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Decido modificar mi cuerpo y todo empieza a girar entorno a ello.

Empiezo a ser muy


selectivo con lo que como, me mato en el gimnasio, dejo de ir a planes por mi apariencia
física, cambia mi forma de vestir, no puedo parar de pensar en como me ven los demás, me
comparo con otros continuamente, etc....

Cuando mi comportamiento cambia por cómo me siento con mi cuerpo y dejo de hacer
cosas que para mi son importantes, entonces es cuando modificar mi peso no va a lograr
que me sienta satisfecho. En este caso no estaríamos hablando de unos kilos de más o de
menos sino de dificultades psicológicas previas que hacen que no me sienta bien conmigo
mismo

independientemente de cómo sea mi cuerpo.

Trabajar el plano psicológico resulta importantísimo en estos casos, y mas aun ahora en
verano que además de calor, viene acompañado de inseguridades.
Además, no abordar la insatisfacción corporal puede derivar en consecuencias como:
•Obsesión por la alimentación y ejercicio físico excesivo que puede desencadenar en un
Trastorno de la Conducta Alimentaria (anorexia, bulimia, trastorno por atracón...).

•Problemas de autoestima.
•Dificultades en la relaciones sociales.
•Aislamiento social.
•Alteración del estado del animo (ansiedad, depresión...).
Por eso, es importante saber cómo nos sentimos en relación a nuestro cuerpo.

Si yo no me encuentro bien conmigo mismo, tampoco lo voy a hacer con mi cuerpo. Aquí
es donde reside el problema, cuando creemos que alcanzar ese cuerpo perfecto nos va a
hacer felices. Y cuando lo consigo, en lugar del cuerpo empiezo a estar insatisfecho por
otras cosas... y vuelvo a sentirme mal continuamente una y otra vez. Porque no he ido a la
raíz del problema. Resulta complicado saber entonces si la insatisfacción corporal viene
motivada por unos kilos que no me gustan o si realmente nunca voy a percibirme bien
porque no es solo una cuestión de peso.

La insatisfacción corporal en ocasiones nos lleva a realizar conductas perjudiciales para


nuestra salud, con la intención de acercarnos al “cuerpo ideal”. Por ejemplo, respecto al
peso, se han asociado conductas como la restricción de ciertos alimentos, los ayunos y la
actividad física excesiva. En edades anteriores a la adolescencia, estas conductas pueden
afectar al cuerpo provocando fatiga, lesiones óseas, problemas gastrointestinales o
deficiencias nutricionales. Incluso, en casos graves, pueden provocar retraso en el
crecimiento, pubertad tardía o trastornos de la conducta alimentaria

Los trastornos alimentarios afectan más a mujeres que a hombres. Sin embargo, durante los
últimos años la prevalencia de estos trastornos en hombres ha aumentado. Estos suelen
mostrar insatisfacción cuando perciben su cuerpo demasiado delgado o demasiado grueso y
no musculado. Sin embargo, en mujeres afecta sobre todo la percepción del volumen alto
de su cuerpo. Para prevenir la aparición de todos estos problemas, existe un enfoque que se
ha demostrado efectivo y que se utiliza, por ejemplo, en centros educativos.
Cualquier persona puede desarrollar un trastorno alimentario. Los trastornos alimentarios
suelen comenzar durante la adolescencia y la juventud, aunque pueden producirse a
cualquier edad.
Ciertos factores pueden incrementar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, como
los siguientes:
•Antecedentes familiares. Los trastornos alimentarios son más probables en personas con
padres o hermanos que han tenido ese tipo de trastorno.

•Otros problemas de salud mental. Los traumas, la ansiedad, la depresión, el trastorno


obsesivo compulsivo y otros problemas de salud mental pueden aumentar las
probabilidades de tener un trastorno alimentario.
•Dietas e inanición. Hacer dieta con frecuencia es un factor de riesgo para desarrollar un
trastorno alimentario, en especial si el peso corporal sube y baja constantemente al iniciar y
abandonar nuevas dietas. Existen pruebas sólidas de que muchos de los síntomas de un
trastorno alimentario son síntomas de inanición. La inanición afecta al cerebro y puede
llevar a cambios en el estado de ánimo, pensamiento inflexible, ansiedad y reducción del
apetito. Esto puede hacer que se mantengan la ingesta insuficiente de alimentos o las
conductas alimentarias problemáticas y que resulte difícil recuperar los hábitos de
alimentación saludable.

Los trastornos alimentarios causan complicaciones muy variadas, algunas de las cuales
ponen en riesgo la vida. Cuanto mayor es la gravedad del trastorno o cuanto más perdura,
más probable es que se presenten complicaciones graves. Estas pueden ser algunas de ellas:
•Problemas de salud graves.

•Depresión y ansiedad.
•Pensamientos o conductas suicidas.
•Problemas con el crecimiento y el desarrollo. •Problemas sociales y en las relaciones.
•Trastornos por consumo de sustancias adictivas. •Problemas en el trabajo y la escuela.
•Muerte.

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