas por los órganos judiciales (tribunales ordinarios), que
son los amparadores ordinarios de nuestros derechos. Ahora bien,
si dichos jueces y tribunales no reparan esas lesiones, con ello
están, a su vez, violando derechos fundamentales y, dado que los
órganos judiciales poseen la naturaleza de poder público, sus
decisiones sí son impugnables a través del recurso de amparo ante
el TC.
Procedimiento del recurso de amparo constitucional:
Están legitimados para interponer el recurso de amparo:
• Cualquier persona natural o jurídica que invoque un interés
legítimo.
• El Defensor del Pueblo.
• El Ministerio Fiscal.
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Principio de Subsidiariedad:
El Tribunal Constitucional ha recordado repetidamente que el
recurso de amparo es un instrumento “subsidiario” de protección
de los derechos fundamentales. Ello es así porque a quien
corresponde la defensa de los derechos de manera inmediata es a
los órganos que encarnan el Poder Judicial (tribunales ordinarios),
“garantes naturales” de dichos derechos. La intervención del
Tribunal Constitucional a través del recurso de amparo tiene,
pues, un carácter extraordinario y último, justificada sólo ante la
ineficacia que en casos concretos pueda tener la intervención
judicial.
Los requisitos en que se concreta el “carácter subsidiario” del
recurso de amparo son los siguientes:
• a) Sólo se puede acudir al recurso de amparo ante el TC
cuando se hayan agotado todos los instrumentos ordinarios
de defensa de los derechos fundamentales (que se hayan
utilizado todos los recursos pertinentes ante los tribunales
ordinarios).
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Las sentencias de amparo:
Las sentencias de amparo pueden ser estimatorias o
desestimatorias de la demanda de amparo. Las estimatorias
generalmente contendrán los siguientes pronunciamientos:
• Declaración de nulidad del acto o resolución impugnados.
• Reconocimiento del derecho o libertad vulnerado.
• Restablecimiento del recurrente en la integridad de su derecho,
debiéndose adoptar las medidas que sean necesarias para ello.
La interpretación de la Constitución que realiza el TC al resolver
los recursos de amparo ha de ser respetada por todos los poderes
públicos, incluidos los juzgados y tribunales.
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Su origen está en el Ombudsman recogido por primera vez en la
Constitución Sueca de 1809 y de gran tradición en el Derecho
constitucional del norte de Europa.
El mandato del Defensor del Pueblo es de cinco años, y es
reelegible. Cualquier ciudadano español, mayor de edad y en
pleno disfrute de sus derechos civiles y políticos, puede ser
elegido Defensor del Pueblo. El procedimiento de elección viene
regulado en la Ley Orgánica del Defensor del Pueblo y tiene
como finalidad asegurar la independencia e imparcialidad en el
ejercicio de sus funciones.
Funciones:
Al Defensor del Pueblo le corresponde la defensa de todos los
derechos y libertades del Título I (fundamentales y no
fundamentales) y para ello puede supervisar la actuación de las
Administraciones Públicas. Así mismo, el Defensor del Pueblo
debe controlar que la actividad de las Administraciones Públicas
se adecue a los principios señalados en la Constitución y al resto
del ordenamiento jurídico.
La forma habitual de actuación del DP es la supervisión de la
actividad de las Administraciones, informando de ello al
Parlamento (Cortes Generales) a través del Informe anual. En ese
sentido, su competencia se extiende a la totalidad de órganos y
autoridades y funcionarios de la Administración General del
Estado, de las administraciones de las Comunidades Autónomas y
de las Corporaciones Locales. Asimismo puede intervenir ante
quienes actúen como agentes o colaboradores de cualquiera de
esas administraciones en el cumplimiento o realización de fines o
servicios públicos (es decir, realizando funciones públicas por
delegación de la Administración, como por ejemplo una
Federación Deportiva).
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Las actuaciones del DP se inician de oficio o a instancia de
cualquier persona natural o jurídica que invoque un interés
legítimo (incluso si se encuentra presa o es un menor de edad). Si
se inicia a instancia de parte, se harán en forma de queja, que
deberá ir firmada, no admitiéndose las quejas anónimas. El plazo
de presentación es de un año a partir de que se tenga
conocimiento de los hechos objeto de la queja.
El procedimiento ante el DP es gratuito, sin necesidad de abogado
o procurador.
Una vez admitida la queja, el DP, o el miembro de su oficina en
quien delegue, tiene capacidad para personarse en cualquier
centro de la Administración pública o dependiente de la misma, al
objeto de comprobar datos, hacer entrevistas o estudiar
expedientes o documentación, cuyo examen no se le puede negar,
incluso aunque se trate de documentos declarados secretos de
acuerdo con la ley. Sólo se contempla como excepción que el
Gobierno, reunido en Consejo de Ministros, acuerde no remitir
documentos declarados secretos.
La autoridad o funcionario que obstaculice la actuación del DP,
negándose o dilatando indebidamente el envío de informes, o
dificultando el acceso a los informes o documentación necesaria
para la investigación, serán castigados como reo del delito de
desobediencia (art. 502.2 CP).
Como resultado de sus investigaciones, el DP puede:
• Dirigirse por escrito al funcionario responsable y a su superior
jerárquico haciéndole saber su criterio sobre si la queja ha sido
originada por abuso, arbitrariedad, discriminación, error,
negligencia u omisión en su actuación. Y en caso de tener
conocimiento de hechos presuntamente delictivos, debe
ponerlos en conocimiento del Fiscal General del Estado.
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• También puede proponer al órgano competente de la
Administración pública la modificación de los criterios
utilizados para dictar la resolución o acto que haya motivado la
investigación.
• Sugerir al órgano legislativo o Administración competente la
modificación de aquellas normas cuyo cumplimiento riguroso
pudiera ocasionar situaciones injustas o perjudiciales para los
administrados.
• También puede formular a las autoridades o funcionarios de las
administraciones públicas advertencias, recomendaciones,
recordatorios de sus deberes legales y sugerencias para la
adopción de nuevas medidas.
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B) EL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
(TEDH).-
Tras la Segunda Guerra Mundial, se creó en Europa en 1949 el
Consejo de Europa, con el objetivo de consolidar la paz, la
democracia y el Estado de Derecho y avanzar en la
profundización de los derechos humanos. En la actualidad forman
parte de esta organización internacional 47 Estados miembros.
La pieza esencial para asegurar en Europa los derechos humanos
básicos la constituye el Convenio Europeo (o Convención
Europea) para la Protección de los Derechos y las Libertades
Fundamentales, firmado en Roma el 4 de noviembre de 1950 (en
adelante CEDH). En su preámbulo se dice que la finalidad del
Consejo de Europa es conseguir una unión más estrecha entre sus
miembros y que uno de los medios para alcanzar esta finalidad es
la protección y desarrollo de los derechos fundamentales y las
libertades públicas.
Por el hecho de acceder al Consejo de Europa, los Estados
miembros están obligados a suscribir el CEDH.
El sistema de control establecido en el CEDH es un Tribunal que
actúa en Estrasburgo (Francia) con carácter permanente, con
jurisdicción obligatoria en todos los asuntos que se refieran a la
interpretación y aplicación del CEDH, incluyendo las demandas
individuales e interestatales. Se trata del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos (TEDH).
El TEDH se compone de un número de jueces igual al de los
Estados integrantes del Consejo de Europa, elegidos por la
Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa por mayoría
absoluta de votos, de entre una terna de candidatos propuestos por
cada Estado. El mandato de los jueces es de nueve años.
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Las demandas interestatales pueden ser presentadas por cualquier
Estado parte que entienda que otro Estado parte ha incumplido lo
dispuesto en el CEDH o sus protocolos (13 protocolos),
vulnerando con ello alguno de los derechos protegidos. Las
demandas individuales, que son las más numerosas e importantes,
pueden ser presentadas por cualquier persona física, organización
no gubernamental o grupo de particulares, que se consideren
víctimas de una violación, por un Estado parte, de alguno de los
derechos reconocidos en el CEDH o sus protocolos, debiendo
haber agotado previamente las vías de recurso internas y
debiendo presentarse la demanda en el plazo de seis meses a
partir de la fecha de la resolución interna definitiva.
Siendo el CEDH un tratado internacional ratificado por España,
sus preceptos forman parte de nuestro ordenamiento jurídico
interno, según lo dispuesto en el art. 96 de la CE. Por tanto, el
TEDH puede declarar la responsabilidad internacional de España
por vulneración de los derechos protegidos por el CEDH o sus
protocolos, bien a través de un procedimiento instado por otro
Estado parte, o bien por una persona física, una organización no
gubernamental o grupos de particulares víctimas de la lesión. Y
una sentencia estimatoria de la demanda sería vinculante para
España, aunque contradiga lo resuelto por los órganos
jurisdiccionales internos, debiendo llevarse a cabo su ejecución.
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