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Revista de Derecho del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires (ISSN

2422- 5770)
Número 24 - Marzo 2024
Fecha 13-3-2024
Cita: IJ-V-CCCXCIX-7

“Consideraciones especiales sobre honorarios del abogado y de la abogada


por su labor ante las comisiones médicas en el ámbito de la Provincia de
Buenos Aires”

Por Clarisa de Arce [1]

1. Introducción y perspectiva de análisis

Me toca abordar un tema muy sensible a todos los abogados y abogadas que se
desempeñan en el ejercicio libre de la profesión, –tal es el caso de quien suscribe–
como es el relativo a honorarios, puntualmente, honorarios por trabajos en las
comisiones médicas del sistema de riesgos del trabajo.

La primera consideración a tener en cuenta es que el lucro no es el fin principal de


nuestra profesión [2], sin embargo, el honorario es –por definición– la retribución a
nuestro trabajo profesional, tiene carácter alimentario y es nuestro medio de vida,
casi siempre en forma excluyente de toda otra actividad productiva [3]. Allí radica la
importancia de conocer nuestra ley de honorarios provincial –Ley N° 14.967– cuya
dinámica interpretativa se encuentra en plena evolución, luego de su primer lustro
de vigencia.

2. Lineamientos generales del derecho a la regulación y cobro de honorarios por


las tareas realizadas en los procedimientos ante las CCMM

Asumo que a la época de este trabajo es bastante conocido por los y las laboralistas
el marco normativo que sustenta el derecho a la regulación de honorarios en el
ámbito que nos ocupa.

Sintéticamente, cabe recordar que estamos frente a procedimientos de la


administración de carácter obligatorio creados por la ley y su reglamentación [4], en
los que también se impuso el patrocinio letrado obligatorio al trabajador/a [5].

El derecho a solicitar regulación judicial de honorarios por nuestra labor en


comisiones médicas se deriva de la presunción de onerosidad plasmada en el art.1322
del CCC y goza de la protección de los arts. 14 y 17 C.N.

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Los emolumentos se encuentran a cargo de las ART´s, Empleadores autoasegurados o
no asegurados, conforme se desprende de los arts. 1 de la Ley N° 27348 y arts. 36 y
37 de la Res. 298/17 SRT.

Ante la falta de un acuerdo sobre los mismos, deberán ser objeto de regulación
judicial, habida cuenta de que las CCMM carecen de facultades a estos fines. [6] La
ley aplicable a la regulación es la ley arancelaria de cada jurisdicción, ya que así
surge de la normativa que se viene citando, por ende, en el ámbito de la PBA, es la
Ley N° 14967, de orden público.

Es pertinente la regulación en todos y cada uno de los procedimientos del sistema,


agoten o no la vía administrativa previa, pues cada uno versa sobre un objeto y una
pretensión determinada y concreta –independientemente de que un procedimiento
pueda resultar concatenado o no– con procedimientos posteriores. Suele decirse –por
dichos motivos– que tienen autonomía regulatoria. Asimismo, cuando se solicite una
regulación judicial, también será pertinente una regulación de honorarios por dicho
procedimiento especial regulatorio entablado de manera autónoma –regulado en el
art.55 de la ley arancelaria bonaerense–. Será competente el Tribunal del Trabajo [7]
correspondiente a la CCMM que haya intervenido, sin perjuicio de la prórroga que
pudieran efectuar las partes sobre dicho aspecto, lo cual es factible por versar sobre
un asunto patrimonial [8]. Resulta de aplicación la escala arancelaria del art. 44 de
la ley, inc. b).

Resta aclarar en qué condiciones se devengan los honorarios a cargo de las ART´S,
refiriendo que la reglamentación –art. 37 Res.298/17 SRT– exige que: 1) se debe
tratar de una actuación profesional oficiosa y, 2) en la que se haya logrado el éxito
total o parcial de la pretensión [9].

El requisito de oficiosidad no es novedoso ni contradictorio con la ley arancelaria, ya


que la propia Ley N° 14.967 lo incluye en su art. 30, al prescribir que “Los trabajos y
escritos notoriamente inoficiosos no serán considerados a los efectos de la regulación
de honorarios, en tanto y en cuanto sean así declarados por resolución judicial
debidamente fundamentada”.

Ha dicho la Corte Suprema: “Resulta improcedente la regulación de honorarios


profesionales cuando la actuación cumplida debe ser reputada inoficiosa, es decir
carente de toda utilidad para lograr el efecto perseguido con su presentación” [10].

La SCBA ha definido la inoficiosidad: “Inoficiosa es la tarea inútil, superflua e


inconducente de manera indudable” [11].

La jurisprudencia también ha sostenido que:

“La descalificación por inoficiosos de escritos presentados en los expedientes


comprende a aquellas tareas inútiles, superfluas o que quiebran el encadenamiento
lógico–jurídico del proceso y, por ende, no merecen retribución, habida cuenta que
su inconducencia hace funcionar en el vacío los presuntos servicios profesionales.
Que, naturalmente, evaden esta consecuencia, los trabajos que pese a su idoneidad
no logran éxito” [12].

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En cuanto al éxito total o parcial, si interpretamos que los procedimientos
administrativos en CCM son análogos de los desplegados en el poder judicial,
claramente refiere a que se haya hecho lugar total o parcialmente a la pretensión
formulada en sede administrativa, es decir, que aquella solicitud planteada ante el
órgano administrativo en ejercicio de funciones jurisdiccionales, haya logrado una
decisión del órgano que declare, constituya o imponga una situación jurídica y
obligue a observar determinada conducta jurídica al demandado (ART, EA, ENA). A
modo de ejemplo, podría interpretarse si se inicia un procedimiento
de “Divergencia en la Determinación de Incapacidad” y el acto administrativo que
concluye el procedimiento culmina con la homologación de un acuerdo que
contempla la reparación de las secuelas incapacitantes reclamadas, habrá un éxito
total. En cambio, si en dicho procedimiento se produce una reconducción de oficio
en la que el órgano administrativo ordena un “Reingreso a prestaciones en especie”,
podría interpretarse que hubo un éxito parcial [13].

Por el contrario, si en un procedimiento de “Rechazo” no se revierte el mismo, no


habrá éxito total ni parcial, lo cual no obsta al devengamiento de honorarios, pero si
tendrá su incidencia en la eventual condena en costas, con las salvedades que a
continuación explico.

La cuestión que plantea el art. 37 de la resolución ritual, debe ser interpretada


conforme el ordenamiento jurídico todo (arts. 1–2, CCC), en tanto el éxito no hace
nacer el derecho a la regulación, sino que, lo que propone, es la pauta de sobre
quien recae la obligación de los honorarios devengados en el procedimiento, es decir,
la regla general de la responsabilidad por los honorarios devengados, a cargo de la
vencida (art. 68 CPCCPBA) [14]. Por ello, corresponde dejar en claro que los
honorarios se devengan y corresponde su regulación por el solo hecho de haber
prestado un servicio profesional e independientemente del supuesto éxito o fracaso,
pues la labor de los profesionales resulta ser una obligación de medios más no de
resultado.

Hasta aquí, he explicado lo que mayoritariamente se viene interpretando en materia


de costas y, por tanto, cuando procede el pago del honorario a cargo de la ART,
atado al éxito total o parcial.

Sin embargo, debo decir que habiendo repensado la cuestión conjuntamente con el
Dr. Facundo Giampaoli [15], no coincido con lo antedicho y procedo a fundamentar.

El art. 1 de la Ley N° 27348 establece que “Los honorarios profesionales que


correspondan por patrocinio letrado y demás gastos en que incurra el trabajador a
consecuencia de su participación ante las comisiones médicas estarán a cargo de la
respectiva aseguradora de riesgos del trabajo (A.R.T.)”. Es un imperativo categórico
que no depende de ninguna otra situación ni requisito y que cabe interpretar primero
por su letra y luego por la finalidad buscada, que ha sido mantener la gratuidad para
el trabajador/a –imperante en el derecho del trabajo– y respetar la retribución
correspondiente a los letrados, haciendo cargar con ella a la ART.

A continuación, el art. 3 de la Ley N° 27348, establece que “La Superintendencia de


Riesgos del Trabajo dictará las normas del procedimiento de actuación ante las
Comisiones Médicas Jurisdiccionales y la Comisión Médica Central” y, como es sabido,

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la SRT procedió a dictar la Res. 298/17, seguida de otras. Fue allí justamente –art 37–
donde introdujo los dos requisitos antes explicados (oficiosidad y éxito total o
parcial) para poner en cabeza de las ART´S los correspondientes honorarios. Pues
bien, el art.37 de la Res. 298/17 resulta inconstitucional y, a mi modo de ver, debe
ser reputado inaplicable.

La inconstitucionalidad resulta de haber excedido la SRT las bases de la delegación


legislativa, conceptos delineados a través de dos fallos de la CSJN que sientan la
actual doctrina judicial del tribunal en la materia. Se trata de los casos “CPACF” [16]
y “Consumidores Argentinos” [17].

Dicha jurisprudencia determina la necesidad de que el Congreso formule un patrón o


directriz inteligible al que la autoridad delegada –SRT, en el caso– debe ajustarse. El
Congreso estableció una delegación amplia (dictar normas de procedimiento, es
decir, legislar en materia procesal) que bien podría haber sido anulada solo por dicha
característica, pero ello no ha ocurrido. En caso de no anulación, la CSJN dijo que:

“cuando las bases estén formuladas en un lenguaje demasiado genérico e


indeterminado, la actividad delegada será convalidada por los tribunales si el
interesado supera la carga de demostrar que la disposición dictada por el Presidente
es una concreción de la específica política legislativa que tuvo en miras el Congreso
al aprobar la cláusula delegatoria de que se trate”.

Y aquí, se aprecia que el art.37 no respeta las directrices de la delegación, primero,


porque legisla sobre una materia que directamente no le fue delegada, ya que la
delegación lo fue en materia de procedimiento, pero no de honorarios que es otra
materia bien distinta y, segundo, porque ha reglamentado a contrario sensu de la
ley, imponiendo requisitos que ésta no exige. En efecto, el art.37 de la Res. 298/17
establece un sistema de honorarios incompatible con el impuesto en el art.1 de la
Ley N° 28348 y, además, controvierte todo el esquema legal de ejercicio de la
profesión en cuanto pretende transformar la obligación del abogado en una de
resultados para que solo si “gana total o parcialmente” tenga derecho a cobrar,
cuando su obligación, hemos dicho, no es de resultados sino de medios.

Por último, y desde otra perspectiva, siguiendo el ejemplo del “Procedimiento de


Divergencia en la Determinación de Incapacidad”, es definido por la propia SRT [18]
como el trámite destinado a a evaluar la existencia de secuelas en caso de que la
ART haya otorgado el alta médica con o sin secuelas incapacitantes derivadas del
siniestro sufrido. Es decir, la pretensión es determinar si existen o no secuelas.
Siendo así, el único éxito posible que puede tener este trámite es llegar a su fin, ya
que la pretensión es brindar certeza a la víctima en estado de vulnerabilidad
respecto de su estado de salud, independientemente de la inexistencia o existencia
de secuelas y el posible grado de las mismas. De igual manera, retomando el otro
ejemplo brindado, un trámite de “Rechazo”, tiene como finalidad evaluar si el
rechazo –valga la redundancia– corresponde o no corresponde. Ergo, no podemos
pensar linealmente que los procedimientos en CMJ sean siempre análogos a los
procedimientos judiciales, –éxito total o parcial no tiene la misma connotación– para
que las ART´S abonen o no los emolumentos. Por lo expuesto, considero que debe
abrirse este debate, en el que dejo asentada mi opinión.

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3. Base regulatoria en los distintos procedimientos ante las CCMM

Luego del breve repaso formulado ut supra, me referiré a aspectos más


controversiales que considero de suma relevancia para su análisis, comenzando por
intentar señalar cual es –o debería ser– la base regulatoria a tenerse en
consideración para los diferentes procedimientos en CCMM.

a. Procedimientos con determinación de incapacidad

En relación a los casos de divergencia y/o determinación de la incapacidad, no


reviste mayor complejidad afirmar que la base regulatoria estará dada, como mínimo
[19], por el monto de capital acordado (art. 23, 25 y concordantes Ley N° 14967). La
ley está pensada para una regulación que se efectúa en el mismo momento de
homologar un acuerdo o dictarse la sentencia que ponga fin al asunto.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la regulación se solicita varios meses o años
después? [20] ¿Qué ocurre con ese capital acordado durante el tiempo que demande
el proceso regulatorio? Pues bien, por efecto de la inflación crónica que afecta a
nuestro país, el mero transcurso del tiempo convertirá el monto del capital acordado
en CCMM en una base regulatoria completamente devaluada a la hora de fijar los
emolumentos profesionales.

No podemos soslayar que para paliar dichos efectos patrimonialmente nocivos, los
fundamentos de la Ley N° 14967 prescriben que:

“Una de las modificaciones centrales de la reforma es la adopción generalizada del


JUS como unidad de medida de toda regulación o estipulación de honorarios como
modo de evitar asimetrías y desigualdades ocasionadas por variaciones en la
economía, lo que conlleva certeza para partes, letrados y jueces” [21].

La ley de honorarios ha establecido la unidad de medida arancelaria, sujeta a


actualización [22], ya que busca preservar el valor del honorario respecto de la
erosión del valor del dinero durante el transcurso del tiempo. Fácil es advertir que si
utilizamos una base regulatoria devaluada por el aumento generalizado y constante
de los precios, vamos a obtener una regulación devaluada, por más unidad de medida
que se aplique. El problema es que el jus arancelario aumenta pero no existe
normativa expresa en la Ley N° 14967 que establezca el aumento o método de
actualización de la base regulatoria, para los supuestos en que deba practicarse la
fijación de emolumentos en oportunidad temporalmente posterior a la de la
finalización del proceso o procedimiento administrativo.

En este punto, es dable recordar que la ley debe ser interpretada teniendo en cuenta
sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los
tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo
coherente con todo el ordenamiento (art. 2 CCC) y que, como fuera dicho, la ley
arancelaria busca proteger el honorario de las desigualdades ocasionadas por la
economía.

Frente a lo expuesto, y a fin de cumplir una de sus principales finalidades, se


plantean dos soluciones posibles:

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1. Adicionar intereses al capital monto del acuerdo en CCMM desde la celebración del
mismo hasta el momento regulatorio. Esta solución la aporta el Tribunal de Trabajo
de Tandil y la transcribo en su parte pertinente:

"Que además, corresponde, a los fines de una justa valoración de los estipendios
profesionales, proyectar sobre el monto homologado el 8/11/19, de $ 526.712,09, la
incidencia de los intereses en razón del tiempo transcurrido, tomando en cuenta la
tasa pasiva del Banco de la Provincia de Buenos Aires para depósitos a plazo fijo
digital a treinta días, lo que arroja como resultado la suma de $ 638.841,04 , y esta
es la base económica que he de considerar para determinar el haber adeudado..."
[23].

Comparto esta decisión, sin perjuicio de dejar a salvo que la tasa de interés aplicable
a los fines que venimos analizando, debiera ser la misma tasa de interés aplicable al
caso de mora en el pago de los honorarios, es decir, la del art. 552 CCC. (La más alta
que cobran los bancos a sus clientes, según las reglamentaciones del Banco Central, a
la que se adiciona la que el juez fije según las circunstancias del caso). Esto no
implica aplicar intereses a un deudor que aún no fue puesto en mora –sería de buena
práctica la intimación fehaciente a tal efecto para despejar dudas– sino adecuar la
base regulatoria con el mismo parámetro dispuesto legalmente para dicho caso,
considerando que ésta fue la medida estimada como justa por el legislador (art. 54
inc. a) ley arancelaria local) para el caso de que los honorarios no sean abonados, o
bien, aplicar la misma tasa de interés que resulte aplicable al capital acordado en
CCMM, de manera que mantenga una equivalencia económica–temporal en relación al
monto del asunto.

2. Convertir la base regulatoria en la cantidad equivalente de jus arancelarios según


el valor de la mencionada unidad a la época de formalización del acuerdo. Esta es la
pauta brindada por el art. 21 de la Ley nacional arancelaria N° 27.423 que dispone
distintas escalas regulatorias según la cantidad de UMA´S que represente el capital.
Como ley análoga, bien puede ser fundamento interpretativo. Dicho
monto, mediante la operación señalada, se convertirá en “capital a valor actual”,
traduciendo la cantidad de JUS su valor actual a la época de regular, por lo
cual corresponderá adicionarle los intereses a tasa pura del 12% anual (art. 54 inc.
b) ley arancelaria local). Reitero, esto no implica aplicar intereses a un deudor que
aún no fue puesto en mora, sino adecuar la base regulatoria con el mismo parámetro
dispuesto legalmente para dicho caso. De no ser así, se consagra un enriquecimiento
ilícito del deudor del honorario, que terminará abonando el mismo a valor vil, en
desmedro del abogado y de la finalidad perseguida por la ley. Recordemos que el art.
22 de la derogada Ley nacional N° 21.839 prescribía que “A los efectos de la
regulación de honorarios, la depreciación monetaria integrará el monto del juicio” y
en el mismo sentido disponía el art. 47. Asimismo, el art. 25 de la Ley provincial N°
14.967 ordena integrar los intereses al monto total reclamado en la demanda, para
los casos de terminación anormal de los procesos. Por lo cual, la finalidad de la ley
es que la base regulatoria no se licúe por las variaciones de la economía ocurridas
durante el curso de los procesos. En idéntico sentido disponía la anterior ley
arancelaria local 8904 en sus arts. 23 y 25, ordenando actualizar si correspondiere.

b. Procedimientos sin determinación de incapacidad o “intermedios” que no


agotan la vía previa

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El art. 16 de la ley arancelaria en análisis establece que para regular honorarios, se
tendrán en cuenta el monto del asunto, si fuera susceptible de apreciación
pecuniaria, y la trascendencia económica y moral que para el interesado revista la
cuestión en debate, entre otros parámetros.

No obstante, es tendencia mayoritaria considerar jurisprudencialmente que todos


aquellos procedimientos que no agotan la instancia administrativa carecen de base
regulatoria y, por tanto, aplicar lo dispuesto en la parte final del art. 44 de la ley
arancelaria, estableciendo el valor de 10 JUS que representa el mínimo a regular en
los asuntos no susceptibles de apreciación pecuniaria previsto por el inc. b de la
referida norma aplicable a las actuaciones ante organismos de la administración.

No coincido con esta hermenéutica.

Ciertamente, son muchos los procedimientos en los que no está en juego la


determinación de incapacidad definitiva, por ejemplo, los casos que tienden al
reconocimiento y efectivización de prestaciones dinerarias por I.L.T. –incapacidad
laboral temporaria– (Rechazo de enfermedad listada o no listada, Reingreso a
prestaciones, Divergencia en el Alta). En estos procedimientos, de obtenerse un
resultado favorable, existe una base susceptible de apreciación pecuniaria
económica para el cálculo del honorario consistente en el importe equivalente a las
prestaciones de pago mensual que debió percibir el trabajador durante el período de
incapacidad laboral temporaria.

Así fue correctamente interpretado por el Juzgado Nacional Civil N° 60 en autos


“Marmor Nowik, Daiana Yael c/ Provincia ART SA. s/cobro de sumas de dinero”
expte. 37232/2019, derivado de regulación por trabajos en instancia administrativa,
trámite de “Rechazo de la contingencia”, sosteniéndose que:

“… corresponde adentrarnos en la cuestión atinente a la base regulatoria para la


determinación de los honorarios adeudados a la Dra. Marmor, el cual, como no puede
ser de otro modo, se encuentra directamente relacionado con el monto percibido por
el trabajador Sr. Barrio.

(…) por la contingencia de fecha 18/04/19 la demandada abonó al Sr. Barrio la suma
de $ 61.125,08 y la suma de $ 21.032,61 ambas sumas en concepto de “IND. INC.
LAB. TEMPORARIA–PAGO DIRECTO” montos estos que habrá de tomarse como base
regulatoria.

Así teniendo en cuenta, la calidad y extensión de la labor profesional desarrollada,


resultado obtenido, el monto percibido por el trabajador Barrio $ 82.157.69
considero razonable fijar los emolumentos de la Dra. Daiana Yael Marmor Nowik, en
la suma de PESOS TREINTA MIL OCHOCIENTOS ($ 30.800) que representan 5 UMA, a la
que se adicionaron 10 UMA´S por instancia judicial conforme art. 58 inc. a de la Ley
N° 27.423”.

En similar sentido, los procedimientos de “Divergencia de las Prestaciones en


Especie, en el Alta o Reingreso a Tratamiento” pueden también tener apreciación
pecuniaria significativa y determinable cuando las prestaciones médicas que se
reconozcan como necesarias para lograr la rehabilitación del trabajador/a sean de

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mayor complejidad. Tales podrían ser los supuestos de colocación de prótesis
ortopédicas o dentales, intervenciones quirúrgicas complejas y/o la provisión de
tratamientos y medicamentos de alto costo para patologías crónicas, como así
también los casos de gran invalidez. Así se lo ha considerado en los casos de medidas
cautelares innovativas derivados de accidentes de trabajo [24], también en los
juicios civiles cuando se computan lo rubros denominados gastos a reintegrar y gastos
futuros de tratamiento, sin que se adviertan óbices legales para que esto no pueda
ser apreciado en el sentido que vengo pregonando.

Por otra parte, tal como sostienen los Dres. Valdez y Del Río:

“Otros trámites carecerán –más prístinamente– de contenido económico (por


ejemplo, disidencia respecto a un alta médica) y en estos casos el honorario del
letrado no debería ser inferior a 10 jus conforme art. 44, último párrafo de la Ley N°
14967, al tratarse de un asunto no susceptible de apreciación económica”[25].

En definitiva, podrá ser evaluado por cada profesional solicitante de la regulación de


honorarios, si en el caso puntual es conveniente plasmar y acreditar la base
económica susceptible de apreciación pecuniaria, teniéndose presente que, sin
perjuicio de ella, no podrán perforarse los pisos mínimos legales.

4. Ponderación en los mínimos, su impacto en el colapso de los tribunales y en


los usos y costumbres que se generan

Es de interés en este acápite poner de relieve que el peyorativo y estandarizado


reconocimiento de honorarios por parte de las ART es convalidado en numerosas
ocasiones por los criterios judiciales a la hora de regular los estipendios de los
profesionales de la abogacía.

Esta práctica habitual de las ART ofrecer convenios de honorarios en el 10% de los
acuerdos por prestaciones dinerarias (supuestos de determinación de incapacidad con
audiencias de homologación).

También es práctica habitual de los Tribunales regular en el mínimo de las escalas,


pisos mínimos y, en los mejores escenarios, la aplicación estricta de la ley (promedio
resultante del 13,12% de la escala establecida para la cuestión debatida en el
proceso, conf. art 55 y 44 inc. b Ley N° 14.967).

Pues bien:

“los abogados son una parte fundamental en el sistema judicial de un estado


democrático que debe ser respetado y protegido por todos sus actores. El eximio
jurista Piero Calamandrei, afirmaba al respecto que ´podemos afirmar que el
abogado es un elemento integrante de la organización judicial, un órgano intermedio
entre el juez y la parte, en el cual el interés privado de alcanzar una sentencia
favorable se concilia con el interés público de alcanzar una sentencia justa. Por eso
la función del abogado es necesaria para el Estado, tan necesaria como la del juez,
porque ambos actúan como servidores del derecho” [26].

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Desde un punto de vista axiológico, cabe preguntarse, ¿no hay ningún profesional de
la abogacía merecedor de una retribución superior al piso mínimo o al promedio de la
escala arancelaria? La respuesta pareciera ser negativa toda vez que no se observan
regulaciones estipendiales que así lo reflejen.

Desde un punto de vista consecuencialista o finalista, partiendo de considerar que


quien se expone a un juicio, cualquiera sea su envergadura, ha de saber que el
sistema tiene un costo, cabe preguntarse ¿a qué costo diferencial o incremental se
exponen las ART´s al omitir ofrecer honorarios a los abogados/as de los
trabajadores/as? La omisión de proponer el pago de honorarios puede ser total o, en
su caso, puede derivar en ofrecer honorarios que no respeten los promedios de la
escala. La respuesta es que invariablemente se exponen a un costo mínimo, pues
este mínimo nunca se supera, a la par que tampoco se supera el promedio
regulatorio. Es decir, para una ART es igual pagar el mínimo en tiempo oportuno que
luego de una regulación judicial. Su expresión en Jus se mantendrá inalterable,
aguardando además que las costas a las que se expuso no superen el 25% de tope
(art. 730 CCC). En el ínterin, la aseguradora dispondrá de una masa de fondos
disponibles para la especulación financiera, enriqueciéndose a costa de pagar
tardíamente los emolumentos profesionales a su cargo. Peor aún, los tribunales
colapsados y desintegrados en gran medida, verán día tras día incrementar su trabajo
a raíz de los masivos pedidos de regulación de honorarios que nos vemos obligados a
formular los letrados y letradas.

Es por ello, considero sería saludable propiciar retribuciones superadoras de los


mínimos legales que, por un lado, reflejen con equidad y dignidad la labor
profesional desplegada y, por el otro, intenten fomentar un espíritu conciliador en
las compañías deudoras consuetudinarias, y como último resultado, ayuden a
descomprimir el colapso operativo de la mayoría de los tribunales laborales
bonaerenses, despejando los despachos de planteos regulatorios.

Los magistrados deben evaluar las consecuencias de sus decisiones en el entorno


social en que opera el derecho y en los valores constitucionalmente tutelados, no
sólo para el caso en concreto sino también para los futuros, y en última instancia,
plasmar el mensaje que se transmitirá a la comunidad sobre la que ejerce el poder
jurisdiccional y genera el futuro precedente.

5. La necesidad de regulaciones diferenciadas para el abogado/a según el ámbito


de actuación

Cabe recordar aquí que el actual art. 730 CCC limita al 25 % del monto de la
sentencia, la responsabilidad por el pago de las costas procesales y sólo se refiere "a
los honorarios profesionales devengados y correspondientes a la primera y única
instancia".

La interpretación de la norma a nivel nacional viene entendiendo que no debe ser


amplia sino restrictiva o estricta. La dispensa de los pagos no es aplicable con
relación a las costas y honorarios correspondientes a segunda o tercera
instancia. Tampoco es aplicable la dispensa a los regulados en los procesos
incidentales ni a la ejecución de sentencias, sino solamente las referidas a la
actuación cumplida en la acción principal. Ello así pues la razón que inspira la norma

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consiste en disuadir de actitudes procesales disvaliosas como la injustificada
oposición o dilación de los juicios, con el sólo y único fin de obstaculizar la
pretensión de la contraparte y generar costas de modo desmedido. Sostuvo
categóricamente el Dr. Ure que “la limitación rige sólo en caso de proceso judicial o
arbitral”[27]. Por ende, ninguna duda es dable albergar respecto de la solución que
mejor se compadece con el objetivo perseguido por el legislador que sólo pondera,
para la aplicación del tope de ley, la retribución profesional determinada en el juicio
principal, desechando los fijados en otros ámbitos, incidentes o instancias.

Ergo, sobre la base del entendimiento literal de la letra de la ley, todas las otras
partidas de honorarios que pudieran generarse por trabajos en sede administrativa,
deben regularse por separado, incluso cuando se efectúen en el marco de la acción
laboral del art. 2 inc j Ley N° 15057, mantenerse intangibles y fuera del mecanismo
de la prorrata.

En aquellas acciones judiciales iniciadas con base en el art. 2 inc. j Ley N° 15.057, a
fin de revertir un resultado desfavorable en la instancia previa administrativa, es de
sugerir que los y las profesionales de la abogacía soliciten la regulación diferenciada
de sus emolumentos, atendiendo a la diferente instancia y ámbito de actuación –
administrativo primero y judicial posterior– a fin de evitar que una regulación
conjunta por trabajos en ambas se traduzca en un ilegítimo y mayor recorte de los
honorarios a percibir.

6. La nulidad de la Res 34/19 de la Subsecretaría de Capital Humano–Ministerio de


Jefatura de Gabinete de ministros de la PBA

Mediante la norma citada se establece que:

"...cuando el agente concurra al procedimiento ante las Comisiones Médicas


Jurisdiccionales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo con letrado
patrocinante particular, los emolumentos devengados por la actuación profesional
oficiosa del letrado deberán fijarse en un cinco por ciento (5%) del monto convenido
para el agente" (art.5).

Esta es la directriz que lamentablemente tiene la Provincia de Buenos Aires, en su


carácter de autoasegurada del sistema de riesgos del trabajo, a la hora de reconocer
el trabajo de los abogados ante las CCMM.

La norma en cuestión vulnera las pautas arancelarias locales y obliga de hecho a


muchos abogados a aceptarla frente a la tarea adicional de tener que iniciar un
procedimiento especial regulatorio y dilatar la percepción de los montos.

Pese a que varios colegas, luego de haber suscripto los acuerdos de honorarios con
esta pauta porcentual solicitaran su nulidad en sede judicial, la directriz del 5% venía
siendo convalidada por los Tribunales.

Así fue hasta el leading case “Dascal” [28], con destacables razonamientos, donde se
dejó en claro que: a) el encuadramiento de la labor profesional no es un acuerdo
extrajudicial –como pretendía la Provincia– sino que corresponde su enmarcación en
el art 44 inc. B de la ley arancelaria, esto es, labor en actuaciones administrativas,

10
b) que frente a lo antedicho y el orden público de la ley, la escala correspondiente
pivotea entre el 7,5 y 18,75% con un promedio como estándar del 13,12%. c) que si
bien el letrado no puede invocar su propia torpeza para solicitar la nulidad del
convenio (art. 387 CCC), puede hacerlo el juez, de oficio, cuando ello contraria el
orden público (art. 386 CCC), d) que siendo el 5% un porcentaje que viola el orden
público arancelario en el caso, corresponde su nulidad y regular
complementariamente hasta respetar el estándar debido.

Es de esperar que la difusión de esta interpretación haga eco en los profesionales,


evitando la suscripción de acuerdos nulos, a la vez que genere una tendencia
interpretativa jurisprudencial en este sentido.

7. Conclusiones finales

Los honorarios de los y las profesionales de la abogacía por su labor ante las CCMM se
devengan por el solo hecho de la prestación del servicio profesional y tienen
autonomía regulatoria, independientemente de que agoten o no la vía previa
administrativa. Se encuentran siempre a cargo de las ART´s, EA o ENA´s, sea cual
fuere el resultado final de trámite pues así fue dispuesto por la Ley N° 27.348.No
deben ser incluidos en el cómputo del tope de costas del 25% –art. 730 CPCC– y su
regulación debe efectuarse de manera discriminada por instancia o ámbito de
actuación. Cabe evaluar la base regulatoria de manera particular e intentar revertir
la tendencia de regulaciones mínimas. El porcentaje arancelario del 5% que pretende
imponer la Provincia de Bs.As. es nulo por violar el orden público.

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Notas

[1] Magíster en Derecho del Trabajo UCES, Abogada litigante socia de DAG Abogados
de Arce & Giampaoli, Directora del Inst. Derecho Laboral Coleg. Abog. Avellaneda
Lanús, docente de posgrado en diversas instituciones nacionales en temática de
riesgos del trabajo y honorarios profesionales, autora de artículos de doctrina de
derecho laboral y honorarios en el ámbito nacional y provincial bonaerense.
[2] Código de Ética profesional Colproba, art. 4: “DESINTERÉS. El espíritu de lucro es
extraño fundamentalmente a la actividad de la abogacía.
El abogado, aunque debe defender su derecho a la digna retribución de su trabajo,
debe tener presente que el provecho es sólo un accesorio del fin esencial de la
profesión y no puede constituir decorosamente el móvil determinante de su
ejercicio.
Dentro de la medida de sus posibilidades y con sujeción a la ley y a las presentes
normas, el abogado debe prestar su asesoramiento a toda persona urgida o
necesitada que se lo solicita, con abstracción de que sea o no posible la retribución.
Le está impuesto en especial, como un deber inherente a la esencia de la profesión,
defender gratuitamente a los pobres.
(Unif. 7 y 33; Fed. 3 y 6; N. Y., 4; Proyec. Fed. 5. Deb. Part.)”.
[3] Código de Ética profesional Colproba, art. 15 inc. III “Debe evitar, en lo posible,
la acumulación al ejercicio de la profesión de cargos o tareas susceptibles de
comprometer su independencia, insumirle demasiado tiempo o resultar inconciliable
con el espíritu de la abogacía, tales como el ejercicio del comercio o la industria, las
funciones públicas absorbentes y los empleos en dependencias que no requieran
título de abogado”.
[4] Ley N° 27348, Res de la SRT 298/17, 899/12, 20/21, DNU 367/20, Res. 38/20,
10/21, 21/22, 179/15, entre otras.
[5] Dec. 1475/15.
[6] Art. 37 Res. 298/17 SRT.
[7] (art.2 inc a) Ley N° 11653, idem 15057).
[8] Hasta tanto no opere plenamente la Ley N° 15.057 rige la posibilidad de
prórroga. Así fue interpretado por la SCBA, el 15/5/20, en autos “Larín, Carlos A. c.
Provincia ART S.A.” entre otros.
[9] Art. 36 y 37 Res. 298/17 SRT.
[10] CSJN. “Moral, Ricardo C. c/Cotax Vivienda y Créd. para Prop. de automóviles de
Alquiler y Afines Ltda” sentencia del 21/09/1989, “Giordano, Fiore c/Autolatina
Argentina S.A.” Magistrados: Barra, Levene, Belluscio, Petracchi, Moliné O'Connor.
Disidencia: Abstención: Boggiano, Cavagna Martínez, Fayt, Nazareno. Sentencia del
07/07/1993.
[11] SCBA, Ac 44374 S 27–12–91, Juez SAN MARTIN (SD) Albino Rozzi e hijos S.A. y
otros/Concurso preventivo DJBA 143, 73 – AyS 1991 IV, 657 MAG. VOTANTES: San
Martín – Pisano – Mercader – Vivanco – Laborde.
[12] CC0001 AZ 39750 RSD–152–98 S 23–9–98, Juez ONETTI DE DOURS (SD)
MUNICIPALIDAD DE OLAVARRIA s/ SU DENUNCIA MAG. VOTANTES: ONETTI DE DOURS –
CESPEDES – OJEA.
[13] En este sentido fue resuelta la cuestión por el Juzgado de Conciliación y Trabajo
de Río Cuarto, del 4/11/22, en autos “Lacase María Agostina c/ Swiss Medical ART s/
Regulación de honorarios por trabajos extra judiciales o ante la administración”.
[14] Criterio sostenido por el TSJ de Mendoza, en autos 'Lincheta, Noelia Paola vs.
Provincia ART S.A. s. Regulación de honorarios – Recurso extraordinario provincial',

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del 19/12/21.
[15] Abogado y socio de DAG Abogados de Arce & Giampaoli.
[16] CSJN, Rec. De hecho, “CPACF c/ EN–PEN LEY N° 25414 DTO 1204/01 S/Amparo”
del de noviembre de 2008.
[17] CSJN, Consumidores Argentinos c/ EN – PEN – Dto.558/02–SS – Ley N° 20.091,
sentencia del 19/5/2010. Id SAIJ: FA10985614.
[18] https://www.a rgentina.gob.ar/servicio/solicitar–evaluacion–de–incapacidad.
[19] A modo de ejemplo, podría haberse efectuado un acuerdo de capital que incluya
además prestaciones en especie de por vida o por periodos prolongados.
[20] Arts.2554, 2558,2560 y conc. CCyCo. No exento de polémicas interpretativas,
permite entender que el plazo para solicitar regulación es de 5 (cinco) años desde el
fin del proceso o desde que el acreedor toma conocimiento del fin del proceso si la
prestación del servicio profesional concluye antes.
[21] https://intranet.hcdiputados–ba.gov.ar/refleg/fw14967.pdf.
[22] El jus arancelario mantiene actualizado su valor relacionado con el incremento
del sueldo de los jueces.
[23] Tribunal de Trabajo de Tandil, autos “FIERRO SERGIO MARTIN c/ PROVINCIA DE
BUENOS AIRES s/ MATERIA A CATEGORIZAR (279)", Expte. Nº 1832”.
[24] El Tribunal de Trabajo 3 de Mar del Plata sostuvo en los autos: "Arent, Matías E.
c/ Asociación Mutual Personal de Casinos y otros s/ Accidente de Trabaja", Expte. N°
12.776, regular los honorarios de la Dra. Portela por la incidencia innovativa de autos
en la suma de $ 24.000, a cuyos efectos consideró como base regulatoria, el costo
estimado de la prótesis (objeto de la medida) en $ 120.000 … incidencia procesal la
que debe ser considerada como separada o distinta al principal, a los efectos de lo
normado por la Ley N° 24.432; debiendo asumir su pago en concepto de costas,
PROVINCIA ART S.A.
[25]https://mpv–ab ogados.com/los–hon orarios–profesionales–en–el–procedimiento–
ante–las–comisiones–medicas–jurisdiccionales–en–el–ambito–de–la–provincia–de–b
uenos–aires/.
[26]http://www.saij.gob.ar/gaston–barthe–honorarios–minimos–dignidad–abogado–
regulacion–debajo–escala–agravio–contra–jerarquia–profesional–dacf120 170–2012–09–
17/123456789–0abc– defg0710–21fcanirtcod.
[27] URE, Carlos Ernesto. “La Corte y el tope del 25% de los artículos 1° y 8° de la
Ley N° 24.432”.. TR LA LEY AR/DOC/3734/2009.[28] Tribunal de Trabajo 4 de Lanús,
autos “Dascal Juan Ignacio c/ Gobernación de la Provincia de Buenos Aires s/
regulación de honorarios” Exp. 17982.

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