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RESUMEN WEBER – PRESENTACIÓN A DAR

¿Qué entendemos por política?


La dirección o la influencia sobre la dirección de una asociación política, es decir, de un Estado.

¿Qué es el Estado?
Es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio reclama para sí el monopolio
de la violencia física legítima. A todas las demás asociaciones e individuos solo se les concede el derecho a la
violencia física en la medida en que el Estado lo permite. El Estado es la única fuente del “derecho” a la
violencia.
Para subsistir necesita que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese
momento dominan.

¿Qué significará la política?


La aspiración para participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre los distintos
Estados o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres que lo componen.

Tipos de justificaciones internas de fundamentos de la legitimidad de una dominación:


1. Legitimidad del ‘eterno ayer’. La costumbre consagrada por su inmemorial validez y por la
consuetudinaria orientación de los hombres hacia su respeto. Legitimidad ‘tradicional’.
2. La autoridad de la gracia (carisma) personal y extraordinaria. Entrega puramente personal y la
confianza en la capacidad para las revelaciones, el heroísmo u otras cualidades de caudillo que un
individuo posee.
3. Legitimidad basada en la ‘legalidad’. Validez de preceptos legales y en la ‘competencia’ objetiva
fundada sobre normas racionalmente creadas, es decir, en la orientación hacia la obediencia a las
obligaciones legalmente establecidas.

La obediencia de los súbditos está condicionada por temor y esperanza (temor a la venganza y esperanza
de una recompensa terrena o ultraterrena).

Nos interesa la dominación producida por la entrega de los sometidos al ‘carisma’. Esta figura es vista
como la de alguien que está internamente ‘llamado’ a ser conductor de hombres, los cuales le prestan
obediencia porque creen en él. Y si no es un mezquino advenedizo efímero y presuntuoso, “vive para su obra”.
A su persona y a sus cualidades se entrega el discipulado, el séquito, el partido.
Estos políticos no son nunca las únicas figuras determinantes en la empresa política de luchar por el
poder. Toda empresa de dominación necesita el poder de disposición sobre aquellos bienes que sean
necesarios para el empleo del poder físico: el equipo de personal administrativo y los medios materiales de
la administración.
El cuadro administrativo está vinculado con dos medios que afectan directamente al interés personal:
la retribución material y el honor social. Constituyen el premio del cuadro administrativo y el fundamento
último y decisivo de su solidaridad con el titular del poder. Para el mantenimiento de toda dominación por la
fuerza se requieren ciertos bienes materiales externos, lo mismo que sucede con una empresa económica.

Organizaciones clasificadas en dos categorías según el principio al que obedezcan:


- ‘Asociación estamentalmente estructurada’ → asociación política en la que los medios de
administración son propiedad del cuadro administrativo dependiente. El señor gobierna con el
concurso de una ‘aristocracia’ independiente, con la que se ve obligado a compartir el poder, se
apoya en grupos sociales desposeídos de bienes y desprovistos de un honor social propio,
enteramente ligados a él en lo material y que no disponen de base alguna para crear un poder
concurrente.
- ‘Estado moderno’ → asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado de
monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que ha
reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los
funcionarios estamentales que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con
sus propias jerarquías supremas.

En el curso de este proceso político de expropiación han aparecido las primeras categorías de
‘políticos profesionales’ en un segundo sentido, gentes que no querían gobernar por sí mismos, como los
caudillos carismáticos, sino que actuaban al servicio de jefes políticos.
- Políticos ocasionales, somos todos nosotros cuando depositamos nuestro voto.
- Políticos semiprofesionales, solo desempeñan estas actividades en caso de necesidad sin ‘vivir’,
principalmente, de ellas y para ellas ni en lo material ni espiritual.
Hay dos formas de hacer de la política una profesión:
- Se vive “para” la política.
- Se vive “de” la política.
La oposición no es excluyente, generalmente se hacen las dos cosas. Pero la diferencia se sitúa en un nivel
económico.
- Vive “de” la política, quien trata de hacer de ella una fuente duradera de ingresos.
- Vive “para” la política, quien no se halla en este caso.
Para que alguien pueda vivir ‘para’ la política en este sentido económico tienen que darse ciertos
supuestos:
- Ser económicamente independiente de los ingresos que la política pueda proporcionarle.
- Ser económicamente ‘libre’, sus ingresos no dependen de que tenga que obtenerlos a costa de una
parte importante de su trabajo personal y sus pensamientos. Tendría que ser ‘rentista’, recibe el
dinero sin trabajarlo. Por ejemplo, el empresario está ligado a su negocio y no es libre.

Reclutamiento plutocrático Reclutamiento NO plutocrático


- Significaría casas políticas plutocráticas y Supuestos:
un estado gobernado por una minoría rica. - La empresa política proporcionará al
No implica que no quieran vivir ‘de’ la personal ingresos regulares y seguros.
política y que no usen su poder para sus - Si hay personal carente de patrimonio,
intereses. tienen que ser remuneradas.
- Estos políticos no están obligados a buscar - El político profesional que vive de la
una remuneración, en cambio, si deben política puede ser simplemente un
hacerlo quienes carecen de medios. Que funcionario a sueldo.
tampoco implica que usen la política para
atender sus necesidades propias por
carecer de fortuna.

La lucha entre partidos persigue el control sobre la distribución de los cargos. Lo que va contra la
evolución de funcionariado moderno.

Evolución del funcionariado moderno → Conjunto de trabajadores intelectuales altamente especializados y


con un honor estamental desarrollado, con el valor de la integridad.

Sin este funcionariado habría riesgo de una terrible corrupción e incompetencia generalizada, y se verían
amenazadas las relaciones técnicas del aparato estatal, lo que influiría en la economía.

Ejemplo: La administración de aficionados basada en el spoils


system que permitía cambiar cientos de miles de funcionarios, según el
resultado de la elección presidencial está ya muy disminuida por la Civil
Service Reform. Necesidades puramente técnicas e ineludibles de la
administración impulsan esta evolución.
Comentario mío: O sea, comienza a eliminar el gobierno de amigos para hacerlo un gobierno fundado en el
conocimiento y personas capacitadas para la estructuración de un Estado.

Con el ascenso del funcionariado profesional se opera también la evolución de los ‘políticos dirigentes’.
Desde siempre habían existido esos consejeros objetivamente cualificados. La necesidad de confiar la
dirección formalmente unificada de toda la política, incluida la interna, a un solo estadista dirigente, solo
apareció de manera definitiva e imperiosa, con la evolución constitucional. Hasta entonces habían existido
siempre personalidades aisladas que actuaban como consejeros o que actuaban de hecho como guías de los
príncipes.
En todas partes se produjo esta lucha latente entre la autocracia y el funcionariado profesional.
La transformación de la política en una ‘empresa’ determinó la división de los funcionarios públicos en
dos categorías bien distintas, aunque no tajantes:
- Funcionarios profesionales,
- Funcionarios políticos, los identificamos porque pueden ser trasladados o destituidos a placer, o
‘colocados en situación de disponibilidad’. Se cuentan a quienes está atribuido el cuidado de la
‘administración interna’ en general, la tarea ‘política’ de mantener el ‘orden’, es decir, las relaciones
de dominación existentes.

Figura del político profesional a través del tiempo.


- Primera capa, políticos profesionales al servicio del príncipe en su lucha frente a los estamentos.
• Capas sociales disponibles, no estamentales: los clérigos. Con ellos se podía armar un cuadro
administrativo capaz de leer y escribir, también ser empleado en la lucha contra la aristocracia.
El clérigo está apartado del juego de los intereses políticos y económicos ‘normales’. Sus
cualidades estamentales lo separan de los medios materiales de la administración del príncipe.
- Segunda capa, literatos con formación humanística. En un momento, había que saber componer
discursos en latino y versos griegos para ser consejero político e historiógrafo del príncipe.
- Tercera capa, nobleza cortesana. Luego de quitar a la nobleza el poder estamental, los príncipes
atrajeron a la Corte y la emplearon en el servicio político y diplomático. Entran al servicio del príncipe
políticos profesionales procedentes de la nobleza cortesana.
- Cuarta capa, ‘gentry’, un patriciado que agrupa a la pequeña nobleza y a los rentistas de las ciudades.
En un principio se los quería para oponer a los barones, y entregó a sus miembros los cargos del self-
govenment para hacerse más dependiente de ellos con posterioridad. Retuvieron los cargos
administrativos, desempeñándolos gratuitamente a cambio de su propio interés social.
- Quinta capa, juristas universitarios. Fueron los que llevaron a cabo la transformación de la empresa
política para convertirla en Estado racionalizado. A partir de entonces la figura del abogado moderno
va estrechamente unida con la moderna democracia.

La importancia de los abogados


El abogado debe dirigir con eficacia un asunto que los interesados le confían, el abogado es superior a
cualquier ‘funcionario’. La política actual se hace más de cara al público y usa la palabra. Pesar las palabras es
el objetivo principal del abogado, pero no del funcionario.
Si es fiel a su vocación, el funcionario no debe hacer política sino limitarse a ‘administrar’ imparcialmente.
Válido también para el funcionario político mientras no estén en juego los intereses vitales del orden
predominante. El funcionario ha de desempeñar su cargo sin ira y sin prevención. El honor del caudillo político
está en asumir personalmente la responsabilidad de todo lo que hace, responsabilidad que no debe ni puede
rechazar o arrojar sobre otro. Los funcionarios con un alto sentido ético son malos políticos, irresponsables
en sentido político y por tanto, desde este punto de vista, éticamente detestables.

En resumen, el funcionario tiene que ejecutar acciones (ordenadas desde arriba) tan bien como si fueran
sus convicciones, si se dejara llevar por sus pasiones, sería un mal político.

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