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INTERPONE ACCIÓN DE AMPARO.

SOLICITA URGENTE DICTADO DE


MEDIDA CAUTELAR SIN TRASLADO PREVIO. OFRECE PRUEBA. HACE
RESERVA DEL CASO FEDERAL.

Señor Juez:

José Andrés Portnoy, DNI: 10.893.292, por derecho propio, con domicilio real en
la calle Conde 2580 piso 6° departamento “A”, CABA, juntamente con el patrocinio
letrado del Doctor Ángel Javier ROMERO, T°119 F°712 CPACF, CUIT: 20-
27997753-0, Teléfono: 15- 66518485, constituyendo domicilio procesal en la calle
Alsina 1609 piso 5° Oficina 14CABA, y domicilio electrónico: 20279977530, a Vs me
presento y respetuosamente digo:

I-OBJETO:

Que en los términos del artículo 43 de la Constitución Nacional, y ley 16.986, vengo
por la presente a interponer Acción de Amparo contra la Obra Social Del Personal
de Dirección de Sanidad Luis Pasteur, con domicilio legal en la Avenida Callao
764/66 de esta Ciudad, a los efectos de que VS ordene a dicha Obra Social a dejar
sin efecto los aumentos realizados en los servicios de salud prestados por ella, en
virtud del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 -del que se persigue su
declaración de inconstitucionalidad-, con expresa imposición de cotas.

II-HECHOS. INSTRODUCCIÓN:

Como es de público conocimiento, con fecha 21 de Diciembre de 2023 se publicó


en el Boletín Oficial el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023. Titulado
como: “BASES PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA
ARGENTINA”.

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Como será desarrollado infra, la normativa atacada es de un magnitud y
significancia sideral, pues deroga íntegramente 41 leyes, 7 parcialmente y modifica
otras 33. A resumidas cuentas, el Derecho impugnado altera sustancialmente el
ordenamiento jurídico Argentino, recurriendo a la facultad legislativa excepcional
prevista por el artículo 99 Inc. 3 de la Carta Magna.

En efecto, y como se verá a continuación, no se verifican en la especie los


presupuestos Constitucionales que habilitan la sanción de un decreto de necesidad
y urgencia en los términos previstos por el susodicho artículo.

II.1 SOBRE MI SITUACIÓN COMO AFILIADO DE LA DEMANDADA:

Desde la década del 80 que soy afiliado a la demandada Obra Social Del Personal
de Dirección de Sanidad Luis Pasteur, numero de afiliado: 30277800156,
perteneciente al PLAN P.

En cuanto a mis condiciones personales, actualmente tengo 70 años, trabajo en


relación de dependencia como Bioquímico en el HOSPITAL PENNA desde el año
1987, con un ingreso mensual neto aproximado de UN MILLÓN DE PESOS,
conforme a los recibos de haberes que se adjuntan como prueba.

Respecto de mi condición de salud, en Agosto del año 2022 me diagnosticaron


CÁNCER DE PRÓSTATA, situación que generó un grave conflicto legal con la aquí
demandada, puesto que la misma se negó a darme cobertura de la cirugía robótica
que mi médico tratante había ordenado para combatir la enfermedad, debiendo
entonces desembolsar de manera particular la suma aproximada de TRES
MILLONES Y MEDIO DE PESOS para poder realizármela.

Tanto mi enfermedad, como así también, este conflicto legal relatado que tuve con
la demandada se pueden ver con suma claridad en los autos: “PORTNOY, JOSE
ANDRES C/ OBRA SOCIAL DEL PERSONAL DIRECCION DE SANIDAD LUIS
PASTEUR S/INCUMPLIMIENTO DE PRESTACION DE OBRA SOCIAL/MED.
PREPAGA” Expediente: 970/2023, actualmente en trámite ante el Juzgado Civil y

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Comercial Federal número 3, Secretaría numero 6, en donde le estoy demandando
a la aquí accionada por daños y perjuicios por incumplimiento contractual.

Va de suyo que esta situación de incumplimiento por parte de la aquí demandada


me generó un terrible perjuicio económico puesto que ese dinero que tuve que pagar
en forma particular para poder acceder a la cirugía ordenada por mi médico tratante
lo tuve que pedir prestado, y al día de la fecha todavía me encuentro abonando en
cuotas.

Luego de esta conflictiva, del cual reitero, se encuentra en pleno proceso judicial
pendiente de sentencia, con fecha 9 de Enero de 2024 recibo un correo electrónico
por parte de la demandada en donde me comunica lo siguiente:

“Martes 9 de enero 2024

Aumento de cuotas

Estimado afiliado:

Como es de público conocimiento, nuestro país viene atravesando un


complejo contexto económico con alta inflación. La misma afecta a todos los
rubros, y el sistema de salud no es ajeno a esta situación. Entre estos
podemos mencionar el alto costo de los insumos médicos, actualización de
los honorarios profesionales, como así también la incidencia del incremento
en los acuerdos salariales de los recursos humanos en el sistema de salud.

A su vez y no menos importante, durante los últimos años las cuotas no se


pudieron actualizar en base a la inflación real.

Por tal motivo, la Obra Social como el resto de los financiadores se ve en la


necesidad de realizar ajustes, en nuestro caso, para seguir brindando una
atención médica de excelencia, manteniendo la cobertura y los beneficios que
nos distinguen.

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Atento a lo expuesto, y a que el Gobierno el 20 de diciembre de 2023 derogó
el régimen anterior por el cual se actualizaban las cuotas de las Obras
Sociales y Prepagas, reemplazándolo por el DNU 70/2023, a continuación te
informamos nuestro nuevo esquema.

El aumento total para el mes de enero será del 39,6%, vale aclarar que esto
incluye el 6,26% informado el 4 de diciembre de 2023. El vencimiento de la
mencionada cuota será el 15 de febrero de 2024.

Sabemos que esto implica un esfuerzo más para todos. Nosotros seguiremos
trabajando para estar presentes cuando más nos necesites, y te recordamos
que contamos con varios planes de salud que se ajustan a tus necesidades.

Muchas gracias por seguir eligiéndonos para cuidar tu salud y la de tu


familia.”

Como se podrá observar, la demandada me informó mediante correo electrónico


que en virtud del decreto de necesidad y urgencia 70/2023 resolvieron un aumento
en la cuota para el mes de Enero de 2024 del 39.6%.

Ahora bien, si observamos las facturas que se acompañan como prueba, podemos
ver con claridad que la cuota del mes de Noviembre y diciembre de 2023 la
demandada me cobró una suma de $184.973, 69; en el mes de Enero de 2024 la
suma de $260.196,56 y finalmente, en el mes de Febrero de 2024 la sorprendente
suma de $517.503, 55.

Es decir, que la demandada, lejos de cumplir con su comunicado de aumentar


la cuota un 39,6% , lo hizo pero con un aumento de casi el 100%. UN
VERDADERO ACTO DE LOCURA.

Este aumento claramente desmedido y abusivo representa (como se podrá


observar de mis recibos de haberes) poco mas del 50% de mis ingresos netos, algo
que no hace falta decir: ES INSOSTENIBLE EN EL TIEMPO. MAS AUN CUANDO
SE ESTIPULA UN NUEVO AUMENTO PARA EL MES DE MARZO DE 2024.

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A raíz de esta situación, por encontrarme de viaje le encomendé a mi letrado
patrocinante, Doctor Ángel Javier ROMERO a IMPUGNAR de manera URGENTE
los aumentos de cuotas resueltos por la accionada, entendiendo que la situación
era demasiado grave y requería de una rápida respuesta extrajudicial.

En resumen, teniendo la edad de 70 años, con un diagnóstico de cáncer de próstata


(actualmente con controles post operatorios), con un haber mensual aproximado de
un millón de pesos, la demandada en tan solo un mes de diferencia me aumentó
casi el 100% de la cuota mensual del plan de salud, lo que representa -como se
pude observar- poco mas del 50% de mis ingresos totales. Algo que se traduce en
una clara violación del derecho a la vida y a la salud, toda vez que conforme al
diagnóstico que padezco (cáncer de próstata) soy una persona que necesito estar
dentro de un plan de salud para realizar un seguimiento periódico de mi enfermedad,
toda vez que -sabido es- , el cáncer es una enfermedad con capacidad de hacer
metástasis en otras partes del cuerpo. Razón por la cual, necesito mas que nunca
contar con un plan de salud a los efectos de hacer un adecuado seguimiento de mi
enfermedad, algo que la demandada -una vez mas- me lo está impidiendo al
aumentarme la cuota mensual casi un 100%, lo que implicaría -de no mediar una
tutela judicial efectiva- que no pueda continuar abonando la misma y en
consecuencia perder de manera involuntaria la cobertura médica que tanto necesito
en este momento de mi salud.

III-LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL DNU 70/2023:

Que, el DNU 70/23, en su título XI “Salud”, Capítulo II, modifica sustancialmente el


marco regulatorio de las entidades de medicina prepaga (Ley 26.682). En lo que
importan, su artículo 267 deroga el artículo 5° Inc G y M de dicha normativa,
mientras que el artículo sustituye la redacción del art 17.

Así, limita de sobremanera los facultades de la autoridad de aplicación (El Ministerio


de Salud de la Nación , por intermedio de la Superintendencia de Servicios de
Salud).

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La desregulación de un servicio a todas luces esencial no es otra cosa que un
permiso para que las entidades de medicina prepaga realicen aumentos
desmedidos e infundados , por su sola voluntad, situación que se encontraba
vedada.

En ese sentido. la ley 26.682 establecía que la autoridad de aplicación debía


autorizar y fiscalizar los valores y la razonabilidad de las cuotas du los planes
prestacionales, autorizando su aumento cuando este fundado en variaciones de
la estructura de costos y razonable calculo actuarial de riesgo te 5º, inc. g y 17).

Así las cosas, la jurisprudencia desde antaño censuraba los aumentos


efectuados por la sola voluntad de la empresa, si no está demostrado que se
fundan en causas que hayan incidido en los costos del servicio, debidamente
informados al consumidor'.

En el caso de marras, La Obra Social Luis Pasteur no requirió autorización por


parte de la entidad de contralor y, aplicando la nueva normativa, aumentó en mi
caso en particular casi un 100% la cuota en tan solo UN MES.

Oue. en relación al susodicho Decreto de Necesidad y Urgencia, debo afinar con


contundencia que el mismo es inconstitucional.

El convencional constituyente del 94. al regular las facultades de la cabeza del


Poder Ejecutivo Nacional, puso en cabeza del presidente de la Nación la
atribución de dictar decretos por razones de necesidad y urgencia: “Solamente
cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites
ordinarios previstos por acta Constitución para la sanción de las leyes ... ”

¿Cuándo se configuran esas circunstancias excepcionales? Por lo pronto, la


Constitución refiere a ellas en un contexto en el que está presente una manifiesta
anomalía sistémica, ya que el fenómeno se exterioriza con el impedimento para
que uno de sus poderes -el Legislativo- funcione de modo regular. Pero el

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constituyente no ha referido solo a “circunstancias excepcionales” y avanzando
en la configuración del supuesto habilitante lo pintó, esencialmente, como un
suceso patológico caracterizado por la inacción legislativa. Ello importa que a la
Constitución Nacional no le basta con la sola indicación de que son suficientes
los “circunstancias excepcionales” para que el Ejecutivo legible por razones de
necesidad y urgencia. Estas circunstancias excepcionales -justificaba Alfonsín en
la constituyente- están dadas por la existencia de una emergencia significativa y
necesidad súbita que imposibilite que los cometidos estatales se cumplan por los
medios ordinarios del procedimiento legislativo.

Es frecuente escuchar la afirmación de que la reforma de 1994 amplió la base de


los derechos del hombre. Empero, la regulación de los decretos de necesidad y
urgencia (DNU), al que bien pueden agregarse los decretos delegados y la
promulgación parcial de las leyes, resultan la contracara de los derechos porque
se trata de una herramienta para fortalecer al poder, en desmedro del individuo
y la sociedad. Particularmente, blanquear la práctica del arto legislativo que nos
ocupa ha servido para que nuestros voraces Ejecutivos usaran del tributo a su
gusto y paladar, sin control legislativo, y mínimo contralor Judicial.

Resulta harto evidente que si la finalidad de la inserción constitucional .fue -


como lo expresaron algunos representantes en la Convención- poner límites al
obrar presidencial, ese objeto no se ha realizado. Nuestros presidentes y todos
los exponentes del poder leyeron la cláusula a la inversa, adujeron que la reforma
autoriza lo que antes la Constitución prohibía y, a partir de allí se abusó del
atributo en forma indiscriminada.

El artículo 99 Inc 3° de la CN, dice:

“...Participa de la formación de las leyes con arreglo a la Constitución, las


promulga y hace publicar.

El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e


insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.

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Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los
trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y
no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de régimen
de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y
urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán
refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.

El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días someterá


la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya
composición deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de
cada Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al
plenario de cada Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato
considerarán las Cámaras. Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta
de la totalidad de los miembros de cada Cámara regulará el trámite y los alcances
de la intervención del Congreso.

De la armónica interpretación de ta Constitución Nacional surge que el UNICO


TITULAR de la función legislativa es el Congreso de la Nación , por lo que TODA
disposición de carácter legislativo emitida por el Poder Ejecutivo resulta prima
facie inconstitucional.

Se trata de una presunción iuris tantum, puesto que la misma puede revertirse si
se configuran los requisitos de habilitación previstos por el art. 99 inc. .3 de la
Constitución Nacional cuya interpretación y aplicación debe ser sumamente
restrictiva.

No .se trata de otra cosa que un principio elemental de la división de podes y del
sistema republicano de gobierno que ha adoptado desde sus inicios nuestro país.

En consecuencia „la regla respecto a los decretos de necesidad y urgencia es..


que están prohibidos. "bajo pena de nulidad absoluta e insanable". Dicho principio
solo podrá ceder, según el propio texto constitucional, frente a una circunstancia
excepcional que hiciere "imposible seguir los trámites ordinarios previstos por

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la Constitución para la .sanción de las leyes.".

La orientada imposibilidad debe m primaria, no pudiendo consistir en la mera


conveniencia política de los funcionarios de turno so pretexto de sustituir al
Congreso. de la Nación en el ejercicio de la actividad legislativa.

Sobre el tópico se ha expresado la Corte Suprema de. Justicia de la Nación in


re "Consumidores Argentinos c. Estado Nacional Poder Ejecutivo de la Nación
s. DU.558/02".

Los lineamientos vertidos por el máximo tribunal en el leading case mencionado


estriban en los siguientes puntos:

a) EL artículo 99 inc. 3º de la Constitución Nacional permite ar Poder


Ejecutivo paliar una situación de tipo coyuntural y excepcional, pero de ningún
modo, permite el dictado de normas permanentes modificatorias de leyes del
Congreso Nacional.

b) La interpretación de la Constitución Nacional en cuanto regula los


decretos de necesidad y urgencia, debe ajustarse a los principios del estado
constitucional, pues, los constituyentes decidieron sujetarse a unos principios
fundamentales paro convivir en sociedad pensados para que sean perdurables
e inmunes a las tentaciones de cambiarlos frente a las previsibles mudanzas de
opinión, y este común sentir se edifica sobre algunas bases que deben ser
aceptables para quienes están distanciados por una controversia particular, que
lo serán en los conflictos subsiguientes cuando cambien sus posiciones de
poderío o debilidad y que serán aplicadas por las generaciones futuras porque
se habrán transformado en práctica constitucional consolidada..

c) El principio que organiza el funcionamiento del estatuto del poder es la


división de funciones y el control recíproco, esquema que no ha sido modificado
por la reforma constitucional de 1994, y así tiene el Congreso Nacional la función
legislativa, el Poder Ejecutivo dispone del reglamento y el Poder Judicial dicta

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sentencias, con la eminente atribución de ejercer el control de constitucionalidad
de los normas jurídicas, por lo que no puede sostenerse, en modo alguno, que el
Poder Ejecutivo puede sustituir libremente la actividad del Congreso o que no se
halla sujeto al control judicial

d) La convención reformadora de 1994 pretendió atenuar el sistema


presidencialista, fortaleciendo el rol del Congreso y la mayor independencia del
Poder Judicial, de manera que es ese el espíritu que debe guiar a los Tribunales
de justicia tanto aI determinar los alcances que corresponde asignar a las
previsiones del articulo 99 inciso 3º de la Nacional, como al su
cumplimiento por parte del Poder Ejecutivo Nacional en ocasión de dictar un
decreto de necesidad y urgencia.

e) EL artículo 99 inciso 3ºdel texto constitucional es elocuente y las palabras


escogidos en su redacción no dejan lugar a dudas de que la admisión del
ejercicio de facultades legislativas por parte del Poder Ejecutivo se hace bajo
condiciones de rigurosa excepcionalidad y con sujeción a exigencias formales,
que constituyen una limitación y no una ampliación de la práctica seguida en el
país , exigiendo así el constituyente, para el ejercicio válido de esta facultad de
excepción -además de In debida consideración por parte del Poder Legislativo-
que la norma no regule materia penal, tributaria, electoral ‹› del régimen de los
partidos políticos, y que exista un estado de necesidad y urgencia y, en lo que
respecta a la existencia de una estado de necesidad y urgencia, es atribución del
Poder Judicial evaluar, en el caso concreto, el presupuesto fáctico que justificaría
la adopción de decretos que reúnan tan excepcionales presupuestos.

f) Si la Corte Suprema, en ejercicio de la facultad de control de una genuina


situación de emergencia que impongan al Estado el deber de amparar los de la
comunidad -esto es, corroborar que la declaración del legislador encuentre
"debido sustento en la realidad"- con mayor razón debe ejercer idéntica
evaluación respecto de las circunstancias de excepción cuando ellas son
invocadas unilateralmente por el Presidente de la Nación para ejercer facultades

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legisferantes que por regla constitucional no le pertenecen -art. 44 y 99, inciso
3º, párrafo 2º, de la Constitución Nacional.

g) La previsión en el artículo 99 inciso 3º del texto constitucional de pautas


susceptibles de ser determinadas y precisadas en cada caso concreto autoriza
al Poder judicial a verificar la compatibilidad entre los decretos dictados por el
Poder Ejecutivo y la Constitución Nacional, sin que ello signifique efectuar una
valoración que reemplace a aquella que corresponde al órgano que es el
competente en la materia o invada facultades propias de otras autoridades de la
Nación.

h) Para que el Presidente de la Nación pueda ejercer legítimamente las


excepcionales facultades legislativas previstas en el artículo 99 inciso 3º de la
Constitución Nacional y que, en principio, le son ajenas, es necesaria la
concurrencia de alguna de estas dos circunstancias. 1) que sea imposible dictar
la ley mediante el trámite ordinario previsto por la Constitución Nacional, vale
decir, que las cámaras del Congreso no puedan reunirse por circunstancias de
fuerza mayor que lo impida, como ocurriría en el case de acciones bélicas o
desastres naturales que impidiesen su reunión o el traslado de los legisladores
a la Capital Federal, o 2) que la situación que requiere solución legislativa sea
de una urgencia tal que deba ser solucionada inmediatamente en un plazo
incompatible con el que demanda et trámite normal de leyes.

k) Cualquier disposición de carácter legislativo emitida por el Poder Ejecutivo


debe reputarse prima facie inconstitucional, presunción ésta que sólo puede ser
abatida por quién demuestre que se ha reunido Ias condiciones para aplicar la
única excepción admitida en la Constitución a la prohibición general antes
sentada a saber, la descripta en los párrafos tercero y cuarto del artículo 99,
inciso 3º. de la Constitución Nacional.

l) No habiéndose cumplido con el mecanismo constitucional propio de la


excepción, el decreto de necesidad y urgencia debe reputarse dictado en
transgresión al principio general establecido en el artículo 99 inciso 5• de la

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Constitución Nacional, por lo .que corresponde declarar que es absoluto e
insanablemente nulo en los términos del precepto constitucional.

Repasada la hermenéutica de las disposiciones constitucionales comprometidas


realizadas por el Tribunal Cimero de la Nación, cabe afirmar que el DNU 70/30
es ABSOLUTAMENTE INCONSTITUCIONAL, toda vez que realiza reformas
estructurales y permanentes, a saber: reestructura el Estado, desregula la
economía modifica la Iey de contrato de trabajo, modifica el Código Civil y
Comercial .de la Nación, realiza reformas en materia de comercio exterior,
bioeconomía , minería, energía, política aerocomercial, justicia, comunicación,
deportes, sociedades, modifica el marco regulatorio de la medicina prepaga
y de las Obras Sociales., entre otras .cosas, por. lo que de ningún modo se
vislumbra la. excepcionalidad que determinó el constituyente argentino, máxime
cuando el Presidente de la Nación convocó al Honorable Congreso de la Nación
a sesiones extraordinarias (por intermedio del Decreto 76/2023, publicado en
el B.O del pasado 26 de diciembre).

A mayor abundamiento, y aún sosteniendo que el decreto en cuestión no puede


ser tachado de inconstitucional, lo cierto es que enuncia el art. 37 de la ley 24.240
(lo cual no fue reformada por el DNU en cuestión):

ARTICULO 37. — Interpretación. Sin perjuicio de la validez del contrato, se


tendrán por no convenidas:

a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la


responsabilidad por daños;

b) Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del


consumidor o amplíen los derechos de la otra parte;

c) Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la


inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor.

La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el

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consumidor. Cuando existan dudas sobre los alcances de su obligación, se
estará a la que sea menos gravosa.

En caso en que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la


conclusión del contrato o en su celebración o transgreda el deber de
información o la legislación de defensa de la competencia o de lealtad
comercial, el consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del
contrato o la de una o más cláusulas. Cuando el juez declare la nulidad
parcial, simultáneamente integrará el contrato, si ello fuera necesario.

En efecto, el aumento desplegado per la demandada resulta contrario al citado


art. 37, por cuanto importa ampliar los .derechos de aquella en perjuicio :de los
consumidores, en base a una normativa que no se encontraba prevista .al
momento de .la suscripción de los contratos ya en curso.

Así, se. ha dicho que “el articulo 37 de la ley 24.240 impone a la accionada el
deber de mantener la prestación de sus servicios conforme lo convenido
inicialmente , además de un deber específico de información ”. ”Encuadra dentro
del concepto de “cláusula abusiva ” (art . 37 de la LDC 24.240) la estipulación
que otorga a la empresa de medicina la facultad unilateral de modificar limitada
e incausadamente uno de los elementos esenciales del contrato, cual es el precio
de la cuota, si se trata de afiliados (…) que no cuenten con posibilidades ciertas
de ser aceptados por otra entidad, debiendo asimilarse el incremento de una
resolución unilateral, ya que de no poder afrontárselo, el consumidor se vería
obligado a desasociarse. * Cam. Nac Com., Ssla C, 8-3-2005, ”Fenella Usren a,
Rjčardo. c/ Qua1itas Medlca S.A“, L.Ł 2005-E-

IV-FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA ACCIÓN:

Corresponde destacar que, en nuestro ordenamiento jurídico vigente el derecho


a la salud posee consagración constitucional (art. 42 Constitución Nacional ;art.
12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ONU,
ratificado por ley 23.313 (EDLA, 1986A36), en razón de que tales normas

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internacionales gozan de jerarquía superior a las leyes internas, según el art. 75
inc. 22 de la Carta Magna, por lo que, la sola posibilidad de que se produzca un
agravamiento o abandono de la salud de un habitante justifica atender a los
términos de la pretensión a fin de garantizar tal protección.

En derecho se habla del “derecho a la protección de la salud” o del “derecho a la


preservación de la salud”. Estos son derechos naturales que se fundamentan en
las declaraciones internacionales de derechos humanos. El derecho a la vida está
formulado en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
(art. 1º), en la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San
José de Costa Rica (art. 4º, inc. 1º), en la Declaración Universal de Derechos
Humanos (art. 3º). El derecho a la preservación de la salud está contemplado por
la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 25) y por el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 12). El Pacto
de San José de Costa Rica dispone que “toda persona tiene derecho a que se
respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir
del momento de la concepción” (art. 4.1). Como correlativo de esos derechos está
el derecho a la asistencia sanitaria. El paciente tiene derecho a la “asistencia”
médica (art. 2º inc. a], ley 26.529)

Cabe recordar que a partir de la reforma constitucional de 1994 el derecho a la


salud se encuentra expresamente reconocido con jerarquía constitucional por el
artículo 75 inciso 22 de la Carta Magna, que asigna tal calidad a los tratados que
enumera. Entre ellos, el art. 25 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos dispone que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado
que le asegure, así como a su familia, la salud y bienestar y en especial la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios.

En el mismo sentido, el art. XI de la Declaración Americana de los Derechos y


Deberes del Hombre establece que toda persona tiene derecho a que su salud
sea preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la alimentación, el
vestido, la vivienda y la asistencia médica correspondiente al nivel que permitan

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los recursos públicos y los de la comunidad. A su vez, el art. 12 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales estableció que
entre las medidas que los Estados partes deberían adoptar a fin de asegurar la
plena efectividad del derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel
posible de salud física y mental, deberían figurar la prevención y el tratamiento
de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole, y la
lucha contra ellas y la creación de condiciones que aseguren a todos asistencia
médica y servicios médicos en caso de enfermedad.

En este mismo orden de ideas, no es ocioso recordar que el Alto Tribunal ha


sostenido que el derecho a la vida es el primer derecho de la persona humana,
respecto de la cual los restantes valores tienen siempre carácter instrumental
(conf. Corte Suprema, Fallos: 323:3229)

También es doctrina de la Corte Suprema que en la actividad de las obras


sociales ha de verse una proyección de los principios de la seguridad social, a la
que el artículo 14 bis de la Constitución Nacional confiere carácter integral, que
obliga a apreciar los conflictos originados por su funcionamiento con un criterio
que no desatienda sus fines propios (conf. Corte Suprema de Justicia de la
Nación, doctr. Fallos: 306:178; 308:344 y 324:3988)

Tales fines, que hacen a la existencia y trascendencia de las obras sociales,


están enunciados en la ley 23.661, y son proveer al otorgamiento de prestaciones
de salud igualitarias, integrales y humanizadas, tendientes a la promoción,
protección recuperación y rehabilitación de la salud, que respondan al mejor nivel
de calidad disponible y garanticen a los beneficiarios la obtención del mismo tipo
y nivel de prestaciones eliminando toda forma de discriminación en base a un
criterio de justicia distributiva (conf. art. 2º, primer párrafo, de la ley 23.661), todo
ello en el marco de un sistema cuyo propósito es procurar el pleno goce del
derecho a la salud para todos los habitantes del país sin discriminación social,
económica, cultural o geográfica (art. 1º; CNCCFed., Sala I, doctr. causas 4339
del 16.7.2002 y 1265/02 del 1.10.02)

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Ha dicho, asimismo, el Alto Tribunal en relación a las obras sociales que tienen
como función específica y obligación primordial, la prestación médica integral y
óptima. Para ello cuenta con “la afluencia de medios económicos que administra
a fin de organizar adecuadamente aquel servicio, y en ello ha de contemplarse la
competencia, idoneidad y dedicación de los profesionales que se incorporan a la
misma, incluidos los especialistas, así como de todo personal afectado, e
igualmente, la aptitud de los medios empleados y toda la infraestructura del
servicio médico en cuestión. Estos diversos aspectos, además, deben
considerarse con sentido dinámico, esto es, en su compleja interacción
enderezada a resguardar la vida y la salud de los afiliados prestatarios del
servicio. El adecuado funcionamiento de aquel sistema se cumple no sólo con la
presencia pasiva o uso meramente potencial, sino que resulta imprescindible,
además que todos ellos se articulen activamente en cada momento y con relación
a cada paciente. Porque cada individuo que requiere atención médica pone en
acción todo el sistema” (conf. Dictamen del Procurador General en el fallo de la
CSJN, “Gonzalez Oronó de Leguizamón, Norma M. c/ Federación de
Trabajadores Jaboneros y Afines”, Fallos 306:182)

Corresponde indicar que el derecho a la vida -no sólo a la vida sino también a
una buena calidad de vida y por consiguiente a una adecuada atención médica-
asume un papel central en la sistemática de los derechos humanos, ya que tiene
por contenido un bien humano más básico que todo el resto, pues resulta ser la
condición necesaria, primera y más fundamental para la realización de los otros
bienes; por otra parte, tiene como objeto a la misma existencia sustancial del
hombre, que es el sustrato en el que inhieren las restantes perfecciones humanas
existencialmente no autónomas.( CFAMDP, “López Andrea I. c/ Osecac s/
amparo” de fecha 14/7/2000)

Nuestro derecho interno a través de la ley 23.661 instituyó el sistema nacional de


salud, con los alcances de un seguro social, "a efectos de procurar el pleno goce
del derecho a la salud para todos los habitantes del país sin discriminación social,
económica, cultural o geográfica". Su objetivo fundamental es "proveer al

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otorgamiento de prestaciones de salud igualitarias, integrales y humanizadas,
tendientes a la promoción, protección, recuperación y rehabilitación de la salud,
que respondan al mejor nivel de calidad disponible y garanticen a los beneficiarios
la obtención del mismo tipo y nivel de prestaciones eliminando toda forma de
discriminación..." (art. 2°).

Por otra parte, La Constitución Nacional refiere, asimismo, en su art. 42, que los
consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en relación al
consumo, a la protección de su salud, seguridad, e intereses económicos; a una
información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condiciones de trato
equitativo y digno, disponiendo a sus efectos, que las autoridades proveerán a la
protección de esos derechos, a la educación para el consumo, etc.

En ese orden, la ley de Defensa del Consumidor 24.240 reformada por la ley
26.361 dispone medidas específicas acerca de la protección de la salud (arts. 4,
5 y 6).

En este escenario, es oportuno puntualizar que contrato de consumo es el


celebrado entre un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica
que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes
o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición,
uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios,
para su uso privado, familiar o social (art , 1093 del Código Civil y Comercial de
la Nación).

A ello debe sumarse que la Ley 24.240 establece un principio protectorio


insoslayable: “in dubio, pro consumidor” (conf. art. 3 de la ley citada), por el que
se dispone un criterio general de interpretación que obliga (art. 65, ley cit.) a
preferir la hermenéutica que sea más favorable al consumidor, en pos de tutelarlo
en sus relaciones contractuales.

Es que, como ha tenido oportunidad de decidir la Corte Suprema de Justicia de


la Nación, “…el artículo 42 de la Constitución Nacional establece que los

17
consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de
consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una
información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condiciones de trato
equitativo y digno. Dicha norma revela la especial protección que el constituyente
decidió otorgar a los usuarios y consumidores en razón de ser sujetos
particularmente vulnerables dentro del sistema económico actual…” (conf.
Tribunal citado, doctr. causa “Recurso de hecho deducido por la actora en la
causa Prevención, Asesoramiento y Defensa del Consumidor c/ Bank Boston
N.A. s/ sumarísimo”, sent. del 14 de marzo de 2017), agregando que “este
principio protectorio juega un rol fundamental en el marco de los contratos de
consumo donde, es preciso destacar, el consumidor se encuentra en una
posición de subordinación estructural…” y que “…Es por ello que con el fin de
preservar la equidad y el equilibrio en estos contratos, la legislación contempla
previsiones tuitivas en su favor en aras de afianzar esta protección preferencial
de raigambre constitucional…”

Además, se ha dicho, que el respeto por la vida humana y la necesidad de


proteger al consumidor de servicios asistenciales (art. 1°, inc. "b", ley 24.240)
exigen una tutela especial ponderando que se trata de la parte débil de la relación
y que por lo común no posee los elementos de control necesarios para conocer
el nivel de los servicios ofrecidos y/o prestados (confr. Sala 1, causa 6301/93 del
2.7.96). Es que "la salud es cuestión de auténtico interés social que trasciende el
ámbito privado y se proyecta en la satisfacción de necesidades comunitarias que
comprometen el orden público" (confr. A. BUERES, "Responsabilidad Civil de los
Médicos", Bs.As. 1992, págs. 472/473). De allí que en la actividad de los
prestadores han de verse reflejados los principios de la seguridad social, a los
que el art. 14 nuevo de la Constitución Nacional confiere un carácter integral
(Corte Suprema de Justicia, Fallos: 306:187)

Por último, debo mencionar que el art. 1094 del Código de fondo dicta que las
normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e
interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de

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acceso al consumo sustentable, siendo ello el motivo central por el cual solicito
se apliquen las normas de los consumidores y usuarios.

V-INEXISTENCIA DE OTRO MEDIO JUDICIAL MAS IDONEO:

Para el caso en concreto no existe otro medio judicial mas idóneo donde se pueda
lograr la pretensión deducida. Ello en virtud de tener como diagnóstico cáncer de
próstata conforme al certificado de mi médico tratante, de cual requiero de un
seguimiento periódico de mi enfermedad por medio del servicio de salud
contratado, del cual la demandada, con su decisión unilateral de aumentar
considerablemente la cuota intenta negarme, ya que de no mediar una rápida
tutela judicial efectiva me veré obligado a desafiliarme y perder la cobertura
medica habida, por no poder seguir abonando las enormes y cuantiosas sumas
de dinero que la accionada ha resuelto cobrarme.

Cabe recordar que la Corte Suprema ha resuelto que "el amparo es el


procedimiento judicial más simple y breve para tutelar real y verdaderamente los
derechos consagrados en la Ley Fundamental. En este sentido, la Corte ha dicho
reiteradamente que tiene por objeto una efectiva protección de derechos (Fallos:
321:2823) y ha explicitado la imprescindible necesidad de ejercer esa vía
excepcional para la salvaguarda del derecho fundamental de la vida y de la salud
(Fallos: 325:292 y sus citas)"

Los demás requisitos exigidos por la ley de amparo para la admisibilidad de la


acción se verifican en el presente caso, en cuanto:

a) Enerva esta acción contra un acto de un particular: Obra Social Del


Personal de Dirección de Sanidad Luis Pasteur.

b) La lesión actual de los derechos constitucionales, se produce de forma


manifiestamente ilegal, a partir de la arbitraria decisión de la demandada
en aumentarme casi en un 100% la cuota mensual con sustento en el
Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023.

19
c) En el caso no hay necesidad de mayor amplitud de debate o prueba: la
comprobación de la arbitrariedad manifiesta, y la actual lesión de los
derechos constitucionales (presupuestos de la procedencia de la acción
incoada) no requieren de una actividad probatoria amplia, y tampoco se
requiere un debate que exceda los límites procesales del amparo. En
consecuencia, para arribar a una sentencia que se pronuncie sobre la
procedencia de la pretensión deducida, el procedimiento de la acción de
amparo resulta suficiente y adecuado para garantizar la defensa en juicio
de las partes en el marco de un proceso justo.

Por otra parte, debe recordarse que -a partir de la incorporación del nuevo artículo
43 a la Constitución Nacional-se ha producido la derogación del requisito -
contenido en la Ley de Amparo-vinculado a la inexistencia de otras vías
administrativas para tutelar el derecho que se pretende hacer valer, por resultar
incompatible con sus disposiciones tendientes a que la tutela se efectivice por la
acción expedita y rápida del amparo, siempre que no exista otro medio judicial
más idóneo (sentencia deprimera instancia en la causa “Consumidores Libres
Coop. Ltda. c./ Estado Nacional”, Doctrina Judicial 1996- I-331)

VI-SOLICITA URGENTE DICTADO DF MEDIDA CAUTELAR SIN TRASLADO


PREVIO:

En la acción de amparo son admisibles las medidas cautelares que resulten


necesarias para asegurar los efectos prácticos de la sentencia definitiva,
disponiendo que son requisitos para su otorgamiento la acreditación simultánea
de los siguientes presupuestos: “(...) a. Verosimilitud del derecho. b. Peligro en la
demora. c. Contracautela (...)”

Las medidas cautelares coadyuvan al acceso a la justicia, pero principalmente,


con la posibilidad de que al momento de hacerse justicia —de dictarse un fallo
ajustado a derecho—la decisión que finalmente se dicte pueda hacerse efectiva
y que no sea una abstracción de la realidad que no pueda ejecutarse. De esta
manera, la medida cautelar tiene por finalidad asegurar que la sentencia final

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podrá ser cumplida. Así, la medida cautelar tiene la finalidad de proteger la
eficacia de la sentencia que habrá de dictar V.S., como medio de hacer efectivo
el derecho a la defensa en juicio y a la tutela judicial efectiva, con el propósito de
evitar que pase a formar parte de un catálogo de ilusiones, y como señalan
GARCÍA DE ENTERRÍA y FERNÁNDEZ, “evitar que la demora en la resolución
del pleito principal cause perjuicios apreciables”

Asimismo, cabe indicar que las medidas cautelares, más que hacer justicia están
destinadas a dar tiempo a la justicia para cumplir eficazmente su obra (conf. J. Di
Iorio, “Nociones sobre la Teoría General de las Medidas Cautelares”, L.L. t.1978-
B, p.826;CNACCFed., Sala II, causa 9334 del 26-6-92, entre otras.

De allí que para decretarlas no se requiera una prueba acabada de la


verosimilitud del derecho debatido, extremo que sólo puede ser alcanzado al
tiempo de la sentencia (conf. CNACCFed.,Sala II, causas 968 del 19-3-82; 1408
del 15-7-83; 4330 del 21-3-86 y9334 precit.), ni sea menester un examen
exhaustivo de las relaciones que vinculan a las partes (conf. CNACCFed. Sala II,
causa 521 del10-7-81) cuya índole y extensión han de ser dilucidadas con
posterioridad.

Paralelamente, especialmente en el ámbito de las relacionadas con la protección


de la salud, se debe aplicar un criterio amplio, siendo preferible el exceso en
admitirlas que la parquedad en negarlas (conf. CNCCFed., Sala II, causa n°
7041/06 del 27.12.06 y sus citas; Sala III, causa n° 4856/03 del 19.8.03, entre
otras), como así también que a estos fines no es menester un examen de certeza
sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud, pues
ese juicio de certeza se opone a la finalidad de la institución cautelar, que no es
otra que atender aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual
agota su virtualidad (conf. C.S.J.N., Fallos: 320:1093, 320:2567; CNCCFed., Sala
III, causa n° 11.223/95)

En este caso, es evidente que sólo se asegurarán los efectos prácticos de


la sentencia que V.S. dicte si se le ordena a la Obra social demandada como

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medida cautelar a dejar sin efecto los aumentos realizados en aplicación
del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 de Poder Ejecutivo Nacional,
de las cuotas de medicina prepaga de los meses de Enero y Febrero de
2024, ordenándole en consecuencia a READECUAR los valores en virtud de
los aumentos autorizados por la autoridad de aplicación en los términos del
artículo 17 de la Ley 26.682. Así por ejemplo, aplicándose la Resolución
2577/2022 De Ministerio de Salud de la Nación, los aumentos establecidos
para el mes de Enero del corriente son del 6.26%.

Si bien la medida cautelar solicitada coincide con la pretensión de fondo, es


importante destacar lo dicho por la Corte Suprema de que no se puede descartar
la aplicación de una medida cautelar por temor a incurrir en prejuzgamiento,
cuando existen fundamentos que imponen expedirse provisionalmente sobre la
índole de la petición formulada (conf. CSJN, in re "Camacho Acosta, Maximino
c/Grafi Graf SRL y otros", C2348, XXXII del 7-8-97, Fallos: 320:1633; asimismo,
esta Sala, causas n° 5514/02 del 8- 10-02 y 5853/02 del 20-5-03 entre otras). Es
que el instituto cautelar tiene como esencia enfocar sus proyecciones sobre el
fondo mismo de la controversia, ya sea para impedir un acto o para llevarlo a
cabo, pues se encuentran dirigidos a evitar los perjuicios que se pudieran producir
en el caso que no se dicte la medida, tornándose de dificultosa o imposible
reparación en la oportunidad del dictado de la sentencia definitiva. En
consecuencia, una solución contraria a la que aquí se propicia convertiría a este
tipo de medida en una mera apariencia jurídica sin sustento en las concretas
circunstancias de la causa, habida cuenta de que toda presentación en tal
carácter se enfrentaría con el impedimento de un eventual prejuzgamiento sobre
la cuestión de fondo (conf. Fallos: 320:1633 cit)

Como veremos a continuación, se encuentran plenamente reunidos todos los


requisitos exigidos para que V.S. conceda la tutela cautelar solicitada. Veamos:

La verosimilitud del derecho:

El primer requisito a verificar cuando se solicita una medida cautelar es la

22
verosimilitud del derecho o apariencia de buen derecho. A tal fin se requiere un
“mero acreditamiento, generalmente realizado a través de un procedimiento
informativo”. En efecto, existe consenso en la doctrina y la jurisprudencia en
cuanto a que, para probar el fumus bonisiurisse deben “arrimar los elementos
idóneos para producir convicción en el tribunal sobre la apariencia de certeza o
credibilidad del derecho invocado como sustento de su pretensión”

La propia Corte Suprema de Justicia de la Nación, en reiteradas oportunidades,


ha dicho al respecto que: “Como resulta de la naturaleza de las medidas
cautelares, ellas no exigen el examen de la certeza sobre la existencia del
derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es más, el juicio de verdad en
esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no
es otra que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro
del cual, asimismo, agota su virtualidad”. Esta inteligencia del requisito del humo
de buen derecho ha determinado que, en forma reiterada, la Corte Suprema haya
dado curso a medidas cautelares de no innovar enderezadas contra la
administración, sin que a ello obstara la presunción de legitimidad de sus actos.

Es que, como también tiene dicho en idéntico sentido la jurisprudencia del fuero,
“el dictado de las providencias precautorias no exige un examen de certeza sobre
la existencia del derecho pretendido; aún más, el juicio de verdad en esta materia
se encuentra en oposición a la finalidad del instituto, que no es otra cosa que
atender a aquello que no excede el marco de lo hipotético, dentro del cual agota
su virtualidad”.

En dicho contexto, y tal como surge del desarrollo efectuado en el presente


escrito, es evidente que el requisito de la verosimilitud del derecho se encuentra
plenamente acreditado en estos autos, máxime cuando su acreditación sólo exige
una posibilidad razonable de que la sentencia definitiva reconozca el derecho en
que se funda la pretensión, y no la certeza absoluta, ya que el juicio de verdad
en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar,
conforme ha establecido la jurisprudencia reseñada.

23
En otros términos, la verosimilitud del derecho se encuentra acreditada en
esta causa toda vez que el derecho a la salud, a la vida y a la integridad
física está garantizado por nuestra Constitución Nacional y los Tratados
Internacionales que serían violentados en caso de que la demandada
continúe cobrando los aumentos de cuota en forma desmedida y sin limite
alguno , lo que a su vez claramente afecta y atenta contra los derechos del
consumidor (Art 42 CN y Ley 24.240).

El peligro en la demora:

El segundo requisito exigido para la procedencia de la medida cautelar


solicitada es la existencia de un peligro en la demora. Éste se configura cuando
resulta probable que, de no adoptarse la medida cautelar, se ocasione al
solicitante un perjuicio o daño inminente que torne ilusorio o tardío el eventual
reconocimiento judicial de su derecho

Como enseñara PALACIO, el proceso cautelar “es aquél que tiende a impedir
que el derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través
de otro proceso, pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que
transcurre entre la iniciación de ese proceso y el pronunciamiento de la
sentencia definitiva”

Así lo ha reconocido, incluso, la propia Cámara del fuero, que tiene dicho que el
peligro en la demora se identifica con el riesgo probable de que la tutela jurídica
definitiva que aquél aguarda de la sentencia a pronunciarse en el proceso
principal no pueda, en los hechos, realizarse, es decir que, a raíz del transcurso
del tiempo, los efectos del fallo final resulten prácticamente inoperantes.

En el presente caso se encuentra acreditado el peligro en la demora en


virtud de mi grave diagnóstico (cáncer de próstata), conforme a los
estudios y certificados médicos que se adjuntan, del cual evidencia que
soy una persona que necesito de manera constante e ininterrumpida
contar con el plan de salud de la demandada para poder realizarme un

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adecuado seguimiento y control periódico de mi enfermedad, situación
que está en grave peligro frente a los aumentos desmedidos y
descabellados de las cuotas mensuales, que de no mediar la presente
medida cautelar mis expectativas se verán claramente frustradas antes de
la sentencia, por no poder seguir aguantando abonar los aumentos
decretados por la accionada, lo que me llevará -inevitablemente- a
rescindir el contrato y quedarme sin la cobertura medica habida. TODO UN
VERDADERO ACTO DE INJUSTICIA.

La contracautela:

La contracautela consiste en la garantía que debe suministrar quien solicita una


medida cautelar, a fin de asegurar la reparación de los daños que puedan
ocasionarse al afectado cuando hubiere sido decretada indebidamente,
quedando afectada al pago de esa eventual indemnización. Cabe destacar que
la contracautela se determina también de acuerdo a la mayor o menor
verosimilitud del derecho y a las particulares circunstancias del caso. De ahí
que se sostenga que en el presente caso es plenamente justificable la fijación
de una caución juratoria. Por lo que así la solicito.

“... La contracautela se presta a las resultas de la medida que se refiere, la cual


-a su vez – descansa en la verosimilitud del derecho que se aduce. Ambos
extremos van de la mano en el sentido de que, cuanto mayor resulte la
credibilidad del derecho en cuya virtud se procede, menos gravosa será la
contracautela, y a la inversa...” (C. Nac. Civ., Sala E, 3/11/89 –El Albañil S.A. c/
Amendolara Ignacio A. ) J.A. 1990-I, síntesis

VI- DERECHO:

Fundo el derecho que le asiste a mi mandante en lo estipulado por el artículo 43


de la Constitución Nacional, ley 16.986 y artículo 25 de la Convención
Americana Sobre Derechos Humanos.

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VII-PRUEBA:

Se ofrecen como medios probatorios, los siguientes: -

DOCUMENTAL:

-Copia DNI del Señor José Andrés Portnoy.

-Credencial de afiliado.

-Carta documento número 2452212045, de fecha 29 de Enero de 2024, y


constancia de entrega emitida por la página de Correo Argentino.

-Facturas de pago de cuota de servicio de salud emitido por la demandada de


los meses de noviembre y diciembre de 2023, y Enero de 2024.

-Recibo de haberes del Señor José Andrés Portnoy de los meses de noviembre
y diciembre de 2023.

-Certificado médico de orden de estudio emitido por el Doctor Gonzalo


Vittagliano.

-Certificado médico de orden de cirugía emitida por el Doctor Gonzalo


Vittagliano.

-Correo electrónico enviado por la accionada con fecha 9 de Enero de 2024

-INFORMATIVA:

-Para el caso que la demandada desconozca la carta documento aportada


como prueba documental, solicito se libre Oficio de estilo al Correo Argentino a
los efectos de que remita constancia de entrega de la carta documento número
2452212045, de fecha 29 de Enero de 2024.

-Para el caso en que la demandada desconozca los recibos de haberes


presentados como prueba, solicito se libre Oficio de estilo a la Subsecretaría de

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Gestión de Recursos Humanos Ministerio de Hacienda y Finanzas del GCABA
a los efectos de que remita copia de los recibos de haberes del Señor José
Andrés PORTNOY CUIL: 23-10893292-9, Ficha: 299110 perteneciente a los
meses de Noviembre y diciembre de 2023, y Enero del año 2024.

- Solicito se remitan ad effectum videndi los autos: “PORTNOY, JOSE


ANDRES C/ OBRA SOCIAL DEL PERSONAL DIRECCION DE SANIDAD
LUIS PASTEUR S/INCUMPLIMIENTO DE PRESTACION DE OBRA
SOCIAL/MED. PREPAGA” Expediente: 970/2023 en trámite ante el Juzgado
Civil y Comercial Federal numero 3, Secretaría numero 6.

IX-PETITORIO:

Por todo lo expuesto, solicito:

-Se tenga por presentado, y en el carácter invocado, con el domicilio procesal y


electrónico constituido.

-Se haga a lugar a la medida cautelar solicitada sin traslado previo.

-Oportunamente se haga a lugar a la acción de amparo y en consecuencia se le


ordene a la Obra Social Del Personal de Dirección de Sanidad Luis Pasteur a
dejar sin efecto los aumentos realizados en los servicios de salud prestados por
ella en virtud del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, ordenándole
en consecuencia a READECUAR los montos conforme a derecho y conforme
a las disposiciones vigentes de la autoridad de aplicación.

PROVEER DE CONFORMIDAD,

SERÁ JUSTICIA

Signature Not Verified 27


Digitally signed by ANGEL
JAVIER ROMERO
Date: 2024.02.01 09:36:03 ART

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