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El Condicionamiento Operante de Skinner: Cómo el Aprendizaje se Moldea a

Través de las Consecuencias

El condicionamiento operante es una teoría del aprendizaje propuesta por el psicólogo Burrhus Frederic
Skinner, que ha tenido un impacto significativo en la psicología y en muchas áreas de la vida cotidiana.
Skinner es conocido por su enfoque en la influencia del entorno y las consecuencias en la formación de
comportamientos, y su trabajo ha cambiado nuestra comprensión de cómo los individuos aprenden y se
comportan en su entorno.

El condicionamiento operante se basa en la idea de que el comportamiento de una persona es


moldeado por las consecuencias que le siguen. Skinner sostiene que las consecuencias del
comportamiento, ya sean positivas o negativas, influyen en la probabilidad de que ese comportamiento
se repita o se extinga en el futuro. En otras palabras, si un comportamiento es seguido por una
consecuencia agradable, es más probable que se repita en el futuro, mientras que si es seguido por una
consecuencia desagradable, es menos probable que se repita.

Para entender mejor el condicionamiento operante, es importante comprender los conceptos clave
involucrados:

Comportamiento: Se refiere a las acciones o respuestas de un individuo que son observables y medibles.
Puede ser cualquier acción, desde pulsar un botón hasta decir una palabra.

Consecuencia: Son las respuestas del ambiente al comportamiento de una persona. Pueden ser
positivas, como una recompensa o refuerzo, o negativas, como una sanción o castigo.

Reforzamiento: Es el proceso de aumentar la probabilidad de que un comportamiento se repita en el


futuro mediante la aplicación de una consecuencia agradable o la eliminación de una consecuencia
desagradable.

Castigo: Es el proceso de disminuir la probabilidad de que un comportamiento se repita en el futuro


mediante la aplicación de una consecuencia desagradable o la eliminación de una consecuencia
agradable.

Un ejemplo clásico de condicionamiento operante es el experimento de Skinner con una caja de


Skinner, también conocida como caja de condicionamiento operante o caja de skinner. Esta caja es un
dispositivo diseñado para estudiar el comportamiento animal en un entorno controlado. En ella, un
animal, como una rata o una paloma, puede realizar una serie de acciones, como presionar una palanca
o picotear un disco, y recibir consecuencias en forma de recompensas o castigos, como comida o una
descarga eléctrica.

El experimento de la caja de Skinner demostró cómo los animales pueden aprender a través de las
consecuencias de sus acciones. Por ejemplo, si una rata presiona una palanca y recibe comida como
consecuencia, es más probable que vuelva a presionar la palanca en el futuro. Esto ilustra el concepto
de reforzamiento, donde la comida actúa como un reforzador positivo que aumenta la probabilidad de
que la rata repita el comportamiento de presionar la palanca.

Sin embargo, el condicionamiento operante también puede involucrar castigos, que son consecuencias
desagradables que disminuyen la probabilidad de que un comportamiento se repita en el futuro.

Por ejemplo, si una paloma picotea un disco en la caja de Skinner y recibe una descarga eléctrica como
consecuencia, es menos probable que vuelva a picotear el disco en el futuro. Esto ilustra el concepto de
castigo, donde la descarga eléctrica actúa como un castigo que disminuye la probabilidad de que la
paloma repita el comportamiento de picotear el disco.

El condicionamiento operante tiene implicaciones en muchas áreas de la vida cotidiana. En la


educación, por ejemplo, los maestros a menudo utilizan el reforzamiento positivo, como recompensas o
elogios, para fomentar comportamientos deseables en los estudiantes, como estudiar o participar en

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clase. Del mismo modo, los castigos, como bajar las calificaciones o quitar privilegios, pueden ser
utilizados para desalentar comportamientos no deseados, como la falta de atención o la indisciplina en
el aula.

En el ámbito laboral, el condicionamiento operante también juega un papel importante. Los


empleadores pueden utilizar el reforzamiento positivo, como bonificaciones o ascensos, para motivar a
los empleados a alcanzar metas o desempeñarse bien en el trabajo. Por otro lado, los castigos, como
advertencias o suspensiones, pueden ser utilizados para desalentar comportamientos inapropiados o
poco productivos en el lugar de trabajo.

Es importante tener en cuenta que el condicionamiento operante también plantea preocupaciones


éticas, ya que implica la manipulación de las consecuencias para moldear el comportamiento de las
personas. Es fundamental utilizarlo de manera responsable y ética, respetando la dignidad y los
derechos de los individuos.

En conclusión, el condicionamiento operante de Skinner es una teoría del aprendizaje que destaca la
importancia de las consecuencias en la formación de comportamientos. A través del reforzamiento y el
castigo, las consecuencias de las acciones de una persona influyen en la probabilidad de que ese
comportamiento se repita o se extinga en el futuro. Esta teoría tiene aplicaciones en muchos aspectos
de la vida cotidiana, desde la educación hasta el ámbito laboral, y plantea cuestionamientos éticos
importantes. Comprender cómo el condicionamiento operante influye en nuestro comportamiento nos
permite tener un mayor conocimiento sobre cómo aprendemos y cómo podemos moldear nuestro
comportamiento de manera efectiva y ética.

Referencias bibliográficas:

Skinner, B. F. (1953). Science and human behavior. Free Press.

Domjan, M. (2018). The principles of learning and behavior. Cengage Learning.

Thorndike, E. L. (1911). Animal intelligence: An experimental study of the associative processes in


animals. Macmillan.

Ferster, C. B., & Skinner, B. F. (1957). Schedules of reinforcement. Appleton-Century-Crofts.

Bandura, A. (1977). Social learning theory. Prentice Hall.

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