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Colegio Particular Mixto “San Miguel”

Jutiapa, Jutiapa

NOMBRE:
Rosa María Grijalva Ramírez

GRADO:
5to.

SECCION:
Única

TEMA EJE SEMINARIO 2021:


Los Objetivos De Desarrollo Sostenible_ODS_En El
Marco Del Bicentenario”.

SUBTEMA SEMINARIO2021:
Educación de Calidad con los Valores (Ética,
Probabilidad y Transparencia) Como Base Para
Crear Instituciones Eficaces e Inclusivas Para Todos
Los Niveles.

CARRERA:
Bachillerato En Ciencias Y Letras Con Orientación
En Ciencias Biológicas
Colegio Particular Mixto “San Miguel”
Jutiapa, Jutiapa

NOMBRE:
Rosa María Grijalva Ramírez

EDUCADOR:
Aleida Maribel Escobar Flores

AREA:
Seminario

GRADO:
5to.

CARRERA:
Bachillerato En Ciencias y Letras con
Orientación en Ciencias Biológicas

FECHA DE ENTREGA:
13 de septiembre 2021
Índice
INTRODUCCION ............................................................................................................ I
JUSTIFICAION...............................................................................................................III
OBJETIVO GENERAL ....................................................................................................1
OBJETIVOS ESPESIFICOS ...........................................................................................2
METODOLOGIA .............................................................................................................3
COMPROMISOS PERSONALES....................................................................................4
Compromiso familiar .......................................................................................................5
Compromiso comunitario ................................................................................................6
HAMBRE CERO .............................................................................................................7
el bicentenario y la vida de hoy en Guatemala ..............................................................13
Pueblos Indígenas en la convocatoria a la conmemoración del bicentenario .............16
Los guatemaltecos llamados a participar ...................................................................19
Conmemoración del bicentenario, ¿oportunidad para la construcción de un estado
plurinacional? ............................................................................................................21
¿Podría ser el ideario de los Acuerdos de Paz el camino? ........................................23
¿Una segunda independencia ...................................................................................26
Desde la perspectiva de los pueblos indígenas: el encubrimiento continúa ...............28
El encubrimiento y sus mecanismos de soporte ........................................................30
Bicentenario, resistencia y represión .........................................................................34
¿Cuál es, pues, el camino por seguir? .......................................................................36
Son pasos importantes para ello, los siguientes: .......................................................37
REFERECIAS-BIBLIOGRAFICAS.................................................................................39
......................................................................................................................................40
CONCLUSION ..............................................................................................................40
COMENTARIO ..............................................................................................................41
E-GRAFIAS ...................................................................................................................42
INTRODUCCION

El Consejo Económico y Social de Guatemala, ha establecido dentro del plan


de trabajo para el año 2020, el seguimiento a temas de alto interés para la
población guatemalteca; se incluyeron en el seguimiento al plan de
reactivación económica y social las políticas nacionales que se relacionan
con los ejes temáticos y áreas operativas. Para establecer la formulación de
propuestas, alternativas o soluciones a la situación del país, se hace
necesario interactuar con el diferente reparto del quehacer nacional, para
ello se ha considerado una base amplia y de aceptación nacional de interés
como lo son los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El
Consejo, promueve el diálogo social como el instrumento o ruta más idónea
para alcanzar acuerdos, asimismo, en un ambiente de acercamiento a la
veracidad de los hechos, se llevó a cabo un foro temático que busco
establecer el diagnóstico actual en el nivel de cumplimiento del Objetivo de
Desarrollo 2, denominado Hambre Cero. Este folleto técnico contiene en
detalle la información presentada durante el Foro, se estructura en tres
secciones, la primera desarrolla de forma concisa el alcance técnico del ODS
2, lo cual incluye la descripción de sus metas y la alineación nacional con las
metas estratégica incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo. La segunda
sección se enfoca en el diagnóstico de situación actual, relacionado con el
nivel de cumplimiento de las metas del objetivo, para ello se utilizaron dos
fuentes de información que permiten establecer nuestro avance en
comparación con el resto de los países miembros y la revisión nacional
voluntaria, ejercicio institucional realizado a lo largo del 2019 y que permite
establecer nuestro avance y nuestras limitaciones. Por último el informe

I
establece un comparativo entre las distintas estrategias que desde el año
2012 a la fecha se han implementado para combatir la tasa de desnutrición
crónica en el país, esta comparación permite al final establecer los desafíos
que el Gobierno en su integralidad, debe aún superar para lograr que los
recursos, programas y planes logren impactar de forma tangible en las
causas que provocan la desnutrición crónica en niñas y niños menores de
cinco años y que a pesar de los esfuerzos aun es una problemática vigente.

II
JUSTIFICAION

En el país la prevalencia de subalimentación aumentó de 16.1% en el


período 2014-16, a 18.1% en 2017-19;1 el Índice Global del Hambre
disminuyó de 22.2 en el período 2010-14 a 20.7 en 2015-19.2 La pobreza
total aumentó de 51.2% en 2006 a 59.3% en 2014, mientras que la pobreza
extrema aumentó de 15.3% a 23.4% en el mismo período;3 en 2018 el
coeficiente de Gini era de 0.48.4 De acuerdo con el XII Censo Nacional de
Población de 2018 18.5% de la población de 7 años o más, es analfabeta.
La producción de maíz y frijol de los pequeños agricultores de Guatemala,
principalmente del Corredor Seco, ha sido afectado durante los últimos ocho
años (2012 a 2016, 2018 a 2019), por un déficit de lluvias asociado con la
prolongación de la canícula.5 Por otro lado, en 2017 y 2020, las
inundaciones asociadas a fuertes lluvias o a depresiones tropicales
provocaron pérdidas en los cultivos de maíz y frijol; y afectaron
principalmente a los pequeños agricultores. Esta situación ha incrementado
la vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de las familias de estos
pequeños agricultores, al erosionar sus mecanismos de respuesta y medios
de vida. El Hambre Estacional consiste en el deterioro predecible y
recurrente de la situación alimentaria y nutricional de los hogares
vulnerables, entre abril y agosto (Figura 1). La desnutrición aguda infantil, es
utilizada como un indicador de la gravedad del impacto de este problema. El
periodo de Hambre Estacional puede extenderse debido a los efectos de El
Niño/Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés) que provoca
pérdidas en los cultivos de granos básicos; situación que afecta a los

III
pequeños agricultores del país, principalmente del Corredor Seco. En
diciembre de 2020, utilizando el protocolo de Clasificación Integrada de la
Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), se actualizó la situación de
inseguridad alimentaria aguda de la población guatemalteca que reside en
los 10 departamentos del país, incluidos en el estado de calamidad
decretado por el Gobierno de Guatemala, debido a los daños provocados
por las depresiones tropicales ETA e IOTA en noviembre de 2020. Los
departamentos analizados fueron: Alta Verapaz, Chiquimula, El Progreso,
Huehuetenango, Izabal, Jutiapa, Petén, Quiché, Santa Rosa y Zacapa.7
Según el reporte del MAGA estos departamentos fueron los más impactados
por las depresiones tropicales ETA e IOTA, provocaron daños en los cultivos
de granos básicos, hortalizas y cultivos de agro exportación, el área dañada
asciende a 137 mil hectáreas, afectando a 204,500 familias (equivalente a
más de 930 mil personas), la pérdida económica asciende a Q 897 millones.
Los productores más afectados fueron los de subsistencia (51%) e infra
subsistencia (39%).8 Los resultados del análisis muestran que 3.73 millones
de personas estarían en una Fase 3 o peor de la CIF (3, 300,000 en Fase 3
y 428,000 en Fase 4), esta cifra representa el 23% de la población analizada
(6.7 millones). Alta Verapaz, Chiquimula, El Progreso, Huehuetenango,
Izabal, Jutiapa, Quiché, Santa Rosa, Totonicapán y Zacapa están
clasificados en Fase 3 o de Crisis de la CIF. La situación de inseguridad
alimentaria aguda que se presentan en el anexo 2 corresponden a los 22
departamentos del país, solamente se actualizó la situación de inseguridad
alimentaria aguda en los 10 departamentos más afectados por ETA e IOTA.9
La desnutrición aguda, como indicador, es útil para fines clínicos y
epidemiológicos ya que identifica a los niños y niñas que padecen
desnutrición actual o presente, en una población.10 A nivel mundial11, más

IV
de una tercera parte de todas las muertes en menores de cinco años se
atribuyen a la desnutrición, ya sea como causa directa o asociada, debido al
debilitamiento de la resistencia del cuerpo a la enfermedad.

V
OBJETIVO GENERAL

El Objetivo de Desarrollo de Hambre Cero busca poner fin al hambre,


logrando la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, promoviendo la
agricultura sostenible. El proceso de alineación de los ODS con el Plan
Nacional de Desarrollo establece una meta nacional para este objetivo que
busca reducir para el año 2033 en no menos de 25 puntos porcentuales la
desnutrición crónica en niños menores de cinco años, con énfasis en los
niños y niñas de los pueblos maya, xinka y garífuna, y del área rural. En este
proceso de alineación, con la entrada en vigor de la Política General de
Gobierno, se asocia al ODS de Hambre Cero una nueva meta estratégica,
que establece como objetivo nacional la disminución para el año 2023 en 7
puntos porcentuales de la tasa de desnutrición crónica

1
OBJETIVOS ESPESIFICOS

El Plan del Pacto Hambre Cero es un documento sectorial, de cobertura


nacional, mediante el cual el Gobierno de Guatemala operativiza el Pacto
Hambre Cero, con el objeto de responder de manera directa y contundente
al problema del hambre en el país. Los objetivos específicos de dicho Pacto
consisten en:

1) disminuir de un 10 por ciento la prevalencia de la desnutrición crónica


infantil en un plazo de cuatro años, y del 24 por ciento en un plazo de 10
años;

2) evitar y reducir las muertes por desnutrición aguda;

3) enfrentar la pobreza y promover el desarrollo que lleve a su erradicación,


con especial atención a los indígenas, las mujeres y las poblaciones rurales.

2
METODOLOGIA

3
COMPROMISOS PERSONALES

1. Yo me comprometo a ponerle fin a la


escases de hambre en mi casa.

2. Yo me comprometo a improvisar con


las comidas.

3. Yo hare lo posible de cocinar con los


ingredientes que estén en mi casa.

4. Yo me comprometo a comer lo
disponible en mi casa.

5. Yo me comprometo con mi familia a


acabar con el hambre cero

4
Compromiso familiar

1. Mi familia se compromete a comer frutos


secos

2. Mi familia se compromete a una buena


alimentación con bajo presupuesto.

3. Nos comprometemos a comer lo necesario

4. Nos comprometemos a no desperdiciar la


comida

5. Nos comprometemos al no desperdicio de


comida

5
Compromiso comunitario

1. En mi comunidad importa mucho la crisis ya


que con ella trae el hambre

2. En mi comunidad tenemos el compromiso


de no comer en abundancia

3. En mi comunidad no hemos esforzado


mucho tras el hambre que nos ha dejado la
pandemia

4. En mi comunidad no0s comprometimos a no


tirara las semillas y plantarlas

5. No comprometimos al brindarle comida a


otro vecino que no tenga provisión

6
HAMBRE CERO
Diversos factores han contribuido a la escasez de alimentos y al hambre en
el mundo: el aumento de la población mundial; el rápido proceso de
degradación que debido a la sobrexplotación están sufriendo nuestros
suelos, océanos, bosques y nuestra agua potable y biodiversidad.1 El Pacto
Hambre Cero, busca disminuir en 10% la prevalencia de la desnutrición
crónica en un plazo de 4 años, lo cual será la base para lograr una reducción
del 24% en los próximos 10 años. Asimismo, el Pacto busca evitar las
muertes por desnutrición aguda y sus causas asociadas, así como enfrentar
la pobreza y promover el desarrollo que
lleve a su erradicación.

El acto de firma del Pacto Hambre Cero


se llevó a cabo este 16 de febrero de
2012 liderado por el Presidente de la
República, Otto Pérez Molina; el Alcalde
Municipal de San Juan Atitán, Lorenzo
García y el Secretario de Seguridad
Alimentaria y Nutricional, Luis Enrique
Monterroso.

Se unieron al reto de articular esfuerzos, planes y proyectos en materia de


seguridad alimentaria representantes de los sectores académico, político,
Directores de Medios de Comunicación, voluntariado, ONG nacionales,
empresarial, diplomático, Ministerios y Secretarías de Estado, pueblos
indígenas, mujeres, Iglesia Católica, Alianza Evangélica, campesino y
sindical.

7
Campaña del Secretario General de las Naciones Unidas El Reto del Hambre Cero.
Erradicar el hambre en el transcurso de nuestras vidas es posible. Las Naciones
Unidas preparan y lanzan campañas de comunicación sobre temas fundamentales
relacionados con la misión de la Organización. El HAMBRE CERO es el segundo de los
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, con el apoyo de
todas las organizaciones de la ONU. Todos los días, más de 800 millones de personas
luchan por obtener cualquier tipo de alimento y se arriesgan a morir de hambre, la misión
Hambre Cero tiene como objetivo reducir esa cifra abrumadora a CERO.1

Al finalizar cada día, 821 millones de personas en el mundo terminan sin haber ingerido
alimentos, y de éstas, una de cada tres sufre alguna forma de desnutrición. 2

3Debido al rápido crecimiento económico y al aumento de la productividad agrícola en


las últimas dos décadas, el número de personas desnutridas disminuyó casi a la mitad.
Muchos países en desarrollo que sufrían hambrunas están ahora en condiciones de
satisfacer las necesidades nutricionales de los más vulnerables. Regiones como Asia
Central y Oriental y América Latina y el Caribe han avanzado enormemente en la
erradicación del hambre.

Desgraciadamente, el hambre y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para


el desarrollo de muchos países. Se estima que 821 millones de personas sufrían de
desnutrición crónica al 2017, a menudo como consecuencia directa de la degradación
ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad. Más de 90 millones de niños menores
de cinco años tienen un peso peligrosamente bajo. La desnutrición y la inseguridad
alimentaria parece estar incrementándose tanto en casi todas las de regiones de África,
como en América del Sur.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan terminar con todas las formas de hambre
y desnutrición para 2030 y velar por el acceso de todas las personas, en especial los
niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año. Esta tarea implica
promover prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los pequeños agricultores
y el acceso igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados. Además, se requiere el

8
fomento de la cooperación internacional para asegurar la inversión en la infraestructura
y la tecnología necesaria para mejorar la productividad agrícola. Programa

Las Naciones Unidas preparan y lanzan campañas de comunicación sobre


temas fundamentales relacionados con la misión de la Organización.4

Erradicar el hambre en el transcurso de nuestras vidas es posible.


Pero ello requiere de esfuerzos integrales encaminados a asegurar que cada
hombre, mujer, niña y niño, pueda ejercer su Derecho a una Alimentación
adecuada; esfuerzos orientados al empoderamiento de la mujer; a dar
prioridad a la agricultura familiar. Requerirá que los sistemas alimentarios
sean sostenibles y resilientes.El Reto del Hambre Cero significa:

Cero retraso en el crecimiento en niños y niñas menores de dos años

Que el 100% de las personas tengan acceso a una alimentación adecuada,


durante todo el año

Que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles

Aumentar un 100% la productividad y el ingreso de los pequeños


productores

9
Cero desperdicio de alimentos y pérdidas post-cosecha|Organización de las
Naciones Unidas

Cifras.
cifras 821 millones El número de personas con desnutrición alcanzó los 821
millones en 2017.

63% En 2017, Asia representó el 63% de las personas que padecen hambre,
casi dos tercios del total.

22% Cerca de 151 millones de niños menores de cinco años, el 22%, todavía
estaban mal desarrollados en 2017.

1 de cada 8 Más de 1 de cada 8 adultos es obeso.

1 de cada 3 1 de cada 3 mujeres en edad reproductiva padece anemia.

26% El 26% de los trabajadores están empleados en agricultura.Programa


de las Naciones Unidas para el Desarrollo

Metas
Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas,
en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos
los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el
año

Para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando, a
más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el
retraso del crecimiento y la emaciación de los niños menores de 5 años, y
abordar las necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres
embarazadas y lactantes y las personas de edad Para 2030, duplicar la

10
productividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos en
pequeña escala, en particular las
mujeres, los pueblos indígenas, los
agricultores familiares, los pastores y
los pescadores, entre otras cosas
mediante un acceso seguro y equitativo
a las tierras, a otros recursos de
producción e insumos, conocimientos,
servicios financieros, mercados y
oportunidades para la generación de
valor añadido y empleos no agrícolas

Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de


alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la
productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los
ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los
fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros
desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra

Para 2020, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas


cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus especies silvestres
conexas, entre otras cosas mediante una buena gestión y diversificación de
los bancos de semillas y plantas a nivel nacional, regional e internacional, y
promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los
recursos genéticos y los conocimientos tradicionales y su distribución justa
y equitativa, como se ha convenido internacionalmente

11
Aumentar las inversiones, incluso mediante una mayor cooperación
internacional, en la infraestructura rural, la investigación agrícola y los
servicios de extensión, el desarrollo tecnológico y los bancos de genes de
plantas y ganado a fin de mejorar la capacidad de producción agrícola en los
países en desarrollo, en particular en los países menos adelantados

Corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los


mercados agropecuarios mundiales, entre otras cosas mediante la
eliminación paralela de todas las formas de subvenciones a las
exportaciones agrícolas y todas las medidas de exportación con efectos
equivalentes, de conformidad con el mandato de la Ronda de Doha para el
Desarrollo

Adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de


productos básicos alimentarios y sus derivados y facilitar el acceso oportuno
a información sobre los mercados, en particular sobre las reservas de
alimentos, a fin de ayudar a limitar la extrema volatilidad de los precios de
los alimentos. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo}}

Algunos de los retos/ desafíos que se nos presentan a todos en general para
ayudar a combatir y contribuir al hambre cero son: Satisfacer las
necesidades alimentarias de poblaciones más vulnerables. Apoyar e
incentivar los programas de protección social. Mantener el comercio mundial
de alimentos. Mantener en acción las cadenas de suministro nacionales.
Apoyar a los pequeños productores para aumentar la producción de
alimentos locales.

12
el bicentenario y la vida de hoy en Guatemala

Desde 1524, comienza para los pueblos originarios de esta región de


Mesoamérica, hoy llamada Guatemala, una historia que todavía no conoce
final. El encubrimiento iniciado en 1492 ha ocultado la existencia, la
identidad, el ejercicio de los derechos, el carácter de sujetos políticos… de
los pueblos Maya, Xinka y Garífuna. Durante la Colonia, la relación entre
españoles, primero, y criollos y mestizos, después, fue de sometimiento en
todos los órdenes de la vida, además del desprecio del que los “indios”
fueron víctima de forma permanente.

La declaración de la Independencia nacional en 1821 no modificó en


absoluto la relación colonial. Continuó la estructura colonial dividida en la
república de españoles y la república de indios, como mecanismo de
ocultamiento de las diferencias étnicas bajo una sola y uniformadora
categoría: indios. Y bajo esa categoría se les obligó al pago de tributo, a vivir
en reducciones, al sometimiento religioso, económico y político y al trabajo
forzado. Después de 1821 la estructura colonial continúa. Persiste la relación
de exclusión, diferenciación perversa y ocultamiento de las realidades
propias de los pueblos originarios.

La conmemoración oficial del bicentenario de la Independencia de 1821 no


incluye, ni por asomo, una propuesta de transformación estructural de las
relaciones entre la nación y el Estado guatemaltecos y los Pueblos
Indígenas. La exclusión de los Pueblos Indígenas en el acto de declaración
de la Independencia en 1821 es la marca que caracteriza desde sus
orígenes a la nación y al Estado guatemaltecos. En 2021, los actos
relacionados con el bicentenario muestran un tratamiento folclorista de la

13
cultura maya y la continuidad de la práctica de usurpación de la cultura y la
simbología de los pueblos Maya, Xinka y Garífuna.

Por eso, y a partir de las reflexiones realizadas en distintos ámbitos,


incluyendo el académico, los Pueblos Indígenas tienen claro que deberán
impulsar por sí mismos sus propios movimientos de emancipación.

Palabras clave: Independencia, bicentenario, encubrimiento, colonialidad,


multinacionalidad, resistencia.

Indígenas en el acto de declaración de la Independencia en 1821

En el IX Congreso Latinoamericano de
Educación Intercultural Bilingüe,
realizado en la Ciudad de Antigua
Guatemala, en octubre del 2010, en el
acto de apertura se hizo referencia al
Bicentenario de la Independencia de
Guatemala. Fue la primera vez que, quien esto escribe, escuchó hablar del
Bicentenario de la Independencia en un acto público, oficial.

Guillermina Herrera, a cargo del discurso marco del congreso, se refirió al


Bicentenario de la Independencia como “oportunidad para entender la
educación intercultural bilingüe y repensarla”. Oportunidad también para
“reconocer que han sido los pueblos originarios los que han provocado
reflexiones en cuanto a la construcción de sociedades diversas que ejerzan
una auténtica participación ciudadana” (cursivas nuestras).

¿Admiten el concepto y las intenciones de la independencia declarada en


1821 el reconocimiento del histórico aporte de los pueblos originarios a la

14
diversidad del país? ¿Admiten el concepto y las intenciones de la
conmemoración del Bicentenario de la Independencia la ciudadanía de los
pueblos originarios en el estado nacional? La respuesta en ambos casos es
NO.

Por una parte, en el acto de la firma del Acta de Independencia en 1821


había representantes del poder político y de la Iglesia y de otros sectores de
la élite del momento. El pueblo había hecho acto de presencia, pero en las
calles, en la plaza, en el patio, en los correderos y en la antesala del palacio
para repetir el grito de “viva la Independencia”. La población indígena estaba
ausente, ocupada en satisfacer las exigencias de los colonizadores, sin
tiempo para ocuparse de construirse un lugar en las decisiones públicas.

La independencia de 1821 es una acción de la élite criolla, la cual se define


a sí misma como “el pueblo de Guatemala”, y considera la independencia
del gobierno español como “su voluntad”. La afirmación de que “la
independencia es voluntad general del pueblo de Guatemala” es una falacia
como las que suelen utilizar funcionarios de gobierno cuando atribuyen
alguna decisión a toda la sociedad para darle una legitimidad que todo
mundo sabe que no tiene.

Desde el punto de vista conceptual, pues, el acto de declaración de la


independencia en 1821, no admite la presencia de pueblos originarios. Los
desconoce, los encubre bajo un concepto generalizador e invisibilizador:
“el pueblo de Guatemala”. Esta es una idea que se repite hoy, que los
funcionarios gustan de repetir: en el país, “todos somos guatemaltecos”,
“todos somos iguales”. Una media verdad que oculta, invisibiliza, encubre y

15
excluye identidades específicas del 60% de la población: los Pueblos
Indígenas (el 43.56% según el XII Censo nacional de población del 2018).

Las intenciones de la independencia de 1821 tampoco admiten la presencia


ni el rol fundamental de la población indígena en la consolidación del sistema
de vida colonial, ni en ninguna lucha por la independencia. En el acta se
indica al señor jefe político que haga pública la proclamación de la
independencia realizada por la élite “para prevenir las consecuencias que
serían terribles, en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo”.
Si hubiese habido líderes indígenas formando parte del pueblo que
eventualmente hubiera buscado la independencia, habrían quedado al
margen de hecho.

Pueblos Indígenas en la convocatoria a la conmemoración


del bicentenario
En Guatemala, la convocatoria oficial para la Conmemoración del
Bicentenario de la Independencia se lanzó en el año 2010. Fue una
convocatoria realizada en forma conjunta por el Gobierno de Guatemala, por
medio del Ministerio de Educación, y la oficina de la UNESCO en Guatemala.

Según el discurso del Gobierno de Guatemala de entonces, la


conmemoración del bicentenario trata “de enaltecer al conjunto de
protagonistas sociales, intelectuales, mujeres, jóvenes, indígenas, afro
guatemaltecos, gestores todos del movimiento independentista”. Entre los
protagonistas de la independencia incluye “indígenas y afro guatemaltecos”,
de quienes no tenemos noticia, porque hasta ahora no conocemos “una
versión de la gesta independentista que recupere a todos los actores

16
sociales, a intelectuales valiosos, a las lideresas o los líderes que tuvieron
un rol en nuestra historia”. VV

No tenemos esa versión, efectivamente. Lo que tenemos es un acta que


identifica a los presentes en el acto de proclamación de la independencia. Y
entre ellos no hay referencia a personas indígenas ni afroguatemaltecos. No
puede ser de otra manera, tomando en cuenta “el desprecio que los mayores
recomendaban para con estos seres descalzos y raídos, que olían a sudor”.
Este desprecio era recomendado por padres y abuelos cuando llegaban a
las casas de españoles como “portadores de algún beneficio, sudorosos y
jadeantes” y se les veía “descargar de sus espaldas la leña, los granos, las
legumbres, la leche, la panela y muchos otros bienes sin los cuales la
existencia no habría sido todo lo agradable que en realidad era”
(Martínez, La patria del criollo).

La servidumbre era el lugar asignado a los “indios” en la estructura social de


la Colonia, al igual que hoy lo es en la estructura social y política nacional. Y
había que “tenerlos a raya y patentizarles en todo momento su
subordinación”. Esa era instrucción cotidiana de padres y abuelos a los hijos
y nietos (Martínez, La patria del criollo). Lo mismo que hoy, aun cuando
exista una “institucionalidad indígena”, ocupada, sin embargo, por “indios
permitidos”, cuya función es la servidumbre política, útil para legitimar el
discurso oficial y para mostrar un Estado con una cara incluyente ante la
comunidad nacional e internacional. Para las instituciones que convocan a
la conmemoración, la idea fundamental es que “el Bicentenario de la
Independencia de Guatemala es una oportunidad para repensar la acción
del Estado y de la República” (Gobierno GT y UNESCO, 2010,
Presentación). Consideran también que es “una señalada oportunidad para

17
abrir la reflexión entre todos los ciudadanos en torno al Estado de la nación”.
Por ello, debe “estimular la discusión entre los guatemaltecos”.

El tema de la discusión es nada menos que


el Estado que, tras doscientos años de
existencia, aún “no se consolida como
institución rectora de la nación”. La
naturaleza del Estado, como la institución
política de la nación guatemalteca, es un
tema presente desde hace algún tiempo en
distintos ámbitos de la sociedad. Especial atención ha ocupado en la agenda
de organizaciones y comunidades de los Pueblos Indígenas. Estas coinciden
con otras organizaciones e instituciones al considerar al Estado de
Guatemala como un Estado fallido. Aunque su carácter fallido desde la
perspectiva indígena se debe también a que no ha logrado, o no ha querido
lograr, reconocer la ciudadanía de los Pueblos Indígenas.

Como Estado de la nación ladina-mestiza, en las manos de una élite, ha


institucionalizado un conjunto de mecanismos legales, políticos, económicos
y sociales para mantener sistemáticamente a los Pueblos Indígenas al
margen de las decisiones políticas estatales. Y mantener su estatus como
ciudadanos de tercera categoría. O, incluso, como no ciudadanos,
habitantes naturales de un territorio que les ha sido usurpado, sin
posibilidades de ejercer sus derechos como ciudadanos, y como pueblos,
con carácter de sujetos políticos.

Por eso, se ha insistido hasta la saciedad en que el Estado guatemalteco ha


sido instrumentalizado por los poderes, tanto los legales como los paralelos,

18
para conservar la hegemonía de unos sectores sobre toda la sociedad.
Especialmente sobre los Pueblos Indígenas. Al mejor estilo de la relación de
la república de españoles y criollos y la república de indios, durante la
Colonia. Un esquema, insistimos, que no se tocó en lo más mínimo con la
declaración de independencia de 1821. Por lo contrario, la relación de
dominación colonial, no solo pervive, sino que se ha consolidado y ha
reforzado sus bases legales y políticas, con la promulgación de leyes y la
definición de políticas estatales sin alcances estructurales.

Los guatemaltecos llamados a participar


La convocatoria a la conmemoración del bicentenario, lanzada en el 2010,
estaba dirigida “a toda la comunidad nacional, las instituciones, autoridades,
organizaciones empresariales y las organizaciones de la sociedad civil”.
Buscaba promover “encuentros entre todos los sectores del país que estén
inmersos en la preocupación por renovar y fortalecer las bases de la
República”.

Como se echa de ver, la convocatoria de conmemoración del bicentenario,


con todas las buenas intenciones que pretende mostrar, desconoce sin más
a los Pueblos Indígenas en su condición de sujetos políticos con identidad
propia, con voz propia, con aspiraciones, demandas y propuestas propias. Y
no puede decirse que se incluyen en la “comunidad nacional” o en las
“organizaciones de la sociedad civil”. En el acto de declaración de la
independencia en 1821 y en la convocatoria de conmemoración del
bicentenario de dicha independencia, los Pueblos Indígenas y sus
organizaciones simplemente son dejados al margen. O, encubiertos. Con

19
todo lo que el encubrimiento implica de minorización, subordinación,
subalternidad, discriminación, desprecio, exclusión, racismo.

La única mención indirecta a organizaciones indígenas se encuentra en la


referencia a los sectores que disienten de la idea de que “Guatemala es una
nación” y proponen “que este país es un estado multinacional”. Las
organizaciones del disenso, también están invitadas a las discusiones que
tendrán lugar en la conmemoración. De hecho, y por este detalle, se puede
ver alguna alusión, son organizaciones indígenas las que tienen una
propuesta definida con respecto a la construcción de la plurinacionalidad o
la multinacionalidad. Tiene razón Herrera (IX Congreso Latinoamericano de
EIB) cuando afirma que han sido los pueblos originarios los que han
provocado reflexiones en cuanto a la construcción de sociedades diversas.

Dicho de otra manera, son los Pueblos Indígenas y sus organizaciones las
que tienen una visión responsable con el devenir histórico de las relaciones
interétnicas y de las relaciones del Estado nacional con los Pueblos
Indígenas. Un tema en el cual cuentan con apoyo de organizaciones y
organismos no indígenas, nacionales e internacionales, afines a las
aspiraciones de los Pueblos Indígenas.

Lo que piensan los Pueblos Indígenas, así como intelectuales y


organizaciones indígenas, sobre la necesidad de transformar el Estado
monoétnico y monocultural en un Estado multinacional o plurinacional, es de
conocimiento del liderazgo político del país. No obstante, los Pueblos
Indígenas y sus organizaciones son ignorados en la convocatoria a la

20
conmemoración del bicentenario. Ello,
a pesar de la intención (dudosa por
esto mismo) de que “queremos darle
un nuevo y profundo impulso a
dinámicas de reflexión crítica y creativa
que den paso a nuevas
conceptualizaciones que inauguren
una época de reforma del Estado, de
innovación política y de refundación de
la República” (documento de convocatoria).

Conmemoración del bicentenario, ¿oportunidad para la


construcción de un estado plurinacional?
¿Podría ser la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia la
oportunidad para la construcción de un Estado plurinacional o, al menos,
multinacional? ¿Qué implicaría para la nación guatemalteca la conversión
del Estado nacional criollo y ladino/mestizo a un Estado en el cual los
Pueblos Indígenas puedan incorporarse como naciones, con todos los
derechos actualmente reconocidos solo de manera formal y con un enfoque
reduccionista?

Hasta hoy, afirma Cojtí (2004), “se desconoce casi por completo el lento
proceso de multiculturalización del Estado y de la democracia
guatemaltecas”. Con excepción del aspecto legal, el “más conocido y
avanzado”. Lo que no implica que la promulgación de leyes lleve
automáticamente al reconocimiento de los Pueblos Indígenas como
naciones con pleno derecho de formar parte, participar y beneficiarse de los
bienes del Estado (en cuya producción tienen una amplia participación). Por
21
esto, como señala Cojtí (2004), no existen avances en “la formulación,
implementación, institucionalización de políticas, planes, programas y
proyectos, ni la adaptación de las estructuras estables del Estado a la
multietnicidad del país”. Si multiculturalizar el Estado ha sido complejo y es
un proceso de lento avance, pensar en la construcción del estado
plurinacional seguro requerirá un drástico reajuste en las relaciones
estructurales de poder en todos los órdenes.

De esa cuenta, no basta asumir la conmemoración de la Independencia


como oportunidad para “analizar, reinterpretar y recorrer la historia de la
época independiente de Guatemala, con una actitud hermenéutica”.
Interpretar la realidad del país para comprenderla y pensar cómo
reconfigurarla no ha sido suficiente. Y, menos, si el camino por recorrer lleve
a proseguir en las actuales circunstancias el mandato venido desde la
independencia (documento de convocatoria). Un mandato que ha obligado
al Estado a seguir protegiendo el actual estado de cosas de “las
consecuencias que serían terribles, en el caso de que (la construcción de un
Estado plurinacional la promueva) de hecho (los propios pueblos
interesados)”. Ejemplos abundan en la historia del país, de las
consecuencias para el pueblo los intentos de democratizar las estructuras
políticas y económicas del país.

Tampoco basta que el actual presidente de Guatemala, en el acto


conmemorativo en el Congreso de la República, haya llamado a
construir una nación unida, sin fronteras en Centroamérica y a vivir en
libertad de acción y pensamiento… para que los guatemaltecos sean
mejores, con metas comunes y encaminados a una sociedad sin divisiones
(republica.gt). Y no basta el llamado, porque el inicio mismo de las

22
actividades conmemorativas del bicentenario ha sido una muestra clara del
irrespeto de los funcionarios de Estado a los lugares sagrados del Pueblo
Maya, invadiendo la emblemática ciudad de Iximche’, ciudad sagrada de la
comunidad Maya Kaqchikel, llamada “ruinas” en algunos medios de
comunicación. Y junto con la invasión, la folclorización de elementos de la
milenaria cultura Maya, como el Popol wuj, sus danzas, su indumentaria.

Y tampoco es suficiente con que el Congreso de la República, mediante una


iniciativa de ley relacionada con la conmemoración del Bicentenario de la
Independencia, asegure que su intención principal es “contribuir a robustecer
el conocimiento del pasado y fortalecer el futuro del país, constituyéndose
como un punto de partida para fundar un modelo social más incluyente”. Las
características del Congreso de la República en las últimas legislaturas,
cooptado por alianzas criminales, le resta legitimidad y credibilidad.

¿Podría ser el ideario de los Acuerdos de Paz el camino?


Dada su importancia, finalizamos la revisión de la perspectiva
gubernamental de la Conmemoración del Bicentenario de la Independencia,
según se explica en el documento de convocatoria, con la referencia a los
Acuerdos de Paz. Sorprende la afirmación de que “los Acuerdos de Paz de
1996 pautan actualmente vida pública”. Además de que forman parte de “las
experiencias vividas y los valiosos aprendizajes de los últimos 200 años.
Experiencias que constituyen el mejor sustento para las propuestas
ciudadanas de refundación del Estado guatemalteco y la generación de la
esperanza para el futuro de Guatemala”.

En este sentido, la refundación del Estado guatemalteco, un Estado criollo-


ladino/mestizo, elitista, discriminador, racista, incluiría como sustento el

23
Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, además de los
otros acuerdos, por supuesto. ¿Habrán estado conscientes quienes
escribieron los textos de la convocatoria oficializados por los funcionarios de
gobierno lo que implica refundar el Estado sobre los mandatos de este
acuerdo? Lo más probable es que sí. Pero, conscientes también de que el
discurso político no tiene por qué ser tomado en serio y que no necesita ser
confrontado con la realidad.

La perspectiva de las Naciones Unidas

Para la UNESCO, la celebración del bicentenario de los procesos de


independencia de los países de América Latina y el Caribe “reviste una
importancia y trascendencia histórica, social y cultural de los pueblos
latinoamericanos y caribeños”. Los procesos de independencia, llevados a
cabo por “ilustres libertadores” de este continente, “cuyo pensamiento se
inspiró en las ideas de los sabios de la ilustración y de los próceres de otras
gestas emancipadoras (UNESCO, Decisión 182 EX/59, aprobada en la 14ª
sesión plenaria, el 21 de octubre de 2009).

24
Con este reconocimiento, y en su calidad de “foro ético y moral” (por
excelencia) del Sistema de las Naciones Unidas, al “promover la justicia
social, la cultura de paz y la solidaridad entre los pueblos”, la UNESCO “ve
con satisfacción las acciones que se desarrollan en el ámbito nacional con
motivo de la celebración de este bicentenario, por la trascendencia histórica
que trajo consigo la fundación de nuevas repúblicas. Según esta resolución
de la UNESCO, los movimientos de independencia trajeron consigo “la
abolición de la esclavitud en el continente y la inclusión de las comunidades
negras y Pueblos Indígenas en las sociedades nacientes”.

Con respecto a la abolición de la esclavitud en Centroamérica, esta se


proclama en el año 1824. Pero, para su aplicación efectiva, a los “dueños”
de los esclavos había que indemnizarlos porque se quedaban sin su fuerza
de trabajo y sin la servidumbre. Sobre la “inclusión de las comunidades
negras y Pueblos Indígenas en las sociedades nacientes” no podía ser de
otra manera, puesto que eran habitantes de los territorios ahora
“independientes”. No fue parte de alguna decisión deliberada de aceptarlos
como parte de las sociedades. Por lo contrario, y, de hecho, junto con la
inclusión de la población indígena, se mantuvo su condición de servidumbre.
Una condición que ha pervivido hasta hoy, bajo distintos mecanismos
formales. Los gobiernos conservadores mantuvieron a los indígenas en
condiciones de esclavitud, de trabajo forzado, de explotación y despojo. La
llegada del gobierno liberal, en 1871, no cambió la situación, la cual se
mantiene hasta hoy.

Al decir de Montiel (2010), “con la política de los ‘traslados’ forzados, la


población indígena fue diezmada, expoliada, alcoholizada y una masiva
ocupación de sus tierras dio lugar a nuevas fortunas del personal político”.

25
Los “indios” en las nuevas naciones “fueron blanco de persecución,
expoliación y desagregación de sus comunidades, instalándose un proceso
de colonización interna que no ha concluido en nuestros días”. Desde La
Pampa argentina y la Patagonia chilena hasta la sierra mexicana y las
praderas norteamericanas, pasando por la Amazonía brasileña, la selva
venezolana y Centroamérica.

Llegados a este punto, queda claro que ninguna conmemoración de la


independencia de 1821 puede valorar los aportes históricos de los Pueblos
Indígenas a la diversidad del país, ni sus aportes a la economía, ni a la
construcción de una ciudadanía multicultural, ni a la conservación del
equilibrio ambiental. El discurso que afirma que “hoy todos somos
Guatemala, todos somos independientes y libres”, como dijera el ministro de
Cultura en el acto de inicio de la conmemoración, choca frontalmente con la
realidad que viven los Pueblos Indígenas en su relación con el Estado de
Guatemala. Es una afirmación que no se puede sustentar desde ninguna
perspectiva: ni histórica, ni política, ni cultural, ni económica. La vida
cotidiana que viven las personas indígenas, hombres, mujeres, jóvenes, en
el campo y la ciudad muestra una realidad distinta.

¿Una segunda independencia?

La cuestión del bicentenario y los actos de conmemoración organizados e


implementados desde los Estados latinoamericanos ha estado también en
la reflexión de las ciencias sociales. Particularmente desde el pensamiento
crítico de intelectuales, como los que forman parte del Grupo
Modernidad/Colonialidad. En este colectivo, conformado por una “red
multidisciplinar y multigeneracional de intelectuales”, se cuentan, entre otros,

26
sociólogos como Aníbal Quijano, semiólogos como Walter Mignolo, la
pedagoga Catherine Walsh, antropólogos como Arturo Escobar y filósofos
como Enrique Dussel y Santiago Castro-Gómez (entre otros).

A partir del trabajo de grupos como este, se ha posicionado la convicción de


que no debe “prohijarse un nuevo encubrimiento del otro, como ocurrió con
memorias y festejos del llamado ‘descubrimiento de América’”. O, como
ocurrió también con la celebración del primer Centenario de la
Independencia de los países de América Latina. Una celebración promovida
por las élites como “una fecha que anuncia su propio y exclusivo progreso
ininterrumpido”.

Desde esta perspectiva, no corresponde festejar sino “impugnar, denunciar,


una emancipación de la corona española que solo ha sido usufructuada por
los criollos y sus herederos en menoscabo de los Pueblos Indígenas y
afroamericanos, sin dar lugar a ese nosotros incluyente de las diferencias”.
Para ir un paso más allá de la impugnación y la denuncia, Roig (2002)
considera necesario “promover esta conciencia crítica desde la situación de
neocolonialidad que se vive en nuestros países, lo cual compromete toda
praxis social con la necesidad de una ‘segunda independencia’, en lo político
y en lo mental”.

¿En qué consiste esta segunda independencia? ¿Cómo implica a los


Pueblos Indígenas una segunda independencia de la nación
criolla/mestiza/ladina? ¿Podría un movimiento por una segunda
independencia de los países latinoamericanos incluir de manera natural a
los Pueblos Indígenas? ¿Pueden los Pueblos Indígenas hablar de una
segunda independencia, si no han tenido una primera independencia?

27
¿Cómo pueden aprovechar los Pueblos Indígenas los caminos que sean
construidos desde el pensamiento decolonial hacia una segunda
independencia, en la línea de Arturo Roig?

Roig considera la búsqueda de una segunda emancipación como un proceso


con varios momentos. En esa línea, es necesario someter a crítica
situaciones derivadas de la apropiación y la utilización de los símbolos, la
cultura, en general, los bienes tangibles e intangibles, de la vida misma, de
los Pueblos Indígenas en función de los intereses de las élites y de los
sectores de poder legales y paralelos. Para desnaturalizar tales situaciones,
es preciso reconocer el carácter intramundano de las acciones que las
producen. Que no son producto de ninguna voluntad divina, ni se dan por
“culpa” de los propios afectados, porque son perezosos, borrachos…

Necesario es, también, realizar procesos de deconstrucción de formas de


pensamiento, de ideologías, de teorías y de prácticas elaboradas para
justificar o legitimar la exclusión, el sometimiento y la servidumbre de los
Pueblos Indígenas. Comprender la lógica de la modernidad, desarraigar de
la conciencia de nuestros pueblos la colonialidad de nuestro ser y de nuestro
saber. Y, sobre esa base, llevar a cabo el “rearme categorial” que dice Roig.
Lo que esto signifique para los Pueblos Indígenas, lo veremos en el siguiente
apartado.

Desde la perspectiva de los pueblos indígenas: el


encubrimiento continúa
En 1492 los pueblos originarios de Abya Yala fueron sepultados bajo la
imagen del “otro” europeo. Por ello se habla de “encubrimiento”, y no de
“descubrimiento”. De ahí también el rechazo a la denominación de

28
“descubrimiento” aplicada a la llegada de Cristóbal Colón a tierras de Abya
Yala en 1492, y a otros conceptos como “encuentro”, por ejemplo.

En el mundo académico, fue Enrique Dussel quien, en 1984, introdujo el


concepto de encubrimiento en los debates sobre la validez de los conceptos
de descubrimiento y encuentro (de culturas, de dos mundos). Introdujo
también “la necesidad del ‘desagravio’ al indio” (Dussel, 1994).

Entre las sugerentes ideas de Dussel alrededor del tema del encubrimiento,
dos llaman la atención: por una parte, la centralidad del sujeto europeo,
alrededor del cual se hace girar la percepción de los hombres y mujeres,
habitantes de las tierras de Abya Yala, y la relación con ellas y ellos. Esta
percepción, basada en el pensamiento heideggeriano, ha evolucionado
hacia la cosificación del otro. A la llegada de Colón a Abya Yala, sus
habitantes fueron considerados como seres subhumanos, idea reforzada por
algunos filósofos y teólogos de la época, como Juan Ginés de
Sepúlveda[1] y Cornelius de Paw[2], entre otros. Según Dussel, con el
tiempo se ha ido afianzando la idea de que todo lo europeo es el centro del
mundo. Todo lo demás, incluyendo las y los habitantes originarios de Abya
Yala, no son más que “entes”, cosas, que pueden ser utilizados y luego ser
desechados, y que no merecen respeto como un “otro” semejante (Dussel,
1994/2).

Por otra parte, el encubrimiento del indígena es una necesidad connatural al


sistema. Es una condición necesaria para conservar el estado de cosas y el
estatus de los sectores de poder. Desde el surgimiento del otro en el
horizonte, que irrumpe en el mundo del europeo, se hizo necesario en-
cubrirlo. Para ello, se crearon mecanismos, con sus respectivos dispositivos,

29
que se activan cada vez que hay que aplastar las cabezas que pretenden
salir a la superficie.

El encubrimiento y sus mecanismos de soporte


Esta es una práctica que pervive en la actualidad. Se ponen en juego
mecanismos que van desde tratar de convencer a indígenas de que su
permanencia en la subalternidad les puede resultar beneficioso, pues puede
acceder a bienes que le permitirán disfrutar de la vida moderna, hasta la
amenaza y el recurso del miedo, para inmovilizarlos. De hecho, la amenaza
es real. Y va desde la criminalización de líderes indígenas, hasta el
genocidio, como efectivamente ha sucedido, con el exterminio de
comunidades enteras por parte de las fuerzas de seguridad o la persecución
y el asesinato selectivo de lideresas y líderes comunitarios.

En Guatemala, el recurso del miedo va


dirigido no solo de manera directa a los
Pueblos Indígenas, a sus organizaciones y a
su liderazgo. Va dirigido también a otros
sectores de la sociedad, con la finalidad de
promover el rechazo social del indígena, por
el miedo que inspira o por la repulsa que
provoca. Es obvio que ninguna de estas reacciones que produce la
presencia indígena es real o tiene una base real. Son más bien herramientas
del poder hegemónico para garantizar la sumisión permanente del indígena.

A este respecto, es muy iluminador el siguiente texto que Anabella Giracca


ha preparado para este artículo. Lo reproducimos aquí con su autorización.

30
La discriminación y el racismo son herramientas de poder. Estas se
respaldan en una gama significativa de dispositivos que se activan para
justificar el dominio en el transcurso de la historia. El colonialismo tiene sus
cuñas, sus agarradores para sostenerse con una lógica aparentemente
“natural”.

Entre los dispositivos a los que me refiero están, por ejemplo, el paternalismo
que se activa en todas las estructuras sociales, culturales y económicas, y
respalda la idea de que unos son padres de otros, “unos” tienen el poder
sobre esos “otros” que ven como amenaza. Esos pocos “unos” definen el
futuro de los muchos “otros”. El solo hecho de llamar “mis indígenas” lo pone
todo claro.

La infantilización del “otro” es un dispositivo más y muy presente en todos


los ámbitos. Tiene como fin justificar dominio minimizando al que se quiere
dominar sin tomar en cuenta su voz y su palabra. Los diminutivos lo ponen
más claro aún.

La invisibilización de aquellos que quiero dominar y explotar es igual de


grave. “Si no están en el discurso de poder, no existen”. Consiste en anular
no solo la presencia de ese “otro” que desconozco, sino de apartarlo de los
espacios de poder.

El folclorismo es el dispositivo que utiliza el Estado para hacer uso y abuso


de la diversidad. Es quedarse en lo estético y jamás asumir lo ético, donde
ese “otro” se convierte en un valor. Acá vemos la valoración del arte, por
ejemplo, pero jamás por quién la produce, sin reconocimiento ni derechos
legales.

31
La homogeneización es un dispositivo más, que hace creer que se quiere
construir un proyecto “ciudadano” donde “todos somos iguales”. Pero iguales
a los pocos que lo definen.

Entre estos dispositivos básicos que se activan sistemáticamente para


justificar dominio y poder ante una sociedad “mentalmente colonizada”, está
el retorno a lo monstruoso. Desde hace siglos se construye una imagen que
hace del “otro conquistado” un monstruo, un riesgo que hay que dominar.
Las imágenes que se han construido durante siglos tienden a reciclar la
misma idea: el retorno a la barbarie. Es criminalizar al “otro” que representa
un riesgo para la sociedad. Consiste en insistir en semejantes imágenes
deshumanizantes, para “deshumanizar” existencias. Durante los siglos XV y
XVI se representó una imagen que ilustraba a los indígenas americanos sin
cabeza, por ejemplo, o exaltaban un canibalismo voraz o les daban atributos
físicos animalescos.

Según mi opinión, esa es la raíz del racismo, porque con el fin de


criminalizar, desdibujar, infantilizar y barbarizar a ese “otro”, se cometieron
los primeros grandes genocidios de nuestra historia. Con el pasar de los
siglos, esa idea de fondo prevalece, siempre con el fin de garantizar el
etnocentrismo, el dominio y la utilización del “otro” como un instrumento y no
como un ser humano. Basta con hacer análisis cuidadoso de los medios para
ver cómo se representan los Pueblos Indígenas que sistemáticamente son
invisibilizados, infantilizados, utilizados y vistos como amenaza a la
“estabilidad social”. El estudio del imaginario (conjunto de imágenes que
circulan insistentemente y que crean identidad, seducen y apelan a lo
verosímil y jamás a lo verdadero), se hace imperante. Porque únicamente

32
“deconstruyendo” ese imaginario vamos a lograr entender y crear uno
propio, donde quepamos todos y todas.

Volvamos al tema de la independencia y a la conmemoración del


bicentenario de la misma. Y a lo que significan para los Pueblos Indígenas.

Hay que insistir en que, en 1821, los pueblos originarios fueron nuevamente
encubiertos. En 1821, la “llamada independencia o emancipación” fue solo
un “cambio” de sector de clase dominante, pero del mismo “bloque histórico
en el poder”, que de colonial hispánico pasó a ser “neocolonial criollo”. La
llamada Independencia patria es realmente encubrimiento de los Pueblos
Indígenas, en su condición de oprimidos, violentados, asesinados o
reducidos a la encomienda, a la mita, a la hacienda, a las reducciones (Cf.:
Dussel, 2007).

200 años después, con la conmemoración o celebración del


llamado Bicentenario de la independencia patria, solo se busca reafirmar el
encubrimiento de los pueblos originarios de estas tierras, además del pueblo
Garífuna. Continuará el encubrimiento bajo la figura de una “independencia”
o “emancipación” usufructuada por los criollos y sus herederos. Porque ellos

33
siguen gobernando, con algunos mestizos e indígenas permitidos como
“blancos honorarios” (Cf.: Roig, 2002).

Bicentenario, resistencia y represión


Paro hay más. En el acto de inauguración de los eventos de conmemoración
del bicentenario de la independencia, el presidente Alejandro Giammattei
pidió, entre otras cosas, que “hay que dejar de quejarse y echarse culpas”.
Recalcó que “no podemos perder más tiempo echándonos las culpas y
quejándonos allá afuera, en el mundo”. Para ello, “tenemos que fortalecer la
justicia, luchar por la igualdad de oportunidades… Somos una república
democrática, pero tenemos que esforzarnos para defender esos derechos,
(para) vivir en democracia, pero con responsabilidad” (soy502.com, 27-02-
2021).

Según Giammattei, “una de las fortalezas de Guatemala es la diversidad de


culturas, y es allí donde que hay que concentrarse para lograr el desarrollo”.
Agregó que, “con tanta riqueza natural y cultural que tenemos, es imperativo
que reconozcamos que la cultura debe ser uno de los motores de desarrollo
económico y un facilitador del desarrollo sostenible”. Aun cuando la
diversidad de culturas con que cuenta el país pasa por la diversidad étnica,
de la cual los Pueblos Indígenas son parte fundamental, no hubo una
referencia específica a ellos en el discurso presidencial.

El ministro de Cultura y Deportes, por su parte, considera la conmemoración


del Bicentenario de la Independencia, como “oportunidad para dar inicio a
una nueva forma de pensar, de actuar, de respetar nuestro origen. Somos
un país con mucha diversidad cultural (sic), y esa es nuestra riqueza.
Debemos reconocer y respetar nuestras diferencias. Todos somos

34
guatemaltecos. En el Ministerio de Cultura y Deportes, tenemos la misión de
fortalecer y promover la identidad guatemalteca. El arte y la cultura, nos
pueden ayudar a superar nuestros traumas, resentimientos y rencores de
nación… Hoy todos somos Guatemala.
(https://www.youtube.com/watch?v=Te1baPepZ8Y).

El presidente de la República y el ministro de Cultura hablan de justicia y


respeto a las diferencias y afirman que “todos somos guatemaltecos”.
Mientras tanto, en las
comunidades indígenas Mayas,
no cesan las persecuciones, los
desalojos violentos por parte de
las fuerzas de seguridad
pública, la criminalización de
comunidades, así como de
lideresas y líderes indígenas.
Comunicadores y
comunicadoras sociales mayas, defensores del territorio, del agua y del
derecho ambiental son encarcelados y sometidos a juicios legales.
Profesionales del derecho indígenas son asediados mediante allanamientos
extrajudiciales.

Pero los gobernantes piden que cesen los resentimientos, los traumas y los
rencores producto de la violación permanente de derechos. Cargan
asimismo a todos, Pueblos Indígenas incluidos seguramente, con la
responsabilidad de construir la Guatemala en la que queremos vivir.
Mientras tanto, el presupuesto nacional se desvía para cubrir necesidades
distantes de las verdaderas necesidades de los Pueblos Indígenas, que

35
siguen sufriendo las peores carencias porque los recursos se pierden en los
bolsillos de funcionarios.

Por eso, con la celebración del Bicentenario de la “independencia patria”,


con asignaciones presupuestarias desorbitantes, solo se seguirá
alimentando la resistencia indígena. Y con ello el Estado encontrará la
excusa perfecta para continuar con las acciones represivas contra las
comunidades indígenas, las organizaciones indígenas y el liderazgo
indígena, al mejor estilo de la contrainsurgencia de los 36 años de conflicto
armado interno.

¿Cuál es, pues, el camino por seguir?


Los Pueblos Indígenas no son parte de los protagonistas de la
conmemoración del bicentenario de la independencia. Ni siquiera lo son las
mayorías ladinas/mestizas. Tampoco lo son los indígenas, hombres y
mujeres cooptados e instrumentalizados para darle visos de pertinencia a
los festejos oficiales, como ocurrió en el acto de inauguración de la
conmemoración. Ni siquiera porque se realicen en ciudades mayas antiguas,
como Iximche’, porque después organizaciones de ajq’ijab’ tendrán que
limpiar la ofensa que ello representa a la memoria ancestral.

Tampoco una propuesta de una segunda independencia podría ser la vía


más apropiada para la construcción de espacios de libertad de los pueblos.
Podría, eso sí, mediante procesos de empoderamiento, aprovecharse el
instrumental teórico, conceptual y metodológico derivado de las reflexiones
decoloniales. Muchas luces han dejado trabajos como los del Grupo
Modernidad/Colonialidad, así como los de intelectuales guatemaltecos que
han aportado su conocimiento a la comprensión de la situación de los

36
Pueblos Indígenas y las posibles rutas para la construcción de su propio
destino y su reafirmación civilizacional.

Son pasos importantes para ello, los siguientes:


Reasumir y recuperar su condición de sujetos de su propia historia. Caminar
para buscar la realización de las aspiraciones utópicas de las abuelas y
abuelos primigenios: vuelvan al lugar de donde venimos.

Superar la condición de resistencia. Por 500 años los Pueblos Indígenas han
resistido los diversos intentos de sometimiento y exterminio por los agentes
del poder, al amparo de o con el respaldo efectivo del aparato estatal.
Imposible pensar que la resistencia durará otros 500 años. Por eso, deben
darse pasos consistentes para pasar a la condición de pueblos libres para
asumir la construcción de su propia historia.

Fortalecer procesos de descolonización y de decolonialidad, para la


emancipación propia. Los Pueblos Indígenas deberán sacudirse la condición
colonial, en su triple expresión: la colonialidad del poder, la colonialidad del
saber, la colonialidad de nuestro ser. Es importante identificar y afrontar los
procesos colonizadores o neocolonizadores actuales. Pero es importante
también, o más urgente, desentrañar las formas de colonialidad que
condicionan desde la conciencia colectiva la vida de los pueblos después de
haber interiorizado el pensamiento colonizador.

Recuperar como modelo el papel de los líderes y las lideresas que


promovieron y condujeron los muchos levantamientos que tuvieron lugar a
lo largo y ancho del continente durante los cinco siglos de coloniaje. En esa
línea es importante impulsar la reapropiación de las figuras de las y los

37
líderes del Pueblo Maya y de otros Pueblos Indígenas. No solo para
convertirlas en símbolos, sino en ejemplos vivos a seguir en la construcción
del futuro posible. Tkum Umam, Ka’ib’il B’alam, Manuel T’ot’, para mencionar
algunos. Es necesario refrescar la historia de los Pueblos Indígenas con las
figuras de sus lideresas y líderes, los de antes y los de ahora. Mención
especial se le debe a Atanasio Tzul, quien lideró un movimiento para
establecer un gobierno propio. Ajeno totalmente a cualquier participación en
el “movimiento independentista”, por lo que no puede ser considerado
“prócer de la independencia”, ni la ciudad de Chwimeq’ena’ debe llamarse
más “ciudad prócer”. En este sentido, Atanasio Tzul ha marcado el camino
para la construcción de la autodeterminación de los Pueblos Indígenas.

38
REFERECIAS-BIBLIOGRAFICAS

Nombre del Hambre Cero


documento

Fuente Citio web

Busca poner5 fin al hambre, lograr la seguridad


Resumen alimentaria y la mejora de la nutrición, promoviendo
además la agricultura sostenible

https://es.wikipedia.org/wiki/El_Reto_del_Hambre_Cero
Bibliografía
https://ces.gob.gt/wp-
content/uploads/2020/09/Folleto_Tecnico_CES_ODS_2_FI
NAL25-08-2020_compressed.pdf

http://caminante.usac.edu.gt/index.php/2021/04/26/la-
conmemoracion-del-bicentenario-de-la-independencia-
nacional-o-la-historia-de-un-encubrimiento-que-continua/

39
CONCLUSION

El hambre extrema y la malnutrición siguen siendo un enorme obstáculo para


el desarrollo sostenible y constituyen una trampa de la que no es fácil
escapar.

El hambre y la malnutrición hacen que las personas sean menos productivas


y más propensas a sufrir enfermedades, por lo que no suelen ser capaces
de aumentar sus ingresos y mejorar sus medios de vida. Hay casi 800
millones de personas que padecen hambre en todo el mundo, la gran
mayoría en los países en desarrollo.

Para alimentar a los 795 millones de personas que actualmente pasan


hambre y a los 2.000 millones de personas más que se calcula estarán en
esa situación en 2050, es preciso hacer profundos cambios en el sistema
agroalimentario mundial.

40
COMENTARIO

Todos queremos que nuestras familias tengan suficientes alimentos para


comer, y que estos sean seguros y nutritivos Un mundo con hambre cero
puede influir positivamente en nuestra economía, así como en la salud, la
educación, la igualdad y el desarrollo social generales

El hambre cero es una pieza clave de la construcción de un futuro mejor para


todos. Además, como el hambre frena el desarrollo humano, no podremos
lograr los otros Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la educación, la
salud y la igualdad de género

Se pueden hacer cambios en la vida cotidiana —en el hogar, en el trabajo y


en la comunidad, apoyando a los agricultores o a los mercados locales y
tomando decisiones sostenibles sobre la alimentación, apoyando la buena
nutrición para todos y luchando contra el desperdicio de alimentos

También podemos utilizar nuestro poder como consumidores y votantes,


exigiendo que las empresas y los gobiernos tomen las decisiones y realicen
los cambios que hagan posible lograr el objetivo del Hambre Cero. Podemos
participar, ya sea en las plataformas de las redes sociales o en nuestras
comunidades locales

Y podemos sumarnos al Movimiento Mundial en favor del Hambre Cero


participando en la iniciativa “El Reto del Hambre Cero”

41
E-GRAFIAS

https://es.wikipedia.org/wiki/El_Reto_del_Hambre_Cero

https://ces.gob.gt/wp-
content/uploads/2020/09/Folleto_Tecnico_CES_ODS_2_FINAL25-08-
2020_compressed.pdf

http://caminante.usac.edu.gt/index.php/2021/04/26/la-conmemoracion-del-
bicentenario-de-la-independencia-nacional-o-la-historia-de-un-
encubrimiento-que-continua/

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