Amor y Pedagogía- Re exión

Paula Kalinowski

El ensayo de Iñaki Imaz sobre el amor y la pedagogía me ha dejado claro cuántas reglas hay y
que, aunque queramos aprender y aplicar, no hay nada a lo que realmente aferrarse. Imaz
sostiene que lo mejor que hacemos es inconsciente, y que muchos artistas no siguen un estilo
especí co. La pedagogía sociológica choca con el amor, ya que el educador se eleva por encima
de lo esencial, creando un con icto social y asimetría. Su primera tesis es que no hay nada que
enseñar ni aprender, trabajamos en torno a la nada y debemos construir un sistema de
comunicación. Luego, la técnica es el tema de la enseñanza, donde la técnica artística es una
mezcla de deseo, lenguaje, expresión y estructura.

Inicialmente, me pareció bastante desalentador. La ausencia de un contenido claro y la falta de

con rmación pueden hacerlo más difícil. Sin embargo, entiendo que Imaz aboga por un
aprendizaje asimétrico en el arte. Su segunda tesis sostiene que los profesores enseñan por
egoísmo, no por altruismo o amor al arte. Aunque esta a rmación me pareció drástica, entiendo
que los profesores también se bene cian al compartir contenido y apoyar a los estudiantes. Es
bueno saber que no tienen soluciones mágicas y que la relación educativa es asimétrica.

Imaz explora el signi cado del aprendizaje como una salida de uno mismo. Aboga por desa ar la
ley y el sentido, aunque esto nos lleve a una sensación de deuda in nita por algo que nunca
podremos pagar completamente. Luego, aborda la pasión por la ignorancia, que impide el
progreso hasta que se convierte en conocimiento compartido. Destaca la importancia de lo que el
aprendiz aporta y aboga por un "Museo de lo Extranjero". Propone romper el marco desde el
principio, como en un circo, y actualizar ese "algo" inde nible que da signi cado a una obra.

Imaz insta a desarrollar una técnica que enseñe a través de la acción misma, superando la inercia
y provocando un evento. La solución radica en la acción y en volverse adicto a ella. Estoy de
acuerdo y encuentro útil esta perspectiva para mi propio proceso, aunque sé que llevará tiempo
deshacerme de las estructuras escolares rígidas. La a rmación de que las palabras del educador
deben ser performativas es un nuevo concepto para mí. La enseñanza debería poner en
movimiento los pensamientos y estimular procesos sin señalar directamente. Esta pedagogía del
amor y la falta de simetría en la relación educativa, gracias a este ensayo, me ha proporcionado
nuevos estímulos para mi propio proceso.
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