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Valle de Talca
Grado: Segundo
Bibliografía:
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Venerable Maestro Compañero, Venerable Maestro en Titulo, Autoridades de Oriente en sus
Cargos y Dignidades, Queridos Hermanos Maestros y Queridos Hermanos Compañeros.
En su momento el antiguo deber se planteó para un objeto preciso, que es definir los deberes
éticos que debían seguir los integrantes de la Francmasonería. De hecho su objetivo se plantea en
su mismo título, que señala textualmente:
“El antiguo deber de los francmasones Extraídas de los antiguos registros de logias de más allá del
mar y de Inglaterra Escocia e Irlanda, para el uso de las Logias de Londres. Debe ser leído en la
formación de nuevos hermanos, o cuando el Maestro lo ordene.”
Por lo que se puede plantear que es el punto culmine de los deberes éticos que asumió la
masonería operativa, desde su origen. Al punto, que la misma constitución le asigna el nombre de
“Gran Arquitecto del Universo”, dixit, al Creador de éste. Los que son traspasados, formalmente, en
ese momento a la masonería especulativa.
Si bien el termino Charges, puede traducirse como carga, responsabilidad o deber, entre otras
acepciones. Masónicamente, se le asocia como el término deber, relacionando éste con el deber o
imperativo ético, que ha tenido y debe tener un masón aceptado de practicar la razón, la virtud y la
rectitud. De modo que el Antiguo Deber se refiere a un conjunto de principios éticos que,
históricamente, han considerado fundamentales para los miembros de la masonería operativa y a
partir de ese momento, por la masonería especulativa, constituyéndose así en uno de los
elementos clave en la formación de nuevos miembros. Ya que desde el punto de vista filosófico,
puede afirmarse que el deber es, en una primera etapa, la sujeción del individuo a ciertas
exigencias derivadas de un medio social en que se desenvuelve. Con el paso del tiempo, este
sujeto llega a adquirir el "sentimiento de su dignidad personal", lo que significa que esta persona
adquiere conciencia de su propio valer, independientemente, del grupo social al que pertenece.
Este sentimiento del deber, como el cumplimiento de ciertos principios éticos que se imponen a la
conciencia, cuya respuesta es la necesidad de obedecer y cumplir con estos preceptos o mandatos.
Así el individuo se ve impulsado a prestar ayuda espiritual o material a sus semejantes en
determinadas circunstancias de la vida, con el fin de que, a la postre, él también pueda disfrutar de
los mismos derechos o garantías, hechos que, generalmente, están establecidos en los códigos
éticos de las organizaciones a que pertenece, a través de su historia.
Estos códigos éticos conducen, en términos formales, a la idea del llamado imperativo categórico,
planteado por Immanuel Kant en 1785, que ha pasado a ser el concepto central de toda la
ética deontológica moderna posterior, ya que indica que éste, es un mandamiento autónomo, o
sea totalmente independiente de una religión o ideología y es autosuficiente y capaz de regir
el comportamiento humano en todas sus manifestaciones
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En términos más coloquiales, el imperativo categórico, conduce a una disciplina o exigencia ética
mucho más estricta, aún que la asociada a obligaciones religiosas o ideológicas, ya que sostenía la
necesidad de hacer el bien, incondicionalmente, o sea, "realizar una acción como buena en sí
misma y sin relación a ningún otro fin". Luego, el hombre, "tiene libertad moral para hacer o no, lo
que su conciencia le ordena y que es para él un deber". Esto lo puede llevar a realizar acciones que
debe hacer aún en perjuicio de sus propias inclinaciones o beneficio. Lo que conduce a que, desde
un punto de vista intelectual y ético, el individuo debe luchar, constantemente, tanto por el
enriquecimiento como el perfeccionamiento de sus facultades mentales, con el fin de acrecentar la
cultura y el saber, para poder apreciar los fenómenos que le rodean con independencia de criterio
y no aceptar, en forma pasiva o dogmática, las opiniones y creencias de los demás. Así, cada
persona se forma sus propias convicciones y concepciones de la vida y del mundo inmaterial.
Para la masonería el Antiguo Deber se remonta al origen mismo de la humanidad, al señalar que el
mismo Dios Creador, en su forma de Gran Arquitecto del Universo, inicia al mismo Adán en las
prácticas de la masonería y en particular define que las obras humanas se sujeten a las leyes de la
Geometría. Estos conocimientos comienzan a ser traspasados de generación en generación, por los
descendientes de Adán, a los caldeos, de estos a los egipcios, a los griegos y a los romanos, para
llegar a los gremios de constructores medievales, quienes practicaban un conjunto de valores y
principios que guiaban la conducta de sus miembros. Estos valores incluían la honestidad, la
integridad y la fraternidad, basándose en la creencia de que los miembros debían trabajar juntos
para construir, un templo que fuera más grande que ellos mismos. Para lo cual se estructuraban
jerárquicamente, por lo que cada miembro tenía un rol específico en la construcción de la obra.
También creían que estos valores deberían ser transmitidos de generación en generación y que sus
miembros debían esforzarse por mejorar continuamente. Para esto se elaboraron diversos
documentos que sirvieron para definir los derechos y deberes de sus integrantes, tanto para la
Orden, el Gran Arquitecto del Universo, entre sí y la humanidad toda.
Cabe señalar que, con la evolución de la humanidad, algunos de los preceptos han sufrido algunas
adecuaciones etimológicas, pero sus principios e ideales permanecen inalterables y aún están en
aplicación.
1. lo que se refiere a Dios y a la religión, en que se señalan los deberes de los masones que
tienen a su concepción de la divinidad y que practiquen una religión que consiste en ser
hombres buenos, de honor, probos y leales. De manera dejar a un masón en completa
libertad respecto a sus opiniones personales.
2. de la autoridad civil, superior e inferior, que señala que un masón, debe ser una persona
tranquila, sometida a las leyes del país donde esté establecido y no debe tomar parte en
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acciones contra la paz y la prosperidad del pueblo, ni mostrarse rebelde ante la autoridad
política del lugar donde habita.
3. de las Logias, donde se indica que las Logias son los lugares donde los masones se reúnen
para trabajar, y que todos los Hermanos deben formar parte ésta y someterse a sus
reglamentos particulares y a las ordenanzas generales. Además, señala que los principales
requisitos de ingreso en calidad de miembro a una Logia, esta ser una persona buena y leal,
libre de nacimiento, de edad madura y razonable y de buena reputación.
4. de los maestros, inspectores, compañeros y aprendices, en esta sección se definen las
condiciones que debe reunir los masones para que puedan ejercer los distintos cargos en una
Logia y las obligaciones que están asociadas a su ejercicio.
5. del reglamento de la corporación durante el trabajo, en este acápite se señalan las
obligaciones y forma en que desarrollan los masones los trabajos profanos, señalando
expresamente la obligación de conducirse cortésmente, tanto dentro como fuera de la Logia y
que todos los masones deben trabajar a conciencia, lealmente, para que puedan recibir su
salario con reconocimiento, sin murmuraciones ni observaciones. Al tiempo que deben
enseñar el oficio a los Hermanos jóvenes, para que éstos aprendan a emplear bien los
materiales, al paso que mediante esta fraternal enseñanza se consolide entre ellos la más
estrecha amistad
6. de la conducta, donde detalla la forma en que un masón debe comportarse ante diversas
situaciones como: en los trabajos de una Logia, en cuando los trabajos de una Logia están
cerrados, pero estando aún los Hermanos reunidos, las reglas de conducta cuando los
Hermanos están fuera de la Logia y sin la presencia de extraños, las reglas de conducta que
debe observarse delante de los que no son masones, las reglas de conducta que deben
observarse por los masones en su propia casa y entre sus vecinos y, finalmente, la conducta
que debe observarse con un hermano extranjero.
Como se aprecia el Antiguo Deber resume a partir de una colección de textos, leyendas, mitos y
tradiciones que se remontan a los primeros días de la Orden, la que se originó como una
asociación de constructores de edificios y templos, los códigos de obligaciones o deberes o
responsabilidades que asumieron los miembros de la Orden, hacia la humanidad y ellos mismos,
los que se tradujeron en valores y principios éticos que guiaron su conducta y que la traspasaron a
la Francmasonería moderna.
Por lo que el camino que un Hermano masón y en particular un compañero recorre como miembro
de la Orden, encuentra en el Antiguo Deber, una fuente de luz para su conciencia ilustrada, incluso
ahora tras 300 años de que fuera impreso, es quizás hoy cuando más que nunca se requiere.