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A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

S.·. F.·. U.·.

ANATOMÍA DEL ALMA INMORTAL

¿ES LA INMORTALIDAD DEL ALMA UN DOGMA PARA LA


MASONERÍA?1

“(… )la inmortalidad (…) tiene que ser conquistada por cada cual mediante
actos de libertad que progresivamente la vayan insertando en la eterna
conexión espiritual de la vida Única. Quién en la presente existencia no se
empeña en cumplir realmente su determinación más íntima, quién se queda
inerte, ateniéndose a la imagen sensorial de lo que puede y debe, ese llega
a extinguirse”. Johann Gottlieb Fichte

PROEMIO
Los francmasones al convenir en su ingreso la particular
aceptación de un Principio creador y la personal concepción y
esperanza de una vida trascendente y la también individual noción de
un Alma Inmortal, no adquieren el compromiso con un cuerpo
teológico, ni con filosofía ni moral religiosa alguna. Es por ello que no
existe ni podrá de ninguna manera existir un tratado de teología ni
metafísica masónica. Sobre esta hipótesis de trabajo, desarrollo una
particular visión periférica sobre este importante tema. No debemos
forzar ni profundizar el estudio masónico de estas premisas, sin
correr el riesgo de entrar en el campo de lo ajeno e inconveniente,
por lo que siempre debemos tener la precaución de observar que se
trata sólo, de un atisbo de interpretación propia.

1.- INTRODUCCIÓN AL TEMA


Con poca frecuencia se aborda esta particular e importante
temática filosófica, religiosa y existencial, de fundamental relevancia
para la Orden Francmasónica en su permanente indagación en los
misterios del Ser.

1
I Ateneo Masónico de la Resp.·. Log.·. “Libertad Española” Nº 101, Cs, 5-5-2018
Invito a quienes con interés leen el presente trabajo, a
continuar una interminable pesquisa en bien de nuestro crecimiento
espiritual y desarrollo masónico.

El propósito esencial que se pretende con los siguientes


planteamientos, además de estimular el interés en la materia, es
exponer el pensamiento diverso que ronda la existencia del hombre,
por su origen, esencia y trascendencia.

2.- LOS AUGUSTOS MISTERIOS DE LA MASONERÍA


Como premisa conceptual diremos que el secreto es aquello
conocido por pocos. El misterio, no lo conoce nadie. Lo Augusto,
alude a lo más alto, grande y magnánimo, dícese superior. Nuestros
Augustos Misterios están referido entonces, al origen, esencia y
trascendencia del Ser. No existen mayores misterios que los
enmarcados por esas incógnitas. Por ello, sobre estos tópicos, sólo
lograremos aproximaciones, y sería una ingenuidad, pretender
derivar de estos, verdades absolutas e incuestionables, por lo demás,
ajenas a la visión relativista de la Masonería.

3.- ANTECEDENTES DEL TEMA EN LA FRANCMASONERÍA


Es conocido por todos que, los antiguos constructores de
catedrales tenían un ascendente religioso muy fuerte de quienes eran
sus empleadores y protectores, motivo por el cual nuestros
progenitores artesanales, convenientemente se plegaban
ideológicamente a sus patrocinantes y más aún, cuando ellos
sustentaban el poder político o terrenal al tiempo que hacían lo propio
como máximas autoridades del poder celestial. Prueba de lo
mencionado, son las continuas referencias al santoral cristiano y las
frecuentes alusiones a oraciones y cánticos religiosos en los
Manuscritos, Cargos, constituciones, liturgias y catecismos de la
Masonería Operativa. Esto perdura hasta nuestros días, aun cuando
en algunos casos de manera atenuada.

Desde el nacimiento de los ritos masónicos en la segunda mitad


del siglo XVIII, surgen con algunos de ellos, la identidad como ritos
cristianos, actualmente vigentes.

-2-
4.- LA COLOSAL FRACTURA
La Gran Logia de Francia, nacida en 1728 como Primera Gran
Logia de Francia, tomó su forma y nombre actual de Gran Oriente de
Francia, el 26 de junio 1773 y lidera en escala mundial, la corriente
denominada por ellos como liberal o adogmática. En 1877 suprimió la
concepción de Dios y la inmortalidad del alma, así como también
eliminó el Volumen de la Ley Sagrada, del ara. Cinco años antes, en
1872, lo hizo el Gran Oriente de Bélgica.

La última Constitución vigente de la Masonería francesa


aprobada por el Convento Constituyente el 28 de octubre de 1854,
anterior al cambio de criterio, establecía en su título primero, artículo
primero, lo siguiente:

“La Orden de los Francmasones tiene por objeto la beneficencia, el


estudio de la moral universal y la práctica de todas las virtudes.
Tiene por base: la existencia de Dios, la inmortalidad del alma y el
amor de la humanidad.” (Subrayado nuestro).

Frédéric Desmons (1832-1910), Doctor en Teología, pastor de


la Iglesia Reformada de Francia, que vino del calvinismo, se inició en
la Logia L'Echo el 18 de enero de 1863 a los 31 años. Es
notablemente reconocido como el arquitecto de lo que se conocería
como la Masonería liberal o la Masonería latina. Esta tendencia
masónica ha eliminado en gran medida las referencias al Gran
Arquitecto del Universo (GATU), confiar en su verdad revelada,
restaurar la trascendencia como guía del pensamiento, hacer
aparecer el Libro de la Ley Sagrada en la mesa de juramentos, (no se
llama "el Altar" de los Juramentos), sigue siendo un tema en el
corazón del debate sobre la identidad de la masonería.

Desmons creía, como lo indicó un discurso que dio, que la


Francmasonería era un lugar para la discusión científica, no un lugar
para la discusión de Dogma. Él creía que en la Francmasonería, al
igual que en el gobierno, debería haber una separación entre la fe y
la institución.

-3-
En contraposición a la Masonería de influencia inglesa que
exigía a su membrecía el reconocimiento de la existencia de un
Principio Creador, así como el reconocimiento de un Alma Inmortal; la
presencia en el ara, sobre el altar mientras se ejecutan los trabajos,
de un Volumen de la Ley Sagrada y finalmente, la inmutabilidad de
los Límites o Landmarks de la Orden, la denominó el Gran Oriente de
Francia y su Obediencia, como la Masonería dogmática.

5.- LANDMARKS Y SU VÍNCULO CON LA TEMÁTICA

Antes de abordar el tema central que nos ocupa, permítanme


hacer algunas consideraciones generales sobre los Landmarks de la
Orden masónica y su relación con la materia dogmática que estamos
tratando.

No hay un consenso sobre cuáles y cuántos son los Límites u


Obligaciones de la Francmasonería, como tampoco lo hay sobre su
origen.

Algunas Grandes Logias, principalmente norteamericanas, se


han pronunciado discretamente sobre los Límites que ellos siguen, sin
que como dijimos antes, exista un criterio universal sobre los
mismos. Para el año 2022, al menos el 30% de Grandes Logias
Norteamericanas, siguen la lista de Landmarks, establecida por
Mackey.

El reconocido Francmasón Albert Mackey compiló en 1858, en


XXV los Límites y aun cuando sujeto a respetables observaciones, es
-4-
un referente importante en la Masonería actual. Aun cuando
mantenemos importantes diferencias sobre la cualidad de algunos
Landmarks esbozados por Mackey, no obstante reconocemos en su
clasificación un primordial referente para la Orden. Veamos a
continuación diversos comentarios que sobre los hitos tachados como
dogmáticos, se le hace a esta clasificación y ello incluye a opiniones
del mismo autor.

La Masonería venezolana, oficialmente no ha acogido los


Landmarks de Mackey, tan sólo existe registro de una Declaración de
la Gran Logia de los Estados Unidos de Venezuela aprobada en la
Gran Tenida del 1 de octubre de 1951 y emitida el 1 de enero de
1952 que establece lo siguiente:

“…Cuarto.- Así ratifica solemnemente su adhesión e irrestricto


acatamiento a los Antiguos Límites, Usos y Costumbres de la
Orden que regulan el funcionamiento de las Corporaciones Simbólicas
Regulares del Mundo, y que están en plena armonía con la práctica
de los modernos postulados democráticos que entrañan la justicia
social y el equilibrio humano”. (Negrillas nuestras)2.

La doctrina jurídica de la Masonería nos dice que los extremos


concurrentes para que un límite tenga la cualidad de tal, son los
siguientes:

1.- Debe haber existido desde un tiempo inmemorial.


2.- Debe ser universal.
3.- Debe ser absolutamente irrevocable e inalterable.

Estos requisitos, restringen en gran medida a muy pocos, los


Landmarks verdaderos.

Por su parte, el último requisito, más que ello, es una condición


que da permanencia, integridad, cohesión e identidad a la Orden, en
lugar de una concepción dogmática como se le estigmatiza. Si este
requisito no se hubiera respetado, es probable que una vez la
tecnología y la comunicación como internet, se masificara y abriera al
conocimiento de todos, jamás nos hubiéramos enterado de lo útil y
beneficioso de este Landmark. Descubrimos que los signos, palabras,
tocamientos, usos y costumbres permanecieron inalterables con el

2
Esta reseña está publicada en el Boletín Oficial, Documentos del año 1952 (e.·. v.·.) por la Gran
Logia de los EE. UU. De Venezuela, donde se insertan a manera de información, los XXV
Landmarks de Mackey.
-5-
paso de los siglos e hizo que la Masonería fuese la misma en
cualquier lugar del mundo.

Por su parte el mismo Albert G. Mackey en su Obra “Los


Principios de la Ley Masónica” establece lo siguiente: “Antes de
concluir esta sección introductoria, se puede considerar necesario que
algo debería decirse de los "Antiguos Límites de la Orden", para
quienes se hace referencia tan a menudo”.

“Se han dado varias definiciones de los puntos de referencia.


Algunos suponen estar constituido por todas las reglas y regulaciones
que existían anteriores al renacimiento de la Masonería en 1717, y
que fueron confirmados y adoptados por la Gran Logia de Londres en
ese momento. Otros, más rigurosos en su definición, los restringen a
los modos de reconocimiento en uso entre la fraternidad. Estoy
dispuesto a adoptar un curso intermedio, y definir los Límites de la
Masonería, como todos esos usos y costumbres de la Masonería, ya
sean ritualísticos o legislativos, ya sea que se relacionen con formas y
ceremonias, o a la organización de la sociedad, que han existido
desde tiempo inmemorial, y la alteración o abolición de la cual
materialmente afectan el carácter distintivo de la institución o
destruir su identidad.” (Negrillas nuestra).

Continúa mencionando Mackey en el aparte referido a: “Las


Autoridades de la Ley Masónica.

“Las leyes que gobiernan la institución de la Masonería son de


dos tipos, no escritas y escritas, y de alguna manera puede ser
comparado con el "lex non scripta”, o ley común, y la "lex scripta", o
ley de Juristas ingleses y americanos”.

“La "lex non scripta" o "ley no escrita" de la masonería se


deriva de las tradiciones, usos y costumbres de la fraternidad tal
como han existido desde la más remota antigüedad, y como son
universalmente admitidos por el consentimiento general de
los miembros de la Orden. De hecho, podemos aplicar a estas
leyes no escritas de la Masonería, la definición dada por Blackstone
de la "leges non scriptæ" de la constitución inglesa - que "su original
institución y autoridad no se establecen por escrito, ya que los actos
del parlamento reciben su poder vinculante, y la fuerza de aquellas
leyes, por el uso largo e inmemorial y por su recepción
universal en todo el reino". Cuando, en el curso de este trabajo,
me refiero a estas leyes no escritas como autoridad sobre cualquier

-6-
punto, lo haré bajo la designación apropiada de "uso antiguo".
(Negrillas nuestra)

Así establecida, esta concepción, como veremos más adelante,


difiere del Landmark XIX de Mackey, tal y como se encuentra
enunciado. Admitida tal premisa por el candidato, al igual que la
concepción de un Alma Inmortal (También difiere de lo expresado por
Mackey en su Landmark XX sobre la creencia en la resurrección a una
vida futura) y reunidas las demás condiciones para su admisión, se le
acepta. Si luego, durante el devenir de su vida masónica su búsqueda
y reflexión y como producto de su libertad de Conciencia y
pensamiento y por el Principio de la incesante búsqueda de la verdad,
lo lleva a conclusiones diferentes, por este motivo, no podrá ser
objeto de expulsión ni sanción alguna de la Masonería. Como
veremos más adelante, esta es una gran diferencia con el
dogmatismo religioso y con algunas acepciones de dogma a los que
nos hemos referido y que continuaremos de seguida mencionando.

Antes de proseguir la pesquisa en relación a las diversas


concepciones sobre los dogmas, permítasenos analizar la clasificación
de los Landmarks según Albert Mackey en lo atinente al Principio
Creador, la Inmortalidad del Alma, el Volumen de la Ley Sagrada y la
inmutabilidad de estos hitos.

Al respecto establece Mackey lo siguiente:

Landmark XIX

“La creencia de la existencia de Dios como el Gran Arquitecto del


Universo, es una de las más importantes señales de la Orden. Ha sido
siempre admitido que la negativa de la existencia del Poder
Supremo como Autoridad Preeminente es una descalificación
absoluta para la iniciación. Los anales de la Orden nunca han
otorgado hasta la fecha, ni podría contemplar el caso de que un ateo
declarado fuese constituido masón. Las mismas ceremonias de
iniciación al primer grado prohíben y desde luego impiden la
posibilidad de tal incidente.” (Negrillas nuestra).

Comentario: El reputado autor masónico, introduce la


categórica expresión religiosa de creencia que induce
incuestionablemente a pensar que se trata de un límite admisible por
su evidencia, obviedad y raciocinio en contraste a un artículo de fe y
credo devoto.

-7-
Por otra parte, la redacción del precepto es coincidente con lo
ya expresado por nosotros, de estar presente, fundamentalmente,
ante un requisito de admisión, que de no cumplirse, estaríamos
frente a un real impedimento para poder llevar a término el proceso
de Iniciación masónica tal y como lo prescribe el ritual y ceremonial
masónico que contempla los usos y costumbres de la Masonería
desde tiempos muy remotos.

El siguiente Landmark, íntimamente relacionado con el que le


precede, establece explícitamente esta relación de subsidiaridad,
entre la creencia en Dios y la creencia en la resurrección a la vida
futura, aun cuando personalmente creo que esta prelación, fue
inversa. Debemos puntualizar que la religión católica antes del
Concilio de Constantinopla II, fue reencarnacionista hasta que éste
cónclave aprobó la resurrección para hacerla afín a la resurrección de
Jesús. Hay que precisar que resucitar es volver a vivir en su propio
cuerpo inerte, en tanto que se reencarna o renace en cuerpo
diferente al anterior.

Veámoslo:

Landmark XX

“Subsidiaria a esta creencia en Dios, como una señal de la Orden,


existe la creencia de la resurrección a la vida futura. Esta señal
no es impresa tan positivamente al candidato por las palabras
exactas como la precedente. Pero la doctrina que se enseña por
inducción es perfectamente clara, y comprende el sistema entero del
simbolismo de la Orden. El creer en la Masonería, y no creer en la
resurrección, sería una anomalía absurda que solamente podría
explicarse por medio de la irreflexión, pues aquel que confunde de
este modo su creencia y su escepticismo, es tan ignorante del
significado de ambas teorías, como si no tuviese principio racional
para el conocimiento de una cosa o de la otra.”

Landmark XXI

“Es una señal que el Libro de la Ley debe constituir una parte
indispensable del mobiliario de toda Logia. Digo deliberadamente
Libro de la Ley, porque no se requiere que en todas partes se usen
los Testamentos Nuevo y Antiguo. El Libro de la Ley es ese volumen

-8-
que, por religión del país, se cree contiene la voluntad manifiesta del
Gran Arquitecto del Universo”.

El último Límite establece la inmutabilidad de los 25 hitos


contemplados por Mackey que alude en el fondo a mantener la
identidad e integridad de la doctrina y filosofía masónica. He aquí la
redacción del autor:

Landmark XXV

“La última señal y complemento de todas es que estas señales nunca


pueden ser cambiadas. Nada puede ser sustraído de ellas -y nada
puede ser adherido a ellas-. Ni la menor modificación puede
efectuarse en ellas. Del mismo modo que nos fueron otorgadas por
nuestros predecesores, del mismo modo estamos obligados por los
compromisos más solemnes del deber a trasmitirlas a nuestros
sucesores. Ni un sólo ápice de estas leyes escritas puede ser
revocado o abolido pues, en lo que se refiere a ellas, no solamente
estamos obligados sino que deseamos adoptar la frase de los
atrevidos barones antiguos de Inglaterra Nolumus leges mutari3.”

Atendiendo a una de sus condiciones excluyentes para


considerarlos Límites de la Orden, es su antigüedad desde tiempo
inmemorial, hemos elaborado dos cuadros comparativos referentes a
la inclusión de los temas tratados en este estudio y los Antiguos
Cargos y Antiguos Catecismos de la Orden Francmasónica, donde se
puede constatar la ausencia de ciertos términos y precisos tópicos,
que nos permite ser escépticos en su calidad de Landmarks
auténticos.

A continuación esta relación comparativa donde se muestra la


ocurrencia en estos documentos de palabras clave del presente texto:
3
No queremos que las leyes sean cambiadas
-9-
LAMINA 1

LAMINA 2

Ahiman Rezon 1756 0 12 4 0 0

6.- ¿Posee antigüedad en la Orden, la concepción de un Principio


Creador y la Inmortalidad del alma?
-10-
Hemos elaborado cuadros comparativos parciales de Antiguos
Cargos, Exposiciones, Catecismos, Rituales y Documentos, todos de
vieja data con la finalidad de dar inicio a una pesquisa que nos ilustre
de donde derivan esos principios condicionantes para el ingreso a la
Francmasonería, pero subordinados esos principios de admisión al
Principio principal que nos rige como lo es, “La Incesante Búsqueda
de la Verdad”, sin el cual, todo lo demás pierde sentido.

7.- ALGO ADICIONAL SOBRE LOS DOGMAS


Es oficioso que continuemos analizando el término dogma con
la finalidad de dejar establecido en este análisis, el carácter no
dogmático de la Inmortalidad del Alma en la Francmasonería.

En otra alusión sobre el concepto de dogma, lo refiere como un


enunciado o expresión que debe aceptarse por sí misma sin ponerse
en duda. Es una verdad absoluta, definitiva, inmutable, infalible,
irrevocable, incuestionable y absolutamente segura sobre la cual no
puede flotar ninguna duda. En este sentido, la razón es la propensión
de encontrar secuencias y consistencia, apegada únicamente a
elementos tangibles.

Actuar sin la razón, implica un comportamiento dogmático. Un


dogma es la creencia dada por irrefutable y bajo una prioridad
trascendental. El pensar dogmático es el pensar de los absolutos, de
verdades que van más allá de nuestro reconocimiento y que invoca a
un pensamiento que trasciende a la razón.

El dogmatismo aquí referido, es el descrito por las religiones. El


pensar religioso es dogmático, porque establece verdades
incuestionables sobre el origen, identidad y destino del mundo y las
cosas.

Las religiones no son espacios de discusión y acuerdo, todo lo


contrario, las religiones son la emanación deífica de la verdad. La
religión, a diferencia de la masonería, no se congrega a discutir el
origen, la esencia, trascendencia y razón de las cosas, se congrega
para aceptar una visión no humana, sino celestial y divina, los
conceptos y apreciaciones no se discuten, están ya descritos.

El dogmatismo entonces, no construye y busca la verdad,


porque esta ya fue revelada y simplemente hay que aceptarla y
acatarla, sin reparos.

-11-
Desde este punto de vista, aspiran a un conocimiento que está
más allá de la simple razón evidente y elabora una teología basada
en el sentimiento y la emoción, cimentada en una esperanza
elaborada por la fe nacida en laboratorios ecuménicos.

En Masonería estos principios están fundamentados en lo


evidente y en la razón, la única que puede establecer la regla de la
verdad. La concepción de un Principio Creador y del Alma Inmortal,
es razonable.

Los fundamentos del dogma no están sujetos a discusión o


cuestionamiento; su verdad resulta inobjetable, sea demostrable o
no, sea comprensible o no lo sea, muy diferente a lo establecido por
la Orden Masónica, en cuyo devenir, como ya lo mencionamos, el
Masón en su búsqueda incesante y permanente de la verdad, pudiera
llegar a conclusiones diversas e incluso complementarias de estos
Principios.

Los fundamentos de la Masonería, son evidentes, axiomáticos y


se prueban a sí mismos, son realidades obvias y no un ideal
visionario; nunca serán suficientes para entender la enseñanza
masónica. Si los principios se admiten a priori sin fundamentos
racionales, estamos ante un dogma.

Como ya es costumbre cuando nos referimos a conceptos,


llamemos a la etimología. Del radical indoeuropeo dos o dôk, desde
donde se construyeron los verbos idénticos en cuanto a la forma
(pero no en cuanto al significado) dokeö en griego y doceo en latín
y todos sus muchos derivados: dogma (y los verbos construidos
sobre este sustantivo), dokeuô, dokimazô, doxa (y sus derivados)...
en griego; y en latín: docilis, doctor, doctrix, doctrina, doctus,
documentum, y...dogma. Veamos con mayor detenimiento.

El griego dokeö tiene tres significados fundamentales, uno de


ellos es de nuestro interés: 1) aparecer, tener la apariencia. Es a
partir de este significado que el término "Docetismo" ha sido
denominado herejía, estableciendo que es sólo en apariencia que
Jesús murió en la cruz, pero de ninguna manera realmente: en este
sentido, el Corán es Docetista; 2) pensar, creer, imaginar (vemos allí
la relación con el primer significado); y el tercer significado, 3)
Juzgue bien, decida.

Dogma es consustancial con Dokeô. Tiene dos significados: 1)


opinión, doctrina filosófica (en relación con el segundo significado

-12-
anterior, 2) decisión, decreto (en relación con el tercer significado
anterior).

En tanto la derivación del latín doceo tiene un significado


diferente del griego dokeô, y no están relacionados entre sí. Este
significado es: enseñar, instruir, mostrar. Por lo tanto, está
claramente relacionado con el significado griego 1) y 2), con un matiz
de importancia: lo que uno piensa, lo que uno cree, lo que uno
imagina.

Ahora empalmamos estas etimologías con la palabra doctrina,


que tiene dos significados principales: (1) enseñanza, formación
teórica, educación, cultura, un significado que deriva directamente
del verbo doceo; y 2) arte, ciencia, teoría, método, ambos
significados, estrechamente relacionados.

Con el tiempo el concepto de doctrina fue desligándose del


dogma y adquiriendo fisonomía propia y es por ello que en nuestra
contemporaneidad, la Nueva Enciclopedia Ilustrada Larousse,
establece, Doctrina: "Un conjunto de conocimiento poseído por
alguien. El nombre de "sistema" se suele dar a las soluciones
razonadas que los filósofos o científicos aportan a los problemas
teóricos de la filosofía o la ciencia (...) El nombre de "doctrina" está
reservado para cualquier conjunto de enseñanzas destinadas a
resolver preguntas relacionadas con la naturaleza moral y el destino
del hombre. Ahora las soluciones de estas preguntas pueden ser, o
presentadas en nombre de la razón, o inspiradas en el nombre de
Apocalipsis. En el primer caso, dan lugar a doctrinas filosóficas; en el
segundo, constituyen doctrinas religiosas." En tanto que establece
como dogma: "Artículo de creencia religiosa enseñado con autoridad
y dado como de absoluta certeza”.

Si todas las ramas de la Masonería enseñan lecciones morales,


estas lecciones nos llevan, sobre la naturaleza y el destino moral del
hombre.

La Masonería tiene una doctrina de naturaleza filosófica,


humanista, metafísica, no de carácter religiosa, incluso si está
fulgurada por la religión. No tiene, por lo tanto, el carácter dogmático
reservado a las verdades religiosas, que son, "enseñadas con
autoridad y otorgadas con absoluta certeza”. Admitir los supuestos
sobre un Principio Creador o sobre la Inmortalidad del Alma, no
cambia en nada el carácter propio de la Orden.

-13-
Por lo tanto, es por una desviación semántica, que constituye
una verdadera perversión, que algunos intentan dar un giro absoluto,
y por lo tanto dogmático, a la Masonería. Ella es producto de la
razón, incluso si esta razón es cristiana; y todo lo que pertenece al
ámbito de la razón, es susceptible de protesta, duda, revisión y
cuestionamiento, esta vez, en nombre de otra razón que no es
cristiana. No hay religión masónica, así que no hay ningún dogma
masónico.

Un Masón, para llamarse a sí mismo cristiano, debe adherirse a


un cierto número de dogmas impuestos sobre él, no por la
masonería, sino por su religión.

Si los principios se admiten a priori, sin fundamentos


racionales, estamos ante un dogma.

A continuación, incursionaremos con mayor detalle en el objeto


de nuestra investigación que parte indefectiblemente de sus
postulados esenciales. Comenzamos con la pretensión cardinal de
estos postulados y base de las premisas subsiguientes, que
coadyuvan a su doctrina.

8.- LA INCESANTE BÚSQUEDA DE LA VERDAD

Este principio de la Orden, uno de los más importantes, por no


decir, el de mayor relevancia, que tiene como objetivo para el Masón,
la permanente investigación de la verdad existencial y la verdad
trascendental, nos permite conjeturar sobre los aspectos más
importantes de la existencia, que le da base, sustento y esencia a
toda la filosofía masónica, a su excelsa doctrina, gradualmente
trasmitida a sus iniciados.

El intenso impulso interno hacia la verdad

Uno de los filósofos alemanes más esclarecidos e importantes


del mundo y connotado francmasón, Gotthold Ephraim Lessing, sobre
el tema de la Incesante Búsqueda de la Verdad señalaba lo siguiente:

“No vale tanto el hombre por la verdad que posee o dice poseer como
por el esfuerzo sincero que le ha costado conseguirla; porque sus
poderes no aumentan al poseer la verdad, sino por el contrario al
investigarla, que es en lo único que consiste su perfectibilidad. Las
riquezas y las posesiones, adormecen las energías del hombre y le
llenan de pereza y de vanidad. Si Dios me ofreciese con su mano
-14-
derecha la verdad absoluta y con la izquierda únicamente el intenso
impulso interno hacia la verdad, y me dijese: ¡Elige!, me asiría
humildemente a su mano izquierda, aun a riesgo de exponer a la
humanidad a errar continuamente, y le diría: “Oh, Padre mío, dame
lo que tienes en esa mano, porque la verdad absoluta sólo a ti te
pertenece””.4

Es desde el Principio de la Incesante Búsqueda de la Verdad,


que se derivan los demás principios, preceptos, axiomas y propósitos
con que se ha pretendido desnaturalizar a la Masonería y confundirlos
con dogmas, ajenos y contrarios al Espíritu de la Orden.

Esa verdad es ambivalente y podemos concebirla tanto como


verdad existencial, cotidiana, material, así como verdad espiritual,
trascendental, metafísica. En ello está empeñado el Francmasón
como esencia y razón de su existencia, e igualmente como
fundamento de los demás principios que lo rige.

9.- PRINCIPIO CREADOR


Víctor Hugo menciona que “La sed del infinito prueba el infinito”
y ello habla del ansia natural del ser humano en vivir y trascender.
Esa tendencia espontánea, congénita, innata del ser humano, es la
mejor evidencia de su existencia, porque, inobjetablemente, el
Principio Creador de la vida, se intuye.

Toda la estructura filosófica de la Masonería se funda en la


existencia de un Principio Creador y no en la creencia en Él. La
Masonería, como ya lo mencionáramos, no es un credo.

La existencia de este Principio Creador y de la Inmortalidad del


Alma, es la expresión misma de una evidencia: la evidencia de la
continuidad que es, como sabemos, una realidad indiscutible del
Universo. Esto es: la inmortalidad es un continuum sucesivo en la
existencia del Universo y la vida es un fluido que transita el cosmos
eternamente y según mi particular punto de vista, tanto con el
nacimiento como con la muerte, apenas inicia y concluye una
determinada manifestación de vida. La vida, como la energía, es
indestructible y lo único que se puede destruir es una “forma
específica” de su manifestación.

Gotthold Ephraim Lessing, Fragmentos.


4

-15-
Podríamos decir que la vida es una constante del universo
porque es una expresión de ese Principio Creador. De allí que la
existencia de Él y la concepción de la Inmortalidad del Alma, sea una
formulación doctrinal, basada en la tradición masónica y en
principios reflexivos evidentes.

La Masonería estructura su pensamiento filosófico y metafísico


en este Principio emanador de vida y lo cobija bajo la fórmula de
Gran Arquitecto del Universo, rindiéndole gloria, pero se cuida de no
establecerle culto ni definirlo y sólo para efecto simbólico, se le
representa.

Ese Principio se manifestó exclusivamente con la creación de la


vida y cuanto existe, fijando sus propias leyes, pero no interviene ni
se manifiesta, como lo establece la religión, sino que deja al libre
albedrío el desarrollo de su confección. En lo particular pienso que su
posible intervención, es muy puntual e imperceptible por el hombre.
Un relojero concibe, diseña y construye un mecanismo tan exacto y
preciso, le asigna sus leyes y lo pone a funcionar y deja a su arbitrio
ese maravilloso mecanismo y sólo interviene para rectificarlo o
cuando se le requiere.

“La Gran Logia Unida de Inglaterra se consideró obligada a


publicar en septiembre de 1985 una declaración que completa la que
originalmente fue aprobada en septiembre de 1962 y confirmada en
diciembre de 1981 por la misma Gran Logia. En ella, tras recordar
que la masonería no es una religión, ni un sustitutivo de la religión,
reitera que «exige de sus miembros la fe en un Ser Supremo, pero no
propone ningún sistema de fe como suyo propio».

En este mismo sentido, la Gran Logia Unida de Inglaterra en


el Enunciado fundamental del 21 de junio de 1985, reafirmaba que
«la Masonería no es una religión, ni un sustitutivo de la religión». La
Masonería «requiere de sus adeptos la creencia en un Ser Supremo,
del cual, sin embargo, no ofrece una propia doctrina de fe». Y
advierte que «los diversos nombres utilizados para indicar al Ser
Supremo permiten a hombres de fe diferente unirse en oración
(destinada a Dios tal y como cada uno de ellos lo concibe), sin que el
contenido de dichas oraciones pueda ser causa de discordia».

Y esclarece que «no existe un Dios masónico. El Dios del masón


es el propio Dios de la religión por él mismo profesada. Los masones
tienen un respeto mutuo por el Ser Supremo en cuanto Él sigue
siendo Supremo en sus religiones respectivas». Retomando los
-16-
Antiguos Deberes, la Declaración reitera que «durante los trabajos de
la logia está prohibido discutir de religión» y que «no es misión de la
masonería tratar de unir credos religiosos diferentes». La
consecuencia de que «no existe […] un Dios masónico único» es que
la masonería no pretende ser un «sincretismo» entre fes distintas, ni
una súper-religión, una Verdad absoluta y superior a las «verdades»
(o «creencias» de las fes particulares.

En la masonería «no se encuentran los siguientes elementos


constitutivos de la religión: a) una doctrina teológica; b) la oferta de
sacramentos; c) la promesa de salvación mediante obras,
5
conocimientos secretos y varios medios” y añadiríamos que d) no se
abroga tener un representante de Dios en la tierra.

Pregúntale a la “Estrella”

Las obras referidas a la esencia de la vida, a los grandes y


augustos Misterios del ser, que tratan el verdadero ocultismo, son
totalmente inútiles, toda vez que no sirven ni son útiles de nada, a
los que ya poseen el conocimiento oculto; en tanto que a quienes no
poseen tal información oculta, no los comprenderán, porque el
verdadero conocimiento del hombre avisado, está oculto en su
corazón y no se transmite y enseña a través de los libros. El hombre
lego, distraído, como es su naturaleza, en la materialidad del mundo,
sólo se ocupa del candelabro en que está colocado el cirio de donde
emana la luz que no puede percibir; nombre el cirio, pues éste
representa el alma y donde la luz es el espíritu. Un libro sólo puede
ayudar al lector a abrir los ojos.

¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué en el siglo XXI la


gente todavía prefiere mirar fijamente la llama de una vela en lugar
que la luz de un bombillo? ¿Qué tiene la vela que no tiene el
bombillo? Hay algo mágico en mirar una llama real que atrae e
inspira, tiene algo hipnótico. El fuego no deja indiferente a nadie,
ilumina los rincones más recónditos de nuestra alma. Pocos pueden
evadirlo. Al mirar el fuego, la vista se estrecha y la mente se amplía.
En la oscuridad, la luz de la vela habla. A este fenómeno llamamos
“atmósfera de fogata”.

5
Extractado de: José A. Ferrer Benimeli (Universidad de Zaragoza), “El Gran Arquitecto del
Universo”, en José A. Ferrer Benimeli (Dir.) Masonería y religión: convergencias, oposición,
¿incompatibilidad?, Madrid, 1996, pp. 49-55.

-17-
En el lenguaje masónico, un cirio apagado, es tan sólo una vela,
inerte y disfuncional, mientras no se encienda, momento en el cual
deja de ser vela y se convierte en estrella; y así se denomina en el
lenguaje interno de la Masonería.

Si pretendiéramos utilizar un símil que grafique nuestra


pretensión de explicar la clásica composición integral del hombre, en
espíritu, alma y cuerpo, no encontraríamos mejor símbolo que el
contenido en la imagen de una "Estrella". Allí, el cuerpo, la materia
densa, inerme, está representado por la cera que suministra la forma
y genera la combustión; la mecha que transmite la energía,
representa el alma y finalmente, la llama que expande la luz,
simboliza al espíritu. Este trinomio, sugiere a la inquieta mente
especulativa, infinitas interpretaciones y respuestas, sobre el mundo
existencial, la vida, la muerte, el nacimiento, la trascendencia y un
interminable número de incógnitas. A través de la mente, el
pensamiento, la razón, la intuición, la reflexión y otros instrumentos
pertenecientes al mundo de las ideas, se produce reflejos de luz en la
ruta del conocimiento interno, que nos acerca a la Verdad, a lo
Divino. Si como ejemplo preguntásemos a la estrella, en la soledad
de nuestro mundo interior, para obtener respuestas atinentes a esta
imagen simbólica, vamos a obtener sorprendentes reflexiones que
nos harán avanzar en el mundo de nuestra vida espiritual.

10.- LA INMORTALIDAD DEL ALMA

-18-
Sobre el alma y su inmortalidad, no hay una definición estándar
ni un criterio formal y único, ni debe haberlo; dogmatizar este criterio
en una definición universal, es querer subyugar el campo del espíritu.
Sería como dejar que este aspecto fundamental que transita por el
sendero tras la búsqueda de uno de los augustos misterios del
hombre, se fanatice y revista con el velo de la intolerancia y de la
superstición. Cuando estas iglesias o algunas escuelas espirituales,
radicalizan esta visión de la vida, la hacen única, indubitable e
indiscutible, entonces lo que es una hipótesis y un axioma en el
estudio de la vida y la sobrevivencia, se convierte indefectiblemente
en un dogma. La inmortalidad del alma pertenece al campo de la
conciencia y la razón individual, el de la búsqueda e investigación
positivista, y no en el del claustro absolutista del credo.

Como ya mencionamos en el proemio del presente trabajo, nos


preguntamos: ¿Dónde está el tratado masónico sobre la Inmortalidad
del Alma? ¿Cuál es el compendio de teología sobre el GADU? ¿Dónde
la evidencia soportando que el Volumen de la Ley Sagrada sea la
palabra de Dios revelada? Son sólo enunciados, principios,
postulados, hipótesis perfectibles sobre los que se construyen ideas y
pensamientos racionales con la finalidad de acercarnos a la verdad.
Por ello, estos postulados, son referencias axiológicas que están
vinculados a diferentes fines utilitarios e instrumentales, para
construir ideas sobre el destino del hombre, que coadyuvan a
desentrañar el misterio de la vida; en otros casos, contribuyen a la
solemnidad litúrgica, simbolizando el respeto que la Orden sostiene
sobre la libertad de conciencia y de cultos; igualmente tienen como
objetivo, mantener la unidad y consistencia de sus principios su
basamento filosófico y litúrgico.

-19-
Los Augustos Misterios de la Masonería, como dijéramos al
principio, son fundamentalmente tres y estos están ineludiblemente
vinculados a la esencia de su Ser. Es propósito de la incesante
búsqueda de la verdad, pretender dar respuesta al origen de la vida,
al conocimiento de sí y a su trascendencia. Esta indagación,
encuentra en el Alma Inmortal, un coadyuvante esencial para dar una
lógica y pertinaz respuesta a lo mistérico del Ser, porque despejando
el velo del misterio de la tercera incógnita, inexorablemente quedarán
aclarados los otros dos que le acompañan.

Es importante señalar acá, la permanencia y a su vez


continuidad, que gravita sobre la idea trascendental de la vida y en
particular sobre la Inmortalidad del Alma a lo largo de la historia
documentada del hombre, hasta nuestros días y notamos que ha
mutado poco la idea central con el devenir del tiempo, a la vez que se
han sumado razonamientos y nuevas evidencias, que le da constante
vigencia y actualidad al tema que estamos tratando.

En efecto, desde lo más remoto de nuestra civilización, surge la


noción sobre la Inmortalidad del alma, a la par, con la misma
antigüedad, que la noción de Dios. La tradición órfica nos remonta al
inicio de la civilización fundamentada: “Reconstruyendo el credo
órfico, se advierte cómo éste interpreta al hombre integrado por un
cuerpo y un alma. Alma, atributo esencial, que habrá de sobrevivirle,
siendo castigada o premiada tras la muerte. Cuerpo, mero
receptáculo, prisión, tumba del alma, cautiverio del que solo al morir
podrá desprenderse. Derivado de ello, el sujeto órfico será un ser
apartado del entorno político, un asceta errante que rechazará el
consumo de carne y sangre animales. Demiurgo que promoverá como
vía de salvación la lectura de textos sagrados, sabedor que estará
destinado a reencarnar hasta lograr su purificación en aras de poder
reintegrarse en el seno divino, esto es, una vez que al fin hubiera
logrado trascender la catábasis por haber alcanzado la inmortalidad
en la anábasis. De ahí una de sus recomendaciones principales al
momento del tránsito hacia el inframundo: no beber de la fuente del
olvido, sino de la fuente de la memoria para asumirse y decirse
-20-
“inmortal”. Paralelo a ello, para los órficos, existe una búsqueda
permanente de la verdad, de lo verdadero que se encuentra oculto,
de ahí su concepto de verdad o aletheia. Vocablo del que
probablemente derivará teatro, de Thea, diosa, lugar donde se ve a la
diosa y a los dioses, es decir, donde se ve en lo oculto, participando
de los misterios, a fin de poder penetrar en lo divino. Por eso el
teatro griego nacerá de los rituales religiosos, concretamente órficos.
Rito que pasa al mito y luego, a través de la mímesis, a la tragedia y
la comedia, en tanto el teatro es didáctico y catártico. Espacio en el
que el culto a Dionisos (representación del alma), es fundamental y el
sacrificio del macho cabrío, excepción culmen del culto órfico, que
conduce al paso del placer hacia el éxtasis.”6

Pitágoras fue un notable defensor de la existencia y perennidad


del Alma; por su parte Sócrates falleció disertando sobre la
Inmortalidad del Alma. Platón, Tomás de Kempis, Kant, Voltaire… e
innumerables hombres ilustres en diversas disciplinas del saber
humano, de diferentes épocas y de las más disímiles posiciones
existenciales, creyeron también en la existencia autónoma del alma.
¿Pretenderán mentes disidentes del mundo espiritual, negar la
existencia del alma inmortal y categorizar mayor capacidad
intelectual, más facultades adquisitivas y mayor razón que estos
ilustres personajes?

Aristóteles a diferencia de los pensadores y filósofos que lo


precedieron en la antigüedad griega y de la mayoría de los hombres
destacados que le sucedieron, enseñó que el alma estaba
inseparablemente unida al cuerpo y que su existencia individual no
continuaba después de la muerte. También afirmó que si algo eterno
existía en el hombre, era un intelecto abstracto e impersonal.

Por otra parte, la pregunta milenaria de Job, "Cuando el


hombre muere, ¿volverá a vivir?"7, es de interés permanente.

Como ya mencionáramos anteriormente, la vida es un


continuum sucesivo, y tanto con el nacimiento como con la muerte,
apenas inicia y concluye una determinada manifestación de vida. La
Masonería considera que hay una continuidad en todo lo que existe,
como ya lo hemos dicho y si tal continuidad de vida no existiese,
entonces tampoco podría existir la evolución en consecuencia, ni ésta

6
¡Regresa Orfeo! ¡Sálvanos de la catábasis! (I) Extracto del artículo editorial de Betty Zanolli,
publicado en el Sol de México el 22 de abril de 2018.
7
Job 14:14
-21-
tendría sentido, y el adelanto biológico tampoco lo tendría si no
existiera la conservación de la especie y el fenómeno que nos brinda
la genética. La vida, como la energía, es indestructible y lo único que
se puede transmutar es una “forma determinada” de su
manifestación, ya lo hemos dicho. A esta tesis la llamamos “Tesis de
la continuidad” y a la indestructibilidad de la energía, “Ley de
conservación de la materia” enunciada por Lavoisier.

Podemos deducir por consiguiente, que la inmortalidad del alma


no es un dogma teológico, sino la expresión categórica de una
evidencia: la evidencia basada en la Tesis de la continuidad, que es,
como ya mencionáramos, una indiscutible realidad del Universo.
Pudiéramos concluir en este punto, que la inmortalidad es un
continuum sucesivo en la existencia del Universo y la vida es un
fluido energético permanente, que transita el cosmos eternamente.
La vida es una constante del universo porque es una expresión
divina.

Por ello, todo Masón tiene la convicción, que existe un flujo


energético continuo en el Universo, y reconoce que la Masonería nos
lleva gradualmente a la certeza de que la muerte, como fin, no
existe.

La creencia de que pueda existir un Alma independiente del


cuerpo, la encontramos en todas las culturas conocidas.

Albert Pike menciona: “¡Aprender y hacer!, éste es el trabajo


del alma aquí abajo. El alma crece tal cual cómo crece
verdaderamente un roble. El alma se embebe de conocimiento y por
una alquimia divina cambia lo que aprende en su propia sustancia, y
crece desde su interior hacia el exterior con una fuerza y una energía
inherentes como aquella que se oculta en el grano del trigo –y
continúa diciendo- el alma tiene sus sentidos, como el cuerpo, que
pueden ser cultivados, agrandados, refinados, así ella misma crece en
estatura y proporción; y ¿quien no puede apreciar una fina pintura o
estatua, un noble poema, una dulce armonía, un heroico
pensamiento, o una acción desinteresada…?” 8

La sinonimia de la palabra alma es diversa. Fue llamada psiquis


y éidolon por los griegos, ba por los egipcios, mens y ánima por los
latinos y manas por los orientales y anemos (viento o soplo) helénico.

8
Morals and Dogma de Albert Pike, Capítulo V
-22-
El Alma es considerada en esos países orientales, como el elemento
metafísico, animador e inmortal, de nuestro ser.

La inmortalidad es el fundamento de todo el sistema masónico


y lo que le da sentido al mismo. Es el tema central de la carrera
masónica.

Tal y como usamos el sol, el aire, la luz y por ello, estos no cesan
cuando dejamos de utilizarlos, la vida, como la energía, es
indestructible. Lo único que se puede asolar es la forma de
manifestación de la vida; pero lo que anima a esa forma, no puede
ser destruido.

Si todo terminara con la tumba, nada en la Masonería tendría


sentido. Negar la inmortalidad, es negar nuestros símbolos.

Debemos tener presente, siempre, el simbolismo de la acacia.


La acacia nos indica que detrás de la vida material, hay una vida
imperecedera en lo cual se funda lo temporal. Por eso representa la
inmortalidad.

Los egipcios consideraron a la Acacia, un Árbol Sagrado, porque


para ellos simbolizaba, la inmortalidad del alma.  Los textos de las
pirámides hablan que el niño Horus surgió de una acacia. En tanto,
cuenta la leyenda sobre Jesús que la madera de la cruz en que murió
este, procede de esa planta. Era considerada un símbolo solar, debido
a que sus hojas se abren con la luz del sol en el amanecer, y se
cierran al ocaso; su flor imita el disco del astro rey; su verdor
perenne y la dureza incorruptible de su madera expresan, en efecto,
la idea de la vida inextinguible que permanentemente renace
victoriosa de la muerte.

En la Biblia, cuando Dios dio a Moisés las instrucciones para


construir el Tabernáculo, le dice: "hacer un arca de madera
de acacia" y "hacer una tabla de madera de acacia."9

En Venezuela la creencia popular, también mistifica esta


excepcional planta al otorgarle propiedades de protección y buena
fortuna.10

9
Éxodo 25:10 y 23.

10
En la economía informal, es frecuente observar comerciantes con una ramita de acacia sostenida por
su oreja, para atraer buenas ventas. Así mismo para invocar la protección cuando se inicia un viaje, los
viajeros trituran en un mortero tres hojas de acacia con sal y el resultado lo esparcen en los cuatro
puntos cardinales, pidiendo protección.
-23-
La Acacia representa a la inocencia (Como veremos más
adelante, la Esperanza está representada como una niña), pero de la
misma manera, además de la inmortalidad y la inocencia, en una
tercera acepción, es símbolo de la Iniciación. Akakta es la palabra
griega que significa inocencia, ingenuidad, muy en concordancia con
la Esperanza.

El Alma Inmortal no puede probarse por el método positivo


convencional, pero ello no impide que se manifieste como si
realmente existiera por imperio de la razón y por su alto significado
valórico y ético. Tiene un carácter esencialmente iniciático y espiritual
y posee un sistema de pensamiento ubicado en la tradición que nos
viene de nuestros remotos antepasados.

Cuando echamos mano al profundo significado simbólico del


corazón de nuestra Estrella fulgurante, encontramos allí, nuestro
propio método para conocer y percibir esas realidades ocultas. La
Gnosis es conocimiento por percepción y certeza interior.

El alma y su inmortalidad no son un dogma sino un


descubrimiento que cada uno debe realizar. Sin la idea de libertad,
sin la percepción de inmortalidad, ¿quién sería capaz de gozar de la
vida ni por un momento?

11.- LA INMORTALIDAD DEL ALMA Y LAS RELIGIONES


En oriente, la creencia en el alma humana es crucial en varios
sistemas filosóficos y religiosos. Así vemos en obras filosóficas hindú
como las “upanisads”, en donde identifican al atman, o alma, con lo
divino, dándole una dimensión eterna; por lo cual es atrapada en un
ciclo perenne de reencarnación, hasta que llegue a alcanzar la
purificación.

En cambio, la religión china tiene un postulado de un alma dual,


que se divide en una parte más baja, más material y en una parte
mental más elevada; la primera muere con el cuerpo y la otra
sobrevive a la muerte, la cual se convierte en símbolo de adoración
de sus antepasados.

En los momentos actuales, la mayoría de las religiones del


mundo creen en un alma inmortal que continúa viviendo de alguna
forma. Es una enseñanza compartida por el Hinduismo, Zoroastrismo,
Judaísmo, Budismo, Cristianismo, Islamismo y el Behaísmo, al igual
que las religiones nativas y tribales por toda el África, el continente
-24-
americano y otros lugares del planeta. Algunos dicen que el alma
vivirá por siempre ya sea en el cielo o en el infierno. Otros suponen
que después de la muerte el alma va a reanimar a otras formas de
vida en un ciclo sin fin de renacimientos. Los incrédulos, que
representan una pírrica minoría de la humanidad, están convencidos
que después de la muerte nada existe.

La inmensa mayoría de los habitantes a nivel mundial en el


siglo XXI, creen que su alma es inmortal por naturaleza y piensan
que serán salvos, porque esta idea de la realización personal, se
adapta a sus valores humanos. 

La noción de la inmortalidad es un constructo puramente


humano. La vida después de la muerte abarca todo el espectro de la
experiencia humana y de los valores culturales, éticos y morales. Los
antropólogos y sociólogos concluyen, que el hombre inventó la
religión y las creencias religiosas, para explicar sus experiencias
existenciales y ofrecer paz y sosiego a esos problemas.

Hay tres verdades comunes a todas las religiones del mundo, a


saber:

1. La existencia de Dios.
2. El alma inmortal
3. La existencia de seres que median entre Dios y los hombres.

La presencia de estos aspectos comunes a las religiones,


pareciere que la mayor parte de la humanidad tendría una misma
religión. ¿Qué las hace entonces diversas?

Por una parte el poder y por la otra, el negocio. Es por ello que
entonces empiezan a surgir aspectos diferenciadores para blindarse.
Surgen entonces, los dogmas, los misterios, los milagros, las
imágenes, el comercio, el clericalismo, las jerarquías y otra suerte de
invulnerabilidades y prebendas traducidas en concordatos, patronatos
y ordinariatos y convenidas con el poder civil, así como el manejo de
los fondos sociales públicos de los países.

Veamos sumariamente lo que establecen las religiones


principales en lo que atañe a nuestro tema principal.

Católica

Por tratarse de una de las religiones de mayor influencia en la


parte occidental del mundo, requiere de mayor extensión en el
análisis.
-25-
Uno de sus mayores representantes, Tomás de Aquino,
modificó el concepto aristotélico del alma y aseveró que su
inmortalidad puede probarse con la razón. De manera que la creencia
de la Iglesia en la inmortalidad del alma, siguió intacta.

Fue en el Concilio de Constantinopla II cuando la iglesia católica


modifica la concepción del alma inmortal y reencarnable, para
ajustarla al criterio resucitario, conforme a la resurrección de Jesús.

El sabio histólogo español Cajal dijo: “A pesar de mi respeto y


veneración hacia la ortodoxia cristiana, hay dogmas, por ejemplo, el
de la resurrección de la carne, que me sumen en un mar de
confusiones. ¿Para qué regenerar un estómago que no ha de digerir,
ojos que no han de ver, oídos que no han de oír, y un cerebro que
falto de alimento dinámico y sensorial, no podrá pensar? Y puesto
que el hombre renueva sus células muchas veces durante la vida
¿Cuáles serán las privilegiadas con el don de la perennidad?”

Según la iglesia católica, un dogma es una verdad que


pertenece al campo de la fe o de la moral, que ha sido revelada por
Dios, transmitida por los apóstoles a través de la escritura o de la
tradición y propuesta por la iglesia para su aceptación por parte de
todos los fieles.

Algunos Dogmas Católicos:

1.- Santísima Trinidad y Jesucristo

2.- Primacía e infalibilidad del Papa

3.- La Inmaculada Concepción

4.- La Asunción de Nuestra Señora, referida a María

5.- La existencia de Dios

6.- La unidad de Dios (uno)

7.- La eternidad de Dios

8.- Todo lo que existe fue creado por Dios a partir de la nada

9.- El mundo tuvo principio en el tiempo

10.- Dios conserva en la existencia, a todas las cosas creadas

11.- El hombre está formado por cuerpo material y alma espiritual


-26-
12.- El hombre caído no puede redimirse por sí mismo

13.- La perpetúa virginidad de María

14.- María madre de Dios

15.- El Papa como representante de Dios en la tierra

Estos dogmas de fe, son de imperativa creencia por la feligresía


católica y se adquieren desde el momento mismo del bautismo. Este
credo es amplio y susceptible de ser dilatado por nuevos dogmas
impuestos por la vía de un Concilio Ecuménico o por la autoridad
pontifical.

¿De qué manera castiga la Iglesia Católica el delito contra los dogmas
de su fe?

Derecho Canónico

En el vigente Código Canónico, donde se contemplan las faltas,


los delitos, los procedimientos y las penas correspondientes por la
violación de su normativa, figura el delito de herejía, como aquella
acción orientada a desconocer o contradecir los dogmas propugnados
por la iglesia. Es por ello que en los siguientes cánones se
contemplan los delitos y las penas que castigan estos
incumplimientos.

El canon 751 establece: “Se llama herejía la negación pertinaz,


después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse
con fe divina y católica o la duda pertinaz sobre la misma (…)”.

Por otra parte, el capítulo y el canon correspondiente que


castiga y sanciona tal delito de herejía establece lo siguiente:

De los delitos contra la Religión y la Unidad de la Iglesia

Canon 13641. “El apóstata de la fe, el hereje o el cismático,


incurren en excomunión Latae Sententiae 11 (…)”

Herejía es toda creencia que se aparta de la recta doctrina de


cualquier religión. Así, toda religión es una herejía para las demás.

El término Herejía deviene de hairein, que significa, escoger,


elegir.

11
Latae Sententiae, expresión eclesiástica en latín que significa: automáticamente, por sí misma, sin
esperar sentencia como si fuera una “pena ya impuesta”.
-27-
Por otra parte, en el Concilio Vaticano II (Cap. IV. “De fide et
ratione”) se estableció lo siguiente: “Si alguno dijere que en la
revelación divina no se contiene misterio alguno, verdadero y
propiamente dicho, sino que pueden todos los dogmas de la fe ser
entendidos y deducidos con evidencia por la razón convenientemente
impuesta en los principios naturales, sea anatemizado”.

Una diferencia substancial de la Masonería con estos preceptos


religiosos dogmáticos y aquí esbozo mi particular opinión sobre este
aspecto, lo constituye en que ningún Masón puede ser sancionado o
expulsado de la Orden, si en el devenir de sus razonamientos o
reflexiones, llega a conclusiones diferentes que no convengan con
estos principios axiomáticos. Lo contrario contrastaría con el Principio
medular de la “Incesante búsqueda de la verdad” y la libertad del
pensamiento y conciencia, tutelada y propugnada por la Asociación
masónica. Muy diferente son los requisitos de admisión a la
Masonería, previa a la Iniciación, que garantice hombres probos y de
buenas costumbres, como garantías valóricas y morales, como la
existencia de un Principio Creador y la Inmortalidad del Alma,
partiendo de este presupuesto de naturaleza moral. Esta idea según
la Masonería, está justificada como un principio doctrinal asociado a
su valor axiológico que es su fundamento y predicado.

Protestantismo

Durante los siglos XVI y XVII menguó el interés en Aristóteles.


La Reforma, que tuvo lugar en el siglo XVI, no introdujo ningún
cambio en la enseñanza sobre el alma. Aunque los reformadores
protestantes disentían en la doctrina del purgatorio, aceptaron la idea
del castigo o la recompensa eterna.

De ahí que la enseñanza de la Inmortalidad del Alma esté


presente en la mayoría de las confesiones de la cristiandad.

Judaísmo

En el Judaísmo, a partir de la edad media, ya se define el alma


como principio de vida y capaz de sobrevivir a la extinción corporal.

Las enseñanzas del Islam sobre el alma, relacionan las del


Judaísmo y las del Cristianismo; ya que según el Corán, Dios dotó de
alma al primer ser humano y a la hora de la muerte, el espíritu de los
fieles creyentes, es llevado ante Dios.

-28-
En el Israel actual, la reencarnación se reconoce generalmente
como una enseñanza judía.

La idea de la Inmortalidad del alma penetró en el judaísmo por


influencia de la filosofía griega, y la mayoría de sus ramas aceptan el
concepto.

Musulmana (Islam)

El Corán cita tanto de las Escrituras Hebreas como de las


griegas, pero en la doctrina de la Inmortalidad del Alma discrepa de
ellas. El Corán enseña que el hombre tiene un alma que sigue
viviendo tras la muerte. También habla de una resurrección de los
muertos, un día del juicio y el destino final del alma: o vida en un
jardín paradisíaco celestial, o castigo en un infierno ardiente.
Corán

Sura 39

“Aleya 42. Dios llama a las almas cuando mueren y cuando, sin haber
muerto, duermen. Retiene aquéllas cuya muerte ha decretado y
remite las otras a un plazo fijo. Ciertamente, hay en ello signos para
gente que reflexiona.”

Los musulmanes siguen creyendo en la Inmortalidad del Alma.

Los Vedas

Los Vedas establecen la Inmortalidad del Alma humana y


esbozan la doctrina de la reencarnación de las almas, diciendo: “Las
hay que vienen hacia nosotros y se vuelven a ir, que se van y
vuelven a venir”.

Bhagavad-Gita

Menciona:

“Al final de muchos nacimientos, el hombre lleno de Sabiduría viene a


mí.” (Krishna).

-29-
A continuación incorporamos un cuadro comparativo que
elaboramos, con el propósito didáctico de cotejar la concepción
religiosa (Cristiana), esencialmente dogmática, y la visión filosófica,
igualmente la metafísica preconizada por la Masonería y la concepción
del Alma Inmortal, con mi particular visión del asunto.

La Biblia

En la Biblia aparece la palabra “alma”, 1600 veces, pero nunca


asoma, ni siquiera una sola vez, la expresión “alma inmortal”, lo que
significa que tal expresión, no tiene connotación religiosa alguna. No
obstante, hay una referencia al Alma como la parte Inmortal del
Hombre en Mt. 10:28.

Se menciona en la Biblia 17 veces la Inmortalidad, según la


siguiente referencia:

Job 19:23-27; Sal 16:9-11; 17:15; 49:15; 73:24; Is. 26:19; Dn.
12:2; Os. 13:14; Mt. 10:28; Lc. 23:43; Jn. 11:25s; Ro. 2:7; 1Co.
15:53; 2Co. 5:1; 10:1; 1Ti. 6:16; 2Ti 1:10.

Hay dos términos que acompañan la temática del alma


inmortal. Por una parte tenemos a la Metempsicosis que es una
doctrina religiosa y filosófica soportada por varias escuelas orientales,
y renovada por otras de Occidente, según la cual las almas
transmigran después de la muerte a otros cuerpos más o menos
perfectos, conforme a los merecimientos alcanzados en la existencia

anterior.

-30-
Como mencionáramos anteriormente, por otra parte tenemos a
la Palingenesia que procede de las palabras griegas palin (de nuevo)
y génesis (nacer).Esta doctrina plantea que cada ser vivo cumple un
ciclo de existencia, comprendido desde el nacimiento, pasando por su
existencia, luego su muerte, hasta la reencarnación. En algunos casos
también se la ha denominado «eterna recurrencia». Esta doctrina
establece que dicho ciclo se repite una y otra vez, asegurando la
continuidad de los seres.

La Inmortalidad del Alma y la aceptación de un Principio


Creador, no es un dogma religioso sino un asentimiento
intelectual.

La inmortalidad masónicamente entendida es, una postura de


conciencia en las verdades internas del ciclo del Alma.

Nadie ve ni ha visto al alma, pero el raciocinio la siente y la


intuye, ya que sin ella, el hombre carece de conciencia individual; el
alma es el “YO SOY”, se vale del cuerpo de manera temporal, pero
desde allí, expresa todas sus manifestaciones y sentimientos.

El gran ideólogo modernista Francis Crick, fallecido a las 86


años en el 2003, y quien fuera premio Nobel en 1963, por la
descripción de la estructura en doble hélice del ADN; escribió uno de
los libros más polémicos de los últimos años, “La búsqueda científica
del alma”, en donde le da fuerza a su ateo-materialista tesis, diciendo
entre otras cosas: “Existe en el cerebro humano un grupo de
neuronas que son el origen del alma y la conciencia”.

A los filósofos les dedica lo siguiente: “Los filósofos han


obtenido unos resultados tan pobres en los últimos 2000 años, que
más les valdría mostrar algo de modestia, en lugar de su arrogante
superioridad que normalmente exhiben...., tienen que aprender a
prescindir de sus teorías favoritas, cuando la evidencia científica los
contradice, so pena de ponerse en ridículo ellos mismos. “

A las religiones les dedica lo siguiente: “Hasta ahora, los


resultados obtenidos por las creencias religiosas, para explicar los
fenómenos científicos, han sido tan pobres, que no hay motivo para
creer que las religiones convencionales lo consigan en el futuro. No
sólo las creencias de las religiones más populares se contradicen unas
a otras, sino que según los planteamientos científicos, se basan en
pruebas tan endebles, que sólo pueden aceptarse mediante un acto

-31-
de fe ciega. Si las religiones reveladas han revelado algo, es
precisamente, que suelen estar equivocadas.”

Ahora bien, es justo, sensato y razonable, que analicemos


escritos legados por uno de los pensadores, más conocido y estudiado
por todas las escuelas filosóficas, sociológicas, psíquicas, en fin, por
todos los estudiosos de la mente humana, a partir de la tercera
década del siglo 20, hasta la actualidad, y al cual se le considera una
gran autoridad en la materia, el Dr. Harold Sherman (1898- 1951),
quien afirmó:

“1. El hombre posee poderes superiores o espirituales de la mente,


que pueden desarrollarse por medio del esfuerzo consciente.

2. El hombre posee un alma, un yo, una identidad que sobrevive a la


muerte.

3. El hombre posee una forma espiritual, así como un cuerpo físico,


que ocupa esta alma al momento de morir.

4. Que la próxima existencia es tan real y racional como ésta.

5. Que nos llevaremos a la vida siguiente, sólo aquello que hayamos


desarrollado conscientemente en ésta.

En consideración a los hechos narrados, todo nuestro sistema


de educación, pensamiento religioso, prácticas morales y diarias vivir,
necesitan ser urgentemente revisadas y cambiadas, para permitir el
completo desarrollo del alma, en preparación para la vida futura.

En consecuencia, nos encontramos ante dos posiciones en las


que: El cerebral materialista mira más allá de la materia y dice: “Non
plus ultra”... nada hay más allá; y el supra cerebral, que también
mira más allá de la materia, le responde: “Plus ultra”... hay más
allá.”12

En la búsqueda incesante de la verdad, al indagar sobre nuestros


Augustos Misterios, el Masón, inexorablemente se encuentra con el
vehículo transmisor de la vida, la invulnerabilidad de su esencia y la
continuidad de su existencia.

12.- Aporte de la Tradición Occidental al tema

El hombre contemporáneo, exhausto luego de esperar más de


20 siglos, de nuevo, una vez más, se encuentra en el atrio del
12
Mundomejorchile.com/144.html y 146; Soliloquio 19 y 21.
-32-
Templo de los Misterios. Una parte de él, deseoso de entrar al
sagrado recinto y fusionarse con su Principio Creador. La otra, por el
contrario, “ebria de poder y éxito”, queriendo apurar hasta las heces,
la copa de la amargura, de destrucción y muerte, como último acto
de la orgía del caos.

La Tradición de occidente, llamada: Conocimiento


Trascendental, Filosofía Hermética, entre otras acepciones, con una
de sus principales fuentes como lo es el Hermetismo, proponen
excelentes aportes al tema de la trascendencia, que nos ocupa. Antes
y en concatenación con el famoso tratado de Hermes Trismegisto,
refrendado con el seudónimo de “Tres Iniciados”, como lo es el
Kybalión, deseamos referirnos a la tesis socrática de los “Pares de
Contrarios”, donde a partir de este postulado, se pregunta, ¿Qué se
origina de la vida? ¡La muerte! Respondió Cebes. Entonces, ¿Qué se
origina de la muerte?, interrogó Sócrates, ¡La vida! Respondió un
discípulo. Sócrates entonces dijo: “Si no admitiéramos que una cosa
se origina de la otra, como avanzando en un movimiento circular, ¿no
sería necesario que todo terminara por estar muerto y nada viviera?
Este es el primer argumento de la inmortalidad del Alma, el
Principio de los Pares Contrarios”

El Principio de Polaridad hermético es el mismo al que hacía


referencia Sócrates al mencionarlo como Principio de los Pares
Contrarios, al cual hemos hecho anteriormente referencia. El Kybalión
lo enuncia así: “Todo es doble; todo tiene dos polos; todo su par de
opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los
opuestos son idénticos en naturaleza pero diferentes en grados; los
extremos se tocan; todas las verdades son semi-verdades; todas las
paradojas pueden reconciliarse”.

Según estos postulados, el alma es el verdadero hombre, es


una chispa de luz infinita, una en sustancia y cualidades. Es en el
alma donde reside todo el poder y toda la conciencia. Lo que vive,
depende del espíritu, de esa chispa divina, para su vida y actividad. El
alma garantiza el grado ascendente de perfección en el hombre hasta
convertirse en espíritu puro, en energía divina. Motivado a lo sutil y
puro del espíritu, este no podrá tener contacto con mundos más
toscos, sin un instrumento que medie. Según este Principio hermético
la doctrina de la resurrección y la reencarnación, tal vez no sean
finalmente excluyentes. Si la materia y el espíritu fuesen polos
opuestos, serían finalmente complementarios, diferenciados sólo por
grados de perfección. Utilizan como vehículo de acercamiento, al
-33-
alma inmortal, que almacena y da impulso a un nuevo ciclo de
evolución, donde la vida y la muerte, simplemente abren y cierran
ciclos existenciales.

13.- La muerte, la Esperanza y la simbología del Ancla

La Muerte

A los hombres se nos presenta la muerte como un hecho


cumplido un fenómeno ajeno. La experiencia entorno a ella es
objetiva; sabemos de ella como una exterioridad, pero desconocemos
su esencia, su dinámica y sus resultantes subjetivas. Es como si la
vida fuera un paréntesis en el orden establecido, en la inercia, la
tranquilidad y el sosiego. Podemos percibir lo externo a través de los
sentidos y nuestra interioridad, con el “yo” in pectore, intrínseco,
inseparable, que posee toda mi experiencia interna, vivencias,
sentimientos, sensaciones, reflexiones, expectativas, evidencias y
todo ello, da conciencia a mi personal visión de lo externo, a mis
creencias, soporte a mi fe y firmeza a mi esperanza. Por ello, no es
importante para nosotros tanto el “dejar de estar” sino que con la
muerte, “dejemos de ser”.

Si el hombre tuviese la certeza de que todo termina de manera


inexorable con la muerte, nuestra educación desde la antigüedad,
estaría condicionada y orientada en ese sentido y sería un hecho
aceptado. La angustia existencial se genera, por la incertidumbre y lo
desconocido.

Todo lo que conozcamos sobre la muerte, está basado en el


empirismo. No obstante, rechazamos la muerte como hecho final,
porque intuitivamente, razonablemente y por lo evidente, percibimos
mayoritariamente, que la muerte no es el final. La Masonería
establece lineamientos hipotéticos, axiomáticos, históricos y de
admisión, porque postula entre sus principios fundamentales,
sustanciales, esenciales, la incesante búsqueda de la verdad.

La personal pesquisa en este amplio espectro, hace respetable


los logros personales obtenidos en esta indagatoria existencial.

Deseamos incorporar al presente trabajo, un invalorable escrito


que nos pareció importante incorporar, a propósito del tema que
estamos desarrollando: Memento Mori es una frase latina que
significa “Recuerda que morirás” o “Recuerda morir” en su doble
acepción donde se recuerda que se es mortal y no un dios y en la

-34-
significación maravillosa que nos recuerda que hemos de morir
muchas veces en una vida. En la Roma Imperial cuando un general
desfilaba victorioso por las calles de la Ciudad Eterna, un siervo se
encargaba de advertirlo al grito: “Respice post te Hominem te esse
memento”, “¡Mira tras de ti! Recuerda que eres un hombre” (y no un
dios). La naturaleza se descompone, pero el alma, esta es inmortal;
¿y el espíritu?, este habita brevemente en cada cuerpo y le da vida y
debemos aprovechar ese breve tiempo que se nos ha concedido para
hacer de esta experiencia, algo trascendente, una Obra Maestra.

Nicolas Barnaud, nos explica en su obra “Theatrum Quimicum”,


que “sólo existe una materia que nos compone y amalgama en ella
los siete cuerpos pasionales que deben disolverse y junto con ellos los
siete errores entenebrecedores del alma, mejor conocidos como
“pecados capitales” los cuales se oponen a las siete virtudes del alma,
cuatro cardinales y tres teologales”. Textualmente expone que “Se
trata aquí, de una tumba que no encierra cadáver, es un cadáver que
no está encerrado en un sepulcro, porque el cadáver y el sepulcro no
son más que uno…”.

Es primordial entender en qué consiste esta muerte que debe


darse antes de la muerte, para así resurgir de entre los escombros
del falso “Yo”, cual Ave Fénix. Dijo un personaje importante, que la
iluminación es un proceso destructivo, la iluminación es el
desmoronamiento de la personalidad, y como consecuencia de ello,
de la falsedad. Es la completa erradicación de todo lo que
imaginamos que es verdad.

Simone Weil escribía: “La muerte es lo más precioso que se le


ha dado al hombre. Por esa razón, hacer mal uso de la misma,
constituye una impiedad suprema… Tras la muerte, el amor”.

Por su parte Eliphas Levi declara, que “La muerte es un fantasma de


la ignorancia; la muerte no existe. Todo está vivo en la naturaleza…
todo se mueve y cambia incesantemente de forma 13” En nuestro
mundo conocido, nada comienza, sin una muerte.

Si todo terminara con la muerte, entonces, a decir de Miguel de


Unamuno, “La muerte se convertiría en un acontecimiento obsceno,
que rebaja el fenómeno de la vida, a simple banalidad. Sólo la
expectativa (Esperanza) de la eternidad puede salvar al hombre de
ese horizonte desalentador”. Más adelante Pedro Jiménez Llundain le
escribía a Unamuno lo siguiente: “¿Por qué la miserable partícula que

13
Dogma y Ritual de la Alta Magia. Eliphas Levi. Editorial Kier, séptima edición. Pag. 219
-35-
es el hombre puede creer, en su orgullo insensato, que le está
reservado un más allá?”. Unamuno le contesta: “No veo orgullo sano
ni insano. Yo no digo que merecemos un más allá, ni que la lógica,
nos lo muestre; digo que lo necesito, merézcalo o no, y nada más.
Digo que lo que pasa no me satisface, que tengo sed de eternidad, y
que sin ella me es todo igual. Yo necesito eso, ¡lo ne-ce-si-to! Y sin
ello ni hay alegría de vivir ni la alegría de vivir quiere decir nada. Es
muy cómodo eso de decir: “! Hay que vivir, hay que contentarse con
la vida!” ¿Y los que no nos contentamos con ella?” y continúa
diciendo, “No me imagino un paraíso puramente contemplativo,
donde la eternidad consista en una inmóvil beatitud”. 14

Al escritor vasco le hubiese gustado conocer la expresión del


francés Charles Péguy: “En mi paraíso, habrá cosas”. Es decir, habrá
historia, vida, experiencias”. Como veremos de inmediato al hablar
de la púber Esperanza, es siempre y cada vez el niño quién en
nosotros cree. Como el ver es una función de la vista, así el creer es
una función del sentido infantil, hay tanta potencia de creer en
nosotros, cuanta infantilidad tengamos.

Para concluir este capítulo, diremos algunas palabras sobre el


temor a la muerte.

Todo Masón, tiene la convicción acerca de una vida sin fin.

El Masón, no teme a la muerte. A la muerte sólo le temen:

1) Los ignorantes: porque no saben lo que es y significa,


desconociendo por consiguiente, a qué se enfrentan;

2) Los incrédulos: porque ven finalizados los placeres de la vida


y no hay nada más;

3) Los Malvados: porque ven cerca su juicio final sobre sus


tropelías y maldades cometidas.

Un Masón, nunca podrá ser: ignorante, incrédulo ni malvado,


porque es contrario a su formación y convicciones. Posee una
identidad que está tamizada por su conciencia y racionales
reflexiones.

14
Artículo de prensa: “Miguel de Unamuno: contra esto y aquello”. Rafael Narbona. 8 de octubre, 2019.
https//elcultural.com/miguel-de-unamuno-contra-esto-y-aquello

-36-
La Esperanza

“La fe que más amo, dice Dios, es la esperanza”15

El presente trabajo sería deficiente e inconsecuente con la


Doctrina masónica, si no se matiza con dos elementos vinculados
entrañablemente al simbolismo de la Orden.

Charles Péguy, autor de la excelente obra, “El Portal del


Misterio de la segunda Virtud”, nos refiere todo un tratado sobre la
Esperanza. La define como “... una combinación del deseo por algo y
la expectativa de recibirlo, la virtud es esperar la unión Divina y la
felicidad eterna”. Observamos que, de las virtudes teologales, la
Esperanza representa una personal visión de lo que se anhela en ese
paso hacia lo trascendente. Por ello, cada ser humano tiene una
particular expectativa de lo que espera. La fe confesional por el
contrario, une voluntades en un solo pensamiento religioso sobre lo
trascendental.

15
Cita preliminar en la obra de Charles Péguy: “Le Porche Du Mystere de la Deuxieme Vertu”
-37-
La Esperanza sostiene el mundo y la vida de los hombres. Cada
acción humana encuentra en efecto en ella la propia condición última
de posibilidad.

A la Esperanza se le representa como una niña con un ancla


porque tiene en sí misma la fragilidad, pero también la fuerza de la
infancia, de lo que inicia, de lo que es nuevo. Mejor aún, de lo que
siempre recomienza y se renueva. La Esperanza es generativa, es la
fuerza misma del iniciar. Es esencialmente niña: se comporta, piensa,
ve el mundo como una niña. Por ello, para entenderla íntegramente,
hace falta observar a los niños. Como ellos, la Esperanza tiene un
enfoque substancialmente lúdico sobre la existencia: se divierte
siempre. En su accionar, no tiene un fin preciso, una meta: lo que
hace, lo hace por hacer. Actúa de manera autotélica, sin esperar
recompensa ni por un beneficio futuro sino porque hacerlo es en sí
mismo, la recompensa. En cada actividad que realiza, disfruta de su
tiempo, porque su tiempo es un tiempo pleno, completamente suyo.
Así es la Esperanza, relancina, espontánea, creadora. Nunca tienen
suficiente. Sienten que algo los empuja. Son más fuertes que el
camino, la fatiga no los amilana. Llegan a la meta para irse de nuevo
a iniciar el proceso. Así es la Esperanza.

Los ojos de todos los aprendices y compañeros, están llenos de


potencial y esperanza. Los maestros debemos alimentar ese
potencial, pero… no lo hacemos. Seguimos cometiendo los mismos
errores. Continuamos dejando que estos hermanos que se inician con
nosotros, crezcan quebrados y perdidos como lo están sus tutores y
expertos en fórmulas ritualísticas, grados y cuotas de poder que
engolosinan sus egos. Debemos romper el ciclo. Esta debería ser
nuestra prioridad. Pero no lo hacemos. Cuando queremos hacerlo, es
decir, interrumpir el ciclo, una rémora incómoda y celosa nos lo
impide, aduciendo que hay un orden establecido, "un procedimiento".
Siempre que cuestionamos los enfoques vacíos, insustanciales y
alejados de las esencias y método que conforma la Orden y que
desmotivan y decepcionan a nuestros hermanos principiantes, nos
dicen: "no puedes hacer eso, hay un procedimiento y el ciclo viciado
e insustancial continúa, y continúa, en detrimento de nuestros
hermanos menores que permanecen en el camino vacuo y sin
sentido, observando que la realidad que los circunda, nunca cambia.
Es por ello, que generando una masa crítica de hermanos entendidos,
avisados en el camino iniciático, se pudiera recomponer la dirección
que inculque método, esencias y principios, al tiempo que doctrina y
filosofía, con foco en la trascendencia.
-38-
La Esperanza no se agota porque no es un fin en sí misma, sino
un estilo y un método que repite innumerablemente la misma acción,
sin envejecer nunca. No es la enésima vez, una repetición de las
precedentes, la primera como la última, siempre es la primera vez.
Este es el método, infantil, de la esperanza que mueve al mundo y
engaña a los hombres. Pero es un engaño muy particular, que hace
vivir y no desilusiona nunca.

Péguy en su obra que comentamos, concluye que Dios, practica


una virtud al terrenal estilo de sus creaturas humanas, y ella es la
Esperanza, porque ese Principio Creador, siempre esperará el retorno
a su seno, de esa partícula divina surgida de su esencia, aspirando a
que esta, no se pierda y desintegre en el más puro “Condicionalismo
Franciscano”.

La figura de niña representando a la Esperanza, posee en su


mano, otro símbolo muy importante de la Masonería:

El Ancla.16

El ancla se considera un símbolo universal de firmeza, solidez,


tranquilidad y fidelidad.

El ancla representa firmeza y estabilidad, pues esa es la función


de este instrumento: mantener el barco fijo en la tierra para que no
vaya a la deriva.

Muchos marinos en el pasado y en la actualidad, han procedido


a tatuarse un ancla en su cuerpo, porque además de ser una

16
Hebreos 6,18-19 “Para que por dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza
propuesta: (18) La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que entra hasta dentro
del velo...”

-39-
evocación al mar, es un amuleto porque ellos creen que les trae
buena pesca y fortuna, protegiéndolos del peligro y la pobreza.

No menos importante lo constituye el hecho de que es símbolo


de estabilidad, la que conseguía el marinero cuando desembarcaba y
volvía a su hogar, a su casa en tierra firme.

Se considera que también puede utilizarse como sinónimo de


seguridad, de tranquilidad, de carácter, equilibrio y ecuanimidad, en
resumen, de maestría.

Cabe destacar que la idea del ancla se emplea de modo


simbólico con referencia a aquello que supone un lastre, que sujeta o
que impide avanzar. (No volver el alma a reencarnar).

14.- Aportes Masónicos Doctrinarios


Es muy importante acudir a nuestra hermosa doctrina masónica
para indagar las alusiones y referencias que sobre el tema plantea,
para la reflexión y análisis.

Aún hace eco en nuestros oídos, recreando la psique al referir la


doctrina masónica, cómo una voz interior nos indica que las fuerzas
del alma nos han sido dadas para emplearlas en el servicio del bien y
que la virtud que debemos cultivar no se obtiene sino mediante la
práctica conforme a este sentimiento.

En referencia al Principio Creador al que tanto hemos hecho


alusión en el presente trabajo, nuestra doctrina abona al tema, cómo
el hombre luego de observar la inmensidad del Universo, se convence
de la existencia de un Ser Supremo y de su inmenso poder y por el
uso de su razón, conoce a esa Causa Suprema, de donde cada
hombre deriva, el culto que debe tributarle.

Nos indican las enseñanzas que nos inculcamos, que si


adaptamos nuestra vida a los principios de una sana moral,
obtendremos como recompensa lograr que nuestra alma consiga el
justo equilibrio que nos lleva a la verdadera sabiduría, que nos
ilumina, esclareciendo el Espíritu y dando expansión al Alma.

-40-
Los Filósofos antiguos decían que del seno de la muerte nace la
vida en franca referencia al Alma Inmortal y Ovidio mencionaba que
todo cambia de forma, pero nada se extingue en abierta alusión a la
Ley de la conservación de la energía descubierta mucho tiempo
después.

Estos conocimientos y convicciones sobre la vida futura, nos


garantiza que podamos gozar de una vejez esperanzada en una
gloriosa inmortalidad.

El que se conoce a sí mismo y al espíritu que le sirve de


intermediario, vive conforme a las leyes naturales y glorifica a su
creador, es un Maestro logrado, acabado, perfecto, porque ese
hombre, integralmente abraza lo infinitamente grande y lo
infinitamente pequeño, la parte y el todo y sublima su espíritu hasta
concebir la eternidad en esa sucesión imperecedera nutrida por vida y
muerte.

Los masones siempre hemos concebido la existencia de la


Inmortalidad del Alma; la demostración científica de la existencia del
alma y de su inmortalidad, terminaría el estudio sobre nosotros
mismos y daría por concluida la búsqueda incesante de la verdad.

Finalmente, mientras la religión le ofrece al hombre la


inmortalidad después de la muerte, la masonería le enseña que él
vive, porque es la mejor demostración de su inmortalidad.

Este colofón doctrinario y resumido sobre el tema que


desarrollamos, pretende ser sólo un impulso para nuestra
interminable investigación, pero que por medio de la reflexión
razonada y la perseverancia en esta búsqueda, nos dará, con toda
seguridad, mayor confianza y certeza en cuanto más nos acerquemos
a la verdad, porque le estaremos dando también, mayor sentido a
nuestra vida.

Recibid mi afectuoso y sentido abrazo fraternal.

Otto Medina Villegas

-41-
ADENDUM

FUEGO AVERNAL EN EL VATICANO17


Por ser pertinente con la conferencia “Anatomía del Alma
Inmortal”, del artículo publicado en italiano sobre una conversación
sostenida por el Papa Francisco con el nonagenario (94) periodista
ateo y fundador del diario italiano de izquierda “La República” donde
se publicó el artículo, y que en extenso, por ser atingente a nuestro
tema, reproduzco a continuación:

“El pasado 29 de marzo, Jueves Santo de 2018, apareció en el diario


italiano La Repubblica una entrevista al papa Francisco. Su ya
acostumbrado interlocutor, Eugenio Scalfari, le preguntó: «Santidad,
usted nunca me ha hablado de las almas que mueren en pecado y
van al infierno para pagar por la eternidad. Me ha hablado, en
cambio, de las almas castigadas. Los que se arrepienten – arguyó
Francisco-obtienen el perdón de Dios y se unen a las almas de los
que lo contemplan, pero los que no se arrepienten y no pueden por
tanto ser perdonados, desaparecen. No existe un infierno; existe la
desaparición de las almas pecadoras.»”

Continúa señalando el artículo, “La tesis según la cual la vida


eterna estaría reservada a las almas de los justos mientras que las de
los malos desaparecerían es una herejía antigua que no sólo niega la
existencia del infierno, sino también la inmortalidad del alma, definida
como verdad de fe por el V Concilio de Letrán (Denz. 738).

Esta doctrina que trata sobre el infierno, fue definida por el IV


Concilio de Letrán, el II de Lyón, el de Florencia y el de Trento.

Tan extravagante opinión fue expresada por los socinianos, los


protestantes liberales, algunas sectas de corte adventista y, en Italia,
por el pastor valdense Ugo Janni (1865-1938), teórico
del pancristianismo y gran maestro masón de la logia Mazzini de
Sanremo. Para dichos autores, la inmortalidad es un privilegio que
Dios sólo concede a las almas de los justos.

La suerte de las que se obstinan en el pecado no sería una pena


eterna, sino la pérdida total del ser. Esta doctrina es conocida

17
Este título no se corresponde con el original en italiano y obedece sólo a una travesura literaria del
autor de esta ponencia.
-42-
también como inmortalidad facultativa o condicionalismo, porque
considera que la inmortalidad está condicionada por la conducta
moral. El fin de la vida virtuosa es la perpetuidad del ser; el de la
culpable, la auto aniquilación.”18

El condicionalismo casa con el evolucionismo porque sostiene


que la inmortalidad es una conquista del alma, en una especie de
ascensión humana, análoga a selección natural, que permite a los
organismos inferiores transformarse en superiores. Nos encontramos
ante un concepto al menos implícitamente materialista, porque la
razón de la inmortalidad del alma es su espiritualidad: lo espiritual no
puede disolverse, y quien afirma la posibilidad de dicha
descomposición atribuye una naturaleza material al alma.

SUPLEMENTO LÁMINA 1

Ahiman Rezon 1756 0 12 4 0 0

Cuadro de las “Exposiciones” para completar, luego de investigar:

18
Extracto del artículo: “El papa Francisco y el destino eterno de las almas”
por Roberto de Mattei, La Repubblica4/4/2018

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