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TALLER PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

1. La Sociedad de acueducto y alcantarillado de Popayán S.A.S E.S., debe


iniciar un proceso ejecutivo en contra de Pablo Muñoz Arias, quien
adeuda desde hace 6 meses el servicio de acueducto y alcantarillado; para
ello, cuenta con el titulo ejecutivo que son las facturas del servicio
firmadas por el gerente de la entidad.
¿Ante que jurisdicción se debe instaurar el proceso ejecutivo?

Rta: La Sociedad de acueducto y alcantarillado de Popayán S.A.S E.S.P, podrá


ejercer el cobro de lo adeudado por ante la jurisdicción ordinaria o ejerciendo la
jurisdicción coactiva, por las siguientes razones:

Según el artículo 130 de la Ley 142 de 1994, las deudas derivadas de la


prestación de servicios públicos pueden ser cobradas ante la jurisdicción ordinaria
o ejerciendo la jurisdicción coactiva, para lo que la factura debidamente firmada
por el representante legal presta mérito ejecutivo, de acuerdo con las normas
civiles y comerciales.
“ […
Las deudas derivadas de la prestación de los servicios públicos podrán ser cobradas
ejecutivamente ante la jurisdicción ordinaria o bien ejerciendo la jurisdicción coactiva por
las empresas industriales y comerciales del Estado prestadoras de servicios públicos. La
factura expedida por la empresa y debidamente firmada por el representante legal de la
entidad prestará mérito ejecutivo de acuerdo con las normas del Derecho Civil y
Comercial…]” (Art. 130 Ley 142/1994)

En cuanto al cobro mediante el proceso ejecutivo en la jurisdicción ordinaria, el


artículo 442 del CGP define los títulos ejecutivos como aquellos que contienen
obligaciones expresas, claras y exigibles, como bien se podía predicar de las
facturas del servicio público prestado en el presente caso; sin embargo, no se
puede olvidar que para el caso de las deudas derivadas de la prestación de
servicios públicos existe una norma especial y de aplicación preferente para la
conformación de los títulos ejecutivos, por ello será el juez que revise el caso
quien determine si el título ejecutivo mediante el cual se persigue el pago de la
deuda por la prestación de un servicio público, cumple o no con los requisitos
necesarios.

Ahora bien, en relación con el cobro coactivo por parte de la entidad prestadora
del servicio público, se tiene que, la Constitución Política en su Artículo 116, inciso
tercero, estableció que "…excepcionalmente la ley podrá atribuir funciones
jurisdiccionales, en materias precisas, a determinadas autoridades administrativas...”; y el
Art. 209, precisa que “la función administrativa está al servicio de los intereses
generales y se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad,
eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la
delegación y la desconcentración de funciones”.

En virtud de lo mencionado anteriormente, se puede concluir que la mora en el


pago de servicios públicos domiciliarios genera en las empresas prestadoras un
déficit que puede afectar la continuidad y disponibilidad del servicio que prestan,
poniendo en riesgo el interés general, así entonces las empresas de servicios
públicos cuentan con la posibilidad de realizar cobros ejecutivos por la vía
ordinaria o ejerciendo el cobro coactivo.

2. La Industria Licorera del Cauca inicia su liquidación y Marcela Pito,


servidora pública, vinculado por contrato de trabajo, es despedida sin
ninguna indemnización; ella alcanzo a completar 25 años al servicio de la
entidad.
Marcela considera que su despido fue injusto y pretende su reintegro o en
subsidio, el reconocimiento de una indemnización. La demanda ¿es de
conocimiento contencioso administrativo?

Rta: No, la competencia es de la Jurisdicción Laboral, por las siguientes razones:

En relación con el caso 2, inicialmente es oportuno realizar algunas precisiones


que se pueden evidenciar de la lectura de las condiciones fácticas presentadas:
2.1 En primer lugar, cuando se habla de la industria Licorera del Cauca, se
encuentra que en virtud de la ordenanza 26 del 28 de diciembre de 1972,
la Industria Licorera del Cauca es constituida como una empresa descentralizada
y vinculada a la Secretaría de Hacienda del Departamento, en calidad de Entidad
Industrial y Comercial, con autonomía administrativa y patrimonio independiente.
Esto significa que, es una empresa Industrial y Comercial del Estado, del orden.
Departamental, en ese sentido, es válido acotar lo mencionado en el artículo 5 del
D.L. 3135 de 1968, “Las personas que prestan sus servicios en las Empresas
Industriales y Comerciales del Estado son trabajadores oficiales”

Al respecto, en el Concepto 66961 de 2015 del Departamento Administrativo de la


Función Pública, realiza una diferenciación entre servidor público y trabajador
oficial

“si el servidor público tiene un contrato de trabajo, se trata de un trabajador oficial y su


régimen legal será el establecido en el contrato de trabajo, la convención colectiva, el
pacto colectivo o en el reglamento interno de trabajo, y por lo no previsto en ellos en la
Ley 6 de 1945, al Decreto 2127 de 1945 y demás normas que lo modifican o adicionan”

Frente al tema del despido de la señora Marcela Pito, es válido señalar que, si
bien se predica que un contrato de trabajo se puede terminar de manera unilateral
por el empleador por cierre o liquidación de la empresa o el establecimiento de
comercio, dicha circunstancia no está considerada como una justa causa en el
artículo 62 del código sustantivo del trabajo, por lo tanto, el despido será injusto y
por ello debe asumir las consecuencias legales derivadas de su decisión.

Así lo ha resaltado la Corte suprema de justicia en reiterada jurisprudencia, en la


sentencia 68773 del 16 de octubre de 2019 con ponencia del magistrado
Rigoberto Echeverri Bueno:

Ahora bien, el Tribunal también aclaró que, en todo caso, así el motivo de la terminación
de la relación laboral hubiese sido la supresión y liquidación de la entidad, el despido
seguiría siendo injusto. Dicha reflexión, de indudable connotación jurídica, tampoco
apareja error alguno, como lo denuncia insistentemente la censura, pues esta sala de la
Corte ha explicado con suficiencia que la supresión y liquidación de una entidad, si bien
constituye un motivo legal de extinción del vínculo laboral, no representa una justa causa
de despido, de las definidas de manera taxativa en los artículos 48 y 49 del Decreto 2127
de 1945.»

De esta manera se puede concluir que el cierre total o parcial de la empresa es


una causa legal pero injusta para despedir al trabajador, y por consiguiente
corresponde pagar al trabajador la indemnización por despido injusto, al respecto
señala el numeral 6 del artículo 67 de la ley 50 de 1990:

«Cuando un empleador o empresa obtenga autorización de Ministerio de Trabajo y


Seguridad Social para el cierre definitivo, total o parcial, de su empresa, o para efectuar
un despido colectivo, deberá pagar a los trabajadores afectados con la medida, la
indemnización legal que le habría correspondido al trabajador si el despido se hubiera
producido sin justa causa legal. Si la empresa o el empleador tiene un patrimonio líquido
gravable inferior a mil (1.000) salarios mínimos mensuales, el monto de la indemnización
será equivalente al cincuenta por ciento (50%) de la antes mencionada.»

Para el caso en concreto es la jurisdicción Laboral la competente para resolver el


conflicto que se presenta aún con la calidad de trabajadora oficial de la solicitante,
puesto que es esta jurisdicción la encargada de dar trámite a lo derivado de una
relación laboral y es ante esta jurisdicción ordinaria laboral, ante la cual se debe
solicitar el cobro de obligaciones derivadas del contrato laboral, en este caso se
incluye la indemnización por despido injusto y el pago de las prestaciones sociales
derivadas del servicio prestado. Tal como lo señala el Consejo de Estado, en la
Sentencia 01597 de 2017,

Así, la jurisdicción ordinaria laboral es competente para conocer las controversias


relacionadas con los contratos de trabajo, y también con el sistema de seguridad social
que se susciten entre los afiliados, beneficiarios o usuarios, los empleados y las entidades
administradoras, aspecto que cobra relevancia por la categoría de trabajador oficial que
alega tener el accionado, dado que este tipo de servidores justamente se vinculan
mediante ese acto consensual.

De esta manera, se indica que el procedimiento a seguir en el caso planteado será


ante la Jurisdicción Ordinaria Laboral (Juez Laboral), solicitando la intervención de
la justicia para que se inicie el trámite de reconocimiento y pago, de los derechos
derivados del contrato laboral.

3. la UGPP encuentra que se hicieron unos reconocimientos pensionales a


unos trabajadores oficiales que no tenían el tiempo de servicios para
acceder a dicha prestación. La entidad, debe evitar que se siga pagando la
pensión y demandar el acto de reconocimiento pensional.

¿Ese asunto es de conocimiento de la jurisdicción de lo contencioso


administrativo? Justifique su respuesta.

RTA. Para el caso en comento, el mismo es de conocimiento de la jurisdicción


contenciosa administrativa, La Constitución en su artículo 238 establece que:

“La jurisdicción de lo contencioso administrativo podrá suspender


provisionalmente, por los motivos y con los requisitos que establezca la ley, los
efectos de los actos administrativos que sean susceptibles de impugnación por vía
judicial.”

Conforme al texto superior, la jurisdicción de lo contencioso administrativo tiene la


reserva de revisión judicial de los actos administrativos, norma que se interpreta
con el canon 84 del C.C.A. , para concluir que se encuentra facultada para
pronunciarse sobre su contenido intrínseco, pudiendo suspenderlos
provisionalmente y/o declararlos nulos.”

En esa medida y tal como lo señala la corte constitucional

“La Sala Plena ha establecido que cuando una entidad pública demanda, en
ejercicio del medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho, un acto
administrativo propio tras no obtener la autorización del titular para revocarlo
directamente, el asunto es competencia de la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo, incluso si el acto se pronuncia sobre derechos pensionales. La
Corte ha llegado a esta conclusión con base en los artículos 97 y 104 del Código
de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.[9] Según el
primero de ellos, si el titular no autoriza a la administración de manera previa,
expresa y escrita para revocar directamente un acto administrativo de carácter
particular que lo afecta, “deberá demandarlo ante la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo. A su vez, según el Artículo 104 del mismo código, la Jurisdicción
de lo Contencioso Administrativo resuelve los conflictos jurídicos relacionados con
“actos (…) sujetos al derecho administrativo, en los que estén involucradas las
entidades públicas (…).” Según la Corte, tal competencia de los jueces
administrativos cubre actos administrativos relativos a derechos pensionales, en la
medida que la habilitación para que la administración demande un acto propio
tiene como objetivo, entre otros, proteger el interés y el patrimonio público.”1

Aunado a lo anterior, el Consejo de Estado ha manifestado que,

“ante el reconocimiento irregular de derechos prestacionales, la ley consagró la


acción de lesividad, como el medio idóneo para que la administración controvierta
sus decisiones con el fin de lograr su anulación, apártale del ordenamiento jurídico
y detener sus efectos”2

Ahora bien, el artículo 2º del C.P.L. modificado por el artículo 2º de la Ley 712 de
2001, antes de los cambios introducidos por el artículo 622 del Código General del
Proceso9 señalaba lo siguiente:

“Competencia General. La Jurisdicción Ordinaria, en sus especialidades laboral y


de seguridad social conoce de: 1. Los conflictos que se originen directa o
indirectamente de un contrato de trabajo. (…) 4. Las controversias referentes al
sistema de seguridad social integral que se susciten entre los afiliados,
beneficiarios o usuarios, los empleadores y las entidades administradoras o
prestadoras, cualquiera que sea la naturaleza de la relación jurídica y de los actos
jurídicos que se controviertan…”.

Se concluye también, que la jurisdicción ordinaria no juzga actos administrativos,


como en el presente caso, donde se cuestiona en ejercicio de la acción de nulidad
y restablecimiento del derecho en modalidad de lesividad, la validez del que le
reconoció la pensión de jubilación a los trabajadores.

1
Corte Constitucional, MP. Diana Fajardo Rivera, Auto 540/21
2
Consejo de Estado, MP. Cesar Palomino Cortes, sentencia, sentencia 03403 de 2018.

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