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DEFINICIÓN DE PROBLEMA:

Un problema es una circunstancia en la que se genera un obstáculo al curso


normal de las cosas. Su etimología nos demuestra que un problema es aquel
que requiere de solución. A nivel social, el concepto más genérico de
problema puede ser vertido en cualquier campo, porque en teoría,
problemas existen en todos lados. La falta de razonamiento no es un declive
en la orientación del concepto, ejemplo, los animales de cualquier especie
pueden afrontar circunstancias en las que se vean comprometidas su salud o
incluso su vida y eso es un problema.
DEFINICIÓN DE CONFLICTO:
El conflicto define al conjunto de dos o más hipotéticas situaciones que son
excluyentes: esto quiere decir que no pueden darse en forma simultánea. Por
lo tanto, cuando surge un conflicto, se produce un enfrentamiento, una
pelea, una lucha o una discusión, donde una de las partes intervinientes
intenta imponerse a la otra.
Si definimos el término desde un punto de vista simple, podemos decir que
un conflicto es una situación en la que dos o más personas no están de
acuerdo con el modo de actuar de un individuo o un grupo. Para que esta
situación exista es necesario que exista un desacuerdo que no haya sabido
resolverse. Por ejemplo: Si de una pareja una de las partes desea ir a un lugar
de vacaciones y la otra a un lugar diferente hay desacuerdo, si acceden a
charlar y resolver el problema de común acuerdo, entonces el conflicto no se
produce, lo contrario, si ninguno da el Autor: Ralf Dahrendor
PASOS A SEGUIR PARA ABORDAR UN CONFLICTO
Alonso sintetiza para Infosalus los pasos a seguir cuando se presenta un
conflicto, aunque se refieren al ámbito laboral, son aspectos que pueden
aplicarse en otros contextos personales:
1. En un primer momento, el autor señala que es fundamental
despersonalizar y plantear el problema como un reto. “Cuando estamos en
conflicto, se podría decir que nuestra mirada está ‘sucia’ por la emoción. Nos
planteamos cuestiones como ‘Yo llevo la razón y fulanito es un ...’. Es toda
una mochila de prejuicios, en la que se valora y juzga al otro desde la
emoción, se trata de un conflicto emocional y se aborda poco desde lo
racional”, señala Alonso.
2. En segundo lugar, hay que generar una buena comunicación, un caldo de
cultivo donde las partes hablen de verdad, que no oculten información
relevante, que exista bidireccionalidad en la comunicación. “Si los datos no
son los adecuados, se enturbia el contexto”.
3. Crear complicidad con el otro porque hay que llegar a compromisos
respetados y con intención de actuar. Se tienen que adecuar los resultados a
lo acordado y con ello incrementar la confianza en la relación.
4. Analizar el conflicto: los objetivos de ambas partes tienen que ser
respetados y las expectativas que se abordan deben estar vinculadas a los
objetivos, necesidades e intereses para llegar a un posicionamiento real y no
ficticio.

5. Establecer la estrategia a seguir: para ello es necesario tener una visión


global del “terreno de juego”. Abordar todos los elementos implicados y no
centrarnos en una pequeña parte, sino en todo.

En todo el proceso Alonso considera que resulta clave tener en cuenta lo


siguiente:

• Es clave que la ganancia para ambas partes tiene que ser la mayor posible
y conseguir dejar a un lado el miedo a las consecuencias, que resulta
paralizante.

• Ser conscientes de que los roles personales afectan a los roles


profesionales: trabajamos más la emoción que la razón algo que lleva a que
vuelva a generarse conflicto y el ciclo continúe.
• Cada dato tiene un análisis distinto: centrarnos en un aspecto concreto
puede evitar que tengamos la visión macro que necesitamos. “La comodidad
hace que repitamos nuestro patrón de conducta, tenemos que pasar del
círculo vicioso al virtuoso”, señala Alonso.

• Al abordar el conflicto es importante seguir los pasos de forma


secuencial: no hay que pasar a la estrategia sin haber realizado antes el
análisis, tampoco es conveniente estar en una emoción negativa, hay que
tener una “mirada limpia” hacia la parte oponente, si no, de nuevo el círculo
vicioso se repite. “Hay que hacer un esfuerzo por cambiar porque si no, el
conflicto vuelve a surgir de esa mochila de juicios de valor que estamos
cargando continuamente y que tenemos en nuestra cabeza”, concluye el
autor.

Concepto de negociación
La negociación es la acción y efecto de negociar. La palabra, como
tal, proviene del latín negotiatĭo, negotiatiōnis.
En este sentido, la negociación supone un proceso de diálogo
entre dos o más personas o partes entre las cuales se ha suscitado
un conflicto, por lo general motivado a que las partes involucradas
tienen algunos intereses en común y otros opuestos. De modo que las
conversaciones que se llevan a cabo con la finalidad de lograr un
arreglo satisfactorio para ambas partes, independientemente de que el
acuerdo se alcance o no, se denominan negociación.

Tipos de negociación
1- Separar las personas del problema.
Cuando uno se refiere a la “otra parte”, nos olvidamos
con frecuencia que son personas, al igual que nosotros,
que sienten emociones, tienen su propia escala de
valores, tienen vivencias diferentes y son impredecibles.
Es importante comprender que todo negociador tiene dos
tipos de intereses: en la esencia y en la relación con la
otra parte. Por ello, no es bueno comenzar una
negociación con el propósito de vencer a toda costa.
Ponemos en peligro las relaciones de negocio a futuro.
2. Concentrarse en los intereses y no en las posiciones.
La negociación basándose en posiciones (“yo quiero
esto”), es menos eficaz que si se realiza basándose en
intereses (“¿para qué quiero esto?”).
3. Inventar opciones de mutuo beneficio.
La invención creativa-buscando intereses comunes o
complementarios- es una necesidad para generar
múltiples acuerdos que sean de beneficio para ambas
partes. Primero se debe inventar, luego, decidir.
4. Insistir en que los criterios sean objetivos.
La necesidad de criterios objetivos es fundamental para
lograr una solución basada en principios, no en
presiones. Debemos concentrarnos en los méritos del
problema, no en el temple de las partes y ser abiertos a
las razones, pero cerrados ante las amenazas.

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